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Título:
La insospechada quijotada de la enunciación
Introducción
Teniendo en cuenta que nos ocuparemos de las oraciones adverbiales impropias,
para desarrollar esta exposición se torna menester el clarificar previamente algunos
conceptos. Mientras que Alarcos1 define dichas estructuras como “oracionales degradas
o transpuestas” según el caso (sustantivas, adjetivas y adverbiales, por la categoría de la
palabra que podría sustituirlas), que conforman las oraciones complejas; Guillermo
Rojo en Cláusulas y oraciones2 se refiere a oraciones subordinadas, pero establece una
salvedad tanto para las Condicionales y las Causales al reconocer la dificultad de hablar
de una principal y de una subordinada. De todas formas, prefiero el concepto de
subordinadas ya que señala más correctamente su carácter dependiente (sintáctica, pero
semántica sobre todo) de la oración principal. La subordinada adverbial, sacada del
amparo y sentido que le brinda la principal pierde toda lógica, su razón de ser se diluye
así en el discurso. Postura similar es la que sostiene la NGLE al plantear el concepto de
interdependencia (Rojo hace alusión a la interordinación, tomado de establecer un
paralelo entre coordinación y subordinación, adscribiendo el término a la teoría
sintáctica), en tanto que ninguno de los términos en éstas construcciones puede ser
sustituido sin afectar en algo su significado o su gramaticalidad incluso. Así también,
Rojo se centra en la función que desempeña no tanto en su carácter sustituible, pero
continuaremos el criterio de la sustitución para diferenciar a las adverbiales propias de
las impropias.
Y por último, en esta breve digresión previa, veamos la denominación que
utiliza la NGLE3, llamando a las estructuras que nos ocupan como Oraciones
Subordinadas, y al ser la subordinada la que condiciona su tipo específico, las
llamaremos en más: Oraciones Subordinadas Adverbiales, gradación conceptual que
parece la más apropiada.
Teniendo en cuenta que dichas estructuras se basan en el criterio de la
sustitución (de adverbios para nuestro caso), y dada la existencia de subordinadas que
no admiten ser sustituidas por adverbios de modo, tiempo, lugar o cantidad, sino que
por su carácter más complejo en cuanto a la enunciación, es que se establece la división
entre Adverbiales propias por un lado y las impropias por otro. Las impropias entonces
son aquellas que carecen de sustituto que mantenga la función adverbial, criterio que
por otra parte parece reduccionista pero es el utilizado por las Gramáticas tanto
modernas como las tradicionales, e incluso hasta resulta interesante y paradójico su otra
denominación, No Adverbiales en lugar de “impropias”. Éstas, incluyen variables que
refieren al sentido causal, condicional, final, o concesivo, también como recurso
argumentativo o ya para justificar, comparar y también en expresiones de deseo o de
congratulación. Vemos entonces la complejidad de dichas estructuras, que lindan con
1
Alarcos LLorach, Emilio, Gramática de la Lengua Española, Espasa Calpe S.A., Madrid, 1994.
2
https://gramatica.usc.es/~grojo/Publicaciones/Clausulas_oraciones.pdf
3
RAE, Nueva Gramática de la Lengua, Espasa, Madrid, 2010.
aspectos inferenciales propios del discurso, por tanto ambiguas e interpretables en
muchos casos como deja claro la NGLE que apaña dicha fluctuación.
Las Oraciones subordinadas Adverbiales Impropias se dividen a su vez en:
condicionales, concesivas, causales y finales.
Aspectos discutibles
Veremos algunas cuestiones particulares que plantea la NGLE por un lado y
Alarcos por otro. Tanto aquellas que manifiestan enfoques similares como en las
divergencias conceptuales o que atañen al paradigma. Entre las similitudes, se da el caso
de la consideración por afinidades que se establece entre las adverbiales causales y las
finales, que siendo iguales ambas estructuras sintácticamente a pesar de ser diferentes
sus sentidos, su intención o su especificidad. Siendo a priori, dichas estructuras
gramaticales de fácil determinación, se asemejan en cambio a un iceberg, en cuanto a
aquello que se ve no alcanza a visualizar el todo. En los ejemplos que utiliza la NGLE
queda muy clara la proximidad entre una y otra forma adverbial impropia, que veremos
en su momento.
