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LA ESTÉTICA
Rodríguez Domínguez Cristian Abraham
El objetivo del presente ensayo es, a través de los criterios de la estética, considerar
el papel del sujeto en la interpretación del arte. Observaremos cómo es que el sujeto, como
espectador, evalúa los criterios del arte; porqué la excitación a los sentidos y, finalmente,
mediante la consideración del amor, intentar dar una respuesta a las concepciones del sujeto
sobre la belleza.
El problema de la estética.
de un objeto o suceso, criterios que determinan la obra de arte como tal y cuáles son los
elementos que provocan una excitación en los sentidos (excitación ya sea positiva, como la
alegría, o negativa, como el miedo, pues cuando se presentan en el sujeto, una obra de arte
Dentro de la estética clásica se encuentran tres criterios con los cuales se evalúa la
dentro de las cosas bellas está implícita la buena proporción, la armonía, la simetría. La
teoría funcionalista pone como piedra de toque la funcionalidad para las cosas bellas; es la
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Véase “kalokagathia” en la pág. 4.
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posibilidad de uso lo que determinaría la belleza de un objeto. Y por último la teoría
puede que ciertos criterios de arte concuerden con ellas, por ejemplo, la belleza de un
belleza de una obra de teatro que cumple con su función de poner al espectador en
Sin embargo, hay consideraciones que vienen a desbancar estos criterios de belleza:
“Si un buen alfarero hubiera dado forma a la olla alisada, redonda y bien
cocida, como algunas bellas ollas de dos asas, de las que caben seis coess, tan
bellas, si preguntara por una olla así, habría que admitir que es bella. […] es bella
esta vasija si está bien hecha, pero, en suma, esto no merece ser juzgado como algo
bello en comparación a una yegua, a una doncella y a todas las demás cosas
bellas.”2
criterio unas tijeras deberían ser consideradas bellas por su capacidad de cortar al momento
de podar el pasto, lo mismo con una pala al cavar la tierra. Dicha función es la que
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Platón, Hipias Mayor, cf. 288e.
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determina la belleza, sin embargo, no se consolida como un criterio sólido debido a que
ampliando las consideraciones de belleza, cae en el absurdo de no dar criterios para ello: el
sujeto, individualmente, es quien determina qué es lo bello; por lo tanto todo puede serlo,
Con este ejemplo podemos observar nuestro punto. Al considerar a una doncella
como lo bello y además de esto suponer la infalibilidad del argumento, se muestra cómo
Hipias considera la belleza nata de una doncella y al suponer que todos piensan así, se
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Ídem. Cf. 290e.
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Ídem. Cf. 287c-288a.
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muestra el criterio subjetivista en él; aunque en este caso no se acepte el pluralismo de las
el criterio subjetivista.
tomarlos y unificarlos como criterios que se complementan y, finalmente, tras este filtro
trifásico, tendríamos una concepción de belleza más sólida. Sin embargo, como veremos
El papel del arte no resulta menos complicado. Podríamos decir que el arte no es
más que una mímesis de la realidad, que su función es representar de manera fidedigna la
vida y entre más parecida sea la obra de arte a la realidad, mejor es. Sin embargo, el papel
del arte cambia dependiendo de las tres teorías de la belleza. En la teoría matemática el
artista se vale de patrones que debe seguir para realizar una obra de arte: tiene que
teoría funcionalista nos diría que la finalidad no es el objeto si no la emoción que provoca,
que detona, entonces, la belleza de una obra no cabría en una proporción sino más bien en
una identificación del espectador con la obra; la teoría funcionalista tiene la pretensión de
como mencionamos antes, en su afán de abarcar todo, no toma nada y el arte, que tiene que
ser bello, sería cualquier cosa que el sujeto quisiera, lo cual emprendería un interesante
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Punto que se retoma en “El sujeto en la estética”, en la pág. 7.
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cuestionamiento: ¿la belleza es algo nato o algo a lo que los sentidos deben adecuarse? Tal
Ahora bien, la estética nos dice que hay dos tipos de arte: el técnico y el entusiasta.
El arte técnico es aquel que tiene lineamientos, los sigue y reproduce, tiene una teoría que
aquel que al carecer de una teoría tiene la capacidad de innovar, tiene un “genio” que le
permite crear arte bello, es el concepto del “inspirado”. Ambas concepciones suponen
producción menor valor tiene. Por el contrario, si consideramos el arte entusiasta el sujeto
no tiene gran importancia en el arte ya que sólo figura como un conducto entre ese “genio”
que no se sabe de dónde viene ni qué lo provoca, pero que podría llegar solamente una vez,
Para ejemplificar lo anterior, tanto el arte técnico como el entusiasta, tenemos las
“Soc.- […] la Musa misma crea inspirados, y por medio de ellos empiezan
a encadenarse otros en este entusiasmo. De ahí que todos los poetas épicos, los
buenos, no es en virtud de una técnica por lo que dicen todos esos bellos poemas,
sino porque están endiosados y posesos. […] no es en virtud de una técnica como
hacen todas estas cosas y hablan tanto y tan bellamente sobre sus temas, cual te
ocurre e a ti [Ion] con Homero, sino por una predisposición divina”6
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Platón, Ion, cf. 533e-534c.
