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RESUMEN
“Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la actividad
hermenéutica?)” – La hermenéutica ha jugado un papel importante dentro de la historia de la teología, y
particularmente de las interpretaciones exegéticas, de allí la relevancia que adquiere el estudio y análisis histórico
acerca de cómo se fue construyendo la hermenéutica como disciplina. El artículo presenta un panorama histórico
filosófico en que se destacan los hitos más significativos del desarrollo de la hermenéutica como disciplina
componente de las ciencias del espíritu. El análisis se focaliza en el aporte hecho por Hans-Georg Gadamer a la
disciplina, con quien ésta adquirió su mayor y definitivo impulso en pleno siglo XX (el llamado “giro
hermenéutico” de la filosofía). Además se analiza el concepto de hermenéutica en sus predecesores o
compañeros de ruta intelectual (Hegel, Schleiermacher, Dilthey, Sprenger, Heidegger), especificando las
regiones del saber en que estos pensadores la aplicaron y aportaron en su desarrollo. También se examinan los
orígenes más remotos de la disciplina, con Platón y Aristóteles. Finalmente, se explicita la función que cumplen
las hermenéuticas regionales –incluyendo la bíblica o teológica– y la relación que guardan éstas con la
hermenéutica general, para concluir con una breve y concisa exposición acerca del rol pedagógico que cumple
hoy la hermenéutica.
SUMMARY
“Origin, development, dimentions, and regionalization of hermeneutic (What is the hermeneutical
activity?)” – Hermeneutic have played an important rol within theological history, and particularly in exegetical
interpretation, from there the relevance of the study and the historical analysis about how the hermeneutic as a
discipline have been constructed, resides. The article presents a philosophical historic panorama in which it
highlights the most significant landmarks of the hermeneutic’s development as a component discipline of the
sciences of the spirit. The analysis is centered in the contribution that Hans-Georg Gadamer has given to this
discipline, with whom it has adquired its major and definite impulse during the XX century (the so called
“hermeneutical turn” of philosophy). Besides, it analyses the concept of hermeneutic in his predecesors or
followers of that intellectual way (Hegel, Schleiermacher, Dilthey, Sprenger, Heidegger), specifying the regions
of knowing in which these thinkers applied and contributed to its development. It also examines the most remote
origins of the discipline, with Plato and Aristotle. Finally, it explains the function that fulfils regional
hermeneutics –including the biblical or theological– and the relationship that these have with the general
hermeneutic, and ends with a short and concise exposition about the pedagogical rol that fulfils the hermeneutics
today.
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
La voz “hermenéutica” designa el arte o la ciencia de la interpretación de las Sagradas
Escrituras, una ciencia que puede manifestarse, básicamente, bajo dos formas: (1) como una
1
Una versión preliminar de este trabajo —ahora corregido y aumentado— fue presentada como exposición
plenaria durante la “3ª Jornada de Investigación de Posgrado”, “Hermenéutica adventista en el nuevo milenio:
métodos, desafíos, posibilidades y aplicaciones”, organizada por el Instituto de Investigación y la Dirección de
Posgrado de la Facultad de Teología, llevada a cabo en la Universidad Adventista del Plata, el 5 de febrero de
2003.
•
El autor es Dr. en Filosofía, profesor y licenciado en la misma disciplina (Universidad Católica de Santa Fe,
Argentina). Se desempeña como profesor, investigador y Secretario de Ciencia y Técnica de la Universidad
Adventista del Plata. Es director de la revista Enfoques, publicación indizada, con referato. Ha publicado más de
40 artículos en revistas especializadas de países de América y Europa sobre antropología, filosofía de la religión,
filosofía política y ética jurídica.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
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Si bien podría afirmarse que en Wittgenstein hay también una cierta especie de hermenéutica, ésta es muy
diferente de las demás, sobre todo de la gadameriana, ya que en el pensador austríaco se trata más bien de una
hermenéutica de los juegos lingüísticos, con lo cual Wittgenstein queda situado dentro de otro ámbito del
conocimiento y del pensamiento filosófico y, por ende, conformando otro tipo distinto de epistemología.
