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Los estudios críticos sobre la diversidad corporal (Teoría Freak) se proponen

volver visible el cuerpo en tanto mutación de órganos, procesos de


estructuración que son alterados vía natural o quirúrgica para hacer surgir
monstruos, devenires de posibilidad en las acepciones a una idealización

Hugo Chávez Mondragón


normalizadora. El monstruo como aquel que se aparta de la naturaleza,

Alejandra Díaz Zepeda


Fabián Giménez Gatto
signo de desgracia venidera, deformidad que debe ser oculta o eliminada
apenas ha nacido y su “desfiguración” es notoria. El monstruo humano
también como aquel que “combina lo imposible y lo prohibido”, que nos
hace voltear la mirada como intentando negar su existencia mientras su

TEORÍA FREAK
exotismo paradójicamente hace volver con unos ojos lacerantes que le
juzgan. El presente volumen es un recorrido por lo freak en el que diversas
voces se sumergen en la densidad radical de esos otros cuerpos.

TEORÍA
FREAK
ESTUDIOS CRÍTICOS SOBRE
DIVERSIDAD CORPORAL
Fabián Giménez Gatto
Hugo Chávez Mondragón
Alejandra Díaz Zepeda
COORDINADORES
TEORÍA
FREAK.
ESTUDIOS CRÍTICOS SOBRE
DIVERSIDAD CORPORAL
Fabián Giménez Gatto
Hugo Chávez Mondragón
Alejandra Díaz Zepeda
(COORDINADORES)
© Teoría freak. Estudios críticos sobre diversidad corporal
Fabián Giménez Gatto, Hugo Chávez Mondragón, Alejandra Díaz Zepeda (coordinadores)

© Primera edición:
La Cifra Editorial, 2018

D.R. La Cifra Editorial S. de R. L. de C.V.


Avenida Coyoacán 1256-501, Col. Del Valle,
C.P. 03100, Ciudad de México
contactolacifra@gmail.com
www.lacifraeditorial.com.mx

Diseño de portada: Diego Álvarez / Roxana Deneb

Este libro se publicó con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a través
de su programa de Redes Temáticas.

Las imágenes contenidas en este libro se utilizan únicamente como parte de


investigaciones académicas y su uso es responsabilidad de cada uno de los autores.

ISBN: 978-607-9209-88-9
Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la
fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de los editores.

Impreso en México / Printed in Mexico


Índice

Presentación
Fabián Giménez Gatto
Hugo Chávez Mondragón
Alejandra Díaz Zepeda 11

Teoría freak / MODO DE EMPLEO


Fabián Giménez Gatto 13

El bicéfalo como fenómeno de circo


Hugo Chávez Mondragón 21

De anomalías monstruosas o de cómo la teratología marginaba a


los diferentes, México, Siglo xix
Juan Francisco Escobedo Martínez 29

Los pequeños monstruos humanos. Algunas patologías cefálicas


en el siglo xix
Martha Méndez Muñoz 43

Figuración parásita. El surgimiento de un monstruo (in)visible


Manuel Méndez 55

La implantación freak desde una crítica tullida


Jhonatthan Maldonado Ramírez 75

El lado B de lo freak
Iván Mejía Rodríguez 93

Frido: relato biográfico de un cuerpo freak


Chloé Constant 101
La disrupción de los cuerpos trans: hacia una teoría freak
Raúl Arriaga Ortiz
Alix Mabeck Saldaña 117

