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TRABAJO FINAL

TEMA:

La Guerra Restaurado

SUSTENTANTE:
Cindy Estefanía Espino
Matr.: 100460264

SECCIÓN:
164

MATERIA:
Fundamento de Historia Social Dominicana

PROFESOR:
Álvaro Caamaño Santana

27 Marzo del 2020


Santo Domingo, D.N.

1
INDICE

INTRODUCCION...............................................................................................................3

OBJETIVOS.......................................................................................................................4

Objetivo general.............................................................................................................4

Objetivos específicos.....................................................................................................4

CAPITULO I

Panorámica internacional y la anexión..........................................................................5

Situación social y politica dominicana............................................................................5

Situación económica......................................................................................................6

Movimientos en contra de la anexión.............................................................................6

Causas de la guerra restauradora.................................................................................7

Objetivas.........................................................................................................................8

Subjetivas.......................................................................................................................8

CAPITULO II:

PROCESO DE LA GUERRA RESTAURADORA..............................................................9

El antillanismo restaurador.......................................................................................11

CONCLUSIONES............................................................................................................15

BIBLIOGRAFIA................................................................................................................16

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INTRODUCCION

En este trabajo de investigación que estaré presentando, conoceremos sobre el


proceso social, económico y político que se produjo luego de la proclamación de la
independencia nacional dominicana, llamado La guerra restauradora, cuyo
propósito fue pelar por nuestro soberanía ya que nuestra nacional iba hacer
anexada a España en el 1861. La Guerra Restaurado constituye la gesta más
significativa llevada a cabo por los dominicanos como nación. Es la respuesta de
los diferentes sectores sociales y económicos a un proceso anexionista impuesto
por una clase que nunca creyó en el establecimiento de un Estado soberano
dominicano. Y siempre buscó la intervención extranjera para mantenerse en el
poder y lograr beneficios con una política totalmente entreguista. Este hecho
histórico se desarrolla en las regiones más pobladas de la República Dominicana
para ese momento; utilizando tácticas como la guerra de guerrillas, la tea así como
la tierra arrasada lograron vencer a un diezmado ejército español, por causa del
hambre, la falta de descanso, así como sus aliados los mosquitos que provocaron la
muerte a muchos soldados españoles transmitiéndoles la fiebre amarilla.

Presentaremos en el siguiente trabajo una panorámica general del hecho,


enfocando sus causas, desarrollo del hecho, así como sus consecuencias nacionales
e internacionales en el movimiento antillanista. Se analizara el punto de partida
hacia otro movimiento mas grande dentro de nuestra América Latina “El
Antillanismo”, que fue el eje impulsor de la independencia cubana, como del grito
de Lares en Puerto Rico; bajo la coyuntura regional históricamente favorable.

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Objetivos
Objetivo general
➢ Investigar sobre el
proceso de anexión y
restauración de la
Republica Dominicana
entre 1861 y 1865.
Objetivos específicos
➢ Estudiar los
antecedentes de la
anexión y restauración
entre la 1ra y 2da
Republica.
4
➢ Analizar las
consecuencias de la
guerra de restauración
OBJETIVOS

Objetivo general

Analizar el proceso de anexión y restauración de la Republica Dominicana entre


1861 y 1865.

Objetivos específicos

 Analizar la panorámica internacional así como la situación político y


económicas dominicana.
 Estudiar los antecedentes de la Anexión y Restauración entre la 1ra y
2da Republica.
 Identificar las consecuencias de la Guerra de Restauración.

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CAPITULO I:

LA GUERRA RESTAURADORA Y EL ANTILLANISMO


RESTAURADOR.

Panorámica internacional y la anexión

Las antillas constituyeron instancias geopolíticas en el periodo de la independencia


de América desde la solidaridad haitiana con Miranda y Bolívar, hasta la
desbandada del colonialismo español que buscó refugio estratégico en Cuba y
Puerto Rico; últimos reductos de su dominio en el continente y, por ende enclaves
para los pretendidos operativos de recuperar sus otroras colonias de Tierra firme.
La monarquía española se aferro al control de sus posesiones antillanas, ahora
temiendo perderlas ante conatos independentistas o influenciados por la incipiente
potencia neo-colonial estadounidense, que ya había esbozado sus propósitos
absorbentes a través de la Doctrina Monroe.

