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CURRÍCULUM VITAE
Nombre: Eduardo A.
Apellido: Pigretti
Abogado y Doctor en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, fue becario del
Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Nación en temas de derecho minero
internacional y de la Organización de Estados Americanos en cuestiones agrarias. Cursó el posgrado
de Derecho Agrario dirigido por el Profesor Alberto Ballarín Marcial en Madrid y se diplomó en Dirección
de la Administración Pública en la Escuela de Administración Pública de España, becado por el
gobierno de España.
Ingresó en 1958 a la carrera docente por concurso, como auxiliar docente, hasta llegar en 1970 a
Profesor Titular de "Régimen Jurídico de los Recursos Naturales", cargo que desempeñó hasta el año
2010. Dirigió el posgrado de la especialidad de Recursos Naturales, todo ello en la Facultad de Derecho
y Ciencias Sociales de la UBA 1981/2010. Es Profesor Consulto por Resolución 10057/5. Fue electo
Decano de esa Facultad en primera elección, sin candidato opositor, para el período 1990-94 por los
tres claustros.
Profesor Emérito (2008) y Director del Posgrado de Derecho Ambiental en la Universidad Católica
Argentina, desde su iniciación hasta la fecha.
Es consultor y asesor legal de empresas de ambiente, minería, petróleo, gas y recursos naturales. Fue
consultor de las Naciones Unidas en proyectos de recursos naturales. (Nicaragua y Argentina).
Fue en el Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, Presidente de la Sala del
Tribunal de Disciplina y representante a la asamblea de dicha institución, 1993-94 y 1996-98.
Fue designado por concurso Director del Ente Nacional Regulador del Gas, con acuerdo de la Comisión
Conjunta de Diputados y Senadores. 1993.
ÍNDICE
PLANIFICACIÓN ..................................................................7 e) Servidumbres ................................................................ 41
PROGRAMA DE CÁTEDRA MODALIDAD NO f) Leyes nacionales relativa aguas .................................... 41
PRESENCIAL ......................................................................7 g) Regulación de las aguas y cuencas interprovinciales ... 42
EQUIPO DOCENTE .............................................................7 h) Códigos y leyes provinciales. Lineamientos generales . 42
FUNDAMENTOS .................................................................7 i) Usos del Agua ................................................................ 43
OBJETIVOS .........................................................................8 j) Exploración de Aguas..................................................... 43
CONTENIDOS .....................................................................8 k) Control del efecto nocivo ............................................... 43
ESTRATEGIAS Y PRINCIPIOS DE PROCEDIMIENTO ......9 l) La Ley 25.688 de Gestión Ambiental de Aguas ............. 44
EVALUACIÓN ......................................................................9 Aire - Atmósfera ................................................................ 44
BIBLIOGRAFÍA .................................................................. 10 Clima ................................................................................. 46
Referencias de íconos:
Actividad en el Foro.
Actividad Grupal.
Actividad Individual.
Atención.
Audio
Bibliografía.
Glosario.
Sugerencia.
Video.
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PLANIFICACIÓN
AÑO LECTIVO
2017
PROGRAMA DE CÁTEDRA
MODALIDAD NO PRESENCIAL
UNIDAD ACADÉMICA: FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS
CARRERA: DERECHO
CÁTEDRA: Recursos Naturales AÑO: 3ºA ñ o RÉGIMEN: 2º Semestre
EQUIPO DOCENTE
PROFESOR:
FUNDAMENTOS
La materia Derecho de los Recursos Naturales se dicta en 3er año de la carrera de Abogacía y en el
segundo cuatrimestre de cada año lectivo. La misma tiene por objeto conocer y estudiar la regulación
de la relación del hombre con la naturaleza. El estudio de dicha relación partirá de la consideración
tradicional de los recursos naturales como bienes útiles al hombre y el régimen de usos de cada
recurso natural en particular. Paro luego, a través de un ejercicio de integración, abordar la cuestión
de los efectos negativos que los usos conllevan a través de la Teoría General del Derecho Ambiental.
La materia se dictará a la luz de los principios del Derecho Ambiental, acuñados a nivel del Derecho
Ambiental Internacional, a partir de la Declaración de Estocolmo de 1972. Hoy en día, resulta
incuestionable que los problemas ambientales trascienden las fronteras políticas y requieren de
soluciones concensuadas en el seno de la comunidad de Naciones.
La legislación a estudiar, en el transcurso de la materia, regula los usos que el hombre les puede dar a
los recursos naturales, a la vez que prevé instrumentos de control para disminuir los efectos negativos
que tales usos pudieren provocar en la naturaleza.
Para el desarrollo y exposición de nuestra materia, recurrimos a: (1) el análisis del Derecho vigente en
la República Argentina; (2) el Derecho Comparado (tomando como referencia casos de legislación que
por su novedad, éxito o similitud con nuestra tradición jurídica ameriten su análisis); (3) la doctrina
nacional e internacional; y (4) la jurisprudencia, es decir la respuesta de la jurisdicción a los casos
concretos.
Por último, resta agregar que la importancia de nuestra materia, en ésta instancia universitaria radica
en el reconocimiento unánime de la Educación Ambiental como proceso continuo que permite a las
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personas adquirir conocimiento y aprehender valores con la finalidad de formar su capacidad para
comprender las interrelaciones entre el hombre y la naturaleza. Dicho proceso educativo requiere de
un insumo primordial que es la información ambiental, ésta debe ser accesible, adecuada, suficiente y
actualizada.
OBJETIVOS
Comprender la temática de la materia para integrarla al resto de las materias de la carrera.
Adquirir formación en los valores ambientales y establecer una opinión responsable de la
problemática ambiental fundada en derecho.
Comprender el rol del Derecho Ambiental.
CONTENIDOS
UNIDAD I:
Teoría general de los recursos naturales y el derecho ambiental. Nuevos problemas. Responsabilidad
y derecho. Derecho agrario y vida. El cambio de visión. Importancia del daño ambiental. El derecho
clásico: civil y agrario. Los recursos naturales. Legislación vigente sobre recursos naturales. Agua.
Yacimientos minerales. Atmósfera. Flora y fauna. Bosques. Panoramas. Suelo.
UNIDAD II:
El recurso suelo. Magnitud de la propiedad. Delimitación de la propiedad. Legislación de uso del suelo.
Derecho forestal. Constitucionalismo forestal. La ley 13.273. Eficacia del régimen de adhesión. El
código rural de la provincia de buenos aires. Forestación y reforestación (reforma introducida por la ley
14.008). Penalidades. Régimen de los parques nacionales. La ley 22.351.
UNIDAD III:
Agua. Introducción. Clasificación. Línea de ribera. Camino de sirga. Servidumbres. Leyes nacionales
relativas a aguas. Regulación de las aguas y cuencas interprovinciales. Códigos y leyes provinciales.
Lineamientos generales. Usos del agua. Exploración de aguas. Control del efecto nocivo. La ley
25.688 de gestión ambiental de aguas. Aire – atmósfera. Clima. Acciones de argentina en cambio
climático. Esquemas bosques – clima. El protocolo de kyoto.
UNIDAD IV:
Policía sanitaria de los animales. Ley nacional 3959. Tres programas de lucha de enfermedades del
ganado. Policía sanitaria de los vegetales. Control de productos fitosanitarios. Fertilizantes. Semillas y
creaciones fitogenéticas. Protección de la fauna. Marcas y señales. Propiedad y transporte del
ganado.
UNIDAD V:
Contratos agrarios. Arrendamiento rural. Aparcería agrícola. Mediería agrícola. Aparcería pecuaria
propiamente dicha. Aparcería pecuaria pura o simple. Mediería pecuaria. Capitalización. Pastoreo.
Contrato de pastaje o pasturaje. Contrato de cosecha. Contrato de dos cosechas. Contrato de
intercambio de sembrados. Contrato de franquicia ganadera. Contrato asociativo de explotación
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UNIDAD VI:
UNIDAD VII:
Ley 25.670 de presupuestos mínimos para la gestión y eliminación de los pcbs. Energía nuclear y
medio ambiente. Control de riesgos nucleares. Responsabilidad del estado por daños nucleares y
ambientales. Convenciones internacionales vinculadas: ley 17.048, ley 22.455 y ley 22.507.
UNIDAD VIII:
Ley 25.675 general del ambiente. Responsabilidad ambiental. El derecho ambiental como revolución
social política y jurídica. Los nuevos derechos y garantías de la constitución nacional reformada en el
año 1994. Los problemas actuales en materia ambiental. Estado de las cuestiones. Puesto de Trabajo
definido.
EVALUACIÓN
El examen parcial y su recuperatorio consistirán en evaluar las unidades 1 a 5 (inclusive) del programa
vigente a través de la modalidad múltiple-choice on-line. El examen final consistirá en la evaluación de
todo el contenido de la materia, a través de preguntas a desarrollar sintéticamente con modalidad
presencial. Tanto para aprobar el parcial como el final se requiere tener una nota de por lo menos 4
(cuatro) puntos.
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:
(Material en Biblioteca de Escuela de Negocios)
LUGAR Y AÑO DE
AUTOR TÍTULO EDITORIAL
EDICIÓN
Pigretti, Eduardo A. Derecho Ambienta l. Gráfica Sur. Buenos Aires. 2004
Pigretti, Eduardo A. Derecho Ambiental Profundizado. La Ley Buenos Aires. 2004
Pigretti, Eduardo A. Manual de Derecho Minero. La Ley Buenos Aires. 2004
Pigretti, Eduardo A. y
Contratos Agrarios. Depalma Buenos Aires. 1995
colaboradores
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA:
LUGAR Y ANO DE
AUTOR TÍTULO EDITORIAL
EDICIÓN
Ambiente y Sociedad. El bien común
Pigretti, Eduardo A. Lajouane Buenos Aires. 2007
planetario.
La Ley (4º edic.
Pigretti, Eduardo A. Código de Minería Comentado. Buenos Aires. 2004
actualizada y ampliada)
Prieur, Michel Droit de l’environnement. Dalloz París. 2000
Martín Mateo, Ramón Tratado de derecho ambiental. Trivium Madrid. 1991
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MUY IMPORTANTE
La cátedra
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UNIDAD I
La aceptación de una teoría general del derecho de los recursos naturales ha sido
cosa difícil para el mundo del derecho agrario. La posibilidad de una regulación legal
que atienda al mundo natural, que consista en separar el todo en partes (aguas, suelo,
minerales, flora y fauna etc.), y luego realizar un ejercicio de recomposición, de reunir
todos esos factores en una sola formulación normativa, no fue fácil.
La visión de las relaciones de conjunto entre las personas y los recursos naturales no
ha terminado de ser analizada por el derecho, cuando se produce un nuevo fenómeno,
descomunal para el mundo del ser y del deber ser: el mal uso de los recursos
naturales a nivel mundial.
Nuevos Problemas
En nuestra infancia, cualquiera de nosotros podía identificar aguas cristalinas, azules
intensos y limpios, flora y fauna abundante o aún exuberante, y otras delicias que hoy
vemos reducidas a pequeñas áreas o regiones.
Ese es nuestro presente. Cabe preguntarnos cómo atiende el derecho tan grave y
afligentes cuestiones.
Por nuestra parte, aceptamos por ahora la existencia de una suerte de especialidad,
que adopta diversos nombres (derecho ambiental internacional, derecho ambiental
marítimo, por ejemplo), pero preferimos pensar que cuando las nociones e
instituciones ambientales sean reconocidas en forma suficiente se diluirán en el
derecho, pues todo el derecho deberá ser ambiental, como todo el derecho es social,
pues de lo contrario el sectarismo jurídico podrá tornar inhábil lo legal.
Compete al derecho ambiental establecer los principios que deberá atender y las
instituciones sobre las cuales obrar.
En este sentido pareciera que existe la posibilidad de una norma superior, del tenor de
una suerte de mandamiento que parece indicarnos: No hagas a la naturaleza lo que
no quieres que te hagan a ti. Este mandato nos parece informativo de las
consideraciones que siguen, sobre los principios generales que en nuestro criterio es
posible identificar como válidos, en las actuales circunstancias.
Responsabilidad y Derecho
Las reglas clásicas de responsabilidad, contenidas en la legislación civil, no brindan en
la actualidad suficiente protección a quienes resultan víctimas de daños ambientales.
Así como en un pasado reciente apareció en el mundo jurídico la idea del riesgo
creado por el crecimiento de los accidentes provocados por el maquinismo y los
vehículos de transporte modernos, en el momento actual se está produciendo un
fenómeno novedoso como consecuencia del crecimiento de la noción moral y legal del
respeto a la naturaleza, a la vida en general y al ambiente en particular.
Existen formas indirectas de causar el mal y llegar a producir la muerte: el tabaco, las
drogas, las formas de contaminación sónica y las radiaciones entre otras son formas
que la ciencia ha logrado detectar como “novedosas”, en cuanto a provocar la muerte,
sin que ese hecho sea espectacular en si mismo.
La naturaleza deberá ser respetada por todos para que el ciclo vida-muerte se cumpla
bajo condiciones satisfactorias que logren superar el límite de calidad de vida, que
hasta el presente adoptamos como estándar aceptable del bienestar y de la felicidad a
que aspiramos para la raza humana. Todos deberemos permitir la vida, y ello será la
síntesis necesaria del concepto ecología.
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Los intereses del conjunto social empiezan a tener cabida en el esquema judicial
moderno. Hasta ahora había que acreditar la existencia de un motivo de directa ofensa
para accionar ante los tribunales. En la legislación moderna un interés social general
ya está siendo reconocido por la jurisprudencia y las leyes como válido para accionar
en la justicia, aún cuando no existe un interés personal inmediato afectado. Las
acciones comunitarias que afectan a varios grupos pueden ser llevadas a los
tribunales.
Nuevos territorios del derecho se van uniendo: derechos del consumidor (sea en
alimentos, medicamentos), derecho al deporte, derecho a los ambientes sanos,
derecho al descanso y al ocio.
El cambio de visión
Las formas en que se puede perturbar la vida en la actualidad, no pudieron ser
consideradas en los códigos del pasado, razón de que ahora que se ha tomado
conciencia y es posible medir las alteraciones de todo tipo que pueden originarse en
condiciones provocadas por el moderno accionar humano.
Solo por razones de vecindad el Código Civil argentino en su texto original y en las ley
de reformas (Art. 2618 Cód. Civ.), establece el principio de la normal tolerancia,
tomando el punto como una cuestión de confort, pero no como un tema atinente al
saludo individual.
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Así entonces, las molestias que ocasionen el humo, calor, olores, luminosidad,
vibraciones, o daños similares, podrán dar motivo a indemnizaciones o cese de tales
molestias.
La división del derecho público y privado, iniciada por los romanos y repetida por la
Revolución Francesa, como concepto teórico de libertad, no parece ser útil en el
derecho moderno. Todo lo contrario. Si en algún lugar tienen razón los críticos de esa
división son en materia ecológica. Aquí el derecho se presenta como un todo que debe
regular una realidad.
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Se entiende por recursos naturales los bienes de la naturaleza, en cuanto no han sido
transformados por el hombre y pueden resultar útiles.
Finalmente, se entiende por recurso humano al hombre, que se sirve de los recursos
naturales y crea los culturales.
Dos caracteres especiales de los recursos naturales cabe señalar: la resistencia que
oponen a su utilización y la interdependencia en que se hallan.
Agua
Al tratar en particular sobre este recurso expondremos la discusión doctrinal existente
respecto de la conveniencia de contar en el Constitución Nacional con una norma que
establezca cuales son los bienes de los dominios públicos y cuáles los del privado.
Bien es sabido, que ésta distinción la hace el Código Civil en su Art. 2340 y sus
concordantes, y que en tales normas se halla el sustento jurídico de la legislación
positiva vigente.
Yacimientos minerales
Nuestro país ha heredado el sistema español, conforme al cual las aguas y las minas
propiedad de la Real Corona, la que otorgaba mercedes (suerte de concesión) para
que los particulares trabajasen los yacimientos a condición de reconocer a favor del
monarca una parte de la producción (regalía). En ese mismo régimen empezó a
reconocerse la existencia de un derecho de propiedad sobre los yacimientos, distinto
del derecho existente sobre la superficie, y aun independiente de contar con una
merced real concreta, con lo que se desplazó a los minerales de la situación de bienes
del patrimonio real, antecedente actual de los bienes de dominio público. La existencia
de una propiedad otorgada a un particular hizo alejar la idea del dominio público, que
supone la concesión de uso, pero no los caracteres del dominio.
Sin embargo por necesidad del sistema a instaurarse, el Estado debía intervenir para
conceder por primera vez el yacimiento al solicitante, y para justificar ese hecho se le
otorgó la propiedad de las sustancias, pero en lugar de considerarlas del dominio
público, que solo permitiría disponer por concesión administrativa, se le acordó a las
minas en su dominio privado, para que pudiera transferir un propiedad derivada de la
que originalmente le otorgo la ley.
De este modo, el lenguaje minero ha quedado influido con vocablos que orientan a la
idea de concesión administrativa, si bien es categórico el encuadre general a crear
una verdadera propiedad derivada sobre las sustancias minerales solicitadas por
quien tenga condición de adjudicatario, criterio doctrinal al cual nos adherimos.
Conforme a la mecánica del código, los minerales de mayor valor se adjudican a quien
primero manifiesta a la autoridad del hecho de su descubrimiento (minas clasificadas
en primera categoría), principio que se mantiene en otras sustancias de menor
importancia (algunas de las de segunda categoría) siempre que el dueño del suelo no
indique su interés explotarlas, supuesto en el que el propietario de la superficie logra
desplazar al descubridor, en razón de las ventajas económicas que significa la
explotación acorde de las minas y del predio por parte de una única persona: el
propietario de la superficie.
Con lo que dejamos expuesto, se puede advertir que en el régimen del Código los
particulares tienen en apariencia una posición semejante a la del concesionario de un
bien del dominio público, si bien las razones jurídicas existentes obligan los distingos
que la legislación positiva ha estructurado.
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Atmósfera
La moderna doctrina no pone en duda que la atmósfera forma parte del dominio
público del Estado y que en consecuencia éste puede conceder su uso mediante
concesión o permiso, tanto en lo que se refiere a aspectos generales vinculados con la
noción de soberanía (comunicaciones radiales, transporte aéreo) como en aspectos
complementarios, tales como lluvias artificiales, aprovechamiento de la energía eólica
y solar, conservación de las condiciones naturales de la atmósfera mediante leyes que
la protegen de la contaminación.
Flora y Fauna
Como principio general del derecho interno positivo, Código civil establece que las
especies animales silvestres son cosas sin dueño, que pueden ser aprehendidas u
ocupadas por cualquiera. Sin embargo, diversas disposiciones morigeran el alcance
de la norma, sea por respeto a los derechos de propiedad de terceros, sea por la
necesidad de aplicar un régimen reglamentario conveniente a estos recursos. Así por
ejemplo, el cazador que atrapa animales en predio ajeno pierde la pieza cobrada a
favor del dueño si carecía de permiso de éste para desarrollar su actividad. Ver Ley
22.421, de conservación de fauna.
Bosques
Panoramas
Las bellezas escénicas o panorámicas reciben protección especial en nuestro derecho
desde la sanción de la Ley 12.103, según la cual se pueden declarar parques o
reservan naturales nacionales las áreas que por razones de belleza o interés científico
merezcan conservarse para el uso y goce actual o futuro por parte de la comunidad.
Suelo
En la consideración del suelo por parte de la teoría de los recursos naturales se
excluye lo relativo a las superficies pertenecientes al dominio privado de las personas
individuales, en cuanto a derecho de propiedad, en atención a que son objeto de
estudio del derecho civil o el derecho agrario, en su caso. Preocupa a nuestra
disciplina la normatividad que vincula al uso y goce de los bienes del dominio público o
privado del Estado en cuanto presta a los particulares la posibilidad de utilizar el
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patrimonio estatal. En un concepto más general, preocupa analizar las leyes que
regulen el establecimiento de pueblos o ciudades, como también las que procuren
mantener las condiciones ecológicas de los suelos con vistas a su utilización futura o,
en el caso, preservar las condiciones favorables de regiones beneficiadas por su
situación geográfica.
