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EL PROCESO PENAL ACUSATORIO

Problemas y soluciones
ELKY ALEXANDER VILLEGAS PAIVA

EL PROCESO
PENAL ACUSATORIO
PROBLEMAS Y
SOLUCIONES

Av. Angamos Oeste Nº 526, Urb. Miraflores


Miraflores, Lima - Perú / ((01) 710-8900
www.gacetajuridica.com.pe
EL PROCESO PENAL ACUSATORIO
Problemas y soluciones

© Elky Alexander Villegas Paiva


© Gaceta Jurídica S.A.

Primera edición: febrero 2019


2300 ejemplares
Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú
2019-02641
ISBN: 978-612-311-617-0
Registro de proyecto editorial
31501221900203
Prohibida su reproducción total o parcial
D. Leg. Nº 822
Diagramación de carátula: Martha Hidalgo Rivero
Diagramación de interiores: Nora Villaverde Soldevilla

Gaceta Jurídica S.A.


Av. Angamos Oeste Nº 526, Urb. Miraflores
Miraflores, Lima - Perú
Central Telefónica: (01) 710-8900
E-mail: ventas@gacetajuridica.com.pe / www.gacetajuridica.com.pe
Impreso en: Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto Nº 201, Surquillo
Lima - Perú
Febrero 2019
Publicado: marzo 2019
INTRODUCCIÓN

Si miramos unas décadas atrás, podremos percatarnos –sin mucho esfuerzo–


que la jurisprudencia en nuestro ordenamiento legal era casi ignorada y su impor-
tancia era muy relativa en torno a su comprensión como elemento de predictibi-
lidad y seguridad jurídica.
El uso de la jurisprudencia por parte de los operadores jurídicos para funda-
mentar su posición respecto de casos similares a lo resuelto en aquella era escaso.
Asimismo, quienes producían obras jurídicas no tomaban en cuenta en sus análi-
sis lo que se decía en la jurisprudencia. La separación entre teoría y práctica era
evidente en muchos casos.
Este panorama quizá era coadyuvado por la escasa publicidad de las resolu-
ciones judiciales. Hasta hace unos cuantos años era muy difícil poder acceder al
texto completo de alguna jurisprudencia. Y hasta el día de hoy no existe –por lo
menos desde el ámbito estatal– una sistematización periódica que recoja los prin-
cipales pronunciamientos jurisprudenciales, más allá de su publicación en el Dia-
rio Oficial El Peruano.
Sin embargo, debe reconocerse que esta situación ha cambiado actual-
mente; hoy se reconoce el papel fundamental de la jurisprudencia, la posibilidad
de acceder a ella es tarea mucho más sencilla que antes, aunque no con la facili-
dad deseada; de todas maneras, el panorama es distinto. También la academia se
ha volcado a la sistematización, compilación y publicación, y, claro está, al aná-
lisis de los criterios jurisprudenciales.
Así, existen ya en el mercado diversas obras sobre este tema, las cuales
con diferentes criterios de sistematización se encuentran disponibles al público.
En este contexto, hay un mayor número de trabajos compilatorios sobre la
jurisprudencia.
Estas obras son importantes porque permiten conocer el texto íntegro de
las resoluciones judiciales y comprender el contexto en que se han emitido; sin
embargo, a veces el tiempo con el que cuenta el operador jurídico es demasiado
limitado para leer el texto completo de la resolución y poder encontrar en ella lo
que realmente necesita en su labor diaria.

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El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Ante ello, en la presente obra –que trata también sobre jurisprudencia, par-
ticularmente del proceso penal seguido bajo las reglas del Código Procesal Penal
de 2004, es decir, bajo un modelo procesal penal acusatorio-garantista de rasgos
adversariales– se ha buscado simplificar la labor del lector y operador jurídico,
pues se han extraído los criterios relevantes de la jurisprudencia seleccionada.
Además, todo el contenido jurisprudencial relevante ha sido ordenado y clasi-
ficado sobre la base de los distintos institutos que regula dicho Código Procesal
Penal, teniendo como nota esencial, para la cabal comprensión y aplicación de
los criterios jurisprudenciales mencionados a lo largo de la presente obra, la for-
mulación de preguntas que permitan conocer los alcances interpretativos de estos
institutos jurisprudenciales.
En tal sentido, mediante las interrogantes formuladas, quedarán en claro
aspectos tales como la naturaleza, definición, interpretación, aplicación y límites
de las instituciones procesales penales, conforme a lo que han dicho hasta el
momento los tribunales de justicia.
Por ello, la metodología de preguntas y respuestas que sigue este libro le
otorga un carácter eminentemente práctico, sin perjuicio de su rigor jurídico.
Ahora bien, las respuestas son extraídas de la jurisprudencia nacional de la
Corte Suprema y el Tribunal Constitucional, pero no solo de ellos, sino también,
de acuerdo con lo que se ha considerado pertinente, de la jurisprudencia emitida
por lo que hasta hace poco era el Sistema Nacional Especializado en Delitos de
Corrupción de Funcionarios y por la Sala Penal Nacional, hoy convertidos en la
denominada Corte Superior de Justicia Especializada en Delitos de Crimen Orga-
nizado y de Corrupción de Funcionarios. Asimismo, en cuanto a lo que a jurispru-
dencia nacional se refiere, también se han añadido decisiones jurisprudenciales
de algunas otras Cortes Superiores de Justicia del país.
Para complementar lo dicho por los tribunales nacionales, se ha creído con-
veniente tomar en cuenta la jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos. De esta manera se ha querido presentar a la comunidad
jurídica un cuadro completo de la jurisprudencia procesal penal emitida por los
órganos de administración de justicia nacionales y los supranacionales, en espe-
cial lo resuelto por la mencionada Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Como en otras oportunidades, antes de finalizar esta introducción, deseo
expresar mi mayor agradecimiento a Dios por su amor eterno. A mi familia cómo
no estarle agradecido si es mi apoyo incondicional en cada circunstancia de la
vida.
Asimismo, este libro no hubiera podido ser culminado en el tiempo reque-
rido por la editorial si no hubiese contado con el importante apoyo de mis asisten-
tes académicos. En este sentido, en esta oportunidad expreso mi agradecimiento
a Herbert César Palacios Fuentes, estudiante de la Universidad de San Martín de

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Introducción

Porres-Filial Norte por su ayuda en la sistematización y selección de los extrac-


tos jurisprudenciales utilizados a lo largo de la presente obra.
Finalmente, como en otras tantas oportunidades, mi agradecimiento a los
doctores Manuel Muro Rojo y Juan Carlos Esquivel Oviedo por la confianza
depositada en mi persona, la que hace posible que mis trabajos académicos sean
publicados bajo el prestigioso sello editorial de Gaceta Jurídica.

Elky Alexander VILLEGAS PAIVA

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CAPÍTULO I

PRINCIPIOS RECTORES
DEL PROCESO PENAL PERUANO
ADOPTADOS POR EL CÓDIGO
PROCESAL PENAL DE 2004
CAPÍTULO I

PRINCIPIOS RECTORES DEL PROCESO


PENAL PERUANO ADOPTADOS POR
EL CÓDIGO PROCESAL PENAL DE 2004

I. EL DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA

Base legal Constitución Política: art. 139.3.


Código Procesal Penal de 2004: arts. I.2, I.3 del Título Preliminar, 1.2, 1.3,
11, 12, 99, 104, 105, 107, 109.
Convención Interamericana de Derechos Humanos: arts. 8, 25.1, 25.2.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: arts. 2.3.a, 2.3.b.

001 ¿
En qué consiste el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y cuál es
su naturaleza?
“El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, reconocido por el artículo 139, inciso
3 de la Constitución, implica que cuando una persona pretenda la defensa de sus
derechos o intereses legítimos, ella debe ser atendida por un órgano jurisdiccional
mediante un proceso dotado de un conjunto de garantías mínimas” (STC. Exp.
N° 0004-2006-AI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 22).
“[L]a tutela judicial efectiva es un derecho constitucional de naturaleza proce-
sal en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable puede acceder a los órga-
nos jurisdiccionales, independientemente del tipo de pretensión formulada y de la
eventual legitimidad que pueda, o no, acompañarle a su petitorio. En un sentido
extensivo, la tutela judicial efectiva permite también que lo que ha sido decidido
judicialmente mediante una sentencia, resulte eficazmente cumplido. En otras pala-
bras, con la tutela judicial efectiva no solo se persigue asegurar la participación o
acceso del justiciable a los diversos mecanismos (procesos) que habilita el orde-
namiento dentro de los supuestos establecidos para cada tipo de pretensión, sino
que se busca garantizar que, tras el resultado obtenido, pueda verse este último
materializado con una mínima y sensata dosis de eficacia.” (STC. Exp. Nº 00763-
2005-PA/TC-Lima, del 13 de abril de 2005, f. j. 6).

002 ¿
El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva entendido como derecho
continente qué derechos engloba?
“[La tutela jurisdiccional efectiva] constituye un derecho, por decirlo de algún
modo, ‘genérico’ que se descompone en un conjunto de derechos específicos enu-
merados, principalmente, en el mencionado artículo [artículo 139], o deducidos

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El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

implícitamente de él (…)” (STC. Exp. N° 0004-2006-AI/TC, del 29 de marzo de


2006, f. j. 22).
“Por ello, todo órgano que posea naturaleza jurisdiccional (sea ordinario, consti-
tucional, electoral, militar y, por extensión, los árbitros) debe respetar, mínima-
mente, las garantías que componen los derechos a la tutela jurisdiccional ‘efec-
tiva’ y al debido proceso, entre las que destacan los derechos al libre acceso a la
jurisdicción, de defensa, a la prueba, a la motivación de las resoluciones judicia-
les, a la obtención de una resolución fundada en Derecho, a la pluralidad de ins-
tancias, al plazo razonable del proceso, a un juez competente, independiente e
imparcial, a la ejecución de resoluciones judiciales, entre otros derechos funda-
mentales” (STC. Exp. N° 0004-2006-AI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 8).
“[L]a tutela jurisdiccional es un derecho ‘continente’ que engloba, a su vez, dos
derechos fundamentales: el acceso a la justicia y el derecho al debido proceso
(Cfr. STC Nº 0015-2001-AI/TC). Tal condición del derecho a la tutela jurisdic-
cional se ha expresado también en el artículo 4 del Código Procesal Constitu-
cional que, al referirse al derecho a la tutela procesal efectiva, ha establecido
en su primer párrafo que este “(…) comprende el acceso a la justicia y el debido
proceso (…)” (STC. Exp. Nº 4719-2007-PHC/TC-Callao, del 3 de octubre de
2007, f. j. 3).
“Que uno de los derechos que integra el contenido constitucionalmente garantizado
de tutela jurisdiccional (artículo 139, inciso 3, de la Constitución) –de carácter pres-
tacional y configuración legal– es tanto acceder libremente al órgano jurisdiccional
a través de un proceso –y a todas sus instancias– y obtener una resolución definitiva,
razonada y razonable, fundada en Derecho, congruente y, a ser posible, de fondo,
que ponga fin irrevocablemente al conflicto, cuanto el acceso pleno al recurso legal-
mente previsto (GIMENO SENDRA, VICENTE: Introducción al Derecho Proce-
sal, Editorial Colex, Madrid, 2004, p. 224). Una aplicación de la legalidad que sea
arbitraria, manifiestamente irrazonada o irrazonable no puede considerarse fundada
en Derecho –la motivación debe atender al sistema de fuentes normativas– (PICÓ I
JUNOY, JOAN: Las garantías constitucionales del proceso, J. M. Bosch Editor, Bar-
celona, 1997, p. 61)” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 1184-2017-Del Santa,
del 22 de mayo de 2018, considerando 3).
“En relación a la tutela jurisdiccional efectiva es pertinente recordar: a) que este
derecho comprende, entre otras cosas, el derecho a la efectividad de las resolucio-
nes judiciales, es decir que el fallo judicial se cumpla y que al justiciable vence-
dor en juicio justo y debido se le restituya su derecho y se lo compense, si hubiere
lugar a ello, por el daño sufrido; y b) que el derecho a la efectividad de las reso-
luciones judiciales exige no sólo que quienes hayan resultado vencidos en juicio
cumplan todos los términos señalados en la sentencia firme, sino también impone
deberes al juez y, en particular, a aquellos que están llamados a ejecutar lo resuelto
en la sentencia. En particular, la responsabilidad de ejecutarlas, para lo cual tie-
nen la obligación de adoptar todas las medidas necesarias y oportunas destinadas

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Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

a dar estricto cumplimiento a la sentencia, las que deberán tomarse sin alterar su
contenido o su sentido (Cfr. STC Nº 01334-2002-AA/TC, fundamento 2)” (STC.
Exp. Nº 00750-2011-PA/TC, del 7 de noviembre de 2011, f. j. 3).
“El Código Procesal Constitucional consagra el derecho a la ejecución de las reso-
luciones judiciales –entre otros– como expresión del derecho a la tutela proce-
sal efectiva cuando en el tercer párrafo de su artículo 4 prescribe que ‘se entiende
por tutela procesal efectiva aquella situación jurídica de una persona en la que se
respeten, de modo enunciativo su[s] derechos a la actuación adecuada y tempo-
ralmente oportuna de las resoluciones judiciales (...)’”.
En tanto que, la doctrina jurisprudencial del TC, ha entendido que el derecho a la
ejecución de resoluciones, constituye parte inseparable de la exigencia de efectivi-
dad de la tutela judicial. En efecto, en la Sentencia Nº 0015-2001-AI, 0016-2001-AI
y 004-2002-AI este Colegiado ha dejado establecido que ‘[e]l derecho a la ejecu-
ción de resoluciones judiciales no es sino una concreción específica de la exigen-
cia de efectividad que garantiza el derecho a la tutela jurisdiccional, y que no se
agota allí, ya que, por su propio carácter, tiene una vis expansiva que se refleja
en otros derechos constitucionales de orden procesal (…). El derecho a la efecti-
vidad de las resoluciones judiciales garantiza que lo decidido en una sentencia se
cumpla, y que la parte que obtuvo un pronunciamiento de tutela, a través de la
sentencia favorable, sea repuesta en su derecho y compensada, si hubiere lugar a
ello, por el daño sufrido’ [Fundamento jurídico 11]. En esta misma línea de razo-
namiento hemos precisado en otra sentencia que, ‘la tutela jurisdiccional que no
es efectiva no es tutela’, reiterando la íntima vinculación entre tutela y ejecución
al establecer que, ‘el derecho al cumplimiento efectivo y, en sus propios términos,
de aquello que ha sido decidido en el proceso, forma parte inescindible del dere-
cho a la tutela jurisdiccional a que se refiere el artículo 139.3 de la Constitución’
(STC Nº 4119-2005-AA/TC, f. j. 64)” (STC. Exp. Nº 01820-2011-PA/TC-Piura,
del 21 de marzo de 2012, ff. jj. 7 y 8).
“El artículo 25 de la Convención establece que [t]oda persona tiene derecho a un
recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tri-
bunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos funda-
mentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun
cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales.
El artículo 25 de la Convención también consagra el derecho de acceso a la justicia.
Al analizar el citado artículo 25 la Corte ha señalado que este establece la obliga-
ción positiva del Estado de conceder a todas las personas bajo su jurisdicción un
recurso judicial efectivo contra actos violatorios de sus derechos fundamentales.
Y ha observado, además, que la garantía allí consagrada se aplica no sólo respecto
de los derechos contenidos en la Convención, sino también de aquéllos que estén
reconocidos por la Constitución o por la ley. La Corte ha señalado, asimismo, en
reiteradas oportunidades, que la garantía de un recurso efectivo ‘constituye uno de

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El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

los pilares básicos, no sólo de la Convención Americana, sino del propio Estado de
Derecho en una sociedad democrática en el sentido de la Convención’, y que para
que el Estado cumpla con lo dispuesto en el artículo 25 de la Convención no basta
con que los recursos existan formalmente, sino que los mismos deben tener efec-
tividad, es decir, debe brindarse a la persona la posibilidad real de interponer un
recurso que sea sencillo y rápido. Cualquier norma o medida que impida o dificulte
hacer uso del recurso de que se trata constituye una violación del derecho al acceso
a la justicia, bajo la modalidad consagrada en el artículo 25 de la Convención Ame-
ricana” (Corte IDH. Caso Cantos vs. Argentina. Fondo, reparaciones y costas.
Sentencia del 28 de noviembre de 2002. Serie C, Nº 97, párr. 51 y 52).
“En lo que se refiere al ejercicio del derecho a las garantías judiciales consagrado
en el artículo 8 de la Convención Americana, la Corte ha establecido, inter alia,
que ‘es preciso que se observen todos los requisitos que sirvan para proteger, ase-
gurar o hacer valer la titularidad o el ejercicio de un derecho, es decir, las con-
diciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada representación o ges-
tión de los intereses o las pretensiones de aquellos cuyos derechos u obligaciones
estén bajo consideración judicial’. Asimismo, esta disposición de la Convención
consagra el derecho de acceso a la justicia. De ella se desprende que los Estados
no deben interponer obstáculos a las personas que acudan a los jueces o tribu-
nales con el fin de que sus derechos sean determinados o protegidos. Cualquier
norma o práctica del orden interno que dificulte el acceso de los individuos a los
tribunales, y que no esté justificada por las razonables necesidades de la propia
administración de justicia, debe entenderse contraria al precitado artículo 8.1 de
la Convención. Esto tiene particular relevancia en casos de desaparición forzada
de personas, dado que el derecho a las garantías judiciales comprende también el
derecho de los familiares de la víctima a acceder a estas” (Corte IDH. Caso Tiu
Tojín vs. Guatemala. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 26 de noviem-
bre de 2008. Serie C, Nº 190, párr. 95).

003 ¿
El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en su vertiente subjetiva
qué aspectos presupone?
“El derecho a la tutela judicial efectiva está reconocido en nuestro ordenamiento
constitucional en el artículo 139, inciso 3, donde si bien aparece como principio
y derecho de la función jurisdiccional, es claro tanto para la doctrina unánime
como la para propia jurisprudencia de este Tribunal que se trata de un derecho
constitucional que en su vertiente subjetiva supone, en términos generales, un
derecho a favor de toda persona de acceder de manera directa o a través de un
representante, ante los órganos judiciales; de ejercer sin ninguna interferencia los
recursos y medios de defensa que franquea la ley; de obtener una decisión razo-
nablemente fundada en derecho; y finalmente, de exigir la plena ejecución de la
resolución de fondo obtenida” (STC. Exp. Nº 4080-2004-AC/TC-Ica, del 28 de
enero de 2005, f. j. 14).

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Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

004 ¿
Cuáles son las etapas en que el derecho a la tutela jurisdiccional efec-
tiva despliega sus efectos?
“La tutela efectiva se resume en el derecho a que se ‘haga justicia’; (…) el dere-
cho a la tutela judicial efectiva despliega sus efectos en tres etapas, a saber: en
el acceso al proceso y a los recursos a lo largo del proceso en lo que la doctrina
conoce como derecho al debido proceso o litis con todas las garantías; en la ins-
tancia de dictar una resolución invocando un fundamento jurídico y, finalmente,
en la etapa de ejecutar la sentencia” (STC. Exp. Nº 1546-2002-AA/TC-Lima, del
28 de enero de 2003, f. j. 2).

005 ¿
Cuándo se produce una vulneración al derecho a la tutela jurisdic-
cional efectiva?
“Por tanto, el Tribunal es de la opinión que, en la medida que el derecho a la tutela
jurisdiccional no tiene un ámbito constitucionalmente garantizado en forma autó-
noma, como tampoco la tiene el derecho al debido proceso, sino que su lesión se
produce como consecuencia de la afectación de cualesquiera de los derechos que
la comprenden, dentro del cual se encuentra el derecho de defensa, un pronun-
ciamiento sobre el fondo en relación a aquel derecho presupone, a su vez, uno en
torno al derecho reconocido en el inciso 14 del artículo 139 de la Constitución”
(STC. Exp. Nº 4719-2007-PHC/TC-Callao, del 3 de octubre de 2007, f. j. 5).
“(…) La vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva puede tener lugar,
entre otras situaciones, cuando se produce el rechazo liminar de una demanda
invocándose una causal de improcedencia impertinente; con la inadmisión de un
recurso ordinario o extraordinario; con la aplicación de la reformatio in peius;
y con la ejecución de la sentencia modificándose sus propios términos, o con su
inejecutabilidad.
(…)
Es necesario subrayar que la violación de la tutela judicial efectiva no sólo se pro-
duce por acción o inacción de un operador jurisdiccional, sino que también se con-
suma por el hacer o no hacer de la parte vencida en un proceso judicial, o por un
tercero con interés respecto a lo resuelto en la sentencia” (STC. Exp. Nº 1546-
2002-AA/TC-Lima, del 28 de enero de 2003, f. j. 2).

006 ¿En qué consiste la tutela procesal efectiva y cómo se configura?


“(...) la tutela procesal efectiva está consagrada en la Constitución y en el Código
Procesal Constitucional, y su salvaguardia está relacionada con la necesidad de
que, en cualquier proceso que se lleve a cabo, los actos que lo conforman se lle-
ven a cabo en los cauces de la formalidad y de la consistencia, propias de la admi-
nistración de justicia. Es decir, se debe buscar que los justiciables no sean some-
tidos a instancias vinculadas con la arbitrariedad o los caprichos de quien debe
resolver el caso. El derecho a la tutela procesal efectiva se configura, entonces,

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El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

como una concretización transversal del resguardo de todo derecho fundamental


sometido a un ámbito contencioso (...)” (STC. Exp. Nº 6712-2005-PHC/TC, del
17 de octubre de 2005, f. j. 13).
“Tal y como viene definida en el artículo 4 del Código Procesal Constitucional,
la tutela procesal efectiva es aquella situación jurídica de una persona en la que
se respetan de modo enunciativo sus derechos de libre acceso al órgano jurisdic-
cional, a probar, de defensa, al contradictorio e igualdad sustancial en el proceso,
a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada ni sometido a procedimien-
tos distintos de los previstos por la ley, a la obtención de una resolución fundada
en derecho, a acceder a los medios impugnatorios regulados, a la imposibilidad
de revivir procesos fenecidos, a la actuación adecuada y temporalmente oportuna
de las resoluciones judiciales y a la observancia del principio de legalidad proce-
sal penal” (STC. Exp. Nº 5396-2005-AA/TC, del 6 de setiembre de 2005, f. j. 8).

007 ¿
Cuáles son los planos que abarca el derecho a la tutela procesal efec-
tiva?
“El derecho a la tutela procesal efectiva comprende tanto el derecho de acceso a
la justicia como el derecho al debido proceso. Asimismo, tiene un plano formal y
otro sustantivo o sustancial. El primero se refiere a todas las garantías del proce-
dimiento, de tal forma que en el presente caso deberá analizarse si el procedimiento
de vacancia, en tanto restrictivo de derechos, fue realizado respetando todas las
garantías del debido proceso. El segundo se refiere al análisis de razonabilidad
y proporcionalidad de la medida adoptada de tal forma que deberá analizarse la
relación existente entre la sanción impuesta y la conducta imputada” (STC. Exp.
Nº 5396-2005-AA/TC-San Martín, del 6 de setiembre de 2005, f. j. 8).

008 ¿Qué derechos comprende el derecho a la tutela procesal efectiva?


“La tutela procesal efectiva como derecho protegible dentro del ordenamiento
constitucional tiene un claro asidero en el artículo 4 del Código Procesal Cons-
titucional, reconduciendo y unificando lo dispuesto en el artículo 139, inciso 3,
de la Constitución, pues en este se incluye separadamente el derecho al debido
proceso y a la tutela judicial. (...)” (STC. Exp. Nº 6712-2005-PHC/TC, del 17 de
octubre de 2005, f. j. 8).
“(…) Es pertinente recordar que, según la doctrina de nuestro ordenamiento cons-
titucional la tutela jurisdiccional es un derecho ‘continente’ que engloba, a su vez,
dos derechos fundamentales: el acceso a la justicia y el derecho al debido pro-
ceso (Cf. STC Nº 0015-2001-AI/TC). Tal condición del derecho a la tutela juris-
diccional se ha expresado también en el artículo 4 del Código Procesal Constitu-
cional que, al referirse al derecho a la tutela procesal efectiva, ha establecido en
su primer párrafo que este (...) comprende el acceso a la justicia y el debido pro-
ceso (...)” (STC. Exp. Nº 03938-2007-PA/TC, del 5 de noviembre de 2007, f. j. 1).

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Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

009 ¿
La lista de derechos que ha previsto el legislador como parte del de-
recho a la tutela procesal efectiva es enunciativa o tiene el carácter de
numerus clausus?
“(…) la enunciación de una lista de derechos que el legislador ha establecido como
atributos de la tutela procesal efectiva, para efectos de controlar la actuación de
los jueces o incluso de los fiscales en el ámbito de sus respectivas competen-
cias relacionadas con los procesos judiciales, no agota las posibilidades fácticas
para el ejercicio de dicho control, ni tampoco quiere significar una lista cerrada
de derechos vinculados a la cláusula general de la tutela procesal efectiva. Esto
se desprende además de la propia lectura del artículo 4 del CPConst. que al refe-
rirse a la tutela procesal efectiva lo define como ‘aquella situación jurídica de una
persona en la que se respetan, de modo enunciativo, sus derechos…’. Una lista
enunciativa supone una referencia sobre los alcances de tal derecho, más no debe
interpretarse como una lista cerrada de posibles infracciones, puesto que no se
trata de un código de prohibiciones sino de posibilidades interpretativas para su
mejor aplicación. Resulta por tanto razonable pensar que con tal enunciación no
se está estableciendo la imposibilidad de que otros bienes constitucionales, y no
solo la tutela procesal, puedan también resultar afectados mediante la actuación
del poder jurisdiccional del Estado” (STC. Exp. Nº 1209-2006-AA/TC, del 14 de
marzo de 2006, f. j. 26).

II. EL DEBIDO PROCESO


Base legal Constitución Política: arts. 139.3, 139.14.
Código Procesal Penal de 2004: arts. I.2, IX del Título Preliminar, 80, 84,
104, 105, 107, 109, 113, 517.2.d
Convención Interamericana de Derechos Humanos: art. 8.2.
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: arts. 14.1, 14.3.

010 ¿Cómo ha sido concebido el derecho al debido proceso?


“Este derecho se encuentra contenido en el artículo 139 inciso 3) de la Constitu-
ción, en cuanto establece que ‘Son principios y derechos de la función jurisdic-
cional: 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional. Ninguna
persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni some-
tida a procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órga-
nos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto,
cualquiera sea su denominación’.
Mediante ambos derechos se persigue garantizar que cuando una persona pre-
tenda la defensa de sus derechos, la solución de un conflicto jurídico o la aclara-
ción de una incertidumbre jurídica sea atendida por un órgano jurisdiccional me-
diante un proceso dotado de un conjunto de garantías mínimas. Asimismo, estos

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El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

derechos poseen un contenido complejo (pues se encuentran conformados por


un conglomerado de mecanismos que no son fácilmente identificables) que no se
limita a los derechos fundamentales reconocidos en el artículo 139, el segundo
párrafo del artículo 103 u otras disposiciones de la Constitución, sino también a
aquellos derechos que resulten esenciales para que el proceso pueda cumplir con
su finalidad y que se deriven del principio–derecho de dignidad de la persona
humana (artículo 3 de la Constitución)” (STC. Exp. Nº 00023-2005-PI/TC, del
27 de octubre de 2006, ff. jj. 41 y 42).
“(…) el derecho al debido proceso (…) significa la observancia de los derechos
fundamentales esenciales del procesado, principios y reglas esenciales exigibles
dentro del proceso como instrumento de tutela de los derechos fundamentales”
(STC. Exp. Nº 9518-2005-PHC/TC-Cusco, del 6 de enero de 2006, f. j. 2).
“El debido proceso, (…), es ‘un derecho fundamental de carácter instrumental
que se encuentra conformado por un conjunto de derechos esenciales (como el
derecho de defensa, el derecho a probar, entre otros) que impiden que la libertad
y los derechos individuales sucumban ante la ausencia o insuficiencia de un pro-
ceso o procedimiento, o se vean afectados por cualquier sujeto de derecho (inclu-
yendo al Estado) que pretenda hacer uso abusivo de estos’. [Bustamante Alarcón,
Reynaldo, ‘El derecho a probar como elemento esencial de un proceso justo’, Cit.
por Javier Dolorier Torres en Diálogo con la Jurisprudencia, Año 9, número 54,
marzo 2003, Gaceta Jurídica, Lima, pág. 133]. Con similar criterio, Luis Marcelo
De Bernardis define al debido proceso como ‘el conjunto mínimo de elementos que
deben estar presentes en cualquier clase de proceso para hacer posible la aplica-
ción de la justicia en el caso concreto’” (STC. Exp. Nº 00090-2004-PA/TC-Lima,
del 5 de julio de 2004, f. j. 22).
“(…) el debido proceso está concebido como el cumplimiento de todas las garan-
tías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias
procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que
las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto del Estado que pueda afectarlos. Vale decir que cualquier actua-
ción u omisión de los órganos estatales dentro de un proceso, sea este administra-
tivo –como en el caso de autos–, o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso
legal” (STC. Exp. Nº 00090-2004-PA/TC-Lima, del 5 de julio de 2004, f. j. 24).
“En la sentencia del Tribunal Constitucional en el expediente número cero cua-
tro mil novecientos cuarenta y cuatro-dos mil once-PA/TC, de dieciséis de enero
de dos mil doce, se estableció (…) El derecho al debido proceso previsto en el
artículo 139.3 de la Constitución Política del Perú, aplicable no solo a nivel judi-
cial sino también en sede administrativa e incluso entre particulares, supone el
cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que
deben observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos, inclui-
dos los administrativos y conflictos entre privados, a fin de que las personas estén
en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que

18
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

pueda afectarlos” (Sala Penal Permanente. Casación N° 426-2015-Sullana, del


18 de octubre de 2017, considerado 1).
“En un Estado Constitucional de Derecho; no es posible determinar derechos u
obligaciones de las personas o limitar sus derechos individuales, sin que exista
un proceso previo, en el que se cumplan unos requisitos mínimos. Estos se agru-
pan contemporáneamente, bajo noción de ‘debido proceso’; que está constituido
por un conjunto de parámetros o estándares básicos, que deben ser cumplidos en
todo tipo de proceso [penal para nuestros efectos] para asegurar que la discusión y
eventual aplicación de sanciones, se haya realizado en un entorno de razonabilidad
y justicia de las personas que intervienen en su desarrollo; particularmente de
quien se ve expuesto a dichas sanciones. En la Opinión Consultiva OC-9/87 de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de fecha seis de octubre de mil
novecientos ochenta y siete, señala: ‘El artículo 8 reconoce el llamado “debido
proceso legal”, que abarca las condiciones que deben cumplirse, para asegurar la
adecuada defensa de aquéllos, cuyos derechos u obligaciones, están bajo consi-
deración judicial; dentro del cual, se reclama el derecho a ser juzgado por un juez
natural, imparcial e independiente’, lo cual es aplicable al presente proceso; en
el cual, tanto el acusado como la parte civil están sometidas a las mismas reglas
establecidas en el Código Procesal Penal; las cuales se aplican de forma general,
sin excepción alguna” (Segunda Sala Penal Transitoria. Transferencia de com-
petencia N° 8-2017-Ayacucho, de 16 de mayo de 2017, considerando 5).
“La Corte ha señalado que el derecho al debido proceso se refiere al conjunto
de requisitos que deben observarse en las instancias procesales a efectos de que
las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto del Estado, adoptado por cualquier autoridad pública, sea adminis-
trativa, legislativa o judicial, que pueda afectarlos. El debido proceso se encuen-
tra, a su vez, íntimamente ligado con la noción de justicia, que se refleja en:
i) un acceso a la justicia no sólo formal, sino que reconozca y resuelva los fac-
tores de desigualdad real de los justiciables, ii) el desarrollo de un juicio justo, y
iii) la resolución de las controversias de forma tal que la decisión adoptada se acer-
que al mayor nivel de corrección del derecho, es decir que se asegure, en la mayor
medida posible, su solución justa” (Corte IDH. Caso Ruano Torres y otros vs.
El Salvador. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de octubre de 2015.
Serie C, N° 303, párr. 151).

011 ¿Cuál es el alcance del derecho al debido proceso?


“De conformidad con la separación de los poderes públicos que existe en el
Estado de Derecho, si bien la función jurisdiccional compete eminentemente al
Poder Judicial, otros órganos o autoridades públicas pueden ejercer funciones del
mismo tipo. Es decir, que cuando la Convención se refiere al derecho de toda per-
sona a ser oída por un ‘juez o tribunal competente’ para la ‘determinación de sus
derechos’, esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública, sea administra-
tiva, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y

19
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

obligaciones de las personas. Por la razón mencionada, esta Corte considera que
cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente juris-
diccional, tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del
debido proceso legal en los términos del artículo 8 de la Convención Americana”
(Corte IDH. Caso Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, reparaciones y cos-
tas. Sentencia del 31 de enero de 2001. Serie C, N° 71, párr. 71).
“Si bien el artículo 8 de la Convención Americana se titula ‘Garantías Judicia-
les’, su aplicación no se limita a los recursos judiciales en sentido estricto, ‘sino
[al] conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales’ a
efectos de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus
derechos ante cualquier tipo de acto del Estado que pueda afectarlos. Es decir,
cualquier actuación u omisión de los órganos estatales dentro de un proceso, sea
administrativo sancionatorio o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal.
La Corte observa que el elenco de garantías mínimas establecido en el numeral 2
del artículo 8 de la Convención se aplica a los órdenes mencionados en el nume-
ral 1 del mismo artículo, o sea, la determinación de derechos y obligaciones de
orden ‘civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter’. Esto revela el amplio
alcance del debido proceso; el individuo tiene el derecho al debido proceso enten-
dido en los términos del artículo 8.1 y 8.2, tanto en materia penal como en todos
estos otros órdenes.
En cualquier materia, inclusive en la laboral y la administrativa, la discrecionali-
dad de la administración tiene límites infranqueables, siendo uno de ellos el res-
peto de los derechos humanos. Es importante que la actuación de la administra-
ción se encuentre regulada, y ésta no puede invocar el orden público para reducir
discrecionalmente las garantías de los administrados. Por ejemplo, no puede la
administración dictar actos administrativos sancionatorios sin otorgar a los san-
cionados la garantía del debido proceso” (Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros
vs. Panamá. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 2 de febrero de 2001.
Serie C, N° 72, párr. 124, 125 y 126).
“La Corte ha establecido que, a pesar de que el citado artículo no especifica garan-
tías mínimas en materias que conciernen a la determinación de los derechos y obli-
gaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter, las garantías
mínimas establecidas en el numeral 2 del mismo precepto se aplican también a
esos órdenes y, por ende, en estos el individuo tiene derecho al debido proceso en
los términos reconocidos para la materia penal, en cuanto sea aplicable al proce-
dimiento respectivo.
Atendiendo a lo anterior, la Corte estima que tanto los órganos jurisdiccionales
como los de otro carácter que ejerzan funciones de naturaleza materialmente juris-
diccional, tienen el deber de adoptar decisiones justas basadas en el respeto pleno
a las garantías del debido proceso establecidas en el artículo 8 de la Convención

20
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Americana” (Corte IDH. Caso Ivcher Bronstein vs. Perú. Fondo, reparaciones
y costas. Sentencia del 6 de febrero de 2001. Serie C, N° 74, párr. 103 y 104).

012 ¿Cuál es la naturaleza del derecho al debido proceso?


“(…) el debido proceso es un derecho fundamental de naturaleza procesal con
alcances genéricos, tanto en lo que respecta a los ámbitos sobre los que se aplica
como en lo que atañe a las dimensiones sobre las que se extiende. Con relación a
lo primero, queda claro que dicho atributo desborda la órbita estrictamente judi-
cial para involucrarse o extenderse en otros campos como el administrativo, el
corporativo particular, el parlamentario, el castrense, entre muchos otros, dando
lugar a que en cada caso o respecto de cada ámbito pueda hablarse de un debido
proceso jurisdiccional, de un debido proceso administrativo, de un debido pro-
ceso corporativo particular, de un debido proceso parlamentario, etc. Por lo que
respecta a lo segundo, y como ha sido puesto de relieve en innumerables ocasio-
nes, las dimensiones del debido proceso no solo responden a ingredientes formales
o procedimentales, sino que se manifiestan en elementos de connotación sustan-
tiva o material, lo que supone que su evaluación no solo repara en las reglas esen-
ciales con las que se tramita un proceso (juez natural, procedimiento preestable-
cido, derecho de defensa, motivación resolutoria, instancia plural, cosa juzgada,
etc.) sino que también, y con mayor rigor, se orienta a la preservación de los están-
dares o criterios de justicia sustentables de toda decisión (juicio de razonabilidad,
juicio de proporcionalidad, interdicción de la arbitrariedad, etc.). Así las cosas,
el debido proceso es un derecho de estructura compleja, cuyos alcances corres-
ponde precisar a la luz de los ámbitos o dimensiones en cada caso comprometidas.
(…)” (STC. Exp. Nº 10034-2005-PA/TC-Tacna, del 26 de marzo de 2007, f. j. 8).

013 ¿Cuál es la función del derecho al debido proceso?


“(…) el debido proceso tiene por función asegurar los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución Política del Estado, dando a toda persona la posi-
bilidad de recurrir a la justicia para obtener la tutela jurisdiccional de los dere-
chos individuales a través de un procedimiento legal en el que se dé oportunidad
razonable y suficiente de ser oído, de ejercer el derecho de defensa, de producir
prueba y de obtener una sentencia que decida la causa dentro de un plazo prees-
tablecido en la ley procesal” (Sala Civil Transitoria. Casación Nº 1772-2010-
Lima, del 20 de junio de 2011, considerando 1).

014 ¿
Cuáles son las principales características del derecho al debido pro-
ceso?
“Dentro de las características principales del derecho al debido proceso cabe des-
tacar las siguientes:
a) Es un derecho de efectividad inmediata. Es aplicable directamente a partir
de la entrada en vigencia de la Constitución, no pudiendo entenderse en el

21
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

sentido de que su contenido se encuentra supeditado a la arbitraria voluntad


del legislador, sino a un razonable desarrollo de los mandatos constituciona-
les. Como lo ha sostenido el Tribunal Constitucional, ‘Un derecho tiene sus-
tento constitucional directo, cuando la Constitución ha reconocido, explícita
o implícitamente, un marco de referencia que delimita nominalmente el bien
jurídico susceptible de protección. Es decir, existe un baremo de delimita-
ción de ese marco garantista, que transita desde la delimitación más abierta
a la más precisa. Correspondiendo un mayor o menor desarrollo legislativo,
en función de la opción legislativa de desarrollar los derechos fundamentales
establecidos por el constituyente’.
b) Es un derecho de configuración legal. En la delimitación concreta del conte-
nido constitucional protegido es preciso tomar en consideración lo establecido
en la respectiva ley. Al respecto, el Tribunal ha sostenido en la precitada sen-
tencia que los derechos fundamentales cuya configuración requiera de la asis-
tencia de la ley no carecen de un contenido per se inmediatamente exigible a
los poderes públicos, pues una interpretación en ese sentido sería contraria al
principio de gobernabilidad y fuerza normativa de la Constitución. Lo único
que ello implica es que, en tales supuestos, la ley se convierte en un requi-
sito sine qua non para la culminación de la delimitación concreta del conte-
nido directamente atribuible al derecho fundamental. Y es que, si bien algunos
derechos fundamentales pueden tener un carácter jurídico abierto, ello no sig-
nifica que se trate de derechos ‘en blanco’, sino que la capacidad configuradora
del legislador se encuentra orientada por su contenido esencial, de manera tal
que la voluntad política expresada en la ley debe desenvolverse dentro de las
fronteras jurídicas de los derechos, principios y valores constitucionales.
c) Es un derecho de contenido complejo. No posee un contenido que sea único
y fácilmente identificable, sino reglado por ley conforme a la Constitución.
Al respecto, el contenido del derecho al debido proceso no puede ser inter-
pretado formalistamente, de forma que el haz de derechos y garantías que
comprende, para ser válidos, no deben afectar la prelación de otros bienes
constitucionales” (STC. Exp. Nº 00023-2005-PI/TC, del 27 de octubre de
2006, f. j. 47).

015 ¿El derecho al debido proceso es un derecho continente?


“El derecho fundamental al debido proceso, tal como ha sido señalado por este
Tribunal en reiterada jurisprudencia, es un derecho –por así decirlo– continente
puesto que comprende, a su vez, diversos derechos fundamentales de orden pro-
cesal. A este respecto, se ha afirmado que (...) su contenido constitucionalmente
protegido comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy dis-
tinta naturaleza, que en conjunto garantizan que el procedimiento o proceso en
el cual se encuentre inmerso una persona, se realice y concluya con el necesario
respeto y protección de todos los derechos que en él puedan encontrarse compren-
didos (STC. Exp. Nº 07289-2005-AA/TC, f. j 5).

22
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Al respecto, es importante precisar que, sin perjuicio de esta dimensión procesal,


el Tribunal Constitucional ha reconocido en este derecho una dimensión sustancial,
de modo tal que el juez constitucional está legitimado para evaluar la razonabilidad
y proporcionalidad de las decisiones judiciales. De ahí que este Colegiado haya
señalado, en anteriores pronunciamientos, que el derecho al debido proceso en
su faz sustantiva ‘se relaciona con todos los estándares de justicia como son la
razonabilidad y proporcionalidad que toda decisión judicial debe suponer’ (STC
Nº 9727-2005-HC/TC, f. j. 7)” (STC. Exp. Nº 07022-2006-PA/TC-Lima, del 19
de junio de 2007, ff. jj. 5 y 6).

016 ¿Cuáles son las dimensiones del derecho al debido proceso?


“El debido proceso tiene, a su vez, dos expresiones: una formal y otra sustantiva;
por la primera, los principios y reglas que lo integran tienen que ver con las forma-
lidades estatuidas, tales como las que establecen el juez natural, el procedimiento
preestablecido, el derecho de defensa, la motivación; por la segunda, se relaciona
con los estándares de justicia, como son la razonabilidad y proporcionalidad que
toda decisión judicial debe suponer” (STC. Exp. Nº 9518-2005-PHC/TC-Cusco,
del 6 de enero de 2006, f. j. 3).
“[…] el derecho fundamental al debido proceso no puede ser entendido desde una
perspectiva formal únicamente; es decir, su tutela no puede ser reducida al mero
cumplimiento de las garantías procesales formales. Precisamente, esta perspec-
tiva desnaturaliza la vigencia y eficacia de los derechos fundamentales, y los vacía
de contenido. Y es que el debido proceso no sólo se manifiesta en una dimen-
sión adjetiva que está referido a las garantías procesales que aseguran los dere-
chos fundamentales, sino también en una dimensión sustantiva –que protege los
derechos fundamentales frente a las leyes y actos arbitrarios provenientes de cual-
quier autoridad o persona particular–. En consecuencia, la observancia del dere-
cho fundamental al debido proceso no se satisface únicamente cuando se respe-
tan las garantías procesales, sino también cuando los actos mismos de cualquier
autoridad, funcionario o persona no devienen en arbitrarios” (STC. Exp. Nº 3421-
2005-HC/TC, del 19 de abril del 2007, f. j. 5).
“El artículo 139, inciso 3), de la Constitución establece como derecho de todo
justiciable y principio de la función jurisdiccional la observancia del debido pro-
ceso. Dicho atributo, a tenor de lo que establece nuestra jurisprudencia, admite
dos dimensiones; una formal o procedimental y otra de carácter sustantivo o mate-
rial. Mientras que en la primera de las señaladas está concebido como un derecho
continente que abarca diversas garantías y reglas que garantizan un estándar de
participación justa o debida durante la secuela o desarrollo de todo tipo de proce-
dimiento (sea este judicial, administrativo, corporativo particular o de cualquier
otra índole), en la segunda de sus dimensiones exige que los pronunciamientos
o resoluciones con los que se pone término a todo tipo de proceso respondan a
un referente mínimo de justicia o razonabilidad, determinado con sujeción a su

23
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

respeto por los derechos y valores constitucionales” (STC. Exp. Nº 04509-2011-


PA/TC, del 11 de julio de 2012, f. j. 3).
“[…] El derecho a un debido proceso supone desde su dimensión formal la obser-
vancia rigurosa por todos los que intervienen en un proceso, de las normas, de los
principios y de las garantías que regulan el proceso como instrumento de tutela
de derechos subjetivos, cautelando sobre todo el ejercicio absoluto del derecho
de defensa de las partes en litigio. Desde su dimensión sustantiva se le concibe
cuando la decisión judicial observa los principios de razonabilidad y proporcio-
nalidad” (Sala Civil Transitoria. Casación N° 178-2009-Huancavelica, del 17
de enero de 2011, considerando 2).

017 ¿
Qué aspectos se pueden controlar a través de la dimensión sustancial
del debido proceso?
“(…) la dimensión sustancial del debido proceso abre las puertas para un control
no sólo formal del proceso judicial, sino que incide y controla también los con-
tenidos de la decisión en el marco del Estado Constitucional. Es decir, la posi-
bilidad de la corrección no sólo formal de la decisión judicial, sino también la
razonabilidad y proporcionalidad con que debe actuar todo juez en el marco de
la Constitución y las leyes. Como lo ha precisado la Corte Constitucional Colom-
biana en criterio que en este extremo suscribimos, ‘El derecho al debido proceso
es un derecho fundamental constitucional, instituido para proteger a los ciudada-
nos contra los abusos y desviaciones de las autoridades, originadas no sólo en las
actuaciones procesales sino de las decisiones que adoptan y pueda afectar injus-
tamente los derechos e intereses legítimos de aquellos’.
Por nuestra parte, hemos expresado que a partir del debido proceso también es
posible un control que no es sólo procesal o formal, sino también material o sus-
tancial, respecto de la actuación jurisdiccional vinculado esta vez con la propor-
cionalidad y razonabilidad de las decisiones que emite en el marco de sus potes-
tades y competencias. En este sentido hemos establecido que, ‘el debido proceso
no es sólo un derecho de connotación procesal, que se traduce ... en el respeto de
determinados atributos, sino también una institución compleja, que no alude sólo
a un proceso intrínsecamente correcto y leal, justo sobre el plano de las modali-
dades de su tránsito, sino también como un proceso capaz de consentir la conse-
cución de resultados esperados, en el sentido de oportunidad y de eficacia’.
El debido proceso en su dimensión sustancial quiere significar un mecanismo de
control sobre las propias decisiones y sus efectos, cuando a partir de dichas actua-
ciones o decisiones se afecta de modo manifiesto y grave cualquier derecho funda-
mental (y no sólo los establecidos en el artículo 4 del CPConst.). No se trata desde
luego que la justicia constitucional asuma el papel de revisión de todo cuanto haya
sido resuelto por la justicia ordinaria a través de estos mecanismos, pero tampoco
de crear zonas de intangibilidad para que la arbitrariedad o la injusticia puedan
prosperar cubiertas con algún manto de justicia procedimental o formal. En otras

24
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

palabras, en el Estado Constitucional, lo ‘debido’ no solo está referido al cómo se


ha de actuar sino también a qué contenidos son admitidos como válidos. Tal como
refiere Bernal Pulido, el Estado Constitucional bien puede ser definido en su dimen-
sión objetiva como un “conjunto de procesos debidos” que vinculan la actuación
de los poderes públicos a los principios, valores y reglas del Estado democrático.
De este modo, también a partir de la dimensión sustancial del debido proceso, cual-
quier decisión judicial puede ser evaluada por el juez constitucional no sólo con
relación a los derechos enunciativamente señalados en el artículo 4 del CPConst.
sino a partir de la posible afectación que supongan en la esfera de los derechos
constitucionales. (…)” (STC. Exp. Nº 1209-2006-AA/TC-San Martín, del 14 de
marzo de 2006, ff. jj. 28-31).

018 ¿Qué derechos comprende en su dimensión formal el debido proceso?


“El debido proceso dentro de la perspectiva formal, cuya afectación se invoca en el
presente caso, comprende un repertorio de derechos que forman parte de su con-
tenido esencial, entre ellos, el derecho al juez natural, el derecho al procedimiento
preestablecido, el derecho de defensa, el derecho a la pluralidad de instancias, el
derecho a la motivación de las resoluciones, el derecho a los medios de prueba,
el derecho a un proceso sin dilaciones indebidas, etc. La sola inobservancia de
cualquiera de estas reglas, como de otras que forman parte del citado contenido,
convierte el proceso en irregular legitimando con ello el control constitucional”
(STC. Exp. Nº 04509-2011-PA/TC-San Martín, del 11 de julio de 2012, f. j. 4).

019 ¿
Qué diferencias existen entre el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y el debido proceso?
“(…) existen dos referentes de los derechos de los justiciables: la tutela judicial
efectiva como marco objetivo y el debido proceso como expresión subjetiva y espe-
cífica, ambos previstos en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución Política del
Perú. Mientras que la tutela judicial efectiva supone tanto el derecho de acceso
a los órganos de justicia como la eficacia de lo decidido en la sentencia, es decir,
una concepción garantista y tutelar que encierra todo lo concerniente al derecho
de acción frente al poder-deber de la jurisdicción, el derecho al debido proceso,
en cambio, significa la observancia de los derechos fundamentales esenciales del
procesado, principios y reglas esenciales exigibles dentro del proceso como ins-
trumento de tutela de los derechos subjetivos” (STC. Exp. Nº 8123-2005-PHC/
TC-Lima, del 14 de noviembre de 2005, f. j. 6).
“Así, mientras que la tutela judicial efectiva supone tanto el derecho de acceso a
los órganos de justicia como la eficacia de lo decidido en la sentencia, es decir,
una concepción garantista y tutelar que encierra todo lo concerniente al derecho
de acción frente al poder-deber de la jurisdicción, el derecho al debido proceso,
en cambio, significa la observancia de los derechos fundamentales esenciales
del procesado, principios y reglas esenciales exigibles dentro del proceso como

25
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

instrumento de tutela de los derechos subjetivos (…)” (STC. Exp. Nº 09727-2005-


HC/TC-Lima, del 6 de octubre de 2006, f. j. 7).
“El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, reconocido en el artículo 139.3 de
la Constitución, implica que cuando una persona pretenda la defensa de sus dere-
chos o de sus intereses legítimos, ella deba ser atendida por un órgano jurisdic-
cional mediante un proceso dotado de un conjunto de garantías mínimas. Como
tal, constituye un derecho, por decirlo de algún modo, ‘genérico’ que se descom-
pone en un conjunto de derechos específicos (...), entre otros, el derecho de acceso
a la justicia y el debido proceso, siendo que jurisprudencialmente se han desa-
rrollado en cada caso particular derechos relacionados en forma directa a estos,
como los derechos al juez natural, la ejecución de las resoluciones judiciales, la
independencia judicial, entre otros.
Asimismo, también se ha establecido que el derecho de acceso a la justicia se con-
figura como aquel derecho de cualquier persona de promover la actividad juris-
diccional del Estado, sin que se le obstruya, impida o disuada irrazonablemente
(...), siendo que su contenido protegido no se agota en garantizar el derecho al pro-
ceso, entendido la facultad de excitar la actividad jurisdiccional del Estado y de
gozar de determinadas garantías procesales en el transcurso de é1, sino también
garantiza que el proceso iniciado se desarrolle como un procedimiento de tutela
idóneo para asegurar la plena satisfacción de los intereses accionados.
Por su parte, el derecho al debido proceso está concebido como el cumplimiento
de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse
en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administra-
tivos, a fin de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente
sus derechos ante cualquier actuación del Estado que pueda afectarlos. Vale decir
que cualquier actuación u omisión de los órganos estatales, dentro de un proceso,
sea este administrativo (...) o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal”
(STC. Exp. Nº 00005-2006-AI/TC, del 26 de marzo de 2007, ff. jj. 23-25).

020 ¿
Cuál es la vinculación entre el derecho al debido proceso y el derecho
de acceso a la justicia?
“Según el artículo 8.1 de la Convención [t]oda persona tiene derecho a ser oída,
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley,
en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter. Esta disposición de la Convención consagra el derecho de
acceso a la justicia. De ella se desprende que los Estados no deben interponer tra-
bas a las personas que acudan a los jueces o tribunales en busca de que sus dere-
chos sean determinados o protegidos. Cualquier norma o medida del orden interno
que imponga costos o dificulte de cualquier otra manera el acceso de los indivi-
duos a los tribunales, y que no esté justificada por las razonables necesidades de la

26
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

propia administración de justicia, debe entenderse contraria al precitado artículo


8.1 de la Convención” (Corte IDH. Caso Cantos vs. Argentina. Fondo, repara-
ciones y costas. Sentencia del 28 de noviembre de 2002. Serie C, Nº 97, párr. 50).
“En lo que se refiere al ejercicio del derecho a las garantías judiciales consagrado
en el artículo 8 de la Convención Americana, la Corte ha establecido, inter alia,
que ‘es preciso que se observen todos los requisitos que sirvan para proteger, ase-
gurar o hacer valer la titularidad o el ejercicio de un derecho, es decir, las condi-
ciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada representación o gestión
de los intereses o las pretensiones de aquellos cuyos derechos u obligaciones estén
bajo consideración judicial’. Asimismo, esta disposición de la Convención con-
sagra el derecho de acceso a la justicia. De ella se desprende que los Estados no
deben interponer obstáculos a las personas que acudan a los jueces o tribunales
con el fin de que sus derechos sean determinados o protegidos. Cualquier norma
o práctica del orden interno que dificulte el acceso de los individuos a los tribu-
nales, y que no esté justificada por las razonables necesidades de la propia admi-
nistración de justicia, debe entenderse contraria al precitado artículo 8.1 de la
Convención103. Esto tiene particular relevancia en casos de desaparición forzada
de personas, dado que el derecho a las garantías judiciales comprende también el
derecho de los familiares de la víctima a acceder a estas” (Corte IDH. Caso Tiu
Tojín vs. Guatemala. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 26 de noviem-
bre de 2008. Serie C, Nº 190, párr. 95).

021 ¿Cuándo se produce una lesión al derecho al debido proceso?


“(…) el derecho al debido proceso no tiene un ámbito constitucionalmente garan-
tizado en forma autónoma, sino que su lesión se produce a consecuencia de la
afectación de cualesquiera de los derechos que lo comprenden, dentro del cual se
encuentra el acceso a los medios impugnatorios (…)” (STC. Exp. Nº 05194-2005-
PA/TC-Lima, del 14 de marzo de 2007, f. j. 2).

022 ¿
La determinación de la responsabilidad penal puede efectuarse vul-
nerando las garantías del debido proceso?
“(…) en el actual contexto de constitucionalización de los procesos a través de
los cuales se materializa la aplicación del Derecho –entre ellos el proceso penal–
la determinación de la responsabilidad penal de una persona no puede realizarse
desconociendo los derechos fundamentales que a esta le asisten o inobservando
las garantías mínimas que debe reunir todo proceso judicial, ello exige imperati-
vamente el respeto irrestricto del debido proceso –principio constitucional consa-
grado en el inciso cinco del artículo ciento treinta y nueve de la constitución Política
del Estado y en el artículo doce del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial–. (…)” (Sala Penal Transitoria. R. N. Nº 2019-2010-Cajamarca,
del 11 de marzo del 2011, considerando 3).

27
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

023 ¿
El debido proceso se proyecta a la etapa prejurisdiccional del proce-
so penal?
“(…) el debido proceso se proyecta también al ámbito de la etapa prejurisdiccio-
nal de los procesos penales, es decir, en aquella cuya dirección compete al Minis-
terio Público (Exp. Nº 1268-2001 HC/TC). Por tanto, las garantías previstas en el
artículo 4 del Código Procesal Constitucional serán aplicables a la investigación
fiscal previa al proceso penal siempre que sean compatibles con su naturaleza y
fines, los mismos que deben ser interpretados de conformidad con el artículo 1 de
la Constitución, según el cual ‘la defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado’” (STC. Exp. Nº 06167-
2005-PHC/TC-Lima, del 28 de febrero de 2006, f. j. 32).
“Asimismo, la posibilidad de que el Tribunal Constitucional realice el control
constitucional de los actos del Ministerio Público tiene, de otro lado, su sustento
en el derecho fundamental al debido proceso. Por ello, el derecho al debido pro-
ceso despliega también su eficacia jurídica en el ámbito de la etapa prejurisdic-
cional de los procesos penales; es decir, en aquella fase del proceso penal en la
cual al Ministerio Público le corresponde concretizar el mandato previsto en el
artículo 159 de la Constitución. Claro está, las garantías previstas en el artículo 4
del Código Procesal Constitucional (debido proceso y tutela jurisdiccional), que
no son sino la concretización de los principios y derechos previstos en el artículo
139 de la Constitución, serán aplicables a la investigación fiscal previa al pro-
ceso penal siempre que sean compatibles con su naturaleza y fines, los mismo
que deben ser interpretados de conformidad con el artículo 1 de la Constitución,
según el cual la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el
fin supremo de la sociedad y del Estado” (STC. Exp. Nº 02725-2008-HC/TC-
Lima, del 22 de setiembre de 2008, f. j. 7).
“En lo que respecta al derecho al debido proceso, reconocido en el inciso 3) del
artículo 139 de la Constitución, cabe señalar que dicho atributo fundamental
forma parte del ‘modelo constitucional del proceso’, cuyas garantías mínimas
deben ser respetadas para que el proceso pueda considerarse debido. En ese sen-
tido, la exigencia de su efectivo respeto no solo tiene que ver con la necesidad de
garantizar a todo justiciable determinadas garantías mínimas cuando- este par-
ticipa en un proceso judicial, sino también con la propia validez de la configu-
ración del proceso, cualquiera que sea la materia que en su seno se pueda diri-
mir, como puede ser la actividad investigatoria que desarrolla el fiscal penal en
sede prejurisdiccional. De esta forma, el debido proceso no solo es un derecho
de connotación procesal que se traduce, como antes se ha dicho, en el respeto de
determinados atributos, sino también una institución compleja que desborda el
ámbito meramente jurisdiccional” (STC. Exp. Nº 02521-2005-PHC/TC, del 24
de octubre de 2005, f. j. 5).
“En términos convencionales el debido proceso se traduce centralmente en las
‘garantías judiciales’ reconocidas en el artículo 8 de la Convención Americana.

28
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

La referida disposición convencional contempla un sistema de garantías que condi-


cionan el ejercicio del ius puniendi del Estado y que buscan asegurar que el incul-
pado o imputado no sea sometido a decisiones arbitrarias, toda vez que se deben
observar “las debidas garantías” que aseguren, según el procedimiento de que se
trate, el derecho al debido proceso. Asimismo, otras disposiciones de dicho ins-
trumento internacional, tal como los artículos 7 y 25 de la Convención, contienen
regulaciones que se corresponden materialmente con los componentes sustanti-
vos y procesales del debido proceso. En el Caso Cantoral Huamaní y García Santa
Cruz vs. Perú, que se refería a las ejecuciones extrajudiciales de líderes sindicales,
la Corte Interamericana sostuvo que las exigencias del artículo 8 de la Convención
‘se extienden también a los órganos no judiciales a los que corresponda la inves-
tigación previa al proceso judicial […]’. Por lo tanto, desde el inicio de las prime-
ras diligencias de un proceso deben concurrir las máximas garantías procesales
para salvaguardar el derecho del imputado a la defensa. Asimismo, deben con-
currir los elementos necesarios para que exista el mayor equilibrio entre las par-
tes, para la debida defensa de sus intereses y derechos, lo cual implica, entre otras
cosas, que rija el principio de contradictorio” (Corte IDH. Caso Ruano Torres y
otros vs. El Salvador. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de octu-
bre de 2015. Serie C, Nº 303, párr. 152).
“Todas las exigencias del debido proceso previstas en el artículo 8.1 de la Conven-
ción, así como criterios de independencia e imparcialidad, se extienden también a
los órganos no judiciales a los que corresponda la investigación previa al proceso
judicial, realizada para determinar las circunstancias de una muerte y la existen-
cia de suficientes indicios para interponer una acción penal. Sin el cumplimiento
de estas exigencias, el Estado no podrá posteriormente ejercer de manera efec-
tiva y eficiente su facultad acusatoria y los tribunales no podrán llevar a cabo el
proceso judicial que este tipo de violaciones requiere” (Corte IDH. Caso Favela
Nova Brasilia vs. Brasil. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y cos-
tas. Sentencia del 16 de febrero de 2017. Serie C, Nº 333, párr. 185).
“En cuanto respecta a las garantías contempladas en los artículos 8.2 y 8.3 de la
Convención Americana, observa el Tribunal que si bien parecen contraerse al
amparo de personas sometidas a un proceso judicial (artículo 8.2) o inculpadas
en el marco del mismo (8.3), a juicio de la Corte también se tienen que respetar
en procedimiento o actuaciones previas o concomitantes a los procesos judicia-
les que, de no someterse a tales garantías, pueden tener un impacto desfavorable
no justificado sobre la situación jurídica de la persona que se trata” (Corte IDH.
Caso Maritza Urrutia vs. Guatemala. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 27 de noviembre de 2003. Serie C, Nº 103, párr. 120).

024 ¿
Cuál es la sanción que lleva aparejada la vulneración al debido pro-
ceso?
“[E]s sancionada ordinariamente por el juzgador con la nulidad procesal, y se
entiende por ésta, aquel estado de anormalidad del acto procesal, originado en

29
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

la carencia de alguno de los elementos constitutivos, o en vicios existentes sobre


ellos, que potencialmente los coloca en situación de ser declarado judicialmente
inválido; existiendo la posibilidad de la sanción de nulidad de oficio cuando el
vicio que se presenta tiene el carácter de insubsanable” (Sala Civil Transitoria.
Casación N° 2190-2010-Lambayeque, del 25 de mayo de 2011, considerando 9).

III. LA GRATUIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA


PENAL

Base legal Constitución Política: art. 139.16.


Código Procesal Penal de 2004: arts. I del Título Preliminar, 80.
Convención Americana de Derechos Humanos: arts. 8.1, 25.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: arts.14.3.d,
14.3.f.

025 ¿
El principio de gratuidad en la administración de justicia forma par-
te del contenido constitucionalmente protegido de qué derechos?
“Que, dicho principio, (…), forma parte tanto del contenido esencial del derecho
al debido proceso como del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva. Con rela-
ción a este último cabe destacar que este principio tiene especial relevancia en los
que se refiere al acceso a la justicia, por cuanto el pago de los aranceles o tasas
judiciales no debe constituirse en un impedimento para que todos los ciudadanos
se encuentren en posibilidad de recurrir a las autoridades jurisdiccionales para la
tutela de sus derechos” (Sala Penal Permanente. Casación N° 172-2011-Lima,
del 7 de agosto de 2012, considerando 12).

026 ¿
El principio de gratuidad de la administración de justicia es un me-
canismo de realización del derecho a la igualdad?
“(…) el principio de gratuidad en la Administración de Justicia se constituye en
un mecanismo de realización del principio-derecho de igualdad, establecido en el
artículo 2 inciso 2 de la Constitucional Política del Estado, por cuanto debe pro-
curarse que las diferencias socioeconómicas entre los ciudadanos no sean trasla-
dadas al ámbito del proceso judicial, en el cual las controversias deben ser diluci-
dadas con pleno respeto al principio de igualdad entre las partes y a la igualdad
de armas, de modo que el hecho de que una de ella cuente con mayores recursos
económicos que la otra no devenga necesariamente en una ventaja que determine
que la autoridad jurisdiccional vaya a resolver a su favor. Consideraciones por las
que debemos fijar como criterio rector que: el Ministerio Público expida copias de
las actuaciones principales, siempre y cuando la defensa técnica cumpla con acre-
ditar la condición específicoa del beneficiario y adjuntar la verificación socio-eco-
nómico del beneficiario” (Sala Penal Permanente. Casación N°172-2011-Lima,
del 7 de agosto de 2012, considerando 13).

30
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

“Que, el sistema judicial afronta una situación preocupante y constante, el acceso


a la justicia, garantía que podría quedar vacía de contenido si quienes carecen de
recursos económicos suficientes para litigar no tuviesen reconocido el derecho
a la justicia gratuita (Pico i Junoy, Joan, Las garantías constitucionales del pro-
ceso, J. María Bosch Barcelona, 1997, p. 172). Este constituye un derecho de natu-
raleza prestacional, lo que implica que el legislador deba determinar el contenido
y concretas condiciones de ejercicio, atendiendo los intereses públicos y priva-
dos implicados. Asimismo, forma parte tanto del contenido esencial del derecho
al debido proceso como del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, debiéndose
destacar que este último nombrado tiene especial relevancia en lo que se refiere
al acceso a la justicia, por cuanto el pago de los aranceles o tasas judiciales no
debe constituirse en un impedimento para que todos los ciudadanos se encuen-
tren en posibilidad de recurrir a las autoridades jurisdiccionales para la tutela de
sus derechos (Sentencia del Tribunal Constitucional Nº 1606-2004AA/TC). Cabe
afirmar que el principio de gratuidad en la administración de justicia se constituye
en un mecanismo de realización del principio - derecho de igualdad, establecido
en el artículo segundo inciso segundo de la Constitución Política del Estado, por
cuanto debe procurarse que las diferencias socioeconómicas entre los ciudada-
nos no sean trasladadas al ámbito del proceso judicial, en el cual las controversias
deben ser dilucidadas con pleno respeto al principio de igualdad entre las partes
y a la igualdad de armas, de modo que el hecho de que una de ellas cuente con
mayores recursos económicos que la otra no devenga necesariamente en una ven-
taja que determine que la autoridad jurisdiccional vaya a resolver a su favor (Sen-
tencia del Tribunal Constitucional Nº 5644-2008-PA/TC, del 17 de setiembre de
2009)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 171-2011-Lima, del 16 de agosto
de 2012, considerando 12).

027 ¿
Cuáles son los supuestos por los cuales la administración de justicia
es gratuita?
“Ahora bien, cabe determinar si el contenido del artículo 18 del reglamento de Car-
peta Fiscal, entra en conflicto con la gratuidad de la justicia. Al respecto, de igual
manera en el fundamento jurídico octavo de la Sentencia del Tribunal Constitu-
cional referida en el considerando precedente, se precisó que es un principio de la
función jurisdiccional, que la justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley y,
respecto de quienes acrediten insuficiencia de recursos para litigar; por tanto, se
trata de un derecho prestacional y de configuración legal, cuyo contenido y con-
cretas condiciones de ejercicio, corresponde delimitarlos al legislador atendiendo a
los intereses públicos y privados implicados y a las concretas disponibilidades pre-
supuestarias. Asimismo, la Ley Fundamental, en su numeral dieciséis del artículo
139 prevé como principio y derecho de la función jurisdiccional la gratuidad de la
administración de justicia y de la defensa gratuita (1) para las personas de escasos
recursos; y (2) para todos, en los casos que la ley señala; apreciándose de su conte-
nido, que existen dos supuestos en los cuales la administración de justicia es gra-
tuita; el primer supuesto comporta una concretización del principio de igualdad

31
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

en el ámbito de la administración de justicia, por la que sólo se garantiza la gra-


tuidad a aquellos que tengan escasos recursos (Sentencia del Tribunal Constitu-
cional N° 1607-2002-AA/TC, del 17 de marzo de 2004); de otro lado, el segundo
supuesto requiere que sea la ley quien establezca aquellos sujetos procesales que
pueden acceder de manera gratuita a la administración de justicia; así tenemos
que el artículo veinticuatro de la Ley Orgánica del Poder Judicial, establece que
la administración de justicia común es gratuita, en todas sus especialidades, ins-
tancias y manifestaciones, para las personas de escasos recursos económicos y
se accede a ella en la forma prevista por la ley” (Sala Penal Permanente. Casa-
ción N° 171-2011-Lima, del 16 de agosto de 2012, considerando 11).

028 ¿Cuándo la fiscalía debe expedir copias gratuitas de la carpeta fiscal?


“Estando a lo antes expuesto, habiéndose establecido bajo los criterios de una
norma que la expedición de copias –simples o certificadas– por parte del Ministe-
rio Público deberán estar sujetas al cobro de una tasa judicial, no vulnera el dere-
cho a la gratuidad de la administración de justicia que le asiste a todo justiciable,
en tanto que, dicho cobro será motivo de exención siempre que el solicitante acre-
dite la condición específica del beneficiado y adjunte la verificación socioeconó-
mica de éste, respecto a que no cuenta con recursos económicos necesarios para
efectuar dicho pago; por tanto, este criterio deberá ser considerado en adelante
como doctrina jurisprudencial de cumplimiento obligatorio” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 171-2011-Lima, del 16 de agosto de 2012, considerando 13).

IV. EL DERECHO AL JUEZ NATURAL O PREDETERMINADO


POR LEY

Base legal Constitución Política: arts. 139.1, 139.3.


Código Procesal Penal de 2004: arts. 16, 17, 24.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1.

029 ¿En qué consiste el derecho a ser juzgado por un juez natural?
“El artículo 8.1 de la Convención garantiza el derecho a ser juzgado por ‘un tri-
bunal competente (…) establecido con anterioridad a la ley’. Esto implica que las
personas ‘tienen derecho a ser juzgadas por tribunales de justicia ordinarios con
arreglo a procedimientos legalmente establecidos’, razón por la cual el Estado no
debe crear tribunales que no apliquen normas procesales debidamente estableci-
das para sustituir la jurisdicción que corresponda normalmente a los tribunales
ordinarios. Con esto se busca evitar que las personas sean juzgadas por tribuna-
les especiales, creados para el caso, o ad hoc” (Corte IDH. Caso Apitz Bar-
bera y otros. Corte Primera de los Contencioso Administrativo vs. Venezuela.

32
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de agosto


de 2008. Serie C, Nº 182, párr. 50).
“El artículo 8.1 de la Convención garantiza el derecho a ser juzgado por ‘un tri-
bunal competente […] establecido con anterioridad a la ley’, disposición que se
relaciona con el concepto de juez natural, una de las garantías del debido pro-
ceso, a las que inclusive se ha reconocido, por cierto sector de la doctrina, como
un presupuesto de aquél. Esto implica que las personas tienen derecho a ser juz-
gadas, en general, por tribunales ordinarios, con arreglo a procedimientos legal-
mente establecidos.
El juez natural deriva su existencia y competencia de la ley, la cual ha sido definida
por la Corte como la ‘norma jurídica de carácter general, ceñida al bien común,
emanada de los órganos legislativos constitucionalmente previstos y democráti-
camente elegidos, y elaborada según el procedimiento establecido por las cons-
tituciones de los Estados Partes para la formación de las leyes’. Consecuente-
mente, en un Estado de Derecho sólo el Poder Legislativo puede regular, a través
de leyes, la competencia de los juzgadores” (Corte IDH. Caso Barreto Leiva vs.
Venezuela. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 17 de noviembre de
2009. Serie C, Nº 206, párr. 75 y 76).
“Constituye un principio básico relativo a la independencia de la judicatura que
toda persona tiene derecho a ser juzgada por tribunales de justicia ordinarios con
arreglo a procedimientos legalmente establecidos. El Estado no debe crear ’tribu-
nales que no apliquen normas procesales debidamente establecidas para sustituir
la jurisdicción que corresponda normalmente a los tribunales ordinarios’” (Corte
IDH. Caso Castillo Petruzzi vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 30 de mayo de 1999. Serie C, Nº 52, párr. 129).
“El derecho a ser juzgado por tribunales de justicia ordinarios con arreglo a pro-
cedimientos legalmente previstos constituye un principio básico del debido pro-
ceso. Por ello, para que se respete el derecho al juez natural no basta con que esté
establecido previamente por la ley cuál será el tribunal que atenderá una causa
y se le otorgue competencia” (Corte IDH. Caso Palamara Iribarne vs. Chile.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 22 de noviembre de 2005. Serie C,
Nº 135, párr. 125).
“El derecho al juez predeterminado por ley o juez natural, está expresamente
reconocido en el inciso 3), del artículo 139 de la Constitución Política del Estado,
cuyo texto señala: ‘Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción pre-
determinada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los previamente
establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni por comi-
siones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denominación’. Asimismo,
el artículo octavo de la Convención Americana de Derechos Humanos establece
como garantía judicial que: ‘toda persona tiene derecho a ser oída por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley,

33
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

en la sustentación de cualquier acusación penal formulada contra ella’. El dere-


cho al Juez natural, garantiza objetivamente el derecho al juzgamiento imparcial,
por parte del operador de justicia abstracta y objetivamente predeterminado por
el texto de una ley previa. Al respecto, Gimeno Sendra señala: ‘El derecho al juez
natural es un derecho fundamental, que asiste a todos los sujetos del derecho a ser
juzgados por un órgano jurisdiccional creado conforme a lo prescrito por la ley
orgánica correspondiente y perteneciente a la jurisdicción penal ordinaria, respe-
tuoso de los principios constitucionales de igualdad, independencia, imparciali-
dad y sumisión a la ley y constituido con arreglo a las normas comunes de com-
petencia preestablecidas’” (Segunda Sala Penal Transitoria. Transferencia de
Competencia N° 8-2017-Ayacucho, del 16 de mayo de 2017, considerando 6).

030 ¿
Cuáles son las exigencias que impone el respeto al derecho al juez
natural o predeterminado por ley?
“La Constitución Política del Perú en el artículo 139 establece los principios y dere-
chos de la función jurisdiccional, estableciendo en el inciso 3) ‘la observancia del
debido proceso y la tutela jurisdiccional’ y que ‘[n]inguna persona puede ser des-
viada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento
distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdicciona-
les de excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su
denominación’. Es decir, garantiza al justiciable, ante su pedido de tutela, el deber
del órgano jurisdiccional de observar el debido proceso y de impartir justicia den-
tro de los estándares mínimos establecidos por los instrumentos internacionales
y el derecho al juez natural o juez predeterminado por ley.
Al respecto, este Tribunal Constitucional ha señalado en reiterada jurisprudencia
que el contenido del derecho al juez natural o juez predeterminado por ley presenta
dos exigencias; en primer lugar, que quien juzgue sea un juez o un órgano que
tenga potestad jurisdiccional, garantizándose, así, la interdicción de ser enjuiciado
por un juez excepcional, o por una comisión especial creada ex profeso para desa-
rrollar funciones jurisdiccionales, o que dicho juzgamiento pueda realizarse por
comisión o delegación, o que cualquiera de los poderes públicos pueda avocarse al
conocimiento de un asunto que debe ser ventilado ante órgano jurisdiccional. En
segundo lugar, que la jurisdicción y competencia del juez sean predeterminadas
por la ley, por lo que la asignación de competencia judicial necesariamente debe
haberse establecido con anterioridad al inicio del proceso, garantizándose así que
nadie pueda ser juzgado por un juez ex post facto o por un juez ad hoc (Cfr. STC
Exp. Nº 00290-2002-HC/TC, Eduardo Calmell del Solar)” (STC. Exp. Nº 02092-
2012-PHC/TC-Lima, del 25 de junio de 2013, f. j. 3.3).
“El derecho al juez predeterminado por leyes reconocido en el artículo 139, inciso 3,
de la Constitución, en el sentido de que ‘Ninguna persona puede ser desviada de la
jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a procedimiento distinto de los
previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales de excepción ni
por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera [que] sea su denominación’.

34
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Al respecto el referido derecho establece dos exigencias: 1) En primer lugar, que


quien juzgue sea un juez o un órgano que tenga potestad jurisdiccional, garanti-
zándose así la interdicción del juzgamiento por juez excepcional, o por comisión
especial creada ex profeso para desarrollar funciones jurisdiccionales, o que dicho
juzgamiento pueda realizarse por comisión o delegación, o que cualquiera de los
poderes públicos pueda avocarse al conocimiento de un asunto que debe ser ven-
tilado ante órgano jurisdiccional; 2) En segundo lugar, exige que la jurisdicción y
la competencia del juez sean predeterminadas por la ley, por lo que la asignación
de competencia judicial necesariamente debe haberse establecido con anteriori-
dad al inicio del proceso, garantizándose así que nadie pueda ser juzgado por un
juez ex post facto o por un juez ad hoc” (STC. Exp. N° 03790-2008-HC/TC, del
9 de enero del 2009, f. j. 2).

031 ¿
El derecho al juez natural impide la entrada en vigencia de normas
que modifiquen la competencia del órgano jurisdiccional con posterio-
ridad al inicio del proceso?
“En la sentencia recaída en el Expediente Nº 00290-2002-HC/TC, en la que se cues-
tionaba la legitimidad de las salas y juzgados penales especiales (anticorrupción)
de la Corte Superior de Justicia de Lima, por haber adquirido competencia en
fecha posterior al proceso penal que se seguía contra el recurrente, este Tribunal
señaló que la predeterminación de la competencia que exige el derecho al juez
natural no impide la entrada en vigencia de normas que modifiquen la competen-
cia del órgano jurisdiccional con posterioridad al inicio del proceso, siempre que
se trate de órganos investidos de jurisdicción antes del inicio del proceso y que
la norma en cuestión revista criterios objetivos y generales, de modo tal que no
se busque atentar contra la imparcialidad del órgano jurisdiccional” (STC. Exp.
Nº 02092-2012-PHC/TC-Lima, del 25 de junio de 2013, f. j. 3.3).

V. EL PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA JUDICIAL

Base legal Constitución Política: art. 139.2.


Código Procesal Penal de 2004: arts. I del Título Preliminar, 53.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1.

032 ¿Cómo debe ser entendido el principio de independencia judicial?


“El inciso 2 del artículo 139 de la Constitución consagra este principio en los
siguientes términos: ‘Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el
órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco puede
dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cor-
tar procedimientos en trámites, ni modificar sentencias ni retardar su ejecución’.

35
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Como bien afirma Enrique Álvarez Conde [Curso de Derecho Constitucional. Vol. II.
Madrid. Tecnos, 2000, p. 243]: ‘La consagración de la independencia del Poder
Judicial se entronca históricamente con la propia doctrina de la separación de
poderes’. Añade que dicha proclamación [Ob. cit. p. 244] (...) ‘debe ser considerada
como un requisito indispensable para poder hablar de un auténtico Poder Judicial
y de un verdadero Estado de Derecho’. De allí que la independencia se encarame
como en el valor capital de la justicia.
La independencia judicial debe ser entendida como aquella capacidad autodeter-
minativa para proceder a la declaración del derecho, juzgando y haciendo ejecutar
lo juzgado, dentro de los marcos que fijan la Constitución y la Ley. En puridad, se
trata de una condición de albedrío funcional” (STC. Exp. N° 0023-2003-AI/TC,
del 9 de junio de 2004, ff. jj. 26-28).
“(…) Como lo señalara la Corte Europea, la independencia de cualquier juez supone
que se cuente con un adecuado proceso de nombramiento, con una duración esta-
blecida en el cargo y con una garantía contra presiones externas” (Corte IDH.
Caso Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Senten-
cia del 31 de enero de 2001. Serie C, N° 71, párr. 75).

033 ¿Cómo se concibe el principio de independencia judicial?


“Juan Cano B. [Derecho Constitucional. Volumen II. Obra Colectiva. Madrid: Tec-
nos, 1999, p. 441] lo concibe como la ausencia de vínculos de sujeción o de impo-
sición de directivas políticas por parte del Ejecutivo o el Legislativo, así como la
imposibilidad de intromisión de los órganos intrainstitucionales superiormente
jerárquicos tendientes a orientar o corregir la actuación jurisdiccional del juez
competente de una causa, en tanto no se haya agotado la instancia o se haya pre-
sentado un recurso impugnativo.
La independencia judicial debe, pues, percibirse como la ausencia de vínculos de
sujeción política (imposición de directivas por parte de los órganos políticos) o de
procedencia jerárquica al interior de la organización judicial, en lo concerniente
a la actuación judicial per se, salvo el caso de los recursos impugnativos, aunque
sujetos a las reglas de competencia” (STC. Exp. N° 0023-2003-AI/TC, del 9 de
junio de 2004, ff. jj. 30 y 31).

034 ¿
Qué exigencias le impone al legislador el principio de independencia
judicial?
“El principio de independencia judicial exige que el legislador adopte las medidas
necesarias y oportunas a fin de que el órgano y sus miembros administren justicia
con estricta sujeción al Derecho y a la Constitución, sin que sea posible la injeren-
cia de extraños [otros poderes públicos o sociales, e incluso órganos del mismo
ente judicial] a la hora de delimitar e interpretar el sector del ordenamiento jurí-
dico que ha de aplicarse en cada caso” (STC. Exp. N° 0023-2003-AI/TC, del 9
de junio de 2004, f. j. 29).

36
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

035 ¿
Cuáles son las perspectivas bajo las cuales debe entenderse el princi-
pio de independencia judicial?
“El principio de independencia judicial debe entenderse desde tres perspectivas;
a saber:
a)   Como garantía del órgano que administra justicia (independencia orgánica),
por sujeción al respeto al principio de separación de poderes.
b)   Como garantía operativa para la actuación del juez (independencia funcional),
por conexión con los principios de reserva y exclusividad de la jurisdicción.
c) Como capacidad subjetiva, con sujeción a la propia voluntad de ejercer y
defender dicha independencia. Cabe precisar que en este ámbito radica uno
de los mayores males de la justicia ordinaria nacional, en gran medida por la
falta de convicción y energía para hacer cumplir la garantía de independen-
cia que desde la primera Constitución republicana se consagra y reconoce”
(STC. Exp. N° 0023-2003-AI/TC, del 9 de junio de 2004, f. j. 31).

036 ¿
Cuáles son las dimensiones del principio de independencia de la fun-
ción jurisdiccional?
“[E]l principio de independencia de la función jurisdiccional tiene dos dimensiones:
a) Independencia externa. Según esta dimensión, la autoridad judicial, en el
desarrollo de la función jurisdiccional, no puede sujetarse a ningún interés
que provenga de fuera de la organización judicial en conjunto, ni admitir
presiones para resolver un caso en un determinado sentido. Las decisiones
de la autoridad judicial, ya sea que esta se desempeñe en la especialidad
constitucional, civil, penal, penal militar, laboral, entre otras, no pueden
depender de la voluntad de otros poderes públicos (Poder Ejecutivo o Poder
Legislativo, por ejemplo), partidos políticos, medios de comunicación o
particulares en general, sino tan solo de la Constitución y de la ley que sea
acorde con esta.
En el caso de los poderes públicos, estos se encuentran prohibidos por la
Constitución de ejercer influencias sobre las decisiones judiciales, ya sea
estableciendo órganos especiales que pretendan suplantar a los órganos de
gobierno de la organización jurisdiccional, o creando estatutos jurídicos
básicos distintos para los jueces que pertenecen a una misma institución y se
encuentran en similar nivel y jerarquía, entre otros casos.
Ahora bien, la exigencia de que el juzgador, en el ejercicio de la función
jurisdiccional, no admite la influencia de otros poderes o personas, sean
públicos o privados, no implica que el juez goce de una discreción abso-
luta en cuanto a las decisiones que debe asumir, pues precisamente el prin-
cipio de independencia judicial tiene como correlato que el juzgador solo se
encuentre sometido a la Constitución y a la ley expedida conforme a esta, tal
como se desprende de los artículos 45 y 146 inciso 1), de la Constitución,

37
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

que establecen lo siguiente: ‘El poder del Estado emana del pueblo. Quienes
lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitu-
ción y las leyes establecen (...)’; ‘El Estado garantiza a los magistrados judi-
ciales: 1. Su independencia. Sólo están sometidos a la Constitución y la ley’,
respectivamente.
De otro lado, es importante precisar que lo expuesto en los parágrafos pre-
cedentes no implica que la actuación de los jueces, en tanto que autorida-
des, no pueda ser sometida a crítica. Ello se desprende de lo establecido en
el artículo 139, inciso 20, de la Constitución, que dispone que toda persona
tiene derecho ‘de formular análisis y críticas de las resoluciones y sentencias
judiciales, con las limitaciones de ley’; y del artículo 2, inciso 4, del mismo
cuerpo normativo, según el cual toda persona tiene derecho a la libertad de
opinión, expresión y difusión del pensamiento. El derecho a la crítica de las
resoluciones judiciales es el derecho de toda persona de examinar y emitir
juicios públicamente respecto de las decisiones que adoptan los jueces en
todas las especialidades e instancias. Sobre la denominada ‘crítica social’,
Luigi Ferrajoli ha sostenido:
Es por esta vía, mucho mejor que a través de las sanciones jurídi-
cas o políticas, como se ejerce el control popular sobre la justicia, se
rompe la separación de la función judicial, se emancipan los jueces de
los vínculos políticos, burocráticos y corporativos, se deslegitiman los
malos magistrados y la mala jurisprudencia, y se elabora y se da conti-
nuamente nuevo fundamento a la deontología judicial. [FERRAJOLI,
Luigi. Derecho y razón. Trotta, Valladolid, 1995, p. 602].
Tal derecho a la crítica de las resoluciones judiciales también tiene límites,
entre los que destaca, entre otros, que esta no deba servir para orientar o
inducir a una determinada actuación del juez, pues este solo se encuentra
vinculado por la Constitución y la ley que sea conforme a esta.
b) Independencia interna. De acuerdo con esta dimensión, la independencia
judicial implica, entre otros aspectos, que, dentro de la organización judicial:
1) la autoridad judicial, en el ejercicio de la función jurisdiccional, no puede
sujetarse a la voluntad de otros órganos judiciales, salvo que medie un medio
impugnatorio; y, 2) que la autoridad judicial, en el desempeño de la función
jurisdiccional, no pueda sujetarse a los intereses de órganos administrativos
de gobierno que existan dentro de la organización judicial.
En cuanto al primero de los puntos mencionados, cabe mencionar que el
principio de independencia judicial prohíbe que los órganos jurisdiccio-
nales superiores obliguen a los órganos de instancias inferiores a decidir de
una determinada manera, si es que no existe un medio impugnatorio que de
mérito a tal pronunciamiento. De este modo, siempre que medie un medio
impugnatorio las instancias superiores podrán corregir a las inferiores res-
pecto de cuestiones de hecho o de derecho sometidas a su conocimiento,
según sea el caso.

38
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

En cuanto al segundo punto, el principio de independencia judicial


implica, en primer término, la separación de las funciones jurisdiccionales
de las funciones administrativas que eventualmente pudieran desempeñar los
jueces dentro de la organización judicial, de manera que las funciones pro-
pias de esta administración no puedan influir en la decisión judicial que se
adoptará en un determinado proceso. En efecto, si un magistrado ha sido ele-
gido por sus iguales como su representante para desempeñar funciones de
naturaleza administrativa, entonces resulta evidente que, para desempeñar
el encargo administrativo, mientras este dure, debe suspender sus activida-
des de naturaleza jurisdiccional, de modo tal que no pueda influir en la reso-
lución de un determinado caso. Así sucede, por ejemplo, en el ejercicio de
la labor de los presidentes de la Corte Suprema, de las Cortes Superiores de
Justicia, de la Oficina de Control de la Magistratura, entre otros” (STC. Exp.
Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 18).

037 ¿
El principio de independencia judicial rige aun cuando se ha decre-
tado un estado de excepción?
“El principio de independencia judicial constituye uno de los pilares básicos de
las garantías del debido proceso, motivo por el cual debe ser respetado en todas
las áreas del procedimiento y ante todas las instancias procesales en que se decide
sobre los derechos de la persona. La Corte ha considerado que el principio de inde-
pendencia judicial resulta indispensable para la protección de los derechos funda-
mentales, por lo que su alcance debe garantizarse inclusive, en situaciones espe-
ciales, como lo es el estado de excepción” (Corte IDH. Caso Reverón Trujillo
vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 30 de junio de 2009. Serie C, N° 197, párr. 68).

VI. EL PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD

Base legal Constitución Política: arts. 139.1, 139.2.


Código Procesal Penal de 2004: arts. I.1 del Título Preliminar, 53, 54, 56,
61, 62.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1.

038 ¿Cómo se define la imparcialidad?


“La imparcialidad es un elemento básico dentro de cualquier proceso jurisdic-
cional para afirmar la existencia de un proceso justo o debido proceso. Es una
garantía que informa la función jurisdiccional y que se obtiene por la suma del
factor de la neutralidad del magistrado y su desinterés en el objeto del litigio. Asi-
mismo, tiene una conexión con la confianza de los ciudadanos en el Poder Judicial.

39
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Esta garantía procesal tiene una doble connotación: de un lado, es un atributo del
juez y, del otro, es una garantía de los justiciables, pues determina que el caso
sometido a su conocimiento se resolverá sin existir dudas sobre el desempeño
transparentemente equidistante en su función jurisdiccional” (Salas Penales Per-
manente y Transitoria. Sentencia Plenaria Nº 01-2015/301-A.2-ACPP, del 5 de
mayo de 2015, considerando 8).
‘La imparcialidad puede definirse, entonces, como la situación en que se encuen-
tra el juez, fuera por completo, real y aparencialmente, de los intereses de las par-
tes y del propio proceso en sí mismo. No basta con que un juez sea auténticamente
imparcial, o que se sienta así incluso. Para la conservación de su auctoritas ante
la ciudadanía es imprescindible que también ‘parezca’ imparcial.
En los supuestos de intervención del juez en ámbitos propios de la decisión sobre
un concreto objeto procesal, lo que se pretende evitar es la incidencia del ‘sesgo
de confirmación’ (explicado por la psicología), que se produce cuando una per-
sona que ya ha tenido oportunidad de sentar previamente criterio sobre una mate-
ria, se le pone a posteriori en disposición de tomar una nueva decisión sobre el
mismo asunto.
El sesgo confirmatorio se afirma en el sopesamiento subconsciente del costo del
error para quien se ve forzado a replantear lo que antes decidió’” (Salas Penales
Permanente y Transitoria. Sentencia Plenaria Nº 01-2015/301-A.2-ACPP, del
5 de mayo de 2015, considerando 9).
“[E]l diccionario de la Lengua Española define la imparcialidad como: ‘Falta de
designio anticipado o prevención a favor o en contra de alguien o algo, que per-
mite juzgar o proceder con rectitud’; por tanto, la imparcialidad en materia juris-
diccional, está dirigida a evitar que en la resolución de los casos incidentales o
de fondo, quien ejerza la función jurisdiccional no se guíe por algún interés dis-
tinto a la adecuada aplicación del Derecho –su conducta debe ser la de un tercero
ajeno a los específicos intereses de las partes procesales–, lo cual tiene correspon-
dencia con la razón de ser de los Jueces y Tribunales, esto es la necesidad de que
alguien distinto a las partes y a sus intereses sea quien decida respecto al conflicto
social que se ha suscitado declarando la existencia de un hecho e imponiendo la
consecuencia jurídica que resulte adecuada al Derecho, siendo en cada caso par-
ticular o concreto en donde se tendrá que exigir, controlar y garantizar que quien
imparte justicia (Juez o Tribunal) no se encuentre contaminado por intereses aje-
nos a la legítima resolución del caso que ha sido puesto en su conocimiento” (Sala
Penal Permanente. Casación Nº 106-2010-Moquegua, del 3 de mayo de 2011,
considerando 4).

039 ¿En qué consiste el derecho a ser juzgado por un juez imparcial?
“Es una manifestación del derecho al debido proceso legal, en específico de la
tutela procesal efectiva. Tan es así, que la imparcialidad judicial es considerada,

40
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

principio de principios; identificable con la esencial del juez en un Estado Cons-


titucional de Derecho; no es una garantía más, ya que constituye un principio
básico del proceso penal, pues su inobservancia impide que tenga un juicio penal
justo. El derecho al Tribunal imparcial, garantiza un proceso adecuado y una sen-
tencia justa sin contaminación procesal; esto es, sin consideraciones personales,
sentimientos, pasiones, prejuicios u otros, que pueden incluso inconscientemente,
impedir o dificultar al magistrado tomar decisiones con serenidad de juicio, obje-
tividad y neutralidad, solamente condicionado por la ley” (Segunda Sala Penal
Transitoria. Transferencia de Competencia N° 8-2017-Ayacucho, de 16 de mayo
de 2017, considerando 6).
“[…] el derecho a ser juzgado por un juez o tribunal imparcial es una garantía
fundamental del debido proceso. Es decir, se debe garantizar que el juez o tribu-
nal en el ejercicio de su función como juzgador cuente con la mayor objetividad
para enfrentar el juicio. Esto permite a su vez, que los tribunales inspiren la con-
fianza necesaria a las partes en el caso, así como a los ciudadanos en una socie-
dad democrática” (Corte IDH. Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. Excepcio-
nes preliminares, fondo, reparaciones y costas, del 2 de julio de 2004. Serie C,
N° 107, párr. 171).
“La imparcialidad del tribunal implica que sus integrantes no tengan un interés
directo, una posición tomada, una preferencia por alguna de las partes y que no
se encuentren involucrados en la controversia” (Corte IDH. Caso Palamara Iri-
barne vs. Chile. Fondo, reparaciones y costas, del 22 de noviembre de 2005.
Serie C, N° 135, párr. 146).
“[E]l derecho a ser juzgado por un juez o tribunal imparcial es una garantía funda-
mental del debido proceso, debiéndose garantizar que el juez o tribunal en el ejer-
cicio de su función como juzgador cuente con la mayor objetividad para enfrentar
el juicio. Este Tribunal ha establecido que la imparcialidad exige que el juez que
interviene en una contienda particular se aproxime a los hechos de la causa care-
ciendo, de manera subjetiva, de todo prejuicio y, asimismo, ofreciendo garantías
suficientes de índole objetiva que inspiren la confianza necesaria a las partes en
el caso, así como a los ciudadanos en una sociedad democrática. La imparcialidad
del tribunal implica que sus integrantes no tengan un interés directo, una posición
tomada, una preferencia por alguna de las partes y que no se encuentren involu-
crados en la controversia” (Corte IDH. Granier y otros [Radio Caracas Televi-
sión] vs. Venezuela. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas.
Sentencia de 22 de junio de 2015. Serie C, Nº 293, párr. 304).

040 ¿El derecho al juez constitucional tiene rango de derecho fundamental?


“Que, conforme a lo anotado, el derecho al Juez imparcial se basa en el derecho
a la dignidad del hombre, por tanto, en nuestro país tiene rango de derecho fun-
damental constitucional en aplicación del artículo tres de la Constitución Política
del Perú –Protección a Futuro de Nuevos Derechos–, en donde se establece que

41
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo (artículo dos); no


excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga
o que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del
pueblo, del Estado democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 106-2010-Moquegua, del 3 de mayo de
2011, considerando 3).

041 ¿
Es el derecho a ser juzgados por jueces imparciales un derecho cons-
titucional expreso?
“En los fundamentos cuarenta y ocho y cuarenta y nueve, del Expediente
N° 6149-2006-AA/TC, del once de diciembre de dos mil seis, el Tribunal Cons-
titucional sostuvo que:
‘48. Ciertamente, el derecho a ser juzgado por jueces imparciales no se
encuentra reconocido expresamente en la Constitución. Ello, sin embargo, no
ha impedido a este Tribunal reconocer en él a un derecho implícito que forma
parte de un derecho expreso. A saber, del derecho al debido proceso, recono-
cido en el inciso tres, del artículo ciento treinta y nueve, de la Constitución.
49. El estatus del derecho al juez imparcial como uno que forma parte del
debido proceso, se deriva de la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución, que exige que las disposiciones constitucionales mediante las
cuales se reconocen derechos fundamentales se interpreten y apliquen de
acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los tratados
y acuerdos internacionales sobre las materias que hayan sido ratificadas por
el Estado peruano’” (Primera Sala Penal Transitoria. R.N. N° 2395-2017-
Sala Penal Nacional, del 20 de junio de 2018, considerando 1.14).

042 ¿
El derecho a ser juzgado por un juez imparcial es una garantía del
debido proceso?
“El derecho a ser juzgado por un juez imparcial es una garantía constitutiva y
primordial del debido proceso que, en forma análoga al derecho a ser juzgado
por un juez independiente, asegura a toda persona sometida a un proceso judi-
cial que no se verá perjudicada por la intromisión o injerencia de sujetos o cir-
cunstancias ajenas al caso. La imparcialidad se asocia a la necesidad de que se
observe ciertas exigencias dentro del mismo proceso, como es la necesidad de
que el juez no tenga mayor vinculación con las partes, pero también con el objeto
del proceso mismo.
Respecto al magistrado que deberá de conocer y resolver un caso concreto, deben
verificarse dos tipos de condiciones, la primera es la imparcialidad subjetiva
que hace referencia que un juez no debe tener ningún tipo de interés con el resul-
tado a que un juez no debe tener ningún de interés con el resultado a que pueda
llegar el proceso por alguna de las partes, esto es, se refiere a su convicción per-
sonal respecto del caso concreto y de las partes, así se precisa en la Casación

42
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

N° 106-2010-Moquegua y también en el mismo sentido se ha pronunciado el Tri-


bunal Constitucional cuando señala que la imparcialidad subjetiva es cualquier
tipo de compromiso que pidiera tener el juez por las partes procesales o en el
resultado del proceso. En cuanto a la imparcialidad objetiva está referida a que
el sistema judicial debe brindar las condiciones necesarias para evitar que el juez
caiga en el vicio de la parcialidad, es decir que las normas que regulan su actua-
ción deben de buscar que le juez no tenga prejuicios o favorezca a alguna parte
sobre traen base al contacto que ha tenido con la causa. Al respecto la Corte Su-
prema en el Recurso de Casación N° 106-2010-Moquegua ha señalado en rela-
ción a la imparcialidad objetiva que si el juzgador ofrece las garantías suficientes
para excluir cualquier duda razonable respecto de la corrección de su actuación;
siendo que para que el juez se parte del conocimiento del proceso en dicho caso,
por fuera de la concreta conducta personal del juez, permitan poner en duda su
imparcialidad, no exigiéndose la corroboración de algún hecho que haga dudar
fundadamente de su imparcialidad, dado que, un juez cuya objetividad en un pro-
ceso determinado está puesta en duda, no debe resolver en ese proceso, tanto en
el interés delas partes como para mantener la confianza en la imparcialidad de la
administración pública” (Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional, en adi-
ción a sus funciones Sala Penal Especializada en Delitos Aduaneros, Tributa-
rios, de Mercado y Ambientales, Exp. N° 299-2017-37-5001-JR-PE-01, Resolu-
ción N° 10, del 12 de noviembre del 2018, considerandos 1.3 y 1.4).

043 ¿Qué exigencias impone al juez el principio de imparcialidad?


“(…) la imparcialidad exige que el juez que interviene en una contienda particular
se aproxime a los hechos de la causa careciendo, de manera subjetiva, de todo pre-
juicio y, asimismo, ofreciendo garantías suficientes de índole objetiva que per-
mitan desterrar toda duda que el justiciable o la comunidad puedan albergar res-
pecto de la ausencia de imparcialidad. La Corte Europea de Derechos Humanos
ha explicado que la imparcialidad personal o subjetiva se presume a menos que
exista prueba en contrario. Por su parte, la denominada prueba objetiva consiste
en determinar si el juez cuestionado brindó elementos convincentes que permitan
eliminar temores legítimos o fundadas sospechas de parcialidad sobre su persona.
Ello puesto que el juez debe aparecer como actuando sin estar sujeto a influencia,
aliciente, presión, amenaza o intromisión, directa o indirecta, sino única y exclu-
sivamente conforme a –y movido por– el Derecho” (Corte IDH. Caso Apitz Bar-
bera y otros vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y cos-
tas. Sentencia del 5 de agosto de 2008, Serie C, Nº 182, párr. 56).
“Finalmente, cabe precisar que, en general, “[e]l sometimiento del juez a la ley
supone su no sometimiento a cualquier otra voluntad, incluida la suya propia, en
forma de preferencias personales (lo que más bien podría denominarse imparcia-
lidad). En realidad, la justificación del juez como tercero imparcial se reconduce
a la justificación del juez en cuanto sujeto a la ley. Todas las garantías del proceso
se orientan a que se haga posible la realización de la voluntad de la ley, elimi-
nando aquellas distancias que pudieran resultar de la falsificación, o supresión, de

43
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

los supuestos en los que la aplicación de la ley debía basarse” [LÓPEZ GUERRA,
Luis. El Poder Judicial en el Estado Constitucional, Palestra Editores, Lima, 2001,
pp. 45 y 46]” (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 19).
“El derecho a ser juzgado por un juez o tribunal imparcial es una garantía fun-
damental del debido proceso. Es decir, se debe garantizar que el juez o tribunal
en el ejercicio de su función como juzgador cuente con la mayor objetividad para
enfrentar el juicio. Al respecto, este Tribunal ha establecido que la imparcialidad
exige que el juez que interviene en una contienda particular se aproxime a los
hechos de la causa careciendo, de manera subjetiva, de todo prejuicio y, asimismo,
ofreciendo garantías suficientes de índole objetiva que permitan desterrar toda
duda que el justiciable o la comunidad puedan albergar respecto de la ausencia
de imparcialidad. La imparcialidad del tribunal implica que sus integrantes no
tengan un interés directo, una posición tomada, una preferencia por alguna de las
partes y que no se encuentren involucrados en la controversia. La imparcialidad
personal o subjetiva se presume a menos que exista prueba en contrario. Por su
parte, la denominada prueba objetiva consiste en determinar si el juez cuestionado
brindó elementos convincentes que permitan eliminar temores legítimos o funda-
das sospechas de parcialidad sobre su persona” (Corte IDH. Caso Usón Ramírez
vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 20 de noviembre de 2009. Serie C, N° 207, párr. 117).

044 ¿Cuáles son las dimensiones del principio de imparcialidad?


“El principio de imparcialidad posee dos acepciones:
a) Imparcialidad subjetiva. Se refiere a cualquier tipo de compromiso que
pudiera tener el juez con las partes procesales o en el resultado del proceso.
El caso de la jurisdicción especializada en lo militar constituye un supuesto
especial en el que se pueden presentar serios inconvenientes para la impar-
cialidad. Así pues, “El riesgo reside en el grado y en el distintivo militar,
peligroso según Venditti para la formación de la voluntad judicial; puesto
que el militar en tanto que integrante de una jerarquía, es llevado por su pro-
pia naturaleza y forma mentis a ser sensible a las directrices superiores. La
extracción militar de todos los miembros de la jurisdicción militar puede
provocar el predominio de sentimientos, tales como el espíritu de casta o
la defensa de los intereses castrenses. (...) Más allá de las causas previstas
legalmente como posibles atentados a la imparcialidad del juez, el entorno
de la justicia militar puede arrastrar al juez a resolver los asuntos con par-
cialidad por la especial situación de juez y parte con que ejerce su función.
Esta parcialidad se nutre de valores militares como la jerarquía, disciplina,
obediencia y subordinación, pero especialmente el de unidad” [DOIG DÍAZ,
Yolanda. “La Justicia Militar a la luz de las garantías de la jurisdicción”.
En: La reforma del Derecho Penal Militar. Anuario de Derecho Penal 2001-
2002. PUCP, pp. 57-58].

44
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

b) Imparcialidad objetiva. Está referida a la influencia negativa que puede


tener en el juez la estructura del sistema, restándole imparcialidad, es decir,
si el sistema no ofrece suficientes garantías para desterrar cualquier duda
razonable (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006,
f. j. 20).
“[R]especto al Magistrado que habrá de conocer y resolver un caso concreto, deben
ventilarse dos tipos de condiciones: i) imparcialidad subjetiva; que se refiere a su
convicción personal de un magistrado se presume hasta que se pruebe lo contra-
rio, por tanto, para dar lugar al apartamiento del juez del conocimiento del pro-
ceso en dicho caso, tiene que haberse corroborado que este adoptó posición a
favor de alguno de los interés en conflicto; y ii) imparcialidad objetiva; referido a
si el juzgador ofrece las garantías suficientes para excluir cualquier duda razona-
ble respecto a la corrección de su actuación; siendo que para que el juez se aparte
del conocimiento del proceso en dicho caso, tendrá que determinarse si existen
hechos ciertos que, por fuera de la concreta conducta personal del juez permitan
poner en duda su imparcialidad, no exigiéndose la corroboración de que el juez
haya tomado partido por alguno de los intereses en conflicto, basta la corrobo-
ración de algún hecho que haga dudar fundadamente de su imparcialidad, dado
que un juez, cuya objetividad en un proceso determinado está puesta en duda,
no debe resolver en ese proceso, tanto en interés de las partes, como para mante-
ner la confianza en la imparcialidad de la administración pública” (Primera Sala
Penal Transitoria. R.N. N° 2395-2017-Sala Penal Nacional, del 20 de junio de
2018, considerando 1.15).
“Que conforme a lo establecido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
(Caso Piersack C. Bélgica), respecto al Magistrado que habrá de conocer y resol-
ver un caso concreto, deben verificarse dos tipos de condiciones: i) imparcialidad
subjetiva; que se refiere a su convicción personal respecto del caso concreto y las
partes; siendo que la imparcialidad personal de un Magistrado se presume hasta
que se pruebe lo contrario, por tanto, para dar lugar al apartamiento del Juez del
conocimiento del proceso en dicho caso, tiene que haberse corroborado que éste
adoptó posición a favor de alguno de los intereses en conflicto; y, ii) imparciali-
dad objetiva; referido a si el Juzgador ofrece las garantías suficientes para excluir
cualquier duda razonable respecto de la corrección de su actuación; siendo que
para que el Juez se aparte del conocimiento del proceso en dicho caso, tendrá que
determinarse si existen hechos ciertos que, por fuera de la concreta conducta per-
sonal del Juez, permitan poner en duda su imparcialidad, no exigiéndose la corro-
boración de que el Juez haya tomado partido por alguno de los intereses en con-
flicto, basta la corroboración de algún hecho que haga dudar fundadamente de
su imparcialidad, dado que, un Juez cuya objetividad en un proceso determinado
está puesta en duda, no debe resolver en ese proceso, tanto en interés de las par-
tes como para mantener la confianza en la imparcialidad de la administración de
justicia” (Sala Penal Permanente. Casación N° 106-2010-Moquegua, del 3 de
mayo de 2011, considerando 5).

45
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“La imparcialidad, como ha quedado consagrada por la doctrina del Tribunal


Europeo de Derechos Humanos –así, Sentencia Piersack contra Bélgica, del 1 de
octubre de 1982; y, Sentencia Herrera Ulloa contra Costa Rica, del 2 de julio
de 2004, párrafo 170– tiene, aunque la doctrina procesalista tiende a relativizarla,
dos dimensiones, una de carácter subjetivo y vinculada con las circunstancias del
juzgador, con la formación de su convicción personal en su fuero interno en un
caso concreto –test subjetivo–; y otra objetiva, predicable de las garantías que
debe ofrecer el órgano jurisdiccional y que se establece desde consideraciones
orgánicas y funcionales [la primera debe ser presumida mientras no se demues-
tre lo contrario; y, la segunda reclama garantías suficientes para excluir cualquier
duda legítima sobre su imparcialidad] –test objetivo–” (Salas Penales Perma-
nente y Transitoria. Acuerdo Plenario Nº 3-2007/CJ-116, del 16 de noviembre
de 2007, considerando 6).
“La Corte Europea ha señalado que la imparcialidad tiene aspectos tanto subje-
tivos como objetivos, a saber:
Primero, el tribunal debe carecer, de una manera subjetiva, de prejuicio
personal. Segundo, también debe ser imparcial desde un punto de vista
objetivo, es decir, debe ofrecer garantías suficientes para que no haya
duda legítima al respecto. Bajo el análisis objetivo, se debe determinar si,
aparte del comportamiento personal de los jueces, hay hechos averigua-
bles que podrán suscitar dudas respecto de su imparcialidad. En este sen-
tido, hasta las apariencias podrán tener cierta importancia. Lo que está en
juego es la confianza que deben inspirar los tribunales a los ciudadanos
en una sociedad democrática y, sobre todo, en las partes del caso” (Corte
IDH. Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica. Excepciones preliminares,
fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 2 de julio de 2004. Serie C,
N° 107, párr. 170).

045 ¿
Cómo se entiende la imparcialidad en el ámbito del Ministerio
Público?
“(…) La imparcialidad en el ámbito del Ministerio Público es entendida como
deber de objetividad, es decir, el deber de hacer del asunto investigado un objeto
de conocimiento en el que no pueden ser determinantes intuiciones subjetivas,
sino elementos de valoración lo más objetivos posibles sobre si existe mérito o no
para atribuir a una persona responsabilidad sobre determinado hecho” (STC. Exp.
Nº 04968-2014-PHC/TC-Lima, del 4 de noviembre de 2015, f. j. 75).

046 ¿
Cuál es la relación y cuáles son las diferencias entre el principio de
independencia judicial y el principio de imparcialidad?
“[L]a garantía de la independencia del juez está íntimamente ligada al derecho a
ser juzgado por un juez imparcial, que si bien ‘no se encuentra reconocido expre-
samente en la Constitución. Ello, sin embargo, no ha impedido a este Tribunal

46
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

reconocer en él a un derecho implícito que forma parte de un derecho expreso. A


saber, del derecho al debido proceso, reconocido en el inciso 3) del artículo 139
de la Constitución’ [Cfr. STC Nº 6149-2006-AA/TC, f. j. 48]. De allí que, este
mismo Tribunal ha reconocido la relación de complementariedad que existe entre
ambas garantías al expresar que ‘mientras la garantía de la independencia, en tér-
minos generales, alerta al juez de influencias externas, la garantía de la imparcia-
lidad se vincula a exigencias dentro del proceso definidas como la independen-
cia del juez frente a las artes el objeto del proceso mismo. De este modo, ambas
deben ser entendidas como una totalidad, por lo que no puede alegarse el respeto
al principio de independencia mientras existan situaciones que generen dudas
razonables sobre la parcialidad de los jueces’ [Cfr. STC N° 02465-2004-AA/TC,
f. j. 9]” (STC. Exp. N° 00512-2013-PHC/TC, del 19 de junio de 2013, f. j. 3.3.3).
“En la sentencia recaída en el Expediente Nº 0023-2003-AI/TC, el Tribunal Cons-
titucional estableció que mientras el principio de independencia judicial, en térmi-
nos generales, protege al juez frente a influencias externas al proceso, ya sea que
provengan de fuera de la organización o de dentro de ella, el principio de impar-
cialidad, estrechamente ligado al principio de independencia funcional, se vincula
a determinadas exigencias dentro del proceso [Expediente Nº 0023-2003-AI/TC,
f. j. 34]” (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 20).
“Al respecto, la Corte resalta que si bien es cierto que la independencia y la impar-
cialidad están relacionadas, también es cierto que tienen un contenido jurídico
propio. Así, esta Corte ha dicho que uno de los objetivos principales que tiene
la separación de los poderes públicos es la garantía de la independencia de los
jueces. Dicho ejercicio autónomo debe ser garantizado por el Estado tanto en su
faceta institucional, esto es, en relación con el Poder Judicial como sistema, así
como también en conexión con su vertiente individual, es decir, con relación a
la persona del juez específico. El objetivo de la protección radica en evitar que
el sistema judicial en general y sus integrantes en particular se vean sometidos a
posibles restricciones indebidas en el ejercicio de su función por parte de órga-
nos ajenos al Poder Judicial o incluso por parte de aquellos magistrados que ejer-
cen funciones de revisión o apelación.
En cambio, la imparcialidad exige que el juez que interviene en una contienda
particular se aproxime a los hechos de la causa careciendo, de manera subjetiva,
de todo prejuicio y, asimismo, ofreciendo garantías suficientes de índole obje-
tiva que permitan desterrar toda duda que el justiciable o la comunidad puedan
albergar respecto de la ausencia de imparcialidad. La Corte Europea de Derechos
Humanos ha explicado que la imparcialidad personal o subjetiva se presume a
menos que exista prueba en contrario. Por su parte, la denominada prueba obje-
tiva consiste en determinar si el juez cuestionado brindó elementos convincen-
tes que permitan eliminar temores legítimos o fundadas sospechas de parcialidad
sobre su persona. Ello puesto que el juez debe aparecer como actuando sin estar
sujeto a influencia, aliciente, presión, amenaza o intromisión, directa o indirecta,
sino única y exclusivamente conforme a –y movido por– el Derecho” (Corte IDH.

47
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Caso Apitz Barbera y otros vs. Venezuela. Excepción preliminar, fondo, repa-
raciones y costas. Serie C, Nº 182, del 5 de agosto de 2008, párr. 56).

047 ¿
La imparcialidad y la independencia son garantías para qué sujeto
procesal?
“Debe tomarse en cuenta que si bien, prima facie, la imparcialidad e independen-
cia son garantías consustanciales y necesarias para una correcta administración
de justicia, estas deben entenderse, a su vez, como garantías para los imputados
(garantía a ser juzgado por un Tribunal independiente e imparcial), configurán-
dose, de este modo, su doble dimensión [Cfr. STC N° 00023-2003-AI/TC, f. j. 34]”
(STC. Exp. N° 00512-2013-PHC/TC, del 19 de junio de 2013, f. j. 3.3.9).

048 ¿
Cómo se desnaturaliza la imparcialidad como esencia del rol del
juez?
“[S]olo un tercero puede asegurar que el conflicto puesto a su conocimiento sea
resuelto con objetividad. Esta posición de neutralidad implica un compromiso de
respeto hacia las partes, por lo que crear desajustes durante el proceso que incli-
nen la balanza a favor o en contra del imputado resultaría una grave violación
a esta responsabilidad y desnaturalizaría la esencia del rol del Juez [Cfr. STC
N° 02568-2011-PHC/TC, f. j. 14]” (STC. Exp. N° 00512-2013-PHC/TC, del 19
de junio de 2013, f. j. 3.3.4).

049 ¿
Qué aspectos deben considerarse para valorar la quiebra de la pre-
sunción de imparcialidad subjetiva?
“[L]a imparcialidad subjetiva se presume salvo prueba en contrario; en consecuen-
cia, no basta la sola afirmación de la interposición de la demanda o queja ni la pre-
sentación del documento en cuestión para estimar lesionada la imparcialidad judi-
cial. Se requiere, por consiguiente, indicios objetivos y razonables que permitan
sostener con rigor la existencia de una falta de imparcialidad. El Tribunal, en este
caso, debe realizar una valoración propia del específico motivo invocado y decidir
en función a la exigencia de la necesaria confianza del sistema judicial si el juez
recusado carece de imparcialidad; debe examinar, en consecuencia, la naturaleza
de los hechos que se le atribuyen como violatorios de la Constitución o del orde-
namiento judicial, y si su realización, en tanto tenga visos de verosimilitud, pudo
o no comprometer su imparcialidad” (Salas Penales Permanente y Transitoria.
Acuerdo Plenario Nº 3-2007/CJ-116, del 16 de noviembre de 2007, considerando 8).

050 ¿
Qué se entiende por “contaminación procesal” como motivo genérico
de quiebra de la imparcialidad objetiva?
“[E]l motivo genérico denominado ‘contaminación procesal’ surge de la razona-
ble impresión de que el contacto anterior con la causa, según –claro está– la enti-
dad de ese contacto, que puede influir en la calificación y en la culpabilidad de

48
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

los presuntos autores, está en condiciones de originar en el ánimo del juez, prejui-
cios y prevenciones respecto de la culpabilidad del imputado –de las partes acu-
sadas en general–, quebrándose así la imparcialidad objetiva y, en consecuencia,
el derecho a ser juzgado por un juez imparcial que es inherente a un debido pro-
ceso jurisdiccional” (Sala Penal Transitoria. Casación Nº 674-2015-Arequipa,
del 20 de octubre de 2016, considerando 5).

051 ¿
Se vulnera el principio de imparcialidad si el tribunal obtiene sus
conclusiones desde una óptica puramente subjetiva?
“De este modo, no puede invocarse el principio de independencia en tanto exis-
tan signos de parcialidad, pues según el entero del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, el cual comparte este Colegiado: ‘[Un] Tribunal no podría, sin embargo,
contentarse con las conclusiones obtenidas desde una óptica puramente subjetiva;
hay que tener igualmente en cuenta consideraciones de carácter funcional y orgá-
nico (perspectiva objetiva). En esta materia, incluso las apariencias pueden reves-
tir importancia (...); debe recusarse todo juicio del que se pueda legítimamente
temer una falta de imparcialidad. Esto se deriva de la confianza que los tribunales
de una sociedad democrática deben inspirar a los justiciables (...)’ [Tribunal Euro-
peo de Derechos Humanos, Caso De Cubber contra Bélgica, del 26 de octubre
de 1984]” (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 20).

052 ¿
La vulneración de los principios de independencia e imparcialidad
implica una vulneración a la tutela jurisdiccional efectiva?
“Cuando se vulneran principios como la independencia o imparcialidad del juz-
gador, también se afecta el derecho a un juez independiente e imparcial y conse-
cuentemente, la tutela jurisdiccional ‘efectiva’. En el caso de los miembros de las
fuerzas armadas y policiales militares y policiales, ellos gozan, como todo ciu-
dadano, del derecho a que el Estado les proporcione todas las garantías que les
asegure un proceso debido. En ningún caso, se puede equiparar el ámbito de la
‘administración militar’ en el que imperan los principios de orden y disciplina,
entre otros, con el ámbito de la ‘jurisdicción militar’, en el que imperan la Consti-
tución –que reconoce, entre otros, el derecho a la tutela jurisdiccional ‘efectiva’–
y la ley que sea expedida conforme a ella” (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del
29 de marzo de 2006, f. j. 24).

053 ¿
La teoría de la “apariencia” es aplicable para determinar una vulne-
ración al principio de imparcialidad judicial?
“Esta teoría, llamada de la apariencia y formulada por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos con el brocardo ‘justice must not only be done; it must also
be seen to be done’ [no solo debe hacerse justicia, sino también parecerlo que se
hace] (Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Caso Delcourt vs. Bélgica, de
17 de enero de 1970, párrafo 31), no consiente que, en abstracto, este Tribunal
pueda establecer cuáles son esas condiciones o características de orden orgánico

49
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

o funcional que impiden que un juzgador pueda ser considerado como un ente
que no ofrece una razonable imparcialidad. Su evaluación, por el contrario, debe
realizarse en cada caso concreto [Cfr. STC Nº 06149-2006-PA/TC, f. j. 59].
Cabe aclarar que la teoría de la apariencia aplicada a la imparcialidad de los jue-
ces, es perfectamente aplicable […] En lo que se refiere a la ‘imparcialidad’, exis-
ten dos aspectos que deben tenerse en cuenta con relación a este requisito. En pri-
mer lugar, el tribunal debe hallarse subjetivamente libre de cualquier prejuicio o
tendencia personal. En segundo lugar, debe ser imparcial también desde el punto
de vista objetivo, es decir, debe ofrecer las suficientes garantías para excluir cual-
quier duda legítima al respecto (...) [Caso Morris vs. Reino Unido].
Bajo la teoría de la apariencia, ha de exigirse que el juez se encuentre en una rela-
ción lo razonablemente equidistante de ambas partes, de manera que el proceso
judicial cumpla mínimamente con las exigencias derivadas del derecho a un juez
independiente e imparcial” (STC. Exp. N° 00512-2013-PHC/TC, del 19 de junio
de 2013, ff. jj. 3.3.6-3.3.8).

054 ¿
Cuáles son los instrumentos que prevé el ordenamiento jurídico para
hacer prevalecer el principio de imparcialidad judicial?
“La recusación y la inhibición son instrumentos para afirmar y hacer prevale-
cer la imparcialidad judicial –que afecta a la jurisdicción como función, que no
como potestad que es propia de la independencia–, y, con ello, integra la garan-
tía del debido proceso, regulada en el artículo 139, apartado 3 de la Constitución,
de un juicio justo. En este sentido, la inhibición como la recusación son técnicas
de garantía de la imparcialidad judicial que tienen por objetivo común preservar
la legalidad de las decisiones judiciales y evitar que motivos extraños al Derecho
puedan llevar al juez a desviarse de la legalidad en la toma de decisiones” (Salas
Penales Permanente y Transitoria. Sentencia Plenaria Nº 01-2015/301-A.2-
ACPP, del 5 de mayo de 2015, considerando 10).
“Respecto a la inhibición del juez superior demandado, (…), y el derecho a ser juz-
gado por un juez imparcial, este involucra uno de los requisitos indispensables del
principio del debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva, en tanto garan-
tiza una limpia y equitativa contienda procesal a que tienen derecho los justicia-
bles y constituye también un deber de los jueces velar por el cumplimiento de tales
garantías, es por ello que ante las situaciones en las que se cuestione la imparcia-
lidad de los magistrados existen las instituciones de la inhibición y la recusación
como medidas para garantizar el derecho al juez imparcial” (STC. Exp. N° 2139-
2010-PHC/TC, del 31 de mayo de 2011, f. j. 2).
“Que, a manera de introducción la institución de inhibición o recusación garan-
tiza la ausencia de la parcialidad en las decisiones judiciales, y, como tal cons-
tituye una garantía específica que integra el debido proceso penal –numeral 3
del artículo 139 de la Constitución–, y tiene como finalidad alejar del proceso

50
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

a un juez que, aun revistiendo las características de ordinario y predetermi-


nado por la ley, se halla incursos en ciertas circunstancias en orden a su vincu-
lación con las partes o con el objeto del proceso –thema decidendi– que hagan
prever razonablemente un deterioro de su imparcialidad” (Sala Penal Perma-
nente. Recurso de Queja (N.C.P.P.) N° 287-2011-Lima, del 23 de abril de
2012, considerando 2).
“La vigencia del debido proceso es uno de los principios fundamentales de la jus-
ticia, y tiene como uno de sus presupuestos que el juez que interviene en una con-
tienda particular se aproxime a los hechos de la causa de modo imparcial, es decir,
careciendo, de manera subjetiva, de todo prejuicio personal y, asimismo, ofreciendo
garantías suficientes de índole objetiva que permitan desterrar toda duda que el
justiciable o la comunidad puedan albergar respecto de la ausencia de imparcia-
lidad. Al respecto, una de las formas de garantizar la conducción imparcial del
proceso es mediante el instituto procesal de la excusa, la cual compete al juzga-
dor cuando se estima impedido para conocer de un determinado asunto por con-
siderar que, debido a que se presenta alguna de las causales previstas por la ley
para ello, podría verse afectada su imparcialidad” (Corte IDH. Caso Ibsen Cár-
denas e Ibsen Peña vs. Bolivia. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del
1 de setiembre de 2010. Serie C, N° 217, párr. 177).

055 ¿En qué consiste la inhibición?


“[L]a inhibición constituye el apartamiento voluntario, que realiza el Juez, al cono-
cimiento de un proceso, cuando advierte que está incurso en alguna de las causales
de recusación (…); que planteada esa excusa por un Juez Superior, son los demás
miembros del Colegiado quienes deben emitir un pronunciamiento al respecto,
cuya decisión no puede ser cuestionada por aquel, en tanto que la interposición de
cualquier impugnación constituye un acto exclusivo de las partes procesales, y que
al estar regulado por el principio de legalidad implica que solo son recurribles las
resoluciones que establezca la ley y únicamente pueden hacerlo las personas taxa-
tivamente autorizadas por esta. En efecto, el inciso seis del artículo ciento treinta
y nueve de la Constitución recoge el principio de pluralidad de instancias como
uno inherente a la función jurisdiccional, en dicho sentido el Texto Único Orde-
nado de la Ley Orgánica del Poder Judicial desarrolla el citado principio consti-
tucional, puntualizando en el segundo párrafo del artículo once lo siguiente: ‘La
interposición de un medio de impugnación constituye un acto voluntario del jus-
ticiable’; es decir, restringe la vía recursal como una acción destinada solo a las
pates procesales –y, excepcionalmente, a los terceros que puedan resultar afecta-
dos–, circunstancia que, por lo demás, ha sido establecida por el Tribunal Consti-
tucional al señalar: ‘5.b) (…) el derecho a la pluralidad de instancias, cuya titulari-
dad y ejercicio está previsto solo para el caso de las personas que deciden someter
sus diferencias ante el Poder Judicial’” (Sala Penal Transitoria. R.N. N° 2810-
2011-Lima, del 19 de enero de 2012, considerando 2).

51
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

056 ¿En qué consiste la recusación?


“La recusación es una institución procesal de relevancia constitucional. Garan-
tiza, al igual que la abstención o inhibición, la imparcialidad judicial, esto es, la
ausencia de prejuicio; y, como tal, es una garantía específica que integra el debido
proceso penal –numeral tres del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución–,
(…)” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario Nº 3-2007/
CJ-116, del 16 de noviembre de 2007, considerando 6).
“[L]a recusación es un instrumento procesal orientado a garantizar el derecho
a ser juzgado por un órgano imparcial. En efecto, la recusación “otorga el dere-
cho a las partes a instar a la separación de un juez cuando, más allá de la con-
ducta personal del juez cuestionado, existen hechos demostrables o elementos
convincentes que produzcan temores fundados o sospechas legítimas de par-
cialidad sobre su persona, impidiéndose de este modo que su decisión sea vista
como motivada por razones ajenas al Derecho” (Primera Sala Penal de Ape-
laciones Nacional. Exp. Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Exp. Nº 249-2015-
45-5001-JR-PE-01 (acumulado), Resolución Nº 10, del 22 de octubre de 2018,
considerando 5.1.).
“[L]a recusación constituye un derecho de las partes reconocido en la ley adjetiva,
que busca proteger la garantía constitucional específica de la Imparcialidad Judi-
cial –derecho contenido en la garantía genérica del Debido Proceso–. Esta persi-
gue alejar del proceso a un juez que, aun revistiendo las características de ordina-
rio y predeterminado por la ley, se halla incurso en ciertas circunstancias en orden
a su vinculación con las partes o con el objeto del proceso –el tema decidendi-
que hacen prever razonablemente un deterioro de su imparcialidad. La recusa-
ción es, por tanto, el medio que se tiene para apartar al juez sospechoso de par-
cialidad (iudex suspectus)” (Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional. Exp.
Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Exp.Nº 249-2015-45-5001-JR-PE-01 (acu-
mulado), Resolución Nº 10, del 22 de octubre de 2018, voto singular, conside-
rando 4.1).

057 ¿Cuál es el fin que persigue la recusación?


“Persigue alejar del proceso a un juez que, aun revistiendo las características de
ordinario y predeterminado por la ley, se halla incurso en ciertas circunstancias
en orden a su vinculación con las partes o con el objeto del proceso –el thema
decidendi– que hacen prever razonablemente un deterioro de su imparcialidad”
(Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario Nº 3-2007/CJ-116,
del 16 de noviembre de 2007, considerando 6).
“Se puede afirmar que la recusación es una institución procesal de relevancia cons-
titucional, pues garantiza la imparcialidad judicial, entendida, como la ausencia de
prejuicio, y como tal, es una garantía específica que integra el derecho al debido
proceso penal. Si bien el ordenamiento procesal reconoce a las partes procesa-
les la facultad de formular recusación; lo cierto es que su finalidad no se agota

52
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

en tutelar los derechos de estos; sino que, ‘tiene una doble finalidad: por un lado,
actúa como una garantía para las partes en el proceso, y por el otro, busca otor-
gar credibilidad a la función que desarrolla la jurisdicción’” (Primera Sala Penal
de Apelaciones Nacional. Exp. Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Exp. Nº 249-
2015-45-5001-JR-PE-01 (acumulado), Resolución Nº 10, del 22 de octubre de
2018, considerando 5.2.).

058 ¿Dónde encuentra su fundamento el instituto de la recusación?


“[L]a recusación tiene su fundamento en la garantía de imparcialidad u objeti-
vidad judicial –inherente a todo proceso justo y equitativo, esto es, al principio
general del debido proceso– a la que específicamente hace referencia el artículo
ocho, numeral uno, de la Convención Americana de Derechos Humanos, en cuya
virtud el Juez debe ser ajeno a toda vinculación relevante con las partes o con el
hecho objeto del proceso que, al respecto, la jurisprudencia del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos, acogida por la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos (Sentencia recaída en el Asunto Herrera Ulloa contra Costa Rica del veinti-
siete de julio de dos mil cuatro, párrafo ciento setenta), en los Asuntos Piersack
contra Bélgica del 01 de octubre de 1982, párrafo treinta, y de Cubber contra Bél-
gica del 26 de octubre de 1984, párrafo veintisiete, distinguió entre la imparcia-
lidad ‘subjetiva’ que trata de averiguar la convicción personal de un Juez deter-
minado en un caso concreto –determinar la ausencia de prejuicios personales e
indagar su comportamiento personal–, y un aspecto ‘objetivo’, que se refiere a si
este, con independencia de su conducta personal, ofrece orgánica y funcional-
mente garantías bastantes para excluir cualquier duda razonable sobre el particular
–si hay hechos averiguables que podrán suscitar dudas respecto de su imparciali-
dad–; que, asimismo, la doctrina procesalista, sobre la base de la jurisprudencia
del Tribunal Europeo de Derechos Humanos iniciada en las sentencias antes cita-
das y reproducidas, entre otros, en las recientes sentencias recaídas en los Asuntos
Pabla Ky contra Finlandia y Morris contra Gran Bretaña (del 26 de junio 2004 y
26 de febrero de 2002) también acogió, siguiendo el aforismo inglés ‘justice must
not only be done: it must also be seen to be done’, la denominada ‘teoría de la
apariencia’, en cuya virtud es suficiente para estimar relevante un motivo de recu-
sación la apariencia que se advertía de la conducta personal o funcional del Juez
en ambos supuestos, en tanto en cuanto se puede temer legítimamente su falta de
imparcialidad, porque ‘… lo que está en juego es la confianza que deben inspirar
los Tribunales a los ciudadanos en una sociedad democrática y, sobretodo, en las
partes del caso’ (con antecedentes en el Asunto Hauschildt contra Dinamarca del
24 de mayo de 1989)” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 2458-2004-Puno, del
3 de noviembre de 2004, considerando 2).
“[R]ecusación, la que es concebida como un derecho de las partes procesales para
interesar el apartamiento del conocimiento o intervención en un determinado pro-
ceso de los jueces en quienes concurra alguna circunstancia que afecte su necesa-
ria imparcialidad u objetividad, cuyo fundamento radica en la necesidad de ase-
gurar un juicio con todas las garantías, en consecuencia constituye un elemento

53
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

esencial del derecho al debido que exige la concurrencia de dos elementos conexos
y coexistentes: por una parte, la justicia ha de ser impartida por jueces imparciales
y, por otra parte, además, la sociedad ha de constatar que así es (…).”. (Primera
Sala Penal Transitoria. R.N. A.V. Nº 23-01-2009 (Incidente de recusación)-
Lima, del 22 de junio de 2009, considerando 2).

059 ¿Cuáles son las causales para interponer una recusación?


“Para cumplir el propósito de la recusación, el inciso 1 del artículo 53 del CPP
establece una lista tasada de causales que permiten evidenciar en un determinado
caso eventual menoscabo a la garantía de imparcialidad judicial, siendo estas:
a) ‘Cuando directa o indirectamente tuviesen interés en el proceso o lo tuviere
su cónyuge, sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o
segundo de afinidad, o sus parientes por adopción o relación de convivencia
con alguno de los demás sujetos procesales. (…)’
b) ‘Cuando tenga amistad notoria, enemistad manifiesta o un vínculo de com-
padrazgo con el imputado, la víctima, o contra sus representantes. (…)’
c) ‘Cuando fueren acreedores o deudores del imputado, víctima o tercero civil.
(…)’
d) ‘Cuando hubieren intervenido anteriormente como Juez o Fiscal en el pro-
ceso, o como perito, testigo o abogado de alguna de las partes o de la víctima.
(…)’
Las citadas causales incluyen situaciones de diversa índole, teniendo en común
(…) la capacidad para generar, conforme a las reglas de la experiencia, influen-
cia sobre el sentido de una decisión en el ámbito de un hombre normal, por lo
que ha de colegirse que también incidirán en el ámbito de un juez, generando una
relevante dificultad para resolver con serenidad, objetividad, ponderación y total
desapasionamiento así como desinterés por cualquiera de las partes, la cuestión
litigiosa que se le somete (…)” (Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional.
Exp. Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Exp. Nº 249-2015-45-5001-JR-PE-01
(acumulado), Resolución Nº 10, del 22 de octubre de 2018, voto singular, con-
siderandos 4.2 y 4.3).

060 ¿
En qué consiste la causal genérica de recusación referida al temor de
parcialidad?
En nuestro sistema procesal existe una causal abierta que engloba de modo gené-
rico todas aquellas circunstancias que, por su gravedad, obligan a la abstención del
juez de la causa (art. 53.1, literal ‘e’ del CPP). Estos motivos aun cuando no estén
típicamente reconocidos, son integrados en lo que en la doctrina y jurisprudencia
comparada han reconocido como la recusación por temor o duda de parcialidad.
Al respecto para su comprensión deben tenerse en cuenta las siguientes notas
esenciales:

54
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

a) Se trata de una causal excepcional, que configura una ampliación de las


demás circunstancias taxativamente mencionadas en el Cuerpo Adjetivo
Penal. Por esta razón se sujeta a una interpretación teleológica, a modo
de flexibilización de las causas legales ya previstas, de suerte que se admi-
tan extensivamente todas las circunstancias graves que sean susceptibles de
afectar la imparcialidad judicial.
b) De otro lado, los motivos que la sustentan deben siempre estar apoyados en
datos objetivos debidamente contrastados. En ese contexto, ‘(…) [p]or más que
hayamos reconocido que en este ámbito las apariencias son importantes, (…)
[empero] no basta (…) que las sospechas o dudas sobre su imparcialidad surjan
en la mete de quien recusa, sino que es preciso determinar, caso a caso, más allá
de la simple opinión del acusado, si las mismas alcanzan una consistencia tal
que permita afirmar que se hallan objetiva y legítimamente justificadas’.
c) Cabe resaltar que toda causal vinculada al temor o duda de imparcialidad
debe ser preexistente (extra proceso) a la sola expedición de una sola deci-
sión judicial. No es válido decir que se pierde imparcialidad únicamente por
el sentido resolutivo de una decisión –menos aún por los argumentos, pues
ello ‘(…) linda con una afectación a la independencia judicial, en tanto que,
si no media motivo externo que influencie a un juez a eludir su deber de
imparcialidad, lo que realiza con el ejercicio de su función jurisdiccional–
solución de controversias jurídicas mediante la expedición de resoluciones-
es la expresión genuina de la independencia judicial con la que cuenta cada
magistrado dentro del sistema judicial’” (Primera Sala Penal de Apelacio-
nes Nacional. Exp. Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Exp. Nº 249-2015-
45-5001-JR-PE-01 (acumulado), Resolución Nº 10, del 22 de octubre de
2018, voto singular, considerando 4.4).
“Explicamos. La causal genérica de recusación referida al temor de parcialidad,
hace referencia, como la propia defensa lo destacó durante la audiencia, a un
estado subjetivo –psicológico– del imputado, que se fundamenta en la existencia
de hechos que ponen en cuestión la imparcialidad del Juez, como pueden ser los
sentimientos de temor, duda, desconfianza, animosidad, etc.; que se basen a refie-
ran a cuestiones ajenas a la garantía de la imparcialidad.
En efecto, la recusación genérica exige que el acto que genera el temor de par-
cialidad no pueda ser cualquier hecho, sino solo aquel que tiene una la vincula-
ción con el atributo del juez, referido a su imparcialidad; solo así cabría admitir
como razonable y fundado el temor del imputado de que el juez se comportará en
el futuro al margen de dicha garantía que siempre debe regir su actuación. Por el
contrario, si el hecho que se alega como causa de temor no tiene vinculación con
la imparcialidad del juez, no cabría afirmar que exista un razonable y fundado
temor de parcialidad. Esto por ejemplo se presenta, cuando a criterio de los justi-
ciables el juzgador no desempeña sus funciones con la idoneidad que ellos espe-
ran; sin embargo, parece claro que estos reparos y cuestionamientos a la conducta
funcional del juez en ningún caso darían lugar a una recusación –que siempre debe

55
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

vincularse al principio de imparcialidad–; sino a otros mecanismos de control de


la actividad jurisdiccional que, dependiendo de la gravedad de los yerros judicia-
les, podrían dar lugar al apartamiento del Magistrado, no solo del conocimiento
de una causa en específico, sino incluso de la propia actividad jurisdiccional (Pri-
mera Sala Penal de Apelaciones Nacional. Exp. Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-
01, Exp. Nº 249-2015-45-5001-JR-PE-01 (acumulado), Resolución Nº 10, del
22 de octubre de 2018, considerandos 5.12 y 5.13).

061 ¿
Qué implica el “temor de parcialidad” como consecuencia de la ac-
tuación funcional como causal genérica para la interposición de la re-
cusación?
“[L]a causal genérica de ‘temor de parcialidad’, prevista en el artículo 31 del Código
de Procedimientos Penales, exige que como consecuencia de la actuación funcio-
nal en la causa de un magistrado se advierta razonablemente que ésta expresa una
afectación al deber de imparcialidad y una lesión consiguiente de los derechos e
intereses legítimos de las partes procesales; que la emisión de una resolución judi-
cial, luego enmendada, corregida o anulada por el Tribunal Superior en grado, en
sí misma, no puede ser fundamento para construir la causal genérica antes refe-
rida, si es que ella no está acompañada de razones o datos, siquiera periféricos o
indiciarios, que permitan inferir una vinculación incompatible con una de las par-
tes; (…)” (Primera Sala Penal Transitoria. R.N. N° 3726-2005-Lambayeque,
del 7 de noviembre de 2005, considerando 2).

062 ¿
Qué aspectos comprende el test de apreciación judicial como baremo
para evaluar el temor de parcialidad como causal de recusación?
“[U]n supuesto genérico de recusación vinculado al ‘temor de parcialidad’ y su
apreciación requiere que exista un motivo fundado para que pueda dudarse de
la imparcialidad del juez de la causa –es suficiente constatar que la imparciali-
dad del juez podía ser sometida a una duda razonable y fundada–, lo que obliga
al órgano jurisdiccional competente al examen concreto de las circunstancias del
caso –es lo que se denomina ‘examen objetivo-concreto’ en el segundo nivel del
test de apreciación judicial (el primer nivel en el test es la denominada ‘teoría
de lo apariencia’)–, no a una apreciación en abstracto, es decir, debe apreciar la
concurrencia de algunos hechos relevantes relativos a su actividad funcional que
permitan poner en duda su imparcialidad, en el que incluso las apariencias son
importantes, en tanto lo que está en juego, como ya se anotó, es la confianza que
los jueces de una sociedad democrática deben merecer a los que acuden a ellos
(conforme: Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos recaída en el
asunto Hochschild contra Dinamarca, del veinticuatro de mayo de mil novecien-
tos ochenta y nueve (fundamento citado en la ejecutoria suprema de fecha ocho
de febrero de dos mil siete, recaída en el recurso de nulidad número cinco mil
quinientos sesenta y uno - dos mil seis, en el caso Jacinta Margarita Toledo Man-
rique” (Primera Sala Penal Transitoria. R.N. A.V. Nº 23-01-2009 (Incidente
de recusación)-Lima, del 22 de junio de 2009, considerando 3).

56
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

063 ¿
La causal genérica de temor de parcialidad debe estar objetivamente
justificada?
“(…). Como precisa el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la sentencia
Hauschildt contra Dinamarca del veinticuatro de mayo de 1989, lo relevante es
que los temores estén objetivamente justificados, deben alcanzar una cierta con-
sistencia –no basta la simple opinión del acusado o de la parte recusante–; y, la
respuesta de si existe parcialidad o no varía según las circunstancias de la causa,
a cuyo efecto debe valorarse la entidad o naturaleza y las características de las
actuaciones procesales realizadas por el Juez” (Salas Penales Permanente y
Transitoria. Acuerdo Plenario N° 3-2007/CJ-116, del 16 de noviembre de 2007,
considerando 7).
“Asimismo, la causal genérica de ‘temor de parcialidad’ exige que como conse-
cuencia de la actuación funcional en la causa de un magistrado se advierta razo-
nablemente que esta expresa una afectación al deber de imparcialidad y una lesión
consiguiente de los derechos e intereses legítimos de las partes procesales con-
forme lo establece el artículo cincuenta y tres del Código Procesal Penal; que la
relación entre jueces, en sí misma no puede ser fundamento para construir la cau-
sal genérica antes referida, si es que ella no está acompañada de razones o datos
siquiera periféricos o indiciarios, que permitan inferir una vinculación incom-
patible con una de las partes; (…)” (Sala Penal Permanente. R.Q. (N.C.P.P.)
N° 287-2011-Lima, del 23 de abril de 2012, considerando 2).

064 ¿
Cualquier decisión jurídica que ha sido reputada como arbitraria
por el Tribunal Constitucional, puede servir para fundamentar una
recusación?
“En el presente caso, el recusante realiza una inferencia según la cual toda decisión
judicial calificaba de arbitraria, permite a su vez, formular un cuestionamiento
razonable y fundado sobre la imparcialidad del Juez. Al respecto, esta Sala consi-
dera que no existen razones jurídicas válidas para establecer una relación necesa-
ria, ni siquiera probable, entre una decisión arbitraria y la pérdida de imparciali-
dad del juez, aun cuando esta sea real o tan solo aparente. En efecto, no negamos
la posibilidad de que algunas decisiones judiciales arbitrarias se vinculen o ten-
gan su causa en la parcialización del órgano judicial; sin embargo, consideramos
que tales supuestos son absolutamente marginales en la práctica judicial. Antes
bien, dichas decisiones cuestionadas por arbitrarias, de ordinario, se vincular a
errores judiciales que puede referirse al incorrecto entendimiento y aplicación
de la ley, como al error en la apreciación de los hechos que fundamentan el jui-
cio del Magistrado.
En ese orden de ideas, no admitimos que del hecho de calificar una decisión judi-
cial como arbitraria, se pueda derivar sin más, la duda razonable o fundada sobre
la imparcialidad el juez, como lo pretende la defensa. Antes bien, consideramos
que a efectos de declarar fundada una recusación por temor de parcialidad es

57
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

necesario que se aporten mínimos indicios que le permitan al imputado dudar,


específicamente, sobre la neutralidad del juez respecto de los sujetos y el objeto
del proceso; no siendo suficiente el hecho de que una resolución haya sido cali-
ficada de arbitraria” (Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional. Exp.
Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Exp. Nº 249-2015-45-5001-JR-PE-01 (acumu-
lado), Resolución Nº 10, del 22 de octubre de 2018, considerandos 5.14 y 5.15).

