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8 de febrero de 2016

Arquitectura Paleocristiana y Bizantina


El arte transformado por la liturgia

Héctor Balvanera Alfaro/ ID 3372140


Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla
Maestría en Bienes Culturales de Origen Eclesiástico

Historia del Arte y la Arquitectura al Servicio de la Liturgia


Profesora Mtra. Silvia Castellanos Gómez
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Y el que está sentado en el trono dijo:


«Ahora todo lo hago nuevo»

Apocalipsis 21, 5

Según las enseñanzas de la Iglesia, Cristo irrumpió- e irrumpe ad aeternam- en la


historia, tomando la naturaleza y condición humana integra excepto en el pecado, para
proponer el Camino, la Verdad y la Vida, a sí mismo, ofreciéndose todo. La primitiva
Iglesia se caracterizó por ser heterogénea en lo cultural, política y económica y
socialmente, incluso mestiza. En los primeros años del Colegio Apostólico, el aparente
monopolio de los catecúmenos, neófitos y fieles bautizados de herencia judía, que tenía
ya un componente cosmopolita,1 casi de inmediato debió hacer lugar a prosélitos
(creyentes) provenientes del amplio mosaico del imperio romano y de allende los
confines de la cultura clásica, reunidos todos para la fracción del pan y el ágape2. Así, la
fe y la celebración constituyeron desde los orígenes una amalgama universal -católica-
que fue el mosto de la Iglesia.

En cuanto a la liturgia, se puede definir como el conjunto de ritos, gestos,


acciones, palabras y signos, que se han ordenado y codificado para que la Iglesia en su
conjunto rinda culto a Dios y se santifique.

El estudio de lo puramente estético en la historia de las artes al servicio de la


Iglesia frecuentemente adolece de la consideración de los elementos constitutivos de las

1 Hechos 2.
2 RIGHETTI, M. (1955): Historia de la Liturgia. II, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid.
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celebraciones cristianas que originan los espacios y objetos destinados al culto. La lectura
parcial de estos temas requiere atender con mayor profundidad el sentido litúrgico del
patrimonio, como expresión de la vivencia de lo sobrenatural más allá del orden lógico de
las artes, si es que esta máxima realmente fuese posible, toda vez que la sensibilidad del
arte tiene una relación íntima con la experiencia religiosa.3

La experiencia de vida cristiana, el Camino, transformó la herencia de miles de


años acumulados en la sociedad en torno al Mediterráneo Del tremendum pagano a lo
sacro.4 En los primeros dos siglos la Iglesia solucionó sus necesidades con los elementos
y circunstancias de sus entornos y realidades temporales, de tal manera que la
sobrevivencia de sus fieles fue construyendo el templo espiritual de la Koinonía en el
lenguaje de la Koiné. El paso inicial para el cristiano será el sacramento del bautismo,
según dispuso el mismo Jesús,5 manteniéndose el rito de la inmersión hasta los albores de
la edad media, cuando naciones o pueblos en conjunto entraron a la grey, luego de lo cual
el ingreso quedó casi reservado para los infantes.

No habiendo propiamente antecedentes del genero religioso cristiano, se


experimentó una transición entre la adaptación de las casas patricias, las Domus Ecclesia
(Doura-Europos y Emaús-Nicópolis), a la solución occidental de la adecuación de
basílicas, o bien tomándolas como modelo, mientras que en oriente6 (Siria, Egipto, Asia
Menor) las influencias provinieron de los recintos Persas.7 Son escasos los ejemplos8 de
iglesias Paleocristianas (ss. I-V)9 anteriores al Edicto de tolerancia de Milán (313), tras

3 FAGERBERG, D. W. (2006): The Spiritual Animal: Sacramental Nature of Church Art and Architecture; Liturgical Institute
Conference.
4 PLAZAOLA, J. (2001) La Iglesia y el arte: BAC, Madrid, 19.
5 Mateo 28, 19.
6 Coincidentemente, la tradición de “orientar” (Este – Oeste) la construcción de las iglesias surge de esta área del cristianismo
primitivo.
7 Ibid., 35.
8 En oriente, Lactancio describió la catedral de Nicomedia (ca. 300).
9 LEAL LOBÓN, M (2011): El primer arte cristiano. El sarcófago de Junio Basso; Isidorianum, núm. 39, Centro de Estudios
Teológicos, Sevilla, 524.
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lo cual se verificó un proceso que incluyó la


adaptación de construcciones existentes,
para cristianizarlos, y de nuevas (S. Juan de
Letrán, S. María la Mayor, S. Pablo
Extramuros y la antigua S. Pedro en el
Vaticano) sobre todo en aquellas regiones
en donde la vigilancia imperial había hecho
imposible la fábrica de edificios destinados
al culto, hasta entonces oculto.

