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Módulo 9

Obligaciones civiles y mercantiles, títulos y operaciones de crédito


Unidad 1
Actos y obligaciones mercantiles
Sesión 1
Derecho Mercantil y actos de comercio
Derecho Mercantil

El Derecho Mercantil regula las relaciones entre particulares (sean personas físicas o morales) que hacen del comercio
su actividad principal, involucrando también a los consumidores. Concretamente el Derecho Mercantil en nuestro país, se
rige por el Código de Comercio, la Ley General de Sociedades Mercantiles, la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito,
el Código Civil (como legislación supletoria), entre otras, que buscan establecer las reglas generales que den certeza
jurídica de las transacciones efectuadas, estableciendo además los derechos y obligaciones que se deriven de los actos
de comercio que habitualmente se realizan, así como reglas para la suscripción de títulos de crédito y procedimientos
para el reclamo de créditos no pagados, entre otras situaciones.

Es importante precisar que el objeto del comercio es la obtención del lucro y que los comerciantes que realicen esta
actividad de intermediación podrán llevarla a cabo considerando las cosas que efectivamente se encuentran en el
comercio.

Es importante precisar que la mayor parte de la materia comercial ha venido a formar parte [del Derecho
Mercantil] porque comprende instituciones y negocios económicos, es un Derecho que históricamente se ha
desarrollado con los sistemas económicos mismos, pues en un primer momento fue sólo el derecho de los
comerciantes y de los actos realizados por ellos; después reguló a los actos de comercio; por eso en la
actualidad esta rama del Derecho tiende a ser el derecho de la negociación o empresa (Montero, s.a.:11).

Por otra parte, de acuerdo con el Código Civil Federal, en el artículo 748, las cosas pueden estar fuera del comercio de
acuerdo a su naturaleza o por disposición de la ley. De tal suerte que por su naturaleza no pueden ser objeto de
apropiación la luz del sol o las partes del cuerpo humano, pues éstas por su naturaleza son irreductibles a la propiedad
de una persona en específico o por la importancia de su composición no pueden destinarse al comercio. En ese sentido
sería muy arriesgado afirmar que hay un dueño exclusivo de la luz del sol o que alguien puede vender partes del cuerpo
humano (como dueño exclusivo del cuerpo humano de una persona en concreto).

Inclusive otras cosas no se encuentran en el comercio por virtud de una disposición legal expresa, como pueden ser los
bienes de dominio público de la nación o de uso común. Por ejemplo, el agua no es susceptible de reducirse a la
propiedad de una persona exclusiva, ya que el agua que se encuentra disponible a lo largo del territorio nacional en los
ríos, lagos y mares es administrada por la nación para uso y disfrute de la población.

Otro ejemplo serían los monumentos arqueológicos que son de dominio público de la nación y están administrados y a
resguardo por parte del Estado. Sólo se permite a los particulares su conservación, goce y disfrute, mas no su
incorporación al comercio pues no son susceptibles de apropiarse por una persona en exclusivo.

Fuentes

Como fuentes de este Derecho, se tienen los siguientes:

 Fuentes reales: Son los procesos a partir de los cuales se manifiestan las normas jurídicas, que, en esta materia, se
constituyen por la naturaleza de los hechos que afectan la relación jurídica entre los comerciantes o la propia realización
del acto mercantil.

 Fuentes formales: En sentido estricto, son los canales a través de los cuales se conforma el Derecho y que en el caso
de materia mercantil ya ha sido expuestos. Asimismo, se consideran fuente formal del Derecho Mercantil en México, a

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los Tratados Internacionales, el Arbitraje Internacional y la analogía, así como la jurisprudencia emanada de los
tribunales civiles que conozcan de la materia mercantil.

Respecto a la supletoriedad de sus normas sustantivas, el Código de Comercio, en su artículo 2, señala lo siguiente:

A falta de disposiciones de este ordenamiento y las demás leyes mercantiles, serán aplicables a los actos de
comercio las del derecho común contenidas en el Código Civil aplicable en materia federal.

Por otra parte, sobre la supletoriedad de sus normas adjetivas, el Código de Comercio, en su artículo 1054 se establece:

En caso de no existir convenio de las partes sobre el procedimiento ante tribunales en los términos de los
anteriores artículos, salvo que las leyes mercantiles establezcan un procedimiento especial o una supletoriedad
expresa, los juicios mercantiles se regirán por las disposiciones de este libro y, en su defecto, se aplicará
supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles y en caso de que no regule suficientemente la
institución cuya supletoriedad se requiera, la ley de procedimientos local respectiva.

En cuanto al sistema de supletoriedad especial de las leyes mercantiles (piénsese por ejemplo la Ley
General de Sociedades Mercantiles o la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito), es determinada
conforme a su marco normativo. En caso de no existir, se aplican las reglas de supletoriedad general.

Elementos del acto de comercio

Como puedes observar en el ejemplo anterior, y comparándolo con las definiciones presentadas, todo acto de comercio:

 Transfiere: si en determinado momento se paga el precio establecido, la propiedad que ostenta el vendedor será
transferida inmediatamente al comprador.

 Modifica la situación jurídica tanto de los bienes como de las personas: los bienes ya no son propiedad del
vendedor sino del comprador; el comprador adquiere bienes adicionales que no tenía y que puede destinar para
consumo personal o de su familia.

 Extingue: Al realizarse el pago en dinero de un cierto precio al vendedor, este último acepta que la propiedad de
dichos bienes (o mercaderías) se transfiera al comprador, por lo que se extingue el derecho de propiedad del vendedor,
creándose con ello el derecho de propiedad del comprador respecto de dichos bienes.

 Tiene un ánimo de lucro: el objetivo que persiguen ambas partes –vendedor y comprador– se cumple, ya que el
vendedor obtiene un beneficio económico por la venta efectuada, y el comprador adquiere los bienes que cubren ciertas
necesidades y que en su momento incrementan su patrimonio.

Sujetos del comercio

¿Quiénes son las personas que hacen del comercio su actividad habitual? En primera instancia, la respuesta que viene
a la mente puede ser que todos podemos ejercer el comercio como nuestra actividad habitual. Lo cual, efectivamente, es
cierto y está señalado por el artículo 3º del Código de Comercio (CC):

Se reputan en derecho comerciantes:

I. Las personas que, teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, hacen de él su ocupación
ordinaria.
II. Las sociedades constituidas con arreglo a las leyes mercantiles.
III. Las sociedades extranjeras o las agencias y sucursales de éstas, que dentro del territorio nacional
ejerzan actos de comercio.

Como puedes observar de esta transcripción, cualquier persona física (como nosotros) que sea mayor de esta edad y
que tenga la suficiente capacidad legal para comprender los derechos y obligaciones que se derivan de dicha actividad,
puede ejercer el comercio de manera ordinaria (cotidiana o habitual).

Inclusive, este artículo hace referencia a sociedades constituidas (tanto nacionales como extranjeras) y sus agencias,
filiales o sucursales, a través de las cuales se ejerza el comercio de productos o servicios de modo habitual.

Aunado a lo establecido por el artículo 3° del Código de Comercio, es importante no perder de vista que el
derecho a ejercer el comercio está establecido en el artículo 5° constitucional, el cual a la letra establece
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que: A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le
acomode siendo lícitos. El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse por determinación judicial, cuando se
ataquen los derechos de terceros, o por resolución gubernativa, dictada en los términos que marque la ley,
cuando se ofendan los derechos de la sociedad.

Sin embargo, aquí surge un parteaguas, ¿qué sucede con las personas que por cualquier circunstancia realizan de
manera espontánea, mas no habitual, el comercio? Por ejemplo, si en una venta pongo a disposición del público diversos
libros de segunda mano, enciclopedias, sala, comedor, sillas y unos cuadros de diversos paisajes que recientemente
pintó mi madre en sus ratos de ocio (todo ello a un precio determinado y con la finalidad que de la venta efectuada pueda
juntar dinero extra para mis estudios y para diversión).

Es muy simple, el mismo Código de Comercio menciona cómo se regula esta situación:

Las personas que accidentalmente, con o sin establecimiento fijo, hagan alguna operación de comercio, aunque
no son en derecho comerciantes, quedan, sin embargo, sujetas por ella a las leyes mercantiles. Por tanto, los
labradores y fabricantes, y en general todos los que tienen planteados almacén o tienda en alguna población
para el expendio de los frutos de su finca, o de los productos ya elaborados de su industria, o trabajo, sin
hacerles alteración al expenderlos, serán considerados comerciantes en cuanto concierne a sus almacenes o
tiendas (art. 4º).

En ese orden de ideas, quienes, de modo espontáneo, esporádico o accidental, contando o no con un establecimiento,
realizan alguna actividad de comercio –no obstante que el comercio no sea su actividad o profesión principal– deberán
dar cumplimiento a lo que las leyes mercantiles señalan y mediante las cuales se regulan los actos de comercio.

Pero, también puede surgir una nueva interrogante. Si ya sabemos quiénes ejercen el comercio, ¿ entonces quiénes no
pueden ejercerlo? (Ya que el sentido común nos plantea: si se permite para unos, para otros se prohíbe).

Pues bien, de acuerdo al artículo 12 del Código de Comercio se menciona lo siguiente:

No pueden ejercer el comercio:

I. Los corredores.
II. Los quebrados que no hayan sido rehabilitados.
III. Los que por sentencia ejecutoria hayan sido condenados por delitos contra la propiedad, incluyendo en
éstos la falsedad, el peculado, el cohecho y la concusión.

La limitación a que se refiere la fracción anterior comenzará a surtir sus efectos a partir de que cause ejecutoria
la sentencia respectiva y durará hasta que se cumpla con la condena.

Las personas mencionadas no pueden ejercer el comercio por las siguientes razones:

 Corredores: Ya que un corredor público es la persona facultada para dar fe de ciertos actos de comercio (como puede
ser la constitución de una sociedad mercantil o la protocolización de un contrato de compraventa), o como agente
mediador para transmitir e intercambiar propuestas entre dos o más partes y asesorar en la celebración o ajuste de
cualquier contrato o convenio de naturaleza mercantil.

