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Orientarse es buscar un punto de referencia, una guía lógica que nos dirija en
nuestro accionar, hallar los fundamentos lógicos y consensuados por los que
obramos, y es a través de los conocimientos que llegamos a una formulación
que se llama diagnóstico.
Nosografía y nosología
Por ejemplo, el DSM establece los siguientes criterios para la esquizofrenia tipo
desorganizada (hebefrenia):
- Ideas delirantes
- Alucinaciones
- Lenguaje desorganizado
- Comportamiento gravemente desorganizado
- Síntomas negativos
- Disfunción social/laboral
Diagnóstico
Por ejemplo, presumimos que una persona padece una depresión cuando
observamos una conducta inhibida, escuchamos un discurso con ideas
pesimistas, y que nos informa sobre sus angustias, su falta de sentido del
placer, la falta de ganas, la pérdida del apetito sexual y las alteraciones
vegetativas. Y si estos síntomas tienen la intensidad o duración, que
consideramos como no normales (es decir, que no corresponde a la forma de
reaccionar del promedio – criterio estadístico de normalidad -), inferimos que
son señales indirectas de una patología subyacente.
El poder observar otros síntomas refuerza dicha hipótesis; estos son en el caso
de la depresión: discurso con ideación melancólica, anhedonia, disminución de
la vitalidad, alteración vegetativa, etc.
1. A la afección en sí
La capacidad de poder integrar y agrupar los distintos datos, para tener algo
estructurado que nos oriente hacia un posible síndrome.
Ubicamos los cuadros clínicos dentro del esquema nosológico que adoptamos.
Tipos de diagnóstico
1. Diagnóstico presuntivo
4. Diagnóstico de espera
Se utiliza en los casos en los que el tiempo es un componente más dentro del
diagnóstico.
5. Diagnóstico final
Debemos elaborar una orientación diagnóstica abierta que nos permita operar
sobre el problema, pero, a su vez, debemos ser lo suficientemente plásticos
para ir modificándola a medida que incorporamos nuevas informaciones, y
esperar un suficiente tiempo de estudio para dar nuestro diagnóstico.
El miedo puede tener dos efectos: quedar paralizados por la duda y no realizar
el diagnóstico, o una vez hecho el mismo, aferrarse a él a pesar de que las
evidencias demuestren error.