Sei sulla pagina 1di 457

I

I
I
I
I
Colección Idea Música

:\/r;;IDEA BOOKS, S.A:.:


•12IÍc/JJyslvq¿10:'.?".. .^
• : •• -08946'CorñelÍáderLlobregat, Barcelona

I
.:••;•: •Sí 93.4533002- O 93,4541895
• V-. e:majl: ¡deabooks@ideabooks.es
. .. '.':; Hfíp'://wívw.ideabooks.es

• Counterpoint in Composition

I
v—-: - - © Felix-Salzer y. Cci.rl Schaqhler
P^íí^-v^i '^©'McGriw-Hill, Inc^volumbia University Press, Nev/Yark
^ ' ' ' e a ' Books, S.A."de l a traducción

I
del copyright. No está
?": '''••';?, permitida la.'re'producción total o parcial de este libro, ni su reco
t< -¿<—

'É®
V/
I H TS

I
i
í
J-z9l*i7 •

I Leopold Mannes In Memoriam

i
I
I
I
I
I
I
I
I
1
I
1. El cantas firmus y la primera especie

i
i
i 1. El cantus firmus RITMO y DURACIÓN

i CONSIDERACIONES GENERALES El cantus firmus constará de notas del mismo valor rítmico para poder así
combinarse con contrapuntos de distintas especies. La consiguiente ausencia

i
_ El estudio del contrapunto supone el estudio de la conducción de las vo- de diferenciación rítmica —en realidad, de organización rítmica— posee un
ces. Su finalidad es desarrollar la capacidad de escuchar, entender y controlar importante valor pedagógico, puesto que resalta los factores puramente linea-
las relaciones fundamentales que surgen cuando dos o más líneas melódicas se les. El carácter de la línea melódica debe resultar del contorno melódico por sí
solo, sin la ayuda de la variedad rítmica. Al no existir un agrupamiento en

i
combinan para formar un todo coherente. La conducción de las voces consta
de dos aspectos principales: la organización de cada una de las líneas que la tiempos fuertes y débiles, todas las notas reciben el mismo énfasis; por lo tan-
componen y su combinación en un tejido musical inteligible. Una vez domina- to lo mejor es escribir el cantus en redondas, ya que figuras de menor duración
do el primer aspecto, la escritura de líneas individuales, el alumno estará pre- sugerirían casi inevitablemente una organización métrica, la alternación perió-

i
parado para la escritura a varias voces, de mayor dificultad. Comenzaremos, dica de tiempos fuertes y débiles.
jpues, por la construcción del cantus firmus, la línea melódica a la que más tar- El cantus no debe ser tan extenso como para que la homogeneidad de las
Jde se le agregará un contrapunto. Las reglas principales que rigen la escritura figuras resulte molesta, pero silo suficiente como para constar de un principio,

§
•de los cantus firmi son fundamentales para el estudio del contrapunto, y preva- un punto culminante y un final. La duración puede variar, y como norma el
decen a lo largo de las cinco especies. cantus constará de entre ocho y dieciséis notas.
.-' En el cantus firmus encontramos la forma más simple de organización meló-
'dica. El significado de una nota cualquiera depende por completo de sus relacio-
nes contextúales en la dimensión horizontal. Para lograr la mayor concentración ELEMENTOS TONALES; ÁMBITO MELÓDICO
• posible sobre los factores puramente lineales se eliminan implicaciones armóni-
'.cas, perfil rítmico y diseño motívico. El cantus firmus no es, por lo tanto, una me- La sencillez también prevalece a la hora de escoger los elementos melódi-
;lodíapropiamente dicha—al menos no en el sentido habitual—, sino una abstrac- cos. Esta resulta en parte del carácter vocal del contrapunto elemental; el cantus
;ción de ésta en la cual el elemento lineal está separado de otros aspectos del firmus, y de hecho todas las líneas melódicas de los ejercicios de especies, están
diseño melódico. concebidos en términos de la voz. La expresión vocal constituye tanto histórica

i
•\ pesar de esta simplicidad, los cantus firmi no tienen por qué carecer de como lógicamente una base, un punto de partida para las técnicas de la escritura
calidad estética. En realidad, un cantus firmus bien construido pone de mani- instrumental, más-especializadas y diferenciadas. Algunos intervalos, fáciles de
fiesto embrionariamente muchas de las características patentes en organismos ejecutar en un instrumento, resultan difíciles de cantar. Por lo general, los inter-
musicales más desarrollados; entre éstas, dirección, continuidad, variedad, valos de poca envergadura son más fáciles de cantar, como los consonantes más
equilibrio y compleción. Estos factores estéticos serán discutidos en secciones que los disonantes y los diatónicos más que los cromáticos.
posteriores de este capítulo. Específicamente, el .cantu^mrmsjioilebej:ratar
pasen la p_cj&yj^)ütarn^

i
disonantes incluyen \todas las sJjgLin2as_.y_tpJ,os_lgsJ.ritervalns rl-kinnf-r.0 ov~~-
u
. ..-^^juLU.-por grados
..^vujumo.Poisemitoho cromático entende-
,._. ..^juouiiu aumentado», como Fa natural-Ea sostenido o Si natural-Si be-
'•'• 'mol; este'iñtervalo cromático no aparece en ninguna escala diatónica. Por el
I
contrario, el semitono diatónico, o segunda menor, por ejemplo Re natural-Mi
bemol, aparece en cualquier escala, y no tiene por qué ser el resultado de una
inflexión cromática; por lo tanto puede incluirse libremente.
t0(j
el Puntos-álgido-'melódico

dicas' del
ejemplo 1-1. En el primer ejem-
en relación al co-
I
Los intervalos utilizables son, pues, los siguientes: segundas y terceras mayo-
res y menores," Wártas"Y"quintas justas, sextas mayores _y_menqfes,. y octavas
justas. Por lo general deben tomarse mayores precauciones con los intervalos "de
"cierta envergadura. La estabilidad de un intervalo en la dimensión horizontal de-
3 ]" ^
y las notas Re y Si s'on notas de
ni objetivo de movimiento aparte
- ~ ^ , m -_ de ornamentación desempeñan por
I
I
" --v, ( ^ J - Í I O í^"~ v.~—— --•.«». ... .. .. •£.._.—*— . . ,,;V.t—

i L --fe-posihiiTí ---te de un tocio más amplio. En la tercera


pende tanto de su envergadura como de su grado de consonancia o disonancia;' f^> * '1¿m ^s¿-V^ "" :
una décima melódica, por ejemplo, posee mucha más tensión que una tercera has tala,l°
-n q* tas Üev
!o rudimentario de dirección. Las tres
melódica. (En la dimensión vertical, por el contrario, la distancia abarcada por un Pa >yia
9 U e este P - - l de I)o- Sin y las últimas cuatro la hacen descender
intervalo afecta a su estabilidad sólo en circunstancias especiales. Por lo general
una décima vertical no es menos estable que una tercera,)
Las consideraciones vocales también afectan al ámbito melódico del cantus
íirmus, ya que Ja de la voz es, por supuesto, más limitada que la de muchos ins-
torio. Jeniplo ímoviH2ación
como
lrgo, la repetición de la nota más- aguda,
nea en mitad del ejercicio impiden
todo, un sentido de dirección satisfac-
I
trumentos. El cantus se restringirá por tanto a un área más reducida. Una décima
entre las notas más aguda y más grave deberá ser el ámbito máximo. En realidad,
la mayoría de los cantus firmi se desenvuelven dentro de límites más cerrados,
al
es > nattiralm
>• «-«uueJ Un P^to ala?6' d mejor c°nstruido de los tres. La
Pi mP° el n V ~ V a s > de Do claramente definido, y la melodía se
I
muchos dentro de la extensión de una quinta o sexta.

'" DIRECCIÓN
tanto en i alül^no

remos
nno Dn r tiv ° d^pT^ La ^ de La a Do. La nota más aguda es
ciones a °S Se 8menfn adve«ii la r movimiento y el P^nto inicial-del se-
de ri.Ve^qüe de °s ascendentes desviaci°nes de la dirección principal
11 ni Privan S í SSan objetív ° en 10S descendentes JDichas clesvia-
I
Cuando escuchamos una línea melódica experimentamos más que una
mera sucesión de notas; i^ei^m^ui^mvinmnt^oml. El hecho de que la
nante.
Bn
• adelante - Pünt° culrn'°S secundarios, ni disminuyen el-sentido

en:
' estas d Pp _ lriante de su efecto, puesto que, como ve-
una función necesaria para la cons-
I
música sea un arte dnéjicp, que implica movimiento, forma parte de la expe-
riencia de toda persona musicalmente sensible; la analogía p^ra ~-~'
rnoymaientQ^se
m*i~",^,TO«tós¿~~~"
TT
_encuentra en esr.n'tno ~~~,-^^w,
- .mjin^wgí^enj:xe_niújicj:__y
v¿i¿J,ci£cuentra en escnto^ue^se.j;.emontan-aJ^ _ , •bs Posib]
objeta C°ntar C0n un punto algido ° culmi"
nota '^U1PO como ° del movimiento procedente de la pri-
I
I
1<__-S. Un movimientp'müsical tiene dirección si muestra un comienzo y un fin mas grave truir lal La n°ta cC°mienzo de la segunda curva melódica
C°nstr

claramente definidos. En la composición, con su intrincada red de relaciones, Activas en"", U1gar de ^ !ínea me](sÍminante no debe rePetiIse-
la dirección como cualidad resulta de varios factores —melódico, conírapun- nentralidacl i registro más agud en la cual la nota culminante sea la

tístico, armónico y rítmico—. En el limitado mundo del contrapunto de espe- to de tensió la tes iturf aVe> Una 1^' dichas líneas son generalmente más
en todos 1OS Sin ernba media V en c^ descendente en el bajo se aleja deja D
el COiltraPUrifreSistr0s go » debid0 °nsecuencia se percibe como un aumen- •
to a cío, ' ° ^Plear^ qile un buen buen cantus
cantus debe
debe funcionar
funcionar hip.n
bien
voc
- e s- el punto grave hasta que comencemos
'¿
R ' EJEMPLO
. -' 1-1
I
I
a
I EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 5

I •;. CONTINUIDAD

; El cantus firmus puede resultar insatisfactorio aunque cuente con


.;. cipio, un rjuntp_álgido.J/,-iin.-final._J3sto ocurrirá inevitablemente sí no existe
saltos. En. la sección siguiente explicaremos con mayor detalle cómo hacer uso
de los saltos sin destruir la continuidad de la línea.
Todos los cantus firmi cambian de dirección varias veces. Estos cambios
entre movimiento ascendente y descendente provienen de las curvaturas de la

I 'I una conexión'clara y lógica entre los puntos de partida y los objetivos del
•; movimiento. Consideremos el ejemplo 1-2; la línea melódica cuenta con un
•\o elevado y no carece completamente de dirección, pero aun así resulta
dirección principal de la línea antes mencionadas.
En resumen: cada cantus contará ente dos y cuatro saltos, y la dirección
de la línea melódica deberá cambiar en varias ocasiones durante el curso del

I .'i inservible para nuestros propósitos. Las notas entre el comienzo y el punto ele-
:• vado en la primera parte, y entre éste y el final en la segunda, no conducen la
' i línea hacia adelante de un modo convincente, y cada nota parece actuar inde-
ejercicio.

I
•\e en lugar de formar parte de un todo más amplio. EMPLEO DE SALTOS
•; Si comparamos el ejemplo 1-2 con el 1-lc, advertiremos en seguida que este
• > último está compuesto principalmente de movimiento conjunto, mientras el pii- En la última sección vimos que un cantus firmus debe contar con saltos
1 ¿ mero se mueve predominantemente por salto (movimiento disjunto). Generalizar por razones de variedad. Anteriormente aprendimos, no obstante, que los sal-

I !' a partir de una sola observación no es muy sensato, pero la práctica musical de
; ?.muchos siglos confirma la conclusión de que la continuidad melódica está reía-
;:. clonada con una predominancia de movimiento conjunto. En los capítulos 6 y 7
tos pueden interrumpir la continuidad melódica. ¿Como podemos emplearlos
de modo que su efecto resulte beneficioso? Ante tqcjgL npjdejbemgs_disjj0jier
de muchosjie._elJ,.Q,s,.seguidos; aunque establecer un limité preciso es imposible,

I • ;• advertiremos que incluso los saltos de envergadura pueden ser ampliaciones o in~
• Aversiones de progresiones conjuntas subyacentes.
-. En resumen: En interés de la continuidad, el cantus firmus constará predo;
poclemos afirmar que más de tres (o posiblemente cuatro) saltos_es.jj,rumáxim0-'
razonable para un cañtuT^3éTuración normal. Obviamente, los saltos de una
cierta envergadura interrumpen más la continuidad. Como norma el cantus

I
i • minantemente de"7ñ^vfmíé~nt6"conjunto. .'....... firmus no deberá-contar con más de dos saltos mayores de una cuarta.
El número de saltos no es lo único a tener en cuenta, ya que el modo en que
se presentan es incluso más importante. Consideremos el ejemplo 1-4; en el
• '> VARIEDAD l-4« los saltos están seguidos de movimiento en la misma dirección, y en el l-4¿>

i \s otro ejemplo (véase 1-3); la línea melódica nb carece de direc-


'. ;ción o continuidad, pero resulta demasiado homogénea e indeferenciada; no satis-
están seguidos de un cambio de sentido. El primer procedimiento origina una lí-
nea segmentada y discontinua, puesto que el oído reúne las notas de cada extremo
del salto y separa las notas de los intervalos disjuntos. En el segundo ejemplo la
; ¿face una necesidad estética fundamental —la variedad—. Comparemos los ejem- continuación en sentido opuesto «rellena» el salto y ayuda a integrarlo dentro de
I plo 1-3 y 1-lc; el 1-lc muestra mayor variedad y consecuentemente un perfil
• -melódico más diferenciado, siendo responsables de ello los dos factores siguien-
la línea contribuyendo a la unidad de ésta, y por lo tanto resulta en un grado de
continuidad más elevado. Como norma general, por tanto; los saltos deberán estar
tes: el empleo de saltos y los cambios momentáneos en la dirección de la línea. seguidos de un cambio de sentido.
'-En el ejemplo 1-3 no encontramos ningún salto, y la dirección melódica cambia Por razones obvias los saltos de^una'"cierta envergadura requerirán mayores
7sólo una vez, después del punto elevado. En el ejemplo 1-lc encontramos tres precauciones. Los_saltos de tercera pueden continuarse en el mismo sentido; el
.'-saltos, y la línea cambia de sentido en cinco ocasiones. cantus firmus del ejemplóT-5 (de Schenicerj ofrece una ilustración de ello. Un

I • '•< Por lo tanto, en interés de la variedad deberemos emplear de vez en cuan-


•'do movimiento disjunto. La mayoría de los cantus firmi cuentan con dos o tres
movimiento conjunto descendente desde el punto álgido hasta la tónica final
ofrecería poca variedad melódica; después de tanto movimiento conjunto la

</J.
I •EJEMPLO 1-2 EJEMPLO 1-3

I f
~5J5 o e—
° 0
o o i\
K
*r
o
O
o 0. o O -
o
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
'"
I
línea necesita un cierto, cambio. El lector advertirá que la nota omitida es Fa,
que ya había aparecido dos veces en el curso de la melodía. Un tercer Fa des-
equilibraría la línea melódica (véase más adelante).
uu> y JLCJJGLJLWUJUGO uo J.CL mioma uvjia u uo gjLUpuó uo uuiao.
Ya liemos visto cómo un cambio de sentido ayuda a crear variedad, y que
I
Cuando el salto es mayor de una tercera deberá estar seguido de un cambio un salto de cierta envergadura requiere un cambio de sentido. A estas 'observa- I
de sentido; en la mayoría de los casos este cambio se realizará por movimiento ciones podemos añadir una tercera: el alumno tratará de no proceder demasía-1
conjunto. Este tipo de movimiento, con su tensión mínima, contrarresta la do tiempo por movimiento conjunto en la misma dirección. Somos conscientes
fuerza disgregadora del salto mejor que el movimiento disjunto (v. ej. 1-46). de la vaguedad de esta última afirmación; un cantus fiímus extenso puede asi- •
Además, el movimiento disjunto a continuación de un salto tiende a aislar la milar mejor una progresión conjunta extensa que un cantus corto, no siendo I
segunda nota del salto. Si el contexto predominante es de movimiento conjun- posible establecer por tanto una limitación de validez universal. Cinco notas
to, en ocasiones es posible continuar un salto con otro en el sentido contrario parecen ser el límite en la mayoría de los casos. Compárense las tres líneas
sin romper por ello la continuidad (Y. ej. 1-6, un cantus de J. J. Fux). El melódicas del ejemplo 1-7; las dos primeras son satisfactorias, mientras que lal
alumno deberá evitar la colocación de dos saltos en la misma dirección o más tercera, que extiende la escala un grado más, resulta poco elegante. La escala*
de dos saltos consecutivos aun con un cambio de sentido. descendente ocupa una parte demasiado grande de la línea completa, y'.en con-
En resumen: los saltos mayores de una tercera deberán continuarse con un secuencia, el final resulta bastante abrupto. /; •
cambio de sentido, preferentemente por movimiento conjunto. Evítense dos Un movimiento demasiado extenso en la misma dirección puede {estar de- |
saltos consecutivos en la misma dirección, así como más de dos saltos conse- rivado también de una combinación de intervalos conjuntos y disjuntós. Com-
cutivos en general. párense los fragmentos melódicos del ejemplo 1-8. En el ejemplo 1-Sa-la octa-^
va ascendente continúa el sentido de las notas precedentes; en el;!l-8¿> lal
octava cambia de sentido, y resulta más proporcionado. En general sé deberá
EQUILIBRIO cambiar de sentido después de un salto igual o mayor de una quinta; dfe hecho,
saltos incluso menores funcionan con la máxima efectividad cuando'cambian I
Un cantus firmus se encuentra en estado de equilibrio cuando ningún ele- el sentido de la dirección precedente. . • -•• |
mento individual predomina hasta el punto de poder perjudicar la estabilidad El ejemplo 1-9 muestra un aspecto más de este problema. El prifner frag-
de su totalidad. El desequilibrio puede resultar de alguno de estos factores: mento presenta una combinación de varios saltos pequeños y de molimiento •
EJEMPLO 1-4 I I
Djt¿___ "
\íí
° © c
© n

^ 43 | o ^—
^ 4
>

O
1
* o——e 4J
i
EJEMPLO 1-5 EJEMPLO 1-6

-© V
-—o- -&-
rv O 0 o —© 12 O
3 ° —e>—Q
I
i.)

.EJEMPLO 1-7
a)
I
-l^_ v «-> 0 -*-»

EJEMPLO 1-8
—© r« *-* — o o " "^ 4Í
il

EJEMPLO 1-9
&— - o o ^ — e— „ —— o o
I
a) a)

. I
I
I Agradecimientos

i
i
Los autores desean agradecer afectuosamente la generosa y desinteresada Press, Cambridge, Mass. (ejemplos 6-46, 6-53 y 7-28); Prentice-Hall, Inc.,
ayuda del catedrático William J. Mitchell, quien leyó el manuscrito y ofreció Englewood Clifs, NJ (ejemplos l-20a y 1-21/1; G. Schirmer, Inc., Nueva York
•sugerencias muy valiosas. Deseamos agradecer también a Thames Hickman la (ejemplos 6-29 y 7-42); Boosey and Hawkes, Nueva York, representantes nor-
•Liábil y artística autografía de las ilustraciones musicales. Hedi Siegel fue de teamericanos de M. P. Belaeff, Leipzig (ejemplo 10-20); Smith College Music

i .gran ayuda en los estadios finales para la preparación del manuscrito, y tam-
bién deseamos expresarle nuestro agradecimiento.
'}. Mostramos nuestro agradecimiento a las siguientes casas editoriales, que
Archives, Northhampton, Mass. (ejemplo 6-26); Bárenreiter, Kassel (ejemplos
1-S4¿¿, 2-26g, 3-41g y 5-2 Ig y h); Theodore Presser, Bryn Mawr, representan-
tes norteamericanos de Universal Edition, Viena (ejemplos 1, 2, l-21a, 2-26f,

i
nos concedieron amablemente permisos de reproducción: Harvard University 2-3le, 3-45e, 4-16g y h, 4-47e y 9-60b yf):

Félix SALZER
Cari SCHACHTER

i
i
i
INTRODUCCIÓN

Finalidad y significado del estudio del contrapunto

i
i
Durante un extenso período, aproximadamente un milenio, los composito- nombre. A menudo —quizá habitualmente— se le da al contrapunto un papel
res occidentales aprendieron a controlar y a dar forma a combinaciones sono- periférico en lugar de central en nuestros programas de estudios. O bien queda
ras simultáneas al igual que sucesivas. Para entender esta música debemos ser aislado estilísticamente en la música del siglo xvi —y además, incluso a una
capaces de asimilar la coherencia, orden y belleza contenidos en estructuras sola fase de ésta-—• o se -concibe como una materia que debe conducir o que

i
tonales de cierta complejidad. En el curso de su historia la música occidental consta únicamente de estudios sobre la invención, canpn, fuga, etc. En el aná-
ha sufrido muchos y profundos cambios; bastará una simple ojeada a cualquier lisis musical, al menos en el practicado con mayor frecuencia, se desatiende el
buena antología histórica para poner de manifiesto una multitud de estilos di- papel del contrapunto en aquella música que carezca de procedimientos tales

i
vergentes. Sería incorrecto, sin embargo, considerar esta historia como una como la imitación o el mtercambio de las partes; tal música se denomina «ar-
mera acumulación de modos de expresión en continuo cambio. A este respecto mónica». La estrechez de miras de este modo de enfoque se pone de manifies-
• la Música es comparable a una lengua. El castellano de la época de Gonzalo to por la reticencia de algunos académicos incluso hoy en día a admitir la
'. de Berceo, por ejemplo, difiere notablemente del de hoy en día. A pesar de importancia de la organización contrapuntística en obras de Chopin o de Schu-

i ' ello, un estudio lo suficientemente exhaustivo pondría de manifiesto una cierta


; relación fundamental. Hasta hace poco lo mismo se consideraba válido tam-
f bien en la Música. Al profundizar nuestros conocimientos sobre música de
bert, No es del todo sorprendente, por lo tanto, que para muchos profesores y
alumnos de teoría de la música el contrapunto parezca ocupar una posición de
importancia secundaria.

i
'épocas pasadas comenzamos a darnos cuenta de que se pueden encontrar los Esperamos que el presente libro contribuya a la solución de tales proble-
/mismos principios de organización musical —principios, por supuesto, de un mas. Nuestra intención es presentar el contrapunto de tal modo que se subraye
valto grado de generalización— en funcionamiento en música de estilos marca- su papel central en la música culta occidental, y, en particular, hemos procura-

ii
idamente divergentes. Bajo la superficie del cambio estilístico se puede perci- do presentar conceptos de amplia aplicación en lugar de comenzar con los
íbir el desarrollo, en ocasiones veloz, otras vacilante, de un lenguaje musical. detalles específicos de un único estilo musical —detalles que podrían o no re-
; En principio se podría pensar que, al estar este lenguaje cada vez más rela- sultar relevantes en otros estilos también—. Dicho de otro modo, tratamos de
!cionado con épocas pasadas, su estudio se hubiese facilitado, ya que se puede presentar una lengua en lugar de un dialecto.
]examinar con mayor facilidad un producto acabado que no un proceso en con- ¿Cómo se podría lograr tal objetivo? Creemos que el enfoque de las espe-
•tinuo cambio. El pasado, sin embargo, no es una especie de almacén del cual cies para el contrapunto, codificado por J. J. Fux, sigue siendo la mejor intro-
-;se puedan extraer experiencias ya confeccionadas, sino que, por el contrario, ducción al lenguaje de la música, ya que a través de éstas se manifiestan los

i
:debe revivirse y completarse constantemente, a la luz del conocimiento y pim- elementos y procesos de la conducción de las voces. No obstante, este enfoque
'tos:de vista actuales. Sólo conseguiremos mantener una tradición viva a través debe constituir un punto de partida más que un fin en sí mismo. Se debe mos-
• 'de esfuerzos constantes para ensanchar y profundizar nuestros conocimientos, trar la relación existente entre el contrapunto de especies y la composición, y,
• pues aún queda mucho por conocer y comprender. lo que es aún más importante, la enseñanza del contrapunto debe poner de
.í El contrapunto representa un ejemplo oportuno. Para muchos profesores la manifiesto las casi ilimitadas posibilidades de la conducción de las voces en el
! instrucción del contrapunto continúa planteando un problema molesto, ya que tejido de la música viva, ya sea de Wagner o de Josquin.
• ;en estos momentos existe una desconcertante diversidad de modos de enfoque El tratado Gradus ad Parnassum de Fux, publicado por vez primera en
;tanto en cuanto al contenido como al método. Cursos etiquetados como «con- 1725, disfrutó de un éxito virtualíñente sin precedentes. Como es bien sabido,
•liapunto» pueden muy bien no poseer nada en común a excepción de eso, el Fux sistematizó la enseñanza del contrapunto al organizar las materias en térmi-
XVIII EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

nos de cinco categorías o «especies». Su método fue todo un modelo de trapunto —el contrapunto de Palestrina—•. Los ejercicios de Fux, no obstante,
ingeniosidad pedagógico. Las dificultades se introducen gradualmente, y cada muestran algunos elementos estilísticos característicos del siglo xvm más que
sección nueva está basada sobre lo ya aprendido y dominado. Aclamada como del xvi. Desde un punto de vista estilístico, por lo tanto, el Gradus no presenta
una obra extraordinaria por músicos del siglo xvm, el Gradus fue empleado y un idioma estilístico puramente palestriniano. Heinrich Bellerman (1862) pre-
muy considerado por Haydn, Mozart y Beethoven, y, de hecho, estuvo recono- tendió alcanzar este último objetivo, pero sólo lo consiguió Knud Jeppeseh en
cido como el texto básico sobre contrapunto hasta bien entrado el siglo xix, su Counterpoint, the Polyphonic Vocal Style of the Sixteenth Ceiitury (1531).
puesto que la mayoría de los tratados de finales del siglo xvm y el xix (como los Jeppesen ideó ejercicios bastante palestrinianos en apariencia. Las similitudes
de Cherubini, Albrechtsberger y Bellerman) están basados en él. Cuando Fétis
tradujo al francés los estudios de Beethoven con Abrechtsberger en 1833, apa-
recieron los siguientes nombres en la lista de suscritores: Cherubini, Berlioz,
en la superficie entre estos ejercicios modales y la música de Palestrina^ con-
venció a muchos profesores de que se había hallado una solución a antigíios y
molestos problemas. La presentación de Jeppesen del enfoque de las especies
I
Meyerbeer, Chopin, Rossini, Auber, Paganini, Moscheles, Hummel y Liszt.1 pareció haber elevado el «ritual académico» a una teoría de la composición.
Más aún, Mendelssohn, Brahms y muchos otros eminentes compositores de los
siglos xix y xx aprendieron música con el método de Fux.
Para muchos de los profesores y alumnos confundidos en cuanto al método a
seguir, un libro como el de Jeppesen tuvo que suponer un profundo alivio.
I
Después de este período de aceptación incuestionada este método comen- El'punto de vista de Jeppesen —y el de sus seguidores— puede resumirse
zó a perder su atractivo general, y su valor se ponía en tela de juicio cada vez
más a menudo. A finales del siglo xix algunos académicos de la música co-
menzaron a expresar sus dudas, señalando las aparentes grandes contradiccio-
del siguiente modo: el contrapunto debe estudiarse en conexión con un Destilo
musical específico en el que los problemas contrapuntísticos se hayan resuelto
satisfactoriamente; debe existir la mayor correspondencia posible entre los
I
nes entre los ejercicios de especies y la composición, y entre ellas la «artifi-
cial» rigidez rítmica de estos ejercicios. Muchos profesores ya no creían
completamente en lo que enseñaban, pero continuaron haciéndolo a falta de un
ejercicios escritos y la composición. Sólo dos estilos cumplen estos requisitos,
los de Palestrina y Bach. Jeppesen escoge Palestrina por varias razones. El
enfoque de Fux deberá emplearse sólo cuando los detalles de vocabulario (tra-
I
método «mejor». Los alumnos debieron haber experimentado una sensación tamiento de la disonancia, relación entre contomo melódico y ritmo, etc.) se
de inutilidad en sus trabajos; cuando señalaban las discrepancias existentes
entre las reglas de Fux y las progresiones de la composición se les apaciguaba
con explicaciones carentes de sentido acerca de la necesidad de una disciplina
aproximen lo suficiente a la música de Palestrina.
Estamos convencidos de que esta opinión proviene de algunos malentendi-
'•'
I
dos básicos que se han desarrollado y anquilosado desde los tiempos en que
mental antes de embarcarse en la composición libre.
De hecho, se desarrolló una :escisión total entre teoría y práctica •—entre
contrapunto «estricto» y «libre»—. El contrapunto estricto, o de especies, se
grandes compositores estudiaban y alababan el tratado de Fux.
Cualquiera que fuese el propósito de Fux, el contrapunto de especies no
puede servir como método de composición en ningún estilo, como tampoco
';
I
aceptaba cada vez más como un mero ritual académico; parecía no existir co- puede hacerlo ningún otro enfoque al contrapunto. El no hacer esta distinción
nexión alguna entre las reglas y limitaciones de Fux por un lado y cualquier
obra de Chopin o de Beethoven por el otro. Hugo Riemann era sin duda porta-
es, en nuestra opinión, el principal defecto de esta obra de Jeppesen, dé otro
modo admirable. Éste identifica virtualmente el «contrapunto del siglo xvi»
I
voz de un gran número de teóricos y musicólogos cuando proclamó que el con la composición del siglo xvi, mientras que, por el contrario, el contrapunto
método de Fux estaba anticuado desde el mismo momento de su publicación.2
Ya en tiempos de Riemann la enseñanza del método de Fux había degenerado
casi por completo en ese ritual aburrido y carente de sentido en que se había
es sólo uno de los elementos de la composición. Para hacer que el contrapun-
to sirva su verdadero propósito primero debe separarse, por así decirlo",-de la
composición. Esta idea encontró su primera expresión en Kontrapunkt',. I, de
I
convertido el «contrapunto académico».
Otra consecuencia de la obra de Fux, el llamado «contrapunto del siglo xvi»,
surgió como un intento de retomar a su propósito original. Es bien sabido que
Fleinrich Schenker.3 A partir de las ideas de Schenker y de nuestra propia ex-
periencia en la enseñanza hemos desarrollado un enfoque para el contrapunto
que expondremos en los capítulos siguientes. Este modo de enfoque está-basa-
I
Fux diseñó su método como un medio de expandir lo que él y ciertamente do en varias consideraciones fundamentales: ;
muchos otros músicos del barroco consideraban como la forma ideal de con-
Véase Alfred Mann, The Study of Counterpoint, ed. rev., Nueva York, 1965, p. xiv.
1
1. El estudio del contrapunto es ante todo el estudio de la conducción de I
las voces. Allá donde haya conducción de las voces, donde exista movimiento
2 Hugo Riemann, Geschichte der Musicktheorie, Leipzig, 1898, p. 415. Véase también Ernst
Kurth, Grundlagen cíes linearen Kontrapunkts, Berlín, Max Hesse, 1922, pp. 128-133. Éstas y
otras críticas similares de Fux han llevado a algunos autores y catedráticos del siglo xx a prescindir
por completo de las especies.
y dirección de las voces, al margen del estilo o período, existe contrapunto. La

3 Heinrich Schenker, Kontrapimkt, 2 vols., Viena, 1910, 1922. Vol. I, pp. 15 y ss. • • •
I
INTRODUCCIÓN XIX

opinión de que los estudios contrapuntísticos conducen únicamente al entendi- consistirán en ejercicios simples y limitados, pero aun así coherentes y con
miento y a la escritura de polifonía del siglo xvi, o de invenciones, cánones y sentido. Por supuesto, tales ejercicios no deben considerarse como composi-:'
fugas, es limitada y engañosa, e ignora completamente la penetrante influencia ciones; no obstante, si son el resultado de una enseñanza imaginativa, inclui-
del concepto contrapuntístico, tan característico de la música occidental tanto rán los principios básicos de movimiento dirigido tan fundamentales a la mú-
tonal como modal. sica occidental, y por tanto reforzarán la capacidad del alumno para la escucha
2. Dentro del desarrollo del lenguaje tonal se pueden hacer tres subdi- de relaciones musicales. Al enseñarle cómo pensar y proyectar, los ejerci-
visiones principales, aunque por supuesto se superponen considerablemente. El cios de especies ayudarán al joven músico a organizar y a controlar sus ideas
primer período muestra un tejido musical que nace de las consonancias perfec- musicales. Como resultado, estos ejercicios proporcionan unos inestimables
tas y en gran parte basado en la sonoridad de f (alrededor de los siglo xii al xiv). cimientos para sus posteriores trabajos en la teoría y la composición.
La segunda se desarrolla gradualmente a partir de ésta, no obstante con un em-
pleo cada vez mayor de la tríada como matriz. Este período abarca desde el si- El segundo propósito del estudio del contrapunto de especies puede resu-
glo xv hasta el xix. En la música tonal de finales del siglo xix y especialmente en mirse del siguiente modo: existe una conexión significante —aunque indirec-
el xx (la tercera subdivisión), las sonoridades disonantes ya no dependen defini- ta— entre las progresiones de cada especie y la conducción de las voces en la
tivamente de la tríada; como consecuencia, los acordes disonantes pue.den asu- composición. El contrapunto, tal y como se manifiesta en la composición, es
mir las funciones estructurales mantenidas por el acorde | medieval o la tríada la elaboración de las progresiones básicas presentadas en el método de Fux.
de tiempos posteriores. En este libro tratamos la música del período central, la Esta conexión tuvo su primera expresión en H'einrich Schenker. En su
tonalidad triádica (alrededor de 1450-1900). Una vez que se hayan establecido Kontmpunkt, vol. 1, p. 268, se lee lo siguiente:
unos cimientos sólidos en esta literatura musical, muchos de los principios mos-
trados podrán aplicarse también a música anterior y posterior a este período.4 Por tanto los contenidos siguientes (v. ej. 1) remiten a una definida realización a dos voces
3. El presente libro hace una distinción entre los conceptos contrapuntístico
y armónico; los presenta como contrastantes, pero de ningún modo mutuamente
A esto Schenker añade una afirmación cargada de sugerencias:
exclusivos. Al distinguir- entre progresiones contrapuntísticas y armónicas inclui-
mos dentro de la primera mucho de lo que habitualmente se considera como ar- [...] la verdadera conexión entre realizaciones estrictas y libres puede encontrarse en derivaciones
mónico. De estas dos fuerzas, organizativas el contrapunto es la más antigua y similares.
globalizadora. La polifonía medieval está dominada por el pensamiento contra-
puntístico. Las progresiones de una terminante naturaleza armónica hacen su apa- El ejemplo anterior y las palabras de Schenker indican claramente que la
rición ya en el siglo xiv, pero no obtendrán una importancia real hasta la segunda pertinencia del contrapunto de especies a la composición no depende de simi-
mitad del xv. El crecimiento de la organización armónica influye pero no dismi- litudes en la superficie. Esta es, en nuestra opinión, una razón apremiante por
nuye el papel del contrapunto; la mayoría de las obras muestran una cooperación la cual la enseñanza del contrapunto de especies no debería estar restringida
e influencia mutua entre ambas fuerzas organizativas. a la explicación de una sola fase de la música del siglo xvi.
4. El contrapunto de especies —mucho más allá de su limitada aplica- La relación entre el contrapunto de especies y la conducción de las voces
ción a cualquier período determinado de la historia de la música— puede for- en la composición se asemeja a la conexión entre un concepto filosófico o
mularse de modo que constituya una introducción ideal a los principios bási- científico fundamental y sus múltiples elaboraciones y desarrollos. Por lo tanto
cos de la conducción de las voces subyacentes en obras de la mayoría de los la habitual distinción entre contrapunto «libre» y «estricto» -—-a menos que sea
períodos estilísticos y en la mayoría de los compositores. en los términos de Schenker, el uno conduciendo al otro — es confusa y ha
5. Específicamente, el contrapunto de especies contribuye de dos maneras creado numerosos malentendidos. Pues no hay nada «estricto» acerca de una
bien diferenciadas, y su estudio posee por lo tanto dos propósitos. El primero es el idea fundamental, y los desarrollos y transformaciones de tal idea no quedan
de enseñar al alumno —preferentemente durante las primeras etapas de su apren- caracterizados de ningún modo al llamarlos «libres». Contrapunto elemental
dizaje— a elaborar ejemplos de escritura puramente contrapuntística. Estos frente a contrapunto prolongado o elaborado servirán como términos más apro-
piados. El término contrapunto prolongado y el más general de prolongación
4 El contrapunto en música tonal medieval y del siglo xx se trata en Félix Salzer, Audición
deben entenderse como, una ampliación conceptual y no necesariamente como
estructural, Barcelona, Labor, 1990. Un estudio más amplio del contrapunto de principios de la
Edad Media puede hallarse en Salzer, «Tonality in Early Medieval Polyphony», The Music Fonim, una extensión temporal. Estos son términos globales que incluyen ideas tales
vol. I, Nueva York, 1967, pp. 35-98. Este artículo contiene un intento de tratar pedagógicamente el como la elaboración, desarrollo, manipulación y transformación de principios
contrapunto del siglo xiu (v. pp. 71-81). subyacentes.
XX EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
í
Aunque el contrapunto de la composición, o prolongado, se presente como diferentes. Esta es la razón principal por la cual el análisis no se puede dfesimir
el desarrollo y expansión de principios fundamentales, no debe por ello enten- del estudio del contrapunto. ¿Cómo puede lograrse el propósito de los estudios
derse^sólo como la expresión de una supuesta liberación del confinamiento a contrapuntísticos si su aplicación a la música viva no se convierte en parte in-
un método académico, sino que, por el contrario, pone de manifiesto la signi-
ficativa y fascinante elaboración artística de las ideas básicas de continuidad y
coherencia musicales. El segundo propósito del estudio del contrapunto de es-
tegral del modo de enfoque? La separación del análisis del contrapunto;'—se-
paración demasiado frecuente hoy en día— sólo conducirá a un aislamiento
que embote la sensibilidad; el método se separa del arte mismo. Debe hacerse
I
pecies es por lo tanto comprender la relación entre los principios fundamenta-
les ^ de la ^conducción de las voces y su compleja y sutil manipulación e
individualización en composiciones de períodos estilísticos divergentes. El re-
conocer esta conexión conduce a un entendimiento de la rica y fascinante vida
hincapié por lo tanto en las técnicas específicas del contrapunto prolongado.
El discernimiento conseguido permitirá al alumno no sólo entender laonani-
festación del contrapunto prolongado en la composición, sino también expre-
I
I
sar estas técnicas en sus propios trabajos escritos. {\l método d
que late bajo la superficie sensual de la música. Esta comprensión ofrece mu-
cho más al intérprete, compositor, teórico o historiador de lo que puede ob- contramos en este caso con un notorio acontecimiento en la historia de ja teo-
tenerse por medio de imitaciones estilísticas superficiales. ría de la música y el análisis. Fux —mucho más allá de sus fines inmediatos—
Creemos, por lo tanto, que un libro sobre contrapunto debería ofrecer pri-
mero los principios esenciales de la conducción de las voces basados en una
ligera^modificacion del método de Fux.5 Después de que se haya establecido
creó un enfoque básico para el contrapunto de toda una era que abarca va-
rios siglos. Esta debe ser la razón por la cual los grandes maestros deflos si-
glos XVIH y xix admiraron tanto el Gradus. Éstos debieron sentir intuitiva-
I
I
esta sólida base, el libro de texto debe mostrar entonces la extraordinaria gama mente que Fux trataba principios básicos de la conducción y dirección- de la
de aplicaciones de estos principios en las obras maestras de muchos estilos voz que, trascendiendo los confines de una expresión estilística específica,
mantenían una conexión con su propio trabajo. ¿Cómo, si no, podríamos ex-

I
plicar que un libro escrito en 1725 con una comprensión limitada del estilo de
5 Se recomienda al lector que compare esta modificación con el tratado original, traducido al Palestrina fuese consultado para su propio estudio o enseñanza por composito-
inglés por Alfred Mann, op. cit. res de puntos de vista realmente contrastantes? -, •

I
I
EJEMPLO 1 Brahms, Variación sobre un tema de Haendel, Op. 24 EJEMPLO 2
I
^A-e 1 ~tr~ '-—
-p-^— ' Q
I
-W^ H d
«J °

6 8 10-- 5
1
cv
.//• lV> .P
-'
- .-
P
f
1 . i
I
I I :; PRIMERA PARTE

I ¡•i» 'il- Técnicas de contrapunto elemental

i
i
i
i
i
i
i
i
i ¡

i
i
Prefacio a la edición Morningside

EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN no tuvo su origen específico como libro,


sino como una recolección de ejemplos del repertorio musical. El doctor Salzer y res, y sólo son capaces de superarlas al comienzo de sus estudios (por medios que
yo la reunimos para mostrar las conexiones existentes entre los procedimientos no se basen en seguir reglas mecánicamente) los alumnos de cierto talento. De
simples del contrapunto de especies y las complejidades de la composición; este hecho, a menudo resultan problemáticos hasta para los alumnos de segundo cur-
es un modo de enfocar el contrapunto que se deriva de la obra de Heinrich so, y especialmente para los intérpretes de instrumentos de «una sola voz». Mu-
Schenker. Finalizamos tal recolección en 1963, y se utilizó en las clases de teoría chos profesores preferirán, por tanto, posponer el estudio del contrapunto a tres
: de segundo curso (universitario) en Marines College of Music, centro pionero en voces hasta que sus alumnos estén preparados.
,' la enseñanza del análisis y teoría schenkerianos en los Estados Unidos. El hecho Casualmente, este libro es perfectamente utilizable en aquellas clases en las
I de que fuese tomando forma como una recolección de ejemplos condicionó con- que se cubra todo el contrapunto a dos voces antes de adentrarse en el de tres.
f siclerablemente su organización interna; en particular, la decisión de presentar Desde hace algunos años en Mannes College of Music se imparte el contrapunto
i cada una de las especies de Fux a dos y tres voces antes de proceder a la siguiente a dos voces en las clases de primer curso. También pueden enseñarse las dos o
i se debió a nuestro deseo de citar ejemplos musicales lo antes posible, puesto que tres primeras especies a dos voces, y después aplicar lo aprendido a tres (esto es
\s de ellos presentaban técnicas características de la escritura a tres voces. lo que se hace en algunas clases en Aaron Copland School of Music y Queens
; EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN fue probablemente el primer texto en organi- College, y yo mismo también lo he enseñado así en años recientes). No sé de nin-
j zar los elementos del contrapunto de especies de este modo, pero la idea no fue gún profesor que se haya topado con la más mínima dificultad al reorganizar el
í del todo nuestra, ya que Milton Babbitt ya había sugerido algo similar años afras orden de presentación que aquí ofrecemos. Los ejemplos analíticos del capítulo 6
? en su recensión del libro de Salzer Structwal hearing.2 requeman explicaciones más extensas si se introducen en un estadio temprano,
I Durante los más de veinte años transcurridos desde la aparición de este Ji- pero esto no presenta mayores inconvenientes.
;bro en 1969 el campo entero de la teoría de la música ha sufrido cambios de Muchos programas de teoría combinan el estudio de la armonía y el contra-
•;-cierta importancia, y algunos de ellos quedan reflejados en el modo en que se punto en un solo curso. EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN puede ajustarse per-
•yenseñan estas materias. Uno de ellos es la creciente tendencia a introducir el fectamente a este tipo de enfoque combinado, y de hecho se diseñó teniendo
.--contrapunto de especies en un estadio temprano de los estudios, normalmente este propósito en mente. Como se indica en la página x, su estudio no debe em-
.ten el primer curso o incluso en el primer trimestre. En vista del papel absolu- prenderse antes de haber comenzado una educación básica del oído, ni antes de"
; lamente fundamental que posee el contrapunto en la estructura tonal, la perti- dominar las bases de nomenclatura y notación musicales. La experiencia me ha
• ínencia de impartirlo casi al principio o al principio mismo de los programas de llevado a la conclusión de que se logran resultados más efectivos cuando se
•¿teoría también es absoluta; a pesar de todo, el introducir el contrapunto a tres enseñan los principios básicos de la conducción de las voces a partir del contra-
• •voces demasiado pronto puede resultar problemático. Los principiantes con punto a dos en lugar de a cuatro. Sugiero, por tanto, que inmediatamente des-
Abiten oído no encuentran excesivas dificultades para escuchar ejercicios a dos pués de que se hayan aprendido los elementos básicos se estudien el cantus fir-
;.yoces; en realidad, éstos forman una parte indispensable de la educación del mus y las dos primeras especies a dos voces (tal como está esbozado en la
página x). La posterior aplicación de técnicas de conducción de las voces en el
.? ' S e refiere a la edición realizada en los Estados Unidos por Columbia University Press contrapunto a cuatro no planteará excesivas'dificultades adicionales, puesto que
; jMorningsicle Edirion en 1989. (N. del E.) el alumno ya se habrá habituado a escuchar linealmente, y no sólo a uercibir
•v - Existe traducción en español: Audición estructural, Barcelona, Labor, 1990. ÍN. riel T \. El contrapunto a tres voces, sin embargo, plantea dificultades mucho mayo-
vin EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
Se estimulará la audición si la clase de teoría permite un máximo de
oportunidades para cantar contrapunto. Todos los ejercicios vistos en cla-
r(
Con el paso de los años, y especialmente desde la muerte de Félix Salzer
en 1986, mucha gente me ha preguntado cómo distribuimos nuestra cplabora-
I
se deberán cantarse regularmente por todos los alumnos. Se debe animar a
los alumnos a que toquen y canten sus ejercicios, como se sugiere en la pá-
gina 20, y parte del tiempo de clase debe reservarse a la improvisación vocal
de contrapunto. Al principio el profesor puede inventar un «mini-cantus» de
ción durante la elaboración de este libro. Pues bien, comenzamos por dividir el

ma parte del 9, y el 10) y yo de los teóricos (los primeros cinco y la^primera


parte del 9). Durante esta actividad nos encontramos con regularidad! durante
I
trabajo: el doctor Salzer se encargó de los capítulos analíticos (6, 7, Svla últi-

cuatro o cinco notas y pedirle a un alumno que lo cante y a otro que impro-
vise por encima o por debajo. Los demás deberán escuchar con actitud crí-
tica y señalar cualquier error. Los cantus firmi pueden extenderse gradual-
rrecciones necesarias; nos intercambiábamos los bocetos y cada uno reescribía I
unos cuatro años para solucionar las inevitables diferencias y realizar, las co-

el trabajo del otro. El resultado final fue una verdadera colaboración, ¿incluso
mente; los alumnos que vayan a improvisar deberán estudiar uno o dos
minutos el cantus antes de cantarlo, pero no deberán escribir ninguna de sus
soluciones. El contrapunto improvisado a tres voces es obviamente una im-
posibilidad a menos que se impongan métodos de control cuyo resultado no
nosotros mismos no podíamos saber siempre a ciencia cierta quién había escri-
to tal o cual parte. Al comenzar este trabajo el doctor Salzer se encontraba en
lo que podría llamarse la etapa más prolífica de su larga carrera, mientras que
yo llevaba enseñando unos pocos años y había escrito todavía muy poco;
I
sería una improvisación en todo su significado. A pesar de todo, el que los como compañero menor tendía a condescender, pero él era muy meticuloso a •
alumnos canten realizaciones tipo faux-bourdon a tres voces, nota contra la hora de considerar mis ideas en su integridad, Puedo decir que está;colabo- H
nota, puede resultar extremadamente beneficioso, y cantar series de suspen- ración fue verdaderamente una de las experiencias más enriquecedofas de mi
siones entre tres alumnos (intercambiándose las voces de vez en cuando) vida, y me inició como escritor en el campo de la teoría de la música. Al •
puede ser también productivo para agudizar la audición. Los ejercicios de presentar esta nueva edición de EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN: quisiera O
contrapunto a dos y tres voces, dicho sea de paso, constituyen un material rendir homenaje a mi gran maestro, colaborador y amigo, cuya obra marcó
excelente para el dictado; la inclusión momentánea e intencionada de errores tantas vidas y ejerció influencia tan beneficiosa sobre el estudio de lá;música,
ayuda a mantener al alumno en una actitud absolutamente despierta. en este país y en el mundo entero. ;; y

Cari SCHACHTER

i
i
l
i
i
i
Prefacio

Al presentar este libro en este momento, los autores creen que es preciso este parecer. Para el profesor, no obstante, el mantener y reforzar este contacto
algún tipo de explicación. ¿Por qué ha de ser necesario dedicar tiempo y es- no es algo tan simple como podría parecer a primera vista, ya que inmediata-
fuerzo a aprender los principios de un lenguaje musical que ya no emplea casi mente aparecen ante él varios obstáculos; uno de ellos es desgraciadamente el
ningún compositor? En realidad, mucha de la música que se compone hoy en propio alumnado que se encuentra en casi todos los conservatorios. Ante todo,
día tiene poca o ninguna conexión con cualquiera de las fases anteriores de la existe un creciente número de admisiones de alumnos que no pueden expresar-
música. se musicalmente ni con un instrumento ni con su propia voz, que poseen una
Aunque nuestro término actual música contemporánea haya tenido sus audición musical defectuosa y que carecen, por muy contradictorio que parez-
equivalentes en distintas épocas (ars nova, nuove musiche, Zukunftsmusik), ca, de un verdadero interés por la música. Sin embargo, puede observarse in-
éstos estaban mucho menos justificados que hoy en día; ya que, aunque nadie cluso entre los mejores alumnos una pérdida perceptible de lo que podríamos
ponga en duda las marcadas diferencias existentes entre, por ejemplo, Machaut denominar instinto musical. En el terreno del análisis, y también en el de la inter-
y Duñstable, Palestrina y Monteverdi, o Mendelssohn y Wagner, éstas se des- pretación, muchos de estos jóvenes músicos de talento parecen pasar por alto las
vanecen en una relativa insignificancia comparadas con las diferencias entre relaciones más fundamentales y obvias de una partitura e intentan imponer una
Bartók, Schoenberg, o incluso Webern, por un lado, y John Cage y Stockhau- interpretación excesivamente personal, y consecuentemente artificial. Podría de-
sen por el otro. Desde este punto de vista el lenguaje tonal de épocas pasadas cirse que la música ya no corre por sus venas, y se convierte para ellos en una
puede considerarse muerto del mismo modo que decimos que el latín es una especie de juego intelectual.
lengua muerta. Puede que muchos entiendan esa lengua y que algunos la utili- Este tema resulta aún más confuso a causa de métodos de enseñanza que
cen por razones específicas, pero nadie la emplea para hablar, escribir un poe- parecen olvidar la relación efectiva que debe existir entre la abstracción teóri-
ma, una obra de teatro o un tratado científico. ca y la experiencia musical concreta, Si se trata sólo con abstracciones, el re-
En otro sentido, sin embargo, la música de épocas pasadas está lejos de estar sultado será una teoría seca e infructuosa; la teoría como un fin en sí mismo.
muerta. Sigue viva, en primer lugar por la interacción entre el intérprete y el Si se excluye completamente la abstracción, el alumno queda huérfano de los
oyente con capacidad para sentir. Siempre hay, además, un considerable número medios para organizar y articular sus experiencias musicales, lo que le va a
de jóvenes intérpretes deseosos de profundizar sus conocimientos sobre esa músi- conducir a esa verborrea sin objeto acerca de la música tan comente hoy
ca que al fin y al cabo constituye la mayor parte de su repertorio. en día. Para conseguir resultados, todo método de enseñanza debe encontrar
Por añadidura, esta música continúa teniendo un sentido para aquellos un equilibrio entre estas dos perspectivas, puesto que se da con demasiada
compositores que admiten que un entendimiento de su mecanismo interno frecuencia un excesivo énfasis sobre una con el consecuente detrimento
puede ser de inestimable ayuda a la hora de adquirir cierto oficio, sin tener en de la otra.
cuenta su modo de expresión particular. Algunos de ellos tratan de establecer Las consecuencias de esta situación saltan a la vista. Por un lado está el
sus propias conexiones con épocas pasadas y creen que algunos aspectos de alumno que no es capaz de escribir1 una frase de coral como es debido o im-
música anterior podrían resurgir transformados en un lenguaje musical aún por
1 Téngase en cuenta que los verbos lo write o to set que como en este punto utilizan los auto-
conocer.
res para designar la tarea constructiva del compositor en sus obras o del propio alumno en sus tra-
Estos puntos de vista coinciden con los nuestros, ya que los músicos debe- bajos y que pueden traducirse por escribir, armonizar o también por realizar, que es como normal-
rían mantenerse en contacto con la música de épocas anteriores, lo que ha he- mente va a aparecer en este libro, deben tomarse (tal como puede inferirse ya desde esta
cho que escribamos este libro para los profesores y alumnos que compartan introducción) en un sentido más amplio que el de Ja mera sucesión cíe sonoridades verticales en el
I
I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

provisar un acompañamiento sencillo a un tema popular. A pesar de todo ha Por lo tanto, no hemos vacilado en incluir en un estadio relativamente -tempra-
aprendido a recitar con confianza las características del clasicismo o del len- no ejemplos en los que se encuentran acordes que el alumno quizá no pueda
guaje musical del períoúo tardío de Beethoven, sin conocer más que un puña- denominar. Al estudiar estos ejemplos, sin embargo, puede que el alumno ob- ••
do de sus obras. No sólo se queda sin conocer las técnicas musicales como tenga esa profunda noción sobre el origen que tales acordes tienen en; la con- B
tales, sino que también se le aboca a creer que un examen superficial de algu- ducción de las voces, una noción que es más significativa para la comprensión
nas obras de un compositor puede autorizarle a generalizar acerca de su estilo. musical que el mero etiquetado. r
Al final de todo, el alumno es el resultado del olvido e ignorancia general de Los capítulos 1 al 5 tratan sobre el contrapunto elemental, estofes, con fl
las técnicas musicales, ahora denominadas con excesiva condescendencia ha- ejercicios en las cinco especies en texturas a dos y tres voces. El lector adver- B-
bilidades. tira que nos hemos desviado del método habitual, puesto que presentamos
Por otro lado está el alumno que aprende a escribir interminables ejercicios cada especie a dos y tres voces antes de proceder a la siguiente. Esto quizá
de armonía, posiblemente en cuatro claves diferentes, siguiendo reglas tan com- tenga como irremediable consecuencia que el primer capítulo pueda? hacerse
plicadas como arbitrarias, o capaz de confeccionar sobre el papel algo parecido un tanto denso, ya que introduce un gran número de conceptos fundamentales.
a una fuga; pero al final, ese alumno no llega nunca a una compresión de la or- Creemos, no obstante, que el alumno adquirirá de este modo una comprensión _
ganización contrapuntística o armónica de una invención de Bach o un vals de más segura e inmediata de los rudimentos que la que obtendría por el proceso tra- B
Schubert. Este es el producto de la armonía académica y de las clases de contra- dicional de estudiar todas las especies a dos voces antes de pasar a tres. No hemos —
punto impartidas con un mínimo absolutamente exiguo de pertinencia sobre la incluido ejercicios de especies a cuatro o más voces, puesto que no ofre'cen pro-
música de la que se supone que tratan. blemas radicalmente nuevos excepto los relacionados con la duplicación', dispo- H
Los autores esperan que este libro, pese a los errores que pueda contener, sición y cruzamiento de las voces. Estos problemas, en nuestra opinión,; se pue- B1
contribuya a contrarrestar esas discutibles actitudes y que ayude a señalar el den estudiar mucho más fructíferamente a través de la armonización dp corales
camino a otros profesores para que encuentren sus propias soluciones a eso (cap. 8) y de los ejercicios de imitación (cap. 9). \- m
que se ha convertido en un problema verdaderamente serio. Una presentación estrictamente lógica requeriría que procediésemos, directa- u
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN está diseñado para utilizarse en un progra- mente del contrapunto elemental a la combinación de especies. Creemoá que este
ma global de teoría que abarque estudios de armonía, contrapunto y análisis. Tra- procedimiento es, sin embargo, pedagógicamente inadecuado. El posponer el es-
ta el contrapunto no sólo como una materia autónoma, sino también en su rela- tudio de la combinación de especies hasta el capítulo 9 nos ha ofrecido ja posibi- H
ción con otros aspectos del diseño musical. Puesto que presupone unos lidad de presentar este difícil apartado en su relación con la composición. Los •
conocimientos previos (véase más adelante), su estudio comenzará normalmente ejercicios de combinación de especies forman una faceta esencial de la educación
en el segundo curso; no obstante, si los alumnos estuvisen inusualmente bien pre- teórica, pues presentan sistemáticamente ciertos procedimientos muy importantes •
parados, podría comenzarse en el segundo.trimestre del primer curso. de conducción de las voces. Si se emprenden antes de que el alumno haya apren-H
El alumno debe haber adquirido la suficiente experiencia en la educación dido a relacionar las abstracciones teóricas con el tejido de la composición, su
básica del oído como para ser capaz de escuchar relaciones musicales simples apropiada significación musical se pierde a menudo en una enmarañada red de«
en texturas a dos y tres voces. Deberá conocer los rudimentos de notación y detalles bastante complejos y sin relación alguna. -•• B '
nomenclatura musicales, incluyendo claves, escalas, armadura de la clave, in- Por lo tanto, al contrapunto elemental le siguen dos capítulos (6-!y 7) que
tervalos y acordes en su aspecto gramatical elemental (construcción de tríadas muestran la importantísima conexión existente entre los procedimientos contra-
y acordes de séptima, símbolos de bajo cifrado y acordes construidos sobre puntísticos básicos y la música viva. En el momento en que se comienza a trata™
cada grado de la escala). En cuanto a la gramática armónica un tanto más el contrapunto de la composición se hace esencial considerar la organización ar-B
avanzada, nos gustaría hacer la siguiente observación: a causa de los métodos mónica, puesto que la textura compositiva muestra la influencia mutua-'entre con-
de enseñanza aún prevalecientes, muchos alumnos se sienten incómodos si no trapunto y armonía. Hemos seguido tal procedimiento en ambos capítulos. •
pueden asignar un nombre o símbolo a cada combinación vertical de sonidos. El capítulo 8 trata de la conducción de las voces en el coral. Enaste apar-Jj
Esperamos poder mostrar que la comprensión musical de la función arquitec- tado el alumno aprenderá por sí mismo a aplicar sus conocimientos dé conduc-
tónica de una sonoridad antecede en importancia a su etiquetado gramatical. ción de las voces en un contexto musical en el que los elementos cóntrapun-^
tísticos y armónicos mantengan una estrecha relación.2'Este capítulo'ofrece urfl
caso de la simultaneidad, o el de la mera sucesión de sonidos individuales cuando se trate de «es-
cribir» («realizar») una línea melódica. El libro conforme avance irá revelando y clarificando ese - Esta es la razón por la que, para sorpresa de algunos lectores, hemos incluido'un capítulo
se.nfidn más amplio. (N-. del T.) sobre e l coral e n u n texto sobre contrapunto. • - . - • • - . . '.• fl
I PREFACIO XI

i estudio de la conducción de las voces en los corales de Bach. En nuestra opi-


nión, los corales de Bach presentan un microcosmos de estructura musical.
El profesor advertirá la ausencia de ejercicios dedicados específicamente
al canon, contrapunto invertible y fuga. Su omisión refleja nuestro deseo de

I
Las técnicas que en otros estilos requerirían una considerable cantidad de contrarrestar la creencia habitual de que tales ejercicios sean la meta de los
.tiempo para su desarrollo se presentan aquí en cuestión de unos pocos compa- estudios de contrapunto. Las supuestas formas contrapuntísticas no son en ab-
ses; más aún, estos corales cuentan con técnicas características de la música soluto formas, sino procesos; más aún, la mayoría son tanto armónicasi.como
anterior al igual que de la posterior. Tanto su concentración como la amplia contrapuntísticas. Y las técnicas contrapuntísticas pueden estar tan presentes

I aplicación de sus procedimientos hace de estos corales una parte esencial en el


estudio de la conducción de las voces. Por supuesto, si el profesor quiere que
el comienzo del estudio de este capítulo coincida con el 7, ello es perfecta-
en una sonata, unas variaciones o una mazurka, como en una fuga. Las técni-
cas polifónicas asociadas al canon y a la fuga forman por supuesto un'estudio
verdaderamente importante y fascinante. Como libro de referencia le recomen-

I mente válido y posible. Del mismo modo puede comenzarse el capítulo 6 mien-
tras que el estudio del contrapunto elemental esté todavía en fase de desarrollo.
No obstante, recomendamos que se inicie el capítulo 6 sólo después de haber fi-
jtializado la tercera especie. El lector advertirá una ligera reiteración en los capítu-
damos al lector el excelente trabajo de Alfred Mann The study offuge (New
Brunswick, NJ, Rutgers University Press, 1958).
El enfoque analítico, evidente a lo largo de este libro, está basado en la
obra de Heinrich Schenker. Las ideas analíticas están proyectadas en forma de

I los 7 y 8; esto se debe a nuestro deseo de que fuesen lo más autónomos posible,
para que el profesor los pueda presentar en el orden que mejor le parezca.
El capítulo 10 es principalmente analítico. En esta sección final del libro
análisis gráficos. En estos gráficos aparecen símbolos derivados de la notación
musical para poner de manifiesto la función de notas y grupos de notas en re-
lación a su contexto inmediato, a contextos mayores y por último a una com-
hemos procurado despertar la conciencia del alumno sobre la evolución histó- posición como una totalidad. Estos diversos niveles contextúales —o niveles
rica de las técnicas fundamentales del contrapunto. estructurales— están indicados de varios modos. En algunas ocasiones em-
En circunstancias ideales debería dedicarse un período de tres anos para el plearemos los términos schenkerianos primer plano, plano medio y plano de
estudio de este libro (por supuesto, junto a otros aspectos de la teoría de la mú- fondo;4 en otras ocasiones emplearemos los términos equivalentes niveles
sica). Tales circunstancias se dan con muy poca frecuencia en nuestras univer- de estructura inmediato, intermedio y remoto. En algunas ocasiones bastará
sidades y conservatorios. Sin embargo, si se omiten algunos de los ejercicios e un solo gráfico para explicar la conducción de las voces, aunque para los pasa-
ilustraciones analíticas, bastarán dos años. jes un tanto más complicados ofreceremos unas cuantas reducciones progresi-
A lo largo del libro se harán frecuentes referencias a otras obras cuyo con- vas; normalmente éstas conducirán desde el primer plano (base de la superfi-
tenido complementa el del presente trabajo. Nos referimos notablemente a cie), el nivel inmediato, hasta el plano de fondo (base subyacente).
Elementary fíannony de William Mitchell, tercera edición (Prentice Hall, Presentamos el siguiente glosario como aclaración de los símbolos em-
Englewood Cliffs, NJ, 1965), y a Audición estructural de Félix Salzer (Bar- pleados:5
celona, Labor, 1990).3 La indicación de altura es la misma que en la notación musical normal. En
algunas ocasiones se han simplificado los registros.
3 Entre nuestros ejemplos del contrapunto de especies hemos incluido algunos de obras de
otros autores: Las figuras, por lo general, indican el nivel estructural en lugar de una re-
J. J, Fux, Gradus cid Parnassum, Nueva York, W. W. Norton, 1943; edición rústica, 1965. lación rítmica. Se emplean las siguientes figuras: blancas, negras con plica de
Heinrich BeJlermann, Der Kontrapunkt, Berlín, Julius Springer, 1862.
variados tamaños, notas sin plica y, ocasionalmente, corcheas.

\
Heinrich Schenker, Kontrapunkt, 2 vols., Viena, Universal Edition, 1910 y 1922.
Hermann Roth, Elemente de Stimmfiihrung, vol. 1, Stuttgart, Cari Grueninger Nachf. Emst
Klett, 1926.
Erich Hertzmann y Cecil B. Oldman (eds.), Thomas Att\\>ood's Theorie und Kompositionsstu-
dien bel Mozart, en la Nene Ausgabe samlicher Werke de Mozart, X:30-31, Kassel, Bá'renreiter,
1965. 4 Tal como se puntualizó en .el prólogo, recuérdese que los términos plano de fondo, plano
En lo concerniente a los dos ejemplos de Mozart tomados de los estudios de Attwood nos medio y primer plano son equivalentes (con esas posibles diferencias conceptuales de matiz) a los
gustaría hacer las observaciones siguientes. El ejemplo 5-2 Ig podría parecer una variación de Fux, que aparecen en la traducción del libro de Forte y Gilbert, Introducción al análisis schenkeriano
fig. 82 (v. Alfred Mann, The Study of Connterpoint, p. 64). Las cifras que denotan intervalos ver- (Barcelona, Labor, 1991) como base subyacente, base media y base -generatriz de la superficie y
ticales en los ejemplos 5-2ig y h parecen contar con errores. En el compás 8 del ejemplo 5-2 Ig que corresponden a los términos ingleses background, middlegroitnd y foreground respectivamen-
hemos corregido un 3, obviamente un error, por un 7. En nuestra opinión el compás 9 debería estar te, relativos a su vez a los términos schenkerianos de origen Hintergrund, Mittlengnmd y Vonder-
también cifrado como 7-6, como era práctica habitual en tiempos de Mozart el cifrar las suspensio- gntnd. (N. det director de la colección.)
nes disonantes más que los adornos. En el ejemplo 5-21/;, compás 8, creemos que la última cifra 5 Para un- glosario más completo, véase The Music Forum, J. Mitchell y Félix Salzer (eds.),
í 1 NTupwp VnrL" o Tío ;,„•„.„:>,, n ---- \r\ci
debería interpretarse como una quinta disminuida para mostrar Ja nota de nasn.
xrr EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
Las blancas indican el plano de fondo estructural. ^_x Las flechas cortas y curvadas indican relaciones de dominai e aplica-1
da.
Las negras indican niveles intermedios; las distinciones entre .los distintos —» Las flechas rectas de trazo continuo por debajo de la vo inferiori
niveles intermedios están indicadas por la longitud de las plicas; cuanto más indican un movimiento de paso.
elevado sea el nivel, mayor será su longitud. X Las aspas indican notas intercambiadas.
CE Un acorde derivado contrapuntísticamente en un nivel e tructural
Las notas sin plica representan acontecimientos del primer plano.

Al analizar secciones fragmentadas, las blancas se omiten frecuentemente


ED
elevado (acorde contrapuntístico-estructural).
Un acorde de función doble o superpuesta: estructural al gual que
de prolongación; armónica al igual que contrapuntís tica.
l
y las negras a menudo sirven para indicar el plano de fondo estructural del
contexto bajo observación.
Ad
B
P
Una n.ota o acorde de adorno.
Una nota o acorde de bordadura.
Una nota o acorde de paso.
l
l
Las corcheas se pueden emplear para representar apoyaturas, bordaduras y P Un acorde de bordadura y de paso.
notas de adorno.6 CV Una nota o acorde empleado por razones de conduce! n de las
voces, como por ejemplo evitar quintas u octavas.
Las notas entre paréntesis indican notas de la conducción fundamental de Ble Una bordadura incompleta.
la voz que se sobrepasan o sustituyen en la composición en cuestión.

Las conexiones estructurales entre las diferentes notas se pueden indicar


BIf
BSp
321
Una bordadura inferior.
Una bordadura superior.
Los números arábigos con circunflejo denotan los grado de la es-
l
por ligaduras y barrados continuos. Estas indicaciones se emplean en todos los
niveles estructurales.
cala de los que consta la estructura melódica fundamen 1 de una
composición. l
Las ligaduras y barrados de trazo discontinuo indican la retención estructu- Aclararemos los demás símbolos a medida que vayan apareciendo e el texto.
ral de una sola nota.
l

l
l
6 Recordemos que el término adorno corresponde al término inglés embellishment y que aquí
no significa un simple elemento añadido (como un mordénte por ejemplo), ni es el término que
aglutina a todas las notas «extrañas» como aparece en-algunos tratados de armonía tradicional, sino
i
i
que para nosotros va a designar siempre a un elemento constructivo particular de elaboración me-
lódica (o armónica) como la bordadura o la nota de paso, y que se refiere al que en el libro de Forte
y Gilbert aparece designado como consonant skip (salto consonante). En la traducción castellana
del libro de Salzer Audición estructural se traduce literalmente por embellecimiento. Así pues,
adorno (Salzer y Schachter), embellecimiento (Salzer) y salto consonante (Forte y Gilbert) son tér-
minos equivalentes. (N. del director de la colección.)
EL CANTUS FÍRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE

*$>•**** -"-

' conjunto que perfila una octava. En su totalidad la línea melódica nos da una REPETICIÓN DE UNA SOLA NOTA
* impresión de algo más bien fortuito. Parece representar un movimiento con- ^••""
junto ascendente con algunas notas omitidas arbitrariamente. El ejemplo l-9¿> Las exigencias del cantus firmusXexcluyen la- repetición inmediata de una
les más adecuado, ya que aquí el cambio de sentido efectuado por el primer nota (v. ej. 1-11). En primer lugar esta repetierón extiende el valor de la nota y
"salto de quinta y la subsiguiente curvatura de la línea crean una melodía mu- consecuentemente interfiere con la necesaria igualdad rítmica del cantus; al
¿cho más equilibrada. mismo tiempo la nota repetida recibe un énfasis excesivo y se crea un punto
- En resumen: evítese un excesivo movimiento en la misma dirección, tanto estático que desequilibra la línea melódica en su totalidad.
•Jel originado por una progresión por grados conjuntos exclusivamente, por una El ejemplo 1-12 muestra ira problema en cierto modo distinto. Aquí no se
"ptogiesión por grados conjuntos seguida de un salto considerable, o por da una repetición inmediata, pero la frecuente aparición de Do crea un estado
jUna progresión por grados conjuntos entremezclada con varios saltos pe- de desequilibrio extremo. Una nota no debe aparecer con una frecuencia tal
queños. como para dominar la totalidad del ejercicio. La nota más^gudajap_debe repe-
tirse, mienjras jju_eja ma^gr^^ puede hacerlo en oca-,
'siwíesT(Si la tónica inicial es Ian£lavjaás...grj3ye^^^^
TENSIÓN MELÓDICA SIN RESOLVER ejercicio. Véase más adelante.) Las notas precedidas de saltos de cierta en-
-1 vergadura reciben un cierto énfasis, siendo su repetición más inadecuada que
Estudíese el ejemplo 1-10; los corchetes en a,b,yc indican que los intervalos la de las precedidas por movimiento conjunto.
'disonantes están formados por la primera y última notas de un movimiento en la
misma dirección. Las notas que empiezan y acaban un movimiento son más pro- AJ o f-f r ts n $ h
minentes que las notas intermedias, De este modo las disonancias perfiladas por
tales notas ocasionan una tensión melódica para la cual el contrapunto elemental
no puede aportar un contexto lo suficientemente significativo.1 En el ejemplo La repetición de un grupo diferenciado de notas produce un efecto redun-
l-10d la línea alcanza su punto álgido en la sensible. El oyente espera una conti- dante. En el ámbito de la composición, con su amplio marco de referencia, la re-
nuación hacia la tónica y no acepta el séptimo grado como un punto culminante petición motívica constituye un recurso valioso y realmente esencial, pero el limi-
adecuado; consecuentemente, el equilibrio lineal resulta afectado. Lo mismo es tado mundo de los ejercicios de especies no ofrece un campo suficiente para el
válido para el séptimo grado alterado ascendentemente en el modo menor. empleo efectivo de la repetición. Considérese el ejemplo 1-13, en el que la línea
melódica es tan corta que la repetición de tan sólo tres notas resulta molesta.
1 Cuanto mayor es el número de notas que intervienen, menor es la impresión de intervalo
La repetición crea además un efecto de ruptura de la continuidad de la lí-
disonante perfilado. nea melódica. Es como si el cantus interrumpiese su curso después de la quin-
I EJEMPLO 1-10
$• b)
' "'Jf —^
—tfjL ,i ™ o < * . " » * - ' L VJ tj fy
0 í
> 0
-ríffl •*"* © "TS ** —© "* . ° o ~~ -i ___ ,

d)
. ::A i
• jf i f '— ¿ 0
fL. b ,—-— o o f\? ^-^ ¿"í ^~^ 4.^ j™v
VM} s^. «J ° *> i? o - - o ^ V> \J
• '¿j o v " ' v o

EJEMPLO 1-11 EJEMPLO 1-12

32: " 'Jf ff


>í. <"» rT. t>
í> '
ÍTl

r, ^~ O
Hi *
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
ta nota, comenzase de nuevo en la sexta nota, y llegase por fin a su conclusión. censo a la tónica final; si se cumplen las demás condiciones, constituye el final •
Dichas rupturas en la continuidad de la superficie son muy recomendables en más estable. La mayoría de los textos sobre contrapunto, aunque varíen mu- ™
la composición, contexto en el que, como veremos, es posible establecer mo- enísimo en otros aspectos, recomiendan que los cantus firmi finalicen con la
vimientos subyacentes que unifiquen esos modelos articulados de la superfi- progresión descendente 2-1. Sin embargo, por razones de variedadjo equili-
cie. El contrapunto de especies carece de estos medios. (Véase, sin embargo, brio, en ocasiones puede ser beneficioso llegar a la tónica desde abajb; en este
capítulo 7, sección 4, «Repetición y articulación».) caso el movimiento hacia la nota final debe ser de semitono. Sólo éstejf
Ínter-
El alumno deberá evitar por razones similares el empleo de las llamadas valo diatónico puede producir un efecto conclusivo en dirección ascendente;
secuencias. Una línea como la del ejercicio 1-14 no sigue los preceptos del por lo tanto en el modo menor deberá alterarse el séptimo grado. \'_
contrapunto de especies. Desde nuestro punto de vista esta línea aparece frag- La penúltima nota estará generalmente precedida por grados dqnjuntos.
mentada en varias unidades casi independientes; dentro del estrecho ámbito Ésta no debe seguir nunca un salto mayor de una tercera, puesto qu> de otro
del ejercicio, no podemos crear un contexto más amplio que pueda dar sentido modo el final resultará desconectado del resto del cantus. La progresión 6-7-11
a dichos detalles. (8) en menor requiere la alteración ascendente del sexto grado, de acuerdo con la •
forma melódica de esta escala. Esta alteración previene la aparición de; una se-

PRINCIPIO Y FIN
gunda aumentada (ej. 1-17). •(•
I
Para que el cantus firmus forme un todo autónomo —en otras palabras, CANTUS FIRMI MODALES
para que posea la cualidad de lo completo— deberá comenzar y finalizar en la
tónica. 'Después de la nota inicial la línea puede continuar por grados conjun-
tos o por salto, y la aproximación a la nota final será siempre por grados
I
Muchos autores, siguiendo la práctica del siglo xvi, presentan el contrapunto
sobre una base modal. Este no es el enfoque del presente libro, puesto Cjue cree-
conjuntos. La razón ¿s obvia; después de un salto el oído espera un movimien- mos que el propósito de la instrucción del contrapunto elemental debe ser el estu-
to de compensación en sentido opuesto. Considérese el ejemplo 1-15; la línea dio de los problemas fundamentales de conducción de las voces, y no la imitación
melódica finaliza abruptamente, y no podemos aceptar la nota Mi como un de un estilo musical específico. Puesto que nos desviamos de la práctica del
final satisfactorio, ya que esperamos una continuación que rellene el salto. En siglo xvi —o al menos de la palestriniana— en algunos detalles de tratamiento de «
el ejemplo 1-16 encontramos dicha continuación; los dos Mi marcados con la disonancia y de progresión melódica, creemos apropiado mostrar los elernentos O
asteriscos poseen la misma altura, pero cada uno de ellos desempeña una función de conducción de las voces en un marco tonal y no modal. La mayoría délos ejer-
distinta; el primero es un desvío momentáneo dentro del movimiento descendente cicios y ejemplos reflejan por tanto el sistema de tonalidad mayor-menor.
de La a Mi, y el segundo es el objetivo claramente establecido. Aunque no sean centro de nuestros propósitos, no excluimos talejs ejerci-
Al concluir el cantus firmus es preferible llegar a la tónica final descen- cios modales. La aplicación de los conceptos "aprendidos en este libro a un
dentemente. Como regla general el movimiento ascendente produce un incre- contexto modal es perfectamente factible. Al hacerlo el alumno ,'estará; abrien-
.mentó de tensión, mientras el descendente produce lo contrario. Así, un des- do su oído y su mente a posibilidades melódico-contraptmtísticks que 'de otro
l
EJEMPLO 143

4\ 4-) íT>
*_>
•^ o
o
Q ^^
0 0 *.»
EJEMPLO 1-14
l
i
¿-* '
^P

EJEMPLO 1-15 EJEMPLO

^
o *=»
0 o
i
I
I
A,

EL CANTOS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE


gffogdo podría pasar por alto, y st
Aciones de entender y apreciar ^ grana 9
""**«

I :ff|to;En secciones posteriores de este libro


:;|el lector encontrará un buen número dp
••-.'•'J'l T->
v-del Renacimiento.
• • "ÜJ^J.U UC
del Renacimien-
™ • i ? en &l Capítul° 10-
musicales de la polifonía modal
general, el natural se emplea en las líneas ascendentes y el bemol en las
descendentes. El ejemplo 1-18 muestra algunas posibilidades.
El modo frigio está construido sobre Mi. El semitono entre el primer grado

I
y el segundo produce un equivalente en dirección descendente a la sensible as-
<* alumno debe tener en cuenta: cendente en el modo jónico (mayor). En líneas melódicas en el modo frigio el
- I- En relación con la conducción HP ^ segundo grado desempeña por tanto una función de sensible; el séptimo, Re,
(en Do y La, respectivamente) pu den t * J^' ^ m°d°S JÓnico ? ^ se altera rara vez a Re sostenido. En la música polifónica el modo frigio em-

I modos mayor y menor.


:1
P considerarse como equivalentes a los

2. La distinción entre modos platales v „„* f


jpusica polifónica; el alumno puede ñor tanto h °S '" C°mPlica en ^
plea el Si bemol sólo ocasionalmente; esta alteración produciría una quinta
disminuida o una cuarta aumentada con respecto a Mi, la nota central. El
ejemplo 1-19 muestra algunos cantus firmi en modo frigio.

i
<ón. Puefle P°r tanto hacer caso omiso de esa distin-
El Sol es la nota principal del modo mixolidio. Como en el dórico, el sép-
timo grado se altera cuando se desea una sensible. El Si bemol se da con fre-
cuencia en las progresiones descendentes en este modo (ej. 1-20).
Aquel lector que desee más información sobre los modos puede consultar

1 modos: dórico, frigio y míxolidio


*,
con tres
obras de referencia clásicas e historias de la música. Counterpoint de Jeppesen
cuenta con mucha información valiosa al respecto, presentada de modo claro y
conciso. Sin embargo, la aplicación compositiva de los modos a la música polifóni-

I
menor nos
ca plantea un buen número de problemas, ya que la teoría modal se desarrolló prin-
cipalmente en términos de música de una sola línea. En años recientes, los acadé-
van, formas, en micos de la música han incrementado significativamente nuestra comprensión de
la polifonía modal, pero queda aún bastan te para que lleguemos a comprenderla del
todo.

EJEMPLO 1-18

con si bemol)

EJEMPLO 1-20

I a) (J'eppesen)
b) (Si bemol opcional)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLOS 2. Contrapunto a dos voces, primera especie I


I
El ejemplo 1-21 presenta un buen número de cantus firmi en distintas tonalidades
mayores y menores. Algunos de ellos se han extraído de otros textos más antiguos CONSIDERACIONES GENERALES
sobre contrapunto; los demás son nuestros. El lector puede utilizarlos como modelos
r
para sus propios cantus firmi, y también para posteriores ejercicios en el contrapunto a
La elaboración de cantus firrnus nos ha permitido adquirir práctica en or-
dos y tres voces.
ganizar y dar forma a líneas individuales. Ahora estamos preparados'^para co- •
menzar el estudio del contrapunto a dos y tres voces. En el contrapunto a dos
EJERCICIOS voces le agregaremos al cantus firmus una segunda línea melódica, que recibi-
rá el nombre de contrapunto. Este contrapunto muestra en cada una de las M
1. Critíquense y corríjanse los cantus firmi del ejemplo 1-22. cinco especies una relación rítmica específica con respecto al cantus, |y éstas a •
2. Escríbanse al menos doce cantus firmi en varias tonalidades mayores y meno- su vez crean varias posibilidades de conducción de las vocesSJSn la primerajr
res; varíese la longitud entre ocho y dieciséis notas, y coloqúese el punto álgido en especie la voz añadida_se desen^uely^en_redpnda_s,^omo el cantus'Tmñüs; la
distintas posiciones dentro de la línea melódica. textura contrapuntística es" por lo tanto de nota contra nota. '?: '

EJEMPLO 1-21

a) (Schenker) b)
__ —
_^ „ o o_
p-
S-
-_— A-X €^ '*
^ ^ ^ o

c) d)
i O ^-» i ^^ dpfc
*» b *^ o " - - o 0 ijÍ' , ° 0 0 *> « 0
=1 ^_^ e 12 2 o o <>
_$ 1
dt ^4^

e) (Fux) "\. •••' ,»-». O * - » f) (Jeppesen)


i _¿J
^ "V — —'"
4."í
4. "í ,pv
^^^ Cí
'*•'*' 4."í ^"^ 4. "í f*.
^"^ 4.Í >• • t í
0 0
° *-» o
<LJ t"» *^ *r»- * « . • »
1 ^S >

h)
o ° •*^ o O
j~»
" <f>
ik
> 0 *-> lOl
*•> ° á~^l ^"^ *^^
^ 4>
^^
T^ 7 7 • *-* *"» —O— T5

j>4M*
Q—p © *-*
¿—s-2 e
e **— 3 ©
i)
-¿Mi
—í © — *
— „ o —
-í O
I
k)
331 3CC
1)
I
-O-
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 11

'' El carácter melódiccxde la línea añadida o contrapunto se asemeja al del una textura contrapuntística cada línea debe preservar su integridad. Pero no
;cantus firmus. Al escribir contrapunto a dos voces deberemos emplear por tan- podemos dar forma a la nueva voz en un vacío musical; debemos considerar
íto los mismos principios generales de construcción melódica que aprendimos siempre su relación con el cantus firmus.
'i&n la sección sobre el cantus firmus. La presencia de otra voz añade, como
Sveremos, algunas consideraciones.
CONSONANCIA Y DISONANCIA VERTICALES

• ••LAS DOS DIMENSIONES: HORIZONTAL Y VERTICAL La capacidad de combinar dos o más voces para crear un todo lógico de-
'A • pende en gran medida del control de la consonancia y disonancia verticales.
'\o escribimos una sola línea nos desenvolvemos sólo en la dimensión Este control representa uno de los principales fines del contrapunto elemental,
•^horizontal de la música, con el despliegue temporal de una sucesión de notas. y en cada especie nos enfrentaremos con un nuevo aspecto de este importante
••JEn el contrapunto a dos voces añadimos una segunda dimensión: la vertical. problema. La primera especie nos enseñará cómo desplegar las consonancias
• -. Debemos aprender a organizar combinaciones de sonidos sucesivas al verticales. En las especies posteriores expondremos varios tipos de tratamiento
.'igual que simultáneas.'La dimensión horizontal es la principal, puesto que es de la disonancia.
;iel movimiento de las dos líneas el que produce los intervalos verticales del En un intervalo consonante los sonidos se mezclan en una sonoridad estable,
•¡contrapunto a dos voces. Al mismo tiempo las relaciones verticales desempe- que tiende a mantenerse en estado de reposo. Por otro lado, en un intervalo diso-
•jían un papel vital, pero secundario. Un buen contrapunto no es una mera adi- nante la combinación de sonidos da lugar, a una tensión que exige una continua-
• tión de una voz a otra, sino que las dos se deben fusionar en un todo con ción; las disonancias sirven por tanto para intensificar el movimiento musical. En
Asentido propio. Esto no puede lograrse sin el control de la dimensión vertical, la música tonal, hasta el siglo xx, las consonancias proporcionan el armazón es-
.'puesto que una textura contrapuntística lógica no podría ser nunca el resultado table que posibilita el movimiento de las disonancias. El sentido de la disonancia,
;fte una colisión casual de las voces que la componen. La realización del con- por muy prominente o llamativamente que se use, depende de su relación inme-
vtrapunto requiere un continuo ajuste mutuo de las dos dimensiones. Debemos diata o fundamental con un contexto determinado por consonancias; las conso-
•esforzarnos en hacer la voz añadida lo más perfecta y lógica posible, ya que en nancias representan la sonoridad primaria que puede crear mayores contextos,

i EJEMPLO 1-22

' fl ^~* 'C**t ' "f O -*• c? <.^> *•"* o


• '•» TT> "^ x^» 0
í>
*-*
*
f> 0 0 i-»

d)
•^ o
• -|¿f k
•! r» _1? <"> ri
<-> <> í"> . -„ 5 o fe*>
tt (f
'° t~> —í=* ~— <•^ . .—

zn -o- 3n -o- 3CC


321 o o o o jcr
331 ^&-
"or -o- ^=^

•**- _Q_ o
4É -e-
^ -o- 3H
~ry
-o-
EL CONTRAPUNTO EN LA' COMPOSICIÓN

mientras que las disonancias son los elementos transitorios y dependientes LOS INTERVALOS CONSONANTES: DISTINTOS GRADOS DE ESTABILIDAD '.
' ' • • . ' • • '.
— aunque vitales— que activan- y avivan estos contextos.
Consonancia y disonancia no son cualidades absolutas, puesto que los di- Como mencionamos anteriormente, los distintos intervalos; eonso.tr"'
ferentes intervalos consonantes poseen varios grados de estabilidad, y las poseen "diferentes grados de estabilidad, y las disonancias, de tensión. E
disonancias, de tensión; y, por supuesto, el contexto puede ejercer una influen- especies posteriores aprenderemos que las diferencias entre los Ínter
cia modificadora sobre un intervalo dado. Más aún, los conceptos de conso- .disonantes tienen poca repercusión sobre el tratamiento contiapiíntístico; una
nancia y .disonancia han pasado por un desarrollo histórico. En la polifonía nota de paso, por ejemplo, cumple la misma función tanto si forma una cu.aigL
medieval temprana la combinación de octava y quinta, J , dominaba la textura una segunda o una séptima. Ño obstante, el tratamiento de las QÓnsonancjjp
musical; la cuarta era también una consonancia favorecida, mientras que las varía considerablemente dependiendo del grado, de estabilidad denlos diferen-
terceras y sextas se consideraban disonantes. Más tarde la cuarta se convirtió tes intervalos. ' ¿; _
en un intervalo equívoco, unas veces consonante y otras disonante, y las terce- En general debemos tratar con mayor precaución las consonancias con •
'" ^~ " alto grado de estabilidad. Tales intervalos, al poseer un fuerte equilibrio verP
Estos cambios tuvieron lugar antes del siglo xv. Durante un período de cal, despiertan pocos deseos de continuar el movimiento. El empleo excesivo
casi cinco siglos —hasta bien entrado el xix— los compositores siguieron es- de estos intervalos puede impedir el fluir de las líneas melódicas. D'e todos Ifl
tando de acuerdo sobre la identidad de los intervalos consonantes. Durante intervalos, el unísono es el más estable, el más absolutamente eionsonantjj
este período el lenguaje musical sufrió muchos y profundos cambios estilís- Como veremos, la gran estabilidad del unísono limita su uso, envía primera
ticos, pero el armazón consonante —los cimientos del contrapunto— se man- especie, al principio y fin del ejercicio, donde la cualidad de completa estaba
tuvo constante. La práctica de los compositores pone de manifiesto los inter- lidad es la más apropiada. i• •
valos siguientes como consonantes: iinísonps^quintas;.j__Qc,tay.as)~.y.Jerceras_y La octava supone el siguiente grado de estabilidad después del unísono, ár
sextas may^es.y_jiijen^res\a cuarta justa, como ya hemos mencionado, es un . contraste de registro, sin embargo, crea una cierta diferenciación entré los que de
intervalo equívoco; funciona como disonancia en una textura a dos voces, pero otro modo serían sonidos equivalentes. Por tanto la octava puede utilizarse coM
se convierte en consonante en algunas configuraciones a tres o más voces. mayor libertad que el unísono; sin embargo, demasiadas octavas producen unP
Todos los intervalos consonantes surgen de las tríadas mayores y menores. textura hueca y tienden a detener el movimiento hacia adelante de las¿ líneas.
Desde el siglo xv la tríada ha sido la matriz de las combinaciones verticales de El próximo en nuestra escala de consonancias es la quinta. La qíiinta cons1
la polifonía occidental; por lo tanto nos referimos a este período como música
triádica. (Los alumnos de Historia de la Música recordarán que los composito-
res emplearon la tríada mucho antes de ser reconocida como unidad funcional
contraste entre sus sonidos componentes. La quinta juega un papel primordia I
ta de dos notas diferentes, y es el intervalo más estable de los quejjposeen u

en la música triádica, puesto que es el intervalo definitorio de la tríada. Do-—


por los teóricos.) y Sol, por ejemplo, define una tríada con el Do como fundamental. La-quinta eJ|
Las consonancias antes mencionadas —excluyendo la cuarta justa, inter- también, por tanto, un factor muy importante en cuanto a la definióión de la*
valo de cierta ambigüedad— constituyen los intervalos verticales disponibles tonalidad en el período de la tonalidad triádica. Do-Sol, por consiguiente, no
en el contrapunto de primera especie a dos voces. Después de aprender a utili- sugiere meramente una tríada en Do, sino, por extensión, la tonalidad de Do.B
zar estos elementos en un contexto simple estaremos preparados para tratar Por supuesto, la quinta aislada no puede sugerir una cualidad mayor}.O menor; •
con estructuras más complejas originadas por los distintos usos de la diso- para ello se requiere también una tercera. La fuerza vertical de la quinta es tal,
nancia. La primera especie nos provee de un marco de referencia para nuestros que, como en el caso de la octava, un uso excesivo podría impedir el fluir,»
posteriores y más avanzados trabajos de contrapunto. melódico. Sin embargo, el contraste entre los dos sonidos hace de la Quinta un
En resumen: En el contrapunto de primera especie sólo se emplean intervalos intervalo en cierto modo menos llamativo que la octava. |!
consonantes. Éstos son: unísonos, quintas y octavas justas, y terceras y sextas ma- Las consonancias restantes, las terceras y sextas mayores y menores, son
yores y menores. No aparecerán disonancias; los intervalos disonantes son: todas menos estables que las consonancias perfectas antes enumeradas. Tofros estos •
las segundas y séptimas, todos los intervalos aumentados y disminuidos, y, en el intervalos (incluyendo por supuesto las décimas, que son terceras ampliadas
. contrapunto a dos voces, la cuarta justa. en registro) ponen de manifestó una mayor tendencia hacia el movimiento que
los unísonos, octavas o quintas. Al poseer una menor estabilidad vertical, las
C \ j £ f -V-'- terceras y sextas son más capaces de promover una comente lineal, horizontal.
Por lo tanto estos intervalos predominarán en una textura contrapuriiística a
dos voces excepto al principio y final del ejercicio, donde se desea lk mayor
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 13

•^estabilidad posible. Dentro de este grupo de consonancias imperfectas las ter- relación con respecto a la quinta; en todos los demás casos se interpretará
*-ceras son más estables que las sextas, y las terceras mayores más que las me- como un intervalo inestable con una marcada tendencia a resolver en la terce-
1
'nores Ambas aparecen en relación al sonido fundamental de una tríada; la tercera ra, por medio del descenso de un grado en la voz superior. La cuarta es
I i;iriayor7en la tríada mayor, y la menor en la tríada menor, de algún modo menos disonante cuando aparece en una textura a dos voces, o con respecto a ese bajo
"consonante Las sextas, por otro lado, resultan de-la inversión de las terceras, y crucial en el contrapunto a tres o más voces. Como intervalo en la voz superior
'sontotervalos derivados más que fundamentales. La sexta mayor, por supuesto, de una tríada, f , o de un acorde de f , su relación con la quinta es evidente; el

l
¿resulta de la inversión de la tercera menor, y. la sexta menor de la tercera mayor. intervalo es consonante, (En el contrapunto prolongado de la composición es
"La sexta mayor es ligeramente más inestable que la menor; ambas sextas son posible crear contextos en los que la cuarta —incluso aislada, o con respecto
^intervalos considerablemente más activos que las terceras. De todas las conso- al bajo— sea consonante. Cuando el bajo arpegia una tríada, por ejemplo, si
nancias, las sextas son las que más se aproximan a la cualidad de la disonancia, y, aparece una cuarta, se escucha en relación al acorde desplegado y resulta con-

i /de hecho, en la Alta Edad Media fueron los últimos intervalos en ser aceptados
Acornó consonantes por los compositores. A diferencia de las demás consonancias,
Has sextas, normalmente, nunca se han utilizado para finalizar una composición
sonante. Tales posibilidades no aparecen en el contrapunto elemental.)

l •^'tnádica MOVIMIENTO RELATIVO

La presencia simultánea de dos voces genera cuatro tipos de movimiento


LA~CÜARTA JUSTA • relativo:

Í:
£ • ¿ Expusimos anteriormente que la cuarta justa actúa como disonancia en el 1. Movimiento directo, en el que las voces proceden en la misma direc-
.^contrapunto a dos voces, y por lo tanto no aparecerá en la primera especie. La ción sin mantener la misma distancia entre ellas (ej, 1-24).
¡{cuarta es el intervalo más ambiguo y problemático. En algunos contextos se 2. Movimiento paralelo, en el cual las voces se mueven en la misma di-
^manifiesta con la estabilidad característica de la consonancia, mientras que en rección a una distancia real o virtualmente constante. (Las terceras y las déci-
potros genera la suficiente tensión como para hacerlo disonante. Es disonante mas consecutivas se consideran paralelas aun cuando cambie su cualidad

l •¿cuando aparece en una realización a dos voces, o entre el bajo y una voz supe-
• jrior en una textura a tres o más voces. La cuarta es consonante en una realiza-
.-ción de más de dos voces cuando se da entre dos de las notas superiores de la
interválica. Véase el ejemplo 1-25.)
3. Movimiento contrario, en el cual las dos voces se mueven en direccio-
nes opuestas (ej. 1-26).
¡ítríada, de un acorde de f , o de un f (ej. 1-23). 4. Movimiento oblicuo, en el cual una voz se mueve y la otra no (ej. 1-27).
;i La cuarta es por supuesto la inversión de la quinta; al ser una inversión su-
• ípone un intervalo derivado, mucho más inestable que la quinta que representa. Como veremos más adelante, la primera especie ofrece pocas oportunida-
•iEl contraste de estabilidad entre la quinta y la cuarta es mayor que entre las des para el empleo del movimiento oblicuo.
• ^sextas y sus formas fundamentales, las terceras mayores y menores. Es más
.'ífácil, por tanto, escuchar las sextas como representativas de las terceras que la
¡piarta como sustitución de la quinta. A menos que el contexto sugiera lo INDEPENDENCIA DE LAS VOCES
Contrario, nos inclinamos más a escuchar la cuarta como una nota de figura-
;:ción melódica que tiende a resolver descendentemente hada-una tercera. (Esta En un ejercicio bien realizado cada una de las voces debe mantener su
-^explicación está en concordancia con pruebas históricas. En la polifonía propia integridad; ninguna de ellas debe limitarse a ser una mera duplicación o
. pretriádica de la Alta Edad Media, la cuarta era una consonancia inequívoca. acompañamiento de otra. No debe interpretarse el término independencia en
.En esta música la tercera no se utilizaba como consonancia, y por lo tanto la sentido absoluto, como si cada voz pudiera llevar su propio camino sin tener
' cuarta no podía tender a resolver en ella. Al carecer de atracción hacia la terce- en cuenta las demás. Para una mayor claridad e inteligibilidad de la realización
'•ja, la cuarta carecía de ambigüedad, y sólo podía escucharse en relación a la contrapuntística se hace necesario un control de las relaciones verticales,

l" quinta. Cuando la tercera adquirió una posición consonante, la cuarta comenzó
'a actuar como un intervalo con tendencias disonantes; esta inversión de pa-
peles es ya claramente evidente en la música-italiana del siglo xiv.)
control que ha de ser compatible con un mantenimiento de contornos distinti-
vos e individuales en cada línea.
De los distintos tipos de movimiento relativo el contrario es el que más fa-

i \a cuarta será por tanto consonante sólo cuando el contexto clarifique su vorece la independencia de las voces, puesto que las voces se mueven en di-
14 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

recciones opuestas y los intervalos entre ellas cambian constantemente. (Véase QUINTAS, OCTAVAS Y UNÍSONOS PARALELOS
ejemplo 1-28.)
El movimiento oblicuo, aunque es también un notable promotor de indepen- El movimiento paralelo en unísonos y octavas da como resultado á dupli-
dencia, en la primera especie sólo se permite en aquellos casos en los que el con- cación de la misma voz en lugar de dos partes independientes. La duplicación
trapunto liga una redonda de un compás al siguiente. Las otras especies del es total con los unísonos, mientras las octavas ofrecen, por lo menos, un cam-
contrapunto —no basadas en la textura de nota contra nota— hacen uso más bio de registro. Sin embargo, esta diferencia de registro no es suficiente para
frecuentemente del movimiento oblicuo. compensar el efecto de duplicación y producir así una conducción de las voces
En el movimiento directo las voces muestran menos independencia, ya que independiente. (Véase el ejemplo 1-31.)
ambas voces se mueven en la misma dirección (ej. 1-29). La duplicación en octavas aparece con frecuencia tanto en la mu ica ins-
El movimiento paralelo supone no sólo la misma dirección general, sino trumental como en la escrita para teclado como medio de subrayar una voz
también el mismo contorno específico (ej. 1-30). El movimiento paralelo bien concreta. Tales duplicaciones no contradicen la norma que prohibe octavas
empleado es una técnica muy valiosa de conducción de las voces, pero incluye paralelas, sino que están más en relación con la disposición instrumental (o
algunas relaciones verticales problemáticas que están excluidas por tanto de vocal) que con la conducción básica de las voces.
los ejercicios de contrapunto. Las quintas paralelas presentan un problema algo distinto al de los unísonos y
octavas. Al constar de dos notas distintas, la quinta no produce una mera duplica-
ción. Por otro lado, este intervalo es único entre todas las. consonancias por su ca-
pacidad de definir una tríada y, por extensión, sugerir así una tonalidad. Las ñotas

Iü EJEMPLO 1-23 EJEMPLO 1-24 EJEMPLO 1-25

e-

dis. dís. cons. cons. cons.

EJEMPLO 1-26 EJEMPLO 1-27 EJEMPLO 1-28

/3u
ffai <=»
4>
V* °
-o- -e>-
10
EJEMPLO 1-29 EJEMPLO 1-30
0 *•* &
etc. XT *3
f* O f"k

EJEMPLO 1-31 EJEMPLO 1-32


a) b)

0
-8-
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 15

Do-Sol sólo pueden pertenecer a la tríada de Do (mayor o menor)., y este intervalo INTERVALOS PERFECTOS ALCANZADOS POR MOVIMIENTO DIRECTO
sugiere por tanto la nota Do como tónica. Por otra parte, una tercera puede perte-
necer a dos tríadas distintas: Do-Mi forma parte a la vez de los acordes de Do La estabilidad vertical de los intervalos perfectos puede interrumpir el
"mayor y la menor. (Véase el ejemplo 1-32.) empuje de la conducción de las voces incluso en ausencia de movimiento pa-
Por lo tanto, en una sucesión de terceras (o sextas) los intervalos no poseen ralelo. Si introducimos los intervalos perfectos de quinta, octava o unísono por
"un carácter tan definí torio de la tonalidad como las quintas, y, por la ausencia movimiento directo, producimos el efecto mostrado en el ejemplo 1-35. Este
de una fuerte estabilidad vertical, el oído percibe con facilidad el fluir horizon- tipo de conducción de las voces se denomina a menudo quintas y octavas
tal de las dos voces. (Véase el ejemplo 1-33.) «ocultas». El origen de este término recae en la suposición de que el oyente
Sin embargo, una sucesión de quintas en movimiento paralelo resulta mucho rellena mentalmente el salto melódico, creando así la prohibida sucesión para-
más diíícil de escuchar en términos de movimiento horizontal. La estabilidad ver- lela (ej. 1-36). De hecho, tales «rellenos» eran ejecutados por el intérprete en
tical de cada quinta es tan grande que el movimiento se detiene, por así decirlo, en períodos estilísticos en los que las improvisaciones adicionales a la partitura
cada intervalo, y como cada sonoridad vertical posee un carácter tan definitorio escrita eran cosa común.
de una nueva tonalidad, se pone en duda la tonalidad global (ej. 1-34). La conducción hacia intervalos perfectos por movimiento directo es bas-
__• La norma'que excluye las quintas y las octavas paralelas ha permanecido tante menos problemática que por movimiento paralelo. Como veremos más
como principio fundamental de conducción de las voces desde el Renacimien- adelante, las texturas a más de dos voces pueden emplear esta conducción bajo
-to-hasta la mayor parte del siglo xix. Gran número de destacadas técnicas de la ciertas circunstancias. Sin embargo, la claridad y susceptibilidad de la textura
composición han evolucionado a partir de este principio. En las secciones sobre a dos voces requiere mayores precauciones en cuanto al uso de quintas y octa-
contrapunto prolongado el alumno aprenderá que las aparentes infracciones de vas. En los ejercicios a dos voces se evitará la conducción a los intervalos
esta norma en la música del período mencionado no están en contradicción funda- perfectos por movimiento directo.
mental con dicho principio, sino que representan más bien una extensión y mani-
pulación del mismo, bajo la influencia de factores compositivos distintos de los
relacionados directamente con la pura conducción de las voces. Las quintas y TERCERAS, SEXTAS Y DÉCIMAS PARALELAS: VARIEDAD DE RELACIONES VERTICALES
octavas aparecen frecuentemente en la música medieval y posromántica, pero
analizar los principios de conducción de las voces de dichos períodos queda fuera El principio de variedad, tan importante en la dimensión horizontal, posee el
de los límites del'presente capítulo. mismo peso en la esfera de lo vertical. La aplicación de este principio precisa de
En resumen: deberá evitarse el movimiento paralelo en quintas, octavas o una distribución razonablemente equitativa de los diversos intervalos consonan-
unísonos. tes. Por lo tanto debemos restringir en cierto modo el empleo de terceras, sextas y

; EJEMPLO 1-33 EJEMPLO 1-34

a) b)
ffm
L 0 /3_ ** f\>
í~» - <=» /K/V^,
;Fa? ¿Sol? ;La? ^ A//}

EJEMPLO 1-35 .rAÍ " ' Ll1 C v EJEMPLO 1-36

/ _• /.«• *3 -o-
-o- ^X o = z=«^r
16 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
décimas paralelas, y en general no deben aparecer más de tes de cada uno de
estos intervalos en sucesión; en el caso de un cantus firmus inusualmente extenso,
MÁS RESTRICCIONES EN CUANTO A INTERVALOS PERFECTOS I
puede permitirse una sucesión de cuatro. Recuérdese que la mayoría de los cantus
firmi constan de nueve a doce notas, y es fácil observar que series de cuatro o más
intervalos iguales ocuparían la mitad, o más, del ejercicio y privarían de variedad
El empleo de intervalos compuestos (intervalos mayores que una octfya) po-
sibilita una sucesión de quintas u octavas por movimiento contrario (ej. 1-88). Es-
tas quintas u octavas, denominadas antiparalelas, deben evitarse en el contrapun-
I
I
a la textura contrapuntística. to a dos voces. La simultaneidad de los dos saltos es problemática en sí misma
En interés de la variedad, trátese de hacer uso de todos los tipos disponi- debido a la dependencia de las voces. En este caso los saltos enfatizan también los
bles de movimiento relativo. El movimiento contrario predominará ligeramen- intervalos perfectos, de modo que ponen de manifiesto su calidad definitofia de la
te debido a su facultad de promover independencia, aunque su empleo cons- tonalidad. Por esta misma razón se deberá evitar la progresión de un uiíísono a
tante puede resultar monótono e inconveniente, y deberá evitarse en lo posible. una octava (o viceversa), con prioridad a la restricción general de los unísonos
(ej. 1-39). j:
La alternancia de quinta y octava puede demostrar, sin embargo, una con-
I
I
UNÍSONOS EN PRIMERA ESPECIE ducción de las voces perfectamente lógica y útil (ej. 1-40). \-
El contrapunto de la primera y última notas del cantus firmus deberá cons-
El uso del unísono en la textura de nota contra nota de la primera especie com- tar siempre de consonancias perfectas; la estabilidad vertical de éstas ayuda a
porta ciertas dificultades. Este intervalo es conveniente al comienzo y al final del establecer la tonalidad y refuerza tales puntos de definición estructural.'. En la

!
ejercicio, los lugares más apropiados dada su extrema estabilidad. (Debido al dise-
ño de la mayoría de los cantus el unísono aparece con mayor frecuencia al principio
y final del contrapunto grave que en el agudo.) Un unísono en mitad del ejercicio
mitad del ejercicio deben predominar terceras, sextas y décimas. Las quintas y
octavas, aunque no excluidas por completo, no deben presentarse con tanta
frecuencia como las consonancias imperfectas.
I
produciría la sensación de la súbita desaparición de una de las voces y, de ser ese
unísono en la tónica, un efecto conclusivo (v. ej. 1-37). Por tanto, el unísono deberá
simarse sólo al comienzo y final de los ejercicios de primera especie.
Si comparamos los ejemplos l-41a y 1-41¿>, observaremos cómo el em-
pleo de intervalos imperfectos da como resultado una progresión hoi zontal
más fluida.
I
I
I
I
EJEMPLO 1-37
a) b)
etc.
s if^í

I
¿->fc *.* Vx
-& *> -»- *x> & & ,00 &

EJEMPLO 1-38
a) b)
EJEMPLO 1-39 EJEMPLO 1-40
b)
I
f£ " e
-o- —
o

TT
-e-
I
5 12 8 15 8 10
I 17

I SALTOS SIMULTÁNEOS

I El énfasis creado por el movimiento disjunto puede ser un elemento per- La disposición más natural para la escritura vocal a dos voces se halla en-
tuibador cuando se da en ambas_voces al mismo tiempo (v. ej. 1-38). Además, tre dos voces adyacentes —es decir, entre soprano y contralto, contralto y te-
la presencia de saltos simultáneos desequilibra la independencia de las voces, nor, y tenor y bajo-—-. En general la distancia entre las voces no debe exceder
y por esta misma razón los saltos por movimientos directos son peores que los de una décima, y se permitirá una disposición más amplia sólo por razón de un

I que proceden en direcciones opuestas. Por razones de continuidad, los saltos


de una cierta envergadura presentan mayores problemas. Evítense siempre que
sea posible los saltos simultáneos, especialmente aquellos que incluyan inter-
acontecimiento melódico importante, y aun así sólo provisionalmente. Si, por
ejemplo, la voz superior asciende a su punto álgido por movimiento contrario
al cantus firmns, el límite de una décima puede sobrepasarse justificadamente.

I valos melódicos maypres que una cuarta. Después del punto álgido, sin embargo, debe restablecerse la disposición nor-
mal. El alumno descubrirá que una disposición demasiado amplia —particu-
larmente en la descamada textura de los ejercicios de especies— resulta más

I
ENTRECRUZAMIENTO DE LAS VOCES bien vacía y desnuda.

