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1. Introducción.
5. Conclusión.
6. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
El derecho administrativo es, sin duda, la rama del derecho que está más
vinculada a la historia política y económica de los países. Por ello, la evolución
del derecho administrativo en cualquier sistema jurídico muestra la evolución
política del mismo.
Esa evolución, en todo caso, puede decirse que siempre ha girado en torno
a dos extremos entre los cuales se mueve esta rama del derecho: por una parte, la
regulación del instrumento de la acción política del Estado: la Administración
Pública, sus potestades, prerrogativas y privilegios; y por otra, la protección de los
particulares o administrados frente a la acción cada vez más creciente de aquélla.
Entre estos dos extremos, prerrogativas de la Administración Pública y derechos
de los administrados, está toda la esencia del derecho administrativo.
Es el título con el cual pertenecen al Estado una serie de cosas o bienes que,
directa o indirectamente, están destinadas a la utilidad de los ciudadanos. El
dominio público es inalienable en su totalidad o en cualquiera de sus partes;
pero, previa la desafectación de la cosa del dominio público, puede
enajenarse. Los bienes de dominio público son imprescriptibles o
inembargables; pero son susceptibles de derechos en favor de terceros,
siempre que sean compatibles con el cumplimiento del fin público que tiene
atribuido. Cuando la Administración decide que un bien determinado pasa a
ser del dominio público, se dice que éste se ha constituido por afectación.
A este respecto las leyes suelen incluir entre los bienes públicos, lo siguiente:
1. Los mares territoriales hasta la distancia que determine la legislación
especial, independientemente del poder jurisdiccional sobre la zona
contigua.
2. Los mares interiores, bahías, ensenadas, puertos y ancladeros.
3. Los ríos, sus cauces, las demás aguas que corren por cauces naturales y
toda otra agua que tenga o adquiera la aptitud de satisfacer usos de
interés general, comprendiéndose las aguas subterráneas, sin perjuicio del
ejercicio regular del derecho del propietario del fundo de extraer las
aguas subterráneas en la medida de su interés y con sujeción a la
reglamentación.
4. Las playas de mar y las riberas internas de los ríos, entendiéndose por
tales la extensión de tierra que las aguas bañan o desocupan durante las
altas mareas normales o las crecidas medias ordinarias.
5. Los lagos navegables y sus lechos.
6. Las islas formadas o que se formen en el mar territorial o en toda clase de
río, o en los lagos navegables, cuando ellas no pertenezcan a particulares;
7. Las calles, plazas, caminos, canales, puentes y cualquier otra obra
pública construida para utilidad o comodidad común.
8. Los documentos oficiales de los poderes del estado.
9. Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés
científico.
Los bienes privados del estado, según las leyes, en general son los siguientes:
1. Todas las tierras que estando situadas dentro de los límites territoriales de
la Nación carecen de otro dueño. Esta norma tiene, en Hispanoamérica,
una explicación histórica. En efecto, concedido por el papa Alejandro VI
a los Reyes de España y Portugal el dominio sobre las tierras
descubiertas en América, los respectivos monarcas usaron de su
prerrogativa adjudicando grandes extensiones a los esforzados
conquistadores de uno y otro país. Las tierras de que no se dispuso
quedaron en el patrimonio de la corona, y consumada la emancipación
política, pasaron a poder del estado.
Es este derecho originario del estado sobre las tierras sin dueño el que
explica lo preceptuado por las leyes declarando de propiedad fiscal,
Nacional o municipal, todos los excedentes que resulten dentro de las
superficies de los terrenos particulares, cubiertos que sean sus legítimos
títulos y siempre que sobrepasen las tolerancias técnicamente admitidas
en la materia.
Esas normas tienen el alcance de una mera presunción juris tantum de
propiedad fiscal de los excedentes de referencia, que no obsta a que los
particulares demuestren que pese a la exigüidad del título formal su
dominio se extiende al sobrante adquirido por prescripción.
2. las minas de oro, Plata, cobre, piedras preciosas y sustancias fósiles, no
obstante el dominio de la corporaciones o particulares sobre la superficie
de la tierra.
3. los bienes y los de las personas que mueren sin tener herederos. Se
contemplan tres categorías de bienes que en rigor pueden reducirse a dos:
a. Bienes Vacantes: son las cosas inmuebles de propietario
desconocido.
b. Bienes Mostrencos: son cosas muebles igualmente de propietario
desconocido.
c. Bienes de Personas Fallecidas sin Herederos: Esta tercera categoría
queda comprendida en una u otra de las anteriores, según la índole
mueble o inmueble de las respectivas cosas, pues cuando alguien
fallece aparentemente sin herederos, sólo es dable afirmar que se
ignora si los tiene, y por consiguiente, que los bienes son de
propietario desconocido.
En la práctica se denominan bienes vacantes los que pertenecen a una
sucesión vacante, es decir, sin herederos para recibirla.
4. Los muros, plazas de guerra, puentes, ferrocarriles y toda construcción
hecha por el estado, y todos los bienes adquiridos por el estado por
cualquier título. Las construcciones hechas por el estado serán bienes
privados de este si se levantan en terreno fiscal, pero no en caso
contrario.
La confiscación
Es el apoderamiento de todos los bienes de una persona por parte del Estado.
Al poder afectar a personas distintas del sujeto que cometió el acto ilegal,
como son sus familiares ha sido abolida en casi todos los sistemas jurídicos.
El decomiso
Constituye una sanción establecida en la ley que tiene por efecto privar al
particular de los bienes que componen el objeto de esa infracción. En general,
las cosas caídas en decomiso por razones de seguridad, moralidad o
salubridad, que sean peligrosas, pueden ser destruidas. Se podría decir, en
consecuencia que el decomiso es la pérdida definitiva de una cosa mueble, sin
indemnización por razones de seguridad, moralidad o salubridad.
