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JUDITH ROSALUZ IMATA CONDORI CUI:20150774 11/12/19

REMEDIACIÓN ELECTROCINÉTICA (RE)

La remediación electrocinética es una tecnología en desarrollo que aprovecha las propiedades


conductivas del suelo, cuyo objetivo es separar y extraer contaminantes orgánicos e inorgánicos
(metales) de suelos, lodos y sedimentos, con el uso de un campo eléctrico que permite remover las
especies cargadas (iones). Implica la aplicación de una corriente directa de baja intensidad entre un
electrodo positivo y uno negativo (Van Cauwenberghe 1997, Paillat et al. 2000).

Los iones metálicos, iones amonio y compuestos orgánicos con carga positiva, migran hacia el
cátodo; mientras que los aniones como el cloruro, cianuro, fluoruro, nitratos y compuestos orgánicos
cargados negativamente se mueven hacia el ánodo (EPA 2001).

Aplicaciones. Pueden tratarse contaminantes orgánicos polares y metales pesados. Se ha utilizado a


nivel piloto para tratar contaminantes inorgánicos como Pb, Ni, Hg, As, Cu, Zn y Cr; además de
orgánicos como BTX. Es una tecnología que puede emplearse para mejorar otras tecnologías de
remediación como la biorremediación y la remoción de contaminantes no solubles (Sellers 1999).

Limitaciones. Su eficiencia disminuye en medios con un contenido de humedad menor 10%; la


presencia de ciertos metales o materiales aislados provocan variaciones en la conductividad eléctrica
del suelo; depósitos minerales (alta conductividad eléctrica) pueden provocar problemas; valores
extremos de pH y reacciones de oxido-reducción pueden disminuir su eficiencia y formar productos
indeseables.

Costos. Los costos varían en función de la cantidad de suelo a tratar, su conductividad, tipo de
contaminante y tipo de proceso. Los costos netos son cercanos a 50 USD/m3.

Tecnologia.Al igual que el resto de las tecnologías de remediación, las fisicoquímicas pueden
realizarse in situ o ex situ. Sin embargo, la mayoría de estas tecnologías se aplican in situ. Entre las
tecnologías fisicoquímicas para tratamiento in situ, se encuentra la remediación electrocinética (RE),
el lavado de suelos (LS), la extracción por solventes (ES), la extracción de vapores (EV) y la
solidificación/estabilización (S/E).

ELECTROCINETICA

Consiste en aplicar una corriente eléctrica de baja intensidad entre electrodos introducidos in situ en
el suelo contaminado que permite la movilización de agua, iones y partículas pequeñas cargadas.
Los aniones se mueven hacia el electrodo positivo y los cationes hacia el negativo [ CITATION IRE07 \l
10250 ]. La oxidación de agua en el ánodo genera protones, H+, que se mueven hacia el cátodo
creando un frente ácido. Este favorece la desorción de los cationes del suelo y fuerza la puesta en
disolución de contaminantes precipitados como carbonatos, hidróxidos, etc. Por otro lado, los iones
OH- generados en el cátodo por la reducción del agua provocan la precipitación de los metales
(Pazos et al., 2006). Durante el tratamiento, los contaminantes pueden ser transportados por
electromigración (movimiento de iones hacia el electrodo de carga opuesta), electroósmosis
(movimiento del agua respecto a la superficie cargada de las partículas del suelo), electrolisis
(movimiento de iones como respuesta a una diferencia de potencial) y electroforesis
(desplazamiento iónico en suspensión) (Acar and Alshawabkeh, 1993). Esta técnica resulta eficaz
para el tratamiento de suelos de baja permeabilidad hidráulica que son difíciles de recuperar por
otros medios y está especialmente indicada para metales solubles o complejados en el suelo en
forma de óxidos, hidróxidos y carbonatos. Sus ventajas incluyen bajo consumo energético, un
control sobre la dirección del flujo del agua y de los contaminantes disueltos y la acumulación de los
contaminantes en los electrodos para su posterior eliminación (Page and Page, 2002), utilizando
resinas de intercambio iónico o mediante bombeo (Smith et al., 1995) o redisolviéndolos invirtiendo
la polaridad durante pequeños intervalos de tiempo (Pazos et al., 2006).
Tecnología del proceso de remediación electrocinética de suelos.

Los diferentes procesos involucrados en la eliminación de contaminantes dentro de un tratamiento


de remediación electrocinética de suelos se producen paralelamente. Por este motivo, la utilización
de estos procesos para remediar un suelo contaminado, y la modificación de variables para potenciar
su eficacia, son puntos de interés para conseguir una solución técnicamente eficiente ante un
problema concreto de remediación electrocinética de suelos. En este contexto, conviene tener en
cuenta que la velocidad de descontaminación de un suelo por técnicas electrocinéticas va a
depender, fundamentalmente, de tres parámetros (Baraud y col., 1997, 1998; Al-Shaharani y
Roberts, 2005):

 La naturaleza, concentración y uniformidad en la distribución de los


contaminantes en el suelo contaminado.