En caso de que, sin que haya cruzamiento de las voces, la voz más grave
USO DE NOTAS LIGADAS
se mueve a una nota más aguda que la nota anterior de la voz superior, o si la

I voz superior desciende a una nota más grave que la nota previa de la voz infe-
rior, se dice que existe uri entrecruzamiento entre las voces. El ejemplo 1-42
servirá de ilustración. En este tipo de conducción de las voces es difícil seguir
En el cantus firmus no aparecen notas ligadas (o repetidas). No obstante,
en la primera especie es posible emplear ligaduras ocasionalmente. La elabo-
ración de un contrapunto completamente consonante comporta dificultades

t la progresión de cada una de las partes, y por tanto la evitaremos por razones
de claridad.
mayores que la construcción de una sola línea melódica. En algunos casos el
alumno descubrirá que el uso de notas ligadas representa la mejor medida para
evitar intervalos disonantes, paralelos, etc. Las notas ligadas son más útiles

li
CRUZAMIENTO DE LAS VOCES

El cruzamiento de las voces, es decir, el desplazamiento provisional de la


que convenientes, ya que producen un área estática en la línea melódica. No
deben ligarse más de dos redondas consecutivas, y evítense más de dos liga-
duras en un ejercicio de extensión media. El uso de ligaduras produce auto-
máticamente movimiento oblicuo.

i voz inferior por encima de la superior, o viceversa, es una valiosa y legítima


técnica compositiva. A pesar de ello, los propósitos pedagógicos de los ejerci-
cios de.especies nos obligan a posponer los tipos más complejos de conduc- CÓMO COMENZAR EL EJERCICIO

i
j-
ción de las voces hasta que los más sencillos hayan sido comprendidos a fon-
do. Por esta razón es mejor excluir por el momento el cruzamiento y mantener
constantes las posiciones relativas de las voces a lo largo de todo el ejercicio.
Consideremos los ejemplos 1-43 y 1-44. La primera nota del contrapunto
debe confirmar la tonalidad del cantus firmus y servir como punto de partida

l
I EJEMPLO 1-41 EJEMPLO 1-42
a) b)
l J»/ i
AL b
>~v
o
1
4 ">

© '
^"^

^5 ^
etc. é
o
1 ©
0
~ o
etc. f \S .
« <-*

\L CANTOS FIRMUS Y LA PRIMERA ESP


* eT cf °
8 5 8 10 8 6 6 10
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

del desarrollo melódico de la línea añadida. En el contrapunto superior la pri- práctica que en la mayoría de los casos conduce a concluir el contrapunto su|-
mera nota debe situarse una octava o quinta por encima del cantus. Ambos perior más en octava que-en unísono. El contrapunto inferior, por razones d|-
intervalos establecen y confirman la tonalidad. (La mayoría de los cantus firmi disposición, finaliza frecuentemente en unísono. .?•
comienzan con un movimiento ascendente, y por tanto se hace difícil comen- El penúltimo compás debe contar con la sensible y el segundo grado de IsL
zar el contrapunto superior con un unísono —v. ej. l-43d—. A menos que .el escala, uno en el cantus y el otro en el contrapunto. Puesto que la mayoría de;
cantus descienda, el unísono producirá un entrecruzamiento o quizá un cruza- los cantus firmi descienden a la tónica final, la sensible aparecerá en el con?;
miento de las voces. De todos modos, el unísono en sí mismo es un intervalo trapunto. El modo menor precisa la alteración ascendente del séptimo grado err
perfectamente válido para el comienzo.) la cadencia; si la sensible está precedida por el sexto grado de la escala, está-
El contrapunto inferior deberá empezar con un unísono o una octava. No nota deberá alterarse también ascendentemente para evitar la formación de una.
es posible disponer una quinta bajo la tónica, ya que dispondrá el ejercicio segunda aumentada. (A excepción del final, los ejercicios en modo menor'.
fuera de la tonalidad. El unísono y la octava son igualmente adecuados, y su emplearán principalmente la escala menor natural, ya que la presencia en la;
elección dependerá del contorno de la línea melódica y el emplazamiento del mitad del ejercicio de los grados sexto y séptimo tendería a producir un efecto
punto álgido. cadencial.) •; •

. PUNTO ÁLGIDO NOTACIÓN DE LOS EJERCICIOS DE CONTRAPUNTO :< \


<_
El contrapunto superior, al igual que el cantus, debe moverse hacia una El cantus y el contrapunto deberán escribirse en pentagramas separados^
nota aguda para alcanzar el punto álgido. El contrapunto inferior puede em- Cuando se escriban varios contrapuntos a un solo cantus firmus, el cantus s4-
plear tanto un punto álgido grave como agudo indistintamente. (Véase la sec- puede escribir en la mitad de la página y colocaremos los contrapuntos sobre |!
ción sobre el cantus firmus, pp. 4 y 5.) El hecho de que el punto álgido del bajo el cantus, evitando así tener que reescribirlo cada vez. (En este caso, la;
contrapunto no coincida con el del cantus favorece la independencia. escritura del cantus en rojo facilitará su lectura.) Muchos textos de cóntrapun'-;
to requieren el empleo de claves de Do. Y
Los alumnos familiarizados con estas claves se beneficiarán de una bueña-
CÓMO FINALIZAR EL EJERCICIO práctica adicional al utilizarlas en los ejercicios de contrapunto. Todos lo|-
alumnos deben emplear como mínimo la clave de contralto, junto a la de sol-
El fin del ejercicio precisa de la estabilidad de la tónica tanto en el contra- prano y la de bajo. La combinación de contralto y soprano, o de contralto y.
punto como en el cantus. El intervalo final deberá ser por lo tanto una octava bajo facilitan el mantenimiento de una mejor disposición que la combinación;
o un unísono..La mayoría de los cantus firmi descienden a la tónica final, de soprano y bajo. {'

EJEMPLO 1-43
b)
— 'f\—e

i
. & , 4.^
o etc. etc. ©© *•»
4.1
b •1
cf
o tf-»

mal
m

EJEMPLO 1-44
b)

i
i~r JLn.^
r\? 0 etc. etc.
0 ;-?
T?
EL CANTOS F1RMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 19

PROCEDIMIENTO QUE SE HA DE SEGUIR ocasiones es necesario hacer numerosos cambios para resolver incluso un solo
compás problemático. Ocasionalmente deberemos comenzar todo el ejercicio
Los ejercicios de especies proporcionan una práctica muy efectiva para la de nuevo. El principiante se hallará quizá desconcertado por el número aparente-
audición mental. La capacidad del alumno para escuchar y comprender la con- mente inagotable de normas y restricciones; especialmente en la primera especie
tinuidad melódica y las relaciones de conducción de las voces crecerá gradual- —<;on diferencia la más limitada de las cinco—, resultará en ocasiones difícil
mente si éste procede del modo adecuado. Las siguientes sugerencias pueden escribir un ejercicio sin infringir alguna de estas reglas. El alumno debe asumir la
ser de utilidad: existencia de una solución ideal, y tratar de conseguirla por todos los medios. Este
esfuerzo no habrá sido en vano, ya que desarrolla la capacidad para el pensamien-
1. En caso de que el cantus no sea del todo familiar, cántese varias veces. to y escucha musicales. Obsérvese que algunas normas son absolutamente obliga-
Si es posible, deberá memorizarse antes de empezar a realizar el contrapunto. torias —las concernientes al tratamiento de la disonancia, quintas u octavas para-
Estudíese el contorno del cantus en cuanto al emplazamiento del punto álgido, lelas, etc.—. Otras —las referentes a la repetición de una misma nota, demasiado
la situación de saltos, etc. movimiento conjunto, etc.— expresan tendencias. Léase el texto meticulosamen-
2. No deberán realizarse nunca los ejercicios con la ayuda del piano. te para distinguir entre estos diferentes grados de severidad.
Debe hacerse todo lo posible por escuchar mentalmente la estructura con- 6. El establecer los focos importantes del contrapunto antes de comenzar
trapuntística; pruébese la calidad melódica del contrapunto cantándolo. Una ayuda a desarrollar la capacidad de anticipar y escuchar mentalmente gran par-
fT&t!""" A• vez finalizado el ejercicio podremos comprobar la precisión de nuestra audi- te del ejercicio. Deberán, pues, esbozarse primero el principio, el punto culmi-
ción mental tocándolo. Puede ser de ayuda para la audición interna tocar una nante, y el final antes de la elaboración de los detalles. A menudo se hará
voz y cantar la otra, en vez de tocarlas a la vez. (Y en este caso puede que sea necesario revisar nuestro plan original. En el curso de la escritura podemos
necesario transportar el ejercicio a una tesitura apropiada.) darnos cuenta de que un emplazamiento distinto de la nota más aguda produ-
3. Al escribir piénsese principalmente en términos de dirección y conti- ciría un mejor resultado, o que si la primera nota estuviese situada a distancia
nuidad horizontales. No debe escribirse nunca nota por nota, sino planificar de quinta en lugar de una octava sobre el cantus supondría un mejor punto de
como mínimo tres o cuatro antes de escribirlas. Con la suficiente práctica el partida, etc. Uno no debe sentirse obligado a mantener el plan original en to-
alumno será capaz de realizar mentalmente todo un ejercicio a dos voces antes dos los casos, sino que debe utilizarse con flexibilidad como un medio de
de escribirlo. Es muy importante tener esta meta presente, aunque pueda pa- guiar las ideas.
recer distante, incluso en las primeras etapas de estudio, ya que debe comen-
zarse a desarrollar inmediatamente la capacidad de escucha y planificación El ejemplo 1-45 ilustra un esbozo preliminar, con el contrapunto debajo
musical de las relaciones contrapuntísticas. del cantus; debemos comenzar en la'octava inferior, y dirigimos al punto álgi-
4. Tras haber escrito todo o buena parte del ejercicio, pero antes de to- do en el compás 6.
carlo al piano, compruébese cuidadosamente que no contenga errores. Escri- Nuestra primera solución-(ej. 1-46) se relaciona correctamente con el
bir los intervalos verticales debajo del ejercicio puede ser beneficioso. Préstese cantus firmus, pero forma una línea melódica muy poco satisfactoria, puesto
particular atención a las quintas disminuidas y a las cuartas (horizontalmente) que la nota más aguda, aislada a ambos lados por saltos, no forma parte inte-
aumentadas. Estos intervalos sobre el papel son iguales que sus complementa- gral de la línea. En particular, la continuación del punto culminante presenta
rios perfectos. Una aparición frecuente del trítono disonante indica que el una sexta descendente poco elegante, sin ningún movimiento ascendente que
alumno procede de modo mecánico, sin escuchar lo que escribe. la compense después.
5. Cuando se encuentre un error, corríjase cuidadosamente, ya que en El ejemplo 1-47 está mejor realizado, pero al -modificar el compás 7 hemos

cf
EJEMPLO 1-45 ~!¿/
\^\' -
O
4.? 4. Y
1 «J 4> 4>

¿V
*>
* b^
/' 1
ii
uo v
20 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

producido inadvertidamente un modelo secuencial de dos notas (véanse los cor- 3. Contrapunto a tres voces, primera especie
chetes).
El ejemplo 1-48 elimina el modelo repetido, pero ahora debemos admitir OBSERVACIONES GENERALES
un mayor número de consonancias perfectas de las que había en el ejemplo
1-47, número que sin embargo no es lo suficientemente alto como para estro- Cuando procedemos a añadir dos voces en primera especie a un cantus
pear el ejercicio, por lo que tras todas estas consideraciones el ejemplo 1-48 firmus se comienzan a examinar los procedimientos elementales de la escritura
es la mejor solución disponible. a tres voces. La combinación de tres voces crea un tejido musical de bastante
El ejemplo 1-49 cuenta con más ejemplos de contrapunto de primera es- complejidad incluso en el restringido marco de la primera especie. En primer
pecie. lugar ahora contamos con el contraste entre las voces exteriores y la voz me-
dia. En la escritura a dos voces, la superior e inferior son más o menos de la
misma importancia; por el contrario, en la escritura a tres partes la voz supe-
EJERCICIOS rior y la inferior, debido a su posición en la textura, destacan sobre la voz
media. Dicha primacía de las voces exteriores, aunque no reduce la voz media
1. Antes de proceder a la realización de ejercicios de primera especie, practí- a un mero relleno, hace que las relaciones entre las voces exteriores sean más
quense los ejs. 1-48 y 1-49 del modo siguiente: importantes que aquellas entre cada voz exterior y la voz media.
Primero cántese el cantus y toqúese el contrapunto al piano, y después inviértase Ahora podemos combinar además dos tipos de movimiento relativo. Por
dicho procedimiento. (Selecciónese el registro más apropiado para la voz propia.) ejemplo, las voces exteriores pueden moverse de modo directo o parálelo,
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor, y escríbanse mientras que el movimiento de la voz interior puede ser contrario a ambas
dos líneas melódicas de primera especie encima y debajo de cada uno. (ej. 1-50).

cf
EJEMPLO 1-46 -'££ p 1 —Tí
© 1 0 0
0

~~—o
—^-— 7- -— o -— O! ©
o o _...Jl- ^»

cf 1
EJEMPLO 1-47 1 I!P [^ 1 t>
© •*J 1 © Tf

1
7 F= 15
-^V 0 —©— o— "
© 1 ^ i 4J
—3o

cfl l na. im
EJEMPLO 1-48 _1*J_9
r* 4> ©

<

0 " "-

tj 8 C 6 10
1-4V
—/M-u c L ^ _
' '^ 1 0 © Ü«- - o
I EL CANTOS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE

1
21

Aquí disponemos además de un mayor número de sonoridades verticales En el contrapunto a tres voces el cantos firmus puede aparecer en cual-
que en el contrapunto a dos voces, sonoridades que pueden darse por otra quiera de estas tres posiciones: como voz superior, media o inferior, siendo así

I parte en una amplia gama de disposiciones. Las tres voces pueden moverse
juntas o dispersarse más o menos uniformemente, o dos voces muy juntas
pueden contrastar con una tercera alejada del registro de ambas (véase el
ejemplo 1-51).
posibles las tres permutaciones siguientes:

CF 1 1

I Es más difícil escribir un buen ejercicio a tres voces que a dos, debido a
que su textura algo más compleja precisa de una mayor capacidad de audición
y planificación. La presencia de otras dos voces obstaculiza además el desplie-
1
1

(CF: cantos firmus, 1: primera especie)


CF
1
1
CF

I gue de una única línea; ahora cada voz debe regular su movimiento con res-
pecto al otro contrapunto y también con el cantos. Lo mejor es asumir, mien-
tras se escriba el ejercicio, que existe una solución ideal y musicalmente DIMENSIONES HORIZONTAL Y VERTICAL

I válida, y que un trabajo inteligente y cuidadoso la puede poner de manifiesto.'


También es importante que el alumno escuche, piense y planifique concen-
trándose ante todo en la continuidad horizontal. Un relleno mecánico de nota
por nota nunca desarrollará la capacidad musical del alumno.
En el contrapunto a tres voces, como en la escritura a dos, la dimensión
primaria es la horizontal. La energía propulsora, el impulso generador, corres-
ponde al flujo melódico y lineal; las consideraciones verticales pueden limitar

a)

I EJEMPLO 1-49 JF

«J
n
0 o
o
^ • o ^ ti
tío
tt
. .

I 1
In
*!
Itf
cf
o
0
v>
0
O
o

I b)
cf o

I ,J
^
'-k
1.1
o
«.^

£L
C°*'
V 1'
1
*.>
*•>

**•

jQ.

I
£L ^ 0 ——^
¿V O^—
<•>
J/•

I
I
c)
.. . -0.

I
Ffa b
fL V u
v¿u 41

J TI
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

y controlar, pero no detenninar completamente el curso de las líneas melódi- La combinación de dos voces da pie a intervalos verticales, mientras que tr
cas. Si en esta sección nos centramos más en la dimensión vertical es sólo de- producen acordes. En una realización puramente contrapuntística, el movimien o
bido a que los principios de construcción melódica aprendidos en conexión de las voces reguladas por las leyes sobre consonancia y disonancia, paralelism
con el cantus firmus y el contrapunto a dos voces se pueden aplicar, con muy prohibidos, etc., produce una sucesión de acordes. El contrapunto organiza suce
pocas modificaciones, también a la escritura a tres voces. Es en la dimensión siones de acordes pero no en base a funciones armónicas, que, por supuesto, pe •
vertical donde se encuentran las mayores discrepancias con respecto a la escri- tenecen a la armonía. La presencia o ausencia de relaciones funcionales entre 1
tura a dos voces. acordes es irrelevante al propósito en los ejercicios de especies. En consecuencia

d)
, cf
EJEMPLO 1-49 (continuación) 1 í~* ^ O 4."^
4^ *> Q

íY O
"i' i fi ° O ff ¿~**> ^_~^
. li ^J
í~^
J h •—" O ^ 1

e)
JH 1> *.? O C>
^j
-W-
J

cf
i> ' 4)
4^^ 4.^

i)
cf
11 0
I tJ

0
^ -o- ^
tv/• ,
i>
s

Roth
cf
"/L
Tm
v5U ^^
o
-©- O O
TT TT

,--—
••j; '—i
©
o © o O
4% 0 — ff 1
-J-
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 23

afirmaciones como «el acorde de U a menudo conduce al Y» no pertenecen al CONSONANCIAS VERTICALES


dominio del contrapunto.
• j Por lo tanto, el alumno no debe tener en cuenta las relaciones entre los acor- Como ya sabemos, el contrapunto de primera especie utiliza sólo sono-
dhs o la dilección armónica al escribir sus ejercicios. Este hacer de lado, este «po- ridades consonantes. Del mismo modo que en la escritura a dos voces sólo
podían aparecer intervalos consonantes, en la escritura a tres voces todos los

l ner entre paréntesis» a la armonía puede hacer que el alumno entienda el hecho de
que «acorde» y «armonía» no sean sinónimos, y que las sucesiones de acordes
pueden producirse por medios puramente contrapuntísticos. Tales progresiones
cpntrapuntísticas de acordes se pueden encontrar en música de todos los estilos
acordes deben ser consonantes. Los acordes consonantes, al igual que los in-
tervalos consonantes, poseen inherentemente la suficiente estabilidad como
para mantenerse por sí solos, para servir como objetivos del movimiento, y de-

I 4-incluso aquellos en los que el elemento armónico es el predominante-—-.


Sólo se pueden comprender estas progresiones y los contextos en los que apare-
cen si se conocen sus orígenes contrapuntísticos.
terminar aquellos contextos en los que puedan funcionar las disonancias. Al
igual que los intervalos, los acordes consonantes constan también de varios
grados de estabilidad. Todos los acordes consonantes poseen en común que

I ; \a ausencia de organización armónica permite modelar cada voz en base a


•consideraciones melódicas y lineales. En una estructura musical condicionada
•gor relaciones armónicas la voz inferior consta de más saltos y menos conti-
pueden ser tríadas (completas o incompletas) o bien inversiones de éstas (H)-
El alumno descubrirá fácilmente por sí mismo que, entre los acordes de
tres notas (excluyendo duplicaciones), sólo son consonantes las tríadas, ya que
las demás sonoridades cuentan con una segunda, séptima o novena. Por esta

Í
•rjuidad melódica que las voces superiores, ya que la función del bajo en la
.'óomposición es esclarecer la organización armónica de la textura musical. En misma razón todos los acordes de cuatro o más notas (no conteniendo duplica-
^nuestros ejercicios puramente contrapuntísticos no es necesario diferenciar la ciones de octava) son disonantes. Por lo tanto todos los acordes consonantes
;yoz inferior de este modo. La línea del bajo puede y debe poseer un carácter son triádicos; sin embargo, lo contrario no es válido, puesto que no toda tríada
•tan melódico como las voces superiores. o sus derivados son consonantes. Examinemos las distintas posibilidades:
•: Del mismo modo, la voz media del ejercicio debe constituir una línea me- La combinación de quinta justa y tercera mayor (o sus formas compuestas,
• ló.dica lógica y coherente. Hemos mencionado ya la importancia relativa de las duodécima justa y décima mayor) forma una tríada mayor (ej. 1-52).
! Voces exteriores con respecto a la voz interior. Sin embargo, la voz media no La combinación de quinta justa y tercera menor forma una tríada menor
;'debe estar tan camuflada como para perder su perfil melódico. El alumno debe (ej. 1-53).
Aerear una textura equilibrada en la que cada voz mantenga su integridad. En La combinación de quinta disminuida y tercera menor forma una tríada
•¡realidad, la capacidad para escuchar y perfilar una voz media activa representa disminuida (ej. 1-54). Puesto que la quinta de esta tríada es disonante, al me-
•?un aspecto importante de la técnica musical. Incluso en la textura denominada nos en su posición fundamental, no debe emplearse en el contrapunto de pri-
'•¡/nelodía y acompañamiento, donde la voz superior supone el foco de atención mera especie.
;?y la voz (o voces) media queda relegada a un segundo plano, existe a menudo A diferencia de la tríada disminuida, la tríada aumentada (que consiste en
;|más actividad contrapuntística en las voces interiores de lo que se puede per- una quinta aumentada y una tercera mayor) no aparece en los modos mayor y
;|cibir en una primera escucha. ¿Con qué frecuencia escuchamos Mazurcas de menor natural. Podría aparecer si se alterase la sensible en el modo menor,
•íChopin o Impromptus de Schubert ejecutados sin una plena conciencia de su pero contiene una quinta aumentada, disonante, y por tanto queda también ex-
•^diseño contrapuntístico? cluida (v. ej. 1-55).

EJEMPLO 1-50 EJEMPLO 1-51 EJEMPLO 1-53 EJEMPLO 1-54

U o /L
fin. O
vy
(ff> X
0 r>
X
23DE
V5-1/
J °

*- ^
-e- -e>-
24 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Si combinamos una tercera menor y una sexta menor obtenemos un acorde res de un acorde disminuido ¡. Cualquier otro trítono vertical o melódico; si-
de sexta (f). Esta sonoridad corresponde a la primera inversión de una tríada gue siendo incorrecto. Por otro lado nos gustaría llamar la atención sobfc la
mayor; adviértase, no obstante, que ambos intervalos sobre el bajo son meno-
res (ej. 1-56). En el primer acorde del ejemplo 1-56 el alumno advertirá una
cuarta justa entre las voces superiores, intervalo que aparece siempre que la
idea, errónea pero prevaleciente, de que en texturas a tres voces cualquier
disonancia es permisible siempre que aparezca entre las voces superiores; jbsto
es válido sólo en el caso de un acorde f . El acorde del ejemplo 1-59, aun; sin
I•t*
t\
sexta se halle en la voz superior. Entre las voces superiores del acorde f la cuarta contar con ningún intervalo disonante con respecto a la voz inferior] i es
se convierte en un intervalo consonante. El bajo esclarece y fortalece la relación disonante y no está permitido. Las disonancias de segunda y séptima son;de-
de dicha cuarta con la quinta. Sin cambiar el carácter fundamental de este acorde masiado fuertes como para estar neutralizadas por la mera presencia de ama
(es decir, los intervalos entre la voz superior y el bajo), podemos producir la nota pilar en la voz inferior; la sonoridad resultante es además una sonoridad
forma que muestra el segundo acorde del ejemplo 1-56; consecuentemente la
cuarta no suena como si fuese una apoyatura. El acorde de sexta es sin duda
menos estable que cualquier acorde mayor o menor en posición §. Como vere-
no triádica.
La combinación de tercera mayor y sexta menor da lugar a una tríadaváu-
i-
I
mentada en posición f . En este caso la disonancia también se da sólo éntrelas
mos, el 3 no puede ser el primero o último acorde de un ejercicio, ya que allí voces superiores. Sin embargo, la tríada aumentada y su primera inversión;re-
se requiere la mayor consonancia posible. Al no ser de una estabilidad absolu- sultan casi siempre de una alteración cromática. Dichos acordes no están pre-
ta, y sin llegar a ser disonante, el acorde de sexta posee un carácter fluido y sentes en el sistema diatónico y por lo tanto no son apropiados en los ejerci-
móvil muy apropiado para el grueso del ejercicio. cios del contrapunto elemental, concebidos para introducir al alumno enílos
El acorde menor f posee el mismo carácter de fluidez. Está formado por la procedimientos de la conducción de las voces de carácter más fundamental y
combinación de una tercera mayor y una sexta mayor. La cuarta aparece aquí general (Y. ej. 1-60). \\l acorde de
también siempre que la sexta se halle en la voz superior (v. ej. 1-57).
La primera inversión de la tríada disminuida consta de una tercera menor,
una sexta mayor y un intervalo disonante, la cuarta aumentada o quinta dismi-
nuida (v. ej. 1-58). En este acorde, a diferencia de la tríada disminuida en su
de una sexta y cuarta por encima de una nota dada. En dicho acorde la cuarta
se encuentra entre la nota más grave y una de las voces superiores, y, puesto
que el bajo participa en ella, la cuarta y el acorde entero serán disonantes.?El
I
posición fundamental, la disonancia se encuentra entre las voces superiores, y
libera así a la nota más grave de toda relación disonante. En consecuencia, la
inversión f del acorde disminuido es considerablemente más estable que su
acorde de \n está excluido del contrapunto de primera especie, querré
limita a tratar con sonoridades consonantes (ej. 1-61).
El ejemplo 1-62 servirá de muestra y resumen de todos los acordes conso-
|; I
posición fundamental, y de hecho sólo ligeramente menos estable que los nantes disponibles en la escritura de primera especie, i-
acordes de sexta mayores o menores. El acorde disminuido f se considera a
menudo entre los acordes consonantes. Esto no es estrictamente cierto, ya que
cuenta con un intervalo disonante inequívoco; no obstante, el hecho de que la voz CONSONANCIAS VERTICALES: ACORDES INCOMPLETOS '<•;
inferior no participe en la disonancia, y su similitud en el grado de tensión con los
demás acordes 3, permite que se emplee como una consonancia.
El alumno deberá recordar que el único caso en el que puede emplearse el
En una textura de tres o más voces la sonoridad formada por una nota fri-
plicada o dos notas distintas más una duplicación en unísono u octava recibejel
I \
trítono —cuarta aumentada o quinta disminuida— es entre las voces superio- nombre de acorde incompleto. Este término es sólo válido en relación con Jila

EJEMPLO 1-55 EJEMPLO 1-56 EJEMPLO 1-57 EJEMPLO 1-58 EJEMPLO 1-59

-O-
V 1
L

I
¿f\? <í~i -e- -^9- -O-
-^& o 331
V
.0. ^3L ¡ ^
6Y
/•
y
i
1
I
EL CANTUS FIRMUS Y LA. PRIMERA ESPECIE 25

'¿música triádica en la cual la tríada constituye la norma vertical; en la música pío l-63fl muestra un empleo incorrecto de dicha combinación; el 1-636 uno
í-pretriádica —como por ejemplo en la polifonía medieval temprana— acordes correcto.

I i-tales como | u íj no se consideraban de ningún modo incompletos; podemos


¿emplear dicho término, puesto que aquí tratamos con el contrapunto de la mú-
¿sica triádica.
La quinta más una duplicación cuenta sólo con consonancias perfectas (la
cuarta entre las voces superiores, como en el ejemplo 1-64, aquí es consonan-
te, como el caso del -j). En consecuencia, esta sonoridad posee una gran esta-

I I Comparados con la tríada completa, \ 3, los acordes incompletos dan una


¿impresión más descamada, más vacía; empléense por tanto acordes completos
\e que sea posible. No obstante, una exclusión total no es ni necesaria ni
Í: deseable, puesto que la consideración principal deberá seguir siendo el conservar
bilidad pero un sonido menos lleno y poca tendencia a moverse hacia adelan-
te; al igual que la nota triplicada, aunque en menor grado, tiende a impedir el
curso del movimiento precedente, y por lo tanto debe reservarse para el com-
pás inicial o final y no debe aparecer en medio de un ejercicio. Muy ocasional-

I I la integridad melódica de las voces. En consecuencia a veces resulta necesario


?; sacrificar la densidad sonora para conseguir un efecto melódico específico en
> una de las voces. El alumno deberá asegurarse de no emplearlos excesivamente
mente, y para conseguir una buena conducción de las voces, podemos em-
plearlo aparte de los compases primero y último.
La tercera más una duplicación es la más versátil de este grupo (véase

I •- y sin motivo (un límite de dos de ellos en sucesión inmediata es una buena regla
• general). Éste deberá procurar emplear las sonoridades incompletas más apropia-
l das al lugar en que aparezcan en el ejercicio.
el ejemplo 1-65), y con la tónica duplicada puede aparecer al principio o al
final del ejercicio. Aunque la tercera no posea el carácter definitorio de la
tonalidad que posee la quinta, es lo suficientemente estable como para pro-

I
' Prescindiendo de las diferencias en duplicación o de la cualidad de ma- porcionar un principio o final sólidos cuando aparece en combinación con
. yor o menor de los intervalos, existen cuatro tipos de sonoridades incomple- la tónica duplicada; actúa con fluidez en mitad del ejercicio, ya que la con-
tas: una nota triplicada y la quinta, tercera y sexta con una nota duplicada. La sonancia imperfecta da a un tiempo riqueza de sonido y tendencia al movi-
nota triplicada es la que plantea más dificultades, ya que supone tal énfasis miento hacia adelante.
que tiende a interrumpir y detener el fluir contrapuntístico precedente. Debe- La sexta más una duplicación es mucho menos estable y no nos sirve para
rá emplearse por lo tanto sólo en los puntos de articulación, es decir, el pri- comenzar o finalizar un ejercicio (ej. 1-66), siendo, sin embargo, perfectamen-
mero y último compases, donde es recomendable enfatizar la tónica. El ejem- te admisible en mitad de éste.

I
I ;¿ EJEMPLO 1-60

F\
A
f - t
b o.
- 1 fí
b o
EJEMPLO 1-61

w
A,
Q
EJEMPLO 1-62

-V^- o-

I
fm V *-> !/?<
>* r 1^ ^^ CD=
J
O Q
etc.
j Q . j Q . J i . j C » . -O. JO.
6Y 6Y

I
/ s/*

I -í

:E
EJEMPLO 1-63

a)
5 rs j—o^n o fi
b)
b_cf 1 O
O [ T» Ij o n
EJEMPLO 1-64

-©-

I
0

i> ©
331 331
-Tí Tí
«
etc.
cf -e- jü JO.
s -©- 0 ©
*

I
O
V 1
-e-
26 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

f
UNÍSONOS Y DUPLICACIÓN Las dos normas siguientes, sin embargo, deben considerarse como absolutas:
primero, la sensible no debe duplicarse en ningún caso. (Esto se refiere tanto a-la
En la escritura a tres voces los unísonos resultan ligeramente menos pro- sensible de la escala mayor como al séptimo grado alterado en la menor, pudierí-
blemáticos que en la escritura a dos. Sin embargo, la diferencia no es lo sufi- do permitirse la duplicación del séptimo grado de la escala menor natural, puesto
cientemente pronunciada como para permitir su empleo a excepción del pri- que no actúa como sensible.) Y, si empleamos un acorde incompleto en el primfe-
mero o último compases. (En texturas a cuatro voces la presencia de dos notas ro o último compases, la nota que hay que duplicar será la tónica. i-
adicionales compensa suficientemente el unísono, permitiendo así su empleo
ocasional.) El ejemplo 1-67 muestra posibles usos del unísono al comienzo o
final del ejercicio; adviértase que el unísono sólo aparece como duplicación de DISPOSICIÓN; POSICIONES ABIERTA y CERRADA -T
r.
la tónica.
La duplicación, por supuesto, se da sólo en conexión con acordes incom- El incremento del número de voces produce generalmente un mayor espa-
pletos, existiendo así dos posibilidades: duplicación de la nota inferior del in- cio entre las voces exteriores. Por consiguiente las voces exteriores en la textu-.
tervalo matriz, o la duplicación de la nota superior. Esta última posibilidad ra a tres voces se hallarán en general más separadas que en el contrapunto ;á
produce una octava entre las voces superiores. El lector recordará que los dos, aunque no tanto como en la escritura a cuatro. A excepción del primero y;
unísonos sólo pueden aparecer al principio o al final del ejercicio. La octava último compases, que sí pueden incluir unísonos, la quinta es el intervalo más;
entre las voces superiores representa una disposición bastante extrema y se reducido posible entre las voces exteriores. (En el contrapunto a dos voce£-
empleará con poca frecuencia. Por lo tanto, la duplicación rutinaria de la nota dicho intervalo era la tercera, que seguirá siendo la distancia más reducida,
inferior del intervalo parece absolutamente razonable, ya que al reforzar el entre dos voces adyacentes en el contrapunto a tres.) '<'.
bajo producimos una sonoridad mejor equilibrada que la algo más inestable y ex- Por lo general, las voces exteriores no deben estar separadas por más de;
cesivamente pesada como resultado .de la duplicación entre las voces superiores. dos octavas, ya que tres notas no serían suficientes para llenar una distancia;
Más aún, en aquellos acordes que cuentan con la tercera y la quinta, la nota más más amplia, y se crearía una materia sonora inconexa y débil. En realidad, las;
grave es también el componente más estable del intervalo. En la sexta más una voces exteriores deberán permanecer considerablemente más juntas, y la dis-í •
duplicación la situación reviste mayor dificultad, ya que la nota más grave no tancia entre ellas variará generalmente entre el límite de un mínimo de una-
es .ya el elemento más estable. Con todo siguen en vigencia la importancia del quinta o una sexta, a un máximo de una duodécima o decimotercera. La dé^i
bajo y las consideraciones en cuanto a disposición. Puesto que la sexta y sus cima constituye la distancia media entre las voces exteriores. Una disposición"; \s amplia só
acordes derivados forman la combinación consonante menos estable, la duplica-
ción de la nota más inestable no efectúa ningún cambio fundamental y no des- descienda a un punto culminante. j;
equilibra dicho acorde, permitiéndose así la duplicación de la nota inferior como Cuando las voces exteriores se encuentren a distancia de una octava o más,?-
en los dos tipos anteriores. El ejemplo 1-68 muestra algunas posibles duplicacio- la voz media deberá permanecer generalmente más cerca de la superior que de£-
nes; adviértase que las formas recomendadas son preferencias más que normas fé- la inferior. Las voces muy próximas en el registro grave producen unaf'
rreas, puesto que si ocasionan una conducción de las voces convincente, hasta las sonoridad opaca y difusa. Escúchense los acordes del ejemplo 1-69 prestando?.'
duplicaciones menos deseables encuentran una justificación. atención a la claridad sonora. ¿'

EJEMPLO 1-65 EJEMPLO 1-66 EJEMPLO 1-67 EJEMPLO 1-68


a) b) a) preferible b)
/J 0
ZÜZH^n;
<
0 0 &— — -—
o fik
VH) o °zoz-H— ©, Q
n i'

'
cf
oo ^ & # -&<&- -e- -e- í
r
=**
—J-.—
., ^^
-~" L. "\

-
J*
j

8 8 8 12 10 13
5 3 6 5 3 6
EL CANTUS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 27

Corno regla general las voces superiores deberán situarse dentro del ámbito que la abierta, especialmente cuando la voz media (como es a menudo el caso)
''de una octava, pero las voces inferior y media pueden superar dicho límite. Las se halla cerca del límite superior de su tesitura. La posición abierta crea un
'voces superior y media ocasionalmente pueden moverse en direcciones opuestas, sonido más equilibrado y por ello puede ocupar un período algo más extenso
la superior ascendentemente y la media descendentemente. Este tipo de conduc- que la cerrada; por lo tanto la abierta deberá ser la predominante.
ción de las voces puede producir distancias inusualmente grandes entre las voces
• superiores Puesto que la conducción de las voces precede en importancia a la so-
• nondad vertical, una progresión melódica correcta y lógica justificará provisio- RELACIÓN ENTRE LAS VOCES EXTERIORES
nalmente una disposición pobre. Sin embargo, debe restablecerse la disposición
normal lo antes posible (considérese el ejemplo 1-70). Las voces exteriores del contrapunto a tres voces, prescindiendo del hecho
'(' El alumno se habrá encontrado alguna vez con los términos posición cerrada de poseer una disposición más amplia, deben formar un contrapunto perfecto a
y abieita Cuando las voces superiores de un acorde están tan juntas que no se dos. El requisito de variedad interválica en la textura a dos voces tiene parti-
puede introducir entre ellas ninguna otra nota del acorde, se dice que éste está en cular relevancia en las voces exteriores de la escritura a tres. En el ejemplo
•posición cerrada. (En la escritura a tres voces la posición cerrada produce una ter- 1-72 la considerable variedad de acordes no basta para suavizar o aligerar el
•cera o una cuarta entre las voces superiores, mientras que la posición abierta da excesivo empleo de décimas entre las voces exteriores.
•|ugar a una quinta o a otro intervalo mayor.) El ejemplo 1-71 ilustra ambas posi- El ejemplo 1-73 presenta varios intervalos, en su mayor parte consonan-
. dones.
¡t
cias perfectas. Como en la escritura a dos voces, las voces exteriores deben
.X~.Pueden emplearse ambas posiciones, y su combinación producirá variedad mantener un equilibrio entre el uso de intervalos perfectos e imperfectos, con
;|onora. La posición cerrada produce una sonoridad más intensa y compacta el predominio de estos últimos. La presencia de demasiados intervalos perfec-

!]EJEMPLO 1-69 EJEMPLO 1-70 EJEMPLO 1-71

~$fS~ . 0
O
0 A r>
víT5
0
•Cí

-&
4. >

-©-
-/ 0 0

^ ° °

6y i-I 6V
cf
" \- ' ^k
,» "**-*" '*-' ir o
. j 4J
*.?
O 0 O /• i
./ b
^-^
- /

EJEMPLO 1-72

-JT"

•. " ly
*«J
I.U *J
Q
«_——*•"
J~v
**~^ ^-^
^^
i
>—
;
— Ui
cf o —-
°~—_
O

p
0
-o-
o
© -e-
©
o^__
—© —0
o
TT
-©-
i -o-
h^H
-©- JQL ^
0 0 o o e ——0
"^\ 0 0
7 «
** y^*
_-í
-V
10 10 10 10 10 10 10 10 10 10
EJEMPLO 1-73
* f\ ^ o o
^ -
"o 5°
ü o
^m— "•== i> 0 4» —£-© 0
I ° ©
'>:
o © o
~f)' ^ cf -e 0
© o ©
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
r
tos en las voces exteriores impide también un movimiento fluido hacia adelan- El movimiento paralelo en las tres voces al mismo tiempo está permitido
te. En el ejemplo 1-73 el alumno advertirá también el excesivo número de sólo en una serie de acordes 3. La sexta del acorde debe hallarse en la voz su-
acordes incompletos producidos en gran medida por las numerosas octavas perior, ya que de otro modo se formarían quintas paralelas (ej. 1-76). •?;
entre las voces'exteriores.
CÓMO COMENZAR EL EJERCICIO {•

MOVIMIENTO RELATIVO

En general, las reglas del contrapunto a dos voces siguen vigentes. Las
El primer compás debe contar con la tónica en la voz inferior para definir
la tonalidad. Las voces superiores pueden duplicar la tónica al unísono u octa-
va, o pueden contar con la tercera o la quinta sobre la tónica. No debe dupíli-
I
quintas, octavas y unísonos paralelos (y antiparalelos) siguen siendo incorrec-
tos en el contrapunto a tres voces por las mismas razones ya expuestas. Se
mantiene también la prohibición de más de tres 'intervalos consecutivos de la
misma clase entre dos voces cualesquiera.
carse ninguna nota aparte de la tónica. {•
Si el cantus se encuentra en la voz inferior, el primer compás podrá constar
de un acorde de tónica completo. Si el cantus se halla en una de las voces su-
I
Sin embargo, la adición de una voz intermedia modifica ligeramente la
norma que regula la aproximación a una quinta u octava por movimiento di-
recto. La regla del contrapunto a dos voces para las voces exteriores continúa
periores, el acorde inicial será por necesidad incompleto, ya que se deberá du-
plicar la tónica del cantus en la voz inferior. La sonoridad incompleta emel
primer compás puede ser de uno de los tres tipos siguientes: tónica triplicada,
I
tónica duplicada con quinta y tónica duplicada con tercera."La voz superior fio
prevaleciente (v. p. 15). Podemos llegar a una consonancia perfecta por movi-
tiene por qué restringirse a la quinta y la octava; puede emplearse tambiéníla
miento directo entre la voz media y una de las exteriores si se cumplen las si-
tercera. Esto muestra una ligera desviación de los procedimientos que norm|l-
guientes condiciones:
mente rigen las relaciones entre las voces exteriores en el contrapunto a dos
voces. (Véase el ejemplo 1-77.)
'1. La voz exterior restante debe moverse en sentido contrario para com-
pensar el movimiento directo (ej. 1-74).
2. Si el movimiento directo se da entre las voces superior y media, la supe- CÓMO FINALIZAR EL EJERCICIO
rior no deberá moverse por salto, ya que un salto aquí constituiría un aconteci-
miento tan prominente que subrayaría el intervalo alcanzado por movimiento di- Como en el contrapunto a dos voces, el penúltimo compás debe contar cjpn
recto (ej. 1-75). dos notas adyacentes a la tónica: la sensible (séptimo grado alterado env

EJEMPLO 1-74 EJEMPLO 1-75

i—0 1^ . o r =—© r o —- z"5 n


f\ '—"— ~—-o C*i /L í> -~~~
— 0 —O
^V to tt 0 <j

-©- —-Sí.
-o -©--— •—-^ ^§^ -Q_ -e- {
ÍY O —
-4*
~~e
J/* o ——- ~~r

mejor mejor

EJEMPLO 1-76 EJEMPLO 1-77


/¡T 0 <K> 0 0 0
©,
/jW
-*& —o£— o 0
rW-^ —^45
Hg)/ U
1XVR '
fW-b-" VM) © f\- -©- S-^ s~^ J-*. "

J ° o -©- *)
i
-©- 0 -©- • 0 -©©- -©- •©- -©-
i

6Y —*T¡
/)• _~Z 0 :o *.* '-
EL CANTOS FIRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 29

-{modo menor) y el segundo grado de la escala. Estas dos notas poseen las rela- ciéndose una quinta duplicada. Dicha nota puede descender también a la terce-
"•ciones melódicas más estrechas con la tónica y forman parte indispensable de ra, y crear entonces una tercera duplicada. La quinta resulta más estable verti-
¿cualquier cadencia contrapuntística consistente. Nuestra nueva labor será dis- calmente, pero se podría preferir la tercera por razones melódicas. El salto de
í'poner dichas notas en iin acorde que sustente e intensifique su impulso meló- tercera es generalmente preferible en la voz media y no en la superior, pero su
•'dico hacia la tónica. Dicho acorde debe cumplir los requisitos siguientes: presencia en esta última puede justificarse si evita uña repetición excesiva del
i quinto grado de la escala.
Á
I 1. Debe ser una sonoridad completa de tres notas, ya que la duplicación Si tanto el segundo como el séptimo grado se encuentran en las voces su-
¿podría generar octavas paralelas, y, en cualquier caso, la presencia de un acor- periores, la única solución disponible es que formen la tercera y quinta de una
te incompleto debilitaría la cadencia. . -g~ tríada. En este caso la voz inferior debe moverse al compás final forzosamente
•¡ 2. Este acorde debe ser consonante. El segundo y séptimo grado deberán por un salto de cuarta o quinta. Desde un punto de vista estrictamente contra-
¿formar una parte integral si se quiere que la sonoridad vertical respalde sus puntístico dicha progresión melódica es menos conveniente que el movimiento
\ melódicas. (Como se recordará, consideramos el acorde f dismi- conjunto mostrado en los ejemplos 1-78 y 1-79. De todos modos, en ocasiones
ínuido como consonante.) En cualquier caso la primera especie requiere el es imposible prescindir de esta forma cadencial sin perjudicar el diseño de una
¿empleo de consonancias. El acorde de sensible será consonante aún en las res- de las voces superiores. El lector observará que dicho final corresponde a la
jantes especies, donde se introducirán disonancias. cadencia armónica. V-I. En los ejercicios contrapuntísticos no hay ninguna
í
razón que apunte específicamente a tal progresión armónica, pero no debe por
f Hay varios acordes que reúnen estas condiciones, como el \o ello excluirse si surge-naturalmente de la conducción de las voces y representa
¿mostrado en el ejemplo 1-78. Este es el único acorde posible en aquellos ca- el resultado de movimientos melódicos lógicos. En realidad el origen histórico
•íisos en que el segundo grado se encuentre en la voz inferior. En consecuencia, de esta progresión debió haber sido similar. De hecho, originalmente surgió de
¿este acorde aparecerá generalmente cuando el cantas se encuentra en la voz la interacción de varias líneas melódicas antes de que los músicos hubieran
¿inferior. adquirido conciencia de la relación dominante-tónica como tal. Esta será em-
j .El ejemplo 1-78 ilustra la continuación apropiada del acorde f disminuido pleada por compositores posteriores como un elemento en sí mismo que marca
¿que conduce al compás final. Tanto el séptimo como el segundo grado se mue- las pautas para dirigir el fluir contrapuntístico. El ejemplo 1-80 muestra su uso.
íven hacia la tónica. La voz restante muestra una tendencia (más marcada en el Las notas adyacentes a.la tónica se mueven de nuevo hacia ella por grados
ímodo mayor que en el menor) a descender al tercer grado de la escala. Si esta conjuntos, y la dominante, por salto de cuarta o quinta. El movimiento directo
¿nota se da en el soprano, debe descender, como en el ejemplo l-7S<r¿; en la voz hacia la octava aquí es aceptable incluso entre las voces exteriores. El énfasis
jnedia puede descender como en el ejemplo 1-7S¿>, aunque en esta posición, en la sonoridad vertical de la octava es apropiado en este caso, pues resalta la
jnenos destacada, también puede ascender a la quinta de la escala, como en el tónica final.
^ejemplo l-78c.
| Si la sensible se encuentra en la voz inferior, el único acorde posible es el
¿3, ya que el \e una quinta disminuida y no cumple el requisito de con- FALSA RELACIÓN
'.jsonancia. El ejemplo 1-79 muestra su continuación hacia el compás final. De
nuevo las dos notas adyacentes a la tónica se mueven hacia ella en direcciones Al emplear la sensible al final de un ejercicio en menor, debe evitarse el
^opuestas. La nota restante puede ligarse (o repetirse), al último compás, produ- séptimo grado natural en el compás precedente, ya que una progresión cromática

¿EJEMPLO 1-7S EJEMPLO 1-79


*¿
>
ía) b) a) b) c) d)
C ^-v n-F
O 4.Í f\
jf
— 4."> CI C*
^> <>
~f*\) o rt. O 4> ©,
\
V*L/ ^-^ O o "*-" ^-^

cfn*0 ^
J

ík>»
cf
-o-

_44i
cf- -©-

O
^
•• J—k
•"
f vJ O 4> 4» -^ O —o—il— o
30 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

\r un ejercicio con el pia


directa en la misma voz, por supuesto, está excluida. Si la sucesión cromática
está distribuida entre dos voces —si en sol menor, por ejemplo, un Fa natural piano debe emplearse sólo para revisar el ejercicio una vez acabado y verificar asi
en la voz superior está seguido por un Fa sostenido en el bajo del compás si- nuestra imagen mental. La escritura con el piano puede parecer al principio mas
guiente—, el resultado recibe el nombre de falsa relación. Esta conducción de fácil y rápida, pero la base de la técnica contrapuntística reside en el desarrollo c{e
las voces puede ser lógica y estética; no obstante, al ser cromática no es apro- la audición mental. El objetivo definitivo debe ser escuchar el ejercicio en su tcj-
piada en los ejercicios de especies. talidad antes de pasarlo al papel. Sin duda muy pocos, si es que-alguno, son capa-
ces de realizar esto al comienzo de su estudio del contrapunto. Sin embargo, e!fin
de todo alumno debe ser incrementar constantemente su comprensión y ser así
PROCEDIMIENTO QUE SE DEBE SEGUIR capaz de concebir segmentos de la textura cada vez más extensos al tiempo qife
adquiere experiencia en la escritura. • '"• . •
Para algunos alumnos resultará un tanto difícil la audición y seguimiento
de tres voces sin ayuda del piano, y efectivamente esto representa una tarea
nada fácil. En el contrapunto a tres voces memorizar el cantus por completo
Al realizar el ejercicio el alumno debe planificar del mismo modo que ib
hacía a dos voces. Es aconsejable comenzar con una idea aproximada del cofb
tomo general de las dos voces añadidas, y será útil también anticipar la loca-!
l
antes de comenzar el ejercicio es todavía de mayor ayuda que en el de a dos. lización de los puntos álgidos. Estos planes preliminares experimentarán mo-
Esto simplifica enormente el problema de la audición, ya que nos permite cen- dificaciones en el curso de su elaboración en un mayor grado que en &
tramos en las voces añadidas sin la distracción de tener que verificar continua- contrapunto a dos voces; debe recordarse, sin embargo, que su propósito ¿s

i
mente el cantus. el de incrementar nuestra concentración y no el de proporcionar un marco in-
• Un estudio apropiado de los ejemplos de este libro ayudará a desarrollar la necesariamente rígido. £.'
capacidad de escuchar a tres voces. Estos ejemplos pueden servir como ejer- Al pasar de la planificación a la realización, el alumno no debe proceder
cicios de audición sin la ayuda del piano. Más aún, el alumno debe hacer lo nunca compás por compás, sino idear y escribir continuidades de" un mínimjq
mismo con sus propios ejercicios. Si fuese necesario, éste podría construirse
gradualmente un cuadro .mental sonoro de la textura a tres voces, partiendo de
de tres o cuatro compases. Lo ideal sería que planificase ambas voces añadidas
para este grupo de compases antes de pasarlas al papel. Si esto resultase mu|'
i
dos solamente. Supongamos, por ejemplo, que el cantus se encuentra en la voz
inferior. El alumno debe hacerse primero una imagen mental del cantus y la
voz superior; después, del cantus y la voz media y finalmente de las tres. (El
centrarse en las dos voces superiores sin la voz inferior no es conveniente, ya
difícil al principio, puede escribirse una voz en tres o cuatro compases, y aña-
dir luego la segunda. Escribir primero una voz en su totalidad antes de haberse
ocupado de la otra resulta procedimiento demasiado pobre, pues aunque la prirrié-i
ra voz sea probablemente aceptable, la segunda demostrará ser inadecuada. \'
I
I
que las cuartas requieren el soporte de la voz inferior si han de servir como La combinación más sencilla se produce cuando el cantus se encuentra en
consonancias. El tratar de escuchar las voces superiores por sí solas produciría la parte inferior. Pocos alumnos encontrarán dificultades al tratar de percibir
una visión distorsionada del-contrapunto.) las relaciones sobre un bajo dado; además, las voces añadidas serán una ejsh
El tocar dos voces y cantar la restante es extremadamente útil. El alumno terior y una media. Si el alumno ha de escribir las dos voces alternativamente,'
deberá cantar cada una de las voces tocando las otras dos en el piano. Si es encontrará más conveniente empezar por la superior y a continuación añadir ía
necesario; el alumno podrá comenzar de nuevo con dos voces y construir gra- media. Si el cantus se halla en la voz superior el procedimiento será similar;
dualmente el tejido a tres. En ocasiones necesitará cambiar el ejercicio de oc- dicho de otro modo, el alumno prestará atención primero a la voz inferior du>
tava (o transportarlo) para acomodarlo a su tesitura. rante un grupo de compases y añadirá luego la voz media. Esta segunda corn-

EJEMPLO 1-80
cf cf
0 0 8 - oo
-$& 2
,,0
al
v T 0
cf -e- cf -O- # -&&- .

-e- -^
¿v
•).
«.> e» o *»
J « «>
EL CANTOS FTRMUS Y LA PRIMERA ESPECIE 31

reviste una dificultad algo mayor, ya que las relaciones deben calcu- Continuemos el esbozo del ejemplo 1-81 como ejercicio modelo. El cantus
por debajo de la voz dada. se encuentra en la voz media y debemos añadir las dos voces exteriores.
^¿-^••'--•¿•••.•- El cantus en la voz nnedia constituye con diferencia la disposición más di- Obsérvese que el punto culminante en la voz superior y el punto álgido
lll^^ifícil. En este caso el alumno debe añadir dos voces exteriores, y pensar en las grave en el bajo se encuentran cerca de la tesitura de la nota inicial y de la
$ÍjrÍ%% dos al mismo tiempo se convierte en una virtual necesidad. Ño obstante, el final. Moviéndonos en redondas contra un cantus firmus tan corto no podemos
|||Í|l£i¿;foco de atención deberá ser primero el bajo y después elaborar la voz superior esperar conseguir' líneas melódicas de mayor amplitud o recorrido. No obstan-
imit^-f sobre la base de lo previamente pensado o ligeramente esbozado para el bajo. te, podemos tratar de evitar que resulten excesivamente encorsetadas. El ejem-
Plpífv^í Esta difícil disposición es quizá la de mayor provecho y no debe descuidarse. plo 1-82 completa este ejercicio de acuerdo a nuestro plan inicial.
P?E^iívl Realmente el alumno debería trabajar las tres permutaciones con cada cantus El resultado no es en absoluto plenamente satisfactorio: ni la voz superior
IlliliS^'firnius; de hecho deberían escribirse varios ejercicios en cada una de ellas. ni la inferior contienen un salto mayor de una tercera. El comienzo de la voz
?%$Éfe^ El siguiente resumen será de utilidad para el alumno:
'•^¿?'. "j'''}' •'- •':' ''*'. V "^
superior es además demasiado estático debido a los pares consecutivos de no-
tas ligadas. Podemos mejorar notablemente su contomo si sustituimos el Sol
lfeiít:N !• Memorícese y cántese varias veces el cantus firrñus. inicial por un Mi. El ámbito global de la línea es ahora mayor, y hemos elimi-
•£•• 2. Hágase un esbozo del contorno básico. Rellénense el primer compás,. nado también todas las ligaduras. (El empleo del Mi en. el compás final no es
;|los puntos álgidos planificados y la cadencia final. (Téngase presente que ta- recomendable, ya que produce dos saltos descendentes de tercera, Do-La y
pies planes preliminares pueden modificarse o incluso abandonarse.) El ejem- Sol-Mi, innecesariamente demasiado próximos.)
~í:plo 1-81 muestra un caso de tal esbozo preliminar. Podemos mejorar también el bajo si sustituimos el La por un Re en el
m:' . •; 3. Escríbase el ejercicio siguiendo dicho plan, nunca menos de tres compa- compás 4, añadiendo así ímpetu a la nueva línea melódica con el salto de quin-
!|ses a un tiempo, y a ser posible en ambas voces. De tener que escribirse una sola ta. Hemos eliminado también una nota que aparecía de nuevo en los compases
;);voz, esbócese la voz exterior antes que la voz media, y si son las dos voces exte- 6 y 7, y por lo tanto hemos conseguido un bajo con mayor variedad y equili-
; iriores las que se añaden, esbócese el bajo antes que el soprano. No se debe escri- brio. El Re forma además un acorde completo. El ejemplo 1-83 muestra la
•fbir nunca una voz por completo antes de añadir la segunda voz. Después de de- versión revisada y corregida.
• Alinear tres o cuatro compases de la primera voz, .añádase la segunda sobre los El ejemplo 1-84 nos puede servir de ilustración de la primera especie a tres
i^nismos. Corríjanse los errores en las tres voces antes de proseguir. voces.

'¿EJEMPLO 1-81 /L 0 ^ —^
4í ©• f^
^^
O
\
o
** cf ^
0
^
—b\i
s

•EJEMPLO 1-82 &


-i'sU
-4ffl ®
^-—^
~
—1 o
o——
o
0
__ _—_

o
I -o-
0-j^
^- ^o 0 -0-

_J __ —

EJEMPLO 1-83 r—
? 1 0 "I —-
rab —^—i© 0
o" ~ —§— H o
-o-
~tf c f *
-& -o- -ü -—— —-^ o -e-
rt
-í):
/:
n Mf
32 EL CONTRAPUNTO EN LA COÍvlPOSICIÓN
a)
©
n :
I II
1
1 EJEMPLO 1-84
-f £u o^ ' b & " • t» =iro—-:
•1 «^=
cf 0
: f rs © —© 0
ii 9^ T6 o
Ü* f £12 *!_
f i4
0
©
^— o ~o © n¡
Htf
i

^^b •*• 'f.


i
ii ! b)
-\ 1 <o
T
0 ©
-i p b l' o
I !\ -4< M © t> © ——©
eJ =*=j
1 cf
!Í i *>
fe^-— o—— © ©
1 i^ o o •••• o -
i ri
£BE -t
;i
fiA- ., _ "
~—-—^^

l; ¡ 0
^-^. -^
!v
1
c)
(5
V i rx o 0
ÜP *v Ai
I! 5k-P
-/m-z —
^(í)
i
1 ^
i 0 0 o ^- — -^. 0
4 > — —~
m |¡ H «>
¡ :
n
cf
p —é ©
JT 1 rT\)
© o e *-»
í'*'Í»
•i •
:i Fux - Mozart
* ó Ti
0 ,^^ ^.^ o o
j| ; 1> - -tf u -
1v© ~~0
\\ ! ftj
cf © 0 ©
; 1 o © o ©— o
! ' i

n
«í
-o- Sí.
0 ©—
ií ' ^ y
^ 5
*•* tt o —© — 3^- — ^~
i ' /
Fux
i
33

: ¿EJERCICIOS (Selecciónese el registro más cómodo de acuerdo con la propia tesitura; si el


transporte a primera vista reviste demasiada dificultad, escríbase el ejercicio
Antes de proceder a la elaboración de ejercicios a tres voces, deberán practi- en la nueva tonalidad.)
carse los ejemplos 1-83 y 1-84 de la siguiente forma:
2, Selecciónense dos cantus firmi, uno mayor y otro menor, y escríbanse con
Cántese una voz mientras se tocan las restantes al piano. Comiéncese por ellos ejercicios en cada una de las tres permutaciones posibles.
cantar la voz inferior, después la superior y finalmente la voz media.
2, La segunda espedie i
I*1*

i
1. Contrapunto a dos voces LA NOTA DE PASO DISONANTE i'.
I
I
<
ORGANIZACIÓN RÍTMICA Mientras la primera especie se ocupa sólo de las relaciones consonantes,
la Segunda especie introdnc^_el_ernpleo de la disonancia. Todas las disoijan-
En la segunda especie se colocan dos blancas contra cada redonda del cantus ciasdeTalrñl!s1ca-t-&nai surgen de treslipos fMdárSHesTía~Hisonancia creada
firmus. A pesar de la uniformidad de los valores rítmicos de cada voz, esta
especie consta de dos elementos de diferenciación rítmica: el contraste entre
redondas y blancas entre las dos voces, y el consiguiente efecto de tiempos
por razón de movimientoj^aota^e_pa^o)^la disonancia creada por la ornamenta-
ción de una nota estacionaria (bordadura); y la producida por desplazamiento
rítmico (suspensión). En la tercera y cuarta especies estudiaremos los do|;úl-
I
fuertes y débiles. Ambas voces se mueven de un compás al siguiente, y el oído
percibe dos sucesos distintos. En la segunda mitad del compás el contrapunto
se mueve frente a la nota tenida del cantus, percibido por el oído como un solo
acontecimiento. El tiempo fuerte recae por lo tanto en la primera mitad del
timos tipos, mientras en la segunda nos centraremos en la nota de paso Diso-
nante. \-
El ejemplo 2-1 compara una posible progresión dé primera especie con'un
fragmento de segunda especie que emplea notas de paso disonantes. En arribos
I
compás y el débil en la segunda.
El contrapunto puede comenzar con dos blancas o con un silencio de blan-
ca y una blanca, siendo preferible la segunda posibilidad al producir una mayor
fragmentos, el contrapunto inferior se mueve en todo momento por grados
conjuntos por movimiento contrario al cantus. A pesar de dichas similituíles,
los dos ejemplos producen una impresión muy distinta: en el ejemplo de segunda
I
independencia entre las voces.
La tónica final resultaría inconclusa si recayese en el tiempo débil, por lo
que el último compás del contrapunto deberá constar siempre de una redonda.
especie el contraste de valores rítmicos crea un grado de independencia ¿on-
siderablemente mayor entre las voces. Además las notas de paso disonantes
favorecen la sensación de movimiento dirigido. Los compases 2 y 3 comien-
f
I
El penúltimo compás consta normalmente de dos blancas, pero con bastante zan con intervalos estables; la tensión de las notas de paso disonantes crea
frecuencia la construcción del cantus firmus o consideraciones de conducción la expectativa de un movimiento continuado hacia un nuevo punto estable, vesta
de las voces requieren el empleo de una redonda en dicho compás. El resto del expectativa se cumple al comienzo del siguiente compás.
contrapunto deberá constar siempre de dos blancas por compás. La disonancia crea así un punto de tensión entre dos puntos estables? La

EJEMPLO 2-1
I
Eft
cf
5
o
0 |
—rs —©
© n
I
-Q
1
J3h
3
o
5 8 etc.
TV
.r
1

^=q
3 4 6 7 10 etc.
I
I
_^!
LA SEGUNDA ESPECIE 35

segunda blanca del compás, al ser menos estable que la primera, constituye el diseño melódico) emplear la nota de paso disonante. En estos casos la segunda
emplazamiento lógico para la disonancia. La nota de paso no solamente aparece mitad del compás será también consonante.
entre dos consonancias, sino que además las conecta. A diferencia de las notas disonantes, las consonantes pueden alcanzarse tanto
La segunda nota consonante sirve como objetivo del movimiento precedente, por salto como por grados conjuntos. El ejemplo 2-2 muestra las notas conso-
al tiempo que se convierte en el punto de partida de la continuación de la línea nantes disponibles por encima y por debajo del Do intermedio, Adviértase que
melódica Para asegurar la conexión más estrecha posible entre la disonancia y las las únicas consonancias adyacentes que comparten una nota son la quinta y la
dos consonancias, la nota de paso debe alcanzarse y continuarse por grados con- sexta. Dentro de un compás, por lo tanto, sólo es posible el movimiento por
juntos. grados conjuntos de una consonancia a otra entre los intervalos de quinta y sexta.
En la música occcidental (hasta aproximadamente finales del siglo xix), la De un compás al siguiente todas las progresiones interválicas de la primera
disonancia sirve como elemento dependiente en un contexto determinado fun- especie siguen aquí disponibles (v. ej. 2-3). Para conseguir una mayor varie-
damentalmente por notas consonantes. En la segunda especie la disonancia dad no deben comenzarse más de tres compases consecutivos con el mismo
desempeña la función de nota de paso —como conexión por grados conjuntos intervalo, principio aplicable también a las especies siguientes.
entre dos notas consonantes que distan una tercera—. Puesto que el movimiento
dirigido es una característica fundamental de la música occidental, la nota de
paso —creada por el movimiento— se convierte en un tipo de disonancia bá- INTERVALOS PERFECTOS
sico.
En la primera especie los unísonos aparecían sólo al comienzo y al final de un
ejercicio. En una textura de nota contra nota, la súbita aparición de un unísono
; CONSONANCIA EN LA SEGUNDA ESPECIE puede dar la sensación de conclusión o dar la impresión de que una de las voces

l La nota de paso disonante se da siempre en el segundo tiempo; en conse-


\, el primer tiempo de cada compás es consonante. A menudo es impo-
haya desaparecido súbitamente y sin motivo aparente. Esto no se producirá en la
textura de dos notas contra una cuando el unísono recaiga en la segunda blanca y
esté seguido por movimiento conjunto en sentido opuesto al que fue alcanzado

l sible (por razones de conducción de las voces) o inconveniente (por razones de

EJEMPLO 2-2
(v. ej. 2-4).

i -/5k
<=» e
5

1
6


O
10
s
-e-
0
*">
-©-

l EJEMPLO 2-3
5 6 10

l jp j ^
-1*-^ T^ '
o
^ í C-

-e-
—Hd —d—i-^—ir- a 1 0 —i
J
**
-j.
n
.— U

l 8

EJEMPLO 2-4
10 6 5 6 etc. 6 8 5 6| 10 etc. 10 8 5 6 8 etc.

l -<f-^a> é
Ho D 1h- «
J
1\J [|
|9

i
\-ti •eh -e-
5 etc. 8 1 5 etc.
36 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Los unísonos en la primera blanca producirán el mismo efecto que en la En el ejemplo 2-7a, la aproximación inmediata a la segunda quinta! es
primera especie, y deben excluirse, a excepción del. comienzo y el final del por movimiento contrario, y está precedida y seguida por una progresión
ejercicio.
conjunta en la misma dirección. La segunda quinta recibe tan poco énfasis-; que
La división del compás en tiempos fuertes y débiles aporta algunas consi- el paralelismo no es tan patente. Las octavas acentuadas del ejemplo 2-lb están
deraciones al problema de las quintas, octavas y unísonos paralelos, ya discu- presentes exactamente del mismo modo, pero la cualidad de las octavas hace
tido en el capítulo sobre la primera especie. Examinemos los tes casos posibles: que dicha progresión sea más difícil de emplear de un modo convincente];que
intervalos perfectos en tiempos adyacentes, en primeros tiempos consecutivos la de quintas. El alumno deberá utilizar las octavas acentuadas sólo en aque-
y en segundos tiempos consecutivos. llos ejercicios que no cuenten con muchas octavas en tiempos fuertes?;Su
El ejemplo 2-5 muestra quintas y octavas paralelas en tiempos directamen- empleo puede producir mayores beneficios lineales no obtenibles por o'üros
te adyacentes. Este caso es análogo a las quintas y octavas prohibidas en la pri- medios.
mera especie, y por tanto debe excluirse. El ejemplo 2-8 muestra un caso de intervalos perfectos en segundos tiempos
En el ejemplo 2-6, las quintas y octavas paralelas se hallan en primeros tiem- sucesivos. Ya que la función de la segunda blanca es conectar los dos primferos
pos consecutivos. Al ser una sola nota la que separa los dos intervalos perfectos tiempos adyacentes, existe una débil relación éntrelos segundos tiempos cóiíse-
(y'dicha nota recae sobre el tiempo débil), la impresión de movimiento paralelo cutivos. Podemos por tanto emplear libremente dichas octavas y quintas-en
sigue todavía presente. Como norma estas progresiones —también denominadas tiempo débil mientras no formen secuencias.
quintas y octavas acentuadas— deben evitarse, aunque en ocasiones su empleo El ejemplo 2-9 muestra varias situaciones en las que se llega a una octava
está justificado (ej. 2-7).
por movimiento contrario. En la última progresión (2-9e), una combinación'de

EJEMPLO 2-5
EJEMPLO 2-6
—0-—" *-'~~
1 f&
r | /'O [

*J TT"" NÍ
N-e>- rr "r 1 "
3^==z
^^^ H^H*r~f "
10 8 etc. 6 5 5 etc, 6 8 10 etc. 5 5 3 etc.
EJEMPLO 2-7

^
u;
N=U-,Egb=. U^k=^~ml=s 1

?N=P
' p=s
b^;
vp (.0

5 8
1fe=:

5 4
F^-
6 etc.
^ i.
^
8 5
u
s-t*-

8 9
—t=fc=3
^
6 etc.

EJEMPLO 2-8

7 ^.
'1 v?
|

1-
O
'-'
1—o=^
1—J—1
^
1 o 1
^«> f" r
fe^
^r> r -o-
6 5 3 5 3 etc. 10 8 6 etc.
EJEMPLO 2-9

0
5JL
J
.
J
^^: n
b,
"1

o Ii
r
u;


— -i
•—Hp=5z=l
Uj !
U_J I
1b^B1 U
d
.
n L -jb=^
^^^^ i=p=d3^—^4
p— •J — !
1 j
^^^EES
9J -O-

12 11
~~ ^

8 etc.
*=\
8 etc.
H
etc. ^
12
^^3
13
-o-
8 etc. 13 12 8 etc.
^
LA SEGUNDA ESPECIE
37

hace a las octavas más obvias que en los cuatro casos precedentes. La El mayor número de notas en el ejercicio, comparado con la primera especie,
está enfatizada por el salto en el soprano, la voz más destacada, por el hace más conveniente planificar como mínimo un punto álgido secundario antes
v^v^--te entre el movimiento disjunto en el soprano y el movimiento conjunto o después del principal, que, como en la primera especie, no debe repetirse.
Ifepel bajo, y también por la progresión rítmica de un tiempo débil a uno fuerte.
IfjpS/octava se denomina ottava batutta (octava batida) y debe evitarse.
||||7Aunque el caso similar de la quinta (quinta battuta) está prohibido por algu- DISTINTAS FUNCIONES DE LA SEGUNDA BLANCA
!¡nos teóricos, este intervalo es menos sensible que la octava, y el empleo ocasional
"'••" :' iste tipo de conducción puede estar justificado por consideraciones melódicas. La elaboración de ejercicios de segunda especie nos brinda la oportunidad
|j|ís- La aproximación a la quinta y la octava por movimiento directo no presen- de aprender muchos tipos básicos e importantes de progresión melódica, y
tía nuevos problemas en esta especie. empezar así también a entender cómo un detalle del movimiento puede actuar
dentro de un contexto más amplio. Podemos aguzar esta comprensión tratando
de ser conscientes de los distintos modos en los que la segunda blanca de un
MELÓDICA compás puede dar empuje a la línea melódica de un tiempo fuerte al siguiente.
Estas posibilidades de movimiento representan prototipos en miniatura de im-
En general, los principios de organización melódica estudiados en el capí- portantes técnicas compositivas.
• dedicado al cantus firmus y la primera especie prevalecen también en la Hemos visto ya el papel más típico desempeñado por la segunda blanca, es
segunda especie. decir, la nota de paso disonante. La nota de paso puede aparecer también en for-
'•?*-'• F%-a "• '-•'•".•' •Tnr-'jc*''-.£ Comience o no el ejercicio con un silencio, la nota inicial ha de situarse a ma consonante cuando las consonancias adyacentes, la quinta y la sexta, aparecen
HKll? distancia de octava o quinta del cantus en el contrapunto superior, y de unísono consecutivamente (v. ej. 2-3). Por supuesto, no es siempre posible emplear notas
u octava en el inferior.- de paso, y aun cuando sea posible, no siempre es conveniente, ya que la presencia
La segunda especie aporta muchas más posibilidades de conducción de las de demasiado movimiento conjunto puede privar a la línea melódica de variedad
voces que la primera especie, y en consecuencia ya no es necesario el recurso y diferenciación. Examinemos por tanto otras posibilidades.
de repetir o ligar una nota. Algunas veces una única nota intermedia conecta una cuarta melódica en-
Como en la primera especie, la nota precedente a la tónica final debe ser la tre dos primeros tiempos. Dicho movimiento no puede, por supuesto, ser en su
sensible. Si el penúltimo compás consta de una redonda, dicha nota deberá ser totalidad conjunto, debiendo incluir un salto de tercera, intervalo que aunque
la sensible, y si consta de dos blancas, la sensible será la segunda de ellas. El no ofrece la continuidad absoluta del movimiento conjunto, es un salto tan
modo menor requiere la alteración ascendente del séptimo grado para que la pequeño que produce la impresión de un movimiento de paso manipulado. El
tónica resulte conclusiva. Si la sensible sigue a la submediante, aquél también ejemplo 2-11 muestra cómo el movimiento de una tercera en cierto modo re-
deberá alterarse ascenden temen te (v. ej. 2-10). presenta una progresión por grados conjuntos que emplea figuras más peque-

• EJEMPLO 2-10
'
i Jf
Xj
t/*^ y
VMJ
\j
n
t->

6
-1f-

3
HG
0

5
1
Ht A Wtt f

6
o
8
._ orJ
3
i 1
H f
H
'

+t1
ü
ü*.

t

6
0
8
\
•^
f> nir'
0
1

5
TT

3 1
I EJEMPLO 2-11
a) b)

i rl r^

/3— f— m 1-
n t •— -j

*
^ a 3
—1H *
Fh a 4=t
partir partir etc.
de &— o HP. —. < e
1 'fr> °
o
1—*-*—

—<t> —e— —o
38 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

ñas. (Esta progresión por grados conjuntos será posible cuando empleemos notas Un salto de envergadura del primero al segundo tiempo produce un carrí-
de distintos valores rítmicos, en la quinta especie.) En el ejemplo 2-1 la, 'el salto bio de registro dentro del compás. Este tipo de saltos debe emplearse con cief-
aparece entre los tiempos primero y segundo; en el 2-llb, después del segun- ta moderación, ya que demasiados producen una línea melódica rota*/
do tiempo. Como norma general, diremos que el primer tipo es el preferible, discontinua. Sin embargo, un cambio de registro ubicado en su lugar apropia-
Un salto «a través de la barra del compás», de tiempo débil a fuerte conlleva el do añade variedad y perfil a la línea. Sabemos desde el primer capítulo que tm
riesgo de dejar el tiempo débil sin continuación, como si dijésemos, suspendi- salto de envergadura debe cambiar el sentido precedente, es decir, una líne'a
do en el vacío. Sin embargo, un salto tan pequeño como una tercera no puede descendente debe continuarse por un salto ascendente y viceversa. Evítenle
ser perjudicial si está seguido por un cambio de sentido, preferiblemente por demasiados saltos consecutivos, aunque incluyan cambios-de sentido. Un carri-
grados conjuntos. Esta técnica, la nota de paso saltada, se emplea con frecuencia bio de registro es más efectivo cuando está seguido por —y parece así motb
en la composición, donde la nota intermedia puede ser tanto disonante como var— una línea continua de varias notas por movimiento conjunto y opuesto;
consonante. En nuestros ejercicios de contrapunto la nota en tiempo débil de- Este cambio puede producirse por medio de los intervalos de quinta, sexta |f
berá sin embargo ser consonante si, como es aquí el caso, se alcanza o es se- octava. Por supuesto, cuanto mayor sea el intervalo, mayor será el contraste cíe
guida por salto. registro, aunque el mayor de ellos —la octava— contiene un alto gradb
Por razones de variedad y equilibrio, es decir, para proporcionar descanso de continuidad, ya que las dos alturas se escuchan como variantes de regish
del excesivo movimiento conjunto, en ocasiones es aconsejable extender un in- tro de la misma nota. En este caso podemos hablar de transferencia de rk-.
tervalo melódico mayor que una cuarta sobre tiempos fuertes consecutivos. Estos gistro, ya que la misma nota parece moverse de un registro a otro. Dicrfa'
intervalos de mayores dimensiones pueden subdividirse en dos saltos más pe- técnica, la de la transferencia de registro, tiene gran importancia en el contra-;
queños como en el ejemplo 2-12. En estas progresiones la nota de subdivisión punto prolongado de la composición. (Véase el ejemplo 2-13.) \-
crea un cambio más gradual de registro que el que realizaría un solo salto de Hemos visto que los saltos de tercera representan a menudo movimientos
mayor envergadura. El intervalo subdividido no debe ni ser disonante ni ma- de paso con una nota omitida, mientras que los saltos mayores de quinta, sexta
yor de una octava, y el punto culminante debe ser continuado por movimiento y octava efectúan un cambio de registro y no pueden pensarse como uri'á'
contrario, y a ser posible conjunto, ya que de otro, modo aparecería una serie progresión por grados conjuntos abreviada. ¿Y qué podemos decir sobre el saltó
arbitraria de saltos sin objeto. de cuarta? La cuarta, cuando está seguida por movimiento conjunto en la mis-

••;:*
EJEMPLO 2-12
ü
a) b)
0 :C
_ j
PIFS—e 1—
—O
-, & r
;C

-A
1
P P 7"3
n
'—
f ín\
i
I
jf 7~k f~
U *f \ *—' ii
J *

i
*
n
4Y

T^/*—FP—K—
*~^
p
L ,9
r —p—
—F—
<">
—O
*">

EJEMPLO 2-13
a)

>
0
—o i—© 1 1
b)
s—
c)

-R- r
-fe—
^
r *i , p II

•*-<
*
~n
^ 4
c
*
'

1 1 I
^-fc— — —p— rli ? 9
i
e 0 •b-e 1 o
1 2
p—1 LlJ_ 1 \— o l|
1
LA SEGUNDA ESPECIE 39

"ana dilección, resume también un movimiento conjunto de paso. Cuando la El movimiento conjunto, en lugar de ir de una blanca a la siguiente, puede
cuarta se emplea como en el ejemplo 2-14, debería cambiar la dirección pre- retardarse de modo que la frecuencia del movimiento sea la de un compás
via, si aparece dentro de un movimiento en la misma dirección, provocará un completo en lugar de la mitad. En estos casos, la función de la segunda blanca
"vacío arbitrario e injustificado en la línea melódica (ej. 2-15). será ayudar a retrasar la progresión melódica de un modo lógico. El ejem-
<~ Otio empleo común de la cuarta nos lleva a otra técnica importante. Para plo 2-18 muestra dos posibilidades, ambas con salto de tercera. El salto en el
^obtener una mayor variedad, es decir, para evitar la excesiva repetición de una primer caso se halla después del tiempo fuerte, y es generalmente el más útil.
misma nota, el salto de cuarta puede sustituir una progresión directa por gra- En el segundo, el salto atraviesa la barra del compás, y la melodía debe conti-
dos conjuntos. La sustitución, como otras funciones de la segunda blanca, es nuar preferentemente en el sentido contrario al salto. En general, los saltos de
una técnica compositiva importante y con gran variedad de aplicaciones. El tiempos débiles a fuertes deben efectuar un cambio de sentido melódico.
ejemplo 2-16 muestra cómo un salto de cuarta puede sobrepasar —pero seguir La progresión melódica puede retardarse aún más con el empleo de la bor-
manteniendo su relación con— una progresión por grados conjuntos subyacente. dadura consonante. (Recuérdese que la bordadura disonante, está reservada para
El recurso de la sustitución puede ejercer otras funciones además de pro- la tercera especie, y no aparece en la segunda.) El uso de la bordadura conso-
porcionar variedad melódica. En el ejemplo 2-17 vemos cómo el salto de cuar- nante no es en sí incorrecto; sin embargo, empleado con excesiva frecuencia
ta evita las quintas paralelas que aparecerían si empleásemos una progresión conlleva el riesgo de producir una línea melódica estática. Las progresiones de
fí í conjunta. La sustitución puede utilizarse por tanto para mejorar la conducción bordadura y de adorno son más apropiadas al movimiento de ne

I . de las voces.

EJEMPLO 2-14 ] EJEMPLO 2-15


cera especie, más rápido; la naturaleza general de la segunda esp

i •
"1 ^h
* 1t

-|I ¿/
*j
o

a partir de
c» f\>
\S)
tJ
yA

*f
4. 9

*
4.Í

menos
satisfactorio
4. >
L>

*
o

i•v.^— -^ * p
_ ^* -
r Pr t_V
1
•p-' f
1
j _.
p
\-s
que 0
°. .P
1 'j
- -p- -^

//•
^ J I
1 i ^/ 1 1 ^
' 1 1 i
if

j >

v
'i
' í EJEMPLO 2-16
'/
'*
a) b) ;
•': o
i *í 0 —e —O

' 'í
p r *
como
sustitución
(".

' '
.r.
I «J
*
,
como
sustitución

y
.i
-j£j o
0
de
0
-^
s — ^=^-- U=f= r r
-1—
^_^

1 i 'í

'\ §
EJEMPLO 2-17

14t
EJEMPLO 2-18
a)
r—jf U fl' n . h
1 : ' X ' f)
b)
Q— .0

1i
O" —o 41

A fe-2 — mejora la ^« r ' * r^ *


-N mejor
P

í Y
*
P—
conducción de
las voces de
—n—P—
• .y.. H *\j 1
—o \-v '"
o
que
4> -0—
•f 1 -M— -1
40 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

vimiento directo de una nota a la siguiente. Al igual que la nota de paso conso
nante, la bordadura consonante hace uso de las consonancias adyacentes, la quin i
y la sexta (ej. 2-19). Empléese la bordadura consonante para conseguir una mayo •
variedad melódica y prevenir la impresión de una línea melódica excesivamen e
EJEMPLO 2-19 agitada y activa. Tómense precauciones contra las repeticiones monótonas con o
a) b) las mostradas en el ejemplo 2-196.
El ejemplo 2-20 resume las distintas funciones desempeñadas por la segunda
"tw—J ^T J¿ M blanca del compás. A la hora de evaluar sus actividades, el analizar sus ejercici s
«J - . —é J- —eJ
L 1
' '
en términos de esta lista de funciones será de ayuda para el alumno. Subrayam
que estos ejercicios están diseñados para ayudarle a comprender los detall
_j específicos de la progresión melódica, y no para emplearse como fórmulas"
- £}—o —TV —e —0 —U
partir de las cuales se pueda ensamblar artificialmente una línea melódica.

rt EJEMPLO 2-20

a) Nota de paso disonante b) Nota de paso consonante c) Nota de paso saltada


i * 4K* *>> ; ^ 4
:dl t£)
O
4 1 —F —
1
G CJ
a
;¡ í * * pa rtir
* * * cLe
<fr Y-tt
/• rt 1 •J
j 1f £ \ --,
„ 9 r ^
k^ J)' P P
^.í
n
i • i1
ZIE •
P \ K
1
1 1 | |
1
ci) Subdivisión del intervalo e) Cambio de registro f) Sustitución (para lograr variedad melódica)
0
0
t 'J P
n f r
=f (
: .'
>
^ * <í * en
lugar
'.
=^ * de
9
:
M—
-3 e o e -^
O J 4 H- 4 4 ">
*.»

'
r
^
g) Sustitución (para mejorar la conducción melódica) h) Retardación de la progresión melódica i) Bordadura consonante

'.

| *
=t= lugar
en
-J_|

IIrli=H
4!
Q O L^ rt ^ n

o de 0 * P
~~\ ^\J ¿ ^* ' ' k
-/ n K
i>
K i 1 1 1 r\
1 tj> \ tJ

1
g 1 5 5
41

PROCEDIMIENTO QUE SE DEBE SEGUIR El ejemplo 2-24a presenta una línea satisfactoria, con ambos errores corre-
gidos. En el compás 5 hemos cambiado el Do por un La; por medio de esta
Elaboraremos ahora un ejercicio de segunda especie, partiendo de un esbo- sustitución, hemos obtenido un salto y un cambio de sentido en la melodía. El
zo preliminar (ej. 2-21). La segunda especie es más flexible que la primera y final aún precisa ciertos ajustes. Podemos movernos a la redonda sensible en
'ofrece muchas más posibilidades alternativas. Al bosquejar el compás de la el compás 9 si colocamos un Fa al comienzo del compás 8, y así eliminamos
sensible, hemos dado dos soluciones posibles: dos blancas o una redonda. Sólo también la repetición. Este cambio requiere una modificación en el compás 7,
más adelante podremos escoger entre ellas. y entonces ya no podemos emplear una disonancia; debemos encontrar una nota
El ejemplo 2-22 rellena el ascenso hacia el punto álgido de la melodía.- Ad- consonante que retarde la progresión melódica y permita un movimiento
viértanse las quintas acentuadas en los primeros tiempos de los compases 2 y descendente conjunto desde el primer tiempo del compás 7 al del compás 8
3. Debido a la continuación no secuencial por grados conjuntos de la quinta, (nota de retardación melódica). Hemos escogido el Do como la más adecuada
dichas quintas aquí son admisibles. de las distintas opciones. (Véanse los ejemplos 2-24¿>, c y d.)
El ejemplo 2-23 completa el ejercicio, pero hay dos puntos débiles que están Durante la realización del ejemplo 2-24, damos todavía con otra solución:
por corregir. Entre los compases 3 y 8 el movimiento es exclusivamente conjunto, si modificamos el plan original, podemos llevar la línea melódica hasta el punto
y por tanto la línea melódica carece de variedad; por otro lado, los corchetes en álgido, Fa, en el compás 6 (ej. 2-25). Esta es una versión interesante. En la
los compases 7-10 señalan un modelo repetido de tres notas.-La prefiguración de segunda especie no es demasiado aconsejable el movimiento a lo largo de toda
la cadencia en los compases 7 y 8 da al final una sensación redundante. una octava por grados conjuntos, ascendente o descendentemente. Sin embar-

EJEMPLO 2-21
. A i. climax
tí }_1 ?; -p —t
v
4 r ©

—e 0 —e
rs 0 o
T-J / *J> 0

cf

EJEMPLO 2-22

_t Ty i t
m -- rJ P P I
J ^^ f
^>L/ 1 (J l->
t) \ 1

~|
~i -o —o
—ÍT O 0
4
1
T 4> o
cf

•; EJEMPLO 2-23 _ -^^. ^- ,

vi'
-fifrP*
—_ 19
i r r £ ~? 1
rj ±í ^ -f —J—
1
i j- —P c. r ©
9) 1 1 1 1
| .
H Ü- 1 o
—0 *> —o 4>
0
-1 lif
cf
go, en el ejemplo 2-25, la octava ascendente no es inadecuada, ya que sus pri-
meras notas compensan el salto descendente del segundo compás, y el salto
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

es mejor emplear en la primera ocasión que tengamos el intervalo más redu-


cido posible. El movimiento conjunto produciría aquí una redundancia meló-
i
descendente de octava en el compás 6 equilibra el movimiento ascendente con- dica aún peor que la del ejemplo 2-23, siendo en este caso el salto de tercera, '••3
i "£l
junto. Adviértase también que hemos preferido un Si bemol a un Do como la solución más adecuada. El ejemplo 2-26 ofrece algunas ilustraciones adi- ><4.¡
segunda nota del compás 7, ya que después del salto de octava del compás 6 cionales.

EJEMPLO 2-24
a)
_
r$^> [- P -j o
j*l h
-w-
«J
•"
r
^ '•>
^=H -\" =*=^
0 «>

•¿
*~4 '1
. . tj.
,\> 4>
0
—e 0
o — e —— —cr~ *>
cf

b) d)

^fc¿
7 —
rr — H—n
-fp-—
-" r. ~—£ LJ
1 0 0
L[—- —& —6
]
LJ 6 0
1 r' ^ 1 L¿ —6

EJEMPLO 2-25
A
Lf i / i f\5
y/Lp —*" í9— J -p P •^
P o ©

-F—1—
r

-"—F—
^ b
pío «,» -o ~T>
4&^ ' 0 | ^ 12

cf

EJEMPLO 2-26
a) .
0
9 [ ^
5>- 9 9 hn ©
/ , _ £-4 n
« /

vr~
cf 0 —© L> *. »'.":
-j p o—^~ © L> - r»
-1 í 1
I ' LA SEGUNDA ESPECIE 43

I EJEMPLO 2-26 (continuación)


b)
-J0-]
cf
o ;
o o :o -A* 0 „
7


0

—**-. ? —
P
c¿
k=^ ' r.
: tfo i

r^~b ™
o
l
1
. í^. 1^ J
p—1 ?—-f
t 2— ^=t
_J d -fe-?;
42
"^j
ti
o
el1 C Gi


cf
~o
:nf
'n 0 —o 0 —o o •
-S-*

0 Tí
331

Fux

I
331

cf °
r- 'í

Schenker
o

i)» -e-
44 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
f..
EJERCICIOS La combinación de un cantus firmus, una voz de primera especie y otra de '
segunda especie resulta en las siguientes permutaciones: '
1. Antes de proceder a la escritura de ejercicios de segunda especie, practíquense f
los siguientes ejemplos del modo siguiente:
CF CF 1 2 1 2 <
<
Cántese primero el cantus firmus y toqúese el contrapunto al piano. Inviértase
después el procedimiento. (Selecciónese el registro más adecuado para la propia voz.)
• 2 1 CF CF 2 1 :

2. Selecciónense cuatro cantus firmi —dos mayores y dos menores—. Escríban- 1 2 2 1 CF CF ;


se dos líneas melódicas de segunda especie encima y debajo de cada cantus.
(CF: Cantus firmus. 1: primera especie. 2: segunda especie.)

Si la voz en segunda especie comienza con un silencio, la primera mitad,'


2. Contrapunto a tres voces
del compás inicial constará de dos voces solamente. En este caso —como en
el contrapunto a dos voces—, los intervalos de octava, unísono y quinta supe-^
CONSIDERACIONES GENERALES; CÓMO COMENZAR EL EJERCICIO rior proporcionan el comienzo más estable. El empleo de la tercera o décima-
superior es también aceptable si ayuda a conseguir una buena conducción de)
La adición de una tercera voz en redondas aporta pocos problemas al alumno la voz (ej. 2-27). ' \a sexta i
ya familiarizado con la segunda especie a dos y con los principios básicos de
la escritura a tres. Sin embargo, debemos discutir algunas consideraciones im- vir como intervalo inicial. La cuarta inferior es una disonancia, y como tal debe *
portantes. por supuesto, excluirse (ej. 2-28).

EJEMPLO 2-26 (continuación)


Mozart

P— ~^¡ n te —' 1 ^J .n 1p ~frp


J 9 j —p J-
P
e

" ' 1
o- • "
'
-^

L@> —0 1l o 1 o ..
—e bu 1 ° " 1 —o 1—Q 11 ^ U
o

EJEMPLO 2-27 EJEMPLO 2-28

-£ i
1 0
bT /y • cf os „ —© —€>-^
°TZ ~—
—o
e
-¥^-1-5 —O
o ^ -W—-—5^b
«J ! 0
^ cf* 2
etc, etc. etc. etc.
-cf
2 -p- 2 -p- 0 p
f 1
_^¿ _1 _X _J _J
dudoso malo
LA SEGUNDA ESPECIE 45

¿;: CADENCIAS pleto, y esto obviamente excluye el empleo de la sensible cadencia! como nota de
paso disonante en la línea melódica en segunda especie. El ejemplo 2-29 muestra
La sensible puede aparecer en las tres posiciones-siguientes: algunas posibilidades.
/-'
1. Como segunda blanca del penúltimo compás de la voz en segunda es- INTERVALOS PERFECTOS
pecie.

I
i
2. Como redonda del penúltimo compás de la voz en segunda especie.
3. Como redonda del penúltimo compás de la voz en primera especie.

En todos los casos la sensible debe formar- parte de un acorde consonante com-
Cuando la voz en segunda especie es la intermedia, las quintas y octavas
acentuadas entre ésta y una de las exteriores son más permisibles que en la
escritura a dos voces. (Recuérdese que las quintas y octavas acentuadas se

I
producen entre primeros tiempos sucesivos.) Véase el ejemplo 2-30.
J. EJEMPLO 2-29

i N. b) c)
f- ' - ;pJ?L
;
. i e
i 6
0 f.
-tpl JJ73
'O
&

—8—
I-^
4>
•\ -o J

l~ ¡ . v . J
\)
M O^
o
J&.
—O O —e o o

e) f)
U? ,
-4©
o
o

—©
1 e
o
-B *>
© —8
H— ' G

eJ cf
U
ra SL >-
6);—¡ ¡9 ^ H
^,¿—^-— cJ

r^r^
LyaU 11 <1 1 © " 1 ©
el
(9
±^^
*> 13 tí— .** oo
j a a.
»•» ©
s
b T—\ ^ -
n

;r EJEMPLO 2-30

TÍ—f_^ L^e
vi 0

j.
—e» o
etc. • etc.
j" o
j'
0 ^ Á
A'
46 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

CONSONANCIAS IMPERFECTAS dos voces. Estos acordes muestran funciones contrapuntísticas equivalente!-a
las de los intervalos del contrapunto a dos voces. El alumno descubrirá sin."di-
En interés de la variedad debe evitarse una abundancia de sextas, terceras ficultad los acordes de paso, aquellos que mejoran la conducción de las voces,
y décimas paralelas entre el cantus y la línea melódica en primera especie. Como etcétera, que aparecen en el ejemplo 2-31. í'.
en el contrapunto a dos voces, no deben escribirse más de tres de dichos inter-
valos en sucesión.
EJERCICIOS

FUNCIÓN DE LA SEGUNDA BLANCA 1. Antes de proceder a la elaboración de ejercicios de segunda especie a tres vocees
practíquense los ejemplos anteriores del modo siguiente:
Si la primera mitad del compás consta de un acorde incompleto, la segun-
Cántese una voz mientras se tocan las otras dos al piano. Comiéncese c n
da puede completarlo. Con este procedimiento se atenúa el efecto un tanto
la voz inferior, después la superior, y finalmente la voz media. (Selecciónese
descarnado que ofrece el acorde incompleto. La segunda blanca siempre debe el registro más adecuado a la propia voz.)
desempeñar además una función melódica clara y lógica.
La actividad melódica de la segunda blanca en el contrapunto a tres voces 2. Selecciónense dos cantus firmi, uno en mayor y otro en menor, y escriban e
da lugar naturalmente a acordes y no a intervalos, como en el contrapunto a sobre ellos ejercicios en cada una de las combinaciones .posibles.

EJEM PLO 2-31

a)

-^
^
=7V~fr
7
i
n D 9
1
rj
1 p cJ
=£=<
&
r f
P i
- — fe-
«.

TTT 0
—O L> O 0 ©
t^
"

11
^ -1
\> 0

cf
=£ 0
^r 7^
/ -^ 4J '
O O

b)

cf
_o_
0

1.
LA SEGUNDA ESPECIE 47

I EJEMPLO 2-31 (continuación)


rl
A
>, c)

331
331
331

_£!_
0
331 331
0

0.

^
331

*5?{ ":.l'.' .''


e) Schenker
','•-'

—e -V
—e
(
-,-i'
ti -o-
pf
«J
<> —O r* &—
<
° -&
-e-'.» -^ &•
1 -^—o t>
-©-
^0 1
e *-*
^
Q
H

pr 1 -f : * .-

F^^-^cr—h-H
• •• • . s
J— VO' "' ' '.> p -j 0

i r ^^ r
'•
-r :
1
'.'•'•'i •'•&' • •
-•••--.( sfci

" -~%

,•
•W. '•'"•"•'" ' ' '
3. La tercera especie

1. Contrapunto a dos voces DISONANCIA EN LA TERCERA ESPECIE: CONSIDERACIONES GENERALES j'.


ORGANIZACIÓN RÍTMICA Al igual que en la segunda especie, la primera nota de cada compás deb^e
ser consonante con el cantus, y las restantes pueden ser disonantes. A diferen-
L a tercera especie consiste e n u n a texturar í t m i c ad e . . . ^ . cia de la segunda especie, que permitía un solo tipo de disonancia, la tercera
una; la voz en esta especie coloca cuatro negras contra cada redonda' del canfus especie nos permite combinar varios tipos. Además de la nota de paso, dispóS
firmus. El contraste rítmico entre el cantus y el contrapunto es más pronuncia- nemos también de la bordadura o nota auxiliar. La velocidad relativamenfe
do que en la segunda especie. rápida permite el empleo de usos idiomáticos ornamentales como la bordadufja
El alumno debe entender las negras de la tercera especie a una.velocidad superior-inferior o doble bordadura, y la nota cambiata. Trataremos por sepf-
doble que las blancas de la segunda especie; dicho de otro modo, el cantus rado cada uno de estos tipos de disonancia. •:'
firmus se mueve más o menos a la misma velocidad en ambas especies. Un
tempo demasiado lento es inadecuado para los movimientos melódicos de or-
namentación característicos de la tercera especie. LA NOTA DE PASO DISONANTE EN LA TERCERA ESPECIE ';'
•^íí^^^-í-P11211?.—-g——?%-dps .niveles de diferenciación rítmica en, t.
e¿£^topunto". £áJ2íü¿ta.negra es el tiempo fuerte del compás; la segunda y' La nota de paso, cuando aparece en la cuarta negra, difiere sólo en dunf-
la cuarta" son los tiempos débiles, y la tercera negra ocupa una posición inter-
media: es más débil que la primera pero más fuerte que las restantes. Denomi-
naremosa..lajercerajiegra .relativamente fiierte^.o^elativamenté acentuada^
ción de la disonancia de la segunda especie (ej. 3-1).
Cuando la nota de paso aparece en la segunda negra, la consonancia a la
que se mueve es la misma nota del cantus, en lugar de una nueva; el hecho de
\'.
I
Al iguafque en la següñdTespeHeTia nóta^naT3eTco^rapunfóssaSr una que no varíe el cantus crea un buen número de progresiones interválicas nuevas (e;
redonda; el penúltimo compás constará de cuatro negras; el contrapunto puede importantes (v. ej. 3-2). |-
comenzar tanto con cuatro negras como con un silencio de negra y tres negras.; La nota de paso puede aparecer también en esa tercera negra relativamenfe
como en la segunda especie, es preferible comenzar con un silencio.

i
acentuada. Esta configuración constituye la aproximación más cercana del con-

EJEMPLO 3-1
f] x-— '-—» -s,
i—tf P—5 1— r 0
L_¿— ~J
a P ^¡
r>
0
—o
-fia —e K

"TI— ' ' 1


8 7 3 8 7 3 8 7 3 8 7 3
i x-*-^- •~Nj*
*\ e t> Tt
J , ©
tf g— •—1"— 0 P •
- B —1— —F
\
1
LA TERCERA ESPECIE 49

trapunto de especies a la nota de paso acentuada del contrapunto prolongado. distintas, la bordadura representa la ornamentación por grado conjunto de una
Al no moverse el cantus a una nueva nota contra la nota de paso, la tercera sola nota. El ejemplo 3-5 ofrece varias ilustraciones que comparan ambos ti-
neera disonante es más débil de lo que sería dicha disonancia si se hallase en pos de disonancia,
la primera negra. Esta última —una verdadera nota de paso acentuada— no La bordadura, al igual que la nota de paso, se da en composiciones de es-
puede incorporarse a los ejercicios de especies, ya que recibiría una excesiva tilos muy divergentes. Ambos tipos de disonancia pueden aparecer en forma
prominencia. El ejemplo 3-3 muestra varias posibilidades para el empleo de la ampliada o en las progresiones elementales de los ejercicios de especies, como
nota de paso en la tercera negra. trataremos en el capítulo 6. Nuestra experiencia con la segunda especie nos ha
La nota de paso disonante se da como siempre entre dos consonancias. El sis- demostrado que es posible diseñar líneas musicales (si bien muy simples) em-
tema diatónico, sin embargo, requiere necesariamente la presencia de una quinta pleando solamente disonancias de paso. Igualmente sería imposible construir
disminuida en cada tonalidad. En Do mayor, por ejemplo, todas las quintas son buenas líneas melódicas it
justas a excepción de Si-Fa; ocasj.ori§lm^n.te._esta cjuinta disminuida debe_prece- conexión por r.!oj_cjoj3uníc^_enfre.as dife-
der o segurr_a_un_a_ cuarta Justa. En este caso, por supuesto, existe una segunda rentes notas, la melodía se convertiría en una serie discontinua de puntos esta-
"3ísóñáñcíá~en lugar de una consonancia siguiendo a la nota disonante. En el ejem- ticojLY. .saltos.. "
.plo 3-4 ambas disonancias representan notas de paso que rellenan el espacio de El alumno no debe deducir que la bordadura carece de una genuina im-
-una cuarta. Lajiinción,de estas notas disonantes es.bastante....clara)..cle_aquí_que portancia, ya que desempeña una función fundamental tanto en .ÍaJei££ra_,es-
podanias .emplear esta forma que pjiede considerarse una extensión de la disonan-. pecie corno _en j.a composición: retardar la progresión/^md^i^jsjej^iaLjin
~ciadepasq. intejTumjjir ^oi^Ql^c^/j^ár^^c^Q^. En el ejemplo 3-6, el empleo
de la disonancia de bordadura nos permite cubrir el espacio melódico de una
tercera, en vez del de una quinta requerido con el uso exclusivo de disonancias
de paso.
Una bordadura sobre la segunda negra vuelve no sólo a la misma nota sino
La tercera especie añade a la nota de paso.el segundo tipo fundamental de también al mismo intervalo vertical de la primera, negra. El ejemplo 3-7 mues-
disonancia —la bordadura—. Este nuevo tipo de disonancia proviene de un im- tra algunas progresiones típicas.
pulso melódico muy distinto de aquel que produce la nota de paso, puesto que Cuando se halla sobre la cuarta negra, la bordadura regresa a la misma nota
mientras la nota de paso forma una conexión por grado conjunto entre dos notas de la melodía pero a un distinto intervalo vertical (ej. 3-8),

; EJEMPLO 3-2
y i lfr—
9 ~ -T"¡

e -

3 4 5 6 7 8 10 9 8 5 4 3 8 7 6 8 9 10 etc.
»—
—é d- S. ¿
hlfí ° =d

í EJEMPLO 3-3

=4ti—*-J —J =N=
—&—R| \
—o
EJEMPLO 3-4
n$
^k t?
—^.^-M i
|" |> <l_ j_
i
p-n — i
7 6 5 4 3 5 6 7 8 °5 4 4 c 5
6 5 4 3 5. 6
Y-^ r ri i? [í
& í? o— —a
HlS—: i
—e -»

J
*^ ..-.y
I :
ms-k 4=-
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

En la tercera negra la bordadura crea la misma progresión interválica que LA BORDADORA CONSONANTE
sobre la segunda. Sin emrwg^_eL¿orite^to^ítmico es muy distinto, puesto
qu_ej.aj^rdadura_ aparece enjin_ p_ulso_ m_ás.fuertejque,.los..do¿^Jos"que ápa- La alternación de las dos consonancias adyacentes —la quinta y la sexta
receja.n.o_ta fundamental que ornamenta. Esta bordadura relativamente acen- produce tanto bordaduras consonantes como notas de paso consonantes. L
tuada debe emplearse con moderación. La nota de paso —una disonancia que bordadura consonante, debido a su estabilidad vertical con respecto al cantu
ofrece empuje a la línea melódica— es más apropiada en posiciones relativa- puede situarse libremente en cualquiera de las tres últimas negras del compá
mente acentuadas que la bordadura esencialmente decorativa. EiiJ.riterés_de, (ej. 3-10).
la variedad podemos emplear la bordadura disonante^sobre la.
ocasionalmeñfe"(v7"ej.""3-9)'.
11
EJEMPLO 3-5 EJEMPLO 3-6

,1e 1r 1r ' —FÍ:


=&d — í= 0 0 fc
-4 P i*—P-=p=JH4-
írN=^ =t= —1—
-/jkr_2
—-J J * ? — o— \

3 3 versus • 3 4 - 5 6 7 3 versus 6 7 6
- •*
3a s"
ffT * a ri
—<F»
=4= Ll í)—
-**—
0
1-,
0

•'l1l. EJEMPLO 3-7


'!
i
i
'=Jt~
:Uf=* g—
~
i?
—y 1* g

í= -0- -J '—J— *.
3 4 3 3. 2 3 5 4 5 6 7 6 8 7 8 10 9 10

i I - iJ x-. IT»— TT~ -e


d |fr— • - • •--- 1 -- fl a U—e U

1j !
EJEMPLO 3-8 ' EJEMPLO 3-9 0
\jjj¿ —— —Tí — 1=1rf d1 U
0
I j^ l ,
^i , l 0

jl i ~a
6
*.»

3 2 ^ 10
•*
9 6
44
«. ^F^F=

< 3 4
1*
5 \
^ *
~_ ,
b
* -Tj* •

(B
4
T J—o- 4 -e o 1 :
60
^J. EJEMPLO 3-10

a_ ffi~
,••'.; -i — —*•
j G 5 7 10 /

N i
•i-
$ 3 4 J *G (
3

P —©^
1 ~ * g ^=
^&? =
LA TERCERA ESPECIE 51

NOTA DE ADORNO Aquí los tiempos segundo y tercero presentan disonancias separadas por una
tercera. Parecemos violar un principio fundamental del contrapunto: la introduc-
Empleamos el término nota de adorno parajjidic^rJ.a-de£iDración^dearna. ción y continuación de la disonancia por grados conjuntos. En realidad, dicha in-
a cujlgQiiej^O£^g^^o^disj^ntp^. Dicha función melódica representa por lo fracción es más aparente que real, ya que ambas disonancias son bordaduras de la
tanto un tipo de movimiento disjunto análogo a la bordadura por grados con- primera nota del compás; la línea melódica se desplaza de una bordadura a la otra
juntos. Apestar precedida_o s^ujHOérjrn salto, la nota de adorno debe ser antes de regresar a la nota principal. El oído percibe con facilidad la relación de
'consonante en el co^tj-ajranto^^de^ejr^cies. Un sal¿o^^n^askdo..gran^_ai¿la]:ía. ambas disonancias de bordadura a la nota que decoran. Al enmarcar dicha nota
^l^^ta^"decoracióndel contorno prirK^Eal^eJ.aJin^a. Basalto máji apropia- las dos bordaduras, no recibimos la impresión de saltar de una disonancia a otra.
do es,, el^de^te^^i^y
^ en ningún caso ma^oj^ue una cuarta. En las progresiones El ejemplo 3-13 explica la conducción de las voces de esta importante progresión
e del ejemplo S-íTTIanofá'desadorno está segúída'dé movimiento conjunto melódica.
hacia la nota principal. La combinación de las bordaduras superior e inferior representa un uso idio-
mático ornamental presente en composiciones desde la Edad Media. Los ejem-
plos 3-14 al 3-16 muestran su empleo directo en obras de los siglos xiv, xvi
;__COMBINACIÓN DE BORDADURA SUPERIOR E INFERIOR (DOBLE BORDADURA) y xix.1
( . )
—- -331 objetivo fundamental del enfoque_de_las^ especjesjgs el^amiHarizar al
alumno_con_las técnicas básicas de la_cqnducción de las voces •—-técnicas que 1 Debido a que la doble bordadura se evitaba en parte del repertorio del siglo xvi (y principal-
aparecen también de forma ampliada en composiciones de diversos estilos—. En mente en la música de Palestrina), se ha excluido de la mayoría de los libros de texto sobre «Contra-
su mayoría, los ejercicios de especies por sí mismos no incluyen ampliaciones punto del siglo xvr». Esta exclusión empieza con Fux, quien no obstante basa su tratado únicamente
o prolongaciones de los principios contrapuntísticos básicos. En el contexto de sobre la música de Palestrina y por tanto no lo caracteriza como representativo de toda la producción
de un siglo entero. Como muestra el ejemplo 3-15 (y esta es sólo una de las muchas ilustraciones
los ejercicios de especies pueden introducirse, aunque hasta un cierto punto,
posibles) este uso idiomático era ya conocido y empleado por compositores del siglo xvi. Es impor-
algunos aspectos del contrapunto prolongado. Consideremos la progresión del tante observar que Mozart, que estudió a Fux, parte de su enseñanza contrapuntística para introducir
ejemplo 3-12. la doble bordadura en la tercera especie. Véase Mozart, Atwood Papers, pp. 53 y 56.

| EJEMPLO 3-11

i 'j . *
f
•í
a)
- A• • "
¡ —TI
•\ - '
b)
0 1
c)
n \— r-i— \
, i i
r-\
d) '4-U
\-. u 1 i^" i 1 [ i—1— n
e)
1
5rn

4 <> *Lo>—J—«
r.—'* J -¿J J ^' r J - - -J--
é - r—dé—
—é*—-l— * H
<
——0 =t= *
'\ jf
5 15 6 10 10 8 10 11 10 636 °5 3 3 6 5 4 6 5 3 4 5 8
's
5 f\ 0-_— -—é—J " — — o - e
), Llltí 1 0 .

*
;? EJEMPLO 3-12 EJEMPLO 3-13
;
1!
'*í -Jf- =—*— —- 1i

'1
' í. . .-, 4 9-
=H3 •
^

~
s e contrae
pn
CJLJL
decora
3
°
6

TTTS e ~^n e -o -o —e :— —o———


H— 4^ ——
52 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

La combinación de las bo^adjiras_suj3erior:.e.rriferior.p.uede..dars.e_con una Es_preferible que una de las bordaduras esté a un semitono (segunda me-
u otra como pjjmera disonancia (ej. 3-17). nor) de la nota principal; si ambas.se hallasen a un tono de ésjajpjodríaii_debi- '•.
JlSOÍ^inltifijBLS^á^ litarjsr
P£ec£dejj^^erioi-. En^e^^orrfiguración^l^no.ta más agu.d.a.^.m.ls.penetrante, Este uso idiomático comporta el riesgo de convertirse en un área estática,
s e_encuento en_el tiernjj o. más,¿é¿|.L separado de la unidad de la línea melódica. Dicho riesgo disminuye si conti-

EJEMPLO 3-14 Landini, Per servar umiltá

É
^

«assññd )—

EJEMPLO 3-15 Heare the voyce and prayer

qr J — tí—a- (
¿ f r r f_j r r
1

¿Y J
J -J J
x-j
J—J]
« 9 J
á
i 1
J J
a
1 \
a
.//• b
!
r5 . -P ..