Freakcollage divino. El Santo Señor del Sidario


Mauricio List 131

El gran Mago Melchor: historia de un esperpento mexicano


Felipe Osornio (Lechedevirgen Trimegisto) 157

Los niños del eclipse en la pintura posruptura


Raúl García Sánchez 173

Cucarachas estenopeicas. Cuerpos cinematógrafos de misterios terribles


Laila Eréndira Ortiz Cora 183

De monstruos, animales y variabilidad humana


Alejandra Díaz Zepeda 203

Estética kitsch en la cirugía cosmética: una expresión del egobody


Elsa Muñiz 223

Los cuerpos siniestros


Fernando Torres García 237

Los autores 249


PRESENTACIÓN
Fabián Giménez Gatto
Hugo Chávez Mondragón
Alejandra Díaz Zepeda

Los estudios críticos sobre la diversidad corporal (teoría freak) proponen volver
visible el cuerpo en tanto mutación de órganos, procesos de estructuración al-
terados vía natural o quirúrgica para hacer surgir monstruos, devenires de posi-
bilidad en las acepciones a una idealización normalizadora. El monstruo como
aquel que se aparta de la naturaleza, signo de desgracia venidera (Ambroise
Paré), deformidad que debe ser oculta o eliminada apenas ha nacido y cuya
“desfiguración” es notoria. El monstruo humano concebido también como
aquel que “combina lo imposible y lo prohibido” (Michel Foucault), que nos
hace desviar la mirada como intentando negar su existencia mientras su exo-
tismo paradójicamente hace volver a él con unos ojos lacerantes que le juzgan.
El presente libro colectivo recoge, en su versión corregida y aumentada, los
trabajos expuestos durante el Segundo Encuentro de Investigadores de la Red
Temática de Estudios Transdiciplinarios del Cuerpo y las Corporalidades que
se realizó en el Museo de Arte de Querétaro, en la ciudad de Querétaro, el 11
de agosto de 2017. Se trata de un conjunto de interpretaciones sobre lo que en
un primer momento aparece como “un significante vacío”; lo freak, término an-
glosajón que carece de una traducción precisa encontrándose entre los posibles
escenarios una serie de palabras que son o buscan ser descalificativas: anormal,
extraño, monstruoso, raro… extravagante.
En un libro las páginas existen como realidades paralelas, sin embargo, sólo
puede revisarse una a la vez mientras las demás borrosamente se sugieren. Así
también las agrupaciones, que a ratos parecerán una aberración.
La teoría freak tiene un primer momento con su dimensión histórica en
los trabajos que rastrean la diversidad corporal en los registros bibliográficos
y evidencias de que estos cuerpos extraños han atraído la mirada desde hace
siglos. El lector encontrará también una constelación médica, resultado de la

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Presentación

lectura clínica sobre dichos cuerpos. Le siguen un conjunto de materiales sobre


la diversidad sexual que plantean una cercanía con lo diverso más próxima de lo
que usualmente se acepta, como sostiene la frase Objects in mirror are closer tan
they appear. Como un cierre momentáneo a la discusión, la dimensión estética
nos sugiere la presencia de narrativas e imaginarios alrededor de cuerpos que
devienen freaks desde la actualización de sus potencias. Por nuestra parte no
buscamos agotar el tema, al contrario, apenas susurrar su investigación como
un ir “tras los vestigios”, pues hablar de historia, de medicina, de diversidad
sexual e imágenes e imaginarios corporales es sólo un comienzo.
Nos dirigimos, en todo caso, a recorrer estas corporalidades en tanto planos
de inmanencia, a caminar entre cuerpos concretos que se repiten texto a texto,
imagen a imagen, con el único fin de encontranos con cuerpos singulares. Este
borboteo de extrañezas y aberraciones que usted, querido lector, encontrará a
lo largo de estas páginas, no son más que otras versiones de usted mismo, pues
hay en cada unos de nosotros un poco (o mucho) de freak. Lo único que nos
hace distintos a ellos es la distancia que nos separa de sus potencias felices y car-
navalescas, su posibilidad de mostrarse como monstruos soberanos que respon-
den a una libertad de franquear lo infranqueable. En tanto sujeto exiliado, dice
Kristeva: “En lugar de interrogarse sobre su ‘ser’, se interroga sobre su lugar:
‘¿Dónde estoy?’, más bien ‘¿Quién soy?’” (Kristeva dixit). El monstruo, arroja-
do fuera de una sociedad, recorrerá sus propios límites como un ser escindido y
transgresor, capturando –desde la fascinación por la abyección, lo grotesco o lo
barroco– la imaginación de la teoría contemporánea.

