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Voces contra el agua privatizada:

la lucha de poetas y poetisas patagónicos reflejada en los poemas de Liliana Ancalao, Gerardo
Burton y Martin Sebastián Pérez
Martina Elizabeth López

Nos enseñaron a negar lo nuestro, a mirar las grandes urbes como si fuesen los únicos espacios
que tienen algo para darnos, a avergonzarnos de nuestras raíces. Crecimos subjetivados por los
medios, que nos bombardean constantemente con las imágenes de la comunidad mapuche
como representante de la barbarie, incluso como terroristas. Se llevaron a Rafael Nahuel y a
Santiago Maldonado1. Y a nosotros nos enseñaron a negar nuestra sangre. Pero ante esto,
también surgen otros espacios de enunciación que vienen a cuestionar todo aquello que se da
como “normal”. Síi,¿es afirmación? Entonces va tilde somos lo Otro, somos lo bárbaro si
quieren, pero tenemos mucho para dar. Introducir antes con tus palabras la cita que sigue:

La cuestión de las regiones se parece a la de los alambrados, interrumpen la circulación


de las fuerzas y a veces hasta te desubican (…)  me queda bien pensarme escritora
patagónica cuando me ubican al lado de compañeros poetas y músicos, con los que
hemos transitado este hermoso camino de la poesía y hemos propiciado encuentros que
nos reúnan achicando las inmensas distancias geográficas. No deja de ser una referencia
importante, cuando ando por otros lados, y siempre ando aclarando que vivo en el
principio del mundo y no en el fin, como rezan las promociones turísticas 2.

Estas son las palabras de Liliana Ancalao, una de las tantas poetisas que escriben en y desde
el sur. Desde este lugar de enunciación, discutimos y confrontamos contra una mirada
foránea, que, arrastrando la misma discursividad de la conquista, nos piensa y nos define. Por
un lado, como carentes de desarrollo, carentes de civilización, y como representación de la
barbarie. Y, por otro lado, como un lugar vacío e idílico, abundante en recursos que pueden
ser saqueados y explotados.
En el presente trabajo, me interesa analizar fragmentos de tres poemas elegidos ad
hoc, escritos por poetas del sur argentino. Dichos fragmentos abren un sentido en relación con
el agua, y específicamente con la “pecuniarización” (Pollastri: 2016). Dicho esto, en primer
1
Ambos jóvenes fueron asesinados en el marco de represiones por parte de Gendarmería. El primero, un
integrante de la comunidad mapuche, fue asesinado por la espalda durante un operativo represivo de
Prefectura Naval. El segundo, asesinado durante una represión que fue llevada a cabo por la Gendarmería
Nacional, en una protesta realizada por la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen, y cuyo
cuerpo se encontró dos meses después en el rio Chubut.
2
Fragmento extraído de entrevista; “Revista Del Mar al Caracol” – 31/08/2017
lugar me centroaré en el poema “Oiremos detrás del desierto” (2007) de Martin Sebastián
Pérez, en segundo lugar analizoaré el poema “Cuando me muera deberé cruzar del rio” (2009)
de Liliana Ancalao, y en tercer lugar, “Rio arriba” (2017) de Gerardo Burton.

Acceso restringido al agua: un proyecto que no beneficia a todos (sacar los puntos
finales de los títulos).