EJEMPLO 3-16 Chopin, Estudio, Op. 10, núm. 4

-^
Presto '""-— ^^^T9-
Ti
1 — .. >>
h
** ^ -"

fc= •Q-J^n *—1*~f —T—


r-—-jT r-
1
^H
"
¿\ if ti
ii
t
1

fi
¿
P

\
f> K
c•re se.

i/
V
^

y/ V
n
J» If ti TI if /"* i/
fm J' 1 1
i) i/ N ~
7 /
J'n
*
/
"
j *^ TI ir V t
Ti *^ M
i
fl w '
JB a
»3 . 9
^^ ~41-

EJEMPLO 3-17 EJEMPLO 3-18 semitono


yA
1 ll , 1 '¡ j ,

Iv r—1*— •v-f- -f— ~r—ir—r—i r— -Xk —~~F*—


—P—
— J—r*>——i—
* -^ —*j—
—id—d—
i*- * —J
*
-M —1— '—1
i
I
1 !
V5Ü <1 9 2 1 0
« <•J [_ *
1 i i i
semitono tono

t>
I
=í I
_9—
4 ») 4|¿ "
LA TERCERA ESPECIE 53

Jnuamos la última no_ta_con una progresión conjunta siguiendo el sentido me- LA NOTA CAMBIATA
;IIó¿iao_pre,QeclenLe. Él ejemplo 3-19 compara la continuación más apropiada
;?;(a y b) con ilustraciones de movimiento disjunto (c) y un cambio de sentido La nota cambiata (nota cambiada), al igual que la doble bordadura, es un
•imelódico (d). uso idiomático compositivo que se ha abierto camino en los ejercicios de espe-
• •: La última progresión (el) pone de manifiesto un hecho interesante e impor- cie. Esta figura ha venido formando parte tradicional de la tercera especie des-
iítante. Las notas primera, tercera y quinta forman un movimiento conjunto que de los tiempos del Gradus de Fux, eiuel .cual recibió su primera descripción
! ¿rellena una tercera descendente. Este diseño mel(Mi£qj£Sjj]ta.,m^ teórica.
;.\o que el _o_ídpji^dejy:egi Aunque la nota cambiata no se halla con tanta frecuencia y variedad en el
;•') dej^progresión. Oímos en consecuencia un movimiento conjunto descenden- repertorio como la doble bordadura, constituye, no obstante, una progresión fa-
-f te adornado con échapp_ées__(o_bord_aduras incompletas), en lugar de una nota vorita de los grandes maestros de los siglos xv y xvi y ha sido empleada tam-
'•*> dada prolongada^pór las bordaduras superior e inferior! Este representa.un cía-- bién como arcaísmo por compositores posteriores.
!íro ejemplo de la importancia del contexto a la hora de determinar un significa- El ejemplo 3-22 muestra (a) y explica (¿») la nota cambiata. Este uso
;¿'do musical. idiomático surge de la decoración de una figura de dos notas formada por la
\l Las mismas cuatro notas adquieren un nuevo significado cuando alteramos primera y ultima notas, de un diseño, en este caso Re y Do son esas dos notas.
•\u continuación (ej. 3-20). La decoración se compone de dos movimientos engranados, Re-Do-Si y La-
•| Esta particular configuración idiomática debe iniciarse en el primer tiempo Si-Do, que convergen sobre la quinta y última nota.
'•'•: del compás, ya que de otro modo no se percibirá como la decoración de una En el ejemplo anterior la segunda nota es disonante. La continuación con-
i única nota. No es necesario que tanto la segunda como la tercera negra conten- junta de esta disonancia no queda eliminada por el salto siguiente, sino sólo
| gan disonancias. A menudo una de estas notas es consonante con el cantaspospuesta hasta la cuarta negra. La tercera nota de esta figura debe ser conso-
?; firmus (v. ej. 3-21). nante ya que forma el principio de la segunda progresión melódica subsidiaria;

EJEMPLO 3-19
a) c)
—o —©—
-S —© -"—
—•*-

7 rér 4—
-r .• J ,
nfó r~r "* ML|—ÍT1 J r r ' ~¿ d P «~ ¿ • d *" i
— TT Jr
r
—J

bueno bueno
' ' menos bueno menos bueno

i EJEMPLO 3-20 EJEMPLO 3-21

/i_ ja F J m
ro • tí 0
4 —o— ' V-U
f<T) r i * r
0
—0
ۆ 1 ' 1
i

^-^

TT^T 1 . JH o
1*1

1 *-* *"* ^-^ i*r r


9

—«
U— IH
54 EL CONTRAPUNTO -EN LA COMPOSICIÓN

La quinta nota, meta de ambos movimientos, ha de ser por supuesto consonan- Citaremos ahora tres fragmentos extraídos de la polifonía renacentista. Ló|;
te El salto que sigue a la disonancia debe ser una tercera. ejemplos 3-25 al 3-27 ilustran la diferencia ente la nota cambiata y el uso i
Algunos libros basados en la práctica del siglo xvi permiten la nota cambiata mático muy similar de la nota de paso saltada. El primero de ellos, de
sólo en la dirección descendente mostrada en el ejemplo 3-22. El movimiento contiene una nota cambiata, y el segundo, procedente de un Magníficat anónir
ascendente no altera, sin embargo, el significado fundamental de esta progre- mo del siglo xv, muestra la nota de paso saltada, ya que la nota siguiente al-
sión. La dirección ascendente del ejemplo 3-23, por tanto, también puede em- salto no inicia una progresión melódica subsidiaria. El tercer ejemplo, proceV
plearse. dente de un Magníficat de Antoine Busnois, contiene ambas figuras. Observe;;-;
El uso idiomático de la nota cambiata debe comenzar en un tiempo acentua- se su diferenciado perfil rítmico; en la composición la nota cambiata no estf •
do. En general, la primera negra del compás forma un mejor comienzo que la ter- restringida a valores regulares. El empleo de la imitación produce una destaca}-
cera. Cuando la progresión empieza en la tercera negra, la nota producto del salto da disonancia en la cuarta negra del segundo compás. Al final del ejemplo la.'.
va a estar en el primer tiempo del compás siguiente. El consecuente énfasis en voz inferior acompaña al soprano a la sexta, y sólo la nota final se desplaza á!
esta nota la convierte más en una meta que en una interpolación, y el oído tiende la octava inferior para conseguir una cadencia estable. Debido a que es parale;^;
de este modo a registrar las tres primeras notas como representantes de un mo- la a la nota cambiata de la voz superior, interpretamos la voz inferior como';
vimiento conjunto dentro1 de la distancia de una cuarta, con una nota de paso una nota cambiata modificada. Tales progresiones a medio camino entre la nota-
omitida (v. ej. 3-24).' cambiata y la nota de paso saltada son bastante frecuentes. , í:-
'<
EJEMPLO 3-22 EJEMPLO 3-23 2-
a)
ro
JV
/L
\m ra \Jf
J 1 ' 1

EJEMPLO 3-24 EJEMPLO 3-25 Dufay, Hymn -

pd^zEESf^ 1—o H*
—F——5
F——d
*— "P
—«LJ
A.
© -
* é '
c
ü
*
é * w a * é 0

-*-n —tf—
a
partir
—01 B
tJ
*V XT
~-
1•5

de

rSSEEEz^
=== 111 —o —©
-fin
w—1—i— —Jh~ —f% • 1

EJEMPLO 3-26 Anónimo (siglo xv), Magníficat EJEMPLO 3-27 Busnois, Magníficat

w ó -^—r-f- r 1? ~ —j——i*-1—i^—' -¡H


^
j 9 ^ ,? 9 M jf d
— 9

Q i i -— •—^ ( j

HS ^ r J J 1J r r r — J-j9 | * ¿ J 6 r
LA TERCERA ESPECIE 55

Ei; UNÍSONO presencia de una sola nota entre dichos intervalos no basta para compensar el
efecto de quintas u octavas paralelas. Con dos notas intermedias (de los tiem-
AI jp-ual que en la segunda
-'; ...• •"••"• '•o
•>• .
especie, el unísono no debe aparecer al princi- pos segundo al primero) debemos procurar no enfatizar dichos intervalos por
pió del compás, a excepción del comienzo o el final del ejercicio. No obstante, medio de un salto (ej. 3-30).
el unísono puede darse libremente en la segunda, tercera o cuarta negra. Cuan- Las octavas y quintas con tres notas intermedias (de la primera negra a
^0 se halle en la segunda o tercera negra se podrá aproximar y continuar por la siguiente primera negra) están permitidas, ya que la presencia de tres no-
movimiento oblicuo. Esto representa un detalle de conducción de las voces tas entre los dos intervalos perfectos anula considerablemente el efecto de
imposible en la segunda especie (v. ej. 3-28). octavas y quintas paralelas. No obstante, el alumno debe tomar precauciones
en cuanto al empleo excesivo de quintas u octavas acentuadas; el mismo inter-
valo perfecto no puede aparecer en más de dos primeros tiempos consecutivos.
')"<? QUINTAS, OCTAVAS Y UNÍSONOS También resulta problemático enfatizar uno o ambos de dichos intervalos per-
fectos por medio de grandes saltos, a través de una progresión secuencial, etc.
~¿4 Las quintas, octavas y unísonos inmediatamente consecutivos -—es decir, (v. ej. 3-31).
-•:|" aquellos que van de la cuarta a la primera negra-—• por descontado deben ex- Las quintas y octavas en tiempo débil —es decir, las progresiones donde
-r|-cluirse (ej. 3-29). ninguno de los dos intervalos perfectos recae en el primer tiempo— pueden
Las quintas y octavas con una nota intermedia también son incorrectas; la darse aun cuando haya menos de tres negras intermedias (ej. 3-32).

i?! EJEMPLO 3-28 EJEMPLO 3-29


ñ & « • •-O
m *

/ // ri r \J
'A
í.'r ~73 i 1 /í 1 4.Í
-$B 1 = —e w rt\/ x
""X.
\
—O
•tr-^ -J- .g
'í.
Á
i
s
í
l *^
I A~^
1 f JT
f~\% ^"^
J

a
rl
\
.
P
1
.1
A

1
a
i1 -
J
e
i
-JQ e
IH '
// 8
0 ~i
r
\

1r 8 f . .
j
' 3
''i
EJEMPLO 3-30

•'í :j* —^—a—i»—.;•».-.. - f& jj —

r * r/i i
i)
' í
' í
=f o - 4 ' ^^l
<
' }
/ 5 \ \ / 8
o
-1§D » rNv J i
i rr
" • / • / 0 —o
~f—«^^—9
i—
'í y __ Lj!_J j Ljü

pobre bueno
| EJEMPLO 3-31
i i i i
í-f— ¿-—3-j——-j r i—» 1 1 1 n

8
3=\ 5

¿
—J
5
pr fr i i • r
8
°• „, a

8
P a - a

8
Din
-f§ Tí —o 1
I 4n ^»
4.»

bueno bueno pobre


56 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

SALTOS MELÓDICOS mediata sólo cuando cambie el sentido. El cambio de dirección reduce la ampli-
tud del movimiento total y crea una línea melódica más suave (¿>).
La tercera especie sigue por lo general los mismos procedimientos melódi- Finalmente, el alumno debe tomar precauciones también en cuanto a salt s
cos de la segunda. No obstante, su movimiento más rápido impone algunos melódicos que continúan la dirección del movimiento conjunto inmediatamen-
cambios, cambios que en general se refieren más al movimiento disjunto que te precedente. En general, los saltos deben coincidir con un cambio de sentido
al conjunto. incluso después de un movimiento conjunto. Después de dos o tres notas coi -
En primer lugar los saltos de envergadura —de quinta o mayores— en esta juntas son posibles los saltos en la misma dirección sin que esto sea causa de
especie deben emplearse con mayor moderación. En una línea melódica con- mal efecto. Tras un grupo de más de tres notas conjuntas un salto en la misma
cebida vocalmente estos saltos aparecen más frecuentemente en valores largos dirección produce, sin embargo, el mismo efecto desequilibrador que dos saj
que en cortos. Los súbitos cambios de registro son más sencillos de ejecutar y tos consecutivos. Este desequilibrio es aún mayor si el salto queda resaltado
más apropiados en la escritura instrumental que en la vocal. No es ni necesario por la posición métrica de la primera negra cuando proviene de la cuarta neg a
ni conveniente imponer normas precisas sobre el número de grandes saltos que precedente, como ilustra el ejemplo 3-34.
pueden aparecer sin peligro en un ejercicio. Si el alumno canta los ejercicios,
descubrirá rápidamente dónde ha sobrepasado los limites del estilo vocal.
En la tercera especie es mejor evitar la técnica de la subdivisión —es decir, el EQUILIBRIO DE LA LÍNEA MELÓDICA
empleo de dos saltos pequeños en la misma dirección como sustitución de un sal-
to mayor-—-. Este tipo de progresión es más apropiado para el movimiento algo Una buena línea melódica en la tercera especie supondrá un empleo
SI
a
MI'
más lento de la segunda especie. Consideremos el ejemplo 3-33. La línea melódi-
ca en negras cubre demasiada distancia en un tiempo demasiado corto, y su efecto
equilibrado de los distintos tipos de movimiento melódico. Particularmente
las progresiones ornamentales deben hallarse de modo que retarden pero s n
puede resultar algo torpe (a). Dos saltos pequeños pueden darse en sucesión in- detener el empuje hacia adelante de la línea melódica. En el ejemplo 3-35 el

EJEMPLO 3-32
1s p » 9
—J
s iP—i
Bf T, — © 0
O

¡I 5 5 8 8
e r e
íjlj

t Lll5 1
P
1 -J—i -' f r

F— LJI
EJEMPLO 3-33 EJEMPLO 3-34
á)

F^ —H—— i :—1—1 —í~i—f—U-J •J Ji


jrl_
vflp
J
^^ o
=£ *
< _.——*- _.— J J j r —
—J
.—*- . -*-

^v
L!/
^*i
f r

dudoso
•"—^

1
i
a
1
0 dft
r1
' 1
bueno
**• *-**~

r/»1
y A
r1
1 . ri
f
íT—^
>—
pobre
—o —o

bueno
EJEMPLO 3-35
»
jgr
^C-L-jL-
> |»~ •
p
_^_.- o v a e —- o
r etc.
cf 4, .
~~jr»

afc"""^
LA TERCERA ESPECIE 57

empleo excesivo del adorno melódico ocasiona una línea inactiva y estática. pal. No obstante, se puede decorar el punto culminante con una bordadura, ya
: El ejemplo 3-36 muestra otro tipo de defecto. En este caso encontramos que esto no representa esa repetición prohibida del punto álgido, puesto que lo
movimientos de'imo a otro punto que son, sin embargo, demasiado pequeños; que registra el oído son dos expresiones de una misma nota prolongada y no
en vez de un amplio arco melódico producen una sucesión de fragmentos me- dos notas distintas. Véase el ejemplo 3-37.
lódicos, de los cuales no podemos deducir ninguna dirección global.
Ya hemos llamado la atención sobre el efecto de desequilibrio causado por
un movimiento excesivo en la misma dirección durante un período corto. IMPLICACIONES PARA EL ANÁLISIS
I Una melodía de tercera especie representa un organismo contrapuntístico
tí ¿ EL PUNTO ÁLGIDO más complejo que un ejemplo 'de primera o segunda. De hecho, la mejor ma-
'•> nera de entender muchas progresiones características de la tercera especie es
•¿
I • \a nota más aguda o grave producirá su efecto máximo si recae en un tiempo

como elaboraciones o prolongaciones de progresiones subyacentes de primera
• \ del compás. Tanto la primera como la tercera negra servirán para este o segunda. En general, los casos de movimiento de ornamentación pueden re-
':$ propósito. En la tercera especie es esencial organizar la línea melódica en su ducirse a la primera especie, mientras las progresiones entre dos notas distin-
4totalidad a través de la planificación de uno o dos puntos álgidos subsidiarios, tas derivan de la segunda. Será muy beneficioso para el alumno analizar cuida-
7 antes o después del principal. En vista del gran número de notas en el ejercicio dosamente sus ejercicios, así como las ilustraciones de este capítulo, pues con
;I de tercera especie, cualquier otro procedimiento llevará casi inevitablemente a ello obtendrá una mayor profundización que le ayudará en esa tarea más difícil
•i una cadena de notas informe y sin dirección. Los puntos grave y agudo subsi- del análisis melódico de las obras del repertorio. El ejemplo 3-38 presenta al-
'? diarios, por descontado, no deben repetir (o anticipar) el punto álgido princi- gunas ilustraciones características; la primera o segunda especies subyacentes
1/
! I EJEMPLO 3-36 EJEMPLO 3-37

-1 > . 1^—i 9 1
-'— •
_J
f f
_£_ S>
~ 1
==f (1 /L i i
:<fr
eJ
* 'f * *
J 1 fm
v>P
«J *
etc. etc.
cf ' -no o
—© J1
—Tí 1 fe .
.Ih
-}S——
EJEMPLO 3-38
a) b) c) d)
f m Jgt
a- .J s> - i? 9

ir r¡*
r
ir
¿9
rflt ai
f\^ i*9
rA

I • o r
r
«J 1 1 1 1 1 1
0 1
I ^í íTt
1 íff ^"^
ra - J
• & rIP
4.V
e -
1 TX
I Ir

I
1 +J
1 1 '

') Q i> i-í

I
TÍ n 4> O
y— _o

0
~1i 1 0 •J *.>
á
K
-I \ ' .
58 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

están colocadas en el ejemplo debajo de las prolongaciones de la tercera espe- Si aparece antes deberá repetirse en la última negra. El ejemplo 3-41 ilustra la|-
cie, El alumno debería comparar estas progresiones. escritura de tercera especie. ¡ f
No todas las amplias progresiones de la tercera especie pueden reducirse a
una realización satisfactoria de primera o segunda especie, como muestra el co-
EJERCICIOS 'f
mienzo del ejercicio del ejemplo 3-39, cuya reducción ofrece una línea meló-
dica de segunda especie un tanto pobre. 1. Toqúese y cántese el ejemplo 3-41 del modo sugerido en los capítulos 1 y 2/; •
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor, y escríbanse?,
dos líneas melódicas de tercera especie encima y debajo de cada uno. ?..
CÓMO FINALIZAR EL EJERCICIO 3. Como ejercicio complementario escríbase una voz en redondas correspondiente-;-;
al cantus firmus y dispóngase contra ella una línea melódica de tercera espe-í.
El ejemplo 3-40 presenta un buen número de fórmulas cadencíales. cié, En lo posible, el alumno debe tratar de formarse una imagen mental de*!
Adviértase que la sensible debe ocupar la cuarta negra del penúltimo compás. ambas voces antes de escribirlas. ?'

EJEMPLO 3-39
b)
r-fe"'—>—1 j.-*—
I JJ - J«r f, 1-1—L—9 » : 0 r

-
'J —i9 n
"ffi r '-^J—J —1— 1 —J —
^ f.
1
etc. etc.-
r\P-£ o —© —5
0
—©— 0
0
—©
cf cf

EJEMPLO 3-40

3|b j J if*—if*— © — 9
r—^
bj»—tír —1—© —© —© —
^— T r^ r
-fc8—P—^—F—
: Itri —3—ir~*f —1

~'|^-|
- 0-P
°

: o © o —© —©

-^C —o o _e O
-% —o
tJ 0 -©- -©-

La i jJ—
4S—i— _ «ij j —
J
^ •* . j J*
_J
|
1 -Jl'—J«—
LJ
_J—J1 —JJ—JJ—
^4=1=
LA TERCERA ESPECIE 59

3-41

-i
±=F=\^ Hs1=
y ^-j^ E= í3
A
-j,
b="^^
~7» 1
M
9
J 1"R '"í-l—iM*=p=lR
i
-tzdbdtí
3=^= Fíí Fí=
L fl
=1
& R=R\—é
=] FR~
LJi—
— ——

^
-—*
bd Z^ ^
?
^ ^ ^
y • ..M ,

rom
4&-^ —r»— —. Fa-= :-" : & : =m
cf

3 b)
• |L¿_J 4»
llr%
M 4> o ' • -.^
llff ^ r»
cf
i i
-¿-4-
^V
7 1
c d ^-W -*
1

T~fl—
* f 6
4-
1* : 9

\
f> 9

-w- f r
-J , <•
9—
1
0

él t J

j g ^ • J~• 1 f. J*
J — 1

¿
. . .

JL ¡i. «
'

-/tt—
-W-ü —n
»— i *—1
=h« » —»
r^~ • »_. ^h=N^h#—i p M=4H
... . ,. 9 —9

NH
V 3 7 9 —o
1 "1 • fi e 9 gf
* f a
^N-
a

^=H
*—
H=! pM
1
¿~
^
cf - <* •
e- o o o

4H r

JA °f
o
—€ >— • ,í •4
^ o
4» *e ,j —<> . . o, . ..
^^T~

"^P
•7 1 -f =t
LJL
4=j rF p 4=
i1 ~ar-*— f —
*-l
f^ £PíM ^> L
f= -*—
f1 "•;« :jr~f p •— v *~1T" t=F
4-

^
%. a . —[
^ ^ ^ 1
^N hr
M= ^= *
« 4 -Jtf-

e)
-f^ ^ i
§ a O 1 1 I
.
f
A
f 0
^ p* f tf r P \ J i j V
rf
f fll J J -
0
f-
\
10 9 p r i•
'*r
A -
*
r
y ~ .i a¿
J
4t
i I i i i *
i íf tía
f
J

:l ^-^ ^V l>
1 ""t <-> i» 0 4 > í>

cf
60 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

2. Contrapunto a tres voces modo que fluya con facilidad. Debido a su comparativamente mayor número
de notas, la tercera especie recorre generalmente un ámbito más extenso que
OBSERVACIONES GENERALES: CRUZAMIENTO DE LAS VOCES las demás especies. Las consideraciones de disposición entre las voces impi-
den frecuentemente que la voz media obtenga el suficiente espacio para abar-
En el contrapunto a tres voces de la tercera especie, como en la segunda, car ese ámbito más amplio. Por lo tanto ahora sí podemos presentar la técnica
existen seis combinaciones posibles para la disposición del cantus, la voz de del cruzamiento de las voces de modo apropiado. Si la voz media cruza a la
primera especie, y la de tercera especie; por supuesto, el alumno deberá adqui- voz inferior, la primera debe desempeñar la función del bajo; el descuidar este
rir experiencia en cada una de esas combinaciones. Cuando la voz en tercera hecho puede acarrear errores de conducción de las voces. El ejemplo 3-42
especie se encuentre en la voz media, a veces resultará difícil darle forma de muestra el cruzamiento de las voces.
EJEMPLO 3-41 (continuación)
f)
_m^___-— —T* p*
—U —e —o

cf
0
£V _v—
0— 0—|
f_
9— e— 0 1
ar~ r—1f—!—f]J— Bi—i 9
* 1° r —1» J
»—1 rí-0—
•MÍ r,»—

1
H*-
1
P~
1 1 ' 1
H1 1- —P-
1
—|—

Mozart
cf
-n 1~o 1 1-e 1—o 1
0
-0 1-r, 1—O
—o

r-r f r rffr r ...r 0


o— o—\ ian
T _ e
1—l T U^
H^
- • n '

n. c. n. c. Roth
I
i—' znn^^
—/
« J. d
* ~J
i—J —J L— J
—|-
P—

=1
ñ—~0 •
~~F
—J
=)=j
-J
-H
-* e
p|

I
'
4 —t- (— " '
4 ^—-€>—
i>
LJ—
—O •

EJEMPLO 3-42

Rj 0 |V 1
P 0
P=~0
~T» 1—*1—11
I
I
y ?=1
t—* P
1 ¿ a
^"
o etc.
a 0

^/
^
LA TERCERA ESPECIE 61

í CÓMO COMENZAR EL EJERCICIO 1. Como la cuarta negra en el penúltimo compás de la voz de tercera es-
is*
pecie, si la sensible aparece antes en dicho, compás, debe repetirse en la cuarta
fe* Á La tercera especie sigue exactamente los mismos procedimientos que la se- negra.
*' í

1 r í gunda en relación al comienzo del ejercicio. Si la voz de esta especie comien-


za con un silencio de negra, la primera negra constará generalmente de una oc- • 2. Como redonda en el penúltimo compás de la voz de primera especie.
•í tava, unísono o quinta superior; aquí la tercera y décima superior son también

i posibles (ej. 3-43). La sensible debe formar parte de un acorde completo consonante, como en
las dos especies precedentes. El ejemplo 3-44 muestra algunas posibilidades.

i
CÓMO FINALIZAR EL EJERCICIO El ejemplo 3-45 ilustra algunos ejercicios completos.

La sensible puede aparecer en las dos posiciones siguientes:

1 EJEMPLO 3-43

1 —«y
-jÉk
eJ -oe-
• —.— —i
Q
—f*
_o
& ^ \_ ¡ n ~
— a— , ¿ "-. T
r i r ^ =F=
m ^
i

cf

—o—
ri — —© rt — f=»

i
xy

^ i r r r=^= fi
—>—
1*~ *i
, r p f

1 EJEMPLO 3-44
cf oí dudoso malo

1 - : : ij?
(9 ^
|
^
i |-j— t-~o
* 2 «=4 í\
0
81 T>
a1 m1 J 1 ., II F
^ 9
=1=

1 «J

-44;
—-^
cf ü
, . —
£ 43 -^ •
»» /
/

1
V
disposición pobre \

1 -JP ° qF* 9
=t ^=t
-B
i—©
—a

^
¿B _

f^
«a
1—r
—*-

1
"V
ü

mejor
-0^ íi ' ' •O- Q. •o- Q. ^

Ii "• (
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

!
E,IEMPLO 3-44 (contirmación)

>—
> -©-
^E
0
>
^J
g> T0" -©• e u» ^ —r
-&4i
-0 1
-H
-1 '
8 B
5
menos bueno

0 cf
TT O
1*

<
s^—* F*—
—^3= -*—

f f 9 a 8
f •o-
......i?.
1 -©- CS

P

' 9 *

r g . &

" -©- o ^ 0 -o-


4.5 n
menos 1 )ueno cf

cf
rr~ o
' a—
4 cf¿ J ' ' -8-
r o
0 ^ 0 o o^
JÍL
:^—i»

EJEMPLO 3-45
a)
rt p 1 1 _ i i 1
1
ra
- 9 ¿® 1 M,
? 0.,
r ro ri<i «J
3
*\ rp i "
V I* J e :P~ # r i*
=? r 1 * r f' a
f aJ w \r
0 *
aJ Pa
J9 " J a
1 * r
" °
^¿•v 1
?
i - 1 1 1 "^ " •'1 "•" 1r 1 \
'• 1 ' ' i ' i \ 1 1 1
V) (r
¡0
/
•*-»• 0
*l 41 4.^ 4 r»
¿J cv
ii Ȓ
cf -¿ *
0 0
r' 0 ^

—,£. U
—© —o
U
LA TERCERA ESPECIE 63
"¿EJEMPLO 3-45 (continuación)

cf

ASíSSÍsSi;.

y r~ rh
-^ 1*"f
~r~\ rT-

-1-
-» ~tr
> -4-1
J- -W-
M —1
-J-r-5 1 -H
•• i «» J-L*_
-H
_L_

hv-
|^
R|2gü^¿;.;y
fT -h f- ^f- ~f- J- ~f>lJ-í*~
A M' * '« 1 ¿ 1
I *
1 d ^ 0
i 4
^^KsL?íí£-i;'>."-í^--'':-V-'-:í

j«^
J 1 1 1 1 1 1
í".

«I í 3f
e 0
'f Rr ~Tf
0
-o _13_
—4
í^* O ^ I O _ "Jj

í
Á
{
£t. -o
o e*— 0 O o —€>— 0
•I ^
¿4
?*

«,
-T
»—
Tí 4^

?.
¿
;

|)
$^^Eí¿«*7«í-r¿ -',':• --
(5' • > Cí ^ o 0
i? Hv^-- •'•'• ";'-'- • ''••''
^^^M'f^'^"-'-.- ' - • '
>i f /
f\ • »
S^^Kf'T-ír-"li -•-.•'.' l' '

': d cí
Hf n

BcHB-tí^fíif^i'-' .'•• .
>
í

1 V a
9 fr /" f * r _
•?• ,. i
i* - ¿r
j. ! I

ra - 1 ' r « r' « p /e • ' «


rrf I
r r
6í^^m i '•^y.'^. • /C •? .- !
íivfi^J íu-^tv-' •*•.• • .• H 1 r f r « 0
CP
t? 4
gí Irfi^^rrr^T^Trr"
i i i
•i
í; 1 ' 1 1
1

J
•>
«•^•ící'-í-":;f- ,-V>' -.
K- pS.-lífí-í-/- ]',..':' .

•,a.
>•
rv o ' e h o
i>
^1 f'^''*-^^'^' '
^»j^*í.:'^í '/"'•'• i *

.'á
':

m \-.*

'.
'.
64 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJERCICIOS puede introducirse simplemente por razones de variedad. Si emprendemos jsu


estudio en la segunda especie, las disonancias estarán restringidas a las notas
1. Toqúese y cántese el ejemplo 3-45 del modo sugerido en los capítulos 1 y 2.
2. Selecciónense dos cantus firmi, uno mayor y otro menor, y escríbanse ejerci-
cios en cada una de las seis permutaciones cada cantus.
3. Como ejercicio complementario, escríbanse dos voces en redondas frente a la
de paso, mientras la tercera especie ofrecerá además la posibilidad de íás
bordadoras disonantes.
Podemos escoger un compás | o I . El primero constará de redondas ctm
\. I
línea de tercera especie, y prescíndase así del cantus firmus. puntillo y el segundo de blancas con puntillo. '.?•;

3. TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA; QUINTAS Y OCTAVAS i•

OBSERVACIONES GENERALES Como acabamos de mencionar, la bordadora disonante puede aparecer jth-
to a la nota de paso. No podemos escribir disonancias en el primer tiempo jlel
f.
I
El propósito de los ejercicios del contrapunto de especies no es el de ofrecer
experiencia en el tratamiento de ritmos diferentes per se, por lo que, excepto para
la quinta especie, esos ejercicios están diseñados en figuras uniformes. El elemen-
to rítmico se mantiene deliberadamente lo más simple posible para permitir la con-
compás, pero podemos situarlas tanto en el segundo como en el tercero. (Erjla
métrica ternaria, ambos tiempos son débiles,) El ejemplo 3-46 muestra algunas
posibilidades características.
Los usos idiomáticos ornamentales de la tercera especie'—la nota cambiáta
'{•
I
centración en las cuestiones de la línea y de la conducción de las voces. El alum-
no encontrará en otras ramas de sus estudios teóricos la oportunidad de profundizar
en las múltiples combinaciones rítmicas posibles en diversas medidas.
y la doble bordadora— requieren cuatro notas por compás y consecuentemen-
te aquí no podrán emplearse. Las normas reguladoras de las octavas y las quintas
siguen los procedimientos de la segunda especie. Las quintas y octavas ac'en-
l
La textura de tres notas contra una no forma una parte esencial del estudio
del contrapunto elemental, puesto que no aporta conceptos nuevos relaciona-
dos con la conducción de las voces. No obstante, el contrapunto en métrica triple
tuadas (en primeros tiempos sucesivos) pueden aparecer ocasionalmente, pero
no tan libremente como en la tercera especie", donde intervenían tres notas, una
de ellas relativamente acentuada, /!
I
EJEMPLO 3-45 (continuación)
l
I
Schenker

p^^^^-EEEEJ f^ ~~« 1—e jLo


^ípEíE::^--—
f rr r r r ^rr r ^h f r
9 ^
TI

I
-0-

'
Wa -—• —©
• o o —o ©

i
EJEMPLO 3-46

- 1 i
9 -n 1 f «
r T
T a 7T»

«r
^E 8 1 6 3 ' 5 6 7 i0 3
P*
2 3 3 5
»
S 7

B
6

— f —'
i
^^=
"r sL J —y
i
y- i-

LA TERCERA ESPECIE o;)

I CÓMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO

El ejercicio puede comenzar con un silencio de un tiempo y dos notas en


tas, la tercera de las cuales deberá ser la sensible. Aunque la sensible aparez-
ca en el primer tiempo del compás, deberá repetirse en el último tiempo. En
el contrapunto a tres voces la sensible puede aparecer también en la voz de
el primer compás. El ejemplo 3-47 muestra varias posibilidades a dos y tres primera especie. El ejemplo 3-48 ilustra algunas fórmulas cadencíales carac-
voces. terísticas.
El penúltimo compás en el contrapunto a dos voces constará de tres no- Sirva el ejemplo 3-49 de ilustración general.

EJEMPLO 3-47

r •-^EJEMPLO 3-48

I:

i £

i
:: '
bb UUINiKAr
56
EJEMPLO 3-49
a)
I i
V i K > 0 9 0 B — —— ai
9 ¿ —1* '
r —^— i |L T C •
^u) ¿ r r
1—1—-R^=FH
-]—, p=¿=q
9
H—
^,
í J' •
4iv r o• —^ • P' . 1 —€ rJ«
- -F
b) Roth
;
t> . —o2
0. *> . e*
— 4> * t> • e *
"fg—
4S <
7133 9 ¡n 9—^— # ^^~ —O1—
_ ,
U P ' rT p ^ 13 rj 0 •; p p fflw— ft
^^ "J o r. ^ r*
/— r r r-
4. La cuarta especie

i Contrapunto a dos voces difieren entre sí en que una resulta de una conexión entre dos notas diferentes,
y la otra de la decoración de un punto estacionario; no obstante, ambas están
OBSERVACIONES GENERALES causadas por una actividad melódica, ^üñ^^^^^s^^^^^^^m^M^o,
es puramente rítmico. Si una nota se desplaza- o se alarga, su última parte for-
l,¿í¿.*p¿Íri^¿lí*!rr&**&ZU**tolm#*^-^^ ' J. <-^ X

••: En la cuarta esgecieJgtjLQ.z.añadida consiste_en blancas,ligadas. El contra- ma una suspensión, y puede dar lugar a una disonancia. (Una suspensión pue-
'guñto^oTocT'dos blancas contra cada redonda del cantus fírmus, la primera de de resultar también de la repetición de una nota, procedimiento tan similar
las cuales está ligada desde el compás precedente y la segunda al siguiente.JLa al alargamiento que no necesita considerarse como un caso especial.) El ejem-
primera mitad del compás inicial estará ocupada siempre por un silencio.
-Ly^Jfc^_^)ii. .^,T,rnf^a^-7.^*r>s+~'*t«""**'í*~*'^'~' '-1-' ' v^71T7=;*^»^3W'"'*^^tJ''^"CI^'^»^--*t-L.^^/^-^ |J.g....lt..yj»|.......'T>p«i'.'^J»a*^i*'^'*'-"*
plo 4-2a muestra una progresión interválica consonante, en la que podemos
Éa segunda blanca del penúltimo compás (la sensible) no debe ligarse nunca, producir una suspensión disonante a través de: desplazamiento (¿>), alarga-
y. el último compás constará de una redonda. El ejemplo 4-1 muestra este tipo miento (c) y repetición (d).
de organización rítmica por suspensión. En la cuarta especie, por supuesto, las suspensiones se producirán sólo a
-| La voz de esta especie se diferencia claramente de la divisiónrítmicanor- través del primero de dichos procedimientos, es decir, por medio de un despla-
mal de las especies precedentes. La Actividad sejk_ahora sólo en el segundo, zamiento o sincopación. El ejemplo 4-3 ilustra el proceso por el cual la
pulso, y £l primer tiempo sirve simplemente para alargar la nota ya presente. sincopación produce suspensiones disonantes. El ejemplo 4-3a muestra una
^pFlo"farIto)"Ta actividaBTítmica"^ progresión típica de primera especie; el b desplaza la voz superior medio com-
e]i la primera mitad del compás aparece aquí desplazada. De hecho, si compa- pás originando así la suspensión disonante de cuarta especie. No todas las
rj-imos el ejemplo 4-1 con una línea de primera especie, vemos que las blancas progresiones de primera especie pueden transformarse en una de cuarta; sólo
ligadas corresponden a las redondas de primera especie desplazadas medio aquellas que cumplan los requisitos de resolución pueden servir como base
cbmpás. para el contrapunto sincopado de la cuarta especie.
;! El proceso que resulta del desplazamiento de parte de la textura —u oca- De los tres tipos básicos de disonancia la suspensión es indudablemente la
sjíonalmente de toda— de modo que el énfasis rítmico se encuentre en con- que produce el efecto más contundente. Las disonancias de paso y de bordadu-
flicto con la métrica prevaleciente se denomina sincopación. Por tanto, el ra se originan por un movimiento melódico; la actividad melódica atrae la
contrapunto de cuarta especie .se caracteriza por el ritmo sincopado. (Como atención del oyente, y la disonancia es claramente un subproducto de dicha
veremos más adelante, en ocasiones se hace necesario abandonar el ritmo actividad. En el caso de la suspensión, sin embargo, no existe movimiento
sincopado en el curso de un ejercicio, procedimiento que caracterizará sólo melódico en la voz que causa la disonancia. Por lo tanto el foco de atención se
una pequeña parte de éste, y no anulará la naturaleza esencialmente sincopa- desvía hacia la acción recíproca entre las dos voces, alternando disonancia y
da de esta especie.) resolución. La Pres&ncia^dej£_disonancia en el tiem£o^ej|e.^eljcomrjás indu-
dablemente., también Contribuye.a__su impaHoT" "~
Él lector habrá pensado quizá acerca de la posibilidad de un desplazamien-
L|\N DISONANTE to en el sentido opuesto: £s_d£cii\o en lug^r_de_ retras ando.
',;'
'.¡.
En el ejemplo 4-4 la disonancia recae en la parte débil del compás, antici-
'.% La suspensión, el tercer__dp£_Msico_ _de ^disqnancia, difiere marcadamente pando así la consonancia que le sigue. La^sonancj.a_dejin|icipación no
df.las"notas de pálso~y~"áTe la bordadora. Las disonancias de paso y de bordadura ce en la cuarta especie, y es por tanto un tipo de disonancia mp.nns
68 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
E
tal que la suspensión. En la composición aparece generalmente como figura- La continuación por grados conjuntos de la suspensión disonante no preci-|
ción de la superficie y pertenece particularmente al contrapunto prolongado sa aclaración, puesto que representa un principio fundamental compartido porV
más que al elemental. las disonancias de paso y de bordadura. Por el contrario, la estipulación de|
El ejemplo 4-3Z? ilustra los principios básicos que rigen el empleo de las movimiento descendente es exclusiva de la cuarta especie y la disonancia por}
suspensiones disonantes en la cuarta especie: suspensión. ¿Qué razones justifican tal restricción? {•
El movimiento ascendente en general se asocia con un incremento de la:
1. La disonancia resulta al ligar una nota consonante. Esta nota ligada tensión melódica, y el descendente con una disminución de ésta. La suspen-^.
recibe el nombre de preparación de la suspensión. sión, al ser la de mayor repercusión entre los tipos básicos de disonancia, pre-r;
2. La disonancia aparecerá sólo en la primera blanca del compás; la se- cisa generalmente de una resolución lo más eficaz posible. Si continuamos um|;
gunda blanca deberá ser siempre consonante. suspensión disonante con movimiento ascendente a una consonancia, resolve^ •
3. La resolución de la disonancia debe ser siempre descendente y jx>r remos la disonancia pero seguirá presente un residuo de tensión en el movií-
grado conjunto. ™" """ miento melódico. Como resultado, las dimensiones horizontal y vertical llevaríari!

EJEMPLO 4-1

-/f _'W.
«
« -^ •J ^~

P £j L
irj-* O orf ^-r^ —
-\SL/ P
^~*v —- \ r ri ^ ~—• - H, -"
«- U .r-v

«J 1 1 1 1
12 8 6 7 6 8 10 9 8 7 6 7 6 7 6 8
p
—4-i _, —o —©
^ \\í I
TI
_! o o 1 o
cf

EJEMPLO 4-2
a)
A
-7ri/ o
b)
_
X
-—-^^ ^^-^-^^
c)
*-"^
o
^- j*» """v^
d)
o f
I
I
r_> •3 A «
v*ft
VJ-U P r1 P

« J 1 1 1 \ 1

8 6 8 7 6 8 7 6 8 6

á y
^ —© *"> —© *">
^
*"> ©— <>

I
,',v ,
EJEMPLO 4-3
a)
L/

~ffls —""" © 0_
b)

—"" 1
^—-•—-
—p ó —f 9 ^ ^ J
(

- .. f
i
8 10 8 6 etc. 8 11
(4
10
3)
9 8 1 6
I
3
~i
w
4%
—©
c* © 0 11 ° ! it —© 0

I
LA CUARTA ESPECIE 69

a cabo acciones opuestas, que se contradicen entre sí, ya que la resolución de la 1. La segunda blanca de cada compás debe ser consonante con el cantas
disonancia coincidiría con un incremento de tensión melódica (ej. 4-5). firmus
Si la suspensión resuelve descendentemente, las dos dimensiones se corre- 2. La primera blanca puede ser tanto disonante como consonante. $i es
lacionan. Es decir, la resolución de la disonancia coincide con una relajación disonante deberá ser una suspensión, y deberá estar ligada a una consonancia
de la tensión melódica (ej. 4-6). del compás anterior.
De todas formas, las suspensiones de resolución ascendente se dan en compo- 3. La suspensión disonante debe resolver por grados conjuntos y descen-
siciones de los más variados estilos. Incluso donde aparecen con mayor frecuen- dentemente en una consonancia. Una consonancia en el primer tiempo es libre de
cia —en ja música del 'siglo xrx, por ejemplo—, son menos abundantes que las moverse por salto o grados conjuntos, y " ' " " " """
suspensiones con resolución descendente. Este tipo de resolución caracteriza a la notaTonsonante. """ -——-'•«-—--*•
mayoría de las suspensiones y de hecho a apoyaturas, notas de paso acentuadas y
en general a toda clase de disonancias resaltadas métricamente; por lo tanto la res-
tricción a la resolución descendente es lógica y apropiada. Los modelos de sus- SUSPENSIONES DISONANTES EN EL CONTRAPUNTO SUPERIOR
pensión de cuarta especie constituyen una parte importantísima del vocabulario
de la música tonal, presentes en la composición desde el comienzo del Renaci- En la voz superior son teóricamente posibles cuatro suspensiones diso-
miento hasta el siglo xrx en forma tanto inalterada como transformada por varios nantes: una séptima que resuelve en una sexta (1-6), una cuarta en una terce-
tipos de prolongación. ra (4-3), una novena en una octava (9-8) y una segunda en un unísono (2-1).
Antes de pasar a un tratamiento más detallado de problemas específicos (El ejemplo 4-7 ilustra estas posibilidades.)
resumamos lo que hemos aprendido sobre el tratamiento de la disonancia en la Estas cuatro posibilidades no son en absoluto igualmente buenas. Las sus-
cuarta especie: pensiones 7-6 y 4-3 son con mucho las más útiles, ya que la resolución en una

EJEMPLO 4-4 EJEMPLO 4-5

-fa —2 "p y lr)


á^. ó- r) ^) u-
^-^ —r—• n
~ P" \t; Lt —^-^ 6 tuV
J i 1
"~^
— -^
-*r
8 7 10 9 8 7 6 etc. 8 9 10 7 8 9 10
cf
^j
le
1 1\ ...
^-fc
^^ f* i> ^i
\L
4.^
,

incorrecto en cuarta especie incorrecto en cuarta especie

EJEMPLO 4-6

n h • - •- r P p •
-M
VS1/
1 \ 1
J

10 11 10 7 6 7 6
(4 3J
0
If
4E
' 4.Í
i- /
70 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

consonancia .imperfecta crea,unatextura..ajinji¿mpo__so.noi:a.5'.fluida.La sus- de registro. Al encontrarse las voces tan próximas, la suspensión 2-3 represen-
pensión 9-8, por el contrario, al resolver en una octava origina un impulso ta, por así decir, una fricción un tanto más palpable que la 9-10. La suspeñr m
menor y una sonoridad vertical menos densa. Como veremos más adelante, este sión 2-3 es por tanto uno de los elementos más vivos y efectivos del vocabuiár
' • í
tipo de suspensión en serie puede conducir a octavas prohibidas. Una suspen- no contrapuntistrco. 'j\a suspensión
sión 9-8 incluso aislada deberá darse sólo cuando esté justificada por razones me-
lódicas. La progresión 2-1 es aún más insatisfactoria, ya que el unísono carece del cutivas, e incluso una 4-5 aislada tampoco es del todo recomendable debidqía
contraste de registro que otorga substancia vertical a la octava; por lo tanto deberá lo perfecto, cualitativamente hablando, de ese intervalo consonante. Sin era-
excluirse o a lo sumo reservarse para casos extremos. bargo, como era el caso de 9-8 en el contrapunto superior, su empleo ocasional m
El ejemplo 4-S# muestra un tipo especial de 4-3, con la cuarta aumentada.
No existe ninguna razón para excluir esta suspensión, como hacen algunos
autores, y es perfectamente adecuada cuando se da en conexión con una pro-
gresión melódica convincente en la voz de especie. Lo mismo se mantiene
para la quinta disminuida del ejemplo 4-8¿>.
puede estar justificado por consideraciones melódicas.
La suspensión 7-8 está también excluida de los ejercicios a dos voces. l|a
'(.

nota de resolución ya está presente en la voz superior, y por tanto el efecto ¿te
la resolución'no resulta del todo conclusivo. En general el anticipar la nota
de resolución en otra voz constituye un procedimiento arriesgado. Este riesg'ó
ii

se reduce al mínimo sólo cuando la voz inferior anticipa la nota de resolución


(como en la suspensión superior 9-8). ••?;
SUSPENSIONES DISONANTES EN EL CONTRAPUNTO INFERIOR Obsérvese que disponemos de menos posibilidades en él contrapunto infe-
rior que en el superior. Los dos tipos preferidos de síncopa disonante son esefi-
Aquí las posibilidades teóricas son 2-3, 4-5, 7-8 y 9-10 (v. ej. 4-9). cialmente similares, mientras en el contrapunto superior las suspensiones 7-6ry
De estas suspensiones inferiores las preferibles son 2-3 y 9-10, que son las 4-3 diferían marcadamente. Por esta razón el contrapunto inferior —en mayípr
únicas que resuelven en consonancias imperfectas. Estas dos formas de sus- medida que el superior— necesitará de las sincopaciones consonantes para ob-
pensión son muy parecidas, diferenciándose esencialmente sólo en términos tener una mayor variedad de intervalos verticales. \\

¡
EJEMPLO 4-7

tf~ —/ r .-,4-- —P s , ¡ ,. i
i—F—
i
"*~^ —•
.¿^.s* ._CJ 6
--•
7 6 4 . 3 9 8 2 1

i
r> 0 o o
-e—

EJEMPLO 4-8
a) b)
—1 0
P 5
^T$=1 -
<
8 7 6 +4 3 4 3 etc. 2 3 °5 6 5 6

-| ij
4& ^-5» rr
t> —o ^. r
y >
^-
r r '
"^ ^- --^

—!
¡o o
1
LA CUARTA ESPECIE 71

LA SUSPENSIÓN CONSONANTE notas de paso y de bordaduras consonantes. Exactamente igual, estos intervalos
pueden producir síncopas consonantes idóneas para una continuación por grados
Las suspensiones consonantes no conllevan restricciones en cuanto a con- conjuntos. Existen cuatro posibilidades: las sucesiones 5-6 ascendente y 6-5 des-
tinuar descendentemente o por grados conjuntos. Por lo tanto las únicas posi- cendente en el contrapunto superior, y las sucesiones 5-6 descendente y 6-5 as-
bilidades para el movimiento ascendente o para el disjunto surgirán cuando el cendente en el inferior (v. ej. 4-10).
compás dé comienzo con una consonancia. La sincopación consonante no Tales progresiones no revisten mayor dificultad si se dan en un solo com-
debe aparecer con excesiva frecuencia, y no debe ser en modo alguno el ele- pás. Sin embargo, tan pronto como las extendemos en serie a lo largo de dos o
mento predominante del tejido contrapuntístico. El papel principal de la sínco- tres compases dan lugar a quintas consecutivas cuestionables. Si el alumno
pa consonante es en realidad dar variedad al movimiento melódico, ya que sin toca las progresiones del ejemplo 4-10 observará probablemente que las quin-
ella no habría alivio posible de esa continua progresión descendente por gra- tas resultan algo más acusadas en la progresión 6-5 que en la 5-6. El ritmo sin-
dos conjuntos requerida por las suspensiones disonantes. copado recalca la segunda blanca del compás; este énfasis se atenúa si ambos
Quizá las más significativas de estas síncopas consonantes son aquellas que intervalos son consonantes, pero sigue presente a pesar de todo. Las sucesio-
incluyen la alternativa entre la quinta y la sexta. Ya hemos aprendido por nuestro nes 5-6 pueden por tanto emplearse libremente, mientras que las progresiones
estudio sobre la segunda y tercera especies que la quinta y la sexta forman las úni- 6-5 requieren una mayor precaución. Debido a ese ligero énfasis sobre la quin-
cas consonancias adyacentes, y cómo éstas sirven también para la formación de ta estas últimas progresiones no deben aparecer, por ejemplo, en contextos

EJEMPLO 4-9

3CC 33C

10

EJEMPLO 4-10

r~) rj ^,
fM - £ rJ _^J ±Z __£ , K
i r'
rJ
¿ - :^ ^^p™-^.
^ 1 H 1 H 1
5 6 5 6 5 6 6 5 6 5 6 5

0 —e —o o
T*3

q-j
A 0 o
-S5
5 6 5 6 5 6 6 5 6 5 6 5
^-
o -0
"•\
f
/") -~
" 1 4\ I Á~^
^
r) ^\ •
p • • •• • ^- —^——
rj P • r "'
1 T>
'• • f.T 1 1 i i
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

donde de algún modo este intervalo perfecto se pusiera de relieve. No obstan- QUINTAS Y OCTAVAS :••'<'.
te, no es necesario excluir por completo las series de 6-5. • i.
Antes tocamos brevemente el problema de las quintas y octavas; lo trata;-
mos en relación con las sincopaciones consonantes 5-6 y 6-5. Discutamos está
SUSPENSIONES EN SERIE cuestión en mayor detalle. El. proceso de sincopación evita obviamente la apar-]
lición de quintas y octavas inmediatamente consecutivas; siempre habrá conXp;
Las progresiones 5-6 y 6-5 no son de ningún modo las únicas sincopa- mínimo un intervalo entre dos expresiones de una quinta u octava. Además, él; •
ciones que pueden darse en serie ininterrumpida; las síncopas consonantes res- hecho de que las dos voces no se mueven al mismo tiempo significa que lojs I
-">
•í i¡»

tantes aparecen en raras ocasiones —todas ellas producen saltos, y debemos intervalos verticales son resultado más del movimiento oblicuo que del parale^ ^^

evitar más de dos saltos en la misma dirección por razones melódicas—. Sin lo o el contrario. *•
embargo, las suspensiones 4-3 y 7-6 en el contrapunto superior, así como las Hemos aprendido por la segunda especie que dos quintas u octavas puedep I
2-3 y 9-10 en el inferior, aparecen frecuentemente en serie. Para conseguir una originar una conducción de las voces pobre aun cuando se encuentren separa-
mayor variedad es preferible no permitir que un mismo tipo de suspensión se das por un intervalo; esto es válido también en la cuarta especie, pero con un
presente'más de tres veces seguidas, norma correspondiente a la que nos decía criterio diferente. Si dos quintas, octavas o unísonos aparecen en compasas
que se deben evitar más de tres intervalos paralelos en primera especie, o tres consecutivos separados por una suspensión disonante, la conducción de lajs

i
intervalos del mismo tamaño en primeros tiempos consecutivos en segunda y voces resultante no es satisfactoria. La disonancia depende dé las consonancias
tercera especies. que la enmarcan para esclarecer su significado. Ésta carece de una estabñidad iéh
Una serie o cadena de suspensiones constituye la aproximación más permisi- dependiente, y por lo tanto no separa los dos intervalos perfectos, sino que loa
ble posible a una secuencia en el contrapunto de especies. Es un hecho importan- reúne y acentúa. Las progresiones 8 9-8, 5 4-5 y 1 2-1 dan lugar a octavas, quintas
te, aunque poco conocido, que la mayoría de las progresiones secuenciales de la
composición se derivan en definitiva de una serie de síncopas consonantes o diso-
nantes. Las series empleadas más frecuentemente en el repertorio son las de 5-6 y
y unísonos consecutivos muy poco encubiertos (v. ej. 4-lla-d).
Se sigue claramente por lo tanto que las suspensiones 9-8 y 4-5 nunca de-
berán aparecer en serie; las series 2-1 y 7-8 caen dentro de la misma prohibjr
•;•
i
7-6 con las suspensiones en la voz superior, y las de 2-3 y 9-10 con las suspensio-
nes en el bajo. Curiosamente, la suspensión superior 4-3 aparece en serie con
relativa poca frecuencia, aunque se da muy frecuentemente como suspensión
ción, ademas de que en general resulten inapropiadas en sí mismas.
Si las quintas, octavas y unísonos en compases consecutivos están separados
por un intervalo consonante, su efecto es completamente diferente, ya que esía
«•'
I -í
aislada. La serie 4-3, aunque sea absolutamente correcta, no posee la misma
fluidez que las de 7-6 o 2-3 incluso en los ejercicios de especies. Una serie de
7-6 transcurre más suavemente que una de 4-3 debido a la cualidad menos
estable de la sexta comparada con la de la tercera. La serie de 2-3 deriva su
consonancia intermedia es lo suficientemente estable como para interponer s>i
peso entre los dos intervalos perfectos. Por lo tanto las progresiones de los ejem-
plos 4-11 e y/pueden aparecer libremente, pero préstese atención, ya que ja
aproximación a un intervalo perfecto por salto en una de las voces conlleva cierto
I
fluidez del hecho de que la fundamental nota inferior aparece- en la voz
sincopada, y la resolución es por tanto menos terminante que cuando la tercera
resulta de movimiento en 1-a voz superior.
énfasis. Por ello es preferible evitar más de dos de tales intervalos en compases
consecutivos. Las progresiones 5-6 y 6-5, al estar en relación conjunta, son las
únicas que pueden aparecer apropiadamente en series de tres. •••
I
EJEMPLO 4-11
I
a) b) c) d) e) f)

^-
^^—
2 ^
^=^ i»
^^ -^

r^ —© —© 0

^dA /•^
Q
—p
/

i i , -j ^

H^H^=
«
^
\ \

4
_1 tí
$—¿—
/' '/
—©——
8

•*' '-'
5

o
2 /I

—e
/
V , ^—
^—-^=^
• ••-
p
1
;
*•»
8 10 / 8

—^nc «.>
5

—O
8 / 5
LA CUARTA ESPECIE 73

El ritmo sincopado de la textura a dos voces sólo produce movimiento ducir una buena línea melódica, y debe valerse en particular de los primeros
oblicuo, y por tanto el problema de las quintas y octavas «ocultas» (la conse- tiempos consonantes. Es difícil proporcionar a una línea melódica de cuarta
cución de un intervalo perfecto por movimiento directo) aparece sólo cuando especie la flexibilidad y variedad del contrapunto de segunda y tercera, pero
las sincopaciones se abandonan momentáneamente. no obstante debe tratar de construirla lo mejor que se pueda.

UNÍSONOS INTERRUPCIÓN DE LA SINCOPACIÓN

Los unísonos pueden aparecer más libremente en la cuarta especie que en Un recurso para mejorar una línea melódica que de otro modo resultaría
cualquiera de las precedentes. La razón de ello estriba en la conducción oblicua pobre consiste en interrumpir el ritmo sincopado. En lugar de ligar la segunda
característica de la sincopación. Las dos voces no se mueven al mismo tiempo, y blanca del compás, existe la posibilidad de dejar que se mueva hacia una nue-
por lo tanto el unísono no puede ocasionar el efecto perturbador de un final o de va nota al comienzo del compás siguiente. Esta técnica constituye efectiva-
la desaparición repentina de una voz. A ser posible deben evitarse los unísonos mente la introducción provisional de la segunda especie y recibe el nombre de
como intervalos de resolución, es decir, en relación con la suspensión 2-1. No hay ruptura de la especie. Mientras sean las blancas no sincopadas las que estén
otras restricciones generales sobre su empleo. El ejemplo 4-12 muestra algunas en acción, las normas de la cuarta especie se dejan de lado y prevalecen las de
progresiones típicas que hacen uso de unísonos. la segunda.
En el contrapunto inferior los unísonos aparecen frecuentemente en el se- Desde un punto de vista pedagógico lo mejor es restringir la ruptura de la es-
gundo tiempo como preparación de una suspensión 2-3, como es el caso del pecie al mínimo. En la medida que empleemos este procedimiento nos veremos
ejemplo 4-12a. privados de práctica en la cuarta especie. Es difícil dar normas precisas sobre la
extensión durante la que podemos abandonar la sincopación, ya que esto depende
de cada ejercicio. Este procedimiento puede ser adecuado para los objetivos si-
LÍNEA MELÓDICA guientes:

La naturaleza de la cuarta especie limita en gran medida las posibilidades 1. Para cercenar una serie de suspensiones en la que su intervalo se reite-
para el desarrollo melódico. En particular, el requisito de resolución descen- re en más de tres ocasiones.
dente convierte a menudo la continuación de una progresión melódica más en 2. Para proporcionar un alivio melódico a un constante movimiento des-
una cuestión de necesidad que en una elección entre varias alternativas. Como cendente.
resultado, las líneas de cuarta especie tienden a constar básicamente de movi- 3. Para evitar errores que de otro modo podrían producirse.
mientos conjuntos descendentes, diversificados ocasionalmente por saltos me-
lódicos ascendentes. En el ejemplo 4-13 existe la amenaza de una sucesión errónea de suspen-
El alumno debe aprovechar cualquier ocasión que se le presente para pro- siones 9-8, y sólo la ruptura de la especie puede solucionarla.

EJEMPLO 4-12

b)
/L •» ™* 1 1 -
1 " 1
0 -«* . J ~ I a J f n ••
cJ o O 0 ^ ' •*' -é-~*— -é- ^— '
^—
5 3 1 2 3 2 3 1 5 6 5 5 1 3 4 3 6 3 1 3 6
^-—O
• 6 "1 —-
_,. — —\ Ár f~. -^""^~^x s —- p^ . . 7
-* /i <>
I '^ r p \~s P L
1 1 o
> -~_ O
1 f J' I | r
1 i 1 1 --'
74 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

La progresión del ejemplo 4-14 es interesante: la cuarta de la primera mi- yamos efectuado una ruptura de la especie), mientras la segunda no recibirá ya
tad del compás 3 resolvería en una quinta disminuida. Debido a que la segun- la suspensión. La segunda blanca deberá ser por supuesto la sensible. En gen
da blanca debe incluir una consonancia, la quinta disminuida es obviamente ral el final más efectivo se da cuando la sensible constituye la resolución de
incorrecta. La voz inferior, por otro lado, no puede saltar ni ascender desde la una suspensión disonante. En el contrapunto superior esta suspensión es la 7
disonancia, por lo que debemos interrumpir el ritmo sincopado. y en el inferior la 2-3 o 9-10. La aproximación a la sensible a través de
suspensión disonante incrementa su impulso motriz hacia la tónica. Incluso
una rápida ojeada al repertorio musical pondría de manifiesto cuan general e a
CÓMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EIERCICIO el empleo de la suspensión hacia la sensible en la música que va desde el R
nacimiento hasta el siglo xix. Los cantas firmi que terminan con los grados de
El comenzar el ejercicio no ofrece nuevas complicaciones. La voz añadida la escala 4 2 1 no permiten la suspensión hacia la sensible en el contrapun o
debe empezar siempre con un silencio de blanca para subrayar la importancia inferior, y por lo tanto es preferible evitarlos en la cuarta especie. El ejen
de la segunda blanca en el compás inicial. Como en el resto de las especies del pío 4-15 muestra cómo finalizar el ejercicio. En el ejemplo 4-15¿> la continuí
contrapunto a dos voces, debemos emplear la octava o la quinta en el contra- ción del salto de quinta en la misma dirección es correcto. La nota que sigue
punto superior y el unísono u octava en el inferior. salto —la sensible—• posee un marcado impulso ascendente hacia la tónic
En la cuarta especie, como en todas las demás, se coloca una redonda en el esto evita cualquier ruptura de la continuidad melódica.
último compás. El penúltimo compás contendrá por lo tanto dos blancas de las En el ejemplo 4-16 podemos ver algunas ilustraciones -adicionales de es a
cuales la primera viene ligada de los compases precedentes (a menos que ha- especie.

EJEMPLO 4-13

-> -> -s f") -> -/


/L
fm —' ^
"K / /
«)
6 8 10 9 / 8 9 / 8 9 / 8 etc. 6 8 10 6 10 11 10 11 10 etc.
íli 4.^ O >-^
i^r f? <."> 4."> ^-^ 4Y
o
o)

EJEMPLO 4-14

I ir *•' *.•» o 4.»

1 «i

4 °5 etc.
~^a .& "^p- P " f -P-
^p- -pT ^
g\ f
»s. i —i 1 1 -1 \ f-
_J 1
' -*
1 —1
1
1
1
LA CUARTA ESPECIE 75

¿EJEMPLO 4-is
•1*)
fl ^ r —v ^ ^ .- .-[ —~
*v —^- —*~- ^~-^~-
T ^ p l> -3 ^ « 0 -J *-»
^ffl~ —' f ~'J p
" 'OL/

1 1 1

:jjg e —Tí —O rt —0 —Tí

¡O b -V
|
e)

_-^_

O ^>
:

H*~ 1
•i*y^—^ - —— 1 ^- —^

" S¿r
1 *S P ñr —p
\
rJ
n
P
\ r
^
1
r-

J " 1 r— 1 - — '-ir 1 ~
v i 3 2 3 . 1 í- -í £ 3 '|

•fejEMPLO 4-16

,: Q |,ff . —l ~^, ^-—-~--^ ^-—~~*


^
:?^T —= —N \=\- —^

1^
M (9 Q
•/""~ -. ,j. :
. . (=| p 9 ^= \=\
•\+:
%•
í
--— (> é —
.e- (-J = •=HF^^ ^
\=\ ^ *^>

f b^ —
4-8-í e 1
r» —e
—e
j o <&
fc fO 10

3a: 331

cf

33-
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 4-16 (continuación)

-T*—-—=——1 e D - „ Si r3—i ü p
n ' (9 S 11
l__
Q

cf
_ E£_—_ & L>
0
H3D>
o
y
li

d)
0
1—©
I
fUS..-'

i
r" Di
$£s
e
1 [. :T —©

—^^
^—
P (9 —-—1—^ 3
u^
Q
9 J _J :i ' ©
^=J

cf o

f) cf
f ~Hr* 1—©
0 !
^ —J : o I

M—--r =
P £
^—
-~^

-
^—
^^,
,--•

7 Hrr f * H> f 1
-
: ,

Sclienker
ü

cf O.
o
LA CUARTA ESPECIE 77

EJERCICIOS Las normas 2 y 3 ocasionalmente entran en conflicto. A veces al intentar


resolver una disonancia con una de las voces en redondas provocamos una di-
1. Toqúese y cántese el ejemplo 4-16 del modo sugerido en los capítulos anterio- sonancia con la otra. El ejemplo 4-17 muestra esta posible situación problemá-
res. tica; obviamente deben evitarse las combinaciones 5 > 5 Y 2 en la cuarta espe-
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor, y escríbanse cié a fres voces.
dos líneas melódicas de cuarta especie encima y debajo de cada cantus.
3. Escríbase como ejercicio complementario una voz de cuarta especie contra
una línea melódica en redondas de composición propia.

2. Contrapunto a tres voces Las suspensiones disonantes del contrapunto de cuarta especie a tres voces
simplemente añaden una tercera nota a las ya familiares progresiones a dos
OBSERVACIONES GENERALES voces.
Cuando las sincopaciones se dan en la voz superior las suspensiones resul-
La adición de una tercera voz en redondas lleva a un número mayor de tan principalmente de la interacción con el bajo; la nota complementaria se
consideraciones nuevas en la cuarta especie que en la segunda o en la tercera. halla en la voz media. El ejercicio se hace por lo tanto más difícil cuando el
Los requisitos básicos son sin duda los de la cuarta especie a dos voces y las cantus se halla en la voz media; entonces el concebir ambas voces exteriores
consideraciones fundamentales de la textura de tres voces en general. Estos re- simultáneamente se convierte en una necesidad. Las suspensiones en sí mis-
quisitos pueden formularse del modo siguiente: mas, sin embargo, adoptan la misma forma independientemente de la posición
del cantus.
1. La voz en primera especie deberá ser consonante con el cantus. Determinemos ahora las posibles notas añadidas para cada una de las sus-
2. La segunda blanca de la voz de cuarta especie debe formar una combi- pensiones disonantes del contrapunto a dos voces. A ser posible es preferible
nación consonante tanto con el cantus como con la voz en primera especie. permitir que la suspensión resuelva en un acorde completo; y allá donde esto
3. Si la primera blanca crea una suspensión disonante con una o ambas no sea posible, por razones de conducción de las voces, las notas añadidas
de las voces en redondas, esta disonancia debe resolver descendentemente por pueden duplicar el bajo. Sin embargo, no debe duplicarse nunca la resolución
grados conjuntos. de la suspensión. El alumno recordará, por su estudio de la cuarta especie a

EJEMPLO 4-16 (continuación)

Schenker

I k^
i r\*
cf
rv —<TÍ
O

*> H
M

^"§-^-
.-— —,
>r
^—
, —~.
B
^ —.
o
^——
jr M
-J-—"—! J 1—
^ n
! _j—i—
78 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

dos voces, que la duplicación y anticipación de la nota de resolución perjudica ta, que producirá un acorde |; la quinta, aunque menos apropiada, no está excjí}_
el efecto de la suspensión. Adviértase el ejemplo 4-18. da por completo, y generará un acorde |. La duplicación del bajo es incorrecta,
La suspensión 7-6 debe estar acompañada por una tercera o décima sobre ya que la resolución sería una misma nota triplicada (ej. 4-21).
el bajo para originar un acorde consonante completo". Es menos conveniente
que el bajo esté duplicado a la octava, puesto que da lugar a un acorde incom-
pleto. No son posibles ni la quinta ni la sexta sobre el bajo, ya que la quinta no SUSPENSIONES DISONANTES EN LA voz MEDIA
permite una resolución consonante y la segunda duplica a la nota de resolu-
ción (ej. 4-19). Las suspensiones en la voz media, al igual que las de la voz superior, Ac-
La suspensión 4-3 puede estar acompañada de dos notas: una quinta o una túan esencialmente con respecto al bajo; en consecuencia, aparecen en esta
sexta sobre el bajo. La primera produce una resolución en un f ; la segunda re- disposición exactamente los mismos tipos de suspensión que cuando estarse
suelve en un f . Esta última posibilidad representa casualmente la primera apari- dan en la voz superior. Sin embargo, en este caso las notas complementarias
ción en el contrapunto de especies de la sonoridad \n el primer tiempo del com- se dan en la voz superior, por encima de las suspensiones en lugar de debajo.
pás. El \, por supuesto, no es un acorde que disponga de una identidad vertical Si comparamos las progresiones del ejemplo 4-22 con las correspondientes.Jde
independiente, sino que resulta por completo del desplazamiento rítmico. El i3 los tres ejemplos precedentes, advertiremos que son iguales salvo en cuanto a
contiene un empuje más enérgico que el f. 3 , debido a que el primero contiene dos la posición relativa de las sincopaciones y redondas añadidas.
disonancias y el segundo sólo una. Insistimos que es posible, aunque no especial- Aunque las suspensiones en sí mismas y las notas que las acompañan ¿no
mente deseable, duplicar el bajo. La duplicación de la nota de resolución es, claro sean nuevas, el efecto global difiere marcadamente del que resulta de suspen-
está, incorrecta (ej. 4-20). siones en la voz superior. En esta permutación la voz media se convierte eríla
La suspensión 9-8 en la escritura a tres voces debe resolver en un acorde in- más activa tanto rítmica como contrapuntísticamente, y por lo tanto asume maf or
completo. La nota más adecuada a añadir es la tercera o la décima sobre el bajo, importancia de la que se le confiere generalmente. Al mismo tiempo las notas
ya que da lugar a una resolución en un f . También podemos hacer uso de la sex- añadidas se hallan en la voz superior, que es la más prominente, y adquieren tajn-

EJEMPLO 4-17 EJEMPLO 4-18

Je —••*" \
0

:\
-\S7 O—— -'"'^

/ 4 7
-©- •o- n
J
-©-

1 6 6 7 evítese
5 5 4 2 3

EJEMPLO 4-19 EJEMPLO 4-20

n
W= r, 6
—' el r- c
7
3
6
— 7 6
/ ©
1 " i —Tí
__
-J-
~o J—© 1
bueno menos bueno malo pobre bueno bueno . menos bueno pobre
ra«-.
LA CUARTA ESPECIE 79

bien mayor importancia que la que poseen cuando aparecen en la voz media, sonante 2-3 con el bajo, mientras la voz superior forma una consonante 5-6.
En la segunda progresión las relaciones entre consonancia y disonancia están
Cada voz desempeña un papel diferenciado pero equivalente, y la textura contra-
invertidas.
puntística resulta extremadamente equilibrada. Es quizá por esta razón por la que
las suspensiones en la voz media (generalmente en la voz más cercana a la supe- La sincopación disonante básica de la voz inferior es 2-3, o su expansión,
rior si hay más de tres voces) son frecuentes en composiciones de estilos muy 9-10. En el ejemplo 4-23 esta suspensión está acompañada de una sexta sobre
• diversos. la nota de resolución, y por lo tanto el acorde producido es un f . En el ejem-
'. El ejemplo 4-22 precisa poco comentario. Al igual que en el caso de las plo 4-24 la nota añadida está a distancia de quinta sobre la nota de resolución.
; suspensiones en la voz superior, las formas más adecuadas son aquellas que Aquí encontramos dos suspensiones disonantes: 2-3 o 9-10, y 4-5. La 2-3
: resultan en acordes de resolución completos. Adviértase que algunas suspen- constituye con mucho la más fuerte, y por consiguiente la primaria. Adviértase
• siones presentan dos relaciones disonantes: una suspensión 2-3 con respecto a que la presencia de esta suspensión 2-3 o 9-10 suprime el efecto un tanto po-
• la voz superior así como la relación primaria con el bajo. Estas suspensiones, bre de la de 4-5, que resuelve en una consonancia perfecta. La suspensión 4-5
I particularmente la ü_ 3 , cuentan con un impulso cinético excepcionalmente es aceptable si se presenta como secundaria en la textura a tres voces.
' fuerte. Por otro lado la suspensión 7-8 no es tan adecuada a tres voces; la duplica-
ción anticipada de la nota de resolución es tan problemática aquí como en
cualquier otro contexto. Los acordes de resolución incompletos son en general
SUSPENSIONES DISONANTES EN EL BAJO menos satisfactorios cuando la suspensión se halla en'el bajo que cuando la
¡í sincopación aparece en una de las voces superiores. La mejor de las posibilida-
! Como vimos anteriormente, cuando la suspensión se encuentra en una de des es la duplicación de una tercera sobre la nota de resolución (ej. 4-25a). La
! las voces superiores, la relación primaria se establece con el bajo. Cuando es progresión mostrada en el b es bastante pobre, ya que al no disponer del acompa-
i' éste mismo el que contiene la suspensión, la relación principal involucra la ñamiento de una consonancia imperfecta la suspensión 4-5 nos remite directa-
voz superior con la cual forma una disonancia. En el ejemplo 4-23 la relación mente al contrapunto a dos voces; la quinta duplicada se suma a este efecto débil
| principal en la primera progresión es con la voz media, y en la segunda con la y estático; c duplica la nota de resolución por medio de una suspensión 7-8 secun-
f voz superior. En la primera progresión la voz media forma una suspensión di- daria, que no es nada recomendable.

' EJEMPLO 4-21 EJEMPLO 4-22


A 1 I _| i _J ^\——^
sé ^\ ' •"->. rf-1 1 ^~~~~~~^
w> rf & o
S\" ^~~--x

^ r.
ftU <L>
\j-vy fj j~>
V?
-¿Y o 4d~ ^
r— O
-f f
-O^ -^-
6}* 6Y
jr

s o 4Í 0 0 s *í

bueno bueno menos bueno pobre

• C- EJEMPLO 4-23 EJEMPLO 4-24 EJEMPLO 4-25


a) b) c)

-o- fiÉ==f 0
-&- =&=-« —o
-o- eJ

-í* ¡H0 —r&


/ .'• s U—: 9
80 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

La suspensión 5-6 puede estar acompañada por una tercera o décima ^


bre la nota de resolución. No obstante, esta nota forma una suspensión diso
Las sincopaciones consonantes 5-6 y 6-5 son más adecuadas en las voces nante 2-3 o 9-10 con el bajo; es la suspensión disonante que percibimo
superior o media. Para producir un acorde completo la nota añadida deberá ser como principal; la suspensión consonante 5-6 queda relegada a un segundo
una tercera o décima sobre el bajo; la duplicación del bajo da lugar a una so- plano (v. ej. 4-29).
noridad menos satisfactoria (Y. ej. 4-26). Las sincopaciones consonantes disjuntas son posibles en cualquiera de las v
Si intentamos emplear las suspensiones 5-6 y 6-5 en el bajo, advertiremos ees. No existen nuevas consideraciones, excepto que es preferible situar el acord
que es imposible obtener acordes consonantes y completos. Si duplicamos la completo en la primera blanca que en la segunda. Esto debe considerarse m
voz superior los acordes serán obviamente incompletos. La conducción de las como una preferencia que como una norma. El ejemplo 4-30 muestra algunas, de
voces no es incorrecta, pero la sonoridad resultante es pobre, como demuestra estas posibilidades.
el ejemplo 4-27.
• La suspensión 6-5 no puede original- acordes completos. Es obvio que
ambas tentativas del ejemplo 4-28 poseen errores de conducción de las voces. QUINTAS, OCTAVAS Y UNÍSONOS EN COMPASES CONSECUTIVOS
En la primera solución propuesta hallamos una cuarta disonante en el primer
tiempo seguida incorrectamente de movimiento ascendente. En la segunda en- En el contrapunto a tres voces, las octavas y unísonos en compases conse-
contramos una disonancia en el segundo tiempo del compás, donde, por su- cutivos precisan del mismo tratamiento que en el de dos. Son incorrectos .si
puesto, debe haber siempre una consonancia. resultan de la resolución de una suspensión disonante (ej. 4-31), mientras q e

EJEMPLO 4-26

hJr - 1- .... . 1
-fe " —& 0 1
i
C¿ r.
—©
*-'~ ' — "•
—6 —C¿ gj

-o- -e>- -e>- -o-


éTV á~^
0
vi 0

pobre pobre
EJEMPLO 4-27 EJEMPLO 4-28 EJEMPLO 4-29
0\> i> -e-
fm -/5k
"K
J
V'V'
J
|j-i
-8- --
4 2
- »J.
éT\ * ^-^ r_^
^\
J» ^
O
^n f^ . *" J
^>
K "^ * , , , ^

' *^~~-•—-"^ y

EJEMPLO 4-30

=2¿ r J ^
-o ¿ —o r—o *
-H 4>
H
-r
J

-J- —
^ —O '
T
j——P--
n—
dT
LA CUARTA ESPECIE

se permiten los que estén separados por una consonancia. Es preferible evitar (En el ejemplo 4-34 vemos una serie de suspensiones 7-6 en la voz supe-
más de dos intervalos perfectos en serie (ej. 4-32). rior con la tercera o décima en la media, y con quintas que aparecen sobre la
Una serie de suspensiones 4-5 entre las dos voces superiores forma una primera mitad de cada compás. Estas quintas están separadas por cuartas con-
importante y característica progresión. Este es un tipo de conducción de las sonantes, por lo que su validez es incuestionable.)
voces bastante distinto de todo cuanto hemos visto en la cuarta especie a El característico movimiento oblicuo de la cuarta especie no hace factible
dos voces. Considérese el ejemplo 4-33; cuando aparece una serie de suspen- la posibilidad de recurrir al movimiento contrario para evitar quintas y octavas
siones 7-6 entre la voz media y el bajo, la voz superior acompaña al bajo en ocultas en las partes en redondas. Por lo tanto, a ser posible deberá evitarse la
décimas, con lo cual da lugar a acordes completos. El lector advertirá las sus- aproximación a la quinta o a la octava por movimiento directo. No obstante,
pensiones secundarias 4-5 entre la voz superior y la media; éstas producen la síncopa disonante en la cuarta especie mitiga en cierta medida el efecto de
quintas debido a la resolución de una disonancia en compases consecutivos. A los intervalos perfectos. Por consiguiente, si resultase necesario hacer uso de
pesar de todo esta progresión es correcta, ya que la atención se centra en el este tipo de conducción de las voces, la voz de la cuarta especie deberá contar
acontecimiento principal, la serie de 7-6, y no en la de 4-5. con una suspensión disonante para evitar errores rnás graves (v. ej. 4-35.) .

EJEMPLO 4-31

y
rVr\9 <C^t ^- o
V* i/ r_) r^~^ *-\ 8 O
^---^— 4_> O
-o-

J
8

4?
/
•0-
1
0
1
O
r
^íT

1 T ••
A6 rr r^

EJEMPLO 4-32

fj

fts
-^ P r
^
V"L/ ^-^ —' ^?
1 ^T ^Q-

9 8 6 8 5 3 5 6 1 3 1 3
•€>- 4 a
">
... ^ —' f^ ~^
fcV
Q D
~s
/

EJEMPLO 4-33 EJEMPLO 4-34

#\_ «.» ~¡ yñ ^—«


-i\ l e ' ^-— — '
-O
*.? -i _ /Í~ fT r t\ iÓ J— n -i ^
fm .„ 5
^ r^=-T r—
-———^
rj j1 ub
I c ü &

P f-
n 0 o o 5
«J
O J OJ 5 ^

7 6 7 6 7 6 7 6 7 6 7 6
^L o
c? ^
•£Y
•!• ° j£- "ko
fl»
/ _X
82 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

SUSPENSIONES EN SERIE añadida es incorrecta debido a las quintas paralelas resultantes (ej. 4-39);
Por otro lado, una continuación de quintas y sextas sí es posible (v. ej. 4-40);
La mejor manera de acompañar una serie de suspensiones 7-6 es, como vi- Una serie 2-3 o 9-10 en el contrapunto inferior puede acompañarse por
mos anterionnente, por terceras o décimas paralelas entre las voces en redondas sextas por encima de las notas de resolución. La serie f:| generada así es apro-
(ej. 4-36). piada sólo cuando las voces superiores formen cuartas, corno muestra el ejemL;
Una serie de suspensiones consonantes 5-6 o 6-5 deberá acompañarse de pío 4-41a; de otro modo daría lugar a una serie de quintas paralelas. Las cuar-; m
modo similar. Como vimos anteriormente, estas series serán sólo posibles tas del ejemplo 4-41a son consonantes debido al soporte que les ofrece la nota
cuando las síncopas aparezcan en la voz media o en la superior (ej. 4-37). de resolución. Sus ritmos contrastan mucho más que en el caso de un contexto
Como muestra el ejemplo 4-38, la serie 4-3 puede acompañar al bajo en no sincopado. El bajo sincopado tiende a acentuar las cuartas, y por ello con-
sextas paralelas, dando así lugar a una serie de progresiones 4.3 • viene no prolongar el diseño de esta serie más de dos veces.
Una serie de progresiones 54.3 con una quinta sobre el bajo como voz Como en la serie 4-3 en las voces superiores, es posible alternar quintas y

EJEMPLO 4-35 EJIiMPLO 4-36


A t^
— Jr 1—N Mrí
iy '^~>v cj
—-».

1
1—
—(0
rj —^

ro~ -T&-
WT
cJ
o t G o F==1F^= -h-
mejor que
ÍL -€ ^~ o -Ct -40- o
3T -44f-
-^b

EJEMPLO 4-37 EJEMPLO 4-38


i
i—i
ya

F*«
5 0'
'J "
^
—O

X
rJ
r

=£=1
0
'J rJ
I—Ó
^~

h ^— «.»
^=^
—0 2
__y
-r—& r—J-^
I
-*»
1

^©-
1
CL
M
-©-
^
^D. -0-
_*£
s
-0^
1 o —e :• i
-^

i
EJEMPLO 4-39

ISO:
EJEMPLO 4-40

V
o*9^—o -^e
r— -r r—rr.r^
i
-4*
•o- 0 —o
i
-f

i
LA CUARTA ESPECIE 83

I sextas sobre las notas de resolución (v. ej. 4-42). Esto producirá progresiones
alternantes de £f y 2-3 • P°r supuesto, el empleo de progresiones %% consecuti-
CÓMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO

La voz sincopada deberá comenzar con un silencio, como en el contrapun-


vas no es posible debido a las quintas.
to a dos voces. Las notas restantes del primer compás seguirán el habitual pro-
I LA VOZ DE PRIMERA ESPECIE
cedimiento del contrapunto a tees voces.
Como en la escritura a dos voces, una suspensión disonante hacia la sensi-
ble incrementa su empuje hacia la tónica y produce una cadencia muy enérgi-
Las exigencias de esta combinación hacen difícil construir una voz de ca. La sensible misma deberá formar parte de un acorde consonante y comple-
primera especie ideal. La necesidad de evitar la duplicación de las notas to, como siempre en la escritura a tres voces. El ejemplo 4-43 muestra las
de resolución y el deseo de obtener acordes completos de resolución limitan formas cadencíales típicas; adviértase que la progresión armónica V-I se da
las posibilidades. A pesar de todo debe tratarse de crear la mejor línea posi- necesariamente cuando la voz de primera especie se encuentra en el bajo y la
ble; ocasionalmente la ruptura de especies en la voz sincopada demostrará voz sincopada realiza una suspensión disonante hacia la sensible.
ser de gran utilidad. Evítese una incesante duplicación del cantus en terceras Si deseamos un bajo por grados conjuntos en la cadencia se hará necesario
o décimas. renunciar a la suspensión disonante. El ejemplo 4-44 muestra la solución más

EJEMPLO 4-41 EJEMPLO 4-42


a)

~rr -©-
-o-

correcto malo

EJEMPLO 4-43
cf cf
F=r
=N r o
F=C
M=q o

*
—^jj^t — OL>
8] —© —©
—©
0 0- O
v~f F J
cf cf
"p" p
•>
~¿-—5 _ 0 *.•» ' ' 0 0

•y cf
! /'-
'feEJEMPLO 4-44

rr

0
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

LA CUARTA LIGADA j> _.


adecuada. La disonancia sobre la segunda mitad del compás es posible sólo por- .c_
que la nota no está ligada, lo que de hecho nos remite efectivamente a la segunda
Existe otra progresión del contrapunto prolongado que a menudo encuer|-;
especie. Esta cadencia, aunque conecta, carece de esa fuerte direccionalidad que
tra su lugar en los libros de texto. Como muestra el ejemplo 4-46, esta técnica-
sugiere la suspensión disonante que resuelve hacia la sensible. consiste en una ligadura de una cuarta con respecto al bajo; dicha técnica ré¿~
quiere que éste mantenga la misma nota dos compases. Aquí la cuarta actúa
como bordadura superior de la tercera; la bordadura se suspende sobre el siS
RESOLUCIÓN EN UNA TRÍADA DISMINUIDA guíente compás antes de resolver. La suspensión de una bordadura combina dos;
tipos de disonancia, y como tal constituye una prolongación del procedimiento
Algunos tratados sobre contrapunto recomiendan la resolución en una
contrapuntístico fundamental. Un segundo aspecto del contrapunto prolongado sfe
tríada disminuida en estado fundamental en el penúltimo compás. Este acorde
pone de manifiesto en esta progresión: la función de la disonancia se esclarece en
en posición cenada (con la quinta en la voz superior) permite un movimiento
el ámbito de dos compases, y la escala temporal del ejercicio, por lo tanto, resulta
conjunto hacia el último compás de la voz superior. Por otro lado, la resolu-
ción en un \e una continuación disjunta o una ligadura (v. ej. 4-45), ampliada de un compás a dos. ¿;
Esta cuarta ligada recibe en ocasiones el nombre de cuarta consonante-;
La tríada disminuida es relativamente una disonancia suave; su presen-
Este término es incorrecto, ya que aunque la cuarta no sea una disonancia tap
cia, siguiendo a la suspensión disonante de segunda, representa una casi re-
fuerte como la segunda o la séptima, y sea más suave comparada con la sus-
. solución de una disonancia fuerte en una más suave en lugar de una^verda-
pensión disonante éntrelas voces superiores en el segundo compás, sigue sien:
dera resolución de una disonancia en una consonancia. Esta extensión del
do disonante a pesar de todo. "'<'
principio de resolución representa al contrapunto prolongado y no al elemental.
El ejemplo 4-47 ilustra la escritura de cuarta especie a tres voces.
El empleo de esta progresión está justificado si el alumno comprende esto.

EJEMPLO 4-46
EJEMPLO 4-45

8
cf
en lugar de

EJEMPLO 4-47

a)
LA CUARTA ESPECIE
EJEMPLO 4-47 (continuación)
0 0 0
Tí 0
cf
-o-
€>
-©- 0
3H
cf
-O- 331
-©- -©- ÜH
331 e
331
0
7 o 3CC 331
d)
O 331
3H -O-
e 0
cf _Q_ -O-
rs 3a: © o
1
'•}• * Resolución en una 5a disminuida
e) Schenker
J ^-— J-—^j 1 i
=4- ^ r ^
1 ^ —¿ r
ifi) C, ^L! g) r^ " r- Jic «.?
V? O O
-€h -©-
cf ~^-
I ~ÍY e— o
*v o —e
o
—e
J
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
86
3. Como ejercicio complementario escríbase una realización a tres voces que
EJERCICIOS
consista en una voz de cuarta especie y dos voces en redondas de composición
1. Toqúese y cántese el ejemplo 4-47 del modo sugerido en capítulos anteriores. propia.
2. Selecciónense dos cantas firmi, uno mayor y otro menor, y escríbanse sobre
cada -uno ejercicios en cada una de las seis permutaciones posibles.

1
ÉH:
5. La quinta especie

i
i
i -I. Contrapunto a dos voces
°.j*
'./
ilpBSERVACIONES GENERALES

;'! La finalidad de la quinta y última especie no es presentar conceptos funda-


ínentalmente nuevos de conducción de las voces y de tratamiento de las
VALORES RÍTMICOS IGUALES EN UN MISMO COMPÁS

En la quinta, especie aparecerá frecuentemente una mezcla de valores rít-


micos en un mismo compás. Hasta.cierto punto también es posible continuar
un valor dado —por ejemplo, blanca o negra— durante un compás entero o
una extensión aún mayor. Cuanto más se extienda un mismo valor sin cam-
•disonancias, sino más bien combinar los elementos y procedimientos de las es- biar, más drástico será el efecto de un cambio. Más de dos, o a lo sumo dos
pecies precedentes de'un modo lógico y coherente. En la quinta especie pue- compases y medio, de un mismo valor rítmico destruirían el equilibrio rítmico
'd'en combinarse los valores rítmicos de la segunda, tercera y cuarta de varias de la línea. En particular, una porción demasiado prolongada de blancas creará

i
formas; es decir, podrán aparecer blancas, negras y blancas ligadas en un mis- una sección rítmicamente estática dentro del ejercicio.
mo ejercicio. Estos valores estarán regidos por los procedimientos de la espe- Incluso si se utilizan valores rítmicos iguales dentro del límite de dos com-
je a la que pertenezcan: las blancas a la segunda, las negras a la tercera, etc. pases, su empleo deberá ser esporádico. Construir una línea melódica que conste
•En esta especie se incluye también la corchea; sólo se excluye la redonda de de dos compases de blancas, dos de negras y dos de síncopas supone una frag-

i primera especie o, mejor dicho, queda relegada al último compás del ejercicio.
.|fna redonda al comienzo del ejercicio inhibiría el desarrollo del impulso rít-
'mico, y en medio de él, tendería a detener el movimiento.
•;>: El empleo de valores rítmicos contrastantes permite la construcción de lí-
•ríeas melódicas de mayor diferenciación, complejidad y calidad estética que en
Cualquiera de las especies precedentes. Si la aspiración es únicamente conse-
guir una mera corrección de la voz en relación al cantus, es más sencillo lo-
mentación de la línea en pequeños segmentos. Demasiada uniformidad dentro
de cada grupo de dos compases crea un constaste excesivamente marcado entre
ellos, con lo cual en lugar de fluir con suavidad obtenemos una serie de deten-
ciones y arranques (v. ej. 5-1).

VALORES RÍTMICOS MEZCLADOS EN UN MISMO COMPÁS


grarlo en esta especie que en las anteriores; el alumno deberá centrar su obje-
tivo en lograr una línea melódica que fluya con suavidad, y para ello es necesario El ejemplo 5-1 demuestra que la combinación de valores rítmicos debe
Aprender a organizar esa variedad de valores rítmicos ahora disponibles.1 preponderar sobre la utilización continuada de un mismo valor. Ahora debe-
;| Antes de proceder a una discusión sobre los detalles específicos de organi- mos determinar qué combinaciones de valores son más adecuadas para la crea-
z'ación rítmica, examinemos los principios generales sobre los que se basa el ción de líneas continuas y fluidas. Dicho del modo más general posible, la so-
'tratamiento del ritmo en el contrapunto de quinta especie. Nuestro objetivo debe lución reside en la correlación justa de dos factores: duración y énfasis métrico.
sfer producir una continuidad rítmica lo menos fragmentada posible. Al igual Examinemos esta correlación primero en relación a las negras y blancas, y más
que evitábamos las secuencias melódicas y la repetición motívica, debemos adelante a las síncopas y corcheas.
e§/itar todo modelo rítmico que tienda a producir una línea fragmentada y Cuando aparecen notas de valores cortos y largos en proximidad, las notas
articulada. de mayor duración reciben por naturaleza un mayor énfasis. Si estas notas lar-
"'•? gas y cortas se despliegan dentro de un contexto métrico —es decir, confra un
"/
, ••£ ' Debido al carácter decorativo de los valores rítmicos mezclados, la quinta especie recibe fre- segundo plano de tiempos fuertes y débiles periódicos—, los valores largos-
cuentemente la denominación de contrapunto florido. coincidirán naturalmente con los tiempos fuertes y los cortos con los débiles.
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

En el ejemplo 5-2 vemos una blanca en el primer tiempo fuerte seguida de dos Si modificamos el ritmo del ejemplo 5-4 ligando la blanca al compás s|:
negras en la segunda mitad del compás, más débil. La nota más larga encaja guíente, restablecemos la libertad de la comente rítmica. Ahora el movimienf|);
perfectamente debido a que el énfasis de duración coincide con el de posición. no se detiene de modo abrupto en el tiempo fuerte siguiente, sino que la síncd-;
En el ejemplo 5-3 la blanca está situada en la parte débil del primer tiempo, y pa transporta el impulso a través de la barra del compás, Por tanto, dos negra|-
su longitud interrumpe la corriente rítmica; por lo tanto se percibe una contradic- podrán preceder a una blanca en un compás si se halla ligada al compás se-
ción entre el énfasis de duración y el de posición. Al recaer en un lugar «equivo- guiente (ej. 5-5). \.
cado» llama demasiado la atención y destaca sobre sus alrededores; no está tan Más adelante en este capítulo estudiaremos en mayor detalle el empleo (Je
bien integrada dentro de la línea melódica como la blanca del ejemplo 5-2. la sincopación en la quinta especie. Por el momento será suficiente indicar que;
La blanca situada en la segunda negra del ejemplo 5-3 crea un problema más: una blanca puede estar ligada tanto a una negra como a una blanca, como en ]&
constituye una sincopación dentro del mismo compás. Tal sincopación implica un cuarta especie. J•
pulso rítmico de negras, cuando en la quinta especie, al igual que en las demás, lo El empleo de corcheas es exclusivo de la quinta especie y representa el valdr
que debe caracterizar al ejercicio es un pulso de blancas. La síncopa dentro de un más corto disponible en el contrapunto de especies. Deben emplearse escasamen-
compás produce por tanto una súbita aceleración del contexto métrico —procedi- te y con precaución, puesto que el carácter de la línea no debe resultar instrume$4
miento demasiado complejo para el ejercicio de contrapunto elemental—. Consi- tal. El uso de corcheas está regido por tres normas: deben presentarse de dos éií
guientemente deberá excluirse el ritmo del ejemplo 5-3. dos cada vez, con sólo un par en cada compás; deben aparecer sólo en la seguncj'a
El ejemplo 5-4 muestra una blanca en la segunda mitad del compás precedida o cuarta negra; y deben moverse por grados conjuntos. El requisito de más de deis
de dos negras. Este modelo rítmico también inteiTiimpe la comente; la segunda corcheas en sucesión evita sobrecargar la textura de notas cortas y protege su ca-
mitad del compás debería conducir al tiempo fuerte siguiente, mientras que aquí rácter vocal. El movimiento conjunto también ayuda a evitar que el carácter de|á
constituye un punto estático y bloquea la comente procedente de las dos negras línea melódica se vuelva instrumental. Un salto melódico en valores rápidos puéf
anteriores en lugar de canalizarla. El movimiento se detiene y reanuda con una de ejecutarse fácilmente con un instrumento, mientras que el mismo salto no re,:
sacudida en el tiempo fuerte siguiente. Por lo tanto el ritmo de este ejemplo no sulta natural ni fácil cuando se ha de cantar. Además, las corcheas son general-
debe emplearse, puesto que es inapropiado para el tipo de corriente ininterrumpi- mente notas de decoración, y por ello el tipo de movimiento más lógico es ^1
da que deseamos lograr. conjunto. Muy de cuando en cuando la primera de dos corcheas puede estar pre-

-EJEMPLO 5-1

~^~ -> rJÍ x-> a * 1* J Hff 50


' rA -' K-'
* e
« * r f f fj » f|r tt
VM; -•
1 1 1 i
¿J

-|
0 0
-<
0 i o
0 1—€» —o
-4 ^- j

EJEMPLO 5-2 EJEMPLO 5-3 EJEMPLO 5-4 EJEMPLO 5-5


xf \ fr
J
0 a
frb
VM? " " r r fm e " r -©-
¿J 1 1

3fa^=35
~~TJ *^\ 0
H ° 1
LA QUINTA ESPECIE 89

cedida de un salto pequeño; no obstante, no debe darse nunca un salto procedente de blancas a negras es relativamente fácil, mientras que lo opuesto reviste
de una corchea. mayores dificultades. Las suspensiones proporcionan el mejor medio de aumen-
La norma que restringe las corcheas a las segunda y cuarta negras se sigue tar los valores rítmicos sin detener abruptamente el movimiento hacia adelante
del principio general por el cual los valores largos deben ocupar posiciones (v. ej. 5-8).
métricas más enérgicas que los cortos-. Dicho de otro modo, las corcheas os- Las corcheas se emplean para-decorar e intensificar el movimiento de las
tentan la misma relación con respecto a las negras que éstas con respecto a las negras, por lo tanto su empleo no constituye un cambio de valor rítmico signi-
blancas. El ejemplo 5-6 resume todos los ritmos disponibles que cuentan con ficativo en cuanto al límite de dos compases.
blancas, corcheas y blancas ligadas. Todos los modelos del ejemplo 5-6 pue-
den darse con la primera nota ligada al compás precedente.
Estos modelos no deben llegar a convertirse en motívicos. La repetición TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA
inmediata o el empleo excesivo del mismo modelo rítmico comporta un riesgo
de segmentación. El ejemplo 5-7 muestra lo que debe evitarse a este respecto. El tratamiento de la disonancia en la quinta especie no aporta considera-
Por supuesto, la reaparición de un modelo después de varios compases inter- ciones fundamentalmente nuevas y no plantea dificultades mayores que aque-
medios no entra dentro de esta restricción, como tampoco la continuación du- llas que ya hemos examinado cuidadosamente en las especies precedentes. El
rante dos compases de un ritmo neutro e indiferenciado que consista en un solo tratamiento de la suspensión disonante es lo único que experimenta alguna ela-
valor. boración con respecto a lo ya estudiado. La mezcla de valores rítmicos permite
Por lo general se produce una continuidad más suave si el valor rítmico la decoración de la resolución de la suspensión. La preparación de la suspen-
prevaleciente cambia en la mitad en lugar del principio del compás. El cambio sión sigue siendo una blanca, como en la cuarta especie, y la resolución recae

EJEMPLO 5-6

r nirrrr r rnr r rrr r rcriircrrnirrr


EJEMPLO 5-7

rf~ 9 ff ff — rn
=£=*=i -- • *••
- "•»— ^-v

j
tf 9—fe~I»—P
*~t

r^ J

—o
. ^ —

—<9 —Tí o— o
7~ e
II Oí

EJEMPLO 5-8
^j
i
í
Ir

fVsU
A r & r r " J
0 r tf^
1
íB
r
X1"
^ ,-, «
| [
J 1 1 '
."?
•*•
•V
•:í io o i»
Iff r»
ÍH v-^
VJ
90 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

en la segunda mitad del compás. No obstante, ahora nos es posible acortar la cutivas frecuentemente imperan sobre las relaciones entre notas consecutivas.
nota disonante a una negra e insertar entre la disonancia y la nota de resolu- Algunos autores permiten que la suspensión disonante resuelva en la se-
ción una negra o un par de corcheas de decoración. gunda negra del compás. Este procedimiento, aunque válido en sí mismo, tien-
El ejemplo 5-9 muestra las posibilidades más importantes para la decora- de a cambiar el pulso de blanca a uno de negra, por lo que no lo recomenda-
ción de la resolución. Éstas consisten en: pares de corcheas en dos configura- mos en la quinta especie. No obstante, se puede acortar la nota de resolución
ciones por grados conjuntos (la primera pasa por la bordadura inferior de la sin acelerar la comente métrica. Este procedimiento puede mostrarse de gran
nota de resolución, mientras la segunda pasa por la bordadura superior de utilidad (ej, 5-10). Una sincopación consonante no despierta una expectativa
la suspensión); bordadura inferior de la nota de resolución; la bordadura supe- definida de continuación, por lo cual se puede acortar sin mayores restriccio-
rior de la nota de suspensión; anticipación de la nota de resolución y salto des- nes (ej. 5-11).
cendente hacia una consonancia. Un salto ascendente entre la suspensión y la La regla fundamental para otras disonancias aparte délas síncopas es la si-
nota de resolución no encajaría tan apropiadamente dentro de la línea como uno guiente: cada valor rítmico está regido por los procedimientos de la especie a
descendente, por lo cual se prefiere este último. Debe advertirse que todas las la que pertenecen. Una blanca, por ejemplo, debe ser consonante si aparece en
decoraciones de negras son notas consonantes, puesto que una interpolación de el primer tiempo del compás; si aparece en el segundo, puede ser disonante,
una negra disonante entre la suspensión y su resolución oscurecería la resolu- pero sólo como nota de paso. Una negra debe ser también consonante si apare-
ción. No obstante, la tercera y la última notas de tales progresiones constan de ce en el primer tiempo del compás, y las notas de paso, de bordadura, etc.,
saltos desde la suspensión disonante. Debido a la naturaleza transitoria y deco- pueden darse en los tiempos rítmicamente adecuados. Las corcheas no presen-
rativa de la nota que sigue al salto, el oído percibe una continuidad esencial tan mayores problemas en el tratamiento de la disonancia: deben darse sólo en
entre la suspensión y la nota de resolución a través de la nota intermedia. El los tiempos débiles, y el requisito de movimiento conjunto por sí solo garanti-
principio es el mismo que regía sobre la nota cambiata y la doble bordadura za su corrección. Tanto la primera como la segunda de cada par puede ser di-
de la tercera especie. Este principio representa, en miniatura, una de las pre- sonante. El ejemplo 5-12 muestra varios tipos del tratamiento de la disonancia
misas básicas del contrapunto prolongado: las relaciones entre notas no conse- que atañe a blancas, negras y corcheas.

EJEMPLO 5-9
—•^
Fá^ «. 0—a—'7 ^ x —f-jp 9—ir\• *~i~'í ^ P
i?
M pT ^
*•>
'
P *
-^—

-£«
& Q —fi *=*•

4= - —
t= ^N -H— —
M=^ ^=^ ¿ ^-

^6
7 7 6 7 6 7 6 7 6 7 6

-t T\

e 0 © ©— © —©
48

EJEMPLO 5-10 EJEMPLO 5-11

jl

t —©
*-»
— €.>

etc.

1
331
1D i>
-4W «1 J
r
-4—é—a
It
LA QUINTA ESPECIE 91

I i '^MOVIMIENTO PARALELO, UNÍSONO, ETC. co conjunto. Esto ocurrirá únicamente en conexión con una progresión 5 6-5
j
(v. ej, 5-14). Cuando está precedido de un salto, el segundo intervalo perfecto se
r :,í Otras consideraciones de conducción de las voces, como las concernientes al pone de relieve; tales progresiones deben evitarse (ej. 5-15).
.'«tratamiento de la disonancia, dependen del valor rítmico y reflejan los procedi- Los unísonos en la quinta especie no suponen nuevas consideraciones, y

I /Imientos de la especie a la que pertenece dicho valor. Las octavas y quintas en pa-
lmeros tiempos sucesivos (octavas y quintas acentuadas) son válidas cuando se
están permitidos en el primer tiempo sólo por medio de la suspensión. Pueden
darse también en el resto del compás si están ligados al siguiente compás o
•ihallan separadas por tres negras, como en la tercera especie. Cuando medie sólo seguidos por movimiento conjunto.

I • •-una blanca (segunda especie) las octavas están excluidas, y las quintas no deben
! ¿resaltarse, etc. Un ritmo mezclado de blanca, negra, negra presenta un caso límite.
;ÍLas quintas y octavas acentuadas están permitidas excepto en el caso en que di- CORRELACIÓN DE MOVIMIENTO MELÓDICO Y RÍTMICO
.ichos intervalos perfectos reciban un énfasis melódico fuera de lo normal. En cir-
I •Jcunstancias normales las dos negras de la segunda mitad del compás separarán
•|suficientemente los intervalos perfectos. El ejemplo 5-13 sirve de ilustración.
La quinta especie, con su mezcla de valores rítmicos, nos brinda la ocasión
de dar forma y controlar la frecuencia del movimiento melódico por medio de
,'| Una suspensión consonante de una negra nos lleva al caso de las quintas y la diferenciación rítmica. El ejemplo 5-16 muestra una progresión melódica que

I ;'¿octavas en tiempo débil, separadas sólo por una negra. Las quintas en tiempo dé-
'¿bil son correctas cuando el segundo intervalo lo produce un movimiento melódi-
recorre una sexta ascendente a lo largo de dos compases. Vemos en primer lugar
cómo podríamos efectuar dicho movimiento con la segunda o tercera especies.

1 ;!EJEMPLO 5-12

i—r~f~r—8^— _^
I - (¿£
V
*->
-1^—P~~J—
H
/
I i &\ J^J^ JQ
-J o
ii i
J m *
B
í
1
Vf
L
1
0 1r 1r '
1

I ^•EJEMPLO 5-13 EJEMPLO 5-14

-\—' i
EJEMPLO 5-15

^
fin
4.Y i j 0 rm ' "
"fL fj
3 /L
fm f J P a
F i r J
*
» v¿u « J VSL7 e i—-^

I
ASD
' J d «J 9 1 1
8 8 5 5 5 6 5 5 5

y
<P—
-—
m
i *^
i *-* o
«i
*-* *>
O

I
í ir
IB o ..
...9 , r . <~> - In <"? fi

'^EJEMPLO 5-16

ÉEÜ
^ J Ir J r Ir etc.

^^
92 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

A continuación mostramos algunas posibilidades con la quinta. Varias notas 5. Es preferible permitir que el impulso melódico-rítmico se desarrolle uni-
del ascenso pueden acentuarse por medios rítmicos; la trayectoria ascendente forme y gradualmente. Por esta razón el comienzo del ejercicio consistirá ge-
puede acelerarse o vacilar a lo largo de su curso. Ninguna de estas posibilida- neralmente en movimiento conjunto y valores largos. El comenzar el ejercicio
des es en sí misma preferible a las restantes y debemos determinar cuál es la con notas cortas o saltos deja poco espacio para aumentar la intensidad. Sin.
más apropiada para cada ejercicio basándonos en el contexto. embargo, al aproximarse al punto álgido a menudo es conveniente acelerar el
Las siguientes indicaciones ayudarán a dar forma al contorno melódico por valor rítmico de las notas. Lo mejor es comenzar el ejercicio con blancas y
medios rítmicos: suspensiones.

1. Es preferible confiar un movimiento conjunto demasiado extenso a va-


lores rítmicos predominantemente pequeños. Demasiadas blancas disminuirán
el movimiento hasta hacerlo pesado (ej. 5-17).
2. Los movimientos que decoran una nota estacionaria deberían realizar-
CÓMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO
Tr-.'
í-
I
se con negras y corcheas. Las blancas producirán un efecto estático incluso cuan- Lo más apropiado es comenzar con blancas, por la razón que acabamos de
do lleven a cabo un tratamiento de la disonancia correcto (ej. 5-18). mencionar. Como en las demás especies, es preferible comenzar con un silen-
II
3. El movimiento melódico total recorrido por una serie de suspensiones cio. La posibilidad de emplear negras no debe excluirse por completo. De nue- Sr~sV-
disonantes es bastante reducido, por lo cual es preferible decorar las resolucio- 5-':..' '
vo es preferible comenzar con un silencio de negra que preced.a a las primeras
nes de la mayoría de las suspensiones. Debe variarse la decoración para preve-
nir la aparición de secuencias melódicas (ej. 5-19).
tres negras.
Una suspensión disonante hacia la sensible proporciona, como en la cuarta
O
4. Como norma la nota precedente a un salto melódico de envergadura especie, la mejor conclusión posible. Sin embargo, ahora podemos decorar la
debe ser una blanca y no una negra. Por supuesto pueden darse excepciones,
siendo esta sugerencia una guía más que una norma férrea. No obstante, una
gran frecuencia de saltos de envergadura en valores cortos pertenece más a la
resolución. La progresión del ejemplo 5-20 constituye una excepción de la re-
gla que prohibe el empleo de valores cortos que precedan a blancas no liga-
das. El enérgico impulso melódico de la sensible hacia la tónica evita cual-
i
escritura instrumental que a la vocal. El cantar un salto requiere un cierto tiempo
de preparación. La nota siguiente al salto puede ser corta, pero la precedente
será generalmente de mayor duración.
quier efecto de movimiento interrumpido como produce generalmente este
tipo de ritmo.
El ejemplo 5-21 ilustra varios ejercicios completos. I
I
EJEMPLO 5-17 EJEMPLO 5-18

mejor que etc.


mejor —^
j= que z^
I
I
EJEMPLO 5-19 EJEMPLO 5-20
I
I
± p_ —f H :
-ffaV5D— -f* *-+-f
J
1
1 1 r * o
etc.

I
_ro —© 1 —Tí
ijtj —-e
1 ll|s|fe;-: •'• 'i
SlíifciíSíí.'" ' ¡
LA QUINTA ESPECIE 93

1 flÉfetíl EJEMPLO 5-21

p|t|pK;v -í
»^iW;>.-.-: .• • -•. "í

1 n
|g|fe^ ••-•• ' i a)
•Sgte^?./ .

3
'•>
tt
~aF —
^-— --^,

9~\—-,
s
«

-*f*

^
f , , ^

1 lií:v ' • •? <


¿r^
~o
f

1fftl--.
\
L 1 e— o *» - ^ 4 » Q

t£-."•':.|k)l cf

1 ¿¿iii;j¡~;._...' .

;£?!-•" • '
- 'j.

'-1
4
4 f)—P
A
#$

cf
O—• - -&3.—
—— « -e
-o _*-? ,-, ,
i» e, —13 —O

1 AVv;V: '•'?
„—d--4t
^-w~^^=

^-—
í9 —. •9--f~í
Hi —[ h fr &--*-\
H —1 —
-í"-*-
1r~1i —
,.— --^
p a
V
1
i
r
1
-|-
-f
*
r
1
ff
ir
-|9 1 -^-—
1 tf
fi
f
1
6-
-^—

~J»
~~T~-&—
' '
^

L^
m

1 :|c)
•*b£li
m-2
-^
<
t
*=\
(.
4
.——
=f
a
**.

^ 4=
^=M
fS $> (
9^
.- ••^-,
'JL_
1
1
I~-*-*-É — 1 n-
1 ^
ii ih
m ^ -1 r\

f> • i> t> _á^* .

cf

«.•> —o —o
ziSz! Tí " ~ '— o —O Tí
cf

_e__2_ =^, 1— ^ Jf X""


^f ~b
>
—« r^ £ tf.. ^
i f-19
r 1 [• gr tfr J»—1——
1 ^~~~
1 f- r
—P S g Qg
Tr
Q

11
i
94 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 5-21 (continuación)
e)
^ i 3
z=r ^^ 1 o n
2 9
"^ — *\ pO - r ^ f fff
«. —e i —m ^ [—1~ U 1
cf O
-AÍ , 4»
3—-O; —o — ~o _ —e e
3L
Efc=^
f)
0 —O-
^=——
3I<? — • —
.--
p T3 m
—zrv»— P i» • r j-
"""~" ~—~- i i
-)
f\" rf- ff f"
-£==?= —61 1 ' 1 .J |D——, p • é J o '— —"——
1 1 ' i—r r '
Mozart 2
(9 r-pr- ÍL_1_ e
- fíK **—r =N F^h ^"^(9 — —¡g J J J i»— P—
gjjjgjjpjj o
-ífe
—:>J¿ —1*^= =t===í= —Jh-&—
"TTf1
U 1—r
;«J
|T ¿ r Ü/>
5 - 3 3 8 q
0 Íl>3 o Q u 3 «u 8
cf 0 -O
~rs -t>— o -^
4- >
3^
Mozart 2
cf 0
x>_
0 ^ o
JCL
§
5 U "" ó ¿i O " t) O ^ -6 6 6 -23 1
2 Véase el prefacio, p. xi.
I? 95

I ¿ EJERCICIOS
•'i 1. Toqúese y cántese el ejemplo 5-21 del modo sugerido en capítulos anteriores.
incorrectas (ej. 5-22). A menudo es preferible esbozar las suspensiones sin ador-
nos, dejando la decoración de las resoluciones hasta haber concluido la voz en pri-
mera especie.

I .'.-'
'?•
•y
".?.
2. Selecciónense cuatro cantus firmi, dos en mayor y dos en menor. Escríbanse
dos líneas melódicas de quinta especie encima y debajo de cada cantus.
3. Escríbase como ejercicio complementario una realización a dos voces que cuen-
te con una línea melódica de quinta especie y una en redondas de composición

I '.í
'i
''i
' J.
.'.'! 2.
propia.

Contrapunto a tres voces


En este caso tampoco surgen nuevas dificultades con respecto a las quin-
tas, octavas y unísonos paralelos, acentuados, en tiempo débil y ocultos. La con-

I "í
'A
OBSERVACIONES GENERALES
centración sobre la línea en quinta especie y la falta de atención sobre la de
primera especie llevan frecuentemente a un número excesivo de terceras o dé-
cimas paralelas entre las voces en redondas. A este respecto aconsejamos cier-
ta precaución.

I ;| Para el alumno ya familiarizado con los principios de la quinta especie a


•k dos voces y con práctica en la escritura a tres voces en las especies prelimina-
• ¿ res, el contrapunto de quinta especie a tres voces no debería presentar proble-
'.í mas. En este estadio de sus estudios el alumno debería haber adquirido ya la
CÓMO COMENZAR Y FINALIZAR EL EJERCICIO

!| suficiente técnica como para realizar con facilidad un ejercicio correcto. Su El mejor principio es, como en el contrapunto a dos voces, un silencio de
;| esfuerzo debe estar ahora encaminado a conseguir que sus ejercicios sean lo blanca seguido por una blanca. También es posible formar el compás inicial
;í más estéticos posible. Es importante adquirir experiencia en todas las per-

I
con un silencio de negra seguido de tres negras. El comenzar con una nota en
•f mutaciones entre cantus, primera y quinta especies. En particular las combina- vez de un silencio, aunque produzca menos independencia, no es incorrecto.
• f ciones más difíciles, como aquellas en las que el contrapunto florido se halla La elección de notas en el compás inicial seguirá los procedimientos habitua-
;f en la voz media, han de recibir una cuidadosa atención.
les del contrapunto a tres voces.

I TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA
La cadencia más enérgica posible es la que resulta de una suspensión hacia
la sensible en la voz en quinta especie. El alumno puede remitirse a las fórmu-
las para cadencias del capítulo sobre la cuarta especie; por supuesto, es posible
La adición de una tercera voz no aporta nuevas consideraciones al tratamiento y conveniente la decoración de la resolución. Si es necesario, pueden darse otros
de la disonancia. No obstante, debemos asegurarnos de que las disonancias sean tipos de cadencia, aunque ninguna posee el impacto de aquellas que cuentan
correctas tanto con la voz en primera especie como con el cantus. En relación con con la suspensión hacia la sensible. El ejemplo 5-23 presenta algunas posibili-
las resoluciones decoradas de las suspensiones disonantes, deben recibir especial dades alternativas.
atención. Es muy fácil esbozar una línea de quinta especie correcta con respecto El ejemplo 5-24 sirve de ilustración de varios ejercicios completos de quinta
al cantus y añadir después-una voz en primera especie que produzca disonancias especie a tres voces.

'¿í EJEMPLO' 5-22

no debe
convertirse en
1
\í 96 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

¡¿ EJEMPLO 5-23
íii í |
f j; ~af ^ a r* — _ 1
1 U' «1 i n
o ©
| {-
TT © 0 —©
! |;
cf
ii
cf etc.
í'l
1,
28:
-©-
AJ J J -©- 0
•f &—
i
.'!
o
" II ' 4- —©
[ i! cf
í .;
!,| EJEMPLO 5-24
1
!í a)
!!;

l|j
¡i -$-^ —_ ,r~ 1—-^
•j • o
—Q—^ ^ i— f í
1
(• ^ -^ *

-f
4
i í j 0 0 9— g •••• 0
[_f i r i ,r-i-.un,
|
pj
i *.>
:!

i)
• !• t\ i
T *^ —© <"*
' ©
K :~ —^© 0 °
•!¡tii °
^ :. ,r
II L '
••' .-
•: i
cf
fe \ 31
4~>
¿
}
J/* Ui 7 O
o
!¡ ^^

! w i ; .
—© r» «© *.">
' •.
i !i -A-K-U © —© —® -*r
t)
_s~~
."
:¡ ;| P i* a—
v- e—
^
—^ G ©
1*—
4-
cf
f—* >—i8—^—
— *- 8 ^
i=±
^ -* 0

'
: !? 7 & —© ^Cf
~ia:
ü
i

1 <3)
^— • • »
_r.——"-+-
=F=* r~ ~w
—o
—-J1 p Mt¥~ « ©
_ -f
~a —*~~¿~¿ —J i -i ^
*tf-
;>! ^
cf _0

I
O
-© o
! -i <
^

I]
^l¡ :: t
zu —©
c t» «.» o
uüiíu --: -4^. tx,
iffi
LA QUINTA ESPECIE 97

I ./^EJEMPLO 5-24 (continuación)

:il) Fux

I -SU
0 O 0
331

I cf
33:
331 -o- 331
331
0
331

I ^E

^
:l EJERCICIOS
1. Toqúese y cántese el ejemplo 5-24 del modo sugerido en capítulos anteriores. 3. Como ejercicio complementario, realícese una línea de quinta especie contra
2. Selecciónense dos cantus -firmus, uno mayor y otro menor, y escríbanse sobre dos voces de composición propia en redondas.
•I
cada uno ejercicios en cada una de las seis permutaciones.

I
I
I
I
I
I
•i

i SEGUNDA PARTE

Técnicas de contrapunto prolongado

ii

orí
6. El contrapunto en la composición, I

Í 1. Aplicación directa del contrapunto de especies en cuestión. Además, éstas sólo ofrecen explicaciones parciales de tales frag-
•'? mentos. Por el momento nos concentraremos solamente en un aspecto: la co-

i •f OBSERVACIONES GENERALES

• \\s haber adquirido un conocimiento de los principios básicos del contra-


nexión entre los ejemplos y las progresiones del contrapunto de especies. Sólo
más tarde, después de haber explorado las técnicas específicas de prolongación,
quedará claro el sentido de ciertos detalles melódicos, acordes y ritmos. Para

i
;?' punto, gracias al estudio de las cinco especies, nos encontramos ya en condi- una explicación de los símbolos de los análisis gráficos de la mayoría de los
' ! ciones de entender su aplicación en la composición; ya podemos comenzar a ejemplos de este libro, véase el glosario de notación analítica (p. xn).
7 acceder al amplio campo del contrapunto prolongado.1 El contrapunto prolon-
• f gado nace de la elaboración y manipulación de las progresiones básicas con

i • f las que ya nos hemos familiarizado. Por supuesto, el alcance y complejidad de


.1 esta elaboración compositiva puede variar considerablemente incluso en el
\l ámbito de una misma pieza. En algunas ocasiones las progresiones fundamen-
PROGRESIONES DE PRIMERA ESPECIE

En los ejemplos 6-1 al 6-4 las voces exteriores muestran relaciones

i
\l tales se encuentran cerca de la superficie y por lo tanto la relación con el con- interválicas características de la primera especie. Estudíense los gráficos de las
•\o de especies se evidencia con facilidad; no obstante, la frecuente utili- voces exteriores; éstos indican la conducción de las voces básica despojada de
•v zación de ciertos recursos compositivos, de técnicas de prolongación, tiende a los rasgos rítmicos y de textura particulares de la composición en cuestión. Su

i • \r estas progresiones básicas hacia el plano de conexión


'.i conducción de las voces fundamental se manifiesta con menos inmediatez. Su
;¿ importancia, sin embargo, no disminuye en modo alguno, pues es la conduc-
fondo.2 Encontales
la primera
casos laespecie es evidente; ciertamente, estas reducciones bien
podrían aparecer en ejercicios de primera especie. Toqúense en sucesión inme-
diata el fragmento y su reducción. Considérese hasta qué punto el contrapunto
•| ción de las voces subyacente la que da impulso y coherencia a los detalles del de las voces exteriores da dirección al contorno musical y determina las

i •| primer plano musical.


