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Bacalao tierno
Si quieres que cuando cocines el bacalao, éste te quede tierno, tan sólo
tienes que añadir al agua una pizca de bicarbonato. Así te quedará un
bacalao más suave y tierno.
Gotas de limón
Si a la hora de cocinar necesitas tan solo unas gotas de limón, no lo
abras entero ysa que se estropearía sin necesidad. Pínchalo con un
tenedor, exprime lo que necesites y vuelve a guardarlo. Se mantednrá
en perfectas condiciones para la próxima vez.
Aves tiernas
Si quieres que las carnes de ave queden más tiernas rocíalas, antes de
cocinarla, con un poco de limón. Déjala que macere un poco y ya
estarán perfectas para tus guisos o asados.
Albóndigas redondas
En muchas ocasiones, cuando tenemos que cocinar albóndigas caseras
éstas pierden su forma redondeada a la hora de cocinarlas, quedando
algo deformes.
Para que tus albóndigas caseras no pierdan su forma redondeada a la
hora de freírlas, mételas en el frigorífico durante unos diez minutos
antes de cocinarlas. Verás cómo se mantienen bien redondas!
Espesar purés
Si has preparado un puré y este te ha quedado demasiado ligero,
añádele una patata cocida y tritura con la batidora. Verás cómo espesa
rápidamente.
Tortilla con menos calorías
Si estás a dieta y no quieres dejar de disfrutar de una rica tortilla de
patata, emplea patatas hervidas en lugar de patatas fritas. Con ello
conseguirás reducir considerablemente las calorías de tu tortilla.
Harina apelmazada
Para evitar que la harina se nos quede apelmazada y coja humedad,
coloca una hoja de laurel dentro del paquete o tarro donde la tengas
guardada. La hoja de laurel absorberá la humedad ambiental y
mantendrá la harina fresca y sin apelmazar.
Lechugas frescas
La mejor manera de conservar las lechugas consiste en guardarlas en el
frigorífico en el interior de una bolsa de plástico bien cerrada.
Si las lechugas que tienes están demasiado mustias, introdúcelas en un
recipiente con agua y hielo. De esta manera se pondrán firmes y
crujientes.
Huevos revueltos
Cuando nos dispongamos a preparar unos revueltos, y para evitar que
éstos se peguen a la sartén, añade un poco de sal y aceite antes de
añadir los huevos batidos.
Mantenimiento de paellas
Para evitar que tus paellas se oxiden tras usarla, cubre la superficie de
esta con papel de estraza bañado en aceite una vez la hayas lavado
bien con agua y jabón.
Pepinos indigestos
El pepino suele “repetirse” debido a la presencia en su piel de unas
sustancias amargas que pueden provocar la irritación de las paredes del
intestino. Por este motivo es recomendable pelarlo total o
parcialmente antes de consumirlo.
A la hora de comprarlos, también será importante escoger los más
frescos. Aquellos pepinos blandos y amarillentos nos indicarán que son
viejos, y lo más probable es que sean indigestos y se repitan.
Zumos
Los zumos, ya sean de frutas o de hortalizas, o mixtos, deben ser
consumidos inmediatamente después de ser preparados porque así
aprovechamos todos sus nutrientes y evitamos que se oxiden y pierdan
propiedades.
Ralladura de cítricos
Para tener ralladura de limón o naranja siempre que se necesite, ralla
varias de estas frutas (después de haberlas lavado bien bajo el grifo) y
guarda su ralladura en bolsitas de plástico pequeñas en el congelador.
Se conservará durante un año. Luego se pueden utilizar directamente
sin descongelar en guisos, salsa o repostería.
Coliflor indigesta
A pesar de que por la composición de la coliflor presenta múltiples
beneficios para la salud, hay que tener en cuenta que para
determinadas personas tiene efectos indeseables. La fibra y los
compuestos de azufre abundantes en su composición son las sustancias
responsables de la flatulencia y la dificultad para su digestión. Para
evitar esto, cuece la coliflor junto con unas granos de cominos.
Abrir centollos
A continuación os revelamos todos los secretos para abrir un centollo
correctamente:
Desgranar granadas
Existe una manera muy sencilla de desgranar las granadas, sin manchar
y sobre todo sin hacer grandes esfuerzos.