065 ¿
El simple error o una discrepancia jurídica puede fundamentar una
recusación?
“[E]l simple error o la discrepancia jurídica en la dilucidación de una causa, por
sí mismos, no resultan óptimos para censurar o poner en tela de juicio la impar-
cialidad del operador judicial. Por otro lado, no es aceptable que se pretenda apar-
tar a un juez legal por la sola alegación o invocación de agravios por una persona
procesal, teniendo en cuenta que en el proceso penal peruano se ha previsto un
abanico de vías impugnativas para revertir o cuestionar los posibles defectos de
una resolución (reposición, apelación, casación y queja). En tal sentido, las deci-
siones de justicia ordinaria deben ser cuestionadas, de ser el caso, por las partes
a través de los recursos legales previstos en nuestro ordenamiento jurídico para
tal fin; siendo, pues, éstos los cauces procedimentales apropiados para denunciar
el gravamen advertido por quien considere afectados sus intereses procesales.
Este este escenario, cabe señalar que todos los argumentos del Ministerio Público
invoca para cuestiona la imparcialidad delos jueces superiores recusados inciden
directa e indirectamente sobre los propio términos de la Resolución N° 04 expe-
dida por la Segunda Sala Penal de Apelaciones, Nacional en el incidente N° 299-
2017-35, censurándose cómo fue motivada, si la Sala recusada debió introducir
nuevos argumentos o si debió consentir solo los que fueron objeto de debate, inclu-
sive se pretende que este Colegiado Superior evalúe si en ella se lesionó alguna
norma procesal con alguna prescindencia absoluta de alguna vía impugnativa de
por medio. Así, pues, los postulados por el Representante del Ministerio Público
devienen en proposición inapropiada para la recusación, no siendo aplicable al
caso que esta Sala Superior ingrese a evaluar el mérito o el procedimiento otor-
gado para la emisión de la eludida decisión judicial. Mucho menos sustentar en ello
un alegado temor de parcialidad. En consecuencia, el motivo por el cual se insta
el apartamiento de los jueces Sahuanay Calsín, Quispe Aucca y León Yarango
debe ser desestimado” (Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional. Exp.
Nº 299-2017-38 (Redistribución), Resolución Nº 05, del 5 de noviembre de 2018,
considerandos 8.2 y 8.3).

066 ¿
Procede la recusación por el solo hecho de haber interpuesto un
hábeas corpus o queja contra el juez de la causa?
“Es recurrente en nuestra práctica forense que con motivo de una demanda de
hábeas corpus o de amparo interpuesta contra una concreta decisión o actuación
del juez de la causa y también cuando se ha interpuesto una queja ante el órgano

58
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

disciplinario judicial, paralelamente se recuse al magistrado al amparo de la cau-


sal genérica de temor de parcialidad prevista en el artículo 31 del Código de Pro-
cedimientos Penales. Se cuestiona en esos casos que el juez, como consecuencia
de esas acciones legales, no ofrecería garantías suficientes para excluir cualquier
duda legítima a este respecto.
En estos supuestos se está ante una causal de imparcialidad subjetiva, en cuya
virtud se entiende que la convicción personal del juez como consecuencia de la
aludida acción legal le restaría apariencia de imparcialidad. Pero, como ya se
anotó, la imparcialidad subjetiva se presume salvo prueba en contrario; en conse-
cuencia, no basta la sola afirmación de la interposición de la demanda o queja ni
la presentación del documento en cuestión para estimar lesionada la imparcialidad
judicial. Se requiere, por consiguiente, indicios objetivos y razonables que per-
mitan sostener con rigor la existencia de una falta de imparcialidad. El Tribunal,
en este caso, debe realizar una valoración propia del específico motivo invocado
y decidir en función a la exigencia de la necesaria confianza del sistema judicial
si el juez recusado carece de imparcialidad; debe examinar, en consecuencia, la
naturaleza de los hechos que se le atribuyen como violatorios de la Constitución
o del ordenamiento judicial, y si su realización, en tanto tenga visos de verosimi-
litud, pudo o no comprometer su imparcialidad” (Salas Penales Permanente y
Transitoria. Acuerdo Plenario N° 3-2007/CJ-116, del 16 de noviembre de 2007,
considerando 8).

067 ¿Cuál es el plazo para formular la recusación?


“El artículo 54 inciso 2 del Código Procesal Penal señala que: ‘La recusación será
interpuesta dentro de los tres días de conocida la causal que se invoque. En nin-
gún caso procederá luego del tercer día hábil anterior al fijado para la audiencia,
la cual se resolverá antes de iniciarse la audiencia. No obstante ello, si con poste-
rioridad al inicio del a audiencia el Juez advierte –por sí o por intermedio de las
partes– un hecho constitutivo de causal de inhibición deberá declararse de oficio’.
Asimismo, el inciso 3) señala que: ‘Cuando se trate del procedimiento recursal, la
recusación será interpuesta dentro del tercer día hábil del ingreso de la causa a esa
instancia’. Que debe interpretarse sistemáticamente y teleológicamente el inciso
segundo del artículo 54 del Código Procesal Penal referido a que la recusación
será interpuesta dentro de los tres días de conocida la causal que se invoque, con
el inciso 3 del mismo dispositivo e inclusive la última parte del inciso segundo
del mismo artículo cuando señala ‘Si con posterioridad al inicio de la audiencia
el Juez advierte, por si o por intermedio de las partes, un hecho constitutivo de
causal de inhibición deberá declararse de oficio’, conforme al Artículo VII inciso
3, última parte, del Título Preliminar del Código Procesal Penal, en cuanto señala
‘La interpretación extensiva y la analogía quedan prohibidos mientras no favorez-
can la libertad del imputado o el ejercicio de sus derechos’.
a) De tal forma que en segunda instancia también corresponde computar el
plazo de recusación dentro de los 3 días de conocida la causa que se invoque,

59
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

b) Correspondiendo a la parte recusante demostrar tal fecha de conocimiento


reciente de la causal que invoca, cumpliendo con la diligencia profesional, que
permite el equilibrio entre garantías y eficiencia, para no afectar el derecho de
defensa de la contraparte, generando incidencia que dilaten la solución del pro-
ceso cuando ya precluyo tal derecho.
(…)
c) En la Apelación N° 02-2009-La Libertad, de la Sala Penal Permanente, del 26
de junio de 2010 - Proceso Especial contra el ex Fiscal Provincial Eduardo Gus-
tavo Segura Rojas de Pacasmayo, ante una solicitud de prueba nueva, estableció
en su considerando cuarto: “Que el encausado recurrente afirma que la prueba
que ofrece no pudo presentarla al inicio del juicio oral porque recién la conoció
en pleno desarrollo del plenario. Sin embargo, es de tener en cuenta que en este
supuesto el proponente ha de demostrar que la falta de proposición oportuna se
debió a circunstancias ajenas a su voluntad. En el presente caso es evidente que
este supuesto excepcional no se presenta. Esta prueba pudo y debió ser propuesta
en primera instancia, desde que se trata de un documento que aparecía colgado
en el portal electrónico de Frecuencia Latina –de acceso público– desde antes del
inicio del juicio y además había sido propalado debidamente. No es lógicamente
creíble el alegado desconocimiento. Por tanto, debe inadmitirse la prueba ofre-
cida. (…)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 458-2015-Cajamarca, del 3
de mayo de 2017, considerandos 7-9).
“En cuanto a la oportunidad procesal, el artículo, 54.2 del CPP señala que: La recu-
sación será interpuesta dentro de los tres días de conocida la causal que se invo-
que. En ningún caso procederá luego del tercer día hábil anterior al fijado para la
audiencia, la cual se resolverá antes de iniciarse la audiencia. No obstante, ello, si
con posterioridad al inicio de la audiencia el Juez advierte –por sí o por intermedio
de las partes– un hecho constitutivo de causal de inhibición deberá declararse de
oficio. Este plazo mencionado en la norma procesal es en puridad una sanción de
caducidad, esto es, de extinción, consunción o pérdida de un derecho o de facul-
tad que se produce ante su vencimiento, siendo un supuesto previsto en la ley.
Es a la parte recusante que le corresponde demostrar en qué fecha fue de su cono-
cimiento la causal que invoca, lo que implica que debe cumplirse con la diligencia
profesional, que permite el equilibrio entre garantías y eficiencia, para no afectar
el derecho de defensa de la contraparte, generando incidencia que dilaten la solu-
ción del proceso cuando ya precluyó tal derecho (Casación N° 458-2015-Cajamarca
considerando octavo)” (Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional, en adi-
ción a sus funciones Sala Penal Especializada en Delitos Aduaneros, Tributa-
rios, de Mercado y Ambientales. Exp. Nº 299-2017-37-5001-JR-PE-01, Reso-
lución Nº 10, del 12 de noviembre de 2018, considerando 4.4).

60
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

VII. E L PRINCIPIO DE LEGALIDAD

Base legal Constitución Política: arts. 2.24.b, 2.24.d, 103, 139.10.


Código Penal: art. II del Título Preliminar.
Código Procesal Penal de 2004: arts. VI, VII del Título Preliminar.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 9.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1.

068 ¿
Cuáles son los alcances del principio de legalidad en un Estado cons-
titucional de derecho?
“[E]l principio de legalidad, en sentido general, se entiende como la subordina-
ción de todos los poderes públicos a leyes generales y abstractas que disciplinan
su forma de ejercicio y cuya observancia se halla sometida a un control de legiti-
midad por jueces independientes” (STC. Exp. Nº 02302-2003-PA/TC, del 13 de
abril de 2005, f. j. 32).
“El principio de legalidad constituye una garantía constitucional de los derechos
fundamentales de los ciudadanos, consagrado por la Constitución en su artículo
2, inciso 24, literal d), con el siguiente tenor: ‘Nadie será procesado ni conde-
nado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente califi-
cado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni san-
cionado con pena no prevista en la ley’” (STC. Exp. Nº 00197-2010-PA/TC, del
24 de agosto de 2010, f. j. 2).
“[E]l principio de legalidad en el Estado Constitucional no significa simple y lla-
namente la ejecución y el cumplimiento de lo que establece una ley, sino también,
y principalmente, su compatibilidad con el orden objetivo de principios y valores
constitucionales; examen que la administración pública debe realizar aplicando
criterios de razonabilidad, racionalidad y proporcionalidad (…). Esta forma de
concebir el principio de legalidad se concretiza, por ejemplo, en el artículo III del
Título Preliminar de la Ley del Procedimiento Administrativo General, cuando
señala que la actuación de la administración pública tiene como finalidad la pro-
tección del interés general, pero ello solo es posible de ser realizado ‘(...) garan-
tizando los derechos e intereses de los administrados y con sujeción al ordena-
miento constitucional y jurídico en general’ (…).
De lo contrario, la aplicación de una ley inconstitucional por parte de la adminis-
tración pública implica vaciar de contenido el principio de supremacía de la Cons-
titución, así como el de su fuerza normativa, pues se estaría otorgando primacía
al principio de legalidad en detrimento de la supremacía jurídica de la Constitu-
ción, establecido en los artículos 38, 51 y 201 de la Constitución; lo cual subvierte
los fundamentos mismos del Estado constitucional y democrático” (STC. Exp.
Nº 03741-2004-PA/TC, del 14 de noviembre de 2005, ff. jj. 15 y 16).

61
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

069 ¿Cuáles son las garantías que comprende el principio de legalidad?


“[El] principio [de legalidad] comprende una doble garantía; la primera, de orden
material y alcance absoluto, tanto referida al ámbito estrictamente penal como al
de las sanciones administrativas, que refleja la especial trascendencia del principio
de seguridad jurídica en dichos campos limitativos y supone la imperiosa necesi-
dad de predeterminación normativa de las conductas infractoras y de las sancio-
nes correspondientes; es decir, la existencia de preceptos jurídicos (lex praevia)
que permitan predecir con suficiente grado de certeza (lex certa) aquellas con-
ductas y se sepa a qué atenerse en cuanto a la aneja responsabilidad y a la even-
tual sanción; la segunda, de carácter formal, relativa a la exigencia y existencia
de una norma de adecuado rango y que este Tribunal ha identificado como ley
o norma con rango de ley” (STC. Exp. Nº 00197-2010-PA/TC, del 24 de agosto
de 2010, f. j. 4).

070 ¿
El principio de legalidad como principio constitucional propiamente
dicho y como derecho subjetivo constitucional que aspectos garantiza?
“[E]l principio de legalidad penal (…) busca limitar y racionalizar a través de la
ley la reacción y aplicación de las penas por los órganos institucionalizados del
Estado, constituyéndose así en una valiosa garantía para que las personas puedan
instruirse con antelación y precisión respecto de qué conductas están prohibidas
y amenazadas con la imposición de una sanción punitiva.
Pero el principio de legalidad penal, consagrado en nuestro ordenamiento en el
literal d) del inciso 24) del artículo 2 de la Constitución, se configura también
como un derecho subjetivo constitucional, con lo cual no solo informa y limita
los márgenes de actuación de los que dispone el Poder Legislativo al momento de
determinar cuáles son las conductas prohibidas, así como sus respectivas sancio-
nes, sino que también garantiza a toda persona sometida a un proceso o proce-
dimiento sancionatorio que lo prohibido se encuentre previsto en una norma previa,
estricta, y escrita y también que la sanción se encuentre contemplada previamente
en una norma jurídica (STC Nº 02758-2004-PHC/TC, fundamento 3)” (STC. Exp.
Nº 00469-2011-PHC/TC-Lima, del 12 de diciembre de 2012, ff. jj. 5 y 6).

071 ¿Cuáles son las manifestaciones del principio de legalidad?


“El principio de legalidad que rige al Derecho Penal tiene cuatro manifestacio-
nes, dentro de las cuales se cuenta el mandato de determinación –lex certa– por el
cual se exige que la conducta punible esté descrita en la ley penal para poder ser
sancionada tal como lo prescribe el artículo II del Título Preliminar del Código
Penal” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1623-2014-Lima, del 20 de octubre
de 2015, considerando 3).
“El principio de legalidad exige que por Ley se establezcan los delitos y que
las conductas prohibidas estén claramente delimitadas previamente por la Ley.
Como tal, garantiza la prohibición de la aplicación retroactiva de la ley penal

62
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

(lex praevia), la prohibición de la aplicación de otros derechos que no sea el escrito


(lex escripta), la prohibición de la aplicación de analogía (lex estricta) y de cláu-
sulas legales indeterminadas (lex certa)” (STC. Exp. N° 2758-2004-HC/TC, del
23 de noviembre de 2004, f. j. 2).
“Nullum crimen sine lege certa
La garantía de lex certa impone al legislador la obligación de formular de manera
clara y precisa las conductas que decide tipificar, esto es, la ley penal no debe dar
lugar a ambigüedades al momento de su aplicación, evitando la actuación arbitraria
del juzgador. En esa línea los tipos penales han de redactarse con la mayor exactitud
posible, evitando los conceptos clásicos, recoger las inequívocas consecuencias jurí-
dicas y prever solo marcos penales de alcances limitados. La razón del mandato de
determinación radica en que la reserva de la ley únicamente puede tener completa
eficacia si la voluntad jurídica de la representación popular se ha expresado con tal
claridad en el texto que se evite cualquier decisión subjetiva y arbitraria del juez.
Nullum crimen sine lege previa
La garantía de lex praevia se manifiesta en la prohibición de aplicación retroac-
tiva de la ley penal, esto es, para que una conducta pueda sancionarse como delic-
tiva, la misma debe estar prevista como delito con anterioridad a su realización;
en tal sentido, la ley penal creadora de delitos solo tiene efectos ex nunc (desde el
momento en que se crea hacia el futuro: por regla general hasta que sea derogada)
–vid. Polaino Navarrete, Miguel. Derecho Penal, Modernas Bases Dogmáticas,
Editora Jurídica Grijley. Lima Perú. 2004, primera edición, página 330–: garan-
tizando al ciudadano que una acción no sancionada como delito al momento de
su comisión no podá ser sancionada como delictiva con posterioridad a esta. Con
dicha garantía se restringe también la aplicación de consecuencias jurídicas que
no hayan estado previstas con anterioridad a la comisión del delito y que agraven
la situación jurídica del imputado. La referida prohibición presenta su excepción,
en materia penal, cuando favorece al reo, evitando el castigo o la agravación de
una conducta que la sociedad ha decidido dejar sin reproche o atenuar el mismo.
Debe precisarse además, que esta garantía tiene reconocimiento constitucional y está
regulada en el artículo ciento tres de la Constitución Política del Estado, que pre-
cisa: ‘… la ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las
relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroac-
tivos; salvo, en ambos supuestos, en materia penal cuando favorece al reo…’,
además, reconocida en el artículo quince del Pacto Internacional de Derechos Civi-
les y Políticos y en el artículo quince del Pacto Internacional de Derechos Civiles
Políticos y en el artículo nueve de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Nullum crimen sine lege scripta
Esta garantía erige a la ley como única fuente de creación del delito y excluye a
la costumbre como fuente para calificar una conducta como delito. La costumbre

63
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

puede, en el mejor de los casos, influir en la formación de nuevas leyes penales –


vid. Percy García Cavero. Derecho Penal Parte General, Jurista Editores, Lima
Perú, página 143–. Debe precisarse que no se trata de cualquier tipo de ley, sino
de aquella que cumpla los requisitos previstos para su validez.
Nullum crimen sine lege estricta
La garantía de lex stricta impone un cierto grado de precisión en la formulación
de la ley penal y excluye la analogía en cuanto perjudique al reo; exigiéndose que
la ley determine de forma suficientemente diferenciada las distintas conductas
punibles y las penas que pueden acarrear. La función de garantía de la ley penal
en su faceta de prohibición de la analogía comprende todos los elementos del pre-
cepto penal que determinan su contenido de merecimiento de pena y la conse-
cuencia jurídica, es decir, los elementos del tipo del injusto y de la culpabilidad,
las causas personales de exclusión y anulación de la pena, las condiciones obje-
tivas de punibilidad y todas las sanciones –vid. Hans– Heinrich Jescheck. ‘Tra-
tado de Derecho Penal Parte General’. Editorial Comares, Granada-España, 1993,
p. 121” (Sala Penal Permanente. Casación N° 456-2012-Del Santa, del 13 de
mayo de 2014, considerandos 2.3.1-2.3.4).

VIII. EL DERECHO AL PLAZO RAZONABLE

Base legal Constitución Política: art. 139.3.


Código Procesal Penal de 2004: art. I del Título Preliminar.
Convención Interamericana de Derechos Humanos: arts. 7.5, 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.3.c.

072 ¿Cuál es la finalidad del derecho al plazo razonable?


“(…) Tal principio tiene como finalidad impedir que el acusado permanezca some-
tido a un proceso judicial por un tiempo excesivo y el efecto jurídico de su vio-
lación es la reducción prudencial de la pena” (Sala Penal Permanente. R. N.
N° 2580-2017-Lima, del 21 de febrero de 2018, considerando 3.20).
“(…) La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que ‘el princi-
pio de plazo razonable tiene como finalidad impedir que los acusados permanez-
can largo tiempo bajo acusación y asegurar que esta se decida prontamente’ (Corte
IDH, Caso Suárez Rosero vs. Ecuador, sentencia del doce de noviembre de mil
novecientos noventa y siete). Igualmente, el Tribunal Constitucional del Perú ha
señalado, en anterior oportunidad, que el atributo en mención tiene como finali-
dad impedir que los acusados permanezcan durante largo tiempo bajo acusación y
asegurar que su tramitación se realice prontamente (Sentencia recaída en el Expe-
diente número tres mil quinientos nueve, guion dos mil nueve guion PHC/TC), ello
como fundamento a que los cuestionamientos al estado de inocencia del procesado

64
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

sean breves (…) (Sala Penal Transitoria. R. N. N° 3679-2013-Arequipa, del 10


de junio de 2015, considerando 8).
“[E]l plazo razonable no solo debe ser entendido al trámite que existe entre la
presentación de una denuncia y la decisión sobre el fondo, sino que dicho con-
cepto debe ser entendido también como una exigencia para lograr un efectivo pro-
nunciamiento judicial, así como que los acusados no permanezcan durante largo
tiempo bajo acusación y asegurar que su tramitación se realice prontamente, en
tal sentido todo proceso debe tener un límite de duración sin vulnerar los dere-
chos humanos. [...]” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 984-2010-Loreto, del 20
de abril de 2011, considerando 5).
“Entre los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, rati-
ficados por el Estado, que reconocen expresamente este derecho, se encuentran
la Convención Americana, que establece que ‘[t]oda persona tiene derecho a ser
oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tri-
bunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la
ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter’. De la cita se infiere que el derecho a un “plazo razo-
nable” tiene como finalidad impedir que los acusados permanezcan durante largo
tiempo bajo acusación y asegurar que su tramitación se realice prontamente. En
consecuencia, el derecho a que el proceso tenga un límite temporal entre su ini-
cio y fin, forma parte del núcleo mínimo de derechos reconocido por el sistema
internacional de protección de los derechos humanos, y, por tanto, no puede ser
desconocido” (STC. Exp. N° 618-2005-HC/TC, del 8 de marzo de 2005, f. j. 10).

073 ¿
Cuáles son los criterios que se deben analizar para determinar una
vulneración al derecho al plazo razonable?
“El derecho a ser juzgado en un plazo razonable constituye una manifestación
implícita del derecho al debido proceso establecida en el artículo 139, inciso 3, de
la Constitución Política del Perú. El Tribunal Constitucional ha dejado estable-
cido que sólo se puede determinar la violación del contenido constitucionalmente
protegido del mencionado derecho a partir del análisis de los siguientes criterios:
a) la actividad procesal del interesado; b) la conducta de las autoridades judiciales;
y, c) la complejidad del asunto. Estos elementos permitirán apreciar si el retraso o
dilación es indebido, lo cual, como ya lo ha indicado el Tribunal Constitucional,
es la segunda condición para que opere este derecho” (STC. Exp. N° 02736-2014-
PHC/TC, del 29 de setiembre de 2015, f. j. 3.3).
“La violación del plazo razonable en el proceso se interpreta a partir de la concu-
rrencia de varios criterios orientadores, que deben ser evaluados sensatamente por
los juzgadores en cada caso en concreto. Entre estos se encuentran los siguientes:

65
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

- La conducta del imputado, en cuanto haya podido influir en el retraso del


proceso. La demora solo puede ser imputable al acusado, si este abuso de
su derecho a utilizar los recursos procesales disponibles con la intención de
atrasar el procedimiento.
- El comportamiento de las autoridades, es decir, la forma como la investiga-
ción y el juzgamiento han sido realizados. Será necesario evaluar el grado de
severidad con el que se tramito el proceso.
- La gravedad del derecho y la complejidad del hecho generado por ejemplo,
por los defectos de la redacción de la prohibición, por el tipo penal, el modo
de comisión del hecho, las dificultades para la investigación y obtención de
la prueba, cantidad de testigos, inculpados, etcétera.
Esto no significa que cada uno de ellos sea decisivo individualmente, sino que
deben ser combinados, sin descartar la presencia o consideración de otros ele-
mentos adicionales que puedan surgir” (Primera Sala Penal Transitoria. R. N.
N° 1142-2015-Lima, del 7 de marzo de 2017, considerandos 14 y 15).
“En relación con la razonabilidad del plazo, este Tribunal ha señalado que el
derecho de acceso a la justicia no se agota con el trámite de procesos internos,
sino que éste debe además asegurar, en tiempo razonable, el derecho de las pre-
suntas víctimas o sus familiares a que se haga todo lo necesario para conocer la
verdad de lo sucedido y para que se sancione a los eventuales responsables. Cier-
tamente la Corte ha establecido, respecto al principio del plazo razonable con-
templado en el artículo 8.1 de la Convención Americana, que es preciso tomar
en cuenta tres elementos para determinar la razonabilidad del plazo en el que se
desarrolla un proceso: a) complejidad del asunto, b) actividad procesal del inte-
resado y c) conducta de las autoridades judiciales. No obstante, la pertinencia
de aplicar esos tres criterios para determinar la razonabilidad del plazo de un
proceso depende de las circunstancias de cada caso. (…)” (Corte IDH. Caso de
la Masacre de Pueblo Bello vs. Colombia. Sentencia del 31 de enero de 2006.
Serie C, N° 140, párr. 171).
“[N]uestro órgano del control de la constitucionalidad ha establecido que el carácter
razonable de la duración de un proceso, se debe apreciar en cada caso y teniendo
en cuenta la complejidad del asunto, la actividad procesal del interesado y la actua-
ción de los órganos jurisdiccionales (…)” (Sala Penal Transitoria. R.N. N° 322-
2011-Lima, del 8 de agosto de 2011, considerando 5).
“El derecho a ser juzgado en un plazo razonable constituye una manifestación
implícita del derecho al debido proceso establecida en el artículo 139, inciso 3 de
la Constitución Política del Perú. El Tribunal Constitucional ha señalado que sólo
se puede determinar la violación del contenido constitucionalmente protegido del
mencionado derecho a partir del análisis de los siguientes criterios: a) la activi-
dad procesal del interesado; b) la conducta de las autoridades judiciales; y c) la
complejidad del asunto. Estos elementos permitirán apreciar si el retraso o dila-
ción es indebido, lo cual como ya lo ha indicado el Tribunal Constitucional, es la

66
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

segunda condición para que opere este derecho” (STC. Exp. N° 01922-2012-HC/
TC, del 22 de abril de 2013, f. j. 15).

074 ¿
Qué criterios se deben tomar en cuenta en relación con la compleji-
dad del asunto como elemento para determinar el plazo razonable del
proceso?
“Respecto de la complejidad del caso, este Tribunal ha tenido en cuenta diver-
sos criterios, entre los cuales se encuentran la complejidad de la prueba, la plu-
ralidad de sujetos procesales o la cantidad de víctimas, el tiempo transcurrido
desde la violación, las características del recurso consagradas en la legislación
interna y el contexto en el que ocurrió la violación. Asimismo, el Tribunal Euro-
peo ha indicado que la complejidad debe determinarse por la naturaleza de las
acusaciones, el número de acusados y la situación política y social reinante en
el lugar y tiempo de la ocurrencia de los hechos. En este sentido, respecto a los
criterios tomados en cuenta por este Tribunal en aras de determinar la compleji-
dad del caso se observa la presencia de: 1) un amplio número de acusados; 2) una
situación política y social compleja, y 3) dificultades en la obtención de prueba”
(Corte IDH. Caso Arguellos y otros vs. Argentina. Excepciones preliminares,
fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 20 de noviembre de 2014. Serie C,
N° 288, párr. 190).
“En relación al primer elemento, este Tribunal ha tenido en cuenta diversos cri-
terios para determinar la complejidad de un asunto. Entre ellos se encuentra i) la
complejidad de la prueba; ii) la pluralidad de sujetos procesales o la cantidad de
víctimas; iii) el tiempo transcurrido desde la violación; iv) las características del
recurso contenidos en la legislación interna, y v) el contexto en el que ocurrieron
los hechos” (Corte IDH. Caso Andrade Salmón vs. Bolivia. fondo, reparacio-
nes y costas. Sentencia del 1 de diciembre de 2016. Serie C, N° 330, párr. 158).
“Este Tribunal ha tenido en cuenta diversos criterios para determinar la compleji-
dad de un proceso. Entre ellos, se encuentra la complejidad de la prueba, la plura-
lidad de sujetos procesales o la cantidad de víctimas, el tiempo transcurrido desde
la violación, las características del recurso consagradas en la legislación interna
y el contexto en el que ocurrió la violación” (Corte IDH. Caso Furlan y fami-
liares vs. Argentina. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas.
Sentencia del 31 de agosto de 2012. Serie C, N° 246, párr. 156).

075 ¿
Qué criterios se deben tomar en cuenta en relación con la actividad
procesal del interesado como elemento para determinar el plazo razo-
nable del proceso?
“En relación con el segundo elemento, es decir con la actividad procesal del inte-
resado, la Corte ha evaluado si los sujetos realizaron las intervenciones en los pro-
cesos que le eran razonablemente exigibles” (Corte IDH. Caso Andrade Salmón

67
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

vs. Bolivia. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 1 de diciembre de 2016.


Serie C, N° 330, párr. 158).
“Las reglas a considerar en la evaluación de la razonabilidad del plazo han sido
agrupadas por el Tribunal Constitucional en dos criterios: i) el objetivo referido
a la naturaleza de los hechos objeto de investigación; es decir, a la complejidad
del objeto a investigar. Al respecto, es del caso señalar que la complejidad puede
venir determinada no sólo por los hechos mismos objeto de esclarecimiento, sino
también por el número de investigados, más aún si se trata de organizaciones cri-
minales internacionales; la particular dificultad de realizar determinadas peri-
cias o exámenes especiales que se requieran, así como los tipos de delitos que se
imputan al investigado. También debe considerarse el grado de colaboración de
las demás entidades estatales cuando así lo requiera el Ministerio Público. ii) En
cuanto al criterio subjetivo, ha de comprender la actuación tanto del investigado
como del fiscal a cargo de la investigación prejurisdiccional. En el caso del inves-
tigado, se debe tener en cuenta la actitud obstruccionista, la cual puede manifes-
tarse en 1) la no concurrencia, injustificada, a las citaciones que le realice el fiscal
a cargo de la investigación, 2) el ocultamiento o negativa, injustificada, a entregar
información que sea relevante para el desarrollo de la investigación, 3) la recu-
rrencia, de mala fe, a determinados procesos constitucionales u ordinarios con el
fin de dilatar o paralizar la investigación prejurisdiccional, y 4) en general, todas
aquellas conductas que realice con el fin de desviar o evitar que los actos de in-
vestigación conduzcan a la formalización de la denuncia penal. En cuanto a la
actividad del fiscal, el primer criterio a considerar es la capacidad de dirección de
la investigación y la diligencia con la que ejerce las facultades especiales que la
Constitución le reconoce. En principio, se parte de la presunción de constitucio-
nalidad y legalidad de los actos de investigación del Ministerio Público. No obs-
tante, es una presunción iuris tantum, en la medida que puede ser desvirtuada”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 528-2018-Nacional, del 11 de octubre
de 2018, considerando 17).

076 ¿
Qué criterios se deben tomar en cuenta en relación con la conducta
de las autoridades judiciales del interesado como elemento para deter-
minar el plazo razonable del proceso?
“En cuanto al tercer elemento, es decir la conducta de las autoridades judiciales,
la Corte ha entendido que los jueces, como rectores del proceso, tienen el deber
de dirigir y encausar el procedimiento judicial con el fin de no sacrificar la justi-
cia y el debido proceso en pro del formalismo. En relación con el cuarto elemento,
es decir la afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada
en el proceso, la Corte ha establecido que las autoridades deben actuar con mayor
diligencia en aquellos casos donde de la duración del proceso depende la protec-
ción de otros derechos de los sujetos del proceso” (Corte IDH. Caso Andrade
Salmon vs. Bolivia. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 1 de diciem-
bre de 2016. Serie C, N° 330, párr. 158).

68
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

077 ¿Cómo debe realizarse el cómputo del inicio y fin del plazo razonable?
“La Corte ha establecido que el derecho de acceso a la justicia requiere que se
haga efectiva la determinación de los hechos que se investigan en tiempo razona-
ble. Este Tribunal ha señalado que el “plazo razonable” al que se refiere el artículo
8.1 de la Convención se debe apreciar en relación con la duración total del proce-
dimiento que se desarrolla hasta que se dicta la sentencia definitiva. Asimismo, ha
considerado que una demora prolongada constituye en principio, por sí misma, una
violación a las garantías judiciales” (Corte IDH. Caso Vásquez Durand y otros
vs. Ecuador. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Senten-
cia del 15 de febrero de 2017. Serie C, N° 332, párr. 159).
“En cuanto a la celeridad del proceso, este Tribunal ha señalado que el “plazo razo-
nable” al que se refiere el artículo 8.1 de la Convención se debe apreciar en rela-
ción con la duración total del procedimiento que se desarrolla hasta que se dicta
la sentencia definitiva. El derecho de acceso a la justicia implica que la solución
de la controversia se produzca en tiempo razonable, ya que una demora prolon-
gada puede llegar a constituir, por sí misma, una violación de las garantías judi-
ciales” (Corte IDH. Caso Favela Nova Brasilia vs. Brasil. Excepciones pre-
liminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 16 de febrero de 2017.
Serie C, N°333, párr. 217).
“El Tribunal Constitucional, en la sentencia dictada en el Expediente N° 0295-
2012- PHC/TC (caso Arce Páucar), ha hecho precisiones sobre el inicio y fin del
cómputo del plazo razonable del proceso Al respecto, ha determinado que el
cómputo del plazo razonable del proceso penal comienza a correr desde la aper-
tura de la investigación preliminar del delito, la cual comprende la investigación
policial o la investigación fiscal; o desde el inicio del proceso judicial en los casos
de delitos de acción privada, por constituir el primer acto oficial a través del cual
la persona toma conocimiento de que el Estado ha iniciado una persecución penal
en su contra. En relación con el momento inicial, ha dicho que este puede coin-
cidir con la detención policial o con otra medida restrictiva de derechos, pero
que tal supuesto no constituye requisito indispensable para habilitar el inicio del
cómputo del plazo, pues es claro que aquel momento comienza con la indicación
oficial del Estado de una persona como sujeto de una persecución penal. Por lo
que respecta a la finalización del cómputo del plazo, el Tribunal ha indicado que
el momento final del cómputo del plazo razonable del proceso penal opera en el
momento en que el órgano jurisdiccional expide la decisión definitiva que resuelve
la situación jurídica de la persona” (STC. Exp. N° 02736-2014-PHC/TC, del 29
de setiembre de 2015, f. j. 3.3).
“El Tribunal Constitucional, en la sentencia recaída en la STC Nº 0295-2012-PHC/
TC, respecto de la determinación de los extremos dentro de los que transcurre el
plazo razonable del proceso penal, es decir, el momento en que comienza (dies
a quo) y el instante en que debe concluir (dies ad quem) ha señalado que: ‘... el
cómputo del plazo razonable del proceso penal comienza a correr desde la apertura

69
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

de la investigación preliminar del delito, el cual comprende la investigación poli-


cial o la investigación fiscal; o desde el inicio del proceso judicial en los casos de
delitos de acción privada, por constituir el primer acto oficial a través del cual la
persona toma conocimiento de que el Estado ha iniciado una persecución penal en
su contra (...). En relación a la finalización del cómputo del plazo (...) el momento
final del cómputo del plazo razonable del proceso penal opera en el momento en
que el órgano jurisdiccional expide la decisión definitiva que resuelve la situación
jurídica de la persona...’ [...]”.
[E]1 plazo razonable del proceso penal comienza a computarse cuando se pre-
senta el primer acto oficial a través del cual la persona toma conocimiento de que
el Estado ha iniciado una persecución penal en su contra. En el caso de autos el
recurrente se encontraba en calidad de no habido, por lo que recién tomó cono-
cimiento del proceso en su contra el mismo día de su detención; esto es el 18 de
enero del 2012, fecha a partir de la cual se comienza a computar el plazo razona-
ble del proceso penal cuestionado porque es cuando se presenta el primer acto del
proceso en su contra como probable responsable del delito imputado. Por tanto,
desde la referida fecha hasta la interposición de la demanda, el plazo razonable
no había sido vulnerado” (STC. Exp. N° 03559-2012-PHC/TC, del 25 de marzo
de 2015, ff. jj. 10 y 13).
“La razonabilidad del plazo al que se refiere ese precepto se debe apreciar en rela-
ción con la duración total del proceso, desde el primer acto procesal hasta que se
dicte sentencia definitiva. La Corte se pronunció en el sentido de que, en mate-
ria penal, el plazo comienza en la fecha de la aprehensión del individuo. Cuando
no es aplicable esta medida, pero se halla en marcha un proceso penal, dicho
plazo debiera contarse a partir del momento en que la autoridad judicial toma
conocimiento del caso” (Corte IDH. Caso Tibi vs. Ecuador. Excepciones pre-
liminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 7 de setiembre de 2004.
Serie C, N°114, párr. 168).
“El plazo razonable al que se refiere el artículo 8.1 de la Convención se debe apre-
ciar en relación con la duración total del procedimiento penal que se desarrolla
en contra de cierto imputado, hasta que se dicta sentencia definitiva. En materia
penal este plazo comienza cuando se presenta el primer acto de procedimiento
dirigido en contra de determinada persona como probable responsable de cierto
delito” (Corte IDH. Caso López Álvarez vs. Honduras. Fondo, reparaciones y
costas. Sentencia del 1 de febrero de 2006. Serie C, N° 141, párr. 129).
“En efecto, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha señalado en reite-
radas oportunidades que “los procedimientos de ejecución deben ser considera-
dos como una segunda etapa de los procedimientos”. En ese orden de ideas, en
el caso Silva e Pontes vs. Portugal, dicho Tribunal estableció que las garantías
establecidas en el artículo 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos apli-
can tanto a la primera etapa de los procedimientos como a la segunda. Asimismo,
en el caso Robins vs. Reino Unido, ese Tribunal concluyó que todas las etapas de

70
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

los procedimientos para determinar derechos y obligaciones civiles, “sin excluir


etapas subsiguientes a la sentencia de fondo”, deben resolverse en un plazo razo-
nable” (Corte IDH. Caso Furlan y familiares vs. Argentina. Excepciones pre-
liminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 31 de agosto de 2012.
Serie C, N° 246, párr. 150).

078 ¿
Cuáles son las consecuencias derivadas de la constatación de la vul-
neración del derecho a ser juzgado en un plazo razonable?
“En cuanto a las consecuencias jurídicas derivadas de la constatación de la vulne-
ración del derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable, el Tribunal Consti-
tucional, en la sentencia pronunciada en el Expediente N° 0295-2012-PHC/TC, ha
declarado que, en el caso de un proceso penal, no puede establecerse la exclusión
del procesado, el sobreseimiento del proceso o el archivo definitivo del proceso
penal, sino que el órgano jurisdiccional debe emitir el pronunciamiento definitivo
sobre el fondo del asunto en el plazo más breve posible, declarando la inocencia o
la responsabilidad del procesado, y la consiguiente conclusión del proceso penal. El
plazo más breve posible debe ser fijado según las circunstancias concretas de cada
caso” (STC. Exp. N° 02736-2014-PHC/TC, del 29 de setiembre de 2015, f. j. 4).

079 ¿
Un proceso extremadamente breve también vulnera el derecho al
plazo razonable?
“Un proceso excesivamente extenso y prologando (o indefinido), no es compati-
ble con las particularidades de la justicia en un Estado de Derecho, que preside
toda la estructura del proceso; así como tampoco uno extremadamente breve, pues
aquel solo debe circunscribirse al tiempo necesario para satisfacer el ejercicio de
los derechos y garantías del imputado y las expectativas de los demás involucra-
dos en la causa, para garantizar la confianza en el sistema de derecho y brindar
seguridad jurídica” (Primera Sala Penal Transitoria. R.N. N° 1142-2015-Lima,
del 7 de marzo de 2017, considerando 12).

IX. EL PRINCIPIO ACUSATORIO

Base legal Constitución Política: arts. 139.3, 159.


Código Procesal Penal de 2004: arts. IV del Título Preliminar, 1.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1.

080 ¿En qué consiste el principio acusatorio?


“Que dentro de este nuevo proceso penal, propio de un Estado Constitucional,
que se caracteriza por el respeto al debido proceso, uno de los principios proce-
sales que lo informan es el principio acusatorio.

71
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Que la vigencia del principio acusatorio como elemento que integra el contenido
constitucionalmente garantizado del debido proceso, exige, entre otras cosas, pero
de manera fundamental, que no puede existir juicio sin acusación, que debe ser
formulada por persona ajena al órgano jurisdiccional sentenciador, de manera que
si el fiscal no formula acusación contra el imputado, el proceso debe ser sobre-
seído necesariamente, sin que ello obste el procedimiento para formular acusa-
ción. En ese sentido, se advierte que la primera de las características del principio
acusatorio guarda directa relación con la atribución del Ministerio Público, reco-
nocida en el artículo 159.5 de la Constitución Política del Estado, de ejercitar la
acción penal, siendo exclusiva su potestad de incoar la acción penal y de acusar,
por lo que a falta de esta el proceso debe llegar a su fin” (Sala Penal Permanente.
Casación N° 54-2009-La Libertad, del 20 de julio de 2010, considerando 6).
“El orden constitucional encomienda exclusivamente al Ministerio Público la
persecución del delito. Desde esta perspectiva, se ha sustraído a los jueces de la
función de acusar para recuperar, en esencia, su exclusiva labor de juzgamiento,
con lo que constitucionalmente se clausura la posibilidad de construir o permi-
tir el funcionamiento de un sistema inquisitivo. El sistema acusatorio exige, con-
forme a la doctrina especializada, que alguien inste la constitución de un proceso
penal, que la actividad jurisdiccional se promueva externamente al propio Poder
Judicial y que, por tanto, queden separadas las funciones de acusar y de juzgar”
(Sala Penal Permanente. R.N. N° 610-2018-Lima Sur, del 7 de agosto de 2018,
considerando 5).
“En efecto, el Ministerio Público es el órgano al que la Constitución Política del
Perú ha encomendado la función persecutoria, destinada a la aplicación del dere-
cho penal a los infractores de las normas jurídico-penales, es trascendente obser-
var los alcances del proceso penal esencialmente acusatorio, que se han fijado
al atribuir a la Fiscalía la titularidad de la acción penal en régimen de monopo-
lio” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 2392-2017-Puno, del 10 de setiembre de
2018, considerando 4).

081 ¿Cuál es el fundamento para la aplicación del principio acusatorio?


“(…) A través del principio acusatorio, se determina bajo qué distribución de roles
y bajo qué condiciones se efectuará el juzgamiento de la pretensión penal. La
fundamentación reside en la preservación de la imparcialidad del juez, que podría
verse comprometida si se le atribuyeran, a él mismo, las funciones de descubrir,
investigar y perseguir los hechos posiblemente constitutivos de delito. Convergen
dos elementos característicos:
El primero se refiere al desdoblamiento de las funciones de investigación y de
decisión, a cargo de dos órganos públicos distintos, el juez instructor o penal, en
el Código de Procedimientos Penales, y el Ministerio Público, en el Nuevo Código
Procesal Penal, sustentado en el artículo ciento cincuenta y nueve, numeral cua-
tro, de la Constitución Política del Estado. 7.2. El segundo incide en la distribución

72
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

de las funciones de acusación y decisión, en armonía con el aforismo nemo iudex


sine acusatore, el cual, incluso, se extiende a la promoción de la acción penal, a
la inculpación penal, y a la propia incoación de la instrucción o de la investiga-
ción preparatoria” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 610-2018-Lima Sur, del 7
de agosto de 2018, considerando 7).
“En este sentido, tomando en cuenta lo precedente, debe señalarse que la con-
ducción de la investigación, el ejercicio de la acción penal y la interposición de la
acusación corresponde a un ente autónomo y jerarquizado, como lo es el Minis-
terio Público. De ello se decanta el reconocimiento constitucional del principio
acusatorio como garantía medular del proceso penal, concerniente al objeto del
proceso penal. (…)” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 610-2018-Lima Sur, del
7 de agosto de 2018, considerando 9).

082 ¿Cuáles son los alcances del principio acusatorio?


“Principio Acusatorio.- La función jurisdiccional no es absoluta sobre la acredi-
tación del objeto procesal. La decisión judicial debe observar las garantías y prin-
cipios inherentes al debido proceso, uno de los cuales lo constituye el principio
acusatorio. Los alcances de este principio han sido puntualizados en importante
jurisprudencia, tanto judicial, como constitucional. Es pertinente destacar los
siguientes pronunciamientos: i) El Recurso de Queja Excepcional N° 1678-2006/
Lima, de fecha trece de abril de dos mil siete, emitido por la Sala Penal Perma-
nente, donde se señala que la acusación fiscal es privativa del Ministerio Público
y el presupuesto del juicio jurisdiccional es la imputación del fiscal [f. j. sétimo];
ii) Recurso de Nulidad N° 2358-2009/Lima, de fecha veintiuno de diciembre de
dos mil nueve, expedido por la Sala Penal Permanente, que reconoce su integra-
ción al contenido esencial de la garantía al debido proceso, conforme al artículo
139, numeral 3, de la Constitución Política del Estado, e informa el objeto del
proceso penal. A través de este principio, se determina bajo que distribución de
roles y bajo qué condiciones se efectuará el juzgamiento de la pretensión penal.
La fundamentación reside en la preservación de la imparcialidad del juez, que
podría verse comprometida si se le atribuyeran, a el mismo, las funciones de des-
cubrir, investigar y perseguir los hechos posiblemente constitutivos de delito. A
la vez, comprende dos elementos característicos: Uno, alusivo al desdoblamiento
de las funciones de investigación y de decisión, a cargo de dos órganos públi-
cos distintos, el juez instructor o penal, en el Código de Procedimientos Pena-
les, y el Ministerio Publico en el nuevo Código Procesal Penal, sustentado en el
artículo 159, numeral 4, de la Constitución Política del Estado. Y otro, referente
a la distribución de las funciones de acusación y decisión, en armonía con el afo-
rismo nemo iudex sine acusatore, el cual, incluso, se extiende a la promoción de
la acción penal, a la inculpación penal, y a la propia incoación de la instrucción o
de la investigación preparatoria [f. j. segundo]; iii) STC N° 4552-2013-PHC/TC-La
Libertad, de fecha veintiséis de junio de dos mil catorce, donde se precisa que:
a) No puede existir juicio sin acusación debiendo ser formulada esta por persona
ajena al órgano jurisdiccional sentenciador, de manera que si el fiscal no formula

73
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

acusación contra el imputado, el proceso debe ser sobreseído necesariamente;


b) No puede condenarse por hechos distintos a los acusados, ni a persona distinta
de la acusada; c) No pueden atribuirse al juzgador poderes de dirección material
del proceso que cuestionen su imparcialidad [f. j. quinto]; y, iv) STC N° 2005-
2006-PHC/TC-Lima, de fecha trece de marzo de dos mil seis, estableciéndose
que: ‘La primera de las características del principio acusatorio […] guarda directa
relación con la atribución del Ministerio Público, reconocida en el artículo 159 de
la Constitución, entre otras, de ejercitar la acción penal. Siendo exclusiva potes-
tad del Ministerio Publico de incoar la acción penal y de acusar, a falta de esta,
el proceso deber llegar a su fin […]’. [f. j. sexto y sétimo]” (Sala Penal Perma-
nente. R.N. N° 1969-2016- Lima Norte, del 20 de julio de 2010, considerando 6).

083 ¿
El principio acusatorio impone una distinción de roles entre los suje-
tos procesales?
“(…) A través [del principio acusatorio] se determina bajo qué distribución de roles
y bajo qué condiciones se efectuará el juzgamiento de la pretensión penal. Su fun-
damento estriba en la preservación de la imparcialidad del juez, que podría verse
comprometida si se le atribuyeran a él mismo las funciones de descubrir, investi-
gar y perseguir los hechos posiblemente constitutivos de delito. En la que es rele-
vante al caso, una primera nota esencial de este principio es el desdoblamiento de
las funciones de investigación y de decisión, a cargo de dos órganos públicos dis-
tintos (el Juez Instructor o Penal en el Antiguo Código de Procedimientos Pena-
les y el Ministerio Público en el nuevo Código Procesal Penal con fundamento
supremo en la Ley Fundamental: artículo 159 inciso 4). Una segunda nota esen-
cial del principio acusatorio es la distribución de las funciones de acusación y de
decisión, en armonía con el aforismo nemo iudex sine acusatore –que incluso la
ley ordinaria con base en la Constitución extiende o la promoción de la acción
penal, a la inculpación penal, y a la propia incoación de la instrucción o de la in-
vestigación preparatoria–. (…)” (Segunda Sala Penal Transitoria. R.N. N° 2358-
2009-Lima, del 21 de diciembre de 2009, considerando 2).

084 ¿Cuáles son las características del principio acusatorio?


“(…) La vigencia del principio acusatorio imprime al sistema de enjuiciamiento
determinadas características: ‘a) que no puede existir juicio sin acusación,
debiendo ser formulada esta por persona ajena al órgano jurisdiccional senten-
ciador, de manera que si ni el fiscal ni ninguna de las otras partes posibles for-
mulación acusación contra el imputado, el proceso debe ser sobreseído necesa-
riamente; b) que no puede condenarse por hechos distintos de los acusados ni
a persona distinta de la acusada; c) que no pueden atribuirse al juzgador pode-
res de dirección material del proceso que cuestionen su imparcialidad’” (Gómez
Colomer, Juan-Luis. El proceso penal en el Estado de Derecho. Diez estudios
doctrinales. Lima, Palestra, 1999).

74
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

La primera de las características del principio acusatorio mencionadas guarda


directa relación con la atribución del Ministerio Público, reconocida en el artículo
159 de la Constitución, entre otras, de ejercitar la acción penal. Siendo exclusiva
la potestad del Ministerio Público de incoar la acción penal y de acusar, a falta de
ésta, el proceso debe llegar a su fin. (…)” (STC. Exp. N° 2005-2006-PHC/TC,
del 13 de marzo de 2006, ff. jj. 5 y 6).
“Este principio forma parte de las garantías básicas del proceso penal e implica
la existencia de una contienda procesal entre dos partes contrapuestas (PICO I
JUNOY, Juan. Las garantías constitucionales del proceso. JM Bosch Editor, Bar-
celona, 1997, pág. 112), constituye además una garantía fundamental de la impar-
cialidad del órgano jurisdiccional, propia de una Estado democrático de Derecho,
siendo una de sus características esenciales la distribución de las funciones de
acusación y decisión, por el cual se presupone que la acusación sea previamente
formulada y conocida, así como el derecho del imputado a ejercer su defensa y
consiguientemente, la posibilidad de contestar o rechazar la acusación. Es por
ello que, la figura del fiscal se relaciona necesariamente con el sistema acusatorio,
según el cual no puede haber juicio sin acusación (BINDER, Alberto M. Intro-
ducción al Derecho Procesal Penal, 2ª edición, Ad - Hoc, Buenos Aires, 1999,
pág. 323)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 215-2011-Arequipa, del 12 de
junio de 2011, considerando 4.1).
“El sistema acusatorio exige que alguien inste la constitución de un proceso penal;
que la actividad persecutora del delito se promueva externamente al propio Poder
Judicial y que, por tanto, queden separadas las funciones de acusar y de juzgar.
El Ministerio Público es un órgano estatal que desarrolla una función pública,
ello permite diferenciar, al interior del Estado, esas dos funciones y evitar que un
mismo órgano concentre ambos roles” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 2392-
2017-Puno, del 10 de setiembre de 2018, considerando 5).
“Sobre la vigencia del principio acusatorio, el Tribunal Constitucional ha dise-
ñado las siguientes características:
- No puede existir juicio sin acusación, esta debe ser formulada por per-
sona ajena al órgano jurisdiccional sentenciador, de manera que si el fis-
cal no formula acusación contra el imputado, el proceso debe ser sobreseído
necesariamente.
- No puede condenarse por hechos distintos de los acusados ni a persona dis-
tinta de la acusada.
- No pueden atribuirse al juzgador poderes de dirección material del proceso
que cuestionen su imparcialidad. Del mismo modo, se estableció que: “La
primera de las características del principio acusatorio […] guarda directa
relación con la atribución del Ministerio Público, reconocida en el artículo
159 de la Constitución, entre otras, de ejercitar la acción penal. Siendo exclu-
siva la potestad del Ministerio Público de incoar la acción penal y de acusar,

75
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

a falta de esta, el proceso debe llegar a su fin […]’” (Sala Penal Permanente.
R.N. N° 610-2018-Lima Sur, del 7 de agosto de 2018, considerando 6).
“Al respecto, cabe resaltar lo expuesto por el Tribunal Constitucional en el fun-
damento seis de la Sentencia número dos mil cinco-dos mil seis-PHC/TC, el cual
precisó que: ‘La primera de las características del principio acusatorio guarda
directa relación con la atribución del Ministerio Público, reconocida en el artículo
ciento cincuenta y nueve de la Constitución, entre otras, de ejercitar la acción
penal. Siendo exclusiva la potestad del Ministerio Público de incoar la acción
penal y de acusar, a falta de esta, el proceso debe llegar a su fin’. Así, se verifica
que en el presente caso, y a la vista de la insuficiencia probatoria contra la proce-
sada Palomino Malpartida, el Fiscal Superior consideró pertinente no continuar
con el ejercicio de la acción penal en su contra” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 332-2018-Callao, del 30 de abril de 2018, considerando 5).
“[…] el objeto del proceso se concreta en la acusación fiscal y es delimitado por
el Ministerio Público –titular de la acción penal y responsable de la carga de la
prueba–, lo que otorga al sistema de enjuiciamiento determinadas característi-
cas: (i) no existe juicio sin acusación, (ii) no puede condenarse por hechos dis-
tintos de los acusados ni a persona distinta de la acusada, y (iii) no pueden atri-
buirse al juzgador poderes de dirección material del proceso; que, en tal virtud,
si el Fiscal no acusa, más allá de la posibilidad de incoar el control jerárquico
–regulado en el artículo doscientos veinte del Código de Procedimientos Pena-
les–, el órgano jurisdiccional no está facultado a ordenar al Fiscal que formule
acusación […]” (Sala Penal Transitoria. R.N. N° 1029-2010-Tacna, del 20 de
enero de 2011, considerando 3).

085 ¿Cuál es la expresión fundamental del principio acusatorio?


“Que una de las expresiones del principio acusatorio, que concreta el objeto proce-
sal y define los roles de los sujetos procesales al interior del proceso penal mismo,
es precisamente la formulación de la acusación por parte del representante del
Ministerio Público. Al respecto el Acuerdo Plenario Nº 6-2009/CJ-116, del trece
de noviembre de dos mil nueve, ha establecido como doctrina legal que: “La acu-
sación fiscal es un acto de postulación del Ministerio Publico que promueve en
régimen de monopolio en los delitos sujetos a persecución publica (…). Mediante
la acusación la Fiscalía fundamenta y deduce la pretensión penal; esto es, la peti-
ción fundamentada dirigida al órgano jurisdiccional para que imponga una san-
ción penal a una persona por la comisión de un hecho punible que se afirma que
ha cometido (…)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 54-2009-La Libertad,
del 20 de julio de 2010, considerando 7).
“(…) la función de acusación es privativa del Ministerio Público y, por ende, el
juzgador no ha de sostener la acusación; que esto último significa, de acuerdo al
aforismo nemo iudex sine actore, que si el Fiscal no formula acusación, más allá
de la posibilidad de incoar el control jerárquico, le está vedado al órgano juris-
diccional ordenar al Fiscal que acuse y, menos, asumir un rol activo y, de oficio,

76
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

definir los ámbitos sobre los que discurrirá la selección de los hechos, que sólo
compete a la Fiscalía: el presupuesto del juicio jurisdiccional es la imputación del
fiscal; que, por tanto, si el órgano judicial está conforme con el dictamen no acu-
satorio del Fiscal Provincial y, por ello, no decide incoar el procedimiento para
forzar la acusación, y si a continuación, con motivo del recurso de apelación de la
perta civil, el Fiscal Superior igualmente emite un dictamen no acusatorio, ratifi-
cando el parecer del Fiscal Provincial –es de recordar al respecto que el Ministe-
rio Público, a nivel institucional, está regido por el principio de unidad de la fun-
ción y dependencia jerárquica, de suerte que, en estos casos, prima el parecer del
Superior jerárquico y si este coincide con lo decidido por el Fiscal inferior con-
creta y consolida la posición no incriminatoria del Ministerio Público– no existe
posibilidad jurídica que el órgano jurisdiccional de alzada dicte una resolución
de imputación; (…)” (Sala Penal Permanente. R.Q. N° 1678-2006-Lima, del 13
de abril de 2007, considerando 4).
“Que, como se ha dejado expuesto, el objeto del proceso se concreta en el dicta-
men final del Ministerio Público, que cuando es acusatorio introduce la preten-
sión penal, que a su vez está definida, en su aspecto objetivo, por la denominada
Fundamentación fáctica, esto es, el hecho punible, el hecho histórico subsumi-
ble en un tipo penal de carácter homogéneo –esos hechos son formulados por el
Ministerio Público a una persona determinada, y en su definición o concreción no
puede intervenir el órgano jurisdiccional–; (…)” (Sala Penal Permanente. R.Q.
N° 1678-2006-Lima, del 13 de abril de 2007, considerando 5).
“Que la acusación fiscal es un acto procesal que, en virtud del principio acusatorio
y lo dispuesto en el artículo ciento cincuenta y nueve, numeral cinco, de la Consti-
tución, corresponde exclusivamente al Ministerio Público, en virtud del principio
acusatorio. Ella contiene la pretensión procesal del Fiscal –pretensión punitiva del
Estado, que incluye además una pretensión resarcitoria–, y da lugar, previo control
judicial, al auto de enjuiciamiento que vincula al órgano jurisdiccional encargado
del juzgamiento. En tal sentido, debe existir una relación de congruencia entre el
contenido de la acusación y lo resuelto en la sentencia final” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 09-2010-Tacna, del 13 de octubre de 2010, considerando 4).
“Que, en ese sentido, se advierte que la primera de las características del principio
acusatorio guarda directa relación con la atribución del Ministerio Público, recono-
cida en el artículo ciento cincuenta y nueve de la Constitución Política del Estado,
de ejercitar la acción penal, siendo exclusiva su potestad de incoar la acción penal
y de acusar, por lo que a falta de esta, el proceso debe llegar a su fin; que, siendo
así, la inexistencia de acusación impide cualquier emisión de sentencia condena-
toria, máxime si en el caso de autos, la Fiscal Adjunta Suprema en lo Penal tuvo
la opción de revocar el dictamen (…) o en todo caso, solicitar la ampliación de
la instrucción; en consecuencia, al haberse desistido la titular de la acción penal
de formular acusación, el proceso debe llegar a su fin” (Sala Penal Permanente.
R.N. N° 1764-2009-Cusco, del 6 de julio de 2010, considerando 4).

77
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

086 ¿
Qué implicancias tiene para el órgano juzgador respetar el principio
acusatorio?
“Que, aun cuando el representante de la Procuraduría Publica expone las razo-
nes por las cuales existirían elementos de convicción que vinculan a los encau-
sados con el delito en cuestión, es menester señalar que por mandato consti-
tucional corresponde al Ministerio Público la persecución del delito –Véase
inciso quinto del artículo ciento cincuenta y nueve de la Constitución Política
del Estado–, no siendo posible que este Supremo Tribunal valore el fondo de la
controversia, pues no sólo se vulneraría el principio acusatorio que impide al
órgano jurisdiccional asumir funciones acusatorias, reservadas solo al Minis-
terio  Público, sino que se lesionaría el ámbito propio de las atribuciones de
esta institución como órgano autónomo de derecho constitucional reconocido
por el artículo ciento cincuenta y ocho de la Constitución Política del Estado;
que, en este mismo sentido se ha pronunciado la jurisprudencia constitucional
en el expediente número dos mil cinco dos mil seis-PHC/TC, señalando que:
‘(...) la primera de las características del principio acusatorio mencionadas
guarda directa relación con la atribución del Ministerio Público, reconocida en
el artículo ciento cincuenta y nueve de la Constitución, entre otras, de ejercitar
la acción penal. Siendo exclusiva la potestad del Ministerio Público de incoar
la acción penal y de acusar, a falta de esta, el proceso debe llegar a su fin. (…)
Si el Fiscal Supremo coincide con la opinión del Fiscal Superior respecto del
no ha lugar a juicio y archiva el proceso, se pronunciará ene se sentido, devol-
viendo la causa a la Sala Penal para que dicte la resolución de archivo. Contra
esta resolución no cabe recurso alguno, pues la decisión del Ministerio Público,
titular de la acción penal, ha sido la de terminar con la persecución del delito,
consecuentemente, no cabe disposición expresa en sentido contrario por otra
autoridad (…)’” (Sala Penal Permanente. R. N. N° 2330-2012-Junín, del 30
de enero de 2013, considerando 3).

087 ¿
Cuándo opera una excepción a la vigencia del principio acusatorio en
relación con las decisiones fiscales?
“La Fiscalía Suprema opina que se declare haber nulidad en el extremo de la con-
dena por el delito de robo agravado. Si bien este Supremo Tribunal en reiterada
jurisprudencia sostiene la vigencia del principio acusatorio y de jerarquía institu-
cional, también ha establecido como una de las excepciones a esta regla es que la
decisión fiscal incurra en notorias incoherencias, contradicciones o defectos de
contenido que ameriten un nuevo pronunciamiento fiscal. De ello se deriva que
la eficacia del principio de jerarquía debe validarse en lo adecuado, lógico y sufi-
ciente de la argumentación del Fiscal Supremo, siendo en todo caso más exigible
el principio de legalidad” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 2812-2007-Lima
Sur, del 30 de abril de 2018, considerando 3).

78
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

088 ¿
El principio acusatorio impide que el órgano jurisdiccional realice
un control de la legalidad de las resoluciones fiscales impugnadas por
la víctima?
“Que, en el presente caso, se estimó que el principio acusatorio impide que el
órgano jurisdiccional pueda realizar un control de legalidad sobre la resolución
impugnada en función a la alegaciones de las partes, en especial de la víctima
recurrente. El principio acusatorio no tiene esa dimensión. Se limita a garantizar
que el juez mantenga su imparcialidad, para lo cual es necesario una clara separa-
ción entre quien acusa, quien se defiende y quien enjuicia; una distinción precisa
entre las etapas de investigación preparatoria y de enjuiciamiento y su atribución
a órganos distintos; la prohibición de que se puede condenar más allá de la acusa-
ción formulada; y, la interdicción de la reforma en peor en sede de impugnación
(BUJOSA VADELL, Llorenc y otros. Nociones preliminares de Derecho Proce-
sal Penal. Barcelona: Atelier, 2016, p. 20)” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 1184-2017-Del Santa, del 22 de mayo del 2018, considerando 4).

089 ¿
Cómo opera el principio de jerarquía institucional con relación al
principio acusatorio?
“En este escenario, la jurisprudencia de la Corte Suprema –considerando cuarto
del Recurso de nulidad número mil trecientos cuarenta y siete-dos mil trece-
Lima–, al desarrollar el principio acusatorio y de jerarquía que rige la institucio-
nalidad y actuación procesal del Ministerio Público, estableció lo siguiente: “Por
el primero, corresponde a la Fiscalía no solo investigar, inculpar formalmente al
imputado, acusar, sostener la acusación y, en su caso, mantener el recurso para
su absolución por el Tribunal de revisión. Si no hay acusación y no se mantiene
el recurso hasta el final, en la propia sede recursal, este decae. Por el segundo,
la posición del superior en grado prima sobre la expuesta en la sede anterior por
el fiscal inferior” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1221-2016-Lima, del 8 de
agosto de 2018, considerando 3.2).
“Que, en efecto, rigen el principio acusatorio –que integra el contenido constitu-
cionalmente garantizado del debido proceso y define el objeto procesal– y el prin-
cipio institucional de jerarquía. Por el primero, corresponde a la Fiscalía no sólo
investigar, inculpar formalmente al imputado, acusar, sostener la acusación y, en
su caso, mantener el recurso para su absolución por el Tribunal de Revisión. Si no
hay acusación y no se mantiene el recurso hasta el final, en la propia sede recur-
sal, este decae. Por el segundo, la posición del superior en grado prima sobre la
expuesta en la sede anterior por el fiscal inferior” (Sala Penal Transitoria. R.N.
Nº 1347-2013-Lima, del 1 de abril de 2014, considerando 4).
“Conforme es línea jurisprudencial sobre los principios acusatorio y de jerarquía
institucional del Ministerio Público, se tiene que, en primer término, por impe-
rio del principio acusatorio, no solo corresponde que el Ministerio Público, como
titular de la acción penal o institución que detenta el monopolio de su ejercicio

79
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

(cfr. artículo ciento cincuenta y nueve de la Constitución Política del Estado), for-
mule, de ser el caso, acusación para el respectivo pronunciamiento jurisdiccional
sobre responsabilidad penal; también manda que, de haberse formulado acusación
–lo que importa, en lo sustancial, un pedido de concreción o materialización de
ius puniendi o potestad punitiva del Estado (sanción penal de responsables de un
hecho delictuoso)–, el persecutor del delito sostenga o persista en ella a lo largo
del proceso penal, lo cual implica que, en el caso de una sentencia absolutoria de
primera instancia expedida en el marco de un proceso ordinario (Código de Pro-
cedimientos Penal de mil novecientos cuarenta), el representante del Ministerio
Público debe impugnarla mediante el respectivo recurso de nulidad y, en el caso
de corresponder pronunciamiento de su superior jerárquico, este debe manifestar
su acuerdo con dicha impugnación o persistencia en la acusación.
En el supuesto de que el representante del Ministerio Público no impugne la sen-
tencia absolutoria, la observancia material del cumplimiento del principio acusa-
torio determina que su superior jerárquico exprese su desacuerdo con la absolu-
ción o, lo que resulta implicante, su conformidad con la impugnación planteada
por la parte civil en torno al aspecto punitivo de la sentencia absolutoria en sal-
vaguarda de sus derechos e intereses legítimos –lo contrario daría cuenta de un
desistimiento o renuncia a persistir en la acusación o al ejercicio de la acción
penal por parte del titular su promoción por antonomasia–. Solo así se habilitaría,
legítima y constitucionalmente, el conocimiento y pronunciamiento, de segundo
grado, del órgano jurisdiccional sobre responsabilidad penal. Debe recordarse que,
por regla, el principio institucional de jerarquía al interior del Ministerio Público
–en el cual se encuentra implicado el de unidad– importa que la posición expuesta
por el fiscal del que se trate se subordina a la de su superior jerárquico en grado”
(Sala Penal Permanente. R.N. N° 2573-2017-Huánuco, del 24 de julio de 2018,
considerandos 3.4 y 3.5).
“Que la Fiscalía Suprema no aceptó la posición de veintidós años de privación
de libertad fijada como pretensión impugnativa por el Fiscal Superior. Por tanto,
el reclamo impugnativo del Fiscal Superior ha quedado sin base por la posición
del Fiscal Supremo en esta sede al abogar por que la nueva pena debe ser de sólo
dieciséis años de pena privativa de libertad. Rige, por consiguiente, el principio
de jerarquía, de suerte que, como se está ante un órgano público jerarquizado, la
posición del Fiscal Supremo prima por sobre la del Fiscal Superior; de lo contra-
rio sería aceptar el principio de independencia, que no es de recibo en la orga-
nización institucional del Ministerio Público” (Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 3099-2013-Callao, del 8 de mayo de 2014, considerando 4).
“Que es evidente, entonces, la primacía del principio institucional del Ministerio
Público de jerarquía, que en el presente caso deja vacío de contenido el recurso
acusatorio del Fiscal Adjunto Superior. No seguir esta concepción equivaldría a
asumir, sin amparo legal, que en la organización del Ministerio Público rige el
principio de autonomía de cada Fiscal (artículo 5 de la Ley Orgánica del Ministe-
rio Público) y que la intervención del Superior no refleja la posición institucional,

80
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

en el propio recurso, del Ministerio Público, la cual sería meramente ilustrativa


sin ninguna relación con la posición procesal que se asuma en la causa” (Sala
Penal Transitoria. R.N. N° 1975-2013-San Martín, del 28 de mayo de 2014,
considerando 6).

090 ¿Cómo se relaciona el principio acusatorio con el contradictorio?


“[S]e integran y complementan, toda vez que el primero identifica los elemen-
tos necesarios para individualizar la pretensión penal e individualizar al pro-
cesado, mientras que el segundo custodia que el acusado pueda alegar y/o pre-
sentar todas las pruebas que estime necesarias para su interés. De ahí que el
derecho del procesado de conocer la acusación tiene como correlato el principio
contradictorio, cuya máxima expresión garantista es la inmutabilidad de la acu-
sación, en virtud de la cual el juez puede dar al hecho imputado una definición
jurídica diferente, pero no puede modificarlo. Empero, cuando, a consecuencia
de lo anterior, tuviera que acudir a otro tipo penal, tal modificación implicaría
la variación de la estrategia de defensa –si esta no se encuentra implícita en la
nueva disposición– que su vez exige el conocimiento previo del imputado para
garantizar su defensa y el contradictorio, tanto más si, constitucionalmente, está
proscrita la indefensión” (STC. Exp. N° 0402-2006-2006-PHC/TC-Lima, del
23 de marzo de 2007, f. j. 14).

X. EL DERECHO A LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA E IN


DUBIO PRO REO

Base legal Constitución Política: arts. 2.24.3, 139.11.


Código Procesal Penal de 2004: art. II y VII del Título Preliminar.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.2.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.2.

091 ¿Cuáles son los alcances del principio a la presunción de inocencia?


“En el Sistema Internacional de Protección de los Derechos Humanos, el derecho
a la presunción de inocencia aparece considerado en el artículo 11.1 de la Decla-
ración Universal de los Derechos Humanos, en el sentido de que ‘Toda persona
acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan
asegurado todas las garantías necesarias para su defensa. (...)’. De igual modo, el
citado derecho es enfocado en el artículo 14.2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos y el artículo 8.2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. En relación con esta última, ‘(...) la Corte ha afirmado que en el princi-
pio de presunción de inocencia subyace el propósito de las garantías judiciales, al

81
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

afirmar la idea de que una persona es inocente hasta que su culpabilidad es demos-
trada’” (STC. Exp. N° 01768-2009-PA/TC-Cusco, del 2 de junio de 2010, f. j. 3).
“El artículo 8.2 de la Convención dispone que ‘[t]oda persona inculpada de delito
tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente
su culpabilidad’. Por ello, la Corte ha señalado que el principio de presunción de
inocencia constituye un fundamento de las garantías judiciales. La presunción de
inocencia implica que el imputado goza de un estado jurídico de inocencia o no
culpabilidad mientras se resuelve acerca de su responsabilidad penal, de modo tal
que debe recibir del Estado un trato acorde con su condición de persona no con-
denada” (Corte IDH. Caso Zegarra Marín vs. Perú. Excepciones preliminares,
fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 15 de febrero de 2017, párr. 121).

092 ¿
En dónde reside el fundamento del derecho a la presunción de ino-
cencia?
“En concordancia con estos instrumentos internacionales de protección de los
derechos humanos, el artículo 2, inciso 24 de la Constitución establece que ‘Toda
persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente
su responsabilidad’. De esta manera, el constituyente ha reconocido la presun-
ción de inocencia como un derecho fundamental. El fundamento del derecho
a la presunción de inocencia se halla tanto en el principio-derecho de dignidad
humana (“La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin
supremo de la sociedad y del Estado”, artículo 1 de la Constitución), como en el
principio pro hómine” (STC. Exp. N° 01768-2009-PA/TC-Cuzco, del 2 de junio
de 2010, f. j. 4).

093 ¿
Cuál es el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la
presunción de inocencia?
“En cuanto a su contenido, se ha considerado que el derecho a la presunción de ino-
cencia (cf. STC Nº 0618-2005-PHC/TC, fundamento 22) comprende: ’(...) el princi-
pio de libre valoración de la prueba en el proceso penal que corresponde actuar a
los Jueces y Tribunales; que la sentencia condenatoria se fundamente en auténti-
cos hechos de prueba, y que la actividad probatoria sea suficiente para generar en
el Tribunal la evidencia de la existencia no sólo del hecho punible, sino también
la responsabilidad penal que en él tuvo el acusado y así desvirtuar la presunción’”
(STC. Exp. N° 01768-2009-PA/TC-Cuzco, del 2 de junio de 2010, f. j. 6).

094 ¿
La presunción de inocencia exige que no solo se debe probar el hecho
delictivo sino también la vinculación del imputado con tal evento ilícito?
“[E]n un Estado constitucional de derecho, la justicia penal exige no solo que se
pruebe el hecho delictivo, sino también la vinculación del imputado con tal evento
para legitimar la privación de libertad de un ser humano. En otras palabras, que
se pruebe un hecho delictivo no implica necesariamente que el imputado sea su

82
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

autor o haya participado en su perpetración” (Sala Penal Permanente. R.N.


N° 169-2018-Cajamarca, del 25 de octubre de 2018, considerando 9).
“Aunado a la verificación de la concurrencia del delito, adicional y necesaria-
mente debe probarse la responsabilidad penal del imputado, ello implica acredi-
tar la existencia del hecho delictivo y la vinculación del imputado utilizando para
ello pruebas suficientes que logren superar la garantía constitucional de presun-
ción de inocencia. Así, la Convención Americana de los Derechos Humanos, en
su artículo 8, inciso 2, preceptúa que: ‘(…) 2. Toda persona inculpada de delito
tiene derecho a que se presuma su inocencia, mientras no se establezca legal-
mente su culpabilidad en cuanto a su contenido la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos ha precisado que (…) el principio de la presunción de inocencia,
tal y como se desprende del artículo ocho punto dos de la Convención exige que
una persona no pueda ser condenada mientras no exista Prueba Plena de su res-
ponsabilidad penal, si obra contra ella prueba incompleta o insuficiente, no es
procedente condenarla, sino absolverla (…)’” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 515-2016-Lima, del 11 de enero de 2017, considerando 4.1).

095 ¿
Cuáles son las vertientes en que se despliega la presunción de inocen-
cia, en tanto derecho subjetivo del ciudadano?
“El derecho a la presunción de inocencia es un derecho subjetivo del ciudadano,
la misma que despliega una doble vertiente: temporal y material. La primera parte
de una verdad inicial, la inocencia del procesado, que no se destruye hasta que
culpabilidad no haya quedado establecida en sentencia firme; y, la segunda radica
que a partir de la presunción inicial de inocencia, la condena solo puede fundarse
en una prueba plena o prueba indiciaria sin contra indicios que acredite fehacien-
temente su culpabilidad, por lo tanto enerve dicha presunción, y si no se produce
aquella deberá absolvérsele de la imputación penal” (Sala Penal Permanente.
Casación Nº 724-2014-Cañete, del 12 de agosto de 2015, considerando 3.3.6).

096 ¿
Desde qué momento empieza a regir el principio de la presunción de
inocencia?
“Se ha señalado en anterior oportunidad (cf.  STC Nº 0618-2005-PHC/TC,
fundamentos 21 y 22) que el derecho fundamental a la presunción de inocencia,
en tanto que presunción iuris tántum, implica que ‘(...) a todo procesado se le con-
sidera inocente mientras no se pruebe su culpabilidad: vale decir, hasta que no se
exhiba prueba en contrario. Rige desde el momento en que se imputa a alguien la
comisión de un delito, quedando el acusado en condición de sospechoso durante
toda la tramitación del proceso, hasta que se expida la sentencia definitiva’. De
igual forma, se ha dicho (vid. STC Nº 2915-2004-PHC/TC, fundamento 12) que ‘la
presunción de inocencia se mantiene ‘viva’ en el proceso penal siempre que no
exista una sentencia judicial que, como corolario del cauce investigatorio llevado a
cabo con las garantías inherentes al debido proceso, logre desvirtuarla (...)’” (STC.
Exp. N° 01768-2009-PA/TC-Cuzco, del 2 de junio de 2010, f. j. 5).

83
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

097 ¿
Cuáles son las exigencias de la presunción de inocencia en su dimen-
sión extraprocesal?
“El derecho a la presunción de inocencia exige que el Estado no condene infor-
malmente a una persona o emita juicio ante la sociedad, contribuyendo así a for-
mar una opinión pública, mientras no se acredite su responsabilidad penal con-
forme a la ley. Por ello, ese derecho puede ser violado tanto por los jueces a cargo
del proceso, como por otras autoridades públicas, por lo cual estas deben ser dis-
cretas y prudentes al realizar declaraciones públicas sobre un proceso penal, antes
de que la persona haya sido juzgada y condenada” (Corte IDH. Caso Pollo Rivera
y otros vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 21 de octubre de
2016. Serie C, N° 319, párr. 177).

098 ¿
La presunción de inocencia en su dimensión procesal a qué ámbitos
se aplica?
“En el contexto del proceso penal, la presunción de inocencia adquiere diversa
connotación, lo que permite disgregarla en derechos más específicos que rigen
ámbitos de aplicación distintos. Será concebida, entonces, como un principio
informador de los procedimientos de investigación, como regla de tratamiento
del imputado durante el proceso penal, como regla de prueba y como regla de jui-
cio” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 169-2018-Cajamarca, del 25 de octubre
de 2018, considerando 4).

099 ¿
La presunción de inocencia como principio informador del proceso
penal qué exigencias implica?
“Para la Corte Interamericana, este derecho también ‘exige que una persona no
pueda ser condenada mientras no exista prueba plena [entiéndase prueba sufi-
ciente y pertinente] de su responsabilidad penal. Si obra contra ella prueba incom-
pleta o insuficiente, no es procedente condenarla, sino absolverla’ (Caso Cantoral
Benavides vs. Perú, sentencia del 18 de agosto de 2000).
De la jurisprudencia citada, puede concluirse que el derecho a la presunción de ino-
cencia se configura como una regla de tratamiento del imputado y como una regla
de juicio. Sobre la extensión de este derecho, conviene tener presente que el Tribu-
nal Europeo ha precisado que ‘no se limita a una simple garantía procesal en mate-
ria penal. Su alcance es más amplio y exige que ningún representante del Estado o
de la autoridad pública declare que una persona es culpable de una infracción antes
de que su culpabilidad haya sido establecida [en forma definitiva] por un tribunal’
(Caso Lizaso Azconobieta c. España, sentencia del 28 de junio de 2011)” (STC. Exp.
N° 00156-2012-PHC/TC-Lima, del 8 de agosto de 2012, f. j. 43).

100 ¿
La presunción de inocencia como regla de tratamiento impide la
adopción de medidas cautelares personales?
“El artículo 8.2 de la Convención Americana dispone que:

84
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia


mientras no se establezca legalmente su culpabilidad.
En la sentencia del Caso Suárez Rosero vs. Ecuador, de fecha 12 de noviembre
de 1997, la Corte Interamericana destacó que en el derecho a la presunción de
inocencia ‘subyace el propósito de las garantías judiciales, al afirmar la idea de
que una persona es inocente hasta que su culpabilidad sea demostrada’. De este
principio se deriva ‘la obligación estatal de no restringir la libertad del detenido
más allá de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no impedirá
el desarrollo eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción de la jus-
ticia, pues la prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva’” (STC. Exp.
N° 00156-2012-PHC/TC-Lima, del 8 de agosto de 2012, f. j. 42).

101 ¿
Cuándo se produce una vulneración al derecho a la presunción de
inocencia como regla de tratamiento?
“Como regla de tratamiento del imputado, los incisos 1 y 2 del artículo II del Título
Preliminar del Código Procesal Penal, prescriben que ‘[t]oda persona imputada
de la comisión de un hecho punible es considerada inocente, y debe ser tratada
como tal, mientras no se demuestre lo contrario y se haya declarado su responsa-
bilidad mediante sentencia firme debidamente motivada’ y que ‘[h]asta antes de
la sentencia firme, ningún funcionario o autoridad pública puede presentar a una
persona como culpable o brindar información en tal sentido’.
La violación del derecho a la presunción de inocencia como regla de tratamiento
del imputado fue comprobada por la Corte Interamericana en el Caso Cantoral
Benavides vs. Perú, por cuanto ‘el señor Cantoral Benavides fue exhibido ante los
medios de comunicación, vestido con un traje infamante, como autor del delito de
traición a la patria, cuando aún no había sido legalmente procesado ni condenado’.
Lo mismo ha ocurrido en el Caso Lizaso Azconobieta c. España, en donde el Tri-
bunal Europeo consideró la violación de este derecho porque ‘sólo tres días des-
pués del arresto y detención del demandante en el marco de una operación poli-
cial llevada a cabo contra la organización terrorista E.T.A., el Gobernador civil
de Guipúzcoa organizó una rueda de prensa’ en la que lo identificó ‘por su nom-
bre en dos ocasiones’ y se refirió al él ‘sin matices ni reservas, como uno de los
miembros de un comando terrorista que habían sido detenidos en una operación
policial’ aun ‘cuando la investigación policial no había finalizado en el momento
en el que se celebró la rueda de prensa’. Es más, la ‘rueda de prensa convocada por
el Gobernador civil tuvo lugar cuando el demandante no había sido aún puesto a
disposición del Juez para hacer su declaración’, es decir, antes ‘incluso de la aper-
tura de diligencias penales contra el demandante’. Por dicha razón, se concluyó
que ‘[l]a rueda de prensa así realizada, de una parte, incitaba al público a creer
en la culpabilidad del demandante y, de otra, prejuzgaba de la apreciación de los
hechos por los jueces competentes’” (STC. Exp. N° 00156-2012-PHC/TC-Lima,
de 8 de agosto de 2012, f. j. 44).

85
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

102 ¿
Qué implicancias tiene la presunción de inocencia como regla de
prueba en el proceso penal?
“El derecho a la presunción de inocencia es un elemento esencial para la reali-
zación del derecho a la defensa y acompaña al acusado durante toda la tramita-
ción del proceso hasta que una sentencia condenatoria que determine su culpa-
bilidad quede firme. Este derecho implica que el acusado no debe demostrar que
no ha cometido el delito que se le atribuye, ya que el onus probandi corresponde
a quien acusa” (Corte IDH. Caso Ricardo Canese vs. Paraguay. Fondo, repara-
ciones y costas. Sentencia del 31 de agosto de 2004 Serie C, N° 111, párr. 154).
“Uno de los elementos que integra el contenido esencial de la presunción de ino-
cencia como regla de prueba es que la actividad probatoria realizada en el pro-
ceso sea suficiente, (…) ello quiere decir primero, que las pruebas –así conside-
radas por la ley y actuados conforme a sus disposiciones– estén referidas a los
hechos objeto de imputación –al aspecto objetivo de los hechos– y a la vincula-
ción del imputado a los mismos, y, segundo, que las pruebas valoradas tengan
un carácter incriminatorio y, por ende, que puedan sostener un fallo condenato-
rio” (Sala Penal Permanente. Casación N° 03-2007-Huaura, del 7 de noviem-
bre de 2007, considerando 7).

103 ¿
En virtud de la presunción de inocencia como regla de prueba quién
tiene la carga de la prueba en el proceso penal?
“Este estado jurídico de inocencia se proyecta en diversas obligaciones que orien-
tan el desarrollo de todo el proceso penal. Así, la demostración fehaciente de la
culpabilidad constituye un requisito indispensable para la sanción penal, de modo
que la carga de la prueba recae en la parte acusadora. Es más, el principio de pre-
sunción de inocencia implica que los juzgadores no inicien el proceso con una idea
preconcebida de que el acusado ha cometido el delito que se le imputa.
En este sentido, la Corte estima que la presunción de inocencia exige que el acu-
sador deba demostrar que el ilícito penal es atribuible a la persona imputada, es
decir, que ha participado culpablemente en su comisión y que las autoridades judi-
ciales deban fallar [con un criterio] más allá de toda duda razonable para declarar
la responsabilidad penal individual del imputado, incluyendo determinados aspec-
tos fácticos relativos a la culpabilidad del imputado” (Corte IDH. Caso Zegarra
Marín vs. Perú. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sen-
tencia del 15 de febrero de 2017. Serie C, N° 331, párr. 123 y 124).
“Uno de los principios dentro de un proceso penal enmarcado en un Estado de
derecho debe regirse dentro de los principios de presunción de inocencia, lo cual
presenta dos ámbitos de manifestación: el ser tratado como inocente mientras no
haya sido condenado con sentencia firme y el derecho a defenderse. La primera
de sus manifestaciones en sentido amplio implicaría que para destruir el statu quo
de este principio involucra, como en el caso concreto, que la Fiscalía debe pro-
bar cada elemento descriptivo y normativo que integra el tipo penal materia de

86
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

imputación” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 71-2018-Callao, del 6 de agosto


de 2018, considerando 9).
“En virtud del derecho a la presunción de inocencia garantizado constitucional-
mente en el literal e del numeral vigesimotercero del artículo segundo de la Cons-
titución Política del Perú, el procesado no tiene que demostrar su inocencia; es el
Ministerio Público quien tiene la carga de probar, más allá de toda duda razona-
ble, su responsabilidad penal en el ilícito que le imputa” (Sala Penal Permanente.
R.N. N° 413-2017-Lima, del 21 de junio de 2018, considerando 3.1).
“La Corte considera que el derecho a la presunción de inocencia es un elemento
esencial para la realización efectiva del derecho a la defensa y acompaña al acu-
sado durante toda la tramitación del proceso hasta que una sentencia condenato-
ria que determine su culpabilidad quede firme. Este derecho implica que el acu-
sado no debe demostrar que no ha cometido el delito que se le atribuye, ya que el
onus probandi corresponde a quien acusa” (Corte IDH. Caso Ricardo Canese vs.
Paraguay. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 31 de agosto de 2004.
Serie C, N° 111, párr. 154).

104 ¿Qué implicancias tiene la presunción de inocencia como regla de juicio?


“El derecho a la presunción de inocencia se configura, en tanto que regla de juicio
y desde la perspectiva constitucional, como el derecho a no ser condenado sin prue-
bas de cargo válidas, lo que implica que exista una mínima actividad probatoria,
realizada con las garantías necesarias, referida a todos los elementos esenciales
del delito y que de la misma quepa inferir razonablemente los hechos y la partici-
pación del acusado en ellos, conforme lo recalca la doctrina consolidada de esta
suprema instancia (…)” (Sala Penal Permanente. R.N. Nº 3521-2015-Huánuco,
del 20 de abril de 2017, considerando 3.1.1).
“En conclusión, la presunción de inocencia como principio significa: ‘que la cul-
pabilidad debe ser jurídicamente construida y que esa construcción implica la
adquisición de un grado de certeza […]’. En consecuencia, en el presente caso
no existen suficientes elementos de convicción que destruyan el statu quo del
principio de inocencia del imputado. Por lo tanto, en un Estado constitucional
de derecho, la justicia penal debe tener certeza de la comisión del hecho delic-
tivo para legitimar la privación de libertad de un ser humano. Así, no hay prue-
bas suficientes como para emitir un fallo condenatorio en resguardo del dere-
cho a la presunción de inocencia de la que goza toda persona de acuerdo con el
literal e del inciso veinticuatro del artículo dos de la Constitución Política del
Estado” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 71-2018-Callao, del 6 de agosto de
2018, considerando 11).
“Que esta singular declaración no es suficiente e idónea para destruir la presun-
ción de inocencia del encausado, pues no ha sido exacta y concreta en todas las
ocasiones que el testigo declaró en el proceso, lo que genera duda en cuanto a la
validez y realidad de lo que declaró –afectando la credibilidad–; que, asimismo,

87
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

para que se estime prueba de cargo eficaz –más allá de toda duda razonable– debe
estar corroborada con pruebas directas o aún indicios periféricos externos que lo
doten de objetividad y confirmen mínimamente su contenido, lo que no sucedió
en el caso concreto; que, en ese sentido, no genera convicción y tampoco con-
firma de modo alguno la participación del inculpado, pues no es contundente, no
se corroboró con otras pruebas que acrediten la veracidad de los hechos que relató;
que desde esa óptica procesal no tienen la entidad suficiente para generar certeza
judicial de culpabilidad” (Sala Penal Transitoria. R.N. N° 1647-2012-Amazo-
nas, del 17 de enero de 2013, considerando 4).
“[L]a Corte resalta que el principio de presunción de inocencia es un eje rec-
tor en el juicio y un estándar fundamental en la apreciación probatoria que esta-
blece límites a la subjetividad y discrecionalidad de la actividad judicial. Así, en
un sistema democrático la apreciación de la prueba debe ser racional, objetiva e
imparcial para desvirtuar la presunción de inocencia y generar certeza de la res-
ponsabilidad penal” (Corte IDH. Caso Zegarra Marín vs. Perú. Excepciones
preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 15 de febrero de 2017.
Serie C, N° 331, párr. 125).
“[E]l derecho a la presunción de inocencia, se configura en tanto que la regla de
juicio y desde la perspectiva constitucional, como el derecho a no ser condenado
sin pruebas de cargo válidas, lo que implica que exista una mínima actividad
probatoria, realizada con las garantías necesarias, referida a todos los elementos
esenciales del delito y que de la misma quepa inferir razonablemente los hechos
y la participación del acusado en ellos, conforme lo recalca la doctrina consoli-
dada de esta Suprema Instancia (…)” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1862-
2010-Lima, del 25 de abril de 2011, considerando 3).
“La Corte ha señalado que el artículo 8.2 de la Convención exige que una per-
sona no pueda ser condenada mientras no exista prueba plena de su responsa-
bilidad penal. Si obra contra ella prueba incompleta o insuficiente, no es pro-
cedente condenarla, sino absolverla. En este sentido, la Corte ha afirmado que
en el principio de presunción de inocencia subyace el propósito de las garantías
judiciales, al afirmar la idea de que una persona es inocente hasta que su cul-
pabilidad sea demostrada” (Corte IDH. Caso Ricardo Canese vs. Paraguay.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 31 de agosto de 2004. Serie C,
N° 111, párr. 153).

105 ¿
En qué etapa del proceso penal se puede generar prueba idónea para
quebrantar la presunción de inocencia?
“(…) La fase del juicio oral viene (…) celebración del juicio, que como acto con-
centrado es la máxima expresión del proceso penal. Únicamente la actuación de
los medios probatorios durante el juicio oral puede generar una prueba idónea para
quebrantar la presunción de inocencia que le asiste al procesado. Asimismo, la
actuación de pruebas durante el juicio oral implica respetar el derecho a la defensa

88
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

que le asiste al procesado al tener la posibilidad de oponerse y contradecir dicha


prueba, adicionalmente, es el único momento en el cual el Juez puede entrar en
contacto con la prueba, apreciarla plenamente y, por tanto, hacer una valoración
completa de ella” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 515-2016-Lima, del 11 de
enero de 2017, considerando 4.5).

106 ¿
Cuál es la implicancia del principio in dubio pro reo como manifesta-
ción de regla de juicio de la presunción de inocencia?
“El principio in dubio pro reo, por otro lado, significa que en caso de duda sobre
la responsabilidad del procesado, debe estarse a lo que sea más favorable a este
(la absolución por contraposición a la condena). Si bien es cierto en el principio
in dubio pro reo no está expresamente reconocido en el texto de la Constitución,
también lo es que su existencia se desprende tanto del derecho a la presunción de
inocencia, que sí goza del reconocimiento constitucional, como de la defensa de
la persona humana y el respeto de su dignidad, fin supremo de la sociedad y del
Estado (artículo 1 de la Carta fundamental).
Ahora bien, cabe anotar que tanto la presunción de inocencia como el in dubio pro
reo inciden sobre la valoración probatoria del juez ordinario. En el primer caso,
que es algo objetivo, supone que a falta de pruebas aquella no ha quedado des-
virtuada, manteniéndose incólume, y, en el segundo caso, que es algo subjetivo,
supone que ha habido prueba, pero esta no ha sido suficiente para despejar la duda
(la suficiencia no se refiere a la cantidad de pruebas incriminatorias, sino a la enti-
dad y cualidad que deben reunir estas). La sentencia, en ambos casos, será abso-
lutoria, bien por falta de pruebas (presunción de inocencia), bien porque la insu-
ficiencia de las mismas –desde el punto de vista subjetivo del juez– genera duda
de la culpabilidad del acusado (in dubio pro reo), lo que da lugar a las llamadas
sentencias absolutorias de primer y segundo grado, respectivamente” (Sala Penal
Permanente. Casación Nº 724-2014-Cañete, del 12 de agosto de 2015, conside-
randos 3.3.11 y 3.3.12).
“Ahora bien, cabe anotar que tanto la presunción de inocencia como el in dubio pro
reo inciden sobre la valoración probatoria del juez ordinario. En el primer caso,
que es algo objetivo, supone que a falta de pruebas aquella no ha quedado des-
virtuada, manteniéndose incólume, y en el segundo caso, que es algo subjetivo,
supone que ha habido prueba, pero esta no ha sido suficiente para despejar la duda
(la suficiencia no se refiere a la cantidad de pruebas incriminatorias, sino a la enti-
dad y cualidad que deben reunir estas). La sentencia, en ambos casos, será abso-
lutoria, bien por falta de pruebas (presunción de inocencia), bien porque la insu-
ficiencia de las mismas –desde el punto de vista subjetivo del juez– genera duda
de la culpabilidad del acusado (in dubio pro reo), lo que da lugar a las llamadas
sentencias absolutorias de primer y segundo grado, respectivamente” (STC. Exp.
N° 00728-2008-PHC/TC-Lima, del 13 de octubre de 2008, f. j. 37).

89
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

107 ¿
Qué consecuencias conlleva la aplicación del in dubio pro reo como
manifestación de la presunción de inocencia como regla de juicio?
“Al respecto, el Tribunal reitera que ‘la demostración fehaciente de la culpabi-
lidad constituye un requisito indispensable para la sanción penal, de modo que
la carga de la prueba recae en la parte acusadora y no en el acusado’ (supra
párr. 123). En este sentido, ‘el acusado no debe demostrar que no ha cometido el
delito que se le atribuye, ya que el onus probandi corresponde a quien acusa’ y
cualquier duda debe ser usada en beneficio del acusado. En consecuencia, al pre-
sumir la culpabilidad del inculpado, requiriendo que sea este quien demuestre su
inculpabilidad, se vulnera el derecho a la presunción de inocencia” (Corte IDH.
Caso Zegarra Marín vs. Perú. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones
y costas. Sentencia del 15 de febrero de 2017. Serie C, N° 331, párr. 138).

108 ¿
El derecho a la debida motivación permite garantizar el respeto a la
presunción de inocencia?
“La Corte subraya la relevancia de la motivación, a fin de garantizar el princi-
pio de presunción de inocencia, principalmente en una sentencia condenatoria, la
cual debe expresar la suficiencia de prueba de cargo para confirmar la hipótesis
acusatoria; la observancia de las reglas de la sana crítica en la apreciación de la
prueba, incluidas aquellas que pudieran generar duda de la responsabilidad penal;
y el juicio final que deriva de esta valoración. En su caso, debe reflejar las razo-
nes por las que fue posible obtener convicción sobre la imputación y la respon-
sabilidad penal, así como la apreciación de las pruebas para desvirtuar cualquier
hipótesis de inocencia, y solo así poder confirmar o refutar la hipótesis acusato-
ria. Lo anterior, permitiría desvirtuar la presunción de inocencia y determinar la
responsabilidad penal más allá de toda duda razonable. Ante la duda, la presun-
ción de inocencia y el principio in dubio pro reo, operan como criterio decisorio al
momento de emitir el fallo” (Corte IDH. Caso Zegarra Marín vs. Perú. Excep-
ciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 15 de febrero
de 2017. Serie C, N° 331, párr. 147).

XI. EL PRINCIPIO DEL NE BIS IN IDEM

Base legal Constitución Política: art. 139.13.


Código Procesal Penal de 2004: art. III del Título Preliminar.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.4.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.7.

109 ¿En qué consiste el principio del ne bis in idem?


“Este principio busca proteger los derechos de los individuos que han sido pro-
cesados por determinados hechos para que no vuelvan a ser enjuiciados por los

90
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

mismos hechos. A diferencia de la fórmula utilizada por otros instrumentos inter-


nacionales de protección de derechos humanos (por ejemplo, el Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas, artículo 14.7, que se
refiere al mismo ‘delito’), la Convención Americana utiliza la expresión ‘los mis-
mos hechos’, que es un término más amplio en beneficio de la víctima” (Corte
IDH. Caso Loayza Tamayo vs. Perú. Fondo. Sentencia del 17 de setiembre de
1997. Serie C, N° 33, párr. 66).
“La Corte reitera que el principio ne bis in idem, consagrado en el artículo 8.4 de
la Convención, se sustenta en la prohibición de un nuevo juicio sobre los mismos
hechos que han sido materia de la sentencia dotada con autoridad de cosa juzgada.
La Corte considera que el señor Mohamed no fue sometido a dos juicios o pro-
cesos judiciales distintos sustentados en los mismos hechos” (Corte IDH. Caso
Mohamed vs. Argentina. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas.
Sentencia del 23 de noviembre de 2012. Serie C, N° 255, párr. 125).
“[E]l derecho a no ser sancionado dos veces por un mismo hecho o el de no ser pro-
cesado dos veces es parte de la garantía genérica del debido proceso y tiene íntima
relación con los principios de legalidad y proporcionalidad, por lo que no se puede
aplicar múltiples normas sancionadoras a una misma persona o enjuiciarla por el
mismo hecho por el cual se expidió una resolución con efecto de cosa juzgada;
que este principio resulta de aplicación cuando concurren los supuestos de iden-
tidad de hecho, identidad de sujeto y unidad de fundamento” (Sala Penal Tran-
sitoria. R.N. N° 561-2011-Lima, del 7 de diciembre de 2011, considerando 4.1).
“Sobre el particular, este Tribunal ha señalado, en diversas ocasiones, que el
derecho de no ser sancionado dos veces por un mismo hecho o el de no ser pro-
cesado dos veces (non bis in idem), constituye un contenido implícito del dere-
cho al debido proceso reconocido en el inciso 3) del artículo 139 de la Constitu-
ción. Dicho principio, en su vertiente procesal, se encuentra contemplado en el
artículo 14.7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que declara
que ‘nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual ya haya sido
condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo con la ley y el proce-
dimiento penal de cada país’; y en el artículo 8.4 de la Convención Americana,
según el cual ‘El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser some-
tido a nuevo juicio por los mismos hechos’” (STC. Exp. N° 0729-2003-HC/TC-
Lima, del 14 de abril de 2003, f. j. 2).

110 ¿Cuáles son las dimensiones del principio del ne bis in idem?
“Por otra parte en la sentencia recaída en Expediente N° 2050-2002-AA/TC, este
Tribunal ha señalado que dicho principio se encuentra implícito en el derecho al
debido proceso reconocido por el inciso 3) del artículo 139 de la Constitución Polí-
tica del Perú, el mismo que debe identificarse en función de sus dos dimensiones
(formal y material). En tal sentido se sostuvo que el principio ne bis in idem en su
vertiente material garantiza el derecho a no ser procesado por la infracción a un

91
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

bien jurídico por el cual ya se fue sentenciado (pronunciamiento judicial firme),


siempre y cuando exista identidad de sujeto, hecho y fundamento, pues dicho
derecho presupone la interdicción de un nuevo proceso penal a un mismo impu-
tado, por la misma conducta y con igual fundamento que en el proceso penal ante-
rior en el que fue sentenciado, protegiéndolo de esa manera frente al riesgo de
la imposición de una doble condena. Ello se yergue como límite material frente
a los mayores poderes de persecución que tiene el Estado, que al ejercer su ius
puniendi contra una determinada conducta delictiva debe tener una sola oportu-
nidad de persecución, lo que guarda conexión con los principios de legalidad y
proporcionalidad, puesto que de configurarse los tres presupuestos del aludido
principio y llevarse a cabo un nuevo proceso penal y/o imponerse una nueva sen-
tencia, se incurriría en un exceso del poder sancionador contrario a las garantías
propias del Estado de Derecho” (STC. Exp. N° 02890-2010-PHC/TC-Lima, del
12 de noviembre de 2010, f. j. 3).
“El Tribunal Constitucional ha señalado que el ne bis in idem es un principio que
informa la potestad sancionadora del Estado, el cual impide –en su formulación
material– que una persona sea sancionada o castigada dos veces por una misma
infracción cuando exista identidad de sujeto, hecho y fundamento. En su ver-
tiente procesal, en cambio, tal principio comporta que ‘nadie pueda ser juzgado
dos veces por los mismos hechos’, es decir, que un mismo hecho no pueda ser
objeto de dos procesos distintos o, si se quiere, que se inicien dos procesos con
el mismo objeto. Con ello se impide, por un lado, la dualidad de procedimientos,
así como el inicio de un nuevo proceso cuando concurra la referida triple iden-
tidad entre ambos procesos [Cfr. STC Exp. N° 10192-2006-PHC/TC]. Entonces,
el principio ne bis in idem se yergue como límite material frente a los mayores
poderes de persecución que tiene el Estado, que al ejercer su ius puniendi contra
una determinada conducta delictiva debe tener una sola oportunidad de persecu-
ción, lo que guarda conexión con los principios de legalidad y proporcionalidad,
puesto que de configurarse [de manera concurrente] los tres presupuestos del alu-
dido principio y llevarse a cabo un nuevo proceso penal y/o imponerse una nueva
sentencia, se incurriría en un exceso del poder sancionador contrario a las garan-
tías propias del Estado de Derecho [STC Exp. N° 04765-2009-PHC/TC]” (STC.
Exp. N° 01415-2010-PHC/TC-San Martín, del 19 de octubre de 2010, f. j. 3).
“El Tribunal Constitucional ya ha señalado que el ne bis in idem es un principio
que informa la potestad sancionadora del Estado, el cual impide –en su formula-
ción material– que una persona sea sancionada o castigada dos (o más veces) por
una misma infracción cuando exista identidad de sujeto, hecho y fundamento. En
su vertiente procesal, en cambio, tal principio comporta que nadie pueda ser juz-
gado dos veces por los mismos hechos, es decir, que un mismo hecho no pueda
ser objeto de dos procesos distintos o, si se quiere, que se inicien dos procesos con
el mismo objeto. Con ello se impide, por un lado, la dualidad de procedimientos,
así como el inicio de un nuevo proceso cuando concurra la referida triple identi-
dad entre ambos procesos (Cfr. Expediente N° 2050-2002-HC/TC, Carlos Ramos

92
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Colque, fundamento 19)” (STC. Exp. N° 05560-2009-PHC/TC-Lima, del 3 de


marzo de 2011, f. j. 2).
“Así, el ne bis in idem es un derecho que tiene un doble contenido. Por un lado
ostenta un carácter procesal y por otro un carácter material. Entender a este prin-
cipio desde su vertiente procesal implica ‘(…) respetar de modo irrestricto el dere-
cho de una persona de no ser enjuiciado dos veces por el mismo hecho (…)’ o no
‘(…) ser juzgado dos veces por los mismos hechos, es decir que un mismo supuesto
fáctico no puede ser objeto de dos procesos penales distintos o si se quiere que se
inicien dos procesos penales con el mismo objeto (…)’ (STC Exp. Nº 2050-2002-
AA/TC). Mientras que desde su vertiente material ‘(…) expresa la imposibilidad
de que recaigan dos sanciones sobre el mismo sujeto por la misma infracción,
puesto que tal proceder constituiría un exceso del poder sancionador (…)’” (STC
Exp. Nº 2050-2002-AA/TC).
Ello supone que un mismo hecho no puede ser objeto de dos procesos distintos, ni
merecer persecución penal múltiple. Consecuentemente la protección se vincula
a los hechos que fueron materia de un primer pronunciamiento y sobre los cuales
no corresponde una nueva revisión.
Pero la sola existencia de dos procesos o dos condenas impuestas, o si se quiere
dos investigaciones fiscales no pueden ser los únicos fundamentos para activar la
garantía del ne bis in idem, pues se hace necesario previamente la verificación de
la existencia de una resolución que tenga la calidad de cosa juzgada o cosa deci-
dida. Una vez verificado este requisito previo será pertinente analizar stricto sensu
los componentes del ne bis in idem, esto es: a) Identidad de la persona física o
identidad de sujeto; b) Identidad del objeto o identidad objetiva; y, c) Identidad de
la causa de persecución o identidad de fundamento” (STC. Exp. N° 01887-2010-
PHC/TC-Lima, del 24 de setiembre de 2010, ff. jj. 13-15).
“En la misma STC N° 2050-2002-AA/TC, este Tribunal recordó que el principio
ne bis in idem tiene una doble dimensión:
a) Por un lado, una dimensión procesal, en virtud del cual se garantiza que
‘nadie pueda ser juzgado dos veces por los mismos hechos’; es decir, que en
un mismo hecho no pueda ser objeto de dos procesos distintos o, si se quiere,
que se inicien dos procesos con el mismo objeto. Con ello se impide, por un
lado, la dualidad de procedimientos (por ejemplo, uno de orden administra-
tivo y otro de orden penal), y, por otro, el inicio de un nuevo proceso en casa
uno de esos ordenes jurídicos (dos procesos administrativos con el mismo
objeto, por ejemplo) [Fund. Jur. 19].
b) Por otro, una dimensión material, según la cual el enunciado ‘nadie puede
ser castigado dos veces por un mismo hecho’, ‘expresa la imposibilidad de
que recaigan dos sanciones sobre el mismo sujeto por una misma infracción,
puesto que tal proceder constituiría un exceso del poder sancionador contra-
rio a las garantías propias del Estado de derecho. Su aplicación, pues, impide

93
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

que una persona sea sancionada o castigada dos (o más) veces por una misma
infracción cuando exista identidad de sujeto, hecho y fundamento’.
Esa última dimensión tiene conexión con los principios de legalidad y proporcio-
nalidad, ya que si la exigencia de lex praevia y lex certa que impone el artículo 2,
inciso 24, literal d) de la Constitución obedece, entre otros motivos –como lo ha
expresado este Tribunal en la STC N° 0002-2001-AI/TC, Fund. Jur. 6– a la nece-
sidad de garantizar a los ciudadanos un conocimiento anticipado del contenido
de la reacción punitiva o sancionadora del Estado ante la eventual comisión de un
hecho antijurídico, tal cometido garantista devendría inútil si ese mismo hecho, y
por igual fundamento, pudiese ser objeto de un nueva sanción, lo que comporta-
ría una punición desproporcionada de la conducta antijurídica.
De ahí que se considerase que “el elemento consistente en la igualdad de funda-
mentos es la clave que define el sentido del principio: no cabe doble sanción del
mismo sujeto por un mismo hecho cuando la punición se fundamenta en un mismo
contenido injusto, esto es, en la lesión de un mismo bien jurídico o un mismo inte-
rés protegido” (STC. Exp. N° 2868-2004-AA/TC-Áncash, del 24 de noviembre
de 2004, f. j. 4).
“El ne bis in idem es un principio que informa la potestad sancionadora del Estado,
el cual impide –en su formulación material– que una persona sea sancionada o
castigada dos (o más veces) por una misma infracción cuando exista identidad
de sujeto, hecho y fundamento. En su vertiente procesal, en cambio, tal princi-
pio comporta que ‘nadie pueda ser juzgado dos veces por los mismos hechos’, es
decir, que un mismo hecho no pueda ser objeto de dos procesos distintos o, si se
quiere, que se inicien dos procesos con el mismo objeto. Con ello se impide, por
un lado, la dualidad de procedimientos, así como el inicio de un nuevo proceso
cuando concurra la referida triple identidad entre ambos procesos (Cfr. Expe-
diente N° 2050-2002-HC/TC, Carlos Ramos Colque, fundamento 19)” (STC. Exp.
N° 01674-2010-PHC/TC, del 6 de enero de 2011, f. j. 3).

111 ¿
Cómo se desarrolla la conexión que existe entre el ne bis in idem ma-
terial con los principios de proporcionalidad y de legalidad?
“Que el principio ne bis in idem material tiene conexión con los principios de pro-
porcionalidad y de legalidad, el primero se encuentra vinculado a la llamada ‘prohi-
bición de exceso’, esto es , sancionar más de una vez por el mismo contenido injusto
implica imponer una sanción no prevista en la ley, puesto que el artículo VIII del
Título Preliminar del Código Penal establece que la pena no puede sobrepasar la
responsabilidad por el hecho; y, el principio de legalidad garantiza la seguridad
jurídica debido que solo se puede sancionar conductas que se encuentran tipifica-
dos previamente” (Sala Penal Permanente. R.N. Nº 2090-2005-Lambayeque,
del 7 de junio de 2006, considerando 5).

94
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

112 ¿
Qué es lo que garantiza el principio del ne bis in idem en su vertiente
procesal?
“En su vertiente procesal, el principio non bis in idem garantiza que no se vuelva
a juzgar a una persona que ya lo haya sido, utilizando similar fundamento. Y ello
con la finalidad de evitar lo que la V Enmienda de la Constitución Norteamericana
denomina double jeopardy, es decir, el doble peligro de condena sobre una persona.
Este principio contempla la prohibición de la aplicación de múltiples normas san-
cionadoras, la proscripción de ulterior juzgamiento cuando por el mismo hecho
ya se haya enjuiciado en un primer proceso en el que se haya dictado una resolu-
ción con efecto de cosa juzgada” (STC. Exp N° 0729-2003-HC/TC-Lima, del 14
de abril de 2003, f. j. 3).
“En su vertiente procesal, tal principio significa que ‘nadie pueda ser juzgado dos
veces por los mismos hechos’, es decir, que un mismo hecho no pueda ser objeto
de dos procesos distintos o, si se quiere, que se inicien dos procesos con el mismo
objeto. Con ello se impide, por un lado, la dualidad de procedimientos (por ejem-
plo, uno de orden administrativo y otro de orden penal) y, por otro, el inicio de un
nuevo proceso en cada uno de esos órdenes jurídicos (dos procesos administra-
tivos o dos procesos penales con el mismo objeto, por ejemplo). Desde esta ver-
tiente, dicho principio presupone la interdicción de un doble proceso penal por la
misma conducta. Lo que pretende es proteger a cualquier imputado del riesgo de
una nueva persecución penal, con abstracción del grado alcanzado por el proce-
dimiento, simultánea o sucesiva por la misma realidad histórica atribuida. Lo
inadmisible es, pues, tanto la repetición del proceso como una doble condena o el
riesgo de afrontarla, lo cual se yergue como límite material frente a los mayores
poderes de persecución que tiene el Estado, que al ejercer su ius puniendi debe
tener una sola oportunidad de persecución” (STC. Exp. N° 8123-2005-PHC/TC-
Lima, del 14 de noviembre de 2005, f. j. 25).

113 ¿
En qué consiste el criterio de la triple identidad para determinar una
vulneración o no al principio del ne bis in idem?
“Por ello es que para que la prohibición de doble enjuiciamiento por la infrac-
ción de un mismo bien jurídico pueda oponerse a la segunda persecución penal,
es preciso que se satisfaga irremediablemente una triple identidad: a) identidad
de persona física; b) identidad de objeto y, c) identidad de causa de persecución”
(STC. Exp. N° 4587-2004-AA/TC-Lima, del 29 de noviembre de 2005, f. j. 69).
“Ahora bien, verificar la existencia o no de una persecución penal múltiple requiere
la conjunción de tres identidades distintas: identidad de la persona perseguida
(eadem persona), identidad del objeto de persecución (eadem res) e identidad de
la causa de persecución (eadem causa petendi)” (STC. Exp. N° 02890-2010-PHC/
TC-Lima, del 12 de noviembre de 2010, f. j. 5).

95
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“El primer requisito a ser cumplido para que opere el principio que nos ocupa es
el de identidad de sujeto, lo que significa que la persona física a la cual se le per-
sigue tenga que ser necesariamente la misma. Entendida así esta exigencia, debe-
mos sostener que dicho requisito se cumple a plenitud, pues es perfectamente veri-
ficable que tanto en la investigación fiscal efectuada por el titular de la Décimo
Quinta Fiscalía Provincial Penal en la denuncia identificada con el número de
registro de denuncia 452-2004 (primera investigación) como la reaperturada por
el representante de la Décimo Cuarta Fiscalía Provincial Penal de Lima a la cual
se le asignó el número de registro 038-2007 (segunda investigación) figura el favo-
recido como investigado, esto es la persona de Hipólito Guillermo Mejía Valen-
zuela aparece como sujeto pasivo de la investigación.
En cuanto al segundo requisito, esto es la identidad objetiva o identidad de los
hechos, que no es más que la estricta identidad entre los hechos que sirvieron de
fundamento para la apertura tanto una como otra investigación, es decir, se debe
tratar de la misma conducta material, sin que se tenga en cuenta para ello su cali-
ficación legal.
Finalmente, concluyendo con el análisis del ne bis in idem, debemos verificar
la concurrencia del elemento de identidad de la causa de persecución, lo cual se
presenta en el caso de autos, por cuanto el fundamento de los ilícitos supuesta-
mente realizados por el demandado están referidos por igual a bienes jurídicos de
la Administración Pública (estafa, asociación ilícita para delinquir, fraude en la
administración de personas jurídicas, apropiación ilícita, receptación) que fuera
materia de denuncia de parte y de las resoluciones que al respecto se dictaran en
sede fiscal (STC. Exp. N° 01887-2010-PHC/TC-Lima, del 24 de setiembre de
2010, ff. jj. 25-26 y 31).

114 ¿
Cuáles son los elementos constitutivos de la dimensión formal del
principio del ne bis in idem?
“Por lo que se refiere a los elementos constitutivos de la dimensión procesal del
ne bis in idem, de acuerdo a la doctrina jurisprudencial de este Tribunal, es posi-
ble señalar los siguientes:
a) El procesado debe haber sido condenado o absuelto.
b) La condena o absolución debe sustentarse en una resolución judicial firme.
c) La nueva persecución penal debe sustentarse en la infracción del mismo bien
jurídico que motivó la primera resolución de absolución o condena” (STC.
Exp. N° 00286-2008-PHC/TC-Ayacucho, del 6 de febrero de 2009, f. j. 8).
“Para que se configure una violación del artículo 8.4 de la Convención Ameri-
cana: (i) el imputado debe haber sido absuelto; (ii) la absolución debe ser el resul-
tado de una sentencia firme, y (iii) el nuevo juicio debe estar fundado en los mis-
mos hechos que motivaron la sustanciación del primer juicio” (Corte IDH. Caso J.

96
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

vs. Perú. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 27


de noviembre de 2013. Serie C, N° 275, párr. 262).

115 ¿
Se vulnera el principio del ne bis in idem si el doble juzgamiento se
debe a que el primer proceso se declaró nulo por cuanto había sido
tramitado ante un juez que carecía de competencia?
“Dado que la exigencia primaria y básica de la dimensión procesal del ne bis in
idem es impedir que el Estado arbitrariamente persiga criminalmente a una per-
sona por más de una vez, el Tribunal considera que tal arbitrariedad no se genera
en aquellos casos en los que la instauración y realización de un proceso penal se
efectúa como consecuencia de haberse declarado la nulidad del primer proceso,
tras constatarse que este último se realizó por una autoridad jurisdiccional que
carecía de competencia ratione materiae para juzgar un delito determinado. Y es
que la garantía al interés constitucionalmente protegido por ese derecho no opera
por el solo hecho de que se le oponga la existencia fáctica de un primer proceso,
sino que es preciso que este sea jurídicamente valido” (STC. Exp. N° 4587-2004-
AA/TC-Lima, del 29 de noviembre de 2005, f. j. 74).
“Asimismo, este Tribunal Constitucional ha desarrollado el concepto de ne bis
in idem, precisando que en aquellos casos en los que el primer proceso seguido
contra el procesado fue declarado nulo, no existiría tal vulneración del derecho.
En efecto, dado que la exigencia primaria y básica de la dimensión procesal del
ne bis in idem es impedir que el Estado arbitrariamente persiga criminalmente a
una persona por más de una vez, este Tribunal considera que tal arbitrariedad no
se genera en aquellos casos en lo que la instauración y realización de un proceso
penal se efectúa como consecuencia de haberse declarado la nulidad del primer
proceso, tras constatarse que este último se realizó por una autoridad jurisdic-
cional que carecía de competencia ratione materiae para juzgar un delito deter-
minado. Y es que la garantía al interés constitucionalmente protegido por este
derecho no opera por el solo hecho de que se le oponga la existencia fáctica de un
primer proceso, sino que es preciso que este sea jurídicamente válido (Expediente
N° 4587-2004-AA/TC, caso Santiago Martín Rivas, fundamento 74)” (STC. Exp.
N° 05560-2009-PHC/TC-Lima, del 3 de marzo de 2011, f. j. 3).

116 ¿
La existencia de un proceso penal enerva la potestad de la
Administración para procesar y sancionar administrativamente al
funcionario o servidor que ha incurrido en graves irregularidades en
el desempeño de sus funciones?
“Que el principio ne bis in idem contempla el contenido material y procesal y
debe contener como presupuesto un mismo hecho, siempre que se trate del mismo
sujeto y fundamento; que, además, se admite acumulación de sanciones prove-
nientes de diferentes órdenes cuando ellas obedecen a diferente fundamento, es
decir, si son bienes jurídicos distintos, si el interés jurídicamente protegido por
la infracción administrativa sea distinto al de la infracción penal, que, en este

97
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

supuesto, la responsabilidad penal es independiente de la responsabilidad admi-


nistrativa en que incurrió el funcionario por haber cometido graves irregulari-
dades en el desempeño de sus funciones, la existencia de un proceso penal no
enerva la potestad de la Administración para procesar y sancionar administrati-
vamente al servidor o funcionario que ha incurrido en falta disciplinaria porque
ambos ordenamientos jurídicos cumplen distintos fines o sirven a la satisfacción
de interés o bienes jurídicos diferentes –posibilidad que admite el artículo dos-
cientos cuarenta y tres de la Ley numero veintisiete mil cuatrocientos cuarenta y
cuatro–; el procedimiento administrativo tiene por objeto investigar y, de ser el
caso, sancionar una conducta funcional, mientras que el proceso penal conlleva
a una sanción punitiva que puede incluso derivar en la privación de la libertad,
siempre que se determine la responsabilidad penal, como así lo reconoce también
el Tribunal Constitucional en sus sentencias de fechas dieciséis de abril de dos
mil tres, veinticuatro y veinticinco de noviembre y veintiocho de diciembre de dos
mil cuatro, emitidas en los expedientes números veinte cincuenta –dos mil dos–
AA/TC, veintiocho sesenta y ocho –dos mil cuatro -AA/TC, veintitrés veintidós
-dos mil cuatro-AA/TC, treinta y uno noventa y cuatro -dos mil cuatro-HC/TC,
respectivamente” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 2090-2005-Lambayeque,
del 7 de junio de 2006, considerando 6).

117 ¿El principio del ne bis in idem rige también en sede fiscal?
“[E]l principio de la interdicción de la persecución penal múltiple, conocido como
ne bis in idem igualmente rige los dictámenes expedidos por los señores fiscales,
esto es que el fiscal, no puede investigar el mismo hecho, cuando ha emitido un
pronunciamiento de fondo, considerando primigeniamente que el hecho denun-
ciado ‘no constituye delito’, pues ello constituiría un flagrante atentado al principio
de ne bis in idem; pues si bien es cierto el Ministerio Público, ostenta el monopo-
lio del ejercicio público de la acción penal, es quien finalmente decide qué per-
sona debe ser llevada ante los tribunales por la presunta comisión de un delito,
por lo que sus decisiones aun y cuando tiene la naturaleza de ‘cosa decidida’, no
es menos cierto que deben estar revestidas de seguridad jurídica, acorde con las
reglas del debido proceso.
Sin embargo, este principio no alcanza cuando la decisión del fiscal que dispone
el archivamiento, ha obedecido a razones de deficiencia o falta de elementos de
prueba, por cuanto la existencia de nuevos elementos probatorios, no conocidos
con anterioridad por el Ministerio Público, permitiría al titular de la acción penal
reabrir la investigación preliminar, hecho que no ha sucedido en la presente causa,
por lo que procede estimar la pretensión del beneficiario” (STC. Exp. Nº 01887-
2010-PHC/TC-Lima, del 24 de setiembre de 2010, ff. jj. 5 y 6).

118 ¿En qué casos no procede la aplicación del principio del ne bis in idem?
“(…) Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha precisado
también: ‘En lo que toca al principio de ne bis in idem, aun cuando es un derecho

98
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

humano reconocido en el artículo 8.4 de la Convención Americana, no es un dere-


cho absoluto y, por tanto, no resulta aplicable cuando: i) la actuación del tribunal
que conoció el caso decidió sobreseer o absolver al responsable de una violación
a los derechos humanos o al Derecho Internacional obedeció al propósito de sus-
traer al acusado de su responsabilidad penal; ii) el procedimiento no fue instruido
independiente o imparcialmente de conformidad con las debidas garantías proce-
sales; o iii) no hubo la intención real de someter al responsable a la acción de la
justicia. Una sentencia pronunciada en las circunstancias indicadas produce una
cosa juzgada ‘aparente o fraudulenta’. Por otro lado (…) considera que si apare-
cen nuevos hechos o pruebas u puedan permitir la determinación de los respon-
sables de violaciones a los derechos humanos, y más aún, de los responsables de
crímenes de lesa humanidad, pueden ser reabiertas las investigaciones, incluso si
existe una sentencia absolutoria en calidad de cosa juzgada, puesto que las exigen-
cias de la justicia, los derechos de las víctimas y la letra y espíritu de la Conven-
ción Americana desplaza la protección del ne bis in idem’ (Corte Interamericana
de Derechos Humanos, Caso Almonacid Arellano y otros vs Chile, Sentencia de
26 de setiembre de 2006, párrafo 154)” (Segunda Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 4780-2007-Lima, del 11 de julio de 2008, considerando 5).
“En lo que toca al principio ne bis in idem, aun cuando es un derecho humano
reconocido en el artículo 8.4 de la Convención Americana, no es un derecho
absoluto y, por tanto, no resulta aplicable cuando: i) la actuación del tribunal que
conoció el caso y decidió sobreseer o absolver al responsable de una violación a
los derechos humanos o al derecho internacional obedeció al propósito de sus-
traer al acusado de su responsabilidad penal; ii) el procedimiento no fue instruido
independiente o imparcialmente de conformidad con las debidas garantías pro-
cesales, o iii) no hubo la intención real de someter al responsable a la acción de
la justicia. Una sentencia pronunciada en las circunstancias indicadas produce
una cosa juzgada ‘aparente’ o ‘fraudulenta’. Por otro lado, esta Corte considera
que si aparecen nuevos hechos o pruebas que puedan permitir la determinación
de los responsables de violaciones a los derechos humanos, y más aún, de los
responsables de crímenes de lesa humanidad, pueden ser reabiertas las investi-
gaciones, incluso si existe un sentencia absolutoria en calidad de cosa juzgada,
puesto que las exigencias de la justicia, los derechos de las víctimas y la letra y
espíritu de la Convención Americana desplaza la protección del ne bis in idem”
(Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros vs. Chile. Excepciones preli-
minares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 26 de setiembre de 2006.
Serie C, N° 154, párr. 154).
“Específicamente en relación con la figura de la cosa juzgada, recientemente la
Corte precisó que el principio non bis in idem no resulta aplicable cuando el proce-
dimiento que culmina con el sobreseimiento de la causa o la absolución del res-
ponsable de una violación a los derechos humanos, constitutiva de una infracción
al derecho internacional, ha sustraído al acusado de su responsabilidad penal, o
cuando el procedimiento no fue instruido independiente o imparcialmente de con-
formidad con las debidas garantías procesales. Una sentencia pronunciada en las

99
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

circunstancias indicadas produce una cosa juzgada ‘aparente’ o ‘fraudulenta’”.


(Corte IDH. Caso La Cantuta vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Senten-
cia del 29 de noviembre de 2006. Serie C, N° 162, párr. 153).
“Asimismo, es necesario señalar que el principio de cosa juzgada implica la intan-
gibilidad de una sentencia sólo cuando se llega a esta respetándose el debido pro-
ceso de acuerdo a la jurisprudencia de este Tribunal en la materia. Por otro lado,
si aparecen nuevos hechos o pruebas que puedan permitir la determinación de
los responsables de esas graves violaciones a los derechos humanos pueden ser
reabiertas las investigaciones, incluso si existe una sentencia absolutoria en cali-
dad de cosa juzgada” (Corte IDH. Caso de la Masacre de la Rochela vs. Colom-
bia. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 11 de mayo de 2007. Serie C,
N° 163, párr. 197).

XII. E L DERECHO DE DEFENSA

Base legal Constitución Política: arts. 139.14, 139.15.


Código Procesal Penal de 2004: arts. IX del Título Preliminar, 65.4.
Convención Interamericana de Derechos Humanos: art. 8.2.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 4.3.

119 ¿En qué consiste el derecho de defensa?


“Sobre el derecho de defensa, este Tribunal ha señalado en su jurisprudencia que
constituye un derecho fundamental de naturaleza procesal que conforma, a su
vez, el ámbito del debido proceso, y sin el cual no podría reconocerse la garantía
de este último. Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como princi-
pio de interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de con-
tradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la situación jurí-
dica de algunas de las partes, sea en un proceso o procedimiento, o en el caso de
un tercero con interés (Cfr. SSTC Exp. Nº 5085-2006-PA, 4719-2017-HC, entre
otras)” (STC. Exp. Nº 07731-2013-PHC/TC, del 9 de diciembre de 2015, f. j. 4).
“El inciso catorce del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución reconoce la
garantía de defensa procesal. Es una garantía, desarrollada legalmente en el artículo
IX del Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal, que importa que todo
justiciable pueda tomar posición frente a los reproches o cargos formulados en
su contra y que se consideren en la obtención de la sentencia los puntos de vista
sometidos a discusión; es decir, permite instrumentalmente el esclarecimiento de
la sospecha mediante un proceso dialéctico, en el que se pone a debate aspectos
inculpatorios y exculpatorios, así como los argumentos y contra argumentos pon-
derados entre sí” (Sala Penal Permanente. Casación N° 14-2009-La Libertad,
del 5 de febrero de 2010, considerando 9).

100
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

120 ¿Cuáles son las fases del derecho de defensa?


“El derecho de defensa tiene dos fases: i) es un derecho subjetivo que es inalie-
nable e irrenunciable, es una manifestación de la libertad de las personas; ii) es
una garantía procesal constitucional que impide el uso arbitrario o desmedido de
la coerción penal al garantizar entre otras cosas, que una persona sometida a una
investigación tenga la oportunidad para contradecir y contra argumentar en el
proceso, en igualdad de condiciones, en defensa derechos e intereses, usando los
medios de prueba que resulten pertinentes para su tesis de defensa.
En consecuencia, en un Estado de derecho, la vigencia del debido proceso prohíbe
toda forma de juzgamiento en el que previamente se haya trasgredido la garantía
de defensa que asiste a toda persona sometida a un proceso penal. Lo mencionado
es una cuestión de orden público porque la sociedad tiene interés en que se reprima
penalmente al culpable mas no al inocente” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 864-2016-Del Santa, del 27 de diciembre de 2017, considerandos 5.2 y 5.3).

121 ¿Qué principios forman parte del derecho de defensa?


“Así, son parte importante del derecho a la defensa ciertos principios, como el de
concordancia entre la acusación fiscal y la determinación del tipo penal en la sen-
tencia, el derecho a participar del contradictorio; a ofrecer medios probatorios; a
obtener resoluciones judiciales debida y suficientemente fundamentadas que per-
mitan un ejercicio eficaz del derecho a la pluralidad de instancias; a ser asesorado
por abogado de su elección; a ser informado eficaz y oportunamente de los car-
gos que sustente tanto una detención como una acusación. Este último derecho
implica también el derecho a ser notificado en forma debida de todas las diligen-
cias que se actúen al interior de un proceso, de las cuales se pueda desprender,
en mayor o menor grado, una limitación para ejercer dicho derecho” (STC. Exp.
N° 7811-2006-PHC/TC-Lima, del 20 de setiembre de 2006, f. j. 4).

122 ¿En qué etapas del proceso se extiende el derecho de defensa?


“El Derecho de Defensa en el nuevo Código Procesal Penal está regulado en el
Art. IX del Título Preliminar, estableciendo que: Toda persona tiene derecho invio-
lable e irrestricto a que:
- Se le informe de sus derechos.
- Se le comunique de inmediato y detalladamente la imputación formulada en
su contra.
- Ser asistido por un abogado defensor de su elección o de oficio, desde que es
citado o detenido por la autoridad.
- Se le conceda un tiempo razonable para que prepare su defensa.
- Ejercer su autodefensa material.

101
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

- A intervenir en plena igualdad, en la actividad probatoria y en las condicio-


nes previstas por la ley.
- A utilizar los medios de prueba pertinentes.
En el mismo artículo se especifica que el ejercicio del derecho de defensa se extiende
a todo estado y grado del procedimiento, en la forma y oportunidad que la ley
señala. Como se aprecia, el imputado tiene derecho a defenderse desde que se le
hace la imputación, con el inicio de las primeras diligencias de investigación hasta
la culminación del proceso penal y siempre asistido de un defensor de su elección
o defensor público; quien puede informarse de los cargos, intervenir en las inicia-
les diligencias de investigación, participar de las mismas, presentar pedidos, ofre-
cer la actuación de pruebas y demás posibilidades que la ley permite en igualdad
de condiciones” (Sala Penal Permanente. Casación N° 413-2014-Lambayeque,
del 7 de abril de 2015, considerando 40).
“El derecho a la defensa es un componente central del debido proceso que obliga
al Estado a tratar al individuo en todo momento como un verdadero sujeto de ese
concepto, y no simplemente como es objeto del mismo. El derecho de defensa debe
necesariamente poder ejercerse desde que se señala a una persona como posible
autor o partícipe de un hecho punible y solo culmina cuando finaliza el proceso,
incluyendo, en su caso, la etapa de ejecución de la pena. El derecho de defensa
se proyecta en dos facetas dentro del proceso penal: por un lado, a través de los
propios actos del inculpado, siendo su exponente central la posibilidad de ren-
dir una declaración libre sobre los hechos que se le atribuyen y, por lo tanto, que
medio de la defensa técnica, ejercida por un profesional del Derecho, quien cum-
ple la función de asesorar al investigado sobre sus deberes y derechos y ejecuta,
inter alia, un control crítico y de legalidad en la producción de pruebas. La Con-
vención Americana rodea de garantías específicas el ejercicio tanto del derecho
de defensa material, por ejemplo, a través del derecho a no ser obligado a decla-
rar contra sí mismo (artículo 8.2.g) o las condiciones bajo las cuáles una confe-
sión pueda ser válida (artículo 8.3), como a la defensa técnica, en los términos que
se desarrollarán a continuación” (Corte IDH. Caso Ruano Torres y otros. vs. El
Salvador. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de octubre de 2015.
Serie C, Nº 303, párr. 153).
“Ahora bien, el derecho a la defensa debe necesariamente poder ejercerse desde
que se señala a una persona como posible autor o partícipe de un hecho punible y
solo culmina cuando finaliza el proceso, incluyendo, en su caso, la etapa de eje-
cución de la pena. Sostener lo opuesto implicaría supeditar las garantías conven-
cionales que protegen el derecho de defensa, entre ellas el artículo 8.2.b, a que el
investigado encuentre en determinada fase procesal, dejando abierta la posibili-
dad de que con anterioridad se afecte un ámbito de sus derechos a través de actos
de autoridad que desconoce o a los que no puede controlar u oponerse con efica-
cia, lo cual es evidentemente contrario a la Convención. En efecto, impedir que
la persona ejerza su derecho de defensa desde que se inicia la investigación en su
contra y la autoridad dispone o ejecuta actos que implican afectación de derechos

102
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

es potenciar los poderes investigativos del Estado en desmedro de derechos fun-


damentales de la persona investigada. El derecho a la defensa obliga al Estado a
tratar al individuo en todo momento como un verdadero sujeto del proceso, en el
más amplio sentido de este concepto, y no simplemente como objeto del mismo”
(Corte IDH. Caso Barreto Leiva vs. Venezuela. Fondo, reparaciones y costas.
Sentencia del 17 de noviembre de 2009. Serie C, Nº 206, párr. 29).

123 ¿
El derecho de defensa garantiza la concesión de tiempo y medios ra-
zonables para ejercer la defensa?
“El numeral 8 de los Principios Básicos sobre la función de los Abogados relativo
a las salvaguardias especiales en asuntos penales, que fija los estándares pertinen-
tes para el ejercicio adecuado de la defensa en estos casos, establece que
[a] toda persona arrestada, detenida, o presa, se le facilitará oportunidades, tiempo
e instalaciones adecuadas para recibir visitas de un abogado, entrevistarse con él y
consultarle, sin demora, interferencia ni censura y en forma plenamente confiden-
cial. Estas consultas podrían ser vigiladas visualmente por un funcionario encar-
gado de hacer cumplir la ley, pero no se escuchará la conversación” (Corte IDH.
Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Senten-
cia del 30 de mayo de 1999. Serie C, Nº 52, párr. 139).
“Uno de esos derechos fundamentales es el derecho a contar con el tiempo y los
medios adecuados para preparar la defensa, previsto en el artículo 8.2.c de la Con-
vención, que obliga al Estado a permitir el acceso del inculpado al conocimiento
del expediente llevado en su contra. Asimismo, se debe respetar el principio del
contradictorio, que garantiza la intervención de aquel en el análisis de la prueba.
Si el Estado pretende limitar este derecho, debe respetar el principio de legalidad,
argüir de manera fundada cuál es el fin legítimo que pretende conseguir y demos-
trar que el medio a utilizar para llegar a ese fin es idóneo, necesario y estrictamente
proporcional. Caso contrario, la restricción del derecho de defensa del individuo
será contraria a la Convención” (Corte IDH. Caso Barreto Leiva vs. Venezuela.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 17 de noviembre de 2009. Serie C,
Nº 206, párr. 54 y 55).

124 ¿Cuáles son las dimensiones del derecho de defensa?


“Asimismo, este Tribunal, en reiterada jurisprudencia, ha señalado que el dere-
cho a la defensa comporta en estricto el derecho a no quedar en estado de inde-
fensión en cualquier etapa del proceso penal, el cual tiene una doble dimensión:
una material, referida al derecho del imputado o demandado de ejercer su propia
defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento de que se le atribuye
la comisión de determinado hecho delictivo; y otra formal, que supone el dere-
cho a una defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un abogado
defensor durante todo el tiempo que dure el proceso” (STC. Exp. N° 03238-2014-
PHC/TC-Tacna, del 1 de marzo de 2018, f. j. 6).

103
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“El derecho a la defensa comporta en estricto el derecho a no quedar en estado


de indefensión en ningún estado del proceso. Este derecho tiene una doble
dimensión: una material, referida al derecho del imputado o demandado de
ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento
de que se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo; y, otra for-
mal, que supone el derecho a una defensa técnica; esto es, al asesoramiento y
patrocinio de un abogado defensor durante todo el tiempo que dure el proceso”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 413-2014-Lambayeque, del 7 de abril
de 2015, considerando 36).

125 ¿
La dimensión formal del derecho de defensa o también llamada
defensa técnica qué aspectos comprende?
“A su vez, el Principio décimo séptimo para la Protección de Todas las Personas
Sometidas a Cualquier Forma de Detención o Prisión, afirma que:
1. Las personas detenidas tendrán derecho a asistencia de un abogado. La auto-
ridad competente les informará de ese derecho prontamente después de su
arresto y les facilitará medios adecuados para ejercerlo.
2. La persona detenida que no disponga de asistencia de un abogado de su elec-
ción tendrá derecho a que un juez u otra autoridad le designe un abogado en
todos los casos en que el interés de la justicia así lo requiera y sin costo para
él si careciere de medios suficientes para pagarlo” (Corte IDH. Caso Tibi vs.
Ecuador. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sen-
tencia del 7 de setiembre de 2004. Serie C, Nº 114, párr. 191).

126 ¿Desde qué momento se debe garantizar el derecho a la defensa técnica?


“Si el derecho a la defensa surge desde el momento en que se ordena investigar
a una persona (supra párr. 29), el investigado debe tener acceso a la defensa téc-
nica desde ese mismo momento, sobre todo en la diligencia que recibe de su decla-
ración. Impedir a este contar con la asistencia de su abogado defensor es limitar
severamente el derecho a la defensa, lo que ocasiona el desequilibrio procesal y
deja al individuo sin tutela frente al ejercicio del poder punitivo.
El derecho a la defensa técnica que no puede ser satisfecho por quien a la postre
realizará acusación, esto es, el Ministerio Público. La acusación afirma la preten-
sión penal; la defensa la responde y rechaza. No es razonable depositar funciones
naturalmente antagónicas en una sola persona” (Corte IDH. Caso Barreto Leiva
vs. Venezuela. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 17 de noviembre de
2009. Serie C, Nº 206, párr. 62 y 63).

127 ¿
Qué consecuencias acarrea la vulneración del derecho a la defensa
técnica?
“El derecho a la defensa técnica, constituye un derecho instrumental vinculado a
la defensa procesal y se halla consagrado en el inciso catorce del artículo ciento

104
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

treinta y nueve de la Constitución Política del Perú. Es un derecho fundamental


e imprescindible en el debido proceso. Su restricción acarrea la nulidad absoluta,
conforme se halla previsto en el literal d del artículo ciento cincuenta del Código
Procesal Penal” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 864-2016-Del Santa, del
27 de diciembre de 2017, considerando 5.1).

128 ¿
Cuándo se afecta el contenido constitucionalmente protegido del de-
recho de defensa?
“La Constitución reconoce el derecho de defensa en su artículo 139, inciso 14, en
virtud del cual se garantiza que los justiciables, en la protección de sus derechos
y obligaciones, cualquiera que sea su naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral,
etc.), no queden en estado de indefensión. El contenido constitucionalmente pro-
tegido del derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de un proceso
judicial, cualquiera de las partes resulta impedida, por actos concretos de los
órganos judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para
defender sus derechos e intereses legítimos. Sin embargo, no cualquier imposibi-
lidad de ejercer esos medios produce un estado de indefensión que atenta contra
el contenido constitucionalmente protegido de dicho derecho, sino que es consti-
tucionalmente relevante cuando se genera una indebida y arbitraria actuación del
órgano que investiga o juzga al individuo (Expedientes 0582-2006-PA/TC, 5175-
2007-HC/TC, entre otros)” (STC. Exp. N° 03238-2014-PHC/TC-Tacna, del 1 de
marzo de 2018, f. j. 5).

129 ¿
El nombrar a un defensor de oficio para el solo cumplimiento de una
formalidad procesal vulnera el derecho de defensa?
“(…) Sin embargo, el nombrar un defensor de oficio con el sólo objeto de cumplir
con una formalidad procesal, equivaldría a no contar con defensa técnica, por lo
que es imperante que dicho defensor actúe de manera diligente con el fin de prote-
ger las garantías procesales del acusado y evite así que sus derechos se vean lesio-
nados” (Corte IDH. Caso Cabrera García y Montiel Flores vs. México. Excep-
ción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 26 de noviembre
de 2010. Serie C, Nº 220, párr. 155).

130 ¿
Qué características debe tener la defensoría pública de un país para
garantizar el derecho de defensa?
“(…) es necesario que la institución de la defensa pública, como medio a través
del cual el Estado garantiza el derecho irrenunciable de todo inculpado de delito
de ser asistido por un defensor, sea dotada de garantías suficientes para su actua-
ción eficiente y en igualdad de armas con el poder persecutorio. La Corte ha
reconocido que para cumplir con este cometido el Estado debe adoptar medidas
adecuadas. Entre ellas, contar con defensores idóneos y capacitados que puedan
actuar con autonomía funcional” (Corte IDH. Caso Ruano Torres y otros vs. El

105
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Salvador. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de octubre de 2015.


Serie C, Nº 303, párr. 157).
“Toda vez que la defensa pública corresponde a una función estatal o servicio
público, pero aun así se considera que debe gozar de la autonomía necesaria para
ejercer adecuadamente sus funciones de asesorar según su mejor juicio profesio-
nal y en atención a los intereses del imputado, la Corte estima que el Estado no
puede ser considerado responsable de todas las fallas de la defensoría pública,
dado la independencia de la profesión y el juicio profesional del abogado defen-
sor. En este sentido, la Corte considera que, como parte del deber estatal de garan-
tizar una adecuada defensa pública, es necesario implementar adecuados proce-
sos de selección de los defensores públicos, desarrollar controles sobre su labor
y brindarles capacitaciones periódicas” (Corte IDH. Caso Ruano Torres y otros
vs. El Salvador. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de octubre de
2015. Serie C, Nº 303, párr. 163).

131 ¿
Se vulnera el derecho de defensa y la pluralidad de instancias si la
Sala declara la inadmisibilidad del recurso de apelación por inasisten-
cia justificada del abogado de la parte impugnante?
“En el presente caso, se advierte de la constancia de fecha 6 de mayo de 2013
(fojas 39) que no se pudo instalar la audiencia de apelación de sentencia de fecha
6 de mayo de 2013 debido a la inasistencia del abogado defensor del favorecido,
inasistencia que fue justificada. Don Juan Carlos Cancce Guillen sí estuvo pre-
sente en la audiencia de apelación. Por ello, en principio, dicha audiencia podría
haber sido realizada si se designaba al defensor de oficio en reemplazo del abo-
gado del favorecido. Sin embargo, el favorecido expreso su negativa a ser defen-
dido por el abogado de oficio que le propuso la Sala demandada.
Al respecto, este Tribunal considera que la Sala superior ante la renuncia expresa
del favorecido a un defensor de oficio, debió disponer por única y última vez la
reprogramación de la audiencia bajo apercibimiento de –a pesar de su negativa–
nombrársele defensor de oficio o declarar la inadmisibilidad del recurso de ape-
lación, pero no declarar inmediatamente la inadmisibilidad del recurso de apela-
ción, pues con dicha decisión se le impidió al favorecido contar con una defensa
que le permita exponer sus argumentos contra la sentencia condenatoria de fecha
30 de enero de 2013.
En consecuencia, este Tribunal Constitucional considera que la Resolución 9, de
fecha 6 de mayo del 2013 (fojas 40), no constituye una decisión razonable y justi-
ficada, atendiendo a que el favorecido quedó en estado de indefensión para susten-
tar oral y técnicamente los argumentos de la apelación contra la sentencia que lo
condeno, lo que vulnero el derecho de defensa y también conllevo a que se afec-
tara el derecho a la pluralidad de la instancia” (STC. Exp. N° 03238-2014-PHC/
TC-Tacna, del 1 de marzo de 2018, ff. jj. 8-10).

