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This article critically examines the current tendency Desde una perspectiva comunicacional, cultural y
of technological convergence from a communicative, política —terreno en que se ubica la relación de las
cultural, and political point of view, a field whereby, tecnologías con la sociedad—, este artículo analiza
nowadays, the relationship between technology and críticamente la actual convergencia tecnológica. En
society take place. In fact, it argues on behalf of the efecto, plantea la necesidad de comprender los procesos
importance of understanding the processes of techno- de convergencia tecnológica en el contexto (y en com-
logical convergence within the context –and complex pleja interacción) de las transformaciones cognitivas,
interactions– of cognitive, cultural, and political culturales y políticas de nuestras sociedades. Se explora
transformations taking place in our societies. Herein aquí la vuelta a la subjetividad y a la agencia de los
we explore a manifest return to subjectivity as well as actores sociales frente a la crisis de las instituciones y, en
the agency of social actors when facing the crisis of tra- consecuencia, la potencia, pero también el peligro, que
ditional institutions and, consequently, the power but encierra un doble proceso de convergencia tecnológica
also the threats involved in a double process of cultural y cultural en las sociedades actuales.
and technological convergence in current societies.
Keywords: Technological convergence, digital con- Palabras Clave: Convergencia tecnológica, conver-
vergence, politics, culture, information technologies, gencia digital, política, cultura, nuevas tecnologías,
communication. comunicación.
Submission date: October 29, 2008 Recibido: Octubre 29 de 2008
Acceptance date: November 7, 2008 Aceptado: Noviembre 7 de 2008
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Rocío Rueda Ortiz*
Convergencia tecnológica:
síntesis o multiplicidad política y cultural
* Rocío Rueda Ortiz. Colombiana. Doctorado Interinstitucional en Educación, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá,
Colombia; doctora en Educación, Universidad de las Islas Baleares, España. Magíster en Tecnologías de la Información
Aplicada, Universidad Pedagógica Nacional. Docente-investigadora. Correo electrónico: rruedaortiz@yahoo.com.
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1997, p. 13), donde, por una parte, a medida que están formadas por estructuras de poder político
se comparten referencias y símbolos de forma y económico.
cada vez más universal y convergente, el mercado En los siguientes apartados desarrollaremos
de contenidos e imágenes se fortalece gracias a de manera más detallada las implicaciones de esta
su segmentación, a una individualización del convergencia tecnológica expresada en el ámbito
consumo y a una uniformización de la cultura, de de las subjetividades, en particular desde las
los conocimientos y de los valores, que carcome la transformaciones tecnocognitivas que están mar-
creatividad social. Pero, por otra parte, también se cando diferencias en la configuración perceptual
origina en un movimiento que no se deja atrapar y cognitiva de las generaciones que han crecido en
por dicha uniformización, un movimiento de la interacción con tecnologías de la información
minorías y que se constituye de manera diferente, y la comunicación especialmente aquellas que
no sin contradicciones y ambigüedades, en con- tramitan imágenes y sonidos, y permiten la acción
traposición de tales modelos, donde la dinámica a distancia, para ir tejiendo desde allí aquellas
cultural marca el ritmo de la multiplicidad y la que se producen en los ámbitos de la cultura y de
potencia de las sociedades. la política, donde se propone mirar críticamente
En cuanto a la convergencia política, diremos esta interacción entre tecnologías y sociedad, tanto
que los actores políticos tradicionales encuentran en sus riesgos como en sus potencialidades.
tanto en los medios masivos como en las nuevas
redes de “autocomunicación de masas” el espacio Transformaciones tecnocognitivas3
propicio para establecer puentes entre estos dife-
rentes sistemas de comunicación, para maximizar La relación tecnologías de la mente y cognición
su influencia en la opinión pública. Pero, también, se ha observado, desde la tesis de la dependencia
en este mismo tipo de tecnologías y redes, han recíproca, entre las metamorfosis de los modos de
encontrado gran resonancia movimientos y acti- comunicación y la estructuración de la percepción.
vistas sociales que ven en éstas una posibilidad de En esta relación se modifican órdenes epistémicos,
resistencia, de rebeldía frente a los oligopolios de la organización perceptual del espacio-tiempo
medios y, en general, frente a los poderes insti- asociados a ésta, los procesos de codificación de
tuidos local y globalmente. Tal condición, como modelos (presentes, pasados y futuros) del orden
lo ha señalado Castells (2007), siendo optimistas, social y, por supuesto, la atmósfera cultural domi-
provee múltiples vías de información y nuevas nante (en esto son clásicos los trabajos sobre cultura
oportunidades para los ciudadanos oral y escrita de Ong y Chartier, entre otros).