De ejercer el comercio, estaría obteniendo una ventaja por su función, inclusive podría hacer mal uso de sus funciones al
dar fe de sus propios actos de comercio (lo cual puede generar un vicio, inducir a un error, a un engaño, dejando en
estado de incertidumbre a su contraparte).

 Quebrados no rehabilitados: El estado de quiebra implica que no se cuenta con suficiente recurso monetario para
cubrir las obligaciones de pago frente a diversos acreedores. Alguien adeuda ciertos montos a otras personas y le es
imposible realizar el pago oportuno de las mismas. Al no estar rehabilitado, es decir, al no tener la suficiente solvencia
para cubrir de inicio las obligaciones pendientes, es obvio que tampoco puede hacer frente a obligaciones futuras y por
ende, no puede ejercer el comercio (sobre todo no se puede ejercer el comercio si no hay recursos suficientes para
obtener materias primas para venta o inclusive si no se cuenta con dinero suficiente para comprar un producto que es
indispensable para cubrir ciertas necesidades).

 Condenados por sentencia ejecutoria: Si en determinado momento un juez condena por robo de propiedad, falsedad
de declaraciones, peculado (malversación de fondos), cohecho (soborno recibido por parte de un servidor público para

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obtener un beneficio) y concusión (un servidor público hace uso de su puesto para obtener un beneficio monetario), en
tanto no se cumpla la pena impuesta, el condenado no puede ejercer el comercio.

La razón es muy simple: si una persona se encuentra privada de su libertad, por obvias razones no puede ejercer dicha
actividad. Sin embargo, estos delitos implican algo más, que es la falta de seriedad de las personas que estuvieron
implicadas en los actos delictivos y que se hicieron acreedoras a la sentencia. Por lo que no serían personas confiables
para ejercer el comercio, pues recurren a conductas poco éticas para obtener un beneficio personal o monetario.

 Aquéllos que no tengan la capacidad legal para obligarse (CC, art. 5): Todas las personas que tengan 18 años de
edad (mayoría de edad en México) pueden ejercer el comercio, pues se entiende que la ley tiene la capacidad de obligar
a cumplir ciertos compromisos que se deriven de un contrato escrito o verbal; máxime si se tiene pleno uso de las
facultades mentales. Pero, si son menores de edad, puede haber una excepción, se puede ejercer el comercio a través
de un tutor o curador.

Si una persona sufre de alguna enfermedad o padecimiento que le impida comprender o actuar por sí misma, no podrá
hacer del comercio su actividad principal, pues no tiene la suficiente capacidad para obligarse por sí mismo y mucho
menos comprender sus derechos y obligaciones de una actividad como el comercio.

Ahora bien, no obstante, ya se estableció quiénes no pueden ejercer el comercio, no debemos dejar de lado a un tipo de
sociedad que se encuentra limitada de alguna forma para ejercer el comercio: la sociedad conyugal.

¿Te has preguntado qué sucede cuando una persona casada bajo el régimen de sociedad conyugal desea hipotecar sus
bienes raíces para garantizar alguna obligación de carácter mercantil? ¿Podría libremente hacerlo sin hacer partícipe de
ello a su cónyuge?

Podemos encontrar esta respuesta en el artículo 9º del Código de Comercio, el cual establece que:

Tanto el hombre como la mujer, comerciantes casados, pueden hipotecar sus bienes raíces para seguridad de
sus obligaciones mercantiles y comparecer en juicio sin necesidad de licencia del otro cónyuge, cuando el
matrimonio se rija por el régimen de separación de bienes.

En el régimen de social conyugal, ni el hombre ni la mujer comerciantes podrán hipotecar ni gravar los bienes de
la sociedad ni los suyos propios, cuyos frutos o productos correspondan a la sociedad, sin licencia del otro
cónyuge.

El comercio

Comercio: “Compraventa o intercambio de bienes o servicios” (RAE, 2016).

Comercio: “(derivado del término latino commercium) se refiere a la transacción que se lleva a cabo con el
objetivo de comprar o vender un producto” (Larousse, 2004).

Como puedes observar, en ambas definiciones se hace referencia a una negociación o transacción, que tiene por
objetivo comprar, vender o intercambiar mercancías o diversos productos, que de primera instancia se requieren para
solventar una necesidad de la persona que directamente los adquiere.

Ahora bien, jurídicamente hablando, esta negociación o transacción (social o económica) es regulada por normas
jurídicas especiales que conforman el Derecho Mercantil, tal y como se mencionó en el apartado de introducción de esta
materia.

Así como lo señala Jorge Barrera Graf, el Derecho Mercantil es la rama del Derecho Privado que regula los actos de
comercio, el estado de los comerciantes, las cosas mercantiles y la organización y explotación de la empresa comercial.

Esto significa que es una especialidad del Derecho Privado –normalmente desarrollada entre particulares (entiéndase
personas físicas como nosotros y/o personas morales como las sociedades mercantiles)– que regula los actos de
comercio realizados por estas personas. Al materializar dichos actos de comercio, esos sujetos deberán dar
cumplimiento a lo establecido en la legislación mercantil (Código de Comercio, Ley General de Sociedades Mercantiles,
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, entre otras) que establece quiénes pueden ser comerciantes, qué
cosas y actos se consideran mercantiles y cómo se organizan jurídicamente las sociedades de esa naturaleza.

Origen y evolución del comercio

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En la Antigüedad surgen los primeros trazos del comercio, a través de un incipiente trueque o permuta de bienes bajo un
esquema muy sencillo: yo produzco o tengo ciertos bienes que otro no, entonces puede existir la posibilidad de
intercambiar dichos bienes por otros respecto de los cuales se tiene una carencia (ya sea considerando la cantidad, el
valor o la necesidad).

Inclusive se puede apreciar que, gracias a esta permuta o intercambio de productos, se dio origen a la moneda, ya que
varios pueblos –entre ellos, los fenicios, los romanos, los griegos– contaban con un sistema de tasado de valor para
ciertos productos, lo cual en manera incipiente se considera como el antecedente más cercano de la moneda y como un
elemento que distingue al comercio: un valor previamente establecido para determinado producto (o, en su caso,
servicio).

En aquel entonces dicho valor podía ser sujeto a negociación (lo que comúnmente conocemos como regateo) y debía ser
cubierto por la persona que pretendía adquirir los bienes. Este intercambio generaba para las personas una ganancia
(quien adquiere el producto tiene una necesidad satisfecha y quien ofrece el producto obtiene una ganancia, bien sea
porque se cubre el valor en moneda o porque se cubre el valor por otros bienes, que también satisfacen determinadas
necesidades o que inclusive se podrían llegar a vender).

Como has visto, el comercio surge a través del trueque o permuta y se refiere a la actividad de intermediación entre
productores y consumidores, efectuándose con la intención de obtener un lucro (o ganancia).

Estudiar el comercio y el Derecho Mercantil desde la historia de las civilizaciones te permitirá encontrar
aportaciones que constituyen parte de lo que es ahora el comercio y el Derecho que lo regula. Para ello, se
sugiere la revisión del siguiente material de apoyo:

 Garvie, A. (2002). Economía para principiantes: https://ciier10.wikispaces.com/file/view/Economia-para-


principiantes.pdf

Los actos de comercio De acuerdo a la Real Academia Española, la palabra acto viene del latín actus, que es el
“ejercicio de la posibilidad” o “el resultado de hacer”. Asimismo, define acto humano como lo “que procede de la
voluntad libre con advertencia del bien o mal que se hace”. Mientras que comercio está definido como la
“compraventa o intercambio de bienes o servicios” o el “conjunto de actividades económicas centradas en el comercio ”
(RAE, 2016).

En esos términos, el acto de comercio de acuerdo con Dávalos (2010) es un acto jurídico calificado como mercantil por
la ley, es decir, un acto a través del cual se crean transfiere, modifican o extinguen derechos y obligaciones entre las
partes y que tiene por objetivo principal el lucro para una o ambas partes.

Cabe recordar que:

 Los actos jurídicos son la manifestación de la voluntad humana susceptible de producir efectos jurídicos (los cuales
son crear, modificar, transmitir o extinguir obligaciones y derechos), siendo sus elementos esenciales: la voluntad, el
objeto, la solemnidad y la capacidad.

 Mientras que los hechos jurídicos son los acontecimientos independientes de la voluntad humana, susceptibles de
producir efectos en el campo del derecho, siendo dichos efectos: crear, modificar, transferir o extinguir relaciones
jurídicas.

Si una mañana –como cualquier otra– acudo al mercado para hacer mi despensa de la semana, realizaré varios
actos de compraventa, pues compraré frutas, verduras, huevos, queso, azúcar, entre otros productos.

Al realizar la adquisición de cada uno de estos productos se puede observar la siguiente evolución:

 Cada puesto del mercado en el que adquiera los productos mencionados tiene al frente un vendedor, que es a
su vez el dueño de dicha mercancía.

 El vendedor ofrece al público sus productos a un cierto precio, que debe ser pagado en dinero (monedas o
billetes en circulación).

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 Cuando un adquirente interesado (comprador) por dichos productos, solicita conocer el precio por los mismos
(precio por kilo de cada producto) y al adquirir la cantidad que desea (de ¼ de kilo en adelante) se compromete a
pagar el precio señalado.

 Pagado el precio determinado por el vendedor, el comprador de los productos, al recibirlos, se convierte
automáticamente en el nuevo dueño de dicha mercancía lo que le permite consumirla, venderla o intercambiarla.

Asimismo, los actos mercantiles tienen ciertas características (mapa 1):

* La diferencia entre lucro y especulación comercial se establece claramente a través de la siguiente tesis:

ESPECULACIÓN COMERCIAL. EN QUÉ CONSISTE, TRATÁNDOSE DE COMPRAVENTAS MERCANTILES El fin o


propósito de especulación comercial a que aluden los artículos 75, fracciones I y II, y 371 del Código de Comercio, no se
define, exclusivamente, en relación con el hecho de que el comprador vaya a tener una ganancia lícita si decide vender
el bien que adquirió, pues el mayor valor del precio de venta sobre el de compra no es un factor que defina la
mercantilidad de un contrato, pues aun las compraventas meramente civiles pueden tener un evidente y expreso
propósito económico o lucrativo; por lo cual, la distinción entre lucro civil y especulación mercantil debe ser en el sentido
de que éste necesariamente debe ser relativo al tráfico comercial, esto es que quien adquiere un bien lo hace con el fin
directo de transmitir posteriormente la propiedad del mismo a un tercero, con el fin de lucrar con ello, esto es, de obtener
una ganancia.

Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito

Amparo directo 50/2006. Desarrollos Turísticos de Manzanillo, S. A. de C. V. 17 de febrero de 2006. Unanimidad de


votos. Ponente: Gerardo Domínguez. Secretario: Jair David Escobar Magaña.

Fuente: Tesis 174725. III.2o.C.120 C. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Novena época, t. XXIV, julio de
2006, p. 1207.

** Utilidad: ganancia que se obtiene por un bien.

** Empresa: organización de bienes materiales, inmateriales y recursos humanos cuyo propósito es producir bienes o
servicios.

De ahí que, con base en estas características comunes de los actos mercantiles, tengamos una clasificación doctrinaria
de los tipos de actos, por lo que cabe preguntarnos respecto de este apartado, ¿todo es mercantil? ¿Qué implica que sea
mercantil?

Para comprender si todo es de índole mercantil, es necesario que conozcamos qué actos tienen la característica de
mercantiles, abordando de primera instancia los tipos de actos, a saber:

 Civiles

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 Absolutamente mercantiles

 De mercantilidad condicionada

 Unilateralmente mercantiles

Cada uno de estos actos revisten ciertas características, atendiendo a la naturaleza del mismo, bien sea porque afectan
derechos personales, porque se encuentran regulados de manera específica en el Código de Comercio o porque tienen
un carácter mixto, es decir, son regulados tanto por el Derecho Civil como por el Derecho Mercantil.

Con lo anterior en mente, revisa el siguiente mapa en donde se esquematizan los actos mercantiles y su clasificación.

Actos de comercio de acuerdo al artículo 75 del Código de Comercio

Hasta ahora has ido de lo general a lo particular, pero sin olvidar la realidad en la que vivimos (pues se ha señalado y
has comprobado que el Derecho Mercantil se vive a diario).

Los actos que deben ser considerados como mercantiles se encuentran regulados de inicio por el Código de Comercio y
por cada una de las leyes mercantiles como la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, la Ley de Instituciones
de Crédito, la Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas, entre otras.

Específicamente, el artículo 75 tiene una lista sobre estos actos; para conocerlos, se recomienda consultar el
siguiente enlace:

http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/3_070416.pdf

Artículo 75. - La ley reputa actos de comercio:

1. Todas las adquisiciones, enajenaciones y alquileres verificados con propósito de especulación comercial, de
mantenimientos, artículos, muebles o mercaderías, sea en estado natural, sea después de trabajados o labrados;

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2. Las compras y ventas de bienes inmuebles, cuando se hagan con dicho propósito de especulación comercial;

3. Las compras y ventas de porciones, acciones y obligaciones de las sociedades mercantiles;

4. Los contratos relativos y obligaciones del Estado ú otros títulos de crédito corrientes en el comercio;

5. Las empresas de abastecimientos y suministros;

6. Las empresas de construcciones, y trabajos públicos y privados;

7. Las empresas de fábricas y manufacturas;

8. Las empresas de trasportes de personas o cosas, por tierra o por agua; y las empresas de turismo;

9. Las librerías, y las empresas editoriales y tipográficas;

10. Las empresas de comisiones, de agencias, de oficinas de negocios comerciales, casas de empeño y
establecimientos de ventas en pública almoneda;

11. Las empresas de espectáculos públicos;

12. Las operaciones de comisión mercantil;

13. Las operaciones de mediación de negocios mercantiles;

14. Las operaciones de bancos;

15. Todos los contratos relativos al comercio marítimo y a la navegación interior y exterior;

16. Los contratos de seguros de toda especie, siempre que sean hechos por empresas;

17. Los depósitos por causa de comercio;

18. Los depósitos en los almacenes generales y todas las operaciones hechas sobre los certificados de depósito y
bonos de prenda librados por los mismos;

19. Los cheques, letras de cambio o remesas de dinero de una plaza a otra, entre toda clase de personas;

20. Los vales ú otros títulos a la orden o al portador, y las obligaciones de los comerciantes, a no ser que se pruebe
que se derivan de una causa extraña al comercio;

21. Las obligaciones entre comerciantes y banqueros, si no son de naturaleza esencialmente civil;

22. Los contratos y obligaciones de los empleados de los comerciantes en lo que concierne al comercio del
negociante que los tiene a su servicio;

23. La enajenación que el propietario o el cultivador hagan de los productos de su finca o de su cultivo;

24. Las operaciones contenidas en la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito;

25. Cualesquiera otros actos de naturaleza análoga a los expresados en este código.

En caso de duda, la naturaleza comercial del acto será fijada por arbitrio judicial.

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En caso de duda sobre la naturaleza comercial del acto, ésta será fijada por arbitrio judicial. La mayoría de estos actos
podrán entrar en los tipos de actos mercantiles desarrollados pues podrán ser absolutamente mercantiles, actos
unilateralmente mercantiles, actos civiles, actos mixtos o de mercantilidad condicionada, que abordaste en la sección
anterior. Para profundizar en ellos, revisa el siguiente material de apoyo:

Mantilla Molina, R. (s. a.). Manual de introducción al Derecho Mercantil:


http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3259/5.pdf

También cabe aclarar la existencia de actos denominados no mercantiles que, a grandes rasgos, pueden clasificarse en
los siguientes:

 La adquisición de bienes sea para el consumo doméstico o para el uso de quien los adquiere, así como la enajenación
de los mismos o de los sobrantes.

 La adquisición de bienes para producir obras artísticas y la enajenación de éstas por su autor.

 Las adquisiciones hechas por funcionarios o empleados para fines de servicio público.

 Las enajenaciones que hagan directamente los agricultores o ganaderos de los frutos de sus cosechas o ganados, en
su estado natural.

 La prestación de servicios inherentes a las profesiones liberales. A no ser que estos servicios se ofrezcan a través de
una asociación de profesionales, o bien, se desarrolle ocasionalmente una actividad mercantil con su ejercicio.

Para conocer más sobre los actos no mercantiles, revisa la siguiente presentación: https://prezi.com/yra-
6syv_5ur/diferencias-entre-actos-mercantiles-y-no-mercantiles/

Independientemente del tipo de acto de comercio que encuentres, lo esencialmente importante es que como abogado
ubiques los elementos del acto de comercio: una de las partes se adjudica la calidad de comerciante (como actividad
habitual o de manera esporádica), implicando un lucro y el acto es regulado por el Derecho Mercantil, nunca por el Civil.

Si logras ubicar estos elementos, podrás distinguir si te encuentras o no ante un acto de comercio.

Módulo 9
Obligaciones civiles y mercantiles, títulos y operaciones de crédito
Unidad 1
Actos y obligaciones mercantiles
Sesión 2
Obligación mercantil y los contratos
Mercantiles
Derechos y obligaciones de los sujetos de comercio

Recordando la definición de derechos y obligaciones abordados en módulos anteriores, se tiene lo siguiente:

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 Derechos: Facultades o prerrogativas que nuestra Constitución reconoce a los titulares (bien sean personas físicas o
personas morales). En este caso, el derecho reconocido a ejercer la profesión o trabajo que se decida siempre y cuando
sea lícito, tal y como lo señala el artículo 5º de la Constitución.

 Obligaciones: De acuerdo con su teoría general, se refieren al vínculo jurídico a través del cual una persona se
encuentra sujeta a un dar, hacer, no hacer o tolerar.

De acuerdo en la sesión anterior y conforme a los artículos 3 y 4 de Código de Comercio, se señalan comerciantes
aquellas personas que hacen del comercio su ocupación ordinaria, comprendiendo a las personas físicas y morales
constituidas como sociedades mercantiles nacionales y extranjeras, así como también aquellas personas que con o sin
establecimiento fijo, hagan operaciones de comercio aunque en Derecho no sean comerciantes, todas las cuales no son
ajenas a la realidad de los derechos y de las obligaciones que se derivan de su actividad. Tan es así, que se debe tomar
en cuenta lo siguiente:

 Derechos: Son inherentes a todos los individuos que ejercen el comercio como actividad principal: - Concurso
mercantil: En caso de no tener solvencia para cubrir los adeudos que se tengan y que se hayan adquirido con motivo de
su actividad, se pueden negociar de manera favorable con los acreedores.

- Exclusividad en ciertas actividades económicas: Debido a que para realizar ciertas actividades se requiere de
manera forzosa acreditar la calidad de comerciante. Las actividades a las que se hace referencia son: aseguradoras,
afianzadoras y crédito.

- Agremiación: Cualquiera puede agremiarse en cámaras o confederaciones que agrupan personas físicas y/o morales
que realizan la misma actividad, siempre y cuando se busque un fin lícito y se salvaguarden los derechos de los
agremiados.

 Obligaciones: Corresponden a lo dispuesto por los artículos 16, 18 al 50 del Código de Comercio, que se enumeran a
continuación:

- Inscripción en el Registro Público de Comercio: Permite a quienes se encuentran en relación con el comerciante,
conocer las propiedades de éste para garantizar así la concesión de créditos.

Por otra parte, existen registros especiales, conforme al ramo al que se dediquen los negocios:

 Registro Cooperativo Nacional: En éste se dan de alta las organizaciones cooperativas, además de
mantener registro de las modificaciones a las que puedan ser sometidas.

 Registro de Crédito Agrícola: Se registran las actas constitutivas que se beneficiadas por el sistema oficial de
crédito rural.

 Registro Público Marítimo Nacional: Se mantiene control de las actas constitutivas de las sociedades
mercantiles navieras, en el cual se registra la adquisición, enajenación, traspaso o arrendamiento de buques.

