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Símbolos y r it o s e n l a LTURA P O L IT IC A
E
n la historia vallecaucana —así como en otras zonas de la Nueva (¡ranada se afronto una
etapa de transición a la emancipación e independencia en la cual se formaron unos prim ipm
identítarios de región. Por una razón u otra, los dirigentes de las ciudades situadas a lo lateo .1. I
valle geográfico del río Cauca tenían poca afinidad política con la dirigencia de Popayán y laiMum
tura de 1810 permitirá a las Ciudades Amigas del Valle -Caloto, Cali, Muga, <¡arlago, A iim im i
Toro-, exponer sus diferencias con la capital de gobernación al tiempo que buscaban ñus anean- -
de expresión y actuación frente a la situación a la que estaba sometida hispana. I)el reqm i une un.
de autonomía se fue transitando al de independencia, y del clamor a femando Vil i'
amado”— se caminó al clamor por la libertad. Esto requirió del uso y expose ión di - I.......
simbólicos que permitieran la construcción de nuevas formas de identificación, de tal Imim -|n-
desde los primeros gobiernos republicanos, en el contexto independentista estuvieron a i.... . ■:
dos de símbolos, estereotipos, frases, mitos y ritos.
Este libro identifica y pone en valor aquellos elementos simbólicos que contribuyeron espo ili> .1
mente a identificar o impulsar el ideario republicano y que no obstante no ser abundantes en la
región, irán cobrando fuerza y sentido con las conceptualizaciones que acompañaran los 1 anilu
de la fase autonomista a la independentista y a la instalación de la República moderna.
(Inivet sitiad
Ulñ -y lili
Hemiúcle/. Isabel Cristina
Ciudades confederadas del Valle : símbolos y ritos en la
formación de su cultura política / Isabel Cristina Bcrmúdez,
Alonso Valencia, Fanny Constanza Gómez.—C a li: Programa
Editorial Universidad del Valle, 2017.
144 páginas ; 23 cm .~ (Colección artes y humanidades)
Incluye índice de contenido
1.Cultura política- Valle del Cauca (Colombia) - Historia
2. Valle del Cauca (Colombia)- Política y gobierno - Historia
I. Valencia, Alonso, autor II.Gómez, Fanny Constanza, autor
III. Tít. IV. Serie.
306.2 cd 21 ed.
A l 575699
Título: Ciudades Confederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
Autores: Isabel Cristina Bermúdez - Alonso Valencia - Fanny Constanza Gómez
ISBN: 978-958-765-470-7
ISBN-PDF: 978-958-765-471-4
Colección: Artes y Humanidades - Historia
Primera edición
Este libro, salvo las excepciones previstas por la Ley, no puede ser reproducido por ningún medio sin previa
autorización escrita de la Universidad del Valle.
Historia
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN.......................................................................................................... 9
CAPÍTULO 1
LA CONFEDERACIÓN DE CIUDADES DEL VALLE.
ORIGEN Y CONTEXTO DE SU FORMACIÓN........................................................... 15
Las ciudades amigas del Valle..............................................................................21
Las Ciudades Confederadas..................................................................................26
Jura de la Constitución de Cádiz por el gobierno reconquistador.......................31
La Constitución fallida......................................................................................... 35
CAPÍTULO 2
EL SIMBOLISMO RITUAL EN LA PRIMERA REPÚBLICA 1811-1832.................... 43
Los símbolos construidos y reconstruidos............................................................46
Los discursos cívicos............................................................................................52
Festividades y homenajes públicos:
“Repiques, flores, músicos, llegó la hora de celebrar” ........................................ 61
CAPÍTULO 3
IMÁGENES PARA VER Y NO TOCAR.........................................................................65
Sentimientos por quitar: las imágenes para usar y llevar.....................................90
[...] un discurso: sus unidades formativas son las imágenes, los términos y pa
labras que recibimos en la infancia, en la escuela, en los periódicos, en todas
las formas de comunicación. Los discursos sobre la identidad se configuran
con símbolos, frases, mitos, estereotipos, nociones vagas. Imágenes colectivas1.
10
Los símbolos se encuentran presentes en múltiples objetos y ambientes,
¿esde pinturas, discursos, himnos y emblemas. Sin embargo, durante este
período estuvieron fuertemente ligados a la redacción de constituciones, las
celebraciones de ceremonias y sus rituales asociados. En las celebraciones
su uso fue determinando el nuevo significado de las costumbres y símbolos
coloniales, facilitando una transición no violenta de los imaginarios popula
res, en tanto que la cercanía de la memoria les permitía “aceptar” el cambio
o, por lo menos, “evidenciar” los cambios de régimen de gobierno.
En las ceremonias se hizo presente la autoridad que investía a los nuevos
gobernantes, se dieron a conocer, mediante la pragmática, conceptos como la
ciudadanía y la representación política, gracias al nombramiento de las Juntas
y los actos de sufragio mediante elecciones que, en un comienzo, tuvieron
alcances bastante universales. También se entregó una nueva finalidad a la
ritualidad religiosa en beneficio de los objetivos de la República y se expuso
a la población a la constante creación de narraciones heroicas, consecuencia
de las frecuentes batallas, propiciando una nueva construcción del sentido de
Patria, ya no como la localidad en la cual se nace y se vive, sino en el sentido
de la República misma, lo que daba un avance en las fronteras mentales tan
locales con las que se había mantenido a la sociedad colonial.
Estas celebraciones, como constructoras del imaginario colectivo, serán
referidas como celebraciones patrióticas en las que los símbolos cobran vida
y sentido propio; también servían para reconocer las diferentes motivaciones
que llevaban a los dirigentes a planearlas y llevarlas a cabo.
La celebración patriótica estuvo vinculada a tres actividades, principal
mente: los ritos religiosos, como misas, los tedeum y las procesiones, entre
otros; las paradas militares, propias de la formación de batallones, ejercicios
de reclutas, desfiles triunfales, etc.; y los actos cívicos, como juras de cons
tituciones, condecoraciones, elecciones, y otras ceremonias dirigidas por las
autoridades civiles del gobierno republicano. En cada una de estas activi
dades conmemorativas y de celebración se encontraba un representante de
las principales instituciones del período: la Iglesia, el Ejército y el Gobierno
Civil, especialmente el poder ejecutivo local. Sin embargo, sin importar el
motivo principal, solían participar las tres instituciones al tiempo, a través de
personajes delegados y de símbolos y/o emblemas.
Estas celebraciones patrióticas se llevaron a cabo con agendas recurrentes,
en una especie de continuidad del orden de la celebración colonial, pero de
Confederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
jando una marca que evidenciaba la ruptura; así, el viejo emblema se mezcla
con el nuevo, el antiguo rito con el nuevo, etc.; en primer lugar, y como acto
central, se da la lectura de un discurso de carácter cívico; en segundo lugar,
se brinda homenaje a los elementos simbólicos tipo emblemas, escudos, ban
deras; y, en tercer lugar, se realizan las actividades conexas del acto político
llevando a la plaza o parque central, música y diversión popular, que rompen
con el rigor del acto político y del discurso.
Elementos estos que fungían como metabolizadores ideológicos, acercan
do a los asistentes y creando la imagen de una unidad de pueblo. De esta for
ma se logra mantener el mismo objetivo de la fiesta real colonial, pero a favor
del nuevo sistema y soberanía. Cada una de las fiestas patrias cumplía un fin
específico, como instrumentos para permear la cultura de las poblaciones que
participaban en ellas, desde la trasmisión de principios propios del republi
canismo, la defensa de la libertad, el homenaje a los héroes de batalla, hasta,
pasando incluso, por la necesidad de atemorizar al contrario con arengas y
amenazas hacia la traición, o la idealización de la muerte a favor de la patria.
Podemos hablar de una primera etapa, que ubicamos desde las últimas dos
décadas del siglo X V III, en la que el lenguaje de los criollos demandaba pro
greso y denunciaba el atraso colonial. Este lenguaje de escritos políticos, car
tas privadas, y tertulias de amigos y fraternidades, cimentó un cuerpo común
de imaginarios que, para la coyuntura de 1809-1810, fue bastante apropiado
por los círculos dirigentes y las élites coloniales. De algunas de sus concep
ciones y principios se hará uso sistemático en las primeras actas autonomistas
(1810-1813) y, luego, con profusión pero con mucha más polifonía liberal, se
extenderá su uso en las Constituciones republicanas neogranadinas.
Una segunda etapa se puede ubicar desde 1825, poco más o menos, cuan
do ya las independencias están consolidadas e impera organizar el caos y
anarquía postindependentista. En esta etapa no hay dudas del sistema repu
blicano, pero se requiere crear gobemabilidad, reconstituir los lazos de iden
tidad del pueblo para dar el paso del sentimiento acerca de la “Patria”, a la
creación de la identidad de la “nación moderna” — base del nuevo Estado— .
Es el momento de creación de la heroicidad, de la escritura de las primeras
historias y geografías de la Patria para ser usadas en las escuelas, es la popu
larización del tricolor en ciudades y pueblos; esta etapa pasa por las denomi
nadas reformas liberales de los años cincuenta y sufre cambios importantes
hacia los años setenta, en los cuales la agudización de los conflictos políticos
llevó a los Estados Unidos de Colombia hacia otros rumbos que quedarían
definidos en la Constitución de 1886 y que marcaron una cierta unidad e iden
tificación de los colombianos. Esta es otra de las etapas de mayor creación de
representaciones iconográficas y composiciones musicales y literarias sobre
la independencia.
Estos temas y procesos son los que estudiamos en esta publicación, que
responde a un resultado de investigación de la convocatoria interna que para
conmemorar la independencia abriera la Vicerrectoría de Investigaciones de
la Universidad del Valle en el año 2010. Damos las gracias a nuestra Univer
sidad por haber apoyado los dos proyectos de investigación que sirvieron de
base para la producción de la presente obra: “La confrontación regional en
la génesis del proceso de independencia del sur de Colombia”, por Alonso
Valencia Llano, y “Símbolos y rituales de la Independencia”, dirigido por la
profesora Isabel Cristina Bermúdez, asistida por Fanny Constanza Gómez.
C a p ít u l o i
debemos fijar nuestra atención en la primera mitad del siglo XVIII cuando 16 Véase Demetrio García Vásquez: Revalua
en la ciudad de Cali se consolidó un núcleo criollo que dominó la ciudad y ciones históricas para la ciudad de Cali.
Tomo I, Editorial América, Cali, 1956. Alon
la icpjón en permanente confrontación con la élite de Popayán — que his-
so Valencia Llano: “El criollismo caleño y
i u H.míenle se había mantenido más cercana a los poderes metropolitanos la Independencia de la Gobernación de Po
umtci uilizados en el aparato burocrático de la Gobernación de Popayán— he- payán”. En: Cuadernos Americanos. Nueva
*h" que los llevaba a excluir a otras élites locales a las cuales consideraban Época - UNAM, Vol. 2, No. 128, México,
¡ u eb lei m .c f 1 abril-junio, 2009,
Ciudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ri tos en i .a formación de su cultura política
‘ÚUc* rc*tK.
- -V.-
•
. ú .v ' aá -'t
, " i:
á\/ ■> v :
Im ón informe de acciones en Tumaco contra las acciones del traidor pueblo de Quito I, 1809, AGN.