Para comenzar, me centro en el poema “Oiremos detrás del desierto” (ya adelantaste el
orden) de Martin Sebastián Pérez (Córdoba, 1974) quien integra el Grupo Literario Verbo
Copihue y vive desde hace varios años en Puerto Madryn. El ste poema seleccionado,
“oiremos…” se publicó dentro del poemario “Librar a las Guntas de Yilé” (2007), del cual
me enfoco en la estrofa dos, especialmente entre los versos cinco y ocho.
Estructuralmente, “Oiremos detrás del desierto” consta de tres estrofas, compuestas por
veintiocho versos. Siendo la primer estrofa la más corta, con tan solo cuatro versos; y las otras
dos con diez y nueve versos respectivamente. Cabe destacar, además, la repetición entre la
primer estrofa y la última, que comienzan de forma similar, pero con un cambio: “Oiremos
detrás del desierto/la llamada perdida” en la primera, y “Oiremos que detrás del desierto/una
llama da pérdida” en la tercera.
Asimismo, se inscribe a través de una connotación religiosa –ya que “oír” y
“desierto”, así como “espiga” y “pan” tienen una vinculación bíblica–. Y es a través
de esta connotación que habla sobre el supuesto progreso que debía traer consigo el
petróleo; un “desarrollo” que beneficia a algunos, ya que dice: “y nos encierra en
ostras/ para mirarnos el ombligo en el espejo” y deja afuera al resto: antes de la cita
especificaría por qué s ehabla de petróleo. Revisar los márgenes, son distintos.
“Dicen que pedirá
por el sable oscuro
que corta los baldes de agua
de las canillas públicas” (Pérez 2007:s/d)
Se puede ver a las canillas públicas como símbolo de precariedad, e incluso se plasma el no-
acceso al agua a causa de aquel sable que corta los baldes. El agua está privatizada, adosada al
valor monetario, e inaccesible. Y digo esto, en relación con la noción de pecuniarizacion que
propone la Dra. Laura Pollastri; la cual refiere a aquellos modos en el que la representación
del espacio pone el valor del dinero como sema fundamental para leer el territorio. Por lo
tanto, es una relación literatura-dinero, o literatura-economía, ya que, como ésta noción
pecuniaria genera múltiples dispositivos en la lengua, en lo social y en lo político, los textos
producidos están atravesados por esta cosmovisión: una visión mercantilista. Citar la fuente
(año, página)
El agua aparece adosada al capitalismo, y con signo negativo; contaminada, privada,
alambrada. En relación con esto, Pollastri afirma:
“El agua parte el territorio entre civilización y desierto (…) apresada en canales, encauzada
en acequias en las chacras, chorrea por las canillas públicas y planes de vivienda de las
poblaciones que se alinean junto con el capital y la ciudad.” (Pollastri. 2016:28) van
justificadas las citas, no centradas
Este significante irrumpe en los textos en sus diferentes manifestaciones; lluvias, ríos,
lagos, lagunas, mar, vertientes, etc.(mejor usar la frase entre otros que etcétera), los
cuales son fuente de ingreso codiciados tanto por el país como por el mundo, y que
aparecen como capital privado y como lugar turístico.
No obstante, qué cosa? Reponer sujeto no irrumpe de una forma regional o autóctona,
plasmados como parte de la naturaleza pasiva. Sino que aparece como parte del paisaje,
pero no con la connotación que aparecía para los diarios de los viajeros como antaño,
sino que se inscribe proyectando otra percepción de mundo.

