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SUMARIO
Introducción................................................................................................................................
1. Razones de un redescubrimiento
2. Catecumenado e iniciación cristiana
A) TIEMPOS:
B) GRADOS:
A) ETAPAS:
1. Etapa Kerigmática
2. Etapa del Precatecumenado
3. Etapa de paso Neocatecumenado
4. Etapa del Neocatecumenado
5. Etapa de la Elección
6. Etapa del Neofitado
a) Rito de la Entrega de la
Liturgia de las Horas
b) Rito la Traditio Symboli
c) Rito de la Redditio Symboli
d) Rito de la Entrega del Padrenuestro
a) Dimensión histórico-salvífica
b) Dimensión cristológica 242
c) Dimensión trinitaria 245
d) Dimensión pneumatológica 247
e) Dimensión eclesiológica 253
f) Dimensión mariológica 258
g) Dimensión litúrgico-sacramental 261
h) Dimensión moral 264
i) Dimensión antropológica 270
j) Dimensión social 277
k) Dimensión escatológica 280
SIGLAS.....................................................................................................................................
..
Introducción
1
Entiendo por pequeña comunidad cristiana lo que afirman los obispos españoles: “Al hablar de comunidad
entendemos, por lo pronto, la comunidad eclesial inmediata, donde el creyente concreto nace y se educa en la fe.
No la podemos considerar aislada ni de la Iglesia universal ni de la Iglesia local diocesana que constituyen las
auténticas comunidades de referencia”. Cfr. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, La
catequesis de comunidad (Madrid 1983), nº 255. En adelante citaremos este documento con las siglas CC.
una recuperación real y pastoral del mismo; y si el lenguaje y las realizaciones
“catecumenales” que hoy se están dando salvan la identidad del mismo
catecumenado, o si se manifiestan variantes nuevas para las que es cuestionable
el calificativo de “Catecumenado” o “ Catecumenal”. Haremos una breve
referencia a la historia del Catecumenado2, por razones de comprensión del
tema. Nuestro objetivo es presentar las líneas generales de una recuperación
oficial, y su recepción en una aplicación real, con especial incidencia en el
Camino Neocatecumenal 3, y ofrecer asimismo algunos principios de
discernimiento crítico, señalando tanto las dificultades como las posibilidades
para una realización práctica4.
2
Cf. M. DUJARIER, Breve Historia del Catecumenado, Bilbao 1986; C. FLORISTÁN, Para comprender el
catecumenado, Estella 1989; RAMÓN DOMÍNGUEZ BALAGUER, Catequesis y liturgia en los Padres,
Salamanca 1988.
3
Cf. JUAN JOSÉ CALLES GARZÓN, Una forma de renovación del catecumenado: el Camino
Neocatecumenal (evolución, análisis, valoración), Universidad Pontificia de Salamanca 2005; ID., El Camino
Neocatecumenal: Un catecumenado parroquial, Salamanca 2007 (2ª ed.).
4
Cf. JESÚS ANDRÉS VELA, Reiniciación cristiana, Estella 1986; D. BOROBIO, Catecumenado para la
evangelización, Madrid 1997; ID., Catecumenado e iniciación cristiana, Barcelona 2007.
5
Cf. JUAN JOSÉ CALLES GARZÓN, Catecumenado y comunidad cristiana en el Episcopado español (1964-
2006), Universidad Pontificia de Salamanca 2006.
momento hago referencia, estén muy pegados a la situación histórica. Ello nos
permite descubrir que la conciencia de los temas en el transcurso del devenir
histórico reclama necesariamente el paso del tiempo para la maduración
imprescindible de las realidades eclesiales y de las mismas proclamaciones
conciliares.
6
Cfr. JUAN PABLO II, Carta apostólica, Novo millennio ineunte, Ed, B.A.C, Madrid 2001.
catecumenal de un modo más específico (Catequesis de la Comunidad ´83,
Catequesis de Adultos ´90, La Iniciación Cristiana ´98, y Orientaciones
pastorales para el Catecumenado ´02). Los referentes principales con los que
confronto la praxis del Neocatecumenado son pues: la Escritura, la Tradición
viva de la Iglesia, el Magisterio, los rituales litúrgicos y las orientaciones de
nuestros Obispos españoles -fundamentalmente- sobre la pastoral catecumenal.
7
Cf. Neocatechumenale iter Statuta, Bilbao 2002, p. 23.
I. EL CONCILIO VATICANO II Y LA RESTAURACIÓN DEL
CATECUMENADO
La Constitución sobre la Sda. Liturgia pedía, dos años más tarde10, para el
bautismo de adultos, una vuelta al camino catecumenal por etapas y santificado
por ritos, que desembocase en los sacramentos de la iniciación. Era una
innovación sin precedentes por lo menos, en diez siglos en la pastoral de
iniciación de la Iglesia. Una innovación que suponía una vuelta a la edad de oro
de la Iglesia catecumenal. Volvía a tener carta de ciudadanía en la Iglesia el
concepto de una iniciación previa a los sacramentos, que avanza por etapas y es
consagrada por ritos.
9
Es el Ordo Baptismi Adultorum per gradus Catechumenatus dispositus. Cfr. AAS, 30 de mayo, 54 (1962), pp.
310-338. Para un estudio en profundidad de este Ritual, ver A. LAURENTIN-M. DIJARIER, El
Catecumenado: fuentes neotestamentarias y patristicas. La reforma del Vaticano II, Bilbao 2002, pp. 383-546.
10
La votación final y la promulgación de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia tuvo lugar el 4-XII- 1963, al
finalizar la 2ª Etapa conciliar. El 25 de Enero de 1964, por el motu propio Sacram liturgiam, se ponía en vigor la
Constitución y se creaba un Consejo para ejecutar su aplicación.
11
La ceremonia solemne de clausura del Concilio ecuménico, al aire libre, tuvo lugar en la plaza de San Pedro
el 8 de Diciembre de 1965.
12
Como presidente del Coetus XXII fue elegido el profesor B. FISCHER, quien, en la segunda fase de los
trabajos de la preparación del OICA, pidió a J. CELLIER presidirlos, como secretario, más directamente
encargado del OICA, se pidió la colaboración del P. L. LIGIER, S.J., profesor de la Facultad de Teología de la
Universidad Gregoriana. Cfr. A. BUGNINI, La Riforma Liturgica (1948-1975), (Roma 1983), p. 570, Nota 1.
La versión castellana de esta obra lleva por título La reforma de la Liturgia 1948-1975 (Madrid 1999).
13
Cfr. Ordo initiationis christianae adultorum, (Roma 1972). Citamos este Ritual en su versión latina con las
siglas OICA.
Desde la promulgación del Ordo baptismi adultorum de 1962 hasta la
promulgación del OICA pasarían diez años. Fue esta, sin duda alguna, una
década de replanteamientos en los contenidos debido a un mejor conocimientos
de los catecumenados de la Iglesia primitiva, y de ensayos y experiencias en el
campo catequético y misional. "Unas líneas de trabajo -afirma M. Dujarier-
fueron propuestas por las comisiones competentes después de las consultas a las
Iglesias. El Consilium de Liturgia redactó primeramente en 1966 un proyecto de
Ritual, transmitido a diversas Iglesias del mundo para ser experimentado.
Después del examen de las respuestas, se formuló otro proyecto y fue
comunicado en 1969 para obtener observaciones y sugerencias más abundantes.
Y, a partir de las respuestas enviadas a este segundo proyecto fue cuando se
redactó el nuevo Ritual de la iniciación cristiana de adultos"14.
14
El autor presenta una abundante bibliografía sobre el Catecumenado en general y de estudios particulares que
estuvieron en la base de los expertos encargados de hacer realidad su restauración tal y como pedía el Concilio
(SC nº 64). Cfr. Breve Historia del Catecumenado (Bilbao 1986), pp. 125-132.
15
Cfr. C. FLORISTÁN, Para comprender el Catecumenado, (Estela 1989), pp. 108-114. D. BOROBIO,
“Catecumenado”, en: C. FLORISTÁN- J.J. TAMAYO (eds.), Conceptos fundamentales de la pastoral (Madrid
1983), pp. 99-120; ID., Catecumenado para la evangelización (Madrid 1997).
16
Sobre la historia de la renovación en Francia: Vers un catécheménat d´adultes, en Documentation
catéchistique nº 37 (jul. 1957) que fue revisado y desarrollado en Problèmes du catéchumenat, suplemento de
Catéchèse, París, 1961.- Cfr. VERNETTE, J. y BOURGEOIS, H.: Seront-ils chrétiens, (París, Chalet, 1975);
Más recientemente para una memoria del camino recorrido, ver PASCAL THOMAS, Pour une mémoire
catéchuménale. Petite histoire du catéchuménat francais (París 1992).
17
Para J. LÓPEZ-GAY, "dentro del campo misionero, quizás sea AFRICA donde la adaptación litúrgica del
Catecumenado se va desarrollando en una forma más orgánica, alcanzando metas precisas. En parte se debe a la
tradición catequética puesta en marcha por el Card. Lavigerie y que, durante un siglo, ha permanecido viva en el
catecumenado africano". Cfr. Notae: Liturgia y misión. Un decenio de estudios y experiencias: Eph. Lit. 68
(1974), p. 223; J. PERAUDIN (Obispo de Kabgayi, Rwuanda) Le Catèchuménat d´après le Card. Lavigerie:
Parole et Mission 4 (1961), pp. 386-395.
cardenal Lavigerie18. En enero de 1959, J. Blomjous, obispo de Tanganica,
solicitó por primera vez a Roma la restauración del ritual del bautismo de
adultos dividido en siete etapas, con tres escrutinios y entregas del Credo y
Padrenuestro. Coincidieron, pues, las demandas catecumenales africanas y
europeas.
