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Minerales: clasificación,
requerimientos y fuentes
Las
legumbres son alimentos ricos en diversos minerales.
Fuentes de minerales
Los minerales están en la naturaleza de forma habitual: en el suelo, en la tierra,
en las rocas, en las plantas, etcétera. También están presentes en los
alimentos. Hay algunas fuentes que son especialmente ricas en algunos
minerales y es raro encontrar algún alimento que no posea ninguno. A
continuación encontrarás las fuentes de alimentos donde encontrar cada uno
de los minerales que requiere tu alimentación.
Recuerda que llevar una dieta variada y equilibrada es el mejor sistema para
evitar las carencias y acúmulos de minerales. Desde luego, la suplementación
indiscriminada sin un motivo justificado está totalmente contraindicada.
Si esta recomendación supera los 100 mg/día se dice que nos encontramos
ante un macromineral y si es inferior, sea cual sea, será un micromineral.
Hay que tener cuidado porque esta denominación no hace referencia ni al
tamaño de la molécula (por aquello del ‘macro’ y ‘micro’) ni a la mayor o menor
importancia del mineral para nuestra salud. Para poner un ejemplo clarificador
de esto diremos que el hierro está clasificado como un micromineral, con unas
recomendaciones de consumo realmente bajas si se comparan con otras. Sin
embargo, nadie duda de la trascendencia de sus funciones y de su directa
contribución a la salud.
Azufre
Recomendaciones diarias de azufre:
Su dosis recomendada no está regulada, ya que depende del contenido
proteico de la dieta.
El azufre (S) es un macromineral cuyas necesidades de consumo dependen de
la ingesta de metionina, un aminoácido, componente de las proteínas. Participa
en múltiples reacciones metabólicas y existen varios componentes importantes
del organismo: vitaminas, hormonas, etcétera, que son azufrados, es decir, con
azufre en su composición.
Como curiosidad, los baños termales de azufre se han usado durante muchos
años por sus propiedades curativas, ya que ayudaban a mejorar muchas
dolencias: estrés, problemas dermatológicos, musculares, etcétera.
Queso, huevos.
Legumbres.
Ajo y cebolla.
Deficiencia de azufre
Es muy rara. Pero su carencia en el organismo puede producir un retraso en el
crecimiento.
Calcio
Semilas de girasol.
Agua de consumo.
Deficiencia de calcio
La falta del calcio necesario para el correcto funcionamiento de nuestro
organismo puede provocar:
Cinc
Recomendaciones diarias de cinc:
12-20 mg/día en adultos
El cinc o zinc (Zn) es un micromineral que participa en más de 200 reacciones
químicas a nivel celular. Está implicado en prácticamente todos los sistemas de
mantenimiento y regulación corporal.
Fuentes de cinc
Germen de trigo.
Carne, pescado.
Huevos y lácteos.
Leguminosas, frutos secos (nueces).
Ostras.
Dermatitis.
Diarrea.
Pérdida de cabello.
Hipogonadismo: alteración de los caracteres sexuales.
Cansancio o anemia.
Agua clorada.
Deficiencia de cloro
Pérdida de apetito.
Frutos secos.
Hígado, vísceras.
Marisco.
Ciruelas y pasas.
Hígado, vísceras.
Anemia.
Osteoporosis.
Cabello canoso.
Pérdida de minerales.
Flúor
Recomendaciones diarias de flúor:
1,5-4 mg/día en adultos
El flúor (F) es un micromineral imprescindible para el cuerpo humano, ya que
tiene una función esencial en la formación de huesos y el correcto
mantenimiento del esmalte dental –previniendo la caries–, y la estructura ósea.
Verduras y hortalizas según el contenido del flúor del suelo (espinacas, col,
lechugas, brotes de soja).
Té
Café.
Pescados.
Mariscos.
Consecuencias de su déficit
La carencia de flúor puede originar diversas anomalías como:
Caries dental.
Osteoporosis.
Fósforo
Recomendaciones diarias de fósforo:
800-1200 mg/día en adultos
El fósforo (P) es un macromineral muy relacionado con el calcio, tanto en las
funciones compartidas, como en las fuentes alimenticias donde está presente o
sus recomendaciones de consumo. A mayor necesidad de uno, mayor
necesidad del otro. La biodisponibilidad del fósforo mejora en presencia
de vitamina D, vitamina C y proteínas, entre otros.