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EL BICÉFALO COMO FENÓMENO DE CIRCO
Hugo Chávez Mondragón

A finales del siglo xix el espacio predilecto para el entretenimiento se situaba


en el circo. Grandes compañías (muchas de ellas familiares) como el Circus
Krone de Múnich, el Antiguo circo de Moscú o el Ringling Bros, que tuvo su
última presentación en mayo de 2017 y que por décadas ostentó el reconoci-
miento como “El espectáculo más grande del mundo”, da un cierre simbólico a
la era de las carpas y pistas circulares. Al decir de Kenneth Field (presidente de
la empresa) los motivos de ello fueron principalmente dos: lo complicado que
resulta entretener a un niño de cuatro años aunque sea por 12 minutos (cuan-
do el espectáculo dura poco más de 2 horas), y por otro lado, la presión de las
asociaciones internacionales protectoras de animales. Fue en el Ringling Bros
donde para 1900 se podía observar animales como “Jumbo”, quien terminaría
caricaturizado en un icónico largometraje de la compañía Disney, estetizando
aspectos como el maltrato animal cuando dicho tema empezó a convertirse en
un problema de convivencia entre especies1.

1  Tal vez valga la pena revisar en algún momento ese aspecto de Walt Disney como crítico
político, ecologista y denunciante del maltrato animal, quien de alguna forma propuso los
circos como espacios de tortura y sufrimiento a tal punto que en más de una ocasión han
creado monstruos al estilo de los payasos asesinos. En resumidos acordes, algo así como las
series Carnival y American Horror Story, y por supuesto Freaks, de Tod Browning quien no
pertenece al género de comedia como la de Adam Sandler, ni al frenético cine de superhé-
roes que late con tanta fuerza en estos días. Este largometraje está en la sección de suspenso
para los aventurados y valientes, y terror para los puritanos. En ella, la invitación sería no
ver la secuencia final como una romántica venganza en la cual se castiga a la terrible repre-
sentante de la especie humana en tema de discriminación, sino un final donde se replica el
miedo a la crueldad provocada por la diferencia; un final donde ¡sí se trata de monstruos!,
no como en La Bella y la Bestia. Desde mi punto de vista eso también está en Freaks.

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El bicéfalo como fenómeno de circo

