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HALL
GARDNER LINDZEY
LA TEORIA
EXISTENCIALISTA
DE LA
PERSONALIDAD
BINSWANGER Y BOSS
EDITORIAL PAIDOS
BUENOS AIRES
INTRODUCCIÓN
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ademas de Sartre. La figura ancestral más notable fue el
excéntrico danés Soren Kierkegaard (1813-1855). Esta
alma torturada fue un escritor prolífico, desapasiona-
do y polémico cuyos libros hoy son sagrados para el
existencialismo. Le sigue una larga lista de nombres
famosos que incluye a Nietzsche, Dostoievsky y Berg-
son. Entre los autores modernos que se han iden-
tificado con el movimiento existencialista señalamos
a Buber, Berdyaev, Heidegger, Jaspers, Kafka, Marcel,
Merleau-Ponty y Tillich. (Una introducción excelente al
existencialismo es el libro de. William Barett Irrational
man, 1962) [El hombre Irracional].
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filosofía moderna.
Heidegger es también un fenomenólogo, y la fe
nomenología ha desempeñado un papel importante en
la historia de la psicología. Heidegger fue alumno
de Edmund Husserl (1895-1938), fundador de la. Re-
nomenología moderna, y Husserl a su vez fue discípulo
de Carl Stumpf, uno de los líderes de la “nueva” psico-
logía experimental que surgió en Alemania durante la
última mitad del siglo XIX. Kohler y Koffka, quienes
junto con Wertheimer fundaron la psicología de la
Gestalt, fueron discípulos también de Stumpf y adop-
taron la fenomenología como método para analizar los
fenómenos psicológicos. Señalamos estos hechos histó-
ricos con el objeto de resaltar los antecedentes comunes
de a psicología, la fenomenología y el existencialismo.
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y desprovisto de críticas. La ingenuidad puede perder-
se a medida que progresamos. Pueden encontrarse
los problemas que antes habían estado completamente
ocultos a nuestros ojos. Para solucionarlos es posible
que sea necesario urdir conceptos que parezcan tener
escasa relación con la experiencia directa primaria.
Sin embargo, el desarrollo total debe comenzar con un
cuadro ingenuo de1 mundo. Este origen es imprescin-
dible, pues no existen otras bases sobre las que pueda
construirse una ciencia. En mi caso, que puede consi-
derarse representativo de muchos otros, este cuadro
ingenuo consiste, en este momento, en un lago azul
circundado de follajes umbríos, una gran roca gris,
dura y fresca que he elegido para sentarme, un papel
sobre el cual escribir, el susurro evanescente del viento
que apenas balancea los árboles y un fuerte olor carac-
terístico de botes y pesca. Pero hay mucho más en este
mundo: de alguna manera contemplo ahora, aunque no
esté fundido en el lago azul del presente, otro lago de un
azul más pálido, delante del cual me encontraba, hace
unos años, mirando su ribera, en Illinois. Estoy perfec-
tamente habituado a contemplar millares de paisajes
de esta clase que surgen cuando estoy solo. Y hay mu-
cho más aún en este mundo: por ejemplo mi mano y
mis dedo ; mientras se mueven ligeramente sobre el
papel. Ahora, cuando detengo mi escritura y vuelvo a
mirar a mi alrededor, también hay un sentimiento
de salud y vigor. Pero en el próximo instante siento
algo así como una presión oscura en algún lugar de mi
interior que tiende a desarrollarse en una sensación de
acosamiento -he prometido concluir este manuscrito
en unos pocos meses- (págs. 3-4).
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Erwin Straus es uno de los fenomenólogos con· tem-
poráneos más claros y complejos (1963, 1966). Para un
análisis conciso y erudito de la fenomenología véase a
MacLeod ( 1964), su principal sostenedor en los Esta-
dos Unidos.
La fenomenología empleada en los trabajos de los
psicólogos de la Gestalt y de Erwin Straus se aplicó en
primer lugar a la investigación de fenómenos tales como
los procesos psicológicos de la percepción, el aprendiza-
je, la memoria, el pensamiento y la sensación, pero no
se ha aplicado aún a los estudios de la personalidad.
La psicología existencial, por otra parte, ha utilizado la
fenomenología para aclarar aquellos fenómenos que a
menudo se considera que pertenecen a la esfera de la
personalidad. La psicología existencial puede definirse
como una ciencia empírica de la existencia humana que
emplea el método del análisis fenomenológico.
En este volumen trataremos principalmente la psi-
cología existencial como está enunciada en las obras de
los psiquiatras suizos Ludwig Binswanger y Medard
Boss, pues se mantienen muy próximos a la fuente
original europea del pensamiento existencial y su iden-
tificación con el existencialismo es de larga data. Su
traducción de la ontología de Heidegger, de la ser-idad
abstracta, para el estudio de los individuos, ha sido
cuidadosamente realizada, a menudo en colaboración
con el mismo Heidegger. (La parte meridional de Ale-
mania , donde vive Heidegger limita con Suiza). Como
psiquiatras han acumulado un rico material empírico
de los análisis de sus pacientes. Por último, ambos es-
criben con claridad y vívidamente acerca de temas
oscuros y muchas de sus obras están traducidas al in-
glés.