Aprovechando que la correlación de fuerzas en el Caribe le favorecía y la


coyuntura de la guerra de secesión en los Estados Unidos, España decidió aceptar
la propuesta anexionista de Pedro Santana en 1861, y extendió su dominio colonial
sobre Republica Dominicana para garantizar su hegemonía en Cuba y Puerto Rico.

Situación social y politica dominicana

Para 1861 la República Dominicana contaba con una población estimada en


186,700 habitantes. Correspondiendo el 80% a mulatos y negros y el restante 20%
a los blancos. Las regiones más pobladas del territorio nacional eran: La Línea

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Noroeste y El Norte con un 65% y la región Este con un 33.9% del total de la
población. Las clases sociales en que se dividía el país: la oligarquía (hateros,
latifundistas, propietarios de cortes de madera, grandes comerciantes, clero
católico y los altos burócratas); la pequeña burguesía (medianos, pequeños
propietarios, productores agrícolas, medianos y pequeños comerciantes, bajos
burócratas, profesionales liberales, dueños de talleres artesanales y oficiales del
ejército); la clase baja (los obreros agrícolas, artesanos, soldados y desempleados).

Situación económica

La producción era limitada ya que descansaba en un 66% en productos naturales


para exportación dentro de los que se encontraban: el tabaco en la región del cibao
que dependiendo de las benignidades del clima y de la situación politica, se
exportaba a los mercados europeos; algun café que se comenzaba a cultivar en el
cibao y el sur; poca cantidad de azúcar, miel de abeja, caoba, maderas preciosas,
ganado mayor en pie y cueros tanto vacuno como caprino.

La situación monetaria era grave. Las emisiones de papel moneda sin repaldo
hechas en gobiernos anteriores, no habían sido redimidas y se devaluaban
diariamente, lo que provocaba el descontento de la población y una creciente, y a
la vez, desalentadora recesión económica.

Movimientos en contra de la anexión

El gobierno santanista inició desde finales de 1860 una politica de desarme de la


población y cuando se proclamo la anexión el 18 de marzo de 1861, ya en el
territorio dominicano había alrededor de 2,000 soldados y oficiales españoles; que

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en lo inmediato fueron reforzados con 6,000 hombres comandos por el brigadier
Antonio Peláez Campomanes.

Las protestas no se hicieron esperar: el 23 de marzo en San Francisco de Macorís;


en Moca el 2 de mayo, aplastada a sangre y fuego por Santana; la expedición de
Francisco Del Rosario Sánchez y el general José Maria Cabral que culminó con el
fusilamiento del primero y parte de sus compañeros. Esos movimientos
oposicionistas fracasaron en la consecución de sus objetivos patrióticos, porque no
contaron con apoyo popular como ocurriría 2 dos años después. De los países de
América Latina, solamente tres manifestaron su protesta ante la anexión: Haití,
bajo la presidencia de Fabré Geffrard, Chile y Perú.

Causas de la guerra restauradora

España olvido sus compromisos con Santana y las consideraciones que se deben a
un pueblo culto y libre, trato a la República Dominicana como un territorio
conquistado. No pensaron los jerarcas hispánicos que esta acción produciría lo
contrario a lo proyectado. Muy pronto estallo la insurrección dominicana a partir
de 1863, que involucro a las antillas españolas y Tai. Comenzando por las causas
particulares Jaime de Jesús Domínguez afirma: “ la intolerancia religiosa fue una
de las causas de la insurrección restauradora de 1863, y lo cierto era que estaba
muy fuera de tiempo, porque desde finales del siglo XVIII la persecución por
motivos religiosos había cesado en Francia, Inglaterra y otros países que habían
alcanzado cierto desarrollo capitalista” (Domínguez “la anexión a España” PP.
289).

