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Venezuela hoy

Venezuela vive uno de sus episodios más difíciles de la historia. Mientras que millones de
sus ciudadanos están repartidos en los países sudamericanos, la tensión política se agudiza
cada vez más, con Nicolás Maduro aferrado al poder y Juan Guaidó promoviendo la
recepción del apoyo de la comunidad internacional.

PUEDES VER Venezuela: precio dólar hoy, domingo 15 de marzo febrero del 2020
Venezuela HOY
Con larepublica.pe, entérate EN VIVO de todas noticias de Venezuela y hechos importantes
que marca la agenda política y social en ese país.

El régimen chavista adoptará este domingo medidas para una “cuarentena colectiva
selectiva” para frenar la expansión del nuevo coronavirus, anticipó el ministro de
Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.

Los médicos venezolanos que se unirán a nuestros profesionales en los hospitales durante
la emergencia coronavirus no están vinculados al actual régimen, con el que no hay en
curso ninguna negociación”, matizó el consejero regional de Salud, Giulio Gallera.

En un breve comunicado añadió que se trata de operadores sanitarios “autónomos”


llegados a Italia por el éxodo desde su país.

PUEDES VER: Coronavirus: Maduro declara estado de alarma en Venezuela y ratifica que
deben usar mascarillas
En la jornada del último sábado 14 de marzo, Nicolás Maduro, pidió a los venezolanos, que
fabricaran tapabocas artesanales para la protección del COVID-19.

El mandatario admitió que la cantidad de mascarillas que iba a distribuir entre los 30
millones de habitantes de los 24 estados era escasa, por lo que sugirió que las familias
venezolanas tomaran la iniciativa de confeccionar sus productos.

Con un tapacaboca puesto, Maduro le indicó al ministro de Interior y Justicia, Néstor


Reverol, que con la ayuda de la policía nacional deben a obligar a todas las personas a que
utilicen las mascarillas en el sistema de transporte público como el Metro de Caracas,
trenes, metrobús y autobuses.

Este último viernes, el gobierno de Venezuela decretó alerta nacional para combatir el
coronavirus e informó que entre el 12 y 13 de marzo se han hecho alrededor de 80 pruebas
en todo el país y solo dos resultaron positivas.

“Ningún país está suficientemente preparado. No creemos que esta es una crisis más.
Estamos declarando al país en emergencia. Cero burocracia y cero irresponsabilidad y cero
falta de coordinación. Es hora del sacrificio”, dijo Maduro en cadena de radio y televisión.

El estado de excepcion
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El Estado de Excepción en Venezuela


In Investigacionesagosto 1, 2016
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I

¿Qué es el estado de excepción?

El Estado de excepción es un mecanismo que, como su nombre sugiere, otorga poderes


especiales al Ejecutivo Nacional para afrontar situaciones fuera de lo común que afectan la
paz o el bienestar de los ciudadanos y que no son afrontables a través de los mecanismos
normales. Estos poderes podrán utilizarse estrictamente para ese fin y una vez logrado el
objetivo se extinguen.

El rasgo más característico de estas atribuciones es que acarrean la posibilidad de limitar o


restringir el ejercicio de algunos derechos temporalmente. Es importante subrayar que en un
Estado democrático se puede plantear la limitación de derechos pero nunca su suspensión,
distinción que está apropiadamente expresada en la Constitución de nuestro país, que en
su artículo 337 señala que “podrán ser restringidas temporalmente las garantías
consagradas en esta Constitución”.

Otra particularidad de esta figura es su temporalidad. Vale la pena recordar que en el


pasado el Estado venezolano la ha utilizado de manera inapropiada extendiendo
exageradamente su duración. Así, por ejemplo tenemos la “suspensión” de los derechos
económicos que estuvo vigente de 1961 a 1991, y que convirtió una medida excepcional en
una “normalidad” lo que supone una obvia perversión del ordenamiento jurídico. Por ello no
se tiene un buen recuerdo de los estados de excepción en la medida en que han sido
desnaturalizados y han servido de instrumento para realizar abusos ajenos a las
circunstancias que los justificaron. De ahí que para contrarrestar y prevenir estos vicios, en
la Constitución vigente (1999) se incluyeron una serie de procedimientos para limitar el
ejercicio exorbitante del poder que es propio de los estados de excepción.

Adicionalmente debemos señalar que en muchos casos los estados de excepción son
invocados por el mismo poder ejecutivo cuyas erróneas políticas provocaron la crisis. En
este aspecto resulta entonces una contradicción el que se otorguen más facultades a quien
originó el problema que obliga a tomar esta medida. Sobre este punto la Constitución no da
una solución expresa más allá de la referendo revocatorio, y enfatiza por otro lado la
necesidad de que los controles de los otros poderes efectivamente funcionen y no sean
manipulables por el ejecutivo.
Hemos de partir además del supuesto que los estados de excepción no son algo bueno en
sí mismo, pues implican la limitación de derechos, sino que más bien son un sacrificio que
la sociedad acepta por un interés general, de modo que por eso deben estar regulados para
minimizar lo más que se puedan sus efectos negativos. Una democracia sin ejercicio pleno
de los derechos no es una democracia.

A diferencia de la Constitución anterior (1961) que permitía estados de excepción


indefinidos y con una sola aprobación del Congreso de la República, la actual limita a un
máximo de 90 días (aunque algunos tipos están limitados a menos tiempo), prorrogable por
otros tantos. Así, el decreto original como su eventual prórroga deben ser aprobados por la
Asamblea Nacional y por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. Otra
novedad del presente texto constitucional es que ahora son más los derechos que no
pueden ser restringidos por un estado de excepción, como el derecho a la vida, a la
integridad física y psicológica, al reconocimiento de la personalidad jurídica, al debido
proceso a la información, a la libertad de conciencia y religión, a la familia y los derechos
del niño, entre otros.

Finalmente, agrega la Constitución que el decreto de estado de excepción debe cumplir con
una serie de requisitos, y el más importante es que responsabiliza específicamente al
Presidente de la República de establecer claramente cuáles son las limitaciones que se
impondrán a determinados derechos durante la vigencia del estado de excepción, buscando
garantizar que la población afectada esté enterada de las nuevas reglas a las que debe
adecuarse desde el comienzo. Esto es muy importante, porque se evita que funcionarios
inescrupulosos establezcan o determinen de forma arbitraria las limitaciones a los derechos
durante la vigencia del decreto.

La Constitución no solo regula de forma más rigurosa que la anterior lo relativo a los
estados de excepción, sino que introduce dos elementos nuevos a la hora de aplicarlos: la
proporcionalidad y la temporalidad.

La proporcionalidad: se aplica cuando se señala que dependiendo de la causa, la duración


máxima puede variar según su gravedad. Esto debe apreciarse desde dos puntos de vista,
pues la proporcionalidad debe entenderse tanto para decidir la medida como para aplicarla.
Esto implica que el estado de excepción debe imponerse en función y para atender la
emergencia que le dio origen, por lo que si dicha situación puede ser solucionada por los
medios ordinarios no puede invocarse el estado de excepción. En segundo término, incluso
en el caso de que la situación lo requiera la aplicación de la excepción debe ser en
proporción a la situación de que se trate. Así entonces, por ejemplo, un toque de queda que
impida la circulación las 24 horas no tiene sentido alguno y por el contrario vulneraría los
derechos de los ciudadanos pues le impediría el acceso a los bienes y servicios básicos
para sobrevivir, pues no se podrían trasladar a los hospitales o a los sitios de expendio de
alimentos. Lo racional y proporcional sería entonces imponer un horario que permitan el
tránsito mínimo necesario para satisfacer los requerimientos elementales de la población.
La temporalidad: es una constante de todos los tipos de estado de excepción que la
Constitución prevé, de manera que los limita a un tiempo máximo de existencia, no pueden
ser indefinidos. Ello implica que no pueden dictarse decretos de estados de excepción sobre
la misma situación pero presentándola de diferente manera para hacer ver que se trata de
un decreto sobre hechos diferentes. Esto último constituiría un fraude a la Constitución cuya
intención es que la excepción dure lo menos posible. En este punto resulta importante tanto
el control político que hace la Asamblea como el jurídico que debe realizar el Tribunal
Supremo, cuyas sentencias deben ser ajenas a parcialidad alguna y velar por el
cumplimiento de la Constitución, sobre todo en este punto donde lo que está en juego en la
restricción de los derechos de los ciudadanos.
El Constituyente prefiere fijar límites al poder en tiempos extraordinarios, para que tiempos
extraordinarios no sirvan de excusa para desconocer derechos.

II

¿Cuánto tipos de estados de excepción existen?

De acuerdo con la Constitución vigente existen 4 tipos de estado de excepción (Art. 338):

Estado de alarma

Está vinculado con la ocurrencia de “catástrofes, calamidades públicas u otros


acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la seguridad de la Nación o de
sus ciudadanos y ciudadanas”.

De acuerdo con el diccionario, una catástrofe es un “Suceso que produce gran destrucción
o daño” y una calamidad es una “Desgracia o infortunio que alcanza a muchas personas”,
ambos son eventos vinculados a causas naturales (terremotos o huracanes) o accidentes
de gran alcance en cuanto al daño material que pueden producir (por ejemplo, un incendio).

Duración máxima: 30 días prorrogables por otros 30 días más.


Estado de emergencia económica

Puede invocarse cuando “se susciten circunstancias económicas extraordinarias que


afecten gravemente la vida económica de la Nación” por lo que se entiende que las causas
deben estar relacionadas con esta materia. Lo dicho, aunque resulta obvio debe resaltarse,
pues es muy común que existan elementos que influyan en la economía y que estos se
generen fuera del país, con lo cual quedaría fueran del alcance del gobierno venezolano
manejarlos a través de un estado de excepción.

Un ejemplo lo tendríamos en el caso de que bajen los precios del petróleo en el mercado
internacional, por lo que en tal situación, ese hecho, en sí mismo, no sería susceptible de
generar un estado de excepción ya que este sería inútil para cambiar la situación de los
precios. De modo entonces que no todos los factores que alteren la economía de un país
son causa suficiente para dictar un estado de emergencia económica. Esto es fundamental
porque el estado de excepción debe ser útil pues de lo contrario no tienen sentido.

Duración máxima: 60 días prorrogables por otros 60 días.


Estado de conmoción interior y el de conmoción exterior

Aunque el estado de conmoción interior y el de conmoción exterior son tipos diferentes, la


Constitución los trata de igual manera en cuanto a sus efectos y duración. Ambos pueden
decretarse en caso de conflicto interno o externo “que ponga seriamente en peligro la
seguridad de la Nación, de sus ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones”.

Recurriendo una vez más al diccionario, un conflicto es un “Combate, lucha, pelea” o


“Enfrentamiento armado” por lo que este tipo de estado de excepción exigiría la existencia
o amenaza de un enfrentamiento violento de tal magnitud que ponga en peligro la seguridad
de los ciudadanos. En el caso de conmoción interior el ejemplo clásico sería un golpe de
estado.

Más complicado, es determinar las razones que puedan generar un estado de conmoción
exterior, pues al tratarse de una circunstancia que ocurre fuera de nuestras fronteras lo
importante es que tenga incidencia en la seguridad de los ciudadanos. Así, por ejemplo, la
existencia de una guerra en un país fronterizo, si esto origina graves perturbaciones en el
nuestro, puede servir de justificación para tomar la decisión a favor de dictar un estado de
excepción.

En este sentido, debemos hacer un comentario que es de general aplicación a todos los
estados de excepción: los mismos deben dictarse por situaciones evidentes, claras y
tangibles, no por meras especulaciones sin razones tangibles y transparentes que pongan
de manifiesto la necesidad de decretar la excepción. Así entonces, no pueden dictarse esta
grave medida en base a suposiciones ni muchos menos justificarse en meras sospechas. Al
ser algo que afecta a todos, todos debemos estar de acuerdo en que la situación que la
justifique es real y evidente.

Duración máxima: 90 días prorrogables por otros 90.


Hemos de aclarar que aunque las causas y duración de cada tipo de estados de excepción
son diferentes, las potestades que asume el ejecutivo son las mismas de acuerdo con la
Constitución, pero siempre atendiendo al principio democrático, es decir, que las medidas
que se tomen sirvan para la preservación de la democracia, no para eliminarla o debilitarla.