de desafiar el control de las élites o Así, por ejemplo, el ataque sistemático de
los asuntos políticos. Pero también Platón contra las formas orales de transmisión de
habría que ser escépticos de las conocimiento inauguró una lucha tecnológico-
habilidades de los ciudadanos comu- cultural entre modos alternativos de percibir y
nes para hacer uso de estas nuevas
posibilidades tecnosociales y, por
supuesto, sospechar aún de las 3. Este apartado retoma algunos aspectos planteados en la
ponencia preparada a propósito del lanzamiento del li-
múltiples vías de comunicación bro Para una pedagogía del hipertexto: una teoría entre
e interacción, pues ellas también la deconstrucción y la complejidad (Rueda, 2008c).
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argumentar la realidad, lo cual logra su mayor sus padres. Como señala Berardi “Bifo” (2007),
desarrollo con la imprenta, que fue la gran homo- una parte decisiva de su configuración emotiva y
geneizadora en este lento e irreversible proceso de cognitiva deriva más de una exposición a la semiosis
metamorfosis cognitiva. No obstante, la oralidad y de la máquina y a su lenguaje visual y digital que a
la escritura no agotan el espectro de las tecnologías interacciones con el núcleo familiar. Así, pareciera
y las máquinas de comunicar. Muy pronto, la pri- que los mundos generacionales comienzan a consti-
macía de la argumentación racional resultado tuirse como conjuntos cerrados, inaccesibles, lo que
y condición de la mecanización de la escritura genera brechas de comunicación y reconocimiento
se ve amenazada por la proliferación de imágenes, del otro, por una suerte de intraducibilidad de los
y de estilos de sistematización y recuperación de sistemas de referencia interpretativos. De hecho,
la información, intratables por las herramientas esta generación, los llamados nativos digitales (Pren-
distintivas del saber racional clásico. Lo que la ski, 2001) 4, establecen una relación imaginaria con
imagen promete, y exige, son nuevos modelos de sus coetáneos de todo el planeta, con las modas
generación, procesamiento y consumo de infor- culturales, consumistas, musicales, etc., entrando
mación, que pueden llegar a poner en cuestión así en circuitos globales, incluso antes de haber
las bases mismas del discurso racional, invitando formado una sensibilidad localizada.
a generar otros modos de relacionarnos con la Se trata de escenarios de socialización deste-
información, y de argumentar. rritorializada (y reterritorializada), que se insertan
Ahora bien, con la introducción de las nuevas en una matriz cultural de intercambio simbólico
tecnologías de la información y la comunicación altamente mediatizado por tecnologías, que acti-
se construyen nuevas relaciones con lo visible, que van un nuevo sujeto heterogéneo y complejamente
convierten la percepción en una cuestión logística. conexo a un entorno múltiple: virtual y actual,
Frente a la imagen-espectáculo, propia de las selectivo y masivo, local y global, posicional y
tecnologías audiovisuales de los siglos xviii y xix, nómada al mismo tiempo. Entorno donde, más
el simulacro interactivo cambia las relaciones cons- que producir sujetos a partir de una lógica
titutivas de la imagen clásica con lo real y obliga de encierro, como lo fue el régimen de
a revisar la problemática de la representación. En tecnologías de la escritura y la escuela,
lugar de consistir en una capa más en el desarrollo lo que busca, precisamente, es generar
acumulativo de la historia, el espacio electrónico socialidades, nuevos formatos de
implica una ruptura abrupta en el ya diferenciado expresión que integran diversos
marco psíquico del pensamiento humano. La
imagen deja de ser lo visto para convertirse en lo
construido, en lo simulado. Estamos, pues, ante 4. Marc Prenski, en su famoso texto sobre
una nueva dimensión epistemológica y, más aún, Nativos e inmigrantes digitales, nos
ontológica de relación con la realidad. dice: “Today’s average college grads
have spent less than 5,000 hours of
Podemos decir que nos enfrentamos, si bien their lives reading, but over 10,000
no de una manera homogénea, pero sí con una hours playing video games (not to
tendencia creciente y dominante, a nuevas gene- mention 20,000 hours watching TV).