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De forma sintetizada el Doctor Juan Isidro Jiménes Grullón, clasifica las causas del
fracaso de la anexión y por consiguiente el origen de la Restauración en dos grupos
que un lado las objetivas y del otro las subjetivas. Para él las de carácter objetivo
tuvieron más peso y efecto que las de carácter subjetivo.

Objetivas

 La negativa por parte de las oficinas públicas a recibir el papel moneda


deteriorado.
L a manera arbitraria de recoger bagajes.
 El pago irregular de los suministros hechos con ocasión del movimiento
faccioso fraguado en Haití, llevado a cabo en mayo de 1861.
 El haber alejado de los destinos públicos a la mayor parte de las personas
importantes del país.

Subjetivas

 La falta de pago sus haberes a los militares de las reservas que residían en la
zona cibaeña, mientras a los residentes de otras zonas les llegaba.
 La prohibición hecha a los oficiales y jefes de reservas de usar uniforme
español. “Esta medida hirió el amor propio de las gentes y suscito no pocos
odios”.
 El lenguaje poco comedido de algunos empleados españoles.
 La severidad del clero respecto del casamiento civil y particularmente la del
señor obispo contra los masones.
 (Sociología Politica Dominicana. Tomo I, Pág. 120 y SS.)

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CAPITULO II:

PROCESO DE LA GUERRA RESTAURADORA

Los militares dominicanos se sintieron humillados cuando compararon su situación


con la de los militares españoles que percibían cuatro y hasta cinco veces más
salario. Aunque al principio los oficiales dominicanos apoyaron a Santana en sus
proyectos anexionistas, cuando vieron el territorio nacional hollado por la
soldadesca española y comenzaron a sufrir en carne propia los efectos de la política
económica y fiscal del gobierno español, agravada con la suspensión de las
libertades públicas y la discriminación racial y religiosa, dieron inicio a los intentos
restauradores de comienzos de 1863 que culminaron con el estallido revolucionario
y popular el 16 de agosto de ese mismo año cuando un grupo de 14 hombres dentro
de los cuales se encontraban Santiago Rodríguez, José Cabrera, Benito Mención y
Pedro Antonio Pimentel que con la ayuda de Fabre Geffrard desde Haiti, pudieron
izar la bandera dominicana y con este hecho dar inicio a la guerra de restauración
dominicana.

Ese pequeño grupo se dividió: Santiago Rodríguez y José Cabrera reunieron y


comandaron 80 hombres; Pimentel con 40 hombres y Mención comandaba 36.
Esos 116 restauradores fueron los que derrotaron a Buceta y al coronel López
Campillo, obligando al primero a huir desesperado por toda la línea noroeste,
después de haberlo derrotado en Doña Antonia. Al anexionista general José
Hungría, lo derrotó Monción en el Pino, lo que determino que José Antonio
Salcedo (Pepillo), quien era coronel en ese momento, y Juan Antonio Polanco
tomaran Montecristi y Dajabón. Ese fue el momento en el que el hermano de Juan
Antonio Polanco, el general Gaspar Polanco, que estaba en las filas anexionistas
adscrito a las reservas, se incorpora al movimiento revolucionario restaurador.
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Los restauradores marcharon hacia Santiago, tomaron la ciudad luego de desalojar
del castillo a las tropas españolas y se inicio el sitio de la fortaleza de San Luís
donde se habían atrincherado las tropas anexionistas y refugiadas decenas de
familias hispánicas. La fortificación no pudo ser tomada y en el curso de los
combates Santiago fue encendida. No solamente incendiaron a Santiago, sino que
también destruyeron con el fuego a parte de Puerto Plata, Monte Cristi, Barahona,
San Cristóbal, a parte de Bani, Azua, Neyba y todos los villorrios por los que
pasaban cuando retrocedían para emboscar a los españoles o para provocar que los
persiguieran para alejarlos de sus bases de abastecimiento. Cuando en las
campañas militares los restauradores se retiraban, no dejaban a sus espaldas nada
que pudiera servir al enemigo: destruían los cultivos; mataban los animales
domésticos que no se podían llevar; quemaban los ranchos, almacenes y viviendas.
Era la táctica de tierra arrasada y la tea.

