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En este documento veremos algunas relaciones que se establecen entre las categorías u
ordenes de simulacros de Baudrillard y la parte final de Una mirada a la oscuridad,
novela de Phillip K Dick.
Bob termina sufriendo el destino de ser una pieza más para New Path, sin embargo, es a
la vez un robot de la policía. Su mente fue reconfigurada por ambos bandos durante su
transformación de adicto en robot; ambos frentes le implantaron un fin, una misión qué
cumplir. Recuérdese cuando Hank recomienda a Bob a viajar al campo, “a las montañas
de San Bernardino, cerca de los lagos.” Este agente, que a la vez es Donna, no solo está
dando un buen consejo. Principalmente está reforzando en la mente de Bob la imagen
de “lugar ideal para vivir” que Donna anteriormente ya había implantado. La
humanidad de este hombre ha sido banalizada en pro de hacer de él una pieza de ajedrez
o un engranaje de la gran máquina.
Bob y sus amigos son una pieza más dentro del proceso de reproducción de robots. Este
proceso es una serialización. Es evidente en la novela el simulacro industrial. Seres
humanos son serializados por New Path mediante la sustancia M. Su vida es
reconfigurada por esta droga, la cual les impone un modelo de conducta. Los amigos de
Bob, Laura, George, Charles o los amigos de Phillip K Dick, y por poco él mismo,
todos ellos marginados de la sociedad de una u otra forma, son finalmente
transformados en objetos que no generan problemas. En el caso de Bob, este termina
siendo un robot más que produce beneficios para el sistema, o en palabras de Mike, la
sustancia M reduce a Bob a ser “una maquina refleja, como una hormiga, que repite la
instrucción recibida”. Véase a la droga como un elaborado filtro que capta indeseables o
marginados para luego usarlos como fuerza de trabajo.
Cambiando de tema, Bob es el ejemplo de individuo dentro del sistema capitalista que
no cuestiona los fundamentos de su sociedad ni cuestiona su rol social, simplemente
actúa. Es un simulacro de ciudadano que se encuentra inmerso dentro de la ilusión de
participación social. Nunca fue un agente, sino una pieza en manos de sus superiores. Se
asemeja a los virus: el virus carece de vida, sin embargo, funciona según un código.
Bob es también víctima del referéndum, una moda en donde ya no hay referencial, pues
todo signo se presenta como pregunta/respuesta. “Nadie lo obligó a hacerlo a punta de
pistola”, comenta Hank cuando Bob afirma que solo “hizo su trabajo”. En efecto,
realizó la tarea que sus superiores le asignaron, sin embargo, la mente de Bob solo actuó
binariamente, es decir, él solo actuó de acuerdo a una orden/solución: infiltrarse = ser
adicto. Un desenlace distinto solo habría sido posible si Bob hubiese tomado distancia
del estímulo/orden que condicionó su respuesta. Tomar distancia es, en otras palabras,
deliberar respuestas fuera del código que rige al estímulo. Esto se logra abstrayendo el
estímulo, un ejercicio cognitivo que no pueden hacer los animales o los robots. Lo
anteriormente dicho infiere que Bob Arctor fue el actor perfecto porque en su “ADN”
tenía el código que lo condicionó a ser un robot, un código heredado por el sistema
socioeconómico en el cual creció, un código que pocos llegan a evidenciar.
Gracias a esta condición, fue a la vez víctima de un montaje, debido a que sus
superiores lo manipularon como a una marioneta. Participó en un montaje porque fue
condicionado a seguir un rol. Su apellido no puede ser fortuito; los directores de la gran
obra han sido sus jefes. Finalmente conoce o es consciente de su situación cuando le
pregunta a Hank “¿Cuál ha sido mi papel entonces?”. Todo este tiempo ha sido
simplemente el anzuelo para el gran pez oculto en las profundidades. Es sacrificado por
una causa mayor, es visto, no como un ser humano, sino como un objeto prescindible,
desechable, un sujeto configurado según un modelo, un robot que siguió como se
esperaba las ordenes y cumplió con su misión.
“Ahora había iniciado otro tipo de vida, una vida similar a la de una rata: correr de un
lado a otro sin utilidad alguna”. Estas palabras del narrador sintetizan el destino ultimo
de Bob. Arctor es una analogía de todos los productos/signos que a diario se producen
según un modelo, se consumen y se desechan.
La analogía del espejo que conforma Bob/Fred para comprender su salud mental ilustra
lo hiperreal. “No se trataba de mirar a través de un telescopio o sistema óptico, objetos
que no invertían nada, sino simplemente ver su propio rostro reflejado, invertido,
estirado a través del infinito. Tal como acaban de explicarme. No es a través de un
espejo, sino la reflexión de un espejo. Y ese reflejo eres tú, es tu cara y no lo es”. Es un
ejemplo de lo hiperreal porque Bob experimenta, en palabras de Baudrillard, esa
“alucinante semejanza de lo real consigo mismo”; lo real se confunde con su propio
reflejo. Bob entra en confusión cuando Hank le dice “hace tiempo descubrí su identidad.
Usted es Arctor.” Bob responde “¿Quién dice que soy?”. La pregunta evidencia que
choca con su reflejo (Fred), pues ya no sabe quién es, pierde su identidad. Bob cae en un
bucle, se anula.
Arctor nunca fue un transgresor. Nació dentro del código capitalismo, es hijo de tal
sistema, replicó el código en sus conductas. El haber salido del código del capitalismo
hacia el código que impuso la droga no lo convirtió en transgresor, pues no dejó de
actuar binariamente. ¿Por qué Bob no pudo ser libre? Vivimos en un simulacro de
libertad condicionado por un código cerrado que tiene un sistema binario. Al final,
nuestra vida es un simulacro, pues, como dice uno de los personajes que discutía los
conceptos de vida y muerte en el capítulo 14, “actividad no significa necesariamente
vida. Los quasars son activos. Y un monje meditando no es un ser inanimado “. Estar
verdaderamente vivo implica abstraer la realidad, ello nos dota de autonomía. Para
tenerla debemos cuestionar nuestra realidad, debemos ponernos a la tarea de identificar
los parámetros o normas que rigen nuestro mundo; si no lo hacemos estamos sometidos
a ir en vaivén por las circunstancias que la sociedad nos impone. Terminamos siendo
robots, los cuales funcionan por el sistema de estímulo/respuesta. Este sistema binario
nos impide ser conscientes de la vida.