106
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

132 ¿
El uso de un idioma nativo o extranjero se encuentra dentro del ám-
bito constitucionalmente protegido del derecho a la defensa?
“En cuanto al derecho al debido proceso el Tribunal Constitucional en el funda-
mento 6 de la sentencia recaída en el Expediente Nº 8125-2005-PHC/TC, Caso
Jeffrey Immelt, ha indicado que este derecho significa la observancia de los
derechos fundamentales esenciales del procesado, principios y reglas esencia-
les exigibles dentro del proceso como instrumento de tutela de los derechos
subjetivos.
Respecto a la vulneración del derecho de defensa el Tribunal Constitucional en el
Expediente Nº 6998-2006-PHC/TC estableció que el mencionado derecho requiere
que el justiciable se informe de la existencia del proceso penal, en atención a su
derecho de conocer de forma cierta, expresa e inequívoca los cargos que pesan
en su contra. De ahí que el derecho de defensa sea, entre otros, una manifestación
del derecho al debido proceso, derecho irrenunciable dado que la parte no puede
decidir si se le concede o no la posibilidad de defenderse; e inalienable pues su
titular no puede sustraerse a su ejercicio. Asimismo este Tribunal ha precisado
que este derecho tiene una doble dimensión: una material, referida al derecho
del imputado de ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma
conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo;
y otra formal, que supone el derecho a una defensa técnica, esto es, al asesora-
miento y patrocinio de un abogado defensor de su elección desde que la persona
es citada o detenida por la autoridad y durante todo el tiempo que dure la inves-
tigación preliminar o el proceso mismo.
La Constitución Política del Perú, en el artículo 2, inciso 19), reconoce el derecho a
la identidad étnica y cultural, e incluso en el segundo párrafo establece que ‘Todo
peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante
un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por
cualquier autoridad’. Esta disposición asegura el respeto de los derechos culturales
y las garantías mínimas de los procesados a fin de que puedan ejercer sus derechos
fundamentales, como es el caso del derecho de defensa. Por consiguiente, el derecho
de defensa no sería posible si, en el seno del proceso, no se hubiera nombrado
intérprete al recurrente teniendo este como idioma propio uno distinto al castellano
y, en consecuencia, no tuviera la posibilidad de entender el idioma usado en los
tribunales, a fin de ejercer su derecho de defensa constitucionalmente protegido
(Exp. Nº 4789-2009-PHC/TC).
Asimismo, cabe recordar que ‘[E]l contenido esencial del derecho de defensa
queda afectado cuando, en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las par-
tes resulta impedida, por actos concretos de los órganos judiciales, de ejercer los
medios necesarios, suficiente y eficaces para defender sus derechos e intereses
legítimos’ (cf. Exp. Nº 06648-2006-PHC/TC).
Cabe resaltar además que este Colegiado, en la sentencia recaída en el Exp.
Nº 03875-2008-PHC/TC señaló que: ‘El requisito de un juicio con las debidas

107
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

garantías tampoco obliga a los Estados Partes a proporcionar servicios de inter-


pretación a una persona cuya lengua materna no sea el idioma oficial del Tribunal
si esa persona puede expresarse adecuadamente en el idioma oficial y comprender
ese idioma. Solo es obligatorio proporcionar servicios de interpretación si al acu-
sado o los testigos de descargo les resulta difícil comprender el idioma del Tribu-
nal o expresarse en ese idioma’ (Comité de Derechos Humanos, caso Cadoret y
otros c. Francia, párr. 5.6 - 1991)” (STC. Exp. Nº 04745-2012-PHC/TC-Callao,
del 31 de octubre de 2013, ff. jj. 4-8).

133 ¿
Un procesado que no tiene la calidad de abogado puede ejercer por sí
solo y de forma integral su derecho de defensa?
“[R]econocer el ejercicio del derecho de defensa en forma integral a un proce-
sado que no ostenta la calidad de abogado, implicaría someterlo a un estado de
indefensión por ausencia de una asistencia letrada, versada en el conocimiento
del Derecho y de la técnica de los procedimientos legales, situación que, además,
quebranta el principio de igualdad de armas o igualdad procesal de las partes”
(STC. Exp. Nº 6260-2005-PHC/TC-Lima, del 12 de setiembre de 2005, f. j. 5).

134 ¿
Una defensa técnica ineficaz constituye un supuesto de estado de in-
defensión?
“La indefensión no solo se produce cuando se priva a las partes de manera irrazo-
nable o desproporcionada de la posibilidad de hacer valer sus derechos o se sitúe
a una de ellas en la posición prevalente sobre la contraria; sino también cuando el
procesado no cuenta con una defensa eficaz, materializada en la falta de un defen-
sor con los conocimientos jurídicos que exige el caso para la etapa respectiva”
(Sala Penal Permanente. Casación Nº 864-2016-Del Santa, del 27 de setiembre
de 2017, considerando 5.14).

135 ¿
El juez tiene el deber de suspender la audiencia si considera objetiva-
mente que el procesado tiene una defensa técnica ineficaz?
“Si durante la audiencia el juez advierte que el abogado defensor del imputado, no
ejerce una defensa adecuada y mínima de los derechos e intereses de su patroci-
nado, debe advertir a las partes de dicho proceder y suspender la sesión a efecto
de evitar supuestos de indefensión que vicien de nulidad a las etapas posterio-
res. Que el imputado se encuentre asistido por un abogado, no constituye funda-
mento suficiente para presumir la defensa eficaz, tanto más si el representante del
Ministerio Público, como defensor de la legalidad, advirtió en el presente caso una
manifiesta indefensión formal en la que se hallaba el imputado. El juez es quien
conoce el Derecho, y el quien debe velar para mantener, en cualquier momento
de la causa la igualdad entre las partes” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 864-2016-Del Santa, del 27 de setiembre de 2017, considerando 5.15).

108
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

136 ¿
El ofrecimiento probatorio, como parte del derecho de defensa, pue-
de ser restringido por el incumplimiento parcial de una formalidad?
“La jueza de investigación preparatoria tuvo el deber de evitar eventuales estados
de indefensión y permitir, más allá de una situación formalista, que la defensa del
encausado ofrezca sus medios probatorios oralmente –inciso cinco del artículo
veintinueve del Código Procesal Penal–. Los formalismos vencibles no prevale-
cen sobre un derecho fundamental pilar del debido proceso, como lo es el dere-
cho a la defensa, más aun si esto no significaba lesión o desventaja al Ministerio
Público porque este ya los conocía desde la etapa de investigación preparato-
ria, tanto más si no existe mandato de prohibición expreso para inadmitir prue-
bas ofrecidas con defectos en el sumillado del escrito que lo contiene. Debiendo
tenerse presente lo señalado en el sexto considerando de los fundamentos de dere-
cho de la sentencia casatoria número diez-dos mil siete-Trujillo, de fecha vein-
tinueve de enero de dos mil ocho: ‘la necesidad del pleno esclarecimiento de los
hechos acusados exige que se superen interpretaciones formalistas de la ley pro-
cesal, sin que ello signifique desde luego, una lesión a los derechos de las partes’”
(Sala Penal Permanente. Casación Nº 864-2016-Del Santa, del 27 de setiembre
de 2017, considerando 5.16).

137 ¿
La prohibición de un abogado defensor de participar en la declara-
ción del imputado que no defiende, en la etapa de investigación prepa-
ratoria, vulnera el derecho de defensa?
“[L]a pretensión del recurrente consiste en que su abogado defensor asista a la
declaración que su coimputado prestará en la etapa de investigación preparatoria,
y pueda interrogarlo. Esta materia, lejos de estar reconocida como una prerroga-
tiva a favor del abogado defensor, tiene previsión expresa en el Código Procesal
Penal en un sentido diametralmente opuesto.
En efecto, el artículo 84 del ordenamiento procesal establece un catálogo enun-
ciativo de derechos de naturaleza instrumental que le asisten al abogado defen-
sor, entre ellos, el previsto en el numeral 4 del citado artículo, que habilita al abo-
gado defensor a participar en todas las diligencias. No obstante, la misma norma
exceptúa su participación cuando la diligencia se refiera a la declaración prestada
durante la etapa de investigación por el imputado que no defiende. En consecuen-
cia, tenemos que la restricción impuesta por el órgano fiscal, respaldada en la reso-
lución recurrida, tiene sustento expreso en nuestro sistema jurídico. Incluso el con-
tenido del numeral citado, se reitera en el artículo 89 del Código Procesal Penal
que entre otros aspectos señala que el imputado declarará siempre libre en su per-
sona y sin la presencia de otras personas que las autorizadas para asistir. Esto sig-
nifica que en la declaración del imputado en la investigación preparatoria, solo se
permite la participación del Fiscal y del abogado que lo defiende, como se prevé
también en el numeral 2, artículo 86 del Código Procesal Penal.

109
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

En ese orden de ideas, el Colegiado comparte el criterio expresado por la repre-


sentante del Ministerio Público en audiencia, en el sentido que la medida adop-
tada por el Fiscal del caso, de no permitirla intervención del abogado defensor
en la ampliación de declaración de un coimputado es legal; no obstante, la res-
puesta del recurrente en la réplica respectiva, fue aseverar que si bien la medida
tenía previsión legal en el Código Procesal Penal, esta disposición legal debía
inaplicarse en este caso, por ser contraria a la Constitución, esto es, planteó la
aplicación de un mecanismo de control de constitucionalidad de las leyes, en
concreto el control difuso. Propuso que se declare, en este caso en concreto, la
prevalencia del numeral 14 del artículo 139 de la Constitución, que reconoce el
derecho de defensa, sobre el numeral 4, artículo 84 del Código Procesal Penal,
que niega la participación del abogado defensor en la declaración del imputado
que no defiende.
En este ámbito, cabe precisar que se encuentra fuera de toda discusión que la
Constitución del Estado constituye la base normativa de todo el ordenamiento
jurídico nacional; por tanto, sus normas son parámetros de legitimidad de las
leyes penales sustantivas y procesales, a la vez que orientan su interpretación.
De ahí que pueda hablarse de un Derecho Procesal Penal constitucionalizado.
Según esta óptica, la interpretación aplicación de la Ley Penal tanto material
como procesal, debe guardar armonía con las normas constitucionales, caso
contrario, son de aplicación las reglas de prevalencia previstas en el artículo 51
de la Constitución.
No obstante, es lugar común sostener que la aplicación de estas reglas se encuen-
tra condicionada a que exista incompatibilidad insalvable entre la norma de rango
constitucional y otra norma de jerarquía distinta. De ahí que no puede entenderse
que toda restricción o limitación a un derecho constitución, de por sí, constituye
una restricción inconstitucional; pues estos, al no ser absolutos, admiten algunas
restricciones legales que son legítimas, siempre claro está, tengan un sustento
objetivo y razonable, por un lado; y no afecten el contenido esencial del derecho
fundamental, por otro.
En este caso, la restricción que prevé el numeral 4 del artículo 84 del Código Pro-
cesal Penal, de no permitirá los abogados defensores participar en las declaracio-
nes de todos los imputados, tienen un sustento objetivo concuerda con la lógica
propia de todo nuestro proceso penal enmarcado en un modelo acusatorio garan-
tista con ciertos rasgos adversariales. En efecto, con esta medida, el legislador ha
otorgado al Ministerio Público, como director de la investigación, cierta reserva
e independencia para llevar a cabo sus actos de investigación, circunstancia que
además es congruente con el carácter reservado de las diligencias prelimina-
res e investigación preparatoria. Que sin perjuicio de las comunicaciones a que
se refiere la Ley, se enmarca en el principio de la búsqueda de la verdad de los
hechos en el proceso.

110
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Por otro lado, la medida cuestionada permite que las actuaciones fiscales, en este
caso, la declaración de imputados, sean más céleres, lo que no sería posible si
estas diligencias tuvieran que realizarse con participación de todos los abogados
defensores; lo que resultaría especialmente gravoso para el éxito de la investiga-
ción del delito en procesos seguidos contra presuntas organizaciones criminales,
como sucede en la investigación que se sigue al recurrente. Desde esta perspec-
tiva, la restricción cuestionada incluso redunda en favor del imputado en tanto
permite un procesamiento más célere y acorde a su derecho de ser juzgado en un
plazo razonable.
Por otra parte, tenemos que esta restricción legal no anula ni afecta el conte-
nido esencial del derecho de defensa, que tiene todo investigado, pues el abo-
gado defensor está habilitado por ley a participar de todas las demás diligencias
preliminares e investigación preparatoria. Asimismo, tal restricción no afecta
en nada el derecho de defensa, si por otro lado, se reconoce en forma expresa
el derecho de solicitar al fiscal una copia del acta de la declaración, apenas con-
cluya la declaración de un coimputado, conforme lo prevé el numeral 7, artículo
84 del Código Procesal Penal; y, de esa forma, tener acceso a toda la informa-
ción expresada por el coimputado. Si su intención es interrogar a los coimpu-
tados de su defendido, el legislador ha reservado ese derecho para materiali-
zarlo en la etapa considerada como la más importante el proceso penal, como
es el juzgamiento, tal cual, así lo prevé el numeral 3, artículo 88 del Código
Procesal Penal” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en De-
litos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00004-2015-41-
5001-JR-PE-01, Resolución N° 02, del 22 de mayo de 2017, considerandos
4.2.4-4.2.11).

138 ¿
La variación de la calificación jurídica sobre los mismos hechos ma-
teria del proceso vulnera el derecho de defensa?
“‘[L]a descripción material de la conducta imputada’ recogida en la acusación
constituye “la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del impu-
tado y la consecuente consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el
imputado tenga derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y
precisa, los hechos que se le imputan. La calificación jurídica de estos puede ser
modificada durante el proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin que
ello atente contra el derecho de defensa, cuando se mantengan sin variación los
hechos mismos y se observen las garantías procesales previstas en la ley para lle-
var a cabo la nueva calificación” (Corte IDH. Caso Fermín Ramírez vs. Guate-
mala. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 20 de junio de 2005. Serie C,
Nº 126, párr. 67).

111
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

XIII. EL DERECHO A SER INFORMADO DE LA IMPUTACIÓN

Base legal Constitucional Política: arts.139.3, 159.


Código Procesal Penal de 2004: arts. IX.1 del Título Preliminar, 71.2,
87.1, 271.3, 336.2, 349.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.2.b.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.3.a.

139 ¿Qué exigencias plantea el derecho a ser informado de la imputación?


“En este sentido, en la Observación General Nº 13 relativa a la ‘igualdad ante
los tribunales y derecho de toda persona a ser oída públicamente por un tribunal
competente establecido por la ley (art.14)’, el Comité de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas señaló que:
El derecho a ser informado ‘sin demora’ de la acusación exige que la información
se proporcione de la manera descrita tan pronto como una autoridad competente
formule la acusación. En opinión del Comité, este derecho debe surgir cuando,
en el curso de la investigación, un tribunal o una autoridad del ministerio público
decida adoptar medidas procesales contra una persona sospechosa de haber come-
tido un delito o la designe públicamente como tal. Las exigencias concretas del
apartado a) del párrafo 3 pueden satisfacerse formulando la acusación ya sea ver-
balmente o por escrito, siempre que la información se indique tanto la ley como
los supuestos hechos en que se basa.
El artículo 8.2.b de la Convención Americana ordena a las autoridades judiciales
competentes notificar al inculpado la acusación formulada en su contra, sus razo-
nes y los delitos o faltas por los cuales se le pretende atribuir responsabilidad, en
forma previa a la realización del proceso. Para que este derecho opere en plenitud
y satisfaga los fines que le son inherentes, es necesario que esa notificación ocu-
rra antes de que el inculpado rinda su primera declaración. Sin esta garantía, se
vería conculcado el derecho de aquél a preparar debidamente su defensa” (Caso
Tibi vs. Ecuador. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sen-
tencia del 7 de setiembre de 2004. Serie C, Nº 114, párr. 186 y 187).
“Para satisfacer el artículo 8.2.b convencional el Estado debe informar al inte-
resado no solamente de la causa de la acusación, esto es, las acciones u omisio-
nes que se le imputan, sino también las razones que llevan al Estado a formu-
lar la imputación, los fundamentos probatorios de esta y la caracterización legal
que se da a esos hechos. Toda esta información debe ser expresa, clara, integral
y suficientemente detallada para permitir al acusado que ejerza plenamente su
derecho a la defensa y muestre al juez su versión de los hechos. La Corte ha con-
siderado que la puntual observancia del artículo 8.2.b es esencial para el ejerci-
cio efectivo del derecho a la defensa” (Caso IDH. Caso Barreto Leiva vs. Vene-
zuela. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 17 de noviembre de 2009.
Serie C, N° 206, párr. 28).

112
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

“En armonía con las normas convencionales y constitucionales, el CPP reconoce


a todo imputado el irrestricto e inviolable derecho a que se le informe de sus dere-
chos, a que se le comunique de inmediato detalladamente la imputación formu-
lada en su contra, así como una serie de derechos que se detallan en los numera-
les 1 al 3 del artículo 71. En caso de inobservancia o respeto (sic) de los mismo,
puede acudir vía tutela al juez de investigación preparatoria para que subsane la
omisión o dicte las medidas de corrección o de protección que correspondan”
(Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción
de Funcionarios. Colegiado A. Expediente Nº 046-2017-5201-JR-PE-01, Reso-
lución Nº 2, del 15 de marzo de 2018, considerando 5).

140 ¿Qué aspectos garantiza el derecho a ser informado de la imputación?


“Por otra parte, esta Corte recuerda que para garantizar el derecho a la defensa
es necesario que en la formulación de una acusación criminal se expongan todos
los fundamentos probatorios de esta. (…)” (Corte IDH. Caso J. vs. Perú. Excep-
ción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 27 de noviembre
de 2013. Serie C, N° 275, párr. 293).
“El derecho a contar con comunicación previa y detallada de la acusación en mate-
ria penal contempla que debe realizarse una descripción material de la conducta
imputada que contenga los datos fácticos recogidos en la acusación, que consti-
tuyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y
la consecuente consideración del juzgador de la sentencia. De ahí que el impu-
tado tenga derecho a conocer, a través de una descripción clara, detallada y pre-
cisa, los hechos que se le imputan. (…)” (Corte IDH. Caso Maldonado Ordóñez
vs. Guatemala. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 3 de mayo de 2016. Serie C, N° 311, párr. 80).

XIV. EL PRINCIPIO DE LA IMPUTACIÓN NECESARIA O


CONCRETA

Base legal Constitución Política: arts. 139.3, 159.


Código Procesal Penal de 2004: arts. IX.1 del Título Preliminar, 71.2,
87.1, 271.3, 336.2, 349.
Convención Interamericana de Derechos Humanos: art. 8.2.b.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.3.a.

141 ¿
En qué consiste el derecho a la imputación necesaria, concreta o su-
ficiente?
“[E]s de relievar que el artículo 159 de la Constitución Política del Perú, establece
que el Ministerio Público es el titular del ejercicio de la acción penal pública y
tiene el deber de la carga de la prueba, bajo el principio de imputación necesaria,
como una manifestación del principio de legalidad y del principio de la defensa

113
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

procesal (art. 2.24 ‘d’ y 139.14 de la Constitución). La imputación necesaria, en


palabras de Cáceres Julca consiste en que: ‘la imputación es la afirmación clara,
precisa y circunstanciada de un hecho concreto, con lenguaje descriptivo, refe-
rido al pasado, que permite afirmar a negar en cada caso o agregar otros hechos
que conjuntamente con los afirmados, amplíen, excluyan o aminoren la signifi-
cancia penal’. Julio Maier se refiere al principio de la imputación necesaria en
los siguientes términos: ‘La imputación correctamente formulada es la llave que
abre la puerta de la posibilidad de defenderse eficientemente, pues permite negar
todos o algunos de sus elementos para evitar o aminorar la consecuencia jurí-
dico-penal. (…) La imputación concreta no puede reposar en una atribución más
o menos vaga o confusa de malicia o enemistad con el orden jurídico, esto es, en
un relato impreciso y desordenado de la acción u omisión que se pone a cargo del
imputado, y mucho menos en una abstracción (cometió homicidio o usurpación),
acudiendo al nombre de la infracción, sino que por el contrario debe tener como
presupuesto la afirmación clara, precisa y circunstanciada de un hecho concreto,
singular de la vida de una persona. Ello significa describir un acontecimiento –
que se supone real- con todas las circunstancias de modo, tiempo y lugar que
lo ubiquen en el mundo de los hechos (temporal y espacialmente) y la propor-
cione su materialidad concreta’” (Segunda Sala Penal Transitoria. Casación
N° 392-2016-Arequipa, del 12 de setiembre de 2017, considerando 14).
“[l]a imputación necesaria (…) debe ser entendida como la exigencia de un relato
detallado y preciso que los hechos con relevancia penal, que se atribuyen a una
persona, a la que el titular de la acción penal, le comunica la acción punible que le
atribuye, detallando su relación histórica e indicando las circunstancias de modo,
tiempo y lugar, así como los elementos de convicción existentes” (Primera Sala
Penal Transitoria. Casación N° 814-2015-Junín, del 19 de octubre de 2017,
considerando 6).
“Ahora bien, la garantía de defensa procesal, desarrollada por el artículo IX del
Título Preliminar el NCPP, incluye, aparte de los llamados derechos instrumen-
tales (derecho a la asistencia de abogado, utilización de medios de prueba perti-
nente, a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable), los denominados
derechos sustanciales, que son presupuestos básicos de su debido ejercicio, entre
ellos la comunicación detallada de la imputación formulada contra el imputado.
Su efectividad, sin duda, como correlato del conocimiento de los cargos (artículo
72.2, ‘a’ NCPP), requiere inexorablemente que los hechos objeto de imputación en
sede de investigación preparatoria (vid: artículo 342.1 NCPP) tengan un mínimo
nivel de detalle que permita al imputado saber el suceso histórico que se le atri-
buye y la forma y circunstancias en que pudo tener lugar.
Tal dato es indispensable para que pueda ejercer una defensa efectiva, la cual no
puede quedar rezagada a la etapa intermedia o a la etapa principal de enjuicia-
miento: la defensa se ejerce desde el primer momento e la imputación (vid: artículo
139.14 de la Constitución) que es un hecho procesal que debe participarse a quien
resulte implicado desde que, de uno u otro modo, la investigación se dirija contra

114
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

él, sin que haga falta un acto procesal formal para que le reconozca viabilidad”
(Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-116,
del 26 de marzo de 2012, considerando 10).
“El principio de imputación necesaria tiene directa relación con el derecho de
defensa, al punto de que la Corte Interamericana, en la sentencia del Caso Fermín
Ramírez vs. Guatemala, preciso que la descripción material de la conducta impu-
tada en la acusación constituye ‘la referencia indispensable para el ejercicio de la
defensa del imputado y la consecuente consideración del juzgador en la senten-
cia. De ahí que el imputado tenga derecho a conocer, a través de una descripción
clara, detallada y precisa, los hechos que se le imputan’. En la misma línea, Julio
Maier enseña que la imputación correctamente formulada es la llave que abre la
puerta a la posibilidad de defenderse eficientemente, pues permite negar todos o
alguno de sus elementos para evitar o aminorar la consecuencia jurídico-penal
que se pretende, o, de otra manera, agregar los elementos que, combinados con
los que son afirmados, orientan también a evitar las consecuencias graves o, en
su caso, reducirlas” (Sala Penal Nacional de Apelaciones en Delitos de Corrup-
ción de Funcionarios - Colegiado A. Exp. N° 00004-2015-48-5201-JR-PE-01,
Resolución N° 02, del 16 de abril de 2018, considerando 3).

142 ¿
Cuál es la finalidad de la imposición del respeto al derecho a la impu-
tación necesaria?
“La imputación debidamente formulada posibilita a las partes ejercer su derecho
de defensa, debiendo exigirse una afirmación clara, precisa y circunstanciada del
hecho fáctico, esto es, una descripción de todas las situaciones de la forma como se
desarrollaron los hechos (imputación necesaria)” (Segunda Sala Penal Transitoria.
Casación N° 392-2016-Arequipa, del 12 de setiembre de 2017, considerando 5.E).
“Asimismo, el texto constitucional en el artículo ciento cincuenta y nueve esta-
blece que el Ministerio Público es el titular del ejercicio de la acción penal publica
y tiene el deber de la carga de la prueba, bajo el principio de la imputación necesa-
rio como una manifestación del principio de legalidad y del principio de defensa
procesal (art. 2.24 ‘d’ y 139.14)” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 956-2011-Uca-
yali, del 21 de marzo de 2012, considerando 2).

143 ¿
Qué exigencias impone el principio de progresividad a la imputación
necesaria en las distintas fases del proceso penal?
“Otro aspecto importante de resaltar es sobre el estándar exigido para el procesa-
miento de una persona en armonía con el respeto de las garantías procesales que
aseguren el debido proceso y especialmente el derecho de defensa. La actividad
procesal, conforme su propia naturaleza y así ha sido reconocido por la Corte Su-
prema, atraviesa por varias fases, cada una sometida a sus respectivas exigencias
que, conforme al principio de progresividad, se van incrementando; es decir, están
sometidas a exigencias distintas. En mérito a ello, se ha establecido que ‘para la

115
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

emisión de la disposición de diligencias preliminares solo se requiere de sospecha


inicial simple’; mientras que ‘para la expedición de la disposición de formalización
de la investigación preparatoria se necesita sospecha reveladora, esto es, indicios
reveladores de la existencia de un delito, que la acción no ha prescrito, que se ha
individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se ha satisfecho los requisitos
de procedibilidad (…)’” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en
Delitos de Corrupción de Funcionarios Colegiado A. Exp. N° 46-2017-7, Reso-
lución Nº 2, del 15 de marzo de 2018, considerando 7).
“Conforme al principio de progresividad en el desarrollo de la acción penal durante
el procedimiento penal, atraviesa varias fases y en cada una de ellas las exigen-
cias son mayores –unificados bajo el concepto muy difuso de ‘prueba semiplena’–,
hasta exigir el grado de convicción pleno del órgano jurisdiccional, más allá de
toda duda razonable, cuando se trata de pronunciar una sentencia condenatoria
[Conforme: PÉREZ-CRUZ MARTÍN, Agustín-Jesús y otros: Derecho Procesal
Penal, Editorial Civitas, Pamplona, 2009, p. 452]. Seguridad, certeza y ‘verdad’
existen recién al final del juicio oral cuando el juez arribó a un convencimiento
sobre el curso de los acontecimientos; mientras tanto, todas las decisiones hasta la
sentencia son adoptadas o fundadas con base en la sospecha [VOLK, Klaus. Curso
Fundamental de Derecho Procesal Penal, Editorial Hammurabi, Buenos Aires,
2016, pp. 78 y 79]. Esta, por lo demás, se sustenta en el principio de proporciona-
lidad –a tono con la magnitud del interés persecutorio del Estado–, que permite
justificar la formulación de disposiciones y resoluciones intermedias en el curso
del proceso penal que puedan afectar la libertad del imputado hasta antes de la
sentencia, sin vulnerar la garantía de presunción de inocencia, porque no es una
consecuencia de ella [LLOBET RODRÍGUEZ, Javier. Proceso penal comentado,
6ª edición, Editora Dominza-Editorial Jurídica Continental, San José, 2017, p. 393].
Así se tiene lo siguiente:
- Primera, para la emisión de la disposición de diligencias preliminares sólo se
requiere sospecha inicial simple, para ‘(...) determinar si han tenido lugar los
hechos objeto de conocimiento y su delictuosas, así como asegurar los ele-
mentos materiales de su comisión, individualizar a las personas involucra-
das en su comisión (...), y, dentro de los límites de la Ley, asegurarlas debi-
damente’ (artículo 330, apartado 2, del CPP).
- Segunda, para la expedición de la disposición de formalización de la inves-
tigación preparatoria se necesita sospecha reveladora, esto es, ‘(...) indicios
reveladores de la existencia de un delito, que la acción no ha prescrito, que
se ha individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho
los requisitos de procedibilidad (...)’ (artículo 336, apartado 1, del CPP).
- Tercera, para la formulación de la acusación y la expedición del auto de
enjuiciamiento se precisa sospecha suficiente, vale decir, ‘(...) base sufi-
ciente para ello (...)’ o ‘(...) elementos de convicción suficientes para solici-
tar fundadamente el enjuiciamiento del imputado’ (artículo 344, apartado 1

116
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

y apartado 2, literal d a contrario sensu, del CPP)’” (Salas Penales Perma-
nente y Transitorias. Sentencia Plenaria Casatoria N° 1-2017/CIJ-433, del
11 de octubre de 2017, considerando 24).

144 ¿En qué casos la imputación necesaria puede ser relativizada?


“Es obvio que la relación clara y concreta del hecho objeto de imputación, así
como sus circunstancias, se efectuara cuando ello sea materialmente posible. No
en todos los casos se exigirá al titular de la acción penal precisa en forma deta-
llada los hechos imputados, pues la realidad y la experiencia crudamente nos
demuestran que existen casos en los cuales difícilmente puede llegarse a identifi-
car determinados aspectos o circunstancias del caso. A este tipo de casos los nor-
teamericanos lo denominan ‘casos duros’.
En efecto, puede ocurrir en los delitos contra la administración pública, pues, al
ser clandestinos, es difícil llegar a determinar todos los detalles de su realiza-
ción. En algunos casos, solo nos acercamos a detalles del hecho delictivo, cuando
el agente es intervenido en flagrancia delictiva, o cuando ha sido filmado come-
tiendo el ilícito o si el investigado se somete a la confesión sincera. No obstante,
en la mayoría de casos, tales circunstancias no se producen y el fiscal para acusar
tiene que recurrir a la concurrencia de indicios. Cuestión más problemática ocurre
en los delitos cometido por organización criminales. En estos casos, excepcional-
mente la exigencia de imputación necesaria plena se relativiza. Sostener lo con-
trario generaría impunidad que de modo alguno puede aceptarse pacíficamente.
En estos casos no es que las exigencias de imputación necesaria desaparezcan,
sino que excepcionalmente se reducen a su mínima expresión en tanto única-
mente se exige la atribución de una conducta penalmente prohibida por la norma
penal, sin la consignación de sus particulares circunstancias” (Sala Penal Nacio-
nal de Apelaciones en Delitos de Corrupción de Funcionarios - Colegiado A.
Exp. N° 00004-2015-48-5201-JR-PE-01, Resolución N° 02, del 16 de abril de
2018, considerandos 6 y 7).

XV. EL DERECHO A SER OÍDO

Base legal Constitución Política: art. 139, inc. 3.


Código Procesal Penal de 2004: arts. I.2, I.3 del Título Preliminar
Convención Interamericana de Derechos Humanos: art. 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1

145 ¿
Cuáles son los alcances del derecho a ser oído en sus vertientes mate-
rial y procesal?
“El examen requerido en el presente caso amerita que la Corte precise el alcance
del derecho a ser oído establecido en el artículo 8.1 de la Convención Ameri-
cana. Ese derecho implica, por un lado, un ámbito formal y procesal de asegurar

117
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

el acceso al órgano competente para que determine el derecho que se reclama en


apego a las debidas garantías procesales (tales como la presentación de alegatos
y la aportación de prueba). Por otra parte, ese derecho abarca un ámbito de pro-
tección material que implica que el Estado garantice que la decisión que se pro-
duzca a través del procedimiento satisfaga el fin para el cual fue concebido. Esto
último no significa que siempre deba ser acogido sino que se debe garantizar su
capacidad para producir el resultado para el que fue concebido” (Corte IDH. Caso
Barbani Duarte y otros vs. Uruguay. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 13 de octubre de 2011. Serie C, Nº 234, párr. 122).

146 ¿El derecho a ser oído es equiparable a un procedimiento judicial justo?


“(…) El Tribunal ha desarrollado el derecho a ser oído, protegido en el artículo 8.1
de la Convención, en el sentido general de comprender el derecho de toda persona
tener acceso al tribunal u órgano estatal encargado de determinar sus derechos y
obligaciones. Respecto al derecho a ser oído, consagrado en el artículo 8.1 de la
Convención, la Corte reitera que las garantías establecidas en el artículo 8 de la
Convención Americana suponen que las víctimas deben contar con amplias posi-
bilidades de ser oídas y actuar en los procesos respectivos, de manera que pue-
dan formular sus pretensiones y presentar elementos probatorios y que estos sean
analizados de forma completa y seria por las autoridades antes de que se resuelva
sobre hechos, responsabilidades, penas y reparaciones.
Sobre el particular, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha señalado que
la exigencia de que una persona ‘sea oída equitativa, públicamente y dentro de un
plazo razonable, por un tribunal independiente e imparcial’ es equiparable al dere-
cho a un ‘juicio’ o a ‘procedimientos judiciales’ justos. Al respecto, el Tribunal
Europeo ha desarrollado el criterio según el cual un procedimiento justo supone
que el órgano encargado de administrar justicia efectúe ‘un examen apropiado de
las alegaciones, argumentos y pruebas aducidas por las partes, sin perjuicio de
sus valoraciones acerca de si son relevantes para su decisión’” (Corte IDH. Caso
del Tribunal Constitucional (Camba Campos y otros) vs. Ecuador. Excepcio-
nes preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 28 de agosto de
2013. Serie C, Nº 268, párr. 181 y 182).
“Es clave en un Estado Constitucional y Democrático de Derecho garantizar
el derecho de defensa prescrito en el inciso catorce del artículo ciento treinta y
nueve de nuestra Carta Magna, que prescribe: ‘son principios y derechos de la
función jurisdiccional: El principio de no ser privado del derecho de defensa en
ningún estado del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por
escrito de la causa o las razones de su detención. Tiene derecho a comunicarse
personalmente con un defensor de su elección y a ser asesorada por este desde
que es citada o detenida por cualquier autoridad’, ello en coherencia con los Tra-
tados Internacionales de Derechos Humanos, en el que el Perú es parte como es
el artículo 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que prevé un
conjunto de garantías judiciales de carácter general de obligatorio cumplimiento

118
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

por los agentes estatales; más aún si en un proceso penal donde la consecuencia es
una condena, como en este caso, es de cadena perpetua. El citado numeral pres-
cribe: ‘Toda persona tiene derecho a ser oída, (…), por un Juez o Tribunal (…)’.
Así la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha afirmado que la exigencia
de que una persona sea oída ‘es equiparable al derecho a un ‘juicio’ o a ‘procedi-
mientos judiciales justos’. Siguiendo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos,
en los casos Kraska vs. Switzerland, Van de Hurk vs. the Netherlands, Van Kück
vs. Germany y, Krasulya vs. Russia, la Corte ha establecido que un procedimiento
justo supone que el órgano encargado de administrar justicia efectúe “un examen
apropiado de las alegaciones, argumentos y pruebas aducidas por las partes, sin
perjuicio de sus valoraciones acerca de si son relevantes para su decisión”. Así
la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que el estándar ju-
risprudencial supone que un juicio justo es aquél en el cual una persona ha sido
oída con las debidas garantías (Segunda Sala Penal Transitoria. R.N. N° 2871-
2015-Junín, del 6 de abril de 2017, considerando 5.2).

147 ¿Qué es lo que se busca garantizar con el derecho a ser oído?


“El Tribunal Constitucional ha tenido la oportunidad de pronunciarse respecto del
derecho a ser oído, dada su envergadura como derecho fundamental que asume en
tanto conforma parte del derecho de defensa. Su identificación como tal se deriva
de una interpretación de los derechos fundamentales de conformidad con los tra-
tados internacionales de derechos humanos, prescrita en la IV Disposición Final
y Transitoria de la Constitución. Son pertinentes, a ese respecto, el inciso 3) del
artículo 139 de la Constitución, que reconoce el derecho de defensa, y el artículo
8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que garantiza que:
‘Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y den-
tro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente
e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal, civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter’.
Así, mediante el derecho a ser oído por un juez o tribunal se garantiza que cada
una de las partes que participan en un proceso judicial puedan ofrecer, de manera
efectiva, sus razones de hecho y de derecho que consideren necesarias para que
el juez o tribunal resuelva el caso o la controversia en la que se encuentren parti-
cipando. Se encuentra comprendido dentro de su contenido constitucionalmente
protegido el contradictorio argumentativo, el cual exige que este se lleve a cabo sin
que alguna de las partes, por acción u omisión del juez o tribunal, pueda encon-
trarse en una evidente situación de desventaja respecto de la otra.
La titularidad del derecho a ser oído corresponde a todas las partes que partici-
pan incluso en el seno de un proceso constitucional, de modo que no sólo todos
los jueces y tribunales tienen la obligación de no afectarlo, sino de procurar por
todos los medios que su ejercicio sea efectivo.

119
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Sin embargo, su ámbito protegido no sólo comporta deberes de abstención o de


acción destinados a no afectar la posición ius fundamental de las partes en el pro-
ceso. También comporta, desde una perspectiva institucional, que los poderes
públicos, y entre ellos el propio Tribunal Constitucional, establezcan un sistema
organizativo y procedimental adecuados para que el principio de inmediación,
que subyace detrás del derecho de defensa, pueda quedar efectivamente garanti-
zado” (STC. Exp. N° 1078-2007-PA/TC, del 12 de octubre de 2007. Fundamen-
tos de voto del magistrado Fernando Calle Hayen, ff. jj. 4-6).

148 ¿
Se genera un estado de indefensión si no se le permite ser oído al pro-
cesado que se encuentra presente en el juicio?
“Es clave en un Estado Constitucional y Democrático de Derecho garantizar el
derecho de defensa, prescrito en el inciso catorce, del artículo ciento treinta y
nueve de nuestra Carta Magna, que prescribe: ‘son principios y derechos de la
función jurisdiccional: El principio de no ser privado del derecho de defensa en
ningún estado del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por
escrito de la causa o las razones de su detención. Tiene derecho a comunicarse
personalmente con un defensor de su elección y a ser asesorada por este desde que
es citada o detenida por cualquier autoridad’, ello en coherencia con los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos, en el que el Perú es parte como es el artículo
8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que prevé un conjunto
de garantías judiciales de carácter general de obligatorio cumplimiento por los
agentes estatales; más aún si en un proceso penal donde la consecuencia es una
condena, como en este caso, es de cadena perpetua. El citado numeral prescribe:
‘Toda persona tiene derecho a ser oída, (…), por un Juez o Tribunal (…)’. Así la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha afirmado que la exigencia de que
una persona sea oída ‘es equiparable al derecho a un ‘juicio’ o a ‘procedimientos
judiciales justos’. Siguiendo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en los
casos Kraska vs. Switzerland, Van de Hurk vs. the Netherlands, Van Kück vs.
Germany y, Krasulya vs. Russia, la Corte ha establecido que un procedimiento
justo supone que el órgano encargado de administrar justicia efectúe ‘un examen
apropiado de las alegaciones, argumentos y pruebas aducidas por las partes, sin
perjuicio de sus valoraciones acerca de si son relevantes para su decisión’. Así la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que el estándar jurispru-
dencial supone que un juicio justo es aquél en el cual una persona ha sido oída con
las debidas garantías.
(…)
La obligación constitucional y convencional de los jueces es hacer efectiva esas
garantías de los derechos fundamentales, con mayor intensidad en un proceso
penal. (…) a pesar de encontrarse presente el imputado Ricardo Julián Calzado
Crispín en todas las sesiones de juicio oral, y haberse negado a someterse a la
conclusión anticipada del proceso por ser inocente, no fue examinado, ni oído, lo
que evidentemente genera un estado de indefensión, transgrediéndosele su derecho

120
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

fundamental de defensa que integran el debido proceso, conforme así, lo señaló


la normativa internacional, la Constitución y el inciso dos del artículo doscientos
cuarenta y tres del Código de Procedimientos Penales, que prescribe: ‘(…) Acto
seguido, el Director de Debates invitará al Fiscal para que inicie el interrogato-
rio directo, sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 244. (…)’, restringién-
dole su derecho a declarar, y de defenderse sobre los cargos graves atribuidos en
su contra, máxime la pena que se le impuso fue de cadena perpetua” (Segunda
Sala Penal Transitoria. R.N. N° 2871-2015-Junín, del 6 de abril de 2017, con-
siderandos 5.2-5.4).

149 ¿Las víctimas tienen también el derecho a ser oídas en el proceso?


“Así interpretado, el mencionado artículo 8.1 de la Convención comprende
también el derecho de los familiares de la víctima a las garantías judicia-
les, por cuanto ‘todo acto de desaparición forzada sustrae a la víctima de la
protección de la ley y le causa graves sufrimientos, lo mismo que a su fami-
lia’ (...) (Declaración de las Naciones Unidas sobre la Protección de Todas las
Personas contra las Desapariciones Forzadas artículo 1.2) (Caso IDH. Caso
Blake vs. Guatemala. Fondo. Sentencia del 24 de enero de 1998. Serie C,
Nº 36, párr. 97).
“Por otra parte, del artículo 8 de la Convención se desprende que las víctimas
de las violaciones de los derechos humanos, o sus familiares, deben contar con
amplias posibilidades de ser oídos y actuar en los respectivos procesos, tanto en
procura del establecimiento de los hechos y del castigo de los responsables, como
en busca de una debida reparación” (Corte IDH. Caso de los “Niños de la Calle”
(Villagrán Morales y otros) vs. Guatemala. Fondo. Sentencia del 19 de noviem-
bre de 1999. Serie C, Nº 63, párr. 227).
“De conformidad con el derecho reconocido en el artículo 8.1 de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma, este Tribunal ha estable-
cido que los Estados tienen la obligación de garantizar que, en todas las etapas de
los respetivos procesos, las víctimas puedan hacer planteamientos, recibir infor-
maciones, aportar pruebas, formular alegaciones y, en síntesis hacer valer sus
intereses. Dicha participación deberá tener como finalidad el acceso a la justicia,
el conocimiento de la verdad de lo ocurrido y el otorgamiento de una justa repa-
ración. En tal sentido, la Corte ha establecido que la ley interna debe organizar el
proceso respectivo de conformidad con la Convención Americana. La obligación
estatal de adecuar la legislación interna a las disposiciones convencionales com-
prende el texto constitucional y todas las disposiciones jurídicas de carácter secun-
dario y reglamentario, de tal forma que pueda traducirse en la efectiva aplicación
práctica de los estándares de protección de los derechos humanos” (Corte IDH.
Caso Radilla Pacheco vs. México. Excepciones preliminares, fondo, reparacio-
nes y costas. Sentencia del 23 de noviembre de 2009. Serie C, Nº 209, párr. 247).

121
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

XVI. EL DERECHO A SER ASISTIDO POR UN INTÉRPRETE

Base legal Constitución Política: arts. 2.19, 139.14.


Código Procesal Penal de 2004: art. 114.3.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.2.a.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.3.

150 ¿
En qué consiste el derecho a usar el idioma propio ante las autorida-
des mediante intérprete como manifestación del derecho de defensa?
“Aquí es necesario precisar la dimensión cultural de la Constitución en el sentido
de que ‘( ... ) no es solo una obra normativa sino también expresión de un estado
de desarrollo cultural, medio de la autorrepresentación cultural del pueblo, espejo
de su patrimonio cultural y fundamento de sus esperanzas’, que contiene en su
seno reglas culturales; por cierto, el derecho a usar el idioma propio es una expre-
sión de su identidad cultural.
(…) respecto al derecho lingüístico, lo siguiente: ‘(...) se proclaman como dere-
chos individuales, no puede desconocerse la dimensión colectiva que se asocia a
la mayoría de ellos, puesto que el uso de una lengua no tiene sentido individual-
mente y porque la lengua no solo es una forma de comunicarse sino que también
es una forma de expresar una identidad y un sentir colectivo’.
De esta manera y buscando la defensa de este importante derecho, la Constitu-
ción Política del Perú, en el artículo 2, inciso 19), reconoce el derecho a la identi-
dad étnica y cultural, e incluso en el segundo párrafo establece que ‘Todo peruano
tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intér-
prete. Los extranjeros tienen Este mismo derecho cuando son citados por cualquier
autoridad’. Y precisamente lo establece para asegurar el respeto de los derechos
culturales y las garantías mínimas de los procesados a fin de que puedan ejercer
sus derechos fundamentales, como es el caso del derecho de defensa.
En este sentido, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el artículo
14.3, establece las siguientes garantías mínimas: ‘a) A ser informada sin demora,
en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y causas de la
acusación formulada contra ella’, y ‘f) A ser asistida gratuitamente por un intér-
prete, si no comprende o no habla el idioma empleado en el tribunal’; y la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante la Convención) esta-
blece en el artículo 8.2; ‘a. derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por
el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tri-
bunal’; cabe precisar que la Convención establece una condición para ser asistido
en juicio por un intérprete, en el caso que no se comprenda o no hable el idioma
del juzgado o tribunal.
Así lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos: ‘La evolu-
ción del procedimiento ha sido constante y notable en el medio siglo transcurrido

122
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

después de la Segunda Guerra Mundial. De esto hay abundantes testimonios.


El derecho a contar con defensa en el proceso se ha visto ampliado y enrique-
cido por el derecho a disponer de abogado desde el primer momento de la deten-
ción. El derecho a conocer los motivos del procedimiento se ha ensanchado con
el derecho a disponer de traductor cuando no se conoce el idioma en el que aquel
se desarrolla’ (Opinión consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999. El Derecho
a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del
Debido Proceso Legal). Así mismo establece: ‘c) (D)erecho de Defensa: incluye
varios derechos, contar con el tiempo y los medios para preparar la defensa, tener
intérprete o traductor, ser oído, conocer la acusación e interrogar y presentar tes-
tigos’ (Opinión Consultiva OC-17/2002, del 28 de agosto de 2002, solicitada por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos).
Por tanto, se desprende de lo expuesto que el ejercicio del derecho de defensa no
es posible si al recurrente no se le designa traductor o intérprete, y –acorde a la
Convención– que este derecho es una garantía mínima del procesado para el res-
peto de su derecho al debido proceso y a su identidad cultural, en consecuencia,
para su validez, así lo ha señalado la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos: ‘( ...) toda declaración de una persona que no comprenda o no hable adecua-
damente el idioma en el cual esta le es tomada, carece de valor’ (Informe sobre la
situación de los Derechos Humanos de un sector de la población nicaragüense de
origen Mismito, 1983. Parte II, secc., D, párr. 17 d)” (STC. Exp. Nº 4719-2007-
PHC/TC, del 3 de octubre de 2007, ff. jj. 12-17).

151 ¿
La presencia de un intérprete constituye un acto para garantizar la
igualdad y defensa eficaz?
“Para alcanzar sus objetivos, el proceso debe reconocer y resolver los factores de
desigualdad real de quienes son llevados ante la justicia. Es así como se atiende el
principio de igualdad ante la ley y los tribunales y a la correlativa prohibición de
discriminación. La presencia de condiciones de desigualdad real obliga a adoptar
medidas de compensación que contribuyan a reducir o eliminar los obstáculos y
deficiencias que impidan o reduzcan la defensa eficaz de los propios intereses. Si
no existieran esos medios de compensación, ampliamente reconocidos en diversas
vertientes del procedimiento, difícilmente se podría decir que quienes se encuen-
tran en condiciones de desventaja disfrutan de un verdadero acceso a la justicia
y se benefician de un debido proceso legal en condiciones de igualdad con quie-
nes no afrontan esas desventajas.
Por ello se provee de traductor a quien desconoce el idioma en que se desarrolla el
procedimiento, y también por eso mismo se atribuye al extranjero el derecho a ser
informado oportunamente de que puede contar con la asistencia consular. Estos
son los medios para que los inculpados puedan hacer uso de otros derechos que
la ley reconoce a todas las personas. Aquellos y estos, indisolublemente vincu-
lados entre sí, forman el conjunto de garantías procesales y concurren a integrar
el debido proceso legal”.

123
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

(…)
“Cabe señalar que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el
artículo 14.3, establece las siguientes garantías mínimas: ‘a) A ser informada sin
demora, en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y cau-
sas de la acusación formulada contra ella; y, f) A ser asistida gratuitamente por un
intérprete, si no comprende o no habla el idioma empleado en el tribunal’; y la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos establece en el artículo 8.2: ‘a. (…)
derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete,
si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal’; cabe precisar que la
Convención establece una condición para ser asistido en juicio por un intérprete,
en el caso de que no se comprenda o no hable el idioma del juzgado o tribunal.
De lo anteriormente expuesto se desprende que el ejercicio del derecho de defensa
no es posible si al inculpado que no comprende o habla el idioma del órgano judi-
cial que lo juzga no se le asigna un intérprete o traductor, omisión que invalida-
ría la declaración o interrogatorio así recabado.
El Código Procesal Penal en su artículo 114, inciso 3, señala: ‘Deberá proveérse-
les traductor o intérprete, según corresponda, a las personas que ignoren el caste-
llano, a quienes se les permita hacer uso de su propio idioma, así como a los sordo-
mudos y a quienes tengan algún impedimento para darse a entender’, concibiendo
este Tribunal que la finalidad de esta norma legal es que el inculpado pueda enten-
der y ser entendido por el órgano fiscal o judicial que lo procesa.
En el caso de autos, se alega que pese a que el favorecido padece de una deficien-
cia auditiva, no se le asignó un intérprete, lo cual no le permitió ejercer su dere-
cho de defensa en el proceso penal Nº 07212-2009, es decir, debido la disminución
de la percepción auditiva no pudo entender al órgano judicial que lo venía proce-
sando (y por tanto defenderse)” (STC. Exp. N° 3861-2012-PHC/TC-Sullana, del
25 de setiembre de 2013, ff. jj. 2.3.2-2.3.4).

152 ¿
Se vulnera el derecho de defensa del recurrente si no se le asigna un
traductor o intérprete?
“De esta manera y buscando la defensa de este importante derecho, la Constitu-
ción Política del Perú, en el artículo 2, inciso 19), reconoce el derecho a la identi-
dad étnica y cultural, e incluso en el segundo párrafo establece que ‘Todo peruano
tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intér-
prete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por cualquier
autoridad’. Y precisamente lo establece para asegurar el respeto de los derechos
culturales y las garantías mínimas de los procesados a fin de que puedan ejercer
sus derechos fundamentales, como es el caso del derecho de defensa.
En este sentido, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el artículo
14.3, establece las siguientes garantías mínimas: ‘a) A ser informada sin demora,

124
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

en un idioma que comprenda y en forma detallada, de la naturaleza y causas de la


acusación formulada contra ella’, y ‘f) A ser asistida gratuitamente por un intér-
prete, si no comprende o no habla el idioma empleado en el tribunal’; y la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos (en adelante la Convención) esta-
blece en el artículo 8.2; ‘a. derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por
el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tri-
bunal’; cabe precisar que la Convención establece una condición para ser asistido
en juicio por un intérprete, en el caso que no se comprenda o no hable el idioma
del juzgado o tribunal.
Así lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos: ‘La evolu-
ción del procedimiento ha sido constante y notable en el medio siglo transcurrido
después de la Segunda Guerra Mundial. De esto hay abundantes testimonios.
El derecho a contar con defensa en el proceso se ha visto ampliado y enrique-
cido por el derecho a disponer de abogado desde el primer momento de la deten-
ción. El derecho a conocer los motivos del procedimiento se ha ensanchado con
el derecho a disponer de traductor cuando no se conoce el idioma en el que aquél
se desarrolla’ (Opinión consultiva OC-16/99 del 1 de octubre de 1999. El Derecho
a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del
Debido Proceso Legal). Así mismo establece: ‘e) (D)erecho de Defensa: incluye
varios derechos, contar con el tiempo y los medios para preparar la defensa, tener
intérprete o traductor, ser oído, conocer la acusación e interrogar y presentar tes-
tigos’ (Opinión Consultiva OC-17 /2002, del 28 de agosto de 2002, solicitada por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos).
Por tanto, se desprende de lo expuesto que el ejercicio del derecho de defensa no
es posible si al recurrente no se le designa traductor o intérprete, y –acorde a la
Convención– que este derecho es una garantía mínima del procesado para el res-
peto de su derecho al debido proceso y a su identidad cultural, en consecuencia,
para su validez, así lo ha señalado la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos: ‘(...) toda declaración de una persona que no comprenda o no hable adecua-
damente el idioma en el cual esta es tomada, carece de valor (Informe sobre la
situación de los Derechos Humanos de un sector de la población nicaragüense de
origen Mismito, 1983. Parte. II, secc. D, párr. 17 d)’” (STC. Exp. N° 4719-2007-
PHC/TC, del 3 de octubre de 2007, ff. jj. 14-17).

XVII. EL DERECHO A LA NO AUTOINCRIMINACIÓN

Base legal Constitución Política: art. 139.3.


Código Procesal Penal de 2004: art. IX.2 del Título Preliminar.
Convención Interamericana de Derechos Humanos: art. 8.2. g.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.3, literal g.

125
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

153 ¿En qué consiste el derecho a la no autoincriminación?


“Que el derecho a no autoincriminarse constituye derecho interno y ostenta fuerza
normativa directa, conforme lo establecen los artículos 1 y 55 de la Constitución,
en tanto derecho de la persona humana que se encuentra reconocido de manera
expresa en el ordinal g) del artículo 8 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, que como parte de las ‘Garantías Judiciales’ mínimas que tiene toda
persona procesada, reconoce el derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable. Al respecto, se debe señalar que a través del
hábeas corpus es susceptible de controlarse todo acto u omisión de actos de cum-
plimiento obligatorio que incidan de manera negativa y directa en el derecho a
la libertad individual, y del cual, a su vez, se denuncia su agravio constitucional; 
v.gr. del pronunciamiento judicial que, vulnerando el derecho a no autoincrimi-
narse, restringe el derecho a la libertad individual” (STC. Exp. N° 00897-2010-
PHC/TC-Apurímac, del 25 de mayo de 2010, f. j. 3).

154 ¿El derecho a no autoincriminarse constituye un derecho funda-


mental?
“Con relación al derecho a no ser obligado a declarar o reconocer la culpabilidad
contra sí mismo o derecho a la no autoincriminación, este Tribunal ha tenido la
oportunidad de pronunciarse en el Expediente N° 03-2005-PI/TC disponiendo lo
siguiente:
(...) El derecho a no autoincriminarse no se encuentra reconocido expresa-
mente en la Constitución. Sin embargo, se trata de un derecho fundamental
de orden procesal que forma parte de los derechos implícitos que conforman
el derecho al debido proceso penal, este último reconocido en el inciso 3)
del artículo 139 de la Constitución. Su condición de derecho implícito que
forma parte de un derecho expresamente reconocido, también se puede infe-
rir a partir de la función que los tratados internacionales en materia de dere-
chos humanos están llamados a desempeñar en la interpretación y aplicación
de las disposiciones por medio de las cuales se reconocen derechos y liber-
tades en la Ley Fundamental (IV Disposición Final y Transitoria). Así por
ejemplo el artículo 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
que reconoce expresamente como parte de las ‘Garantías Judiciales’ míni-
mas que tiene todo procesado, el ‘g) derecho a no ser obligado a declarar
contra sí mismo ni a declararse culpable (...)’.
(…) Lo mismo sucede con el ordinal ‘g’ del artículo 14.3 del Pacto Interna-
cional de Derechos Civiles y Políticos, que establece que entre las garantías
mínimas que tiene una persona acusada de un delito, se encuentra el derecho
g) A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable” (STC.
Exp. N° 03021-2013-PHC/TC-Tacna, del 20 de junio de 2015, ff. jj. 2.3).

126
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

155 ¿
Cuáles son las obligaciones que debe cumplir el Estado en aras de
garantizar el derecho a la no autoincriminación?
“(…) Dicho derecho garantiza a toda persona no ser obligada a descubrirse contra
si misma (nome tenetur se detegere), no ser obligada a declarar contra sí misma
(nemo tenetur edere contra se) o, lo que es lo mismo, no ser obligada a acusarse
a sí misma (nemo tenetur se ipsum accusare). Sin embargo, su ámbito normativo
no se agota en garantizar la facultad de no ser obligado a declarar contra sí mismo
o a confesar su propia culpabilidad, de modo que pueda entenderse que, respecto
a sus coinculpados, el imputado sí tenga la obligación hablar o acusar. La incoer-
cibilidad del imputado comprende ambos supuestos y, en ese sentido, debe indi-
carse que este derecho garantiza la potestad del imputado o acusado de un ilícito
penal a guardar silencio sobre los hechos por los cuales es investigado o acusado
penalmente, tanto en lo que le atañe como en lo que incumbe a terceros.
(...) Por cierto, el contenido prima facie protegido por el derecho a no declarar la
culpabilidad contra sí mismo se encuentra relacionado con una serie de derechos
fundamentales, de cuyo registro es posible individualizar una serie de obligacio-
nes de abstención a cargo del Estado. Como ha recordado el Comité de Derechos
Humanos, al examinarse este derecho
‘(...) Debe tenerse presente las disposiciones del artículo 7 y del párrafo l del
artículo 10 [del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con-
cordante con el artículo 2.24. “h” de la Constitución] (...)’, según los cua-
les ‘Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre consentimiento
a experimentos médicos o científicos’; y, ‘Toda persona privada de su liber-
tad será tratada humanitariamente y con el respeto debido a la dignidad inhe-
rente al ser humano’, respectivamente.
(...) Por tanto, para los efectos de que este derecho no sufra un menoscabo que
pueda ser calificado como arbitrario, el Estado está prohibido de ejercer violen-
cia psíquica o física sobre el inculpado o acusado y ejecutar métodos engañosos o
de naturaleza análoga que pudieran estar destinados a obtener involuntariamente
información sobre los hechos criminales por los cuales se le investiga o acusa en
un proceso penal. Del mismo modo, si el derecho a no autoincriminarse comprende
el derecho a guardar silencio, en el ámbito jurisdiccional, los jueces y tribunales
tienen la obligación de no asumir una aceptación tácita del silencio, pero sí a darle
un sentido interpretativo del mismo que pueda ayudar a dilucidar la causa. Y es
que sí existe un deber de respetar, cumplir y defender la Constitución y el orde-
namiento jurídico de la Nación, según dispone el artículo 38 de la Constitución.
(…) Desde luego, los jueces y tribunales también tienen la obligación de negar
valor a las declaraciones obtenidas por la violencia, lo que no debe entenderse en
términos restrictivos, con referencia únicamente a la violencia psíquica o física,
sino en un sentido amplio, como omnicomprensiva de toda información obtenida
del investigado o acusado sin su voluntad. Como se ha dicho antes, el derecho a

127
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

no confesar la culpabilidad garantiza la incoercibilidad del imputado o acusado.


Sin embargo, dicho ámbito garantizado no es incompatible con la libertad del pro-
cesado o acusado para declarar voluntariamente, incluso autoincriminándose”
(STC. Exp. N° 03021-2013-PHC/TC-Tacna, del 20 de junio de 2015, ff. jj. 2.3).

156 ¿
Cómo se relaciona el derecho a la no autoincriminación con el dere-
cho a la presunción de inocencia?
“(...) El derecho a no declarar contra sí mismo, a no autoinculparse o autoincrimi-
narse, entronca en una de las manifestaciones más claras del derecho a la presun-
ción de inocencia, cual es la que sitúa en la acusación la carga de la prueba, que
no puede desplazarse hacia el imputado haciendo recaer en él la obligación de
aportar evidencias que conduzcan a desvirtuar su responsabilidad. Son diversas
las previsiones supranacionales que complementan esta prescripción, el moderno
Derecho dedos tratados de rango constitucional exhibe diversas cláusulas con fór-
mulas aún más explícitas. Este es el caso del artículo 8.2.g, de la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos, donde se consagra el derecho a no ser obligado a
declarar contra sí mismo ni a declararse culpable; en el mismo orden se encuentra
el artículo 14.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en cuanto
establece que la persona acusada de un delito goza del derecho a no ser obligada
a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable” (Sala Penal Permanente.
Casación N° 375-2011-Lambayeque, del 18 de junio de 2013, considerando 9).

157 ¿
El derecho al silencio, como parte del derecho a la no autoincrimina-
ción, tiene efectos retroactivos?
“Que, finalmente, es de acotar que el derecho al silencio es un derecho de uso
actual, que se activa y puede ejercitarse en cada momento procesal pero no retroac-
túa sobre los ya transcurridos, ni tiene, por tanto, en ellos, la incidencia que pre-
tende el que recurre. El acusado puede guardar silencio en el juicio, pero no hacer
que este se proyecte hacia atrás, con la eficacia de cancelar otras manifestaciones
precedentes. Lo adquirido en el curso de la investigación forma parte definitiva-
mente de los autos, de la que solo podría ser expulsado formalmente por razón de
licitud (STSE 95/2010, de 12 de diciembre). Esta doctrina, que no vulnera el con-
tenido constitucionalmente garantizado del derecho a la no autoincriminación, es
la que recoge el citado artículo 376, numeral 1, del Código Procesal Penal” (Sala
Penal Permanente. Casación N° 1462-2017-Lambayeque, del 15 de febrero de
2018, considerando 7).

158 ¿
Si el procesado se identifica con un nombre falso, ello constituye un
indicio de culpabilidad o solo una manifestación del principio de no
autoincriminación?
“Teniendo en cuenta la imputación táctica, el hecho de que el encausado se haya
identificado con un nombre falso, supuesto o de persona real, como este caso, el
nombre de su medio hermano –Gianmarco Ocampo Peña–, materializa el principio

128
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

de no autoincriminación, aspecto que no ha sido analizado por la Sala Superior


Penal, y que afecta el derecho al debido proceso (principio de tipicidad); como
consecuencia de ello, el encausado Reyes Peña no puede ser responsabilizado
penalmente por dicho acto” (Sala Penal Transitoria. R.N. N° 3093-2013-Lima
Norte, del 22 de mayo de 2014, considerando 2.8).

XVIII. EL DERECHO A LA IGUALDAD DE ARMAS

Base legal Constitución Política: arts. 2.2, 138.2.


Código Procesal Penal de 2004: art. I.3 del Título Preliminar.
Convención Interamericana de Derechos Humanos: arts. 8.1, 8.2.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: arts. 14.1, 14.3.

159 ¿Cómo se configura la igualdad en la Constitución peruana?


“[L]a igualdad se configura en nuestra Norma Fundamental, como principio y
como derecho fundamental. De este modo:
(...) la noción de igualdad debe ser percibida en dos planos convergentes. En el pri-
mero, se constituye como un principio rector de la organización y actuación del
Estado Social y Democrático de Derecho. En el segundo, se erige como un dere-
cho fundamental de la persona.
Como principio implica un postulado o proposición con sentido y proyección
normativa o deontológica que, como tal, constituye parte del núcleo del sistema
constitucional de fundamento democrático. Como derecho fundamental com-
porta el reconocimiento de la existencia de una facultad o atribución conformante
del patrimonio jurídico de la persona, derivada de su naturaleza, que consiste en
ser tratada igual que los demás en hechos, situaciones o acontecimiento coinci-
dentes; por ende, deviene en el derecho subjetivo de obtener un trato igual y de
evitar los privilegios y las desigualdades arbitrarias. Entonces, la igualdad es un
principio-derecho que instala a las personas, situadas en idéntica condición, en
un plano de equivalencia. Ello involucra una conformidad o identidad por coinci-
dencia de naturaleza, circunstancia, calidad, cantidad o forma, de modo tal que no
se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a una persona de los dere-
chos que se conceden a otra, en paridad sincrónica o por concurrencia de razo-
nes. Por consiguiente, supone la afirmación a priori y apodíctica de la homologa-
ción entre todos los seres humanos, por la identidad de naturaleza que el derecho
estatal se limita a reconocer y garantizar. Dicha igualdad implica lo siguiente:
a) La abstención de toda acción legislativa o jurisdiccional tendiente a la diferen-
ciación arbitraria, injustificable y no razonable, y b) La existencia de un derecho
subjetivo destinado a obtener un trato igual, en función de hechos, situaciones y
relaciones homólogas. [Expediente N° 0018-2003-AI/TC]” (STC. Exp. Nº 0004-
2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 116).

129
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“(…) El principio de igualdad reconocido por el artículo 2, numeral 2, de la Consti-


tución Nacional, (i) es un derecho subjetivo de las personas a obtener un trato igual,
que obliga y limita a los poderes públicos a respetar y que exige que los supuestos
de hecho iguales, sean tratados idénticamente en sus consecuencias jurídicas. Esta
cláusula constitucional, empero, (ii) permite incorporar un elemento diferencia-
dor de relevancia jurídica en tanto en cuanto se ofrezca y posea una justificación
objetiva y razonable para ello según criterio o juicio de valor generalmente acep-
tados, y que las consecuencias jurídicas que se derivan de tal distinción sean pro-
porcionadas a la finalidad perseguida, de suerte que se eviten resultados excesi-
vamente gravosos o desmedidos. Como el principio de igualdad tiene, además, un
carácter relacional, (iii) es necesario, de un lado que el precepto cuestionado intro-
duzca directa o indirectamente una diferencia de trato entre grupos o categorías de
personas y, de otro, que las situaciones subjetivas que quieran traerse a la compara-
ción sean, efectivamente, homogéneas o equiparables, es decir, que el término de
comparación no resulte arbitrario o caprichoso” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 250-2018-Ucayali, del 22 de noviembre de 2018, considerando 2).

160 ¿En qué consiste la igualdad como derecho fundamental?


“De este modo, como derecho fundamental, la igualdad se encuentra reconocida
en el artículo 2, inciso 2, de nuestra Norma Fundamental. Al respecto, el Tribu-
nal Constitucional ha sostenido que el derecho fundamental a la igualdad:
(...) comporta el reconocimiento de la existencia de una facultad o atribución con-
formante del patrimonio jurídico de una persona, derivada de su naturaleza, que
consiste en ser tratada igual que los demás en relación a hechos, situaciones o
acontecimientos coincidentes; por ende, como tal deviene en el derecho subjetivo
de obtener un trato igual y de evitar los privilegios y las desigualdades arbitra-
rias (…) [Expediente N° 0261-2003-AA/TC. f. j. 3.1]” (STC. Exp. Nº 0004-2006-
PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 117).
“En tal sentido, el derecho a la igualdad se constituye, prima facie , en aquel dere-
cho que obliga, tanto a los poderes públicos como a los particulares, a encontrar
un actuar paritario con respecto a las personas que se encuentran en las mismas
condiciones o situaciones, así como a tratar de manera desigual a las personas
que estén en situaciones desiguales, debiendo dicho trato dispar tener un fin legí-
timo, el mismo que debe ser conseguido mediante la adopción de la medida más
idónea, necesaria y proporcional” (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del 29 de
marzo de 2006, f. j. 118).

161 ¿En qué consiste la igualdad como principio fundamental?


“En tanto que principio fundamental, la igualdad, entendida como regla de obli-
gatorio cumplimiento para el Legislador, entre otros, se encuentra reconocida
en los artículos 103 y 2.2. de la Constitución. El primero establece que ‘Pueden
expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no

130
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

por razón de las diferencias de las personas’ (...), y el segundo que ‘Toda persona
tiene derecho: 2. A la igualdad ante la ley ( ... ). Analizando ambas disposiciones
en función del principio de interpretación constitucional de concordancia práctica
se desprende que:
El principio de igualdad en el Estado constitucional exige del legislador una vincu-
lación negativa o abstencionista y otra positiva o interventora. La vinculación nega-
tiva está referida a la ya consolidada jurisprudencia de este Colegiado respecto
de la exigencia de ‘tratar igual a los que son iguales’ y ‘distinto a los que son dis-
tintos’, de forma tal que la ley, como regla general, tenga una vocación necesaria
por la generalidad y la abstracción, quedando proscrita la posibilidad de que el
Estado, a través del legislador, pueda ser generador de factores discriminatorios
de cualquier índole. Sin embargo, enfocar la interpretación del derecho a la igual-
dad desde una faz estrictamente 001
liberal,
supondría reducir la protección constitu-
cional del principio de igualdad a un contenido meramente formal, razón por la
cual es deber de este Colegiado, de los poderes públicos y de la colectividad en
general, dotar de sustancia al principio de igualdad reconocido en la Constitución.
En tal sentido, debe reconocerse también una vinculación positiva del legislador
a los derechos fundamentales, de forma tal que la ley esté llamada a revertir las
condiciones de desigualdad o, lo que es lo mismo, a reponer las condiciones de
igualdad de las que la realidad social pudiera estarse desvinculando, en desmedro
de las aspiraciones constitucionales. [Expediente N° 0001-2003-AI/TC, f. j. 11]’”
(STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 120).

162 ¿
En qué consiste el carácter relacional del principio-derecho a la
igualdad?
“[E]l principio-derecho de igualdad se constituye en un presupuesto indispensa-
ble para el ejercicio de los derechos fundamentales. Posee además una natura-
leza relacional, es decir, que funciona en la medida en que se encuentre relacio-
nada con el resto de derechos, facultades y atribuciones constitucionales y legales.
Dicho carácter relacional sólo opera vinculativamente para asegurar el goce, real,
efectivo y pleno del plexo de derechos que la Constitución y las leyes reconocen y
garantizan” (STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 121).
“En efecto, el examen sobre la vulneración del principio-derecho de igualdad,
siempre va a estar relacionado con el examen sobre la vulneración de otros dere-
chos. Con mucha frecuencia, y tal como ha tenido oportunidad de constatar este
Colegiado, han sido frecuentes los casos en los que se vulneraba el derecho a la
igualdad y, a su vez, derechos como a la libertad de empresa o al trabajo, entre
otros. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha sostenido que, en función de su
carácter relacional, el derecho a la igualdad:
funciona en la medida [en] que se encuentre conectado con los restantes
derechos, facultades y atribuciones constitucionales y legales (...); pre-
cisamente, opera para asegurar el goce real, efectivo y pleno del plexo de

131
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

derechos que la Constitución y las leyes reconocen y garantizan. [Expediente


N° 026l-2003-AA/TC. f. j. 3.1.]” (STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29
de marzo de 2006, f. j. 122).

163 ¿Cuáles son las manifestaciones de la igualdad “ante la ley”?


“El principio-derecho de igualdad, a su vez, distingue dos manifestaciones rele-
vantes: la igualdad en la ley y la igualdad en la aplicación de la ley. La primera
manifestación (igualdad en la ley) constituye un límite para el Legislador, en tanto
la actividad de legislar deberá estar encaminada a respetar la igualdad, encon-
trándose vedado establecer diferenciaciones basadas en criterios irrazonables y
desproporcionados. En otros términos, el actuar del legislador tiene como límite
el principio de igualdad, en tanto que dicho principio le exige que las relaciones
y situaciones jurídicas determinadas que vaya a determinar deban garantizar un
trato igual y sin discriminaciones” (STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de
marzo de 2006, f. j. 123).

164 ¿
Cuáles son las manifestaciones de la igualdad “en la aplicación de la
ley”?
“Respecto de la segunda manifestación: la igualdad en la aplicación de la ley, (…),
cabe mencionar, de modo referencial, que se configura como límite al actuar de
órganos públicos, tales como los jurisdiccionales y administrativos. Exige que
estos órganos, al momento de aplicar la ley, no deban atribuir una consecuencia
jurídica a dos supuestos de hecho que sean sustancialmente iguales. En otros tér-
minos, la ley debe ser aplicada de modo igual a todos aquellos que estén en la
misma situación, sin que el aplicador pueda establecer diferencia alguna en razón
de las personas o de circunstancias que no sean las que se encuentren presentes
en la ley” (STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 124).

165 ¿
Cuál es la vinculación existente entre el juicio de igualdad en la ley y
el principio de proporcionalidad?
“Ya en el plano de la igualdad en la ley, cabe mencionar que el respectivo jui-
cio de igualdad sobre la actuación del legislador requiere de la verificación entre
otros, del principio de proporcionalidad, toda vez que si bien el legislador puede,
en base a sus atribuciones constitucionales, establecer un trato diferente ante situa-
ciones que sean diferentes, debe también tomar en consideración si la medida dic-
tada resulta proporcional con el fin que se pretende obtener. Por ello, el principio
de proporcionalidad se constituye en uno de los elementos esenciales a evaluar
en el juicio de igualdad.
En efecto, no basta que el legislador verifique que dos situaciones jurídicas son
diferentes y que por tanto les puede aplicar un tratamiento legal diferente, sino
que también debe verificar si el fin que se pretende obtener con la diferenciación
legislativa es constitucional y si en todo caso la diferenciación legislativa resulta
proporcional con el fin que se pretende obtener, de manera que resulte razonable.

132
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

Y es que el principio de proporcionalidad ‘está integrado por un conjunto de cri-


terios o herramientas que permiten medir y sopesar la licitud de todo género de
límites normativos de las libertades, así como la de cualesquiera interpretaciones
o aplicaciones de la legalidad que restrinjan su ejercicio’. Seguidamente, se ana-
lizarán los diferentes pasos o niveles que comprenden el test de igualdad, para
lo cual se tendrá en consideración la sentencia expedida por este Colegiado en el
Expediente N° 00045-2004-PI/TC” (STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de
marzo de 2006, ff. jj. 125-127).

166 ¿
A qué evaluación debe someterse una medida que limita derechos
para determinar si resulta conforme con el principio del derecho de
igualdad?
“Con la finalidad de evaluar si una medida limitativa de derechos o principios
constitucionales resulta conforme con el principio-derecho de igualdad estable-
cido en la Norma Fundamental, es necesario someter esta medida a una evalua-
ción estructurada en distintos pasos. Dicha evaluación es entendida, a juicio de
este Tribunal, como un test de igualdad, el cual será desarrollado a continuación,
para luego aplicarlo en el examen de la disposición legal cuestionada.
Primer paso: Verificación de la diferenciación legislativa
Segundo paso: Determinación del nivel de intensidad de la intervención en la
igualdad.
Tercer paso: Verificación de la existencia de un fin constitucional en la
diferenciación.
Cuarto paso: Examen de idoneidad
Quinto paso: Examen de necesidad
Sexto paso: Examen de proporcionalidad en sentido estricto” (STC. Exp.
Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo de 2006, f. j. 128).

167 ¿
En qué consiste el primer paso del test de igualdad denominado “ve-
rificación de la diferenciación legislativa”?
“En este primer nivel, debe analizarse si el supuesto de hecho acusado de discri-
minación es igual o diferente al supuesto de hecho que sirve de término de com-
paración (tertium comparationis). De resultar igual, la medida legislativa que con-
tiene un tratamiento diferente deviene en inconstitucional por tratar diferente a
dos supuestos de hecho que son similares. De resultar diferente, entonces debe
proseguirse con los siguientes pasos del test de igualdad, pues el hecho de que
se dé un tratamiento legislativo diferente a dos situaciones jurídicas distintas no
implica que tal medida sea constitucional, pues debe aún superar los siguientes
pasos del mencionado test.

133
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Sobre el particular, cabe mencionar que el Tribunal Constitucional Federal Ale-


mán, ha sostenido, en criterio que comparte este Colegiado que ‘el derecho fun-
damental a la igualdad ante la leyes violado cuando un grupo de destinatarios de
la norma, por comparación a otros grupos, es tratado de forma distinta, siempre
que entre estos grupos no existan diferencias de tal clase y de tal peso que per-
mitan justificar la diferencia de trato’. En este primer paso, el juicio de igualdad
se identifica con la necesidad de determinar la semejanza o diferencia entre las
situaciones jurídicas que se comparan.
En este punto, cabe preguntarse ¿qué es una situación jurídica? Una situación jurí-
dica es la relación existente entre un supuesto de hecho (o categoría de persona) y
su consecuencia jurídica (norma que regula a una categoría de persona). Así por
ejemplo, P1 y P2 constituyen dos personas y N1 y N2 constituyen dos normas que
regulan la actuación de las mencionadas personas, de modo tal que P1 y N1 for-
man una situación jurídica y P2 y N2 forman otra situación jurídica. Lo que se
exige en el presente juicio es realizar una apreciación comparativa entre las alu-
didas personas y las normas que las regulan, es decir, comparar P1Nl (situación
jurídica en la que se cuestiona N1) con P2N2 (término de comparación). Como
N1 y N2 son diferentes (normas que establecen diferencia de trato), en este jui-
cio se debe determinar si P1 y P2 son iguales o diferentes. Sin son iguales y se
cuestiona N1, entonces N1 es inconstitucional por regular un trato diferente a dos
personas (P1 y P2) que son iguales. Si P1 y P2 son diferentes entonces efectiva-
mente les corresponde una regulación normativa diferente: N1 y N2, por lo que si
se cuestiona N1 ésta ya ha superado el primer paso, quedando pendiente la evalua-
ción de los siguientes pasos” (STC. Exp. Nº 0004-2006-PI/TC, del 29 de marzo
de 2006, ff. jj. 129-131).

168 ¿Cuáles son los alcances del principio de igualdad de armas?


“El derecho de igualdad procesal o de igualdad de armas se deriva de la interpre-
tación sistemática del artículo 2, inciso 2 (igualdad) y del artículo 138, inciso 2
(debido proceso), de la Constitución. En tal sentido, todo proceso, judicial, admi-
nistrativo o en sede privada, debe garantizar que las partes del proceso detenten
las mismas oportunidades de alegar, defenderse o probar, de modo que no se oca-
sione una desventaja en ninguna de ellas respecto a la otra. Tal exigencia cons-
tituye un componente del debido proceso ya que ningún proceso que inobserve
dicho imperativo puede reputarse como ‘debido’. (…) Esta situación tiene como
consecuencia que el denunciado se encuentre en desventaja con respecto al denun-
ciante, en relación con la posibilidad de probar (probar algo de difícil acreditación
y que, por el contrario, puede efectuarlo fácilmente el denunciante) y, con ello, con
la posibilidad de defenderse de manera efectiva; dicho de otro modo, la disposi-
ción cuestionada coloca en desventaja al denunciado frente al denunciante, con
respecto al ejercicio de su derecho a probar y de su derecho de defensa. Esta cir-
cunstancia es por sí misma lesiva del derecho de igualdad procesal” (STC. Exp.
N° 06135-2006-PA/TC-Lima, del 19 de octubre de 2007, ff. jj. 5-7).

134
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

XIX. EL DERECHO A LA PLURALIDAD DE INSTANCIAS

Base legal Constitución Política: art. 139.6.


Código Procesal Penal de 2004: arts. I.4, IX del Título Preliminar, 404,
405, 407, 408, 409, 413, 414, 415, 416, 420, 421, 427, 437, 439.
Convención Americana de Derechos Humanos: arts. 8.2.h, 25.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.5.

169 ¿Cuál es la finalidad del derecho a la pluralidad de instancias?


“[E]l derecho a la pluralidad de la instancia tiene por objeto garantizar que las
personas, naturales o jurídicas que participen en un proceso judicial tengan la opor-
tunidad de que lo resuelto por un órgano jurisdiccional –incluso en la etapa de eje-
cución– sea revisado por un órgano superior de la misma naturaleza, siempre que
se haya hecho uso de los medios impugnatorios pertinentes, y formulados dentro
del plazo legal. De modo similar este Tribunal tiene establecido que el derecho
a la instancia plural es un derecho fundamental de configuración legal, es decir,
que corresponde al legislador el crear los recursos procesales estableciendo los
requisitos que se debe cumplir para que estos sean admitidos, además de prefi-
gurar el procedimiento que se deba seguir” (STC. Exp. N° 02171-2012-PA/TC-
Cusco, del 28 de enero de 2014, f. j. 9).
“Con relación al contenido del derecho a la pluralidad de la instancia, el Tribunal
ha estado que se trata de un derecho fundamental que tiene por objeto garanti-
zar que las personas, naturales o jurídicas, que participen en un proceso judicial
tengan la oportunidad de que lo resuelto por un órgano jurisdiccional sea revi-
sado por un órgano superior de la misma naturaleza, siempre que se haya hecho
uso de los medios impugnatorios pertinentes, formulados dentro del plazo legal.
El derecho a la doble instancia reconoce de manera expresa que todo justiciable
puede recurrir a una sentencia que pone fin a la instancia, especialmente cuando
ella es condenatoria (cfr. Expedientes N°s 5108-2008-PA/TC y 5019-2009-PHC/
TC). En esa medida, el derecho a la pluralidad de instancia guarda también cone-
xión estrecha con el derecho fundamental al defensa, reconocido en el artículo
139, inciso 14, de la Constitución” (STC. Exp. N° 03238-2014-PHC/TC-Tacna,
del 1 de marzo de 2018, f. j. 7).
‘El derecho a la pluralidad de instancias forma parte del debido proceso judicial y
goza de reconocimiento a nivel internacional en la Convención Americana de
Derechos Humanos, la cual en su artículo 8 inciso 2 parágrafo h) ha previsto que
toda persona tiene el “Derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior (…)’.
(…)
Con relación al contenido del derecho a la pluralidad de la instancia, este Cole-
giado tiene establecido que se trata de un derecho fundamental que ‘tiene por
objeto garantizar que las personas, naturales o jurídicas, que participen en un pro-
ceso judicial tengan la oportunidad de que lo resuelto por un órgano jurisdiccional

135
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

sea revisado por un órgano superior de la misma naturaleza, siempre que se haya
hecho uso de los medios impugnatorios pertinentes, formulados dentro del plazo
legal’ (Cfr. RRTC N°s 3261-2005-PA, fundamento 3; 5108-2008-PA, fundamento 5;
5415-2008-PA, fundamento 6; y STC Exp. N° 0607-2009-PA, fundamento 51). En
esa medida, el derecho a la pluralidad de la instancia guarda también conexión
estrecha con el derecho fundamental a la defensa, reconocido en el artículo 139,
inciso 14, de la Constitución.
Ahora bien, cabe señalar que este Tribunal ha advertido que el derecho sub exá-
mine, también denominado derecho a los medios impugnatorios, es uno de confi-
guración legal conforme lo ha establecido en la STC Exp. N° 4235-2010-HC/TC:
‘(…) el derecho a los medios impugnatorios es un derecho de configuración legal,
mediante el cual se posibilita que lo resuelto por un órgano jurisdiccional pueda ser
revisado por un órgano jurisdiccional superior’ (Cfr. STC Exps. N°s 5194-2005-PA,
fundamento 4; 10490-2006-PA, fundamento 11; 6476-2008-PA, fundamento 7).
Ha precisado también que: ‘(…) El hecho de que el derecho a la pluralidad de la
instancia ostente un contenido esencial, y, a su vez –en tanto derecho fundamental
de configuración legal–, un contenido delimitable por el legislador democrático,
genera, entre otras, una consecuencia inevitable, a saber, que el referido derecho
no implica un derecho del justiciable de recurrir todas y cada una de las resolu-
ciones que se emitan al interior de un proceso’ (Cfr. STC Exps. N°s 1243-2008-
PHC, fundamento 3; 5019-2009-PHC, fundamento 3; 2596-2010-PA; fundamento 5, 
STC N° 4235-2010-PHC, fundamento 13)” (STC. Exp. N° 05410-2013-PHC/
TC-La Libertad, del 18 de marzo de 2014, f. j. 2.3).

170 ¿
La facultad de recurrir el fallo forma parte del derecho a la plurali-
dad de instancias?
“El Tribunal Constitucional tiene expuesto, en uniforme y reiterada jurispruden-
cia, que el derecho de acceso a los recursos o a recurrir las resoluciones judiciales,
es una manifestación implícita del derecho fundamental a la pluralidad de la ins-
tancia, reconocido en el artículo 13, inciso 6, de la Constitución, el cual, a su vez,
forma parte del derecho fundamental al debido proceso, reconocido en el artículo
139, inciso 3, de la Norma Fundamental (Cfr. STC Exps. N°s 1243-2008-PHC, fun-
damento 2; 5019-2009-PHC, fundamento 2; 2596-2010-PA; fundamento 4)” (STC.
Exp. N° 05410-2013-PHC/TC-La Libertad, del 18 de marzo de 2014, f. j. 2.2).
“El Tribunal Constitucional tiene expuesto, en uniforme y reiterada jurispruden-
cia, que el derecho de acceso a los recursos o a recurrir las resoluciones judicia-
les, es una manifestación implícita del derecho fundamental a la pluralidad de la
instancia, reconocido en el artículo 139, inciso 6, de la Constitución, el cual, a
su vez, forma parte del derecho fundamental al debido proceso, reconocido en el
artículo 139, inciso 3, de la Norma Fundamental (Cfr. STC Exps. N°s 1243-2008-
PHC, f. j. 2; 5019-2009-PHC, f. j. 2; 2596-2010-PA; f. j. 4)” (STC. Exp. N° 4235-
2010-PHC/TC-Lima, del 11 de agosto de 2011, f. j. 8).

136
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

171 ¿
A parte de la facultad de recurrir el fallo, qué otros componentes
forman parte del contenido esencial del derecho a la pluralidad de
instancia?
“De otra parte, si bien una interpretación aislada del artículo 14, inciso 5, del
PIDCP, puede llevar a la conclusión de que el contenido esencial del derecho a la
pluralidad de la instancia se agota en la posibilidad de recurrir los fallos conde-
natorios emitidos en los procesos penales, el Tribunal Constitucional aprecia que
no es ese un criterio acertado. No solo porque, según se ha sostenido supra, él
cobija también el derecho de impugnación de otras resoluciones judiciales, como
aquéllas que limitan seriamente la libertad personal, sino también porque, a dife-
rencia del PIDCP, la CADH no es tan exigua al delimitar los alcances del dere-
cho. En efecto, según quedó expuesto, su artículo 8, inciso 2, literal h), expresa
que ‘[d]urante el proceso’ (sin precisar cuál), ‘toda persona tiene derecho, en plena
igualdad’, como garantía mínima, ‘a recurrir del fallo ante juez o tribunal supe-
rior’ (sin aludir a un fallo condenatorio). Es en dicha línea que la Corte Interameri-
cana, se ha preocupado en precisar ‘que a pesar de que el [artículo 8 de la CADH]
no especifica garantías mínimas en materias que conciernen a la determinación
de los derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter, el elenco de garantías mínimas establecido en el numeral 2 del mismo
precepto se aplica también a esos órdenes y, por ende, en ese tipo de materias el
individuo tiene también el derecho, en general, al debido proceso que se aplica en
materia penal’ (Cfr. Caso Tribunal Constitucional vs. Perú, Fondo, reparaciones
y costas. Sentencia del 31 de enero de 2001, párr. 70).
A la luz de estos criterios, el Tribunal Constitucional considera que el contenido
esencial del derecho a la pluralidad de la instancia, comprende el derecho a recu-
rrir la sentencia emitida en procesos distintos del penal, entendida como la reso-
lución judicial que, por vía heterocompositiva, resuelve el fondo del litigio plan-
teado, así como toda resolución judicial que, sin pronunciamiento sobre el fondo
del asunto, tiene vocación de poner fin al proceso” (STC. Exp. N° 4235-2010-
PHC/TC-Lima, del 11 de agosto de 2011, ff. jj. 20 y 21).
“En resumen, a criterio del Tribunal Constitucional, prima facie y sin perjuicio
de ulteriores precisiones jurisprudenciales que pueda ser de recibo realizar, per-
tenece al contenido esencial del derecho fundamental a la pluralidad de la instan-
cia, el derecho de toda persona a un recurso eficaz contra:
a) La sentencia que le imponga una condena penal.
b) La resolución judicial que le imponga directamente una medida seria de
coerción personal.
c) La sentencia emitida en un proceso distinto del penal, a menos que haya sido
emitida por un órgano jurisdiccional colegiado y no limite el contenido esen-
cial de algún derecho fundamental.

137
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

d) La resolución judicial emitida en un proceso distinto del penal, con vocación


de poner fin al proceso, a menos que haya sido emitida por un órgano juris-
diccional colegiado y no limite el contenido esencial de algún derecho fun-
damental” (STC. Exp. N° 4235-2010-PHC/TC-Lima, del 11 de agosto de
2011, f. j. 25).

XX. EL DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN

Base legal Constitución Política: arts. 2.10, 2.24.f, 139.5.


Código Procesal Penal de 2004: arts. II.1, IV.3, VI del Título Preliminar,
64, 122.5, 155, 203.1, 203.2, 230.6, 250.1, 265, 266.3, 271.3, 278.2, 280,
286, 303.1, 349.1, 357.1, 394.3, 398.1, 460.3, 497.2.
Convención Americana de Derechos Humanos: art. 8.1.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.1.

172 ¿Cuál es la naturaleza del derecho a la debida motivación?


“El derecho a la debida motivación de las decisiones judiciales es uno de natu-
raleza formal o procesal. Está referido al derecho que tienen las partes a que la
decisión judicial precise o exprese mínimamente los motivos o la razones que le
permitan conocer los criterios jurídicos que sustentan la decisión judicial” (Sala
Penal Permanente. Casación Nº 1313-2017-Arequipa, del 29 de mayo de 2018,
considerando 5.1).

173 ¿
En qué consiste el derecho a la debida motivación de las resoluciones
judiciales?
“La motivación es la justificación razonada que permite llegar a una conclu-
sión. El deber de motivar las resoluciones es una garantía vinculada con la
correcta administración de justicia, que protege el derecho de los ciudadanos
a ser juzgados por las razones que el Derecho suministra, y otorga credibilidad
de las decisiones jurídicas en el marco de una sociedad democrática. Por ello,
las decisiones que adopten los órganos internos que puedan afectar derechos
humanos deben estar debidamente fundamentadas, pues de lo contrario serían
decisiones arbitrarias. En este sentido, la argumentación de un fallo y de cier-
tos actos administrativos debe permitir conocer cuáles fueron los hechos, moti-
vos y normas en que se basó la autoridad para tomar su decisión, a fin de des-
cartar cualquier indicio de arbitrariedad. Además, debe mostrar que han sido
debidamente tomados en cuenta los alegatos de las partes y que el conjunto
de pruebas ha sido analizado. Por todo ello, el deber de motivación es una de
las debidas garantías incluidas en el artículo 8.1 para salvaguardar el dere-
cho a un debido proceso” (Corte IDH. Caso López Mendoza vs. Venezuela.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 1 de setiembre de 2011. Serie
C, N° 233, párr. 141).

138
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

“La Corte ha señalado que la motivación ‘es la exteriorización de la justificación


razonada que permite llegar a una conclusión’. El deber de motivar las resolucio-
nes es una garantía vinculada con la correcta administración de justicia, que pro-
tege el derecho de los ciudadanos a ser juzgados por las razones que el Derecho
suministra y otorga credibilidad de las decisiones jurídicas en el marco de una
sociedad democrática” (Corte IDH. Caso Apitz Barbera y otros (“Corte Pri-
mera de lo Contencioso Administrativo”) vs. Venezuela. Excepción prelimi-
nar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 5 de agosto de 2008. Serie C,
N° 182, párr. 77).
“El Tribunal ha resaltado que las decisiones que adopten los órganos internos,
que puedan afectar derechos humanos, deben estar debidamente fundamentadas,
pues de lo contrario serían decisiones arbitrarias. En este sentido, la argumenta-
ción de un fallo debe mostrar que han sido debidamente tomados en cuenta los
alegatos de las partes y que el conjunto de pruebas ha sido analizado. Asimismo,
la motivación demuestra a las partes que estas han sido oídas y, en aquellos casos
en que las decisiones son recurribles, les proporciona la posibilidad de criticar la
resolución y lograr un nuevo examen de la cuestión ante las instancias superio-
res. Por todo ello, el deber de motivación es una de las ‘debidas garantías’ inclui-
das en el artículo 8.1 de la Convención para salvaguardar el derecho a un debido
proceso” (Corte IDH. Caso Tristán Donoso vs. Panamá. Excepción prelimi-
nar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 27 de enero de 2009. Serie C,
N° 193, párr. 153).
“Para este Tribunal, una exposición clara de una decisión constituye parte esencial
de una correcta motivación de una resolución judicial, entendida como ‘la justi-
ficación razonada que permite llegar a una conclusión’. En este sentido, la Corte
ha considerado que el deber de motivar las resoluciones es una garantía vincu-
lada con la correcta administración de justicia, que otorga credibilidad de las de-
cisiones jurídicas en el marco de una sociedad democrática. Por ello, las deci-
siones que adopten los órganos internos que puedan afectar derechos humanos
deben estar debidamente fundamentadas, pues de lo contrario serían decisiones
arbitrarias. En este sentido, la argumentación de un fallo y de ciertos actos admi-
nistrativos deben permitir conocer cuáles fueron los hechos, motivos y normas en
que se basó la autoridad para tomar su decisión. Además, debe mostrar que han
sido debidamente tomados en cuenta los alegatos de las partes y que el conjunto
de pruebas ha sido analizado. Por todo ello, el deber de motivación es una de las
‘debidas garantías’ incluidas en el artículo 8.1 para salvaguardar el derecho a un
debido proceso, no sólo del imputado sino, en casos como el presente, también
de los familiares de la presunta víctima en relación con sus derechos de acceso a
la justicia y a conocer la verdad, en relación con el artículo 25 de la Convención”
(Corte IDH. Caso García Ibarra y otros vs. Ecuador. Excepciones prelimina-
res, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 17 de noviembre de 2015. Serie
C, N° 306, párr. 151).

139
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“El derecho a la debida motivación de las resoluciones importa que los jueces, al
resolver las causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los lle-
ven a tomar una determinada decisión. Esas razones (…) deben provenir no solo
del ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos
debidamente acreditados en el trámite del proceso” (STC. Exp. Nº 0728-2008-
PHC/TC-Lima, del 13 de octubre de 2008, f. j. 6).
“(…) Toda decisión jurisdiccional, de primera y de segunda instancia, debe ser
fundada en derecho y congruente, (…) ha de estar motivada mediante un razo-
namiento jurídico que exprese de modo claro y que permita entender el porqué
de lo resuelto basta con que se exprese o explique las razones jurídicas en que se
apoya para adoptar su decisión, sin entrar a debatir cada uno de los preceptos o
razones jurídicas alegadas por la parte. Este deber incluye la obligación de fun-
damentar los hechos y la calificación jurídica, así como la pena y reparación civil
finalmente impuestas. Los órganos jurisdiccionales deben hacer explícitos los
elementos de convicción que sustentan la declaración de hechos probados, a fin
de acreditar la concurrencia de prueba de cargo capaz de enervar la presunción
constitucional de inocencia, y asimismo ofrecer un razonamiento jurídico lógico
y sustentado en valores jurídicamente aceptables de la fundamentación que sos-
tiene la subsunción en la norma penal aplicable” (Sala Penal Permanente. Casa-
ción N° 49-2009-Tacna, del 23 de abril de 2010, considerando 5).

174 ¿El derecho a la debida motivación también vincula a los fiscales?


“Respecto a la posibilidad constitucional de controlar los actos expedidos por el
Ministerio Público, este Tribunal Constitucional ha destacado que las ‘faculta-
des constitucionales de los actos del Ministerio Público no se legitiman desde la
perspectiva constitucional en sí mismos, sino a partir del respeto pleno del con-
junto de valores, principios constitucionales y de los derechos fundamentales de
la persona humana, de conformidad con el artículo 1 de la Constitución’ (Cfr. STC
N° 3379-2010-PA/TC, f. j. 4).
Asimismo se tiene dicho que la  motivación de las resoluciones salvaguarda
al justiciable frente a la arbitrariedad judicial, toda vez que ‘garantiza que las
resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el mero capricho de los
magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico
o los que se deriven del caso’ (Cfr. STC Nº 3943-2006-PA/TC, f. j. 4), criterios
que, mutatis mutandis, son aplicables a las decisiones y pronunciamientos emitidos
por los representantes del Ministerio Público” (STC. Exp. Nº 03090-2012-PA/
TC-Lima, del 4 de noviembre de 2013, f. j. 2).

175 ¿
Cuál es el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales?
“(…) el contenido del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales exige
que exista: a) fundamentación jurídica; que no implica la sola mención de las

140
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

normas a aplicar al caso, sino la explicación y justificación de por qué tal caso
se encuentra o no dentro de los supuestos que contemplan tales normas; b) con-
gruencia entre lo pedido y lo resuelto; que implica la manifestación de los argu-
mentos que expresarán la  conformidad entre los pronunciamientos del fallo y las
pretensiones formuladas por las partes; y c) que por sí misma exprese una sufi-
ciente justificación de la decisión adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se
presenta el supuesto de motivación por remisión” (STC. Exp. N° 03244-2010-
PHC/TC-Lima, del 12 de diciembre de 2012, f. j 6).

176 ¿
Cuál debe ser la extensión de motivación para que se pueda decir es
suficiente o debida?
“Para que exista una adecuada motivación, no depende de la extensión de aque-
lla, ni del avocamiento por parte del magistrado a responder cada una de las ale-
gaciones formuladas por las partes, puesto que de lo que se trata es que la deci-
sión final esté precedida de una argumentación racional que la fundamente, lo cual
dependerá del caso en concreto. No se trata de exigir a los órganos jurisdiccio-
nales una argumentación extensa, exhaustiva o pormenorizada que vaya respon-
diendo, punto por punto, a cada una de las alegaciones de las partes, ni impedir
la fundamentación concisa o escueta que en cada caso estimen suficiente quienes
ejercen la potestad jurisdiccional.
En sentido el Tribunal Constitucional, ha señalado que la Constitución no garantiza
una determinada extensión de la motivación, por lo que su contenido esencial se
respeta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo pedido
y lo resuelto y, por sí misma, exprese una suficiente justificación de la decisión
adoptada, aun si esta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación
por remisión. Tampoco garantiza que, de manera pormenorizada, todas las alega-
ciones que las partes puedan formular dentro del proceso sean objeto de un pro-
nunciamiento expreso y detallado. Esto es así en tanto hay grados de motivación,
pues la motivación ausente resulta inconstitucional, sin embargo la fundamentación
jurídica que presente una suficiente justificación que sustente lo resuelto no resulta
inconstitucional, lo que debe ser apreciado en el caso en particular” (STC. Exp.
N° 1230-2002-HC/TC, del 20 de junio de 2002, f. j. 11).
“La motivación, por cierto, puede ser escueta, concisa e incluso, –en determinados
ámbitos– por remisión. La suficiencia de esta analizada desde el caso concreto, no
apriorísticamente, requerirá que el razonamiento de contenga, constituya lógica y
jurídicamente, suficiente explicación que permita conocer, aún de manera implí-
cita, los criterios fácticos y jurídicos esenciales fundamentadores de la decisión.
Basta, entonces, que el órgano jurisdiccional exteriorice su proceso valorativo en
términos que permitan conocer las líneas generales que fundamentan su decisión.
La extensión de la motivación, en todo caso está condicionada a la mayor o menor
complejidad de las cuestiones objeto de resolución, esto es, a su trascendencia. No
hace falta que el órgano jurisdiccional entre a examinar cada uno de los preceptos
o razones jurídicas alegadas por las partes, solos e requiere de una argumentación

141
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

ajustada al tema en litigio, que proporcione una respuesta al objeto procesal tra-
zado por las partes” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plena-
rio Nº 6-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, considerando 11).
“La Corte ha precisado que el deber de motivar no exige una respuesta deta-
llada a todo argumento de las partes, sino que puede variar según la naturaleza
de la decisión, y que corresponde analizar en cada caso si dicha garantía ha sido
satisfecha” (Corte IDH. Caso Tristán Donoso vs. Panamá. Excepción prelimi-
nar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 27 de enero de 2009. Serie C,
N° 193, párr. 154).
“En ocasiones anteriores, al analizar las garantías judiciales, el Tribunal ha resal-
tado que las decisiones que adopten los órganos internos que puedan afectar dere-
chos humanos deben estar debidamente motivadas y fundamentadas, pues de lo
contrario serían decisiones arbitrarias. Las decisiones deben exponer, a través
de una argumentación racional, los motivos en los cuales se fundan, teniendo en
cuenta los alegatos y el acervo probatorio aportado a los autos. El deber de moti-
var no exige una respuesta detallada a todo argumento señalado en las peticio-
nes, sino puede variar según la naturaleza de la decisión. Corresponde analizar en
cada caso si dicha garantía ha sido satisfecha. En los procedimientos cuya natu-
raleza jurídica exija que la decisión sea emitida sin audiencia de la otra parte, la
motivación y fundamentación deben demostrar que han sido ponderados todos
los requisitos legales y demás elementos que justifican la concesión o la negativa
de la medida. De ese modo, el libre convencimiento del juez debe ser ejercido res-
petándose las garantías adecuadas y efectivas contra posibles ilegalidades y arbi-
trariedades en el procedimiento en cuestión” (Corte IDH. Caso Escher y otros
vs. Brasil. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia
del 6 de julio de 2009. Serie C, N° 200, párr. 139).

177 ¿El fallo por remisión vulnera la garantía de la debida motivación?


“Es claro, por lo demás, sostener que la sentencia de segunda instancia no vulne-
raría la garantía de motivación –en concreto, de motivación suficiente–, cuando
utiliza la técnica denominada del ‘fallo por remisión’, es decir, cuando el Tribu-
nal Superior se remita a la sentencia de primera instancia, siempre y cuando esta
resuelva con rigor y motivadamente la cuestión planteada. En todo caso, los moti-
vos del recurso deben haber sido respondidos cabalmente y de los argumentos del
fallo de vista puede inferirse válidamente que se pronunció acerca de las alega-
ciones del recurrente” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 05-2007-Huaura,
del 11 de octubre de 2007, considerando 6).

178 ¿
Cuáles son las pautas interpretativas para determinar que una reso-
lución se encuentra debidamente motivada?
“La motivación de las resoluciones es una exigencia constitucional específica
reconocida por el artículo 139.5 de la Ley Fundamental, y a la vez es un derecho

142
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

que integra el contenido constitucionalmente garantizado de la garantía proce-


sal de tutela jurisdiccional, que impone al juez la obligación de que las decisiones
que emita han de ser fundadas en Derecho. Las resoluciones judiciales deben ser
razonadas y razonables en dos grandes ámbitos: 1) En la apreciación –interpre-
tación y valoración– de los medios de investigación o de prueba, según el caso
–se ha de precisar el proceso de convicción judicial en el ámbito fáctico–. 2) En
la interpretación y aplicación del derecho objetivo. En este último ámbito, si se
trata de una sentencia penal condenatoria –las absolutorias requieren de un menor
grado de intensidad–, requerirá de la fundamentación (i) de la subsunción de los
hechos declarados probados en el tipo legal procedente, con análisis de los ele-
mentos descriptivos y normativos, tipo objetivo y subjetivo, además de las circuns-
tancias modificativas; y (ii) de las consecuencias penales y civiles derivadas, por
tanto, de la individualización de la sanción penal, responsabilidades civiles, cos-
tas procesales y de las consecuencias accesorias” (Salas Penales Permanente y
Transitoria. Acuerdo Plenario N° 6-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011,
considerando 11).

179 ¿
Cuándo se vulnera el derecho a la debida motivación de las resolucio-
nes judiciales?
“(…)
a) Inexistencia de motivación o motivación aparente. Está fuera de toda
duda que se viola el derecho a una decisión debidamente motivada cuando
la motivación es inexistente o cuando la misma es solo aparente, en el sen-
tido de que no da cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión o
de que no responde a las alegaciones de las partes del proceso, o porque solo
intenta dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin
ningún sustento fáctico o jurídico.
b) Falta de motivación interna del razonamiento. La falta de motivación
interna del razonamiento [defectos internos de la motivación] se presenta
en una doble dimensión; por un lado, cuando existe invalidez de una infe-
rencia a partir de las premisas que establece previamente el Juez en su deci-
sión; y, por otro lado, cuando existe incoherencia narrativa, que a la postre
se presenta como un discurso absolutamente confuso incapaz de transmitir,
de modo coherente, las razones en las que se apoya la decisión. Se trata, en
ambos casos, de identificar el ámbito constitucional de la debida motivación
mediante el control de los argumentos utilizados en la decisión asumida por
el juez o tribunal; sea desde la perspectiva de su corrección lógica o desde su
coherencia narrativa.
c) Deficiencias en la motivación externa; justificación de las premisas. El
control de la motivación también puede autorizar la actuación del juez
constitucional cuando las premisas de las que parte el Juez no han sido
confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica o jurídica. Esto
ocurre por lo general en los casos difíciles,  como los identifica Dworkin,

143
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

es decir, en aquellos casos donde suele presentarse problemas de pruebas o


de interpretación de disposiciones normativas. La motivación se presenta en
este caso como una garantía para validar las premisas de las que parte el juez
o tribunal en sus decisiones. Si un Juez, al fundamentar su decisión: 1) ha
establecido la existencia de un daño; 2) luego, ha llegado a la conclusión de
que el daño ha sido causado por ‘X’, pero no ha dado razones sobre la vincu-
lación del hecho con la participación de ‘X’ en tal supuesto, entonces estare-
mos ante una carencia de justificación de la premisa fáctica y, en consecuen-
cia, la aparente corrección formal del razonamiento y de la decisión podrán
ser enjuiciadas por el juez (constitucional) por una deficiencia en la justifica-
ción externa del razonamiento del juez.
Hay que precisar, en este punto y en línea de principio, que el hábeas corpus
no puede reemplazar la actuación del juez ordinario en la valoración de los
medios de prueba, actividad que le corresponde de modo exclusivo a éste,
sino de controlar el razonamiento o la carencia de argumentos constitucio-
nales; bien para respaldar el valor probatorio que se le confiere a determi-
nados hechos; bien tratándose de problemas de interpretación, para respal-
dar las razones jurídicas que sustentan determinada comprensión del derecho
aplicable al caso. Si el control de la motivación interna permite identificar
la falta de corrección lógica en la argumentación del juez, el control en la
justificación de las premisas posibilita identificar las razones que sustentan
las premisas en las que ha basado su argumento. El control de la justifica-
ción externa del razonamiento resulta fundamental para apreciar la justicia y
razonabilidad de la decisión judicial en el Estado democrático, porque obliga
al juez a ser exhaustivo en la  fundamentación de su decisión y a no dejarse
persuadir por la simple lógica formal.
d) La motivación insuficiente. Se refiere, básicamente, al mínimo de motiva-
ción exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho indispensables
para asumir que la decisión está debidamente motivada. Si bien, como ha
establecido este tribunal en reiterada jurisprudencia, no se trata de dar res-
puestas a cada una de las pretensiones planteadas, la insuficiencia, vista aquí
en términos generales, sólo resultará relevante desde una perspectiva cons-
titucional si es que la ausencia de argumentos o la ‘insuficiencia’ de funda-
mentos resulta manifiesta a la luz de lo que en sustancia se está decidiendo.
e) La motivación sustancialmente incongruente.  El derecho a la debida
motivación de las resoluciones obliga a los órganos judiciales a resolver las
pretensiones de las partes de manera congruente con los términos en que ven-
gan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviaciones que supongan modi-
ficación o alteración del debate procesal (incongruencia activa). Desde
luego, no cualquier nivel en que se produzca tal incumplimiento genera de
inmediato la posibilidad de su control. El incumplimiento total de dicha obli-
gación, es decir, el dejar incontestadas las pretensiones, o el desviar la deci-
sión del marco del debate judicial generando indefensión, constituye vulne-
ración del derecho a la tutela judicial y también del derecho a la motivación

144
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

de la sentencia (incongruencia omisiva). Y es que, partiendo de una concep-


ción democratizadora del proceso como la que se expresa en nuestro texto
fundamental (artículo 139,  incisos  3 y 5), resulta un imperativo constitu-
cional que los justiciables obtengan de los órganos judiciales una respuesta
razonada, motivada y congruente de las pretensiones efectuadas; pues preci-
samente el principio de congruencia procesal exige que el juez, al momento
de pronunciarse sobre una causa determinada, no omita, altere o se exceda
en las peticiones ante él formuladas” (STC. Exp. N° 00728-2008-PHC/TC-
Lima, del 13 de octubre de 2008, f. j. 7).

180 ¿Cuándo se da una falta de motivación de las resoluciones judiciales?


“Un supuesto de falta de motivación lo constituye la motivación incompleta o insu-
ficiente, que comprende, a su vez, entre otros supuestos de ausencia de motiva-
ción, la falta de examen respecto a aspectos centrales o trascendentes del objeto
del debate, o de pruebas esenciales o decisivas para su definición y entidad –sin
las cuales pierde sentido la actividad probatoria, y las postulaciones y alegacio-
nes de las partes procesales–. Asimismo, otro supuesto de falta de motivación se
encuentra comprendido por la motivación aparente, que es aquella que incorpora
razonamientos impertinentes sobre los puntos materia de imputación o de descargo
(objeto del debate), o que introduce razonamientos vagos, genéricos o imprecisos,
al punto de que no explique la causa de su convicción” (Sala Penal Permanente.
Casación Nº 1313-2017-Arequipa, del 29 de mayo de 2018, considerando 5.2).

181 ¿Cuándo se considera que una motivación es ilógica?


“Por su parte, la motivación ilógica está conectada con la valoración de las prue-
bas lícitamente incorporadas al proceso. La valoración probatoria exige el res-
peto de las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia y las leyes científi-
cas. La razonabilidad del juez descansa en la corrección de la inferencia aplicada.
El enlace que media para la conclusión probatoria debe estar conforme con las
reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o las leyes o conocimientos
científicos” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 1313-2017-Arequipa, del 29
de mayo de 2018, considerando 5.3).

182 ¿
Cuándo una resolución judicial incurre en una motivación incomple-
ta o insuficiente?
“[U]n defecto constitucional de motivación tiene lugar cuando esta es incompleta
o insuficiente. Este defecto, en el ámbito específico del juicio histórico de la sen-
tencia (aspecto cuestionado en este recurso de casación), se presenta cuando el
órgano jurisdiccional de mérito omite la apreciación de determinadas fuentes-
medios de prueba actuados en la causa –la interpretación y/o valoración– impres-
cindibles para decidir un punto o extremo vital del factum histórico objeto del
debate, y que permitirá explicar en lo relevante la presencia o ausencia, según
los casos, del injusto penal, del sujeto responsable y/o de la sanción penal” (Sala

145
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Penal Permanente. Casación Nº 300-2018-Sullana, del 4 de diciembre de 2018,


considerando 3).

183 ¿Cuándo una resolución judicial incurre en una motivación aparente?


“Uno de los contenidos del derecho al debido proceso, es el derecho de obtener
de los órganos judiciales una respuesta razonad, motivada y congruente, en torno
a las pretensiones oportunamente deducidas por las partes en cualquier clase de
procesos. Así, la necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas no
solo es un principio que informa al ejercicio de la función jurisdiccional, sino, ade-
más, es un derecho fundamental; mediante la cual, se garantiza, por un lado, que
la administración de justicia se lleve a cabo de conformidad con la Constitución
y las Leyes (artículo 138 de la Constitución Política del Estado), y por otro, que
los justiciables puedan ejercer con efectividad su derecho de defensa. Respecto a
la debida motivación, consagrada en el artículo 139, numeral 5), de la Constitu-
ción Política del Estado, el Tribunal Constitucional ha señalado que el derecho-
garantía de la motivación, ‘incluye en su ámbito constitucionalmente protegido,
entre otros aspectos, el derecho a una decisión fundada en derecho’; añadiendo
que el contenido esencial de esta queda asegurada con la proscripción de una moti-
vación aparente, esto es, de aquella decisión jurisdiccional que no da cuenta de
las razones mínimas que la sustentan, o que, en estricto, no responde a las argu-
mentaciones de las partes del proceso” (Segunda Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 1273-2016-Lima Norte, del 14 de marzo de 2018, considerando 4).

184 ¿
En qué consiste la arbitrariedad y cómo esta vulnera el derecho a la
debida motivación?
“El concepto de arbitrario apareja tres acepciones igualmente proscritas por el
derecho: a) lo arbitrario entendido como decisión caprichosa, vaga e infundada
desde la perspectiva jurídica; b) lo arbitrario entendido como aquella decisión des-
pótica, tiránica y carente de toda fuente de legitimidad; y c) lo arbitrario enten-
dido como contrario a los principios de razonabilidad y proporcionalidad jurídica.
En un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad aparece como lo carente de
fundamentación objetiva; como lo incongruente y contradictorio con la realidad
que ha de servir de base a toda decisión. Es decir, como aquello desprendido o
ajeno a toda razón de explicarlo” (STC. Exp. N° 0090-2004-AI/TC-Lima, del 5
de julio de 2004, f. j. 12).

185 ¿
Cuándo se cumple con la exigencia de los requisitos del principio ló-
gico de razón suficiente que requiere el derecho a la debida motiva-
ción?
“La motivación constitucionalmente exigible requiere de una argumentación que
fundamente la declaración de voluntad del órgano jurisdiccional y que atienda al
sistema de fuentes normativas establecido. El Tribunal debe expresar de modo

146
Principios rectores del proceso penal peruano adoptados por el Código Procesal Penal de 2004

claro, entendible y suficiente– más allá que, desde la forma de la misma, sea
sucinta, escueta o concisa e incluso por remisión las razones de un concreto pro-
nunciamiento y en las cuales se apoya para adoptar su decisión no hace falta, por
cierto, que entre a debatir cada uno de los preceptos o razones jurídicas alegadas
por la parte, pero sí que desarrolle una argumentación racional ajustada al tema
en debate Desde la perspectiva del juicio de hecho o de culpabilidad, para que
la sentencia no vulnere el principio lógico de razón suficiente debe cumplir dos
requisitos: a) consignar expresamente el material probatorio en que se fundan las
conclusiones a las que se arriba, describiendo el contenido de cada elemento de
prueba que seleccione como relevante (basados en medios de prueba útiles, deci-
sivos e idóneos) requisito descriptivo; y, b) valorarlo debidamente, de suerte que
evidencie su ligazón racional con las afirmaciones o negaciones que se incorporen
en el fallo requisito intelectivo” (Sala Penal Permanente. Casación N° 03-2007-
Huaura, del 7 de noviembre de 2007, considerando 9).

186 ¿
En qué consiste el principio de congruencia como criterio para deter-
minar la debida motivación?
“El principio de congruencia o conocido también como de correlación, importa
un deber exclusivo del juez, por el cual debe expresar los fundamentos de una res-
puesta coherente en su resolución que dicta, basado en las pretensiones y defen-
sas traducidas en agravios formulados por los justiciables en su recurso impug-
nativo, y que de esa manera se pueda justificar la decisión arribada en razones
diversas a las alegadas por las partes. Este principio tiene una cierta vinculación
con el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, al principio acusatorio y al con-
tradictorio” (Sala Penal Permanente. Casación N° 215-2011-Arequipa, del 12
de junio de 2012, considerando 6.1).

187 ¿Qué garantiza el principio de congruencia?


“El Tribunal Constitucional afirma que el principio de congruencia, forma parte
del contenido constitucionalmente protegido del derecho de motivaciones de las
decisiones judiciales, y este principio garantiza que el juzgador debe resolver cada
caso concreto sin omitir, alterar o exceder las pretensiones formuladas por las par-
tes” (Sala Penal Permanente. Casación N° 215-2011-Arequipa, del 12 de junio
de 2012, considerando 6.2).

188 ¿Cuándo se vulnera el principio de congruencia?


“Cuando se produce discordancia entre el pronunciamiento judicial con el conte-
nido de los agraviados efectuados por las partes en forma oportuna, se produce el
vacío de incongruencia. Este puede ocurrir por exceso –ultra petita–, por defecto
–citra o infra petita– o por exceso o defecto –extra petita–. En la primera, se con-
ceda más de lo pedido, en la segunda, omitiendo injustificadamente pronunciarse
sobre alguna de las cuestiones del debido, y el tercero cuando se sale del tema liti-
gioso para de esa manera, otorgar o denegar lo que nadie le ha pedido, y al propio

147
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

tiempo no responder a lo que se ha pedido” (Sala Penal Permanente. Casación


N° 215-2011-Arequipa, del 12 de junio de 2012, considerando 6.4).

189 ¿
En sede casacional, la debida motivación permite el control de logici-
dad de la resolución impugnada?
“Que es preciso acotar que, positiva y doctrinariamente el recurso de casación, por
su propia naturaleza no constituye una nueva instancia, por tratarse de un medio
impugnatorio de carácter extraordinario con motivos tasados que tiene caracte-
res que están determinados en la ley y han merecido una serie de disquisiciones
en el campo de la doctrina; en ese contexto, constituye una de sus finalidades el
control de logicidad en la motivación de las resoluciones judiciales, que pueden
resumirse en lo siguiente: en falta de motivación, deficiente motivación, insufi-
ciente motivación, aparente motivación y la incongruencia entre la parte conside-
rativa y la parte decisoria de la resolución” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 08-2007-Huaura, del 13 de febrero de 2008, considerando 4).

148
CAPÍTULO II

JURISDICCIÓN
Y COMPETENCIA
CAPÍTULO II

JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA

I. JURISDICCIÓN

Base legal Constitución Política: art. 139.1.


Código Procesal Penal de 2004: arts. 16, 17, 18.

190 ¿
En qué consiste el principio de exclusividad de la función jurisdic-
cional?
“(…) Enrique Álvarez Conde [Curso de Derecho Constitucional. Vol. II Madrid:
Tecnos, 2000, pág. 245] expone que: ‘El principio de unidad jurisdiccional es una
consecuencia del principio de división de poderes […]’. De allí que, como vere-
mos adelante, genere las manifestaciones de exclusividad y de asiento de la orga-
nización y funcionamiento de la administración de justicia.
La unidad ha de ser comprendida, en principio, como la negación de la idea de
la fragmentación jurisdiccional; y esto porque, por motivaciones derivadas de la
esencia, carácter y calidad de la función de dirimir en los conflictos interindivi-
duales de contenido estrictamente jurídico, se hace patente la necesidad, dentro
de lo razonable, de asegurar la individualidad y unidad de dicho atributo sobe-
rano a favor del Poder Judicial.
El principio de unidad permite que la función jurisdiccional sea ejercida por una
entidad ‘unitaria’, a efectos de asegurar el cumplimiento del principio de igual-
dad ante la ley, previsto en el inciso 2 del artículo 2 de la Constitución; y, con ello,
que todos los justiciables se encuentre, en principio y como regla general, some-
tidos a los mismos tribunales, sin que se considere constitucional la existencia de
fueros especiales o privilegio en ‘razón’ de la mera e inadmisible diferenciación
de las personas o de cualquier otra consideración absurda.
En la sentencia recaída en el Exp. N° 017-2003-AI/TC, este Tribunal sostuvo que
el principio de unidad de la función jurisdiccional: ‘(…) se sustenta en la natura-
leza indivisible de la jurisdicción, como expresión de la soberanía. Según esta,
la plena justiciabilidad de todas las situaciones jurídicamente relevantes han de
estar confiadas a un único cuerpo de jueces y magistrados, organizados por ins-
tancias, e independientes entre sí, denominado Poder Judicial (…)’” (STC. Exp.
N° 0023-2003-AI/TC, del 29 de junio de 2004, ff. jj. 15-17).

151
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

191 ¿
Cuáles son las vertientes del principio de exclusividad de la función
jurisdiccional?
“[F]uertemente vinculado con el principio de unidad se encuentra el mencionado
principio de exclusividad de la función jurisdiccional. En general, conforme al pri-
mer y segundo párrafos del artículo 146 y el artículo 139 inciso 1, de la Constitu-
ción, y como se desprende de lo expuesto en las aludidas sentencia de este Cole-
giado, este principio posee dos vertientes:
a) Exclusividad judicial en su vertiente negativa: se encuentra prevista en el
artículo 146, primer y segundo párrafos, de la Constitución, según la cual los
jueces no pueden desempeñar otra función que no sea la jurisdiccional, salvo
la docencia universitaria. En efecto, en el desarrollo de la función jurisdic-
cional los jueces solo pueden realizar esta función, no pudiendo laborar en
ninguna otra actividad ya sea para el Estado o para particulares, es decir, que
un juez, a la vez que administra justicia, no puede desempeñar otros empleos
o cargos retribuidos por la administración pública o por entidades particu-
lares. Esta vertiente del principio de exclusividad de la función jurisdiccional
se encuentra directamente relacionada con el principio de imparcialidad de la
función jurisdiccional, pues tiene la finalidad de evitar que el juez se parcia-
lice en defensa del interés de una determinada entidad pública o privada.
En el caso de la jurisdicción especializada en lo militar, el principio de exclu-
sividad de la función jurisdiccional implica, en su vertiente negativa, que los
jueces militares no pueden desempeñar ninguna otra función que no sea la
jurisdiccional para el conocimiento de materias como los delitos de la fun-
ción exclusivamente castrense, salvo la docencia universitaria, es decir, no
podrán desempeñar ninguna función de carácter administrativo militar o de
mando castrense, entre otras.
b) Exclusividad judicial en su vertiente positiva: se contempla en el artículo
139, inciso 1, de la Constitución, según la cual solo el Poder Judicial puede
ejercer función jurisdiccional, salvo el caso de las excepciones ya menciona-
das del Tribunal Constitucional, el Jurado Nacional de Elecciones y la juris-
dicción militar, entre otros. En otras palabras, en un Estado Constitucional
de Derecho, ni el Poder Ejecutivo ni el Poder Legislativo pueden arrogarse
la función jurisdiccional, pues, como se ha mencionado, esta actividad le
corresponde exclusivamente al Poder Judicial, al Tribunal Constitucional, al
Jurado Nacional de Elecciones y a la jurisdicción, entre otros.
En el caso de la jurisdicción especializada en lo militar, el principio de exclu-
sividad de la función jurisdiccional implica, en su vertiente positiva, que sólo
los jueces de la jurisdicción especializada en lo militar –ya sea que esta se
encuentre dentro o fuera del Poder Judicial– podrán conocer los denomina-
dos ‘delitos de la función militar’” (STC. Exp. N° 0004-2006-PI/TC, del 29
de marzo de 2006, f. j. 1.15).

152
Jurisdicción y competencia

II. COMPETENCIA

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 19, 21, 26, 27, 28, 29, 31, 32, 34, 35,
39, 42, 43.

192 ¿Qué se entiende por competencia?


“La competencia hace referencia a un poder conferido por la Constitución y demás
normas del bloque de constitucionalidad para generar un acto estatal. (…)
En principio, dicho concepto alude a la aptitud de obrar político-jurídica o área de
facultades de un órgano u organismo constitucional, lo cual conlleva a calificar la
actuación estatal como legítima o ilegítima en función de que el titular responsa-
ble de aquel hubiese obrado dentro de dicho marco o fuera de él.
La competencia deviene en la atribución de autoridad otorgada para generar una
manifestación de poder. Su otorgamiento no sólo comprende el ejercicio de dispo-
sición, sino también el límite de su uso como potestad. En ese contexto, el Estado,
a través de uno de sus órganos u organismos constitucionales puede manifestar
válidamente, fruto de una competencia imperativa o discrecional –según lo dis-
pongan la Constitución o las normas del bloque de constitucionalidad–, su volun-
tad política.
La competencia de los titulares de los órganos u organismos estatales, para reali-
zar actos estatales válidos, se manifiesta en los ámbitos personal, material, tem-
poral, territorial y procesal” (STC. Exp. N° 0013-2003-AI/TC, del 29 de diciem-
bre de 2003, f. j. 10.5).

193 ¿
Qué instituto procesal constituye una excepción al principio del juez
natural o predeterminado por ley?
“El principio constitucional del juez natural predeterminado por la ley, tiene una
excepción; cual es, la transferencia de competencia. Al respecto el artículo 39 del
nuevo Código Procesal Penal, establece lo siguiente: ‘La transferencia de compe-
tencia, se dispone únicamente cuando circunstancias insalvables impidan o per-
turben gravemente el normal desarrollo de la investigación o del juzgamiento; o
cuando sea real o inminente el peligro incontrolable contra la seguridad del pro-
cesado o su salud, o cuando sea afectado gravemente el orden público’” (Segunda
Sala Penal Transitoria. Transferencia de Competencia N° 8-2017-Ayacucho,
del 16 de mayo de 2017, considerando 7).

194 ¿En qué consiste la transferencia de competencia?


“La transferencia es una excepción a las reglas de competencia establecidas en
el título II de la sección III del libro primero del NCPP. Se halla vinculada con el
derecho al juez legal que tiene toda persona –imputada o agraviada–, cuya base
constitucional se halla en el inciso tres del artículo ciento treinta y nueve de la

153
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Constitución Política del Perú. Por ello, los supuestos en los que sea parte de la regla
deben ser declarados expresamente sobre una base normativa en cumplimiento del
principio de proporcionalidad” (Sala Penal Permanente. Transferencia de Com-
petencia N° 3-2018-Ayacucho, del 7 de setiembre de 2018, considerando 4.3).

195 ¿
Cuáles son los supuestos que estipula la ley para la transferencia de
competencia?
“[E]l legislador ha establecido solo tres causales para admitir su solicitud de trans-
ferencia de competencia; a saber: i) cuando circunstancias insalvables impidan o
perturben gravemente el normal desarrollo de la investigación o del juzgamiento;
ii) Cuando sea real o inminente el peligro incontrolable contra la seguridad del
procesado o su salud: y iii) Cuando sea afectado gravemente el orden público. En
este sentido, la transferencia de competencia solicitada por otra causal distinta,
no señalada en la ley, devendrá en improcedente; por cuanto debe respetarse los
principios constitucionales, de legalidad y de juez natural, previsto en el artículo
139, inciso 3, de la Constitución Política del Perú” (Segunda Sala Penal Tran-
sitoria. Transferencia de Competencia N° 8-2017-Ayacucho, de 16 de mayo de
2017, considerando 8).
“La procedibilidad de la pretensión de transferencia de competencia se halla regu-
lada en el artículo treinta y nueve del nuevo Código Procesal Penal –en adelante,
el Código Procesal o NCPP–, que establece:
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando circunstan-
cias insalvables impidan o perturben gravemente el normal desarrollo de
la investigación o del juzgamiento, o cuando sea real o inminente el peli-
gro incontrolable contra la seguridad del procesado o su salud, o cuando se
afecta gravemente el orden público”.
“El mencionado precepto establece nueve supuestos por los que se produciría la
transferencia de competencia, los cuales son:
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando circunstan-
cias insalvables impidan gravemente el normal desarrollo de la investigación.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando circunstan-
cias insalvables impidan gravemente el normal desarrollo del juzgamiento.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando circunstancias
insalvables perturben gravemente el normal desarrollo de la investigación.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando circunstan-
cias insalvables perturben gravemente el normal desarrollo del juzgamiento.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando concurra un
peligro incontrolable real contra la seguridad del procesado.

154
Jurisdicción y competencia

- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando concurra un


peligro incontrolable real contra la salud del procesado.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando concurra un
peligro incontrolable inminente contra la seguridad del procesado.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando concurra un
peligro incontrolable inminente contra la salud del procesado.
- La transferencia de competencia se dispone únicamente cuando se afecte
gravemente el orden público” (Sala Penal Permanente. Transferencia de
Competencia N° 3-2018-Ayacucho, del 7 de setiembre de 2018, conside-
randos 4.1 y 4.2).

196 ¿
El peligro para la vida o la salud de la agraviada es una causal válida
para admitir una solicitud de transferencia de competencia?
“Pues bien, la agraviada Contreras Bautista, en su solicitud de transferencia de
competencia al Distrito Judicial de Lima, alega como causal la existencia de cir-
cunstancias insalvables que ponen en riesgo su vida y su salud. Asimismo, sos-
tiene que existen circunstancias insalvables que impiden o perturben gravemente
el normal desarrollo del juzgamiento; es decir, se ampara en la causal i) del artículo
39 del Código Adjetivo acotado.
La causal de riesgo en la vida y salud de la agraviada, no está comprendida en
el artículo 39 del nuevo Código Procesal Penal; el mismo que solo se refiere a la
seguridad o la salud del procesado, por lo que dicha causal debe ser desestimado.
En cambio, el impedimento o perturbación grave del desarrollo del juzgamiento,
si está contemplado como causal de transferencia de competencia; sin embargo,
para ampararla deben existir hechos objetivos o acontecimientos graves e inevi-
tables que harán fracasar el normal desarrollo del proceso” (Segunda Sala Penal
Transitoria. Transferencia de Competencia N° 8-2017-Ayacucho, del 16 de mayo
de 2017, considerandos 9 y 10).
“En cuanto al peligro real e inminente contra la seguridad de la víctima, denun-
ciado por esta última; este Supremo Tribunal no deja de tenerlo en cuenta; sin
embargo, para la debida protección de la víctima, el legislador ha establecido los
mecanismos legales en los artículos 247 y 248 del Código Procesal Penal; no
existiendo ningún impedimento para que la agraviada solicite dichas medidas de
protección, ya sea al Fiscal o al Juez. Cabe mencionar, de otro lado, que la asis-
tencia del actor civil al proceso es facultativa y si desea declarar en el juicio oral
puede asistir a la respectiva audiencia; sin embargo, no es necesaria su presen-
cia física durante todo el acto oral, pudiendo ser representado por un abogado;
para la defensa de los derechos que le corresponda” (Segunda Sala Penal Tran-
sitoria. Transferencia de Competencia N° 8-2017-Ayacucho, del 16 de mayo de
2017, considerando 15).

155
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

197 ¿
La resolución de un pedido de prisión preventiva o la prohibición a
la agraviada de declarar a la prensa constituyen supuestos que pertur-
ben gravemente el desarrollo del proceso por lo que se debería trans-
ferir la competencia?
“Al respecto no se ha probado que los motivos expuestos por la agraviada, estén
impidiendo o perturbando gravemente el normal desarrollo del juzgamiento. No se
ha mencionado, que el nuevo juicio oral esté paralizado o gravemente perturbado
por los hechos señalados por la agraviada. En todo caso, no entendemos cómo es
que la resolución de un pedido prisión preventiva; la prohibición de la agraviada
de declarar a la prensa; la puesta en conocimiento del Colegio de Abogados de
Lima sobre la presunta inconducta profesional de la abogada de dicha agraviada
y la opinión de un diario oficial, pueda estar impidiendo gravemente el normal
desarrollo del juzgamiento. Este supuesto se daría cuando, por ejemplo, hay ame-
naza contra la vida de los jueces a cargo del proceso, incluso del representante del
Ministerio Público; quienes son los principios actores del juicio oral, conjunta-
mente con el abogado defensor del procesado. También puede darse por otros fac-
tores, como fenómenos naturales, catástrofes, grave conmoción social, amenaza
contra la vista de los órganos de prueba (testigos), etc.; lo que no ocurre en el pre-
sente proceso” (Segunda Sala Penal Transitoria. Transferencia de Competen-
cia N° 8-2017-Ayacucho, del 16 de mayo de 2017, considerando 12).

156
CAPÍTULO III

SUJETOS PROCESALES
CAPÍTULO III

SUJETOS PROCESALES

I. EL MINISTERIO PÚBLICO

Base legal Constitución Política: art. 159.


Código Procesal Penal de 2004: arts. 60, 61, 62, 63, 64, 65, 66.

198 ¿
El principio de oficialidad y el principio acusatorio qué exigencias le
conllevan al Ministerio Público?
“Sin duda el objetivo institucional del proceso penal es la averiguación de la ver-
dad. Dicho propósito, sin embargo, no tiene contenido ilimitado; por el contra-
rio, se enmarca en el cumplimiento de ciertos principios procesales que orientan
la secuencia del proceso investigativo. Dos son los principios de mayor significa-
ción: El Principio de Oficialidad y el Principio Acusatorio.
- Principio de Oficialidad.- El ejercicio de la acción penal y la formulación de
una pretensión punitiva, son prerrogativas ejercidas a instancia privativa del
Ministerio Público, como órgano constitucional público especializado. La
obtención de la verdad requiere del cumplimiento de vías formalizadas, por
lo tanto, la persecución delictiva debe ser promovida por organismos oficia-
les del Estado, no quedando librada a la voluntad del lesionado en el delito.
Esto implica que el Estado no tiene únicamente la pretensión penal material,
sino también el derecho y la obligación de perseguir penalmente. De ello se
derivan dos tipos de beneficios: De un lado, constituye una garantía de que
las investigaciones se realicen en forma debida y correcta, mediante la actua-
ción de las diligencias convenientes para la comprobación del delito, en un
escenario formal de averiguación. Y de otro lado, cumple una finalidad pro-
teccionista, es decir, se busca que las investigaciones, como parte de la perse-
cución delictiva se realicen con la mayor moderación posible, legitimando el
resultado de la indagación criminal y la posible aplicación de una consecuen-
cia jurídico-penal. Con ello, se busca abstraer a la parte ofendida en el delito,
de la posibilidad de ejercer justicia de modo particular (método auto compo-
sitivo), encomendándosele dicha facultad a órganos dotados de imparciali-
dad y legitimidad publica: Ministerio Público y Poder Judicial personifica-
dos en el Fiscal y el Juez (método heterocompositivo). Y es que, el delito con
arreglo al principio de intervención mínima, ha de ser siempre indisponible,
perteneciendo al Estado su persecución, aunque el sujeto pasivo de la acción
no muestre voluntad favorable. De ahí que se conciba al delito como un fenó-
meno público, y no un acto privado.

159
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

- Principio Acusatorio.- La función jurisdiccional no es absoluta sobre la acre-


ditación del objeto procesal. La decisión judicial debe observar las garantías
y principios inherentes al debido proceso, uno de las cuales lo constituye el
Principio Acusatorio. Los alcances de este principio han sido puntualizados
en importante jurisprudencia, tanto judicial como constitucional. Es perti-
nente destacar los siguientes pronunciamientos: i) Recurso de Queja Excep-
cional N° 1678-2006-Lima, (…) donde se señala que la acusación fiscal es
privativa del Ministerio Público y el presupuesto del juicio jurisdiccional es
la Imputación Fiscal (f. j. sétimo); ii) Recurso de Nulidad N° 2358-2009-
Lima, (…) que reconoce su integración al contenido esencial de la garantía
del debido proceso, conforme al artículo 139, numeral 3), de la Constitución
Política del Estado, e informa el objeto del proceso penal. A través de este
principio, se determina bajo que distribución de roles y bajo qué condicio-
nes se efectuara el juzgamiento de la pretensión penal. La fundamentación
reside en la preservación de la imparcialidad del Juez, que podría verse com-
prometida si se le atribuyeran, a el mismo, las funciones de descubrir, inves-
tigar y perseguir los hechos posiblemente constitutivos de delito. A la vez,
comprende dos elementos característicos. Uno, alusivo al desdoblamiento de
las funciones de investigación y de decisión, a cargo d dos órganos públicos
distintos, el Juez Instructor o Penal, en el Código de Procedimientos Pena-
les, y el Ministerio Publico, en el Nuevo Código Procesal Penal, susten-
tado en el artículo 159, numeral 4), de la Constitución Política del Estado.
Y otro, referente a la distribución de las funciones de acusación y decisión,
en armonía con el aforismo nemo iudex sine acusatore, el cual, incluso, se
extiende a la promoción de la acción penal, a la inculpación penal, y a la
propia incoación de la instrucción o de la investigación preparatoria (f. j.
segundo); iii) STC N° 4552-2013-PH/TC-La Libertad, (…) se precisa que:
a) No puede existir juicio sin acusación, debiendo ser formulada esta por per-
sona ajena al órgano sentenciador, de manera que si el Fiscal no formula acu-
sación contra el imputado, el proceso debe ser sobreseído necesariamente;
b) No puede condenarse por hechos distintos de los acusados, ni a persona
distinta de la acusada; c) No pueden atribuirse al juzgador poderes de direc-
ción material del proceso que cuestionen su imparcialidad (f. j. quinto); y,
iv) STC N° 2005-2006-PHC/TC-Lima, (…) la primera de las características del
principio acusatorio (…) guarda directa relación con la atribución del Minis-
terio Público, reconocida en el artículo 159 de la Constitución, ente otras, de
ejercitar la acción penal. Siendo exclusiva la potestad del Ministerio Público
de incoar la acción penal y de acusar, a falta de esta, el proceso debe llegar a
su fin (…)”. (f. j. sexto y sétimo); entre otras” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 1969-2016-Lima Norte, del 1 de diciembre de 2016, considerando 6).

199 ¿
Cuáles son los roles que el CPP de 2004 le ha asignado al Ministerio
Público?
“El Código Procesal Penal de 2004, confiere dos roles concurrentes pero suce-
sivos al Ministerio Público en cuanto titular del ejercicio de la acción penal:

160
Sujetos procesales

i) Conductor de la investigación desde su inicio [Tres consecuencias acarrea esta


posición institucional: 1) Tomar las decisiones acerca del futuro de la investiga-
ción: necesidad de realizar ciertas diligencias de investigación, provocar audien-
cias ante el juez de la investigación preparatoria, impulsar la continuación de los
actos de investigación, declarar su cierre, 2) Conseguir autorizaciones judiciales
–medidas limitativas de derechos en general–, 3) Responder frente a los perjui-
cios generados por la actividad de investigación y responder por el éxito o fracaso
de las investigaciones frente a la opinión pública] y iii) Acusador en el juicio oral.
Por estas razones, al ser el conductor de la investigación preparatoria conforme a
las atribuciones concedidas por el artículo 61 del Código Procesal Penal, practi-
cará u ordenará practicar los actos de investigación que correspondan” (Juzgado
Supremo de Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos A.V. N° 19-2018,
Resolución Nº 1, del 16 de noviembre de 2018, considerando 9).

200 ¿
El Ministerio Público como titular de la acción penal pública qué
facultades y deberes tiene?
“Nuestra Constitución Política del Estado, en su artículo ciento cincuenta y nueve,
establece que el Ministerio Público es titular del ejercicio de la acción penal pública,
y como tal tiene el deber de la carga de la prueba, que se traduce en los actos de
investigación tendientes a corroborar su teoría del caso, a fin de enervar la presun-
ción de inocencia del procesado; ello bajo el principio acusatorio y de imputación
necesaria, los cuales son una manifestación del principio de legalidad, debido pro-
ceso y defensa procesal” (Primera Sala Penal Transitoria. Revisión de Senten-
cia NCPP Nº 312-2015-Lambayeque, del 13 de marzo de 2017, considerando 3).
“Al Ministerio Público se le reconoce varias facultades, como son la de ser titular
del ejercicio público de la acción penal en los delitos, tiene el deber de la carga de
la prueba en el proceso instaurado, así como el control de legalidad de las actua-
ciones policiales –inciso 5 del artículo 159 de la Constitución Política del Estado,
art. 322.1 y art. IV del Título Preliminar del Código Procesal Penal, concordante
con el art. 14 de su Ley Orgánica, Decreto Legislativo Nº 52, y art. 68.2 del men-
cionado código procesal–, asumiendo la conducción de la investigación desde su
inicio, como son la investigación preliminar y la preparatoria, para lo cual previo
estudio de los hechos, elementos probatorios recaudados, determinará si la con-
ducta incriminada se encuentra enmarcada dentro de un tipo penal, para luego
determinar y acreditar la responsabilidad o inocencia del imputado, a través de la
acusación o la solicitud de sobreseimiento de la causa.
Dentro del contexto del nuevo proceso penal, el sostenimiento de una acusación
recae exclusivamente en el Ministerio Público, por ser el órgano constitucional
encargado, debido a que es el único que podía generar la apertura de una investi-
gación penal, excepto por el cual tiene que aportar todos los elementos de prueba
para poder destruir la presunción de inocencia de una persona, a la vez que tiene
que orientar y coordinar con la policía cómo debe realizarse la investigación

161
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

criminal” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 724-2014-Cañete, del 12 de


agosto de 2015, considerandos 3.2.1. y 3.2.2.).

201 ¿
La carga de la prueba en el proceso penal que recae sobre el Ministerio
Público, puede variar hacia la defensa del acusado en algún supuesto?
“Respecto, a los cuestionamientos formulados de la posibilidad de establecer si la
carga de la prueba la tiene únicamente la Fiscalía o en algún momento varía hacia
la defensa, cabe precisar que tal como lo establece el artículo IV del Título Prelimi-
nar del Código Procesal Penal, en concordancia con el inciso dos del articulo sesenta
y uno del mismo cuerpo legal, el Ministerio Público es el titular de la acción penal
en los delitos y tiene el deber de la carga de la prueba, debiendo actuar con objeti-
vidad, indagando no solo los hechos constitutivos de delito, sino también los que
determinen y acrediten la responsabilidad o inocencia del imputado; sin embargo,
ello no impide que el procesado pueda defenderse de la imputación fáctica que pesa
en su contra, presentando medio de prueba de descargo, más aun cuando se trata de
una defensa afirmativa, donde el Juez exigirá que el encausado descubre todos los
elementos probatorios e información que posea y que se sustente la misma (véase:
LEÓN PARADA, Víctor Orielson. El ABC del nuevo sistema acusatorio penal: El
juicio oral. ECOE, Bogotá, 2005, página 104)” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 353-2011-Arequipa, del 4 de junio de 2013, considerando 4.6).
“(…) el colegiado de instancia concluyó que la defensa técnica de los recurren-
tes no actuó prueba para acreditar su tesis exculpatoria respecto a que el muelle
se encontraba en reparación y por tanto había chatarra para recolectar. Si bien el
Ministerio Público tiene la carga de la prueba de la pretensión punitiva y sus fun-
damentos, cuando la defensa propone un hecho extintivo o exculpatoria de la res-
ponsabilidad penal, le corresponde acreditarlo, pues de trata de un contraargu-
mento que no se condice con la tesis del ente acusador” (Segunda Sala Penal de
Apelaciones Nacional, en adición a sus funciones Sala Penal Especializada en
Delitos Aduaneros, Tributarios, de Mercado y Ambientales. Exp. N° 299-2015-
42, Sentencia de Vista N° 11-2018, del 3 de diciembre de 2018, considerando 34).

202 ¿Qué clase de resoluciones dicta el Ministerio Público?


“Que, se encuentra establecido que la Constitución Política del Estado y el Código
Procesal Penal otorgan al Ministerio la titularidad de la acción penal, esto es,
plena facultad de persecución de delitos y el deber de la carga de la prueba, para
lo cual asume la conducción de la investigación desde su inicio; precisándose que
en el ámbito de su intervención en el proceso, dicta Disposiciones y Providen-
cia, y formula Requerimientos, siendo que una vez realizada las diligencias ini-
ciales o preliminares de investigación, y si de la denuncia, del informe policial
o de las diligencias preliminares que el Fiscal realizó aparecen indicios revela-
dores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito, que se ha
individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho los requisi-
tos de procedibilidad, emitirá la disposición de formalización y continuación de

162
Sujetos procesales

la investigación preparatoria, lo cual le deberá comunicar al Juez de la investiga-


ción Preparatoria (…)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 01-2011-Piura,
del 8 de marzo de 2012, considerando 3).