 Registro Nacional de Inversiones Extranjeras: Se dan de alta las personas físicas, como morales extranjeras
que realicen inversiones en territorio mexicano, con base en la regulación del artículo 32 de la Ley de Inversión
Extranjera.

- Contabilidad adecuada: Se regula conforme al artículo 33. Con base en este registro, se puede determinar la
situación financiera y tomar las medidas necesarias para corregir cualquier irregularidad con propósitos fiscales,
responder deudas con acreedores y prestaciones laborales, tales como las utilidades. Con este propósito, se tienen las
siguientes herramientas contables:

o Balance: Es la serie de operaciones contables que deben efectuarse para llegar a expresar la posición financiera del
negocio.

[…]

o Libro de inventarios: Es la descripción y asiento en libros, de dinero, bienes, muebles, créditos y cualquier especie
de valor que forme el activo del negocio, todo realizado con orden y exactitud.

o Apertura: Es el balance que practica el comerciante al iniciar sus operaciones.


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o Libro de inventarios y balances: Es el libro contable donde se anotan las operaciones hasta aquí señaladas.

o Libro diario: Tiene por finalidad suministrar un registro cronológico de las transacciones mercantiles y analizar cada
una de ellas en sus elementos de cargos y abonos. Es donde se asienta por primera vez el inventario del balance inicial.

o Libro mayor o de cuentas corrientes: Se utiliza para asentar, agrupando, metódicamente y por cuentas, los asientos
del libro diario, integrando las cuentas particulares de cada objeto o de cada persona [se contempla en el artículo 35 del
Código de Comercio].

o Libro de actas: Aquí se harán constar todos los acuerdos relativos a la marcha del negocio que tomen las asambleas
o juntas de socios y, en su caso, los consejos de administración (artículo 36 del Código de Comercio) (Quevedo,
2008:18-19).

- Conservación de la correspondencia.

- Competencia leal.

Para comprender a mayor detalle la competencia leal, se presenta el siguiente artículo, el cual trata los
principales elementos que se suelen encontrar en la competencia desleal:

 Domínguez, A. (2016). 5 ejemplos de actos deshonestos entre firmas comerciales. Merca 2.0 Mercadotecnia,
publicidad, medios. Recuperado de http://www.merca20.com/5-ejemplos-de-actos-deshonestos-entre-
firmascomerciales/

Por otra parte, Quevedo señala la publicidad mercantil como parte de las obligaciones de los comerciantes:

Una buena medida tomada por el Código de Comercio y que tiene todo el sentido común del mundo, la que más que una
obligación para el comerciante resulta una conveniencia o ventaja, es la de publicar por medio de la prensa su calidad
mercantil, disponiendo textualmente: “debe participar la apertura del establecimiento o despacho de su propiedad, por los
medios de comunicación que sean idóneos, en las plazas en que tengan domicilio, sucursales, relaciones o
corresponsales mercantiles; esta información dará a conocer el nombre del establecimiento o despacho, su ubicación y
objeto, si hay persona encargada de su administración, su nombre y firma; si hay compañía, su naturaleza, la indicación
del gerente o los gerentes, la razón social o denominación, la designación de sucursales o agencias, si las hubiere
(Quevedo, 2008:16).

Para comprender la teoría de las obligaciones puedes consultar:

 Aguilar Gutiérrez, A. (1966). Panorama del derecho mexicano: Síntesis de Derecho Civil. México:
UNAM. Recuperado de: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/591/1.pdf

Para conocer más acerca de la teoría económica y el Derecho, consulta:

 Astudillo Moya, M. (2012). Fundamentos de economía. México: UNAM. Recuperado de


http://ru.iiec.unam.mx/2462/1/FundamentosDeEconomiaSecuenciaCorrecta.pdf

 Portales Trueba, C. (2002). Derecho Mercantil Mexicano. Volumen 1: Nociones básicas y generales.
Ciudad Juárez: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Recuperado de: http://coleccion-
delibros.blogspot.mx/2012/09/derecho-mercantil-mexicano-nociones.html

Los contratos mercantiles en particular

Cabe recordar que los contratos son acuerdos de voluntades para crear o trasmitir derechos y obligaciones y que
mientras los contratos civiles los establecen entre particulares en relación con sus bienes, los mercantiles se centran en
fines especulativos o de comercio, regulándose por el Código de Comercio.

En las convenciones mercantiles se pueden establecer contratos normativos, nominados e innominados, todos éstos
reconocidos a nivel internacional, con base en los acuerdos entre países. Por su parte, México ha convenido con el
Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado para unificar la normatividad entorno a la competitividad y
al libre comercio.

La compraventa mercantil

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No obstante, se ha señalado que este contrato tiene regulación en el Código Civil, también encuentra ordenación en el
Código de Comercio, indicándose en el artículo 371 lo siguiente: “Serán mercantiles las compraventas a las que este
Código les da tal carácter, y todas las que se hagan con el objeto directo y preferente de traficar”. Cabe señalar además
que el carácter mercantil de estos actos se encuentra indicado en el artículo 75 de dicha ley.

[Una de las diferencias para distinguir la compraventa civil de la mercantil, es cuando] se realiza con el propósito
directo y preferente de traficar, y otra es el propósito de especulación comercial, la intención de obtener una
ganancia mediante la reventa (Quevedo, 2008:202).

Elementos de existencia

Para configurarse este contrato, se tienen los siguientes elementos:

 Objeto: Éste debe existir en el comercio. Sobre esta afirmación, debe tomarse en cuenta con base en el artículo 748
del CCDF, que las cosas pueden estar fuera del comercio “por su naturaleza o por disposición de la ley”.

 Precio: El cual se paga en dinero.

 Forma: Si bien la mayor parte de los contratos de compraventa se perfeccionan por el consentimiento de las partes (lo
cual suele darle la informalidad como característica), en el caso de la compraventa de bienes inmuebles, requiere la
formalidad del acuerdo.

Artículo 78.- En las convenciones mercantiles cada uno se obliga en la manera y términos que aparezca que
quiso obligarse, sin que la validez del acto de comercial dependa de la observancia de formalidades o requisitos
determinados.

Artículo 79.- Se exceptuarán de lo dispuestos en el artículo que precede:

I.- Los contratos que, con arreglo a este Código u otras leyes, deban reducirse a escritura o requieran forma o
solemnidades necesarias para su eficacia;

II.- Los contratos celebrados en país extranjero en que la ley exige escrituras, formas o solemnidades
determinadas para su validez, aunque no las exija la ley mexicana.

En uno y otro caso, los contratos que no llenen las circunstancias respectivamente requeridas no producirán
obligación ni acción en juicio (CCo.).

Por otra parte, sus características son las siguientes:

 Traslativo de dominio: Traslada la propiedad de una cosa o un derecho.

 Principal: La existencia de la compraventa no está supeditada a la existencia de otro contrato.

 Bilateral: La compraventa genera derechos y obligaciones recíprocos entre las partes.

 Oneroso: Existen provechos y gravámenes recíprocos para las partes contratantes.

 Conmutativo: Generalmente las partes contratantes conocen, desde la celebración de la compraventa, las
prestaciones ciertas y determinadas.

Modalidades del contrato

Algunas de estas modalidades de la compraventa ya han sido estudiadas en el módulo 4 y no obstante se ha


mencionado su regulación por el Código de Comercio, existen especificaciones aplicables en la materia dentro del
Código Civil, tal como se presenta a continuación:

 Compraventa en abonos: Se establecen plazos para el pago del precio de determinada mercancía. En el Código Civil
en su artículo 2310 se indica:

La venta que se haga facultando al comprador para que pague el precio en abonos, se sujetará a las reglas
siguientes:

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I. Si la venta es de bienes inmuebles, puede pactarse que la falta de pago de uno o varios abonos
ocasionará la rescisión del contrato. La rescisión producirá efectos contra tercero que hubiere adquirido los
bienes de que se trata o cualquier derecho real, inclusive de garantía, siempre que la cláusula rescisoria
se haya inscrito en el Registro Público.
II. Si se trata de bienes muebles que sean susceptibles de identificarse de manera indubitable, y el
comprador fuere una persona moral, podrá también pactarse la cláusula rescisoria de que habla la fracción
anterior, que surtirá efectos contra terceros si se inscribió en el Registro Público en el folio de dicha
persona moral. Si el comprador fuere persona física, se estará a lo dispuesto en la siguiente fracción.
III. Si se trata de bienes muebles que no sean susceptibles de identificarse, los contratantes podrán pactar la
rescisión de la venta por falta de pago del precio, pero esa cláusula no producirá efectos contra tercero de
buena fe que hubiere adquirido los bienes a que esta fracción se refiere.

El contenido de la fracción I del artículo transcrito recibe el nombre doctrinal de pacto comisorio, el cual faculta al
vendedor para rescindir el contrato de compraventa por la falta de pago de uno o varios abonos. Esta hipótesis se
complementa de la siguiente manera:

Artículo 2311. Si se rescinde la venta, el vendedor y el comprador deben restituirse las prestaciones que se
hubieren hecho; pero el vendedor que hubiere entregado la cosa vendida puede exigir del comprador, por el uso
de ella, el pago de un alquiler o renta que fijarán peritos, y una indemnización, también fijada por peritos, por el
deterioro que haya sufrido la cosa.

El comprador que haya pagado parte del precio tiene derecho a los intereses legales de la cantidad que entregó.

Las convenciones que impongan al comprador obligaciones más onerosas que las expresadas, serán nulas
(CCDF).

La compra en abonos permite el establecimiento de intereses, de conformidad con lo prescrito en el artículo siguiente:

Artículo 2395. El interés legal es el nueve por ciento anual. El interés convencional es el que fijen los
contratantes, y puede ser mayor o menor que el interés legal; pero cuando el interés sea tan desproporcionado
que haga fundadamente creer que se ha abusado del apuro pecuniario, de la inexperiencia o de la ignorancia del
deudor, a petición de éste el juez, teniendo en cuenta las especiales circunstancias del caso, podrá reducir
equitativamente el interés hasta el tipo legal (CCDF).

