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PARTE/S: Farías, Ramón c/ANSES s/incidente

TRIBUNAL: Juzg. Fed. Seg. Soc. - Nº 5


SALA: -
FECHA: 04/05/2017
JURISDICCIÓN: Nacional

Se rechaza la homologación del convenio transaccional de Reparación Histórica suscripto por el


titular del beneficio y la ANSeS en razón de su ineficacia, en la medida en que la misma versaba
sobre un pleito ya resuelto por sentencia firme. Es que la atenta lectura de las cláusulas del
convenio arrimado llevó a la conclusión de que las partes, luego de haber incitado la jurisdicción,
pretendieron sustituir o modificar los alcances de lo decidido con autoridad de cosa juzgada.

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Sumario:
TRANSACCIÓN
ANSeS. Programa Nacional de Reparación Histórica para Jubilados y Pensionados.
Homologación judicial. Derechos previsionales. Autoridad de cosa juzgada. Doctrina de la Corte
Suprema
Cuando las cláusulas acordadas en un convenio introducen modificaciones en los índices fijados en la
sentencia recaída en los autos principales para el ajuste de la prestación previsional, corresponde el
rechazo del pedido de su homologación. En ese sentido, la Corte Federal ha descalificado un
pronunciamiento en el que se avaló el método utilizado por el organismo previsional para liquidar la
sentencia, al verificar que este se apartó de lo resuelto anteriormente e introdujo así una modificación en
el derecho del titular, vulnerando la garantía consagrada en el artículo 17 de la Constitución Nacional.