Como se puede apreciar, este tipo de normas legislativas figuran en el Código Civil, y
en disposiciones de carácter federal o local. A ellas corresponde determinar el alcance
de los derechos de los particulares, tanto en lo que a uso del dominio público se
refiere, como a las formas de empleo de los bienes.
Conclusión
En la rápida vista que hemos efectuado de los principales recursos naturales, objeto
de nuestro estudio, hemos intentado demostrar la ausencia de una estructura general
sobre tales recursos, la propia tradición jurídica los ha ido sometiendo a normas y
disposiciones semejantes, las que se han diferenciado, en el mayor número de casos
por una evolución distinta en el tiempo o por un influjo de conceptos locales, alguno de
los cuales hemos dejado expuestos.
Sin perder de vista la naturaleza jurídica distinta que en cada caso corresponde,
estamos en condiciones de establecer que la legislación a regulado en formas
semejante el aprovechamiento de los siguientes recursos: así, las aguas que
perteneces al dominio público; los yacimientos minerales que pertenecen al dominio
privado del Estado, salvo el régimen nuclear; la atmósfera, en cuanto corresponde al
dominio público; las especies animales y vegetales silvestres, en cuanto son cosas de
nadie; los bosques del dominio privado del Estado; los parques y reservas; el suelo en
cuanto corresponde al dominio público o privado el Estado.
En todas estas hipótesis - que no excluyen otras posibilidades la ley ha otorgado a los
particulares la posibilidad de efectuar un uso general o uno especial, con sujeción a
los reglamentos y a disposiciones de una autoridad ante la cual deben presentarse.
A los fines de esta exposición nos basta dejar puntualizado el asunto, convencidos del
carácter local y episódico que toda definición supone1.
El derecho agrario es una herramienta que puede servir a varias políticas o a alguna
en especial. Esto último sucede cuando se identifica el derecho agrario con los
aspectos relativos a la tenencia de la tierra y se circunscribe a la llamada reforma
agraria. En tal caso la interrelación es tan intensa entre derecho y política que puede
llegar a perderse de vista la finalidad de regla de juego que hemos indicado para el
primero.
Tendencias Doctrinales
La exposición moderna y científica del derecho agrario se debe a la denominada
escuela florentina, desarrolla da en Italia por Giangastone Bolla, Filvio Maroi y Antonio
Carroza. Ella ha repercutido favorablemente sobre la escuela francesa y española,
influyendo sobre las corrientes contemporáneas. El derecho anglosajón no reconoce,
en razón de su sistema jurídico, a esta disciplina.
La cuestión de la autonomía
En el debatido asunto de reconocer o no autonomía al derecho agrario, somos
partidarios de negarla, por cuanto nuestra posición al respecto del reconocimiento de
autonomías en el derecho parte de un supuesto muy estricto. Para poder afirmar la
autonomía creemos que se debe considerar la posibilidad de ser autosuficiente que
tiene un grupo de normas. Partiendo de ese supuesto podemos afirmar la autonomía
del derecho interno frente al internacional. Siempre que haya instituciones que tengan
las oportunidades de constituir un sistema en sí mismas, podemos considerar que
existe autonomía. En el caso contrario estaremos en presencia de un estudio
especializado de normas existentes, que atienden a un objeto determinado. Para
nosotros, entonces, el derecho agrario constituye una especialización, y ello permite
afirmar la conveniencia codificar la materia, de establecer tribunales especiales o de
enseñarlo en forma particularizada si a juicio de las circunstancias tales principios
merecen ser afirmados por razones de método de trabajo o consecuencias prácticas.
No creemos que el reconocimiento de la autonomía implique un motivo de especial
valoración. Pueden existir sistemas jurídicos, sin ninguna trascendencia, mientras que
algunas especializaciones son de verdadera trascendencia. Iguales motivos que los
expuestos son aplicables al derecho minero.
Codificación
Tal como se desprende de expresado, la falta de autonomía, no ha impedido, sin
embargo, la codificación tanto del derecho agrario como del derecho minero. El
primero vio cristalizado su conjunto normativo antes incluso del Código Civil, al ser
sancionado el Código Rural para la Provincia de Buenos Aires de 1865. Por efecto del
sistema federal adoptado en el país, las provincias dictaron tales códigos para regular
las materias que les fueron expresamente delegadas por la Constitución. De este
modo, salvo las dificultades planteadas en lo relativo al régimen de propiedad de los
semovientes, tales normas regularon el quehacer agropecuario de manera
conveniente y con gran estabilidad jurídica.
Para delimitar la jurisdicción de cada uno de los dos órdenes de gobierno coexistentes
debemos atenernos a las pautas que establece la Constitución Nacional.
Nuestra carta magna parte del presupuesto histórico de considerar a las provincias
como entidades políticas anteriores a la Nación. Por voluntad del pueblo de esas
provincias se constituirá en Nación, la que recibirá los poderes que las mismas
provincias deciden en ella. Este principio de institucionaliza en el Art. 121 de la
Constitución Nacional, y alguna jurisprudencia lo desdibuja, afirmando la existencia de
otros poderes distintos de los efectivamente acordados, poderes a los cuales da en
llamar implícitos y se pretende reconocer en la Nación para ampliar la esfera de su
competencia.
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Tales códigos respetaron los derechos provinciales sobre sus bienes y, como
consecuencia de ello, se reconoció que correspondían a las provincias en que
estuvieren situados los bienes del dominio público o privado del Estado.
Es por tal razón que el aprovechamiento de las aguas, el uso del dominio público y las
disposición de las tierras del patrimonio privado estatal (sin dueño, vacantes o
mostrencas) se los consideró como pertenecientes a la jurisdicción local. La Ley
15.336, llamada de energía ha modificado en parte este postulado. Idéntico criterio
siguió el Código de Minería al regular sobre la propiedad minera, que consideró en el
dominio privado de los Estados provinciales. Sin embargo, en este caso se puso de
manifiesto lo inconveniente que es delegar a los códigos la determinación de cuales
son los bienes provinciales y cuáles no participan de ese carácter. Así pudo imponerse
un régimen ficticio para los minerales nucleares y nacionalizarse los hidrocarburos,
pasándolos del dominio privado de las provincias al dominio público de la Nación, y
luego revertirlos nuevamente. La razón es sencilla, el Código es una Ley que puede
ser modificada por otra; al cambiar las razones políticas, el enfoque político hace
variar las doctrinas aceptadas, a punto tal que pueden vulnerarse con facilidad.
2
G. J. Cano y E. A. Pigretti, La infición de la atmósfera como un aspecto del problema de la regulación jurídica de los
Recursos Naturales, en La Ley del 4 de abril de 1963.
3
Pigretti, Eduardo A. “Derecho Ambiental Profundizado“, Editorial La Ley, Buenos Aires 2004, pág. 31.
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una de estas con países extranjeros. Incluso cuando exista la posibilidad de que se
extienda el perjuicio de una mal a más de una provincia, la Nación puede intervenirla.
Para los bosques de propiedad privada del Estado existen disposiciones de carácter
local, que reglamentan el uso y goce en concesión de ellos. Existe sin embargo un
régimen nacional aplicable en todas las provincias que se adhieran a él, la Ley 13.273.
Por fin, cuando analizamos las posibilidades de uso y goce del suelo que constituye
dominio público o privado del Estado, necesariamente admitimos la jurisdicción
provincial, por la antedicha distinción de poderes que efectúa la Constitución Nacional
en su artículo 121. En este sentido es oportuno recordar que en la mayoría de las
organizaciones administrativas locales se encomienda a las municipalidades la
competencia necesaria para intervenir en el uso de los bienes públicos situados en el
área comunal. A esta autoridad deben recurrir los interesados cuando de concesiones
de uso del dominio público se trata.
los bienes de la naturaleza más intensos por parte del hombre, por lo que van
explorándose nuevos ámbitos como el fondo de los océanos, los espacios
extraterrestres, las comunicaciones atmosféricas, las modificaciones del clima por obra
humana, etc.
El carácter regional que generalmente presentan estos temas ha ido creando, junto a
las regulaciones bilaterales, instrumentos de carácter regional o aun mundial, que
imponen un régimen común de coordinación entre las naciones. En tal sentido, es
apreciable el establecimiento de políticas comunes a uno o varios recursos. Donde
ese fenómeno se ha desarrollado con mayor importancia ha sido en el recurso agua.
Cabe mencionar por ejemplo: la Comisión Europea para el Danubio; la Comisión
Central de Navegación del Rin; la Comisión Internacional de Límites y Agua; el Comité
Intergubernamental Coordinador de los Países de la Cuenca del Plata (Argentina,
Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay), entre otros.
Para ello es necesario establecer las bases sobre las cuales puede intentarse una
normatividad común, bases que podemos lograr de modo apriorista, valiéndonos del
análisis de las instituciones jurídicas ya existentes y resultan comunes a varios
recursos.
A más de los principios generales de política, existen otros que están inmediatamente
referidos a los recursos en sí mismos y que pueden sintetizarse en las siguientes
fórmulas:
1) El uso de un recurso debe ser efectuado de modo que permita su más conveniente
utilización, desde el punto de vista del interés público. Es decir, que ni los
particulares ni el gobierno deben hacer uso inconveniente de lo bienes perjudicando
el interés general. Este postulado está inmediatamente referido al concepto de
conservación que envuelve también el estudio de los principios técnicos de uso.
2) La ley debe enumerar las prioridades y conveniencia de uso de los recursos,
facultando a la administración a decidir en casos concretos, si mediare dificultad.
3) La calidad de los recursos no puede variar por efecto de su utilización, a cuyo fin
quien opere con ellos debe tomar los recaudos necesarios, salvo que por las
características del bien no haya posibilidad de preservarlo.
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A más de los principios jurídicos similares, una futura normativa de los recursos
naturales, deberá atender a las instituciones jurídicas comunes, las que resultan de la
identidad de hechos en que la explotación del recurso se produce. Entre tales hechos,
que se reflejan en instituciones especiales, podemos señalar la evaluación o cubicaje
de los recursos, las formas de adquisición, los catastros y registros, los regímenes de
reservas, zonificación y prioridades, las autoridades con jurisdicción sobre tales
recursos y la defensa contra los efectos nocivos.
Las leyes adoptan fórmulas legales distintas para evaluar los recursos, pero su
identidad es manifiesta en cuanto su objetivo final. En materia de aguas, por ejemplo,
diversas leyes imponen como requisito previo a la adjudicación de la concesiones, la
evaluación de los caudales durante períodos, con el propósito de determinar la
constancia de tales caudales y la posibilidad de distribuirlos en forma adecuada.
Cuando mediante una observación periódica se puede conocer el comportamiento de
las aguas en las distintas épocas, la autoridad está en condiciones de acordar los usos
con una certeza mayor.
La forma de adquisición de los recursos es otro de los temas que puede recibir un
tratamiento conjunto. Tanto en la concesión de aguas como en la adjudicación de
sustancias minerales o en las extracciones boscosas, el trámite mediante el cual el
particular se postula como posible operador del recurso es coincidente.
Otra institución vinculada con los recursos naturales entre sí son las denominada
reservas. Mediante ellas se sustraen de los sistemas legales comunes ciertas áreas
cuya explotación no puede en modo alguno efectuarse sin una programación previa.
En ese caso, la autoridad administrativa puede concretar y programa de conservación
de recurso que impida su uso hasta tanto el Estado este en condiciones de promover
un uso adecuado. Las reservas se han usados en forma constante en el derecho
argentino, tanto en materia de petróleo, como en otros minerales (carbón, hierro, etc.).
Dentro del mismo concepto podemos encuadrar la protección que se puede efectuar
de la naturaleza mediante la ley de parques nacionales, o disposiciones semejantes
que son dictadas por los gobiernos de provincia, dentro de sus propias atribuciones.
Persiguiendo idénticos propósitos, la Ley 25.743 de protección del patrimonio
arqueológicos y paleontológicos, limita la disposición de tales bienes, sometiéndolos al
dominio público del Estado (Nacional, provincial o municipal) y reglamenta la fórmula
de concesión, dentro de los principios del derecho administrativo.
Por otra parte, existen ciertas leyes que en forma expresa determinan el orden de
preferencia con que se debe usar los recursos. Es ejemplo de este tipo de prioridades
las que están contenidas en la Ley 15.336 de energía eléctrica (Art. 15, Inc. 2º) o en el
orden de uso impuesto por las leyes de agua en las provincias. En las modernas
orientaciones el orden de prioridades no se impone de manera forzosa, pues la
administración pública puede, dentro de ciertos lineamientos generales, variar las
prioridades establecidas por la ley, siempre que existan razones especiales que
avalen ese obrar.
La preservación de los recursos contra los efectos nocivos que un uso inadecuado
puede producir e incluso contra los efectos nocivos que producen usos correctos de
un recurso en otros, ha sido legislada por el derecho provincial por razón de tratarse
de problemas de policía e higiene.
Las disposiciones que protegen las fuentes de provisión y los cursos receptores de
agua y las que persiguen evitar la contaminación de la atmósfera, resultan en la
actualidad el esquema que permitirá el desarrollo futuro de una legislación orgánica
sobre el problema total de los efectos nocivos.
Cuestiones metodológicas
Terminología a emplear
La primera cuestión será definir el conjunto de términos que rondan en torno de las
situaciones en estudio. Los conceptos de medio ambiente, biosfera, ecología,
ecosistemas, entre otros, deberán ser definidos desde el punto de vista legal, sobre
todo si se atiende a que muchos de estos términos guardan un enorme parentesco
entre sí, cuando en oportunidades no implica similitudes o al menos conceptos
complementarios directamente relacionados.
Nos detendremos, ahora, a analizar una breve serie de estas palabras, para valorarlas
en el contenido que hasta este momento le está atribuyendo la ciencia natural.
Así, por ejemplo, la delgada capa de aire y agua, de suelo y vida, que constituye el
marco de la historia del hombre se denomina biosfera. Dicho de otro modo, la biosfera
se define como la parte de la Tierra donde existe vida, pero esta definición acarrea
para los especialistas algunas dificultades, por cuanto aún en la superficie de la Tierra
existen zonas demasiado secas o frías o muy calientes que impiden el mantenimiento
natural de organismos con procesos metabólicos.
Para otros, la serie de interrelaciones existentes entre el hombre, el aire, el agua y los
suelos, sería comparable al concepto de biosfera, cuando no al criterio de medio
ambiente. Este concepto de “medio ambiente”, pasaría entonces a ser definido como
la suma de todo lo que nos rodea. De aceptar tal punto de partida, biosfera y medio
ambiente serían identificables con el término ecología, que al parecer fue empleado
por primera vez por el biólogo alemán Ernesto Haeckel, quien emplea la palabra a
partir de su raíz griega “oikos”, que significa casa. Ello llevaría a la conclusión de que
el estudio de la casa o ecología sería la ciencia que estudia la interrelación entre los
organismos y su medio.
29
El ecosistema tiene una entrada (energía solar, elementos minerales de las rocas,
atmósfera y aguas subterráneas) y una salida de energía y sustancias biogénicas
hacia la atmósfera (calor, oxígeno, ácido carbónico y otros gases), la litosfera
(compuesta de humus minerales, rocas sedimentarias) y la hidrosfera (sustancias
disueltas en las aguas superficiales, ríos y otras aguas). La idea general de
ecosistema permite, a su vez, señalar las distintas esferas de la tierra, que integran la
biosfera, sobre la que el hombre actúa, modificando el estado natural, sea en forma
favorable o desfavorable.
SÍNTESIS ACTUAL
4
Ecosistema, termino definido por al Conferencia Mundial de la Biosfera de Paris de 1968.
30
UNIDAD II
El Recurso suelo
El recurso suelo es de especial consideración para el régimen jurídico de los recursos
naturales. Como se comprende, el recurso suelo constituye la estructura operacional
del hombre sobre el planeta y es, además, el reservorio de otros recursos tales como
agua, minerales, flora, fauna, etc. En consecuencia, el suelo tiene un régimen de
propio de utilización como mera plataforma, que merece de por sí atención jurídica
distinta de la que puede ser objeto de consideración por las explotaciones culturales o
silvestre a que va a ser sometido. La decisión política que se puede adoptar sobre
base técnica, orientada a que el uso del suelo no sea indiscriminado sino el resultado
de la ponderación de las condiciones naturales, se expresa en el derecho como la
institución de la “zonificación”. Con tal nombre se indica el conjunto de regulaciones
jurídicas que permite establecer que áreas quedan sometidas al uso ciudadano,
cuáles al uso rural y aun, dentro de ellas, cuáles dirigidas a servir a la producción,
cuáles al comercio, la residencia humana o la distracción. Este concepto es
relativamente moderno y se vincula a las técnicas de planeamiento físico, mediante las
cuales se analiza primero teóricamente y se define después los más convenientes
usos para un área o región determinados. En el antiguo derecho estos conceptos se
los definía mediante el criterio de ejido municipal, el que definía este límite general
entre lo urbano y lo rural. Dentro de lo urbano, la definición entre dominio público
(correspondiente al uso colectivo) y dominio privado se delimita con el concepto de
línea de edificación, que lo establece la autoridad pública atendiendo alas necesidades
de comunicación y desplazamiento propias de las ciudades. Es también en el orden
municipal (policía de la propiedad) en donde se perfecciona el criterio de impedir el
fraccionamiento indiscriminado de los lotes, los que deben someterse a mínimos, por
debajo de los cuales no se admite parcelamiento alguno.
Magnitud de la propiedad
Diversas razones han ido condicionando el ámbito físico en que se ejerce la propiedad
superficiaria (ciudadana o rural) dimensionando la forma y la extensión que adopta. En
nuestro derecho, la recepción de tales principios para el ámbito rural se inició con las
leyes de tierra fiscal y colonización, las que establecían los tamaños de los lotes,
siguiendo luego los ordenamientos provinciales dictados para regular la fundación de
los pueblos y ciudades. Posteriormente, se desarrolla el concepto en las leyes de
arrendamientos y aparcerías rurales. En el año 1942 se encomendó a la División de
Arrendamientos y Aparcerías Rurales el estudio de cada zona y tipo de explotación
con vistas establecer unidades de superficie que produzcan mejores rendimientos
económicos (ver decreto 115.574/42)5. El concepto desarrollado en la normativa citada
ha sido en general económico-social. Se definieron dos tipos de criterios económicos,
a saber: (i) la unidad familiar, que es la superficie de tierra que permite vivir a una
familia campesina en forma decorosa; y (ii) la unidad adecuada, que es la superficie
que coincide con la realidad de trabajo que recibe, es decir, cuando la familia más
otros trabajadores que se le suman son suficientes para una óptima producción
agraria del lote. De resultas de tal concepto puede haber unidades adecuadas de muy
diferente superficie, aún cuando las condiciones de suelo, clima y agua sean iguales.
Es el factor humano el que define el concepto de adecuada.
5
Tal criterio de fijar superficies medias de chacras que permitan una explotación económica se reitera en: (i) los decretos:
136.321/42 (Art. 23), 18.290/45 (Inc. a, Art. 26), (ii) las leyes: 12.842 (Art. 34), 13.256 en sus decretos reglamentarios –
7.786/49 (Art. 30); 11.204/52 (Art. 1); y 17.447/59 (Art. 25). Como así también la ley 17.253 (Art. 12).
33
Desde la sanción de las reformas al Código Civil mediante la Ley 17.711, se estableció
el principio de economicidad en el uso y aprovechamiento de las cosas. En el caso de
los inmuebles el Art. 90 de la mencionada Ley 17.711, agregó como segundo párrafo
del Art. 2326 del Código Civil la facultad de las autoridades locales (provinciales) de
reglamentar la superficie mínima de la unidad económica.
Delimitación de la propiedad
Materia propia de los códigos rurales de cada una de las provincias. En el caso de la
Provincia de Buenos Aires, el Código Rural define la cuestión en el Libro I, Sección I,
Título I, Capítulo I –Deslinde y Amojonamiento- y Capítulo II -Cercos-. Es Así, que el
Código establece las siguientes obligaciones: (1) de cercar el límite de los terrenos
frente a caminos públicos, cuando el costo de los trabajos no implique un valor
superior al 10% de la valuación fiscal de inmueble; (2) de contribuir (por parte del
propietario colindante) al pago del cerco que construya el vecino y favorezca el
cerramiento de la propiedad.