III

¿Qué puede hacer el Poder Ejecutivo en un estado de excepción?

La primera consecuencia manifiesta de la declaración de un estado de excepción es que el


Ejecutivo, de manera temporal, tiene la potestad de limitar derechos constitucionales. Para
ello debe regular en el decreto que establezca el estado de excepción la regulación a la que
estará sometido ese derecho mientras dure la emergencia. De no hacerlo así, la
consecuencia lógica es que no puede estar limitado ese derecho pues se trata de una
exigencia de la Constitución en su artículo 339.

En este particular hemos de aclarar que no todos los derechos son susceptibles de ser
restringidos, pues la Constitución expresa (art. 337) que no pueden ser limitados el derecho
a la vida, la prohibición de incomunicación y de tortura, el derecho al debido proceso, el
derecho de información y “los demás derechos intangibles”. Estos derechos intangibles, de
acuerdo con el artículo 6 de la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción son los
siguientes: el derecho al reconocimiento a la personalidad jurídica, la protección de la
familia, la igualdad ante la ley, la nacionalidad, la libertad personad y la prohibición de la
práctica de desaparición forzada de personas, la integridad personal (física, psíquica y
moral), la prohibición de ser sometido a esclavitud y servidumbre, la legalidad y el principio
de irretroactividad de las leyes, el amparo constitucional, la participación, el sufragio y el
acceso a la función pública.

Como puede apreciarse no son pocos los derechos que no pueden ser limitados, pero aún
así el margen de actuación del Estado en los que sí pueden limitarse tiene una afectación
respecto a los primeros por cuanto todos los derechos humanos están estrechamente
relacionados y no puede limitarse uno sin afectar a los demás. Un ejemplo de esto lo
tenemos en el caso del derecho de reunión que sí puede ser limitado. Este derecho, en el
caso de unas elecciones, como ocurrió en los Estados de la frontera en diciembre de 2015,
sí tuvo un efecto en el ejercicio del derecho del sufragio por cuanto toda manifestación o
mitin partidista debía ser aprobado por las autoridades que ejecutaban el decreto de estado
de excepción afectándose de ese modo el derecho de participación política que
supuestamente no debe ser condicionado. En consecuencia, aunque la Constitución
exprese que hay derechos que no pueden ser limitados, lo cierto es que en la práctica la
restricción de unos derechos siempre afecta a los demás por estar estrechamente
vinculados entre sí.

Además, de acuerdo con la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, el Presidente de la


República, en Consejo de Ministros puede ejercer las siguientes atribuciones:

“Todas las medidas que estime convenientes en aquellas circunstancias que afecten
gravemente la seguridad de la Nación” (Art. 15). Esta afirmación genérica, recordemos, no
es absoluta, y tiene sus límites en la propia Constitución, de modo que esas medidas
siempre y en todo caso deben atender y servir a los principios constitucionales.
Se pueden imponer servicios extraordinarios a los ciudadanos así como a personas
jurídicas (Art. 17). Esto quiere decir, por ejemplo que se le puede requerir a una persona
que permita que en un local de su propiedad se almacenen alimentos para su posterior
distribución, debiéndose luego una indemnización al afectado en el supuesto que ese
servicio le genere una afectación a su patrimonio.
Se puede limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera
necesidad (Art. 19). Tristemente resulta que esa situación, supuestamente propia de un
estado de excepción tiene años ocurriendo sin que se haya decretado una emergencia al
respecto. Aquí podemos apreciar lo que ocurre cuando nos acostumbramos a lo que debe
ser la excepción y no la regla.
También puede el ejecutivo hacer erogaciones que no estén en la Ley de Presupuesto (art.
20), en la práctica esto se traduce en la posibilidad de ejecutar el presupuesto sin control
parlamentario, lo que puede ser la causa real por la que se dicte un estado de excepción, es
decir, que bajo la excusa de una situación de crisis se dicte un decreto al respecto en
realidad para evadir al legislativo. De ser así, esto constituiría un fraude a la Constitución y
haría nulo el decreto correspondiente.
La excepción también implica la suspensión temporal de aquellas leyes que entren en
colisión con las medidas tomadas en el decreto de excepción (art. 21).
Una consecuencia natural de la declaratoria de excepción es la capacidad que tiene el
Presidente de la República de ordenar la movilización de uno o varios componentes de la
Fuerza Armada. Esto no implica asunción por parte de esta de las atribuciones de otros
poderes públicos, sino de aquellas labores propias de la institución armada en la contención
de la emergencia correspondiente.
Otra facultad es la de poder requisar los bienes muebles o inmuebles que deban ser
utilizados para restablecer la normalidad (art. 24). Esta requisa no puede hacerse de
cualquier manera, sino que debe ser por orden previa del Presidente de la República o a
quien este haya delegado la aplicación del decreto, y además debe hacerse por escrito
dejándose constancia de la requisición. En principio existe la obligación de devolver los
bienes requisados, pero en todo caso, siempre están sujetos a indemnización por los daños
que puedan ocurrirle a los bienes, y más aún, si los mismos por su uso, dejan de ser
utilizables (art. 25). En este supuesto, nos encontramos con una disposición que
consideramos inconstitucional pues el artículo 26 de la ley señala que si se trata de bienes
perecederos o fungibles se deben pagar al precio que tenían al momento de la requisición,
lo cual viola el derecho al “pago oportuno de justa indemnización” que de acuerdo a la
Constitución es parte del derecho a la propiedad.
Como puede observarse son enormes los poderes que asume el Ejecutivo en un estado de
excepción, y en la mayoría de los casos, a costa de los derechos de los ciudadanos. Por
ello, aun partiendo del hecho que estas limitaciones son necesarias en aras del bien común,
las mismas deben ejecutarse de acuerdo con los principios constitucionales, a saber,
proporcionalidad y temporalidad, pues luego de un estado de excepción, debe haber más
democracia, no menos.

IV

El estado de excepción y la ONU

Los Tratados internacionales de Derechos Humanos establecen limitaciones a la posibilidad


de restringir esos derechos. El Pacto de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, del que
Venezuela es parte desde 1978, señala entre otros condicionantes que la declaratoria de
estados de excepción puede hacerse “en la medida estrictamente limitada a las exigencias
de la situación” sin que ello implique discriminaciones por raza, color, sexo, idioma, religión
u origen social (Artículo 4, párrafo 1).

Ese mismo artículo establece que cuando un Estado declare un estado de excepción,
“deberá informar inmediatamente” a los demás Estados partes del Tratado por intermedio
del Secretario General de Naciones Unidas. Esto es significativo, pues no se trata de una
simple notificación burocrática a ese alto funcionario de la ONU, sino que se trata de
informar a la comunidad internacional vinculada al Tratado que en el país se están limitando
los derechos humanos y las razones en que se fundamenta esa restricción.

Así tenemos entonces, que esta obligación de informar, que parece muy básica y poco
importante, o incluso una mera formalidad, en realidad implica que no se pueden limitar
derechos humanos sin explicar a la comunidad internacional las razones para ello. Incluso
puede decirse que es un derecho de los ciudadanos sujetos a estas restricciones que el
mundo se entere de lo que les está sucediendo.

Existe una página web donde las Naciones Unidas publica todas las comunicaciones que
reciben de los Estados sobre la ejecución de los Tratados que suscriben
(https://treaties.un.org/Pages/CNs.aspx?cnTab=tab1&clang=_en), y como cualquiera puede
apreciar, Venezuela no ha cumplido con esta obligación de informar y explicar que desde el
mes de agosto de 2015 cientos de miles de ciudadanos tuvieron limitados sus derechos en
los estados fronterizos, y que actualmente la totalidad de la población se ve afectada por los
decretos de emergencia económica.

Lo dicho es una demostración que los derechos humanos nos conciernen a todos en tanto
miembros de la colectividad humana y que no es verdad que la limitación de estos sea algo
que se pueda esconder bajo el título de “asunto internos” pues la violación de un derecho
humanos nos importa a todos sin importar donde ocurra dicha violación. No en vano por ello
existen unos delitos que se denominan de “lesa humanidad” pues se ha comprendido que
además de afectar a un víctima en particular, este tipo de delito afecta a la humanidad como
un todo, y siendo así nadie debe ser indiferente ante una violación grave de nuestra
condición humana.

Estados de excepción decretados en 2015

Durante el año 2015 se emitieron 8 decretos de estado de excepción del tipo “emergencia
económica” en el país. Dichos decretos limitaron los derechos a la inviolabilidad del hogar,
inviolabilidad de las comunicaciones privadas, libre tránsito, reunión, manifestación pacífica
y libre actividad económica en 26 municipios de los 4 estados que tienen frontera con
Colombia.

Las razones esgrimidas para tomar esta decisión fueron diversas: la presencia del
paramilitarismo, narcotráfico y contrabando de extracción en dichas zonas, los “atentados”
cometidos contra nuestra moneda y contra “los bienes adquiridos con divisas de nuestro
pueblo”.

Es necesario resaltar que si bien todos los decretos originales recibieron el visto bueno de la
Asamblea Nacional como establece la Ley, en el caso de sus respectivas prórrogas
solamente aquellos referidos al estado Táchira fueron debidamente refrendados por el
Parlamento. En todos los casos la Sala Constitucional del TSJ dio luz verde a su aplicación.
Más aún, se recibieron alegatos en contra de seis de dichos decretos y todos y cada uno de
ellos fueron desechados por la Sala, algunas veces sin argumentación alguna, ratificando la
constitucionalidad de la medida.

Llama la atención que en las sentencias relativas a las mencionadas acciones el TSJ da por
buena la afirmación del Ejecutivo de que las circunstancias existentes ameritaban la toma
de medidas excepcionales sin explicar realmente los motivos de por qué es de esa opinión.
Más aún, la Sala en ocasiones se da a la tarea de buscar sustento a los argumentos del
Poder Ejecutivo que este no da (a pesar de ser su deber), lo que constituye un exceso pues
no es su función subsanar omisiones del Ejecutivo. A nuestro entender una decisión tan
delicada hubiese requerido criterios concretos para sostener dicha afirmación, cuando
menos para poder evaluar sus resultados y valorar la posibilidad de una prórroga.

Lo más grave, es que los decretos no incluyen la reglamentación de la limitación de todos


los derechos que pretende limitan, pues en algunos casos lo hace parcialmente y en otro no
lo hace del todo. Incluso, los alegatos de terceros que pidieron la impugnación de dichos
decretos advierten de esa irregularidad a la Sala Constitucional, pero la misma no dio
respuesta al asunto. De hecho no hizo alusión alguna a ese aspecto, dando por bueno el
decreto e ignorando una falla de esa magnitud, obviando su deber constitucional. Es un
deber del tribunal responder a los accionantes, para aceptar o para rechazar sus
argumentos, lo que no puede es simplemente ignorar las impugnaciones sin dar respuesta
concreta a sus alegatos. Esto constituye una grave denegación de justicia y una violación
inexcusable de los deberes impuestos al poder judicial.

Por cierto que en el caso de las prórrogas no solamente se repitió la situación que venimos
narrando sino que en varios supuestos reproducen, en forma simultánea, la misma causa y
finalidad para justificar su declaración. Los estados de excepción o su prórroga son actos de
gobierno que por su naturaleza excepcional no deberían dictarse en serie, es decir con
idénticos motivos y fundamentos, pues dependen de las circunstancias extraordinarias que
sucedan en la realidad y, en consecuencia, las que incitarían a adoptar estas decisiones de
contenido político que restringen las garantías y el ejercicio de los derechos de las
personas.

Tampoco tienen en cuenta los decretos (ni los originales ni sus prórrogas) las
consecuencias de limitar derechos como la reunión, o la manifestación pacífica en medio de
una campaña electoral, como fue el caso en diciembre de 2015, pues de esta manera se
permitió a los funcionarios prohibir de forma discrecional actividades propias de una
contienda electoral amparados en el estado de excepción.

Al momento de escribir esta nota ya los estados de excepción en la frontera perdieron su


vigencia, pero nadie ha dado cuenta de su efectividad, y quizá ello no ha ocurrido porque en
realidad, en materia de eficacia, no hay nada que decir.