Tan sólo debemos cortar la granada por la mitad, coger la mitad y poner
un bol debajo de ella. Ponemos la granada boca abajo (parte cortada
mirando al bol) y damos con una cuchara golpes en el fruto hasta que
todos los granos se precipiten en el bol.
Conservación del azúcar glas
El azúcar glas es un producto que, debido a su poco uso, suele
estropearse fácilmente. Para evitarlo, añade al bote que la contiene
una cucharadita de harina de maíz. Con este sencillo gesto evitarás que
se apelmace.
Pelar uvas
Un buen truco para pelar las uvas consiste en escaldarlas previamente.
Para ello, sumérgelas en agua hirviendo durante un par de segundos.
Esto hará que la piel se desprenda con suma facilidad.
Usos de la calabaza
La calabaza ofrece un sinfín de posibilidades en la cocina, no sólo para
sopas y cremas, sino también para la elaboración de revueltos y
tortillas. Por ejemplo, podemos sustituir la patata que habitualmente
usamos para la tortilla por calabaza pelada, troceada y pochada. El
proceso a seguir será el mismo que el de la tortilla de patata, y de esta
manera obtendremos una tortilla muy colorida y sabrosa.
Purgar navajas
A la hora de purgar las navajas y eliminar así toda la arena que
contienen, se colocarán en un recipiente con agua y sal, y con la parte
oscura hacia abajo. De esta manera, las navajas filtrarán el agua y
expulsarán la arena, que quedará en el fondo del recipiente.
Judías mucho más verdes y crujientes
Para que la judías resulten mucho más verdes y crujientes, introdúcelas
en agua con hielo justo después de cocerlas (no deben quedar muy
cocidas sino “al dente”). Así, además de quedar muy crujientes, se
potenciará su intenso color verde.
Cuidado de sartenes
Las sartenes son unas de las herramientas de trabajo más usadas en la
cocina, y por ello debemos mantenerlas y conservarlas en perfecto
estado. Las de teflón en especial son muy delicadas, ya que el teflón
que las recubre puede levantarse y mezclarse con los alimentos,
pudiendo arruinar un plato.
Las sartenes de hierro se pueden pulir tostando sal en ellas. De esta
forma los alimentos se agarrarán menos.
Siempre que termines de usar una sartén, y una vez limpia, engrásala
con aceite de oliva y coloca un papel de cocina sobre la misma.
Haciendo esto podrás apilarlas sin que se rayen.
Calamares fritos
Para conseguir una buena fritura de calamares, puedes comprar anillas
de calamar congeladas. Una vez descongeladas, introdúcelas en un
recipiente con leche. Luego, escurre bien y sécalas con papel de cocina;
salpiméntalas y pásalas por harina, sacudiendo bien cada una de ellas.
Lo siguiente que haremos será introducirlas en aceite muy caliente. Es
importante que no se frían demasiadas anillas a la vez, pues la
temperatura del aceite descendería bruscamente y el resultado no será
el mismo. Cuando estén bien doradas, escúrrelas bien y deposítalas
sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Y listas para
comer!
Chirimoya
Cuando se adquieran no deben presentar imperfecciones en la piel.
Además, para evitar que la chirimoya se pase, conviene comprarla un
poco verde y dejarla madurar a temperatura ambiente en el hogar. Está
madura si el color de la cáscara ha pasado de verde oscuro a verde claro
o verde-amarillento. Otros indicadores incluyen la aparición de un color
cremoso entre segmentos de la cáscara y una mayor suavidad de la
superficie.
Rentabilizar el azafrán
El azafrán es un producto que no resulta nada barato. Por ello, y para
rentabilizarlo y potenciar sabor, lo que podemos hacer es tostarlo
ligeramente en el horno. Luego lo machacaremos en un mortero hasta
obtener un polvo fino, el cual podremos diluir en nuestros caldos y
guisos. Eso sí, hay que poner mucha atención a la hora de tostar el
azafrán en el horno, ya que es muy delicado y puede quemarse con
mucha facilidad.