34
a) Conservación de la propiedad
Como se dijo precedentemente, mientras la teoría jurídica partió del jus abutendi y el
concepto político de la ley se refirió a “laisser faire”, era impensable establecer un
régimen de preservación de las condiciones naturales del suelo. Pero a partir del la
consideración de la naturaleza como un bien que debe ser administrado
cuidadosamente en provecho de la generaciones presentes y futuras, se produce una
modificación en la política legal, que en nuestro país se recibe por primera vez en la
Ley de arrendamientos y aparcerías rurales6. Dicha Ley, en salvaguarda del
propietario del fundo, exige del arrendatario el cumplimiento de modalidades de
trabajo que eviten la erosión del suelo. Ese criterio de defensa de la propiedad privada
evoluciona hacia un criterio más general, desde que la Ley 17.711 sustituyó el Art.
2513 del Código Civil, conforme al cual, se autorizaba al propietario a desnaturalizar,
degradar o destruir su propiedad. El nuevo texto en vigencia determina que el uso y
goce debe ser regular. Esto supone una limitación esencial al temperamento liberal del
orden jurídico anteriormente imperante, permitiendo establecer pautas de
conservación de los bienes7, que en el caso de la preservación del suelo, resultan de
extraordinaria importancia, por cuanto se pueden adoptar medidas de corrección de
malas prácticas agropecuarias y exigir conductas de preservación de las condiciones
ecológicas de los suelos8.
b) Concentración parcelaria
6
Ver Art. 8º de la Ley Nº 13.246.
7
Con anterioridad a tales preceptos, algunas provincias establecieron normas de conservación de suelos basándose en el
ejercicio de un poder de policía sobre la naturaleza. Por ej. en el Código Rural de la Provincia de Buenos Aires que en el
Libro I, Sección I, Título III autorizó al PE provincial a determinar las regiones o áreas erosionadas a fin de poder controlar
con eficacia el estado de ellas y aplicar planes de restitución de las condiciones de fertilidad de las mismas.
8
Ver también la Ley Nº 22.428 de Conservación y Recuperación de la Capacidad Productiva de los Suelos y la Ley Nº 24.071
que aprobó la Convención sobre la Lucha contra la Desertificación en los países afectados por sequía grave o
desertificación.
9
Ver Ley Nº 8.912/77 sobre Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo en la Provincia de Buenos Aires (T.O. mediante Decreto
ley 10.128/83 y Decretos 1549/83, 9404/86, 3389/87 y 1372/88)
35
A continuación se detalla brevemente, los puntos centrales que las leyes de uso de
suelo intentan resolver:
a) planificación territorial;
b) régimen urbano del suelo;
c) ejecución de las urbanizaciones;
d) fomento de la edificación;
e) intervención en la edificación y uso del suelo;
f) protección del paisaje y del medio; etc.
La legislación de uso del suelo también definen los principales problemas que tal uso
económico suscita, por ejemplo, obtener que el suelo sea usado en congruencia con
su fin público (tratando de evitar la distorsión del mercado de terrenos).
Derecho forestal
El Código de Hammurabi, que rigió en la Mesopotamia asiática alrededor de 1.700
años a. C., legisló sobre el diverso quehacer campesino no olvidando al árbol, así
penaba su destrucción declarando que quien talara un ejemplar de un huerto debía
pagar media mina de plata.
El árbol como individuo útil; el monte, el bosque, la selva, es decir, el conjunto que
configura una masa forestal creadora de multitud de bienes, microclimas, refugio de
flora y fauna, protector de grupos humanos, fuente energía, dador de vivienda y de
otras necesidades que nacen con el hombre con antelación a las culturas primitivas y
se multiplican en milenios hasta las contemporáneas sociedades de consumo,
constituyéndose en bien jurídico protegido contra los elementos y la acción
depredadora del hombre, de su abandono y de su imprevisión.
Constitucionalismo forestal
Como en otros sectores de la economía, el constitucionalismo moderno va teniendo en
cuenta al árbol y al bosque. Tal formulación de normas legales es benéfica, en cuanto
obliga al legislador y llama cuanto menos la atención contribuyendo a la formación de
una conciencia forestal arraigada en la realidad de países de Europa occidental y del
norte de nuestro hemisferio.
momento, con las escasas normas existentes en la materia recogidas por las leyes de
10
tierras fiscales , se produjo una “verdadera devastación”.
La Ley 13.273 fue reformada por el ley 19.995 que determinó que las superficies
boscosas superiores a 2.500 hectáreas pueden explotarse por tres vías: (i) concesión
a particulares; (ii) por administración; y (iii) por empresas mixtas. En todos los casos
debe garantizarse la persistencia de la masa forestal. Las superficies menores a 2.500
hectáreas pueden ser adjudicadas en forma directa a los particulares, siempre que se
trate de industrias evolucionas radicadas en la zona. Los permisos de extracción
pueden conferirse hasta un máximo de 2.500 toneladas o metros cúbicos por persona,
por año, en parcelas de hasta 250 hectáreas. Dicha Ley 19.995 de reforma a la Ley
13.273 también actualiza el derecho de inspección a la explotación de los bosques
fiscales y ajustó el valor de las multas y contravenciones forestales.
La ley nacional y el código rural bonaerense dan similar definición de tierra forestal,
entendiendo como tal, a “aquella que por sus condiciones naturales, ubicación o
constitución, clima, topografía, calidad y conveniencias económicas, sea inadecuada
para cultivos agrícolas o pastoreo y susceptible, en cambio, de forestación, y también
aquellas necesarias para el cumplimiento de la presente ley (Art. 1º de la Ley 13.273).
12
Los mismos cuerpos legales antes citados también clasifican con escasas
diferencias los bosques en cinco categorías, a saber:
10
Ver Art. 18 de la Ley 4.167 sobre bosques de las tierras fiscales de propiedad del Estado Nacional.
11
Ver Código Rural de la Provincia de Buenos Aires, Ley Nº 10.081, Sección 2da, Título I, Capítulos I a IX que tratan de: las
normas generales, la clasificación de los bosques, el régimen forestal común, el régimen forestal especial, el régimen de los
bosques fiscales, la prevención y lucha contra el incendio, la forestación y reforestación, el fondo provincial de bosques y el
tránsito de productos forestales.
12
Ver Arts. 6 a 10 de la Ley 13.273 y Arts. 209 a 214 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
37
a) protectores;
b) permanentes;
c) experimentales;
d) montes especiales; y
e) de producción.
Asimismo, otro criterio de clasificación surge de la propia Ley 13.273 que agrupa los
bosques (y tierras forestales) según queden sometidos a un régimen común o a un
régimen especial.
La primera medida protectora de la Ley 13.273, surge del artículo que establece:
“queda prohibida la devastación de bosques y tierras forestales y la utilización
irracional de productos forestales”, dicha regla rige para todas las categorías de
bosques. Al igual que la regla que establece que los propietarios u ocupantes a
cualquier título de bosques y tierras forestales, antes de iniciar trabajos de explotación
de los mismos deberán obtener la conformidad de la autoridad forestal competente a
la que deberán presentar el plan de manejo.
La ley nacional y el código rural bonaerense determinan que este régimen especial es
aplicable tanto a los bosques protectores, como a los permanentes, y en tal sentido
establece que:
Los bosques y tierras forestales que formen el dominio privado del Estado, son
inalienables. Pero podrán ser explotados para su mejoramiento, previo relevamiento
forestal en el caso de los bosques de producción.
El Estado Nacional (y las provincias adheridas) para explotar sus bosque podrá
recurrir a la concesión, administración, empresas mixtas, concesión directa, permisos
de extracción.
La Ley 13.273 veda en los bosques y tierras forestales de carácter fiscal el pastoreo,
la simple ocupación -que no otorga derechos- y la caza y la pesca -la que sólo serán
permitidas en las épocas reglamentarias, previa autorización-.
13
Ver Arts. 20 y 21 de la Ley 13.273 y Arts. 219 a 222 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
14
Ver Arts. 22 a 33 de la Ley 13.273 y Arts. 223 a 234 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
38
15
d) Prevención y lucha contra incendios
Luego del primer enemigo del bosque (el hombre depredador), sigue el fuego. La Ley
13.273 establece básicamente el siguiente régimen:
Penalidades16
La Ley 13.273 establece que constituyen contravenciones forestales (a) por acción: el
uso indebido del fuego, el daño a la floresta, la remoción o destrucción de señales, la
introducción indebida de ganado, la falsedad de declaraciones o informes de
formulación obligatoria, la trasgresión de los planes aprobados; y (b) por omisión: la
falta de denuncia de la existencia de un incendio y el incumplimientos de obligaciones
debidas.
Las sanciones que se aplicarán, previo sumario forestal, son pecuniarias, por ejemplo
multas, comiso de productos indebidamente introducidos o extraídos, suspensión o
eliminación del registro de productores, industriales o comerciantes. El plazo de
prescripción de las acciones y las penas es de cinco años.
Nuestro país debe al Dr. Francisco P. Moreno su primer Parque Nacional. Singular
figura de la geología y explorador, donó en el año 1903 tres leguas cuadradas de la
15
Ver Arts. 34 a 39 de la Ley 13.273 y Arts. 235 a 237 del Código Rural de la Provincia de Buenos Aires.
16
Ver Arts. 45 a 50 de la Ley 13.273.
39
zona de Laguna Frías, en la Provincia de Río Negro, para la creación, en el año 1922,
del Parque Nacional del Sud (actual Parque Nacional Nahuel Huapí).
La Ley 22.351
En nuestro país Parque Nacional es toda tierra del dominio público cedido al Estado
Nacional o de propiedad de éste que debe conservarse en estado primitivo sin otras
alteraciones que las necesarias para su control (Art. 4).
Por monumento natural se entiende que debe protegerse en forma absoluta, toda
área, cosa, especie viva de animal o plante, de interés estético o valor histórico o
científico (Art. 8).
UNIDAD III
Agua
a) Introducción
La Constitución Nacional delimita las esferas de acción del gobierno nacional y de los
provinciales y establece los principios de política hídrica, así el Art. 26 CN se refiere a
la libertad de navegación de los ríos, la que además está garantizada por el principio
de gratuidad (Art. 12 CN), que prohíbe cobrar gabelas por el libre tránsito autorizado.
Asimismo, la Constitución Nacional en su Art. 14, reconoce el derecho a navegar que
tienen los habitantes del país. Por su parte, el Art. 75 atribuye al Congreso la facultad
de reglar la libre navegación de los ríos interiores (Inc. 10) y el comercio con las
naciones (Inc. 13). En consecuencia, regular la navegación es de jurisdicción federal,
pero las provincias no quedan excluidas en lo que al aprovechamiento de otros usos
se refiere, en virtud de la reserva de derechos no delegados a la Nación efectuada por
parte de las mismas (Art. 121 CN) y del dominio originario de los recursos naturales
existentes en su territorio (Art. 124 CN). Por su parte, el Art. 2340 Código Civil, ya
reconocía el dominio público de los Estados particulares (Provincias) sobre los ríos,
sus cauces, las demás aguas que corren por cauces naturales y toda otra agua que
tenga o adquiera la aptitud para satisfacer usos de interés general. A ello se debe que
las provincias argentinas tengan legislaciones especiales que regulan su patrimonio
hídrico, tanto en lo que se refiere a su utilización directa por la administración, como al
uso del agua que pudieran hacer los particulares.
b) Clasificación
El Código Civil establece cuáles son las aguas del dominio público de los estados
provinciales, cuáles deben ser consideradas del dominio privado y cuales son “res
nullius” por carecer de propietario.
Sobre las aguas consideradas públicas recae la legislación provincial cuando se hallan
en el territorio provincial.
Las aguas privadas son normadas por el Código Civil y se someten a la legislación
provincial al único efecto de recibir un tratamiento adecuado en lo que a la policía de
tales aguas se refiere. Así, se consideran aguas privadas a (i) las que nacen y mueren
en un mismo fundo (Art. 2350 Cód. Civ.); (ii) las de lluvia caídas sobre lugares
privados (Art. 2635 Cód. Civ.); (iii) las que brotan en terrenos privados (Art. 2637 Cód.
Civ.); (iv) a las que no se desplazan en el terreno (durmientes); y (v) los lagos y
lagunas no navegables.
Las aguas públicas son: (i) los ríos, sus cauces, las demás aguas que corren por
cauces naturales y toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud para satisfacer usos
de interés general; (ii) las que corren por sus cauces naturales -siempre que no
nazcan y mueran en un mismo fundo-; (iii) las que brotan en terrenos privados
formando un caudal (Art. 2637 Cód. Civ.); (iv) los lagos y lagunas navegables; y (v) las
aguas subterráneas (Art. 2340 Cód. Civ.).
Por último, las aguas de lluvia que caiga sobre predios del dominio público son
consideradas “res nullius”, susceptibles de aprehensión por cualquiera Art. 2636 Cód.
Civ.)
41
c) Línea de Ribera
El Código Civil reconoce como constituyendo parte del dominio público a los cauces o
lechos de las aguas hasta la línea de ribera. La línea de ribera es la que
naturalmente señalan las aguas en sus crecidas medias ordinarias. Esa delimitación
natural provocaría incontables dificultades prácticas. Es por ello, que se reconoce que
al Estado (nacional o provincial, de acuerdo a la jurisdicción que corresponda) el deber
de proceder a su determinación precisa, mediante una operación técnica fundada en
la observación constante de las aguas. Por lo tanto, la determinación de la línea de
ribera es esencial para concretar el derecho de propiedad sobre el terreno que
habitualmente cubren las aguas, a favor del Estado provincial.
d) Camino de Sirga
e) Servidumbres
La Ley Civil también prevé las servidumbre que es dable establecer en razón del uso
del agua y están legisladas en el título XIII, del libro III, a saber: (i) acueducto (Art.
3082); (ii) de recibir aguas artificiales provenientes de riego o uso de establecimientos
industriales (Art. 3097 a 3099); (iii) de avenamiento (Art. 3100); (iv) de recibir aguas de
techos vecinos (3092 a 3096); y (v) de saca de agua (Art. 3104 a 3107).
Si bien la nación dictó la Ley 2797 que perseguía obtener la purificación previa de las
aguas cloacales o industriales, antes de ser volcadas a los ríos de la República, los
legisladores vulneraron las atribuciones de carácter local.
(a) Toda concesión se otorga con la cláusula "sin perjuicio de tercero”, esto implica el
respeto de los derechos adquiridos antes de ella.
(b) La concesión no lleva implícita la enajenación parcial del agua sino que confiere al
concesionario un derecho subjetivo de aprovechamiento, este postulado se
enuncia al indicarse “y salvo el derecho de propiedad”.
(c) La administración que concede no es responsable por la disminución o mengua del
caudal concedido.
El derecho a usar las aguas públicas se obtiene tanto ministerio legis (se autoriza el
uso de agua para menesteres domésticos sin otra restricción que el cumplimiento que
el cumplimiento de las ordenanzas) como por consentimiento de la autoridad.
Doméstico;
Municipal, a través de los servicios de agua corriente y cloacales;
Agropecuario;
Hidroeléctrico e industrial;
Minero;
Piscícola; y
Recreativo.
j) Exploración de Aguas
La contaminación que pueden producir en las aguas, las sustancias que en ellas
liberen las industrias, está prevista por las leyes locales que facultan a la autoridad
administrativa a hacer cesar la actividad de que se trata hasta que se corrija la
anomalía. Esta medida resulta razonable por el perjuicio que supone el inficionar las
44
A pesar de que en su Art. 1º esta ley pretende establecer los presupuestos mínimos
ambientales, para la preservación de las aguas, su aprovechamiento y uso racional,
finalmente no alcanza tal objetivo sino que se limita a fijar el manejo político de las
aguas.
Aire - Atmósfera
Ya hemos indicado la importancia del aire como factor vital para el hombre. También
hemos señalado el carácter de res nullius de la lluvia antes de caer al suelo. Por tal
motivo, corresponde que nos avoquemos ahora a los demás elementos de la
atmósfera. En relación al viento, Marienhoff afirma su materialidad17 y, por ende, su
carácter de cosa, pero sostiene, ante la falta de ley expresa, que no corresponde al
dominio público. Por ello concluye que se trata de una cosa sin dueño que puede ser
apropiada por el primer ocupante (Art. 2525 Cód. Civ.), (por ej. mediante el uso de
molinos o veletas). La extrapolación de estos principios, permite concluir en igual
sentido para la nieve, antes de haberse depositado.
El desarrollo que el derecho moderno hace en relación al aire se vincula a los efectos
negativos que se producen por su infición, es decir, la contaminación de su condición
física por la liberación de sustancias o realización de ruidos.
17
Ver Condición Jurídico-legal del viento. JA 24/08/1961)
45
La reforma del Código civil estableció en el nuevo texto del Art. 2618 el límite a la
normal tolerancia cuando se trate de molestias que ocasionen el humo, calor, olores,
luminosidad, ruidos, vibraciones o daños similares. Los jueces quedan facultados a
disponer la indemnización de los daños o el cese de las molestias. El criterio del juez
deberá armonizarse con el interés de la producción, el uso debido de la propiedad y la
prioridad de uso.
En el año 1973 se sancionó la Ley 20.284 que prevé las normas para la preservación
de los recursos del Aire. Se expresa en sus fundamentos “que el aire, el agua y el
suelo son los elementos que conforman el ambiente ecológico en que se desenvuelve
el hombre y toda acción que tienda a preservarlos en las mejores condiciones posibles
está dirigida a las sociedades que se sirven de ellos está dirigida a las sociedades que
se sirvan de ellos”. El ámbito de aplicación de esta ley, juntamente con sus tres
anexos, comprende a todas las fuentes capaces de producir contaminación
atmosférica, ubicadas en la jurisdicción federal o en las provincias que adhieran a ella.
La autoridad de aplicación es la autoridad sanitaria nacional, provincial y la de la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, en sus respectivas jurisdicciones. Se
crea el Registro Catastral de fuentes contaminantes, a cargo de la autoridad sanitaria
nacional, la que también estará facultada para “fijar normas de calidad del aires y las
concentraciones de contaminantes correspondientes a los estados del Plan de
Prevención de Situaciones Críticas de Contaminación Atmosférica.
El Art. 7 faculta a la autoridad sanitaria local a fijar por cada zona niveles máximos de
emisión de los distintos tipos de fuentes fijas y el Art. 8 faculta iguales atribuciones
respecto de las fuentes móviles.
Por esta ley se prevé la creación de una comisión interjurisdiccional solicitada por
cualquiera de las jurisdicciones comprendidas en el problema de contaminación
atmosférica o por la autoridad sanitaria nacional. La comisión funcionará en
jurisdicción (órbita) del poder ejecutivo nacional.
Clima
En el año 1992 se celebró en Río de Janeiro la Cumbre de la Tierra, en la que los
países, mediante la suscripción de la Convención Marco de Cambio Climático,
reconocieron la responsabilidad común pero diferenciada en relación a la alteración
del clima.
c) El Protocolo de Kyoto
18
Ver Decreto 265/96.
19
Ver Decreto 2156/91 y 176/92.
47
UNIDAD IV
a) Antecedentes legislativos
Los Códigos Rurales de las Provincias, dictados a fines del siglo XIX, contienen
capítulos con medidas precautorias de cumplimiento obligatorio dirigidas a tenedores
de ganados y a funcionarios para cuando se hiciera ostensible una enfermedad o se
sospechara su existencia. Poco más se podía hacer a fines de siglo XIX, en razón de
la falta de certeza acerca de la etiología y ciclos biológicos de ciertas enfermedades y
de la falta de medios farmacológicos aptos para combatirlas.
Este es el primer cuerpo jurídico que define como bienes jurídicos protegidos a “los
intereses económicos de la ganadería” y “la salud humana”, en cuanto puedan se
lesionadas por enfermedades de toda “especie de animales susceptibles de contraer,
propagar o difundir gérmenes, virus, parásitos u otros agentes transmisores de
enfermedades no determinas”.