203 ¿
Qué implicancias para el proceso penal tiene el principio de jerar-
quía que rige en el Ministerio Público?
“En segundo lugar, de acuerdo con el artículo 5 de la Ley Orgánica del Ministe-
rio Público, se reconoce también un principio de jerarquía, según el cual los Fis-
cales pertenecen a un cuerpo jerárquicamente organizado y deben sujetarse a las
instrucciones que les impartan sus superiores. Tal disposición, si se quiere que
sea conforme a la Constitución, solo se justifica si de lo que se trata es de dotar de
coherencia y unidad al ejercicio de las funciones constitucionales que establece el
artículo 159 de la Constitución. De ahí la necesidad de que se establezcan también
relaciones de coordinación conjunta entre los Fiscales de los distintos niveles, en
atención a que la política de persecución criminal no puede ser definida por cada
fiscal o juez en particular, pues ello corresponde al propio Estado” (STC. Exp.
N° 6204-2006-PHC/TC, del 9 de agosto de 2006, f. j. 17).
“Que si se entiende que el Ministerio Público es la única autoridad que puede deter-
minar la persecución del delito, persecución que incluso se proyecta en sede de
impugnación –presentación de recursos acusatorios–, no es posible rebasar, como
órgano autónomo que es, lo que dispongan sus autoridades en ese ámbito especí-
fico. Son dos los principios institucionales que rigen al Ministerio Público: jerar-
quía y unidad en la función. Entre otros efectos, el principio de jerarquía afirma
que el Ministerio Público es un cuerpo jerarquizado y que la posición del supe-
rior prima frente a la del inferior.
En el caso de los recursos –que obedecen al principio dispositivo– interpuesta
la impugnación por un determinado Fiscal –y solo respecto de él–, su viabilidad
dependerá si el Fiscal superior en grado comparte el criterio del inferior. Si no
acepta su pretensión impugnativa el recurso del inferior decae automáticamente,
sin afectar por cierto a las otras partes procesales, y debe optarse –se comparta
o no su criterio– por la posición del superior” (Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 1614-2013-Pasco, del 5 de marzo de 2014, considerando 6).
“Que, aun cuando el representante de la Procuraduría Pública expone las razo-
nes por las cuales existirían elementos de convicción que vinculan a los encausa-
dos con el delito en cuestión, es menester señalar que por mandato constitucional
corresponde al Ministerio Público la persecución del delito –véase inciso 5 del
artículo ciento 159 de la Constitución Política del Estado–, no siendo posible que
este Supremo Tribunal valore el fondo de la controversia, pues no sólo se vulnera-
ría el principio acusatorio que impide al Órgano Jurisdiccional asumir funciones
acusatorias, reservadas solo al Ministerio Público, sino que se lesionaría el ámbito
propio de las atribuciones de esta Institución como órgano autónomo de dere-
cho constitucional reconocido por el artículo 158 de la Constitución Política del

163
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Estado; que, en este mismo sentido se ha pronunciado la jurisprudencia constitu-


cional en el Expediente N° 2005-2006-PHC/TC, señalando que: ‘(...) La primera
de las características del principio acusatorio mencionadas guarda directa rela-
ción con la atribución del Ministerio Público, reconocida en el artículo 149 de la
Constitución, entre otras, de ejercitar la acción penal. Siendo exclusiva la potes-
tad del Ministerio Público de incoar la acción penal y de acusar, a falta de esta, el
proceso debe llegar a su fin. [...] Si el Fiscal Supremo coincide con la opinión del
Fiscal Superior respecto del no ha lugar a juicio y archiva el proceso, se pronun-
ciará en ese sentido, devolviendo la causa a la Sala Penal para que dicte la resolu-
ción de archivo. Contra esta resolución no cabe recurso alguno, pues la decisión del
Ministerio Público, titular de la acción penal, ha sido la de terminar con la perse-
cución del delito, consecuentemente, no cabe disposición expresa en sentido con-
trario por otra autoridad’ [...]. ‘En atención a que el control de la legalidad sobre el
dictamen fiscal tiene su límite en el principio acusatorio [...] únicamente es posi-
ble revocar el auto de sobreseimiento y disponer que el Fiscal formule acusación,
si es que el Fiscal que interviene en la absolución del grado discrepa del dictamen
en referencia; de no hacerlo, se debe sobreseer la causa sin más, dada la base per-
secutoria constitucionalmente impuesta al proceso penal […]’” (Sala Penal Per-
manente. R.N. N° 2330-2012-Junín, del 30 de enero de 2013, considerando 3).

204 ¿
La desvinculación jurídica del órgano jurisdiccional requiere la con-
sideración previa del Ministerio Público?
“No siempre la desvinculación jurídica del órgano jurisdiccional requerirá la con-
sideración previa del Ministerio Público referente la opción alternativa de subsun-
ción típica. Puede realizarse independientemente de dicha consideración previa,
si el delito objeto de readecuación resulta –a consideración del órgano jurisdic-
cional– ostensiblemente más favorable, si se ha garantizado el derecho de defensa,
si los delitos –el de la acusación originaria y aquel al cual se efectúa la readecua-
ción– pertenecen a un mismo grupo o familia de delitos” (Sala Penal Permanente.
Casación N° 1313-2017-Arequipa, del 29 de mayo del 2018, considerando 4.2).

205 ¿El Ministerio Público tiene facultades coercitivas?


“Configurada, constitucionalmente y legalmente, la obligación del Ministerio
Público, y de su ayudante principal, la Policía Nacional, se erige como facultad
del ente persecutor la conducción compulsiva dispuesta por el fiscal en concor-
dancia con el artículo 66 y 71.3 del Nuevo Código Procesal además de 126, CPP;
en efecto, dichos dispositivos otorgan al Ministerio Publico la facultad coerci-
tiva, traducida en la facultad de ordenar la conducción compulsiva de quien hace
caso omiso a su citación, orden de la fiscalía que debe ejecutar la policía contra
quien se niega a concurrir para prestar su declaración, siempre y cuando hayan
sido válidamente notificados; debiendo puntualizarse que es una medida provisio-
nal con la finalidad d que se cumpla el mandado, por tanto, no se vulnera ningún
derecho constitucional del imputado, solo se le notifica para que concurra a pres-
tar su declaración ante el despacho fiscal, y si decide no declarar debe constar en

164
Sujetos procesales

acta” (Sala Penal Permanente. Casación N° 375-2011-Lambayeque, del 18 de


junio de 2013, considerando 7).

206 ¿Los actos del Ministerio Público son inatacables o incuestionables?


“[S]i bien los actos de investigación realizados por el Ministerio Público gozan
de amparo legal por tratarse de la autoridad pública encargada de la persecución
del delito, ello no implica que sean inatacables o incuestionables, puesto que han
de sujetarse a la ley y al principio de objetividad. Es decir, estos actos de investi-
gación podrán quedar viciados o excluidos, según el caso, si se vulneraron dere-
chos fundamentales que se encuentran recogidos en el artículo 71 NCPP, esto es,
si por ejemplo se efectuó su detención sin haberle puesto en conocimiento al impu-
tado de los derechos fundamentales que le asisten, por lo que el Juez en audiencia
de tutela dictará las medidas que correspondan de acuerdo a ley” (Salas Pena-
les Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, del 16 de
noviembre de 2010, considerando 16).

II. LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 60, 67, 68, 68.a, 69, 70, 331, 333.
Constitución Política: art. 166.

207 ¿Cuáles son las atribuciones que tiene la Policía Nacional del Perú?
“Que, al respecto debe indicarse que el artículo sesenta y ocho del Código Proce-
sal Penal establece las atribuciones de la Policía Nacional del Perú en función de
la investigación, entre estas, la que se indica en el inciso e) ‘practicar las diligen-
cias orientadas a la identificación física de los autores y partícipes del delito’; en
dicho sentido se advierte de autos lo siguiente:
i) luego de ocurrido el hecho investigado, en base a información proporcionada
por testigos respecto al sujeto que disparó con arma de fuego al agraviado
Willy Benavente y sustrajo la cartera con el dinero a la agraviada Alicia Gui-
llén Pilco, se logró confeccionar el retrato hablado número trescientos cin-
cuenta y siete, del cual mostraron su conformidad a nivel preliminar los tes-
tigos Samuel Leónidas Espino Benavente y Teresa Espino Benavente;
ii) que ante dicho hecho la Policía Nacional realizó un trabajo de inteligen-
cia operativa que tuvo como resultado que las características físicas del
sujeto retratado presuntamente coincidirían con las de Jhon Maldonado Flo-
res, quien con anterioridad –veintiuno de diciembre de dos mil siete– había
sido detenido policialmente en compañía de otros dos sujetos por la presunta
comisión del delito contra el Patrimonio –robo agravado– cuya investigación
se encuentra en trámite;

165
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

iii) que por dicho motivo con fechas treinta de setiembre y veintiuno de octu-
bre de dos mil ocho –en presencia del representante del Ministerio Público–
se realizaron las diligencias de reconocimiento fotográfico –a través de foto-
grafías extraídas de fichas del Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil– por parte de los testigos Samuel Leonidas Espino Benavente y Teresa
Espino Benavente, respectivamente, en donde al mostrárseles las fotografías
consignadas en las actas respectivas, coincidieron en reconocer al encausado
Jhon Maldonado Flores como la persona que le disparó con arma de fuego al
agraviado Willy Benavente y le sustrajo la cartera a la agraviada Alicia Gui-
llén Pilco;
iv) que ante dicha circunstancia se solicitaron las autorizaciones pertinentes
para la ubicación y posterior detención preliminar del encausado Jhon Mal-
donado Flores; y,
v) con fecha trece y catorce de noviembre de dos mil ocho –en presencia del
representante del Ministerio Público y abogado defensor– se realizaron las
diligencias de reconocimiento físico por parte de los testigos Teresa Basy
Espino Benavente y Samuel Leónidas Espino Benavente, respectivamente,
quienes volvieron a reconocer y sindicar al encausado Jhon Maldonado Flo-
res como la persona que le disparó con arma de fuego al agraviado Willy
Benavente y le sustrajo la cartera a la agraviada Alicia Guillén Pilco” (Sala
Penal Permanente. Casación N° 78-2010-Arequipa, del 26 de abril de
2011, considerando 4).
“En un nivel más específico, la aplicación de los principios de aportación de
parte y de investigación de los hechos corre paralelo a la vigencia de los prin-
cipios dispositivo y de oficialidad. La singularidad del proceso penal –en su
relación con el proceso civil– estriba que en este el interés público –ínsito en el
Derecho Penal– tiene una singular trascendencia, por lo que es obvio de que,
predominantemente, ha de inspirarse en el principio de investigación oficial.
Tal es su fundamento.
La aportación y comprobación de los hechos es un deber y obligación, constitu-
cionalmente impuesta, que incumbe al Ministerio Público y a la Policía Nacio-
nal –la investigación de oficio es propia de la etapa de investigación preparatoria,
conforme consta de los artículos 61.2 y 67.1 NCPP. Ambos órganos del Estado
deben investigar las conductas presuntamente delictivas, a través de una multi-
forme actividad investigativa, regulada legalmente y con una fuerte relevancia
del interés público. Una vez incoada la inculpación formal –en la que tiene un
rol importantísimo el Informe Policial (artículo 332 NCPP)– y, posteriormente,
con motivo de formulación de la acusación –siempre que haya materia criminis–
(artículo 349.1 y 2 NCPP), corresponde al Fiscal introducir no solo los hechos y
circunstancias fácticas con relevancia penal –sin excluir ningún elemento factico
relevante, y siempre que hayan sido determinados en la investigación preparatoria
(artículo 349.2 NCPP)– sino también las evidencias o medios probatorios al pro-
ceso, bajo estricto control jurisdiccional, todo lo cual se ha de materializar en la

166
Sujetos procesales

etapa intermedia” (Sala Penal Permanente. Casación N° 375-2011-Lambayeque,


del 18 de junio de 2013, considerando 6).

III. EL IMPUTADO

Base legal Constitución Política: arts. 139.14, 139.15.


Código Procesal Penal de 2004: arts. 71, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 263.

III.1. La tutela de derechos

208 ¿Cuál es la finalidad de la audiencia de tutela de derechos?


“La finalidad esencial de la audiencia de tutela es, entonces, la protección, res-
guardo y consiguiente efectividad de los derechos del imputado reconocidos por
la Constitución y las leyes. Desde esta perspectiva, el Juez de la Investigación Pre-
paratoria se erige en un Juez de Garantías durante las diligencias preliminares y la
investigación preparatoria ejerciendo su función de control de los derechos ante la
alegación del imputado de que se ha producido la vulneración de uno o varios de
sus derechos reconocidos específicamente en el artículo 71 del NCPP, responsa-
bilizando al Fiscal o a la Policía del agravio. En otras palabras, su finalidad esen-
cial consiste en que el Juez determine, desde la instancia y actuación de las partes,
la vulneración al derecho o garantía constitucional prevista en la citada norma y
realice un acto procesal dictando una medida de tutela correctiva –que ponga fin
al agravio–, reparadora –que lo repare, por ejemplo, subsanando una omisión–
o protectora” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario
N° 4-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 11).
“El modelo procesal penal vigente incorpora una institución de notable inciden-
cia garantistas, como es la ‘audiencia de tutela de derechos’, que encuentra plena
legitimidad en un sistema encaminado a reforzar los derechos y garantías que el
entramado normativo consagra a lo largo de su listado legal. Es decir, el imputado
tiene expedita una específica garantía de tutela jurisdiccional, concebida como
una protección jurisdiccional especial a cargo del juez de la investigación prepa-
ratoria frente a las actuaciones de persecución penal, que no tengan origen juris-
diccional. La finalidad esencial es la protección, resguardo y consiguiente efec-
tividad de los derechos del imputado reconocidos en la Constitución y las leyes,
consiste además que el juez determine, desde la instancia y actuación de las par-
tes, la vulneración al derecho o garantía constitucional prevista en la norma y rea-
lice un acto procesal dictando una medida de tutela correctiva que ponga fin al
agravio” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos
N° 202-2018-1, Resolución Nº 1, del 20 de diciembre de 2018, considerando 1).

167
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

209 ¿
En qué etapas del proceso penal se puede solicitar la audiencia de
tutela de derechos?
“En síntesis, es de afirmar, que la Tutela de Derechos es una garantía de especí-
fica relevancia procesal penal, que puede usar el imputado cuando ve afectado y
vulnerado uno o varios derechos establecidos específicamente en el artículo 71
del NCPP, quien puede acudir al Juez de Investigación Preparatoria para que con-
trole judicialmente la legitimidad y legalidad de los actos de investigación prac-
ticados por el Ministerio Público y repare, de ser el caso, las acciones u omisio-
nes que generaron el quebrantamiento del derecho de las partes procesales. La
vía de tutela judicial sólo podrá hacerse efectiva durante las diligencias prelimi-
nares y en la investigación preparatoria propiamente dicha” (Salas Penales Per-
manente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, del 16 de noviem-
bre de 2010, considerando 19).
“[E]l nuevo Código Procesal Penal establece en beneficio del imputado la audien-
cia de tutela de derechos, en ese sentido, cuando se considere que de las diligencias
preliminares o que en la investigación preparatoria no se ha dado cumplimiento
a estas disposiciones (relativas a sus derechos), o que sus derechos no son respe-
tados, o que es objeto de medidas limitativas de derechos indebidos o de requeri-
mientos ilegales, puede acudir en vía de tutela al juez de la investigación prepara-
toria para que subsane la omisión o dicte las medidas de corrección o de protección
que corresponda según lo establece el apartado cuatro del artículo setenta y uno
del código adjetivo, esta solicitud la resolverá este mismo juez previa audiencia,
en la cual el abogado defensor expondrá los argumentos por los cuales cree que
su patrocinado ha sido afectado en sus derechos, le seguirá en turno el fiscal con
sus alegaciones de descargo y el juez resolverá al final.
Esta facultad que otorga la norma procesal al imputado puede hacerse valer siem-
pre y cuando se vulnere alguna garantía constitucional, sustantiva o procesal, caso
contrario no procede la acción de tutela de derechos” (Sala Penal Permanente.
Casación Nº 14-2010-La Libertad, del 5 de julio de 2010, considerandos 8 y 9).

210 ¿Qué significa que la audiencia de tutela sea un mecanismo residual?


“Dicho de otro modo, la tutela de derechos es un instrumento idóneo para salva-
guardar las garantías del imputado y, a su vez, regular las posibles desigualdades
entre perseguidor y perseguido. Esta institución procesal penal es por tanto uno de
los principales mecanismos para realizar el control de legalidad de la función del
fiscal, quien deberá conducir y desarrollar toda su estrategia persecutoria siempre
dentro del marco de las garantías básicas, siendo consciente que cualquier acto que
traspase el marco de los derechos fundamentales podrá ser controlado por el Juez
de la Investigación Preparatoria. Queda claro entonces que en el nuevo modelo pro-
cesal penal es fundamental la idea de control en el ejercicio del ius puniendi esta-
tal. [RODRÍGUEZ HURTADO, Mario. Ponencia presentada para la Audiencia
Pública del VI Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales de la Corte Suprema].

168
Sujetos procesales

En este sentido, aquellos requerimientos o disposiciones fiscales que vulneran


derechos fundamentales constitucionales pero que tienen vía propia para la denun-
cia o control respectivo, no podrán cuestionarse a través de la audiencia de tutela.
En efecto, ocurre que el NCPP ha establecido en varios casos mecanismos espe-
cíficos para ventilar asuntos relativos a los derechos básicos del imputado, como
sucede con las audiencias de control del plazo de las diligencias preliminares o de
la investigación preparatoria formalizada (artículos 334. 1, 343.2) o con aquella
que sustancia el reexamen de la intervención de las comunicaciones telefónicas o
análogas (artículo 231.3). Por ello no es errado afirmar que la audiencia de tutela
es residual, esto es, opera siempre que el ordenamiento procesal no especifique un
camino determinado para la reclamación por un derecho afectado [RODRÍGUEZ
HURTADO, Mario. Ponencia presentada para la Audiencia Pública del VI Pleno
Jurisdiccional de las Salas Penales de la Corte Suprema]. En esa misma línea,
no podrá cuestionarse a través de la tutela la inadmisión de diligencias sumaria-
les solicitadas por la defensa durante la investigación, pues, para este efecto rige
lo dispuesto en el artículo 337.4 del NCPP.
Ahora bien, lo expuesto en el fundamento jurídico precedente no significa que
el imputado o su abogado defensor puedan cuestionar a través de la audiencia de
tutela cualquier tipo de disposición o requerimiento que haga el fiscal, pues sola-
mente se pueden cuestionar los requerimientos ilegales que vulneran derechos
fundamentales relacionados con los enumerados en el artículo 71 numerales del
1 al 3 del NCPP. Por lo tanto, aquellos requerimientos o disposiciones fiscales
que vulneran derechos fundamentales pero que tienen vía propia para la denun-
cia o control respectivo, no podrán cuestionarse a través de la audiencia de tutela.
En efecto, ocurre que el NCPP ha establecido en varios casos mecanismos espe-
cíficos para ventilar asuntos relativos a los derechos básicos del imputado, como
sucede como las audiencias de control del plazo de las diligencias preliminares o
de la investigación preparatoria formalizada (artículos 334.1, 343.2) o con aque-
lla que sustancia el reexamen de la intervención de las comunicaciones telefóni-
cas o análogas (artículo 231.3). Por ello no es errado firmar que la audiencia de
tutela es residual, esto es, opera siempre que el ordenamiento procesal no especi-
fique un camino determinado para la reclamación por un derecho afectado [Mario
Rodríguez Hurtado]” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Ple-
nario N° 4-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerandos 13 y 14).
“[E]l Acuerdo Plenario N° 04-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, establece
que esta institución procesal penal es por tanto uno de los principales mecanis-
mos para realizar el control de legalidad de la función fiscal, quien deberá con-
ducir y desarrollar toda su estrategia persecutoria, siempre dentro del marco de
las garantías básicas, siendo consciente que cualquier acto que traspase el marco
de los derechos fundamentales podrá ser controlado por el Juez de Investigación
Preparatoria; asimismo, la audiencia de tutela es residual, esto es, opera siem-
pre que el ordenamiento procesal no especifique un camino determinado para la
reclamación de un derecho afectado. Por lo tanto, aquellos requerimientos o dispo-
siciones fiscales que vulneren derechos fundamentales pero que tienen vía propia

169
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

para la denuncia o control respectivo, no podrán cuestionarse a través de audiencia


de tutela” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos
N° 202-2018-1, Resolución Nº 1, del 20 de diciembre de 2018, considerando 3).

211 ¿
Debido a su carácter residual, la audiencia de tutela qué derechos
protege?
“Los derechos fundamentales deben gozar de mayor protección y por ello es que
a nivel procesal la Audiencia de tutela es uno de los principales aportes del nuevo
sistema procesal. Los derechos protegidos a través de esta Audiencia son los que
se encuentran recogidos taxativamente en el artículo 71 del NCPP. Son los siguien-
tes: (i) conocimiento de los cargos incriminados, (ii) conocimiento de las causas
de la detención, (iii) entrega de la orden de detención girada, (iv) designación de
la persona o institución a la que debe avisarse de la detención y concreción inme-
diata de esto, (v) posibilidad de realizar una llamada, en caso se encuentre dete-
nido, (vi) defensa permanente por un abogado, (vii) posibilidad de entrevistarse en
forma privada con su abogado, (viii) abstención de declarar o declaración volun-
taria, (ix) presencia de abogado defensor en la declaración y en todas las diligen-
cias que requieran su concurso, (x) no ser objeto de medios coactivos, intimidato-
rios o contrarios a la dignidad, ni ser sometidos a técnicas o métodos que induzcan
o alteren la libre voluntad, (xi) no sufrir restricciones ilegales, y (xii) ser exami-
nado por un médico legista o por otro profesional de la Salud, cuando el estado
de salud así lo requiera. En salvaguarda de su efectiva vigencia, de esta audiencia
de tutela pueden emanar resoluciones judiciales que corrijan los desafueros come-
tidos por la Policía o los Fiscales, así como también protejan al afectado” (Salas
Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, del
16 de noviembre de 2010, considerando 10).
“La tutela de derechos como institución procesal, tiene una finalidad protectora
del imputado, quien en su calidad de parte acusada se ve sometido al aparato esta-
tal durante la investigación del delito a cargo de la Policía Nacional del Perú y el
Ministerio Público, que por el especial papel que desempeñan en la lucha contra
la criminalidad, en ciertos casos, incurren en excesos o negligencias, las cuales no
pueden adjudicarse gratuitamente al procesado, por ello, el legislador ha estable-
cido esta institución procesal, para que sea el juez quien controle estas falencias
en el propio aparato estatal. No obstante, no toda afectación se puede reclamar a
través de la audiencia de tutela de derechos, por cuanto, al ser una institución pro-
cesal, el legislador y la jurisprudencia han establecido mecanismos específicos
para determinados actos (v. gr. el exceso de plazo en la investigación se discute
a través del control de plazos). Esta Corte Suprema a través de los Acuerdos Ple-
narios N° 04-2010-CJ-l 16 y N° 02-2012-CJ-l 16 de las Salas Penales Permanente
y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, ha desarrollado la
institución de la tutela de derechos, habiéndose establecido como derechos legi-
timados para ser recurridos en vía de tutela los establecidos en el artículo 71 del
Código Procesal Penal de 2004, constituyendo esta una lista cerrada de derechos”

170
Sujetos procesales

(Sala Penal Permanente. Casación N° 136-2013-Tacna, del 11 de junio de 2014,


considerando 3.4).
“La tutela de los derechos del imputado se convierte en ‘un instrumento idóneo
para salvaguardar las garantías del imputado y, a su vez, regular posibles desi-
gualdades entre perseguidor y perseguido’. No obstante, es necesario aclarar que,
si bien es un mecanismo eficaz para el respeto de los derechos del imputado, por
su naturaleza residual solo se pueden cuestionar a través de la audiencia de tutela
‘los requerimientos ilegales que vulneren los derechos fundamentales relaciona-
dos con los enumerados en el artículo 71 numerales 1 al 3 del NCPP’. Por lo tanto,
aquellos requerimientos o disposiciones fiscales que vulneren derechos fundamen-
tales pero que tienen vía propia para la denuncia o control respectivo, no podrán
cuestionarse a través de la audiencia de tutela” (Sala Penal Nacional de Apela-
ciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A.
Exp. N° 46-2017-7, Resolución Nº 2, del 15 de marzo de 2018, considerando 6).
“Los derechos protegidos son los que se encuentran recogidos taxativamente en
el artículo 71 del Código Procesal Penal, como son:
a) Conocer los cargos formulados en su contra y, en caso de detención, a que
se le exprese la causa o motivo de dicha medida, entregándole la orden de
detención girada en su contra, cuando corresponda.
b) Designar a la persona o institución a la que debe comunicarse su detención y
que dicha comunicación se haga en forma inmediata.
c) Ser asistido desde los actos iniciales de la investigación por un Abogado
Defensor.
d) Abstenerse de declarar; y, si acepta hacerlo, a que su Abogado Defensor esté
presente en su declaración y en todas las diligencias en que se requiere su
presencia.
e) Que no se emplee en su contra medios coactivos, intimidatorios o contrarios
a su dignidad, ni a ser sometido a técnicas o métodos que induzcan o alte-
ren su libre voluntad o a sufrir una restricción no autorizada ni permitida por
Ley.
f) Ser examinado por un médico legisla o en su defecto por otro profesional de
la salud, cuando su estado de salud así lo requiera” (Juzgado Supremo de
Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos N° 202-2018-1, Resolu-
ción Nº 1, del 20 de diciembre de 2018, considerando 2).

212 ¿Cuáles son los ámbitos que abarca la tutela de derechos?


“[E]l objeto de esta garantía procesal abarca tres ámbitos: a) El derecho de infor-
mación de los derechos legalmente reconocidos –y su concreción en un acta–, pre-
vistos en el apartado 2 del citado artículo 71 del Código Procesal Penal, b) El reco-
nocimiento y efectividad de los derechos legales, que obviamente son aquellos seis

171
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

fijados en el citado artículo 71.2 y 87 del Código Procesal Penal; y, c) La imposi-


ción de medidas limitativas de derechos indebidas o de requerimientos ilegales”
(Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos N° 202-
2018-1, Resolución Nº 1, del 20 de diciembre de 2018, considerando 4).

213 ¿
La tutela de derechos solo se debe utilizar cuando ya se haya consu-
mado una infracción a los derechos del imputado?
“Un aspecto vital que es de destacar es que la tutela de derechos es un mecanismo
eficaz tendiente al restablecimiento del statu quo de los derechos vulnerados,
que encuentra una regulación expresa en el NCPP, y que debe utilizarse única y
exclusivamente cuando haya una infracción –ya consumada– de los derechos que
asiste al imputado. Como puede apreciarse, es un mecanismo o instrumento pro-
cesal que se constituye en la mejor vía reparadora del menoscabo sufrido, y que
incluso puede funcionar con mayor eficiencia y eficacia que un proceso constitu-
cional de habeas Corpus [ALVA FLORIÁN, César A. (2004), La tutela de dere-
chos en el Código Procesal Penal de 2004. Lima, Gaceta Jurídica, p. 13]” (Salas
Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, del
16 de noviembre de 2010, considerando 12).

214 ¿
A través de la audiencia de tutela se pueden ventilar aquellas solici-
tudes de diligencias de investigación propuestas por las partes y que
hayan sido rechazadas por la fiscalía?
“[E]l Código Procesal Penal, prevé una vía específica para controlar judicial-
mente dichas decisiones fiscales –rechazar solicitudes para realizar diligencias–,
distinta a la tutela de derechos que es residual; para estos efectos, nos remitire-
mos al numeral 5 del artículo 337 del Código Procesal Penal, según el cual ‘Si el
Fiscal rechazare la solicitud, se instará al Juez de la Investigación Preparatoria a
fin de obtener un pronunciamiento judicial acerca de la procedencia de la diligen-
cia. El Juez resolverá inmediatamente con el mérito de los actuados que le pro-
porcione la parte y, en su caso, el Fiscal’. Es decir, existe un procedimiento deter-
minado por la norma procesal penal, para que los sujetos procesales, a quienes el
Fiscal les ha rechazado la solicitud de diligencias en la investigación, acudan al
Juez de Investigación Preparatoria para que emita un pronunciamiento judicial al
respecto” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos
N° 202-2018-1, Resolución Nº 1, del 20 de diciembre de 2018, considerando 9).

215 ¿
A través de la audiencia de tutela de derechos se puede solicitar la
exclusión de la prueba ilícita?
“Asimismo, a través de la audiencia de tutela se podrá solicitar la exclusión del
material probatorio obtenido ilícitamente –en los casos en que esta sea la base de
sucesivas medidas o diligencias– siempre que no exista una vía propia para alcan-
zar este propósito y que tenga que ver con la afectación o vulneración de alguno
de los derechos fundamentales del imputado reconocido en el artículo 71 NCPP

172
Sujetos procesales

La posibilidad de atacar el material probatorio obtenido ilegalmente deriva del


reconocimiento del principio de legitimidad de la prueba –axioma que instruye
que todo medio de prueba será valorado sólo si ha sido obtenido e incorporado
al proceso por un procedimiento constitucionalmente legítimo, y que carecen de
efecto legal las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, con violación del con-
tenido esencial de los derechos fundamentales de la persona– que se encuentra
establecido en el artículo VIII del Título Preliminar del NCPP y de la utilización
de la prueba –regulado en el artículo 159 del acotado Código– que establece que
el Juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba
obtenidos con vulneración del contenido esencial de los derechos fundamentales
de la persona. Lo anotado hace viable que en la Audiencia de tutela se cuestionen
los elementos probatorios obtenidos mediante procedimientos ilegales o viciosos y
que una vez comprobada su ilicitud el Juez determine su exclusión, como medida
correctiva o de protección” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo
Plenario N° 4-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 17).

216 ¿
La formalización de la investigación preparatoria puede ser cuestio-
nada a través de la audiencia de tutela?
“Otro de los problemas recurrentes que es del caso abordar en el presente acuerdo
es el relativo al cuestionamiento de la Disposición de Formalización de la Investi-
gación Preparatoria a través de la Audiencia de Tutela, es decir, si es posible acti-
var –desde la defensa– una vía de control judicial de la referida disposición fiscal.
Sobre el particular y, en principio, debemos descartar esta posibilidad, fundamen-
talmente porque, como se ha enfatizado, la vía de la tutela sólo está habilitada para
aquellos casos en los que se vulnere algunos de los derechos esenciales asociados
en términos amplios a la defensa. Por lo demás debe quedar claro que la Dispo-
sición en cuestión es una actuación unilateral del Ministerio Público y no puede
ser impugnada ni dejada sin efecto por el Juez de la Investigación Preparatoria.
Cumple una función esencialmente garantista: informa al imputado de manera
específica y clara acerca de los hechos atribuidos y su calificación jurídica, esto
es, el contenido de la imputación jurídico penal que se dirige en su contra. Ade-
más, ya en el proceso formalmente iniciado, las partes pueden hacer uso de los
medios de defensa técnico para evitar un proceso en el que no se haya verificado
los presupuestos esenciales de imputación. Piénsese por ejemplo en la declara-
ción de atipicidad a través de la excepción de improcedencia de la acción o en la
de prescripción ordinaria, si es que antes de la Formalización de la Investigación
Preparatoria se cumplió el plazo correspondiente” (Salas Penales Permanente
y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de
2010, considerando 18).
“(…) vi) Que el Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116 (….), trato el tema de ‘Audien-
cia de Tutela’, estableciéndose como doctrina jurisprudencial en su décimo octavo
fundamento, que no era posible cuestionar la Disposición de Formalización de la
Investigación Preparatoria a través de una Audiencia de Tutela, esto es, activar
una vía de control judicial de la referida disposición fiscal, por cuanto, la vía de

173
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

tutela solo está habilitada para aquellos casos en los que se vulnere algunos de los
derechos esenciales asociado en términos amplios a la defensa que se encuentran
enumerados en el artículo 71 del Código Procesal Penal, indicándose que la vía
de tutela judicial solo podrá hacerse efectiva durante las diligencias preliminares
y en la investigación preparatoria propiamente dicha; siendo relevante para el pre-
sente caso, cuando se precisó lo siguiente: ‘(…) debe quedar claro que la dispo-
sición en cuestión es una actuación unilateral del Ministerio Público y no puede
ser impugnada ni dejada sin efecto por el Juez de la Investigación Preparatoria.
Cumple una función esencialmente garantista: informa al imputado de manera
específica y clara acerca de los hechos atribuidos y su calificación jurídica, esto
es, el contenido de la imputación jurídico penal que se dirige en su contra. Ade-
más, ya en el proceso formalmente iniciado, las partes pueden hacer uso de los
medios de defensa técnico para evitar un proceso en el que no se haya verificado
los presupuestos esenciales de imputación. Piénsese por ejemplo en la declaración
de atipicidad a través de la excepción de improcedencia de acción o en la de pres-
cripción ordinaria, si es que antes de la Formalización de la Investigación Prepa-
ratoria se cumplió el plazo correspondiente’” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 01-2011-Piura, del 8 de marzo de 2012, considerando 2).
“La tutela de derechos es una garantía de específica relevancia procesal penal
que puede usar el imputado cuando ve afectado y vulnerado uno o varios dere-
chos establecidos específicamente en el artículo 71 del NCPP, quien puede acu-
dir al Juez de Investigación Preparatoria para que controle judicialmente la legi-
timidad y legalidad de los actos de investigación practicados por el Ministerio
Público y repare, de ser el caso, las acciones u omisiones que generaron el que-
brantamiento del derecho de las partes procesales. La vía de tutela judicial solo
podrá hacerse efectiva durante las diligencias preliminares en la investigación
preparatoria propiamente dicha.
La audiencia de tutela es residual, esto es, opera siempre que le ordenamiento pro-
cesal no especifique un camino determinado para la reclamación por un derecho
afectado. El Juez de la Investigación Preparatoria está habilitado para realizar un
control preliminar de la petición respectiva, y en su caso disponer el rechazo limi-
nar, cuidando siempre de verificar cada caso en particular para no dejar en inde-
fensión al imputado. Excepcionalmente, cuando el agravio puede constituirse en
irreparable puede resolver de manera directa y sin audiencia.
En la audiencia de tutela no se puede cuestionar la Disposición de Formalización
de la Investigación Preparatoria, ya que esta vía solo está habilitada para aquellos
casos en los que se vulnere algunos de los derechos esenciales asociados en tér-
minos amplios a la defensa. Además, ya en el proceso formalmente iniciado, las
partes pueden hacer uno de los medios de defensa técnicos para evitar un proceso
en el que no se hayan verificado los presupuestos esenciales de imputación” (Sala
Penal de Apelaciones de la CSJ de Lima. Incidente N° 00040-2011-1-1826-SP-
PE-01, del 9 de junio de 2011, considerando 6).

174
Sujetos procesales

217 ¿
A través de la audiencia de tutela se puede cuestionar el nivel de los
elementos de convicción o su fuerza indiciaria para anular la disposi-
ción de la formalización de la investigación?
“Es evidente, por lo demás, que el nivel de precisión de los hechos –que no de
su justificación indiciaría procedimental–, atento a la propia naturaleza jurídica
de la DFCIP y del momento procesal de ejercicio o promoción de la acción penal
por el Fiscal, debe ser compatible –cumplidos todos los presupuestos procesa-
les– con el grado de sospecha inicial simple, propia de la necesidad de abrir una
instancia de persecución penal –es decir, que impulse el procedimiento de inves-
tigación–. Tal consideración, como se sabe, ha de estar alejada de las meras pre-
sunciones, y fundada en puntos de partida objetivos y asentada en la experiencia
criminalística de que, en pureza, existe un hecho de apariencia delictiva perse-
guible –presupuesto jurídico material– atribuible a una o varias personas con un
nivel de individualización razonable y riguroso. Lo expuesto explica que una de
las características del hecho investigado es su variabilidad durante el curso de la
etapa de investigación preparatoria –o, mejor dicho, ‘delimitación progresiva del
posible objeto procesal’–, y que el nivel de precisión del mismo –relato del hecho
histórico y del aporte presuntamente delictivo de los implicados por la Fiscalía–
tiene un carácter más o menos amplio o relativamente difuso. No es lo mismo un
delito flagrante, que uno referido a sucesos complejos y de determinación inicial
algo incierta y, por tanto, de concreción necesariamente tardía. En iguales térmi-
nos, como no podía ser de otro modo, se ha pronunciado la STC N° 4726-2008-
PHC/TC, del 19 de marzo de 2009, aunque es de aclarar que el nivel de detalle del
suceso fáctico está en función a su complejidad y no necesariamente a su gravedad.
En nuestro nuevo sistema procesal penal no corresponde al órgano jurisdiccional,
como en otros contados modelos procesales, un amplio control de los presupues-
tos jurídico-materiales en sede de investigación penal preparatoria, cuyo señorío
ejerce a plenitud el Ministerio Público –distinto es el caso, por cierto, de las otras
etapas o fases procesales– (verbigracia: artículo 1.3 del Estatuto de Roma de la
Corte Penal). Bastaría, en principio, la mera afirmación por el Fiscal de un suceso
aparentemente típico para la configuración formalmente válida del proceso penal
–el acto de imputación, si bien procesal, no es jurisdiccional–. Sólo en definidos
momentos y precisos actos procesales está reservado al órgano jurisdiccional
intervenir para enmendar presuntos desafueros del Fiscal a propósito de la expe-
dición de la DFCIP. Este sería el caso, por ejemplo, de la delictuosidad del hecho
atribuido y de los presupuestos procesales, en que el NCPP prevé vías específi-
cas para su control jurisdiccional –el supuesto más notorio es el de la excepción
de improcedencia de acción: artículo 6.1, ‘b’ NCPP–.
Es evidente, asimismo, que no puede cuestionarse en vía de tutela jurisdiccional
penal el nivel de los elementos de convicción o su fuerza indiciaría para anular
la DFCIP, puesto que se trata de un presupuesto procesal –bajo cargo exclusivo
de la jurisdicción ordinaria (así, STC N° 4845-2009-PHC/TC, del 7 de enero de
2010)–, cuyo control está reservado al requerimiento fiscal que da por conclusa

175
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

la fase de investigación preparatoria e inicia la etapa intermedia, en cuyo caso se


exige, ya no sospecha inicial simple, sino ‘sospecha suficiente’ –se ha de espe-
rar una condena con fuerte probabilidad, sospecha que a su vez alcanza a un con-
vencimiento por el órgano jurisdiccional de la existencia de los presupuestos pro-
cesales y de la punibilidad de la conducta imputada–, plenamente controlable en
este caso (vid: artículos 344.1, 346.1, 350.1,‘a y 352.2 y 4 NCPP). Así las cosas,
se entiende que el parágrafo 14 del Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116 limite el
ejercicio de la acción de tutela, a la que califica de ‘residual’, a los derechos taxa-
tivamente enumerados en el artículo 7 NCPP, y que el parágrafo 18 fije como cri-
terio base la irrecurribilidad de la DFCIP.
Muy excepcionalmente, ante la desestimación del Fiscal o ante la reiterada falta
de respuesta por aquél –que se erige en requisito de admisibilidad–, y siempre
frente a una omisión fáctica patente o ante un detalle de hechos con entidad para
ser calificados, de modo palmario, de inaceptables por genéricos, vagos o gaseo-
sos, o porque no se precisó el aporte presuntamente delictivo del imputado, cabría
acudir a la acción jurisdiccional de tutela penal.
En este caso la función del Juez de Investigación Preparatoria –ante el incumpli-
miento notorio u ostensible por el Fiscal de precisar los hechos que integran los
cargos penales– sería exclusiva y limitadamente correctora –disponer la subsa-
nación de la imputación plasmada en la DFCIP, con las precisiones que luego de
la audiencia sería del caso incorporar en la decisión judicial para evitar inútiles
demoras, pedidos de aclaración o corrección, o cuestionamiento improcedentes–.
Bajo ningún concepto el auto judicial puede ser anulatorio y, menos, de archivo
o sobreseimiento anticipado de la investigación” (Salas Penales Permanente y
Transitoria. Acuerdo Plenario Extraordinario N° 2-2012/CJ-116, del 26 de
marzo de 2012, considerandos 7-11).

218 ¿
El derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales puede ser so-
licitado a través de la audiencia de tutela de derechos?
“Siendo que con anterioridad ya se ha determinado qué derechos pueden ser objeto
de tutela, el derecho de ejecución de las resoluciones judiciales (comprendido den-
tro de la tutela procesal efectiva) no ha sido considerado dentro de dicho listado
cerrado, por lo cual discrecionalmente los órganos jurisdiccionales no puede incor-
porar nuevos supuestos de procedencia, al dejar abierta la posibilidad de que se
haga un uso abusivo, ilegítimo, se desnaturalice la figura de tutela y se permita al
órgano jurisdiccional un control total tanto de las actuaciones de la Policía como
del Ministerio Público.
En ese sentido, el recurso debe ser declarado fundado, por cuanto el derecho que
se ha pretendido tutelar no se encuentra dentro de los previstos para la proceden-
cia de esta institución jurídica, debiéndose reiterar que solo pueden ser objeto de
tutela las afectaciones a los derechos comprendidos en el artículo 71 del Código

176
Sujetos procesales

Procesal Penal” (Sala Penal Permanente. Casación N° 136-2013-Tacna, del 11


de junio de 2014, considerandos 3.6 y 3.7).

219 ¿
El juez de la investigación preparatoria puede resolver una solicitud
de tutela de derechos sin convocar a audiencia?
“Siendo ello así, el Juez de la Investigación Preparatoria está obligado a convocar
a audiencia de tutela si se presenta una solicitud para la tutela del respeto a dere-
cho fundamental que no tiene vía propia. No obstante, debe de realizar una califi-
cación del contenido de la solicitud porque eventualmente el agravio puede consti-
tuirse en irreparable si se cita a audiencia, por lo que en este caso excepcionalmente
puede resolver de manera directa y sin audiencia. Asimismo, no está obligado a
convocar a audiencia de tutela en los casos que aprecie manifiesta intención del
imputado o de su abogado defensor de obstruir la labor de investigación de la fis-
calía en vez de debatir sobre la existencia de un agravio de derechos. El Juez, por
tanto, está habilitado para realizar un control de admisibilidad de la petición res-
pectiva y, en su caso, disponer el rechazo liminar, cuidando siempre de verificar
cada caso en particular para no dejar en indefensión al imputado” (Salas Pena-
les Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, del 16 de
noviembre de 2010, considerando 15).
“El Juez de Investigación Preparatoria está obligado a convocar a audiencia de
tutela si se presenta una solicitud para la tutela del respeto a un derecho funda-
mental que no tiene vía propia. No obstante, debe de realizar una calificación del
contenido de la solicitud porque, eventualmente, el agravio puede constituirse en
irreparable si se cita a audiencia; por lo que, en este caso, excepcionalmente, puede
resolver de manera directa sin audiencia. Asimismo, no está obligado a convocar
a audiencia de tutela en los casos que aprecie manifiesta intención del imputado o
de su abogado defensor de obstruir la labor de investigación de la fiscalía en vez
de debatir sobre la existencia de un agravio de derechos. El Juez, por tanto, está
habilitado para realizar un control de admisibilidad de la petición respectiva y,
en su caso, disponer el rechazo liminar, cuidando siempre de verificar cada caso
en particular para no dejar en indefensión al imputado” (Juzgado Supremo de
Investigación Preparatoria. Tutela de Derechos A.V. N° 19-2018, Resolución
Nº 1, del 16 de noviembre de 2018, considerando 7).

III.2. La identificación del imputado

220 ¿
Cuáles son los aspectos básicos que debe contener la individualiza-
ción del imputado?
“La individualización de imputado, por imperio de los artículos 19 al 22 del Código
Civil, importa que a la persona a quien se le atribuye un hecho delictuoso determi-
nado se la identifique con el nombre y sus apellidos, de los padres –si es hijo matri-
monial– o progenitores que los hayan reconocido –si es hijo extramatrimonial– o

177
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

adoptantes –si es adoptado–, según el caso. Cualquier determinación sobre el


particular importa un problema probatorio que debe merecer la decisión jurídica
correspondiente en el modo y forma de ley. A los efectos de la inculpación penal,
que da lugar al a primera resolución de imputación, basta esa referencia completa
para estimar cumplido el mencionado requisito de admisibilidad.
El artículo 3 de la Ley N° 27411, modificado por la Ley N° 28121, del 16.12.2003,
estipula que el mandato de detención dictado por el órgano jurisdiccional deberá con-
tener, a efecto de individualizar al presunto autor, los siguientes datos obligato-
rios: 1) nombre y apellidos completos, 2) edad, 3) sexo, y 4) características físi-
cas, talla y contextura [la policía que reciba la requisitoria u orden de captura en
casos de omisión de uno de esos datos, está facultada a solicitar la correspondiente
aclaración al órgano jurisdiccional].
Como se desprende de su texto, lo que se persigue con esa legislación es evitar los
casos de homonimia –de quien tiene los mismos nombres y apellidos de quien se
encuentre requisitoriado por la autoridad competente (artículo 2, Ley N° 27411)–,
pero de ninguna manera introducir, a los efectos del procesamiento, un requisito
de admisibilidad de la acción penal.
Desde luego, la identidad del requerido por la justicia penal está en función a la
consiguiente requisitoria que la autoridad judicial ha de cursar a la policía contra
las personas a quien se ha dictado, legalmente por una u otra razón, mandato de
detención. Es evidente, entonces, que la debida identidad del requerido guarda
relación con el presupuesto material de indicios de criminalidad –y las consiguien-
tes situaciones procesales que puedan tener lugar en el curso del proceso penal–
respecto a la persona a quien se atribuya ser autor o partícipe de un hecho puni-
ble, pero no necesariamente con la necesidad de individualización del imputado
como requisito de admisibilidad de la promoción de acción penal. Ambos ele-
mentos, si bien están relacionados entre sí, no guardan correspondencia absoluta,
porque para abrir instrucción solo se requiere de una persona identificada con sus
nombres y apellidos completos, y para dictar una requisitoria se necesita que el
imputado, además de sus nombres y apellidos completos, registre en autos otros
tres datos: edad, sexo, y características físicas, talla y contextura” (Salas Pena-
les Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 7-2006/CJ-116, del 13 de
octubre de 2006, considerandos 7 y 8).

III.3. Contumacia y ausencia

221 ¿En qué consiste la institución de la contumacia?


“El citado artículo 3 del Decreto Legislativo numero 125 define la institución de
la contumacia. El contumaz en términos generales, es el imputado que conoce
su condición de tal y que está o estará emplazado al proceso para que responder
por concretos cargos penales, y pese a ello deja de concurrir, se aparta volunta-
riamente del proceso [el encausado es consciente de la existencia de un proceso

178
Sujetos procesales

penal dirigido contra él y decide no acudir a la llamada del órgano jurisdiccional].


Es significativo a estos fines el literal a) del citado artículo, que precisa que se
reputa contumaz: ‘Al que habiendo prestado su declaración instructiva o estando
debidamente notificado, rehúye el juzgamiento en manifiesta rebeldía o hace caso
omiso a las citaciones o emplazamientos que le fueran hechos por el Juez o Tri-
bunal’. A estos efectos, el artículo 1 de la Ley N° 26641 exige que el auto que
declara la condición de contumaz del imputado –sin esa resolución judicial no es
posible calificar a un acusado de contumaz– solo se dictara desde que ‘(…) exis-
ten evidencias irrefutables que el acusado rehúye del proceso (…)’” (Salas Pena-
les Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 5-2006/CJ-116, del 13 de
octubre de 2006, considerando 9).

222 ¿
Cuáles son los presupuestos materiales para la declaración de contu-
macia en la etapa de enjuiciamiento?
“Siendo así, son presupuestos materiales para la declaración de contumacia en
la etapa de enjuiciamiento: a) que el acusado presente, con domicilio conocido o
legal, sea emplazado debida o correctamente con la citación a juicio [se entiende
que si el propio emplazado proporciona un domicilio falso, ello acredita su inten-
ción de eludir la acción de la justicia y justifica la declaración como reo contu-
maz, tal como ha sido ratificado por el Tribunal Constitucional en la sentencia
N° 4834-2005-HC/TC, del 08.08.2005]; b) que la indicada resolución judicial, pre-
supuesto de la declaración de contumacia, incorpore el apercibimiento expreso de
la declaración de contumaz en caso de inasistencia injustificada; y, c) que el acu-
sado persista en la inconcurrencia al acto oral, en cuyo caso se hará efectivo el
apercibimiento previamente decretado, esto es, la emisión del auto de declaración
de contumacia, y se procederá conforme al juicio contra reos ausentes.
En tal virtud, el órgano jurisdiccional deberá examinar cuidadosamente el debido
emplazamiento al imputado, la correcta notificación y sobre esa base proceder en
su consecuencia [El Tribunal Constitucional en la sentencia N° 3411-2006-HC/
TC, del 12.05.2006, ha insistido en que si no se notifica debidamente al impu-
tado no es legítimo declararlo reo contumaz]. Para la declaración de contumacia,
acto seguido, es central la nota de ‘persistencia’ en la incomparecencia volunta-
ria del acusado al acto oral, la cual significa mantenerse firme o constante en una
cosa o, más concretamente, ante el emplazamiento judicial, es decir, no cumplirlo
deliberadamente.
Ahora bien, si el párrafo analizado está en función a la iniciación del acto oral o a
su continuación, esto es, si la norma procesal precisa que se señalará nueva fecha
para la audiencia siempre que no hayan otros reos libres que se hubieran presen-
tado o en cárcel, a partir de lo cual se hace mención a la persistencia del acusado
en su incomparecencia, entonces, es evidente que la resolución judicial de contu-
macia se dictará una vez que el acusado incumpla este segundo emplazamiento,
a mérito de lo cual se renovarán las órdenes para su captura, se le emplazará por
edictos y se reservará el proceso hasta que sea habido, tal como lo dispone, en lo

179
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

pertinente, el artículo 319 del Código de Procedimientos Penales. Es claro, asi-


mismo, que si el acto oral tiene lugar por la concurrencia de otros acusados, la
declaración de contumacia se hará efectiva una vez se cite al acusado inconcu-
rrente para la continuación del juicio oral, aplicando en lo pertinente las normas
antes invocadas” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario
N° 5-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, considerando 12).

223 ¿
Cuándo se incurre en la situación de contumacia y cuándo en la de
ausencia?
“El Tribunal observa, sin embargo, que la ausencia de una persona en el desarro-
llo del proceso y, en forma particular, durante el juicio, no sólo puede tener por
causa el desconocimiento que tenga de aquél, sino también la rebeldía o renun-
cia expresa a la comparecencia. En el ámbito del proceso penal, el desconoci-
miento que el acusado tenga de la existencia de un proceso genera un supuesto
de ‘ausencia’; mientras que la resistencia a concurrir al proceso, teniendo conoci-
miento de él, se denomina ‘contumacia’” (STC. Exp. N° 003-2005-PI/TC, sen-
tencia del 9 de agosto de 2006, f. j. 168).
“Así las cosas, a juicio de este Tribunal Constitucional, en la determinación del
ámbito de protección del principio-derecho a no ser condenado en ausencia ha
de distinguirse diversos supuestos: (a) los procesados rebeldes, (b) los procesa-
dos que desconocen o ignoran el proceso y (c) los imputados con grave compor-
tamiento en el proceso.
a) Rebeldía o contumacia del procesado
Este supuesto tiene lugar cuando el procesado que tiene conocimiento del
proceso, y ha sido válidamente citado, decide sustraerse u ocultarse su desa-
rrollo, y en forma particular, del juicio, lo que implica la rebeldía o renun-
cia expresa o tácita a la comparecencia al proceso. Una actuación rebelde o
renuente del imputado a comparecer al proceso, en principio, solo supondría
el incumplimiento del deber de comparecer al llamamiento del Tribunal. Sin
embargo, también podría generar dilaciones innecesarias y/o maliciosas en
perjuicio del interés de la acción de la justicia, y concretamente en perjuicio
del interés en la investigación y sanción del delito.
Por ello, en casos como estos, es admisible el juicio o condena en rebeldía o
contumacia del procesado, eso sí, siempre que se sujete a la observancia de
ciertas garantías mínimas. Entre ellos está que el imputado conozca del pro-
ceso penal o de los cargos formulados en su contra; que haya sido regular
y válidamente citado al proceso; que haya sido informado de la fecha y del
lugar del juicio; que haya participado en algunas de las actuaciones o haya
tenido la oportunidad de ofrecer y cuestionar pruebas, siempre que se garan-
tice el derecho de defensa.
En este sentido, no se infringe el derecho a no ser condenado en ausencia
cuando el imputado debidamente citado decide libremente renunciar a su

180
Sujetos procesales

presencia en el proceso o en el juicio, siempre que cuenta durante el mismo


con la asistencia de un abogado para su defensa; puesto que el hecho de que
un procesado, a pesar de haber sido citado, no se comparezca al proceso, el
juez penal no puede, incluso aunque tal ausencia resulte injustificada, pri-
varle de su derecho a ser defendido mediante un letrado.
La compatibilidad con la Constitución de la condena en ausencia queda
también garantizada si el procesado tiene la posibilidad de impugnar aquella
condena dictada en su contra, permitiendo no solo su revisión, sino también
la subsanación del déficit de garantías al interior del proceso: es decir, si el
imputado tiene la posibilidad de acceder a un recurso que permita la revisión
de la condena, tanto respecto del fondo del asunto, como con el propósito de
remediar alguna irregularidad procesal o arbitrariedad que afecten sus dere-
chos fundamentales. Dicho de otro modo, no es compatible con la Consti-
tución la condena in absentia que prescinda de la posibilidad posterior de
impugnar, y que el empleo de los recursos resulten eficaces para subsanar
el déficit de garantías que la falta de la presencia del imputado haya podido
ocasionar (Cfr. STC 91/2000).
b) Falta de conocimiento del proceso
Este supuesto tiene lugar cuando el procesado o imputado desconoce de la
existencia del proceso penal y, por tanto, carece de toda posibilidad para ejer-
cer cualquier acto de contradicción en defensa de sus intereses. Cabe distin-
guir entre el procesado que se declara rebelde (o se resiste a comparecer al
proceso penal), y el procesado que desconoce o no tiene oportunidad de ente-
rarse de la existencia del proceso, a los efectos de determinarse los derechos
que les asiste.
Dado que la exigencia del derecho de defensa alcanza su máxima intensidad
en el proceso penal, debido a la trascendencia de los derechos y principios
comprometidos en el (presunción de inocencia, derecho a la prueba, princi-
pio de inmediación, etc.), el derecho en cuestión queda afectado si el impu-
tado desconoce la existencia del proceso. Cuando no ha comparecido a él, no
ha participado en los actos procesales, no ha sido regular y válidamente noti-
ficado, no se ha defendido por sí mismo o a través de su defensor, tampoco ha
tenido la posibilidad de ofrecer y cuestionar pruebas y, no obstante, se le con-
dena en ausencia, ello genera la existencia de un proceso penal nulo, inde-
pendientemente de si existe posibilidad de impugnar dicha condena o no.
c) Grave comportamiento del procesado
Este supuesto tiene lugar cuando el procesado o imputado conoce de la exis-
tencia del proceso penal, ha comparecido a él, ha ejercido su derecho de
defensa, e inclusive se encuentra a disposición del juez. No obstante, por
diversas razones, como cuando por ejemplo este incurra en una falta grave,
es posible dictarse una sentencia condenatoria sin contar con su presen-
cia. En este caso no estamos en el supuesto de una condena en ausencia o

181
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

contumacia, sino que, como se señaló en la STC N° 0003-2005-PI/TC, fun-


damento 169:
‘el acusado no ha sido ajeno a la existencia del proceso. Tampoco ha sido
rebelde a participar en él, conociendo de la existencia del proceso. El acu-
sado ha estado presente en el desarrollo del proceso y aun en el acto proce-
sal de lectura de sentencia, en la que incluso h podido expresar los argumen-
tos que mejor han convenido para su defensa. Su desalojo, que presupone su
participación en la audiencia de lectura de sentencia, por el contrario, se ori-
gina en una falta grave por el cometida, que perturba la culminación eficaz
del proceso‘.
Para tales supuestos, este Tribunal ha señalado que:
‘en primer lugar, el desalojo de la sala de audiencia está establecida como
una medida excepcional, de aplicación sólo en casos particularmente gra-
ves y extremos. En segundo lugar, se trata siempre de una medida tempo-
ral, que no comporta la exclusión del acusado del proceso, sino sólo para
la realización del acto procesal cuya realización se pretendía perturbar. En
tercer lugar, siendo una medida excepcional y temporal, adicionalmente,
[se] ha previsto que la lectura de la sentencia condenatoria necesariamente
deba realizarse con la presencia del abogado defensor del acusado o del
abogado nombrado de oficio, de modo que no se postre al acusado en un
estado de indefensión. Finalmente, se ha previsto la obligación de notificar
la sentencia condenatoria bajo determinadas exigencias de orden formal, a
fin de que el condenado decida si hace uso o no de los medios impugnato-
rios que la ley procesal pueda haber previsto’ (STC N° 0003-2005-PI/TC,
fundamento 172).
La expedición de una sentencia condenatoria en estos casos, pese a la prohi-
bición del artículo 139.12 de la Constitución, se justifica tanto en la optimi-
zación de otros fines constitucionalmente relevantes (ejercicio efectivo del
ius puniendi estatal, protección penal de bienes jurídicos constitucionales,
etc.) que podrían afectarse si es que dicha prohibición se conceptualizase
como una regla del todo o nada, corno por el hecho de que su dictado viene
acompañado necesariamente de determinadas garantías que impiden que el
acusado quede postrado en indefensión” (STC. Exp. N° 01691-2010-PHC/
TC-La Libertad, del 9 de diciembre de 2015, ff. jj. 13-21).

224 ¿
Se puede desarrollar el juicio oral si el sujeto está en la condición de
ausente o en contumacia?
“El artículo 139, numeral 3), de la Ley Fundamental garantiza el derecho de las
partes procesales a acceder al proceso en condiciones de poder ser oído y ejer-
citar la defensa de sus derechos e intereses legítimos. En tal sentido, como pos-
tula Pico I Junoy, los actos de comunicación de las resoluciones judiciales –noti-
ficaciones, citaciones y emplazamientos–, en la medida en que hacen posible la
comparecencia del destinatario y la defensa contradictoria de las pretensiones,

182
Sujetos procesales

representan un instrumento ineludible para la observancia de las garantías cons-


titucionales del proceso [Las garantías constitucionales del proceso. J.M. Bosh
Editor, Barcelona, 1997, página 54].
La contumacia está íntimamente vinculada a esa institución procesal de relevancia
constitucional, cuya definición legal se encuentra en el artículo 3, inciso I), del
Decreto Legislativo N° 125, y que a su vez ratifica que el imputado tiene la carga
de comparecer en el proceso penal, y si no lo hace se expone a una declaración
de contumacia. El ordenamiento procesal penal nacional reconoce, además, la
ausencia, y en ambos casos, como es evidente, consagro como dogma la impo-
sibilidad de desarrollar el juicio oral –fase angular del sistema acusatorio– sin la
necesaria presencia del acusado [en este sentido, el Código –acota Gimeno Sen-
dra– llevó hasta sus últimas consecuencias el principio general del Derecho, con-
forme al cual nadie puede ser condenado sin haber sido previamente oído, inter-
pretando dicho precepto como exigencia de comparecencia física del imputado en
el proceso a fin de que pueda ejercitar su defensa privada y, en último término, su
derecho a la ‘última palabra’: Derecho Procesal Penal, Editorial Colex, Madrid,
2004, página 215]” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plena-
rio N° 5-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, considerando 8).
“La prohibición de que se pueda condenar in absentia es una garantía típica del
derecho al debido proceso penal. Es el corolario de una serie de garantías vincu-
ladas con el derecho de defensa que tiene todo acusado en un proceso penal. Como
ha expresado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, si un acusado tiene el
derecho a defenderse por sí mismo, a interrogar o hacer interrogar a testigos, a
hacerse asistir gratuitamente por un intérprete si no comprende o no habla la len-
gua empleada en la audiencia, el ejercicio de esos derechos
‘(...) no se concibe apenas sin su presencia’ [Sentencia del 12 de febrero de
1985, Caso Colozza c/. Italia, párrafo 27; Sentencia del 1 de marzo de 2006,
Caso Sejdovic c/.Italia, párrafo 81].
La cuestión de si la prohibición de condena en ausencia se extiende a la realiza-
ción de todo el proceso penal o sólo al acto procesal de lectura de sentencia conde-
natoria, el Tribunal ha de absolverla en los términos que lo hace el ordinal ‘d’ del
artículo 14.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, según el cual
‘Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
(...)
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asis-
tida por un defensor de su elección (...)’.
De esta forma, el derecho en mención garantiza, en su faz negativa, que un acusado
no pueda ser condenado sin que antes no se le permita conocer y refutar las acusa-
ciones que pesan en su contra, así como que no sea excluido del proceso en forma
arbitraria. En su faz positiva, el derecho a no ser condenado en ausencia impone

183
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

a las autoridades judiciales el deber de hacer conocer la existencia del proceso,


así como el de citar al acusado a cuanto acto procesal sea necesaria su presencia
física” (STC. Exp. Nº 003-2005-PI/TC, del 9 de agosto de 2006, ff. jj. 165-167).

225 ¿
El desalojo del abogado defensor de la audiencia de lectura de sen-
tencia, basado en causas objetivas, vulnera el derecho a no ser conde-
nado en ausencia?
“Ciertamente, el principio/derecho reconocido en el artículo 139.12 de la Ley Fun-
damental también garantiza que un acusado esté presente en el acto de la lectura
de una sentencia condenatoria. Pero este derecho no puede entenderse en térmi-
nos absolutos, al extremo de que el acusado pueda frustrar indeterminadamente
la lectura, valiéndose para ello de la realización de actos graves cada vez que se
programe el referido acto procesal. La expulsión del acusado, en tales circuns-
tancias, no tiene la finalidad de dejarlo en indefensión, sino de impedir indebidas
perturbaciones con la impartición de la justicia penal. En ese sentido, el desalojo
de la sala, prima facie, no puede considerarse como una exclusión arbitraria, en
los términos del artículo 139.12 de la Constitución.
El Tribunal no pierde de vista que tras la expulsión de la audiencia y la subsiguiente
lectura de la sentencia condenatoria, se encuentra también en cuestión el ejerci-
cio de otros derechos fundamentales de orden procesal, que pueden resultar res-
tringidos. En particular, el derecho a la interposición de medios impugnatorios y,
con ello, el derecho de defensa, que, como este Tribunal ha señalado, es uno que
atraviesa transversalmente todo el proceso judicial. Sin embargo, en cualquiera
de los tres derechos intervenidos con una medida como la dispuesta en el ordi-
nal ‘c’ del artículo 12.9 del Decreto Legislativo Nº 922, el Tribunal advierte que
el legislador ha previsto la adopción de medidas razonables que hacen que dichas
restricciones no puedan considerarse como una afectación del contenido esencial
de los derechos comprometidos.
Así, en primer lugar, el desalojo de la sala de audiencia está establecida como una
medida excepcional, de aplicación sólo en casos particularmente graves y extre-
mos. En segundo lugar, se trata siempre de una medida temporal, que no comporta
la exclusión del acusado del proceso, sino solo para la realización del acto pro-
cesal cuya realización se pretendía perturbar. En tercer lugar, siendo una medida
excepcional y temporal, adicionalmente, el legislador ha previsto que la lectura
de la sentencia condenatoria necesariamente deba realizarse con la presencia del
abogado defensor del acusado o del abogado nombrado de oficio, de modo que
no se postre al acusado en un estado de indefensión. Finalmente, se ha previsto
la obligación de notificar la sentencia condenatoria bajo determinadas exigencias
de orden formal, a fin de que el condenado decida si hace uso o no de los medios
impugnatorios que la ley procesal pueda haber previsto” (STC. Exp. Nº 003-2005-
PI/TC, del 9 de agosto de 2006, ff. jj. 170-172).

184
Sujetos procesales

III.4. La declaración del imputado

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 86, 87, 88, 89.

226 ¿
El derecho a la no autoincriminación impide la declaración volunta-
ria del imputado?
“Finalmente, debemos subrayas que si bien, el imputado es el sujeto del proceso
que suele estar en la mejor posición para efectuar aportes probatorios respecto
del hecho que se le atribuye; ello no obstante, su colaboración únicamente puede
obtenerse a partir de una actitud estrictamente voluntaria, lo que constituye una
de las notas distintivas del proceso penal moderno en contraposición a la meto-
dología inquisitiva dominante en el pasado, donde el objetivo primordial de las
actuaciones judiciales en materia criminal consistía en lograr la confesión del acu-
sado. En el marco de esta metodología procesal, la dignidad humana convierte al
imputado en un sujeto incoercible e impone a los funcionarios encargados de la
persecución penal el deber de atenerse a lo que aquel decida en cuento si habrá
o no una declaración y al contenido de ella. Si bien hablamos aquí del derecho a
no declarar, la garantía contra la autoincriminación comprende más latamente la
liberación de la obligación de suministrar al adversario armas que sean emplea-
das contra uno mismo.
El derecho a no declarar contra sí mismo, a no autoincriminarse, entronca en una
de las manifestaciones más claras del derecho a la presunción de inocencia, cual
es la que sitúa en la acusación la carga de la prueba, que no puede desplazarse
hacia el imputado haciendo recaer en el la obligación de aportar evidencias que
conduzcan a desvirtuar su responsabilidad.
Son diversas las previsiones supra nacionales que complementan esta prescrip-
ción, el moderno Derecho de los tratados de rango constitucional exhibe diver-
sas clausulas con fórmulas aún más explicitas. Este es el caso del artículo 8.2.G
de la Convención Americana de Derecho Humanos, donde se consagra el dere-
cho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable; en el
mismo orden se encuentra el artículo 14.3.g del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, en cuanto establece que la persona acusada de un delito goza
del derecho a no se obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 375-2011-Lambayeque, del 18 de junio
de 2013, considerando 9).

227 ¿
Si en las diferentes etapas del proceso el imputado ha brindado dis-
tintas declaraciones, qué aspectos debe valorar el juez para determi-
nar cuál resulta más fiable?
“Que la Sala Penal Permanente en la Ejecutoria Suprema correspondiente al
Recurso de Nulidad número tres mil cuarenta y cuatro - dos mil cuatro, Lima,

185
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

de fecha uno de diciembre de dos mil cuatro, determinó como precedente vincu-
lante el fundamento jurídico quinto de la mima, estableciendo que cuando se trata
de imputados que han declarado indistintamente en ambas etapas del proceso,
‘tienen libertad para conceder mayor o menor fiabilidad a unas u otras de tales
declaraciones’ y aun cuando la sentencia vinculante en comentario se refiere a
que en ocasiones se puede dar mayor valor a las declaraciones prestadas durante
la instrucción que a las del juicio oral –en principio, porque esta última se fun-
damenta en el principio de inmediación con el juzgador que emite la sentencia–,
lo cierto es que en ella se establece una facultad discrecional del juez para deci-
dir cuál de ellas será la más creíble, para ello expone como juicio de discerni-
miento, que la declaración más convincente será aquella que haya sido sometida
‘a contradicción con las garantías de igualdad, publicidad e inmediación y tra-
sunta una mayor verosimilitud y fidelidad’, no está por demás recurrir en estos
casos, también al criterio de conciencia o íntima convicción –denominada sana
crítica en el proceso civil–, basado en el sistema de libre valoración de la prueba”
(Sala Penal Transitoria. R.N. Nº 2925-2010-Lima, del 3 de diciembre de 2010,
considerando 3).

228 ¿
Las mentiras que manifieste el encausado en su declaración, en tanto
indicio de mala justificación, resulta suficiente para que quede ener-
vada la presunción de inocencia?
“Que, como se sabe, el que un encausado mienta para excluir toda sospecha en
su contra no es un indicio necesario o, mejor dicho, grave y suficiente de que, en
efecto, cometió el delito imputado –el indicio de mala justificación siempre es
de carácter contingente–. La mentira sería, en todo caso, un suceso verosímil,
pero no cierto como para erigirse en indicio base de una inferencia probatoria
categórica, la cual requiere de datos adicionales, sobre una concreta interven-
ción delictiva.
Que el indicio de móvil es también complementario –el contexto de los hechos
hace verosímil un tal indicio en el presente caso–, pero aisladamente no es sufi-
ciente –tener un móvil no determina necesariamente la comisión del delito–.
Unir móvil y mala justificación aún resulta insuficiente para acreditar el hecho
delictivo atribuido al imputado. Hace falta, además de los indicios de móvil y
de mala justificación, algún dato externo próximo que ubique al encausado en
el lugar de los hechos o una referencia fiable que se reuniría en condiciones de
clandestinidad o que establezca la decisión homicida del imputado. La actitud
sospechosa, a la que se refiere la Fiscalía Suprema, no se circunscribe a las pro-
pias explicaciones del imputado, sino a lo que éste hizo en momentos previos,
concomitantes y/o posteriores al hecho delictivo y que no sean razonables o lógi-
cas por parte de quien dice no estar vinculado a su comisión. Sobre este indicio,
así definido, no existe la mínima información que así lo revele. No se trata, en
suma, de que el imputado mienta sobre un hecho previo al propio crimen y que
sea verosímil que tiene un motivo identificado para delinquir –la verosimilitud

186
Sujetos procesales

se refiere a la normalidad de acontecimientos o conductas que han ocurrido o


pueden ocurrir–. Verosimilitud, desde luego, no es lo mismo que probabilidad
o verdad, que hacen mención a la existencia de elementos cognoscitivos –desde
las pruebas– que acreditan la realidad de un enunciado sobre un hecho determi-
nado [TARUFFO, Michele. Simplemente la verdad, Madrid, 2010, pp. 105-107]”
(Primera Sala Penal Transitoria. R.N. N° 152-2015-Junín, del 21 de febrero
de 2017, considerandos 10 y 11).

229 ¿
Qué requisitos debe cumplir la sindicación del coacusado para ener-
var la presunción de inocencia de otro coimputado?
“Cuando declara un coimputado sobre un hecho de otro coimputado, y que a la
vez se trata de hechos propios ya que ellos mismos los han cometido conjunta-
mente, por lo que su condición no es asimilable a la del testigo, aun cuando es
de reconocer que tal testimonio puede ser utilizado para formar la convicción
judicial –no existe por ese hecho descalificación procedimental–, corresponde
valorar varias circunstancias, que se erigen en criterios de credibilidad –no de
mera legalidad–, y que apuntan a determinar si existen datos relevantes que
las desnaturalizan situaciones que explicarían que el coimputado pudiese men-
tir. Las cautelas que ha de tomarse en cuenta resultan del hecho que el coimpu-
tado no tiene obligación de decir la verdad, no se le toma juramento y declara
sin el riesgo de ser sancionado, sin la amenaza de las penas que incriminan el
falso testimonio.
Las circunstancias que han de valorarse son las siguientes:
a) Desde la perspectiva subjetiva, ha de analizarse la personalidad del coimpu-
tado, en especial sus relaciones con el afectado por su testimonio. También
es del caso examinar las posibles motivaciones de su delación, que estas no
sean turbias o espurias: venganza, odio, revanchismo, deseo de obtener bene-
ficios de cualquier tipo, incluso judiciales, que por su entidad están en con-
diciones de restarle fuerte dosis de credibilidad. Asimismo, se tendrá del cui-
dado de advertir si la finalidad de la declaración no sea, a su vez, exculpatoria
de la propia responsabilidad.
b) Desde la perspectiva objetiva, se requiere que el relato incriminador esté
mínimamente corroborado por otras acreditaciones indiciarias en contra del
sindicado que incorporen algún hecho, dato o circunstancia externa, aún de
carácter periférico, que consolide su contenido incriminador.
c) Asimismo, debe observarse la coherencia y solidez del relato del coimpu-
tado; y, de ser el caso, aunque sin el carácter de una regla que no admita
matizaciones, la persistencia de sus afirmaciones en el curso del proceso.
El cambio de versión del coimputado no necesariamente la inhabilita para
su apreciación judicial, y en la medida en que el conjunto de las declaracio-
nes del mismo coimputado se hayan sometido a debate y análisis, el juzga-
dor puede optar por la que considere adecuada” (Salas Penales Permanente

187
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

y Transitoria. Acuerdo Plenario Nº 2-2005/CJ-116, del 30 de setiembre de


2005, considerandos 8 y 9).
“[E]l Acuerdo Plenario número dos-dos mil cinco-ciento dieciséis del Pleno Juris-
diccional de las Salas Penales Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de
Justicia, de fecha treinta de setiembre del dos mil cinco, que versa acerca de los
requisitos que debe cumplir la sindicación del coacusado, testigo o agraviado
a efectos de tener por enervada la presunción de inocencia de los imputados,
que son señalados como intervinientes en un delito y justificar la declaración judi-
cial de culpabilidad; así señala como circunstancias que deben valorarse: a) desde
una perspectiva subjetiva, las posibles motivaciones de su delación, esto es, que
estas no sean turbias o espurias, basadas en la venganza, odio, revancha, deseo
de obtener beneficios de cualquier tipo, incluso judiciales, b) desde una perspec-
tiva objetiva, que el relato incriminador esté mínimamente corroborado por otras
acreditaciones indiciarias en contra del sindicado; c) debe observarse coherencia y
solidez del relato del coimputado. Resalta el Plenario en comentario, que “el cam-
bio de versión del coimputado no necesariamente la inhabilita para su apreciación
judicial, y en la medida en que el conjunto de las declaraciones del mismo coimpu-
tado se hayan sometido a debate, el juzgador puede optar por la que se considere
adecuada” (Sala Penal Transitoria. R.N. Nº 2925-2010-Lima, del 3 de diciem-
bre de 2010, considerando 3).
“Que, en ese contexto, cabe precisar que es un presupuesto para destruir la pre-
sunción de inocencia, que la prueba de cargo de signo incriminatorio genere con-
vicción sobre la participación del acusado en el hecho punible; que, en tal sen-
tido, la declaración de un coimputado para ser considerada como prueba idónea,
a efectos de destruir la presunción iuris tantum de inocencia y generar certeza en
el juzgador, debe reunir entre otros requisitos –además de la ausencia de incredi-
bilidad subjetiva [perspectiva subjetiva]– la verosimilitud, persistencia y concor-
dancia –coherencia y solidez– en la incriminación, es decir, tiene que corroborarse
entre sí y con otros elementos de prueba o indicios [perspectiva objetiva], tal como
lo exige el Acuerdo Plenario N° 2-2005/CJ-116” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 1004-2010-Tacna, del 27 de abril de 2011, considerando 4).
“Se debe recordar que es doctrina vinculante expresada por las Salas Penales de
la Corte Suprema que la declaración incriminatoria de un coimputado es prueba
legítima desde la perspectiva constitucional, pero no es prueba suficiente de
cargo si es la única existente, si su contenido no queda mínimamente corroborado
(Acuerdo Plenario número dos-dos mil cinco/CJ-ciento dieciséis). Antes de ese
mínimo de exigencia de una adición a la declaración del coimputado, no puede
hablarse de base probatoria suficiente o de injerencia suficientemente sólida o con-
sistente desde la perspectiva constitucional que demanda la presunción de ino-
cencia” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1510-2017-Apurímac, del 2 de julio
de 2018, considerando 6).

188
Sujetos procesales

IV. EL ABOGADO DEFENSOR

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 80, 81, 82, 83, 84, 85.

230 ¿
Cuál es la finalidad de una adecuada notificación de los actos proce-
sales como manifestación del derecho de defensa?
“La notificación judicial es aquel acto procesal cuyo principal objetivo es que las
partes intervinientes en un proceso judicial tomen conocimiento de las resolucio-
nes judiciales emitidas en el marco del mismo, a fin de que estas puedan ejercer
su derecho a la defensa, en el ámbito del debido proceso.
En ese sentido, desde una perspectiva de contenido y aplicación del debido pro-
ceso, se puede decir que los actos judiciales deben tener como requisito de validez
la notificación, con la finalidad de que el procesado tenga la posibilidad de cono-
cer el contenido de los pronunciamientos y diligencias judiciales; pero solo en el
caso de que se apliquen sanciones o se restrinjan derechos de la persona, incum-
plir este requisito vulnerará además el derecho de defensa, lo cual implica que
dicho proceso resultará susceptible de revisión en la vía constitucional” (STC. Exp.
Nº 7811-2006-PHC/TC-Lima, del 20 de setiembre de 2006, ff. jj. 5 y 6).

231 ¿
El cuestionamiento a la notificación constituye per se una vulnera-
ción al debido proceso?
“[L]a notificación es un acto procesal cuyo cuestionamiento o anomalía no genera
per se violación del derecho al debido proceso o a la tutela procesal efectiva; así,
para que ello ocurra, resultará indispensable la constatación o acreditación indu-
bitable de parte de quien alega la violación del debido proceso, de que con la falta
de una debida notificación se ha visto afectado de modo real y concreto el dere-
cho de defensa u otro derecho constitucional directamente implicado en un caso
concreto. Esto se entiende desde la perspectiva de que los procesos constitucio-
nales ni son una instancia a la que pueden extenderse las nulidades o impugna-
ciones del proceso judicial ordinario, ni pueden convertirse en un medio para la
articulación de estrategias de defensa luego de que una de las partes haya sido
vencida en un proceso judicial” (STC. Exp. Nº 7811-2006-PHC/TC-Lima, del
20 de setiembre de 2006, f. j. 7).

V. LAS PERSONAS JURÍDICAS

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 90, 91, 92, 93.

232 ¿
Cuál es la finalidad de incorporar a las personas jurídicas al proceso
penal?
“Al respecto, el NCPP ya considera a la persona jurídica como un nuevo sujeto
pasivo del proceso penal en el Título III, de la Sección IV, del Libro Primero. Pero

189
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

ya no para afrontar únicamente eventuales responsabilidades indemnizatorias,


directas o subsidiarias, sino para enfrentar imputaciones directas o acumulativas
sobre la realización de un hecho punible y que pueden concluir con la aplicación
sobre ella de una sanción penal en su modalidad especial de consecuencia acce-
soria [SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. El nuevo proceso penal. Editorial Idemsa,
Lima, 2009, página 80]. Esta orientación legislativa, además, dispone, para todo
ello, la realización de un proceso penal de corte unitario que comprenderá tanto
a personas naturales como jurídicas, aunque con formulación de cargos y reque-
rimientos diferenciados en atención a la naturaleza particular del sujeto impu-
tado y de las necesidades específicas del thema probandum que le conciernen
[ESPINOZA GOYENA, Julio César. Obra citada, página, 314].
En el NCPP las normas relativas a la persona jurídica y a su rol en el proceso penal se
encuentran comprendidas entre los artículos 90/93. Cada una de estas normas legisla
aspectos específicos vinculados con la capacidad procesal, los derechos y garantías
reconocidos a las personas jurídicas, así como sobre la actividad procesal que estas
pueden desplegar. La morfología y función de tales disposiciones es la siguiente:
A. El artículo 90 NCPP identifica a las personas jurídicas que pueden ser partes
procesales y objeto de emplazamiento por la autoridad judicial. En él se fijan
los presupuestos necesarios para el emplazamiento y la incorporación for-
mal de una persona jurídica en un proceso penal. Al respecto, el presupuesto
esencial que exige dicha norma se refiere a la aplicación potencial sobre el
ente colectivo de alguna de las consecuencias accesorias que contemplan los
artículos 104 y 105 CP. Esta disposición también concede al Fiscal legitima-
ción exclusiva para requerir ante la autoridad judicial dicho emplazamiento e
incorporación procesal. Tal norma, por lo demás, no obsta a que, respecto del
artículo 104 CP y en sus estrictos marcos, el actor civil tenga legitimación
activa conforme a la concordancia de los artículos 11, 104 y 105 NCPP. (…)”
(Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 7-2009/
CJ-116, del 13 de noviembre de 2009, considerandos 20 y 21).

233 ¿
Cómo debe realizarse el emplazamiento e incorporación de la perso-
na jurídica al proceso penal?
“B. El artículo 91 NCPP disciplina la oportunidad y la tramitación del emplaza-
miento e incorporación procesal de la persona jurídica como parte procesal.
Esta norma señala que la solicitud de emplazamiento del Fiscal se debe for-
mular ante el Juez de la Investigación Preparatoria, luego de comunicarle su
decisión formal de continuar con las investigaciones y hasta antes de que se
declare concluida la investigación preparatoria. En este artículo se detallan
también los datos básicos de identificación que deberá contener la solicitud
fiscal y que son los siguientes:
(i)  La identificación de la persona jurídica (razón social, naturaleza,
etcétera).
(ii)  El domicilio de la persona jurídica (sede matriz o filiales).

190
Sujetos procesales

La solicitud, además, debe señalar, de modo circunstanciado, los hechos que


relacionan a la persona jurídica con el delito materia de investigación. Por
tanto, se debe referir la cadena de atribución que la conecta con acciones de
facilitación, favorecimiento o encubrimiento del hecho punible. Y, en base
a todo ello, se tiene que realizar la fundamentación jurídica que justifique
incluir al ente colectivo en el proceso.
La tramitación que deberá darse a la solicitud será la misma que deta-
lla el artículo 8 NCPP para el caso de las cuestiones previas, cuestiones
prejudiciales y excepciones.
C.  El artículo 92 NCPP trata de la representación procesal de la persona jurídica.
La norma establece que el órgano social de la persona jurídica debe designar
un apoderado judicial. Sin embargo, se excluye de dicho rol a toda persona
natural que esté comprendida en la misma investigación y bajo la imputación
de los mismos hechos que determinaron el emplazamiento y la incorporación
procesal de la persona jurídica. La norma dispone, además, un plazo de cinco
días para que el órgano social de la persona jurídica cumpla con designar al
apoderado judicial. Si al vencimiento de dicho plazo no se hubiera realizado
tal designación la hará el Juez de la Investigación Preparatoria.
D.  En el artículo 93 NCPP se detallan los derechos y garantías procesales que
se reconocen a la persona jurídica dentro del proceso penal. Al respecto,
se reconoce a la persona jurídica procesada, en tanto resulten compatibles
con su naturaleza, los mismos derechos y garantías que corresponden, en un
debido proceso legal, a toda persona natural que tiene la condición de impu-
tado. Principalmente, el derecho a una defensa activa, a la posibilidad de
contradicción procesal, a la impugnación dentro de la ley de toda resolución
que la cause gravamen.
E.  El apartado 2 del artículo 93 NCPP regula una situación especial de contu-
macia o rebeldía de la persona jurídica procesada la cual, sin embargo, en
ningún caso, puede generar que se afecte o suspenda la continuación del
proceso.
La vigencia escalonada del NCPP en el país, como se ha destacado, limita la uti-
lidad de las normas procesales alusivas a la persona jurídica y, por ende, dificulta
la aplicación judicial de las consecuencias accesorias en muchos Distritos Judi-
ciales. Por tal razón y tomando en cuenta las reglas y el procedimiento fijado por
aquel para dicha finalidad, corresponde postular un conjunto de criterios operati-
vos en aplicación directa de los principios procesales de contradicción, igualdad
de armas y acusatorio, conforme a lo dispuesto, en lo pertinente en el artículo III
del Título Preliminar del Código Procesal Civil, aplicable supletoriamente al pro-
ceso penal, a cuyo efecto se tendrá en consideración, en cuanto sea legalmente
compatible con la estructura del ACPP, los siguientes criterios operativos, inspi-
rados en el NCPP:
A.  El Fiscal Provincial ha de incluir en su denuncia formalizada o en un reque-
rimiento fundamentado en el curso de la etapa de instrucción a las personas

191
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

jurídicas involucradas en el hecho punible imputado, incorporando en lo pro-


cedente los datos y contenidos a que alude el artículo 91.1 NCPP, necesarios
para su identificación y el juicio de imputación correspondiente a cargo del
Juez Penal.
B.  La persona jurídica denunciada ha de ser comprendida en el auto de aper-
tura de instrucción o en un auto ampliatorio o complementario en condición
de sujeto pasivo imputado. En esta resolución, que deberá notificársele a la
citada persona jurídica, el Juez Penal dispondrá que ella designe un apode-
rado judicial en iguales términos que los referidos en el artículo 92 NCPP.
C.  La persona jurídica procesada tiene, en lo pertinente, los mismos derechos y
garantías que la ley vigente concede a la persona del imputado durante la ins-
trucción y el juicio oral.
D.  La acusación fiscal, si correspondiere, debe pronunciarse específicamente
acerca de la responsabilidad de la persona jurídica. En su caso, solicitará
motivadamente la aplicación específica de las consecuencias accesorias que
corresponda aplicar a la persona jurídica por su vinculación con el hecho
punible cometido. En todo caso, corresponderá al órgano jurisdiccional el
control de la acusación fiscal en orden a la intervención en el juicio oral de la
persona jurídica.
E.  La persona jurídica deberá ser emplazada con el auto de enjuiciamiento, pero
su inasistencia no impide la continuación del juicio oral. El Juez o Sala Penal
competente, de ser el caso, impondrá la consecuencia accesoria que resulte
pertinente al caso con la debida fundamentación o la absolverá de los cargos.
Rige en estos casos el principio acusatorio y el principio de congruencia pro-
cesal o correlación” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo
Plenario N° 7-2009/CJ-116, del 13 de noviembre de 2009, considerandos
21 y 22).

VI. LA VÍCTIMA O AGRAVIADO

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 94, 95, 96, 97.

234 ¿Quién tiene la condición de agraviado en el proceso penal?


“[E]ntendemos por agraviado, aquel sujeto que resulta directamente ofendido por
un delito o perjudicado por las consecuencias del mismo; teniendo entre otros dere-
chos, el de impugnar el sobreseimiento y la sentencia absolutoria. Asimismo, por
su condición de perjudicado, en un proceso penal podrá ejercer su acción repara-
toria, para lo cual debe estar legitimado debiéndose constituir en actor, a efectos
de poder reclamar la reparación, y en su caso los daños y perjuicios producidos
por el delito” (Sala Penal Permanente. Casación N° 342-2011-Cusco, del 2 de
julio de 2013, considerando 4.4).

192
Sujetos procesales

235 ¿
Cuándo la sociedad es la agraviada por la comisión de un delito,
quién detenta su representación?
“(…) Siendo así, Sociedad y Estado se influyen y afectan mutuamente; es por eso
que cuando la Sociedad es agraviada por la comisión de un delito, le corresponde
ser representada por el Estado, que tiene la organización política para hacerlo y
lo hará a través de sus órganos definidos conforme a Derecho.
(…) En realidad, en ningún proceso debe consignarse como agraviada a la Socie-
dad, porque es un ente gaseoso y abstracto, que no tiene personería jurídica; en
ese sentido, el inciso 1, del artículo 94 del Código Procesal Penal, no considera
como agraviada a la Sociedad, solo hace referencia al Estado. Por tanto, en los
procesos en que se ha considerado como agraviada a la Sociedad, entendida como
asociación o grupo de personas, es decir, un ente abstracto que está formado por
la colectividad de personas regidas por normas –Derecho– para su convivencia;
corresponde su representación al Estado, que es la organización social, política,
coercitiva y económica, conformada por un conjunto de instituciones (como las
Fuerzas Armadas, la Administración Pública, los Tribunales y la Policía, asu-
miendo el Estado las funciones de defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras,
como las relaciones exteriores) que tiene el poder de regular la vida en la sociedad.
(…)
Comprender a la Sociedad como agraviada no resultará adecuado para los fines
del proceso por cuanto nadie la defenderá respecto de su pretensión civil y estará
limitada en los derechos que asisten a todo agraviado. En efecto, si se niega al
Estado la representación de la Sociedad, como sostuvo el Juez de Investigación
Preparatoria; el Ministerio Público asumiría su representación y tendría que
constituirse en acto civil para ejercer sus derechos como agraviado. El Ministe-
rio Público no podría solicitar su constitución en actor civil, por cuanto asumiría
dos posiciones procesales; una de persecutor y otra de actor civil; el persecutor no
puede ser agraviado a la vez, salvo el caos de la querella de particulares. Enton-
ces, lo racional y practico es considerar al Estado como agraviado, en todos los
delitos cuyos agraviados no sean personas naturales o jurídicas” (Segunda Sala
Penal Transitoria. Casación N° 103-2017-Junín, del 15 de agosto de 2017, con-
siderandos 18, 19 y 21).

236 ¿
En los casos en que el Estado representa a la sociedad como agravia-
do, a través de quién lo hace?
“En consecuencia, estando a los argumentos antes esgrimidos, este Supremo Tri-
bunal considera que debe establecerse como doctrina jurisprudencial:
1) En todos los procesos penales donde figura como agraviada la Sociedad,
sin perjuicio de modificarse el auto de apertura de instrucción, o, en su caso
la Disposición Fiscal de Formalización de Investigación Preparatoria, pre-
cisando al Estado como agraviado; el representante legal será el Estado,

193
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

que se apersonará al proceso a través de sus Procuradores correspondientes,


teniendo todos los derechos del agraviado y actor civil, según sea el caso.
2) En todos los delitos en que el agraviado no sea una persona natural o jurí-
dica; tendrá tal condición el Estado como Sociedad políticamente organi-
zada” (Segunda Sala Penal Transitoria. Casación Nº 103-2017-Junín, del
15 de agosto de 2017, considerando 23).

237 ¿
Cuándo existe una sola entidad del Estado como agraviada cabe que
intervengan simultáneamente múltiples procuradores en el proceso
penal?
“En caso de duda o superposición funcional, será la Presidencia del Consejo de
Defensa Jurídica del Estado, conforme con las atribuciones y obligaciones, estable-
cidas en el literal h), del artículo 8, del Decreto Legislativo Nº 1068, quien resol-
verá los problemas de competencia que puedan presentarse entre los procurado-
res públicos; tanto en su aspecto positivo como negativo, estableciendo el modo
y la forma de apersonamiento en el proceso penal. Corresponde también a dicho
órgano rector precisar si la defensa del Estado será única o colegiada; la ley ha
previsto la intervención del Procurador Público Especializado en Tráfico Ilícito de
Drogas, Procurador Público Especializado en Delitos de Terrorismo, Procurador
Público Especializado en Delitos de Lavado de Activos y Procesos de Pérdida de
Dominio, Procurador Público Especializado en asuntos de Orden Público, Procu-
rador Público Especializado en Delitos de Corrupción, y los que mediante Reso-
lución Suprema se designe, en las causas por delitos de tal connotación.
No cabe admitir, en el supuesto relativo a un solo agraviado (V. G. una munici-
palidad), la intervención simultánea y múltiple de procuradores, salvo en caso de
perpetración de distintos delitos, cuya persecución integra a diversos procurado-
res, aunque cabe la coordinación entre estos. Fuera de ese marco, se generan efec-
tos en materia de ofrecimiento y actuación probatoria, alegaciones y recursos; el
principio de igualdad de armas corre riesgo de ser afectado.
La designación de un solo procurador concentrará el ejercicio defensivo y, al
mismo tiempo, evitará la probabilidad de proliferación de audiencias de consti-
tución de actor civil en las diversas Cortes Superiores, en las que se encuentra
vigente el Nuevo Código Procesal Penal, lo que repercutirá a su vez a favor de la
programación de audiencias de otro tipo” (Salas Penales Permanente y Transi-
toria. Acuerdo Plenario N° 4-2012/CJ-116, del 24 de enero de 2013, conside-
randos 12-14).

238 ¿
Se deben garantizar ampliamente los derechos de la víctima o agra-
viado en el proceso penal?
“En primer lugar, cabe resaltar que el Estado debe garantizar y establecer las con-
diciones mínimas de los derechos de la víctima y/o agraviado, debiendo facultar
su activa participación dentro del proceso penal para lograr el restablecimiento

194
Sujetos procesales

de su pretensión, esto es, resarcimiento del daño causado por parte del autor de
la comisión del delito.
Sin embargo, lo expuesto, no supone que los poderes de la víctima en el proceso
penal, son absolutos y omnímodos, toda vez que está sometido al principio del con-
tradictorio que deriva del derecho constitucional a la igualdad de armas, el dere-
cho de defensa y del debido proceso. Tampoco implica que la víctima o el perjudi-
cado puedan desplazar a la fiscalía, titular de la acción penal, según lo previsto en
el artículo ciento cincuenta y nueve de nuestra Carta Magna o al Juez en el cum-
plimiento de sus funciones constitucionales o que su participación transforme el
proceso penal en un instrumento de represalia o venganza contra el procesado.
En efecto, se advierte con claridad que el agraviado del delito se encuentra en
condiciones de ser un protagonista del proceso penal, encontrándose facultado
por el Código Procesal Penal para participar activamente en el desarrollo del pro-
ceso, siendo necesario que el agraviado actúe con todos los derechos y garantías
que le aseguran la satisfacción de su pretensión, por ello, se advierte que en el
artículo noventa y cinco del Código Procesal Penal, específicamente, en el lite-
ral d), del numeral uno, establece que: ‘el agraviado tendrá como derecho impug-
nar el sobreseimiento y la sentencia absolutoria’; en concordancia con el artículo
trescientos cuarenta y siete del mismo Cuerpo legal, señala que contra el auto de
sobreseimiento procede recurso de apelación; motivo por el cual, la Sala Supe-
rior debe emitir nuevo pronunciamiento” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 353-2011-Arequipa, del 4 de junio de 2013, considerando 4).

239 ¿
Qué requisitos debe cumplir la declaración incriminatoria del agra-
viado para enervar la presunción de inocencia de un imputado?
“Tratándose de las declaraciones de un agraviado, aun cuando sea el único tes-
tigo de los hechos, al no regir el antiguo principio jurídico testis unus testis nullus,
tiene entidad para ser considerada prueba válida de cargo y, por ende, virtualidad
procesal para enervar la presunción de inocencia del imputado, siempre y cuando
no se adviertan razones objetivas que invaliden sus afirmaciones. Las garantías
de certeza serían las siguientes:
a) Ausencia de incredibilidad subjetiva. Es decir, que no existan relaciones
entre agraviado e imputado basadas en el odio, resentimientos, enemistad u
otras que puedan incidir en la parcialidad de la deposición, que por ende le
nieguen aptitud para generar certeza.
b) Verosimilitud, que no sólo incide en la coherencia y solidez de la propia
declaración, sino que debe estar rodeada de ciertas corroboraciones periféri-
cas, de carácter objetivo que le doten de aptitud probatoria.
c) Persistencia en la incriminación, con las matizaciones que se señalan en el
literal c) del párrafo anterior” (Salas Penales Permanente y Transitoria.
Acuerdo Plenario Nº 2-2005/CJ-116, del 30 de setiembre de 2005, conside-
rando 10).

195
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

240 ¿Cuál es la diferencia entre las nociones de agraviado y actor civil?


“[B]astaría diferenciar entre las nociones de agraviado y parte civil. La diferen-
cia operativa entre estos radica básicamente en que el primero gozaría de dere-
chos de carácter general: a impugnar el auto de no ha lugar a abrir instrucción, a
impugnar el sobreseimiento o la sentencia absolutoria, a ser informado del resul-
tado del proceso penal, etc., mientras que el segundo además de estos gozaría de
derechos de carácter específico: deducir la nulidad de actuados, a participar en los
actos de investigación y de prueba, etc. Así, bien entendidas las cosas no existe
una justificación razonable para exigir como requisito indispensable el inicio del
proceso penal muchos menos la constitución en parte civil para que el agraviado
pueda impugnar los actos procesales que de modo general le afectan sus derechos.
En efecto, la opción interpretativa de que también el agraviado puede impugnar el
auto de no ha lugar a abrir instrucción resulta plenamente congruente con la dife-
renciación aludida entre agraviado y parte civil en el sentido de que el primero
puede impugnar el auto de no ha lugar a abrir instrucción, como resulta obvio, sin
que exista proceso penal en trámite y más aún sin la necesidad de que se consti-
tuya en parte civil. Por los demás, esta parece ser la lógica del Nuevo Código Pro-
cesal Penal de 2004 que reconoce a la víctima determinados derechos según su
posición jurídica concreta en el proceso penal” (STC. Exp. Nº 02171-2012-PA/
TC-Cusco, del 28 de enero de 2014, f. j. 13).

VII. EL ACTOR CIVIL

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 98, 100, 101, 102, 104, 106.

241 ¿Quién se puede constituir en actor civil?


“Actor civil es el perjudicado que ejerce su derecho de acción civil dentro del pro-
ceso penal. Es decir, es quien ha sufrido en su esfera patrimonial los daños pro-
ducidos por la comisión del delito, siendo titular, frente al responsable civil, de un
derecho de crédito, bien a título de culpa, bien por la simple existencia de una res-
ponsabilidad objetiva que pudiera surgir con ocasión de la comisión de un delito
[GIMENO SENDRA, Vicente. Ibídem, p. 181]. Dicho de otro modo, en palabras
de San Martín Castro, se define al actor civil como aquella persona que puede ser
el agraviado o sujeto pasivo del delito, es decir quien directamente ha sufrido un
daño criminal y, en defecto de él, el perjudicado, esto es, el sujeto pasivo del daño
indemnizable o el titular del interés directa o inmediatamente lesionado por el
delito, que deduce expresamente en el proceso penal una pretensión patrimonial
que trae a causa de la comisión de un delito [Derecho Procesal Penal. 2ª edición,
Editorial Grijley, Lima, 2003, p. 259].
El artículo 98 del Código Procesal Penal prevé la constitución del actor civil y sus
derechos. Esta figura legal está regulada en la Sección IV ‘El Ministerio Público y

196
Sujetos procesales

los demás sujetos procesales’, Título IV ‘La Víctima’, Capítulo II ‘El Actor Civil’
del Libro Primero ‘Disposiciones Generales’. Prescribe la citada norma que: ‘La
acción reparatoria en el proceso penal solo podrá ser ejercitada por quien resulte
perjudicado por el delito, es decir, por quien según la Ley civil esté legitimado para
reclamar la reparación y, en su caso, los daños y perjuicios producidos por el delito’.
El citado artículo 98 del Código Procesal Penal establece como premisa inicial que
el actor civil es el titular de la acción reparatoria, y luego precisa que esta acción
solo podrá ser ejercitada por quien resulte perjudicado del delito. No debe olvi-
darse que la naturaleza de la acción reparatoria es fundamentalmente patrimonial
y es por ello la denominación del titular de ella: ‘actor civil’.
Este deberá, en primer término, sustentar en el proceso cómo es que ha sido perju-
dicado por la conducta imputada al investigado y cómo el daño sufrido puede ser
resarcido. Si bien en muchos casos se admite que hay un componente moral en la
colaboración del actor civil en el proceso a fin de aportar con elementos que per-
mitan probar la comisión del ilícito, lo cierto es que todas las facultades de este
apuntan formalmente a la acreditación, aseguramiento y pago de una reparación
civil” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 5-2011/
CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, considerandos 11-13).
“El Código Procesal Penal establece que el ejercicio de la acción civil derivada
del hecho punible corresponde al Ministerio Público y, especialmente, al perju-
dicado por el delito. Además, estipula que, si este último se constituyó en actor
civil, cesa la legitimación del Ministerio Público para intervenir en el objeto civil
del proceso: artículo once, apartado uno del citado Código. En tal virtud, la par-
ticipación del Ministerio Público será por sustitución, esto es, representa un inte-
rés privado. Por ello, su intervención cesa definitivamente cuando el actor civil
se apersona al proceso.
Se define al actor civil como aquella persona que puede ser el agraviado o sujeto
pasivo del daño indemnizare o el titular del interés directa o inmediatamente
lesionado por el delito, que expresará una pretensión patrimonial en el proceso
penal” (Sala Penal Permanente. Casación N° 1437-2017-Cusco, del 2 de agosto
de 2018, considerando 13).

242 ¿Cuáles son los requisitos para constituirse en actor civil?


“Ahora bien, para poder constituirse en actor civil (el agraviado que actúa
procesalmente para hacer valer su derecho a la reparación civil por el daño cau-
sado con el delito) deben reunirse los requisitos puntualizados en el artículo 100
del Código Procesal Penal. En efecto, ocurre que el citado cuerpo de leyes ha esta-
blecido lo siguiente:
1. La solicitud de constitución en actor civil se presentará por escrito ante el
Juez de la Investigación Preparatoria.

197
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

2. Esta solicitud debe contener, bajo sanción de inadmisibilidad:


a) Las generales de Ley de la persona física o la denominación de la per-
sona jurídica con las generales de Ley de su representante legal;
b) La indicación del nombre del imputado y, en su caso, el tercero civil-
mente responsable, contra quien se va a proceder;
c) El relato circunstanciado del delito en su agravio y exposición de las
razones que justifican su pretensión; y
d) La prueba documental que acredita su derecho conforme al artículo 98.
Como se advierte del parágrafo precedente, si bien se está frente a una pre-
tensión de índole resarcitoria, la Ley procesal exige que el perjudicado –que
ejerce su derecho de acción civil– precise específicamente el quántum indem-
nizatorio que pretende. Ello conlleva a que individualice el tipo y alcance de
los daños cuyo resarcimiento pretende y cuánto corresponde a cada tipo de
daño que afirma haber sufrido. Con esta medida la norma procesal persigue
dar solución a un problema sumamente grave en nuestro ordenamiento judicial,
pues con el transcurrir del tiempo la práctica tribunalicia revela que los mon-
tos dinerarios que se establecen por concepto de reparación civil en sede penal
son relativamente menores y no guardan relación ni proporción con el hecho
que forma parte del objeto procesal” (Salas Penales Permanente y Transito-
ria. Acuerdo Plenario N° 5-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, consi-
derandos 14 y 15).
“Ahora bien, para poder constituirse en actor civil (el agraviado que actúa
procesalmente para hacer valer su derecho a la reparación civil por el daño cau-
sado con el delito) debe reunir los requisitos puntualizados en el artículo cien del
Código Procesal Penal. En efecto, se ha establecido lo siguiente:
14.1. La solicitud de constitución en actor civil se presentará por escrito ante el
Juez de la Investigación Preparatoria.
14.2. Esta solicitud debe contener, bajo sanción de inadmisibilidad:
a) Las generales de Ley de la persona física o la denominación de la per-
sona jurídica con las generales de Ley de su representante legal;
b) La indicación del nombre del imputado y, en su caso, el tercero civil-
mente responsable, con quien se va a proceder;
c) El relato circunstanciado del delito en su agravio y exposición de las
razones que justifican su pretensión; y
d) La prueba documental que acredita su derecho conforme al artículo
noventa y ocho” (Sala Penal Permanente. Casación N° 1437-2017-
Cusco, del 2 de agosto de 2018, considerando 14).
“Según el artículo 11 del CPP, el ejercicio de la acción civil corresponde al Minis-
terio Público y especialmente al perjudicado por el delito. Esta disposición debe

198
Sujetos procesales

ser concordada con el artículo 98 del CPP, que efectúa una remisión a la ley civil
a efectos de determinar quién es el legitimado para reclamar la reparación y, en
su caso, los daños y perjuicios producidos por el delito.
En cuanto a los requisitos para constituirse en actor civil, se encuentran fijados
en el artículo 100 del CPP, y son los siguientes: i) las generales de Ley de la per-
sona física o la denominación de la persona jurídica con las generales de Ley de
su representante legal; ii) la indicación del nombre del imputado y, en su caso,
del tercero civilmente responsable, contra quien se va a proceder; iii) el relato cir-
cunstanciado del delito en su agravio y exposición de las razones que justifican
su pretensión; y, iv) la prueba documental que acredita su derecho, conforme al
artículo 98 del CPP.
En el fundamento 15 del Acuerdo Plenario N° 05-2011/CJ-116, se desarrolla lo
concerniente a la constitución en actor civil, reiterando los jueces de las Salas
Penales de la Corte Suprema lo establecido en el artículo mencionado, en el cual
además se requiere que se precise específicamente el quantum indemnizatorio
que se pretende, lo que conlleva a que se individualice el tipo y el alcance de los
daños, cuyo resarcimiento pretende, y cuanto corresponde a cada tipo de daño
que afirma haber sufrido. Señalan que con esta medida la norma procesal persi-
gue dar solución a un problema sumamente grave en nuestro ordenamiento judi-
cial, pues los montos dinerarios que se establecen por conceptos de reparación
civil en sede penal son relativamente menores y no guardan relación ni propor-
ción con el hecho que forma parte del objeto procesal” (Sala Penal Nacional de
Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios. Exp.
N° 00011-2017-7-5201-JR-PE-03, Resolución N° 03, del 7 de agosto de 2017,
considerandos 8-10).

243 ¿
El presuntamente perjudicado por el delito debe acreditar legitimi-
dad para constituirse en actor civil?
“En cuanto al cuestionamiento del literal d), inciso 2, artículo 100 del CPP se tiene
que esta disposición regula uno de los requisitos de admisibilidad de la constitu-
ción en actor civil, exigiendo que la solicitud contenga: ‘La prueba documental que
acredita su derecho, conforme al artículo 98’. A criterio de la defensa del impu-
tado Salazar Delgado, la solicitud de actor civil debe acompañar ‘prueba docu-
mental que acredite el daño sufrido por el perjudicado por el delito’, criterio que
no compartimos, pues dicha interpretación rebasa el sentido de la norma. Y es
que, en efecto, en una interpretación sistemática del artículo 98 y la disposición
en comentario, ambas del CPP, permite arribar a la conclusión de que la prueba
documental que se exige, se refiere a la acreditación de la legitimidad del presun-
tamente perjudicado por el delito para reclamar la reparación civil” (Sala Penal
Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funciona-
rios. Exp. N° 00011-2017-7-5201-JR-PE-03, Resolución N° 03, del 7 de agosto
de 2017, considerando 15).

199
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

244 ¿
La constitución en actor civil se encuentra únicamente referida a la
reparación civil?
“[L]a constitución como actor civil no se encuentra referida únicamente a la pre-
tensión civil, dado que el así constituido en responsable, representación de los
intereses del Estado, también debe colaborar en el esclarecimiento de los hechos
sometidos a proceso, y aportar elementos que permitan demostrar la comisión
delictiva y la magnitud del daño causado, por lo que se requiere que el Procura-
dor Público participe activamente durante el desarrollo de las etapas del proceso
penal y haga valer, responsablemente, el derecho de impugnar, para no saturar
innecesariamente a los órganos judiciales y no judiciales del sistema penal” (Salas
Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 4-2012/CJ-116, del 24
de enero de 2013, considerando 16).

245 ¿Cuál es la oportunidad para constituirse en actor civil?


Otro de los problemas recurrentes que es del caso abordar en el presente Acuerdo
Plenario es el relativo a la oportunidad para constituirse en actor civil. El artículo
101 del Código Procesal Penal expresa que la constitución en actor civil deberá
efectuarse antes de la culminación de la Investigación Preparatoria. En este punto
lo que cabe dilucidar es si la petición de constitución en actor civil puede hacerse
en la fase de diligencias preliminares –que integra la investigación preparato-
ria–, o si resulta necesario que se haya formalizado la continuación de la Inves-
tigación Preparatoria.
Es de descartar la primera posibilidad fundamentalmente porque, como bien se
sabe, al momento que se vienen realizando las diligencias preliminares el Minis-
terio Público aún no ha formulado la inculpación formal a través de la respectiva
Disposición Fiscal; esto es, no ha promovido la acción penal ante el órgano juris-
diccional, por lo que mal podría acumularse a ella una pretensión resarcitoria en
ausencia de un objeto penal formalmente configurado. Por lo demás, debe que-
dar claro que con la formalización de la Investigación Preparatoria propiamente
dicha el Fiscal recién ejerce la acción penal, acto de postulación que luego de ser
notificado al Juez de la Investigación Preparatoria (artículos 3 y 336.3 del Código
Procesal Penal) permite el planteamiento del objeto civil al proceso penal incoado
(Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 5-2011/CJ-116,
del 6 de diciembre de 2011, considerandos 16 y 17).

246 ¿
Es necesario que el agraviado se haya constituido en actor civil para
exigir la ejecución o pago de la reparación civil fijada en una sentencia?
“Que, en efecto, como ya ha sido establecido por esta Suprema Sala al amparar el
presente recurso de queja, no hace falta que la víctima, declarada así por senten-
cia firme de condena, haya estado previamente constituida en parte civil desde el
proceso penal declaratorio de condena para intervenir en el proceso de ejecución y,
como tal, participar en su desarrollo con la finalidad de garantizar el cumplimiento

200
Sujetos procesales

de la reparación civil fijada a su favor; que la constitución en parte civil del agra-
viado solo tiene sentido, desde una perspectiva de tutela su derecho de partici-
pación procesal, en tanto persiga una concreta indemnización o reparación civil,
que solo una sentencia firme de condena puede estipular (…); que declarado judi-
cialmente el derecho indemnizatorio de la víctima no puede limitarse y, menos,
exigirse al agraviado que con anterioridad se haya constituido en parte civil, pues
ello vulneraria –como se hizo– el derecho constitucional a la tutela jurisdiccional
(ver: artículo ciento treinta y nueve, apartado tres de la Ley Fundamental), que
garantiza el acceso a los Tribunales a toda persona en resguardo de sus derechos
e intereses legítimos; que a ello tampoco obsta que el agraviado haya promovido
un juicio civil, en tanto que no está discusión la determinación del monto de la
reparación civil sino su cobro efectivo, respecto del cual, por cierto, debe tenerse
en cuenta lo declarado y ejecutado en sede civil” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 1538-2005-Lima, del 20 de junio de 2005, considerando 4).

247 ¿
Se puede fijar una reparación civil en la sentencia aun cuando el
agraviado no se haya constituido en actor civil?
“Por un lado, si bien, en el presente caso el actor civil –los representantes lega-
les o herederos legales del agraviado– no se han constituido en Parte Civil, esto
no constituye a prima fase un obstáculo para negar la fijación de la misma en la
sentencia, pues, el NCPP ha previsto que ante la no constitución del Actor Civil
como sujeto procesal, el Fiscal en su formulación de acusación solicitará el monto
de la reparación civil, esto de conformidad con el artículo trescientos cuarenta y
nueve, literal ‘G’, del citado Código adjetivo; esta lógica procesal, implica que la
legitimidad de constitución de Actor Civil, en primer orden es del actor civil, y
en segundo orden, es secundaria y le corresponde al Ministerio Público” (Sala
Penal Permanente. Casación N° 164-2011-La Libertad, del 14 de agosto de
2012, considerando 5.4.1).

248 ¿
Cuál es la normativa que reconoce la legitimidad de los procuradores
públicos para constituirse en actor civil para la defensa de los intere-
ses estatales?
“En el caso de los delitos materia de nuestra competencia, es la constitución y
la normativa de desarrollo, la que reconoce a los procuradores públicos la legiti-
midad para ejercer la defensa de los intereses estatales. Y en ese sentido, la Pro-
curaduría Pública ad hoc, en su pedido de constitución en actor civil, acompañó
copia de la Resolución Suprema N° 029-2017-JUS, que resuelve designar a la abo-
gada Katherine Milagros Ampuero Meza, como Procuradora Pública ad hoc para
que ejerza la defensa jurídica del Estado en los procesos de corrupción de fun-
cionarios y lavado de activos, y otros conexos en que habría incurrido la empresa
Odebrecht y otras. Por lo que no se ha afectado el principio de legalidad” (Sala
Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Fun-
cionarios. Exp. N° 00011-2017-7-5201-JR-PE-03, Resolución N° 03, del 7 de
agosto de 2017, considerando 16).

201
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

249 ¿Cuáles son las facultades que tiene el actor civil en el proceso penal?
“El artículo ciento cuatro del Código Procesal Penal establece que las facultades
del actor civil son: deducir la nulidad de actuados, ofrecer medios de investiga-
ción y de prueba, participar en los actos de investigación y de prueba, participar
en los actos de investigación y de prueba, intervenir en el juicio oral, interponer
los recursos impugnatorios que la Ley prevé; correspondiendo precisar sin per-
juicio de aquellos derechos, también le son atribuidos los derechos que le asiste al
agraviado; así, tenemos que el articulo noventa y cinco de la citada norma señala
como derechos –entre otros e su inciso d)– impugnar el sobreseimiento y la sen-
tencia absolutoria.
De lo anotado precedentemente, se tiene que existe una definición clara del rol pro-
tagonista que le corresponde al actor civil. Esta línea jurisprudencial se plasmó en
la Casación N° 353-2011-Arequipa, del cuatro de junio de 2013, que en su funda-
mento jurídico 4.5, señala que: ‘(…) el agraviado del delito se encuentra en con-
diciones de ser un protagonista del proceso penal, encontrándose facultado por el
Código Procesal Penal para participar activamente en el desarrollo del proceso,
siendo necesario que el agraviado actúe con todos los derechos y garantías que le
aseguran la satisfacción de su pretensión (…)’; por consiguiente, no existe duda
que al actor civil le asiste el derecho de apelar en resguardo de sus intereses pues
bajo ese contexto legitimado para impugnar la sentencia absolutoria” (Sala Penal
Permanente. Casación N° 413-2014-Lambayeque, del 7 de abril de 2015, con-
siderandos 17 y 18).

VIII. EL TERCERO CIVIL

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 111, 112, 113.

250 ¿
Cuáles son los requisitos que se deben cumplir para que una persona
sea considerada como tercero civil?
“Que para ser considerado tercero civil responsable de un hecho delictivo que causó
daño a una persona se requiere: a) que el responsable directo esté en una relación
de dependencia –este no ha debido actuar según su propio arbitrio, sino sometido,
aunque sea potencialmente, a la dirección y posible intervención del tercero–; y,
b) que el acto generador de la responsabilidad haya sido cometido por el depen-
diente –en este caso, por el imputado Alfaro Luque– en el desempeño de sus obli-
gaciones y servicios” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 705-2018-Huancavelica,
del 17 de mayo de 2018, considerando 6).
“Es decir, el Código Procesal Penal citado, contiene como presupuestos para ser
considerado como tercero civilmente responsable, lo siguiente: a) Acreditar la
existencia de responsabilidad civil generada como consecuencia del delito. b) La

202
Sujetos procesales

responsabilidad debe tenerla conjuntamente con el imputado, lo que significa, la


necesidad de su vínculo jurídico con el imputado.
Respecto al primero, debe precisarse que el fundamento de la responsabilidad
civil, que genera la obligación de reparar, es la existencia de un daño de natura-
leza civil, causado por un ilícito penal, que no puede identificarse como ofensa
penal. De ahí que, el daño civil debe entenderse como aquellos efectos negativos
que derivan de la lesión de un interés protegido. En este sentido, como lo señaló la
Corte Suprema a través del Recurso de Nulidad número mil novecientos sesenta y
nueve-dos mil dieciséis, en su fundamento jurídico vigésimo: ‘La reparación civil
abarca el resarcimiento del daño y la indemnización de los perjuicios materiales
y morales, cuya funcionalidad debe corresponderse con las consecuencias direc-
tas y precisas que el delito generó a la víctima, por lo que su estimación debe ser
proporcional al daño causado’.
Ahora bien, para determinar la existencia de la responsabilidad civil y que esta
recaiga sobre el imputado o sobre el tercero civilmente responsable, se deben pre-
sentar los siguientes elementos: a) El hecho causante del daño está constituido
por la conducta del agente, que en su accionar afectó al bien jurídico. b) El daño o
perjuicio. c) Relación de causalidad, que se constituye en el nexo o vínculo exis-
tente entre la acción y el resultado. Producido el daño o constatada su materiali-
dad, es necesario determinar si existió un causante. d) Factores de atribución de
responsabilidad, subjetivos (dolo y culpa) y objetivos (riesgo y peligro creados)”
(Segunda Sala Penal Transitoria. Casación N° 67-2017-Lima, del 11 de julio
de 2017, considerandos 19-21).

251 ¿Cómo se entiende el criterio del vínculo jurídico entre el imputado y una
persona, para que esta sea incorporada como tercero civil responsable?
“[P]ara incorporar a una persona como tercero civilmente responsable, es necesaria
la existencia de un vínculo jurídico con el imputado. Ahora bien, este vínculo jurí-
dico, es interpretado desde la normativa prevista en el Código Civil, contenida en
el artículo mil novecientos ochenta y uno, que prevé lo siguiente: ‘aquel que tenga
a otro bajo sus órdenes, responde por el daño causado por este último, si ese daño
se realizó en el ejercicio de su cargo o en cumplimiento del servicio respectivo’.
Esta figura regula la denominada responsabilidad vicarial; constituida como un
criterio de imputación, para definir la relación que existe entre el responsable y el
sujeto que causó el daño; en este sentido, puede afirmarse que existe un vínculo
jurídico cuando se presenta: a) Una relación de subordinación del tercero. b) Que
el subordinado cause daños. c) Que el daño se realice en el ejercicio de un cargo
o en cumplimiento del servicio respectivo. De ahí, que como lo afirma un sector
de la doctrina ‘la norma solo ha sido concebida para los casos en que, el actuar ilí-
cito ha sido realizado por una persona que se encuentra bajo las órdenes de otra,
ejecutando solo las decisiones de esta última’” (Segunda Sala Penal Transito-
ria. Casación N° 67-2017-Lima, del 11 de julio de 2017, considerandos 22 y 23).

203
CAPÍTULO IV

LA ACCIÓN EN EL
PROCESO PENAL
CAPÍTULO IV

LA ACCIÓN EN EL PROCESO PENAL

I. LA ACCIÓN PENAL

Base legal Constitución Política: art. 159.


Código Procesal Penal de 2004: arts. IV, 1, 2.

I.1. Titular de la acción penal

252 ¿Quién ejerce la titularidad de la acción penal?


“[A]corde con el inciso uno del artículo ciento treinta y nueva de la Constitución
Política del Estado, la titularidad de la acción penal corresponde al Fiscal, pues es
el perseguidor público o requirente de la acción penal, a través del cual se garan-
tiza una función acusadora imparcial y objetiva, independiente del Órgano judicial.
Precisamente, el principio acusatorio supone, entre otros aspectos, la atribución
de la función acusadora a un órgano distinto al Órgano Jurisdiccional. Es decir, la
separación de funciones y roles entre los órganos públicos encargados de acusar
(Fiscales) y los encargados de juzgar y decidir la causa penal (Jueces); (…) el Fis-
cal (…) normativamente está obligado a que la hipótesis que postula como cargo
criminal –el hecho como probabilidad– debe ‘contener el conjunto de elementos
fácticos que dan vida al delito, a su grado de participación, al grado de desarro-
llo, a las circunstancias agravantes o cualificativas del tipo, ya que son estos ele-
mentos de hecho de los que se deriva la concreta responsabilidad’ (…); de ahí la
exigencia que estos deban ser expuestos en forma explícita, delimitada, expresa
e individualizada (propia), no implícita, por tanto se requiere al representante del
Ministerio Público que: i) postule un hecho con contenido penal; ii) efectúe la cali-
ficación del mismo (tipo penal); iii) establezca cuál es el nexo de causalidad entre
los elementos fácticos y el tipo penal que incrimina; y, iv) determine la acción
que el agente realizó y resultó idónea para concretar o coadyuvar la consumación
o materialización del delito, describiendo, para ello, siempre a título de hipótesis,
qué actos fueron efectivos y adecuados para que cometiera el delito y qué tipo de
conducta llevó a cabo: activa, neutra o de ayuda” (Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 1299-2011-Loreto, del 6 de marzo de 2012, considerando 6).
“En el proceso penal peruano la titularidad de la promoción de la acción penal
–que se concreta en la expedición de la disposición de formalización y continua-
ción de la investigación preparatoria– corresponde en exclusiva en los delitos
públicos a la Fiscalía –que es un derecho-deber del Ministerio Público–, y en los
delitos privados al perjudicado por el delito. El ciudadano frente a la comisión de

207
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

delitos públicos sólo tiene un derecho de petición, debidamente reglado, de acudir


al Ministerio Público para dar cuenta de la notitia criminis” (Salas Penales Per-
manente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 5-2011/CJ-116, del 6 de diciem-
bre de 2011, considerando 9).

I.2. El principio de oportunidad

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 1, 2.

253 ¿En qué consisten los acuerdos reparatorios?


“Atento a los motivos casacionales, especialmente, primero, en cuanto a una correcta
interpretación del artículo 2, incisos 6 y 7 del Código Procesal Penal, referidos a la
postulación de acuerdos reparatorios una vez iniciada la Investigación preparato-
ria, se debe señalar lo siguiente: El proceso penal es un conjunto de actos tendien-
tes a la investigación y esclarecimiento de hechos punibles con el fin de determinar
la responsabilidad penal de las personas involucradas en tales delitos y establecer
su culpabilidad o reiterar su inocencia. Dentro de esta finalidad se han introdu-
cido figuras, que anteriormente no habían sido consideradas tendientes a colabo-
rar con los principios que rigen al derecho procesal penal, permitiendo la celeri-
dad y economía procesal, así como una mayor humanización dentro del proceso.
Así que se han incorporado mecanismos en los cuales las víctimas pueden ejerci-
tar derechos que conlleven a una solución justa de su caso. Es decir, se tiende al
reconocimiento más amplio del derecho de las víctimas en el sistema de justicia
penal. Bajo estos lineamientos, se inscribe el Acuerdo reparatorio regulado en el
artículo 2 incisos 6 y 7 del Código Procesal Penal, como una fórmula alternativa
de solución de conflictos ‘que busca la reparación de la víctima en determina-
dos supuestos en los que sea posible’. Este acuerdo, viene a constituirse como un
mecanismo legal, que solo responde a sus demandas o necesidades reales de jus-
ticia frente a la afectación de sus derechos y bienes jurídicos protegidos, así como
el daño causado; además, pretende la evitación de un daño mayor, como resultado
directo del proceso mismo o de la posible actuación negligente de las institucio-
nes del sistema de administración de justicia, a efecto de no incurrir en la llamada
re-victimización institucional, como puede producirse a consecuencia de un pro-
ceso penal prolongado u oneroso –a pesar de la gratuidad, si se tiene en cuenta
los recursos empleados, tales como: legales, tiempo, emocionales, etc.–, o de cir-
cunstancias que conlleve a la víctima a revivir situaciones traumáticas, entre otras.
Por su parte en el ámbito internacional, los ‘Principios y directrices básicos sobre
el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales
de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional huma-
nitario a interponer recursos y obtener reparaciones’, establece que las víctimas
merecen una reparación plena bajo cinco formas, tales como: restitución, indem-
nización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición.

208
La acción en el proceso penal

Estas figuras alternativas a la prosecución del proceso, se conciben como modos


de autocomposición procesal, que tienen la misma eficacia que la sentencia, pero
se originan en la voluntad de las partes (fiscal, investigado y/o víctima), o bien en
la declaración unilateral de una de ellas; que al igual, que la solución judicial de
la litis, por el Juez, existe la solución convencional por el cual, las partes elevan
directamente ante el Juez sus respectivas peticiones, para poner fin al proceso,
con el efecto de cosa juzgada propio de la sentencia.
Estos medios alternativos a la prosecución del proceso son consideradas como for-
mas anticipadas de solución del proceso penal y definidas como situaciones que
ponen fin al juzgamiento antes de la sentencia, dentro de las que se encuentran el
principio de oportunidad y los acuerdos reparatorios.
Los Acuerdos reparatorios se han introducido con el cambio del ordenamiento
procesal. Se consideran, como una forma de autocomposición procesal de las par-
tes, en la cual se afecta menos la integridad personal y se evita la estigmatización
del imputado y se ofrece a la víctima una respuesta de tipo económica que, de
alguna manera, le permite subsanar el derecho vulnerado, catalogado en una
norma, como delito.
En este sentido, deben ser entendidos como un convenio, que se puede celebrar,
entre quien sea víctima de un delito y la persona a quien se le impute participación
en dicho delito (imputado), con el objeto de que el segundo, se obligue a satisfacer
la responsabilidad civil proveniente de dicho delito, vale decir, que el imputado
se obligue a pagar los daños materiales y morales, y los perjuicios que su acción
delictiva haya acarreado. La manifestación de la voluntad debe ser libre y cons-
ciente, entre el imputado y la víctima, por medio del cual, los mismos llegan a
una solución sobre el daño causado por el hecho punible, mediante la restitución,
la reparación del daño causado a la indemnización de perjuicios, que son someti-
dos a la jurisdicción del Juez para que los apruebe o rechace antes de la sentencia
definitiva” (Sala Penal Permanente. Casación N° 437-2012-San Martín, del 19
de setiembre de 2013, considerando 10).

254 ¿Cuál es la naturaleza jurídica de los acuerdos reparatorios?


“La naturaleza jurídica de estos tipos de Acuerdos, es que son convenios de carác-
ter consensual, bilateral, que se encuadra bajo los principios de celeridad y eco-
nomía procesal, en donde prevalece la auto disposición de las partes y existe una
mínima intervención del Estado” (Sala Penal Permanente. Casación N° 437-
2012-San Martín, del 19 de setiembre de 2013, considerando 10).

255 ¿Qué sujetos pueden postular un acuerdo reparatorio?


“En este contexto, cuando en el artículo 2, incisos 6 y 7 del Código Procesal Penal,
regula el acuerdo reparatorio, dada su finalidad y naturaleza, una vez iniciada la
etapa de investigación preparatoria, se debe entender que este mecanismo puede
ser postulado por el inculpado o por la victima (conforme a la forma prevista en

209
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

el citado artículo, inciso 3, parte in fine, ‘acuerdo entre el imputado y la víctima,


que conste en instrumento público o documento privado legalizado’) de forma
directa ante el Juez de la Investigación Preparatoria, especialmente, porque el pro-
pósito del acuerdo reparatorio radica en el interés de la víctima y el imputado en
celebrar el acuerdo reparatorio, cuyo objeto es la resolución alternativa del con-
flicto surgido, indemnizándose a la víctima con una justa reparación, además de
lograrse la extinción de la acción penal, que por razones de economía procesal,
constituye una solución para evitar un proceso largo y costoso.
Esta petición, planteada por el imputado y agraviado, debe ser necesariamente
trasladada al Fiscal Provincial, a cargo de la investigación preparatoria, para que
con su opinión de conformidad u oponibilidad, el Juez de la Investigación prepa-
ratoria, sin necesidad de audiencia de acuerdo –en tanto, son las partes quienes
lo han celebrado– expida la resolución correspondiente, quien, no solo homolo-
gará el acuerdo, sino que deberá examinar, evaluar y realizar un análisis que com-
prenda el cumplimiento de los requisitos que contempla la ley, además y de forma
primordial, que quienes concurran al acuerdo, hayan prestado su consentimiento
en forma libre, y voluntaria con pleno conocimiento de sus derechos, y que efec-
tivamente se está en presencia en el contexto de la imputación de un hecho puni-
ble, de los señalados en el artículo 2 en comento, inciso 6, del indicado Código
Procesal, y de cualquier otra situación que directa o paralelamente tenga inciden-
cia dentro de los fines que justifican la existencia de dicho convenio para su pos-
terior homologación.
No obstante, lo señalado respecto al traslado necesario al despacho del señor Fis-
cal Provincial, en el presente caso, en atención a que, tanto el Fiscal Provincial de
la Investigación Preparatoria y el Fiscal Superior se encuentran de acuerdo con
el sobreseimiento, y además a, que el representante del Ministerio Público es el
que interpuso este recurso d casación, consideramos que por economía y celeri-
dad procesal, este trámite, debe entenderse por cumplido.
En esta línea de ideas, queda claro que el imputado como la víctima, una vez pro-
movida la acción penal, tienen legitimidad material como procesal para postu-
lar el sobreseimiento en base al acuerdo, porque de un lado, el imputado pretende
extinguir la responsabilidad penal, y del otro, la víctima al recurrir al sistema de
justicia criminal busca obtener algún tipo de reparación o compensación de los
daños causados por el delito que ha sido objeto.
Esta posición reposa no solo en las consideraciones antes expuestas, sino también,
en la habilitación legal contendida en el artículo 330, inciso d), respecto a que los
sujetos procesales pueden peticionar el sobreseimiento del proceso. Distinta es la
legitimidad para solicitar el sobreseimiento teniendo como presupuesto el retiro
o desistimiento del ejercicio de la acción penal, respecto a la cual, qué duda cabe,
que recae única y exclusivamente en el representante del Ministerio Público.

210
La acción en el proceso penal

Por todo lo cual se concluye, que la postura del procesado César Vicente Horna
Tirado, en postular de forma directa ante el Juez de la investigación preparatoria
el acuerdo reparatorio es válido y acorde con la finalidad y naturaleza del mismo,
sin que se le sea exigiéndole una finalidad determinada, más que el consenso con
la víctima de resarcirle el daño en la forma y el modo que ellos pacten, pues el pro-
nunciamiento de retiro de las consecuencias jurídicas penales por el hecho delic-
tivo corresponden tanto al Fiscal Provincial como al Juez encargado de resolver
el pedido” (Sala Penal Permanente. Casación N° 437-2012-San Martín, del 19
de setiembre de 2013, considerando 10).

II. LA ACCIÓN CIVIL

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 11, 12, 13, 14, 15, 98, 102,104, 106.

256 ¿En qué consiste la reparación civil?


“La reparación civil, entonces, es una de las consecuencias jurídicas del delito, que
impone, conjuntamente con la pena, a la persona responsable de la comisión de un
delito, con la finalidad de resarcir el daño ocasionado a la víctima, en razón de res-
tituirle al status anterior al desarrollo del suceso delictivo, conforme lo establece el
artículo 93 del Código Penal” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria.
Cuaderno Terminación Anticipada N° 07-2018-“02”, Sentencia de Terminación
Anticipada, Resolución Nº 5, del 27 de noviembre de 2018, considerando 15).
“(…) La reparación civil importa el resarcimiento del bien o indemnización por
quien produjo el daño delictivo cuando el hecho afectó los intereses particulares
de la víctima. Que conforme lo estipulado por el artículo 93 del Código Penal, la
reparación comprende: a) la restitución del bien o, si no es posible, el pago de su
valor, y b) la indemnización de daños y perjuicios.
La reparación civil no es una pena. Así pues, esta es la responsabilidad civil arro-
gada al autor del delito frente a quien soporta las consecuencias económicas de
su acto delictivo. Lo que nos interesa en el caso concreto es el segundo supuesto
señalado, es decir, que la reparación comprende también la indemnización por
daños y perjuicios. En este caso, resulta oportuno considerar lo que dispone el
artículo 101 del Código Penal que señala: ‘La reparación civil se rige, además,
por las disposiciones pertinentes del código Civil’. La indemnización por daños
y perjuicios es la reparación civil a favor del agraviado, esto es el derecho que
tiene la víctima sobre el autor de una conducta dañosa a que este reparte las con-
secuencias dañosas del delito” (Juzgado Supremos de Instrucción de la Corte
Suprema. Ejecución de Sentencia N° 00011-2001-0-5001-SU-PE-01, del 15 de
octubre de 2018, considerandos 4 y 5).

211
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

257 ¿
Cuál es la naturaleza jurídica de la reparación civil tramitada en
sede penal?
“El Código Penal –Título VI, capítulo I, Libro I– regula el instituto de la repa-
ración civil. El Código Procesal penal –Libro I, Sección II–, por su parte, pres-
cribe el procedimiento necesario para su persecución eficaz. Con independencia
de su ubicación formal, la naturaleza jurídica de la reparación civil es incuestio-
nablemente civil, y que aun cuando exista la posibilidad legislativamente admi-
tida de que un Juez Penal pueda pronunciarse sobre el daño y su atribución, y
en su caso determinar el quantum indemnizatorio –acumulación heterogénea de
acciones–, ello responde de manera exclusiva a la aplicación del principio de eco-
nomía procesal. Gimeno Sendra sostiene, al respecto, que cuando sostiene que el
fundamento de la acumulación de la acción civil a la penal derivada del delito es
la economía procesal, toda vez que dicho sistema permite discutir y decidir en un
solo proceso, tanto la pretensión penal, como la pretensión civil resarcitoria que
pudiera surgir como consecuencia de los daños cometidos por la acción delictuosa
y que, de ser decidida con absoluta separación en un proceso civil produciría mayo-
res gastos y dilaciones al perjudicado por el delito, debido a la onerosidad, lenti-
tud e ineficacia de nuestro ordenamiento procesal civil (Derecho Procesal Penal.
2ª ed., Editorial Colex, Madrid, 2007, p. 257).
(…)
Como se advierte, nuestro sistema procesal penal se ha adherido a la opción de
posibilitar la acumulación de la pretensión resarcitoria, de naturaleza civil, en el
proceso penal. En tal sentido Gómez Colomer expresa que, una vez aceptada la
existencia de la permisibilidad de la acumulación al proceso penal de uno civil,
toca determinar el objeto del proceso civil acumulado, que no es otro que la pre-
tensión y la resistencia, siendo el contenido de la referida pretensión, casi siempre
de naturaleza patrimonial (Derecho Jurisdiccional III. Proceso Penal. El objeto
del proceso. 12ª ed., Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2003, p. 110). En otras
palabras, la acumulación de la acción civil al proceso penal, responde sencilla-
mente a un supuesto de acumulación heterogénea de pretensiones, con fines pro-
cesales estrictos. Esta tendencia encuentra un beneficio en el hecho de que, con el
menor desgaste posible de jurisdicción, se pueda reprimir el daño público causado
por el delito y reparar el daño privado ocasionado por el mismo hecho” (Salas
Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 5-2011/CJ-116, del 6
de diciembre de 2011, considerandos 8 y 10).
“De esta manera, al emitirse una sentencia penal el Juzgador está obligado a pro-
nunciarse sobre la responsabilidad penal del agente y su respectiva responsabi-
lidad civil, las cuales fundamentan la imposición de una pena y la fijación de una
reparación civil, respectivamente. No obstante, resulta necesario precisar que la
responsabilidad penal y civil posee una naturaleza jurídica diferente, pese a tener
un presupuesto común que ocasiona la vulneración de un bien jurídico, el mismo
que normativamente infringe una norma penal y fácticamente ocasiona un daño a

212
La acción en el proceso penal

la víctima y/o perjudicado. De esta manera, resulta prudente señalar que no toda
responsabilidad penal genera una responsabilidad civil y viceversa, por lo que,
es necesario que en el caso concreto se analice las responsabilidades –penales y
civiles– que concurren en el acto ilícito del agente justiciable. Al respecto, corres-
ponde precisar que la responsabilidad civil es ‘como una técnica de tutela (civil)
de los derechos (u otras situaciones jurídicas) que tiene por finalidad imponer al
responsable (no necesariamente el autor) la obligación de reparar los daños que
este ha ocasionado’ –ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de la responsabi-
lidad civil. Lima: Editorial Rodhas, 2006, p. 42–.
En ese sentido, la consecuencia jurídica de la responsabilidad civil en nuestra nor-
mativa penal se denomina ‘reparación civil’, que está instaurada en el artículo 92
del Código Penal al establecer que ‘La reparación civil se determina conjunta-
mente con la pena’. La reparación civil, entonces, se constituye como una de las
consecuencias jurídicas del delito, que se impone –conjuntamente con la pena–
a la persona responsable de la comisión de un delito, con la finalidad de resarcir
el daño ocasionado a la víctima, en razón de restituirle al status anterior al desa-
rrollo del suceso delictivo, conforme lo establece el artículo 93 del Código Penal.
En ese sentido, este Supremo Tribunal entiende a la ‘restitución’ como aquella
‘forma de restauración de la situación jurídica alterada por el delito o devolu-
ción del bien, dependiendo del caso, al legítimo poseedor o propietario’ –GUI-
LLERMO BRINGAS, Luis Gustavo. La reparación civil en el proceso penal.
Lima: Pacífico Editores, 2011, p. 94–, siempre que se hayan vulnerado derechos
patrimoniales; asimismo, se entiende por “indemnización de daños y perjuicios”
a la forma de reestabilización de los derechos menoscabados por el delito, siem-
pre que ‘se ha vulnerado derechos no patrimoniales del perjudicado o, incluso,
habiéndose realizado la sustracción del bien’ –GUILLERMO BRINGAS, Luis
Gustavo. La reparación civil en el proceso penal. Lima: Pacífico Editores, 2011,
p. 100–” (Sala Penal Permanente. Casación N° 657-2014-Cusco, del 3 de mayo
de 2016, considerando 11).

258 ¿
Cuál es el principio que, en el proceso penal, sustenta la acumulación
heterogénea de acciones civil y penal?
“[E]l ordenamiento jurídico nacional admite que en el marco del proceso penal
se ejerciten dos acciones de distinta naturaleza: la penal y la civil, orientadas a la
consecución de fines punitivos y reparatorios, respectivamente. Y esto es así, por-
que tratándose del pago de la reparación civil en el proceso penal, la normativa
se rige por el principio de la acumulación heterogénea de acciones, conforme
lo disponen los artículos 92-101 del Código Penal, y 11-15 del CPP. Lo que sus-
tenta esta acumulación es el principio de economía procesal, criterio que ha sido
reiterado jurisprudencialmente por los Acuerdos Plenarios de la Corte Suprema”
(Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción
de Funcionarios. Exp. N° 00011-2017-7-5201-JR-PE-03, Resolución Nº 03, del
7 de agosto de 2017, considerando 7).

213
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

259 ¿A quién le corresponde el ejercicio de la acción civil en sede penal?


“El Código Procesal Penal de 2004 establece que el ejercicio de la acción civil
derivada del hecho punible corresponde al Ministerio Público y, especialmente,
al perjudicado por el delito; además, estipula que, si este último se constituye en
actor civil, cesa la legitimación del Ministerio Público para intervenir en el objeto
civil del proceso: artículo 11, apartado 1), del citado código adjetivo. En tal virtud,
la participación del Ministerio Público será por sustitución, esto es, representa un
interés privado. Por ello, su intervención cesa definitivamente cuando el actor civil
se apersona al proceso” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Ple-
nario N° 5-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, considerando 7).

260 ¿
Cuál es el fundamento para la imposición de una reparación civil en
sede penal?
“La reparación civil, que legalmente define el ámbito del objeto civil del proceso
penal y está regulada por el artículo 93 del Código Penal, desde luego, presenta
elementos diferenciadores de la sanción penal; existen notas propias y finalidad y
criterios de imputación distintos entre la responsabilidad penal y responsabilidad
civil, aun cuando comparten un mismo presupuesto: el acto ilícito causado por un
hecho antijurídico, a partir del cual surgen las diferencias respecto de su regulación
jurídica y contenido entre el ilícito penal y el ilícito civil. Así las cosas, se tiene
que el fundamento de la responsabilidad, que origina la obligación de reparar, es
la existencia de un daño civil causado por un ilícito penal, el que obviamente no
puede identificarse con ‘ofensa penal’ –lesión o puesta en peligro de un jurídico
protegido, cuya base se encuentra en la culpabilidad del agente– (la causa inme-
diata de la responsabilidad penal y la civil ex delito, infracción/daño, es distinta);
el resultado dañoso y el objeto sobre el que recae la lesión son distintos” (Salas
Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 6-2006/CJ-116, del
13 de octubre de 2006, considerando 7).
“Al respecto, es preciso traer a colación la disposiciones doctrinales establecidas
en el Acuerdo Plenario Nº 06-2006/CJ-116, de fecha trece de octubre de dos mil
seis, que al respecto, señala: ‘(…) el fundamento de la responsabilidad civil, que
origina la obligación de reparar, es la existencia de un daño civil, el que obvia-
mente no puede identificarse con ‘ofensa penal’ –lesión o puesta en peligro de un
bien jurídico protegido– cuya base se encuentra en la culpabilidad del agente (…)’
[f. j. sétimo]. Acorde con ello, queda claro que el delito, en cuanto hecho lesivo,
constituye también un hecho civilmente relevante que autoriza al agraviado o
afectado a exigir el pago de una reparación civil. Toda acción criminal apareja
no solo la imposición de una sanción punitiva, sino, además, da lugar a una res-
titución y/o indemnización. No es posible tomar en cuenta las posibilidades eco-
nómicas del procesado, sino, únicamente, la afectación sufrida por la víctima en
atención a las lesiones inferidas” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1969-2016-
Lima Norte, del 1 de diciembre de 2016, considerando 21).

214
La acción en el proceso penal

“Mediante Acuerdo Plenario Nº 1-2005/ESV-22, (…) se estableció como Ejecuto-


ria Suprema Vinculante, el Recurso de Nulidad N°948-2005-Junín (…) que consi-
dero, ‘la naturaleza de la acción civil ex - delito es distinta, (con relación a la pena)
pues tiene como finalidad reparar el daño o efecto que el delito ha tenido sobre
la víctima y, consecuentemente, debe guardar proporción con los bienes jurídico
que se afectan (…)’; que, al respecto, este Tribunal Supremo considera pertinente
precisar además qué la fijación del monto de la reparación civil debe guardar rela-
ción no con el bien jurídico abstractamente considerado, ‘sino con la afectación
concreta sobre dicho bien jurídico’; de igual forma, la fijación de dicho monto no
se regula en razón a la capacidad económica del procesado, al respecto, el prof.
García Cavero, afirma que: ‘el punto de mira de la reparación civil derivada del
delito debe centrarse en el daño producido y no en el agente o sujeto activo de
dicho daño’ (vid, La naturaleza y alcance de la reparación civil (…) en: www.itaiu-
sesto.com)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 164-2011-La Libertad, del
14 de agosto de 2012, considerando 5.2).

261 ¿Cómo debe ser entendido el daño civil?


“[E]l daño civil debe entenderse como aquellos efectos negativos que derivan
de la lesión de un interés protegido, lesión que puede originar consecuencias
patrimoniales y no patrimoniales. Una concreta conducta puede ocasionar tanto
(1) daños patrimoniales, que consisten en la lesión de derechos de naturaleza eco-
nómica, que debe ser reparada, radicada en la disminución de la esfera patrimo-
nial del dañado y en el no incremento en el patrimonio del dañado o ganancia
patrimonial neta dejada de percibir –menoscabo patrimonial–; cuanto (2) daños
no patrimoniales, circunscrita a la lesión de derechos o legítimos intereses exis-
tenciales –no patrimoniales– tanto de las personas naturales como de las personas
jurídicas –se afectan, como acota ALASTUEY DOBÓN, bienes inmateriales del
perjudicado, que no tienen reflejo patrimonial alguno– (Conforme: ESPINOZA
ESPINOZA, Juan. Derecho de la responsabilidad civil. Gaceta Jurídica, 2002,
págs. 157-159)” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario
N° 6-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, considerando 8).