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Hay, por consiguiente, tres tipos de artistas: el entendido, el inspirado y el
demoniaco. El artista entendido es aquel que tiene razón de su arte, que sabe qué es lo que
hace y por tanto, puede reproducirlo (heredero del arte técnico). El artista inspirado es aquel
que realiza su arte por inspiración divina, el que no puede dar razón de ella y no puede
reproducirla, le debe su obra a una inspiración metafísica (heredero del arte entusiasta).
Finalmente, el artista demoniaco resulta un punto intermedio entre los dos anteriores: sabe
de su arte, lo hace a granel y busca la belleza en los cuerpos, pero también realiza su arte
El sujeto en la estética
Ahora bien, una vez expuestos los criterios de la estética, nos dirigiremos a nuestro
Si bien existen los anteriores criterios de belleza, muchas veces en la vida común
resulta irrelevante considerarlos, puesto que la belleza nos llega sin llamarla. Podemos
su armonía musical o su función, ya que si bien la función general de cualquier obra de arte
si nos las provoca entonces la consideramos bella, pero si no poco nos importa su función.
Es claro que tales consideraciones se inclinan hacia teoría subjetivista, que no es muy
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sólida debido al pluralismo que propone. Sin embargo, por esto, sería prudente el dividir la
Dentro de la estética teórica resulta ridículo considerar como único cualquiera de los
tres criterios puesto que, como comentamos antes, son altamente falibles. La finalidad de
ideal es crear un consenso para ello: los criterios se intentarían consolidar para así generar
una concepción de belleza que sea ampliamente aceptada, si no es que completamente. Por
proporción y contraste en los colores, formando una perfecta conjugación de contrarios, que
detonara el sentimiento sublime que el autor pretendía, que además éste sentimiento llegara
al espectador y que este sujeto a su vez se regocijara ante él, entraríamos en el ideal de la
estética teórica.
Sin embargo, esto implicaría una cosa muy importante: si uno se atiene a los
criterios, se sigue que debe adecuar su percepción para apreciar lo bello, pues lo bello ya
está predefinido por ellos. Tomemos un ejemplo: consideremos el cuadro El Grito del
noruego Edvard Munch (1863-1944).8 Podríamos decir que este cuadro cumple con todos
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Aclaremos esta concepción: la estética teórica se define por unificar los tres criterios de belleza; en cambio
la estética práctica, si bien se inclina más hacia la teoría subjetivista, se aceptan los tres criterios, por
separado.
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“Cuadro que se considera el primer cuadro expresionista. Esta corriente artística apareció en los últimos
años del siglo XIX y primeros del XX (entre 1907 y 1910). El artista expresionista trató de representar la
experiencia emocional en su forma más completa, sin preocuparse de la realidad externa sino de su
naturaleza interna y de las emociones que despierta en el observador.” Universidad de Carabobo, Galería
Universitaria Braulio Salazar, Educación artística, [en línea]: documento electrónico proporcionando en
internet, [Fecha de consulta: primero de diciembre del 2013]. Disponible en:
http://galeria.uc.edu.ve/documentos2/Arte%20del%20siglo%20siglo%20XX.pdf
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renombre del que goza. Sin embargo, tendremos que adentrar en el supuesto de un sujeto el
cual no considera El Grito como una obra de arte bella. ¿A qué podría deberse eso?, pues
bien, en la estética práctica es válido ya que el espectador, que tiene una carga contextual
propia, puede decidirse por no aceptar que sea una obra de arte bella, pues tal vez le resulte
indiferente. Puede que el cuadro no se adecúe a los criterios de belleza que su contexto le
ha heredado; puede que considere, por ejemplo, a la Mona Lisa como una obra de arte por
ser “más simétrica”, o más parecida a la realidad, o porque una dinámica de trasferencia9
actúe en él. Entonces, diríamos que, en el caso que este sujeto admitiera el arte bello de El
Grito, sería porque tuvo que cambiar sus consideraciones y adecuarlas a lo establecido por
la estética teórica, en tal caso, el sujeto habría adecuado sus sentidos en favor de una
de la música clásica.
en la estética práctica, pues utilizar la teoría psicoanalítica en la estética teórica nos alejaría
de los propósito deseado. Aunque la respuesta pueda parecer extremadamente simple, y tal
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Término psicoanalítico, propuesto por Sigmund Freud, el cual nos dice que, en la terapia, el paciente le
adjudica a su terapeuta elementos que tienen sus seres queridos, con la finalidad de crear un vínculo
emocional. Dicho proceso es también realizado en la vida cotidiana de los sujetos, mediante el cual
relacionan elementos de relevancia emocional a terceras personas u objetos, permitiendo así las relaciones
sociales. Por ejemplo, el ver a una persona con cierto tipo de ropa, agradable para él, crea en el sujeto un
vínculo con el cual sentirá más confianza para relacionarse, además de ser lo que llamó su atención en
primer lugar.