Aprovechar la piel de la naranja
Cuando peles una naranja no deseches su piel, podrá servirte para
multitud de preparaciones, como escabeches, o para infusionar leche en
elaboraciones de postres. Si se la añades a un cazo con un poco de
agua, una rama de canela, azúcar y gelatina en polvo podrás obtener
además una gelatina con un gran sabor.
Sobre la mahonesa
A la hora de preparar una mahonesa, haz la cantidad justa que vayas a
necesitar, y procura consumirla al momento. En el caso de que te haya
sobrado un poco, no debe conservarse en el frigorífico durante más de
un día, ya que correríamos el riesgo de intoxicarnos.
Si se te ha “cortado” al hacerla, añádele un huevo batido, poco a poco,
hasta que comience a montar.
Fondue cortada
Si se te ha “cortado” la fondue de queso, disuelve un par de
cucharadas de maizena en un poco de vino blanco. Añade la mezcla
obtenida y remueve enérgicamente hasta que se ligue por completo.
Si quieres darle un toque diferente a tu fondue, sustituye la nuez
moscada por el curry, u otra especie que se te antoje.
Pelar tomates
Para algunas recetas, como en salsas y cremas, es necesario quitarle la
piel al tomate, ya que ésta es muy fibrosa y podría estropear el plato.
La manera más rápida de quitarle la piel al tomate consiste en
escaldarlo. Para ello, hazle un corte superficial en forma de cruz en su
base. Ahora introdúcelo en agua hirviendo durante unos segundos.
Después pásalo a un recipiente con agua y hielo. De esta manera la piel
del tomate se desprenderá con suma facilidad.
Espinacas en ensaladas
Las espinacas se usan cada vez más en las ensaladas, ya que dan mucho
juego. Para saber si están frescas, las hojas deben estar bien tersas y de
un color verde muy intenso. Las hojas de espinacas son muy delicadas al
contacto con los aceites y vinagre, y cambian rápidamente de color y
textura. Por ello, se recomienda siempre aliñarlas justo antes de
servirlas en la mesa.
Congelar ajos
Los ajos se pueden congelar ya pelados. De esta manera no tendrás que
pelarlos cada vez que te dispongas a preparar una receta. Bastará con
envolverlos en papel de cocina una vez pelados e introducirlos en el
congelador, guardados en una fiambrera. Eso sí, debemos tener en
cuenta que a los dos meses de congelación éstos comenzarán a perder
su aroma y sus propiedades, por lo que lo ideal será consumirlos antes
de dicho periodo de tiempo.
Las acelgas
A la hora de cocer acelgas deberemos separar primero las pencas de las
hojas, ya que tienen tiempos de cocción diferentes. Lo ideal es
introducir las hojas en agua hirviendo hasta que adquieran un color
verde intenso. Llegados a ese punto, las escurriremos y pasaremos a un
recipiente con agua y hielo para frenar su cocción y fijar su color verde.
A esta técnica se le llama “escaldar”.
A las pencas cocidas se les pueden dar muchos usos. Podemos saltearlas
con ajo, rebozarlas, rellanarlas, etc.
Cocción de guisantes
Cuando cuezas los guisantes, añade un poco de bicarbonato sódico al
agua de cocción. De esta manera, conservarán mejor su color verde. Si
además añades un poco de azúcar en el agua, éstos quedarán más
tiernos.
Puedes darle también un toque diferente de sabor incorporando unas
hojas de hierbabuena al agua de cocción, que va estupendamente con
esta leguminosa.
El perejil
El perejil es uno de los vegetales que mayor contenido de vitamina C
posee. Por esa misma razón, es recomendable añadirlo a los guisos al
final de la cocción, para que no pierda sus propiedades.
Se puede conservar muchos días en la nevera si está recién recolectado.
Para ello, bastará con guardarlo en un Tupper forrado interiormente con
papel absorbente.
También se conserva muy bien en el congelador, picado y guardado en
un Tupper. De esta manera puede aguantar varios meses sin que pierda
ninguna de sus propiedades.
Si te ha sobrado café
Si has hecho café y te ha sobrado, no lo tires. Si lo calientas, siempre
sin que llegue a hervir, no sabrá a recalentado. Si éste llega a hervir,
perderá todo su sabor y aroma primitivos.