Computer games, email, the Internet,
raciones que han aprendido más palabras de una cell phones and instant messaging are
máquina (televisión, computador, video) que de integral parts of their lives” (2001).
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lenguajes, con potencia interactiva y conectiva, ticular, porque si la sociedad industrial construía
y nuevas experiencias de libertad aunque estén máquinas de represión de la corporeidad y el deseo,
controladas; una explosión de subjetividades la sociedad postindustrial funda su dinámica en la
atravesadas por el consumo. movilización constante de este último.
En consecuencia, señala Tirado (2001), en Es un deseo que vive el desgarre de una
nuestras actuales sociedades pierde interés como exacerbación de socialidad, de modulación y
objetivo la constitución de entramados de catego- de gobierno de la libertad, en una dromología
rías gruesas sobre los cuales modelar nuestras sub- o “catástrofe temporal” (Virilio, 1999) que la
jetividades, y lo que importa, fundamentalmente, velocidad produce en nuestra experiencia diaria,
es la conexión y el movimiento productivo por en función de la aceleración tecnológica llevada
redes de información. Dicho de otro modo, que a cabo en todos los sectores (Virilio, 2005). Esta
nuestro circular genere la información suficiente situación genera la preocupación constante de
acerca de prácticas, gustos, formas de vida, estar a la moda o de tener el último modelo, y la
hábitos, etc. como para desplegar tras ella un consecuente preocupación por la obsolescencia
plan de atención individualizado que trate nuestros tecnológica y, al mismo tiempo, la singularización
de los dispositivos tecnológicos de acuerdo con las
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cambio, son las condiciones de una subjetividad ración reticular, de movilización colectiva de las
capitalista, donde la cultura se ha integrado a los inteligencias, estamos pensando en unas prácticas
procesos de producción y valoración económica en culturales y políticas que trastocan las relaciones
las sociedades contemporáneas y es su fuerza vital sociales y la propia subjetividad.
(Blondieu, 2004). Sin embargo, en el interior de estas prácticas
El análisis de E. Raymond (2004) es ilus- de cooperación, emulación y movilización colectiva
trativo si nos situamos en las generaciones que de inteligencias, también se producen relaciones
están totalmente integradas a este nuevo modo de de dominación. Por ejemplo, la industria de la
producción y a las nuevas tecnologías, a través de producción de videojuegos es la arena principal
dos modos de producción de software: la cátedra y para la experimentación del trabajo en equipo,
el bazar. Aquél se inscribe en la lógica tradicional el liderazgo, los empleos de tiempo flexible, las
de la división técnica del trabajo, de su planifica- oficinas abiertas, las jerarquías suaves, una ges-
ción y de su organización racional, que privilegia tión participativa de los recursos humanos y una
la aproximación centralizada y jerárquica. El ética del “trabajo como juego”. Pero esto implica
software es concebido como catedrales, esmerada- dirección soft, cooptación cool y explotación
mente elaborado por desarrolladores aislados o por mistificada, horarios sin fin, agotamiento físico y
mental e inseguridad crónica, organizada fuera
de toda tradición sindical y de protección social
estable; no obstante, percibido por las nuevas
generaciones como un trabajo interesante y mejor
remunerado que el trabajo en cadena de la gene-
ración anterior.
En consecuencia, una transformación fun-
damental de nuestras sociedades es producto de
una estrecha relación entre tecnologías, cultura
pequeños grupos de magos que trabajan separados y sociedad: la cultura y la economía no son más
del mundo. Al contrario que en la construcción campos aislados, ni externamente relacionados;
de catedrales silenciosas y llenas de veneración, la sino que cultura, comunicación, creación lingüís-
comunidad Linux parece, más bien, asemejarse a tica, construcción social de saberes son medios de
un bazar, hervidero de rituales y de aproximacio- producción y productos. Es decir, la cultura se ha
nes diferentes. La idea es distribuir rápidamente integrado a los procesos de producción y valoración
una versión abierta, no acabada del software e económica en las sociedades contemporáneas, es
implicar, por medio de una dinámica cooperativa, la fuerza vital del capitalismo actual. Cambio al
a un número importante de usuarios en el trabajo que le precede una transformación en las mane-
de mejora del producto. La paralelización, que ras de sentir, que hacen posibles las mutaciones
desarticula los tiempos y espacios de producción, económicas.