 Compraventa con reserva de dominio: En este contrato, el vendedor mantiene el dominio de la cosa hasta no
finiquitarse el pago de la misma. Conforme al Código Civil para el Distrito Federal se indica la regulación de este contrato
en los siguientes artículos:

Artículo 2312. Puede pactarse válidamente que el vendedor se reserve la propiedad de la cosa vendida hasta
que su precio haya sido pagado.

Cuando los bienes vendidos son de los mencionados en las fracciones I y II del artículo 2310, el pacto de que se
trata produce efectos contra tercero, si se inscribe en el Registro Público; cuando los bienes son de la clase a
que se refiere la fracción III del artículo que se acaba de citar, se aplicará lo dispuesto en esa fracción.

Artículo 2313. El vendedor a que se refiere el artículo anterior, mientras no se venza el plazo para pagar el
precio, no podrá enajenar la cosa vendida con reserva de propiedad. Esta limitación de dominio se anotará en la
parte correspondiente.

 Muestras o calidades: Su regulación se centra en el perfeccionamiento de la voluntad de las partes con base en la
examinación y posterior aceptación del objeto por parte del comprador. Esta modalidad de la compraventa es regulada
por el artículo 373 del Código de Comercio de la siguiente manera:

Artículo 373.- Las compraventas que se hicieren sobre muestras o calidades de mercancías determinadas y
conocidas en el comercio, se tendrán por perfeccionadas por el solo consentimiento de las partes.

En caso de desavenencia entre los contratantes, dos comerciantes, nombrados uno por cada parte, y un tercero
para el caso de discordia nombrado por éstos, resolverán sobre la conformidad o inconformidad de las
mercancías con las muestras o calidades que sirvieron de base al contrato.

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 Compraventa contra documentos: Sobre ésta, Quevedo explica lo siguiente:

Mediante esta modalidad el vendedor cumple su obligación enviando los documentos representativos de las mercancías
(certificados de depósito, conocimiento de embarque). Esta modalidad ha tenido un éxito rotundo en las operaciones
internacionales (Quevedo, 2008:205).

Obligaciones de las partes

El vendedor se encuentra obligado principalmente a la entrega de la cosa y garantizar la calidad de la misma, así como
su entrega, la cual puede ser real, jurídica o virtual. Hay entrega real cuando la cosa se entrega materialmente. Hay
entrega jurídica cuando aún sin haber entregado físicamente la cosa, la ley la considera entregada. Por último, la entrega
virtual se contempla cuando la cosa vendida queda a disposición del comprador.

Por otra parte, el vendedor debe responder por la evicción y saneamiento (artículo 384 del Código de Comercio). Sobre
la evicción, se detalla en el Código Civil en el artículo 2119 lo siguiente: “Habrá evicción cuando el que adquirió alguna
cosa fuere privado del todo o parte de ella por sentencia que cause ejecutoria, en razón de algún derecho anterior a la
adquisición”. Por otra parte, el saneamiento es la reintegración por parte del vendedor el precio de la cosa al comprador,
el cual se aplica cuando este sujeto lo ejerce, “sin embargo, si el comprador sabía de los riesgos de la evicción y con
conocimiento de causa lo aceptó, entonces no tendrá derecho a nada” (Quevedo, 2008:203).

Artículo 382.- Los gastos de entrega en las ventas mercantiles, serán:

I.- A cargo del vendedor, todos los que se ocasionen hasta poner las mercancías pesadas o medidas a
disposición del comprador;

II.- Los de su recibo y extracción fuera del lugar de la entrega, serán por cuenta del comprador.

Artículo 383.- El comprador que dentro de los cinco días de recibir las mercancías no reclamare al vendedor, por
escrito, las faltas de calidad o cantidad en ellas; o que dentro de treinta días contados desde que las recibió, no le
reclamase por causa de vicios internos de las mismas, perderá toda acción y derecho a repetir por tales causas
contra el vendedor (CCo.).

Para profundizar en el tema de la evicción y el saneamiento, se sugiere el estudio del capítulo II “De la
evicción y saneamiento” del Código Civil Federal.

Respecto a las responsabilidades del comprador, conforme al artículo 380 del CCo., deberá pagar el precio de la cosa en
la forma, plazo y lugar pactados o bien, de acuerdo con dicho artículo: “A falta de convenio lo deberá pagar de contado.
La demora en el pago del precio lo constituirá en la obligación de pagar réditos al tipo legal sobre la cantidad que
adeude”.

Igualmente, si el comprador demorase en recibir la cosa (a lo cual está obligado), deberá pagar al vendedor los gastos
generados por su resguardo. En vista de lo anterior, existe la figura de las arras, que es “la cantidad de dinero que da el
comprador para asegurar el contrato” (Quevedo, 2008:205).

Artículo 381.- Salvo pacto en contrario, las cantidades que con el carácter de arras se entreguen en las ventas
mercantiles, se reputarán dadas a cuenta de precio (CCo.).

Por último y en términos generales para ambos sujetos del contrato, en el artículo 376 del CCo. se indica lo siguiente:

Artículo 376.- En las compraventas mercantiles, una vez perfeccionado el contrato, el contratante que cumpliere
tendrá derecho a exigir del que no cumpliere, la rescisión o cumplimiento del contrato, y la indemnización,
además, de los daños y perjuicios.

Artículo 377.- Una vez perfeccionado el contrato de compraventa, las pérdidas, daños o menoscabos que
sobrevinieren a las mercaderías vendidas, serán por cuenta del comprador, si ya le hubieren sido entregadas
real, jurídica o virtualmente; o si no le hubieren sido entregadas de ninguna de estas maneras, serán por cuenta
del vendedor. En los casos de negligencia, culpa o dolo, además de la acción criminal que competa contra sus
autores, serán éstos responsables de las pérdidas, daños o menoscabos que por su causa sufrieren las
mercancías.

Los INCOTERMS

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La Convención de Viena 1980, generaliza un conjunto de usos y costumbres denominado Nuevo Derecho de los
Comerciantes o Nueva lex mercatoria, presentados por un conjunto de acrónimos de tres letras, que constituyen los
llamados INCOTERMS, es decir términos internacionales de comercio (international commercial terms), generalizando
determinadas cláusulas para vincular conductas, usos y costumbres contenidas en contratos de Derecho Internacional.
Es importante señalar que los INCOTERMS no especifican todas las obligaciones derivadas de un contrato de
compraventa internacional, sino las más recurrentes en el comercio dentro de este contexto. Los INCOTERMS ayudan a
identificar las respectivas obligaciones de los compradores y vendedores, agrupándose en las siguientes categorías:

 Grupo E (Entrega directa a la salida): El vendedor pone las mercancías a disposición del comprador en el local del
vendedor. El vendedor, pone la mercancía, verificada, marcada y embalada a disposición de comprador en el local
acordado, dentro del plazo pactado, haciéndole entrega a éste de la factura comercial o mediante mensaje electrónico.
En este grupo se encuentran los Ex Works (EXW), que significa lugar convenido.

 Grupo F (Entrega indirecta, sin pago del transporte principal): El vendedor se encarga de entregar la mercancía a
un medio de transporte escogido por el comprador.

- FCA: Proviene de free carrier, que significa libre transportista en el lugar convenido, en donde el vendedor se
compromete a entregar la mercancía en un punto acordado dentro del país de origen, haciéndose cargo de los
costes hasta que la mercancía esté situada en el punto convenido.

- FOB de free on board, que significa libre en puerto de carga convenido , en donde el vendedor entrega la
mercancía sobre el buque, mientras que el comprador se hace cargo de designar y reservar el transporte
principal.

- FAS: Proviene de free alongside ship, que significa libre al costado del puerto de carga convenido . Es
propio de mercancías de carga a granel o de carga voluminosa, porque se depositan en terminales del puerto
especializadas, que están situadas en el muelle.

 Grupo C (Entrega indirecta, con pago de transporte): El vendedor contrata el transporte sin asumir riesgos de
pérdida o daño de la mercancía o costos adicionales después de la carga y despacho.

- CPT: Proviene de carriage paid to, que significa transporte pagado hasta el lugar de destino convenido.
El vendedor se hace cargo de todos los costes, incluido el transporte principal, hasta que la mercancía llegue al
punto acordado en el país de destino. Sin embargo, el riesgo se transfiere al comprador en el momento de la
entrega de la mercancía al transportista, dentro del país de origen. Si se utilizan varios transportistas para llegar a
destino, el riesgo se transmite cuando la mercancía se haya entregado al primero.

- CIP: Proviene de carriage and insurance paid, que significa transporte y seguro pagados hasta el lugar
de destino convenidos. El vendedor se hace cargo de todos los costes, incluido el transporte principal, hasta
que la mercancía llegue al punto convenido en el país de destino. Sin embargo, el riesgo se transfiere al
comprador en el momento de la entrega de la mercancía al transportista dentro del país de origen. Si se utilizan
varios transportistas para llegar a destino, el riesgo se transmite cuando la mercancía se haya entregado al
primero.

- CFR: Proviene de cost and freight, que significa costo y flete. El vendedor se hace cargo de todos los
costes, incluido el transporte principal, hasta que la mercancía llegue al puerto de destino, pero el riesgo se
transfiere al comprador cuando la mercancía se encuentra cargada en el buque en el país de origen.

- CIF: Proviene de cost, insurance and freight, que significa costo, seguro y flete. El vendedor se hace
cargo de todos los costos, incluidos el transporte principal y el seguro, hasta que la mercancía llegue al puerto de
destino

 Grupo D (Entregado en el puerto de destino convenido): El vendedor soporta todos los gastos y riesgos necesarios
para llevar la mercancía al país de destino.

- DAT: Proviene de delivered at terminal, que significa entregada en terminal, que es el lugar de destino
convenido. El vendedor se hace cargo de todos los costes, incluidos el transporte principal y el seguro (que no
es obligatorio), hasta que la mercancía es descargada en la terminal convenida, asumiendo los riesgos hasta ese
momento.

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- DAP: Proviene de delivered at place, que significa entregado en destino convenido. El vendedor se hace
cargo de todos los costes, incluidos el transporte principal y el seguro (que no es obligatorio), pero no de los
costes asociados a la importación, hasta que la mercancía se ponga a disposición del comprador en un vehículo
listo para ser descargado, asumiéndose también los riesgos hasta ese momento.

