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PERFIL GEOGRÁFICO

Uno de los elementos esenciales en la técnica de la perfilación criminal, es el perfil


geográfico, necesario para determinar la ubicación física y medio ambiental de los
delitos, detectar el patrón de actividades criminales del sujeto y su posible domicilio
o centro de trabajo. Se emplea en homicidios, robos, incendios, violaciones
individuales o seriales, para ilustrar la distribución de los delitos en zonas
geográficas específicas o realizar mapeos delincuenciales.
Esta parte de la investigación criminal se fundamenta en la geografía, la palabra
geografía, deriva de geo=tierra y graphos= dibujar, grabar o describir, de ahí se
desprende que es la ciencia que describe y representa gráficamente a la tierra,
estudia la superficie terrestre, analiza las sociedades que habitan en ella, sus
territorios, los paisajes y las regiones que la conforman cuando se relacionan entre
sí, analiza las relaciones de los humanos con la superficie terrestre. En la
antigüedad se le consideraba un arte, ya que realizaban gráficos, símbolos e
imágenes llamativas de la tierra; se percibía como una disciplina educativa porque
ilustraba a las personas interesadas en el conocimiento de los paisajes terrestres y
contribuye a la cultura del individuo y de las sociedades; actualmente se le considera
una ciencia, ya que estudia una problemática, se genera hipótesis, se realizan
estudios y observaciones para comprobar las hipótesis y elaborar una conclusión,
teoría o ley y al mismo tiempo es una profesión, ya que es una actividad laboral por
la que se percibe un salario, es un medio de vida y permite realizar actividades
orientadas a la satisfacción personal dentro de un marco ético.
La geografía incluye cuatro corrientes de estudio, a saber, la regional que se orienta
hacia el descubrimiento y exploración de nuevas regiones, es descriptiva e
ideográfica, se concentra en las características particulares de dichos territorios; la
ambiental se orienta hacia la relación del ser humano con su contexto físico-
geográfico, lo que el hombre realiza está determinado por su entorno; la espacial
que elabora modelos geográfico-espaciales para localizar la distribución de
fenómenos en un espacio físico, es un estudio nomotético y la humanista que
analiza el comportamiento de las personas, la manera en la que percibe sus
entornos espaciales y ambientales considerando sus preferencias, actitudes,
prejuicios y valores.
La cartografía es una rama de la geografía que lleva a cabo la representación gráfica
de un área geográfica, muestra visualmente la superficie de la tierra por medio de
los mapas, los cuales son imágenes geográficas dibujadas a escala, por medio de
medidas longitudinales de algún territorio, en superficies planas, bidimensionales,
tridimensionales o esféricas, a través de signos, símbolos, dibujos y acotaciones.

Para representar de manera gráfica la realidad se utilizan tres elementos el punto,


la línea y el polígono.

El punto representa datos, la línea nos da dirección y los polígonos nos indican
regiones y tendencias estadísticas, estos elementos permitirán entender lo que
ocurre en un territorio partiendo de variables naturales, como el clima, relieve,
vegetación, el uso que se hace del suelo, los aspectos culturales, económicos,
políticos, la demografía, la población, ciudades, transporte, vivienda y la
criminalidad.
Actualmente, para estudiar la superficie terrestre, se emplea la inteligencia
geoespacial, que es el conjunto de ciencias que permiten la captura, tratamiento,
análisis, interpretación, difusión y almacenamiento de información geográfica, a
través de imágenes y mapas que representan visualmente características físicas y
no físicas expresadas referencialmente con latitud y longitud en la tierra, generadas
por medio de la informática para anticipar el impacto que un evento, natural o
causado por los humanos, tendrá en un tiempo y espacio determinado, a través de
un pensamiento crítico y analítico para generar conocimientos geomáticos y
presentarlos éticamente, lo que permitirá una adecuada toma de decisiones. Sus
principales aplicaciones se encuentran en la legislación nacional (catastro, límites
territoriales, zonas de protección ambiental), servicios militares (atención a
emergencias), defensa (conocimiento del territorio), agencias de inteligencia de
mercado, desarrollo urbano y transporte, mapeo de actividades humanas, seguridad
ciudadana, ambiente y cambio climático, sustentabilidad del desarrollo, desarrollo
urbano, economía del conocimiento, mapas digitales, geolocalización, cartografía
automatizada, infraestructura, gestión territorial, recursos mineros, ingeniería de
tránsito, demografía, geomarketing, banca, planimetría, cartografía digital 3D, así
como facilitar acceso a información para el servicio de instituciones públicas,
privadas y sociales.
