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Geopolítica de américa latina y Colombia

principales actores de la Geopolítica suramericana La región de América del Sur tiene una
población de 620 millones de personas, la gran mayoría habla español y portugués. Está
compuesta por 10 países y 4 colonias, las islas Malvinas y Guyana que forman parte del
Commonwealth británico; Surinam, que forma parte de Holanda y Guayana, territorio francés que
por su proximidad al Ecuador es el hogar del Programa Espacial Europeo. Para el futuro cuenta con
importantes recursos hídricos: el acuífero guaraní que, con 50.000 kilómetros de vías navegables
internas une tres cuencas hídricas, el Orinoco, el Amazonas y El Plata. Solo Brasil ocupa casi el 50%
del territorio, el resto se divide entre el resto de los países. Estudiando las relaciones geopolíticas
del continente suramericano se puede sostener que la dinámica geopolítica de este, tanto como la
social y política, siempre ha sido asociada a las realidades geopolíticas internacionales. Y más allá
de esta premisa junto con las intenciones de la Doctrina Monroe están los EEUU, que ejercieron
una versión de la hegemonía del hemisferio occidental apoyándose en diferentes métodos, pero
con este claro propósito (Cadena Montenegro, 2011).

En este sentido los proyectos de la integración regional ya mencionados como el TLCAN entre
EEUU, México y Canadá, el Área de Libre Comercio de las Américas (el ALCA) y el Consenso de
Washington (formulado en 1989 por el economista estadounidense John Williamson e
implementado en los países latinoamericanos durante la crisis de la deuda externa en 1980, las
mayores características son la privatización de los servicios públicos, la apertura económica y la
liberalización de los movimientos del capital) o la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, son
diferentes formas de cómo los EEUU refuerzan su presencia en la región.

El continente suramericano recientemente pasó por algunos importantes cambios. El surgimiento


de los gobiernos de la denominada nueva izquierda, la participación de las mujeres en los altos
puestos ejecutivos y las minorías étnicas en la política, junto con el auge económico generaron
importantes reconsideraciones en la orientación del poder hacia los EEUU. Lo anterior, sumado
también a la creciente presencia de estados como Rusia y China en la región reforzando los lazos
económicos por la creciente demanda de los recursos naturales de su parte. Pero como destaca
Dallanegra Pedraza, el continente sigue sufriendo de problemas duraderos como:

(1) Los territoriales (fronterizos y coloniales).

(2) Los económicos (desarrollo, deudas, comercio).

(3) Los sociales (conflictos sociales, desplazamientos, pobreza, urbanización descontrolada,


desempleo, hambre, derechos humanos).

(4) Los conflictos intra-estatales con trascendencia internacional (como el caso del conflicto
armado colombiano).

(5) La globalización asimétrica y desigualitaria, principalmente en el terreno económico-financiero,


con pocos estados y muchos actores transnacionales globalizantes y una gran mayoría de estados
globalizados. Esto tiene una consecuencia: (

6) La desarticulación del Estado-nación. (Dallanegra Pedraza, 2010).


Colombia
Desde el punto de vista geopolítico, Colombia cuenta con muchas ventajas a su favor. Colombia es
el centro de la cuenca oceánica mundial, lo que la ubica cerca a los grandes centros de poder
económico (cerca de la gran triada de la economía mundial como los países que conforman la
NAFTA –TLCAN, UE y Asia Pacífico). Gran parte del comercio mundial pasa cerca de Colombia por
las importantes vías marítimas, pero Colombia participa muy limitadamente en este. Colombia es
el geocentro del continente americano, casi todo lo que pasa de norte hacia el sur de continente
pasa por ella y es un importante miembro de los procesos de integración regional. Por parte de los
dones de la naturaleza, Colombia y Brasil son considerados como los países con la mayor
biodiversidad en el mundo y puede contar con una dotación generosa de los yacimientos de
minerales, lo cual se manifiesta predominantemente en el giro hacia la economía extractiva en los
últimos años y mantiene a Colombia en la mira de las empresas multinacionales. También cuenta
con tres alternativas de la conexión interoceánica, aunque por el momento solo son ideas y
proyectos: el canal terrestre interoceánico dominado predominantemente por las carreteras de
4G, el canal Atrato Truando y el proyecto del Canal Seco.

