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«Los dos partidos que se han concordado para turnarse en el Poder son dos manadas de
hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin
elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de este infeliz pueblo,
pobrísimo y analfabeto. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a
España a un estado de consunción que -de fijo- ha de acabar en la muerte. No acometerán ni el
problema económico, ni el laboral, ni el impositivo, ni el educativo; no harán más que burocracia
pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna
eficacia práctica y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de la derecha
monárquica, tampoco debemos tener fe en la grey de izquierda. No creo ni en la izquierda
revolucionaria de nuevo cuño ni en los revolucionarios antediluvia
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I°. El experimento inglés del laborismo-fabiano, se implantó en 1945 nacionalizando
las grandes empresas británicas. Fue concebido por un grupo de intelectuales e ilustres aristócratas,
económicamente acomodados, que pretendían imponer y dirigir un socialismo benévolo de
postguerra, impidiendo que lo conduzca la “plebe inculta” o los “violentos agitadores de izquierda”.
Tal grupo integró la Fabian Society, sociedad secreta que pretendía “instalar gradualmente el
socialismo”.
Los fabianos se definían como una elite de influyentes personajes que pretendían infiltrarse
en las instituciones existentes, digitar a los líderes naturales y guiar el desarrollo económico hacia
objetivos distributistas con un ritmo lento.
Su inspirador, fue el general romano Quinto Fabio (a) Cunctactor, seudónimo latino que
significa “gradualista”.
Esos fabianos fueron: John M. Keynes, sir William Beveridge, Orson Welles, George Bernard
Shaw, Virginia Wolff, Bertrand Russell, Julian S. Huxley, Sidney & Beatrice Webb, George D.H.
Cole, Ramsay MacDonald y Clement Attlee.
Desde 1945 a 1979, el socialismo Fabiano gobernó la Gran Bretaña y provocó una similar
decadencia a la Argentina, hasta que Margaret Thatcher decidió liquidarlo definitivamente
soportando una feroz huelga de mineros que duró varios años. Al revertir el modelo del socialismo
fabiano, la Thatcher durante sus 12 años de gestión como primera ministro hizo que el PBI
británico volviera a expandirse y creciera sin interrupciones al 4,1 % anual acumulativo.
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menos de 1 minuto en la noche del 21 de diciembre de 1946: caso único en la historia legislativa
mundial de una ley ómnibus que consagrase como leyes a 16.268 decretos de facto.
Allí se sacralizaron las actuales leyes, que forman la máquina de impedir, que traban la
expansión y obstaculizan la personalidad creadora de aquellos que intentan emprender algo.
Argentina es un gigante paralizado por su propio Estado. (ANALES DE LA LEGISLACION
ARGENTINA, ed. La LEY, T° VI 1946, Bs.Aires 1ª quincena junio de 1947).
IV° Quienes hoy examinen esos 16.268 Decretos Leyes se sorprenderán por sus
detalles, extensión y minuciosidad. Es evidente que tamaño esfuerzo legislativo no pudo
hacerse de la nada y en pocos meses. Sólo queda la alternativa de un plagio. Registros históricos y
documentos de la época (12), dan indicios que toda la parte social y económica de las nuevas leyes,
fue tomada de los Planes Laboristas británicos, incluyendo lemas políticos empleados en esa época;
mientras que los aspectos militares de seguridad, vigilancia y control a la población, se sacaron de
las instrucciones del Oberkommando der Wehrmacht
V°Así nació la “Nueva Argentina” o “Argentina laborista”, llamada luego
“Argentina peronista”, “Argentina justicialista”, o “Argentina potencia”. También nacieron “los
Trade Union, columna vertebral del movimiento”, “los campeonatos infantiles Hombre Nuevo”, “el
país que nos merecemos” y “el Premier hará lo que el pueblo quiera”.
El país terminó convertido en la “Argentina rentista” buscadora del éxito…..sin esfuerzo!