•f Comenzaremos con ejemplos de texturas simples en las que la conexión
:| con el contrapunto de"especies sea cercana e incluso obvia. Procederemos gra-
sonoridades verticales y su sucesión.
El ejemplo 6-5 presenta una textura de superficie muy diferente. Las voces
exteriores ya no se encuentran en relación de nota contra nota, ya que la línea

i
'.l dualmente hacia pasajes en los que el contrapunto básico se encuentre amplia- del soprano cuenta con diez notas frente a las cuatro del bajo. Las diez notas
;? do y modificado por varias técnicas de prolongación. Para desvelar la relación de la voz superior, sin embargo, no son equivalentes en significación. El oído
;| entre los ejemplos del repertorio y las progresiones de especies hemos alterado percibe de un modo bastante intuitivo la progresión melódica Re-Mi-Fa soste-

i •i los valores de las notas en los gráficos para que se ajusten los de las especies
•v dadas. Se sobreentiende que estas reducciones son únicamente análisis
• I contrapuntísticos y no pretenden reflejar la comente rítmica de la composición
nido como el movimiento esencial de este fragmento. Esta progresión dirige y
da forma a la línea melódica; las otras notas constituyen figuraciones o prolon-
gaciones subordinadas al movimiento básico de una tercera ascendente. Estas
figuraciones melódicas decoran el Re repetido de los dos primeros compases y
^K separan el Mi del Fa sostenido de los dos últimos. Sin embargo, esta separa-
;¿ ' Véase la explicación del término, p. xix.
>'Í\ Recuérdese que plano de fondo corresponde al término inglés background, traducido tam- ción no ocasiona en absoluto una pérdida de contacto entre las notas básicas.
;| bien como base subyacente en el libro de Forte y Gilbert Introducción al análisis schenkeríano. Si éstas forman una estructura melódica estable, el oído percibe fácilmente su
fuerza de conexión aunque estén separadas por la interpolación de otras notas.

i
•'•'. (N. del director de la colección.)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
102

EJEMPLO 6-1 Bach, Coral 142


r^

1 ¿

EJEMPLO 6-2 Bach, Coral 298

I
EJEMPLO 6-3 Bach, Coral (con bajo cifrado), 53
i
'@?5Í?'
I
-x ' w
!$£%$
I
EJEMPLO 6-4 Beethoven, Sonata para piano, Op. 14, núm. 2, 2.° movimiento
Andante I
f
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 103

••: Si las notas de la melodía son de diferentes grados de significación, tam- El ejemplo 6-6 también presenta una melodía con figuración como contra-
bién lo son los intervalos entre la melodía y el bajo. Los intervalos formados punto a un bajo de movimiento más lento. El gráfico a procura indicar, con
por la línea melódica principal constituyen la progresión con trapuntís tica bási- negras, la dirección básica de las voces exteriores; las corcheas y las notas sin
ca 5-6-8-10; esta progresión, por supuesto, pertenece a la primera especie. Este plica hacen referencia a las notas de figuración o prolongación (la suspensión
simple ejemplo conduce a una conclusión de gran importancia para la compren- La bemol, la bordadura Mi, la nota de adorno Mi bemol y la apoyatura Re
sión de la conducción de las voces: la relevancia del contrapunto de especies bemol). El gráfico b, una reducción más, relaciona el movimiento de las voces
en la composición no depende en modo alguno de semejanzas superficiales entre exteriores con el contrapunto de primera especie.
ésta y una especie cualquiera. En el ejemplo 6-5 las voces exteriores no se
encuentran en relación de nota contra nota, y aun así el contrapunto subyacen- 3 Para los aparentes movimientos paralelos del compás 1 véase, en el capítulo 7, «Quintas y

te está relacionado con la primera especie.3 octavas», página 189.

EJEMPLO 6-5 Haenclel, Chacona en Sol mayor (var. 6)


f»H»- ' * • t\ _. _
C;Í^Vr' >••"•-.•••'' - -' "
F£M=J ~ Tx C M 5-!
r g~1
/ a
**
-3= Jf Tf <S ^?

^
$?''"fe?£- -I::-, >:•'•' .
í¿íí'rx£ i'K>:/ \) (5))
ffi; :'-">íí"r1'Í ~'i'--"-~: ' ftj
y^ÜiK-í''; 5
^A^Jll J
6 8 10
I¡s.'.-Vi'*»=rai:.'',*.;-'
p^ifw::;-a
•v

¿77213
o. * J
£J» *
0 J. e
y Í o
0 X *í
ÉK S ~ 7, -J.Í J * P'
^
EJEMPLO 6-6 Beethoven, Sonata para piano, Op. 26, l.er movimiento
Andante
^ !

rfr1 —
-fe-a—
2¡ k: —
—•—vr11 9!
J—i J—-Ji— j

=g] J|
>- ^
^^F
1
-T—« ) 1 ~é *
ü— ^ 1— J

-íH 9

v U^
JP
f f *

E:
T r-- ^-
^^
cresc. s/=^=-
¿>«
/• i ; 1U °
0 *
~T~3 *
9
=
t
—=
«
K
J/

a;
r ]
^L-p- 1
; -UH-H-r
r
/—^ ^ L-i •—B — * T——•
f

J
-•
* * »
• •—
t~> 4"» © O
©
•*-"- - - í

8 6 6 10 10 5
o -^ e
0
71> 5—^ 'i > • • •• 0
-^—b-
~^'l
—r P

\
—f A

I
"7 »

1
^

1 í
104 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN ;»''

El ejemplo 6-7, un fragmento más extenso y complejo, está extraído del tratar de asimilar las progresiones subyacentes de primera especie separando
comienzo del segundo movimiento de la Sonata para Piano Op. 31 núm. 1 de la progresión contrapuntística básica, con su movimiento hacia adelante, de esas
Beethoven. En el capítulo siguiente trataremos de aclarar la función y natura- notas con capacidad de detener propias de la prolongación melódica. Los am-
leza de prolongaciones melódicas como las que se encuentran en esta frase. En plios arabescos de los movimientos de prolongación posibilitan la lenta mar-
este punto de nuestras indagaciones el aprender a distinguir entre notas princi- cha de la progresión melódica fundamental de los compases 1-4. En el com-
pales y de figuración es más importante para el lector que el tratar de encon- pás 5 la figuración cesa casi por completo; sólo los mordentes a la octava inferior
trarle una explicación a las funciones específicas de estas últimas. Éste debe reproducen las escalas ascendentes de los compases 2 y 4; esta ausencia de

EJEMPLO 6-7 Beethoven, Sonata para piano, Op. 31, núm. 1, 2.° movimiento

Adagio grazioso
*r- ir-

H--1 H
f

a) ^ | á- --^ J J -*- ^ o '°'


Jf a \ \ j <9
\^ 0
O
<> '*-
>

ón
v*L/
9 \1

8 10 10 6 10 10
£A» —-
o
"
zT ' —1 =^-^

r r 1

EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 105

figuración acelera el movimiento de las notas básicas de la melodía. Como PROGRESIONES DE SEGUNDA ESPECIE
refleja el ejemplo 6-5, un oído musicalmente capacitado percibe la continuidad

i de la línea ascendente Do-Re-Mi aun con la interpolación de las notas de figu-


ración.
En resumen, podemos afirmar que la música de estos tres últimos ejem-
Al presentar ejemplos relacionados con la segunda especie procederemos
de nuevo desde fragmentos simples y obvios hasta aquellos en los que la pro-
gresión contrapuntística básica esté incrustada en los niveles más profundos de

i
plos puede interpretarse como la individualización motívica y rítmica de las pro- la estructura musical. Nos concentraremos principalmente en el rasgo más ca-
gresiones básicas estudiadas en el contrapunto de primera especie. La relación racterístico de la segunda especie, la nota de paso disonante. Los ejemplos 6-8
con la primera especie no depende de la presencia literal de una textura musi- y 6-9 requieren poco comentario. El lector advertirá que aparecen progresiones
cal de nota contra nota en la música en cuestión. Al reducir el contrapunto de de primera y segunda especies alternadas. Tal mezcla dé elementos de las dife-

i las voces exteriores a su movimiento esencial llegamos a progresiones de nota


contra nota similares a las de la primera especie, de gran importancia para la
dirección musical del pasaje.
rentes especies aparece frecuentemente en la composición.
La nota de paso disonante presentada en los ejemplos precedentes también
tiene un papel importante en el ejemplo 6-10.

i Al ir adquiriendo experiencia en el análisis contrapuntístico, el lector des-


cubrirá que las progresiones de las voces exteriores de este tipo se dan frecuen-
temente en muchas composiciones de estilos y texturas de suferficie amplia-
mente variados.
En el ejemplo 6-11 las notas de paso disonantes aparecen entre el bajo y la
voz superior alternativamente. La distribución de la actividad melódica entre
las voces contribuye al justo equilibrio de esta textura.
Como vimos anteriormente, las progresiones del contrapunto elemental pue-

r
i •f
•\ í
EJEMPLO 6-8 Bach, Coral 103

y X* 1 , 1 i i — J 1
cv
'T
w
/} ) i
_j ^^ ^-v

i
7 a J a e ff 1
^-^ Cx ^_^
fír\ (¡ % J f $ JÍ1 r? 4_ 9

r i i r
2 r> r i \t\'
'A
V'l/ I r r i® s e VNL/
' I
'•í 10 5 6 8 10 11 13 13 °12 10

1
i
•'i (6) (°5)
(3) (4) (6) (3)

T i r ^^UL 4V
0
—f f
-0- 0
rJ
0

. . .. l—mj 1
-V-k

i
i EJEMPLO 6-9 Bach, Coral 353

y/O tttf

i ¿. _¿_^—«s
fa> (t ^L_J- 4. V ^-^
^-' •o
—fi1ffibfi* r/r\ r. f^5
\_? -**

3 CJ i i T C^
"r
r [j r
f~ ~P a P "r* T i* P \M/

8 9 3 4 6 8 10 8 7 5 10

i Z ~\ Ir
• • it
X ^ v^
/* ^
^ ^ L i i» i
r r rf es
r m 0 r
1
*}• í' •
e
(10)

L_
«—
n
0
.
0
1 » .r
•j _ . —o—
106

den servir como conducción de las voces básica de los fragmentos del repertorio. En el ejemplo 6-12 el movimiento básico de la parte de la mano derecha
Las múltiples posibilidades de prolongación ofrecen a esa conducción de las vo- consiste en una tercera descendente, Fa-Mi bemol-Re. Este movimiento apare-
ces básica individualidad y calidad estética. Los ejemplos siguientes nos muestran ce en nuestra reducción analítica final, el gráfico c. Bach prolonga esta progre-
que estas mismas técnicas de prolongación están también basadas frecuentemente sión del modo siguiente: transfiere el Fa inicial a una octava más grave y lue-
en nuestros procedimientos familiares de los ejercicios de especies. En la segunda go se mueve ascendiendo una séptima hacia Mi bemol. La octava descendente
especie, por ejemplo, aprendimos que los saltos de una cierta envergadura efec- y la séptima ascendente son desvíos secundarios que prolongan el movimiento
túan cambios de registro y por esta razón añaden variedad a la línea. En los ejem- del Fa agudo hacia la nota de paso Mi bemol. Por lo tanto sería erróneo inter-
plos 6-12 al 6-14, la transferencia de registro se emplea para elaborar movimien- pretar esa séptima perfilada como una infracción de alguna regla contrapuntística
tos melódicos de paso. o como un ejemplo de contrapunto «libre». Más bien representa una de las

EJEMPLO 6-10 Brahms, Intermezzo, Op. 76, núm. 7

Modérate» semplice
A /<^~ B ^\ fl J J J
jy i « t
9 « JT
f±m
^ rJ
S fí itii
\>'L/ • '
l fT^ T'
r

wp 5 8 6 °5 3
^ f
0 -O
6V J 6V c
/J* 1
i , f- « f
r^ *~*

I T. ¿

EJEMPLO 6-11 Beethoven, Sonata para piano, Op. 2, núm. 1, 3.er movimiento
(Allegretto) ^_______ — —
|0'i o 1
—gJ—J1—T~'T~ 1 ] j j j i i j=i p U - 0 JJ JI éJ éJ *J J=Fi
—* J J ¿— * « * . * / *
N=M
* * U 41

-
í>
4V
i
*^
p r
-P- f 0 f- 0 f-
*!• i ° »
9 -

/
u
b 7i
>
r r 1
1 • » r 1 " 1

a^ i
1 r1^
i [ J
rn i J
i b)
4±~ n "*^ —-J 1 1 J J J J » 9 ¿ j j
P r¡
i f\\
\Si/ / * J J * » J V ' é <. > P o
¿J -+- 1 1

3 3 4 6 °5 3
-^T^ P—? —¿* ST¿ © —o

gb ' | " ~ "' 1 1 '1 H—-1


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 107

muchas expansiones posibles del principio de la nota de paso, presentado por Concluimos esta sección con otro ejemplo extraído de un recitativo de la
primera vez en la segunda especie. Pasión según san Juan (ej. 6-15). Aquí vislumbramos una nueva técnica de gran
En el ejemplo 6-13, de un recitativo de la Pasión según san Juan de Bach, importancia. Ahora el lector no debería encontrar dificultad alguna para com-

l
(.
la transferencia de registro influye radicalmente en el contomo de esta frase.
En el pasaje anterior, la transferencia de registro estaba aplicada de modo que
no modificase la relación entre las notas principales Fa-Mi bemol-Re. En el
prender la progresión melódica principal, de Do sostenido a Mí por medio del
Re sostenido y luego hacia el Do sostenido a través del Re natural. Una audi-
ción atenta revela que esta melodía contiene una continuidad lineal secunda-
ria: La-Si-Do sostenido. Por tanto la línea vocal en sí misma expresa una rea-

i
í
ejemplo 6-13, sin embargo, no se recupera el registro inicial. La primera nota
de la melodía, Fa sostenido, está transferida a un registro más grave, que se
mantiene durante el resto de la frase; la línea principal Fa sostenido-Mi-Re, por
lo tanto, comienza y finaliza en registros diferentes.
lización subyacente a dos voces. Nos -abstendremos de dar una explicación
detallada de las figuraciones melódicas, excepto para señalar que el Si en el
que finaliza el compás 1 anticipa la nota de la voz interior del acorde de sexta

I
•<
Las variaciones ofrecen excelentes ilustraciones de prolongación melódi-
ca. El tema presenta a menudo un movimiento simple y directo que se elabora-
rá y prolongará en las subsiguientes variaciones. El ejemplo 6-14 se cita como
de Mi mayor siguiente.

1 prueba de que las progresiones melódicas que perfilan séptimas (como en el


ejemplo 6-12) o novenas (como en el ejemplo 6-13) constituyen a menudo in-
versiones o expansiones de movimientos de paso por grados conjuntos. En las El lector recordará que la tercera especie engloba varios tipos de movimien-

r Variaciones sobre Lison dormait de Mozart la primera frase está variada como
en el ejemplo 6-14.
El lector observará que la tercera descendente de la voz superior en el tema
tos melódicos; se alternan progresiones directas entre dos notas diferentes con
movimientos de bordadura y adorno. Los procedimientos característicos de la
tercera especie se dan con frecuencia en composiciones de numerosos estilos;
estudíense de nuevo los ejemplos 6-5, 6-11 y 6-15 y adviértase el empleo

i
(ej. 6-14a) aparece en la Variación II (compases 2-4) en la indicada forma pro-
longada (ej. 6-14¿>). El oyente perspicaz relacionará esa séptima perfilada con compositivo de técnicas de adorno similares a las de la tercera especie. Vemos
aquella progresión simple por grados conjuntos de tema. de nuevo que el contrapunto de especies presenta una abstracción de procedí-

i 4 EJEMPLO 6-12 Bach, Clave bien temperado I, Preludio XI

i _J
-1
o
9 9 P
? 9 x.

i
— X
s—p—p— P -

A ^ " t ^ ^

i
£\* '
l'J _^^J
gf
1 1 1
^ ' , 1
-^=^-

i
i
108 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

mientes compositivos y nos ayuda a entender la conducción de las voces en de segunda especie; adviértase que la tercera ascendente Do sostenido-Mi está
música cuya apariencia externa puede no asemejarse a las progresiones de es- respondida por Re-Si, el mismo intervalo en dirección descendente. El gráfi-
pecies. co c suprime las terceras de adorno y pone de manifiesto la conducción de las
Los ejemplos 6-16 y 6-17 son simples y no requieren comentario alguno. voces básica del pasaje en cuanto a su relación con la primera especie. Si se
El ejemplo 6-18 aplica reducciones sucesivas a una frase de Brahms. El quiere obtener una profundización verdaderamente significativa, este proceso
gráfico a muestra el contrapunto «de superficie» de las voces exteriores, que de reducción analítica no debe aplicarse al azar o de un modo arbitrario. La
demuestra características de tercera especie en compás de ^ . El gráfico b omi- primera reducción omite notas de importancia puramente local, notas que de-
te la bordadura incompleta Fa sostenido del primer compás y la nota de paso penden por completo de su contexto inmediato para cobrar su sentido y aclarar
Re del segundo. Esta reducción muestra una progresión similar al contrapunto su función. Esto revelará un diseño algo más amplio, en el que de nuevo debe-

EJEMPLO 6-13 Bach, Pasión según san Juan, Recitativo n.216

a* rr 1

Si- raon Pe- tais stund und wai - - - me- te sich, da spia- chen síe zu

b5
a) J *••- -1 b)
y ir U ""-^ .v""
/# Pjt V ""^-Ji ' 9 0 ^TI_
11^
JP TÍ ^
H"^ i
ó _
v*r/ rj f.
\>\ ""^ - TÍ ~ - - - tí - - - \a
#
a partir 6 °5 3
de
¿"\ ¿f
4V tt
—«— .//• 'ít
tfri'
. i« l*.l
/ "tt a ii.. <r»

EJEMPLO 6-14 Mozar% Variaciones sobre Lison dormait


Andante
^C
-fc-fr ~f —r—r-=±—H -4
VM) ¿i--- ¿] &
h-Ua-L—'J-«=
1
9)
dolce

' Z\' '> •ff" f


_]
f-
1 _jf r1r —•f"
1
¿¿=5—1 —§ *
•'í
'/
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 109
'i

I •^EJEMPLO 6-14 Mozart, Variaciones sobre Lison dormait (continuación)

-\£+r'í
_y(p ¿jL_ £
' -Tr ^Tvt^Ú^tJ^ f í-í f |jf ^_
1^, 1 •"" -*^ "^*™"J .

I } tJ

0
Ui

|-

f— ^
r*

^^
1 . ; •
1
' 1

>- i , . I 1
| l
•i, ~- — -
1J a) -¡ n, b) ^"- -
yrt^frful^J
r r " « r r ^rt jf ¿•^'^ — —
. . . •!.-/fe 1 1 1 1 se convierte en -/5k

1 •;•
••'.•
••i *¿y
'.í «J
'• /
\ — i -i u ...v-y i
*)
i u

g '¿EJEMPLO 6-15 Bach, Pasión según san Juan, Recitativo núm. 43

:í-J~4-$¿-~ i «— « = fe B - ^ R ^* * ? 1» 1* -,
| .^:^J^u-^ ^ ^ p | * j^_p p > W ^ -^ ^_^__^__^d

i i _X ,,i_J?l_3-í _J
Es war a- bei dei Rüst- tag in 0- stern, um die sech- ste
— • _

1: | r ,-

#k
';
Síun- de, und er spricht zu den Ju- den

I i-'i-^ yfr——^ — i. -j, ¡


b5
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
110
remos distinguir entre notas principales y dependientes. La reducción final no floraciones pianísticas expresan una conducción de las voces de gran economía
contendrá necesariamente las notas más prominentes del primer plano musi- y fuerza. Como en el ejemplo 6-18, un análisis detallado requiere vanas reduccio-
cal1 en el ejemplo 6-18 la nota más alta, Fa sostenido, es claramente una nota
subordinada de figuración. El propósito de la reducción final es más bien el mos-
trar aquellas notas que entran dentro de las conexiones más amplias y trascenden-
nes El contrapunto inmediatamente aparente entre las voces extenores se aseme-
ja a una realización de tercera especie en compás de « (gráfico b}\a realización
prolonga a su vez una progresión de segunda especie que determina el movimien-
to esencial de la voz superior (gráfico c). La audición musical depende de la con-
1
tales en el contexto bajo observación. El procedimiento de reducción sucesiva se
hace mucho mas difícil cuando se aplica al análisis de continuidades musicales cepción de la textura del primer plano como una prolongación imaginativa de la
más extensas y complejas, pero el plincipio básico sigue siendo el mismo. conducción de las voces subyacente. Sugerimos al lector que toque en sucesión
Los ejemplos 6-19 y 6-20, también de Brahms, están reducidos a pro- inmediata los gráficos c, b, a y que después toque o escuche la frase de Chopin.
gresiones similares a las de la tercera especie expandidas rítmicamente (seis y
ocho notas contra una). Estos ejemplos injdican también la posibilidad de des-
tacar notas disonantes en un marco compositivo. Adviértase en particular la PROGRESIONES DE CUARTA ESPECIE
cualidad acentuada de las notas de bordadura y de paso.
El ejemplo 6-21 presenta el comienzo del Estudio Op. 25 núm. 12 de Chopin. Las progresiones sincopadas de la cuarta especie (y las resoluciones decora-
Los acordes arpegiados no son un mero vehículo para el despliegue pianístico. das y retardadas de la quinta especie) aparecen frecuentemente en todos los esti-
Como tan a menudo en Chopin —un contrapuntista de osada originalidad—, las los compositivos desde el siglo xv hasta el xrx. Las técnicas de la cuarta especie

EJEMPLO 6-16 Schütz, Cantata sacra

* ~ 0 0
~Uf
1 :
^—J—¿—f—F— ^=^ 1
«j i '
3 4 5 6 8 6 7 8 10

-^ft-y-^nr»
(-x-k_(

EJEMPLO 6-17 Fauré, Les Berceaux


Andante
P

Le long du quai, les grands vais-seaux

a)
ñ
§-^ !
—i -* t 9
=J^
—Jr-*-* é —*

5 8 7 6 6
L
-6 a . « —e» 0

«^ '— e — '
üjgjEF .-.
I f> \
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN. I
111
I \ 3
•7 EJEMPLO 6-18
'•'i
Bramhs, Trío, Op. 114, 3.cr movimiento

I \
•3
'J
Andantino
.JfA VÚV
M a rt ,1 X—
-/Jk-iMf
VM;
^
4—&^— —r—
grazioso
¡O
J*
1
f

- f — f" B
11
i 1
1 i
1
1

J. pizz. - 9-
rL e_

1 att riw °
£Y WdTt
.*»•
y T nTT /4{.Q r*
\

r
B

1
<
<*
'
r
V
\ t B ) \ '
J
\
rf <*•f •

••'..:,...
•: . ' • . "1:! •) b)
A ¿ tt
,
I i ,
°)
A Ü tt
ó ti
t? ^
IfüTr • r ^J U ÜUTI
ej
S W J¿ U T\I ^
' 'S /í, i"8
(m P ii " r un ^ -
v- J
^
1
u
J«T
fQ TI
Jlfl «.í ^
-^ *.>
-'. > J 1
1 ~~ 4 3 6 5 10 9
1
8 6 10 8 6

i i

•.
.-;
•i
., a
4V tí 8
y/' TTÜ"
"«TT
(io) (i3)
.">
(12)

<7
,i Jl
*v/• tiWjlTi
>^ l'Tf
U
T^
í> °

i
3

'•j

i ;.*
i

EJEMPLO 6-19 Bramhs, Concierto para piano núm. 2, 3. r movimiento

i f /• ifí y—PV. .'


f\ í^1
J^
ú*

^
Tf
&
E
j--—•

F
-Jh r
F
\
f
1^

'— ffi~
^-—•

"^JTr^ " m^w*~ i^—


^
t—B i—B,—i—i—i—'—i—i—i—"
i
í 1 [-
• .í "^— -. ±=^ ^j
''i


p 10 9 11 10 9 8 10 9 8
• '(

e r r _ -J—k e

1 i 4
~8 ~a
jí.
-<í
0

i
1 •':
112 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

—incluso en sus fonnas prolongadas-—• son a menudo más fáciles de reconocer Un pasaje de la Sonata núm. 44 de Haydn (ej. 6-23) muestra una versión
que las progresiones de primera, segunda y tercera. En capítulos posteriores pre- más elaborada de esta misma progresión de conducción de las voces. Ad-
sentaremos fragmentos en los que la presencia de la sincopación no es inmediata- viértanse las transferencias de registro en la voz superior así como las notas de
mente aparente. No obstante, los ejemplos de esta sección no deberían ofrecer decoración —similares a las de la quinta especie— interpoladas entre las quin-
ninguna dificultad al alumno. Como en anteriores ejemplos de este capítulo, no tas y las sextas de la voz media. El lector advertirá un acorde disminuido en el
trataremos de definir las técnicas específicas de prolongación, aunque los gráficos tercer tiempo del segundo compás. Observaremos frecuentemente el empleo de
de la conducción de las voces añadidos las indiquen. Nuestra intención aquí es acordes disminuidos en pasajes secuenciales del repertorio, especialmente donde
solamente mostrar las diferentes categorías de sincopación que aparecen en la com- se requiera un impulso de sensible, como aquí.
posición. Algunos de los análisis muestran reducciones sucesivas, y sus gráficos El ejemplo 6-24, de la Quinta Sonata Prusiana de C. P. E. Bach, expresa
finales presentarán las progresiones sincopadas subyacentes. el contrapunto a tres subyacente en sus dos voces (compárese con el ejem-
Nuestros primeros cuatro ejemplos presentan una técnica de gran impor- plo 6-15). Las sextas de la progresión 5-6, a través de técnicas que se describi-
tancia, la serie ascendente de síncopas consonantes, 5-6 5-6. En el contrapun- rán en el capítulo 7, se transforman en acordes disonantes de 65 (véase el grá-
to a tres voces aprendimos que la mejor forma de acompañar las progresiones fico c); ésta es una técnica importante que se da con relativa frecuencia.
5-6 es con terceras o décimas paralelas con respecto al bajo. En el ejem- En el ejemplo 6-25 las dos voces escritas expresan de nuevo tres. Aquí el
plo 6-22 las voces exteriores se mueven en décimas y la voz media adorna cla- bajo está prolongado; los corchetes en los gráficos ayb indican que las notas
ramente una progresión 5-6 con respecto al bajo. Adviértase que las quintas a Si bemol y Do en los primeros tiempos de los compases 9 y 10 'anticipan las
la cabeza-de cada compás, aunque definitivamente implicadas por el contexto, terceras de los acordes siguientes. Esas notas del bajo no son las «fundamenta-
no están realmente presentes; en la reducción, por lo tanto, hemos escrito las les» de acordes de séptima, pues es la nota del bajo y no la séptima de la voz
notas implícitas entre paréntesis. superior la que crea la disonancia.

EJEMPLO 6-20 Bramhs, Cuarteto para piano, Op. 60, 2.° movimiento
(Allegro)
2

A
Jr \ .
r^ n
P I L J J
i \%\N y/
A J « « ** nH *

3 4 3 2 3 4 5 6 8

¿V»
f
/
F* 1
b «."» 4> tfa,
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 113

EJEMPLO 6-21 Chopin, Estudio, Op. 25, núm. 12

Molto allegro, con fiíoco

« *$&
v'ííí'- '?

i"-•.'/•••.
:•-
V.v':\
.-- .-•:.

. 3
9
•?

• *
í
l) A ,
rJ
Jfu^
fm " '
1

«
J
[" B
»
e
B
et
*
1
J

i*
*
*
1
-
Ble

0
* • J '
1
b) c)

l••••"•;"•'
•v.-í.-;.

•^•:-
".•¿•':. '
£
-A

!/
•' \ ''i
1 0
^.--^ ^ _ _ „__.. ^,__
-«- ^ ^ V
9

V-
B
ijff
8

-*-
-O-

10
J^"
8

I - '' •'
:4
•i

'1
6V -U
v ? r
* « •—-^~®'
JN
L. ..„.„..[
—*
i
-a

-.
' "a- fl

J
r
"

I
• "••' •' ' 'í
';,.:. -í
• '.-
-•'•:- .f .i
' 'Á
'\ • :l

I
qv
;''•%•'. -
:Íí^;
.SÜi&V.
-|
'/
7
'/
114 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

^Al estudiar la cuarta especie aprendimos que las progresiones descendentes En el ejemplo 6-29 la progresión predominante es absolutamente evidente. En
6-5~6-5 destacan las quintas más de lo que lo hacen las 5-6. Por esta razón, tal este ejemplo el alumno debería tratar de explicar las funciones de todas las notas
vez, las progresiones 6-5 aparecen con mucha menos frecuencia en el reperto- de adorno de la voz superior hasta el compás 26. Los corchetes señalan el parale-
rio. Presentamos dos ejemplos muy divergentes en estilo y textura. El ejem- lismo entre el amplio descenso melódico de los compases 21-26 y su breve eco
plo 6-26 constituye una expresión literal de la progresión y no requiere comen- en el 27.
tario alguno. En el ejemplo 6-27 la sucesión de 6-5 aparece literalmente sólo en El ejemplo 6-30 posee un gran interés rítmico. Aquí la posición métrica
la voz interior. El oído, sin embargo, también conecta el primer tiempo de la voz normal de la suspensión aparece invertida. Por lo tanto la agrupación rítmica
superior con el segundo tiempo de la voz media, como muestra el gráfico a. contradice la métrica subyacente; como resultado, la disonancia aparece en la
Ahora procedemos a ilustrar sincopaciones disonantes con sus característi- tercera negra acentuada y no en la primera, como sería lo habitual. Los casos
cas resoluciones descendentes. En el ejemplo 6-28» vemos un uso muy caracte- de manipulación o prolongación rítmica se encuentran con frecuencia en el
rístico de una serie 7-6, en el que las voces exteriores se mueven en décimas, repertorio. Las líneas cruzadas en el gráfico a señalan el conocido recurso de
La primera séptima está preparada con una sexta ligada que a su vez se origina Stimmtausch o intercambio de voces (v. cap. 7).
a partir de una quinta. Muy a menudo, como aquí, se introduce una serie 7-6 En el ejemplo 6-31 la progresión 7-6 subyacente está interrumpida por las
por una única progresión 5-6. Adviértase la transferencia de registro de la voz terceras de adorno de la voz superior y del bajo. Adviértase de nuevo el em-
superior en los compases 3 y 4. pleo de la tríada disminuida en el compás 3.

EJEMPLO 6-22 Couperin, Ordre núm. 5, Les Agréments

Gracieusement, sans lenteur


I
Oa .. P
N ^EW

m I
I
I
p^ftW
-w—^ J
1^ i 1
/ 0
1— 1
—'ja ——A
r-
—«
b^ • H n I
(•*") - - _ _ J& *--- ~~ — -
J» *^--

19
I
^)*
-^
fíjí^
U r
o rj
—P .

(5) 6 (5) 6 (5) 6 (5) 6 (5) I


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 115

EJEMPLO 6-23 Haydn, Sonata para piano núm. 44, l.er movimiento

(Modérate)

&

J 5
-i
6 5

'JU I
6

10 10 10 10 10
116 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-24 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 5, Finale


{Allegro assai)

a)

r^
%-^— Y^\q —J J ^zz-q i—J—^=1
-to)
j^ "^ j^_ J^-^—-^=^—J"
ÍLj
b)
>—i<f *
*
*
^
fl

»•) ^ (» V 8< «) «^
r^ ~^ a * * ¿ P '

( 5) 6 (5) 6 (5) 6
^
( 5) 6 5 6 5 6 5 6 5 6 5

ii ü
«. a * r
«i.
fií %*
s tt
71
ra tfti» 0
ra fl
r
1 •1 1 1 1

EJEMPLO 6-25 Bach, Pequeño preludio núm. 8

•I

b) c)

/L b—
-w-^ —'KL ~>
«—_xi
^» (
•r » ^^ "^ »
»
J-" "- a
.
"o
0 a
* «,— e r¿ _0 a
B
tJ •*• *' * "
— -^

5 (6) 5 (6) 6 5 (6) 5 (6) 6 5 6 5 6 6


~1
4V r • |_p f ? ^a f 1 _ ^ -«
-* \>
^
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 117

7 EJEMPLO 6-26 Arcadelt, Amour ha pouvoir

£• 1 t^^^-^-1 r-0
—*- ~ rr í—r—n9
~r
'
r r^
r P
i 'r
1^ 1 —n

1 1 '"i

' }•
-6-j
gr^ <>
1
J
1
J
1—i
r
1
rJ
1—i—i
J
lr

J J.
1
h i
r 1
i J
|LJ

J
1 n

1%.
_SM¿L • 1 . --^___J^>^ E 0- — |- 1 g| « " u

:!
/ i b - -J /^ 1
fm " 1 r r- d
%:?.•• ^v"
'"•''' • "
., • - • • ' •

1::;;•..._.•._.
;

i '.'í
Ú
y i i oJ *J -1 ^ HJ 1 1 1
/ L b ' y c " rJ

^ i i r i i i r— r ML_J^- f r r
• •' fm ^ r j P « r F P « « •O'
"K • • I r r~—"^r r -r i" i* « o P
i :
í 6 5 6 5 6 5 6 5 3 5 6 8

1
• •'. ¿V i
•l«
f1 f1 f1 f1 f P P
y u ' i
10 10 10 10 10 10

1
Í ^!
1 •"

|-L :
118 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-27 Brahms, Intermezzo, Op. 117, núm. 3 I


I
I
I
I
I
I
I

I
6 5
4 3

e a

t7
- V
r
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 119

EJEMPLO 6-28 Haendel, Chacona (Trois Lecons, núm. 3), var. 9


Var. 9
-^"5—

¿^=^ y.^ n j Jr^v^ l > n^fl


H
^r —4—
,E=^&^ ^ taziJ^ ^^1"
í±^

^r 7_o^_2
i i
v ^¿^^
1i»
'^Ur-
—© ^
-/I J
.'J . *
^í^:-4—:
o1!
1 11 1 — *^
^ j.8"' 9

:=f r r "
W

_
Nte=:
10 10 10

1 ±--¿ jjk j J
tz^-k 1—
5 6 7 6
^ 7 6
^=

EJEMPLO 6-29 Scarlatti, Sonata núm. 7 (Kirkpatrick, vol. I)


(Allegro)

r L.J r
120 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Como conclusión a esta sección presentamos fragmentos de obras de aparecen continuidades más extensas y comienza a ser evidente la presencia
Mattheson y Bach. El ejemplo 6-32 muestra el empleo de la sincopación 11-10 de una dirección musical con un cierto propósito. Una vez que se dirige la
(o 4-3); el ejemplo 6-33 muéstrala importante sincopación del bajo 9-10 (o 2-3). voluntad artística hacia la creación de unidades de continuidad musical mayo-
res se hace necesario un concepto de organización musical más elevado y
globalizador. En su afán por conseguir un todo orgánico —por la organización
2. Dos influencias importantes sobre la textura contrapimtística tonal de secciones de una pieza completa— los compositores comenzaron a ex-
plotar y a adquirir conciencia de un factor arquitectónico que llamaremos prolon-
PROLONGACIÓN DE ACORDES gación de acordes. (Este servirá como el equivalente en castellano del ténnino
Auskomponierung eines Klanges de Heinrich Schenker.) Siglos más tarde, y
Hemos estudiado ya un buen número de ejemplos de procedimientos del con- concebiblemente a partir de la prolongación de acordes, se desarrolló un segundo
trapunto de especies y su funcionamiento en fragmentos del repertorio. Como concepto, el de progresión armónica. Seguiremos esta secuencia histórica comen-
mencionábamos anteriormente, las reducciones a progresiones de contrapunto ele- zando por el acorde prolongado.
mental no pretendían ser explicaciones analíticas completas de aquellos fragmen- El concepto básico de prolongación de acordes es la elaboración temporal
tos. Y, ciertamente, antes de que podamos profundizar nuestra comprensión sobre de una sonoridad vertical rectora —un acorde o un intervalo—. Esto se puede
el contrapunto prolongado de la composición debemos explorar dos principios com- lograr por medio de varias técnicas. La más significativa es la horizontalización
positivos que han tenido una gran influencia sobre las texturas contrapuntísticas. de intervalos pertenecientes al acorde que se prolonga. Cuando-se horizontaliza
Ya en el siglo xn los compositores debieron sentir la imperiosa necesidad un intervalo sus notas se despliegan contra un fondo determinado verticalmen-
de ir más allá del concepto de movimiento contrapuntístico como un fin en sí te por la sonoridad gobernante de la cual forma parte. Por lo tanto, la hori-
mismo, del movimiento de líneas reguladas por el deseo de la consonancia y zontalización relaciona lo vertical y lo horizontal, las dos dimensiones de la
del predominante movimiento contrario. En la música de estos compositores música.

EJEMPLO 6-30 Haydn, Sonata para piano núm. 51, Finale


(Presto) ^ -J_

etc.

' .. ¿4- Tf

Sf Sf

-ysk-^
OTO *
—¿—7^1—-e",^ »
7
*
9 —*/**
-TÍ
"a
T*
**
» */"~g
n
X X
«J (J
&

7 6 7 6 7 6 7 6

6Y r
/)• PTfJl
TÍtí
9 0
^- •"
A, e> u
— ? a \
- —-
M

( 8 ) 7 6 7 6 7 6 7 6
121

5JEMPLO 6-31 Schumann, Waltz (Albumblatter, Op. 124, núm. 4)

/ »3
*- s-

ir\
ñ
\f

F j4* V
\C\J
|
O
o

ft
í\
i ?-
J
y
-—j t
v-'
J
6L
^>
c_
\ °l 1
^
9
^
•S

•J
9-

9
•~-^—_
—.
i
f
T
>
i
w
P
^^*
Un
r
P
§ _£.
JL *

<> r> •<.

¿y 0
SS" •fr
1 »
u
f>
„ ' £
» ' L.
P" & i 0 #
/• 1 9
.../- b A.
r ,
'
r
, ' ,i ,r , » ' •'0 .V 0
", , i fe
P, ' u
r1 ,

a)

^L * ¿ J" -J J I i .— J
fm ^u
V-L/
J
2
& / x«
*
0 0
J /* * é 1
,*, /
é- * J
<r t jfl
(5) / ÍB" "
3 / 5 7^ ^6 3 / 5 7^6 /5 7X"~~^6

6^' *• /
/* 1 fiH
0
«
' u 1 r ri P i*
1
1
-^II 6 V

/^_ h
VM^
J
i "j y
'"J
J^^ x—V
~¿t

\\ \ 6T •\ 6
J
x^*
J * s TCT

r
7 6 ,
ttanto

¿\ /^ ~^~ *~^ \ "N\ ^- ^^ i


-^ ' j^
/' 1
7 b K J
«

^'
A ;
1

II6 Y

J'$ü
122 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 6-32 Mattheson, Minuet

~tm~^4 s—s— — —W
t
~T—üq—ir —f— ir
® "
^.. ., f
'
r « i—
etc.

-» )• , 7 0 . ,
y U 7 1°
1 -a
r
g

~~j«i—'— —

o»r ' x i i
a)
yA t?i >
—.^.
Ll
J' N
" "" ¿
| \ J
3)

i-
«
ll
'«* ' 0'0 k»
— it* * H J

11 10
r__
11 10 8 10 8 10

i
i
I EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 123

I ? EJEMPLO 6-33 Bach, Clave bien temperado I, Preludio II

I
I
I
I
I
I
I
I
I ti
Jr
F\m
f A\
1 ^
(7
1
1
9
-
0
«i
0
^~~~^
f »

I
r **" /í hH*« «
O

¿A- -. / *
-«-
U
# tf a

I s/* b
1 7 . ._*
*..., e . • '
0 . -« jB

8 10 9 10 9 10 9 10

I
I
124 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Las melodías a menudo horizontalizan los intervalos de la sonoridad recto- de Do a Mi mientras que el bajo efectúa el movimiento complementario Mi-
ra, y por tanto la prolongan. Estudiemos las frases que abren tres melodías co- Do. Esto ilustra la técnica de intercambio de voces referida anteriormente.)
rales (ejs. 6-34 al 6-36). El lector percibirá con facilidad que estas líneas meló- La prolongación de acordes se lleva a efecto también aunque sólo sea una
dicas se mueven dentro de intervalos de las tríadas rectoras Fa-mayor, Sol-mayor de las voces exteriores la que rellene el intervalo horizontalizado con una pro-
y La-mayor. No hace falta decir que las notas pertenecientes a las tríadas no gresión de paso por grados conjuntos. En el ejemplo 6-39 el La del bajo, que
tienen por qué aparecer en sucesión inmediata, sino que pueden estar conecta- sustenta la nota de paso Do de la voz superior, es una bordadura incompleta
das por notas de paso o decoradas por bordaduras. del Si bemol siguiente. El acorde que sustenta resulta a un tiempo de notas de
El proceso de horizontalización no se limita de ningún modo a una sola bordadura y de paso; por lo tanto lo llamaremos acorde bordadura-de paso den-
línea melódica. En texturas a dos, tres o más voces, los intervalos horizon- tro de la tríada prolongada de Si bemol. Bordaduras incompletas como la del.
talizados pueden desplegarse simultáneamente en varias voces. En este caso la ejemplo 6-39 sustituyen con frecuencia a la nota de paso, más directa; en este
prolongación de acordes da origen a una sucesión de intervalos o acordes, todos sentido el La del ejemplo 6-39 puede interpretarse como una sustitución del
ellos subordinados a la sonoridad gobernante y globalizadora. Los ejemplos 6-37 Do. El lector recordará por la segunda especie que el salto de cuarta sustituye
y 6-38 presentan prolongaciones de la tríada de Do mayor; la prolongación de los a menudo a la progresión directa por grados conjuntos.
acordes está indicada por corchetes debajo de las progresiones. En estos ejemplos En el ejemplo 6-40, como en el 6-39, la voz superior rellena los intervalos
las voces exteriores horizontalizan los intervalos de este acorde, expandiéndolo del acorde rector mientras el bajo perfila un intervalo del acorde sólo con su
temporalmente. El segundo acorde de cada ejemplo resulta de las notas de paso primera y última notas. El bajo desciende una sexta, La-Do sostenido, que está
en las voces exteriores; son por lo tanto acordes de paso dentro de la tríada de subdividida en una tercera más una cuarta por medio del Fa sostenido del ter-
Do prolongada, (En estos ejemplos las voces exteriores se intercambian entre cer tiempo. La tercera La-Fa sostenido aparece rellenada por una nota de paso.
el primero y último acordes. Por tanto en el ejemplo 6-38 el soprano se mueve Ya conocemos la técnica de subdivisión interválica, así como la de sustitución,

EJEMPLO 6-34 Bach, Coral 6 EJEMPLO 6-35 Bach, Coral 54

/L b •
fm -- *J e J
0 a
P - '•> J X' /•

i? ¿t
S

¿9
a 9 \ e 9 9
\>L> 9 «
J 1 B'
i \ r r r i r cjf

EJEMPLO 6-36 Bach, Coral 63 EJEMPLO 6-37

-•~~y*V a * * ^"^
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 125

vipor la segunda especie. En el ejemplo 6-40 los acordes del segundo y tercer Los ejemplos 6-44 al 6-46 no requieren más explicaciones escritas.
^tiempos son el producto del movimiento contrario del bajo con respecto a la Los ejemplos precedentes que ilustraban la técnica de prolongación de acor-
;|voz superior. des eran cortos y simples. Como veremos más adelante, los compositores em-
y; Los acordes de bordadura y de adorno tienen un papel significativo en la plearon esta técnica para crear contextos mucho mayores y unificar espacios
•.¿prolongación de acordes. El lector recordará por la tercera especie que las no- mucho más amplios que los ofrecidos en esta sección. De hecho esta utiliza-
-.jtas de bordadura y de adorno, a partir de las cuales se originan estos acordes, ción ampliamente generalizada de la prolongación de acordes representa uno
/¿extienden el dominio y realzan el valor de las notas principales que prolongan. de los factores más significativos que diferencian el contrapunto de la compo-
!íLa conducción de las voces del ejemplo 6-41 está determinada por bordaduras; sición de las técnicas abstractas de las cinco especies. En el contrapunto de
;|en el gráfico se ha suprimido la transferencia de registro descendente entre la especies se estudian los elementos de la conducción de las voces: las caracte-
íbordadura inferior Fa sostenido y la superior La para esclarecer la conducción rísticas y comportamiento de los intervalos consonantes, los tres tipos funda-
"Ide las voces básica. mentales de disonancia, y aspectos generales de movimiento lineal y de la com-
¿ En el ejemplo 6-42 los acordes de subdominante resultan de la bordadura binación de las voces. En los ejercicios de especies —especialmente en algunos
¿de la voz superior y de la de adorno del bajo; por consiguiente esta subdominante de los movimientos de adorno de la tercera especie— encontramos en ocasio-
,'desempeña la función de un acorde bordadura-adorno (^ d ). nes progresiones que podrían parecer prolongaciones de acordes rudimentarias.
El acorde Do6 en el ejemplo 6-43 es también un acorde bordadura-adorno, Sin embargo, esta técnica utilizada a gran escala contradiría el propósito del
con la diferencia de que la bordadura aparece en el bajo y la nota de adorno en contrapunto de especies; por lo tanto las progresiones de adorno deben apare-
la voz superior. cer en el lapso de un solo compás o de un primer tiempo a otro. El importantísimo

EJEMPLO 6-38 Scheidt, Das


Gorlitzer Tabulaturbuch (1650),
núm. 95 EJEMPLO 6-39 Bach, Coral 27 EJEMPLO 6-40 Bach, Coral 35
a)
^ oy
/L
fm
w
J
J

0
1
\
J
J

B
9

P
J
-y
V¿P
f— f- -
0 »—
-/
^ AL
fflS
J/ WliTT
D tt <*^
^.
a

--X
°
A 9

J J ^ J i "^
£V
x
s5
r
-
l
*» •x b ^J ¿\ ri ti *
//' ^i
fí^^
T
0 - N
*

i
|,

Do
^

^
i
B
La
La

i EJEMPLO 6-41 Bach, Partita núm. 6, Toccatá

a)

i
\ B
126 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

problema de la dirección en el contrapunto de especies debe resolverse en tér- niveles de percepción. El acorde subyacente, aunque no siempre acústicamen-
minos de movimiento desde y hacia puntos álgidos; aparte de estos factores te presente, ejerce la función de un fondo contra el que se despliegan otras notas
ningún amplio principio organizativo se muestra evidente. y sonoridades.
Al tomar conciencia de la prolongación de acordes comenzamos a estudiar
los elementos de la conducción de las voces en su entorno compositivo. En to-
dos los ejemplos precedentes las técnicas del contrapunto de especies eran evi- PROGRESIONES ARMÓNICAS
dentes, y en algunos de ellos el movimiento interválico estaba íntimamente li-
gado a los procedimientos de éstas. Estos procedimientos, sin embargo, toman Un segundo elemento, considerablemente posterior a la aparición de prolon-
un sentido más amplio cuando se desenvuelven dentro de la prolongación de gación de acordes, surgió de la conducción de las voces contrapuntística que ha-
acordes. El oyente atento relaciona el acontecimiento inmediato —el acorde bía evolucionado a través de siglos de rica experiencia. Este nuevo elemento fue
de paso, adorno o bordadura— con la sonoridad rectora; al hacer esto escucha la armonía. Las progresiones armónicas comenzaron a aparecer en la música de la
dos acontecimientos al mismo tiempo pero, como si dijésemos, en diferentes Baja Edad Media y principios del Renacimiento, pero sólo se desarrollaron hasta

EJEMPLO 6-42 Schein, Die Nacht ist kommen EJEMPLO 6-43 Scheidt, Das Górlitzer Tabulaíurbuch, núm. 43 EJEMPLO 6-44 Scheídt, ibíd., núm. 28

E¿EE
r^r
•* * &

Die Nacht ist kom - men

j=J
B
Ad
^
Ad I
~v~
Sol

EJEMPLO 6-45 Palestrina, Motet, Salvator mundi


V
Fa

EJEMPLO 6-46 Gastoldi, Balletto


Sol
I
B > B, Js •••• -/,-•-.-

r^
-*1 .^ H A J
A r^O 1 .<->. í JL \> ff » ¿ y "¿ • —,n L :1
t 8 ^f f ' ' ° l
-m^—y—p—F—
9) ' 'P ' 'B
ü— ?

|:
J- A ¿ J- 1
';'.
( I Ad I B I
J- J- J- J J. «J 1
V £
- * J. , P a ° P t, •
C^.1
bOl ' vr a l t
\ \
\ i
'<
,1 B I Ad I i
i
V
j.
Fa c ..

. . ..^J_-, . • •'' -i^TI 1


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, I 127

e;l punto de convertirse en un valioso elemento organizativo durante los posterio- La progresión fundamental I-V-I se elabora frecuentemente a través de la
res siglos xv y xvi. interpolación de otro acorde entre el I y el V; por su frecuente asociación con
En este momento debemos exponer solamente los principios básicos de la las relaciones de tónica-dominante aceptaremos tales acordes intermedios como
|rmonía; ejemplos posteriores iluminarán particulares influencias armónicas armonías. El ejemplo 6-49 presenta algunas de estas progresiones armónicas
sVbre la conducción de las voces (véanse los-capítulos 7 y 8). La armonía y el expandidas. La horizontalización o arpegiación de la tríada completa resulta en
¿ontrapunto representan las fuerzas arquitectónicas fundamentales de nuestra la progresión I-ÜI-V-I. La conocida progresión I-IV-V-I combina las relacio-
ipúsica; éstas actúan y reaccionan la una sobre la otra, y en ocasiones aparecen nes de quinta inferior y superior de la tónica en una sola progresión armónica.
áiuy estrechamente interconectadas. No obstante, los conceptos contrapimtístico En la progresión I-II-V-I el V está precedido por su propia quinta superior, y
y armónico difieren marcadamente en sus características esenciales, y sólo en la progresión I-VI-V-I se nos ofrece la oportunidad de alcanzar el V por
Comprenderemos las diferentes formas en que su cooperación y fusión organi- encima.4
zan las texturas musicales si tenemos clara la naturaleza esencial de cada una. A pesar del carácter armónico de las progresiones del ejemplo 6-49 no deben
El concepto armónico está basado esencialmente en la'relación existente entre menospreciarse las implicaciones contrapuntísticas de los movimientos por
Acordes con fundamentales que distan una quinta entre sí. Esta relación encuen- grados conjuntos del IV al V, del I al II, y del VI al V.5 El contrapunto resulta
tra su expresión más completa, dentro del marco de la tonalidad, en la progre- incluso más patente al introducir el u6, el n6/5 o con menor frecuencia el IV6, entre
áión I-V-I (ej. 6-47). El bajo de esta progresión despliega la fundamental, la quin- el I y el V. La ausencia de una relación de quinta en el bajo debilita la función
fa y la octava del acorde de tónica, siendo por lo tanto una horizontalización par-
éial de la tríada o una completa del acorde ¡, la sonoridad principal de la música
4 Para más información sobre el concepto armónico véase Félix Salzer, Audición estructural,
Medieval y progenitura de la tríada (ej. 6-48). La progresión I-V-I aparece cuando Barcelona, Labor, 1990, 2.a parte, cap. 4.
jas tríadas se cristalizan sobre estas notas del bajo. 5 Véase Schenker, Der Freie Satz (Yiena, 1935), vol. 1, pp. 55-77.

EJEMPLO 6-47 EJEMPLO 6-48

HH
331


o

EJEMPLO 6-49

d)
í n
•. f{ ** O O °
8 0
0
i?
o 0
X ^> § o
O ° 0
X *> 0 íl o "
,v!-U "^ *•* ° « y * X ° o o 0 O
1
^r^, ^^**^¡L
1 ^ ^ (-e-)
>' ®¿y
l« / ^ 0 *>
S /^ 0
V ^° ^- 0 °, o
• J O s ~~ ' 0 O "— O o , V o I4_>) O

1
í.
I III V I I IV V I I II Y I I VI V I
128 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

armónica del acorde intermedio, pero por razón de su movimiento esencial hacia carácter contrapuntístico de la sonoridad que sustentan (acorde de bordadura,
el V aceptamos estos acordes como miembros de las progresiones armónicas I-H6 adorno o paso). El ejemplo 6-50 contrasta una progresión armónica con otra
o II6/5-V-I y I-rv6-Y-I que contiene un acorde-bordadnra de dominante. Los acordes de II, III, IV y
El principio básico de tónica-domimante puede aplicarse también a otros VI lian de considerarse como armónicos sólo si se emplean en conexión con la
acordes aparte del de tónica; es decir, dominantes momentáneas pueden prece- relación de tónica-dominante, como en el ejemplo 6-49; es decir, si forman parte
der o seguir a tales acordes. Llamamos a estas dominantes momentáneas do- de la progresión del I al V. Si aparecen entre dos tónicas predominará su papel
minantes aplicadas o secundarias.6 Las progresiones armónicas incompletas contrapuntístico como acorde de bordadura o de adorno. I-Ad-I y I-B-I indican
tales como II-V-I o como la I-IV-V están relacionadas con las dominantes apli- una progresión contrapuntística, mientras que I-V-I indica una armónica.
cadas. El bajo es el elemento crucial a la hora de decidir la presencia o ausencia
La naturaleza armónica de una progresión —ya sea ésta la fundamental I- de funciones armónicas. Si el bajo muestra un movimiento de bordadura o de
V-I o cualquiera de sus elaboraciones o derivadas— depende esencialmente del adorno, como en el ejemplo 6-51, la progresión es contrapuntística; si por el
uso del V en posición fundamental. Sólo así la relación de quinta, el funda- contrallo éste indica una progresión armónica, el movimiento de adorno o de
mento de la textura musical, se expresa directamente en el bajo. Cuando el V bordadura en la voz superior no cambia la función armónica de los acordes
aparece en inversión generalmente manifiesta una función de paso o de borda- (ej. 6-52).
dura, y es por tanto una dominante contrapuntística en lugar de armónica. El lector habrá advertido que la perspectiva sobre la armonía expresada en
Empleamos las siglas B, Ad y P debajo de las notas del bajo para'indicar el esta sección difiere de las generalmente mantenidas, puesto que no considera-
mos todas las sonoridades verticales como acordes, ni toda sucesión de tales
6 Véase Mitchell, Elementary Harmony (3.a ed), Englewood Cliffs, 1965, cap. 17. También
sonoridades como progresiones armónicas. De acuerdo con nuestro punto de
Salzer, Audición estructural, ejemplos 292-303. vista el contrapunto es el principio más globalizador y la armonía el más res-

EJEMPLO 6-50 EJEMPLO 6-51


B

8
B A
w ^- f¿
J
v C ti é
| ( , 1
i f\«
U y, * «^
1 1
y.
a¡ Qb
Jr ^
/i*. ^ •—-a
(* —-q CJ
—&=— —=^
S rj

1
e (jfn © ! —Q ^ ©

B B
armnco contrapuntístico °7
7T á~~2 71

..i
—*^ ¡9 0
f f
rj i J j \1
I V I I B
~~

I Ad I
T I Adi 1
1
I I Ad I
1
I B I
--

EJEMPLO 6-52

Ad
1
Í7 ,0"
1
1
i iv y i v
^H^-^^^ '" II !•••!
1.1
129

trictivo de la organización musical. El elemento armónico en una progresión imitación del comienzo sirve para prolongar el acorde de tónica hasta el com-
es la relación que existe entre los acordes como tales. Si se ha de considerar pás 6. (En el capítulo 10 veremos que la imitación constituye un valioso medio
una progresión armónica en términos sonoros debe tenerse en cuenta la con- de prolongación de acordes.) En el compás 6 el bajo comienza un breve movi-
duccióiule las voces. Por lo tanto las progresiones armónicas sólo pueden dar- miento de paso que desciende al Y (indicado por la flecha recta); el V aparece
se en contextos musicales si cuentan con la participación del contrapunto. como un acorde menor que sustenta una nota de adorno en la voz superior. El
Y menor aparece frecuentemente en el repertorio modal y se encuentra tam-
bién en música posterior. La carencia de sensible aminora el empuje hacia la
PROLONGACIONES DE ACORDES CONTRAPUNTÍSTICAS tónica; esto debilita pero no perjudica completamente la función armónica de
DENTRO DE ARMAZONES ARMÓNICOS este acorde.
A continuación presentamos tres extractos de la obra de Beethoven; todos
Al tiempo que las progresiones armónicas entraron a formar parte del teji- ellos muestran una prolongación del acorde de tónica inicial de una progresión
do contrapuntístico, los compositores comenzaron a emplear una variada gama armónica. El final de una prolongación de un acorde recae frecuentemente en
de medios para integrar los procedimientos contrapuntísticos y los armónicos. el tiempo débil del compás, como en estos ejemplos, y esto ayuda a conec-
• De estos medios de fusión, uno de los más importantes es el empleo de una tar el acorde prolongado a la sonoridad siguiente. En el ejemplo 6-56 la melo-
progresión armónica como armazón estructural dentro de la cual toma su for- día prolonga claramente la tónica en los dos primeros compases, con el bajo
ma la textura contrapuntística. Comenzamos con un ejemplo antiguo de movi- como contrapunto con un movimiento de octava descendente Do-Do. Conse-

t ••••'
miento contrapuntístico dentro de un armazón armónico I-V-I (ej. 6-53). La

> jjjc/ivu JL/U Q-33 revm, Agiius jjei a pana ue LYJussd IVJ.CULC LULCI
cuentemente los acordes de los compases 1 y 2 son acordes de paso dentro de

.,

I VA
nrrz
fe V €^
i o
^9 31 9
1 J
1

-P 9
J
p
i o i
1
=¿=
•——
TB
1
"- r~^
J 1
«*—H=fl

II
I \V
-*>%—-fr
1 ./ i? i|-
"*\
=
v* i
=
w i »
"
{—• H
•* 0
1—i—[—H
1
Sí-^^ f „
1
-i
1—1 y

I
V
T w _A7 T

¡
i
EJEMPLO 6-54 Beethoven, Sonata para violín y piano, Op. 96, 2.- movimiento EJEMPLO 6-55 Beethoven, Trío, Op. 97, 3.ür movimiento
Adagio Andante cantabile
.a^nay^H

iFí
£
•* 4^--
P

fc~
"F :n
•»-.

II6 Y
1 130

la tónica prolongada; la técnica de acordes f consecutivos nos es familiar, por


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

preocupa del etiquetado de cada simultaneidad de acuerdo con los intervalos;


supuesto, por el contrapunto a tres voces. Estructuralmente hablando la tónica que la componen y con su posición respecto de la escala. La función dependí;
es de un grado más elevado que los acordes de paso que se mueven dentro de ante todo del valor estructural o de prolongación dentro del contexto bajo oÚ--
ella; como sonoridad gobernante crea el espacio musical dentro del cual se servación. La función también resulta de la actividad contrapuntística; un acordf
mueven los acordes de paso. La tónica prolongada procede hacia el U^-V7 y al de paso es significativamente diferente de un acorde de bordadnra o de uno dé'
I; por lo tanto el armazón estructural de este breve ejemplo consiste en la pro- adorno aun cuando cuente con las mismas notas y mantenga la misma denomi|!
gresión I-II6-V-I. Al escuchar todo esto hacemos una distinción no sólo entre nación gramatical. .|;
acordes armónicos y contrapuntísticos sino, lo que es aun más importante, en- La función de los acordes está influida también por procedimientos contra!;
tre las notas que forman la dirección básica o la estructura y aquellas que ela- puntísticos tales como la subdivisión interválica y las técnicas de suspensión $•
boran o prolongan-esta estructura. (Como veremos en los capítulos 7 y 8, las anticipación. Por último, la función resulta de relaciones armónicas y de ini-
progresiones armónicas pueden desempeñar también funciones de prolongación.) fluencias armónicas sobre la conducción de las voces. )\e capítulo ha
Como ejemplo final mostramos la realización de un coral de principios del
siglo xviir (v. ej. 6-57). Las técnicas contrapuntísticas dentro de la tónica pro- do. En esta etapa en la que nos encontramos la introducción de ejercicios es|
r
JE I
longada están indicadas en el gráfico a. Las notas pequeñas ofrecen una reali- critos de naturaleza casi compositiva sería prematura. Tales ejercicios serán úti-
zación del bajo cifrado. les sólo después de que el alumno haya obtenido un conocimiento mayor de^
La discusión precedente nos permite formular una concepción de la fun- las técnicas específicas de prolongación. Después de los capítulos 7, 8 y 9 sé
ción del acorde distinta de la meramente gramatical, es decir, de la que sólo se presentarán ejercicios escritos de varios tipos.

I
EJEMPLO 6-56 Beethoven, Concierto para piano, Op, 15, l.cr movimiento
(Allegro scherzando)
1
B

II6 V II6 V I

EJEMPLO 6-57 Freylinghausen, Coral con bajo cifrado, Lobe den Herrén Ble
-J-
A o a fff
a. • a
ur a —9
(m A
v¿u 4 \ " \
\o - be i den r í
f r
9
«J "
Her - ren, o mei - ne See - le
6, \

B I
\J " j
y
^ • .»

-{ : -^^ —J
i^-^-*
-^—Q * í>*
* F y—
$
^——)P \ —-f&f J
é
^
'
' u^
;• r•-, S
^ 6' 'Q 1 6
irI;'/
i V
5
V
7. El contrapunto en la composición, II

1. Prolongaciones melódico-contrapimtísticas claridad, admirable la posibilidad de incorporar dos líneas distintas en una sola
melodía. Nos referiremos a melodías tales como las del ejemplo 7-1 como me-
MELODÍA POLIFÓNICA (DESPLIEGUE DE INTERVALOS; lodías polifónicas. La polifonía implícita resulta de la oscilación entre los
MOVIMIENTOS DESDE Y HACIA NOTAS DE LAS VOCES INTERIORES) componentes grave y agudo de la melodía. Los intervalos verticales de la rea-
lización, subyacente a dos voces se han desplegado en la dimensión horizontal.
En el capítulo precedente hemos observado el empleo de progresiones del Este despliegue de intervalos puede producir aparentes disonancias melódicas.
contrapunto de especies en composiciones de estilos y texturas variados. Adviértanse las séptimas del ejemplo 1-lby c (véanse los asteriscos) que re-
Nuestro principal objetivo era desvelar la conducción de las voces básica; sólo sultan de suspensiones en el contrapunto subyacente a dos voces. Las suspen-
tocamos ligeramente los procesos por los que el perfil contrapimtístico llega a siones están preparadas y resueltas normalmente (la resolución de la primera
convertirse en música viva. En este capítulo seguiremos el procedimiento séptima en una décima se explicará con respecto a la combinación de espe-
complementario, Nos concentraremos en las técnicas de prolongación emplea- cies). Las melodías polifónicas son mucho más organizadas, más complejas y
das para manipular las progresiones del contrapunto elemental. Cada ejemplo más diferenciadas que las simples líneas melódicas del contrapunto elemental.
ha sido escogido para ilustrar una técnica específica. No obstante, el lector Su empleo de saltos disonantes constituye una evolución más que una viola-
debe hacer algo más que reconocer meramente cada técnica. Debe tratar de ción de los principios de los ejercicios de especies. Dicho sea de paso, el con-
establecer contacto con la textura total de la conducción de las voces de cada trapunto de especies presagia vagamente la melodía polifónica en los saltos de
ejemplo; sólo así comenzará a entender las múltiples posibilidades del contra- adorno de la tercera especie y en las resoluciones decoradas de la quinta.
punto prolongado. El ejemplo 7-2, de una de las Canciones sin palabras de Mendelssohn,
Algunos de los contrastes más obvios entre el contrapunto elemental y el muestra un uso de la melodía polifónica más sutil y refinado que las simples
prolongado se encuentran en la esfera de la melodía. Entre los atributos más ilustraciones de Mattheson. A primera vista la textura parece asemejarse a una
importantes de la melodía compositiva está su capacidad de sugerir dos o mezcla ligeramente elaborada de primera y segunda especies (gráfico a}. En
más voces moviéndose como contrapuntos unas de otras; tal melodía ya no terminaos de contrapunto elemental, sin embargo, se podría cuestionar natural-
está confinada a la dimensión horizontal solamente, sino que cuenta además mente el salto de quinta disminuida del primer compás de la melodía. Estas
con implicaciones verticales. En el capítulo 6 presentamos un ejemplo que quintas disminuidas, como las séptimas de los ejemplos de Mattheson, resul-
mostraba cómo una sola melodía (un recitativo de La Pasión según san Juan tan del despliegue de un intervalo esencialmente vertical; las dos notas que lo
de Bach) puede englobar dos continuidades lineales (v. ej. 6-15). Investigue- componen pertenecen a las diferentes «voces» de la polifonía implícita. El
mos este recurso compositivo en mayor profundidad. gráfico b hace ver el carácter polifónico de la melodía. Los componentes supe-
Nuestro primer ejemplo proviene de una obra teórica del siglo xvm, Der riores proceden de La a Fa sostenido a través de Sol, mientras que los inferio-
volkommene Capellmeister (1739) de Johann Mattheson. Mattheson presenta res comienzan en Fa sostenido, saltan a Do sostenido y de ahí se mueven
una corta realización a dos voces y muestra cómo se puede transformar en ascendentemente por grados conjuntos hasta que ambas «voces» coinciden en
varias melodías individuales. Mostramos aquí el modelo de Mattheson y dos Fa sostenido. Aquí la melodía polifónica está sustentada por un bajo; e] seg-
de sus derivadas; se han corregido unas cuantas erratas obvias (ej. 7-1), mento inferior de la melodía desempeña de este modo la función de voz inte-
Los ejemplos de Mattheson, por supuesto, están diseñados para servir un rior de la realización a tres voces subyacente (gráfico c) que prolonga el acor-
propósito pedagógico más que artístico; estos ejemplos demuestran con una de de Re mayor.
132 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 7-3 presenta en abstracto algunas de las posibilidades para el Pasemos a una frase de Mendelssohn en la que los intervalos desplegados
despliegue de una sucesión de intervalos. La notación de las terceras horizon- se encuentran parcialmente rellenados (ej. 7-6). Este ejemplo indica también
talizadas en el ejemplo 7-3c y d indica no sólo la existencia de dos voces im- que los intervalos desplegados pueden aparecer en el bajo y en las voces inte-
plícitas, sino también la forma en que se conectan. En c el movimiento proce- riores. La quinta del acorde de dominante, Sol, aparece antes de la verdadera
de de la voz superior a la interior y viceversa. En d vemos un modelo menos nota del bajo, Do, en la parte de la mano izquierda, compás 4.
frecuente; la melodía comienza con dos notas de la voz interior antes de volver El despliegue de intervalos, se mueva la melodía desde o hacia el área de las
a la voz superior de la realización subyacente. voces interiores, crea una jerarquía de significación tonal. Todas las notas de los
Examinemos varios fragmentos de gran diversidad que ilustran la técnica intervalos desplegados pertenecen a la melodía, pero no todas poseen la misma
del despliegue. Un corto pasaje de una Sonata de C. P. E. Bach (ej. 7-4) mues- significación. Debemos distinguir las notas principales que forman la dirección
tra el grado de implicación polifónica que puede existir en una figuración que melódica básica de las prolongaciones que las separan. Esto es especialmente
se mueve con cierta rapidez. cierto cuando la melodía, después de completar el primer despliegue, comienza el
En el ejemplo 7-5 los intervalos desplegados dan forma al contorno meló- segundo con una nota de una voz interior de un nuevo acorde antes de volver al
dico básico. Adviértase ese claro mantenimiento implícito del Mi bemol como área de la voz superior. Aquí la separación de las notas principales crea tensiones
nota inicial de la voz interior en el compás 3. que deben observarse cuidadosamente en el análisis y en la ejecución. Téngase

EJEMPLO 7-1 Mattheson, del Der vollkommene Capellmeister


a)
a*
¿L C;—
*^J
P—ri—
A ^
_S
-* y ' p
-~
J
f
1
-— ,

-f
-1——rF—
—P1 —
J
i
Jr
( rfj •T?»
r
i
—C¿ .-a-
a J
'* f
:
,._
i ,

se convierte en:

^
I EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 133

I ;'| esto presente cuando se estudie el ejemplo 7-7, el tema inicial del Andante del
'-'i Concierto para Piano K. 467 de Mozart.
para convertirla en una séptima disonante. En lugar de resolver la séptima
descendentemente por grado conjunto permite que salte a la nota de la voz inte-

I •j En esta frase de Haydn, ejemplo 7-8, una bordadura disonante La salta a Re,
!íuna nota del área de la voz interior. A continuación, un ascenso por grados con-
;-| juntos conduce al Sol del compás 2, la resolución retardada de la disonancia.
•\a progresión melódica sorprendentemente similar al ejemplo de Haydn se
rior Sol. Desde Sol la melodía asciende a la nota de la voz superior Do.
Adviértase que el movimiento desde la voz interior emplea notas que aparece-
rían en las resoluciones decoradas de la quinta especie (véase el ejemplo 7-9c).
Ambos ejemplos ilustran el empleo de la prolongación de la disonancia, un

I •\a en este extracto (v. ej. 7-9) de un tratado de contrapunto de un compo-


'.j sitor y teórico del siglo xvi, Yincenzo Galilei.1 Galilei suspende la bordadura Re
'3
'J, ' Citado en Claude V. Palisca, «Yincenzo Galilei's Counterpoint Treatise», Journal of the
asunto que será discutido más adelante en este capítulo.
El carácter polifónico de una melodía puede indicarse por dos términos:
despliegue y movimiento desde y hacia la voz interior. Estos términos se sola-

I •j American Musicological Society, vol. 9, núm. 2 (1956), p. 90. La explicación analítica es nuestra y
•'? no de Galilei.
pan hasta un cierto punto. En general emplearemos la expresión despliegue
para denotar una sucesión de dos o más intervalos, mientras que los saltos in-

1 •\O 7-2 Mendelssohn, Canción sin palabras, Op. 85, núm. 4


'>
(Andante sosteníalo)

I
I
I i
' J'

•i•'í
/T y0 TtiTTini
—e L—
o —o—
0 !~j
n
^""—-v
11 Or

d-~N— ^-— •—r JI —o

d)
1
rJ
1
fj

I -J Í_U
*J
°5 ***.

ratl _o —e o o •"' o o

I
o o © ü •^^—

-| EJEMPLO 7-3

I ía)
w
"4—1 —r —1 —
* j j- 0
«
J
v J
J
*
*" ^
*
'—"—~£
,9-
_J
jfi
—i6
X"
Ia?
f .J
^
J
r

I r/ » =4-f r— f ,'
HE « *—
134 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

dividuales y movimientos de relleno en los intervalos horizontalizados se de- manipulación de registro sobre la melodía —especialmente sobre melodías
nominarán movimientos desde y hacia la voz interior. instrumentales, con su amplia tesitura y a menudo rugosos contomos—. Como
recordará el lector (repásense los ejs. 6-12 al 6-14), una transferencia de regis-
tro se da cuando se coloca una nota en yuxtaposición significativa con su oc-
MANIPULACIÓN DE REGISTRO (TRANSFERENCIA DE REGISTRO; tava superior o inferior (o, en ocasiones, con su octava múltiple). La inversión
SUPERPOSICIÓN DE NOTAS DE LA VOZ INTERIOR)

La manipulación de registro constituye un recurso compositivo de impor-


de un movimiento de segunda en una séptima y la expansión en una novena
están íntimamente ligadas a la técnica de transferencia de octava. El ejemplo
7-10 ilustra esquemáticamente estas técnicas y muestra su relación con la
i
l
tancia; el contraste de registro puede ayudar a modelar tanto el detalle como transferencia de octava.
•la sección extensa, Nuestra presente empresa es indagar acerca del efecto de la Las transferencias de registro varían en dimensión y en significación. En

EJEMPLO 7-4 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm. 4, l.er movimiento


(Allegro)

l
EJEMPLO 7-5 Haydn, Trío núm. 29, l.er movimiento
Poco Allegretto
*T
i
i
f-f-P
l
-s-i
r -\ á
<i U f) 1 $='
^ c J— —1 *.
< * é J v
\
sM
-;—
a
•*-= ff
^' h4^¿ f ->

d 3
P

l
t/ ~*
*\
f• 1 7
n ~~ b^/ B
)
•/
f
=f= 1r-
«¡ —1¿
_,, _, ,
-£-> ' 1
g-^-j^
""5? «
74- 5
L -J ^ ' ' ^ ' "^^
"7

-w
B
B , ,
l
fr 1 1
^= 4-,H 1 1 J J J
9L
J—
¿=|
1
U¿|L.
r— -^—1 9 ff — $=*=»
rr—r—r 1 1
© B Sp BIf
»-
-^-V
7

^-f
r—

9 0

r r
^ í 1 ^
r
'
IV -*• V I I IV V
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 135

! ¿algunas ocasiones crean meramente un fugaz juego de color; en otras forman A continuación ofrecemos un fragmento de Haendel que presenta ambos
•|.a base de extensos desarrollos musicales. Más adelante —especialmente en procedimientos, inversión y expansión (ej. 7-12). Las progresiones invertidas
•Jos capítulos 8 y 10— tendremos ocasión de observar transferencias de regis- (las séptimas) están rellenadas con notas de paso; por otro lado las novenas se

l tro a gran escala. En esta sección nos concentraremos en detalles algo más
/^pequeños. En un contexto cenado las transferencias de registro —en particular
;ta inversión y expansión de intervalos— pueden conducir a disonancias meló-
manifiestan directamente. Estos considerables saltos ascendentes enf atizan la
dirección de la línea melódica, básicamente ascendente. Esta progresión de las
voces en su totalidad expresa la tríada de La mayor por medio de la familiar

l ;|dicas directas o ligeramente elaboradas. En el ejemplo 7-11 la inversión


•|nterválica es responsable de la séptima melódica; la quinta disminuida resulta
•;de un despliegue por encima de la línea básica de la melodía.
técnica 5-6 de la cuarta especie.
El ejemplo 7-13 es también de Haendel. Aquí una progresión básica en
segundas (mostrada en el Aire) en la variación se convierte en novenas relie-

i •¿EJEMPLO 7-6 Menclelssohn, Canción sin palabras, Op. 85, núm. 1

i 'í
.¿ Andante espressivo

f
I
1-

i
i
•t .

i 1)
m

T /lS ^
\ 9 i , ' v 4
* 9
^*^

X
S
jS^

0
^
»
\^L/ A **

I _^¿ jp—.
B

. .—!
0 ^~^-
*

t
1—e

t
V
I
136 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

nadas. Un intéiprete sensible proyectará la progresión fundamental a través de


esa cascada de fusas.
Se puede observar un empleo más directo de la inversión interválica en el
ejemplo 7-16. El gráfico b omite el cambio de registro para poner de manifies-
I
Pasemos a dos ejemplos cíe las Sonatas prusianas de C. P. E. Bach. En el
primero, ejemplo 7-14, la cercana juxtaposición de dos registros (compa-
ses 3-4) produce una sexta como inversión de una tercera; esto a su vez motiva
to la progresión fundamental. Al comparar esta reducción con la composición
advertimos que la progresión invertida entre el Mi agudo y su bordaclura, Fa,
está subclividida por un despliegue melódico, Mi-Sol, y un movimiento de
I
otra inversión interválica que produce el salto de séptima.
En el ejemplo 7-15, de la Quinta Sonata Prusiana, un movimiento de bor-
dadura aparece expresivamente manipulado.
adorno, La-Fa. La segunda inversión interválica también se encuentra subdivi-
dida, pero apunta más directamente a su objetivo. Adviértase la bellísima repe-
tición en el compás 4 del motivo Sol-Sol sostenido-La del compás 2. El signi-
I
EJEMPLO 7-7 Mozart, Concierto para piano, K. 467, 2.° movimiento
I
(Andante)

iO, ,—
—f

9
~7 i-f ^rr^-f- •jQ" r
^
_y. t=fl=f ^-í Í-- -1Lj-j-j— ^ítffí-^-S^i^^ "S" "S" ~a "^ ^^ I
bz_i— •j ^ -J
LI
I
_¿^r« i
I
-<?: je. ,^- ^^•s
0 ie-
M
-«- ^p- ,J
Je_
(0-—F> ——&—f /
^_ j?_.
1 =49 ^-=4^
1
9-
-|— -
~~N
- ,1
I
* r *~~1

H
f *~1

=^= =P=:
X

12 11 10

*•
i
I"
M—4' i
í*

\—
—^ P *;
? —o
I
V
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 137

í^^fetíí':EJEMPLO 7-S Haydn, Sonata para piano núm. 40, l.cr movimiento
:f Allegretto
/••o
If^pM j. ^—jpN
EÉ^—TT — 4Í
( 9 i¿—-* ó!
^
JLTT1.
_c ^
)| I j—
§
rH—'
4
==^=^1
—s?^~—*^ " t 1 i sr^ •^*^ t

RMT7
í>

=f==í?
í-
Izzfc 1-
ff
í ^---f—F—P ^
^ -^Jí- £L JL

y^'í-V/*":;,'' "•"• • • ••'


=L==f v- •*>"
»»^

I l8ÍK-'r1
fíffptey''' •'.?• a) __.— ' '
t') ^
ii
S 0 tílf
j^ 1«
jtfi
írf\a ——• ' 1r "
J ~ —^
—e £
m
j/
1
i

rs
<>
V.
r^
>vT4 t e ír S

r r
\\l/ ™ \ S
r V
v_i» a 1 «j *-^^"" ^.^^
T--

"*"'^?'íí;-:';. . ,¿
«SWSí:-:.-..- ' - f
„ ¡ J.
¡B^WBS':"-.'-.
| ,,J1S8¿-- ;: -'
Battfcsiajss-jv--;
.?
-f
g ¿
"
r
J fJ 1 e
r
1
1L p "x.
íí

x
í* p i1
f
B B B
-
P
l
A^
i V
I I y

I
'sS^^S- ."•.•.'• '?
SpS&^; : ? E JEMPLO 7-9 Vincenzo Galilei, Discorso intorno all'uso delle dissonanze
'Sffi3?S"'í'."•'- '/
f igP^-^ '' a) b) c)
J? o |
>
W
¿\ p
S^ /•^
-* fj
,^-^- —-,
*•> j Y ^>

^ . p.. r« »J K<-,
r_^—— -^ |
*.>
ff&\H
\ol/ v-'
• r Cffl
1
"^ o
K
1
i * * *i
^t>'
1
sustitución de
s1
<-» •
y/• ** *í•*
fjiK,:;- / ?
• j.
fc>' ^
C 4.~y a
| «s-iafei- • • - y *> ,/ 0 0

^; 4 EJEMPLO 7-10
"ISjfe^--- ;? A - Expansión del intervalo

se
-ffconvierte relacionado convierte relacionado
en con en con

|^:;. -^ B, Inversión del intervalo

convierte * \n relacionado
a
con
138 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-11 Pasión según san Juan, núm. 41

b) c)
i ant<

Die Ju-den a - ber schrie - en und sprachen: r.j 6 °5 3

^m[Tf^f
EJEMPLO 7-12 Handel, Sonata para violín, l,er movimiento

*•
w&=?
-^—^—í
1

3fV^*^
1 0—
Mr-f
«
i i -U LJ J=J
••«^3
-^^J
J
8 & ^__ _^ f ji« f —r—f —r
1 ^TT= i—=4 "=
L^aü^1

ais
I 139

I EJEMPLO ?-13 Handel, Suite V, Air

Conclusión del Air (voces exteriores) Conclusión del Double 5

i t=$=m! J
•IXKM, -_g==ssas
J
¡—-,
~* —* £

I
J

' KLL., V Jl
I
P^
iteíi---
tír^»-r--:-
-r¿ JT E"*-' -*•
a -f

ftfíste
^"

1 representa 10 8 6
P

|
I
...f r I V I

EJEMPLO 7-14 C. P. E. Bach, Sonata prusiana núm, 6, l.er movimiento


Allegro
I -/My 2 -ft i> ^
K j—j ) 1 W~ 0-
f~ r— —j-«
JT- -F-
i^JLJLJ— Z2—3—r-
f~ */
/ *
r^= a»r^
7 ff
^f
1- ^f

I
í
^í« Siitt T
—^-Tf-tf
2 »/
7 '" — ff_f tr . /
t==1
L=U=J
-J 1 ^—"^

I
(c. 3-6) ^

I se
i
i
convierte
en

^. W

B
140 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-15 C. P. E. Bach, Sonata prusiana níim. 5, 2.a movimiento

Andante a) .._
' Bjr j
£ <n_
VMJ
y 1
J

^ ^v Ji ^^^^
" ?
1
'
—p ——
H1 —f
—F
r1
h
-•>- Sj. 1 1
B

r1 tí £ P I
i
fcV . > ti w r
~*~~> — •— "~ TI I TÍ 1
/

ííjv'í.'

EJEMPLO 7-16 Haydn, Trío núm. 27, l.er movimiento

Alie B
&
*£~}

I
?••£!;':

I
iI
i
•>i--: •

I
/;.-. X;'

I
II V
i
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 141

i ••••ficado del grupo repetido de notas cambia de acuerdo con el contexto; en el


•icompás 4 el La es una bordadura incompleta y disonante.
de su combinación. Dicho sea de paso, la conducción de las voces de este
ejemplo está relacionada con el contrapunto de especies combinadas y se trata-

I ':| El lector debe recordar que no todas las séptimas y novenas melódicas
•Igeneran transferencias de registro dentro de una única continuidad lineal. Mu-
; i chas surgen del despliegue de intervalos en una melodía concebida polifónica-
rá de nuevo en el capítulo 9.
En el ejemplo 7-18, como en el fragmento de Corelli, la superposición re-
sulta del cruce de las voces. Aquí los traslados de las voces interiores están
•imente (compárese con el ejemplo 7-1). logrados por medio de transferencias de registro, ya que las segundas se am-

í •••: Los ejemplos siguientes introducen una nueva técnica, la superposición de


'.{notas de la voz interior, que consiste en el traslado de una nota de la voz inte-
iirior por encima de la nota previa de la voz superior. La superposición, en su
plían a novenas. En el compás que precede a este fragmento el acorde de Re
aparece con el Re en la voz superior; esto lo muestran las notas entre parénte-
sis al comienzo de los gráficos a y b. El gráfico b ofrece la progresión conjun-

í
\
-.'•¿forma más simple, obvia y probablemente más original, resulta cuando una
•f voz interior independiente2 se cruza por encima de la voz superior. Esto es lo
•jque ocurre en el ejemplo 7-17, de una Trío sonata de Corelli. En el primer
ta .fundamental; el c omite la nota pedal para esclarecer la relación con la se-
gunda especie.
El ejemplo 7-19 presenta un fragmento corto pero complejo de la introduc-
•v compás el segundo violín está situado por encima del primero; pero después ción del último movimiento de la Sonata para Piano Op. 101 de Beethoven. A
•4 de resolver la suspensión el primero salta por encima del segundo. Este proce- diferencia de los ejemplos de Brahms y Corelli, no existe un cruzamiento de
.'¿so continúa, y cada voz inferior se traslada por encima de la anteriormente voces independientes; no obstante, los saltos melódicos resultan del traslado

¡ ;¿ más aguda hasta que el segundo violín culmina en el La agudo. Este entrecru-
••}. zamiento de las dos voces genera una continuidad melódica más amplia, y el
•| oído percibe el ascenso melódico Do-Re-Mi-Fa-Sol-La, movimiento que, por
de notas de la voz interior, una octava en dirección ascendente. Hemos indica-
do el Si como nota de la voz superior en el gráfico a, la progresión básica tal
como debería aparecer sin la superposición; lo hemos hecho así ya que el Si da
•,f supuesto, no pertenece a ninguna de las voces individualmente, sino que surge comienzo al citado fragmento. Si el lector consulta la partitura observará que

í 2 La locución actually nolaled que aparece en este punto en el original se aproxima a algo
el Fa agudo entra en una amplia conexión melódica con un Mi en el mismo
registro cuatro compases más tarde.
Pasemos a un extracto de la Cuarta Sonata Prusiana de C. P. E. Bach
parecido a escrita realmente, que hubiera resultado un tanto críptico. Se refiere simplemente a una
voz individual, escrita como tal con su propio trazado melódico, es decir, no formando parte en
(v. ej. 7-20). Aquí la superposición tiene lugar entre las voces implícitas de
este caso de una melodía polifónica; una voz, desde el punto de vista de la escritura, realmente una melodía polifónica. El gráfico b muestra el despliegue de la melodía, pri-
independiente. (N. de T.) mero en su forma más simple y después transformada por la superposición. En

\ EJEMPLO 7-17

Violín I
Corelli, Sonata da Camera, Op. 4, núm. 1, Allemanda

(Presto)

etc.

Violín II
I
I Continuo
m
I 6 etc.
142 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-18 Brahms, Romanze, Op. 118, núm. 5

a) o)

~ÍT 0
8 +4 8
^
3CE
©
^

EJEMPLO 7-19 Beethoven, Sonata para piano, Op. 101, Introducción del último movimiento

Langsam und sehnsuclitsvoll

*^ -' -^* ¿t
. ••" ~s /"^ "*^/ •*'" ~ar
A | 1 .• t> /-*• —/ — -^
f '
/ 9
» tf

V*-U * & € « • o *> $ * *

^n^ ^
^\
_^i ^ 9 B—j_
-F » w— fc

V
.. é , ')B f.. * '* «
'/i • EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 143

I ;|EJEMPLO 7-20 C. P, E. Bach, Sonata prusiana núm. 4, l,cr movimiento

';í'/$
I
Allegro

I
I
i
I
I
I
1
I
b)
se
convierte
en

I
I •
I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
144

este ejemplo los saltos melódicos no están originados por notas realmente pre- de especies, los saltos están seguidos por movimiento por grados conjuntos en
sentes en la voz interior, sino que se derivan de notas implícitas por el contex- sentido opuesto. Adviértanse las transferencias de registro.
to y latentes en estas sonoridades (véanse las notas entre paréntesis, gráfico ci).
Este traslado ascendente pone de relieve un motivo de dos notas; estas super-
posiciones secuenciales aparecen frecuentemente en el repertorio. Obsérvese
El traslado ascendente de notas de la voz interior origina a menudo progre-
siones de adorno en la voz superior. En este fragmento del Quinteto Op. 111
de Brahms (v. ej. 7-21) hay dos acontecimientos melódicos que se superpo-
i
la dirección descendente de esta figura de dos notas; como en el contrapunto

EJEMPLO 7-21 Brahms, Quinteto, Op. 111, 3.cr movimiento


nen. La voz superior (parte del primer violín) comienza con un descenso Re-
i
Un poco Allegretto

r^oco cresc.
i
iJ

a)

i
l
l
b) l
°5 5 °5 3
i
331
o
i
Sol -*• Si!
j
i
"*'r
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II

]J>o-Si bemol que concluye en el compás 4; pero el traslado escendente del Sol
145

ve hacia la tercera del acorde de tónica. En un sentido casi literal, este es un


efe la voz interior enturbia esta conclusión. Este traslado, conseguido por una movimiento que sale de la voz interior hacia el bajo.
transferencia de registro, inicia un segundo acontecimiento melódico: un mo- El importante efecto de las transferencias sobre el tratamiento de la diso-
vimiento de adorno desde el Sol agudo que desciende a Re. nancia se verá más adelante en este capítulo. Concentremos nuestra atención
'í ahora sobre otra técnica por la cual dos voces pueden asumir una estrecha re-
~ >.

I MOVIMIENTOS TRANSFERIDOS DE UNA voz A OTRA; INTERCAMBIO DE VOCES


lación. Esta técnica es el intercambio de. voces, a menudo referida por el térmi-
no alemán Stimmtausch. Hemos citado esta técnica en el capítulo precedente
(v. p. 114); a continuación presentamos dos ejemplos adicionales.

I
;| En el ejemplo 7-17 observábamos cómo una línea melódica —una progre- El intercambio de voces es una técnica muy antigua y se da en música que
.gión ascendente por grados conjuntos— puede resultar de la combinación de se remonta hasta el siglo xm. En la polifonía medieval las notas intercambia-
'Sos partes de violín. Este ejemplo nos conduce a un importante principio gene- das se encuentran frecuentemente en el mismo registro; en música posterior
•£al: una progresión lineal no tiene por qué confinarse a una sola voz, sino que están con mayor frecuencia en registros diferentes. El ejemplo 7-23 es de una

I !|uede migrar de una parte de la textura a otra. En el ejemplo 7-22, de un Liad


!|e Schumann, el Si sostenido del bajo es una nota de paso cromática que con-
;|núa un movimiento originado en el Do sostenido de la voz interior y se mue-
Bagatela de Beethoven. El soprano despliega dos terceras, Re-Si bemol y Mi
bemol-Do. El bajo efectúa los movimientos complementarios Si bemol-Re y
Do-Mi bemol.

^EJEMPLO 7-22 Schumann, In der Fremde, Op. 39, núm. 1


'i

I (Nicht sclinell)

fr-^n-í
I ter sind

I
I
I
I
146 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El bajo, al intercambiar notas con el soprano, ayuda a evitar acordes in- 2. Contrapunto dentro de acordes prolongados
completos en la segunda y cuarta negras; el primer despliegue del bajo tam-
bién evita quintas paralelas con el alto. Las líneas diagonales cruzadas, aquí y En la primera sección de este capítulo mencionábamos la estrecha relación
en cualquier otra parte de este libro, señalan la técnica del intercambio de vo- existente entre la melodía polifónica y la prolongación de acordes; una melo-
ces. día extiende el acorde subyacente al desplegar en intervalos de éste. En esta
El Stimmtausch puede darse entre cualquier par de voces. En el ejem- sección examinaremos en mayor detalle la interconexión existente entre las di-
plo 7-24, de un cuarteto de Haydn, la viola ejecuta un movimiento comple- mensiones horizontal y vertical de la composición. Observaremos cómo los'
mentario al descenso Si bemol-La bemol-Sol del primer violín. Aquí el inter- acordes prolongados definen un espacio tonal dentro del cual se mueven las
cambio de voces está prolongado por medio del 6/4 de paso del tercer compás. líneas melódicas; éstos forman un fondo estable que guía y dirige los detalles
En algunas ocasiones dos voces intercambian un grupo de notas en lugar de de la melodía. Y, por otro lado, las líneas melódicas proporcionan el impulso
una sola (v. ej. 7-66). motriz con el que los acordes pueden extenderse en el tiempo.

EJEMPLO 7-22 (continuación)

B b)

V I

EJEMPLO 7-23 ' Beethoven, Bagatela, Op. 119, núm. 11

(Andante, ma non troppo)


-^ ~
p T^
—-J J j^—Jri
— i*—f 3= ""i

" —^ 1 &

=3^_ü—L—r—"~f—T— ~ir~—i y= f—*-


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 147

|". En el siguiente grupo de ejemplos se emplean movimientos por grados es importante, ya que puede explicar muchas conexiones a gran escala. En los
'•"conjuntos para rellenar intervalos de acordes. Estas progresiones conjuntas se gráficos a y ¿ las líneas de trazo discontinuo indican la retención estructural
^derivan en definitiva de los movimientos de paso del contrapunto de segunda del Mi bemol.3
V teicera especies. Pero en estas realizaciones compositivas los movimientos
•/ -1-
La melodía se mueve entre la fundamental y la quinta del acorde de La
'de paso están desplegados dentro de intervalos de sonoridades verticales sub- bemol, con el bajo como contrapunto, que desciende de La bemol a Do, la ter-
^acentes. Los principios y finales de los movimientos están estrechamente re- cera del acorde. Juntas, las voces exteriores le dan a la tríada de La bemol una
Racionados, pues ambos pertenecen a un mismo acorde. La influencia estabili- expresión horizontal, El bajo requiere un cierto comentario; la progresión di-
Dadora de la prolongación de acordes permite que las líneas melódicas se recta de La bemol a Do recorrería una tercera ascendente a través de Si bemol
.¿hagan más extensas y complejas sin perder su cualidad direccional. (véase el gráfico b, notas entre paréntesis); en cambio Mozart desciende una
-| Nuestro primer fragmento, el ejemplo 7-25, es de la Sonata para Violín sexta, con Fa como soporte de Re bemol, la nota de paso de la voz superior.
. 481 de Mozart. El despliegue de la quinta Mi bemol-La bemol y el ascenso Este acorde de sexta definido por Fa y Re desempeña varias funciones contra-
Por Srados conjuntos de la voz interior a la superior no precisan más puntísticas; es un acorde de paso, puesto que sustenta una nota de paso de la
. El ascenso conjunto rellena y equilibra el arpegio descendente de voz superior, y ésta, Re bemol, es una disonancia con respecto a un entorno
un modo familiar para nosotros por el contrapunto de especies. El oído conec- más amplio, la tríada de La bemol. El uso de Fa en el bajo hace del Re bemol
;|ta el objetivo del ascenso, Mi bemol, con la nota inicial de la melodía, y perci- una nota consonante. La transformación de una nota de paso disonante en una
'jbe las notas intermedias en relación a los dos Mi bemol que las encuadran. consonante es una técnica muy significativa de conducción de las voces, pues-
4Dentro de un contexto amplio, por lo tanto, el Mi bemol desempeña la función to que otorga una estabilidad provisional a las notas activas de la melodía; tra-
!|de voz superior del acorde de La bemol subyacente y mantiene su importancia taremos esta técnica en el contrapunto de especies combinadas. Dentro de la
; ¿estructural hasta el final de la prolongación. Por lo tanto nos referimos al Mi
;|bemol como una nota retenida; con esto llamamos la atención sobre su senti- 3 Compárese esta melodía con la que aparece en Salzer, Audición estructural (Barcelona,
•|do estructural y no sobre su duración particular. El principio de nota retenida Labor, 1990), ejemplo 203.

!f EJEMPLO 7-24 Haydn, Cuarteto, Op. 17, núm. 4, l.er movimiento

m
148 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

propia línea del bajo el Fa desempeña una función melódica, ya que subdivide interior de la tónica rectora antes de que la conducción de las voces proceda al|
II6; una hábil transferencia de registro traslada este movimiento por encima del¡
I
t
la sexta La bemol-Do en una tercera y una cuarta. Por lo tanto, este acorde
puede llamarse también acorde de subdivisión, además de su cualidad de paso. Do de la voz superior. La progresión principal de la voz superior es una quinta1?
El lector recordará que la subdivisión de un intervalo de cierta envergadura en descendente Do-Si bemol-La-Sol-Fa; el Do está separado del Si bemol por elí
dos menores constituye una de las funciones de la segunda blanca en la segun- movimiento hacia la voz interior antes mencionado. El Si bemol está precedí-;
da especie.
En el ejemplo 7-26 las transferencias de registro dificultan la escucha de la
continuidad melódica subyacente. Por esta razón el lector debería consultar
do por un movimiento descendente en terceras desde Fa. En el último compásl
las notas principales de la melodía aparecen en la segunda semicorchea de|
cada grupo; en realidad, la segunda semicorchea inicia acontecimientos meló-4
I
primero el gráfico b, en el cual los acontecimientos melódicos principales es- dicos importantes en todo momento (véase el gráfico a). En este ejemplo el?
tán situados en un solo registro. Hacemos hincapié además en la importancia Do retenido se mueve hacia su continuación sin aparecer de nuevo. Esto supo-'
de escuchar una progresión melódica a gran escala en construcciones que su- ne una exigencia sobre nuestra capacidad para escuchar conexiones a gran es-
pondrán desafíos mayores. Las semicorcheas no deben escucharse —o tocar- cala, pero no debilita la significación estructural del Do.
se— como meros pasajes, puesto que a través de esta figuración pianística se Se puede encontrar un ejemplo muy instructivo en el principio del Dúo,
puede percibir una línea melódica. Esta línea melódica se mueve hacia la voz número 11, de La flauta mágica (véase el ejemplo 7-27). Aquí la prolongación

EJEMPLO 7-25 Mozart, Sonata para violín, K. 481, 2.° movimiento


Adagio

í- [ i

V 4>-¿^H "^ J- ^- J ^-n


F#f
(ff) P
-M
tf — — *——• tf

^
V

v -r r i B

1
f 1

(3tC,

- 1 £
» (*} C-*-)
•;
P
B B
1
P 6, 1
P 6
j
V
•| EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 149
..^JEMPLO 7-26 Haycln, Sonata para piano núm. 47, l.cr movimiento
(Modéralo)
1
I
I
ITff-

I
I
I ?•
I
I
li>
t ;
I
150 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-26 (continuación)

EJEMPLO 7-27 Mozartj La flauta mágica, núm. 11


Andante

Be-wah-ret euoh vor Wei - ber - tück - en;

a)
BIc
5=3C 9 O e * ¿ « T *

V
I
I EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 151

jrincipal del acorde de tónica se logra por un movimiento conjunto por enci- En los ejemplos 7-25 al 7-27 la prolongación de acordes surge —al menos
1 jjia de la nota principal de la melodía, Mi. El despliegue por grados conjuntos en parte— por medio de movimiento por grados conjuntos dentro de uno de

i ilacia el Sol está seguido de un despliegue descendente, un salto a Do. La con- sus intervalos. En los dos ejemplos siguientes vemos cómo dos progresiones
tinuación estructural del Mi es el Re del compás 6. Como contrapunto a estas de bordadura y de adorno también pueden servir para prolongar acordes. Pre-
evoluciones melódicas encontramos una sexta descendente en el bajo; todas sentaremos primero dos frases de una chanson de Lassus (ej. 7-28), en las que
ífs sonoridades entre el compás 2 y la mitad del 4 son acordes de paso dentro la segunda es una variación de la primera. En la primera aparecen dos pro-

I de la tónica prolongada. La melodía comienza en seguida a desplegar un inter-


vjalo del acorde de dominante, Si-Re, con Re-Do-Sol como soporte en el bajo
eh los compases 4-5. El acorde de Sol del compás 2 hace consonante a la nota
gresiones de bordadura contraídas en una sola; en la segunda, la inserción del
La en la voz superior conlleva el empleo del acorde de Re mayor como sopor-
te, lo que origina una progresión armónica I-IV-V-I. Las implicaciones contra-

I de paso Re, de otro modo disonante; el Sol mismo sustituye a la nota de paso
'ilirecta, Si. Obsérvense los paralelismos de las dos terceras descendentes Mi-
]|e-Do; adviértase también cómo la tercera ascendente Si-Do-Re de los com-
pases 5-6 hace eco del Mi-Fa-Sol de los compases 2-4. La bordadura en la voz
puntísticas siguen presentes, por supuesto, particularmente en los acordes de
bordadura La y Fa.
En el ejemplo 7-29 el acorde de Re de los compases 5-8 surge de una bor-
dadura en la voz superior, y cuenta con una progresión de adorno como con-
I rfiedia al principio del compás 3 es un bello detalle bellísimo que crea una
síbnoridad fugaz de La menor.
trapunto en el bajo. La duración de este acorde es, por supuesto, considerable-
mente mayor que en el ejemplo de Lassus. La inflexión cromática de Fa a Fa

f EJEMPLO 7-28 Lassus, Bonjour, mon coeur

I es. 1-2

X fj
es. 11-12

I
I f
i
I es. 1-2

1 contracción de

I
IV V I I IV V I
152 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-29 Beethoven, Bagatela, Op. 33, núm. 3

Allegretto

g v_» ¿»
i
f

fP

P
^
1.

creso.

a) b) B

r.
r
I V I Ad
Ad
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 153

sostenido crea un llamativo contraste de sonoridad. El uso prolongado de la por otro lado, los acordes quebrados aparecen frecuentemente como una con-
progresión armónica I-Y-I en la primera frase se verá de nuevo en el capítulo 8. secuencia de la prolongación de acordes. En un fragmento de la primera Par-

I ;j; Como cierre de esta sección presentamos un ejemplo que ilustra la prolon-
gación de los acordes a través de un movimiento arpegiado. Se recordará que
envel contrapunto de especies el empleo de acordes quebrados se restringe a la
tita para Clave de Bacli (ej. 7-30) la voz superior despliega la sexta entre La y
Fa ascendente y descendentemente. Dentro del despliegue se dan arpegiacio-
nes a dos niveles, indicados en el gráfico a por negras con plica y sin ella.
subdivisión de un intervalo grande en dos más pequeños. En la composición, Podemos tocar aquí otro aspecto del tratamiento de la disonancia, ya que está

$••'••;• ; E'JtEMPLO 7-30 Bach, Partita I, Sarabande

i
i
i
5fv>^"'.:
afc-iiVJ • • :

Ufe
É
.

c)

331 -O- 331

~CT
I
154 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

relacionado con la sección siguiente de este capítulo. El salto de Do a Fa, se- Un desarrollo simple de la disonancia pero no por ello carente de
gundo compás, segunda negra, podría parecer en principio un salto, desde una tancia es la nota de paso saltada —el empleo de una sola nota de paso en lugar
disonancia. En realidad la disonancia la origina la nota de paso Re del bajo. El de dos— dentro del intervalo de una cuarta. En el contrapunto de especies esji
Do forma paite de un arpegio de tónica y debe considerarse como una nota nota de paso —alcanzada o abandonada por un salto— debe ser, por supuesto,,
estable y consonante. En los dos primeros compases el acorde de tónica que- consonante. En el contrapunto prolongado esa nota puede ser disonante, pues;-!
brado de la mano derecha es equivalente a una sola nota de un cantas firmus to que se puede confiar en que el oído imagine la nota que falta. En el ejeirí-;
en un ejercicio de especies (véase el gráfico c). pío 3-26 mostrábamos el empleo del movimiento de paso abreviado en una;
composición del siglo xv. El ejemplo 7-31 presenta ahora un fragmento dé
una composición de Chopin en el que la nota de paso Mi está ligeramente or-
3, Evolución de la disonancia namentada. I'.
Otra manipulación simple de la disonancia nos lleva a los distintos tipojs;
En el contrapunto prolongado de la composición el tratamiento de la diso- de bordadura incompleta. En éstos la bordadura posee sólo una conexión por
nancia sufre un proceso de evolución que conduce a una gran cantidad de usos grados conjuntos con la nota principal en lugar de dos, como es el caso en l|t
diferenciados y a menudo complejos. Los simples procedimientos de los ejer- progresión de bordadura completa. Nuestra familiar apoyatura puede interpret
cicios de especies ofrecen el mejor punto de referencia para la prolongación de tarse corno una bordadura incompleta acentuada. En todo este capítulo y el
la disonancia en la composición. La comparación con el contrapunto de espe- siguiente se encontrarán fragmentos del repertorio que ilustran bordaduras in£!
cies nos ayudará a darnos cuenta conscientemente de detalles que en principio completas. \l ejemplo 7-9,
podríamos dar por sentados. Además, los usos más complicados y singulares
sólo se pondrán de manifiesto cuando se escuchen en relación a las formas, de vimiento desde la voz interior como sustituto de la resolución normal de un|
menor complejidad, a partir de las cuales se desarrollaron. suspensión. Nuestra siguiente ilustración, el ejemplo 7-32, nos presenta un tra

EJEMPLO 7-31 Chopin, Balada, Op. 38

Andantino i
i
•— -^

n^nní¡^^
i
* i?
Z/fcfí
7^-8
tJ
«i»
P f
r i
soíío voce
#

f
I0

4=N=4tz
&—
' f?

1
^-^-f- 0 i

representa

lU^jr f ^=ffN iriür -i-—H—


pf^g-^-
T^-
^- -*-
-J-§—E—! í— * k—
^
EJEMPLO 7-32 Marco da Gagliano, Alma mía, dove t'en vai
i
j^-J r*""1i i

^r ':

al - ma mía chi fúg - gi tu en


lugar
de i
y P \f>j
I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 155

taimente) de la suspensión aún más audaz. Aquí las suspensiones de las voces disonancias de nota contra nota. Las disonancias forman acordes de séptima
.superiores incluyen notas del acorde desplegado de la menor; en lugar de re- en varias posiciones. El origen de la séptima como acorde se encuentra habi-

l s'llver por grados conjuntos, éstas saltan hacia las notas principales La y Do.
Este ejemplo también nos enseña el uso —frecuente en las cadencias— de la
anticipación disonante. Aquí la anticipación de la voz superior coincide con la
tualmente en tales movimientos de paso contraídos en aquellos casos en los
que la séptima no sea una nota de paso, una bordadora o una suspensión nor-
males.

l resolución de la suspensión 4-3 en la voz media, y da lugar a segundas parale-


las. Estas disonancias consecutivas son el resultado de una prolongación y no
atañen a la conducción de las voces básica.
•\n la composición las disonancias se dan frecuentemente en realizaciones
En el ejemplo 7-34 el acorde \a de una contracción. Aquí la omi-
sión del Fa «original» permite que el bajo descienda uniformemente y realza
la cualidad drreccional del movimiento descendente de Fa a Do.
Los dos ejemplos siguientes casi no requieren comentario. En el ejem-

i .•c£e nota contra nota. Tales disonancias resultan a menudo de la contracción de


:íjjn movimiento de paso, al omitirse su primera nota. Esta técnica era muy bien
conocida por los teóricos del bajo continuo del período barroco. Nuestra
plo 7-35 el impacto de la disonancia recalca aún más la segunda negra del
compás. En el Menuet, ejemplo 7-36, el acorde quebrado de la parte de la
mano derecha se encuentra decorado por apoyaturas.

l {•jróxima ilustración, el ejemplo 7-33, se ha extraído de un tratado de Johann


David Heinichen que muestra cómo la elisión de las consonancias desde las
cuales se moverían las notas de paso en una realización más simple da lugar a
La frase que inicia la Sonata para Piano Op. 110 de Beethoven (v. ejem-
plo 7-37) contiene varias disonancias verticales que requieren una cierta expli-
cación. En el compás 3 el tenor tiene un Si bemol en la segunda mitad del se-

l ÍJEMPLC)7-33 Heinichen, del Der Generalbass in der Composition

I i 1 ii ' u
1 1.1
:*
1^=q i
u
i
J
i J
M
=p=i
'M
|
J
i J
J J
l =p=^
''— j
l í H
4' 6

4=1
rj
en
lugar
de

-U-

. t>
4' 6

^J
6
5
en
lugar
de
6 5

l i Jr
> r\* \rP\
5 V-L* ^*
CJ f~\'

en
s
Pr
i
^-.
-*
1

i • £"\
" i *
j
fJ
(
ií /-\r h^
1
P
lugar
de
tJ
i
55

r•
1
a
1

7
,,
f
f 1)
J

EJEMPLO 7-34 Bach, Coral núm. 6


/O
7
-j -FiH -=H=
g> í>— í!
F^ \ i.l. 1 J iJ -f-4-h^
r "
--jí
a a
partir 3 4 6 8 partir 3 4 8
J L J. j. .J.
-o | J. J-
a partir
de
^ de de

C r -t- -
—a Ia" -d
—l*

V u
\ r 'i -^-i r ' r ^
156 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

gundo tiempo que, además de ser ajeno a la armonía de subdominante prevale- aumento de la tensión. Los corchetes en el gráfico a señalan los paralelismos
ciente, es disonante con respecto al La bemol del alto. Como indica el gráfico melódicos que causan el adorno de la disonancia. Un ejemplo anterior, dpi
b, esta disonancia se origina por una contracción, ya que el La bemol, punto de
partida de un movimiento de paso ascendente a Re bemol, está elidido. Este mo-
vimiento de paso en su integridad requeriría el uso de algunas semicorcheas y
Concierto para Piano K. 467 de Mozart (ej. 7-7), también presentaba la pf<j>-
longación de una disonancia, de nuevo la séptima dominante.
Un importante uso compositivo de la contracción produce una sucesioxi
|• i
podría perturbar la tranquila comente rítmica. La contracción, como aquí, se em-
plea a menudo para mantener un movimento rítmico consistente. La elisión del
La bemol, que permite que el Si bemol ocupe una corchea entera, da lugar a una
interválica de quinta perfecta-quinta disminuida-tercera (ej. 7-38).
i
\\s ejemplos 7-39

gresión contrapuntística que subyace en la frase de Mozart puede verse en ;ej


sucesión de décimas paralelas entre el tenor y el soprano.
En los compases 1 y 2 los despliegues simultáneos en la voz superior y el
bajo producen un intercambio de voces. La conducción de las voces básica es
una serie de décimas paralelas; el verdadero bajo de los tres primeros compa-
gráfico a. El acorde disonante del segundo compás, como indica el gráfico I;
resulta de la suspensión de la nota del bajo, Re; esto crea una novena contra |1
alto y una undécima contra el Sol del soprano. En el compás 3 la novena re-
suelve en una décima, de acuerdo con los procedimientos de la cuarta especié,;
i
ses es La bemol-Si bemol-Do. En el compás 2 hay un salto aparente hacia la pero la cuarta (undécima) de la voz exterior cede el paso a una quinta disml--
nota disonante del bajo Re bemol. Esta nota es el resultado de un despliegue y nuida. El \ más disonante, efectúa una casi resolución sobre el f , menos d|-
no pertenece a la conducción fundamental de las voces. Además está prepara- sonante, antes de establecerse la consonancia en el cuarto compás. La prolorís
da, en un registro más agudo, por el Re bemol de la voz superior. gación de la quinta disminuida en el compás 3 está relacionada con la séptima
En el compás 4 la nota de paso disonante Re bemol de la melodía ha sido adornada del anterior ejemplo de Beethoven. \\a comparación
prolongada, con el consiguiente retraso de su resolución a Do y un breve

EJEMPLO 7-35 Bach, Libro de Arma Magdalena, Marche

compárese

xr-fc!
í ¿
0 0 -JU- | 2 » =: J J 1 ¿t=p
^B^
=\ f
r
2 etc.
J 2
C

1 r <9 9
a —1*
l~P
T—2¿

\ í~~^Ét_

M
i Jo i*
^— B

EJEMPLO 7-36 Bach, Libro de Anna Magdalena, Menuet

/Lm i
h
fflS f ^ ^— B * ^ a
\K) a^ •&
a
partir

^ 4\
y u
/' i *
« A - f
de
r ri*—- TP I *a fl ~
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 157

EJEMPLO 7-37 Beethoven, Sonata para piano, Op. 110, l.er movimiento

I Modéralo eantabile inolto espressivo

I
I P

^
I
B

jl a)
- jJ^ \}'$
~W~
^¡í
=F=^=r^
10
_
1

10
f
J
—,

10
^^
j_ _
J
L..I [ j

u J"^Í-Ü
^ m. __—. i
—(<

} f

I
9
—ar^—^~ar—-£ár—^ * B ¿ » » — ft

7-? r-H 1—H—P" "


:

' ' l'


J L y

IV V

c) c 4 EJEMPLO 7-38

H. H
por medio de
- 7 3 5 6 5 3 una contracción 5 °5 3
se convierte en

i
158

siones en este fragmento se derivan de movimientos de paso contraídos. Apro-


vechamos la ocasión para mencionar que Heirrrich Schenker mantuvo que el
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Como hemos visto, la contracción de un movimiento de paso puede pejnri-


tir que la nota de paso disonante ocupe un mayor espacio de tiempo al supri-
I 1
origen de la suspensión disonante recae en tales movimientos de paso contraí-
dos (véase Kontrapunkt /, p. 342). Esto, sin embargo, no debe tomarse como
una descripción de la evolución histórica de la suspensión, que surgió de la
mir la nota inicial. Esta técnica, por lo tanto, influye a menudo en el movi-
miento rítmico. En algunas ocasiones una nota estará desplazada por enterj) de í
su posición original en la textura; nos referiremos a tal acontecimiento c§mo
manipulación rítmica de finales de la Edad Media (ars nova).
Aquí vemos un fragmento de Bach (ej. 7-40) que presenta la misma pro-
gresión básica. Bach escribe dos voces diferenciadas en el pentagrama supe-
un desplazamiento rítmico o traslación de notas. La traslación puede oc|irrir
en el contrapunto de especies como consecuencia de la combinación defdos
especies de valores rítmicos diferentes; volveremos a esta técnica, por lo tatito,
1
rior. Las dos líneas, con sus dos bellísimas terceras entrelazadas, se mueven
alternándose y no al mismo tiempo. Estas terceras crean así la impresión de
una sola línea polifónica.
en el contrapunto de especies combinadas. En el próximo capítulo discutire-
mos el empleo del desplazamiento rítmico en realizaciones corales. Aquí pre-
sentaremos sólo tres ejemplos. i-
I
EJEMPLO 7-39 Mozart, Ave verum Corpus, K. 618
1i
•X f\
y BU i
/L C ^'
(Adagio)

r^ft ff 1 , r.
,.—-,
¿ NI
J
1
j i1
•^ tí fl?
a
iHr
fl^
.1
nJ
"
r
^^""-^

1
Ar *
V
X
" «r « d
I -á

A - ve, a - ve ve - rum cor - pus,


í
J/ ^8
I7*r 5a /»i i i
^- f~
UD

A - ve, a - ve ve
0

rum cor - pus, I


y BU, i
/L fftí Ív J,
fM r. r r1 r1 rJ r. r J I
° A - ve, a - ve ve rum cor - pus,

íT^* rf
)' fií C-—e
-7 ff V'—P
e
P
—e
-f-
©
F
—Q
_p 6

I
' ,vf

\ 1 I I 1 1 •r;f
A - ve, a -
b)
ve ve rum cor - pus ,
l
,-«

i
-.í
*
^ i
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, u 159

!¿ En este fragmento de Bach (ej. 7-41) el La del alto duraría normalmente sonata de Scarlatti, la resolución de una suspensión en la voz superior coincide
í|asta la cuarta negra. La extensión del La está elidida; como consecuencia, el con la aparición de una nota de paso en el bajo (véase el gráfico £>). El segundo
'Sol se traslada de la quinta a la cuarta negra. Tanto el Sol como el Fa sosteni- compás manifiesta un desplazamiento de otro tipo. Adviértase la plica inferior
do ocupan una negra completa en lugar de una corchea como lo harían si pro- del Si en el graneo b, que indica que es una nota activa de la voz media que se
•yinieran de una conducción de las voces menos evolucionada. ha trasladado para aparecer en el segundo tiempo a la vez que la nota de paso
','¿ La traslación resulta en algunas ocasiones del empleo de figuración en dos La en el bajo. La progresión descendente del bajo está ornamentada por
.'o más voces simultáneamente. En el primer compás del ejemplo 7-42, de una bordaduras incompletas. Adviértase el empleo de la bordadura consonante Si

7-40 Bach, Clave bien temperado II, Preludio IX

f^.-'^^ffifí.,-. >-..-•-•

B
a)

c)
B

4 °5
160 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-41 Bach, Suite francesa núm. 5, Loure

ijtt.^ ^L ])J__^
\=^ r ¿=F 1 *-== \-
4 ^ f J J nJ |J'— ¿=fi
t
4 9—
^9 ••
i LJ r ^—^r
r r F ^ P- "

h
T • : >;<
—i

_. -—'
H
aparto
j 10 8 7 5

¡r~ & 1- —t
de

a/"
=$=*
r^—r r H^_^ "
EJEMPLO 7-42 Scarlatti, Sonata núm. 37 (Kirkpatrick, vol. ii)
(Allegro)
^ 0
r~ —9-
~~$L—^7 J¿
inS ^ 1
r
r< -»- 1J
J«l
T r ir A
TT r /
V. i/
1 1 I 1
Í3Í)
Vl^

É
* :f 4 f f
1—H 1——f-
fí o
u
tt-r -P—
—-~//vfl e
C^* u

^
-JknHh1 iHnW
1 nJ1 1' —Ji-i.J.!..,
ZI £i¿^t— 1
-—ir1 —1m<F—\
V

_"T
f

•~'
»—
1

-1- i 1 1 J J J I , .,...,...
a)

~~Jf—ff—
— f-
—d- — -+
-¿hT-l-l
re— —<
1 1 J— J b > l — J^ " "
-4-
^s~\ I J J ¿ 0 , ' T . -3^= -J Jil d
r\ v/ flS ^ T 1 ». * - r normalmpntp " í*

4») 1 r í r Pr
j^,
{1
\ 0 f' T it»

f1 p É
i»- * Jt
r1 f~ffr p
BL
fi ^ T F f" f" rf -» fP e
,
1 1 r
i ra \ 1
-' 1-
p
""

1
i 1

c)
J í
J
J
f
P
| j
/ x \e J
J
i
y
J
w
/
^

se
3 4 6 convierte 3 4 6 convierte 3 2 6

u^=
en en
f 4 •*— — fi- o
=f= t =1= -^
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 161

como decoración del La disonante (segunda negra, segundo compás). Estas colocar las notas desplazadas en su contexto contrapuntístico normal. Si
consonancias fugaces prolongan a menudo disonancias cuando éstas forman Schumann hubiese continuado el modelo rítmico del bajo del primer compás,
parte de conexiones musicales a gran escala. los desplazamientos no se habrían llevado a efecto; este dato proporciona la
El ejemplo 7-43 es de un Lied de Schumann. La conducción de las voces clave para comprender el sentido de los compases 9-14. En el compás 17 las
es compleja y de difícil de comprensión, pero es de una belleza tan sumamente disonancias surgen a través de una fusión de los acordes de tónica y de domi-
imaginativa que un estudio cuidadoso gratifica con creces. La textura es muy nante. El bajo entra «prematuramente» con el salto motívico de una quinta
disonante; de hecho desde la segunda mitad del compás 10 al 14 no hay una descendente Mi-La mientras las voces superiores expresan todavía la armonía
sola sonoridad completamente consonante. Algunas de ellas se originan por la de dominante.
nota pedal Do de la voz interior (tenor); pero la mayoría resulta de la trasla- El gráfico b, una nueva reducción, pone de manifiesto el contrapunto sub-
ción. El gráfico a omite la nota pedal y esclarece la textura de superficie al yacente a dos voces de la línea vocal. Esto nos conduce al gráfico c, que indica

EJEMPLO 7-43 Schumann, Auf eíner Burg, Op. 39, núm. 7

(Adagio)


h I j=lM j J J^jN' j) J J f=Í r
Ein - ge -wach - sen Bart und Haa - re und ver - stei - nert Brust und Krau - se,

_ _ —.
j*3L (i
f/H \ s -. 1 1 — 1 }
Vl/ >• j «= ;-»

__L=_f
f t ^

f f
-€ y J^

u
)-

" y (/ \*f^ c a
^Z 1
r.
jC1

í_ i r
f•j
sitzt
J) J =
er vie - le hun-dert Jah - re
t-r-i^n- o - ben in der stil len Klau se

» • •• - • 4^ •J

* f
s "\6

]'
ff Jx
» u• o -j
Y
C> fj ff
uD f- •J' ^^—
-r, Q . na
.}t*

f i- ° ü
\e
¿>

1 t^
13

etc.