- DDP: Proviene de delivered duty paid, que significa entregado con derechos pagados en el destino
convenido. El vendedor paga todos los gastos hasta dejar la mercancía en el punto convenido en el país de
destino, mientras que el comprador no realiza ningún tipo de trámite y los gastos de aduana de importación son
asumidos por el vendedor.

Contrato de suministro

El contrato de suministro es aquel en el que una de las partes (suministrador y suministrado), se obligan a surtir un fluido
para uso constante o consumo personal, como ocurre con el gas, la energía eléctrica, el servicio de telefonía, el internet,
el sistema de televisión por cable, entre otros. Este contrato constituye un medio de satisfacción rápida de determinadas
necesidades elementales en la actualidad para la vida y disfrute de las personas, así como para la rápida comunicación
entre éstas. A continuación, se presenta las características de este contrato:

 De tracto sucesivo: Debido a que se realizan entregas periódicas y continuadas.

 Mercantil: Pues esta clase de actividad se encuentra contemplada en el artículo 75 del Código de Comercio.

 Consensual: Se perfecciona con el consentimiento de las partes contratantes.

 Oneroso: Pues existen provechos recíprocos para las partes contratantes.

 Bilateral: Genera derechos y obligaciones recíprocos entre las partes.

 De colaboración: El proveedor al cumplir la prestación que le corresponde, la cual es de suministrar ya sea bienes o
servicios, está colaborando en la actividad comercial del beneficiario; al igual que este último al pagar el precio de la
prestación también está colaborando en la actividad comercial de quien le está suministrando bienes o servicios

 Atípico en nuestro derecho: Pues el Código de Comercio no los reglamenta y sólo menciona a las empresas de
abastecimiento y suministro como actos de comercio, tal como se ha señalado.

Obligaciones de las partes

Respecto al suministrador, de acuerdo con los siguientes artículos de la Ley Federal de Protección al Consumidor se
señala:

Artículo 42.- El proveedor está obligado a entregar el bien o suministrar el servicio de acuerdo con los términos y
condiciones ofrecidos o implícitos en la publicidad o información desplegados, salvo convenio en contrario o
consentimiento escrito del consumidor.

Artículo 43.- Salvo cuando medie mandato judicial o disposición jurídica que exija el cumplimiento de algún
requisito, ni el proveedor ni sus dependientes podrán negar al consumidor la venta, adquisición, renta o
suministro de bienes o servicios que se tengan en existencia. Tampoco podrá condicionarse la venta, adquisición
o renta a la adquisición o renta de otro producto o prestación de un servicio. Se presume la existencia de
productos o servicios cuando éstos se anuncien como disponibles.

Por otra parte, de acuerdo con Quevedo (2008), además de dotar el servicio que motiva al contrato, deberá ajustar las
tarifas con los precios oficiales y como derechos, tiene el de recibir el precio por el suministro, así como los privilegios
fiscales. Sobre el ajuste de los precios oficiales, el segundo párrafo del artículo 58 de la ley en comento indica lo
siguiente:

Los proveedores de bienes y servicios que ofrezcan éstos al público en general, no podrán establecer
preferencias o discriminación alguna respecto a los solicitantes del servicio, tales como selección de clientela,
condicionamiento del consumo, reserva del derecho de admisión, exclusión a personas con discapacidad y otras
prácticas similares, salvo por causas que afecten la seguridad o tranquilidad del establecimiento, de sus clientes
o de las personas discapacitadas, o se funden en disposiciones expresas de otros ordenamientos legales. Dichos

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proveedores en ningún caso podrán aplicar o cobrar tarifas superiores a las autorizadas o registradas para la
clientela en general, ni ofrecer o aplicar descuentos en forma parcial o discriminatoria. […]

Ahora bien, las obligaciones del suministrado, consiste en cubrir el precio del servicio, cuidar el equipo proporcionado y
recibir dicho servicio, mientras que sus derechos se engloban a exigir el cumplimiento periódico y continuo del servicio
por parte del suministrador, así como exigir el respecto a las tarifas oficiales.

Contrato de préstamo mercantil

El contrato de préstamo de acuerdo con el artículo 358 del Código de Comercio “se contrae en el concepto y con
expresión de que las cosas prestadas se destinan a actos de comercio y no para necesidades ajenas de éste”.

Es importante señalar que este contrato en la vía civil recibe el nombre de contrato de mutuo, en el que una
de las partes llamada mutuante, trasmite la propiedad de una suma de dinero o de otras cosas fungibles al
mutuatario, quien se obliga a devolver otro tanto de las misma especie y calidad y cuando no es dinero a pagar el
precio existente en el mercado.

En materia mercantil, este contrato también recibe el nombre de comodato, que difiere del anterior en virtud de que
el dueño de la cosa no trasmite la propiedad sino el derecho de uso, por lo que el que recibe la cosa se obliga a restituirla
ya que sólo adquiere el derecho de disponer de ella para su uso.

Las características del préstamo mercantil son las siguientes:

 Principal: La existencia del mutuo no está supeditada a la existencia de otro contrato.

 Bilateral: Genera derechos y obligaciones para ambas partes.

 Oneroso: Se estipulan intereses.

 Conmutativo: Las partes conocen desde la celebración del contrato de mutuo las prestaciones ciertas y determinadas.

 Formal: Al tratarse de dinero o valores, aunque también pueden ser en especie, que los pueden hacer consensuales
en oposición a formales.

 De tracto sucesivo: Produce sus efectos al transcurrir el tiempo.

Al tener interés este tipo de contratos, pueden ser legales, con base en lo establecido en el artículo 362 del CCO.: “Los
deudores que demoren el pago de sus deudas, deberán satisfacer, desde el día siguiente al del vencimiento, el interés
pactado para este caso, o en su defecto el seis por ciento anual”. O bien, el contrato puede ser convencional, de acuerdo
con el artículo 362 del código en comento:

Artículo 362.- Los deudores que demoren el pago de sus deudas, deberán satisfacer, desde el día siguiente al
del vencimiento, el interés pactado para este caso, o en su defecto el seis por ciento anual.

Si el préstamo consistiere en especies, para computar el rédito se graduará su valor por los precios que las
mercaderías prestadas tengan en la plaza en que deba hacerse la devolución, el día siguiente al del vencimiento,
o por el que determinen peritos sí la mercadería estuviere extinguida al tiempo de hacerse su valuación.

Y si consistiere el préstamo en títulos o valores, el rédito por mora será el que los mismos títulos o valores
devenguen, o en su defecto el 6 por 100 anual, determinándose el precio de los valores por el que tengan en la
Bolsa, si fueren cotizables, o en caso contrario por el que tuvieren en la plaza el día siguiente al del vencimiento.

Obligaciones de las partes

Por parte de quien recibe el préstamo (mutuario), deberá devolver lo prestado en la misma calidad y especie, conforme al
plazo convenido en el contrato. Sin embargo, en caso de existir plazo y de no ser así, debe ajustar a lo establecido en el
artículo 360 del CCo.:

Artículo 360.- En los préstamos por tiempo indeterminado, no podrá exigirse al deudor el pago, sino después de
los treinta días siguientes a la interpelación que se haga, ya judicialmente, ya en lo extrajudicial, ante un notario o
dos testigos.

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La consignación

El artículo 392 del Código de Comercio, define este contrato del siguiente modo:

Artículo 392.- La consignación mercantil, es el contrato por virtud del cual, una persona denominada consignante
transmite la disponibilidad y no la propiedad de uno o varios bienes muebles, a otra persona denominada consignatario,
para que le pague un precio por ellos en caso de venderlos en el término establecido, o se los restituya en caso de no
hacerlo.

Sus características son las siguientes:

 Consensual: Se perfecciona con el acuerdo de las partes.

 Oneroso: Se procura un beneficio a cambio de bienes por precio.

 Bilateral: Pues ambas partes se obligan.

 Nominado: Pues se regula por el Código de Comercio.

 Principal: No se supedita a la existencia de otro contrato.

Obligaciones de las partes

Las obligaciones tanto de consignatario (comerciante), como de consignante (cliente), se señalan puntualmente en el
artículo 393 del CCo., por lo que se solicita su consulta:

Artículo 393.- El contrato consignatorio se regirá por lo siguiente:

I. El consignatario tendrá la obligación de pagar el precio pactado con el consignante o de devolver el bien,
salvo lo dispuesto por el tercer párrafo, de la fracción VI, de este artículo.
II. El consignante trasmitirá la posesión de los bienes al consignatario, y en su momento, la propiedad de los
mismos al adquirente; en caso contrario, estará obligado a responder por los daños y perjuicios causados,
así como por el saneamiento en caso de evicción de los bienes dados en consignación o por los vicios
ocultos respectivos.
III. Las partes contratantes podrán pactar una retribución para el consignatario que consistirá en una suma
determinada de dinero, en un porcentaje sobre el precio de venta o en algún otro beneficio, pudiéndose
facultar al consignatario para que retenga el porcentaje establecido en el contrato. Si el bien objeto del
contrato no fue vendido dentro del plazo pactado, el consignante no estará obligado a retribuir al
consignatario, salvo pacto en contrario. Cuando se pacte una retribución para el consignatario sin que el bien
o bienes consignados hayan sido vendidos y sin que dicha retribución haya sido cubierta, se entenderá que
lo consignado responde por el importe pactado; en este caso el consignatario podrá constituir en prenda
dichos bienes hasta en tanto le sea cubierta la retribución, estándose además a lo dispuesto en el segundo
párrafo de la fracción VII de este artículo. En caso de que el bien consignado sea vendido y habiéndose
pactado una retribución para el consignatario ésta no se haya determinado, se estará a aquella que
generalmente se fije en este tipo de contratos en la plaza respectiva, tomando en cuenta las características
del bien consignado, su valor de mercado y los gastos erogados por el consignatario para su conservación.
IV. Una vez verificada la venta del bien dado en consignación, el consignatorio tendrá dos días hábiles para
entregar la ganancia pactada al consignante, salvo pacto en contrario. En caso de que el consignatorio
retenga el bien o el producto obtenido de la venta de manera injustificada, salvo pacto en contrario, además
de estar obligado a restituir el bien o pagar el producto obtenido de la venta, éste deberá pagar al
consignante un tres por ciento del valor de mercado del bien consignado por cada mes o fracción que dure la
retención respectiva, en cuyo caso los riesgos derivados de la pérdida o deterioro por caso fortuito o fuerza
mayor se entenderán trasmitidos al consignatario. A fin de poder exigir la restitución del bien consignado o el
pago del producto obtenido de la venta del mismo, en caso de que las partes hayan celebrado el contrato
respectivo por escrito, el mismo traerá aparejada ejecución en términos de los establecido en la fracción VIII,
del artículo 1391 de este Código.
V. En caso de que los bienes consignados no hayan sido vendidos, el consignante no podrá disponer de ellos
en tanto no se verifique el término establecido en el contrato para la venta de los mismos.