El circo era un lugar mágico donde cohabitaban magos, trapecistas, bailari-


nas, payasos, domadores y bestias exóticas que generaban temor: elefantes, rino-
cerontes, pandas y monos vestidos como bailarinas de ballet. Un presentador,
que en ocasiones era dueño también del espectáculo, se encargaba de ir dando
entrada a las diversas atracciones que parecían ir en un progresivo encanto a la
espera del gran final que podría ser “El Hércules humano”, o “La mujer sirena
tatuada por y como un marinero”. Ocasionalmente cuando el número podía
permitirse una inversión mayor aparecía algún mago como Howard Thurston,
quien es la historia detrás del mito en la variante del sueño americano donde
un niño o adolescente se suma a las filas del circo en contra de los deseos de su
familia para triunfar unos años después.
Algunas de las atracciones que las empresas deseaban ver y adquirir más fue-
ron los llamados “castigos divinos”: hombre-lobo, niño-cangrejo, mujer barbu-
da, sujetos sin extremidades sumamente altos o sumamente pequeños, obesos
y escuálidos, de piel elástica, primitivos, con tres o cuatro piernas, o con hiper-
trofia en las extremidades. La furia de Dios no tenía límites y condenaba a un
infierno terrenal a individuos y familias cuya diversidad corporal atemorizaba
a la par de generar un efecto de atracción. En esta lógica, uno de los fenómenos
más complicados de encontrar y, por ende, fascinantes (en tanto manifestación
de cautivante extrañeza para los sentidos), eran los bicéfalos.
En términos históricos, Ambroise Paré, el barbero francés que se convirtió
en un importante médico, para el siglo xvi, tenía ya un registro de variantes
bicéfalas en su tratado sobre Monstruos y prodigios: niño con dos cabezas, dos
piernas y un brazo; niña con dos cabezas y niño con dos cabezas de género di-
ferente. De estos prodigios Paré escuchó hablar, encontró datos al respecto en
registros de viajeros o pudo observarlos por sí mismo. Al parecer, su primitiva
interpretación de estos llamados fenómenos le llevó a concluir que eran pro-
ducto, entre otras cosas, de un exceso de semen durante la concepción.
Uno de los inaugurales bicéfalos de los que se tiene registro moderno son
las Hermanas Salón, quienes estuvieron en un circo americano durante las pri-
meras décadas del siglo xx. Como dato extra las Hermanas Salón son la ilus-
tración principal en la entrada sobre teratología en la enciclopedia Wikipedia
(agosto 2017). Recordemos que la teratología es la disciplina científica que,
dentro de la zoología, estudia las criaturas anormales, es decir, individuos natu-
rales que no responden al patrón de su especie. Curiosamente, los bicéfalos son
a su vez quienes ponen en duda el término “individuo”.

22
Teoría freak

Las Hermanas Salón se promocionaban como atracción principal en el car-


tel de la siguiente manera: “One girl, two heads, Two grils, one body – Alive!”
(Una chica, dos cabezas, dos chicas, un cuerpo – ¡vivas!).
Si bien este par de hermanas han sido la figura más icónica de los bicéfalos
en el circo, no se trata del único caso, aunque a diferencia de los prodigios des-
critos por Paré, el aval del registro fotográfico evidencia lo que a ratos parece
imposible de pensarse, entre otras cosas, tal vez por el supuesto horror cuando
pensamos en dos mentes que comparten un cuerpo, en una especie de “prisión”
del cuerpo propio al ser también cuerpo de “alguien más”. En palabras de Alan
Corbin en la introducción al segundo volumen de la Historia del cuerpo:
Estoy en mi cuerpo y no puedo salir de él. Esta forma de estar en presencia
continua de uno mismo es la base de una de las preguntas fundamenta-
les que se plantean los ideólogos, especialmente Maine de Biran. El sujeto
–el yo– sólo existe cuando está encarnado, no puede establecerse distancia
alguna entre su cuerpo y él. No obstante, el cuerpo se escapa de su participa-
ción en el yo en –o mediante– el sueño, el cansancio, la posesión, el éxtasis,
la muerte (Corbin, 2005: 15).

Veamos y hablemos de tres tipos de casos donde el “escape” tiene un doble sen-
tido: escape del propio cuerpo y escape del cuerpo del otro, el cual a ratos pa-
rece sentirse como el propio. De esta dimensión es el problema de la relación
histórica y científicamente dictada cual mandamiento: una mente (y un yo)
por cada cuerpo. Tercamente separados, y sin lograr exponer las fronteras de
dicha separación, lo que es motivo de sospecha.

Uno
Edward Mordrake vivió hasta los 23 años, cuando decidió suicidarse por vía
de la asfixia al colgarse desde un balcón alquilado. Este acto fue motivado por
la voz que le murmuraba palabras provenientes del infierno. Su vida fue una
agonía que se convertiría en leyenda.
Mordrake nació con diprosopia, un síndrome causado por actividad anor-
mal y mutación en la proteína SHH, la cual, en los vertebrados, se encarga de
las extremidades. En su origen griego (Diprosopus) hace alusión a “dos caras” o
“dos personas”. Esta cara adicional a Mordrake no podía comer, pero sí llorar y
sonreír, según se cuenta.