VI

Estados de excepción decretados en 2016

En el año 2016 se dictaron varios decretos de estado de excepción, también por


emergencia económica pero esta vez a nivel nacional. En primer lugar, la prórroga del
estado de excepción ya decretado en el municipio Atures del estado Amazonas. Luego 3
decretos del tipo “emergencia económica” (13 de enero, 13 de mayo y 13 de septiembre de
2016), todos con su respectiva prórroga.

Las razones para justificar la medida giran en torno a un supuesto ataque a la economía
venezolana que se inició como consecuencia de la muerte de Hugo Chávez y que tiene
origen en factores tanto externos como internos que, actuando coordinadamente, hicieron
daño con acciones como la baja del precio del petróleo y la consiguiente merma en los
ingresos de la Nación. Una vez más, no se regula la restricción de los derechos, con el
agravante de que en esta ocasión ni siquiera se especifica cuáles han sido limitados, lo que
en nuestro criterio implica que no se pueden limitar ningún derecho constitucional pues se
trata de una exigencia de la máxima norma del país.
Al respecto, se observa que las medidas de los decretos para solventar esa crisis ya han
sido tomadas en su mayoría por vía habilitante en los últimos años y, además, los decretos
de emergencia económica emitidos en varios municipios fronterizos el año pasado dieron
lugar a una peor situación económica que la existente antes de la emergencia decretada.
Esto hace cuestionable la necesidad de acudir a un recurso excepcional que no fue
pensado para que un gobierno se libere de las limitaciones de los otros poderes sino, como
se ha insistido ya, para situaciones de verdadera emergencia. Por ejemplo, la
excepcionalidad se ha utilizado para otorgar créditos adicionales, lo que bien pudo hacerse
a través de la Asamblea Nacional en una condición de normalidad, como está previsto en la
legislación.

Por supuesto, cada uno de estos decretos contó con la aprobación del Tribunal Supremo de
Justicia en Sala Constitucional; en algunos casos sin esperar la decisión de la Asamblea
Nacional, lo que representa una irregularidad de por sí. Más aún cuando en esa decisión
establece que una opinión contraria del Parlamento (que efectivamente se dio) no
comprometería la vigencia del decreto, lo que va claramente contra la norma constitucional
que fue explicada más arriba.

En los demás casos el TSJ ha impuesto a la Asamblea formalidades no esenciales para


considerar inválida la no aprobación de los Decretos, y en otro fallo ni siquiera hace
mención de lo decidido por el parlamento a pesar de ser reseñado en todos los medios de
comunicación público y privados del país. En este sentido, llama la atención la acomodaticia
utilización de la Sala Constitucional de la figura del hecho notorio comunicacional. Destaca
igualmente el argumento de la Sala sobre el supuesto desacato de la Asamblea a diversas
decisiones del TSJ, al mantener incorporados a los diputados de Amazonas.

A este respecto debemos destacar que la aprobación o no del decreto de estado de


excepción por parte de la Asamblea Nacional no es una mera formalidad, sino un verdadero
control a la que la Constitución le otorga el poder de hacer cesar los efectos del decreto
sometido a su consideración, de modo que cualquier interpretación contraria a esta
disposición es contraria también a la Constitución y genera en quien lo desconozca las
responsabilidades correspondientes.

Finalmente debemos indicar que los efectos prácticos del decreto de emergencia han sido
dos: en primer lugar la creación de los CLAP, una polémica figura conformada en parte por
militantes del partido de gobierno y que sin embargo recibe competencias en materia de
vigilancia y control del orden público, en franca violación a la Constitución y las leyes; en
segundo lugar, el decreto de créditos adicionales por parte del Ejecutivo sin control de la
Asamblea Nacional, situaciones estas que no han servido para paliar la grave crisis
humanitaria por la que atraviesa el país.

Aunado a ello, debemos agregar que a más de un año del uso del estado de excepción
(partiendo desde su establecimiento en los estados fronterizos), la situación económica y
social solo empeoró, sobre todo en materia de alimentos y medicinas, por lo que se
evidencia la falta de efectividad de darle más poder al Ejecutivo, cuando en realidad el
origen de los problemas que pretende solucionar radica precisamente en el mismo. Como si
no fuera suficiente, establecer sucesivamente estados de excepción con las mismas
atribuciones y por las mismas causas atenta contra el objeto de la figura prevista en la
Constitución; no estaba permitido establecer más de un estado de excepción con su
respectiva prórroga, y el Ejecutivo nos ha mantenido en tal situación por más de un año.

VII

Estados de excepción decretados en 2017

Durante este ejercicio, a pesar de que la situación económica se ha agravado de forma


considerable, el Ejecutivo dictó un nuevo Estado de Excepción y Emergencia Económica
mediante el Decreto 2.667, publicado en Gaceta Oficial Nº 41.074 de fecha 13 de enero de
2017. Es evidente que el Poder Ejecutivo solo se vale de su poder para dictar medidas
extraordinarias e incluso inconstitucionales, a la vez que priva a la Asamblea Nacional de
legítimas facultades de control -tanto del propio Decreto, como de tipo económico- que le
otorga la Constitución.

En esta oportunidad, al igual que antes, el Tribunal Supremo de Justicia aprobó el Decreto
sin tomar en consideración la negativa de la Asamblea Nacional. Esta normativa fue
prorrogada por 60 días más mediante Decreto N° 2.742 del 13 de marzo de 2017, publicado
en Gaceta Oficial Nº 41.112 de la misma fecha y fue declarado válido por la Sala
Constitucional por sentencia N° 113 del 20 de mayo de 2017, a pesar del rechazo expreso
de la Asamblea Nacional en sesión del día 21 de marzo de 2017 al considerarlo
inconstitucional.

Posteriormente el Decreto Nº 2.849 publicado en la Gaceta Oficial Nº 6.298 del 13 de mayo


de 2017 viene a ser el cuarto publicado manteniendo el Estado de excepción dictado desde
enero de 2016. Este último texto otorga en su artículo 2 una habilitación ilimitada al
Presidente de la República para que adopte cualquier restricción a las garantías
constitucionales, salvo respecto de aquellos derechos que el artículo 337 prohíbe limitar.

Al término de esa última extensión, se emitió el quinto decreto de 2017 bajo el Nº 2.987 con
fecha 25 de julio, el cual también fue avalado por el máximo tribunal del país en la sentencia
Nº 547. En esta ocasión, siguiendo la línea de actuación de decisiones previas, (este es el
décimo primer decreto que se dicta en esta materia) y con fundamento en la supuesta
admisión por parte de la Asamblea Nacional de que hay una situación de emergencia
económica y crisis institucional en Venezuela, se declara la constitucionalidad y pertinencia
de la prórroga.

Una nueva prolongación salió publicada el 25 de septiembre de 2017. Se trató del Decreto
Nº 3.074. El TSJ avaló su legalidad en la sentencia Nº 727. El análisis de la decisión arroja
la falta de fundamentación jurídica en la que incurre la Sala Constitucional al momento de
pronunciarse sobre la constitucionalidad de la medida, pues no examina los requisitos
formales y sustanciales que debe cumplir el Ejecutivo Nacional para emitir esta decisión
política, ya que solo se limita referirse a algunas notas de prensa para determinar que los
hechos invocados por el Presidente justifican la declaratoria del régimen excepcional.

Seguidamente el 10 de noviembre el presidente de la República firmó una nueva prórroga


bajo el Decreto Nº 3.157, afirmando que se trataba de la quinta vez. Diez días más tarde, y
sin ninguna objeción, el Tribunal Supremo de Justicia lo declaró constitucional sin que
previamente la Asamblea Nacional diera su aprobación.

En lo que ha avanzado del año 2017, y a pesar de que la situación económica se ha


agravado de forma considerable, el Ejecutivo dictó un nuevo Estado de Excepción y
Emergencia Económica mediante el Decreto 2.667, publicado en Gaceta Oficial Nº 41.074
de fecha 13 de enero de 2017. Es evidente que el Poder Ejecutivo solo se vale de su poder
para dictar medidas extraordinarias e incluso inconstitucionales, a la vez que priva a la
Asamblea Nacional de legítimas facultades de control -tanto del propio Decreto, como de
tipo económico- que le otorga la Constitución.

En esta oportunidad, al igual que antes, el Tribunal Supremo de Justicia aprobó el Decreto
sin tomar en consideración la negativa de la Asamblea Nacional. Esta normativa fue
prorrogada por 60 días más mediante Decreto N° 2.742 del 13 de marzo de 2017, publicado
en Gaceta Oficial N.° 41.112 de la misma fecha y fue declarado válido por la Sala
Constitucional por sentencia N° 113 del 20 de mayo de 2017, a pesar del rechazo expreso
de la Asamblea Nacional en sesión del día 21 de marzo de 2017 al considerarlo
inconstitucional.

El Decreto Nro. 2.849 publicado en la Gaceta Oficial Nº 6.298 del 13 de mayo de 2017 viene
a ser el cuarto Decreto de Estado de excepción dictado desde enero de 2016. Esto significa
que el estado de excepción tiene ya un año y cuatro meses de vigencia. Este último decreto
otorga en su artículo 2 una habilitación ilimitada al Presidente de la República para que
adopte cualquier restricción a las garantías constitucionales, salvo respecto de aquellos
derechos que el artículo 337 prohíbe limitar.

VIII

Estados de excepción decretados en 2018

Este año inició como los dos previos, con el presidente de la República emitiendo una
nueva disposición para ampliar el lapso del estado de excepción y emergencia económica.
El décimo tercer Decreto correspondió al N° 3.239 del 9 de enero de 2018, al cual le siguió
su respectiva prórroga (9 de marzo), un nuevo decreto al término de esta (N° 3.413 del 10
de mayo) y su nueva extensión del 9 de julio.

Hasta la fecha van 9 decretos con 8 prórrogas (desde enero de 2016). El último, el 3.610
con fecha 10 de septiembre de 2018, ya declarado constitucional por el TSJ mediante
sentencia número 0638 del 20 de septiembre 2018, tiene la peculiaridad de exacerbar la
falta de control del poder y en cambio aumenta los controles que el presidente Maduro se
ha atribuido con relación a todos los aspectos de la vida de los ciudadanos, legalizando
incluso el Carnet de la Patria.

Otro aspecto a destacar es que el apartado 19 del decreto establece que durante la
vigencia del estado de Excepción el Jefe de Estado está facultado para dictar las normas en
materia de operaciones de crédito público o de endeudamiento “sin el sometimiento alguno
a otro Poder Público”, además de las prohibiciones que deben tomarse en cuenta al
desarrollarse ese tipo de operaciones como lo establece el Decreto-Ley Orgánica de
Administración Financiera del Sector Público. Es decir, el presidente puede endeudar sin
límites al país.

Dicha medida, unida al numeral 20 del decreto que faculta al primer mandatario para dictar
las normas que autoricen los límites máximos de los recursos y egresos del país, así como
de los institutos autónomos, fundaciones, incluso de los estados y municipios igualmente
“sin sometimiento alguno a otro Poder Público”, otorgan a Maduro el poder absoluto
presupuestario. Por lo demás, repite las mismas irregularidades desde la entrada en
vigencia del régimen especial.

IX

El estado de excepción en el Plan de la Patria

El Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (mejor conocido


como Plan de la Patria) es el plan de gobierno que presentó Hugo Chávez durante su
campaña por la reelección en el año 2012. Luego de su victoria y posterior fallecimiento el
gobierno de Nicolás Maduro decidió continuar con su uso y la Asamblea Nacional
(controlada por el partido de gobierno) aprobó un acuerdo con el que pretende (de manera
totalmente irregular) hacerlo de obligatorio cumplimiento para todas las instancias del poder
ejecutivo.

Dentro del primer objetivo histórico de dicho plan se establece como uno de los objetivos
nacionales para el período “adecuar el aparato productivo, la infraestructura y los servicios
del Estado incrementando la capacidad de respuesta a las necesidades del pueblo ante
posibles estados de excepción en el marco de la Defensa Integral de la Nación”. No
parece, a primera vista, inadecuado que exista una preparación de este tipo; pero una
lectura más detallada genera suspicacias.

Al revisar los objetivos específicos se encuentra la creación del “Sistema Integral de


Gestión” de los estados de excepción, que incluye entre otras cosas establecer un “Fondo
Estratégico Militar” para solventar contingencias presupuestarias. Esto resulta bastante
llamativo pues no parece necesaria una estructura compleja y permanente para el manejo
de una posibilidad que (en teoría) es tan remota como un estado de excepción. Sobre todo
al tener en cuenta que el más largo de ellos dura seis meses incluyendo su prórroga.