18
"Desde el siglo XVIII, capuchinos y espirituales habían tratado de restaurar la preparación bautismal. Pero es
mérito del cardenal LAVIGERIE el haber vuelto a poner en vigor la disciplina catecumenal", (cita la obra de
PERRAUDIN, J. Le catéchuménat d´après le Card. Lavigerie, en PM nº 14, pp. 383-395). Cfr. M. DUJARIER,
o. cit., p. 141; Cf. X. SEUMOIS, La structure de la liturgie baptismale romaine et les problèmes du
catéchuménat missionaire: LMD 58 (1959), pp. 83-110; La totalidad de este número de LMD, titulado Du
catéchuménat à la confirmation, recoge las ponencias del congreso internacional de Monserrat.
19
Para conocer la génesis del Ordo baptismi adultorum de 1614: C. FLORISTAN, El Catecumenado (Madrid
1972), pp. 111-113. Este Rituale Romanum estuvo vigente hasta el Ordo per Gradus de 1962.
20
El Decreto del 16 de abril promulgaba Adiciones y cambios en el Ritual Romano concernientes al Ordo del
bautismo de adultos. Al antiguo Ordo del bautismo, que se celebra en una sola ceremonia y que se consideraba
facultativo, se añadía un nuevo Ordo baptismi adultorum per gradus catechumenatus dispositus. Aparecen el
Decreto, las Adiciones y el Ordo. Es el Ordo Baptismi Adultorum per gradus Catechumenatus dispositus en
"AAS", 30 de mayo, 54 (1962), pp. 310-33. Así lo presentaba el Card. Larraona, Prefecto de la Sgda. Cong. de
Ritos, en el Prefacio del Decreto General: "El Ordo del Bautismo de los adultos, descrito en el Ritual Romano,
Título II, Cap. IV, nació de ritos y ceremonias diversas por medio de las cuales, hace tiempo, avanzando por las
diversas etapa de la iniciación cristiana, los catecúmenos eran conducidos al santo Bautismo".
21
Las etapas son las siguientes: Entrada al Catecumenado, imposición de la sal, exorcismos -tres etapas-
introducción a la Iglesia y unción prebautismal, Bautismo. Cfr. LMD nº 71 (1962), pp. 7-8.
22
A. BUGNINI -promotor directo de toda la Reforma Litúrgica del post-Vaticano- indica la diferencia cuando,
comparando este ORDO con el OICA, dice que el planteamiento del OICA es totalmente nuevo. Con todo,
reconoce el mérito del ORDO del 1962 de haber resaltado la importancia litúrgica del catecumenado. Cfr. La
Riforma Liturgica, p. 571, Nota 5.
el peligro de reducirse a una enseñanza doctrinal y a una formación moral. El
Decreto romano autorizaba la restauración de las etapas catecumenales "por las
que, con oportunos intervalos, los catecúmenos adultos, según el desarrollo de
su formación catequética, se encaminan hacia la recepción del bautismo, a fin
de santificar la formación catequética con ritos sagrados" 23. Sustituía al ritual
del bautismo de adultos contenido en el Ritual Romano decretado por Paulo V
en 1614. En el ritual romano anterior de 1523, titulado Liber sacerdotalis y
compuesto por A. Castellano, se contenían dos formularios para el bautismo de
niños basados en fuentes romanas antiguas. El Rituale romanum de 1614 aceptó
el primero de estos dos rituales como Ordo baptismi parvulorum, y el segundo,
ligeramente modificado, como Ordo baptismi adultorum. Prácticamente
desapareció del Rituale romanum el antiguo ritual del catecumenado 24.
23
Cfr. AAS 54 (1962), pp. 310-338. La traducción francesa del Décret et des Normes se halla en MD 71 (1962,
3) pp. 7-14. Para comprender este documento, leer GY, P.M., Le nouveau rite du baptême des adultes: MD 71,
pp. 15-27, y LAURENTIN, A., Le nouveau rituel du baptême d´adulte: Par. y Lit. 1963, 1, pp. 1-27.
24
Cfr. A. RENOUX, L áncien rituel romain du catéchuménat et notre Ordo du baptême des adultes: LMD 71
(1962), pp. 32-45. En este Ordo se habían perdido: la asamblea dominical, los textos litúrgicos, la preparación
ritual de los adultos, la oración, las lecturas y cantos y la catequesis (Ib., pp. 39-40).
una moda o una nostalgia semántica25. Son motivos profundos, exigidos por la
lógica misma del pensamiento conciliar: La evangelización suscita una
conversión global inicial, que necesita ser profundizada antes del compromiso
total del Bautismo (Ad Gentes, nº 13).
25
Esta opinión la expresa con claridad Seumois: "El hecho de que el Concilio restaure para toda la Iglesia la
disciplina catecumenal, es en sí mismo rico de significado". "Una tal toma de posición tan neta, de parte del
Concilio, es verdaderamente digna de destacarse": Le Catéchuménat et l´initiation chretienne. n. 14: L´Activité
missionaire de l´Eglise (= Unam Sanctam, nº 67), Paris 1967, pp. 271-272.
26
ID., “El catecumenado y la iniciación cristiana”, en J. SCHÜTEE (ed.), Las misiones después del Concilio.
Comentario del decreto conciliar sobre la actividad misionera de la Iglesia ( Buenos Aires 1968), p. 130.
27
Cfr. C. FLORISTÁN, Para comprender el catecumenado, p. 110. En las discusiones conciliares, aparecieron
también ciertas resistencias y oposiciones a la restauración del catecumenado. Cita la obra de Seumois que en la
página 130 da una relación de los Padres que hablaron en contra. Para un acercamiento a los testimonios de los
Padres Conciliares ver dos artículos de F. BROVELLI, “Per una valutazione del dibattito e delle esperienze di
iniziazione cristiana”, en Iniziazione cristiana. Problema della Chiesa di oggi (Bolonia 1972), pp. 167-219; ID.,
L´iniziazione cristiana: fatti, problemi, prospettive: Rivista di Pastorale Liturgica 75 (1976), pp. 5-14.
28
Para J. A. VELA "lo que llama la atención es que la lógica de estos motivos no haya sido expresamente
discutida por el Concilio. ¿Se acepta este proceso catecumenal como algo connatural a la Iglesia, que el
neopaganismo moderno hace surgir como una exigencia fundamental? Esto sería lo que parecerían indicar las
experiencias previas y mucho más las posteriores al mismo Concilio". Cfr. Reiniciación cristiana, respuesta a
un bautismo "sociológico". Disertación en la Facultad de Misionología de la Pontificia Universidad Gregoriana,
Roma, 1984, p. 78. Esta tesis doctoral fue publicada dos años más tarde con el título de Reiniciación cristiana
(Estella 1986) (las páginas citadas corresponden a la Tesis publicada por la Facultad de Misionología de la
Pontificia Universidad Gregoriana).
del Ordinario del lugar: de este modo se obtendrá que el tiempo del
catecumenado, destinado a una formación apropiada, pueda ser santificado con
ritos sagrados que se celebrarán en tiempos sucesivos" (nº 64) 29.
Esta decisión, por otra parte, suponía una revisión del ritual del bautismo
de adultos, de ahí que se pidiera: "Revísense ambos ritos del bautismo de
adultos, tanto el simple como el solemne, teniendo en cuenta la restauración del
catecumenado, e insértese en el Misal romano la Misa propia In collatione
baptismi" (nº 66). A su vez, la restauración catecumenal entrañaba una atención
particular sobre la última etapa tradicional de la iniciación cristiana: "Puesto que
el tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la
palabra de Dios y a la oración, para que celebren el misterio pascual, sobre todo
mediante el recuerdo o la preparación al bautismo y mediante la penitencia, se
dé particular relieve en la liturgia y en la catequesis al doble carácter de dicho
tiempo" (nº 109)31.
Al terminar la tercera etapa del Vaticano II, se promulga, con fecha del
21 de noviembre de 1964, la constitución sobre la Iglesia, cuyo capítulo II, al
describir la naturaleza del pueblo de Dios, termina precisamente con una
importante llamada de atención al carácter misionero de la Iglesia:
29
En esta cita seguimos la traducción del Concilio Vaticano II (Madrid 1965).
30
Para un comentario autorizado sobre la SC ver: I. OÑATIBIA, “Los sacramentos de la iniciación cristiana”,
en Renovación Litúrgica. Doctrina y comentarios (Madrid 1964), p. 300. Esta obra nos presenta los estudios
realizados por miembros y consultores de la Comisión Conciliar de Liturgia.
31
Cfr. AA. VV., La Cuaresma. Catecumenado de nuestro tiempo ( Madrid 1964).
32
Se puede encontrar una buena bibliografía comentada sobre la SC en M. SODI, La SC e i suoi commenti dal
1964 ad oggi: Notitiae 19 (1983), pp. 571-607.
del error y los incorpora a Cristo, para que crezcan hasta la plenitud por la
caridad hacia él" (LG, nº 17)
"Los catecúmenos que, por la moción del Espíritu Santo, solicitan con
voluntad expresa ser incorporados a la Iglesia, se unen a ella por este mismo
deseo, y la madre Iglesia los abraza ya amorosa y solícitamente como a hijos"
(LG, nº 14,3).
e) Decreto Ad gentes
33
En la edición de la BAC de 1965, la palabra latina institutio se traduce equivocadamente por instrucción
cuando lo correcto es institución. La nueva edición de la BAC de 1993, nos ofrece una traducción más correcta:
"Tienen que esforzarse también en restablecer el catecumenado de adultos o en hacer una adaptación más
adecuada". Según el Concilio, no sólo se trata de instruir a los catecúmenos, sino de restaurar el catecumenado
(C. Floristán).
Al finalizar la cuarta y última sesión del Vaticano II, se promulga, el 7 de
diciembre de 1965, el decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia34, en el
que se incluyen los textos conciliares más importantes sobre el catecumenado.