33
La confederación de ciudades del Valle. Origen y contexto de su formación
24
La confederación de ciudades del Valle. Origen y contexto de su formación
inferior Americano”26. Esto confirma lo dicho por Víctor Urán27, acerca del
papel que jugaron los abogados en el proceso de independencia, y también
nos permite entender esas excusas poco sólidas de ayudar a Tacón contra la
junta de Quito, que se referenciaron párrafos atrás.
De hecho, cuando los quiteños iniciaron su proceso revolucionario28 los
caleños estaban en su proceso conspirativo, que tenía lazos en Santafé y tam
bién en Quito, donde era Obispo el caleño José de Cuero y Cayzedo, tío del
Alférez Real de Cali; también en Quito se encontraba uno de los hermanos
del Alférez desempeñándose como Provisor Diocesano. Esto se sospecha de
otra de las cartas de Vallecilla a su primo Herrera, en la cual dice que . .en
sustancia se refieren estos [la Junta de Quito] al riesgo en que veían su provin
cia por la situación crítica de España; las traiciones tan frecuentes y repetidas
de los españoles, de aquellos de quienes menos podía esperarse; y los recelos 26 Ibíd.,p. 79.
<iue de ser entregados al detestable Napoleón, tenían de los mismos que go
27 Víctor Manuel Uribe Urán: Vidas honora
biernan”29. Llama la atención el hecho de que se ponga énfasis en los argu bles. Abogados, familia y política en Colom
mentos de los quiteños, queriendo con ello quizá generar apropiación de los bia. 1780-1850, Medellín, Eafit/Banco de la
motivos que estos tuvieron y que harían suyos después de que la mencionada República, 2008.
imita fuera derrotada. Nos referimos a la lucha por los cargos burocráticos, 28 Respecto al movimiento independentista de
de los cuales se sentían excluidos, pues pidieron “que los americanos sean Quito, puede consultarse a Robert L. Gilmo-
■o locados con preferencia en la América, o que entren igualmente que los re: “Crisis imperial y rebelión”, Colombia
españoles en los empleos de la Nación, sin distinción, ni excepciones odiosas en el Siglo XIX, Bogotá, editorial Planeta,
•Ine puedan causar gravísimo perjuicio”30. 1999, pp. 111- 143. Carlos Landázuri: “La
independencia del Ecuador (1808-1822)”,
I lectivamente, dicha apropiación de los argumentos políticos que justifi-
Enrique Ayala Mora (ed.): Nueva Historia
' non el movimiento de Quito, se vieron a partir de 1810, cuando Joaquín de del Ecuador, Volumen 6, Independencia y p e
1 ivzedo y Cuero reclamaba la reasunción criolla de la soberanía ante el fra- riodo colombiano, Quito, Corporación Edi
i uso de la Junta de Regencia en España, hecho que se convierte en la primera tora Nacional, 1989; Jorge Núñez Sánchez:
expresión política del autonomismo criollo caleño: “Ecuador en Colombia”. En: Ayala, Ob. cit.
También Alonso Valencia Llano: “Élites, bu
| | que disuelto el Consejo de regencia no tenga derecho a establecerse en rocracia, clero y sectores populares en la In
nuestro continente, no pueda reclamar posesión, que nosotros entonces seamos dependencia Quiteña (1809-1812)”. En: Pro
árbitros para elegir la forma de nuestro gobierno atemperándonos a nuestros cesos. Revista Ecuatoriana de Historia, No.
usos, costumbres y carácter; y que luego, sin pérdida de momento, se organice 3, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito,
en el Reyno una Junta Suprema de Seguridad Pública31. II Semestre, 1992.
Tacón. En dicha acta el cabildo “protesta con toda buena fe que le inspiran
sus obligaciones, que no se ha propuesto en sus acuerdos otro objeto, que el
conservar la pureza de nuestra Sagrada Religión, la fidelidad debida a nues
tro desgraciado F.° 7o que tiene hechizados los corazones de sus vasallos
americanos y la seguridad y tranquilidad de la patria”32. Este enunciado po
lítico reiteraba una vez más los tres principios rectores de la cesión popular
de la soberanía de tradición medieval: la defensa de la Religión, del Reino
y de la Patria.
En el acta se expuso que en caso de que España fuera ocupada definitiva
mente por Francia “seamos nosotros libres y árbitros para elegir la forma de
gobierno más conveniente a nuestros usos, costumbres y carácter...”33; que
daba de esta forma claramente expresa la voluntad de establecer una autono
mía política, uno de los principios de la Ilustración que impulsaba la idea de
que los hombres se valieran por sí mismos; pero queda igualmente claro que
no se trataba de una decisión emancipadora conducente a la independencia
frente al soberano y la patria española.
En el contexto vallecaucano no significó un cambio de gobierno ni el esta
blecimiento de una junta de gobierno similar a la quiteña. Caso diferente ocu
rrió poco después en Santafé, donde el 20 de julio se depuso a las autoridades
coloniales y se estableció una junta suprema. La diferencia estriba en que el
Cabildo de Cali no correspondía a Cabildo de Gobernación y por lo tanto era
sufragáneo o dependiente del de Popayán. Esto hizo necesario pensar en el
establecimiento de un gobierno propio que estuviera en capacidad de enfren
José de Cuero y Cayzedo. Autor: anónimo, tar las oposiciones que al Cabildo de Cali se le hacían desde la capital de la
Catedral de Quito.
Gobernación de Popayán, proceso al que nos referiremos a continuación.
L a s C iu d a d e s C o n f e d e r a d a s
[...] sostener y conservar a toda costa y hasta derramando su sangre, los de
rechos de Nuestra Santa Católica Religión, los de nuestro amado monarca el
señor Don Femando Séptimo, los de todo el Reyno, y las demás ciudades del
Valle sus amigas y confederadas, de las opresiones y hostilidades con que las
amenaza el Gobernador de Popayán don Miguel Tacón, vela y trabaja incesan
temente sin omitir diligencia de quienes estima conducente para el logro de
tan importante fin34. Antonio Baraya.
Con esta declaratoria surgieron las Ciudades Confederadas del Valle, que
. mpezaron a regirse por una Junta de Gobierno constituida por un repré
ndante de cada ciudad. Es fundamental enfatizar dos aspectos: el primero,
>I. |ar claro que el concepto de independencia asumido era planteado para la
• oyuntura: “liberarse del yugo francés y conservarle estos dominios a nuestro
legílimo soberano el Señor don Femando Séptimo”35. El segundo, mostrar
el consenso entre los sacerdotes — tres de los delegados eran sacerdotes, el
dr ( ’artago, Fray José Joaquín Meléndez (franciscano); el de Toro, Fray José
¡oaqiiín Escobar (franciscano); y el cura secular Joaquín Fernández de Soto,
l*m Buga— y las élites de las ciudades unidas en la defensa de los ya mencio
nados tres principios rectores: defensa de la Religión, del Reino y de la Patria.
I I contexto de actuación de las Ciudades Confederadas no se desligó de la 34 Archivo Histórico Municipal de Cali (en ade
ti adición y fuerza del simbolismo, pues se utilizó la religión y la defensa de lante, AHMC), capitular de 1788-1812. ff.
t lia como el máximo elemento aglutinador. Este simbolismo se dio en los dos 72-74.
sci lores en conflicto, pues los Realistas también movilizaron su gente “con 35 Acta del 1 de febrero de 1811. Archivo Histó
*i anució de que se quería acabar y destruir la religión”36. La imaginería re rico Municipal de Cali, Ibíd., p. 84.
ligiosa y los dogmas que en ella se representaban fueron en estas contiendas 36 Nicolás Ramos Hidalgo: Doctor Fray José
pitlitn as estrategias de movilización y adhesión a las causas; rogativas c imá- Joaquín i'.scobar. De los libertadores de“Co-
y. o. di Indio y oh .i i ,i romo credos de le católicos, seguían como palro- lotnbiu, ImprnitH (iutiéiir.r í lili. |t)34, p. 76
C iudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
La confederación de ciudades del Valle. Origen y contexto de su formación
[...] lo s otros am igos de por acá estam os llen o s de furor y deseando ir a quitarlo
de las garras de este tirano, que estam os seguros guardará tanto su vid a com o
la suya m ism a, y ca so que no la guarde lo p erseguirem os hasta el m ism o in
fierno y harem os que perezca él y todos sus aliados, en térm inos que no quede
en P opayán piedra sobre piedra37.
30
La confederación de ciudades del Valle. Origen y contexto de su formación
Ju r a de la C o n s t it u c ió n de C á d iz p o r el g o b ie r n o r e c o n q u is t a d o r
a t it i
M i i; ?r:"
Ciudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
La C o n s t it u c ió n f a l l id a
Valle, quienes justamente, luego de romper sus vínculos con Tacón y Rosique
al mando de Popayán, y al aliarse a Nariño, logran su parcial triunfo sobre los
payaneses.
Es en este interregno en que tomada la capital de gobernación, se prefigura
en los confederados una unidad política acorde con los aliados de las Provin
cias Unidas de Nueva Granada, pasándose a llamar la región como Provincia
de Popayán45. En consecuencia, y a tono con el momento histórico compar
tido por el resto de provincias, los confederados procedieron a plasmar su
imaginario político en la redacción de su propia Constitución:
[...] la copia adjunta impondrá a número de los acuerdos del Serenísimo Co
legio constituyente relacionados al voto que hizo antes de la memorable jor
nada del Palo, de ir a visitar el célebre Santuario del Señor de los Milagros de
esta Ciudad, su cumplimiento y el interés que tome su alteza Serenísima en la
construcción de un templo sólido y suntuoso; esperando de vuestra, una eficaz
E m ita del Milagroso de Buga. Reparada del colaboración a obra tan laudable, y honorífica a esa misma ciudad.
terremoto 1766.
Sí, antes de la batalla había que invocar protección al santo que desde el
mismo siglo XVII le realizaba milagros a la ilustre sociedad vallecaucana.
Acto seguido entramos al orden terrenal, el “pueblo”, el uso de la palabra
pueblo y apelación al “pueblo” daban un giro frente a las sonoras clasifica
ciones de “vil plebe” o “la canalla” con que solía referenciarse a los sectores
populares de libres de todos los colores, que durante el último siglo XVIII
había sido tan contestatario frente a los gobiernos locales y recurrente ante
los estratos judiciales en demandas de justicia y orden, en aprovechamiento
de las reformas a la Secretaría de Justicia y Orden en las cuales se daba ma
yor peso a la escucha amplia y registro escrito de todo tipo de querellas46.