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Los psicólogos existenciales norteamericanos son
muchos, pero sus criterios se derivan en gran parte
de los de Binswanger y otros psicólogos y psiquiatras
europeos. Rollo May es uno de los exponentes nortea-
mericanos más entusiastas del existencialismo y sus
capítulos introductores al mismo en el libro Exístence
(compilado por May, Angel y Ellenberger, 1058) [Exis-
tencia], y su libro Existential psychology ( 2 ed., 1009)
[Psicología existencial] han sido la fuente principal
de información acerca de los psicólogos norteame-
ricanos. Adrian Van Kaam, profesor de psicología en
la Universidad de Duquesne, es un escritor prolífico
sobre fenomenología y existencialismo. Tiene la ven-
taja de haber estudiado el pensamiento existencial y la
fenomenología en las universidades europeas y de los
Estados Unidos. Su libro, Exístential foundatíons
of psychology (1966) [Fundamentos existenciales de
la psicología] es un amplio enfoque de este tema. Otro
eminente , psicólogo existencial norteamericano es Ja-
mes Bugental (1965). Entre los teóricos citados en esta
serie de volúmenes que han recibido en diversos
grados la influencia del existencialismo se encuentran
Allport, Angyal, Fromm, Goldstein, Maslow y Ro-
gers.
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(y éste a su abuelo) como director jefe del sanatorio de
Bellevue en Kreuzlingen. Falleció en 1966.
En los primeros años de la década de 1920. Binswan-
ger se convirtió en uno de los primeros exponentes
de la aplicación de la fenomenología a la psiquiatría.
Diez años después llegó a ser un analista existen-
cial. Binswanger define el análisis existencial como
un análisis fenomenológico de la existencia humana
real. Su objetivo es la reconstrucción el mundo inte-
rior de la experiencia. Expone su Sistema en su obra
principal Grundformen und Erkenntnis menschlichen
Daseins (1943, edición revisada 1953) [Formas básicas
y conocimiento de la existencia humana] que no ha
sido traducida al inglés. Son verdaderas fuentes para el
lector sus tres capítulos (1958a, 1958b, 1958c) en la
obra Existence (compilada por May, Angel y Ellenber-
ger) y Being-in-the-world: selected popers of Ludwig
Binswanger (1963) [Ser-en-elmundo: trozos selectos
de Ludwig Binswanger]. Este ultimo libro contiene
una introducción crítica extensa del, editor y traductor,
Jacob Needleman (1963).
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y del psicoanálisis, incluyendo a Freud, Bleuler, Kurt
Goldstein, Ernest Jones, Karen Horney, Max Eitingon,
Otto Fenichel y Hans Sachs. Es amigo íntimo de Mar-
tin Heidegger. Durante muchos años Boss presidió la
Sociedad Internacional de Psicoterapia Medica, y en
la actualidad es su presidente honorario. Es autor de
muchos artículos y libros, uno de los más recientes es
Grundriss der Medizin (1970) [Compendio de medici-
na] que aplica la ontología existencial de Heidegger a
los problemas médicos. Para un mejor conocimiento de
su criterio sobre la psicología existencial o Daseinsa-
nalysis (estos nombres se utilizarán indistintamente
en este volumen) se indican dos libros traducidos
al inglés The analysís of dreams (1958) [El análisis
de los sueños] y Psychoanalysis and Daseinsanalysis
( 1963) [Psicoanálisis y Daseinsanalysis]. Boss fue
profesor en Harvard y en la Universidad de California .
¿De qué modo reacciona la psicología existencial, tal
como está representada en la obra de Binswanger y
Boss, frente a los otros sistemas psicológicos, y qué es
lo que sostiene? Primero y más importante, objeta la
persistencia del concepto de causalidad legado por las
ciencias naturales a la psicología. No existen relaciones
de causa-efecto en la existencia humana. A lo sumo, hay
sólo secuencias de conductas, pero no es permisible de
rivar la causalidad de la secuencia. Algo que ocurre a
un niño no es causa de su conducta posterior como
adulto. Ambos hechos pueden tener el mismo signi-
ficado existencial, pero no significa que el Hecho A sea
causa del Hecho B. En suma la psicología existencial al
rechazar la causalidad también rechaza el positivis-
mo, el determinismo y el materialismo. Sostiene que
la psicología no es como ninguna de las otras ciencias
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y no debería modelarse a su imagen. Requiere su pro-
pio método (fenomenología) y sus propios conceptos
(estaren-el-mundo, modos de existencia, libertad, res-
ponsabilidad, llegar a ser, trascendencia, espacialidad,
temporalidad y muchos otros) derivados todos de la
ontología de Heidegger.