3
Acerca de la importancia de uno y otro giro, en opinión de Grondin, el siglo XX es un “siglo hermenéutico”.
Para afirmar esto se basa en que, por un lado, Gadamer es “uno de los pocos pensadores en activo —así lo era
cuando esto se publicó— que ha asistido personalmente a la evolución de la filosofía durante todo el siglo. Por
otra parte, e hilando fino, también el giro lingüístico de la filosofía podría interpretarse como una faceta
imprescindible de la tarea hermenéutica. De hecho, hay quienes hablan de una hermenéutica wittgensteiniana y
nadie pone en duda el movimiento en el pensamiento del propio Heidegger, que va desde la fenomenología a la
hermenéutica, o como él mismo afirma, que la hermenéutica es un modo de pensar originariamente la
fenomenología. Cf. J. Grondin, Hans-Georg Gadamer: una biografía (Barcelona: Herder, 2000)
4
Si bien cualquier lista de este tipo sería bastante subjetiva y esquemática, sólo si nos atenemos a la idea de
presentar un esquema básico, en esta lista, que podría reducirse a diez nombres importantes en el mundo (los Top
Ten del S. XX), podríamos colocar, por consenso internacional, debido a la influencia que todos ellos ejercieron
tanto en la cultura circundante como en las escuelas de pensamiento a que dieron origen, a pensadores de la talla
de Wittgenstein, Heidegger, Sartre, Dewey, Ricoeur, Foucault, Apel, Habermas, Gadamer y Rawls.
5
Hans-Georg Gadamer, Mis años de aprendizaje (Barcelona: Herder, 1996).
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
9
José Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, T. 2 (Madrid: Alianza, 1986), voz: “hermenéutica”, 1493.
10
Raúl Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, Analogía Filosófica XIII, 2 (Julio-Diciembre
1999): 3.
11
Sobre la importancia que da Gadamer en su hermenéutica a la ética de Aristóteles, véase Gadamer, El
problema de la conciencia histórica, trad. de A. Moratalla (Madrid: Tecnos, 1993), Cap. IV: “El problema
hermenéutico y la ética de Aristóteles”, 81-94.
12
Gadamer, Verdad y método, 503.
13
Ibid., 488.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
“Lo que estaba en juego durante estos años de formación era una capacidad de apropiación del
pasado que no fuera puramente taxonómica, museística o intelectualista. Lo esencial no sólo se
encuentra en el retener o en el olvidar, sino en la tensión interna, en esa plástica fuerza que nos
permite situarnos ante el pasado como algo que (lo queramos o no, lo pensemos o no) nos es
propio, nos constituye y nos lanza hacia el futuro. Ante la enfermedad historicista que
asépticamente disocia al intérprete de su historia, la hermenéutica los piensa conjuntamente,
14
Agustín D. Moratalla, “Historia y filosofía en H. G. Gadamer”, en El problema de la conciencia histórica,
trad. de A. Moratalla (Madrid: Tecnos, 1993), 12, 13.
15
Tomás de Aquino, Commentaria in Perihermeneias.
16
Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, 2:1493.
17
Teófilo Urdanoz, O. P. Historia de la Filosofía, T. VIII (Madrid: B.A.C., 1985), 169; Moratalla, “Historia y
filosofía en H. G. Gadamer”, 12.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
puesto que, al constituirse como pensar rememorante, como dialéctica del preguntar, busca
esclarecer las posibilidades y los límites, tanto de la realidad personal como de los
acontecimientos humanos en su singularidad histórica”.18
18
Ibid., 14. La recepción de la obra de Gadamer ha reavivado la pregunta acerca de nuestra relación con la
tradición. Esto fue motivo de trabajos pioneros, como los de J. García Roca, “Ontología hermenéutica y teología
de la palabra”, Anales Valentinos 9 (1979): 179-227, de J. M. Almarza, “La tradición: pertenencia y crítica”,
Estudios Filosóficos 29, XXIX (1980): 65-104, y del propio Moratalla, “Hermenéutica y ciencias sociales: la
acogida conflictiva de Verdad y Método”, Cuadernos Salmantinos de Filosofía XVIII (1991): 119-151.