34
Sobre el Decreto AG se pueden consultar las siguientes obras: J. MASSAN, L´attività missionaria della
Chiesa, (Torino 1966); A. SANTOS, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia. Texto y Comentarios
(Madrid 1966); Documentos del Magisterio de la Iglesia sobre el Catecumenado: Act. Cat. nnº 74-75 (1975),
pp. 13-17.
35
Cfr. C. FLORISTÁN, Para comprender el Catecumenado, pp. 111-112. Tras el análisis de los textos
conciliares sobre el catecumenado llega a las siguientes conclusiones: "-El movimiento litúrgico moderno, de
hondas raíces bíblicas, confluyó en el Concilio con el movimiento misionero de evangelización. Con estos
criterios pastorales se advirtió en muchos fieles una deficiente iniciación cristiana, fruto de una escasa
evangelización y de una precipitada sacramentalización. De una parte, se administraba, y se administra, el
bautismo a hijos de padres frecuentemente no catequizados ni evangelizados. De otra, los bautizados no
recibían, ni reciben, a menudo una adecuada iniciación; - El hecho de que el Vaticano II restaure el
catecumenado al mismo tiempo que revaloriza la importancia de la comunidad cristiana, indica la importancia
de la iniciación en la formación de los cristianos. Las comunidades cristianas del futuro, constituidas por fieles
creyentes convencidos, podrán ser sostenidas y desarrolladas a través de una adecuada iniciación. Nuestras
asambleas dominicales languidecen porque no están formadas por verdaderos fieles, iniciados en un verdadero
catecumenado; -Dada la autonomía de la persona en nuestra sociedad enormemente secularizada y teniendo a la
vista la escasa y difícil función educadora religiosa de la familia, cada vez es más difícil heredar
espontáneamente la fe y cada vez es más necesario el acto de conversión en la vida adulta. Pero el cristiano que
practica ritualmente, si no tiene convicciones profundas, arraigadas mediante la conversión y una progresiva
iniciación cristina, tiene el peligro evidente de abandonar fácilmente la práctica religiosa, y, con la práctica, la
fe." (p. 112).
misionera"36. Por otra parte, el catecumenado litúrgico restaurado demostrará
que "la conversión es obra de Dios más que obra del hombre. Aparecerá mucho
mejor la naturaleza verdadera del catecumenado cristiano, que no solo consiste
en nociones y preceptos, sino en la iniciación a la vida y misterios de la Iglesia,
y hace posible la participación de la comunidad parroquial en la preparación de
los catecúmenos"37.
Para finalizar este recorrido por los textos conciliares que han tratado
explícitamente el tema del catecumenado, podemos concluir diciendo con A.
Aubry que en esta nueva toma de conciencia eclesiológica, "el proyecto eclesial
de la LG, como el de la SC, manifiesta un talante pastoral y posibilita el
resurgimiento de ministerios inéditos que se sugerían en la CD y en la PO;
supone una exploración del dinamismo de la conversión y del crecimiento de la
fe, es decir plantea un problema no solamente catequético, sino además de
evangelización, ya que sacó a la luz la doctrina misionera de A.G" 38. Esta
situación revela que el Ritual no obedecía solamente a una reivindicación ritual
de los padres del Concilio, sino a un amplio proyecto teológico: el
catecumenado como expresión litúrgica del nacimiento y del crecimiento de la
Iglesia39.
36
Cfr. art. cit., p. 279.
37
Cfr. C. CELIER, Catécumènes et communautè chretienne: Maison-Dieu, cuaderno 71 (1962), pp. 142-150.
38
Cfr. A. AUBRY, Le projet pastorale du rituel de L´O.I.C.A: Ephemerides liturgicae 88 (1974), pp. 174-179.
39
Cfr. IDEM, Celebrar el nacimiento de una Iglesia: Phase 64 (1971), pp. 361-373.
la aparición, desarrollo y reconocimiento de las pequeñas comunidades.
Efectivamente, la experiencia comunitaria de los orígenes ya había estado
presente en el horizonte de comprensión del Papa Juan XXIII: El cometido del
Concilio Ecuménico ha sido concebido para devolver al rostro de la Iglesia de
Cristo todo su esplendor, revelando los trazos más simples y más puros de su
origen40.
41
Cfr. Das neue der Kirche, Gul 39 (1966), pp. 4-24. Este artículo apareció un año más tarde recogido en
Schriten zur Theologie VIII (Einsiedeln 1967), pp. 333-337. Esta novedad conciliar había surgido por el retorno
a las fuentes del cristianismo y enunciaba un futuro fecundo.
42
Cfr. JUAN JOSÉ CALLES, Lumen gentium, nº 26: Génesis, historia y teología (Tesina de Licenciatura).
Universidad Pontificia de Salamanca-1988.
43
Cfr. R. BLÁZQUEZ, La Iglesia del Concilio Vaticano II ( Salamanca 1988), pp. 497-498.
44
Mons. Blázquez señala dos formas de recepción creativa: La teología de la liberación y las pequeñas
comunidades cristianas.
se expresa J. Losada: "la aparición de las pequeñas comunidades es la
manifestación más importante de la recepción y realización del Concilio en la
Iglesia"45.
1. El Coetus XXII busca las grandes líneas de la estructura del Rito para
el Bautismo de Adultos teniendo en cuenta las experiencias misioneras
de África y Asia y los caminos seguidos por el Catecumenado en
Francia. Contrariamente a la opción del Rituale Romanum de Paulo V,
se opta por partir no por el Bautismo de niños, como modelo ejemplar,
sino por el Bautismo de Adultos. En cuanto a su estructura, se afirman
las líneas de la inserción del Rito en el contexto pascual y dentro de
una dinámica de iniciación cristiana, de manera que resplandezca la
íntima conexión de los tres sacramentos de la iniciación. Se introducen
la realización y celebración de las etapas, que respondan a un camino
espiritual de los candidatos. Se busca la participación activa de la
comunidad cristiana, tanto en el camino como en el momento final de
la celebración de los sacramentos.
45
Cfr. J. LOSADA, Eclesiología de las pequeñas comunidades: tres momentos de la radicalización del
carisma: Sal Terrae 12 (1982), p. 879.
46
Cfr. Reiniciación cristiana, respuesta a un bautismo "sociológico", pp. 31-32.
47
Esta intención de mandar el ORDO para ser experimentado, antes de su redacción definitiva, se expresa en el
Esquema 112 De Rituali 5 del 4 de Octubre de 1965. "Según carta del 11 de noviembre de 1966, el Consilium
solicitó a los obispos franceses que esta experiencia se realizase bajo su dirección" . Cfr. C. FLORISTAN, El
Catecumenado, p. 115. "El Consilium de Liturgia creado por Paulo VI emprendió la realización de este voto. Se
1966.Considera ya el rito completo del Catecumenado: la entrada, la elección,
los escrutinios y las entregas, los ritos preparatorios y la celebración cristiana.
Le sigue el tiempo de la Mystagogia, para acompañar a los neófitos en los
primeros pasos de la vida cristiana.
c) En Medellín ( 1968)
elaboró un ritual provisional y se envió a todos los rincones del mundo para que las Iglesias locales lo
experimentaran, dando su opinión y sus sugerencias. De este intercambio, proseguido durante varios años, nació
este Ritual de la iniciación cristiana de adultos". Cfr. M. DUJARIER, La iniciación cristiana de adultos, pp. 16-
17.
48
Cfr. Ordo initiationis christianae adultorum (Roma 1972). La edición castellana es del 18 de abril de 1976:
COMISIÓN EPISCOPAL DE LITURGIA, Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (Madrid 1976). En
adelante citaremos este Ritual con las siglas RICA.
49
Cfr. La Iglesia en la actual transformación de América Latina, ponencias y conclusiones de la 2ª
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Bogotá 1969).
Se aboga por una catequesis eminentemente evangelizadora, que abarque
la evangelización de los bautizados o "re-evangelización de los adultos"(nº 8,9),
y propone nuevas formas de un catecumenado en la catequesis de adultos para
una eficaz "evangelización de los bautizados" (nnº 7,9 y 17 f.).
Unos años más tarde, el CELAM dirá que como fruto de la IIª
Conferencia General "ha sido fortalecida la evangelización de los adultos, a
diferencia de la catequesis de épocas anteriores que se preocupaban con
preferencia de los niños...Se han formado muchos grupos de catecumenado
para bautizados adultos como una verdadera primavera espiritual" 51.
50
Cfr. Iglesia y liberación humana. Los documentos de Medellín, Pastoral de conjunto, 10-11. Para J.A. VELA
“lo específico de la experiencia latinoamericana en el proceso de educación de la fe son las Comunidades de
Base en su explícita referencial ´eclesial`. Aunque no hagan una referencia explícita al neocatecumenado, sí lo
hacen a sus elementos esenciales como son la reiniciación en la fe de los bautizados, la integración en la Iglesia
y el compromiso testimonial en el mundo...”. Cf. Reiniciación cristiana, p. 282.
51
Cfr. SECRETARIADO GENERAL DEL CELAM, Medellín. Reflexiones en el CELAM (Madrid 1977), p.
108.
d) Directorio General de Pastoral Catequética (1971)
52
D.C.G. Edición Bilingüe del Episcopado Español (Madrid 1971), nº 6.
comunidad cristiana, representada por los padrinos, y no solamente a los
sacerdotes o catequistas" (DCG, nº 130) 53.
53
También en el Sínodo sobre el Sacerdocio y la justicia en el mundo, celebrado ese mismo año, los
Obispos que habían tratado el tema del sacerdocio ministerial, hacían un reconocimiento explícito de
las pequeñas comunidades:"Las pequeñas comunidades que no se contraponen a la estructura
parroquial o diocesana deben ser inscritas en la comunidad parroquial y diocesana de manera que sean
en medio de ellas como el fermento del espíritu misionero". Cfr. El sacerdocio y la justicia en el
mundo (Madrid 1971), parte II, nº 1, d.
