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CONTENIDO.
INTRODUCCIÓN 2
VIH EN GENERAL 3
VÍA SEXUAL 6
VÍA SANGUÍNEA 6
VÍA PERINATAL 6
NO SE TRANSMITE: 7
DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD: 7
MANIFESTACIONES CLÍNICAS 8
PREVENCIÓN 9
DIAGNÓSTICO 9
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS 9
TRATAMIENTO 10
CONCLUSIONES 12
INTRODUCCIÓN
El VIH suele contagiarse a través de relaciones sexuales sin protección con una persona
infectada. También puede propagarse por intercambio de agujas para inyectarse drogas o
por contacto con la sangre de una persona infectada. Las mujeres pueden infectar a sus
bebés durante el embarazo o el parto.
Una prueba de sangre puede determinar si usted tiene la infección por VIH. Su médico
puede hacerle la prueba, o se puede utilizar un kit en casa. No tiene cura, pero hay
muchos medicamentos que combaten la infección por VIH y reducen el riesgo de infectar
a otros. Las personas que reciben tratamiento temprano pueden vivir con la enfermedad
durante un largo tiempo.
Una vez contraído, el virus permanece en tu cuerpo de por vida. No existe cura para el
VIH, pero hay medicamentos que ayudan a que te mantengas sano durante más tiempo y
que disminuyen las posibilidades de que contagies a otras personas. El tratamiento es
muy importante (por eso es vital hacerte la prueba). Prácticamente todas las personas
que tienen VIH y no se tratan mueren a causa del virus. Pero con medicamentos, los
infectados por el VIH pueden mantenerse sanos y vivir muchos años.
Estos virus comparten algunas propiedades comunes:
Periodo de incubación prolongado antes de la aparición de los síntomas de la
enfermedad.
Infección de las células dela sangre y del sistema nervioso.
Supresión del sistema inmunitario.
La característica única que distingue a los retrovirus y permite su clasificación es la
necesidad de transformar su información genética, que está en forma de ARN, en ADN
(proceso de transcripción inversa) mediante una enzima que poseen, conocida como
transcriptasa inversa. La infección humana por el virus VIH produce una compleja
enfermedad denominada síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), que puede
tardar en desarrollarse más de diez años.
Los virus no son capaces de reproducirse por sí mismos, necesitan utilizar a otros seres
vivos para poder multiplicarse y sobrevivir. Cuando te infectas, el VIH se dirige a sus
células diana, los CD4. Cuando encuentra un CD4, el virus se fija a la membrana de la
célula y fusiona su cápside con la membrana celular, de modo que ahora puede introducir
su material genético para que esta célula se ocupe de reproducirlo (multiplicarlo). Una vez
ha comenzado la replicación, sale a sangre y se propaga por todo el cuerpo infectando
otras células que también usarán para que multipliquen su material genético.
Cuando esta multiplicación se produce, hay copias del virus circulando por la sangre (el
número de copias del virus es lo que se conoce como Carga Viral) y se reduce la cantidad
de células CD4 del organismo, que acaba produciendo una deficiencia inmunitaria. En
este momento el organismo pierde capacidad defensiva, provocando que la persona que
lo sufre tenga más probabilidades de contraer otras infecciones o de desarrollar
enfermedades relacionadas con el VIH, conocidas como enfermedades oportunistas.
Están provocadas por agentes que, ante sistemas inmunes que funcionan con
normalidad, no causan ninguna enfermedad. Solamente cuando el sistema inmunitario
está muy debilitado, aprovechan la “oportunidad” para desarrollar infecciones.
Una partícula de virus, conocida como virión, está compuesta de una molécula de ácido
nucleico ARN y una envoltura proteínica. La envoltura proteínica recibe el nombre de
cápside. Está formada por unas subunidades idénticas denominadas capsómeros. Los
capsómeros son proteínas globulares que en ocasiones tienen una parte glicídica unida.
