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Nombre: Lourdes Reynaga Agrada

Sobre narrativa policial en Bolivia.


Una revisión de los textos de Gonzalo Lema

No sólo las artes mayores reflejan el proceso de una sociedad.


(Julio Cortázar)

El trabajo que se inicia busca una exploración sobre el surgimiento de la narrativa policial
en Bolivia. Sin embargo, tomando en cuenta la amplitud del corpus de autores que escriben
policiales en Bolivia (el período a estudiar es 2000-2010), el trabajo se centrará en algunos
aspectos llamativos de uno de los autores del género, Gonzalo Lema. Estos aspectos tienen
que ver con la reproducción de formas de pensar y de actuar al interior del mundo ficcional
que se crea. Además retoma un aspecto conflictivo en la literatura boliviana en general, la
forma de plantear el tema del mestizaje al interior de las tramas.
En este sentido, lo primero que se debe tomar en cuenta es que la etiqueta de “policial”
identificado en primera instancia con los cuentos de Poe y los relatos de Conan Doyle y, en
una segunda instancia, con autores como Hammett y Chandler, presenta particularidades
específicas en Bolivia. Si bien se admite un corpus de textos como conformadores de una
“narrativa policial boliviana”, el género desarrollado no tiene sino algunos contactos con
los aspectos fundamentales de lo que se entiende por policial. Siguiendo esta línea, entre el
año 2000 y el 2010 se publican una serie de textos “policiales”, lo que resulta llamativo ya
que antes de este período no se había publicado narrativa policial en Bolivia.
Cronológicamente la publicación de estos textos es la siguiente:
- 1994 Publicación de American Visa de Juan de Recacoechea (Ganadora del premio
de novela Guttentag)1
- 2000 Se publica la novela Ladies Night de Ramón Rocha Monroy.
- 2001 Es publicada la novela Mundo negro de Wilmer Urrelo.
- 2001 Se publica la colección de cuentos Un hombre sentimental de Gonzalo Lema.
- 2004 Se publica la novela Periférica Blvd. de Adolfo Cárdenas.
- 2004 Sale como suplemento “Dos muertos”, la colección de cuentos policiales que
contiene tanto el cuento ganador como los finalistas del primer concurso de
narrativa policial auspiciado por el periódico La Prensa.
- 2004 Dime contra quién disparo la novela de Gonzalo Lema, es publicada.
- 2007 Fantasmas asesinos de Wilmer Urrelo, gana el premio nacional de novela
Santillana.

1
Se incluye en este listado, pese a no tratarse de una novela policial propiamente dicha, sino más bien de una
novela negra debido al vínculo existente entre el policial y la novela negra en Bolivia.

1
- 2008 La toma del manuscrito de Sebastián Antezana, gana el premio nacional de
novela Santillana.
- 2010 Santiago Blanco, la saga de Gonzalo Lema sale a la luz.

Es importante aclarar que en la producción de policiales en Bolivia:


Lo negro resalta del libro por un pesimismo social sobre los choques entre destinos particulares y
destinos colectivos, por un sombrío y discreto galanteo, y por una escritura siempre al límite entre
periodística y frenética. Una ejecución en regla de los falsos semblantes de la sociedad, la caída
irremediable del hombre social. Una perpetua comprobación del fracaso mezclada a ínfulas poéticas
y a una bastavasta empresa de rehabilitación del mundo flotante que nunca tiene derecho a voz ni
voto. Ninguna solución es presentada, ninguna alternativa es posible: la novela negra no es didáctica
ni partidaria, incluso cuando es política. (Nathanaël Tribondeau)
Sería fundamental que en esta introducción recogieras la caracterización de la novela según
la magnífica cita que has seleccionado, pero ahora en tus propias palabras y bajo tu propio
análisis del contexto en el que se estaría dando la novela policial boliviana. Sospecho que
ahí se plantearía el corazón de tu argumento, el porqué la última década fue de la novela
policíal en Bolivia, la de las interpretaciones de su emergencia (si no para este ensayo, que
analizas una sola, sí podría ser un argumento para tu tesis de maestría). (Me adelanté, haz
hecho esto en el siguiente subtítulo y lo has hecho muy bien).
Por lo tanto no sorprende que en el contexto boliviano el policial se relacione íntimamente
con la literatura negra, estrechando la frontera hasta casi desaparecerla. Es por esta razón
que se incluye American Visa dentro del listado del auge del policial, pero no es la única
razón. American Visa se presenta como un antecedente en términos estilísticos para la
existencia de los textos policiales que llegaron después, no se ahonda sobre este tema
porque no es el eje central del trabajo. Otro aspecto importante es que en los policiales
publicados (con contadas excepciones que se van hacia el otro extremo) la presencia del
contexto histórico social es fundamental. Ya sea en maneras de reproducir formas
coloquiales de comunicación (como en Periférica Blvd.), en la ambientación en una
determinada ciudad boliviana (Ladies Night) e incluso la ficcionalización de un personaje
real.

