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Resilencia

La resiliencia es la capacidad que posee una persona para hacer frente a sus
propios problemas, superar los obstáculos y no ceder a la presión, ser asertivo y
tomar una decisión cuando se tiene la oportunidad de tomar una actitud correcta, a
pesar de tener miedo de lo que eso puede causar en cualquier situación que se le
presente.
Algunos sinónimos que se pueden emplear para indicar la palabra resiliencia son
fortaleza, invulnerabilidad y resistencia.Una persona resilente:
 Es capaz de detectar las causas del problema
 Las personas resilientes llevan a cabo las estrategias necesarias para evitar
que la situación problemática vuelva a repetirse nuevamente.
 Sabe manejar sus emociones
 Las personas resilientes controlan sus pensamientos para no dejarse llevar
por los que tienen una carga negativa.
 Mantiene la calma en situaciones de mucha presión
 Las personas resilientes son capaces de estar centradas y
tranquilas cuando se encuentran en una situación de caos y confusión.
 Son realistas pero esperan siempre lo mejor, es la mejor manera de
describir el optimismo característico de las personas resilientes.
 Confía en sí misma
 Las personas resilientes tienen confianza en su valía y en su competencia
para superar las adversidades.
 Es empática
 Las personas que se muestran más felices son capaces de empatizar más
con los demás.
 Es capaz de auto motivarse
 Las personas resilientes saben buscar nuevas formas de obtener
satisfacción de la vida.
 No se pregunta por qué, si no cómo
 Las personas resilientes emplean su energía en entender cómo pueden
manejar o salir de la situación conflictiva.

¿Cómo trabajar resiliencia en el aula?


Enseña a hacer preguntas. Enséñale a formular preguntas abiertas y harás de tus
alumnos unos alumnos más reflexivos y capaces de verbalizar sus
preocupaciones y adversidades.
Enseña la bondad. Si educas a tus alumnos en la bondad, les educarás también
en la gratitud, serán más sensibles a lo que les rodea y les permitirá afrontarlo con
la mejor de las predisposiciones.
Enseña hábitos saludables. El ejercicio físico, dormir las horas necesarias, comer
de forma saludable y evitar situaciones estresantes. Con estos cuatro hábitos las
posibilidades de afrontar con éxito una crisis siempre aumentarán.

Enseña a ser útil. Si conseguimos que tengan la sensación de que sirven para
algo, automáticamente estaremos ante alumnos con una elevada autoestima.
Enseña a ser positivo.  Hay que hacerles ver de manera consciente qué es aquello que
tienen y qué es lo que más valoran de lo que tienen.
Potencia habilidades. Sean los propios alumnos los que descubran por sí mismo
cuáles son sus habilidades, es decir, en qué son buenos, en qué pueden llegar a
ser los mejores. Una vez lo hayan descubierto, nosotros los docentes debemos
potenciarlo al máximo con los recursos que tengamos.
Enseña a resolver problemas. Debemos ver el conflicto como una oportunidad, es
decir, como una posibilidad de resolución para la formación de alumnos
mediadores.
Fomenta la autoestima. Podemos hacerlo a través de lo que denomino el refuerzo
positivo incondicional, es decir, recordando y verbalizando lo mejor de cada uno
de tus alumnos, celebrando sus logros y compartiéndolos con el resto.
Enseña perspectiva. La perspectiva no es más que el punto de vista desde el cual
analizamos la realidad que nos rodea. Por eso es tan importante enseñarla a
nuestros alumnos.