Menos sentido se le encuentra a tener un fondo de recursos económicos pues el artículo 20


de la Ley Orgánica de Estados de Excepción prevé “hacer erogaciones con cargo al Tesoro
Nacional que no estén incluidas en la Ley de Presupuesto y cualquier otra medida que se
considere necesaria para regresar a la normalidad”, haciendo innecesaria una previsión
económica de este tipo.

La creación de estructuras de esta naturaleza hacen sospechar que lo que se tiene en


mente es la utilización de la figura de los estados de excepción de manera más permanente
que para la que fueron diseñados. Además, si bien el plan habla de su uso para la Defensa
Integral de la Nación hay que recordar que en distintas oportunidades el Presidente de la
República se ha referido a sectores del país como “enemigos de la patria” lo que permite
pensar en un eventual uso del recurso del estado de excepción en su contra basados en
una supuesta “defensa” de la nación. Más aún, el mismo plan de la patria tiene como su
segundo objetivo histórico el avance en la construcción del “socialismo bolivariano del siglo
XXI” y al pretender darle rango legal a dicho texto podría tildarse cualquier propuesta que no
vaya en esa línea como un atentado a la seguridad nacional. A este respecto debemos
recordar que la palabra socialismo no se encuentra en ningún artículo de la Constitución.

Este escenario no es simplemente teórico pues desde agosto del año 2015, cuando la
popularidad del gobierno estaba ya disminuida de manera importante, ha empezado a
utilizarse de manera cada vez más frecuente este recurso. Además no parece coincidencia
que de utilizarlo en regiones específicas se haya extendido a nivel nacional luego de perder
el control del Poder Legislativo en las elecciones del 6 de diciembre de 2015. Volviendo al
ejemplo de los créditos adicionales, el gobierno utiliza la figura del estado de excepción para
evadir el control del parlamento y así poder autorizar gastos de manera indiscriminada,
desnaturalizando de este modo la figura de los estados de excepción y utilizándolo con fines
diferentes, e incluso contrarios, a la Constitución.

Conclusión

De todo lo antes expuesto podemos concluir entonces, que a pesar de la mala experiencia
que históricamente han generado los estados de excepción y de las nuevas limitaciones
que la Constitución de 1999 impuso para prevenir esos males, la aplicación de la figura a
partir del año 2015 ha sido contraria a los principios constitucionales, sin que el sistema de
controles de los distintos poderes se haya hecho efectivo en la medida en que los intereses
políticos han prevalecido por encima de los derechos de los ciudadanos que son los que
finalmente son afectados por el estado de excepción. Más aún, resulta notoria la ineficacia
de los estados de excepción cuando la realidad es que el país, en materia de alimentos y
medicinas está en peores condiciones que antes de dictarse los decretos correspondientes.
Ante eso no hace falta más evidencia.

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ESTADO DE EXCEPCIÓNVENEZUELA
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Estado de excepcion
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En Claves: ¿Qué significa un estado de excepción?

Fuente:
Por: teleSUR-AVN-CRBV/JM - JG
El estado de excepción decretado por el mandatario venezolano está contenido dentro de la
Constitución Bolivariana y responde a los hechos de violencia promovidos por la oposición y
las amenazas externas contra ese país suramericano.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó este viernes que ha sido renovado el
decreto de estado de excepción y de emergencia económica por 60 días para enfrentar la
"embestida de la oligarquía" y la guerra financiera internacional.

Este anuncio lo hizo luego de mostrar un material audiovisual en donde el expresidente


colombiano, Álvaro Uribe Vélez afirmó que “algún país debe proteger a la oposición
venezolana con sus fuerzas armadas”, declaraciones que rechazó el primer mandatario
venezolano por considerarlas de “grave amenaza para la soberanía de Venezuela”.

Por otro lado, el jefe de Estado indicó que la oposición venezolana buscaría apoyo por parte
del gobierno de Estados Unidos, para lograr la intervención militar al país caribeño.

En Claves: ¿Qué significa un estado de excepción?

1- El estado de excepción se aplica en circunstancias extraordinarias que afectan


gravemente la seguridad de las personas, de la Nación o de las instituciones.

2- En un estado de excepción pueden ser restringidas temporalmente las garantías


constitucionales, salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación
o tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y demás derechos
humanos intangibles.

3- Se decreta cuando una situación determinada no puede ser afrontada mediante las
facultades ordinarias de los órganos del Poder Público Nacional.

En este caso, el estado de excepción implementado por el presidente Maduro tiene como
objetivo poner a funcionar mecanismos extraordinarios para salvaguardar la paz y el buen
funcionamiento de las actividades económicas y militares en la zona fronteriza.

En la Constitución Bolivariana de 1999, votada en referendo por la mayoría del pueblo


venezolano, el Estado de Excepción está contenido en los artículos 337 y 339, que
expresan de manera textual lo siguiente :

Artículo 337

“El Presidente o Presidenta de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar los


estados de excepción. Se clasifican expresamente como tales las circunstancias de orden
social, económico, político, natural o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la
Nación, de las instituciones y de los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan
insuficientes las facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos. En
tal caso, podrán ser restringidas temporalmente las garantías consagradas en esta
Constitución, salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación o
tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y los demás derechos
humanos intangibles”.

Artículo 339

“El decreto que declare el estado de excepción, en el cual se regulará el ejercicio del
derecho cuya garantía se restringe, será presentado, dentro de los ocho días siguientes de
haberse dictado, a la Asamblea Nacional o a la Comisión Delegada, para su consideración y
aprobación, y a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para que se
pronuncie sobre su constitucionalidad. El decreto cumplirá con las exigencias, principios y
garantías establecidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. El Presidente o Presidenta de la
República podrá solicitar su prórroga por un plazo igual, y será revocado por el Ejecutivo
Nacional o por la Asamblea Nacional o por su Comisión Delegada, antes del término
señalado, al cesar las causas que lo motivaron. La declaración del estado de excepción no
interrumpe el funcionamiento de los órganos del Poder Público”.

En Contexto
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, pidió este jueves desde Miami, Estados
Unidos, que “fuerzas armadas democráticas sean puestas al servicio de la oposición en
Venezuela”.
Durante su participación en la Cumbre Concordia que culminó este viernes, Uribe aseveró
que debe ser replicado en Venezuela el golpe jurídico parlamentario que apartó de su cargo
por 180 días a la presidenta de Brasil,
Tras estas declaraciones, el presidente Nicolás Maduro realizó este viernes anuncios para
proteger la seguridad de su nación ante las amenazas extranjeras.
El mandatario venezolano advirtió que el "virus del golpismo" podría volver a América
Latina, especialmente, luego del ataque contra el Gobierno de la presidenta Rousseff,
aplicado por medio de un juicio político.
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Excepcion
6 años de Con El Mazo Dando
Inicio

El estado de excepción está contemplado en los artículos 337 y 339 de la Constitución


Publicado: 22 de agosto de 2015 a las 10:27 | Última actualización: 22 de agosto de 2015 a
las 10:27

El presidente de la República Boliviarana de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró este


viernes el estado de excepción por 60 días en cinco municipios del estado Táchira,
fronterizo con la vecina Colombia.

La decisión del mandatario responde a los hechos de violencia contra efectivos de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (FANB), el constante trasiego de productos de primera
necesidad y el contrabando de billetes venezolanos de alta denominación.

¿Qué significa un estado de excepción?


1- El estado de excepción se aplica en circunstancias extraordinarias que afectan
gravemente la seguridad de las personas, de la Nación o de las instituciones.

2- En un estado de excepción pueden ser restringidas temporalmente las garantías


constitucionales, salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación
o tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y demás derechos
humanos intangibles.

3- Se decreta cuando una situación determinada no puede ser afrontada mediante las
facultades ordinarias de los órganos del Poder Público Nacional.

En este caso, el estado de excepción implementado por el presidente Maduro tiene como
objetivo poner a funcionar mecanismos extraordinarios para salvaguardar la paz y el buen
funcionamiento de las actividades económicas y militares en la zona fronteriza.

En la Constitución Bolivariana de 1999, votada en referendo por la mayoría del pueblo


venezolano, el Estado de Excepción está contenido en los artículos 337 y 339, que
expresan de manera textual lo siguiente :

Artículo 337

“El Presidente o Presidenta de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar los


estados de excepción. Se clasifican expresamente como tales las circunstancias de orden
social, económico, político, natural o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la
Nación, de las instituciones y de los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan
insuficientes las facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos. En
tal caso, podrán ser restringidas temporalmente las garantías consagradas en esta
Constitución, salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación o
tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y los demás derechos
humanos intangibles”.

Artículo 339

“El decreto que declare el estado de excepción, en el cual se regulará el ejercicio del
derecho cuya garantía se restringe, será presentado, dentro de los ocho días siguientes de
haberse dictado, a la Asamblea Nacional o a la Comisión Delegada, para su consideración y
aprobación, y a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para que se
pronuncie sobre su constitucionalidad. El decreto cumplirá con las exigencias, principios y
garantías establecidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. El Presidente o Presidenta de la
República podrá solicitar su prórroga por un plazo igual, y será revocado por el Ejecutivo
Nacional o por la Asamblea Nacional o por su Comisión Delegada, antes del término
señalado, al cesar las causas que lo motivaron. La declaración del estado de excepción no
interrumpe el funcionamiento de los órganos del Poder Público”.

Este miércoles, un grupo de militares venezolanos fueron emboscados por elementos


paramilitares en San Antonio del Táchira (frontera con Colombia), dejando gravemente
heridos a dos soldados de la FANB.
Tras el hecho de violencia, el jefe de Estado venezolano ordenó el cierre de la frontera con
Colombia por 72 horas en dos entidades: San Antonio del Táchira y Ureña.

La Radio del Sur / Con El Mazo Dando

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Estado de alarma

CORONAVIRUS · 13 MARZO, 2020


Maduro decreta estado de alarma nacional por coronavirus en Venezuela
Texto por Ibis Leon | @ibisL
Estado de alarma. El gobernante chavista Nicolás Maduro decretó el estado de alarma
nacional luego de que se confirmaran dos casos de coronavirus en el país este viernes, 13
de marzo.

El estado de alarma nacional es una modalidad de estado de excepción que establece la


Constitución en el artículo 338: “podrá decretarse cuando se produzcan catástrofes,
calamidades públicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro
la seguridad de la Nación, o de sus ciudadanos y ciudadanas”.

De acuerdo con el texto constitucional, durará hasta 30 días y puede prorrogarse por un
plazo igual. La Asamblea Nacional (AN) tiene la atribución de aprobar la prórroga en los
casos que sea necesario.

Maduro adelantó que suspendió todas las clases hasta nuevo aviso y evalúa hacer lo
mismo con las actividades laborales en las ocho regiones del país, para lo que pidió a los
responsables de las Zonas Operativas de Defensa Integral (Zodi) actuar coordinadamente
con los gobernadores de los estados.

“Estamos ante una catástrofe mundial. No estoy exagerando (…) el coronavirus no es un


juego. Es una amenaza mortal”, advirtió el gobernante, quien prohibió las concentraciones
públicas y la celebración de eventos que impliquen una aglomeración de personas.

Anunció también el ejercicio militar “Escudo Bolivariano II Salud Segura” que implicará el
despliegue de funcionarios de la Fuerza Armada Nacional en los 46 hospitales que están
dotados para atender casos de coronavirus, según el Ministerio de Salud.

En su alocución agregó que no se permitirá la entrada de personas sin tapabocas al sistema


de transporte Metro de Caracas.

Medidas de cooperación
Maduro aseguró que mantiene contacto con el gobierno de Brasil para implementar
medidas de cooperación en materia de prevención.

Lamentó que el gobierno de Iván Duque no atienda las llamadas de sus funcionarios y
aseguró que seguirán insistiendo para proteger los más de 2.000 kilómetros de frontera
común con Colombia.

Recordó que los dos casos de coronavirus, que anunció Delcy Rodríguez este viernes en la
mañana, son una mujer de 46 años que estuvo en Italia, España y Estados Unidos y un
hombre de más de 50 año que viajó a España.