54
Cfr. M. DUJARIER, Iniciación cristiana de adultos, p. 15.
55
Cfr. los números especiales dedicados al ritual en LMD 110 (1972); Rivista Liturgica 10 (1973) nº 60; Via,
Verità e Vita 22 (1973) nº 41; Ephemerides Liturgicae (1974/3); Phase 94 (1976). Para una exposición
sistemática de la significación de este Ritual: C. FLORISTÁN, Para comprender el Catecumenado, pp. 117-
125. Ver el estudio de CARMELO GÓMEZ GÁLVEZ, La propuesta catecumenal en el RITUAL DE
INICIACIÓN CRISTIANA DE ADULTOS (Tesina de Licenciatura). Universidad Pontificia de Salamanca.
Facultad de Teología-1992. J. L. DEL PALACIO, El catecumenado postconciliar de adultos, forma
privilegiada de la evangelización permanente de la Iglesia local. Estudio del catecumenado en el concilio
Vaticano II y en el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (Bilbao 1999).
56
Lleva por título Cómo evangelizar hoy a los cristianos (Bilbao 1994). El autor presenta El Ritual de la
Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) como propuesta tipo para una nueva evangelización
completo, gradual y orgánicamente articulado. Lo que se ha restaurado es el
catecumenado, con su forma y estructura global" 57.
57
Ibid., p. 49. Esta misma opinión la sostiene Carmelo Gómez: "Lo más sorprendente y renovador del RICA es
la opción catecumenal...La clave de su novedad y su relevancia radica, precisamente, en la opción
catecumenal...", en o. cit., p. 152.
58
Cfr. Cómo evangelizar a los cristianos (Bilbao 1994), pp. 9 y 163.
59
Fruto de las reflexiones en torno al catecumenado y su restauración en la Iglesia en España, y bajo la
dirección experta de mi Director de Tesis Doctoral, -DIONISIO BOROBIO-, ver el siguiente artículo: El
Catecumenado y su situación en la Iglesia actual: Teología y Catequesis 83 (2002), p. 79. Para completar esta
visión, ver A. CAÑIZARES, Panorámica general de los catecumenados en España: Phase 16 (1976), pp. 307-
320; J. LÓPEZ, Panorámica global de la catequesis de adultos en España hoy: Teología y Catequesis 2 (1982),
pp. 169-176; ID., Proyecto de catequesis de adultos de talante catecumenal: Actualidad Catequética 124 (1985),
pp. 475-495.
teológico: el catecumenado como la expresión litúrgica del nacimiento y del
crecimiento de la Iglesia 60.
a) Contiene unos Preliminares (nnº 1-67) sobre el espíritu que tiene que
animar la iniciación. Así como la estructura, etapas y grados de la misma.
Comprende unas observaciones generales y unas observaciones previas.
60
Cfr. A. AUBRY, Celebrar el nacimiento de una Iglesia, pp. 361-373.
61
Sigo aquí la esquematización de M. DUJARIER, Iniciación Cristiana de adultos, pp. 17-19.
seriamente. Estos adultos, que están en camino de conversión, tienen necesidad
de que su progreso sea sostenido y santificado por acciones litúrgicas 62.
62
Cfr. M. DUJARIER, En quel cas peut-on parler d´un catèchuménat post-baptismal?, Le Calao 28 (1974, 4)
pp. 5-11, y 29 (1975, 1), pp. 36-42.
63
Cfr. Para una exposición detallada del Ritual etapa por etapa: J. ORIOL, El nuevo rito de la Iniciación
Cristiana de adultos: Phase 69 (1972), pp. 291-293; M. DUJARIER, Iniciación cristiana de adultos, pp. 21-203.
Los excelentes trabajos de JESÚS ANDRÉS VELA, Reiniciación cristiana, y de CARLO ROCCHETTA, Cómo
evangelizar hoy a los cristianos; por las perspectivas pastorales que intentan abrir. También J. LÓPEZ,
“Catecumenado. Datos de la historia y etapas del Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos”, en Proyecto
Catecumenal (II) (Madrid 1983), doc. 8.
64
Cfr. Cardenal JUBANY, Presentación del Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos.
de toda catequesis integral, que implica la participación y renovación de la
misma comunidad Cristiana”65.
65
Cfr. El Catecumenado y su situación en la Iglesia actual, p. 81.
66
Para corroborar esta afirmación baste señalar que en el último Plan Pastoral de la CEE 2006-2010 que lleva
por título “Yo soy el pan de vida” (Jn 6,35). Vivir la Eucaristía, una de las acciones pastorales que se proponen,
después de 40 años de su promulgación en castellano, es la “publicación y divulgación del Ritual de la
Iniciación Cristiana (explicación de su estructura –itinerario de iniciación- así como los criterios para su correcta
aplicación” (p. 38).
67
Para un mayor conocimiento de la historia en relación con la influencia que tuvo la praxis neocatecumenal en
la comprensión del Cap. IVº del RICA, ver JUAN JOSÉ CALLES, o. cit., pp. 78-89.
pero que se encuentran en la misma situación de no haber sido evangelizados ni
catequizados y que, por lo tanto, no han seguido un camino de iniciación hacia
la opción de fe 68. Esta ampliación se va a llevar a cabo para dar respuesta a una
pregunta del Vicariato de Roma en relación con el Neocatecumenado, es decir
con el camino de iniciación cristiana vivido por las Comunidades
Neocatecumenales69.
68
Cfr. Riflessioni sul capitolo IV dell"Ordo initiationis christianae adultorum" : Notitiae 9 (1973), pp. 274-278,
con el comentario del P. PASQUALETTI (pp. 278-282): "El capítulo da lugar a una búsqueda seria también en
las naciones tradicionalmente cristianas: un grupo seriamente comprometido, como el de las Comunidades
Neocatecumenales, había iniciado ya con los iniciadores una formación cristiana de los bautizados basándose en
el modelo del camino catecumenal. Encontraron dificultades y recurrieron a menudo a la Sgda. Congregación
para el Culto que se interesó de este problema. También el Vicariato de Roma pedía una clarificación. El
problema era: qué sentido había que dar a un modelo de Catecumenado para los ya bautizados, y sobre todo,
para los eventuales ritos que acompaña la formación espiritual del cristiano. Éstos, fundamentalmente, deben
entenderse como un revivir aquello que ha sido ya sacramentalmente celebrado. Pero, se aclaraba también que
no se pueden repetir los ritos del Epheta, de la unción y de la vestidura blanca. En cambio, sí se pueden repetir,
la entrega del Símbolo y su devolución y la entrega del cirio pascual. El mérito de este grupo está en haber
comprendido la importancia del espíritu del Catecumenado para formar verdaderos cristianos, también el Papa
interviene a propósito de este argumento”. Ver también Notitiae 10 (1974), pp. 228-229.
69
Es importante señalar cómo por estos años, desde el punto de vista pastoral se venía planteando la viabilidad
de una experiencia catecumenal con bautizados: E. COSTA, E´possibile oggi l´esperienza catecumenali dei
battizati?: RPL nº 60 (1973), pp. 33-37, donde ya se refiere expresamente al Neocatecumenado: "La intuición de
Kiko Argüello, muy unida a su experiencia personal, partiendo del hecho de considerar a los catecúmenos casi
en situación de tabula rasa, e invitarlos, con el anuncio del Kerygma, a recorrer profundamente todas las etapas
de la iniciación cristiana hasta una completa re-conversión; el lugar idóneo de este camino es la comunidad
catecumenal", p. 34.
70
Cfr. DI ANNIBALE BUGNINI, La Riforma liturgica, p. 579. Se refiere en concreto a las Comunidades
Neocatecumenales y cita la interpretación oficiosa que salió a la luz, es decir, el comentario de P. Pasqualetti
recogido más arriba.
órgano oficial de dicha Congregación, después de varios encuentros que
mantuvieron con los iniciadores del CN los responsables de esta Congregación
sobre las celebraciones del Neocatecumenado, después del discurso del Papa
Pablo VI en la audiencia general del 24 de abril de 1974 71 y como continuación
de las palabras que el mismo Papa Pablo VI dirigió a los párrocos y
responsables de las Comunidades Neocatecumenales en la audiencia del 8 de
mayo de 197472.
g) En el Sínodo sobre la Evangelización (1974)
Hay que señalar -en este decenio- que un momento clave para el
movimiento comunitario sería la celebración del Sínodo de obispos de 1974
sobre la evangelización. El Sínodo se ocupó mucho de las pequeñas
comunidades o comunidades de base y preparó el camino para que Pablo VI, en
la Evangelii Nuntiandi (1975) les otorgará pleno reconocimiento eclesial, a la
vez que estableciera los criterios de eclesialidad.
71
Cfr. PABLO VI, “El catecumenado en la preparación al bautismo”, en El Neocatecumenado en los discursos
de Pablo VI y Juan Pablo II (Madrid 1986) (1ª ed.), p. 18.
72
"Tras un período de estudio de las etapas y de los ritos del Camino Neocatecumenal, durante el cual enviaron
observadores a nuestras celebraciones, y dado que el capítulo IV del OICA extendía el uso del Ordo también a
los bautizados que no habían recibido una catequesis suficiente, la Congregación publicó un documento titulado
Reflexiones sobre el capítulo IV del OICA. En él se establecía qué ritos del catecumenado de los adultos podían
repetirse para revivir el Bautismo y cuáles no. Después de esto fuimos de nuevo convocados, leyeron delante de
nosotros este documento y nos expresaron su alegría y satisfacción por el trabajo que estábamos realizando en la
Iglesia. Y nos dijeron que publicarían en la revista oficial de la Congregación, Notitiae, una nota laudatoria en
latín para toda la Iglesia, para de este modo ayudarnos...Gracias a este hecho se estableció, con la Congregación
del Culto, un diálogo fecundo, que resultará más tarde muy importante para la relación de Pablo VI con el
Camino Neocatecumenal”. Cfr. E. PASOTTI (ed.) El Camino Neocatecumenal según Pablo VI y Juan Pablo II
(Madrid 1995), p. 13.