Establece los lugares en que se ejercerá la policía sanitaria, a saber: “cualquier local o
establecimiento, fábrica o usina donde se extraigan, elaboren, manipulen productos de
origen animal”.
Abarca todo el ámbito de la República, en cuanto las cosas objeto de inspección, que
estén o puedan estar afectadas por enfermedades se hallen en territorio federal o
fueran destinadas al tránsito interprovincial o internacional. S e aplicará, no solo por
iniciativa nacional, sino también por el mero requerimiento de los gobiernos locales.
b) Objetos de control
El Art. 1º de la ley bajo análisis hace referencia a los ganados como objetos
principales de su defensa, pero luego el Art. 10 lo amplía refiriéndose a la
industrialización de los productos de origen animal, incluyendo aves, huevos y peces.
En suma, desde la habilitación de establecimientos, aunque sean de simple depósito o
comercialización, sus trabajos, su expedición y el transporte por cualquier medio (Art.
11), es susceptible de inspección veterinaria nacional.
d) Nomenclatura reglamentaria
e) Obligaciones
Tanto el propietario de los ganados como la persona que tenga a su cargo el cuidado
de los animales están obligados a: (i) denunciar la existencia de cualquiera de las
20
Ver Ley Nº 3959, Arts. 1, 9 y 10.
21
Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentación y del Ministerio de Economía de la Nación.
49
enfermedades declaradas tales a los efectos de la ley (Art. 4º); (ii) aislar tales animales
(Art. 5º); y (iii) enterrar sus despojos (Art. 6º).
Por su parte, las autoridades locales deben asegurar que: (i) se cumplan las
obligaciones detalladas precedentemente; (ii) contribuir a su ejecución en caso de
reticencia; (iii) tomar muestras sobre los despojos, a fin de determinar sobre la
naturaleza del mal; y (iv) comunicar los hechos a las autoridades sanitarias
nacionales.
En tanto que, las autoridades nacionales pueden: (i) declarar infectadas las
propiedades; (ii) aislar, secuestrar y prohibir el tránsito integral de animales; (iii)
desinfectar y destruir animales y cosas que puedan ser vehículo de contagio; (iv)
adoptar cualquier medida que sea aconsejable, incluso en caso de ser necesario,
puede proceder a la eliminación de animales enfermos y objetos y construcciones que
hubieren estado en contacto con los animales enfermos y pudieren propagar la
enfermedad.
f) Indemnizaciones
g) Penalidades
Para el caso de incumplimiento de las obligaciones establecidas por la Ley 3959, las
sanciones previstas son la multa y/o el arresto (de 30 a 60 días), agravables en ciertos
supuestos de reincidencia.
Por su parte, el Art. 206 del Código Penal (modificado por la Ley Nº 25.890) establece:
“Será reprimido con prisión de uno (1) a seis (6) meses el que violare las reglas
establecidas por las leyes de policía sanitaria animal“.
1) Aftosa
La Fiebre Aftosa es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta a animales de
pezuña hendida como bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, jabalíes, ciervos, llamas y
vicuñas, entre otros. No es una zoonosis, por lo tanto, no afecta al hombre. La
enfermedad es provocada por un virus que posee afinidad por los epitelios, por lo cual
las lesiones principales se encuentran en boca, hocico, pezuñas, pezones y lengua. La
forma de contagio es el animal enfermo de Aftosa, que elimina el virus por saliva,
leche, materia fecal y orina. La puerta de entrada del virus a los animales susceptibles
puede ser la vía digestiva, respiratoria y/o cutánea. La transmisión de la enfermedad
es por contacto directo entre animales, o de manera indirecta a través de vehículos
50
2) Sarna
Se trata de una enfermedad producida por pequeños parásitos (ácaros) que viven en
colonias sobre la superficie de la piel de los animales, e inyectan líquidos irritantes,
provocando zonas inflamatorias que se agravan con nuevas picaduras, exudaciones y
suciedades, todo lo cual produce descamaciones de la piel, caída de lana o pelo.
Debilitan al huésped por la succión del suero de la sangre y provocan sufrimientos que
pueden llevar a su muerte. La sarna ovina y caprina.
3) Garrapata23
Esta enfermedad es provocada por ácaro que se prende a la piel de los animales y los
parasita, debilitándolos, enflaqueciéndolos y produciéndoles eventualmente la muerte.
Parte de su ciclo continúa en el suelo, desde donde sus prolíficas crías suben a otros
cuadrúpedos continuando el proceso. Su destrucción es sencilla mediante productos
terapéuticos, con clásicos baños de inmersión y fumigaciones.
Los deterioros causados por la tradicional langosta eran signados como catastróficos,
ya que devora toda la vegetación que encuentra a su paso. Menguaron las mangas de
langostas con las pulverizaciones y fumigaciones de productos químicos. El medio
más eficaz es la lucha aérea. Exige vigilancia constante para detectar brotes de difícil
control. El triunfo de la técnica sobre la plaga “voladora” fue contrabalanceado por
nuevas versiones de “tucuras” (en guaraní: parecido a langosta) altamente dañosas.
a) Decreto-Ley 6704/1963
La norma que entramos a analizar, amplia los objetivos de la anterior legislación, por
lo cual declara la defensa sanitaria de la producción agrícola contra animales,
vegetales o agentes de cualquier origen biológico (Art. 1º).
22
Ver el Decreto 7383/44: determina la obligatoriedad de la lucha activa contra la sarna ovina en todo el Territorio Nacional y el
Decreto-Ley 10834/57: declara obligatoria la extirpación de la sarna Bovina en todo el Territorio Nacional.
23
Ver la Ley 12.566 declara obligatoria en todo el país, la lucha contra las diferentes especies de garrapata del ganado y
animales domésticos
51
prevé que se podrá declarar plagas “cuando puedan considerarse tales por su carácter
extensivo, invasor o calamitoso” y “en tales casos se dará a conocer los métodos
aconsejados por la técnica agroquímica para erradicarlas o establecer sobre ellas un
adecuado control”. La elaboración de la nomenclatura de los agentes perjudiciales de
la agricultura está a cargo del organismo de aplicación del Decreto-Ley 6704/196324.
Es decir, que la elaboración de la nomenclatura no requiere de decretos del PE ni de
resoluciones ministeriales, vasto con la Disposición Nº 116/64 del Departamento de
Fiscalización Fitosanitaria que declaró plagas a ciento veinte agentes perjudiciales de
la agricultura, como por ejemplo: avutardas, cotorras comunes o catas, conejos,
cuises, palomas cenicientas, varias especies de ratas y ratones, vizcacha. Entre los
insectos, varias chinchillas, isocas, pulgones y moscas de la fruta. Entre las malezas,
abrojos, cardos y sunchillo vinal.
El ámbito de aplicación del Decreto Ley bajo análisis se extiende a todo el territorio de
la República, ello surge claro del Art. 3 que se refiere a la importación, exportación y el
tráfico interior de vegetales atacado por alguna plaga o agente perjudicial, susceptibles
de ocasionar perjuicios a la producción agrícola o de propagar plagas o agentes
perjudiciales. Hay concurrencia con los gobiernos provinciales en cuanto estos, en
virtud de su legislación especial, suelen combatir los mismos agentes perjudiciales de
la agricultura. Las provincias estructuran organismos específicos similares a los
nacionales, que dependen de ministerios o secretarías de agricultura locales. Entre
ambas jurisdicciones se ha hecho habitual la celebración de convenios fitosanitarios
con objetivos comunes.
Son sujetos de las obligaciones establecidas por Decreto Ley 6704/1963 “todo
propietario, arrendatario, usufructuario u ocupante de terreno, cualquiera sea su título,
o tenedor de vegetales, sus productos, derivados de éstos y envases que contengan
alguna plaga“, quienes tienen obligación de: (i) dar aviso del hecho, inmediatamente, a
la autoridad competente; (ii) efectuar por su cuenta, dentro de los inmuebles y/o
medios de transportes, las medidas que el organismo de aplicación determine para
destruir las plagas, desde el instante mismo en que se produzca el ataque, sin
interrupción, hasta la extinción de la plaga o en su caso, hasta obtenerse un adecuado
control de la misma; (iii) permitir el acceso a los funcionarios de aplicación para
verificar el cumplimiento de la norma o para realizar trabajos de lucha, o de
destrucción de sembrados, plantaciones, vegetales, sus portes, productos, derivados
de éstos y envases; y (iv) prestar la colaboración que se tales funcionarios soliciten.
24
Dirección Nacional de Protección Vegetal del SENASA.
52
Fertilizantes
Con fecha 23 de mayo de 1973 se sancionó la Ley 20.466 de Fiscalización de
Fertilizantes, mediante la cual se intenta promover el uso de los mismos. La ley
constituye una mera herramienta futura, por cuanto autoriza a los organismos
competentes a realizar importaciones, como a mantener desgravaciones por uso,
conceder subsidios a la industria local del ramo, facilitar la obtención de créditos,
determinar la existencia en el país de tales productos y regular el régimen de
infracciones. Como se aprecia, no hay un plan preciso, sino una descripción de
posibles definiciones burocráticas.
Protección de la fauna
25
Ver Decreto Reglamentarios Nº 666/1997.
53
(3) No hay marcación sin permiso. A tal fin debe avisarse a la Municipalidad o su
delegación local para que controle el acto junto de marcación con la autoridad policial
y, eventualmente con los vecinos ganaderos.
propiedad de él. Estás soluciones entraron en crisis al ser sancionado el Código Civil
de 1869 que omitió toda consideración al régimen de propiedad de los animales y
legisló -luego de incluir a los semovientes en el conjunto de cosas muebles del Art.
2318- en el Art. 2412 que la posesión de buena fe de una cosa mueble hacían
presumir la propiedad de ella y permitía repeler la reivindicación, salvo que la cosa
fuera robada o perdida. Tal contradicción debió resolverse a favor del código de fondo,
por imperio del principio de supremacía de la Constitución Nacional. Sin embargo,
pese a las teorías y proyectos, la legislación provincial de marcas siguió aplicándose
por razones prácticas de seguridad jurídica y por ser la única manera de identificación
propietarista colectiva posible en ganadería extensiva. El Código Rural Bonaerense26,
sancionado en 1970, estableció que la inobservancia de la obligación de marcar hacía
presumir la mala fe del poseedor del animal (Art. 109). Así la solución intentada se
encaminó con un criterio novedoso en el sentido de otorgar al cumplimiento de la
obligación de marcar un sentido jurídico propio y distintivo, que aparecía evidenciado
en su inobservancia, si no se marcaba legalmente, su posesión quedaba descalificada
y se presumía la mala fe del poseedor.
Así se observa que el Código Civil no habría podido imponer la simple tradición de los
muebles al régimen jurídico de los ganados, ni el simple “poseo porque poseo” a la
estricta y requerida marcación propietarista, sobreviviendo así el régimen jurídico de
las marcas y señales al cambio profundo que consagró el Código de fondo en el año
1869.
d) Sistema de la Ley 22.239. En el año 1983 fue sancionada la Ley 22.239 que
proclamó su carácter de modificatoria del régimen vigente, al legislar específicamente
sobre el instituto de la marcación y crear un régimen nacional de marcas y señales
obligatorio para toda la Nación. No obstante, la norma remite (pese a su rango de ley
para todo el país) a las legislaciones provinciales en todo lo referente a la obtención
del registro de los diseños, plazo del uso exclusivo conferido al titular del diseño
registrado y su prórroga y transmisión.
En el título III, la Ley 22.239 establece que: “se presume, salvo prueba en contrario,
que el ganado marcado o señalado, pertenece a quien tiene registrado a su nombre el
diseño de la marca o señal aplicada al animal (...) el poseedor de hacienda orejana y
de aquella cuya marca o señal no fuere suficientemente clara, quedará sometido en su
derecho de propiedad al régimen común de las cosas muebles, sin perjuicio de las
sanciones que estableciere la autoridad local. Así la Ley consagra un confuso y doble
régimen respecto de la propiedad del ganado uno fundado en la marca y otro en el
principio según el cual la posesión vale título (excepto que la cosa sea robada o
perdida).
26
Ley 7.616 de la Provincia de Buenos Aires.
27
Ver Arts. 112 a 157 de la Ley 10.081 de la Provincia de Buenos Aires (Código Rural)
55
aplicación del Art. 2412 del Código Civil. Sin duda, el nuevo régimen legal abandona
(respecto del ganado orejano o con marca dudosa) todo intento de fundar la
presunción de buena fe de la posesión mediante el cumplimiento de la obligación de
marcar. La nueva reglamentación desconoce así de esfuerzos y experiencias
regulatorias con respecto a la antigua institución del marcaje.
j. Transmisión del dominio del ganado. El título IV de la Ley 22.939 establece que
todo acto jurídico mediante el cual se transfiera la propiedad de ganado mayor o
menor, deberá instrumentarse con un certificado de adquisición (otorgado por las
partes), el que será autenticado por la autoridad local competente. Por su parte el Art.
13 de la Le 22.939 establece los requisitos que debe contener dicho certificado. El
certificado de adquisición debidamente emitido no perfecciona la compraventa, a tal fin
28
Ver la Ley de la Provincia de Buenos Aires Nº 10.891 que regula sobre GUÍA ÚNICA DE TRASLADO DE GANADO.
56
se requiere la tradición de la res, siguiendo el criterio del Art. 577 del Código Civil, lo
que parece una solución adecuada.
UNIDAD V
Contratos Agrarios
Los contratos agrarios constituyen un reflejo cierto de lo que ocurre en el campo, de
ahí su enorme valor como fuente del Derecho Agrario, ya que las leyes oportunamente
van a regular estas relacione jurídicas nacidas de las reales necesidades de los
productores agropecuarios. Asimismo, los jueces deberán resolver sobre ellos,
teniendo en cuenta no solo la legislación, sino también los usos y costumbres rurales,
a los cuales las agrarias asignan una especial validez.
Los contratos agrarios regulados por la Ley 13.246 deben ser celebrados por escrito
(Art. 40), pero pueden ser probados por cualquier medio y las partes pueden exigir su
redacción en cualquier tiempo. Asimismo, destacamos que las normas contenidas en
la Ley 13.246 son en principio de orden público (Art.1).
1. Arrendamiento Rural29
La ley define al arrendamiento rural como el contrato por el cual una de las partes se
obliga a entregar a la otra el uso y goce de un predio, ubicado fuera de la planta
urbana de las ciudades o pueblos, con destino a la explotación agropecuaria en
cualquiera de sus especializaciones, y la otra a pagar por ese uso y goce un precio
cierto en dinero.
Se trata del clásico contrato conmutativo agrario, en el que se otorga el uso temporal
de la tierra por una suma determinada en dinero. En materia de arrendamientos, las
partes pueden contratar sin que puedan convenir plazos mínimos menores a los que
fija la ley. Esto se debe al orden público que económico que establece el Art. 1º de la
Ley 13.246. Actualmente el plazo mínimo es de 3 (tres) años y el máximo es de 10
(diez) años, conforme surge del Código Civil. La Ley 13.246, también fija un plazo
extraordinario de 20 (veinte años) para determinados supuestos en los cuales se
requiere del arrendatario obras de mejoramiento del predio.
a) entregar el predio;
b) contribuir al combate de plagas y malezas;
c) percibir el precio; y
d) construir una escuela cuando el número de arrendatarios exceda de 25 y no existan
escuelas públicas a menos de 10 kilómetros del centro del predio.
a) recibir el predio;
b) dar a la tierra el destino convenido;
c) mantener el predio libre de plagas y malezas;
d) contribuir al combate de plagas y malezas;
e) pagar el precio;
f) conservar edificios; y
g) restituir el campo al finalizar el contrato.
29
Ver Ley 13.246.
58
La cesión del contrato es admitida si así lo permite el arrendador (Art. 7), ello es así a
partir de la reforma a la ley 13.246 introducido por la ley 22.298.
La cuestión de las mejoras en este contrato, a partir de la Ley 22.298 que suprimió el
régimen propio previsto por la Ley 13.246, se rige por el Código Civil, con los
problemas que ello conlleva. Por tal motivo se sugiere, al momento de redactar el
contrato en cuestión, prever y hacer especial referencia al punto de las mejoras, a fin
de evitar posteriores litigios.
2. Aparcería Agrícola30
Es el contrato por el cual una de las partes se obliga a entregar a la otra un predio
rural (con o sin plantaciones), sembrados o elementos de trabajo, para la explotación
agrícola en cualquiera de sus especializaciones, con el objeto de repartirse los frutos.
En relación a los plazos, este contrato esta sometido al régimen general de la Ley
13.246, que se describió en el apartado a) precedente, al tratar el contrato de
arrendamiento rural.
30
Ver Arts. 21 y sgts. de la Ley 13.246.
59
3. Mediería Agrícola31
Existe mediería agrícola, cuando unas de las partes se obliga a dar a la otra un campo
para que lo destine a cultivarlo en la forma convenida, aportando ambos contratantes y
en forma equivalente el capital necesario, además de soportar también en común los
gastos de la explotación, compartiendo ambos la dirección y administración de la
gestión agrícola y repartiéndose los frutos por partes iguales.
Configura una figura una forma casi societaria de explotación agropecuaria, solo que
no existe aquí persona jurídica propia.
En relación a los plazos, este contrato esta sometido al régimen general de la Ley
13.246, oportunamente tratado al analizar el régimen de los arrendamientos rurales.
Se trata del contrato por el cual una de las partes se obliga a entregar a la otra un
campo con animales, con el objeto de repartirse los frutos.
Esta figura no parece tener aplicación y difusión entre nosotros y ha sido objeto de
justas críticas, ya que se confunde con otras figuras más propias y acordes con las
costumbres rurales argentinas (Por ej. la administración rural pagada con un tanto por
ciento de la producción o lisa y llanamente a la perspectiva laboral del régimen
nacional del trabajo agrario).
Hay aparcería pecuaria pura o simple cuando una de las partes (Aparcero Dador) se
obliga a entregar a la otra (Aparcero Tomador) un conjunto de animales con el objeto
de repartirse los frutos.
a) recibir los animales y cuidarlos como a los propios contribuyendo a sus gastos -
salvo pacto de compartir tales gastos-;
b) convocar -por medio fehaciente y suficiente antelación- al acto de distribución y
reparto de crías; y
c) entregar las crías que correspondan. No es responsable de las pérdidas que no le
sean imputables, pero debe rendir cuentas de los despojos aprovechables del
ganado.
6. Mediería Pecuaria
Hay mediería pecuaria cuando una de las partes se obliga a dar a la otra un conjunto
de animales para que ésta ordene su explotación en un campo del cual este último es
titular -por cualquier forma legal-, aportando ambos contratantes en medida
equivalente los elementos necesarios, soportando en común los gastos y
distribuyendo por mitades las utilidades o frutos.
7. Capitalización
Es un contrato ganadero que puede clasificarse entre las aparcerías pecuarias porque
las partes reparten entre sí las utilidades33. En la redacción actual del Art. 30 de la Ley
13.246, las partes pueden distribuir las ganancias de la capitalización en porcentajes
no iguales, pero si nada se ha pactado, se debe repartir por mitades (Art. 34), siempre
que lo dado en aparcería sean solo animales.
Este contrato se ha usado para evitar ventas inconvenientes, ya sea por estar bajos
los precios del mercado o por estar los animales sin terminar su engorde adecuado.
Otra ventaja es el no desembolso de dinero.
33
Ver Art. 21 y 34 de la Ley 13.246.
61
(1) la forma en que la hacienda va a ser liquidada o adjudicada, que es una de las
mayores fuentes de conflicto en la practica; y
(2) la atribución de responsabilidad por el cuidado y vigilancia de los animales a una
de las partes y eximir a la otra de toda responsabilidad por hurto, extravío o pérdida
de los animales, en tal sentido, rige la regla general -salvo pacto expreso en
contrario- el principio según el cual las cosas se pierden para su dueño.
8. Pastoreo34
Habrá pastoreo cuando una de las partes se obligue a entregar a la otra un predio
rural por un período menor a un año a cambio de un cierto precio en dinero, y la otra
parte a pagar dicho precio y utilizar dicho inmueble para alimentar sus animales.
