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Es real el mundo?

By tito orochi
¿Eres real? ¿Y yo?
Algunos físicos, cosmólogos y otros científicos no tienen problema hoy
en día en contemplar la posibilidad de que todos estemos viviendo
dentro de una simulación computarizada gigante, como en la famosa
película de finales de los años 90, The Matrix.
Nos rebelamos por instinto ante esa idea, por supuesto. Todo se
siente demasiado real como para ser una simulación.
Pero piensa por un momento el extraordinario progreso que ha
habido en computación y tecnologías de la información en décadas
recientes.
Las computadoras nos han dado juegos de increíble realismo, así como
simuladores de realidad virtual muy persuasivos. Es más que
suficientemente para ponerse paranoico.
¿Cómo diferenciar entre la realidad y una simulación? ¿E importa en
realidad en cuál de las dos vivimos?

El universo es un experimento
La idea de que somos parte de una simulación tiene algunos
simpatizantes de alto perfil.

Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption ¿Quién o qué creó nuestro universo? Una
pregunta sin respuesta definitiva.
En junio del 2016 el empresario en tecnología Elon Musk señaló que las
probabilidades de que estuviéramos viviendo en una realidad objetiva
eran "una en mil millones".
En esa misma línea, tanto Alan Guth, del Instituto de Tecnología de
Massachusetts, en Estados Unidos, como el gurú de las máquinas
inteligentes, Ray Kurzwell, sugieren que "a lo mejor todo nuestro
universo es un experimento de ciencia de un estudiante de
secundaria en otro universo".
Ninguno de ellos cree que somos seres físicos atrapados en una realidad
falsa, como en The Matrix. En cambio, hay al menos dos formas en que
es posible que el universo que nos rodea no sea real.
El cosmólogo Alan Guth de MIT ha sugerido que el universo puede ser
una especie de experimento de laboratorio, concebido por cuenta de
un Big Bang artificial por alguna inteligencia superior.
Una vez formado, creó su propia burbuja de tiempo-espacio. Pero si
creemos en esta teoría, el universo resultante sería perfectamente
real, aunque se hubiese originado por un proceso artificial.
El segundo escenario, en cambio -al que se adhieren personalidades
como Musk-, sugiere que los humanos somos seres completamente
simulados: poco más que información manipulada por una gran
computadora, como los personajes de un videojuego.
En este Universo no hay escape al estilo Matrix: este es el lugar donde
vivimos y es nuestra única oportunidad de vivir.
Pero, ¿por qué creer esta posibilidad tan rebuscada? La respuesta es
sencilla: ya recreamos el mundo a través de la realidad virtual.
No solo realizamos simulaciones para los videojuegos, sino también para
investigaciones científicas. ¿Quién dice que dentro de poco no
seremos capaces de crear seres virtuales que muestren señales
de conciencia?
Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption Las supercomputadoras cada vez son más
poderosas.
Si alguna vez alcanzamos ese nivel, estaremos desarrollando una
enorme cantidad de simulaciones, más allá de nuestro mundo "real".
¿No es posible entonces que un ser inteligente en otra esquina
del universo haya llegado ya a ese punto?

Un mundo virtual
El filósofo Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, ha definido tres
posibilidades en relación con este escenario:
1.- Las civilizaciones inteligentes nunca llegan a desarrollarse a un nivel
tan elevado como para producir estas simulaciones, porque quizás se
erradican a sí mismas de la faz de la tierra.
2.- Una civilización llegó a tener la capacidad para hacer estas
simulaciones, pero por alguna razón decidió no realizarlas.
3.- Hay una probabilidad abrumadora de que estemos viviendo en
una simulación.
¿Cuál de estas tres opciones es la más probable?
Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption Los científicos han simulado el "nacimiento"
del universo. Y muchas otras cosas.
El astrofísico y ganador del premio Nobel, George Smoot, señaló que no
hay razones sólidas para creer en las opciones 1 y 2.
Es cierto que la humanidad se ha causado una gran cantidad de
problemas. Por ejemplo, está el cambio climático, las armas nucleares y
la posibilidad de una extinción masiva. Pero ninguno de ellos tiene por
fuerza que ser terminal.
Adicionalmente, no hay nada que sugiera que simulaciones
verdaderamente detalladas, en la que los agentes se experimentan a sí
mismos como reales y libres, sean imposibles en principio.
Smoot agrega que, dado el conocimiento alcanzando en este momento
sobre la existencia de otros planetas, sería el colmo de la
arrogancia pensar que somos la inteligencia más avanzada
del universo.
¿Qué hay de la opción 2? Smoot piensa que también es improbable.
Después de todo, una de las razones por las que hacemos simulaciones
hoy es para conocer mejor el mundo real; para hacerlo mejor y salvar
vidas. Son motivos éticamente indiscutibles para continuar recreando la
vida.
Con esos argumentos solo nos queda la opción 3: probablemente
estamos en una simulación.