262 ¿
Los delitos de peligro pueden generar daños civiles y por ende se po-
dría fijar una reparación civil en tales casos?
“Los delitos de peligro –especie de tipo legal según las características externas
de la acción– pueden definirse como aquellos en los que no se requiere que la
conducta del agente haya ocasionado un daño sobre un objeto, sino que es sufi-
ciente con que el objeto jurídicamente protegido haya sido puesto en peligro de
sufrir la lesión que se quiere evitar [el peligro es un concepto de naturaleza nor-
mativa en cuanto a que su objeto de referencia es un bien jurídico, aunque su fun-
damento, además de normativo, también se basa en una regla de experiencia o de
frecuente que es, a su vez, sintetizada en un tipo legal], sea cuando se requiere
realmente la posibilidad de la lesión –peligro concreto– o cuando según la expe-
riencia general representa en sí misma un peligro para el objeto protegido –peligro

215
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

abstracto– (BACIGALUPO ZAPATER, Enrique. Derecho Penal - Parte Gene-


ral. ARA Editores, Lima, 2004, pág. 223). Los primeros son, siempre, delitos de
resultado, y los otros son delitos de mera actividad.
A partir de lo expuesto, cabe establecer si los delitos de peligro pueden ocasionar
daños civiles y, por tanto, si es menester fijar la correspondiente reparación civil,
más allá de las especiales dificultades que en estos delitos genera la concreción
de la responsabilidad civil. Como se ha dicho, el daño civil lesiona derechos de
naturaleza económica y/o derechos o legítimos intereses existenciales, no patri-
moniales, de las personas. Por consiguiente, aun cuando es distinto el objeto sobre
el que recae la lesión en la ofensa penal y en el daño civil, es claro que, pese a
que no se haya producido un resultado delictivo concreto, es posible que existan
daños civiles que deban ser reparados.
En los delitos de peligro, desde luego, no cabe negar a priori la posibilidad de que
surja responsabilidad civil, puesto que en ellos –sin perjuicio, según los casos, de
efectivos daños generados en intereses individuales concretos– se produce una
alteración del ordenamiento jurídico con entidad suficiente, según los casos, para
ocasionar daños civiles, sobre el que obviamente incide el interés tutelado por la
norma penal –que, por lo general y que siempre sea así, es de carácter supraindi-
vidual–. Esta delictiva alteración o perturbación del ordenamiento jurídico se debe
procurar restablecer, así como los efectos que directa o causalmente ha ocasionado
su comisión [el daño como consecuencia directa y necesaria del hecho delictivo]
(conforme: ROIG TORRES, Margarita. La reparación del daño causado por el
delito. Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2000, págs. 124-125).
Por consiguiente, no cabe descartar la existencia de responsabilidad civil en esta
clase de delitos, y, en tal virtud, corresponderá al órgano jurisdiccional en lo penal
determinar su presencia y fijar su cuantía” (Salas Penales Permanente y Tran-
sitorias. Acuerdo Plenario N° 6-2006/CJ-116, del 13 de octubre de 2006, con-
siderandos 9 y 10).

263 ¿
Qué elementos deben acreditarse para la existencia de la reparación
civil?
“En ese sentido, como presupuesto para la fijación de la reparación civil, corres-
ponde analizar la existencia o no de responsabilidad civil para lo cual deberá recu-
rrir al desarrollo de los elementos de esta institución, que son los siguientes: a) El
hecho ilícito se define como aquella conducta humana que contraviene el orden
jurídico y constituye, a su vez, delito. Esta manera de obrar permite reconocer dos
mecanismos para vulnerar la norma jurídica: 1) violación de deberes que tienen
su origen en relaciones jurídicas ya existentes entre el autor y la persona afectada,
y 2) violaciones de deberes de carácter general; b) El daño ocasionado entendido
como aquel perjuicio generado a consecuencia del hecho ilícito, sea patrimonial o
extrapatrimonial. El Código Civil en sus artículos 1984 y 1985, desarrolla los crite-
rios que permiten establecer la existencia de daño; por lo que, para la cuantificación

216
La acción en el proceso penal

de los daños patrimoniales se establece criterios como el ‘lucro cesante’ [aque-


llo que ha sido o será dejado de ganar a causa del acto dañino] -MANZANARES
CAMPOS, Mercedes. Criterios para valuar el quantum indemnizatorio en la res-
ponsabilidad civil extracontractual. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2008, p. 43–
y ‘daño emergente’ [entendido como el perjuicio efectivo sufrido en el patrimonio
de la víctima, que ha perdido un bien o un derecho que ya estaban incorporados a
ese patrimonio] –MANZANARES CAMPOS, Mercedes. Criterios para valuar
el quantum indemnizatorio en la responsabilidad civil extracontractual. Lima:
Editora Jurídica Grijley, 2008, p. 40–, mientras que para la cuantificación de los
daños extrapatrimoniales el criterio es el ‘daño moral’ [aquel perjuicio moral que
afecta el mundo inmaterial, incorporal, de los pensamientos y de los sentimien-
tos] –MANZANARES CAMPOS, Mercedes. Criterios para evaluar el quan-
tum indemnizatorio en la responsabilidad civil extracontractual. Lima: Editora
Jurídica Grijley, 2008, p. 75–, el ‘daño a la persona’ [aquel que lesiona la integri-
dad física del sujeto, su aspecto psicológico y/o proyecto de vida] –MANZANA-
RES CAMPOS, Mercedes. Criterios para evaluar el quantum indemnizatorio en
la responsabilidad civil extracontractual. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2008,
p. 50–. Cabe mencionar que el ‘proyecto de vida’ es aquel ‘daño de tal magni-
tud que afecta, por tanto, la manera en que el sujeto ha decidido vivir, que trunca
el destino de la persona, que le hace perder el sentido mismo de su existencia’
–MANZANARES CAMPOS, Mercedes. Criterios para evaluar el quantum
indemnizatorio en la responsabilidad civil extracontractual. Análisis a partir de
la jurisprudencia. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2008, p. 64–. En consecuen-
cia, se entiende que el daño es ‘todo menoscabo contra los intereses de los indi-
viduos en su vida de relación social, que el Derecho ha considerado merecedores
de la tutela legal’ –TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Elementos de la Responsa-
bilidad Civil. 3ª edición. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2013, p. 39–; c) La rela-
ción de causalidad es entendida como la relación de causa-efecto (antecedente -
consecuencia) que debe existir entre la conducta antijurídica del agente y el daño
causado –TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Elementos de la responsabilidad civil.
3ª edición. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2013, p. 39–; y, d) Los factores de atri-
bución, que consisten en considerar a alguien como responsable del hecho anti-
jurídico, ya sea a título de dolo o culpa o mediante un bien riesgoso o peligroso,
advirtiéndose que en este extremo se refiere a institutos de naturaleza civil.
En ese sentido al ser la reparación civil una institución regulada por el proceso
penal, cuyo sistema de atribución de responsabilidad es netamente de carácter
civil, esta encuentra protección y regulación en todos los niveles de un proceso
judicial, inclusive en la impugnación extraordinaria: recurso de casación. Así, se
tiene que el inciso tercero del artículo 427 del Código Procesal Penal señala: ‘(…)
Si la impugnación se refiere a la responsabilidad civil, cuando el monto fijado en
la sentencia de primera o de segunda instancia sea superior a cincuenta Unida-
des de Referencia Procesal o cuando el objeto de la restitución no pueda ser valo-
rado económicamente. (…)’” (Sala Penal Permanente. Casación N° 657-2014-
Cusco, del 3 de mayo de 2016, considerandos 14 y 15).

217
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

“El hecho ilícito para efectos de la responsabilidad civil se define como aquella
conducta humana que contraviene el orden jurídico y constituye, a su vez, delito
esta manera de obrar permite reconocer dos mecanismos para vulnerar la norma
jurídica: 1) violencia de deberes que tienen su origen en relaciones jurídicas ya
existentes entre el autor y la persona afectada, y 2) violaciones de deberes de
carácter general (Casación Nº 657-2014-Cusco, de 03/05/2018, vinculante, f. j. 14).
El daño ocasionado es entendido como aquel perjuicio generado a consecuencia del
hecho ilícito, sea patrimonial o extrapatrimonial. El Código Civil en sus artículos
1984 y 1985, desarrolla los criterios que permiten establecer la existencia de daño;
por lo que, para la cuantificación de los daños patrimoniales se establece crite-
rios como: el lucro cesante (aquello que ha sido o será dejado de ganar a causa del
acto dañino) y daño emergente (entendido como el perjuicio efectivo sufrido en
el patrimonio de la víctima, que ha perdido un bien o un derecho que ya estaban
incorporados a ese patrimonio). Mientras que para la cuantificación de los daños
extrapatrimoniales el criterio es el daño moral (aquel perjuicio moral que afecta
el mundo inmaterial, incorporal, de los pensamientos y de los sentimientos) y el
daño a la persona (aquel que lesiona la integridad física del sujeto, su aspecto psi-
cológico y/o proyecto de vida). Cabe mencionar que el proyecto de vida, es aquel
daño de tal magnitud que afecta, por tanto, la manera en que el sujeto ha decidido
vivir, que trunca el destino de la persona, que le hace perder el sentido mismo de
su existencia. En consecuencia, se entiende que el daño es todo menoscabo con-
tra los intereses de los individuos en su vida de relación social, que el Derecho ha
sido considerado merecedores de tutela legal (Casación Nº 657-2014-Cusco, del
03/05/2016, vinculante, f. j. 14).
La relación de causalidad, es entendida como la relación de causa efecto (ante-
cedente-consecuencia) que debe existir entre la conducta antijurídica del agente
y el daño causado. De otro lado, los factores de atribución, consisten en consi-
derar a alguien como no responsable del hecho antijurídico, ya sea a título de
dolo o culpa o mediante un bien riesgoso o peligroso, advirtiéndose que en este
extremo se refiere a institutos de naturaleza civil (Casación Nº 657-2014-Cusco,
del 03/05/2016, vinculante, f. j. 14)” (Tercera Sala Penal Superior-CSJ de La
Libertad. Expediente N° 2249-2015-19 - Resolución N° 17, del 17 de setiembre
de 2018, considerandos 9 y 12-13).

264 ¿Qué aspectos comprende la reparación civil en sede penal?


“La reparación civil abarca el resarcimiento del daño y la indemnización de los
perjuicios materiales y morales, cuya funcionalidad debe corresponderse con las
consecuencias directas y precisas que el delito género en la victima así, la estima-
ción de su cuantía debe ser razonablemente proporcional al daño causado, esta-
bleciendo el artículo 93 del Código Penal, que la misma comprende: a) la restitu-
ción del bien o, si no es posible, el pago de su valor, y b) la indemnización de los
daños y perjuicios” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1969-2016-Lima Norte,
del 1 de diciembre de 2016, considerando 20).

218
La acción en el proceso penal

“En lo que respecta a la reparación civil, el artículo 93 del Código Penal esta-
blece: i) La restitución del bien o –de no ser posible– el pago de su valor; y, ii) la
indemnización de los daños y perjuicios. Asimismo, cabe precisar los alcances de
la Ejecutoria Vinculante N° 948-2005, del 7 de junio de 2005, en cuyo conside-
rando tercero precisó: ‘(…) la naturaleza de la acción civil ex delito es distinta,
pues tiene como finalidad reparar el daño o efecto que el delito ha tenido sobre
la víctima y, consecuentemente, debe guardar proporción con los bienes jurídi-
cos que se afectan’. Es decir, debe existir una adecuada proporción entre el monto
fijado como reparación civil y los bienes jurídicos lesionados mediante el delito
sancionado. Sin embargo, no debe dejarse de lado, la entidad de la afectación con-
creta del bien jurídico al momento de establecer el monto de la reparación” (Juz-
gado Supremo de Investigación Preparatoria. Cuaderno de Terminación Anti-
cipada N° 07-2018-“02”, Sentencia de terminación anticipada, Resolución
Nº 5, del 27 de noviembre de 2018, considerando 14).
“En ese sentido, la reparación civil comprende: 1.- el bien o su valor económico,
y 2.- el pago de daños y perjuicios. Centrándonos en lo primero, al demostrarse
el daño de un bien este deberá ser restituido por su responsable en las mismas
condiciones previas a su afectación, o en todo caso deberá pagar el valor moneta-
rio del mismo; en concreto, la devolución del bien o su pago. No obstante, corres-
ponde precisar que si el bien es restituido fácticamente o a través de su valor eco-
nómico, también existe la posibilidad del pago de un monto dinerario por concepto
de daños y perjuicios” (Sala Penal Permanente. Casación N° 657-2014-Cusco,
del 3 de mayo de 2016, considerando 17).

265 ¿
Cómo debe ser entendida la restitución del bien y la indemnización
de daños y perjuicios como componentes de la reparación civil?
“[E]ste Supremo Tribunal entiende a la ‘restitución’ como aquella ‘forma de res-
tauración de la situación jurídica alterada por el delito o devolución del bien,
dependiendo del caso, al legítimo poseedor o propietario’, siempre que se hayan
vulnerado derechos patrimoniales. Asimismo, se entiende por ‘indemnización
de daños y perjuicios’ como aquella forma de reestabilización de los derechos
menoscabados por el delito, siempre que ‘se ha vulnerado derechos no patrimo-
niales del perjudicado o incluso habiéndose realizado la sustracción del bien’
(Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Cuaderno de Terminación
Anticipada N° 07-2018-“02”, Sentencia de terminación anticipada. Resolución
Nº 5, del 27 de noviembre de 2018, considerando 15).

266 ¿Qué aspectos comprende la indemnización del daño?


“El artículo 93 del Código Penal debe concordarse con el artículo 1985 del Código
Civil que señala ‘La indemnización comprende las consecuencias que deriven de la
acción u omisión generadora el daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la per-
sona y el daño moral, debiendo existir una relación de causalidad adecuada entre
el hecho y el daño producido. El monto de la indemnización devenga intereses

219
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

legales desde la fecha en que se produjo el daño’. En el caso de autos, el daño a la


persona comprende el daño emergente, el daño corporal y el daño psicológico”
(Sala Penal Permanente. R.N. N° 1969-2016-Lima Norte, del 1 de diciembre
de 2016, considerando 22).

267 ¿Qué aspectos abarca el daño emergente?


“El daño, en sentido jurídico, constituye todo menoscabo, pérdida o detrimento
de la esfera jurídica patrimonial o extra patrimonial, erigiéndose, en tal sentido,
como uno de los presupuestos de la responsabilidad civil extra contractual. La
cuantificación del daño emergente no debe perder de vista, en principio, los efec-
tos materiales del delito. Y asimismo, las secuelas en la personalidad de la víc-
tima” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1969-2016-Lima Norte, del 1 de diciem-
bre de 2016, considerando 23).

268 ¿Qué aspectos deben ser considerados en el lucro cesante?


“Lucro cesante.- La medición del lucro cesante surge a partir de ciertos indicado-
res objetivos, entre ellos, la ocupación laboral o vocación estudiantil, que permi-
tan fijar una suma proporcional con la pérdida de ingresos económicos futuros.
Se refiere, concretamente, a la falta de ganancias que lícitamente se hubiera pro-
ducido a favor del perjudicado, en caso que el delito no se hubiera perpetrado”
(Sala Penal Permanente. R.N. N° 1969-2016-Lima Norte, del 1 de diciembre
de 2016, considerando 25).

269 ¿Qué aspectos abarca el daño moral?


“Daño moral.- El daño moral, cuya incidencia no repercute en el patrimonio, entraña
una perturbación a las condiciones anímicas, canalizadas mediante sentimientos
de angustia, tristeza y desánimo, entre otros, siendo una característica común el
padecimiento emocional o psicológico del afectado por el delito, sea el agraviado
directamente con la acción delictiva, o en su caso, los familiares con una íntima
vinculación afectiva. El artículo 1984 del Código Civil señala: ‘El daño moral es
indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo producido a la víctima
o a su familia’. Aun cuando no existan parámetros para cuantificar los perjuicios
morales, conforme a la doctrina, conviene destacar los siguientes criterios y pau-
tas para evaluar el daño moral: i) La gravedad del daño, que es más grave, mien-
tras más intensa sea la intervención del responsable en el hecho; ii) La intensi-
dad del padecimiento anímico, debiéndose valorar la duración del dolor que está
en función a la edad y sexo del afectado; iii) La sensibilidad de la persona per-
judicada; iv) El vínculo de parentesco o convivencia. En base a lo expuesto, el
perjuicio moral está suficientemente probado y deviene de la naturaleza aflictiva
del delito y las consecuencias que acarrea [deformación grave y permanente del
rostro, no rectificables naturalmente], generando en la agraviada Lizeth Rosario
Socla Guillén una percepción de minusvalía e inferioridad, así como un intenso
sufrimiento. Son datos de la realidad, extraídos de la experiencia común y están

220
La acción en el proceso penal

avalados por las conclusiones del Protocolo de Pericia Psicológica Nº 020032-


2012-PSC, de fojas ciento cincuenta y tres. El hecho delictivo en su perjuicio le
ocasiono intranquilidad e inseguridad, sensaciones de amenaza, autopercepción
de vulnerabilidad y temor al agresor; todo ello relacionado con el contexto de vio-
lencia familiar descrito, requiriendo terapia psicológica. El padecimiento por la
agresión física afecto severamente la psiquis de la víctima, percibiéndola como
estigmatizada a nivel social. Los hechos tuvieron lugar en el contexto de una rela-
ción de convivencia. Es preciso reconocer que toda agresión física y psicológica
contra la mujer es un acto especialmente grave y reprobable. Generalmente, estos
hechos son cometidos aprovechando su estado de vulnerabilidad y abusando de la
posición del poder que despliega el agresor. El artículo 5 de la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos, estipula que ‘Toda persona tiene derecho a que
se respete su integridad física, psíquica y moral’. En concordancia con ello, el Cri-
terio Axiológico asumido por esta Sala Penal Suprema para la determinación de
la pena, debe ser también aplicado para la cuantificación de la reparación civil.
Constituye un criterio generalizado para la aplicación de las consecuencias jurí-
dicas. Y es que, según se indicó anteriormente, tiene como finalidad generar un
efecto inhibitorio de la violencia de género y, además, se impulsa en una pers-
pectiva de justicia por la sensibilidad social del hecho punible y de reivindicación
por los daños ocasionados. Si bien el daño moral es incuantificable, su estimación
está sujeta a la discrecionalidad del órgano jurisdiccional, dado su carácter ideal
y subjetivo, tomado en cuenta los factores expuestos. Por lo tanto, asumiendo una
función tuitiva, debe fijarse equitativamente la suma de treinta mil nuevos soles
por concepto de daño moral” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1969-2016-Lima
Norte, del 1 de diciembre de 2016, considerando 26).

270 ¿
En qué etapa del proceso penal la pretensión civil debe estimarse
como postulatoria?
“[E]l Colegiado comparte la argumentación del Juzgador en el sentido que la pre-
tensión de carácter civil en un proceso penal, específicamente, en la etapa de in-
vestigación preparatoria, debe estimarse como postulatoria, inicial y, por tanto,
de carácter provisional. Y es que, en efecto, tenemos en cuenta que el avance de
las etapas procesales tiene incidencia en el nivel de fundamentación que es del
caso exigir a los actores del proceso, fundamentalmente, al Ministerio Público y
al actor civil, como titulares de la acción penal y civil, respectivamente. Que al
igual que en la imputación penal, en la imputación civil también transcurre una
delimitación progresiva del posible objeto procesal, cuya versión acabada deberá
ser cumplida luego que el fiscal decida si efectúa un requerimiento de sobresei-
miento o de acusación.
[E]l Colegiado considera que la Procuraduría Pública ad hoc no está ejercitando
su pretensión resarcitoria dentro de un proceso civil, sino en un proceso penal,
y se encuentra vinculada a la comisión de un hecho delictivo. Es por esta razón
que el inciso 2, artículo 100 del CPP, establece como uno de los requisitos de la
constitución en actor civil, el relato circunstanciado del delito en su agravio y la

221
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

exposición de las razones que justifican su pretensión; y que además se precise el


nombre del imputado, o en su caso del tercero civil contra quien se va a proceder.
Que es a partir de su constitución como parte en el proceso, y conforme prescribe
el artículo 104 del CPP, que el actor civil contará con una serie de prerrogativas
de índole procesal que le facultan a participar en los actos de investigación y de
prueba, y ejecutar las demás facultades que se le reconocen” (Sala Penal Nacio-
nal de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios.
Exp. N° 00011-2017-7-5201-JR-PE-03, Resolución N° 03, del 7 de agosto de
2017, considerandos 11 y 12).

271 ¿Quién tiene la carga de la prueba sobre el objeto civil en sede penal?
“Teniendo la pretensión de reparación civil acumulada al proceso penal una natu-
raleza jurídica estrictamente civil, la carga de probar corresponde a quien afirma
los hechos que configuran su pretensión (artículo 196 del Código Procesal Civil),
esto es, el actor civil sobre el objeto civil del proceso (artículo 11.1 del Código
Procesal Penal); por consiguiente, si la parte no acredita con medios probatorios
los hechos que h afirmado en su demanda, estos no se tendrán por verdadero y
su demanda será declarada infundada (artículo 200 del Código Procesal Civil).
Si bien se está frente a una pretensión de índole resarcitoria, la Ley Procesal exige
que el perjudicado –que ejerce su derecho de acción civil– precise específicamente
el quantum indemnizatorio que pretende. Ello conlleva a que individualice el tipo
y alcance de los daños cuyo resarcimiento pretende y cuanto corresponde a cada
tipo de daño que afirma haber sufrido. Con esta medida la norma procesal persi-
gue dar solución a un problema sumamente grave en nuestro ordenamiento judi-
cial pues con el transcurrir del tiempo la práctica tribunalicia revela que los mon-
tos dinerarios que se establecen por concepto de reparación civil en sede penal
son relativamente menores y no guardan relación ni proporción con el hecho que
forma parte del objeto procesal (Acuerdo Plenario N° 5-2011/CJ-116, del 06/12/2011,
f. j. 15)” (Tercera Sala Penal Superior-CSJ de La Libertad. Expediente N° 2249-
2015-19 - Resolución N° 17, del 17 de setiembre de 2018, considerandos 18 y 19).

272 ¿
El sobreseimiento de la causa o la absolución del imputado impiden
la determinación de la imposición de la reparación civil?
“Sin lugar a dudas, la modificación más importante del Código Procesal Penal en
el ámbito de la acción civil incorporada al proceso penal se ubica en el artículo 12,
apartado 3), del referido código, que estipula que la sentencia absolutoria o el
auto de sobreseimiento no impedirán al órgano jurisdiccional pronunciarse sobre
la acción civil derivada del hecho punible válidamente ejercida, cuando proceda.
Esto significa, en buena cuenta, que cuando se sobresee la causa o se absuelve al
acusado no necesariamente la jurisdicción debe renunciar a la reparación de un
daño que se ha producido como consecuencia del hecho que constituye el objeto
del proceso, incluso cuando ese hecho –siempre ilícito– no puede ser calificado
como infracción penal” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Ple-
nario N° 5-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, considerando 7).

222
La acción en el proceso penal

“Que es de dilucidar lo relativo a la reparación civil –en cuanto derecho de la víc-


tima–, bajo el entendimiento de que una absolución o un sobreseimiento no nece-
sariamente importa o motiva la improcedencia de su declaración y ulterior deter-
minación. La opción normativa que admitió el artículo 12, apartado 3, del Código
Procesal Penal, no solo ratificó la diferencia entre la acción penal y civil –los cri-
terios de imputación son propios, no necesariamente coincidentes, en tanto que
la acción civil es ex damno y se sigue por las reglas del Código Civil (preceptos
de naturaleza civil), al tratarse incluso de un proceso civil acumulado al penal–.
Además, el sistema que acepto el Código Procesal Penal, a diferencia del que asu-
mió el Código de Procedimientos Penales (accesoriedad estricta), es el de auto-
nomía de la acción civil en relación a la suerte de la acción penal, por lo que, sin
perjuicio de lo determinado en relación al objeto penal, corresponde al juez deci-
dir si se presentan los criterio de imputación propios de una conducta ilícita que
ocasionó un daño indemnizable, conforme al artículo 1969 el Código Civil. En
estas condiciones, el órgano jurisdiccional penal aun cuando sobreseyera la causa
o absolviera al imputado, mediando una pretensión civil, debe examinar, desde
las bases del Derecho Civil, si se produjo un daño indemnizable y proceder en su
consecuencia” (Sala Penal Permanente. Casación N° 1535-2017-Ayacucho, del
26 de setiembre de 2018, considerando 3).
“Que, de la revisión de los actuados se advierte que los argumentos alegados por
la querellada Cáceres Calderón, como sustentación del recurso de casación, mate-
ria de calificación, carecen de sustento y no resultan atendibles por cuanto, en
primer lugar, el inciso tercero del artículo doce del Código Procesal Penal, esta-
blece que ‘la sentencia absolutoria (...) no impedirá al órgano jurisdiccional pro-
nunciarse sobre la acción civil, derivada del hecho punible válidamente ejercida
cuando proceda’, por tanto, correspondía al Juez Unipersonal fijar en la sentencia
absolutoria de primera instancia, el monto por concepto de reparación civil fijada
por la querellante en la denuncia de parte (…)” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 179-2011-Arequipa, del 20 de enero de 2012, considerando 4).

273 ¿
Si se descarta la tipicidad dolosa en la conducta imputada, ello impi-
de la atribución de la responsabilidad civil por culpa?
“(…) Si bien la actora civil sustento la responsabilidad civil en una conducta dolosa
de la referida imputada, a tono con los cargos que se formularon contra ella desde
el Informe Especial de la Contraloría General de la República y la Fiscalía Provin-
cial, el hecho de que en segunda instancia se descartó la tipicidad dolosa en modo
alguno impide sostener su pretensión impugnatoria en sede de casación bajo una
atribución culposa. Se trata de una misma petición de condena y, desde la causa
de pedir, de los mismo hechos empíricos tal como acontecieron en la realidad –la
norma material asocia efectos jurídicos a la modalidad tanto dolosa cuanto cul-
posa–: lo sucedido con el retraso o demora –al retener la documentación que se
le envió a su Despacho– para contestar la solicitud de ampliación del plazo para
la entrega de los gaviones comprometidos” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 1535-2017-Ayacucho, del 26 de setiembre de 2018, considerando 5).

223
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

274 ¿
Cuándo se emite una sentencia absolutoria, el órgano jurisdiccional
debe realizar un examen autónomo y específico sobre la reparación
civil?
“(…) La imprudencia imputable a la encausada Huancahuari Paucar es evidente,
no tuvo el cuidado debido de pronunciarse inmediatamente y seguir, con rapidez,
la tramitación de un pedido en el que las instancias técnicas no lo habían consi-
derado viable. Su atraso injustificable e indisculpable dio lugar a que se conceda
un plazo que no correspondía y que se ejecuten las penalidades correspondientes.
Que, por tanto, el Tribunal Superior al haber dictado una sentencia absolutoria no
cumplió con realizar un examen específico acerca de la reparación civil, bajo el
entendido de que si media una absolución no cabe la imposición de la reparación
civil. La sentencia, en este punto, no es fundada en derecho y, en pureza, incu-
rrió en un error iuris respecto de las reglas, materiales y procesales, ya mencio-
nadas sobre la reparación civil.
La encausada Huancahuari Páucar, en consecuencia, es responsable civil por el
daño ocasionado a la institución que dirigía. El monto, en su día, fue fijado por el
Juzgado Penal. Este no fue impugnado por la Procuraduría Pública del Estado y
en sus alegaciones la parte acusada no incidió en el mismo. Siendo así, solo cabe
confirmarlo, pues no hace falta para ratificar un nuevo debate” (Sala Penal Per-
manente. Casación N° 1535-2017-Ayacucho, del 26 de setiembre de 2018, con-
siderandos 6 y 7).

275 ¿
Qué aspectos relacionados a la reparación civil se pueden impugnar
en sede penal?
“La reparación civil, como se precisó, por una cuestión de economía procesal-
judicial busca resolver dentro del proceso penal, y si así lo decide la parte per-
tinente, el cuestionamiento de carácter civil, es decir, verificar la existencia de
un daño y determinar su responsable. Ello se hace con el único fin de celeridad,
mas cabe la posibilidad que se opte por una resolución en la Orden Jurisdiccional
Civil, siendo esta excluyente de la vía penal y viceversa. Así, se puede afirmar
que en un proceso penal se puede impugnar dos aspectos: 1.- la existencia de res-
ponsabilidad civil, o 2.- el monto dinerario que se impone por concepto respon-
sabilidad civil” (Sala Penal Permanente. Casación N° 657-2014-Cusco, del 3
de mayo de 2016, considerando 18).

276 ¿
La calidad del bien restituido como parte de la reparación civil podrá
analizarse en sede del proceso penal?
“En ese sentido, si la responsabilidad civil está demostrada, prima facie se orde-
nará –de ser posible– la devolución del bien, sino su valor monetario. Si el bien
es restituido no se podrá discutir la calidad de este bien en un proceso penal, y
solo podrá cuestionarse el monto que se imponga por daños y perjuicios, dejando
a salvo la posibilidad de que la parte civil cuestione, en lo pertinente, la calidad

224
La acción en el proceso penal

del bien en un proceso judicial diferente –jurisdicción civil–, buscando así satis-
facer sus intereses legales.
Analizar la calidad y características del bien que se ordena restituir como parte
de la reparación civil dentro de un proceso penal implica un mayor bagaje proba-
torio, que no es competencia del Juez Penal; es decir, emitir un pronunciamiento
jurisdiccional referido al bien –en sí mismo discutido– resultaría ir más allá de
un proceso de determinación de responsabilidad civil, pues ello sería entrar en
un proceso distinto al de la determinación de su responsabilidad. Resultando ello
imposible, dado que la importación de la institución de la responsabilidad civil al
proceso penal surge por estricta necesidad y en base a un principio de celeridad
con la finalidad de evitar la peregrinación de jurisdicciones; característica que no
se cumplen para la importación de alguna otra institución –por ejemplo, derechos
reales–” (Sala Penal Permanente. Casación N° 657-2014-Cusco, del 3 de mayo
de 2016, considerandos 20 y 21).

225
CAPÍTULO V

MEDIOS TÉCNICOS
DE DEFENSA
CAPÍTULO V

MEDIOS TÉCNICOS DE DEFENSA

I. LA CUESTIÓN PREVIA

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 4, 7, 8, 9.

277 ¿Cuándo procede una cuestión previa?


“La cuestión previa procede cuando no concurren los requisitos de procedibi-
lidad, en ese sentido, la cuestión a determinar es si al momento de formalizar
denuncia penal (…) tenía que cumplirse con algún requisito de procedibilidad,
el mismo que debe entenderse como condiciones legales para ejercer la acción
penal” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 184-2013-Lima, del 24 de setiembre
de 2014, considerando 4.2).
“[C]onstituye un medio de defensa técnico dirigido contra la acción penal al
haberse inobservado un requisito necesario previsto taxativamente en la ley
para iniciar debidamente el proceso judicial” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 1660-2010-Lambayeque, del 8 de junio de 2011, considerando 4).
“La cuestión previa procede cuando el Fiscal decide continuar con la Investiga-
ción Preparatoria omitiendo un requisito de procedibilidad explícitamente pre-
visto en la Ley [numeral uno, del artículo cuatro, del Código Procesal Penal de dos
mil cuatro]. ‘Constituye un obstáculo al inicio del proceso penal, a su promoción.
Como tal, controla el debido cumplimiento de las condiciones, legalmente pre-
vistas, para una correcta iniciación del proceso penal’” (Sala Penal Permanente.
Apelación Suprema N° 15-2017, del 14 de marzo de 2018, considerando 2.5).
“[L]as cuestiones previas se declaran procedentes, aun de oficio, cuando en la
acción penal no concurre algún requisito de procedibilidad. Por su parte, la doc-
trina estableció que este es aquel requisito especial y expresamente previsto por
la Ley que condiciona el ejercicio de la acción penal en ciertos presupuestos fác-
ticos, pues es solo a partir de su verificación que el ilícito penal es perseguible”
(Sala Penal Transitoria. R.N. N° 892-2013-Huaura, del 11 de noviembre de
2014, considerando 3).
“La cuestión previa procede cuando no concurren los requisitos de procedibi-
lidad, en ese sentido, la cuestión a determinar es si al momento de formalizar
denuncia penal (…) tenía que cumplirse con algún requisito de procedibilidad,
el mismo que debe entenderse como condiciones legales para ejercer la acción

229
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

penal” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 184-2013-Lima, del 24 de setiembre


de 2014, considerando 4.2).

II. LA CUESTIÓN PREJUDICIAL

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 5, 7, 8, 106.

278 ¿Cuándo procede una cuestión prejudicial?


“La cuestión prejudicial es un medio técnico de defensa que resulta operante cuando
fuera necesaria una declaración en vía extrapenal acerca del carácter delictuoso
del hecho incriminado, lo que supone que el factum denunciado se encuentre
vinculado a cuestiones de carácter civil o administrativo que previamente deban
ser resuelto para la continuación del proceso judicial penal” (Sala Penal Perma-
nente, Casación N° 11-2011-Huara, del 9 de noviembre de 2011, considerando 6).
“(…) la Cuestión Prejudicial (…) establece que cuando se ha declarado fundada,
se suspende el proceso, hasta que en la vía respectiva se resuelva en forma defini-
tiva, reiniciándose el plazo de prescripción a partir de ella” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 76-2010-Arequipa, del 27 de abril de 2011, considerando 5).

279 ¿
Qué consecuencias conlleva el que se declare fundada la cuestión pre-
judicial planteada?
“1. La cuestión prejudicial procede cuando el fiscal decide continuar con la In-
vestigación Preparatoria) pese a que fuere necesaria en vía extra-penal una
declaración vinculada al carácter delictuoso del hecho incriminado.
2. Si se declara fundada, la Investigación Preparatoria se suspende hasta que en la
otra vía recaiga resolución firme. Esta decisión beneficia a todos los imputados
que se encuentren en la misma situación jurídica y que no la hubieren deducido”
(Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario Extraordinario
N° 3-2012/CJ-116, del 25 de marzo de 2012, considerando 10).

280 ¿En qué oportunidad se puede interponer una cuestión prejudicial?


“Respecto a la oportunidad de 1a proposición de una cuestión prejudicial, el artículo
7 del CPP precisa de modo general que la cuestión previa, cuestión prejudicial y
las excepciones se plantean una vez que e1 Fiscal haya decidido continuar con las
investigaciones preparatorias o al contestar la querella ante el Juez y se resolve-
rán necesariamente antes de culminar la Etapa Intermedia (numeral 1)” (Tercer
Juzgado Penal de Investigación Preparatoria de Trujillo. Exp. Nº 1827-2008,
Resolución del 20 de octubre de 2008, considerando 3).

230
Medios técnicos de defensa

III. LAS EXCEPCIONES

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 6, 7, 8, 9, 84.10, 323.2.c.

281 ¿Cuál es el fundamento primario de las excepciones procesales?


“El fundamento primario de las excepciones procesales previas radica en la con-
veniencia y necesidades de su planteamiento y resolución antes de la entrada al
juicio, para evitar las consecuencias que resultarían si se obligase al imputado a
permanecer innecesariamente sujeto al proceso, cuando existen circunstancias
que autorizan a impedir –provisoria o definitivamente– la constitución de la rela-
ción jurídica procesal” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Exp.
N° 8-2018-“02”, Resolución Nº 2, del 4 de diciembre de 2018, considerando 3).

282 ¿En qué consisten las excepciones procesales?


“Para nuestro ordenamiento procesal penal, las excepciones son mecanismos
legales otorgadas al imputado para obstaculizar la acción penal, anulándola
(en caso de existir alguna causal de extinción de la acción penal) o regularizando
su tramitación (en caso de existir algún error en la vía procedimental), y han sido
calificados como una manifestación del derecho de acción (contradicción) y de
defensa del imputado, por medio del cual solicita a la autoridad judicial lo libere
de la pretensión punitiva formulada en su contra” (Juzgado Supremo de Investi-
gación Preparatoria. Exp. N° 8-2018-“02”, Resolución Nº 2, del 4 de diciem-
bre de 2018, considerando 4).

III.1. Excepción de improcedencia de acción

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 6.1.b, 6.2.

283 ¿Cuál es el objeto de la excepción de improcedencia de acción?


“Una de las excepciones establecidas por el Código Procesal Penal vigente, es la
de improcedencia de acción que tiene a extinguir la acción penal cuando se alega
a los hechos denunciados no constituyen delitos o no son justiciables penalmente,
como lo establece el artículo 6, inciso b), del Código Procesal Penal. Es un medio
de defensa técnico que tiene por cometido atacar el ejercicio de la acción penal
para extinguirlo o anularlo mediante su archivo definitivo” (Juzgado Supremo
de Investigación Preparatoria. Exp. N° 8-2018-“02”, Resolución Nº 2, del 4 de
diciembre de 2018, considerando 5).
“La excepción de improcedencia de acción, como los demás medios técnicos de
defensa, tiene por objeto atacar la acción penal o, con más precisión, la relación
jurídico-procesal que surge a partir de su ejercicio. Para tal fin, el artículo 6, apar-
tado 1, literal b), del Código Procesal Penal (CPP), establece su procedencia en los
siguientes supuestos: i) cuando el hecho no constituye delito y ii) cuando el hecho

231
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

no es justiciable penalmente. El análisis de ambos supuestos implica contrapo-


ner el contenido fáctico de la imputación fiscal, normalmente contenida en la dis-
posición de formalización y continuación de investigación preparatoria o, como
en este caso, contenida en la acusación fiscal, conforme a la descripción norma-
tiva que la ley penal material prescribe” (Sala Penal Nacional de Apelaciones
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios-Colegiado A. Exp.
N° 4-2015-51/Resolución N° 3, del 5 de diciembre de 2018, considerando 1).

284 ¿
Bajo qué criterios procede interponer una excepción de improceden-
cia de acción?
“El artículo 6, literal b) del Código Procesal Penal de 2004, regula el instituto pro-
cesal de la improcedencia de acción. La referida excepción es un medio de defensa
contra la acción penal que procede, cuando el hecho denunciado no constituye
delito o no es justiciable penalmente. La improcedencia de acción, por tanto, com-
prende dos supuestos; el primero, relacionado a todos aquellos casos de atipicidad
penal absoluta o relativa del hecho objeto de imputación o de la concurrencia de
una casa de justificación; y un segundo supuesto, que hace referencia a la ausencia
de una condición objetiva de punibilidad o a la presencia de una causal personal
de exclusión de pena o excusa absolutoria” (Segunda Sala Penal Transitoria.
Casación N° 392-2016-Arequipa, del 12 de setiembre de 2017, considerando 12).
“Que desde ya cabe afirmar que la excepción de improcedencia de acción pre-
senta dos alcances, conforme lo establece el artículo 6, apartado 1, literal b, del
Nuevo Código Procesal Penal: 1. El hecho no constituye delito. 2. El hecho no es
justificable penalmente. El primer punto abarca la antijuricidad penal del objeto
procesal: tipicidad y antijuridicidad. El segundo se ubica en la punibilidad y com-
prende la ausencia de una condición objetiva de punibilidad o la presencia de una
causa personal de exclusión de la pena o excusa absolutoria –son circunstancias
que guardan relación con el hecho o que excluyen o suprimen la necesidad de
pena– [SAN MARTÍN CASTRO, César Eugenio. Derecho Procesal Penal. Lec-
ciones, Lima: INPECCP, 2015, página 284]” (Sala Penal Transitoria. Casación
N° 407-2015-Tacna, del 7 de julio de 2016, considerando 4).
“La excepción de improcedencia de acción, como los demás medios técnicos de
defensa, tiene por objeto atacar la acción penal o, con más precisión, la relación
jurídico-procesal que surge a partir de su ejercicio. Para tal fin, el artículo 6, apar-
tado 1, literal b), del Código Procesal Penal (CPP), establece su procedencia en
los siguientes supuestos: i) cuando el hecho no constituye delito y ii) cuando el
hecho no es justiciable penalmente. El análisis de ambos supuestos implica con-
traponer el contenido fáctico de la imputación fiscal, normalmente contenida en
la disposición de formalización y continuación de investigación preparatoria o,
como en este caso, contenida en la acusación fiscal, conforme a la descripción
normativa que la ley penal material prescribe” (Sala Penal Nacional de Apela-
ciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A.

232
Medios técnicos de defensa

Expediente Nº 0004-2015-5201-JR-PE-02, Resolución Nº 3, del 5 de diciem-


bre de 2018, considerando 1).

285 ¿
Qué aspectos concernientes al principio de legalidad deben ser anali-
zados al interponerse una excepción de improcedencia de acción?
“Esta excepción nos evoca directamente al principio de legalidad, el cual consa-
gra que solo son delitos o faltas, aquellas acciones u omisiones que al momento
de su comisión se encontraban sancionadas como tal en la ley penal (nullum cri-
men nullun poena sine lege praevia). Es la garantía de un estado de derecho que
los ciudadanos únicamente puedan ser sancionados con la pena estatal, cuando
sus configuraciones conductivas en el momento de su realización se describían
en definiciones legales, que son denominados: tipos penales. La reserva de la ley
como única fuente productora de convenciones penales se deriva del Estado Cons-
titucional de Derecho, donde el monopolio de la criminalización primaria es exclu-
siva función del poder legislativo y se constituye en la máxima garantía –tanto
política como jurídica de los ciudadanos–. El significado político del principio de
legalidad vigente: representa una valla para la evocación punitiva del Estado, una
garantía que protege al individuo frente al poder penal.
No podrá procederse penalmente si la imputación no refiere a una acción u omi-
sión definida con anterioridad a la comisión del hecho como delito en ley (en sen-
tido formal y material) vigente. En consecuencia, si la acción u omisión descrita
en la conducta humana imputada se subsume formalmente en el tipo penal –tanto
en sus elementos constitutivos objetivos como subjetivos– y si esta luego de ser
confrontada con valores jurídicos de orden superior no es justificada, entonces
estamos ante un injusto penal que amerita ser justiciable penalmente.
(…)
Habiéndose deducido excepción de improcedencia de acción, porque los hechos no
constituyen delito, siendo que esta excepción ataca la parte medular de la acción,
que recae sobre los elementos constitutivos de la acción o de la omisión, que al
faltar uno de ellos, sea en su aspecto objetivo o su correspondiente vertiente sub-
jetiva del injusto (dolo o culpa), lo que conlleva indefectiblemente en base al juicio
de legalidad penal declarar la atipicidad de la conducta. En este sentido, es per-
tinente analizar, si existen o no circunstancias de atipicidad absoluta o relativa”
(Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Exp. N° 8-2018-“02”, Reso-
lución Nº 2, del 4 de diciembre de 2018, considerandos 6 y 13).
“La excepción de improcedencia de acción es un medio de defensa que cuestiona
tanto la tipicidad como la punibilidad del hecho. En el primer caso, procede cuando
el objeto de imputación no se adecua en absoluto al tipo (atipicidad absoluta) o
no concurren todos los elementos típicos que la conforman (atipicidad relativa).
Ahora bien, en el ámbito de la tipicidad debe considerarse tanto la congruencia de
los elementos objetivos (tipo objetivo) como los subjetivos (tipo subjetivo), con los
términos en que se encuentra descrita la imputación fiscal, es decir, la ausencia de

233
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

los elementos subjetivos del tipo penal también fundamentan que se declare fun-
dada la improcedencia de acción. El segundo supuesto está vinculado a la puni-
bilidad o penalidad (las excusas absolutorias) que excluye el hecho.
Por ello, la excepción de improcedencia de acción cuestiona si el hecho no consti-
tuye delito o no es justiciable penalmente, trayendo como efectos sobreseer defini-
tivamente el proceso” (Sala Penal de Apelaciones de la CSJ de Lima. Incidente
N° 00049-2011-2-1826-JR-PE-01, del 18 de noviembre de 2011, considerando 6).

286 ¿
Cuáles son los supuestos que quedan comprendidos bajo el criterio
de que “el hecho no constituye delito” para la interposición de la ex-
cepción de improcedencia de acción?
“Que el hecho no constituya delito significa que la conducta que se incri-
mina como delito no lo es dentro del ordenamiento penal al momento de su
comisión, que se trata de una cuestión de atipicidad (atipicidad absoluta), o
ausencia de alguno de los elementos del tipo penal, cuando la conducta no con-
cuerda con la descripción típica materia del proceso (atipicidad relativa); así
pues, por ser una excepción de carácter perentorio, se dirige a extinguir la rela-
ción jurídica procesal por falta de fundamento jurídico válido de la acción penal
ya promovida. Mediante su interposición el órgano decidor está obligado a pro-
nunciarse sobre el fondo del proceso y no sobre cuestiones meramente formales”
(Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Exp. N° 8-2018-“02”, Reso-
lución Nº 2, del 4 de diciembre de 2018, considerando 5).
“La alusión a que el hecho denunciado no constituya delito, comprende dos supues-
tos: a) que la conducta incriminada no esté prevista como delito en el ordena-
miento jurídico penal vigente, es decir, la conducta imputada no concuerda con
ninguna de las descritas en la ley penal. No es una falta de adecuación a un tipo
existente, sino la ausencia absoluta del tipo, por lo que estaríamos ante un caso
de atipicidad absoluta por falta de adecuación directa; y, b) que el suceso fáctico
no se adecúe a la hipótesis típica de la disposición penal preexistente, invocada
en la investigación o acusación fiscal, esto es, cuando el hecho está descrito en la
ley, pero la conducta adolece de algún elemento del tipo: sujeto –activo y pasivo–,
conducta –elementos descriptivos, normativos o subjetivos– y objeto –jurídico y
material–, por lo que en estos casos se estaría frente a un caso de atipicidad rela-
tiva, por falta de adecuación indirecta” (Segunda Sala Penal Transitoria. Casa-
ción N° 392-2016-Arequipa, del 12 de setiembre de 2017, considerando 13).

287 ¿
Cuáles son los supuestos que quedan comprendidos bajo el criterio
de que “el hecho no es justiciable penalmente” para la interposición de
la excepción de improcedencia de acción?
“En cuanto a que el hecho no es justiciable penalmente, este se ubica en la puni-
bilidad y comprende la ausencia de una condición objetiva de punibilidad o la
presencia de causa personal de exclusión de la pena o excusa absolutoria son

234
Medios técnicos de defensa

circunstancias que guardan relación con el hecho o que excluyen o suprimen la


necesidad de una pena, tal y como lo señala Corte Suprema en el fundamento jurí-
dico 4º de la Sentencia de Casación Nº 407-2015-Tacna.
En el mismo similar sentido la Sala Penal de Apelaciones Especializada en de-
litos de Corrupción de Funcionarios en la resolución Nº 02, del 28 de agosto de
dos mil diecisiete señala que este supuesto se da, cuando a pesar de verificarse los
supuestos configurativos de una conducta típica, la consecuencia jurídico penal
no es la solución al conflicto jurídico, al estar por ejemplo, ante la inexistencia de
una condición objetiva de punibilidad o de verificarse la existencia de una excusa
absolutoria (Expediente Nº 160-2014-279).
De esta forma podremos afirmar que el hecho imputado no es justiciable penal-
mente cuando pese a que existe una conducta típica, antijurídica y culpable, sin
embargo, está excluida la penalidad, como en los casos que se presentan las excu-
sas absolutorias y cuando existe ausencia de una condición objetiva de punibilidad
prevista por la ley para el delito imputado” (Tercer Juzgado Nacional de Inves-
tigación Preparatoria. Exp. N° 00032-2017, Resolución N° 05, del 31 de enero
de 2018, considerandos 17-19).

288 ¿
Qué aspectos únicamente debe tomar en cuenta el juez de investiga-
ción preparatoria al momento de evaluar una excepción de improce-
dencia de acción?
“Que, ahora bien, es obvio que para deducir una excepción de improcedencia de
acción se debe partir de los hechos descritos en la Disposición Fiscal de Formali-
zación de la Investigación Preparatoria. A su vez, el juez, al evaluar dicha excep-
ción, solo debe tener en cuenta los hechos incorporados por el fiscal en el acto de
imputación pertinente.
En efecto, la excepción de improcedencia de acción se concreta, por su propia
configuración procesal, en el juicio de subsunción normativa del hecho atribuido
a un injusto penal o a la punibilidad, en tanto categorías del delito, distintas de
la culpabilidad –tanto como juicio de imputación personal cuanto como ámbito
del examen de su correlación con la realidad– [Recuso de Nulidad número seis-
cientos veintiocho guion dos mil trece diagonal Cusco, de cuatro de octubre de
dos mil trece]” (Sala Penal Transitoria. Casación N° 407-2015-Tacna, del 7 de
julio de 2016, considerando 5).
“En el mismo sentido, la Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema ha precisado
que es obvio que para deducir una excepción de improcedencia de acción se debe
partir de los hechos descritos en la disposición fiscal de formalización de la in-
vestigación preparatoria. A su vez, el juez, al evaluar dicha excepción, solo debe
tener en cuenta los hechos incorporados por el fiscal en el acto de imputación
pertinente. La excepción de improcedencia de acción se concreta, por su propia
configuración procesal, en el juicio de subsunción normativa del hecho atribuido

235
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

a un injusto penal o a la punibilidad, en tanto categorías del delito, distintas de


la culpabilidad –tanto como juicio de imputación personal cuanto como ámbito
del examen de su correlación con la realidad–” (Sala Penal Nacional de Apela-
ciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A.
Expediente Nº 0004-2015-5201-JR-PE-02, Resolución Nº 3, del 5 de diciem-
bre de 2018, considerando 2).
“Es obvio que para deducir una excepción de improcedencia de acción se debe
partir de los hechos descritos en la Disposición Fiscal de Formalización de la In-
vestigación Preparatoria. A su vez, el juez, al evaluar dicha excepción, solo debe
tener en cuenta los hechos incorporados por el fiscal en el acto de imputación
pertinente. En efecto, la excepción de improcedencia de acción se concreta, por
su propia configuración procesal, en el juicio de subsunción normativa del hecho
atribuido a un injusto penal o a la punibilidad, en tanto categorías del delito, dis-
tintas de la culpabilidad –tanto como juicio de imputación personal cuanto como
ámbito del examen de su correlación con la realidad–. En el caso concreto, como
se ha señalado precedentemente, es pertinente concluir que los hechos sin ingre-
sar a realizar una valoración de los materiales de convicción, como ha quedado
expresado por el Fiscal, constituirían en principio el delito de tráfico de influencias,
en agravio del Estado” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Exp.
N° 8-2018-“02”, Resolución Nº 2, del 4 de diciembre de 2018, considerando 19).

289 ¿
En qué supuestos resulta procedente la excepción de improcedencia
de acción?
“Del mismo modo, el Colegiado, como ya ha señalado en decisiones precedentes,
considera que la excepción de improcedencia de acción procede cuando resulta
evidente que no se advierten los elementos objetivos y subjetivos que configuran
una conducta ilícita penal, así como cuando, a pesar de presentarse estos elemen-
tos, la acción penal no se sigue, debido a que, por ejemplo, se produce la inexis-
tencia de una condición objetiva de punibilidad o se verifica la existencia de una
excusa absolutoria. Al tratarse de un medio técnico de defensa, que se presenta
y resuelve antes del juicio oral, solo se analizan los hechos ilícitos imputados tal
como aparecen planteados por el titular de la acción penal, independientemente
de si ocurrieron o no, pues toda determinación de los hechos que efectivamente
ocurrieron solo puede efectuarse con el análisis de la prueba producida luego de
realizarse el juicio” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en De-
litos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Expediente Nº 0004-2015-
5201-JR-PE-02, Resolución Nº 3, del 5 de diciembre de 2018, considerando 3).

290 ¿
Qué aspectos no pueden ser evaluados en un incidente de excepción
de improcedencia de acción?
“[E]n un incidente de improcedencia de acción, no se evalúan medios probatorios
para determinar si efectivamente el investigado participó o no en los hechos que
le atribuye el titular de la acción penal, y menos se analiza si es o no responsable

236
Medios técnicos de defensa

penalmente respecto de los hechos que se le atribuyen. Es lugar común en la doc-


trina y en la jurisprudencia sostener con toda propiedad que estos aspectos son
finalidades del juicio oral o denominado también etapa de juzgamiento. Incluso en
esta incidencia así lo ha reconocido el propio recurrente, quien ha expresado que
“el juez ha realizado una valoración de tipo probatorio desnaturalizando la dis-
cusión de puro derecho de este tipo de medios técnicos de defensa” (Sala Penal
Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcio-
narios, Colegiado A. Expediente Nº 0004-2015-5201-JR-PE-02, Resolución
Nº 3, del 5 de diciembre de 2018, considerando 4).

291 ¿
A través de la excepción de improcedencia de acción se puede cues-
tionar la culpabilidad del imputado?
“Por otro lado, en la excepción de improcedencia de acción no se puede cuestio-
nar la categoría de culpabilidad o imputación personal: capacidad penal, conoci-
miento del injusto y no exigibilidad de otra conducta. La excepción se centra en el
hecho desvalorado, en el hecho prohibido desde la Ley Penal, no en su atribuibili-
dad al autor. Cuando se pretenda plantear como argumento de defensa la no res-
ponsabilidad penal del imputado, aquella ameritará como una defensa de mérito,
en tanto tal defensa se orienta a contradecir el fondo de la imputación, siendo la
finalidad de la investigación preparatoria determinar si la conducta incriminada es
delictuosa, las circunstancias o móviles de la perpetración, la identidad del autor
o partícipe y de la víctima, así como la existencia del daño causado [inciso 1 del
artículo 321 del Código Procesal Penal], esto será posible a través de la actuación
probatoria que será fuente de conocimiento para el juez sobre la realidad de los
hechos objetos de imputación. Debe tenerse presente que la formulación de esta
excepción en el proceso penal genera una discusión de puro derecho, que no se
fundamenta en pruebas, sino en cuestiones puramente normativas. El análi-
sis de si el sujeto es responsable penalmente constituye un juicio propio del fondo
del asunto, que nada tiene que ver con la delictuosidad y que requiere una activi-
dad probatoria específica imposible de llevar a cabo en vía incidental” (Juzgado
Supremo de Investigación Preparatoria. Exp. N° 8-2018-“02”, Resolución
Nº 2, del 4 de diciembre de 2018, considerando 18).

292 ¿
La vulneración al principio de imputación necesaria es un supuesto
para interponer una excepción de improcedencia de acción?
“Definido los conceptos sobre la naturaleza de la excepción de improcedencia de
acción y el principio de imputación necesaria; se puede apreciar, que la Segunda
Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, confun-
dió los conceptos de ambas instituciones. En efecto, si bien es cierto en la impu-
tación del Ministerio Público faltó precisar el objeto o parte del cuerpo del acu-
sado, con el que se produjo la violación sexual en agravio de la menor de iniciales
K.P.S.; sin embargo, esta falta de precisión, tiene relación con el déficit de impu-
tación necesaria, por omisión fáctica del objeto o parte del cuerpo utilizado para
violentar la indemnidad sexual de la menor agraviada. El defecto antes descrito,

237
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

no puede ser dilucidado mediante una excepción de improcedencia de acción; toda


vez que no estamos ante un caso de atipicidad relativa –como ha considerado el
Tribunal Superior–, que supone la inexistencia de algún elemento del tipo penal
del delito de violación sexual de menor de edad; como el sujeto activo o los ele-
mentos descriptivos o normativos del tipo. Todos los elementos preexisten; lo que
ocurrió fue que se omitió precisar la parte del cuerpo que el acusado introdujo
en la vagina de la agraviada. Esta omisión, que no es sinónimo de inexistencia,
debió ser corregida o subsanada con las herramientas procesales que contempla
el Código Procesal Penal; y no mediante una excepción, de oficio, que extingue
la acción penal. La falta de imputación necesaria no significa la ausencia o inexis-
tencia de algún elemento del tipo penal; por lo que no puede equipararse con la
excepción de improcedencia de acción. La Sala Penal de Apelaciones, interpretó
erróneamente el artículo 6, literal b) del Código Procesal Penal, al considerar que
la falta de imputación necesaria es un supuesto para amparar la excepción de im-
procedencia de acción. En tal virtud, la causal de errónea interpretación de la Ley
Procesal Penal, debe estimarse” (Segunda Sala Penal Transitoria. Casación
N° 392-2016-Arequipa, del 12 de setiembre de 2017, considerando 15).

III.2. Excepción de prescripción

Base legal Código Procesal Penal de 2004: art. 6.1.e.

293 ¿Cuándo procede la excepción de prescripción?


“En principio, se tiene que según el artículo 6 del Código Procesal Penal de 2004,
entre las excepciones que pueden deducirse en el proceso penal es la de prescrip-
ción, que se verifica cuando por el vencimiento de los plazos señalados por el
Código Penal se haya extinguido la acción penal o el derecho de ejecución de la
pena. Para efectos de contabilizar el inicio del cómputo de los plazos de prescrip-
ción se recurre al artículo 82 del Código Penal. En el inciso 2 del citado nume-
ral se establece que en los delitos instantáneos se cuenta a partir del día en que se
consumó” (Sala Penal de Apelaciones de la CSJ de Lima. Incidente N° 00116-
2011-2-1826-JR-PE-01, del 30 de noviembre de 2011, considerando 8).

294 ¿En qué consiste el instituto de la prescripción?


“La institución de la prescripción produce indefectiblemente la extinción de la
responsabilidad criminal, sin pronunciarse sobre el fondo, por dicho efecto, el
Estado pierde la posibilidad de perseguir punitivamente un hecho aparentemente
punible; es de verse, que el paso inevitable del tiempo evita que se pueda accio-
nar contra quien recae una sospecha de culpabilidad. Desde el derecho sustantivo
se define como el límite temporal que tiene el Estado para ejercer su poder penal
cuando ha transcurrido el plazo de tiempo máximo establecido en la ley sustan-
tiva para el delito incriminado –pena abstracta–. En ese sentido, el Estado a tra-
vés del Ministerio Público como titular exclusivo de la acción penal, conforme al

238
Medios técnicos de defensa

artículo 159 de la Constitución Política del Estado, y encargado de reclamar del


órgano jurisdiccional la declaración del derecho en el acto que estima delictuoso
y la determinación de la pena que debe aplicarse al imputado, renuncia o abdica
a la persecución de un hecho punible; constituyéndose en una frontera del dere-
cho penal material que establece una autolimitación al poder punitivo del Estado,
en tanto el proceso no puede tener una duración indefinida sobre situaciones jurí-
dicas expectantes, pues ello vulneraría el derecho fundamental a la definición del
proceso en un plazo razonable.
En ese orden de ideas, se ha previsto plazos ordinario y extraordinario de pres-
cripción; en el primero de ellos, su cómputo no está afecto a interrupciones o sus-
pensiones, es decir, si es que, fruto de la noticia criminal, el hecho punible es ya o
no objeto de una investigación preliminar por parte del Ministerio Público, opera
cuando se cumple la cantidad exacta del tiempo de prescripción (extremo máximo
de la pena abstracta, de no existir circunstancia que la incremente o la reduzca),
iniciándose su cómputo conforme a las reglas del artículo 82 del Código Penal,
por ende, la prescripción ordinaria será computada siempre que no haya existido
interrupción –actuaciones del Ministerio Público o de las autoridades judiciales
o suspensión– cuestión que deba resolverse en otro proceso o se haya dado la for-
malización de la investigación preparatoria en los términos del artículo 331.1 del
Código Procesal Penal; en el segundo caso, ha existido alguna circunstancia que
origina la interrupción de su plazo, estableciendo el legislador, un límite máximo
en caso de sucedáneos accidentales ‘Sin embargo, la acción penal prescribe, en
todo caso, cuando el tiempo transcurrido sobrepasa en una mitad al plazo ordi-
nario de prescripción’, es decir, al plazo ordinario se le suma una mitad” (Primer
Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria. Exp. N° 160-2014, Resolu-
ción N° 05, del 13 de noviembre de 2017, considerandos 3.1 y 3.2).

III.3. Excepción de cosa juzgada

Base legal Código Procesal Penal de 2004: art. 6.1.c.

295 ¿
Cuáles son los criterios que deben tomarse en cuenta para declarar
fundada una excepción de cosa juzgada?
“Desde el punto de vista procesal, el artículo 5 del Código de Procedimientos
Penales señala: ‘Contra la acción penal puede deducirse las excepciones (…) de
Cosa Juzgada, cuando el hecho denunciado ha sido objeto de una resolución firme,
nacional o extranjera, en el proceso penal seguido contra la misma persona’. Ello
significa, en cuanto a los límites subjetivos de la cosa juzgada, que la única iden-
tidad que cabe entender es la pasiva o del condenado, esto es, a quien se le atri-
buye el hecho punible materia de condena firme –nunca la activa o del acusador–
[en el proceso penal se busca la declaración de que existe el deber y el derecho
de castigar, de imponer penas; este deber –derecho incide directa y solamente
sobre la persona del acusado, lo que por razones de certeza y seguridad jurídicas

239
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

prohíbe la extensión subjetiva de la eficacia de la cosa juzgada penal a un tercero,


distinto del imputado–].
Respecto a los límites objetivos de la cosa juzgada, se requiere que se trate tanto
del mismo suceso histórico –identidad de una conducta que sucedió en la realidad
externa– [hechos que han sido objeto de la acusación y posterior juicio], cuanto
del mismo fundamento –que se subsuma en tipos penales o administrativos de
carácter homogéneo–. Esto último –la denominada “consideración procesal del
hecho”– debe entenderse desde una perspectiva amplia, de suerte que comprenda
los concursos de leyes y reales de delitos o de ilícitos administrativos, con exclu-
sión de los supuestos de delitos continuados y concursos ideales en que el bien
jurídico fuera heterogéneo (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo
Plenario N° 4-2006/CJ-116, del 1 de octubre de 2006, considerando 11).

296 ¿
Cuál es el fundamento en el que se sustenta la excepción de cosa juz-
gada?
“Sobre el particular, cabe indicar que la excepción de cosa juzgada se sustenta en
el principio de que nadie puede ser perseguido dos veces por la misma causa (non
bis in idem), esto es, no pueden revivirse procesos que ya fueron materia de sen-
tencia final, consentida o ejecutoriada; sin embargo, en materia penal se requiere
para la procedencia de la cosa juzgada tres identidades, que deben darse entre el
proceso resuelto y el que se intenta poner en marcha como son: a) La identidad
objetiva; esto es que se trate de los mismos hechos. b) La identidad subjetiva, que
se trate de la misma persona. c) La identidad de acción, que es cuando las acciones
obedezcan al mismo propósito; en ese contexto, las resoluciones que causan cosa
juzgada en materia penal son las que, vinculadas con el fondo de la imputación,
la resuelven definitivamente, ya sea en la sentencia o en una resolución que, no
siendo sentencia, acarrea sobreseimiento definitivo (…)” (Sala Penal Transito-
ria. R.N. N° 887-2015-Cusco, del 21 de diciembre de 2015, considerando 9).

297 ¿
En qué oportunidad se pueden interponer los medios técnicos de de-
fensa?
“El artículo siete del Código Procesal Penal de dos mil cuatro establece un catálogo
de medios de defensa. Precisa que lo son la cuestión previa, la cuestión prejudi-
cial y las excepciones (cfr. artículo seis del mismo cuerpo normativo). En los pro-
cesos penales por ejercicio público de la acción se establece que la oportunidad
para plantear los medios de defensa es durante la investigación preparatoria, espe-
cíficamente a partir del momento en que el Fiscal decide continuar con la inves-
tigación preparatoria y, asimismo, se prevé que, una vez planteado el medio de
defensa, este es resuelto, a lo más, durante la etapa intermedia (antes de su cul-
minación). Respecto a la cuestión previa y a las excepciones, el referido precepto
normativo también permite que sean deducidos durante la etapa intermedia. Por
su parte, el artículo ocho de la indicada normativa procesal precisa el trámite de
los medios de defensa en atención al momento en que se deduzcan (investigación

240
Medios técnicos de defensa

preparatoria o etapa intermedia)” (Sala Penal Permanente. Apelación Suprema


N° 15-2017, del 14 de marzo de 2018, considerando 2.3).

298 ¿Los medios técnicos de defensa pueden ser declarados de oficio?


“Los medios de defensa señalados en el considerando precedente también pue-
den ser declarados de oficio [numeral tres, del artículo siete, del Código Procesal
Penal de dos mil cuatro]. Al respecto, es de indicar que si bien normativamente
no se prevé taxativamente la etapa procesal en que es posible la referida decla-
ratoria de oficio, debe entenderse –en consonancia con la lógica subyacente en
el sistema procesal acusatorio adoptado por el Código Procesal Penal de dos mil
cuatro, cuya nota central radica en la proscripción de que las funciones de acu-
sar y juzgar se realicen por un mismo órgano, lo cual presupone que, antes del
juzgamiento imparcial, cualquier vicio procedimental o defecto de la acción, ajeno
en lo sustancial a la plenarial determinación de responsabilidad penal del acusado
que se trate (fondo u objeto del proceso penal), debe haber sido saneado o depu-
rado hasta la etapa intermedia–, como regla, que es el Juez de la Investigación Pre-
paratoria el llamado a declarar, de ser el caso, de oficio de los medios de defensa,
desde la formalización de la investigación preparatoria hasta antes de que cul-
mine la etapa intermedia. Para tal efecto, el vicio procesal o el respectivo defecto
referido a la acción, que advierta dicho Juez y se refiera a un medio de defensa,
debe constar fehacientemente, ser flagrante, manifiesto o evidente. Si bien dicha
consideración queda sujeta al criterio del órgano jurisdiccional, ello no lo exime
o libera de motivar su decisión” (Sala Penal Permanente. Apelación Suprema
N° 15-2017, del 14 de marzo de 2018, considerando 2.4).

241
CAPÍTULO VI

MEDIDAS DE COERCIÓN
PERSONALES EN EL
PROCESO PENAL
CAPÍTULO VI

MEDIDAS DE COERCIÓN PERSONALES


EN EL PROCESO PENAL

I. PRECEPTOS GENERALES

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 253, 254, 256, 257, 258.

299 ¿Cómo pueden ser definidas las medidas de coerción procesal?


“Las medidas de coerción procesal son un instrumento del ejercicio de la potestad
jurisdiccional dimanada por la necesidad del proceso. En el proceso penal implica
el dictado de actos en contra de un presunto responsable de un hecho punible que
significan la limitación de sus derechos, acorde a la norma procesal” (Sala Penal
Especial de la Corte Suprema de la Republica. Expediente N° 06-2018-“8”,
Resolución N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.1).

300 ¿Cuál es el objeto del proceso cautelar?


“Siguiendo a Kielmanovich, concebimos al proceso cautelar ‘como aquel que tiene
por objeto una verdadera pretensión cautelar (de tutela anticipada y provisional
de derecho o interés o de las personas involucradas en el proceso contencioso o
extracontencioso), diversa de la pretensión o petición definitivas que se discute
en el mismo (…)’. Agrega este autor que ‘la pretensión cautelar es también autó-
noma en el sentido de que esta no se confunde con la que constituye el objeto del
proceso contencioso o el objeto del proceso extracontencioso (…)’.
Por su parte, Eduardo Couture, al referirse a las acciones cautelares, señala que,
a través de estas, se procura, en vía meramente preventiva y mediante un cono-
cimiento preliminar el aseguramiento de los bienes o de las situaciones de hecho
que serán motivo de un proceso ulterior” (Sala Penal Nacional de Apelaciones
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp.
N° 00019-2018-4-5201-JR-PE-03, del 2 de octubre de 2018, considerando 1).

301 ¿Cuál es la función del proceso cautelar?


“Por otro lado, desde la teoría general del proceso, el proceso cautelar tiene una
función distinta, pues, a diferencia de otros procesos, no persigue la declaración
de un hecho o una responsabilidad, sino ‘prevenir los daños que el litigio pueda
acarrear o que puedan derivarse de una situación anormal’.

245
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

En ese sentido, una de las características de las medidas cautelares es la preventi-


vidad, es decir, no juzgan ni prejuzgan el derecho del peticionante. Por esa deben
limitarse estrictamente a lo indispensable ‘para evitar males ciertos y futuros, o
como se dice, siguiendo una frase feliz, ‘para evitar que la justicia, como los guar-
dias de la ópera bufa, esté condenada siempre a llegar demasiado tarde’. En esa
misma línea, Armenta Deu sostiene que ‘el fundamento específico de las medi-
das cautelares que se adoptan en el proceso penal coincide en lo sustancial con
el de las que se utilizan en el ámbito civil: se busca con ellas combatir el peligro
en la demora que acarrea ineludiblemente el desarrollo del proceso y asegurar la
ejecución de la resolución que en él recaiga’.
Lo anterior es de suma importancia porque como señala Kielmanovich, el factor
tiempo ‘se constituye en una nota de dramática importancia e insoslayable consi-
deración en y para el proceso judicial, pues la función jurisdiccional no se agota en
la simple, nominal o abstracta declaración del derecho en debate sino en su efec-
tivo restablecimiento, teniendo en cuenta que una decisión inoportuna o tardía
equivale, la más de las veces, a la inexistencia del mismo, del mismo modo que
una resolución oportuna pero de imposible cumplimiento resulta frustratoria
de su reconocimiento’” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en
Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00019-2018-4-
5201-JR-PE-03, del 2 de octubre de 2108, considerando 2).

302 ¿Cuál es la finalidad de las medidas cautelares?


“(…) tienen como finalidad lograr de los fines del proceso y garantizar la efica-
cia de la sentencia condenatoria, impedir confabulaciones que obstruyan o per-
turben la investigación, y evitar la comisión de nuevos hechos delictivos de natu-
raleza análoga.
Moreno Catena puntualiza que las medidas cautelares en el proceso penal cubren
el riesgo que acecha la eficacia del proceso y de la sentencia como consecuencia
de la dilatación del proceso en el tiempo. Por este motivo, las medidas cautela-
res deben estar al servicio de alguno de estos dos objetivos: en primer término,
que el proceso se pueda desarrollar a pesar de la voluntad y de las actuaciones en
contrario del imputado que intente no ser juzgado; en segundo lugar, que la sen-
tencia se pueda cumplir, pasando por encima de la resistencia y de las maniobras
que en el proceso y fuera de él pueda urdir el condenado” (Sala Penal Especial
de la Corte Suprema de La República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución
N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.1).

303 ¿Cuál es la diferencia entre medidas de coerción personales y reales?


“Las medidas de coerción pueden ser personales o reales. Se considera perso-
nal cuando estas tienen como objeto a la persona, en cuanto afectan su libertad
individual. Las reales son aquellas que imponen limitación a la libre disposición
de los bienes del encausado” (Sala Penal Especial de la Corte Suprema de La

246
Medidas de coerción personales en el proceso penal

República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución N° 03, del 21 de noviem-


bre de 2018, considerando 2.1).

304 ¿
Las medidas cautelares pueden ser de utilidad para garantizar un
proceso futuro?
“La Convención Interamericana sobre Cumplimiento de Medidas Cautelares,
en su artículo 1, precisa que las medidas cautelares se utilizan para indicar todo
procedimiento o medio que tienda a garantizar las resultas o efectos de un proceso
actual o futuro en cuanto a la seguridad de las personas, de los bienes o de las obli-
gaciones de dar, hacer, o no hacer una cosa específica, en procesos de naturaleza
civil, comercial, laboral, y en procesos penales en cuanto a la reparación civil (...).
Siendo ello así, las medidas cautelares no solo se utilizan para garantizar las resul-
tas de un proceso actual, sino también de un proceso futuro. Si ello es así, no se
puede condicionar la implementación de las medidas cautelares a la existencia
del proceso penal, por cuanto es perfectamente posible, y dada la autonomía que
detenta el proceso cautelar, que se implementen antes de la existencia del mismo”
Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción
de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00019-2018-4-5201-JR-PE-03, del 2
de octubre de 2018, considerando 3).

305 ¿
Cuáles son los presupuestos para la admisibilidad de las medidas
cautelares?
“Son presupuestos de la admisibilidad de las medidas cautelares la demostración
de un grado más o menos variable de verosimilitud del derecho invocado, o el
‘humo del buen derecho’ ( fumus bonis iuris), y del peligro en la demora (pericu-
lum in mora) que se pueda aparejar el lento tránsito de la causa hacia la senten-
cia definitiva, pues mientras se produce la prueba terminante de aquel, podrían
desaparecer las cosas que interesan a la litis o producirse un daño irreversible a
las personas comprometidas en la misma” (Sala Penal Nacional de Apelaciones
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp.
N° 00019-2018-4-5201-JR-PE-03, del 2 de octubre de 2018, considerando 3).

II. LA DETENCIÓN POLICIAL POR FLAGRANCIA DELICTIVA

Constitución Política: art. 2.24.f.


Base legal
Código Procesal Penal de 2004: arts. 259, 261.1.b, 264.1, 264.3, 266.

306 ¿En qué consiste la flagrancia delictiva?


“[L]a flagrancia es una institución procesal de carácter instrumental o medial,
a cuyo amparo se autoriza que la autoridad penal pueda realizar determinados
actos de limitación de derechos fundamentales (medidas de coerción o medidas

247
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

instrumentales restrictivas de derechos) con fines de investigación del delito y, en


su caso, poder instaurar procedimientos simplificados que dan lugar a una deci-
sión célere. El delito flagrante es lo opuesto al delito clandestino; y, como tal, debe
cometerse públicamente y ante testigos. Requiere que la víctima, la policía o un
tercero presencien la comisión del delito en el mismo momento en que se perpe-
tra (evidencia o percepción sensorial del hecho delictivo), y que ante la realización
de la infracción penal surja la necesidad urgente de la detención del delincuente
para poner coto a la comisión delictiva, cortar o evitar mayores efectos lesivos de
la conducta delictiva o impedir la fuga del delincuente. La inmediatez que ello
implica hace patente el hecho delictivo –la flagrancia se ve, no se demuestra– y
su comisión por el detenido, de suerte que como existe una percepción directa y
sensorial del delito, excluye de por sí toda sospecha, conjetura, intuición o deduc-
ción. Se asume, por ello que todos los elementos del hecho están presentes y que
no cabe elaborar un proceso deductivo más o menos complejo para establecer la
realidad del delito y la participación del detenido” (Primera Sala Penal Transito-
ria. Casación Nº 842-2016-Sullana, del 16 de marzo de 2017, considerando 4).
“En este sentido, se tiene que la flagrancia es un instituto procesal con relevancia
constitucional que debe entenderse como una evidencia del hecho delictuoso res-
pecto de su autor. Así, la flagrancia se configurará cuando exista un conocimiento
fundado, directo e inmediato del hecho punible que se viene realizando o que se
acaba de realizar instantes antes, situación en la que, por su particular configura-
ción, es necesaria la urgente intervención de la Policía para que actúe conforme a
sus atribuciones. En este sentido, lo que justifica la excepción al principio consti-
tucional de la reserva judicial para privar de la libertad a una persona es la situa-
ción particular de la urgencia que, en el caso, concurriendo los requisitos de la
inmediatez temporal e inmediatez personal de la flagrancia delictiva, comporta su
necesaria intervención policial” (STC. Exp. N° 04630-2013-PHC/TC-La Liber-
tad, del 26 de junio de 2014, f. j. 3.3.4).
“El delito flagrante, en su concepción constitucionalmente clásica se configura por
la evidencia sensorial del hecho delictivo que se está cometiendo o que se acaba
de cometer en el mismo instante de ser sorprendido el delincuente; de suerte que
se conoce directamente tanto la existencia del hecho como la identidad del autor y
se percibe, al mismo tiempo, la relación de este último con la ejecución del delito
y se da evidencia patente de tal relación. Se trata de una situación fáctica, en que
el delito se percibe con evidencia y exige inexcusablemente una inmediata inter-
vención [STSE del 03-02-2004], se requiere una evidencia sensorial y luego de la
noción de urgencia” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plena-
rio Extraordinario N° 2-2016/CJ-116, del 1 de junio de 2016, considerando 8).

307 ¿Cuáles son los requisitos que presenta la flagrancia delictiva?


“El Tribunal Constitucional ha establecido, en reiterada jurisprudencia, que la
flagrancia en la comisión de un delito presenta la concurrencia de dos requisitos
insustituibles: a) la inmediatez temporal, es decir, que el delito se esté cometiendo

248
Medidas de coerción personales en el proceso penal

o que se haya cometido instantes antes; y b) la inmediatez personal, es decir, que


el presunto delincuente se encuentre en el lugar de los hechos en el momento de la
comisión del delito y esté relacionado con el objeto o los instrumentos del delito,
ofreciendo una prueba evidente de su participación en el hecho delictivo” (STC.
Exp. N° 04630-2013-PHC/TC-La Libertad, del 26 de junio de 2014, f. j. 3.3.3).

308 ¿Cuáles son las notas sustantivas que distinguen la flagrancia delictiva?
“Las notas sustantivas que distingue la flagrancia delictiva son: a) inmediatez tem-
poral, que la acción delictiva se esté desarrollando o acabe de desarrollarse en el
momento en que se sorprende o percibe; y, b) inmediatez personal, que el delin-
cuente se encuentre en el lugar del hecho en situación o en relación con aspectos
del delito (objetos, instrumentos, efectos, pruebas o vestigios materiales), que pro-
clamen su directa participación en la ejecución de la acción delictiva” (Salas Pena-
les Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario Extraordinario N° 2-2016/
CJ-116, del 1 de junio de 2016, considerando 8).

309 ¿Cuáles son las notas adjetivas que integran el delito flagrante?
“Las notas adjetivas que integran el delito flagrante son: a) la percepción directa y
efectiva: visto directamente o percibido de otro modo, tal como material fílmico
o fotografías (medio audiovisual) –nunca meramente presuntiva o indiciaria– de
ambas condiciones materiales; y, b) la necesidad urgente de la intervención poli-
cial, la cual debe valorarse siempre en función del principio de proporcionalidad,
de tal suerte que evite intervenciones desmedidas o la lesión desproporcionada de
derechos respecto al fin con ellas perseguidas (Conforme: SSTSE del 28-12-1994 y
del 07-03-2007). Por lo demás, la noción general de ‘delito flagrante’ requiere una
aplicación jurisdiccional siempre atenta a las singularidades del modo de verifica-
ción de cada concreta conducta delictiva (STCE 341/1993)” (Salas Penales Per-
manente y Transitorias. Acuerdo Plenario Extraordinario N° 2-2016/CJ-116,
del 1 de junio de 2016, considerando 8).

310 ¿
Cuáles son los tipos de flagrancia que se regulan en el ordenamiento
jurídico peruano?
“Lo expuesto comprende lo que la doctrina procesalista reconoce como tres tipos
de flagrancia: 1. Flagrancia estricta: el sujeto es sorprendido y detenido en el
momento de ejecutar el hecho delictivo. 2. Cuasi flagrancia: el individuo es cap-
turado después de ejecutado el hecho delictivo, siempre que no se le haya per-
dido de vista y haya sido perseguido desde la realización del delito. 3. Flagran-
cia presunta: la persona es intervenida por la existencia de datos que permiten
intuir su intervención –en pureza, que viene de ‘intervenir’– en el hecho delictivo
[LÓPEZ BETANCOURT, Eduardo. Derecho Procesal Penal. 2ª edición. México:
Iura Editores, p. 95]” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plena-
rio Extraordinario N° 2-2016/CJ-116, del 1 de junio de 2016, considerando 8).

249
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

311 ¿Cuándo se configura la denominada cuasiflagrancia?


“Se trata de la denominada cuasiflagrancia, en cuya virtud el delincuente, sor-
prendido en plena comisión del hecho punible o cuando inmediatamente acaba
de cometerlo –pero siempre en el mismo teatro de los hechos– por diversos facto-
res o circunstancias, logra huir de la escena del delito, no obstante lo cual ha sido
reconocido o identificado por la propia víctima, por la policía o, en todo caso, por
un testigo presencial este último puede ser el acompañante del agraviado o un ter-
cero que se encontraba por el lugar de los hechos” (Primera Sala Penal Transito-
ria. Casación Nº 842-2016-Sullana, del 16 de marzo de 2017, considerando 4).

312 ¿La flagrancia delictiva solo se encuentra vinculada a la prueba directa?


“En todo caso, la flagrancia delictiva se ve, no se demuestra, y está vinculada a
la prueba directa y no a la indirecta, circunstancial o indiciaria (STSE 980/2014,
del 22 de julio). Ello refuerza la idea de que si fuese preciso elaborar un proceso
deductivo más o menos complejo para establecer la realidad del delito y la par-
ticipación en él del delincuente no puede considerarse un supuesto de flagrancia
(STSE 749/2014, del 12 de noviembre). La actualidad e inmediatez del hecho, y
la percepción directa y sensorial del mismo, excluyen de por sí la sospecha, con-
jetura, intuición o deducciones basadas en ello (STSE 758/2010, del 30 de junio)”
(Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario Extraordinario
N° 2-2016/CJ-116, del 1 de junio de 2016, considerando 8).

III. LA DETENCIÓN PRELIMINAR JUDICIAL

Base legal Constitución Política: art. 2.24.f.


Código Procesal Penal de 2004: arts. VI del Título Preliminar, 261, 262,
264, 266, 267.

313 ¿Cuál es la finalidad de la detención preliminar judicial?


“La libertad como todo derecho humano fundamental no es un derecho absoluto,
pues se admite o bien su privación o restricción. En el primer caso, la misma Cons-
titución Política del Estado, establece que puede presentarse mediante la deten-
ción preliminar judicial ordenada por el Juez Penal competente y la prisión pre-
ventiva, según los presupuestos materiales previstos en el artículo 268 del Código
Procesal Penal. En el segundo caso, el ordenamiento procesal vigente establece la
aplicación de determinadas reglas o condiciones que restringen la libertad ambu-
latoria. Ambas tienen por finalidad, asegurar la concurrencia o la sujeción del
imputado al proceso, y a su vez para que se cumpla con la finalidad del proceso en
sí mismo” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva
N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerando 7).

250
Medidas de coerción personales en el proceso penal

314 ¿
Cuáles son los criterios para la imposición de una detención
preliminar judicial?
“En función al requerimiento fiscal el marco legal (artículo 260.1 del Código Pro-
cesal Penal) señala que en los casos distintos al supuesto de flagrancia delictiva,
cuando: a) existan razones plausibles para considerar que una persona ha come-
tido un delito sancionado con pena privativa de libertad superior a cuatro años y,
b) por las circunstancias del caso, puede desprenderse cierta posibilidad de fuga
u obstaculización de la averiguación de la verdad.
Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional, en Adición a sus Funciones Sala
Penal Especializada En Delitos Aduaneros, Tributarios, de Mercado y Ambien-
tales Expediente N° 0299-2017-30-5001-Jr-Pe-01, Auto de Apelación de Auto de
Prisión Preventiva, Resolución N° 06, diecisiete de octubre de dos mil dieciocho,
considerando primero.
En el artículo 261.1 del CPP, regula el procedimiento para dictar la medida de deten-
ción preliminar judicial, así, el juez de la Investigación Preparatoria sin trámite
alguno resuelve, teniendo a la vista el requerimiento y los elementos presentados
por el fiscal. Adicionalmente, se debe individualizar en forma integral al investi-
gado. La resolución que impone la medida se puede impugnar en el plazo de un
día, bajo las pautas establecidas en el artículo 267 del CPP. Concedido el recurso
el juez de instancia debe elevar los actuados a la Sala Superior, la misma que debe
pronunciarse previa audiencia dentro de las cuarenta y ocho horas de recabados
los autos. En este supuesto normativo, el mandato es que la resolución de vista
se expida en audiencia bajo responsabilidad” (Segunda Sala Penal de Apelacio-
nes Nacional, en Adición a sus Funciones Sala Penal Especializada en Delitos
Aduaneros, Tributarios, de Mercado y Ambientales. Expediente N° 0299-2017-
30-5001-JR-PE-01, Auto de Apelación de Auto de Prisión Preventiva. Resolu-
ción N° 06, del 17 de octubre de 2018, considerando 2).
“Respecto a la detención preliminar judicial, es necesario precisar que conforme
lo dispone el artículo 253.1 del CPP, los derechos fundamentales reconocidos en
la Constitución y los tratados relativos a Derechos Humanos ratificados por el
Perú, como la libertad solo podrán ser restringidos en el marco procesal penal, si
la ley lo permite y con las garantías previstas en ella. Asimismo, el artículo 261.1
del CPP de 2004 precisa que el juez de la investigación preparatoria, a solicitud
del fiscal, sin trámite alguno y teniendo a la vista las actuaciones remitidas por
aquel, dictara mandato de detención preliminar, cuando entre otros supuestos, no
se presente un supuesto de flagrancia delictiva, pero existen razones plausibles
para considerar que una persona ha cometido un delito sancionado con pena priva-
tiva de la libertad superior a cuatro años, y por las circunstancias del caso, puede
desprenderse cierta posibilidad de fuga u obstaculización de la averiguación de
la verdad” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de
Corrupción de Funcionarios-Colegiado A. Exp. N° 0047-2018-1-5201-JR-PE-
03-Resolución N° 3, del 5 de diciembre de 2018, considerando 1).

251
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

315 ¿Cuáles son las características de la medida de detención?


“La detención, si bien es una privación de libertad provisionalísima –caracteri-
zada por su brevedad y su limitación temporal– de naturaleza estrictamente cau-
telar –evitar la posibilidad de fuga o elusión de los efectos de la justicia– y dis-
puesta por la Policía o por el Juez de la Investigación Preparatoria, cuya función
es tanto asegurar a la persona del imputado cuanto garantizar la futura aplica-
ción del ius puniendi mediante la realización inmediata de actos de investigación
urgente o inaplazables, amén de sustentada en supuestos notorios de evidencia
delictiva, tales como la flagrancia, o, según el caso, razones plausibles de comi-
sión delictiva; no es, en principio, una medida necesaria o imprescindible para
que se dicte, ulteriormente, mandato de prisión preventiva” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 01-2007-Huaura, del 26 de julio de 2007, considerando 5).

316 ¿
Cuáles son los presupuestos materiales para dictar la medida de de-
tención preliminar judicial?
“Respecto a la detención preliminar judicial, es necesario precisar que conforme
lo dispone el artículo 253.1 del CPP, los derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución y los tratados relativos a Derechos Humanos ratificados por el Perú,
como la libertad solo podrán ser restringidos en el marco del proceso penal, si la
ley lo permite y con las garantías previstas en ella. Asimismo, el artículo 261.1 del
CPP de 2004 precisa que el Juez de la investigación preparatoria, a solicitud del
fiscal, sin trámite alguno y teniendo a la vista las actuaciones remitidas por aquel,
dictará mandato de detención preliminar, cuando entre otros supuestos, no se pre-
sente un supuesto de flagrancia delictiva, pero existen razones plausibles para con-
siderar que una persona ha cometido un delito sancionado con pena privativa de
libertad superior a cuatro años, y por las circunstancias del caso, puede despren-
derse cierta posibilidad de fuga u obstaculización de la averiguación de la verdad.
Al respecto, el juez supremo y profesor César San Martín Castro, ha señalado
que una nota característica común –o dicho con mayor precisión, un presupuesto
material– de toda medida de detención preliminar judicial tiene que ver con los
requisitos de urgencia y peligro en la demora, traducido este último como peri-
culum libertatis. La urgencia significa la obligación apremiante –en atención a
las circunstancias del hecho y a las necesidades de las investigaciones iniciadas
o por iniciarse– de limitar el derecho a la libertad personas para asegurar a la
persona del imputado, pues de otro modo se imposibilitaría su aseguramiento y
con ello se perjudicaría su puesta a disposición judicial. El periculum libertatis,
con ese mismo objeto, traduce la necesidad de privar de la libertad un imputado,
dado que, si no se hace, existe una sospecha fundada de que hará mal uso de su
libertad, alejándose del lugar de los hechos y ocultándose de la autoridad, frus-
trando de ese modo puesta a disposición judicial” (Sala Penal Nacional de Ape-
laciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios-Colegiado
A. Exp. N° 0047-2018-1-5201-JR-PE-03-Resolución N° 3, del 5 de diciembre
de 2018, considerando 2).

252
Medidas de coerción personales en el proceso penal

317 ¿
El mandato de detención preliminar judicial debe tener una motiva-
ción reforzada?
“MOTIVACIÓN REFORZADA EN RESOLUCIONES SIN CONTRADICCIÓN:
En la detención preliminar judicial, el juez resuelve sin que el afectado pueda opo-
ner resistencia alguna a lo expuesto por el fiscal en su requerimiento y como está
de por medio la afectación de un derecho fundamental como la libertad ambu-
latoria, este hecho a diferencia, por ejemplo de una prisión preventiva, donde la
defensa técnica sí tiene la oportunidad de defenderse, obliga a potenciar el rol del
Juez de la investigación preparatoria que es un juez de garantías, para controlar
a la luz de la Constitución y la ley lo requerido, y ello significa que debe existir
una fundamentación reforzada, que implica mínimamente analizar los argumen-
tos expuestos en el requerimiento fiscal, contrastándolos con los elementos de
convicción invocados por la misma parte y anexados a su requerimiento, y de ese
análisis extraer las conclusiones que servirán de sustento a la decisión judicial,
así se desprende del artículo 123 del CPP” (Sala Penal Nacional. Expediente
N° 0299-2017-30-5001-JR-PE-01, Auto de Apelación de Auto de Prisión Pre-
ventiva, Resolución N° 06, del 17 de octubre de 2018, considerando 16).

318 ¿
Cuándo una detención cautelar puede ser considerada como arbi-
traria?
“Es más, el propio Tribunal Constitucional ha tenido ocasión de pronunciarse
sobre el contenido y alcances de lo que puede considerarse arbitrario en el ámbito
de la decisiones judiciales; sobre lo cual ha dicho: ‘El concepto de arbitrario apa-
reja tres acepciones igualmente proscritas por el derecho: a) lo arbitrario enten-
dido como decisión caprichosa, vaga e infundada desde la perspectiva jurídica;
b) lo arbitrario entendido como aquella decisión despótica, tiránica, carente de
toda fuente de legitimidad; y, c) lo arbitrario entendido como contrario a los prin-
cipios de razonabilidad y proporcionalidad jurídica’. Es decir, de acuerdo a dicha
conceptualización, serán igualmente arbitrarias las decisiones vagas, infundadas,
irrazonables o desproporcionadas; siendo que estas manifestaciones se vinculan
al error judicial, antes que al principio de imparcialidad.
Incluso, en el ámbito propio de las detenciones cautelares, que es lo que el recu-
sante ha denunciado, de acuerdo a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, para que una detención no sea considerada arbitraria, se debe
cumplir con lo siguiente: ‘i) que la finalidad de las medidas que priven o restrinjan
la libertad sea compatible con la Convención. Valga señalar que este Tribunal ha
reconocido como fines legítimos asegurar que el acusado ni impedirá el desarrollo
del procedimiento ni eludirá la acción de la justicia; ii) que las medidas adoptadas
sean las idóneas para cumplir con el fin perseguido; iii) que sean necesarias, en el
sentido de que sean absolutamente indispensables para conseguir el fin deseado
y que no exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido entre
todas aquellas que cuentan con la misma idoneidad para alcanzar el objetivo pro-
puesto (…) y iv) que sean medidas que resulten estrictamente proporcionales (…)’

253
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Cualquiera restricción a la libertad que no contenga una motivación suficiente que


permita evaluar si se ajusta a las condiciones señaladas será arbitraria.
Como se aprecia del párrafo anterior, de acuerdo a la jurisprudencia de la Corte
Interamericana se consideran arbitrarias todas las detenciones que no cumplan
su fin cautelar, que no resulten idóneas, necesarias y proporcionales; siendo que
todas estas cuestiones se circunscriben al ámbito de análisis propio de la prisión
preventiva, de acuerdo a los establecido como jurisprudencia vinculante por la
Corte Suprema en la Casación N° 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015;
o que tengan una motivación deficiente, siendo este uno de los tópicos también
abordados por el Tribunal Constitucional peruano en la sentencia que se ha pre-
sentado como prueba” (Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional. Exp.
Nº 249-2015-42-5001-JR-PE-01, Resolución N° 10, del 22 de octubre de 2018,
considerandos 5.25-5.27).

319 ¿
Cuál es el plazo máximo estipulado por la ley para la detención pre-
liminar judicial?
“Respecto al plazo, conforme aparece del requerimiento fiscal, se solicita la
medida de detención preliminar judicial, contra los imputados, por el plazo de
quince días, con base en los artículos 261.4 y 264 del CPP, y en el artículo 2.24.f)
de la Constitución Política. En las páginas 110-111 del requerimiento fiscal nue-
vamente cita estos dispositivos, y en relación al plazo de la medida señala que
conforme al artículo 264.4 del CPP, la detención preliminar puede durar hasta
un plazo no mayor de 15 días naturales, en los delitos de terrorismo, espionaje y
tráfico ilícito de drogas, conforme al Decreto Legislativo N° 1298, siempre que
sean delitos cometidos por organizaciones criminales. Como es de verse se soli-
cita la detención preliminar judicial por el plazo de 15 días, no obstante que se
sustenta en el artículo 264.4 del CPP; sin embargo, como es de verificarse esta
última institución procesal no comprende los delitos de corrupción de funciona-
rios ni criminalidad organizada para efectos de la restricción de la libertad perso-
nal por el mencionado plazo. Por otro lado, si bien mencionado el artículo 2.24.f)
de la Constitución Política, el cual ha sido modificado por la Ley N° 30558, este
dispositivo constitucional regula el plazo de detención policial en flagrancia para
delitos comunes (48 horas) y los delitos de terrorismo, espionaje, tráfico ilícito de
drogas y cometidos por organizaciones criminales (15 días).
(….)
Como se advierte, el inciso 4 del artículo 264 del CPP no ha sido objeto de desa-
rrollo legal luego de la mencionada reforma constitucional, y en tal sentido no
cabe una interpretación restrictiva; por lo que, resulta de aplicación el inciso 3
del mencionado dispositivo, que establece el plazo máximo de 10 días para la
detención preliminar judicial. Debiendo tenerse en cuenta que se trata de un
plazo máximo, sin perjuicio de que el Ministerio Público utilice un plazo menor
en atención a los actos de investigación a desplegar, en cuyo caso resultara de

254
Medidas de coerción personales en el proceso penal

aplicación el plazo estrictamente necesario” (Sala Penal Nacional de Apelacio-


nes Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios-Colegiado A.
Exp. N° 0047-2018-1-5201-JR-PE-03-Resolución N° 3, del 5 de diciembre de
2018, considerando 23).

IV. LA PRISIÓN PREVENTIVA

Código Procesal Penal de 2004: arts. 268, 269, 270, 271, 272, 274, 278,
Base legal
279, 280, 283.

320 ¿
La prisión preventiva es la medida de coerción personal más gravosa
del ordenamiento jurídico?
“La prisión preventiva es la medida de coerción personal más gravosa o severa
del ordenamiento jurídico, porque priva del derecho a la libertad del imputado
por la comisión de un delito grave y en quien concurre el peligro de fuga sufi-
ciente para presumir racionalmente que se ausentará a las actuaciones del pro-
ceso, o un riesgo razonable de ocultación o destrucción de las fuentes de prueba.
Surge como consecuencia de una resolución judicial, debidamente motivada, de
carácter provisional y duración limitada que se adopta en el seno de un proceso
penal. La imposición de esta medida debe responder a la necesidad de asegurar
el correcto desarrollo del proceso penal y/o la aplicación de la Ley penal” (Juz-
gado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva N° 7-2018 “1”,
Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerando 9).

321 ¿Cuál es la finalidad de la imposición de prisión preventiva?


“La finalidad de la prisión preventiva es asegurara la presencia del imputado
durante la celebración del proceso penal para garantizar: 1) El desarrollo del pro-
ceso declarativo, evitando el peligro de ocultación o alteración de las fuentes –
medios de prueba–, y 2) La ejecución de la futura y eventual pena o medida a
imponer, para lo que se hace necesario evitar el peligro de fuga. El propósito que
oriente a la prisión preventiva es de carácter preventivo y no sancionatorio, se
busca responder a los intereses de la investigación y de la justicia al procurar la
concurrencia del imputado al proceso y la efectividad de la eventual condena a
imponer” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva
N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerando 10).

322 ¿
Qué es lo que se debe obtener de los primeros recaudos de la investi-
gación para el dictado de la prisión preventiva?
“Conforme a lo establecido por el artículo 268 del Código Procesal Penal, para
dictarse prisión preventiva contra un imputado, es necesario que de los primeros
recaudos sea posible determinar que a) Existen fundados y graves elementos de
convicción para estimar razonablemente la comisión de un delito que vincule al

255
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

imputado como autor o partícipe del mismo; b) La sanción a imponerse sea supe-
rior a cuatro años de pena privativa de libertad; y c) El imputado, en razón a sus
antecedentes y otras circunstancias del caso particular, permita colegir razona-
blemente que tratará de eludir la acción de la justica (peligro de fuga) u obstacu-
lizará la averiguación de la verdad (peligro de obstaculización). Conforme a la
modificación vigente establecida por la Ley N° 30076 de 19 de agosto de 2013 y
los dos últimos criterios establecidos en la Casación N° 626-2013-Moquegua de
27 de febrero del 2016, que son el Test de proporcionalidad y el Plazo de la Pri-
sión Preventiva propiamente dicha; por lo que, el Juzgador no solamente tiene que
velar que sean oralizados en audiencia, sino que también deben ser presentados
de forma escrita, de acuerdo a lo que señala la disposición vigésimo cuarta de la
citada citación. Asimismo, también se puede aplicar la comparecencia restringida
e imponer determinadas reglas de conducta que restringen la libertad ambulatoria
(Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva N° 7-2018
“1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerando 8).

323 ¿
Cuáles son los temas que deben debatirse en una audiencia de prisión
preventiva?
“[E]l debate se dividirá necesariamente en cinco partes, la existencia: i) De los
fundados y graves elementos de convicción. ii) De una prognosis de pena mayor
a cuatro años. iii) De peligro procesal. iv) La proporcionalidad de la medida.
v) La duración de la medida. El representante del Ministerio Público debe com-
prenderlos en su requerimiento escrito, fundamentando cada extremo con exhaus-
tividad. Esto posibilitará que la defensa lo examine antes de la audiencia, se pre-
pare y pueda pronunciarse sobre estos y que el Juez analice y resuelva cada uno,
dividiéndose el debate en cada una de los cinco puntos indicados, ejerciéndose
contradicción uno a uno, agotado uno se pasará al otro” (Sala Penal Permanente.
Casación N° 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015, considerando 24).

324 ¿
Con relación a los fundados y graves elementos de convicción o fu-
mus delicti comissi, qué tipo de sospecha se requiere para la imposición
de la prisión preventiva?
“Es el primer requisito que exige la prisión preventiva en el inciso uno del artículo
doscientos sesenta y ocho del Código Procesal Penal. No se prevé expresamente
en la Convención de Derechos Humanos ni en el Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos, pero sí en la prohibición de detenciones arbitrarias, que
se regulan en ambos cuerpos normativos. Ha sido reconocido en las sentencias de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez.
vs. Ecuador, Pacheco Teruel y otros vs. Honduras y J vs. Perú. Siendo su finali-
dad evitar los peligros de fuga y obstaculización probatoria, para poder adoptarla
es necesario que exista un grado de
Debe acreditarse mediante datos objetivos obtenidos preliminarmente y/o propia-
mente de investigación que cada uno de los aspectos de la imputación tenga una

256
Medidas de coerción personales en el proceso penal

probabilidad de ser cierta. Es el llamado fumus delicti comissi, o sea la aparien-


cia de verosimilitud del hecho delictivo y vulneración del imputado.
Para la adopción de la prisión preventiva no se exige que se tenga certeza sobre
la imputación, solo que exista un alto grado de probabilidad de la ocurrencia de
los hechos, mayor al que se obtendría al formalizar la investigación preparatoria;
valiéndose de toda la información oralizada y acopiada hasta ese momento (pri-
meros recaudos).
Sobre los actos de investigación se debe realizar un análisis de suficiencia simi-
lar al que se hace en la etapa intermedia del nuevo proceso penal, se deben eva-
luar individualmente y en su conjunto, extrayendo su fiabilidad y aporte, a efec-
tos de concluir si es que la probabilidad sobre el hecho es positiva. En caso que el
Fiscal se base en prueba indiciaria, deben cumplirse los criterios contenidos en la
Ejecutoria Vinculante recaída en el Recurso de Nulidad número mil novecientos
doce-dos mil nueve-Piura, de seis de setiembre de dos mil cinco.
Es necesario que el Fiscal sustente claramente su aspecto fáctico y su acredita-
ción. Así la defensa del imputado podrá allanarse o refutarlo, actuando positiva-
mente por la irresponsabilidad, causa de justificación, inculpabilidad, error, etc.,
debiendo el Juez valorarlos y pronunciarse por ambas, y si esta última está sóli-
damente fundamentada, hará decaer el fumus delicti comissi” (Sala Penal Per-
manente. Casación Nº 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015, conside-
randos 25-29).
“En cuanto a los fundados y graves elementos de convicción, es preciso indi-
ciar que se denomina sospecha vehemente o sospecha bastante de la existencia
de un delito y de su atribución al imputado como autor o partícipe del mismo –se
está ante un verdadero juicio de imputación–. Esta exigencia presupone un cierto
grado de desarrollo de la imputación y significa, entonces, que debe existir un
alto grado de probabilidad de que el imputado ha cometido el hecho y que están
presentes todos los presupuestos de la punibilidad y perseguibilidad; probabili-
dad de que la sentencia vaya a ser condenatoria. No basta una conjetura, la pro-
babilidad de condena se debe fundamentar en indicios de los que quepa deducir
razonablemente la responsabilidad del sujeto. A mayor abundamiento el I Pleno
Jurisdiccional Casatorio de las Salas Penales Permanentes y Transitorias de la
Corte Suprema de Justicia de la República, expidió la sentencia plenaria casatoria
N° 1-2017/CIJ-433, que en su fundamento 23 establece: ‘(…) referido a la prisión
preventiva. Para pronunciar dicha resolución coercitiva personal se requiere sos-
pecha grave, o sea, ‘(…) fundados y graves elementos de convicción para estimar
razonablemente la comisión de un delito que vincule al imputado como autor o
partícipe del mismo’ (artículo 268, literal a, del CPP). Es de entender que el voca-
blo ‘sospecha’ no se utiliza en su acepción vulgar –de meras corazonadas sin fun-
damento objetivo [LAMAS PUCCIO, Luis. La prueba indiciaria en el lavado de
activos. Editorial Instituto Pacífico, Lima, 2017, p. 167]–, sino en su pleno sentido

257
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

técnico’” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva


N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerando 11).

325 ¿Qué aspectos comprende el fumus delicti comissi?


“El fumus delicti comissi consta de dos reglas: la primera, referida a la constan-
cia en la causa de la existencia de un hecho que presenta los caracteres de delito,
referidos a sus aspectos objetivos, la cual debe ser demostrada por los actos de
investigación, que en este caso deben ofrecer plena seguridad sobre su acaeci-
miento; y la segunda, que está en función del juicio que debe contener un eleva-
dísimo índice de certidumbre y verosimilitud –o alto grado de probabilidad (no
certeza)– acerca de su intervención en el delito” (Juzgado Supremo de Investi-
gación Preparatoria. Prisión preventiva N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del
29 de octubre de 2018, considerando 12).

326 ¿
Con relación al presupuesto de los fundados y graves elementos de
convicción, se debe acreditar la probabilidad de la responsabilidad
penal del imputado?
“Cabe indicar que no basta con la aparente constatación del hecho punible, también
ha de poder atribuirse a quien se pretende que sea el sujeto pasivo de la medida, es
decir, presunto sujeto activo del suceso. Al respecto, Gutiérrez Cabiedes, señala
que ello involucra la probabilidad de que al momento de dictar la sentencia, no
solo se declare la existencia del hecho, sino que además deben existir fundadas
razones para que se declare la responsabilidad del imputado.
Con el fumus bonis iuris, se hace referencia a una apariencia jurídica de respon-
sabilidad del imputado, lo cual, en el CPP peruano se concreta con la exigencia
de concurrencia en el caso de graves y fundados elementos de convicción para
estimar razonablemente la comisión de un delito que vincule al imputado” (Sala
Penal Especial. A.V. N° 06-2018-“5”, del 11 de noviembre de 2018, conside-
rando 2.2.1 y 2.2.2).

327 ¿
Para imponer prisión preventiva se requiere acreditar la probabili-
dad o la certeza de la imputación penal?
“Este Supremo Tribunal Especial se remite a lo que la doctrina señala, es decir,
que con los elementos de convicción no se busca la comprobación del derecho;
es suficiente la apariencia o probabilidad. Es así, que el conocimiento cautelar se
limita en todos los casos a un juicio de probabilidades y verosimilitud, por lo que
basta la existencia de derecho aparezca verosímil, esto es que según un cálculo de
probabilidades se puede prever que en el principal se declarara el derecho en sen-
tido favorable a aquel que solicita la medida cautelar. En ese sentido, la jurispru-
dencia nacional ha establecido que para la adopción de esta medida no se exige
tener certeza sobre la imputación, solo que exista un alto grado de probabilidad

258
Medidas de coerción personales en el proceso penal

de la ocurrencia de los hechos (…)” (Sala Penal Especial. A.V. N° 06-2018-“5”,


del 11 de noviembre de 2018, considerando 2.2.5).

328 ¿
El análisis del fumus delicti comissi debe realizarse con base en los
criterios de imputación objetiva y subjetiva?
“(…) para la prisión preventiva solo se requiere un alto grado de probabilidad de
la comisión del delito, para cuyo efecto deben examinarse los actos de investiga-
ción de manera individual y en conjunto. La apariencia de delito es un presupuesto
de la prisión preventiva, cuyo alcance es definido no solo desde una perspectiva
sustantiva (que el hecho imputado esté regulado en la normativa penal y que sea
subsumible en ella según criterios objetivos y subjetivos), sino también procesal
(la existencia de fundados y graves elementos de convicción que permitan soste-
ner la alta probabilidad de su comisión). En esa medida, la evaluación del hecho
debe realizarse conforme con los criterios propios de la teoría de la imputación
objetiva y subjetiva, en cuanto al análisis de la probable realización del injusto
penal. (…)” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 564-2016-Loreto, del 12 de
noviembre de 2018, considerando 5).

329 ¿
Se puede discutir cuestiones de atipicidad en la audiencia de prisión
preventiva?
“Siendo la función del Órgano Jurisdiccional hacer la audiencia, captar la infor-
mación y expedir resoluciones orales y escritas, su labor de dirección es central
evitando desvíos en la discusión de derechos que no corresponden a la natura-
leza de la audiencia, proveyendo garantías, pero también eficiencia. Como acep-
tar que se discuta exclusión de prueba prohibida o vulneración de la imputación
necesaria, que se protegen a través de la tutela de derechos, atipicidad o causa de
justificación, garantizados por las excepciones de improcedencia de acción, pues
la defensa es cautiva y los abogados deben conocer la ley, doctrina, jurispru-
dencia y el caso concreto, estando obligados a observar el derecho a la defensa
en el procedimiento correspondiente” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015, considerando 18).

330 ¿
La formulación de la imputación concreta puede ser materia de dis-
cusión en la audiencia de prisión preventiva?
“Es pertinente puntualizar, que el fiscal en el requerimiento de prisión preventiva
que presente ante el juez de Investigación Preparatoria, entre otros, realiza la des-
cripción de los hechos y la tipificación especifica correspondiente. Esta formula-
ción de imputación concreta es responsabilidad exclusiva del fiscal y no es objeto
de discusión en la audiencia. Dicha imputación comprende una proposición fác-
tica y su calificación jurídica.
Esta formulación de imputación es comunicada al procesado antes de que se rea-
lice la audiencia por dos motivos específicos:

259
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

- Para que conozca los hechos que se le atribuyen, la calificación jurídica espe-
cífica y las evidencias o medios de convicción para sustentar el pedido de
prisión preventiva. Cabe acotar que se requiere que la información de los car-
gos sea precisa y detallada, lo que incluye la calificación jurídica que el fis-
cal formuló en su contra.
- Para que prepare su defensa efectiva con la asesoría de su abogado, antes de
la realización de la audiencia correspondiente.
Este derecho a la información previa y detallada es consustancial del derecho de
defensa y posibilitará que la defensa examine el requerimiento de prisión preven-
tiva del fiscal antes de la audiencia, se prepare y pueda pronunciarse sobre cada
uno de los argumentos expuestos en ella. Esta es la única forma de poder res-
ponder y dar las razones correspondientes. Sería una equivocación pensar que la
garantía constitucional de defensa comienza a regir cuando el imputado recién
comparece ante el juez en la audiencia.
Dentro de ese contexto, no es posible que sorpresivamente (el fiscal o juez de oficio)
en la audiencia de prisión preventiva se varíen los hechos o la calificación jurídica
que fueron consignadas en la Disposición de Formalización y Continuación de la
Investigación Preparatoria (las audiencias que se realicen antes del juzgamiento,
como la de prisión preventiva, está restringida y limitada por la imputación con-
creta que se formalizo por el fiscal), por dos aspectos concretos:
- Porque la audiencia de prisión preventiva tiene como finalidad (como se
explicó) verificar si se cumplen o no los requisitos establecidos en el artículo
268 del Código Procesal Penal y de ninguna manera constituye el objeto del
debate el estudio de las proposiciones fácticas y la calificación jurídica para
pretender su variación por un tipo penal que no fue considerado por el repre-
sentante del Ministerio Público. En todo caso, el fiscal podrá formular una
nueva proposición fáctica o una tipificación distinta en una aplicación de la
Disposición de Formalización y Continuación de la Investigación Preparato-
ria, pero nunca en una audiencia de prisión preventiva.
- Porque no existe la posibilidad de suspender la audiencia para adjuntar las
pruebas pertinentes y necesaria que corresponder y preparar la defensa del
inculpado (el derecho a contradecir con conocimiento previo y cabal de los
cargos)” (Primera Sala Penal Transitoria. Casación N° 704-2015-Pasco,
del 27 de noviembre de 2017, considerandos 21-24).

331 ¿
En la audiencia de prisión preventiva se puede discutir la recalifica-
ción jurídica de los hechos denunciados?
“Dentro de ese contexto, la finalidad esencial de esta etapa es la delimitación de
los temas que serán debatidos en el juicio oral (los hechos y la calificación jurídica)
y la fijación de los elementos de convicción que podrán practicarse como pruebas
en el juicio oral, con las garantías de publicidad, oralidad, contradicción, inmedia-
ción y concentración. Por tanto, es incorrecto invocar el artículo 349, del Código
Procesal Penal, que regula la acusación (sometida a una audiencia de control en la

260
Medidas de coerción personales en el proceso penal

etapa intermedia del proceso) para justificar una variación de la calificación jurí-
dica en una audiencia de prisión preventiva que se realiza en la etapa de investi-
gación preparatoria, pues en esta última audiencia solo está permitido verificar si
se cumplen o no los requisitos establecidos en el artículo 268 del Código Proce-
sal Penal (presupuestos para dictar un orden de prisión preventiva).
Por otro lado, el inciso 1, del artículo 374 del Código Procesal Penal, señala que
en la audiencia del juicio oral (después de emitida la acusación y antes de la cul-
minación de la actividad probatoria), el juez podrá observar la calificación jurí-
dica de los hechos objeto del debate y proponer una tipificación diferente (cuando
advierta que el delito establecido por el fiscal en la acusación no corresponde a la
conducta desarrollada por el inculpado); sin embargo, se otorgara a las partes un
plazo para que propongan la prueba que corresponda sobre la tesis planteada por
el juez e incluso se podrá suspender el juicio por cinco días para que los sujetos
procesales se pronuncien al respecto (en estricto respeto al derecho de defensa).
Estas características (un plazo pertinente para adjuntar la prueba correspondiente
o la suspensión de la audiencia hasta por un plazo de cinco días, para no vulnerar
el derecho de defensa) no son compatibles con las peculiaridades y particulari-
dades de la audiencia de prisión preventiva, pues allí se exige que la audiencia se
realice de forma inmediata y se expida la resolución de forma oral en la misma,
sin posibilidad de suspensión. Esta audiencia no está diseñada para una reconduc-
ción de la tipificación penal, sino para decidir la medida de aseguramiento contra
el imputado” (Primera Sala Penal Transitoria. Casación N° 704-2015-Pasco,
del 27 de noviembre de 2017, considerandos 28-30).

332 ¿
En la audiencia de prisión preventiva se deben valorar las pruebas de
descargo de la imputación?
“La Sala, no obstante, consideró que no podía atenderse lo solicitado ‘esencial-
mente porque el escenario cautelar no requiere consolidación probatoria o acre-
ditativa a plenitud’, agregando que los argumentos incriminatorios y defensivos
‘serán depurados en la etapa intermedia, debatidos, reforzados o refutados en el
discurso del ulterior juicio oral’ (Cfr. fojas 15 del expediente Nº 04780-2017-HC/
TC). Es decir, la Sala considera que en el escenario cautelar no se requiere con-
solidación probatoria para dar por cumplido el primer requisito del artículo 268
del Código Procesal Penal para el dictado de una prisión preventiva, pues, no es
necesario que en dicho espacio se valoren pruebas de descargo. ¿Esta argumen-
tación resulta constitucional? A consideración de este Tribunal, la argumentación
esbozada por la Sala emplazada para no valorar las pruebas de descargo, resulta
patentemente inconstitucional, pues ha terminado afirmando que en el espacio del
debate judicial acerca de si corresponde o no el dictado de una prisión provisional
–medida cautelar limitativa de la libertad personal–, solo deben tenerse en cuenta
los elementos de juicio que se hayan aportado con miras a justificar dictarla, pero
no aquellos que se aporten con la pretensión de justificar su rechazo, lo cual a
todas luces, resulta lesivo del derecho a probar, componente del debido proceso.

261
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Es evidente que cuando se discute la pertinencia o no de la prisión preventiva nin-


guna prueba es analizada con fines de acreditación punitiva. De hecho, hacerlo,
resultaría inconstitucional por violar la presunción de inocencia. Pero asunto muy
distinto es considerar que las pruebas de descargo no merecen valoración en esta
etapa. También en el espacio del debate sobre la justificación o no del dictado de
una prisión preventiva, todos los elementos de juicio, tanto de cargo como de des-
cargo, deben ser valorados en su justa dimensión, es decir, no con el objeto de for-
marse convicción acerca de la culpabilidad o de la inocencia, sino con la finali-
dad de determinar si existe verosimilitud o no en relación con la vinculación de
los investigados con un hecho delictivo. Un razonamiento distinto es violatorio
del derecho a probar, del derecho de contradicción, del derecho de defensa y de la
presunción de inocencia” (STC. Exp. Nº 04780-2017-PHC/TC y Exp. Nº 00502-
2018-PHC/TC (acumulado)-Piura, del 26 de abril de 2018, ff. jj. 59 y 60).

333 ¿
La versión de los aspirantes a colaboradores eficaces puede ser eva-
luada judicialmente como elemento de convicción para la imposición
de prisión preventiva?
“Como se puede apreciar, la versión de los colaboradores eficaces cuenta con actos
de corroboración que permiten sostener que dichas declaraciones involucran a los
imputados Acurio Tito y Salazar Delgado con los delitos que les imputa, habiendo
precisado circunstancias del lugar, modo y tiempo que nos permiten sostener, en
este estadio inicial del proceso, que las indicadas reuniones, sí se realizaron; a lo
que debe agregarse que todos los elementos corroborativos deben valorarse en
forma conjunta para efectos de determinar la probable existencia de las conductas
incriminadas y su vinculación con los imputados; debiendo precisarse que con-
forme al Decreto Supremo N° 007-2017-JUS, colaborador eficaz ‘es la persona
sometida o no a una investigación o proceso penal, o que ha sido condenada, que
se ha disociado de la actividad criminal y se presenta ante el fiscal o acepta la pro-
puesta de este para proporcionar información útil, procurando obtener beneficios
premiales’ (artículo 1), y asimismo su declaración puede emplearse conjuntamente
con los demás elementos de convicción para requerir medidas limitativas de dere-
chos y medidas de coerción, en proceso derivados y conexos al proceso de colabo-
ración eficaz (artículo 48). Si esto es así, no es de recibo sostener –como lo hace
la defensa de Salazar Delgado–, que al tratarse de solo postulantes a colaborado-
res, sus versiones no pueden ser evaluadas judicialmente, no considerarse funda-
dos y graves elementos de convicción, para amparar un requerimiento de prisión
preventiva” (Sala Penal Especializada de Apelaciones de delitos de Corrupción
de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00011-2017-5-5201-JR-PE-03, Resolu-
ción N° 02, del 6 de junio de 2017, considerando 4.2.13).

334 ¿
Sobre el presupuesto de la gravedad de la probable pena a imponer
qué aspectos deben evaluarse?
“Como es doctrina consolidada la prognosis de pena implica un análisis sobre la
posible pena a imponer. Es claro que no solo tiene que ver con la pena legal fijada,

262
Medidas de coerción personales en el proceso penal

sino con una valoración transversalmente con el principio de lesividad y propor-


cionalidad, previstos en los artículos IV y VIII del Título Preliminar del Código
Penal y/o de las diversas circunstancias, causas de disminución o agravación de la
punición, fórmulas de derecho penal premial, que podrían influir sobre la determi-
nación de la pena final, que no necesariamente va a ser la máxima fijada por ley.
El artículo cuarenta y cinco-A del Código Procesal Penal, adicionado por la Ley
número treinta mil setenta y seis, establece que la pena se aplica por tercios, infe-
rior, intermedio y superior; será sobre la base de tres factores: a) Circunstancia
generales atenuantes y agravantes, establecidos en el artículo cuarenta y seis,
incisos uno y dos, incorporado por la Ley citada. b) Causales de disminución o
agravación de la punición, siendo las primeras el error de prohibición vencible
(artículo catorce del Código Penal), error de prohibición culturalmente condicio-
nada vencible (artículo quince del Código Penal), tentativa (artículo dieciséis del
Código Penal), responsabilidad restringida de eximentes imperfecta de respon-
sabilidad penal (artículo veintiuno del Código Penal), responsabilidad restrin-
gida por la edad (artículo veintidós del Código Penal), complicidad secundaria
(artículo veinticinco del Código Penal), y los segundos agravante por condición del
sujeto activo (artículo cuarenta y seis-A del Código Penal), reincidencia (artículo
cuarenta y seis-B del Código Penal), habitualidad (artículo cuarenta y seis-C del
Código Penal), uso de inimputables para cometer delitos (artículo cuarenta y
seis-D del Código Penal), concurso ideal de delitos (artículo cuarenta y ocho del
Código Penal), delito masa (artículo cuarenta y nueve del Código Penal), concurso
real de delitos (artículo cincuenta del Código Penal), concurso real retrospectivo
(artículo cincuenta y uno del Código Penal). Asimismo, se debe tener en cuenta
la regla establecida en el artículo cuarenta y cinco del Código Penal y las fórmu-
las de derecho premial, como confesión, terminación anticipada del proceso, con-
formidad del acusado con la acusación y colaboración eficaz. Este listado no es
taxativo, por lo que el Juez puede fundarse en otra circunstancia que modifique la
pena, siempre que lo justifique en la resolución” (Sala Penal Permanente. Casa-
ción N° 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015, considerandos 30 y 31).
“En cuanto a la gravedad de la probable pena a imponerse, debe tenerse en cuenta
que la Ley fija un criterio cuantitativo en función a la prognosis de la pena pri-
vativa de libertad que se espera imponer según los criterios de medición previs-
tos en el Código Penal: superior a cuatro años de prisión privativa de libertad. El
legislador establece una pena tipo, a partir de la cual advierte la posibilidad de
que el imputado se sustraiga a la acción de justicia, en tanto resulta lógico pen-
sar que cuanto más grave sea la probable pena a imponer, mayor será la tenden-
cia a eludirla, es decir, mayor es el riesgo de evasión a la justicia por el imputado.
La Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de la República ha señalado que:
‘(…) la prognosis de pena implica un análisis sobre la posible pena a imponer.
Es claro que no solo tiene que ver la penal legal fijada, sino con una valoración
transversalmente con el principio de lesividad y proporcionalidad, previstos en
los artículos IV y VIII del Título Preliminar del Código Penal y/o de las diversas

263
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

circunstancias, causas de disminución o agravación de la punición, fórmulas de


Derecho Penal premial, que podría influir sobre la determinación de la pena final,
que no necesariamente va a ser la máxima fijada por ley’. En ese sentido, para eva-
luar este presupuesto de la prisión preventiva, deben tenerse en cuenta las circuns-
tancias generales atenuantes y agravantes; las causales de disminución o agrava-
ción de la punición; las agravantes por condición del sujeto activo, el concurso
real de delitos; entre otras circunstancias; además de las fórmulas de derecho
premial” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva
N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerandos 13
y 14).

335 ¿Cuáles son las vertientes en las que se divide el peligro procesal?
“El peligro procesal es el elemento más importante de esta medida y la razón por
la que se dicta, lo que ha sido reconocido por la jurisprudencia constitucional en
las sentencias recaídas en los expedientes números mil noventa y uno-dos mil dos-
HC/TC y dos mil doscientos sesenta y ocho dos mil dos–HC/TC. Se divide en
dos: i) Peligro de fuga. ii) Peligro de obstaculización probatoria” (Sala Penal Per-
manente. Casación N° 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015, conside-
rando 33).
“Que, ahora bien, el peligro procesal (periculum in mora) es el elemento más
importante para valorar en un auto de prisión preventiva. Este tiene un carácter
subjetivo, pero objetivado legalmente a través de diversos criterios de carácter
meramente enumerativos, y, por ende, reconoce un margen de discrecionalidad
en los jueces. La Ley, como se sabe, establece la presencia de dos peligrosismos:
fuga –que es el paradigma del periculum libertatis– y obstaculización (artículos
268, apartado 1, literal c y 269 - 270 del Nuevo Código Procesal Penal)” (Sala
Penal Transitoria. Casación N° 631-2015-Arequipa, del 21 de diciembre de
2015, considerando 4).

336 ¿Cómo debe entenderse el denominado “peligro de fuga”?


“Este riesgo está referido a la probabilidad de que en caso de permanecer en
libertad el investigado pueda sustraerse de la acción del a justicia evitando ser
investigado o jugado, con lo que a la vez eludirá la acción de la justicia. Obvia-
mente, la apreciación de este peligro debe determinarse a partir de datos objeti-
vos” (Sala Penal Especial. A.V. N°06-2018-“5”, del 11 de noviembre de 2018,
considerando 2.4.1).

337 ¿
La sola presunción de peligro de fuga puede determinar la imposi-
ción de la prisión preventiva?
“La sola presunción de fuga, no puede sustentar un pedido de prisión preventiva.
El informe dos/noventa y siete de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos indicó que no basta la seriedad de la pena a imponerse, pues la posibilidad

264
Medidas de coerción personales en el proceso penal

que el procesado eluda la acción de la justicia debe ser analizada considerando


varios elementos, incluyendo los valores morales (comportamiento en este, en
otro proceso, antecedentes, etc.) demostrados por la persona, su ocupación, bie-
nes que posee, vínculos familiares y otros que le mantendrían en el país, además
de una posible sentencia prolongada. Del mismo criterio es la Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos en los casos López Álvarez vs. Honduras, Bayarri vs.
Argentina y J vs. Perú; y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso
Neumeister vs. Austria, pues de otra forma la adopción de esta medida cautelar
privativa de libertad se convertiría en un sustituto de la pena de prisión” (Sala
Penal Permanente. Casación N° 626-2013-Moquegua, del 30 de junio de 2015,
considerando 42).

338 ¿Para determinar el peligro de fuga qué criterios deben analizarse?


“El Código Procesal Penal, Decreto Legislativo novecientos cincuenta y siete, a
efectos de reconocer la existencia de este peligro en su artículo doscientos sesenta
y nueve establece una serie de criterios (no taxativos) que debe evaluar el Juez
de la Investigación Preparatoria para determinar que existe la probabilidad que
el imputado se sustraiga del proceso: i) El arraigo. ii) La gravedad de la pena que
se espera como resultado del procedimiento. iii) La magnitud del daño causado y
la ausencia de una actitud voluntaria del imputado para repararlo. iv) El compor-
tamiento del imputado durante el procedimiento o en otro procedimiento ante-
rior, en la medida que indique su voluntad de someterse a la persecución penal.
v) La pertenencia del imputado a una organización criminal o su reintegración a
las mismas” (Sala Penal Permanente. Casación N° 626-2013-Moquegua, del
30 de junio de 2015, considerando 35).
“Para determinar el peligro de fuga, se debe atender individualmente a los ante-
cedentes y otras circunstancias del caso (situación personal, social y laboral) –de
carácter subjetivo–, así como la moralidad del imputado, medios económicos de
los que dispone; circunstancia de arraigo; las conexiones con otros países; con-
ducta previa, concomitante y posterior del imputado; comportamiento realiza-
dos en otras causas, etc. Se debe sustenta que el imputado, de seguir en libertad,
optará por huir o pasar a la clandestinidad, imposibilitando con ello la realización
o continuación del proceso o eventual ejecución de la condena.
Conforme a nuestra norma adjetiva, para calificar el peligro de fuga, se debe tener
en cuenta: a) El arraigo en el país del imputado, determinado por el domicilio, resi-
dencial habitual, asiento de la familia y de sus negocios o trabajo, y las facilida-
des para abandonar definitivamente el país o permanecer oculto; b) La gravedad
de la pena que se espera como resultado del procedimiento; c) La magnitud del
daño causado y la ausencia de una actitud voluntaria del imputado para repararlo;
d) El comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro proce-
dimiento anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse a la perse-
cución penal; e) La pertenencia del imputado a una organización criminal o su
reintegración a las mismas” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria.

265
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Prisión preventiva N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018,


considerandos 15 y 16).

339 ¿
Cómo debe ser valorado el arraigo a efectos de determinar la
imposición de la prisión preventiva?
“En cuanto al arraigo, en tanto concepto jurídico, tiene que ver con el sentido de
permanencia de un imputado en un lugar determinado, por tanto, están sujetas a
la valoración las situaciones que generan esa permanencia, no resultando, en con-
secuencia, correcto afirmar o negar su existencia, sino calificar la misma en gra-
dos (alta, mediana y baja). Para tal fin se tiene que analizar las manifestaciones
de esta institución, que han sido recogidas en el artículo 269 del Código Procesal
Penal y resaltadas por la Corte Suprema en la Casación Nº 631-2015-Arequipa,
es decir: i) domicilio o residencia habitual (posesión), ii) arraigo familiar y
iii) negocios o trabajo” (Sala Penal Especializada de Apelaciones de delitos de
Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00011-2017-5-5201-JR-PE-
03, Resolución N° 02, del 6 de junio de 2017, considerando 4.2.20).

340 ¿
La existencia o inexistencia de arraigo determina la imposición o no
de la prisión preventiva?
“El primer inciso del referido artículo, establece una serie de situaciones de las
que se debe extraer la presencia o no de arraigo. Este elemento exige establecerse
de manera permanente en un lugar, vinculándose a personas y cosas. El Código
Procesal Penal señala que el arraigo en el país del imputado está determinado por
el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia y de sus negocios o trabajo
y las facilidades para abandonar definitivamente el país o permanecer oculto.
Toda vez que los criterios para establecer peligro procesal no son taxativos, tam-
poco los del arraigo. El Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el expe-
diente número mil noventa y uno-dos mil dos-HC/TC11, señaló que la posesión de
bienes generaba arraigo, de ahí que el Juez pueda considerar otro elemento para
considerarlo, siempre que lo justifique en su resolución.
Como señala Del Río Labarthe estas especies de arraigo (familiar, laboral, pose-
sión y titularidad de bienes) son criterios que antes que justificar la prisión pre-
ventiva, en realidad desincentivan la fuga del imputado; sin embargo, su ausencia
también permite valorar, con otros factores, el riesgo de fuga.
Esto ha sido recogido en la Resolución Administrativa número trescientos veinti-
cinco-dos mil once-PPJ, de trece de septiembre de dos mil once, elaborado sobre
la base de la Constitución Política del Estado, Código Procesal Penal, jurispru-
dencia internacional y nacional, doctrina, etc., entonces, no existe ninguna razón
jurídica para entender que la presencia del algún tipo de arraigo (criterio no taxa-
tivo) descarta, a priori, la utilización de la prisión preventiva.

266
Medidas de coerción personales en el proceso penal

Tampoco la sola situación de inexistencia de arraigo genera que deba imponerse


necesariamente la prisión preventiva (ejemplo, ser extranjero no genera la apli-
cación automática de la prisión preventiva), sobre todo cuando existen otras que
pudieran cumplir estos fines. Por lo que este requisito, debe valorarse en con-
junto con otros, para establecer si es que en un caso concreto existe o no peligro
de fuga” (Sala Penal Permanente. Casación N° 626-2013-Moquegua, del 30 de
junio de 2015, considerandos 36-40).
“San Martín Castro, señala que el análisis de arraigo no supone evaluar la exis-
tencia o inexistencia de este presupuesto, sino que se debe ponderar la calidad del
arraigo. Entonces, es legítimo imponer la prisión preventiva a una persona que
tiene familia o domicilio conocido, cuando dicha situación, evaluada en términos
de ponderación de intereses, no aleja al imputado del riesgo de fuga” (Sala Penal
Especial. A.V. N°06-2018-“5”, del 11 de noviembre de 2018, considerando 2.4.5).

341 ¿
El intenso movimiento migratorio determina automáticamente el pe-
ligro de fuga y por ende la imposición de prisión preventiva?
“Que es cierto que los alcances del arraigo en el país también pueden valorarse
desde los lazos familiares que el imputado mantiene en el exterior, más aún si es
extranjero, situación que le permitiría abandonar el país y refugiarse en su loca-
lidad de origen cuando advierte riesgo para sí. Sin embargo, esta situación tiene
que ser apreciada caso por caso. Si se tiene en cuenta que prima facie está con-
solidado el arraigo del imputado, pues vive en el país, tiene estatus de residente,
su familia nuclear está con él y su centro de labores es una empresa residenciada
en el Perú, sólo podría afirmarse la persistencia del riesgo de fuga si se toma en
consideración otros datos que permitan concluir razonablemente que se alejaría
de la justicia peruana para evitar su procesamiento, enjuiciamiento y. en su caso,
la condena correspondiente. Estos factores concurrentes deben ser evaluados con
suma atención desde que un acercamiento genérico al problema, asumiendo un
peligro de fuga por la sola condición de extranjero del imputado, importaría un
acto discriminatorio por razón de la nacionalidad. En efecto, cuando se acredite
indubitablemente que un procesado extranjero tiene arraigo en el país, ello per-
mite entender un riesgo menor de peligro de fuga, salvo que conste razonable-
mente otros datos de ese orden que vislumbren un sólido riesgo fundado de fuga.
[Un] criterio tomado en cuenta para determinar el peligro de fuga fue el intenso
movimiento migratorio del imputado (...), aunque se trata de viajes por motivos
laborales, vinculados a su labor profesional, de corto alcance y de regreso inme-
diato al Perú. Al respecto, la Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Huma-
nos del 10 de noviembre de 1999, recaída en el Asunto Stogmüller contra Aus-
tria, estableció que la simple posibilidad o facilidad que tiene el procesado para
pasar la frontera no implica peligro de fuga. De esta forma, no puede estimarse
el peligro de fuga en función a los diversos viajes fuera del país que puede reali-
zar un imputado’ extranjero o peruano. No es concluyente, por tanto, los pocos o
muchos viajes que un encausado realice al extranjero. Lo que determina un fundado

267
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

peligro de fuga es que un imputado no tenga arraigo laboral, familiar o laboral y


tenga contactos en el exterior que le permitan alejarse del país, a la vez que, con-
currentemente, consten otros datos derivados de la naturaleza del hecho y de la
gravedad de la pena; el monto de la pena, tampoco debe ser examinado en forma
aislada, sino debe ser considerado en relación con otras circunstancias, tales como
(i) el comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro posterior,
en la medida que indique su voluntad de someterse a la persecución penal, (ii) la
personalidad del imputado y/o (iii) sus relaciones privadas (sus vínculos familia-
res, laborales) (...)” (Sala Penal Transitoria. Casación N° 631-2015-Arequipa,
del 21 de diciembre de 2015, considerandos 6 y 7).

342 ¿
Para determinar el peligro de obstaculización qué criterios deben
evaluarse?
“De otro lado, para calificar el Peligro de Obstaculización, debe tenerse en cuenta
el riesgo razonable que el imputado: a) Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá
o falsificará elementos de prueba; y, b) Influirá para que su coimputado, testigos
o peritos informen falsamente o se comporten de manera desleal o reticente. Para
fundamentar el peligro de obstaculización requieren que el peligro sea concreto y
no abstracto, lo que supone que el riesgo ha de derivar de la realización por parte
del imputado de conducta determinada que revele su intención de suprimir la
prueba” (Juzgado Supremo de Investigación Preparatoria. Prisión preventiva
N° 7-2018 “1”, Resolución N° 02, del 29 de octubre de 2018, considerando 17).
“En este aspecto se analiza si las fuentes de prueba podrían ser afectadas por la
conducta del imputado, esto es, que podría destruir, modificar, ocultar, suprimir o
falsificar elementos de prueba e influenciar sobre los órganos de prueba para que
informen falsamente, desleal o reticentemente o inducir a otros a realizar tales
conductas. Al respecto, se indica que deberá tenerse en cuenta la capacidad de
imputado para acceder por si o a través de terceros a las fuentes de pruebas o lo
que es más peligroso ‘influir sobre otros imputados’. El TC comparte tal criterio,
puesto que en el caso Humala Tasso preciso que para justificar el peligro de obs-
taculización, no se requiere probar que estas conductas efectivamente se han dado,
sino solo el riesgo razonable de que puedan dar (ver SN 1.7)” (Sala Penal Espe-
cial. A.V. N° 06-2018-“5”, del 11 de noviembre de 2018, considerando 2.4.8).

343 ¿
La falta de voluntad para coadyuvar al esclarecimiento de los hechos
puede ser considerado como peligro procesal en su modalidad de per-
turbación de la actividad probatoria?
“En cuanto al peligro de perturbación de la acción de la justicia, si bien no se
cuenta con manifestaciones objetivas al respecto, la Sala considera que al exis-
tir, en el presente caso, delaciones que están sirviendo para el conocimiento de
los hechos imputados, es perfectamente posible que las mismas puedan ser obje-
tos de interferencia y afectadas como medios de prueba para el momento del jui-
cio oral. Además, no es incorrecto sostener, en el caso específico del imputado

268
Medidas de coerción personales en el proceso penal

Acurio Tito, que a pesar de la existencia de elementos de convicción que sirve


para vincularlo con los hechos, no existe un ánimo de coadyuvar al esclareci-
miento de los mismo, criterio que ha sido asumido como válido por el Tribunal
Constitucional como una forma de perturbación de la actividad probatoria. Es
cierto que este criterio por sí solo no justifica una prisión preventiva, por lo que
su evaluación final será en conjunto con los demás criterios” (Sala Penal Espe-
cializada de Apelaciones de delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado
A. Exp. N° 00011-2017-5-5201-JR-PE-03, Resolución N° 02, del 6 de junio de
2017, considerando 4.2.23).

344 ¿
Para imponer prisión preventiva es necesario que se haya emitido la
disposición de formalización y continuación de la investigación prepa-
ratoria?
“Para definir la situación jurídica del investigado e imponer una medida de ase-
guramiento que garantice su comparecencia al proceso (prisión preventiva, com-
parecencia restringida, comparecencia simple o arresto domiciliario), debe existir
una Disposición de Formalización y Continuación de la Investigación Preparato-
ria emitida por el fiscal (de conformidad con el artículo 336 del Código Procesal
Penal), que contenga una imputación concreta: una proposición fáctica, una cali-
ficación jurídica y los elementos de convicción. Además, se tiene que poner en
conocimiento del imputado.
En ese sentido, en la sentencia de Casación Nº 01-2017-Huaura, del 26 de julio
de 2007, se señaló que la prisión preventiva solo puede tener lugar en los ámbitos
de una investigación preparatoria formal, es decir, que se haya dictado la Dispo-
sición de Formalización y Continuación de la Investigación Preparatoria” (Pri-
mera Sala Penal Transitoria. Casación N° 704-2015-Pasco, del 27 de noviem-
bre de 2017, considerandos 15 y 16).

345 ¿
Constituye un presupuesto, para el dictado de prisión preventiva,
que el investigado se haya encontrado previamente sometido a la me-
dida de detención en cualquiera de sus modalidades?
“No constituye presupuesto material de dicha medida personal, como claramente
fluye del artículo doscientos sesenta y ocho del nuevo Código Procesal Penal,
que el imputado se encuentre sujeto a la medida provisionalísima de detención,
en cualquiera de sus modalidades. La ley solo exige implícitamente, por la propia
naturaleza de una medida de coerción procesal de intensa limitación de derechos
fundamentales, de presupuestos materiales más rigurosos, y de efectos tempora-
les más intensos, como es la prisión preventiva, que solo pueden tener lugar en los
ámbitos de un investigación preparatoria formal, vale decir, que se haya dictado
la Disposición de Formalización y Continuación de la Investigación Preparatoria
a que hace referencia el artículo trescientos treinta y seis del nuevo Código Pro-
cesal Penal [solo por esa circunstancia es lógico que el artículo doscientos sesenta
y cuatro, apartado uno, del nuevo Código Procesal Penal, insista que luego de la

269
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

detención policial de oficio o preliminar judicial el pedido de prisión preventiva


está condicionada a la ‘(...) continuación de las investigaciones (...)’, esto es, como
no puede ser de otra forma, a la mencionada Disposición Fiscal]; y, además, para
que el Fiscal pueda obtener una decisión favorable del Juez de la Investigación
Preparatoria, se debe probar la concurrencia de los presupuestos establecidos en
el apartado uno, y en su caso el dos, del artículo doscientos sesenta y ocho del
nuevo Código Procesal Penal. No existe, ni puede configurarse pretoriana o judi-
cialmente, presupuestos adicional, al que dicha norma prevé.
Por consiguiente, el imputado contra quien se solicita mandato de prisión preven-
tiva puede encontrarse en muy diversas situaciones procesales. Así, puede estar
detenido policialmente en los supuestos de flagrancia delictiva o por previo arresto
ciudadano o detenido preliminarmente por orden judicial, conforme a los artículos
doscientos cincuenta y nueve, doscientos sesenta y uno del nuevo Código Procesal
Penal. Asimismo, puede encontrarse, de facto, en la condición de no habido –sea
que hubiera fugado antes de ser capturado en flagrancia por la policía o que esta,
pese al mandato judicial de detención preliminar, no haya podido capturarlo– o
sin medida coercitiva personal alguna porque el Fiscal no la solicitó ante el juez
de la Investigación Preparatoria, sea por la razón que fuere” (Sala Penal Perma-
nente. Casación Nº 01-2007-Huaura, del 26 de julio de 2007, considerando 4).
“[E]llo no da pie a inferir que siempre es del caso pedir detención preliminar en
aras, luego, de instar la prisión preventiva; y, menos, que si se intenta esa medida
provisionalísima y el Juez no la acepta, está vedado requerir la medida de prisión
preventiva en una oportunidad posterior de incorporarse –claro está– más ele-
mentos de investigación o de prueba en orden a los presupuestos que la condicio-
nan –artículo doscientos cincuenta y cinco apartado dos del nuevo Código Proce-
sal Penal–. Como se ha indicado, el artículo doscientos sesenta y ocho del nuevo
Código Procesal Penal, que regula los presupuestos materiales para dictar dicha
medida provisional personal, no lo impone, ni por su propia lógica institucional
podía hacerlo” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 01-2007-Huaura, del 26
de julio de 2007, considerando 6).

346 ¿
Es necesario que el investigado contra quien se ha solicitado prisión
preventiva se encuentre presente en la audiencia convocada para tal
propósito?
“Es particularmente importante, a todos los efectos, la regla incorporada en el
penúltimo extremo del apartado dos del examinado artículo doscientos setenta y
uno del nuevo Código Procesal Penal: ‘(...) Si el imputado se niega por cualquier
motivo a estar presente en la audiencia será representado por su abogado o el
defensor de oficio, según sea el caso’. No es, pues, absoluta la necesidad de presen-
cia del imputado en la audiencia de prisión preventiva; es sí, necesaria, su debida
citación en domicilio real o procesal –si lo hubiere señalado–, o su conducción al
Juzgado cuando esté efectivamente detenido [con ello se cumple el principio de
contradicción, se hace efectiva la garantía de defensa procesal]. Si el imputado se

270
Medidas de coerción personales en el proceso penal

niega a asistir, sea porque huyó, porque no es habido –lo que denota imposibilidad
material del juez para emplazarlo– o porque, sencillamente, no quiere hacerlo –en
ejercicio de su derecho material de defensa, a su propia estrategia procesal o por
simple ánimo de sustracción o entorpecimiento procesal–, la audiencia se lleva a
cabo con la representación técnica del abogado defensor, de confianza o de oficio.
Lo expuesto permite entender en su justo alcance (i) la situación del imputado pre-
via al pedido de prisión preventiva –puede estar o no detenido–, (ii) los presupues-
tos para la expedición de la resolución de citación para la realización de la audien-
cia respectiva –el juicio de admisibilidad está condicionado a la existencia de un
imputado en estricto sentido, que contra él se haya dictado una disposición de con-
tinuación y formalización de la investigación preparatoria–, y (iii) las exigencias
para la propia instalación y desarrollo de la audiencia; citación debida, presencia
obligatoria del fiscal y del abogado defensor, y, en caso de ausencia del imputado,
constatación previa de una situación de inasistencia voluntaria por razones deri-
vadas de su actitud anterior a la convocatoria a la audiencia (ausencia, contuma-
cia, fuga o no presencia pese a su emplazamiento a los actos de investigación) o
como consecuencia de una decisión, intencional o negligente, de inconcurrencia
ante la citación judicial” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 01-2007-Huaura,
del 26 de julio de 2007, considerando 6).

347 ¿
El debate sobre la procedencia de la prisión preventiva qué princi-
pios, entre otros, debe respetar?
“El artículo 271, del Código Procesal Penal, señala que el juez de la Investigación
Preparatoria tiene que señalar fecha para la realización de una audiencia pública,
con concurrencia del fiscal, el imputado y su abogado defensor. Aquí, el fiscal
expresará oralmente su petición (sobre la concurrencia de los presupuestos esta-
blecidos en el artículo 268 del Código Adjetivo) y se debatirá la procedencia de la
prisión preventiva con el respeto de los siguientes principios:
De contradicción, en cuanto es necesario e indispensable someter a refutación
y contraargumentación la petición del fiscal (en relación al a información, actos
y pruebas que presente). Esto va a permitir el efectivo ejercicio del derecho de
defensa del imputado, pues tendrá la oportunidad de contradecir los argumentos
del fiscal y las pruebas que presente frente al juez. El profesor César San Martín
Castro, señala al respecto: ‘La audiencia de prisión preventiva es una manifesta-
ción del principio de contradicción en el proceso penal, por el cual tanto el impu-
tado como su abogado defensor cuentan con la posibilidad de contradecir la pro-
puesta de prisión preventiva del Ministerio Público.
De inmediación, pues en la audiencia el juez recibirá de forma directa y sin
intermediación, las pruebas que se presenten y los alegatos que las partes reali-
cen. En este sentido, el juez se involucra de forma directa en el desarrollo de esta
audiencia y luego de escuchar al as dos partes (procesado y su abogado defensor,

271
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

así como al fiscal) tomara una decisión’” (Primera Sala Penal Transitoria. Casa-
ción N° 704-2015-Pasco, del 27 de noviembre de 2017, considerando 18).