Contextos

Entre los factores clave para el surgimiento del policial en Bolivia entre 2000 y 2010 y se
encuentra el momento histórico social por el que el país atraviesa durante este período. El
acercamiento a este momento es planteado por Álvaro García Linera en Ciudadanía y
democracia en Bolivia (1900-1998), un ensayo publicado en 19992, a partir del
establecimiento de la categoría de ciudadanía:

Hablar de ciudadanía es, por tanto, la verificación de una sensibilidad colectiva convertida en un
hecho estatal, que trasmuta un temperamento socializado en un dispositivo público que normativiza
la vida política de todos. No es casual, entonces, que los procesos de formación ciudadana sean

2
Este ensayo es parte de La potencia plebeya.

2
también aquellos de la construcción de las naciones, pues se trata de dos maneras de abordar el
mismo problema de la constitución del yo colectivo. (García Linera, p. 139)

En donde el ciudadano no sería un sujeto que tiene derechos civiles y políticos y está
capacitado para ejercerlos, sino el sujeto que se asume como poseedor de estos derechos.
Partiendo de esta noción de ciudadanía, García Linera divide la historia de Bolivia en tres
momentos clave identificados por: La ciudadanía de casta (1825), la ciudadanía corporativa
(1952) y la ciudadanía irresponsable (1986).
La ciudadanía de casta, admitida desde la fundación de la República de Bolivia tiene dos
características fundamentales, es hereditaria y se construye desde la negación del mundo
indígena en la constitución del Estado. Aunque se dan momentos breves de ruptura y
excepciones a estos principios, son escasas y se sofocan rápidamente. La ciudadanía
corporativa, surge a partir de la Revolución de 1952 cuando la sociedad decide intervenir
en lo político a través de la fuerza, sin dejar más opción que la legitimación de sus derechos
ciudadanos. Llama la atención, sin embargo que:

Si bien la plebe armada, en un arrebato histórico, abroga el monopolio de las decisiones políticas
basadas en el linaje, el conocimiento letrado y el dinero, jamás, a no ser en momentos extremos y
cortos, ha de abandonar la creencia de que el apellido, el dinero y el conocimiento letrado son los
requisitos imprescindibles para gobernar los asuntos públicos. (García Linera, p. 147)

Es decir, según lo planteado por García Linera, se establece una democratización política,
una intervención en los asuntos de Estado ejercida a través del sindicato (de ahí que se
denomine a esta ciudadanía corporativa), donde la sociedad trabajadora se plantea
únicamente como contestataria, como demandante, pero no como soberana, ni con la
capacidad de acceder a puestos de poder. Estas nociones permanecen incluso cuando, 50
años después, esta misma sociedad consigue un acceso a estos espacios:

Después del acceso al Parlamento, Felipe Quispe manifestaba:


Lo que pasa es que no pensamos como ellos, no comemos como ellos, no hablamos como ellos, no
vestimos como ellos. Hay una diferencia tremenda, una contradicción, un choque de culturas: cultura
política indígena frente a cultura política dominante liberal […] El MIP tiene diputados que no están
a la altura de otros que han estado años acá. Por eso tienen miedo a exponer sus ideas […] Para
nosotros este es un nuevo escenario […] Esta no es nuestra cancha, la nuestra es hacer
movilizaciones, bloqueos, donde participan miles de comunarios. (Zuazo, p. 21)3

Esta ciudadanía entra en crisis en el momento en que la legitimidad institucionalizada del


sindicato es puesta en crisis por el propio Estado, se da un cambio en la forma de
organización del trabajo social, se produce el cierre de las grandes empresas que
aglutinaban grandes cantidades de obreros y los contratos laborales se flexibilizan de forma
que incentiven la competencia laboral mientras se va disolviendo toda unidad laboral, a
partir de ese momento el tipo de ciudadanía se desvía hacia lo individual y surge lo que
García Linera llama ciudadanía irresponsable. La ciudadanía irresponsable nace más o
menos en 1986 a partir de la consolidación efectiva del voto como sistema de elección de
3
Citado a partir de: “Felipe Quispe”, Pulso Nº 164, La Paz, 2002.