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VI. El consignatario deberá realizar todos los actos tendientes a la conservación tanto de los bienes
consignados como de los derechos relacionados con los mismos. Para los anteriores efectos, el consignante
deberá proveer de los fondos necesarios para ello con cuando menos dos días de anticipación a la
realización del acto de conservación respectivo. En caso de que el consignatario hubiese efectuado alguna
erogación para los efectos de este párrafo, el consignatorio tendrá derecho a que el importe de la misma le
sea reembolsado por el consignante, aplicándose en lo conducente lo dispuesto en el tercer párrafo, de la
fracción III de este artículo. Los riesgos del bien se transmiten al consignatorio cuando éste le sea entregado
de manera real por el consignante, con la excepción de la pérdida o deterioro por caso fortuito o fuerza
mayor tratándose de bienes individualmente designados los cuales correrán a cargo del consignante.
VII. El consignatario podrá disponer válidamente del bien sólo con el fin previsto en el contrato. Los efectos
consignados no podrán ser embargados por los acreedores del consignatorio. El consignatorio debe poner
de inmediato a disposición del consignante los bienes dados en consignación cuando ocurra alguno de los
supuestos previstos en el artículo 394, a efecto de que éste los recoja dentro de los dos días hábiles
siguientes a la notificación respectiva. Si el consignante no recoge la mercancía dentro del término señalado
con anterioridad, salvo pacto en contrario, estará obligado a cubrir al consignatario el equivalente al dos por
ciento mensual del valor de mercado del bien de que se trate por concepto de almacenaje por cada mes o
fracción que tarde en recoger el mismo, en cuyo caso, los riesgos derivados de la pérdida o deterioro por
caso fortuito o fuerza mayor se entenderán transmitidos al consignante.

Módulo 9
Obligaciones civiles y mercantiles, títulos y operaciones de crédito
Unidad I
Actos y obligaciones mercantiles
Sesión 3
Contratos en particular
Arrendamiento financiero

El arrendamiento financiero es aquel que celebra un empresario con una empresa denominada arrendadora financiera,
consistiendo en la compra de un bien mueble o inmueble para que se lo rente durante un tiempo determinado . En este
contrato, se obliga el arrendatario a pagar a la arrendadora el precio convenido, fijando una renta por períodos
determinados y durante un tiempo fijo, con fundamento en los artículos del 408 al 418 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito.

Tiene su origen en Estados Unidos, por la necesidad de financiamientos, no satisfecha por los créditos bancarios.
Su denominación viene del original en inglés leasing, del verbo to lease (alquilar, rentar). En México se empieza a
utilizar en la década de los 70; en tanto que en Europa se conoce sobre todo en Alemania, Francia y España
desde tiempo anterior (Quevedo, 2008:214).

Este contrato se documenta con pagarés que el arrendatario debe firmar a favor del arrendador por el importe total de la
operación, no pudiendo tener vencimiento posterior al plazo fijado. La suscripción de estos títulos de crédito, no se
consideran como pago de la contra prestación ni de sus parcialidades Todo lo anterior, con base en el artículo 409 de la
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.

Por otra parte, las características de este contrato se muestran a continuación:

 Traslativo de uso: Traslada el uso o uso y goce temporal del bien.

 Principal: La existencia del arrendamiento no está supeditada a la existencia de otro contrato.

 Bilateral: El arrendamiento genera derechos y obligaciones recíprocas entre las partes.

 Oneroso: Existen en el arrendamiento provechos y gravámenes recíprocos para las partes contratantes.

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 Conmutativo: Las partes contratantes conocen desde la celebración del arrendamiento las prestaciones ciertas y
determinadas, tal y como lo establece el artículo 1838 del Código Civil para la Ciudad de México.

 Consensual en oposición a real: El arrendamiento se perfecciona desde el momento de su celebración, reuniendo


los elementos de existencia y validez correspondientes sin requerir la entrega de la cosa para dicho perfeccionamiento.

 Formal: El arrendamiento debe otorgarse por escrito y de acuerdo al segundo párrafo del artículo 408 de la LGTOC:

Los contratos de arrendamiento financiero deberán otorgarse por escrito y deberán inscribirse en la Sección
Única del Registro Único de Garantías Mobiliarias del Registro Público de Comercio, en el folio electrónico del
arrendador y del arrendatario, a fin de que surta efectos contra tercero, sin perjuicio de hacerlo en otros registros
especiales que las leyes determinen.

 De tracto sucesivo: El arrendamiento produce sus efectos al transcurrir el tiempo.

Ahora bien, respecto a la clasificación de este tipo de contrato, Quevedo ofrece la siguiente:

 Según la clase de bienes arrendados:

- Bienes inmuebles.

- Bienes muebles.

 Según las garantías del arrendatario:

- Garantías adicionales.

- Fianza.

- Prenda.

- Hipoteca.

 Según las obligaciones del arrendador.

- Con mantenimiento.

- Sin mantenimiento (2008:215).

Obligaciones de las partes

Para conocer los derechos y obligaciones del arrendador y el arrendatario en este tipo de contrato, es necesaria la
consulta de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, a partir del artículo 410.

Contrato de transporte

Este contrato, en el cual intervienen el porteador, el alquilador y el cargador, en el Código Civil Federal se indica que
dentro del artículo 2646, “que alguno se obliga a transportar, bajo su inmediata dirección o la de sus dependientes, por
tierra, agua o aire, a personas, animales, mercaderías o cualesquiera otros objetos”. A continuación, se presentan sus
características:

 Típico: Además de su regulación por el código en comento, es de indicarse igualmente el Código de Comercio.

 Principal: Subsiste por sí mismo.

 Bilateral: Pues se obliga tanto el cargador como el porteador.

 Consensual: Se perfecciona por el sólo consentimiento de las partes.

 Oneroso: Existen provechos y gravámenes recíprocos para las partes contratantes.

Obligaciones de las partes

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Mientras que los porteadores responden del daño causado a las personas por defecto de los conductores y medios de
transporte que empleen. Este defecto se presume siempre que el empresario no pruebe que el mal aconteció por fuerza
mayor o por caso fortuito, los cuales no pueden ser imputados. Asimismo, los porteadores responden de las omisiones o
equivocación que haya en la remisión de efectos, ya sea que a las personas, animales, mercaderías u objetos no sean
enviados en el viaje estipulado, se hayan mandado a parte distinta de la convenida, así como por los daños causados
derivados del retardo en el viaje, al comenzarlo o durante su curso, a menos también, de probarse que caso fortuito o
fuerza mayor los obligó a ello.

Por otra parte, los porteadores no son responsables de las cosas que no se les entreguen a ellos, sino a sus cocheros,
marineros, remeros o dependientes, que no estén autorizados para recibirlas. Sin embargo, la responsabilidad de todas
las infracciones que durante el transporte se cometa, de leyes o reglamentos fiscales o de policía, será del conductor y
no de los pasajeros ni de los dueños de las cosas conducidas, a no ser que la falta haya sido cometida por estas
personas lo anterior sólo cuando tuviere culpa; pero lo será siempre de la indemnización de los daños y perjuicios,
conforme a las prescripciones relativas.

Para profundizar en los derechos y obligaciones de este contrato, es necesaria la consulta del capítulo IV
“De los portadores y alquiladores” del Código Civil Federal, así como el capítulo I “Del contrato mercantil
de transporte terrestre” del Código de Comercio.

Contrato de seguro

Este contrato es aquel en el que una empresa aseguradora “se obliga, mediante una prima, a resarcir un daño o a pagar
una suma de dinero al verificarse la eventualidad prevista en el contrato”, conforme al artículo primero de la Ley sobre el
Contrato de Seguro. Sus características son las siguientes:

 Consensual: Se perfecciona con el consentimiento de las partes, aceptando expresamente las condiciones del
contrato.

 Bilateral: Pues contiene obligaciones para cada una de las partes.

 Aleatorio: Debido a que ninguna de las partes sabe con seguridad si ocurrirá o no la contingencia asegurada, ni
cuándo se producirá ésta.

 Oneroso: Existen provechos y gravámenes recíprocos para las partes contratantes.

 Se basa en la buena fe: Se parte de que el asegurado no provocará circunstancias que den lugar a que se produzca
el hecho asegurado.

Por otra parte, sobre la organización, operación y funcionamiento de los seguros, se contempla el siguiente artículo de la
Ley de Instituciones de Seguros y de Finanzas:

ARTÍCULO 25.- Las autorizaciones para organizarse, operar y funcionar como Institución de Seguros o
Sociedad Mutualista, se referirán a una o más de las siguientes operaciones y ramos de seguro:

I. Vida;
II. Accidentes y enfermedades, en alguno o algunos de los ramos siguientes:
a) Accidentes personales;
b) Gastos médicos, y
c) Salud, y
III. Daños, en alguno o algunos de los ramos siguientes:
a) Responsabilidad civil y riesgos profesionales;
b) Marítimo y transportes;
c) Incendio;
d) Agrícola y de animales;
e) Automóviles;
f) Crédito;
g) Caución;
h) Crédito a la vivienda;
i) Garantía financiera;

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j) Riesgos catastróficos;
k) Diversos, y
l) Los especiales que declare la Secretaría, conforme a lo dispuesto por el artículo 28 de esta Ley.
[…]

El seguro se puede contratar por cuenta propia o por cuenta de otro, con o sin la designación del tercero
asegurado. El seguro por cuenta de un tercero obliga a aseguradora aún, cuando el tercero ratifique después del
siniestro. La renovación tácita del contrato en ningún caso excederá de un año.

