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Nombre de la Tarea
Actividad 2.2 Ensayo. De las Políticas Educativas a
los Planes Institucionales
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“DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS A LOS PLANES
INSTITUCIONALES”
ENSAYO
"Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad"
(Karl A. Menninger)
Introducción
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situaciones y posiciones de dominancia y poder económico que establecen en los currículos,
tanto abierto como oculto, las culturas hegemónicas y subordinadas que producen estudiantes
considerados como capital económico. En este sentido, las políticas de intervención estatal de la
actualidad, estiman la educación como proceso que aumenta los beneficios empresariales,
reduciendo los costes de capital y trabajo a través del aumento de personal calificado, reducción
de salarios y flexibilización del empleo, disminuyendo así el gasto público en educación y
descentralizando las inversiones que cada vez son más precarias.
En consecuencia, Delgado (2017) manifiesta la existencia de tres clases sociales: la clase
media, la cual se propone mejorar su status social por medio de su inversión en educación; la
clase dominante que logra títulos de prestigio para mantener su status social, y la clase baja,
cuyos bajos ingresos al sistema educacional conlleva su ocupación como mano de obra no
calificada y perpetúan de este modo el escenario social. Del mismo modo, los programas
escolares tradicionales en sus contenidos no tienen en cuenta las necesidades laborales o
favorecen a cierto tipo de estudiantes con mejor formación inicial.
En perspectiva del mismo autor, gran parte del desarrollo de la política educativa
colombiana ha sido influenciada por el proceso de globalización, lo que ha significado una
convergencia entre los principios económicos, los sistemas educativos, la ideología imperante
del momento histórico, la interconexión global y la sociedad. Así por ejemplo, durante la década
de los ochenta fue marcada por reformas encaminadas a la búsqueda de la eficiencia y la
calidad, los procesos de formación de recursos humanos buscaban aumentar la competitividad
internacional de las economías nacionales y en los noventa se establecieron reformas de
segunda generación, dirigidas principalmente a transmitir en las instituciones de educación,
políticas que otorgaran mayor autonomía, descentralización, sistemas de medición de calidad,
cambios curriculares e incentivos académicos.
Durante el presente siglo, la política educativa se proyecta hacia nuevos desafíos, que
producen una marcada regulación estatal en búsqueda de preservar la educación como un
derecho social y alcanzar estándares de calidad que redunden en una mayor competitividad de
las naciones a partir de aumentar las inversiones. Autores como David y Levi (2003 y 2005) en
sus estudios del Banco Mundial establecen como objetivo incrementar la inversión pública en el
sector educativo y mejorar las tasas de matrícula a nivel primario y secundario. Echeverry (2005)
concluye que la asignación de un mayor gasto en educación conduce a una mayor acumulación
de capital humano y a una mejora de la productividad del país.
Colombia pretende garantizar en su política educativa el avance hacia una sociedad en
paz, equitativa y educada, abordando como prioridad elevar la calidad, pertinencia y acceso de
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los agentes al mercado educativo, mejorando el desarrollo de competencias generales y
específicas en cualquier grado educativo. Sin embargo, los resultados del país en pruebas
estandarizadas internacionales, generan planes de mejoramiento y propósitos en el desarrollo de
las áreas vitales para el ingreso del país al OCDE. Los alcances de las pruebas PISA muestran
una relación entre el gasto por alumno en el nivel secundario (% del PIB per cápita) y los logros,
por tanto, los países que más invierten en educación obtienen mejores resultados. En este
sentido, Colombia posee un bajo nivel de desempeño y los mayores logros corresponden a los
alumnos de China en contraste con los peruanos quienes ocupan el último lugar; sin embargo los
resultados de Colombia son inferiores a países de su mismo nivel de renta media, lo que genera
como una prioridad el mejoramiento de los resultados en el ámbito de las acciones de política.
Los lineamientos expresados por Colombia, sugieren dos vías de desarrollo (Navarro,
2006): en primera instancia las que encierran un conjunto de políticas básicas para mejorar la
calidad y eficiencia; y en segundo lugar las periféricas, relacionadas con la expansión y
crecimiento de la matrícula. En relación a las primeras, la globalización demanda capital humano
formado con criterios de competitividad. La educación entonces se transforma en polo de
desarrollo que impulsa el crecimiento económico de los países, la disminución del desempleo y el
avance técnico y tecnológico de la sociedad. En tanto que, las políticas periféricas, tienden a
erradicar la pobreza, a lograr igualdad de oportunidades y a aumentar el capital social de los
territorios, mediante la eliminación de las barreras de entrada de grupos étnicos y desfavorecidos
en el sistema educativo, logrando que niños y niñas aseguren su ingreso al sistema educativo,
aumentando la tasa de matrícula de oferta y demanda de los actores. Este es un acuerdo al que
llegaron 165 países en marzo de 1990, en la Conferencia Mundial sobre la Educación Para Todos
(EPT), ratificado en los objetivos de desarrollo sostenible (Delgado, 2017 ).
