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Baquero, J. (2001). Estimación de la Discriminación Salarial por Género para los trabajadores asalariados
urbanos de Colombia (1984 – 1999). Recuperado de
https://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/11282/2593.pdf
En este documento se muestra una estimación de la discriminación salarial por género basándose en la
creciente participación de la mujer en el mercado de trabajo ya que como es bien sabido, al lado de los
jóvenes, las mujeres son el grupo de la población más afectado por el desempleo, teniendo en cuenta el
amplio reconocimiento que se ha hecho en cuanto a la igualdad de derechos y oportunidades para hombres y
mujeres, este estudio es importante debido a la presencia de un gran número de mujeres que sostienen a sus
hogares como cabezas de familia y de muchas otras que colaboran con sus ingresos en épocas de desempleo y
caída del ingreso familiar, dicho estudio se hace teniendo en cuenta la teoría de la discriminación en el
mercado de trabajo en especial en la definición que afirma que “dos trabajadores con iguales indicadores de
productividad deben ganar el mismo salario. Dados esos dos trabajadores con la misma educación,
capacitación y experiencia, pero con diferencias en alguna característica personal no económica, uno de ellos
podría ganar substancialmente menos que el otro, en este caso se toma desde la perspectiva de la
discriminación por género y todo esto se obtiene como resultado la detección un patrón estable que mantiene
un diferencial salarial no explicado por variables de productividad, a favor de los hombres
Pérez y Soto Domínguez, Alejandro, y Cortés Gallego, Mónica María (2012). Políticas públicas para la mujer
en Colombia: La doble condición de madre y trabajadora en la legislación del siglo XX. Entramado 8 (1),
P.72-88. ISSN: 1900-3803. Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2654/265424601006
En este documento se presenta una investigación que da un acercamiento a las políticas de integración laboral
de la mujer al mercado de trabajo. Aunque tradicionalmente la mujer había sido segregada a determinadas
actividades no mercadeables como el hogar, y ciertos oficios, como el de maestra y enfermera, la historia del
siglo XX deja ver la apertura de espacios que, si bien no ofrecieron igualdad real hasta el final de la centuria,
sí abrieron tímidamente espacios de participación a la mujer en su rol de trabajadora y su rol de madre, así
mismo, muestra segregación cultural, sometimiento a las tareas del hogar y exclusión de buena parte de las
decisiones de poder y dirección de las organizaciones sociales, todo esto ligado a su condición de mujer y el
papel de madre lo que conllevaba hasta hace pocas décadas la sustracción del mercado de trabajo en sectores
determinados, ligados con la esencia de lo masculino, suponiendo actividades relacionadas eminentemente de
la condición de madre, tales como maestra y enfermera, para demostrar lo anterior el documento recoge la
evolución histórica de la legislación relativa a la mujer en su doble rol de trabajadora y madre, las políticas
establecidas desde la institucionalidad del Estado, teniendo en cuenta que en este caso la política es más un
proceso de adaptación a convenios y legislaciones internacionales, que con cierto grado de discrecionalidad e
imposición iban marcando un derrotero en la búsqueda de la igualdad de género, en la equidad de derechos y
en la formalización de un estado de derecho que permita el libre desarrollo de la personalidad de sus
individuos no a pesar, sino, desde su condición de género.
Ramos Valencia, C., & Ortegón Melo, F. (2015). Ruta hacia la dignificación laboral de las madres
comunitarias y sustitutas en Villavicencio, Colombia. Revista Estudios de Derecho, Vol. 72,
Núm. 160, P 167-187. Recuperado de
http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/red/article/view/323339
En el documento se aborda la realidad actual en la cual aunque existan derechos que protegen a la
mujer de la discriminación hoy día siguen sucediendo prácticas discriminatorias, que impiden que
ellas gocen plenamente de todas sus garantías, tal como sucede con el caso en concreto de las
“madres comunitarias” y “madres sustitutas” del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF), debido a que este instituto está realizando prácticas ilegales con las formas de
contratación, que evidencian una discriminación de género, ya que lo planteado en la teoría no
concuerda con las verdaderas funciones de este grupo de mujeres y menos de los administradores
de estos programas, lo que demuestra que aunque estos programas tienen un fin plausible, en la
actualidad deben modificarse algunos aspectos que en su creación no se regularon, dado que no se
pueden desconocer sus derechos laborales, y más aún cuando la encargada de estos programas es
una entidad estatal cuya labor es velar por el cumplimiento de los fines esenciales del Estado, como
consecuencia se demuestra que existen dilaciones legislativas frente a los derechos laborales de la
mujer, a causa de patrones socioculturales de carácter machista o patriarcal que ocasionan que las
madres comunitarias y sustitutas se vean relegadas de sus derechos, sin embargo, se le han una
serie de garantías laborales a estos grupos discriminados, que si bien no son suficientes, es un paso
más hacia una ruta del restablecimiento de sus derechos laborales y poder llevar a cabo la igualdad
material que está escrita en la Constitución Política de Colombia de 1991.
