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Bajo el faraón se situaban cinco clases sociales muy bien diferenciadas, las que
permanecieron prácticamente inalteradas, debido a que los hijos por lo general
ejecutaban las mismas tareas que sus padres. La rígida división de clases egipcia
obedecía, también, a la necesidad de organizar y controlar, hasta en sus más
mínimos detalles, la vida de los súbditos de un imperio tan vasto como el egipcio.
Sacerdotes y nobles
Funcionarios y escribas
Los nobles eran apoyados en sus tareas por funcionarios y escribas, quienes, al
estar en contacto con los pueblos, lograban que la administración fuera más
eficiente. Ellos se caracterizaban por saber leer, escribir y ser grandes calculistas,
debiendo estudiar durante cinco años.
Comerciantes y artesanos
Campesinos
Esclavos
RELIGIÓN
Los dioses tenían una apariencia antropomorfa, aunque unida a otros elementos
tomados de los animales, que querían representar los poderes del dios. Siguiendo
las relaciones familiares, tan importantes para los egipcios, eran agrupados en
tríadas familiares. De esta manera eran más fáciles de recordar e identificar.
Cada uno de los dioses estaba a disposición del mundo terrenal en lo más
profundo de los templos, encarnado en una estatua que el faraón, o en su defecto
el sacerdote, debía atender cada día.
FAMILIA
Aunque la sociedad era muy tolerante, la familia compuesta por una pareja con
sus hijos se consideraba el modelo ideal.
La mujer: mantenía su nombre, una cierta independencia e incluso su trabajo:
había comadronas, tejedoras, intendentes, o bien colaboraban con el negocio de
su marido. Adquirían rango al casarse: nbt pr significa administradora del
patrimonio, y en la casa eran las que organizaban todo. Solían prestar mucha
atención a su aspecto, mimando especialmente el peinado y maquillaje. En las
pinturas que nos han llegado, mientras la piel de los varones se representa
morena, la de las mujeres de clase alta es de tono más pálido. Ello servía para
indicar su alto status y para indicar tanto que permanecían resguardadas del sol
en la casa, como que podían pagarse los cosméticos. Otras versiones (discutibles)
indican que era un símbolo de pureza, belleza y de inactividad con respecto a los
hombres, a los que se les representaba siempre con un tono más oscuro de piel.
Matrimonio: comenzaba por lo general cuando la pareja se iba a vivir junta, ellas
entre 12 y 14 años, ellos sobre los 16, sin ningún tipo de sanción oficial, salvo la
firma de un contrato privado en el que se detallaban los bienes de cada uno: la
boda se celebraba en familia porque era un asunto privado. La monogamia o la
poligamia eran una cuestión práctica, sin trascendencia jurídica o moral: al tener la
esposa e hijos derechos aparte del patrimonio del marido, esta cuestión influía en
la decisión de tener o no una segunda esposa, o que ésta fuese una esclava.
Divorcio: era también cuestión privada, podía ser solicitado por cualquiera de los
cónyuges, por motivos tan amplios como el adulterio, la esterilidad e incluso la
fealdad de la esposa. Si previamente se habían delimitado los bienes de los dos
cónyuges en el contrato privado realizado por un escriba, ella podía recuperar los
suyos, y si no poseía nada, siempre podía volver con sus padres.
Hijos: eran deseados, aunque debido a la alta tasa de mortalidad de las mujeres
en el parto, se usaban anticonceptivos para evitar embarazos seguidos. Los niños
eran mimados y educados sin distinción de sexo y muchos aprendían a leer y
escribir. Los hijos de familias nobles asistían a la escuela de la Casa Jeneret, la
casa de la reina.
Vestimenta
Al principio usaban diversas fibras de juncos y cañas además del lino, cuyo uso se
generalizó luego por la creencia de que era más puro. Había cuatro tipos: Lino
real, tela útil fina, tela sutil y tela lisa. El color preferido era el blanco, aunque
llevaba algunos dibujos en los bordes. Los hombres vestían una falda corta, sujeta
a la cintura por dos extremos cruzados, llamada schenti.
Las mujeres de clase alta llevaban un vestido largo y ceñido, llamado kalasiri, de
una pieza y sujeto con dos tirantes que les cubrían los senos. También llevaban
una especie de capa corta cubriendo los hombros, para evitar el sol.
También es digno de mención que la realeza y los escribas reales iban siempre
depilados en todo el cuerpo (tanto hombres como mujeres), pues el pelo y el vello
corporal (incluyendo las cejas), dicen algunos autores que les alejaba de la
divinidad, pues era el símbolo de la materia o materialización. Aun así, se
encuentran casos como el del escriba real Imhotep, que han aparecido
representados con bigote o con pequeñas barbas.
Alimentación
Heródoto nos dice que los obreros comían cebollas y ajos, pero es seguro que
también tomarían pan y cerveza, ya que se les pagaba en trigo y cebada.
Por las pinturas, relieves y ofrendas se sabe que les gustaban las aves, el
pescado, y las frutas, ya que aparecen en la mesa del Faraón. En las tumbas se
han encontrado aves y pescados en salazón y carne de buey momificada. La
carne que pudiesen comer sólo provenía de sacrificios, o como ofrendas de
diplomacia a las representaciones de otros países que venían a hacer diferentes
tratos comerciales y de toda índole. Aunque consta el uso de dátiles para la
alimentación, la cocina egipcia no se limita a ello, ni al orden occidental típico de
primer plato, segundo plato y postre. En varias tumbas egipcias se han encontrado
ánforas de miel (todavía comestible a pesar de tener más de cinco mil años de
edad), y varios huesos de frutas como dátiles, cítricos (posiblemente importados) y
otros.