73
El Informe sobre las CNC fue entregado por Kiko Argüello y Carmen Hernández al Papa Pablo VI en mayo
de 1974. Un año más tarde salió publicado: Le Comunita` Neocatecumenali: Rivista de Vita Spiritualle 2
(1975), pp. 191-200.
- buscan su alimento en la Palabra de Dios y no se dejan aprisionar
por la polarización política o por la ideología de moda, prontas a explorar
su inmenso potencial humano;
74
Cfr. JESÚS LÓPEZ, “Pastoral catecumenal y pastorales análogas”, en o. cit., p. 155.
El problema, planteado ya en la II Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano (Medellín, 1968), fue recogido en el Directorio General de
Pastoral Catequética: "Muchísimas veces la situación real en que se encuentra
un gran número de fieles pide necesariamente una cierta evangelización de los
bautizados, que precede a la catequesis" (nº 19).
contornos, se generaliza su concreción, se dilapida su fuerza, se afloja su densidad”. Cfr. “Dimensión eclesial
de la identidad cristiana”, en Jesús sí, la Iglesia también (Salamanca 1983), p. 311.
El Papa Pablo VI considera el fenómeno de la aparición de las pequeñas
comunidades como un signo de los tiempos: "florecen un poco por todas partes
en la Iglesia, según los distintos testimonios escuchados durante el Sínodo"
(EN, nº 58). El Papa Pablo VI hace un pleno reconocimiento eclesial de las
pequeñas comunidades cristianas: son destinatarias de la evangelización y, al
mismo tiempo, evangelizadoras; florecen un poco por todas partes y nacen en el
interior de la Iglesia, para vivir todavía con más intensidad la vida de la Iglesia,
para hacer crecer a la Iglesia. Al mismo tiempo, señalará los criterios para su
discernimiento eclesial: se alimentan de la Palabra de Dios, no son
contestatarias, viven unidas a la Iglesia local y universal, están en sincera
comunión con los Pastores, no se creen el único agente de evangelización,
crecen cada día en compromiso misionero y son universalistas y no sectarias.
76
En esta IV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos se tuvo en cuenta la experiencia del CN en
las parroquias. Así consta expresamente en las intervenciones de los Cardenales Suenens (cfr. Informaciones
Catholiques Internationales nº 520, 15-11-1977, p. 50) y Benelli (cf. Vida Nueva n.º1100, 15-10-1977, p. 1988).
77
Cfr. IVª Asamblea del Sínodo de los Obispos (1977), Proposición 30: Actualidad Catequética 96 (enero-
marzo 1980) , pp. 137-138.
propia de los pastores de la Iglesia, ser los primeros impulsores de una
verdadera pastoral catecumenal. A partir de este momento dos serán las líneas-
fuerza que se van a comenzar a destacar: a) por una parte la insistencia en que
toda catequesis ha de tener una inspiración catecumenal, en este sentido D. José
Manuel Estepa, Delegado de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis
y secretario técnico del Sínodo, decía un año después de su celebración, a este
respecto, lo siguiente: "El Sínodo juzgó que los procesos catecumenales tienen
hoy un lugar imprescindible en la iniciación de los cristianos en la fe. Un
proceso educativo eclesial no puede concebirse hoy como un mero proceso
cognoscitivo sino como un itinerario vital, en el que se integran diversas
dimensiones, entre ellas, la dimensión poética" 78; b) por otra, la convicción ya
madurada eclesialmente de que el lugar propio de la catequesis es la comunidad
cristiana, es decir la inspiración comunitaria en la que brota y desde la que se
lleva adelante todo proceso catequizador 79.
78
Cfr. J.M. ESTEPA, La catequesis en nuestro tiempo. Principales líneas de fuerza del Sínodo 77:
Actualidad Catequética, 86 (1978), p. 103.
79
Lo proclamó ya el Sínodo ´77 al declarar que la comunidad es el origen y meta de toda catequesis, y se
convirtió en un leit-motiv constantemente repetido en la década de los ´80. Para el Sínodo ´77 la comunidad
cristiana es donde "los cristianos viven su conciencia clara de unión con Cristo y el Padre en el Espíritu,
escuchan y ponen en práctica la palabra de Dios, celebran su fe, sobre todo en los sacramentos, oran juntos y
viven la fraternidad en el amor, alimentan la conciencia de tener una misión en el mundo, reconocen sus
limitaciones individuales y comunitarias abriéndose a la comunión con las restantes comunidades cristianas de
la Iglesia local y universal". Cfr. IV Sínodo de los Obispos, Mensaje al pueblo de Dios y documentación
complementaria (Proposición 25).
80
Cfr. JESÚS LÓPEZ., Catequesis de adultos y Catechesi Tradendae, diez años después: Sinite 92 (1989),
p. 485. Ver también C. FLORISTÁN, El proceso catecumenal en la Catechesi Tradendae: Sinite 92 (1989), pp.
511-517.
Catequesis (Proposición 29). El lugar privilegiado corresponde a la parroquia.
Además, la parroquia debe velar "por la integración de distintos grupos en el
cuerpo eclesial" (nº 67). El Sínodo de la Catequesis (1977) reconoció que las
pequeñas comunidades eclesiales ocupan “el lugar principal” en la transmisión
de la fe y que la pequeña comunidad eclesial es la vía ideal para la
transformación progresiva de la parroquia.
c) En Puebla (1979)
81
Cfr. Proposición 29. Según JJ. TAMAYO-ACOSTA las Proposiciones aprobadas por los obispos
reunidos en el IV Sínodo de obispos, referidas a la catequesis y al lugar de las cc. bb. en ella, se mueven en la
misma perspectiva abierta por la Evangelii Nuntiandi: "Se concede gran importancia a las pequeñas
comunidades cristianas para la catequesis. Y, lo que es más importante, se demanda a los obispos que
promuevan dichas comunidades como lugares de catequización, alienten sus valores positivos y su dinamismo,
las ayuden a encontrar su propia misión en la Iglesia local, las doten de medios para desarrollar una catequesis
adecuada y armonicen las pequeñas comunidades con la catequización de la vida de la Iglesia (Proposición
29)". Cfr. Comunidades de base y la Catechesi Tradendae: Sinite 92 (1989) pp. 502-503.
82
Cfr. IIIª CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, La evangelización
en el presente y en el futuro de América Latina. Puebla (Bogotá 1983), (4ª ed.,), nº 111.
Al mismo tiempo, se reconoce que en el diálogo con el hombre de hoy, la
catequesis llega a los adultos "en formas más adecuadas al pueblo sencillo" (nº
629); en concreto, se señala que, las pequeñas comunidades, lejos de formar una
estructura elitista, son "expresión del amor preferente de la Iglesia por el pueblo
sencillo; en ellas se expresa, valora y purifica su religiosidad y se le da la
posibilidad concreta de participación en la tarea eclesial y en el compromiso de
transformar el mundo" (nº 643).
83
Una aplicación puede verse en los cc. 1170 y 1183. La distinta condición de los fieles cristianos y de los
catecúmenos queda recogida en los cc. 204-205; aunque sería un error interpretar esta distinción que hace el
Código como una distinción meramente disciplinaria.
1.- El adulto que desee recibir el bautismo ha de ser admitido al
catecumenado y, en la medida de lo posible, ser llevado por los pasos sucesivos
a la iniciación sacramental, según el ritual de iniciación adaptado por la
Conferencia Episcopal y atendiendo a las normas peculiares dictadas por la
misma.
A los veinte años del Vaticano II, el Papa Juan Pablo II convocó un
Sínodo extraordinario en Roma con la finalidad de "celebrar, verificar y
promocionar el Vaticano II"84. Al ser tratado el tema de la evangelización se
reconoce que "por todas partes en el mundo, la transmisión de la fe y de los
valores morales, que proceden del Evangelio, a la generación próxima (a los
jóvenes) está hoy en peligro. El conocimiento de la fe y el reconocimiento del
orden moral se reducen frecuentemente a un mínimo. Se requiere, por tanto, un
nuevo esfuerzo en la evangelización y en la catequesis integral y sistemática" 85.
Teniendo muy presente, -se afirma- en la Relación Final- que "hay que
promover la propia espiritualidad de los laicos fundada en el bautismo"86. De
ahí, que en otra sugerencia, se pida que "las catequesis, como así lo fueron en el
comienzo de la Iglesia, deben ser de nuevo el camino que introduzca a la vida
litúrgica (catequesis mistagógicas)"87. Es más, por primera vez en un documento
eclesial de este rango se va a decir expresamente que "la evangelización no
pertenece sólo a la misión en sentido ordinario, es decir, a los gentiles. La
84
Cfr. SÍNODO 1985. Documentos I.2 (Madrid 1985).
85
Ibid., II, B) a) 2.
86
Ibid., II. A) 5.
87
Ibid., II, B) b) 2.
evangelización de los no creyentes presupone la autoevangelización de los
bautizados y también de los mismos diáconos, presbíteros y obispos"88.
88
Ibidem.
89
Ibid., II, C), 1.
90
Ibid., II, C) 6.
experiencias comunitarias en la base eclesial pero reconociendo que ambas
perspectivas pastorales se implican y mutuamente se reclaman.
92
Cfr. A. GONZÁLEZ DORADO, Juan Pablo II y la "Nueva Evangelización": Misión Abierta, 5 (1990), p.