Goyes Moreno, I. (2019). Marco jurídico para la autonomía económica de las mujeres en
Colombia. Revista Academia & Derecho, 10(18), P 165-206. Recuperado de
http://www.unilibrecucuta.edu.co/ojs/index.php/derecho/article/view/356/339
En la monografía hacen un análisis del hecho de que en Colombia, las mujeres somos
mayoría (51%), no obstante aún persisten brechas de desigualdad con respecto a los
hombres, en términos laborales aún persisten grandes diferencias, el desempleo las sigue
afectando más a ellas con un 12,0% frente al 7,3% de ellos (DANE, 2018) un ejemplo de
ello es que aunque el salario mínimo aumenta tanto para hombres como para mujeres, la
brecha salarial también aumenta de forma desfavorable para ellas, para argumentar este
hecho toman una columna del Tiempo en la cual hablan acerca de que “Se han requerido
20 años para reducir a la mitad la brecha salarial promedio de los asalariados en
Colombia, pues en 1998 era del 14,7% y 4 ahora, del 7,05% (El Tiempo, 2018), por lo
cual se termina concluyendo que aunque la inequidad en el ingreso ha disminuido, en el
documento evidencian el hecho de que las mujeres tienen mayor dificultad para acceder a
un empleo con un horario más rígido y mejor remunerado por lo cual recurren a horarios
con flexibilidad laboral o a la informalidad laboral lo que repercute en sus ingresos, esto
con ocasión al desarrollo de actividades del cuidado que en la mayoría de las veces son
no remuneradas o con menor remuneración que un trabajo formal, aportando así a las
brechas de género salariales y por ende a la feminización de la pobreza.
Ramírez-Bustamante, Natalia (2019). “A mí me gustaría, pero en mis condiciones no
puedo”. Maternidad, discriminación y exclusión: el paso del trabajo formal al trabajo
informal en confección en Colombia. Revista CS, núm. especial, P 241-269. Recuperado
de https://doi.org/10.18046/recs.iEspecial.3239
JIMÉNEZ MORENO, N., LUNA NOVOA, I., & WIESNER LUNA, V. (2019).
SENTIDOS OCUPACIONALES ENTRE LA VIDA LABORAL Y LA VIDA
FAMILIAR DOMÉSTICA. Recuperado de
https://ecrdspace.metabiblioteca.com.co/bitstream/001/333/1/Sentidos
%20Ocupacionales.pdf
“La OIT adoptó en ese mismo año un plan de acción sobre la igualdad de sexos e
incorporación sobre las consideraciones de género; que estaba destinada a la
erradicación de la discriminación hacia colectivos específicos de preferencias sexuales
alternativas, quienes eran apartados por cuestiones de preferencia de género y se les Discriminación
dificultaba acceder a empleos (OIT, 2010). Este colectivo inició una lucha por la Acoso sexual
igualdad de sus derechos; además ellos constituirían un nuevo modelo de familia en el Políticas sociales
futuro, lo que acarrearía nuevas normativas al respecto.