 La velocidad de transporte de contaminantes motivada por los diferentes


procesos, entre los que se incluyen los flujos (hidráulico y electroosmótico)
que mueven al líquido en su totalidad, y a los mecanismos no convectivos de
transporte de una especie química (difusión, migración o electroforesis). Esta
velocidad es función de la interacción entre las especies contaminantes y el
suelo, y puede ser mayor o menor en función de los procesos de
adsorción/desorción, complejación, precipitación, disolución, etc.

 Los posibles efectos sinérgicos derivados de la combinación del tratamiento


electrocinético con otros tipos de tratamiento orientados a eliminar en mejores
condiciones un contaminante concreto.

Asimismo, hay muchas variables que van a determinar la eficacia de un proceso de remediación
electrocinética (Acar y Alshawabkeh, 1993; Alshawabkeh y col. 1999; Chang y Liao, 2006): el
material, número y disposición de los electrodos empleados en el proceso, la inyección de fluidos de
mejora que aumenten el rendimiento de eliminación de contaminantes, el calentamiento del suelo y
el pH del medio.

Electrodos: Materiales y disposición.

En un proceso de remediación electrocinética, todos los aspectos relacionados con los electrodos son
de gran importancia, desde el tipo de material electródico empleado, hasta su geometría y
disposición en el suelo.

A nivel de investigación, se suelen utilizar electrodos de metales nobles (platino, plata y oro) y de
grafito. Estos materiales son inertes y garantizan que, por su disolución, no se generen en el medio
de reacción iones que puedan influir en los resultados obtenidos. A nivel de aplicación real, el uso
de electrodos basados en metales nobles es inviable y se utilizan otros tipos de materiales de coste
inferior como el acero, materiales poliméricos o el titanio, además del grafito (Virkutyte y col.
2002). El titanio solo se debe emplear como cátodo, ya que en su utilización como ánodo se pasiva
(Badawy y Ismail, 1995). Este hecho limita de forma importante su empleo, ya que impide revertir
el sentido de la corriente eléctrica, y aprovechar las ventajas derivadas de este procedimiento. Con
respecto al acero, hay que tener en cuenta que este material puede disolverse en el suelo, dando
lugar a la liberación de iones de hierro y generando un descenso significativo del frente ácido, ya
que el proceso de electrodisolución de hierro compite directamente con el proceso de oxidación del
agua. Además de estos materiales existen otros de gran interés, aunque suelen estar protegidos por
patentes. Como ejemplo, la empresa Hak Milliteckniks tiene patentado un material cerámico
conductor de la electricidad denominado EBONEX®, y la empresa ISOTRON CORPORATION
tiene patentado el material polimérico Isolock TM.

Respecto a la geometría de los electrodos, suelen utilizarse en forma de planchas o de cilindros.


Tanto en un caso como en otro, los electrodos pueden ser macizos o huecos (Figura 2.6.(a)). Los
electrodos huecos permiten inyectar o extraer un fluido, generando la circulación a través del
sistema en tratamiento de un fluido de lavado (Lindgren y Mattson, 1995; Clarke y Lafeman, 1998).
Independientemente de su geometría, los electrodos pueden ubicarse directamente en el suelo a
tratar (Acar y Alshawabkeh, 1993; Sogorka y col. 1998; Reddy y col., 1999), o posicionarse en el
interior de pozos de electrolito excavados en dicho suelo(Baraud y col., 1998; Virkutyte y col. 2002;
Al-Shaharani y Roberts, 2005) (Figura 2.6.). En el primer caso, el flujo electroosmótico está
favorecido, sin embargo, la resistencia derivada del contacto del electrodo con el suelo puede ser
muy elevada, por lo que hay que tener en cuenta que el suelo tenga un contenido mínimo de agua
para garantizar una óptima conductividad iónica que permita el desarrollo de los procesos
electrocinéticos. En el segundo caso, los electrodos están en contacto con un electrolito líquido
contenido en pozos que garanticen la conductividad iónica y, por tanto, permiten el desarrollo de los
procesos electrocinéticos. Este segundo caso ofrece ventajas importantes, en tanto que los pozos
actúan como elementos en los que se concentran los contaminantes, posibilitando el tratamiento in
situ o su extracción y tratamiento ex situ. Asimismo, estos pozos pueden ser empleados para la
adición de fluidos de mejora que aumenten la eficacia de los procesos, obteniéndose posteriormente
una mejor distribución de los mismos en el suelo en tratamiento. El uso de pozos en los que se ubica
un electrodo es la disposición más utilizada.Otro aspecto referente a los electrodos a tener en cuenta
es su disposición en el suelo a tratar. Existen un gran abanico de disposiciones, pero todas basadas
en dos: Electrodos/Hileras de electrodos enfrentados y sistema de ánodos rodeando a cátodo (o
viceversa) .