39; según González Dorado, "la nueva evangelización es el primer plan de pastoral orgánica de toda la Iglesia",
en: La Nueva Evangelización promotora de la civilización de la solidaridad: Confer (1989), p. 587. Si bien es
cierto que no han faltado voces críticas que han levantado la sospecha de encontrarnos aquí con un programa
pastoral de tipo restauracionísta en el que la vuelta al pasado sea propiciada y alentada, ver J. MARTÍN
VELASCO, La nueva evangelización. Ambigüedades de un proyecto necesario: Misión Abierta (5/1990), pp.
87-97.
93
Cfr. “Nueva Evangelización”, en Primera evangelización (Madrid 1992), pp. 8-11 (contiene una
bibliografía actualizada y abundante con las mejores plumas que han tratado sobre la Nueva Evangelización).
de 1974, es ya una introducción y una verdadera fundamentación del concepto y
de la misma consigna pastoral de la nueva evangelización" 94.
94
Cfr. FERNANDO SEBASTIÁN, Nueva evangelización, p. 21.
95
El alcance del contenido de estas expresiones lo analiza RICARDO BLÁZQUEZ, o. cit., pp. 49-57.
96
Cfr. C. FLORISTÁN, Para comprender el Catecumenado, p. 25.
catecumenal parecen ser los métodos básicos para llevar a cabo la misión
pendiente"97.
La tesis que expone el cardenal Ratzinger en esta obra es que una de las
raíces de la crisis por las que atraviesa la Iglesia está en la eclesiología: "Aquí
está el origen de buena parte de los equívocos o de los auténticos errores que
97
Ibid., p. 17.
98
Cfr. JOSEPH RATZINGER/VITTORIO MESSORI, Informe sobre la fe (Madrid 1985).
amenazan tanto a la teología como a la opinión común católica" 99. En cambio,
junto a esta crisis, señala el cardenal, "lo que a lo largo y ancho de la Iglesia
universal resuena con tonos de esperanza -y esto sucede justamente en el
corazón de la crisis de la Iglesia en el mundo occidental- es la floración de
nuevos movimientos que nadie planea ni convoca y surgen de la intrínseca
vitalidad de la fe. En ellos se manifiesta -muy tenuamente, es cierto, algo así
como una primavera pentecostal en la Iglesia. Pienso, por ejemplo, en el
Movimiento carismático, en las Comunidades Neocatecumenales, en los
Cursillos, en el Movimiento de los Focolari, en Comunión y Liberación, etc" 100.
99
Ibid., p. 53.
100
Ibid., p. 50.
101
No deja de sorprender el paralelismo entre la lectura que hacer Ratzinger de este fenómeno postconciliar
que es el de la aparición de los nuevos movimientos y el que hiciera Mons. Bugnini en 1974 con respecto a las
CNC: "Todo Concilio -afirma Ratzinger-, para que resulte verdaderamente fructífero, debe ir seguido de una
floración de santidad. Así sucedió después de Trento, que precisamente gracias a esto pudo llevar a cabo una
verdadera reforma. La salvación de la Iglesia viene de su interior" (Ibid., p. 49). "Todas las reformas en la
Iglesia -afirmaba Bugnini- han aportado nuevas iniciativass y promovido nuevas instituciones, que han realizado
los objetivos de la renovación. Así sucedió después del Concilio Trento; y no podía suceder ahora de otro
modo...Un ejemplo excelente de esta renovación se encuentra en las Comunidades Neocatecumenales...".
Sínodo Extraordinario de 1985 y las sucesivas Asambleas ordinarias de obispos
celebradas en esta década (1985-1995) nos van a ir dando la verdadera medida
del nivel de valoración de las realidades comunitarias y catecumenales. Y, todo
ello enmarcado en un gran programa global de pastoral que hemos denominado
de Nueva Evangelización.
102
Fue tratado ampliamente en Ecclesia, nº 2.242.
103
Cfr. cardenal DANNEELS, Evangelizar la Europa secularizada: Ecclesia, nº 2.251, pp. 28-41. Al
cardenal Danneels se le encargó la Relación Final del Sínodo-1985.
104
Ibid., p. 31.
105
Ibid., p. 39. Sin embargo, no parece tener muy claro el cardenal "¿cómo encontrar la articulación entre
estos grupos y las estructuras clásicas de la Iglesia que son las parroquiass y los movimientos? ¿Cómo
revitalizarlos? El interrrogante queda abierto. ¿Es verdad que los pequeños grupos de renovación de la vida
cristiana no podrán alcanzar su madurez y su objetivo sino en el momento en el que consigan insertarse en la
donde se está realizando un trabajo verdaderamente misionero, kerygmático, de
anuncio directo, explícito, ad extra: "aparte de algunos grupos aislados como la
Legión de María y ciertas comunidades de renovación, el neocatecumenado y
los cursillos, se hace muy poco en momento actual para anunciar a Cristo a los
que están lejos"106.
parroquia para devolverle impulso y vida? ¿Es necesario desplazar el centro de nuestra actividad evangelizadora
y hacer la opción de los pequeños grupos o de las agrupaciones o movimientos espirituales nuevos?" (ibidem).
106
Ibid., p. 40.
107
Ibidem.
108
Por primer anuncio el Cardenal entiende “el anuncio directo -abrupto- del Kerygma, como Cristo y los
apóstoles -sobre todo Pablo- lo predicaron. Es el anuncio directo del misterio salvífico de Cristo -su muerte y su
resurrección. Así lo hizo Pedro el día del primer Pentecostés. Esta predicación lleva a los oyentes directamente a
la crisis: suscita necesariamente una reacción, como la de los judíos tras el anuncio hecho por Pedro: Hermanos,
¿qué debemos hacer? (Hch. 2,37). Ante una predicación de este tipo, uno sólo puede responder con un sí o un
no. Este método de evangelización, que podemos llamar directo, abrupto, Kerygmático, es tanto más
indispensable cuanto raro resulta en nuestra época.
109
Cfr. GODFRIED DANNEELS, La Iglesia de la "segunda" evangelización: Communio (Julio-
Agosto 1986), p. 337.
110
"Se encuentran, entre nosotros, las sectas, cuya difusión ha sorprendido a los observadores de los últimos
años. Con la superabundancia y la vitalidad de una vegetación tropical, dichas sectas han invadido Europa".
Ibid., p. 36.
111
Ibidem. Esta misma preocupación venían manifestando ya las diversas Conferencias Episcopales de todo
el mundo. El Secretariado del Vaticano para la Unidad de los Cristianos envió en febrero de 1984 un
Cuestionario a las Conferencias Episcopales y a estructuras semejantes, con la intención de recibir
informaciones e indicaciones dignas de confianza para poder presentar un Informe sobre el tema. Este informe
progresivo, basado en las respuestas (más o menos de 75 CE) y en la documentación recibida hasta octubre de
desafíos y enfoques pastorales que este Documento señalará como importantes
se encuentra el de fomentar el sentido comunitario de la Iglesia: "Casi todas las
respuestas piden una revisión (al menos en muchas situaciones locales) del
tradicional sistema parroquial comunitario, una búsqueda de objetivos
comunitarios, que sean más fraternos, más a medida de hombre, más adaptados
a las condiciones de vida de las personas; más comunidades eclesiales de base:
constituyendo comunidades de fe, amor (calor, aceptación, entendimiento,
reconciliación, intimidad, fraternidad), y esperanza; comunidades que celebren,
comunidades que oren, comunidades misioneras: que vayan adelante y den
testimonio; comunidades abiertas y que quieran ayudar a personas con
problemas especiales: divorciados y vueltos a casar, marginados"112.
Muy en sintonía con el tenor de esta Ponencia, fue el discurso113 que Juan
Pablo II dirigió a todos los participantes al Simposio el 11 de octubre al ser
recibidos en audiencia privada. En él les recuerda que "Europa, a la que hemos
sido enviados, ha experimentado tales y tantas transformaciones culturales,
políticas, sociales y económicas, que plantean el problema de la evangelización
en términos totalmente nuevos"114; para el Papa los cambios que se han
producido son de tal magnitud que "plantean el desafío más radical que la
historia ha conocido en el cristianismo y en la Iglesia"115, y están pidiendo "una
nueva síntesis creativa entre el Evangelio y vida"116, que, entre otras cosas,
reclama un nuevo tipo de evangelizador: "Para esta sublime misión de conseguir
que florezca una nueva edad de evangelización en Europa -afirma Juan Pablo
II-, se requiere hoy evangelizadores particularmente preparados. Son
necesarios heraldos del Evangelio expertos en humanidad que conozcan a fondo
el corazón del hombre de hoy, participen de sus alegrías y esperanzas, angustias
y tristezas, y al mismo tiempo sean contemplativos enamorados de Dios. Para
esto se necesitan nuevos santos. Los grandes evangelizadores de Europa han
sido los santos"117.
1985 salió publicado al año siguiente: SECRETARIADO PARA LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, Sectas
o nuevos movimientos religiosos. Desafíos pastorales (Madrid 1986).
112
Ibid., p. 46.
113
Cfr. JUAN PABLO II, Europa debe recordar siempre sus raíces cristianas: Ecclesia, nº 2.242, pp. 8-13.
114
Ibid., p. 8.
115
Ibidem.
116
Ibid., p. 9.
117
Ibid., p.11.
El Papa hablará en este discurso de que hay que volver al modelo
apostólico primero. "Para realizar una eficaz labor de evangelización debemos
volver a inspirarnos en el primerísimo modelo apostólico. Dicho modelo,
fundamental y paradigmático, lo contemplamos en el Cenáculo: los Apóstoles
están unidos y perseverantes con María en espera de recibir el don del Espíritu.