Son codificadas por el genoma viral y su forma sirve de base para la distinción
morfológica y antigénica.17,18Se auto ensamblan entre sí, por lo general requiriendo la
presencia del genoma del virus, dando a la cubierta una forma geométrica. Los
capsómeros, a su vez, están compuestos de unidades denominadas protómeros. La
microscopía electrónica de alta resolución ha revelado la forma casi esférica del virión,
cuyo diámetro sería de una diezmilésima de milímetro. Su cubierta externa consta de una
doble capa de moléculas lipídicas similar a la de las membranas celulares, de donde
procede. Esta bicapa esta tachonada de proteínas, algunas de origen humano. De la
cubierta del vibrón emergen numerosas "espinas" proteicas víricas que se proyectan al
medio externo. Cada espina consta, probablemente, de cuatro gp120 (glucoproteínas,
proteínas asociadas con glúcidos; el número alude a la masa de la proteína en miles de
Dalton) que se proyectan hacia afuera y otras tantas proteínas gp41, incrustadas en la
membrana.
Este complejo de proteínas cumple un papel decisivo cuando el VIH se liga a las células
efectoras, o diana, y penetra en su interior. Debajo de la envoltura se encuentra una capa
de proteína p17, que a su vez rodea al núcleo ocápside, cuya forma es un cono truncado
y hueco, compuesto por otra proteína p24, donde alberga el material genético del virus.
Por ser un retrovirus, su material consta de dos hebras de ARN, cuyas longitudes de 9200
nucleótidos, se acomodan dentro del núcleo vírico. A su lado se encuentran varias
enzimas (integrasa, proteasa y ribonucleasa) y dos proteínas p6 y p7.
La sangre.
En las secreciones del aparato genital del hombre (semen)..
En las secreciones de aparato genital dela mujer (vagina).
En la leche materna.
En la saliva.
En la orina y demás líquidos corporales.
Vía sexual
A través del intercambio de fluidos genitales - semen y secreciones vaginales –
con una persona infectada durante las relaciones sexuales sin preservativo.
Vía sanguínea
Cuando la sangre se pone en contacto con la de una persona infectada.
Vía perinatal
Las mujeres infectadas pueden transmitir el virus a su hijo mientras están en el
vientre, en el momento del parto, o durante la lactancia. Esta vía - de madre a hijo
– suela llamarse transmisión vertical.
Otras vías de contagio las cuales pueden transmitir el virus de un portador a una persona
no portadora son:
DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD:
Primera etapa
No hay síntomas pero la persona contagia el virus. Puede aparentar buena salud y
permanecer así bastantes años. El virus infecta gradualmente los ojos, el cerebro, los
pulmones, el hígado, el bazo, los riñones, y otros órganos. Después que ocurre la
infección, el cuerpo comienza a "expeler" el virus del SIDA, a través de varias secreciones
del cuerpo.
Ocurre cuando un individuo infectado comienza a manifestar los síntomas. En esta etapa
la enfermedad cerebral producida por el SIDA es irreversible.
Las otras enfermedades que afectan a las personas que están en esta etapa se llaman
infecciones
oportunistas. Atacan cuando la destrucción del sistema inmunológico deja al cuerpo total
mente vulnerable. Más de la mitad de los que se les ha diagnosticado ya el SIDA morirán
dentro del período de 18 meses, más del 70% dentro de un período de 2 años.
Prácticamente nadie a quien se le ha desarrollado el síndrome, ha vivido más de cinco
años.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Actualmente el SIDA no tiene cura definitiva pero tiene tratamientos que evitan la
propagación del virus y algunas medidas para prevenirlos:
Utilizar siempre material estéril para toda intervención que suponga heridas.
No compartir objetos personales que puedan producir hemorragia como
maquinillas de afeitar, cepillos de dientes, aparatos para punción de orejas, etc.
En el caso del uso de drogas por vía intravenosa no compartir nunca el material de
inyección.
Cuando no se disponga de material de punción estéril, desinfectar agujas y
jeringas antes del uso.
Si se utiliza drogas por vía intravenosa, sustituirlas en lo posible por otras, que no
se inyecten.
Abstención de la actividad sexual.
Uso de preservativo para el coito tanto vaginal como anal y oral.
DIAGNÓSTICO
Pruebas diagnósticas
La primera prueba que suele hacerse para detectar la presencia del virus es conocida
como ELISA - Enzyme Linked Immuno-sorbent Assay (prueba de inmunoenzimática).