Además de esta táctica de tierra arrasada y de la tea, los restauradores emplearon


otra que desquicio a los estrategas militares: la guerra irregular de montaña o
guerrillera. Los restauradores tuvieron también en los mosquitos sus aliados ya que
produjeron enfermedades como la fiebre amarilla que provocó la muerte a muchos
soldados españoles, así como el cansancio y las inclemencias del territorio
mermaron a las tropas españolas.

Inmediatamente proclamándose la restauración se redactó el acta de independencia


y se creo el Gobierno Provisional, se iniciaron campañas militares en el Cibao,
línea noroeste, centro y sur. En España, el 16 de septiembre de 1864, un grupo de
oficiales encabezado por el general Ramón María Narváez depuso al general
Leopoldo O’Donnell por el fracaso político de la unión liberal y, especialmente,

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por el descalabro del ejercito español en Santo Domingo, que en una campaña de
13 meses había sufrido miles de bajas a un costo de millones de dólares. Las cortes
de España acordaron abandonar a Santo Domingo, el 1 de mayo de 1865, la reina
Isabel II sancionó el decreto de ocupación. Las tropas españolas comenzaron a
abandonar el territorio dominicano y solamente quedaron concentraciones de
soldados en los puertos de Santo Domingo y Samaná. El 11 de julio de 1865,
salieron del territorio dominicano los restos del derrotado ejército español.

El antillanismo restaurador

La guerra restauradora fue la apertura ejemplarizadora para la rebelión antillana.


En esta guerra asistieron a su bautismo de fuego dos de los tres más importantes
generales coloniales en lo que seria la futura guerra de Cuba, el conde de
Balmaceda y Valeriano Weyler. Pero también fue la fragua que inspiro a los
principales antillanistas como Luperon, Betances, Céspedes, Marcano, Gómez,
Hostos, Maceo y demás patriotas del área.

El antillanismo se desprendió como fruto natural y lógico del pensamiento y del


pensamiento y la acción revolucionaria de los prohombres de la restauración:
Matías Ramón Mella, Ulises Francisco Espaillat, Pedro Francisco Bonó, Benigno
Filomeno Rojas, Manuel Rodríguez Objío y particularmente, Gregorio Luperon.
Fueron quienes lanzaron la idea de la unidad insular dominico-haitiana primero, y
de las Antillas después.

Fue natural que así ocurriera, porque para los dirigentes restauradores, embarcados
en una desigual lucha contra una España colonialista y esclavista, atemorizados por
el futuro dominicano, ensombrecido por la amenaza expansionista de los Estados
Unidos de América que se había evidenciado en los previos a 1861-aunque

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momentáneamente pospuesta por la guerra de secesión- el planteamiento de la
unidad insular dominico-haitiana, como primer paso a la antillana, era la necesidad
objetiva histórica, del propio proceso de la Guerra Restauradora.

Puesto que el proceso bélico restaurador, además de tener un carácter


independentista y de liberación nacional fue también marcadamente social, racial,
anticolonialista y antiesclavista, no es de extrañar que el 16 de enero de 1864,
Matías Ramón Mella, encargado de comisión de Guerra del Gobierno Provisional
Restaurador, hiciera un llamamiento a los dominicanos para que tomaran las armas
contra España y lo concluyera con la siguiente proclamación antiesclavista,
antillanista y americanista: “dominicanos: los días llegaron ya en que la España,
única nación que se obstina en conservar esclavos, debe perder sus colonias en las
Antillas. La América debe pertenecerse a si misma”.

Podría suponerse que esta proclamación obedeció a la actitud personal, pero no fue
así porque formaba parte de la estrategia que se trazaron los restauradores para
esbozar, poco a poco, su pensamiento antillanista. El gobierno provisional
restaurador comenzó a esbozar una tímida concepción antillanista, fundamentada
en la independencia dominicana y haitiana, el antiesclavismo, la independencia de
Cuba y un “proceso de liberación en las otras colonias españolas.