19
Sobre la influencia de Hegel en la filosofía hermenéutica, véase J. M. Artola, “Consideraciones fragmentarias
sobre la presencia de Hegel en el pensamiento actual”, Estudios Filosóficos XXXI, 3 (1982): 493 y ss.
20
Gadamer, Verdad y método, 599; Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, 2:1493-4; Kerbs, “Sobre el
desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 3.
21
Gadamer, Verdad y método, 229-232; Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 4.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
22
Gadamer, Verdad y método, 238.
23
Karl Barth, The Theology of Schleiermacher (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1982), 179-181; Kerbs, “Sobre el
desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 6.
24
Dilthey, Die Entstehung der Hermeneutik (1909).
25
Gadamer, Verdad y método, 281-2.
26
Dilthey, Die Entstehung der Hermeneutik, 319. Aquí Dilthey anticipa el raciovitalismo de José Ortega y
Gasett.
27
Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, 2:1494-5.
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actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
garantía del contacto entre sujeto-objeto. Al recurrir a algo que está fuera del campo
hermenéutico, Dilthey quedó fijado a la psicología como ciencia fundamental, ya que
comprender, según él, es trasladarse a la vida psíquica de otro. Lo rescatable en la
hermenéutica de Dilthey es que percibió el nudo del problema hermenéutico: que la vida sólo
puede comprender a la vida por la mediación de significados, expresados mediante signos
perdurables que se elevan por encima del flujo histórico.28 Dilthey percibió esta superación a
través de la interpretación de cada momento histórico sin caer en un planteo que apelara al
infinito.29
28
Así como Dilthey desarrolló la hermenéutica en una dirección psicológica, mediante los conceptos
fundamentales de vivencia, comprensión y conexión, Spranger, siguiendo sus pasos, reaccionó contra la
atomización presente en las ciencias naturales, tan proclives a fragmentar el saber, al segmentarlo en variables
independientes y unilaterales. A él se le debe, básicamente, la dimensión pedagógica que adoptó la hermenéutica.
Véase Vilanou, “Formación, cultura y hermenéutica: de Hegel a Gadamer”, 210-14.
29
Ricoeur, “La tâche de l’hermenéutique: en venant de Schleiermacher et de Dilthey”, en Du texte à l’action
(Paris: Seuil, 1986), 87.
30
Gadamer, Verdad y método, 323.
31
Martin Heidegger, Ser y tiempo, trad. de José Gaos (México: F.C.E., 1980), 21-24; Kerbs, “Sobre el desarrollo
de la hermenéutica filosófica”, 13-17.
32
Heidegger, Ser y tiempo, 65-70; Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 14-15.