Alteraciones óseas.
Alteraciones sanguíneas.
Alteraciones renales.
Descalcificación.
Hierro
Recomendaciones diarias de hierro:
Fuentes de hierro
Hígado.
Carnes rojas.
Pollo.
Riñón.
Morcilla.
Pescado.
Huevos.
Mejillones.
Cereales, germen de trigo.
Legumbres.
La absorción de hierro por parte del organismo se facilita si se toma conjuntamente con
la vitamina C, B6, B12, ácido fólico, cobre, fósforo, calcio.
La absorción de este mineral disminuye con sustancias como el café, el vino (taninos) o
la fibra, y con la presencia de diarrea.
Consecuencias del déficit de hierro
En mujeres es bastante frecuente el déficit de hierro, debido a las hemorragias
mensuales por la menstruación, además, en el embarazo la madre le pasa hierro al bebé,
disminuyendo así su nivel en el cuerpo. Estas situaciones pueden desembocar en
una anemia ferropénica. Los síntomas más habituales de esta patología son:
Cansancio, fatiga.
Palidez.
Bajo nivel de rendimiento.
Aumento de probabilidad de partos prematuros.
Magnesio
Recomendaciones diarias de magnesio:
200-400 mg/día en adultos
El magnesio (Mg) es un macromineral con una función estructural muy
importante en el hombre, al estar presente en los huesos. Asimismo, comparte
función reguladora, ya que está implicado en muchas reacciones de obtención
de energía dentro de la célula.
La grasa, calcio y vitamina D disminuyen la absorción de magnesio a nivel
intestinal. Mientras que el consumo de alcohol provoca la menor utilización de
magnesio.
Fuentes de magnesio
La mayor parte del magnesio podemos obtenerla de alimentos ricos en
clorofila: hortalizas, frutos secos (nueces, anacardos, almendras), leguminosas
(productos con soja), cereales (arroz integral, mijo). Aunque también está
disponible en:
Maíz blanco.
Caracoles.
Pan integral.
Higos secos.
Pomelo y limón.
Deficiencia de magnesio
Aunque no es muy habitual puede darse un déficit de magnesio (en personas
alcohólicas, recién operados, por la toma de medicamentos, quemaduras u
otras personas con problemas para absorber el magnesio):
Convulsiones, irritabilidad.
Disminución apetito.
Musculatura debilitada.
Alteración nerviosa.
Manganeso
Refuerza la memoria.
Disminuye la irritabilidad.
Disminuye el cansancio.
Fuentes de manganeso
Verduras, hortalizas verdes, remolacha, espinacas, col
Frutas (arándano, piña).
Cereales integrales (avena, arroz integral).
Legumbres (lentejas, soja, guisantes)
Leche y sus derivados lácteos.
Carnes.
Té.
Consecuencias de su déficit
La falta de manganeso en el organismo puede causar diversas enfermedades
como:
Vértigo.
Pérdida de audición.
Alteraciones óseas.
Se trata de un mineral muy soluble en agua, recurso que podemos utilizar para
retirarlo de la dieta si nos interesa, por ejemplo, en el caso de patología renal.
Fuentes de potasio
Frutas (Plátanos, kiwi, melón de cantalupo; cítricos, como el limón, naranja o
pomelo; tomates; las ciruelas, las pasas y albaricoques –cuando están secos,
poseen mayor cantidad de potasio–).
Todas las carnes (rojas, pollo).
Pescados como el salmón, bacalao, sardinas.
Brotes de soja.
Cereales integrales, leguminosas (alubias o frijoles, soja, lentejas).
Hortalizas como el brócoli, patatas, habas.
Leche y sus derivados lácteos.
Nueces.
Consecuencias de su déficit
La carencia de potasio puede llevar a cabo diversas alteraciones como:
Debilidad muscular.
Taquicardias.
Sed.
Falta de apetito.
Transtornos neuromusculares.
Vómitos, malestar.
Selenio
Las vísceras,
el pescado o los cereales integrales son fuentes de selenio.
Recomendaciones diarias de selenio:
50-70 µg/día en adultos
El selenio (Se) es un micromineral antioxidante, función que comparte con la
vitamina E. En la actualidad, estos compuestos están siendo ampliamente
estudiados por su posible relación en enfermedades muy frecuentes:
cardiovasculares, cáncer, etcétera.
Por su capacidad antioxidante, se le considera un elemento antienvejecimiento
celular.