Según Alonso Valencia, en el Valle del Cauca, en este contexto de gue
rras de independencia se crea la figura del pueblo, que se refiere a todas
aquellas personas que están en capacidad de elegir y de ser elegidos, por lo
tanto de participar en política haciendo uso de los derechos que el antiguo
régimen les negaba, esto es el pueblo como fundamento del gobierno y su
reconocimiento como poseedor de la soberanía y, a la vez, una dimensión
de la representación del pueblo como mecanismo de ordenamiento consti
tutivo. Aunque expresiones políticas de actos relacionados con los sujetos
constitutivos del pueblo se dieron en muchos lugares, el mejor documenta
46 Alejandra Araya: “Justicia, cuerpo y escritura do para el período es el ocurrido en Llanogrande (Palmira), el 25 de diciem
en la sociedad colonial americana. Espacios bre de 1813, donde los vecinos a “viva voz” y a “mano alzada”, votaron
de transculturación y aculturación”. En: Ja por primera vez por sus representantes para que el lugar fuera ascendido a
vier Osorio et al., Espacios de transcultura
Villa. Esto significó no solo la participación masiva de ese nuevo pueblo en
ción en América Latina, Centro de Estudios
Culturales Latinoamericanos, Universidad de
eventos de representación electoral ante un cargo político administrativo,
Chile, 2005. sino también, y lo que es más importante, la posibilidad de acceder a cargos
ÍH
La confederación de ciudades del Valle. O rigen y contexto de su formación
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La confederación de ciudades del Valle. Origen y contexto de su formación
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C a p ít u l o 2
44
El simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
r
Ciudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
46
El simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
Anverso: una sierra nevada con tres cruces y el sol naciente, y unos edificios a
su falda, representan las arras de la ciudad de Popayán.
La inscripción de D. Antonio Baraya, Civitas Popayanensis. Martii. 28.1811 es
la expresión de reconocimiento.
Reverso: la cadena de montañas a cuyo pie se presentan edificios, y una gran
bahía con naves, son las armas de la Ciudad de Cali, y el Puerto de San Bue
naventura del río Dagua en el mar del Sur.
La inscripción latina. Reverso Dirupit Vincula Populi, Jugunque Tiranni. Vir-
tus in feodore que sirve de orla60.
I
El simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
4M
C iudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
giadas criollas y los conceptos y los símbolos que los representaban eran par
te de su formación y mecanismos de expresión y comunicación; es decir, no
solo no les eran desconocidos, sino que formaban parte de su visión política64.
En este sentido lo que tienen que hacer en el momento es presentar y
facilitar el acceso de los habitantes al nuevo ideario de la República, desde
las constituciones, elaborados discursos, catecismos políticos. Su concreción
ceremonial y ritual tiene la finalidad de difundir entre los vastos sectores de
la población las bases y términos propios de ese imaginario republicano. En ese
orden, la coyuntura presenta una dura transición que nos asiste al reconocer en
medio del contexto histórico, el nacimiento, la instrumentalización y los espa
cios en los cuales se inicia la cimentación de gran parte de la cultura colectiva
nacional.
Los símbolos se encuentran presentes en múltiples objetos y ambientes, des
de pinturas, discursos, himnos y emblemas; sin embargo, durante este período
estuvieron fuertemente ligados a las celebraciones de ceremonias y rituales; fue
en estos escenarios donde muchos de ellos se dieron a conocer a la población;
en medio de estas celebraciones su uso determinó el nuevo significado de las
costumbres y símbolos coloniales. En las ceremonias se hizo presente la auto
Virgen de las Mercedes, colección privada.
ridad que investía a los nuevos gobernantes y se entregó una nueva finalidad a
la ritualidad religiosa en beneficio de los objetivos de la República; se expuso
a la población a la constante creación de narraciones heroicas — como la deta
llada párrafos antes— consecuencia de las frecuentes batallas, permitiendo una
nueva construcción de la patria, ya no como la localidad en la cual se nace y
se vive, sino como la República misma. Los lazos identitarios se extendían así,
superando los límites de la localidad, pero a su vez reafirmándolos.
A estas celebraciones como constructoras del imaginario colectivo, las re
feriremos como celebraciones patrióticas; al ser ellas el espacio donde los
símbolos cobran vida y sentido propio, es importante reconocer las diferentes
motivaciones que llevaban a los dirigentes a planearlas y ejecutarlas, los ele
64 Este argumento toma fuerza, al revisar la mentos simbólicos protagonistas y los actores que intervenían en ellas.
correspondencia privada entre los dirigentes La celebración patriótica estuvo vinculada a tres actividades principalmente:
del movimiento pro-independentista, como
también en las cartas públicas con fines de di
1. Los ritos religiosos como misas, rogativas, tedeum, procesiones, entre
fusión masiva; en ellas el lenguaje político se los más usados.
encuentra mezclado con alusiones, metáforas 2. Paradas militares, propias de la formación de batallones, ejercicios de
y ejemplos extractados de las culturas clási reclutas en calles y plazas, desfiles triunfales.
cas grecorromanas.
El simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
< ada una de ellas cumplía un fin específico, como instrumentos para per-
m. ,u la cultura de las poblaciones que participaban en ellas, desde la tras
misión de conceptos y principios propios del republicanismo por la defensa
de l.i libertad, hasta la necesidad de atemorizar al contrario con arengas y
ímeiuizas hacia la traición, hasta la idealización de la muerte por la patria y
Jaime Jaramillo Uribe: El pensamiento co
fl homenaje a los héroes de batalla. 65
lombiano en el Siglo XIX. Bogotá, Editorial
< ou todo, las celebraciones patrióticas durante el primer período repu- Temis, 1964.
1*1 1 , ano estuvieron lejos de ser innovadoras en cuanto a forma; los cambios
66 Manuel Chust, Víctor Mínguez (eds.): La
<*> niL ucntrati más en sus contenidos, pues la ritualidad de las celebraciones
construcción del héroe en España y México.
■iluni.ilus no fue desmontada de inmediato; la necesidad de afianzar al nuevo (1789-1847). En: Verónica Zárate: Héroes y
gobierno y sus representantes, precisó la continuidad de las costumbres del fiestas en el México decimonónico: la insis
o h11111 ‘11 monárquico acostumbrado a grandes y jerarquizados ceremoniales, tencia de Santa Ana , Universidad Autónoma
ptulriiudii dr homenajes a sus autoridades o a los elementos que los simbo- de México-Iztapalapa, Universidad Veracru-
/HI1ÍI, Colegio de Miehoacán,
Ciudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultora política
En vista de todo esto osará alguno decir, ¿que el evangelio ha dado a los
reyes de Castilla algún derecho sobre la América? O ¿que la cruel matanza
de tantos inocentes, el asesinato de los príncipes, la invasión injusta y tirá
nica de pueblos pacíficos, el saqueo y el pillaje de inagotables riquezas, una
guerra en fin reprobada de Dios y de los hombres, son títulos legítimos para
llamarse sus reyes, y sus señores? No, ellos no lo han sido sino por la fuerza,
y nuestro vasallaje fue el efecto de una continuada y no interrumpida opre
sión en que se nos hacía gemir6869.
*i
C iudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
de las manos, es indispensable acabar hasta con la esperanza que pueda animar
a nuestros enemigos, buscarlos a costa de mil sacrificios, y desengañarlos, que
no es fácil vencer a los que pelean por conservar una libertad comprada a costa
de tanta sangre [.. ,]72.
[...] por Dios Nuestro Señor una señal de la Cruz, bajo cuya gravedad ofrecie
ron cumplir con él cuanto va referido. En seguida el señor Vicario Eclesiástico
Don Antonio Marlés, por el clero secular, el Reverendo R fray Miguel Dueñas,
por el regular convento de Nuestro Seráfico O. San Francisco, lo verificaron
igualmente por los santos Evangelios y según su estado. Los empleados de
Rentas conforme a derecho por Dios Nuestro Señor y una señal de Cruz, ofre
cieron también prestar la obediencia en los términos que el ilustre cabildo lo
verificó, sin perjuicio de la que tienen prestada a sus inmediatos jefes, y todos
los demás concurrentes firmaron73.
El juramento fue otro instrumento que hizo parte de las solemnidades usa
das para entregarles fuerza y legitimidad a las nuevas autoridades políticas.
Con ello no solo se lograba el compromiso de los firmantes con la causa pa
triota, también al incluir una costumbre oficial usada por el gobierno colonial,
se buscaba dotar el acontecimiento de una legalidad simbólica frente a los ha
bitantes en general, entregando una visión de obligatoriedad y necesario cum
plimiento, que los instara a seguir a los nuevos representantes y sus objetivos.
Durante la vigencia de la unión de las Ciudades Confederadas, el jura
mento fue una de las primeras acciones llevadas a cabo por los líderes de
cada población; al principio, en ellos aún se prometía vasallaje al Rey, pero
reconociendo a las nuevas autoridades del gobierno regional. Esta actitud
ambivalente ante la decisión de construir un gobierno autónomo o separarse
definitivamente de las autoridades monárquicas, fue en la región, como en el
resto del antiguo territorio de la Nueva Granada, una constante en los prime
ros años del proceso independentista.
Los juramentos en las Ciudades Confederadas ostentaron características
claramente determinadas, estableciendo ante cuáles autoridades se prestaba
el juramento, la fórmula o frases rituales y los espacios y elementos presen
tes en ellos. La iniciativa de constituir una Junta independiente en unión con
ciudades vecinas, nace de propuestas de las élites pertenecientes a la ciudad
de Cali, y es en esta población donde se establece la primera Junta de las
Ciudades Confederadas, en ella la autoridad encargada de tomar el juramento
de los miembros o diputados fue el alcalde presidente de la Junta provisional,
75 María Salomé Boto de Calderari, Marce y en las otras ciudades, el diputado designado como presidente del cabildo.
lo Constant: “Construcción y legitimación En cuanto a la fórmula juramental, se usó la acostumbrada en el período
de un nuevo orden político: ideología y ri
colonial, siguiendo en términos generales los mismos reglamentos y costum
tuales”, Jujuy (18)0-1813). En: Cuadernos
Facultad de Humanidades, Universidad de
bres, pero con leves variaciones sobre algunos términos, como “patria” y “so
Jujuy, No. 21, 2003, p. 95. beranía”, además de la posterior desaparición de las alusiones al Rey Fernán
El simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
Puestos de rodillas los señores Vocales prestaron juramento en manos del mis
mo señor Alcalde Presidente por Dios Nuestro Señor, la Santa Cruz, y Sa
grados Evangelios, ofreciendo cumplir bien, fiel y legalmente sus respectivas
diputaciones, y ratificando la defensa de nuestra Santa Religión, sin permitir
otra, fidelidad y vasallaje al señor Don Femando Séptimo nuestro amado So
berano, y conservar estos lugares para el mismo, sacrificándose gloriosamente
por la patria76.
Juráis a Dios nuestro señor y á esta señal de cruz, cumplir bien y fielmente con
los empleos a los que se les á destinado para mantener la justicia y el orden de
esta provincia, conforme a los principios adoptados a la libertad y la indepen
dencia de la América? Si juramos. Si así lo hicieres Dios os ayude y si no os lo
demande en esta vida y en la otra. Amén77.
J8
E l simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
[...] Organizados y dispuestos por sus jefes, fueron de nuevo obligados a aco
metemos, al grito de ¡viva la Religión! ¡Viva el Rey! ¡Mueran los descomul
gados insurgentes! ¡Mueran los ladrones! [...] al que contestábamos con ¡viva
la libertad! y ¡viva la Patria!, ¡viva Cali!, ¡mueran los godos! [...]”8°.
Las armas de la libertad, que han redimido las más florecientes Provincias
de Colombia, han dado a vuestro valor el impulso que deseabais. Vuestras
manos han roto sus cadenas, vuestros grillos han pasado a los pies de vuestros
enemigos. Siempre seréis libres porque queréis serlo. El pueblo que combate
al fin Triunfa.