propone un espacio público de cooperación en el Se trata, pues, de un capi-
que la presencia del otro es, a la vez, instrumento talismo que llega primero con
de trabajo. Estos dos modelos responden a dos las palabras, los signos, las imá-
prácticas sociales, a dos modelos comunicativos, genes; esto es, por máquinas de
a dos modalidades políticas de relación social. expresión que son la potencia
Claro, también tienen que ver con un modelo y el poder de las sociedades de
económico, pero cuando las relaciones sociales no control. Se trata de un capita-
están basadas en la competencia predatoria y se lismo cognitivo, que designa
inscriben en una lógica de emulación y de coope- el desarrollo de una economía
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de significado en la mente pública a escalas local venientes del discurso racional y del pensamiento
y global. Es decir, la convergencia tecnológica se paradigmático y sus tecnologías de la escritura. Y,
constituye en una infraestructura tecnosocial, cuyo la segunda, en relación con la “acción a distancia”,
lenguaje es digital y cuyos procesos de comuni- donde la ausencia tiende a predominar más que
cación se caracterizan por emisiones que están la presencia, a causa de la reestructuración del
globalmente distribuidas, y son global y localmente espacio, en un ciberespacio, global e interconectado
interactivas. (Lévy, 2007).
Ahora bien, al lado de estos procesos de En efecto, en términos de la política de estas
transformación del ecosistema comunicativo y de nuevas ciudadanías o ‘ciberciudadanías’ con
la convergencia tecnológica, en nuestras sociedades las ambigüedades que encierra este término,
se están produciendo unos cambios en la esfera de diremos que se trata, más bien, de prácticas
lo político que interactúan con dichos procesos de ciudadanas incidentales y no estructurales (como
múltiples maneras. Como ha señalado Valderrama fue el caso del movimiento de los pingüinos en
(2007), hoy enfrentamos la expansión del concepto Chile o el del 13-M en Madrid, o recientemente en
de ciudadanía, que pone en tensión aquélla cen- diferentes ciudades de Colombia). La energía y el
trada en el ejercicio de derechos y deberes, y en entusiasmo que se invierte en discusiones en espa-
las estructuras de clase en un territorio o nación, cios como los blogs y los foros resaltan, también,
con procesos de globalización, donde el territorio la profunda necesidad de una cierta comunidad
ya no es el espacio de concentración de los poderes y del intercambio de ideas y de interpretación que
ni tampoco el principal referente identitario; por la gente tiene.
el contrario, aparecen nuevas formas de construc- En efecto, como lo han mostrado diversos
ción de comunidades trasnacionales, o de una trabajos (Castells, 2000; León, Burch y Tamayo,
“ciudadanía planetaria”, en cuanto afirmación de 2001; Sanpedro Blanco, 2005), para los nuevos
la diferencia y la diversidad. movimientos sociales, Internet, la telefonía móvil
Así mismo, son tiempos en los que se afirma y en general su convergencia tecnológica, ofrecen
la “individualidad” (Beck, Guiddens y Lash, 2001), una plataforma clave para el debate, para la acción
de permanente toma de decisiones y búsqueda de de la mente colectiva, y son, además, una potente
autonomía, en el día a día y en la cotidianidad, de arma política5. De hecho, como lo fue para los
aceleración del espacio-tiempo, como señalamos zapatistas en México y como lo viene siendo por
en el apartado anterior. Por supuesto, a estos estos días para los indígenas del Cauca colombiano,
nuevos tiempos se acoplan las tecnologías de la las tecnologías de la información se convierten en
información y la comunicación en, por lo menos, una alternativa para la “contrainformación”, para
dos direcciones, que, a su vez, reconfiguran subje-
tividades, relaciones sociales y prácticas culturales
y políticas. Una, referida a las transformaciones
tecnocognitivas, donde, como hemos
planteado anteriormente, se procura un
tipo de subjetividad que exige nuevos 5. Son cada vez más conocidos los estu-
modelos cognitivos de generación, pro- dios alrededor del uso de tecnología
móvil a través de mensajes (msm),
cesamiento y consumo de información listas de correo y videos con la última
más cercanos al tratamiento de imágenes, generación de telefonía celular, que
a la narratividad y a la exaltación de los permite publicar fotos, audio, video
desde movilizaciones o intervencio-
sentidos, que tensionan aquéllos pro- nes ciudadanas a los sitios web de
los colectivos o movimientos sociales.
Véase http://www.mobileactive.org.