La guarda y la responsabilidad por las perdidas de hacienda (por hurto, pérdida) son
de exclusivo cargo del dueño de los animales, quedando así el dueño del campo
eximido de responsabilidad.
Hay contrato de pastaje cuando una de las partes se obligue a recibir de la otra,
animales con el objeto de alimentarlos con el pasto de su campo y la otra a pagar por
dicha alimentación un precio por cabeza y por el tiempo de duración del contrato.
El precio convenido se paga por cabeza alimentada, generalmente por mes, por un
monto equivalente a tantos kilos de una categoría de hacienda conforme a la
cotización de Mercado Nacional de Hacienda de Liniers. Lo que se vende aquí es el
34
Ver Art. 39 de la Ley 13.246.
62
pasto, no existe en este contrato cesión de la tenencia del predio. Es muy útil para
quien no quiere ceder la tenencia del predio al dueño de los animales.
Hay contrato de cosecha, o por una cosecha, cuando una de las partes se obliga a
entregar a la otra un predio rural con el objeto de que efectúe allí un cultivo agrícola y
pague por el uso de dicho predio una suma de dinero o una participación en los frutos
o utilidades al efectuar la cosecha.
El contrato bajo análisis debe ser celebrado por escrito, calificado de accidental y
homologado ante los tribunales locales que tengan a cargo el fuero rural de la
jurisdicción del inmueble. El plazo de este contrato lo determina la realización de una
cosecha, por lo que es conveniente especificar cuidadosamente el tiempo de ingreso
de las maquinarias y la fecha de la desocupación total y restitución a su dueño. Es
evidente que la tenencia del predio pasa al contratista, ello determina que la guarda de
la maquinaria y equipo agrícola quedan a su cuidado.
Hay contrato de dos cosechas cuando una de las partes se obligue a entregar a la otra
un predio para que esta última efectúe en dicho predio dos cosechas, y le retribuya el
uso del mismo en dinero o frutos,
La voz inglesa “pool” tiene varias acepciones posibles, una de ellas es la unión de
recursos con un objeto determinado. Tal sentido adoptaremos para describir este
contrato.
Se trata de una moderna forma de contratación agrícola que aparece como un gran
contrato generador de contratos. Por lo expuesto, el régimen legal aplicable sería el de
los contratos accidentales, tanto entre administradora y propietarios como entre
administradora y chacareros. En tanto que, entre inversores y administradora habría
contrato de crédito. Por último, entre productores y la administradora habría contrato
de locación de servicios con remuneración o participación, fija o variable.
Se trata de un contrato atípico por carecer de regulación legal y tiene por lo tanto el
marco de la autonomía de la voluntad de las partes. No es posible encasillarlo dentro
del inmenso continente de las aparcerías previstas en el Art. 21 de la Ley 13.246, ya
que el ganadero no se desprende de los animales permaneciendo los mismos bajo su
guarda y control.
35
Ver Ley 25.169.
64
afectando las instalaciones, bienes o hacienda al cumplimiento del objeto del contrato,
mientras que la otra parte (denominada Tambero-asociado) se obliga a ejecutar las
tareas necesarias destinadas a la explotación del tambo (pudiendo para tal fin
contribuir con equipos, maquinarias, tecnología, enseres de su propiedad y con o sin
personal a su cargo) a cambio de una participación convenida.
El plazo queda librado a la autonomía de la voluntad de las partes, pero cuando estas
omitan establecerlo el contrato se entenderá celebrado por dos (2) años contados a
partir de la primera venta obtenida con la intervención del tambero-asociado (Art.5).
Este contrato no admite tácita reconducción a su finalización.
Cualquiera de las partes puede rescindir el contrato cuando la otra parte no cumpliere
con las obligaciones a su cargo, violase las disposiciones de esta ley, o de normas
reglamentarias a las que estuviera sujeta la actividad, o lo pactado entre ellas, en cuyo
caso considerará rescindido por culpa de la parte incumplidora. Asimismo, cualquiera
de las partes puede rescindir contrato sin expresión de causa, previo aviso fehaciente
a la otra con treinta días de anticipación, en tal caso la parte que haga uso de esta
facultad deberá abonar a la otra parte una compensación equivalente al 15% de lo que
la misma deje de percibir en el período no cumplido del contrato.
Hay contrato de trabajo y viñas y frutales cuando una de las partes, llamada
“empleador” o “viñatero” se obliga a dar a la otra parte un predio con viñas y frutales
36
Ver Ley 20.589 sobre régimen de los contratistas de viñas (restablecida en su vigencia por la Ley 23.154).
65
para que este último denominado “contratista”, lo cuide y cultive percibiendo como
contraprestación un retribución compuesta de un monto fijo por hectárea y un
porcentaje en el producido de la cosecha.
La naturaleza jurídica del contrato bajo análisis es laboral atípico, ya que determina en
forma muy precisa los beneficios laborales y previsionales otorgados a los contratistas.
La Ley establece como remuneración del contratista el pago de una suma única
mínima de dinero por hectárea por año y un porcentaje en la producción (entre un 15%
y un 19%) deducido de gastos de cosecha, transporte y comercialización. Antes de la
cosecha (al menos 10 días antes), las partes deberán convenir el destino, precio y
forma de pago de la parte del contratista. Este último tiene a su favor un derecho de
contralor para exigir la documentación que acredite y garantice el pago en fecha de las
obligaciones en su favor y los demás detalles de la venta de la cosecha.
El contrato bajo análisis debe ser celebrado por escrito detallando (a) nombres y
domicilios de las partes; (b) cantidad de la materia prima contratada; (c) lugar de
procesamiento; (d) lugar en que se depositarán los productos elaborados que
correspondan al productor agropecuario; (e) facultades de control establecidas a favor
del productor agropecuario; (f) fecha y lugar de entrega del producto elaborado; y (g)
lugar de celebración y firma de las partes (Art. 2). Por otra parte, son nulas las
cláusulas que impongan al productor agropecuario la obligación de vender al industrial
37
Ver Ley 25.113.
66
Los contratos de maquila de la Ley 25.113 deberán inscribirse a pedido de parte en los
registros públicos que se crearan en la jurisdicción de cada provincia.
El régimen de la Ley 25.113 es de aplicación a todos los contratos que tengan por
objeto la provisión de materia prima de naturaleza agropecuaria para su
procesamiento, industrialización y/o transformación. Como por ejemplo la caña de
azúcar, la lechería, madera carne, o a la materia prima de la avicultura, apicultura,
granos, semillas, horticultura, floricultura, entre otras. Se destaca que el Art. 7 de la
Ley 25.113 prevé que las provincias establezcan las disposiciones necesarias para los
procedimientos y aseguramiento según la naturaleza u objeto de cada actividad,
asignándoles las condiciones de autoridad de aplicación local.
Habrá contrato de utilización de tranquera cuando una de las partes, titular u ocupante
legal de un predio, convenga con su lindero, a su vez titular u ocupante legal del
predio anexo, la utilización de una tranquera situada en el alambrado medianero de
ambos campos, para fines diversos.
La tranquera es una especie de puerta o portón que tiene por objeto facilitar el acceso
de personas, vehículos o animales de un predio a otro. El objeto de contrato bajo
análisis es establecer en que casos y bajo que circunstancias, los linderos u otras
personas pueden hacer uso de la tranquera y acceder al otro campo. Así se evita que
la tranquera constituya signo de tránsito o señal de presencia de una camino público,
reflejando el principio de restricción del acceso, por ello es aconsejable cerrar la
tranquera con candado que indique a todos que no se trata de un paso de uso
general.
67
UNIDAD VI
38
Ver Ley Provincial Nº 247 de La Pampa; Decreto-Ley Provincial Nº 3.620/58 de La Rioja; Código Fiscal de Neuquén;
Decreto-Ley Provincial Nº 5 de San Juan.
68
Cualquier persona puede -en principio- adquirir y poseer minas siempre que tenga la
capacidad requerida por el Código Civil para ejercer el derecho real de dominio y no
esté inhabilitado por razones de orden público. Se hallan en esta última situación las
autoridades mineras, los peritos oficiales de estas, y los escribanos de minas u
oficiales, dentro de la competencia territorial, salvo que las adquieran antes de su
nombramiento o por herencia o legado. Tampoco los hijos bajo patria potestad de los
antes nombrados, porque de otro modo podría burlarse la ley por su intermedio.
Cuando, pese a la prohibición alguna de estas personas infringe la ley, el Código de
Minería declara la pérdida de los derechos y atribuye al primer solicitante las minas
ilícitamente adquiridas.
El notable aumento en las funciones del Estado obligó a los poderes públicos a
abandonar la antedicha prohibición de explotar, decretada por el pensamiento liberal,
por lo que es dable distinguir en nuestros días el regalismo tradicional del moderno
(que muchos llaman dominial, olvidando que ambos sistemas son basados en el
dominio), que se caracteriza no solo por conferir propiedad al Estado sino también por
autorizarlo a explotar (con o sin monopolio) una o varias clases de minerales.
1) "Res nullius": asigna a las minas el carácter de cosas sin dueño e interpretan que
sólo al ser descubiertas existen jurídicamente. Por todo ello, el sistema requiere la
intervención del Estado a fin de distribuir la riqueza entre los interesados en
explotarla (que pueden o no ser duelos del suelo), descubridores de mineral u
ocupantes. El sistema en comentario constituye el más apropiado para establecer
un régimen de licitaciones y contratos especiales de concesión a particulares, por la
función tutelar que se asigna a la Administración Pública.
2) Ocupación: reconoce idéntico punto de partida (las minas son "res nullius", pero
considera conveniente conferir a la persona o personas que ocupan una mina la
propiedad de ella.
Criterio de dominio minero adoptado por el Código de Minería argentino. Nuestra ley
se ha adherido en lo fundamental al sistema regalista, por nosotros llamado
tradicional, puesto que ha fijado como base de su sistemática los cuatros principios de:
(i) dominio originario de Estado; (ii) obligación del estado de otorgar las sustancias a
los particulares; (iii) prohibición de explotar por parte del Estado; y (iv) existencia de
una propiedad particular de las minas, distinta de la existente en la superficie, pero -al
igual que esta- también considerada inmueble.
Por lo dicho, consideramos correcto interpretar las expresiones del Código que aluden
a "concesión" como significativas de la actividad pública de otorgar riqueza y constituir
con ella propiedad particular de naturaleza inmueble, negando toda vinculación
inmediata de contenido jurídico de una concesión administrativa39.
39
No participa del criterio expuesto Agustín Gordillo. Ver su trabajo “Contrato Administrativo de concesión minera, publicado en
el número 5172 de JA.
70
Ahora bien, cuando los minerales existentes en el fundo son de poca ley las minas son
calificadas como de tercer categoría (producciones pétreas y terrosas y las canteras)
y se reconoce el dominio al propietario del fundo superficiario (se incluyen en la
regulación minera por su forma de extracción y su ubicación en el reino mineral, pero
no por su contenido metalífero).
Toda la mecánica del código gira en torno de las tres categorías en que se encierra las
sustancias, que corresponden a cuatro regímenes especiales aplicables. Las
comprendidas en la primera categoría tienen para sí el máximo de los requisitos y se
puede decir reciben la aplicación casi total del texto minero, mientras en la segunda,
basta la aplicación de algunas normas generales y otras ex profeso confeccionadas
para obtener el derecho a explotar, llegando en el caso de las destinadas al
aprovechamiento común a no exigirse requisito alguno para beneficiarse con ellas. El
cuarto régimen, que mantiene el derecho común, tiene principios semejantes a los del
Código civil.
71
PRIMER PROPIETA-
TITULAR DEL ESTADO RIOS DE LA
DOMINIO SUPERFICIE
ACCESIÓN
REGALISTA TRADICIONAL (minas de
SISTEMA DE
(minas de propiedad del Estado otorgables a los propiedad del
DOMINIO
particulares) dueño del
suelo)
EL
PROPIETARI
DOS TITULARES EL DESCUBRI- O DEL
CUALQUIER
DEL DOMINIO Y DOR (por poner de SUELO (si lo
PERSONA (por ser No existe
MOTIVO DE LA manifiesto ricos desea, por
mínimo el valor)
ADJUDI-CACIÓN yacimientos) tratarse de
mineral de
poco valor)
CATEGORÍAS
QUE RESULTAN
PRIMERA SEGUNDA TERCERA
DEL 2DO
TITULAR
TODO EL CÓDIGO
(Excepto lo Títulos TITULO IX
IX y X)
RÉGIMEN
LEGAL PARA en especial TÍTULO X
en especial Arts. 183 y
CADA UNA Arts. 171 y
185
172
y normas generales del Código
Las sustancias
metalíferas Las arenas
siguientes: oro, metalíferas y
plata, platino; piedras preciosas
Los salitres,
mercurio; cobre; que se encuentran
salinas y turberas.
hierro; plomo; en el lecho de los
Los metales no
estaño; zinc; níquel; ríos, aguas
comprendidos en
cobalto; bismuto; corrientes y los
la primera
manganeso; placeres (Salvo las Producciones
categoría.
antimonio; wolfram; que estén en minerales de
Las tierras
aluminio; berilio; terrenos naturaleza
piritosas y
vanadio; cadmio; 40 pétrea o terrosa
SUSTANCIAS aluminosas; cultivados ). Los
tantalio; molibdeno; y, en general
INCLUIDAS EN abrasivas; ocres; desmontes, relaves todas las que
litio; y potasio.
CADA resinas; y escoriales de
Los combustibles: sirven para
CATEGORÍA esteatitas; explotaciones
hulla; lignito; materiales de
POR EL baritina; anteriores,
antracita e construcción y
CÓDIGO caparrosas; mientras las minas
hidrocarburos ornamento,
grafito; caolín; permanecen sin
sólidos. cuyo conjunto
sales alcalinas o amparo y los
El arsénico, cuarzo, forma las
alcalino terrosas; relaves y
feldespato, mica, canteras.
amianto; escoriales de los
fluorita, fosfatos
bentonita; zeolitas establecimientos
calizos, azufre,
o minerales de beneficio
boratos y
permutantes o abandonados o
wollastonita;
permutíticos. abiertos, en tanto
Las piedras
preciosas. no los recobre su
Los vapores dueño.
endógenos.
40
Ver nuestra opinión en régimen de excepción.
72
Surge así el concepto de pertenencia que es el espacio o espacios que la ley acuerda
para realizar la explotación minera. El hecho del descubrimiento permite de inmediato
delimitar las áreas de trabajo a las que deberá ajustarse el minero.
Para conciliar el plazo para determinar la existencia del mineral con la necesidad de
garantizar debidamente los derechos del descubridor, el Código ha establecido un
procedimiento especial que consiste en la adjudicación transitoria del lugar del
descubrimiento.
Si coordinamos ese Art. 93 con los que se encuentran agrupados junto a él, podremos
determinar que idealmente la mensura de una pertenencia minera debe quedar
registrada en un solo acto.
Exploración
Para ejercitar el derecho de explorar minerales es necesario solicitar un permiso
especial, expedido por la autoridad minera de la provincia en la que se efectuarán los
trabajos. Dicho permiso garantiza al peticionante la propiedad de todo descubrimiento
mineral que efectúe dentro del plazo del mismo y dentro del radio afectado, sea el
descubrimiento propio o pertenezca a terceros incursores del espacio reservado. Para
el caso de la exploración no rige derecho de preferencia alguno a favor del dueño del
suelo. Según el número de personas que soliciten el permiso y la clase de terrenos en
que efectuará la búsqueda, varía la superficie a otorgar y la duración en el tiempo de
la autorización conferida, así podemos establecer el siguiente cuadro.
En todos los casos que se indican a continuación los plazos corren 30 días
después de otorgado el permiso por la autoridad y una vez iniciados no pueden
suspenderse, salvo disposición expresa de la autoridad basada en causa
justificada. (Ver plazos en la segunda columna del cuatro siguiente).
73
En todas las hipótesis expuestas el terreno solicitado debe encontrarse libre de toda
otra petición minera.
Superficie Superficie
Superficie Plazo
Unidades remanente remanente a los
originaria (en días)
(a los 300 días) 700 días
1 500 150 - -
2 1000 200 - -
3 1500 250 - -
4 2000 300 - -
5 2500 350 2250 -
6 3000 400 2500 -
7 3500 450 2750 -
8 4000 500 3000 -
9 4500 550 3250 -
10 5000 600 3500 -
11 5500 650 3750 -
12 6000 700 4000 -
13 6500 750 4250 -
14 7000 800 4500 2250
15 7500 850 4750 2375
16 8000 900 5000 2500
17 8500 950 5250 2625
18 9000 1000 5500 2750
19 9500 1050 5750 2875
20 10000 1100 6000 3000
Modernización
La Ley 24.498, de actualización minera, modernizó del código de Minería en lo que a
localización de los derechos mineros se refiere incorporando como acápite IV del título
primero del Código el siguiente texto:
Igualmente, la Ley 24.498 suprimió el título XIX del Código de Minería relativo al
régimen de minerales nucleares a los que -según el título agregado- "retornó" al
régimen de concesibilidad. El nuevo régimen obliga a restaurar la naturaleza (Art. 3),
bajo pena de caducidad y multas, informar las reservas, dar primera opción de compra
al Estado de los minerales y concentrados (Art. 5) y solicitar autorización para exportar
al Estado en el organismo competente.
La sustitución del Art. 282 por el 233 repite la libertad de explotación que el Código
estableció desde el momento mismo de su sanción, y señala que la protección del
ambiente y la conservación del patrimonio natural y cultural quedan sujetas al título I y
a las normas que se establezcan en virtud del Art. 41 de la Constitución Nacional.
La Ley tiene un definición de las personas a las cuales es aplicable, que nos parece
cubre a todos los mineros y a todas las actividades, sean mineras o industriales,
intentando limitar su aplicación en el caso del industrial a las actividades primarias,
cosa que, en nuestra opinión, no se determina claramente. Llega en lo minero al límite
del cierre de la mina y en lo industrial a la disposición de residuos. La Ley 24.585
respeta las jurisdicciones provinciales.
Todo responsable debe elaborar un informe de impacto ambiental, antes de iniciar sus
actividades, que será evaluado por la autoridad, a quien compete pronunciarse sobre
la aprobación, mediante una declaración de impacto por cada etapa.
Cuando se trata de prospección hay que señalar las acciones a realizar y su riesgo.
Para la exploración de debe contener una descripción del tipo de acciones y las
medidas de protección. El plazo de aprobación por la autoridad es de 60 días hábiles.
Artículo 30.- Cuando el permiso de exploración conste de UNA (1) unidad de medida,
su duración será de CIENTO CINCUENTA (150) días. Por cada unidad de medida que
aumente, el permiso se extenderá CINCUENTA (50) días más.
El término del permiso comenzará a correr TREINTA (30) días después de aquel en
que se haya otorgado. Dentro de ese plazo deberán quedar instalados los trabajos de
exploración descriptos en el programa a que se refiere el Artículo 25.
En las provincias cuya extensión territorial exceda los doscientos mil (200.000)
kilómetros cuadrados, el permiso podrá constar de hasta cuarenta mil (40.000)
kilómetros cuadrados sin modificar el plazo ya establecido.
El permiso se otorgará sin otro trámite y se publicará por un (1) día en el Boletín
Oficial. La publicación servirá de suficiente citación a propietarios y terceros.
peso ($ 1) por kilómetro cuadrado que se hará efectivo en la forma, oportunidad y con
los efectos que determina el artículo anterior para las solicitudes de permisos de
exploración.
Las solicitudes que no fueran resueltas dentro del plazo de treinta (30) días desde su
presentación por falta de impulso administrativo del interesado, verificado por la
autoridad minera, se considerarán automáticamente desistidas y quedarán archivadas
sin necesidad de requerimiento y notificación alguna.
No podrán otorgarse permisos sucesivos de esta clase sobre la misma zona o parte
de ella, debiendo mediar entre la caducidad de uno y la solicitud del otro, el plazo, de
ciento cincuenta (150) días.
