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Debe recordarse que cuando el recurso de alzada lo interpone una sola de las
partes, el juez de segunda instancia tiene limitada su competencia funcional, no
solo en virtud del principio de la non reformatio in pejus, sino además por los
motivos de inconformidad expresados por el recurrente respecto de la decisión
objeto de censura. Es por ello que no basta con la mera interposición del recurso.
Es necesaria la sustentación con el objeto de definir las cuestiones sobre las
cuales ha de conocer el juez de la apelación, puesto que los aspectos de la
providencia que no sean recurridos adquieren firmeza y, por ende, son ajenos a la
competencia del ad quem (Arts. 357 del C.P.C. y 328 del C.G.P.).
Según el citado artículo 104 del Decreto 1213 de 1990, la causación del derecho a
la asignación de retiro depende del cumplimiento de una condición de naturaleza
temporal que varía de acuerdo al motivo de retiro del servicio. Así, cuando es el
propio funcionario quien toma la decisión, el derecho se configura siempre que
tenga por lo menos veinte años de servicio activo. El requisito temporal disminuye
a quince años cuando su retiro obedece a cualquiera de las siguientes causas: (i)
disposición de la Dirección General; (ii) sobrepasar la edad máxima
correspondiente a su categoría; (iii) mala conducta comprobada; (iv) disminución
de la capacidad sicofísica e (v) inasistencia al servicio. (…). queda demostrado
que el demandante cumple con los requisitos definidos en el Decreto 1213 de
1990 para acceder a la asignación de retiro pues superó el tiempo de quince años
exigido, al acumular un tiempo total de servicio de 18 años, 2 meses y 29 días (f.
224 y 239). Además, porque el cese definitivo en la prestación del mismo se
produjo el 5 de diciembre de 2005 por la separación absoluta debido a la comisión
de un delito sancionado penalmente, a su vez constitutivo de una falta disciplinaria
igualmente sancionada, circunstancia que debe entenderse contemplada en la
causal de «mala conducta comprobada» a que refiere el artículo 104 de aquella
norma.
A diferencia de las sentencias que profiere la Corte Constitucional sobre los actos
sujetos a su control (art. 241 de la Constitución Política), que por disposición del
artículo 45 de la Ley Estatutaria de Administración de Justicia producen efectos
hacia el futuro salvo que se resuelva lo contrario, la declaratoria de nulidad de
actos administrativos de carácter general tiene efectos ex tunc o retroactivos
desde la fecha misma de expedición del acto. Así lo ha venido sosteniendo de
manera unánime la jurisprudencia de esta corporación, quien también ha aclarado
que las situaciones jurídicas consolidadas antes de la decisión anulatoria deben
mantenerse íntegramente en virtud del principio de seguridad jurídica, de manera
que solo aquellas que se cataloguen como no definidas pueden resultar afectadas
a raíz de la anulación. Debe entenderse como una situación no definida aquella
que, entre el momento de expedición del acto administrativo y la sentencia
anulatoria, no se ha alcanzado a consolidar o respecto de la cual existe una
controversia en sede administrativa o judicial. NOTA DE RELATORÍA: Consejo de
Estado, Sala Plena de lo Contencioso Administrativo, sentencia de 1 de junio de
1999, C.P.: Juan Alberto Polo Figueroa, rad.: 5260.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN SEGUNDA
SUBSECCIÓN A
ASUNTO
La Subsección profiere la sentencia de segunda instancia, que en derecho
corresponda, respecto de la apelación formulada por la parte demandante
contra la sentencia proferida el 13 de julio de 2007 por el Tribunal
Administrativo del Valle del Cauca, que denegó las pretensiones de la
demanda.
ANTECEDENTES
Pretensiones
FUNDAMENTOS FÁCTICOS
En resumen, los siguientes son los fundamentos fácticos de las pretensiones:
Sostuvo que los Decretos Ley 180 de 1995, 132 de 1995 y 1091 de 1995
desconocen lo previsto en el artículo 150 numerales 10 y 19 literal e) de la
Constitución Política, como quiera que el régimen prestacional que regulan,
debió haberse expedido por el Congreso de la República a través de leyes
marco y no por el Gobierno en uso de facultades extraordinarias.