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elevar sus voces frente a las versiones oficiales de web, los blogs, los entornos wikis, plataformas de
los grandes medios, así como la posibilidad de software libre, proyectos editoriales y musicales de
movilizar redes nacionales y globales de apoyo y creative commons y, en general, lo que podríamos
solidaridad para proteger sus vidas. denominar una contracultura de la cibercultura
Para el caso de nuestra investigación6, hemos (Rueda, 2008b).
encontrado un flujo de interacciones entre acciones Así, las cuestiones sobre el libre acceso a la
presenciales y otras a distancia, o interacciones información, las formas de inteligencia cooperativa
off-line y on-line. En algunos casos, se trata de y un malestar hacia formas dominantes anteriores
colectivos cuyas redes sociales están previamente y actuales de la cultura y la política, los mueve
constituidas al uso de nuevos repertorios tecnoló- a crear mundos posibles de afectos y amistad
gicos, y donde las decisiones y planes de acción se aunque éstos sean de duración corta y siempre
definen en encuentros presenciales, que luego se en tensión con los proyectos personales; donde
traducen en acciones con intervenciones urbanas nuevos lenguajes y artefactos, así como acciones ‘en
(manifestaciones, performances en las calles, con- minoría’, suelen cuestionar prácticas de control y
trainformación en diferentes medios alternativos). modelos culturales uniformizantes.
Las tecnologías cumplen una doble función, antes Quizá sea ahora prematuro saber si se trata
y después de las acciones de los colectivos. Una de la producción de nuevas ciudadanías en el cibe-
se refiere a ayudar a la comunicación interna y respacio o de otras prácticas ciudadanas, como ha
externa del colectivo, a la coordinación de acciones señalado Hermes (2006). No obstante, se trata de
y de la agenda, y, la otra, a darle una continuidad un terreno bastante ambiguo y ambivalente, donde
a las acciones locales en un flujo global en otras estas prácticas ya no son fáciles de encuadrar en el
redes, por medio de páginas web, blogs, correos ideal de la ciudadanía moderna, en la militancia
electrónicos. Adicionalmente, hay una presencia e de partido político, en el “estar bien informado”,
integración de diversos lenguajes, desde boletines y exhibir competencias argumentativas y delibe-
escritos, collages, performances, emisiones de radio, rativas. Se trata, pues, de cambios en las prácticas
hasta páginas web; así como el uso de la ironía, el de los “estilos de vida” que pueden ser subversivas
humor, las metáforas y los objetos, que buscan el respecto a sistemas políticos y sociales abstractos.
juego como otra formas de comunicación, educa- Por tanto, se trata de una participación nómada,
ción y expresión política. situada, de consensos parciales, de información
para la coordinación de acciones que pasan por los
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afectos; donde otros lenguajes, como la imagen, la de video, boletines impresos, murales y grafittis,
música, las artes digitales, están abriendo nuevas hacen parte del ecosistema comunicativo de dichos
perspectivas de pensamiento y acción de un noso- colectivos, que, junto con los nuevos dispositivos
tros. En términos políticos, se trata de configurar tecnológicos, constituyen una red que conecta al
la sociedad “desde abajo”, desde lo que puede la movimiento consigo mismo, a los actores sociales
agencia. No obstante, es importante señalar que la con la sociedad en general, la local y la global, y
mayoría de los colectivos que hemos acompañado con el campo de la expresión cultural.
durante este tiempo tienen resueltas ciertas con- Adicionalmente, la mayoría de estos colectivos
diciones estructurales de vivienda, alimentación, están estrechamente vinculados a procesos de
salud, educación y trabajo, que diremos, les per- redes sociales, territoriales, a una vida localizada
miten participar de forma deliberada y ‘reflexiva’ de interacción cara a cara, que, en muchos casos,
en estos proyectos de contracultura. orienta una acción política de resistencia frente
Pero, al mismo tiempo, nos hace ver que a las instituciones locales aunque, también,
a medida que la sociedad civil, la propia esfera frente a las globales, como las corporaciones y
pública, se superpone a las estructuras de infor- multinacionales. Por ello, diremos, más bien,
mación y comunicación, la exclusión de ellas se que la acción propia de estos colectivos se produce
convierte en una “exclusión de ciudadanía”, en en una “ciudad de flujos” que es también de los
una exclusión política y cultural. Se trata ya no de lugares, como ha señalado Castells (2000, 2007),
una ciudadanía social, sino predominantemente en el que interactúan procesos off-line con procesos
de una cultural, donde el problema no es sólo el on-line, en un espacio global hecho de flujos, luga-
acceso a estas estructuras, sino el lugar que los res y múltiples interacciones, y donde esa subjetivi-
conocimientos y saberes ocupan, y las acciones que dad que está sometida a cierto direccionamiento,
se realizan dentro de ésta, como receptores, con- a un totalizador del sistema capitalista, también
sumidores, productores o creadores; el lugar que encuentra posibilidades de fuga y de sub-versiones,
los conocimientos, “otros”, ocupan en ella (Rueda, de los espacios-tiempos que ésta configura7.
