“FAMILIA GATUNA”

(Benjamín Escribano López / 6°B / Colegio San Gabriel)

Había una vez tres gatitos que eran hermanitos, una era naranja y se llamaba
Minina, la otra era blanca con negro y se llamaba Mitona y por último el más pequeñito
se llamaba Tricolor. Vivían en una casa grande, por lo cual siempre andaban perdidos.
Su madre era una gata de la calle y los dueños de la casa la llamaban Puma por su color
atigrado, ella se había relacionado con la familia por ser también la madre de una gatita
de más o menos 1 año que la familia había adoptado, a la cual llamaron Calcetita, ella
era una gata con un color negro muy bonito. A Calcetita no le gustaban los gatitos
pequeños los cuales eran sus hermanitos, y cada vez que un gatito se le acercaba ella le
gruñía.

Los gatitos eran muy traviesos y aparte de morder todo lo que se les cruzara y
comerse la comida de Calcetita, orinaban en cualquier lado, lo que le molestaba mucho
a los dueños. A Calcetita esto la irritaba y le daba más razones para odiar a los gatitos.

Cada día mamá gata los visitaba y les daba lechecita, además aprovechaba de
acicalarlos, jugar con ellos y darles mucho amor, por eso los pequeñines se ponían tan
felices al verla. Calcetita también era feliz en estos momentos ya que así podía
descansar de las travesuras de sus pequeños hermanitos.

Un día dentro de la casa estaban todos los gatitos reunidos y uno de ellos
descubrió que podían saltar al mueble donde se guardaba la comida de calcetita y entre
los tres derramaron todo en el suelo y en ese mismo momento calcetita pasaba por
debajo y quedo toda sucia además miraba asustada su comida que estaba repartida por
todos lados y para más remate los gatitos rodaron por encima de ella. Calcetita estaba
tan molesta que salio corriendo a la calle, ya no podía odiar más a esos gatitos y ellos
como si nada solo era más diversión.

A la mañana siguiente los pequeños gatitos esperaban ansiosos a mamá gata

pero esta se estaba tardando mucho en llegar, nadie sabía donde estaba y los gatitos no
dejaban de llorar ni por más cariño que le daban los dueños seguían llorando, solo
necesitaban a su mamá. De pronto calcetita se asomo por una ventana mostrando un
extraño interés por lo que estaba pasando, se acerco a los pequeños y en ese momento
todos pensaron que los iba a hacer callar de un arañazo, pero para sorpresa de todos,
calcetita se acerco suavemente y comenzó a lengüetear sus cabecitas, los acurrucó y
mágicamente se calmaron, en todo ese rato les dio amor, parecía que nunca los había
odiado.

En ese momento llegó mamá gata y vio a todos sus hijitos reunidos incluida su
hija mayor Calcetita, ahora si que estaba toda la familia reunida.

…Y así termina esta historia, todos felices comiendo perdices, literalmente!