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA
ALEGATOS DE CONCLUSIÓN
SENTENCIA APELADA
ARGUMENTOS DE LA APELACIÓN
En ese orden de ideas, señaló que no es cierto que al personal que haya
sido retirado por destitución no le sea aplicable la causal de retiro por mala
conducta que prevé el artículo 104 del Decreto 1213 de 1990, porque
ambos términos resultan ser equivalentes.
Así mismo, sostuvo que en caso de existir alguna duda en torno al asunto,
la misma debe resolverse a favor del demandante, en los términos de los
artículos 53 y 58 de la Constitución Política.
ALEGATOS DE CONCLUSIÓN
CONSIDERACIONES
Problema jurídico.
3. ¿El señor Jhon Jairo Arredondo Montaño reúne los requisitos legales
para el reconocimiento y pago de la asignación de retiro?
Con tal fin, el gobierno nacional, en uso de las facultades que le fueron
conferidas en la Ley Marco 4.ª de 19923, expidió el Decreto Reglamentario
1029 de 19944, que en su artículo 53 contempló el derecho a la asignación
de retiro para el personal del Nivel Ejecutivo de la Policía Nacional.
Con base en ello, sostuvo que las normas que el Decreto 2070 de 2003
hubiere derogado o modificado, recobrarían automáticamente su vigencia
pues en modo alguno podría entenderse que su declaratoria de
inexequibilidad crearía un limbo respecto de los derechos pensionales de
los miembros de la Fuerza Pública, solución que se impuso a efectos de
garantizar derechos fundamentales como la vida digna, el mínimo vital y el
trabajo12.
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Esta teoría corresponde a lo que se conoce como “reviviscencia”, que en su acepción tradicional,
que fue la inicialmente asumida por la Corte Constitucional, abogaba por la reincorporación automática
al ordenamiento jurídico de una norma derogada, cuando la norma derogatoria fuese declarada
inexequible. Esta postura sería abandonada por la Corte para establecer una en la que la procedencia
de la reviviscencia no fuera automática sino que estuviese condicionada al cumplimiento de dos
hipótesis: «(i) la necesidad de establecer el peso específico que les asiste a los principios de justicia y
seguridad jurídica en el caso concreto; y (ii) la garantía de la supremacía constitucional y los derechos
fundamentales, lo que remite a la obligatoriedad de la reincorporación cuando el vacío normativo que
se generaría sin ella involucraría la afectación o puesta en riesgo de los mismos.», así lo señaló la
sentencia C-402 de 2010. Sobre el particular pueden verse también la sentencia C-251 de 2011 y el
Concepto proferido el 28 de enero de 2015 por la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de
Estado, radicado 11001-03-06-000-2015-00002-00(2243).
13
Sentencia del 12 de abril de 2012, Consejo de Estado, Sección Segunda, consejero ponente Dr.
Alfonso Vargas Rincón; radicación 110010325000200600016 00.