348 ¿
El Código Procesal Penal de 2004 regula la figura de la prórroga de
la prisión preventiva?
“La prórroga (o ampliación) no está prevista legalmente en el Código Procesal
Penal. Así también lo ha considerado el Pleno Jurisdiccional Nacional Penal y Pro-
cesal Penal realizado en Chiclayo el 26 y 27 de junio de 2015 que determinó por
mayoría que ‘[u]na vez dictada la prisión por un plazo menor al máximo legal no
es posible la ampliación del plazo, sino la prolongación de la prisión preventiva’.
Porque la prórroga no está regulada en el Código Procesal Penal.
La sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente N° 06423-2007-
PHC/TC, de 28 de diciembre de 2009, caso Ruiz Dianderas, que indica el repre-
sentante del Ministerio Público como sustento de la prórroga, no es tal, pues esta-
blece reglas sobre el plazo de la detención policial y la separación entre: i) El plazo
máximo de detención, que es el establecido por la ley. ii) El plazo estrictamente
necesario (o límite máximo de privación de libertad), temas distintos a los discu-
tidos en audiencia, refiriéndose a las medidas de coerción del Código de Procedi-
mientos Penales y Procesal Penal de 1991, no a la del Decreto Legislativo N° 957,
por lo que no resulta pertinente.
En consecuencia, el requerimiento del fiscal con la denominación de prórroga o
ampliación no existe, por lo que, incluso ha tenido que fundamentar con el artículo
274 del Código Procesal Penal, que se refiere a la prolongación de prisión preven-
tiva. Cuando se ha solicitado aquello, ante el vencimiento del plazo máximo de
prisión preventiva y/o del plazo judicial establecido inferior, el imputado deberá
ser excarcelado, salvo que con arreglo al artículo 274 CPP, solicitare el Ministerio
Público la prolongación del plazo de prisión preventiva [SAN MARTÍN CAS-
TRO, César. Derecho Procesal Penal. Lecciones. Inpeccp-Cenales, Lima, 2015,
p. 464]” (Sala Penal Especial. Apelación N° 03-2015 “22”, del 9 de junio de
2016, considerandos 10-12).
“La prórroga (o ampliación) no está prevista legalmente en el Código Procesal
Penal. Así lo ha considerado la Sala Penal Especial de la Corte Suprema en la
Apelación N° 03-2015 ‘22’ –Caso Torrejón Guevara– sobre prisión preventiva,
resuelta el nueve de junio de dos mil dieciséis y el Pleno Jurisdiccional Nacional
Penal y Procesal Penal realizado en Chiclayo el veintiséis y veintisiete de junio
de dos mil quince que determinó por MAYORÍA que: ‘Una vez dictada la prisión
por un plazo menor al máximo legal, no es posible la ampliación del plazo, sino
la prolongación de la prisión preventiva.
En consecuencia, el requerimiento del fiscal con la denominación de prorroga o
ampliación no existe; por lo que, cuando se ha solicitado aquello, ante el venci-
miento del plazo máximo de prisión preventiva y/o del plazo judicial establecido

272
Medidas de coerción personales en el proceso penal

inferior, el imputado deberá ser excarcelado, salvo que con arreglo al artículo 274
CPP, solicitare el Ministerio Público la prolongación del plazo de prisión preven-
tiva’” (Sala Penal Permanente. Casación N° 147-2016-Lima, del 6 de julio de
2016, considerando 22.3 y 2.2.4).

349 ¿
Una vez dictada la prisión preventiva por un plazo menor al máximo
legal el fiscal puede solicitar la ampliación del plazo concedido o solo
puede requerir la prolongación del plazo?
“Respecto al segundo punto a desarrollar: ‘Si la prolongación de prisión preven-
tiva regulada en el inciso uno del artículo doscientos setenta y cuatro del acotado
Texto legal, solo es aplicable una vez concluido el plazo de nueve meses en caso
de procesos simples y de dieciocho meses en caso de procesos complejos’.
Cabe precisar que si el representante del Ministerio Público requirió prisión pre-
ventiva por un plazo menor o igual al máximo establecido en el artículo doscien-
tos setenta y dos del Código Procesal Penal, agotado lo concedido por el Juez, el
Fiscal –en atención al principio de legalidad– podrá requerir únicamente la pro-
longación de esta medida limitativa de derecho, contemplada en el numeral uno
del artículo doscientos setenta y cuatro del citado Texto legal; es decir, una vez
dictada la prisión preventiva por un plazo menor al máximo legal, no es posible
la ampliación del plazo, sino la prolongación de la prisión preventiva; conforme
ha quedado establecido en la Casación número ciento cuarenta y siete - dos mil
dieciséis - Lima, fundamento dos.dos.cuatro.
En conclusión, la prórroga o ampliación de la prisión preventiva es una figura
procesal inexistente; por lo que, culminado el plazo primigenio otorgado –aun
cuando este sea menor al máximo establecido en el artículo doscientos setenta y
dos del Código Procesal Penal– el Fiscal podrá solicitar únicamente su prolon-
gación” (Sala Penal Permanente. Casación N° 708-2016-Apurímac, del 13 de
setiembre de 2016, considerandos 8-10).

350 ¿
Quién es el juez competente para resolver el requerimiento de pro-
longación de prisión preventiva?
“De lo expuesto se desprende que nuestra normatividad legal le otorga facultad y
competencia para resolver los requerimientos de prolongación de prisión preven-
tiva, estrictamente al Juez de la Investigación Preparatoria, no estableciendo lí-
mites a dicha potestad, esto es, no restringe en modo alguna a que dicha facultad
la realice únicamente a nivel de la investigación preparatorias; por lo que no exis-
tiendo prohibición legal en concreto, se puede entender, en principio, que es per-
misible que siga realizando esta función como Juez de Garantías, aun si la causa
se encuentra en etapa intermedia, juicio oral o cuando se haya dictado senten-
cia condenatoria en primera instancia, que se encuentre recurrida vía recurso de
apelación. Al respecto, el inciso dos del artículo veintinueve del Código Procesal
Penal, establece como competencia de los Juzgados de Investigación Preparatoria:

273
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

‘imponer, modificar o hacer cesar las medidas limitativas de derechos durante la


investigación preparatoria’, lo que se colige que no hay prohibición expresa a que
se realice dicha actividad en otros estadíos del proceso’.
Ello es entendible, pues lo que se procura es que la dilucidación sobre la prolon-
gación de la prisión preventiva, se realice vía una audiencia específica, la misma
que se encuentra normativamente vinculada a la actuación del Juez de la Investi-
gación Preparatoria como se ha precisado en el fundamento jurídico anterior. Por
tanto, debe entenderse que es este Magistrado el competente para pronunciarse
sobre las medidas cautelares que se solicitan con posterioridad a la conclusión de
la etapa de investigación preparatoria, a fin que no exista el riesgo que lo decidido
pueda influir en el futuro del proceso, toda vez que es otro órgano jurisdiccional el
que se va a encargar del juzgamiento: Juez de Juzgamiento Unipersonal y/o Cole-
giado, que no realizaría un prejuzgamiento de los hechos materia de investigación
si tuviera que pronunciarse sobre la medida cautelar de naturaleza personal soli-
citada, tanto más, si uno de los presupuestos de la prisión preventiva se refiere a
la presencia de elementos de convicción que vinculen razonablemente al proce-
sado con los hechos que se le imputan, pues solo se prevé excepcionalmente que
se pueda decidir la admisibilidad de la prueba penal rechazada por el Juez de la
Investigación Preparatoria en la etapa intermedia o cuando se haya descubierto
con posterioridad, debiéndose formar convicción sobre la base de la prueba produ-
cida en el juicio oral. Garantía de imparcialidad que también se busca resguardar
y se extiende en los supuestos en que el caso de fondo se encuentre con sentencia
condenatoria en grado de apelación ante la Sala Penal Superior; que además no
permitiría que haya derecho al recurso, por ser esta la última instancia.
En el mismo sentido, el inciso dos del articulo trescientos veintitrés del Código
Procesal Penal, señala que: ‘El juez de investigación preparatoria, enunciativa-
mente, está facultada para (…) pronunciarse sobre las medidas limitativas de
derechos que requieran orden judicial y –cuando corresponda– las medidas de
protección (...)’. De ello se deriva entonces, que es el Juez de la Investigación Pre-
paratoria el que, garantizado el derecho de las partes, deberá citarlos a la audien-
cia de prolongación de prisión preventiva, escenario en el que evaluadas las cir-
cunstancias propuestas resuelva el pedido, atendiendo y analizando debidamente
la posición de las partes, ello en el estadío en el que se encuentre el proceso, sin
que tal situación signifique que la Sala Penal Superior al resolver el tema de fondo
pueda desconocer lo resuelto por el Juez de la Investigación Preparatoria con los
efectos perniciosos que se pudieran obtener para el proceso, como sería el hecho
de que en los casos que se declare la nulidad de la sentencia de primera instancia,
el encausado quede el libertad y se sustraiga a la acción de la justicia. Ello pues,
el artículo doscientos setenta y siete del Código Procesal Penal indica: ‘El juez
debe poner en conocimiento de la Sala Penal la orden de libertad su revocatoria
y la prolongación preventiva’.
En conclusión, a efectos de salvaguardar tanto el principio de imparcialidad como
el de pluralidad de instancias –este último, pues se daría lugar a que en virtud del

274
Medidas de coerción personales en el proceso penal

recurso de apelación la parte que se considere afecta pueda recurrir lo decidido


por el Juez de la Investigación Preparatoria, ante el Superior Jerárquico–, se hace
necesario establecer vía desarrollo jurisprudencial, que el encargado de resolver
el pedido de prolongación de prisión preventiva, en todos los casos, es el Juez de
la Investigación Preparatoria, conforme se ha procedido en el presente proceso”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 328-2012-Ica, del 17 de octubre de 2013,
considerandos 5-8).

351 ¿
Cuáles son los presupuestos para la prolongación de la prisión pre-
ventiva?
“Esta institución está prevista en el numeral 1 del artículo 274 del Código Pro-
cesal Penal, el cual requiere acumulativamente dos presupuestos: i) Una especial
dificultad o prolongación de la investigación o del proceso. Por especial dificultad
se entiende la concurrencia de circunstancias que obstaculizan la realización de
determinada diligencia, la práctica de alguna pericia o alguna circunstancia pro-
pia de la conducta del imputado, elementos de juicio objetivos posteriores al dic-
tado de la prisión preventiva primigenia y su impugnación. La ley no establece que
deban excitar nuevos elementos o actos que sustenten este requisito, pues el juez
al momento de determinar el plazo de prisión preventiva pudo no tener en cuenta
en su real dimensión estas particularidades que le dan complejidad al caso. ii) Que
el imputado pudiera sustraerse a la acción de la justicia u obstaculizar la activi-
dad probatoria, que no se establece en función a un reexamen de lo ya resuelto en
la prisión preventiva a propósito del peligro procesal, sino sobre la base del aná-
lisis sobre si dichas condiciones subsisten o se mantienen” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 147-2016-Lima, del 6 de julio de 2016, considerando 2.4.2).
“Esta figura requiere acumulativamente dos presupuestos: i) Una especial difi-
cultad o prolongación de la investigación o del proceso. Por especial dificultad
se entiende la concurrencia de circunstancias que obstaculizan la realización de
determinada diligencia, la práctica de alguna pericia o alguna circunstancia pro-
pia de la conducta del imputado [SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Código Procesal
Penal comentado. Idemsa, Lima, 2013, p. 272], elementos de juicio objetivos pos-
teriores al dictado de la prisión preventiva primigenia y su impugnación, ii) Que
el imputado pudiera sustraerse a la acción de la justicia u obstaculizar la activi-
dad probatoria, que no se establece en función a un reexamen de lo ya resuelto en
la prisión preventiva a propósito del peligro procesal, sino sobre la base del aná-
lisis sobre si dichas condiciones subsisten o se mantienen” (Sala Penal Especial.
Apelación N° 03-2015 “22”, del 9 de junio de 2016, considerando 13).
“El primer presupuesto material de la prolongación de la prisión preventiva exige
la concurrencia de ‘(...) circunstancias que importen una especial dificultad o pro-
longación de la investigación o del proceso (...)’. El segundo presupuesto material
demanda la subsistencia de que el imputado ‘(...) pudiera sustraerse a la acción
de la justicia u obstaculizar la actividad probatoria, (...)’. El tercer presupuesto
material es el plazo límite de prolongación: (i) procesos comunes: hasta nueve

275
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

meses adicionales; (ii) procesos complejos: hasta dieciocho meses adicionales; y,


(iii) procesos de criminalidad organizada: hasta doce meses adicionales –expre-
sión, asimismo, del valor seguridad jurídica, plasmado por la garantía de legali-
dad procesal, pero que en relación con los plazos iniciales, del artículo 272 del
Código Procesal Penal, denota la primacía del principio de necesidad sobre el de
seguridad, aunque la concepción del sistema se base en que tales plazos prolon-
gados no son superables bajo ningún concepto, ni siquiera en virtud del principio
de necesidad, de suerte que una vez cumplidos, si juegan ya, de modo incondi-
cionado, la temporalidad y la certeza y su eficacia preclusiva y enervadora de la
medida [GUTIÉRREZ DE CABIEDES, Obra citada, p. 255]–.
Los presupuestos formales son: Primero, solicitud fundamentada del Fiscal, pre-
sentada antes del vencimiento del plazo de prisión preventiva –vencido el plazo de
prisión preventiva no es posible intentar una prolongación: la lesión en que con-
siste el incumplimiento del plazo no se subsana por el intempestivo acuerdo de pró-
rroga adoptado una vez superado este: STCE 121/2003, del 16 de junio; se trata de
un plazo de caducidad, por lo que vencido el plazo, la libertad debe ser dispuesta
inmediatamente conforme al artículo 273 del Código Procesal Penal [DEL RÍO
LABARTHE, Obra citada, p. 292]–. Segundo, realización de una audiencia ante
el Juez de la Investigación Preparatoria, realizada dentro del tercer día de presen-
tado el requerimiento, con la asistencia del Fiscal, el imputado y su defensor –un
procedimiento distinto es el previsto en la etapa intermedia, cuando el Fiscal en la
acusación escrita solicita la prolongación al amparo del artículo 349, apartado 4,
del Código Procesal Penal, el cual se sujeta al trámite previsto en los artículos 351
y siguientes del aludido Código, en especial 353, apartado 3, del mismo–. Tercero,
resolución fundada dictada al finalizar la audiencia o dentro de las setenta y dos
horas siguientes, contra la cual procede recurso de apelación.
Es de rigor, por razones de pertinencia, abocarse exclusivamente al análisis del
primer presupuesto material en función a su novedad” (Salas Penales Perma-
nente y Transitoria. Acuerdo Plenario Extraordinario N° 1-2017/CIJ-116, del
26 de octubre de 2017, considerando 15).

352 ¿
Qué criterios deben analizarse para determinar la racionalidad de la
prolongación de la prisión preventiva?
“Es evidente que el plazo de la prisión preventiva, como un todo: plazo ordina-
rio y plazo prolongado, está sometido, como no puede ser de otro modo, al prin-
cipio de proporcionalidad. Ello significa que el plazo global de la prisión preven-
tiva no puede superar lo razonable. Es determinante, entonces, para apreciar la
procedencia de la prolongación de la prisión preventiva, que se esté ante un proce-
dimiento en el que se han presentado, para la actuación de actos de aportación de
hechos, circunstancias imprevisibles, al margen de la actividad regular realizada
por el órgano investigador y, en su caso, de enjuiciamiento, que frustren una pla-
nificación razonable de uno o varios de dichos actos procesales por no estar bajo
su control adelantarlos.

276
Medidas de coerción personales en el proceso penal

Para tal efecto, debe examinarse:


1.  La gravedad de los hechos –desde la perspectiva formal de pena conmi-
nada o desde la perspectiva material de trascendencia social del hecho–,
el número de los posibles afectados o imputados, y la necesidad de practi-
car comunicaciones o pruebas a lugares lejanos (STCE 127/1984, de 26 de
diciembre).
2.  La persistencia del periculum libertatis –el riesgo de fuga, en lo específico,
ha de ser valorado de forma concreta e individualizada, y los elementos de
convicción deben examinarse en forma conjunta, combinadamente, de modo
que unos y otros se valoren en su significación atendido a un resultado final
derivado de la consecuencia favorable o adversa de cada uno a la presun-
ción de fuga o de permanencia; mientras el riesgo de obstaculización, en lo
pertinente, debe ser concreto, contrastado con los datos de la causa, y efec-
tivo, con influencia para causar un real daño a la causa en trámite [ASENCIO
MELLADO, Obra citada, pp. 99-100].
3.  Las circunstancias excepcionales de especial dificultad o prolongación antes
indicadas.
4.  Principalmente, el desarrollo que ha tenido la causa, de modo que la misma
no presente tales atrasos injustificados que hagan desmedida la prolonga-
ción –la investigación realizada y la investigación requerida en función a
las circunstancias excepcionales– (Conforme: Sentencias de la Corte Su-
prema de Costa Rica 735/2005, de cinco de agosto, y 65/2004, de 30 de
enero).
En la misma perspectiva estipulada en el punto cuarto anterior, no se puede acep-
tar una prolongación de la prisión preventiva si el proceso penal quedó parali-
zado sin causa de justificación alguna que la legitime y sin que pueda atribuirse
a una conducta obstruccionista, dolosa o negligente, de la defensa la dilación
indebida o paralización del procedimiento (STCE 206/1991, del 30 de octubre).
El deber de especial diligencia procesal –se ha de actuar sin dilaciones indebi-
das– tiene una estrecha relación con el principio de necesidad que informa la
prisión preventiva, pues los motivos que la justifican depende en gran medida
del progreso (duración y rapidez) de la causa; y a la inversa: el cumplimiento de
los plazos máximos (y por ende, de la finalidad preventiva) requiere la debida
diligencia en la tramitación del proceso [GUTIÉRREZ DE CABIEDES, Obra
citada, p. 244].
En orden al periculum libertatis, que descansa en los peligros de fuga y de obs-
taculización de la actividad probatoria (conforme: SCIDH Argüelles y otros de 20
de noviembre de 2014, párrafo 130), es de tener en cuenta que en este momento
del procedimiento penal, cuando están por transcurrir los plazos ordinarios de
la medida de prisión preventiva (nueve meses, dieciocho meses y treinta y seis
meses), los criterios concurrentes más relevantes para sustentarlos, antes que el
de la pena concreta prevista –dato objetivo muy relevante al principio–, siempre

277
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

presente, son tanto los de las circunstancias personales del imputado (arraigo fami-
liares, profesional y social, conexiones en otros países, medios económicos de los
que dispone, carácter y moralidad del imputado, etcétera) como las circunstancias
del caso concreto: SSTEDH W.C. del 26 de enero de 1993 y Lavita del 26 de abril
de 2000 –apreciables de forma concreta (no inferido sin atención a su real exis-
tencia), individualizada y, luego, combinadamente, para afirmar la subsistencia
del riesgo procesal–, mientras que el referido al estado del procedimiento, como
pauta de referencia, siempre es ambivalente y no es de recibo asumirlo exclusiva-
mente: STEDH Matznetter del 10 de junio de 1969. Esas mismas pautas las siguió
la STC 54-2007-HC/TC” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo
Plenario Extraordinario N° 1-2017/CIJ-116, del 26 de octubre de 2017, consi-
derandos 18 y 19).

353 ¿Cuándo opera la adecuación del plazo de prisión preventiva?


“Una posibilidad de adecuación se presenta cuando el plazo prolongado varía en
función a la clasificación del proceso que la propia disposición legal establece, en
concordancia con el artículo 272 del Código Procesal Penal. Lo que se consideró
inicialmente proceso común simple, varía a proceso común complejo o de crimi-
nalidad organizada, por lo que se requieren de nuevas actuaciones frente a más
arduas necesidades de esclarecimiento.
Otra eventualidad tiene lugar cuando los motivos que permitieron la prolongación
del plazo continúan sin superarse pese al plazo concedido y son otras o nuevas
las circunstancias o escenarios que lo determinan. La base de esta contingencia o
imprevisto se presenta cuando el fiscal realizó cumplidamente todas las acciones
razonables para lograr la concreción de la diligencia, pese a lo cual esta no se llevó
a cabo por acontecimientos que no pueden serle imputables.
Es pertinente resaltar que, como se trata de una simple adaptación del plazo ya pro-
longado, el plazo otorgado vía adecuación no se suma al plazo ya acordado ante-
riormente al prolongarse la medida de prisión preventiva. No se parte de cero. No
se realiza un nuevo cómputo. Continúa el ‘viejo’ plazo y, por ende, solo se fija un
nuevo techo a la prolongación anteriormente dispuesta –siempre dentro del plazo
legalmente previsto–. Por ejemplo, si inicialmente se otorgó seis meses de prolon-
gación del plazo de prisión preventiva, bajo la premisa que era un proceso común;
y, luego, se advierte que el proceso es de criminalidad organizada, el tope sería
de hasta seis meses más, porque éste solo es de doce meses.
Lo que no se adecua es el plazo originario u ordinario de prisión preventiva. La
ley solamente permite la adecuación del plazo prolongado de prisión preventiva.
Luego, lo que la ley no prevé, el juez no puede conceder. El principio de legalidad
procesal exige esta interpretación estricta” (Salas Penales Permanente y Tran-
sitoria. Acuerdo Plenario Extraordinario N° 1-2017/CIJ-116, del 26 de octubre
de 2017, considerandos 22 y 23).

278
Medidas de coerción personales en el proceso penal

354 ¿
Qué aspectos se deben analizar para determinar el cese de la prisión
preventiva?
“La cesación de la prisión preventiva requiere una nueva evaluación, pero en base
a presencia de nuevos elementos que deberán ser legítimamente aportados por la
parte solicitante, elementos que deben incidir en la modificación de la situación
preexistente y con ello posibilitar su aplicación. Por tanto, si no se actúan nuevos
elementos o los que se actuación no fueron de fuerza suficiente por aquel propósito
no podrá cesar la prisión preventiva. Ello lógicamente implica que la evaluación
se deberá efectuar teniendo en cuenta los requisitos generales para la procedencia
de esta medida de coerción personal, temporal y mutable” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 391-2011-Piura, del 18 de junio de 2013, considerando 2.9).
“Conforme al contenido del artículo 283 del Código Procesal Penal, es posible que
el órgano jurisdiccional disponga el cese de la prisión preventiva, respecto de un
imputado durante el transcurso de la investigación, siempre y cuando se logren
incorporar, a esta, nuevos elementos de convicción que demuestren la inconcu-
rrencia de los motivos que determinaron su imposición y, por tanto, resulta nece-
sario sustituirla por una medida de comparecencia. Es decir, conforme al texto
de la norma, se debe verificar la existencia de elementos de convicción nuevos
que pongan en duda o desvirtúen los que inicialmente sirvieron para amparar la
medida coercitiva de prisión preventiva. Este principio de variabilidad es permi-
tido por nuestra norma procesal en la medida que la prisión preventiva constituye
una de las restricciones más intensas de los derechos fundamentales de un inves-
tigado, como es la privación de libertad. En tal sentido, conforme lo ha señalado
la Corte Suprema, el cese de prisión preventiva no implica una nueva evaluación,
sino –en base a los nuevos elementos que deben ser aportados por la parte soli-
citante– verificar si estos inciden en la modificación de la situación preexistente.
Según a la disposición normativa antes señalada, son dos los aspectos a analizar
por un órgano jurisdiccional para determinar si ampara o no un cese de prisión
preventiva: la existencia de nuevos elementos de convicción, y que estos pongan
en cuestión los que sirvieron para dictar la prisión preventiva” (Sala Penal Nacio-
nal de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios,
Colegiado A. Exp. N° 00186-2015-84-5001-JR-PE-01, Resolución N° 02, del
15 de mayo de 2017, considerandos 4.2.1 y 4.2.2).

355 ¿Qué se entiende por nuevos elementos de convicción?


“De modo que, según la formula legislativa, el legislador plantea como única exi-
gencia la concurrencia de nuevos elementos de convicción, los cuales, para ser
eficaces, deben reunir determinadas cualidades. En principio, debe tratarse de
‘nuevos’ elementos de convicción, entiéndase en este dominio por ‘nuevos’, todas
aquellas circunstancias que no formaron parte del debate en la audiencia de pri-
sión preventiva, y por ende, tampoco fueron considerados en la valoración judicial
que determinó la medida. Adicionalmente, estos nuevos elementos deben aportar

279
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

información que, valorada con criterio objetivo y de manera global, permita con-
cluir, alternativa o acumulativamente, que la vinculación del imputado con el
delito, e peligro procesal o la prognosis de pena han sido desvirtuados de plano
o se ha desvanecido de modo considerable. Se descarta, por tanto, como funda-
mento de la cesación, cualquier información nueva que, por su mínima inciden-
cia, no permita apreciar un cambio importante en la situación jurídica del impu-
tado en el proceso penal.
En el presente caso, teniendo en cuenta el punto controvertido ya glosado, el Cole-
giado precisa que uno de los criterios para calificar la eficacia de los nuevos ele-
mentos de convicción, es precisamente verificar que la información que estos
aportan al proceso, guarde relación con los hechos imputados y los elementos que
sustenta la imputación. Pues, de no existir esa mínima correspondencia, será del
cao de negarles virtualidad para variar la situación jurídica del imputado. También
resulta necesario precisar que esta exigencia no puede interpretarse de manera
rígida, al punto de considerar que solamente son útiles los elementos de convic-
ción que atacan el núcleo de la imputación, o en otro supuesto, anulan la eficacia
acreditativa del elemento de convicción más importante, sino que también es posi-
ble tomar en cuenta elementos de convicción que ataquen aspectos colaterales o
periféricos de la imputación” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especiali-
zada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00160-
2014-284-5201-JR-PE-01, del 11 de agosto de 2017, considerandos 6.4. y 6.5).

356 ¿
Los nuevos elementos de convicción pueden tener eficacia para el
cese de la prisión preventiva aun cuando vayan referidos a atacar ám-
bitos periféricos de la imputación?
“[E]l Colegiado es del criterio que los nuevos elementos de convicción pueden
alcanzar eficacia, incluso cuando ataquen ámbitos periféricos de la imputación,
siempre que estos hechos hayan sido tomados en cuenta para sustentar la medida
de prisión preventiva inicial. Esta apreciación, además, es acorde al texto legal
que regula la materia, pues el inciso 3, artículo 283 del Código Procesal Penal,
exige que los nuevos elementos de convicción hagan desaparecer los motivos que
determinaron la imposición de prisión preventiva, y no exige, como podría mal-
entenderse, que se desvirtúe el propio núcleo de la imputación o se presente una
contraprueba que ataque de modo directo el elemento de cargo más importante”
(Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción
de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00160-2014-284-5201-JR-PE-01, del
11 de agosto de 2017, considerando 6.6).

357 ¿
Las falencias de la imputación fiscal pueden ser tomadas en cuenta
para declarar el cese de la prisión preventiva?
“En consecuencia, de acuerdo al análisis precedente, se verifica que la información
nueva introducida al proceso desvanece los motivos que sirvieron, en su momento,
para imponerle la medida de prisión preventiva por el delito de asociación para

280
Medidas de coerción personales en el proceso penal

delinquir. Esta afirmación encuentra mayor sustento aún, si se tiene en cuenta que,
conforme se puso en evidencia en la audiencia de apelación, la imputación formu-
lada contra Patiño Marmanillo, como presunto autor de asociación para delinquir
y cómplice de peculado, a casi tres años de haberse iniciado la investigación, al
parecer no ha sido lo suficientemente definida. Si bien no corresponde tratar las
falencias de la imputación en un pedido de esta naturaleza, no por ello se pue-
den dejar al margen de nuestra valoración en tanto tiene incidencia en el análi-
sis global y articulado de la situación jurídica del recurrente” (Sala Penal Nacio-
nal de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios,
Colegiado A. Exp. N° 00160-2014-284-5201-JR-PE-01, del 11 de agosto de 2017,
considerando 6.13).

358 ¿
Ante un pedido de revocatoria del mandato de comparecencia por el
de prisión preventiva, el juez debe valorar los elementos probatorios
de descargo?
“[E]l Tribunal Constitucional considera que los jueces penales al momento de
evaluar los nuevos elementos de convicción de un pedido de revocatoria del man-
dato de comparecencia por el de prisión preventiva, deben necesariamente valorar
todos y cada uno de los elementos presentados no solo por el Ministerio Público,
sino también por la defensa técnica de los procesados, esto a fin de justificar de
manera razonable la presunta existencia de elementos que permitan razonable-
mente vincular al procesado con la comisión del delito por el que se le sigue un
proceso penal, a razón de salvaguardar la presunción de inocencia, en tanto la
prisión preventiva es una medida temporal y no definitiva de la dilucidación de
la responsabilidad penal” (STC. Exp. Nº 04780-2017-PHC/TC y Exp. Nº 00502-
2018-PHC/TC (acumulado)-Piura, del 26 de abril de 2018, f. j. 64).

359 ¿
La mentira del acusado puede ser considerada como un criterio que
supere el test de proporcionalidad para el dictado de la prisión pre-
ventiva?
“Por lo demás, ya se ha señalado que una medida de prisión preventiva debe ser
respetuosa del test de proporcionalidad. Siendo así, aun cuando pueda sostenerse
que la promoción de una conducta compatible con la verdad por parte de un pro-
cesado resulte un fin constitucionalmente valioso, no se aprecia en qué medida
ordenar encarcelarlo resulte idóneo para la consecución de tal objeto (subprinci-
pio de idoneidad). Evidentemente, si su objetivo es mentir dentro del proceso, ello
podrá hacerlo tanto dentro como fuera de la prisión. En tal sentido, considerar
que la distorsión de una grafía permite justificar razonablemente la presunción
de obstaculización de la actividad probatoria que dé mérito al dictado de una pri-
sión preventiva, es un argumento manifiestamente desproporcionado y, por ende,
violatorio del derecho fundamental a la libertad personal” (STC. Exp. Nº 04780-
2017-PHC/TC y Exp. Nº 00502-2018-PHC/TC (acumulado)-Piura, del 26 de
abril de 2018, f. j. 112).

281
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

360 ¿
La gravedad de la pena y los indicios de pertenencia a una organiza-
ción criminal son suficientes para justificar la imposición de prisión
preventiva?
“En definitiva, pues, sostener que pueda bastar la gravedad de la pena y los indi-
cios de pertenencia a una organización criminal para justificar una orden preven-
tiva de prisión, es violatorio de los derechos fundamentales a la presunción de
inocencia y a la libertad personal. Este Tribunal considera que pueden ser elemen-
tos que contribuyan a presumir el peligro procesal (ya sea de peligro de fuga o
de obstaculización probatoria), pero por sí solos no son suficientes. De ahí que se
discrepe de lo sostenido en el Fundamento 54 in fine de la Casación Nº 626-2013
(‘en ciertos casos solo bast[a] la gravedad de la pena y [la imputación de perte-
nencia a una organización criminal] para imponer [prisión preventiva]’), por tra-
tarse de una afirmación reñida con la Constitución” (STC. Exp. Nº 04780-2017-
PHC/TC y Exp. Nº 00502-2018-PHC/TC (acumulado)-Piura, del 26 de abril
de 2018, f. j. 122).

361 ¿
La resolución que dicta mandato de prisión preventiva debe tener
una motivación estricta?
“Así, también se ha señalado que en el caso de la prisión preventiva, ‘la exigencia
de la motivación en la adopción o el mantenimiento de la medida debe ser más
estricta, pues solo de esa manera es posible despejar la ausencia de arbitrariedad
en la decisión judicial, a la vez que permite evaluar si el juez penal ha obrado de
conformidad con la naturaleza excepcional, subsidiaria y proporcional de [dicha
medida]’ (Sentencia Nº 00038-2015-PHC/TC, fundamento 4, Sentencia Nº 06099-
2014-PHC/TC, fundamento 4, Sentencia Nº 05314-2013-PHC/TC, fundamento 8,
entre otras)” (STC. Exp. Nº 04780-2017-PHC/TC y Exp. Nº 00502-2018-PHC/
TC (acumulado)-Piura, del 26 de abril de 2018, f. j. 36).

V. LA COMPARECENCIA

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 266, 268, 286, 287, 288, 289, 291.

362 ¿Qué se entiende por comparecencia?


“La comparecencia constituye una mínima limitación a la libertad personal que
importa la convocatoria obligatoria que se dirige al procesado par que intervenga
en el encausamiento penal. Puede ser simple y restrictiva” (Sala Penal Especial
de la Corte Suprema de la República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución
N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.2.1).
“Finalmente, entre la prisión preventiva y la comparecencia con restricciones, se
ubica la comparecencia simple. En relación al caso que nos ocupado, el inciso 2,
artículo 286 del CPP, establece que el juez puede dictar comparecencia simple,

282
Medidas de coerción personales en el proceso penal

si de mediar requerimiento fiscal no concurren los presupuestos materiales de la


prisión preventiva. Esta disposición debe ser interpretada sistemáticamente con
el inciso 1, artículo 291 del CPP, según el cual el juez puede prescindir de las
restricciones del artículo 288, en la medida en que se den los presupuestos que
de manera disyuntiva prescribe: cando se trata de un hecho punible leve y si los
actos de investigación aportados no lo justifiquen” (Sala Penal Nacional de Ape-
laciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios
-Colegiado A. Expediente N° 00036-2017-1-5201-JR-PE-01, Resolución N° 3,
del 17 de octubre de 2018, considerando 11).

363 ¿Cuándo se dicta una comparecencia simple?


“(…) La comparecencia simple se dicta para hechos punibles leves y siempre
que los actos de investigación realizados no justifiquen una prisión preventiva,
e implica el deber del imputado de asistir a las diligencias procesales que se
le cite, su inobservancia significara su conducción compulsiva ante la autori-
dad competente” (Sala Penal Especial de la Corte Suprema de la República.
Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución N° 03, del 21 de noviembre de 2018,
considerando 2.2.1).

364 ¿Cuándo se dicta una comparecencia con restricciones?


“(…) La comparecencia con restricciones o restrictiva eleva el nivel de limitación
a la libertad personal y faculta al juzgador a dictarla cuando exista peligro proce-
sal que razonablemente pueda evitarse. Dichas limitaciones se encuentran enun-
ciadas en el artículo 288 del CPP” (Sala Penal Especial de la Corte Suprema de
la República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución N° 03, del 21 de noviem-
bre de 2018, considerando 2.2.1).

365 ¿
Cuáles son las consecuencias del incumplimiento de las medidas im-
puestas en la comparecencia?
“En cuanto a las consecuencias de ambas clases de comparecencia, el incumpli-
miento de las restricciones impuestas determina que la comparecencia restrictiva
sea revocada y se dicte mandato de detención preventiva. En la comparecencia
simple, la inasistencia del imputado a los actos fiscales o de la autoridad judicial
en los que es citado, determina su conducción compulsiva por la Policía Nacio-
nal” (Sala Penal Nacional de Apelaciones del Sistema Especializado en Delitos
de Corrupción de Funcionarios - Colegiado A. Expediente N° 00036-2017-1-
5201-JR-PE-01, Resolución N° 3, del 17 de octubre de 2018, considerando 12).

366 ¿
La comparecencia con restricciones es una medida alternativa a la
prisión preventiva?
“(…) Esta medida se encuentra prevista en el artículo 287 del CPP y tiene espe-
cial relación con el peligro procesal. En efecto, conforme a este dispositivo las

283
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

restricciones se impondrán ‘siempre que el peligro de fuga u obstaculización de


la verdad pueda razonablemente evitarse’. Se trata de una alternativa a la prisión
preventiva, pues, se impone cuando resulte adecuada y necesaria al caso en con-
creto con la finalidad de neutralizar el peligro de fuga o de obstaculización en la
averiguación de la verdad. En ese sentido el juez determinara si impone una de las
restricciones o combina varias de ellas, a la vez que ordena las medidas necesarias
para garantizar su cumplimiento” (Sala Penal Nacional de Apelaciones del Sis-
tema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios - Colegiado A.
Expediente N° 00036-2017-1-5201-JR-PE-01, Resolución N° 3, del 17 de octu-
bre de 2018, considerando 7).

367 ¿
Qué restricciones prevé el Código Procesal Penal de 2004 al imponer-
se la comparecencia?
“El artículo 288 del CPP estipula un listado de restricciones, entre ellas, las del
inciso 2, consistentes en la obligación de no ausentarse de la localidad en que
reside, de no concurrir a determinados lugares, o de presentarse a la autoridad
en los días que se le fijen. Se trata de 3 restricciones que si bien tienen una natu-
raleza distinta, su finalidad es evitar la fuga del proceso y asegurar que se aper-
sone a los actos en que sea citado ya sea a nivel de la investigación preparatoria
o ante el órgano jurisdiccional.
Por su parte, el inciso 4, artículo 288 del CPP, establece la restricción de la pres-
tación de una caución económica, si las posibilidades del imputado lo permiten.
Se estipula que la caución podrá ser sustituida por una fianza personal idónea y
suficiente. De modo específico, su finalidad es asegurar que el imputado cum-
pla con las obligaciones impuestas y las ordenes de la autoridad, así lo prescribe
el inciso 1, artículo 289 del CPP” (Sala Penal Nacional de Apelaciones del Sis-
tema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios - Colegiado A.
Expediente N° 00036-2017-1-5201-JR-PE-01, Resolución N° 3, del 17 de octu-
bre de 2018, considerandos 8 y 9).

368 ¿
El requerimiento de comparecencia con restricciones puede susten-
tarse en los mismos elementos de convicción que sirvieron para impo-
ner una medida coercitiva con anterioridad?
“(…) no existe impedimento jurídico para sustentar una medida cautelar de com-
parecencia con restricciones utilizando los mismos elementos de convicción que
sirvieron para amparar una medida coercitiva o restrictiva de derechos dictada con
anterioridad. Con mayor razón, si es que las medidas de impedimento de salida
del país y el allanamiento, fueron solicitadas y amaradas en diligencias prelimi-
nares, en cuyo estado procesal no se podía dictar la comparecencia con restriccio-
nes, que es materia de impugnación” (Sala Penal Nacional de Apelaciones del
Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios - Colegiado
A. Expediente N° 00036-2017-1-5201-JR-PE-01, Resolución N° 3, del 17 de
octubre de 2018, considerando 15).

284
Medidas de coerción personales en el proceso penal

369 ¿
En qué casos se debe adoptar la medida coercitiva de impedimento
de salida del país?
“Esta medida coercitiva se adoptará en tanto resulte indispensable para los fines
del proceso y siempre que no sea necesaria una limitación más intensa de la liber-
tad personal, como la prisión preventiva. Es una medida coercitiva personal adi-
cional a la de comparecencia con restricciones, en cuanto también está destinada
a asegurar la vigencia y eficacia de la comparecencia restringida (evitando la fuga
del imputado). Si bien no supone la posibilidad absoluta de evitar la posible fuga,
si la hace más difícil, y, por ende, la disminución en el riesgo de fuga, pues, en
tales condiciones, el imputado verá dificultada su intención de huir al extranjero,
y más aún, la de subsistir y trabajar en otro país. Es necesaria en los casos en que
exista un riesgo no grave de fuga o perturbación de la actividad probatoria” (Sala
Penal Especial de la Corte Suprema de la República. Expediente N° 06-2018-
“8”, Resolución N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.2.3).

370 ¿En qué consiste la caución?


“La caución es un mecanismo de sujeción al proceso, que consiste en entregar una
suma de dinero suficiente que asegure que el imputado cumpla con las obligacio-
nes impuestas y las ordenes de la autoridad judicial, a efecto de neutralizar la pre-
sunta elusión de la acción de la justicia que pesa sobre él” (Sala Penal Especial
de la Corte Suprema de la República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución
N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.2.2).

371 ¿
Cuándo estamos ante una caución personal y cuándo estamos ante
una caución real?
“(…) La caución puede ser personal o real. La primera es una suma líquida tangi-
ble a ser depositada, y la segunda puede representar depósitos de bienes o valo-
res mobiliarios o afectación de bienes hipotecables” (Sala Penal Especial de
la Corte Suprema de la República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución
N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.2.2).

372 ¿
Cuáles son los criterios que se deben considerar para determinar el
quantum de la caución?
“(…) Los criterios que deben ser considerados para determinar el quantum de la
caución son estos: i) la naturaleza del delito; ii) la condición económica; iii) per-
sonalidad; iv) antecedentes del encausado; v) el modo de la comisión del delito, y
vi) la gravedad del daño, así como otras circunstancias que pudieran influir en el
mayor o menor interés del procesado para ponerse fuera del alcance de la autoridad.
Asimismo, la norma prescribe que el monto no ha de ser de imposible cumpli-
miento, por lo que se debe considerar la situación personal del imputado, su
carencia de medios y características del hecho atribuido” (Sala Penal Especial

285
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

de la Corte Suprema de la República. Expediente N° 06-2018-“8”, Resolución


N° 03, del 21 de noviembre de 2018, considerando 2.2.2).
“Esta institución procesal tiene como finalidad asegurar la presencia del impu-
tado en el proceso, mientras dure tal necesidad. Por ello, la determinación de la
calidad y cantidad de la caución está en función de la naturaleza del delito; la con-
dición económica, la personalidad y los antecedentes del imputado; el modo de
cometer el delito y la gravedad del daño; y las circunstancias que puedan influir
en un mayor o menor interés de este para ponerse fuera del alcance de la autori-
dad fiscal o judicial” (Sala Penal Nacional de Apelaciones del Sistema Espe-
cializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios - Colegiado A. Expediente
N° 00036-2017-1-5201-JR-PE-01, Resolución N° 3, del 17 de octubre de 2018,
considerando 10).

VI. LA CONDUCCIÓN COMPULSIVA

Base legal Código Procesal Penal de 2004: art. 164.

373 ¿En qué consiste la conducción compulsiva?


“Configurada, constitucionalmente y legalmente, la obligación del Ministerio
Público, y de su ayudante principal, la Policía Nacional, se erige como facultad
del ente persecutor la conducción compulsiva dispuesta por el fiscal en concordan-
cia con los artículos 66 y 71.3 del nuevo Código Procesal además del artículo 126;
en efecto, dichos dispositivos otorgan al Ministerio Público la facultad coercitiva,
traducida en la facultad de ordenar la conducción compulsiva de quien hace caso
omiso a su citación, orden de la fiscalía que debe ejecutar la policía contra quien
se niega a concurrir para prestar su declaración, siempre y cuando haya sido váli-
damente notificado; debiendo puntualizarse que es una medida provisional con
la finalidad de que se cumpla el mandato, por tanto, no se vulnera ningún dere-
cho constitucional del imputado, solo se le notifica para que concurra a prestar su
declaración ante el despacho fiscal, y si decide no declarar debe constar en acta.
Por otro lado, debemos subrayar que, tan pronto como la actividad estatal desti-
nada al esclarecimiento de un hecho ilícito se direcciona respecto de una persona
concreta, aun antes de que respecto de ella se formule una declaración formal o
una orden de restricción de derechos, habrá un imputado, debiendo dicho direc-
cionamiento producirse sobre una base razonable; en efecto, la restricción de los
derechos del imputado exige un cierto grado de concreción de la imputación, la
que deberá ser externalizada y motivada.
Debe quedar claro, sin embargo, que sin alcanzarse un umbral mínimo de atribu-
ción no será posible hablar de imputado, ni tratar a la persona como tal imponién-
dole ciertas medidas de sujeción procesal. En un Estado democrático de Derecho,
la actividad de persecución penal no puede llevarse a cabo al azar, tanteando en la

286
Medidas de coerción personales en el proceso penal

oscuridad, sino que demanda que las potestades estatales de restricción de dere-
chos individuales emanen de una justificación racional, de un motivo específico
que proporcione el ejercicio de tales atribuciones con el derecho de los ciudada-
nos a no sufrir injerencias innecesarias, en el caso sub examine, la restricción de
su libertad ambulatoria.
En directa asociación con la presunción de inocencia, se encuentra el principio
que demanda que las actividades de injerencia estatal en los derechos del impu-
tado se cumplan con arreglo al principio de afectación mínima indispensable”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 375-2011-Lambayeque, del 18 de junio
de 2013, considerando 8).

287
CAPÍTULO VII

MEDIDAS DE COERCIÓN REALES


EN EL PROCESO PENAL
CAPÍTULO VII

MEDIDAS DE COERCIÓN REALES


EN EL PROCESO PENAL

I. ASPECTOS GENERALES

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 253, 254, 258.

374 ¿En qué consisten las medidas cautelares reales?


“Las medidas de coerción reales, son actos de autoridad, plasmados a través de una
resolución jurisdiccional, y regidas por el principio dispositivo, mediante los cua-
les se asegura las consecuencias jurídicas económicas del delito y las costas pro-
cesales. Su reconocimiento legal es consecuencia de la acumulación de acciones:
una penal y una civil en un mismo proceso penal.
Las citadas medidas recaen sobre el patrimonio del imputado o sus bienes jurí-
dicos patrimoniales, limitándolos con la finalidad de impedir que durante el pro-
ceso determinadas actuaciones dañosas o perjudiciales por parte de aquél afecten
la efectividad de la sentencia o la eficacia del proceso. Están dirigidas a la protec-
ción de las pruebas o medios de prueba [en puridad de fuentes de investigación
o de prueba], lo que en síntesis quiere decir salvaguardar o proteger el proceso
[NEYRA FLORES, José Antonio. Manual del Nuevo Proceso Penal y Litigación
Oral. Editorial Idemsa, Lima, 2010. pp. 487-488 y 491]. Su principal finalidad
estriba, pues, en asegurar el futuro cumplimiento de las responsabilidades civi-
les derivadas de la comisión del hecho punible, y de las penas pecuniarias y con-
secuencias accesorias, amén de las costas; es decir, la realización plena de todas
las responsabilidades pecuniarias que en definitiva pueden declararse procedentes.
Ahora bien, las notas características de las medidas de coerción real son las comu-
nes a todas las medidas de coerción. En tal sentido, sobre ellas el artículo 315.1
del Código Procesal Penal de 2004 –en adelante, NCPP–, insiste en su sujeción
al principio de variabilidad. Al respecto se destaca que su variación, sustitución o
cese está en función a ‘(...) las circunstancias del caso y con arreglo al principio de
proporcionalidad (...)’” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Ple-
nario N° 7-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, considerando 16).

375 ¿Cuál es la finalidad de las medidas cautelares reales?


“El profesor San Martín Castro señala que las medidas de coerción reales son de
naturaleza patrimonial, pues su finalidad es asegurar el futuro cumplimiento de

291
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

las responsabilidades civiles derivadas de la comisión del hecho punible, y de las


pecuniarias y consecuencias accesorias, amén de las cosas. En este mismo sentido
se ha pronunciado la Corte Suprema en el Acuerdo Plenario N° 7-2011/CJ-116”
(Sala Penal Nacional de Apelaciones del Sistema Especializado en Delitos de
Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 25-2017-32-5201-JR-PE-
01, Resolución N° 2, del 12 de octubre de 2018, considerando 1).

376 ¿Cómo se clasifican las medidas cautelares reales?


“Como las responsabilidades pecuniarias pueden ser de diferente tipo, las medi-
das reales pueden ser de distinta índole y clasificación, existiendo:
a) Medidas reales penales. Su objeto es garantizar la efectividad de los pronun-
ciamientos de naturaleza penal y procesal penal de la sentencia y que posean
un contenido patrimonial: multa, decomiso, pago de costas.
b) Medidas reales civiles. Son propias del proceso civil acumulado. Tienden a
asegurar la ejecución de los pronunciamientos de naturaleza civil y conte-
nido patrimonial de la sentencia: restitución, reparación e indemnización.
El NCPP identifica cinco medidas de coerción real, las que muy bien pueden ser
aplicadas en los procesos por delitos de lavado de activos: 1) inhibición; 2) embargo
–el primero y el segundo, inmovilizan bienes del patrimonio del imputado o res-
ponsable civil–; 3) incautación; 4) medidas anticipativas; 5) medidas preventivas
contra las personas jurídicas. Se trata, pues, de medidas anticipativas.
Ahora bien, aún cuando el NCPP sólo reconoce las medidas anticipativas gené-
ricas (artículo 312 NCPP), e incorpora algunas medidas anticipativas específicas:
desalojo preventivo y pensión anticipada de alimentos (artículos 311 y 314 NCPP),
no existe obstáculo, a partir del poder cautelar genérico del que está investida la
autoridad jurisdiccional y de aplicación supletoria de la Ley Procesal Común: el
Código Procesal Civil, de incorporar también para los casos de lavado de acti-
vos, las denominadas medidas innovativas y de no innovar, que apuntan a provo-
car un cambio de la situación existente al tiempo de peticionarlas. Como precisa
la ley las primeras reponen el estado de hecho o de derecho cuya alteración sería
el sustento del delito cometido en agravio de la víctima; y, las segundas conser-
van la situación de hecho de derecho presentada al incoarse el proceso (artículos
682 y 687 CPC)” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario
N° 7-2011/CJ-116, del 6 de diciembre de 2011, considerandos 17 y 18).

377 ¿
Cuáles son los presupuestos de admisibilidad de las medidas cautela-
res reales?
“Como es sabido, los presupuestos de las medidas de coerción real son dos:
a) El fumus delicti comissi, consiste en la existencia de indicios racionales de
criminalidad –es la denominada ‘apariencia y justificación del derecho sub-
jetivo’–, que en el proceso penal importa, como acota GIMENO SENDRA,

292
Medidas de coerción reales en el proceso penal

una ‘(...) razonada atribución del hecho punible a una persona determinada’
[Derecho Procesal Penal. 2ª edición, Editorial Colex, Madrid, 2007, p. 501]).
Ha de existir, pues, una imputación formal contra una persona determinada.
El juicio de probabilidad delictiva es mencionado específicamente por el
artículo 303.3 NCPP, aún cuando se refiera sólo al embargo y, por extensión
expresa, a la orden de inhibición. El fumus debe referirse, de un lado, a un
delito que haya ocasionado un daño o perjuicio material o moral; y, de otro,
a que los referidos indicios –ciertamente, ‘procedimentales’– evidencien una
relación de causalidad con el sujeto contra el que se adoptan: imputado o ter-
cero civil. No es necesaria una acreditación específica cuando se dicte sen-
tencia condenatoria, aún cuando fuera impugnada.
b) El segundo presupuesto es el periculum in mora, es el peligro o daño jurí-
dico derivado del retardo del procedimiento. Consiste en el riesgo de daño
para la efectividad de la tutela judicial pretendida en el proceso principal. Se
debe acreditar la concreta probabilidad de que se produzcan, durante la pen-
dencia del proceso, situaciones que impidan o dificulten la eficacia del proce-
dimiento penal y civil de condena, que pueda incorporar la sentencia penal
–peligro de infructuosidad–. En el proceso penal ello se concreta por el ‘peli-
gro de fuga’ o de ocultación personal o patrimonial del imputado [VICENTE
GIMENO SENDRA. Ibídem, p. 592].
Lo relevante del periculum es la comprobación de la extensión del daño
causado por el imputado como consecuencia del delito perpetrado. Pero,
también, el tiempo que dure el proceso, cuyo retraso puede hacer ineficaz
la respuesta jurisdiccional si no se adoptan medidas tendentes a mantener la
situación presente, o a evitar maniobras lesivas para los derechos de la víc-
tima –en el caso del lavado de activos, al Estado– derivadas del comporta-
miento del imputado [PÉREZ-CRUZ MARTÍN, Agustín-Jesús Y OTROS:
Derecho Procesal Penal. Editorial Civitas, Madrid, 2009].
Es de tener en claro que el periculum, en lo civil, tiene una configuración
objetiva propia: no se requiere, necesariamente, que se haya producido cierto
comportamiento del imputado, ni menos una intención de este de causar per-
juicio al actor. El peligro se materializa en las posibilidades del responsa-
ble civil durante el tiempo del proceso, de dedicarse a distraer, dilapidar u
ocultar sus bienes, real o ficticiamente, para hacer impracticable la satisfac-
ción de las consecuencias jurídico-económicas que imponga la sentencia. Si
la solvencia, honestidad y arraigo del imputado –siempre en el plano civil y
no penal– estuvieran acreditados, decae y no se justifica la imposición de las
precitadas medidas. El artículo 303.3 NCPP, al respecto estipula: ‘(...) por las
características del hecho o del imputado, exista riesgo fundado de insolven-
cia del imputado o de ocultamiento o desaparición del bien’” (Salas Penales
Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 7-2011/CJ-116, del 6 de
diciembre de 2011, considerando 19).
“Son presupuestos de la admisibilidad de las medidas cautelares la demostra-
ción de un grado más o menos variable de verosimilitud del derecho invocado o

293
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

el ‘humo del buen derecho’ ( fumus bonis iuris), y del peligro en la demora (peri-
culum in mora), que puede aparejar el lento tránsito de la causa hacia la senten-
cia definitiva, pues mientras se produce la prueba terminante de aquel, podrían
desaparecer las cosas que interesan a la litis o producir un daño irreversible a las
personas comprometidas en la misma” (Sala Penal Nacional de Apelaciones del
Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A.
Exp. N° 25-2017-32-5201-JR-PE-01, Resolución N° 2, del 12 de octubre de
2018, considerando 2).

378 ¿
Cómo se determina la existencia del peligro procesal para la imposi-
ción de las medidas cautelares reales?
“(…) Sobre este agravio, el Colegiado advierte que el Ministerio Público ha forma-
lizado la investigación preparatoria mediante la disposición N° 21, de fecha cinco
de agosto de dos mil dieciocho, por el plazo de treinta y seis meses, lo que implica
que, entre la investigación preparatoria y el final del proceso, transcurrirá un lapso
que podría ser utilizado por la recurrente, para desprenderse de una parteo del total
de los fondo en discusión con el objeto de frustrar los efectos civiles de la senten-
cia definitiva, máxime si estos bienes son de fácil desprendimiento u ocultamiento.
La Corte Suprema, sobre periculum, en lo civil, ha establecido que tiene una con-
figuración objetiva propia: no requiere necesariamente, que se haya comprobado
cierto comportamiento del imputado, ni menos de una intención de este de cau-
sar perjuicio al actor. El peligro se materializa en las posibilidades del responsa-
ble civil, durante el tiempo del proceso, de que se dedique a distraer, dilapidar u
ocultar sus bienes, real o ficticiamente, para hacer impracticable la satisfacción
de las consecuencias jurídico-económica que imponga la sentencia” (Sala Penal
Nacional de Apelaciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción
de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 25-2017-32-5201-JR-PE-01, Resolu-
ción N° 2, del 12 de octubre de 2018, considerando 8).

379 ¿
Cuál es el procedimiento para la incoación de las medidas cautelares
reales?
“Es pertinente destacar, en el procedimiento de coerción real, dos situaciones
específicas:
a) La oportunidad para solicitar una medida de coerción real. La regla, por cierto,
es que su requerimiento se realiza parcialmente en sede de diligencias preli-
minares policiales –en el caso de aseguramiento de documentos privados, y
secuestros e incautaciones preliminares (artículo 68, apartado 1, literales ‘i’ y
‘k’, NCPP); y, regularmente, en el curso de las primeras diligencias y durante la
investigación preparatoria (entre otros, artículos 302, 310, 316 NCPP). Ahora
bien, tales medidas pueden solicitarse también, siempre por la parte proce-
sal legitimada, en sede intermedia (artículos 349.4 y 350.1.c, y 353.3 NCPP –
supuesto último, que incluso autoriza al Juez de la Investigación Preparatoria
a pronunciarse de oficio si fuere necesario sobre las medidas de coerción–).

294
Medidas de coerción reales en el proceso penal

b) El NCPP fija un procedimiento para determinar la decisión del trámite: con o


sin traslado al afectado: imputado o responsable civil. La regla general para
la imposición de las medidas de coerción real, guiada siempre por el princi-
pio de rogación de la parte procesal legitimada es el previo traslado a las par-
tes, en especial a la parte afectada, por el término de tres días (artículo 315.2
NCPP). Empero, por razones obvias, rige la regla del artículo 203.2 NCPP,
que precisa que tal exigencia de contradicción previa se aplicará siempre
que ‘(...) no existiere riesgo fundado de pérdida de finalidad de la medida
(...)’; esta imposibilidad y los derechos de impugnación que ulteriormente
se reconocen, evita considerar que tal procedimiento vulnera la prohibición
de indefensión. No se realiza el trámite de audiencia, sino el de simple tras-
lado: su lógica es la escrituralidad del procedimiento (artículo 315.2 NCPP),
aunque es posible en situaciones excepcionales, debidamente explicadas en
la decisión, ir al trámite de audiencia (artículo 203.2 NCPP)” (Salas Penales
Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 7-2011/CJ-116, del 6 de
diciembre de 2011, considerando 20).

II. EL EMBARGO

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 253, 254, 302, 303, 304, 305, 306,
307, 308.

380 ¿
Cómo se encuentra regulada la medida cautelar de embargo en el
Código Procesal Penal de 2004?
“La medida cautelar real de embargo se encuentra regulada en los artículos 302-
309 del CPP. El primero establece que, en el curso de las primeras diligencias y
durante la investigación preparatoria el fiscal, de oficio o a pedido de parte, inda-
gará sobre los bienes libres o derechos embargables al imputado y al tercero civil,
a fin de asegurar la efectividad de las responsabilidades derivadas del delito o el
pago de las costas. A su vez, el artículo 303.1 establece que una vez identifica-
dos los bienes, se solicitará al juez de investigación preparatoria la adopción de
la medida de embargo” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en
Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 25-2017-32-
5201-JR-PE-01, Resolución N° 2, del 12 de octubre de 2018, considerando 3).

381 ¿
Cuál es la finalidad que se busca conseguir con la imposición del em-
bargo?
“(…) Este criterio es compartido por este Colegiado, dado que la medida cautelar
a adoptarse debe permitir alcanzar el objetivo pretendido que es el posible pago
de una eventual reparación civil. Así, la medida de embargo en forma de reten-
ción evitará que se disponga de los fondos, mediante su eventual transferencia
o retiro para ocultarlos y eludir las acciones orientadas al fin perseguido” (Sala
Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de

295
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 25-2017-32-5201-JR-PE-01, Resolución


N° 2, del 12 de octubre de 2018, considerando 9).

382 ¿Cuándo procede el embargo en forma de retención?


“El embargo en forma de retención se encuentra normado en el artículo 657 del
Código Procesal Civil (CPC), el cual preceptúa que ‘cuando la medida recae sobre
derecho de crédito u otros bienes en posesión de terceros, cuyo titular es el afec-
tado con ella, puede ordenarse al poseedor retener el pago a la orden del Juzgado,
depositando el dinero en el Banco de la Nación. Tratándose de otros bienes, el
retenedor asume las obligaciones y responsabilidades del depositario, salvo que
se ponga a disposición del juez. Si el poseedor de los derechos de crédito es una
entidad financiera, el juez ordenará la retención mediante envío del mandato vía
correo electrónico, trabándose la medida de inmediatamente o excepcionalmente
por cualquier otro medio fehaciente que deje de constancia de su decisión. Para
tal efecto, todas las Entidades Financieras deberán comunicar a la Superinten-
dencia de Banca y Seguros la dirección electrónica a donde se remitirá la orden
judicial de retención.
De los expuesto, al no haberse normado el embargo en forma de retención en el CPP,
deben aplicarse los presupuestos que establece el CPC, a tenor de los dispuesto en
el artículo 303.1 del CPP’” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada
en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 25-2017-32-
5201-JR-PE-01, Resolución N° 2, del 12 de octubre de 2018, considerando 4).

383 ¿El pedido de embargo en la etapa de formalización de la investigación


debe precisar el monto de la reparación civil que se pretende cautelar?
“Otro de los agravios que esgrime la defensa consiste en que la jueza no hizo men-
ción del monto de la reparación civil, ni siquiera de manera inicial o preliminar.
Sobre este punto, el artículo 11 del CPP establece que el ejercicio de la acción
civil derivada del hecho punible corresponde al Ministerio Público y, especial-
mente, al perjudicado por el delito. Si el perjudicado se constituye en actor civil,
cesa la legitimación del Ministerio Público para intervenir en el objeto civil del
proceso. En tal sentido, al no existir actor civil, corresponde a la Fiscalía el ejer-
cicio de la acción civil.
Por otro lado, de acuerdo al estadio del proceso en el que nos encontramos –in-
vestigación preparatoria– no podemos exigirle al Ministerio Público que precise
el monto de la reparación civil.
Desde la perspectiva, y atendiendo a los presupuestos de las medidas de coerción
reales, no es requisito que se señale el monto de la reparación civil en la solici-
tud de la presente medida, sin perjuicio de tener presente que, a consideración
de este Colegiado, el monto mínimo por un eventual pago por concepto de repa-
ración civil sería de S/ 19 359 310.00, de forma solidaria” (Sala Penal Nacional

296
Medidas de coerción reales en el proceso penal

de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios,


Colegiado A. Exp. N° 25-2017-32-5201-JR-PE-01, Resolución N° 2, del 12 de
octubre de 2018, considerando 10).

384 ¿Sobre qué tipo de bienes debe recaer la medida de embargo?


“La defensa señala que la jueza hizo un reconocimiento implícito respecto a la ili-
citud de los bienes que han sido materia de embargo.
Con relación a ello, este Colegiado precisa que para trabar la medida de embargo
en sus distintas formas, la norma prevé que debe recaer sobre bienes libres.
El Ministerio Público ha precisado que la citada medida puede ser sustituida pos-
teriormente; no obstante, la medida de embargo en forma de retención es idó-
nea en estos momentos, dado que bloquea todo peligro de desaparición u oculta-
miento del dinero.
En efecto, de conformidad con el artículo 315.1 del CPP, uno de los principios
de las medidas de coerción reales es el de variabilidad. Por este motivo, no se
podría concluir que los fondos embargados son lícitos o ilícitos, puesto que ello
se determinará en la etapa correspondiente” (Sala Penal Nacional de Apela-
ciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado
A. Exp. N° 25-2017-32-5201-JR-PE-01, Resolución N° 2, del 12 de octubre de
2018, considerando 11).

III. LA ORDEN DE INHIBICIÓN

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 253, 254, 310.

385 ¿
Cómo se encuentra regulada la orden de inhibición en el Código
Procesal Penal de 2004?
“La orden de inhibición como medida cautelar de carácter real, ha sido regulada en
el artículo 310.1 del CPP en los siguientes términos: ‘El Fiscal o el actor civil, en su
caso, podrán solicitar, cumplidos los requisitos establecidos en el artículo 303, que
el Juez dicte orden de inhibición para disponer o gravar los bienes del imputado
o del tercero civil, que se inscribirá en los Registros Públicos’. Por mandato del
numeral 2 del artículo antes citado, rigen en lo pertinente las reglas previstas para
la medida cautelar de embargo” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especiali-
zada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A. Exp. N° 00019-
2018-4-5201-JR-PE-03, del 2 de octubre de 2018, considerando 6).

386 ¿En qué consiste la orden de inhibición?


“En el Derecho comparado, esta medida cautelar se encuentra desarrollada con el
nomen iuris de inhibición general de bienes, la que es definida como ‘una medida

297
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

se indisponibilidad absoluta, en el sentido de que el inhibido no puede disponer o


gravar los bienes afectados con aquellas’. En ese sentido, se trata de una medida
que ‘se debe registrar en las oficinas correspondientes, es decir, dársele publi-
cidad a fin de evitar perjuicios a terceros que adquieran los bienes de buena fe’.
En ese orden de ideas, este Tribunal considera que la orden de inhibición consti-
tuye una medida cautelar real que se traduce en la interdicción de disponer o gra-
var inmuebles o muebles registrables de propiedad del imputado o tercero civil,
que es complementaria a la medida cautelar de embargo, en tanto que este sea
insuficiente para alcanzar la función tutelar que persigue” (Sala Penal Nacio-
nal de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios,
Colegiado A, Exp. N° 00019-2018-4-5201-JR-PE-03, del 2 de octubre de 2018,
considerando 7).

387 ¿
Se puede decretar una orden de inhibición en la etapa de diligencias
preliminares o es necesaria la previa formalización de la investigación?
“El Colegiado advierte que si bien el artículo 338.4 del CPP impone al fiscal la
obligación de formalizar la investigación, cuando deba requerir la intervención
judicial para la imposición de medidas coercitivas, también lo es que tal precepto
no condiciona su imposición a la existencia de formalización de la investiga-
ción preparatoria, cuando es la propia ley la que establece excepciones. Para
este Colegiado, la excepción está previstas en el artículo 302 del CPP (…).
El Colegiado considera que lo prescrito en el artículo 253.1 del CPP, en el sen-
tido que los derechos fundamentales ‘solo podrán ser restringidos en el marco del
proceso penal’, no puede ser impedimento para decretar la orden de inhibición
en diligencias preliminares, porque a dicho precepto, se contrapone la excepción
prevista en el artículo 302 del CPP.
Es cierto que dentro de los presupuestos de las medidas cautelares, no solo se
encuentran el fumus y el periculum, sino también la pendencia de un proceso
penal; sin embargo, en el caso peruano, no siempre las diligencias prelimina-
res nos van a conducir a un proceso penal, en tanto que puede ocurrir que los
hechos que se investigan no tengan trascendencia penal alguna, caso en el cual
corresponderá el archivamiento de la investigación. Siendo ello así, las medidas
cautelares a nivel de diligencias preliminares se practican en función de un pro-
ceso penal, pero no necesariamente supone su existencia actual.
Nieva Fenoll explica claramente este hecho con las medidas de detención y de
embargo, señalando que no podría afirmarse que dichas medidas cautelares no
precisen pendencia de un proceso, sino que se decretan en función de la existen-
cia de este, de modo tal que si el proceso no nace, las medidas cautelares decaen”
(Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de Corrupción
de Funcionarios, Colegiado A, Exp. N° 00019-2018-4-5201-JR-PE-03, del 2
de octubre de 2018, considerando 11).

298
Medidas de coerción reales en el proceso penal

IV. LAS MEDIDAS CAUTELARES SOBRE BIENES DE LA


SOCIEDAD DE GANACIALES

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 253, 254.

388 ¿
Los bienes que conforman la sociedad de gananciales pueden o no
pueden ser objeto de medidas cautelares?
“Uno de los aspectos a dilucidar es si los bienes que conforman la sociedad de
gananciales pueden o no ser objeto de medidas cautelares por constituir un patri-
monio autónomo distinto a la copropiedad. Al respecto, corresponde señalar pre-
viamente que no está en discusión la calidad del patrimonio autónomo que tie-
nen los bienes de la sociedad de gananciales ni su diferencia con la copropiedad.
El tema no es nuevo porque, como ya se ha señalado en una decisión anterior, ante
la falta de uniformidad de criterios de la judicatura en el ámbito civil, fue objeto
de debate en el Pleno Jurisdiccional Civil del año 1997. Luego de la discusión,
por mayoría se acordó: ‘admitir como medida cautelar, el pedido formulado por
el acreedor demandante en un proceso seguido solo contra uno de los cónyuges
en el sentido que se afecte el derecho o expectativa que tiene el cónyuge deudor
demandado en determinación bien social, el que solo podrá realizarse luego de
producida la liquidación de la sociedad de gananciales. El fundamento es que, si
bien por un lado resultaba imprescindible proteger al a familia y el matrimonio,
por otro no podía dejar de protegerse a los acreedores que no pueden ver satis-
fecho su legítimo derecho de crédito por no contar sus deudores con patrimonio
individual suficiente para responder por sus obligaciones. Por tal razón, respe-
tando la naturaleza de los bienes que conforman la sociedad de gananciales –en
la que no es posible asignar porcentaje de propiedad a los cónyuges–, se estable-
ció que la realización de las medidas cautelares quedaba sujeta al fenecimiento de
la sociedad conyugal, es decir, a las causales previstas en el artículo 318 del CC.
Asimismo, ha sostenido la Corte Suprema que: ‘el hecho de que la sociedad conyugal
y más propiamente la sociedad de gananciales constituye un patrimonio autónomo,
no puede entenderse como que se encuentra fuera de comercio de los hombres o que
se ha formado una persona jurídica distinta y que los acreedores de los cónyuges
por obligaciones personales no pueden solicitar medidas ara cautelar su acreencia
sobre los derechos que su deudor tendrá al liquidarse la sociedad de gananciales’.
El criterio antes mencionado tiene coherencia, si se tiene en cuenta –como sos-
tuvo la Procuraduría y la Fiscalía en audiencia– que el legislador no ha incluido
en el artículo 648 del CPC a los bienes de la sociedad de gananciales dentro del
grupo de bienes embargables; en consecuencia, no resulta contrario a derecho si
se dictan medidas cautelares antes de la liquidación. Este dispositivo legal tiene
también coherencia con el contenido del artículo 1219.1 del CC, en cuanto autoriza
al acreedor a emplear las medidas legales a fin de que le deudor le procure aque-
llo a que está obligado, dentro de lo cual obviamente se encuentras las medidas

299
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

cautelares que tienden a asegurar dicho propósito. Además, en el modo y forma


como se han dictado las medidas cautelares en la presente causa, se respeta los
derechos del cónyuge no obligado y se da cumplimiento de esa manera a las exi-
gencias previstas en el artículo 611 del CPC.
En el mismo sentido, se puede citar el artículo 14 de la Ley N° 27809 (Ley Gene-
ral del Sistema Concursal), que permite someter al sistema concursal los bienes del
deudor cuyo patrimonio se encuentra sujeto al régimen de sociedad de gananciales,
para cuyo efecto deberá sustituirse dicho régimen por el de separación de patrimo-
nios, a fin de permitir la identificación exacta de los bienes que integran su patrimo-
nio comprendido en el procedimiento. En tal caso –señala el propio texto de la ley–,
el deudor procederá a variar el régimen de la sociedad de gananciales por la sepa-
ración de patrimonios de conformidad con la exigencia y la formalidad prevista en
el CC. Debe considerarse, además, que esta ley modificó el artículo 330 CC, y esta-
bleció que la declaración de inicio del procedimiento concursal ordinario de uno de
los cónyuges determina de pleno derecho la sustitución del régimen de sociedad de
gananciales por el de separación de patrimonios. Queda claro, entonces, que la con-
dición de patrimonio autónomo de los bienes que conforman la sociedad de ganan-
ciales no le otorga ningún blindaje de protección frente a la necesidad de satisfa-
cer acreencias de exclusiva responsabilidad de uno de los cónyuges’” (Sala Penal
Nacional de Apelaciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de
Funcionarios - Colegiado A. Expediente N° 0022-2017-19-5001-JR-PE-02, Reso-
lución N° 02, del 7 de marzo de 2018, considerando VI).

V. LA INCAUTACIÓN

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 316, 317, 318, 319, 320.

389 ¿Cuál es la finalidad de la medida de incautación?


“La incautación procesal regulada en el artículo 316 del Código Procesal Penal,
consiste en la aprehensión de un instrumento –bien mueble o inmueble– con que
se hubiese ejecutado un determinado delito, y tiene por objeto resguardar aquellos
bienes relacionados con el delito –sin importar su valor económico– que puedan
servir como evidencia material para acreditar, por un lado, el hecho delictivo y,
por otro lado, la responsabilidad penal del imputado; es decir, se impone cuando
resulte necesario para el esclarecimiento del hecho punible y procura asegurar el
éxito de la investigación preparatoria, a la vez que implica una limitación al dere-
cho de uso y goce de los bienes para proveer a las necesidades probatorias, cuya
virtud el titular queda privado de ellos, mientras queda en custodia a disposición
de la autoridad competente.
La incautación puede tener un carácter instrumental o un carácter cautelar, según
esté destinado a adquirir y conservar material probatorio útil a la investigación;

300
Medidas de coerción reales en el proceso penal

es decir, presenta una configuración jurídica dual: como medida de búsqueda de


pruebas y restricción de derechos (medida instrumental restrictiva de derechos), y
como medida de coerción (con una típica función cautelar). En el primer caso, su
función es primordialmente conservativa, y luego, probatoria que ha de realizarse
en el juicio oral. En el segundo caso, su función es sustancialmente de preven-
ción del ocultamiento de bienes sujetos a decomiso y de impedimento obstacu-
lización de averiguación de la verdad objetiva” (Sala Penal Permanente. Casa-
ción N°231-2011-Madre de Dios, del 17 de mayo de 2012, considerandos 5 y 6).
“La incautación, en cuanto medida procesal, presenta una configuración jurídica
dual: como medida de búsqueda de pruebas y restricción de derechos –propiamente,
medida instrumental restrictiva de derechos– (artículos 218 al 223 del nuevo Código
Procesal Penal –en adelante, NCPP–), y como medida de coerción –con una típica
función cautelar– (artículos 316 al 320 del NCPP). En ambos casos es un acto de
autoridad que limita las facultades de dominio respecto de bienes o cosas relacio-
nadas, de uno u otro modo, con el hecho punible. En el primer caso, su función es
primordialmente conservativa –de aseguramiento de fuentes de prueba material–
y, luego, probatoria que ha de realizarse en el juicio oral. En el segundo caso, su
función es substancialmente de prevención del ocultamiento de bienes sujetos a
decomiso y de impedimento a la obstaculización de la averiguación de la verdad.
Aun cuando en la identificación de los bienes sujetos a una u otra medida existen
ámbitos comunes –pueden cumplir funciones similares–, lo esencial estriba en la
función principal que cumplen, básicamente de cara a la posibilidad de una con-
secuencia accesoria de decomiso, con arreglo al artículo 102 del Código Penal
–en adelante, CP–” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plena-
rio N° 5-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 7).
“Con el rótulo de ‘incautación’, el Código Procesal Penal del 2004, ha establecido
dos instituciones jurídico procesales, una como medida de búsqueda de pruebas
con restricción de derechos y otra como medida de coerción. En ambos casos es
un acto de autoridad que limita las facultades de dominio respecto de bienes o
cosas relacionadas, de uno u otro modo, con el hecho punible. En el primer caso,
su función es primordialmente conservativa –de aseguramiento de fuentes de
prueba material– y, luego, probatoria que ha de realizarse en el juicio oral. En el
segundo caso, su función es substancialmente de prevención del ocultamiento
de bienes sujetos a decomiso y de impedimento a la obstaculización de la averi-
guación de la verdad. Aun cuando en la identificación de los bienes sujetos a una
u otra medida existen ámbitos comunes –pueden cumplir funciones similares–,
lo esencial estriba en la función principal que cumplen, básicamente de cara a la
posibilidad de una consecuencia accesoria de decomiso.
El artículo 316 del Código Procesal Penal establece que ‘(...) los efectos provenientes
de la infracción penal o los instrumentos con que se hubiere ejecutado, así como
los objetos permitidos por la ley siempre que exista peligro por la demora pue-
den ser incautados durante las primeras diligencias y en el curso de la investiga-
ción, ya sea por la Policía o por el Ministerio Público, debiendo el Fiscal requerir

301
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

inmediatamente al Juzgado de Investigación Preparatoria la expedición de una


resolución confirmatoria, la cual se emitirá sin trámite alguno en el plazo de dos
días’. Asimismo, el inciso 2), del artículo 218 del mismo cuerpo normativo esta-
blece que: ‘(…) la Policía no necesitará autorización del Fiscal ni orden judicial
cuando se trata de una intervención en flagrante delito o peligro inminente de su
perpetración, de cuya ejecución dará cuenta inmediata al Fiscal. Cuando existe
peligro por la demora, la exhibición o la incautación debe disponerla el Fiscal. En
todos estos casos, el Fiscal una vez que tomó conocimiento de la medida o dis-
puso su ejecución, requerirá al Juez de la Investigación Preparatoria la correspon-
diente resolución confirmatoria’.
En ambos casos, el legislador ha establecido como imperativa la obligación del
Ministerio Público, debe recurrir al órgano jurisdiccional para la expedición de
la resolución confirmatoria, lo que evidencia que la medida ya sea instrumental
o cautelar, siempre será necesaria la revisión del órgano jurisdiccional y la expe-
dición de la correspondiente resolución confirmatoria. En ese sentido, los juzga-
dos que evalúen dichos requerimientos deberán revisar no solo el plazo en el que
es presentado el requerimiento, sino además y con mayor rigor, la proporciona-
lidad de la medida, la existencia efectiva de elementos de convicción que acredi-
ten la relación con un evento delictivo, la fundamentación suficiente en la que se
haga distinción en el tipo de incautación, la necesidad de la misma y los efectos
sobre derechos del titular de los bienes.
De ser el caso, que el órgano jurisdiccional considere mediante resolución firme,
que la medida no debe ser confirmada al no existir elementos de convicción que
acrediten la vinculación del bien con el delito que se está sustanciando, este esce-
nario hace desaparecer el presupuesto principal de la incautación, por lo cual, los
bienes que han sido objeto de intervención por la Policía o Ministerio Público,
deberán ser puestos a disposición de sus legítimos propietarios, esto no solo reduce
al mínimo la afectación al derecho de propiedad sino también garantizar que ter-
ceros que nada tuvieron que ver en el evento delictivo se vean afectados injustifi-
cadamente por la medida. Los efectos del incumplimiento de la presentación o la
presentación tardía del requerimiento de confirmatoria de incautación, solo aca-
rrearán responsabilidad administrativa del fiscal encargado, pero en ningún caso
la nulidad de la materialización de la medida. De darse esta circunstancia el titular
del bien, que verifique la falta del requerimiento de confirmatoria, podrá recurrir
en principio ante el fiscal encargado y al no obtener respuesta u obtener una nega-
tiva, podrá recurrir al órgano jurisdiccional, quien deberá evaluar las circunstancia
con citación del fiscal y resolver lo que al caso concreto atañe” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 136-2013-Tacna, del 11 de junio de 2014, considerando 3).

390 ¿La denominada incautación instrumental sobre qué bienes recae?


“La incautación instrumental (artículo 218 NCPP) recae contra (i) los bienes que
constituyen cuerpo del delito, o contra (ii) las cosas que se relacionen con el delito
o que sean necesarias para el esclarecimiento de los hechos investigados. El objeto

302
Medidas de coerción reales en el proceso penal

de esta medida de aseguramiento es amplio y, por su propia naturaleza investi-


gativa, comprende una extensa gama de bienes u objetos relacionados, de uno u
otro modo, con el delito. En estricto sentido se entiende por;
a) ‘Cuerpo del delito’, además de la persona –el cadáver en el delito de homi-
cidio– comprende al objeto del delito, es decir, aquel contra el que recae el
hecho punible o que ha sufrido directamente sus efectos lesivos –la droga en
el delito de tráfico ilícito de drogas–.
b) Las ‘cosas relacionadas con el delito o necesarias para su esclarecimiento’,
son tanto las ‘piezas de ejecución’: medios u objetos a través de los cuales se
llevó a cabo la comisión del delito, como las denominadas ‘piezas de convic-
ción’: cosas, objetos, huellas o vestigios materiales, que pueden servir para
la comprobación de la existencia, autoría o circunstancias del hecho punible”
Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 5-2010/
CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 8).

391 ¿La denominada incautación cautelar sobre qué bienes recae?


“La incautación cautelar (artículo 316.1 NCPP) incide en los efectos provenientes
de la infracción penal, en los instrumentos con los que se ejecutó y en los objetos
del delito permitidos por la ley.
a) Los efectos del delito o  producta scaeleris son los objetos producidos
mediante la acción delictiva, como el documento o la moneda falsa, así como
las ventajas patrimoniales derivadas del hecho punible, como el precio del
cohecho, el del delincuente a sueldo, o la contraprestación recibida por el
transporte de droga, etcétera.
b) Los instrumentos del delito o  instrumenta scaeleris  son los objetos que,
puestos en relación de medio a fin con la infracción, han servido para su
ejecución, tales como el vehículo utilizado para el transporte de la mercancía,
los útiles para el robo, el arma empleada, maquinarias del falsificador,
etcétera.
c) Los objetos del delito son las cosas materiales sobre las que recayó la acción
típica, como por ejemplo las cosas hurtadas o robadas, armas o explosivos
en el delito de tenencia ilícita de las mismas, la droga en el delito de tráfico
ilícito de drogas, los bienes de contrabando en dicho delito, etcétera, para
lo que se requiere una regulación específica. En estos casos la incautación
como medida procesal precede al decomiso como consecuencia accesoria
que se dictará en la sentencia (artículo 102 CP).
Como se advierte de los parágrafos precedentes, los bienes y objetos que pue-
den incautarse –privación de la posesión de un bien u objeto y su consecuente
indisponibilidad y ocupación por la autoridad penal– cumplen en la mayoría de
los casos una doble función: garantiza su eventual decomiso como consecuencia
accesoria del delito conforme a las disposiciones del artículo 102 y siguientes del
CP, y permite su eficaz control para la acreditación del hecho punible –asegura

303
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

su utilización por las partes y el Juez como objeto de prueba–. Como ya quedó
expuesto, la función que prima en el caso concreto será la determinante, aunque
desde luego una distinción radical es, por lo menos, particularmente complicada.
A estos efectos, se ha de tener en cuenta el estado de la causa –específicamente,
de la investigación– al momento de su imposición, y la evidencia de que se trata
de un bien u objeto destinado, sin dificultad alguna, a la consecuencia accesoria
del decomiso” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario
N° 5-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerandos 9 y 10).

392 ¿
Se debe realizar la devolución de un bien incautado si el fiscal ha
solicitado el sobreseimiento del caso?
“En el presente caso, la cuestión es establecer si un órgano jurisdiccional podría
devolver un bien que por sí mismo constituye el objeto material del delito, que
en el caso que nos convoca se trata de un vehículo clonado. Al respecto, esta Su-
prema instancia considera que para dar solución a esta cuestión debe utilizarse
ciertos criterios como el fin dikelógico de la casación, a fin de evitar que los jue-
ces, mediante sus decisiones, generen impunidad cuando exista un delito, o arbi-
trariedad frente a una conducta que no es penalmente reprimible ni perseguible,
lo que quiere decir, que sería desacertado que un bien directamente relacionado
con el hecho delictivo sea devuelto o entregado a la persona quien la utilizó para
perpetrar su ilícito proceder.
El legislador no previo ni se proyectó al supuesto de que un sobreseimiento soli-
citado por el fiscal y amparado por el juez, generaría como consecuencia la devo-
lución del bien incautado (vehículo clonado), en tanto la conducta del encausado
(...) por delito de contrabando dejó ser considerada un ilícito penal por razón de
la cuantía del bien incautado. Ante ello, este Colegiado Supremo considera que
existe una deficiencia de la ley, a fin de resolver la cuestión planteada. Frente a este
panorama el juez debe optar por una decisión en que la justicia prevalezca frente
a una deficiencia de la ley, es así que nuestra Constitución Política del Estado en
su artículo 139 inciso ocho, señala: ‘El principio de no dejar de administrar jus-
ticia por vacío o deficiencia de la ley. En tal caso, deben aplicarse los principios
generales del derecho y el derecho consuetudinario’, superando así, el principio
non liquet, cuya fórmula fue utilizada por los jueces medievales para expresar
que no encontraban solución al asunto que se les planteaba. Como es sabido, las
legislaciones modernas adoptan la regla contraria, por la cual los tribunales nunca
pueden dejar de sentenciar (impartir justicia), debiendo para tal efecto emplear
métodos de interpretación jurídica en caso de oscuridad o de laguna legal, esto
es que los jueces no pueden dejar de juzgar bajo pretexto de silencio, oscuridad o
insuficiencia de las leyes. El otro criterio a utilizar a fin de dar solución a la cues-
tión formulada y, atendiendo a lo precedentemente expuesto, el profesor Ronald
Dworkin en el caso Riggs Palmer, en que la Corte Suprema del Estado de Nueva
York tomó la decisión de no conceder la herencia a una persona que asesinó a su
abuelo para que este no cambiara su testamento, se basó su decisión en el princi-
pio del cual ‘nadie puede beneficiarse a costa de su propio delito’. Este principio,

304
Medidas de coerción reales en el proceso penal

aclara Dworkin, es parte del ordenamiento jurídico, aunque nunca haya sido pro-
mulgado. Un principio no busca alcanzar ninguna meta económica, política o
social, sino satisfacer la justicia y la moral; un principio no es una regla, no esta-
blece una solución o respuesta definida, no impide que el mismo principio inspire
soluciones distintas, y no hay contradicción en que principios opuestos convivan,
y a veces uno prevalezca sobre otro. A los principios no se les aplica la noción de
validez, dice Dworkin, un principio no es válido ni inválido sino que tiene peso o
gravitación en un caso en concreto, y así, es posible que un principio prevalezca
sobre otro en un juicio, sin que ello signifique que el principio opuesto haya sido
violado; simplemente, el juez decidió que en ese caso uno de los principios tenía
más peso. Esto no puede suceder con las reglas porque si hay dos reglas opues-
tas, una de ellas es inválida.
En este mismo sentido, este Colegiado Supremo considera que en el presente
caso estamos ante un hecho similar al señalado precedentemente (Riggs Palmer),
pues la ley dentro de un sistema constitucional de derecho no puede ser utilizada
para que un acto que la contraviene se cubra con un manto de legalidad a través
de una decisión judicial; en consecuencia, esta Suprema instancia observa que la
ley procesal penal, en un nivel infraconstitucional ordena la devolución del bien
incautado (vehículo clonado), que constituye el objeto material del delito de con-
trabando, despenalizado a través del Decreto Legislativo N° 1111, publicado en
el diario oficial El Peruano el 29 de junio de 2012 y, ello no debe hacerse efec-
tivo en tanto el espíritu de la ley procesal penal no ha considerado al momento de
ordenarse el levantamiento de las medidas coercitivas, que el mencionado bien
materia del delito (vehículo clonado), sirvió para que se configurara el delito de
contrabando. Proceder en sentido contrario, es decir, devolver el vehículo incau-
tado conforme a lo prescrito por el ordenamiento procesal penal vigente, consti-
tuiría una mera interpretación literal, la que nos alejaría de una solución con cri-
terio de justicia. A manera de recapitulación podemos señalar que, en el presente
casó no estamos ante un vacío o laguna de la ley sino ante una deficiencia de la
misma, y la interpretación ante esta deficiencia tiene que ser corregida por el juz-
gador intérprete, y con ello cumplir el fin teleológico de la ley a fin de no gene-
rar impunidad o arribar a una decisión injusta. En el presente caso, el texto de la
ley ha dispuesto que si un vehículo que es incautado por estar incurso en un acto
de contrabando, y al no haberse acreditado judicialmente el delito, este debe ser
devuelto; sin embargo, cuando el bien producto del contrabando (en este caso el
vehículo) es intrínsecamente, sustancialmente o constitutivo de un delito no resulta
razonable que éste sea devuelto para su tráfico (comercialización, venta, alquiler,
etc.), pues este vehículo al no tener D.U.A. –Declaración Única de Aduanas–, no
se puede determinar su licita procedencia, en tal medida no puede ser devuelto
o entregado a la persona a quien se le incautó, sino a quien tenga legítimo dere-
cho sobre el mencionado bien, entonces, necesariamente quien tiene derecho a
que se le restituya o entregue el bien por las circunstancias del caso es al Estado
Peruano, representado en este caso por la Superintendencia Nacional de Adminis-
tración Tributaria, SUNAT; desarrollándose interpretativamente por extensión el

305
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

artículo 320 inciso 1 del nuevo Código Procesal Penal cuando establece que “tra-
tándose de bienes intrínsecamente delictivos no procede su restitución o devolu-
ción al procesado” (Sala Penal Permanente. Casación N° 113-2013-Arequipa,
del 16 de setiembre de 2014, considerandos 14-16).

306
CAPÍTULO VIII

LA PRUEBA EN EL
PROCESO PENAL
CAPÍTULO VIII

LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL

I. ASPECTOS GENERALES

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. VIII del Título Preliminar, 155, 156,
157, 158.

393 ¿En qué consiste el derecho a la prueba?


Tal como lo señaló el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el expe-
diente N° 010-2002-AI/TC, el derecho a la prueba forma parte de manera implí-
cita del derecho a la tutela procesal efectiva, en la medida en que los justiciables
están facultados para presentar todos los medios probatorios pertinentes, a fin de
que puedan generar en el órgano jurisdiccional la convicción necesaria de que
argumentos planteados son correctos. En tal sentido, dicho Tribunal delimitó el
contenido del derecho a la prueba:
‘(…) Se trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho a
ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios; a que estos sean
admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la producción y conser-
vación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios proba-
torios, y que estos sean valorados de manera adecuada y con la motivación
debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tengan en la sentencia. La
valoración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con la
finalidad de que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido efec-
tiva y adecuadamente realizado’ (Cfr. STC Exp. N° 6712-2005-HC/TC, fun-
damento 15)” (Sala Penal Permanente R.N. Nº 93-2016-Ayacucho, del 30
de marzo de 2017, considerando 3.1).

394 ¿
Cuál es el contenido constitucionalmente protegido del derecho a la
prueba?
“Este Tribunal Constitucional ha señalado (Cfr. STC Nº 010-2002-AI/TC, ff. jj. 133-135)
que el derecho fundamental a la prueba tiene protección constitucional, en la
medida en que se trata de un contenido implícito en el derecho al debido proceso,
reconocido en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución. En este sentido, una
de las garantías que asisten a las partes del proceso es la de presentar los medios
probatorios necesarios que posibiliten crear convicción en el juzgador sobre la
veracidad de sus argumentos. Sin embargo, como todo derecho fundamental, el
derecho a la prueba también está sujeto a restricciones o limitaciones, derivadas

309
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

tanto de la necesidad de que sean armonizados con otros derechos o bienes cons-
titucionales –límites extrínsecos–, como de la propia naturaleza del derecho en
cuestión –límites intrínsecos–.
Sin embargo, el reconocimiento del derecho a la prueba en la normatividad es res-
tringido, y se le relaciona casi exclusivamente con la presunción de inocencia. Por
eso, normalmente aparece bajo la fórmula siguiente: “la persona se considera ino-
cente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad”. Este es el
enunciado utilizado en el artículo 2, inciso 24, acápite e, de la Constitución, que
reproduce lo estipulado por el artículo XXVI de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, y, en cierta forma, lo prescrito en los artículos 11,
inciso 1, de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 14, inciso 2, del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 8, inciso 2, de la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos.
No obstante, es menester considerar que el derecho a la prueba apareja la posibi-
lidad de postular, dentro de los límites y alcances que la Constitución y las leyes
reconocen, los medios probatorios pertinentes para justificar los argumentos que
el justiciable esgrime a su favor. Por ello, no se puede negar la existencia del dere-
cho fundamental a la prueba. Constituye un derecho básico de los justiciables
producir la prueba relacionada con los hechos que configuran su pretensión o su
defensa. Según este derecho, las partes o un tercero legitimado en un proceso o
procedimiento tienen el derecho de producir la prueba necesaria con la finalidad
de acreditar los hechos que configuran su pretensión o defensa.
Se trata, pues, de un derecho complejo cuyo contenido, de acuerdo con lo seña-
lado anteriormente por el Tribunal Constitucional (vide STC Exp. Nº 06712-2005/
HC/TC, f. j. 15), está determinado:
(…) por el derecho a ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios, a
que estos sean admitidos, adecuadamente actuados, que se asegure la produc-
ción o conversación de la prueba a partir de la actuación anticipada de los medios
probatorios y que estos sean valorados de manera adecuada y con la motivación
debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia. La valo-
ración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con la finali-
dad de que el justiciable pueda comprobar si dicho merito ha sido efectiva y ade-
cuadamente realizado.
Como puede verse, de los elementos que forman parte del contenido del derecho
a la prueba uno está constituido por el hecho de que las pruebas actuadas dentro
del proceso penal sean valoradas de manera adecuada y con la motivación debida.
De lo cual se deriva una doble exigencia para el Juez: en primer lugar, la exigen-
cia del juez de no omitir la valoración de aquellas pruebas que son aportadas por
las partes al proceso dentro del marco del respeto a los derechos fundamentales
y a lo establecido en las leyes pertinente; en segundo lugar, la exigencia de que
dichas pruebas sean valoradas motivadamente con criterios objetivos y razonables.

310
La prueba en el proceso penal

Por ello, la omisión injustificada de la valoración de una prueba aportada por las
partes, respetando los derechos fundamentales y las leyes que la regulan, com-
porta una vulneración del derecho fundamental a la prueba y, por ende, al debido
proceso” (Sala Penal Permanente. Casación N° 281-2011-Moquegua, del 16 de
agosto de 2012, considerando 3.3).

395 ¿
Qué criterios deben analizarse para determinar la admisibilidad de
los medios probatorios?
“Para que los medios probatorios sean admitidos deben ser presentados en su opor-
tunidad. Ante ello, este Tribunal considera necesario efectuar un análisis de la
presunta vulneración del derecho a la prueba respecto de los presupuestos nece-
sarios para que el medio probatorio ofrecido sea admitido.
El derecho a que se admitan los medios probatorios, como elemento del derecho
de prueba, no implica la obligación del órgano jurisdiccional de admitir todos los
medios probatorios que hubieran sido ofrecidos.
En principio, las pruebas ofrecidas por las partes se pueden denegar cuando impor-
ten pedidos de medios probatorios que no sean pertinentes, conducentes, legíti-
mos o útiles, así como manifiestamente excesivos.
En tal sentido, es imperioso que se realice un análisis de cuál es el rol que cum-
ple el medio probatorio, ya que así se podrá determinar, entre otras cosas, si el
momento en que fue postulado era el que correspondía según las normas proce-
sales sobre la materia.
Así, entre otros, el medio probatorio debe contar con:
• Pertinencia: Exige que el medio probatorio tenga una relación directa o indi-
recta con el hecho que es objeto de proceso. Los medios probatorios perti-
nentes sustentan hechos relacionados directamente con el objeto del proceso.
• Conducencia o idoneidad: El legislador puede establecer la necesidad de que
determinados hechos deban ser probados a través de determinados medios
probatorios. Será inconducente o no idóneo aquel medio probatorio que se
encuentre prohibido en determinado vía procedimental o prohibido para
verificar un determinado hecho.
• Utilidad: Se presenta cuando contribuya a conocer lo que es objeto de
prueba, a descubrir la verdad, a alcanzar probabilidad o certeza. Sólo pue-
den ser admitidos aquellos medios probatorios que presten algún servicio en
el proceso de convicción del juzgador, mas ello no podrá hacerse cuando se
ofrecen medios probatorios destinados a acreditar hechos contrarios a una
presunción de derecho absoluta; cuando se ofrecen medios probatorios para
acreditar hechos no controvertidos, imposibles, notorios, o de pública evi-
dencia; cuando se trata de desvirtuar lo que ha sido objeto de juzgamiento y
ha hecho tránsito a cosa juzgada; cuando el medio probatorio ofrecido no es

311
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

el adecuado para verificar con él los hechos que pretenden ser probados por
la parte; y, cuando se ofrecen medios probatorios superfluos, bien porque se
han propuesto dos medios probatorios iguales con el mismo fin (dos peri-
cias con la finalidad de acreditar un mismo hecho) o bien porque el medio de
prueba ya se había actuado antes.
• Licitud: No pueden admitirse medios probatorios obtenidos en contraven-
ción del ordenamiento jurídico, lo que permite excluir supuestos de prueba
prohibida.
• Preclusión o eventualidad: En todo proceso existe una oportunidad para soli-
citar la admisión de medios probatorios, pasado dicho plazo, no tendrá lugar
la solicitud probatoria” (STC Exp. N° 6712-2005-HC/TC-Lima, del 17 de
octubre de 2005, f. j. 26).

396 ¿Cuándo se considera vulnerado el derecho a probar?


“[E]l Tribunal Constitucional ha considerado que se vulnera el derecho a probar
cuando habiéndose dispuesto en el propio proceso la actuación o incorporación
de determinado medio probatorio, ello no es llevado a cabo (cfr. Exp. N° 6075-
2005-PHC/TC). No obstante, el criterio referido advierte que, si bien dicha omisión
resulta prima facie atentatoria del debido proceso, puede darse el caso de que el
medio probatorio no tenga una relevancia que amerite la anulación de lo actuado,
en atención, por ejemplo, a la valoración de otros medios de prueba, lo que no es
más que una manifestación del principio de trascendencia que informa la nulidad
procesal (cfr. Exps. Nº 0271-2003-AA, aclaración, 0294-2009-AA, fundamento
jurídico 15, entre otros). Naturalmente, es la justicia ordinaria la que en primer
lugar evalúa la trascendencia del medio probatorio, a fin de determinar si procede
o no la anulación de lo actuado (cfr. Nº 6065-2009-HC/TC)” (Sala Penal Perma-
nente R.N. Nº 93-2016-Ayacucho, del 30 de marzo de 2017, considerando 3.2).

397 ¿Cuáles son las bases en que se debe desarrollar la valoración probatoria?
“La valoración de la prueba cuenta con dos fases en las que el juez debe tener en
cuenta criterios distintos: (i) La primera fase de la valoración es meramente un
control de legalidad sobre la existencia o no de actividad probatoria lícita (juicio
de valorabilidad), y en caso de su existencia, si esta tiene un sentido incrimina-
torio. (ii) La segunda fase es ya de la valoración en sentido estricto, cuyo objeto
es determinar tanto si existen elementos de prueba de cargo o incriminatorio y,
luego, si tal prueba existente es suficiente o no para condenar” (Salas Penales
Permanente y Transitoria de la Corte Suprema. Acuerdo Plenario N° 4-2005/
CJ-116, del 30 de setiembre de 2005, considerando 15).

398 ¿
Cuál es el sistema de valoración que ha acogido el proceso penal pe-
ruano?
“El sistema de valoración de prueba que ha acogido nuestra legislación proce-
sal es el de la sana crítica. Un sistema de sana crítica o valoración racional de la

312
La prueba en el proceso penal

prueba no limita la posibilidad de establecer criterios determinados para la valo-


ración, por el contrario, estos servirían de pautas para el juez que, apoyado en un
conocimiento sobre la ciencia o la técnica, resolverá sobre la base de un sistema
de valoración regido por verdaderos criterios de conocimiento que garanticen a
la vez un adecuado juzgamiento” (Salas Penales Permanente y Transitoria de
la Corte Suprema. Acuerdo Plenario N° 4-2005/CJ-116, del 30 de setiembre de
2005, considerando 15).

399 ¿
Cómo debe ser la valoración de la prueba en el sistema de la sana
crítica?
“En un sistema de sana crítica la valoración de la prueba no se deja librada a la
íntima convicción del juez, al contrario, debe valorarla teniendo en consideración
las circunstancias cambiantes locales y temporales, así como las particularidades
del caso concreto, mediante una valoración razonada, la que debe ser motivada, a
través de criterios normativos que sirven al juez en una actitud prudente y obje-
tiva con la finalidad de emitir juicios de valor” (Sala Penal Permanente. Casa-
ción N° 96-2014-Tacna, del 20 de abril de 2016, considerando 5).

400 ¿
Cómo debe valorarse la prueba personal en el sistema de la sana
crítica?
“En este sistema la prueba personal debe valorarse, más que sobre la base de las
emociones del declarante, sobre el testimonio del mismo, así se analiza: i) La
coherencia de los relatos, empezando por la persistencia en su incriminación, sin
contradicciones. ii) La contextualización del relato, es decir, que ofrezca deta-
lles de un marco o ambiente en que se habrían desarrollado los hechos del relato.
iii) Las corroboraciones periféricas, como otras declaraciones, hechos que suce-
dieran al mismo tiempo, etc. iv) Existencia de detalles oportunistas a favor del
declarante” (Sala Penal Permanente. Casación N° 96-2014-Tacna, del 20 de
abril de 2016, considerando 6).

II. LA PRUEBA POR INDICIOS

Base legal Código Procesal Penal de 2004: art. 158.3.

401 ¿En qué consiste la llamada prueba indiciaria?


“Que, según la interpretación dominante del principio de relevancia, cualquier
cosa que tenga algún significado o cierta utilidad en la búsqueda de la verdad
sobre los hechos, puede ser usada –al menos en principio–, como un medio de
prueba; así una de las clasificaciones sistemáticas más aceptadas en todos los sis-
temas probatorios, lo constituyen aquellas que las catalogan como pruebas direc-
tas e indirectas, las primeras tienen que ver con la conexión existente entre los

313
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

hechos principales en controversia y el hecho que constituye el objeto material


inmediato del medio de prueba, contrariamente a estas, las pruebas indirectas
están referidas a los medios de prueba que versan sobre un enunciado acerca de un
hecho diferente, a partir del cual se puede extraer razonablemente una inferencia
acerca de un hecho relevante, esto es, otro hecho intermedio que permite llegar al
primero por medio de un razonamiento basado en el nexo causal y lógico, exis-
tente entre los hechos probados y los que se tratan de probar, denominada ‘prueba
indiciaria’, a la que resulta necesario recurrir para establecer la responsabilidad
penal de los recurrentes en la comisión del delito” (Sala Penal Permanente. R.N.
N° 3099-2011-Ayacucho, del 27 de diciembre de 2012, considerando 4).
“(…) Y es que, si bien los hechos objeto de prueba de un proceso penal no siem-
pre son comprobados mediante los elementos probatorios directos, para lograr ese
cometido debe acudirse a otras circunstancias fácticas que, aun indirectamente sí
van a servir para determinar la existencia o inexistencia de tales hechos. De ahí
que sea válido referirse a la prueba penal directa de un lado, y a la prueba penal
indirecta de otro lado, y en esta segunda modalidad que se haga referencia a los
indicios y a las presunciones. En consecuencia, a través de la prueba indirecta, se
prueba un ‘hecho inicial-indicio’, que no es el que se quiere probar en definitiva,
sino que se trata de acreditar la existencia del ‘hecho final-delito’ a partir de una
relación de causalidad ‘inferencia lógica’” (STC Exp. N° 00728-2008-PHC/TC-
Lima, del 13 de octubre de 2008, f. j. 24).

402 ¿
Cuándo la prueba por indicios es apta para enervar la presunción de
inocencia?
“Que, según lo expuesto inicialmente, la Sala sentenciadora sustentó la condena
en una evaluación de la prueba indiciaria, sin embargo, como se advierte de lo
expuesto precedentemente, no respetó los requisitos materiales legitimadores,
única manera que permite enervar el derecho a la presunción de inocencia; que
sobre el particular, por ejemplo, se tiene lo expuesto por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, en doctrina que se comparte, que la prueba por indicios no
se opone a esa institución [Asuntos Pahm Hoang contra Francia, sentencia del
25 de setiembre de 1992, y Telfner contra Austria, sentencia del 20 de marzo de
2001]; que, en efecto, materialmente, los requisitos que han de cumplirse están
en función tanto al indicio, en sí mismo, como a la deducción o inferencia, res-
pecto de los cuales ha de tenerse el cuidado debido, en tanto que lo caracterís-
tico de esta prueba es que su objeto no es directamente el hecho constitutivo
del delito, tal y como está regulado en la ley penal, sino, otro hecho intermedio
que permite llegar al primero por medio de un razonamiento basado en el nexo
causal y lógico existente entre los hechos probados y los que se tratan de pro-
bar; que, respecto al indicio, (a) este –hecho base– ha de estar plenamente pro-
bado –por los diversos medios de prueba que autoriza la ley–, pues de lo con-
trario sería una mera sospecha sin sustento real alguno, (b) deben ser plurales,
o excepcionalmente únicos pero de una singular fuerza acreditativa, (c) también

314
La prueba en el proceso penal

concomitantes al hecho que se trata de probar –los indicios deben ser perifé-
ricos respecto al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo son–, y (d) y
deben estar interrelacionados, cuando sean varios, de modo que se refuercen
entre sí y que no excluyan el hecho consecuencia –no solo se trata de suministrar
indicios, sino que estén imbricados entre sí–; que es de acotar que no todos los
indicios tienen el mismo valor, pues en función a la mayor o menor posibilidad
de alternativas diversas de la configuración de los hechos –ello está en función
al nivel de aproximación respecto al dato fáctico a probar– pueden clasificarse
en débiles y fuertes, en que los primeros únicamente tienen un valor acompa-
ñante y dependiente de los indicios fuertes, y solos no tienen fuerza suficiente
para excluir la posibilidad de que los hechos hayan ocurrido de otra manera
–esa es, por ejemplo, la doctrina legal sentada por el Tribunal Supremo español
en la Sentencia del 25 de octubre de 1999 que aquí se suscribe–; que, en lo ati-
nente a la inducción o inferencia, es necesario que sea razonable, esto es, que
responda plenamente a las reglas de la lógica y de la experiencia, de suerte que
de los indicios surja el hecho consecuencia y que entre ambos exista un enlace
preciso y directo” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 1912-2005-Piura, del 6
de setiembre de 2005, considerando 4).
“Que, en atención a la relación entre motivación fáctica y presunción de inocen-
cia, es de acotar que el examen de esta última garantía importa un triple control:
juicio sobre la prueba, juicio sobre la suficiencia y juicio sobre la motivación y su
razonabilidad. La corrección de la prueba indiciaria se encuentra en el juicio sobre
la suficiencia probatoria, mientras que la corrección de la motivación se encuen-
tra en el juicio de razonabilidad. En materia de prueba indiciaria, para que la con-
clusión incriminatoria pueda ser tenida por válida es preciso: 1. Que los hechos
indicadores o hechos-base sean varios y viertan sobre el hecho objeto de imputa-
ción o nuclear –deben estar, por lo demás, interrelacionados y ser convergentes:
deben reforzarse entre sí y ser periféricos o concomitantes con el hecho a pro-
bar–, 2. Que los indicios estén probatoriamente bien y definitivamente acreditados.
3. Que la inferencia realizada a partir de aquéllos, por su suficiencia, sea racio-
nal, fundada en máximas de experiencia fiables –entre los hechos indicadores y
su consecuencia, el hecho indicado, debe existir una armonía que descarte toda
irracionalidad de modo que la deducción pueda considerarse lógica: el enlace ha
de ser preciso y directo–. 4. Que cuente con motivación suficiente, en cuya vir-
tud el órgano jurisdiccional deberá expresar en la motivación los grandes hitos o
líneas que lo condujeron a la deducción conforme al artículo 158 apartado 3 del
Nuevo Código Procesal Penal –tiene que exteriorizar los hechos que están acredi-
tados, o indicios, y sobre todo que explicite el razonamiento o engarce lógico entre
el hecho base y el hecho consecuencia y, finalmente, que este razonamiento esté
asentado en las reglas del criterio humano o en las reglas de experiencia común
o en una comprensión razonable de la realidad normalmente vivida y apreciada
conforme a los criterios colectivos vigentes (STCE 124/2001, del 4 de junio)–. A
final de cuentas, la deducción realizada por el tribunal sentenciador debe implicar
un raciocinio lógico e inteligible que a través de varios indicios objetivos sobre

315
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

hechos no delictivos –datos objetivos fiables–, permite llegar al hecho consecuen-


cia ya conculcador del precepto penal (STSE del 15 de abril de 1997). En la con-
formación del análisis integral para la configuración de la prueba indiciaria, desde
luego, no puede dejarse de tener presente lo que se entiende como ‘prueba en con-
trario’ y ‘contraprueba’. En este último supuesto se ubica el contraindicio, que es
la contraprueba indirecta, y que consiste en la prueba de algún hecho con el que
se trata de desvirtuar la realidad de un hecho indiciario, al resultar incompatibles
tales hechos entre sí o al cuestionar aquel hecho la realidad de este, debilitando
su fuerza probatoria […]” (Sala Penal Transitoria. Casación N° 628-2015-Lima,
del 5 de mayo de 2016, considerando 5).
“Que, en cuanto a la prueba por indicios, que, de uno u otro modo, han sido mate-
ria de referencias y valoración, es de tener presente que esta es apta para ener-
var la presunción de inocencia. Los indicios deben estar acabadamente probados,
deben ser plurales e interrelacionados entre sí (cadena de indicios) –se valoran en
su conjunto, y no independientemente–, y deben ser periféricos o concomitan-
tes con el dato fáctico a probar. Estos requisitos se cumplen en el presente caso:
todos ellos, periféricos al dato a probar, apuntan en la misma dirección, confir-
man la primera versión del encausado Merino Castro.
Desde el requisito de corrección o racionalidad de las inferencias probatorias
aportadas, no se desprende que se utilizó inferencias que vulneran las reglas de
la sana crítica (respeto de la lógica, la ciencia o la experiencia), que la inferen-
cia es inexistente, impertinente o demasiado genérica; en suma, que no se utilizó
para la formación de la premisa mayor una inducción o inferencia indebida (arbi-
traria, absurda o infundada). Finalmente, desde el requisito negativo de inexis-
tencia de prueba de lo contrario, que comprende la prueban en contrario y la con-
traprueba, que afecta tanto al indicio como a la inferencia, no constan elementos
de prueba en esa dirección.
Cabe resaltar que todo proceso de valoración de la prueba requiere de un medio-
fuente de prueba y de una inferencia probatoria, sea esta prueba directa o indi-
recta. Siempre, bajo el criterio de normalidad o causalidad, se utilizan infe-
rencias probatorias. En la prueba por indicios, en comparación de la prueba
directa, solo se requiere de mayores pasos” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 300-2018-Sullana, del 4 de diciembre de 2018, considerando 7).
“Justamente, por ello, resulta válido afirmar que si el juez puede utilizar la prueba
indirecta para sustentar una sentencia condenatoria, y si esta, a su vez, significa
la privación de la libertad personal, entonces, con mayor razón, estará en la obli-
gación de darle el tratamiento que le corresponde; solo así se podrá enervar váli-
damente el derecho a la presunción de inocencia, así como se justificará la inter-
vención al derecho a la libertad, personal, y por consiguiente, se cumplirán las
exigencias del derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, con-
forme a las exigencias previstas por el artículo 139, inciso 5, de la Constitución.
En ese sentido, lo mínimo que debe observarse en la sentencia y que debe estar

316
La prueba en el proceso penal

claramente explicitado o delimitado son los siguientes elementos: el hecho base


o hecho indiciario, que debe estar plenamente probado (indicio); el hecho conse-
cuencia o hecho indiciado, lo que se trata de probar (delito) y entre ello, el enlace
o razonamiento deductivo. Este último, en tanto que conexión lógica entre los dos
primeros debe ser directo y preciso, pero además debe responder o sujetarse ple-
namente a las reglas de la lógica, a las máximas de la experiencia o a los conoci-
mientos científicos.
Sobre el particular, la doctrina procesal penal aconseja que debe asegurarse una
pluralidad de indicios, pues su variedad permitirá controlar en mayor medida la
seguridad de la relación de causalidad entre el hecho conocido y el hecho desco-
nocido; sin embargo, también se admite que no existe obstáculo alguno para que
la prueba indiciaria pueda formarse sobre la base de un solo indicio, pero de sin-
gular potencia acreditativa. En cualquier caso, el indicio debe ser concomitante al
hecho que se trata de probar, y cuando sean varios, deben estar interrelacionados,
de modo que se refuercen entre sí.
Asimismo, cabe recordar que el razonamiento probatorio indirecto, en su dimen-
sión probatoria, exige que la conclusión sea adecuada, esto es, que entre los indi-
cios y la conclusión exista una regla de la lógica, máxima de la experiencia o
conocimiento científico, y que, como dijimos supra, el razonamiento esté debi-
damente explicitado y reseñado en la sentencia. Y es que, a los efectos del control
de calidad del curso argumental del juez (control del discurso), ello supone míni-
mamente que de su lectura debe verse cuál o cuáles son los indicios que se esti-
man probados y cuál o cuáles son los hechos a probar. Pero, además, se exige que
se haya explicitado qué regla de la lógica, máxima de la experiencia o qué cono-
cimiento científico han sido utilizados, y si hubieran varios de estos, por qué se
ha escogido a uno de ellos. Es decir, que el órgano jurisdiccional debe explicitar
el razonamiento a través del cual, partiendo de los indicios, ha llegado a la con-
vicción de la existencia del hecho delictivo y la participación del imputado, con
el objeto de garantizar hasta el límite de lo posible la racionalidad de su decisión
(examen de suficiencia mínima). Con este único afán, este Colegiado Constitu-
cional considera que es válida, por ejemplo, la vigencia práctica de un cierto con-
trol, incluso del uso de las máximas de la experiencia, pues, de no ser así, cual-
quier conclusión delirante sería invulnerable, convirtiéndose así en una paradójica
garantía de discrecionalidad judicial incontrolada.
Sobre lo mismo, cabe señalar que, si bien la convicción es individual o personal
del juzgador, también lo es que mínimamente debe exteriorizarse el proceso razo-
nable lógico utilizado para llegar a dicha convicción. Entenderlo de otro modo
supone la aceptación práctica del hecho de que el juez pueda situarse potestati-
vamente por encima de un deber constitucional, inequívocamente impuesto. Y es
que, desde una perspectiva estrictamente constitucional, no se puede establecer la
responsabilidad penal de una persona y menos restringir la efectividad de su dere-
cho fundamental a la libertad personal a través de la prueba indiciarla, si es que

317
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

no se ha señalado debidamente y con total objetividad el procedimiento para su


aplicación. Ello aquí significa dejar claro cómo hay que hacer las cosas, es decir,
las sentencias, si se quiere que definitivamente se ajusten al único modelo posi-
ble en este caso: el constitucional” (STC Exp. N° 00728-2008-PHC/TC-Lima,
del 13 de octubre de 2008, f. j. 28).

403 ¿
Cuáles son los límites del control casacional respecto a la prueba por
indicios?
“Que es relevante puntualizar que, desde el control casacional de la prueba por
indicios, este Supremo Tribunal en su labor tiene dos límites. El primero se refiere
a la acreditación de los indicios declarados probados por la Sala Sentenciadora,
pues si lo han sido mediante prueba directa no es posible su cuestionamiento, ya
que tanto el principio de inmediación –ya señalado– y la propia naturaleza del
recurso de casación impiden que no se pueda entrar en el ámbito valorativo fác-
tico propio de tribunal sentenciador (artículos 425, numeral 2 y 432 numeral 2
del Código Procesal Penal, –en relación con las pruebas de descargo practicadas
o con las manifestaciones exculpatorias del acusado– quien proporciona una ver-
sión fáctica alternativa que el Juez puede estimar convincente o bien inverosí-
mil. El segundo, referido al control de la racionalidad de la inferencia, o implica
la sustitución del criterio valoratorio del órgano jurisdiccional de mérito por este
órgano de casación. La ponderación de elementos incriminatorios y de descargo
debe ser respetada, pues constituye el núcleo de la función enjuiciadora de dichos
órganos jurisdiccionales, siempre que responda a las reglas de la lógica, las máxi-
mas de experiencia y los conocimientos científicos (Conforme: STSE 171/2000, de
catorce de febrero)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 300-2018-Sullana,
del 4 de diciembre de 2018, considerando 8).

404 ¿
Cómo debe ser el análisis de los diferentes indicios que obren en el
proceso?
“La Corte Suprema siguiendo el método teórico de los indicios ha establecido no
sólo que ante la ausencia de pruebas directas cabe recurrir a la prueba indicia-
ría, y que ésta debe ser examinada y no simplemente enunciada, sino que debe
realizarse un análisis global de los diferentes indicios que pueden presentarse en
la causa, tales como los indicios de capacidad comitiva, de oportunidad, de mala
justificación y de conducta posterior. En otras decisiones insiste en que la valo-
ración de los indicios debe ser global, agregando como indicios objeto de análi-
sis los de móvil, actitud sospechosa y participación comisiva. En base a esta cla-
sificación efectuada por la Corte Suprema cabe analizar cada uno de los indicios
que en su valoración global pueda enervar válidamente la presunción de inocen-
cia y que pueden aplicarse en el presente caso” (Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 1192-2012-Lima, del 19 de diciembre de 2012, considerando 4.8).

318
La prueba en el proceso penal

III. LA PRUEBA ILÍCITA O PROHIBIDA

Base legal Constitución Política: art. 2.10


Código Procesal Penal de 2004: arts. VIII del Título Preliminar, 159.

405 ¿
La búsqueda de la verdad en el proceso penal tiene como límite el
respeto al contenido esencial de los derechos fundamentales?
“En ese contexto, ha de asumirse que toda búsqueda de la verdad, implica que la
obtención de fuentes de prueba, se realice con una mayor o menor restricción de
derechos fundamentales. Pero la limitación que se impone a esta actividad es que
las fuentes de prueba se obtengan de manera legítima. Esta legitimidad implica
que la búsqueda de la verdad no sea absoluta, sino que, dicha actividad se vea
limitado por el respeto al contenido esencial de los derechos fundamentales. La
inobservancia de esta premisa es lo que da origen a la denominada prueba ilícita
o prueba prohibida” (Sala Pena Permanente. Casación N° 591-2015-Huánuco,
del 17 de mayo de 2017, considerando 9).

406 ¿La prueba ilícita o prohibida es un derecho fundamental?


“[L]a prueba prohibida es un derecho fundamental que no se encuentra expresa-
mente contemplado en la Constitución, que garantiza a todas las personas que el
medio probatorio obtenido con vulneración de algún derecho fundamental, sea
excluida en cualquier clase de procedimiento o proceso para decidir la situación
jurídica de una persona, o que prohíbe que este tipo de prueba sea utilizada o
valorada para decidir la situación jurídica de una persona. En este sentido, debe
destacarse que la admisibilidad del medio probatorio en cualquier clase de proce-
dimiento o proceso no se encuentra únicamente supeditada a su utilidad y per-
tinencia, sino también a su licitud” (STC. Exp. Nº 00655-2010-PHC/TC-Lima,
del 27 de octubre de 2010, f. j. 7).

407 ¿Cuál es la naturaleza jurídica de la prueba prohibida?


“En la dogmática y jurisprudencia constitucional comparada no existe consenso
para determinar cuál es la naturaleza jurídica de la prueba prohibida. Así, exis-
ten posiciones que consideran a la prueba prohibida como una garantía objetiva
del debido proceso penal que es absoluta y que resulta aplicable a cualquier clase
de procedimiento o proceso.
Como muestra de que en algunos ordenamientos constitucionales la prueba pro-
hibida es considerada como una garantía objetiva del debido proceso penal, puede
citarse a la fracción IX, del inciso a, del artículo 20 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, cuyo texto dispone que el proceso penal se regirá,
entre otros, por el principio de que ‘[c]ualquier prueba obtenida con violación de
derechos fundamentales será nula’.

319
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

De otra parte, existen otras posiciones que predican que la prueba prohibida es un
auténtico derecho fundamental que garantiza que el medio probatorio prohibido
no sea admitido, ni actuado o valorado en el proceso penal como prueba de cargo,
pero que, como todo derecho fundamental, admite limitaciones en su ejercicio.
En sentido contrario, corresponde destacar que en alguna oportunidad el Tribu-
nal Constitucional español consideró que la prueba prohibida no era un auténtico
derecho constitucional. Así, en el Auto 289/1984, del 16 de mayo de 1984, se des-
tacó que el principio de prohibición de utilizar los medios de prueba ilícitamente
obtenidos ‘no se apoya en ninguna norma de derecho positivo ni de la Constitu-
ción, ya que no existen disposiciones legales en qué apoyar tal principio y doctrina’.
También se ha considerado que la prueba prohibida es un límite al ejercicio del
derecho fundamental a la prueba. En este sentido, en la STC Nº 06712-2005-PHC/
TC, este Tribunal precisó, entre otras cosas, que el medio probatorio debe ser lícito,
es decir, que no ‘pueden admitirse medios probatorios obtenidos en contraven-
ción del ordenamiento jurídico’, pues se trata de ‘supuestos de prueba prohibida’.
En sentido similar, en la RTC Nº 02333-2004-HC/TC este Tribunal destacó que
‘el derecho a la prueba se encuentra sujeto a determinados principios, como que
su ejercicio se realice de conformidad con los valores de pertinencia, utilidad,
oportunidad y licitud. Ellos constituyen principios de la actividad probatoria y, al
mismo tiempo, límites a su ejercicio, derivados de la propia naturaleza del derecho’”
(STC. Exp. N° 00655-2010-PHC/TC-Lima, del 27 de octubre de 2010, ff. jj. 3-5).

408 ¿
Cuáles son las consecuencias de determinar que una prueba es ilícita
o prohibida?
“En el ámbito del proceso penal la consecuencia de la prueba prohibida se encuen-
tra reconocida en el artículo 159 del CPP de 2004, al señalar que el juez no podrá
utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de prueba obtenidos con
vulneración del contenido esencial de los derechos fundamentales de la persona.
Como puede advertirse, el CPP de 2004 plantea la prohibición de que el juez pueda
utilizar determinados medios de prueba que se hubieran obtenido mediante la
violación de los derechos fundamentales” (STC. Exp. N° 00655-2010-PHC/TC-
Lima, del 27 de octubre de 2010, f. j. 16).

409 ¿En qué consiste la teoría del balancing test?


“Si se asume la concepción o ‘teoría de la ponderación de los intereses en conflicto’,
es de puntualizar como sustento inicial de esa línea teórica que ante un incum-
plimiento de un requisito de producción de un elemento probatorio –ausencia de
flagrancia delictiva en el caso de un allanamiento o entrada y registro no necesa-
riamente sigue una prohibición de valoración, pues en esos casos, sin perjuicio de
reconocer que en la generalidad de los mismos la regla de exclusión tendrá plena
operatividad, es de tener en cuenta, de un lado, el peso de la infracción de proce-
dimiento incurrida– en este caso, la inviolabilidad domiciliaria, –su importancia

320
La prueba en el proceso penal

para la esfera jurídicamente protegida del afectado y la consideración de que la


verdad no debe ser investigada a cualquier precio, cuanto, por otro lado, los inte-
reses de una efectiva persecución pena– que no merme la confianza ciudadana
en el proceso penal y la propia justicia, de suerte que en casos singularmente gra-
ves y excepcionales es posible reconocer validez de valoración a una fuente de
prueba obtenida en esa circunstancias cuando, al final de cuentas, la vulneración
denunciada, en el caso concreto, importe una afectación de menor entidad frente
a la gravedad del delito objeto de acreditación –su propia dimensión como conse-
cuencia del estrago generado– y, en especial, a las circunstancias que determinan
su obtención, en la que la noción de urgencia o inevitabilidad y el comportamiento
y niveles de seguridad adoptados por la autoridad legítima para la consecución de
la evidencia será determinante” (Sala Penal Permanente. R.N. Nº 4826-2005-
Lima, del 19 de julio de 2007, considerando 10).

IV. LA PRUEBA TESTIMONIAL

Base legal Constitución Política: art. 2.24.h


Código Procesal Penal: arts. VIII, 159, 162, 163, 165, 166.

410 ¿Dentro del proceso penal quién es un testigo directo?


“(…) respecto de la prueba testimonial, testigo directo es aquel que por haber
estado presente en el lugar de los hechos, ha percibido a través de alguno de sus
sentidos los hechos que se están imputando al procesado y, por tanto, puede ase-
verar la concurrencia o no de ellos. En ese sentido, es una conclusión unánime
en la doctrina que el testigo será, necesariamente, un sujeto ajeno al proceso, por
no figurar como parte del mismo” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 515-2016-
Lima, del 11 de enero de 2017, considerando 4.3).

411 ¿Cuál es el peso probatorio de los testigos de referencia o de oídas?


“Es de puntualizar que en el recurso acusatorio formalizado se menciona la exis-
tencia de un móvil delictivo y se da crédito a las declaraciones de testigos de refe-
rencia. No se ha encontrado el vehículo, no existe prueba que vincule al acusado
con el coche ni algún bien del occiso –sea del propio carro u otro–; tampoco se
ha ubicado el arma con el que se mató al agraviado ni, por ende, puede relacio-
nársele con el acusado Portal Tanta.
Es evidente afirmar –como lo reconoce la doctrina procesalita– que los testigos
de referencia u oídas tienen un carácter supletorio y un peso más relativizado, res-
pecto del juicio de credibilidad, que el testigo fuente o presencial; de ahí que siem-
pre se requiere que se revele la identidad de este último y que se agoten los medios
para que aquel presente su testimonio. El problema persecutorio que presenta pasa
por su fiabilidad y por su contenido, en relación con los hechos que son objeto de
enjuiciamiento. Los testigos Huamán Tacilla, Huayac Luna y Castrejón Mantilla

321
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

en el acto oral (…) han expresado que el propio imputado les dijo que había man-
dado a matar al agraviado, pero tal cita es negada por el encausado Portal Tanta.
Si se entiende, además, que el valor del testimonio de referencia no solo está ligado
al crédito que su versión pueda merecer, sino que apunta a reafirmar una prueba
directa en sus componentes de veracidad y competencia a partir de la informa-
ción que el testigo ha recibido de segunda mano, cabe enfatizar que en el caso de
autos este último componente está ausente: no hay prueba directa respecto del
asesinato del agraviada, de la autoría del imputado Portal Tanta.
El citado acusado nunca admitió los hechos y rechazó las versiones de los testi-
gos de referencia. El sería la fuente de información, pero al negarla y no existir
prueba en contrario o que avale en algo lo expuesto por los testigos de referen-
cia, así sea prueba periférica –es necesaria la corroboración o confirmación de
su relato incriminador, por lo menos de ciertos aspectos del mismo, por medios
objetivos de prueba–, no es posible otorgarle mérito y considerarla prueba sufi-
ciente para enervar la garantía de presunción de inocencia. El valor probato-
rio del testimonio de referencia se robustece al abrigo de otros elementos que
se incorporen al proceso, auxilio sin el cual su peso es prácticamente nulo; no
es admisible como prueba única para desvirtuar la presunción de inocencia”
(Sala Penal Transitoria, R.N. N° 173-2012-Cajamarca, del 22 de enero de
2013, considerando 3).

V. LA PRUEBA PERICIAL

Base legal Nuevo Código Procesal Penal: arts. VIII, 159, 172, 173, 174, 175, 176,
177, 178, 179, 180, 181.

412 ¿Por qué se dice que la prueba pericial es una prueba compuesta?
“El único parámetro válido para rechazar un examen pericial es su pertinen-
cia. La prueba pericial es una prueba compuesta: que comprende el análisis del
perito sobre lo peritado, el informe pericial y el examen pericial contradictorio.
Por excepción las pericias institucionales de contenido documental no requie-
ren examen pericial, a menos que la parte afectada los solicite fundadamente”
(Sala Penal Transitoria. R.N. Nº 3633-2013-Lima, del 22 de julio de 2014,
considerando 7).

413 ¿Con base en qué criterios el juez debe valorar las pericias?
“Los criterios que se exponen están orientados a la fijación de evaluación de la
validez y fiabilidad de la prueba pericial. De ellos se deriva la diferenciación
entre lo que puede considerarse ciencia de la que no es. Al respecto, la doctrina
[MIRANDA ESTRAMPES, Manuel. “Pruebas científicas y estándares de cali-
dad”. En: La prueba en el proceso penal acusatorio. Reflexiones adaptadas al

322
La prueba en el proceso penal

Código Procesal Penal peruano de 2004. Jurista Editores, Lima, 2011, pp. 142 y
143]–sobre la base de la experiencia judicial norteamericana– ha propuesto los
criterios siguientes:
a) La controlabilidad y falsabilidad de la teoría científica, o de la técnica en que
se fundamenta la prueba, lo que implica que la teoría haya sido probada de
forma empírica, no solo dentro de un laboratorio.
b) El porcentaje de error conocido o potencial, así como el cumplimiento de los
estándares correspondientes a la prueba empleada.
c) La publicación en revistas sometidas al control de otros expertos de la teo-
ría o la técnica en cuestión, lo que permite su control y revisión por otros
expertos.
d) La existencia de un consenso general de la comunidad científica interesada.
Este criterio de la aceptación general ‘general acceptance’ deja de ser el único ele-
mento de decisión (como se había establecido en el caso Frye). La decisión sobre
la admisión de esta prueba ya no corresponde únicamente a la comunidad cien-
tífica sino al juez, quien deberá controlar la confiabilidad de la prueba científica,
con arreglo a dichos criterios, y exponer los motivos de su inadmisión. El enfo-
que de un tribunal no debe ser sobre las conclusiones alcanzadas por el perito,
sino sobre la metodología empleada para llegar a estas conclusiones. Y en caso
que la conclusión no se desprenda de los datos que señala en su dictamen, el Tri-
bunal tiene la libertad de determinar que existe un análisis inaceptable entre pre-
misas y conclusión [SANDERS, Joseph. “La paradoja de la relación metodoló-
gica y conclusión y la estructura de la decisión judicial en los Estados Unidos”.
En: Derecho Probatorio contemporáneo: Pruebas científicas y técnicas forenses.
Universidad de Medellín, Medellín, 2012. p. 110].
Sobre la base de estas consideraciones, se establecen los siguientes criterios de
valoración de la prueba pericial:
a) La pericia como prueba compleja debe evaluarse en el acto oral a través, pri-
mero de la acreditación del profesional que suscribió el informe documen-
tado: grado académico, especialización, objetividad y profesionalidad. No se
debe poner el acento en que el perito es oficial o de parte.
b) El informe debe haberse elaborado de acuerdo a las reglas de la lógica y
conocimientos científicos o técnicos.
Especialmente, si se analiza el objeto del dictamen, la correlación entre los
extremos propuestos por las partes y los expuestos del dictamen pericial, y la
correspondencia entre los hechos probados y los extremos del dictamen, la
existencia de contradicciones entre el informe y lo vertido por el perito en el
acto oral.
Asimismo, que se explique el método observado, que se aporten con el dicta-
men pericial, los documentos, instrumentos o materiales utilizados para ela-
borarlos y la explicación cómo se utilizó.

323
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

c) Evaluarse las condiciones en que se elaboró la pericia, la proximidad en el


tiempo y el carácter detallado en el informe, si son varios peritos la unanimi-
dad de conclusiones. Para una mejor estimación será preferible que se grabe
la realización de la pericia, se documente y se detalle cómo se llevó a cabo.
d) Si la prueba es científica, desde un primer nivel de análisis, debe evaluarse si
esta prueba pericial se hizo de conformidad con los estándares fijados por la
comunidad científica. El juez al momento de evaluar al perito debe examinar
sobre la relevancia y aceptación de la comunidad científica de la teoría utili-
zada, y cómo es que su uso apoya la conclusión a la que arribó. De ser noto-
ria la relevancia y aceptación de la teoría, esto no será necesario. Asimismo,
el juez debe apreciar el posible grado de error de las conclusiones a las que
ha llegado el perito.
Estos criterios son necesarios, pues no es suficiente confiar solo en la libre valo-
ración del órgano judicial para garantizar que el conocimiento específico se uti-
lice válidamente y se interprete correctamente como base para decidir sobre los
hechos objeto del proceso. Lo que se requiere para que las pruebas periciales váli-
das ofrezcan fundamentos racionales a la decisión sobre los hechos, es un análi-
sis judicial profundo y claro de las mismas acorde con estándares fiables de eva-
luación [TARUFFO, Michele. La prueba. Marcial Pons, Madrid, 2008, p. 100].
Empero, es de anotar, para no llevar a equívocos, que el juez, respecto de la prueba
pericial, debe realizar un examen complejo, que comprende tres aspectos: 1) Sub-
jetivo, referidos a la persona del perito (personalidad, relaciones con las partes,
escuela científica a la que pertenece, nivel de percepción, capacidad de raciocinio
y verdadero nivel de conocimientos, entre otros). 2) Fáctico o perceptual, de exis-
tir circunscrito al examen del objeto peritado, a su modo de acercamiento a él, a
las técnicas utilizadas, etc. 3) Objetivo, concretado al método científico empleado,
al grado que alcanzó la ciencia, arte o técnica utilizada, a la existencia de liga-
zón lógica entre los diversos elementos integrantes del informe pericial, a la enti-
dad de las conclusiones: indecisas o categóricas, a la calidad de las fundamen-
taciones o motivaciones expuestas en el dictamen [CLIMENT DURAN, Carlos.
La prueba penal. Editorial Tirant lo Blanch, Valencia, 2ª edición, 2005, p. 847].
En ese sentido, la valoración de este medio de prueba pericial, debe ser realizada
de forma rigurosa, de ahí que el juez al evaluar al perito debe preguntar y verifi-
car lo siguiente [DE GREGORIO BUSTAMENTE, Álvaro. Abuso sexual infan-
til. Denuncias falsas y erróneas. Omar Favale ediciones jurídicas, Buenos Aires,
2004, p. 208.]:
a) El evaluado tiene capacidad para testimoniar.
b) Puede aportar un testimonio exacto, preciso y detallado sobre los hechos
cuya comisión se estudia.
c) Puede ser sugestionado, inducido y llevado a brindar relatos y testimonios
inexactos o por hechos falsos.

324
La prueba en el proceso penal

d) Puede mentir sobre los hechos de violación sexual.


e) Tiene capacidad y discernimiento para comprender lo que se le pregunta.
Para realizar un análisis de credibilidad, resulta necesario efectuar evaluaciones
a los sujetos que vierten el relato, atendiendo a dos niveles:
a) Cognitivos de la persona, que redundan en su habilidad para relatar los
hechos con precisión y exactitud. Considera de manera particular los facto-
res generales que influyen en la adquisición, retención, recuperación y comu-
nicación verbal de la información (exactitud).
b) Al componente motivacional que se refiere a la voluntad para explicar los
hechos de modo apegado o no a la realidad.
Sin embargo, es pertinente precisar: Primero, que la valoración de esa modalidad
de pericia psicológica presupone una declaración prestada en forma legal, y con
todas las garantías procesales y constitucionales. Segundo, que el análisis crítico
del testimonio es una tarea consustancial a la responsabilidad de valorar y resol-
ver de los jueces, cuyo criterio no puede ser sustituido por especialistas que solo
pueden diagnosticar sobre la personalidad en abstracto pero no sobre su compor-
tamiento en el caso concreto, por lo que el informe psicológico solo puede ser-
vir de apoyo periférico o mera corroboración –no tiene un carácter definitivo–,
pero no sustituir la convicción sobre la credibilidad del testigo. Tercero, que el jui-
cio del psicólogo solo puede ayudar al juez a conformar su criterio sobre la cre-
dibilidad del testigo; y, su informe, al contrastar las declaraciones de la víctima
–menor de edad, sustancialmente– con los datos empíricos elaborados por la psi-
cología, si existen o no elementos que permitan dudar de su fiabilidad. Cuarto,
que el informe pericial no puede decir, ni se les pide que lo hagan, si las declara-
ciones se ajustan o no a la realidad, la cual es tarea del órgano jurisdiccional que
entre otros elementos contará con su percepción directa de las manifestaciones
y con el juicio del psicólogo sobre la inexistencia de datos que permitan supo-
ner fabulación, inducción, invención o manipulación [conforme: STS del 29 de
octubre de 1996, del 16 de mayo de 2003, y de 488/2009, del 23 de junio]” (Salas
Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo Plenario N° 4-2005/CJ-116, del 2
de octubre de 2015, considerandos 18, 22-23, 29-31).
“El juez no debe discriminar la [sic] pericias en función a su procedencia (oficial,
institucional o de parte), debe valorarla en su mayor o menos fundamentación y
razón de ciencia, debiendo tenerse por tanto como primer criterio orientador en
la determinación de la fuerza de convicción el de conceder prevalencia, en prin-
cipio, a aquellas afirmaciones o conclusiones que vengan dotadas de una superior
explicación racional (STSE del 11-05-81)” (Segunda Sala Penal de Apelaciones
Nacional, en adición a sus funciones Sala Penal Especializada en Delitos Adua-
neros, Tributarios, de Mercado y Ambientales. Exp. N° 299-2015-42, Sentencia
de Vista N° 11-2018, del 3 de diciembre de 2018, considerando 39).

325
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

414 ¿
Qué es lo que se debe instar en caso de existir contradicciones entre
la pericia oficial y la de parte?
“Para valorar con sindéresis la prueba pericial, el legislador estableció que en caso
de producirse contradicciones entre una pericial oficial y una de parte, es impe-
rativo instar el debate entre los peritos involucrados como lo prescribe el artículo
181 del CPP:
1. El examen o interrogatorio del perito en la audiencia se orientará a obtener
una mejor explicación sobre la comprobación que se haya efectuado respecto
al objeto de la pericia, sobre los fundamentos y la conclusión que sostiene.
Tratándose de dictámenes periciales emitidos por una entidad especializada,
el interrogativo podrá entenderse con el perito designado por la entidad.
2. En el caso de informes periciales oficiales discrepantes se promoverá, de ofi-
cio inclusive, en el curso del acto oral un debate pericial.
3. En el caso del artículo 180.2, es obligatorio abrir el debate entre el perito ofi-
cial y el de parte.
Haciendo la concordancia respectiva el artículo 180 del CPP en sus reglas adicio-
nales para la actuación pericial señala:
1. El informe pericial oficial será único. Si se trata de varios peritos oficiales y
si discrepan, cada uno presentará su propio informe pericial. El plazo para la
presentación del informe pericial será fijado por el Fiscal o el Juez, según el
caso. Las observaciones al Informe Pericial Oficial podrán presentarse en el
plazo de cinco días, luego de la comunicación a las partes.
2. Cuando exista un informe pericial de parte con conclusión discrepante, se
pondrá en conocimiento del perito oficial, para que en término de cinco días
se pronuncie sobre su mérito.
3. Cuando el informe pericial oficial resultare insuficiente, se podrá ordenar su
ampliación por el mismo perito o nombrar otro perito para que emita uno
nuevo.
Juez peritus peritorum. La premisa normativa del artículo 172.1 del CPP consiste
en que esta prueba se justifica en la medida que para explicar y mejor compren-
der algún hecho, se requiera conocimiento especializado de naturaleza científica,
técnica, artística o de experiencia calificada. En esa línea de argumentos, estamos
frente a una prueba que requiere de conocimiento especializado y si los resulta-
dos de algunas pericias son contradictorios, lo óptimo es que los peritos en una
especie de contradictorio científico o técnico, ilustren al juez para que este adopte
la decisión que estime adecuada, que en algunos casos, según la jurisprudencia
de nuestro máximo tribunal de la justicia ordinaria ha significado dejar de lado,
las conclusiones de pericias contradictorias y dar preferencia a la prueba perso-
nal” (Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional, en adición a sus funciones
Sala Penal Especializada en Delitos Aduaneros, Tributarios, de Mercado y

326
La prueba en el proceso penal

Ambientales. Exp. N° 299-2015-42, Sentencia de Vista N° 11-2018, del 3 de


diciembre de 2018, considerandos 40-42).

415 ¿
Ante pericias contradictorias es imprescindible que los peritos sean
examinados en el juicio oral?
“[E]s imprescindible ante pericias contradictorias, así como ante pericias no com-
patibles con resultados no necesariamente coincidentes –como es en el presente
caso–, que los peritos sean examinados en el acto oral” (Sala Penal Transitoria.
R.N. Nº 3633-2013-Lima, del 22 de julio de 2014, considerando 7).

416 ¿Las pruebas periciales vinculan al juez?


“Las opiniones periciales no obligan al juez y pueden ser valoradas de acuerdo a
la sana crítica; sin embargo, el juez no puede ‘descalificar’ el dictamen pericial
desde el punto de vista científico, técnico, artístico ni modificar las conclusiones
del mismo fundándose en sus conocimientos personales.
En consecuencia, el juez deberá fundamentar coherentemente tanto la aceptación
como el rechazo del dictamen, observando para ello las reglas que gobiernan el
pensamiento humano; lo que generará, asimismo, la posibilidad de un control ade-
cuado de sus decisiones.
El juez, en suma, no está vinculado a lo que declaren los peritos; él puede formar
su convicción libremente. Ahora bien, es indudable la fuerza de convicción que
tienen los informes periciales, especialmente los de carácter estrictamente cientí-
fico técnico. Más discutible pueden resultar los de otra naturaleza (pericias médi-
cas, o psicológicas, o contables), pero, en cualquier caso, siempre suelen ser la
prueba de cargo, es decir, la fundamental para enervar la presunción de inocen-
cia [BANACLOCHE PALAO, Julio. Aspectos fundamentales del Derecho Pro-
cesal Penal. La Ley, Madrid, 2010, p. 268].
Las pericias no son en sí mismas la manifestación de una verdad incontrovertible
[STSE 997/1997, del 8 de julio].
No se puede conferir a priori valor superior a un medio de prueba sobre otro, por
lo que si respecto a un tema concreto se hubieren llevado a cabo distintas prue-
bas, además de la pericial, con resultado diferente, claro es que entonces se reco-
noce al órgano jurisdiccional la facultad de realizar la conjunta valoración de la
prueba, que permite estimar eventualmente que la verdad del hecho no es la que
aparece expuesta por la prueba pericial sino la que ofrecen otros medios proba-
torios. Igual pauta metodológica tendrá lugar cuando el juez razonablemente dis-
crepe de todo o de parte del contenido pericial [STSE 1/1997, del 28 de octubre].
Sin embargo, es igualmente plausible que si el juez se aparta de la pericia sin razo-
nes que lo expliquen y justifiquen, se estará ante un razonamiento contrario a las

327
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

reglas de la racionalidad” (Salas Penales Permanente y Transitoria. Acuerdo


Plenario N° 4-2005/CJ-116, del 2 de octubre de 2015, considerando 17).

417 ¿
Los jueces pueden descalificar los dictámenes periciales desde el
punto de vista científico o técnico?
“Si bien es cierto que en un sistema de valoración racional de la prueba o de sana
crítica, como el acogido en nuestra legislación procesal, las opiniones pericia-
les no vinculan al Juez, sin embargo, este no puede descalificar el dictamen peri-
cial desde el punto de vista científico o técnico, ni modificar las conclusiones del
mismo fundándose en sus conocimientos personales. El Juez debe fundamentar
coherentemente tanto la aceptación como el rechazo del dictamen pericial, obser-
vando para ello las reglas que gobiernan el pensamiento humano. Puede formar
su convicción libremente, no obstante, es ineludible la fuerza de convicción que
tiene los informes periciales, dado que suelen ser la prueba de cargo fundamen-
tal para enervar la presunción de inocencia” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 344-2017-Cajamarca, del 4 de diciembre de 2017, considerando 5.5).

VI. LA PRUEBA TRASLADADA

Base legal Código Procesal Penal de 2004: art. 157.


Ley contra el crimen organizado - Ley Nº 30077: art. 20.

418 ¿En qué consiste la prueba trasladada?