Lograr calidad educativa implica considerar los avances factibles de desarrollar en la
escuela, pues en palabras de Bourdieu y Passeon, 1977 esta ayuda a reproducir la estratificación
social y a legitimarla asegurando su interiorización, razón por la cual y para romper el precepto de
escuela como reproductor del sistema, Wössmann (2003) concluye que las diferencias en el
desempeño no son atribuibles a diferencias de recursos sino que están relacionadas con la
calidad de las instituciones; un estudio de la Contraloría General de la República de Colombia
(2014), determina la influencia de factores tales como el docente y los métodos de enseñanza, la
autonomía escolar en la contratación de personal y en las decisiones salariales, la influencia
limitada de los sindicatos en el alcance del currículo, el control centralizado del currículo y de los
asuntos presupuestales, los exámenes centrales, el escrutinio del desempeño estudiantil
mediante exámenes, tareas y reuniones de docentes y padres de familia, el nivel intermedio de
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administración, la competencia de las instituciones educativas privadas y el compromiso de los
padres en tomar parte en los asuntos de la enseñanza, resultados coherentes con los expresados
por Lora (2007) quien enuncia las ventajas de promover cambios institucionales en la política
para la transformación de los niveles locales en la educación.
En la política Colombiana, en el centro de las instituciones educativas, educando y
educador, contribuyen a la producción y reproducción del sistema de relación social, pero fuera
de las entidades formadoras existen consideraciones, imposiciones y recomendaciones de
agencias multilaterales como el Banco Mundial (BM); el Programa de Promoción de la Reforma
Educativa para América Latina y el Caribe (PREAL); la Comisión para América Latina y el Caribe
(CEPAL); la División del desarrollo social de la ONU; el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID); el Instituto Internacional de Planeación de la Educación de la UNESCO (IIEPE) y la Oficina
regional de la educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe (OREALC), que
establecen el orden imperante en el sistema educativo (Delgado 2017).
En palabras de Delgado, la reforma política converge hacia las entidades formadoras en
donde se pretende una transformación desde diferentes enfoques que se encuentran al analizar
el discurso y que proveen diferentes objetivos. En este caso se logran identificar como
perspectivas: la económica, los requerimientos dominantes, la unificación, el humanismo y la
alternativa desarrollista. En el plan de desarrollo 2014-2018 la perspectiva económica se
estableció cuando se relaciona educación, movilidad laboral y generación de ingresos mediante
la concepción de educación como medio para el cierre de brechas sociales, dinámicas que
aseguran grandes avances para el país en términos de movilidad social y laboral, beneficiando
principalmente a los colombianos de menores ingresos, de igual manera, se afirma que la baja
calidad y pertinencia en todos los niveles educativos sigue siendo una problemática presente en
la educación colombiana, limitando la formación y el desarrollo de competencias para el trabajo y
para la vida.
Bajo esta perspectiva, la globalización ha generado una pérdida de autonomía del sistema
educativo colombiano, que cede su autonomía a entidades supranacionales encargadas de la
construcción de líneas políticas.
La política sobre la Visión de la educación de Colombia proyectada hacia el año 2025 y
plasmada en el plan de desarrollo 2014-2018 asume que elementos tales como la infraestructura,
los recursos, la jornada y la calidad docente serán los instrumentos encargados de cerrar brechas
a nivel local, regional, nacional e internacional; para alcanzar tal propósito, los docentes, la
infraestructura, la jornada de estudio, la institucionalidad, y la asignación de recursos deberán
fortalecerse a fin de promover un avance sustancial de todo el proceso de formación, cerrando
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así las grietas frente a los países líderes educativamente en el mundo, y al interior del país, entre
zonas urbanas y rurales y entre regiones. Así́ mismo, se debe dar especial relevancia a la
educación inicial, garantizarla como un derecho y reconocerla como determinante de unas bases
sólidas para las etapas subsiguientes de formación.
En consecuencia, la educación se considera un proceso de formación que concibe al
estudiante como un recurso humano cuya función fundamental es reproducir información que
beneficie el crecimiento económico de la nación colombiana, hecho que conlleva una visión
mercantilista de la educación, la cual puede ser tratada como expresa Delgado (2017), dentro de
un mercado que la considera como cualquier otro servicio y que genera espacios para que
capitales privados encuentren en la educación posibilidades de crecimiento económico.
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Conclusiones
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Bibliografía
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