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Albuquerque Christian College (ACC)

Lección # 2: Un verdadero discipulador”


Propósito: Enfatizar que un verdadero discipulador es aquel creyente que usando sus cualidades espirituales
es capaz de reproducirse en otros.
Base Bíblica: Mateo 10:1-8
Introducción:
- En la lección anterior enfatizaremos el papel imprescindible que tiene el discipulado dentro de la
dinámica ministerial del Cuerpo de Cristo.
- En esta segunda lección nos concentraremos en el discipulador, reconociendo que de su actitud depende
el éxito de esta labor.
Contenido:
Esta lección será dividida en dos aspectos:
I. Las experiencias espirituales de un discipulador.
II. Las cualidades generales de un discipulador.
Desarrollo:
I. Las experiencias espirituales de un discipulador.
A) En la lección anterior afirmamos que todo creyente redimido en el Cuerpo de Cristo está llamado por
Dios a convertirse en un discipulador, imitando el accionar ministerial de Jesús. (Mt.10:1-8)
B) Seamos intercesores, adoradores, evangelistas, pastores, colaboradores, etc. todos, sin acepción de nadie,
debemos involucrarnos en la labor de la reproducción y formación de nuevos discípulos cristianos.
C) Ahora bien, vale aclarar que aunque es la voluntad de Dios que todos los cristianos seamos
discipuladores, la realidad indica que no todos están aptos para discipular, debido a que no han alcanzado
la madurez que se necesita en tan importante labor. Pablo le dijo a Timoteo que le podía encargar la
responsabilidad del discipulado solo a “Hombres fieles que sean idóneos para enseñar a otros” (2Tim.2:2)
D) Por lo tanto, un verdadero discipulador debe haber participado a lo menos de dos grandes experiencias
espirituales: (Tit.3:5)
1. Regeneración: Nuevo nacimiento que nos hizo morir a la vieja naturaleza pecaminosa y vivir bajo la
nueva naturaleza de santidad (Jn.3:3-8; 2Cor.5:17). Un creyente que no tenga frutos evidentes de un
nuevo nacimiento, nunca podrá ser un discipulador.
2. Renovación: Consagración progresiva que nos hace renovarnos a la imagen de Cristo. (2Cor.3:17-18;
1Jn.2:3-6). Solamente un creyente que esté imitando con la ayuda del Espíritu Santo la humildad, la
intimidad, la integridad y la autoridad de Cristo; podrá estar apto para formar el carácter cristiano de
los nuevos discípulos.
E) La elección de discipuladores fieles e idóneos es un paso decisivo en el éxito de la Gran Comisión.
II. Las cualidades generales de un discipulador.
A) Nuestro modelo de discipulador es nuestro Señor Jesucristo. Su labor realizada durante tres años con sus
discípulos, continúa siendo el ejemplo incomparable para todos los que se sienten responsables de la
Gran Comisión.
B) A continuación presentamos algunas cualidades que debe cultivar en su personalidad el discipulador con
la ayuda del Espíritu Santo. Estas 10 cualidades estuvieron presentes en el Gran Discipulador Jesucristo:

1
Devoción
Unción 10 2
Testimonio

Paciencia 9 Discipulador 3 Conocimiento

Visión 8 4 Sabiduría
6

7 Abnegación 5
Amabilidad Humildad
1. Devoción:
- Cristo no descuidó ni un solo instante su comunión devocional con el Padre Celestial (Mc.1:35-39;
Lc.6:12-13). El discipulado debe disfrutar diariamente su comunión íntima con Dios. (1Tes.5:17; Ef.6:18)
2. Testimonio:
- Cristo tenía una gran diferencia con relación a los escribas y fariseos hipócritas: “ El vivía lo que
enseñaba” Ejemplo: El amor a los enemigos (Mt.5:38-45; Lc.23:34) Los nuevos creyentes no solo
necesitan discipuladores que le enseñen teóricamente las verdades bíblicas; sino también que le
demuestran la Palabra de Dios. (Mt.5:16; 2Cor.7:1)
3. Conocimiento:
- Cristo poseía un conocimiento integral de las Sagradas Escrituras, de ahí que podemos observarle
aplicando las verdades divinas al corazón de sus discípulos (Ej.Mt.5:17-48) El discipulado demanda un
conocimiento integral de la Palabra de Dios, a fin de apacentar el corazón del nuevo creyente (2Tim.2:15)
4. Sabiduría:
- Cristo enseñaba con sabiduría, acomodando la revelación de Dios al nivel y necesidad de sus discípulos
que le escuchaban (Lc.10:25-37; Mt.20:1-16; etc.) Enseñar y discipular no es hacer una demostración de
conocimientos, ni tampoco trasmitir información al intelecto de los oyentes. Por el contrario es ministrar
al corazón del discípulo a un nivel que este pueda recibir la revelación de Dios para su vida; para
lograrlo el discipulador necesita la sabiduría de lo alto (Is.50:4; Stg.1:5)
5. Humildad:
- Cristo, el Gran Maestro y Discipulador, dio pruebas de una sincera humildad delante de sus seguidores.
(Jn.13:1-17) La humildad del discipulador radica en el hecho de reconocer que su capacidad es un don
dado por Dios para el servicio de los demás. Nunca se sentirá superior a sus discípulos, sino que
mantendrá una actitud de amor y amistad. (Fil.2:1-5; Col.3:12-14)
6. Abnegación:
- Cristo no se dejó dominar por el desánimo, ni claudicó ante la oposición. Su abnegación no solo le hizo
un vencedor a él, sino también a sus discípulos. (1P.2:21-25) El discipulador deberá enfrentar momentos
de desánimo u oposición. Esa será la hora de la abnegación, hasta obtener la victoria. (Mt.13:1-9; 18-23)
(2Tim.3:12,14)
7. Amabilidad:
- Cristo practicó el principio de la amabilidad con sus seguidores. Era sociable con ellos, y esta relación
basada en el amor de Dios fue determinante para renovar sus vidas con sus enseñanzas (Jn.15:12-17) La
amabilidad en la persona del discipulador derribará toda barrera de falta de comunicación con sus
discípulos. La amabilidad capacitará al discipulador a comprender las necesidades de sus discípulos y ha
influenciarlos mejor con su ejemplo (2Tim.2:24-26; 1Cor.16:14)
8. Visión:
- Cristo dudó del potencial espiritual que había en el corazón de sus discípulos, a pesar de toda carnalidad
que mostraban constantemente. Esta visión en sus seguidores, les convirtió en instrumentos ungidos de
Dios (Mt.10:1-8; Hch.5:12-16). El discipulado es una labor que demanda visión en el futuro.
9. Paciencia:
- Cristo no desechó a sus discípulos; con toda paciencia los confirmó y equipó por espacio de tres años,
entregándole lo mejor de sus vidas. (Jn.1:40-42) (Mt.4:17-20) (Lc.5:21-11) (Jn.21:15-29) el discipulado
es una labor paciente. Formar un discípulo no es trabajo de un mes, sino es un proceso que demanda
dedicación. Abandonar la labor a medias es interrumpir el crecimiento que está ministrando Dios en el
discípulo (Gal.6:9-10) (Hb.10:35-36)
10. Unción:
- Cristo era un discipulador ungido. No solo enseñaba a sus discípulos, sino que ministraba a las
necesidades con el poder del Espíritu Santo. (Mt.8:14-17) (Mt.9:35) Nuestro trabajo de discipulado no
son simples palabras, sino que implica la demostración del Reino de Dios con poder. (Mr.16:15-18)
(1Cor.4:20)

Conclusión:
- Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos renueve cada día, para ser discipuladores a la imagen de
Cristo Jesús (1 Jn.2:6)
-Amén-

Tarea # 1 (Vale 10 puntos)


Haga una composición examinando su vida como discipulador en el Reino de Dios, a la luz del contenido de
esta lección. (Convierta los aspectos negativos desde hoy en motivos de oración a Dios)

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