Los bautisterios10 se desarrollaron


independientes de la iglesia, a veces por
medio del atrio, y contaron con soluciones
tectónicas muy diversas, en algunos casos
cercanos a fuentes naturales de agua, o
dependiendo la cercanía con el resto del
complejo eclesiástico, llevando agua viva
de manera artificial. Dependiendo las
condiciones ambientales y la cultura estos
espacios fueron cerrados, semicerrados o
abiertos, y generalmente cubiertos por
bóvedas. Disponían de una piscina, de traza
octagonal, cruciforme o rectangular,
generalmente con doble escalinata en
extremos opuestos, de manera que el Bautisterios:
Arriba: Tunicia; Abajo: San Juan Laterano
catecúmeno bajase, quitándose las
vestiduras, luego fuese sumergido

10 La estructura espacial del bautisterio paleocristiano posterior al 313, supuso el desarrollo de verdaderos complejos autónomos, por
su riqueza artística e iconográfica, como el antiguo de la Archibasílica de San Juan de Letra.
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totalmente en el agua, procediera al rito y luego al salir fuera revestido en color blanco
como signo de muerte y resurrección. Los óleos consagrados se conservaban en la
cavidad de figurillas en forma de palomas, que posteriormente tendrían uso eucarístico. 11

Antigua Basílica de S. Pedro en Vaticano,


Área del presbiterio en torno a la Confesión
Recostrucción

11 FARNÉS SCHERER (1989): Construir y adaptar las iglesias, 212-213.


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San Juan de Letran, Archibasílica Papal


Cátedra

Las iglesias tendieron a construirse sobre o cerca de aquellos lugares conmemorativos del
martirio o confesión de algún santo ubicando el altar12 en el sitio más exacto posible,
tomando como líneas de trazo el eje central de la Nave, en su cruce con el inicio del
presbiterio, justo a los pies del presbiterio y debajo del arco llamado triunfal, pues era el
punto donde la cubierta plana de la iglesia se transformaba en un cuarto de esfera para
cerrar el ábside. En el caso de los recintos de planta central o mixta, central-basilical, el
altar se colocó en coincidencia con la cúpula que las cubría (Catedral de Antioquia).El
altar presenta algunos ejemplos donde cubrió con un baldaquino o ciborio pétreo, como
signo de dignidad y jerarquía.

12 Principalmente los altares fueron elaborados de piedra y en algunos casos de madera(San Juan de Letran y Santa Pudenciana): Ver
cita en; Íbidem FARNÉS, 29.
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Basílica de Santa Sabina, en Roma

El ambón13 paleocristiano es el lugar elevado y visible, que dista mucho del concepto
actual que lo caracteriza como un mueble. Desde el se celebraba la Liturgia o Misa de los
Catecúmenos, constituyó en un elemento privilegiado dentro del espacio eclesiástico. Los
diseños incluyeron doble escalinata y/o doble nivel de atriles,14 dentro de un mismo
ambón. tenía funciones tanto para el coro como para la proclamación del Evangelio y las
lecturas. Su ubicación fue variada, aunque regularmente lateral, en San Juan de Letrán o
en Santa Sabina en el Aventino se ubican en el centro haciendo unidad con el coro, entre
el presbiterio y la nave.

13 Ibidem 106.
14 Para permitir que en el mismo espacio pudieran proclamar clérigos de distinto órden.
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La cátedra de la Basílica de Santa María la Mayor ejemplifica la solución


paleocristiana de la sede-trono, al centro de la pared al fondo del ábside, flanqueada por
la subsellia, a modo de tribuna, simple o compuesta. Igualmente, la sede ocupó desde
entonces el lugar donde se realiza parte del rito de ordenación presbiteral. 15

Para la reserva eucarística se disponía del sacrarium o secretarium, mueble en cuyo


interior se guardaba un árcula o cofrecillo, para colocar en su interior las hostias
consagradas, cubiertas en un paño de lino. Estos artefactos se encontraban dentro de una
sacristía, pastophorium o pastoforio, regularmente ubicada al lado del ábside o al fondeo
de las naves laterales, de donde los diáconos tomaban la reserva para llevarla a los
enfermos o presos.16

Resulta paradójico que siendo el culto y la liturgia motivo de unidad, posteriormente


fuese el causante de disputas o alianzas. Históricamente se ha presentado una dinámica
centrífuga y centrípeta respecto a los modos de celebrar la liturgia, influenciadas por lo
cultural y humano. Por ciclos, estos ritos de las iglesias locales fueron acentuando sus
respectivas peculiaridades o bien, desvaneciéndolas y unificándose con el resto de los
ritos regionales. Durante los primeros siglos de la época cristiana, los centros de
desarrollo litúrgicos aparecen identificados con las respectivas sedes apostólico-
patriarcales: Roma, Jerusalén, Antioquia, Alejandría y Constantinopla-Bizancio. La
liturgia romana debió esperar a que la sociedad medieval permitiera la suficiente quietud
para atender la composición del aparato litúrgico, aunque siempre con variaciones
locales, mientras que la sede de Constantinopla-Bizancio eclipsó a los rituales de las
iglesias que se ampararon bajo su tutela, tomando en sí algunos elementos de la tradición
siriaca y de los países del cercano oriente.17 Las artes ligadas a la liturgia bizantina
lograron recomponer los elementos del paleocristiano hasta transformarlos en un lenguaje

15 Íbidem FARNÉS, 76-79.