Tipos y geometría de electrodos. (b) disposición de electrodos en procesos de remediación


electrocinética de suelos

La disposición en hileras enfrentadas, se emplea cuando se acoplan varias tecnologías de tratamiento


in situ y se trata de hacer circular el agua en los dos sentidos durante repetidas ocasiones. La
disposición circular parece aportar algunas mejorar cuando se intenta aprovechar el flujo
electroosmótico para el lavado del suelo con vistas a un posterior tratamiento de los efluentes
generados. El espaciado utilizado entre los electrodos es muy variable y depende de la escala en la
que se aplica en tratamiento. Los potenciales aplicados entre los ánodos y cátodos están en el
intervalo 0,1-2 V cm-1. Además de las disposiciones anteriores, en las que los electrodos se colocan
de forma vertical, los electrodos pueden disponerse también de forma horizontal al suelo. Esta
disposición de los electrodos tiene la ventaja de tener una alta eficacia en la eliminación de la
contaminación y, por tanto, se requiere un menor tiempo de actuación.

Uso de fluidos de mejora en procesos de remediación electrocinética.

En un tratamiento de remediación electrocinética se generan fenómenos secundarios no deseados


que disminuyen la eficacia del proceso. Un ejemplo de estos procesos paralelos es la formación de
depósitos de carbonato en la superficie catódica que reducen la conductividad eléctrica del sistema y
con ello el rendimiento del proceso de remediación. Estas capas se forman por la interacción de los
iones hidroxilos generados en el proceso de reducción del agua con los aniones bicarbonato
existentes en el agua. Asimismo, dichos iones hidroxilo se desplazan hacia la zona anódica
formando un frente básico que favorece los procesos de precipitación y de fijación de contaminantes
en el suelo por intercambio iónico. Los precipitados pueden también bloquear los poros del suelo
haciendo que se incremente notablemente el consumo energético para tratar el suelo. Para evitar
estos problemas derivados del frente básico se puede añadir en las proximidades del cátodo un
fluido despolarizador, consistente en una disolución acuosa de un ácido débil (Baraud y col. 1997).
El medio ácido generado por esta disolución compensa a los iones hidroxilo electrogenerados y, por
tanto, se inhiben ambos problemas. En la superficie anódica, mediante la reacción de oxidación del
agua, se generan protones que conforman un frente ácido. Aunque este frente tenga asociados menos
problemas que el frente básico, también se han observado fenómenos de liberación de sílice,
alúmina o metales pesados asociados con la exposición de un medio fuertemente acido con la
superficie del suelo. Para evitar este problema, se aconseja el uso de disoluciones de hidróxido de
calcio como fluido de mejora.

Además de los fluidos de mejora destinados a modificar el pH (Mulligan y col., 2001; Dong-Mei y
col., 2005) del suelo en tratamiento existen otros con un papel importante. Así, en el tratamiento de
compuestos orgánicos hidrófobos (COHs), dada su no polaridad y su baja solubilidad acuosa (Reddy
y col., 2003; Zhu y Feng, 2003; Zhao y col., 2005; Cheng y Wong, 2006), está empezando a
proponerse el uso de disoluciones de surfactantes. Estos compuestos están formados por grupos
hidrófilos y lipófilos que permiten solubilizar y retener el contaminante dentro de micelas cargadas
(Riojas y col., 2011) que pueden mover a través del suelo mediante electroforesis o electroósmosis,
posibilitando su concentración o extracción del suelo (Figura 2.7.). La concentración se realiza
cuando se utilizan electrodos macizos, e implica normalmente la excavación y retirada del suelo. La
extracción tendrá lugar cuando se utilicen electrodos huecos o el uso de pozos de electrolitos. Los
surfactantes pueden utilizarse solos o mezclados con otras sustancias que potencien sus propiedades
(Riojas y col., 2011), como disolventes, que favorecen la disolución del COH en fase acuosa (Chu y
Kwan, 2002; 2003), polímeros, alcoholes (Martel y col., 1993).

Bibliografía
ORTIZ, I. (2007). técnicas de recuperación de suelos contaminadoS. ALCALA.

Electrokinetics is an emerging technique for the remediation of contaminated land (see Ref 3 and 4
for reviews and summary of processes).

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