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teria). Esta división, a tribuida a Descartes, es la resultante
de explicar la experiencia y la conducta del hombre en
función de estímulos ambientales o condiciones corpo-
rales. “El hombre es quien piensa, no el cerebro”. (Straus,
1963). La psicología existencial sostiene la unidad del in-
dividuo-en-el -mundo. Todo criterio que destruya esta
unidad, falsifica y fragmenta la existencia humana.
La psicología existencial también niega que exista
algo detrás de los fenómenos que los explique o cause
su aparición, y descarta las explicaciones de la existen-
cia del hombre en función de un sí mismo, un incons-
ciente, la energía psíquica o física, o fuerzas tales como
los instintos, las ondas cerebrales, los impulsos y los
arquetipos. Los fenómenos son lo que son en toda su in-
mediatez, no una fachada o un derivado de algo más.
Es, y debe ser, la tarea de la psicología describir los
fenómenos tan cuidadosa y completamente como sea
posible. La descripción o explicación fenomenológica,
no la explicación o la prueba causal, es el motivo de la
ciencia psicológica.
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• Heidegger pone en manos del psiquiatra
la clave con la cual puede, libre del prejuicio de
toda teoría científica, asegurar y describir los fenó-
menos que investiga en su completo contenido fe-
nomenológico y contexto intrínseco. (Binswanger,
1963, pág. 206).
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llega a considerarse como tal, que puede ser manejado,
controlado; modelado y explotado, no puede vivir de
manera verdaderamente humana. El hombre es libre y
único responsable de su existencia. Este fundamento de
la psicología existencial es el que atrae al movimiento
humanista de la psicología norteamericana.
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1. ESTRUCTURA DE LA EXISTENCIA
SER-EN-EL-MUNDO (Dasein)
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El que está ahí expresa la inmediatez e inevitabili-
dad primarias de la condición existencial. El hombre no
tiene existencia aparte del mundo, y el mundo no exis-
te aparte del hombre. Como Boss reitera: .”El hombre
descubre (aclara) el mundo”... Es ”el reino iluminado
dentro del cual todo lo que ha de ser realmente brilla
más, surge y aparece como un fenómeno, es decir,
como aquello que se demuestra a sí mismo”. {1963, pág.
70). Un fenómeno es un “resplandor” de la realidad in-
mediata. Nada queda detrás de los fenómenos; no son
las.. manifestaciones perceptibles de una realidad últi
ma. Ellos son la realidad. En consecuencia, en el análisis
existencial o Dasein se intenta ver qué es lo que hay
en la experiencia de uno y describirla tan exactamente
como lo permite el lenguaje. Este es un concepto muy
difícil de comprender y aceptar para el hombre occi-
dental, puesto que no está condicionado por el criterio
científico para buscar los significados y las causas
ocultos o invisibles.
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Los guiones no eliminan por completo la sugerencia de
separación. Además, las expresiones con guiones, pare-
cen pedantes y artificiosas.
El mundo en el que el hombre tiene su existencia
comprende tres dimensiones: 1) el mundo biológico,
entorno físico o panorama (Umwelt); 2) el mundo so-
cial (Milwelt) y 3) el mundo del su mismo (Eigentwelt).
Con el objeto de aclarar el significado de estas tres di-
mensiones del mundo y el empleo que se hace de ellas
en el análisis existencial, citaremos un largo pasaje
de Case of Ellen West de Binswanger (1958c) [El caso
de Ellen West]. Ellen era una joven que había estado
bajo tratamiento médico y psiquiátrico casi desde que
alcanzó la edad adulta. Finalmente fue derivada al sa-
natorio de Binswanger en donde pasó los últimos me-
ses de su vida: tres días después de haber sido dada de
alta se suicidó. El síntoma más notable de Ellen era una
compulsión a comer. He aquí un resumen de Binswan-
ger acerca del modo de ser de Ellen en las tres di-
mensiones del mundo. Está basado en los informes
médicos y psiquiátricos, en las observaciones perso-
nales de Binswanger y en los propios escritos de Ellen
que consisten de poemas, cartas, diarios y un relato
circunstancial de la historia de su neurosis.
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de niebla húmedas, el vacío como el arcano, el anhelo
de libertad (del mundo) como elevándose en el aire,
el sí mismo como un pájaro quieto. Dentro del
mundo vegetal, el ser-limitado y el ser-oprim ido
se demostró a sí mismo como marchito, las barreras
como aire sofocante, el vacío como semillas, el
anhelo de libertad como la apetencia de crecer; el
sí mismo como una planta descolorida. Dentro del
mundo de las cosas encontramos el ser-limitado en
el pozo, el sótano, la tumba; las barreras en las
paredes, mampostería, cadenas, redes; el anhelo de
libertad en el vaso de la fertilidad, el sí mismo
en el hollejo descartado. Dentro del mundo animal,
el ser-limitado se ve como el ser-encarcelado-en, las
barreras como tierra o noche tenebrosa, el sí mismo
como un gusano incapaz de ningún anhelo de
libertad, el vacío como vegetando simplemente.