—^f ?* ^\^~—"^ "~~*" -=^r _, -_^—=. =1 •^ g Q —-«= r~~ '¿, s


C
s H^ _— 1
' O J

^_ ^
TJ fi

X -c "Cr
O
x -e--—- .^ ^9
^^ ._ •f, ". ^J
^ ^
162 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-43 (continuación)

r-£—-j
—:b=H H— ll
- t Q ^ c
É
_jo_ ~^-^___^ c7
^^j P S gf3 T3f
^^J * f*
x
x^

J
\a » J
-*)*—*1
H*
rT n
-8 -ihh , ¿

—v-+ |' y ~" "• ^=^Lp—L -


l=c

i—o H

b)

ijg & i > 1 Tí i ^j f.


i 1
0

¥—- ist -r í 9 © 0 » e

'
3
5
_j
G
j 41 •
c *L
O
f °
^H , 0 U

i
n^ 1 1 1

r^—,--'©
r^ í

1 "*""'•'" • •
-f M-r >- i *'

—*-O-^ •• • •• m~t —e —© 4> i•


—¿- (-1 rv
5 - 6 5 - 6
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 163

que los compases 9-14 constituyen una serie de suspensiones 5-6 transformada 4. Repetición y articulación
por técnicas de prolongación.
Concluimos esta sección con un aspecto más del uso de la disonada pro- En el contrapunto de especies el movimiento dirigido adopta la forma de
longada de la disonancia. Con anterioridad en el presente capítulo aprendimos progresiones que emplean elementos básicos de la conducción de las voces.
que ciertas conexiones musicales significativas pueden transferirse de una voz Tales progresiones aparecen en un estrecho marco de referencia, puesto que la
a otra. En relación al tratamiento de la disonancia, esto quiere decir que una distancia entre los principios y objetivos de los movimientos es relativamente
nota disonante puede moverse desde o hacia otra que pertenezca a otra parte corta. Dentro de este restringido contexto el principio de repetición puede ope-
de la textura. Al igual que la contracción de los movimientos de paso, esta téc- rar en un grado muy limitado, ya que de lo contrario resultaría en monotonía.
nica aparece citada en las obras de teóricos del bajo cifrado. El ejemplo 7-44, Por lo tanto sólo pueden aparecer dos o tres intervalos idénticos en sucesión
de J. D. Heinichen, está extraído del mismo tratado que el 7-33. Este ejemplo inmediata; lo mismo es válido para las sucesiones interválicas de progresiones
indica claramente que el Si bemol de la voz superior está resuelto por el La del como las distintas series de suspensiones. La brevedad de los ejercicios hace
bajo. imposible el uso de desarrollos motívicos, que, por suspuesto, están basados
Un fragmento de la Fantasía a cuatro voces número 7 de Purcell (v. ejem- en la repetición. Similarmente, el articular el flujo musical en secciones de di-
plo 7-45) ilustra el ejemplo de Heinichen. Aquí el Fa suspendido de la voz su- mensiones variables se evitará conscientemente.
perior está seguido de un salto de quinta descendente. Sin embargo, la resolu- La composición expande el ámbito del movimiento. Los principios y me-
ción no está omitida del todo como en el ejemplo 7-32. Las dos voces tas están más ampliamente separados. Este marco, más extenso, crea un pro-
interiores ofrecen la expectativa del Mi bemol, pero en un registro más grave. blema compositivo: cómo organizar de modo convincente el movimiento ha-
Los corchetes señalan la repetición motívica que causa la suspensión irregular. cia una meta distante. Es fascinante observar cómo una posible fuente de
La influencia de la repetición sobre la conducción de las voces se retomará en monotonía en el contrapunto de especies, en una realización compositiva, se
la sección siguiente. convierte en una importante herramienta de dirección musical. Además, los

;| EJEMPLO 7-44 Heinichen, del Der Generalbass in cler Composition

EJEMPLO 7-45 Purcell, Fantasía a cuatro voces, núm. 7

r^J¿
rf V s>
fm *•
j J J b<T"~
)—til-—4—** ^ ^
r vi* |* p P
r~
? 'J
~*

r~i^"^—
\

\/ fí*
kJ
Si 3—^ cJ yh « tíi H fax"" ~^J / •J —J J i » h <J
1' " CJ
fm P P

r \ rf
; 1
v-U r * x b JD a a 1*
á""n

i r
~* [*, s~\

J I- 1 1 1

'
¿ "V»
r
J
Jv
* TT
1 |C^
^7V
J9
pf *$
v* A
SF
J
tíff
j j^ i j
>' -3. f*
f
^
r

7 íO
""^
etc.
en
lugar
de

r n
i1
íTV f

o
—-^
0
7 0
J u
S i /en /s\ r (9) (8)
164 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

compositores aprendieron a aplicar la repetición —y la articulación originada ¿Qué es lo que hace este bellísimo tema y su convincente realización
por la repetición— de manera que produzca intencionadamente movimiento contrapuntística tan diferente del contrapunto de especies, a pesar de que re-
con dirección musical. sulte de sus propios principios básicos? En primer lugar, en el contrapunto de
Los ejemplos siguientes ilustran la relación y el contraste entre el contra- especies una serie de siete décimas, cinco de ellas consecutivas, carecerían
punto de especies y la composición. El primer fragmento es de la Sinfonía en de sentido. Segundo, un ejercicio de especies no contaría el movimiento direc-
Do mayor, núm. 9, de Schubert (ej. 7-46). to hacia la quinta entre el bajo y la voz media en los primeros tiempos de los

EJEMPLO 7-46 Schubert, Sinfonía núm. 9 en Do mayor, 2.° movimiento

j
Andante con moto

<BL-Jr H ——j J^=]


j¿
f
^Ufi-^ * ¿ —a J
"^
£P
V f f
¥ f í
1

_J
*
c
-*y-?¿—p
IF^
p
r J r *i=u^—J a Lu ® I j—i*—

a)
A
^ -* r i —^^- ^.--.^
' •" J «r j ff N |x^=i. • g g ^ i
^ ^- ^ ¿ f i - 5 - - * 1 ^ ; * -<pL
^- __. ^ -^-

1
5. .. 6 .. .5 .. 6 5 . .

1 10 10
1

1 i i r • r 10—T—f
ff

10 10
P L»

10
^

6
,.

10.
° ^\>A

1 1
p

II6 V

b) d) e)

fe
10 10

II 6 V
r EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 165

i campases 2 y 3. Y, finalmente, una progresión específica (7-46c) que aparece


remetida en dos alturas diferentes (hay una sexta interpolada en la segunda cor-
plo 7-46e; el resultado, no obstante, habría debilitado el impulso rítmico, pues-
to que no todas las voces se hubieran movido en corcheas. Para establecer un

i
cñea del compás 3) no se daría en el contrapunto de especies. paralelismo con la tercera desplegada al principio del compás se podría haber
'.i En la composición, sin embargo, la repetición de los intervalos de décima adoptado la solución del ejemplo 7-46/. Sin embargo, al emplear el acorde de
eíatre las voces exteriores aparece en un contexto más amplio; la serie descen- Re Schubert imprimió un énfasis extra de ritmo y color al Fa de la melodía; su
dente de décimas desempeña una función precisa dentro de tal totalidad. Las solución es indudablemente la más bella. Denominaremos tales sonoridades

i decimas crean acordes de paso que despliegan y prolongan la tríada de Fa


njayor.
".I Las décimas paralelas, como detalles de una totalidad más global, ya no
como acordes de énfasis melódico.
La ilustración del Estudio op. 25 número 9 de Chopin (ej. 7-47) muestra
una marcada identidad estructural con el fragmento de Schubert. Una vez que

i producen monotonía. Las décimas repetidas, junto con la alternancia 5-6 en las
dos voces inferiores, forman una progresión secuencial de acordes. El diseño
resultante puntúa ligeramente el descenso hacia el I6 y atenúa el impacto del
movimiento directo hacia las quintas. En el contrapunto de especies cada in-
se reconocen las grandes semejanzas entre las dos frases, su diferente «apa-
riencia» se torna absolutamente fascinante. A diferencia de Schubert, Chopin
cubre la segunda, cuarta y sexta décimas por medio del motivo cromático de
adorno de la voz superior. En el gráfico a hemos indicado estas décimas cu-

t tervalo o acorde aparece al descubierto por la austeridad del contexto; el modo


éji que se conectan, por lo tanto, es un factor muy delicado. En la frase de
Schubert, sin embargo, las sonoridades verticales ya no se sostienen por sí so-
biertas colocándolas entre paréntesis.
La misma técnica contrapuntística se encuentra en acción en el ejem-
plo 7-48. De nuevo, algunas de las terceras y décimas aparecen cubiertas por

i las; son detalles dentro de un todo mayor. La repetición de la misma progre-


sión en diferentes alturas aporta un cierto ímpetu al impulso cinético del movi-
miento descendente hacia el acorde de sexta (I6); esta clase de organización
el motivo recurrente de sextas ascendentes.
El ejemplo 7-49 nos ofrece una variante interesante del mismo principio
de conducción de las voces. Aquí las décimas se producen entre el bajo y la

i
Contrasta, por supuesto, con el contrapunto de especies. No obstante, y esto es voz media, mientras que la alternancia de 5-6 tiene lugar entre la voz superior
[absolutamente significativo, el origen contrapuntístico del movimiento en dé- y el bajo. El contrapunto subyacente en este ejemplo es el mismo que en los
cimas está en el movimiento de paso de la segunda especie (ej. 7-46¿f); el bajo precedentes, pero la voz más aguda y la media han intercambiado posiciones.
-r|ace consonantes las notas de paso disonantes de un modo explicado con ante- El salto hacia la quinta se hace ligeramente más prominente, puesto que ahora

i •i|Loridad.
.'! El lector debería advertir también el gran contrapeso que representa la or-
ganización rítmica de Schubertpara cualquier impresión de monotonía que de
aparece en la voz superior.
En movimientos de paso a gran escala de esta clase encontramos frecuen-
temente progresiones en las que todos los acordes aparecen en posición f . El

i ;f tro modo podría haber surgido por el empleo de tantas décimas consecutivas.
;Én los dos primeros compases la melodía y su bajo como contrapunto se mue-
•f en uniformemente en negras; los celos sincopados proporcionan una discreta
ejemplo 7-50 muestra que tales progresiones tienen su origen en la misma téc-
nica contrapuntística que los cuatro ejemplos que acabamos de presentar. A
través de una especie de intercambio, los acordes f del ejemplo 7-50a se

i 'Subdivisión en corcheas. En el tercer compás todas las voces irrumpen en cor-


• fheas; esto conduce a las semicorcheas ornamentales del cuarto compás. El
Rempuje hacia el objetivo de la conducción de las voces es así realzado por una
.'especie de accelerando rítmico.
transforman en los ¡ del 7-50¿>. Esto da como resultado una progresión menos
conjunta y ofrece la posibilidad de algún movimiento contrario.
Denominar el segundo, cuarto y sexto acordes como dominantes de los
acordes que les siguen no tendría sentido. Desde el punto de vista de la gramá-

i
v^
;£ ¿Qué funciones ejercen los acordes de la segunda y cuarta corcheas del
•..compás 3? El primero resulta de bordaduras incompletas y sirve para preparar
-.'él subsiguiente ascenso de la melodía y la sonoridad de sexta. El acorde de Re
tica armónica esta denominación es correcta, pero hace caso omiso de la fun-
ción principal de estos acordes. Estos son el resultado del contrapunto que re-
ciben las notas de paso de la voz superior que de este modo se convierten en

I
.'fie la última corchea tiene un significado diferente. Al determinar la función de consonantes. En el ejemplo 7-51 la mencionada progresión está decorada por
Sun acorde, nos podemos encontrar con sonoridades contrapuntísticas que no suspensiones en la voz media.
[rson ni acordes de paso, ni de bordadura, ni de adorno. Algunos de ellos se re- Tomamos un ejemplo un tanto complejo pero realmente instructivo de la
• Quieren por razones de conducción de las voces •—-por ejemplo, para evitar Cadencia del primer movimiento del Concierto para Piano K. 450 de Mozart
•¿quintas u octavas—. Otras actúan como soporte de una nota melódica para (ej. 7-52). Una reducción gradual hacia los elementos esenciales de este pasaje
f •fáñadir color armónico, o actividad rítmica, o ambos. El acorde de Re en la fra-
'••£& de Schubert pertenece a esta última categoría. No lo exige la conducción de
nos conduce primero al gráfico a. Entonces advertimos que los saltos de octa-
va amplían una línea esencialmente conjunta. Las semicorcheas del bajo dan
;|ías voces, puesto que el compositor podría haber procedido como en el ejem- expresión al ascenso desde Si bemol a Do, subdividido en sextas. El gráfico b
166 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-47 Chopin, Estudio, Op. 25, núm. 9


Assai allegro

a) i Jj
i, ---1^. ^' -^ —^ ^ -^~-
\^ =F • B ^ ^=^:
*-b & -H
" g
=•==í =«= ; i-
¿
—0—
6 5 ' 6
J 5
£L~
-
""-*•
6 5

o
„- -. -

-k-t á? —^'"(f) J
^
a

F ' b"'' b 10 (10) 10 (10) 10 (10)1 1 le, 16


L
V

I Ar
1
V

T
^ V
EJEMPLO 7-48 Mozart, La flauta mágica, núm. 12
Allegro
r' fl ti 1 \ « 1 k 1
s
J J
i f_)
¿
s \ 1
j •j
X (J $ A< /j
^
J i r | *\ \ ^1 / mffí
fl
¿»
(y * |-
P ^
O 1
r _^
í j » A J k w « 0a X H
^
Vj- L/ í « ¿i -^ l\ <
Cj*
KA
al ' "D ' /—
-*- *

* P P
i » v v , \
y- V-J -4—
V
.V TI
J ¿ f i
-\jnL
—^ í ' »—£—aj\ í —~Á
i
d
1- 1
^J—;—4—j—~ — 1
«
™"
H—<^—1—<=—
1 i
1
H-
VTT —jr
& <

-I
—e
¿- J- v- JJJ.'
9 é 49


B B
a) b) c)
X
^-J__ /.
^i ^ S
_l .9 _^ ^. / ^M
1 \ 1
Jr
>ff
ff
~ /"
f / , / /" ya X J J tí
i frS ^í '——
' ' £9
^
_ */ 0 /" * i: » ^
é 1 ED 2*
VSL/
*
¿ * "• K " f i W d *^
* í_ —


•^
3 (3) 10 3 (3) 10 3 (3) 10
•p- -4 £ 10 10 10 10 10 10 10

^a
f f f: fr -í f*- '
»-
e_
h-/Mf P-^~J L—1 l"KJ
"MIW M
L—^ —F—"f" 1r—
—?1 P /i

II V II I II V I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 167

I 'EJEMPLO 7-49 Mozart, La flauta mágica, núm. 5

I ¡

j j ñ r^p^j ^ „ |
I "
'' \>
P .
; f íf
—'LL
'
"•^i-i.

o 9—P

uJJ
.
9
¿

^L-U-J ~J
l

—r — r — * — 5 —
g A
i

I ¡ ; \e

^v
:|a) b)
.'¿décimas en voces exteriores, 5-6 entre bajo y voz interior. 5-6 en voces exteriores, décimas entre bajo y voz interior

t
I
I ¿EJEMPLO 7-50

I y u^
A

rAx P—
J
—J J
1
i J
1
"
b)
—j*i—J1 l
1
éd
1h-
£-
c)

C/
1
y- J
—6*
i
fc ——
T «^
*
•^
2 ^ * tf íD _] M
*
* í £
^ 5 ~v
5 6 i 6 5 6 5 10 5 10 5 10 5 1C) 10 9 10 9 10
L: etc.
m- 0 9 j
r— T—5- ~TS

•^ 1?

10 10
*

1
r r r r=\—M
i* P 5 119
10 10 10
l=h^-H-t
llO

V I I II
*
168 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

indica que la línea melódica conjunta llena una octava descendente, y que el ayudan al oyente a orientarse en la dirección básica del movimiento descendente;
amplio ámbito del bajo, que reaparece en la composición como una novena En esta sección hemos mostrado casos de repetición de intervalos y de
ascendente más una octava, supone la inversión de la elaboración de una sép- progresiones; estas repeticiones pueden conducir a la articulación interna
i¡,-'K».m
tima descendente expresada como un movimiento en terceras de Si bemol a de un movimiento sin por ello perturbar en lo más mínimo la continuidad de]
Do. La séptima en sí misma representa por supuesto la inversión de un ascen- flujo del movimiento. En los capítulos 8 y 10 discutiremos la repetición motí-
so conjunto de Si bemol a Do. En ambas, voz superior y bajo, vemos por lo vica y seccional, tanto en su forma directa como encubierta. Y en ambos capí- tai
tanto una manipulación de registro a una escala mayor que en cualquiera de
los ejemplos precedentes de este capítulo. El lector se habrá dado cuenta de
tulos —especialmente en el 8-—• procuraremos mostrar que la continuidad a
gran escala de la conducción de las voces no tiene por qué resultar debilitada
i á§*tw
í'Kliv
•xr( *•>.
que el gráfico b es idéntico al ejemplo 7-50Z?. Para finalizar citamos otro frag- por la fuerte articulación que aparece al final de frases o incluso de secciones, -i ~j>

mento de Mozart (v. ej. 7-53). Aquí una progresión subyacente en décimas y que una continuidad subyacente se puede hacer sentir a través de las divisio-
recibe una elaboración verdaderamente imaginativa. Los intervalos repetidos nes de la superficie. I

I
EJEMPLO 7-51 Monteverdi, Si ch'io vorrei moriré, Madrigales, Libro 4

1 h*p
|5b-.
j I —H
^ ñ—J9^ #

= f=
1 f \i
—1
fi~ '
strin-ge
rf-
-
J
í1
-
IT-I
J' r
1

Ho—J.J—V-H—1 1 1
Deh strin- ge - te - mi strin-ge - te - mi fin ch'io ven-ga me - no

i\J
9 4
-j? j1? J. 0 i i
M==^U 4 4í
e
0~^-~,

Deh strin- ge te -mi strin-ge te -mi fi n ch'io ven ga me - no

j\
¡J —^ ¿ 1 I9
B
-í—
0
a
j
é • •" =i a .- i • 1 II
1 •\e -
Ahi boc - ca ahí
1
ba - ci ahi lin - gua
—ahiHlin1 -gua d

a)

*=>

Do La
I EJEMPLO 7-52
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II

Mozart, Concierto para piano, K. 450, Cadencia del l.er movimiento


169

-'
•f. . >—-*!.
-a- -i*- i >—-J-
ÉTLTI? (^~^— ~ ^ S\)
»y )^—-j^H Te -? Nx.—^ i

^^ ^h— r ^ ^
^ v ;
1—-«J p^ ,
! ©' •——»_

i i _ L _ L —f - _ j - . s | - _ l _ J - _ 0 L * ' J d
^
LJ 9
i SU».
i— é \{^
-^
J J g
é—*—-—*—
g
——
, *
—U,
p3
——
«—-—f>
^ü:
____
-
1

I —
f -J- —h -ir -9- * -O- v

r .
ti L J

I M ÉL

i
w».-

I II V I

V
170 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-53 Mozart, Fantasía, K. 396

J . >-,

B
-JL^-f^.
TTT 10 10
•0-
10
10y 1.1 10 11 10

3E

V
V 64—
— 35
b)
—¡^—y^i
3JV '—:
c —ü—
0 fl
—«c—-
~ »
'^

9^
*
i
*
^
b-*'
sr*

r f-T
-4» 9 : U
«J
5 6 5 6 5
6 ^ 1
1 .
IC
1 )í
1 K
lo.

Y
I
?u,
F
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 171

I Si' Influencias armónicas sobre la conducción de las voces


é (prolongaciones armónicas)
mismo tiempo la voz superior, al moverse de Mi bemol a Re, adopta la forma
de un movimiento de paso conjunto también como séptima ascendente. La se-
gunda, cuarta y sexta notas de esta progresión tienen como soporte acordes de

i 11 En la mayoría de los ejemplos mostrados hasta ahora en este capítulo, las


progresiones armónicas actuaban como armazones estructurales que influían
eji el movimiento a gran escala de las líneas melódicas. La influencia de la ar-
r|onía se puede percibir también a nivel de prolongación. Las prolongaciones
dominante aplicada.
Cuando las dominantes aplicadas aparecen en inversión en lugar de en
posición fundamental su impacto armónico se debilita pero no se extingue ne-
cesariamente. En el ejemplo 7-56 los saltos en el bajo a un tiempo surgen y

I armónicas actúan directamente sobre los detalles de la conducción de las vo-


ces, y sólo indirectamente sobre la amplia comente contrapuntística.
\l El tipo más simple de prolongación armónica resulta del empleo de un
enfatizan las implicaciones armónicas de las dominantes aplicadas. Dos de es-
tos saltos adoptan la forma de una disonancia melódica, la cuarta disminuida.
En el contrapunto prolongado las disonancias melódicas distintas de las que

I aborde de dominante de efecto puramente local (v. ej. 7-54). Cuando tales
Acordes se relacionan a la tónica los llamamos dominantes de prolongación;
aliando se refieren a acordes distintos del de la tónica empleamos el término
resultan del despliegue o manipulación del registro a menudo surgen de una
inflexión armónica. Tales disonancias no se deben a la infracción de una regla
contrapuntística, sino a la adición de un nuevo elemento —la armonía—. En este

I dominante aplicada ( ^ ) ya introducido en el capítulo 6, sección 2.


,'¿ El impulso armónico de la dominante aplicada añade énfasis al acorde que
jgrolonga. Además de esta función armónica, las dominantes aplicadas pueden
fragmento de Beethoven el origen contrapuntístico de las dominantes aplicadas se
puede ver en el ejemplo 7-56¿>. Estos acordes, como los del ejemplo precedente,
ayudan a prevenir paralelismos problemáticos. Los movimientos conjuntos del
¿balizar un buen número de tareas contrapuntísticas; estos acordes muestran bajo (Fa sostenido-Sol, Re-Mi bemol, etc.) constituyen una serie de bordaduras
por lo tanto una superposición de funciones o una función doble.4 En el ejem- incompletas que se mueven a sus notas principales.
rjlo 7-55 las dominantes aplicadas otorgan un soporte armónico a las notas de Si el bajo es enteramente conjunto, el etiquetado de algunos acordes se
:graso de la voz superior; consecuentemente son también acordes de paso. Ade- convierte en nada más que un ejercicio de gramática armónica, pues la función
jjriás ayudan a producir una buena conducción de las voces al evitar unísonos contrapuntística, de paso, de tales acordes es inconfundible. Tal es el caso en
i ;ln primeros tiempos sucesivos entre el segundo violín y la viola. En este frag-
mento nos enfrentamos a dos movimientos de paso en diferentes niveles es-
el ejemplo 7-57, donde una progresión a tres voces subyacente aparece «di-
suelta» en arabescos en forma de escala. Las inversiones y transferencias de
•tructurales. El movimiento de paso principal se da en el bajo y conduce registro juegan aquí un papel importante.
•descendentemente del I al V (véanse los gráficos b y c). Dentro de esta progre- A continuación citamos el pasaje que concluye la Pavana Lord Salisbwy
sión la segunda de Do a Si bemol está invertida en una séptima ascendente; al de Orlando Gibbons (ej. 7-58). Como en el ejemplo precedente, un análisis
'.$J. gramatical de algunos de los acordes como dominantes aplicados sería correc-
.3 4 Para más infomación sobre la doble función véase Salzer, op. cit., pp. 176-182 de la edición to en sí mismo, pero esencialmente irrelevante para los contenidos musicales
•,£n español. de este fragmento. Aquí una dominante de prolongación aparece extendida por

EJEMPLO 7-54
•: JT f l J J
tíS
I I 1\
1
¿*L *S 0» -é
9
é
X
' 1 rn át ' ¿e &
0 9 »

- 6Y
o J. y
J a »
\ t r

\^
II V
172 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-55 Menclelssohn, Cuarteto, Op. 44, núm. 3, 2.° movimiento

(Assai leggiero vivace)

a)

V I

V I I V I
I EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 173

I límedio de un movimiento de paso a gran escala; dentro de este movimiento las


progresiones secuenciales 8-9-10 evitan octavas consecutivas.
') Una segunda técnica armónica muy usada es una serie de quintas ascendentes
prominentes a pesar de la intervención de las sextas (progresión a). En la pro-
gresión b las suspensiones 7-6 eliminan las quintas. La progresión c muestra
una serie de quintas descendentes interpuestas en este bajo fundamentalmente
conjunto. Las séptimas suspendidas ahora se mueven a las décimas en lugar de

I •lo descendentes en el bajo; no hace falta decir que las quintas pueden expresarse
•/como cuartas, ascendentes o descendentes. Mientras la esencia del movimiento
!|contrapuntístico recae en la progresión conjunta, la base del movimiento armóni-
a las sextas; al mismo tiempo el bajo disjunto crea disonancias en la voz supe-
rior; la textura entera consiste en sonoridades disonantes entre las consonan-
cias del principio y del objetivo. El realce del sentido direccional y el enrique-

I
.'fco es la relación de quinta, expresada por el salto de quinta o de cuarta. Un bajo
ique se moviera contrapuntísticamente de Sol a Si bemol, por ejemplo, procedería cimiento de color armónico conseguido en la progresión c son bastante
: k través de La. Como muestra el ejemplo 7-59, se puede lograr el mismo objetivo evidentes.
•|por medio de quintas ascendentes, o cuartas descendentes, o una mezcla de am- Ahora ofrecemos tres ejemplos del repertorio, ejemplos 7-61 al 7-63. En

I vfbas, (Las quintas ascendentes de la progresión e. se dan con mucha menos fre- ellos la fusión entre armonía y contrapunto es obvia. Ahora el lector debería
fcuencia; véanse, sin embargo, los ejemplos 8-106 y 8-107.) ser capaz de comprender todas las explicaciones directamente de los gráficos
•f La técnica de quintas ascendentes aparece frecuentemente en la composi- de conducción de las voces, lo que hace superfluo cualquier comentario añadi-
•fción como medio de enriquecer un movimiento de paso conjunto. En el ejem- do. Debería estudiar detenidamente los gráficos para poder utilizar estas pro-

t •fplo 7-60 encontramos un movimiento conjunto que va desde la sonoridad de


.'fSol menor a Do. Las quintas acentuadas entre las voces inferiores son bastante
gresiones en los ejercicios que encontrará al final de este capítulo.
En esta sección hemos visto técnicas de conducción de las voces origina-

f •¡EJEMPLO 7-56 Beethoven, Sonata para piano, Op. 31, núm. 3, l.er movimiento
• (Allegro)
rt <¡ir pfl r*
^r
._jr i ?
áff [?• ) y Q " -^ 9 J • *" F*l *í11 f^3 1
i 1 1
* -
r f* hJ * Í7*

§ "tío
I
'
qt> )0 J » -*J i i
F»1

n
\!j / ^-4- ^_x *^ <g
1-~x- p* JJ
' 1
CY6SC — — — — t;-^1
*- -it . SJ

ht 1SP" ' ' t N


I É
,M.
[^•p • JL
"CS^
^
ÍY % *"i M rT "
n un m B '
-^/• ih 7 v/i ^—^P— ^
V ^p V—R— —*/ ^f?—~*/ fy *f—^ m— —*/ TÍ! */ raí V S
K ^ 4
P ' ^
p 4 n

I •í- a) b)

I fi /L b ) n. ^ C- A etc.

10 10 10 10

I 5^
6v_x
10 9 10 9 10

I 5

~v~
V
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 7-57 Mozart, Sonata para piano, K. 576, 2." movimiento
(Adagio)
-
.•
•V :'•??
• í.
'• ,<;:
•• _"• '.:'C
'•:•'• ír
••'•*/*j[
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 175
• (continuación)
3 L07- 57
^^ÍV:';>í
^lifcv' J í
2fc:^'- •'
I i)
|BI:^: :; J . ^E
ff ¿ * * S* ^ ^ » * jj i * ff
v a.
fcíí-ír ;- • • V 9
" M tL
.. • ^ . 1T>—^ -^-^ 'q» » ^ í"«
•!$&•• -: : - • *=^
£SIÍ^v '
'ÁXÍ/'V.á,^' •"-_*.- " '- ' * ^
P^^£".-;--V ';• /-"" / e.
L^Hl ' '* !»
feSTS^VÚ. .• • " • • :
T*^f^V h
^JrJv£-.A-":' • ' '.
mjÉm~~.. '.-.
..... -
""" II
4—&é P*$^
i *
i
iK
i
i j
i
i
EJEMPLO 7-58 Gibbons, Pavana Lord Salisbury

F^

10 8 9 10 8 9 10 8 9 10 8 9 10
r
8 9 10 8

I6

! i \)
r EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 177

i 'fas por relaciones armónicas. En algunas ocasiones los modelos resultantes de


.'¿onducción de las voces ponen claramente de manifiesto su origen contrapun-
'Jístico; en otras, el elemento armónico se subordina a la comente contrapuntís-
cuentemente de usos puramente contrapuntísticos. La mayoría de las notas altera-
das cromáticamente se dividen en dos categorías: inflexión j sustitución. Una
nota está inflexionada si precede o sigue a la forma diatónica del grado melódico

i •fica. En el capítulo siguiente veremos aún otra técnica significativa de prolon- que lleva su mismo nombre; en Fa mayor las progresiones Do-Si natural-Si be-
•gación armónica. Observaremos que ciertas progresiones armónicas completas mol y Sol natural-Sol sostenido-La muestran inflexiones cromáticas de Si bemol
'£> incompletas pueden desempeñar la función de prolongaciones de una sonori- y Sol natural. Una nota es una sustitución cromática cuando reemplaza la nota
''dad diatónica normal con el mismo nombre. Por tanto en Sol mayor las progresiones
¡ de un orden estructural más elevado:
i •j I-II-V-I IV-Y-I
Si-Do sostenido-Re y Mi-Fa natural-Mi contienen sustituciones cromáticas; el Do
sostenido reemplaza al Do natural y el Fa natural reemplaza al Fa sostenido.
La inflexión y la sustitución producen frecuentemente notas de paso y

i •I • del de VI bordaduras. En el ejemplo 7-64, del Cuarteto K. 428 de Mozart, se observan


ambas. El Do bemol de la viola parece a primera vista una nota principal, la
séptima de un acorde de séptima disminuida. Pero finalmente resuelve en el Si
bemol del compás 17 y es por lo tanto una bordadura superior cromática de esta

i
;£. Cromatismo; acordes contrapuntísticos de sensible
'i nota. El Mi natural del segundo violín es una nota de paso cromáticamente in-
•} Los acordes de dominante aplicada requieren generalmente el uso de notas flexionada; adviértase el intercambio de voces entre el celo y el segundo violín.
.''alteradas cromáticamente, algo que hacen a menudo las series de quintas ascen- La tercera cromáticamente rellenada del segundo violín. prepara la misma idea,

i .'JÜentes o descendentes. El cromatismo, sin embargo, no aparece de ningún modo


\e asociado con la expresión de relaciones armónicas; éste se origina fre-
pero expandida, en el primer violín en los compases 16-17. Estos expresivos as-
censos cromáticos se derivan de la parte del celo de la frase inicial del movimien-

t ;fEJElVIPLO 7-59

i 1) b) c) d)

i
i ! ¿EJEMPLO 7-60

i b)

i
TS 9

^~W -• h-y

i -
6 5 7 6
i -

10 10 10
178 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 7-61 Couperin, Ordre núm. 8, Gigue
t
F
+ t t
-_^^= =^.
^ ^-r-=-~.
mp~¿- =?i==^—] & - - f. , • á•
í^^ ^9'
.
f-—-f
AW
-TK-Ú 1 =
& ¡^ ; 1 ^
ZZailBii J 3 ! PTÍÍT5 i
_/ f g 0- .... fl ...r9 M—n?rn -•„ <^ ^ .... r. . rt r ) . \ N - -J TH
a)
F
7 (6) V (6) (6) 7 (6) V (6) 7 6 7 6 7 6
etc.
179

II
fegefe-,- •
fr?rr
£*%"'>

5-'
EJEMPLO 7-62 Mozart, Overture, K. 399

I (Allegro)

f-Hr r^
I &
(63)

I l=5fe-« 1«
tssa—» 1—ja—K=

i
IHÜ^

b)
-e ^ ¿ se
convierte
en
5 6

I
180 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 7-63 Bach, Partita núm. 1, Allemande
í] ty 1---- -•*J J-''"" '^/h J
i3t |? —L»j r r .-—/e—0—a— b—i r l 8—i*—* .-- [^Hj |* 4
9 1 ft a -
«¿y r p ^—sssf— —p UJ- —^T
1 ^"""^ '•-«j~~v i U^ fu.-f- «J
10
J.U _—
*•-•-! i r-1 10 i(
J- *—1
JT: 1
J
¿Y ji *T"l J •*- — L Ji

<« J
" 1 í J 1 8 J
; r .... r, 41
j . . .*- •'
.//• ih r 1
^/ 1 '
. Jr^v > ^ >-^ , . ! • * -
g* a o n f "
^
V ihP ^ -* o 1a * * ? m m * ^e
rm " r ~^ — ^ 1* ^r
\- " O n i* "— - —""
1 i 1 1
5 6 7 6 7 6 . 7
' ^-
^ 0 g
^——\
C\ M. 1
y' Li'> F 1 4f L_^ — *—
1 P 1 1l_| 1-F —'——' F—
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 183

•£:_ ÍJEMPLO 7-66 Mendelssohn, Sonata para piano, Op. 6, l.er movimiento

(Allegretlo con espressioue)


I
I
t.i

i**

I
JÍB\.^

m
staccato PP m
y

I • f?
I
J.
I cresc.
sempre staccato
I V V
etc.
1
I
I
184 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 1-66 (continuación)
\\ 7
Ed^
^ * H-
Ad
V
c)
ÉÉ
8 7 8 7
Ad
(V) V

EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 185

gresión se despliega dentro de una octava ascendente en lugar de descendente. persistente de décimas entre las voces exteriores relaciona este ejemplo con
Las tríadas en los primeros tiempos están conectadas por dominantes aplica- algunos de aquellos que estudiamos anteriormente en este capítulo (véanse los
dos que, al actuar como soportes de notas de paso en la voz superior, desem- ejemplos 7-46 al 7-48).
peñan además la función simultánea de acordes de paso. Las dominantes apli- A continuación presentamos un célebre fragmento de Die Walküre de
cadas proporcionan conexiones inmediatas más suaves que en el fragmento de Wagner. En el ejemplo 7-73 el movimiento de las voces exteriores está tam-
Schubert, donde se yuxtaponen acordes sin relación armónica alguna. El uso bién organizado como una progresión cromática de terceras. Este movimiento

EJEMPLO 7-67 Beethoven, Sonata para piano, Op. 10, núm. 1, Finale

Prestissimo

EJEMPLO 7-68 Wagner, Gotterdammerung, Prologue

EJEMPLO 7-69 Strauss, Till Eulenspiegel


lustig a)
i b)
B-

m-í B
186 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-70 Bach, O Mensch bewein3 dein' Sünde gross (Orgelbüchlein)

adagís simo

Y i
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 187

ÍJEMPLO 7-71 Scbubert, Misa en Mi bemol mayor, Sanctus

Adagio
¿ f\
fó=*
San
r
CtUSj
351

san ctus,
Chorus

Adagio 6 6

* creso.
Orchestra P 6
JL * *

-a- -0- -9- •&-


188 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 7-71 (continuación)

a)

mayor

EJEMPLO 7-72 Chopin, Mazurca, Op. 50, núm. 3

(Modéralo)

creso. (/)
-3L m m
a)

\j $• (b^—J

& « ür""*^^

EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, U 189

no se 'despliega, sin embargo, en el espacio de una octava como en los dos confkma por el cambio en la orquestación (la madera deja paso a la cuerda) y
ejemplos previos. El movimiento fundamental es una cuarta disminuida (terce- por la reanudación de un registro grave en el bajo. El gráfico d muestra esas
ra mayqr) de La bemol a Mi descendentemente (gráfico a). Esta progresión notas de paso que rellenan las terceras de la voz superior; estas notas tienen
apareceixpandida en una undécima disminuida, que a su vez se subdivide en como soporte notas del bajo que sugieren acordes de dominante aplicada. En
dos serías menores, La bemol-Do-Mi (gráfico b}. Cada una de estas sextas se el gráfico e, que muestra el registro del bajo original de Wagner, los movi-
subdivide de nuevo en terceras descendentes La bemol-Mi-Do-Sol sostenido- mientos de paso de la voz superior están enriquecidos por notas de paso
Mi; Do es el eje del movimiento (gráfico c). La importancia crucial del Do se cromáticas; las progresiones cromáticas resultantes tienen como contrapunto

EJEMPLO 7-73 Wagner, Die Walküre, Acto III

a db¿
m >*^ij»-,,%

a) b) c)

*fs
..
4 dism. descendente
190 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

en el bajo movimientos desde la fundamental hasta la tercera de los acordes de cromáticamente, produciendo sensibles hacia Do, Re, Mi y Fa sostenido (grá-y'.
dominante aplicada. Los acordes de paso al principio de los compases 2, 4, 6 y fico c). El gráfico d muestra movimientos de prolongación de una tercera des-^;
8 (véanse los asteriscos) están enfatizados por la posición rítmica y consecuen- cendente (véanse los corchetes) primero en la voz inferior y luego en el área'^;
temente debilitan la fuerza armónica de las dominantes aplicadas dentro de las de las voces medias. La presencia de notas de prolongación por debajo de la ••/
que se mueven y refuerzan su significación contrapuntística. línea principal del bajo crea una textura densa y opaca. Esta textura se compli-í-
En esta sección sólo hemos podido explicar e ilustrar unas pocas de las ca todavía más por la contracción de la figura descendente de tres notas en un|'
múltiples posibilidades del contrapunto cromático. En los capítulos 8 al 10 se grupo de dos debido a la elisión de la primera nota; las disonancias así produ--? i
discutirán ejemplos adicionales de cromatismo.5 Antes de proceder a la sec- cidas dificultan con creces la escucha de la progresión subyacente '£6 '5° a tra-:f;
ción siguiente, mencionemos brevemente otra técnica cromática. Los compo- vés de esa superficie enturbiada (gráfico e). \n el ca
sitores desde el barroco hasta el periodo romántico fueron capaces de producir
progresiones coloristas y sorprendentes, aunque lógicas y coherentes, al zación de una serie de suspensiones. Véanse en particular los ejemplos 10-13 '• •
inflexionar cromáticamente una o más voces en una serie de suspensiones. Un al 10-17. í:
pasaje de la Krelsleriana de Schumann (ej. 7-74) asciende de Si bemol a Fa
sostenido; el movimiento aparece organizado en dos terceras mayores,' Si be-
mol-Re-Fa sostenido (gráfico a). La voz superior y el bajo progresan en déci- 7. Quintas y octavas i-
mas paralelas; la voz media muestra la familiar serie de suspensiones conso- i
vSi -:
nantes 5-6 (véase el gráfico ¿>). La línea del bajo aparece inflexionada

3 Véase también Salzer, op. cit, ejemplos 350-386.


La comprensión de la distinción entre contrapunto elemental y prolongado \.
i
ayuda a aclarar el sentido de las quintas y octavas paralelas que aparecen en el \\. Estas se cit

EJEMPLO 7-73 (continuación)

d)

t
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 191
'¿EJEMPLO 7-74 Schumann, Kreisleriana, Op. 16, núm. 2

•^ a)

I 3a M

?•'" '-

üfeíK:
'. T,

192 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

contrapuntísticas. En realidad las reglas contrapuntísticas sobre quintas y octa- En el último movimiento de la Sonata para Piano K. 576 de Mozart encon^j;
vas mantuvieron su relevancia en la composición hasta el término del si- tramos un ejemplo más complejo (v. ej. 7-76). La conducción de las voces|;
glo xix. Las quintas y octavas pueden resultar en ocasiones de un descuido por subyacentes consiste en una serie de sincopaciones 5-6. Esta progresión apare-* •
parte del compositor. En general, sin embargo, son debidas a distintas técnicas ce caracterizada por las notas de paso cromáticas y por los desplazamientos^, I
de prolongación; pertenecen a la superficie más que a la realización básica y rítmicos, que conducen a las quintas. ^-
representan una conducción de las voces válida y convincente. En la superficie las octavas aparecen menos frecuentemente que las quintas;^!
En el ejemplo 6-5 aparecen quintas (Do-Sol y Si-Fa sostenido) entre la voz por supuesto no nos referimos al caso de la duplicación de una de las voces. En elr I
media y la superior en el primer compás. El oído musical advierte con facili- fragmento de un Impromptu de Schubert (ej. 7-77) el Fa del soprano es una nota*;
dad que el Si de la voz media aparece figurado por bordaduras, y las quintas de adorno que refuerza la dominante del bajo. De nuevo, la conducción de lasa-
surgen de esta figuración. En el fragmento del Preludio Coral de Brahms, voces fundamental tampoco presenta aquí paralelismos prohibidos. |-
ejemplo 7-75, la primera cita es una variación de la segunda. Las terceras de En el Rondó K. 494 de Mozart aparentemente surgen octavas. En este-?! I
punto de la composición la mano izquierda no es una sola línea sino una pro-?;

i
prolongación en el alto producen quintas con las notas de bordadura repetidas
en el soprano. gresión a tres voces en acordes quebrados. Por lo tanto la sucesión Fa-Mi be-¿?;

EJEMPLO 7-75 Brahms, Es ist ein Ros' entsprungen (Preludio coral)

EJEMPLO 7-76 Mozart, Sonata para piano, K, 576, Finale

(Allegretto)
A ,1 __^- , ^-
r—1
+• ^.

r"""l —J—¿1
• st ftti ~2 -H -j ITT 5 i J^^~ ~~
—3—-P—V
F— — 1
-d— -—J J ^"^.
i. a e
L^-4f
£
-&*—^ ft ^L .-' § ft^ —»f *\ 5- ;- — '

lf®? a— 1=
y 5
"1
^
\W —i== J. /Jiü J j—Ll jJ '^ 1tdk—*^H ^^ bd ^x =J

b) d)

ti») ^¿
(5) 6 5 6 5
li
íw -
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 193

Imol (segundo compás) resulta de la alternación de las dos voces implícitas, y y la densidad de textura. El modo más frecuente de evitar quintas es por medio
:f no debería escucharse como una progresión melódica. Las octavas son por lo de sextas de paso o suspendidas; las octavas se evitan normalmente por me-
:| tanto ilusorias. (El contraste rítmico entre las manos ayuda a aclarar la conduc- dio de la interpolación de décimas. A lo largo de este libro se pueden encon-
f ción de las voces.) trar ejemplos de la técnica de suspensión 5-6 5; para ver sextas de paso repá-
jí Recordamos al lector que las prolongaciones mejoran a menudo la con- sense los ejemplos 7-46 al 7-49. Para ver el empleo de décimas para evitar
% ducción de las voces al separar quintas y octavas paralelas que de otro modo octavas véase el ejemplo 7-58.
\e darían en niveles más profundos de la estructura. Los compositores han en- En el ejemplo 7-79 aparecen quintas entre las voces exteriores al principio
j centrado muchas maneras de impedir paralelismos erróneos; la eficacia de es- de cada grupo de dos compases. Las quintas, comenzando Do (tercer compás),
\s técnicas depende en gran medida de aspectos tales como el ritmo, el tempo aparecen anticipadas en la última negra de cada grupo. El bajo muestra un

'.'Í EJEMPLO 7-77 Schubert, Impromptu, Op. 142, núm. 3 EJEMPLO 7-78 Mozart, Rondó, K. 494
| (Andante) (Andante)

a)

r\/ b

•f EJEMPLO 7-79 Schubert, Sonata para piano en Si bemol mayor, D. 960, Finale

(Allegro, ma non troppo) <


i
194 EL CONTRAPUNTO EN LA. COMPOSICIÓN

empleo interesante de inversión interválica; las segundas descendentes adop- éxito (gráfico a}. Sin la manipulación de registro del bajo la progresión hubie T

tan la forma de séptimas ascendentes, y las séptimas aparecen snbdivididas en se tomado la forma mostrada en el gráfico £>; éste a su vez se manifiesta como
tres terceras. Las tríadas en posición fundamental construidas sobre estas notas una serie de suspensiones consonantes manipulada (gráfico c).
de subdivisión del bajo interponen su peso entre las quintas y las mitigan con El problema de las quintas y octavas se continuará en el siguiente capítulo I

I
¡

EJEMPLO 7-79 (continuación)


I

5 5 10 8 5
I

b) 3) I
|

r r 4i
3|—-1 r"i- V'^i-'"!•-JL j. ^ i'—* , —¿ . t.«. 0
* í
-
*—a-*
J: ^i

rr
f 1
LJ5 L.I
1 53 6
4
6
3
5
3
5,
' 3t
6
4
" 6 " 5
3 3 1 *~"~'S"T 5 6~" 5 6 R R
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 195

m EJERCICIOS

A. EJERCICIOS DE PROLONGACIÓN MELÓDICO-CONTRAPUNTÍSTICA


terior; esto separa el Sol del compás 2 de su continuación, Fa sostenido, pero el oído
percibe su conexión fácilmente. Elaboramos ligeramente el bajo en los compases 3-4.
En lugar del Re mantenido del modelo, que hubiera producido un efecto estático si se
mantuviese por dos compases, introducimos una progresión en el bajo complementaria
Como base para los ejercicios siguientes presentamos un buen número de de la del soprano. Por medio de este intercambio evitamos una octava vacía al princi-
progresiones, muchas de ellas basadas en ejemplos del repertorio que ya hemos discu- pio del compás 3 y nos beneficiamos de la sexta, contrapuntísticamente preferible.
tido. En todos los casos el modelo dado es una reducción del original, despojado de su La solución A-l¿b es similar; aquí, sin embargo, trasladamos el Fa sostenido de la

f textura y ritmo individuales. Las progresiones cuentan con tres voces; las dos superio- «voz interior» sobre el La invirtiendo la tercera inicial en una sexta. Al hacer esto
res deben disolverse en una sola línea polifónica a través del empleo del despliegue. efectuamos un cambio de registro; el Fa sostenido final se encuentra una octava por
La transferencia de registro y la superposición se pueden emplear también. En cierto encima del del modelo.
modo estos ejercicios están basados sobre el principio de variación —el fundamental Otra posibilidad es rellenar la tercera inicial con una nota de paso (solución A-lc).
principio constructor de la música—. Desde luego, el punto de partida es una progresión En el segundo compás producimos un modelo similar por medio de la arpegiación. La
abstracta en lugar de un tema individual. En los primeros ejercicios el alumno debería tercera final del modelo no aparece desplegada. Sólo el Fa sostenido está realmente
restringirse a modelos claros y simples y debería evitar el empleo de complejidades rítmi- presente; a pesar de que el Re de la voz interior no está presente, está implícita por el
cas, motívicas y de textura. Para algunos de estos ejercicios presentamos modelos de so- contexto. Los despliegues del bajo no requieren comentario alguno; la novena contra
luciones a los que el alumno debería añadir algunos propios. El alumno debería ser ca- la voz superior (segundo compás, segunda negra) resulta de una nota de paso que se
paz de definir los diferentes tipos de prolongación que emplee y explicar la función de mueve contra un acorde quebrado.
cada nota. Estos ejercicios, dicho sea de paso, son similares en concepto a la ilustra- El alumno debe procurar escribir al menos tres variantes adicionales del ejemplo A-l.
ción de Mattheson de melodía polifónica presentada en el ejemplo 7-1. A-2. Nuestra segunda progresión permite el empleo de un bajo armónico, o de
uno contrapuntístico que diera lugar a un acorde de bordadura-paso, (La quinta dis-
A-l. Esta simple progresión se presta con facilidad a la técnica del despliegue. minuida Mi-Si bemol resulta de una contracción.) Desde luego, un despliege en el
Intentemos una solución modelo. Desplegamos los dos primeros intervalos sin relle- bajo puede emplear ambos Mi y Do. Nuestra primera solución no requiere comentario
í.^ narlos, comenzando con la voz superior (véase la solución A-la). Por otro lado re- alguno.
I llenamos el tercer intervalo con un movimiento de paso que sale del área de la voz in- En la siguiente variante, solución A-2b, la tercera rellenada en el primer compás
P*
¿j'r'Á;

I '£ EJEMPLO A-l

a li
(y 41» r*
V rv °
«,)

f, t* f1
-^ '• í¿í

:* SOLUCIÓN A-i
Ji;
í
' 3 d \ •-• ai b) c)
1?
lírrr
. f/n — —_íj
v-y tí ( . rJ
,-. i
,
A 0
c. 1—^— —& 2- 3
7
4 d
H-
ÍP
i —

r).
-é- o ° -J- * £3

\ o
1
frV/• ^tftj <rs > 4> 'J u ,» J
r - 1*
r
-*" j^\
f111 r-» u
—^?_ .'TI V , '^'. 7 I 1* é 9
196

tiene un eco en el segundo. ¿Cual es la función del Re disonante (segundo compás,


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

cendente del principio. El impulso del bajo crece en el tercer compás; expliqúese la £
I
segunda negra)?
Otra posibilidad es colocar el Do inicial en la octava inferior y desplegar ascen-
dentemente (solución A-2c).
La solución A-2d es ligeramente más elaborada. Adviértase la correspondencia
disonancia que aparece en el segundo tiempo.
Escríbanse al menos tres variantes adicionales de esta progresión.
A-3. Esta es una progresión algo más extensa y compleja. Ofrecemos solamente
una solución modelo. En el ultimo compás las dos voces implícitas de la melodía polifó-
I
motívica entre los compases 1 y 3: la quinta ascendente del compás 3 contesta la des-

EJEMPLO A-2
nica se han convertido en voces diferenciadas para reforzar la cadencia.
i
-¿Hr--rs
jgE^-«
tJ
—§——H
5— Tí
Tf —H
I
fry. -,
_^/ fc_
o
• -°-
O
o
—e»— T5 —o I
SOLUCIÓN A-2
a) c)
i
• i
W5
u
—Jr—L / j £3 1
r
i
*•>
i
—p —ád1—
_f —
-i 1
—J1
_• 9
i
1
r-J
—f
1—*[—
—^P—

» a
o —\ —
, 1
y*
~r¿—*—*—*
\í — '
j ri * ^

'—'
4"» I
-~ )' U v;
-i
J
o
1 p *•» o
i
J i
d)

3^1—1(
^^— i —*- >• J'J
®
(•
r ~~1——
-^
H—d-»
> » g
¿M—"É7;

¡r;
I
I
v

. f J
r J í=t=
^- — 'J. 4
0
\ÉE&~\ J J ,
1
L-l L O

EJEMPLO A-3 SOLUCIÓN A-3

I
a

^W—j J j £- -iK¡—*J — j—
=^~~ r r r "t r r
*^i-f—
— ii
fi -i—-=r=
—i» w

i _,—
i
f
I
V
T
I
V I
ftf EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 197
i •':
i *
•™ 'í A-4. La progresión del ejemplo A-4 puede prolongarse por medio de una arpe-
giación en la melodía. Presentamos tres soluciones; las disonancias resultan de la pre-
~ r sfncia simultánea del bajo de paso y de la voz (o voces) superior arpegiada. El alumno
•/- debería inventar soluciones adicionales.

™ '¿

EJJEMPLO A-4

1.-
'- Jé
láSs
* \ ^"^\rt
r, r-j
9
J
PS
,
y
1 n

•r ¿Y r j
"^~
./-)• ' i•
p
"i» ~~ rJ
-- T - II6 V I
| ' í

SOLUCIÓN A-4

i Í u_ ••r
^Jfl J
£ *
J
H
*->
JA
^*q

<t
b)

5
l i
«
'
A
0
l i
A
0 - t>

1 ^f r
'f.JrP*i * 1^1 J ü
yu « ^ o i» o * r f o
•?
1 r r r r
;l f- * . J j J- J
Jy^—i—r— i*
¿Y P a - y

1 • í.
•:í
n~
^
«
\
'
a
1 p
1
J
£
1 ^
F
c>
"

i C)f
—-, 1
9 v—>n*—J 1 n—i
— —jK/ j—i»—a—*
«—a +—m
it—f
1 J '- n
— *—
*-M|v~
^LTLUJ
1 ^_¿—J_J—¿—* * * LJ
'X-

'•? i -p- o
4

r i r1 1<t r—1? ^1 1r r1 i LM
1
i— 1— —
-?-?—¿— =L^——— _JJ d U J i " u

i
198 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

A-5. La progresión del ejemplo A-5 puede expandirse empleando la técnica de


la superposición. Se ofrecen dos soluciones.

EJEMPLO A-5

o¿
Jf Tttí i J
J (
ii
^
-^ >*, ^ ry
/%< tf '"1 h>
K P c?

i r
\ L/ r h 0
^ ^

6V
.
tt
-j2. O
") ***
•r
/' n^
^0

SOLUCIÓN A-5

A. -/-
b)
jsL-
T. J J
. tf
t
J I
3:

£ W^=^

:!tí
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II
199

7 Á-6, Presentamos sólo una variante de esta progresión. 'Como en el ejemplo A-5,
^se emplea la técnica de la superposición, que aquí conduce a una secuencia ascendente
Abasada en una figura de dos notas.

EJEMPLO A-6

Hr-
J ;
1
J1 r ~1

EsSi n J
*~* 1

i#:'-
P 3— • i
9
~~/*~
-x - ?—
i V
1
I V

•ISOLUCIONA-6
íi

I :!a)
, í>
ph~~
r
2— pffin
•^5 ^^J?
u^t mam
-| 1

I
f
f" í -í i ,I t
Q ' _, _
—f ¿=j ¡ —í

M <
—^ — »—>— Jn "J. 1 '
- -t

l •i l
i
1 •3 í
1- r

I
I
I
I
200 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

No ofrecemos ninguna solución modelo para las progresiones restantes (ejs. A-7 monótono de la voz superior debido a su limitado radio de acción. Si el despliegue se -^
al A-11). Escríbanse al menos tres variantes de cada una. La última progresión se divi- utiliza correctamente se desplazarán las octavas entre el bajo y la voz media (compa- I
de en dos frases. Empléese el despliegue y la superposición para eliminar el efecto ses 4-5), y la conducción de las voces resultará correcta. $

EJEMPLO A-7 EJEMPLO A-8

yó tí
Wattí!
1 i
>r b 4 i 1
¿A >(n
fm tt
A
*>
/) ^ J
X.
c
"Q
ÍS
T?TÍ i i V-U j r
vsy P 1
4. J J J •J
r --
"¿J <9 ** *
-é-- 4.

£Y L°
J J J U—J- n C
J. 6V
i l!
tf 0
/* «U*
/•
r ^j „ *>
1* .h
1 vP V rj r^ ./ ^E r
^:. 7 A * ro —

EJEMPLO A-9 EJEMPLO A-10


jf i
/l. h
j
*
"^ ** ^ i
9 a
n W" ^n f r
fí. Vn «J
r r
_fflS T ^ w T
9 ---

r L. r
\¿J «-, -*t ¿9 _ V<
J f

«_ j» r
"f*~ « ,» i
£"V 7^ » p f"
-f —U—
—J 1 ••/' L ? f J L. J—
1 _| 1
b 1

T w. ^r b, T

EJEMPLO A-11

f\ >c y ^ fí
« w •-
P •^
h'^- "•ri Pr
^-^
fm " • 7
P
ViU n rfa 1P~~-
r
«J — \
1 1
8
6^' ,
_
—y _U ^5 p rj
~~c 1— — p .
r^ 1
o P L
1 f i ._
1 -é- tj^- P 1 1 P
\-f- i
1 '
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 201
w

í?•<*•
I
\ÍQ, EJERCICIOS BASADOS EN VOCES EXTERIORES DE CORALES
-j
'j Se pueden derivar ejercicios interesantes, un tanto diferentes de los del grupo pre-
B-l. Ofrecemos una variante de esta progresión. Los intervalos de «primera es-
pecie» del modelo se han expandido por medio del despliegue y de la superposición.
Deberían advertirse también las suspensiones.

t
***
Acédente, de progresiones adaptadas a partir de la voz exterior de los corales de Bach. El alumno debería escribir variantes adicionales de la progresión del ejemplo B-l,
'•Los modelos siguientes se prestan a prolongaciones melódico-contrapuntísticas de va- y debería intentar soluciones similares para los ejercicios siguientes (ejemplos B-2
JÍOS tipos, y se pueden transformar en realizaciones que difieran considerablemente de al B-4).
.'los corales propiamente dichos.

^EJEMPLO B-l

I£.

POLUCIÓN B-l

1
m TSS:

.EJEMPLO B-2

1
4&V. ^ e 1 Q
,_ T—gs^—[— _¿ ^ _ií ©

1
^? f
k' ! o L£_^ O

ifc
••""•.I «i* b
j

1 ' v
• rj p.
F
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
202
EJEMPLO B-3
EJEMPLO B-4
i
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 203

•£. EJERCICIOS CON MODELOS SECUENCIALES C-l. Las variantes dadas emplean técnicas de desarrollo melódico que el alumno
debería ser capaz de identificar. Adviértase el empleo prolongado de la disonancia.
;| Los simples modelos secuenciales de los ejercicios siguientes se derivan de técnicas Los ejercicios C-2 y 3 son similares y no requieren comentario alguno.

I tfontrapuntísticas elementales. Estos modelos forman la base para ejercitarse con técni-
cas específicas de prolongación. El alumno debería tocar o escribir las soluciones dadas
. £h varias tonalidades; aquellas que hayan quedado sin terminar deberán completarse. Las
Los ejercicios restantes aparecen sin soluciones modelo.

• -
progresiones
F: ^
dadas deberán utilizarse como modelos para nuevas variaciones.

i |

1 I
•EJEMPLO C-l
¡ *
'I
t '' ff
^•/¡L,
>vjy
L> V J f~\
V)
*-,
*'
^
1> o *">

r L¡—f T—-
i?

*
r^/ ' 1
-f
H— 1
/-! —J-t s -—«3
ti

i i ;*

ÍOLUCIÓNC-1
I 1
'•?
t^) c^) ( i)
1
I t ó = iH 0 5. ;
1—P~ pi
Q
21 -TS 1

—u
1 T-
—O ¿ ¿ & 1

H
etc. etc. etc. etc.

í * P a~ fe n
f —' íM
i pJ =^= —_d-j P
1
e
—e
I (9
i r 1p i 1 i p 1f I
^ ^
U 1 U r\)

f)
h
«jhji-i
| A
p*

'^ r> r

1
JÍ s 9 í Ep \
'"
j j^n íT
J ^ (* O
J *t^k

el
' 15 J * ._ - ^
' i yíV
111 Vsl/ rj ^' *1 a •*• f*"
r r 7
•M- u * J, __< i ' l
J J
"*" 1 1
etc. etc.
í

I r¿\
í-
— 1—
O

í9—
> p—• J
1
i
I0
-Ht-r—^—
c —
s— ^=*=^
íS

-*H-
L^
k f
í=^
1
- 1*-
=t 9 Lj _J
204 • EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO C-l (continuación)

p-4-^^^
J J ¿
Sre- n«niiag™i

—«í—C
-e> p F u
e

i?
&
-E ••—

9 -*-*-•

etc.

=s)j-a r r /= •^ ñ ff —
^=&. r-f- 0—
0

d
|=i 4 «
«

sii—*
^^^

EJEMPLO C-2

o o

f- a P r
6Y r -' *> -" rj . t>
.
//• 1 1 t>

SOLUCIÓN C-2

a) t>) 3)

sié—»r rr rr M
* •• g *> n J L j f ^ J i J J jVii
^NF^ u rrr ^=m= r
<"» "" 1*" 1* £H
—J 1— 1

f/
etc. etc. etc.
£ff-i- r»
4 •o- - f f f
-e»-
¿V A

r ' ' 1 r
I* 1
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, 11 205

ii
r*
SOLUCIÓN C-2 (continuación)

etc. etc.

á=É ÉiÉ

t JÍJEMPLO C-3 SOLUCIÓN C-3

a)

* * *j ". •"BW
i
: *J J KW í/> - —
im J a ti ff ' "
¿ ^ / j^w ^
J
10 12
•¡
-*• >= r ¡ti
i
9 /->
<>
r r

i
i
«jf

jVyp
i i m \" j
e n*
Wr
i>
c. 3

i
'1
j ^j 1

^
1

e\ata «/ 8

•' ^—ri— j
i
TT Q
~ o

i
206 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

SOLUCIÓN C-3 (continuación)

d)

^p^M-i-i —f-r-
.1— ^tr5 rs ryf^- * » i
'
l
1
L,
V
1 f>— '-^
h^—1—* M
ns

:Z__ 1
,fbr
=H
«
)
=t=í —
0
9

\.
^^=i
9 ? " e—
Q

fi J« J 1 ' ' ' ' 1 i


W •j
~?5L V
W J
* J
J
* ¿
¿ J
9
S ' é aJ i J h
1
¿
r r fli
9 H o * "J9
••v-u ¿4 P P f» \ ü»
r r rr
, m fi.P.
s) 1 1 1
etc.

isnii' 'o r r r u ~y~ 7*~ íT U


A~ í»

1 4 » r "i 1
r e H 19
~*í«
/ 4
7 1
TI
1 r.

g)

etc. etc.
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 207

SOLUCIÓN C-3 (continuación)

EJEMPLO C-4 EJEMPLO C-5

(9 x-i c*
feí f\e
^, r\ rJ


_V_1¿ 1¿
^ H— 1
^

1
-o-
r J |

I
;^v^
•' •'"• ^í
í
¿y
y/' o ^"^
^
-^
rj

^>

I
i EJEMPLO C-6

P^

1
I
208

D. EJERCICIOS DE CROMATISMO De nuevo, encuéntrense posibilidades alternativas.


Los ejemplos D-3, 4 y 5 deberían expandirse y variarse del mismo modo. -^
Los ejercicios siguientes están diseñados para proporcionar experiencia en algunas El ejemplo D-6 muestra un movimiento de paso reminiscente de la segunda espe-'f
de las técnicas fundamentales de cromatismo: las progresiones cromáticas han apareci- cié. Esta progresión se puede transformar en realizaciones cromáticas a dos, tres y cua-|
do sólo en un número limitado en los ejercicios anteriores. tro voces. y
El ejemplo D-l muestra una progresión de bordadura consonante que se encuentra a El alumno debería encontrar soluciones alternativas. ~
menudo en la tercera especie. Se pueden derivar muchos acordes de bordadura cromá- Para los ejemplos D-7 y 8 no se han ofrecido soluciones modelo. El alumno debe-!
ticos de esta progresión. Las soluciones dadas indican varias de las posibilidades. rá proceder como en el ejemplo D-6.
El alumno debería descubrir derivaciones cromáticas adicionales, escribirlas a Los ejemplos D-9, 10, 11 y 12 contienen una progresión cromática en una de las
cuatro voces y tocarlas en varias tonalidades. voces exteriores. Complétese la realización contrapuntística a dos, tres y cuatro voces,
El ejemplo D-2 muestra una bordadura inferior disonante. Como en el ejemplo Ofrecemos una solución modelo.
anterior, esta progresión puede servir como punto de partida para el descubrimiento de
acordes de bordadura cromáticos.

EJEMPLO D-l SOLUCIÓN D -i EJEMPLO D-2 SOLUCIÓN D-2


a) b) c) a)
] || J t[J-J-iJ 1 ,. TI
TÍrfe—*^^* 331 351

tVr-f-
0

TTT frf
L¿i 1
w j JJ —o

^~ r r r °^

EJEMPLO D-3 EJEMPLO D-4 EJEMPLO D-5 EJEMPLO D-6 SOLUCIÓN D-6
a) b)

-©-

frr 7 3
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II 209

'EJEMPLO D-7 EJEMPLO D-8 EJEMPLO D-9 SOLUCIÓN D-9


a)
A tf ti . i I I
Z5T -o- ~y~ffí n i i ,, . u
/L
f/f*
v-U
fl
tt *J 3*
J^ J
rf
w tí*1 CJ
-W^—£
sHr-J— -J4«—
3 4
•O-
8
"O
6 7
o
1 0
r r r
•i Ji a
£V tí U
* !• Batf * I» -r
¿Y tí R *^ » * .*» n •^
./ ^Ü .//• "i
ífl!-"
: """r 1
-

EJEMPLO D-IO
.^-yñ i U> bi i
e
'
cJ •
-/s*
\\^/
b '•> J

1
6V ' i * P íe t> rí a
y/• iu17 b/ "r Fr

'.^EJEMPLO D-ll

EJEMPLO D-12
210 EL CONTRAPUNTO EN LA. COMPOSICIÓN

Los ejemplos D-13, 14 y 15 prolongan un acorde subyacente por medio de progre- cuatro voces. Se puede inflexionar cromáticamente y adornar melódicamente cualquie
siones cromáticas en las voces exteriores que se mueven a través de una octava com- ra de las voces. En el ejemplo D-16 las sextas pueden realizarse como acordes f . En é.
pleta en direcciones opuestas. La solución que sigue al ejemplo D-13 añade dos voces ejemplo D-17 se deberían realizar al menos tres diferentes versiones de la voz supe
interiores anotadas en disposición teclística. Lo mejor es repetir notas comunes siem- rior. Empléense notas cromáticamente inflexionadas al menos en una de las solucioné
pre que sea posible y emplear progresiones por grados conjuntos. Esos saltos aparente- de la voz superior. El ejemplo D-18 deberá continuarse hacia el III descendentemente
mente grandes tienen su origen en transferencias de registro necesarias para la realiza- Transfórmese este diseño en una progresión de quintas descendentes y cromatícensí
ción pianística. las voces superiores tal como se indica. Hemos ofrecido una solución para el ejerri
Los ejemplos D-16, 17, 18 y 19 se basan en suspensiones. Éstas pueden transfor- pío D-19 que muestra prolongaciones gradualmente más complejas de la serie de sus
marse en progresiones cromáticas en toda una variedad de realizaciones a dos, tres y pensiones subyacente.

EJEMPLO D-13 SOLUCIÓN D-13


i
a)
t
•w

I
^ r T r I
I
EJEMPLO D-14 EJEMPLO D-15 EJEMPLO D-16

A , 1 i 1
• é a
r\ —"""—*" ' •— •»
J
(m a *'

5 6 5 6 etc.

f\
l"
—P 1
-^ f -f ^
1 i r
V
Sol V7
="K<^ '.' í
m
m$-; EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN, II i 211
'tfijjf-.?.
Ifer • ~: |§ " ? EJEMPLO D-17 EJEMPLO D-18 SOLUCIÓN D-18
|;í
a)
í- :l pPu 4AJ¿
-f=— H \ -n 3 r^rV-J ]
^ P T7 —r4 K&-5-íJ— p-fk=Lf— *-|
«J -f- (t f- &J | 1 1 1
5 6 ^ 7 6 etc.
» •f- »
37-f-j4=^ 4fa=: ^P= bJH^ 7- -^r—H^-pí^:
_^4 ^ _. '„ .. .. . .£ .
i' 5 6

^= 5 6 5 ^T r ' r ^ ^ H ik a- ^krfc^^^^;
í
t f V-1
;;íf/-
i EJEMPLO D-19
I..i"sr Jr ívi Tlfl. 4 ^^
^^ í Tf i! o •-
1 irt T -ri . . IV _. ~- - *-> ; . ,-*. ' ~ '" ". '
Í&- \>L/ / / p•^ 'P • (0 ^ - '- (^ i •^ _ tí ' '' • _ • - - • • • • : : _ - _ • .vi :•:-; :-
~^~— . - x-- •-
1 ' I 1 '1 \. . „. -f--^;f-y— —8
^-— ^v
l"~-f^^I .^ r 1 —
c
li - 6 7 - B" ^7 - 6"^~-~^~.7 - 6
e» 4
Ü_ - - *r>
tf,, -• " <> : : *-«*. 5 s - n-f,
TI» " 0 " —T r i . . . . _ . , -vi . . . ....
i -^ ^--B
,, - ' ' ' '
lo V I
&;; n^ L
JTT»
, 4.1»
r ffy &
tfL
fm V:' /-> k° • • "" ~ TT K ' *•> " ,Q "
V.L; ', f j •^P : . íO"- •
1 J
HY
1
•" fvl
í J 1 1 1
r f f r ~"
Ú n» n h L
J J
rr 1 ,á
rt~~¡y-_-~yh l|-°L-+-4 ..._0_._., 0.
"6-V ttií" -. &rt R P [ a_ •_ •: tf f-J
" "r "Mr . - _ - - - . - :o? H
3-P- U -^• - . • . .• • _• •,- o. . . • • -
.
/• :tfri: SJLVÜ"S" " "
ii
1 ;¿Í-V:
í:?:;^''.-
;
'5 Ble

" " ."


•'.'V;.'_f "r. • 'Í
;;ffe':,' '} • i Ble |
'~:¿;'.V '1
'-,;-..••; '| _ / |H^44=frJ-J^ 4 =^M
T Tí . .. Lf' 'J - -
1__8
nfr^ 41
i—• N =N M^ • > / 9 9 P
o.
—F- n
í l
i -4 1 o— (jK^-=p^==|
¿'..';;; .:•" '\ : • •• '.'• 3
j '•K^:¿, |
^f-¥ ¥1 r— *\: r r-^é4n=FF^
•££:'•• '. 1
!,¿'¿: - í;
¿ .£ i J ./1 á ¿ J
1 '••"¡v? í. '.í TT J- r>
... ..0ír- - . rr 1
Q- - li '; _£> fe S>
w '1 9 , n • • n-fí- -. __.
4 g—í
jJ —I ti
•í-v? ' .¿ A~ —1
H— 1 1_| _j 1 ü
vSsí :•'.
; .v
f^f ^
:•<#£ ;.•• •}•-
••rf$fe\ '>'
itt í .í
II Ü¿ :¿
^
I
212 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

E. EJERCICIOS DE MOVIMIENTOS DE PASO Y PROLONGACIONES en los ejemplos E-l al 4, que presentan tanto movimientos de paso como prolongacio-
CONTRAPUNTÍSTICÁS DE ACORDES nes contrapuntísticas de acordes. El alumno debería realizar los bajos encontrando la

El empleo de un plan para el bajo como base para los trabajos improvisados o es-
critos es un antiguo y valioso método de instrucción.6 Hemos adoptado este principio
métrica, ritmos, acordes y conducción de las voces apropiados a sus ideas melódicas y
a la función contrapuntística o armónica del bajo. Además debe dársele la libertad de
añadir más prolongaciones al bajo siempre que lo haga dentro del armazón estructural
dado.
I
6 Véase C. P. E. Bach, Essay on the True Art ofPlaying Keyboard Instruments, trad. al inglés

y ed. por William J. Mitchell, Nueva York, 1949. I


I
EJEMPLO E-l EJEMPLO E-2 I
—:/MÍ
, :-
"
£:
i
f
í:
i
f
JL
i _ -f-f
f" -\
f
1— r— —
.

1
n _gy y $
• ' t i
tt

,r
^
A
^
A
*^
0 **

,
«
• i* 0
p

iI \
ir* a
I
5 6 5 6 5 6

I p P V I I
EJEMPLO E-3 EJEMPLO E-4
I
I
TT
Y I
.•B B ^
•*- I Y V I I
I
I
I

I
I
I 8. El coral

I
I
I Elementos de la armonización de corales
Cuando realizamos una melodía coral la empleamos como cantus firmus;
no podemos cambiarla sino para añadir ocasionalmente detalles de ornamenta-

I
•|LA ARMONIZACIÓN DE CORALES Y EL ESTUDIO DEL CONTRAPUNTO ción. La melodía coral, sin embargo, representa un tipo de cantus firmus muy
_X
diferente a la simple y abstracta línea dada en los ejercicios de especies. La
','í En los capítulos precedentes nos hemos ocupado principalmente de las melodía coral no es puramente lineal, sino que posee fuertes implicaciones
!| técnicas contrapuntísticas básicas y de las prolongaciones específicas de éstas verticales, y debemos escuchar grupos de notas como la expresión hori-

I ;f tal y como aparecen en fragmentos del repertorio musical. Todavía no hemos


•f tenido la oportunidad de observar la interacción entre el contrapunto y otras
•ffuerzas musicales en el contexto de la realización de una obra entera o una
zontalizada de acordes subyacentes.1 Estos acordes entran a menudo en asocia-
ciones armónicas; debemos, por lo tanto, damos cuenta de las implicaciones
armónicas al igual que de las contrapuntísticas de la melodía. Además, muchas

I •fsección de mayor extensión. La armonización de corales nos permitirá progre-


!|sar gradualmente hacia ese estadio.
;I En este capítulo nos concentraremos en los problemas de la conducción de
;|las voces en realizaciones de corales. Por lo tanto nos referiremos sólo super-
melodías corales poseen un distintivo perfil individual; en nuestras realizacio-
nes debemos respetar el diseño motívico y el carácter expresivo de la melodía.
Finalmente, una cuestión estilística: seguimos e] procedimiento de Bach y

I
otros maestros del barroco al situar la melodía coral en el soprano. En las rea-
•fficialmente al desarrollo histórico, interpretación del texto, ejecución histórica lizaciones corales más antiguas el cantus firmus estaba generalmente situado
•fy demás asuntos afines. El repertorio del coral abarca cuatro siglos, pero, 'a en el tenor.
• fpesar de que muchos otros compositores hayan escrito excelentes corales, nos Las realizaciones más elaboradas de Bach, tales como los preludios cora-

I ^concentraremos en las realizaciones a cuatro voces de J. S. Bach. Los corales


;|de Bach están considerados umversalmente como los ejemplos supremos de
••feste género, y muchos de ellos son verdaderas obras maestras cuya riqueza
les para órgano, muestran en ocasiones el cantus firmus en el bajo o en una
voz interior; en sus corales vocales a cuatro voces Bach siempre lo sitúa en el
soprano.

I
í
• f.de contenido y profundidad de expresión se contraponen a su brevedad.

RITMO Y MÉTRICA
i L A MELODÍA DEL CORAL

I /•
;¿/: Las melodías del coral provienen de los himnos de la Iglesia luterana.
;'?Algunas de ellas fueron escritas especialmente para el servicio luterano por
En tiempos de Bach el ritmo del coral ya era eminentemente métrico; el mo-
vimiento rítmico aparece contra un fondo de grupos métricos, de pulsos fuertes y
débiles en sucesión regular y periódica. Los acontecimientos estructurales apare-
•¿compositores de los siglos xvi al xvm; las restantes son adaptaciones de melo- cen a menudo en los pulsos fuertes; el acorde final de tónica, por ejemplo, recae
I •|días seculares o religiosas más tempranas, algunas de gran antigüedad. Existe
'|por supuesto una gran variedad en cuanto a estilo y calidad; algunas de las
virtualmente siempre en el tiempo acentuado. Por otra parte también es posible
que un tiempo métricamente débil actúe como punto focal, tanto al comienzo
.'¿más antiguas son modales, mientras que otras pertenecen al sistema mayor/ como al final de un movimiento importante. Muchos corales comienzan en
I ; ¿menor. Unas son melodías bellísimamente construidas mientras que otras han
•¿sobrevivido más por su asociación con lo sacro que por su intrínseco valor
•^musical.
anacrusa, que a menudo presenta el acorde inicial de tónica y forma el punto de

1 Como se estudió en los capítulos 6 y 7.


214 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

partida de todo el coral; tales anacrasas no deben escucharse como meras prepa- del coral en 3/4 corresponden a un solo compás de 4/4; las "blancas del 316 re- ^
raciones del subsiguiente tiempo fuerte (v. ej. S-l2). presentan a las negras acentuadas del 6. '|!
Bastará una ojeada a través de los corales de Bach para indicar que la ne-
gra representa el pulso o tiempo métrico normal. Son muy pocos los corales
(por ejemplo, los números 179 y 194) en los que la blanca representa la unidad REALIZACIONES FIGURADAS Y DE NOTA CONTRA NOTA !•
métrica. Casi todos los corales están en métrica binaria y en compás de 4/4. La
primera y tercera negras pueden actuar como tiempos fuertes, y la tercera ne- Bach emplea en sus corales una variedad de textura que va desde realiza-').'.
gra contiene con bastante frecuencia el acorde final. clones simples de nota contra nota hasta la escritura figurada de alta compleji-1;
Hay relativamente pocos corales en métrica ternaria y la mayoría de ellos dad. Esto aparece ilustrado en la yuxtaposición de los dos fragmentos en los í;
está en compás de 3/4. Estos corales se caracterizan a menudo por un ritmo ejemplos 8-3 y 8-4 (corales 108 y 198). En algunas ocasiones una de estas tex- Í~
de blanca-negra (véanse los números 1, 93 y 193). En los- corales en com- turas prevalece a lo largo de un coral completo. El coral 106, por ejemplo, £•
pás de 3/4 normalmente cada compás contiene un solo tiempo fuerte. La com- muestra predominantemente una textura de nota contra nota; el coral 61, otra-x^
paración de los corales 6 y 316 mostrados en el ejemplo 8-2 —ambos son rea- realización de la misma melodía, aparece altamente figurada. En otras ocasio-lj
lizaciones de la misma melodía— es instructiva. El número 6 posee una métri- nes Bach varía la densidad de la figuración en un mismo coral. -/;
ca de 4/4; el número 316 está compuesto en 3/4. Adviértase que dos compases El alumno debe limitarse en sus trabajos a las divisiones binarias del pul-J;
so. Bach utiliza libremente el movimiento de corcheas. Lo más característico\
2 La numeración de los corales sigue la edición Riemenschneider (Nueva York, 1941), que
retiene la numeración tradicional que se encuentra en la mayoría de las ediciones previas.
es que las corcheas aparezcan en grupos de dos (ej. 8-5); sin embargo, Bachí-
liega a escribir hasta catorce corcheas consecutivas en una sola voz (ejem-f-
I
I
EJEMPLO 8-1 Bach, Coral 5 I
réH—
(<T)
*J '
<s)
9

1
J- D n J i=^H~
fi, —S
H
-^--n.
I
I
i
1 r^1 i
.1 ; ¿
U -fi^r un
ji
*• «—e í¿J. 1
B

I
EJEMPLO 8-2 Bach, Coral 6, 316
i
eto. -Ac— ^ J
^
1 t=H
-i
—© R
1
^
i
EL CORAL 215

pío 8-6). Bach emplea las semicorcheas con mucha menos frecuencia; sólo de ral 151, puede servir de ejemplo: a través de la eliminación de las notas de fi-
'vez en cuando escribe más de dos semicorcheas consecutivas en una sola voz. guración llegamos al perfil mostrado en el ejemplo 8-8.
las sincopaciones —habitualmente corcheas ligadas— aparecen a menudo
|véase el ejemplo 8-4).
t En este punto se sugiere que el alumno reduzca algunas frases corales fi- TRATAMIENTO DE LA DISONANCIA: ASPECTOS RÍTMICOS
guradas a sus perfiles de nota contra nota (véanse los ejercicios números A-l
il A-5, páginas 269-270). Al comparar estos bocetos con las realizaciones de Si el alumno redujese frases corales figuradas a realizaciones de nota, con-
pach comprenderemos mejor el empleo que hace de las prolongaciones meló- tra nota, como se recomendaba anteriormente, observaría la desaparición de
tlicas al igual que su tratamiento de la disonancia. El ejemplo 8-7, del co- algunas —pero no todas— las disonancias. Podemos por lo tanto establecer

ÍEJEMPLO 8-3 Bach, Coral 108

^ — ? —i
3$-"" J 1 f f 1 —r— -^-rr 1 s

jj=±1
—6 «

^r
farbj
—r-c^—1 a
f— Ff-H
9
J
U—r-1—-/a ¿
jr fr J-J= -1
J. ^.

^ u— i— 1 fe

f ^f—t 'h '. r M


vu
i L

EJEMPLO 8-4 Bach, Coral 198


r\?
^ J J J J-

•EJEMPLO S-5 Bach, Coral 68

Fñárí —éi—^ H f^-i j J II


v3)
i• T^
1 — ^r\r i*
., 1
, ~M~ 0 r
É53^ etc.
"""•••'
r^1 ru
U—-íJ ^ r» r* 1r ' "
•:. *J--i • P s " f * r
¡-^f-b —J 1 ft- p
216 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

una distinción entre dos tipos de disonancia: figurada, habitualmente en valo- Las disonancias mantenidas no aparecen en el coral; sin embargo, el empleo
res de corchea o semicorchea, y de nota contra nota, habitualmente en valores de la disonancia de nota contra nota marca un avance en complejidad sobre el
de negra. La duración de la disonancia a veces se extiende más allá de la ne- contrapunto de especies.
gra: para excepciones, véase el coral 216, compás 2, y el coral 316, compa-
ses 6-8. Esta distinción sólo pretende ser una guía preliminar; como veremos,
las disonancias de nota contra nota representan figuraciones manipuladas o DISONANCIA FIGURADA
prolongadas.
El tratamiento de la disonancia en el coral se encuentra a medio camino El ejemplo 8-9 muestra la aplicación simple y directa de los tres tipos bá-
entre la rigurosa simplicidad de los ejercicios de especies y la textura —a ve- sicos de disonancia a la escritura coral: la nota de paso, la bordadora y la sus-
ces altamente disonante— de la música instrumental. Una de las grandes lec- pensión. En estos fragmentos el tratamiento de la disonancia se asemeja al del
ciones del contrapunto de especies es el hecho de que la disonancia surge a contrapunto de especies y no requiere comentario alguno. El movimiento de
través de un movimiento contra un fondo de estabilidad consonante. El origen paso 8-7 es de gran importancia; Bach lo utiliza a menudo en las cadencias
horizontal y la naturaleza transitoria de la disonancia caracteriza toda la músi- sobre la armonía de dominante (ej. 8-9¿>).
ca de la tonalidad triádica; no obstante, especialmente desde el período barro- En el ejemplo 8-10 vemos disonancias de ornamentación similares a las
co, los compositores han sido capaces de controlar la disonancia por otros del contrapunto de quinta especie. El empleo de semicorcheas es característi-
medios aparte de los puramente rítmicos. Cuando sea necesario, las notas co; como las corcheas de la quinta especie, las semicorcheas en el coral se
disonantes podrán ser de mayor duración sin perder su carácter dependiente. emplean generalmente por razones decorativas.

EJEMPLO 8-6 Bach, Coral 45

1 1 ,J
P

EJEMPLO 8-7 Bach, Coral 151 EJEMPLO 8-8

rfm <* J- "J - ' J * J /L ' á é J J * J


2—-1—Í —%—-r—1—^—a—
z^r
3 VA
r r í*
^^^
s
1r —-^ LJ-
m
-§6
tP rTTr r r r r
3
r, "o
f A P1 Q
# a Ia
J r —^ 1 O O

J. i i i ni ,^ n J -**- -9- o i i iiii J i 0


4Y tt. 6 -i* a
r P " íY ti i*
J/• tív H, * P—f L «_*
0
f. ra i1*
|L e r

* ^^
LJ 1 ' "^ ^ i 1 ^"^
VJL/
—u S f 1 1 i
I EL CORAL 217

I •••' En los ejercicios de especies no hemos empleado anticipaciones disonan-


•'ftes. La anticipación, al igual que la suspensión, resulta de una manipulación
característicamente en el soprano. A menudo la tónica melódica está anticipa-
da en puntos cadencíales; algunas veces Bach añade anticipaciones de la tóni-

I ¿rítmica; sin embargo, no representa un tipo de disonancia fundamentalmente ca a las melodías corales, y debe permitírsele al alumno obrar del mismo
¡¿importante, como lo es la suspensión. Normalmente la anticipación aparece en modo. El ejemplo 8-11 presenta una tónica anticipada en el soprano.
•'.¿una posición métrica más débil que la del sonido que anticipa; a ese respecto En el ejemplo 8-12 vemos la anticipación de la penúltima nota de una fra-
•fes la antítesis de la suspensión. En los corales las anticipaciones se dan más se, también en el soprano.

I '4EJEMPLO 8-9 Bach, Corales 224, 1,18,168


'I a) b) d)

ii r
=¿
r i

i
4-3 9-8 4-3 9 - 8

¡¿EJEMPLO 8-10 Bach, Corales 27, 43


b)

f r
i
O r r r
I ¿EJEMPLO 8-11 Bach, Coral 207

1
EJEMPLO 8-12 Bach, Coral 57

1
f
'-i /L
fA b 'V
v 7
y
ÍX
VY 4 flu ^ * i 1' J
JÍ-
.'i
f
I
¡4
C\' 1
*J- i 0
J
«
n
™ w J
tí o'-
218 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 8-13, del mismo coral, muestra un uso de la anticipación algo


más infrecuente. Aquí aparece una corta cadena de dos anticipaciones en el
tas, es decir, bordaduras con una sola conexión por grados conjuntos en lugff
de las dos normales. En el ejemplo 8-15 la disonancia está conectada con ja i-$
curso de un movimiento de paso en el tenor.
La tercera nota en el soprano del ejemplo 8-14 puede interpretarse como
una anticipación indirecta; no es una nota repetida en la misma voz, sino que
nota precedente pero no con la siguiente; este tipo de bordadura incompleta '$$
denomina a menudo nota escapada o note échappée.
El empleo más apropiado de la nota escapada es en el soprano, habituaj-
-r I s "*

forma parte del acorde siguiente. Aunque sea disonante con respecto a su con-
texto inmediato, la nota Do pertenece al acorde gobernante de Do menor, den-
tro del cual se desenvuelven los cuatro primeros compases de este coral.
mente en las cadencias, En algunas ocasiones, como en el ejemplo 8-16, esja
acompañada por terceras en el alto.
En los corales de Bach la note echappé aparece típicamente como bordtb-
|i I
El alumno encontrará en algunas ocasiones otras notas de figuración pre- dura superior. La mejor explicación de este uso idiomático es como resultado
cedidas o seguidas de un salto. La mayoría de éstas son bordaduras incomple- de la elisión de la nota de resolución normal (ej. 8-17). ];
I
I
EJEMPLO 8-13 Bach, Coral 57 EJEMPLO 8-14 Bach, Coral 149

^^ B^

un
yrt i 1p
P
J n
9 J
e
J
«
J i , <*•

I
» e
r
r-¡
J- hJ •
I
—— _ffl- ^g_ -^-

r\ «'
fe v U
.//•'lKpL
4

^a
1 i»

EJEMPLO 8-15

J
Bach, Coral 28 (coral con bajo cifrado)
i
r r ji—«-i—p^—
/u s 1I
Víu ' 4 11 f — ~T—^—^—i*— U
1
-t- I
6 7 6
I
6
a P
5 5 ^-v.

•• i ~) LJ v \ b -4 e 1 »• *
i ! e
4—: —l— 4^- —©-=—
,>

EJEMPLO 8-16 Bach, Coral 156 EJEMPLO 8-17 Bach, Coral 156 t
I
r
I
I EL CORAL 219

I Un segundo tipo de bordadura incompleta es el precedido de un salto y


seguido por un movimiento por grados conjuntos. Mientras la escapada está
¿conectada más cercanamente a la nota precedente, este segundo tipo (en algu-
suspensión por parte de Bach se asemeja mucho a la de los ejercicios de espe-
cies, familiares para nosotros. Y, ciertamente, en sus corales Bach general-
mente utiliza las suspensiones de manera simple y sin mucha prolongación. Se

I :¿nas ocasiones confusamente llamada cambiata) pertenece principalmente a la


;¿nota siguiente. Las disonancias como las del ejemplo 8-18 resultan de la con-
•Itracción de un movimiento de paso; al hacer elisión la nota que le hubiese pre-
••vcedido normalmente, transformamos la nota de paso en una bordadura incom-
entiende, por supuesto, que la suspensión puede aparecer por medio de la re-
petición al igual que a partir de una ligadura; la diferencia es de articulación
más que de sentido contrapuntístico. Ocasionalmente Bach introduce suspen-
siones más complejas. En el ejemplo 8-20a, por ejemplo, una quinta disminui-

I í'fpleta.
'). Como se ve en el ejemplo 8-18, Bach introduce frecuentemente séptimas
'ícomo bordaduras incompletas cuando el movimiento de paso 8-7 (ejem-
da disonante aparece repetida. La resolución aparententemente ascendente de
la suspensión en el ejemplo S-20¿> es, sin embargo, engañosa. En realidad la
suspensión resuelve descendentemente de acuerdo con los procedimientos,
•!|plo 8-9¿>) es impracticable; tales séptimas aparecen habitualmente en una de normales; la nota ascendente es una interpolación decorativa.
•3las voces interiores más que en el soprano. El ejemplo 8-21 muestra una sucesión 4-3 muy atípica en la que la cuarta
".\n el ejemplo 8-19 vemos un tipo de disonancia de adorno más inusual. ha sido introducida por salto. Esta bordadura incompleta acentuada (o apoya-
!;í Aquí la figuración decora la quinta de un acorde f —en este contexto una tura) aparece raramente en los corales; al aparecer el Fa en el acorde previo, la
;.¿nota disonante— por un salto de tercera ascendente seguido de un descenso nota recibe una preparación indirecta.
'Ipor grados conjuntos que vuelve a la nota principal, El alumno recordará por sus ejercicios de especies que los tipos primarios
f •f En los ejemplos 8-9 y 8-10 vimos que el tratamiento de la disonancia por de disonancia, la nota de paso, la bordadura y la suspensión, tienen sus análo-

.f EJEMPLO 8-18 Bach, Coral 210 EJEMPLO 8-19 Bach, Coral 191

J J J J é é
ím
T
il
5*
—.

^ -(fe-—f&—
——
f f T Jlf tJ
r ^TU-T f-
- 6^"
° J»
J j i n^ /^ b/
®• J u>ffJ ¿~\
J J
X Jj Ji
5— * *
i • J.
y 1

/F
1
H/9
Mr F
~
A
1r -J. (•— ú G-a •a •
_0_:
1 1 1 i f
O

•| EJEMPLO 8-20 Bach, Corales 352, 9

I
í 7 3
i

EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

el movimiento hacia adelante. Esas notas ayudan a mantener (o a evitar)


modelos rítmicos repetidos y por consiguiente contribuyen al diseño mot|yi-
co de la pieza. La traslación rítmica sitúa a menudo notas de paso o de Tjpr-
dadura disonantes en la parte fuerte del tiempo; estas disonancias enfáticas
tienden a crear una textura densa y masiva y, ocasionalmente, una calidad:-de
woávo. La prestía voces superiores da pie expresión punzante. 'i.
En el ejemplo 8-23 el bajo contiene una nota de paso disonante y acentua-
00,0 — otros, es so-
da en el segundo tiempo del primer compás. Esta disonancia acentuada resulta
lamentó el producto del movimiento lineal. de un desplazamiento; en una realización contrapuntística no prolongada; la
disonancia recaería en la segunda mitad del primer tiempo. ¿•
La bordadura disonante y acentuada del ejemplo 8-24 forma parte áf la
LA TRASLACIÓN RÍTMICA; DESPLAZAMIENTO DE NOTAS resolución decorada de una suspensión. Los valores normales para tal decora-
ción son las semicorcheas; la relación contrapuntística básica entre las v|ces
se muestra en el ejemplo 8-24¿>. El empleo de la traslación rítmica hace gpsi-
E1 despl—o o ttaslaci6n ble mantener un movimiento en corcheas hasta el último acorde de la fríase.
Las realizaciones contrapuntísticas del ejemplo 8-25 muestran desplazarrjien--
tos similares a los de la segunda y tercera especies combinadas (v. cap. 9). Para I
mantener la comente de las corcheas Bach hace• que j- las bordaduras resuelvan
'*
en el tiempo siguiente. En este punto entra un nuevo acorde, creando una diso-
nancia. Los tiempos tercero y cuarto del ejemplo 8-24¿> presentan otro tip|>; i de
I

EJEMPLO 8-22 Bach, Coral 209


EJEMPLO 8-21 Bach, Coral 256
I

i
I
EJEMPLO 8-23 Bach, Coral 63
I
I
I
i
221
EL CORAL

tíaslación. La nota de paso disonante Mi bemol está suspendida y por consi- presenta un movimiento de adorno dentro de la tercera Re-Fa de la tríada de
guiente retrasa su resolución a Re. La suspensión de notas de paso y de Re menor. Las bordaduras en las dos voces superiores coinciden con la nota
Soldaduras disonantes es algo menos frecuente en los corales que en otros ti- de adorno Fa; el retomo de las notas principales en las voces superiores crea
una disonancia con la nota de paso acentuada Mi del bajo.
f.-í'/í-
rios de contrapunto prolongado. La técnica del desplazamiento conlleva aún otros medios de obtener diso-
I
í-i.

v En los ejemplos 8-23 a 8-25 los desplazamientos aparecen en una voz con-
tfa el fondo de un movimiento de negras en las voces restantes. En una realiza- nancias inmediatamente consecutivas. Algunas veces una nota de paso en una
stJ-~'"
&£ ción que presente figuración en varias voces el desplazamiento produce una voz coincide con la resolución decorada de una suspensión en otra (ej. 8-28¿z).
P.Í
textura más densa y compleja. El ejemplo 8-26, del coral 315, muestra dicho Otras veces una voz presenta notas de paso acentuadas cuyas resoluciones
í aso. El ejemplo 8-26fl ofrece la realización básica; el b añade las figuraciones
efe la voz superior; el c ofrece la introducción de movimiento por grados con-
aparecen contra disonancias no acentuadas en una o varias de las voces restan-
tes. El ejemplo 8-2S¿? presenta el caso en cuestión. Las notas de paso acentua-
das en el soprano crean expresivas disonancias con respecto a la línea del te-

í lintos entre el Sol y el Do en el bajo; el d presenta la realización específica de


Jach. El mantener el movimiento de corcheas en el bajo hace que el Do se
desplace desde la primera a la segunda mitad del segundo tiempo y crea dos
sonoridades disonantes (* *). Por añadidura, el dominio del acorde inicial de
nor; las realizaciones más simples de Bach sobre el mismo coral no presentan
las notas de paso acentuadas (véanse los corales 88 y 99). El lector debe ad-
vertir el Mi mantenido eií el alto; al retrasar el salto al La, Bach evita una se-
tínica se extiende medio tiempo, y el acorde de Do (IV) aparece reducido a un gunda con el soprano. Por añadidura, la retención de una nota perteneciente al
acorde de paso entre el I y el V. acorde de tónica señala el carácter transitorio y pasajero-del acorde de Fa en el
También surgen disonancias sucesivas cuando una bordadura en una voz segundo tiempo.
j-V* •*

ace de contrapunto a una nota de adorno en otra. En el ejemplo 8-27 el bajo La traslación de notas puede prod

F \>
«_ ?
w
JEMPLO 8-24 Bach, Coral 25
'

1 :' b)
* ff*
tf i i K) i j i
^ i r?
_ « ¿'-—«&— -JH —u o 1 •-
J •
—%-
J i x-

~~í „ ^=^\'r~5T< ' Jif


V-U arh-
»-

L "^-—_-—-^

"f~T d Sin
9-

u
partir
=S V 1

1 •"r ÍTV
:"S
* J- 1 \i
J *J , I
r* Hr H r

L ff
^r1 _ .. f
[
-« J
_ p
de J
_^
. . r.
k 1 J
P
7 V r 9
j
N ~L-3 1 1
^J
1

I /•

t
>

EJEMPLO 8-25 Bach, Coral 253 19


b)
|)
^=j 1=
', -
^=^ f=—f- =t -4EE^E^E^S
1 r^rl 7
jjjrb-9 r~
=
1

. 3¡ f
-yb (
-t--f-
a^ i- \ pJ de _j. a
*=t=f=r==^=
partir
jg^g—T»j—H
1lu i —z~v^—i
z^i—r—-t i
a Ihi
~i
^ J^ r~7^ -
¿ ^=B
—J
J-
-i
f>
J^- ,
_,

U—L-4—
g
1— l r

N= _^g_4^'* j» o
=1 1 U F^1
—1*
^'
'^ v

1^ :!
222 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

cias. En el ejemplo 8-29 (también del coral 123) la corchea Si en la voz supe- cuatro. Tanto la contracción como el desplazamiento son evidentes en esté;
rior es una bordadura que decora la progresión melódica básica Re-Do-Si. Por ejemplo. *$•
lo tanto la segunda negra del compás no contiene un acorde de Si menor f ; el La contracción también da pie a realizaciones de nota contra nota. En ep.-
acorde de Re mantiene su fuerza a lo largo de los dos primeros tiempos. ejemplo 8-3la, esta técnica extiende el Mi bemol disonante intensificando asi-
el movimiento de paso. En el b la técnica de la contracción da forma al propia
comienzo del coral, produciendo ese expresivo acorde \l y recalcandl);
CONTRACCIÓN: DISONANCIA DE NOTA CONTRA NOTA el amplio diseño rítmico de esta pieza (cada frase comienza con una blancaf:
En c la contracción produce tres acordes \n sucesión. :|-
La importante técnica de la contracción se explicó en el capítulo 7, pági- Una realización de nota contra nota intensifica contundentemente el iirj-'
nas 154 y posteriores. Este tipo de contrapunto prolongado aparece frecuente- pacto de una nota disonante; por añadidura, la nota disonante ocupa entonce^
mente en las realizaciones de corales. En el ejemplo 8-30, el acorde \n la tanto tiempo como los miembros consonantes del acorde. Por estas razones
primera corchea resulta de la elisión de la fundamental del acorde de Do. La muchos teóricos han incurrido en el error de asignar un origen vertical a alguV-;
sucesión de cinco notas Do-Si bemol-La-Sol-Fa aparece contraída en una de ñas de estas combinaciones. Los acordes de séptima, y en particular sus inver~

EJEMPLO 8-26 Bach, Coral 315

/o

I IV V I IV V V 1 I ^v

EJEMPLO 8-27 Bach, Coral 13

J
r—jf |-s= —-i-
M£ = —©
I
1 a
partir

)' . J^— de - .. «i" f


J Ad
-e>— -4-f-í^i: —1*

^ * *
ÍMT «
i
r 223

i ¿Iones, se explican como un ensamblaje de terceras superpuestas. En realidad,


estos acordes son el resultado de la actividad melódica; están originados en
de la disonancia proporciona la clave para una comprensión de su comporta-
miento.3

i elementos contrapuntísticos tales como la nota de paso, la borcladura y la sus-


pensión. Algunas veces el procedimiento contrapuntístico es inmediatamente
Bidente, como la disonancia de paso del ejemplo 8-32. En otros casos el ori-
gen de la disonancia aparece velado como consecuencia de técnicas tales
Como conclusión de esta sección ofrecemos una frase del coral 26 (ejem-

3 El origen lineal del acorde disonante 4 y el de los acordes de séptima y novena recibe una

i domo la contracción o la transferencia de registro. Tanto en los trabajos escri-


íjps como en el análisis, el conocimiento del origen contrapuntístico específico
explicación clara y convincente en Elementaiy Harmony de William Mitchell, caps. 12, 15 y 16.
Antes de proceder a la armonización de corales, el alumno debería leer estos capítulos y evaluar la
información contenida en ellos a la luz de su experiencia con el contrapunto de especies.

i ÍJEMPLO 8-28 Bach, Corales 1,123


£)
i '^ Vñ tfH
\>l/
Q
/f " o

*J
•¿-V r"*^
A

1
1
.
pr
J

P-
i
j.
"i "•iTJ fa a
V

#
&
n J
J)
5
r
1
^
(/•5
a L-J^3 r
,
/»J* 9
r** f,
^ i
I\)n
9
s
J
»r

MZZ— i
partir
• ! i

JL \ ir O
• y " /í
f * lf (_J
A
3 . .. P
J. J.
>*
J
9
* J- i 1
s~>
P
de
• f
J
P ta

J
* «
1
s r f '
» «
• 4 r *
^—B—
u_ i r p a -
L*J
r
LL r r 0»

I /Q
* # €
S W,iJ
x r '
nr
r^

I r

rJ -^£> :
J-'
e e
J^ J-
I \i-*
i i

Í' EJEMPLO 8-29 Bach, Coral 123

-" ' ' ¿=l ±=±


Í, #:-
l 1
i
224

EJEMPLO 8-30 Bach, Coral 311

O u i í—J— -J— F—i—t


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

i
;.-3¿

I
eJ
^^
«
F ^^a^HH^ partir
J « ¡ff ^ —* L *-,»
I
i" 4_____ ^ fu

s at=
EJEMPLO 8-31 Bach , Corales 8, 10, 279
36
a) 1 b)
f )y 1 i i i 1 \\- /5 / I \ \ c \/ —::; \ P ;•
aJ . 1 e. f¿' f- 1
ir 1
e J a
9
t«L—4-
f ^ i? l w

r r
-fr -f , S— Á

i
f/f S ^ tí J

i L!T r \ —b
f f-F
1
t

f^=F
j \4
A_.
"t4^- —4-5
1
>
,
«
J ^

J
Ira / 1
i*
—F—r^MT-
*-£

I
T a L!

K +—h —\-~"f —\^/~


4
2 2

tr l *) \ j
i f™ ^í
0J 1 j
j
i I
E? 1

i
^L. r?
vfn -«L

r 1
a r (r
P" " L

^f f I
¿\
yí* tu } insr
j
i. a
J ¿ i a
partir
de

.
i ^,
n j i*r— I
Í ra lr >»
L,
q¿ n A
U r*
íi
yf
P

K . -|v^/ - /^ 1 \ i '16 1

EJEMPLO 8-32 Bach, Coral 191


5
6
5 5
6 i
5 6 5 6 5 6
I
a I'—Q^) i o I
-f
/

r r i
J 4-4
partir
de 1
-< -< 1 I
1 Liv j* 1~~« —f t—
K — * f= =i
1
1L
EL CORAL 225

pío 8-33). De las siete sonoridades sólo dos —la primera y la última— son las relaciones melódicas más simples. La disonancia entre sonidos sucesivos
consonantes. Las reducciones analíticas muestran que la mayoría de las diso- de una sola línea, por lo tanto, cae dentro del dominio del contrapunto prolon-
nancias de nota contra nota están asentadas sobre procedimientos contrapun- gado. La naturaleza y el alcance de la disonancia melódica varía según el con-
tísticos familiares. Los factores determinantes más significativos son el movi- texto y el estilo. La música instrumental ofrece generalmente mayores oportu-
miento de paso en el bajo de Fa hacia la dominante de Sol y su contrapunto en nidades para su empleo que la vocal. En el lenguaje más bien austero del coral
el soprano —un movimiento desde el área de la voz interior, que prolonga la las disonancias melódicas aparecen relativamente poco. A pesar de todo, en
progresión melódica Do-Si bemol (véanse los gráficos a y ¿>)—. El gráfico c determinados contextos su empleo es permisible o incluso necesario.
indica la traslación y las bordaduras interpoladas que incrementan la densidad Para asegurar un registro favorable a veces es necesario sustituir una sépti-
de la disonancia.4 ma por una segunda. Esta técnica de la inversión del intervalo aparece princi-
palmente en la línea del bajo; Bach la utiliza en contadas ocasiones en las vo-
ces interiores (no obstante, véase el ejemplo 8-34c). Un procedimiento afín
;| DISONANCIA MELÓDICA —la expansión de una segunda a una novena— es muy poco frecuente. En d
aparece este tipo de novena. Con toda probabilidad este coral nos ha llegado
•,| En el contrapunto de especies no se permiten los saltos disonantes, ya que con el bajo del acompañamiento instrumental en lugar de la parte del bajo
• f- el carácter abstracto de los ejercicios de especies requiere la utilización de sólo vocal. En la música instrumental de Bach aparecen frecuentemente líneas
disjuntas de este tipo, pero no son características de las partes vocales de sus
Véanse los ejercicios números B-l al B-6, p. 271. realizaciones corales (ejemplo 8-34).