Al llegar nuestros soldados a vuestros floridos valles, se han encontrado con
el día de la libertad. La República, pues, os debe la justicia de titularos los
beneméritos de la Nueva Granada. Yo iré a visitar los hogares preferidos de la
Patria. Os hablo del Cauca [,..]81.
hl último tipo o estilo de discurso cívico está representando por los him
80 García, Revaluaciones..., Ob. cit., p. XXXVII.
nos y las poesías. Los himnos se confeccionaron para ser entonados en las
Mesías cívicas. Su repetición buscaba fijar los valores republicanos de pa- 81 Proclama del Libertador, en Pamplona, el 7
de noviembre de 1819, en referencia al sacri
in.i libertad, ciudadanía, constitución, entre otros, impulsando a la lucha y
ficio de Torres, Cabal, Cayzedo y Cuero, Cal
fomentando el espíritu de la revolución. Pero también, se escribieron para das, Cayzedo de la Llera, Vallecilla y otros.
mullí homenaje a las personalidades y hechos patrióticos representados en Tomado de: Boletín de la Academia de His
los héroes y las batallas. Además de ser cantados en las festividades, se repro- toria del Valle del ('auca Alto XXVIII No,
ihu jan en teiilrov peí índicos y escuelas, como mecanismos para la difusión 117, abril l'Riti p 4)'
Ciudades C onfederadas del Valle. Símbolos y ritos en la formación de su cultura política
fifi
El simbolismo ritual en la primera república 1811-1832
F e s t iv id a d e s y h o m e n a je s p ú b l ic o s :
“R e p iq u e s , f l o r e s , m ú s ic o s , l l e g ó l a h o r a d e c e l e b r a r ”
esta ciudad, de la Junta Superior Provincial, con diputados de las ciudades del
Valle, la mayor parte de los cuales estaba ya en Cali, escogida para sede de
tal cuerpo por su situación local y otras ventajas. Sería por eso Cali, decían
los ediles, centro de la común unión; aquí residía el coronel Baraya. Dicha
instalación estaba fijada a las cuatro de la tarde, en la casa municipal, cuyos
balcones se adornarían y cubrirían con colgaduras a esa hora. Asistirían todas
las autoridades y corporaciones y se leerían en primer término las credenciales
de los diputados. Se seguiría repique general de campanas y salvas de artillería
y fusilería, formándose al efecto toda la tropa; en la noche, iluminación gene
ral en la plaza mayor. El 2, sábado, se cantaría misa de acción de gracias. La
víspera de la instalación, el día y su noche, habría todo género de diversiones
y se permitiría que el pueblo manifestara su alborozo y alegría con entreteni
mientos que no pasaran los límites de lo lícito y honesto83.
Las plausibles noticias que acaban de publicarse merecen que se celebren con
la más pura efusión de gozo que debe causar a todo buen ciudadano la unión
de los colombianos. Por tanto prevengo se ilumine la ciudad por 3 noches en
que concurrirán los músicos á tocar sus instrumentos en la casa municipal y
el domingo 15 del corriente se dirá una misa de acción de gracias al ser Su
premo por tan glorioso acontecimiento, dejando a la voluntad de los patriotas
las diversiones públicas con que quieran solemnizarla. Los músicos que no
concurran exigirán 4 pesos de multa, o seis días de prisión [.. .]88.
Es, precisamente, en las fiestas públicas donde los habitantes ajenos a las
clases dirigentes dejan de ser meros receptores de conceptos e insinuaciones
políticas determinadas. En ellas se hará evidente la posibilidad de aceptar o
no los motivos de las celebraciones, se crearán opciones propias de diversión,
permitiendo sacar a flote las particularidades culturales de cada región, sin
importar si el motivo político proviene de los mandos nacionales o locales.
66
i ¡ ' :! Í -Í * ' • ¡íi i I )í
I ii las actividades pictóricas del período se usaron como técnicas las pin
turas al óleo, la acuarela y el grabado. En ellas se buscaba representar las
r a m a s históricas, los retratos de los recién nominados héroes de la patria,
mimiás de damas y hombres notables del período; lo interesante es que junto
a estas imágenes aparecen visiones cotidianas del nuevo país, sus costum
bres, paisajes y la introducción de personajes típicos lugareños.
I I retrato y las pinturas bélicas son dos de los elementos más usados. El
pt uñero, usado “para resaltar la importancia de proceres, personajes políticos
H adinerados, también fueron abundantes los retratos en formato miniatura,
m ui ral mente en soportes de marfil, latón y vidrio”94. El segundo, buscaba
pía .mar las batallas de la Independencia del país, crear un imaginario de la
Importancia del hecho presentado como único medio de obtención de gloria
y victoria; fueron generalmente pintadas al óleo y en ellas sobresale el cuida
do por detalles como el vestuario, las banderas, la posición de las tropas, las
anuas y la escenificación topográfica, mezclados con algunas imágenes que
di lailán cómo la vida cotidiana continúa a pesar de la cercanía de una batalla.
1 n el material pictórico del período es posible encontrar temas estilísticos
dualidades recurrentes como la construcción de alegorías, la presentación
testimonial de hechos históricos y las narrativas pedagógicas. En referencia a
111 producción de alegorías, estas suelen entrelazarse con el recurso de los re
tratos; en ellas, el personaje histórico se ve rodeado de un importante número Dibujo de Antonio Ricaurte a los 18 años por
José María Espinosa.
dr elementos simbólicos, usados para trasmitir al observador— el ciudadano
di I romún, el habitante colombiano— el rol del héroe y las virtudes e ideales
94 Texto guía curso virtual protección y conser
patrióticos que representa. Los símbolos con recurrente y preponderante pre-
vación... Ob. cit.
-' iii ia son la Libertad, la Victoria, la Ciencia, la Patria, la Unidad, la Justicia,
■ira siempre partiendo de las imágenes de tradición clásica grecorromana, 95 Símbolo de libertad, al parecer proveniente
de las culturas clásicas latinas, nacido del go
i nmo se referenció en el capítulo anterior.
rro o sombrero usado por los esclavos liber
Así, entonces, tenemos la libertad con sus representaciones variadas a tra tos, cuyo significado fue adaptado durante la
vés del gorro frigio95, el árbol de la libertad96, la india de la libertad; esta Revolución Francesa al bonete o gorro frigio.
ul i ii na fue la más difundida visualmente, recorrió el país en forma de una mo- Ver más en: Juan Ricardo Rey: “Nacionalis
tu .la, acuñada inicialmente en Cundinamarca. La alegoría habría sido tomada mos aparte: antecedentes republicanos de la
iconografía nacional”. En: Catálogo de la
dr un cuadro ya conocido durante el período de Pedro José Figueroa.
Exposición conmemorativa del Bicentenario
I ii la moneda, la Libertad es personificada por el perfil de una mujer indí- 2010, Museo Nacional. Bogotá, 2010.
.. ii.i, coronada con un penacho de plumas. Esta imagen se encuentra también
96 La siembra del árbol de la libertad, aunque
cu vano-, documentos y i. pi> >nía. unir , pictóricas del momento, entre las
efectuada durante la Revolución Francesa,
ma . ici (inoculas i i.in l,i ./. ¡.i 1 il>,-n,nl {1X10) y Bolívar y la Alegoría era ya una costumbre en la cultura egipcia y
Ji ínit'iim. de Pedro Jos* ! ignoim i i o | S i n embargo, al observar romana de la antigüedad.
(.7
C‘iU lM illig C’i'lNPKIIERAi'i: D i! M ii NÍMIlili n i ^ RiTUÜ ÍN i ti !« i
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C:H'í1A|1t|S CONFRPEftADAi ¡ílU V a I t ó : SÍM imi ufe á fUTOl PN i A FílRKiAc |ÚN PÜ i i 1 M 'i JUBA PUÍ l i l i A
71
i ! ' |1 ! ! ! I| . QfO( I
71
Figura 3.3. La muerte de Sucre (1835). Óleo sobre tela, 138,5 x 200 cm.
Pedro José Figueroa. Museo Nacional. Bogotá, 2010.
NIm m iii
99 Camilo Calderón: “La pintura de Historia El pintoresquismo de este lienzo hace más evidente la intención irónica del
en Colombia”. En: Credencial Historia, ed. pintor, que aquí, reviviendo un hecho histórico, bordea la caricatura. Por lo de
170, Febrero de 2004. Bogotá. En: http:// más, su relato coincide con el que Joaquín Posada Gutiérrez haría en sus Me
www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/creden- morias histórico-políticas, publicadas en 1865. José María Espinosa también
cial/febrero2004/pintura.htm pintó este asunto, hacia 1845, aunque en su pintura el paisaje deja en segundo
término a los protagonistas y los sicarios no aparecen en la escena".
100 Grupo de ocho pinturas y acciones militares
de la Campaña del Sur, iniciada desde Cun-
dinamarca, que termina con la derrota del Como se mencionó en un comienzo, en lo referente al período de las Ciu
ejército patriota, la prisión de gran parte de dades Confederadas, las pinturas de José María Espinosa son las más re
la oficialidad criolla incluido Nariño y la eje presentativas, específicamente aquellas que hacen parte de la Campaña del
cución o muerte en batalla de otros recono
Sur100, aunque la fecha precisa de su realización aún se encuentra en debate
cidos personajes, como Joaquín de Cayzedo
y Cuero (ejecutado) y el General José María
y oscila entre 1845 y 1874101. Esta empresa militar dirigida por Antonio N a
Cabal (muerto en combate). riño hizo parte del esfuerzo de los patriotas criollos por detener el avance y
101 Los curadores del Museo Nacional de Co
reagrupación de las fuerzas Realistas desde el sur, dirigidas por el entonces
lombia dan como probable fecha entre 1845 Brigadier Juan Sámano con el apoyo del Gobernador de Quito Toribio Mon
y 1860, basados en la fecha de un boceto tes; en ella participaron las Ciudades Confederadas, mediante el envío de las
en tinta sobre la cuchilla del Tambo, con tropas existentes en la región, además de víveres y pertrechos.
servado en el Museo. En el libro Arte en
Las acciones emprendidas por Nariño desde la capital fueron presentadas
Colombia, de Eugenio Bamey-Cabrera, se
presentan como un encargo de Manuel Mu- y recibidas como el apoyo tan necesario para sostener el ideal de un régimen
rillo Toro, quien gobernó entre 1872-1874. político independiente en la zona. Junto a Nariño marcharon varios de los di
Ver a Yobenj Acuardo Chicangana-Bayona: rigentes y protagonistas de las Ciudades Confederadas, entre ellos el Alférez
“La Campaña del Sur 1813-1816 en las te
Real de Cali, Joaquín de Cayzedo y Cuero (1773-1813), quien ejerció como
las de José María Espinosa”. En: Historia y
sociedad, No. 17, Medellín, Julio-diciembre
miembro de la Junta de las Confederadas; además de hvoihu idos militares
2009, p. 75. como el General José María Cabal (1789-1816) quirn mi.......... l’opayán,
76
iMÁCil i MU iI . ........
( II I H H I * ( I lili I l II H AMAn |Mt V A I I h S ÍM N III IIH Y M t l N PN I A H IBM Al ItiN III Al I I 'I I I 'H A 1*111 l i l i A
luego de ser hecho prisionero, juzgado y fusilado pot las Hopas Real isla-.