También puedes congelarlo para hacer granizado de café, que podrás
usarlo como acompañamiento de tus postres.
La calabaza
A la hora de pelar una calabaza, córtala primero en trozos medianos. De
esta manera será más fácil y menos peligroso quitarle la piel.
Si quieres conservar la calabaza durante mayor tiempo, retírale los
filamentos anaranjados y las pepitas. Éstas últimas, ligeramente
espolvoreadas con sal, quedan muy bien en el horno y en el microondas.
Los brócolis
El brócoli pertenece a la familia de las coles, por lo que también se
caracteriza por su elevado contenido en vitaminas C, E y en
betacarotenos, todos ellos con importantes propiedades antioxidantes.
La mejor manera de cocinarlos es sin añadirles nada, simplemente
colocándolos en un recipiente bien tapado e introduciéndolos en el
microondas. De esta manera van a conservar su bonito color verde.
Sus tallos puedes emplearlos para elaborar sopas y cremas.
También puedes consumirlos crudos en ensaladas, siempre y cuando se
encuentran bien frescos.
Las zanahorias
Las zanahorias crudas son una excelente fuente de vitaminas A y C, así
como de betacaroteno. Si quieres enriquecerlas con más vitamina C y
que, además, resulten más sabrosas, alíñalas con sal, pimienta blanca y
zumo de limón.
Cuando las cocines, además de la sal, añádeles una pizca de azúcar para
que queden más sabrosas aún.
Si quieres que te aguanten durante mucho tiempo en la nevera,
guárdalas en una fiambrera con su interior forrado en papel absorbente.
Salchichas frescas
Una sana manera de cocinar las salchichas frescas, tanto de cerdo como
de pollo, es en el microondas. Para ello, sólo tendrás que pincharlas
previamente con una aguja y envolverlas en varias capas de papel de
cocina antes de introducirlas en el microondas durante 1 ó 2 minutos.
De esta manera, la grasa que suelten las salchichas durante la cocción
será directamente absorbida por el papel, reduciendo así el contenido
calórico de lasa salchichas, sin perder por ello nada de sabor.
No peles los rabanitos
El color rojo que caracteriza a los rabanitos se debe a la presencia en la
piel de éstos de sustancias antioxidantes, las cuales nos ayudan a
prevenir la formación de radicales libres, responsables de la aparición
de muchas enfermedades degenerativas, como el cáncer. Estas
sustancias tan beneficiosas para la salud se encuentran en todos los
vegetales con colores rojizos o anaranjados, tales como la zanahoria, el
melocotón, el tomate, la calabaza, etc. Por ello, no conviene que peles
los rabanitos, ni ninguno de los alimentos enumerados, pues estaríamos
perdiendo la oportunidad de aprovecharnos de las maravillosas
propiedades antioxidantes que contienen la piel de éstos.
Hay que comprar aquellos rabanitos que presentan una piel tersa y
brillante. Aquellos que tienen la piel arrugada, blanda o presentan
puntitos negros llevarán tiempo recolectados y habrán perdido gran
parte de sus nutrientes, como el calcio y otros minerales.
La salsa holandesa
La salsa holandesa es una especie de “mayonesa caliente”, pero
elaborada a base de yemas, en lugar de huevo entero, y mantequilla en
lugar de aceite.
Esta salsa se elabora al baño María, pues la yema del huevo comienza a
coagular entre los 60 y los 70ºC. Por ello, si se sobrepasa esa
temperatura, la holandesa se nos cortará. Si nos sucede esto,
tendremos que añadir un poco de agua fría y remover con la varilla
hasta que la salsa nos quede bien emulsionada. En el caso de la
mayonesa sucede lo contrario: se elabora en frío y se arregla con agua
caliente.
Los pepinos
Cuando vayas a comprarlos, asegúrate de que estén duros al tacto y sin
arrugar. Éstos se repiten menos si los consumes bien lavados pero
conservando su piel (haz la prueba a la hora de preparar un gazpacho).
Si los vas a usar para ensalada, escoge los más pequeños y estrechos,
que son los que contendrán menos semillas.