3
los gobernantes y la consolidación y reglamentación de un sistema de partidos. Este sistema
de elección se basa en el principio de la delegación, en donde el individuo elige una
autoridad a la que delega la responsabilidad de la toma de decisiones. El problema se da en
que más que una delegación, se trataría de una suplantación ya que en el momento de ceder
el poder de decisión el ciudadano renuncia a cualquier reclamo por medio de una vía
legítima desde el punto de vista estatal, su participación entonces estaría reduciéndose a
acudir a las urnas para cada nueva elección. Cualquier otra opinión o desacuerdo no tiene
lugar. Sin embargo, permanecen como formas de reclamo, aquellas establecidas en la
anterior ciudadanía a partir de los sindicatos.
Me llama la atención porqué decides hacer tu abordaje social en términos de ciudadanía; y
por tanto de sistema político, más que los cambios sociales. Sigo leyendo.
Las ciudadanías establecidas permiten realizar un recorrido a través de la vida histórica y
política de Bolivia, sin embargo, en los últimos años, con la llegada a la Presidencia de Evo
Morales se hace evidente que un tipo diferente de ciudadanía se presenta. Esto no se da de
la noche a la mañana, es parte de un proceso iniciado en 1994 a partir de dos hechos
fundamentales: la promulgación de la Ley de Participación Popular y el VI Congreso de la
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).
La Ley de Participación Popular (LPP) es promulgada el 20 de abril de 1994 por el
entonces Presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada. Esta ley reconoce las entonces
denominadas OTB (Organizaciones Territoriales de Base) rurales y urbanas, reconoce las
Secciones de Provincia, aumenta competencias y recursos de los Gobiernos Municipales y
admite como representantes de las OTB a autoridades originarias elegidas según usos y
costumbres. Se señala además, entre las obligaciones de las OTB, el informar y rendir
cuentas de sus actos a la comunidad a la que pertenecen ya que se aclara que estos se
realizan en representación de la misma 4. En un nivel menor, el ciudadano recupera la
legitimación de su derecho a participar en las decisiones que le afectan de una u otra
manera. La legitimación, porque la elección de autoridades según usos y costumbres,
aunque no se reconocía institucionalmente, continuaba.
En este mismo año, 1994, se lleva a cabo el VI Congreso de la CSUTCB que manifiesta
entre sus resoluciones: la necesidad de la creación de un nuevo Estado con una nueva
Constitución y la aprobación de la formación de un instrumento político que permitiera la
participación en las próximas elecciones. Al año siguiente, en marzo de 1995, durante el
Congreso Tierra, Territorio e Instrumento Político, llevado a cabo en la ciudad de Santa
Cruz de la Sierra, tanto la CSUTCB como otras organizaciones sociales, definen la creación
de la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos a cuya cabeza se encontraba Alejo Véliz.
La ASP no consigue inscribirse en la Corte Nacional Electoral y participa en las elecciones
siguientes con la sigla prestada de Izquierda Unida. A raíz de conflictos internos entre
4
Información tomada de: “Ley Nº 1551. Ley del 20 de abril de 1994. Ley de Participación Popular” en
Compendio de Leyes de 1825 a 2009. Nueva Constitución Política del Estado y Legislación Laboral
Boliviana

4
Alejo Véliz, Felipe Quispe y Evo Morales, surge una división que culminará con la
creación del MAS – IPSP (Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político para la
Soberanía de los Pueblos) que se plantea no como un partido político, sino como un
instrumento político surgido desde las bases.5
No parece casual, en este sentido, que en 1994 se haya publicado American Visa, un
antecedente a la novela policial boliviana. Cabe resaltar que esta novela se hizo bastante
conocida acompañada por su versión cinematográfica.
El año 2000 estalla en Cochabamba la llamada Guerra del Agua que desata una crisis
política social y a partir de 2002 se desencadenan una serie de protestas que encuentran su
punto máximo en la Guerra del Gas en la ciudad de El Alto en octubre de 2003. Esta guerra
concluye con la renuncia del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. En las
siguientes elecciones generales, en 2005, el MAS – IPSP consigue el triunfo con una
mayoría absoluta.6 Leyendo paralelamente el proceso de publicación de policiales,. Sse
tiene una primera incursión en 2001, un silencio durante dos años que desemboca en una
publicación amplia en 2004, este espacio no tendría gran importancia si en 2004 hubiera
salido a la luz tan sólo un título, pero además de ser 3 tres los títulos que salen a la luz
repentinamente, en 2004, la Cinemateca Boliviana organiza un ciclo dedicado al cine negro
mundial.
El proceso es interesante en la saga de Santiago Blanco, escrita por Gonzalo Lema. Ya que
se trata de la única saga policial publicada y, si se toma en cuenta los años de publicación
(2001, 2004 y 2010) permiten ver diferentes elementos llamativos en cada uno. La saga de
Santiago Blanco, el detective creado por Gonzalo Lema, está compuesta por dos libros de
cuentos y una novela. El primer libro de cuentos Un hombre sentimental, publicado en
2001, contiene los cuentos: Un hombre sentimental, El gordo de La Paz, No me deje solo y
Adiós, Angelina. En este libro hace su aparición el detective Blanco. El segundo texto,
publicado en 2004, es la novela Dime contra quién disparo. Finalmente está la colección de
cuentos Fue por tu amor, María, publicada en 2010, que contiene los cuentos: Cuando
desperté era sábado, Una pena de amor, el club de golf, Fue por tu amor María, El
hombre araña, El Legend of the Seas, Cualquier rato nos llaman y Nota final, que marca
el final de la carrera de Blanco con un retiro voluntario.

5
En Zuazo, Moira, op. Cit.
6
Cabe resaltar que si bien se da la presencia de Evo Morales como primer Presidente indígena de Bolivia está
también su participación en diferentes posiciones dentro de organizaciones sindicales. Esto explicaría en parte
hechos como, por ejemplo, que en su momento Alejo Véliz o Felipe Quispe no hayan conseguido un apoyo
mayor en las urnas. La subsistencia de resabios de la importancia de los sindicatos en el establecimiento e
institucionalización de una ciudadanía corporativa convive con el deseo de sectores indígenas de legitimarse
como partícipes del poder y de la toma de decisiones. Se hablaría entonces de una ciudadanía participativa
que, a diferencia de la anterior, sí asume una responsabilidad real por la toma de sus decisiones, por los
efectos de las mismas y que tendría que preocuparse de hacer un seguimiento al proceso.