Enseñanza
Casa de Vida (en egipcio: Per Anj) era el nombre dado a la institución existente en
el Antiguo Egipto dedicada a la enseñanza en su nivel más avanzado, funcionando
igualmente como biblioteca, archivo y taller de copia de manuscritos. Las Casas
de Vida eran accesibles sólo a los escribas y a los sacerdotes. No se conocen
muchos pormenores sobre esta institución, pero se sabe que surgió en la época
del Imperio Antiguo. Tendía a ser sede del palacio real, pero funcionaba en una
parte del templo o en un edificio situado dentro del área a éste dedicada.
Probablemente cada ciudad de dimensión media tendría su Casa de Vida,
conociéndose la presencia de estas instituciones en localidades como Amarna,
Edfu, Menfis, Bubastis y Abidos.
En Amarna la Casa de Vida estaba formada por dos salas principales y sus
anexos, uno de ellos era la casa del director de la institución. Entre las
enseñanzas impartidas se encontraban las de medicina, astronomía, matemática,
doctrina religiosa y lenguas extranjeras. El conocimiento de estas últimas se hizo
importante durante el Imperio Nuevo debido al cosmopolitismo de la era, marcada
por el dominio de Egipto sobre una vasta área que iba de Nubia hasta al río
Éufrates.
Los escribas que trabajaban en las Casas de Vida tomaban títulos como
"Servidores de Ra" o "Seguidores de Ra". Ra era el dios solar egipcio, aquel que
daba la vida; así, el título estaba asociado a la idea de que los escribas serían
ellos mismos transmisores de vida. Las Casas de Vida se encontraban también
asociadas a Osiris, dios del renacimiento. Se creía que el acto de copiar textos
ayudaría al dios a renacer todos los años en su festival.
En estas casa de vida también funcionaban unos establecimientos que podrían ser
considerados una especie de sanatorio.
Agricultura
Numerosas pinturas en templos y tumbas nos han dejado constancia tanto de los
esfuerzos dedicados a la agricultura, columna vertebral de la economía, (Los
faraones se preocuparon de realizar costosas obras de canalización para
domesticar al Nilo) como del trabajo del campesino.
a tierra fue al principio propiedad real, pero sucesivas donaciones reales derivaron
en un régimen latifundista en el que se arrendaban las parcelas a distintas
familias. Normalmente, los contratos eran anuales y se renovaban si no había
incumplimiento, de forma que eran heredables por los hijos. La estabilidad
económica hizo que no variaran las condiciones en 3000 años: fuera buena o mala
la cosecha, al arrendador o al recaudador de faraón habían de entregarse 7 u 8
khar (86 litros de grano) por cada arura (0'25 ha).
Los árboles eran escasos, por lo que estaba totalmente prohibido cortarlos sin
permiso real. Generalmente los frutales estaban en los jardines privados de las
familias ricas.
Economía
Surgió como en otras partes del mundo, con la observación del efecto que algunas
plantas tienen sobre el ser humano: sanan, curan o matan. Dada la tendencia del
egipcio a estudiar todos los fenómenos naturales, pronto surgió un cuerpo médico
que alcanzó un gran prestigio, incluso en el extranjero.
Ejército
Egipto era un enclave protegido por la naturaleza: ésta le proporcionaba un río que
le daba vida, y más allá el desierto que hacía imposible una invasión, al menos
hasta el Imperio Medio cuando las fronteras se revelaron poco seguras y los
faraones decidieron actuar en el exterior, luchando por Siria y Canaán,
enfrentándose así a otros imperios. Se hizo entonces imprescindible un ejército
organizado.
En cuanto al armamento, pinturas y relieves nos han dejado testimonio del uso del
arco, aljaba para las flechas y cimitarra, así como lanza, y una maza sustituida
posteriormente por un hacha. También llevaban puñal al cinto y un escudo de
cuero.
Los mandos estaban formados por miembros de familias de cierta categoría, los
únicos que podían acceder a la escuela de oficiales y que conseguían prestigio y
fama en la batalla, logrando sus ascensos. La tropa tenía la esperanza de
conseguir un terreno de 3’25 Ha, sin distinción entre nati
Viviendas
Podemos hacernos una idea de cómo eran las casas de la clase alta por las
maquetas, sobre todo del Imperio Medio que reyes y nobles colocaron en sus
tumbas durante el Imperio Antiguo, aunque a partir del Imperio Nuevo sólo se
encuentran representaciones en papiros o pinturas. También se ha encontrado
mobiliario, ajuar, juegos de mesa y herramientas. Las casas de los ricos eran
mayores, o bien unían dos, por lo que tenían más habitaciones, cochera, jardines,
fuentes, huerto e incluso baño (el retrete era un recipiente de piedra con tapa), y
estaban decoradas con frescos.
Una residencia estándar cobijaba de cinco a diez personas, padres con sus hijos,
a veces de distintas madres porque la mortalidad era alta y los divorcios
frecuentes. Las casas se pintaban de blanco y las habitaciones estaban en línea,
unas detrás de otras ocupando entre 40 y 120 m². Se accedía por una puerta de
madera, y en la primera estancia se encontraba un altar, y se guardaban
lámparas, jarras, braseros. A continuación se pasaba a la sala principal, iluminada
con pequeñas ventanas que podían estar o no protegidas por contraventanas o
celosías, y donde podía haber una bodega o recipientes cerámicos. En ella había
una columna central de madera, que sujetaba el techo. Unas escaleras llevaban a
la bodega, y una puerta daba paso al resto de las habitaciones, si es que las
había, que eran almacenes y dormitorios. Se cocinaba en la calle, si la casa era
muy pequeña, o en el patio trasero, donde había un horno y un pequeño almacén
de grano.