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La capa de ozono es vital para la Tierra porque actúa como filtro de la radiación UV, que
puede tener impactos severos sobre la salud humana y el medio ambiente del planeta. Si
las moléculas de ozono se reducen más rápido de lo que pueden recuperarse por las
nuevas moléculas de ozono que la naturaleza produce, el resultado es un déficit de
ozono. El agotamiento de la capa de ozono resulta en una reducción de su capacidad
protectora y por ende en una mayor exposición de la superficie terrestre a la radiación
ultravioleta.
Los científicos han clasificado a la radiación UV en tres tipos o bandas: UV-A, UV-B y UV-C.
La radiación UV-C no llega a la superficie de la Tierra. La UV-B es parcialmente filtrada por
la capa de ozono; la UV-A no es de ninguna forma filtrada por la capa de ozono. Sin
embargo, la UV-B es la radiación que ha provocado los mayores daños a la salud humana
y al ambiente.
En los años setenta, los científicos descubrieron que las SAO liberadas dañan la capa de
ozono. Entre las décadas de los setenta y los noventa, las concentraciones de ozono sobre
la Antártida disminuyeron hasta 70 por ciento de la concentración normal.
Cuáles son los efectos del agotamiento de la capa de ozono para la salud humana y
el medio ambiente?
Salud humana
Plantas y animales
Organismos acuáticos
La radiación UV-B daña a los organismos acuáticos, especialmente a los pequeños como
el plancton, las plantas marinas y las larvas de peces, camarón y cangrejos, todos estos
forman la base esencial de la cadena alimenticia acuática y marina. De esta forma, las
pesquerías también se ven afectadas.
Materiales
La radiación UV-B incrementa el nivel del smog superficial, especialmente en las ciudades
en donde las emisiones vehiculares y de la industria son la base de las reacciones
fotoquímicas.
Estas reacciones tienen de por sí un efecto adverso sobre la salud humana y el medio
ambiente.
En general, antes de los años setenta, la comunidad mundial no estaba consciente de que
la capa de ozono estratosférico estaba agotándose, con efectos negativos para la salud
humana y el ambiente. Hoy, la importancia de proteger la capa de ozono es reconocida
por todos los países, los desarrollados y en vías de desarrollo. Hasta la fecha, 197 países y
la Comunidad Europea son Parte en el Protocolo de Montreal, por lo que representa el
único tratado ambiental internacional ratificado por todos los países del mundo.
Ionización
La ozonización es ampliamente utilizada en el tratamiento de las aguas, tanto potables
como residuales. Permite la eliminación de compuestos tanto orgánicos como
inorgánicos, reduciéndose el TOC, olor, color, sabor y turbidez de las aguas, así como
compuestos refractarios (sustancias tóxicas y compuestos farmacéuticos).
Aunque es necesaria su generación “in situ” (mediante “descargas eléctricas silenciosas”) y
su coste inicial es alto, es un potente desinfectante debido a su alta reactividad y poder de
reducción.
Las principales aplicaciones de la ozonización en el campo del tratamiento de aguas:
ü En el caso de las aguas potables, el ozono es típicamente empleado en una pre-
desinfección para el control de algas e inactivación de bacterias y virus, y como
pre- oxidación y/o oxidación intermedia de la materia orgánica e inorgánica para
eliminación de compuestos que proporcionan sabor, olor y color al agua. Además,
es utilizado para la eliminación de la turbidez, iones metálicos y reduce los niveles
de trihalometanos (THM) y precursores orgánicos relacionados.
ü En el tratamiento de las aguas residuales, el ozono se emplea en la desinfección
(reutilización), oxidación de compuestos inorgánicos (eliminación de sustancias
tóxicas como el cianuro), oxidación de compuestos orgánicos (oxidación parcial del
TOC y sustancias tóxicas) y la eliminación de partículas.
ü Actualmente, la ozonización también es empleada para la eliminación de
contaminantes emergentes (compuestos farmacéuticos, POPs, PTBs, PPCPs…).
Las principales aplicaciones de la ozonización en el campo del tratamiento de aguas:
ü En el caso de las aguas potables, el ozono es típicamente empleado en una pre-
desinfección para el control de algas e inactivación de bacterias y virus, y como
pre- oxidación y/o oxidación intermedia de la materia orgánica e inorgánica para
eliminación de compuestos que proporcionan sabor, olor y color al agua. Además,
es utilizado para la eliminación de la turbidez, iones metálicos y reduce los niveles
de trihalometanos (THM) y precursores orgánicos relacionados.
ü En el tratamiento de las aguas residuales, el ozono se emplea en la desinfección
(reutilización), oxidación de compuestos inorgánicos (eliminación de sustancias
tóxicas como el cianuro), oxidación de compuestos orgánicos (oxidación parcial del
TOC y sustancias tóxicas) y la eliminación de partículas.
ü Actualmente, la ozonización también es empleada para la eliminación de
contaminantes emergentes (compuestos farmacéuticos, POPs, PTBs, PPCPs…).
El ozono, forma alotrópica del oxígeno, es un oxidante muy enérgico, es
utilizado como tal en la desinfección del agua, está comprobada su eficacia en
oxidación de materias orgánicas e inorgánicas (entre éstas ultimas destacan el
hierro y manganeso). Su poder oxidante y desinfectante, mayor que el del
cloro, le hace más eficaz que éste en la eliminación del olor, sabor y color del
agua, así como en la eliminación de bacterias, virus y otros microorganismos.
Su potencial de oxidación es 2,07 voltios, mientras el del cloro es 1,36 voltios,
(el del dióxido de cloro es 0,95 V, el del permanganato potásico es 1,68 V, el
del agua oxigenada es 1,76 V)
El ozono se utiliza en el tratamiento del agua desde hace más de 100 años, y si
su empleo en este campo no está más extendido es debido a su mayor costo
con respecto a los otros desinfectantes generalmente empleados, sin embargo
y debido a las mayores exigencias en las distintas reglamentaciones,
especialmente en la reducción de subproductos derivados de la desinfección,
está originando un mayor interés en la aplicación de sustancias que originen
menos subproductos en el agua, así como una mayor reducción del sabor y
olor del agua tratada. El ozono es más potente y de más rápida acción como
desinfectante que el cloro, el dióxido de cloro y las cloraminas.
La mayoría de las plantas de tratamiento de aguas residuales generan ozono mediante la
aplicación de una corriente alterna de alto voltaje (6 a 20 kilovoltios) a través de una brecha entre
placas dieléctricas de descarga en donde se encuentra un gas de alimentación que