Dentro del Mitwelt (mundo social) el ser-limitado
se ve como un ser subyugado, oprimido, lesionado
y perseguido; el vacío como un lago de paz, in-
diferencia, sometimiento, tristeza, reclusión, soledad;
las barreras como cadenas o eslabones de los días,
o, aire sofocante;. el pozo mismo como un pequeño
mundo (cotidiano); el anhelo de libertad como una
apetencia por la independencia, desafío, insurrec-
ción, rebelión; el si mismo como rebelde, nihilista,
más tarde como cobardemente comprometedor. Den-
tro del Eigenwelt (el sí mismo) como mundo-pensa-
miento, reconocemos el ser-limitado en la cobardía,
la indulgencia, la renuncia de planes superiores; las
barreras en fantasmas o espectros acusadores y es-
carnecedores que rodean e invaden desde todos los
ángulos, el vacío en el ser-gobernado por una idea
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única, aun como la Nada; el sí mismo en el tímido
gusano, el corazón helado;
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nuevo completo. Por consiguiente, no nos sorpren-
de que gran parte de los escritos existenciales suenen
extraños y esotéricos para aquéllos formados en el
mundo científico del siglo XIX. Igual que las formas
nuevas de música o arte, la disonancia creada por el
léxico existencial se reducirá gradualmente hasta des-
aparecer.
SER-MAS-ALLÁ-DEL-MUNDO
(LAS POTENCIALIDADES DEL HOMBRE)
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el hombre debe asumir de manera responsable
sus potencialidades para las relaciones de reve-
lar-el-mundo, de manera que cualquiera que se
demuestre por si sola a la luz de estas relaciones
puede adelantarse en su ser hasta la mejor dimen-
sión posible. En otras palabras, el hombre debe
aceptar todas sus posibilidades vitales, adecuarlas
y unirlas a su auténtico sí mismo, liberado de la
mentalidad estrecha del “todos anónimo e inau-
téntico”. La libertad del hombre consiste en es-
tar dispuesto a aceptar y dejar que todo lo que es
sea... (1963, pág. 48).
Con el objeto de ilustrar el significado que para
el hombre tiene el rechazo de ejercer su libertad
para realizar las potencialidades de su existencia,
Boss (1963) presenta el ejemplo de una persona
que sufre de melancolía.
Es siempre la existencia total del paciente me-
lancólico la que ha fracasado para encarar abier-
tamente y de manera responsable todas aquellas
posibilidades de relacionarse con el mundo que
realmente constituirían su propio y genuino yo.
En consecuencia, esa existencia no tiene una
posición independiente por sí sola, sino que de
modo continuo cae víctima de las exigencias, de-
seos y esperanzas de los demás. Esos pacientes
tratan de vivir según esas esperanzas foráneas de
la mejor manera posible para no perder la pro-
tección y el amor de su ambiente. Pero cuanto
más tiempo estos pacientes permiten a los otros
gobernarlos en sus sentimientos, acciones percep-
ciones, más profundamente endeudados se en-
contrarán con respecto a la tarea fundamental de
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la vida, que es adecuar y llevar a cabo de modo
independiente y con responsabilidad, todas las
auténticas posibilidades relacionadas con todo lo
que encuentren. De ahí los terribles sentimientos
de culpa de los melancólicos; sus incesantes au-
toacusaciones provienen de su culpa existencial.
La severidad de sus síntomas varía de acuerdo
con el grado en que fracasan para existir como
una apertura al mundo en cuya luz todo encuen-
tro puede desenvolverse y proyectar su brillo en
su significado y contenido plenos (págs. 209-210).
LA BASE DE LA EXISTENCIA
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mismo inauténtico resulta de aislarse de la propia base.
“Cuanto más obstinadamente el ser humano se oponga
su ser-arrojado a la existencia... con mayor fuerza este
arrojo ganará en influencia” (Binswanger, 1958c, pág.
340). La consecuencia es la debilidad existencial por la
cual se quiere significar “que la persona 1a no tiene una
posición autónoma en su mundo, que se bloquea de
la base de su existencia, que no asume su existencia
sobre sí sino que se confía a poderes extraños a los que
hace ‘responsables’ de su destino en vez de sí mismo”
(Binswanger, 1963, pág. 290).
EL PROYECTO-MUNDO
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Binswanger da ejemplos de algunos proyectos -
-mundo concebidos de modo estrecho que ha encon-
trado en sus pacientes. Un proyecto de un enfermo está
construido en torno de la necesidad de continuidad.