Así surgió el Estado despilfarrador, populista, corporativo, abusivo y sindicalista. Así seguimos
teniendo un Estado elefantiásico e inútil, omnipotente e inepto, omnisapiente e ignorante,
omnisciente y torpe.
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2. QUÉ ES EL KEYNESIANISMO
El keynesianismo es la teoría económica concebida en 1936 por John M. Keynes después de
apostatar del clasicismo contenido en dos libros pro-germanos: “Consecuencias económicas de la
Paz” (1919) y “Tratado del dinero” (1930), donde sostenía que “si se atesoraba el incremento del
ahorro, sin expectativas favorables para nuevas inversiones, se produciría una inexorable
contracción económica”.
Enamorado de su propio “razonamiento perplejo”, John M. Keynes se transformó a partir
de 1936 en el profeta del consumo. Abogó en favor del aumento del gasto público y defendió la
influencia del déficit presupuestario para incrementar la demanda global, a marchas forzadas.
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datos de bienes y servicios para tener un TOTAL AGREGADO que llaman Producto Interno
Bruto.
Vale decir que la comprensión de nuestros gobernantes queda encerrada en
esos DATOS AGREGADOS. típicos de la macroeconomía, ignorando la realidad.
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pero en realidad implica una gran quimera, generadora de inestabilidad para la economía de
mercado. Así resulta que ellos no pueden explicar cómo funciona una economía sana de
mercado ni tampoco explicar cómo el proceso el mercado permite que un tipo de actividad se
compense frente a la otra mediante el sistema de precios.
8° DEMAGOGIA Y GOBERNANZA.
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Los estudiantes inteligentes, a menudo hacen preguntas embarazosas: ¿Por qué las
políticas económicas del gobierno se basan en una teoría tan defectuosa?
Desde un punto de vista de los políticos, afanosos por mantenerse en la cumbre del
Estado, justificar e implantar una política keynesiana es la vía más segura para ganar
elecciones y asegurarse la reelección, amparados en una presunta lógica científica.
Las ganancias de emitir y gastar dinero sin medida, son inmediatas, visibles y se
concentran en miles de planeros y subsidiados que constituyen organizaciones sociales como
poderosos grupos de votantes. Los costes de esta política demagógica se pagan en fechas
posteriores y se extienden a toda la población, haciendo que la perversa relación entre política
y consecuencias a largo plazo sean difíciles de percibir por los votantes.
El desvanecimiento del keynesianismo en los círculos académicos proporciona poco
consuelo. Aunque el número de profesores t seguidores continúa disminuyendo, es a este
grupo de economistas keynesianos al que los gobiernos acuden en busca de consejo y acuerdo.
Y las oportunidades de asesorar a los círculos del poder, en lugar de cobrar migajas en las
aulas de enseñanza, son algo que cambia las mentes de los jóvenes economistas acerca de su
consultoría para estimular el Consumo y gestionar la Demanda agregada.
Imprimir y gastar dinero en búsqueda de un estímulo efímero de corto plazo, en
lugar perseguir una estabilidad a largo plazo, sigue brindando más ganancias a la casta
política.
Así que hay buenas razones para estudiar teoría keynesiana: Nos ayuda a entender
porqué la adoptan los funcionarios elegidos para altos cargos públicos. Pero para desentrañar
sus efectos reales necesitamos una teoría que aprecie lo que las fuerzas del mercado pueden
hacer por sí mismas para mantener la estabilidad macroeconómica y cómo esas fuerzas se ven
obstaculizadas por los ajustes e intervenciones proporcionados por el gobierno.
Esto es lo que, hoy en día, se llama “Gobernanza” garantizada por las siguientes
doctrinas del pensamiento económico: 1° Escuela Monetaria de Chicago, 2° Escuela del Public
Choice o Fallos del Estado, 3° Escuela Austríaca de Viena y 4° Escuela Ordo de Friburgo,
todas en amplia oposición a las fracasadas doctrinas del 5° Neo socialismo de mercado y 6°
Escuela Keynesiana.
Antonio I. Margariti
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