Una herramienta que ha revolucionado el análisis de espacios físicos es el sistema
de información geográfico o SIG, que es el conjunto de herramientas que se han
diseñado para obtener, almacenar, recuperar y compartir datos espaciales del
mundo real; es un sistema formado por hardware, software, datos personal y
procedimientos, es útil para manejar información georreferenciada posibilitando la
solución de problemas territoriales. Cuando hablamos de georreferenciación, nos
referimos a la posición espacial de una ubicación geográfica específica, con un
sistema de datos y coordenadas concretas, se mide a través de la latitud y la
longitud. Entonces, el sistema de información geográfico surge al unir los datos del
espacio físico con programas informáticos, el sistema separa la información en
diferentes capas temáticas para trabajar con los datos obtenidos empleando mapas
digitales interactivos de fenómenos geográficos y descriptivos organizados, para
obtener patrones de distintos fenómenos. Los elementos que conforman el SIG son
los datos que se van a manejar, los cuales se pueden obtener de manera directa
(investigación de campo) o indirecta (fuentes del gobierno), los modelos para tratar
esos datos, personal capacitado para el manejo del equipo, el análisis de la
información, las alternativas sugeridas y la toma de decisiones para generar
cambios desde una perspectiva ética. Estos adelantos tecnológicos se han aplicado
en el análisis de la delincuencia sobre mapas digitales, empleando el estudio de la
geografía de la ciudad para identificar patrones criminales. Así, los mapas del
crimen facilitan el análisis estadístico y visual del espacio físico del delito y otros
sucesos, relacionan datos con variables geográficas y diseñan mapas que expresan
los resultados.
Desde la criminología ambiental, se establece que la conducta criminal está
influenciada por el entorno, siendo un factor criminógeno que afecta el
comportamiento de las personas y sus decisiones, el delito se concentra alrededor
de ciertos espacios físicos que propician las actividades delictivas, para analizar el
impacto que el escenario social tiene en la generación de conductas criminales. Las
teorías con esta orientación estudian cómo vive el delincuente para esclarecer
porque ciertos espacios físicos tienen mayor incidencia delictiva.
Los primeros estudios realizados de la geografía criminal se llevaron a cabo en
Francia, por la Escuela Cartográfica, sus principales representantes fueron
Quetelet, entre los años 1831 y 1842, quien aplicó las estadísticas al estudio de los
fenómenos sociales y humanos, propuso el uso de mapas para representar las
diferencias territoriales en la incidencia delictiva, expresando que el crimen era un
fenómeno social de masas y no individual, que era constante, regular y normal.
También relacionó el tiempo, el lugar y los factores climáticos con la criminalidad
dando paso a las leyes térmicas y representando los resultados en la curva de
Quetelet. En 1835, André Guerry, también utilizó las estadísticas en el estudio de la
criminalidad, afirmó que las zonas geográficas determinaban los delitos y realizó los
primeros mapas de criminalidad en Europa.
En el Reino Unido, en el año de 1849, Joseph Fletcher, escribió sobre la estadística
moral de Inglaterra y Gales, en donde analizó la distribución de delincuentes según
su edad y las oportunidades que se dan para delinquir. En 1850, Henry Mayhew,
llevó a cabo un estudio sobre las variaciones del crimen a nivel urbano, analizó la
densidad del delito por número de habitantes, agrupación de delincuentes según el
delito cometido y asociando la delincuencia con diversas características
sociodemográficas. En 1854, John Snow, en este mismo país, llevó a cabo el
estudio de la geografía de la ciudad para detectar brotes de colera. En 1881, Ferri,
en Italia, hizo estudios en los que relacionó las condiciones telúricas o territoriales
con la génesis del delito. Entre 1891 y 1897, Charles Booth, observo las condiciones
de vida urbana de las clases sociales más desprotegidas, realizó mapas ilustrando
los espacios territoriales más propicios para el delito. Entre 1915 y 1940 surgió la
Escuela Ecológica de Chicago, con Clifford Shaw, Henry Mackay, R.E. Park y E.W.