33
Ricoeur, “La tâche de l’hermenéutique...”, 91.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
ese algo que sea tal o cual cosa, acto típico en el que consiste toda interpretación. Esta
familiaridad con la realidad se constituye en una pre-comprensión, la cual no es un prejuicio a
desarraigar, sino una estructura anticipatoria de todo acto del comprender. Sin tal estructura
no podríamos conducirnos por el mundo de manera coherente, ya que cada nueva situación
que nos sobreviene tratamos de asimilarla a algo que ya hemos comprendido antes, a fin de
poder interpretarla de algún modo y manejarnos en la situación. A este proceso Heidegger lo
denomina el “círculo hermenéutico”, rasgo ontológico insuperable del hombre que Heidegger
no valora como algo negativo, sino por el contrario, como un hecho productivo. Este círculo
que se da a nivel de la experiencia existencial del hombre es lo que posibilita la interpretación
de los textos y discursos, porque se asienta metodológicamente en una circularidad en que
juegan las partes interpretadas a partir de la comprensión anticipatoria del todo, la cual, a su
vez, se autocorrige a partir de la interpretación de las partes, con lo cual el círculo es capaz de
cerrarse y tornarse productivo.34 Los restantes principios de interpretación que completan la
hermenéutica heideggeriana son la temporalidad, rasgo esencial del hombre, principio
fundamental mediante el cual se introduce el carácter finito e histórico de toda comprensión e
interpretación del ser, y el lenguaje, medio que posibilita articular la interpretación y que se
encuentra enraizado en las estructuras del ser del hombre.35
Así, al reorientar el sentido y el ámbito de la comprensión, cuyo principal mérito se debe a
Dilthey, quien focalizó en dicha actividad la tarea hermenéutica, Heidegger mantiene la
tendencia central de la hermenéutica postulada por su antecesor.36 Pero también afirma que
Dilthey terminó por descuidar su gran hallazgo, porque no alcanzó a liberar completamente a
la hermenéutica de su atadura a una fundamentación epistemológica de las ciencias del
espíritu, lo cual sólo será posible si la comprensión se entiende como un hecho que precede y
funda toda relación entre sujeto y objeto. De este modo, la comprensión viene a ser el suelo
universal del cual surge toda ciencia.37 Para Heidegger, “la hermenéutica deja de ser un
problema epistemológico para constituirse en un problema ontológico: la comprensión no es
un modo de conocer sino un modo de ser, el modo fundamental del ser del hombre”.38
Si bien Heidegger ha logrado disolver la vieja y polémica oposición entre la explicación,
propia de las ciencias naturales, y la comprensión, inherente a las ciencias del espíritu, al
mostrar que la comprensión es una experiencia ontológica universal, origina otra nueva
oposición: la que aparece entre la epistemología y la ontología.39 Al situar la comprensión en
la cuestión del ser, Heidegger ha logrado superar la epistemología, pero queda atrapado en un
planteo ontológico incapaz de brindarle legitimación a las ciencias del espíritu en cuanto
ciencias. Este será el desafío que asumirá Gadamer a mediados del S. XX.
34
Heidegger, Ser y tiempo, 166-172; Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 15-16.
35
Heidegger, Ser y tiempo, 179, 256, 273, 368-378.
36
Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía, 2:1495.
37
Heidegger, Ser y tiempo, # 13.
38
Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 14.
39
Ricoeur, “La tâche de l’hermenéutique...”, 97.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
de la hermenéutica como simple método de las ciencias del espíritu, aunque Gadamer, sin
desconocer tampoco esta importante función, sitúa a nuestra disciplina en un lugar sumamente
relevante dentro del estatuto de estas ciencias gracias a la posibilidad que ofrece de
interpretaciones dentro de las tradiciones. De tal modo, la comprensión se manifiesta en toda
su dimensión ontológica e histórica, como un acontecer de la tradición o transmisión.40
La actitud ante la tradición se caracteriza, según Gadamer, como un movimiento en que
toman parte la extrañeza o el enajenamiento, la confianza y la pertenencia; la hermenéutica se
halla situada en el “entre” de todas estas vivencias.41 Aunque la actividad hermenéutica, según
Gadamer, resulta imposible sin la tradición y el prejuicio, no consiste en la justificación de
todo lo que la tradición y el prejuicio abrigan, sino en el desbrozamiento de nuevas
posibilidades en la tradición, ya que en ella se efectúan anticipaciones, mediante las cuales se
abren nuevos sentidos. Por eso, como veíamos al comienzo, la hermenéutica es para Gadamer
la condición para el planteo de cuestiones y preguntas, las cuales se responden con nuevas
preguntas durante el transcurso del diálogo hermenéutico.42 Como vemos, el planteo
gadameriano de la hermenéutica no se reduce a la epistemología ni a la metodología y la
superación que ha producido radica en la inversión del planteo heideggeriano, para quien el
problema hermenéutico era un problema ontológico; en cambio, Gadamer afirma que el
problema ontológico es un problema hermenéutico.43 Así, su hermenéutica filosófica tendrá
consecuencias para todo el conocimiento científico, no sólo para las ciencias humanas, sino
también para las naturales.44 Como Heidegger antes, también Gadamer afirma la historicidad
esencial de la comprensión y su carácter previo a cualquier trato científico con el mundo.