Requisa administrativa
Se decreta por autoridades administrativas civiles, cuando existan razones
graves de orden o seguridad pública, epidemias, inundaciones, guerras
internacionales y otras calamidades que sean urgentes de hacer frente.
Los bienes requisados no los adquiere la administración pública para si, sino
para destinarlos a otros sujetos privados afectados por la situación de
emergencia que dio lugar a dicha transferencia.
III. LA EXPROPIACIÓN POR CAUSA DE UTILIDAD PÚBLICA Y
SOCIAL.
Concepto de expropiación
La expropiación es una institución de Derecho Público, mediante la cual el
Estado actúa en beneficio de una causa de utilidad pública o de interés social,
con la finalidad de obtener la transferencia forzosa del derecho de propiedad
de los particulares, a su patrimonio. Concepto de obras de utilidad pública
Artículo 3. Se considerarán como obras de utilidad pública, las que tengan
por objeto directo proporcionar a la República en general, a uno o más
estados o territorios, a uno o más municipios, cualesquiera usos o mejoras que
procuren el beneficio común, bien sean ejecutadas por cuenta de la República,
los estados, del Distrito Capital, de los municipios, institutos autónomos,
particulares o empresas debidamente autorizadas.
Requisitos de la expropiación
Solamente podrá llevarse a efecto la expropiación de bienes de cualquier
naturaleza mediante el cumplimiento de los requisitos siguientes: 1.
Disposición formal que declare la utilidad pública. 2. Declaración de que la
ejecución exija indispensablemente la transferencia de la propiedad, total o
parcialmente. 3. Justiprecio del bien objeto de la expropiación. 4. Pago justo y
oportuno en dinero efectivo del bien a expropiar. Garantía al uso y disfrute de
la propiedad
Elementos de la Expropiación
La evolución del derecho ha permitido que los principios jurídicos, sociales,
políticos y económicos respondan a una realidad en donde la soberanía recae
en el pueblo y se crean mecanismos para frenar los abusos de la
administración pública; en ese orden de ideas la expropiación constituye un
mecanismo efectivo de protección, por consiguiente la Constitución de la
República en el Art. 103 reconoce expresamente el derecho a la propiedad
privada en función social. Este concepto representa una evolución a lo que se
entendía por propiedad privada otorgándole una connotación colectiva y no
meramente individual. La expropiación tal y como hemos afirmado es una
figura jurídica de derecho público al servicio, que resulta eficaz para
promover el desarrollo colectivo. Toda institución jurídica necesita tener un
asidero legal para su correcta aplicación y para el caso concreto de la
expropiación podemos destacar que se incorpora al ordenamiento legal desde
la Constitución de 1841 que en su Art. 92 establecía lo siguiente: “La
propiedad de cualquier calidad que sea, no podrá ser ocupada si no es por
causa de interés público legalmente comprobado y previamente indemnizado
su valor a justa tasación”. El Estado en el cumplimiento de sus diversas
funciones, en la defensa de la soberanía o para cumplir sus fines, puede verse
en la necesidad de expropiar la propiedad privada en un acto legítimo.
Cuando la propiedad privada, resulta ser un obstáculo para el cumplimiento
de la actividad pública, resulta legítimo entonces, el sacrificio de los derechos
privados, para asegurar el bienestar colectivo; todo esto bajo la premisa de
que la propiedad privada debe ceder, cuando medie utilidad pública o interés
social. La Expropiación es un acto de Derecho Público, es el Estado en virtud
de la soberanía de la que está investido, el único que puede hacer que un bien
pase a formar parte del dominio público y prestar una función social en
mérito de la utilidad pública o el interés social. Cabe aclarar que la
adquisición del dominio del bien objeto de expropiación, tiene que ser en
contra de la voluntad del propietario, pues justamente es la falta de voluntad,
lo que le da la calidad de forzoso y donde se manifiesta el poder del Estado.
Si afirmamos que la expropiación recae sobre bienes privados, puede surgir la
duda si se podrán expropiar los bienes nacionales, la respuesta a esta
interrogante es negativa, los bienes nacionales ya prestan una utilidad pública
directa o indirecta, por consiguiente el Estado no puede expropiarse
asimismo. Otro aspecto a destacar es que la indemnización, aparte de que
debe de ser previa a la expropiación, debe de ser justa, es decir incorporar un
valor que vaya a acorde al bien y considerar los perjuicios que se llegaren a
producir al sujeto expropiado. El bien objeto de expropiación debe pasar de
forma definitiva al dominio público, pasa a prestar un servicio a la
colectividad, ejemplo: una carretera.
Fases
Para poder transmitir una propiedad privada de su titular, para convertirla en
bien o derecho de dominio público, se crea la figura jurídica de la
expropiación forzosa, pudiendo ser definida, como la transferencia coactiva
de la propiedad o de un derecho de un particular a la Administración pública,
por razón del interés público y previo pago de una indemnización.
1. https://derechoadministrativoucv.com.ve/files/library/ADPCA-03a-01.pdf.
2. https://www.gordillo.com/pdf_tomo9/libroi/capitulo17.pdf.
3. http://www.ulpiano.org.ve/revistas/bases/artic/texto/RDUCV/133/ucv_2009_
133_199-238.pdf.
4. http://derechosageo.blogspot.com/2011/09/regimen-administrativo-de-la-
propiedad.html.
5. Manual de expropiación forzosa y otros supuestos indemnizatorios.