Toda interrupción de la continuidad -una brecha, una
grieta o una separación- le producía una gran ansiedad.
Una vez se desmayó cuando perdió el taco de su zapato.
La separación de la madre también provocaba ansiedad
porque rompía la continuidad de su relación. Apoyarse
en la madre significaba sostenerse en el mundo; su pér-
dida significaba caer en el pavoroso abismo de la Nada.
Al margen, debe señalarse aquí y será elaborado más
adelante, que Binswanger no consideraba la ansiedad
que resultaba de la pérdida de un taco como una re-
presentación simbólica de la separación de la madre.
Ambos son dos formas -iguales- de relacionarse con el
mundo y no se derivan, desplazan u originan una a la
otra.
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sonales. Se defendía contra estos temores desconocidos
persona1izándo1os como sentimientos de persecución.
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“previamente los tipos de seres concretos y cuales de
sus aspectos pueden revelarse” (1963, pág. 183). Si la
“luz” del Dasein es brillante, descubrirá; si es apagada
ocultara.
MODOS DE SER-EN-EL-MUNDO
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dos los modos de conducta. Existen miríadas de modos
diferentes de relaciones humanas y pautas de conduc-
ta hacia lo que se encuentra; todas constituyen una
naturaleza fundamental del hombre, es decir, su forma
singular de ser-en-el-mundo como dominio revelador e
iluminador de apertura-mundo (1963, pág. 233).
ESPACIALIDAD Y TEMPORALIDAD
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sea recordado explícitamente o no el desenvolvimiento
histórico de un cierto tipo de relación (Boss, 1963, pág.
243).
Una de las críticas que hace Binswanger sobre el en-
foque de la ciencia natural de Freud y otros psicólogos
es que separa al hombre de la historia es decir, de la
temporalidad. Por otro lado, las críticas al existencia-
lismo señalan que esta posición separa al hombre de la
biología, o sea, de su desarrollo evolutivo.
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2. DINÁMICA Y DESARROLLO DE
LA EXISTENCIA
DINÁMICA
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esta pregunta. La primera y más obvia es que la libertad
para de ir no asegura que las elecciones sean sabias. El
hombre puede advertir o ignorar sus potencialidades.
En el lenguaje existencial elegirá vivir de manera au-
tentica o inauténtica. No hay menos libertad en una
elección que en la otra, aunque por supuesto, las con-
secuencias sean radicalmente diferentes.
Si el hombre elige con sabiduría necesita tomar con-
ciencia de las potencialidades de su existencia es decir,
debe permanecer abierto en todo momento con el
objeto de que esas potencialidades se revelen. La
apertura es la condición previa para el descubrimiento
y su antagonista, el cierre, es la base para el encubri-
miento. Boss escribe: “El Daseinsanalysis nunca pierde
de vista a la toma de conciencia primaria de la Ser-idad
y del hecho de que la existencia del hombre reclama
servir como el reino iluminado en el cual puede real-
mente brillar, emerger y aparecer un fenómeno, es de-
cir, como aquel que se demuestra así mismo”, (1963,
pág. 80).
¿Son ilimitadas las Posibilidades? ¿Puede el hom-
bre ser lo que desea? No, porque siempre habrá que
contar con la base de la existencia -el lanzamiento en el
mundo-. Esta base establece límites precisos al deve-
nir de una persona. Además, existe la influencia , de
un medio parental tanto como los medios posteriores
que reducen o expanden la realización de las potencia-
lidades innatas del ser. Boss, por ejemplo, lo reconoce
cuando, dice: “La relación hijo-padre cuya apertura
esta suficientemente en concordancia con toda la índo-
le genuina del niño es el único dominio en donde las
potencialidades de existir pueden ofrecerse de manera
saludable” (1963, pág. 297).
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La otra respuesta a la pregunta de por qué el hombre
sufre si realmente es un ser libre, es aun más drástica.
El hombre, por sobre todo, puede trascender las heri-
das de la niñez y luego injuriar su existencia. (Véase,
por ejemplo, The doctor and the soul de Viktor Frankl,
1969, [El médico y el alma] para obtener la información
sobre la manera en que algunos internados en campos
de concentración trascendieron los horrores de su exis-
tencia). Puede convertirse de persona enferma, en otra
sana desde el punto de vista existencial. Existe siem-
pre’ la posibilidad de cambiar la propia existencia, de
descubrir y desenvolver un mundo totalmente nuevo
(Binswanger).
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Abundan los ejemplo de esta primera e ineludible cul-
pa en la bibliografía y los estudios de casos. Joseph K.
en The trial de Kafka [El proceso], trata de exonerarse,
pero no aprovechare y finalmente va al encuentro vo-
luntario de su muerte como su exoneración o huida final.
Iván Ilych, el personaje de Tolstoi, también encontró en
la muerte la respuesta a su vida (culpable) no realizada.