16 El arte sacro actual, 152-153.
17 Las iglesias separadas de la unidad mantuvieron sus propios ritos heredándolos a las actuales iglesias orientales (católicas y
ortodoxas). Ver: RIGHETTI, M. (1955): Historia de la Liturgia. I, BAC. Madrid.
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propio, en lo que quizás constituye la


escuela artística más longeva del
cristianismo, cuyas aportaciones estéticas
siguen influyendo las soluciones formales
contemporáneas al servicio de millones de
fieles de las distintas iglesias particulares
como sucesoras de la Sede Patriarcal a
orillas del Bósforo.

Sección. Reconstrucción digital de S. Sofía


Los esquemas de iglesia central o
central basilical sería el origen del
desarrollo posterior de las plantas de cruz
griega, típicamente identificadas como
bizantinas, aunque no exclusivamente.18
Santa Sofía y SS. Sergio y Baco en
Constantinopla y los ejemplos de San
Vitale y San Apolinar en Ravena
ejemplifican la riqueza artística resultado
del florecimiento de la liturgia bizantina,
extendiéndose a todo lo ancho de los
territorios que ocuparon el Imperio de
Artophorion
Constantinopla (395-1453).

Respecto del Altar, de forma cúbica


(1.0 x 1.0 x 1.0 m.), sin prescripción de
fijarse al suelo. Se encuentra en el
santuario (Bema),19 aislándose de los

18 Ej. Basílica de San Juan de Éfeso.


19 Equivalente al presbiterio latino.
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feligreses por medio del una serie de


canceles, rejas, balaustradas o
columnas, que son el origen de los
actuales iconostasios, que es una
mampara compuesta de paneles
“escritos con iconos,” luego de la cual
se encuentra el presantuario.20 El lugar
para la reserva eucarística corresponde
a la propia superficie del altar, donde
se coloca un arcón de pequeñas
dimensiones, llamado artophorion, con
la finalidad de llevarlo a los enfermos.
Dentro del objeto hay dos
compartimentos, uno para el píxide y
otro para un pequeño cáliz puesto que
la comunión bizantina incluye las dos
especies eucarísticas.

El ambón reservado
exclusivamente para los clérigos Santa Sofía de Constantinopla
Arriba: Ámbon
ordenados, como extensión del altar, Abajo: Reconstrucción digital Sección
tuvo características similares a las del
modelo paleocristiano, como el

20 En la terminología de la tradición cristiano oriental, los iconos devocionales no se pintan sino se escriben, entendiendose que el
iconógrafo es un evangelista de la imagen, por tanto lo que hace es escribir.
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ejemplo de S. Sofía de Constantinopla, luego tendió a modificarse hasta ser sustituido


como una sencilla plataforma elevada por dos gradas enfrente de la entrada del
santuario.21

La Sede, en madera o piedra, tendió a disponerse con un carácter más de mobiliario


que de “espacio”. Ha ocupado un lugar en el presantuario, fuera del santuario o Bema, a
la vista de los fieles y en los casos episcopales o patriarcales se resaltó colocando sobre
ella un ciborio.

Bautisterio, inicialmente sigue los parámetros paleocristianos (octagonales o


cruciformes), con ejemplos complejos consistentes en pequeñas capillas octagonales
independientes, cubiertas abovedadas, con la pila-piscina central sobre el nivel del piso,
de dimensiones generosas, siguiendo la
traza arquitectónica, con lo cual su entorno
constituye un deambulatorio. El rito según
los mosaicos de los Bautisterios Arriano y
Neoniano, en Ravena, se realizaba por
inmersión hasta la cintura, por lo que el
catecúmeno descendía verticalmente para
ser cubierto totalmente, mientras el
celebrante vertiera el agua por cabeza y
recita la formula trinitaria.

La cosmovisión del mundo clásico ha sido transformado con nuevos significados que
hacen de la etapa paleocristiano-bizantina una de abundantes muestras de la capacidad
creativa de la Iglesia y sus hijos los artistas, que sabiendo hábilmente seguir las técnicas
de los “antiguos” crearon un arte nuevo, como su fe, arte que proclamaba a un Dios-

21 Actualmente se encuentran ejemplos de ambones del tipo púlpito occidental.


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Hombre, imagen del Padre, realidad profunda y escandalizarte para el hombre de ayer y
de hoy.

Levantate Lázaro. Catacumbas de la Vía Latina

Bibliografía

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