Guisos quemados
Si se os ha pegado una comida, por exceso de calor o por escasez de
líquido, pasa el contenido de la olla a otra nueva. Pero, ojo, son rasques
el fondo, pues éste sabrá a quemado y no podremos salvar el plato.
Si la cocción no hubiera terminado, y como seguramente se habrá
quedado seco, añade algo de líquido que llevaba la receta primitiva
(agua, caldo, vino, etc.)
En la olla quemada, vierte vinagre corriente, hasta cubrir las costras y
déjalo cocer. El vinagre hará que estos quemados se desprendan y luego
sólo tendremos que usar un estropajo.
Fundir chocolate
Si quieres bañar una tarta o un bizcocho con chocolate, emplea uno
puro llamado de cobertura. Para fundirlo, introdúcelo en el microondas
a 650 W durante 1 ó 2 minutos, dependiendo este tiempo de la cantidad
que deseemos fundir. Es importante que vayas removiendo de vez en
cuando para que el chocolate no se queme.
Un buen chocolate debe contener un mínimo del 50 % de cacao, y para
que brille tras fundirlo, no debe calentarse a más de 30ºC. A esto se le
llama poner el chocolate a punto.
Otra manera de fundir el chocolate es mediante la técnica del baño
María, que consiste en colocar el chocolate en un recipiente metálico
que, a su vez, introduciremos en otro recipiente (también metálico) de
mayor tamaño y que contenga agua, de manera que el recipiente que
contiene el chocolate permanezca flotando mientras se derrite.
Maduración de chirimoyas
Si tienen las muescas de la piel grandes, entonces querrá decir que van
a tener pocas pepitas en su interior.
Si están muy duras, déjalas fuera de la nevera hasta que maduren. Pero
no dejes que maduren demasiado, pues se “pasarían”. Al contrario de lo
que siempre se ha aconsejado, no es necesario que las envuelvas en
papel de periódico, ya que maduran perfectamente a temperatura
ambiente.
Arreglar guisos
Para arreglar guisos demasiado salados, cuece en ellos una patata
grande cortada en trozos grandes. La patata absorberá el exceso de sal.
Si lo que tenéis es un guiso demasiado ligero y queréis espesarlo, podéis
añadirle un poco de maicena, pan rallado, copos de patata
deshidratada, … Si el guiso se ha elaborado con verduras, podéis triturar
éstas para darle también así consistencia.
Pero si no queremos añadir ningún espesante, ni otros sabores, habrá
que reducirlo. Para ello, saca de la olla todos los ingredientes sólidos y
delicados que ya estén en su punto de cocción. Sube el fuego, quita la
tapadera y deja que el líquido del guiso se vaya evaporando y se
concentre, adquiriendo así mayor textura.
Si se os ha pegado un guiso al fondo de la olla, pásalo a otra nueva
procurando no raspar el fondo, que es donde se encuentra la parte del
guiso que se ha quemado y no queremos.
Hamburguesas caseras
Lo bueno de las hamburguesas caseras es que las mismas contendrán
unos valores de grasas realmente bajos, obviamente sin mencionar
todos los conservantes que poseen las hamburguesas que compramos en
los supermercados, lo cual harían muchas más sanas las hamburguesas
caseras. De ser posible, pídele al carnicero que pase la carne dos veces
por la maquina de picar. Así quedará mucho más tierna y jugosa.
Para que se unan mejor, es recomendable utilizar solo las yemas de los
huevos. De esta forma saldrán más compactas. Pica muy bien la
cebolla, debe quedar bien finita o rallada. En sandwich se le pueden
añadir los ingredientes que nos gusten. Una buena opción seria queso,
lechuga, rodajas de tomate y pepinos. Antes de retirarlas del fuego
sumarle un poquito de queso, de manera que se derrita.
Manipulación de guindillas y chiles
Tanto las guindillas como los chiles pertenecen a la familia de los
pimientos. Se cultivaron originariamente en el valle de México, donde
se conocen más de 150 variedades.
Deben manipularse con cuidado, pues contienen capsicina, compuesto
que les confiere su picante sabor. Lo ideal es emplear guantes de latex.