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POLÍTICA · 14 MARZO, 2020
¿Qué consecuencias tiene la alarma nacional que decretó Maduro?
Texto por Ibis Leon | @ibisL
Foto por Iván E. Reyes | @IvanEReyes
Una de las modalidades de estado de excepción que contempla la Constitución en su
artículo 338 es la alarma nacional. Fue decretada por Nicolás Maduro este viernes 13 de
marzo para contener la propagación del coronavirus. El estado de alarma nacional le otorga
al Poder Ejecutivo la potestad de limitar derechos constitucionales de manera temporal.

No todos los derechos constitucionales son susceptibles de ser restringidos. La Carta


Magna señala expresamente (art. 337) que no se pueden limitar el derecho a la vida, la
prohibición de incomunicación y de tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la
información y “los demás derechos intangibles”.

Estos derechos intangibles, de acuerdo con el artículo 7 de la Ley Orgánica sobre Estados
de Excepción, son: el derecho a la personalidad jurídica; la protección de la familia; la
igualdad ante la ley; la nacionalidad; la libertad personal y la prohibición de la práctica de
desaparición forzada de personas; la integridad personal (física, psíquica y moral); la
prohibición de ser sometido a esclavitud y servidumbre,;la legalidad y el principio de
irretroactividad de las leyes; la libertad de pensamiento, conciencia y religión; el amparo
constitucional; la participación, el sufragio y el acceso a la función pública.

A pesar de las excepciones que contempla la Constitución y la Ley, los derechos que sí se
pueden limitar son “amplísimos”, subraya el abogado constitucionalista y profesor
universitario Gustavo Manzo.

En el marco de la emergencia, Maduro puede restringir el libre tránsito, ordenar


confiscaciones, prohibir la entrada o salida en estados donde se produzcan brotes del
coronavirus. También puede incluso restringir la libertad de expresión. El abogado señala
que aunque está garantizado el derecho a la información, no ocurre igual con el de
expresión.

Medidas “temporales”
Una medida de este tipo debe ser temporal por las atribuciones especiales que se le
confiere al Presidente. Explica el constitucionalista: “La misma Constitución establece los
límites temporales que pueden servir como freno para la acción del Estado y así evitar que
sea desmedida. Un estado de excepción que le permita al Ejecutivo la realización de
acciones sin limitaciones indefinidamente es contrario a la democracia”.

El docente reitera que el estado de alarma “no releva a la autoridad de motivar las medidas
que toma”; es decir, todas las acciones deben estar fundamentadas en la situación de
emergencia y en el texto constitucional.

El decreto de alarma no había sido publicado en Gaceta Oficial la mañana de este sábado
14 de marzo. El Presidente está en la obligación de definir la regulación a la que estará
sometido el derecho cuya garantía se restringe mientras dure la emergencia y el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) debe pronunciarse sobre la constitucionalidad de esta medida.

Según el artículo 339 constitucional, el decreto debe presentarse dentro de los ochos días
siguientes de haberse dictado a la Asamblea Nacional y a la Sala Constitucional del TSJ.

El antecedente más reciente es el decreto de alarma nacional que firmó Juan Guaidó, como
Presidente interino de Venezuela, en 2019 por el megaapagón que dejó a oscuras el país.

Adicional al estado de alarma, Maduro continúa prorrogando el estado de excepción y


emergencia económica desde 2015 lo que viola la Constitución y abre el camino hacia el
abuso de poder, indica Manzó.

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Acceso/Centro de prensa/Detalle
Declaración conjunta de la ICC y la OMS: Un llamamiento a la acción sin precedentes
dirigido al sector privado para hacer frente a la COVID-19
16 de marzo de 2020 Declaraciones
English‫العربية‬中文 FrançaisРусский
En un esfuerzo coordinado por combatir la pandemia del coronavirus COVID-19, la Cámara
de Comercio Internacional (ICC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han acordado
colaborar estrechamente para garantizar que la comunidad empresarial mundial reciba la
información más reciente y fiable, así como orientaciones específicamente adaptadas.

La pandemia de la COVID-19 es una emergencia sanitaria y social mundial que requiere


una acción efectiva e inmediata de los gobiernos, las personas y las empresas. Todas las
empresas tienen un papel esencial que desempeñar minimizando la probabilidad de
transmisión y el impacto en la sociedad. La adopción de medidas tempranas, audaces y
eficaces reducirá los riesgos de corto plazo para los empleados y los costos de largo plazo
para las empresas y la economía.

Para contribuir a este esfuerzo colectivo, la ICC remitirá periódicamente orientaciones


actualizadas a su red de más de 45 millones de empresas, de tal modo que las empresas
de todo el mundo puedan adoptar medidas informadas y eficaces para proteger a sus
trabajadores, clientes y comunidades locales, y contribuir a la producción y distribución de
los suministros básicos.

La ICC también contribuirá a mejorar las corrientes de información sobre el brote de


coronavirus sondeando su red mundial del sector privado para trazar el mapa de la
respuesta empresarial a escala mundial. De ese modo se alentará a las empresas a adoptar
enfoques preventivos apropiados y se generarán nuevos datos y conocimientos que
servirán para apoyar los esfuerzos gubernamentales internacionales.

Como prioridad inmediata, las empresas deben desarrollar, actualizar, preparar o aplicar
planes de continuidad de actividades. Los planes de continuidad de las actividades deben
tener como objetivo reducir la transmisión, en particular: contribuyendo a que los empleados
comprendan la enfermedad, sus síntomas y las conductas apropiadas; estableciendo un
sistema de notificación para registrar todos los casos y contactos; llevando a cabo
preparativos esenciales; limitando los viajes y la conectividad física; y previendo medidas
como el teletrabajo cuando sea necesario.
Llamados a la acción

• El ICC respalda firmemente el llamamiento lanzado por la OMS a los gobiernos nacionales
de todo el mundo para que adopten un enfoque basado en la participación de todo el
gobierno y de toda la sociedad en respuesta a la pandemia de la COVID-19. Reducir la
propagación de la COVID-19 y mitigar su impacto debería ser una de las prioridades
máximas de los jefes de Estado y de gobierno. Las medidas políticas deben coordinarse
con los actores del sector privado y la sociedad civil para lograr máxima resonancia y
eficacia.

• Los gobiernos deben comprometerse a habilitar todos los recursos necesarios para
combatir la COVID-19 con la mínima demora posible y garantizar el funcionamiento efectivo
y eficiente de las cadenas transfronterizas de suministro de productos médicos y otros
bienes esenciales.

• La ICC y la OMS alientan a las cámaras de comercio nacionales a trabajar en estrecha


colaboración con los equipos de las Naciones Unidas, incluidas las oficinas de la OMS -si
las hay-, en sus respectivos países y a designar centros de coordinación para coordinar
esta colaboración.

• La ICC alienta a sus miembros a apoyar las actividades de respuesta nacionales de sus
respectivos países y a contribuir a la respuesta mundial coordinada por la OMS a través de
www.covid19responsefund.org.

A medida que evolucione la pandemia, el Secretario General del ICC, John W.H. Denton
AO, y el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, seguirán
coordinando sus esfuerzos.

Puede encontrarse información esencial sobre la pandemia de la COVID-19 en el sitio


creado especialmente a tal efecto por la OMS.

Acerca de la OMS
Ayuda y servicios
Oficinas regionales de la OMS
Acceso
Política de privacidad

© 2020 OMS

Alocucion

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Acceso/Director General de la OMS/Discursos del Director General de la OMS/details
Alocución de apertura del Director General de la OMS en la rueda de prensa sobre la
COVID-19 celebrada el 11 de marzo de 2020
11 de marzo de 2020
English‫العربية‬中文 FrançaisРусский
Buenas tardes.

A lo largo de las dos últimas semanas, el número de casos de COVID-19 fuera de China se
ha multiplicado por 13, y el número de países afectados se ha triplicado.

En estos momentos hay más de 118 000 casos en 114 países, y 4291 personas han
perdido la vida.

Miles de personas más están luchando por sus vidas en los hospitales.

En los días y semanas por venir esperamos que el número de casos, el número de víctimas
mortales y el número de países afectados aumenten aún más.

Desde la OMS hemos llevado a cabo una evaluación permanente de este brote y estamos
profundamente preocupados tanto por los alarmantes niveles de propagación y gravedad,
como por los alarmantes niveles de inacción.

Por estas razones, hemos llegado a la conclusión de que la COVID-19 puede considerarse
una pandemia.

«Pandemia» no es una palabra que deba utilizarse a la ligera o de forma imprudente. Es


una palabra que, usada de forma inadecuada, puede provocar un miedo irracional o dar pie
a la idea injustificada de que la lucha ha terminado, y causar como resultado sufrimientos y
muertes innecesarias.

El hecho de describir la situación como una pandemia no cambia la evaluación de la OMS


de la amenaza que representa este virus. No cambia lo que la OMS está haciendo, ni
tampoco lo que los países deben hacer.

Nunca antes habíamos visto una pandemia generada por un coronavirus. Esta es la primera
pandemia causada por un coronavirus.

Al mismo tiempo, nunca antes habíamos visto una pandemia que pudiera ser controlada.

La OMS ha estado aplicando su máximo nivel de respuesta desde que se notificaron los
primeros casos.
Y cada día hemos hecho un llamamiento a los países para que adopten medidas urgentes y
agresivas.

Hemos hecho sonar la alarma de forma alta y clara.

===

Como dije el lunes, fijarse únicamente en el número de casos y en el número de países


afectados no permite ver el cuadro completo.

De los 118 000 casos notificados a nivel mundial en 114 países, más del 90% se
concentran en tan solo cuatro países, y en dos de ellos – China y la República de Corea – la
epidemia se encuentra en claro declive.

Hay 81 países que no han notificado ningún caso, y 57 que han notificado 10 casos o
menos.

No podemos decir esto lo bastante alto, ni lo bastante claro, ni lo bastante a menudo: todos
los países están a tiempo de cambiar el curso de esta pandemia.

Si los países se dedican a detectar, realizar pruebas, tratar, aislar y rastrear, y movilizan a
su población en la respuesta, aquellos que tienen unos pocos casos pueden evitar que esos
casos se conviertan en grupos de casos, y que esos grupos den paso a la transmisión
comunitaria.

Incluso en los países donde hay transmisión comunitaria o grandes grupos de casos, se
puede dar la vuelta a la situación creada por este virus.

Varios países han demostrado que es posible suprimir y controlar este virus.

El reto al que se enfrentan muchos países que en estos momentos se encuentran con
grandes grupos de casos o con situaciones de transmisión comunitaria no es si pueden
hacer lo mismo, sino si lo harán.

En algunos países hay un problema de falta de capacidad.

En algunos países hay un problema de falta de recursos.

En algunos países hay un problema de falta de determinación.

Agradecemos las medidas que se están tomando en la República Islámica del Irán, Italia y
la República de Corea para frenar el virus y controlar sus epidemias.

Sabemos que estas medidas están teniendo un gran impacto sobre sus sociedades y sus
economías, igual que lo tuvieron en China.
Todos los países deben encontrar un delicado equilibrio entre la protección de la salud, la
minimización de los trastornos sociales y económicos, y el respeto de los derechos
humanos.

El mandato de la OMS es promover la salud pública. No obstante, estamos colaborando con


un gran número de asociados de todos los sectores para mitigar las consecuencias sociales
y económicas de esta pandemia.

Esto no es solo una crisis de salud pública, es una crisis que afectará a todos los sectores, y
por esa razón todos los sectores y todas las personas deben tomar parte en la lucha.

He dicho desde el primer momento que los países deben adoptar un enfoque basado en la
participación de todo el gobierno y de toda la sociedad, en torno a una estrategia integral
dirigida a prevenir las infecciones, salvar vidas y reducir al mínimo sus efectos.

Permitan que lo resuma en cuatro esferas clave.

Primero, prepararse y estar a punto.

Segundo, detectar, proteger y tratar.

Tercero, reducir la transmisión.

Cuarto, innovar y aprender.

Recuerdo a todos los países que estamos haciendo un llamamiento para que activen y
amplíen sus mecanismos de respuesta a emergencias;

Informen a sus pueblos sobre los riesgos existentes y sobre la forma de protegerse contra
ellos: es tarea de todos;

Encuentren, aíslen, sometan a pruebas y pongan en tratamiento todos los casos, y rastreen
todos sus contactos;

Preparen sus hospitales;

Protejan y formen a sus trabajadores sanitarios;

Y cuidemos los unos de los otros, porque nos necesitamos.