Ejercicios y estrategias de resiliencia


Juego: Si pudieras ver lo que está en mi cabeza…
Cómo jugar:
Siéntense juntos (tú y otro compañero)
Tomen turnos para hablar y escuchar
El primero dice: “Si pudieras ver lo que está en mi cabeza sabrás qué…” + Un
hecho divertido, doloroso, incómodo para ti.
El segundo escucha y luego toma su turno
Esto es para fomentar resiliencia en el pensamiento, sabrá como soluciono un
problema el otro, por qué no se dio por vencido/a, cómo intentó algo nuevo,
etcétera.
Juego: Humor
Como jugar:
Se organizan grupos de cinco niños. Se escoge a un niño para que saque uno de los
avisos y haga la mímica a los otros compañeros. Así se hace hasta que los cinco niños
puedan pasar a jugar. Las palabras que van a encontrar los niños son CARCAJADA -
DOLOR DESGARRADOR – EMOCION – FURIATRISTEZA – INSOMNIO – IDEA –
FELICIDAD- SOLEDAD- ABANDONO.
Se piensa en un juego que permite la expresión y participación de todos y cada
uno de los niños de manera lúdica. Es así como se hacen unos letreros de colores
vivos, con las palabras antes mencionadas, para que cuando tengan que hacer la
imitación frente a sus compañeros se diviertan y compartan de manera agradable,
permitiendo tener contacto con su sentido del humor.

¿Por qué este juego ayuda con la resiliencia?

Las relaciones sanas con adultos que se fijan en los pensamientos y sentimientos
de los niños son una parte importantísima de la resiliencia en los niños. Los niños
necesitan adultos que creen en ellos y en su capacidad de superar las dificultades-
adultos que los escuchan y apoyan tanto en los buenos momentos como en los
malos. Estas relaciones tienen mucho que ver con su capacidad de gestionar el
estrés y las dificultades y desafíos de la vida.

Cuando los padres están involucrados en las vidas de sus niños y están al tanto
de lo que les está pasando en sus vidas escolares y sociales, esto también les
ayuda a tener más éxito al largo plazo en la escuela y en la vida. Esto es
especialmente cierto durante los momentos cuando se vuelve más difícil iniciar un
diálogo con ellos, a menudo cuando se acerca la adolescencia. Pero también
puede ser difícil cuando están batallando con algo, y es posible que se encierren
cuando de repente tratamos de hacer que se comuniquen con nosotros. A lo mejor
ya ha experimentado la frustración de una conversación como ésta, “¿Cómo te fue
en la escuela?” “Bien.” “¿Qué hiciste hoy?” “No sé.” Cuando empezamos a
construir el hábito de compartir sus experiencias con nosotros de temprana edad,
frecuentemente es más fácil, y más probable, que continúa el hábito mientras
crecen.

Podemos ayudar a los niños a practicar la resiliencia en el pensamiento con la


manera en la cual hablamos de y animamos sus habilidades. Cuando nos
enfocamos solamente en el resultado final, “¡te sacaste una ‘A’!”, o en ciertos
rasgos de su personalidad, “eres muy inteligente”, es posible que los niños dejen
de intentar cosas nuevas o difíciles, o incluso que se den por vencidos cuando las
cosas se vuelven difíciles. Pueden preocuparse que se fracasen y que ya no los
consideraríamos inteligentes.

Sin embargo, cuando los adultos elogian a sus niños por su duro trabajo y el
esfuerzo que hicieron durante todo el proceso, los niños son más probables de
intentar cosas nuevas y difíciles, y hacer más esfuerzo cuando las cosas no son
tan fáciles. Con este juego y al reflexionar sobre sus experiencias, usted puede
ayudar a los niños a considerar las dificultades como metas para lograr. Cuando
demostramos que valoramos su duro trabajo y esfuerzo a través de nuestro
interés y elogios, ellos pueden aprender a apreciar el proceso también y construir
una actitud de desarrollo continuo.

Intente usar este juego para hablar acerca de los momentos difíciles también.
Pueden usar temas como: una situación cuando no te diste por vencido incluso
cuando fue muy difícil, cómo resolviste un problema difícil, o cómo intentaste hacer
un amigo nuevo. “Si pudieras ver lo que está en mi cabeza, sabrías que trabajé
muy duro para no dejar mi tarea aunque fue muy, muy difícil.” También puede usar
el juego simplemente para dar a los niños la oportunidad de hablar sobre
situaciones que fueron difíciles para ellos, y ayudarles a resolver el problema o
considerar las dificultades como metas que pueden alcanzar con un poco de
esfuerzo. “Si pudieras ver lo que está en mi cabeza, sabrías que hoy mi proyecto
de ciencias me confundió tanto que me enojé, pero no me di por vencido y al final
Aracely y yo lo llegamos a entender.”

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