2008b). Es decir, estamos hablando de una En consecuencia, en las sociedades contem-
ciudadanía que puja por una democracia poráneas, viejas prácticas e identidades pueden
intercultural, de una “demodiversidad”, sobrevivir y traslaparse por más tiempo, pero es
tomando las palabras de Boaventura evidente que nuevas prácticas están tomando un
de Sousa (1998, 2003), en la que lugar inesperado. Frente a las culturas letradas,
modos de vivir y producir signifi- ligadas a la lengua y al territorio, las electrónicas
cación, “otros”, puedan coexistir y audiovisuales, se basan en comunidades her-
y complementarse en cuanto menéuticas que responden a
virtualidades que se actualizan identidades de temporalidades
como política cultural. menos largas, más precarias,
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han “racionalizado” y “naturalizado” en las rela- por cierto, contradictorio y ambiguo en sus accio-
ciones de género entre las y los jóvenes frente a las nes, donde se pone en juego la transformación de
tecnologías, y, detrás de ellas, las otras exclusiones la cotidianidad, de la vida social, en sus valores
de raza, de región, de conocimientos, otros, que y objetivos prioritarios, así como la capacidad de
no han entrado a la academia y, por ende, siguen convertir algo en global desde la habilidad de
reproduciendo las relaciones de poder y las prác- ensamblar información diversa y generar nuevas
ticas sociales que devienen de éstas. Por supuesto, configuraciones de sentido, en lo que podríamos
no es posible la creatividad social ni la libertad si llamar convergencia cultural (que siempre puede
nuestras apuestas sociales, y hoy diríamos, tecno- darse en un caso para totalizarlo, y, en otro, para
sociales, no se preguntan por el tipo de cultura estallar su multiplicidad).
que estamos construyendo y por cómo hacemos
frente a las diversas y cada vez más sutiles formas Un cierre por las divergencias y
de dominación y de poder que se ejercen sobre multiplicidades
individuos y pueblos enteros.
En suma, podemos decir que hay dos tenden- El doble proceso de globalización y el surgimiento
cias culturales y políticas en las que se insertan las de las identidades comunales, al lado del proceso
nuevas tecnologías de la información y la comu- de individuación de las sociedades, está desa-
nicación, y su convergencia tecnológica: la totali- fiando nuestras ideas sobre la subjetividad,
zación y universalización del proyecto moderno de cultura y política. En palabras de Beck,
que parece insistir y desplegarse de manera mucho Guiddens y Lash (2001), se trata de dos caras
más compleja, de modo que distintas entidades de un mismo proceso de “modernización
humanas y no humanas resulten subordinadas, reflexiva”, donde la individualización signi-
conectadas y coordinadas en otra única nueva. Se fica la desintegración de las certezas de la
trata de una tendencia a la uniformización social y sociedad industrial y, al mismo tiempo, la
cultural que se expresa en formas de gobierno que compulsión de encontrar y buscar nuevas
tienen mayor necesidad de control rápido y eficaz certezas para uno mismo y para quienes
de las poblaciones. Pero, también, está aquella carecen de ellas. Pero, también, significa
que supone un manejo de la información y de la nuevas interdependencias, incluso inter-
comunicación diferente, jalonado por colectivos dependencias globales.