También asume la temporalidad del ser-en-el-mundo de Heidegger, de modo que esta
historicidad de la comprensión significa que la vinculación con la historia sea algo imposible
de negar en el hombre. “No hay toma de distancia que pueda anular esta pertenencia
primordial a la historia”, esto es algo que las ciencias del espíritu siempre desconocieron a fin
de alcanzar su status científico, con lo cual sólo cosecharon un distanciamiento, una extrañeza
entre sujeto y objeto. Esto es desconocer el fenómeno originario de la comprensión como
perteneciente a la historia, porque antes de ser sujetos, somos seres históricos, situados en
medio de tradiciones y prejuicios.45 Semejante planteo le permite a Gadamer rehabilitar,
despojándolos del sentido peyorativo que tenían, los conceptos de prejuicio, autoridad y
tradición, con lo cual el anterior ataque contra éstos llevado a cabo por parte de la Ilustración,
al afirmar que nublan la claridad de la razón, es evaluado por Gadamer como un “prejuicio
contra el prejuicio, y por tanto un nuevo prejuicio”.46
Sin que su esquema quede cancelado bajo un determinismo proveniente del pasado, con su
revalorización de la tradición, del prejuicio y de la historia, Gadamer evita caer en el utopismo
postulado por la razón moderna, que pretendía una objetividad no contaminada, es decir, una
40
Gadamer, Verdad y método, 293.
41
Ibid., 279.
42
Para conocer con mayor amplitud y precisión cuáles son los fundamentos de la hermenéutica gadameriana,
véase Gadamer”, El problema de la conciencia histórica, 95-116.
43
Según afirma Habermas, Gadamer “urbanizó la provincia heideggeriana”; Cf. Jürgen Habermas, Perfiles
filosófico políticos, trad. de M. Jiménez (Madrid: Taurus, 1975), 346-354.
44
Gadamer, Verdad y método, 642-645, 650-653.
45
Ibid, 344, 359; Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 19-20; Ferrater Mora, Diccionario
de Filosofía, 2:1495-6.
46
Gadamer, Verdad y método, 337-348; Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 20.
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
Finalmente, debe decirse que el pasado no es algo situado “allá” esperando que un sujeto,
situado “acá”, lo conozca, ya que semejante comprensión sería un prejuicio típico proveniente
del modelo de conocimiento propio de las ciencias naturales. Por el contrario, tener conciencia
de la historia no es intentar juntar ambos horizontes separados, sino darse cuenta que el
pasado forma parte del único horizonte dentro del cual nos adentramos en la tradición.49
47
Gadamer, Verdad y método, 437.
48
Ibid, 340-343, 349-350, 374-375; citado por Kerbs, “Sobre el desarrollo de la hermenéutica filosófica”, 21.
49
Gadamer, Verdad y método, 367-377.
50
Vilanou, “Formación, cultura y hermenéutica: de Hegel a Gadamer”, 220.
51
Gadamer, La educación es educarse (Barcelona: Paidós, 2000). Para una lectura pedagógica de la obra de
Gadamer, véase R. Pagano, “Trecce per una pedagogia ermeneutica in H. G. Gadamer”, Pedagogia e Vita 3
(1999): 91-110; también, del mismo autor: L’implicito pedagogico in H. G. Gadamer (Brescia: La Scuola,
1999).
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© Aranda Fraga, Fernando. “Origen, desarrollo, dimensiones y regionalización de la hermenéutica (¿En qué consiste la
actividad hermenéutica?)”, Theologika, Vol. XX, Nº 1 (2005): 64-90.
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