En las ocho pinturas de Espinosa sobre la Campaña del Sur se encuenlnm
las Batallas de Calibío (15 de enero, 1814) (Figura 3.5), Juanambú (28 de
abril, 1814), AltoPalacé (30 de diciembre, 1813), Tacines (9 de mayo, 1814),
Ejidos de Pasto (10 de mayo, 1814), Río Palo (15 de julio, 1815), Llanos de
Santa Lucía (1814) y La cuchilla del Tambo (29 de junio, 1816).
Entre ellas, la de Calibío presenta varios elementos significativos que nos
permiten re-creamos aspectos fundamentales para que el pueblo entendicm
más allá de la imaginación cómo se vivía la guerra: tipos de escuadrones,
Batalla de juanambu, nocturna. disposición y ordenamiento de las tropas para la batalla, tipos raciales de las
tropas, cantidad y tipos de armas de fuego, uniformes. Sin embargo, como es
conocido hoy, es casi improbable que las tropas guiadas por Nariño, confor
madas en su mayoría por reclutas sin gran experiencia militar, lograran com
portarse como un ejército profesional, sumado al uso de uniformes, que en
esta primera etapa de las luchas por la Independencia debían portar a lo sumo
solo los oficiales principales; la numerosa presencia de armas de fuego puede
ser vista con reserva, ante los múltiples relatos que describen en los ejércitos
republicanos la escasez de rifles y cañones, solventados en muchos casos tan
solo con lanzas y machetes.
Batalla de juanambú. Esta última característica es posible demostrarla en la medida que los ejér
citos patriotas eran en su mayoría compuestos de todo tipo de paisanos reclu
tados forzosamente, labriegos, campesinos, que eran llevados con sus herra
mientas de trabajo y que no tenían ningún tipo de preparación para un cuerpo
militar; razón por la cual solo a aquellos que demostraban una mínima pericia
en el manejo de un arma de fuego se le dotaba de esta en los momentos de la
batalla. La escasez de recursos, como caballos, hierro y metales para hacer ar
mas y balas, dinero líquido para compra de dinamita, cañones y armamento,
para la confección de uniformes, fue una constante dado el carácter persona
lizado que durante buen tiempo caracterizó al período de la independencia.
Es así que estos elementos “añadidos” a la realidad, nos señalan que a
Batalla de los ejidos de Pasto.
pesar de la presencia real del pintor en la confrontación militar, su representa
ción es guiada o alterada con la finalidad de construir una imagen del pasado
mucho más portentosa de lo ocurrido en realidad, con el fin de recrear la vi
sión de una “gloriosa” historia para el nuevo régimen político.
El siguiente elemento de Calibío está dado en un primer plano, al repre
sentarse a Antonio Nariño entregando la divisa de avanzar a dos oficiales: el
102 Chicangana, Ob. cit., pp. 78-79. General José María Cabal y el Brigadier José Ramón de Leiva102. La posición
7K
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MaUil.1 ili- la ( U chilla del Tambo.
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i {IffiAjipá ( ftríf n fip B A jiA B itPi V a ! I P NÍMÜÓ! OS V H lttlS P n i A r t lH M A t ÍÓ N Í í t Ht* r u L t U f i A S*Cfl í n i
Aquí ocurrió un incidente que por tener tanto de poético como de prosaico,
merece referirse. En pos del ejército iba una bandada de mujeres de pueblo, a
las cuales se ha dado siempre el nombre de voluntarias (y es muy buen nombre
porque estas no se reclutan como los soldados), cargando morrales, sombreros,
cantimploras y otras cosas104.
Vistas por los jefes como un estorbo, el autor las reconoce, por el contra
rio, como de mucha utilidad para las improvisadas tropas patriotas, y las des
103 Isabel Cristina Bermúdez: Sobre juanas y
tacó como “auxiliares muy útiles, a quienes el amor o el patriotismo, o ambas
rabonas..., Ob. cit.
cosas, obligaban a emprender una dilatada y trabajosa campaña” 105.
104 Espinosa, Ob. cit., p. 27. Posiblemente por la carga peyorativa del término, las “voluntarias” que
105 Ibíd. fueron representadas por Espinosa en sus pinturas v m "pulas • n sus memo-
82
I m áuh nbs pa ra Ve r Y NO M>< ah
i i.r, no formaban parto del bello sexo”, pero eran el otro batallón sin el cual
lo;, pechos que disparaban no podrían haber sobrevivido, pues de sus cuida
dos y apoyo moral dependían106. Sin embargo, él las hizo visibles y les dio
un lugar en los procesos históricos que fue recuperado años después por Don
i ueiano Rivera y Garrido, un escritor caucano, quien destacó en los siguien
tes términos el papel de estas mujeres:
En tas inmediaciones de los cuarteles vagan las madres y las esposas y com
pañeras de los reclutas, pobres criaturas, que han abandonado el hogar, la fa
milia menuda y los cuidados domésticos, por seguir en pos de los hombres de
la casa, violentamente arrancados a su solicitud y a sus afectos. Muchas de Batalla de los ejidos de Pasto. Detalle: reconoci
esas mujeres ancianas y achacosas ya, afrontan los padecimientos y la fatiga, miento a la participación de mujeres de estratos
sostenidas por el noble sentimiento de la maternidad; otras jóvenes y bellas, populares en los hechos de la independencia
soportan los inconvenientes y molestias de largos viajes hechos a pié, por no
separarse en absoluto de sus esposos o de sus amantes. ¡De cuán eficaz auxilio
son para el pobre soldado novicio aquellas valerosas y abnegadas mujeres!
Voluntarias se las llama, i en esa palabra se contiene un mundo de sarcasmo y
lujuria... ¡Sí! voluntarias en el cumplimiento de excelsos deberes; voluntarias
por el amor al hombre a quien todo sacrifican, llámense madres, esposas o
reciban únicamente el nombre de compañeras...
[...] ¿Qué fuera de nuestros pobres reclutas sin esos ángeles tutelares, las vo
luntarias, que tanto les ayudan a sobrellevar las miserias de su existencia pre
caria?... ¿Quién les llevaría el vaso de agua que habrá de mitigar su sed de in
fierno en lo más fragoroso desde sus heridas, aquí, entre nosotros, en donde es
desconocido o muy imperfecto el servicio de las ambulancias en campaña?...
¡Benditas sean, pues, esas humildes mujeres a quienes el mundo desprecia y
de quienes aparta la mirada con desdén, porque el polvo que cubre sus ajados
vestidos nos parece emblema de ignominia, cuando no es sino el testimonio de
su abnegación! ¡Sigan siendo el ángel custodio del pobre recluta, y duerman
muchas de ellas el sueño del sepulcro en la apartada llanura en donde las sor
prendió la muerte, con la dulce convicción de haber llenado su deber en este
mundo con más grandeza que las soberbias cortesanas que hacen velar la faz a
la virtud con el espectáculo vil de su degradación y de su lujo!107.
106 Cff. Memorias de un abanderado.
H.i
C l l i t i M i n ( t l i .......... .. >V- IM I V-M I l S ÍM H I1 I tr, \ IIITOH I N I A PflK M M IO N til 'I I 1 I t'tT tfU A l'll!
[...] las mujeres nuestras con tan varonil denuedo, se botaban a coger prisione
ros, y se les rendían como a los capitanes más valerosos, unas con las mismas
armas de ellos, que les quitaban, otras con palos de las cercas, que traían al
hombro a modo de fusiles; traían en medio a 8, a 10, a 12 prisioneros y los
presentaban al señor presidente; otras venían cargadas con cajones de metralla,
de pólvora, con cañones y armas blancas y otra infinidad de despojos. ¡Cosa
admirable! Y yo que lo vide, pues me hallé en el tiroteo109.
¡Las mujeres daban ejemplo a los soldados! Un valiente patriota avanzaba con
espada en mano, pidió a una mujer se apartase para ocupar ese lugar. Esta se
injuria y dice: ¿la piedra que yo lance no hará tanto efecto como tus golpes?
Despreció el consejo y mantuvo su puesto110.
[...] espero me dé órdenes para ahorcar mujeres, pues aquí no ha quedado más
que este género, y tan malditas, que son las que nos hacen la guerra; cuando
menos piense tiene allá unas doscientas, que he de remitir para que las mande
a los llanos a poblar”111.
I 1 uso del orden vertical de las franjas y la disposición de los colores para
presentar la bandera nacional también es ilustrado en el retrato de Bolívar
creado por Jaime Santibáñez alrededor de 1821. La particular inversión de los
1 1 dores originales de la bandera de Cundinamarca, por parte de Espinosa, uni
87
C U rD A H M » f '( I N P I 'D K U M I A I lli i V a I t ! S iM im t im V UITItM t " i A 1-I1UMTÍ Kit-í lli M C|1| 11 !|| i 1*1 II l i l i \
88
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Se n t im ie n t o s p o r q u it a r : l a s im á g e n e s p a r a u s a r y llev a r
Como ocurre cuando un sistema político reemplaza a otro, una de las pri
meras acciones gubernamentales es reemplazar rápidamente los elementos
simbólicos que identificaban al anterior. Durante la primera república neo-
granadina, las armas monárquicas fueron destruidas y retiradas de los lugares
públicos, en una actitud aparentemente espontánea que daba a conocer el fin
del poder de las autoridades tras el símbolo que las representaba.
Este procedimiento se ejecutó en las ciudades y poblados del antiguo vi
rreinato de Nueva Granada, una y otra vez, tanto con el surgimiento del sen
tomo II. Academia de Historia del Valle del timiento independentista como en la retoma de los Realistas. En la Santafé de
Cauca, Cali, 1975. 1813, Caballero dejó constancia de ese momento en su diario; “Se quitaron
ó»
iMAOfiftl ;i mi iA VHP I NO ICH AH
todas las armas de la Casa de la Moneda, del rey, y poner las de Cundinamar-
ca” 117. Se trataba del inicio de un proceso de desconocimiento del símbolo
en tanto su significado público, su denotación de un poder soberano que por
largo tiempo había estado rodeado de misticismo político y religioso, con
miras a su olvido y abandono.
Quitar las armas de la Corona de las puertas de las instituciones oficiales y
espacios donde siempre habían estado era, en sí, un acto de autoafirmación de
una nueva identificación con otros valores; significaba la aparición, en cier
nes, de otras lealtades y principios quizá con otros símbolos que debían reem
plazar esos espacios que no podían quedar vacíos, pues uno de los elementos
inás importantes por superar en el contexto político era la incertidumbre del
“vacío” de poder, el soberano ausente y el gobierno acéfalo. Si bien no había
siempre un o unos reemplazos inmediatos, el hecho de quitar el símbolo ya
hace importante el fenómeno coyuntural.
El liderazgo de corte republicano insistió en un ejercicio de facto de sus
gobiernos, sus ideas empezaron a circular rápidamente mediante dispositivos
ile representación simbólica diferentes al discurso ilustrado oral o escrito,
debido a que la mayoría de la población era analfabeta y debía ser intro
ducida al republicanismo mediante otro tipo de pedagogías. Es así como a
h avés de la acuñación y circulación de nuevas monedas se podía asegurar la
promoción de unos símbolos que iban siendo consumidos o apropiados en las
actividades más cotidianas como la compra y venta en el mercado, la tienda,
y cualquier transacción mediada por la moneda, muy especialmente; este tipo
de dispositivos que van de “mano en mano” como las monedas, permite que
los diversos pobladores puedan tener conocimiento del cambio. Sin embargo,
vale la pena enfatizar en un aspecto importante de la acuñación de monedas
propias “nacionales”, que va más allá de la necesidad de extender esa nueva
red de símbolos que representaran al nuevo gobierno.