Sólo con la efusión del Espíritu comienza la obra de la Evangelización. El don
del Espíritu es el primer motor, la primera fuente, el primer soplo de la auténtica
evangelización. Es necesario, pues, comenzar la evangelización invocando el
Espíritu y buscando donde sopla el Espíritu (cfr. Jn 3,8)"118.
118
Para el Papa Juan Pablo II "algunos síntomas de este soplo del Espíritu están ciertamente presentes hoy
en Europa. Para encontrarlos, sostenerlos y desarrollarlos será necesario a veces abandonar esquemas atrofiados
para marchar allí donde comienza la vida, donde vemos que se producen frutos de vida según el Espíritu (cfr.
Rom. 8)". Y, apunta algunos criterios de discernimiento: "Se encuentran generalmente allí donde Cristo y el
amor por Cristo está unido con la conciencia y la vida eclesial; allí donde la Iglesia, como María, es venerada y
acogida como Madre". Ibid., p. 13.
119
Se celebró en el Vaticano del 1 al 30 de octubre.
120
"Un vademécum, un compendio rico y completo de la doctrina del Concilio Vaticano II sobre la
identidad, la vocación y la misión de los seglares..." en expresión del cardenal Pironio en el acto de presentación
de la exhortación Christifideles laici (YA, 31-1-1989, p. 1, en que se dice que "es el documento más largo
firmado nunca por un Papa si se exceptúan los textos conciliares").
121
El texto oficial latino salió publicado en AAS 81 (1989), pp. 393-521. Nosotros manejaremos la edición
castellana: JUAN PABLO II, Christifideles laici. Los fieles laicos, (Madrid 1989).
122
En efecto, de las 224 notas de la exhortación, 45 de ellas, esto es, un quinto, el 20% corresponden a citas
de las Proposiciones. Y monseñor Schotte se expresaba en la presentación del documento en estos términos: "Al
final de la Asamblea sinodal, acogiendo este deseo, el Santo Padre se comprometió a preparar un texto que diese
voz al mismo Sínodo, respetando los derechos de autor. Todo el texto demuestra que el Santo Padre ha sido fiel
a esta promesa: se ha tomado en el documento el contenido de proposiciones, salvadas algunas exigencias
estilísticas y de desarrollo ideológico, citándolas en su formulación exacta, total o parcialmente, o resumiendo
su esencia en un contexto más amplio". Cfr. YA, 31-1-1989, p. 2.
De esta decisiva Asamblea, por lo que a la doctrina sobre la vocación
cristiana en general se refiere, vamos a detenernos solamente en resaltar cómo
aparecen en el documento recogidas estas tres notas fundamentales: la
resonancia en la exhortación de la Nueva Evangelización, la eclesiología de
comunión, y la valoración de las pequeñas comunidades y del catecumenado
postbautismal.
A estas tres notas, hay que añadir, además, que esta será la segunda
ocasión en que Kiko Argüello interviene en una Asamblea sinodal invitado
como auditor laico. Su aportación se verá recogida en el contenido del nº 61 al
hablar de la importancia del catecumenado postbautismal en la formación de los
adultos.
123
"El Capítulo III, La corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-misión (nn. 32-34), no se ocupa
de los movimientos, aunque puede descubrirse su huella en determinadas actividades que el Santo Padre anima
o elogia. Así, por ejemplo, el testimonio misionero de matrimonios (n. 35) puede ponerse en relación con la
experiencia llevada a cabo por familias de comunidades neocatecumenales (Cf. G. GENNARINI, Il ruolo della
famiglia cristiana nell´annuncio del Vangelo oggi: L´osservatore Romano, 31-7-1987, p. 5; JUAN PABLO II,
Homilia en la Misa en el Centro Siervo de Yahvé, de Porto San Giorgo (30-12-1988): L´Osservatore romano,
ed. castellana, 8-1-1989, pp. 7-8" Cfr. JESÚS BOGARÍN DÍAZ, Los movimientos eclesiales en la VII Asamblea
General Ordinaria del Sínodo de Obispos, pp. 83-84.
124
"La eclesiología de comunión es el fundamento para el orden de la Iglesia y en primer lugar para la recta
relación entre unidad y pluriformidad". Cfr. SÍNODO 1985, II, C), I.
125
La prop. 2 sugería la posibilidad de que el documento papal fuera redactado a la luz de la eclesiología de
la comunión.
eclesiales: "Dentro de algunas parroquias, sobre todo si son extensas y
dispersas, las pequeñas comunidades eclesiales presentes pueden ser una ayuda
notable en la formación de los cristianos, pudiendo hacer más capilar e incisiva
la conciencia y la experiencia de la comunión y de la misión eclesial" (nº 61).
Es muy importante que dentro de este número dedicado a los lugares y medios
de formación de los fieles cristianos se haya resaltado la importancia de las
pequeñas comunidades y también del catecumenado postbautismal: "Puede
servir de ayuda también, como han dicho los Padres sinodales, una catequesis
postbautismal a modo de catecumenado, que vuelva a proponer algunos de los
elementos del Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos, destinados a hacer
captar y vivir las inmensas riquezas del bautismo ya recibido" (Idem).
127
No sigue, en cambio, el Papa al Sínodo en animar la transformación de la parroquia en comunidad de
comunidades. No se encuentra esta expresión en la exhortación.
128
"En el Sínodo se enfrentaban dos concepciones diferentes. Una, basada en una eclesiología de la Iglesia
universal, defendía la razón de ser de estos grupos desde su aprobación por Roma y desde su existencia en la
universalidad de la Iglesia; otra, más basada en una eclesiología de las Iglesias locales en comunión, afirmaba la
necesidad del discernimiento de tales grupos y comunidades desde la concreta pastoral diocesana". Cfr. JULIO
A. RAMOS, Teología pastoral, p. 310.
Sus cinco criterios de discernimiento (la confesión de la fe cristiana, sentido de
pertenencia a la Iglesia, obediencia a los pastores, frutos de santidad, edificar la
Iglesia de esta generación) están, tal cual, recogidos en el texto (nº 30)129.
Por lo que respecta a las CNC, ni los iniciadores de las mismas (Kiko y
Carmen), ni tampoco sus integrantes, se consideran un movimiento130. Aunque
en este equívoco incurren frecuentemente obispos y teólogos, ni los iniciadores
del Camino Neocatecumenal, ni los párrocos que están viviendo al interior de
sus parroquias este itinerario de Iniciación Cristiana con adultos bautizados, se
comprenden a sí mismos como un movimiento.
129
Entre los obispos presentes en el Sínodo que se pronunciaron en relación al tema de los Movimientos, se
encuentran Mons. Felipe Fernández García, Hay que canalizar y articular el dinamismo de los movimientos
laicales: Vida Nueva Núm 1.606/7 (14 noviembre 1987), pp. 49-50; el Cardenal Aloisio Lorscheider, Ninguna
asociacion o movimiento pude encerrarse en sí mismo, en este mismo número, en la página 51; Cardenal Carlo
María Martini, Ante las nuevas asociaciones, la principal tarea es el discernimiento, (p. 55).
130
Las CNC no habían participado hasta entonces en encuentros de movimientos ni habían querido
reconocerse como tal, sin embargo, al ser el término movimientos, el más usado en los trabajos sinodales,
también las mismas CNC aparecían englobadas bajo esta denominación, que sigue siendo bastante imprecisa y
confusa. Para un estudio más pormenorizado del alcance de la terminología empleada en la Asamblea Sinodal
ver JESÚS BOGARÍN., art. cit., pp. 91-96.
131
Cfr. CENTRO NEOCATECUMENAL DIOCESANO, Resucitó. Cantos para las Comunidades
Neocatecumenales (5ª ed.). Madrid 1985, p. 3. Kiko Argüello, en su intervención en la VI Asamblea general
ordinaria del Sínodo, (21-octubre de 1983) declaró que "el neocatecumenado no es un movimiento, en el
sentido que siempre hasta ahora se ha dado a esta palabra, sino que es un tiempo para llevar a la gente a
redescubrir su fe, que les lleve a ser miembros vivos de la iglesia local, la parroquia y la diócesis", en El
Neocatecumenado.., p. 231. Sin embargo, y a pesar de esta insistencia en dejar claro que el CN no es un
movimiento, los estudios que seguían apareciendo lo consideraban como tal: "Los movimientos en la actualidad
de la Iglesia: contribuciones de Comunión y Liberación, Focolares, Renovación Carismática,
Neocatecumenales": Communio (Julio-Agosto 1986), pp. 443-445; P. CORDES, Nouveaux mouvements
sprituels dans l´Eglise: Nouvelle Revue Théologique, 109/1 (1987), pp. 46-65: Le Chemin du néo-catéchumenat
(p. 52).
c) En Redemptoris missio (1991)
132
Cfr. JUAN PABLO II, Redemptoris missio (Madrid 1991).
133
Ibid., p. 15.
134
Ibid., p. 16.
ponderada y concisa: "Se trata de grupos de cristianos a nivel familiar o de
ámbito restringido, los cuales se reúnen para la oración, la lectura de la
Escritura, la catequesis, para compartir los problemas humanos y eclesiales de
cara a un compromiso común. Son un signo de vitalidad de la Iglesia,
instrumento de formación y de evangelización, un punto de partida válido para
una nueva sociedad fundada sobre la civilización del Amor". Y, la articulación
de estas con la parroquia aparece, equilibradamente, así presentada: "Estas
comunidades descentralizan y articulan la comunidad parroquial a la que
permanecen siempre unidas; se enraízan en ambientes populares y rurales,
convirtiéndose en fermento de vida cristiana, de atención a los últimos, de
compromiso en pos de la transformación de la sociedad".