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Bien, para dar razón del sujeto y los criterios que dan pauta al contexto conceptual
esencial enfatizar en cierto trabajo de Freud. Si bien para él la estética no era un tema de
interés, dado que su teoría está dirigida al estudio del sujeto con un enfoque clínico,
también es verdad que sus teorías nos podrían proporcionar una respuesta a nuestra
cuestión: ¿Cuáles son los procesos por los cuales el sujeto forja su criterio de belleza? En la
Permítasenos exponerlo:
procesa la fijación del objeto sexual, de la cual devendrá el fetiche y con él los criterios de
belleza. Aunque el concepto de belleza está ligado a la sexualidad, nos parece prudente
nuestro cometido: si bien el fin del fetiche es el de satisfacer las necesidades de la libido, su
sexual10, de las cuales nos atañe a la fálica, donde se desarrolla el Complejo de Edipo. En el
Edipo se define el objeto de fijación sexual que tendrá el sujeto; por ejemplo, en el Edipo es
común que se suponga que el infante, ya sea hombre o mujer11, se enamore12 de su figura
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Etapas por las que pasa todo ser humano, las cuales se componen de oral, anal, fálica y latencia. En cada
etapa se presenta un evento importante: en la etapa oral, de 0 a 2 años, se presenta el complejo de succión
con el que el infante explora el mundo; en la etapa anal, de los 2 a los 5 años, se presenta el control de
esfínteres; en la etapa fálica, de los 5 a los 15 años, se presenta la dinámica del Complejo de Edipo y en la
etapa de latencia, de los quince años a la adultez, se presenta l objeto sexual definido para el sujeto, sea
cual sea.
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En el caso de la mujer se le denomina “complejo de Elektra”, sin embargo, la dinámica es la misma.
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No se entienda un amor plenamente sexual; si bien puede presentarse, el termino de “amor” hace
referencia a una aprensión, un apego.
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paterna o materna, del sexo contrario13. Es en función de este amor que el sujeto, en la
fetiche14, el cual determinará sus criterios de belleza, los cuales, a su vez, están basados en
un interés sexual. Pero podemos prescindir de este componente sexual, reduciéndolo de esta
forma: si, el interés es basado en una fijación sexual, (y nos tomaremos la libertad de tomar
como sinónimo el concepto de “atracción” con el de belleza)15, pero este interés va más
allá: el concepto de belleza esta determinado por una transferencia del sujeto sexual fijado,
el cual no es necesariamente un componente sexual, ni una parte del cuerpo: puede ser un
color, un aroma, un sabor, una sensación, o un sonido; incluso una situación la belleza que
resumidas palabras, podríamos decir, que los conceptos de belleza son un sinónimo del
fetiche.
Mona Lisa puede que estén elementos que el sujeto ha enraizado en los fetiches;
imaginemos que el cabello negro es uno de ellos, es por eso que éste sujeto considera a la
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No necesariamente tienen que ser los padres, si no las personas que el niño tenga como figura de
autoridad; ante la ausencia de la madre, por ejemplo, el infante sustituirá esa figura por su tía o su abuela.
14
El fetiche resulta una extensión del objeto de fijación sexual; por ejemplo, si la fijación sexual ha quedado
en la madre, de cabello rubio, el sujeto buscará la forma de satisfacer esta fijación buscando una pareja con
cabello rubio.
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La razón de esto es que el sujeto, al observar determinada cosa que para él es bella, realiza una
transferencia para poder crear este criterio; por ejemplo, en la situación de la nota 14, el sujeto percibe
como bello el color amarillo, debido a lo que heredó del Edipo, entonces se sigue que las cosas de color
amarillo, por ejemplo una pintura que lo tenga, le parecerá más bella que otra que no.
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Conclusión
explicación de los conceptos de belleza, aunque si bien esta explicación puede no resultar
satisfactoria, podemos utilizarla. Es evidente que tal consideración no aplica para la estética
teórica; para esta existen los tres criterios de belleza. Pero, insistimos, tales criterios podrían
suponer el adecuar los sentidos para dicha apreciación16, lo cual consideramos una
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De ahí el concepto de “refinar los sentidos para el arte”.
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