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Las cifras son tomadas de los resultados de la encuesta realizada por Ipsos Apoyo y publicada en El
Comercio del lunes 15 de febrero del 2010.
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Datos tomados de GOP de la IX Encuesta Anual sobre Educación en Lima Metropolitana y Callao,
realizada entre el 13 y 14 de febrero del 2010.
percepción de vivir en una democracia irreal, la población encuentra en la protesta
formas efectivas de solución, a través de la participación popular.
Los movimientos sociales son formas de acción colectiva mediante las cuales el
pueblo protesta y lucha por los derechos del grupo. Estos aparecen en situaciones de
conflicto que exacerban a las mayorías, y por lo tanto, intentan dar solución a sus
problemas mediante la protesta con el fin de llegar a acuerdos que permitan soluciones
participativas e igualitarias. Una de las particularidades de estos movimientos es que las
personas que lo integran tienen en común ser afectados por el mismo problema y optan
por la transformación de su realidad a través de la acción colectiva, es decir, logran
ejercer una democracia participativa.
En el caso de las Fuerzas Armadas (FFAA) y Policía Nacional del Perú (PNP)
están son comprendidas como aparatos represivos del Estado que le permiten a este
último ejercer autoridad y respeto hacia la población. Durante los últimos años del Siglo
XX ambas instituciones se desprestigiaron por su apoyo al régimen autoritario, se creó
entonces una suerte de divorcio social en la cual los aparatos represores no gozan de la
absoluta confianza por parte del Estado, la sociedad no cree en clase política ni en la
democracia y las FFAA y PNP se encuentran enfrentadas a ambas. Si bien es cierto que
aún estamos en un proceso de reconciliación nacional un paso fundamental es
justamente la reconciliación de estos tres actores sociales.
Dos hechos claves para comprender el problema planteado son el caso Bagua y
la huelga de la PNP y las FFAA. El primer caso brinda luces sobre como los intereses
de trasnacionales pueden interferir en las políticas nacionales y que a razón de esto el
gobierno desconozca el derecho de los ciudadanos, convirtiéndose así en un modelo
autoritario que solo pudo ser revocado mediante la protesta popular masificada a nivel
nacional. Los movimientos sociales, llenos de indignación, reaccionan contra el
autoritarismo estatal logrando ejercer el derecho de igualdad jurídica y la soberanía
popular sobre los gobernantes. Por otro lado la huelga policial marca un precedente de
sumo cuidado en el estado de derecho peruano pues luego de casi 30 años la policía y
las fuerzas armadas levantan su voz de protesta exigiendo sus derechos como cualquier
trabajador, exigen un aumento de sueldo como producto de las necesidades a que la
crisis los ha llevado. El gobierno responde a este reclamo con represión directa
aplicando medidas coercitivas contra su propio aparato represor. Este último caso es de
especial cuidado pues la primera manifestación policial que solicitaba aumento de
sueldos se realiza desde la clandestinidad, es decir, que los miembros que protestan lo
hacen con miedo a las represalias que el Estado pueda tomar, pero el segundo acto de
protesta lo hacen abiertamente y con el uniforme a la vista lo que significa que a nivel
institucional se ha perdido miedo al Estado ya su represión. Una forma directa de iniciar
el enfrentamiento.
El presente trabajo analiza como es que en el Perú actual los movimientos
sociales se convierten en derroteros para la construcción de una democracia
participativa en la cual los ciudadanos se encuentren en capacidad de regular las
acciones de sus gobernantes, es decir, lograr la participación de la sociedad civil con el
fin de que la soberanía y legitimidad popular sea respetada por el gobierno.