===

Se ha prestado demasiada atención a una palabra.

Dejen que les proponga otras palabras que importan mucho más, y que son mucho más
útiles para inspirar nuestra acción.

Prevención.
Preparación.

Salud pública.

Liderazgo político.

Y por encima de todo, las personas.

Estamos en esto juntos, para hacer con serenidad las cosas que hay que hacer y proteger a
los ciudadanos del mundo. Se puede lograr.

Muchas gracias.
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Decreto

VENEZUELA
Maduro decretó "estado de excepción" por coronavirus
Maduro exigió a las autoridades locales y a su gabinete trabajar "24 horas al día" para
atender "la crisis" por coronavirus
13 Mar 2020 20:56:16

Redactador por:ntn24.com

Maduro decretó "estado de excepción" por coronavirus

Este viernes por la noche, Nicolás Maduro decretó Estado de Excepción Nacional como
medida de protección ante confirmación de casos del nuevo coronavirus en Venezuela.
"Esta no es una crisis más", expresó Maduro. "La OMS ha dicho que ningún país está
suficientemente preparado para enfrentar esta pandemia".

Asimismo, Maduro exigió a las autoridades locales y a su gabinete trabajar "24 horas al día"
para atender "la crisis" por coronavirus.

La mañana del viernes, el régimen anunció los dos primeros casos comprobados del Covid-
19 en Venezuela. Al respecto, reiteró que "llegaron en dos vuelos distintos de Iberia" y
aclaró que se está armando la ruta de contacto de ambos contagiados. También resaltó que
los dos pacientes se encuentran "en el este de Caracas".
También aprovechó para saludar a los contagiados, desearles pronta recuperación y
advertir a quienes hayan estado en contacto con ellos que deben "ponerse en cuarentena"
para evitar la propagación del virus.

Maduro reiteró la suspensión de clases y aseguró que "la educación debe continuar desde
casa".
- Falta de insumos -
Ante el claro desabastecimiento de materiales de prevención como tapabocas, alcohol, gel
antibacterial o guantes, Maduro repudió la especulación con los precios e insistió en que el
uso de estos será obligatorio a partir del sábado.

Maduro dijo estar en contacto con fabricantes para garantizar el abastecimiento de insumos,
e insistió en que no entrará ningún pasajero en el transporte público sin la protección
adecuada.

- "Una crisis verdadera" -


Maduro insistió en que el coronavirus es un asunto serio. "Esto no es cualquier cosa, es una
crisis verdadera", expresó.

A los funcionarios, Maduro les advirtió: "aquí nadie duerme en 30 días, estamos frente a
una catástrofe mundial".

El Covid-19 surgió en China en diciembre del pasado año, y ya se ha esparcido por todos
los continentes, en más de 100 países y territorios, causando más de 4.000 muertes en más
de 100.000 casos.

Redacción NTN24

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Analisis
Sala de Información
Análisis del decreto de estado de excepción en varios municipios del estado Táchira
Sala de Información Sala de Información
hace 5 años

Abog. Juditas Delany Torrealba Dugarte


Con la entrada en vigencia, del Decreto 1950 sobre el estado de excepción en los
municipios Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Independencia, Libertad y Rafael Urdaneta
publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria 6.194 de la República Bolivariana de
Venezuela de fecha 21 de agosto de 2015, finalmente en términos coloquiales “se hundió el
botón de emergencia” que el gobierno oficial, desde la época de la Asamblea Nacional
Constituyente, había considerado como un mecanismo extremo que debería contar con
todas las garantías constitucionales y fundamentales que, como se señalaba, no habían
sido respetadas en gobiernos anteriores siendo los estados de emergencia declarados con
la Constitución de 1961 instrumentos potencialmente atentatorios y letales, ejemplificando
siempre con el más representativo de todos acaecido los días 27 y 28 de febrero de 1989,
conocido como “EL CARACAZO”, que representaba la auténtica muestra de la declaratoria
de un estado de excepción arbitrario cargado de medidas de altas policía, que había violado
el derecho humano fundamental de la vida.

“Se está en presencia de un decreto que se fundamenta en “la mala fama” de una
institución jurídica que, ejecutada en un plano de igualdad, transparencia y previsión, podría
remediar situaciones anormales y de conflicto”.

Fue este factor que ante la discusión de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela de 1999, en el seno de la constituyente, se quiso redimensionar la figura que tan
satanizada había sido en la Constitución Nacional de 1961, al eliminar “la suspensión sino
solo hablar de restricción, argumentando que esta última era una limitación parcial mas no
total como en el caso de suspender que era absoluto” y, por ende, se quiso tomar nuevos
mecanismos que constituciones como la Española y de experiencia más cercana por la
situación geopolítica ofrecía Colombia a través de su Constitución de 1991 y su famosa ley
137 de 1994 que, en muchos aspectos, la Constitución de 1999 y su posterior Ley Orgánica
sobre Estados de Excepción (LOEE) del año 2001 adoptaron como fuente de inspiración.

Dado que en opinión particular al ser Colombia un país con una historia de múltiples
excepcionalidades aporta a nivel Iberoamericano una de las mejores normas sobre el tema,
siendo una tendencia poco usual la existencia de leyes especializadas a nivel del Derecho
Comparado, en vista que el Poder Ejecutivo en su contexto tradicional siempre ha
considerado a los estados de excepción como situaciones impredecibles que la existencia
de una ley especial que rija sus límites sería un piedra de tranca a las medidas que de
excepción podrían ser tomadas, de allí que esta tendencia acogida por Venezuela convirtió
a los estados de excepción en una figura prácticamente inaplicable por la responsabilidad y
compromiso que ameritaba en aras de garantizar la seguridad, dignidad e integridad de los
ciudadanos y demás pobladores.

“El decreto de estado de excepción no contiene medidas que se fundamenten en la


seguridad de los ciudadanos”

Por ello, el intento de abrogar la Ley Orgánica de Estados de Excepción (LOEE) y cambiar
el contenido consagrado en la Constitución de 1999 en la propuesta de reforma
constitucional, buscaba hacer del estado de excepción un instrumento más accesible para
el establecimiento de medidas. Sin embargo, la no aprobación de la reforma constitucional
dejó inalterable la figura y la convirtió en una institución intocable.

Ante la existencia de figuras como estado de emergencia y alarma consagradas en Ley de


la Organización Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres del 2001, en
sus artículos 4 numerales 3 y 4, era flexible ante situaciones de desastres naturales o de
índole similar, se recurriera a esta figura (disfrazando un estado de excepción) y no activar a
los estados de excepción y sus tipos (alarma, emergencia económica, conmoción interior y
exterior) por los lineamientos y medidas que la misma representaban; sin embargo, la
situaciones de utilizar la figura del estado de excepción “disfrazado” desapareció y llevó
finalmente a adoptar de manera directa a la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y Ley Orgánica sobre Estados de Excepción.

“El decreto no ofrece claridad sobre las normas extraordinarias que suspenden a las leyes
ordinarias, en el marco de la restricción de las garantías constitucionales que deben ser
aseguradoras de justicia y de equidad”.

Habría que preguntarse ¿El decreto de estados de excepción vigente desde el 21 de agosto
del 2015, se desarrolla entre los límites constitucionales y legales permitidos en Venezuela?

Análisis crítico

Es un hecho notoriamente GRAVE que se omitió la mención de la Ley Orgánica sobre


Estados de Excepción (LOEE) en los artículos que señalan qué GARANTÍAS JAMÁS
pueden ser restringidas, todo fundamentando en los artículos 339 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, 4.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 27.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, como:

1. La vida.
2. El reconocimiento a la personalidad jurídica.
3. La protección de la familia.
4. La igualdad ante la ley.
5. La nacionalidad.
6. La libertad personal y la prohibición de práctica de desaparición forzada de personas.
7. La integridad personal física, psíquica y moral.
8. No ser sometido a esclavitud o servidumbre.
9. La libertad de pensamiento, conciencia y religión.
10. La legalidad y la irretroactividad de las leyes, especialmente de las leyes penales.
11. El debido proceso.
12. El amparo constitucional.
13. La participación, el sufragio y el acceso a la función pública.
14. La información.

“Hay un estado de incertidumbre y sobre todo de inseguridad jurídica, que a lo largo del
decreto es palpable”.
Dado que aunque las garantías restringidas no enumeran a ninguna de las anteriores, no
podía tampoco permitirse que en el ejercicio de restricción de otras garantías, estas se
vulneraran haciendo énfasis en algunas de gran preponderancia en la situación en el eje
fronterizo como protección a la familia, igualdad ante la ley, nacionalidad, integridad física,
psíquica y moral; debido proceso e información.

Respecto a la nacionalidad, es un factor de suma importancia dado que todo aquello que se
hiciera en detrimento de una nacionalidad, sin las debidas previsiones, podría considerarse
una práctica xenofóbica.

“La vergonzosa redacción, motivación y aplicabilidad de este decreto, contiene lagunas y


criterios genéricos”.

Es notorio destacar que el decreto fue anunciado el día viernes 21 de agosto del 2015 por
alocución televisiva, pero su contenido finalmente fue conocido prácticamente 24 horas
después entrando en vigencia sin haber conocido los pobladores, organismos públicos o
ciudadanos residenciados y domiciliados en los respectivos municipios. Esta situación
vulneró el DERECHO CONSTITUCIONAL DE INFORMACIÓN, estipulado en el numeral 14
del artículo 7, de la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, “omitido” por el Poder
Ejecutivo Nacional.

Sobre los considerandos

El Decreto 1.950 sobre estado de excepción, se conforma de 5 considerandos que llevan a


exponer los motivos que acarrean la declaratoria de la figura mencionada.

En el primero, se habla que de modo sistemático, inédito, sobrevenido y progresivo, se


presenta una amenaza compleja bajo la presencia de circunstancias delictivas y violentas
vinculadas al paramilitarismo, narcotráfico y el contrabando de extracción que afectan la
paz, la convivencia, y el acceso de bienes y servicios del pueblo venezolano.

“El responsable de la ejecución del decreto junto con el ministerio en materia de Interior,
Justicia y Paz, así como con la delegación otorgada por el Presidente de la República, es el
gobernador del estado Táchira”.

En el segundo considerando, se manifiesta que ante las prácticas delictivas se habían


presentado en los puestos fronterizos hechos de violencia en contra de funcionarios y
ciudadanos venezolanos, llegando al límite por medio de un ataque el día 19 de agosto de
2015 al sufrir funcionarios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ataque en el
cumplimiento de sus funciones.

“El decreto contiene el deber de cooperación, que obliga a los habitantes de esos
municipios a colaborar hasta en acciones extraordinarias”.
El tercer considerando habla de otros hechos delictivos como es el caso del tráfico de
moneda venezolana, y contra los bienes adquiridos en contra de las divisas, así como el
tráfico ilícito de mercancías producidas e importadas por Venezuela que ante su práctica
afecta gravemente la economía de la nación.

“¿Cuáles parámetros del decreto garantizan un trato digno en los desalojos?”

En el cuarto considerando se hace mención al deber que tiene el Estado venezolano en


defender y asegurar la vida digna de sus ciudadanos a través del enaltecimiento de
fundamentos constitucionales para el goce de un ambiente pleno de estabilidad y
tranquilidad.

“¿En el decreto se cumplen los extremos legales en materia de migración y extranjería, ante
la presencia de extranjeros ilegales?”

Y, finalmente, en el último considerando se hace alusión a que ante la existencia de


amenazas objetivas se disponen de los medios jurídicos para garantizar la máxima
estabilidad de la República, mediante la restricción temporal de medidas para la tutela de
los derechos y garantías del pueblo venezolano, estos son los motivos que constituyen a la
vigencia de dicho estado de excepción.