Si vas a usar guindillas secas, córtalas en aros, pues darán más sabor.
Para cortarlas con mayor facilidad, remójalas previamente en agua
durante media hora y luego córtalas con unas tijeras.
Es conveniente lavarse las manos inmediatamente después de manipular
estos alimentos, ya que pueden irritarnos los ojos o incluso las yemas de
los dedos.
Cuanto más tiempo cocinemos las guindillas, más picante será el sabor.
En el caso de freírlas, como sucede en las gambas al ajillo, éstas
proporcionarán sabor y sólo un ligero pique. Sin embargo, en guisos,
donde las cocciones son más prolongadas, el sabor será más intenso.
Los clavos
El clavo es una especia procedente del árbol del clavo, cuyos capullos
secos sin abrir tienen precisamente esa forma. Tiene un perfumen y un
sabor fuerte muy aromático, y conserva muy bien, como el resto de las
especias, en recipientes herméticos y en un lugar fresco y oscuro.
Siempre tendrá más aroma entero que molido.
Cuando al cocer legumbres queremos proporcionarles este sabor, sin
que los clavos aparezcan sueltos diseminados por el caldo, basta con
pincharlos en una cebolla que luego retiraremos al finalizar la cocción.
Sobre el carpaccio.
El carpaccio es un plato que consiste en unas lonchas muy finas de
carne cruda, de añojo o vacuno, de primerísimo calidad, que se
maceran con zumo de lima o limón.
Si bien el origen exacto del plato se ignora, es corriente la afirmación
de que data de mediados del siglo XX y que procede de la invención de
Giuseppe Cipriani, en el Harry's Bar de Venecia, donde habría sido
preparado a petición de una cliente, Amalia Nani Mocenigo, a quien su
médico le había prescrito comer carne cruda.
Estas finas lonchas de carne suelen servirse rociadas con aceite de oliva
virgen extra, acompañadas de unas lascas de queso parmesano. Para
conseguir estas virutas de queso, es muy útil el pelaverduras de
cuchilla transversal. Y para obtener las finas láminas de carne con
facilidad, ésta debe estar ligeramente congelada, formando un bloque
casi compacto pero sin que esté duro del todo. Luego, lo ideal es cortar
la carne con un cortafiambres. Si no se dispone de éste, puede
emplearse igualmente un cuchillo de hoja grande y bien afilado.
Cómo limpiar calamares
La manera más rápida de conseguir unos calamares bien limpios es
pedirle al pescadero que nos preste este servicio, pues tiene mucha
práctica. Pero si hay que hacerlo en casa, tira de la cabeza del calamar.
Con ella saldrán todas las vísceras, entre las cuales encontrarás una
bolsa de color plateado que contiene la tinta (resérvala para otras
preparaciones, como el arroz negro). Retira la piel negruzca que
recubre el calamar, la pluma interior y dale la vuelta al cuerpo (como si
de un calcetín se tratara) para lavarlo también por dentro.
Los calamares no deben cocerse demasiado pues, aunque se piense lo
contrario, son muy tiernos y una cocción prolongada los endurecería.
Pelar avellanas
Si tenéis avellanas sin tostar o poco tostadas, y conservan aún su piel
fina, podréis eliminara fácilmente introduciéndolas unos minutos en el
horno precalentado a unos 130ºC ó 140ºC. Colócalas esparcidas en una
bandeja de horno y vigílalas para que no se quemen. No tienen que
coger color sino tan sólo calentarse un poco para que, al sacarlas,
colocarlas en el interior de un paño y frotarlas unas contra otras, se
desprendan las pieles.
Cocinar alimentos en la plancha
Cuando vayas a cocinar alimentos en la plancha, es preferible untar
éstos previamente con un poco de aceite de oliva virgen para evitar
que se resequen, aunque la plancha no necesite ningún tipo de grasa.
Sin nada de grasa, el pescado, la carne o las verduras perderán parte
del agua de su composición, es decir, su jugosidad. Si usamos una
brocha de cocina (las de silicona son las más prácticas) o un spray de
aceite, la cantidad de grasa, y por ende de calorías, que añadimos a los
alimentos será relativamente pequeña y, sin embargo, el resultado será
mucho mejor. Podéis también usar aceites aromatizados para darle un
toque especial a vuestras preparaciones.