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El bicéfalo como fenómeno de circo

Lejos de las indagaciones sobre la veracidad de Mordrake, el síndrome existe


como tal y puede ser provocado en vertebrados con la alteración de dicha pro-
teína; tanto así, que hace tiempo algunos laboratorios crearon ejemplares de
diprosopia, como pollos con dos picos y tres ojos.
Al de Mordrake se suman diversos casos de diprosopia humana, los cuales
son más recientes y, por tanto, alejados de la ficción, como sucede con las aus-
tralianas Faith y Hope Howie, o Lali Singh, de la India.

Dos
En México fue famoso el caso de Pascual Piñon, en torno a quien se han elabo-
rado dos versiones: en una se le acusa de fraude, pues se dice que usó un tumor
maquillado para hacerlo pasar por una segunda cabeza. La otra versión asegu-
ra que nació con Craniopagus parasiticus, un padecimiento en el cual crecen
dos cabezas pegadas, producto de gestar gemelos, pero donde sólo un cuerpo
desarrolla extremidades. En la mayoría de los casos ambas cabezas están relati-
vamente definidas, pero la conexión es directamente craneal, de modo que un
único cerebro crece en las dos cavidades. A diferencia de Edward Mordrake, no
se trata de dos rostros en un cráneo.
Piñón perteneció a una de las tantas familias que perdieron sus propiedades
a manos de Pancho Villa, viéndose obligado a trabajar como minero en Texas,
donde Frederick Gilmer Bonfis y Harry Heye Tammen (dueños del Sells-Floto
Circus) dieron con él en una de sus giras y no dudaron en incorporarlo a sus
filas, donde ya contaban con la mujer-ave, media decena de enanos y un gigante
como parte del repertorio de humanos asombrosos.
Finalmente, Piñón fue sometido a una cirugía para retirar al gemelo pará-
sito, pues comenzó a desarrollar trastornos mentales atribuidos a María, como
llamó a su segunda cabeza (por indicaciones de ella), de la cual, se dice, tuvo vida
propia hasta los 20 años, cuando falleció debido a un accidente cerebrovascular.
Casi un siglo y medio antes –para ser precisos, en mayo de 1783– en la
India, nació un niño con dos cabezas unidas, el cual se conocería como El niño
de bengala. Según algunos relatos, sus padres lo exhibían en circos y espectá-
culos en palacios durante fiestas donde desempeñaba una labor de atractivo
exótico. Actualmente, el cráneo se encuentra en el museo del Royal College of
Surgeons junto con otras 50 000 piezas que dan cuenta del poder conquistador
del Reino Unido hace algunos siglos.

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Teoría freak

El catálogo descriptivo de la colección teratológica perteneciente al museo,


escrito por Benjamin Thompson Lowne (1839-1925) y publicado en 1872,
dice sobre este niño que era varón, vivió hasta los cuatro años y murió producto
de una mordedura de cobra; que ambas cabezas (como lo comprueba el cráneo
conservado) eran de tamaño semejante, pero la cabeza superior movía la boca
de forma independiente y permanecía alerta mientras la otra dormía, secretaba
saliva y lágrimas.

Tres
Conocidos como los primeros siameses famosos, Chang y Eng nacieron hace
más de 200 años, en 1811. Víctimas de su tiempo, hoy en día podrían llevar
sólo una cicatriz luego de la operación para separarse (la cual se considera re-
lativamente sencilla) y su historia sería otra. Sin embargo, la noche del 17 de
enero de 1874 sobrevino la muerte de Chang, y Eng, al no saber cuáles eran las
opciones médicas a las que podía recurrir si algo así pasaba, decidió quedarse
unido a su hermano para morir 3 horas más tarde a causa de la ruptura de un
aneurisma. Dejaron 22 hijos entre los dos.