La paciente de Binswanger, Ellen West, comenzó a vivir
relativamente libre de culpa existencial cuando resolvió
quitarse la vida.
El hombre tampoco puede evitar el temor: el pavor
de la Nada o lo que llama Barrett. ”la contingencia pa-
vorosa y total de la existencia humana: (1962, pág. 65).
La Nada es la presencia del no-Ser en el Ser (Heidegger);
siempre está ahí, temible, misteriosa, llamando. Caer en
la Nada significa perder el propio ser, convertirse en
nada. La Muerte es la Nada absoluta, pero existen otros
medios menos absolutos por los que el no-Ser puede
invadir al Ser: la alienación y el aislamiento del mun-
do, por ejemplo. El grado en que las potencialidades de
l existencia no se realizan es aquel en que el no-Ser se
apodera del Ser.
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sos, porque significaría que algo se esconde detrás del
ser-en-el mundo, y esto repugna a los existencialistas.
Boss, como ya hemos visto, clasifica como estados de
ánimo al hambre, la fatiga y el sexo. Sin embargo,
los estados de ánimo no tienen propiedades dinámicas
en el sentido de determinar la conducta; más bien de-
terminan la escala y entonación de la apertura al
mundo de un individuo en un momento dado. Los
estados de ánimo son responsables de los significados y
motivaciones revelados de las cosas que se encuentran.
El estado de ánimo del hambre, por ejemplo, ilumina
un mundo de alimentos y acciones posibles en este
mundo revelado de la comida.
DESARROLLO
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fenómenos del presente en su propio derecho. Cuando
se ha arribado a este entendimiento, las explicaciones
genéticas parecen tautólogicas puesto que no agre-
gan nada nuevo a lo ya conocido. Una persona puede
actuar hoy como lo hizo ayer -o en su niñez- porque
percibe que el encuentro presente tiene el mismo signi-
ficado que el pasado. Entonces, y sólo entonces, puede
decirse que ha sido motivada por el pasado, pero aún
esta motivación es predicada por su ser-en-el-mundo
presente. Comemos hoy no porque comimos ayer, sino
porque nuestro estado de ánimo y entonación de ahora
en el mundo lo ilumina de modo particular. Es verdad
que podemos recordar lo que hicimos ayer y repetir hoy
esos mismos actos, pero la repetición se debe al signi-
ficado del acto ahora. En otras palabras, la psicología
existencial no utiliza el hábito como un principio ex-
plicativo.
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gente vencida por las fobias, compulsiones, delirios y
otros síntomas neuróticos y psicóticos. Han rechazado
crecer. No obstante, la mayoría hace algún progreso
actualizando sus potencialidades; por eso el adulto es
típicamente más actualizado que el niño. Llegar a ser
implica dirección y continuidad, pero ,aquélla puede
cambiar y ésta, quebrarse.
El llegar a ser de una persona y del mundo están
siempre relacionados; son llegar a ser-conjuntamente
(Straus), porque la persona es-en-el-mundo. Descubre
las posibilidades de su existencia a través del mundo, y
éste a su vez es descubierto por la persona que existe
en él. A medida que uno crece y se expande, el otro
debe necesariamente también crecer y expandirse. En
el mismo sentido, si uno detiene su desarrollo el otro
también lo detendrá.
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3. CLASE Y MÉTODOS DE
INVESTIGACIÓN
ANÁLISIS FENOMENOLÓGICO
Pag. 39
He aquí un ejemplo de esa “dación” de experiencia.
Es un hermoso párrafo inicial del segundo volumen de
Decline of the West de Oswald Spengler (1932) [La de-
clinación de Occidente].
Observad las flores en el ocaso cómo, una des-
pués de otra, van cerrando sus corolas a medida
que se esconde el sol. Extraño es el sentimiento
que os posee: un sentimiento de temor enig-
mático en presencia de esta existencia ligada a la
tierra, como una ciega ensoñación. La foresta
muda, los prados silenciosos, este arbusto, aquella
rama no se mueven por sí mismos, es el viento
que juega con ellos. Sólo el pequeño insecto, es
libre, danza aún en la luz del crepúsculo, y
hacia donde desea (pág. 3).
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Van Kaam (1966, págs. 216-219) analiza los distintos
métodos de validación de las explicaciones fenomeno-
lógicas. El primero de esos métodos es la validación
íntrasubjetiva. El investigador realiza una cantidad de
explicaciones de la misma conducta en una variedad de
situaciones, y si tienen coherencia entonces se confirma
su validez. Este es el método empleado con mayor fre-
cuencia en los estudios de casos existenciales.
Pag. 41
jaron un conjunto de experiencias que se distribuyeron
en estos nueve encabezamientos:
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Un segundo método, la validación intersubjetiva,
consiste en que varios fenomenólogos profesionalmen-
te capacitados describan de manera independiente el
mismo fenómeno y comparen los resultados.