Se trata de la obtención del control de las Casas de la Moneda existentes
n i las regiones, en tanto que no solo posibilita la apropiación de una de las
iclividades administrativas más oficializantes del Estado colonial, sino la
generación temprana de recursos y financiamiento del nuevo régimen en su
proceso de desmonte paulatino del anterior, tanto en la capital como en las
provincias. Para el período durante el cual rigió la unión de las Ciudades
<fin federadas, existía una Casa de la Moneda en Popayán que no pudo ser
apropiada por los autonomistas dado que la dirigencia de la ciudad no se m José Maria Caballer0 Particularidades,...
,i.l .riibió al sentimiento autonomista, por lo que permaneció controlada por ob. cit., p. 152.
IL H í m .Mp s ( ?” >í RfJRPHins jipi V*f i p MÁfiflf US V 81'HII I N I A HlftMAi fÚN MR SI i i f »f FUH A piU f f ft A
un cabildo con intereses fidelistas al Rey; razón por la cual no Imy monedas
diferentes que se hayan acuñado en esta región en este contexto, lil proyec
to de las ciudades amigas no tuvo la estrategia, o quizá la maquinaria para
acuñar monedas con algún tipo de simbología del gobierno de las Ciudades
Confederadas; así los administradores fidelistas de la Casa de la Moneda
de Popayán, cumplieron con la tarea de mantener el orden monárquico en
las monedas y en apoyo a las autoridades Realistas en su persecución a las
que circulaban “ilegales” en el resto del país, especialmente las de Cundi-
namarca.
En una estrategia mucho más política, tenemos la creación de sellos ofi
ciales y la entrega de condecoraciones para honrar a los héroes y partici
pantes de la guerra. Estas actividades tenían como objetivos, por un lado,
legitimar ante la comunidad “nacional” la existencia del nuevo gobierno; la
rúbrica del sello en todo tipo de documentación oficial se asimilaba a una
afirmación del cambio, es decir, a una no tan cuestionable ilegalidad del
mismo, pese a que la coyuntura política mostraba un país dividido ideológi
camente. Por otro, está, el objetivo de crear referentes de personajes nuevos,
respetables, e identificables claramente con los cambios que estas personas
— heroizadas— habrían liderado con sus hazañas y lides. Este impulso a
Figura 3.10. Ocho reales de plata. 1821. Colec nuevos personajes finca su razón en la necesidad de suplantación, esto es,
ción particular. en la necesidad de quitar del imaginario popular las imágenes del Rey y la
Reina — únicas, aparte de las religiosas— que eran paseadas por las calles
en fiestas y agasajos, mostradas como cabeza, poder y dirigencia de un Es
tado monárquico bueno, preocupado y gestor de políticas de gobernabilidad
favorables a los estamentos sociales.
Antonio Nariño fue el encargado de la emisión de las primeras monedas
del gobierno republicano, las cuales empezaron a circular en Cundinamar-
ca y se extenderían luego en buena parte del territorio controlado por las
tropas autonomistas, en el sur. Estas monedas de plata, acuñadas en Santafé
en 1813, que buscaron reemplazar las emitidas por el gobierno de Fernan
do VII, tenían en uno de sus lados el perfil de una mujer indígena con un
tocado de plumas y en la otra una granada rodeada de la inscripción Nueva
Granada. Cundinamarca. Estuvo en circulación por varios años en medio
de las confrontaciones con los Realistas; claro está, con la introducción de
algunas variaciones de acuerdo con el momento político que se desarro
llaba; por ejemplo, la frase o inscripción insertada entre 1821-1828 con la
creación de la Unión Grancolombiana.
92
IMÁHÍMÜ labA I i b H it M u AR
Art. 2o Las monedas de cobre tendrán por el anverso el busto de la libertad con
esta inscripción República de Colombia. Por el reverso una orla de laurel, y en
centro en letras - un quarto ó un octavo de real año de... también se añadirá a
cada piesa el cordón, y las demás precauciones que el gobierno estime necesa
Figura 3.11. Ocho reales de plata. 1824. Colec
rias para evitar su falsificación118.
ción particular.
Desde los primeros años de las luchas por la Independencia, hasta la con
solidación del poder republicano, las monedas transformarían lentamente los
símbolos que ostentaban; del perfil de una libertad claramente indígena y una
granada que recordaba el cercano pasado colonial, emitida en 1813, se pasa a
una libertad que trae a la memoria ya no a los ancestros americanos, pero sí a
la cultura clásica grecorromana; la granada desaparece y es reemplazada por
un carcaj de flechas y los cuernos o cornucopias de la abundancia, nuevamen
te ambos símbolos grecorromanos; el primero representa la unidad, la fuerza
y la justicia; el segundo, la riqueza. Estos elementos en adelante seguirían
formado parte de las monedas del gobierno republicano, acomodándose sola
mente a los cambios del mundo político con inscripciones de Cundinamarca,
República de Colombia, o República de la Nueva Granada.
Junto a las monedas, los sellos y las condecoraciones, otro medio con el
cual se estableció la presencia de las nuevas autoridades fue la expedición Figura 3.12. Anverso de ocho reales de plata.
1819. Hernández G. Antonio. La moneda en
de papel sellado, usado en los documentos oficiales y en la elaboración de Colombia. 2001.
escrituras públicas. Esta actividad, que había sido un monopolio del gobierno
colonial, pasó al monopolio republicano, apoyando, como hemos ido anali
zando, la legitimación del poder del Estado republicano, al declarar como au-
lentico todo aquello presentado en el papel sellado. Su importancia también
radicaba en ser una excelente fuente de ingresos por ser un recaudo continuo
y relativamente fácil de reorganizar en medio de los espacios de paz entre las
confrontaciones militares.
11 papel sellado usado en la Colonia solía contener en su esquina superior
i/quierda un timbre con el escudo de Armas de la Corona Española, la alu- 118 A.C.C. Ley de Monedas octubre 1 de 1821.
.mu a la fecha d<- validez respectiva (generalmente en trienios o bienios) y la Sig: 6824 CI -2g. IT. 5 y 5v.
( ii i «ai im ( «iMi'mit'i?wt< itt?l Vai i í« NiAim.i «ni siftis In i aH ifU M i n'ui tiMt -1 i>|f i mapin Hm'
No dude usted que la victoria será por nosotros y elévelo a su excelencia apara
su gobierno. Dios guarde a ud. muchos años. Cuartel General del Naranjo. Di
ciembre 29 de 1813. José Ignacio Rodríguez Secretario de Guerra del ejército
Libertador del Sur. Alto de Palacé 7 de enero de 1814. En la Independencia del
Estado 1814. Segundo de la Independencia119.
94
IMÁéíSNIÍ PAMA V il ^ nú fin AS
Art. 3o El poder ejecutivo hará acuñar la misma medalla en plata para distri
buir á las municipalidades de la República, al museo y á las universidades y
colejios con el objeto de que se conserve siempre este testimonio auténtico de
Figura 3.18. Escudo de las Provincias Unidas, la gratitud nacional.
1814. AHC.
[...]
Art. 5oTodos los individuos del ejército de Colombia que han hecho la campa
ña del Perú, serán condecorados con un escudo bordado sobre fondo rojo, de
oro para los oficiales y de seda amarilla dese sarjento abajo, con esta inscrip
ción Junín y Ayacucho en el Perú (.. .)120.
y remitir a V.E. para su distribución entre los colombianos que tuvieren a bien.
Se repartieron entre los miembros de la Cámara que las han aceptado con el
debido aprecio; a excepción del Sr. Domingo Caicedo.
[...] el busto del libertador condecora las piezas especiales de mi casa, mas
como esta gracia depende del gobierno provisorio del Perú y hay por mi razo
nes fundadas para no admitirlo, tengo el sentimiento de devolverla para que
V.E. se sirva darle otro destino121.
Tacitus
Satis p e r toto annus ignavia peccatum .
Oficio del Cabildo de Popayán al supremo Gobierno de esta capital
acompañando unas medallas que sean gravado en aquella Ciudad para
perpetuar la memoria de la batalla de Palacé.
Serenísimo Señor (...) Popayán se acordará siempre que del seno de esa
generosa capital, fue de donde salió el valiente guerrero Baraya para domar
el orgullo del impetuoso Tacón, así como de la célebre Corinto voló en
otro tiempo Timoleón para liberar Siracusa del yugo de Dionisio. Si esa
ciudad pudo ejercitar el cincel de sus artistas en obsequio de aquel héroe, 121 Archivo General de la Nación (A.G.N.): Co
esta también espera algún día eternizar en públicas estatuas los nombres de municación del Congreso al Vicepresidente
Santafé de Bogotá, y de Baraya (...) Francisco de Paula Santander (abril 26 y 29
de 1826). Fondo: Congreso. Sección: Repú
Sem anal tu M inisterial de la C apital de Santafé blica. Legajo: 12. Rollo 11. Folios 199 y 200.
tu el Nueva Jieynn de G ranada'12. 122 Extracto tomado de Ricardo del Molino, Ibíd.
97
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Imagen 18. AHC. Tomo 38 folio 68. Sello bienio 1812-1813
lt)f,
A n e x o i
/•A \ F576
Sií 1
En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Dios
todo poderoso, y árbitro absoluto del universo
9o. El hombre está sujeto a deberes u oficios para con Dios, para con la
sociedad, para consigo mismo, de que depende el orden social.
11°. Ellos forman, pues, las tres secciones de esta constitución, como el
compendio de todos los deberes del gobierno y de los ciudadanos.
SECCIÓN Ia
CAPÍTULO ÚNICO
DE LA RELIGIÓN
ios
( O N i í Í T I U I Ó N D i L A P R O V IN C IA f»|: PüP A Y Á N M iRMAÍ R i PO R N SO B P H A N O C O I I CilO Bl BC í <IH A Í o il r-jlli cVfe; ¡ I i' I'N 6 L P B B S R N IB A Ñ O jig iS
SECCIÓN 2a
DE LOS DEBERES U OFICIOS PARA CON LA SOCIEDAD
CAPÍTULO Io.
DE LA PROVINCIA DE POPAYÁN
18o. Las municipalidades referidas con las tenencias del Raposo formarán
doce departamentos en la Provincia mientras se hace una más proporcionadas
división. La Tenencia de Micay queda comprendida en el departamento litoral
de Iscuandé.
CAPÍTULO 2o
DE LOS CIUDADANOS DE LA PROVINCIA Y SUS DERECHOS
109
( il ¡1 (Ai if í ( ( )NÍ I I ti H.Al • Mi i V a i i i Sí Ni Huí f . KttHS !H i A FUHMAt H H I IM '-I l Mf f 1<WA m i j j í i a
27°. Los derechos de ciudadanos se suspenden: Io. Por ser deudor moroso
con cualquier especie de culpa a la Hacienda Pública. 2o. Por ser deudos
quebrado. 3o. Por incapacidad física o moral. 4o. Por hallarse procesado
criminalmente. 5o Por no tener alguna profesión, oficio, o modo de vivii
conocido. 6o. Por la calidad de criado doméstico.
i m
(’llNSl | H'i i()N|l|i | At'KOMHt IAI*i l’«»I*A*\N HIHMAIM»IM»HII V»ÍHHVi»Mn i Htiiti iii Ht H jraí i tiNSlITUVBN'fBtlNfei PRRSRN l iH
CAPÍTULO 3o
DEL GOBIERNO DE LA PROVINCIA
30°. El objeto del gobierno no es otro que hacer felices a los pueblos y
a los individuos mediante que los hombres se reúnen en sociedad sino para
conseguir su bienestar, y el goce de todos sus derechos.