'•\O 8-33 Bach, Coral 26

se convierte en

se convierte en
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
226
Una segunda causa de disonancia melódica es el deseo de obtener una sen- corales Bach utiliza en raras ocasiones las formas aumentadas y excluyeren:
sible. Los saltos de quinta disminuida aparecen con mucha frecuencia; las completo una de ellas —la segunda aumentada.5 i-
cuartas y séptimas disminuidas son también características del estilo coral. El ejemplo 8-35 se ha extraído del coral 201; en esta pieza el salto de q|in-
Típicamente, la segunda nota del intervalo actúa como sensible; el salto diso- ta disminuida aparece repetidamente y asume una significación motívica.¿(La
nante descendente va a ser seguido por lo tanto de un movimiento ascendente fuente de este coral no ha llegado a nosotros y no sabemos con qué verso;del
de semitono. Este cambio de dirección después del salto disonante aparece himno iba asociado. Es posible —aunque no pueda asegurarse— que ep-tas
"x
sólo en intervalos disminuidos y no en sus inversiones en cuartas, quintas y f.
segundas aumentadas. Gracias al cambio de dirección los intervalos disminuí- 5 Sólo existe un ejemplo de segunda aumentada en los 371 corales; véase Mitchell, ElemBnta-

dos pueden integrarse más suavemente en la línea que los aumentados; en sus ly harmony, pp. 187-188. ?',

EJEMPLO 8-34 Bach, Corales 58, 346, 339,131


I
b)

I
I
I
^i
¡so11—1—1—1—1— j j j j iH—
I
'i i
II
ti
-ívS
__vv 3>6

p^ r M r r
Hií^f
— p* ¿
0 ^
%
l~T—

representa
— r —T I — r — i*—
r
a
I
^_J r J «i j-j
S 'fT ff- ^ ^ =rTTT=
L^JI I
I
EL CORAL 227

'quintas disminuidas sean representativas de las palabras gran pecado, a las el salto disonante ayuda a evitar las quintas paralelas que resultarían del movi-
"que hace alusión el título,) Adviértase que la segunda nota, la inferior, de la miento por grados conjuntos en todas las voces.
^quinta disminuida es una sensible que sustenta un acorde de dominante aplica- En esta sección hemos procurado discutir todos los contextos en los que

I ba Aunque estas dominantes locales estén en estado invertido, el hecho de ser


-alcanzadas por salto las pone de relieve y añade una definitiva implicación
^armónica a la progresión contrapuntística por grados conjuntos, de la sensible
aparecen las disonancias melódicas en los corales de Bach; hemos querido
restringimos a los usos más típicos. En los ejercicios al final de este capítulo,
números C-l al C-4, el lector se encontrará con algunos ejemplos que difieren
¿i la tónica provisional. ligeramente de los discutidos hasta ahora. Al intentar comprender y explicar la
'j La cuarta disminuida surge de la yuxtaposición del tercer grado y la sensible conducción de las voces de esos ejemplos el lector debería guiarse por los pro-
•de una escala menor. El ejemplo 8-36 presenta el uso más común de este interva- cedimientos que hemos adoptado en este capítulo, y relacionar siempre el caso
lo, aquí la sensible aparece entte la tercera y la fundamental del acorde de Re particular de la conducción de las voces con los principios contrapuntísticos

I '/nenor. Esta progresión tiene su origen en la técnica de sustitución del contrapun-


to de la segunda especie; el Do sostenido sustituye a la nota de paso Mi.
' El ejemplo 8-37 ilustra un uso típico de la séptima disminuida. Este gran
generales, cuando estos aparecen modificados por otras fuerzas compositivas.

fcalto efectúa un cambio de registro y destaca la implicación armónica del CROMATISMO: INFLEXIÓN CROMÁTICA; RELACIÓN CRUZADA
t_ acorde de dominante aplicada,
Los saltos disminuidos, como los de séptima, se producen generalmente en
(RELACIÓN FALSA)

el bajo; no obstante, pueden encontrarse ocasionalmente en una voz interior. En general el cromatismo en Bach presenta menos complejidad en los co-
M~nr El ejemplo 8-38 muestra el salto de quinta disminuida en el tenor. En este caso rales que en otras de sus composiciones. A pesar de todo, algunos corales (ta-

JEJEMPLO 8-35 Bach, Coral 201

i
EJEMPLO 8-36 Bach, Coral 213

^ -fiW? .... J

i
a O
-^V- •a w

r r ^ f r r
r
i ¡9 f . g' '~g~ ¿Y.
/•I
& v
''-- -ti-
ai
a •
a

a J •
r

^JEMPLO S-3? Bach, Coral 108

i r=f
i ^
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
228
En las líneas descendentes la inflexión cromática resulta a menudo de una
216 y 279) son bastante cromáticos, y muchos de los
contracción. En el ejemplo 8-41 la contracción elimina los cambios de direc-
tecnias cromáticas. Quizá el caso más frecuente de
inflexión ascendente de una nota diatónica para ción del bajo, y de este modo refuerza la conducción hacia la dominante. En el*j
una sucesión sea la nr ^.^ ^ ^ ^ segundo compás de este ejemplo se observa otro uso contrapuntístico del acor-'
producn- 1 vTconducción de las voces básica dentro de de de séptima disminuida, a saber, como acorde de bordadura cromático que
ridconn movimiento de adorno (Re-La-Si bemol-Do-Re) decora la resolución del f hacia el ^ sobre la dominante.
Los ejemplos 8-39 al 8-41 han presentado inflexiones cromáticas, es decir
o orno ontr^unto al Fa sostenido del soprano decorado por sus
la sucesión inmediata de dos variantes cromáticas de una sola nota. En el
a superior e inferior. En el ejemplo 8-6 las notas de paso cromaticas
ejemplo 8-41 entra en juego un segundo tipo de cromatismo. El acorde de sép"
,P mueven dentro de una octava ascendente. tima de bordadura posee una nota cromática, Do sostenido, como bajo. El Do.
TaTsensibles cromáticamente misionadas también aparecen en valores
sostenido no está precedido ni seguido por el Do natural diatónico, y por lo
métricos de mayor duración. El ejemplo 8-40 presenta el comienzo de un mag-
tanto no es una inflexión, sino una sustitución de la nota diatónica. Esta susti
S) coral de la Pasión según san Mateo. La tónica inicial aparece transfor-
nuico CUKU 6 al Y a tríwes dg m acorde tución de la versión diatónica por la cromática a menudo sirve para crear acor-
des de dominante aplicada, realmente tan a menudo que no es necesario nin
r -cTomá cí sttentd¿ oí eí Mi sostenido del bajo. El acorde de paso
es una séptima disminuida, un acorde empleado frecuentemente para conectar gún ejemplo.
La sustitución cromática también se da frecuentemente en relación con la
el IV con el V en el modo menor.

EJEMPLO 8-38 Bach, Coral 271

en lugar de

EJEMPLO 8-39 Bach, Coral 19

se deriva de
EL CORAL 229
i •ts-í'1

I 'g¿¿~
gw -- ¿mezcla de modos, es decir, con el empleo de una o varias notas de un modo
.'¿en un contexto principalmente determinado por el otro. En el ejemplo 8-42¿z
Avernos la sustitución de Re natural por Re bemol; esto produce el acorde de
después del Sol natural del alto. El lector advertirá que la nota cromática
involucrada en la relación cruzada produce un impacto mucho mayor que si se
introduce su diatónica original en la misma voz. Por lo tanto, al emplear rela-

I ,;JFa menor IIf en un contexto de Fa mayor. En el ejemplo S-42¿> una prolon-


•Jgación del V de La mayor emplea primero la versión menor y luego la ver-
.'fsión mayor normal del acorde de Mi (véase la sección sobre la prolongación
ciones cruzadas la textura resulta menos suave. La suavidad, sin embargo, de
ningún modo es un requisito constante; y prohibir las relaciones cruzadas en
este punto sería una completa pedantería. La relación cruzada del ejem-
^armónica). plo 8-43 resulta del súbito y climático empleo del registro agudo, que subraya
;,| En el ejemplo 8-42/7 el Sol sostenido del tenor aparece poco después del la aparición de la tónica Do. Si Bach hubiese deseado proporcionar mayor sua-
•~ •¡Sol natural del soprano..Cuando la inflexión cromática aparece en dos voces vidad a esta parte, podría haber procedido como en el ejemplo 3-43¿>, pero el
•úen lugar- de una sola el resultado se llama relación cruzada (o relación falsa). resultado hubiera sido tan insustancial como suave.

I •jComo vimos anteriormente, la relación falsa o relación cruzada no es apropia-


•.fda al contrapunto de especies (véase contrapunto a tres voces, primera espe-
,'rície). No obstante, la composición ofrece muchas oportunidades para el empleo
No existen reglas para determinar por adelantado cuándo emplear y cuán-
do evitar las relación cruzada. Sólo podemos ofrecer una guía general; uti-
lícese la relación cruzada cuando sea musicalmente apropiado enfatizar y cen-
;£le este tipo de conducción de las voces. En el ejemplo 8-43 vemos una rela- trar la atención sobre la nota inflexionada. Cuando se desee una transición
JL •Jpión cruzada ininterrumpida e inmediata. El Sol sostenido en el bajo aparece suave y uniforme, manténgase la sucesión cromática en la misma voz.

•rzr:
/¿EJEMPLO 8-40 Bach, Coral 105

i
t
I
""^j
.'EJEMPLO 8-41 Bach, Coral 23 (coral con bajo cifrado)

t» i J J J a
*• 9 V

6 6 6 6 •6 7
4+ 4 4 5 ft 6 6 4
út
2 2'
: a
.

l[t±4
¿v, r- ~m J$-p %t U-, y,,
-
partir
-1
de — '
* TI*
Í_L
M-
— r frr ¡iTi*—Lr-M
=-^J ——1
1—T*—í ^N
230 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

CARACTERÍSTICAS MELÓDICAS DE CADA voz; NOTAS REPETIDAS del bajo. El alumno observador también advertirá cuan a menudo Bach rellena;
contrapuntísticamente el intervalo entre dos notas de una progresión armónica-; •
Muchos textos de armonía presentan un «estilo coral» en el que el bajo
contiene tantos saltos que hacen imposible la continuidad melódica y en el que
el alto y el tenor están tan restringidos en el movimiento que pierden todo per-
fil lineal. Nada podría estar más lejos de la práctica de Bach.
Véase el ejemplo 8-13 con su movimiento de paso desde el V hasta el I La fre;|.
cuencia con la que Bach emplea dominantes aplicadas en inversión en lugar' de la.
posición fundamental, más explícitamente armónica, también señala la cualidac|;
melódica y contrapuntística de sus bajos. til
i •**

Sin duda, el bajo del coral cuenta generalmente con más saltos que las voces
superiores. En algunas ocasiones éstos tienen su origen en la necesidad de expre-
Las voces interiores de Bach no poseen nada en común con los «rellenos^;
inertes y carentes de dirección del estilo coral de los libros de texto. A menudo.- I
I
sar (o implicar) relaciones armónicas; en otras resultan del empleo de la arpegia- las voces interiores tienen un papel individual e importante. Adviértase el alta-
ción. Sin embargo, Bach siempre dispone sus saltos de modo que mantengan la del ejemplo 8-35 que da tanta vida rítmica a la frase; o el tenor del ejem|.
continuidad. En el ejemplo 8-35 las quintas disminuidas están seguidas por movi- pío 8-33, cuyas sextas paralelas con el soprano subrayan por contraste el im|!
miento contrario conjunto. Lo mismo es válido para la cuarta disminuida del portante descenso del bajo. Aunque Bach permita frecuentemente que una voz;
ejemplo 8-36; y los saltos grandes del ejemplo 8-34 decoran una progresión por
grados conjuntos subyacente. En todos estos fragmentos las notas repetidas y el
movimiento conjunto en las voces superiores compensan el ámbito más amplio
interior se mueva en terceras, sextas o décimas paralelas con una de las voce|;
exteriores, evita cualquier posible monotonía por medio de progresiones corif
trastantes en las otras voces. i-
I
•**. *
'V

I
EJEMPLO 8-42 Bach, Corales 6, 2

r^
b)
/o I
*fr—t

r I
j
+i,w
I
w
V i IV
-i
I I

EJEMPLO 8-43 Bach, Coral 217


b)
I
sin relación cruzada
—(54
r
—k_^
1

—*f—1—
d9
p
. ..
"-T
~H- I
J. i^L
n*— r^—i üf
J
'P

^
I
EL CORAL

~!f~' "Las notas repetidas se dan con frecuencia en las voces superiores y menos
-Jrecuentemente en el bajo. Estas notas repetidas a menudo resultan de la. reali- ción del débil precedente. La única situación en la que Bach repite frecuente-
, ;|acipn silábica del texto del coral en cuestión; es decir, cada süaba recibe ha- mente una nota en el bajo de un tiempo débil a uno fuerte es cuando el coral
• jbitualmente una negra. Puesto que cada voz debe acomodarse a un número fijo comienza con una anacrusa. Bach refuerza a menudo la tónica inicial repitién-
:;;|e sílabas se hace necesario utilizar notas repetidas en lugar de notas manteni- dola de la cuarta a la primera negra (véanse los corales 26, 27, etc.) .6 Ocasio-
;;Ías. Estudiemos el ejemplo 8-44; los cinco Re consecutivos en el alto repre- nalmente, como en el ejemplo 8-35, Bach repite o liga una nota del bajo de
; -Rentan una variante de textura de una redonda ligada a una corchea; esa única
una parte débil a otra fuerte en medio de una frase. Por supuesto, el Do ligado
• if larga nota está dividida en cinco valores más cortos para enunciar'las prime- del ejemplo 8-35 no es una suspensión. El posible efecto estático se evita aquí
•vr'as cuíco suatas del texto. Las notas repetidas (como las mantenidas) actúan por medio del vigoroso movimiento de las voces superiores, en particular del alto.
•Jomo un elemento integrador en el tejido tonal y como un contrapeso estable
;• ;|ara el movimiento de las otras voces. Se recomienda al lector que cante la CRUZAMIENTO DE VOCES
...Jarte del alto del coral 29, del cual está extraído nuestro ejemplo A pesar de
. ,ías muchas repeticiones la línea posee un distintivo perfil melódico; adviértase
:. Jn particular el efecto vitalizador de las suspensiones. En general Bach mantiene cada voz en su posición normal dentro de la
textura. No obstante, en algunas ocasiones permite el cruzamiento de dos vo-
W-. Com° ya hemos mencionado, las notas repetidas aparecen menos frecuen-
;.teniente en el bajo que en las voces superiores. Bach no duda en repetir una ces adyacentes. En el ejemplo 8-45, un fragmento que muestra una inusitada
_4ota.en.el bajo de un tiempo fuerte a uno débil (véase el coral 113) pues tal cantidad de imitación, el tenor cruza por encima del alto para completar una
petición recalca la pauta de acentuación de la métrica. Bach tiende a evitar segunda exposición del motivo de quinta ascendente; dos compases más tarde
,l|i repetición (o mantenimiento) en el bajo de una nota de un tiempo débil a se vuelven a cruzar y asumen sus posiciones habituales.
• u/io fuerte, excepto en el caso de las suspensiones. Una repetición débil-fuerte
_|i el bajo contradice la métrica al hacer del pulso fuerte una mera continua- 6 Para más información sobre repeticiones débil-fuerte en el bajo, véase Mitchell, op. cit.,
. V páginas 90-93 y 160-161.

•]|JEMPLO 8-44 Bach, Coral 29

/7\1

r r r r üFrf sin repetición

U=^ Q
W

EJEMPLO 8-45 Bach, Coral 358


232 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El cruce de voces mejora el contrapunto en ciertas ocasiones al prevenir octava más grave. Esto haría desaparecer los acordes \ a pesar de todo, la n-
paralelismos prohibidos. En el ejemplo 8-46 el cruce del tenor y el alto (con cursión del bajo vocal en el área de la voz interior debilita ciertamente la e a-
mucho las voces más frecuentemente intercambiadas) evita octavas paralelas. bilidad del acorde.
El empleo del cruce para evitar paralelismos no es de ningún modo un mero
truco visual. En una realización donde cada voz esté ejecutada por un grupo
separado de cantantes e instrumentistas, el oyente puede distinguir fácilmente INTERVALOS PERFECTOS CONSECUTIVOS
cómo progresan las diferentes voces. En un instrumento de tecla, por otro
lado, es mucho más difícil proyectar el curso de cada voz individual, y la im- En el ejemplo 8-46 advertimos las quintas entre el soprano y el tenor origina-
presión de octavas paralelas puede surgir con facilidad. Adviértanse las quin- das por el movimiento del acorde desplegado Re sostenido-Si-Fa sostenido d el
tas entre el tenor y el soprano en el punto donde se vuelven a cruzar. Discuti- tenor contra el salto Fa sostenido-Do sostenido del soprano. Este es un ejemplo
remos las quintas causadas por notas de figuración (en este caso por el salto inusual; los corales de Bach en raras ocasiones contienen quintas que involucren
dentro del acorde de Si hacia esta nota en el tenor) en la sección siguiente. sólo notas consonantes de la textura. En este caso el Si del tenor es obviamente
Si se cruzan el tenor y el bajo la posición del acorde cambia, al menos en una figuración; el que el Do sostenido del soprano —aunque sea una negr —
lo que concierne a la realización vocal. En algunas ocasiones, como en el actúe como una decoración es posiblemente menos obvio, pues forma parte de,un
ejemplo 8-47, el cruce de las voces inferiores da lugar a unos aparentes acor- movimiento que surge de la voz interior, prolongando la progresión básica Fa
des \. El lector deberá recordar, sin embargo, que Bach concibió sus corales sostenido-Mi (v. ej. 8-48).
con acompañamiento y no como composiciones a cap ella. En la mayoría de Por otro lado, la conducción de las voces del ejemplo 8-49 aparece on
los casos podemos asumir que el bajo instrumental estuviese duplicado en una bastante frecuencia. Aquí las quintas surgen del uso simultáneo de una nota de

EJEMPLO 8-46 Bach, Coral 4 EJEMPLO 8-47 Bach, Coral 156


J

el cruce evita
r
e —'9
t=t
EJEMPLO 8-48 Bach, Coral 4 EJEMPLO 8-49 Bach, Coral 121
*
J

representa
I EL CORAL 233

I •paso y una anticipación disonantes. El oyente puede percibir fácilmente la


-Conducción de las voces fundamental; es igualmente evidente que no existe
iftinguna relación vertical inherente entre las notas de la segunda quinta. Esta
En la compacta y densa textura del estilo coral de Bach el movimiento
paralelo de octavas y unísonos sería inapropiado incluso producido por notas
de figuración; la duplicación momentánea causada por tal movimiento origina

I /'coincidencia de nota de paso y anticipación es probablemente responsable del


••|nayor mimero de quintas aparentes en los corales de Bacli.
•i En las colecciones impresas de sus corales en ocasiones se encuentran
una pérdida de una hebra de la conducción de las voces y debilita el tejido
tonal.
Liemos visto que la figuración da pie en algunas ocasiones a quintas con-

I •/quintas entre notas de la conducción de las voces básica. Muchas de es-


pías quintas anómalas parecen ser erratas. En el ejemplo S-50a la tercera y
! cuarta notas del tenor deberían corregirse como Si y La; el ejemplo S-50¿>,
secutivas; sabemos, por el capítulo 7, que las texturas más difusas de la música
instrumental permiten en algunas ocasiones que las octavas surjan de modo
similar. Existe, sin embargo, un segundo aspecto del problema de los movi-
mientos consecutivos prohibidos: a saber, ¿hasta qué punto es posible evitar

i
Atraído de una realización virtualmente idéntica en Si bemol, contiene la que
ífeos parece que es la versión correcta, como se muestra en algunas ediciones, quintas u octavas en la conducción de las voces básica a través del uso de figu-
•f Las quintas antiparalelas o por movimiento contrario funcionan más convin- ración?
':tentemente en la textura a cuatro voces, más densa, que en la escritura a dos o a En los corales de Bach los paralelismos se encuentran a menudo separados

I !|res. En los corales a veces aparecen en las cadencias; el ejemplo 8-51 muestra
;antiparalelismos entre las voces exteriores.
por una mera figuración de corchea. Debe recordarse, sin embargo, que la muy
entrelazada textura del coral otorga un cierto peso y sustancia incluso a las

I ;fEJEMPLO 8-50 Bach, Corales 64, 256

I 'a) 1
K 61 I
-/_$—¿1 J
1 1 1 • =J1
B ¿1 1 ^
¡^-7
t
J J J J 1 1
-* —¿—d
^

1^t— '
-P 1» * 1»—•—a—

I ^^TT f=
g. 0

r rr
I , «L -1 -
• * if
p - » * ^
j$ ? jr j
i ^ 1
i iJ j
b —j»F—
i* JBr ri rr ri
7 « P a *
jfí
V iv ¡r
JX
i . ,|• r "
1» r T f —f-
X A

. ' LgJ 1 "•11 LJ^

I
•¡ .

I ^JEMPLO 8-Sl Bach, Coral 114

I
I iM
y 21
234 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

_c
corcheas. Bach siempre interpola una nota disjunta entre dos octavas; entre Desafortunadamente a menudo se le aconseja que determine primero las c|L
dos quintas basta una simple anticipación (v. ej. 8-70). En Elementaiy dencias, y sólo después que «rellene» el resto, como si el final de una frase r|0
harmony de Mitchell, capítulos 13 y 14, el lector encontrará un buen número fuese una consecuencia lógica de lo ya acaecido y la preparación de lo qü¿
de ejemplos que ilustran el papel de las notas de figuración en evitar quintas y está por ocurrir. No todas las cadencias son igualmente definitivas. Algunas
octavas. Añadimos a los ejemplos de Mitchell un solo fragmento, en el que las son meras pausas de respiración; otras son más fuertes y cristalizan el fh|i
quintas no se evitan por medio de una sola nota sino de un silencio (ej. 8-52). precedente en una estructura armónica lo suficientemente estable como pala
En el ejemplo 8-52 el lector advertirá también que las quintas aparecen entre servir de punto de partida para el siguiente impulso cinético. Son precisamente
el bajo y el tenor en primeros tiempos sucesivos. Estas quintas se mitigan por estas cadencias, más conclusivas y explícitas, las que discutiremos en está
medio de movimiento de adorno que producen una progresión 5-10-5. Esta sección, -|;
progresión surge a su vez de la prolongación de una serie de suspensiones sub-
yacente 5-6 a través del intercambio de las dos voces inferiores.
Una cadencia armónica completa requiere una progresión V-I con amb|s
acordes en posición fundamental. Bach normalmente elabora contrapuntística-
mente la dominante. Ya mencionamos el movimiento de paso 8-7 (véaseil
i
CONDUCCIÓN DE LAS VOCES EN LA CADENCIA; LA SUSPENSIÓN CADENCIAL
ejemplo 8-920; esta progresión contrapuntística sobre la dominante da origcfn
al así llamado acorde de séptima de dominante (ejemplo 8-53).
El ejemplo 8-54a se ha extraído del mismo coral. Bach añade una progrír
|!
I
I
Los calderones encontrados en las melodías de los corales indican el final sión de conducción de las voces extremadamente significativa; la sensible apf:
de una línea del texto. A menudo, aunque no siempre, éstas también reflejan rece retardada por una suspensión disonante 4-3 en el tenor. Sabemos por |l
una articulación en la línea melódica y con eso nos muestran dónde finali- contrapunto de la cuarta y quinta especies que una suspensión hacia la sensib}e
za una frase musical. Hacemos hincapié en que no todos los calderones mar- realza fuertemente el empuje hacia el objetivo del movimiento. Muchos le|-
can el final de una frase; más aun, allá donde la melodía por sí sola pueda su-
gerir un final de frase Bach hace un puente frecuentemente por encima de la
articulación en su realización para evitar una excesiva segmentación. No hace
guajes compositivos, en el coral y en cualquier otro contexto, surgen de es¡á
suspensión cadencial. Cuando la frase finaliza con su movimiento 2-1, coirfó
en el ejemplo 8-54c, con el 2 ocupando dos tiempos, una suspensión en una <je
I
falta decir que en una realización coherente incluso la frase más articulada for-
ma parte de una totalidad más extensa; exactamente de la misma forma en que
en la escultura de una figura humana, una cabeza o una mano, a pesar de cuan
complejas sean en su organización interna, deben funcionar dentro del diseño
las voces interiores crea la frecuente progresión fe . En el ejemplo 8-54£> el l|o
repetido en el soprano permite la misma progresión con la suspensión 4-3 |n
la voz superior. Cuando la sensible aparece en una voz interior, frecuénteme^- I
completo.
Mencionamos esto a modo de precaución, pues el alumno debe aprender a
escuchar a través de la articulación de la superficie la continuidad subyacente.
te salta a la quinta del acorde de la tónica (ejemplo 8-54a); cuando aparece ejá
el soprano casi siempre resuelve con normalidad (ejemplo 8-546).

progresión melódica 3-2-1 (el 3 acentuado) en el soprano. Esta conducción de


'
i
\\a suspensión c

EJEMPLO 8-52 Bach, Coral 143


j . K
/L b9 j- \ /L b 1 i
fm
vLJ " ¿i'i d -1&2

-ir:jr -
., { s~ ti -?k
o —
^^~_ «J &'
«! íf- se

J jj-. . —0 ~\
convierte
, j
/i \
í' \
rj

—^—^~4—Tjrr^--
\
i ^y
/
íf
*?
1*—-» 5 a •
J V 0

-1a—r—f —-r-—r-h
—*
^
^ ^
J
p'
"*^"
Lf 1 P' N v ,'"• ^
—'^~^~
+-
bM
(5 10 5) 5 6 5 6 5 5 10 ^5 10 5
I!
I EL CORAL 235

I ;|as voces produce la importante y característica progresión V ^3 • Adviértase


•.también en el ejemplo S-55a el empleo de anticipaciones del acorde de tónica.
•"Aunque Bach generalmente introduce la cuarta de un acorde cadencial de 6/4,
ta especie con la segunda (cap. 9), como se indica en el ejemplo 8-56. La ten-
sión contrapuntística de esta conducción de las voces junto con la presencia de
una relación de quinta entre el II y el V hace de ella una progresión muy fuer-

I •'torno una suspensión, en algunas ocasiones la presenta como una nota de paso
¿'.-acentuada (ej. 8-55¿>). La cuarta, a su vez, queda suspendida sobre el segundo
i-tiempo en lugar de acompañar a la melodía en terceras.
te. Lo más caraterístico es que el II f cadencial aparezca contra una progre-
sión melódica 2-1, y con el 2 durante dos tiempos. Adviértase en el ejemplo 8-
57 esa cuarta descendente tan expresiva en el tenor, una idea melódica

I ••\s por los capítulos 6 y 7 que las progresiones armónicas completas generada por la conducción de las voces de la progresión II | -V-I
••4 menudo expanden el I-V-I básico a través del uso de un acorde intermedio El ejemplo 8-58 muestra el IV7 como un acorde cadencial. En este caso la
•fentre el I inicial y el V. Estos acordes interpuestos —II, III, IV o VI— no ne- séptima resulta de la repetición del La del soprano; es por lo tanto una suspen-
.'¿esitan aparecer inmediatamente antes de la dominante; de hecho el III y el VI sión. Cuando el IV7 se mueve directamente al V a menudo surge el peligro de

I ifara vez lo hacen. Sin embargo, el IV e incluso más a menudo el II aparecen


•'•Inmediatamente antes del V, y por tanto forman parte de la cadencia. De estas
•Cadencias expandidas armónicamente la más importante es II \. Como el
quintas paralelas. Adviértase cómo Bach evita las quintas a través del empleo
del desplazamiento rítmico.
En el ejemplo 8-59 hemos reunido tres fragmentos de particular interés

I '|/ \ el V f , el II f resulta del uso de la suspensión cadencial; el origen con respecto a la conducción de las voces interiores. En a el tenor hace de
,'tontrapuntístico de esta progresión se encuentra en la combinación de la cuar- contrapunto a una suspensión 4-3 con un uso idiomático muy común desde el

I 'EJEMPLO 8-53 Bach, Coral 90 EJEMPLO 8-54 .Bach, Corales 90, 277
a) __ b)

I ~/L
jfm b
V¿LJ^ V
7' 4.
C
W
A jt
r
LJ L-"1
f>
f
r 1
/' j
*
a
1 F?
I éY '
"/! 1 7 O
'"*
' '._ Vb 4'i
J
¿y
r1
J
1 «
J ^^
—'
n^ J
I
W J«

i r r
S
J" 1
i 1 1 8 - 7 1,
1 V 5-
\* V 1 4 4 3
V V

I .'•EJEMPLO 8-55 J3ach, Corales 271, 17

I isr—
T *f
^
r

1 ü
//
4
g
s -d
^ rJ li
*r Tr.
*• •

I * 6
j 9
fi
p 0
í J ,..
0 ¿1 "W
_ d
n ' .»

I
'}- tt- a —ét a 1 tf 7° ^ T

^ 6
4
V
5-
236 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Renacimiento. El salto a la disonancia con el Fa del alto representa una con- El modo más directo de conectar una tercera descendente en la seguncfei espa-
ducción de las voces que se encuentra en la combinación de tercera y cuarta cie es por medio de una simple nota de paso. Ese mismo movimiento gltíbal d.e
especies. El ejemplo muestra una manera más de evitar quintas en una progre- tercera puede lograrse en la tercera especie por medio de una desviacióii orn^-
sión rV7-V. Adviértase que la séptima sobre la dominante viene de la quinta en mental de aquella línea recta del movimiento de paso subyacente. --;•
lugar de la octava. Esta conducción de las voces, nada infrecuente, supone una En el ejemplo 8-61a vemos un simple y claro descenso de La, voz Superior
prolongación de esa forma más simple mostrada en el ejemplo 8-18. El ejem- del E6, a Fa sostenido, la voz interior del Y mientras el La actúa como \|ia nota
plo 8-59c presenta un acorde cadencial 6/4 manipulado por el empleo de la retenida. Las notas de paso Si bemol y Sol producen un f sobre la doiTLrñjahte. El
sensible como una bordadura acentuada que precede a la cuarta (véase tam- ejemplo 8-6¿» es ligeramente más complejo. Aquí el u6 aparece prolongado por un
bién el ejemplo 8-33). movimiento de adorno en el bajo. La nota de paso Sol aparece dentro de eke des-
Los ejemplos siguientes ilustran una técnica melódica importante. A me- pliegue del u6, y después se suspende para crear el TL6S. ,.f
nudo la progresión cadencial ^ aparece prolongada por un movimiento hacia La conducción de las voces del ejemplo 8-61c puede explicarse porxetapas.
la voz interior del acorde del Y. Estructuralmente hablando, el segundo grado El gráfico a presenta el habitual movimiento hacia la voz interior entre|él II6 y
melódico queda retenido; acústicamente hablando éste se encuentra sustituido el Y mientras el Re actúa como una nota retenida. El gráfico b muestfk; el so-
por la sensible. Esta progresión aparece en gran parte del repertorio, y en rea- porte contrapuntístico del Do melódico, con el Fa sostenido dando origbn a un
lidad se da ínás a menudo en la música de algunos compositores posteriores acorde de paso cromático. El gráfico c introduce la anticipación del po que
—Mozart por ejemplo— que en los corales de Bach. Las raíces de esta técnica llega al final del primer compás completo; el bajo, como soporte contrlpuntís-
se encuentran en el contrapunto de especies, como lo muestra el ejemplo 8-60. tico, se mueve hacia el La de la voz interior del siguiente acorde f , qué enton-

\
EJEMPLO 8-56 EJEMPLO 8-57 Bach, Coral 271

Cf
f\JfJ /-, C^áA ¿r\T J x-^ c*r>
fV^^
V
«J
^— ——' |

'
\^

1
_tó—:=4:
«J4 " esp.
1¿
'

4 - 3 se convierte en 6 5
5 3
2 .' esp .
1,E 'j •»
1i iJ
f~t
i í"^
VH ^•^ 1&.

ii! v
EJEMPLO 8-58 Bach, Coral 47

^LfT
-ím "
^sy
J
ffi
» »j j I
j i T rf" » 8 t

i Hj j
el desplazamiento evita quintas
el 1

i
I
I
6"\
TJ« i a
.,-.., ih-7
~ ~f
r .
^
r* f

iyv ys—7
IV7 V7 I
1
EL CORAL 237

Ses aparece en el alto. De este modo, los movimientos de anticipación en el realización contrapuntística de la melodía y el bajo, y también observar las
'-'•bajo y en la voz superior explican el acorde de La del tercer tiempo. La co- influencias constructivas de la prolongación de acordes y de la armonía. Una
'-fiexión estmctural sigue siendo, por suspuesto, de Fa a Sol a través del Fa sos- explicación sobre los principios del bajo cifrado está fuera del ámbito de este
tenido. libro; debemos advertir al alumno, sin embargo, que el cifrado no debe pensar-
1
fB>;;-:
se de la forma mecánica y literal sugerida en la mayoría de los libros sobre
armonía. Afortunadamente están a nuestro alcance un buen número de obras
;#. Realización de una sola frase excelentes que tratan sobre el bajo cifrado.7 Sugerimos su consulta al lector,
pues el estudio del bajo cifrado, correctamente emprendido, forma una faceta
•I Antes de intentar escribir las tres voces inferiores se recomienda feliacien- esencial de la educación de todo músico serio.
•ieniente al lector que primeramente se ejercite en añadir las voces medias a un Después de haber realizado un buen número de corales con bajo cifrado el
" "
•':bajo y soprano dados. Los corales con bajo cifrado de Bach nos proporcionan
I ''fniguálables oportunidades para el estudio de la conducción de las voces, tanto
ifil teclado como en los trabajos escritos. Un buen número de ellos los vamos a
1 Como libro de consulta práctico sugerimos Hermann Keller, Thoroughbass Method, trad. al

inglés por Cari Parrish, Nueva York, 1965; para los alumnos avanzados, F. T. Arnold, The Art of
Accompaniment from a Thoroughbass, Londres, 1931 (reimpreso en facsímil, Nueva York, 1965).
;'encontrar en los ejercicios del final de este capítulo (D-l al D-7); la edición Muchas fuentes originales están siendo reimpresas, algunas en inglés. Essay on the Trite Art of
.•.completa es fácil de obtener y debería estar en la biblioteca de todo alumno, Playlng Keyboard Instruments, de C. P. E. Bach, de una importancia capital, trad. y ed. por
•fu realizar estos corales el alumno debería efectuar un análisis detallado de la William J. Mitchell, Nueva York, 1949.

••P/í ;(EJEMPLO 8-59 Bach, Corales 26,14,15

la) b)

'/> b 1 ¿«- „!
j• j
fm
\¿y " 4s
r r
f^,

I
^^- P^ _ "
r f * r
-tf f --—
-r f r ^ ~~^
^^-,
-*
—— .

.— 1

J-
f^^__
J J-
P**^<<
J J , -4f-
•^

-*
_
^ —j 1
J j.
1 í\-/• \
'' ~p
U
9f " *

e
r
c
o
r
T 1
'
p
1 - 0
^_
•••> ^
r*I 'Fi
7 1r*
4 3 ^

I •f.
v i r ^ ^
/• I

I m
f\ /rS
xS K
1
^

p frjr f
$

f
' 0 Ai
EJEMPLO 8-60
a)

I
i
A 1 1 | 1
L Lb ji ji j^ i —• sj r> _^¿ a e» oí- ^
****

-e1
1
—ri- convierte -é-nJ-3B-^—
J
a - • • £-1
f*—r
6 5 6 6 5 4 3 6
I
-M J. 1

k Sf ^
i* 6

tí A
C

H
v¿"
tf * tí
*í¿ V I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
238
puede comenzar a construir" una melodía coral sin él. Le sugerimos como una totalidad coherente en todos sus detalles puede resultar bastante
intente primero con frases individuales. Este es quizá un procedimiento ficil.
rificial puesto que la frase, como recalcamos en la sección anterior, toma su El primer paso para realizar una frase es determinar las principales prolo|
completo solamente en el contexto del coral entero. No obstantej es gaciones de acordes y el armazón armónico más extenso que la melodía imp|.
ófricamente ortodoxo comenzar con unidades pequeñas y proceder gra-
dualmente a las mayores. Al comienzo, incluso el escuchar una sola frase 8 Véase el grupo de ejercicios E.

•EJEMÍPL.0 8-61 Bach, Corales 53, 203, 217

a) ,-N
i^ Q _^ :
fc<H
-J-¿ J— j
i—
:

r^
r representa
J h^í
|^~~i"~^\6
J- .^
-&r- '7T3 ^

s^^tatf=t=í 4r J
II6 VI

anticip.

^^£=i
susp.

I
ii6 v i i? v
EL CORAL 239

:;|ca. Así estableceremos un marco de referencia para los detalles específicos de cada nota de la frase (v. ej, S-62a). Una vez que se haya hecho esto, podremos
• ¿organización armónica y contrapuntística. En nuestros ejercicios de contrapun- delinear el armazón armónico en su relación con la melodía (véanse los ejem-
;íto hemos desarrollado la capacidad de planificar de antemano, de asimilar plos S-62¿> y c). Incluso esta simple y breve frase admite una considerable va-
y¿mentalmente continuidades en lugar de trabajar localmente, nota por nota. El riedad de interpretaciones. Dejando de lado las diferencias de pequeño detalle,
/¿reconocimiento de las relaciones armónicas globales y especialmente de las hay dos posibilidades principales. La primera consiste en prolongar el acorde
•.¿prolongaciones de acordes nos permitirá aplicar tal capacidad a la tarea algo de tónica, Do mayor, hasta el primer tiempo del tercer compás (ej. S-62¿>), La
•jmás complicada de realizar una melodía coral, dado que en el coral, como en segunda supone el empleo de un armazón armónico de I-II6-V-I (8-62c). En
!¿la música tonal en general, el acorde prolongado, con sus asocicaciones armó- los bocetos preliminares hemos indicado algún movimiento de las voces me-
;|aicas, es la matriz a partir de la cual se originan las líneas melódicas. dias, incluyendo la suspensión cadencial. Recomendamos muchísimo esíe pro-
;¿ La mayoría de las frases corales se prestan a varias interpretaciones que cedimiento. Por supuesto, la mayoría de los alumnos se concentrarán primero
•^pueden considerarse válidas; el alumno se beneficiaría considerablemente si en el bajo; y, a menos que posean poderes excepcionales de audición mental,
••fcomparase las distintas realizaciones de Bach de frases melódicas que se repi- están haciendo lo correcto. Incluso al comienzo las voces medias deben recibir
-,f:en en un mismo coral y sus diferentes realizaciones de melodías corales com- alguna atención; entonces será más fácil el desarrollarlas de un modo intencio-
pletas. Al realizar frases aisladas el alumno debería preparar siempre varias nado y consecuente. Los ejemplos 8-63 y 8-6.4 muestran varias soluciones al
;|/ersiones contrastantes que contengan distintas interpretaciones contrapuntís- esbozo del ejemplo S-62¿>.
;ficas y armónicas de la melodía. Presentamos unos cuantos ejemplos que ilus- Realicemos primero contrapuntísticamente la prolongación de Do. La pro-

t
_ •|tran sugerencias en cuanto al procedimiento a seguir; todos ellos utilizan la gresión de adorno de la voz superior se mueve dentro de unos límites más bien
••¿última frase de la melodía coral Lobe den Herrén, o meine Sede. Nuestra pri- angostos; a modo de compensación intentamos lograr un mayor recorrido en el
•|mera preocupación es, por supuesto, tomar conciencia de las funciones de bajo. Por lo tanto aplicamos la transferencia de registro a Do, la nota retenida;

EJEMPLO 8-62

u yó >j
/L V
rm 1
eJ J1
a
J1
a
J
j» J> srJ
« Jé J h
*J « .. 0
Ji .
1
rJ.
í
«

- . .^-^r
_ v *
*

*—'
ff
*
^
y
T « — ^-~--—^
^ A

v
0
1

a
J
\ -
1 1 i _h J
a
y * tí *
i jJ
*J" , -wh
J'
/ i
Ja J1
e
J1
a
j ^J J* J
a'
* J'
a
h
/*£« •
» f •

v\v/
^ L
^ / " ri rLJ
I
r ); "»

r
r P P

i
1 \ J \

i""i
h^—i
1 J.
T

J (r f>—'
•>
J- *

.. i ~f •—' 5
J i
v
i

:' 1
V ] i iI6 V
0 116 V
240 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

esto le dará al bajo espacio para moverse. El ejemplo S-63a esboza una octava ejemplo 8-63a, las voces exteriores del ejemplo 8-64 presentan principalmente
descendente; el modelo rítmico otorga un soporte consonante a las notas de la un movimiento paralelo en sextas. El ejemplo S-64¿> ofrece la realización comj
melodía. El ejemplo 8-63¿> añade voces medias moderadamente figuradas. pleta. Adviértanse las sextas paralelas encubiertas entre el bajo y el tenor en el
Adviértase especialmente el incremento de actividad en el segundo compás segundo compás. %.
para compensar las notas con puntillo de las voces exteriores. Adviértase tam- El armazón esbozado en el ejemplo 8-625 ofrece la posibilidad de muchas
bién el empleo de la sensible, Do sostenido, dentro del despliegue del acorde más realizaciones que los dos que hemos mostrado. El alumno debería trata):
de Re menor. de encontrar más soluciones utilizando un bajo de adorno en lugar de uno d|
Las figuraciones que ocupan la última corchea del segundo compás son paso. Volvamos ahora al segundo plan mostrado en el ejemplo 8-62c. En est|
necesarias para evitar las quintas y octavas con el bajo. El uso de la sensible, esbozo cada compás contiene uno de los acordes de la progresión estructura|.
Si, añade también un cierto empuje hacia el acorde de Do que pone fin a la Será por lo tanto difícil crear una línea para el bajo con un ámbito tan ampli|
prolongación. En la mayoría de las prolongaciones del I, contrapun-tísticas al como la de los ejemplos 8-63 y 8-64, A pesar de todo debemos según esfoii
igual que armónicas, la sensible precede a la tónica final. Como deducirá el zándonos en obtener una buena relación contrapuntística entre el bajo y el sox
lector, las quintas entre el soprano y el alto en la tercera negra del tercer com- prano (ejemplo 8-65). .. f
pás son correctas, pues son el resultado de la combinación de una nota de paso El ejemplo 8-66a muestra una realización simple, figurada sólo ligeramente,
y una anticipación. Adviértase el constante empleo de los ritmos con puntillo y notas repetidas en la
En el ejemplo 8-64a hemos intentado un procedimiento similar. Aquí, por melodía. El ejemplo S-66¿> ofrece una figuración un tanto más compleja. No exis-
supuesto, el bajo se mueve ascendentemente en lugar de descender una octava; te mucha repetición literal; a pesar de todo se llega a un resultado consistente por
el armazón armónico ahora es I-IIf -V-I. En contraste con la solución del medio del uso motívico de las bordaduras y del intervalo de tercera.

EJEMPLO 8-63

J 0J J
&

-f- —*
rAP J al 1 4 1 J.
_^-í Jt J
«—s —*I—t^ J h
aP- r

s? r r r Lj [J U
ICO f> 1* Ia —^ <> X 0 ^ 1* —0

t=—
i

r r3

j J J. Ul^^
~rr—"P ff—f— ?•—
J , J- J J
-y*—i H^-—hF "—Vr— 4 —(-•)•
s LJ \^ ~^-
Lt^-J

r 1— \
I EL CORAL 241

I PROLONGACIONES CONTRAPUNTÍSTICAS DE ACORDES:


MOVIMIENTOS DE ADORNO Y DE BORDADURA EN LA VOZ SUPERIOR Y EL BAJO
Frecuentemente encontramos prolongaciones de acordes distintos del de la
tónica. En el ejemplo 8-69fl un movimiento de adorno dentro del I aparece se-
guido de un despliegue del U f . En el ejemplo S-69¿> el V es prolongado por

I En la sección anterior discutimos los procedimientos a seguir para la reali-


zación de una frase. En ésta y en las que le siguen presentaremos un buen
número de ejemplos de los corales de Bach que ilustran sus soluciones parti-
acordes producidos por las bordaduras superior e inferior del bajo.
El despliegue de la cuarta en el ejemplo 8-70 ayuda a crear el acorde de
bordadura del primer compás; el movimiento de adorno hacia el I6 es una pro-

I culares a diferentes problemas técnicos que plantea la realización del coral. El


lector debería estudiar dichos ejemplos y relacionarlos con sus propios traba-
jos escritos.
En el ejemplo 8-67 vemos cuatro fragmentos de corta duración que contie-
longación secundaria. Al moverse del IV7 al Y, Bach evita las quintas entre el
tenor y el soprano por medio de la anticipación del La.
En el fragmento siguiente el principal acontecimiento de prolongación es
el acorde de Sol menor, que está enfatizado por la duración, posición rítmica y

I nen progresiones de bordadura y de adorno.


El ejemplo 8-68 presenta una progresión de adorno en el bajo en el contex-
to de una frase completa. El bajo hace de contrapunto al ascenso del soprano
el uso de la sensible, Fa sostenido. Los acordes de subdominante sustentan fre-
cuente y característicamente las bordaduras en la voz superior. Obsérvese tam-
bién la relación motívica entre los compases 1 y 3 en el bajo; adviértanse las

t de Re a La con un movimiento de adorno alrededor de la tónica. La segunda


mitad de esta prolongación comienza un movimiento de impulso ascendente
que motiva la subsiguiente progresión de paso del II al V.
suspensiones en el alto y el expresivo salto del tenor al Re agudo. Los ejem-
plos anteriores han presentado principalmente movimiento contrario entre las
voces exteriores. En algunas ocasiones, sin embargo, el bajo y el soprano eje-

.\O 8-64
242 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 8-65

¿4—1 M
\ i «
J> J
_¿e
l J J. k-^-J
«• a n
I
f r
'f
5 « l— fi a

* ^~f- 1
r-
¿ 4 J I?
J )= r: !• r 1 TJi
E i
^N i V
, , V
', , V
r, I
1 II V I
1

I
EJEMPLO 8-66

Frf J—J j Tih sN | J J. f>-| j


r^—i i r^-^-H^ ' £ r í «|

^=
"TlT -\
9 1
3"ti
1 U* h
aasj
1
p

trtrcj" >&
•— n*—i8^ J"1»- L*—?p
9-

tea
r- i
^
1
i

1 J ^ 1 -t l J- j "• 4-j j
I.J» r% aí
r2 1 K^.

1: i
-=3
í» B

*V l^- -»- ¿ LfT"^


^—1
—f\~ £4H ,..«,. ^-h—U
A ir.,

í- 1 1

EJEMPLO 8-67 Bach, Corales 103, 29 206, 231 f; 1


Ad „ . j::
a) Ad J)
t .— -n
r^ ÜJ

4=
^— ' °) v^S 5'

T- -1— í=
w=^
'f ,
ij^-r j —i
i\=±
r$- ~a rp

=f t
í1 '

^ 1
r~: ' * y »
-f ÍU
r1 v"..

r r
1

J [
r—
r r —'
h"
^ 9 —á>

f
3
í.

I rU-
f.

J
•JE i .i f
1
«_
j 1 .1 1 l U
1
(í •—! f\
^4 f~
=t —1—

-^ -E
S l_
V
'

u.
ta»^11
n 1 1 ''

B ÍZ7 -U- =t= 1


?'•'
r-.
1
A ,1
Ad V V
L
V j?..

í:.

?•'' ^ 1
243
EJEMPLO 8-68 Bach, Coral 44

i >

I
I
EJEMPLO 8-69 Bach, Corales 149,176

I •-/ a

I
i
i
"TV

ii EJEMPLO 8-70 Bach, Coral 297


244 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

cutan progresiones de adorno similares en movimiento paralelo. En el ejem-


plo 8-72 las voces exteriores se mueven en décimas, adornando el Sol del bajo nos ae ios usos típicos y deberían estimular al alumno a encontrar otros.
y el Si del soprano. Adviértanse esas repeticiones poco habituales del bajo de
los tiempos tercero al primero.
'
Movimientos de tercera y de sexta dentro de un acorde '
MOVIMIENTOS DE PASO ENTRE Y DENTRO DE ACORDES En el coral —y ciertamente en la música tonal en general— la progresión
del bajo entre la fundamental y la tercera del acorde subyacente forma un tipo
Uno de los objetivos más importantes en el estudio de la escritura de acor- de prolongación importante. Los movimientos de tercera aparecen tan frecuen-
des es la capacidad de formar un bajo lo suficientemente fluido, que posea di- teniente, y los hemos mostrado tantas veces en ejemplos anteriores, que nos
rección lineal al igual que armónica. Para lograr tal bajo debemos pensar y es-
cuchar en términos de movimiento dirigido y progresar lógicamente del punto
de partida a su objetivo. Sabemos por la segunda especie que el prototipo de
bastará aquí con una sola ilustración (ej. 8-73).
La tercera a menudo se invierte en una sexta para proporcionar espacio a
I
un mayor movimiento de paso. En el ejemplo 8-74 vemos este tipo de movi-
progresión lineal dirigida es el movimiento de paso. En esta sección veremos
cómo Bach aplica este movimiento musical básico a los bajos de sus corales.
miento dentro de una tónica de Do mayor prolongada. Los movimientos de
una sexta a menudo hacen de contrapunto a progresiones más cortas en la voz I
EJEMPLO 8-71 Bach, Coral 207 I
I
J
r\- n s n
i
o

P
f m "¿i-'i - 'J- L
vyj *m ll

5* r
A
nn
f1 ri u*
J J J a f i
jt júL 9
1 —
r r '
1
-if-
o*

^n n i I' 1 1. I
"ÓY
l'\
/
°
W 7¡ § C0

Li
1
S

ir
r
d
f

ir
Jt Ü a
tt
* <* J J
a *
u
a

'U
j* P

r
-
r"
t

I
^

EJEMPLO 8-72 Bach, Coral 1 I


-&>'
-w)—y4' p.
4— -4 * 1 r-f —r—f —*—*
-4r—. I
u r— u u r
_* j ^ 9
»—T*
:u
H

q
¿i ii r~
«^
*^
J*l -«L -1 1 I
^

I
-4
—F
^^ 4—i
r r .i i
L.'

'
a

. . .
^

. . .
».

.
v\
»

.
-

Y
r i
, 'í
EL CORAL 245

1"' • iio
uperior; aquí, por ejemplo, el soprano sólo se mueve una cuarta. Las notas Movimientos de cuarta y quinta; movimientos de paso entre acordes
spetidas de la melodía hacen posible conseguir estos dos movimientos en el
lismo lapso de tiempo. El ajuste entre las progresiones de las dos voces exte- En los ejemplos 8-73 al 8-75 todos los movimientos de paso tienen lugar
•r Lores está relacionado con el contrapunto de primera y segunda especies,
i i
dentro de un solo acorde prolongado. Los siguientes ejemplos muestran movi-
uesto que las consideraciones que determinan el ritmo del bajo son esencial- mientes de paso en el bajo de una nota de un acorde a otra de otro. A diferen-
lente contrapuntísticas. El acorde de Fa que precede a la tónica final es una cia de los movimientos que recorren terceras y sextas, los movimientos de
./s onoridad contrapuntístíca compuesta de una bordadura en el bajo y notas de paso de cuartas y quintas se mueven habitualmente entre dos acordes; éstos

i f aso en las voces interiores.


Los movimientos de paso también aparecen dentro de sextas ascendentes.
>i el ejemplo 8-75 la línea del bajo asciende de la tercera a la fundamental del
corde de tónica Sol mayor, y la figuración del Fa sostenido decora la pro-
forman a menudo una conexión lineal entre los miembros de una progresión
armónica. En el ejemplo 8-76 vemos un movimiento de paso entre el II y el V.
En las cadencias se dan frecuentemente progresiones similares, habitualmente
como contrapunto al movimiento desde el cuarto al segundo grado de la escala

1
• f :í

';
lesión. en la voz superior.

1- \ EJEMPLO 8-73 Bach, Coral 179 EJEMPLO 8-74 Bach, Coral 239

j " j /T^
Jr 1) r— -J • 'J. J J . . ¿. . . —¡ir • 1 J r. c.
-69-k-k p pí § _6U ^ fl
-? f f -gff 7 if^f
1 1 1
f1 a-
partir YI
J _ ¿ J J J j de J jni -^ 1 ^ ; ^ ^ ^ÍU_ i
1 r^-fr
rW^—o f
r u—-fi-— :="-
6,
=P
,'
f
6
a

6,
0

í i ^-J_J LjL^r r i V
I 6
$-
^¿J
1 í;
£

!'_
I
V

1 JJEMPLO 8-75
í-
/:
Bach, Coral 183

V
B

1 h$-l—J—f-4—J)
4& « . y iL&
«
j |» J «! ,-^J J
: * —* * 1 *
'"• * J r 1 1 -1 „ \ — ¡*r

a \r 10 10 6 6 °5 \

1 ;, AL
~~ r "
-*- -J- J -J- — •*• -J-
\ ..,*., a
f —-¿—w _ .
... , — j_ ,e •-—

^^ fW=l
;:S1'. Q ~¿ *
gl-^-rg^r-tg ___!__ — . :

1 I
,6
1 - -

I
y
i
B
I
246 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

El ejemplo 8-77 muestra una cuarta descendente que conecta el I con el V. po en que está teniendo lugar el movimiento de paso al u6. Esta frase muestjfa
El empleo del Si bemol parece indicar un inminente Sol menor, pero Bach se por lo tanto una prolongación de la tónica dentro de un movimiento de pasJD
mueve a la forma mayor normal de la dominante. más extenso hacia el II f . '%'.
Muchas frases de los corales se mueven dentro de un armazón armónico I- El ejemplo 8-79 muestra una quinta ascendente en el bajo; este movimierf4
II6-V-I o con la suspensión cadencia! I-IIf -V-I. El bajo se mueve frecuente- to lineal unificado abarca tres armonías. El ^ sobre Re no es un mero acordé
mente una quinta descendente, conectando así las notas del bajo del I al II6 o de paso; éste funciona claramente como un II6 de significación tanto armónicfa
Ü5. En el ejemplo 8-78 podemos ver ese movimiento de paso de una quinta como contrapuntística. (El lector recordará por el capítulo 6 que un bajo p|r
descendente. Adviértase el acorde <j en el cuarto tiempo; ¿por qué emplea grados conjuntos en una progresión II6-V resulta de la cooperación de fuerzas
Bach este acorde en lugar del \ que normalmente sería la sonoridad ideal para armónicas y contrapuntísticas.) -|.;
el movimiento paralelo, pero que no es nada convincente en este contexto? El El ejemplo 8-80 muestra una progresión similar ejecutada de una manefa
I prepara la suspensión cadencial, pero posee un segundo significado aún más algo más compleja. Adviértase la prolongación inicial del I con sus movimien-
importante. El oído lo conecta al acorde de Fa menor del primer tiempo; esta tos de adorno de una tercera en el bajo. El empleo motívico de la tercera de|-
conexión produce, por así decirlo, una atmósfera de Fa menor durante el tiem- cendente genera el acorde de Re del tercer tiempo, un acorde que también srK

EJEMPLO 8-76 Bach, Coral 217 EJEMPLO 8-77 Bach, Coral 223

^ J
SL - \e J
ti-» J
:

V r
if-K

4Y
)' f
M a
\m
i j .,
*
' -
fi*
1

S I i i
V

I? I
I51
EJEMPLO 8-78 Bach, Coral 8 EJEMPLO 8-79 Bach, Coral 146 i

/c\ I
I
i=k

ni v
T^:
^
I EL CORAL 247

I ••:| ve para evitar las octavas [l y j\e las voces exteriores. Aquí el V aparece
'•ijprecedido por una dominante aplicada en lugar de un II diatónico como en el
"¿ejemplo 8-79. Incluimos el primer acorde de la frase siguiente para mostrar
¿¿esa conexión melódica más extensa, La-Si-Do sostenido, de la voz superior,
un V prolongado. Al enfatizar el Fa natural, Bach debilita la implicación de la ar-
monía de la dominante dentro de la prolongación del Sol, y crea una fuerte expec-
tativa de la tónica, Do mayor, que aparece en la frase siguiente.

i ^Movimientos de octava
Movimientos de séptima

I '•/
4 Los movimientos de paso de una octava representan transferencias de re-
• ;|gistro extendidas. Este tipo de movimientos son útiles a menudo para frases en
El lector recordará que las séptimas melódicas resultan a menudo de la
inversión de segundas. La séptima, que cubre un gran espacio, puede estar re-
llenada por un movimiento de paso bastante extenso. En el ejemplo 8-83 ve-

I ;31as que la melodía contenga muchas notas repetidas o adornos extendidos. El


^ejemplo 8-81 muestra el movimiento de una octava descendente en dos con-
'Átextos característicos.
!| En el ejemplo 8-82 vemos un movimiento de octava ascendente dentro de
mos la segunda ascendente, Fa-Sol, invertida en una séptima descendente. La
inversión produce un movimiento contrario en la voz superior y da origen a]
acorde de Re menor, al \e paso sobre Do y a la breve prolongación
del acorde de Sol menor. El gráfico a muestra que el acorde de Sol resulta de
I
f ¿EJEMPLO 8-80 Bach, Coral 189

I
I
i *• V I

I ;?EJEMPLO 8-81 Bach, Corales 167, 158

I f—w
f^Ff
i ¿ i ni
I
";¿
•"k V IV V

f
248 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

un movimiento de paso prolongado de Fa a La; en b vemos que este movi- MOVIMIENTOS DISJUNTOS DENTRO Y ENTRE ACORDES: ^
miento de una tercera parcialmente invertida pertenece a una quinta ascenden- ACORDES DE PASO Y DE SUBDIVISIÓN f
te del I al V que lo engloba.
El ejemplo 8-84 muesta una séptima descendente en el contexto de una Como sabemos, el movimiento melódico se desenvuelve esencialmente>:
progresión armónica I-II7-V7-I. Aquí la inversión melódica proporciona espa- por grados conjuntos; por lo tanto la cualidad melódica de una línea del bajo?
cio a una amplia línea como compensación a las notas repetidas de la melodía. depende en gran medida de progresiones por grados conjuntos como las discu- 1 2
El acorde de Mi menor, fugazmente prolongado, resulta del contrapunto de las tidas en la sección anterior. Sin embargo, sería incorrecto asumir que los saltosr:
voces exteriores y no posee significación armónica alguna. Antes de moverse al frecuentemente encontrados en los bajos de los corales cíe Bach resultan en :
u, el bajo toca el I6; este movimiento de paso contiene por lo tanto una activa todos los casos por causas armónicas, puesto que, incluso en términos pura-' ¡
prolongación de la tónica. En la última mitad del primer compás un desplaza-
miento traslada la nota del acorde, Si, a la última corchea, creando un empuje
inrnteiTumpido a través del I prolongado hacia el U7.
mente melódicos, se hace necesario un cierto movimiento disjunto para crear •-
variedad y contraste. En esta sección discutiremos progresiones melódicas ¡
disjuntas, reservando las de origen armónico para la siguiente, :
V!
I
EJEMPLO 8-82 Bach, Coral 268

U*t—U
:w=.—i—«V
-*) f \
1 jg ^P«*J **

-TT^ ^—*
i nr: j.
-^ a ^ ¿^ 1 -4-

EJEMPLO 8-83 Bach, Coral 303


*W •'
1 \ EL CORAL 249

1 ~— •%
1 - i s
ub división interválica dentro de acordes prolongados

En la segunda especie aprendimos que una nota en la segunda mitad del


meja mucho a una combinaci
para una explicación sistema
con una melodía diferente; ac

í'- 1 í
• - :f
ompás puede subdividir un intervalo de cierta envergadura en dos más peque-
n os; aprendimos cómo se utiliza esta técnica compositivamente en el capítu-
del S-85¿> y el soprano del 8-
visión empleada con menor fr
:¿ i 3 7. En las progresiones del ejemplo 8-85 encontramos un importante y carac- en una quinta y una cuarta. C

I ti i:! t?
cístico tipo de subdivisión; el bajo divide una sexta descendente del I al I6 en nota de paso ascendente en e
na tercera y una cuarta. La conducción de las voces del ejemplo 8-85¿z mues-
ca el empleo más frecuente; el bajo subdividido hace de contrapunto a una
nelodía que efectúa su ascenso por grados conjuntos de la tercera a la quinta
i '3 s
• -f
el acorde tónica. El contrapunto de la voz exterior produce un acorde de f
sobre la. .nota
..
de subdivisión del bajo; la ligereza de este acorde concuerda de
. r . . . ., ,
. ' .? catedrático Da^ Loeb (M<
la publicación de este libro que la re
, ;! forma ideal con la función conectiva y transitoria que desempeña. (La relación
ontrapuntística precisa entre el bajo y el soprano en el ejemplo 8-85¿z se ase-
chelbel (Choralpartuen núm 2) v
dres, Barenreiter, 1916, p. 12. (N. de
L 1c
•-••...,.v .--,
;,' :'::^:-:.i> ''-'..•
\
'/

mm-'r :i
_^-:^¿-: . ~r~ ' ''í

ííilí?: .'? r
EJEMPLO 8-84 Bach3 Coral 151
í:v''i'.'¡.:-t'-/'' • 'í

iti- i!
•Uí;:.. -¡ ^rtti
r a
1
a
1
o
1 1
*
1
*
1 ^
O í «'
- ^J j r" ij•. s«
0 é

'W- :! j r u-i r i -— "L¿rr r [„[ r i


VsU f r l r r- -r P & f r r r P p r .. .

II1Í 1 J HJ J J^ rl J
;-'•' ' ( ''';.¿í ; ;•. '•' • V
A. ±: — ±: A. * J. J A. Á. JL ^ JL. + JL JL
"'::';'¿"¿:-'¿-:' ' '> *l. P r i* * *J- * u. - ° * e «
ai-
| ¿M%-
-i
•£
s ^^—-j-^-j L—i-.j^.j i
*~M I 1 r r

6
'
' ¿/
r
o
i v
s

JL i1 ,»

SMf%-' :•* IF ^ ti
•p 1
•Ipg;: :| i EJEMPLO 8-85 Bach, Corales 106, 153

':1PIE
•v^'íiW f
í
Í-
a)
^rtti
, .^ b) í r " ~J "" " i B! i
| 'Í-.\V"-;- • •
;-T^.~-
• •/
(¿; y ffíifíft Q j1 í ¿
J oJ ¿-"J j1 1 .. ífji' ü j J _ K '
f^. ' " " ? a y < ^ ^ oí e- j'i y «• - -
"K rr r r r r rX
f fe í ri ri—i r rr r r r r
ím " ^- i* i* r p - 1 " * * *

IfíSr :;
J i±: J.i J. J
i
JTJ. ¿ ¿
i
¿VO— í » L • . jj, J J é *---*í -]J J J H

I b^i -' E r~n —L^—I M f—rT


', r r
I^Kr- ^ '

Jlll ^
T TTfi V T V
r V VO»
i ng v i I IV V I
I WI^^^^-'V " -'
JSÉffgjw'-ft'^".1 ' • • • ' •

'-"
250 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

;
Progresiones disjuntas entre dos acordes da estructuralmente; su progresión básica hacia el Do sostenido estructural^
está retardada por un movimiento hacia la voz interior. La submediante de?
Las progresiones disjuntas aparecen en ocasiones en el curso de la transi- paso hace de contrapunto a este descenso melódico momentáneo. El acorde}
ción de un acorde a otro. Como norma, estas progresiones se organizan en ter- de Fa sostenido que precede a la submediante evita las quintas entre el bajo
ceras. Los saltos de tercera resultan a menudo de la omisión de una nota de el alto (véase el gráfico d) y al mismo tiempo ofrece un soporte consonante a'r
paso, como en el ejemplo 8-87. En consecuencia, cuando esas progresiones la nota de paso Do sostenido, de otro modo disonante. |
aparecen en el bajo, los acordes que sustentan los hemos denominado acordes El ejemplo 8-90 contiene dos submediantes de paso de diferente peso $
de paso, reservando el término acordes de subdivisión para aquellos que significación. La prolongación inicial del I se logra gracias a un movimiento]
involucren saltos mayores. arpegiado; los dos acordes desplegados prolongan e invierten una progresión?
El más importante de estos acordes de paso por terceras es la submediante básicamente descendente (gráfico a}. Esta progresión del bajo hace de contra-^
que conduce del I al II6 (E 6¡). En el ejemplo 8-88a encontramos un movimiento punto a un movimiento melódico hacia la voz interior de la melodía, con lo]
de paso conjunto del I al u6. El ejemplo 8-88¿> es bastante similar, excepto en que cual prolonga el acorde de tónica; el acorde de Si menor en el compás 1 funf
aquí no aparecen conexiones por grados conjuntos; la función contrapuntística de ciona como un acorde de paso dentro de esta prolongación. En el compás 3 la|
la submediante es la misma en ambos fragmentos. voz superior vuelve a la nota retenida, Re. Al mismo tiempo el bajo se mueve!
El ejemplo 8-89 muestra un uso algo más complejo de la subdominante hacia el Si como un acorde de paso en su camino hacia el Sol (LT f ) . El So|
contrapuntística de paso. El punto álgido de la melodía, Re, es una nota reteni- sustenta la segunda nota estructural de la melodía, Mi. El acorde de Si antea

EJEMPLO 8-86 Bach, Coral 232 EJEMPLO 8-87 Bach, Coral 234

P. J
\J

fL\}-*~*
1

icp * A—,ji—
í~)

—Ji——k*^—
—~r^~
i ii ^ o»
^jH=
1
aa ]partir de

-TP
*): i 8o
/ U T
«
ai
1* m
3 4 6 8

r »

r
[/ 4- i

k w
^

EJEMPLO 8-88 Bach, Corales 185,184


a)

SL k
lm
v-y/ « 1
)
1 \ r ¿-I-
-rJ -*• x-

: Í7
-^ í ftp f íffT^ T f
¿\ .,
i
¿
J nr3 n i
J P* é' ' • '
a»¿
rt
J J—I n., i
i
//• 1
r « b r

]
I t r
d> i*
~~y

W
1
1
_ v f

[ r
0

T . —^_ TT6 V T T w TT§ "vr T


r EL CORAL 251

t mencionado es por tanto un acorde de paso de un orden estructural más eleva-


do que el del compás 1, puesto que se mueve entre dos acordes estructurales.
tan sus respectivos papeles en cooperación, tanto a nivel estructural como a
nivel de prolongación.10

I PROLONGACIONES ARMÓNICAS Progresiones armónicas completas

l
Hasta ahora nuestras discusiones sobre la armonía se han centrado en el En el ejemplo 8-91 encontramos progresiones armónicas a dos niveles. La
empleo de progresiones armónicas para crear armazones estructurales en los progresión estructural globalizadora es un movimiento del I al V. El I por sí
que se desenvuelve el contrapunto. También es posible prolongar un acorde solo se encuentra prolongado por una progresión completa (I-IIf -V-I) que sus-
armónicamente, es decir, por medio de una progresión armónica subordinada a tenta un movimiento de adorno alrededor del Do sostenido en el soprano. La

i la sonoridad gobernante. En los corales de Bach las relaciones armónicas im-


pregnan el tejido musical desde la estructura de la totalidad hasta la configura-
ción de muchos detalles. Lo hacen, sin embargo, sin obstaculizar la corriente
prolongación armónica también ejerce una función lineal, puesto que ayuda a

10 Véase el capítulo sobre prolongación armónica en Salzer, op. cit., vol. 1, pp. 162 y siguien-

i contrapuntística y melódica de la textura. La armonía y el contrapunto consta- tes en la traducción española.

r EJEMPLO 8-89 Bach, Coral 62


a) b)
"y ttji . . ¡i' • .. J
^ ""
J o1 J ' .J 9 '¿^
e
"X,
^
Í-~-»-^- J

i
/L. J * « e J aJ
fín 9 a ÜJ j/' 9 v * é ti J
GE
r ri
/
'» 3s
• r r'
""
v^y ff
2 rf* ti 0
^- r

fuJ t r r u ri
0 0 0 0 9 9 9 9 c * tf » á ttS
*
J 5 b

i ll
O' n
/• tfútí
'
"
o
n J r« ai n
4- A-r
i J iíJ
' ". 1
j. ,
f "r
^
^rr-s r " tt
1 TT
I «v
h r
^TV
^
r r •• ~
P ^x-
f e
>s
^
r*
' " A
•• r
TT r* 1
1
-»J »^fc
v
V
EJEMPLO 8-90 Bach, Coral 334
/o a) b)
I £
etc.

1 1 JL Jt

etc.

p mv n§ v
252 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

efectuar la transferencia ascendente de una nota del bajo, La, y por tanto mo-
tiva el subsiguiente movimiento de paso que desciende hacia el V. Si hacemos
En algunas ocasiones los impulsos armónicos y los contrapuntísticos se
ñisionan tanto que se solapan por completo. En el ejemplo 8-93 la octava dq|-
I
caso omiso de la cualidad armónica de la prolongación del I, veremos que las cendente por grados conjuntos parece dominar completamente la prolongación
voces exteriores se asemejan a una progresión de primera especie. (En el del I. Sin embargo, el Y del compás 3 subdivide la octava armónicamente,"
ejemplo 8-91 hemos indicado los acordes estructurales y de prolongación con no debe escucharse como un acorde de paso puramente contrapuntístico.
números romanos grandes y pequeños.)
El ejemplo 8-92 muestra una superposición entre una prolongación contra-
puntística y otra armónica, ambas como sustento de un movimiento de adorno Progresiones armónicas incompletas
alrededor de Mi. Las prolongaciones se superponen porque el acorde final del
movimiento contrapuntístico es al mismo tiempo el comienzo de la progresión En el ejemplo 8-94 se nos ofrece la oportunidad de observar una técnica
armónica. La prolongación armónica de nuevo da pie a una transferencia de característica de la música tonal: la prolongación de un objetivo cadencial p r
registro; el Do recupera su registro grave original en preparación del Sol grave una progresión armónica incompleta. Al mismo tiempo, estos fragmentos ilu -
de la dominante estructural. tran la posibilidad de aplicar prolongaciones armónicas a acordes distintos d 1

EJEMPLO 8-91 Bach, Coral 169 EJEMPLO 8-92 Bach, Coral 298

J J' J J
¿ A J•
c
^
<* ir
T ^-í ^
cJ*
—/5L '» J«—s* ^— í^ t_)
tf i e i\*L/
fT^ ¿-J-
~^t '*"
\jt3— "^ ^
4-,
•O O
m p
\ H•
1
—*

i
I-"y |P
0 i¿ \ r *
&
1 1 '
1 1 ' 1 1

.,, J
?• íf dn
J J Jjy f**
^^
J
P 9
,
1
1 J '
rj
£V Q
•€
i ^'
J
—i—ir—i—
J J
5 9t¿ *
-A
J.^3 J-
* ¿4^ ~) i r j*

ii
^ í[
1_
* B i1' 116
V
'V
i
I1
J
r ' O1
V

del V Y I

EJEMPLO 8-93 Bach, Coral 90


EL CORAL 253

de la tónica. En el ejemplo S-94c¿, compás 1, el bajo cuenta con dos notas de plo 8-90. La línea del bajo ahora procede ascendentemente a la submediante del
adorno; el Sol pertenece al Mi precedente y el Do pertenece al Mi siguiente. El compás 2, que ahora forma parte de la progresión estructural I-YI-V-I
alumno debe considerar cuidadosamente las oportunidades para estabilizar, en
sus propias realizaciones, acordes distintos del de la tónica a través de
progresiones armónicas completas e incompletas. Dominantes aplicadas; prolongaciones de dominante de la tónica
Las progresiones incompletas pueden seguir o preceder a los acordes que
prolongan. Tales progresiones aluden retrospectivamente en lugar de señalar Hemos encontrado acordes de dominante aplicada en un buen número de
hacia adelante, como las progresiones incompletas del ejemplo 8-94. En el ejemplos anteriores. Estos acordes representan la forma más simple de progre-
ejemplo 8-95 el IV y el V de prolongación se refieren retrospectivamente al I ini- sión armónica incompleta; en la mayoría de los casos se refieren al acorde si-
cial; esta armonía estructural procede al E al comienzo del compás siguiente. guiente y con menor frecuencia al acorde anterior. En algunas ocasiones una
El ejemplo 8-96 presenta la misma melodía del ejemplo 8-90 pero en me- sola tónica aparece precedida o seguida por una dominante. Estos acordes V
tro 4/4. Al cambiar una nota del bajo, empleando Re en lugar de Sol en el cuarto de significación puramente local e inmediata se asemejan a las dominantes
tiempo, Bach consigue una construcción radicalmente diferente a la del ejem- aplicadas; sin embargo, el término dominante aplicada obviamente no es una

;|EJEMPLO 8-94 Bach, Corales 138,18


"•í
'"'í. a) B b)

j j j
f
ofIII de

'.f EJEMPLO 8-S5 Bach, Coral 309 EJEMPLO 8-96 Bach, Coral 14

•U
FTT
s ÜJ:

vi v i
II V I
254 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

descripción lógica de estos acordes. Los llamaremos dominantes de prolonga- ficado un tanto diferente; éste hace consonante la nota de paso Si de la .|oz
ción o prolongaciones de dominante de la tónica. En muchos estilos musicales las superior, de otro modo disonante. El V estructural está prolongado por|ún
anacrusas iniciales contienen prolongaciones de dominante del tiempo fuerte si- acorde £ que resulta de una bordadura en el bajo como contrapunto del mQ/yi-
guiente. En los corales encontramos esta progresión menos frecuentemente, pues- miento hacia la voz interior de la melodía; el La de la voz superior es una rfota
to que la anacrusa del coral lleva la primera palabra del texto y por lo tanto nor- retenida (v. ej. 8-61). En el compás 3 vemos una dominante aplicada al "Vf.de

i
malmente contiene el acorde que indica la tonalidad (para un coral que comienza prolongación del compás 4; esta dominante aplicada aparece decorada por Jiña
con una prolongación de dominante, véase el número 364). suspensión cadencial del Re. Por último, los compases iniciales muestran .tina
Si la dominante de prolongación sigue a la tónica y no retorna a ella, tene- prolongación del I al tiempo que la melodía comienza su ascenso hacia la pri-
mos un movimiento armónico similar al del ejemplo 8-95. El ejemplo 8-97, mera nota estructural, Re. f;
del coral 102, contiene tal dominante retrorreférente en el compás 4. Este
ejemplo contiene muchos otros acontecimientos de interés para nosotros. El
acorde de Sol después del calderón del compás 4 es una dominante aplicada al
El calderón subdivide la sección de ocho compases en dos frases de cuatro
cada una. Las dos frases, sin embargo, son completamente interdependieribs.
Al comparar la realización de Bach con el gráfico de la conducción de lasfvo-
I
IV; al mismo tiempo evita las octavas y quintas entre los primeros tiempos de
los.compases 4 y 5. En consecuencia este acorde posee una función contrapun-
tística al igual que armónica.11 El acorde de Sol del compás 5 posee un signi-
ces vemos que la prolongación principal —el movimiento hacia la dominante
de prolongación— forma la primera frase. Esta prolongación genera una fén-
sión que se resuelve en la segunda frase; entonces la melodía emprend|.;su
descenso estructural desde Re con la progresión armónica -IY-V-I como so|or-
I
11 Para los acordes de función doble, véase Salzer, op. cit., vol. 1, 176 y siguientes en la tra-
ducción española.
te. Esta progresión continúa la tónica de los compases 1-3 y une las dos frases
en una totalidad más extensa. ?•• I
EJEMPLO 8-97 Bach, Coral 102
i
I

I
I
I
I
i
EL CORAL 255

;t En el ejemplo 8-97 hemos comenzado a ver secciones de dos frases, y a. Al construir un grupo de frases, la planificación se hace a la vez más difí-
-ylr cómo una frase individual se convierte en parte de una totalidad coherente cil y trascendente. No haremos nunca suficiente hincapié en que un procedi-
illas extensa. Continuaremos con este procedimiento en la sección siguiente; miento de acorde por acorde, aunque probablemente dé como resultado una
demostraremos nuevas técnicas contrapuntísticas y armónicas como parte de conducción de las voces correcta, no conduce nunca a una significativa textura
¿¿te estudio. musical coherente. Al realizar corales el alumno debe tratar de desarrollar al
máximo posible su capacidad para la audición interna. Nunca avanzará en este
sentido si adopta un enfoque puramente vertical que deje al margen la direc-
3Í Realización de grupos de dos o más frases cionalidad, donde la elección de los acordes esté basada en consideraciones
'A seudoestilísticas más que en técnicas y procedimientos compositivos.
«j Antes de proceder a la escritura de corales completos, es una buena prácti- A menudo la construcción de una frase aislada se convierte en algo nada
.¿'á realizar grupos de dos (o quizá tres) frases cortas y relativamente indepen- convincente cuando se escucha en un contexto más amplio. Por esta razón
dientes. Muchas melodías corales están construidas en la llamada barform, debemos comenzar por esbozar las relaciones más globales antes de tomar
II ÁAB.12 La sección A de estas melodías (en las realizaciones de Bach normal-
mente antes de la primera doble barra) es a menudo lo suficientemente com-
decisiones con respecto a los detalles. Estudiemos el ejemplo 9-98, una reali-
zación que muestra la primera frase del coral Fren' dich se.hr, o meine Seele.
-pleta como para permitir una realización lógica y coherente. Hemos incluido La realización no es mala en sí misma, pero resulta insatisfactoria en rela-
un buen número de estas secciones en los ejercicios de este capítulo; el lector ción con la realización de la segunda frase (ejemplo 8-99). No hay suficiente
"rjuede suplementarias fácilmente con melodías adicionales. variedad ni suficiente descanso del constante énfasis sobre el acorde de tónica.
'í Comparemos una de las realizaciones de Bach de los mismos cuatro compases
_"| ' 2 Este término, de origen alemán, no tiene equivalente en español. (N. del T.) (ejemplo 8-100). Bach ha interpretado el final de la primera frase como parte

EJEMPLO 8-98

E E M P L O 8-99

Í=É ^J-^LJ
T~rT
j=y i
rr
256 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

del dominio de la dominante. Esta resonante prolongación armónica del V progresión subyacente puede dividirse en dos partes interdependientes. La pri-
hace de la segunda frase una expresión poderosamente afirmativa de la tónica. mera sección, la de preinterrupción, está incompleta; termina por lo tanto en
un estado de tensión. La segunda parte, la de postinterrupción, comienza una
vez más, y en esta ocasión completa la progresión y resuelve la tensión. Estu-
LA TÉCiNicA DE INTERRRUPCIÓN; INTERDEPENDENCIA DE DOS FRASES diemos un caso de esta técnica en el ejemplo 8-101. El punto de interrupción
está indicado por el signo II.
La técnica de interrupción constituye uno de los procedimientos más im- Estas frases muestran la división de una progresión estructural melódica y
portantes para la construcción formal de la música tonal. Gracias a ella una armónica en dos partes (ejemplo 8-102).

EJEMPLO 8-100 Bada, Coral 64

r^-M —t- . J J
(ff) —J- ¿ * <9 ==^
-J *
,
-J—« =
r r r r r r r r r
3D ^ai—ti 39
- f f G-*- r
- "i

i — r—1
—— =1^—3-J—J-J—r?
1 —íü—* ¿nJ Jri
¡MJ 1 nJ

-H—r y~+—r—r~ r cr^


—a á!—*—*
i
s í ir J Lf
(9

v •;
'-'

EJEMPLO 8-101 Bach 3 Coral 217

¿» 8—^— p— c •
nr~
r
__r x-»

«J
jtf TT~
-1
¿ 1:
-\

4-4-^
4-J-; ij. i
f= f fe —«—
^ B

*" » V
3=*

J
y J

I H65 Y
(D)
I EL CORAL 257

I El primer período de la melodía finaliza en la supertónica, una nota con


una marcada tendencia a proceder hacia la tónica. Esta nota está sustentada
por el Y, un acorde con un fuerte impulso armónico hacia la tónica. En el se-
gundo período tanto la línea melódica como la progresión armónica comien-
completa lo que ha sido iniciado por el primero. La letra D debajo del pri-
mer V denota la dominante de división o divisor; este acorde efectúa la divi-
sión estructural. La técnica de la interrupción puede aplicarse también a
progresiones que muestren una quinta descendente en la voz superior (véase el

I zan de nuevo; sin embargo, en esta ocasión se mueven hacia una conclusión
definitiva sobre la tónica. No se debería interpretar la primera supertónica
melódica del ejemplo 8-102 como una bordadura del Mi, pues su tendencia es
ejemplo 8-1II).13
Al construir un grupo de dos frases el alumno debe considerar las implica-
ciones de la melodía para determimar si existe la posibilidad de una interrup-

I seguir moviéndose hacia el Do más que volver al Mi. La interrupción impide


el movimiento inmediato hacia el Do; con el Re, un movimiento específico
toca a su fin, aunque sea sólo provisionalmente. Cuando se reanuda la melodía
ción. Como podemos ver en los ejemplos 8-101 y 8-103, la correlación
motívica entre las dos frases no precisa ser absoluta; puede existir una consi-

I
con el Mi, la línea estructural comienza de nuevo y se mueve hacia su conclu- 13 Para más información sobre la interrupción véase Salzer, op. cit., pp. 160-161 de la traduc-
sión. Los dos períodos son interdependientes precisamente porque el segundo ción española.

I EJEMPLO 8-102

3 2 1 3 2 3 2 1
1 1 i
\J cj s-\ ^1 d
_. .O AJ " óJ
f Xt^ y,-, ^*C
u_ x. a g
*-l
d f

v>l/ *-^ >^/

I «J

61*
//'
^
convierte
n
II
p

.
p p... - -J -5 /"j
' . . ..
1 1

i v I I V I V I
(D)

:$ EJEMPLO 8-103 Bach, Coral 1

I
I
258 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

derable variación en el detalle, siempre que la línea estructural cumpla las con- sustentado por una prolongación armónica de la tónica, una progresión I-V-If •
diciones necesarias. A menudo, sin embargo, en otros estilos, la parte de la El final de esta prolongación aparece en el tiempo fuerte del compás 3, des|.

I
postinterrupción repite detalladamente el comienzo de la unidad. pues del -primer calderón. Este ejemplo nos muestra que una prolongaciór|.
puede llegar más lejos que el final de la frase y puede fusionar dos frases eií;
un todo orgánico. :i;
LAS PROLONGACIONES PUEDEN UNIR DOS FRASES EN UNA SOLA SECCIÓN El ejemplo 8-105 presenta una superposición de las dos frases incluso más¿-
fuerte que la ilustración anterior; en este fragmento el Y estructural llega a|-
Dos frases pueden fusionarse en una unidad si se continúa una prolonga- primer calderón y aparece prolongado durante la mayor parte de la segunda-

I
ción en la segunda sección que haya comenzado en la primera. En el ejem- frase. Obsérvese la inversión de la segunda ascendente, Si bemol-Do, en un|.-!
plo 8-104 la melodía asciende desde Sol, una nota del área de la voz interior, séptima descendente en los compases 1-2. • •• &;
al Mi bemol, la primera nota estructural. Este acontecimiento melódico está En los ejemplos siguientes la coherencia entre frases, o incluso su fusióni-;

EJEMPLO 8-104 Bach, Coral 244


iíiV • .

f\ « H 01 »
^
«9 U <p
^
á> 1
-W-
—VV
J
51H
a
f ^r r r
¡^~ *1 a (9 —^
TT
& (9
f f r
r~0 1» 0
-J
i* ^ j*

r r r
£>• 1
"I- 1 U
-< i j. i ¿ _t
i a J ^... •*• r h* t-1

J- 'P
n
•J-
JI
hJ
^
3 j¿ 1«
v
Í i
B
I
^^4 ,^; /'-

t? ^^^T I
-*--*-

~v~
V

Ilg V
I EL CORAL 259

I •rf es evidente. Por añadidura estos ejemplos presentan una técnica muy impor-
\l tante, el empleo de la mediante como acorde contrapuntístico de adorno. El
•¿ lector recordará por el capítulo 6 que los acordes secundarios u, III, IV y VI
quintas ascendentes (o cuartas descendentes) aparecen con mucho menor fre-
cuencia. En el ejemplo 8-106 sirven para conectar la sonoridad del Ad con
el I. Adviértase de nuevo la fusión entre las dos frases.

1 ;| cumplen una función armónica sólo dentro del armazón de la relación tónica-
•\. En los ejemplos 8-106 y 8-108 la mediante constituye un adorno
'\e la tónica, puesto que se mueve entre dos acordes del I, en lugar de entre el
No hace falta decir que la mediante también aparece en el repertorio del
coral como acorde armónico. El fragmento del coral 41 presentado en el ejem-
plo 8-107 muestra el uso armónico de la mediante al igual que una explicación

I
:| I y el V. Indicaremos esta progresión contrapuntística por los símbolos I-Ad-I. diferente de la técnica de las quintas ascendentes. Aquilas quintas ascendentes
;-;| Estas progresiones aparecen más frecuentemente en los corales que en la ma- ocurren de tal modo que elaboran armónicamente una progresión contra-
;.| yor parte del resto de la música del siglo xvui; poseen una larga historia que se puntística. La línea principal del bajo entre el III y el V consiste en un movi-
•| remonta a la tonalidad modal de la Edad Media. miento de paso, Do-Re-Mi; el Re actúa como soporte de un acorde de paso-

I .J
..&•
r\
En el capítulo 7 observábamos una serie de quintas descendentes. Las
EJEMPLO 8-105 Bach, Coral 252
bordadura, puesto que su voz superior es la bordadura incompleta Re.

I i EJEMPLO 8-106 Bach, Coral 31

v
260 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Volvamos ahora al uso contrapuntístico, de adorno, de la mediante. Un aparece al comienzo mismo de esta composición; el Ad funciona como -lana
ejemplo realmente original aparece al principio del coral 249 (véase el ejem- cuasianacrusa extendida que lleva a la tónica.14 En ambos fragmentos el |;al
plo 8-108). La idea básica de prolongación es la inversión de una tercera en final del compás 2 actúa como dominante aplicada de la subdominante. .fUn
una sexta que se mueve en dirección descendente. La sexta aparece subdividi- estudio cuidadoso de los gráficos, sin embargo, pondrá de manifiesto por |ué
da por el acorde de Mi menor. Posteriormente el bajo vuelve a Sol, en esta la subdominante pertenece al armazón armónico en el coral 61, mienjjas
ocasión como una sexta ascendente que aparece subdividida del mismo modo, que en el coral 83 ejerce una función contrapuntística, En el coral 61 la sjíb-
llevando la progresión I-Ad-I a su conclusión. La sexta descendente de la pri- dominante se mueve hacia el V; en el coral 83 es un acorde f dentro déla
mera frase se encuentra prolongada por lo que es básicamente una serie de prolongación contrapuntística del I. £'
cuartas descendentes (véanse los gráficos c y á). De nuevo una sola prolonga- Con referencia a estos dos fragmentos deseamos recordar primero al le|tor
ción, I-Ad-I, une dos frases melódicas en una totalidad más extensa. que las letras FD debajo del IV en el coral 61 indican la función doble de §sta
Como conclusión citamos dos fragmentos, de los corales 61 y 83, que nos sonoridad. El IV posee un sentido estructural como parte del armazón arrnojiíi-
ofrecen realizaciones diferentes de la misma melodía (ejemplo 8-109). Aquí '.j _
hacen su aparición varias técnicas nuevas. En el coral 83 la sonoridad del Ad 14 Este tipo de comienzo sin la presencia de la tónica se remonta al siglo xrv. ?'

EJEMPLO 8-107 Bach, Coral 41


I
I
I
I
I
;;

Ble b) Ble
•lí J=*=¿ ^^í
1
. •'*>í

quintas ascendentes

III -*- V
I
í
.." *H"Jr-

III V
I EL CORAL 261

•- co global; y puesto que sustenta una nota de prolongación en la voz superior, más allá de la duración escrita. Hoy en día los intérpretes tienden a ignorar
también posee un sentido de prolongación. completamente los calderones, tratándolos como signos de convención que
El signo 11 indica el acorde de énfasis armónico que aparece a menudo en- marcan el final de una línea del texto y que quizá ayudan a orientar- a los can-

I tre el DI y el Y, el IV y el V, o el VI y el V. Este acorde actúa como un refuer-


zo armónico adicional del V que está por aparecer; no hace falta decir que no
es una dominante aplicada puesto que carece de sensible.
tantes.
Este no es el lugar adecuado para discutir detalles que pertenecen a la
práctica interpretativa. Sin embargo, podemos hacer una observación general:

I En ambas secciones del ejemplo 8-109 el carácter de dominante aplicada


de los acordes f ayuda a fusionar las dos frases melódicas en una totalidad
polifónica unificada. Los acordes f aparecen en los calderones y propulsan
enérgicamente el movimiento hacia la frase siguiente. Esto nos lleva a la cues-
es de la máxima importancia que los ejecutantes entiendan que algunos calde-
rones marcan definitivamente el final de una idea musical; esto haría la
observanción del calderón al menos lógica. En otras situaciones (véase el
ejemplo 8-109) los procedimientos compositivos de Bach hacen de los calde-

I tión del sentido musical de los calderones en los corales de Bach. Las genera-
ciones más antiguas de intérpertes tendieron a tomarlas al pie de la letra como
una indicación conclusiva de frases musicales, y generalmente los mantenían
rones símbolos sin significación musical; cualquier mantenimiento o articula-
ción muy marcada interrumpiría la continuidad e interferiría la dirección musi-
cal en su camino hacia los objetivos del movimiento.

I
EJEMPLO 8-108 Bach, Coral 249
f

i
••;

Iféifí¿:i
y

o)
Jr TT
~^5 <¿- « 0 ' < —•
-AW 'g ?—nri !: F^

Itej^gií-::'
¿) ^r
acorde de
subdivisión
jt 8
acorde de
rp

subdivisión

1-JíS?- 6V 'rt
— -,
e .. * i?

1m 4M N a
o
p y
^ T
6a 1 6a
I Ad I
262 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

4. El coral completo y coincide con el final de la prolongación del I. Aunque esta tercera frase re-*;
presenta una repetición intensificada, a la distancia de una tercera superior^ deí •
En esta sección vamos a presentar los análisis de un buen número de rea- la idea melódica inicial, la realización de Bach no es el eco de la realización^
lizaciones completas de Bach. El lector debería consultarlos y relacionarlas de la primera frase. El bajo, que abandona la tónica después de sólo una negra|.
con sus propias realizaciones de melodías corales completas. El estudiar cui- (contrastando con la prolongación de tónica de dos compases en la primerar
dadosamente la inagotable inventiva de Bach nos estimula a desarrollar nues- fase), se mueve al II y de ahí al V por medio de dominantes aplicadas. El u?;
tras propias capacidades al máximo. En particular debemos esforzamos por representa la meta del movimiento armónico y contrapuntístico anterior; es};
entender sus procedimientos menos habituales. Nada puede resultar más as- claramente un acorde estructural. Como está indicado en el gráfico, el II sus-f-
fixiante para el desarrollo musical que el confinar al alumno a los usos más tenta una nota de prolongación, una bordadura incompleta, en la voz superior!-
típicos y frecuentes. de ahí la designación FD (función doble). Las dos frases finales muestran la|!
Comenzamos con el coral 217, una realización del coral Ach Gott, me técnica de interrupción (véase el ejemplo 8-101). Escuchada dentro de la tota|;
manches Herzeleid (ejemplo 8-110). Ya hemos citado fragmentos de este coral lidad del coral, la interrupción no divide la estructura básica, sino que másj;
en los ejemplos 8-43, 8-61c, 8-76 y 8-101; el lector debería remitirse a estos bien efectúa una ampliación del movimiento hacia el objetivo melódico, Do|-
ejemplos. Adviértase cómo la realización de Bach subraya y sustenta el am- La melodía del coral 44 permite una interesante y nada habitual aplicación].
plio ascenso melódico Do-Re-Mi de los compases 1-9; éstos aparecen fusiona- de la interrupción (véase el ejemplo 8-111). La referencia al gráfico mostrar^
dos en una sección unificada por medio de una prolongación armónica a gran que el descenso preliminar, incompleto del La al Mi, es expresado dos veces^;
escala. El Mi del climax, repetido tres veces, en el compás 9 corona el ascenso en la primera y tercera frases. Bach trata la tercera frase casi como una varia|;

EJEMPLO 8-109 Bach, Corales 61, 83

I i5

I
i-

V I
EL CORAL 263

ción de la primera; ambas poseen la misma línea esencial del bajo y de la voz en el bajo en el comienzo mismo; este motivo consiste en un movimiento circular
superior. La primera frase sirve como un interludio que prolonga la dominante de tercera, que se aleja y vuelve al punto de origen. Los corchetes en el gráfico
de división del compás 2, y prepara en la melodía el registro agudo culminante señalan las posteriores apariciones de este motivo. En la realización de Bach hay

i del movimiento de adorno por encima del La en la tercera frase. Un Re agudo


aparece en dos ocasiones, en los compases 3 y 5. En la primera aparición, sin
embargo, Bach lo presenta como bordadura superior del Do sostenido; el Re
dos expresiones de ese diseño que son de especial interés y que emergen de la
propia melodía coral. Toda la segunda frase presenta esa idea de tercera en valo-
res ampliados y decorada por la bordadura Re; por supuesto, aquí el movimiento

i del compás 5, por el contrario, pertenece al acorde de tónica subyacente, lo


que realza su importancia estructural.
El coral 44 muestra la familiar y característica repetición de la sección inicial.
Algunas repeticiones de naturaleza menos obvia impregnan este coral, cuya apa-
de adorno aparece por encima en lugar de por debajo de la nota principal como
ocurría en su primera exposición. En la frase final los movimientos de prolonga-
ción desde y hacia el área de la voz interior emplean esta figura, en esta ocasión
en su dirección descendente original.

i rente simplicidad es engañosa. Adviértase el motivo presentado por vez primera

•! EJEMPLO 8-110 Bach, Coral 217


El ejemplo 8-112, del coral 151, también contiene la primera sección repe-

i
i
r

i
I
I
I t

I V
V
,1 II6 V
264 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 8-111 Bach, Coral 44

¡'
I
I
IV6 V
r I
I
xN x\2 x\\1

b) 5 4 3 2
I
3 *-
I
II II
•i n
r I
(D) (D)
I
EL CORAL 265

tida y el consiguiente diseño AAB. La forma individual de esta pieza, sin em- es crear una totalidad integrada a parto de esas dos partes autónomas. Bach
bargo, difiere muchísimo de la del coral 44. Aquí la interrupción no tiene lu- resuelve este problema aplicando el principio de variación. Como menciona-
gar; a grandes rasgos la melodía consiste en dos movimientos completos y mos anteriormente, el perfil melódico de las dos secciones es el mismo. Bach
autónomos de Si a Sol. El problema para realizar' una melodía de este calibre sustenta las dos exposiciones de la línea básica con el mismo amplio movi-
EJEMPLO 8-112 Bach, Coral 151

B
J T _ J
^^-F
I U I
i ni
^3
^

6 II7 V7
ni v

t=3E

Y i
cs. 6-8
a; 1 1>; C •«^WM•J^MM

'=r-i^
> 4
r^— i— ' /*
í*
4— -^^~^^=^ M
ftJ * -9- -y i ^FJ
&=-9. 9
—h
J
„'
_¿ «L_
^ F J —9 U—
10 10 10 10 10 10 10 1() 10 5 LO 5 iLC)
^-—•
1( ^
) 10 : L() 10 5 10 5 10 1.0 10 10 ^

pHM*-» • • . .
-v^
—í\. ii a ~^ • y-*-fX Ti«r j

—•~~l V ^p * i»ji«^ilpyq
--^H--f f r[ -r 1 í
\
—*—^^
r 0i |E>
. — ---
\
0 v
-4- 9- 4 =p
III V I
266 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

miento del bajo y la misma progresión de acordes. Ambas secciones poseen Un aspecto importante de la realización de corales completos es el traf:a-
por lo tanto la misma estructura fundamental. Por añadidura existen muchas se- miento de frases y grupos de frases repetidas. En general Bach evita la repeti-
mejanzas de detalle que sirven para subrayar la relación estructural más amplia. ción exacta de secciones y frases completas (por supuesto, no nos referimos', a
La más obvia es la idéntica conducción de las voces de las dos cadencias finales; la repetición de la primera sección de los corales que muestran una constríic-
adviértase también la repetición motívica del bajo en la segunda y tercera frases, ción AAB). El alumno debería tratar de ejercitar su ingenio para encontrar
y —un pequeño pero importante detalle— el efecto unificado! de todas esas sus- variantes a sus soluciones. Los ejemplos 8-115 y 8-116, del coral 327, ofrecen
pensiones del sonido Sol que resuelven en el Fa sostenido, principalmente en el un tratamiento particularmente ingenioso y nada habitual de un grupo repetitio
alto. Los gráficos detallados de los compases 6-8 indican cómo Bach fusiona las de dos frases. El ejemplo 8-115 muestra el inicio de dos frases. Bach creajjin
dos últimas frases en una sección unificada a través de la variación de un movi- movimiento de paso en el bajo del I al V; los grados melódicos de este movi-
miento subyacente en décimas consecutivas. miento son las notas Re-Do natural-Si-La en décimas paralelas con la melo|ía
Concluimos este capítulo con unos cuantos consejos acerca de la realiza- (gráficos a y b}. El Do natural reemplaza al Do sostenido para evitar la tríaBa
ción de melodías corales completas. En sus propios trabajos el alumno debería disminuida del séptimo grado. La primera frase tiene su cadencia en este f)o
analizar la melodía en términos de los movimientos amplios y globales y de natural. Como esta es claramente una nota de transición entre Re y La, la |á-
las relaciones armónicas que éstos implican. También debería tomar concien- .dencia no marca ninguna articulación; las dos frases están fusionadas en itia
cia de repeticiones y paralelismos explícitos o latentes, pues podría desear sola sección. Aun así, es inusual efectuar una cadencia en Do mayor en la £jj>
subrayarlos en su propia realización. Estos análisis no tienen por qué escribir- mera frase de un coral que está en Re mayor. El significado de esta cadeneia
se en detalle, pero esbozarlo a grandes rasgos a menudo puede resultar de uti- —su relación con el contexto más amplio— desafía cualquier explicación'fen
lidad. términos puramente armónicos. Solo un conocimiento pleno del impulso linf al
El ejemplo 8-113 muestra un esbozo preliminar para realizar una de las —del contrapunto— nos ayudaría a comprenderla. Dicho sea de paso, el ifso
melodías corales incluidas en los ejercicios que siguen a este capítulo (véase el enfático de la tríada en el séptimo grado rebajado, como la mediante de adorno
ejercicio G-6). En el ejemplo 8-114 presentamos dos realizaciones, una ligera- descrita anteriormente, representa una reliquia del período modal. Composito-
mente figurada, la otra más densa (ejemplos 8-114a y ¿?). En el proceso que res más tardíos, sobre todo Schubert, redescubrieron y explotaron proceli-
lleva del primer boceto a la realización final las soluciones alternativas se irán mientos de esta clase. El gráfico a indica que la estructura melódica consiste
sugiriendo por sí solas. Adviértase, por ejemplo, que la prolongación de la tó- en Fa sostenido-Mi-Re; la tercera descendente Mi-Re-Do sostenido de ios
nica inicial es más reducida en el ejemplo b que en el boceto. Un cambio más compases 2 y 3 es un movimiento hacia la voz interior del Y. En este ejemplo
radical se da en el ejemplo a; la tercera frase termina con el acorde de Sol los acordes de dominante aplicada también desempeñan la función contrapiín-
como dominante retrorreférente de Do. tística de evitar quintas y octavas (gráficos b y c). I;

EJEMPLO 8-113
( ,1
" y
¿ó ! 1
J1 Ji ^
1 !
-l i l
Ji 1
J. JK l1 Ji Jl Ji J
í
I '
*
i J1 1
J J1 J1
1
i r^\r^
Vd J ' /^
-fi*^—¿—¿—*—* — -4 * r_ ¿ é ° *
-a. • ¿ r
«^ —j— J J *—
—s
* Ji<d 1 f * * *

r r r 1 r
-* •—C¿
-f— ]* ; —i* $ —
ft,^

r
iO

1
1
/ A"
_¿:—
r^
¿ J 4 O.
& 4h— J- j
0
» C
—1
¿
|

v
¿
•<

2
1
¿
**
¿U j
—i*—T"
H —1 í
^ ,i V
V I \TÜ ' V I
V
i
ti del cle III •^/ I II6s V I
I EL CORAL 267
I ;? EJEMPLO 8-114 (a)
\¡.

'•\ iSl J J J_^H-j—j—í 1 J
é J
é J
* J ^
I 'S
—T-rTí •* r^ ~f^—' ÜT^ 7
7

^—*i 1 ^ c3
'.}
J f i I I r f r r
1
•:i
I ':¡.
^ J ^ _)

j. j
•'} LJ ^J Lj
'/ E^ LJ | 1
'•i r r U~J 1
'O'
n•i 268 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

En el ejemplo 8-116 vemos cómo Bach construye la misma línea melódica A causa de la extensa prolongación del acorde de Si, la nota Mi de la'r^ie-
al final del coral. Aquí interpreta la tercera desplegada Fa sostenido-Re del lodía ya no actúa como conexión entre el Fa sostenido y el Re final. Eñtsu
primer compás como si en lugar de la tónica implicase la submediante Si me- lugar, la primera y última notas de la línea melódica están conectadas pd|.el
nor. También lleva la prolongación del VI hasta el segundo tiempo del tercer Do sostenido, la sensible. Dentro del marco de la estructura melódica ntás
compás, de nuevo fusionando las dos frases en una totalidad y también retar- amplia, este Do sostenido ejerce la función de sustituir al Mi; el lector recor-
dando hasta el último momento posible la progresión V-I, con su efecto de fi- dará por la segunda especie que el salto de una cuarta puede sustituir aíjina
nalización y reposo. progresión por grados conjuntos. '%•

EJEMPLO 8-115 Bach, Coral 327

c. s. 1-4

^wT
J» af 'i
T* H
J J 1 I J
^

y
J 0•
9
J £
'
\

\ \ \ J
J J
0
0
1 T
-4 *
^

r i*
ii i
*f\ ^ 0 J 'J»
9 I* 1* 0 e
1
Nj1 L/
0 ..
1 \

6V n
>í* Sil

i-
J
1
{
\
1
1
J* i 1 ...
i,
ua
nJ -¿ [ ff
T"
» I
a
J K(j
tfW I
J
B'
i
1r f
s tt
•i
TT

vi/
it

a) b) n^ Ble 7 " ' 1

J ^4- —«i — i
7*
_ i <jl—
.. -4P-

"*•— . „ —^ -^-.
-^

. —*^
"0 • -^

A
^ • " ---jj- ^ — 7j£ "^

'
~ '

¡F
—r
0 K £ A « ^ ^^ 11 V P '

F F se 1 f "$ se
10 10 10 '
convierte 10 convierte

Wf^
j
en
4
—'
i ,1 y\ \i 1
J-

L m 1 .s bJr-"- J. J- -J^

» p—
fl
9

"1
t —-^
•^—" " —M -j —"
1 V i v^ Y
V I V I
1
Sf:;
269

1
it*^"
r?*~3:
UÍ—l»T*íi.»_^.

4"o-fX'

•""' i
]EJEMPLO 8-116

1 'Oí
3p— J -=J —'«i—Jri *J J ^
tf
1
«
1 i
* ¿ ^ J
i i T

\\L CORAL
:
s^
*—jh* T r r r. r r r r
-¿.. ^J J •«u J>j_ J,
i i

jff **¿ r r i i nr ^ p ,t|> p ^ ,^ i i,


^ w JL

> """ r— •

1i} Ble ; Ble

EJUa J J J (^)J i 9

^^Tf r r\f >


-
i ®. r r ce
se
5 6

-2-$—• P-I» ^ tpplS-!


J '-> --J u J
i
Ad

VI
B
i

V I
Ad

VI
B

y
r
i
270
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJERCICIOS

A. Redúzcanse los ejemplos A-l al A-5 a realizaciones de nota contra nota.


Compárese la reducción con la realización original y analícense las funciones de todas
las notas de figuración disonantes y consonantes.

EJEMPLO A-l Bach, Coral 65

EJEMPLO A-2 Bach, Coral 296

!!;•

Ill
IÍ'A

EJEMPLO A-3 Bach, Coral 166

í
•! EL CORAL 271

1: 1^^^-; 5JEMPLO A-4


3$$g&;=:-;
-Sí&^Nv -• :
í- y^ferr-.;:;
• ] Bach, Coral 101

!ff|Sá;-;
ilipH
1¡ ^^^rg-^j— h-f-f-pU^^
f ;;i^«¿t£'.;.-!..'"'.' '.
NF-T—
*^ i í^trr
~—•' 1 ir • c rl
i
"i".
f;-.~i;.¿':'.'X- '.. 1

•:.
v¿//;'.£¿vv-', •:..

-Hb_i2
/i iL^ —J:r r nn
^n

ir,r —
f ^-v»— •
1

a j 1 V 1 ^^_

— — — •*• -*- J „

É ^r ^ u r r r&
:.*«Í¿-%V^ .
íí^ífeÜñr/'"/. -^¿-b f ' 1 tj F—f a f
4^"íy"V;-->^{- •'
!
^¿>||:;;-:::-'
•i'<4i."-i5!rv',': '•' •'
}^??%;:.v-. :
•i^^s-V-ír::-..'-
£?<3ífííSC-:' -•:•'

sfílS?^"'."'"^ '
T'>vi-'yy.::,- ••,."' ;:
•íSSKWÍi' • ' '-.

EJEMPLO A-5 Bach Coral 319


P^Cj^r:--:- ^
•?i|níí:'--:
ȤF?
r--,-.-ir-.^, •..,-.

- "i.. '-,•-."*>£. ¿0
- V i \
l ^ — 1 1 'J 1 J\ a j ¿ j ¿ J. J, I J) h ' t
1.
-•''>->*">" -•:-
'-. ' .. /L p ** J " - j l * u tí o o
^^v^'"' '

3 r r— C^JT f r r t—r—f— r c-^' Q^ r


((T) jg S 6a ? á> j9 (9 a /* 0 a 0 P' —* 0~~n

i
• !,
^꤃:';-;

v-^l1;?' ; •-' •
, nJ— J^ J] j j, ^ ¿ j j— n^-^j i
^y * « o « H ' * H * « « * * » rJ

^ £j-ü i r L^ ^^ u ^ ^ ^ ^ ^ L
/' U 0 1* 9 1 7T 1* »~ti 21 f~- T 0 1 TJ
>>££?;'-• ••"• '• •

1
^•iíÜifrii':";"-.-'-.
~íK¿&?ft' :'

J'«iíí-."í^: '-.;'• ^
i
Wí>

1
W^tó>v' .--•.•/
Aa^a;:;:.
.•:" jV^ír^t','.-- -'

|^y;:

1
V'íf^í-í;.':1.".":''

1
1 i
••*rr.«c^/ rrv*t.
•••i"V''v?-*'!<
/!Í^|y'.--_- ; .

1
272

B. Analícese el uso del desplazamiento rítmico y de la contracción en los ejem-


plos B-l al B-6.

EJEMPLO B-l Bach, Coral 328 EJEMPLO B-4 Bach, Coral 182

fL
-uh ¿ ®J J J* ¿ rj
-/"' ' J=
J r r r r CJ t - "£*!
;^:S3

. n J j J * ™ i
cjLJur
s» •:^^l
-4V Ó
'
*
a
r-^__-^j*
1 U».
f
*— -U» —Us -f — ^-^ g ^~
N

EJEMPLO B-2 Bach, Coral 267 EJEMPLO B-S Bach, Coral 339

g_ u¿
IB U .g

P N^
^

EJEMPLO B-3 Bach, Coral 322 EJEMPLO B-6 Bach, Coral 123
ir
^ A ,

j r
xw 0

f f r r r r f^
"J" a s " 3
trrre^ S
/• f
r; i i j j J j J.
é & 9 ^
a
Lfi
L 9
^ r r— r r L
EL CORAL 273

I ^<gj^jg--S''"':'-:'-

SÉtft-V;..:
C. Expliqúese el empleo de disonancia melódica en los ejemplos

nr :fifeMv;' 5JEMPLO C-1 Bach, Coral 336 EJEMPLO C-3 Bach, Coral 107

1?$£*£•'••••
4:ígí: : : . áH| J
i
|J
i r""! 1
^-/^ ^ pJ
1
J
1 ^
J II r^flV , 5 J
rf 1 1 J 1 ^•)' JJ ]C/ *
^P-—^==f —P^F—r— r [j* f—
<9 * *
0 "* * & .o —

Ir*
@) ^' } P \ 1 r "

uL
V J

ltfe l i l i

I iT^r-:^:-
I1SV'
j. J. j j j j j i -fr -«- Jt Ji. Jt ^JfiL ^L J a JU ¿ J i J.
í*^*

">r r
^flt'-~^/V*J¿V;- L -•" • :.-. ' . . . p \ 1 i *K 0
' * l ' | ?, '9 '
IL—u^—, \^ im— i
j
r
,
f h "^
\
^^1 J^wMít^íííífj*/ *,.;-•. ....
n

y.'.-jt-'.v-...1 .-.. • "f

íEJEMPLO C-2 Bach, Coral 314 EJEMPLO C-4 Bach, Coral 113
*-•*•:•; .y •*"_'-.-:'• •

.iSií; "
tlil' ' / p # j—H— ^—j—j—rf^n — ~=fl /L
fm b\
Vü) '" J 9
r n iO
V í» r
1* &
^r
^ rf»
i* p
1-iRv
~p'í:¿''^í:§i.;!< '
' • f^-^trí
, ^ ' r' rLJr rr J 1 1 í 1 í
¿ ¿ j j , i i i -ív J,
r i7"J ^ J
1 J [jj
*%$&:" •
* *V'íií'^v''"i' ' '
&ÍÍSÍA:-.: • bV tí * e1 LJ J t t J J /' ! },
9 ,
a *^
..ííS3¡!B¿:-:^.-
?| .•r'.-.-^Xf^/.' .
s ~ _ \ te ft a
f tí i
f /
w„
TI
d ./ b , 1 Hr r a

01. ^ r ' *r c
9;'í¿í:l?;v""
V§í¿£>--. >
S^w.íSí:' • '•

Í
=Í>U»'K}Í5 ;'.-•••"• '
¿V'&í-'.^T'.
•-'.•S.'.'Srt-^'». • ' '-•',
-
:*ft*fev •"• -
4-Av-^Cv--' '" •

^R'-^í"^*^';^; •' '

I
."fí.r&tf£íÍÍí';; '•' '
.•' $¿f'r&*Z "£ >}' ~ •
'j^jüí'^p 'j *
'lí^ÍK'íí-.^'-
'^í^'^^^-';; . • '

;
274 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

D. Realícense los siguientes corales con bajo cifrado: E. Realícense las frases corales de los ejemplos E-l al E-ll a cuatro voces. Sí-,
1. Schemelli, núm. 48 ganse los procedimientos preliminares tal como se vio en los ejemplos 8-62 al 8-66.
2. » núm. 39 Prepárense al menos dos realizaciones de cada frase, variando la cantidad y los tipos
3. » núm. 65* de figuración. No todas estas frases han sido extraídas de melodías corales construidas
4. » núm. 55* por Bach, pero todas ellas están derivadas de himnos luteranos auténticos.
5. » núm. 22*
6. » núm. 53*
7. » núm. 47*

* Compárense las realizaciones de Bach a cuatro voces de estos corales con las propias. Los
corales de Schemelli están incluidos en la edición de Riemenschneider, aunque también están pu-
blicados por separado.

EJEMPLO E-l EJEMPLO E-2 EJEMPLO E-3

S " iU r n
EJEMPLO E-4

EJEMPLO E-8 EJEMPLO E-9

EJEMPLO E-10 EJEMPLO E-ll


A Ú
—i r^ i i
«— i-4-if —j j 1-f J J
~f
4-^—'L|n9 U
(rri 'i
. \^Y ^
^"P <1I— J—& L)
EL CORAL 275

' F. Realícense los grupos de dos y tres frases dados en los ejemplos F-l al F-14.
No todos ellos son fragmentos; los que tienen título son melodías corales completas y
cortas. La mayoría de estas melodías no han sido realizadas por Bach. Prepárense al
menos dos realizaciones para cada melodía dada.