Cómo demostrarlo
Una de las formas de averiguar si estamos viviendo en una simulación
es buscar fallas en el programa que la produce.
Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption ¿Seremos, al final, no más que una
simulación computarizada?
Por ejemplo, encontrar inconsistencias en las leyes de la física.
También pueden hallarse errores debido al redondeo de cifras en las
computadoras, como sugirió una vez el experto en inteligencia artificial
Marvin Minsky.
Por ejemplo, cada vez que un evento tiene varios resultados posibles,
sus probabilidades deben sumar 1. Si detectamos que no es así, algo
debe estar mal.
Para otros científicos, la prueba de que estamos en una realidad virtual
radica en el Universo mismo: todo está diseñado para que encaje
perfectamente.
Incluso la menor alteración de las fuerzas naturales habría hecho del
átomo una partícula inestable, o habría hecho imposible la vida en la
Tierra.
La mecánica cuántica ha dado con toda clase de cosa extraña. Por
ejemplo, tanto la materia como la energía parecen granulares:
como la pixelación de una pantalla, cuando la ves muy cerca.
Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption El universo funciona con una precisión tal,
que despierta suspicacias.
Otro poderoso argumento es que el Universo parece funcionar a
través de líneas matemáticas, como si se tratara de un programa de
computación.
Sin embargo, este argumento parece morderse la cola: si una
superinteligencia estuviese administrando simulaciones en su propio
mundo "real", se supone que lo haría basándose en principios físicos que
rigen su universo, así como lo hacemos nosotros ahora con el nuestro.
En ese caso, la razón por la cual nuestro mundo es matemático no sería
porque es administrado por una computadora, sino porque el mundo
"real" también es así.
En todo caso, es muy difícil -si no imposible- encontrar evidencia
sólida que demuestre que estamos en una simulación.
En palabras de Smoot, quizás nunca lo sabremos, porque nuestra
mente no está lista para afrontar esa tarea.
Después de todo, diseñas a unos agentes en una simulación para que
funcionen dentro de unas reglas, no para que las subviertan.

Realidad cuántica
En el fondo de este debate reposa una idea que quizás disminuya la
preocupación por determinar si solo somos información manipulada por
una gigantesca computadora.
Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption En su raíz, puede que el universo sea pura
matemática.
Para algunos físicos, eso es lo que el mundo real es, en cualquier caso.
Cada vez más, la teoría cuántica está siendo formulada en
términos de información y computación. Algunos especialistas creen
que, en su nivel más fundamental, puede que la naturaleza no sea
matemática pura, sino información pura: como los ceros y los unos
de las computadoras.
Al respecto, el reconocido físico John Wheeler propuso que todo lo que
pasa, desde la interacción de partículas hacia arriba, es en cierta forma
computación.
"Si uno mira las entrañas del Universo -la estructura de la materia en su
escala más pequeña- se da cuenta que no son más que bits realizando
operaciones digitales locales", dice Seth Lloyd, del Instituto Tecnológico
de Massachusetts.
Esto nos lleva al meollo del asunto. Si la realidad es sólo información,
entonces nosotros no somos más o menos "reales" si estamos en una
simulación o no. En cualquiera de los casos, información es todo lo
que podemos ser.
Casi con absoluta certeza Elon Musk no va por ahí diciéndose que todas
las personas que ve son construcciones hechas por computadoras que
procesan data codificada por su propia conciencia.
En parte porque es imposible mantener esa imagen por mucho tiempo
en nuestras cabezas, y porque también en el fondo sabemos que la
única noción de realidad que vale la pena tener es la que
experimentamos, y no algún hipotético mundo detrás de todo.
El concepto del "mundo como simulación" toma una vieja diatriba
filosófica y le pone el traje de la tecnología. Eso no hace daño
nadie: simplemente nos anima a examinar nuestras asunciones y
preconcepciones.

Derechos de autor de la
imagen Science Photo LibraryImage caption El mundo cuántico es vago e indeterminado.
Pero hasta que se pueda demostrar que distinguir entre lo que
experimentamos y lo que es "real" se traduce en una diferencia entre lo
que observamos o hacemos, nuestra noción de la realidad no cambia de
manera significativa.
A principios del siglo XVIII el filósofo George Berkeley argumentaba que
el mundo era una mera ilusión.
Y para cuestionar esta idea, el vivaz escritor inglés Samuel Johnson
exclamó: "yo refuto eso", y pateó una piedra.
En realidad, Johnson no refutó nada. Sin embargo, puede que se le haya
ocurrido la respuesta correcta.

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