33°. El derecho de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside
en los Tribunales y Jueces establecidos por la Constitución.
CAPÍTULO 4o
DE LAS ELECCIONES Y EMPLEADOS MUNICIPALES
CAPÍTULO 5o
DE LA REPRESENTACIÓN PROVINCIAL
til
C lU D A D IIS t '(INI i I1|||<AIIAS lil I V a I I I S IM IIIII (IS V l(l MIS I N I A ftlH M A Í I I I I ............ . « 1 ' l l l ' l M 1*1 II l i l i '
juntas electorales, tomando por base para su clet ....... *! *• ir," «I- lodo-. 11 >.
hombres libres que habitan en ella. Su tratamiento es de \lt> .1 Seienisim.i
CAPÍTULO 6o
DEL TIEMPO Y FORMA EN QUE DEBE REUNIRSE LA REPRESENTACIÓN
40°. Todos los años se reunirá la Representación para celebrar sus sesiones
por el término de 90 días contados desde el primero de julio hasta el 3.8
de septiembre. Las sesiones podrán prorrogarse por 20 días más, si así se
resolví ere por el voto de las dos terceras partes de los diputados presentes.
42°. Las sesiones previas que se celebren con este motivo las presidirá el
poder ejecutivo, mientras elige las Representación su Presidente y Secretai m .
con arreglo a lo prevenido por el reglamento para su policía y gobierno intct u>1
t' O N S T í n ¡('ION i Mí LA P R O VI N CI A m P o i -aVA ¿ i H lH M A H It PC IR U1 m l B i m A U í H n i i U l O l i H t f n h A i • < i * =i ¡ | i »í: jf i ít i? ÍO DE
45°. Las sesiones serán siempre públicas a menos que la naturaleza del
negocio que trata pida que se hagan en secreto y lo acuerde la pluralidad.
46°. Los diputados podrán opinar libremente en las sesiones sin quedar
obligados a responder en tiempo alguno de sus opiniones ante ninguna
autoridad.
CAPÍTULO 7o
ATRIBUCIONES DE LA REPRESENTACIÓN PROVINCIAL
50°. El PoderLegislativoresideprivativamenteenlosrepresentanteselegidos
por el pueblo en el Senado. Es propio y corresponde a la Representación; 1",
Proteger y sostener con leyes oportunas la pureza e integridad de nuestra Santa
Religión. 2°. Formar las leyes relativas a la Administración y Gobierno interior
de la Provincia, y el revocarlas, interpretarlas, ampliarlas o restringirlas. 3a,
Elegir el Gobernador y su Consejeros, los miembros del Senado, los del
Tribunal de Justicia, y el Corregidor Intendente, y recibirles el juramento
que deben prestar de observar y hacer observar la Constitución y las leyes,
y desempeñar sus respectivos deberes. 4°. Sancionar en su caso con poderes
especiales de los pueblos la Constitución que forme el Gobierno General de
la Nueva Granada, 5°. Nombrar Diputados para el mis /F582/ congreso o
gobierno general, que deberán ser ciudadanos de la Provincia o naturales de
ella, aunque residen en cualquier otra de la Unión. 6°. Dar instrucciones y
poderes a los mismos diputados. 7°. Crear los empleos y oficios públicos de
la Provincia, o suprimir los que no sean necesarios, 8°. Formar reglamentos
y ordenarlos para el Gobierno, administración y disciplina de las milicias
provinciales, fijando el número de tropas permanentes 9°. Examinar y aprobar
las cuentas relativas a la inversión de los caudales públicos. 10°. Establecer
los aranceles de derechos y fijar las contribuciones e impuestos que deben
cubrir los gastos de cada año, aprobando en vista de los presupuestos que
necesita el Poder Ejecutivo, el repartimiento que corresponda a cada uno de
los departamentos de la Provincia. 11°. Conceder privilegios exclusivos a
los particulares o corporaciones interesándose en ellos la causa pública. 12°.
Promover las costumbres públicas y privadas, y toda especie de industria,
removiendo los obstáculos que la entorpezcan. 13°. Fomentar la interacción
y establecer el plan general de enseñanza pública en cada Provincia. 14".
Aprobar los reglamentos generales para la policía y sanidad de la misma
Provincia.
/F583/
53°. Si por el contrario reprobase el Senado el proyecto, decretará objétese,
expresando los fundamentos que defiende la ley. Si a la Representación no
le parecieren fundadas las razones del senado, pasará de nuevo ------ las
que tenga por — ner el proyecto, pero si el Senado insistiere en reprobarlo
decretará: Devuélvase y Archívese, y no podrá tratarse el asunto hasta que se
reúna en otro año la Representación.
Si no fuere aprobada la ley por las dos terceras partes de todos los votos se
archivará y procederá en los términos que expresa el artículo 54.
CAPÍTULO 8o
DEL SENADO O TRIBUNAL DE PROTECCIÓN
58°. Los senadores serán ciudadanos mayores de treinta años, con domicilio
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/>«*•**'* una renta bastante para subsistir.
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59°. El Senado elegirá un Presidente todos los años y un Secretario de
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fuera del cuerpo, que sea ciudadano de probidad, e instrucción. Formará
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un reglamento para su gobierno económico que examinará y aprobará la
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H / / ■*^ „t.„v , r- 60°. Los senadores no podrán ser entre sí, ni respecto de los miembros de
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y »***„„, v ,vt ,, ^ e, otros poderes ascendientes, descendientes, ni parientes hasta el cuarto grado
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116
C u N S Í jTlit ION P E LA PROVINCIA LJi Pt IPAVAN POR MAMO POR Pt SORpRAf ¡Ü COI PiiiM Él Rf i n R A j i f t fiiS j ITÍ¡VÍN f P RN p | R g jR PN I P Ar.« ¡ iip i?i f
69°. Para estos juicios si no hubiere letrado en el cuerpo del Senado deberá
citar a alguno que merezca su confianza concediéndole sólo voto consultivo
en la materia.
117
I u H A H H I MMf W»t M I MPf V'A} } p ráfMft» M (18 V B I 1Í 18PH 1
I A P O B M A f ÍÓ H IIP * } f ♦ H 1U F A P«H h i t A
CAPÍTULO 9o
DEL PODER EJECUTIVO
118
a la Representación. 2o. Hacer ejecutar y publicar la ley decretando cúmplase
y publíquese. 3o. Proveer todos los empleos civiles y militares de Coronel
para abajo en vista de las temas de las corporaciones y jefes respectivos, que
podrá devolverles para su reforma. 4o. Perdonar y mitigar la pena, aunque sea
capital, pero con consulta y dictamen favorable del Tribunal de Justicia. %o,
Disponer de la fuerza armada, distribuyéndola y arreglándola en la forma
conveniente. 6o. Convocar la Representación en casos extraordinarios y
urgentes no pudiendo diferir ni estorbar sus sesiones ordinarias, so cargo de ser
tratado como enemigo de la /F588/ Patria el que oponga cualquier embarazo.
T . Expedir decretos o instrucciones para la más fácil ejecución de las leyes.
8o. Conceder honores, gracias y distinciones. 9o. Nombrar escribanos para
todos los pueblos de la Provincia con arreglo al artículo 97 No. 6o, debiendo
cesar la renta de estos oficios. 10°. Suspender a los empleados con justa
causa, remitiendo el expediente al Corregidor Intendente para que o sustancie
y determine en primera instancia con apelación al Tribuna de Justicia. 11°.
Formar los presupuestos necesarios y pasarlos a la Representación para que
decrete las contribuciones para los gastos ordinarios y extraordinarios de la
Provincia. 12°. Decretar la inversión de las cantidades sobrantes señaladas por
la Representación para gastos extraordinarios e imprevistos. 13°. . Expedir
órdenes para el arresto de alguna persona en el solo caso de que así lo exija
el bien y seguridad pública; pero deberá hacer la entrega dentro de 24 horas a
disposición del Juez competente.
80°. Al tomar posesión de sus empleos los miembros del Poder Ejecutivo
prestarán ante la Representación el siguiente juramento: “Juráis por Dios y
los Santos Evangelios que tocáis defender la religión católica, apostólica y
Romana, como la única verdadera, sin permitir el ejercicio público ni privado
de otra alguna; observar y hacer observar, la Constitución de la Provincia,
no teniendo otra mira que su bien y prosperidad y respetar la libertad,
seguridad y propiedad de los ciudadanos, no debiendo obedeceros en lo que
contraviniereis a la misma Constitución? Si juro. Si así lo hiciereis Dios os
ayude y sino os lo demande. Amén”. /F590/
CAPÍTULO 10°
DEL SECRETARIO
81°. Habrá uno o más secretarios para el despacho que sean ciudadanos
mayores de veintiún años, domiciliados en la Provincia y de conocido tálenlo
y probidad.
120
Constitucióndi¡ uaprovincia un I’opayántormado i’oh i i .sohrkanocoi iuiio i-i.uctorai i i o .uiihw mi i i. m ihím ,n » ....... m
87°. Tendrá el Secretario voto informativo de todas los asuntos propios del
conocimiento del Gobernador.
CAPÍTULO l l u
DEL PODER JUDICIAL
90°. Todos los tribunales y jueces observarán las leyes contenidas en los
códigos que han regido hasta aquí en la parte que no están derogados.
91°. Observar también los trámites judiciales que señalan las leyes, sin
poder en caso alguno alterarlas sin separarse de su disposición. El Poder
Ejecutivo, ni la Representación pueden mezclarse en las funciones judiciales,
avocar las causas ni abrir los juicios concluidos.
92°. Para toda clase de personas no habrá más fuero en todos los negocios
civiles y criminales, pero los eclesiásticos y militares gozarán del que han
disfrutado hasta aquí sin perjuicio de las limitaciones que puedan tener lugar
después.
I II M AMN I MHfLMLHAM til! V a i i f : IfM Itni m i v gf i n i p n i a p u b m a í iñH iiP §i i'i fti&A Pfil fíif
93°. Los jueces que no se arreglen a lo disputan. <n ln-, Irye', pam el
seguimiento de las causas civiles y criminales, serán k spots.¡ibles poi -.u
inobservancia, satisfaciendo siempre las costas que causaren indebidamente
94°. Todos los pleitos civiles se concluirán a lo más con tres instancias
Los jueces que hubieren asistido a la segunda, no podrán concurrir a la terect a
instancia.
122
C o n s t it u c ió n ni i a p r o v i n c i a t>i P o mayán f o r m a d o imih i <i ju h t ■. .......f o i o i ....... .-vi . i i> -.m i-.i •............... ► • -.i ü m mu
99° Por ahora y mientras permitan las circunstancias la formación de las tres
salas, se compondrá el Tribunal de cinco miembros y dos fiscales: tres /F593/
de los primeros para la primera sala, y dos para la segunda, completándose el
número de jueces necesario para esta, con los que nombrará todo el Tribunal,
tomándolos igualmente de la lista que prestará cada parte con un número
triple de los que deba nombrarse.