EJEMPLO F-l

=£-j
/L
zfe eí
—j¡*'^=M
—4—¿ 1— J
J^ H
,J yLJ f »1
r-rr- »
r
f— ' —r —f —J J ^W1 a~>—n—
v — 9—o
«J 1 T -

EJEMPLO F-2

-O-

EJEMPLO F-3

m
EJEMPLO F-4

j
—h-
fm
¡9
••¿W ' # P (
— 1- H— —r -. « r..
•a
1 r

EJEMPLO F-5

«ZL;
^JNf-T— —H—
(m tt—¿—á1~1 i. . J J
*J
—t .
r^ ;r -n
í
?—
r \ r f J J 9
-
r J
J 1
i
276 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO F-6

—P-
-W-£—p—
1 —»
~Tn u
jo p—1
M Ir
* 1 . .j» A
—U=H
« ,« i
—^

— —«_J=3=3
«L— * — 3J
-
j0 P 1»

r I
EJEMPLO F-7

Danket dertí Herrén

J J J I J J-±^^H pp J II J j , 1
EJEMPLO F-8
Was Lobes soll'n wir dir / .i
¡rnsr-».-. 1
fl
JEft ) J tí 1
J—tfJ—-—3r~
rfi «=h1h_J=M
* «i
<fo ^ ^ J =*= —U
J 0 Ir
e
tt —^ ^ F1^
\ ~d '
eJ

EJEMPLO F-9
Den Himmels-Vorschmack

i r r i r- j i. i
*— f rH—i
Z-4-r 1— | 0 - 1 —í"—r—p— P—P—
^ *
3=p_—*
1
—v i J ' ^^^ 1L^—J

EJEMPLO F-10
Wir waren krank
0 jt
L_Í « i
•— „_...
^ * »-i r~fr—/ii—M p—b^—
—4 F^=\ p—
•^

yi
—!
^ ' "^ 4-H '—0

^
EJEMPLO F-ll
Heiliger Geist Herré Gott
EL CORAL 277

EJEMPLO F-12
Heiliger Geist, du. Troster mein

^
EJEMPLO F-13
Morgenglanz der Ewigkeit

I
I EJEMPLO F-14
Heiliger Geist, du Trüster mein (Melodía antigua compuesta sobre el mismo texto que la del F-12)

I m it
^
•':

G. Realícense esas melodías corales, todas ellas completas, de los ejemplos G-l corales están aproximadamente ordenados en términos de menor a mayor duración
I al G-30. La mayoría de ellas no han sido realizadas por Bach; unas cuantas fueron es- y dificultad. Prepárense al menos dos realizaciones del mayor número de melodías
! critas después de su muerte por J. J. Quantz, y por su hijo Cari Philipp Emmanuel. Los posible.

i
i
EJEMPLO G-l

Christus ist er stand en

i
i EJEMPLO G-2

i Unser Jesu in der Nacht


P—rry

i P£
278 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-3

EJEMPLO G-4

AcTi wann kommt die Zeit heran

r Pr
EJEMPLO G-5

Vom Himmel hoch, da komm' ich her

r j | J r r r irJ
EJEMPLO G-6

n i
s JJ

EJEMPLO G-7

Jesu, meine Sonne

J 1 1 ..^ríf i J J (•• P i j .N^ i f /t J J i J-^so


aoriáIDEM
EL CORAL
S L I o TE c ' - 279

EJEMPLO G-8
fr
E^p^q —j-i—^ a? i*—1*—r-f— * I i i^=^
i .
(s) 1
F— 9 LJ 91—J # LJ »1—Jf—iN= —\— J u=^y
*—
* —W V 1— J— 0—0

EJEMPLO G-9
O Traurigkeit

i" EJEMPLO G-10


|
Die Hirnmel, Herr, preisen sehr
^
_,£ h—SÍT- n —n
r^
s—

r—J~n*— 1 riro

-^-
1 *
a—

-\\ U_J
L_ 1
*• c
iT
-j—*• J "'
ü=¿
ÍT—
r ^r 0 ~ a ^
r —l
—U
-B—*—\H
^— Wd,—1—F—1
f o 1

l
EJEMPLO G-11

i Jesu, komixL doch selbst.zu mir

i ' r r r r i f j - |JJ ^
l EJEMPLO G-12
t1

I Wie schnieckt es so lieblich.

^^h~_i-f iip-p^-^j-^-- g—
^
280 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-13

Besitz ich nur ein ruhiges Gewissen

EJEMPLO G-14
Auferstelin, ja auferstehn

•-JP s—:0— * —Tff — —-H —j—


5—*mnñ
9 fl
f —*—=— w— —

~^r =^= * j~—*—j íj —&


,— f_p H =t=
L>
1 J u, . 1
* * Sf p
9 * P J — ^ |

EJEMPLO G-15
Die Himmel rühmen des Ewigen Ehre
-O, . i i»
-^ I L-í ' ^3 ^ l '

EJEMPLO G-16

Ach wie nichtig, ach wie ñüchtig

EJEMPLO G-17
Gedanke, der uns Leben gibt
EL CORAL

EJEMPLO G-18

Christ lag in Todesbanden

-MU
j i»

p^ Ó ' O-

EJEMPLO G-19

Welt packe dich!

EJEMPLO G-20
O Herr, mein Gott
/T,

m
/T,

^r? if J r
i
282 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-21

Ais Ckristus mit seiner Lehr

Ifc-íf— -—J—N—' h -¿— rí—


O _
~1 f-*
« L7 ^ tjü —^-
*J O*
1 0 1^ rr-^1 L-ó-. ' 1—-1 H 1
1 £ 1 H

EJEMPLO G-22

Ais Christus mit seiner Lehr

jjfo 1 Jj F=1
cJ. ==^
o ,J J
H—f—i! ••_. —in
*
9J ^
—&
0 F
J
1
1— JT- 1
r, i* 1

-fe-á—¡ —e
-J
H—^——si . . . .« r M=jj

EJEMPLO G-23
Das alt'Jahr ist vergangen


eJ
Ü
EL CORAL 283

EJEMPLO G-24

Wie schonleuclitetder Morgenstern

0 —j* 9 y ¿ ^ —B 1 — 1 1 1 1 1 ^T—TI
T J !/££"" ~~ W- ' M
f~ jf C ! J ' i? J J i:
4= •*
=4= 9

r
jA. • =^F 4= — 11 i , *** ^ -p f>—^—_ i i *
i-
I
t *
¡ÉfL^
•>
H 4 pl— ir

1 '- •
»• ^.^ j _
- EJEMPLO G-2S

* Wohl dem, der bess're Schatze liebt


^ ^ ^
~ ' ^t V /o -4ij 1—'
u
- - «J

1— r^ ^ ^

1 ^ L¿ L¿ 1 Q 1 ÍU Q

1 ^
1 EJEMPLO G-26

¡
i Wachet auf, ruft uns die Stimme

n \ f P i P n \ • -,r- \ 1
Sfcfr
T1
v~ ^ !
: &
^= 4=4
o
i [ i ' ' ' ! ' ' T. f i - i r '
•^ J O — *"L f3

A ^

= ^-^- ,. \- —.
* —w- 4=—z
-t - —

J
'

'
—2 n ~

tT
b ' j -_4=i= 'j
Í -Á
1 * * 1—e *=*=4=^ _J r— u ' ^
1— 1 1 " * 1 —c— - & 1—o '
r
284 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO G-27

Mein Gott, verlass' mich nicht

—J r i

¿r
9—
i T ' EE=fe5^
—^—;—-.r *= -^^rr <
^ ~T0—

- -í —4 M^ ^^^ f r i*-—*- ?—her-T*'—-j


- _ . —L -A — »-
J
^

EJEMPLO G-28

Auf, auf, du Christenv'olk

i—r*°"^
^ iU
—jñ^n :—f —' i*—r—p—*—I—
i T ü— i
r
1
E¿— H
^*—j— á* * ^ ^
r o « * i f * 1 1 f
/o

^ ^ ^

EJEMPLO G-29

Mein' Augen schliess ich jetzt


/o

r^^ ^
/CN

^
EL CORAL 285

I
f
EJEMPLO G-30

i
O Mensch, bewein dein' Sünde gross

<f " fT
irs |» r

11?,
P b
' ?-

I
$.!

*:
I :

í-^f^

•C

I
9. La combinación de especies; contrapunto imitativo

Observaciones generales Examinaremos las cinco combinaciones siguientes:

El lector podría preguntarse por la razón que nos ha lle-vado a separar este 1. Dos segundas especies.
capítulo sobre especies combinadas de los concernientes al contrapunto ele- 2. Segunda y tercera especies.
mental a dos y tres voces. Sin duda, desde cierto punto de vista los ejercicios 3, Segunda y cuarta especies.
que combinan varias especies constituyen una extensión del contrapunto ele- 4. Tercera y cuarta especies.
mental, puesto que hacen uso del cantus firmus y las características rítmicas de 5. Dos quintas especies (con imitación).
las distintas especies. Nuestra razón es doble; en primer lugar, el contrapunto
de especies combinadas ofrece al alumno dificultades mucho mayores que los Después de haber estudidado especies combinadas, el alumno se encontra-
ejercicios de contrapunto elemental y, en segundo lugar, la yuxtaposición de rá en condiciones de emprender el estudio del contrapunto imitativo sin cantus
varias especies en un solo ejercicio introduce un tratamiento ampliado de la firmus.
disonancia que sitúa a las especies combinadas, al menos en parte, en la esfera
del contrapunto prolongado.
Creemos que antes de dar paso a estos ejercicios, más complejos, el alum- 1. Combinación de dos segundas especies
no debería adquirir una cierta experiencia en el contrapunto tal como se pre-
senta en la composición; así advertirá que los procedimientos del contrapunto En esta combinación, y de hecho en todas, debe mantenerse la integridad
de especies ofrecen un inigualable marco de referencia para juzgar cuestiones de las especies. Cada voz mantendrá una relación con el cantus firmus confor-
tan vitales como el tratamiento de la disonancia, continuidad melódica y movi- me con la segunda especie. La primera blanca de cada compás será consonante
miento musical dirigido. con respecto al cantus firmus y la segunda, de ser disonante, será una nota de
En los capítulos 6 al 8 hemos tratado de proporcionar al estudiante un co- paso. Las tres voces se unirán en un acorde consonante al principio de cada
nocimiento de la aplicación compositiva del contrapunto de especies. El alum- compás.
no estará en situación de beneficiarse de los complejos y difíciles ejercicios de La relación que mantienen entre sí las dos voces en segunda especie está
las especies combinadas sólo después de haber aprendido a relacionar las abs- determinada esencialmente por el hecho de formar una textura de nota contra
tracciones teóricas a la composición. nota. El único medio que posee el contrapunto de especies para clarificar la
No ha sido sin razón que nos concediéramos un plazo precisamente en este función de una nota de paso o de una bordadura disonantes es relacionarla con
punto en la digresión anterior. Nuestra presente empresa —el estudio de las una nota de mayor duración en otra voz. A excepción de la suspensión, todas
especies combinadas— se considera a menudo como uno de los aspectos más las disonancias requieren la presencia de una nota mantenida y estable. Puesto
áridos y menos provechosos del estudio contrapuntístico. Esto es cierto que las voces en segunda especie se mueven en notas del mismo valor, se si-
solamenrte cuando los ejercicios de especies combinadas aparecen en un vacío gue como consecuencia natural que deberán ser siempre consonantes la una
teórico exento de relevancia en cuanto a los genuinos problemas musicales. con la otra. En realidad, ambas forman un cuasicontrapunto de primera especie
Una vez que el alumno tome conciencia del lugar que ocupan estos ejercicios a dos voces. En esta combinación no deben aparecer conducciones de la voz
dentro del contrapunto, estas dificultades serán estimulantes en lugar de te- tales como las del ejemplo 9-1.
diosas. Debe hacerse hincapié en que estos ejemplos no son defectuosos en sí mis-
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 287

mos. Ambos podrían aparecer —-el primero más que el segundo-—;en armazo- 1. Dos consonancias por compás en las dos voces en especies.
nes compositivos de contrapunto prolongado. El alumno debería ahora ser ca- 2. Notas de paso disonantes en las dos voces en especies.
paz de analizar la conducción de la voz de los ejemplos 9-1 ¿z y b. Una inter- 3. Una disonancia en una voz frente a una consonancia en la otra.
pretación correcta indicará lo inadecuado de estas progresiones para nuestros
propósitos actuales. A continuación examinaremos la primera de ellas (v. ej. 9-2).
En los ejemplos a,b,cy d, las dos segundas blancas se combinan para exten-
der o completar el acorde del primer tiempo, y por tanto representan casos rudi-
CONSONANCIAS EN AMBAS VOCES EN ESPECIES mentarios de prolongación de acordes. Los ejemplos e , f y g presentan las impor-
tantes sucesiones interválicas 5-6 y 6-5. En g la sucesión aparece compartida
La conservación de la consonancia entre las voces en especies constituye entre las dos voces en lugar de producirse en el interior de una sola; este procedi-
el principal principio de esta combinación. Dentro de este marco delimitado se miento es perfectamente válido siempre que resulte de movimientos melódicos
dan tres situaciones básicas de conducción de las voces: convincentes. Los ejemplos restantes ilustran las diferentes posibilidades para lo-

EJEMPLO 9-1
U./

J, J , 1
W- A
r\-
Jr 0
\" ''
__t¿
*~. A ^\ V c
¿
vfD
1 1

<L ^i 1
i» 1 1
/ '

EJEMPLO 9-2
a) t (3) Ci) €
^^
\J 1 ''J I
^J
1 1
^j _
- pi
Ci I1 A < J A
f
^L/Wi J J J O A C

r
\ol/ '-' rj P 4.^ rj

1 >-
I f f
¿ A*
_!•
j. -£L
*•»
c
- f" f
1
,^^
•S
•p-
r

f) k)
A ' CJ
i ¿i i 1 i
Jr
Jr\ $\/ ^- í' o ^ ( s~
o
P /->^ £,
A
^
: A .
¿¿
o

r i
r) f L/

O
-e-

¿t \
y*
JL
*' r
J J
&
<">
•&• *

^
I

'i
P
1

'j P.
f~) n
K
288 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

grar dos acordes distintos por compás —acordes originados únicamente por la NOTAS DE PASO DISONANTES EN AMBAS VOCES EN ESPECIES
conducción de las voces—. Estudiemos la última progresión, la del ejemplo 9-2k
(ej- 9-3). La exigencia de que las dos voces en especies permanezcan consonantes la
El segundo acorde del ejemplo 9-2k, como indica el ejemplo 9-3, mani- una con la otra no impide en absoluto emplear la nota de paso disonante ei
fiesta una función de paso. En el ejemplo 9-3a vemos un contrapunto de pri- relación al cantus firmus. Ahora estudiaremos varias posibilidades para utili-
mera especie a tres voces. En el ejemplo b el salto del soprano aparece llenado zar la nota de paso disonante en ambas voces simultáneamente. En el ejemj
por una nota de paso; esta progresión, por supuesto, pertenece a la escritura a pío 9-4 las notas de paso disonantes forman intervalos consonantes las unas cor)
tres voces de la segunda especie. El ejemplo final (equivalente al 9-2K) presen- las otras (terceras, sextas, décimas y octavas). Las consonancias imperfectas puef
ta décimas, paralelas como contrapunto de soprano, y como consecuencia des- den resultar tanto del movimiento contrario como del paralelo; las octavas, poj"
truye la cualidad disonante de la nota de paso, pero no perturba su función en supuesto, sólo podrán producirse por movimiento contrario, la quinta no puede
lo más mínimo. El dar un soporte consonante a una nota disonante, como ya producirse entre dos notas de paso disonante; el alumno observador podrá deterf
advertimos anteriormente, es una técnica importante con implicaciones de ma- minar con facilidad el porqué. Pero, ¿qué hay de la cuarta entre las voces superio
yor alcance para la composición (pp. 148 y 162-168). res? ¿Podemos utilizar la conducción de las voces del ejemplo 9-5?

EJEMPLO 9-3

i) - i3) c \^

É=S^ —& s

-e »
121

EJEMPLO 9-4

b) c) d) e)

W—HJ .., 1—
—i -1 d —^ —— ^^(

j
f\U

KUJ
•J
r rh
€) O

•€ >• g J-J
€i
y o ~<•*
r r r>-
f)
JCE

f r r Y
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO
289
No. La segunda cuarta no cuenta con una tercera o una quinta por debajo cantas. Los casos menos problemáticos se producen cuando la nota conso-
de la voz media, y por tanto sigue siendo disonante. Esto contradice la condi- nante del segundo tiempo continúa o completa el acorde del primero Ceiem-
ción fundamental de esta combinación: que las voces en especies, al consistir plo 9-7).
en una textura de nota contra nota, deben ser consonantes en todo momento Cuando la nota consonante es ajena al acorde inicial la conducción de las
una con otra. Insistimos en que no hay por qué excluir las cuartas paralelas por voces es a menudo menos satisfactoria (ej. 9-8). Aquí la disonancia ya no se
sí mismas. En el ejemplo 9-6 las dos cuartas reciben un apoyo consonante y la mueve contra un fondo estable y relativamente neutro. El impacto de la nota
progresión es completamente aceptable. «nueva» que aparece en el mismo tiempo de la nota de paso disonante produce
una impresión parecida a la disonancia de nota contra nota. Algunos autores
—sobre todo Heirrrich Schenker—prohiben el uso de este tipo dé conducción
UNA CONSONANCIA EN UNA VOZ CONTRA UNA DISONANCIA EN LA OTRA de las voces en el contexto del contrapunto de especies. Sin embargo bien se
podría hacer una excepción si a una quinta en la voz superior le sigue una sex-
Aquí encontramos situaciones de conducción de las voces algo más com- ta en la voz media. Aquí la impresión de un cambio de acorde es mucho más
plejas que cuando las dos voces móviles mantienen una relación similar con el débil, como lo muestra el ejemplo 9-9.

EJEMPLO 9-5 EJEMPLO 9-6


f, J 1 u1
ff
uTF~
¿A r
^-~f
vsy ^ fj \*
V"L/
r
*) 1 1

6"V 4^ 6V s^ rí
0
f/'
^ -*
_f P
incorrecto correcto

EJEMPLO 9-7
a) b) d)

/L" -j (j ^ •>
vLJ ,- u fJ
X f r c ^J 'j
i r
K r ') J Y
1
\

•&- c •<>
ít"Vt '-*'
C~^ i>
J* J s~\
S 0 j c

EJEMPLO 9-8 EJEMPLO 9-9


c)
f\>
un <> í-»
\j
vi/

r r f ( (j
*) •é- ^

J J j
r j
6m.^\*
*~) ^j r
^J r j o ^
s
í*
')

problemático
290 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

MOVIMIENTO PARALELO Y OTRAS CONSIDERACIONES Como en la combinación anterior, aquí debe preservarse la integridad de
DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES cada voz en especies. Cada voz debe seguir los procedimientos específicos
apropiados a su especie en relación al cantus. La relación entre las dos voces
En esta combinación se hace bastante difícil evitar el uso excesivo de ter- en especies —que ya no es de nota contra nota— es ahora de gran comple. i-
ceras, sextas y décimas paralelas. No obstante, el alumno debe hacer todo lo dad. Las posibilidades para el tratamiento de la disonancia son múltiples, ya
posible por evitar más de tres (o a lo sumo cuatro) de estos intervalos en suce- que esta combinación ofrece un espectro de progresiones contrapuntísticas que
sión con motivo de mantener la independencia de las voces. El llegar a la abarca desde un compás enteramente consonante a otro con tres negras
quinta o la octava por movimiento directo del primero al segundo tiempo es disonantes. Algunas de las progresiones más complejas parecen caer dentro
una nueva posibilidad (v. ej. 9-60a, compases 6-7). Cuando aparece en el del ámbito del contrapunto prolongado; sin embargo, es difícil trazar una línea
tiempo débil el intervalo perfecto recibe menos énfasis, y por consiguiente ya divisoria clara y tajante entre lo que es posible en el ejercicio y lo que debe ía
no se precisa el auxilio del movimiento contrario en la restante voz. Las quin- reservarse para la composición. Demostramos las distintas posibilidades e in-
tas y octavas «ocultas» entre las voces exteriores no deben aparecer incluso en dicamos nuestras propias preferencias. Otros podrían quizá adoptar un molo
esta nueva configuración métrica. Nos abstenemos de presentar ejemplos rela- de enfoque más restrictivo o más inclusivo que el nuestro.
tivos a comienzos y cadencias, pues éstos se rigen por los principios expuestos Comenzaremos por indagar las situaciones en la conducción de las voces
en los capítulos 1 al 5. El ejemplo 9-60, páginas 306-309, ilustra ejercicios que resultan cuando la segunda especie contiene dos consonancias por com-
completos en especies combinadas. pás. Entonces procederemos a las situaciones más complicadas, producto del
Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so- uso de la nota de paso disonante en la segunda especie. Finalmente discutire-
bre varios cantus firmi. mos el uso de las figuras de la nota cambiata y de la doble bordadura en la
tercera especie.
2. Combinación de segunda y tercera especies
DOS CONSONANCIAS EN LA VOZ EN SEGUNDA ESPECIE
Aquí combinamos dos especies diferentes en un único ejercicio. Por lo
.11»
f•'}
iI
tanto existen seis permutaciones posibles en lugar de tres, como en la combi-
nación anterior. Las permutaciones son las siguientes: Cuando la segunda especie sólo cuenta con consonancias la densidad de la
disonancia se mantiene claramente baja, puesto que las disonancias aparecer n
CF CF 2 3 2 3 en las negras, de valor rítmico relativamente fugaz. La voz en tercera especie
2 3 CF CF 3 2 puede contener notas de paso disonantes en la segunda y cuarta negras (ejem-
3 2 3 2 CF CF plo 9-10).

EJEMPLO 9-10

"Ifa—~ J —f ff
rJ H— ^-ié— —«—
J i * 1
*
L j
í

Qt
4
J J- 1
5 f • C~j ^4
-•I." - * *
^- r f i i '
* 0 ^^

I:.
mi
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 291

- Las bordaduras también pueden aparecer junto con las notas de paso obtiene un mayor relieve que en el contrapunto simple a tres voces, debido a la
(ejemplo 9-11). presencia de la segunda blanca en la voz en segunda especie. Por lo tanto usa-
La nota de paso puede ocupar también, la tercera negra, ya que su posición remos esa bordadura relativamente acentuada con cierta moderación; su apari-
relativamente acentuada la pone de mayor relieve pero no altera su función de ción ocasional es, no obstante, permisible. El ejemplo 9-13 ofrece una ilustra-
paso. En el ejemplo 9-12 se puede observar un caso simple de una importante ción al respecto.
técnica de prolongación discutida en los capítulos 7 y 8: la traslación rítmica o En esta combinación surgen frecuentemente situaciones en las que apare-
desplazamiento. El ejemplo 9-12£> muestra la conducción de las voces básica cen dos disonancias consecutivas, en la segunda y tercera negras. En. el ejem-
de este pasaje, que nos resulta familiar por el estudio de la combinación de dos plo 9-14 ambas disonancias son notas de paso, y la conducción de las voces
segundas especies. Aquí el Do (voz superior) aparece al mismo tiempo que el responde a un desarrollo un tanto más complejo de progresiones tales como
Do en la voz media. En a la nota de paso Si desplaza al Do para que aparezca las del ejemplo 9-12a. (Véanse los ejemplos 9-14c y d, que reducen las pro-
en la cuarta negra. (En lo concerniente al aparente salto hacia una disonancia, gresiones de a y b a la conducción de las voces subyacente; compárense con el
véase la sección siguiente,) ejemplo 9-12.) Puesto que ambas disonancias muestran la misma función
La bordadura puede aparecer también de forma relativamente acentuada contrapnntística, y ya que la dirección melódica es la misma, el oído puede
; en la tercera negra. A diferencia de la nota de paso la bordadura no conduce la percibir fácilmente el camino hacia la consonancia de la cuarta negra a través
. línea hacia adelante, sino que decora un punto estacionario. Debido a su carác- de las dos notas de paso. Por consiguiente recomendamos la inclusión de pro-
ter ornamental, el emplazamiento más natural de este tipo de disonancia es una gresiones como éstas,
--posición rítmica no acentuada. En la combinación de especies la tercera negra El ejemplo 9-15 pone de manifiesto un entramado de relaciones contra-

EJEMPLO 9-11

a)
LV

{fíV—-ji—i——a
í^j_
d
1
;i j j j .
J
m
—o
J
& e °
* —e
\
3)

U
U.
—é\¿ *
9

*
-6 1 J ^
^
í» \ r~¿ *~j
/"j ^
¿« f)
i* r Ia a
<i. 'j
1 —f- ——p
-F—[1 —F
n
S
H
* '

í;-'j>'-.'í^.v.-...
ÉilE EJEMPLO 9-12 EJEMPLO 9-13

a)

-fL S f P TÍ ! J a

r i r r
f r 1 W - é 9 a 6 0 f* 0
9} 1
1 1 «J -©• *

¿\
-€>

J
-&•
J
_uL
<"\ partir cíe
A 6Ts' Y 'J o
—^ Tí ./ )' 1 . Y - o
292 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

puntísticas algo más complicado. En a la disonancia en la segunda negra pare- SALTOS MELÓDICOS \
ce ser una bordadura. El retorno hacia la nota original en la tercera negra, sin .t.
embargo, conlleva una disonancia. Si interpretamos la segunda negra como Como sabemos, la introducción y abandono de la disonancia por grados
una bordadura, la tercera nota debe ser consonante; si interpretamos la tercera conjuntos representa uno de los principios más importantes del contrapiínto
negra como una nota de paso, la segunda debería ser consonante. Como ningu- elemental. Esto no implica nada realmente nuevo, pero a muchos alumnos la
na de estas interpretaciones es posible, la función de las notas disonantes es aplicación de este principio a la relación entre las dos voces en especíeseles
difusa. En el ejemplo b la situación es similar; aquí la cuasibordadura aparece puede resultar confusa. En particular los saltos de la segunda especie a menu-
en la tercera negra en lugar de en la segunda. Aquí las disonancias también do parecen infringir esta importante regla. En el ejemplo 9-17, la voz media
carecen de claridad de función. Estas progresiones se pueden explicar sin duda parece saltar desde una novena con respecto al soprano. (Véanse tambiénjlos
por medio de una extensión del concepto de desplazamiento rítmico (véanse ejemplos 9-10 al 9-12, donde las aparentes violaciones suponen saltos desde y
los ejemplos 9-16a y b, que muestran la conducción de las voces básica de los hacia disonancias.) I'.
ejemplos 9-15a y b). El grado del desplazamiento es, sin embargo, mayor que Estos saltos son perfectamente válidos; siguen principios contrapuntísticos
en los ejemplos 9-12 y 9-14; somos de la opinión de que estos ejemplos perte- básicos. Las disonancias en el contrapunto de especies surgen del movimiento
necen al contrapunto prolongado. Por lo tanto, como procedimiento general la de una voz en valores rítmicos cortos contra otra más lenta. El agente deüas
bordadura (cuando sea disonante) debe estar emmarcada por consonancias a disonancias es siempre la voz que se mueve en valores más pequeños,! El
ambos lados. ejemplo 9-18 retorna al contrapunto de segunda especie-a dos voces. Nadie

EJEMPLO 9-14

o) d)

A*—°
VVW0 &—
= —e ?T
fj
—&
v o 0
9
—©P ——— —O
rt ^ rt

~J r . 1

-**—ri—fi—i«—P»—
-^
* i r •
f rrr
r - * *
o
FF=
1
"r'
•J
f P

EJEMPLO 9-15 EJEMPLO 9-16

í) b) a) b)
A , , 1 1 l , i 1 A 1 1 1
~^ÍK
i/
-J
±d ^
4-
¿
_J
—*
J
*"
J
J^—«*
—^ Je
/n*. J
A o1 J
VoL' 5c ¿í1 ^'x ^ fj vj.n— c¿ " © &
\i
f r
f

-9- r •p-

r
rj
0 .
¿\
S
!•
T&-
1
j
«.>
f •*:

B? P? P? B?
LA COMBINACIÓN DE ESPEOES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 293

osaría acusar al cantas firmus de «saltar desde» la séptima disonante; la res- El ejemplo 9-20 contiene saltos empleados incorrectamente en ambas vo-
ponsable de la disonancia es la voz en segunda especie y la que debe abando- ces en especies.
narla por grado conjunto. Ahora la relación entre las voces de tercera y segun-

I
¡vi*."

da especie en el ejemplo 9-17 se asemeja a la que existe entre la voz en


segunda especie y el cantus del ejemplo 9-18. En la tercera especie no se debe UNA NOTA DE PASO DISONANTE EN LA VOZ EN SEGUNDA ESPECIE
alcanzar o abandonar por salto ninguna disonancia con respecto tanto a la voz

I
«*1
í:
en segunda especie como al cantus. (En la sección siguiente examinaremos los
casos especiales que se asocian con la cambíala y la bordadura superior e infe-
rior.) La voz en segunda especie mantendrá un tratamiento conjunto de la di-
sonancia en relación al cantus; las aparentes infracciones, como las de los
El uso de la nota de paso disonante en la voz en segunda especie incre-
menta sobremanera la concentración de la disonancia en el compás. La tercera
y cuarta negras normalmente contendrán disonancias; si la segunda nota de la
voz en tercera especie es disonante, tres cuartos del compás estarán en un esta-
•j ejemplos 9-17 y 9-12, de hecho no lo son en absoluto. do de tensión disonante. Algunos teóricos —especialmente aquellos que si-
;i<
El ejemplo 9-19 demuestra diferentes posibilidades correctas para el uso guen la práctica de Palestrina— prohiben el uso de la disonancia de blanca en
de saltos en la voz en tercera especie. combinación con el movimiento en negras. Por lo tanto en esta combinación

i EJEMPLO 9-17 EJEMPLO 9-18

i 31

|pt6
V'.fv'y EJEMPLO 9-19
lite-, b) c)

UJ J 1
K
*-~#te*f..'
•ífj'-H-*'

tR
r-p
I& J
] 1
rJ
1
—f
1 'J
=t= =f
6
}

\
r f
>-
-|

I Ss£í
Ü:;
-*fc
^
>-
a1 í' a
£t
-J J M- J
0
>

=^=1- —1— -t 4'

I EJEMPLO 9-20
NB sin disonancias

a)
'^ v J
H?
^H=^
-* ^i ^ J ——9
r
-<>-\ —
\n r. íl

7
T3
r
IN\=
_4V
/
d
i'
/ J -fi' —<
f*; U ^
^
— e>
294 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

de especies exigían que la voz en segunda especie se restringiese a consonan- tus y disonante con la otra voz en especie. El oído es capaz de desenredar la
cias. Tal restricción es solamente apropiada cuando el objetivo principa] del diferentes hebras de este tejido contrapuntístico; la naturaleza de paso d
estudio contrapuntístico sea la imitación del estilo de Palestrina. Dentro las disonancias no permite dudar con respecto a la función de las distintas no
del contexto de nuestro planteamiento, el eliminar la blanca como nota de paso tas (ejemplo 9-22).
disonante sería un sinsentido, puesto que nos forzaría a ignorar un buen núme- En algunas ocasiones la tercera negra será consonante con el cantus y di
ro de interesantes y sugerentes posibilidades de conducción de las voces usa- sonante con la segunda especie (ejemplo 9-21 ¿>); y muy ocasionalmente ser
das en estilos que no sean el palestriniano. disonante con ambas voces y la cuarta negra será disonante también con am
Por primera vez en nuestro estudio del contrapunto encontramos disonan- bas (ejemplo 9-21 c). Ninguna de estas posibilidades ofrece problemas nuevos
cias que se mueven en dos niveles distintos simultáneamente. La línea de se- La disonancia en la línea en segunda especie impone ciertas limitaciones a 1
gunda especie crea una disonancia relativamente extensa contra el cantus; la libertad de la tercera especie para moverse por salto. Es fácil usar un interval
tercera especie, más rápida, puede disonar contra ambos, el cantus y la segun- disjunto de la primera a la segunda negra -—cuando la segunda especie sea conso
da especie. Examinemos algunas de las posibilidades. nante (v. ej. 9-21)—-. La presencia de la nota de paso disonante en la segunda
En todas las progresiones del ejemplo 9-21 la voz en tercera especie es especie disminuye el número de posibilidades de saltos melódicos en el resto de
disonante sólo en la segunda mitad del compás. El descubrir en esas segundas compás; por supuesto, tales saltos sólo pueden aparecer entre dos notas consonan
mitades del compás las relaciones entre consonancia y disonancia resulta ins- tes tanto con el cantus como con la nota de la segunda especie. El ejemplo 9-2
tructivo. En muchos casos la tercera negra será disonante con el cantus, y al indica algunas de las posibilidades.
mismo tiempo consonante con la segunda blanca de la voz en segunda especie. Volvamos ahora a progresiones con una mayor concentración de disonan
La cuarta negra mostrará la relación inversa, es decir, consonante con el can- cia. Aquí la línea en tercera especie emplea la nota de paso disonante en 1

EJEMPLO 9-21

b) c) d)
1 1
y H—' . ¿ C
-fik 1 1 al —~
-VSD - J a d "^—J 4 —3— ^ n ^
«J -«L *


J J o J
í>
J- i J
~r$
m v
J J
—i:i -Jfl
** 0
— f
L 0 ^5 1Lo 1 1 J_| 1 '
1 1 1

EJEMPLO 9-22

FH i
é^ J. J ^ 9
~*
i 1
J. (g) •*
1
«I J. J

^i j
?ais.
-6L /
/ dis.
J J/

LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 295

I segunda negras al igual que en la tercera y cuarta. Respecto a la tercera y cuar-


ta negras, una será habitualmente disonante con el cantus y consonante con la
voz en segunda especie, la otra mostrará la relación inversa. En estas progre-
tan fácilmente inteligible que el significado contrapuntístico de las notas diso-
nantes nunca se pone en tela de juicio; estas progresiones no contienen ninguna
de las ambigüedades encontradas en el ejemplo 9-15. La claridad de la función es
más significativa que la densidad de la disonancia.
I siones la situación se complica aún más por la disonancia en la segunda negra.
Sólo la primera negra del compás contiene una consonancia; la tensión de las
distintas disonancias se acumula hasta el primer tiempo siguiente, donde apa-
En nuestro próximo ejemplo la densa saturación de la disonancia aparece
en combinación con una ambigüedad de función. En estas progresiones una
rece una nueva consonancia. En algunos aspectos la conducción de las voces bordadura disonante sigue o precede a una disonancia. Tales progresiones, in-

I de estas progresiones (ejemplo 9-24) pone de manifiesto tanta complejidad


como las progresiones excluidas del ejemplo 9-15. Creemos, sin embargo, que
hay una distinción importante entre los dos tipos de progresión que justifica la
cluso más que las del ejemplo 9-15, pertenecen al dominio del contrapunto
prolongado. Sugerimos que el alumno evite utilizarlas en sus ejercicios (v. ej.
9-25). Se puede hacer una excepción en aquellos casos en los que el alumno

I inclusión del ejemplo 9-24 (y casos similares). La función de la nota de paso es demuestre una correcta comprensión de la conducción de las voces dando una

I
EJEMPLO 9-23

i) b)
~g_ .• 1» !»•* —4 r—r-H —
' £ A

'a
1
^M «i

JL
' •>
'i
'i J J
I 'í j d
0
*. L¿V O
//' O

I 'í EJEMPLO 9-24


b) c) ü)

I f\
(fa
vy

«a pP r
1
1
1 l
a
i
1 *
I ; .
¿J - - V rJ
f rMJt <•
U
f
\
' '

J
i 4"\
"f *
>^
J J J
'—*

n
J J

J* J* J J v/

I
I\
f)
f\ J i^> (J A ¿>
fm é C

r r r^^ r r
vU J fl i' ." r
r r
o m ^^
a] * -&

6Y >i
a f- . t p
-/•
./ r - TJ V
p rJ P
n ra P
-
r
. ;
[
. 9J ?* rP
a
r -
296

explicación sobre la función de las diferentes notas. (Véase ejemplo 9-26 para que consiste en nota principal, bordadura superior, bordadura inferior y
una posible manera de presentar tal explicación.) principal (véase el capítulo sobre la tercera especie). Estos usos idiomáticos
En general la bordadura disonante no aparecerá en el mismo compás que pueden aparecer en el contexto de la combinación de especies, aunque se de-'
la nota de paso disonante de la voz en segunda especie. Se puede hacer una ben cumplir una serie de condiciones.
excepción en casos como el del ejemplo 9-27, donde la nota que sigue a la En el grupo de la cambiata la tercera nota comienza una progresión meló-
bordadura es consonante tanto con el cantus como con la nota de paso de dica subsidiaria interpolada entre una nota de paso y su objetivo melódico
la segunda especie. Para permitir que las notas pongan de manifiesto su función melódica, es im-
portante que la tercera nota sea consonante. De otro modo, la progresión desde--
la segunda a la cuarta nota quedaría oscurecida. En el ejemplo 9-28c vemos
LA NOTA CAMBIATA Y LA DOBLE BORDADURA una correcta utilización de la cambiata, y en b una incorrecta.
Por supuesto, el uso idiomático de la doble bordadura representa la deco
Como sabemos, la tercera especie ofrece oportunidades para el uso de dos ración de una sola nota. En el contrapunto simple a dos y tres voces tanto la
figuras ornamentales: el grupo de la nota cambiata y el grupo de cuatro notas tercera como la segunda negras pueden ser disonantes. En la combinación der

EJEMPLO 9-25

b) «UULLJ:
^FL ^A
4» 0 r 9
if(\

9J
rJ
•<»
r1 ri
-T» f 1
1

¿y f" f" f" f f £ •&• p


-4/=— 1 ' 1 1 1 1 -1

EJEMPLO 9-26 EJEMPLO 9-27

^N ^=
—P ~f
i r P-
i i y K /L
rm
vv"
U
r r rr r
/•
A
°
a
fj

-¿y
Jj^l l a partir
* de
i 1
-d- ¿
1
:§{; bordadura
con

mfcriüi'
Ia*"! 1 en ritrao
1 J_J j¿ homogéneo
1
1 J _J_ j¿_
6^'
-&
• y/' L> 4J «.> *> J/'

EJEMPLO 9-28

V^^-
~y
X
J J

,
I
'
1
I
^
J
9
1
¿ -i
1
A
1

—e
r rr r
-^ffl rt '

O p -< ^ —rs
^¿ p 1
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES) CONTRAPUNTO IMITATIVO 297

especies, sin embargo, el impacto de la segunda blanca de la segunda especie sencia de estabilidad consonante, debemos evitar el uso de disonancias en una
añade un énfasis a la tercera negra; por consiguiente es mejor usar esta figura de las voces en especies. Bastará un momento de reflexión para convencemos
sólo cuando la tercera negra sea consonante con la segunda blanca de la voz de que es en la voz en segunda especie donde debemos sacrificar el uso de la
en segunda especie. El alumno debería comparar los ejemplos 9-29a, b y c. En disonancia. Una línea en cuarta especie sin la suspensión disonante supone
los dos primeros la tercera negra es consonante con la segunda blanca; en el viitualmente una imposibilidad. Para producir una línea así, tendríamos que
tercero es disonante. recurrir a la ruptura de la especie tan a menudo que la voz estaría más en se-
A primera vista el ejemplo 9-30 podría parecer conecto. Sin embargo, un gunda que en cuarta especie.
examen lo suficientemente cuidadoso pone de manifiesto que el salto en el Por consiguiente, el primer tiempo del compás la voz en cuarta especie
bajo se efectúa hacia una nota disonante con respecto a Do, la nota principal puede ser disonante con el cantus, con la voz en segunda especie o con ambas.
en el soprano. En efecto, el bajo salta hacia una disonancia, puesto que la lí- La voz en cuarta especie debe resolver (descendentemente, por grado conjun-
nea en tercera especie representa la elaboración de un Do mantenido. to, por supuesto) en una nota consonante con ambas voces en el segundo tiem-
Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so- po. La voz en segunda especie debe ser consonante con el cantus en el primer
bre varios can tus firmi. Para consultar ilustraciones de esta combinación véase tiempo, y debe combinarse con las otras dos voces en un acorde consonante en
el ejemplo 9-60. el segundo tiempo.
La mayor dificultad de esta combinación estriba en crear una línea en se-
gunda especie con la suficiente proporción de movimiento conjunto como para
3. Combinación de segunda y cuarta especies asegurar la continuidad melódica. El alumno debe aprovechar toda oportuni-
dad que se le presente para conseguir movimiento conjunto en el compás sin el
En esta combinación introducimos juntas por primera vez dos voces móvi- uso de la nota de paso disonante. Las consonancias adyacentes —quinta y sex-
les de diferente progresión rítmica, es decir, la una sincopada y la otra en pro- ta, y, entre las voces superiores, tercera y cuarta con soporte— serán de gran
gresión rítmica normal. Esta yuxtaposición crea un problema interesante en la ayuda. Las dificultades de esta combinación requieren que seamos un poco
distribución de la consonancia dentro del compás. La voz en segunda especie tolerantes en cuanto a las progresiones secuenciales en la voz en segunda es-
debe ser consonante con el can tus en el primer tiempo, mientras que la voz pecie.
en cuarta debe ser consonante en el segundo. Como sabemos, la disonancia de
cuarta especie aparece en el primer tiempo; la de segunda especie aparece
(como nota de paso) en el segundo. Si se les otorga a ambas especies una li- LA VOZ EN SEGUNDA ESPECIE EN EL BAJO
bertad sin restricciones en el tratamiento de la disonancia, muchos compases
no contendrán consonancia alguna, puesto que la primera mitad constará de Las dos permutaciones con la segunda especie en el bajo producen las
una suspensión disonante y la segunda estará ocupada por la nota de paso di- progresiones de conducción de las voces más interesantes de esta combina-
sonante de la voz en segunda especie. Si deseamos conseguir la necesaria pre- ción. Muchas de estas progresiones aparecen o bien en su forma directa o bien

EJEMPLO 9-29 EJEMPLO 9-30


c)
ji ji »i1 . i
o-¡

)— ~í v
¿
| 1
A

i^T
Jd"

f\>L/
^ii
^
v-*
*
xJ

«J
ff
) "
«.
1 " 0
-^
t f f


J
uC^
^ J
—e•
£\
J"
y^ TJ
rj
^
•f
—-J ©

problemático malo
298 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

decorada en composiciones de varios estilos. Estudiemos algunas de las posi- familiar cadencia II ¡ -V-I; en otras ocasiones, como aquí, resulta purament
bilidades. de fuerzas contrapuntísticas.
Las progresiones del ejemplo 9-31 representan elaboraciones de la suspen- No confeccionaremos una lista de todas las posibles conducciones de 1
sión §'! del contrapunto simple a tres voces; nuestra próxima ilustración se de- voz de esta (o cualquier otra) combinación. Será valioso que el alumno hag
riva de la progresión fe (v. ej. 9-32), algunos descubrimientos por sí mismo. En particular, las progresiones que re
También es posible elaborar una suspensión 7-6; sin embargo, aquí la ter- sultán de sincopaciones consonantes combinadas con blancas ofrecen proble
cera voz (el cantus) debe duplicar la primera nota del bajo. Si el cantas estu- mas nuevos. Ilustramos sólo un ejemplo, la decoración de la serie de suspen
viese a distancia de tercera o décima por encima del bajo, la segunda nota de siones consonantes 5-6. La progresión resultante (v. ej. 9-35) también aparee
la segunda especie supondría una disonancia alcanzada por salto (ej. 9-33). con frecuencia en la composición. Esta ilustra el hecho de que un acorde en
En los ejemplos precedentes el acorde en suspensión del primer tiempo era posición fundamental (en la escritura a tres voces representada por el f ) pued
una sonoridad familiar- para nosotros desde nuestro trabajo en el contrapunto derivarse de una inversión; en la mayoría de los libros de texto de armoní
simple a tres voces. El interés de nuestro siguiente ejemplo estriba en que nos sólo se presenta lo contrario como posibilidad.
ofrece un acorde f en el primer tiempo, un acorde del que hasta ahora no ha-
bíamos podido disponer; en el contrapunto simple hubiese dado como resulta-
do una progresión defectuosa hacia un acorde \. (Véase ejemplo 9-34c.) La EL CANTUS O LA VOZ EN CUARTA ESPECIE EN EL BAJO
progresión del ejemplo 9-34a es particularmente significativa por la frecuencia
con la que aparece en la composición. A menudo esta progresión de conduc- Las cuatro permutaciones restantes representan, en general, un menoi
ción de las voces aparece en combinación con el impulso armónico de nuestra cambio con respecto de los modelos de escritura simple a tres voces que cuan

EJEMPLO 9-31
EJEMPLO 9-32

a) , b) c) a) I i b)
JT\! ^ Cl
^ cJ
' \, K, ,
© -&- -o-

se deriva de se deriva de
íY
.//•
fj
.r* f
331
S9 10 ""9 6 6 5 10 - 10 (4-3)
3 5 3 5 —4

EJEMPLO 9-33 EJEMPLO 9-34


a) b) a) b) c)
,-—*. •j
[^) P f ^=~,
^r—1 +
7\,
se deriva de 4 - 3 evita
-o-
(TV -->
-• 8. *—'
' / rj r.

10 malo
5
i!
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 299

do es la segunda especie la que ocupa la voz más grave. No obstante, aquí USO EXCEPCIONAL DE LA TRÍADA DISMINUIDA
también encontramos algunos acordes en suspensión que no eran obtenibles

i anteriormente. En ambas progresiones del ejemplo 9-36 se requiere la presen-


cia de una segunda voz móvil para evitar que la suspensión «resuelva» en una
disonancia. El alumno advertirá que el ^ y el f del ejemplo 9-36 al igual que
Evitar por completo la nota de paso disonante dificulta con creces conse-
guir una línea de segunda especie satisfactoria. Podemos por lo tanto justificar
el uso ocasional de la quinta disminuida como nota de paso en la voz en se-
el \l ejemplo 9-34 se asemejan a acordes incompletos de séptima en posi- gunda especie. En combinación con el cantus y la nota de resolución la quinta
ción fundamental o en inversión. Esta semejanza es algo más que una coinci- disminuida produce una tríada disminuida en posición fundamental. A pesar
dencia, puesto que la disonancia del acorde de séptima resulta de la conduc- de que el acorde sea por supuesto disonante, la disonancia se produce única-
ción de las voces. A menudo el agente causal es una nota de paso; con mente entre la segunda especie y el cantus, y es de paso; no involucra la nota
frecuencia, como aquí, es una suspensión. de resolución de la cuarta especie, que es consonante con las otras dos voces.
Las progresiones del ejemplo 9-37 no requieren ningún comentario especial. Esta progresión representa por suspuesto al contrapunto prolongado más que
al elemental. El uso ocasional de progresiones del contrapunto prolongado es
permisible, como hemos mencionado, siempre que el alumno sea completa-
•-j
ACERCA DE LA ANTICIPACIÓN DE LA NOTA DE RESOLUCIÓN mente consciente de las implicaciones de la conducción de las voces de la pro-
gresión en cuestión. El ejemplo 9-39 aparece con considerable frecuencia en la
El alumno ha aprendido en el contrapunto simple a tres voces de la cuarta composición.
I
.l. especie que el anticipar la nota de resolución en cualquier voz distinta del bajo
debilita la resolución de la suspensión. El mismo principio prevalece en la
combinación de especies. El ejemplo 9-38 ilustra las progresiones a evitar.
Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so-
bre varios cantus firmi. Para ilustraciones de ejercicios completos, véase el
ejemplo 9-60.

EJEMPLO 9-35
"•/
I v-lx
ó i
^-^
_
--— ^•^ c 1 J

I Í,V
./ c
]
~
P. . .
se deriva de

-o-

I 5 - 6
3
5 - 6
3

I EJEMPLO 9-36
a) b)

I J*L
\MJ
-4

ti r r
p
-'1^-^
CJ

¿ -^-
i

imposible en escritura

I ¿Y/• t> ,K n
simple a tres partes

t ^7
5
6
3
— 6 6
2 3
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
,
300

4. Combinación de tercera y cuarta especies lución de las disonancias de la voz en cuarta especie. La voz en tercera espe-
cié, al ser de movimiento más rápido, no necesita sacrificar en absoluto el uso
Como en la última combinación, la presencia de la voz sincopada requiere de las disonancias de paso y de bordadura. .
la consecución de un acorde consonante en la segunda mitad del compás. La
línea en tercera especie deberá ser por lo tanto consonante con el candis en la
primera negra y consonante tanto con el cantas como con la voz en cuarta es- CONSONANCIA EN LA TERCERA NEGRA
pecie en la mitad restante del compás. (Como veremos, esta consonancia pue-
de aparecer en la tercera negra o bien en la cuarta.) El ejemplo 9-41 ilustra un buen número de posibilidades en las que la par;-
El ejemplo 9-40 compara algunos compases que combinan segunda y te consonante del compás aparece en la tercera negra. Esta es la distribución
cuarta especie con un pasaje similar que emplea la tercera en lugar de la se- más habitual (aunque no la única) de consonancia y disonancia en esta combi-
gunda. El alumno se dará cuenta en seguida de la facilidad con que la línea en nación. La segunda y cuarta negras de la voz en tercera especie pueden conté-
tercera especie puede conseguir movimiento conjunto sin interferir en la reso- ner notas de paso disonantes y bordaduras,

EJEMPLO 9-37 EJEMPLO 9-38


a) b) c) d) f) a)

dt — 1 f 4=1 r, ^=1
£=H
J ^ 351
1

,^í- ..f -•'


^
r r K
n u
f^T -¿

— Z^Vi '—
-Hí --
/ *> *> ii v R -
: [_
\
10 12 '""7 6 5 6 "6 5 v._^-' 4 6 5 10
^9 8 3 8 "^ 3 8 3 2 3 2 3

EJEMPLO 9-39

posible posible
EJEMPLO 9-40
a) b)

etc. etc.

iáü
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 301

CONSONANCIA EN LA CUARTA NEGRA En el ejemplo 9-45 la bordadura aparece después de una nota de paso diso-
nante o vuelve a una nota disonante con la resolución de la suspensión. AI
La voz en tercera especie puede situar una nota de paso acentuada en la igual que la progresión similar- discutida en la combinación de segunda y ter-
tercera negra. Entonces el acorde consonante aparecerá en la cuarta negra. Al cera especies, este pasaje pertenece propiamente al contrapunto prolongado.
igual que en la combinación de segunda y tercera especies, aquí también apa- (Véanse los ejemplos 9-15 y 9-25.) Recomendamos de nuevo su uso solamen-
rece el concepto de traslación o desplazamiento rítmico. El ejemplo 9-42 te en el caso de que el alumno pueda demostrar su comprensión de la conduc-
muestra unas cuantas posibilidades; la reducción analítica indica que la con- ción de las voces.
ducción de las voces fundamental de estas progresiones está representada por
una combinación de segunda y cuarta especies.
El alumno debe procurar asegurar la presencia de un acorde consonante en SALTOS EN LA LÍNEA DE TERCERA ESPECIE
la cuarta negra. El ejemplo 9-43 es incorrecto, ya que carece del necesario
acorde consonante, Los saltos aparecen con facilidad en la parte posterior, la parte consonante
Al igual que en la combinación de segunda y tercera especies, la bordadu- del compás. La línea en tercera especie no saltará desde o hacia ninguna nota
ra acentuada (en la tercera negra) debe aparecer con poca frecuencia (ej. 9-44). disonante con respecto a las voces restantes mantenidas. (En la p. 302 discuti-

EJEMPLO 9-41
a) 1 b) c) d) v |
^ J^~~~^
^-—• —.fJ i I 1 L
J-J-r»-f-
^
~-
-ffac
V "
: L
A' 0
-J—§M=-
^
—1—
r r r r r r r T r r r rrt-
I
a l> ev Pr ^-^>
•**
^^ ., . 0
.//' Je1 ra fr 1. . .
_^
^ "-- —' ~T P ^~- r—^

EJEMPLO 9-42
a) . b) c) d)

-o-

se deriva de

EJEMPLO 9-43 EJEMPLO 9-44 EJEMPLO 9-45


a) b)

-e-

rrrr

t incorrecto
302 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

rernos los usos idiomáticos de la cambiata y de la bordadura superior e infe- Algunos libros de texto permiten un tipo excepcional de salto en esta combi-*'
rior.) El ejemplo 9-46 indica algunas de las múltiples posibilidades. nación. La voz en tercera especie puede saltar desde o hacia una nota consonante?;'.
Los saltos no ofrecen dificultad alguna en la primera parte del compás con la suspensión disonante de la cuarta especie si representa la duplicación dea;
siempre que la voz de la cuarta especie contenga una nota consonante. Las cantas al unísono o a la octava. La nota involucrada en el salto refuerza la notav"
progresiones del ejemplo 9-47 ilustran algunas de las posibilidades y no re- estable del cantus y no añade una nueva disonancia. Por lo tanto se dice que \¿ •
quieren comentario alguno. disonancia con respecto a la cuarta especie aparece cubierta por el proceso dej •
Si la voz sincopada contiene una suspensión disonante, la línea en tercera duplicación; Jeppesen y otros denominan esta conducción de las voces disonan-¿ •
especie tiene menos oportunidades de efectuar saltos. Los saltos tendrán lugar da cubierta. La nota en cuestión sólo puede aparecer en la segunda negra del^'
solamente entre notas consonantes tanto con el cantus como con la voz en compás. El ejemplo 9-49 sirve como ilustración. í'
cuarta especie, y no deben añadir una nueva disonancia a la sonoridad diso- El ejemplo 9-50 lleva la prolongación a un punto incompatible, en nuestraj •
nante prevaleciente (ejemplo 9-48). opinión, con los objetivos del contrapunto de especies, Por supuesto es un;'

EJEMPLO 9-46
3
s
b) d)
. i | 1 i /— J
éi _
^ • -^^
^«r ' ¿4
1 ¿ J
* . ,

J
§
¿P\ (A
F f$\* J 41
• 1? «y -1 J

—Fr
V_^
e .
ry
^-^
9
p
I j -j-^^^-^ -J- •/

¿V
-f p- í -f 9 í^í^

J/• r» 4J
^.
". ....
1 1 —y "^ ^

EJEMPLO 9-47 EJEMPLO 9-48


b) .»
C
a '^ 1 b> C> i 1 , 1
=4d
>-
<9

rr r r
° |,
Vi

-e>•
^-
—e
3 ^^.j- ^ u r r r [f o
l/¿ ^ J J J II i f r P' II j J Ni

P
Sj: O., ,— j
1
• 'j - —0—
9 g
i» -J—
i
-^í ^^° p :--rr
.^^^-^. ^•-^:_ ~^~ H— i f- 1 . ..J ,., . . .

EJEMPLO 9-49 EJEMPLO 9-50


a) b)

-<? -e- "ty Efe | JH^-r- -J


J -J- - i—i—

í~V P "
i
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 303

ejemplo excelente de contrapunto prolongado. Aquí la voz en tercera especie de la nota de resolución en cualquier voz a excepción del bajo. El ejem-
presenta una arpegiación; la disonancia se produce por una colisión entre una plo 9-52 ilustra unas cuantas de estas progresiones.
nota del acorde quebrado y la suspensión. Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación so-
bre varios cantus firmi. Para ilustraciones de ejercicios completos, véase el
ejemplo 9-60.
LOS USOS 1DIOMÁTICOS DE LA CAMBIATA Y DE LA DOBLE BORDADURA

El procedimiento correcto en esta combinación se asemeja al de la segun- 5. Combinación de dos quintas especies
da y tercera especies combinadas. En la figura de la cambiata la tercera nota
ha de ser consonante tanto con el cantus como con la voz en cuarta especie. En En esta combinación llegamos a la culminación de nuestro estudio del
el uso idiomático de la bordadura superior e inferior la tercera nota ha de ser contrapunto a tres voces de especies combinadas. La realización de dos líneas
consonante con la voz en cuarta especie, aunque no necesariamente con el en quinta especie sobre un cantus firmus supone el uso de todas las técnicas de
cantus. La cuarta nota deberá ser por supuesto consonante con las otras dos conducción de las voces aprendidas en las cuatro combinaciones precedentes
voces. (Véase ejemplo 9-51.) más unos pocos procedimientos nuevos. Antes de discutir esta combinación en
detalle nos gustaría explicar nuestras razones para omitir un buen número de
combinaciones teóricamente posibles.
ACERCA DE LA ANTICIPACIÓN DE LA NOTA DE RESOLUCIÓN La combinación de dos terceras especies podría ser realmente practicable.
La textura de nota contra nota, sin embargo, requeriría que siguiésemos las
Como en la combinación precedente (y de hecho en toda la escritura a tres mismas reglas que en la combinación de dos líneas en segunda especie, y no
voces que implique suspensiones disonantes) deberá evitarse la anticipación aprenderíamos nada realmente nuevo. Por otro lado, la combinación de dos

EJEMPLO 9-51
b) d)
tí£~~] —i r—J^^T"
rtr
ij J J J |J —4
--— ^ ^^

1 r
r r rr
4V _4. 1
/'
s 0
r a « o 4.» 4.? "
\ r r
*
1 1 f 1 1

EJEMPLO 9-52

a) b)
o

evítese
304 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

voces en cuarta especie no es practicable. La inflexibilidad de la disonancia gas en una voz aparecerán contra valores cortos en la otra. El uso ocasional ^'e
sincopada con su resolución descendente obligatoria nos forzaría a una depen- valores similares en las dos voces móviles no es de ningún modo incorrecto;.
dencia excesiva en terceras, sextas y décimas paralelas entre las dos voces en La independencia de las voces, sin embargo, queda más fácilmente asegura&a
especies. No hace falta decir que el lector debe tener en cuenta que las suspen- si la mayor parte del ejercicio contiene ritmos complementarios. El ejern-
siones dobles en movimiento paralelo aparecen frecuentemente en la composi- plo 9-53 lo ilustra. t
ción. Para conservar la independencia deberíamos acudir frecuentemente al En el contrapunto simple de quinta especie usábamos valores más larg'ps
recurso de la ruptura de la especie, y por tanto transformaríamos esta combina- que la blanca sólo en forma de notas sincopadas. Ligábamos blancas a negras
ción en una de segunda y cuarta especies. Combinar una voz en segunda, ter- o a blancas del compás siguiente; sin embargo, no empleábamos blancas cbn
cera o cuarta especies con una en quinta resultaría infructuoso. Al contener la puntillo o redondas (exceptuando por supuesto la redonda final) en un scjlo
quinta especie en sí misma elementos de las otras, estas combinaciones no nos compás. Esta restricción de notas largas asincopadas surge de la necesidad{de
presentarían ninguna situación en la conducción de las voces que no se en- mantener una cierta propulsión rítmica. Esta propulsión o impulso requiere
cuentre en la combinación de dos quintas especies. Y además, las cualidades un movimiento melódico, al menos en una de las voces, en cada tiempoíde
estéticas de esta última combinación son mucho más gratas que cuando el rit- blanca. V
mo flexible de la quinta especie se despliega contra los valores uniformes de Puesto que ahora contamos con dos voces en contrapunto florido podemos
cualquiera de las otras. hacer uso de notas largas asincopadas sin obstruir el fluir rítmico. Sólo tefie-
mos que procurar que aparezcan notas más rápidas en otra voz que marquen
las pulsaciones que quedan dentro del valor de esa nota más larga. Podemos
• LONSIDER-AeíONE-S-RÍTMieA-S .-......._ jernplear la blanca con puntillo seguida de una negra o dos corcheas (véase
ejemplo 9-54 J ~ y;
La presencia de otra -voz en contrapunto florido modifica ligeramente la Obviamente, la blanca con puntillo sólo puede aparecer en el primer tiffm-
construcción rítmica de cada línea en quinta especie. En general cada línea en po del compás. La parte de la nota simbolizada por el puntillo (es decir, la Ber-
la combinación de dos quintas especies mostrará menor densidad rítmica que cera negra del compás) no debe ser disonante con ninguna de las voces resfán-
en el contrapunto simple a dos o tres voces. El principio de complementarie- tes. La disonancia en la tercera negra creará una impresión de suspensión
dad rítmica debe prevalecer en la mayoría de las voces. Esto es, las notas lar- irregular dentro del compás (v. ej. 9-55). y;

EJEMPLO 9-53
a) b)
O
J* J
í _- i
rn
i1 i

§
^
-/L 9
\5u——
é J
" o é B
—^-¿—
— J J—e LJ

é , J

-£^ -&•

•• —^
^— —— /- ^^
, T"
^ "~c P r
4i
__) I9"
fl
-Vil
_^¿ u —: 4—
**-J
~,—
—iF —^ '
_L
1 ~ri — "—
EJEMPLO 9-54 EJEMPLO 9-55

~/L
f fl% C. fL V 1 /q
• V5D 0
«-
9 : j ff
f/K o N. /o
9 "Y r "P
J t) | |

i tó -o-

F*^
f rr i 4— *—B— \-^~-

*«5
£V " "
•I.
s -- - -
O
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 305

La blanca con puntillo funciona particularmente bien cuando la negra (o podemos utilizar bordaduras simultáneas (ejemplo 9-56a); la bordadura diso-
corcheas) siguiente introduce valores rápidos en el compás siguiente. Las no- nante en una voz puede aparecer contra una nota de paso en la otra (ejemplo 9-
tas cortas se introducen siempre con mayor suavidad en un pulso que no sea el 56¿>); el uso idiomático de la cambiata se puede combinar también con figura-
primero del compás. ciones disonantes (ej. 9-56c).
El uso idiomático de la bordadura superior e inferior también puede co-
existir con otros tipos de disonancia (ej. 9-57).
> CONSONANCIA Y DISONANCIA En una textura a tres voces cada vez que se use la sincopación es mejor
j hacerlo en una sola voz. Si dos voces contuviesen acentuación desplazada y
í La línea en quinta especie resulta de una amalgama de elementos de las sólo una voz mostrase acentuación normal, el equilibrio rítmico podría resen-
I otras especies. Una combinación de dos de estas líneas introduce a la vez los tirse. Lo más apropiado es emplear las suspensiones dobles en texturas de cua-
| tipos de conducción de las voces de todas las combinaciones de especies que tro o más voces. (Por supuesto, estas observaciones se refieren a los ejercicios
hemos estudiado anteriormente. Los problemas de tratamiento de la disonan- contrapuntísticos y no a la composición, donde las suspensiones dobles a tres
cia deben remitirse a la combinación de especies que corresponda al valor rít- voces pueden tener una finalidad expresiva válida.) Cuando aparezcan suspen-
mico en cuestión. Si ambas voces se mueven en blancas, por ejemplo, entran siones dobles han ser consonantes, entre sí, y deben resolver (por grado con-
en juego las reglas para la combinación de dos segundas especies; las negras junto y descendentemente) en acordes consonantes. Se sigue por lo tanto que
contra las suspensiones están regidas por los requisitos de la tercera especie en las suspensiones disonantes dobles consistirán necesariamente en terceras,
combinación con la cuarta. sextas o décimas paralelas.
No hemos considerado la combinación de dos terceras especies. Como se La mezcla de valores rítmicos en un mismo compás no crea problemas
mencionó anteriormente (véase la página precedente), la textura de nota contra nuevos. La conducción de las voces ha de compararse con la combinación (o
nota requiere que sigamos las mismas reglas que en la combinación de dos combinaciones) de especies asociada con los valores de notas dados. En el
segundas especies. En otras palabras, las negras han de ser consonantes entre ejemplo 9-58a la voz superior es claramente incorrecta. La nota ligada en la
sí aunque una o ambas pueden ser disonantes con respecto al cantus. Ahora voz media requiere un acorde consonante en la segunda mitad del compás; las

EJEMPLO 9-56

^0 , 1" I I1 JI1 »I1 b) 1l 1i l1 i 1 c)


y i i u-' ^J «- jgl
v
J
o J j1
» J
,
//U * o * ^_ •
^ rrrr r
^1
W) _ - 0 p o • ¿ ^
0

etc. etc. etc,


-o^ 1 I 1 j» i* "P" p
¿V ¿7 1
~P~
r? m
r
P
s/• ¿ ..j . . . •*. . r
J J 4»
i 1 L».

;¿ EJEMPLO 9-57 EJEMPLO 9-58

a) 0 i
l_u
j? tf
> b)J J J , i €
P^
í

rr
9
^•f»
a P f A\ / rj
1 - 9
V>W « r / '^^ ¿i ^ « r •^

„ 1 ' 1
I
I 1 «J 1 I/
/
Xí. — £3. ^
L\ L--~—
¿y -,
P 6Y
S r .. y/'
306 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

disonancias del soprano frustran este requisito. El ejemplo 9-5S& demuestra imitadora puede mostrar variaciones con respecto a la original. Ésta puede
una conducción de las voces correcta. denominarse imitación Ubre. En algunas ocasiones las cualidades de los inter-
valos cambian para conservar la unidad tonal; por ejemplo, una tercera mayor
por una menor. Tales cambios ocurren casi invariablemente cuando la imita-
ción es a intervalo de segunda, tercera, sexta y séptima; pero puede darse tam-
bién en imitaciones a otros intervalos.
La combinación de dos quintas especies puede comenzar de una de las dos En imitaciones a la quinta superior o cuarta inferior el quinto grado de la
maneras siguientes: o bien ambas voces en contrapunto florido comienzan en escala frecuentemente recibe como respuesta el primer grado, de acuerdo con
el primer compás o bien una comienza en el primer compás y la otra poco los principios de la respuesta tonal. Esto conducirá por supuesto a que el salto
después. Si se adopta esta segunda manera, las dos voces deben aparecer en de una cuarta aparezca como respuesta al de una quinta, y posiblemente a
imitación; esto es, la segunda voz repetirá la idea iniciada por la primera. Lo otros cambios en el tamaño de los intervalos.
único que se exige es repetir lo que haya hecho la primera voz antes de entrar Para ilustraciones de quintas especies en combinación, véase el ejem-
la segunda. No es en absoluto incorrecto, sin embargo, el llevar la imitación plo 9-60.
más allá si el cantus lo permite. La imitación que lleva a cabo esa segunda voz Escríbanse ejercicios en todas las permutaciones de esta combinación.
no tiene por qué ser al unísono o a la octava; de hecho esto será rara vez posi- Para ejercicios sobre contrapunto imitativo, véanse las páginas 328-341.
ble. Se dice que la imitación aparece a un intervalo dado —octava, segunda,
quinta, etc.— cuando este intervalo separa a las notas correspondientes de las
dos voces. Ahora debería estudiarse el ejemplo 9-59. Adviértase la superposi- 6. Progresiones de especies combinadas en la composición
ción y las suspensiones alternadas.
La imitación no haTde confüMirse con larsecuencTaTBsTaníltrnra~apHre"c"e""eTr ~GOMBINA"CrÓN~DE-DOS-SEGUNDA-S-ES-PEeiBS
una sola voz; la primera entre dos voces diferentes. Debemos seguir mante-
niéndonos en guardia contra el uso de las repeticiones próximas, la secuencia La técnica de conducción de las voces más significativa de esta combina-
y el motivo rítmico en una sola línea. ción es el uso de una nota en una voz para proporcionar un soporte consonante
El contrapunto imitativo forma una de las ramas más importantes de la a una nota de paso de otra voz que de otro modo sería disonante. El repertorio
escritura polifónica. Procedimientos tales como el Canon y la Fuga son los musical ofrece incontables casos de esta técnica, y ya hemos ofrecido un buen
sucesores directos de las técnicas imitativas. Es más, la imitación, en algunas número de ejemplos que la ilustran. El lector debería reexaminar los ejemplos
ocasiones encubierta, a menudo desempeña un papel vital en dar forma al di- del capítulo 7, sección 4, a la luz de su experiencia en esta combinación.
seño de composiciones que habitualmente no se consideran polifónicas. La técnica antes mencionada aparece frecuentemente en texturas que
En algunos casos la imitación constituye una duplicación exacta de la idea muestren décimas o terceras paralelas entre las voces móviles. Sin embargo,
original. Tal imitación puede denominarse estricta. En otros casos la voz una línea disjunta puede desempeñar la misma función. Las progresiones sub-

EJEMPLO 9-59

a) Imitación a la segunda b) Imitación a la quinta


~~K
trfS
~ ** - Y r IP or d • -^— ' b- - ' ••
... ,

1 i i
-v.cn 1
1

x^-+-
1
i)

J
|^-=
L¿ —©— -P—T:
--,

^\i^=^r i — —tf —
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 307

-;j EJEMPLO 9-60


*
'}. a) 2 + 2
; ^ '; /n~ Q

Í^
P
-4£~F
"&JL j O'
d=-f L —&
=1 f ,

^
.'
i Q
5 i
«- 73 —©
ffF)
h_u. 1— y fT~ -
,i>

^ ^ t
Ai -c> .^ O €h O
<~> -<í
0
^T
^->

}3) 2 + <2 Schenker

-4ík
; — J
u 4- 4- í-4
J J g) U^ J f c.
1

—e

• r =1
í
^
f ,

... ) •> 'J


^
s- '
~TT~ TT

r r í=f
t~

f
U

r -t ^
f= r * B
-k 0 —o- í >
-<p
—€> —T5 O o- i>
*—
r

3) 2+3
0
V"
1 1
#
1 - i
i 1

i
i."
(n
• • aJ J
r
t « * #
f
«
r• ií
ri* ^^
r
J
9 _
J
a r j• ir t r t
é «
,
f
¿U i1 .
J
4
1 1 i 1 1 i 1
í í^i

1 4^
i —• n
—'• —
-) p n 1 --—©
r— K) __j_/^
0

5" -^
-1 «) -Ó ¡ ("< —1 < -Í3

1 I 1

•V \ ' 4 >
l>
y/' i > t>

-
308 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-60 (continuación)

d) 2 + 3 con uso de disonancia más prolongado

Dt \j
Zj

'
.^j

f —6
p—— Q p
""
,—
"fre. o •

1
7\ '0 _ o © ,
p 1P \> L>
n
«) v

1—L
, > i., i -7 ^ ^ | <>
1— —
9 e
\ L* La__*
,
i" f r ——' » =M f!=HM
1 ^
0 *
R «— 0 1

1 J
o1

e) 2 + 3 Bellerraann

rs
-
f'F
AljJ 0
0

E)

• ff
2+4

* 19
J^ rt
—p
J J
^
i

r
-^ st
1-—- 1 -fi) , ^-—"• ^^y-
, , 1
~^-.j'—cj-^j~ ^J.-^T i 1 rk—?J
g J
Schenjcer

—e—
7~¡
—(5* i ~—^—•— r=^ —1

r
rj - ••

r
T

" 1
' 0
x i 0.

^_f — rt © Tí
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 309

EJEMPLO 9-60 (continuación)

2 +4

331

í-

4---;?; h) 3+4
331

. m^
LO
331

i i) 5 + 5 sin imitación inicial


¿-r},

IJ- 0

I1.
'r-
f!"

310 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-60 (continuación)

j ) 5+5 con imitación

-o- 0 Q

E*

k) 5 + 5 ,

^
i. .1
i: i! -©- =$

331 331
ICE o ID
I LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 311

I divisoras del bajo discutidas en el capítulo 8 hacen consonante una nota de


paso en el soprano frecuentemente; estas progresiones por lo tanto están tam-
El ejemplo 9-62, de una Sonata para piano de Mozart, es ligeramente más
complejo. En la prolongación de la tónica de los compases 1-4, los dos La del

I bién relacionadas con la combinación de dos segundas especies.


En los ejercicios de especies el cantus firmus ofrece un fondo estable a las
voces móviles. En la composición, por supuesto, habitualmente es un acorde
prolongado en lugar de una sola nota el que asume esta función. En el reperto-
bajo hacen consonantes los Do de paso en la voz superior. Adviértase el
accelerando rítmico del movimiento básico de las voces exteriores. El movi-
miento es primero en compases enteros (compases 1-2), luego en mitades de
compás (compás 3) y finalmente en cuartos de compás (compás 4).

I rio musical encontramos frecuentemente progresiones dentro de acordes pro-


longados que están íntimamente relacionados con esta combinación. No es ne-
cesario que esperemos citas literales; encontraremos bordaduras al igual que COMBINACIÓN DE SEGUNDA Y TERCERA ESPECIES

I notas de paso, y prolongaciones extensas podrán contener más de dos notas


que se mueven contra un fondo estable.
Ofrecemos dos ejemplos en estilos diferentes. Nuestro primer ejemplo
La aplicación más característica de esta textura contrapuntística es el uso
de la traslación o desplazamiento rítmico. Hemos ilustrado esta técnica en

I consiste en la segunda frase de una composición para virginal de The Woods


so Wild de William Byrd (ejemplo 9-61). La melodía implica un movimiento
desde un acorde de Fa a otro de Sol; tanto la prolongación de Fa como el
movimiento hacia Sol reflejan una combinación de dos segundas especies. En
los capítulos 7 y 8. Serán raras las ocasiones en que el analista se encuentre
con tramos musicales extensos que se relacionen directamente con esta com-
binación. Sin embargo, desde sus propios términos pueden comprenderse
muchos detalles de conducción de las voces que se encuentran en los estilos

I este ejemplo, a diferencia de la mayoría de los restantes, la conducción de las


voces consiste solamente en sonoridades consonantes.
más diversos. A menudo la prolongación de un acorde presentará movimien-
tos de adorno en una voz contra un movimiento de paso más lento; tales

I EJEMPLO 9-61 Byrd, The Woods so Wild

I
22t^ti
—í J ' ,

I @#
I5

—í
J í,
I ( —\ )•
• sr r -f-i i 1—jí
*~fr} 4 " f- f-
;v a)

I =í== —. -,

~XY :a
cJ 1=
•< í= í-
i ^
- e

I
8 8 6 8

> T)F^
J
rf 5
r
rj

r-
Lo U
" ^—- ^
T"
f- i
312 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

progresiones a menudo se asemejan a la combinación de la segunda y la ter- COMBINACIÓN DE SEGUNDA Y CUARTA ESPECIES 4
r
cera especies. ^t
Ofrecemos fres fragmentos que se suman a los citados en el capítulo sobre el En el repertorio encontramos frecuentemente extensas series de suspensio-V
coral. El primero, ejemplo 9-63, es de un madrigal de Monteverdi y no precisa nes contrapunteadas por otra voz móvil. Estos pasajes a menudo están relacio-
comentario alguno. nados directamente, obviamente incluso, a la cuarta especie combinada con la
El siguiente es de la Partita en Sol mayor de Bach (ejemplo 9-64). Adviértase segunda. Como indican los ejemplos siguientes, las progresiones de esta com-
que la voz superior, que corresponde a la segunda especie, se mueve en valores binación pueden estar englobadas en las más variadas texturas y ritmos. E
rítmicos más rápidos que el bajo, que corresponde a la tercera. Las semicorcheas ejemplo 9-66 se ha extraído de una pieza para clavecín de Frangois Couperin
de la voz superior adornan el La y el Sol, y no ejercen influencia alguna sobre la La parte de la mano derecha es una melodía polifónica; ésta implica dos lí-
marcha subyacente de la melodía. neas, de las cuales la más aguda contiene disonancias por suspensión. En com-
Para finalizar citamos el inicio del Preludio individual en La bemol mayor binación con el bajo, la mano izquierda da lugar a una importante progresión
(1834) de Chopin. La conducción de las voces está tan meticulosamente tejida de cuarta y segunda especie combinadas. En el bajo las corcheas Re, Do (pri-
como la de un coral de Bach, pero aquí se vislumbra a través de un velo de mer compás) y La (segundo compás) añaden un impulso armónico a esta pro-
figuración pianística (ejemplo 9-65). gresión contrapuntística.

EJEMPLO 9-62 Mozzart, Sonata para piano, K. 570, 3.er movimiento

Allegretto
o . ^- _ .
• ^ f^~p~^
f kfi f' ^E'^f
JL. JL jfiL

331

6 5
4 3

II6 V
f
I •••

;;¿ EJEMPLO 9-63 Monteverdi, E cosí poco a poco, Madrigales, libro 5


'i
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 313

I
a)

^= P
/L b / \-
-ffi
^^
^
F
1
o
(1 oj •
.

1 etc.
f]
$ \P
1 J
etc.

—1—

I
1 '

I
EJEMPLO 9-64 Bach, Partita V, Sarabande

1

*
^ /rj# "« o'j
*
*o l/ ^-»- /
j
rr -<1 J
O1 $•*
^
J_ 137

0 *
•-***n
J-
4^
" •—
J
^
j
-^ ^

i !
1i
i

j
^*\ ff O
¿7jT
1 " "~"— 1

1 f f
1 a
partir
de If- * i r fi
I ;}
I
EJEMPLO 9-65 Chopin, Preludio múm. 26

Presto a) r—""' "" b)


l 1
£ d^i L*
l
Vf j 'J . h
f
0 i
0\K [Ja
A
» '
u
0
i tfrS
\r r rl
[7 /i » 7 fi
V" L/
r a P T
i r r r
\ P r

í\ .
* l« i >
i
b
j- i
*
^—— • —w — •—
*
j__— —j
9
./ h
314 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

A continuación, el ejemplo 9-67 presenta una bellísima serie de suspensio- plo anterior; la voz más grave de la mano derecha presenta una progresiólj;
nes de la Fuga en Mi mayor, del volumen II del Clave bien temperado. El bajo adicional de «segunda especie» (gráfico d). En este ejemplo la parte del tenor
descansa desde el compás 38 hasta la entrada del compás 40; por consiguiente es poco comente; esta voz lleva la línea que habitualmente representaría el •
la función de voz inferior ha sido asumida por el tenor. En este ejemplo las «cantas firmus», el elemento estable de la textura (gráficos a-d). Sin embargo^'
voces exteriores producen una serie 9-10 con la progresión de «segunda espe- la voz se convierte en sincopada (gráfico e); el gráfico/presenta un plan glo?'.
cie» del alto como contrapunto. Como indica el gráfico b, la progresión bal de la conducción de las voces. j'.
contrapuntística aparece dentro del acorde de dominante prolongado. En el ejemplo 9-69 encontramos una progresión que muestra una conducf:;
Volvamos de nuevo (ej. 9-68) a una obra de Fran9ois Couperin; en esta ción de las voces básica similar. Aquí la línea estable del «cantus» —también-
ocasión, un pasaje de mucho mayor complejidad que el ejemplo 9-66. La rela- en el tenor— está acompañada por terceras en el alto. •*•
ción entre las voces exteriores es fundamentalmente la misma que en el ejem- En la ilustración siguiente —también de Mozart— encontrarnos un uso-

EJEMPLO 9-66 Couperin, Ordre núm. 1, La Milordine

Gracieusement, et légérement
f\
w h ; r r * r i—f-f 1
» 3 ,S i r^Tj—n
—^=^— L r uJ**^- • r~ _r
9

_J_J—,—
tJ ^^^ P""^ ^M«ájMXn4

0 t
•^T AW
1 AW
1 1
CY1 ff
n »
f ^ ¿¡T 0* - n N ^~~-, k
ff„ . «\> ?
X^"^N
0
* I- \¿\ . ¿T .t,
u u r . n
* r
¿ k J;i i
« ¿ i M
K .:la r

Tp, j^-^ j^->] j^-j *•* ^ (^ (j


1
• /^ ¡? j-5 — €> 0
"y
i)
^^

— -- . ii^
_ ^ i* ti & -.O

-J-k i—t-— -í p tt-"

10 9 10 9 10 9 10

EJEMPLO 9-67 Bach, Clave bien temperado II, Fuga IX

/f^tjfe J—— - j ^~ ^_— —


J i

1 Jx- •Kf-J j J J II
r—T~^r r r i
^r —_, d gj

t r—r*—F—i*
" @

M=
/j £}± k- ~^
A
~e :
etc.

J—
g^£¿I
;—f-
-— •_ -0 p—
I LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 315

I diferente de las terceras paralelas, en esta ocasión entre las partes del primero
y segundo violines (ej, 9-70). En este caso la voz superior conduce y forma la
voz más rápida hace de contrapunto a una serie de suspensiones. Además en-
contramos técnicas específicas tales como el desplazamiento de notas (como

I
serie básica de suspensiones. En la parte del bajo, en este caso conducido por en la combinación de segunda y tercera especies) y la llamada disonancia cu-
el celo, la línea corresponde a la segunda especie; como es normal al sustentar bierta. Ofrecemos dos ejemplos; el primero es de la Sinfonía en Mi bemol
una serie de suspensiones 4-3 o de 11-10, la línea básica la lleva la segunda mayor, subtitulada El filósofo, de Haydn. Aquí la parte de la viola añade una
nota de cada grupo, la nota que sustenta la resolución de la suspensión. Véanse cuarta voz a las suspensiones de los violines segundos, las progresiones en ter-

I los gráficos b y c.
En el ejemplo 9-71 vemos una notable aplicación de cuarta y segunda es-
pecies combinadas en la sección del desarrollo del primer movimiento de la
cera especie (con cambios de registro descendentes) en el bajo y la progresión
a la manera de un «cantus» de los primeros violines (véase ejemplo 9-72).
El ejemplo 9-73 corresponde a una gran construcción coral, el Dúo para

I Sonata para Piano op. 53 de Beethoven. La progresión subyacente se asemeja


a la del ejemplo 9-67, aquí transformada por medio de las cuartas motívicas
desplegadas y las transferencias de registro de la melodía.
dos hombres armados de La flauta mágica de Mozart. Adviértanse las in-
flexiones cromáticas de la voz superior y las «disonancias cubiertas» de la voz
más grave.

I COMBINACIÓN DE TERCERA Y CUARTA ESPECIES COMBINACIÓN DE DOS QUINTAS ESPECIES

I En cuanto a las técnicas básicas de conducción de las voces, esta combina-


ción no añade nada nuevo a la precedente. Dentro del repertorio encontramos
situaciones análogas a la combinación de tercera y cuarta especies cuando una
Puesto que la quinta especie contiene todas las posibilidades de conducción
de las voces de segunda, tercera y cuarta especies, todos los ejemplos preceden-
tes, de algún modo, también ilustran la combinación de dos quintas especies. Un

a)
o

\O 9-67 (continuación)10 9 10 etc.


etc

4 6
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
316
EJEMPLO 9-68 Couperin, Ordre núm. 6, Les Baricades Mistérieuses

(Vivement)
J-
-£y,— 7 - 2^-£f — 9 .f
\f*a*
1 v—-" Í4—1

K- H —-f-H r--H F-H y-MM IMM 4^-

©
., . . «a
-—-,
JP J ~-^,
p_—,
P ... . ] i
L_i •P-
M Lf p 1

1 - 1
-^^4^^ H5-F P=r^

, 5^1r'P T P^P f !H
\ p \=^ [) T-'ft *

,_ ^ j ^-
f i
y U Ir r 1 r
- '' [7

^ -4-
&i—[ F LJ-j -¿ e— •
2 L_

r r

'T -^-fT

i LJ . Fl — fí
¿ 3p=i -
f ^ \^ , -jj .

\,'~*—
-^ p ~ , é
1p — p—
r
-r'' 1?

f
'
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 317

ilEJEMPLO 9-68 (continuación)

°!l
"/

»U*
i rHl
f \

_
i 1 i i
V* L/ *—' (j J -> y^.
jr-
^'
x-
Sr C^ f- J 1
~ —. '— d
^- ^ 4 > -ó-
se
etc. conviert e 9 10 9 10 9 10 9 10 9 6
en
0 0 k
Pv
i*\'
1 /• 1 7
"
O "r S 1
V > 4^
J
} V
r •p vf • P
-- *•• "- 'V
U

9 8 9 8 9 8
1r i f
-J
r '
^

c)
y
ir 1
i .
f\
^j 1 1
J •
f\\l/
fT^t ^ *-S^" cJ. s~ J
u--~. -é-
- —•

9 10 9 10 etc -
0
¿v •) bo >
P 7V vj <
''/• ib
<.\± {1
^ —- .v
K . ~^*
_J
-^ \ Tv f- p
(x
»
* rj
v
P
p
y|

d)
7
_ir
/jL b
1
'•- _| _J f .
t»1—==^
r —j- 1
~^'"~ ' ^ ~^- -—L__ j
~ v u— ' '-' o
6 " "
f Y . Y r «

6Y
0

r » -.
~T
<>
' l /
/•b 4">
4— 1
F 0 tí V (•
v * r- P ? p A

- ^T" r
4- '" V 0

^J-H | i\ K^_^l^ -^•\


1
VyJ_

^! -f ^
9 10 10 9 10 9 10
318 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-68 (continuación)

e)

^L±2 i— ~~~

f
=fe^ ó^= .
jj

f:
H

f f f: f

0 ^ lj. \^-
. •K, h J ^ s1 J1
^ y ÍS> (^ ^-
J
(f S J. Js^
r r r
r V » C,
#• í
t^r1' f V f \ P
"~~
«

1
fl

^
—r—r J» •• -^ f —v
10 10 10

i
f) ^ ' JL
f ¡i
lili
l~rv—i—^S^—r 9 1
I"—1 rp i — ' y ^ —r-rr 'H " []) r. ^ ^ 9 r^^—^\H
)^ i
, ff p-. , ^ ^ff a g
-H

(7h
\$i) 10 p • 9 _10 9 10 9 10 9 10

S =¿J
••

í 7lT»
-^,

0 y
ff—^
M
-x

a ~W J^1-
h

1 -^ b^ í i 'h * l l N -—-• i0—

r .- - ^ '
* B —I
^^ *

^^1—f
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 319

EJEMPLO 9-69 Mozart, Misa en Do menor, Et incarnatus est

Andante
E £
f

I
i '1 _, k I
I f f r

o)

/T U r. Lr
-^ ü u >J _ — V.
^ r V
^
parur
rnrtir r.** b
/L p ^J ' " o
•4x~"- etc.
Vy "
• f(T» 4' ^_^ ^ rJ ^ viy *.-»
O "iCJ " ^
f? ^ 5 6 9"^ ~8 9'^~~"8

íTV
/' 1
r ri iKi
0
\ 'J " " 0
p
J
J
^
y ^-
j
./ b 1


320

EJEMPLO 9-70 Mozart, Cuarteto, K. 428, 2.- movimiento


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
Andante con moto
I
creso.
f
etc,
I
=5:
I
I
*=s=
Pf I
I
10, 10 10 10

J- J.
B

IV6
I
b) I
-o-
etc. I
I
_£i_

I
I
I
I ^ LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 321

^ EJEMPLO 9-71 Beethoven, Sonata para piano, Op. 533 l.er miovimiento
3
i

I ' (Allegro con trio)

I
I
i
_r

J.
I
I
I7

i
I

ll
322 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 9-71 (continuación)

a)
1

@ 10 9 10 9 10 9 10 9 10 9 10 etc.

^--kk

""'"1'

9 10 10
a ia> »*
10
I
os:

Fa

EáEm2_£> i
_
4-©— 0
-bx>—
~-^f— ^e : -o-
lil! e'tc.
j. a bj 9
7-
' ra
j.
kJ J n
7?
- J
•^ L---—2.2—U
ifK-' I
ifa'A--'.- '
J'l?^ i LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 323
KSsSv.-'1 ' ?

^P^;'. J

¡j|S'-:: | EJEMPLO 9-72 Haydn, Sinfonía núm. 22, l.er movimiento


(Adagio)
'••(*¿
F#=t r_7^—J
zfckrp-i.—^
b-
.—_^—
.
^- ^ ^J ff ,1^^
^ —n
- ,i
,, ^=tH-f T ^ H,^—r—*- f r-
Cuerdas W

-zrs— 1
=9fc-b—
\5^
^
yla<

B—/»—J^-P^
_^¿->- r —«-i»-f 1 —1 —
^*iat^L^
^^^«E^í
f~
" . . fr
b^LU-^-^
9
0

^ff
A
4V
^ r-f—
f\ _JL.- j »
a —SB—1*— j*—»
£—*-£ : F ^ (*— M
.
r
]BKEH__

^
"*•»**

NB Cattibiata
a)
-j^

f iu/,. •
-4-£
^f P^ -^9 p

etc.

6^1' k « V 0
=¿—
? 1r—Jf-—r?^_ f f8-
1
f
1
WF^
^
EJEMPLO 9-73 Mozart, La flauta mágica, núm. 21

(Adagio)

la)
r
± J- -J
>
É> 0 hO í>
l-o

w^'f f f jL
X
/.
etc.

M
•?-
¿

X -44^
í: -VNÉ^ > =£=^4- ^=N^
. 5 " disonancia cubierta
^
324 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

rasgo único de esta combinación consiste en el uso de suspensiones en alterna- En el ejemplo 9-76 vemos una célebre aplicación de esta progresión en e|
ción y entrecruzadas. Ofrecemos unos cuantos ejemplos. Recordare del Réquiem de Mozart. Como en nuestro modelo, el ejemplo 9-75)
Primero vemos un caso de suspensiones en alternación con imitación caracte- la imitación tiene lugar a la segunda superior. Adviértase la bellísima melodía^
rística a la cuarta inferior. En esta progresión —un uso idiomático frecuente del polifónica de la parte del celo. ,-¿
período barroco— el modelo imitativo implica un fondo armónico de quintas as- El ejemplo 9-77 muestra la misma progresión transformada por un cambia
cendentes. En el ejemplo 9-74 estas quintas aparecen rellenadas con pro- de registro. En lugar de suspensiones 2-3 con.las voces cruzadas, aquí vemo|
gresiones de paso semejantes a la tercera especie. Las séptimas en el bajo repre- alternaciones entre progresiones 2-3 y 7-6 sin cruzamiento. í
sentan por supuesto inversiones de segundas ascendentes debidas a la necesidad Para finalizar observemos una imaginativa prolongación de esta idea con!
de conservar un registro grave consistente. trapuntística (ejemplo 9-78). En este caso la progresión se encuentra distribuí!
Las suspensiones entrecruzadas aparecen en su forma más típica cuando un da entre las tres voces, produciendo expresivos clusters disonantes que repre-l
par de voces adyacentes muy próximas presentan una serie 2-3 en alternación. La sentan gráficamente el erotismo del texto. En los tres ejemplos precedentes las;
suspensión aparece por supuesto en la voz más grave de las dos y después de re- voces entrecruzadas se combinaban para producir progresiones ascendentes
solver cruza por encima de la voz originalmente superior y el procedimiento se conjuntas (compárese con el ejemplo 7-17). |
repite en alternación (ej. 9-75').

EJEMPLO 9-74 Bach, Clave bien temperado I, Preludio XXIV

3UL4

-V 1 ~
- —- >- j
^
IJHft J J J-"~piJ—r
,r
~~

V
, "
r.

I—F 1
c h J"—^ j|'i l j f j
¿
_-<»• ^
n
ílij^^
rn4= í^*
o ^
_Z—|—5
<•» —€»
1 1 ^=_l ' .
-e
-^
I LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO

I EJEMPLO 9-75

-e-
etc.

I cr T*
etc.

I etc.

I EJEMPLO 9-76 Mozart, Réquiem, Recordare

I
I
I EJEMPLO 9-77 Bach, Variaciones Goldberg, Var. 6

I ñé*^ p
fe n "
• ^r
9—j
*"]
«SiBBnJKna

*H
—.i ¿
*-ar- ?u_
-
?—£ L-í
C

^dp »—^r-
ti9
• !»••

« ¿_¿
•nB

I —
d^.
=«««.

*—0-
—~~

^r
»— d> o—9
^ few^
—J—
n* *~9i—
— —ft=\=
r^ =1 ... r
9—
*): fl a a itrn *—a
J4^ Ta
*
MX
^i
^
1=±
= du
^
1 - S^Esb^-4—J —|-

I p^=H
y^ r 1
ÍN ,-í^>
fj ^
o
c!
f o—-t> v
o
2 3 7 6 2 3 Y 6 etc. a partir de
-o 0
:4/H"
o
' 'fL
-^ —o—**—
o ° °

I
1
r
326

EJEMPLO 9-11 (continuación)


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

'
Í3£* m

^ -1"^•Jo
—£-1 fJ
BpÉÍSil ^- e°

3 2 3 2 3 etc.

l
2 3 2

~ü 9— o
=£sp$-
—f — ff

EJEMPLO 9-78 Monteverdi, Si ch'io vorrei moriré, Madrigales, Libro 4


1
I
"i
£1
tf
i
AM. ca-r'edol-ce lin - gua I
I
I

i
I W-r;-' '¿-¿
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 327

.j-i ]3JERCICIOS
I pueden prolongar ahora a través de técnicas aprendidas en las especies combinadas.
Adviér-tase el empleo de terceras y décimas paralelas en los ejemplos adjuntados
(combinación de dos segundas especies) y los desplazamientos rítmicos (segunda y

1.- j. 'j
A. EJERCICIOS SECUENCIALES. Los ejercicios secuenciales escritos y
aara el teclado presentados después del capítulo 1, y otros ejercicios similares, se
tercera). Si el alumno quiere, puede emplear progresiones armónicas o decidir evitar-
las conscientemente.

lr 1 'J
EJEMPLO A-l

I .-I
" '¡
i
/&
VM?
—TÍ '• ® 1 ~ ® e „

'J

1 líic-V _ '/

i
•jy o
-p n 5 ^ p o = P e ^^

1T '?
'a'
;|
:1 SOLUCIÓN A-l
1 :) a)
'> b)
1 J J J

1- í\" 5 f í
W
f f l \/
(^ J
O "

r
' ^ O

i r
^•v-r ,.
*^•t *•>"!*
'i
i
'.>í
/: x.
J*
J. J '^
"* í^ o
«i ^ i*
9 m g
^^ ^> 1r *-* 1 11
V" " - ' i ''i
I1~~
<*>.,' A
1 | • i

-.-: :'í
•fr 'I e) •
1_ ^
ÉK: i:-í
fcfé?& -i"
" /5%
~\vn
Jbr [

O
JJ d —y
_2 p
J

^^
—1^1 -
^
1*—f-*
|
/e
f
" J_J
«— W
- 1
J

etc. i | 1 etc,

I lPs
íjXÍS í~f-'-' •-.'.•

illÍ-;' -1
:l
£
6")'
1*
# f" i* i
J—
—iF—

- r —J »—
M=±- •- 'r ' ir •- H"
^ J o
X
rf —1r—' ° .
^
'ví^^í>>' • '•>• u ^ u
( s$$jiÍK-¿:--
J?flSíKÍS¿¿,V"*T-'...
'•'?•
' /-

I
i^^^fe- : •• . y
||ÍÍ¡fe .í'

í .¿'
ilíi
Üi

i
pf rr \.
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO
329

I }¡ r^'" B. ESPECIES COMBINADAS SIN CANTUS FIRMUS. La combinación de


ciertas especies sin el cantas firmus da lugar a posibilidades interesantes de conduc-
Hemos adjuntado unas cuantas soluciones modelo (ejemplos B-l al B-4).
Escríbanse almenes cinco ejercicios adicionales. Los ejercicios que combinen dos

1
ción de las voces. Estos ejercicios suponen también una conveniente introducción a quintas especies deberán contener imitación. Esto conducirá a un estadio más avanza-
* estadios más avanzados de contrapunto a dos voces. Sugerimos las combinaciones si- do de contrapunto imitativo,
guientes:

1. 2 y 4.
2. 3 y 4.
1 3. 5 y 5.

I \ * EJEMPLO B-l

4+2
1

-£ ^r*—^r—]—r—i—i—n—]—rl [Y~
^__—1 1—F—F—w==^—^=^ —^=^—F—1—
x^—~~v ^—
—^

—-.
—.

1-
-'

s
^
r.
, P c. . Y i. -Q =SI

1 _

EJEMPLO B-2

1 i
3+4
,
1
— .
\fy ¿ 0 gj # J J ^ J »

»
!
*
*
||é1 -^ 1 I / ^**r) ^-—•"•*~"~~—

1 (j
I Lt-' tm f^ ^s~i I -^
3rS f^ r ^ ^ ¿ •P-
\~ — L

( * se deriva de la disonancia cubierta

1 1

1
'
EJEMPLO B-3
5+5
-t
ii 1* ¿ ^—O —^1
-$K = ¿ • ¿ j» ^ ^fí ' -
—3m~—
A *w^ 1 —• .

11 t "
1ID
i}):^—c «
' ' ;
f
0
1
1*
1
9
' *
9—i*
LJ '
~^
'
1*—9
LJ
1
f
k
*
-«sJ—
-,9 - £*________

1
:LJ" ^
330 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
i
EJEMPLO B-4 1
^1%

5 +5
/^ ^^ ^
rttr-\r
-69-2-—J-—
-^— w- * ¿
I J
r~l ^T1 |. J J_-
J J ^
rr P> I n^^
r*—'^"^ -^*

i i i i i i 0
1
fjf\ i p
. rn r?
.- •
J
9 J J
J'
fl* ¿ *
1 rJ
i
r&
s~\*
K
1
'9 ^
P
'
C"

1
íí .*-,

r.
^ "^

<.>

.t

f!¡!
Hif
i
I
ilf^*
t£T*
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 331

i*>í >•
~

I
f~
C. EJERCICIOS DE IMITACIÓN. El alumno ya debe encontrarse en condicio-
nes de escribir ejercicios de contrapunto imitativo a tres o más voces. Un buen punto
de partida para tales ejercicios es combinar tres o más voces en quinta especie. Las
también los acordes de paso de tres notas contra una nota mantenida. Al principio el
ejercicio debería confinarse a la imitación de una sola idea melódica.
Se han ofrecido soluciones modelo no necesariamente completas (ejemplos C-l al
voces, por supuesto, comenzarán en momentos diferentes con la misma idea melódica C-3). El lector advertirá, especialmente en el C-3, el empleo de la repetición de moti-
I inicial. La imitación puede darse a cualquier intervalo; y la imitación a diferentes in-
tervalos puede darse en un mismo ejercicio. La imitación por inversión, aumentación,
vos y de notas repetidas, al igual que la articulación de frases y un armazón armónico.
Se recomienda una inclusión gradual de las técnicas de prolongación, puesto que la
y disminución también demostrarán ser de utilidad. Incrementar el número de voces a naturaleza de estos ejercicios es casi compositiva.
más de tres posibilita también la aparición de suspensiones dobles. Pueden utilizarse
I
II
•• EJEMPLO C-l
'•: f\ (i I i i
I i
t¿i ^
i 9 ,-s
xu uw
^•> s
1 1 9 9
I J «r
*
9 P
•> vu 1 rJ Cj
—^
P " e 'J 1
-
1

r
€J ^- 1
'$
'"í ^ -w ^ •~—
P"l tf « ^ —-^
r * r n
¿u y a,
1 4 \ ¿~"^ rj 7 ¡S
r . r1& ,
^ ^ y^s

"i" d 9 r r e J 1 1

i
^
o- #
- r
***
é r - 9 ¿- \.
3
1 1 ^
1 t^7
i | 1 \ i '
4 i 1 •**(
'. í
•'í
'i
•'i ^ —^

i •y
'/
&V
/' 1
.-^ b
**
M ^ ib ff

1— h
e

k-
e J
9 0
o

H—L
ff
r I
a
i* r —í-
11—^—1__, j— ,
0
,
M
H
u

•í EJEMPLO C-2

etc.

etc.
^
etc.
P
EL CONTRAPUNTO EN LA
332
EJEMPLO C-3
~--s
^-—_—i—r y i K í —1
J * J| 7~f-
\
:=» —s 9
N^ p J
g I* f~ —i
^ ^ í
^ r T"f r r f í ,u
-* J .^ "~~^
LjJJ ^ .^ —~-^_
i?
" J. J •^ 1 f—1
9 r—l"
ií i
-fifi
dp—^_
r~f 1
n* 0
,-f- í ^*
„ l-n •muí
4=
¿=^
e ~~~—— — •" H
"- -^
r ^ -&-
rf -t
r rr
_j3B.
J -1 .

i fl
^1 - 0

±±\\»J -íi — -* J j ír
—~P 9 —f
ina. ^
1 1 1 f*— -4 •——
<.> u
==f - •^
II LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 333

I^i.
'!': D. EJERCICIOS DE IMITACIÓN A PARTIR DE LA ELABORACIÓN DE UNA
.1 SERIE DE SUSPENSIONES. En la literatura musical nos encontramos frecuente-
; mente con pasajes de imitación muy cercana cuya conducción de las voces subyacente
J- consiste en una serie de suspensiones. Por supuesto, el efecto imitativo o de canon está
que el alumno debería consultar y relacionar con sus propios trabajos escritos. En
muchos casos es posible y deseable añadir una o más voces a las que se mueven en
imitación; la adición de un bajo es particularmente provechosa. Al efectuar estos ejer-
cicios el alumno no tiene por qué continuar la imitación más allá de los compases ini-

IÉT-'

*
'" conseguido por la similar decoración de la voz con suspensiones y de la voz en la for-
/ ma de «cantus firmus» estable. Los siguientes ejercicios están clasificados por el inter-
.¿valo de la imitación; las referencias al repertorio señalan pasajes imitativos similares
ciales. No obstante, si la imitación se hace de forma continuada dará como resultado
un canon. Se han adjuntado unas cuantas soluciones modelo (no necesariamente com-
pletas).

I:

I •f 1. Imitación a la cuarta superior o quinta inferior. Elabórese la progresión dada


'-.{. para que se transforme en una imitación a la cuarta superior o quinta inferior. Se sugie-
Compárese con el primer movimiento del Cuarteto Op. 1 número 3 de Haydn
(compases 15 y posteriores).
•|re el bajo siguiente.

f
:\O D-l

I 0 o 0 o
J"*»
VM) ° *.> i»
i>
---
.
J \V "

I €Y
-^ JDL
4> ^ 0 ©, O
s/•
0
0

t
: ?: SOLUCIÓN D-i
I
f
f ^ fí fí & 1
a
f? ^
• — V— ^— » —— ir
0
¿ v
^ rft P ^ A
i "" <& ~
b ftt
-^'j r r i i j* * 2£
fí^ rii

Cw ' D r 1 I r i
J

I LT rl etc,
í>'
/• r*.'¿
r1 f 1f Jr
1
f
1
.
* f r --
i* i . .i* 1
1
X r r
I

I
334 ". „
2. Imitación a la tercera inferior o sexta superior. Elabórese la sene de suspen-
Compárese con la número 18 de las Variaciones Gol*** de Bach. Véase la so
c&
¡
r •;":•!

siones dada hasta convertirla en imitación a la tercera o sexta; encuéntrese un bajo


apropiado.
1
&

EJEMPLO D-2

etc.
I
etc.
0
I
7 i

SOLUCIÓN D-2 I

Alia Siciliana
I
Vln.I

I
Vln. II

Cello

P
8!
1.' LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 335

I SOLUCIÓN D-2 (continuación)

I É

I etc.

I etc.

I
3. Imitación a la séptima inferior. El esbozo que aparece debajo puede expandir-
I se en forma imitativa. Este modelo se deriva de suspensiones 7-6; las suspensiones
aparecen transformadas por las quintas desplegadas.

I
I EJEMPLO D-3

I Q -o-
33:
-o- a partir
de X .

7 6 7 6
I
I SOLUCIÓN D-3

I
etc.

I J r u
1
336 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
1
4. Imitación a la quinta superior o cuarta inferior con suspensiones en alterna-
ción. La conducción de las voces que vemos debajo aparece en una combinación de
dos voces en quinta especie; se puede expandir en una construcción imitativa. Como
I
ilustración véase el ejemplo 9-74.
i I

EJEMPLO D-4
I
i !
etc.

'
¡4
I
5. Imitación a la segunda superior o séptima inferior con suspensiones super-
puestas o entrecruzadas. Como en el ejercicio 4, la conducción de las voces está deri-
vada de una combinación de dos voces en quinta especie. Como ilustraciones véanse
los ejemplos 9-76 al 9-78 al igual que la solución D-5.
í
J

i
EJEMPLO D-5

-j
U
3
-O^
! f f
1
^ ~^^

I
2 3 7 6 7 6
etc. etc.
2 3 ^2 3 2 3 I
U-^H
- - —^
^^— -
^=
— 5fs ""
LMÍ.
I

I

I •¡ SOLUCIÓN D-S
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 337

I Imitación canónica en la 2.a superior con bajo


*/ f\-

I o

ii
\

'l
'.i Vln. II
-o-

Cello
i
!m
i
H!
331
í^
-o-
í m
a A

I
i
338 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

E. EJERCICIOS EN IMITACIÓN BASADOS EN SUJETOS DEL REPERTORIO de la tercera. Estos puntos de imitación pueden concebirse en varias combinado s
MUSICAL. El alumno puede intentar ahora escribir realizaciones imitativas a dos, instrumentales o vocales y pueden servir como preparación para estudios posterio g
tres o más voces basadas en motivos o temas tomados del repertorio. Por lo tanto ofre- sobre la Fuga. Desde esta perspectiva, adviértase que algunos de los fragmentos p 67
cemos un buen número de ellos que puedan desarrollarse a partir de una serie de pun- sentan la utilización de la respuesta tonal.
tos de imitación. Hemos indicado la localización de la segunda entrada y en ocasiones

EJEMPLO E-l
soprano Morales
E# ~3 0
—(9— etc. : S •^"^ —y f-
1—1
[- J
H

alto r r tenor etc.


p- -•*• p g
O'J
J J -
-J-
bajo

EJEMPLO E-2
i Senil

Eg^n J J rM-,4
—1 etc. _ J. etc-
"7
1
p
F —P
1 1 1 etc.

EJEMPLO E-3
Willaert

~fm
_J¿ií v
¿-
«J

E9fcS==g,
-
T^—2»—f —*
- 1 J---
: « ^ hJ
—9—!**"!
a J J. X
P * etc.
3=F2== — "==!=—- f P =fc-=f= 1 =:
P^í'41 ' ;•!• LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 339
lflfc.:V '1

I PiSr
S^í,-:^.-; v • .~EJEMPLO
•pt&Uv' !í
i E-4
Palestrina
Jteí*••:•:• 'gfej TÍ ^ o ?

|Btiv;-. -í^
•pr--;y. :ig — •'-^—^r ^
r r r — ir :
"P& :-L^
JteMv: l &
F £F &
p o.
£ etc-
Jífé.-^---. -^: L ^ 1 1 1 1
» aCTrSS/.^Vt"' "*.•!" " ' *

pM," vJ
i§^::. , . ;•?
^^|;;;-- EJEMPLO E-5
|^ff^:\; Teclado , 1 1 i i G. Gabriel!

•g^-tep=^- j i J—*j -1 J J J ^r^= 21 ~ j_


IP^ •••.• :Tffl p ^!/—© * PÍ
r^r r r ! " r r r ' br
1 <u r P m \^C-

^IÍ^- : .
• ¡
Ií$$^:;** -.-'•• '-v^"

Íl^
•íf.í';. ; '.- .-
fj
JEJEMPLOE-6
i
3
EJEMPLO E-7
^£S:í" ' . ? Sweelinck Schein

^ j. .1 j. ,j ^==TlfT^rr:
•^'•-- í
te- -^7- i | \^
A

fr^ i-r-1 r—j 1 1 n

p, ¡í r r r ^rr b r r etc-
fe":' { >/•(!• ==1 r^-:
|tM 1 L£D
"life
m^.-;;.: ; i1
| <M:-}.--..'
&'í: ¿.-ú
t''i
W ¡
Í ^v.:;- - ?
^fl-. V:" ' EJEMPLO E-S
S^ii;.; • • );
|"?áí'-?:.- • • •• > - /
R.;-: í Purcell
^•PV;. v : í /«! f.^
íSv¿'"'-' •- ¿—y —7~7 "~~1 ^ t~^ 1 1 1

m w ° ' J r ' r J Ji¡J J i ¿ !=ftEi


•^•^ í
fifej-.,. -.

F 1
""•
-,~ ri n f ' \ o 1

mj^: i i
P^' -
• ~ $í
Jm'
340 EL CONTRAPUNtO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO E-9 EJEMPLO E-10


Puxcell
¿f \h a« O

T r r—
1 etc.
. o —_ e
L-^f
- b ^
/
r
1
-^-^7TÍ
1 1 .-L^ i1 —_ -U

EJEMPLO E-ll
Caldara
^-^ i—]=* =t= :
J i *r ^ J
tt
—o>
U Lr
_^Lfi J

J- ,
' etc.
-í^ ^d 1
dg _.
— I _J—(!_i^—U

EJEMPLO E-12
Handel
"TJ n —
f
E^h Y -b—
—f^^—-:
t

9
tn »—
«- )
^ r Í- (T
etc.
—ín

? 2=3pn=
^

EJEMPLO E-13
Bach
i i j. „ 7_ «^PF
—757 "
:=¿4-^ =^ rr^ r^=J ~
r 1 —u
LA COMBINACIÓN DE ESPECIES; CONTRAPUNTO IMITATIVO 341

EJEMPLO E-14
Bach

EJEMPLO E-15
C, P. E, Bach

Flauta

Violín

EJEMPLO E-16
Haydn
J^—- — -"
— fj- r~ 1 —= 9 1 ?—«— r°—fi etc.
-ty- [7 ' '11
"i O
\-d i fao 1LcJ
_ « #
^
-=4= i—y*—- ^=H

EJEMPLO E-17
Mendelssohn

afe etc.
342 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO E-1S
(Andante) Chopin

pdf - 1 r
1~
-a£
t=^i
a
j
r
-^ ~

J— ^t:—!--—-. 4* ~~~--. J J
~¿C /^~~?~ flj ^^ —^^ &
i* ,iti» i» ^&"r • -0r v)
^ ^

^ ~f~ ü
ua
"1— U «>
61
~1^~
* i» ü^ L ,
*f A
a
. Js ^^.
~^
V X
J>—1 1=¿ — .__JLJ— 1— J ^ V
«y H —pp— -4p ~n*—f
L l-uJ —T- ~=ü — —f "

EJEMPLO E^19

Allegro Eossini
Lj , ,
j ' -
79 «J

1
~W~' —^~
. J .
: «
1 1 .
P3

F^-J r r r f ' i 1

i
&

, 1
^--
') nr^i —i—?—¡rn-j0—hj
i H*
J o
» r
,..
.
é>* Q
•)• i < X
'

i—y —i f"^ f~~ • --1,


/L h " ^ ' f**r —jS) Vw ,í) u_

-Sp— f—^ u
-n ^
etc.
^ '
1
^p " -j —< LJ_ jL.U_J
^ . I J |
—h~
-jj_.
-f=4- BJ

—¿-
I— <5 * Lp é d•—_^^ —J-J-d
etc

EJEMPLO E-20

etc.
I
I 10. Las técnicas de conducción de las voces
desde una perspectiva histórica (ca. 1450-ca. 1900)


f ¿i
;f En este capítulo final vamos a intentar mostrar una variedad de técnicas de
•¡conducción de las voces tal y como aparecen en obras alrededor de 1450-
•X1900. A diferencia de los capítulos precedentes, organizados en base a proce-
•fiimientos específicos, este se ha organizado en base a una secuencia histórica
Aproximada. Esperamos mostrar de este modo cómo algunas de las técnicas de
BINCHOIS: CHANSON, ADIEU M'AMOUR

Este bellísimo Rondeau (ejemplo 10-1) es un ejemplo excelente de la


polifonía de principios del Renacimiento. La armadura2 parcial es característi-
ca de este período y conduce a la relación cruzada del compás 2 y a la'intere-
Nía conducción de las voces pueden estar contenidas en personalidades estilís- sante cadencia de los compases 9-10. El modo es por supuesto el lidio; el fre-
; lie as diferentes y contrastantes. A excepción de los corales, los ejemplos ante- cuente empleo del Si bemol hace de éste a tal efecto un jónico transportado. El
1 llores sólo mostraban pasajes o secciones. Continuaremos presentando este superius (parte superior) posee el perfil melódico más distintivo. Sin embargo,
•lipo de ejemplos, aunque ahora nos será posible añadir también un buen mime- las voces inferiores muestran una considerable integridad y vida melódicas;
•fo de análisis de composiciones completas a través de los cuales el lector será ambas participan activamente en la conducción de las voces. En realidad la
•éapaz de observar las funciones que desempeña el contrapunto dentro del ám- conducción de las voces es el resultado de la cooperación entre el tenor y el
'|ito de una composición completa (o una sección de extensión considerable). contratenor. En el gráfico las líneas del contratenor aparecen conectadas por
;.Una vez hecho esto será capaz de relacionar el detalle con la totalidad del teji- barras.
;'|o musical —ciertamente la meta de toda actividad teórica seria. La referencia a los gráficos indicará que los puntos estructurales estables
•&*>
•f Si el lector ha procedido cuidadosamente en las secciones previas de este se sirven principalmente de consonancias perfectas. Sin embargo, el cuerpo
•libro no debería tener ningún problema en comprender los distintos símbolos principal de la textura de la conducción de las voces hace un bellísimo y ca-

t 'empleados en los gráficos analíticos. Debe hacerse hincapié en que el núcleo


:¿le los análisis recae en el gráfico más que en el comentario. Por lo tanto sólo
Emplearemos la palabra escrita para señalar algunos rasgos salientes de los
•análisis. La mayoría de las obras aquí analizadas pertenecen o bien al reperto-
•¿io común o bien pueden encontrarse en antologías de fácil acceso; por lo tan-
racterístico uso de las consonancias imperfectas, especialmente de las sextas.
El tratamiento de la disonancia se caracteriza por una'sutileza e imaginación
considerables. Los desplazamientos rítmicos indicados en los gráficos por lí-
neas diagonales entre las voces son particularmente dignos de mención. El lec-
tor debería advertir los interesantes efectos producidos por la anticipación y
•fo nos hemos abstenido de citar la partitura exceptuando aquellos casos en los retardación de ciertas notas. (El uso extensivo del desplazamiento comienza

I !^ue el fragmento o la partitura en cuestión fuesen difíciles de localizar. La


jíiúsica de los ejemplos 10-1, 10-2 y 10-5 puede encontrarse en Cari Parrish y
;í"ohn F. OhlMasterpieces befare 1750 (Nueva York, 1951); véanse las páginas
con el ars nova del siglo xiv.)
El control rítmico de la disonancia es característico de la polifonía rena-
centista; el lector podrá observar que las notas disonantes son de corta dura-

I
4;8, 51 y 86. La música de los ejemplos 10-3, 10-6, 10-7 y 10-8 aparece en ción (en esta pieza la más prolongada es la mínima, aquí representada por la
•Jjjchibald T. Davidson y Wilii Apel Histoñcal Anthology of'Music, 2 vols., negra). En contraste con gran parte de la escritura del siglo xvi las disonancias
j|evised Edition (Cambridge, 1949 y 1950); véanse las páginas 92, 163 y 206 aparecen en ocasiones en los pulsos fuertes. En esta pieza la explotación de
'fel volumen I y la página 144 del volumen II.1 relaciones armónicas al igual que contrapuntísticas es bastante obvia. Adviér-

í ' r ' Considerando que para el lector en castellano, todo lo que se refiere al acceso a .las obras
aiitiguas (que van a suponer aquí los siete primeros análisis) no resulta nada fácil, como tampoco
l(?ces el acceso a esas antologías referidas, hemos decidido incluir en esta traducción, como anexo
a este capítulo, la partitura musical de esas obras o fragmentos específicos que se ha creído de una
dificultad mayor de localización. (N. del director de la colección.)
2 Las dos partes inferiores (tenor y contratenor) tienen distinta armadura que el superius (o
cantus). (N. del director.)
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EL
344

EJEMPLO 10-1

i •*

I
I

'E:
ÍW:
• ? ' -•
-i LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE
UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CVi. 1900) 345
';
•f se no obstante que la cadencia final —en una manera característica de los
' primeros estadios de la influencia armónica— superpone el Y del contratenor Ockeghem de las posibilidades del sistema de notación mensural, véase Reese,
$pbre la típica cadencia contrapuntística 6-8 del tenor y el superius Music in the Renaissance, páginas 133-135.3 Nuestro interés de ahora se cen-
tra más bien en la manera en que este compositor es capaz de conseguir una
textura musical coherente y fluida: tanto es así que el oyente puede satisfacer-
: SANCTUS DE LA MISSA PROLATIONUM se de la audición sin siquiera saber que la imitación está teniendo lugar a una
'-/ escala tan amplia.
;{ La primera sección del Sanctus de la Missa Prolationwn de Ockeghem El lector atento advertirá que se han asignado diferentes sentidos estructu-
_(.ej. 10-2) lleva el sobrenombre Fuga pausarum ascendo per sextam Después rales a pasajes homólogos; en realidad se puede afirmar que, como norma ge-
•cfc los silencios el superius y el tenor imitan en canon al contratenor y al balo neral, las exposiciones transportadas de un sujeto o nuevas relaciones contra-
a|la sexta superior. Para una explicación sobre el ingenioso uso que hace
3 Gustave Reese, Music in the Renaissance, Nueva York, W. W. Norton, 1954.

