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La mayoría de los padres sienten una cierta inquietud cuando su hijo o hija va a entrar en la
pubertad, una sensación que se multiplica cuando el muchacho tiene un trastorno del espectro
autista (TEA). Lógicamente es un tema complejo en el que se mezclan múltiples factores y
cada familia debe afrontarlo desde su situación particular, las características de su hijo y sus
valores y creencias.
Mucha gente piensa que es algo marcado por la primera regla en las niñas o una primera
eyaculación en los niños pero en realidad los cambios hormonas han empezado varios años
antes. El desarrollo del pecho o la aparición de vello son señales visibles pero incluso esos
están precedidos por cambios hormonales anteriores. Además, la entrada en la pubertad se
está adelantando en las últimas décadas con lo que puede pillar a los padres por sorpresa.
Las razones de este adelanto parecen ser tres: la obesidad porque la grasa corporal secreta
hormonas, también hay sospechas de algunas sustancias químicas ambientales cuyas
moléculas se parecen a las hormonas y, por último, parece que el estrés también tiene un
papel en esta pubertad adelantada.
A todos los padres de preadolescentes nos ha tocado explicarles los cambios naturales de la
pubertad pero en los que tienen TEA puede ser útil pensar en estrategias de refuerzo que
ayuden a la comprensión de lo que está pasando y a adaptarse a esos cambios con
normalidad. En resumen, los cambios son similares en un niño con TEA y un normotípico pero
un niño con TEA necesita más apoyo, más atención y más información.