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persuadirlo para que así lo hiciera. Sólo los hombres
libres pueden ser convertidos, dice Van Kaam. (El de-
terminista podría argüir que los mismos argumentos
son los factores determinantes para cambiar la decisión
de una persona).
DASEINSANALYSIS Y PSICOANÁLISIS
Erotismo anal
Pag. 44
de Ellen West la respuesta es particularmente fácil:
en su proyecto-mundo la multiplicidad y el multi-
morfismo del mundo están reducidos a las formas
del pozo. La forma de ser en ese mundo es la de
ser confinado u oprimido; el sí mismo que lo
proyecta es ‘vacuo’, interesado sólo en llenar su
vacío. En consecuencia, una analidad decidida es
concurrente con una oralidad decidida, con la gula
por ‘incorporar’. Pero puesto que esta expresión
(como el psicoanálisis ha observado correctamen-
te) no está limitada a la esfera corporal, preferimos
hablar de adecuación, pero en el sentido de simple
llenamiento. La categoría que domina igualmen-
te este proyecto-mundo, el ser-en-él y el sí mismo
que lo diseña, es sólo y únicamente la del vacío y
la del relleno, de ser-vacío y de ser-lleno, de tener
hambre y de saciarla. El rasgo básico de esta forma
de existencia es la gula, el lanzarse-sobre (el ali-
mento). Este movimiento existencial tiene, como
hemos visto, el carácter temporal de la precipita-
ción, la cercanía espacial. El mundo en el que
esa existencia se ‘mueve’ está orientado temporal-
mente hacia el simple Ahora de la posibilidad de
saciarse y el simple Aquí del relleno; ese mundo
es oscuro e incoloro (sombrío), monótono y mo-
nomorfo, en una palabra, triste y temible. A este
mundo vaciado corresponde -y es en verdad un
requisito previo- el sí mismo vacío existencialmen-
te, la vacuidad existencial y la presión existencial
correspondiente... Cuando el mundo no es más
que un agujero, también lo es el sí mismo (tanto
corporal como mental); después de todo, el mundo
y el yo son elementos determinantes recíprocos
Pag. 45
(de acuerdo con el principio de que no pueden re-
petirse con la frecuencia suficiente, que la indivi-
dualidad es lo que su mundo, en el sentido de su
propio mundo) (Binswanger, 1958c, pág. 317-318).
Avaricia
Pag. 46
llenarse, sino también para esconder su contenido de
los otros. El avaro se “agazapa” sobre su dinero. Tam-
bién existen los placeres secretos de contemplarlo, to-
carlo y contarlo. La codicia por el oro reluciente es “el
único centelleo de vida y amor que le restan al avaro”
(Binswanger, 1958a, pág. 211).
Pag. 47
mucho que te quiero”. De manera ostensible, Ilse se
quemó a sí misma en un esfuerzo supremo para cam-
biar el trato rudo y tiránico del padre hacia la madre.
La conducta del padre cambió durante pocos meses
pero luego retornó a su forma anterior. Ilse reaccionó
deslizándose en la insania de la que se recobró después
del tratamiento.
La historia personal de Ilse contenía un solo tema
clave -el padre- en torno del cual rotaba toda su
existencia. La opresión de este tema finalmente se tor-
nó intolerable y trató de liberarse con un acto extremo.
Sin embargo, como no dio resultado, la existencia de
Ilse llegó a ser aun más dominada por su “complejo”
paterno.
Pag. 48
Tú, con el tema extendido por sobre su existencia,
sin límite, y con la pérdida del objetivo temático
original (el padre) ninguna otra solución de su
problema es posible (1958b, pág. 224).
Pag. 49
bidinal, de su fijación en el padre, su separación forzada
del padre, y su transferencia ocasional al mundo-que-
la-rodea” (1958b. pág. 225). La historia de una persona
reside en su actitud hacia su “base”. Tener un padre y
una madre es parte de la base de la existencia huma-
na.
Pag. 50
to del simbolismo tanto como otros mecanismos e in-
terpretaciones freudianos. Un sueño es otro modo de
ser-en-el-mundo. Los contenidos oníricos deben acep-
tarse como cosas con sus propios significados y con-
tenidos completos, tal como son sentidos en la expe-
riencia del que sueña. Soñar y despertar no son esferas
por completo diferentes de la existencia. En efecto, el
modo de existencia que se dibuja en los sueños a menu-
do es una réplica del modo de existencia en el estado de
vigilia. Esto está ilustrado por una serie de 823 sueños
muy dramáticos informados por un paciente durante
los tres años que duró su terapia (Boss, 1958, págs. 113-
117).