Pero la democracia, más allá de ser un concepto que determina una forma
particular de gobernar, intenta explicar que se trata de un tipo de gobierno donde la
mayor preocupación debe radicar en comprender al pueblo, escucharlo y conocer sus
necesidades. Solo así es posible lograr una integración de los más excluidos en la
sociedad. Sobre este aspecto Eric Hobsbawn señala que:
“El término pobre encierra una realidad compleja. Tal vez la mejor
aproximación a ella consiste en decir que el pobre es el insignificante,
aquel que no es relevante para la sociedad y cuyos derechos mas
elementales a la vida, libertad y la justicia son violados
permanentemente.” (Gutiérrez 1988:396)
“En todo el mundo hay muchas personas que sufren muchos tipos de
privación a la libertad. En algunas regiones continúa habiendo
hambrunas que niegan a millones la libertad básica de sobrevivir […] la
libertad política y las libertades civiles son importantes por si mismas
[…] estas privaciones restringen la vida social y política y deben
considerarse represivas, aun cuando no causen otras aflicciones.” (Sen
2000:33)
La visión que nos entrega Sen parece ser utópica pero es una propuesta en la que
la opción por el pobre, marginado, o excluido social aparece como respuesta al
problema que planteamos. Si tomamos en cuenta que el Perú es un país con gran
desequilibrio social y donde hemos tenido una democracia poco estable la propuesta de
Sen y Gutiérrez aparecen como dos opciones primordiales para generar soluciones. En
el Perú la poca continuidad de los gobiernos democráticos ha causado que cada
generación se individualice y no se creen continuidades de un trabajo por la defensa de
la democracia.
La democracia de los jóvenes
Los jóvenes del Perú actual no guardan en su memoria el recuerdo de buenos
tiempos, así lo afirma el informe que presenta el Programa de Naciones Unidad Para el
Desarrollo (PNUPD 2008). Con lo expuesto podemos comprender que si este recuerdo
no es positivo no se pueden reproducir buenos modelos a seguir. Merleau–Ponty (1945)
señalaba que solo el recuerdo permite continuidad, en el caso de la historia peruana
actual podemos mencionar que el registro de la memoria es un acto constante que esta
en función del momento, los hechos y la perspectiva de clase que cada grupo social
tiene.
El recuerdo de los jóvenes peruanos de esta primera década del siglo XXI es
totalmente opuesto al recuerdo de sus padres o abuelos en materia de democracia. Sus
padres y abuelos viven con el recuerdo de haber vivido en un país sin una democracia
constante, una democracia interrumpida por gobiernos golpistas, pero a pesar de ello,
han generado un recuerdo de luchas por la democracia y compromiso con su país.
Los jóvenes peruanos de hoy en día guardan en la memoria recuerdos de una infancia
plagada por la violencia subversiva y la pobreza. Debemos agregar que la incertidumbre
de la violencia política, apagones frecuentes y discusiones sobre si nuestro país era
viable para una propuesta de desarrollo generaron en los jóvenes de este nuevo Perú la
expectativa de trabajar en conjunto por el desarrollo nacional. Estos son elementos que
nos llevan entender porque los jóvenes han generado mayor sensibilidad por los
problemas de su país. Ellos, por una condición de humanidad, son los mas preocupados
por establecer un cambio en el devenir social. Los jóvenes de hoy toman mayores
iniciativas para este cambio, según el informe del PNUD 2008:
“Es muy posible que los jóvenes peruanos de ahora hayan ido más allá
que sus antepasados respecto al escepticismo sobre la sociedad y las
instituciones nacionales. Que aumente su pragmatismo y que se
refuercen las opciones individuales, puede parecer natural ante los
débiles resultados visibles del proceso republicano y de la política más
reciente. Pero esta percepción escéptica, tampoco es muy diferente a la
posición adoptada por los adultos, en la medida que la decepción es
general.” (PNUD 2008: 127)
Para Pensar
Si miramos la historia peruana, que se acerca al bicentenario de su
independencia, podemos comprender que en los casi 200 años de trayectoria no hemos
tenido grandes cambios para mejorar la democracia. No tanto por la extensión de
tiempo sino por la intensidad de los procesos vividos en el trayecto de conformación
política y participación ciudadana sobre el destino del país. “El futuro está en los
jóvenes” reza una vieja frase que en el Perú del siglo XXI se convierte en una
necesidad. Debemos apuntar, desde nuestro trabajo, a que los jóvenes sean los
protagonistas de la nueva historia que comenzamos a construir.
BIBLIOGRAFÍA
Bobbio, Norberto
1978 Democracia y Dictadura. Tomado de:
http://www.robertexto.com/archivo3/democr_dictadura.htm
Gutiérrez, Gustavo
1988 Teología de la liberación. 6ta edición. Lima. CEP
Hobsbawm, Eric
2007."La historia del siglo" entrevista para el suplemento de cultura "Revista Ñ" del
diario Clarín, edición sábado 9 de junio
Programa de las Naciones Unidad Para el Desarrollo
2008 Democracia Imaginada.
Sen, Amartya
2000 Desarrollo y Libertad. Buenos Aires. Planeta.