Sobre los artículos del decreto de estado de excepción

Comentario artículo 1

Se hace mención sobre el tipo de estado de excepción, no menciona de manera literal su


tipo, pero al citar el articulo 10, numeral 1, se refiere al ESTADO DE EMERGENCIA
ECONOMICA y hace alusión a medidas oportunas para atender la situación propiciada por
el contrabando de extracción, la violencia delictiva acompañada y los delitos conexos; no
obstante, ya se presentan en este artículo contradicciones dado que en el considerando se
mencionaban otros hechos delictivos como el paramilitarismo y el narcotráfico. Y aunque
hace mención al término “delitos conexos”, habría que preguntarse ¿acaso un decreto de
emergencia económica es el mecanismo idóneo para atender factores vinculados a otro tipo
de conductas?

“Son varias interrogantes que el decreto deja en el vacío jurídico y que cercenan la
seguridad jurídica”.

Realmente en opinión particular la complejidad de la zona fronteriza con la presencia de


pobladores extranjeros, algunos calificados de “desplazados”, “solicitantes de refugio”,
“refugiados”, ciudadanos extranjeros en condición de transeúntes, o residentes, genera y
hasta los famosos venezolanos “objetados” ante su dudosa condición de venezolanos,
hacen que no hubiera sido un solo decreto de estado de excepción suficiente para el
manejo de las circunstancias presentes ahí.
“¿Bajo cuáles criterios se puede justificar el desalojo?”.

Al contrario, debieron dictarse 3 decretos en los que estuviera presente la conmoción


exterior ante la afectación que las medidas podían traer con Colombia; uno de conmoción
interior ante las medidas que estaban generando los focos de violencia y delincuencia
organizada; y, finalmente, el de emergencia económica.

Comentario artículo 2

Como consecuencia del decreto, en este artículo se señalan cuáles garantías son las que
quedan restringidas; en este caso, se mencionan 6 consagradas en los artículos 47, 48, 50,
53, 68 y 112 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: Inviolabilidad del
hogar doméstico, la inviolabilidad de las comunicaciones, libertad de tránsito, derecho de
reunión, derecho de manifestar y la libertad a la actividad económica.

“El decreto es muy genérico, no define ni determina las condiciones que deban medirse en
los temas de nacionalidad. Esto es un fuerte agravio porque podría enmarcarse en una
práctica xenofóbica”.

De este modo se establecen en 6 numerales, en los que aparentemente estarían


consagrados los lineamientos que deberían acogerse con ocasión, el estado de excepción.

“El decreto no describe cómo manejar el procedimiento de expulsión o deportación, en el


estado de excepción”.

En el numeral 1, se menciona lo concerniente a la inspección y revisión por los organismos


públicos del lugar, de habitación, estadía o reunión de personas naturales y, en el caso de
las personas jurídicas (sociedades mercantiles, asociaciones u otro tipo figura), la misma
tiene como finalidad llevar registros para ejecutar o investigar la perpetración de delitos o
ilícitos administrativos, y enumera una serie actuaciones contra la vida, integridad libertad o
patrimonio; así como ilicitudes relacionadas con afección de la paz, el orden público, la fe
pública, el orden socioeconómico, la identidad, y orden migratorio y delitos conexos.

Habría que preguntar ¿un decreto de estados de excepción orientado a la emergencia


económica, era la figura idónea para estipular la investigación de todo este tipo de delitos?

En opinión particular el decreto debió establecer cuáles delitos -con su tipo- iban a ser
observados en estas investigaciones, dado que en el ejercicio ordinario del Debido Proceso,
no podía en esta clase de estado de excepción limitarse en su totalidad la garantía que
sobre otros tipos delictivos se tienen ante situaciones ordinarias.

“El decreto de estado de excepción, no establece la relación directa entre el problema


económico y la aplicación de procedimientos atinentes a migración”.
Sobre la orden judicial existen aseveraciones importantes al respecto, dado que aun
limitando dicha garantía, la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción estipula que no se
puede limitar en un estado de excepción (artículo 7) el debido proceso. Y debe recordarse
que una de las fases del proceso penal es la fase de investigación. Aparentemente la
restricción de una orden judicial, es atinente a la figura del debido proceso y, aunque se
menciona en el último aparte del artículo 196 del Código Orgánico Procesal Penal, hay que
denotar si se hace énfasis en una norma procesal.

“Se ha debido permitir el ejercicio conjunto de la Defensoría del Pueblo y las demás
organizaciones en materia de protección de derechos humanos (nacional e internacional),
especialmente cuando detentan formación técnica ante situaciones de riesgo, pandemias y
de extrema confusión”.

¿Se está haciendo alusión al debido proceso? Debe mencionarse que el artículo 196 del
Código Orgánico Procesal Penal, establece que deberá levantarse un acta correspondiente.
Sin embargo, establece las excepciones para la aplicabilidad de la redacción de esta acta
como es en el caso de impedir la perpetración o continuidad de un delito, o cuando se trate
de personas que se persiguen para su aprehensión.

Pero habría que preguntarse ¿todas las condiciones de los municipios fronterizos estaban
dadas para realizar dichas inspecciones, sin el cumplimiento de una orden judicial?

En el numeral 2, en lo que se refiere a la restricción del tránsito de bienes y mercancías, y


ante la limitación del tránsito que aparentemente no fue una simple “restricción”, si no se
orientó propiamente a la “suspensión” con el cierre de la frontera totalmente en los referidos
municipios, la misma no es constitucional ni legal dado que menoscaba la finalidad de los
estados de excepción consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de 1999 y, por ende, de la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, en el tema
de requisición de equipajes y vehículos.

“Habría que evaluar si la Defensoría del Pueblo se encuentra capacitada para proteger los
derechos de los deportados”.

Es notorio señalar que el decreto omitió mencionar los artículos 24 y 25 de la Ley Orgánica
sobre Estados de Excepción que se refieren a las requisiciones, dado que el mismo es claro
al señalar que debe haber una orden previa del Presidente de la República o de la
autoridad, competente designada -dada por escrito- determinando la clase, cantidad de la
prestación y expedirse una constancia inmediata a las personas, enfatizando que ante la
terminación del estado de excepción los mismos serán devueltos sin perjuicio de las
indemnizaciones pertinentes; y en caso de no poder restituir los bienes, los mismos serán
pagados a su valor total con base al precio que tenían al momento de la requisición.

“Niños, adolescentes, ancianos, refugiados, personas con discapacidad y mujeres, -ante la


ejecución del decreto- pueden verse en riesgo”.
Si esta situación no se cumple conforme a lo señalado, se está en presencia de actos
confiscatorios que atentan de manera flagrante a la propia Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.

En el numeral 3, se le otorga a los ministerios con materia de Defensa y de Justicia la


posibilidad -mediante resolución conjunta- de establecer la restricción de transito de bienes
y de personas en los municipios, así como el cumplimiento de determinados requisitos y la
obligación de informar el cambio de domicilio o residencia, la salida de la República o el
ingreso a ella, el traslado de bienes y pertenencias, sin más limitaciones que las
establecidas en la ley.

“El decreto no indica quiénes son los defensores delegados, ni las materias a ser
protegidas, en situaciones de vulnerabilidad”.

¿Pero habría que preguntarse cuáles requisitos son los exigidos? ¿Acaso no sea crea
inseguridad jurídica no saber de manera certera el contenido de la resolución conjunta?
Todos estos requisitos debieron ser estipulados en el decreto respectivo.

En el numeral 4, no se permiten las reuniones públicas sin la autorización del funcionario a


quien se delega el presente decreto.

¿Cómo quedan garantías como la libertad de conciencia, pensamiento y religión,


consagradas en el artículo 7, numeral 9 de la LOEE, si los habitantes de dichos municipios
quisieran recurrir a los templos conforme a su creencia?

“El decreto excluye la labor de las organizaciones no gubernamentales, en la protección y


defensa de los derechos humanos, ya que atribuye estrictamente esa protección y defensa
a la Defensoría del Pueblo”.

¿Cómo quedan los Consejos Comunales o comunas que quieran reunirse de manera
urgente, si al tener esta limitante no se les estaría vulnerando el Derecho a la participación
que el artículo 7, numeral 13, que la LOEE estipula?

Aunado a esto, la titularidad del funcionario ejecutor del decreto recae en una multiplicidad
de funcionarios quienes –ciertamente- crean una contradicción de funciones no
determinadas con claridad, por el mismo decreto.

“En el decreto se debió establecer cómo iba a llevarse a cabo la coordinación entre las
autoridades y cuáles medidas iban a ser adoptadas”.

En el numeral 5, el derecho a manifestar pacíficamente -y sin armas- solo podrá ejercerse


previa autorización del funcionario, emitida a solicitud de los manifestantes con 15 días de
anticipación a la fecha fijada; sin embargo, la libertad de pensamiento estipulada en la
LOEE al tener que esperar tanto tiempo para su desenvolvimiento, se vería cercenada.
En el numeral 6, los ministerios con competencia en materia de comercio, junto con los
ministerios con competencia en materia de alimentación, agricultura, tierras y salud, podrán
establecer normas especiales para la disposición, traslado, almacenamiento,
comercialización, distribución y producción de bienes esenciales o de primera necesidad, o
regulaciones para su racionamiento, así como restringir el ejercicio de determinadas
actividades económicas.

“El decreto debió incluir los montos así como el tipo de operaciones y transacciones a ser
limitadas, tomando en cuenta que se sigue creando una gran incertidumbre al no tener
realmente claras las limitaciones económicas de papel moneda en esos municipios”.

Al leer este numeral nuevamente, se observa que se cercena el derecho a la información


porque ¿cuáles normas serán aplicadas? Ha debido enumerarse las acciones que se iban a
limitar en su ejercicio, como actividad económica, tomando en cuenta que al generalizar a
solo expresar “actividades económicas” denotaría estar en presencia propiamente en una
“suspensión del ejercicio de la actividad económica”.

Comentario artículo 3

Destaca que el Presidente podrá dictar “otras medidas” de orden social, económico y
político que estime conveniente ante las circunstancias de conformidad con los artículos
337, 338 y 339, para restablecer la normalidad en el menor tiempo posible.

Este artículo se torna ampliamente peligroso, tomando en cuenta que abre la posibilidad de
declarar, teniendo como base el decreto, “otro tipo” de decretos que pueden ir creando
medidas y estados de excepción continuados, siendo una forma de no cumplir con una de
las características de los estados de excepción, como es propiamente la temporalidad, dado
que se dice que el decreto de estados de excepción podría ser prácticamente derogado o
dejado sin efectos, si se dictaran estos decretos que buscan establecer la normalidad.

Comentario artículo 4

El ministerio del Poder Popular para la Economía y Finanzas, podrá establecer límites
máximos de ingreso o egreso de moneda de curso legal o efectivo.

También se podrán establecer restricciones a determinadas operaciones y transacciones


comerciales o financieras, o restringir dichas operaciones al uso de medios electrónicos
debidamente autorizados en el país. Eso quiere decir que se limitan los montos de dinero a
los que van a acceder los habitantes de estos municipios.

El decreto debió incluir los montos así como el tipo de operaciones y transacciones a ser
limitadas, tomando en cuenta que se sigue creando una gran incertidumbre al no tener
realmente claras las limitaciones económicas de papel moneda en esos municipios.

Comentario artículo 5
Llama poderosamente la atención el término “suspender”, dado que se entiende que no se
permitirá el porte de armas. El término “prohibición” hubiera sido de mejor aplicabilidad,
dado que si la suspensión de garantías “aparentemente” no es constitucional, el uso del
término “suspensión” genera dudas. En el caso de armas orgánicas, son las que legamente
portan los órganos de seguridad y de defensa.

Comentario artículo 6

Señala el deber de coordinación y ejecución de las autoridades competentes, para el


mantenimiento de la paz social y el orden público, ante el despliegue de la Operación
Liberación del Pueblo (OLP) en vigencia desde julio del 2015, que busca atacar “El
paramilitarismo y sus prácticas” a través de Zonas de Alto Impacto. Sin embargo, se debió
establecer cómo iba a llevarse a cabo la referida coordinación y cuáles medidas iban a ser
adoptadas.

Comentario artículo 7

El decreto excluye la labor de las organizaciones no gubernamentales, en la protección y


defensa de los derechos humanos, ya que atribuye estrictamente la protección y defensa de
los derechos humanos a la Defensoría del Pueblo y demás defensores delegados, pero no
se indica quiénes son los defensores delegados, ni las materias a ser protegidas, puesto
que en los referidos contextos hay individuos en situaciones de vulnerabilidad como niños y
adolescentes, ancianos, refugiados, personas con discapacidad y mujeres, quienes ante la
ejecución del decreto pueden verse en riesgo.