3) Obligación de limitar el cateo. Está debe existir en casos en que -por no mediar
conformidad del propietario del suelo para realizar la exploración- la ley determina
lugares privados que corresponde respetar, liberando a tales sitios de soportar el
cateo. Los bienes privados son: i) en el recinto de todo edificio y en los sitios
murados; ii) en los jardines, huertos y viñedos murados o sólidamente empalizados;
iii) en jardines no cercados una zona de 10.000 metros cuadrados; iv) en huertos y
viñedos no cercados una zona de 25.000 metros cuadrados; v) en 40 metros a la
redonda de edificios de costo y extensión; vi) en 30 metros a la redonda de
77
Las zonas de protección señaladas, a excepción de las dos últimas, pueden ser
reducidas a 15 metros, cuando medie intervención de la autoridad y las siguientes
circunstancias:
Exploraciones no autorizadas
Dos son los supuestos que el código regula partiendo de la base de falta de solicitud
de permiso de catear, a saber: propietario de la superficie que explora su propio
inmueble y cateador libre (o cateador ilegal). Ambas situaciones se caracterizan por un
mismos derecho reconocido de ser propietarios de las sustancias que descubren y
manifiestan a la autoridad, siempre que el terreno indicado este vacante, es decir, libre
de todo derecho minero anterior o coexistente, puesto que de existir en él algún
permiso de cateo o mina otorgada, los descubrimientos benefician al minero y todo
actividad en la zona de cateo es absolutamente dolosa.
Por otra parte, en el caso del cateador ilegal en campo ajeno se pena con: 1) la
condena en daños y perjuicios que causare con su acción; 2) una multa de 20 a 200
veces el canon de explotación de una unidad de medida a favor del propietario (salvo
que el propietario no la reclame dentro de los 30 días de registro del yacimiento); y 3)
la expulsión de la propiedad en que incursiona.
78
79
80
Descubrimiento
Para el caso de empresas personales de 2 o 3 socios, se autoriza un aumento de 2
pertenencias, y de 4 cuando se trate de 4 o más socios (Art. 312 C. M.). Tales
posibilidades no están reconocidas para la sociedad anónima. La solución para este
supuesto está dada por la reunión de pertenencias. Finalmente es oportuno destacar
que quien descubre por accidente hace suya la explotación, mediando terreno vacante
(o sea sin derechos mineros anteriores) Art. 45., al igual que el propietarios del terreno
que explore, con la diferencia de que este último no puede prohibir los
descubrimientos que otras persones efectúen con permiso en su propiedad, si él no se
encuentra provisto de su permiso especial (Art. 42).
Antes del vencimiento del permiso de exploración -sea este realizado por cateo o por
socavón- es obligatoria la presentación de una manifestación declarando la existencia
de la sustancia mineral, en el caso de que se hallase, pues de lo contrario no se
perfecciona el derecho a explotar (Art. 45). La autoridad minera recibe la
manifestación del descubrimiento y cita al propietario de la superficie a efectos de que
éste manifieste el deseo -en el caso de las sustancias de 2da categoría- de utilizar la
preferencia a explotar que le está reconocida (Art. 170). Si el propietario no se
presenta o declara su falta de interés en la 2da categoría, se registra el pedido a
nombre del descubridor, pero si prefiere explotar el mineral, el registro se inscribe a su
81
Labor legal
El minero debe realizar la diligencia, excavación o ahonde para consolidar la
propiedad de la mina y poder estimar la inclinación de la mina, grueso, existencia del
mineral, clase de éste, de modo de poder solicitar luego con precisión las pertenencias
que fueran más convenientes para una explotación económica adecuada.
Petición de mensura
Realizada la labor legal, se solicita la mensura de la futura propiedad minera, la que se
realizara sobre la región minera que proporcione las mejores posibilidades cualitativas
y cuantitativas del mineral a extraer. En ésta petición, que debe ser publicada en la
forma establecida para el registro, se determina con toda precisión las líneas
perimetrales de la pertenencia (longitud y latitud), la dirección de la veta principal y el
terreno a ocupar.
Mensura legal
Constituidos en el lugar del descubrimiento el perito, la autoridad minera y el escribano
de minas (y en defecto de estos dos últimos un juez delegado y dos testigos), se
notificará a los dueños colindantes o a sus administradores la hora de iniciación de las
operaciones para que -autorizados los últimos con suficiente poder- realicen las
observaciones u oposiciones que estimen convenientes al mejor resguardo de sus
derechos e incluso designan un perito, a los fines de controlar debidamente los
procedimientos del técnico oficial.
Con lo dicho podemos abordar el estudio de los elementos que integran la mensura en
si aspecto legal. Copia de ella servirá de suficiente título al minero. En una
enunciación de carácter general podemos establecer que el acta de mensura contiene:
41
Se entiende que existe proximidad cuando se está trabajando a 40 metros o menos del límite de la pertenencia.
42
Se entiende aquí próximas a internarse las labore que se hallan en la mitad de la cuadra (latitud) o a 30 metros del límite de
la pertenencia.
95
Nos ocuparemos ahora de los deberes que debe cumplir el propietario de una mina.
La inobservancia de estas obligaciones puede acarrear al minero sanciones
pecuniarias, responsabilidades indemnizables, e incluso la pérdida de su propiedad
minera.
43
Canon minero debe ser pagado puntualmente, por adelantado y partes iguales, en los dos semestres que vencen el 30 de
junio y el 31 de diciembre. Sin embargo la mina sólo caducará ipso facto transcurridos 2 meses desde el vencimiento de la
anualidad de que se trate (Art. 216 C.M). Ver también la Ley 24.224 que fija los importes del canon minero.
44
La reforma introducida por la Ley 24.498 al Art. 217 C.M.
45
Ver Art. 225 C.M.
96
La ley para acordar las sustancias del primer régimen de la segunda categoría, utiliza
el mismo procedimiento de las minas de primera categoría, agregando que cita al
propietario para que diga si usa o no la preferencia.
2º Régimen: minas de aprovechamiento común, son estas las que cualquier persona
puede explotar sin necesidad de petición, registro o demarcación del lugar, por no
requerir su laboreo trabajos importantes de búsqueda y extracción. Se ubican en este
régimen de segunda categoría:
La 3er categoría se regula en el Código de Minería al solo efecto de que en sus tareas
de extracciones la autoridad aplique medidas de policía y seguridad establecidas en la
Sección II, del título IX del citado cuerpo legal. En consecuencia, no le es aplicable el
principio de interés público de la explotación y tampoco norma alguna del amparo
minero.
Depuración automática de las minas vacantes o caducas (Art. 220). "La autoridad
minera considerará automáticamente anulados los actuales registros de minas
vacantes y los que disponga en el futuro, cualquiera sea su causa y tengan o no
mensura aprobada, cuando hayan transcurrido 3 años de su empadronamiento como
tales. Los terrenos en que se encuentran ubicadas estas minas quedarán francos e
incorporados de pleno derecho y sin cargo alguno a los permisos de exploración y
áreas de protección o sujetas a contrataciones que eventualmente estuvieren
vigentes. El mismo procedimiento se aplicará a las minas empadronadas como
caducas, en el caso en que no hayan regularizado su situación legal dentro de los 90
días de publicada la presente ley, salvo el caso de caducidad contemplado en el
segundo párrafo del Artículo 219".
46
Ver Arts. 161 a 170 C.M.
97
I. La Ley imputa al minero los perjuicios que se produzcan contra terceros como
consecuencia de los trabajos (superficiales o subterráneos), aunque no medie en el
evento dolo o culpa. El Código establece así un fundamento objetivo de la
responsabilidad, que puede ser calificado como teoría del riesgo minero, que
básicamente establece: la actividad minera es riesgosa por naturaleza; luego quien
la realiza en beneficio propio debe responsabilizarse por los daños que cause en la
propiedad superficial. El concepto de daños aquí expuesto considera: los perjuicios
resultantes de la explotación, tanto en el inmueble (mayor deterioro en suelo y
cultivos) como en las construcciones (grietas, fisuras, etc.). Ahora bien, la
responsabilidad del dueño de la mina, cesa, cuando el propietario superficiario
realiza alguna de las siguientes acciones:
a) inicia trabajos sobre lugares explotados, en actual explotación, o en dirección de
los trabajos en actividad, o sobre el criadero manifestado o reconocido.
b) Inicia trabajos sin previo aviso a la autoridad ni citación del dueño de la mina.
c) Continua trabajos por él suspendidos 1 año antes de otorgada la concesión al
minero.
d) Inicia obras o trabajos de por sí peligrosos.
II. Las indemnizaciones que puede deber el propietario al minero son las que se
devengas de los casos de trabajos superficiales prohibidos expuestos en los puntos
a, b, c, y d, de apartado I. precedente. El resarcimiento patrimonial se reduce al
pago de los objetos inutilizados y al de las reparaciones o fortificaciones necesarias
para dejar expeditas las tareas en la mina. El propietario superficiario también debe
indemnización al minero, cuando continúa trabajos que la autoridad minera mandó
suspender y por atentar contra la seguridad de la explotación y causar un perjuicio
a ella.
El Código establece expresamente que las minas pueden ser transferidas a terceros,
fuera de la compraventa, por los diversos modos de transmisión que reconoce el
derecho (cesión, donación y sucesión).
47
Ver el Título Decimocuarto “De los avíos de minas”, en el Código de Minería.
48
Ver el Título Decimoquinto “De las minas en compañía” (Arts. 286 a 296), del Código de Minería.
99
Prescripción
La prescripción establecida por el Código de 1887 no mantiene en la actualidad
vigencia alguna y repugna a la orientación establecida por la Ley 10.273. Entendemos
también que si las autoridades mineras aplican las disposiciones del Código, teniendo
en cuenta la supresión del pueble por trabajo y denuncio (es decir, según lo dispuesto
por el actual Art. 359 y 360 Código de Minería), no pueden admitir en ningún caso la
prescripción de minas.
El texto del actual Art. 326 modificado por la Ley 22.259 nos ha dado razón, por lo
menos parcial, al establecer que la prescripción no se opera contra el Estado
propietario originario de la mina.
El Socavón general49
Se trata de la posibilidad de utilizar, en las etapas de exploración y explotación,
galerías subterráneas con el objeto de reconocer o extraer minerales situados en las
capas profundas de la corteza y al mismo tiempo permitir el tránsito interior entre los
túneles o su ventilación y desagote.
El petróleo
La Ley 17.319 declaró el dominio público del Estado nacional sobre los hidrocarburos
líquidos y gaseosos que considera en el patrimonio imprescriptible e inalienable. Sin
embargo desde la privatización de YPF y Gas del Estado, las Provincias reivindicaron
la propiedad de los recursos naturales, conforme al Art. 124 de la Constitución
Nacional.
49
Ver Arts. 124 a 139 del Código de Minería.
100
50
Con tal aplicación la Ley 17.319 demuestra una vez más el carácter de normatividad minera a la que se adhiere.
102
explotación (Art. 38, 1ra parte). Asimismo, el Art. 38, 2da parte, establece que
cuando en el área de una concesión de explotación terceros ajenos a ella
descubrieran sustancias de primera o segunda categoría, el descubridor podrá
emprender trabajos mineros, siempre que no perjudiquen los que realiza el
explotador. Caso contrario, y a falta de acuerdo de partes, la autoridad de
aplicación, determinará la explotación a que debe acordarse preferencia, si no fuera
posible el trabajo simultáneo de ambas.
8. Obligación para los mineros de otras sustancias. Por último el Art. 38 establece
que los propietarios mineros de sustancias reguladas por el Código de Minería
quedan obligados a poner de manifiesto a la autoridad lo hallazgos de hidrocarburo
que efectuaran dentro de los 15 días del hallazgo.
a) Plazo básico
b) Prórroga
REGALÍA: tanto las empresas estatales como los particulares (Arts. 93 y 59) están
obligados al pago de una regalía mensual que en el caso de las empresas
estatales se fija en un 12% bruto de la producción a boca de pozo, mientras que
en el régimen particular se fija el 12% pero sin aclarar si será bruto o no. Para el
gas el 12% es el efectivamente aprovechado (Art. 62). En todos los casos la
regalía puede reducirse al 5% cuando el Poder Ejecutivo, juzgando la
productividad obtenida y la ubicación de la explotación y o la dificultad del
transporte, lo justifique. El encargado de recibir la regalía es el Estado Nacional,
quien puede optar por percibirla de los particulares en efectivo o en especie. El
dinero efectivo, corresponderá que sea entregado a la provincia en cuya
jurisdicción se haya extraído el mineral. Los Arts. 60 a 63 y 65 establecen el
procedimiento para el pago de la regalía. Cuando esta sea en especie, la
autoridad de aplicación establecerá el valor del producto en boca de pozo, a fin de
poder determinar la regalía. El precio del petróleo a determinar por la autoridad de
aplicación será el de comercialización deducida el flete. Este sistema implica que
el precio de compraventa del hidrocarburo (petróleo crudo o gas natural) debe
restarse el flete, gastos de producción y ganancia razonable. El saldo será el
precio que puede atribuirse como valor del petróleo en sí mismo, del cual podrá
surgir entonces el valor que como regalía se establecerá.
104
10. Régimen Fiscal. En la Sección 6ta, del título II, determina que los permisionarios y
concesionarios debe pagar un impuesto especial (coparticipable) a la renta que
corresponderá al 55% de la utilidad fiscal neta. Tornan ilusoria la percepción de
este impuesto, las deducciones, amortizaciones y excepciones establecidas en la
industria del petróleo, así como los quebrantos que en cada ejercicio pueden
presentar las empresas. En este punto, estamos en condiciones de concluir que
los particulares quedan obligados exclusivamente el pago del canon, las regalías y
los impuestos provinciales. Ya que, en definitiva, se establece un alambicado
sistema fiscal que quiere demostrar en teoría que el pago de los impuestos se
efectúa con una tasa mayor de la común y que en los hechos demuestra que
puede resultar la más amplia exención impositiva.
17. Quid respecto del Art. 124 de la Constitución Nacional. La Ley 17.319
constituye la ley nacional de hidrocarburos vigente. Sin embargo, muchas
provincias han sancionado su propia legislación en la materia o proyectan hacerlo,
en virtud del dominio originario de los recursos naturales en cabeza de las
Provincias, conforme al texto del Art. 124 de la Constitución Nacional reformada
en el año 1994. En consecuencia, existe legislación y concesiones provinciales
opuestas a la normativa nacional, que se estima derogada.
105
UNIDAD VII
Contaminación
Existe una tendencia casi universal a identificar los desechos tóxicos y peligrosos con
aquellos que pueden tener características que pueden tener consecuencias graves
para el medio ambiente, sea con motivo de un escape o por la eliminación definitiva.
La opinión consultiva que citamos más arriba bajo la denominación de caso Sonora,
se refiere y resuelve sobre el movimiento transfronterizo de residuos peligrosos, la
reimportación al país de origen y la responsabilidad por daño ambiental.
Se recomendó como solución posible obtener una reparación integral de los daños a
través del superfund de EE.UU. Como consecuencia de esta opinión consultiva, el
entonces gobernador de Texas (George W. Bush) dio instrucciones a los funcionarios
del Estado para que procedan a reingresar a los EE.UU. los residuos motivo del
requerimiento. El antecedente merece destacarse en función de que la Corte que
emitió la opinión consultiva, es solo una corte moral y voluntaria que no tiene imperio
en el caso concreto, por tratarse de una opinión consultiva.
52
2) Abordaje en el Río de La Plata .
Un supuesto de abordaje dio motivo a la Cámara Federal de La Plata, Sala III, fallo del
20 de julio de 2001, en el caso "Municipalidad de Magdalena c/ Shell Capsa y otros", a
establecer muy principales principios ambientales.
51
Opinión Opinión Consultiva emitida por la Corte Internacional de Arbitraje y Conciliación Ambiental (Solicitud EAS 8/98 –
Resolución EAS 1/99), integrado por los Profesores Ramón Martín Mateo, Eckard Rehbinder, Mary Sancy, Ricardo Zeledón y
Eduardo A. Pigretti. Ver JA 22/12/1999.
52
JA 01/05/2002, página 24.
106
Dijo la Cámara que no obstante la regulación civil, comercial, penal, minera o laboral
concerniente a una determinada actividad, si esta actividad provoca un daño
ambiental, la consecuencia debe someterse a las normas propias de protección del
ambiente, más allá de los alcances del derecho civil, comercial, penal, minero o del
trabajo. Esta consideración demuestra de qué manera el derecho ambiental penetra
de modo intersticial en el resto del ordenamiento jurídico.
Dijo también la Cámara que el órgano que debe examinar y decidir acerca del daño al
ambiente no debe limitarse a ser el del artículo 522 de la Ley de Navegación, artículo
que indica que el juez del abordaje reúne y atrae a la resolución del caso. Esta manera
de ver demuestra que la cuestión ambiental no se sujeta a las normas de competencia
habituales. En consecuencia, el juicio de abordaje no surte fuero de atracción sobre el
juicio de recomposición de daño ambiental, daño que puede ser resuelto por el juez
del lugar en que se produjo.
53
Ver Pigretti, Eduardo A. “Derecho Ambiental Profundizado“, Editorial La Ley, Buenos Aires 2004, pág. 80/87.
54
Ver el Art. 2 de la Ley 24.051.
55
“Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos” (Art. 41
C.N.).
107
56 57
Los sujetos obligados de la Ley 25.612 son los generadores , los transportistas , los
58
tratadores y quienes se encargan de la disposición final de los residuos industriales o
derivados de las actividades de servicios.
Generador es toda persona (física o jurídica, pública o privada) que genere residuos
industriales y de actividades de servicio. El generador es el responsable del
tratamiento adecuado y la disposición final de los residuos industriales. Son
obligaciones de los generadores:
La Ley prevé la creación de registros "locales" en el que deberán inscribirse todos los
sujetos que participen en la gestión integral de los residuos (generación, manejo,
transporte, almacenamiento, tratamiento y disposición final de residuos industriales
(Art. 19). Facultándose a la autoridad de aplicación nacional a establecer los requisitos
mínimos y comunes para la inscripción en tales registros locales. En este punto, la ley
omite tratar los casos interjurisdiccionales que corresponden al Gobierno Federal.
56
Ver Capítulo III de la Ley 25.612.
57
Ver Capítulo VII de la Ley 25.612.
58
Ver Capítulo VIII de la Ley 25.612
59
Principio de responsabilidad civil objetiva que significa que no existe excusa alguna que pueda ser invocada por el generador
para liberarse de responsabilidad por el daño que se le atribuye.
108
Por su parte, las plantas de disposición final son lugares especialmente construidos
para el depósito permanente de los residuos, cuyas condiciones garanticen la
inalterabilidad de los recursos naturales y bajo normas ambientales no afecten la
calidad de vida de la población. La Ley ordena que toda planta (de almacenamiento,
tratamiento o disposición final de residuos) previo a su habilitación, deberá realizar un
estudio de impacto ambiental.
En relación a las previsiones sobre recomposición del daño ambiental que contiene la
ley bajo análisis, creemos que diluyen la excelente exigencia de la Constitución
Nacional que en su artículo 41 ordena recomponer el daño ambiental, debido a que los
sistemas comerciales que se propone emplear en materia de responsabilidad y la ley
indica como posibles (seguro de responsabilidad civil, caución, fianza bancaria, auto
seguro, fondo de reparación, u otra garantía) implican una liberación de la
responsabilidad que la propia ley señala.
60
Aceites habitualmente confinados en instalaciones eléctricas, altamente contaminantes, cuyo control no ha sido efectuado
hasta el presente, provocando graves daños a la salud humana y al ambiente. Ver definición que contiene la Ley 25.670 en
su Art. 3.
109
El Art. 3 la Ley define que se entiende por PCBs, a la vez que involucra a los
transformadores, condensadores, recipientes que contengan cantidades residuales,
cuando no hayan sido descontaminados. En este punto de los aparatos, establece una
presunción juris tantum según la cual si el aparato es del tipo que puede contener
PCBs se considerarán como si contuvieran PCBs.
La Ley presume que todo daño causado por PCBs es equivalente al causado por un
residuo peligroso61.
El Capítulo V de la Ley trata de las infracciones y sanciones, las que conforme al Art.