5
En un cuento de la primera entrega, El gordo de La Paz (2001), se tiene el siguiente
fragmento:
Tuvimos que quedarnos en la esquina de la plaza porque la marcha de los campesinos cocaleros
había desembocado frente a la policía. Iba a decirle al gordo lo que aquello significaba cuando
empezaron los silbidos y los insultos con voluntad atronadora. El prefecto, panzón y calvo, había
aparecido en su balcón. Tenía a su secretario, a su guardaespaldas, al jefe de su partido, a su edecán y
a sus secretarios metiendo la cara al mismo retazo de espacio, temerosos todos de no salir en la foto.
Caminamos con Marvic hacia la policía.
No pude aguantarme.
- ¿Qué opina usted de los cocaleros?
Marvic continuó caminando, agitado.
- No mucho –me dijo-. Son los más lastimeros harapientos, productores, sin embargo, de las
más poderosas fortunas del momento. Los veo y no lo creo.
No cedí a la tentación de voltear a observarle qué cara tenía cuando escupía todo eso. Caminé recto
entre el gentío maloliente que seguía rugiendo contra el gobierno. Eran campesinos. Cientos. Tenían
camisas y pantalones que en la feria se encuentran a montones, y en los pies tierra y ojotas, y de
espaldas parecían cualquier cosa, como por ejemplo un invento del cine nacional. Pero no: eran
campesinos bolivianos y hedían a vaca, o a toro, o a cualquier cosa de cuero no tratado. (Lema 1, p.
54)

La publicación de este cuento se da en el año 2001, a poco de la llamada Guerra del Agua,
el retrato responde posiblemente a una de las tantas movilizaciones que se producen en este
período. En la búsqueda del realismo y de la relación con el contexto en el que el libro es
escrito –casi toda la saga está ambientada en Bolivia, en la ciudad de Cochabamba–, es
imposible omitir un suceso de esta naturaleza. Ya en una página anterior, al revisar el
contexto en el que los textos de Lema son publicados se había tocado el tema de la
participación política de diversos sectores, los cocaleros entre ellos, a través de formas
como marchas, bloqueos y medidas de presión, en donde se exigen ciertos puntos sin
asumir el control del espacio de poder pertinente para poder efectivizarlos. Tiene sentido
entonces la afirmación de Marvic, al señalar que aunque exista un poder económico
respaldando a este sector (puede o no existir, nos remitimos al comentario del texto) en
realidad no sirve en la participación de la toma de decisiones de un modo institucional. (O,
según tu revisión de Linera, podría tratarse de una interpelación para una democracia
corporativa, no representativa).
Sin embargo, la primera entrega tiene una particularidad, la importancia de la
imposibilidad. En los cuatro cuentos que conforman esta primera parte, no se habla
demasiado del contexto, pero sí se insertan otros aspectos. Uno de los casos de los que debe
ocuparse Blanco, consiste en resguardar las manos del Che. En este mismo caso, se
enamorará de una mujer, Angelina, que vive en un mundo imaginario. Al final, las manos
se ponen a salvo, pero Angelina, perdida en la realidad distorsionada que le ofrece su
mente, se suicida.
La segunda entrega, la novela, permite mucha más libertad en cuanto a la inclusión de
opiniones políticas:

6
- Ni Cristo resucita a la COB, pero no hay quien le haga entender eso al maestro Lechín. Siempre fue
así: terco. Se le metía una idea en la cabeza y empezaba a darle con todo hasta conseguirlo. ¿Se fijó
usted con qué rabia hizo propaganda en contra de Durán? Prefirió que los votos de los viejitos del
PRIN favorecieran a Banzer. Con tal de salirse con la suya se metería con el mismísimo diablo.
- ¿Usted votó por el MNR?
- Ni muerta. Yo voté por Banzer porque esa consigna nos lanzó el maestro a todos los ex. Yo acaté,
más por amor que por estar de acuerdo. Gran lección de la escuela del sindicalismo: uno para todos,
todos para uno (Lema 2, p. 181)
Este diálogo funciona como una forma de acercamiento al lector. Es a partir de la inclusión
de comentarios puestos en boca de los distintos personajes, que se trabaja a favor del
realismo, buscando reflejar, más que la situación política del país, la forma de pensar de
distintos sectores. En este caso, la mujer tiene un vínculo con la COB y explica la lealtad
que implicaba lo que García Linera denominó ciudadanía corporativa, en donde la
participación democrática se daba a través de organizaciones sindicales. Entonces, esta
mujer, en tanto personaje sirve para representar a este sector, llevando al extremo la
pertenencia y el asumirse parte de una ciudadanía corporativa.
Por otra parte, existe un personaje, Ballivián, partidario de la dictadura:
- Ya no entiendo a este país con tanta ley para todo y que sin embargo nadie cumple ni acata. Ahora
son capaces de meter bala en el Parlamento por una cuestión de buena o mala redacción de un
artículo. Qué absurdo. Se legisla sin parar y las leyes no se cumplen ni siquiera en las ciudades,
imagínese en el campo. En mis épocas se metía bala al enemigo político y punto. La política era cosa
de machos, no de abogadillos de cuello mugroso prendidos a los curules como sanguijuelas. El
Estado gasta mucho dinero para que ellos protagonicen la historia de la frustración política boliviana.
(Lema 2, p. 185)
Algo que resulta contraproducente si se toma en cuenta el cuento Adiós Angelina, en el que
se habla de las manos del Che. Sin embargo, existe algo en común, ambos extremos se
presentan como entes alejados de la realidad. Ballivián está retirado (igual que la mujer
partidaria de la COB), y el abuelo de Angelina, custodio de las manos de Ernesto Che
Guevara, también pasa sus días como militar en retiro, con la nieta como única compañía.
Se trata de personajes que en su momento participaron activamente en la vida de su medio
pero que tuvieron que ceder la posta a quienes vinieron después.
En otros momentos, el equilibrio lo pondrá el propio Blanco, refutando las opiniones con
las que no esté de acuerdo, sin embargo, sus objeciones nunca se darán a conocer al
interlocutor, serán propiedad exclusiva del detective. Aunque, claro, esto no impide que
lleguen al lector, permitiendo esbozar un perfil del protagonista con referencia a su posición
política. Es llamativa en este sentido, la conversación con la dueña de casa, maestra
también:
- Dice que a la gente se le raja las caras con esas heladeras. Por eso es medio mudita. Si abren la
boca les entra una ráfaga helada que puede partirles los pulmones. Una barbaridad.
(…) Blanco se encogió de hombros por varias razones. La gente de aquí no parecía ser gente de aquí.
Criticaban el frío, la altura, detestaban a los indios, querían transformar a una llama en Twiggy.
Aquello sólo podía significar que se consideraban ajenos al medio, extraños a la llajta. Pero no se
iban. Vivían por generaciones en las alturas sin comprender nada, sin querer su terruño. Hijos de
puta. (Lema 2, p. 93-94)