Surgió así el pensamiento antillanista de la confederación: primero, dominico-


haitiana para garantizar la independencia, la soberanía y la libertad en la isla de
Santo Domingo y, mas luego, la de todas las islas con Cuba y Puerto Rico para
servir de contrapeso en América a los intereses europeos y de los Estados Unidos
de América.

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Esta proyectada unidad dominico-haitiana y confederación insular, así como el
pensamiento antillanista de los prohombres de la restauración, broto como una
necesidad histórica del propio proceso de lucha revolucionaria contra España;
como un recurso político para que la débil República Dominicana, pudiera
combatir junto a otro pueblo tan débil y más pequeño que ella, como lo era Haití,
con posibilidades de triunfo en la consecución de los siguientes objetivos:

Restablecer la libertad, la independencia, soberanía dominicana y garantizarlas.


Consolidar la independencia de Haití, igualmente amenazada por el colonialismo
esclavista español.

Defender a los oprimidos, en particular a los antiguos esclavos, luchar por la


abolición en Cuba y Puerto Rico e impedir que la esclavitud se reestableciera en la
isla de Santo Domingo.

Ayudar por todos los medios a que los pueblos de Cuba y Puerto Rico lograran su
independencia.
Plasmar la confederación de la antillas para hacerlas fuertes y asegurar un futuro
libre e independiente.

Mantener el equilibrio continental en el centro de una convulsionada zona


geográfica en la que España, Inglaterra, Francia, Holanda y Dinamarca mantenían
posesiones coloniales y se expandían los poderosos intereses de los Estados
Unidos.
Coadyuvar a la independencia de las demás antillas e incorporarlas a la
confederación una vez alcanzaran ese objetivo.

Por último, conforme a la proclama de Mella, lograr la integración de los pueblos


latinoamericanos contra sus enemigos.

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Naturalmente, todo este pensamiento restaurador evidenciaba, un antillanismo
primario al que faltaban: en primer lugar, los pulimentos teóricos y la
estructuración ideológica que mas tarde, le dieron Betances, Hostos, Marti y
Máximo Gómez; y en segundo lugar el hombre de Luperon, a quien Hostos llamó
el prócer del antillanismo y Betances consideró “(…) el indiscutible líder histórico
de la futura confederación antillana”.

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CONCLUSIONES

Para finalizar este trabajo de investigación debemos de saber que la guerra de


restauración dominicana sirvió de ejemplo a los pueblos colonizados de Cuba y
Puerto Rico, en especial al primero, que inicio su guerra de independencia en 1868
usando las tácticas guerrilleras restauradoras, bajo la dirección de militares
dominicanos, particularmente del genio de las guerrillas, Máximo Gómez.

El surgimiento de la tesis geopolítica de la unidad insular de República


Dominicana y Haití para luchar contra los enemigos comunes de ambas naciones,
que dio origen al antillanismo o confederación antillana para combatir por la
defensa de la soberanía nacional de los dos países, la independencia de Cuba y
Puerto Rico e impedir que Estados Unidos, con su voraz expansionismo se
apropiara de tres de las grandes Antillas.

En definitiva, en la lucha por restablecer la soberanía, el pueblo dominicano sufrió


el empobrecimiento general de todos los sectores productivos, decrecimiento de su
economía y el estancamiento del proceso de desarrollo histórico.

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BIBLIOGRAFIA

Estas informaciones fueron suministradas de las siguientes fuentes:

 Cordero Michel, Emilio. “Características de la Guerra Restauradora, 1863-1865. Clío


164. Academia dominicana de la historia. Julio-diciembre 2002.
 Cordero Michel, Emilio. “República Dominicana cuna del Antillanismo” Clío. 165.
Academia Dominicana de la Historia. Enero-junio 2003.
 Castro Ventura, Santiago. “Pensamiento y acción antillanista Luperon. Clío 170.

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