El espectáculo debe continuar


Casi 100 años después ya no es en un circo sino en la televisión donde encon-
tramos la espectacularización de la bicefalia gracias a dos nombres: Abigail y
Brittany Hensel.
Era la tarde del 7 de marzo de 1990 cuando el matrimonio de Paty y Mike
Helsen esperaban el nacimiento de su hija; sin embargo, la sorpresa fue mul-
tiplicada en cantidad de rostros. Si bien como en la mayoría de estos casos no
se pronostica una vida larga y plena, “las hermanas” demostraron salud desde
su corta edad, sorteando algunos momentos difíciles. Hoy, a los 27 años, Abi y
Brittany cuentan con una trayectoria pública, después de haber protagonizado
su propio reality show, estrenado en agosto de 2012 por el canal estadounidense
TLC, donde también se han producido programas como The Little Couple,
el cual trata sobre el trastorno de crecimiento conocido como “enanismo” y
que se emitió en ocho temporadas durante los años 2009 a 2016 y obtuvo va-
rios premios, o I am Jazz, que registra la vida de un adolescente transgénero.

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El bicéfalo como fenómeno de circo

La mediatización de la historia sentimental de Abi y Brittany es previa


a su éxito televisivo y data de 1996, cuando la revista Life publicó un espe-
cial sobre ellas con la provocadora frase: “Un cuerpo, dos almas”. Desde en-
tonces han sido iluminadas por diversos reflectores: Discovery Health con
el documental Unidas de por vida, entre otros programas, y entrevistas que
dan cuenta de que el día a día de un par de habitantes en un discreto pueblo
americano puede volverse interesante si esa historia se cuenta con y desde un
cuerpo y dos almas.
La presencia bicéfala implica una lucha individual por el control del cuerpo
que muestra su sincera pluralidad al exterior. Solemos pensar en estos cuerpos
con dos cerebros, no en uno dividido en dos partes, como algunos órganos que
sí comparten. Tampoco les vemos en complicidad ni consideramos que traba-
jarían juntos doblando las posibilidades de un mayor intelecto como supondría
el “dos cabezas piensan mejor que una”, aun tomando en cuenta que tienen una
relación de contacto inmediato en el sistema nervioso y circulatorio. Dos ros-
tros, dos cabezas, dos personalidades, dice la ecuación.
Si bien en un principio llevar un seguimiento sobre su vida parecería cues-
tión de morbo por las mismas razones que fascinaron a quien colocó a las her-
manas Salón en una pista de circo, la vida de Abi y Brittany Helsen exhibe las
fallas en el intento de reconocer una personalidad por cuerpo. Tienen títulos
universitarios diferentes, pero les pagan un solo sueldo en su empleo como pro-
fesoras de primaria con énfasis en Matemáticas, donde una suele complementar
las ideas de la otra o terminar una frase, algo que implicaría poder sugerir cierta
“conexión” que se pierde cuando Abi recibe cosquillas pero Britty no siente
nada. Otro ejemplo de independencia sensorial se encuentra en la temperatura
del cuerpo, pues usualmente Brittany tiene un par de grados menos, lo cual
sienten cuando ella y Abi juntan sus manos. También han notado que al tomar
café sólo se incrementa el ritmo cardiaco de uno de los dos corazones que com-
parten el mismo sistema circulatorio. Las hermanas han sido todo un desafío
médico, y abundan los profesionales de la salud que han decidido no tratarles
o hablar del tema.
Abi y Brittany poseen dos pasaportes, pero pagan sólo un boleto de avión,
lo que es una excepción en el registro y abordaje, el cual, como en muchos otros
espacios públicos, está regulado por el estrés que implica la mirada ajena y la
constante toma de fotografías que nada tienen que ver con los seguidores de su
programa de televisión.