7
Este fragmento sirve para poner de manifiesto prejuicios existentes. Sirve también para
plantear un posible debate fuera de las páginas del libro y a través de él un acercamiento al
lector. El medio boliviano es un espacio en el que la política convive con la cotidianeidad,
temas políticos e históricos están presentes en todo momento y más en el período en que la
saga fue publicada. Como se planteó en el acápite destinado a la descripción del contexto,
el período 2000-2010 fue particularmente conflictivo, otros temas se dejaron de lado para
centrar la atención en temas políticos e ideológicos, los prejuicios se hicieron evidentes. Un
fragmento particularmente revelador al respecto es el siguiente:
- (…) Antes se comía mucho charque en las casas porque el contacto con el campo era mayor. Los
indios venían y nosotros íbamos constantemente. Todo eso se echó a perder con el 52. Ya ni se
llaman indios, sino campesinos.
- Ajá.
- Por eso odio a los monos ¿Qué se sacó luego? Nada. Pobreza. El campesino es un flojo, no el le
gusta trabajar, sólo farrear y vota como un animalito por quien le regala un balde de chicha. Así no
hay futuro para nadie. Ni siquiera mandan a sus hijos a la escuela. Si viera usted la desolación de las
aulas en el campo. Uno, dos, tres alumnos. A veces ninguno. Si dan ganas de renunciar pero no hay
vacancias en la ciudad. (Lema 2, p. 155)
Hay una crítica que parte del prejuicio de que los campesinos son holgazanes y rechazan la
educación que se les proporciona. Pero hay otros prejuicios en la novela, algunos son
evidentes, como los manifestados por la mujer con la que Blanco conversa, otros, sin
embargo, perviven por debajo. Es lo que pasa en el deseo que manifiesta Blanco de adoptar
a un niño indígena:
Entonces tal vez si Marilú aceptaba, además de los propios, un adoptado. Un k’echi, un cabellos
parados nacido en las montañas, de vientre y pinga indígenas. Así pues sí. Esa era su última
contraoferta. Se matrimoniaban si ella aceptaba que él llegara con un quechua adoptado de mejillas
p’aspas. ¿Se animaba? ¿Lo aceptaría como uno propio junto a los que vendrían? Se trataba de tomar
una decisión sin arrepentirse. Quedaba claro que el niño estaría inclusive por delante del matrimonio
mismo, así de sagrado.
Marilú guardó silencio al otro lado de la línea.
- Acepto. Qué tierno. (Lema 2, p. 196)

Más allá de lo “tierna” que pueda sonar en tanto proposición, se sigue manteniendo la idea
básica de negar el campo como espacio adecuado y valedero. El planteamiento de Blanco
busca la aceptación de lo indígena por encima incluso de la institución social base del
matrimonio, sin embargo, siempre dentro de los límites de la ciudad.
En otro momento, en la tercera entrega, será un personaje diferente, el abogado Lema, que
planteará algo similar. En Fue por tu amor María, Lema es el padre del hijo ilegítimo de
una muchacha de Punata, desde el principio ella se niega a revelar el nombre del padre de
su hijo y lo educa en el pueblo en el que vive. Blanco se entera del nombre del padre y lo
confronta: “- ¿Ya se animó a contarlo? –preguntó. Blanco entendió que se refería a ella-. Es
una buena señal. Entonces podré traerlo a Cochabamba en unos pocos años para que
estudie en el Calvert.” (Lema 3, p. 455) En este caso la afirmación es directa, el abogado
niega no sólo el espacio en el que el hijo nace y es educado, sino también a la madre. Se
parte del prejuicio de que la educación citadina es la más adecuada en todos los casos,