“(…) la prueba traslada, es un supuesto excepcional de la prueba puesto que se
trata de una prueba generada en un primer proceso, la cual es extraída de este
e insertada en un segundo proceso distinto. Se trata de un supuesto excepcional
puesto que la inmediación de dicha prueba, su utilización, obtención y en algu-
nos casos inclusive la valoración ha sido sometida al a inmediación del Juez del
primer proceso, el cual es uno diferente del juez del segundo proceso quien final-
mente será el encargado de utilizarla como sustento para la imposición de una con-
dena. En ese sentido al tratarse de un supuesto excepcional está legalmente pre-
visto en el artículo 261 del Código de Procedimientos Penales los requisitos que
deben cumplirse para poder aplicarla” (Sala Penal Permanente. R.N. N° 515-
2016-Lima, del 11 de enero de 2017, considerando 4.4).

VII. LA CONFESIÓN

Base legal Constitución Política: art. 2.24.h.


Código Procesal Penal de 2004: arts. VIII del Título Preliminar, 160, 161.

328
La prueba en el proceso penal

419 ¿En qué consiste la prueba de la confesión?


“La confesión, en su aspecto nuclear, importa el reconocimiento que hace el
imputado de su participación en una actividad delictiva. Lo que se valora, en este
supuesto, es la realización de actos de colaboración a los fines de la norma jurí-
dica, por lo que se facilita el descubrimiento de los hechos y de sus circunstan-
cias y autores. La confesión supone una especie de ‘premio’ a quien colabora con
la justicia en el descubrimiento de un hecho que tiene relevancia penal y que le
afecta como responsable. Como tal, es inaceptable una confesión no veraz (se pro-
porciona una versión de lo ocurrido que no se corresponde con la realidad); por
tanto, esta debe ajustarse a la realidad (no debe ser sesgada ni ocultar datos de
relevancia), no debe contener desfiguraciones o falencias que perturben la inves-
tigación, y debe ser persistente (mantenerse a lo largo de todo el procedimiento)”
(Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2016/CIJ-
116, del 12 de junio de 2017, considerando 19).

420 ¿Qué características debe tener la confesión para que sea sincera?
“(...) la confesión sincera (...), como atenuante de orden procesal, está constituida
por la declaración del imputado en la que reconoce ser autor o partícipe de un
delito o una falta, prestada en forma espontánea, oportuna, veraz y coherente, ante
una autoridad competente y con las formalidades y garantías correspondientes;
que tal atenuante no resulta de aplicación al acusado porque (...) no ha dado ver-
siones uniformes durante el proceso respecto del lugar del destino de la droga, (...)
asimismo, no ha contribuido al esclarecimiento de delito; (...) de otro lado, debe
tenerse en cuenta que su versión autoinculpatoria fue proporcionada como con-
secuencia de haber sido intervenido en flagrancia (...)” (Sala Penal Permanente.
R.N. N° 3664-2003-Madre de Dios, del 4 de mayo de 2004, considerando 2).
(…) la confesión para ser sincera requiere no solo que sea veraz sino que sea pres-
tada inmediatamente, sin contradicciones y que objetivamente aporte datos sufi-
cientes –circunstanciados, sin ocultar o disminuir intencional el concurso de otras
personas–, para obviar la realización más intensa de actos de investigación y/o de
prueba. No cabe en los casos de flagrancia, en atención a su fundamento político
criminal, pues no se necesita para probar la culpabilidad del detenido nada dis-
tinto a la forma y circunstancias de su intervención” (Sala Penal Transitoria. R.N.
N° 91-2013-Del Santa, del 13 de enero de 2014, considerando 4).

329
CAPÍTULO IX

ESTRUCTURA DEL
PROCESO PENAL COMÚN
CAPÍTULO IX

ESTRUCTURA DEL PROCESO PENAL COMÚN

I. LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA

Base legal Arts. 321, 322, 325, 326, 329, 330, 334, 335, 336, 337, 338, 339, 340, 341,
341-A, 342, 343.

421 ¿Cuál es la finalidad del proceso penal?


“Nuestro sistema procesal penal tiene como sustento la obtención de la verdad
material o histórica de los hechos, es decir, que a través de sus dispositivos y figu-
ras jurídicas busca que tanto víctima como victimario alcancen una correcta y
efectiva tutela jurisdiccional” (Sala Penal Permanente. Casación N° 66-2018-
Cusco, del 15 de octubre del 2018, considerando 11).

422 ¿
Cuáles son las subfases en las que se divide la etapa de investigación
preparatoria?
“[E]l proceso común (Libro Tercero del CPP) ha sido estructurado en tres eta-
pas: i) investigación preparatoria (sección I), ii) etapa intermedia (sección II)
y iii) juzgamiento (sección III). Por otro lado, según el artículo 372.2 del CPP,
‘las diligencias preliminares forman parte de la investigación preparatoria’. Ade-
más cabe acotar, desde la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema, se ha llegado
a concluir que ‘la etapa de investigación preparatoria presenta dos subetapas: la
primera correspondiente a las diligencias preliminares y la segunda que corres-
ponde a la investigación preparatoria’” (Sala Penal Nacional de Apelaciones
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, Colegiado A, Exp.
N° 00019-2018-4-5201-JR-PE-03, del 2 de octubre de 2018, considerando 10).

423 ¿
En qué consisten las diligencias preliminares y en qué aspectos se
fundamenta?
“Las diligencias preliminares es una fase prejurisdiccional, porque se encuen-
tra en el contexto que el Fiscal ya conoció la noticia criminal, pero aún no ha
resuelto formalizar la investigación y dar por inicio a la investigación preparato-
ria; en ella se busca verificar si el conocimiento que se tiene de la sospecha de un
delito –sea de oficio o por la parte denunciante– tiene un contenido de verosimi-
litud y ver si existen elementos probatorios suficientes para continuar con la per-
secución de delitos y sus autores, se funda en la necesidad de determinar los pre-
supuestos formales para iniciar válidamente la investigación judicial y por ende

333
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

el proceso penal; que, además, la investigación preliminar que realiza el fiscal en


su despacho o la policía bajo su supervisión, la realiza con el fin de establecer:
i) si el hecho denunciado es delito, ii) si se ha individualizado a su presunto autor,
y iii) si la acción penal no ha prescrito. Si no existe alguno de esos requisitos el
fiscal debe archivar provisionalmente o definitivamente los actuados” (Sala Penal
Permanente. Casación N° 14-2010-La Libertad, del 5 de julio de 2011, conside-
rando 4).
“El nuevo modelo de investigación procesal penal ha traído consigo la facultad
exclusiva del fiscal de llevar a cabo ‘diligencias preliminares’, de las que tiene el
señorío y control, son conceptualizadas normativamente como parte de la inves-
tigación preparatoria y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, las define
como aquellas que lleva a cabo el fiscal en la fase prejurisdiccional previa al pro-
ceso penal.
Las ‘diligencias preliminares’, como actuaciones iniciales del fiscal orientada a
una finalidad específica, no advierten un carácter jurisdiccional sino de indaga-
ción y de averiguación; conforme al rol de persecutor que le corresponde, posi-
bilita que pase a otra fase del proceso, si así lo decide, al instaurar la formaliza-
ción de la investigación preparatoria o disponer el archivo definitivo” (Sala Penal
Permanente, Casación N° 599-2018-Lima, del 11 de octubre de 2018, conside-
rando 1.3 y 1.4).

424 ¿Cuál es la finalidad de las diligencias preliminares?


“Las diligencias preliminares, entonces, se trata de una subfase donde la actua-
ción de la Fiscalía, apoyada en ocasiones por los órganos policiales, se dirige a
realizar actos de investigación ‘destinados a determinar si han tenido lugar los
hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los elemen-
tos materiales de su comisión, individualizar a las personas involucradas, inclu-
yendo a los agraviados, y, dentro de los límites de la Ley, asegurarlas debidamente’
(artículo 330.2 del Código Procesal Penal)” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 528-2018-Nacional, del 11 de octubre 2018, considerando 3).
“El artículo trescientos treinta y dos del CPP preceptúa su finalidad y señala: Las
diligencias preliminares tienen por finalidad inmediata realizar los actos urgen-
tes o inaplazables destinados a determinar si han tenido lugar los hechos objeto
de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los elementos materiales
de su comisión, individualizar a las personas involucradas en su comisión, inclu-
yendo a los agraviados, y, dentro de los límites de la Ley, asegurarlas debidamente.
La inicial actividad investigativa del fiscal no se agota con la realización de actos
urgentes e inaplazables destinados a establecer: i) si tuvieron lugar los hechos
objeto de conocimiento y su delictuosidad; ii) asegurar los elementos materiales de
la comisión del delito; iii) individualizar a las personas involucradas y asegurarlas
debidamente; sino que a estos se aúna la finalidad de determinar si se formaliza

334
Estructura del proceso penal común

la investigación preparatoria (decisión que se realizara como resultado de las dili-


gencias investigativas realizadas, dando termino a esta fase prejurisdiccional).
Los actos urgentes e inaplazables a los que hace referencia la norma procesal
van ligados al propósito ulterior o finalidad mediata –de ser el caso– de formali-
zar investigación preparatoria; por lo que tales actos no deben ser vinculados en
estricto a un sentido temporal. Lo que resulta de una interpretación sistemática
y teleológica del artículo trescientos treinta, incisos uno y dos del CPP. Catego-
rizar lo urgente y necesario solo a un mínimo de tiempo, limitaría la actuación
fiscal, afectaría su rol investigativo y el principio de derecho de seguridad jurí-
dica” (Sala Penal Permanente. Casación N° 599-2018-Lima, del 11 de octubre
de 2018, considerandos 1.6-1.8).
“[L]as diligencias preliminares, bajo la dirección del Fiscal, tienen por finalidad
los actos urgentes o inaplazables destinados a determinar si han tenido lugar los
hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los elementos
materiales de su comisión, individualizar a las personas involucradas en su comi-
sión, incluyendo a los agraviados, y, dentro de los límites de la Ley, asegurarlas
debidamente, ello de conformidad con el numeral 2 del artículo 330 del Código
Procesal Penal. Siendo así, no puede existir afectación al derecho de defensa, en
tanto la decisión discrecional el fiscal –quien además fijará la imputación ini-
cial– solo da por concluida las diligencias preliminares, que se limitan a aque-
llas que son urgentes, mientras la defensa técnica ejercerá plenamente su derecho
de defensa –en el sentido que hace alusión el requirente: solicitar actos de inves-
tigación– durante la investigación preparatoria propiamente dicha, (...) (Juzgado
Supremo de Investigación Preparatoria, Tutela de Derechos A.V. N° 19-2018,
Resolución Nº 1, del 16 de noviembre de 2018, considerando 11).
“Las diligencias preliminares son importantes en tanto aseguran el cuerpo del
delito, esto es, los elementos de prueba que por su naturaleza y característica son
considerados actos urgentes e irreproducibles, de ahí que estas diligencias se cons-
tituyan luego en prueba preconstituida que entrará al proceso para ser valorada
por el Tribunal” (Sala Penal Permanente. Casación N° 14-2010-La Libertad,
del 5 de julio de 2011, considerando 4).

425 ¿
La calificación de diversos actos como urgentes e inaplazables se en-
cuentra limitada exclusivamente en sentido temporal?
“La realización de actos urgentes e inaplazables, a los que hace referencia la citada
norma, está destinada a la consecución de los mencionados objetivos de natura-
leza inmediata que, en la mayoría de casos, hace referencia a una actuación pronta
del Ministerio Público o de la Policía Nacional del Perú, a fin de apersonarse al
lugar de los hechos y establecer la realidad del evento delictivo o impedir que el
delito produzca consecuencias ulteriores o se altere la escena del hecho criminal
e incluso recoger los elementos materiales probatorios y la evidencia física que
le podría ser de utilidad. Sin embargo, tales circunstancias no pueden limitar la

335
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

categorización de actos urgentes e inaplazables en estricto a un sentido tempo-


ral, pues no, todos los delitos dejan huellas permanentes, algunos las ofrecen en
forma transeúnte y otros no dejan rastros o no producen efectos materiales o los
que había desaparecieron.
La realidad delictiva evidencia la existencia de casos, específicamente los vincu-
lados a crimen organizado, que requieren un alto grado de preparación y planea-
miento para dilucidar la materialidad del hecho e identificar a los posibles impli-
cados, lo que evidentemente supera el simple apersonamiento a la escena física
del delito o la recolección de evidencias tangibles del evento criminal. En estos
casos, se requiere de una sofisticada estrategia fiscal –en el marco probatorio– y
del despliegue de especiales técnicas de investigación para cumplir con la finali-
dad de las diligencias preliminares.
Es por esta razón, relacionada directamente con la complejidad del objeto de in-
vestigación, que el legislador ha previsto la posibilidad de adoptar medidas ex-
cepcionales de limitación de derechos en diligencias preliminares como el levan-
tamiento del secreto bancario o reserva tributaria, o la exhibición y remisión
de información en poder de instituciones públicas o privadas –Ley Nº 27379 y
artículo único del Decreto Legislativo Nº 988, publicado el dos de julio de dos
mil siete–; por lo que limitar lo urgente o inaplazable a un mínimo de tiempo y
espacio físico delictivo restringiría la actuación fiscal y afectaría su rol investi-
gativo e incluso dejaría impune una serie de noticias criminales vinculadas a de-
litos cometidos en el marco de una organización criminal, que requieren un dis-
tinto planteamiento indagatorio para su dilucidación” (Sala Penal Permanente.
Casación Nº 528-2018-Nacional, del 11 de octubre de 2018, considerando 4).

426 ¿
Qué aspectos deben observarse para una real comprensión del signi-
ficado de los actos como urgentes e inaplazables?
“Una real comprensión del significado de actos urgentes e inaplazables se da con
la observancia conjunta de la finalidad inmediata de las diligencias (establecerla
materialidad del delito, asegurarlos elementos materiales de comisión e indivi-
dualizar a los presuntos responsables), ligada al propósito ulterior de las mismas
(reunir los elementos que permitan estimar si se formaliza o no la investigación
preparatoria), conforme a una interpretación sistemática de los inciso 1 y 2 del
artículo 330 del Código Procesal Penal, que permite sostener la premisa conclu-
siva de que las diligencias preliminares sirven para determinar si el fiscal debe o
no proceder con la promoción de la acción penal –propósito último–; por lo que
resulta evidente importancia de que las diligencias preliminares cumplan con su
finalidad inmediata pues solo de esta forma se habilitan herramientas que permi-
ten al fiscal decidir justificadamente si se presenta un proceso penal viable.
Como corolario, el carácter de ‘urgentes e inaplazables’ de los actos de investiga-
ción no puede limitarse a una interpretación temporal sobre sus actuación (con-
forme a una interpretación literal de dichos objetivos) ni aplicarse en el mismo

336
Estructura del proceso penal común

sentido para las diligencias preliminares e en el crimen organizado, pues existen


determinadas actuaciones que no pueden realizarse en breve periodo de tiempo
(como sesenta días o menos); pero ello no desnaturaliza los actos de investiga-
ción propios de esta subfase; al contrario, en cuanto se encuentren orientados a
la consecución de su finalidad inmediata (y mediata), son necesarios para actua-
ción fiscal, de concluir la investigación de un presunto hecho delictivo con las
características que reviste la complejidad de una organización criminal, acorde
con su atribución constitucional (artículo 159.4 de la Constitución). Por ende, los
agravios casacionistas deben ser rechazadas, pues no se inaplicó lo previsto del
artículo 330.2 del Código Procesal Penal” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 528-2018-Nacional, del 11 de octubre de 2018, considerandos 5 y 6).

427 ¿
Cómo deben interpretarse los actos urgentes e inaplazables para la
determinación del plazo de las diligencias preliminares en los casos de
criminalidad organizada?
“La regulación procesal penal establece que el fiscal puede desarrollar investi-
gaciones comunes, complejas, e investigación de delitos perpetrados por impu-
tados integrantes de organizaciones criminales, personas vinculadas a ella o que
actúan por encargo de la misma. Es dentro de esta dinámica que adquiere sen-
tido la interpretación antes señalada sobre lo ‘urgente o inaplazable’, ello en fun-
ción de que en cada caso en concreto el fiscal debe satisfacer los presupuestos del
artículo trescientos treinta y seis.uno del CPP para continuar con su investigación;
de lo contrario, deberá archivar lo actuado.
En los delitos de criminalidad organizada, por su impacto social, su peligrosidad
y efectos en el contexto, la necesidad de la actividad indagativa es mayor, pues
se debe realizar un tramado de diligencias especiales, recurriendo incluso a téc-
nicas especiales de investigación, la propia complejidad de la criminalidad orga-
nizada deriva en que se realice una pluralidad de actos especiales de investiga-
ción, es por ello que lo urgente o inaplazable no puede calificarse en su sentido
temporal estricto.
Hay que considerar que existen dinámicas criminales donde las estructuras mis-
mas evolucionan y se hacen más compleja su indagación, ahí es donde el rol del
fiscal, encaminado a obtener indicios reveladores de la existencia del hecho cri-
minal (delito) y la individualización de un significativo número de personas, con-
forme al artículo trescientos treinta y seis.uno del CPP, se complejiza. Por ello no
es lo mismo realizar actos urgentes e inaplazables en la investigación de un delito
común, que en una investigación de crimen organizado (en el presente caso, por
ejemplo, se materializan con elaboración de un informe financiero y contable res-
pecto de los fondos recaudados en los eventos ‘Rifa fujimorista’ y ‘cocteles o cenas
fujimoristas’ o a la solicitud de información a entidades públicas como Registros
Públicos, Municipalidad y notarías).

337
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Afirma el carácter que lo urgente e inaplazable tiene una connotación distinta en


las indagativas de crimen organizado el que la propia norma señale ‘(...) no obs-
tante ello, el Fiscal podrá fijar un plazo distinto según las características, com-
plejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación (...)’ (artículo tres-
cientos treinta y cuatro.dos del CPP), lo que en correlato con lo preceptuado en
el artículo cinco, incisos uno y dos, de la Ley número treinta mil setenta y siete
(Ley Contra el Crimen Organizado), afirma el sentido interpretativo que se fija”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 599-2018-Lima, del 11 de octubre de
2018, considerandos 1.9-1.12).

428 ¿
Las diligencias preliminares tienen por objeto preparar al lado de la
acción penal, la acción civil?
“Ahora, bien dentro de las funciones del proceso penal, no sólo está la investiga-
ción de los posibles hechos ilícitos punibles penalmente y la determinación de la
responsabilidad penal de sus autores y partícipes, ‘sino también el reconocimiento
y la indemnización de los prejuicios materiales y morales que dichos hechos ilí-
citos hayan ocasionado a las víctimas de los mismos o sus herederos o familia-
res (acción civil en el proceso penal)’. Esta última función es la que explica el
artículo 321.1 del CPP, el cual ha incorporado una norma general de la investiga-
ción preparatoria, según la cual, esta también persigue determinar ‘la existencia
del daño causado’.
En ese orden de ideas, si esta es la finalidad de la investigación preparatoria
–que por ser norma general alcanza a sus dos subetapas– no es de recibo inter-
pretar que la finalidad de las diligencias preliminares esté limitada solo a la pre-
paración de la acción penal, sino que también tiene por objeto la preparación de
la acción civil para determinar ‘la existencia del daño causado’. Esta finalidad
se consolida con la norma contenida en el artículo 302 del CPP, que permite
que ‘en el curso de las primeras diligencias’, de oficio o a solicitud de parte, el
fiscal indague sobre los ‘bienes libres o derechos embargables al imputado y
al tercero civil, a fin de asegurar la efectividad de las responsabilidades pecu-
niarias derivadas del delito’. En esa línea, una interpretación sistemática de los
artículos 321.1, 310 y 302 del CPP nos llevan a concluir que las diligencias pre-
liminares también tienen por objeto preparar la acción civil, y en consecuencia,
es perfectamente posible implementar medidas cautelares reales en dicha sede.
La defensa sostuvo, en audiencia, que el mencionado artículo solo debe enten-
derse como una facultad para realizar simples actos de ‘indagación’ o ‘averi-
guación’; sin embargo, el colegiado, considera que esa facultad de ‘indagación’
no se limita a la simple averiguación de los bienes muebles libres o derechos
del imputado, sino que evidentemente abarca la facultad de solicitar las medi-
das de embargo u orden de inhibición, a fin de asegurar la efectividad de la res-
ponsabilidades pecuniarias derivadas del delito. Este es el entendimiento que
tienen los jueces penales de nuestra Corte Suprema, respecto de la oportuni-
dad para solicitar esta clase de medidas de coerción real, al señalar que, en los
casos de las medidas coercitivas previstas en los artículos 302 (embargo), 310

338
Estructura del proceso penal común

(orden de inhibición) y 316 (incautación) del CPP, la solicitud se realiza regu-


larmente en el curso de las primeras diligencias y durante la investigación pre-
paratoria” (Sala Penal Nacional de Apelaciones Especializada en Delitos de
Corrupción de Funcionarios, Colegiado A, Exp. N° 00019-2018-4-5201-JR-
PE-03, del 2 de octubre de 2018, considerando 10).

429 ¿Cuál es el plazo de las diligencias preliminares?


“Las diligencias preliminares constituyen, en esencia, la base o núcleo de la in-
vestigación. Comprenden la realización de actos simples y complejos de investi-
gación, que el fiscal conduce y controla jurídicamente de acuerdo a su finalidad.
El artículo 334.2 del Código Procesal Penal establece que las diligencias prelimi-
nares duran sesenta días, salvo que se produzca la detención de una persona. No
obstante ello, el fiscal podrá fijar un plazo distinto según las características, com-
plejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación.
Esta facultad fiscal de fijar un plazo distinto al de los sesenta días así como la falta
de previsión legal de un plazo máximo para las diligencias preliminares produjo
problemas en su aplicación y evidenció la preocupación de la judicatura por la
transgresión de la razonabilidad de la duración de las diligencias preliminares, lo
que conllevó finalmente que vía doctrina jurisprudencial se fijara uno teniendo
como referencia el plazo ordinario previsto para la investigación preparatoria for-
malizada” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 528-2018-Nacional, del 11 de
octubre de 2018, considerando 7).
“La presente versa sobre el sentido interpretativo que se debe dar al artículo tres-
cientos treinta y cuatro.dos, del CPP, que regula el plazo de las ‘diligencias preli-
minares’, pues desde su vigencia (dos mil cuatro) existe un problema de interpre-
tación normativa, dado que el legislador no ha fijado un baremo que determine
cuando finaliza esta actividad fiscal; y, al estar íntimamente vinculado a la nece-
sidad de garantizar el derecho fundamental de la persona a ser investigado y juz-
gado en un plazo razonable, se precisa su tutela a fin de controlar el ejercicio arbi-
trario del mismo.
El artículo trescientos treinta y cuatro.dos del CPP establece que ‘El plazo de las
diligencias preliminares, conforme al artículo 3, es de sesenta días, salvo que se
produzca la detención de una persona. No obstante ello el Fiscal podrá fijar un
plazo distinto según las características, complejidad y circunstancias de los hechos
objeto de investigación’.
Este precepto contempla un plazo ordinario referencial –de sesenta días– y un
plazo distinto que se fija en función de las características, complejidad y circuns-
tancias de los hechos objeto de investigación. En este segundo caso, si bien el
legisladores ha optado por no precisar de manera cuantitativa el límite máximo
del plazo de las diligencias preliminares, este Supremo Tribunal –tomando como
referencia el plazo previsto en el artículo trescientos cuarenta y dos del CPP para la

339
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

investigación preparatoria– ha establecido en las Sentencias Casatorias número cero


dos-dos mil ocho-La Libertad, del tres de junio de dos mil ocho y numero ciento
cuarenta y cuatro-dos mil doce-Áncash, del once de julio de dos mil trece, que el
plazo máximo de las diligencias preliminares (en las investigaciones comunes y
complejas) no puede, en la hipótesis más extrema, ser superior al límite máximo
de la duración de la investigación preparatoria” (Sala Penal Permanente. Casa-
ción N° 599-2018-Lima, del 11 de octubre de 2018, considerandos 2.1.1-2.1.3).

430 ¿
Cuáles son los criterios que deben ser considerados para determinar
el plazo de las diligencias preliminares?
“Mediante Casación N° 2-2008-Huaura, del tres del junio de dos mil ocho, el Tri-
bunal Supremo desarrolló los siguientes criterios vinculados al plazo de las dili-
gencias preliminares: 1) en doctrina se hacen alusión a tres clases de plazos, estos
son, el plazo legal (establecido por la ley), el plazo convencional (establecido por
mutuo acuerdo de las partes) y el pazo judicial (señalado por el Juez en uso de
sus facultades discrecionales). 2) Los plazos para las diligencias preliminares, de
veinte días naturales –regulación de aquel entonces– y el que se concede al fiscal
para fijar uno distinto según las características, complejidad y circunstancias de
los hechos objeto de investigación son diferentes y no de hallan comprendidos,
en los cientos veinte días naturales más la prórroga que corresponde a la investi-
gación preparatoria propiamente dicha. 3) Aunque la norma procesal no precisa
de manera cuantitativa cuál es el límite temporal de las diligencias preliminares,
ello no puede afectar el derecho al plazo razonable que constituye una garantía
fundamental integrante del debido proceso. 4) El plazo máximo de duración de la
investigación preliminar, atendiendo a criterios de orden cualitativos conforme a
los principios de razonabilidad y proporcionalidad, no podría, en la hipótesis más
extrema, ser mayor que el plazo máximo de la Investigación Preparatoria regulado
en el artículo 342- de la Ley Procesal Penal” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 528-2018-Nacional, del 11 de octubre de 2018, considerando 8).

431 ¿
Desde cuándo debe realizarse el cómputo del plazo de las diligencias
preliminares?
“Que, el cómputo de plazo de las diligencias preliminares se inicia a partir de la
fecha en que el Fiscal tiene conocimiento del hecho punible, y no desde la comu-
nicación al encausado de la denuncia formulada en su contra” (Sala Penal Per-
manente. Casación N° 66-2010-Puno, del 26 de abril de 2011, considerando 7).

432 ¿
Cuáles son los criterios a los que se debe acudir para determinar la
razonabilidad del plazo de la investigación preliminar?
“Es claro que la falta de un plazo legal máximo para las ‘diligencias prelimina-
res’ de investigaciones comunes, complejos o de criminalidad organizada afecta
el principio-derecho de seguridad jurídica; por ello, es necesario que estas se
realicen siempre dentro de un plazo razonable (garantías derivada del derecho

340
Estructura del proceso penal común

fundamental al debido proceso), que no es el equivalente al plazo legal, sino que


depende de las circunstancias particulares que presente cada caso. Al respecto,
el Tribunal Europeo de Derechos Humanos señaló que para determinar el plazo
razonable en un caso concreto, se debe considerar la complejidad del asunto, el
comportamiento de las partes y la actuación de los tribunales.
El Tribunal Constitucional ha precisado, como doctrina de carácter jurispru-
dencial, que para determinar la razonabilidad del plazo de investigación prelimi-
nar, se debe acudir cuando menos a dos criterios: uno subjetivo, que está referido
a la actuación del investigado y a la actuación del fiscal; y otro objetivo, que está
referido a la naturaleza objeto de los hechos de investigación, dentro de este –a
juicio del Tribunal– cabe comprender la complejidad de los hechos a investigar.
Considera que el plazo razonable de la investigación preliminar no tiene ni puede
tener un abstracto único plazo para todos los casos, traducido en un número fijo
de días, semanas o años, sino que tal razonabilidad inevitablemente debe ser esta-
blecida según las circunstancias concretas de cada caso.
En efecto, el derecho al plazo razonable no solo permite el control de aquellos pla-
zos latos y excesivos, sino también aquellos cortos, reducidos, que impiden sus-
tancias de modo debido la investigación. De ahí que la determinación del plazo
razonable no puede establecerse considerando solo el transcurso del tiempo, sino
que requiere una evaluación objetiva a partir de las circunstancias especiales que
rodean cada caso concreto” (Sala Penal Permanente. Casación N° 599-2018-
Lima, del 11 de octubre de 2018, considerandos 2.1.5-2.1.7).

433 ¿
Cuál es el plazo máximo de las diligencias preliminares en casos
complejos?
“El once de julio de dos mil trece, la Corte Suprema emitió la Casación
N° 144-2012-Lambayeque y ratificó los criterios de su decisión anterior. Precisó
que si se trataba de investigaciones complejas el plazo máximo para llevar a cabo
las diligencias preliminares serían de ocho meses, acorde con lo previsto por
artículo 342.2 del Código Procesal Penal” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 528-2018-Nacional, del 11 de octubre de 2018, considerando 8).

434 ¿
Cuál es el plazo máximo de las diligencias preliminares en casos de
criminalidad organizada?
“Aunque el artículo 5 de la Ley N° 30077 tampoco establece un plazo máximo
para las diligencias preliminares –transcribiendo en puridad la formulación del
artículo 334.2 del Código Procesal Penal–, deja a salvo la facultad del fiscal de
fijar un plazo distinto a los sesenta días, en atención a las características, grado
de complejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación.
Es obvio que la investigación en el contexto de criminalidad organizada importa,
por su propia naturaleza, una mayor inversión de tiempo y recursos para lograr
para lograr recabar los elementos necesarios para su debida investigación, ya

341
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

sea a nivel de las diligencias preliminares o de la investigación preparatoria


formalizada, que, si bien difieren en sus finalidades, cada una implica un nivel
de actuaciones destinadas a cumplir su propósito –una permite decidir sobre
la formalización de la investigación preparatoria y la otra sobre la proposición
de la acusación–.
En ese sentido resulta necesario acudir al criterio jurisprudencial adoptado por
las Casaciones N° 2-2008-Huaura y N° 144-202-Lambayeque, a fin de establecer
un marco límite de plazo de duración de las diligencias preliminares en una in-
vestigación por crimen organizado.
Toda vez que el artículo 342.2 del Código Procesal Penal, modificado por la ley
N° 30077, estableció que para el caso de investigación de delitos perpetrados por
imputados integrantes de organizaciones criminales, personas vinculadas a ella o
que actúen por encargo de la misma, el plazo de la investigación preparatoria es
de treinta y seis meses; las diligencias preliminares, en su hipótesis más extrema,
no podrán superar tal plazo.
La adopción de este criterio jurisprudencial en modo alguno implica la declara-
toria de que todos los procesos en los que se investigue la existencia de una orga-
nización criminal destinada a cometer los ilícitos previstos por el artículo 3 de la
Ley N° 30077 han de durar, necesariamente, treinta y seis meses.
En tal sentido, el Tribunal Constitucional ha señalado la importancia de conside-
rar que la existencia del plazo máximo, no resulta el único criterio determinante,
para constatar que un acto deviene en desproporcionado y arbitrario, pudiendo tor-
narse en tal, inclusive antes del cumplimiento del plazo legal” (Sala Penal Per-
manente. Casación Nº 528-2018-Nacional, del 11 de octubre de 2018, consi-
derandos 11-13).
“(…) las diligencias preliminares orientadas a establecer la ocurrencia de los
hechos y la delictuosidad de los mismos en una organización criminal (lo
que advierte una infracción de especial gravedad) requieren para sus fines un
plazo más lato y razonable, pues uno reducido o limitado impediría su ade-
cuada conclusión.
El artículo cinco de la Ley número treinta mil setenta y siete señala:
‘1. Conforme a lo dispuesto en el inciso 2 del artículo 334 del Código Procesal
Penal aprobado por el Decreto Legislativo Nº 957, el plazo de las diligen-
cias preliminares para todos los delitos vinculados a organizaciones crimina-
les es de sesenta días, pudiendo el Fiscal fijar un plazo distinto en atención
a las características, grado de complejidad y circunstancias de los hechos de
investigación”.
2. Para determinar la razonabilidad del plazo, el Juez considera, entre otros fac-
tores, la complejidad de la investigación, su grado de avance, la realización
de actos de investigación idóneos, la conducta procesal del imputado, los

342
Estructura del proceso penal común

elementos probatorios o indiciarios recabados, la magnitud y grado de desa-


rrollo de la presunta organización criminal, así como la peligrosidad y grave-
dad de los hechos vinculados a esta’.
Una interpretación sistemática de los incisos uno y dos habilita en investigacio-
nes de crimen organizado un plazo mayor para las ‘diligencias preliminares’, ello
en función de su propósito objetivo: los hechos de investigación.
Siguiendo las líneas interpretativas en las Sentencias Casatorias número dos-
dos mil ocho-La Libertad y número ciento cuarenta y cuatro-dos mil doce-
Áncash respecto a considerar como baremo el plazo máximo fijado en la in-
vestigación preparatoria; en el marco de una investigación a una organización
criminal, el plazo máximo de las diligencias preliminares no debe superar los
treinta y seis meses.
Tal plazo se justifica en atención a que una organización criminal, dada la diná-
mica de las conductas derivadas, puede requerir mayor plazo al previsto para las
indagaciones de casos comunes o complejos, presenta mayores dificultades. Se
exige una mayor inversión de recursos personales, logísticos, demanda un tiempo
superior para investigarla, procesarla y juzgarla, a diferencia de otros procesos y
es necesario potenciar la eficacia de la persecución penal y no limitar la operati-
vidad fiscal, en tanto es posible que decida técnicas especiales de investigación”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 599-2018-Lima, del 11 de octubre de
2018, considerandos 2.1.8-2.1.11).

435 ¿
El fiscal siempre debe disponer el plazo máximo de las diligencias
preliminares en los procesos por criminalidad organizada?
“Ello no significa que el plazo máximo de treinta y seis meses deba ser utilizado
en su integridad, pues en función del interés investigativo el fiscal puede optar
por un plazo menor. La disposición que dicte el fiscal debe justificar la necesidad
del plazo y la razonabilidad de las diligencias ordenadas.
El grado de discrecionalidad del que esta investido el fiscal para que lleve a cabo
su investigación debe estar precedido del principio de interdicción a la arbitra-
riedad, pues su incumplimiento legitima que el investigado acuda al juez de In-
vestigación Preparatoria instando su pronunciamiento (conforme con lo previsto
en el artículo trescientos treinta y cuatro.dos del CPP)” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 599-2018-Lima, del 11 de octubre de 2018, consideran-
dos 2.1.12-2.1.13).

436 ¿
Cómo debe proceder el fiscal para la ampliación del plazo de las
diligencias preliminares en los procesos por crimen organizado?
“Una de las características de la investigación es su progresividad, no es posible
afirmar desde su inicio que el fiscal podrá proyectarse respecto la integridad de
la diligencias investigativas que llevara a cabo, pues el abanico de posibilidades

343
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

indagativas no se advierte al iniciarse la diligencia preliminar. La estrategia fis-


cal debe decantar por usar un plazo inicial menor al de treinta y seis meses. Den-
tro de este marco temporal, es razonable su ampliación, la oportunidad será siem-
pre previa al vencimiento del plazo inicialmente fijado.
Si la ampliación de las diligencias preliminares se realiza fuera del plazo inicial-
mente fijado, origina responsabilidad disciplinaria del fiscal, conforme con el
artículo ciento cuarenta y cuatro.dos del CPP. En tal supuesto, los actos defectuo-
sos, en mérito al principio de conservación, mantienen su validez.
En el presente caso, el apartamiento del precedente casacional número ciento
treinta y cuatro-dos mil once, del trece de agosto de dos mil trece, que se denun-
cia por parte de la defensa, establece que no cabe habilitación judicial del plazo
y que al vencimiento del mismo no corresponde el amparo de solicitudes de pró-
rroga, sino continuar con el normal desarrollo de las siguientes etapas del pro-
ceso; por lo que, vencido el plazo de la investigación preliminar se ‘debe proce-
der con el requerimiento fiscal acusatorio o de sobreseimiento’ (conceptúa que
opera la caducidad).
La regla del precedente casacional es la obligatoriedad de su aplicabilidad como
sustento del derecho fundamental a la igualdad, lo que no limita su evolución ni
desarrollo progresivo en atención a que debe responder a las necesidades y valo-
res sociales. La adopción de un precedente o una línea de interpretación no pue-
den tender al inmovilismo y a la fosilización judicial, el respeto al precedente no
limita a precisas, aclarar, ampliar o corregir un entendimiento fijado como tal,
sobre todo cuando opera un cambio social o de marco normativo.
En la casación cuyo apartamiento se cuestiona, se advierten dos considerados:
 Primer considerando: afirma que mediante Sentencia Casatoria número cin-
cuenta y cuatro-dos mil nueve, del veinte de julio de dos mil diez, se estable-
ció como doctrina jurisprudencial que las actividades del fiscal relacionadas
al ejercicio de la acción penal no pueden ser sancionadas con la caducidad
del plazo previsto en la ley, pues ello importaría la vulneración de normas
constitucionales; además, el artículo ciento cuarenta y cuatro del CPP no per-
mite que se declare la caducidad de la actividad del fiscal.
 Segundo considerando: no cabe la habilitación judicial del plazo, y frente
al vencimiento del mismo no corresponde el amparo de solicitudes de
prórroga.
 Conclusión: frente al vencimiento del plazo no corresponde la prórroga sino
continuar con el normal desarrollo de las siguientes etapas del proceso; esto
es, el Ministerio Público debe proceder con el requerimiento fiscal acusato-
rio o de sobreseimiento (Sala Penal Permanente. Casación N° 599-2018-
Lima, del 11 de octubre de 2018, considerandos 2 y 3).

344
Estructura del proceso penal común

437 ¿Al culminar las diligencias preliminares qué opciones tiene el fiscal?
“Ahora bien, es verdad que la formalización y continuación de la investigación pre-
paratoria es una de las opciones tras la culminación de las diligencias prelimina-
res; sin embargo, no es la única, pues también puede: i) prolongar el plazo de las
diligencias preliminares (numeral dos del artículo trescientos treinta y cuatro del
Código Procesal Penal), ii) disponer que no procede formalizar y continuar con
la investigación preparatoria (numeral uno del artículo en mención) y iii) forma-
lizar acusación directa (numeral cuatro del artículo trescientos treinta y seis del
código adjetivo)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 66-2018-Cusco, del 15
de octubre de 2018, considerando 17).

438 ¿Cuál es el fundamento de la investigación preparatoria?


“La primera etapa procesal –investigación preparatoria– se fundamenta en la nece-
sidad de consolidación o descarte de una atribución penal, pues la noticia crimi-
nal, en la mayoría de casos, requiere de la realización de actuaciones investigati-
vas, no jurisdiccionales, a cargo del titular de la acción penal o de la policía, bajo
la dirección de aquel, a fin de determinar si existe base suficiente para calificar
la antijuricidad del hecho y la incriminación por tal evento a uno o varios sujetos
determinados” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 528-2018-Nacional, del
11 de octubre de 2018, considerando 1).

439 ¿Cuál es la finalidad de la investigación preparatoria?


“Que, la formalización de la investigación preparatoria tiene como una de sus fina-
lidades trascendentes la legitimación de los sujetos procesales, de manera que es
recién a partir de dicho acto procesal que los mismos pueden constituirse y ser
reconocidos como tales en el proceso para el efectivo ejercicio de sus pretensio-
nes, debiendo tenerse en cuenta, además, que según dispone el artículo trescien-
tos veintiuno del Código Procesal Penal, la investigación preparatoria tiene como
finalidad reunir los elementos de convicción de cargo y de descargo. (...)” (Sala
Penal Permanente. Casación N° 02-2008-La Libertad, del 3 de junio de 2008,
considerando 9).

440 ¿
En qué consiste la disposición de formalización de la investigación
preparatoria?
“La Disposición de formalización de la investigación preparatoria es la comunicación
formal que el Fiscal dirige al imputado para efectos de hacer de su conocimiento
la imputación clara y precisa de los hechos que se le atribuyen, la correspondiente
calificación jurídica específica y, por ende, que se va realizar una investigación
formalizada en su contra, posibilitándole, a través de su abogado defensor, apor-
tar los medios de investigación y de prueba que estime pertinentes. Asimismo,
este acto fiscal fija las diligencias que se actuarán en la etapa de investigación
preparatoria propiamente dicha. Es decir, que si el Ministerio Público considera

345
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

que las diligencias actuadas preliminarmente establecen la suficiencia fáctica y


probatoria del hecho y la vinculación del imputado al mismo, dispondrá la for-
malización de la Investigación Preparatoria estableciendo las diligencias que de
inmediato deban actuarse” (Salas Penales Permanente y Transitorias, Acuerdo
Plenario N° 6-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 10).

441 ¿
La disposición de formalización de la investigación preparatoria
puede ser dejada sin efecto por el juez penal?
“La disposición [de formalización de la Investigación Preparatoria] es una actua-
ción unilateral del Ministerio Público y no puede ser impugnada ni dejada sin
efecto por el Juez de la Investigación Preparatoria. Cumple una función esencial-
mente garantista: informa al imputado de manera específica y clara acerca de los
hechos atribuidos y su calificación jurídica, esto es, el contenido de la imputación
jurídico penal que se dirige en su contra. Además, ya en el proceso formalmente
iniciado, las partes pueden hacer uso de los medios de defensa técnico para evitar
un proceso en el que no se haya verificado los presupuestos esenciales de imputa-
ción” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 4-2010/
CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 18).

442 ¿
La falta de notificación oportuna de la disposición de la formaliza-
ción de la investigación que no genera indefensión a los imputados
debe producir la nulidad de todos los actuados?
“Esta falta de diligencia de del Ministerio Público en la notificación oportuna de
la disposición de formalización y continuación de la investigación preparatoria, no
puede ser invocada como causal de nulidad absoluta de la resolución impugnada
y de los actos procesales posteriores, no solo porque antes del debate de requeri-
miento de prisión preventiva se cumplió con dicha notificación, sino fundamen-
talmente no se aprecia en modo alguna, la afectación del contenido esencial de
alguno de los derechos fundamentales cuya vulneración alega los recurrentes, tal
y como lo exige el artículo 150, literal d), del Código Procesal Penal. En conse-
cuencia, la falta de notificación oportuna de la disposición de formalización de la
investigación preparatoria, lo único que evidencia es incumplimiento oportuno de
lo dispuesto en el artículo 363.3 del Código Procesal Penal que podría dar lugar a
una responsabilidad disciplinaria del representante del Ministerio Público, pero
que, en modo alguno, pueda servir para sostener una afectación al contenido esen-
cial del debido procedimiento establecido por la ley.
Tal vez, podría asistirle razón a la defensa, si a esa falta de notificación oportuna
de la disposición de formalización y continuación de la investigación preparato-
ria, hubiese generado un estado de indefensión de los imputados Acurio Tito y
Salazar Delgado; sin embargo, ello no es así porque el requerimiento de prisión
preventiva sí le fue notificado en forma oportuna y con la debida anticipación a
la realización de la audiencia de su propósito, advirtiéndose que los fundamen-
tos de hecho son exactamente los mismos que los consignados en la disposición

346
Estructura del proceso penal común

de formalización y continuación de la investigación preparatoria, detallándose


claramente los hechos precedentes [Del primer contacto entre el Colaborador
06-2017 (funcionario de ODEBRECHT) y Jorge Isaacs Acurio Tito], los hechos
concomitantes [De la reunión sostenida entre Jorge Isaacs Acurio Tito y el Cola-
borador 06-2017, del proceso de contratación, de la modalidad para el pago y la
intervención de José Francisco Zaragozá Amiel y Gustavo Fernando Salazar Del-
gado, del contrato y los pagos, de los actos de corroboración] y los hechos pos-
teriores [De la interrupción en los pagos a Jorge Isaacs Acurio Tito, del acuerdo
celebrado por la empresa ODEBRECHT con el Departamento de Justicia de los
Estados Unidos de América].
Además, tanto en el requerimiento de prisión preventiva como en la disposi-
ción que marca el inicio del proceso, se precisan en forma individualizada, las
imputaciones personales formuladas a Jorge Isaacs Acurio Tito y Gustavo Fer-
nando Salazar Delgado, por cada delito imputado, así como la calificación jurí-
dica correspondiente; además de sustentarse cómo es que estos hechos tienen rela-
ción con la existencia de una organización criminal internacional, en este caso,
la empresa ODEBRECHT, la cual a través de la denominada División de Ope-
raciones Estructuradas, efectuaba el pago de comisiones ilícitas en el marco
de las contrataciones públicas realizadas en diversos países, entre ellos, el Perú.
En consecuencia, los imputados Acurio Tito y Salazar Delgado, al haber cono-
cido los cargos que se le atribuyen de forma pormenorizada, así como la califica-
ción jurídica efectuada por el Ministerio Público, han tenido plena posibilidad de
defenderse tanto fáctica como jurídicamente, máxime si el señor Fiscal Superior
señaló en audiencia que, con fecha 17 y 18 de mayo del presente año, el imputado
Acurio Tito, tomó conocimiento de los hechos, cuando se le notificó la resolución
N° 01 con la cual se declaró fundado el allanamiento, incautación y detención pre-
liminar, así como la Disposición N° 02 de levantamiento de reserva de las inves-
tigaciones” (Sala Penal Especializada de Apelaciones de delitos de Corrupción
de Funcionarios, Colegiado A, Exp. N° 00011-2017-5-5201-JR-PE-03, Resolu-
ción N° 02, del 6 de junio de 2017, considerandos 4.2.3-4.2.5).

443 ¿
La actuación de los actos procesales debe realizarse exclusivamente a
través de la oralidad?
“[E]ste Tribunal considera que este agravio formulado por la defensa, también debe
ser desestimado, ya que, el modelo procesal penal acogido por el Código Procesal
Penal (sistema acusatorio con rasgos adversariales), no asume que la actuación de
los actos procesales se realice única y exclusivamente mediante la oralidad como
ocurre en los sistemas procesales adversarios puros, sino que admite como com-
plemento a escrituralidad. Por ello, los requerimientos que formule el Ministerio
Público ante el juez de control de la etapa de Investigación Preparatoria, se tiene
que realizar por escrito, debidamente fundamentados y con el sustento probato-
rio correspondiente. Además, no solo las medidas restrictivas de derechos, sino
también las medidas de coerción exigen requerimientos del Ministerio Público,

347
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

‘motivados y debidamente sustentados’, tal y como se desprende de los artículos


203.2, 254.1 y 255.1 del Código Procesal Penal.
La concurrencia de un juez a una sala de audiencias, con absoluto desconocimiento
de las pretensiones y fundamentos de los requerimientos de las partes, así como de
los recaudos que se acompañan, corresponden a sistemas procesales acusatorios
puros, estructurados sobre la base de jurados (jueces legos), realidad distinta a
nuestro sistema procesal penal conformado por jueces técnicos, donde no resulta
de recibo en su totalidad la mal llamada “contaminación del juez”, ni menos pre-
dicarse de esta, efectos nocivos en el principio de imparcialidad. Esto es así,
porque en nuestro modelo procesal consagrado en el Código Procesal Penal de
2004 no está vedado al juez ir en busca de la verdad, pues conforme se sostiene
en el fundamento jurídico 9 del Acuerdo Plenario N° 5-2012/ CJ-116 de fecha 29
de enero de 2013, ‘el órgano judicial debe proveer justicia y obtener la verdad,
basándose en un equilibrio entre garantías y eficacia’. La errada apreciación del
modelo procesal penal asumido en la legislación de nuestro país, ha generado en
la práctica una excesiva duración e inadecuada conducción de las audiencias, el
desvío de las alegaciones y la pérdida de una valiosa oportunidad para solicitar a
las partes aclaraciones que resultan relevantes para la toma de decisión, todo lo
cual atenta no solo contra la lógica del sistema de audiencias, sino también con-
tra el deber de los jueces de emitir resoluciones debidamente motivadas. En con-
secuencia, es deber del juez conocer cabalmente las pretensiones de las partes,
las razones que esgrimen y el sustento probatorio correspondiente, no solo porque
tiene la responsabilidad de dirigir adecuadamente las audiencias, sino también por-
que esta es el escenario natural que va a permitir al juez escuchar los argumentos
más importantes, que con la dinámica del contradictorio y la obtención de infor-
mación completa y necesaria, le permita adoptar una decisión de calidad” (Sala
Penal Especializada de Apelaciones de delitos de Corrupción de Funcionarios,
Colegiado A, Exp. N° 00011-2017-5-5201-JR-PE-03, Resolución N° 02, del 6
de junio de 2017, considerandos 4.2.7 y 4.2.8).

444 ¿
Qué criterios deben tomarse en cuenta para determinar el plazo de la
investigación preparatoria?
“Para fijar el plazo de investigación preparatoria se debe tomar en cuenta: i) Gra-
vedad y clase o naturaleza del delito imputado. ii) Características del hecho objeto
de investigación. iii) Dificultad y rigor de los actos de investigación pertinentes
y útiles para su necesario esclarecimiento. iv). Actitud del fiscal y del encausado,
esto es, diligencia del investigador y maniobras obstruccionistas del encausado;
(…)” (Acuerdo Plenario Extraordinario N° 2-2016/CIJ-116, del 1 de junio de
2016, considerando 12).

445 ¿En qué consiste la prórroga del plazo de la investigación preparatoria?


“(…) la prórroga del plazo de investigación preparatoria, tiene que ver con las
dificultades de las investigaciones como sería la demora en la realización de

348
Estructura del proceso penal común

determinado acto de investigación. La prórroga requiere de una disposición fis-


cal; es decir es un acto procesal. En ese sentido, la disposición fiscal con la que
inicia el plazo de investigación constituye un acto procesal, y el requerimiento de
prórroga del plazo de investigación, otro; pues, no es de aplicación automática ni
de oficio, sino que necesita ser postulado por el Fiscal al Juez de la investigación
preparatoria que debe someterlo a audiencia con la defensa del imputado; en con-
secuencia, son actos procesales con criterios autónomos propios desplegados por
las partes y el órgano jurisdiccional.
(…)
En consecuencia, la invocación del inciso dos del artículo trescientos cuarenta y
dos del Código Procesal Penal, conforme a la modificaciones incorporadas por la
ley número treinta mil setenta y siete, crimen organizado, vigente desde el uno de
julio de dos mil catorce, en un proceso en trámite, tiene sustento en el principio
previsto en el inciso uno del artículo VII del Título Preliminar del Código Pro-
cesal Penal que establece la aplicación inmediata de la ley que rige al tiempo de
la actuación procesal. La interpretación de este principio permite concluir que el
plazo ordinario de ocho meses primigeniamente establecido para la investigación
preparatoria no puede ser adecuado a la citada modificatoria, pues es un plazo
empezado o en giro; pero sí con la prórroga de plazo de investigación preparato-
ria, que es una institución autónoma, con su propio estatuto y que constituye un
nuevo acto procesal, por lo que no se da ningún supuesto de excepción a la apli-
cación inmediata de la ley procesal, prevista en la segunda parte del inciso uno
del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Penal, por que cuando
se solicita tal prórroga, ya estaba vigente la ley número treinta mil setenta y siete,
primero de julio de dos mil catorce, por lo que, debe ser aplicada.
(…)
En consecuencia, el requerimiento de la prórroga del plazo de investigación prepa-
ratoria, debe realizarse bajo un control judicial en audiencia donde ejerzan contra-
dicción los defensores de los imputados, de su fundamentación fáctica y jurídica
y de las actuaciones del Ministerio Público, que debe ser conforme a lo estable-
cido por las sentencias del Tribunal Constitucional indicadas en el considerando
vigésimo segundo, rubro II Fundamentos de Derecho, sustentado en la garan-
tía y el pleno respeto del derecho fundamental al debido proceso y sus diversas
manifestaciones, como es el plazo razonable” (Acuerdo Plenario Extraordinario
N° 2-2016/CIJ-116, del 1 de junio de 2016, considerandos 12, 20 y 23).

446 ¿
Cuál es la finalidad de la suspensión del plazo de prescripción de la
acción penal tras la formalización de la investigación preparatoria?
“La finalidad de la suspensión del plazo de prescripción de la acción penal, tras la
formalización de la investigación preparatoria, se justifica en permitir a los órga-
nos de investigación y justicia concluir con todo el proceso penal hasta una sen-
tencia firme o confirmada, previniendo que un hecho punible quede impune. Es

349
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

decir, esta suspensión permite al fiscal llevar a cabo las actuaciones y diligencias
en instancia fiscal que estime pertinentes, emitir la acusación correspondiente y
su control en etapa intermedia por parte del juez de investigación preparatoria,
celebrar el juicio oral respectivo por parte del juzgado unipersonal o colegiado y
la resolución de las subsecuentes impugnaciones por parte de los órganos de ins-
tancias superior” (Sala Penal Permanente. Casación N° 66-2018-Cusco, del 15
de octubre de 2018, considerando 21.1).

447 ¿
Concluida la investigación preparatoria que es lo que debe hacer el
fiscal?
“Ahora bien, con relación a estas dos posibilidades, se establece en el artículo
344, bajo la sumilla ‘Decisión del Ministerio Público’, lo siguiente: ‘1. Dispuesta
la conclusión de la Investigación Preparatoria, de conformidad con el numeral 1)
del artículo 343, el fiscal decidirá en el plazo de quince días si formula acusación,
siempre que exista base suficiente para ello, o si requiere el sobreseimiento de la
causa. 2. El sobreseimiento procede cuando: (....) d) No existe razonablemente la
posibilidad de incorporar nuevos datos a la investigación y no haya elementos de
convicción suficientes para solicitar fundadamente el enjuiciamiento del impu-
tado’” (Sala Penal Permanente. Casación N° 760-2016-La Libertad, del 20 de
marzo de 2017, considerando 14).

448 ¿Qué se entiende por elementos de convicción fiscal?


“En el Código Procesal Penal se mencionan los llamados elementos de convicción,
pero no se le da un contenido concreto, se le vincula con su suficiencia, pero no
se le dota de un contenido material. Una primera aproximación conceptual a su
contenido sería la siguiente: Por la etapa en los que son utilizados, luego de rea-
lizados los actos de investigación, durante la investigación preparatoria, los ele-
mentos de convicción son los fundamentos o las razones suficientes que tiene el
fiscal para tener la certeza o convencimiento que se puede imputar un hecho uni-
ble al imputado, como autor o partícipe y, por ende, formularle una acusación e ir
a juicio” (Sala Penal Permanente. Casación N° 760-2016-La Libertad, del 20
de marzo de 2017, considerando 15).

449 ¿
Cuáles son los elementos que pueden utilizarse para delimitar los al-
cances sobre los elementos de convicción?
“(…) Para una mayor delimitación de sus alcances pueden plantearse los siguien-
tes criterios; a) Los elementos de convicción son los que sirven de base para la for-
mulación de una acusación fiscal; b) No pueden tener la misma intensidad incri-
minatoria que la prueba, obtenible solo en juicio, pues solo genera certeza en el
fiscal que es quien sostiene sus acusación; c) Por juicio a contrario del artículo
344.2; d) Los elementos de convicción deben ser suficientes, para acusar, pues
en situación inversa solo daría lugar al sobreseimiento; e) Quienes determinan,
por regla general, la suficiencia de los elementos de convicción, son los fiscales,

350
Estructura del proceso penal común

pues son ellos los titulares de la acción penal; f) Solo cuando la insuficiencia de
elementos de convicción sea evidente o cuando no exista la posibilidad razona-
ble de incorporar al juicio, elementos de prueba –que en realidad son de convic-
ción puede instar el sobreseimiento, la defensa, o el juez decretarlo de oficio”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 760-2016-La Libertad, del 20 de marzo
de 2017, considerando 15).

450 ¿
Por qué la acusación directa debe conllevar los mismos efectos que la
formalización de la investigación?
“[S]i la suspensión de los plazos de prescripción, tras la disposición de formali-
zación de la investigación preparatoria, se fundamenta en ser esta una comunica-
ción directa entre el fiscal y el juez de investigación preparatoria tras la culmina-
ción de las diligencias preliminares; y, de otro lado, se tiene que el requerimiento
de acusación directa cumple las funciones de la disposición de la formalización
de la investigación preparatoria, entonces es acertado concluir que la acusación
directa es igualmente una comunicación directa con el juez penal y debería con-
llevar los mismos efectos que la disposición de formalización de la investigación
preparatoria” (Sala Penal Permanente. Casación N° 66-2018-Cusco, del 15 de
octubre de 2018, considerando 20).

451 ¿
Si la acusación directa cumple las mismas funciones que la formaliza-
ción de la investigación, entonces la interposición de aquella debe con-
llevar también a la suspensión de la prescripción de la acción penal?
“Asimismo, no resulta controvertido que, dentro de las disposiciones o requeri-
mientos que emite el titular de la acción penal, la disposición de formalización de
la investigación preparatoria importe un grado de relevancia menor que el reque-
rimiento de acusación (dentro de estos, a la acusación directa), toda vez que este
último resulta ser la tesis fiscal, donde este ya se encuentra convencido de la res-
ponsabilidad del imputado por existir prueba suficiente que es presentada ante juez
para su control y consecuente debate oral; mientras que en la disposición de for-
malización de la investigación preparatoria se comunica al juez de la existencia de
una investigación en la que aún se están recabando pruebas, lo que no necesaria-
mente podría concluir en una acusación, dado que también podría darse el caso de
que, al final de dicha investigación, se emita un requerimiento de sobreseimiento.
En mérito de ello, resulta igualmente coherente asumir que, si la disposición de
formalización de la investigación preparatoria tiene menor jerarquía y probanza
acreditativa que la acusación directa que ya representa la certeza de hechos y prue-
bas al titular de la acción penal, entonces no resultaría adecuado sostener que la
primera pueda suspender el plazo de la prescripción penal y no la segunda, a pesar
de haberse establecido que ambas cumplen con las mismas funciones” (Sala Penal
Permanente. Casación N° 66-2018-Cusco, del 15 de octubre de 2018, conside-
rando 21.3 y 21.4).

351
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

452 ¿
La equiparación de los efectos entra la acusación directa y la formali-
zación de la investigación en cuanto a la suspensión de la prescripción
de la acción penal respeta el principio de proporcionalidad?
“Tampoco se puede hacer caso omiso a los argumentos de la Sala Superior res-
pecto a que, si se asume que la acusación directa también debe suspender el plazo
de prescripción de la acción penal, implicaría un caso de analogía in malam par-
tem (por afectar el debido proceso del imputado) y que vulneraría el principio de
legalidad (pues no está comprendido en la norma procesal). Al respecto, resulta
necesario afrontar dicha problemática con el test de proporcionalidad, a fin de
establecer si la equiparación de efectos jurídicos que se pretende es idónea, nece-
saria y proporcional para la finalidad que se busca.
En primer lugar, debe observarse si para el caso de autos concurren derechos o
garantías constitucionales que entren en conflicto, pues, de no ser así, no resultaría
necesaria la aplicación del test. Así, resulta obvio que, al establecer que la acusa-
ción suspenda los plazos de prescripción de la acción penal al igual que la dispo-
sición de formalización de la investigación preparatoria cuando ello no se encuen-
tra expresamente previsto en la norma ni la doctrina jurisprudencial hasta ahora
desarrollada, implicaría una afectación del principio de legalidad y el debido pro-
ceso para cualquier procesado, pues, si la norma penal no señala efectos específi-
cos para el caso en mención, no resultaría adecuado hacerlos extensivos por ana-
logía; de otro lado, también se aprecia que, de respetar en estricto lo contemplado
por el Código Procesal Penal y no aceptar que la acusación directa suspenda los
plazos de prescripción, ello conllevaría una seria afectación a los derechos de las
víctimas o agraviados respecto a su tutela jurisdiccional efectiva y debido proceso.
El primer elemento constitutivo del test de proporcionalidad es el subprincipio de
idoneidad, según el cual se exige la identificación de un fin de relevancia consti-
tucional en la decisión que limitaría un derecho fundamental. Se puede apreciar,
además, que este subprincipio guarda relación con el principio de exclusiva pro-
tección de bienes jurídicos y el de lesividad. Asimismo, este subprincipio obliga
que se constate que la idoneidad de la medida tenga relación con el objetivo, es
decir, que contribuya de algún modo con la protección de otro derecho o de otro
bien jurídico relevante. De este modo, no se aprecia que la afectación a los dere-
chos del imputado atente, inicialmente, contra el núcleo esencial de alguno de sus
derechos, sino que la misma representa una intervención leve que guarda relevancia
con la finalidad que se busca proteger, para el aseguramiento de la resolución del
proceso y juzgamiento hasta su conclusión, evitar la impunidad de delitos y garan-
tizar la tutela jurisdiccional efectiva a favor de las víctimas.
En segundo lugar, se encuentra el subprincipio de necesidad, que reúne a varios de
los límites más importantes del ius puniendi, tales como el principio de exclusiva
protección de bienes jurídicos, el principio de intervención mínima y el respeto
del principio de fragmentariedad. En ese sentido, se hace necesario examinar si
para la consecución de la finalidad señalada en el considerando precedente existe

352
Estructura del proceso penal común

algún otro medio alternativo no gravoso o de menor intensidad que a la equipa-


ración planteada. Y, aunque inicialmente se pueda pensar que una alternativa
válida sería la propuesta legislativa y su debate correspondiente para su incorpo-
ración en la norma procesal, ello no resulta óptimo, dado que no existe certeza de
su pronta, eficaz y adecuada implementación, con lo cual se deja en desatención
a las víctimas y al aparato de justicia hasta la resolución de un supuesto que váli-
damente también podría no efectuarse. Por ello, se concluye que su determina-
ción como doctrina jurisprudencial por parte de este Colegiado Supremo resulta
una medida idónea al proceso.
Por último, se debe verificar el tercer subprincipio de proporcionalidad (o propor-
cionalidad en sentido estricto), que consiste en una valoración en la que se ponde-
ran los principios que resultan afectados tanto por la medida como por su corres-
pondiente derecho afectado, con los principios que justifican la intervención sobre
la base de protección de bienes jurídicos. Así, se tiene que el Tribunal Constitu-
cional ha señalado en la sentencia recaída en el Expediente número cero cero cua-
renta y cinco-dos mil cuatro-AI que:
Consiste en una comparación entre el grado de realización u optimización del fin
constitucional y la intensidad de la intervención en el derecho. La comparación
de estas dos variables ha de efectuarse según la denominada ley de ponderación:
‘Cuanto mayor es el grado de la no satisfacción o de la afectación de un princi-
pio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la satisfacción del otro’. Como se
aprecia, en la ley están presentes los dos elementos: la afectación –o no realiza-
ción de un principio– y la satisfacción –o realización del otro–. Se establece así
una relación directamente proporcional según la cual: cuanto mayor es la inten-
sidad de la intervención o afectación del derecho, tanto mayor ha de ser el grado
de realización del fin constitucional, de lo contrario la intervención no estará jus-
tificada y será inconstitucional.
De este modo, se aprecia que establecer que la acusación directa también suspen-
derá el plazo de prescripción de la acción penal, al igual que lo hace la formali-
zación de la investigación preparatoria, si bien importa una leve afectación a los
derechos del acusado, resulta significativamente menor en comparación al agra-
vio que se produciría en caso de no fijarlo así; y, dado que en la doctrina jurispru-
dencial de esta Corte Suprema se han señalado las bases que llevan a asumir dicha
posición propuesta como lógica y coherente, la decisión final a favor de ello resulta
conducente, racional y como corolario a la línea desarrollada hasta la actualidad.
En conclusión, este Colegiado Supremo se encuentra convencido de que, en vista
de que la acusación directa cumple con las mismas funciones que la formalización
de la investigación preparatoria, y que ambas representan comunicaciones direc-
tas con el juez penal, resulta adecuado y proporcional establecer que los efectos
de la prescripción que le atañe la norma procesal a la disposición de la formaliza-
ción de la investigación preparatoria también deba ser extendida para la acusación

353
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

directa” (Sala Penal Permanente. Casación N° 66-2018-Cusco, del 15 de octu-


bre de 2018, considerandos 23-29).

II. LA ETAPA INTERMEDIA

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 344, 345, 346, 347, 348, 349, 350,
351, 352, 353, 354, 355.

453 ¿Cuál es la finalidad esencial de la etapa intermedia?


“Dentro de ese contexto, la finalidad esencial de esta etapa es la delimitación de
los temas que serán debatidos en el juicio oral (los hechos y la calificación jurí-
dica) y la fijación de los elementos de convicción que podrán practicarse como
pruebas en el juicio oral, con las garantías de publicidad, oralidad, contradicción,
inmediación y concentración. Por tanto, es incorrecto invocar el artículo 349, del
Código Procesal Penal, que regula la acusación (sometida a una audiencia de con-
trol en la etapa intermedia del proceso) para justificar una variación del a califica-
ción jurídica en una audiencia de prisión preventiva que se realiza en la etapa de
investigación preparatoria, pues en esta última audiencia solo está permitido veri-
ficar si se cumplen o no los requisitos establecidos en el artículo 268 del Código
Procesal Penal (presupuestos para dictar un orden de prisión preventiva)” (Pri-
mera Sala Penal Transitoria. Casación N° 704-2015-Pasco, del 27 de noviem-
bre de 2017, considerando 28).

II.1. Sobreseimiento

454 ¿En qué consiste el sobreseimiento?


“Que entendemos por sobreseimiento a aquella figura jurídica mediante la cual el
órgano jurisdiccional que conoce un proceso da por concluida su tramitación sin
emitir una decisión final sobre el fondo del problema, no se pronuncia respecto a
si el imputado es responsable o no de las imputaciones que pesan en su contra al
haber concurrido las causales contenidas en la norma procesal –numeral dos del
articulo trescientos cuarenta y cuatro del Código Procesal Penal–; estando facul-
tado el Juez de la causa a aplicarla cuando concurre cualquiera de las causales
enumeradas (…)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 181-2011-Tumbes, del
6 de setiembre de 2012, considerando 7).

455 ¿Cuáles son las causales por las cuales procede el sobreseimiento?
“[E]l sobreseimiento es una figura procesal prevista en el numeral 2 del artículo
344 del CPP, que al ser aceptada por el Juzgador genera los efectos de cosa juzgada.
Procede cuando concluida la investigación preparatoria, se presenta los siguien-
tes supuestos: a) El hecho objeto de la causa no se realizó o no puede atribuírsele

354
Estructura del proceso penal común

al imputado; b) el hecho imputado no es típico o concurre una causa de justifica-


ción, de inculpabilidad o de no punibilidad; c) la acción penal se ha extinguido;
y, d) no existe razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la in-
vestigación y no haya elementos de convicción suficientes para solicitar funda-
damente el enjuiciamiento del imputado” (Sala de Apelaciones de la Corte Supe-
rior de Justicia de Lima, Exp. N° 162-2012-10-1826-JR-PE-01, Resolución
N° 05, del 30 de setiembre de 2013, considerando 4).

456 ¿
El juez de investigación preparatoria puede decretar de oficio el so-
breseimiento?
“[E]l Juez de la Investigación Preparatoria está facultado para decretar de ofi-
cio el sobreseimiento por una causal distinta a la que invoca el Fiscal Provincial
en su requerimiento de sobreseimiento. En efecto, si bien los artículos 345 y 346
del CPP no regulan esta facultad, el numeral 4 del artículo 352 del CPP, facultad
al Jueza decretar el sobreseimiento de oficio una vez formulada acusación. Esta
regulación no impide que en respecto al principio de legalidad y en una inter-
pretación extensiva a los derechos del imputado, pueda hacerlo cuando el Fiscal
Provincial solicite un requerimiento de sobreseimiento por las causales de orden
fáctico, cuando es evidente que se presentan las causales de orden jurídica, regu-
ladas en los literales b) y c) del mencionado artículo 344.2 del CPP.
Consideramos también, que ante el requerimiento de sobreseimiento, el imputado
puede estar conforme o no con la causal que invoca el Ministerio Público. Si no
lo está puede discrepar y argumentar al respecto, de este modo apartará elemen-
tos que el juez puede considerar cuando resuelva de oficio si estima que procede
el sobreseimiento por una causal distinta a la invocada. Por tal motivo, el auto que
declara el sobreseimiento, solo debe considerar una causal, bien por la que invo-
que el Fiscal Provincial o por la que el juez determine de oficio.
De interponerse el recurso de apelación, la Sala si se produce la doble confor-
midad fiscal, determinará cuál es la causal de sobreseimiento que corresponde”
(Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Lima. Exp. N° 162-
2012-10-1826-JR-PE-01, Resolución N° 05, del 30 de setiembre de 2013, con-
siderandos 5 y 6).

457 ¿Es correcto declarar el sobreseimiento por dos causales excluyentes?


“[N]o es correcto declarar fundado el sobreseimiento por 2 causales que son exclu-
yentes. Tampoco es correcto, que se admita que los imputados puedan solicitar un
sobreseimiento sin que medie una acusación fiscal, como ha ocurrido en el pre-
sente caso, habiéndose infringido el principio de legalidad procesal penal” (Sala
de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Lima, Exp. N° 162-2012-10-
1826-JR-PE-01, Resolución N° 05, del 30 de setiembre de 2013, considerando 6).

355
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

458 ¿
Cuáles son los criterios de formalidad que se deben cumplir al pre-
sentar oposición a la solicitud de sobreseimiento?
“El artículo ciento cuatro del Código Procesal Penal establece que las facultades
del actor civil son: deducir nulidad de actuados, ofrecer medios de investigación
y de prueba, participar en los actos de investigación y de prueba, intervenir en
juicio oral, interponer recursos impugnatorios que la Ley prevé; correspondiendo
precisar que sin perjuicio de aquellos derechos, también le son atribuidos los dere-
chos que le asiste al agraviado; así, tenemos que el articulo noventa y cinco de
la citada norma señala como derechos –entre otros– en su inciso d) impugnar el
sobreseimiento y la sentencia absolutoria.
De lo anotado precedentemente, se tiene que el numeral dos del artículo trescien-
tos cuarenta y cinco del Código Procesal Penal establece que lo sujetos procesales
–entre ellos el actor civil– podrán formular oposición a la solicitud de sobresei-
miento dentro del plazo establecido; asimismo, señala que la oposición será fun-
damentada, bajo sanción de nulidad.
La formalidad prevista para ello presenta dos fases, una escrita: ‘(...) autoriza a
las partes contrarias a formular por escrita oposición al sobreseimiento’, donde
se puede solicitar la realización de una investigación suplementaria, o que en vía
de control se eleve al superior jerárquico; y otra oral, que es la audiencia, donde
se debaten las alegaciones presentadas por escrito. Esto guarda relación con el
décimo segundo fundamento del Acuerdo Plenario 6-2009/CJ-116, que establece:
‘El procedimiento en la etapa intermedia consta de dos fases: oral y escrita. Las
distintas posibilidades que tiene el Juez de la Investigación Preparatoria frente a
la acusación fiscal, pueden concretarse luego del trámite de traslado a las demás
partes –nunca antes– (fase escrita) y de la realización de la audiencia prelimi-
nar (fase oral, que plasma la vigencia calificada de los principios de oralidad y
concentración)’.
El planteamiento inoportuno (fuera del plazo o incumpliendo la formalidad pre-
vista –primero escrita y luego oral–) o la ausencia de oposición contra el requeri-
miento de sobreseimiento, no constituye un requisito previo para la apelación de
este; más aún si el numeral 2 del artículo 345 del Código Procesal Penal establece
que los sujetos procesales ‘podrán’ formular oposición a la solicitud de sobresei-
miento; es decir, su formulación es discrecional o facultativa.
Los principios dispositivo y de trascendencia que rigen los medios impugnativos,
establecen que estos se plantean solo por sujetos procesales legitimados; es decir,
que hayan sufrido un perjuicio con la resolución que es objeto de impugnación, y
no por quienes la hubieren consentido.
Argüir falta de interés para interponer recurso de apelación al sobreseimiento por
no plantear oposición, vulneraría el derecho al recurso que le asisten a las par-
tes; el principio de legalidad, pues el artículo 420 del Código Procesal Penal no
establece la oposición como requisito de procedencia de apelación de autos –de

356
Estructura del proceso penal común

sobreseimiento– resultando una interpretación extensiva de las formalidad del


recurso prevista en el artículo 405 del citado texto legal; y el inciso 3 del artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal Penal, que establece: ‘La Ley que
coacte la libertad o el ejercicio de los derechos procesales de las personas, así
como la que limite un poder conferido a las partes o establezca sanciones proce-
sales, será interpretada restrictivamente (…)’” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 187-2016-Lima, del 23 de noviembre de 2016, considerandos 15-20).

459 ¿
Puede sobreseerse en la etapa intermedia al proceso penal cuando
existan elementos de convicción que generen dudas sobre la responsa-
bilidad del imputado?
“Finalmente, no pudiéndose sobreseer, en la etapa intermedia, un proceso penal
cuando haya elementos de convicción que generen duda, en la comisión del delito
o en la responsabilidad penal del imputado, que exige el esclarecimiento en el jui-
cio oral.
Es decir, tanto la decisión del Ministerio Público como la solicitud que puede rea-
lizar el acusado o su defensa de sobreseer la acción penal se encuentra regulada
por la misma norma adjetiva. Sin embargo el presupuesto de aplicación entre uno y
otro sujeto procesal descansa en un fundamento diferente pues por mandato cons-
titucional el Ministerio Público es el único encargado de desempeñar la acción
penal, mientras que, en contraparte, el procesado y su defensa pueden únicamente
cuestionarla ante el Juez de Investigación Preparatoria, en ese sentido, conside-
rando quien únicamente tiene, en esta etapa del proceso, fundamentalmente, como
función el control judicial y de garantías” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 760-2016-La Libertad, del 20 de marzo de 2017, considerandos 20 y 21).

460 ¿
El sobreseimiento de la causa o la absolución del imputado impide la
determinación de la imposición de la reparación civil?
“Que es de dilucidar lo relativo a la reparación civil –en cuanto derecho de la víc-
tima–, bajo el entendido de que una absolución o un sobreseimiento no necesaria-
mente importa o motiva la improcedencia de su declaración y ulterior determi-
nación. La opción normativa que admitió el artículo 12, apartado 3, del Código
Procesal Penal, no solo ratificó la diferencia entre acción penal y acción civil
–los criterios de imputación son propios, no necesariamente coincidentes, en tanto
que la acción civil es ex damno y se sigue por las reglas del Código Civil (pre-
ceptos de naturaleza civil), al tratarse incluso de un proceso civil acumulado al
penal–. Además, el sistema que aceptó el Código Procesal Penal, a diferencia del
que asumió el Código de Procedimientos Penales (accesoriedad estricta), es el de
autonomía de la acción civil en relación a la suerte de la acción penal, por lo que,
sin perjuicio de lo determinado en relación al objeto penal, corresponde al juez
decidir si se presentan los criterios de imputación propios de una conducta ilícita
que ocasionó un daño indemnizable, conforme al artículo 1969 del Código Civil.

357
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

En estas condiciones, el órgano jurisdiccional penal aun cuando sobreseyera la


causa o absolviera al imputado, mediando una pretensión civil, debe examinar,
desde las bases del Derecho Civil, si se produjo un daño indemnizable y proceder
en su consecuencia” (Sala Penal Permanente. Casación N° 1535-2017-Ayacucho,
del 26 de setiembre de 2018, considerando 3).

461 ¿
Cuáles son las posibilidades que tiene el juez frente al requerimiento
de sobreseimiento?
“El artículo trescientos cuarenta y seis del Código Procesal Penal establece que
son tres las posibilidades que tiene el Juez de Investigación Preparatoria frente al
requerimiento de sobreseimiento fiscal luego de la audiencia de control: i) Si con-
sidera fundado el requerimiento dictará auto de sobreseimiento. ii) Si no lo consi-
dera fundado, expedirá un auto elevando las actuaciones al Fiscal Superior para
que ratifique o rectifique la solicitud del Fiscal Provincial. La resolución Judicial
debe expresar las razones en las que funda su desacuerdo. iii) Si considera admi-
sible la oposición formulada [en ese sentido] por el actor civil, dispondrá la rea-
lización de una investigación suplementaria indicando el plazo y las diligencias
que el fiscal debe realizar.
Si el Fiscal Superior ratifica el requerimiento de sobreseimiento solicitado por el
Fiscal Provincial, entonces con su decisión culmina el trámite, lo que se deno-
mina doble conformidad. Sin embargo, el problema se presenta cuando es el Fis-
cal Provincial quien acusa, no obstante, se sobresee la investigación y el Fiscal
Superior está conforme con el sobreseimiento.
Al respecto, el artículo cinco del Decreto Legislativo número cero cincuenta y
dos - Ley Orgánica del Ministerio Público establece el principio de jerarquía en
la actuación fiscal: ‘(...) Siendo un cuerpo jerárquicamente organizado deben suje-
tarse a las instrucciones que pudieren impartirles sus superiores’.
En ese sentido la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de la República se
ha pronunciado en la Casación número novecientos ochenta y dos dos mil nueve-
Tacna, que: ‘por principio de unidad en la función y dependencia jerárquica que
rige en el Ministerio Público, prima el parecer del superior jerárquico’; en la Casa-
ción número cuatrocientos setenta y cinco-dos mil trece-Tacna, que: ‘uno de los
principios que se rigen en la actuación fiscal son de unidad y de jerarquía, por lo
que, al haber solicitado el Fiscal Provincial el sobreseimiento de la causa y el Fis-
cal Superior no opinó en contrario, debe mantener la opinión del primero’; y en
la Casación número cuatrocientos trece-dos mil catorce-Lambayeque, que: ‘emi-
tida una sentencia absolutoria, y leída en audiencia pública o privada, cuando el
único impugnante sea el actor civil y el Fiscal Provincial exprese su conformi-
dad con la misma, deberá verificarse si el Fiscal Superior al momento de llevarse
a cabo la audiencia de apelación reitera su conformidad con la sentencia absolu-
toria. Siendo ello así, este Supremo Tribunal considera que la Sala de Apelacio-
nes no tiene más que confirmar la absolución’.

358
Estructura del proceso penal común

Asimismo, el Tribunal Constitucional en la Sentencia número dos mil novecien-


tos veinte-dos mil doce-PHC/TC, caso Castañeda Lossio, del veintitrés de agosto
de dos mil trece, fundamento décimo primero, señala: ‘El Poder Judicial no debe
asumir qué dictámenes puede tomar en cuenta, sino que debe respetar las reglas
existentes para tal efecto en la Ley Orgánica del Ministerio Público. Esto no
importa una intromisión de un órgano constitucional respecto de otro, sino res-
petar el ordenamiento jurídico en cuanto regula el estatuto interno de los fiscales
del Ministerio Público en todos sus niveles’; de ello se colige que ante dos pos-
turas contrarias emitidas por el Fiscal Provincial y el Fiscal Superior, en sus res-
pectivos dictámenes, se debe otorgar validez a la opinión emitida por el jerárqui-
camente superior, en virtud al artículo cinco de la citada Ley Orgánica.
Ante un auto de sobreseimiento de primera instancia contrario al requerimiento de
acusación, es el requerimiento del Fiscal Superior que predomina y resulta vincu-
lante para el órgano jurisdiccional –tanto más si el Fiscal Provincial que acusó, no
apeló, aceptando tácitamente el sobreseimiento–. Del mismo modo, no es necesa-
rio la exigencia de una doble conformidad, pues en virtud al principio acusatorio
y de jerarquía en la función fiscal, prevista en el artículo cinco de la Ley Orgá-
nica del Ministerio Público, los fiscales de menor grado o rango deben sujetarse
a las instrucciones de sus superiores, pues el Ministerio Público es una institu-
ción jerárquicamente organizada.
Por lo que, el órgano jurisdiccional en respeto a la autonomía del Ministerio
Público –titular de la acción penal, encargado de perseguir el delito y probarlo,
conforme al artículo catorce de la Ley Orgánica del Ministerio Público–, debe
tener en cuenta para la continuidad del proceso el requerimiento motivado del Fis-
cal Superior a favor de la continuación de la persecución del delito, caso contrario
vulneraría el principio acusatorio, ya que una decisión por confirmar el archivo
del proceso impide la imposición de una condena, conforme lo previsto en la sen-
tencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente dos mil cinco-dos mil
seis PHC/TC, caso Umbert Sandoval; puesto que, sin acusación no hay condena”
(Sala Penal Permanente. Casación N°187-2016-Lima, del 23 de noviembre de
2016, considerandos 5-10).

462 ¿En qué casos se puede dictar una investigación suplementaria?


“La investigación suplementaria es uno de los tres supuestos a los que hace refe-
rencia el artículo 346 del C.P.P. ante el requerimiento de sobreseimiento de fis-
cal –las otras dos están referidas a la emisión de los autos de sobreseimiento o de
elevación de la causa al fiscal superior a fin de instar la acusación, según corres-
ponda al caso en concreto–.
El auto que dispone la investigación suplementaria se dicta cuando el J.I.P. con-
sidera que la investigación no está completa y faltan actuaciones indispensables
para un pronunciamiento definitivo.

359
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Al respecto el artículo 345.2 del C.P.P. señala lo siguiente: ‘Los sujetos procesa-
les podrán formular oposición a la solicitud de archivo dentro del plazo estable-
cido. La oposición, bajo sanción de inadmisiblidad, será fundamentada y podrá
solicitar la realización de actos de investigación adicionales, indicando su objeto
y los medios de investigación que considere procedentes’” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 1693-2017-Áncash, del 14 de noviembre de 2018, conside-
randos 3.1-3.3).

463 ¿
La solicitud de actuaciones adicionales de investigación es obligato-
ria o facultativa al oponerse al requerimiento de sobreseimiento?
“La solicitud de los actos de investigación a la que hace referencia el citado
artículo es facultativa. El legislador le otorgó tal facultad, que se advierte con el
término ‘podrá’, al sujeto procesal que se oponga al requerimiento de sobresei-
miento formulado por el representante del Ministerio Público; no obstante, de
conformidad con el artículo 346.5 C.P.P., si el J.I.P. considera admisible la opo-
sición planteada y dispone la realización de una investigación suplementaria, lo
hará indicando el plazo y las diligencias que el fiscal debe realizar” (Sala Penal
Permanente. Casación N° 1693-2017-Áncash, del 14 de noviembre de 2018,
considerando 3.4).

464 ¿
La facultad de solicitar actuaciones de investigación adicionales e in-
dispensables puede abarcar aquellos actos que fueron ofrecidos con
anterioridad, pero no pudieron ser realizados?
“Estos actos de investigación tienen por característica ser adicionales, no necesa-
riamente nuevos (no propuestos con anterioridad por alguno de los sujetos proce-
sales), pues de lo contrario tal precisión constaría de manera expresa en la norma,
tal como se puede advertir de los artículos 373.1 –que faculta a las partes a ofre-
cer nuevos medios de prueba, que solo se admiten aquellos que las partes hayan
tenido conocimiento con posterioridad a la audiencia de control de la acusación–
y 385.2, del C.P.P. –que hace referencia a la actuación, de oficio o pedido de parte,
de nuevos medios probatorios si en el curso del debate resultasen indispensables
o manifiestamente útiles para esclarecer la verdad–.
En ese sentido, imponer al sujeto procesal que se opone al requerimiento de sobre-
seimiento que solicite la realización de actos de investigación no propuestos con
anterioridad es una exigencia no prevista en la norma procesal, lo que podría
afectar el derecho a la prueba, la cual forma parte del derecho a la tutela proce-
sal efectiva que, entre los aspectos que recaen bajo su ámbito de protección, está
prevista la garantía que asiste a las partes (no solo al imputado) de presentar los
medios probatorios que considere pertinentes a fin de crear convicción en el juz-
gador de que sus argumentos son los correctos. Constituye un derecho básico de
los justiciables de producir la prueba relacionada con los hechos que configuran
su pretensión o su defensa.

360
Estructura del proceso penal común

En tal sentido, se debe tener presente que cuando la norma indica que la parte que
se opone al requerimiento de sobreseimiento puede solicitar la realización de ele-
mentos de convicción adicionales, no se refiere únicamente a aquellos que no se
hayan ofrecido con anterioridad, sino a todas las actuaciones indispensables que
permitan un pronunciamiento definitivo” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 1693-2017-Áncash, del 14 de noviembre de 2018, considerandos 3.5-3.7).

II.2. Acusación

465 ¿En qué consiste la acusación fiscal?


“La acusación fiscal es un acto de postulación del Ministerio Público que promueve
en régimen de monopolio en los delitos sujetos a persecución pública (artículos
159.5 de la Constitución, 1 y 92 de la Ley Orgánica del Ministerio Público –en
adelante, LOMP, 219 ACPP y 1, 60 y 344.1 NCPP)–. Mediante la acusación la
Fiscalía fundamenta y deduce la pretensión penal; esto es, la petición fundamen-
tada dirigida al órgano jurisdiccional para que imponga una sanción penal a una
persona por la comisión de un hecho punible que se afirma que ha cometido. La
Fiscalía, como se sabe, en virtud del principio de legalidad u obligatoriedad, está
obligada a acusar cuando las investigaciones ofrecen base suficiente sobre la comi-
sión del hecho punible atribuido al imputado (expresamente, artículo 344.1 NCPP).
La acusación fiscal debe cumplir determinados requisitos que condicionan su
validez, y que corresponde controlar al órgano jurisdiccional. Con independen-
cia de los presupuestos procesales, cuya ausencia impide al órgano jurisdiccional
entrar a examinar el fondo de la pretensión, la acusación fiscal debe expresar, de un
lado, la legitimación activa del fiscal como tal –cuya intervención solo es posible
en los delitos de persecución pública– y la legitimación pasiva del acusado, quien
desde el Derecho Penal debe tratarse no sólo de una persona física viva sino que
ha debido ser comprendido como imputado en la etapa de instrucción o investi-
gación preparatoria y, por ende, estar debidamente individualizado. De otro lado,
desde la perspectiva objetiva, la acusación fiscal ha de respetar acabadamente
los requisitos objetivos referidos a la causa de pedir: fundamentación fáctica y
fundamentación jurídica, y al petitum o petición de una concreta sanción penal.
Por otro lado, la acusación fiscal, ante la acumulación del proceso civil al pro-
ceso penal (artículo 92 del Código Penal, –en adelante, CP–), también importa
la introducción de la pretensión civil, basada en los daños y perjuicios generados
por la comisión de un acto ilícito. En función a su característica singular, la acu-
sación fiscal ha de señalar tanto la cantidad en que se aprecien los daños y perjui-
cios en la esfera patrimonial del perjudicado causados por el delito o la cosa que
haya de ser restituida, como la persona o personas que aparezcan responsables
–que han debido ser identificadas en una resolución judicial dictada en la etapa
de instrucción o investigación preparatoria– y el hecho en virtud del cual hubie-
ren contraído esa responsabilidad” (Salas Penales Permanente y Transitorias,

361
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Acuerdo Plenario N° 6-2009/CJ-116, del 13 de noviembre de 2009, conside-


rando 6).

466 ¿Cuáles son las características que debe tener una acusación fiscal?
“Que el artículo 349, apartado 1, literal a), del Código Procesal Penal, estatuye
lo siguiente: ‘La acusación fiscal será debidamente motivada y contendrá: (...)
b) La relación clara y precisa del hecho que se atribuye al imputado, con sus cir-
cunstancias precedentes, concomitantes y posteriores. En caso de contener varios
hechos independientes, la separación y el detalle de cada uno de ellos’.
Lo expuesto significa que la acusación ha de ser (i) expresa y en términos que no
sean absolutamente vagos e indeterminados –debe relatarse el hecho tal y como
lo vería un observador imparcial: descripción de las circunstancias de tiempo,
lugar y modo, desde una perspectiva concreta y según las posibilidades del caso–.
Además, la acusación ha de ser (ii) precisa –determinada o específica, con niveles
razonables de concreción– y clara –comprensible– respecto del hecho y del delito
por el que se formule. La acusación fiscal debe formularse en términos que per-
mitan al acusado saber a qué atenerse y diseñar su estrategia defensiva.
En esta misma perspectiva, (iii) cuando se trata de varios imputados, la acusa-
ción fiscal debe indicar, en cuanto sea posible, cuál fue el papel desempeñado por
cada uno de ellos. Aunque, por lo demás, es de tener presente, como indica Llo-
bet Rodríguez, que con frecuencia ello no es posible y lo que procede únicamente
es hacer referencia a la realización conjunta del hecho delictivo por ellos, lo que
carece de un carácter esencial cuando se les atribuye los hechos a los imputados
en carácter de coautores [Código Procesal comentado, 6ª edición, Editorial Jurí-
dica Continental, San José, 2017, p. 471]” (Sala Penal Permanente, Recurso de
Casación N° 247-2018-Áncash, del 15 de noviembre de 2018, considerando 2).
“En virtud del mencionado principio, la jurisprudencia Constitucional ha señalado
como ‘(...) ineludible exigencia que la acusación ha de ser cierta, no implícita, sino
precisa, clara y expresa; con una descripción suficiente detallada de los hechos
considerados punibles que se imputan y del material probatorio en que se funda-
menta (...)’, según el cual ‘al momento de calificar la denuncia será necesario, por
mandato directo e imperativo de la norma procesa citada, controlar la corrección
jurídica del juicio e imputación propuesto por el fiscal, esto es, la imputación de
un delito debe partir de una consideración acerca del supuesto aporte delictivo de
todos y cada uno de los imputados (…)’.
La imputación que se alude, supone la atribución de un hecho punible, fundado en
el factum correspondiente, así como en la Legis atinente y sostenido en la prueba,
presupuestos que deban ser inescrupulosamente verificados por el órgano juris-
diccional que ejerciendo la facultad de control debe exigir que la labor fiscal sea
cabal, que la presentación de los cargos, sea puntual y exhaustiva, que permita
desarrollar juicios razonables.

362
Estructura del proceso penal común

No es suficiente la simple enunciación de los supuestos de hecho contenidos


en las normas penales; estos deben tener su correlato factico concreto, debida-
mente diferenciado y limitado respecto de cada uno de los encausados, tanto más
cuando se trata de delitos de infracción de deber, donde las conductas están ínti-
mamente vinculadas al cargo que desempeñan y la función que les es confiada”
(Sala Penal Permanente. R.N. N° 956-2011-Ucayali, del 21 de marzo de 2012,
considerandos 3-5).
“Siendo esto así, resulta conforme al derecho de todo ciudadano reconocido por
la Constitución Política del Estado la exigencia, para que la acusación sea cierta,
no implícita sino precisa, clara y expresa, es decir todo auto de ampliación ha de
contener en la motivación una descripción suficientemente detallada de los hechos
nuevos considerados punibles que se imputan y del material probatorio o de los
indicios que justifican tal decisión” (STC. Exp. N° 5325-2006-PHC/TC-Puno,
del 29 de agosto de 2006, f. j. 9).
“Los artículos 225 ACPP, 349 NCPP y 92.4 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público identifican el contenido de la acusación fiscal y condicionan su eficacia
procesal. La característica común de las normas citadas, desde una perspectiva
subjetiva, es la necesidad de una identificación exhaustiva del imputado, quien
ha de haber ser sido comprendido como tal mediante una acto de imputación en
sede de investigación preparatoria o instrucción –fiscal o judicial, según se trate
del NCPP o del ACPP, respectivamente–. Desde la perspectiva objetiva, la acusa-
ción debe mencionar acabadamente la fundamentación fáctica, indicar con todo
rigor el título de condena y concretar una petición determinada, así como el ofre-
cimiento de medios de prueba.
Formalmente, además de su carácter escrito, la acusación debe describir de modo
preciso, concreto y claro los hechos atribuidos al imputado o a la persona a la que
se la atribuye responsabilidad civil, con mención fundamentada del resultado de
las investigaciones. Desde el Derecho Penal, los hechos que la fundamentan deben
ser los que fluyen de la etapa de investigación preparatoria o instrucción. Se exige
una relación circunstanciada, temporal y espacial, de las acciones u omisiones
dolosas o culposas penadas por la ley, que han de constituir el objeto del juicio
oral. Esta descripción ha de incluir, por su necesaria relevancia jurídico-penal, las
circunstancias modificativas de la responsabilidad penal.
La acusación debe incluir un título de imputación determinado, es decir, una cali-
ficación, siempre provisional, del hecho punible objeto de investigación preparato-
ria o instrucción. Este comprende la precisión de los elementos legales del hecho
punible, la indicación de la ley penal correspondiente con las normas que corres-
pondan, referidas a la tipicidad objetiva y subjetiva, al grado del delito, a la forma
de autoría o de participación.
Lo expuesto en el auto de apertura de instrucción o en la disposición de formali-
zación y continuación de la investigación preparatoria –según se trate del ACPP

363
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

o del NCPP, respectivamente–, respecto del fundamento jurídico, tiene un carác-


ter relativo: lo que interesa, sin perjuicio de la identificación del imputado, es la
definición de los hechos que han sido objeto de investigación, y que no se altere
la actividad: identidad, por lo menos parcial, de los actos de ejecución delictiva
y la homogeneidad del bien jurídico tutelado. Lo expuesto no hace sino ratifi-
car que ambas decisiones –judicial una y fiscal otra– determinan la legitimación
pasiva y se convierten en el requisito previo de la acusación, con lo que evitan
las acusaciones sorpresivas y robustecen el derecho de todo ciudadano al conoci-
miento previo de la acusación; derecho último, que integra la garantía de defensa
procesal, y que no implica convertir el auto de apertura de instrucción o la dis-
posición de formalización y continuación de la investigación preparatoria en un
escrito de acusación.
Una regla expresa sobre esa vinculación relativa del fundamento jurídico de la
causa de pedir se encuentra en el artículo 349.2 NCPP, que incluso autoriza un
cambio en la calificación jurídica, siempre –claro está– con pleno respeto del prin-
cipio acusatorio, que exige en este nivel, de un lado, identidad esencial –es decir,
total o parcial– entre los hechos de ejecución delictiva investigados y acusados, y,
de otro lado, respeto de la homogeneidad del bien jurídico protegido por el orde-
namiento sustantivo. En tanto se trata de un acto de postulación, que es objeto de
conocimiento del acusado y respecto del cual se iniciará el juicio oral, no es de
recibo sostener que tal proceder del fiscal vulnera el principio de contradicción o
lesiona la garantía de defensa procesal.
Como todo acto postulatorio, más aún cuando constituye la base y el límite del
juicio oral, la acusación fiscal, en cuanto debe cumplir determinados requisi-
tos subjetivos y objetivos legalmente previstos, está sujeta al control jurisdic-
cional, incluso de oficio, imprescindible para evitar nulidad de actuaciones. El
marco del control, sin embargo, solo debe incidir en aquellos aspectos circuns-
criptos a los juicios de admisibilidad y procedencia, sin que sea dable realizar
análisis probatorio alguno ni emitir pronunciamientos sobre el fondo, salvo ex-
presa autorización legal y en la medida de que no genere indefensión material
en perjuicio del acusador.
El control, como corresponde, debe realizarse sin mengua del principio de contra-
dicción y de la garantía de tutela jurisdiccional. En consecuencia, interpretando en
clave constitucional el artículo 229 ACPP, será menester que previamente a la cali-
ficación judicial de la acusación fiscal se corra traslado por un plazo judicial –defi-
nido en función a las características y complejidad de la causa– a las demás partes.
Vencido el plazo establecido, con la contestación o no de las partes, el órgano
jurisdiccional analizará, en primer lugar, el cumplimiento de los requisitos lega-
les de la acusación. Es decir, si ha cumplido con lo dispuesto en el artículo 225
ACPP. El Fiscal ha de desarrollar en su escrito de acusación los extremos seña-
lados en el párrafo 7. Su ausencia y, en especial, cuando el Tribunal entendiera,
indistintamente, (i) que el petitorio o petitum sea incompleto o impreciso, (ii) que

364
Estructura del proceso penal común

el fundamento de hecho o relato de los hechos fuere insuficiente –no circuns-


tanciado–, vago, oscuro o desordenado, o (iii) que la tipificación no se defina en
debida forma ni mencione el conjunto de circunstancias de la responsabilidad penal
necesarias para la debida individualización, fáctica y jurídica del hecho acusado,
deberá devolver mediante resolución motivada e irrecurrible –tal decisión no está
prevista en el artículo 292 ACPP– las actuaciones al Fiscal acusador para que se
pronuncie sobre el particular y, en su mérito, proceda a subsanar –si correspon-
diere– las observaciones resaltadas judicialmente.
El alcance del control de la acusación también puede comprender aquellos ámbi-
tos o instituciones procesales que el ACPP autoriza al juez su control o ejercicio
de oficio.
Se trata de los presupuestos procesales, referidas al órgano jurisdiccional –la juris-
dicción y competencia penales– y a la causa –excepciones procesales–. Desde
luego, el órgano jurisdiccional puede instar de oficio el trámite para su decisión,
pero antes debe conceder a las partes la oportunidad para que se pronuncien al
respecto. Resolver de oficio no significa hacerlo sorpresivamente, sino propiciar
judicialmente su discusión para su ulterior decisión.
Toda otra intervención del Tribunal que limite el ejercicio de la acusación e impida
el inicio del juicio oral, en función a las características limitadas de la etapa inter-
media en el ACPP, no está legalmente permitida” (Salas Penales Permanente y
Transitorias. Acuerdo Plenario N° 6-2009/CJ-116, del 13 de noviembre de 2009,
considerandos 7-11).

467 ¿El requerimiento acusatorio debe encontrarse debidamente motivado?


“Una de los avances del nuevo sistema procesal penal, es el hecho que la acusa-
ción formulada por el fiscal, para ir a juicio, está sujeta a un control por las par-
tes, en una audiencia preliminar. En el nuevo sistema entonces, se establece una
valla que los fiscales, como titulares de la acción penal deben superar. La cues-
tión que debe esclarecerse es, cuál es el alcance de dicho control, y qué grado de
injerencia tienen las partes para controlarla.
(...) se establece que la acusación será debidamente motivada. De esta manera,
los fiscales al igual que los jueces deben fundamentar suficientemente, de manera
lógica e integral su pretensión persecutoria. Con el nuevo sistema procesal penal
ya no es más posible que los fiscales presenten acusaciones incompletas, enreve-
sadas, ilógicas o contradictorias, deben satisfacer un mínimo estándar de suficien-
cia que permita a la defensa preparar su teoría del caso, en juicio.
Pero, además la acusación fiscal debe contar con un conjunto de requisitos fati-
cos y jurídicos que son mencionados de manera taxativa e independiente, uno de
los cuales son los elementos de convicción” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 760-2016-La Libertad, del 20 de marzo de 2017, considerando 16).

365
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

468 ¿Cuáles son los controles a los que debe someterse la acusación fiscal?
“El control sustancial de la acusación está en función al mérito mismo del acto
postulatorio del Fiscal. Negar la validez de la acusación y la consecuente proce-
dencia del juicio oral –con independencia de la aplicación de un criterio de opor-
tunidad, circunscripto a los supuestos del artículo 2 NCPP, y de la deducción de
excepciones solo es posible si se presentan los requisitos que permiten el sobre-
seimiento de la causa, los que están taxativamente contemplados en el artículo
344.2 NCPP–. Este control, por imperio del artículo 352.4 NCPP, puede ser reali-
zado de oficio. Al Juez de la Investigación Preparatoria le corresponde decretarla,
cuando la presencia de los requisitos del sobreseimiento es patente o palmaria, no
sin antes instar el pronunciamiento de las partes sobre el particular.
Por la propia naturaleza de ambos controles: formal y sustancial, no es posible
ejercerlos conjuntamente, sino sucesivamente. El control formal es previo a toda
posibilidad de análisis de mérito de la acusación. Es así que el artículo 352.2 NCPP
precisa que si se advierten defectos que importan el incumplimiento de los requi-
sitos establecidos en el artículo 349.1 NCPP –en una discusión que debe prece-
der al análisis de los demás aspectos que deben tratarse en la audiencia prelimi-
nar– lo pertinente es suspender la audiencia para su debida subsanación, luego
de lo cual debe reanudarse. La decisión de formular observaciones a la acusación
es una causal de suspensión de la audiencia, que será del caso instar sólo cuando
el defecto detectado requiera de un nuevo análisis del Ministerio Público. De no
corresponder la suspensión, siempre será del caso decidirla y proseguir con la
audiencia para dar paso a la discusión de las demás observaciones.
El control sustancial tiene lugar en un momento procesal distinto, luego de la subsa-
nación de las observaciones de la acusación fiscal. Esta comprende el examen de
la concurrencia de cinco elementos necesarios para la viabilidad de la acusación
respecto de los cargos objeto de investigación: elemento fáctico, elemento jurí-
dico, elemento personal, presupuestos procesales vinculados a la vigencia de la
acción penal y elementos de convicción suficientes (artículo 344.1 NCPP)” (Salas
Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N° 6-2009/CJ-116, del
13 de noviembre de 2009, considerandos 14 y 15).

469 ¿El relato fáctico de la acusación fiscal debe ser exhaustivo?


“[C]abe puntualizar que el apartado fáctico de la acusación fiscal, si bien debe ser
completo – incluir todos los elementos fácticos que integran el tipo delictivo y las
circunstancias que influyen sobre la responsabilidad del causado y específico–
debe permitir conocer cuáles son las acciones que se consideran delictivas– pero
no exhaustivo. Así, no se requiere un relato minucioso y detallado, o pormenori-
zado, ni la incorporación ineludible al texto del escrito de elementos fácticos que
obren en las diligencias de investigación, y a los que la acusación se refiere con
suficiente claridad (véase: Sentencia del Tribunal Supremo de España de fecha seis

366
Estructura del proceso penal común

de abril de mil novecientos noventa y cinco) (Sala Penal Permanente, Recurso de


Casación N° 247-2018-Áncash, del 15 de noviembre de 2018, considerando 2).

470 ¿
Qué presupuestos debe verificar el órgano jurisdiccional para con-
trolar la suficiencia de la imputación formulada por el fiscal?
“[N]uestro Tribunal Constitucional (Sentencia recaída en el expediente Nº 4989-
2006-PHC/TC) la importancia del principio de imputación necesaria antes citado
y su reconocimiento como garantía constitucional al referir que resulta ‘(…) inelu-
dible exigencia que la acusación ha de ser cierta, no implícita, sino precisa, clara
y expresa; con una descripción suficiente, detallada de los hechos considerados
punibles que se imputan y del material probatorio en que se fundamenta (…)’;
por lo que, ‘(…) al momento de calificar la denuncia será necesario, por mandato
directo e imperativo de la norma procesal citada, controlar la corrección jurídica
del juicio de imputación propuesto por el fiscal, esto es, la imputación de delito
debe partir de una consideración acerca del supuesto aporte delictivo de todos y
cada uno de los imputados’.
Asimismo, esta Corte Suprema estableció como precedente vinculante que: ‘La
imputación que se alude, supone la atribución de un hecho punible, fundado en
el factum correspondiente, así como en la legis atinente y sostenido en la prueba,
presupuestos que deben ser inescrupulosamente verificados por el órgano juris-
diccional que ejerciendo la facultad de control debe exigir que la labor fiscal sea
cabal, que la presentación de los cargos sea puntual y exhaustiva, que permita
desarrollar juicios razonables’. Por lo que ‘[n]o es suficiente la simple enunciación
de los supuestos de hecho contenidos en las normas penales; estos deben tener su
correlato fáctico concreto, debidamente diferenciado y limitado respecto de cada
uno de los encausados (…)’” (Primera Sala Penal Transitoria. Rev. Sentencia
NCPP Nº 312-2015-Lambayeque, del 13 de marzo de 2017, considerandos 4 y 5).

471 ¿
Cuál es el momento procesal adecuado para cuestionar un defecto
formal de la acusación?
“Que es de resaltar que el momento procesal para cuestionar un defecto formal
de la acusación es la etapa intermedia, por lo que si no se observa tal situación en
dicho procedimiento precluye la posibilidad de intentarlo cerrada esa fase proce-
sal [véase, al respecto, los artículos 350, apartado 1, literal a), y 352, apartado 2,
del Código Procesal Penal]. Una decisión ulterior, en dirección distinta, importa-
ría una clara afectación al debido proceso, al principio de eficacia de la serie pro-
cedimental. El principio de preclusividad ‘(...) exige que cada acto o actividad pro-
cesal se realice dentro de la fase o período que tenga asignado [… está] dirigido
a ordenar las actuaciones que se produce en el proceso y [que] veda considerar
cuestiones suscitadas fuera del momento y cause procesal oportunos (...)’ (Sen-
tencia del Tribunal Supremo de España, Sala Primera, rec. Número 1146/2000,
de veintiocho de junio de dos mil diez).

367
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Además, el defecto formal de la acusación se erige en un presupuesto o impedi-


mento procesal, vinculado al objeto del proceso. Como tal, en todo caso, deter-
mina la nulidad de actuaciones y la retroacción de las mismas. Dice al respecto
Klaus Volk: ‘Una acusación eficaz es un presupuesto procesal. Una acusación es
ineficaz solamente si fracasa su función de delimitación (...). Los defectos pro-
cesales, en principio, no conducen a que el proceso debe terminar con un sobre-
seimiento (...). Ellos son subsanables durante el proceso’ [Curso fundamental de
derecho procesal penal. Editorial Hammurabi, Buenos Aires, 2016, pp. 214-215].
En esta perspectiva de subsanación, incluso, el órgano jurisdiccional no puede ser
ajeno y está en la obligación de advertir los defectos y exigir su subsanación –es
de tener presente que todo presupuesto e impedimento procesal es controlable de
oficio–” (Sala Penal Permanente, Recurso de Casación N° 247-2018-Áncash,
del 15 de noviembre de 2018, considerando 4).

472 ¿
Un defecto procedimental ocasiona que el Ministerio Público pierda
la posibilidad de perseguir el delito?
“Que el Tribunal Superior ratificó la sentencia de primera instancia. Sostuvo que
se afectó el denominado ‘principio de imputación necesaria’. A partir de esta con-
clusión afirmó que las circunstancias introducidas por el fiscal no pueden ser admi-
tidas para determinar la responsabilidad de los acusados. Incluso, apuntó que la
valoración de la prueba fue correcta jurídicamente.
Ya se ha indicado que tal infracción no ha sucedido. Pero, además, es de rigor
puntualizar si tal defecto determinaría una sentencia absolutoria. Cabe enfatizar,
desde ya, como ya se notó, que un defecto procedimental, se subsana; no puede
estimarse que, por tal defecto, el Ministerio Público perdió la posibilidad de per-
seguir un delito (pérdida de la pretensión punitiva). Un impedimento procesal
no está pensado como sanción” (Sala Penal Permanente, Recurso de Casación
N° 247-2018-Áncash, del 15 de noviembre de 2018, considerando 5).

473 ¿
Cuáles son las funciones que cumple el requerimiento acusatorio en
el procedimiento de acusación directa?
“Conforme a lo expuesto el requerimiento acusatorio, en el procedimiento de acu-
sación directa, cumple las funciones de la disposición de la formalización de la in-
vestigación preparatoria en la etapa de investigación. Es decir: (i) individualiza al
imputado y señala los datos que sirven para identificarlo; (ii) satisface el principio
de imputación necesaria describiendo de forma clara y precisa el hecho que se le
atribuye al imputado, con sus circunstancias precedentes, concomitantes y pos-
teriores, y la correspondiente tipificación; (iii) establece la suficiencia probatoria
señalando los elementos de convicción que fundamentan el requerimiento acusa-
torio; (iv) determina la cuantía de la pena que se solicita y fija la reparación civil
cuando no hay actor civil; y (v) ofrece los medios de prueba para su actuación
en la audiencia” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario
N° 6-2010/CJ-116, del 16 de noviembre de 2010, considerando 12).

368
Estructura del proceso penal común

III. EL JUICIO ORAL

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 356, 357, 358, 359, 360, 361, 362,
363, 364, 365, 367, 368, 369, 371, 372, 373, 374, 375, 376, 377, 378, 379,
380, 381, 382, 383, 384, 385, 386, 387, 388, 389, 390, 391.

474 ¿Qué principios rigen la etapa del juicio oral?


“El primer inciso del artículo 356 del Código Procesal Penal determina los prin-
cipios que regula y se activan en el desarrollo del juicio oral, señalando que ‘(…)
rigen especialmente la oralidad, la publicidad, la inmediación y la contradicción
de la actuación probatoria’, advirtiéndose que su inobservancia acarrea la infrac-
ción de la garantía constitucional del debido proceso. Asimismo, los incisos pri-
mero y segundo del artículo 359 del citado Código regulan y garantizan la pre-
sencia del Juzgador y de las partes en el desarrollo del juicio oral, precisándose
que la actuación probatoria (de cargo o descargo) deberá desarrollarse en presen-
cia del juzgador de instancia que emitirá la sentencia respectiva, salvaguardán-
dose así la vigencia del principio de inmediación.
De esta manera, se aprecia que el principio de inmediación se presenta en todos
los periodos de la etapa del juicio oral, esto es, periodo inicial (actos prelimina-
res del juicio y alegatos de apertura), periodo probatorio (declaración del acu-
sado y testigos, examen del perito, exhibición y debate de la prueba material, y
examen de la prueba documental y documentada, entre otros), periodo de alega-
tos (posición de las partes) y periodo decisorio (deliberación y sentencia), pues el
juzgador está en constante y estrecha vinculación con la actuación de la prueba,
excluyéndose así toda intermediación fútil que pueda generar una indebida valo-
ración de la prueba. Así, se aprecia que el principio de inmediación, en conexión
con la regla de la sana crítica, influye en la deliberación de la causa, pues el juz-
gador luego de presenciar la actuación probatoria (la formación de la prueba), la
valora y se genera convicción respecto a los hechos litigiosos, precisándose que
dicha convicción atiende, además, a los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicos, conforme lo exige el segundo inciso
del artículo 393 del Código Procesal Penal” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 636-2014-Arequipa, del 3 de febrero de 2016, considerandos 2.3.1 y 2.3.2).

475 ¿El Código Procesal Penal de 2004 qué tipos de sentencias prevé?
“Las sentencias que prevé el Código Procesal Penal son las de fondo, que agotan
el objeto procesal - sentencias absolutorias y sentencias condenatorias (artículos
398 y 399 del Código Procesal Penal). No se admiten sentencias procesales que
clausuren el proceso o la instancia tras el juicio oral. Ello solo corresponderá en
sede superior o suprema, mediante los respectivos recursos, y tendrá efectos mera-
mente anulatorios y de retroacción de actuaciones, salvo, claro está, cuando se
trate de supuestos de extinción de la acción penal (artículo 78 del Código Penal),
en que el archivo del proceso es inevitable y declarable de oficio incluso por

369
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

el juez de primera instancia” (Sala Penal Permanente, Recurso de Casación


N° 247-2018-Áncash, del 15 de noviembre de 2018, considerando 5).

476 ¿Cuáles son los motivos legales para dictar una sentencia absolutoria?
“El artículo 398 del Código Procesal Penal fija los motivos legales para dictar una
sentencia absolutoria: (i) si el hecho imputado no existió; (ii) si el hecho declarado
probado tras el juicio oral no constituye delito; (iii) si, probado el hecho punible,
el imputado no lo cometió; (iv) si los medios de prueba son insuficientes para una
condena o si subsiste la duda; y, (v) si se probó una causal de exención de respon-
sabilidad penal. Se trata, como se puede apreciar, de razones de mérito o de fondo
desde la apreciación de los medios de prueba y desde la relación o subsunción
de los hechos establecidos con la ley penal material (interpretación y aplicación
de la misma), que incluso pueden incorporar otros motivos, pero siempre vincu-
lados al Derecho Penal material” (Sala Penal Permanente, Recurso de Casación
N° 247-2018-Áncash, del 15 de noviembre de 2018, considerando 5).

477 ¿Qué aspecto comprende una sentencia condenatoria?


“La sentencia condenatoria comprende dos aspectos fácilmente distinguibles, pues
la parte penal, viene a contener la reacción punitiva, que puede consistir en una
pena privativa de libertad o una pena limitativa de derecho, cuya incumbencia
es solo del Estado, que se materializa en actos concretos de jurisdicción penal; y
la otra hace referencia a la condena civil, al monto pecuniarios que el juzgado ha
fijado como concepto de ‘Reparación civil’”. (Juzgado Supremo de Instrucción
de la Corte Suprema. Ejecución de Sentencia N° 00011-2001-0-5001-SU-PE-
01, del 15 de octubre de 2018, considerando 4).

478 ¿
Cuál es el plazo prescriptorio de la acción civil derivada de una sen-
tencia consentida o ejecutoriada?
“Esta judicatura ha señalado que la reparación civil emanada de un hecho delic-
tivo constituye una responsabilidad extracontractual, con el plazo prescriptorio
autónomo e independiente de la acción penal de dos años conforme el inciso 4
del artículo 2001 del Código Civil. N este punto, es menester indicar el artículo
100 del Código Penal, el mismo que dispone: ‘La acción civil derivada del hecho
punible no se extingue mientras subsista la acción penal’, es decir, la acción civil
resarcitoria se mantendrá vigente más allá de dicho plazo, pues la prescripción
se encuentra interrumpida siempre que la acción penal no se haya extinguido.
Ahora bien, si la reparación civil proviene de una sentencia consentida o ejecuto-
riada, esta situación nos sitúa automáticamente ene le inciso 1 del artículo 2001
del Código Civil, pues estamos frente a una obligación nacida a partir de una eje-
cutoria y cuyo plazo de prescripción es de 10 años” (Juzgado Supremo de Ins-
trucción de la Corte Suprema. Ejecución de Sentencia N° 00011-2001-0-5001-
SU-PE-01, del 15 de octubre de 2018, considerando 5).

370
Estructura del proceso penal común

479 ¿
Cuándo es posible citar a juicio oral sin tomar en consideración el
intervalo estipulado en el artículo 355 del CPP de 2004?
“Que una vez que el Tribunal de Primera Instancia fue notificado de la sentencia
de hábeas corpus que amparaba la pretensión anulatoria de la defensa del encau-
sado Lau Lau, en la última sesión de la primera audiencia declaró interrumpido el
enjuiciamiento y, en ese mismo acto, fijó como nueva fecha para el juicio oral al
día siguiente, doce de enero de dos mil diecisiete, ocasión en que efecto se instaló
la audiencia, que dio lugar a la sentencia de primera instancia y, tras el recurso de
apelación, a la sentencia de vista impugnada en casación.
Que la defensa cuestionó la nueva fecha fijada para el inicio de la audiencia por-
que, a su juicio, se vulneró el artículo 355, apartado 1), del Código Procesal Penal.
Apuntó que ni siquiera se fijó la audiencia un plazo de setenta y dos horas, que
sería el mínimo para la notificación.
El citado precepto procesal señala que el Juzgado Penal competente: ‘(...) dictará
el auto de citación a juicio (...). La fecha (de la realización del juicio oral) será la
más próxima posible, con un intervalo no menor de diez (10) días.
Que, empero, la indicada disposición legal, sin embargo, debe interpretarse en fun-
ción a las actuaciones precedentes, al curso global y concreto del procedimiento.
Si por primera vez llega el procesal Tribunal competente que estipula el precepto
debe respetarse cumplidamente, en función al derecho a un tiempo razonable que
tienen las partes procesales para preparar su defensa en orden al inicio del deno-
minado ‘procedimiento principal’: el juicio oral. Pero si la causa, como en el pre-
sente caso, tuvo en sede de juicio oral varias sesiones previas –más de quince– y no
se advertían cambios en el escenario procesal –la interrupción del procedimiento
del juicio oral obedeció a factores temporales e incidencias del enjuiciamiento sin
relación siquiera con un cambio fáctico o del escenario probatorio– resulta intras-
cendente que la nueva fecha para el acto oral se señala inmediatamente. Con tal
decisión no se afectó el entorno jurídico de las partes; además, la causa siguió sin
que, por este motivo, se altere su continuidad y regularidad procesal.
Este motivo, por consiguiente, no puede prosperar’” (Sala Penal Permanente.
Casación Nº 317-2018-Ica, del 25 de octubre de 2018, considerandos 1-3).

480 ¿
En orden a la fundamentación fáctica qué es lo que se debe exponer
en la acusación?
“Que el Código Procesal Penal, desde el principio acusatorio, impone al Minis-
terio Público la determinación del objeto procesal.
1. Desde una perspectiva provisional, la acusación escrita define la pretensión penal.
Su contenido está determinado por el artículo 349 del Código Procesal Penal. Al
respecto, es relevante destacar lo siguiente: A. En orden a la fundamentación fác-
tica, la acusación debe exponer (i) la relación clara y precisa del hecho –el relato

371
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

fáctico ha de ser completo, claro y específico (no se acepta una acusación formu-
lada en términos absolutamente vagos e indeterminados, debe incluirse todos los
elementos que integran el tipo delictivo sancionado y las acciones que se consi-
deran delictivas: STSE 285/2015, de catorce de mayo), aunque no necesariamente
exhaustivo–, con sus circunstancias precedentes, concomitantes y posteriores
–circunstancias que repercutan sobre la responsabilidad del acusado–; (ii) la
participación que se atribuya al imputado –es la delimitación subjetiva–; y,
(iii) la relación de las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal
que concurran. B. En orden a la fundamentación jurídico penal, la acusación
debe indicar el artículo de la Ley penal que tipifique el hecho, esto es, el marco
jurídico del hecho (tipo penal, grado de ejecución, título de intervención delic-
tiva y circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal). La acusación
tiene que formularse en términos que permitan al acusado saber a qué atenerse
y diseñar su estrategia defensiva (ATSE 123/2014, de veintisiete de marzo)”
(Sala Penal Permanente. Casación Nº 317-2018-Ica, del 25 de octubre de
2018, considerando 4).

481 ¿
Cuáles son las alternativas que tiene el fiscal en el juicio oral si
pretende modificar su acusación escrita?
“Como provisional que es esta acusación escrita, puede sufrir modificaciones,
siempre en el curso del juicio oral –recuérdese que en el periodo inicial del jui-
cio oral, el Fiscal, respecto de la acusación escrita, aprobada judicialmente me-
diante el auto de enjuiciamiento, solo puede exponer ‘(...) resumidamente los
hechos objeto de la acusación, la calificación jurídica y las pruebas que ofreció
y fueron admitidas’ (artículo 371, apartado 2, del Código Procesal Penal) –no
puede, por respeto al valor seguridad jurídica y al conocimiento previo de los
cargos, formular cambio alguno en la acusación escrita–. En efecto, el Fiscal
tiene tres alternativas: A. Durante el juicio oral, introducir un escrito de acusa-
ción complementaria para ampliar dicha acusación –ampliación que está sujeta
a que se incluya un hecho nuevo o una nueva circunstancia no mencionada en
la acusación escrita, que modifica la calificación legal o integra un delito conti-
nuado–. B. En el paso de alegato oral del período decisorio del juicio, formular
una acusación oral adecuada, referida al petitum: aumento o disminución de la
pena o de la reparación civil requerida en la acusación escrita porque advierte
un mayor contenido de injusto o culpabilidad por el hecho o porque el daño se
elevó o disminuyó en atención al material probatorio ejecutado en el acto oral
(artículo 387, apartado 2, del Código Procesal Penal). C. En el paso de alegato
oral del periodo decisorio del juicio, formular una acusación oral corregida, para
subsanar simples errores materiales o para incluir alguna circunstancia genérica
no contemplada –que, por cierto, no provoque indefensión y, sin que sea con-
siderada una acusación complementaria– (artículo 387, apartado 3, del Código
Procesal Penal)” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 317-2018-Ica, del 25
de octubre de 2018, considerando 4).

372
Estructura del proceso penal común

482 ¿
El órgano jurisdiccional puede instar la modificación de la califica-
ción jurídica de los hechos imputados en el juicio oral?
“Que, de otro lado, el órgano jurisdiccional también puede, en el curso del jui-
cio y antes de la culminación de la actividad probatoria, instar la modificación
de la calificación jurídica de los hechos objeto del debate si el Fiscal no lo consi-
deró así, a cuyo efecto plantearía la tesis modificatoria correspondiente. El Fis-
cal, desde luego, puede asumir esa tesis y modificar el título acusatorio respec-
tivo –la calificación jurídica de los hechos–, en sentido amplio, puede importar,
de un lado, una tipificación distinta ya sea por un diferente enfoque en la subsun-
ción típica o por la introducción de circunstancias que podrían alterar la tipicidad
inicialmente contemplada por el Ministerio Público; o, de otro lado, una punibi-
lidad distinta” (Sala Penal Permanente. Casación Nº 317-2018-Ica, del 25 de
octubre de 2018, considerando 5).

483 ¿
En variación de la calificación legal en torno al título de intervención
delictiva constituye una acusación complementaria?
“Que, en el presente caso, se cambió el título de intervención delictiva del acu-
sado Lau Lau, de autor mediato al de autor material directo, al excluirse, como
inicialmente se postuló, que un tercero, por órdenes suyas, mató a la agraviada,
sin que varíe la afirmada intervención de otras personas en la ejecución típica. El
hecho nuevo consistió, más allá de la variación del título de intervención delic-
tiva, en que el imputado Lau Lau, según la Fiscalía, fue quien disparó a la agra-
viada, no un desconocido por orden de él. La calificación legal, en el ámbito del
título de intervención delictiva, como consecuencia de ese cambio de situación
fáctica, varió y, por consiguiente, generó de parte del Ministerio Público una acu-
sación complementaria.
Es evidente, por lo demás, el serio error inicial de considerar una autoría mediata
por el solo hecho de dirigir el curso de los acontecimientos típicos, pues, salvo el
supuesto de dominio de aparatos de poder organizados –en que el ejecutor mate-
rial es punible–, la autoría mediata supone que el autor mediato realiza el tipo
legal de un delito de comisión dolosa haciendo actuar para sí en la ejecución del
hecho a un ‘intermediario’, quien posee la forma de un ‘instrumento humano’. El
ejecutor material es impune porque ejecutó una conducta atípica en sentido obje-
tivo, sin dolo típico, conforme a derecho, de modo no culpable o porque es inim-
putable [WESSELS/BEULKE/SATZGER. Derecho Penal - Parte General. Edi-
torial Instituto Pacífico, Lima, 2018, pp. 374-376].
Que, en estas condiciones, no existió un cambio ilícito de la calificación jurídica
o legal de los hechos. No se mutó por completo los hechos, ni se trató de un fac-
tum radicalmente distinto; solo se cambió parte de la ejecución típica del mismo
y la exclusión de un sujeto en la comisión material del mismo. La autoría atri-
buida al imputado Lau Lau no se alteró radicalmente –toda clase de autoría tiene
una misma respuesta legal–; de autoría mediata se pasó a autoría material por

373
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

exclusión de un individuo en el acto de disparar a la agraviada –ya no fue aquel


por orden de Lau Lau sino el propio Lau Lau quien materialmente disparó contra
la víctima–. Esto último es un hecho nuevo que merece una diferente calificación
legal en el ámbito del título de intervención delictiva; y, por tanto, cumple con las
exigencias del artículo 374, apartado 2), del Código Procesal Penal.
Este motivo de casación debe desestimarse” (Sala Penal Permanente. Casación
Nº 317-2018-Ica, del 25 de octubre de 2018, considerandos 6 y 7).

484 ¿
Si existe una acusación complementaria se debe reabrir el periodo
probatorio?
“Que la defensa del encausado Lau Lau afirmó que, aceptada la acusación com-
plementaria, era del caso reabrir el periodo probatorio; que, por ello, ofreció nue-
vos medios de prueba, pero no fueron admitidos con infracción de lo dispuesto en
el artículo 374, apartado 3), del Código Procesal Penal; que la Sala, al respecto, se
amparó en una regla propia de la etapa intermedia o del periodo inicial del juicio
oral; que, en suma, la Sala debió asumir la admisión automática de los medios de
prueba y, al no hacerlo, incurrió en un vicio de procedimiento.
Que, sobre este punto, es menester invocar, en primer lugar, el artículo 374, apar-
tado 3), del Código Procesal Penal, que estipula en lo pertinente: ‘En relación con
los hechos nuevos o circunstancias atribuidas en la acusación complementaria,
se recibirá nueva declaración del imputado y se informará a las partes que tie-
nen derecho a pedir la suspensión del juicio para ofrecer nuevas pruebas o pre-
parar la defensa’. Este precepto solo reconoce el derecho de formular solicitudes
probatorias por la defensa, la que puede ofrecer nuevas pruebas, en atención a ‘(…)
la inclusión de un hecho nuevo o una nueva circunstancia que no haya sido men-
cionada en su oportunidad, que modifica la calificación legal o integra un delito
continuado’ (artículo 374, numeral 2, del citado Código).
En segundo lugar, como solo se exige que se trate de una prueba nueva, es de
aplicación concurrente la regla general de admisión de pruebas, estatuida por el
artículo 155, apartado 2, del Código Procesal Penal, en cuya virtud el Juez ‘(...)
solo podrá excluir las [pruebas] que no sean pertinentes y prohibidas por la ley.
Asimismo, podrá limitar los medios de prueba cuando resulten manifiestamente
sobreabundantes o de imposible consecución’.
En tercer lugar, el ofrecimiento de pruebas está sujeto, asimismo, a presupues-
tos formales: especificación del probable aporte a obtener para el mejor conoci-
miento del caso. Esta regla es la prevista en el artículo 352, apartado 5), literal a),
del Código Adjetivo, que a su vez –en el literal b)– agrega la utilidad de la prueba
ofrecida (la conducencia está referida a su legalidad y la pertinencia a la relación
del medio de prueba con los hechos objeto del debate –requisitos repetidos–, mien-
tras que la utilidad lo está al contenido del aporte que se espera alcanzar con ella).

374
Estructura del proceso penal común

Entonces, no es posible aceptar que toda solicitud probatoria deba aceptarse al


introducirse una acusación complementaria. Las reglas de pertinencia, condu-
cencia y utilidad son imprescindibles. El derecho a la prueba no presupone un
hipotético derecho a llevar a cabo una actividad probatoria ilimitada –el Tribu-
nal ha de decidir sobre sobre la pertinencia de la prueba y su funcionalidad [STSE
771/2010, del cinco de marzo]–.
Que, en el presente caso, con motivo de la introducción de la acusación comple-
mentaria de fojas setecientos noventa y ocho, de dos de marzo de dos mil dieci-
siete, la defensa del recurrente formuló once solicitudes probatorias de examen
pericial y dos referidas a oralización de prueba documental. El Tribunal de Pri-
mera Instancia solo admitió el examen pericial de los peritos Infante Zapata (para
dos informes periciales que emitió), Tumba Chamba y Leiva Pimentel, así como
de la memoria USB que contenía el archivo de video del lugar de los hechos.
Los medios probatorios inadmitidos, empero, fueron propuestos en la audiencia
de apelación, y solo se aceptaron los medios de prueba que no habían sido actua-
dos antes de la introducción de la acusación complementaria; esto es, el examen
de los peritos Bolívar Fajardo y Rojas Regalado, así como el plano de distribu-
ción del domicilio del imputado. Cabe puntualizar que seis exámenes periciales se
ejecutaron con anterioridad a la acusación complementaria (peritos Brizuela Pow
Sang, Gómez Ríos, Estacio Torres, Oré Guri, Tumba Chamba –pericia de resi-
duos de disparos por arma de fuego–, Alcántara Malca, Guillén Ramírez, Hidalgo
Zambrano y Rosales Morales).
Que uno de los medios de prueba fundamentales para determinar la autoría directa
o material del imputado Lau Lau fue, desde la sentencia de vista, el informe peri-
cial número 6556/15 de fojas ciento quince, según el cual el citado encausado dio
resultado positivo para plomo y negativo para bario y antimonio en manos dere-
cha e izquierda. Este informe pericial lo realizaron Melquiades Tumba Chamba y
Félix Oré Curi, quienes fueron examinados en el acto oral, antes de la introduc-
ción de la acusación complementaria, a partir del cual se concluyó que el impu-
tado realizó disparos con arma de fuego.
Ambos peritos fueron llamados por la defensa a un nuevo examen pericial con
motivo de la reapertura del periodo probatorio. La hipótesis de la defensa fue que
se produjo una ‘contaminación en escena’ y que no es posible sostener que con la
sola presencia de residuos de plomo –sin acreditarse la presencia de bario y anti-
monio– se concluya que el imputado Lau Lau disparó contra la agraviada Sifuen-
tes Salcedo.
Que es relevante destacar, sobre el particular, que la literatura en materia de
criminalística forense insiste en la exigencia de tres elementos para estimar dis-
paros por arma de fuego: plomo, bario y antimonio, así como da cuenta de una
posibilidad de contaminación en escena y tanto de falsos positivos como de falsos
negativos. Un esclarecimiento en este punto, pese a que mediaron dos informes

375
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

periciales de parte en sentido contrario (peritos Pedro Infante Zapata y Juan Car-
los Leiva Pimentel), resultaba indispensable, tanto más si sobre las hipótesis alter-
nativas propuestas por la defensa en este punto no se produjo un examen peri-
cial puntual y riguroso. La propia motivación de la sentencia en esta cuestión es
parca y no explica, desde la suficiencia argumental (principio lógico de razón sufi-
ciente), por qué las pericias de parte deben descartarse, más aún si la literatura,
incluso la oficial proporcionada por la Policía Nacional, da cuenta de la impres-
cindible presencia de tres elementos [Así: Manual de Criminalística. Volumen I,
Editorial Grijley, Lima, 2015, p. 284].
A la falta de exhaustividad de la sentencia –no explicación acabada de un plan-
teamiento defensivo objeto del debate– se unió la restricción del derecho a la
prueba pertinente –derecho instrumental que integra la garantía de defensa pro-
cesal– en función al nuevo enfoque fáctico y jurídico propuesto por la Fiscalía
con motivo de la acusación complementaria. En esta perspectiva, resultaba ine-
ludible, primero, el examen ampliatorio de los peritos cuestionados en relación a
los términos de la acusación complementaria; y, segundo, de conformidad con los
artículos 181, apartado 3, y 378, numeral 7, del Código Procesal Penal, los debates
periciales entre los peritos cuyos dictámenes se contradecían (peritos Oré Curi,
Tumba Chamba, Estacio Torres, Samillán Rivadeneyra y Bazán Castillo –núme-
ros 6556/15, IC N° 676-2015-REG POL.ICA-DIVICAJ-DEPCRI y 3663/15–, de
un lado; y, Leiva Pimentel e Infante Zapata –Informes periciales de restos de dis-
paros de parte y de tipo médico criminalístico–, de otro) –el debate se ordenará,
incluso de oficio–. No se cumplió con el rigor necesario el deber de esclareci-
miento que impone la Ley al órgano jurisdiccional –la prueba pericial debió ago-
tarse y para ello el Tribunal tenía las facultades para la comprobación correspon-
diente, actuando pruebas de oficio conforme al artículo 385, numeral 2, del citado
Código, dada su utilidad e indispensabilidad–.
En tal virtud, este motivo de casación debe prosperar” (Sala Penal Permanente.
Casación Nº 317-2018-Ica, del 25 de octubre de 2018, considerandos 8-12).

485 ¿
Qué requisitos debe cumplir la sentencia para respetar el principio
lógico de razón suficiente?
“Que la acusación fiscal es un acto procesal que, en virtud del principio acusato-
rio (...) corresponde exclusivamente al Ministerio Público (...). En tal sentido debe
existir una relación de congruencia entre el contenido de la acusación y lo resuelto
en la sentencia final (...). De lo expuesto se advierte que en el trámite de la presente
causa no se vulneró el principio acusatorio y tampoco la garantía genérica del
debido proceso, en tanto existió un pronunciamiento expreso por parte de la Sala
Penal de Apelaciones acerca del tipo penal invocado en la acusación fiscal –prin-
cipio de congruencia–, esto es, el artículo ciento setenta y tres del Código Penal.
(…)

376
Estructura del proceso penal común

Desde la perspectiva del juicio de hecho o de culpabilidad, para que la senten-


cia no vulnere el principio lógico de razón suficiente debe cumplir dos requisitos:
a) consignar expresamente el material probatorio en que se fundan las conclusio-
nes a la que se arriba, describiendo el contenido de cada elemento de prueba que
seleccione como relevante [basados en medios de prueba útiles, decisivos e idó-
neos] –requisito descriptivo–; y, b) valorarlo debidamente, de suerte que eviden-
cie su ligazón racional con las afirmaciones o negaciones que se incorporen en el
fallo -requisito intelectivo” (Sala Penal Permanente. Casación N° 9-2010-Tacna,
del 13 de octubre de 2010, considerando 6).

377
CAPÍTULO X

MEDIOS IMPUGNATORIOS
CAPÍTULO X

MEDIOS IMPUGNATORIOS

I. APELACIÓN

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. I.4, IX del Título Preliminar, 404,
405, 406, 407, 408, 409, 414, 416, 417, 418, 419, 420, 421, 422, 423, 424,
425, 426.
Constitución Política: art. 139.6.
Convención Americana de Derechos Humanos: arts. 8.2.h, 25.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.5.

486 ¿En qué consiste el derecho a recurrir el fallo?


“El derecho de recurrir del fallo, consagrado por la Convención, no se satisface
con la mera existencia de un órgano de grado superior al que juzgó y condenó al
inculpado, ante el que este tenga o pueda tener acceso. Para que haya una verda-
dera revisión de la sentencia, en el sentido requerido por la Convención, es pre-
ciso que el tribunal superior reúna las características jurisdiccionales que lo legi-
timan para conocer del caso concreto. (…)” (Corte IDH. Caso Castillo Petruzzi
y otros vs. Perú. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 30 de mayo de
1999. Serie C, N° 52, párr. 161).
“El artículo 8.2.h. de la Convención Americana dispone que durante el proceso,
toda persona tiene derecho, en plena igualdad, ‘de recurrir del fallo ante juez o
tribunal superior’.
La Corte considera que el derecho de recurrir del fallo es una garantía primor-
dial que se debe respetar en el marco del debido proceso legal, en aras de permi-
tir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un juez o tribunal distinto y
de superior jerarquía orgánica. El derecho de interponer un recurso contra el fallo
debe ser garantizado antes de que la sentencia adquiera calidad de cosa juzgada.
Se busca proteger el derecho de defensa otorgando durante el proceso la posibi-
lidad de interponer un recurso para evitar que quede firme una decisión que fue
adoptada con vicios y que contiene errores que ocasionarán un perjuicio inde-
bido a los intereses de una persona” (Corte IDH. Caso Herrera Ulloa vs. Costa
Rica. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 2
de julio de 2004. Serie C, N° 107, párrs. 157 y 158).
“Teniendo en cuenta que las garantías judiciales buscan que quien esté incurso
en un proceso no sea sometido a decisiones arbitrarias, la Corte interpreta que el
derecho a recurrir del fallo no podría ser efectivo si no se garantiza respecto de

381
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

todo aquél que es condenado, ya que la condena es la manifestación del ejercicio


del poder punitivo del Estado. Resulta contrario al propósito de ese derecho espe-
cífico que no sea garantizado frente a quien es condenado mediante una sentencia
que revoca una decisión absolutoria. Interpretar lo contrario, implicaría dejar al
condenado desprovisto de un recurso contra la condena. Se trata de una garantía
del individuo frente al Estado y no solamente una guía que orienta el diseño de
los sistemas de impugnación en los ordenamientos jurídicos de los Estados Par-
tes de la Convención.
Para confirmar la interpretación de esta Corte de que se trata de un derecho que
asiste al condenado, resulta relevante acudir al lenguaje concreto del artículo 14.5
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que, al referirse al derecho
a recurrir del fallo, expresamente establece que es una garantía que tiene ‘[t]oda
persona declarada culpable de un delito’ (énfasis agregado). En otra oportunidad
la Corte ha manifestado que dicha norma del Pacto es ‘muy similar’ al artículo
8.2.h de la Convención Americana” (Corte IDH. Caso Mohamed vs. Argentina.
Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 23 de noviem-
bre de 2012. Serie C, N° 255, párrs. 92 y 93).
“La Corte se ha referido en su jurisprudencia constante sobre el alcance y con-
tenido del artículo 8.2(h) de la Convención, así como a los estándares que deben
ser observados para asegurar la garantía del derecho a recurrir el fallo ante juez
o tribunal superior. En este sentido, el Tribunal ha entendido que dicho derecho
consiste en una garantía mínima y primordial que ‘se debe respetar en el marco
del debido proceso legal, en aras de permitir que una sentencia adversa pueda ser
revisada por un juez o tribunal distinto y de superior jerarquía (...)’. Teniendo en
cuenta que las garantías judiciales buscan que quien esté incurso en un proceso
no sea sometido a decisiones arbitrarias, la Corte interpreta que el derecho a recu-
rrir el fallo no podría ser efectivo si no se garantiza respecto de todo aquél que
es condenado, ya que la condena es la manifestación del ejercicio del poder puni-
tivo del Estado” (Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux vs. Surinam. Excepciones
preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 30 de enero de 2014.
Serie C, N° 276, párr. 84).
“El Tribunal Constitucional tiene expuesto, en uniforme y reiterada jurispruden-
cia, que el derecho de acceso a los recursos o a recurrir las resoluciones judicia-
les, es una manifestación implícita del derecho fundamental a la pluralidad de la
instancia, reconocido en el artículo 139, inciso 6, de la Constitución, el cual, a
su vez, forma parte del derecho fundamental al debido proceso, reconocido en el
artículo 139, inciso 3, de la Norma Fundamental (Cfr. SSTC Nºs 1243-2008-PHC,
f. j. 2; 5019-2009-PHC, f. j. 2; 2596-2010-PA; f. j. 4)” (STC. Exp. N° 4235-2010-
PHC/TC-Lima, del 11 de agosto de 2011, f. j. 8).
“Desde luego, cual sea la denominación del medio jurídicamente previsto para el
acceso al órgano de segunda instancia revisora, es un asunto constitucionalmente
irrelevante. Sea que se lo denomine recurso de apelación, recurso de nulidad,

382
Medios impugnatorios

recurso de revisión, o llanamente medio impugnatorio, lo importante constitu-


cionalmente es que permita un control eficaz de la resolución judicial primige-
nia” (STC. Exp. N° 4235-2010-PHC/TC-Lima, del 11 de agosto de 2011, f. j. 10).
“Ahora bien, inmediatamente este Tribunal ha advertido que el derecho sub-exa-
mine, también denominado derecho a los medios impugnatorios, es uno de con-
figuración legal: ‘(...) el derecho a los medios impugnatorios es un derecho de
configuración legal, mediante el cual se posibilita que lo resuelto por un órgano
jurisdiccional pueda ser revisado por un órgano jurisdiccional superior’ (Cfr.
SSTC Nºs 5194-2005-PA, f. j. 4; 10490-2006-PA, f. j. 11; 6476-2008-PA, f. j. 7).
Que el derecho a los medios impugnatorios sea un derecho fundamental de con-
figuración legal, implica que ‘corresponde al legislador crearlos, establecer los
requisitos que se debe cumplir para que estos sean admitidos, además de prefi-
gurar el procedimiento que se deba seguir’ (Cfr. SSTC Nºs 5194-2005-PA, f. j. 5;
0962-2007-PA, f. j. 4; 1243-2008-PHC, f. j. 3; 5019-2009-PHC, f. j. 3; 6036-2009-
PA, f. j. 2; 2596- 2010-PA, f. j. 5)” (STC. Exp. N° 4235-2010-PHC/TC-Lima, del
11 de agosto de 2011, ff. jj. 11 y 12).
“El hecho de que el derecho a la pluralidad de la instancia ostente un contenido
esencial, y, a su vez –en tanto derecho fundamental de configuración legal–, un
contenido delimitable por el legislador democrático, genera, entre otras, una con-
secuencia inevitable, a saber, que el referido derecho ‘no implica un derecho del
justiciable de recurrir todas y cada una de las resoluciones que se emitan al inte-
rior de un proceso’ (Cfr. SSTC Nºs 1243-2008-PHC, f. j. 3; 5019-2009-PHC, f. j. 3;
2596-2010-PA; f. j. 5). Y es que, si así fuese, no solo resultaría que el legislador
carecería de margen de acción en la delimitación del derecho (lo que, en este caso,
sería contrario al principio democrático –artículos 43 y 93 de la Constitución–),
sino que, además, incluso en aquellos ámbitos ajenos al contenido esencial del
derecho, este resultaría oponible, exista o no previsión legal del recurso impug-
natorio, lo cual resultaría violatorio del derecho fundamental en virtud del cual
‘[n]inguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la
ley, ni sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos’ (artículo
139, inciso 3, de la Constitución)” (STC. Exp. N° 4235-2010-PHC/TC-Lima, del
11 de agosto de 2011, f. j. 13).
“Los dispositivos reseñados permiten sostener, en primer término, que pertenece
al contenido esencial del derecho fundamental a la pluralidad de la instancia, el
derecho de toda persona a recurrir las sentencias que le impongan una condena
penal. Asimismo, este Tribunal interpreta que, siendo subyacente a dicha previsión
fundamental, entre otras cosas, el proteger directa y debidamente el derecho fun-
damental a la libertad personal, también pertenece al contenido esencial del dere-
cho, el tener oportunidad de recurrir toda resolución judicial que imponga direc-
tamente a la persona una medida seria de coerción personal (v. gr. una medida de
detención judicial preventiva).

383
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

Aunque este es un contenido vinculante del derecho que se proyecta desde la


propia Constitución, las condiciones para la procedencia del recurso pueden ser
objeto de regulación legal, sin perjuicio de lo cual, debe precisarse que tales con-
diciones no pueden representar obstáculos irrazonables para el acceso al recurso
y para su debida eficacia. En ese sentido, tal como ha sostenido este Tribunal, no
cabe que legalmente ‘se establezca y aplique condiciones de acceso que tengan
el propósito de disuadir, entorpecer o impedir irrazonable y desproporcionada-
mente su ejercicio’ (Cfr. SSTC Nºs 5194-2005-PA, f. j. 5; 0962-2007-PA, f. j. 4;
1243-2008-PHC, f. j. 3; 5019-2009-PHC, f. j. 3; 6036-2009-PA, f. j. 2; 2596-2010-
PA, f. j. 5). En palabras de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ‘[s]i
bien los Estados tienen un margen de apreciación para regular el ejercicio de ese
recurso, no pueden establecer restricciones o requisitos que infrinjan la esencia
misma del derecho de recurrir del fallo. Al respecto, la Corte ha establecido que
‘no basta con la existencia formal de los recursos sino que estos deben ser efica-
ces’, es decir, deben dar resultados o respuestas al fin para el cual fueron concebi-
dos’” (Cfr. Caso Herrera Ulloa vs. Costa Rica, Excepciones preliminares, fondo,
reparaciones y costas, Sentencia del 2 de julio de 2004, párrafo 161)” (STC. Exp.
N° 4235-2010-PHC/TC-Lima, del 11 de agosto de 2011, ff. jj. 17 y 18).