En general hay que destacar que el territorio colombiano está marcado por tres características
dominantes que ejercen mucha influencia sobre sus dinámicas geopolíticas. La existencia de las
fronteras interiores, las cuales no se lograron conquistar, la geografía más accidentada del mundo
y el alto grado de la dispersión de la población. Hay que destacar que casi la mitad del territorio
colombiano no está habitado y hay zonas vacías cerca de grandes ciudades, lo cual también
contribuye a las altas disparidades e inequidades dentro del territorio. Estos factores tienden a
sostener dos postulados: el primero es que la fragmentación del territorio también influye
directamente en la fragmentación del poder y el surgimiento de las identidades regionales por un
lado y los grupos al margen de la ley por el otro, pero a la misma vez evita efectivamente la toma
del poder decisivo por alguno de los grupos involucrados. Obviamente hay que señalar que la
geografía no es el único factor que genera influencia sobre las relaciones entre la política y
economía del Estado, pero tampoco se puede excluir en su totalidad.

En la posición especial de Colombia también se destaca su posesión de la Amazonía. Dicha región


se está convirtiendo en un espacio estratégico, ya no sólo para los países que ejercen la influencia
sobre esta zona dentro de sus fronteras sino también por la definición de esta zona como la Tierra
Corazón - Heartland brasileña, que cada vez más está jugando un papel importante en la
estrategia de los EEUU, que tienden a convertir Colombia en un modelo de Tierra Orilla- Rimland
un espacio de contención y guardia, frente a todo lo que sucede en la zona (Ostos Cetina, 2011).

Después de gozar de cierto nivel de industrialización y de las bonanzas cafeteras de la década del
setenta, Colombia se convirtió recientemente en un país extractivo, apostando a la extracción
alrededor de un millón de barriles diariamente. Este es un perfil económico muy vulnerable,
tomando en cuenta la dependencia de los factores externos sobre el precio, sobre los cuáles
Colombia no tiene ninguna influencia. A pesar del duradero conflicto armado, el crecimiento
económico alcanzó casi un 5% en promedio durante los últimos años. En torno a lo anterior, se
pueden despertar ciertas preguntas como: ¿El crecimiento era inclusivo y redistribuido entre
todos los habitantes del país? Ya que no se desconoce que a pesar de los avances Colombia sigue
siendo uno de los países más desiguales de la región y que el conflicto interno ocupa el mayor
gasto del presupuesto. La gran desigualdad social alimenta otros problemas como el narcotráfico y
la delincuencia, el desplazamiento forzado del campo hacia las ciudades (América Latina tiene la
tasa más alta de la población urbana excediendo más del 80% de la población, pero con la
creciente tasa de la desindustrialización no hay un sector que pueda absorber esta mano de obra
poco especializada, lo cual es un factor que contribuye sustancialmente al círculo vicioso de la
violencia).

Recientemente se presentaron muchos proyectos apoyados por los gobiernos colombianos en los
términos de reemplazar las actividades ilícitas en el campo a través de la implementación de
programas de cooperación y reemplazo de los productos ilícitos a favor de los productos legales.
Pero con respecto a dicha estrategia se necesita la colaboración permanente entre las
organizaciones campesinas y el gobierno, garantizando por ejemplo precios estables y la demanda
estatal de estos productos. Concluyendo que el campo presenta un problema permanente en
Colombia, hay que destacar el mecanismo preventivo establecido para mitigar los problemas de la
producción, contrabando y comercialización de cocaína que tiene su origen en las condiciones
sociales en el campo colombiano.