8
incluso cuando el hijo deba vivir como un paria, sin la plena aceptación del padre y con la
ausencia de la madre.
Lo que trabaja Lema con la inclusión de comentarios y prejuicios tiene que ver con la
apuesta por el realismo. Cada uno identifica a segmentos de la sociedad que asumen las
opiniones como verdades y parte de un conocimiento y análisis en común. Esa apuesta por
el realismo busca también la identificación de diversos lectores que puedan encontrarse
también reflejados en los personajes de la saga de Blanco.
Hay un aspecto fundamental en toda la saga. Una contradicción completa sobre la
infacniainfancia de Santiago Blanco. Esta contradicción se da entre dos textos. En la novela
se indica:
(…) revisando sus múltiples bolsillos comprendió que estaba a un paso de pedir limosna. Ni modo.
No era, en todo caso, la primera vez que se hallaba en estado de indigencia. En realidad fue siempre
su suerte. En la infancia los panes guardados, durísimos, recalentados para dar la idea de galletas
crocantes; el salto del desayuno a la cena, del té al almuerzo del día siguiente. En fin. Los pantalones
rotos a lo largo de toda la adolescencia y juventud. Los zapatos abiertos de las puntas. Típico. (…)
(Lema 2, p. 47)

Pero en Fue por tu amor María, la historia es distinta:

Recordaba que en su infancia, en cambio, despertar de madrugada era un placer por el canto de los
pájaros: las golondrinas, los canarios, los ulinchos, los mismos tordos y los loros… Punata era una
fiesta matinal incomparable. Él salía a comprar pan porque a su tía July le gustaba que fuera pan del
día. Se entretenía en el camino buscando a los pájaros en medio del follaje de los árboles (…) Era un
niño feliz pese a todo. (Lema 3, p. 420)

Las dos versiones varían en el tipo de pan consumido y la forma en que la infancia se
recuerda, la primera parece pesimista, la segunda, en cambio, es feliz. Líneas después se
incorporan también en la dieta del niño los duraznos sustraídos de una huerta vecina y otros
alimentos:

Y corría sin cesar porque era un niño contento. En la casa lo esperaba su tía Julieta, un lindo perro de
múltiples razas y un cuarto íntegro para él. ¿Con qué más se soñaba a esa corta edad? Por las
mañanas tenía leche fresca de la vaca de la casa. Al mediodía tenía chancho, lechón, cordero o
corazón de vaca, siempre con papa blanca y fideo macarrón. Y en las noches tomaba café con pan de
Arani, el pueblo vecino. Por eso era un niño gordo y contento aunque no hubiera conocido a su papá.
(Lema 3, p. 423)
Así, mientras la primera versión habla de hambre en la infancia, la segunda la niega. No se
trata entonces de una imprecisión solamente, sino de dos versiones distintas en donde el
personaje cambia la forma de recordar su infancia. Esta contradicción es más llamativa
porque con la publicación de las tres entregas en un solo volumen, en 2010, las dos
historias están dentro del mismo texto.
¿Qué quiere decir esto? El que en una primera versión, pesimista, se hable de hambre y
carencias en la ciudad, y en la segunda se hable con optimismo de la abundancia del campo.

9
Más que eso ¿qué ha cambiado para que esto pase? A través de Blanco, Gonzalo Lema
muestra dos tendencias presentes en el imaginario boliviano durante la época mencionada.
Es muy importante como te vas haciendo estas preguntas y las respondes; esto significa un
análisis detallado y por tanto serio de las obras. Sobre este punto, yo seguiría reflexionando,
podría ser un detalle importante; por ejemplo, el pasado para Blanco no siempre se recuerda
igual, no es el mismo (no lo es para nadie, en realidad), porque recordar es actualizar en el
presente; esto no muestra contradicción si los personajes son narrados no como sujetos
estáticos, sino dinámicos, en movimiento. Aquí no prima la coherencia (ni la del sí mismo)
sino el cambio permanente del presente, también de las maneras de recordar el pasado y del
futuro: si primero se recuerda la infancia como pobreza, es el lado áspero y luego como
felicidad del campo, de la naturaleza, ¿qué ha cambiado?, ¿qué nos está diciendo esto del
cambio en la sociedad boliviana?, ¿no es como que aparece, entre muchas otras cosas, una
nostalgia por el pasado que va de la mano con una idealización del mundo rural e indígena?
La pregunta sería por qué, y para ti, cómo se vincula con la novela policial.
Sin embargo, pese a este optimismo, llama la atención que los cuentos exclusivos de la
última entrega se aparten un poco del contexto y, exceptuando “Fue por tu amor, María”,
pierdan el contacto con la realidad. Así se tiene a Blanco a bordo de un barco ocupándose
en un caso muy lejos de Bolivia o preocupándose por encontrar a un hombre que ha huido
del país abandonando a su esposa y llevándose el producto de un cuantioso robo que
eventualmente le será robado a él.
Hay dos temas más. Uno, el tema de los apellidos, presente ya en la novela y, por otro lado,
la descripción física de Blanco y su pertenencia a un determinado grupo social que se da el
laen la última entrega. El tema del apellido se trata con otros personajes, el coronel al
mando de Blanco y el detective: “Pendejo, usted me desprecia tanto que no me hace caso.
¿Cómo un Blanco va a hacer caso a un Martínez? Ni que el mundo estuviera al revés. Claro
que el Blanco es nadie y el Martínez es un oficial graduado en la escuela panameña. Eso no
importa para el infeliz sangre azul (…)” (Lema 2, p. 117) Páginas más adelante, la protesta
es mayor y se establece la creencia de un posicionamiento social basado en un sistema que
priorizaría el apellido por sobre otros factores:

- Ah, carajo, pero si aquí está el sangre azul de apellido Blanco. Por supuesto que no saludará a su
coronel. Cómo, psss, por mucho que uno sea graduado en la Escuela de Oficiales de Panamá. Y si no
saluda siquiera, cómo, entonces, pedirle una explicación… No, señor. No dará ninguna Él no vino a
jugar porque no valía la pena atajar para su inferior. No le dio la gana. Es un Blanco, después de
todo. Eso es harto. ¿Cómo un Blanco va a obedecer a un Martínez? Jamás. Sería bajar muchas gradas
en la escala social. (…) Es impune. Puede incumplir sus compromisos y puede dejar de redactar
informes y, pese a todo, cobrar su sueldo. Cuánta ventaja por ser un Blanco. Aunque sea un Blanco
pobre, pobrísimo, diría yo. (Lema 2, p. 155-156)

Sin embargo, Blanco no tiene el menor interés en aceptar o refutar esta creencia, porque a
él, en realidad, el apellido no le da ningún beneficio al interior de la trama. Así el personaje
del coronel sirve como excusa para reflejar un modo de pensar, contribuyendo con lo que se

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había estado observando respecto de prejuicios. El trabajo que se da al tema de los nombres
y apellidos funciona de diferentes formas pero en busca de un objetivo común, atraer la
atención del lector. En una institución que se asume de organización vertical, como la
Policía, nada tiene que ver un discurso de esa naturaleza, el subordinado incumple, se
somete al castigo correspondiente asignado por el superior y el trabajo continúa. Blanco no
puede hacer nada acerca de su apellido o el del otro, por lo tanto el fragmento pretende
plasmar un prejuicio pero situándolo en un espacio que al mismo tiempo sugiera que se
trata de ficción. En este aspecto se tiene mucho cuidado de no tocar directamente puntos
sensibles como otro prejuicio que podría articularse mejor con la queja, el racismo.
En este sentido, el apellido Blanco es también revelador. Quitando las mayúsculas en
ambos fragmentos, la intención es evidente. Basta con: “Es un blanco, después de todo” o
“cuánta ventaja por ser un blanco”. Posiblemente para atenuar el efecto contraproducente
(el racismo tiene siempre un dejo a tema tabú) de plantear las presuntas ventajas de alguien
debido a su color de piel (y las susceptibilidades que, aún sin haber ventaja, genera un
apellido aún), Gonzalo Lema introduce en Fue por tu amor María, una descripción del
detective: “Blanco se veía al fondo del cuadro, como un vulgar parroquiano más. Pensó que
era un cholo químicamente puro. Le faltaba un sombrero, una camisa blanca y las abarcas.
Ni duda alguna sobre su pertenencia social. Era moreno, mediano de estatura, barrigón…”
(Lema 3, p. 440) Leyendo los fragmentos anteriores desde esta descripción, la posible
presencia de una discusión sobre un tema racista se elimina, quedando únicamente la
cuestión de los apellidos que si bien genera controversia, es mínima comparada con la que
la presencia de un racismo velado puede provocar.
Sin embargo, sí se establece una diferencia notoria con otro personaje, el abogado Lema:
“El abogado se puso de pie y dio tres grandes trancos por su oficina. Estaba impecable. El
pantalón bien planchado y luciendo una caída espectacular sobre los zapatos. La camisa
fina, de corte exacto, formándole el cuerpo.” (Lema 3, p. 457) El abogado se presenta como
el personaje vencedor en un caso de Blanco: “- Lo suyo es una manera de pensar –dijo, con
tono sereno-, pero siempre le faltarán pruebas. Son conjeturas como tantas otras. No puede
negar que lo de Terceros es un crimen perfecto.” (Lema 3, p. 457) Porque si bien el
detective resuelve el crimen, la imposibilidad de castigar a los culpables constituye el eje
central de la trama, el detective afirma que será cuestión de tiempo, pero no hay nada que
indique que pasará. Por otro lado, el abogado se muestra también vencedor en la posesión
(porque la mujer aparece en calidad de objeto a poseer y ‘marcar’) de María, una mujer
mucho más joven que ambos y, se supone, hermosa. En esta presunta superioridad, Lema
demuestra haber vencido en donde Blanco sólo pudo intentar, Mientras Blanco tiene una
lista de fracasos, Angelina, Soledad, Marilú, Lema no sólo transforma a María en su
amante, tiene un hijo con ella sino, sobre todo, logra la fidelidad de la mujer que, aún
siendo acosada por decenas de pretendientes, más jóvenes, propietarios de tierras, etc.,
nunca cede ante ninguno de ellos y su fidelidad llega al punto de no revelar, sino hasta el
final, cuando ya es imposible callar, el nombre del padre de su hijo.