Para que los alimentos no se adhieran a estas planchas, a la hora de
cocinarlos, éstas tienen que estar lo suficientemente calientes, y los
alimentos deben salarse después de cocinados, para evitar que se
resequen. Tampoco deben pincharse con un tenedor para darles la
vuelta, sino hacerlo con herramientas de madera o con unas pinzas
largas de cocina.
Aceite de ajo
Este aceite de ajo viene perfecto para aliñar las ensaladas, sobre todo
las de escarola, que siempre piden un toque de ajo.
Pela una o dos cabezas de ajo e introduce los dientes en un frasco de
cristal con un buen aceite de oliva virgen. De esta forma,
conseguiremos dos cosas: tener ajos pelados a mano y un estupendo y
aromatizado aceite con el que aromatizar nuestros platos. Si te gusta el
picante, puedes añadirle unas cuantas guindillas. También
puedes introducir en el frasco algunas hierba, como romero, tomillo,
laurel... Así obtendremos un aceite aromatizado que nos servirá tanto
para los aliños de nuestras ensaladas como para nuestras pizzas, carnes
y pescados a la plancha,... y para todo lo que se te ocurra!
Champiñones todo el año
Disfrutar de los champiñones en cualquier época del año es muy fácil.
Sólo tienes que seguir este sencillo truco de cocina: Lo primero que
deberemos hacer es cocerlos a fuego lento en una olla con abundante
agua hirviendo y sal. Si lo deseamos, también podemos añadirle unas
gotas de limón para evitar que los champiñones ennegrezcan por la
oxidación. Cuando hayan transcurrido 12 minutos de cocción los
introduciremos en frascos de cristal con el mismo caldo de la
cocción. Ahora pon los tarros al baño María, es decir, introdúcelos en
una cacerola amplia que contenga agua y deja hervir durante 20
minutos. Lo que vamos a conseguir con esto será esterilizar el interior
de la conserva. Con este truco tan sencillo tendremos champiñones
durante todo el año.
Cocinar fruta
Carnes asadas
Las carnes pueden asarse a la parrilla, en cazuela o al horno. Para que
éstas queden en su punto, es necesario lograr un buen equilibrio entre
la intensidad del fuego, la cantidad y la calidad de las mismas.
Si quieres que una carne asada te quede bien jugosa, úntala con grasa
(preferiblemente, aceite de oliva) y riégala con caldo de vez en cuando.
La manera de comprobar si una carne está asada es muy sencilla: basta
con pincharla con una aguja larga; si el jugo que sale del interior de la
carne es rojizo, la mantendremos al calor hasta que éste salga
blanquecino. Algunas de las piezas más idóneas para preparar asadas
son la babilla, el solomillo, la pierna de cordero, el redondo y las aves
enteras.
La cocción perfecta del arroz
Os proponemos a continuación una serie de trucos para que tus arroces
tengan una cocción perfecta: No lo cuezas a fuego demasiado intenso,
pues los granos podrían reventar. Cuanto mayor sea la cantidad de
arroz, menor será el tiempo de cocción. Esto es así porque el arroz
retiene el calor y seguirá cociéndose una vez lo retiremos del fuego. Si
comenzamos la cocción con el líquido en frío, el arroz quedará más
meloso. Si lo cocemos con el líquido en caliente éste nos quedará más
suelto. En ocasiones puede sofreírse el arroz en una materia grasa antes
de cocerlo. Esta técnica es la base del risotto, la paella, el arroz a la
griega, etc. La cantidad de agua de cocción puede variar. Si lo cueces
en poca cantidad de líquido, tapa bien el recipiente para que no se
escape el vapor. También puedes poner el arroz en remojo
previamente. Así evitarás que sus granos revienten, resultará menos
pegajoso y ahorrarás agua de cocción.