21 serán reprimidas por la autoridad de aplicación local, a saber:
a) Apercibimiento;
b) Multa,
c) Inhabilitación por tiempo determinado;
d) Clausura.
61
Téngase presente que la Ley 25.612 derogó el régimen de los residuos peligrosos.
62
Eduardo A. Pigretti, “Derecho Ambiental Profundizados”, La Ley 2004, pág. 185/187.
110
Es por ello que muchas normas nacionales e internacionales regulan este sector,
singular campo de batalla entre los ambientalistas del mundo.
La Ley 24.804 (reglamentada por el Decreto 1390/98) tiene una particular institución
en su Art. 16, Inc.II), demostrativa de la situación de consulta y contralor que se aplica,
así la CNEA debe "establecer un procedimiento de consultas con los titulares de
licencias para instalaciones nucleares relevantes toda vez que se propongan nuevas
normas regulatorias o se modifiquen las existentes". Esta característica de cogobierno
demuestra la democratización que se intenta conceder al régimen nuclear.
Concordante con el criterio que quedo expuesto, el Art 16, autoriza a la autoridad
regulatoria nuclear a: (Inc. b) otorgar, suspender y revocar: las licencias de
construcción, puesta en marcha y operación y retiro de centrales de generación
nucleoeléctrica; e (Inc. c) igual tarea respecto de las autorizaciones en materia de
minería y concentración de uranio, de seguridad de reactores de investigación, de
aceleradores relevantes, de instalaciones radiactivas relevantes, incluyendo las
instalaciones para la gestión de desechos o residuos radiactivos y de aplicaciones
nucleares a las actividades médicas e industriales.
LEY Nº 22.507 aprueba el tratado que prohíbe emplazar armas nucleares y otras
armas de Destrucción en masa en los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo.
63
Modificada y complementada por un Protocolo y una Convención Suplementaria aprobados por Ley 25.313.
112
UNIDAD VIII
El Art. 3 de la LGA parece estar redactado para una nación unitaria porque no adopta
ninguna consideración específica sobre el federalismo.
Así en el Art. 6 la LGA define a los presupuestos mínimos como "toda norma que
concede una tutela ambiental uniforme o común para todo el territorio nacional, y tiene
por objeto imponer condiciones necesarias para asegurar la protección ambiental". Sin
embargo, la pretensión de presentar al ambiente como un bien jurídico protegido no
parece lograrse si se atiende al hecho de que la LGA no describe el bien en cuestión,
lo que provocará una notable inseguridad en la aplicación de la norma.
La LGA en su Art. 2 establece los objetivos que la política ambiental nacional deberá
incluir a saber:
Principio de congruencia.
Principio de prevención.
Principio precautorio.
Principio de equidad intergeneracional.
Principio de progresividad.
Principio de responsabilidad.
Principio de subsidiariedad.
Principio de sustentabilidad.
Principio de solidaridad.
Principio de cooperación.
Daño ambiental (Art. 27º). El presente capítulo establece las normas que regirán los
hechos o actos jurídicos, lícitos o ilícitos que, por acción u omisión, causen daño
ambiental de incidencia colectiva. Se define el daño ambiental como toda alteración
relevante que modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los
ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.
Autogestión. El Art. 26 de la LGA persigue, dentro del esquema privatizador del país,
encomendar a los propios interesados la regulación legal de sus actividades a través
de: (i) compromisos voluntarios y (ii) certificación por organismos independientes.
Daño Ambiental. Se define el daño ambiental como toda alteración relevante que
modifique negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o
los bienes o valores colectivos (Art.27).
Por último advertimos, que los desaciertos de la LGA se debe sumar las
desafortunadas observaciones del Poder Ejecutivo (Decreto 2413/2002).
114
Responsabilidad ambiental
Las reglas clásicas de responsabilidad contenidas en la legislación civil, no brindan
suficiente protección a quienes resultan víctimas de daños ambientales. Ya que las
formas con las que se puede perturbar la vida en a la actualidad no pudieron ser
consideradas en los códigos del pasado, en razón de que recién ahora se toma
conciencia y es posible medir las alteraciones que puede provocar el moderno
accionar humano. Por ejemplo, por los principios generales de la responsabilidad civil
sería posible obtener indemnizaciones de daños comprobables, lo que al originarse en
hechos legítimos (como ejercer una actividad lícita) pondrán al juzgador en una
situación difícil de resolver.
El reto pendiente para los juristas será intentar localizar nuevos principios generales,
métodos; criterios de justicia; y leyes que comprendan a la naturaleza para poder
resolver las cuestiones ambientales que enfrenta la humanidad. Los nuevos criterios
jurídicos sólo podrán aflorar si son el producto de una actividad científica
interdisciplinaria (ciencias exactas, naturales y sociales) que aborden las cuestiones
ambientales en forma integral.
Por otra parte se presenta en la actualidad del derecho una suerte de tema gremial en
el que las diversas ramas del conocimiento jurídico tratan de posesionarse de los
nuevos territorios, negando la existencia de un derecho ambiental específico.
A continuación se señalará brevemente los temas que imponen a los juristas una
reflexión particular:
a) La incapacidad del Estado para manejar los temas ambientales con exclusividad.
b) Las modificaciones al Derecho Procesal tradicional requiere establecer: (i) una
norma que impida recusar al juez de la causa con el argumento de que el Juez
tiene un interés directo en la causa, ya que en los temas ambientales el juez tiene
tanto interés en la resolución de las cuestiones como quizás alguna de las partes;
(ii) el principio de competencia amplia reconocido en la ley italiana como "cualquier
juez, de cualquier fuero y competencia está facultado a intervenir si es requerido",
atento a la gravedad de la cuestión ambiental; (iii) una legitimación procesal amplia
cuando se trate de la defensa al ambiente, que dé lugar a la defensa de los
denominados intereses difusos y a las acciones de clase.
c) La necesidad de establecer una responsabilidad ambiental específica, como quedó
planteado en este mismo trabajo.
El texto del Art. 41 dice "todos los habitantes gozan de un derecho a un ambiente
sano... y tienen el deber de preservarlo".
Todos, sean las personas físicas y jurídicas. El Estado también, pero como uno más,
no en forma excluyente y exclusiva. No se dice que el estado está obligado a
preservarlo, como se hace en otras constituciones. Creemos que el Estado no asume
esa responsabilidad, que se le adjudica en el Derecho Internacional y se presume lo
tiene en el derecho interno, en diversos marcos jurídicos, de nuestro país y del
exterior. En nuestro criterio, eso significa la posibilidad del Estado de indemnizar. No
es obligatoria y segura. Creemos que la Constitución reformada adopta la teoría de la
incapacidad del Estado.
Asimismo, la Constitución del año 1994 crea la institución del Daño Ambiental como
nueva categoría jurídica de dimensión constitucional, distinto del daño civil y penal, ya
que no procura una indemnización para un patrimonio particular, sino para un
patrimonio social y colectivo que es la naturaleza. La indemnización debe aplicarse a
recomponer la naturaleza.
Por último destacamos la creación con rango constitucional de una acción expedita y
rápida de amparo a los derechos que protegen al ambiente. Creemos que se trata de
una acción de amparo ambiental, distinto de la mera aplicación del régimen de amparo
existente. En el párrafo 2do, del Art. 43 de la Constitución Nacional surge que pueden
presentar el amparo: "el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que
propendan a esos fines".
Por otra parte, el 1er párrafo del citado Art. 43 permite un amparo contra todo acto u
omisión de autoridades públicas o de particulares, admitiendo también la declaración
del juez de la inconstitucionalidad de la norma. Estimamos que se trata de otra forma
de amparo similar a la regulada por la ley 16.986, pero distinto del amparo ambiental
que se configura en vía neutro a favor de la naturaleza.
1. Biodiversidad
2. Recursos Humanos
El tema de los indígenas en Brasil. Existen varias tribus que no tienen contacto con la
civilización, un caso específico es la relativa a la cultura Xavante. Esta tribu originaria
del Caribe fue replegándose desde 1492 hasta el actual territorio del Matto Grosso a
fin de proteger sus costumbres originales entre las que se incluye el respeto a la
naturaleza a partir de un sentido común de equilibrio y observación, previo a actuar
sobre la naturaleza. Destacamos la labor misionera del padre Ángelo Pansa que
desarrolla con éxito un programa de reforestación de una zona deforestada, a través
de aportes de empresarios italianos y la participación de la tribu.
Otro efecto social distinto. Las tribus ejercían el comercio desde tiempo inmemorial
mediante caravanas de camellos en el Desierto del Sahara. Dichas caravanas
debieron cambiar sus hábitos por la variación de las condiciones ambientales, en
particular sequías en los oasis, modificando las condiciones naturales de tales áreas.
3. Desertificación
4. La Biotecnología
5. Contaminación electromagnética
6. Genoma Humano
7. Residuos bélicos
8. Clonación Humana
Son varias las variantes de la enfermedad, una primera se conoce en Gran Bretaña a
mediados del 1700 como Scrapie en el ganado bovino. La alimentación del ganado
bovino con restos de animales ovinos, además de significar el cambio del régimen
alimentario vegetariano por otro carnívoro, influyó para transmitir el agente patógeno
64 65
no convencional denominado "prión ", de la oveja al bovino, de allí a la cría y
después al hombre, dando paso a la segunda variante de la enfermedad. Se trata
pues de una zoonosis que provoca la muerte de quien la padece y de los animales
infestado en forma inevitable. El punto central de la cuestión lo constituye el inicio de
una nueva situación médica que obliga al investigador a analizar las proteínas como
causantes de procesos infecciosos. Un prión en su firma normal es una proteína
natural que se encuentra en el cerebro (y en otros órganos del cuerpo humano). En los
animales enfermos detectaron otra variedad de prión llamado Prión- proteína-scrapie
(Pr-Psc) de difícil degradación por agentes físicos y químicos. La excesiva
acumulación de Pr-Psc lleva al deterioro del sistema nervioso.
64
Ya que no se trata de un virus, bacteria u hongo.
65
Término empleado para designar a una proteína infecciosa.
119
66
http://www.senasa.gov.ar/sanidad/bse/bsepre.php
120
ANEXO
HIDROCARBUROS
Ley 26.197
Sustitúyese el artículo 1º de la Ley Nº 17.319, modificado por el artículo 1º de la Ley Nº 24.145.
Administración de las provincias sobre los yacimientos de hidrocarburos que se encontraren en sus
respectivos territorios, lecho y subsuelo del mar territorial del que fueren ribereñas. Acuerdo de
Transferencia de Información Petrolera.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con
fuerza de Ley:
Pertenecen al Estado nacional los yacimientos de hidrocarburos que se hallaren a partir de las DOCE
(12) millas marinas medidas desde las líneas de base establecidas por la Ley Nº 23.968, hasta el límite
exterior de la plataforma continental.
Pertenecen a los Estados provinciales los yacimientos de hidrocarburos que se encuentren en sus
territorios, incluyendo los situados en el mar adyacente a sus costas hasta una distancia de DOCE (12)
millas marinas medidas desde las líneas de base establecidas por la Ley Nº 23.968.
Pertenecen a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, aquellos yacimientos
de hidrocarburos que se encuentren en su territorio, incluyendo los situados en el mar adyacente a sus
costas hasta una distancia de DOCE (12) millas marinas medidas desde las líneas de base establecidas
por la Ley Nº 23.968, respetando lo establecido en el Acta Acuerdo suscrita, con fecha 8 de noviembre
de 1994, entre la referida provincia y la provincia de Santa Cruz.
ARTÍCULO 2º - A partir de la promulgación de la presente ley, las provincias asumirán en forma plena
el ejercicio del dominio originario y la administración sobre los yacimientos de hidrocarburos que se
encontraren en sus respectivos territorios y en el lecho y subsuelo del mar territorial del que fueren
ribereñas, quedando transferidos de pleno derecho todos los permisos de exploración y concesiones de
explotación de hidrocarburos, así como cualquier otro tipo de contrato de exploración y/o explotación de
hidrocarburos otorgado o aprobado por el Estado nacional en uso de sus facultades, sin que ello afecte
los derechos y las obligaciones contraídas por sus titulares.
121
El ejercicio de las facultades como Autoridad Concedente, por parte del Estado nacional y de los
Estados provinciales, se desarrollará con arreglo a lo previsto por la Ley Nº 17.319 y su reglamentación
y de conformidad a lo previsto en el Acuerdo Federal de los Hidrocarburos.
El diseño de las políticas energéticas a nivel federal será responsabilidad del Poder Ejecutivo nacional.
ARTÍCULO 3º - Dentro de los CIENTO OCHENTA (180) días contados a partir de la promulgación de la
presente ley, el Poder Ejecutivo nacional y las provincias acordarán la transferencia a las jurisdicciones
locales de todas aquellas concesiones de transporte asociadas a las concesiones de explotación de
hidrocarburos que se transfieren en virtud de la presente ley.
El Poder Ejecutivo nacional será Autoridad Concedente, de todas aquellas facilidades de transporte de
hidrocarburos que abarquen DOS (2) o más provincias o que tengan como destino directo la
exportación. Deberán transferirse a las provincias todas aquellas concesiones de transporte cuyas
trazas comiencen y terminen dentro de una misma jurisdicción provincial y que no tengan como destino
directo la exportación.
ARTÍCULO 5º - Dentro de los CIENTO OCHENTA (180) días contados a partir de la promulgación de la
presente ley, y a los efectos de dar cumplimiento a lo dispuesto en los artículos precedentes, el Estado
nacional y las provincias productoras llevarán a cabo las acciones tendientes a lograr un Acuerdo de
Transferencia de Información Petrolera que incluirá, entre otros términos, lo siguiente:
de hidrocarburos otorgado o aprobado por el Estado nacional; (II) exigir el cumplimiento de las
obligaciones legales y/o contractuales que fueran de aplicación en materia de inversiones, explotación
racional de los recursos, información, y pago de cánones y regalías; (III) disponer la extensión de los
plazos legales y/o contractuales; y (IV) aplicar el régimen sancionatorio previsto en la Ley Nº 17.319 y
su reglamentación (sanciones de multa, suspensión en los registros, caducidad y cualquier otra sanción
prevista en los pliegos de bases y condiciones o en los contratos).
Las facultades descriptas en el párrafo anterior, no resultan limitativas del resto de las facultades
derivadas del poder concedente emergentes de la Ley Nº 17.319 y su reglamentación.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS SEIS
DIAS DEL MES DE DICIEMBRE DEL AÑO DOS MIL SEIS.
-REGISTRADO BAJO EL Nº 26.197-
Ley 26.154
Créanse en el marco de la Ley Nº 17.319 regímenes promocionales para la exploración y explotación de
hidrocarburos que serán de aplicación en todas las provincias que conforman el territorio de la
República Argentina, que adhieran al mismo, y en la Plataforma Continental Argentina. Objeto. Régimen
Promocional. Beneficios Promocionales. Régimen de Excepción para Áreas de Exploración en
Concesiones otorgadas por la Ley Nº 17.319 y sus Normas Complementarias. Disposiciones
Complementarias.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con
fuerza de Ley:
CAPÍTULO
Objeto
CAPÍTULO II
Del Régimen Promocional para la Exploración de Hidrocarburos
a) Áreas en la Plataforma Continental: Son las comprendidas por las áreas de la plataforma continental
y las aguas interiores según las definiciones de la Ley 23.968, que no se encuentran sujetas a
permisos de exploración o concesiones de explotación.
Los beneficios establecidos en la presente ley serán de aplicación en estas áreas durante un lapso
de QUINCE (15) años, contados a partir de la fecha de notificación formal de ENERGIA ARGENTINA
123
ARTÍCULO 3º - Mecanismo de Asignación. Las áreas definidas en el artículo 2º serán asignadas por las
provincias respectivas o la Nación, según corresponda, mediante la realización de concursos públicos, o
mediante las herramientas habilitadas por la legislación de cada jurisdicción.
ARTÍCULO 4º - Obligación de Asociación. Para acceder a los beneficios otorgados por este régimen, y
para la posterior concesión de explotación, los sujetos interesados, incluidas las empresas provinciales
constituidas o a constituirse, deberán asociarse obligatoriamente con ENERGIA ARGENTINA
SOCIEDAD ANONIMA (ENARSA), bajo la figura jurídica societaria que se estime corresponda, según la
legislación vigente, y en las condiciones que fije la reglamentación de la presente ley.
La renuncia a la obligación de asociación no procederá una vez que se hubiera adjudicado el permiso
de exploración, debiéndose mantener tal obligación durante la concesión de explotación consecuente.
ARTÍCULO 5º - Plazos para Acceder a los Beneficios del Régimen Promocional. El régimen
promocional será aplicable a todo permiso de exploración que se otorgue a partir de la fecha de
publicación de la presente ley y hasta los siguientes plazos, según el caso:
La autoridad de aplicación podrá prorrogar estos períodos con un máximo equivalente, para cada
categoría, a la mitad del período establecido anteriormente.
ARTÍCULO 6º - Áreas Adyacentes. Será autorizado el acceso a las áreas adyacentes, mediante el
otorgamiento de un nuevo permiso de exploración, a los titulares de permisos de exploración de áreas
que resulten adjudicados según el presente régimen, siempre que se demostrara fehacientemente la
continuidad geológica entre dichas áreas, mientras no afecte derechos preexistentes de terceros. La
delimitación de esas áreas adyacentes, será facultad de la autoridad de aplicación y requerirá la previa
conformidad de la provincia respectiva.
124
CAPÍTULO III
De los Beneficios Promocionales
ARTÍCULO 7º - Aplicación Supletoria. A las personas físicas o jurídicas que desarrollen las actividades
comprendidas en el presente régimen especial, les será aplicable el sistema tributario general con las
consideraciones introducidas por la presente ley.
ARTÍCULO 8º - Cupo Fiscal. El cupo fiscal total de los beneficios promocionales se fijará anualmente en
la respectiva ley de Presupuesto para la Administración nacional.
El cupo referido en el párrafo precedente será distribuido por la autoridad nacional de aplicación, de
forma tal que comprenda a todas las jurisdicciones que posean áreas con potencial hidrocarburífero. A
tal fin, dictados los instrumentos de adhesión pertinentes, los estados provinciales deberán comunicar a
la autoridad de aplicación nacional, las áreas susceptibles de beneficiarse con la presente promoción,
cumpliendo los requisitos generales del presente régimen.
La autoridad de aplicación establecerá los requisitos y criterios de selección para la presentación de los
proyectos que tengan por objeto acogerse a los beneficios establecidos por la presente ley, resolverá
sobre su aprobación y fijará su duración.
Déjase establecido que a partir del segundo año de vigencia del presente régimen, se deberá incluir en
el cupo total, los que fueran otorgados en el año inmediato anterior y los que resulten necesarios para la
continuidad o finalización de los proyectos respectivos.
El beneficio indicado en el presente también podrá ser utilizado por uniones transitorias de empresas y
demás sujetos indicados en el segundo párrafo del artículo 4º de la ley del Impuesto al Valor Agregado
por los créditos fiscales que le hubieran facturado por gastos e inversiones en el área beneficiada, en
cuyo caso estos sujetos podrán optar entre trasladar a los respectivos socios el crédito fiscal por los
gastos e inversiones o por solicitar la acreditación o devolución prevista en la Ley 25.924.
ARTÍCULO 10. - Impuesto a las Ganancias. Todos los gastos activables e inversiones realizados en la
etapa de exploración y las inversiones, realizadas en el período de explotación, dentro de los plazos
establecidos, para cada caso, en el artículo 2º de la presente ley, serán amortizados en tres cuotas
anuales, iguales y consecutivas, a partir del año en que tales gastos e inversiones fueren realizados, y
en la medida en que tales gastos resulten activables, o en su caso, las inversiones fueran habilitadas.
En todo lo que no se oponga a la presente ley será de aplicación la Ley 25.924 y sus normas
reglamentarias.