En primer lugar, esta Corporación concluyó que el precepto no respetó los
derechos de los agentes y suboficiales que se habían incorporado al Nivel
Ejecutivo de la Policía Nacional debido a que les aumentó el tiempo de
servicio exigido para acceder a la asignación de retiro. Al respecto, sostuvo
que la ley marco previó en el numeral 3.1 del artículo 3 que «[…] A los
miembros de la Fuerza Pública en servicio activo a la fecha de entrada en
vigencia de la presente Ley, no se les exigirá como requisito para el
reconocimiento del derecho un tiempo de servicio superior al regido por las
disposiciones vigentes al momento de la expedición de esta Ley cuando el
retiro se produzca por solicitud propia […]». Para tales efectos, la sentencia
se dio a la tarea de identificar la norma vigente antes del 30 de diciembre de
2004 en materia de asignación de retiro aplicable a los miembros del Nivel
Ejecutivo de la Policía Nacional, disponiendo al respecto que:
«[…] Al haber sido declarado inexequible el Decreto Ley 2070 de 2003 y nulo el
artículo 51 del Decreto 1091 de 1995, que regulaba lo atinente al régimen pensional
del nivel ejecutivo, quedaron vigentes tratándose de suboficiales, el Decreto 1212
de 1990 y de Agentes el Decreto 1213 de 1990 […]»
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Sobre los efectos retroactivos que por regla general producen las sentencias anulatorias de actos
administrativos, pueden verse las siguientes sentencias proferidas por esta corporación: Sala Plena
del 1.° de junio de 1999. Expediente núm. 5260. C.P. Juan Alberto Polo Figueroa; del 10 de
septiembre de 2014, consejero ponente dr. Hernán Andrade Rincón, radicación 11001-03-26-000-
2008-00040-00(35362); del siete de abril de dos mil once, consejero ponente dr. Gustavo Eduardo
Gómez Aranguren, radicación 50001-23-31-000-2003-10058-02 (1177-09); del ocho de julio de dos
mil diez, consejera ponente dra. Maria Claudia Rojas Lasso, radicación 25000-23-24-000-2002-
00956-01; del 5 de julio de 2006, consejero ponente dra. Ruth Stella Correa Palacio, radicación
25000-23-26-000-1999-00482-01(21051). Uno de los supuestos principales en que se exceptúa
esta regla general es el de las sentencias de anulación electoral. De conformidad con lo dispuesto
en la sentencia de unificación proferida el 26 de mayo de 2016 por la Sala Plena de esta
corporación, con ponencia del doctor Carlos Enrique Moreno Rubio (n.º de radicación 11001-03-28-
000-2015-00029-00), «[…] corresponde al juez electoral, ante la ausencia de norma que los
establezca, fijar los efectos de sus decisiones anulatorias […]». En atención a lo señalado en dicha
providencia, el Consejo de Estado, en sentencia de unificación del 7 de junio de 2016, con
ponencia del dr. Alberto Yepes Barreiro (n.º de radicación 11001-03-28-000-2015-00051-00), fijó la
siguiente regla en torno a los efectos de las sentencias de nulidad electoral por vicios subjetivos:
«[…] habrá de entenderse que, al menos en materia electoral, la regla general sobre los efectos de
la declaratoria de nulidades subjetivas, es que aquellos serán hacia el futuro (ex nunc) en
consideración a la teoría del acto jurídico que distingue entre la existencia, validez y eficacia, como
escenarios distintos del acto (administrativo o electoral); y en respeto a la “verdad material y cierta”,
por encima de la mera ficción jurídica. Dicha regla podrá ser variada, caso a caso, por el juez
electoral, dependiendo del vicio que afecte la elección y en atención a las consecuencias de la
decisión en eventos en los que aquellas puedan afectar las instituciones y estabilidad democrática
[…]».
Debe entenderse como una situación no definida aquella que, entre el
momento de expedición del acto administrativo y la sentencia anulatoria, no
se ha alcanzado a consolidar o respecto de la cual existe una controversia
en sede administrativa o judicial.
Con tal propósito lo primero que se debe hacer es descartar las normas
que, según se explicó, o son inaplicables, como es el caso del Decreto
Reglamentario 1029 de 1994 en lo que respecta al Nivel Ejecutivo de la
Policía Nacional, o bien fueron expulsadas del ordenamiento jurídico
mediante decisión judicial, como sucedió con el artículo 51 del Decreto
Reglamentario 1091 de 1995 y con el Decreto Ley 2070 de 2003. Tampoco
podría pensarse en el Decreto 1858 de 2012 porque esto supondría
concederle efectos retroactivos sin ningún fundamento. Además, no habría
lugar a su aplicación ni por vía de retrospectividad ni por vía del principio de
favorabilidad puesto que, al momento de retiro del servicio del demandante,
esa disposición no se había expedido.
A su vez, dicha norma fue derogada por el Decreto 1798 de 2000 que previó
la existencia de faltas disciplinarias leves, graves y gravísimas. Como
sanciones principales estableció la destitución, suspensión, multa y
amonestación escrita y como accesoria, la referida a la inhabilidad para el
ejercicio de funciones públicas. Esta norma, que fue derogada por la Ley
1015 de 2006, estaría vigente para la época en que se expidió el fallo
disciplinario del 13 de mayo de 2003, mediante el cual se ordenó la
destitución del accionante.