Por otra parte, Colombia es un país de altos índices de concentración de la tierra y de la riqueza. La
concentración de la tierra, muchas veces de manera violenta, empuja a los campesinos a cultivar y
dedicarse a la producción y comercialización de drogas ilícitas o los desplaza hacia las ciudades,
donde la falta de la industria masiva les obliga a ampliar los cinturones de pobreza, sufriendo por
su baja calificación y el desempleo estructural. Esto los conduce a participar del crimen organizado
y el conflicto armado, desestabilizando la situación social, impidiendo el desarrollo sostenible del
país, afectando no solo el bienestar de los ciudadanos sino también afectando a los países vecinos
(El Espectador, 2014).

Otra cuestión radica en la formación de redes de organizaciones criminales (como en los casos
colombiano y peruano pueden estar asociadas a organizaciones guerrilleras) que controlan
amplias zonas territoriales, particularmente las fronteras, planteando un desafío al ejercicio de la
soberanía del Estado y debilitando los intentos de incorporar dichas zonas a los territorios bajo la
administración de este. El tráfico de drogas tiene como socios el tráfico de armas, la corrupción y
el lavado de activos. La lucha por el control de estas zonas explica los altos índices de violencia e
inseguridad que caracterizan las fronteras, en especial las de los países andinos y amazónicos
(Vega Cantor, 2012).

Dinámicas regionales y continentales


Es indispensable acercarse en el contexto suramericano al papel de Brasil. El crecimiento de este
país está afectando todas las relaciones en la zona, tanto en lo económico como en lo social, lo
político y lo militar. Brasil ha sobrepasado a Gran Bretaña y se sitúa como la sexta economía del
mundo y la primera en la región (CIA World Factbook, 2012).

Brasil es una de las potencias emergentes que cuenta con una proyección global ya que participa
activamente en el grupo de los países denominados como los BrIC (Brasil, Rusia, India y China) y
del foro de diálogo para el desarrollo entre otros tres países IBSa (India, Brasil y África del Sur).
Detrás de ambas iniciativas está el creciente peso de Brasil en los asuntos internacionales y el
incremento en el intercambio comercial. Brasil trata de posicionarse en el entorno internacional
como promotor de la multilateralidad, como mediador y constructor de procesos de paz.

El auge de Brasil genera preguntas sobre los desafíos y las oportunidades para otros Estados de la
región. Brasil ha hecho uso de la estrategia de asumir un rol de alto protagonismo en varias
iniciativas de integración regional como en unaSur (Unión de Naciones Suramericanas) compuesta
por 12 países del hemisferio y su proyecto de la defensa colectivo conocida como el CDS (Consejo
de Defensa Suramericano) e IIrSa (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional
Suramericana). Incluso sirviendo como promotor y fundador de estas.

A pesar de la cercanía cultural del continente, aparecen fuertes contradicciones y tensiones como
consecuencia de afirmar el liderazgo continental de algunos de los países por medio de diferentes
estrategias en su política exterior. Lo anterior se ha visto evidenciado principalmente por los
proyectos venezolanos, predominantemente por la alianza Bolivariana (alBa), iniciativa del
gobierno venezolano de Hugo Chávez y que a diferencia de UNASUR, cuya orientación es
suramericana, tienen una proyección hacia el Caribe y América Central y actualmente está
integrado por 8 países (Portilo, 2012), lo cual han denominado procesos integracionistas
posliberales.

América latina: las economías extractivas


Mirando la estructura económica del subcontinente, hay que anotar que predominantemente los
recursos naturales han sido el factor clave para el desarrollo de la economía tanto para su
organización social como política. Las rentas de las economías extractivas siempre han sido el
mayor ingreso a los presupuestos estatales y también sirvieron como respaldo económico de las
políticas nacionalistas (a veces no necesariamente autoritarias) que usaron la estatalización y
expropiación como las herramientas, respaldo y la fuente de la redistribución con el propósito de
cerrar las brechas de la desigualdad social. En varios países sirven hasta el día de hoy como una de
las principales fuentes de ingresos del Estado.