Texto Completo:
Buenos Aires 04 de mayo de 2017
SENTENCIA DEFINITIVA
VISTOS Y CONSIDERANDO:
I.- Que, en las actuaciones principales, ha mediado un pronunciamiento definitivo que ha resuelto la
controversia existente entre las partes con fuerza de verdad legal; decisión que cuenta con la autoridad de la
cosa juzgada, en tanto se verifica el agotamiento de los recursos que confiere el ordenamiento procesal para
obtener la modificación de lo resuelto.
Sobre los alcances del concepto de cosa juzgada, baste con recordar aquí las certeras consideraciones
plasmadas por Eduardo J. Couture en su obra “Fundamentos del derecho procesal civil”. Allí, el jurista
uruguayo la define como “...la autoridad y eficacia de una sentencia judicial cuando no existen contra ella
medios de impugnación que permitan modificarla...” y con relación a ésta eficacia, nos enseña que ésta se
resume en tres posibilidades, a las que denomina inimpugabilidad, inmutabilidad y coercibilidad:
“La cosa juzgada es inimpugnable, en cuanto la ley impide todo ataque ulterior tendiente a obtener la
revisión de la misma materia: non bis in eadem. Si ese proceso se promoviera, puede ser detenido en su
comienzo con la invocación de la propia cosa juzgada esgrimida como excepción.
También es inmutable o inmodificable. Como se verá en el momento oportuno, esta inmodificabilidad no
se refiere a la actitud que las partes puedan asumir frente a ella, ya que en materia de derecho privado
siempre pueden las partes, de común acuerdo, modificar los términos de la cosa juzgada. La inmodificabilidad
de la sentencia consiste en que, en ningún caso, de oficio o a petición de parte, otra autoridad podrá alterar los
términos de una sentencia pasada en cosa juzgada.
La coercibilidad consiste en la eventualidad de ejecución forzada. Tal como se expondrá en su momento, la
coerción es una consecuencia de las sentencias de condena pasadas en cosa juzgada. Pero esa consecuencia
no significa que toda sentencia se ejecute, sino que toda sentencia de condena es susceptible de ejecución si el
acreedor la pide...” (ob. cit., tercera edición, 1958, Depalma, §§ 257 y 259).
II.- Que, mediante la promoción del presente incidente, las partes someten a homologación judicial el
convenio transaccional que han suscripto de conformidad con los términos de la ley 27.260.
El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en un título denominado “Modos anormales de
terminación del proceso”, delinea la actuación del órgano jurisdiccional en su artículo 308, al disponer que
“...las partes podrán hacer valer la transacción del derecho en litigio, con la presentación del convenio o
suscripción del acta ante el juez. Este se limitará a examinar la concurrencia de los requisitos exigidos por la
ley para la validez de la transacción, y la homologará o no. En este último caso, continuarán los procedimientos
del juicio”.
III.- Que el Código Civil y Comercial de la Nación define a la transacción en su artículo 1641 como “...un
contrato por el cual las partes, para evitar un litigio, o ponerle fin, haciéndose concesiones recíprocas,
extinguen obligaciones dudosas o litigiosas” y exige su presentación por escrito ante el juez si esta recae sobre
derechos litigiosos, tal como lo prevé su artículo 1643.
Sin embargo, a tenor de lo actuado en la causa principal, cabe concluir que la transacción que pretenden
realizar las partes no recae sobre un objeto dudoso o litigioso, ni existen concesiones recíprocas de los
contratantes. La atenta lectura de las cláusulas del convenio arrimado lleva a concluir que las partes, luego de
haber incitado la jurisdicción, pretenden sustituir o modificar los alcances de lo decidido según los términos que
han acordado con posterioridad a la finalización del proceso judicial, el cual se ha extinguido por su vía natural.
En la especie, el actor cuenta con una sentencia firme mediante la cual se ha dado finiquito al pleito y en
la que, al haberse admitido su pretensión, se le ha reconocido la existencia y los alcances de su derecho,
quedando así disipadas las dudas que dieron origen a la controversia.
IV.- Que la doctrina constante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación indica que la cosa juzgada
judicial tiene jerarquía constitucional y no es susceptible de alteración ni aún por vía de la invocación de leyes
de orden público, toda vez que la estabilidad de las sentencias, en la medida en que constituyen un
presupuesto ineludible de la seguridad jurídica, es también exigencia del orden público con jerarquía superior
(Fallos 253:253; 259:289; en materia previsional: 311:495; 317:161; 317:992).
En una aplicación de la doctrina elaborada a partir de las leyes de emergencia en materia de vivienda el
Máximo Tribunal, al resolver con relación a una norma que dispuso la suspensión de los desalojos frente a la
existencia de una sentencia firme que ordenaba su ejecución -situación análoga a la que aquí se configura con
el dictado de la ley de emergencia nº 27.260- señaló que “el derecho adquirido a obtener mediante la
ejecución de una sentencia firme lo que ésta determina, no puede ser substancialmente alterado por una ley
posterior, pues para que el acto judicial de la sentencia firme, es decir de aquella respecto a la cual están
agotados los recursos que el régimen procesal establezca, consuma su misión propia que es afianzar la justicia
discerniendo de modo concreto y particularizado lo propio de cada uno, tiene que ser, en lo esencial de él,
intangible. Y como sin ese afianzamiento no hay orden público, la alteración de los derechos adquiridos que las
leyes puedan llegar a disponer circunstancialmente para asegurar el bien común comprometido en la
emergencia por desequilibrios económicos o sociales u otros motivos de análogo carácter extraordinario
(Fallos: 204:195) no puede alcanzar a la inmutabilidad de la cosa juzgada porque no hay bienestar general
posible fuera del orden” (Fallos 209:405).
Que, en éste orden de consideraciones y teniendo presente que las cláusulas acordadas introducen
modificaciones en los índices fijados en la sentencia recaída en los autos principales para el ajuste de la
prestación previsional, cabe recordar que la Corte Suprema ha descalificado un pronunciamiento en el que se
avaló el método utilizado por el organismo previsional para liquidar una sentencia, al verificar que éste se
apartó de lo resuelto anteriormente e introdujo así una modificación en el derecho del titular, vulnerando la
garantía consagrada en el art. 17 de la Constitución Nacional (P. 299. XXXIII. “Portela, Julio c/ Instituto
Municipal de Previsión Social”, sentencia del 9 de noviembre de 2000, publicada en Fallos: 323:3664).
Ergo, deviene inconducente la pesquisa acerca de quien resulta beneficiado con las modificaciones
introducidas en el acuerdo, sea el actor o el demandado.
V.- Que las consideraciones precedentes en modo alguno importan restringir la autonomía de la voluntad
del jubilado, ni la competencia conferida por la ley 27.260 a la administración para celebrar ésta clase de
convenios. Concretamente se objeta que, en éste caso, las partes requieran un nuevo pronunciamiento de la
jurisdicción cuando ésta ya ha cumplido con su cometido.
En éste sentido, al haber revestido las partes el acuerdo arribado bajo el ropaje jurídico de una
transacción, ésta magistrada no puede suponer la existencia de una renuncia de derechos o remisión de la
deuda por parte del actor, pues, a tenor de lo dispuesto por el artículo 948 del Código Civil y Comercial de la
Nación, tales actos no se presumen y son de interpretación restrictiva.
VI.- Que, por efecto de la cosa juzgada, la parte cuenta con la posibilidad de hacer valer su crédito por la
vía prevista por el Art. 499 y sigtes. del C.P.C.C.N.
VII.- Que, por las consideraciones precedentes y de conformidad con lo dispuesto por el Art. 1647, inc. c)
del Código Civil y Comercial de la Nación, corresponde declarar la ineficacia de la pretendida transacción en la
medida en que la misma “...versa sobre un pleito ya resuelto por sentencia firme...”.
Por lo precedentemente expuesto, RESUELVO: 1) Rechazar la homologación del convenio transaccional
suscripto por las partes, en razón de su ineficacia (cf. Arts. 308 del C.P.C.C.N. y 1647, inc. c) del Código Civil y
Comercial de la Nación); 2) Imponer las costas en el orden causado, atento la forma en que se resuelve.
Regístrese, notifíquese a las partes por Secretaría y oportunamente, archívense.-

ELVIRA MULEIRO
JUEZA FEDERAL
En idéntica fecha se ha tomado nota en el sistema informático del libramiento de Nª 2 cédulas de
notificación electrónica a las partes y al Sr. Representante del Ministerio Público.

GUSTAVO A. DEL CURTO


SECRETARIO

Correlaciones:
CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN. LIBRO TERCERO. DERECHOS PERSONALES. TÍTULO IV.
CONTRATOS EN PARTICULAR. Art. 1642
Ley 27.260 - BO: 22/07/2016
Carnota, Walter F., EL PROGRAMA NACIONAL DE REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y
PENSIONADOS (ALGUNAS NOCIONES PRELIMINARES), Erreius on line, Marzo 2017 - Cita digital
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Torti Cerquetti, Patricio J., PROGRAMA NACIONAL DE REPARACIÓN HISTÓRICA PARA JUBILADOS Y
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