Tales motivos hacen preciso entender que cuando el artículo 104 del
Decreto 1213 de 1990 prevé la «mala conducta comprobada» como una de
las causales de la asignación de retiro, el verdadero supuesto que
contempla la norma para hacerse a dicha prestación económica es la
verificación de una falta disciplinaria sancionable con el retiro del servicio,
como lo es la sanción de destitución prevista en el actual régimen
disciplinario de la Policía Nacional o la de separación absoluta en los casos
en que dicha falta disciplinaria constituye también un delito judicialmente
sancionado con la imposición de una pena principal de prisión o arresto.
¿El señor Jhon Jairo Arredondo Montaño reúne los requisitos legales
para el reconocimiento y pago de la asignación de retiro?
Según el citado artículo 104 del Decreto 1213 de 1990, la causación del
derecho a la asignación de retiro depende del cumplimiento de una
condición de naturaleza temporal que varía de acuerdo al motivo de retiro
del servicio. Así, cuando es el propio funcionario quien toma la decisión, el
derecho se configura siempre que tenga por lo menos veinte años de
servicio activo. El requisito temporal disminuye a quince años cuando su
retiro obedece a cualquiera de las siguientes causas: (i) disposición de la
Dirección General; (ii) sobrepasar la edad máxima correspondiente a su
categoría; (iii) mala conducta comprobada; (iv) disminución de la capacidad
sicofísica e (v) inasistencia al servicio.
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«Articulo 87. Separación absoluta. El oficial, suboficial o miembro del nivel ejecutivo de la Policía
Nacional, que sea condenado por sentencia ejecutoriada a la pena principal de prisión o arresto,
por la Justicia Penal Militar o por la Ordinaria, salvo el caso de condena por delitos culposos, será
separado en forma absoluta de la Policía Nacional.
El oficial, suboficial o miembro del nivel ejecutivo que sea separado en forma absoluta, no podrá
volver a pertenecer a la Policía Nacional.»
Que el demandante haya sido objeto de separación absoluta del cargo,
según la hoja de servicio del 20 de diciembre de 2011, permite concluir que
su retiro del servicio obedeció, no a una solicitud suya sino a una
disposición de la entidad policial, lo que a su vez conduce a establecer 16
que el demandante cumple con la exigencia temporal del artículo 104 del
Decreto 1213 de 1990, pues acumuló un tiempo total de servicio de 18
años, 2 meses y 29 días (f. 224 y 239).
16
Véase la Resolución 3954 del 20 de mayo de 2013 expedida por el Director General de la Caja
de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional (f. 259), la hoja de servicio 70220144 del 20 de
diciembre de 2011 registrada en el folio 135 del libro 002 de la Dirección de Talento Humano de la
Policía Nacional (f. 243) y la adición a la misma fechada el 25 de enero de 2012 (f. 245).
17
Véase la Resolución 3954 del 20 de mayo de 2013 expedida por el Director General de la Caja
de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional (f. 259), la hoja de servicio 70220144 del 20 de
diciembre de 2011 registrada en el folio 135 del libro 002 de la Dirección de Talento Humano de la
Policía Nacional (f. 243) y la adición a la misma fechada el 25 de enero de 2012 (f. 245).
posterioridad a la sentencia de primera instancia.
Ahora bien, el artículo 113 del Decreto 1213 de 1990 consagra una
prescripción cuatrienal que conforme a lo indicado por la Corte
Constitucional en la sentencia C-298 de 2002, resulta aplicable a las
prestaciones unitarias de contenido patrimonial y a las mesadas
pensionales previstas en dicha norma. Al respecto, señala la disposición:
R= Rh x Índice final
Índice inicial
FALLA
En su lugar,
1. Declarar la nulidad del Oficio 05110 del 9 de mayo de 2006 proferido por
el Subdirector de Prestaciones Sociales de la Caja de Sueldos de Retiro de
la Policía Nacional.
Notifíquese y cúmplase.