J^rCa?--'-----

EJEMPLO 10-1 (continuación)


346 EL CONTRAPUNTO EN LA. COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-1 (continuación)
V I
c) Cadencias decoradas (véase el c. 2)
ant,
pl se
convierte B convierte
en en
I
I LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 347

I ifpuntísticas en composiciones en canon y fugadas adquieren un sentido musical


Indiferente, y se han de escuchar y entender de formas distintas. Una «consisten-
algunos casos similares de adaptación mutua entre las voces e indicará el ad-
mirable grado de maestría mostrado por este compositor. Adviértase particu-

I
!¿cia» mecánica puede contradecir' todo el sentido artístico de una composición. larmente la evidencia de planificación a gran escala. Mientras que la sonoridad
;);Un ejemplo oportuno es la sección que comienza con el compás 13; aquí dos de tónica sólo se insinúa dentro de la dominante introductora (compases 1-4),
•i-nuevos contrapuntos hacen su aparición en el contratenor y en el bajo, mien- aparece perfilada claramente desde los compases 4-7. A partir de ahí un arpe-
• |tras que el superius y el tenor presentan la respuesta en canon a la sexta de la gio en el bajo, Fa-La-Do-Fa, otorga a Ockeghem la oportunidad de llevar a

I i ¿realización anterior a dos voces del contratenor y del bajo. El sentido estructu-
•!:|ral de la realización original cambia drásticamente, puesto que ahora la reali-
;¿zación de respuestas en canofa aparece en conjunción con las otras dos voces.
cabo fascinantes desarrollos tonales (véase el gráfico ¿>). La progresión Fa-La,
expresada como una sexta descendente, es en sí misma prolongada por un ar-
pegio interno, Fa-Do-La, por lo que la prolongación de Do sugiere el impor-

I •^Mientras que, por ejemplo, el Mi del contratenor en el compás 4 es claramente


•luna nota de adorno, el Do correspondiente en el 16 es, como preparación del
•|Do estructural del 19, una nota de un orden estructural más elevado. Esta in-
tante La al moverse una sexta hacia esta nota. Esto le da a la prolongación de
Do el efecto de oscilar entre estas dos sonoridades. Todas las dudas quedan
aclaradas cuando las cuatro voces entonan el acorde de La en el compás 13.

I
/|terpretación distinta de la conducción de las voces no está condicionada sólo Esto completa el primer segmento de la extensa arpegiación Fa-La-Do-Fa. El
!|por el movimiento terminante del bajo hacia Do, sino también por la siguiente- movimiento de La a Do aparece prolongado de nuevo por una arpegiación in-
[•¿prolongación de la sonoridad de Do en los compases 16 y 17 que preparan la terna: La-Fa (expresada como sexta ascendente)-Do, compases 14-16. La do-
;|entrada de la tónica estructural con el Do como nota de la voz superior (com- minante en los compases 16-17 con el Do como voz superior conduce inexora-

f •fpases 16-19). En estos cambios de interpretación de la conducción de las vo-


.¿ces el nuevo bajo es por supuesto un elemento absolutamente decisivo. Lo que
ifactuaba como bajo en los primeros doce compases es ahora la voz interior;
;¿esto repercute sobre toda la conducción de las voces. Con todo, esta voz media
blemente a la tónica del compás 19, que sirve como conclusión a la
arpegiación que dio comienzo en el compás 4. Las cuartas descendentes del
superius en los compases 22-23 son movimientos hacia la voz interior mien-
tras el Do actúa como la nota retenida estructuralmente. El descenso final
•fpor sí misma es todavía capaz de expresar su individualidad. Destacada aten- omite el Si bemol y el Sol, una alusión a los movimientos arpegiados anterior-
•fción merece también el La grave del bajo del compás 9, que sustituye a un mente. Obsérvese, no obstante, el bellísimo contrapunto efectuado por el te-
•Desperado Fa; esta nota se convierte en un Fa estructuralmente necesario en la nor, que en los compases 21-25 imita y elabora el curso de la voz superior.
ifimitación en canon (compás 21); el compás 21, uno de los compases culmi- Éste presenta una quinta descendente por grados conjuntos que compensa y,
¡|nantes de esta sección, pide la tónica. El La del compás 9, aunque inesperado, por así decirlo, rellena el movimiento de acorde perfilado del superius. En la

i
;i»está sirviendo un propósito compositivo: preparar la cadencia en La, compa- polifonía renacentista, con mayor frecuencia que en la música posterior, las
;|ses 12-13. voces aparte de la más alta participan de forma característica en la expresión
•\n estudio detenido de esta pieza y de los gráficos pondrá de manifiesto de la estructura melódica fundamental (véase también el ejemplo anterior).

\
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
348
EJEMPLO 10-2
a)
7.J1
hacia La, es. 12-13
ia Do es. 16-17 y Fa es. 18-19
hacia
&. LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/i. 1900) 349

I EJEMPLO 10-2 (continuación)

-4a-

f "' írr^ r r
\
r r r
6 5 6 5 8 10 8 6 7 6
i
P
350 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-2 (continuación)

I
I
I
1
p

JOSQUIN: TU PAUPERUM REFUGTUM y 34-69. El análisis estructural pone de manifiesto que la segunda sección esr
una imaginativa variación de la primera. Cada sección se divide en cinco fra-r
El ejemplo 10-3 analiza la segunda parte de un motete que generalmente ses: los compases 1-5 corresponden a los 34-37; los 6-11, a los 38-46; losf-
se le atribuye a Josquin y que sin lugar a dudas representa la obra de un gran 11-20, a los 46-56; los 20-27, a los 56-60; y los 27-33, a los 60-69. Presenta-f •
maestro. Esta secunda pars forma una totalidad inteligible y autónoma, y pue- mos un gráfico del primer plano de la obra en su totalidad y un gráfico del|'
de examinarse por separado. Consta de dos extensas secciones, compases 1-33 plano medio de la primera sección. í;
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-O4. 1900) 351

{COMPASES 1-5 = 34-37 de la primera sección, el final «provisional», y la realización completa a cuatro
voces con la que concluye esta obra. La segunda sección, como expresión de
*m- I La relación entre las dos frases es obvia por el gráfico y no requiere co- inquietud: Ne unquam obdormiat in ¡norte anima mea, introduce un nuevo
¿ mentarlo alguno. motivo (compás 60) que aparece en imitación primero a la sexta y luego (con
cambios) a la cuarta, para que el Do de adorno también aparezca en la voz
superior. Además, otra desviación del primer final, el superius, aparece ahora
\S 6-11 = 38-46 como voz superior estructural, restableciendo así el registro inicial de la com-
"i posición. En una corta coda el alto aparece como una expresiva reminiscencia
•£ El principal acontecimiento melódico de los compases 6-11, la progresión del movimiento de bordadura inicial Si-Do-Si de la voz interior, lograda por
•i-Sol-Do-Si-La, aparece expandido en la variación de seis a nueve compases, medio de un motivo que se repite varias veces en la voz inferior a partir del
/jAdemás, dentro de la prolongación de la tónica aparece una anticipación del compás 44.
Í ft? con una cuarta descendente y una bordaclura en la voz superior. La mayoría de las ideas melódicas remiten a los primeros cuatro compa-
ses. Adviértase particularmente el empleo de la figura de adorno Sol-Do-Si-
íütif La-Sol. La cuarta descendente que cierra esta figura impregna la obra en su
w<
I H
f'j*-.-".'-' ,
trj'-jy-
^COMPASES 11-20 = 46-56
''í
' í

'.í El contenido melódico de los compases 11-20 configura una sexta clescen-
totalidad, y aparece en un número variado de configuraciones melódicas y rít-
micas. Por tanto las técnicas de variación sirven como base del tratamiento del
detalle al igual que del diseño total.
!¿dente, Do-Mi. Los compases coiTespondientes de la segunda sección tratan Esta pieza es un destacado ejemplo del uso polifónico del modo frigio.
;fpor supuesto con la misma progresión, la sexta descendente. En la primera Este modo, al contar con una quinta disminuida sobre Si, es incapaz de gene-
•f sección la sexta está subdividida en una cuarta y una tercera; la cuarta deriva rar una dominante armónica a menos que se eleve el Fa a Fa sostenido; por
-jpor supuesto de la voz superior de los compases 3-5. En la variación Josquin supuesto, esto le privaría de su rasgo más característico. En ambas secciones
•j-insiste sobre este motivo de cuarta antes de presentar la sexta descendente. Josquin sustenta la nota de la voz superior estructural Fa con Re en el bajo,
• ¿Adviértase además que la sexta muestra cuartas de prolongación en el curso de generando por tanto la típica progresión contrapuntística-modal I-VBU -1. El uso
!¿su descenso. El gráfico c presenta una explicación detallada del contenido frecuente de la subdominante es también característico de las composiciones

I íide los compases 50-56. La progresión mostrada es ahora bien conocida por el
;|lector (v. cap. 7, pp. 167-169).
en el modo Frieio.

ISAAC: ASPERGES ME DOMINE DEL CORALIS CONSTANTINUS


ACOMPASES 20-27 = 56-60
') Comparado con la densidad de textura del ejemplo de Ockeghem este frag-
\l Los contornos irregulares de la realización a dos voces de los compa- mento del CHoralis Consíantmus de Heinrich Isaac (ejemplo 10-4) muestra un
•i;ses 21-27, posiblemente una expresión de las palabras «vía del error» (vía alto grado de transparencia y ligereza. Esta obra data de principios del siglo xvi y
•jeiraníiLim'), perfilan una sexta ascendente seguida de una cuarta descendente. es típica de este período en cuanto a su realización imitativa. La estructura consi-
• psta clase de realización no hubiera sido apropiada para la intensa súplica de derada en su totalidad muestra, sin embargo, rasgos que se remontan a siglos atrás
!4a frase final del texto, por lo que el ascenso gradual de sexta en la variación se en la Edad Media. Nos referimos específicamente a la estructura de cuarta ascen-
,/reduce drásticamente a un solo salto, compases 56-57. La cuarta descendente dente de la voz superior, Re-Do-Si bemol-La. Esta línea surge de la sonoridad f ,
;J§e nos ofrece como contraste en una amplia realización que abarca cuatro la forma del acorde básico de la Edad Media y el antecesor de la tríada. Este des-
m<:-
JSas?!-* •'.:••
•ícompases. censo de la voz superior tiene como contrapunto una progresión Re-La-Sol-Re en
Éá¥5íí-í el bajo. El consecuente uso de la dominante (como acorde menor) seguido de una
subdominante es característico de la era modal, y es una de las muchas
j»-:, -COMPASES 27-33 = 60-69 progresiones idiomáticas de la tonalidad contrapuntístico-modal. Puesto que la
función principal de estos acordes es la de sustentar la progresión de la voz supe-
^
;¿: Si se comparan ios grupos de compases de cada sección se puede ver que rior, hemos empleado el término general CE en lugar de Acl o B, que indican fun-
• ''Al compositor hace una distinción muy precisa entre la realización a dos voces ciones contrapuntísticas específicas.
352 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-3
I
I
X I

a)
I
I
I
I

I
*
¡
flI

LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 353

•JEJEMPLO 10-3 (continuación)


£5?

|
6.a

rr r r
i J_ JJ
I si
~^v~
ni V
:f L!
de Ad
IV
?;/^í

I
i
r

B B B

B
l*í VII
354 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-3 (continuación)
40)
raa A -j
10 10
fL_*X ...»r f
JU ^•__ ¡Ct_
¿xr^i
Acl
IV
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA, 1450-C/l. 1900) 355

;| EJEMPLO 10-3 (continuación)


EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
356
EJEMPLO 10-3 (continuación)
i!
8!

lfr£i

LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA, 1900)
357
EJEMPLO 10-3 (continuación)
358 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

\a imposibilidad
Las ligaduras y corchetes en el gráfico a señalan las dos configuraciones
motívicas principales. Adviértase cómo la imitación, tanto aquí como en otros
ejemplos, se encuentra al servicio de la prolongación del acorde y resulta de
contrapuntísticos (v. ej. 10-5), puesto que la pieza en su totalidad está basada.?
en un armazón armónico I-IV-V-I a gran escala. Los compases 14-31 están\e basados e
I
un amplio despliegue de la tónica Re menor y su acorde de Sol subsidiario.
Adviértase el cambio de textura cuando aparece el acorde de La (compás 12),
estructuralmente importante, y la consecuente implicación de un agrupamiento
por un V estructural de tan sólo un compás de duración. El resultante énfasis {
sobre el IV en esta pieza mixolidia es característico del concepto modal de^
I
rítmico temario, organización tonal.
I
"\s elementos m

nombre a la Misa (Líber usualis, página 1214). El gráfico indica el libre uso>. 1•
PALESTRINA: AGNUS I DE LA MISSA VENI SPONSA CHRISTI de imitación; sólo el soprano introduce la significativa nota de prolongación?;

Las composiciones de Palestina se consideran a menudo como el epítome


Mi bemol del compás 5 (que no aparece en el canto) que después desempeña! •
un papel tan expresivo (compases 26-30). Es también el soprano el que en los|-
I
de la escritura contrapuntística. Sin discutir en modo alguno su maestría en el compases 8-12 anticipa la quinta descendente estructural de la pieza entera. Eli'
contrapunto exponemos aquí un ejemplo que, como muchos otros, demuestra alto y el bajo imitan los cuatro primeros compases del soprano, pero en con-*;
I
i
I
I
EJEMPLO 10-4 Isaac, Choralis Constantinus, Asperges me Domine Ir,

""M
V a
'.I
A-sper-ges me

J[ n I
^cy I
'-.*;.
s -V5.
\ffy —i-4 3,, í ';
la

r ^-r-
j. i 3 [ *_ ¿ -,
(ft
i
-» íT^" ——
íi
o"
EB |g
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900)
I 359
II
I
I
if EJEMPLO 10-4 (continuación)
-^ ¿ E- J J I
L-=;=—¿ J J ^""" 1^-
« * cJ« J- ^^
Jfi! 1 £__ JK
«j r r (r9\ f i ' *
r i r ^-^
.
i r^T**! ±r1 Is r*"°i i > i
¿ ij. -*r il 1 J
~z~s i* » P -&. ! jg.k
* . - ^
_0 n . . ... .. Q
/' U I ... -
1 .. ' 1 1
K
í "TiTTr—
'UTÍ
V-L/
J n
"'
X—^
j ^— — . — r "
9 ^ j
f'J* J
.« o1
% *
»
T^ * f¿
r.,
Jf ^>
o
1 N i
s —^ Ct
1
i
^ J• J. 2_
P ¡i Jn i i €>
o j- ^ J O
-21^—1 6—•
\ 1
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

360

EJEMPLO 10-4 (continuación)

&&£#^áfc

jk" '. *p
•?*:•'*: lii&l
:|.v ,^
:f :•-•

i
I
I
IV
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA, 1450-OL 1900) 361

^JEMPLO 10-4 (continuación)

Ble

rr:
U •J Ble
JL

B B
Ad P
CE
IV

traste con él comienzan y finalizan en la misma nota. El tenor presenta sólo un primeros doce compases no cuentan siquiera con una sola cadencia; el movi-
fragmento y continúa libremente. Los corchetes en el gráfico c señalan la sección miento hacia el Si bemol del compás 14 aparece diluido por la entrada del
d£la melodía empleada por las cuatro voces. Como en ejemplos anteriores, la soprano del compás 13 antes de la resolución de la suspensión 4-3 y de la lle-
textura imitativa se utiliza para prolongar varios acordes contrapimtísticamente. gada del Si bemol en el bajo.
Estas sonoridades se despliegan progresivamente en lugar de exponerse de una Como es ya habitual, el gráfico a expone la conducción de las voces en
vó;z. Adviértase la relación temática entre los compases iniciales y el «Miserere», detalle. En él se presentan también íncipits de las tres ideas melódicas princi-
compases 19 y siguientes, pales tal como se encuentran en el canto. Los corchetes indican citas comple-
•f; El lector debe observar la ausencia de articulaciones muy marcadas. Los tas o incompletas de estas ideas.
362 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5

quam tibi Dominus


hacia Sit es. 23, 31
[Í5

Si

I
*?•
I?:
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/i. 1900)
363
EJEMPLO 10-5 (continuación)

ccipe coronam

1
i
364 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)

i!
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-O4. 1900) 365
EJEMPLO 10-5 (continuación)
!
I
I
366 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)

c) Esta prolongación aparece

a
Soprano sólo en el soprano
l i , 1 P80^ j ^ l
p P —p j9 v P V—p^—j J J 9 * J 1
Lf ¡ 1_| 1 [_jU -t=- ^r~ ^^
«J

Alto

j.rj j J '

Tenor ' ^ -. - '


¿\ i.
-p- „ P- r- i»- f- -I*- i»- « ^ n - ^ - * ^
fej' • i> r i | i l l _
(9
,../ h i i "-«at»
1 ' ^.

(sólo un fragmento) (libre)

3ajo r 1
^—-— x-~— •~^ •~->
1|

5 n
r r i
— 1 p- -— —
) —(^
r i i* * * m 9 1 1* 9

^L!¿—i ¡ ~\J 1 P— I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/i. 1900) 367

'4 VICTORIA: O vos OMNES Esta obra, como indica el diagrama, se divide en dos secciones principales,
* *?-
cada una de las cuales se divide a su vez en dos subseccion.es. Las subseccio-
');. Esta espléndida construcción sobre las palabras de Jeremías (Lamentacio- nes b y b' tienen en esencia la misma música y están construidas sobre las
:| nes 1:12) apareció en 1572 (v. ej. 10-6). mismas palabras.
La referencia a los gráficos pondrá de manifiesto el carácter eminentemen-
•i A O vos omnes te lineal de la conducción de las voces. La idea melódica más importante la
,'£ qui transitis per viam subsección a (compases 1-16) expone primero el tenor; éste no sólo da comienzo a la composición, sino que
;I attendite, et videte su línea posee el perfil rítmico y melódico más prominente. Adviértase que la
melodía del tenor aparece de forma variada, pero con el salto característico al
si est dolor similis subsección b (compases 17-33) Fa estructural en el soprano de los compases 34 y siguientes justo al principio
sicut dolor meus de la segunda sección formal. Esta nueva presentación de la idea inicial del
tenor en el registro más agudo posible forma el climax de esta composición,
motiva el consiguiente descenso estructural y coincide deliberadamente con
Attendite universi populi subsección c (compases 34-51) las palabras culminantes Attendite universi populi, etc. Mientras que ambas
et videte dolorem raeum subsecciones de la primera parte finalizaban en el Y, la subsección correspon-
diente de la segunda parte presenta el final estructural de la pieza; lo que sigue
si est dolor similis subsección b' (compases 52-68) es una repetición de los compases 17-33 con el final alterado. Adviértase el
sicut dolor meus cambio de significado y de cualidad expresiva de esta subsección cuando vtiel-

i
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
368
EJEMPLO 10-6
I ¿i
V
^\. TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 145Q-CA. 369
1900)

EJEMPLO 10-6 (continuación)


370 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-6 (continuación)

B
i,

I
I
"Y
V I
I
I
w
1 I
I
I
I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C4. 1900)
371

I •- EJEMPLO 10-6 (continuación)

I
I
I
I
•Z

I
I
372 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-6 (continuación)

I
I
I
I
V V
I
i
I
I

•EJEMPLO 10-7
I
I LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-O4. 1900) 373

i A¿| a aparecer después del lamento del soprano y del descenso estructural en el
registro agudo. Ahora el proceso de escucha es diferente e incluso las mismas
¿otas muestran una cambio de función puesto que la historia principal ya ha
con un movimiento de la voz superior de La a Do y de nuevo a La. La segunda
sección impulsa la voz superior hasta Mi, compás 23 (que actuará posterior-
mente como nota estructural). Este Mi actúa como nota de adorno entre los
dos Do sustentados por una dominante de prolongación. La tercera sección

i sitio contada. El efecto de los compases 52-68 por lo tanto es como el de una
coda. Hemos incluido estos compases sólo en el gráfico b. —después del acorde de adorno de Do mayor— se mueve de nuevo al Mi so-
bre el V del compás 40 y, con un notable paralelismo con la segunda sección,
repite de forma variada la sexta descendente Mi-Sol sostenido. Pero entonces

i CÍBBONS: PAVANA LORD S ALISE URY


Las tres secciones de esta obra (véase el ejemplo 10-7) podrían parecer en
por medio de un rápido ascenso se llega al Mi por tercera vez, aunque ahora lo
hace sobre el I (compás 48), y la progresión estructural emprende su curso si-
guiendo una prolongación del V que lleva al Mi a la octava inferior (véase el

l u|a pimera escucha más bien inconexas. Sin embargo, están admirablemente
bien conectadas y se recomienda al lector que se concentre primero en el grá-
fico b, que ofrece una orientación general. La primera sección prolonga el I
gráfico a).
La progresión estructural muestra una increíble y maravillosa distribución
de las voces. Al comparar la realización de Gibbons con el final del gráfico a

i
5

EJEMPLO 10-7 (continuación)


I

I
374 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-7 (continuación)

hacia Mi, c. 40

I
Ad
deV I
j
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 375

EJEMPLO 10-7 (continuación)

¿-«... g
s
TT
¿^
lK , j*.

rrr 5 10 5 10

L-L I
^
- -í!
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
376

EJEMPLO 10-7 (continuación)

J
__ ,
J ,
J.
JE_ ¿EE¿
rr T "Or Lf«f
s
IV
V
r.tf

v i
j ;| EJEMPLO 10-7 (continuación)
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA.
1900) 377

!-•

I
I
I
378
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

actividades de preparación, generadoras de tensión y al mismo tiempo de de>


i
nos daremos cuenta de que el gráfico muestra la disposición «normal» de las
voces, que hubiera supuesto el tenor de Gibbons como voz superior y la voz
superior real como tenor, finalizando en Do sostenido. En el compás 53 tiene
mora, reciben nn significado adicional. \'.
Al estudiar el gráfico deberíamos damos cuenta del penetrante empleo ($é
la imitación en el primer plano musical, Los distintos corchetes ofrecen i\r|á i!
lugar un intercambio de voces que vela el descenso estructural que sirve de
base a estos compases, y permite a la tercera mayor aparecer de nn modo pro-
minente.
La pieza en su totalidad se caracteriza por tanto por nn ascenso muy gra-
clara indicación de esta técnica.
Gibbons es también un maestro de la intensificación del movimiento ppr
'1;

medio de la introducción de intervalos sucesivamente mayores. Esto puede obslr-


varse especialmente al comienzo de las secciones 2 y 3 (véase el gráfico |).
i
dual al Mi estructural (compás 48); las dos primeras secciones preparan y se
ocupan de puntos importantes de este ascenso y de la estructura tonal como un
todo. Mucha de la tensión interior se crea por el hecho de que el Do de la voz PURCELL: EL LAMENTO DE DIDO
•5.
•^'
\\
i
I
superior, alcanzado y estructuralmente retenido desde los compases 5-10, se
retoma y continúa hasta el Mi en los compases 47-48. Una vez que esta «inte-
rrupción» del ascenso hacia la nota estructural Mi (La Si Do Do Re Mi) ha
En El lamento de Dido (véase el ejemplo 10-8), como en bastantes oüfós
números de Dido y Aeneas, Purcell emplea su procedimiento favorito fel'<
i
sido asimilada, los procesos que intervienen dentro del Y prolongado con sus

i
i
I
1!

l
EJEMPLO 10-8

i
i
i
m i
I
I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE 'UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/l. 1900)
379

! .

í
•EJEMPLO 10-8 (continuación)
•-*3T
"d
380 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

I
I
i
Goda
I
i
f—é
I
t-_ JL
I
V
.7
v i I
I
I LAS .TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA. PIISTÓRICA (c/\ 1450-C/i.

I
1900)
381
•í; EJEMPLO 10-8 (continuación)

;? b) es. 5-
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
382
ñores conduciendo a una exposición culminante en los primeros violones, co
basso ostinato. El lamento está precedido de un recitativo que anticipa el des-
menzando en el Sol agudo (compás 38). Los movimientos desde y hacia
censo cromático de ese bajo repetido. La progresión del bajo dura cinco com-
pases, comenzando en anacrusa y finalizando en tiempo fuerte. Para prevenir ya fueron presagiados en la parte vocal (compases 31-33).
un diseño excesivamente segmentado Purcell hace que las voces superiores
sobrepasen las articulaciones del bajo en algunos puntos. Véase en particular
el compás 13, donde la línea vocal se acerca a un final de frase en el medio de BACH: Dos FRAGMENTOS DE OBRAS PARA VIOLÍN Y CELO SOLOS
una progresión del bajo. El descenso de la voz superior desde Re está anticipa-
Como suplemento a nuestros anteriores ejemplos de J. S. Bach, presan
do por la línea del segundo violín que comienza en el compás 5, originando así
tamos ahora dos fragmentos de sus obras para violín y celo solos (ejem
todavía otra superposición de frases. Préstese particular atención al postludio
píos 10-9 y 10-10). Para entenderlos debemos ser capaces de escuchar el fon
orquestal en el cual el descenso del bajo aparece imitado por las voces supe-

EJEMPLO 10-9 Bach, Partita para violín núm. 1, Double del Courante

á Presio

II f
'IjS

I
1 fl
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 383

EJEMPLO 10-9 (continuación)

B
(v)

b)
contracción
a partir de

(V) V V
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
384

EJEMPLO 10-10 Bach, Suite para celo núm. 3, Preludio

9 1 0

1
Él
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C4. 1900) 385

"P*
I
,i
:%-#í
5Ü5?
•EJEMPLO 10-10 (continuación)

«&?v.-

I
~¿¿vr,

m
&&

1
'&?-?;'
f
M^
Í77
J— N
-^^A
• '-^-X
jfl^—» -.j——-/^~* i
i*
d
• ^ 1 Jrr—
*—\/i>
-V 1

^TT^^^:
•*_ V /jC1!

fu
J.A/_I

* *

MS=:;_
¿?

r
^—^

fr
Jf; 5) 6
J V I V í
_l
¡?&é
SKI
^í¡

I
Ü
f>^Y¿
t<_yS*;''¿
w 1
I ! 10 I 10 J
— -^^-^\ 3 p7£g
\

~^
^^—a=
1
2—F ¿ fi» ¿~

' G ^^=Z^Q^:=== §S ñ^zt


^^^^^^^^^^^^^
1 G ^ ^ "^^^^^^^
•-«
Tfí
—L
v

I
i
?||t

ífe
Ww
; ;K.fr
:^^C

I I
>••
.J
V
a partir
de •"
5 6
-—-
p
I? 6
-~—=L,JI .
1
^

6
"

V
386 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

do contrapuntístico,.que aparece disuelto en el primer plano en un número de de desarrollo deben enfocarse dentro del contexto de la totalidad. Por lo tanto
configuraciones horizontales de lo más imaginativo y complejo. Descubrir las se recomienda al lector que estudie el movimiento completo del cual está ex-
sugerencias verticales detrás de esa aparente pura horizontalidad de este estilo traído el ejemplo 10-11. Ya el propio comienzo de este desarrollo ofrece un
no es tarea fácil. problema de audición. El compositor «finge» un retorno a los compases inicia-
les. Sin embargo, el acorde de Mi mayor resulta ser una dominante aplicada al
acorde de La menor 3 del compás 65, que a su vez forma parte de un movi-
BEETHOVEN: SONATA PARA PIANO OP. 14 NÚMERO 1; miento de paso a gran escala originado en el acorde de Si mayor que cierra la
DESARROLLO DEL PRIMER MOVIMIENTO exposición. Este movimiento de paso asciende al Sol de los compases 73-74,
la dominante aplicada al acorde de bordadura Do. El acorde de Do es el obje-;
El análisis de las secciones de desarrollo exige mucho de la musicalidad y tivo de todo el movimiento anterior y el eje estructural de la sección del desa--¡
de la perspectiva del analista. Debido a su naturaleza transitoria las secciones rrollo. Este desarrollo, como muchos otros, es esencialmente una prolongación-:

i
I
EJEMPLO 10-11 I


'' •
f J
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-G4. 1900)
387
I
I
I
I
K
EJEMPLO 10-11 (continuación)
ite
' 1-y •
1
i
388 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN ;~>'

EJEMPLO 10-11 (continuación)

i
i
i
i
i
i
i
Efe
B
d)
B

i
... J
B
74) (75) (79
i
B
I
de Y
B
v~
deV
i
i
i
1
8 LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA, 1450-G4. 1900)

i
389
-¿EJEMPLO 10-11 (continuación)

i
i
t
t
!;
390 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

de la dominante a través de un movimiento de bordadura. Adviértase el uso


del movimiento de bordadura Si-Do natural-Si, que impregna varios estra-
este Si por medio de dos quintas descendentes, la primera de ellas disminuida
y subdividida en dos terceras menores: Do-Mi bemol-Sol bemol. La nota del
I
I
tos de la textura. Los gráficos detallados de los compases 61-65 ofrecen un bajo Do sustenta un Mi en la voz superior. Cuando reaparece el Do en el com-
meticuloso estudio de la prolongación contrapuntística en su evolución paso a pás 153 la voz superior comienza un descenso de Mi a La. Este La se encuen-
paso. tra retenido desde el compás 127. Como consecuencia de ese Do en el bajo, el
final de esa dominante de interrupción ampliamente prolongada es un acor-

SCHUBERT: SONATA PARA PIANO EN RE MAYOR: TRÍO DEL SCHERZO


de \n lugar de la posición fundamental habitual. Schubert resuelve la nota
disonante del bajo por medio del habitual descenso por grados conjuntos; la
elección de un acorde de Si mayor al comienzo de la sección A (en lugar de
I
I
El rasgo más notable de este Trío, ejemplo 10-12, es el amplio marco de uno de tónica \ es ciertamente inusual. El lector advertirá las quintas parale-
referencia determinado por técnicas contrapuntísticas básicas: el movimiento las entre los acordes de Do, Mi bemol y Sol bemol en los compases 140-145.
de paso y la nota de bordadura. En la primera sección Schubert alcanza la do- Estas quintas son por supuesto producto de la prolongación y no afectan a la
minante de interrupción (divisor) y la prolonga armónica y contrapuntística- conducción de las voces básica.
mente (adviértase el bello acorde de bordadura cromático de los compa-
ses 131-132) hasta la doble barra. La sección que sigue a la doble barra está
subdivida en dos segmentos como es característico de la construcción binaria CHOPIN: VALS OP. 63 NÚMERO 2; COMPASES 65-81
con reexposición. El primero de estos segmentos es de transición: el bajo
muestra (en su último análisis) un movimiento de paso que desciende del V Con respecto al ejemplo 10-13 el lector debería concentrarse primero en laf'•
al I. El rasgo más significativo de este movimiento de paso es la atrevida pro- dilección básica de la voz superior. A esta altura no debería encontrar dificul-r-
longación de la nota de paso Do. Como indica el gráfico, el Do aparece pro- tad alguna en reconocer el movimiento de paso desde la tónica inicial hasta laír!
longado fundamentalmente por su bordadura inferior, Si. Schubert alcanza dominante, a la que se llega en el compás 78. En una primera audición la voz!?'.

EJEMPLO 10-12

021
hacia La, c. 159

a)
-f—*-
I g qr-
*=*
10 10 10 10 10 10 10

fc?fc A a

B VI V I6

V
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 391

i
I
I
I
I
I
I
I J- EJEMPLO 1042 (continuación)

f s^
ÜPÍ?--
ÉP feí;

I
j
V I
392 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-12 (continuación)

3 2 1

superior parece consistir en una serie de movimientos ondulatorios ascenden- bajo asciende la misma tercera, cromáticamente elaborada, que la voz superior
tes y descendentes; a partir de estos movimientos un grupo de tres notas, Fa- ha llevado a cabo entre los compases 65 y 73; nos enfrentamos aquí con in -
Sol bemol-La bemol, emerge claramente como la dirección melódica principal tación en un nivel estructural intermedio. Finalmente llamamos ]a atención o-
hasta el compás 73; estas notas poseen como soporte un bajo ascendente en bre el gráfico e, que indica las bellísimas manipulaciones melódicas y rítmicas
una serie de décimas consecutivas. Después del compás 73 el bajo continúa utilizadas por Chopin para añadir ímpetu a la secuencia de la voz superi r.
ascendiendo mientras la voz superior «marca el tiempo» al ejecutar una pro- Adviértase la relación establecida con la idea melódica que abre el vals.
longación melódica del La bemol altamente expresiva. En un sentido estructu-
ral el La bemol es una nota retenida, y la conducción de las voces es la elabo-
ración del movimiento oblicuo que nos es familiar desde el contrapunto de CHOPIN: SONATA PARA PIANO OP. 35;
especies (véanse primero los gráficos c y el). La progresión 5-6 entre bajo y DESARROLLO DEL PRIMER MOVIMIENTO, COMPASES 137-161
tenor y las transferencias de registro de la voz superior emergen claramente de
los gráficos a y b. Como contrapunto a las transferencias de registro el bajo y El pasaje analizado en el ejemplo 10-14 representa el climax del desarro lo
el tenor efectúan un «dueto» casi imitativo que surge de las notas de paso del primer movimiento de la segunda Sonata para Piano de Chopin. El b jo
cromáticas que alternan en ambas voces (véase el gráfico a). Un paralelismo desciende de Si bemol (que sustenta un acorde de sexta de Sol menor) a Mi
más oculto se pone de manifiesto en el gráfico d; después del compás 73 el bemol antes de volver al V estructural del compás 161. Este movimiento de
LAS- TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-G4. 1900) 393

¿EJEMPLO 10-13

a)
•*• JL -*-

p b -=?
.^¿
7 „
sti
o
— —
••

^
\ —p-
*-
ísq

r 10
HJ
io
í / L-J
-*—B
^—4

I
5 6

I
I
39'4- EL CONTRJ^P UNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-13 c zontinuación)


{ 1
(J) -~s

"
1
)

,
.
o)

un
&\
Lf . r7
^L

7
L>

v
y ""* "* s.
J- ^» J } j
d)

/f
A
f( nLu
l^
K
1
t r.. i
b b
-k\ -b =>
*^
•— -
.-'

1
-----^ r
í.-;
-
.
*^ Tres notas
5 6 5 6 5 6 6 6
-»•
„.- _.
-_.
JL «- ft.
~ i
^ •*• -*-
i ¿i

rrf" *i
¿V L t p V*
^"
#
Tn——¡E*—
— jí» 0 P, ^*& p-,- ^^ *-. J.k

1 — (— ^ 1
j

Cinco tonos

^f \ x- ^ I ^
•^
\7
V i 7 i <
i
iJ
f
2
£^ •
1 3
i 4
¡¡ e)
1 2 3 4 2 3
1
4 i
^-*-
_ 1
1

^--
o x--— -~~^j — -*,
o"
-^^.
^^, i f"
»-
^—^— M
T"
£ "t~> £T"> • i:• "1 i
•u»- ,° f* 1 ^^a
Si rt ~- — v v 8? yj
39 t (7 n
^ ... ™ a> „ ^ y y "
\
J ¿r 1 1 1 •
Jr\
i ln^l
V*L/
'
í'i
^ rí
K g I 1r 1
jflw i i ¿_ * 1 . . '. n-i
Di
\] 1 1
3.er tiempo al : 1.° al L o
1.° al 3.° etc, • '•:--:• 1

Compárese;
1
1 1 r—-a
1
. 1
r*
J": 3
£ : 1-
+» » lo- -í
^ I
fc '—
^^ ^>^

^
--—_ —~.
i «= — —
__
' ——-— ^ etc.
,_ — • í~
-~-^.
g;
ff-
í. . f
—-#f r F— —v-
—1
=1-
-1i* [a

*
fl? 4 i _fif ¡ ,
i
¿

ll i!: í
al
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-O4. 1900) 395

?paso sustenta una elaborada serie de suspensiones 6-5 aromatizadas de un de Fa menor; dentro de este acorde el bajo efectúa un descenso por grados
Imodo no secaencial; cada par de acordes es único. Adviértase que no se alcan- conjuntos de Do a Mi natural (el Do en el compás 15 resulta de la entrada de
|za el objetivo, la dominante, hasta el compás 161. El acorde de Fa mayor del una nueva voz, en la orquestación dada a las violas). La voz superior decora la
|compás 151 forma parte de la serie 6-5. serie de suspensiones; el gráfico a reduce la figuración melódica para mostrar
la progresión esencial. La notación enarmónica (usando sostenidos en lugar de
bemoles) de los compases 13-14 tiene como fin facilitar la lectura, pero no
•J'WAGNER: TRISTÁN E ISOLDA, INTRODUCCIÓN AL ACTO III posee mayor significación musical; por lo tanto en el gráfico a se restablece la
'•> notación «correcta» para aclarar el significado de la conducción de las voces.
'$ Este fragmento (v. ej. 10-15) ilustra la aromatización de una serie de sin- Como vemos, se trata de una serie 7-6 con el bajo inflexionado cromática-
;f copaciones, en este caso de suspensiones 7-6. La sonoridad gobernante es el V mente y la voz superior rebajada cromáticamente. El gráfico b muestra el bajo

í :|EJEMPLO 10-14

041
•va
^*.>-^
bírfrn-£-
í¿-4>
fc-i-o ^S o (f^
• - - - • -H--
^ fro- L o ~~ —-— o
!;j-*->- ' *»
'

•—-x
MHJ60)
x_x
.

b
•o- tj-e- o J
fi 'í fi sb fi R fiR GL 017 c

• $b) La realización diatónica sería:


.-.: l

• ^_ U l'i 0 "-^ rj r •*
•• fm o ^ j 4 >
ViL/ • "• "• 7 Kr? iü

o
íTV- i 4^
o • • <_> ^-^

- S/• iU 7 nP,
^-^

-' " ^ 7 hP
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
396
diatónico que subyace y controla la progresión cromatica; el gráfico c nos está reproducido sin modificación alguna o con ligeras modificaciones
muestra cómo sería la voz superior sin la aromatización descendente. Un aná- cas en las paites del acompañamiento. La voz superior orquestal (en algunas
lisis «armónico» de este pasaje —es decir, un análisis que trate de etiquetar ocasiones representada por ese corno inglés que se encuentra entre bastidores)
cada acorde en base a una supuesta fundamental— no tendría sentido. es una melodía polifónica; como se indica en el gráfico a, la guía es el estra o
superior de la línea polifónica. El bajo se mueve en décimas contra esa línfea
algo encubierto por el desplazamiento rítmico. Este desplazamiento le da al p í-
WAGNER: TRISTÁN, ACTO HI, ESCENA I (DURCH ABENDWEPIEN) mer plano un efecto de sincopaciones 9-10 con respecto a la voz superior (gráfi-
co a); pero la voz que guía y controla la conducción de las voces consiste en m;a
El ejemplo 10-16 representa una especie de fantasía sobre el solo de corno serie de 7-6 encubiertas por la alteración cromática y el desplazamiento (grá i-
inglés sin acompañamiento del principio del acto; la mayor parte de este solo co ti). El armazón armónico, en relación al contexto global, es una progresi n

EJEMPLO 10-15 Wagner, Tristán e Isolda, acto III, introducción

(Massig langsam)
^-^T- C . A I.} C.1

P$Y 7—r:Í7 ^ Q__ 1 .flg kn [y ]


•~^
~-

'j-^rf r p ^-«^^ |

j
TÍ & —

j?oco cresc . - creso, - - - - - fei


\¿—u—_ b^/wifl> «
L±:±zy 1
I m.n ';• V;/

. LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 145 397

i
'?

'•'•í
EJEMPLO 10-15 (continuación)
•)

i ' '
'}
'Jí
í
'\ )

i
,\)
''1
)

JLu¿J?
(m V ; LO —Lk»
A>
^==:r-| —¡—r=^
^ "re"' ^ ' ^— ^ d—i ^L^-J_y-
i i ' ) J
rn—K—i í
N
1 i—
• '.1
^ ^B ^5 £= ^ ^p J ¿
5 - 6 7 - 6 7 - 6 7 - 6 6 ^ 7 - 6
| •'3

' V

y
tf>- I
(^T "~^&- p ^o ^ UL^
V" V
i f^J
ó
U
™Q llii?)

r **
;
-//' b
-^
i '^
v- y
b "~ ' • . r
... \6 flíf
^ii '
i t| t> i
V
V
'i'

i •:

"~
t-
'J

•'(
;| b)

' ?_
• 'í
,.
ny , 1\i ib
^?L b 1-
i I i
i
i
. . . - . . . , . , . . . , .
'•i _(^_U ^ CÍ d ^ _^ | _^==^_y.^ .. ....
:'$ j^ te o k ^_ —i^i ^ bb<_>— ^
7r
^
-'§ 5 - 6 7 - 6 7 - 6 7i - 6 7 - 6
.i
£
o - o
*J 4-^ bbJ
\/\>fJ Jrí /L %
;
,
cy , i ° ?' ' p 9. UfPíJ)
•^ *J« i > b Ol1íV
v
/ Fb U^
[> "
'•< '"£
\
1 '/


1

c)
'• 'f
A 1 1
•>.
~V I 7 1? - I - -
' Á t^fe1^
-^Y- ¿
O " \^d rs ó'^\tí ij-
" h-J* efJ J
^ J1 1- • |
.í «j ° -o- ^~ s 9 -o^
'j 5 - 6 7 - 6 7 - 6 7 , - 6 7 - 6
'? •°" ° o 9 ^
•• C\* . ] ° p X LO
, •* /' I - - 7 b • -^ H*J
. -s-/ bv \l ^ "
•r;. '/
. '>
1 •'' á

ii •*••"• '?' í'^nBÍ


i, ^ ....... .._-:, ' . -;~ '.•-,: .ft-^^fi^:^^^-^!^.'.^ :>;.-..' r<'lV'.. • • ' ' '*.' ' '• • '-: ' ' ' :

^&'ím **•'.•' •' -'' ^ i\'t • • . ; . -'. .-• ^-'-if^i-j'A^--^ • *' -í ^'.-í^T'-'-'víi --:-.*. ^r.'I*' • . .' •• ;Ví'-* "^", .,• V
^ . ' • ¿-&- ••••'•"•;; ;.-^f M^?r;if^^.?^ - '.-• '^•-•:v'"- '*•" -;:';'
P":;^
\.\'
'.'.'^••'••. , ' • "'^l^^"'--:'^:":^ '¿&'^' • "•'-;• ; ; '
:' '•"í:;: •' •* '- '^•(•^•'':''''''^f-''^.'^--. ' •;' .' '•;. •
|rvxl
mtósí-^e. ":..•. "jT í.
\-.¿i«. \''''.-f'í*;'.' ' '• . , " : ' ' ' ' ' •
398 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

I-H6 '-V5' dentro de Do menor, que ejerce la función de V de Fa menor. El empleo observará que este ejemplo, como el vals de Chopin, está basado en una pro
de un V con la quinta rebajada resulta de las frecuentes y características quintas gresión 5-6. A diferencia del fragmento de Chopin, Wagner construye una su-*
disminuidas del solo de corno inglés. cesión 5-6 sobre cada nota del ascenso cromático hasta el compás 17. El ero-,
matismo está por lo tanto mucho más integrado en el tejido compositivo que'
en el caso del fragmento de Chopin. Adviértase que la progresión 5-6, iniciada
WAGNER: TRISTÁN, ACTO II, ESCENA U por la voz superior orquestal y vocal, encuentra su continuación en la región
de la voz media a partir del compás 13 (violas, segundo grupo del divisi).
Nuestro último fragmento de Tristón (v. ej. 10-17) ha sido extraído del Adviértanse las indicaciones de superposición en el gráfico b, pentagrama su-
gran dúo de amor del segundo acto. Como los otros dos ejemplos de Wagner, perior, compases 13 y siguientes. Esta superpocisión resulta de cruzamientos
también está basado en una serie de suspensiones manipuladas cromáticamen- de las voces entre las violas divididas.
te. Nos orientaremos mejor concentrándonos primero en el gráfico b. El lector El gráfico a ofrece más de ese detalle contrapuntístico tan complejo. En

EJEMPLO 10-16 Wagner, Tristán e Isolda, acto III, escena 1

(Mássig langsam)

J U IF*

hen drang sie bang, ais einst dem Kind des


LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C4. 1900) 399
I
I
I
I
I
t
I
;| EJEMPLO 10-16 (continuación)
Va ters Tod ver kün det;
piu p
I
I 1777
I
I
I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
400

EJEMPLO 10-16 (continuación)

i
a)

—¿w —K
'W^' z
v />-''
e
4>
*> 1 5 í> —e—-bí9
^|-—T
4>

^j
0

^T—i5—P—
—o
I
fcl

e --• i - i --jU , i t
^ I
<> c nA

I
.->".. h . P 0 4> ^- «• U _ ^/

10 9-10 9(=10t>)-10 10 10
6 6 6 6 6 6 7-6

i
Do menor I

I
I
I
f^ f^P
10 ^
10
=f
10 10 10
I
-P-r
(5) 6 7 - 6 7 - 6 7 - 6 7 - 6
I
I
i
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C4. 1900) 401

; este fragmento casi todas las sonoridades tienen su origen en la conducción de aparece en los once últimos compases. El armazón armónico básico es por lo
•las voces; las únicas implicaciones armónicas surgen de las dominantes aplica- tanto una progresión incompleta V-I; la prolongación contrapuntística del Y
• das derivadas de las sextas de la progresión 5-6. Adviértase la aceleración ocupa la mayor parte de la pieza. El V aparece prolongado por un acorde de
i rítmica del pasaje considerado en su totalidad. Las dos primeras sucesiones de bordadura Sol menor (final de la primera sección), el cual se mueve a través
> 5-6 están contenidas en dos frases de seis compases cada una. Al llegar el de un acorde de paso cromático (inmediatamente antes de la doble barra), Sol
[compás 13 las progresiones de 5-6 se comprimen en tres grupos de dos com- bemol. Este Sol bemol sustenta un f con un Mi bemol como voz superior. En
I pases. Observado en su totalidad, el movimiento del bajo debería escucharse y el compás 21 el Mi bemol (voz interior) se encuentra desplazado por una bor-
[entenderse como un ascenso a Mi bemol como.nota de una voz inedia de una dadura superior, Fa bemol. Sin embargo, el Mi bemol reaparece (compás 31)
i tónica La bemol extensamente prolongada. para preparar la séptima sobre el V del compás 32.
Las notas pedales de la voz interior desempeñan un importante papel en
esta pieza. Adviértanse los extensos pedales sobre Mi bemol (compases 1-11),
:.-f BRAHMS: INTERMEZZO OP. 76 NÚMERO 4 Fa bemol (21-28) y Mi bemol (31-42).
? El final de esta pieza muestra un descenso de la séptima de la voz superior,
Mi bemol, a Re; sobre este descenso se superpone un segundo movimiento de
I I A diferencia de la mayoría de las composiciones que empiezan con la tóni-
•¡ ca o con una corta prolongación que conduce a ella, este intermezzo comienza
• con una extensísima prolongación del V (ej. 10-18). El acorde de tónica sólo
bordadura Sol bemol-Fa como eco y resumen en el soprano del significativo
movimiento del bajo Sol bemol-Fa.

EJEMPLO 10-17 Wagner, Trisíán e Isolda, acto II, escena 2

p ruhig

sen uns sich di e Son


402 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-17 (continuación)

chend Ster-ne der Won

ber sauft iim-spon - nen, vor


5—i 'i—3—\

l
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/l. 1900) 403

EJEMPLO 10-17 (continuación)

sien wonn 1 - er - blin - det. er

bricht mein Blick


404 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-17 (continuación)
¿h i v\\h r& a *~&
íf
HT ^^7.
B
•0^
^»- , K J
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE 'UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900)
405

)|JEMPLO 10-17 (continuación)


'
406 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
El V7 del comienzo tiende claramente hacia el Si bemol. La llegada de esa
tónica esperada se retrasa por medio de expertas progresiones contrapuntísti-
FAURÉ: APRES UN REVÉ I
cas dentro del V; por estos medios Brahms consigue un suspense fascinante.
El armazón básico es por supuesto armónico, y existe una breve prolongación
armónica del acorde de Sol menor. No obstante, el tejido musical por entero,
A diferencia de otros fragmentos de este libro, este fragmento de Faurf;
(véase ejemplo 10-19) lo presentamos en la dirección del plano de fondo de ]&;
conducción de las voces hacia el primer plano compositivo, El gráfico a indic|;
I
con sus bordaduras, movimientos de paso y suspensiones, es abrumadoramen-
te contrapuntístico; incluso la progresión del V al I se va a rellenar con un
movimiento de paso cromático.
la realización básica: décimas entre las voces exteriores. Esta serie aparece en|-
riquecida (gráfico £>) por las suspensiones de la voz media. La cadena de susr-
pensiones contrapuntísticas se encuentra prolongada por la actividad de las' I
I
I
I
I
I
EJEMPLO 10-18
I
I
I
I
I
I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 407

EJEMPLO 10-1S (continuación)

B B
^—•—^

,v
deB B
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
408

EJEMPLO 10-18 (continuación)

32H33) (40) I
fc) B
B B I
-S—T~T9.

^6 5 6 \ r~ri I
í'TijH^r] , 7

^t—"
9. £L

I >L J
I
I6 V I

deB
p I
I
I
I LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-O4, 1900) 409

I
;
• JJEMPLO 10-18 (continuación)

i X'
) B
" "• H

B
_ _.
d) B i e) B f)
í rt , J U
y ih 7 1 J 1 ,|
;í 1 ( '" " < ' r, J >--^ J c r f. J r. > c ^
'A T"
4r U >
m
| A
f
'

I
•4
3f
d 1* ' !

1
', í:-< f
r
r 5 P 7 e (3 r J
7 |5
.=
|6 7 p- 7
B
5 7 "p" Y

.. 1
í, V , 9 /, ^ n> í
//• u1 / i 0 /

B
" -
—-—

V7 I

í w"'.'

S« '
^
?''-l:-.-

|
f
f
E Sf '• '
F * í-
410 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
I
quintas descendentes en el bajo (gráfico c) que añaden un momentáneo ímpetu SCPJABIN: PRELUDIO OP. 39 N.2 2
armónico a esta progresión básicamente contrapuntística. El empleo de quintas
descendentes en conexión con suspensiones 7-6 es característico de composi- Esta pieza de Scriabin (ejemplo 10-20) se ha elegido para ilustrar técnicas
ciones de muchos estilos a partir del siglo xvn. La nota estructural de la melo- de conducción de las voces empleadas con frecuencia por los compositores del
día, Re, de la cual la voz superior toma su punto de partida, aparece pospuesta siglo xx pero que podrían remontarse incluso hasta el barroco (véase ejem-í
para que no coincida con su bajo «original», Si, sino con Mi, la quinta de pro- pío 7-44, Heinichen). Esta pieza se desarrolla dentro del armazón de una pro
longación. Todo esto puede apreciarse en el gráfico d junto con la decoración gresión incompleta IV-Y-I en Re mayor. El V se encuentra inmediatament
cromática de las líneas del soprano y el alto. El gráfico e indica las cuartas precedido por un LI frigio, un acorde de énfasis armónico. La progresión de lo
motívicas descendentes de la melodía y el gráfico/completa los detalles de las compases 2-3, con su movimiento en el bajo Sol bemol-Mi bemol-La, prefigu
voces interiores que se suman a la riqueza de la sonoridad y encubren pero no ra el sendero estructural del bajo hasta la tónica final. Los principales aconte
cambian fundamentalmente la serie de suspensiones 7-6. cimientos de prolongación tienen lugar entre el IV y el II frigio. Este moví

EJEMPLO 10-19

b) i , °) i
l}

V Rli J
J
1 1
J
i
11
*
l
d
1l
' • J
l A
*-*' J
1 ~
1
fL - 8 * J it J
vTO

10
'

10 10

10
r r— HFT r r
5 6 7 6 7 6
4g e
^- "1 1— -i
—i* »
r 1 Ív

í>Y ^ r l°
0
r
'
ri* -
«^ ^^^^ ^f •*—* & ^^ "*—^ -•«-—
^/• tfri
""^^- ^~~~~- ^ ~~-^
5 r r
tt i l 1 1 1
"• l —1
V V
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/i. 1900)
411
'f EJEMPLO 10-19 (continuación)

>- V
412 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

miento consiste esencialmente en una serie de décimas paralelas cromáticas de esos cruces cromáticos de las aparentes interrupciones de los^ acordes en
entre las voces exteriores. Sciiabin transfiere las líneas cromáticas entre el so- blancas. El uso de acordes de sensible y del intercambio enarmónico no re-
prano y el bajo para que las amplias continuidades puedan escucharse a través quiere comentario alguno.

EJEMPLO 10-20 Scriabin, Preludio, Op. 39, núm. 2

Elevato
—F5*^
HN
~~% ¡r ****-*„ i —^ L i—*-_
^uj^n
—' a)—¿
—^-=
r r-/ 1 P .

f pp
[J
l—

Z
., ü „_

^ j—

^ ^ L \j
1£*1^
j 1
i i
-^Hi
y
-J tr:
7 rí
=3= •w ' te : ISf fo*

1 r~ ^i j i i
3 1 c
-4
•e _ i
i ^6
--—,

rH^ f^T—T~" . j , j^^-q


d
*==\í -f ' -j_J^''
¡j'j'^
fl
'f>
¿

creso. 1
?-

Je j r -

5 , r?
i
h y
-^Hj i aJ.
,/ ff:
U-"^~ -•bJj- ^t
(

~y
í
"L^^~ -6Í
I LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (c/L 1450-C/i. 1900) 413

I
I
I
I
I
I
EJEMPLO 10-20 (continuación)

_
T?n~fl J i <j .
*"• "T - <- < ^-~
... -^ i i.nps" «i vi J al LJ
P P
s^ ^- ^L
víD "" ... l-V« hJ ff
* •9 ^ n» Q« -
'L
f:.¿
* E
~
.
f LJr h?
T ffi
Hr
L_
==- f
creso. f
1
F H
^3P ^
1 1
J'
^

.i i J
" 1 i \ '
6Y #
/• ÍTJJ
LJ 1 ?«i *•
a>
a P
uv
Vé (^
y ^sV 1/1"]'
b^ Md ^
*— .£ P-J L
^ '
b^ r
<T y^
u' r ^ — ^~~

,
~~ ^
tfr 1, T

nP tt ti ?=*is-i ~ --k* -p-J \f***»^—i


.a
r-r—
Dr-
1
iPd""^ ^PV -,=* *F r-F*^,
^=^—: ____

P
X" =^C-
-_ k. Hfci
-tt-í—1^—53—
-r-b P*' í 0

*J
^ /
r*^—
r
PP
P^*-

f f' MM"
cresc.
p^—
r y°^—
pl U r' espressivo
0

f
^

¿):^ hJ— ti= =¿= i ^


ztó
"TJ
__
—o \>-o
¿-¿z:
i b, f» -
sf — — 1
-V^lí 77T
>-—.X
2 ^. f.
~a
i»; T— ^ T— n • * ^
EJEMPLO 10-20 (continuación)
I LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CVi. 1900) 415
I í| EJEMPLO 10-20 (continuación)
I
t
I
I
I
V I
2) (14) (25
:fc) d)
_V X "A
y.
i 10 110
5
I m m
(II Frigio) (II Frigio)
V y
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
416

Anexo
10.1 Binchois, Ch.«.n. Adi» ™' et m,

-^U

1.47.AdieumVmoui et ma maí-süaís -
3J'ay giantde- sii de prendie a- dtes -
5. Sou -ven-gnevouabel le de- es -
-o-'

Bacn
_— ,—- *». __^ j
ÍHs^ "^ —"""k" 1= _. ,, t¡ ,*„
J

'«»— J T -
,.- ., fije» ?:•• -

' W'
. - . — — _1~ — j

-g»
^-a d
^ 4fi t= ?«5—nat" 4&. .,...._.... ,45" :
&
. „......_ ...\... .

\ dieu mon sou- ve


Pemi- q^loy vouspuí- se
IDe uloy qui suí vo,
I -^L. . ^f- QL>
, , , .
*í^
-v^: ! G ——7^ S 2 , ^ ^T,^— n. i T-T ..... (*—i
— — ;]

iCqp:1-
«»
?. — — .... . .„ — —!.-

P
ían de sl,
te ve ir,
sans fail lii,
I 1 í;¿ ' LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C4. 1900) 417
I ; EJEMPLO 10-1 (continuación)
i
J-é £ %— 1 p 1 -k-J—j-—• • 1
_^Q ^,_ Si —_ — 1 jj^-. 4^ _-ffl , ^ ~t&*~- ~¿ —' H ' ii "1 J ' 1
1

2&A- díeu celle a - qui - Yeul - ser -
1 :
:
- J 6.En YO -Ion- te de re - Ye -
H "
i
. i i
-— , •«*•' -p- -&• (jj « U.
•líí^toi * /"*" ^^ • • 1 ,-^J * n S^ *Í4 TI ¿^?
Jr~* 1 V* • 1 J^ i ^r T) rffj
/ U A " . . . e?. . • .! ' . .' ' ' . ' ' . . .-••-'
i - F ít . ' . '. • • - ' ! • - •- • ' : • • - ' . .
1
£* f^ \
-JÍL^ s S-^ , , , : — 1 , J , „ r— -J , . -JBISín,^ 1 , * ¿ J „
• \VÍ7 ^~—' ' S> ¿ ~~T—'—' ' 1 1 ^ ^ ^~j '—
ii : vil, A-
nii, Pen-
'/
ii i ;v
¿TV * f* ^"^ -* A /*J • !^S & &* -A
1 i& ^.^ ^J tito £b
'.J. ' y * k X—'—"" '*-* '•'^~w¿—í¿¿— —— p —. ¿$ ,—, 2¿ ^_—.. yi-Tgj . , ,, JR . ">^-i— _. ... _^ -^-^~ ....
í k •*** —?~^ "~~~ ("—\H ' '—" ' '—^ '—"' ^^ '—•—
ii 'i
. .. I . i f**^ i • ^
i • ''•1s /L"
«K~
1

jfn r
V
A 1
jJ-C?

: .. ,
-
-•
. i.
^
J J
<^
.
rP*
, . . .i - - ." |
. p«
^r J
^ J
f - « r
«
n \1
J • - J " »J.
^
J
^

"^
^ ^
• " "•"
«
." 1
1
O¿

n
11i
'í 4 * i | *
1! ' í-
- - í . •* díeumon conrfort et li- es - - se.
¡
y

1 • • v1-
sant a YO bel- le jou -nes se.
" í• i 1 1 i
•: '/ ^jjp. i d i * J g J J J
™ 5 * 1 r ^ Sí 1
1 -^
J . U v¿ . ...
P^i . .
1I .... .' .
'1
... ' - : . • : . : •
&. &
r \
P* . rr^ " Tr^ . :e>
: : . .
' ' ' . ^"^
• T: . ". . : i
' . ' , . • . ' . . ..1
' 1 1 1 ' •' 1
; '.t
| -«fe; i
41 g EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-2 Johannes Ockeghem, Sanctus (primera sección) de la Misa Prolationum

rrt r rr r T r r i rr
San ctus, San
I
I
1

I
!

I
fffr
-M I*. Mt M
ctus,
r r San r r

ctus.. San -
1| j LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA PIISTÓRICA (CA. 1450-C4. 1 419

•' : EJEMPLO 10-2 (continuación)

1 . /?y H vn • " ' . . . . . .. . . " . • . •. - . _ . ' : •


. . .
. .: . . . . . . . . . .
fiíK " A _ . . . - . . . . . . - .. .

1 fL r. Tfr
LJ- 1- f"T
- r- r_ Cpr f^p ¿r frp
... £ttis y. |. r. f
L r- rL fL íír1- i an

1 ;
1 -&^-i-|—g ,— • 25 ^1^ ~~¡Ci — "^^"n^ 1**— ^5 '—' '—"' " ' T ""— '

I ,
/. ^u A-* .p
r i i i
i-
f» r.
„ ,
i " '- . i
,.
i ,
. i
i ,
_ » „ »
u^ i i i L) i
""•'"' L rUJ " r "1
. - „ -
""T
„ _
-'• "&'r*
R •• :«
,
r ._.':.'..
, . ,
r
p : ",."- 'j^'n^
r H'r •• • •"-
L -
r

I i
i
1

1 ny t o
San
.^ h *> . .J
1
fin. c A ...<a..
-•
-
^.
-
-- .- -
- -- -
i 1 '. • ' ii
.1 . . . . . . . :J • . .
j , ..J,. ..^l. c»
- -
( •
-
•!
**•••- . '¿¿j. -...J• • ,o.> ;2J . : '
. . . . . . .
i
. •
W-
1 1 J I 1u~
- K. L . . J . . _ . d . ' -gJ ' .«r
«"_••

5
r
dus, Do
r- f- i- -
i i r i mii i- ñusi
- - - -

•' •:t
San -
1
J,
-
1 1
J"^"
- -
J
- " -
1 1 1
^ J J
ctus,
J
I
San

&\ "fl ^"^ • ffi^ '^ ^9 V


»•* 1 >^ * ^" ^~^ ^P r* i^ jt» v
• •/" h >> ' '. ' . . ' " " ." '."-.' • .... . .Fr • . . . . f . _ . : : . . . . P p '."A " ,¿ "
1

- '1 ~:
1 -^ , " /c

ctus.
<i«. . . . '" ' . .
r
.. p

Bo
i
•-
'- ~ - .... . .
¡
- -
' - mí~mi&
i i • r^-
r^
Do
• á •>

i i :

3
' Í'

•?<

• 1 T!

I' 1
420 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-2 (continuación)
ctus, Sa,
J
De Do- mi - ñus
cte
mi -ñus De
.
I3S
J
Sa
r
San cíus
i
J
us. i
Do mi ñus,
I
— —
¿ ' *>•
r i r rr - ba- olh.
mi- nus.
A xd fi} fi¿
*LJ j _. U
., _ . .;..«. ........ » É
Sa ba
f oth.
!¿ LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CÁ. 1450-C4. 1900) 421
"j*

•| EJEMPLO 10-3 Josquin des Prés; Tu pauperum refugium


'•/ -ft- —TÍ a " W-; ¿r 4—H 1 H 1
. i

fe^' 6 'f f 1 f f 'f p 8 =• a!


'S

'1 -<
.''i
Tu pau- pe- rum re- fu- gi- um, tu

• :¿
} fiv
*" í • P O
J
p É
J
p
J J Jr
1
J „
o
J
p
/ L» f f .
P^ P ' VM

' >. 1 ' í í


í quo- rum re- me di- um,
\J j , i T
,• J | i
,'*- átLt, 1 ^^ * rfST ^OT J _J U. - -J • - r> & -a •J

r r ?r rrn
S<p ^ i g
*¿ íit^ j*^ 1 "**- ^^ ^^ ÍÍT *ír
V*\ ^r- <2f 1 ^r" ¿«TV ¿g^
' í*
•'••i

I
quo- - - rum re- - - me- di- "um,
' J;
lan- quo - rum re ,.
me - di- um, spes
K
ex- su-
'•í

J J v J J •«•
.V ¿^^ * ^^ <Kr ^^ *^^ ^^ tíS' ^^ 1^9 ^TK

s s/• p P¿? .- rP - , r &r P ' A


i ^ ^\> 4*

1 1 i | ' 1
quo- rum. re - me - di- um,
ti- tu- do la- bo- ran - - ti-
h ] N | | 1 [ x |
r Jf ' \ * . . .. , . . . . . . . . . ' ' . r*»i i
-/L ^ J ^

- ^ r ,-^ ,
frr% (^ Í J3 £? $K

r
<J?

^f r r
X 4ÍF O --
p i
— — • • ! - - -
* j¿J.^-

ti- tu- do la- bo- ran


* lum, for- ,. , ,
ti- tu- do la- bo-

¿"*% * •& . ^^ tsgí

P^*t1 —r1 —i'—"f1 —**—Ir—"


.^. . r* ¿5>
ÉL

1
,—pí ,

I tí- hi- rta la- }v^- ran


422 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-3 (continuación)
um,
=^r- r-np
r r r ti- um,
rr vi r. er ran
ran - ti- um,
ti- um.
-. tai fi - um,
r f ti-
r
um.
ve- ri- tas eí - vi
A J J J J J
ve- tí- tas eí vi
I LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (C/i. 1450-C4. 1900) 423
I i EJEMPLO 10-3 (continuación)
I
J J 1 .o ' G
°' 61
d . <3
J . ..
{ . * X . K .
' XJ •
p- d»
«; F - *
I M rr r
I Et nunc ie- demp- - toi Do- - mí-
- - - - - - ta.
-U J J 1J j i i J J J J- J j I - j j
I -4PI " S 5 <S? H J "™ • 1 *í - .. P. . .
_/. P • <# ~1 , r r . .. r : 8o f É?
I la,
I -/r.
-Iflft
.
e-, ¿^ d '• d
j
<^* ^ ^ 1 wr J^j
J&\1 g •« »• -—
u
I ^ v r rrF f
te-
r r r r-- r r
I jie, ad te so- lum - con- fu- gi- o, te ve- rom. - De-
9* ¿"%
J J J
<^ c? ¿^ ^J

1 JS?
^3
1 BB '.¡Sí
^
<iJ
P
<5 ••
2> ^^ 2
?•
I jm r
*
-V, , ' , i i
I te ve - rum
I
I
I
424
I
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-3 (continuación)

ad- o- ro, tespe- - - 10 I


-fcW
1 1 vD1
d
'^
?d ^ ^
o
& <d J T5
o *í
TI
i¿ J
^"^
i ^ ¿j
8 x/ ^-Ñ

r
p
$ —*
^"
/<
ri r i
^—s
^r^
r ' i
£2
«*h¿-

^ I
ad
ad-
- o
o - -
-
- -
10, in te spe- ro,
in
i •i

I
um

J
*1 »
1
¿7
1
J
1 ^
¿7
^¡ o
Jf «
^ O
MCt V

/ # , 35 r, Á

I
A1
' O

De um ad o- 10.

I
sar lus Ád - ju- va I
¿í
ff[*%
v-.\
«)
ís .1 «i
T^ 4&
?V—,®—i—-g^
t v-xT
^
~*
-^~-
—^—p¿ 1 <d
J : ^ *
i
J á?

r T f f.f"^Ad-r rju- fva rrae,


f
k- ^¿^ »^
— ^.*¿ ^_, * w
F I 'á
1 sa- lus
r, , , me- a, Je- su -Chii- ste ., .
tecon-fi - - do, sa -lus Ad- ju - va
J J-.J-
_ *—ffi—p r" —,
J J J
p
p ^ J
--~-~--
^
~~
j l
^ ^ X P, i*& * p
•f— —$ ^r- —T—
^ 1 J
fi2
i?
1 v
j ij
£— 4- - —J—<¿
$— ^-^—IH5 r-
I
I
I
i
I
I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/i. 1900)
425
EJEMPLO 10-3 (continuación)

I me, ne im- quam ob- dar- mi- at in mor - - - te a

I r
I me,
ne im- quam - -
ne im- quam ob- dar-
ob- -
mi-
dormí-at
at inmor
morte a- m-

I * te a

I doj- mi- in mor te

I
I
,- ma me - at a- ni- ma
I ni ma - me-
me
a.

I
426 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-5 Palestrina, Antífona Yeni sponsa Christi
SE W~n? ¿
P
Ve-nispon-s^CM-sti ac- ci- pe co- lo-nam, quantíi- bi Do^mi-nu$)iae-paia-vit in ae-íer- num,
r r r~ r I r p p^ (r y ^ y
Ve-ni spon-sa Chii- sti acx;i- pe CO-ÍCT nam, quam tí- bi Domi-nusprae- pa-ta- vit in ae-tei- num,
c-
Palestrina, Agnus Dei de la misa Yeni Sponsa Christi
A- gnus De- i, A
.3
'i
r
A- gnus De i, A
1
á
427
PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-c/i. 1900)
TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA
LAS

EJEMPLO 10-5 (continuación)

i, A- gnus de- A
gnusDe-

A- gnus
gnus De- i

gnus De „
- gnus de - -
mus De -

- - - gnus De- i
i A
428 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)

qui tol- lis pee- ca ta mun di,


¿k fer ¿D—í——— * * ¿N ÍP"~J—;_J. J ^^=±=
*
w)

f*. . . •

T Í
i» - p

rr r
- - -" -X— -

r r r
i, qui íol- lis pee- ca - ta mun- di pec-
- - - i, - - - - cpü
BOBS
J
X— sj ^ J J J_ ^ J. ^ ""^ «
0.
".¿a
JJT*»L # .p-. "^ ®? \

»•* "í *ü
'jf
J^l
U "^fa>^^
^J*—P j
I
1
I
(^
i E»
,
p
r ,r .
• (*•*
h.
r 1
„ i

qui tol -lis pee- ca ta

qui tol- lis pee- ca- ta di:


J./ -J , ^,
dE
p r r 'r
-& at—C? ,, _. A.
^
''
' . ' "^~ v J^^
_»..

T^T ^

ca ta mun di;
tol- lis pee- ca- ta mun- di mi- se- re- re
J ¿Á J 1 ^_

vj^_m2uf e-
TT~7 fS

E^
mun- di; mi- se-
• . *?
•'A

1
-s.
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/l. ! 429
' í.
'i

•J E JEMPLO 10-5 (continuación)

1 •;:
Mi- se- re- re
ib i? . .«.kl -—-—•*. "-¿1
i r l i !
I :• 1

É r5 • "* . . . «^ f J J - - --

"r r r r r r Y r r^ *
J-! —p— 1 Jó : —, . , ^_^! _ « & Tg

1 '•$
r
•: j mi- se- re- re no - bis, mi -se
noi - - bis, - - mi-i se-
1 *—' *2Sr *^c* ' -jK' ~3» ~^f~ -dr^ ^^v^^J j ^n\ -j*— .—~ '-»• •
*/f ' ru> . ^p -_ .- ^ - " ~ • * hi* • « ~^ ,*i •• '
. . . . . •i • - • i/ r • ".-• • p
!
;

3
^ f-
1 ' bis,r .

1 •':
re- re no - -

II .:

1 M 1 /
no -
1 1
- bis,
I **
mi" se-
1 i
re-
^-\
re
-*J *
no
1 1 1
-- -
1 1\
-
K f^ I I T^ jflf ^^

1
f fffl^k ^^ ^^ /*j if ^y
\^,^^ i-^ >*^ TV "j^J
t*-T'
íO
^ v>1" ^fr
*^ _-—k fSP s~f rf*^^ 4 ^^ *^
ro ^"^

1 •:
1 : 1
1|- :
• •<
re- re no -bismi- se- re- re no- bis ---
re- re no- bis, mi- se- re- reno - bis, mi-i i
se-j re- rei

1I i i .
*V
/ iY b-p
*j ' " ' " '5>- " •• •• *\ » r í» -P'^ & P Wr * ( * . ' . e"- i "i1 >"'~~"ií 1 : i r
• !:

( '
i

! | ! | |J U
1 1:- • >! !'|
,
mi- se- re -te no - - - - *• - - -
• '1

1 i
->¡X-v
u
'}
¿i

I
430 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-5 (continuación)


5

bis, mi- se • -re- xe bis.

-J
I
'
r 331

mi- se- re- re no bis, I


no bis.

bis,- - - -
f
mi- se- re-
fre no- bis.
I
I
EJEMPLO 10-6 Tomás Luis de Victoria, O vos omnes
I
O VOS O- mnes, qui
4-
^£ 351 I
YOS o- mués, qui tran- I
O o- mnps, i qui

I
O vos o- mnes, qui
I
I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-G4. 1900)
EJEMPLO 10-6 (continuación)
irán- si- tis peí vi am, at- ten
^-, — 1 4 ^ «I"""
-jfo—-*—* f -^ #« hs f
V
si- tis peí vi- am, at- ten- dí-
tran- si- tíj peí vi am, a t- ten- dir
¿=H¿ ¿=
i&4-34£=
1e*f•<?*=>*—
j p
•—a—-JZIg ? |» i0 1J—
BJ-P*> i- •IB!l
lian- si- tis peí vi- am, aí- ten- di-
di -te et vi- de- te; si
jng'J J-l-rprliJ « "" —' 'G
^^^NFT'if [/i—PT' - L f" lr=f 'n
te et vi- de tے; si est
te et vi,- de- p- te^ si esí do*
f(H
£ 8 ^.5 p r<&
p^=¿=^y^ * ?!í
t— P P£
I
—--—T^
' H&=F r
te et vi- de- te^ si esí do-
est do- loi si- mi- lis si- cut
f¡ — , 1 1 . —i —i — . .-^
i\n^-^ —J—Hc^-r~ 1— *—trH—T *. =1=1
(<D ^?- —— 4M—* '& ? tir^-é ¿ M *
P do-
T^ ^ irj7^
loi si- '
r^—* fn f f
mi- lis, si- cutdo- loi
r
loí sif k. , mi- lis, sir , mi- lis si- cut do- loi
\|-ft« —°
á^^i^^hé^^i^J-T'iJitJlJr-o pR 1 p f^ i* l*> f *^ *r p*
«i ^.=h
J^j^^ # I
loi si-
432 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-6 (continuación)
do- loi me- US, SÍ CUt- si- cut-
—i^ 1 —1 . 1
^—1 h
flj— J— J L J J ^L | J Jldn
r r r r ~r o*r rp f^
me- us, si- cut do- loi me us, si- cut
me- us, si: , cut dcr loi me- , i ni i ^ si;
s-^1 I I J
J |— n-l 1 akíJ J J J . «L JXJ—* 1
^ g< gl J r-tS 1 i rW— 1
«^ ad C-d * — (Sf 1C~ L —0 «— A C?
K ^" ÍSx 1® » "p
«a «o, * rx_ ^ r*' ' i»' rA• - -- 1 - - 1 0
^ 1 I I I ' 1 r "r •
si- cuí do- loi me- us,
at- te. di- te u-
Jb= ^ •J v J^
J J^-i-J -o-
^<n Ba 1—SBL i
do- loi me US at- ten di- te
cut do- loí mí us, at- te di- te
221
^^
F
at- ten- di- te
ni- vei- si po- pu- li et V de" L I I
¿ -o- J J. AJ ^
3X1
ni^veí- si po pu- li et vi- de-
niN/dr -sí p pu- et v- -
7
-o- J—i
"cr
u- ni-veí -si po- pu- li et vi- de-
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/L 1900)
433

EJEMPLO 10-6 (continuación)

te do lor reirime-
Hj— [f j
^ ! .U3SÍZZ-
%-f—H:~H: H- FHr K
1 u i ' i r r—L^=^ _- i

te do- lo- rem me- um do- lo- rem me um do-


te
-S—J
dcr
J
lor
p¿
rem ene-
J— n um, do- lof
d_ "<S^ ^*^
1 reip me
* J TT a
8«) ' 1 —i —k •^ -• L_«Í ^—-—L c2_

te do- lo- rem me- um, lo- rum


rem me- SI

351

lo- rem me um s est


íe me- um s est do-

£
me- m si est do-

est do- loi si- mi- lis

do- L s- mi- lis


loi mi- lis, sir mi- li
tj S-

mi- lis
434 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-6 (continuación)
sí- cut do- loi me- us, si- cut-
-#k ^ 74 si -aj «1 ^ asK^- ^ J é '
.«— -f-^ * % & & ' fs 1
\/ .A -r, A ,-n fí>. . ~ f r r r r.
¿) v^ r r r i r P r ^ 1 l l l
cut do- loi me us, si- cut-
cut do- loi me- si me-
Je
•h l l l /"' * -J
1 i ' « ^ i \cutidq- rloi i
4» & &
h j> iy^i
4 yL £9 i *^
f\_ s^~* 1 1 1
f*V '49 a-} & 4¿ V'*-' * é» & & i» a r^
s- cut do- loi me-
si- cut.
fl íf £. J J i J b-^ y -^^j —-~ •TV^
fii»K '¿í . --, <5 .49 <p
J u<g UO i
VM7 r - - p r« 3 •» .^ tíJl f'g
f5^ -••í JP . « ^ ..vj tío " i
TI
^ 1 f i | | p Tl| i ^—- 1 | "
si- cut do- loi me- US.
r-| i j us, si- cut do- loi me- US.
yn & & 'f\J
.J c~ #•,v i —^ l i l i I I [ 1
*
¿, &
«P jffll
Utr •' JbJJ tfr
W rfCP
VW r ^ ¿? o» 1
'ty ffJ ^J
^P ' pr j*-j &* V/
'^L /c-> ^ _JL ,0 S5—!
US, 51-
,:.
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C/i. 1 435
1
1 ,\O 10-7 Orlando Gibbons, Pavane Lord Salisb'ury

1 1
•• -i—
,
/f* i |J. J|^ H
1 r ñ
|!
1
&== 9* f-ft» -» ' —--"
*
>
>-
i .. J **
11

l SI . i
| l i l i
-•- ¿\I* i •>
./ ' <'
J
¿? &
^ ^ &« -J
<~'

^>
^^J H J
Ti G*
TI
^'^
J,
^P
J
S&
p
J-

A
,*-s.
r
J

o
r
' 0 1
d k>
. • '
J 0 0 I
1
I
I
I
'

'
;-.—.--

! Btfafeimai
«f
\ r-*l M sa«aa
%
.,r.pr.|,,
.¿J1 i JI r —
* J i J J J -11
i
i01n i»
/í ^^-Vv

9 (5 •* v O iL G • ^" JC
& -35) »
r * i* r r*LJi* i1*- 1i*
f*T^
V*\ ^n. J»

.. 1
e£S i"W

\ ':
' V
.k 1

[
áT\
F*
Jr
J
^*
¿5
Jfr
•r
J
,<-• 0^ h
n
J-- J ]i_rn /m "^ J.
*
•^"^
5 ^* Ti rfJ ^"^ ^^
TJ 1* *^ ¿l>
^^ ^ ^!T r« ^^

^f
jjtt.
n -*J
•"^

r
1
P
1

1
(*
-^

1
t

i ;
f

u
:

I; 4.

1 1
i* .
' •
:
.- •

w •
I ;1L
436 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-7 (continuación)

I
rr rr rr*Tíj
:££:
f

J
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1900) 437

I EJEMPLO 10-7 (continuación)

y^T ^N* J -5.

r f rr r
-o-
1 uj
f

*
-^ J

r
-O- 351

r
g'T'V

r rr
r
438 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-7 (continuación)
J J
r
É
trr r ff
"^ <p j«y
u i p r
1 LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-C-4. 1. 439

1 JEMPLO 10-8 Henry Purcell, De Dido y Aeneas. Thy Hand, JBelinda

1 / _ ,
^Kaw» , . . .

1 Thy hand, Be-lin- da; daik -


—Ia— k*^
^ 1
^—^-«M?

- - -
yj^

-
¡a»—

ness shades
n¿-.

me;
»P-í fflP— J

On íhy
1 j

I j
W ^-^
1 iO*
'•" J*8 -^- ne>-

I r ; J.T>k f

/S * <> •t/V
• o
1 í
'

1 ¿

'• ¡eff\*_ L\\ 1 i* \ ! ' \ ^

1
s v A-- - S . S) »L k. v V
' »/T^
: \>i /
] f ^W
1
J«J
^
-JW ^-
^
i
rW
^^ ^*
.J. . >AV
... *• .Af . . «•
. 'V — T «•
di i*
'«» J f\f
*a>'
• iV
' ^g' ' *
-\
~ i"49
J'

; bo - som let me rest; more I would, - but Deatli - in-


1 L ñ i . i .... i - - i

1 r f r.
i-Jf-
••& K J W- 1 - - - - - - - -
>tft\« *J J

r th=j-f r
^_J | ^ i —' ' •"—*^ „
U ^, /-^" ^^^«(JB ^^ f

1 1
?.
'-^r%' • • '
f^l»
i / •
. --
._ . - r f i , ._ ,

1 'í
;l
. . ^^-^^^^ - - - . ^^^_^A* ' . . . .-

'1 • '- :; v
, :í-
440 EL CONTRAPUNTO EN LA COIVIPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

-3£ k k * v i u. • IN n í i m
i<2?\
V
frrS i ' *• - 1 » _^
)
_ i
"y &
vades me;
<® s b
Death is now a wel - come
«• ^ ^
r
n 1)

guest.
i ,_.».„ ,.
L/ í¿i _i L ^,

- - --L-¿j I jtí
¿HI
Lii «gi
J hítf « . ^ w«
VlV - - •-

*
^w T 1 L /^
]3g M ^9
TTp
-5T


C^* -? ___ <j>m
. ^r i4^ r ^

i
ÍE

i
» IPo
=F:^ I
55:
f
I
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-CA. 1. 441
r

( EJEMPLO 10-8 (continuación)

: rt , L .. ., ,
_j
1
_
,
——
1 .
K~^
,
a^^ 3^—!
1 k
n
, ^
n"
-fcL-—b —— & C¿ pl 2Ü 1^|± 1 p^ & 01 ljj^g| ^ 4PJ

J 1 1 i Y TT
When I am laíd, I am laíd - - in

\J i J
^i w
(M) .. . 1 . I •-- o ¿T.
j
* ^ «*• f"— f *

• •?. -€V i »
4^ 1
^y ¿i* 5*>í
¿¿ '^
H ^^« ^i'
U p^
1 I* KJV
n ^^ '
.i¿3
^¡2*
X 'k ° *
*' 11 1
'\i
M í

r
-^ t 7 \ 1 1

'?'
'/

'. íV ,y i ?.; . p* &' - & ... . .¡9


?

)i - . r. » -^
h J o J J r^ "
4
líií
v\
Irr
íí ^•'
1
1. . 1; rI . <=*
. _. _'. . . « < 5 . ••••

'}
'J eaith, . may my wrongs - - ere- ate no íiou - ble, no
"J
•¿
• J.
'J
'"?
'./
''•'}í• f . /L.yf) in Ly - 1
. . ' .i . - . • \i - - !
f/K P1 - . . . . J o . « «Ji
^

*r r rr - r r "
''í

i

'•>.
'H
¥
>_
*
' í.

j' n
j
*^ rO F** '
i = J .
i
j
•^^}X,v™;.: •;;::; • .^;;?>. r
I
442 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN
EJEMPLO 10-8 (continuación)
1 2
JBB -TB8I ^( )»
fl ' i(? ^^ o
TIM
A
&—& <d
tiou - bl5 íri thy bieast; Re-
i |
l ? 1
. •
j •
k r
^ j ií .. ¿4 J f> U * r> i¿ J
f
j|
fí:o "¿6 S'2' '&-" il^
»- tt¿- r o n r - o fí
a r r 1 1
-<e>- -rJ ^ r- J ^ ^-j
6V ? "Mo
*$•
/ h 1 .
,J ..,, ¡2
r... tf>

j /»s
r
*|
*s p t-
-- rP fI 1
i I I r T^ f
y^ L 1 Y jSí tfP jW - KM p
-^ va > F mH
TÍT^t
r ri <A h •
VM / / ~~ x
Y - \- bei i
mem- be i rae, Re- n3 but
| i i i ¡ i i
W i ? ^_
¿r\ <• ^
i^r •-,- J c^T
L-^ J
^s.-d " ~^v.-<d J .J
sf^H <=> ¿J Jj- S '
v*t / A P tto • P
o o O
1
-f 1
0
6*- i° *J - • ¿^
£\
J
P n
iTn>
i "£,.
n
J U ,
n*>
"*"1 • ? n R T - —i _^_ .«rj
J b ^
LAS TÉCNICAS DE CONDUCCIÓN DE LAS VOCES DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (CA. 1450-G4. 1900) 443

EJEMPLO 10-8 (continuación)

-i^qir—
— r-^ ^» =—-—£— Y _ ^_
1$T~^
—1 | — r==fH
| —• — H i _ 1— i

ah! for - £í
i - - rny fsite. E.e- mem- bei me, but

/ \J \ > i"-i • •..


'k i i i . • . •'
U——•^..
x-K . -V.J
i " • .^>-— -' '- —-.
J i _ff**f — ..S? '<S

i i r
S*v
o r|
s? í*J ' - * J4 O o
r¡* yo
p
r
\M) ' " U» <2 \
^
\ °^_ *
^^~^^ i , — V *

£V
J J J 3i ,
¿j e?
-rj
1
d ,J
ka?
i j' J~~
"^ t

y b —iy
-V|;
i*í>
r. ..... '
"D"c>"
H • " ?S>
r

ah! - - foí - get ray - fate.

-O-

r ~Or

J
Hlc^

p^ f
e£b,
444 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

EJEMPLO 10-8 (continuación)

í?
i
II

i
^ r T
_L^ —XfM y_w™

j.
. . _ "j

is P w I

I
f

I
J J ^2_ i
i
O335: -^-
f P=F H0-

i
•u «a a* ' i
¡r h • "™ •B

\\\ i
i

. y fi ip h- -«¡i1 - j¡ 1 fY- 1— -V
__*• >• J
p _ '• •,<s>
t U
1
n<y-k''
* i~
^J
<g
I 1
HJ
i
UJ
i iJ
- J -•*
l
d
i i
i J I
}r^
p. n^ t'S o_«í ^ li<2

i r
'fa-- ^ p
i r TE»
i 1 T 1 r

J iu j J ij
i
i j|
-Í3L
i
^2. tt_: ¿¿ 0.

~*P
/ 4 1L 1P Tí
W 1flr
irf ¿^
nn í* ^f^ 0 «
^ P ""
r
I /

I índice de ejemplos musicales

I
I
I Anónimo (s. xv):
Magníficat, 54
Arcadelt:
Amour ha pouvoir, 117
44, 242, 264
45, 215
47, 236
53,238
189,
191,
198,
201,
240
219, 224
215
227
28, 218
53, 102
Su i te francesa núm. 5, Loure, 160
Variaciones Goldberg, núm. 6, 325

I Bach, libro de Anna Magdalena


Marche, 156
Menuet, 156
54, 124
57, 217, 218
58, 226
61, 262
203, 238
206, 242
207, 217, 244
209, 220
Pequeño preludio núm. 8, 116
O Mensch bewein' dein' Sünde gross (Or-
gelbüchlein), 186
Partita núm. 1:

I Bach, C. P. E.:
Sonata prusiana núm. 4, 1." movimiento,
134,143
Sonata prusiana núm. 5:
62, 250
63, 124, 220
64, 233, 256
68, 215
210, 219
213, 227
217, 230, 246, 256, 263
223, 245
Allemande, 180
Sarabande, 153
Partita núm. 5, Sarabande, 313
Partita núm. 6, Toccata, 125

I 2.° movimiento, 140


Finale, 116
Sonata prusiana núm. 6, l,cr movimiento,
139
83, 262
90, 235, 252
102, 254
103, 105
224, 217
231, 242
232, 250
234, 250
Partita para violín núm. 1, Double del Cou-
rante, 379
Pasión según san Juan:
Núm. 16, Recitativo, 108

I Bach, J. S.:
Corales:
1, 217, 222, 244, 257
2, 250
"
105, 228
106, 249
108, 215, 227
114, 233
239, 245
244, 258
249, 261
252, 252
Núm. 41, Recitativo, 138
Núm. 43, Recitativo, 109
Suite para cello, núm. 3, Preludio, 381
Clave bien temperado I:

I 4, 232
5, 214
6, 124,155,214,230
8, 224, 240
121, 232
123, 222, 223
131, 226
138, 252
256, 220, 233
268, 248
271, 228, 235, 236
277, 235
Preludio II, 123
Preludio XI, 107
Preludio XXIV, 324
Clave bien temperado II:

I 9, 218
10, 224
13, 222
14, 236, 253
142, 102
143, 234
146, 240
149, 218, 243
279, 222
297, 243
298, 102, 252
303, 248
Preludio IX, 159
Fuga IX, 314

Beethoven:

I 15, 236
17, 235
18, 217, 252
19, 221, 228
151, 215, 248, 265
153, 249
156, 219, 232
158, 248
309, 253
311, 223
315, 222
316, 214
Bagatela, Op. 33, núm. 3, 152
Bagatela, Op. 119, núm. 11, 146
Concierto para piano, Op. 15, l. cr movimien-
to, 130

I
25, 220, 221 167, 248 327, 268, 269 Sonata para piano, Op. 2, núm. 1, 3.er movi-
26, 224, 236 168, 217 334, 251 miento, 106
27, 125, 217 169, 252 346, 226 Sonata para piano, Op. 10, núm. 1, Finale,
29, 231, 242 176, 243 352, 219 185

I
31, 259 179, 245 353, 105 Sonata para piano, Op. 14, núm. 1, l.er movi-
35, 125 183, 245 358, 231 miento, 386
41, 260 184, 250 Corales con bajo cifrado: Sonata para piano, Op. 14, núm. 2, 2° movi-
43, 217 185, 250 23, 229 miento, 102
446 EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

Sonata para piano, Op. 26, l.cr movimiento, Ordre núm. 5, Les Agréments, 114 Motet, Tu pauperum refugium, 150, 421 Purcell:
103 Ordre núm. 6, Les Baricades Mistérieuses, Dido y Aeneas, núm. 37, 378, 439
Sonata para piano, Op. 31, núm. 1, 2.° movi- 316 Landini: Fantasía a cuatro voces, núm. 7,163
miento, 104 Ordre núm. 8, Gigue, 178 Per servar umilta, 52
Sonata para piano, Op. 31, núm. 3, l.cr movi- Lassus: Scarlatti:
miento, 173 Dufay: Bonjour, mon coeur, 151 Sonata núm. 7 (Kirpatrick, vol. I), 119
Sonata para piano, Op. 53, 1." movimiento, Hymn, 54 Sonata núm. 37 (Kirpatrick, vol. II), 160
321 Mattheson: Scheidt:
Sonata para piano, Op. 101, Introducción del Fauré: del Der volkommene Capellmeister, 132 Das Gorlitzer Tabulaturbuch:
último movimiento, 142 Aprés un revé, 406 Minuet, 122 Núm. 28,126
Sonata para piano, Op. 110, l.er movimiento, Les Berceaux, 110 Mendelssohn: Núm. 43,126
157 Févin: Sonata para piano, Op. 6, 1." movimiento, Núm. 95,125
Sonata para piano y violín, Op. 96, 2.° movi- Agnus Dei de la Missa Mente tota, 129 183 Schein:
miento, 129 Freylinghausen: Canción sin palabras, Op. 85, núm. 1,135 Die Nacht ist kommen, 126
Trío, Op. 97, 3."movimiento, 129 Coral con bajo cifrado, Lobe den Herrén, 130 Canción sin palabras, Op. 85, núm. 4,133 Schubert:
Binchois: Cuarteto, Op. 44, núm. 3, 2.° movimiento, Impromptu, Op. 142, núm. 3,193
Chanson, Adieu m'amour, 343, 416 Gagliano, Marco da: 172 Misa en Mi bemol mayor, Sanctus, 187
Brahms: Alma mia, dove t'en vai, 154 Monteverdi: Sonata para piano en Re mayor, D. 850, 3."
Es ist ein Ros' entsprungen (Preludio coral), Galilei, Vincenzo: E cosí poco apoco, Madrigales, Libro 5, 313 movimiento, 390
192 del Disorso intorno ali'uso delle dissonanze, Si ch'io vorrei moriré, Madrigales, Libro 4, Sonata para piano en Si bemol mayor, D.
Intermezzo, Op. 76, núm. 4, 401 137 166, 326 960, Finale, 193
Intermezzo, Op. 76, núm. 7,105 Gatoldi: Mozart: Sinfonía núm. 9 en Do mayor, 2.° movimien-
Intermezzo, Op 117, núm, 3,118 Balletto, 126 Ave Verum Corpus, K. 618,158 to, 164
Concierto para piano núm. 2, 3." movimien- Gibbons: Fantasía, K. 396,170 Schumann:
to, 111 Pavana Lord Salisbury, 176, 373, 435 La flauta mágica: Auf einer Burg, Op. 39, núm. 7,161
Cuarteto para piano, Op. 60, 2.° movimiento, Núm. 5,167 In der Frernde, Op. 39, núm. 1,145
112 Haendel: Núm. 11,150 Kreisleriana, Op. 16, núm. 2,191
Quinteto, Op. 111, 3." movimiento, 144 Chacona en Sol mayor (Var. 6), 103 Núm. 12,166 Vals (Albumblatter, Op. 124, núm. 4), 121
Romanze, Op 118, núm. 5,142 Chacona (Trois Lecons, núm. 3), Var. 9,119 Núm. 21, 323 Schütz:
Trío, Op 114, 3,cr movimiento, 111 Suite V, Air, 139 Misa en do menor, Et incamatus est, 319 Cantata Sacra, 110
Variaciones sobre un tema de Haendel, Op Sonata para violín XIII, {." movimiento, 138 Overture, K. 399, 179 Scriabin:
24, xx Haydn: Concierto para piano, K. 450, Cadencia del Preludio, Op. 39, núm. 2, 410

I
Busnois: Sonata para piano núm. 40, 1." movimiento, l.er movimiento, 169 Strauss:
Magníficat, 54 137 Concierto para piano, K. 467, 2.° movimien- Till Eulenspiegel, 185
Byrd: Sonata para piano núm. 44, l.cr movimiento, to, 136
The Woods so Wild, 311 115 Sonata para piano, K. 570, 3." movimiento, Tallis:

Chopin:
Balada, Op. 23, 182
Sonata para piano núm. 47, l.cr movimiento,
149
Sonata para piano núm. 51, Finale, 120
312
Sonata para, piano, K. 576, 2.° movimiento,
174
Heare the voyce and prayer, 52

Victoria:
I
Balada, Op. 38,154 Cuarteto, Op. 17, núm. 4, 1." movimiento, Finale, 192 Motet, O vos omnes, 367, 430
Estudio, Op 10, núm. 4, 52
Estudio, Op. 25, núm. 9,166
Estudio, Op. 25, núm. 12, 113
147
Sinfonía núm. 22, 1." movimiento, 323
Trío núm. 27, 1." movimiento, 140
Réquiem, Recordare, 325
Rondó, K. 494,193
Cuarteto, K. 428, 2.° movimiento, 181, 320
Variaciones sobre Lison dormait, 108
Wagner:
Gotterdaminerung, Prologue, 185
I
Mazurca, Op. 50, núm 3,188 Trío núm. 29, 1." movimiento, 134 Tristán e Isolda:
Sonata para piano, Op. 35, 1." movimiento,
392
Preludio, núm 26, 313
Vals, Op. 63, núm. 2, 390
Heinichen:
del Der Generalbass in der Composition,
155,163
Sonata para violín, K. 481, 2.° movimiento,
148

Ockeghem:
Acto n, Escena 2, 398
Acto III, Introducción, 396
Acto III, Escena 1, 396
Die Walküre, Acto III, 189
'.
I
Corelli:
Sonata da Camera, Op. 4, núm. 1, Alleman-
da, 141
Coirperin:
Isaac:
Choralis Constantinus, Asperges me Domi-
ne, 358
Missa proiationum, Sanctus, 345, 418

Pales trina:
Missa Veni Sponsa Christi, Agnus I, 358
I
Motet, Salvator mundi, 126
Jl
i
¡
índice analítico
I
I

I
I acorde de adorno, 125,126,128
acorde de dominante aplicado:
al armonizar corales, 255
auskonponierung (véase Prolongación armóni-
tercera especie, 48, 58, 60-61, 64
cuarta especie, 67, 74, 77, 83
cuartas paralelas en combinación de especies,
288-289

I en el coral, 227, 246, 253-254


equivalentes contrapuntísticos, 181
en inversión, 171, 173
acorde de énfasis armónico, 261
ca)

Bach, Cari Philipp Emanuel, 212 n., 237 n.


bajo cifrado, 237
quinta especie, 87, 92, 95
conceptos armónicos:
en conjunción con conceptos contrapuntísti-
cos, 236-237, 246, 251, 253
Davidson, Archibald T., 343
décima, mayor y menor, 11,12,17 (véase tam-
bién Terceras paralelas)

I acorde de énfasis melódico, 165 Barform, 255 en contraposición a conceptos contrapuntísti- décimas paralelas, 15, 16, 4'6, 95
acorde de floreo, 125,126, 128 basso ostinato, 372 cos, xviii-xrx, 126-128,130 en especies combinadas, 290, 306-311
como séptima disminuida, 227 Bellermann, Heinrich, xir n., xvm conexión de notas no consecutivas, 51, 53, 89- desplazamiento rítmico, 158, 343
acorde de floreo-de adorno, 125 blanca con puntillo en la combinación de quin- 90,101,104-105 en el coral, 219-223

I
acorde de floreo-de paso, 124 tas especies, 304 consonancia, 11-12, 22-26, 35, 36 en especies combinadas, 292, 301, 311
acorde de paso, 46, 124, 126, 128, 130, 146- consonancias, adyacentes, 35, 36, 37, 50-51, 71 despliegue, 131-135, 136, 145-146, 147, 151,
151 cadencia: contextura armónica, 129-130, 239 156
en el coral, 227, 247-252 contrapuntística, 343 contracción, 154,156-160,190 dimensión horizontal, 11, 12, 23, 24, 70, 124,

I
acorde de sensible, 29,177-192, 412 en el contrapunto de especies (véase Cómo en el coral, 218-219, 222-225, 228 131,146
acorde de séptima disminuida aplicado, 181 finalizar el ejercicio) contrapunto del s. xvi, xvn, 51 n., 53, 54, 294 dirección melódica, 4
acorde de sexta aumentada, 181-190 armónica: en el coral, 234 contrapunto elemental, definición, xix dimensión vertical, 10, 11-12, 20-21, 23, 70,
acorde de sexta y cuarta, 24-25 expandida armónicamente, 236-237 contrapunto florido, 87 n., 304 124, 131, 147

I
aparente, en el coral, 231, 232 conducción de las voces, 234-237, 245- contrapunto prolongado, 49, 83-84, 90 disonancia:
cadencial, en el coral, 235 246 definición, xix (véanse también los capítulos salto aparente desde y hacia, 51, 90, 291, 292
acorde de sexta y tercera, 23,24, 26, 27, 29, 83- calderón, su significado en los corales de Bach, 6-10) cubierta, 302, 303, 315
84 234, 261-262 contraste rítmico, 34, 48 resolución retrasada de, 133-135

I
acorde de subdivisión, 148, 247-252 cambiata (véase Nota cambiata) corales, bajo cifrado, 237 adorno de, 156
acorde incompleto, 23, 24-27, 29, 46, 79-80 cambio de dirección melódica: corcheas: su evolución en la composición, 154-163
a evitar, 146 después de saltos grandes, 6, 7 en el coral, 214 con figuración, en el coral, 215-220
acordes de sexta y tercera paralelos, 28,130 por razones de variedad, 5, 6 en quinta especie, 88, 89 niveles de, 293-294

I
Albrechtberger, Johann Georg, xvm canlusfinnus, 3-11 cromaticismo, 177-192 dependencia en el contexto para cobrar senti-
alternación de 5-6, 163-170 duración, 3, 4 en el coral, 227-231 do, 11-12
anacrusa, al comienzo del coral, 214 tesitura melódica, 4 retardando el movimiento tonal, 182 melódica, 4, 131, 132, 134-135, 171, 225-
anticipación, 68, 90,130,154-155 ritmo, 3, 4 cruce de voces, 15, 60, 141, 231, 232 227

I
en el coral, 216-217, 232-233 Cherubini, Luigi, xvn cuarta consonante, 84 de nota contra nota, en el coral, 215-216
indirecta, 217-218 cómo comenzar" el ejercicio, 8 justa, 11-13, 24 222-225
anticipación de la nota de resolución, 71, 77 primera especie, 16-19, 26, 28 ligada, 84 (véase también Cuartas paralelas) control rítmico de, 343
en especies combinadas, 299-300, 302-303 segunda especie, 34, 35, 44 cuarta especie, 67-86 en el contrapunto de especies, 48, 67-71,'
Apel, Willi, 343 tercera especie, 48, 60-61, 65

I
aplicación en la composición, 110-121 79, 89, 90, 95
apoyatura, 69,155, 219-220 cuarta especie, 67, 74, 77, 83 en combinación con segunda especie, 297- los tres tipos fundamentales de, 34, 35
arpegiación, 127,153-154 quinta especie, 87, 92, 95 300 disonancias sucesivas: en el coral, 221, 2?
articulación, 161-170 cómo finalizar el ejercicio, 8 aplicación en la composición, 312-322 en combinación de especies, 291-292 /
primera especie, 16,18, 19, 25, 29, 30

I
Attwood, Thomas, xn n.,-51 n. en combinación con tercera especie, 299-304 disposición, 17, 26
audición mental, 19, 30, 31 segunda especie, 34, 35-37, 44-45 aplicación en la composición, 315 doble floreo, 48, 50-53, 65
448

en combinación de especies, 295-297, 303,


305
Keller, Hermann, 237 n.
Kurth, Ernst, xv.ni n.
EL CONTRAPUNTO EN LA COMPOSICIÓN

movimiento de floreo, 136-141, 151, 240-243


a gran escala, 390, 406
octava, 11-12,13,16-18
octavas antiparalelas, 16, 28
I
dominante, como acorde menor en la música
modal, 355
dominante de prolongación, 171, 253-254
dominante de subdivisión (divisor), 254
manipulación de registro, 134-135 (véase tam-
bién Transferencia de registro)
manipulación rítmica, 114
usado para prolongar la dominante, 383-386
movimiento directo, 13-16, 17, 20-21, 28, 29-
30
movimiento oblicuo, 13,14,19, 72
octavas paralelas, 14-15,16, 28, 36, 55, 56, 64,
72, 80-82, 91, 95
causadas por figuración en el coral, 234
a evitar: por medio de figuración en el coral,
1
dominante secundaria (véase Acorde de domi-
nante aplicado)
duplicación, 14, 24-27, 29, 78, 83
echapée (véase Nota escapada)
Mann, Alfred, xi n., xi, xvm n., xx n.
mediante, 259, 260
ritmo complementario, 304
melodía del coral, 213
movimiento paralelo, 13-15, 20-21, 28 (véase
también Quintas paralelas; Cuartas paralelas;
Octavas paralelas; Sextas paralelas; Décimas
paralelas; Terceras paralelas; Unísonos para-
234, 235
a evitar: por medio del cruce de voces, 231-
232
en la composición, 190-192,194
I
ejercicios, 10, 20,33, 44, 46, 58, 64, 77, 95, 97,
195-212, 270-285, 327-342
elisión (véase contracción)
entrecruzamiento de las voces, 17
melodía polifónica, 107, 112, 131-135, 136,
312, 324
método a seguir, 19-21, 29-30, 41, 42
realizaciones de coral, 236-240, 255-257,
lelos)
Mozart, Wolfgang Arnadeus, estudios de Att-
wood, xi n,, 51 n.
aparentes violaciones de prohibiciones de,
15-16
Ohl, John F., 343
Oldman, Cecil B., xi n.
I
equilibrio melódico, 6, 56-57
esbozo preliminar:
de realizaciones de coral, 239, 240, 255, 266
de ejercicios de contrapunto, 19, 30, 31
214
263-268
métrica, binaria, ternaria, en el coral, 213,

Mitchell, William L, xi, xi n., 128 n., 212 n.,


nivel estructural inmediato, xn
nivel estructural intermedio, xn
nivel estructural remoto, xn
nota cambíala, 48, 53-55, 64-65
organización melódica, 37, 38, 57, 58, 73,
87
organización rítmica:
en el coral, 213-215
I
expansión de intervalos, 107,134-135, 225

función armónica, 130


función doble, 171, 260
223 n., 226 n., 231 n., 234, 237
modo dórico, 9
modo eolio, 9
modo frigio, 9, 355
en especies combinadas, 295-297, 303, 305
nota de adorno, 50-51
nota de floreo:
acentuada, 220
en la combinación de quinta's especies, 303-
304
en el contrapunto de especies, 34, 48, 67, 87-
90
I
Fux, Johann Joseph, xi n,, xvn-xx, 51 n., 53

gráficos de conducción de las voces, xn


gramática armónica, x, 130
modo jónico, 9
modo lidio, 9, 343
modo mixolidio, 9, 358
modos, 8-10, 266, 343, 355, 358-361
cromática, 177
consonante, 39, 40-41, 50-51, 71
disonante: en el coral, 215-216
en especies combinadas, 295-296
ottava battuta, 37

Palestrina, Giovanni Pierluigi da, xvm, 51 n.,


293, 294
I
I
glosario, xn movimiento arpegiado, 154, 347 en la composición, 107-110 Palisca, Glande Y., 133 n.
movimiento contrario, 13-17, 20-21, 26-27 en el contrapunto de especies, 34, 48, 49, Parrish, Cari, 237 n,, 343
Hertzmann, Erich, xi n. movimiento de adorno, 107,145,151, 241, 244 50-51, 60-61, 64-65, 67 perfilar intervalos disonantes, 6-7
horizontalización, 120,121,127,131-135 movimiento de paso, 147-148, 165, 171, 390- suspendida, 221 planificación:
392, 401, 406 incompleta, 53,107-108,154,158-159 de realizaciones de coral, 239, 255
imitación, 129, 306 entre acordes en el coral, 241-248 en el coral, 215-219 de ejercicios de contrapunto, 19, 30, 31
en canon, 346 contracción de (véase Contracción) relativamente acentuada, 50, 51, 291, 301 plano de fondo (véase Nivel estructural remoto)
ocasiona prolongación armónica, 355, 358- 8-7, en el coral, 215-217, 234 simultáneas, en especies combinadas, 305 plano medio (véase Nivel estructural interme-
363 a gran escala, 383-386 nota de paso, 34, 35, 37, 48-49, 64, 65, 67 dio)
libre, 306 movimiento del bajo: acentuada, 48-49, 69-70, 219-221 posición abierta, 26
estricta, 306 arpegiado, 126-129, 346 cromática, 177, 227-228 posición cerrada, 26
independencia de las voces, 13, 14, 17, 18, 34 por quinta: ascendente, 173, 259, 315-324 consonante, 35, 36, 37-38, 71 primer plano (véase Nivel estructural inmedia-
inflexión cromática, 177, 227-229 descendente, 173 disonante: en el coral, 215-216, 231-232 to)
influencias armónicas sobre la conducción me- con suspensiones 7-6,173, 406-410 en la especies combinadas, 288-289, 292- primera especie, 10-33
lódica, 171-177 por salto en el coral, 229-230, 247-251 296 progresión armónica, 120,126-130
intercambio de las voces, 114, 124, 145-147, por grados conjuntos, 173 en la composición, 105,106-107,153-155 completa, 177, 251-252
156, 372, 410 subdivisión de la octava en intervalos igua- pasa a ser consonante, 147-148, 163, 165, expandida, 126-127
intercambio modal, 182-189, 228 les, 182-189 288, 306-311 incompleta, 147,177, 251-254
interrupción, 256-257, 262 por terceras, cromáticamente, 182-189 suspendida, 221 progresión contrapuntística de acordes, 23,126-
intervalos consonantes, 11-12,13,15-18, 23 movimiento dirigido, 34, 35, 244 relativamente acentuada, 49, 290 127
•intervalos melódicos, 4 movimiento disjunto (véase Saltos, melódicos) saltada, 37, 38, 54-55,153-155 prolongación, x
Aversión interválica, 107, 133-134, 141, 165- movimiento melódico, en correlación con mo- nota escapada, 53, 218 (véase también Nota de armónica, 171-177 '.
•166 vimiento rítmico, 91, 92 floreo incompleta) en el coral, 250-255 }
'«i el coral, 225, 226, 245-246, 248 movimiento relativo, 13,15-16, 20-21, 28 nota retenida, 146,148 prolongaciones dominantes de la tónica, ¡
movimiento rítmico en correlación con movi- nota de subdivisión, 38,124,130, 248-249 253-255 j
miento melódico, 91, 92 notas repetidas, 7, 8,17, 37-38, 230, 231-232 como mejora de la conducción de las voces, í
192 \

Potrebbero piacerti anche