Los seguros inician su vigencia, atendiendo a la Ley Sobre el Contrato de Seguro y dependiendo de la clase de riesgo
que se proteja para que surtan efectos probatorios contra el asegurado, será indispensable que estén escrito o impresos
en caracteres fácilmente legibles.

El contrato de seguro será nulo si en el momento de la celebración, el riesgo hubiere desaparecido o el siniestro se
hubiere ya realizado. Todas las acciones que se deriven de un contrato de seguro prescribirá en cinco años,
tratándose de cobertura de fallecimiento de seguro de vida, en dos años en los demás casos, contando para ese efecto
desde la fecha del acontecimiento.

Obligaciones de las partes

A grandes rasgos se puede mencionar que, en este contrato, el asegurado se obliga a declarar por escrito todos los
hechos que conozca en un cuestionario relativo al riesgo que se pretende adquirir por la aseguradora.

Al ser un contrato formal, se hace constar por escrito en una póliza que servirá para probar su existencia, haciendo
constar los derechos y obligaciones de las partes.

Los elementos de las pólizas se encuentran señalados en el artículo 20 de la Ley Sobre el Contrato de Seguro,
del cual se sugiere su consulta.

El contratante deberá pagar una prima, misma que vencerá salvo pacto en contrario, en el momento de la celebración del
contrato. Las primas ulteriores a la del primer periodo se entenderán vencidas al comienzo y no al fin de cada nuevo
periodo. Las primas pueden pagarse fraccionadas cuando así lo disponga la ley de la materia y cada parcialidad vencerá
al comienzo del periodo que comprenda.

Para profundizar en las características de los seguros, es necesario consultar la Ley de Instituciones de Seguros y de
Finanzas, así como la Ley sobre el Contrato de Seguro.

Tiempo compartido

Este contrato es definido por artículo 64 del Código de Comercio de la siguiente manera:

Artículo 64.- La prestación del servicio de tiempo compartido, independientemente del nombre o de la forma que
se dé al acto jurídico correspondiente, consiste en poner a disposición de una persona o grupo de personas, el
uso, goce y demás derechos que se convengan sobre un bien o parte del mismo, en una unidad variable dentro
de una clase determinada, por períodos previamente convenidos, mediante el pago de alguna cantidad, sin que,
en el caso de inmuebles, se transmita el dominio de éstos.

Para su compresión, Quevedo expone sus diferencias respecto a contratos similares:

 Con el contrato de compraventa. En el contrato que nos ocupa no hay translación de dominio.

 Respecto del contrato de arrendamiento. No es una renta lo que se paga.

 Contrato de condominio. El usuario no es titular.

 Contrato de copropiedad. Son cousuarios y no copropietarios.

 Con el contrate de hospedaje. Si no usa el inmueble, se puede permitir que alguien lo use.

 Contrato de organización innominado, no translativo de dominio.

 Contrato sui generis, sólo por el uso y por cierto tiempo (2008:235).

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Los requisitos para llevar a cabo la celebración de este contrato, se encuentra en el artículo 65 de la Ley
Federal de Protección al Consumidor de la cual, es necesaria su consulta.

Autofinanciamiento

Es el contrato en el que se integran grupos de consumidores, aportando mensualmente una cantidad determinada a la
cuenta de un fideicomiso, acorde al plazo y monto contratado. Estas aportaciones son destinadas a la adquisición de
bienes muebles nuevos, inmuebles o servicios y son asignados a los consumidores ya sea por sorteos, antigüedad,
puntaje, subasta o adjudicación. El artículo 63 de la Ley de Protección al Consumidor, establece:

Artículo 63.- Los sistemas de comercialización consistentes en la integración de grupos de consumidores que
aportan periódicamente sumas de dinero para ser administradas por un tercero, únicamente podrán operar para
efectos de adquisición de bienes determinados o determinables, sean muebles nuevos o inmuebles destinados a
la habitación o a su uso como locales comerciales, en los términos que señale el reglamento respectivo, y sólo
podrán ponerse en práctica previa autorización de la Secretaría.

La Secretaría podrá autorizar, en su caso, que estos sistemas de comercialización tengan por objeto los
servicios de construcción, remodelación y ampliación de inmuebles, cuando se demuestre que las condiciones
del mercado así lo ameriten y que se garanticen los derechos e intereses de los consumidores. Tratándose de
esta autorización, no operará la afirmativa ficta.

[…]

Franquicia

Es un contrato que establece un método de colaboración contractual entre dos empresas jurídicas y económicamente
independientes. La empresa franquiciadora (o franquiciador), titular de determinada marca, patente, método o técnica de
fabricación o actividad industrial y comercial (previamente prestigiados en el mercado), concede a la empresa
franquiciada (o franquiciado) el derecho a explotarla, por un tiempo y zona delimitados bajo ciertas condiciones de
control, a cambio de una prestación económica, que suele articularse mediante la fijación de un pago inicial, que se
complementa con regalías sucesivas en función de las ventas efectuadas.

Contratos de garantía

El Código Civil Federal contiene los contratos de prenda y de hipoteca como contratos a garantizar el cumplimiento de
una obligación, constituyendo ambos un derecho, el primero sobre un bien mueble (artículos 2856 al 2892) y el segundo
sobre un bien inmueble (artículos 2893 al 2943). Por otra parte, es importante señalar que pueden darse en prenda los
frutos pendientes de bienes raíces a ser recogidos en tiempo determinado. Conforme al artículo 334 de la Ley de Títulos
y Operaciones de Crédito, la prenda se constituye de lo siguiente:

I.- Por la entrega al acreedor, de los bienes o títulos de crédito, si éstos son al portador;

II.- Por el endoso de los títulos de crédito en favor del acreedor, si se trata de títulos nominativos, y por este
mismo endoso y la correspondiente anotación en el registro, si los títulos son de los mencionados en el artículo
24;

III.- Por la entrega, al acreedor, del título o del documento en que el crédito conste, cuando el título o crédito
materia de la prenda no sean negociables, con inscripción del gravamen en el registro de emisión del título o con
notificación hecha al deudor, según que se trate de títulos o créditos respecto de los cuales se exija o no tal
registro;

IV.- Por el depósito de los bienes o títulos, si éstos son al portador, en poder de un tercero que las partes hayan
designado, y a disposición del acreedor;

V.- Por el depósito de los bienes, a disposición del acreedor, en locales cuyas llaves queden en poder de éste,
aun cuando tales locales sean de la propiedad o se encuentren dentro del establecimiento del deudor;

VI.- Por la entrega o endoso del título representativo de los bienes objeto del contrato, o por la emisión o el
endoso del bono de prenda relativo;

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VII.- Por la inscripción del contrato de crédito refaccionario o de habilitación o avío, en los términos del artículo
326;

VIII.- Por el cumplimiento de los requisitos que señala la Ley General de Instituciones de Crédito, si se trata de
créditos en libros.

Obligaciones de las partes

Quevedo lo resume de la siguiente manera:

 Derechos y obligaciones del acreedor prendario:

- Conservar la posesión de los bienes.

- Guardar y conservar los bienes o títulos dados en prenda.

- Ejercitar todos los derechos inherentes a los títulos o bienes (los gastos serán por cuenta del deudor).

- Pedir la venta de los bienes si el valor de los bienes no basta para cubrir el importe de los bienes y un 20% más.

- Dar recibo de los bienes dados en prenda

 Derechos y obligaciones del deudor prendario:

- Los gastos de conservación serán por cuenta del deudor.

- Oponerse a la venta de los bienes dados en prenda.

- Dar su consentimiento expreso para la venta de los bienes (2008:224)

Contratos atípicos

Los contratos atípicos son aquellos que no tienen regulación en la legislación, respecto a la relación de derecho privado
entre los particulares que contratan.

Nuestros códigos civiles, el Código de Comercio y la legislación relativa a la contratación reconocen el principio de
autonomía de la voluntad o de libertad contractual como la posibilidad de celebrar contratos, ya sea que estén
estructurados y regulados por el ordenamiento legal, o que sean contratos en los que las partes determinan libremente
su contenido. De este modo se puede hablar de contratos nominados o típicos y de contratos innominados o atípicos; o
de contratos regulados y contratos no regulados. La moderna tendencia prefiere la terminología de típicos y atípicos
(Arce, 2005:149).

La razón principal por la que existen contratos atípicos es la necesidad de adaptar los contratos a los fines empíricos y a
las necesidades reales de las partes contratantes. Si los contratos regulados no se ajustan a lo que las partes requieren,
se hace un contrato “a la medida” dentro de los límites legales

En nuestra legislación el artículo 1858 del Código Civil para el Distrito Federal dispone:

Artículo 1858. Los contratos que no están especialmente reglamentados en esté Código, se regirán por las
reglas generales de los contratos; por las estipulaciones de las partes, y en lo que fueron omisas, por las
disposiciones del contrato con el que tengan más analogía, de los reglamentados en este ordenamiento.

Esta disposición señala claramente el orden que debe seguirse para aplicar al contrato atípico las normas de los
contratos, que son:

 Las reglas generales del contrato incluidas en el propio CC.

 Las estipulaciones de las partes.

 c)Las normas del contrato típico con el que tengan más analogía.
También debe acudirse a los usos y costumbres, que pueden ser el origen del contrato atípico, pues en las disposiciones sobre
interpretación de contratos se establece que: “el uso y costumbre del país se tendrán en cuenta” (artículo 1856 del CC). El Código de
Comercio señala que “el tribunal arbitral decidirá con arreglo a las estipulaciones del convenio y tendrá en cuenta los usos mercantiles

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aplicables al caso” (artículo 1445). Por otro lado, la jurisprudencia, las decisiones judiciales y los estudios de los autores sobre determinada
operación atípica, pueden considerarse también como instrumentos auxiliares para su interpretación e integración.

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