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( H’f MME*t t ílNEEÍlEPÍAf ♦ A 5M PÍ VA! f E S íM B flff lS Y BMHS EN i A HlfiMAt fflN flE St' f f'i MBA PMi íflt A
106° Los jueces de cada pueblo remitirán al Tribunal de Justicia cada seis
meses una lista exacta de todas las causas civiles, y cada tres, de las criminales
pendientes en sus juzgados con expresión del estado que tengan.
CAPÍTULO 12
DISPOSICIONES RELATIVAS A LOS JUICIOS CIVILES
109° Los Alcaldes serán unos jueces de paz ejerciendo en los pueblos
el oficio de Conciliadores. Así que no podrán admitir demanda alguna por
escrito sin que haya precedido un juicio verbal de conciliación, y se haga
constar con documento que lo acredite, bajo la responsabilidad de que trata
el artículo 93.
110° El que intente demandar a otro por negocios civiles o por injurias se
presentará ante el Alcalde Territorial, quien con dos hombres buenos nombrados,
uno por cada parte, las oirá a ambas, se enterará de las razones que aleguen,
y oído el dictamen de los dos asociados, dará dentro de ocho días precisos
la providencia de conciliación que le parezca conveniente para terminar el
pleito. Este quedará concluido, si las partes se conformaren con la decisión.
La diligencia se asentará en un libro firmado por el Alcalde, los asociados,
y los litigantes si supieren, dándoles a estos las certificaciones que pidan.
124
i t li ; f j i i i Í Íi i?! iife j A p g n V i N í i .4 ufe | JlipAyÁl i f» IRM Ajlí i Pí IR fij §l iSfeRAÍ II t li Rtflf» BLií fPRAf • i11tU'i* 11 i f•M
I i» i a» ni 4 N0 j?g !§i
112° El juicio tic conciliación será sin perjuicio de que los litigantes puedan
terminar sus pleitos por medio de árbitros nombrados por ellos mismos. La
sentencia de los árbitros se ejecutará si las partes al hacer el compromiso no
se hubiesen reservado el derecho de apelar.
113° Todo juez de cualquiera clase que sea puede ser recusado en la forma
y bajo las reglas que establecerá la Ley, para refrenar con penas justas la
calumnia de los litigantes maliciosos.
CAPITULO 13
DISPOSICIONES RELATIVAS A LOS JUICIOS CRIMINALES
116° Ninguna pena de cualquier clase que sea será trascendental a los
descendientes ni a las familias del que la sufra. Debiendo tener todo su efecto
en solo el delincuente.
119° Ningún delincuente será juzgado segunda vez por un mismo delito.
La ley fijará el tiempo en que se pres /F596/ criba la pena de algunos o de
todos los crímenes según sus circunstancias y gravedad.
125
12 P’ Ninguna persona podrá ser presa sino en el lugar público destinado
para prisión de los tenidos como reos.
122° Ninguna persona de cualquier clase que sea tiene derecho para
prender a otra sin mandato judicial por escrito, a no ser que sea delincuente
in fraganti en cuyo caso le conducirá al juez para que haciéndole asegurar
proceda en los términos de los artículos siguientes.
127° Ningún preso podrá, pues, ser privado de comunicación, sino por el
termino preciso de veinticuatro horas /F597/ durante el cual se le recibirá su
confesión también sin juramento alguno, que no deberá tomarse en materias
criminales sobre hecho propio.
126
C O N S T I T U C I Ó N i 'i i A P K O V l N f JA Di- !*n i*A \A í i l o k M A D u i’i >i¿ i j *;» iHHH.Ai ¡n t n i iu 'j lo f i i< I O R a I ?
132° Las cárceles se mantendrán con toda limpieza para que sirvan de
custodia y no de aflicción y molestia de los presos. Las visitas de las mismas
cárceles se harán con arreglo a lo que disponga la ley, quedando el juez y
alcaide responsables por la trasgresión de lo de su cargo en los particulares
referido. /F598/
CAPÍTULO 14
DE LAS MUNICIPALIDADES Y JUECES SUBALTERNOS
136° Para erigir en Villa algún pueblo deberá tener por lo menos en su
comarca ochocientos vecinos o cuatro mil almas, Iglesia capaz con casas y
calles Imn delineadas, Casa municipal, escuela de primeras letras, cárcel,
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ejidos y propios suficientes y doce torres de hi lar cu m Hi.il < (> u u m o ;.rr, de
estos y seis telares.
137° Las Juntas o parroquia nombraran, en el tipo que designe el regí ámenlo
de elecciones los individuos del pequeño Consejo y el Diputado ó diputados
que le correspondan para el Colegio Municipal que debe elegir los Alcaldes
Regidores y procurador Síndico de la municipalidad
139° Los alcaldes serán nombrados cada año, y cada dos, los Regidores
y Procuradores síndicos. Las funciones del Ayuntamiento, las desempeñaran
los Regidores por diputación turnándose según lo disponga la misma
municipalidad.
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Constitución de la provincia dk I’opayán formado por i¡l soberano colegio electoral yconstituyente i n i i presentí vñi i di mn
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156° Cualquier ciudadano que haya militado diez años en caso de paz o
seis en el de guerra ha cumplido su servicio.
CAPÍTULO 16
DEL TESORO PÚBLICO
130
Constitución dij la provincia Dn PopayAn formado pon i i sdiuirano coi i iiio iíi.ittciral ¥ consiiiiiyiinii uniu m ,i ,n aiuiiii i i
164° Se pagarán del tesoro público las rentas de todos /F604/ los
funcionarios y empleados que señalara la Representación: a los diputados
de la misma se les satisfarán en lo sucesivo dieta moderada por los días que
duren las sesiones y por el tiempo preciso para reunir y volver cada uno a su
lugar.
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í i i ¡i i a i »i ’; i n? f i i n n u ' ' . m i \ >i i i Sí M ti m m \ u n i r . r n i \ tnll MA C’fÓN til l u I Ut ftiRA ímií fi f i a
SECCIÓN 3a
DEBERES U OFICIOS PARA CONSIGO MISMO
CAPÍTULO 17
DERECHOS DEL HOMBRE
171° La Igualdad es la que nivela a los ciudadanos haciendo que la Ley sea
una misma para todos.
175° Ofende al mismo derecho la prisión sin guardar el orden que presa i1u-ti
los artículos 122 y siguientes.
In
Constitución db la provincia di Popayán mmmaiki Hik h imihi’iia ¡..... i ..... ... w idhai . i <> ........ >11 ■ ni remi ¡iba ¡mu
m
! II | i « l l t N | t l> ill HM t' l'A >i t IPI V i l I || ’ífMftl tf l l i i B I I I H BN I A IIIII Al Al IÓN III Ali I I'I Ü'NA Bill l i l i -A
191° Todo ciudadano debe vivir sometido a las leyes, obedecer las
autoridades constituidas, respetar los derechos de los otros, contribuir a los
gastos públicos, servir a la patria cuando ella lo exija.
CAPÍTULO 18
DE LA EDUCACIÓN E INSTRUCCIÓN GENERAL
134
J N iifil t if l N l í E i A Í-N « h ! ¡¡ i A B E Pt ll*A \Á N i í m M A Í M i P ü U 1 í 5( i H L K A N n ( O í I (¡jo 1 i i ( i < >I<A I Y ( <)N S ! ÍT l iV i’N I ! HN I í PUL1,S E N T E A Ñ O D E 1815
197° La sociedad tendrá por objeto muy principal velar sobre la educación,
y ocupación de los jóvenes de uno y otro sexo para que desaparezca el odio,
origen de la corrupción y polilla de los estados.
CONCLUSIÓN
DE LA OBSERVANCIA DE LA CONSTITUCIÓN Y DEL MODO DE
REVEERLA Y SANCIONARLA
199° Los pueblos que por hallarse ocupados no han podido concurrir a las
representaciones, lo verificaran para las sesiones del año 1815 con el objeto
de reveer y sancionar a nombre de todos los de la provincia la constitución
/F609/ que debe gobernarlos.
200° Todos los pueblos libres cuyos diputados han convenido a formar la
Constitución deberán obedecerla y observarla puntualmente hasta su revisión
y ultima sanción.
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con que se procede a la formación de las leyes, pero con la diferencia de que
no podrá decretarse haber lugar a la reforma en el año que se propone sino en
el siguiente.
203° Los poderes ordinarios que conferirán las Juntas de cada departamento
a sus diputados para la Representación serán todos uniformes; y en los
términos siguientes= “En la ciudad... a ... días del mes de ... del año...
hallándose congregados en la casa municipal os tres N presidentes de la
Junta electoral y N y N vocales nombrados por los pueblos de este mismo
departamento dijeron; que habiéndose verificado las juntas parroquiales y
departamental conforme a lo prevenido en la constitución y el reglamento de
elecciones y procedido el d ía ------ al nombramiento del diputado o diputados
que le corresponde a este departamento /F610/ a la representación provincial,
y habiendo sido nombrados a pluralidad absoluta de votos N y N y por
su suplente N según resulta del acta respectiva; desde luego les confieren
poderes amplios sin limitación alguna a todos y cada uno separadamente para
que en nombre y representación de los pueblos de este mismo departamento
puedan en unión de los demás diputados de la Provincia acordar y resolver
cuanto sea conveniente para su felicidad y bienestar; y que en consecuencia
los otorgantes se obligan para sí mismos, y a nombre de todo el vecindario
como sus apoderados y electores a obedecer y ejecutar cuanto hicieren en
calidad de diputados en la Representación de la Provincia y resolviere la
misma con arreglo en todo a las facultades que les serán conferidas por los
pueblos conforme a la constitución y en fe de lo dicho así lo otorgan y firman
con los testigos presentes y por ante mí el Secretario de la Junta departamental
de que doy fe”
206° Tales son los [roto] Que os ponen a la vista nuestros Representantes,
pueblos todos de la Provincia. De la observancia exacta de la constitución
pende nuestro bienestar y el de las generaciones futuras con ella tendréis
ejemplares ministros del santuario, sabios y rectos magistrados, padres
laboriosos, honrados, hijos obedientes, esposos fieles, y ciudadanos tan
benéficos y justos, que mereciendo dignamente aquel renombre, podrán
sostener los intereses de la patria y elevarla a la cima de la gloria, y de la
prosperidad. Dado en el Colegio constituyente y electoral de Popayán a tantos
de mayo de mil ochocientos catorce.
Sección del día treinta de junio por la tarde= comenzó con el Venia
Creador el señor presidente propuso: que siendo costumbre laudable aplacar
en los mayores trabajos y conflictos justicia divina por medio de votos, como
nos lo enseñan los ejemplares que leemos en la sagrada escritura, le parecía
conveniente que adoptando el Serenísimo Colegio este medio, hiciese el de ir
( íU ilAlíRS t iiN B SB BR A n A S tíEÍ V a I I B RfMPHí t)g V BíTllS BN i A B flR M A Ü Ó N Í1R lt> H H fliftA Bul f ílf A
138
C o n s t it u c ió n d i : l a p r o v i n c ’u P i: P n iw v Á ! i i ( iH M A íH ) p c )r i -i v »h í ?í * a n o c o l é i íh » ni h* m íe ai s r u n it t iU Y f e n r g i --n ni m m u i •••■ •■ «
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