Existen otras similares pero esta es la más frecuente. Esta prueba, como toda prueba
serológica no reconoce el virus, sino los anticuerpos generados por el organismo para
defenderse de él. Es decir, si hay anticuerpos, hay virus. Toda prueba diagnóstica posee
dos características: la sensibilidad y la especificidad. La primera se refiere a la capacidad
de detectar la presencia de determinada sustancia; la segunda se refiere a la capacidad
de excluir toda sustancia que no sea la efectivamente buscada. ELISA es una prueba muy
sensible, ya que ante la mínima presencia de anticuerpos del virus, e incluso elementos
similares, dará un resultado positivo. Si el estudio da negativo es porque efectivamente el
virus no está presente.
La alta sensibilidad de esta prueba puede dar como resultado "falsos positivos" ante
anticuerpos similares, lo que obliga a realizar una prueba confirmatoria. A las personas
con resultado positivo, se les realiza una segunda prueba, más específica y menos
sensible, para confirmar la presencia de anticuerpo de VIH y eliminar del grupo de los
"positivos" a las personas que no están infectadas por el virus... La más frecuente es la
Western-blot. Hay un período que se denomina "período ventana" y se utiliza para
dar cuenta del tramo inicial de la infección durante el cual los anticuerpos generados por
el organismo no son detectados por las pruebas serológicas habituales.
TRATAMIENTO
Los posibles riesgos del TAR incluyen los efectos secundarios indeseados de los
medicamentos contra el VIH y las interacciones medicamentosas de este tipo de
productos o con otros que la persona tome. El incumplimiento—no tomar los
medicamentos contra el VIH todos los días y exactamente como fueron recetados—puede
causar resistencia al medicamento (farmacorresistencia) y el fracaso del tratamiento.
Existe una variedad de nuevas drogas que han salido al mercado para el tratamiento del
VIH farmacorresistente. El tratamiento con terapia antirretroviral altamente activa tiene
complicaciones, ya que es una combinación de diferentes medicamentos y cada uno con
sus propios efectos secundarios.
La mayor parte de personas que se infectan tiene una edad de entre 15 y 20 años, en la
cual inician su vida sexual, en primer lugar influye la inmadurez del sexo no responsable,
quizás no por falta de educación sexual y de información sobre el VIH, sino por el hecho
que están en una edad de experimentar cosas nuevas. En caso de tener programas de
prevención de VIH, estos pueden fracasar si sólo tienen en cuenta una forma de
prevención como la abstinencia o la fidelidad y no tienen en cuenta del contexto de la vida
de los hombres. Fracasarán en las sociedades donde hay pocas o ninguna oportunidad
de hablar de sexo y de la sexualidad ya sea en un contexto público, en la privacidad del
hogar o del dormitorio.
Cuando una persona se entera que está infectada, llega a ella la idea de discriminación y
la segregación que actúan como factores contraproducentes. Por el contrario, si existe el
respeto y el apoyo social, tanto de familiares como de amigos, permiten recuperar la
autoestima y la dignidad, como asimismo luchar contra la depresión y la angustia
permanente de sentirse estigmatizados. Recién hace poco tiempo que algunos países
desarrollados han abrazado programas educativos de salud pública para enseñar a
la gente cómo el virus se disemina y cómo hay que evitarlo. Pero estos países todavía
deben enfrentar conductas sexuales profundamente arraigadas y rígidas tradiciones
culturales que han contribuido a diseminar la enfermedad.
El trabajo eficaz con respecto al SIDA depende, del entorno social y político, y de que sólo
es posible en lugares donde se acepte la diversidad de comportamientos y valores, y
donde exista la posibilidad de una verdadera organización comunitaria y de un apoyo
gubernamental frente a la acción de grupos o manejo de programas. La transmisión por
VIH, al igual que muchos problemas de salud es producto de muchos factores que operan
a múltiples niveles.
Revista "Margen" NFL. Octubre 1992. "Sida, discriminación y control", por Lic. Graciela
Touzé yLic.Diana Rossi.
National Institute on Anging . (2017). EL VIH, el sida y las personas mayores, Estados
Unidos.: Gobierno de Estados Unidos. Recuperado de https://www.nia.nih.gov/health/vih-
sida-personas-mayores