Pag. 51
Los cambios en los contenidos de los sueños de
este paciente fueron paralelos a los de su experiencia y
conducta durante su vigilia. La depresiva falta de sig-
nificación de su vida había comenzado a desaparecer al
mismo tiempo que aparecían plantas en sus sueños. Su
potencia sexual retornó a su pleno vigor cuando admi-
tió en sus sueños a los leones y a los caballos. Al comen-
zar la terapia su modo de existencia era semejante al de
un robot; no había conocimiento de la total realidad de
la existencia, de su ser-en-el mundo con plantas, ani-
males, gente o aun con su esposa. En lugar de descubrir
e iluminar ·el mundo pleno y rico de la existencia, su
Dasein era restringido; mutilado y encubierto.
Pag. 52
ción de deseos, de acuerdo con la teoría de Freud. Boss
objeta esta interpretación porque en el sueño, la joven
no sintió ninguna necesidad de comer. “Se suplió de
comida desde el mismo comienzo de su sueño y no tuvo
necesidad de desearla sino sólo de comerla”(19.58,
pág. 84). Tampoco puede explicarse por un impulso
oral o un instinto porque la experiencia inmediata no
fue ninguna de las dos cosas. Interpretar la conducta,
sea en sueños o en estado de vigilia, como el resulta-
do de impulsos e instintos equivale a considerar que el
hombre es conducido por fuerzas internas y externas
como cualquier otro objeto, un enfoque que rechaza la
psicología existencial. .
Pag. 53
símbolos. El uniforme expresa el modo de existencia
estrecho, oculto, ansioso antes que un disfraz corpo-
ral; la pistola no es el falo disfrazado sino que expresa
sentimientos de amenaza y peligro. Fue su ansiedad
todopoderosa la que descubrió el arma porque en el es-
tado de vigilia la temía. Los sueños son revelaciones de
existencia y no encubrimientos; manifiestan su signifi-
cado existencial que no se encuentra en ningún traba-
jo onírico ni en el contenido latente hipotético entre
bastidores. “Los fenómenos del sueño, por consiguien-
te son siempre lo que son y como se demuestran; son
descubrimientos y des-velos y nunca encubrimientos o
velos del contenido psíquico” (1958, pág. 262).
Pag. 54
4. ESTADO ACTUAL Y EVALUACIÓN
Pag. 55
creyeron haberlos encontrado en el psicoanálisis y en la
psicología existencial.
Pag. 56
medida para obtener su independencia, muchos in-
vestigadores resistieron tenazmente una nueva alianza
con la filosofía, en particular con aquella que acepta de
manera abierta su disgusto por el positivismo y el
determinismo.
Pag. 57
laboratorio. Esta clase de manipulación y explotación
científica no sólo degrada al hombre sino que los re-
sultados obtenidos en ellos son a menudo artificiales o
triviales. La comprensión del hombre como totalidad
lograda mediante el análisis fenomenológico, y el pro-
nóstico y la regulación de la conducta por medio de
investigaciones experimentales definen muy bien las
posiciones rivales de las psicologías existencial y “cien-
tífica”. Un análisis interesante de los méritos y deficien-
cias relativos de la fenomenología y el conductismo rea-
lizado por psicólogos prestigiosos como B. F. Skinner,
Carl Rogers, Sigmund Koch y R. B. MacLeod se encon-
trará en el libro Behaviorism and phenomenology de T.
W. Mann (1964) [Conductismo y fenomenología].
El único concepto existencial que despierta la mayor
oposición de la psicología “científica” es el de la liber-
tad del hombre para ser lo que desee. Este concepto, si
es verdadero, invalidaría naturalmente la psicología
basada en un estricto concepto determinista de la
conducta. Porque si el hombre es realmente libre para
elegir su existencia, entonces el pronóstico y el control
total son imposibles y la experimentación es de valor
limitado.
Pag. 58
existencial reconoce que la existencia humana tiene una
base, es decir, una herencia o destino, pero el hombre es
libre para hacer de esta base lo que él elija, decisión que
otras especies no pueden tomar.
Pag. 59
Existe un fuerte sabor de interés ético en las obras
escritas de existencialistas que objetan muchos psicólo-
gos. El concepto de trascendencia como el de sublima-
ción (Freud) implica que el hombre tiene una natura-
leza “superior’’ y otra “inferior”, y que debe vencer su
“bajeza” si ha de convertirse en un hombre verdadero.
Los existencialistas constantemente se refieren a la res-
ponsabilidad del hombre por su propia existencia, que
permite realizar y castigar cuando una persona actúa
sin responsabilidad. Algunos psicólogos existenciales
emplean aún conceptos religiosos tales como “Dios” y
“Ser Supremo” que despiertan la sospecha de que tratan
de introducir solapadamente la religión en la psicología.
Los psicólogos existenciales, o algunos de ellos, po-
drían responder que es exactamente lo que la psicología
necesita si ha de tener un verdadero significado para el
hombre.
Pag. 60
fenomenológica. Ha tratado de ver lo que hay realmen-
te y describir la existencia del hombre en términos
concretos.
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