Burgess, quienes hablan sobre la ecología social y la posibilidad de identificar
sectores localizables de desorganización social de manera geográfica y ubicar la
criminalidad en ciertas zonas territoriales.
Así mismo, en 1978, Hindelang, Gottfredson y Garofalo, propusieron la teoría de las
actividades rutinarias considerando que los patrones de comportamiento individual
surgen por la interacción del individuo con ciertos lugares o espacios físicos. En este
mismo sentido, Felson y Clarke, en 1998, aportaron la Teoría de la Oportunidad,
estableciendo que el comportamiento del individuo está determinado por el
ambiente físico que genera condiciones propicias para generar el hecho delictivo.
Siguiendo en la misma línea, en 1986, Cornish y Clarke, propusieron la Teoría de la
Elección Racional, en ella establecen que las personas cometen delitos porque
deciden de manera consciente involucrarse y llevarlo a cabo por una disposición
personal e influidos por el contexto social y el ambiente físico. Así mismo, en 1994,
Brantingham y Brantingham, crearon la Teoría del patrón delictivo, la cual considera
que las conductas delictivas no se presentan por casualidad ni en el mismo tiempo
y espacio regularmente, sino que hay puntos de conflicto en los cuales ocurren más
crímenes que en otros espacios y por ende se descubren patrones delictivos; el
delincuente actúa en espacios que conoce y que le son significativos desde el punto
de vista familiar, laboral o de esparcimiento. Por lo antes expresado, el uso de la
información geográfica puede mejorar el análisis, la gestión y la toma de decisiones
en torno a la seguridad, debido a que los delitos no se distribuyen de manera fortuita,
se concentran en ciertas zonas territoriales, las cuales se pueden ubicar a través
del mapeo y el análisis espacial; la ubicación del delito está influenciada por el
entorno físico y los mapas mentales del delincuente. Utilizando esta técnica
podemos optimizar recursos policiales, ubicar patrones delictivos, adoptar políticas
de seguridad ciudadana.
Esta herramienta es muy útil para detectar los puntos calientes o hot spots, que son
lugares donde se agrupan una mayor cantidad de delitos, los cuales permiten
establecer en qué lugar se corre mayor riesgo de ser víctima o el pronóstico de
mayor incidencia delictiva. Esto se logra por medio de la realización de mapas
delictivos que permitirán el registro actualizado de la mayor concentración de
crímenes posibilitando el análisis del espacio físico y de sus características para
generar una intervención de grupos especiales, ubicar una central de policía,
cámaras de vigilancia, conocer tiempos de respuesta de la policía, vigilancia en
ciertas zonas para lograr más efectividad en el control de los delitos, para disuadir
a los delincuentes e intervenir adecuadamente, a través del principio del mal menor
o ética de la no violencia pasiva, aceptar que ocurra algo sin aprobarlo de manera
expresa, porque si se actúa sobre ello se puede generar un mal mayor.
La perfilación criminal es una técnica interdisciplinar que auxilia en la investigación
de delitos seriales y violentos, identificación del autor, eliminación de sospechosos,
ubicar el tipo criminal, provocar al agresor a través de los medios de comunicación,
preparar interrogatorios, justificar la solicitud de otras pruebas y vincular crímenes,
a través del análisis de la escena del crimen y de la víctima, estudiando la evidencia
física y psicológica que deja el victimario, para predecir las características
sociodemográficas edad, sexo, ocupación, etc., criminológicas como la carrera
delictiva y psicológicas como la personalidad, patrones de conducta, motivaciones,
pensamiento, etc., para disminuir el número de sospechosos y lograr su captura. La
perfilación criminal puede ser: deductiva o de agresores desconocidos, inductiva o
de agresores conocidos y geográfica.