Se ha debido permitir el ejercicio conjunto de la Defensoría del Pueblo y las demás


organizaciones en materia de protección de derechos humanos (nacional e internacional),
especialmente cuando detentan formación técnica ante situaciones de riesgo, pandemias y
de extrema confusión, circunstancia que habría que evaluar si la Defensoría del Pueblo se
encuentra capacitada -de modo individual- para cumplir ese rol.

Comentario artículo 8

Acerca de los controles migratorios, es una muestra notoria que en el decreto hay visos
claros de que el Servicio Administrativo de Migración y Extranjería (SAIME) establecerá
mecanismos junto con otros organismos competentes, para que hubiera eficiencia es estos
controles; no obstante, la poca explicación sobre las medidas y mecanismos usados se
convierte en un mecanismo atentatorio conforme a la LEY DE EXTRANJERÍA Y
MIGRACIÓN publicada en la Gaceta oficial de la República Bolivariana de Venezuela n°
37944 de fecha 24 de marzo de 2004, que establece la necesidad de cumplir un
procedimiento administrativo para la deportación o expulsión del Estado venezolano.

“El decreto abre la posibilidad de declarar “otro tipo” de medidas y estados de excepción
continuados”.

El decreto de estado de excepción, no establece la relación directa entre el problema


económico y la aplicación de procedimientos atinentes a migración. En el mismo sentido
hay que tomar en cuenta que en materia de refugiados, asilados y solicitantes, también
habría que medir el status legal de estas personas y que, por ende, en la revisión de esos
controles migratorios debe tomarse en cuenta la garantía de los mismos.

“Ha debido enumerarse las acciones que se iban a limitar como actividad económica,
tomando en cuenta que al generalizar a solo expresar “actividades económicas” denotaría
estar en presencia propiamente en una “suspensión del ejercicio de la actividad económica”.

Este aspecto del decreto es muy genérico, no define ni determina las condiciones que
deban medirse en los temas de nacionalidad, como garantía susceptible de limitación o
restricción. Esto es un fuerte agravio porque podría enmarcarse en una práctica xenofóbica,
sobre todo al no describirse cómo manejar el procedimiento de expulsión o deportación -en
el estado de estado de excepción- dado que, aun existiendo acuerdos o no con Colombia
en este ámbito, debió establecerse cuáles medidas iban a ser adoptadas en este tema.

Comentario artículo 9

Estipula que los órganos de seguridad ciudadana y policía administrativa, así como la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, podrán desalojar las ocupaciones ilegales cuando se
verifique que se encuentran en bienes públicos o bienes afectos a un servicio público en los
municipios fronterizos.

La LOEE 2001 -o en el caso de la materia migratoria- al establecerse el referido desalojo


debe tomarse en cuenta que la ley en materia de migración y extranjería del 2004, aparte
que estipula un (1) da el derecho de trasladar los bienes adquiridos.

El decreto estipula que los procedimientos se cumplirán conforme al debido proceso, pero
se vuelve a mencionar el artículo 7, numeral 11 de la LOEE, que menciona las garantías
que no son susceptibles de restricción.

Con relación a la legalidad de la ocupación de viviendas por los extranjeros, ¿qué se define
como ocupación ilegal en el caso de un ciudadano venezolano? ¿Bajo cuáles criterios se
puede justificar el desalojo? ¿Los terrenos donde se encuentran las ocupaciones realmente
son bienes públicos o afectos a un servicio público

Aunque se estipula la presencia del Ministerio Publico y la Defensoría del Pueblo ¿qué
parámetros garantizan un trato digno en un desalojo? ¿Se cumplen los extremos legales en
materia de migración y extranjería ante la presencia de extranjeros ilegales?

“La titularidad del funcionario ejecutor del decreto, recae en una multiplicidad de
funcionarios quienes –ciertamente- crean una contradicción de funciones no determinadas
con claridad”.

Son varias interrogantes que el decreto deja en el vacío jurídico y que cercenan la
seguridad jurídica.
Comentario artículo 10

Señala el deber de coordinación y colaboración entre los poderes públicos, los órganos de
seguridad, defensa y la policía administrativa, que trabajarán para el logro de las medidas
en este decreto.

Sin embargo, se le atribuye al Ministerio Publico y a los tribunales penales la función de


velar porque no se presenten actos de impunidad e injusticia en el ejercicio que les
corresponda, conforme a sus atribuciones de ejecución del presente decreto, garantizando
la ejecución estricta de la ley.

“Al suspender la garantía del derecho de reunión, ¿cómo quedan la libertad de conciencia,
pensamiento y religión, si los habitantes de dichos municipios quisieran recurrir a los
templos conforme a su creencia?”.

No obstante, es en este sentido que debería -en su referida condición- observar cabalmente
los actos que los órganos de seguridad, defensa y fuerza armada ejecuten, porque la
anuencia de los actos que pudieran generar responsabilidad también acarrearía
responsabilidad conjunta.

Comentario artículo 11

Con la designación del Comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) del
estado Táchira, como responsable de las acciones de índole estratégico militar que con
ocasión a este decreto se ejecuten en coordinación del funcionario que se le delega la
ejecución directa de este decreto, en este caso es el gobernador del estado Táchira, se
ejercerán de forma unificada y coordinada las acciones de orden público y de seguridad
ciudadana; es decir, todos los planes y lineamientos de seguridad y defensa emanan
directamente del Comandante de la ZODI en el estado Táchira.

Comentario artículo 12

Indica el deber de cooperar conforme al artículo 17 de la LOEE. Al respecto, hay que decir
que el artículo 18 de la LOEE señala que el incumplimiento al deber de colaboración de
personas naturales y jurídicas, pueden acarrear sanciones de tipo penal o administrativo. Si
el incumplimiento fuera por parte de los funcionarios públicos, podrán ser suspendidos de
sus cargos. El deber de cooperación obliga a los habitantes y ciudadanos de esos
municipios a colaborar hasta en acciones extraordinarias, sin perjuicio de la indemnización a
que hubiere lugar. Es decir, los ciudadanos son obligados a este deber pleno.

Comentarios artículos 13 y 17

Se concatenan ambos artículos dado que en una suerte de error de técnica legislativa, se
repite prácticamente que el responsable de la ejecución del decreto junto con el ministerio
en materia de Interior, Justicia y Paz, así como con la delegación otorgada por el Presidente
de la República, recae sobre el gobernador del estado Táchira.
Comentarios artículos 14 y 15

Se refieren a los controles; al ejercido por la Asamblea Nacional -denominado control


político- y el que realiza la propia Sala Constitucional de oficio -denominado control
jurisdiccional- teniendo en ambos casos 8 días para su pronunciamiento.

“Se está en presencia de actos confiscatorios que atentan de manera flagrante contra la
Constitución”.

Debe tomarse en cuenta que en los artículos 26 y 31, respectivamente, se fundamentan los
respectivos controles; no obstante, aunque fue omitido por el decreto existe de conformidad
al artículo 35 de la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción la posibilidad que los
particulares durante los 5 primeros días del lapso establecido en el artículo 33 de la LOEE,
consignar ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, los alegatos y
elementos de convicción que sirvan para demostrar la constitucionalidad o la
inconstitucionalidad del decreto que declare el estado de excepción, y que el máximo
tribunal acuerde su prórroga o aumente el número de garantías restringidas.

Así mismo, no debe dejarse de lado los controles que internacionalmente puedan intentarse
ante la Organización de Estados Americanos (OEA) o la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), dado que con la salida de Venezuela de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, los únicos mecanismos que pueden activarse serían ante este tipo de
organizaciones.

Comentarios artículos 16 y 18

Sobre la vigencia del decreto, al ser un estado de emergencia económica inicialmente tiene
una duración de 60 días continuos, aspecto que si se calcula desde el 21 de agosto del
2015 tomando como fecha la Gaceta Oficial Extraordinaria, el decreto tendría una duración
inicial hasta el 21 de octubre del 2015; y finalmente, hasta el 21 de diciembre del 2015 si el
mismo fuera prorrogable.

Por último, el artículo 18 estableció que el mismo entrará en vigencia desde la fecha de
publicación en Gaceta Oficial, y si la misma tiene como fecha 21 de agosto del 2015, esa es
la fecha de su vigencia.

Consideraciones finales

Puedo afirmar que vergonzosamente la redacción, motivación y aplicabilidad de este


decreto, no deja de tener las mismas lagunas y criterios genéricos que caracterizaban a los
decretos anteriores a la vigencia de normativa constitucional vigente.

“A la terminación del estado de excepción, ¿los bienes retenidos serán devueltos a sus
propietarios?”.
La omisión del artículo 7 de la LOEE, el criterio de dejar abierto y con discrecionalidad a los
diversos órganos y entes de la Administración Pública y demás poderes públicos en las
facultades otorgadas, la adopción de algunas medidas que no son descritas, la indirecta
restricción de garantías no restringibles como el Debido Proceso, la nacionalidad, la
participación y la comunicación, manifiestan expresamente que los esfuerzos realizados por
el constituyente y el legislador de la LOEE en 1999 y 2001, respectivamente, se omiten
creando un estado de incertidumbre y sobre todo de inseguridad jurídica, que a lo largo del
decreto es palpable.

“¿Un decreto de estados de excepción orientado a la emergencia económica, era la figura


idónea para investigar los delitos que señala el gobierno que ocurren en la frontera?”.

Aunque el artículo 21 de la LOEE manifiesta que “El decreto que declare el estado de
excepción suspende temporalmente, en las leyes vigentes, los artículos incompatibles con
las medidas dictadas en dicho decreto”, al no tener claro qué tipo de decreto es -porque
tipificándose como de emergencia económica sus medidas se inclinan a otras clases
constituyendo una situación compleja- no existe una total claridad sobre las nuevas normas
extraordinarias que suspenden a las leyes ordinarias contrarias en el marco de la restricción
de las garantías constitucionales, pero que deben ser aseguradoras de justicia y equidad.

“Debieron dictarse 3 decretos en los que estuviera presente la conmoción exterior ante la
afectación que las medidas podían traer con Colombia; otro de conmoción interior ante las
medidas que estaban generando los focos de violencia y delincuencia organizada; y,
finalmente, el de emergencia económica”.

Por tanto, la LOEE en su rol de norma generadora de límites para la redacción del decreto,
solo fue tomada en cuenta en lo que fue conveniente generando desconocimiento parcial de
la misma, menguando la opción de crear un decreto de estado de excepción junto con
medidas que se fundamentaran en la seguridad de los ciudadanos.

Se está en presencia de un decreto que se fundamenta en “la mala fama” de una institución
jurídica que, ejecutada en un plano de igualdad, transparencia y previsión, podría remediar
situaciones anormales y de conflicto.

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Régimen chavista anunció nuevos cambios económicos durante la rígida cuarentena
marzo 22 2020, 5:28 pm
Posteado en: Actualidad, Economía
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Nicolás Maduro. Foto: Cortesía

Tras su reaparición en el Palacio de Miraflores, Nicolás Maduro anunció una serie de


medidas económicas en medio de la cuarentena nacional impuesta para paliar la
propagación del coronavirus.

lapatilla

“La ratificación de la inamovilidad laboral hasta el 31 de diciembre”, fue la primera de las


medidas anunciadas por Maduro, que saldrán publicadas en Gaceta Oficial en breve.

Asimismo, Maduro dijo que tenía con los empresarios privados un supuesto “plan especial
del pago de nómina a la mediana, pequeña empresa, comercios, por un lapso
correspondiente a seis meses, empezando desde marzo”.

También ordenó la “supresión inmediata del pago de alquileres por seis meses”, la
“suspensión del pago de capital por seis meses de todos los créditos del país” y, finalmente,
“la suspensión de moratioria de pago durante esta prórroga”.

Maduro alertó que desea la “garantía absoluta de todas las telecomunicaciones”.

En total, las medidas serían las siguientes:

– Ratificación de inamovilidad laboral.

– Plan especial de pago de nóminas.

– Supresión inmediata del pago de alquileres de comercios y viviendas.

– Bonos del carnet de la patria.


– Suspensión de los pagos de capital e intereses de todos los créditos.

– Prohibición al corte de servicios de telecomunicaciones.

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