Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
(UAPA)
Asignatura:
Sexualidad Humana
Tema:
Actividad NO. 03
Facilitador:
Aneudy De Jesús Rapozo
Participante:
CARMEN YUNARIS MARTINEZ BURGOS
Fecha:
25 de marzo de 2020
Nagua,
República Dominicana
Después de consultar la bibliografía señalada (Libro Sexualidad
Humana de Rathus, Nevid & Fichner-Rathus) y otras fuentes de interés
científico para la temática objeto de estudio, se recomienda que realice
las siguientes actividades:
Hormonas sexuales
Masculina Las hormonas hipofisiarias actúan sobre los testículos del hombre para
regular sus dos funciones principales:
Estrógenos
Progesterona
El cuerpo no deja de cambiar a lo largo de nuestra vida. La edad y la genética son los
principales responsables de estos cambios aunque no los únicos. Factores externos como el
tabaco, el alcohol, una mala alimentación o tomar el sol en exceso son determinantes para el
deterioro de nuestra salud a lo largo de las décadas.
En el caso de las mujeres, la cantidad de hormonas que tenemos condiciona la evolución de
nuestro cuerpo a lo largo de las décadas. También la fertilidad es clave para entender los
cambios que se producen. “Entre las décadas de los 20 a los 60 años, la mujer sufre una
serie de cambios importantes, tanto a nivel hormonal como físicos, como consecuencia de
los ciclos menstruales, embarazos y otros derivados del envejecimiento reproductivo”.
A los 20 años:
Durante esta década la mujer se encuentra plena de energía y de rendimiento y gozamos de
un estatus de salud basal. “El cuerpo se adapta a nuestro ritmo de vida y rendimos mejor
físicamente”.
A los 30 años:
A partir de los 30 años hay un descenso del metabolismo, lo que significa que, si no
realizamos ejercicio físico, quemamos menos calorías por minuto de manera natural.
También es frecuente observar acné adulto, que suele aparecer en la zona de la mandíbula y
que se debe a un exceso de sensibilidad de la piel de esa zona a los cambios hormonales y
que puede tratarse con tratamientos de anticonceptivos orales o reincides orales (no
indicados para mujeres embarazadas puesto que puede producir alteración es en el feto) o
sintéticos. Este tipo de acné también puede deberse a trastornos como el ovario poliquístico o
al uso de cosméticos demasiado grasos.
A partir de los 30 años comienzan a aparecer las arrugas de expresión en las zonas en las
que más gesticulamos, como el entrecejo o el área de los ojos, con bolsas y patas de gallo.
La especialista recomienda utilizar cremas hidratantes y que contengan principios activos
como los mencionados alfahidroxiácidos, que busquen la remodelación de la piel, vitamina C
y niacinamida.
A partir de los 35 años la fertilidad de la mujer desciende y es cada vez más difícil quedarse
embarazada, por eso los ginecólogos aconsejan no atrasar la maternidad más allá de esta
edad ya que, además de tener que recurrir a técnicas de reproducción asistida, se añaden los
riesgos de sufrir abortos, hipertensión, diabetes y deformaciones o alteraciones en el feto. “A
partir de los 40 años la probabilidad de embarazo en cada ciclo se sitúa en el 25 por ciento”.
A los 40 años
Durante la cuarta década de nuestra vida comienzan a producirse una serie de cambios en
nuestra fisionomía. De Lucas explica que la grasa que predominaba en los glúteos y piernas
para una posible lactancia, comienza a redistribuirse en el abdomen, aumentando el riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares.
La piel pierde elasticidad y empiezan a desarrollarse las manchas solares como los lentigos,
que se marcan más en las pieles más claras. “Se intensifican las arrugas de expresión y
empiezan a variar los volúmenes faciales”.
“A partir de los 45-50 años las mujeres pueden empezar a notar sofocos, irritabilidad, dificultad
para dormir, sequedad vaginal, disminución de la libido y alteraciones en la menstruación;
estamos en la premenopausia”, explica Esparza, que aconseja verlo como “una etapa natural
en la mujer”, que se ha de normalizar y tratar si es necesario para disminuir los síntomas. “No
debemos temerla ni existen métodos para prevenirla, simplemente aceptarla como otra etapa
como persona y como mujer”.
A partir de los 45 años también puede producirse la menopausia precoz, que normalmente se
produce entre los 50 y 55 años.
De 50 a 60 años
Durante la década de los 50 las mujeres empiezan a sufrir la menopausia, que es la ausencia
de menstruación durante más de 12 meses y se debe al cese permanente de la función
folicular. Su diagnóstico es clínico y retrospectivo, cuando han transcurrido 12 meses desde la
última regla sin haber existido ningún sangrado menstrual.
Durante este periodo continúa la alteración en la distribución de grasa corporal, empeora el
aspecto de la piel en cuanto a elasticidad e hidratación, se experimenta sequedad vaginal y
otras mucosas que pueden producir dolores durante las relaciones sexuales, disminuye el
tono muscular y se deterioran los huesos de la columna, las articulaciones o aparecen
problemas de artrosis.
La mujer que se encuentra en la quinta década también podría notar que pierde vello púbico y
axilar, sufre cambios en el pelo y en la piel o aumenta de peso corporal.
La menopausia provoca que, entre los 50 y los 60 años, la piel de la mujer experimente
muchas alteraciones. “La bajada de estrógeno que se produce en este momento de la vida de
la mujer conlleva un afinamiento de la piel y deshidratación, lo que provoca que se
intensifiquen las arrugas y se sufra ‘descolgamiento’ de estructuras”.