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Teoría freak

Me parece (gracias a las investigaciones de los miembros de la Red Temática


de Estudios Transdiciplinarios del Cuerpo y las Corporalidades) que lo cor-
poral es una dimensión más del sujeto; en este caso, como una subjetividad
encarnada en dos versiones diferentes desde su nacimiento pese a la corta dis-
tancia. Por ello la necesidad de estudiar desde las Prácticas corporales2 estas
otras dimensiones del sujeto que no son necesariamente mentales o traumato-
lógicas, sino que se estructuran mediante mecanismos y discursos institucio-
nales, políticos, familiares, entre otros. Con Abi y Brittany nos encontramos
con una psicología de las generalidades y generalizaciones y no de lo singular3;
una psicología que no se estructuró mediante el freak pero que ha tratado de
patologizarlo como ocurre, por ejemplo, en otros espacios con el homosexual
en la teoría lacaniana4.
Y es que el freak es también un sujeto político que revela la existencia de
una ciencia bajo cierta forma. A su vez, el freak sería un tema de “forma” y no
de fondo, pues en el fondo conocemos su humanidad, pero lo que se enfrenta
a nuestra lectura es la forma corporal que observamos. Es ahí donde la maqui-
naria se entorpece revelando incluso problemáticas de sensibilidad. Ejemplo de
ello es lo que le sucedió al hermano de Abi y Brittany después de dibujarlas en
clase, pues fue obligado a borrar una de las dos cabezas, según se dijo, porque
su profesora no sabía de la condición genética pese a la insistencia de él y la
resistencia por separarlas, como ella le pedía. En ocasiones parece imposible

2  Prácticas corporales es la propuesta y respuesta de la Dra. Elsa Muñiz a la problemática


de separación entre mente y cuerpo. Nos dice que “Si estamos de acuerdo en considerar
el cuerpo como un producto de la cultura, pensemos entonces la forma en que la cultura
constituye la corporalidad” (2014: 11). Es decir, hay que situar en las Prácticas corporales un
estudio sobre los “usos intencionales, individuales y colectivos del cuerpo… como el epicen-
tro de nuestros estudios; en dicha exploración están comprendidas imágenes y representa-
ciones, sensaciones y vivencias, tanto como los procesos de construcción y deconstrucción
de las subjetividades y las identidades de los sujetos” (2014: 28-29).
3  Para Clément Rosset lo singular presenta una relación con lo terrorífico, en tanto que
no hay doble y, por ende, una imposibilidad de acercarse con él de otra forma que no sea
mediante lo real, como quedando des-pre-venido a ello. Ese sería el lugar de lo freak, uno
donde lo singular tiene su aparición en una cuestión que parece primeramente superficial,
es decir, de piel.
4  Para Didier Eribon la teoría lacaniana busca ser heteronormativa, al decir que la elec-
ción objetual debe ser heterosexual según comenta citando fragmentos del seminario iv de
Jaques Lacan.

27
El bicéfalo como fenómeno de circo

pensar otros cuerpos, incluso como variantes de su construcción discursiva y,


por ende, fenómenos, entendida esta definición como aquello que brilla por sí
mismo. Una extraña luz, una luz que llama la atención, como en los escenarios
circenses donde apagando la mayoría de los focos quedaba un reflector sobre
las cabezas de las Hermanas Salón y de cuya imagen cientos apartaban la vista,
rezaban o lloraban pidiendo clemencia para aquel cuerpo que parecía quemar-
les los ojos a distancia.

BIBLIOGRAFÍA
Corbin, A. (2005). Historia del cuerpo. Volumen ii De la Revolución Francesa a
la Gran Guerra. Madrid: Taurus.
Eribon, D. (2008). Escapar del psicoanálisis. Barcelona: Bellaterra.
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Lowne, B. (1872). Descriptive catalogue of the teratological series in the museum
of the Royal College of Surgeons of England. England: College of Surgeons
of England.
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eNet Press Inc.
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Paré, A. (1993). Monstruos y prodigios. Madrid: Ediciones Siruela.
Rosset, C. (2007). El objeto singular. Madrid: Sexto Piso.
Strauss, D. (2001). Chang y Eng. España: Seix Barral.

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