Relacionado con vitamina E.
Deficiencia de selenio
El no alcanzar las cantidades mínimas de selenio en el organismo puede
causar:
Alteraciones sanguíneas.
Problemas musculares.
Alteraciones pancreáticas.
Sodio
Recomendaciones diarias de sodio:
500 mg/día en adultos
El sodio (Na) es un macromineral que forma parte de la sal de mesa o cloruro
sódico, con fórmula química (ClNa). Al igual que el potasio y el cloro, es un
electrolito y posee importantes funciones en la regulación de las
concentraciones de los medios acuosos. Nuestros músculos y nervios lo
necesitan para funcionar como es debido.
Con el sodio presente en los alimentos de forma natural sería suficiente para
cubrir las recomendaciones establecidas. De hecho, la mayoría de la población
toma más sal en la dieta de la que debiera. Cuando los riñones, encargados de
eliminarla, no pueden hacerlo al haber un exceso de este mineral, puede
producirse hipertensión arterial.
Fuentes de sodio
El modo de encontrar el sodio es en forma de cloruro de sodio, más conocida
como sal de mesa. Las fuentes principales de sodio son:
Leche.
Remolacha.
Apio.
Agua potable.
Alteraciones circulatorias.
Yodo
Recomendaciones diarias de yodo:
100-200 µg/día en adultos
El yodo (I) es un micromineral muy importante, ya que es fundamental en la
síntesis de hormonas tiroideas, esencial en la regulación del organismo.
Alteraciones en sus niveles pueden
provocar hipertiroidismo o hipotiroidismo que produce desarreglos en el
metabolismo basal.
El pescado y marisco son prácticamente las únicas fuentes alimenticias de
yodo, por lo que personas alérgicas a estos productos, deberían tomar sal
yodada de forma protocolizada con el fin de evitar su carencia.
Algunos vegetales contienen sustancias bociógenas (que provocan bocio u
otras alteraciones en el tiroides) que entorpecen la acción del yodo,
especialmente si se consumen crudas. Son, por ejemplo, la coliflor, la col, el
repollo, las coles de Bruselas, etcétera.
Fuentes de yodo
Pescados.
Mariscos.
Sal yodada.
Frutas.
Verduras.
Déficit de yodo
La carencia de yodo puede producir distintas alteraciones en nuestro
organismo como:
Bocio: aumento de la glándula tiroides, situada en el cuello, provocando
desajustes en las hormonas tiroideas.
Vitaminas
Cada una de las 13 vitaminas cumple una función concreta en el
organismo, y su carencia puede causar problemas de salud. Descubre sus
fuentes alimenticias y las cantidades diarias recomendadas.
Escrito por:
ARANTZA RUIZ DE LAS HERAS
Dietista-Nutricionista, Complejo hospitalario de Navarra
Además de todo esto, algunas vitaminas son muy sensibles a las condiciones
ambientales y pueden inactivarse dejando de ser útiles. La incidencia directa de
la luz solar, el calor o incluso la propia solubilidad de algunas, hace que se
puedan degradar antes o durante su ingesta.
Existen
nuevo vitaminas hidrosolubles y cuatro liposolubles.
Vitaminas liposolubles
Las vitaminas liposolubles son cuatro y tienen en común la característica de
que no se solubilizan en agua, pero sí en grasa. Estas vitaminas, al contrario
que las hidrosolubles, sí se almacenan en tejidos grasos del organismo
(hígado, tejido adiposo), por lo que pueden dar, llegado el caso, problemas de
toxicidad. Además, su eliminación es más dificultosa, por lo que hay que poner
especial cuidado en cubrir las recomendaciones, pero no excederlas. Son las
siguientes:
Vitamina A o retinol
Vitamina D o calciferol
Vitamina E o tocoferol
Vitamina K
Vitamina A o retinol
Desde la
leche o los huevos a los vegetales verdes y coloreados podemos obtener buenas
dosis de vitamina A.
Funciones de la vitamina A
Participa en el desarrollo y queratinización epitelial y colabora en el crecimiento
óseo y celular: mantenimiento de dientes, y de tejidos óseos y blandos, así
como la piel.
Guisantes.
https://www.webconsultas.com/dieta-y-nutricion/dieta-
equilibrada/micronutrientes/vitaminas/vitamina-b1-1814#book_content
Minerales: clasificación, requerimientos y fuentes
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