El perfil geográfico es una metodología de investigación criminal que analiza la
ubicación de los delitos para determinar la zona en la que es más probable que el
autor de los hechos resida. La técnica se aplica normalmente en casos seriales,
aunque también se puede utilizar en eventos en los que sólo se haya observado un
único delito, siempre que éste esté relacionado con varias ubicaciones en las que
se basa el perfil. Es una técnica de análisis espacial y geográfico, de las actuaciones
de los delincuentes siendo útil para la investigación criminal.
Así, el perfil geográfico analiza la actividad espacial o geográfica de los
delincuentes, necesaria para la investigación criminal, atendiendo a su mapa mental
o cognitivo, que es un plano que el individuo desarrolla en la interacción con su
entorno y que le permite desenvolverse y desplazarse por ese territorio que domina,
a sus movimientos para generar hipótesis sobre el domicilio del agresor o lugares
en donde se desplaza, pudiendo prever sus acciones y establecer su zona de
actuación. Se fundamenta en el estudio del lugar de hechos, presumiblemente
delictivos, en las victimas, en las pruebas forenses y los elementos geográficos
necesarios como las rutas de acceso y salida, características de la zona.
En la técnica de la perfilación geográfica hablaremos de David Canter, psicólogo
inglés, quien aportó la Teoría del Círculo y postula que al ubicar en un mapa los
delitos atribuidos a un mismo sujeto, se podrán identificar las dos zonas más
alejadas entre sí, trazando un círculo que cubra los delitos y probablemente el
delincuente vivirá dentro de ese círculo, cerca del punto central e identificó dos tipos
de agresores, los merodeadores cuya base de operaciones es su hogar y de ahí
se desplaza y los viajeros viven fuera del círculo y viaja a la zona de actuación
delictiva; así mismo, habló de la hipótesis de la consistencia delictiva, afirmando que
el delincuente actúa consistentemente a través del tiempo reflejando en sus delitos
su conducta habitual. En esta técnica se toma en cuenta la biografía del delincuente,
su modus operandi, el análisis de su conducta durante la agresión y las
características de personalidad. Realizó el diseño de un programa informático,
Dragnet, en el cual se introducen datos del sujeto y características del delito,
generando un gráfico o mapa de color, en el cual se identifica la zona probable de
residencia.
En este mismo sentido, Kim Rossmo, criminólogo canadiense, implementó el
Principio de decaimiento con la distancia, el cual muestra que a medida que
aumenta los desplazamientos para cometer delitos, su frecuencia disminuye. Esta
actividad delictiva parte de la zona de confort o de seguridad, la cual es un área
próxima al domicilio o lugar de trabajo del sujeto, que le proporcionan confianza
para realizar sus delitos, siendo más efectivo y con menos riesgo de ser capturado;
si se aleja de ese espacio pierde seguridad generando un decaimiento cronológico
de sus ataques, el concepto de distancia es una percepción personal y varía en
cada individuo. Así mismo, estableció que en su entorno inmediato no lleva a cabo
conductas criminales ya que lleva el riesgo de ser reconocido o identificado por
gente que lo conozca. Llevó a cabo una clasificación delictiva de acuerdo con estos
desplazamientos geográficos: cazador o hunter, quien busca a sus víctimas por los
alrededores de su centro de su domicilio; cazador furtivo o poacher, actúa en un
área específica lejos de su hogar; pescador o troller realiza sus actos delictivos en
zonas donde lleva a cabo sus actividades rutinarias como trabajo o esparcimiento y
trampero o trapper, quien emplea artimañas o engaños para cometer sus delitos.
Teniendo como fundamento la información arriba mencionada, se infiere, que el
perfil geográfico es un instrumento fundamental, desde el punto de vista de la
ubicación física de los delitos para generar acciones tendientes a la intervención y
prevención en el caso de los puntos calientes de la delincuencia, así como, de la
identificación del posible domicilio de un delincuente serial y sus futuras
actuaciones.

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