ARTÍCULO 11. - Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta. Los bienes pertenecientes a los titulares de
permisos de exploración y concesiones de explotación otorgados bajo el régimen de la presente ley,
que se hallen afectados al desarrollo de las actividades promovidas, no integrarán la base de imposición
del Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta establecido por la Ley 25.063, o el que en el futuro lo
complemente, modifique o sustituya, a partir de la fecha de la adjudicación y hasta el tercer año
inclusive posterior al otorgamiento de la concesión de explotación proveniente de los permisos de
exploración sobre dichas áreas.
dichos bienes, que no se fabriquen en el país, los que serán determinados por la autoridad de
aplicación, y que fueren necesarios para la ejecución de actividades de exploración y explotación
comprendidas dentro del régimen de la presente ley.
Los bienes de capital, partes o elementos componentes de dichos bienes que se introduzcan al amparo
de la liberación de derechos y gravámenes precedentemente establecidos, sólo podrán ser enajenados,
transferidos o desafectados de la actividad objeto del permiso, una vez concluida la utilización que
motivó su importación, o su vida útil, si ésta fuere menor.
En caso de ser transferidos dichos bienes a una actividad no comprendida en el ámbito de esta ley,
deberá procederse al pago de los derechos, impuestos o gravámenes que correspondan a la fecha de
la transferencia.
La autoridad de aplicación establecerá las prácticas que garanticen el cumplimiento de las disposiciones
del presente artículo.
El beneficio establecido en el presente artículo se extenderá, en cada caso, por los plazos definidos en
el artículo 2º de la presente ley, contados a partir de la obtención del correspondiente permiso de
exploración.
CAPÍTULO IV
Del Régimen de Excepción para Áreas de Exploración en Concesiones Otorgadas por la Ley 17.319 y
sus Normas Complementarias
ARTÍCULO 13. - Marco de Aplicación, Categorización y Plazos. Podrán acogerse a este régimen los
permisionarios de exploración y los concesionarios de explotación de las concesiones otorgadas por la
Ley 17.319 y sus normas complementarias, de acuerdo con la siguiente categorización:
El área resultante de la subdivisión deberá ser considerada, por la autoridad de aplicación, como un
nuevo permiso de exploración, quedando el área oportunamente concesionada y no explotada
subdividida. Estas áreas serán asignadas por las provincias respectivas o la Nación, según
corresponda, mediante la realización de concursos públicos o mediante las herramientas habilitadas por
la legislación de cada jurisdicción, debiéndose otorgar al actual concesionario derecho de preferencia a
igualar la mejor oferta en el proceso establecido previamente, derecho que deberá ser ejercido dentro
de los siguientes TREINTA (30) días posteriores al acto decisorio del respectivo concurso.
126
La autoridad de aplicación sólo podrá aprobar la propuesta de subdivisión previa resolución fundada
que dictamine que no procede la aplicación del régimen sancionatorio por incumplimientos a las
disposiciones de la Ley 17.319.
ARTÍCULO 15. - Obligación de Asociación. Para acceder a los beneficios otorgados por este régimen,
ENERGIA ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA (ENARSA) deberá formar parte, en asociación, del
permiso de exploración y de la posterior concesión de explotación. Esta asociación tendrá carácter de
ineludible para acceder a este régimen promocional y podrá adoptar las particularidades y la figura
jurídica societaria que cada caso así lo amerite, según la normativa vigente.
ARTÍCULO 16. - Plazos para Acceder a los Beneficios. El régimen promocional será aplicable a todo
permiso de exploración que se otorgue a partir de la fecha de publicación de la presente ley y hasta los
siguientes plazos, según el caso:
La autoridad de aplicación podrá prorrogar estos períodos con un máximo equivalente, para cada
categoría, a la mitad del período establecido anteriormente.
ARTÍCULO 17. - Prórroga del Plazo. En caso de aprobarse la propuesta de subdivisión del área
abarcada por la concesión, la autoridad de aplicación, con el acuerdo previo de la provincia involucrada,
en su caso, deberá realizar los trámites administrativos para otorgar, respecto de las nuevas áreas la
prórroga de DIEZ (10) años contemplada en el artículo 35 de la Ley 17.319, plazo que deberá contarse
a partir del vencimiento del plazo original de la concesión.
ARTÍCULO 18. - Beneficios Fiscales. Cumplidos los requisitos legales y los que establezca la autoridad
de aplicación en la reglamentación, serán de aplicación los beneficios explicitados en la presente ley en
sus artículos 9º, 10º y 12º.
CAPÍTULO V
Disposiciones Complementarias
ARTÍCULO 19. - Cese de los beneficios. Los beneficios previstos en la presente ley cesarán por las
siguientes causas:
En los casos mencionados en los incisos b) y c) anteriores, la firma incumplidora deberá ingresar en la
forma, plazo y condiciones que al respecto establezca la ADMINISTRACION FEDERAL DE INGRESOS
PUBLICOS, entidad autárquica en el ámbito del MINISTERIO DE ECONOMIA Y PRODUCCION, los
impuestos que oportunamente hubieran resultado exentos o disminuidos, o cuya devolución,
acreditación o transferencia a terceros hubiere sido admitida, con más los intereses y demás sanciones
127
que pudieren corresponder por aplicación de las disposiciones de la Ley 11.683, texto ordenado en
1998 y sus modificaciones y de la Ley 22.415 y sus modificaciones (Código Aduanero).
ARTÍCULO 20. - Aplicación integral. Los beneficios otorgados por la presente ley, sólo serán de
aplicación integral en el período de explotación de los respectivos proyectos, siempre que la alícuota de
los tributos que gravan las exportaciones de los productos obtenidos como consecuencia de la referida
explotación, dispuestos por la Ley 25.561, o la que lo sustituya o reemplace, sea igual o superior a la
vigente a la fecha de entrada en vigencia del régimen establecido por esta ley.
En caso que la referida alícuota sea menor, la SECRETARIA DE HACIENDA del MINISTERIO DE
ECONOMIA Y PRODUCCION con la asistencia de la SECRETARIA DE ENERGIA del MINISTERIO DE
PLANIFICACION FEDERAL, INVERSION PUBLICA Y SERVICIOS evaluará el impacto de esa
disminución y podrá eliminar o disminuir proporcionalmente los beneficios previstos en la presente, en
función del impacto de la nueva alícuota.
ARTÍCULO 21. - Exclusión. Las disposiciones de la presente ley, no serán de aplicación respecto de
proyectos que gocen de los beneficios otorgados por la Ley 19.640.
ARTÍCULO 22. - Propiedad de los datos e Información. El Estado nacional y los Estados provinciales
que adhieran al régimen de la presente ley, serán copropietarios de la totalidad de los datos de base e
información que resulten de los estudios y tareas de exploración y explotación que lleven adelante
ENERGIA ARGENTINA SOCIEDAD ANONIMA (ENARSA) y las figuras societarias que accedan al
régimen promocional de esta ley.
ARTÍCULO 23. - Autoridad de Aplicación. La autoridad de aplicación de la Ley 17.319, será autoridad
de aplicación de la presente, excepto en las cuestiones de índole tributario o fiscal en las cuales será
autoridad de aplicación la SECRETARIA DE HACIENDA del MINISTERIO DE ECONOMIA Y
PRODUCCION.
ARTÍCULO 24. - Adhesión Provincial. Invítase a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
a adherir a la presente ley, adoptando en el ámbito de sus respectivas competencias y jurisdicciones,
criterios y beneficios fiscales similares a los promovidos por la presente normativa.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc., sancionan con
fuerza de Ley:
ARTÍCULO 1º - Créase ENERGÍA ARGENTINA SOCIEDAD ANÓNIMA bajo el régimen del Capítulo II,
Sección V, de la Ley 19.550 (t.o. 1984) y sus modificatorias, y las disposiciones de la presente ley, la
que tendrá por objeto llevar a cabo por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros, el estudio,
exploración y explotación de los Yacimientos de Hidrocarburos sólidos, líquidos y/o gaseosos, el
transporte, el almacenaje, la distribución, la comercialización e industrialización de estos productos y
sus derivados directos e indirectos, así como de la prestación del servicio público de transporte y
distribución de gas natural, a cuyo efecto podrá elaborarlos, procesarlos, refinarlos, comprarlos,
venderlos, permutarlos, importarlos, o exportarlos y realizar cualquier otra operación complementaria de
su actividad industrial y comercial o que resulte necesaria para facilitar la consecución de su objeto.
Asimismo, la Sociedad podrá por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros, generar,
transportar, distribuir y comercializar energía eléctrica. La Sociedad podrá realizar actividades de
comercio vinculadas con bienes energéticos y desarrollar cualquiera de las actividades previstas en su
objeto, tanto en el país como en el extranjero.
En su actuación observará las políticas del Estado nacional y bajo ningún procedimiento las
modificaciones estatutarias podrán dejar a éste en situación minoritaria.
ARTÍCULO 5º - El Estatuto de la Sociedad que se crea por el artículo 1º, contendrá los requisitos
exigidos por la Ley de Sociedades Comerciales, con sujeción a las siguientes pautas:
129
I) Acciones Clase "A": Serán ordinarias, de UN (1) voto por acción, intransferibles, y representarán el
CINCUENTA Y TRES POR CIENTO (53%) del Capital Societario. Se requerirá: El voto de la
totalidad de ellas en las Asambleas para que se resuelva válidamente en los siguientes temas:
(i) Presentación en concurso o quiebra;
(ii) Modificación del Estatuto y/o el aumento de capital;
(iii) Disolución anticipada de la sociedad;
(iv) Cualquier acto societario que implique poner en peligro el patrimonio social y/o la prosecución del
objeto principal de esta sociedad;
(v) Cambio de domicilio y/o jurisdicción.
II) Acciones Clases "B" y "C": Serán ordinarias escriturales, con derecho a UN (1) voto por Clase,
representarán hasta el DOCE POR CIENTO (12%) del Capital Social y serán de titularidad de las
Jurisdicciones Provinciales que las suscriban.
III) Acciones Clase "D": Se autoriza la oferta pública de esta clase de Acciones, que representan un total
del TREINTA Y CINCO POR CIENTO (35%) del Capital Social. Dichas Acciones serán preferidas
patrimoniales, sin derecho a voto.
La preferencia patrimonial consiste en la antelación del reembolso de su valor nominal, en el caso de
liquidación y en el cobro de dividendos preferenciales, consistiendo el pago de estos pari passu con
las acciones ordinarias, más una proporción del CINCO POR CIENTO (5%) por cada unidad.
IV)Acciones Clase "E": La Sociedad podrá transformar Acciones Clase "D" en Acciones Clase "E". Las
Acciones Clase "E" serán ordinarias y sin derecho a voto y de oferta pública.
Los derechos derivados de la titularidad de acciones por el Estado nacional serán ejercidos por el
Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, o por el funcionario que éste
designe, debiendo dicha atribución estar expresamente conferida en el acto constitutivo.
c) La Dirección y Administración estarán a cargo de un Directorio integrado por CINCO (5) Directores
titulares y CINCO (5) suplentes, por las Acciones Clase "A" y DOS (2) Directores titulares y DOS (2)
suplentes por las Acciones Clase "B" y "C", en forma conjunta. UNO (1) de los Directores por las
Acciones Clase "A", deberá poseer reconocida trayectoria en el Mercado de Capitales.
d) El Órgano de Fiscalización estará integrado por una Comisión Fiscalizadora compuesta por CINCO
(5) síndicos titulares y CINCO (5) síndicos suplentes elegidos por la asamblea de accionistas.
ARTÍCULO 6º - La Sociedad ejercerá todas las atribuciones y estará sometida a los mismos controles,
interno y externo, de las personas jurídicas de su tipo, quedando facultada para suscribir convenios con
empresas públicas o privadas, nacionales o extranjeras para el cumplimiento de su Objeto Social.
Regirá para esta sociedad lo dispuesto en el artículo 21 de la Ley 24.624. Estará sometida asimismo a
los controles interno y externo del sector público nacional en los términos de la Ley 24.156.
ARTÍCULO 10. - En un plazo no mayor de TREINTA (30) días de sancionada la presente, el Poder
Ejecutivo nacional, deberá aprobar el Estatuto Social con sujeción a las pautas previstas en el artículo
6º y realizar todos los actos necesarios para la constitución y puesta en funcionamiento de la Sociedad,
pudiendo delegar expresamente esta facultad en el Ministerio de Planificación Federal, Inversión
Pública y Servicios.
HIDROCARBUROS
Decreto 546/2003
Reconócese a los Estados Provinciales, el derecho a otorgar permisos de exploración y concesiones de
explotación, almacenaje y transporte de hidrocarburos en sus respectivas jurisdicciones sobre aquellas
áreas que reviertan a las Provincias, denominadas «en transferencia» por el Decreto Nº 1955 del 4 de
noviembre de 1994 y sobre aquellas que se definan en sus planes de exploración y/o explotación por la
propia Autoridad Provincial competente, dando cumplimiento a los requisitos y condiciones que
determina la Ley Nº 17.319, sus normas reglamentarias y complementarias, y ejercer todas las
competencias que el artículo 98 de la misma otorga al Poder Ejecutivo Nacional, dentro de sus
jurisdicciones.
CONSIDERANDO:
Que es necesario para nuestro país reactivar el proceso de exploración y posterior explotación de
hidrocarburos a efectos de mantener y aumentar las reservas existentes.
Que la Ley Nº 24.145 en su Artículo 1º transfirió el dominio sobre los yacimientos de hidrocarburos del
ESTADO NACIONAL a las Provincias en cuyos territorios se encuentren.
Que algunos yacimientos de hidrocarburos fueron efectivamente transferidos a las Provincias, en virtud
de lo establecido por el Artículo 20 del Decreto Nº 1055 de fecha 10 de octubre de 1989.
Que dicho dominio importa, dentro de sus respectivas jurisdicciones, el ejercicio de todas las facultades
atinentes a procurar la adecuada protección, exploración y explotación de tales recursos.
Que el mandato constitucional debe ser cumplido dentro del riguroso respeto del régimen federal,
otorgando a la actividad la coordinación y coherencia que su importancia en la economía nacional
requiere.
Que debe resolverse la situación jurídicamente ambigua producida por el hecho de que las Provincias,
titulares del dominio por mandato constitucional, carezcan de los instrumentos legales que les permitan
ejercer en forma apropiada y efectiva los derechos derivados de dicho dominio, tales como, por ejemplo,
el derecho a licitar y a otorgar permisos y concesiones.
Que el Decreto Nº 1955 de fecha 4 de noviembre de 1994 aprobó un régimen transitorio para la
adjudicación de áreas de exploración y posterior explotación de hidrocarburos en las denominadas
áreas en transferencia, cuya aplicación ha sido limitada al no contar con la adhesión de todas las
Provincias.
Que la Provincia del NEUQUEN ha dispuesto a través de normas de derecho interno, un régimen de
exploración y posterior explotación de hidrocarburos en el marco de la Ley Nº 17.319, y ha adjudicado
mediante concursos públicos contratos de operación para la exploración, desarrollo y explotación de
hidrocarburos.
132
Que la Provincia de RÍO NEGRO ha ejercido sus facultades constitucionales y adjudicadas concesiones
de explotación sobre determinadas determinadas áreas cedidas por el PODER EJECUTIVO NACIONAL
en el marco del Artículo 20 del Decreto Nº 1055 de fecha 10 de octubre de 1989.
Que por lo tanto, es necesario dictar una norma complementaria del mencionado decreto, de modo tal
que transfiera las actuales potestades de la SECRETARIA DE ENERGÍA del MINISTERIO DE
PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN PÚBLICA Y SERVICIOS y del PODER EJECUTIVO
NACIONAL, según sea el caso, a las respectivas Autoridades Provinciales, explicitando la facultad de
estas últimas de otorgar permisos de exploración, concesiones de explotación y concesiones de
transporte para desarrollar sus recursos hidrocarburíferos, a los efectos de hacer realidad los derechos
constitucionales de las Provincias garantizados por el Artículo 124, segundo párrafo, de la
CONSTITUCIÓN NACIONAL, abriendo paso a una convivencia armónica entre el texto constitucional y
la norma de fondo.
Que el ESTADO NACIONAL no puede desconocer la necesidad de las Provincias de promover sus
recursos hidrocarburíferos ni puede permanecer ajeno o ignorar la realidad provincial descripta en los
considerandos anteriores, vinculada al ejercicio efectivo de las Provincias de los derechos dominiales
emergentes de la CONSTITUCIÓN NACIONAL, en la medida que los Artículos 2º y 3º de la Ley Nº
17.319 le han confiado la facultad de definir la política nacional para el sector, y la facultad de
reglamentar las actividades de exploración, explotación y transporte de hidrocarburos.
Que teniendo en cuenta lo expuesto, es obligación del ESTADO NACIONAL dar adecuado respaldo
legal a la actividad que al día de la fecha han realizado las Provincias, lo cual contribuye a fortalecer la
seguridad jurídica necesaria para promover inversiones en el sector.
Que al mismo tiempo, debe establecerse claramente que el rol de coordinación y dictado de la política
general en materia de hidrocarburos debe permanecer a cargo del PODER EJECUTIVO NACIONAL por
lo cual la SECRETARIA DE ENERGÍA del MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN
PÚBLICA Y SERVICIOS deberá ser informada de todas las actividades a desarrollarse bajo este nuevo
régimen y centralizar dicha información a fin de contribuir al adecuado diseño de una política nacional
de hidrocarburos que, respetuosa de los derechos de cada Provincia, promueva una acción común que
beneficie a la economía nacional.
Que la situación señalada ut supra crea la necesidad de dictar con toda urgencia el acto pertinente, lo
cual impide cumplir los trámite ordinarios previstos por la CONSTITUCIÓN NACIONAL para la sanción
de las leyes.
Que la presente medida se dicta en ejercicio de las facultades conferidas por el Artículo 99 inciso 3 de
la CONSTITUCIÓN NACIONAL.
Por ello,
133
DECRETA:
Art. 4º - Las Autoridades Concedentes o de Aplicación Provinciales elaborarán los Pliegos de licitación
correspondientes y celebrarán los concursos públicos y todos los actos necesarios a los fines del
artículo 1º del presente decreto de acuerdo con su propia legislación en la medida en que sea
compatible con la legislación nacional vigente.
Art. 5º - Todas las potestades otorgadas a la Autoridad de Aplicación por la legislación nacional vigente
en lo concerniente a los contratos, permisos y concesiones adjudicados por los Estados Provinciales
serán asumidas por los organismos competentes de las respectivas jurisdicciones provinciales, a los
que competerá la aplicación de la Ley Nº 17.319 y sus normas reglamentarias y complementarias en el
carácter de autoridad de aplicación que el Artículo 97 de dicha norma adjudica a la SECRETARIA DE
ENERGÍA del MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN PÚBLICA Y SERVICIOS y
toda otra facultad que se derive de la normativa vigente en la materia.
Art. 6º - El PODER EJECUTIVO NACIONAL continuará ejerciendo las facultades emergentes de los
Artículos 2º y 3º de la Ley Nº 17.319.
Los Estados Provinciales no podrán otorgar concesiones de transporte que abarquen DOS (2) o más
Provincias o que tengan como destino la exportación.
Las Provincias deberán guardar debida confidencialidad de aquella información respecto de la que la
normativa en vigencia reconoce tal obligación.
A fin de cumplir con la obligación prevista en el presente artículo la SECRETARIA DE ENERGÍA del
MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN PÚBLICA Y SERVICIOS realizará un
inventario de la información disponible y de aquella que permanece en custodia de los permisionarios y
concesionarios, y deberá acordar con la ORGANIZACION FEDERAL DE ESTADOS PRODUCTORES
DE HIDROCARBUROS (OFEPHI), los mecanismos más idóneos para organizar un banco de datos
geológico nacional o cualquier alternativa de administración que ambas partes consideren conveniente.
Las firmas permisionarias y concesionarias estarán obligadas a suministrar a las Provincias toda la
información que tengan en su poder, vinculada a las áreas que se transfieren, estando obligadas a
colaborar de la forma más amplia posible para asegurar la transferencia y la debida custodia de la
información.
Art. 12. - Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. —
KIRCHNER. — Alberto A. Fernández. — Roberto Lavagna. — Carlos A. Tomada. — Daniel F. Filmus.
— Ginés M. González García. — Gustavo O. Beliz. — José J. B. Pampuro. — Aníbal D. Fernández. —
Julio M. De Vido. — Alicia M. Kirchner.