Otro tema tratado durante este periodo, y que representa un flagelo al que habían estado
sometidas las mujeres desde que ingresaron a la fuerza laboral, y hasta ahora callado por
mucho tiempo por temor a represalias en su trabajo era el acoso sexual; el cual fue
discutido en 1995 y se expresó en la circular 543 bajo el título de “Políticas y
procedimientos en materia de acoso sexual” que fue instaurado en primera medida
dentro del Reglamento de Trabajo en la oficina de la OIT y contemplaba y penalizaba
todas las formas de acoso sexual dentro del ambiente laboral” P. 81
“El 2000 fue un año decisivo en cuanto a los derechos humanos, pues entro en vigor la
ley para la prevención de la violencia contra la mujer y los niños, la cual fue promulgada
por la Oficina de las Naciones Unidas para la eliminación de la discriminación contra la
mujer, que entre sus mayores preocupaciones tenía la violencia sexual presente en el
trabajo, la cual se evidenciaba en forma de acoso sexual y se daba en todo tipo de Derechos humanos
empleos condiciones sociales y nivel educativo y que representaba una vulneración seria Discriminación
a los derechos fundamentales; fue por ello que se realizó una observación sobre el Ley
convenio Núm. 111, Discriminación, empleo y ocupación, la cual abordo tres puntos
importantes: el primero era un informe de la forma de aplicación de la ley por parte de
los estados; el segundo punto trataba de la prohibición de la discriminación en la que se
exponía: El Estado no incurrirá en discriminación alguna contra los ciudadanos por
motivos relacionados únicamente en la religión, raza, pertenencia a una casta, sexo o
lugar de nacimiento, aunque en la legislación no se ha establecido prohibición alguna de
la discriminación, de conformidad con el Convenio (OIT, 2005). El tercer punto hablaba
sobre la igualdad de trato para hombres y mujeres y la preocupación de la Comisión que
por aún la mujer continúa siendo minoría, no solo en el mercado laboral sino también en
el educativo, con lo que se esperaba que con su reglamentación mejorara el acceso de la
mujer a la vida laboral y académica. Y hacía énfasi, en que la falta de oportunidades de
escolarización hace que la mujer sea vulnerable frente a la trata de personas y otras
formas de explotación.” P.85
Pérez y Soto Domínguez, Alejandro, y Cortés Gallego, Mónica María N. º8
(2012). Políticas públicas para la mujer en Colombia: La doble condición de madre y Tema
trabajadora en la legislación del siglo XX. Entramado 8 (1), P.72-88. ISSN: 1900-
3803. Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=2654/265424601006
“En la década de los noventa las mujeres han venido representando un número cada Mujer
vez más elevado en la fuerza de trabajo, cerca de un 40% según la OIT; esta tendencia Trabajo
puede explicarse como “una tendencia de largo plazo y de carácter estructural; en la Estrategias
cual los patrones de comportamiento de las generaciones más jóvenes, con nuevos
modelos e identidades laborales, muestran que los proyectos laborales son cada vez
más centrales en la vida de las mujeres, por lo que su tasa de participación laboral
continuará creciendo”. Como respuesta a este incremento en la fuerza laboral
femenina, la OIT en 1997 lanzó el programa internacional <>, con el cual se
pretendían acordar estrategias entre los gobiernos para facilitar el acceso de la mujer a
distintos campos laborales, dominados aún por hombres (OIT, 2000), siendo esta un
meta que se debe alcanzar para lograr la igualdad planteada en la Declaración de
Derechos Humanos” P. 82
“Vemos pues que la evolución de las políticas sociales para la mujer Colombia
embarazada en Colombia, registran no solo los cambios culturales del país Mujer
en materia de legislación sino el reflejo de la lucha de las mujeres por Políticas Sociales
alcanzar plenos derechos en una sociedad que le exige cada vez más una
participación activa. Todas estas disposiciones enriquecen y dignifican la
legislación laboral en Colombia donde las mujeres según la Encuesta de
Demografía y Salud constituían un 34% de los jefes de hogar para el año
2010 (Profamilia, 2010), lo que supone un aumento de las necesidades de
coordinar el hogar con el trabajo y exigen al Estado ponerse al día con los
acuerdos internacionales firmados hasta la fecha.” P.86
“El concepto de doble rol, surge básicamente como respuesta a los desafíos
que una sociedad tradicionalmente patriarcal pone a la mujer moderna; esta,
en uso de sus derechos, lucha por su autonomía, por estar en condiciones de Rol Social
igualdad o equidad, según el caso, en los círculos académicos, económicos,
políticos y artísticos; es decir, en los escenarios de donde tradicional e Percepción de la
injustamente ha sido excluida con el falaz pretexto de mantenerla confinada al mujer
espacio doméstico como limpiadora, cuidadora de niños y niñas, organizadora
de la casa. El ejercicio de múltiples roles de esta índole obligadamente Equidad
conlleva tensiones que hacen necesaria la búsqueda de un equilibrio entre la
vida familiar, laboral y social, a una armonización de lo público-privado que
permita resignificar el lugar ocupado por las mujeres, pero sin que ello
implique hipotecar el ocio o el derecho al tiempo libre.” P22