Pescado fresco
Para que el pescado nos brinde todos sus beneficios, éste debe estar
fresco. Esto es fundamental, ya que un pescado que se encuentra en
descomposición puede provocar intoxicaciones. Por ello, es importante
conocer algunos trucos que nos permitirán identificar aquéllos que
están en buen estado de los que no lo están: Observar los ojos del
pescado. Éstos deben ser brillantes, transparentes y un poco
resaltados. No comprar si los ojos están hundidos, vidriosos o de color
gris. Verificar que la carne esté bien adherida a las espinas y que tenga
un aspecto firme y tirante. No comprar si tiene una textura blanda.
Oler el pescado, ya que el fresco desprende un olor agradable a "mar"
mientras que un excesivo "olor a pescado" significa que éste se
encuentra poco fresco o, incluso, que está en estado de
descomposición. Verificar que las escamas estén bien pegadas al cuerpo
y unidas entre si. Acaricia el lomo del pescado en el sentido contrario
al de las escamas, cuantas menos escamas caigan más fresco estará el
pescado. No adquirir pescados que presenten viscosidades en las
escamas. Observar que la piel posea una apariencia lisa y brillante, sin
arrugas ni manchas. Verificar que las agallas tengan un aspecto
limpio, brillante y de color rojo vivo o rosado. No comprar si están
pálidas, amarillentas o lechosas.
Ajos en conserva
Si queréis elaborara vuestras propias conservas de ajos, ya sea para
comerlos solos como aperitivo, o para guarniciones y ensaladas, sigue
los consejos que te proponemos a continuación: Lo primero que
deberemos hacer es pelar los dientes de ajo y cocerlos en un cazo con
agua hirviendo durante un minuto. Pasado ese tiempo, los
escurriremos y pasaremos por agua fría. Repetiremos esta operación
hasta un total de cuatro veces, con el fin de que el ajo pierda parte de
su potente sabor y olor. El siguiente paso será introducir nuestros ajos
en un frasco de cristal y cubrirlos con aceite de oliva. También
podemos cubrirlos con una solución de agua y vinagre. Ahora tapamos el
frasco de cristal y lo cocemos al baño María durante 10 minutos
(desde que comience a hervir el agua). Transcurrido ese tiempo,
retiraremos el frasco del agua hirviendo y lo dejaremos enfriar. Y ya
podemos disfrutar de unos ricos ajos en conserva durante todo el año!
Pulpo bien tierno
Seguramente alguna vez te has encontrado con que, al preparar un
pulpo cocido, éste ha resultado con una textura algo dura o correosa.
Te vamos a proponer aquí un par de trucos, para que tú decidas el que
más te gusta y lo lleves a la práctica: Si el pulpo es fresco, podemos
congelarlo hasta el momento de su consumo. Al congelar el pulpo lo
que conseguimos es romper su estructura nerviosa, ablandándose su
carne. Cuando lo descongelemos y lo cozamos nos encontraremos con
una textura bien tierna.
Gratinados crujientes
Si quieres que tus platos gratinados queden más crujientes, mezcla el
queso con pan rallado.
Otro truco para evitar que se nos adhiera la tortilla es añadir unos
una botella de cristal lisa llena de agua para que ejerza presión.
improvisado rodillo.
Cubitos de hielo transparentes
Para que los cubitos de hielo salgan transparentes, hierve el agua
necesitemos.
Tortillas esponjosas
Si quieres conseguir una tortilla de patatas bien esponjosa, añade una
resultado.
Sobras de arroz blanco
Si te ha sobrado arroz blanco, puedes aprovecharlo para elaborar una
Oxidación de frutas
Para que las frutas no se oxiden y se pongan negras al realizar una
color, verteremos éstas, una vez deshojadas, en un bol con agua y unas
oxidarán ni corromperán
Aprovechamiento de las espinas de pescado
Después de hacer un caldo con la cabeza y las espinas de merluza (u
buñuelos de pescado.
Recuperar chorizos
Cuando nos quedan ristras de chorizo secas, envuélvelas en un paño
húmedo durante unas horas. Volverán a estar como el primer día.
Berenjenas crujientes
Para conseguir que nuestras berenjenas fritas queden bien crujientes,
introdúcelas, una vez cortadas, en cerveza. Una manera muy original de
presentarlas es en bastones, a modo de patatas fritas. Serán una
guarnición perfecta para las carnes