487 ¿
Cuál es el objetivo primordial del derecho a recurrir o impugnar el
fallo?
“(…) En razón de lo anterior, la Corte ha sido enfática al señalar que el derecho
a impugnar el fallo tiene como objetivo principal proteger el derecho de defensa,
puesto que otorga la oportunidad de interponer un recurso para evitar que quede
firme una decisión judicial en el evento que haya sido adoptada en un procedimiento
viciado y que contenga errores o malas interpretaciones que ocasionarían un per-
juicio indebido a los intereses del justiciable, lo que supone que el recurso deba
ser garantizado antes de que la sentencia adquiera calidad de cosa juzgada. Este
derecho permite corregir errores o injusticias que puedan haberse cometido en las
decisiones de primera instancia, por lo que genera una doble conformidad judi-
cial, otorga mayor credibilidad al acto jurisdiccional del Estado y brinda mayor
seguridad y tutela a los derechos del condenado. En concordancia con lo anterior,
a efectos que exista una doble conformidad judicial, la Corte ha indicado que lo
importante es que el recurso garantice la posibilidad de un examen integral de la
sentencia recurrida” (Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux vs. Surinam. Excep-
ciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 30 de enero
de 2014. Serie C, N° 276, párr. 85).
“El Tribunal ha señalado que el derecho de recurrir del fallo es una garantía pri-
mordial que se debe respetar en el marco del debido proceso legal, en aras de per-
mitir que una sentencia adversa pueda ser revisada por un juez o tribunal distinto
y de superior jerarquía orgánica. La doble conformidad judicial, expresada me-
diante el acceso a un recurso que otorgue la posibilidad de una revisión íntegra del
fallo condenatorio, confirma el fundamento y otorga mayor credibilidad al acto
jurisdiccional del Estado, y al mismo tiempo brinda mayor seguridad y tutela a

384
Medios impugnatorios

los derechos del condenado. Asimismo, la Corte ha indicado que, lo importante


es que el recurso garantice la posibilidad de un examen integral de la decisión
recurrida” (Corte IDH. Caso Mohamed vs. Argentina. Excepción preliminar,
fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 23 de noviembre de 2012. Serie C,
N° 255, párr. 97).
“El derecho de impugnar el fallo busca proteger el derecho de defensa, en la medida
en que otorga la posibilidad de interponer un recurso para evitar que quede firme
una decisión adoptada en un procedimiento viciado y que contiene errores que oca-
sionarán un perjuicio indebido a los intereses de una persona” (Corte IDH. Caso
Mohamed vs. Argentina. Excepción preliminar, fondo, reparaciones y costas.
Sentencia del 23 de noviembre de 2012. Serie C, N° 255, párr. 98).

488 ¿
Qué aspectos se deben respetar para garantizar la eficacia de que el
justiciable pueda recurrir el fallo?
“De acuerdo al objeto y fin de la Convención Americana, cual es la eficaz pro-
tección de los derechos humanos, se debe entender que el recurso que contempla
el artículo 8.2.h. de dicho tratado debe ser un recurso ordinario eficaz mediante
el cual un juez o tribunal superior procure la corrección de decisiones jurisdic-
cionales contrarias al derecho. Si bien los Estados tienen un margen de aprecia-
ción para regular el ejercicio de ese recurso, no pueden establecer restricciones o
requisitos que infrinjan la esencia misma del derecho de recurrir del fallo. Al res-
pecto, la Corte ha establecido que ‘no basta con la existencia formal de los recur-
sos, sino que éstos deben ser eficaces’, es decir, deben dar resultados o respues-
tas al fin para el cual fueron concebidos” (Corte IDH. Caso Herrera Ulloa vs.
Costa Rica. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Senten-
cia del 2 de julio de 2004. Serie C, N° 107, párr. 161).
“El juez o tribunal superior encargado de resolver el recurso interpuesto contra la
sentencia penal tiene el deber especial de protección de las garantías judiciales y
el debido proceso a todas las partes que intervienen en el proceso penal de con-
formidad con los principios que lo rigen.
La posibilidad de ‘recurrir del fallo’ debe ser accesible, sin requerir mayores com-
plejidades que tornen ilusorio este derecho” (Corte IDH. Caso Herrera Ulloa vs.
Costa Rica. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Senten-
cia del 2 de julio de 2004. Serie C, N° 107, párrs. 163 y 164).
“Si bien los Estados tienen un margen de apreciación para regular el ejercicio
de ese recurso, no pueden establecer restricciones o requisitos que infrinjan la
esencia misma del derecho de recurrir del fallo. El Estado puede establecer fue-
ros especiales para el enjuiciamiento de altos funcionarios públicos, y esos fue-
ros son compatibles, en principio, con la Convención Americana (supra párr. 74).
Sin embargo, aun en estos supuestos el Estado debe permitir que el justiciable
cuente con la posibilidad de recurrir del fallo condenatorio. Así sucedería, por

385
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

ejemplo, si se dispusiera que el juzgamiento en primera instancia estará a cargo


del presidente o de una sala del órgano colegiado superior y el conocimiento de
la impugnación corresponderá al pleno de dicho órgano, con exclusión de quie-
nes ya se pronunciaron sobre el caso” (Corte IDH. Caso Barreto Leiva vs. Vene-
zuela. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 17 de noviembre de 2009.
Serie C, N° 206, párr. 90).
“A mayor abundamiento, el Tribunal considera que no es per se contrario a la Con-
vención Americana que se establezca en el derecho interno de los Estados que en
determinados procedimientos, ciertos actos de trámite no son objeto de impugna-
ción. (…)” (Corte IDH. Caso López Mendoza vs. Venezuela. Fondo, reparacio-
nes y costas. Sentencia del 1 de setiembre de 2011. Serie C, N° 233, párr. 120).
“La Corte ha sostenido que el artículo 8.2.h de la Convención se refiere a un recurso
ordinario accesible y eficaz. Ello supone que debe ser garantizado antes de que
la sentencia adquiera la calidad de cosa juzgada. La eficacia del recurso implica
que debe procurar resultados o respuestas al fin para el cual fue concebido. Asi-
mismo, el recurso debe ser accesible, esto es, que no debe requerir mayores com-
plejidades que tornen ilusorio este derecho. En ese sentido, la Corte estima que
las formalidades requeridas para que el recurso sea admitido deben ser mínimas
y no deben constituir un obstáculo para que el recurso cumpla con su fin de exa-
minar y resolver los agravios sustentados por el recurrente.
Debe entenderse que, independientemente del régimen o sistema recursivo que
adopten los Estados Partes y de la denominación que den al medio de impugna-
ción de la sentencia condenatoria, para que éste sea eficaz debe constituir un medio
adecuado para procurar la corrección de una condena errónea. Ello requiere que
pueda analizar cuestiones fácticas, probatorias y jurídicas en que se basa la sen-
tencia impugnada, puesto que en la actividad jurisdiccional existe una interdepen-
dencia entre las determinaciones fácticas y la aplicación del derecho, de forma tal
que una errónea determinación de los hechos implica una errada o indebida apli-
cación del derecho. Consecuentemente, las causales de procedencia del recurso
deben posibilitar un control amplio de los aspectos impugnados de la sentencia
condenatoria.
Además, el Tribunal considera que, en la regulación que los Estados desarrollen
en sus respectivos regímenes recursivos, deben asegurar que dicho recurso con-
tra la sentencia condenatoria respete las garantías procesales mínimas que, bajo
el artículo 8 de la Convención, resulten relevantes y necesarias para resolver los
agravios planteados por el recurrente, lo cual no implica que deba realizarse un
nuevo juicio oral” (Corte IDH. Caso Mohamed vs. Argentina. Excepción pre-
liminar, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 23 de noviembre de 2012.
Serie C, N° 255, párr. 99-101).
“Al respecto, el Tribunal considera preciso resaltar que el artículo 14, inciso 5 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos se diferencia del artículo 8.2(h)
de la Convención Americana ya que el último es muy claro al señalar el derecho

386
Medios impugnatorios

a recurrir el fallo sin hacer mención a la frase ‘conforme a lo prescrito por la ley’,
como sí lo establece el artículo del PIDCP. Sin embargo, el Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas lo ha interpretado en el párrafo 45 de su Obser-
vación General Nº 32, en el sentido que:
“La expresión ‘conforme a lo prescrito por la ley’ en esta disposición no tiene por
objeto dejar a discreción de los Estados Partes la existencia misma del derecho a
revisión, puesto que este es un derecho reconocido por el Pacto y no meramente por
la legislación interna. La expresión ‘conforme a lo prescrito por la ley’ se refiere
más bien a la determinación de las modalidades de acuerdo con las cuales un tri-
bunal superior llevará a cabo la revisión, así como la determinación del tribunal
que se encargará de ello de conformidad con el Pacto. El párrafo 5 del artículo 14
no exige a los Estados Partes que establezcan varias instancias de apelación. Sin
embargo, la referencia a la legislación interna en esta disposición ha de interpre-
tarse en el sentido de que si el ordenamiento jurídico nacional prevé otras instan-
cias de apelación, la persona condenada debe tener acceso efectivo a cada una de
ellas’” (Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux vs. Surinam. Excepciones prelimi-
nares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 30 de enero de 2014. Serie C,
N° 276, párr. 93).
“En particular, considerando que la Convención Americana debe ser interpre-
tada teniendo en cuenta su objeto y fin, que es la eficaz protección de los dere-
chos humanos, la Corte ha determinado que debe ser un recurso ordinario, acce-
sible y eficaz, que permita un examen o revisión integral del fallo recurrido, esté
al alcance de toda persona condenada y respete las garantías procesales mínimas:
a) Recurso ordinario: el derecho de interponer un recurso contra el fallo debe
ser garantizado antes de que la sentencia adquiera la calidad de cosa juzgada,
pues busca proteger el derecho de defensa evitando que quede firme una
decisión adoptada en un procedimiento viciado y que contenga errores que
ocasionarán un perjuicio indebido a los intereses de una persona.
b) Recurso accesible: su presentación no debe requerir mayores complejida-
des que tornen ilusorio este derecho. Las formalidades requeridas para su
admisión deben ser mínimas y no deben constituir un obstáculo para que el
recurso cumpla con su fin de examinar y resolver los agravios sustentados
por el recurrente.
c) Recurso eficaz: no basta con la existencia formal del recurso, sino que éste
debe permitir que se obtengan resultados o respuestas al fin para el cual fue
concebido. Independientemente del régimen o sistema recursivo que adopten
los Estados Partes y de la denominación que den al medio de impugnación de
la sentencia condenatoria, debe constituir un medio adecuado para procurar
la corrección de una condena errónea. Este requisito está íntimamente vincu-
lado con el siguiente:
d) Recurso que permita un examen o revisión integral del fallo recurrido: debe
asegurar la posibilidad de un examen integral de la decisión recurrida. Por

387
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

lo tanto, debe permitir que se analicen las cuestiones fácticas, probatorias y


jurídicas en que se basa la sentencia impugnada, puesto que en la actividad
jurisdiccional existe una interdependencia entre las determinaciones fácticas
y la aplicación del derecho, de forma tal que una errónea determinación de
los hechos implica una errada o indebida aplicación del derecho. Consecuen-
temente, las causales de procedencia del recurso deben posibilitar un con-
trol amplio de los aspectos impugnados de la sentencia condenatoria. De tal
modo se podrá obtener la doble conformidad judicial, pues la revisión ínte-
gra del fallo condenatorio permite confirmar el fundamento y otorga mayor
credibilidad al acto jurisdiccional del Estado, al paso que brinda mayor segu-
ridad y tutela a los derechos del condenado.
e) Recurso al alcance de toda persona condenada: el derecho a recurrir del fallo
no podría ser efectivo si no se garantiza respecto de todo aquél que es conde-
nado, ya que la condena es la manifestación del ejercicio del poder punitivo
del Estado. Debe ser garantizado inclusive frente a quien es condenado me-
diante una sentencia que revoca una decisión absolutoria.
f) Recurso que respete las garantías procesales mínimas: los regímenes recur-
sivos deben respetar las garantías procesales mínimas que, con arreglo al
artículo 8 de la Convención, resulten pertinentes y necesarias para resol-
ver los agravios planteados por el recurrente, sin que ello implique la nece-
sidad de realizar un nuevo juicio oral” (Corte IDH. Caso Norín Catrimán
y otros (Dirigentes, miembros y activista del Pueblo Indígena Mapuche)
vs. Chile. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia del 29 de mayo de 2014.
Serie C, N° 279, párr. 270).

489 ¿En qué consisten los medios impugnatorios?


“A manera de introducción es menester precisar que los medios impugnatorios son
instrumentos o mecanismos legales puestos a disposición de las partes procesales
para que expresen su disconformidad con una resolución que interpretan como
errónea o injusta. En otros términos, son medios procesales mediante los cuales
las partes legitimadas cuestionan una resolución judicial que les causa perjuicio,
en tanto que es contraria a sus pretensiones” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 342-2011-Cusco, del 2 de julio de 2013, considerando 4.1).

490 ¿Qué principio rige la interposición de recursos impugnatorios?


“Que una nota esencial de los recursos impugnatorios es que están sujetos al prin-
cipio de taxatividad, en cuya virtud las resoluciones judiciales solo son recurribles
en los supuestos y por los mecanismos legalmente previstos; que como directiva
esencial al sistema de recursos la Ley Fundamental, en reconocimiento al prin-
cipio del doble grado de jurisdicción, prevé que siempre procederá un recurso
ordinario (necesariamente devolutivo e integral o amplio) contra todas aquellas
resoluciones que definan el objeto del proceso o clausuren definitivamente la ins-
tancia: sentencias o autos equivalentes. Por consiguiente, no toda decisión judicial

388
Medios impugnatorios

es impugnable, solo lo son las expresamente dicadas por la Ley, la cual siempre
debe articular un recurso devolutivo ordinario contra las resoluciones finales o que
causen gravamen irreparable” (Sala Penal Transitoria. R.N. N° 3229-2015-Tum-
bes, del 18 de julio de 2016, considerando 2).

491 ¿En qué consiste el recurso de apelación?


“Al respecto, cabe precisar que el recurso de apelación es ‘(…) un recurso im-
pugnatorio por el cual, quien se considere perjudicado por una resolución judi-
cial o el Ministerio Público, puede acudir ante el órgano superior inmediato, a
fin de que se vuelva a analizar lo actuado y se dicte otro fallo, lo cual supone una
nueva valoración de las pruebas’ –[CUBAS VILLANUEVA, Víctor. El proceso
penal. Teoría y jurisprudencia constitucional. Lima: Palestra Editores, 2006,
pp. 488-489]–, configurándose así como el medio impugnatorio por excelencia en
el sistema procesal penal peruano, regulado en la sección IV del Libro Cuarto del
Código Adjetivo, advirtiéndose que su normatividad delimita su grado de actua-
ción en estricto cumplimiento de las formalidades exigidas. Así, se tiene que en
el nuevo modelo procesal penal es viable el ofrecimiento de pruebas en segunda
instancia (apelación), las cuales serán admitidas conforme a lo establecido en el
segundo inciso del artículo 422 del citado Código, desarrollándose la respectiva
audiencia, conforme a lo previsto en el artículo 424 del Código Procesal Penal”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 636-2014-Arequipa, del 3 de febrero de
2016, considerando 2.4.2).

492 ¿
En qué casos la Sala Penal puede otorgar diferente valor probatorio
a la prueba personal apreciada en primera instancia?
“De esta manera, en el segundo inciso del artículo en mención el legislador otorga
facultades de valoración probatoria al juzgador de mérito, indicándose estas posi-
bilidades: i) se valorará la prueba actuada en la audiencia de apelación, y ii) se
valorará la prueba pericial, documental, preconstituida y anticipada. Se advierte,
entonces, que el principio de inmediación estará presente al momento de actuarse
la nueva prueba en la audiencia de apelación, permitiéndose así un reexamen pleno
del acervo probatorio existente. Asimismo, se produce una excepción al princi-
pio de inmediación en cuanto a la valoración de las pruebas pericial, documen-
tal, preconstituida y anticipada, pues se permite su reexamen por parte del juzga-
dor de mérito, sin que este haya presenciado en audiencia la formación de estos
medios probatorios
Al respecto, se tiene que la prueba personal si bien puede ser valorada en grado
de apelación por el juzgador, no obstante, ésta no podrá tener diferente valor pro-
batorio; así lo establece la segunda parte del inciso segundo del artículo 425 del
Código Procesal Penal: ‘La Sala Penal Superior no puede otorgar diferente valor
probatorio a la prueba personal que fue objeto de inmediación por el Juez de pri-
mera instancia’. Sin embargo, esta regla de valoración de la prueba personal puede
ser modificada, exclusivamente en una situación: ‘[cuando] su valor probatorio

389
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

sea cuestionado por una prueba actuada en segunda instancia’ –extremo final de
la segunda parte del inciso segundo del artículo 425 del Código Adjetivo–, advir-
tiéndose que la prueba personal será valorada siempre que: primero, se haya admi-
tido nueva prueba en segunda instancia, y, segundo, que ésta haya sido actuada
en la audiencia de apelación. En ese sentido, se observa que el principio de inme-
diación desarrollado en la actuación de medios probatorios en audiencia de ape-
lación permite el reexamen de una prueba personal, pese a que esta haya sido
actuada ante el juzgador de instancia.
Sin embargo, cabe precisar que en cuanto a la valoración de la prueba personal
la jurisprudencia emitida por este Supremo Tribunal ha precisado determinadas
excepciones al principio de inmediación en su valoración por el Tribunal de mérito.
Así, en la Casación N° 05-2007-Huaura del once de octubre de dos mil siete, en
su fundamento jurídico sétimo, refirió que si bien el Tribunal de alzada no puede
modificar la valoración del contenido de la prueba personal, en atención al princi-
pio de inmediación y de oralidad, sin embargo, precisó que existen ‘zonas abier-
tas’ accesibles al control, en situaciones referidas al contenido de la prueba perso-
nal. Siguiendo esa línea jurisprudencial, la Casación N° 03-2007-Huaura del siete
de noviembre de dos mil siete, en su fundamento jurídico undécimo, reiteró que
el contenido de la prueba personal puede ser merituada por el Juzgado de mérito,
siempre que ésta haya sido entendida con manifiesto error, sea imprecisa, dubita-
tiva, o haya podido ser desvirtuada por pruebas practicadas en segunda instancia.
En la Casación N° 54-2010-Huaura del tres de marzo de dos mil once, en su fun-
damento jurídico décimo primero, se define a la inmediación ‘como principio y
presupuesto, [que] permite el acercamiento del Juzgador con todos los elementos
que sean útiles para emitir una sentencia justa (…) [precisando que] si el Cole-
giado Superior no tiene ante sí al testigo (prueba personal) es imposible que le
otorgue diferente valor probatorio sin la actuación de otros medios probatorios
que la cuestionen’. Asimismo, la Casación N° 87-2012-Puno del dieciocho de
junio de dos mil trece, en su fundamento jurídico sétimo, indicó que el principio
de inmediación ‘tiene como finalidad mantener la más íntima relación posible, el
más estrecho contacto con el Juzgador de una parte, los litigantes y la totalidad
de los medios probatorios de la otra desde el comienzo del proceso hasta la sen-
tencia final’; además, en su fundamento jurídico noveno, precisa que ‘el principio
de inmediación se encuentra vinculado al principio de oralidad, la inmediación
es una condición necesaria para la oralidad, (…) es el acercamiento que tiene el
juzgador con todo[s] los elementos que sean útiles para emitir sentencia. (…) En
consecuencia, la inmediación es una necesidad porque es una de las condiciones
materiales imprescindibles para la formación y consolidación de conciencia con
el que será expedido el fallo’.
En la Casación N° 195-2012-Moquegua del cinco de setiembre de dos mil trece,
referida a la institución denominada ‘condena del absuelto’, se desarrolló en su
considerando décimo segundo el principio de inmediación en relación al juicio
oral de primera y segunda instancia, precisando que ‘la nueva regulación [Nuevo

390
Medios impugnatorios

Código Procesal Penal] importa una limitación al derecho a los recursos de las
partes, pues, si bien puede presentarse un recurso contra una sentencia, en prin-
cipio no se podrá cuestionar la valoración de la prueba personal, precisamente
porque esta requiere inmediación, de la que carece el órgano ad quem’ –véase
punto ‘12.5.2’ de la citada ejecutoria–, más aún si considera que el principio de
inmediación, en relación al principio de oralidad, constituyen el mecanismo idó-
neo para la formación de la convicción del juzgador –véase punto ‘12.2.11’ de la
citada ejecutoria–. Siguiendo esta línea jurisprudencial, la Casación N° 385-2013-
San Martín del cinco de mayo de dos mil quince, referida a la institución de la
‘condena del absuelto’, en su fundamento jurídico ‘5.16’, señala que si bien el juz-
gador ad quem no puede otorgar diferente valor probatorio a la prueba personal,
sin embargo, ‘si bien corresponde al Juez de primera instancia valorar la prueba
personal, empero el ad quem está posibilitado a controlar, a través del recurso
de apelación, si dicha valoración infringe las reglas de la lógica, la ciencia y las
máximas de la experiencia’.
En consecuencia, en nuestra jurisprudencia se ha establecido que excepcional-
mente la prueba personal sí es susceptible de valoración por el Tribunal de mérito,
siempre que la valoración realizada por el Juzgador de instancia infrinja las reglas
de la lógica, la ciencia y las máximas de la experiencia, además de las garantías
exigidas por el Acuerdo Plenario N° 02-2005/CJ-116 –[ausencia de incredibilidad
subjetiva, verosimilitud y persistencia en la incriminación]–; precisándose que
el Juzgador de mérito podrá valorar y/o controlar la prueba personal en aquellas
zonas abiertas de su declaración, es decir, ‘los aspectos relativos a la estructura
racional del propio contenido de la prueba, ajenos en sí mismos a la percepción
sensorial del juzgador de primera instancia’ –Casación N° 03-2007-Huaura, fun-
damento jurídico undécimo–, además de otorgarle un diferente valor probatorio
en la sentencia de vista, situaciones que en ningún modo infringe alguna garan-
tía constitucional.
En ese sentido, al advertirse que el Juzgador de mérito accede a la prueba perso-
nal actuada en primera instancia a través de medios técnicos de grabación u otro
mecanismo técnico que reproduzca las actuaciones probatorias del juicio oral, se
tiene que el citado Juzgador reexamina la prueba personal, a efectos de detectar
alguna infracción normativa en su valoración, mas no está permitido a otorgarle
un diferente valor probatorio, salvo en las excepciones señaladas en el conside-
rando anterior; precisándose que la variación del valor probatorio de la prueba
personal en segunda instancia, por sí sola, no será suficiente para sustentar una
sentencia de vista que perjudique la situación jurídica del procesado, más aún
si existen medios probatorios de otra naturaleza (prueba documental, pericial,
entre otras) que contradicen su valoración” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 636-2014-Arequipa, del 3 de febrero de 2016, considerandos 2.4.4-2.4.9).
“[L]a Sala Superior no puede otorgar diferente valor probatorio a la prueba per-
sonal apreciada por el colegiado de instancia, salvo que su valor probatorio sea
cuestionado por una prueba actuada en segunda instancia. Esta prohibición

391
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

normativa no es absoluta, existen excepciones a la regla, elaboradas por vía ju-


risprudencial: ‘si bien la Sala Superior puede volver a valorar la prueba perso-
nal actuada en primera instancia, esta se supedita a que haya sido entendida o
apreciada con manifiesto error o de modo radicalmente inexacto, que la narra-
ción sea oscura, imprecisa, dubitativa, ininteligible, incompleta, incongruente o
contradictoria en sí misma; o, que haya sido desvirtuada por pruebas prácticas
en segunda instancia’” (Casación N° 541-2015-Lambayeque, fundamento 12).
(Segunda Sala Penal de Apelaciones Nacional, en adición a sus funciones
Sala Penal Especializada en Delitos Aduaneros, Tributarios, de Mercado y
Ambientales. Exp. N° 299-2015-42, Sentencia de Vista N° 11-2018, del 3 de
diciembre de 2018, considerando 14).

493 ¿
En qué supuestos el Tribunal Superior puede disponer el reenvío de
la resolución recurrida?
“[N]o todo defecto de motivación para un órgano de instancia, a través de un
recurso ordinario, como es el de apelación, conlleva la sanción de nulidad. La
premisa es que el Tribunal de Apelación, luego de destacar el defecto y censurar
la actuación del Juez de Primera Instancia, debe subsanar esas omisiones o, en su
caso, errores de juicio, pues para eso se concibe un juicio de apelación. El Tribu-
nal ad quem debe conocer del fondo del asunto, sin necesidad de reenvío, lo que es
coherente con la naturaleza ordinaria del recurso de apelación, en la que adquiere
plena competencia, con idéntico poder y amplitud de conocimiento al tribunal de
instancia, para conocer y resolver sobre las pretensiones de las partes, sin más lí-
mites que la prohibición de la ‘reformatio in peius’ y el derivado del principio ‘tan-
tum devolutum quantum appellatum’ –efecto devolutivo del recurso– [GIMENO
SENDRA, Derecho Procesal Civil. Tomo I, 2007, p. 592]. De esta forma se res-
peta, además, la garantía del plazo razonable o interdicción de dilaciones indebi-
das y el principio de economía procesal.
La regla, por tanto, cuando se trata de infracción de normas procesales, debe con-
templar dos supuestos para su correcta solución: A. Si la infracción procesal es
in iudicando o al dictarse la sentencia de primera instancia (incluyéndose aquí
no solo la infracción de las normas relativas directamente a la emisión de la sen-
tencia sino también las que disciplinan la valoración de la prueba), el Tribunal ad
quem revocará la sentencia apelada y dictará sentencia de fondo sobre las cues-
tiones objeto del proceso sin que quepa reenvío alguno al Tribunal a quo. B. Si
la infracción procesal no se produjo en la sentencia de primera instancia (no por
tanto in iudicando sino in procedendo) –actos previos a la sentencia y vinculados
al procedimiento correspondiente– el reenvío procede solo en los supuestos en los
que dicha infracción hubiera sido generadora de nulidad radical de las actuaciones
[FUENTES SORIANO. Ley de Enjuiciamiento Civil comentada y con jurispruden-
cia, 2013, p. 1298]” (Sala Penal Transitoria. Casación N° 975-2016-Lambayeque,
del 27 de diciembre de 2016, considerandos 6.4 y 6.5).

392
Medios impugnatorios

494 ¿Qué aspectos no pueden ser sometidos a control en apelación?


“Es exacto que con arreglo a los principios de inmediación y de oralidad, que pri-
man en materia de la actuación y ulterior valorabilidad y valoración de la prueba
personal, el Tribunal de Alzada no está autorizado a variar la conclusión o valo-
ración que de su contenido y atendibilidad realice el órgano jurisdiccional de pri-
mera instancia. Ello, desde luego, reduce el criterio fiscalizador del Tribunal de
Apelación, pero no lo elimina. En estos casos –las denominadas ‘zonas opacas’–,
los datos expresados por los testigos estrechamente ligados a la inmediación (len-
guaje, capacidad narrativa, expresividad de su manifestación, precisiones en su
discurso, etcétera) no son susceptibles de supervisión y control en apelación; no
pueden ser variados” (Sala Penal Permanente. Casación N° 05-2007-Huaura,
del 11 de octubre de 2007, considerando 7).

495 ¿
Qué aspectos sí pueden ser materia de supervisión o control por el
tribunal de alzada en apelación?
“Empero, existen ‘zonas abiertas’, accesibles al control. Se trata de los aspectos
relativos a la estructura racional del propio contenido de la prueba, ajenos en su
mismos a la percepción sensorial del juzgado de primera instancia, que pueden
ser fiscalizados o través de las reglas de la lógica, la experiencia y los conocimien-
tos científicos. En consecuencia, el relato factico que el Tribunal de Primera Ins-
tancia asume como hecho probado, no siempre es inconmovible, pues: a) puede
ser entendido o apreciado con manifiesto error o de modo radicalmente inexacto
–el testigo no dice lo que lo menciona el fallo–; b) puede ser oscuro, impreciso,
dubitativo, ininteligible, incompleto, incongruente o contradictorio en sí mismo;
o, c) ha podido ser desvirtuado por pruebas practicadas en segunda instancia (ver:
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Penal. Editorial Colex, Madrid,
dos mil cuatro, pagina doscientos setenta y cinco / doscientos setenta y seis) (Sala
Penal Permanente. Casación N° 05-2007-Huaura, del 11 de octubre de 2007,
considerando 7).

496 ¿
Es obligatoria la presencia del recurrente en la audiencia de apela-
ción de sentencias?
“Al respecto, se debe partir de la afirmación que tal como se desprende de la alu-
dida norma, la realización de la audiencia de apelación se llevará a cabo con la
presencia de los sujetos procesales que voluntariamente decidan concurrir a la
citada audiencia, sin ser necesaria la presencia obligatoria del concurrente; con lo
que claramente se advierte que existe un tratamiento diferenciado, dado a la ape-
lación de autos con el de apelación de sentencias, pues en este último supuesto se
podrá declarar inadmisible el recurso de apelación del inconcurrente, abstenién-
dose la Sala Superior de pronunciarse sobre el fondo del recurso.
La naturaleza procesal de la apelación de sentencias es la revisión de la decisión de
la primera instancia, en la que dado al principio de contradicción y de asistencia

393
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

efectiva se requiere la presencia obligatoria de la parte recurrente; por lo que en


caso de su inconcurrencia se genera como gravamen, la inadmisibilidad del recurso,
lo que perjudica única y exclusivamente a dicha parte recurrente, caso que no se
puede aplicar supletoriamente con la audiencia de apelación de autos, puesto que
no se requiere presencia, puesto que no se realiza juicio alguno.
En este punto, se debe tener en cuenta que el artículo VII, del Título Preliminar,
apartado 3, del NCPP, señala expresamente que ‘(…) la ley que coapta la liber-
tad o el ejercicio de los derechos procesales de la persona, así como la que limite
un poder conferido a las partes o establezca sanciones procesales, será interpre-
tada restrictivamente. La interpretación extensiva y la analogía quedan prohibi-
das mientras no favorezcan la libertad del imputado o el ejercicio de sus derechos’.
De la norma acotada, se puede colegir que el hecho de trasladar lo dispuesto es
el artículo 423, apartado 3, del NCPP, que declara la inadmisibilidad del recurso
de apelación de sentencia por inasistencia del imputado a la audiencia, no puede
aplicarse extensivamente a la impugnación de autos porque se aplica la analogía in
malam partem y perjudica de esta manera al imputado, pese a que la norma con-
tenida en el artículo 420 del acotado Código no lo señala en forma expresa. Por
tanto, no es aplicable el apartado 3, del artículo 423, del NCPP, donde se señala
la inadmisibilidad del recurso, pese a haber sido fundamento porque toda per-
sona tiene derecho a la tutela jurisdiccional protegida constitucionalmente; tanto
más si se tiene en cuenta que la interpretación sistemática que se buscaría hacer
de dicho numeral no sería a favor del reo sino en contra del mismo, vulnerándose
el principio de la función jurisdiccional.
En otras palabras, no se puede obviar que la sanción de inadmisibilidad del recurso
por inasistencia a la audiencia es taxativa para los casos de apelación de senten-
cias, y siempre en casos en las que discute el juicio de culpabilidad pero no para
la apelación de autos, lo cual no deriva de un olvido o error del legislador, por-
que claramente se advierte del apartado 5, del artículo 420, del NCPP, que señala
expresamente que ‘(...) a la audiencia de apelación de autos podrán concurrir los
sujetos procesales que lo estimen conveniente’; por tanto, si su asistencia a la
audiencia es discrecional o facultativo, en tanto que la ley los faculta a asistir o
no a un acto procesal, sería ilegítimo porque al ejercer un derecho sean sancio-
nados penalmente.
Finalmente, se debe dejar sentado que el NCPP, en su artículo 420, apartado 5,
al señalar que las partes procesales podrán concurrir a la audiencia de apelación
de autos, no contraviene ningún derecho, pues, como ya se explicó precedente-
mente, es una facultad discrecional de las partes de asistir o no a la audiencia de
apelación de autos; mientras que el artículo 423, apartado 3, del citado Código,
regula que a la audiencia de apelación de sentencia las partes procesales tendrán
que concurrir de manera obligatoria, puesto que en esta se analiza un nuevo jui-
cio oral, por lo que es estrictamente necesaria la presencia de la parte recurrente;
por consiguiente, no es posible que de manera supletoria y extensiva se traslade

394
Medios impugnatorios

el carácter de obligatoriedad de la parte recurrente a la audiencia de apelación de


autos. De ahí que cuando el impugnante no concurra a la audiencia de apelación
de autos, el órgano revisor no debe declarar inadmisible el recurso –como sucede
en la apelación de sentencias– sino resolver el fondo de aquel; en provecho de la
persecución regular de la causa, según las normas del Nuevo Código Procesal
Penal” (Salas Penales Permanente y Transitorias. Acuerdo Plenario N°1-2012/
CJ-116, del 18 de enero de 2013, considerandos 16-20).

II. CASACIÓN

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. I.4, IX del Título Preliminar, 404,
405, 406, 407, 408, 409, 414, 427, 428, 429, 430, 431, 432, 433, 434, 435,
436.
Constitución Política: art. 139.6.
Convención Americana de Derechos Humanos: arts. 8.2.h, 25.
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos: art. 14.5.

497 ¿Cuál es la finalidad del recurso de casación?


“El inciso uno del artículo veintiséis de nuevo Código Procesal Penal establece
que a la Sala Penal de la Corte Suprema le compete conocer del recurso de casa-
ción interpuesto contra las sentencias y autos expedidos en segunda instancia por
las Salas Penales de las Cortes Superiores. Este recurso extraordinario tiene tres
finalidades esenciales:
1. La función nomofiláctica o control de legalidad, que supone la competencia
de la Corte Suprema de verificar que los órganos jurisdiccionales inferiores
efectúen una correcta interpretación y aplicación de la ley a los fallos judi-
ciales, sean estas de carácter sustantivo o adjetivo en materia penal: con esta
finalidad se busca la seguridad jurídica y la igualdad de los ciudadanos ante
la ley.
2. La función unificadora, pues a través de la unificación de la jurisprudencia
nacional con efectos vinculantes se busca obtener una justicia más predecible
y menos arbitraria. Asimismo, persigue que se garanticen la certeza y segu-
ridad jurídica, el interés social y la permanencia del postulado igualitario.
3. En menor medida, garantiza la tutela de garantías constitucionales, sean
estas de carácter procesal (logicidad en la motivación, debido proceso, dere-
cho de defensa, presunción de inocencia, entre otros) o sustantiva (principio
de legalidad, derecho a la intimidad).
Según la doctrina nacional (San Martín Castro), la casación tiene una finalidad
eminentemente defensora del ius constitutionis del ordenamiento jurídico, a tra-
vés de dos vías: a) la función nomofiláctica, que importa la protección o salva-
guarda de las normas del ordenamiento jurídico; y b) la unificación uniformadora
de la jurisprudencia en la interpretación y aplicación de las normas jurídicas. Y

395
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

citando a Andrés Martínez Arrieta, este señala que la casación contemporánea-


mente se configura como un recurso que desarrolla su actuación para asegurar la
interdicción de la arbitrariedad, tanto en lo que afecta al control de la observancia
de los derechos fundamentales como en la unificación de la interpretación penal
y procesal. Los principios de igualdad ante la ley y de seguridad jurídica se con-
cretan a través de la finalidad de la casación, de garantizar la unidad de la aplica-
ción de la ley y hacer justicia en el caso concreto, instituyéndose de este modo en
un medio de protección jurídica contra la arbitrariedad.
A decir de Hinojosa Segovia, citado por Roberto E. Cáceres J. y Ronald D. Ipa-
rraguirre, son dos los fines primordiales de la casación: la revisión o control de la
aplicación de la ley hecha por los Tribunales de instancia (función nomofiláctica)
y la unificación de criterios jurisprudenciales. A esta doble función clásica se ha
añadido una tercera: la de velar por el cumplimiento de las garantías constitucio-
nales, (...) para luego concluir, que en definitiva lo que se busca con este recurso
es que se garantice el valor seguridad jurídica y la unidad en la aplicación judicial
del derecho y la tutela de los derechos materiales y procesales de carácter consti-
tucional frente a las lesiones que puede causar el juez en su labor diaria. Es decir,
que se proteja la integridad de los derechos fundamentales” (Sala Penal Perma-
nente. Casación N° 73-2011-Puno, del 19 de abril de 2012, considerandos 19 y 20).
“La institución de la casación penal, en un sistema procesal como el que aparece
con el Código Procesal Penal de dos mil cuatro, no es el recurso que satisface el
derecho de recurrir un fallo condenatorio o el doble grado jurisdiccional (función
reservada para el recurso de apelación), en tanto que no opera como recurso ordi-
nario, sino más bien como un recurso de carácter extraordinario ‘cuya finalidad
primordial o básica en un Estado de Derecho consiste en fijar y unificar la inter-
pretación jurisprudencial de las leyes, y a la par, asegurar el sometimiento del
Juez a la ley como garantía de su independencia. La consideración de que se trate
de un recurso de naturaleza extraordinario importa también que sobre el casa-
cionista recaen exigencias especiales previstas taxativamente para la interposi-
ción del recurso de casación, como sucede con el sustento de causal casacional’”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 1313-2017-Arequipa, del 29 de mayo de
2018, considerando 2.1).
“El recurso de casación es un medio de impugnación extraordinario, que encuen-
tra sustento en la Constitución Política y su conocimiento corresponde exclusiva-
mente a la Corte Suprema. El Código Procesal Penal (CPP) prescribe específica-
mente en sus artículos 427-436 un desarrollo normativo sobre el cumplimiento de
presupuestos objetivos, subjetivos y formales de tiempo, lugar y fundamentación
que deben ser interpretados teniendo en cuenta los preceptos generales estableci-
dos para la impugnación en los artículos 404-414 del CPP.
La casación, como correctamente sostiene César San Martín Castro, tiene una
finalidad eminentemente defensora del ordenamiento jurídico a través de dos vías:
a) la función nomofiláctica, que importa la protección o salvaguarda de las normas

396
Medios impugnatorios

del ordenamiento jurídico; y b) la función uniformadora de la jurisprudencia de


la interpretación de las normas jurídicas” (Sala Penal Nacional de Apelaciones
del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios - Cole-
giado A, Exp. N° 19-2018-6, Resolución Nº 7, del 10 de diciembre de 2018, con-
siderandos 2 y 3).

498 ¿El recurso de casación ante qué tipo de resoluciones o autos procede?
“Conforme al inciso 1, del artículo 427 del CPP, el recurso de casación procede
contra las sentencias definitivas, los autos de sobreseimiento y los autos que pon-
gan fin al procedimiento, extingan la acción penal o la pena, o denieguen la extin-
ción, conmutación, reserva o suspensión de la pena, expedidos en apelación por
las salas penales superiores. Asimismo, en el inciso 4 del mencionado dispositivo
se establece la casación extraordinaria, cuya procedencia está sujeta al criterio
discrecional de la Sala Penal de la Corte Suprema, siempre que lo considere nece-
sario para el desarrollo de la doctrina jurisprudencial” (Sala Penal Nacional de
Apelaciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcio-
narios - Colegiado A. Exp. N° 19-2018-6, Resolución Nº 7, del 10 de diciembre
de 2018, considerando 4).

499 ¿Cuáles son las causales para la interposición del recurso de casación?
“El inciso dos del artículo cuatrocientos veintinueve del NCPP establece como
causal de casación la siguiente:
‘Si la sentencia o el auto incurre o deriva de una inobservancia de las normas lega-
les de carácter procesal sancionadas con nulidad’.
La estructura del mencionado precepto permite establecer los siguientes supuestos:
1. Cuando la sentencia incurra en una inobservancia de normas legales de
carácter procesal sancionadas con nulidad (defecto estructural de sentencia).
2. Cuando la sentencia derive de una inobservancia de normas legales de carác-
ter procesal sancionadas con nulidad (defecto de tramitación o vicio de
procedimiento).
3. Cuando el auto incurre en una inobservancia de normas legales de carácter
procesal sancionadas con nulidad (defecto estructural de auto).
4. Cuando el auto derive de una inobservancia de normas legales de carácter
procesal sancionadas con nulidad (defecto de tramitación o vicio de proce-
dimiento)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 173-2018-Puno, del 5 de
octubre de 2018, considerando 1).
“[E]n el artículo 429 del CPP se establecen las causales para la interposición del
recurso de casación. Asimismo, en el inciso 1 del artículo 430 se dispone que
el citado recurso –sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 405– debe indicar
separadamente cada causal invocada, señalando las disposiciones normativas

397
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

que considere erróneamente aplicadas o inobservadas, y la aplicación que se pre-


tende con los fundamentos doctrinales y legales” (Sala Penal Nacional de Ape-
laciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios-
Colegiado A, Exp. N° 19-2018-6, Resolución Nº 7, del 10 de diciembre de 2018,
considerando 5).

500 ¿
Qué aspectos son requeridos para la admisión del recurso de casa-
ción?
“(…) conforme a lo dispuesto en el apartado c, del inciso uno, del artículo 405, del
Código Procesal Penal, para la admisión del recurso se requiere se precisen las
partes o puntos de las decisiones a los que se refiere la impugnación, y se expre-
sen los fundamentos, con indicación especifica de los fundamentos de hecho y
derecho que lo apoyen; además de que el recurso deberá concluir con la formula-
ción de una pretensión concreta.
Del mismo modo, el inciso 1, del artículo 430, del acotado Código, establece
que para la interposición y admisión del recurso de casación, sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 405, debe indicar separadamente cada causal invo-
cada. Asimismo, citara concretamente los preceptos legales que considere erró-
neamente aplicados o inobservados, y precisara el fundamento o los fundamen-
tos doctrinales y legales que sustenten su pretensión, y expresara específicamente
cual es la aplicación que pretende” (Primera Sala Penal Transitoria. Casación
N° 660-2016-Amazonas, del 5 de mayo de 2017, considerandos 3 y 4).
“(…) No basta con invocar afectaciones de garantías constitucionales de forma
genérica, sino que se requiere que el impugnante enlace de modo coherente los
defectos, omisiones e irregularidades que supuestamente detecta en la sentencia
de vista, con las causales descritas para la admisión del recurso de casación y que
señala sustentan su recurso; así, deberá indicar y explicitar como dicha decisión
judicial de segunda instancia afecto las normas constitucionales de carácter mate-
rial o procesal” (Primera Sala Penal Transitoria. Casación N° 660-2016-Ama-
zonas, del 5 de mayo de 2017, considerando 5.2).
“Como se precisó en el apartado de agravios el recurrente alega una vulneración
a su derecho de propiedad como garantía constitucional asimismo una ilogicidad
en la motivación de la sentencia; sin embargo, para la admisibilidad del recurso de
casación, al ser este un recurso de naturaleza extraordinaria no basta con señalar
supuestos agravios sino que los mismos encuadren en las causales señaladas en el
artículo 429 del Código Procesal Penal, y estas se encuentren fundadas en dere-
cho conforme lo precisa en el inciso 1 del artículo 430 del Código mencionado.
En el presente caso se advierte que le recurrente se limitó a invocar los supuestos
agravios, y a cuestionar la motivación de la sentencia; sin embargo, conforme la
norma procesal no basta enunciar agravias, sino estos deben fundamentarse con-
forme a derecho. El recurrente argumento de manera poco clara y ambigua las

398
Medios impugnatorios

razones por las que considera vulnerados su derecho de propiedad y de la debida


motivación de las resoluciones, apreciándose en sus argumentos un ánimo de
revaloración de prueba, hecho que contradice la naturaleza del recurso de casa-
ción, por lo que conforme a derecho el presente recurso deviene en inadmisible.
Que, si bien la casación interpuesta deviene en inadmisible por no cumplir con
los requisitos señalado en el inciso 1 del artículo 430 del Código Procesal Penal,
también es cierto que esta Suprema Sala en el uso de sus facultades otorgadas
por la norma mediante el inciso 1, del artículo 432 del Código Procesal Penal, que
señala: ‘El recurso atribuye a la Sala Penal de la Corte Suprema el conocimiento
del proceso (…) sin perjuicio de las cuestiones que sea de oficio en cualquier estado
y grado del proceso’. En merito a ello puede declarar casación de oficio, con el fin
de desarrollar doctrina jurisprudencial conforme al inciso 4 del artículo 427 del
citado Código” (Sala Penal Permanente. Casación N° 657-2014-Cusco, del 4
de mayo de 2015, considerandos 8-10).

501 ¿
En qué consiste el motivo casacional “falta de aplicación de la ley
penal o de otras normas jurídicas necesarias para su aplicación?
“Respecto a la causal de casación anunciada, es de indicar que el respectivo pre-
cepto procesal normativo (numeral tres del artículo cuatrocientos veintinueve del
Código Procesal Penal; casación sustancial) es disgregable en los siguientes supues-
tos de causales casacionales: i) indebida aplicación de la ley penal o de otras nor-
mas jurídicas necesarias para su aplicación; ii) errónea interpretación de la ley
penal o de otras normas jurídicas necesarias para su aplicación; y iii) falta de apli-
cación de la ley penal o de otras normas jurídicas necesarias para su aplicación.
En el presente caso, el supuesto de casación objeto de admisión es específicamente
el tercero, el cual ‘incluye diferentes casos de desconocimiento de la norma por
parte del juzgador: desconocimiento de la existencia, de su validez o de su sig-
nificado’. Se trata, en puridad, de la necesidad de subsanar un error judicial de
derecho por omisión de aplicación de una ley penal o de otras normas sustancia-
les imprescindibles para tal efecto. Con lo cual, si bien, prima facie, aparece que
la casación cumple con su función nomofiláctica, el hecho de que se considere
como correcta o adecuada una determinada aplicación de ley penal ante deter-
minada realidad fáctica importa una pretensión mediata o final de que la juris-
prudencia se uniformice sobre la base de tal praxis judicial en casos semejantes”
(Sala Penal Permanente. Casación N° 1057-2017-Cusco, del 27 de setiembre
de 2018, considerandos 2.2 y 2.3).

502 ¿
Se puede interponer recurso de casación con la finalidad de que la
Corte Suprema controle la questio facti?
“No se puede controlar en casación la questio facti. No cabe una apreciación
autónoma del material probatorio tendente a una conclusión alternativa del juicio

399
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

histórico” (Sala Penal Permanente. Casación N° 1394-2017-Puno, del 26 de


julio de 2018, considerando 4).

503 ¿
Con relación al examen de la prueba qué es lo que está sujeto a
control en sede casacional?
“[E]n relación al examen de la prueba, que lo único que puede controlarse casa-
cionalmente es si medió una infracción trascendente de los preceptos legales
sobre la prueba. Es decir: (i) si se obtuvo ilícitamente alguna fuente de prueba,
(ii) si se quebrantó alguna regla de garantía en la actuación probatoria –medio de
prueba–; (iii) si no se reconoció una regla sobre prohibición de prueba, de valo-
ración probatoria o de inutilización de pruebas; (iv) si se obvió valorar alguna
prueba importante; y, en su caso, (v) si se incurrió en una violación relevante de
las reglas de la sana crítica judicial respecto de las inferencias probatorias (leyes
de la lógica, máximas de la experiencia o conocimientos científicos artículo 393,
apartado 2, del Código Procesal Penal)” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 1394-2017-Puno, del 26 de julio de 2018, considerando 4).

504 ¿
Es posible reconducir el motivo casacional al que corresponde de
Derecho?
“De conformidad con lo establecido en el artículo cuatrocientos treinta y dos,
numerales uno y dos del Código Procesal Penal, se tiene que el pronunciamiento
de la Sala Suprema que conoce un recurso de casación se restringe a las causa-
les invocadas en el mismo –con la salvedad de las cuestiones declarables de ofi-
cio–, y se circunscribe a los errores jurídicos que contenga la resolución recu-
rrida, sujetándose a los hechos que la misma tenga como acreditados. Al respecto,
debe señalarse que si bien el numeral uno del referido precepto normativo deli-
mita el ámbito de conocimiento a la(s) causal(es) invocada(s) por el recurrente, lo
cierto es que existe línea jurisprudencial en el sentido de admitir que, en virtud
de una aplicación de la concepción de la voluntad impugnativa –la cual es una
manifestación del principio procesal del iura novit curia–, es posible recondu-
cir el motivo casacional invocado al que corresponda en estricto derecho” (Sala
Penal Permanente. Casación N° 344-2017-Cajamarca, del 4 de diciembre de
2017, considerando 1.1.).

505 ¿En qué consiste la casación de oficio?


“El recurso de casación de oficio está previsto en el inciso 1 del artículo 432 del
Código Procesal Penal, el cual señala: ‘[...] sin perjuicio de las cuestiones que
sean declarables de oficio en cualquier estado y grado del proceso’ (resaltado
nuestro); sin embargo, no se encuentra regulado en forma taxativa, ni se da mayor
referencia cómo o cuándo debe aplicarse, ni bajo qué fundamentos se puede invocar.
La casación de oficio debe ser entendida como una segunda casación excepcio-
nal, toda vez que uno de sus fundamentos radica en el inciso 4, del artículo 427

400
Medios impugnatorios

del Código Procesal Penal; en la experiencia jurisdiccional se ha observado que


los recursos de casación excepcionales presentados por alguna de las partes de un
proceso penal (Ministerio Público, Imputado, Actor Civil, Tercero civil), se decla-
ran inadmisibles por cuestiones estrictamente formales; es decir, por no cumplir
con disposiciones del inciso 3 del artículo 430 del Código Procesal Penal –fun-
damentar respecto al punto que se pretende desarrolle como doctrina jurispru-
dencial–” (Sala Penal Permanente. Casación N° 389-2014-San Martín, del 7
de octubre de 2015, considerandos 5 y 6).

506 ¿Cuáles son las características de la casación de oficio?


“Una de las características principales del recurso de casación de oficio es su
discrecionalidad. Es decir, procede a exclusiva discrecionalidad del Tribunal
Supremo –y en cualquier momento del proceso–. Lo que no está regulado taxati-
vamente en la norma procesal penal, pero ha sido interpretado por esta Corte Su-
prema en otras oportunidades, por ejemplo la Casación N° 148-2010-Moquegua.
La discrecionalidad, la casación de oficio debe estar bien fundamentada; la cali-
ficación de oficio de determinado caso debe sostenerse en la posibilidad de una
grave afectación de derechos o garantías constitucionales que se pueden haber
afectado durante el proceso, que terminarían viciando la resolución arribada
–se debe amparar en alguna de las causales del artículo 429 del citado código–.
La justificación, para ser correcta como ya lo ha señalado el Tribunal Constitu-
cional en reiterada jurisprudencia no debe ser extensa, pues basta con ser precisa
y coherente” (Sala Penal Permanente. Casación N° 389-2014-San Martín, del
7 de octubre de 2015, considerando 10).

507 ¿
Después de que es admitida la casación de oficio que procedimiento
sigue?
“Ahora desarrollaremos cómo se procede con este tipo recurso después de su
admisión:
Regla General- Nuestro Código Procesal Penal regula la interposición y admi-
sión del recurso de casación en su artículo 431, señalando:
1. Concedido el recurso de casación, el expediente quedará diez días en la
Secretaría de la Sala para que los interesados puedan examinarlo y presentar,
si lo estiman conveniente, alegatos ampliatorios.
2. Vencido el plazo, se señalará día y hora para la audiencia de casación, con
citación de las partes apersonadas. La audiencia se instalará con la concu-
rrencia de las partes que asistan. En todo caso, la falta de comparecencia
injustificada del Fiscal, en caso el recurso haya sido interpuesto por el
Ministerio Público, o del abogado de la parte recurrente, dará lugar a
que se declare inadmisible el recurso de casación. [...]” (resaltado nuestro).
Lo resaltado precedentemente resulta de interés para establecer las particulari-
dades del recurso de casación de oficio. Como se advierte, pese a una calificación

401
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

positiva, el recurso de casación puede devenir en inadmisible ante la inconcurren-


cia de la parte recurrente a la audiencia de casación. Analizado fuera del marco
de la casación de oficio dicha normativa guarda sentido, pues se advierte que si
el sujeto recurrente –supuesto agraviado– desacata una notificación de asistir a
la audiencia de casación sin mayor justificación, constituye una aceptación tácita
de la sentencia u resolución inicialmente recurrida.
La casación de oficio se promueve por interés del Tribunal Supremo, que busca
más allá del caso en concreto, y las limitaciones formales del recurso, un pronun-
ciamiento jurídico –de estricto derecho– con dos fines principales: 1) Enrique-
cer la jurisprudencia y 2) Evitar que las malas interpretaciones, ambigüedades,
vacíos legislativos, puedan generar la vulneración de derechos o garantías cons-
titucionales” (Sala Penal Permanente. Casación N° 389-2014-San Martín, del
7 de octubre de 2015, considerandos 12 y 13).
“La audiencia de casación de oficio se llevará a cabo con o sin la presencia de
las partes, a quienes se cita a fin que realicen las argumentaciones que considere,
siempre garantizando ampliamente el ejercicio del derecho de defensa, pero a las
cuales no puede obligárseles concurrir a una audiencia que si bien fue promo-
vida por alguno de ellos, fue declarada inadmisible la calificación de su recurso.
Es del mismo criterio la Corte Suprema Colombiana la cual, en su sentencia del
31 de agosto de 2005 con ponencia del magistrado Jorge Luis Quintero Milanés
donde señaló: ‘(...) el derecho a la prerrogativa que tienen los sujetos procesales de
desistir el recurso extraordinario de casación no puede impedir a la Corte, como
órgano límite de la jurisdicción ordinaria y guardiana de la Constitución Política,
enmendar la irregularidades atentatorias contra los derechos fundamentales, so
pretexto de la finalización o culminación de su competencia por razón del desisti-
miento, máxime cuando el debido proceso como máxima expresión del principio
de legalidad se erige en garantía fundamental. Lo contrario implicaría una acti-
tud permisiva e inadmisible frente a una decisión injusta, sin sustento legal y, por
lo mismo constitutiva una vía de hecho [RODRÍGUEZ CHOCONTÁ, Orlando
Alfonso, Casación y revisión penal, evolución y garantismo, Temis, Bogotá,
Colombia, 2008, p. 151]. Es de notar que en la regulación de la casación oficiosa
en Colombia, no se celebra una audiencia de casación, por considerarlo innecesa-
rio [Cfr. MORENO RIVERA, Luis Gustavo. La casación penal, Ediciones Nueva
Jurídica, Bogotá, Colombia, 2013, p. 73]’.
Por tanto, la Corte Suprema emitirá un pronunciamiento de fondo haciendo un
juicio de estricto derecho en el caso concreto, que sirvan para enriquecer o cubrir
espacios hasta el momento ambiguos o que no han sido tratados, en relación al
caso. Mediante la casación de oficio el Tribunal Supremo puede pronunciarse en
el fondo del caso concreto pese a la inconcurrencia de las partes, encontrando
como límite de su pronunciamiento la garantía constitucional de la prohibición
de la reforma en perjuicio. Por tanto, si se trata del imputado solo se puede arri-
bar a una absolución o a una nulidad de la sentencia recurrida, nunca a una sen-
tencia condenatoria, y si es el actor civil a fijar, mantener o mejorar la reparación

402
Medios impugnatorios

civil establecida” (Sala Penal Permanente. Casación N°389-2014-San Martín,


del 7 de octubre de 2015, considerandos 15 y 16).

508 ¿Cuál debe ser el contenido de la sentencia casatoria?


“El inciso dos, del articulo cuatrocientos treinta y tres, del Código Procesal Penal
–referente al contenido de la sentencia casatoria–, establece que: ‘(…) la Sala Penal
Suprema si opta por la anulación en la misma sentencia se pronunciara sobre el
fondo dictando el fallo que deba reemplazar el recurrido. Si decide la anulación
con reenvío, indicara al Juez o Sala Penal Superior competente y el acto procesal
que deba renovarse. El órgano jurisdiccional que reciba los autos procederá de con-
formidad con lo resuelto por la Sala Penal Suprema’” (Sala Penal Permanente.
Casación N° 426-2015-Sullana, del 18 de octubre de 2017, considerando 1.10).

509 ¿
En qué supuestos se configura la doctrina jurisprudencial vinculante
a través de la dación de una sentencia casatoria?
“La Constitución Política del Estado, en el numeral uno, tercer párrafo, de su
artículo ciento cuarenta y seis, reconoce la independencia de los jueces, para lo
cual estatuye que los mismos solo se encuentran sometidos a la Ley y a la Cons-
titución. Si bien a partir de dicho mandato constitucional, prima facie (a primera
vista), parecería que a los magistrados judiciales no se les puede ‘obligar’ a seguir
criterios de otros jueces, por más que se trate de pautas de interpretación ema-
nadas de jueces especializados o que detenten una mayor jerarquía; también es
cierto que el ‘sometimiento’ judicial, previsto constitucionalmente, lo es también
a las leyes, algunas de las cuales habilitan a determinados magistrados, por su alta
jerarquía y especialidad, a establecer sus criterios como jurisprudencia de obliga-
toria y necesaria observancia para otros magistrados.
Así, por ejemplo, el Código Procesal Constitucional –aprobado mediante la Ley
número veintiocho mil doscientos treinta y siete, publicada en el diario oficial El
Peruano el treinta y uno de mayo de dos mil cuatro– en el artículo VII de su Título
Preliminar estatuye que el Tribunal Constitucional puede establecer sus sentencias,
con calidad de cosa juzgada, como precedentes vinculantes, correspondiendo para
ello la precisión del respectivo efecto normativo; precedentes que, una vez esta-
blecidos como tales, tienen efectos vinculantes frente a todos los poderes públi-
cos y, claro está, frente a particulares. Por su parte, el Código de Procedimientos
Penales –aprobado mediante Ley número nueve mil veinticuatro y promulgado
el veintitrés de noviembre de mil novecientos treinta y nueve– en su artículo tres-
cientos uno-A, faculta a la Sala Penal de la Corte Suprema a establecer sus sen-
tencias como precedentes vinculantes, para lo cual debe precisar el extremo de
su efecto normativo; y, asimismo, al Pleno de los Jueces en lo Penal de la Corte
Suprema a dictar sentencias plenarias, las mismas que, evidentemente, tendrán
también efecto vinculante al ser adoptadas por mayoría absoluta, ante la identifi-
cación de criterios discrepantes entre los propios magistrados supremos.

403
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

De modo semejante, el Código Procesal Penal de dos mil cuatro –aprobado vía
Decreto Legislativo número novecientos cincuenta y siete, publicado en el diario
oficial El Peruano el veintinueve de julio de dos mil cuatro– en el numeral tres
de su artículo cuatrocientos treinta y tres, faculta a la Sala Penal Suprema que
conoce el fondo de un recurso de casación a decidir ‘atendiendo a la naturaleza
del asunto objeto de decisión, que lo resuelto constituye doctrina jurisprudencial
vinculante a los órganos jurisdiccionales penales diferentes a la propia Corte Su-
prema, la cual permanecerá hasta que otra decisión expresa la modifique’. Se pre-
cisa luego en el mismo numeral tres del referido artículo cuatrocientos treinta y
tres que ‘si existiere otra Sala Penal o esta se integra con otras Vocales, sin per-
juicio de resolverse el recurso de casación, a su instancia, se convocará inmedia-
tamente al Pleno Casatorio de los Vocales de lo Penal de la Corte Suprema para
la decisión correspondiente, que se adoptará por mayoría absoluta’. Asimismo,
en el numeral cuatro del mismo artículo se prevé que ‘si se advierte que otra Sala
Penal Suprema u otros integrantes de la Sala Penal en sus decisiones sostuvie-
ran criterios discrepantes sobre la interpretación o la aplicación de una determi-
nada norma, de oficio o […], obligatoriamente se reunirá el Pleno Casatorio de los
Vocales de lo Penal de la Corte Suprema’” (Sala Penal Permanente. Casación
N° 344-2017-Cajamarca, del 4 de diciembre de 2017, considerandos 2.1 y 2.2).

510 ¿
En qué consiste la casación por apartamiento de doctrina jurispru-
dencial?
“[L]a casación por apartamiento de doctrina jurisprudencial o, simplemente, la
casación jurisprudencial está en función de las decisiones vinculantes, así decla-
radas por las Altas Cortes de Justicia, excluyéndose de su ámbito de compren-
sión las decisiones que, a pesar de emanar de tales Cortes, solo fijan una deter-
minada línea jurisprudencial. En la jurisdicción ordinaria-penal los precedentes
vinculantes así expresados en Ejecutorias Supremas según el Código de Procedi-
mientos Penales, las doctrinas jurisprudenciales establecidas como vinculantes
en sentencias casatorias de conformidad con el Código Procesal Penal de dos mil
cuatro, o los principios jurisprudenciales fijados en Acuerdos Plenarios como pro-
ducto de la realización de Plenos Jurisdiccionales de Jueces Supremos en lo Penal,
constituyen, todas, decisiones de Jueces Supremos Penales de observancia nece-
saria y obligatoria por órganos jurisdiccionales de otras instancias” (Sala Penal
Permanente. Casación N° 344-2017-Cajamarca, del 4 de diciembre de 2017,
considerando 2.3.).

511 ¿
En qué supuestos resulta procedente la casación por apartamiento
jurisprudencial?
“La casación jurisprudencial [cfr. Artículo cuatrocientos veintinueve, numeral cinco,
del Código Procesal Penal de dos mil cuatro] resulta atendible hasta en tres supues-
tos, cuando los órganos jurisdiccionales penales diferentes a la Corte Suprema:

404
Medios impugnatorios

Se apartan de un criterio jurisprudencial vinculante o de ineludible observancia,


de conformidad con lo establecido en el segundo párrafo del artículo veintidós de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, esto es, al decidir, expresamente, no seguir
el criterio jurisprudencial supremo vinculante que sea de aplicación al caso que
resuelven, justificando su decisión de apartamiento, precisando sus razones (apar-
tamiento expreso de doctrina jurisprudencial).
Soslayan la aplicación del referido criterio a pesar de que resulta ser de aplica-
ción al caso que resuelven, por desconocimiento o deliberadamente, sin hacer
alusión alguna al mismo en la resolución que expiden (apartamiento presunto de
doctrina jurisprudencial).
Aparentemente cumplen con aplicar el criterio jurisprudencial vinculante o de ine-
ludible observancia, que resulta ser de aplicación al caso que resuelven; no obs-
tante, no lo hacen rigurosa, adecuada o acabadamente, lo cual repercute, significa-
tivamente, en la solución del caso que deciden (apartamiento material de doctrina
jurisprudencial)” (Sala Penal Permanente. Casación N° 344-2017-Cajamarca,
del 4 de diciembre de 2017, considerandos 2.4 - 2.4.3.).

512 ¿
Al interponerse el recurso de casación excepcional qué aspectos debe
sustentar el peticionante?
“[T]ratándose de la casación excepcional, el inciso 3, artículo 430 del CPP esta-
blece que si se invoca el inciso 4, artículo 427 del CPP, el peticionante deberá sus-
tentar, primero, los fundamentos que hacen imprescindible el desarrollo de la doc-
trina jurisprudencial; y, segundo, consignar adicional y puntualmente las razones
que justifican el desarrollo jurisprudencial que pretende” (Sala Penal Nacional
de Apelaciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Fun-
cionarios - Colegiado A. Exp. N° 19-2018-6, Resolución Nº 7, del 10 de diciem-
bre de 2018, considerando 5).

513 ¿
La sala de casación qué aspectos debe valorar cuando se ha inter-
puesto el recurso de casación excepcional?
“Respecto a la casación excepcional, la Sala Permanente de la Corte Suprema ha
establecido que ‘la valoración que ha de realizar la Sala de Casación, más allá de
su carácter discrecional (…) ha de circunscribirse a la presencia de un verdadero
interés casacional: (i) la unificación de interpretaciones contradictorias –juris-
prudencia contradictoria entre diversos órganos jurisdiccionales–, afirmación de
la jurisprudencia existente de la máxima instancia judicial frente a errores de tri-
bunales inferiores, o definición en un sentido interpretativo a una norma reciente
o escasamente invocada pero de especiales connotaciones jurídicas, así como
(ii) la necesidad, por sus características generales, más allá del interés del recurrente
–defensa del interés general–, de obtener una interpretación correcta de especí-
ficas normas de derecho penal y procesal penal’” (Sala Penal Nacional de Ape-
laciones del Sistema Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios

405
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

- Colegiado A. Exp. N° 19-2018-6, Resolución Nº 7, del 10 de diciembre de


2018, considerando 6).

514 ¿
Cuál es el objeto central sobre el que se centra la casación formal o
por quebrantamiento de forma?
“(…) Por lo demás, la denominada ‘casación formal o por quebrantamiento de forma’
está centrada en revisar si el órgano jurisdiccional cumplió o no con las normas
jurídicas que rigen el procedimiento, o la estructura y ámbito de las resoluciones
que emitan en función a la pretensión y resistencia de las partes” (Sala Penal Per-
manente. Casación Nº 1-2007-Huaura, del 26 de julio de 2007, considerando 3).

III. ACCIÓN DE REVISIÓN

Base legal Código Procesal Penal de 2004: arts. 439, 440, 441, 442, 443, 444, 445.

515 ¿En qué consiste la acción de revisión?


“La revisión de la sentencia no es un recurso sino una acción que se dirige ante el
órgano jurisdiccional supremo a fin de demandar un nuevo análisis del caso penal,
pese a la existencia de sentencia firme, por existir una causal de suma importancia
que demuestra la inocencia de la persona condenada por un delito, así se refiere el
maestro García Rada cuando señala que es un medio que ‘ataca la santidad de la
Cosa Juzgada y conmueve los cimientos del orden jurídico al autorizar que una
sentencia firme y ejecutoriada, sea nuevamente revisada en sus propios funda-
mentos y a la luz de nuevos hechos o circunstancias’. Por tanto, la revisión es un
medio extraordinario extraproceso que se interpone contra una resolución judicial
que tiene autoridad de cosa juzgada, con el objeto de subsanar un error judicial.
El Código Procesal Penal de 2004 lo entiende como una acción por medio de la
cual se busca la revisión de las sentencias condenatorias firmes, que procede, sin
limitación temporal y sólo a favor del condenado, en los casos establecidos en la
ley” (Segunda Sala Penal Transitoria. Revisión de Sentencia N° 9-2017-Lima
Este, del 21 de marzo de 2017, considerando 2).
“La revisión es una acción de impugnación autónoma que sirve para cuestionar las
resoluciones jurisdiccionales que tienen la calidad de cosa juzgada formal. Esta
acción se interpone ante el órgano Supremo a fin de demandar un nuevo análisis
del caso penal, en razón a la existencia de una importante causal que demostraría
la inocencia de la persona condenada por un delito (YAIPÉN ZAPATA, Víctor
Pastor. Los medios impugnatorios en el proceso penal peruano, Ideas Solución
Editorial, Lima, 2014, pg. 188)” (Sala Penal Permanente. Revisión de Senten-
cia N° 69-2015-Lima, del 10 de julio de 2015, considerando 2).

406
Medios impugnatorios

516 ¿Cuál es la finalidad de la acción de revisión?


“(…) su finalidad está encaminada a que prevalezca sobre la sentencia firme la
auténtica verdad, y; con ello la justicia materia sobre la formal, precediendo solo
cuando se presentan causales establecidas en el Código Adjetivo; (…)” (Segunda
Sala Penal Transitoria. Revisión de Sentencia N° 9-2017-Lima Este, del 21 de
marzo de 2017, considerando 8).
“La revisión ­en tanto medio de rescisión de sentencias firmes­no se ampara en la
mera existencia de nulidades procesales en la sentencia o en el procedimiento que
la precedió. No se basa en el examen de errores en el juzgamiento o en la valora-
ción de la prueba, menos aún en errores in iudicando.
Su fundamento reside en la necesidad de consolidar y preservar derechos y prin-
cipios tales como la defensa, presunción de inocencia y tutela jurisdiccional. Es
decir, se reconoce el valor de la justicia material ­que deriva de la verdad histórica
de los hechos y la rectitud del juzgamiento­por encima del carácter de cosa juz-
gada de las resoluciones judiciales, para permitir una impugnación de una sen-
tencia firme, eliminar su eficacia y permitir un nuevo pronunciamiento sobre el
mismo objeto procesal.
La acción de revisión tiene un carácter excepcional, pues su objeto es la rescisión
de sentencias firmes y, con ello, excepcionar la institución de la cosa juzgada, que
integra la garantía genérica de la tutela jurisdiccional. Implica la inculpabilidad de
aquellas personas que han sido condenadas con notoria equivocación o error, de
modo que su finalidad está encaminada a que prevalezca, sobre la sentencia firme,
la auténtica verdad y, con ello, la justicia material sobre la formal” (Salas Penales
Permanente y Transitoria. Sentencia Plenaria N° 1-2015/301-A.2-ACPP, del 5
de mayo de 2015, considerandos 2 y 3).

517 ¿
Cuáles son las causales para que proceda la acción de revisión de una
sentencia?
“Las causales para que proceda la revisión de una sentencia condenatoria se encuen-
tran establecidas en el artículo 439, del Código Procesal Penal y son las siguientes:
1) Cuando después de una sentencia se dictara otra que impone pena o medida
de seguridad por el mismo delito a persona distinta de quien fue primero san-
cionada, y no pudiendo conciliarse ambas sentencias, resulte de su contradic-
ción la prueba de la inocencia de alguno de los condenados.
2) Cuando la sentencia se haya pronunciado contra otra precedente que tenga la
calidad de cosa juzgada.
3) Si se demuestra que un elemento de prueba, apreciado como decisivo en la
sentencia, carece de valor probatorio que se le asignara por falsedad, invali-
dez, adulteración o falsificación.

407
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

4) Si con posterioridad a la sentencia se descubren hechos o medios de prueba, no


conocidos durante el proceso, que solos o en conexión con las pruebas ante-
riormente apreciadas sean capaces de establecer la inocencia del condenado.
5) Cuando se demuestre, mediante decisión firme, que la sentencia fue deter-
minada exclusivamente por un delito cometido por el Juez o grave amenaza
contra su persona o familiares, siempre que en los hechos no haya interve-
nido el condenado.
6) Cuando la norma que sustentó la sentencia hubiera sido declarada inconsti-
tucional por el Tribunal Constitucional o inaplicable en un caso concreto por
la Corte Suprema” (Segunda Sala Penal Transitoria. Revisión de Senten-
cia N° 9-2017-Lima Este, del 21 de marzo de 2017, considerando 5).
“[L]a acción de revisión procede en las causales taxativamente previstas en el
artículo 439 del Código Procesal Penal: 1) Revisión de sentencia por incompati-
ble subsiguiente, 2) por la sentencia incompatible precedente, 3) por prueba frau-
dulenta, 4) por prueba nueva, 5) por influencia delictiva del juzgador, y 6) por
inconstitucionalidad de la norma” (Sala Penal Permanente. Revisión de Senten-
cia N° 69-2015-Lima, del 10 de julio de 2015, considerando 3).
“El artículo 439 del Nuevo Código Procesal Penal establece un listado de seis
motivos expresos y específicos de procedencia de la acción de revisión. Son los
siguientes:
a) Cuando después de una sentencia se dictara otra que impone pena o medida
de seguridad por el mismo delito a persona distinta de quien fue primero san-
cionada, y no pudiendo conciliarse ambas sentencias, resulte de su contradic-
ción la prueba de la inocencia de alguno de los condenados.
b) Cuando la sentencia se haya pronunciado contra otra precedente que tenga la
calidad de cosa juzgada.
c) Si se demuestra que un elemento de prueba, apreciado como decisivo en la
sentencia, carece de valor probatorio que se le asignara por falsedad, invali-
dez, adulteración o falsificación.
d) Si con posterioridad a la sentencia se descubren hechos o medios de prueba, no
conocidos durante el proceso, que solos o en conexión con las pruebas ante-
riormente apreciadas sean capaces de establecer la inocencia del condenado.
e) Cuando se demuestre, mediante decisión firme, que la sentencia fue deter-
minada exclusivamente por un delito cometido por el Juez o grave amenaza
contra su persona o familiares, siempre que en los hechos no haya interve-
nido el condenado.
f) Cuando la norma que sustentó la sentencia hubiera sido declarada inconsti-
tucional por el Tribunal Constitucional o inaplicable en un caso concreto por
la Corte Suprema.

408
Medios impugnatorios

Las causales citadas importan una objetivización de los criterios subjetivos de


sospecha de presunta parcialidad judicial. Comprenden defectos gravísimos que
indudablemente hacen que el proceso no pueda servir como válido en el Ordena-
miento Jurídico. Los motivos se pueden concentrar en tres grupos: (i) pruebas fal-
sas o delitos por o contra el juez (artículos 439 apartados 3 y 5 del Nuevo Código
Procesal Penal); (ii) nuevos hechos o pruebas favorables al condenado (artículo
439 apartados 1, 2 y 4 del Nuevo Código Procesal Penal); y, (iii) error jurídico:
cuando la ley penal fue declarada inconstitucional o se inaplicó (artículo 439 apar-
tado 6 del Nuevo Código Procesal Penal).
Se advierte que los supuestos de procedencia expresan de forma manifiesta la
injusticia material de la condena. No obstante que la procedencia y fundabilidad se
basa en los motivos citados, en ciertos casos la determinación de la nulidad de la
condena que tuvo calidad de cosa juzgada, y posterior absolución, no solo depen-
derá de la acreditación de la configuración de la causal, sino de una previa valo-
ración conjunta de los medios de prueba. Ello se advierte claramente del sentido
del apartado cuatro del artículo citado, que no se limita solo a anular la condena
cuando se descubre un hecho o un medio de prueba no conocido, sino que exis-
ten casos en los que deviene en necesario valorar la nueva prueba en conexión con
las pruebas anteriormente apreciadas, para anular la decisión, es decir, el propio
Código admite la necesidad de una revaloración de lo actuado” (Salas Penales
Permanente y Transitoria. Sentencia Plenaria N° 1-2015/301-A.2-ACPP, del 5
de mayo de 2015, considerandos 4, 5 y 6).

518 ¿
Qué aspecto comprende el concepto de “nuevos hechos” o “nuevos
elementos de prueba” para interponer la acción de revisión?
“Que el artículo 439, inciso 4, del Código Procesal Penal estipula que la revisión
de sentencias condenatorias firmes procede: ‘Si con posterioridad a la sentencia se
descubren hechos o medios de prueba, no conocidos durante el proceso, que (…)
sean capaces de establecer la inocencia del condenado’. Se requiere, pues, nue-
vos hechos o nuevos medios de pruebas desconocidos en el proceso ‘a quo’ que
evidencien la inocencia del condenado y que de haberse podido aportar, hubiera
sucedido un fallo absolutorio, de tal manera que las nuevas pruebas anulen y
eliminen el efecto incriminador de las anteriores, poniendo de relieve un error
claro y manifiesto ocasionado por el desconocimiento de estos nuevos datos que
hubieran cambiado el signo de las valoraciones y conclusiones obtenidas por el
Tribunal Sentenciador [GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Penal,
Civitas, Navarra, 2015, p. 944] (Sala Penal Permanente. Revisión Sentencia
N° 503-2017-Callao, del 5 de noviembre de 2018, considerando 1).
“[L]os conceptos ‘nuevos hechos’ o ‘nuevos elementos de prueba’ son equivalen-
tes, estando comprendidos en ellos todos los hechos que, por su desconocimiento,
no hayan podido ser alegados en el momento procesal oportuno antes de la senten-
cia definitiva, y todo elemento de prueba que tampoco haya podido ser tenido en
cuenta, ni valorado por el Tribunal que valoró aquella. En efecto, la jurisprudencia

409
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

española afirma que los nuevos hechos o nuevos elementos de prueba son aquellos
que surgen con posterioridad a la sentencia, precisando lo siguiente: ‘(…) debiendo
entenderse como nuevos, todos los hechos o medios probatorios que sobrevengan
o se revelen con posterioridad a la sentencia condenatoria, bastando con que no
hayan sido alegados o producidos ante el Tribunal sentenciador, ni descubiertos
por la investigación judicial practicada de oficio (BARONA VILAR, Silvia. La
revisión penal. Revista Justicia, España, número cuatro, mil novecientos ochenta
y siete, página ochocientos setenta)’” (Sala Penal Permanente. Revisión de Sen-
tencia N° 69-2015-Lima, del 10 de julio de 2015, considerando 4).
Que el concepto ‘hecho’ es amplio. Incluye todo acaecimiento histórico y. como
tal, puede serlo los hechos jurídicos. Un nuevo dispositivo legal es un hecho jurí-
dico por su propia existencia, más allá de la eficacia jurídica que despliegue sobre
las situaciones jurídicas que regule.
A este respecto puntualiza, por ejemplo, la STSE de veintiuno de abril de mil
novecientos noventa y siete, lo siguiente: ‘Con el carácter ampliatorio que puede
suponer interpretación de las normas en favor del reo, en este caso se podría con-
siderar también posible la revisión cuando hayan cambiado las normas aplicables
que hagan posible tal favorecimiento. Se trata de aplicar normas sobrevenidas, que
podrían hacerles impunes en cuanto que fueran más favorables, y siempre que pue-
dan considerarse sobrevenidas al no haber sido ya tenidas en cuenta en la senten-
cia que trata de revisarse. Faltaría si no el elemento esencial que un recurso de esta
naturaleza siempre requiere, cual es el cambio de las reglas esenciales del enjui-
ciamiento’” (Sala Penal Permanente. Revisión Sentencia N° 503-2017-Callao,
del 5 de noviembre de 2018, considerando 2).

519 ¿
La acción de revisión funciona como una instancia de revisión de
medios probatorios?
“Acorde con lo señalado resulta admisible que los fundamentos alegados consti-
tuyan la causal alegada; en principio la acción de revisión no funciona como una
instancia de revisión de medios probatorios, sin la existencia previa de nuevo ele-
mento probatorio idóneo. El recurrente alega la existencia una declaración jurada,
es decir una prueba documental iuris tantum, que no posee la fuera probatoria
suficiente para desvirtuar al conjunto de pruebas sometidas a contradictorio que
sustentaron una sentencia. Es de resaltar que en el caso concreto se trata de
una sentencia conformada –fojas seis–, es decir, donde no se realizó actuación
probatoria, pues el imputado –ahora recurrente, Torres Soto– aceptó sin cuestio-
nar –conforme a derecho– los cargos imputados” (Sala Penal Permanente. Revi-
sión de Sentencia N° 69-2015-Lima, del 10 de julio de 2015, considerando 5).

410
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL

Introducción................................................................................................. 5

CAPÍTULO I
PRINCIPIOS RECTORES DEL PROCESO
PENAL PERUANO ADOPTADOS POR
EL CÓDIGO PROCESAL PENAL DE 2004

I. EL DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA... 11

001 ¿En qué consiste el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y


cuál es su naturaleza?....................................................................... 11
002 ¿El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva entendido como
derecho continente qué derechos engloba?...................................... 11
003 ¿El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva en su vertiente sub-
jetiva qué aspectos presupone?......................................................... 14
004 ¿Cuáles son las etapas en que el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva despliega sus efectos?......................................................... 15
005 ¿Cuándo se produce una vulneración al derecho a la tutela juris-
diccional efectiva?............................................................................ 15
006 ¿En qué consiste la tutela procesal efectiva y cómo se configura?..... 15
007 ¿Cuáles son los planos que abarca el derecho a la tutela procesal
efectiva?............................................................................................ 16
008 ¿Qué derechos comprende el derecho a la tutela procesal efectiva?..... 16
009 ¿La lista de derechos que ha previsto el legislador como parte
del derecho a la tutela procesal efectiva es enunciativa o tiene el
carácter de numerus clausus?........................................................... 17

II. EL DEBIDO PROCESO.................................................................. 17

010 ¿Cómo ha sido concebido el derecho al debido proceso?................ 17

413
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

011 ¿Cuál es el alcance del derecho al debido proceso? ....................... 19


012 ¿Cuál es la naturaleza del derecho al debido proceso?..................... 21
013 ¿Cuál es la función del derecho al debido proceso?......................... 21
014 ¿Cuáles son las principales características del derecho al debido
proceso?............................................................................................ 21
015 ¿El derecho al debido proceso es un derecho continente?................ 22
016 ¿Cuáles son las dimensiones del derecho al debido proceso? ......... 23
017 ¿Qué aspectos se pueden controlar a través de la dimensión sus-
tancial del debido proceso?............................................................... 24
018 ¿Qué derechos comprende en su dimensión formal el debido pro-
ceso?................................................................................................. 25
019 ¿Qué diferencias existen entre el derecho a la tutela jurisdic-
cional efectiva y el debido proceso?................................................. 25
020 ¿Cuál es la vinculación entre el derecho al debido proceso y el
derecho de acceso a la justicia?........................................................ 26
021 ¿Cuándo se produce una lesión al derecho al debido proceso?........ 27
022 ¿La determinación de la responsabilidad penal puede efectuarse
vulnerando las garantías del debido proceso?.................................. 27
023 ¿El debido proceso se proyecta a la etapa prejurisdiccional del
proceso penal?.................................................................................. 28
024 ¿Cuál es la sanción que lleva aparejada la vulneración al debido
proceso?............................................................................................ 29

III. LA GRATUIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTI-


CIA PENAL...................................................................................... 30

025 ¿El principio de gratuidad en la administración de justicia forma


parte del contenido constitucionalmente protegido de qué dere-
chos?................................................................................................. 30
026 ¿El principio de gratuidad de la administración de justicia es un
mecanismo de realización del derecho a la igualdad?...................... 30
027 ¿Cuáles son los supuestos por los cuales la administración de jus-
ticia es gratuita?................................................................................ 31
028 ¿Cuándo la fiscalía debe expedir copias gratuitas de la carpeta
fiscal?................................................................................................ 32

414
Índice general

IV. EL DERECHO AL JUEZ NATURAL O PREDETERMI-


NADO POR LEY.............................................................................. 32

029 ¿En qué consiste el derecho a ser juzgado por un juez natural?....... 32
030 ¿Cuáles son las exigencias que impone el respeto al derecho al
juez natural o predeterminado por ley?............................................ 34
031 ¿El derecho al juez natural impide la entrada en vigencia de nor-
mas que modifiquen la competencia del órgano jurisdiccional con
posterioridad al inicio del proceso?.................................................. 35

V. EL PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA JUDICIAL................... 35

032 ¿Cómo debe ser entendido el principio de independencia judicial?... 35


033 ¿Cómo se concibe el principio de independencia judicial?.............. 36
034 ¿Qué exigencias le impone al legislador el principio de indepen-
dencia judicial?................................................................................. 36
035 ¿Cuáles son las perspectivas bajo las cuales debe entenderse el
principio de independencia judicial?................................................ 37
036 ¿Cuáles son las dimensiones del principio de independencia de la
función jurisdiccional?..................................................................... 37
037 ¿El principio de independencia judicial rige aun cuando se ha
decretado un estado de excepción?................................................... 39

VI. EL PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD........................................ 39

038 ¿Cómo se define la imparcialidad?................................................... 39


039 ¿En qué consiste el derecho a ser juzgado por un juez imparcial?... 40
040 ¿El derecho al juez constitucional tiene rango de derecho funda-
mental?.............................................................................................. 41
041 ¿Es el derecho a ser juzgados por jueces imparciales un derecho
constitucional expreso?..................................................................... 42
042 ¿El derecho a ser juzgado por un juez imparcial es una garantía
del debido proceso?.......................................................................... 42
043 ¿Qué exigencias impone al juez el principio de imparcialidad?...... 43
044 ¿Cuáles son las dimensiones del principio de imparcialidad?.......... 44

415
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

045 ¿Cómo se entiende la imparcialidad en el ámbito del Ministerio


Público?............................................................................................ 46
046 ¿Cuál es la relación y cuáles son las diferencias entre el principio
de independencia judicial y el principio de imparcialidad?............. 46
047 ¿La imparcialidad y la independencia son garantías para qué
sujeto procesal?................................................................................. 48
048 ¿Cómo se desnaturaliza la imparcialidad como esencia del rol del
juez?.................................................................................................. 48
049 ¿Qué aspectos deben considerarse para valorar la quiebra de la
presunción de imparcialidad subjetiva?............................................ 48
050 ¿Qué se entiende por “contaminación procesal” como motivo
genérico de quiebra de la imparcialidad objetiva?........................... 48
051 ¿Se vulnera el principio de imparcialidad si el tribunal obtiene
sus conclusiones desde una óptica puramente subjetiva?................. 49
052 ¿La vulneración de los principios de independencia e imparciali-
dad implica una vulneración a la tutela jurisdiccional efectiva?...... 49
053 ¿La teoría de la “apariencia” es aplicable para determinar una
vulneración al principio de imparcialidad judicial?......................... 49
054 ¿Cuáles son los instrumentos que prevé el ordenamiento jurídico
para hacer prevalecer el principio de imparcialidad judicial?.......... 50
055 ¿En qué consiste la inhibición?........................................................ 51
056 ¿En qué consiste la recusación?........................................................ 52
057 ¿Cuál es el fin que persigue la recusación?...................................... 52
058 ¿Dónde encuentra su fundamento el instituto de la recusación?...... 53
059 ¿Cuáles son las causales para interponer una recusación?............... 54
060 ¿En qué consiste la causal genérica de recusación referida al
temor de parcialidad?........................................................................ 54
061 ¿Qué implica el “temor de parcialidad” como consecuencia de la
actuación funcional como causal genérica para la interposición
de la recusación?............................................................................... 56
062 ¿Qué aspectos comprende el test de apreciación judicial como
baremo para evaluar el temor de parcialidad como causal de
recusación?....................................................................................... 56

416
Índice general

063 ¿La causal genérica de temor de parcialidad debe estar objetiva-


mente justificada?............................................................................. 57
064 ¿Cualquier decisión jurídica que ha sido reputada como arbitra-
ria por el Tribunal Constitucional, puede servir para fundamentar
una recusación?................................................................................. 57
065 ¿El simple error o una discrepancia jurídica puede fundamentar
una recusación?................................................................................. 58
066 ¿Procede la recusación por el solo hecho de haber interpuesto un
hábeas corpus o queja contra el juez de la causa?............................ 58
067 ¿Cuál es el plazo para formular la recusación?................................ 59

VII. El PRINCIPIO DE LEGALIDAD.................................................. 61

068 ¿Cuáles son los alcances del principio de legalidad en un Estado


constitucional de derecho?................................................................ 61
069 ¿Cuáles son las garantías que comprende el principio de legalidad?... 62
070 ¿El principio de legalidad como principio constitucional propia-
mente dicho y como derecho subjetivo constitucional que aspec-
tos garantiza?.................................................................................... 62
071 ¿Cuáles son las manifestaciones del principio de legalidad?........... 62

VIII. El DERECHO AL PLAZO RAZONABLE.................................... 64

072 ¿Cuál es la finalidad del derecho al plazo razonable?...................... 64


073 ¿Cuáles son los criterios que se deben analizar para determinar
una vulneración al derecho al plazo razonable?............................... 65
074 ¿Qué criterios se deben tomar en cuenta en relación con la com-
plejidad del asunto como elemento para determinar el plazo razo-
nable del proceso?............................................................................ 67
075 ¿Qué criterios se deben tomar en cuenta en relación con la acti-
vidad procesal del interesado como elemento para determinar el
plazo razonable del proceso?............................................................ 67
076 ¿Qué criterios se deben tomar en cuenta en relación con la con-
ducta de las autoridades judiciales del interesado como elemento
para determinar el plazo razonable del proceso?.............................. 68

417
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

077 ¿Cómo debe realizarse el cómputo del inicio y fin del plazo razo-
nable?................................................................................................ 69
078 ¿Cuáles son las consecuencias derivadas de la constatación de la
vulneración del derecho a ser juzgado en un plazo razonable?........ 71
079 ¿Un proceso extremadamente breve también vulnera el derecho
al plazo razonable?........................................................................... 71

IX. El PRINCIPIO ACUSATORIO...................................................... 71

080 ¿En qué consiste el principio acusatorio?......................................... 71


081 ¿Cuál es el fundamento para la aplicación del principio acusatorio?.... 72
082 ¿Cuáles son los alcances del principio acusatorio?.......................... 73
083 ¿El principio acusatorio impone una distinción de roles entre los
sujetos procesales?............................................................................ 74
084 ¿Cuáles son las características del principio acusatorio?................. 74
085 ¿Cuál es la expresión fundamental del principio acusatorio?........... 76
086 ¿Qué implicancias tiene para el órgano juzgador respetar el prin-
cipio acusatorio?............................................................................... 78
087 ¿Cuándo opera una excepción a la vigencia del principio acusato-
rio en relación con las decisiones fiscales?....................................... 78
088 ¿El principio acusatorio impide que el órgano jurisdiccional rea-
lice un control de la legalidad de las resoluciones fiscales impug-
nadas por la víctima?........................................................................ 79
089 ¿Cómo opera el principio de jerarquía institucional con relación
al principio acusatorio?..................................................................... 79
090 ¿Cómo se relaciona el principio acusatorio con el contradictorio? .... 81

X. EL DERECHO A LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA E IN


DUBIO PRO REO............................................................................. 81

091 ¿Cuáles son los alcances del principio a la presunción de inocencia?... 81


092 ¿En dónde reside el fundamento del derecho a la presunción de
inocencia?......................................................................................... 82
093 ¿Cuál es el contenido constitucionalmente protegido del derecho
a la presunción de inocencia?........................................................... 82

418
Índice general

094 ¿La presunción de inocencia exige que no solo se debe probar el


hecho delictivo sino también la vinculación del imputado con tal
evento ilícito?................................................................................... 82
095 ¿Cuáles son las vertientes en que se despliega la presunción de
inocencia, en tanto derecho subjetivo del ciudadano?...................... 83
096 ¿Desde qué momento empieza a regir el principio de la presun-
ción de inocencia?............................................................................ 83
097 ¿Cuáles son las exigencias de la presunción de inocencia en su
dimensión extraprocesal?................................................................. 84
098 ¿La presunción de inocencia en su dimensión procesal a qué
ámbitos se aplica? ............................................................................ 84
099 ¿La presunción de inocencia como principio informador del pro-
ceso penal qué exigencias implica?.................................................. 84
100 ¿La presunción de inocencia como regla de tratamiento impide la
adopción de medidas cautelares personales?.................................... 84
101 ¿Cuándo se produce una vulneración al derecho a la presunción
de inocencia como regla de tratamiento? ........................................ 85
102 ¿Qué implicancias tiene la presunción de inocencia como regla
de prueba en el proceso penal?......................................................... 86
103 ¿En virtud de la presunción de inocencia como regla de prueba
quién tiene la carga de la prueba en el proceso penal? .................... 86
104 ¿Qué implicancias tiene la presunción de inocencia como regla
de juicio?........................................................................................... 87
105 ¿En qué etapa del proceso penal se puede generar prueba idónea
para quebrantar la presunción de inocencia? ................................... 88
106 ¿Cuál es la implicancia del principio in dubio pro reo como
manifestación de regla de juicio de la presunción de inocencia?..... 89
107 ¿Qué consecuencias conlleva la aplicación del in dubio pro reo
como manifestación de la presunción de inocencia como regla de
juicio?............................................................................................... 90
108 ¿El derecho a la debida motivación permite garantizar el respeto
a la presunción de inocencia? .......................................................... 90

XI. El PRINCIPIO DEL NE BIS IN IDEM.......................................... 90

109 ¿En qué consiste el principio del ne bis in idem?............................. 90

419
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

110 ¿Cuáles son las dimensiones del principio del ne bis in idem?........ 91
111 ¿Cómo se desarrolla la conexión que existe entre el ne bis in
idem material con los principios de proporcionalidad y de legali-
dad?................................................................................................... 94
112 ¿Qué es lo que garantiza el principio del ne bis in idem en su ver-
tiente procesal?................................................................................. 95
113 ¿En qué consiste el criterio de la triple identidad para determinar
una vulneración o no al principio del ne bis in idem?...................... 95
114 ¿Cuáles son los elementos constitutivos de la dimensión formal
del principio del ne bis in idem?....................................................... 96
115 ¿Se vulnera el principio del ne bis in idem si el doble
juzgamiento se debe a que el primer proceso se declaró nulo por
cuanto había sido tramitado ante un juez que carecía de compe-
tencia?............................................................................................... 97
116 ¿La existencia de un proceso penal enerva la potestad de la
Administración para procesar y sancionar administrativamente al
funcionario o servidor que ha incurrido en graves irregularidades
en el desempeño de sus funciones?.................................................. 97
117 ¿El principio del ne bis in idem rige también en sede fiscal?........... 98
118 ¿En qué casos no procede la aplicación del principio del ne bis in
idem?................................................................................................. 98

XII. EL DERECHO DE DEFENSA....................................................... 100

119 ¿En qué consiste el derecho de defensa?.......................................... 100


120 ¿Cuáles son las fases del derecho de defensa?................................. 101
121 ¿Qué principios forman parte del derecho de defensa?.................... 101
122 ¿En qué etapas del proceso se extiende el derecho de defensa?....... 101
123 ¿El derecho de defensa garantiza la concesión de tiempo y
medios razonables para ejercer la defensa?...................................... 103
124 ¿Cuáles son las dimensiones del derecho de defensa?..................... 103
125 ¿La dimensión formal del derecho de defensa o también llamada
defensa técnica qué aspectos comprende?........................................ 104
126 ¿Desde qué momento se debe garantizar el derecho a la defensa
técnica?............................................................................................. 104

420
Índice general

127 ¿Qué consecuencias acarrea la vulneración del derecho a la


defensa técnica?................................................................................ 104
128 ¿Cuándo se afecta el contenido constitucionalmente protegido
del derecho de defensa?.................................................................... 105
129 ¿El nombrar a un defensor de oficio para el solo cumplimiento de
una formalidad procesal vulnera el derecho de defensa?................. 105
130 ¿Qué características debe tener la defensoría pública de un país
para garantizar el derecho de defensa?............................................. 105
131 ¿Se vulnera el derecho de defensa y la pluralidad de instancias
si la Sala declara la inadmisibilidad del recurso de apelación por
inasistencia justificada del abogado de la parte impugnante?.......... 106
132 ¿El uso de un idioma nativo o extranjero se encuentra dentro del
ámbito constitucionalmente protegido del derecho a la defensa?.... 107
133 ¿Un procesado que no tiene la calidad de abogado puede ejercer
por sí solo y de forma integral su derecho de defensa?.................... 108
134 ¿Una defensa técnica ineficaz constituye un supuesto de estado
de indefensión?................................................................................. 108
135 ¿El juez tiene el deber de suspender la audiencia si considera
objetivamente que el procesado tiene una defensa técnica inefi-
caz?................................................................................................... 108
136 ¿El ofrecimiento probatorio, como parte del derecho de defensa,
puede ser restringido por el incumplimiento parcial de una for-
malidad?............................................................................................ 109
137 ¿La prohibición de un abogado defensor de participar en la decla-
ración del imputado que no defiende, en la etapa de investigación
preparatoria, vulnera el derecho de defensa?.................................... 109
138 ¿La variación de la calificación jurídica sobre los mismos hechos
materia del proceso vulnera el derecho de defensa?......................... 111

XIII. EL DERECHO A SER INFORMADO DE LA IMPUTACIÓN... 112

139 ¿Qué exigencias plantea el derecho a ser informado de la imputa-


ción?................................................................................................. 112
140 ¿Qué aspectos garantiza el derecho a ser informado de la imputa-
ción?................................................................................................. 113

421
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

XIV. EL PRINCIPIO DE LA IMPUTACIÓN NECESARIA O


CONCRETA..................................................................................... 113

141 ¿En qué consiste el derecho a la imputación necesaria, concreta o


suficiente?......................................................................................... 113
142 ¿Cuál es la finalidad de la imposición del respeto al derecho a la
imputación necesaria?....................................................................... 115
143 ¿Qué exigencias impone el principio de progresividad a la impu-
tación necesaria en las distintas fases del proceso penal?................ 115
144 ¿En qué casos la imputación necesaria puede ser relativizada?....... 117

XV. EL DERECHO A SER OÍDO.......................................................... 117

145 ¿Cuáles son los alcances del derecho a ser oído en sus vertientes
material y procesal?.......................................................................... 117
146 ¿El derecho a ser oído es equiparable a un procedimiento judicial
justo?................................................................................................. 118
147 ¿Qué es lo que se busca garantizar con el derecho a ser oído?........ 119
148 ¿Se genera un estado de indefensión si no se le permite ser oído
al procesado que se encuentra presente en el juicio? ....................... 120
149 ¿Las víctimas tienen también el derecho a ser oídas en el pro-
ceso?................................................................................................. 121

XVI. EL DERECHO A SER ASISTIDO POR UN INTÉRPRETE..... 122

150 ¿En qué consiste el derecho a usar el idioma propio ante las auto-
ridades mediante intérprete como manifestación del derecho de
defensa?............................................................................................ 122
151 ¿La presencia de un intérprete constituye un acto para garantizar
la igualdad y defensa eficaz?............................................................ 123
152 ¿Se vulnera el derecho de defensa del recurrente si no se le
asigna un traductor o intérprete?...................................................... 124

XVII. EL DERECHO A LA NO AUTOINCRIMINACIÓN.................. 125

153 ¿En qué consiste el derecho a la no autoincriminación?.................. 126


154 ¿El derecho a no autoincriminarse constituye un derecho funda-
mental?.............................................................................................. 126

422
Índice general

155 ¿Cuáles son las obligaciones que debe cumplir el Estado en aras
de garantizar el derecho a la no autoincriminación? ....................... 127
156 ¿Cómo se relaciona el derecho a la no autoincriminación con el
derecho a la presunción de inocencia? ............................................ 128
157 ¿El derecho al silencio, como parte del derecho a la no autoincri-
minación, tiene efectos retroactivos?................................................ 128
158 ¿Si el procesado se identifica con un nombre falso, ello consti-
tuye un indicio de culpabilidad o solo una manifestación del prin-
cipio de no autoincriminación?......................................................... 128

XVIII. EL DERECHO A LA IGUALDAD DE ARMAS........................ 129

159 ¿Cómo se configura la igualdad en la Constitución peruana?.......... 129


160 ¿En qué consiste la igualdad como derecho fundamental?.............. 130
161 ¿En qué consiste la igualdad como principio fundamental?............. 130
162 ¿En qué consiste el carácter relacional del principio-derecho a la
igualdad?........................................................................................... 131
163 ¿Cuáles son las manifestaciones de la igualdad “ante la ley”?......... 132
164 ¿Cuáles son las manifestaciones de la igualdad “en la aplicación
de la ley”?......................................................................................... 132
165 ¿Cuál es la vinculación existente entre el juicio de igualdad en la
ley y el principio de proporcionalidad?............................................ 132
166 ¿A qué evaluación debe someterse una medida que limita dere-
chos para determinar si resulta conforme con el principio del
derecho de igualdad?........................................................................ 133
167 ¿En qué consiste el primer paso del test de igualdad denominado
“verificación de la diferenciación legislativa”?................................ 133
168 ¿Cuáles son los alcances del principio de igualdad de armas?......... 134

XIX. EL DERECHO A LA PLURALIDAD DE INSTANCIAS............ 135

169 ¿Cuál es la finalidad del derecho a la pluralidad de instancias?....... 135


170 ¿La facultad de recurrir el fallo forma parte del derecho a la plu-
ralidad de instancias?........................................................................ 136
171 ¿A parte de la facultad de recurrir el fallo, qué otros componentes
forman parte del contenido esencial del derecho a la pluralidad
de instancia?..................................................................................... 137

423
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

XX. EL DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN........................... 138

172 ¿Cuál es la naturaleza del derecho a la debida motivación?............. 138


173 ¿En qué consiste el derecho a la debida motivación de las resolu-
ciones judiciales?.............................................................................. 138
174 ¿El derecho a la debida motivación también vincula a los fiscales?... 140
175 ¿Cuál es el contenido constitucionalmente protegido del derecho
a la motivación de las resoluciones judiciales?................................ 140
176 ¿Cuál debe ser la extensión de motivación para que se pueda
decir es suficiente o debida?............................................................. 141
177 ¿El fallo por remisión vulnera la garantía de la debida motiva-
ción?................................................................................................. 142
178 ¿Cuáles son las pautas interpretativas para determinar que una
resolución se encuentra debidamente motivada? ............................. 142
179 ¿Cuándo se vulnera el derecho a la debida motivación de las
resoluciones judiciales?.................................................................... 143
180 ¿Cuándo se da una falta de motivación de las resoluciones judi-
ciales?............................................................................................... 145
181 ¿Cuándo se considera que una motivación es ilógica?..................... 145
182 ¿Cuándo una resolución judicial incurre en una motivación
incompleta o insuficiente?................................................................ 145
183 ¿Cuándo una resolución judicial incurre en una motivación apa-
rente?................................................................................................ 146
184 ¿En qué consiste la arbitrariedad y cómo esta vulnera el derecho
a la debida motivación?.................................................................... 146
185 ¿Cuándo se cumple con la exigencia de los requisitos del princi-
pio lógico de razón suficiente que requiere el derecho a la debida
motivación?...................................................................................... 146
186 ¿En qué consiste el principio de congruencia como criterio para
determinar la debida motivación?..................................................... 147
187 ¿Qué garantiza el principio de congruencia?.................................... 147
188 ¿Cuándo se vulnera el principio de congruencia?............................ 147
189 ¿En sede casacional, la debida motivación permite el control de
logicidad de la resolución impugnada? ........................................... 148

424
Índice general

CAPÍTULO II
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA

I. JURISDICCIÓN............................................................................... 151

190 ¿En qué consiste el principio de exclusividad de la función juris-


diccional?.......................................................................................... 151
191 ¿Cuáles son las vertientes del principio de exclusividad de la fun-
ción jurisdiccional?........................................................................... 152

II. COMPETENCIA.............................................................................. 153

192 ¿Qué se entiende por competencia?.................................................. 153


193 ¿Qué instituto procesal constituye una excepción al principio del
juez natural o predeterminado por ley?............................................ 153
194 ¿En qué consiste la transferencia de competencia?.......................... 153
195 ¿Cuáles son los supuestos que estipula la ley para la transferencia
de competencia?............................................................................... 154
196 ¿El peligro para la vida o la salud de la agraviada es una causal
válida para admitir una solicitud de transferencia de competencia?... 155
197 ¿La resolución de un pedido de prisión preventiva o la prohibi-
ción a la agraviada de declarar a la prensa constituyen supuestos
que perturben gravemente el desarrollo del proceso por lo que se
debería transferir la competencia?.................................................... 156

CAPÍTULO III
SUJETOS PROCESALES

I. EL MINISTERIO PÚBLICO.......................................................... 159

198 ¿El principio de oficialidad y el principio acusatorio qué exigen-


cias le conllevan al Ministerio Público?........................................... 159
199 ¿Cuáles son los roles que el CPP de 2004 le ha asignado al
Ministerio Público?.......................................................................... 160

425
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

200 ¿El Ministerio Público como titular de la acción penal pública


qué facultades y deberes tiene?........................................................ 161
201 ¿La carga de la prueba en el proceso penal que recae sobre el
Ministerio Público, puede variar hacia la defensa del acusado en
algún supuesto?................................................................................ 162
202 ¿Qué clase de resoluciones dicta el Ministerio Público?.................. 162
203 ¿Qué implicancias para el proceso penal tiene el principio de
jerarquía que rige en el Ministerio Público?..................................... 163
204 ¿La desvinculación jurídica del órgano jurisdiccional requiere la
consideración previa del Ministerio Público?.................................. 164
205 ¿El Ministerio Público tiene facultades coercitivas?........................ 164
206 ¿Los actos del Ministerio Público son inatacables o incuestio-
nables?.............................................................................................. 165

II. LA POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ......................................... 165

207 ¿Cuáles son las atribuciones que tiene la Policía Nacional del
Perú?................................................................................................. 165

III. EL IMPUTADO................................................................................ 167

III.1. La tutela de derechos....................................................................... 167

208 ¿Cuál es la finalidad de la audiencia de tutela de derechos?............ 167


209 ¿En qué etapas del proceso penal se puede solicitar la audiencia
de tutela de derechos?....................................................................... 168
210 ¿Qué significa que la audiencia de tutela sea un mecanismo
residual?........................................................................................... 168
211 ¿Debido a su carácter residual, la audiencia de tutela qué dere-
chos protege?.................................................................................... 170
212 ¿Cuáles son los ámbitos que abarca la tutela de derechos?.............. 171
213 ¿La tutela de derechos solo se debe utilizar cuando ya se haya
consumado una infracción a los derechos del imputado?................. 172
214 ¿A través de la audiencia de tutela se pueden ventilar aquellas
solicitudes de diligencias de investigación propuestas por las par-
tes y que hayan sido rechazadas por la fiscalía?............................... 172

426
Índice general

215 ¿A través de la audiencia de tutela de derechos se puede solicitar


la exclusión de la prueba ilícita?....................................................... 172
216 ¿La formalización de la investigación preparatoria puede ser
cuestionada a través de la audiencia de tutela?................................. 173
217 ¿A través de la audiencia de tutela se puede cuestionar el nivel de
los elementos de convicción o su fuerza indiciaria para anular la
disposición de la formalización de la investigación?....................... 175
218 ¿El derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales puede
ser solicitado a través de la audiencia de tutela de derechos?.......... 176
219 ¿El juez de la investigación preparatoria puede resolver una soli-
citud de tutela de derechos sin convocar a audiencia?..................... 177

III.2. La identificación del imputado....................................................... 177

220 ¿Cuáles son los aspectos básicos que debe contener la individua-
lización del imputado?...................................................................... 177

III.3. Contumacia y ausencia.................................................................... 178

221 ¿En qué consiste la institución de la contumacia?............................ 178


222 ¿Cuáles son los presupuestos materiales para la declaración de
contumacia en la etapa de enjuiciamiento?...................................... 179
223 ¿Cuándo se incurre en la situación de contumacia y cuándo en la
de ausencia?...................................................................................... 180
224 ¿Se puede desarrollar el juicio oral si el sujeto está en la condi-
ción de ausente o en contumacia?..................................................... 182
225 ¿El desalojo del abogado defensor de la audiencia de lectura de
sentencia, basado en causas objetivas, vulnera el derecho a no ser
condenado en ausencia?.................................................................... 184

III.4. La declaración del imputado........................................................... 185

226 ¿El derecho a la no autoincriminación impide la declaración


voluntaria del imputado?.................................................................. 185
227 ¿Si en las diferentes etapas del proceso el imputado ha brindado
distintas declaraciones, qué aspectos debe valorar el juez para
determinar cuál resulta más fiable?.................................................. 185

427
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

228 ¿Las mentiras que manifieste el encausado en su declaración, en


tanto indicio de mala justificación, resulta suficiente para que
quede enervada la presunción de inocencia?.................................... 186
229 ¿Qué requisitos debe cumplir la sindicación del coacusado para
enervar la presunción de inocencia de otro coimputado?................. 187

IV. EL ABOGADO DEFENSOR........................................................... 189

230 ¿Cuál es la finalidad de una adecuada notificación de los actos


procesales como manifestación del derecho de defensa?................. 189
231 ¿El cuestionamiento a la notificación constituye per se una vul-
neración al debido proceso?............................................................. 189

V. LAS PERSONAS JURÍDICAS....................................................... 189

232 ¿Cuál es la finalidad de incorporar a las personas jurídicas al pro-


ceso penal?........................................................................................ 189
233 ¿Cómo debe realizarse el emplazamiento e incorporación de la
persona jurídica al proceso penal?.................................................... 190

VI. LA VÍCTIMA O AGRAVIADO...................................................... 192

234 ¿Quién tiene la condición de agraviado en el proceso penal?.......... 192


235 ¿Cuándo la sociedad es la agraviada por la comisión de un delito,
quién detenta su representación?...................................................... 193
236 ¿En los casos en que el Estado representa a la sociedad como
agraviado, a través de quién lo hace?............................................... 193
237 ¿Cuándo existe una sola entidad del Estado como agraviada cabe
que intervengan simultáneamente múltiples procuradores en el
proceso penal?.................................................................................. 194
238 ¿Se deben garantizar ampliamente los derechos de la víctima o
agraviado en el proceso penal?......................................................... 194
239 ¿Qué requisitos debe cumplir la declaración incriminatoria del
agraviado para enervar la presunción de inocencia de un impu-
tado?................................................................................................. 195
240 ¿Cuál es la diferencia entre las nociones de agraviado y actor
civil?................................................................................................. 196

428
Índice general

VII. EL ACTOR CIVIL........................................................................... 196

241 ¿Quién se puede constituir en actor civil?........................................ 196


242 ¿Cuáles son los requisitos para constituirse en actor civil?.............. 197
243 ¿El presuntamente perjudicado por el delito debe acreditar legiti-
midad para constituirse en actor civil?............................................. 199
244 ¿La constitución en actor civil se encuentra únicamente referida a
la reparación civil?............................................................................ 200
245 ¿Cuál es la oportunidad para constituirse en actor civil?................. 200
246 ¿Es necesario que el agraviado se haya constituido en actor civil
para exigir la ejecución o pago de la reparación civil fijada en
una sentencia?................................................................................... 200
247 ¿Se puede fijar una reparación civil en la sentencia aun cuando el
agraviado no se haya constituido en actor civil?.............................. 201
248 ¿Cuál es la normativa que reconoce la legitimidad de los procura-
dores públicos para constituirse en actor civil para la defensa de
los intereses estatales?...................................................................... 201
249 ¿Cuáles son las facultades que tiene el actor civil en el proceso
penal?................................................................................................ 202

VIII. EL TERCERO CIVIL...................................................................... 202

250 ¿Cuáles son los requisitos que se deben cumplir para que una
persona sea considerada como tercero civil?.................................... 202
251 ¿Cómo se entiende el criterio del vínculo jurídico entre el impu-
tado y una persona, para que esta sea incorporada como tercero
civil responsable?............................................................................. 203

CAPÍTULO IV
LA ACCIÓN EN EL PROCESO PENAL

I. LA ACCIÓN PENAL....................................................................... 207

I.1. Titular de la acción penal................................................................. 207

252 ¿Quién ejerce la titularidad de la acción penal?............................... 207

429
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

I.2. El principio de oportunidad............................................................ 208

253 ¿En qué consisten los acuerdos reparatorios?................................... 208


254 ¿Cuál es la naturaleza jurídica de los acuerdos reparatorios?.......... 209
255 ¿Qué sujetos pueden postular un acuerdo reparatorio?.................... 209

II. LA ACCIÓN CIVIL......................................................................... 211

256 ¿En qué consiste la reparación civil?................................................ 211


257 ¿Cuál es la naturaleza jurídica de la reparación civil tramitada en
sede penal?........................................................................................ 212
258 ¿Cuál es el principio que, en el proceso penal, sustenta la acumu-
lación heterogénea de acciones civil y penal?.................................. 213
259 ¿A quién le corresponde el ejercicio de la acción civil en sede
penal?................................................................................................ 214
260 ¿Cuál es el fundamento para la imposición de una reparación
civil en sede penal?........................................................................... 214
261 ¿Cómo debe ser entendido el daño civil?......................................... 215
262 ¿Los delitos de peligro pueden generar daños civiles y por ende
se podría fijar una reparación civil en tales casos?........................... 215
263 ¿Qué elementos deben acreditarse para la existencia de la repa-
ración civil?...................................................................................... 216
264 ¿Qué aspectos comprende la reparación civil en sede penal?.......... 218
265 ¿Cómo debe ser entendida la restitución del bien y la indemni-
zación de daños y perjuicios como componentes de la reparación
civil?................................................................................................. 219
266 ¿Qué aspectos comprende la indemnización del daño? ................... 219
267 ¿Qué aspectos abarca el daño emergente? ....................................... 220
268 ¿Qué aspectos deben ser considerados en el lucro cesante? ............ 220
269 ¿Qué aspectos abarca el daño moral? .............................................. 220
270 ¿En qué etapa del proceso penal la pretensión civil debe esti-
marse como postulatoria?................................................................. 221
271 ¿Quién tiene la carga de la prueba sobre el objeto civil en sede
penal?................................................................................................ 222

430
Índice general

272 ¿El sobreseimiento de la causa o la absolución del imputado impi-


den la determinación de la imposición de la reparación civil?........... 222
273 ¿Si se descarta la tipicidad dolosa en la conducta imputada, ello
impide la atribución de la responsabilidad civil por culpa? ............ 223
274 ¿Cuándo se emite una sentencia absolutoria, el órgano jurisdic-
cional debe realizar un examen autónomo y específico sobre la
reparación civil? .............................................................................. 224
275 ¿Qué aspectos relacionados a la reparación civil se pueden impug-
nar en sede penal?............................................................................. 224
276 ¿La calidad del bien restituido como parte de la reparación civil
podrá analizarse en sede del proceso penal?.................................... 224

CAPÍTULO V
MEDIOS TÉCNICOS DE DEFENSA

I. LA CUESTIÓN PREVIA................................................................ 229

277 ¿Cuándo procede una cuestión previa?............................................ 229

II. LA CUESTIÓN PREJUDICIAL.................................................... 230

278 ¿Cuándo procede una cuestión prejudicial?..................................... 230


279 ¿Qué consecuencias conlleva el que se declare fundada la cues-
tión prejudicial planteada?................................................................ 230
280 ¿En qué oportunidad se puede interponer una cuestión prejudicial?.. 230

III. LAS EXCEPCIONES...................................................................... 231

281 ¿Cuál es el fundamento primario de las excepciones procesales?.... 231


282 ¿En qué consisten las excepciones procesales?................................ 231

III.1. Excepción de improcedencia de acción.......................................... 231

283 ¿Cuál es el objeto de la excepción de improcedencia de acción?.... 231


284 ¿Bajo qué criterios procede interponer una excepción de impro-
cedencia de acción?.......................................................................... 232

431
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

285 ¿Qué aspectos concernientes al principio de legalidad deben ser


analizados al interponerse una excepción de improcedencia de
acción?.............................................................................................. 233
286 ¿Cuáles son los supuestos que quedan comprendidos bajo el cri-
terio de que “el hecho no constituye delito” para la interposición
de la excepción de improcedencia de acción?.................................. 234
287 ¿Cuáles son los supuestos que quedan comprendidos bajo el cri-
terio de que “el hecho no es justiciable penalmente” para la inter-
posición de la excepción de improcedencia de acción?................... 234
288 ¿Qué aspectos únicamente debe tomar en cuenta el juez de in-
vestigación preparatoria al momento de evaluar una excepción de
improcedencia de acción?................................................................. 235
289 ¿En qué supuestos resulta procedente la excepción de improce-
dencia de acción?.............................................................................. 236
290 ¿Qué aspectos no pueden ser evaluados en un incidente de excep-
ción de improcedencia de acción?.................................................... 236
291 ¿A través de la excepción de improcedencia de acción se puede
cuestionar la culpabilidad del imputado?......................................... 237
292 ¿La vulneración al principio de imputación necesaria es un
supuesto para interponer una excepción de improcedencia de
acción?.............................................................................................. 237

III.2. Excepción de prescripción............................................................... 238

293 ¿Cuándo procede la excepción de prescripción?.............................. 238


294 ¿En qué consiste el instituto de la prescripción?.............................. 238

III.3. Excepción de cosa juzgada.............................................................. 239

295 ¿Cuáles son los criterios que deben tomarse en cuenta para
declarar fundada una excepción de cosa juzgada?........................... 239
296 ¿Cuál es el fundamento en el que se sustenta la excepción de
cosa juzgada?.................................................................................... 240
297 ¿En qué oportunidad se pueden interponer los medios técnicos de
defensa?............................................................................................ 240
298 ¿Los medios técnicos de defensa pueden ser declarados de oficio?. 241

432
Índice general

CAPÍTULO VI
MEDIDAS DE COERCIÓN PERSONALES
EN EL PROCESO PENAL

I. PRECEPTOS GENERALES.......................................................... 245

299 ¿Cómo pueden ser definidas las medidas de coerción procesal?...... 245
300 ¿Cuál es el objeto del proceso cautelar?........................................... 245
301 ¿Cuál es la función del proceso cautelar?......................................... 245
302 ¿Cuál es la finalidad de las medidas cautelares?.............................. 246
303 ¿Cuál es la diferencia entre medidas de coerción personales y
reales?............................................................................................... 246
304 ¿Las medidas cautelares pueden ser de utilidad para garantizar un
proceso futuro?................................................................................. 247
305 ¿Cuáles son los presupuestos para la admisibilidad de las medi-
das cautelares?.................................................................................. 247

II. LA DETENCIÓN POLICIAL POR FLAGRANCIA DELIC-


TIVA................................................................................................... 247

306 ¿En qué consiste la flagrancia delictiva?.......................................... 247


307 ¿Cuáles son los requisitos que presenta la flagrancia delictiva?...... 248
308 ¿Cuáles son las notas sustantivas que distinguen la flagrancia
delictiva?........................................................................................... 249
309 ¿Cuáles son las notas adjetivas que integran el delito flagrante?..... 249
310 ¿Cuáles son los tipos de flagrancia que se regulan en el ordena-
miento jurídico peruano?.................................................................. 249
311 ¿Cuándo se configura la denominada cuasiflagrancia?.................... 250
312 ¿La flagrancia delictiva solo se encuentra vinculada a la prueba
directa?.............................................................................................. 250

III. LA DETENCIÓN PRELIMINAR JUDICIAL.............................. 250

313 ¿Cuál es la finalidad de la detención preliminar judicial?................ 250


314 ¿Cuáles son los criterios para la imposición de una detención
preliminar judicial?........................................................................... 251

433
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

315 ¿Cuáles son las características de la medida de detención?............. 252


316 ¿Cuáles son los presupuestos materiales para dictar la medida de
detención preliminar judicial?.......................................................... 252
317 ¿El mandato de detención preliminar judicial debe tener una
motivación reforzada?...................................................................... 253
318 ¿Cuándo una detención cautelar puede ser considerada como
arbitraria? ......................................................................................... 253
319 ¿Cuál es el plazo máximo estipulado por la ley para la detención
preliminar judicial?........................................................................... 254

IV. LA PRISIÓN PREVENTIVA.......................................................... 255

320 ¿La prisión preventiva es la medida de coerción personal más


gravosa del ordenamiento jurídico?.................................................. 255
321 ¿Cuál es la finalidad de la imposición de prisión preventiva?.......... 255
322 ¿Qué es lo que se debe obtener de los primeros recaudos de la in-
vestigación para el dictado de la prisión preventiva?....................... 255
323 ¿Cuáles son los temas que deben debatirse en una audiencia de
prisión preventiva?........................................................................... 256
324 ¿Con relación a los fundados y graves elementos de convicción
o fumus delicti comissi, qué tipo de sospecha se requiere para la
imposición de la prisión preventiva?................................................ 256
325 ¿Qué aspectos comprende el fumus delicti comissi?........................ 258
326 ¿Con relación al presupuesto de los fundados y graves elementos
de convicción, se debe acreditar la probabilidad de la responsabi-
lidad penal del imputado?................................................................. 258
327 ¿Para imponer prisión preventiva se requiere acreditar la probabi-
lidad o la certeza de la imputación penal? ....................................... 258
328 ¿El análisis del fumus delicti comissi debe realizarse con base en
los criterios de imputación objetiva y subjetiva?.............................. 259
329 ¿Se puede discutir cuestiones de atipicidad en la audiencia de pri-
sión preventiva?................................................................................ 259
330 ¿La formulación de la imputación concreta puede ser materia de
discusión en la audiencia de prisión preventiva?.............................. 259
331 ¿En la audiencia de prisión preventiva se puede discutir la recali-
ficación jurídica de los hechos denunciados?................................... 260

434
Índice general

332 ¿En la audiencia de prisión preventiva se deben valorar las prue-


bas de descargo de la imputación?................................................... 261
333 ¿La versión de los aspirantes a colaboradores eficaces puede ser
evaluada judicialmente como elemento de convicción para la
imposición de prisión preventiva?.................................................... 262
334 ¿Sobre el presupuesto de la gravedad de la probable pena a impo-
ner qué aspectos deben evaluarse?................................................... 262
335 ¿Cuáles son las vertientes en las que se divide el peligro proce-
sal?.................................................................................................... 264
336 ¿Cómo debe entenderse el denominado “peligro de fuga”?............. 264
337 ¿La sola presunción de peligro de fuga puede determinar la
imposición de la prisión preventiva?................................................ 264
338 ¿Para determinar el peligro de fuga qué criterios deben analizarse? 265
339 ¿Cómo debe ser valorado el arraigo a efectos de determinar la
imposición de la prisión preventiva?................................................ 266
340 ¿La existencia o inexistencia de arraigo determina la imposición
o no de la prisión preventiva?........................................................... 266
341 ¿El intenso movimiento migratorio determina automáticamente el
peligro de fuga y por ende la imposición de prisión preventiva?........ 267
342 ¿Para determinar el peligro de obstaculización qué criterios
deben evaluarse?............................................................................... 268
343 ¿La falta de voluntad para coadyuvar al esclarecimiento de los
hechos puede ser considerado como peligro procesal en su moda-
lidad de perturbación de la actividad probatoria?............................. 268
344 ¿Para imponer prisión preventiva es necesario que se haya emi-
tido la disposición de formalización y continuación de la investi-
gación preparatoria?......................................................................... 269
345 ¿Constituye un presupuesto, para el dictado de prisión preven-
tiva, que el investigado se haya encontrado previamente some-
tido a la medida de detención en cualquiera de sus modalidades?... 269
346 ¿Es necesario que el investigado contra quien se ha solicitado
prisión preventiva se encuentre presente en la audiencia convo-
cada para tal propósito?.................................................................... 270
347 ¿El debate sobre la procedencia de la prisión preventiva qué prin-
cipios, entre otros, debe respetar?..................................................... 271

435
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

348 ¿El Código Procesal Penal de 2004 regula la figura de la prórroga


de la prisión preventiva?................................................................... 272
349 ¿Una vez dictada la prisión preventiva por un plazo menor al
máximo legal el fiscal puede solicitar la ampliación del plazo
concedido o solo puede requerir la prolongación del plazo?............ 273
350 ¿Quién es el juez competente para resolver el requerimiento de
prolongación de prisión preventiva?................................................. 273
351 ¿Cuáles son los presupuestos para la prolongación de la prisión
preventiva?........................................................................................ 275
352 ¿Qué criterios deben analizarse para determinar la racionalidad
de la prolongación de la prisión preventiva?.................................... 276
353 ¿Cuándo opera la adecuación del plazo de prisión preventiva?....... 278
354 ¿Qué aspectos se deben analizar para determinar el cese de la pri-
sión preventiva?................................................................................ 279
355 ¿Qué se entiende por nuevos elementos de convicción?.................. 279
356 ¿Los nuevos elementos de convicción pueden tener eficacia para
el cese de la prisión preventiva aun cuando vayan referidos a ata-
car ámbitos periféricos de la imputación?........................................ 280
357 ¿Las falencias de la imputación fiscal pueden ser tomadas en
cuenta para declarar el cese de la prisión preventiva?...................... 280
358 ¿Ante un pedido de revocatoria del mandato de comparecencia
por el de prisión preventiva, el juez debe valorar los elementos
probatorios de descargo?.................................................................. 281
359 ¿La mentira del acusado puede ser considerada como un criterio
que supere el test de proporcionalidad para el dictado de la pri-
sión preventiva?................................................................................ 281
360 ¿La gravedad de la pena y los indicios de pertenencia a una orga-
nización criminal son suficientes para justificar la imposición de
prisión preventiva?........................................................................... 282
361 ¿La resolución que dicta mandato de prisión preventiva debe
tener una motivación estricta?.......................................................... 282

V. LA COMPARECENCIA.................................................................. 282

362 ¿Qué se entiende por comparecencia?.............................................. 282


363 ¿Cuándo se dicta una comparecencia simple?.................................. 283

436
Índice general

364 ¿Cuándo se dicta una comparecencia con restricciones?................. 283


365 ¿Cuáles son las consecuencias del incumplimiento de las medi-
das impuestas en la comparecencia? ............................................... 283
366 ¿La comparecencia con restricciones es una medida alternativa a
la prisión preventiva? ....................................................................... 283
367 ¿Qué restricciones prevé el Código Procesal Penal de 2004 al
imponerse la comparecencia? .......................................................... 284
368 ¿El requerimiento de comparecencia con restricciones puede sus-
tentarse en los mismos elementos de convicción que sirvieron
para imponer una medida coercitiva con anterioridad? ................... 284
369 ¿En qué casos se debe adoptar la medida coercitiva de impedi-
mento de salida del país? ................................................................. 285
370 ¿En qué consiste la caución?............................................................ 285
371 ¿Cuándo estamos ante una caución personal y cuándo estamos
ante una caución real? ...................................................................... 285
372 ¿Cuáles son los criterios que se deben considerar para determinar
el quantum de la caución? ............................................................... 285

VI. LA CONDUCCIÓN COMPULSIVA.............................................. 286

373 ¿En qué consiste la conducción compulsiva?................................... 286

CAPÍTULO VII
LAS MEDIDAS DE COERCIÓN REALES
EN EL PROCESO PENAL

I. ASPECTOS GENERALES............................................................. 291

374 ¿En qué consisten las medidas cautelares reales?............................ 291


375 ¿Cuál es la finalidad de las medidas cautelares reales?.................... 291
376 ¿Cómo se clasifican las medidas cautelares reales?......................... 292
377 ¿Cuáles son los presupuestos de admisibilidad de las medidas
cautelares reales?.............................................................................. 292
378 ¿Cómo se determina la existencia del peligro procesal para la
imposición de las medidas cautelares reales?................................... 294

437
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

379 ¿Cuál es el procedimiento para la incoación de las medidas cau-


telares reales?.................................................................................... 294

II. EL EMBARGO................................................................................. 295

380 ¿Cómo se encuentra regulada la medida cautelar de embargo en


el Código Procesal Penal de 2004?................................................... 295
381 ¿Cuál es la finalidad que se busca conseguir con la imposición
del embargo?..................................................................................... 295
382 ¿Cuándo procede el embargo en forma de retención?...................... 296
383 ¿El pedido de embargo en la etapa de formalización de la inves-
tigación debe precisar el monto de la reparación civil que se pre-
tende cautelar? ................................................................................ 296
384 ¿Sobre qué tipo de bienes debe recaer la medida de embargo?........ 297

III. LA ORDEN DE INHIBICIÓN........................................................ 297

385 ¿Cómo se encuentra regulada la orden de inhibición en el Código


Procesal Penal de 2004?................................................................... 297
386 ¿En qué consiste la orden de inhibición?.......................................... 297
387 ¿Se puede decretar una orden de inhibición en la etapa de dili-
gencias preliminares o es necesaria la previa formalización de la
investigación?................................................................................... 298

IV. LAS MEDIDAS CAUTELARES SOBRE BIENES DE LA


SOCIEDAD DE GANACIALES..................................................... 299

388 ¿Los bienes que conforman la sociedad de gananciales pueden o


no pueden ser objeto de medidas cautelares? .................................. 299

V. LA INCAUTACIÓN......................................................................... 300

389 ¿Cuál es la finalidad de la medida de incautación?.......................... 300


390 ¿La denominada incautación instrumental sobre qué bienes recae?... 302
391 ¿La denominada incautación cautelar sobre qué bienes recae?........ 303
392 ¿Se debe realizar la devolución de un bien incautado si el fiscal
ha solicitado el sobreseimiento del caso?......................................... 304

438
Índice general

CAPÍTULO VIII
LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL

I. ASPECTOS GENERALES............................................................. 309

393 ¿En qué consiste el derecho a la prueba?......................................... 309


394 ¿Cuál es el contenido constitucionalmente protegido del derecho
a la prueba?....................................................................................... 309
395 ¿Qué criterios deben analizarse para determinar la admisibilidad
de los medios probatorios?............................................................... 311
396 ¿Cuándo se considera vulnerado el derecho a probar?..................... 312
397 ¿Cuáles son las bases en que se debe desarrollar la valoración
probatoria?................................................................................................ 312
398 ¿Cuál es el sistema de valoración que ha acogido el proceso
penal peruano?.................................................................................. 312
399 ¿Cómo debe ser la valoración de la prueba en el sistema de la
sana crítica?...................................................................................... 313
400 ¿Cómo debe valorarse la prueba personal en el sistema de la sana
crítica?.............................................................................................. 313

II. LA PRUEBA POR INDICIOS........................................................ 313

401 ¿En qué consiste la llamada prueba indiciaria?................................ 313


402 ¿Cuándo la prueba por indicios es apta para enervar la presun-
ción de inocencia?............................................................................ 314
403 ¿Cuáles son los límites del control casacional respecto a la
prueba por indicios?.......................................................................... 318
404 ¿Cómo debe ser el análisis de los diferentes indicios que obren
en el proceso?................................................................................... 318

III. LA PRUEBA ILÍCITA O PROHIBIDA......................................... 319

405 ¿La búsqueda de la verdad en el proceso penal tiene como límite


el respeto al contenido esencial de los derechos fundamentales?.... 319

439
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

406 ¿La prueba ilícita o prohibida es un derecho fundamental?............. 319


407 ¿Cuál es la naturaleza jurídica de la prueba prohibida?................... 319
408 ¿Cuáles son las consecuencias de determinar que una prueba es
ilícita o prohibida?............................................................................ 320
409 ¿En qué consiste la teoría del balancing test?.................................. 320

IV. LA PRUEBA TESTIMONIAL........................................................ 321

410 ¿Dentro del proceso penal quién es un testigo directo? ................... 321
411 ¿Cuál es el peso probatorio de los testigos de referencia o de
oídas?................................................................................................ 321

V. LA PRUEBA PERICIAL................................................................. 322

412 ¿Por qué se dice que la prueba pericial es una prueba compuesta?.. 322
413 ¿Con base en qué criterios el juez debe valorar las pericias?........... 322
414 ¿Qué es lo que se debe instar en caso de existir contradicciones
entre la pericia oficial y la de parte?................................................. 326
415 ¿Ante pericias contradictorias es imprescindible que los peritos
sean examinados en el juicio oral?................................................... 327
416 ¿Las pruebas periciales vinculan al juez?......................................... 327
417 ¿Los jueces pueden descalificar los dictámenes periciales desde
el punto de vista científico o técnico?............................................... 328

VI. LA PRUEBA TRASLADADA......................................................... 328

418 ¿En qué consiste la prueba trasladada? ............................................ 328

VII. LA CONFESIÓN............................................................................ 328

419 ¿En qué consiste la prueba de la confesión?..................................... 329


420 ¿Qué características debe tener la confesión para que sea sin-
cera?.................................................................................................. 329

440
Índice general

CAPÍTULO IX
ESTRUCTURA DEL PROCESO PENAL COMÚN

I. LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.................................... 333

421 ¿Cuál es la finalidad del proceso penal?........................................... 333


422 ¿Cuáles son las subfases en las que se divide la etapa de investi-
gación preparatoria?......................................................................... 333
423 ¿En qué consisten las diligencias preliminares y en qué aspectos
se fundamenta?................................................................................. 333
424 ¿Cuál es la finalidad de las diligencias preliminares?...................... 334
425 ¿La calificación de diversos actos como urgentes e inaplazables
se encuentra limitada exclusivamente en sentido temporal?............ 335
426 ¿Qué aspectos deben observarse para una real comprensión del
significado de los actos como urgentes e inaplazables?................... 336
427 ¿Cómo deben interpretarse los actos urgentes e inaplazables para
la determinación del plazo de las diligencias preliminares en los
casos de criminalidad organizada?................................................... 337
428 ¿Las diligencias preliminares tienen por objeto preparar al lado
de la acción penal, la acción civil?................................................... 338
429 ¿Cuál es el plazo de las diligencias preliminares?............................ 339
430 ¿Cuáles son los criterios que deben ser considerados para
determinar el plazo de las diligencias preliminares?........................ 340
431 ¿Desde cuándo debe realizarse el cómputo del plazo de las dili-
gencias preliminares?....................................................................... 340
432 ¿Cuáles son los criterios a los que se debe acudir para determinar
la razonabilidad del plazo de la investigación preliminar? .............. 340
433 ¿Cuál es el plazo máximo de las diligencias preliminares en
casos complejos?.............................................................................. 341
434 ¿Cuál es el plazo máximo de las diligencias preliminares en
casos de criminalidad organizada?................................................... 341
435 ¿El fiscal siempre debe disponer el plazo máximo de las
diligencias preliminares en los procesos por criminalidad
organizada?....................................................................................... 343

441
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

436 ¿Cómo debe proceder el fiscal para la ampliación del plazo de las
diligencias preliminares en los procesos por crimen organizado? ..... 343
437 ¿Al culminar las diligencias preliminares qué opciones tiene el
fiscal?................................................................................................ 345
438 ¿Cuál es el fundamento de la investigación preparatoria?............... 345
439 ¿Cuál es la finalidad de la investigación preparatoria?..................... 345
440 ¿En qué consiste la disposición de formalización de la investiga-
ción preparatoria?............................................................................. 345
441 ¿La disposición de formalización de la investigación preparatoria
puede ser dejada sin efecto por el juez penal?.................................. 346
442 ¿La falta de notificación oportuna de la disposición de la formali-
zación de la investigación que no genera indefensión a los impu-
tados debe producir la nulidad de todos los actuados?..................... 346
443 ¿La actuación de los actos procesales debe realizarse exclusiva-
mente a través de la oralidad?........................................................... 347
444 ¿Qué criterios deben tomarse en cuenta para determinar el plazo
de la investigación preparatoria?...................................................... 348
445 ¿En qué consiste la prórroga del plazo de la investigación prepa-
ratoria?.............................................................................................. 348
446 ¿Cuál es la finalidad de la suspensión del plazo de prescripción
de la acción penal tras la formalización de la investigación prepa-
ratoria?.............................................................................................. 349
447 ¿Concluida la investigación preparatoria que es lo que debe hacer
el fiscal?............................................................................................ 350
448 ¿Qué se entiende por elementos de convicción fiscal? .................... 350
449 ¿Cuáles son los elementos que pueden utilizarse para delimitar
los alcances sobre los elementos de convicción? ............................ 350
450 ¿Por qué la acusación directa debe conllevar los mismos efectos
que la formalización de la investigación?......................................... 351
451 ¿Si la acusación directa cumple las mismas funciones que la for-
malización de la investigación, entonces la interposición de aque-
lla debe conllevar también a la suspensión de la prescripción de
la acción penal?................................................................................ 351
452 ¿La equiparación de los efectos entra la acusación directa y la
formalización de la investigación en cuanto a la suspensión de la
prescripción de la acción penal respeta el principio de proporcio-
nalidad?............................................................................................. 352

442
Índice general

II. LA ETAPA INTERMEDIA........................................................... 354

453 ¿Cuál es la finalidad esencial de la etapa intermedia? ..................... 354

II.1. Sobreseimiento.................................................................................. 354

454 ¿En qué consiste el sobreseimiento?................................................ 354


455 ¿Cuáles son las causales por las cuales procede el sobresei-
miento?............................................................................................. 354
456 ¿El juez de investigación preparatoria puede decretar de oficio el
sobreseimiento?................................................................................ 355
457 ¿Es correcto declarar el sobreseimiento por dos causales exclu-
yentes?.............................................................................................. 355
458 ¿Cuáles son los criterios de formalidad que se deben cumplir al
presentar oposición a la solicitud de sobreseimiento?...................... 356
459 ¿Puede sobreseerse en la etapa intermedia al proceso penal
cuando existan elementos de convicción que generen dudas sobre
la responsabilidad del imputado? .................................................... 357
460 ¿El sobreseimiento de la causa o la absolución del imputado
impide la determinación de la imposición de la reparación civil?... 357
461 ¿Cuáles son las posibilidades que tiene el juez frente al requeri-
miento de sobreseimiento?............................................................... 358
462 ¿En qué casos se puede dictar una investigación suplementaria?.... 359
463 ¿La solicitud de actuaciones adicionales de investigación es obli-
gatoria o facultativa al oponerse al requerimiento de sobresei-
miento?............................................................................................. 360
464 ¿La facultad de solicitar actuaciones de investigación adicionales
e indispensables puede abarcar aquellos actos que fueron ofreci-
dos con anterioridad, pero no pudieron ser realizados?.................... 360

II.2. Acusación.......................................................................................... 361

465 ¿En qué consiste la acusación fiscal?............................................... 361


466 ¿Cuáles son las características que debe tener una acusación fiscal?.... 362
467 ¿El requerimiento acusatorio debe encontrarse debidamente
motivado? ........................................................................................ 365

443
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

468 ¿Cuáles son los controles a los que debe someterse la acusación
fiscal?................................................................................................ 366
469 ¿El relato fáctico de la acusación fiscal debe ser exhaustivo?.......... 366
470 ¿Qué presupuestos debe verificar el órgano jurisdiccional para
controlar la suficiencia de la imputación formulada por el fiscal?... 367
471 ¿Cuál es el momento procesal adecuado para cuestionar un
defecto formal de la acusación?........................................................ 367
472 ¿Un defecto procedimental ocasiona que el Ministerio Público
pierda la posibilidad de perseguir el delito?..................................... 368
473 ¿Cuáles son las funciones que cumple el requerimiento acusato-
rio en el procedimiento de acusación directa?.................................. 368

III. EL JUICIO ORAL.......................................................................... 369

474 ¿Qué principios rigen la etapa del juicio oral?................................. 369


475 ¿El Código Procesal Penal de 2004 qué tipos de sentencias prevé?..... 369
476 ¿Cuáles son los motivos legales para dictar una sentencia absolu-
toria?................................................................................................. 370
477 ¿Qué aspecto comprende una sentencia condenatoria?.................... 370
478 ¿Cuál es el plazo prescriptorio de la acción civil derivada de una
sentencia consentida o ejecutoriada? ............................................... 370
479 ¿Cuándo es posible citar a juicio oral sin tomar en consideración
el intervalo estipulado en el artículo 355 del CPP de 2004?............ 371
480 ¿En orden a la fundamentación fáctica qué es lo que se debe
exponer en la acusación?.................................................................. 371
481 ¿Cuáles son las alternativas que tiene el fiscal en el juicio oral si
pretende modificar su acusación escrita?.......................................... 372
482 ¿El órgano jurisdiccional puede instar la modificación de la cali-
ficación jurídica de los hechos imputados en el juicio oral?............ 373
483 ¿En variación de la calificación legal en torno al título de inter-
vención delictiva constituye una acusación complementaria?......... 373
484 ¿Si existe una acusación complementaria se debe reabrir el
periodo probatorio?........................................................................... 374
485 ¿Qué requisitos debe cumplir la sentencia para respetar el princi-
pio lógico de razón suficiente?......................................................... 376

444
Índice general

CAPÍTULO X
MEDIOS IMPUGNATORIOS

I. APELACIÓN.................................................................................... 381

486 ¿En qué consiste el derecho a recurrir el fallo?................................ 381


487 ¿Cuál es el objetivo primordial del derecho a recurrir o impugnar
el fallo?............................................................................................. 384
488 ¿Qué aspectos se deben respetar para garantizar la eficacia de que
el justiciable pueda recurrir el fallo?................................................ 385
489 ¿En qué consisten los medios impugnatorios?................................. 388
490 ¿Qué principio rige la interposición de recursos impugnatorios? ... 388
491 ¿En qué consiste el recurso de apelación?........................................ 389
492 ¿En qué casos la Sala Penal puede otorgar diferente valor proba-
torio a la prueba personal apreciada en primera instancia?.............. 389
493 ¿En qué supuestos el Tribunal Superior puede disponer el reenvío
de la resolución recurrida? ............................................................... 392
494 ¿Qué aspectos no pueden ser sometidos a control en apelación?..... 393
495 ¿Qué aspectos sí pueden ser materia de supervisión o control por
el tribunal de alzada en apelación? .................................................. 393
496 ¿Es obligatoria la presencia del recurrente en la audiencia de ape-
lación de sentencias?........................................................................ 393

II. CASACIÓN...................................................................................... 395

497 ¿Cuál es la finalidad del recurso de casación?.................................. 395


498 ¿El recurso de casación ante qué tipo de resoluciones o autos
procede?............................................................................................ 397
499 ¿Cuáles son las causales para la interposición del recurso de
casación?........................................................................................... 397
500 ¿Qué aspectos son requeridos para la admisión del recurso de
casación?........................................................................................... 398
501 ¿En qué consiste el motivo casacional “falta de aplicación de la ley
penal o de otras normas jurídicas necesarias para su aplicación?....... 399
502 ¿Se puede interponer recurso de casación con la finalidad de que
la Corte Suprema controle la questio facti?...................................... 399

445
El proceso penal acusatorio. Problemas y soluciones

503 ¿Con relación al examen de la prueba qué es lo que está sujeto a


control en sede casacional? .............................................................. 400
504 ¿Es posible reconducir el motivo casacional al que corresponde
de Derecho?...................................................................................... 400
505 ¿En qué consiste la casación de oficio?............................................ 400
506 ¿Cuáles son las características de la casación de oficio?.................. 401
507 ¿Después de que es admitida la casación de oficio que proce-
dimiento sigue?................................................................................. 401
508 ¿Cuál debe ser el contenido de la sentencia casatoria?.................... 403
509 ¿En qué supuestos se configura la doctrina jurisprudencial vincu-
lante a través de la dación de una sentencia casatoria?.................... 403
510 ¿En qué consiste la casación por apartamiento de doctrina ju-
risprudencial?.................................................................................... 404
511 ¿En qué supuestos resulta procedente la casación por apartamiento
jurisprudencial?..................................................................................... 404
512 ¿Al interponerse el recurso de casación excepcional qué aspectos
debe sustentar el peticionante?......................................................... 405
513 ¿La sala de casación qué aspectos debe valorar cuando se ha
interpuesto el recurso de casación excepcional?.............................. 405
514 ¿Cuál es el objeto central sobre el que se centra la casación
formal o por quebrantamiento de forma?......................................... 406

III. ACCIÓN DE REVISIÓN.............................................................. 406

515 ¿En qué consiste la acción de revisión?............................................ 406


516 ¿Cuál es la finalidad de la acción de revisión? ................................ 407
517 ¿Cuáles son las causales para que proceda la acción de revisión
de una sentencia? ............................................................................. 407
518 ¿Qué aspecto comprende el concepto de “nuevos hechos” o
“nuevos elementos de prueba” para interponer la acción de
revisión?........................................................................................... 409
519 ¿La acción de revisión funciona como una instancia de revisión
de medios probatorios?..................................................................... 410

Índice general.......................................................................................... 413

446
Este libro se terminó de imprimir
en marzo de 2019 en los talleres gráficos
de Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto Nº 201, Surquillo
Central: 242-2281
Lima, Perú

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