# Se quedaron en casa porque hacía frío (46.1, NGLE), considerada como causal ya
que determina la causa (hacía frío) que justifica o desarrolla la oración principal (Se
quedaron en casa), conectadas a través del nexo porque, que da inicio a la subordinada
adverbial.
Dicho ejemplo es contrastado con otro, que a primera instancia resulta muy similar y
próximo:
# Se quedaron en casa para no pasar frío (46.1,NGLE), que introduce la finalidad o el
propósito de quedarse en la casa debido al frío, por tanto sería el caso de una oración
subordinada adverbial final, siendo éstas las que poseen un sentido de finalidad que se
reconoce en los nexos a, para o en las locuciones para que y a que como las más
utilizadas, que “expresan el propósito de las acciones o de los sucesos, noción que no
está desvinculada del concepto de causa” como refiere en el apartado 46.1 de la NGLE
donde se indican las características generales de dichas construcciones. El uso del para
induce a interpretar la finalidad de quedarse en la casa, y aquí aparece una distinción tan
fina, puntillosa y sutil que agrega la NGLE que desdobla tanto a la enunciación,
haciendo ancho al lenguaje y cual si fuera un artificio minimalista que termina por
potenciar las connotaciones de la lengua (una vez que lo invisible se torna visible, de
allí en más se vuelve ineludible), e incluye la noción de propósito al no pasar frío como
causa de la situación. Así entonces distingue entre finalidad y propósito, conceptos que
son sinónimos pero en los que la NGLE explora para identificar o dar cuenta de la
complejidad, de la frontera dúctil en esta categoría tan compleja. Nótese la semejanza
semántica entre los nexos utilizados en los ejemplos mencionados, porque y para.
Para precisar el uso diferencial entre uno y otro ejemplo, la NGLE recurre a la
tradición gramatical al establecer que la información aportada por las subordinadas
causales es anterior al que designa el verbo subordinante (siendo aquel que se ubica a
partir del nexo adverbial, porque hacía frío para el primer ejemplo), por tanto tiene
carácter “retrospectivo” (46.1.1, NGLE), es decir que la causa de que hiciera frío
preexiste o es anterior a la decisión de quedarse en la casa. En cambio el contenido
manifiesto por las adverbiales finales es tradicionalmente considerado como
“prospectivo”, en tanto el suceso o finalidad que anuncia la subordinada es posterior al
expresado por el verbo de la oración principal. Así como sucede en el segundo ejemplo
#Se quedaron en casa para no pasar frío.
De todos modos la NGLE estudia el caso en que entre las causales y las finales
se produce una complementariedad como cuando se coordinan entre sí, así sucede en:
# “… porque llevaban documentación argentina y para que no perdiesen los pasajes
que…” (tomado de País[Esp.] 1/11/1980) caso referido en apartado 46.1.1b.
Así, una vez señalado y subrayado el nexo porque, podemos pasar a determinar
su función dentro de la estructura gramatical. Vemos entonces que con el porque se
inicia un sentido diferente ( por medio de la conjunción “y” coordina dos elementos de
igual función, que no pueden ser sustituidos por alguno de los adverbios siendo
entonces unas construcciones Impropias) donde se da a entender el motivo o la causa de
por qué le parecían los libros de Feliciano de Silva tan bien compuestos. Destaca
entonces el narrador, la calidad de la prosa por un lado y las “intrincadas razones suyas
le parecían de perlas” (en alusión a algo divino o suntuoso) en alusión al modo que
escribía aquel autor, por medio de una expresión más sacada del lenguaje coloquial que
del literario propiamente, que incluso parece estar en desuso actualmente. Utilizaría ese
dicho o expresión, para evidenciar las variaciones que se presentan en la lengua con el
paso del tiempo. Por tanto, el uso del porque como nexo que habilita el sentido causal
desde la conjunción porque que permite un uso explicativo que se justifica por
considerarlo correcto o adecuado a lo expresado en la oración principal, por tanto
estamos ante una construcción causal explicativa según la NGLE. Por otra parte está
precedida de una coma, para dar mayor énfasis a la explicación de los motivos que
esgrime el narrador sobre las preferencias literarias del personaje. También resulta
interesante el uso del como, que representa una comparativa por cuanto que establece
una comparación entre dos términos, recurso muy utilizado al estudio de la Literatura.
Consideraciones finales
Bibliografía
Enlaces Web
https://gramatica.usc.es/~grojo/Publicaciones/Clausulas_oraciones.pdf