y movimientos del software libre, del creative Los límites del Estado-nación
commons, de la contracultura, movimientos como la unidad relevante para definir
sociales en la red, y, en general, sujetos colectivos el espacio público también tambalea;
que ven en los nuevos repertorios tecnológicos, la sin embargo, esto no quiere decir que el
posibilidad de universalización, sin totalización, Estado-nación desaparezca, sino que su
de expandir un modelo de creación cooperativa legitimidad ha disminuido y ha cedido
y colectiva, desde abajo, desde la articulación de terreno a una gobernabilidad global que
conocimientos provenientes de diferentes sujetos se apoya en gobiernos que permanecen
y campos. nacionales. El principio de ciudadanía
Aquí la información tiene una importancia entra en conflicto con el de autoidentifica-
clave, pero en interacción dialógica entre diversos ción. El resultado, en parte, es la crisis de
actores sociales, lo cual supone una organización legitimidad política, y esta crisis involucra
más compleja, así como un gasto de otra: la de las formas de socie-
energía más alto en la interacción. dad civil. En términos sociales,
En cualquier caso, se trata de un diremos que hay un creciente
ejercicio cultural y político, que es, poder de los actores sociales,
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de la agencia, en relación con la estructura; pero, Los “pesimistas o “tecnófobos” suelen plan-
también, el lugar de las viejas estructuras sociales tear declaraciones morales, fundadas en valores
está siendo transformado, si no desplazado, en humanistas o sociales que oponen valores pasados
gran medida por estructuras informativas y con el cambio en curso (la pérdida de la centra-
comunicativas. De ahí que la nueva esfera pública lidad del libro y del hombre, o de una esencial
parece estarse constituyendo en el nuevo escenario “humanidad”, el carácter apolítico de las prácticas
comunicacional que proveen las diferentes tecno- culturales, etc.). Ambas posturas no nos ayudan a
logías de la información y la comunicación y su comprender cómo las condiciones de la subjetivi-
convergencia tecnológica, que configura una esfera dad hoy están fuertemente comprometidas con un
pública global. agenciamiento con tecnologías de la mente, de la
De esta manera, señala Castells (2007) que, virtualidad, y, en consecuencia, no nos permiten
como en otros momentos históricos, la emergencia ver las competencias y potencias cognitivas, éticas
de esta nueva esfera pública está enraizada en y estéticas que están amenazadas, pero, tampoco,
procesos de comunicación y ligada a un tipo de las que están emergiendo.
tecnología que no está predeterminada en su forma En nuestras regiones, donde somos principal-
por ninguna clase de “predestinación” histórica o mente consumidores, apropiadores de tecnologías
necesidad tecnológica, sino que será el resultado que no productores de ellas, no podemos
de una vieja lucha de la humanidad por la libertad mantener determinismos tecnológicos como
de nuestras mentes. los de las actuales políticas de incorporación de
Finalmente, diremos que el debate sobre la tecnologías, ni seguir ideologías o ficciones que
convergencia tecnológica tiene que ver, como lo ocultan sospechosamente tanto los peligros como
hemos expresado en este texto, con una com- las posibilidades que se nos están abriendo. Pero
prensión sobre cómo tecnologías y sociedades nos tampoco podemos olvidar las luchas de pueblos
vamos coconstruyendo y transformando. Por ello, cuya lengua y cultura están amenazadas, y no pre-
es urgente superar los debates dualistas “optimis- cisamente por el uso de Internet, sino por ejercicios
tas” contra “pesimistas”, pues sólo dan una visión de poder abstrusos. De ahí que invoquemos aquí
del panorama, o, en otras palabras, nos llevan a una convergencia tecnocultural como una síntesis
tener una versión única del problema: superar y no una simplificación (teórica o tecnológica)
la dualidad y actuar reactivamente. Aquéllos no que nos permita comprender lo que implica la
ven el sufrimiento físico, la miseria económica, las síntesis de códigos culturales, políticos y tecnológi-
condiciones desiguales e inequitativas de acceso y cos, esto es, cómo se está produciendo dicha síntesis
participación en el ciberespacio por género, raza, en sociedades con desigualdades e inequidades
región; el problema ambiental de reciclaje tecno- estructurales como las nuestras, con sus destiempos
lógico que acompaña la difusión de las tecnologías culturales. Quizá dicha síntesis, producto de la
digitales y su convergencia, que está recayendo, aplicación de unos códigos a otros, en interdepen-
principalmente, en los países del sur; las disloca- dencia, posibilite una “tercera entidad” todavía
ciones que produce la aceleración del tiempo en desconocida, no apalabrada, por performar y que
nuestras vidas y las formas de trabajo a destajo en no deviene en alternativas excluyentes, duales, sino
maquilas, pero, también, en las oficinas de yuppies que está siempre abierta a las posibilidades de la
informáticos y programadores. multiplicidad, de las divergencias.
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