También en los países como Argentina, México y Brasil, quienes lograron industrializarse en una
manera significativa, los recursos naturales siguen ocupando un papel importante de su oferta
exportadora. En el momento actual solo Brasil logró a través de la combinación de las políticas del
proteccionismo (enfrentando varias demandas frente a la OMC por su política) y a la substitución
de las importaciones, posicionar como el mayor producto de exportación los equipos del
transporte (tanto carros como autopartes y aviones de pequeña capacitad), pero los gigantescos
yacimientos de crudo descubiertos en las aguas profundas brasileñas como Tupí y Guara
inevitablemente llevan a Brasil a contar con importantes aportes de los recursos naturales en su
economía y con una orientación extractiva de esta (Sorj, Fausto, 2010).

Además de los recursos naturales, la mayor parte de las exportaciones latinoamericanas son los
productos agrícolas (el factor importante en el auge económico de América Latina últimamente
era la creciente demanda China tanto por los recursos naturales como cobre y los recursos
energéticos como por los productos agrícolas) y la industria liviana, predominantemente la textil,
dada su baja exigencia en costos, en las tecnologías y mano de obra especializada.
El Mapa 26 permite apreciar, de forma sencilla, el principal producto de exportación de los países
de Suramérica. Como se mencionó anteriormente, solo en Brasil el principal renglón de
exportación no es ni agrícola ni minero-petrolero.

Continuando la lógica anterior, el Mapa 27 se encarga de ubicar los principales productos de


exportación en América Central y el Caribe. Lo cual cambia muy poco con respecto a Suramérica,
ya que los productos agrícolas y petroleros continúan siendo los comunes denominadores, a
excepción de productos manufacturados, como calzado y textiles en algunos países.

los conflictos geopolíticos en américa latina


Aunque la idea del Simón Bolívar era la unidad de los países latinoamericanos en una patria
grande, la historia desaprobó este concepto y aunque en cada cumbre de los países suramericanos
se está acentuando la unidad e integración, estas naciones también están sufriendo por conflictos
limítrofes entre sus territorios. Varios de ellos están en el proceso de CIJ (Corte Internacional de
Justicia) en la Haya y son consecuencias de los problemas que se han dado y que impiden la
cooperación entre los países, pero todavía no representan una amenaza significativa a la
estabilidad regional. mapa 28. Principales conflictos limítrofes en América Latina

Uno de los conflictos más llamativos y persistentes es el conflicto sobre las pequeñas Islas
Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña. Lo que originalmente fue una estación estratégica de la
armada de Gran Bretaña para controlar el paso entre el Océano Atlántico y Pacífico, se volvió un
asunto de disputa bélica que tensionó las relaciones entre estos dos países.

También el acceso al mar por parte de Bolivia, el cual perdió en el siglo XIX y todavía no logró
recuperar, presenta un importante asunto en las relaciones entre Chile, Perú y Bolivia, la cual se
está profundizando por los gobiernos de diferentes ideologías en estos Estados. Obviamente los
supuestos yacimientos de recursos naturales tanto en las islas Malvinas como la bonanza
gasolífera de Bolivia, la cual se niega a exportar gas a los países con los cuáles tiene problemas
territoriales, profundizan estos problemas.

También el notorio caso de Colombia y Nicaragua por el mar de San Andrés, basado en el uso del
mar regulado por la convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar, aprobado y
firmado en 1982, tiene todas las marcas de un conflicto geopolítico profundizando la brecha
ideológica entre estos dos países.

Uno de los otros conflictos llamativos de la zona es entre Colombia y Venezuela, disputándose por
el Golfo de Venezuela, pero hasta este momento la disputa no ha sido resuelta ni llevada frente a
las cortes internacionales.