El agua como símbolo negativo


Siguiendo con la misma línea, así como en el poema anteriormente analizado, es en
“Cuando me muera deberé cruzar el río” que desde la primer oración del primer verso el
no solo aparece el agua; sino que se encuentra en el mismo núcleo semántico que la
muerte. Y más adelante relacionada con el dolor.
Dicho poema es parte del poemario “Mujeres a La Intemperie. Pu Zomo Wekuntu Mew”
(2009), de Liliana Ancalao (Diadema Argentina, Comodoro Rivadavia, 1961). Me parece
importante destacar que Ancalao es una poetisa, docente y escritora que, en pos de
acercarse a sus raíces mapuches, aprendió la lengua mapuzungun de adulta, y se convirtió
en una voz muy reconocida de la poesía mapuche contemporánea. Ancalao escribe , al
escribir en castellano y en mapuzungun sus obras.
Estructuralmente, el poema tiene debajo del título su traducción en lengua mapuche
“Feichi lali müllen ñi nontual katrütuleufün”, (revisar si aparece así o con las versiones
bilingües enfrentadas, ahora no lo tengo a mano) lo cual no es un dato menor, ya que
como Ancalao es bilingüe, utiliza su espacio como poetisa para reivindicar la lengua de
sus orígenes. Y menciono esto, ya que además a lo largo del poema también dice
“llanka”, “kultrun” y “trutruka”. Es un poema extenso, tiene un total de doce estrofas, con
sesenta y dos versos libres; los cuales se distribuyen de forma variada, siendo que algunas
estrofas se componen por uno o dos versos, y otras constan entre ocho y doce versos. En
esta instancia, tomo la estrofa doce para el correspondiente análisis.
En el pasaje meniconado??? Revisar redacción y siempre reponer sujeto o referente
mismo “el agua cumple su función ablucional en los ritos de paso de las culturas
primigenias” (Pollastri 2016:27) por lo que es difuso la connotación del agua como signo
positivo o negativo ya que relaciona otra visión de mundo; creo que se puede pensar de
las dos formas, ya que el sujeto poético se construye nostálgico por “los gritos que no
pude gritar” y “porque no pude encontrarle el secreto a esta vida”.
Es en el verso final, cuando habla de una posible reencarnación, donde dice:
“y moriré de nuevo
de los barrios planes de vivienda
creciendo en vértigo
en la ciudad con horizonte
las bolsas de nylon y las estrellas allí
entre los cables del alumbrado público” (Ancalao 2009/s:d) sacr
comillas, en el libro sí hay número de página. Pedile a Luciana que te mande el archivo. No lo
suba a la web, es uso interno de la cátedra.
En efecto, se puede ver como en el poema hay un desplazamiento del agua del río, a
el agua de los barrios que son planes de vivienda, que, como es de público
conocimiento, son espacios privados de agua potable (no necesariamente, los barrios
planificados, como son los planes de vivienda, suelen tener red de agua ´potable).
Espacios en donde solo hay una que otra canilla pública –que por lo general tienen
alrededor bolsas de nylon atadas con alambre, y por ello Ancalao construye esa
imagen; bolsas que además son símbolo tanto de desarrollo como de
contaminación–. Espacios precarios alejados de la ciudad y alejados del derecho a
acceder a algo tan primordial como lo es el agua. “Moriré de nuevo” dice el sujeto
poético, porque cuando el progreso y los derechos solo se cumplen para algunos
sectores privilegiados, es un poco como morir.
El valor pecuniario que reclama el espacio como capital privado, reclama también que
los sujetos son y están privados. Esto es, el territorio está apropiado de forma económica:
la tierra vallada y el agua cercada. Porque el agua que corre en el río y el agua que corre
en los acuíferos subterráneos bajo nuestros pies está contaminada, y el agua potable solo
parece ser derecho de unos pocos. Fíjate si el agua acá es una cuestión o elemnte más
relacionada con el rito de la muerte pero que al juntarla con la urbanidad de la bolsa,
puede significar otra cosa. Así como lo explicás parece que la relación en con un plan de
viviendas que no tiene agua, pero eso en el poema no es tan claro. Tal vez tengas que
explicarlo más, ¿cómo el río del rito se hace contiguo de la urbanidad?? No entendí
bien….

Terror y muerte en el agua

Finalmente, del poema “Río arriba”, el cual fue publicado en el afiche “PAZ YA. poemas
para navidad. patagonia” (2017) tomo la estrofa cuatro. Este poema es de pertenece a
Gerardo Burton (Buenos Aires, 1951), un poeta, periodista, escritor y fundador de La Cebolla
de Vidrio Ediciones, que residente en la ciudad de Neuquén desde 1968. Revisá, viene en los
ochenta, constatar bien qué fecha-
Estructuralmente, “Río arriba” está compuesto por un total de treinta y tres versos
distribuidos en cuatro estrofas, y un total de treinta y tres versos. La primera y la última
estrofa de once versos, y la segunda de ocho; además de la tercera estrofa compuesta por tres
versos. Cabe destacar, además, la repetición de “otra vez” y de la palabra “río”, que a lo largo
del poema aparece cinco veces. Asimismo, en cada estrofa hay uno o más desplazamientos de
las palabras a lo ancho de la hoja. (no se entiende bien, son versos desplazados hacia la
derecha? Es decir con mayor sangría o margen?
Este poema fue escrito a modo de protesta por el asesinato de Santiago Maldonado, y en
pos de pedir justicia; al igual que lo hicieron otros poetas patagónicos. Y digo esto, en
relación con lo que Pollastri denomina “meridionalidad militante”, una noción que permite
despejar las miradas foráneas de nuestra concepción y junto con ello de nuestra literatura, y
además, “la elaboración de categorías propias que le devuelvan densidad y complejidad a
una literatura menor como la patagónica” (Pollastri 2016:39). Esta militancia por parte de
los escritores, no solo se carga de un sentido colectivo, sino también de un sentido político:
voces cargadas de denuncia.
Así como en “Cuando me muera deberé cruzar el rio”, en la estrofa cuatro de este poema,
vemos como el agua está arraigada al sema muerte, se puede ver como el río aparece como
depósito de la muerte, como símbolo de terror y dolor:
“toda la muerte
a cuestas
río arriba
en las hogueras del río
no hay
consuelo
entre los sauces
raíces
de hielo y de este terror
que no cesa
de empezar” (Burton 2017:s/d)
Al hablar de toda la muerte a cuestas y del terror que no cesa, que siempre vuelve a
empezar, no sólo hace mención al asesinato de Santiago y a la violencia que ejerce el
gobierno. Ya que también sostengo que se abre una referencia a todas las muertes en el
río, como quienes se “ahogan”, y de todas las muertes a causa del río, quienes se ven
acorralados a beber a pesar de la creciente contaminación. No olvides los cuerpos
arrojados al río en los procesos dictatoriales. Esta referencia histórica es ineludible.
Porque, otra vez, el agua está cercada, alambrada, y no hay acceso para todos.