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Esta descripción también le permite al autor establecer una distancia con su personaje. No
por nada el abogado se llama Gonzalo Lema. Sin embargo, es sumamente interesante
encontrar a un personaje, protagonista además, autoidentificado como “cholo químicamente
puro” sin ese dejo despectivo que suele acompañar a la palabra.
En las páginas anteriores se ha intentado una aproximación al género policial desarrollado en
Bolivia en el período 2000-2010. Se ha planteado la posibilidad de un paralelismo entre el contexto
social y el surgimiento de dicho género tomando además un caso concreto.
A través de la lectura de la saga de Santiago Blanco, el detective creado por Gonzalo Lema se ha
visto el vínculo de los textos con el medio en el que son escritos, que les sirve además de ambiente.
Se han encontrado aspectos sumamente interesantes respecto de la reproducción de prejuicios y
temas sensibles y cómo la posición desde la que se narra puede cambiar, cambiando la trama en una
contradicción voluntaria y evidente.
Bibliografía
Franco, Mabel. “Santiago Blanco, el hijo armado de Gonzalo Lema” en revista Tendencias, del
periódico La Razón. La Paz, domingo 2 de mayo de 2010.
García Linera, Álvaro. “Ciudadanía y democracia en Bolivia (1900-1998)” en La potencia
plebeya, Instituto internacional de integración del convenio Andrés Bello, La Paz, 3ª
Edición. s/f
Lema, Gonzalo. Un hombre sentimental. La Paz: Neftalí Lorenzo E. Caraspas, 2001
----. Dime contra quién disparo. La Paz: Neftalí Lorenzo E. Caraspas, 2004
----. Santiago Blanco, serie completa. Bolivia: Grupo Editorial La Hoguera, 2010
Tribondeau, Nathanaël. “Del negro… a la novela policial” en
http://gangsterera.free.fr/reptribondeau.htm
vv. aa. “Ley Nº 1551. Ley del 20 de abril de 1994. Ley de Participación Popular” en Compendio de
Leyes de 1825 a 2009. Nueva Constitución Política del Estado y Legislación Laboral
Boliviana. Vicepresidencia del Estado, Presidencia del Honorable Congreso Nacional,
Fundación de Apoyo al Parlamento y a la Participación Ciudadana (FUNDAPPAC) Versión
Virtual. En http://www.fundappac.org
Zuazo, Moira. ¿Cómo nació el MAS? La ruralización de la política en Bolivia. La Paz: Fundación
Ebert, 2008.

Comentario
El texto tiene un sólido acercamiento al contexto social, bien documentado y que sirve para
ayudar en el análisis de la saga, muy bien hecho, más no siendo tu campo; pero tienes una
buena entrada social que alimenta tu análisis literario, conservarla es poco común.
El análisis de los textos es muy detallado y serio, esto es muy importante y demuestra tus
habilidades en la “artesanía” del análisis literario.
Sin embargo, no existe todavía (hay que construirlo) un vínculo claro entre el contexto
desarrollado y el análisis de la obra. Por eso te preguntaba, ¿por qué escoges el tema
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político para entrar al contexto, y no el social? Y ahora te preguntaría, ¿cómo está
vinculado el tiempo de la salida a la democracia corporativa de 1952, que no se llega a
salir, el de la democracia de delegación, el del advenimiento del MAS con estas novelas
policiales?, ¿por qué surgen en este tiempo, en relación a qué?, ¿por qué en la saga
analizada el crimen se resuelve pero no hay castigo? Bajo tu entrada de análisis político,
estaría tentada a decir que estas obras de Lema podrían simbolizar la impunidad de la
democracia representativa, el sistema de partido, etc., que culmina con la expulsión de
Sánchez de Lozada, pero no creo que vaya por ahí. ¿Qué nos dice de la sociedad esta saga?
Aquí copio tu cita sobre los policiales:
Lo negro resalta del libro por un pesimismo social sobre los choques entre destinos particulares y
destinos colectivos, por un sombrío y discreto galanteo, y por una escritura siempre al límite entre
periodística y frenética. Una ejecución en regla de los falsos semblantes de la sociedad, la caída
irremediable del hombre social. Una perpetua comprobación del fracaso mezclada a ínfulas poéticas
y a una vasta empresa de rehabilitación del mundo flotante que nunca tiene derecho a voz ni voto.
Ninguna solución es presentada, ninguna alternativa es posible: la novela negra no es didáctica ni
partidaria, incluso cuando es política. (Nathanaël Tribondeau)
En estas obras analizadas encuentras un pesimismo social, hay choques entre destinos
particulares y colectivos, se muestra la sociedad como falsa, hay la comprobación del
fracaso, no se presenta solución alguna? Si hay estas características, alguna de ellas,
vincularlas con el tiempo social vivido, si no las hubiera, plantear algunas características
que tú encuentres y vincularlas al tiempo social. Y luego vuelve a la pregunta, ¿hay género
policial boliviano, cuáles son sus especificidades?
El tema de tu ensayo no se agota, yo diría que tiene potencial para avanzar hacia tu tesis de
maestría.

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