Entre los problemas limítrofes también se encuentra el conflicto por el mar territorial entre Chile y
Perú, un litigio que se está resolviendo en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

A partir de la disputa con Colombia, Nicaragua mantiene también una disputa limítrofe con Costa
Rica sobre la pequeña isla de los Portillos, la cual también se lleva a cabo en las cortes
internacionales, algo que tiene tensionadas las relaciones entre ambos países.

el proyecto de IIrSa
En el continente suramericano hay otras importantes iniciativas de integración regional como
IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), basada en los
proyectos conjuntos de desarrollo de la infraestructura. Es el foro de diálogo de 12 países
suramericanos fundado a inicios del siglo XXI por el presidente brasileño Fernando Henrique
Cardoso para mejorar la infraestructura regional de transporte, energía y telecomunicaciones.
Desde el punto de vista de la proyección geopolítica de Brasil, le va a permitir a este país el acceso
y la conexión sólida hasta el Pacífico a través de los ejes de infraestructura hacia el norte que
también alcanzará el Caribe. El foro se puede considerar como una base para promover el
desarrollo regional con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y para el futuro puede
representar un importante aporte a la integración regional en el marco de la región de América

relaciones Geopolíticas en américa latina


El siguiente mapa muestra las relaciones geopolíticas en América Latina. Según la Doctrina
Monroe, los EEUU eran considerados como la potencia hegemónica regional, con su posición
indisputable tanto en el poder militar como económico. Los EEUU controlaron el punto estratégico
de las vías marítimas: el canal de Panamá hasta 1999, cuando este se entregó a la administración
panameña. A partir del año 2000 podemos notar importantes cambios en la estructura geopolítica
de América Latina, el auge de los actores regionales como Brasil con su protagonismo en los
proyectos de integración regional y los movimientos de izquierda de ALBA. De todas maneras, los
EEUU cuentan con aliados estratégicos como México, Perú y Colombia, reforzando los lazos
económicos (a través de los TLC) y la cooperación militar con México (Iniciativa Mérida) y
Colombia (Plan Colombia).

resumen del capítulo


• A pesar de su unión cultural, América Latina padece varios conflictos territoriales que afectan las
relaciones entre los países y necesitan asistencia internacional por parte de las cortes para poder
ser resueltas.

• Hay dos grandes actores de la dinámica regional en el continente, uno es los EEUU, que
implementó la doctrina Monroe y una actitud dominante hacia los países de América Latina. El
otro es Brasil, con sus proyectos de integración impulsados como IIRSA y UNASUR. • En el
continente hay tres ejes geopolíticos dominantes. El primero es el conjunto de los países de EEUU-
Colombia-Perú-Chile; el otro es la alternativa denominada como el socialismo del siglo XXI,
compuesto por Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Cuba; y el tercero es el MERCOSUR, con Brasil en
frente.
• Los países de América Latina implementaron las políticas de industrialización a través de
sustitución de importaciones promovidas por el CEPAL, pero por la crisis de la deuda externa de
los años ochenta, “la década perdida”, la implementación de consenso de Washington a finales de
la misma década y la apertura económica en los noventa tienden a volver a las economías
extractivas, vulnerables frente a los precios de las materias primas en el ámbito global.

• Colombia goza de una posición geográfica privilegiada, pero la poca institucionalidad y la


inequidad persistente, que alimenta su conflicto interno armado, le impide un desarrollo más
equilibrado.

• Como reacción a las dictaduras militares represivas apoyadas en América Latina en los años de la
Guerra Fría por los EEUU, muchos pueblos optaron por “girar a la izquierda” políticamente,
revocando las políticas de la redistribución y estatalizando sus recursos naturales para poder
sostener económicamente sus políticas, lo cual ha creado tensiones en la relación con los EEUU.

ejercicios y preguntas reflexivas


¿Cuáles eran las características y el impacto de la implementación del consenso de Washington en
los países latinoamericanos?

¿Que mide el índice GINI y como se ha cambiado en América Latina en los últimos cinco años?

¿A qué se refiere “el giro a la izquierda” que se ha dado en el continente en los últimos 15 años?

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