A modo de conclusión
Para concluir, cabe destacar que realicé un breve pero conciso recorrido para poder
ilustrar cómo el concepto de pecuniarización que propone Laura Pollastri hace eco en los
escritos patagónicos; se vio especialmente como el significante “agua” sigue
manifestándose con las mismas connotaciones, cuando noto que Martín Sebastián Pérez
escribió su poema en el año 2007 y Gerardo Burton lo hizo diez años después, y el agua
re-aparece adosada al dinero, con símbolo negativo; que el sujeto consume como
mercancía –y ya no como recurso vital–.
Asimismo, a partir de los fragmentos propuestos ilustré como, ante estas injusticias que
acarrea el neo-colonialismo, los poetas y poetisas patagónicos forman una red y alzan una voz
tanto colectiva como política; como mostré que lo hace Gerardo Burton.
Por la brevedad de la extensión del trabajo, el corpus seleccionado fue acotado, y solo se
adentró en un significante de la pecuniarizacion; ya que también aparecen en la literatura
patagónica los significantes de tierra y fuego.
Considero, que no se debe dejar de seguir leyendo, investigando y disfrutando lo que
estos escritores aquí trabajados, y otros muchísimos más, que se paran en el “sur del sur”
como lugar de enunciación y como pórtico de su escritura, tienen para decirnos.
Esta red colectiva usa su espacio para denunciar; una meridionalidad militante que deja
entreveros en contra de las miradas foráneas. Que deja de lado aquellas palabras que
hablan sobre los vientos y los ríos cordilleranos como un espacio pasivo y muestran que
la Patagonia está siendo un proyecto en donde los recursos se están expropiando y
contaminando; en donde el agua, el fuego y la tierra están adosados al valor pecuniario. Y
es contra esto, y desde este espacio, que escriben en conjunto, y que, como dijo Ancalao,
se reúnen “achicando las inmensas distancias geográficas”.
 

Bibliografía

 “Cuando me muera deberé cruzar el río” (2009) de Liliana Ancalao. (Diadema Argentina,
Comodoro Rivadavia, 1961)
 “Río arriba” (2017) de Gerardo Burton. (Buenos Aires, 1951)
 “Oiremos detrás del desierto” (2007) de Martín Sebastián Pérez. (Córdoba, 1974)

 Espinosa, Gabriela. (2016) "Más allá de las fronteras: la literatura en el área cultural
'Patagonia'" en Hammerschmidt, Claudia (ed.). Patagonia literaria. Fundaciones, invenciones
y emancipaciones de un espacio geopolítico y discursivo. Alemania-Londres: Inolas
Publishers Ltd.
  Pollastri, Laura. (2015) "Patagonia: tierra, fuego, agua y aire. Literatura del sur y dinero",
conferencia brindada el 27 de mayo de 2015 en la Universidad Friedrich Schiller de Jena
(Alemania) [inédita].
 Pollastri, Laura. (2016) "Literatura en el sur del mundo: Patagonia y escritura" en
    
Hammerschmidt, Claudia (ed.). Patagonia literaria. Fundaciones, invenciones y
emancipaciones de un espacio geopolítico y discursivo. Alemania-Londres: Inolas Publishers
Ltd.

 Moschini, Mauro. (31/08/2017). Mapuzungun, la voz mapuche. Liliana Ancalao, poeta y


    
docente. Revista Del Mar al Caracol. Recuperado de
http://revistadelmaralcaracol.com.ar/mar-cultural/703/

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