135
"En los umbrales del tercer milenio, Europa está viviendo acontecimientos extraordinarios, a través de los
cuales tocamos con la mano el amor y la misericordia de Dios Padre hacia todos los hombres, sus hijos. Por ello,
el Santo Padre Juan Pablo II ha querido convocar esta Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para
Europa, a fin de que, después de tantos años de forzada separación, obispos del Este, del Centro y del Oeste de
Europa pudieran, en comunión colegial con él y entre sí, reflexionar sobre el alcance y las consecuencias de esta
hora histórica para Europa y para la Iglesia". Así comienza el Preámbulo del Documento que lleva por título
Somos testigos de Cristo que nos ha liberado. Cfr. Ecclesia Núm 2.559 (21 de diciembre de 1991), p. 8. (En
adelante citaremos este Documento por la paginación de la revista). El Papa Juan Pablo II, señalará en el
Discurso de la clausura de esta Asamblea que "el Sínodo de los Obispos europeos está, en definitiva, motivado
por la circunstancia del ya cercano año 2.000: El final del segundo milenio y el comienzo del tercer milenio de
la historia de la Humanidad después de Cristo. Del segundo milenio, distintamente del primero, el cristianismo
sale dividido, pero deseoso de una nueva unidad". Cfr. La verdad sobre el hombre, hilo conductor del Sínodo:
Ecclesia Núm. 2.559 (21 de diciembre de 1991), p. 17.
136
Ver el estudio que hizo un testigo cualificado de este Sínodo: FERNANDO SEBASTIÁN, Una asamblea
sinodal para impulsar la evangelización de Europa: Ecclesia Núm 2.564 (25 de enero 1992), pp. 25-38.
Efectivamente, en esta Asamblea se analizó en profundidad el significado
de la nueva evangelización de Europa. Los obispos del Este pusieron de
manifiesto la convicción de que "en algunas partes del continente y, sobre todo,
entre las nuevas generaciones, la fe cristiana es casi desconocida a causa de una
sistemática propaganda atea, o en general, el proceso de secularización ha
llegado tan lejos que la evangelización debe recomenzar casi de nuevo"137; pero
también, para los obispos del resto de Europa, comenzaba a ser evidente que
"allí donde la presencia de la Iglesia es todavía fuerte, sólo una minoría
participa plenamente en la vida eclesial, al mismo tiempo que se puede percibir
un alejamiento profundo a nivel más general -entre fe y cultura, fe y vida"138. La
respuesta, en ambos casos, pasa por ofrecer nuevamente a los hombres y a las
mujeres de Europa el mensaje liberador del Evangelio, afirman los obispos. Se
ha de impulsar una Nueva Evangelización139, que no podrá llevarse a cabo,
dicen los obispos, "si no invitamos a tomar parte activamente en esta tarea a
todos los cristianos conscientes de la propia vocación profética" 140.
138
Ibidem.
139
"La nueva evangelización debe ser, pues, profundamente misionera y llegar no solamente a aquellos
individuos o a aquellos grupos que están ya enraizados en el corazón de la Iglesia, sino también a aquellos que
la miran desde lejos, no raras veces con escepticismo o, sin más, con sentido de rechazo". Ibid., p. 12.
140
Ibid., p. 11.
141
Ibid., p. 12.
"Contamos con una mayoría de bautizados poco evangelizados,
poco convertidos, poco formados, poco activos, que sin embargo,
tenemos que seguir atendiendo con afecto y solicitud. Tenemos unos
cuadros pastorales ya en declive biológico, algo cansados, un poco
desconcertados, sobrecargados de trabajo en muchos casos y poco
experimentados en una pastoral comunitaria y misionera" 142.
142
Cfr. FERNADO SEBASTIÁN, Una Asamblea Sinodal para impulsar la Evangelización de Europa, p.
38.
143
Ibidem.
144
Ibidem.
145
Cfr. ASOCIACIÓN DE EDITORES DEL CATECISMO: Catecismo de la Iglesia Católica (Madrid 1992).
Para una aproximación en profundidad al contexto y contenidos del Catecismo, ver OLEGARIO GONZÁLEZ
DE CARDEDAL-JUAN ANTONIO MARTÍNEZ CAMINO (Eds), El catecismo posconciliar (Madrid 1993).
Juan Pablo II afirma que "el contenido es expresado con frecuencia de una
forma nueva, con el fin de responder a los interrogantes de nuestra época"146.
146
Cfr. Constitución Apostólica Fidei Depositum, en Catecismo de la Iglesia Católica, p. 10.
147
"Las cuatro partes se articulan entre sí: el misterio cristiano es el objeto de la fe (primera parte); es celebrado
y comunicado en las acciones litúrgicas (segunda parte); está presente para iluminar y sostener a los hijos de
Dios en su obrar (tercera parte); es el fundamento de nuestra oración, cuya expresión privilegiada es el
Padrenuestro, que expresa el objeto de nuestra petición, nuestra alabanza y nuestra intercesión (cuarta parte)".
(Ibidem).
148
"Quizá podría haber recogido aquel criterio sobre las fechas de celebración en la Vigilia Pascual y
Pentecostés que recogía el Catecismo Romano: Especialmente oportunos pueden ser los días en que la santa
Iglesia acostumbra a administrar el bautismo con extraordinaria piedad y solemnidad -el Sábado Santo y la
Vigilia de Pentecostés- sin excluir las demás ocasiones que pueden presentarse para ello (CR 347-348). ¿No
hubiera estimulado este criterio a poner en práctica el catecumenado postbautismal". Cfr. D. BOROBIO, Los
sacramentos en el "Catecismo de la Iglesia Católica": Phase 194 (1993), p. 111.
pastoral de itinerarios. El sacramento no es algo que hay que recibir para estar
tranquilo y quedarse allí, sino una etapa en una vida de fe que no ha terminado
nunca de crecer y de renovarse"149.
149
Cfr. M. DUJARIER, Iniciación cristiana de adultos, p. 203. Para este teólogo, el Camino Neocatecumenal
ha venido a recuperar para la Iglesia la mentalidad de la iniciación gradual y progresiva que en buena parte
había desaparecido de la pastoral sacramental, ver Breve Historia del Catecumenado, pp. 153-157.
150
Para conocer el texto íntegro del discurso que el Papa dirigió el día 8 de mayo de 1974 al grupo de
sacerdotes y laicos de las comunidades neocatecumenales llegados a Roma de muchas diócesis de Italia y de
otros países para un encuentro sobre el tema de la Evangelización en el mundo contemporáneo, que iba a ser
examinado en la Asamblea de Obispos. Cfr. Notitiae, julio-agosto 1974, p. 230.
He aquí pues, el renacer de la palabra catecumenado,
que, ciertamente, no quiere invalidar, ni disminuir, la
importancia de la disciplina bautismal vigente, sino que la
quiere aplicar con un método de evangelización gradual e
intensivo, que recuerda y renueva, en cierto modo, el
catecumenado de otros tiempos. El que ha sido bautizado
necesita comprender, pensar de nuevo, apreciar y decir
amén a la inestimable riqueza del Sacramento recibido"151.
152
Cfr. IV CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO, Santo Domingo:
Nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana (Madrid 1993). El Documento de Santo Domingo
va a suponer una ruptura en el modo de enfrentarse a las cuestiones pastorales, por parte del Episcopado
latinoamericano. Ha supuesto un giro y una opción por un método de reflexión más kerigmático que
sociológico, como punto de partida. Y, este cambio se produjo para salir del estancamiento en que estaban los
debates y las intervenciones de los obispos durante la celebración de esta IV Conferencia del CELAM. He aquí
el relato de lo acontecido y el golpe de timón que se operó en la Asamblea: "El tono, sin embargo, cambió
radicalmente en la cuarta jornada de la semana pasada, cuando el cardenal LUCAS MOREYRA NEVES,
primado del Brasil, propuso un golpe de timón ante el entrampamiento de los debates y de las intervenciones
inconexas...La propuesta de Moreyra Neves fue la siguiente: reemplazar el tradicional método ver, juzgar,
actuar utilizado en Medellín y Puebla -y empleado también en el vapuleado documento de trabajo-, por el que
sugiere implícitamente el Papa Juan Pablo II en su discurso inaugural. Este esquema proponía, en vez de
comenzar por el análisis de la realidad, hacerlo con un preámbulo fuertemente cristológico. En otras palabras,
esto significaba que el tema de la opción por los pobres, que para el sector radicalizado debía ser el eje central
del documento final, quedaba plenamente vigente, pero integrado a una de las partes, la de promoción
humana...". LUCIANO MENDES DE ALMEIDA, presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, y con gran
influencia en el sector liberacionista, tomó la palabra, inesperadamente, para apoyar la moción de su
compatriota...". Cfr. Cambio total en la propuesta del documento final: Vida Nueva nº 1865 (24 de octubre de
1992), p. 6.
Las Conclusiones de la IV Conferencia General están divididas en tres
partes: Jesucristo, evangelio del Padre, Jesucristo evangelizador viviente en su
Iglesia (la parte central y más extensa). La segunda parte se compone de tres
capítulos (la nueva evangelización, la promoción humana y la cultura cristiana.
Y, la tercera parte, que es la más breve, expone esquemáticamente las líneas
pastorales prioritarias de la Iglesia Latinoamericana.
Más adelante se dirá, que "la nueva evangelización tiene como finalidad
formar hombres y comunidades maduras en la fe y dar respuesta a la nueva
situación que vivimos, provocada por los cambios sociales y culturales de la
modernidad...La nueva evangelización tiene la tarea de suscitar la adhesión
personal a Jesucristo y a la Iglesia de tantos hombres y mujeres bautizados que
viven sin energía el cristianismo, han perdido el sentido vivo de la fe o incluso
no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia
alejada de Cristo y de su evangelio (RMi 33)" (nº 26). De hecho, se dirá en el
documento que "los bautizados no evangelizados sean los principales
destinatarios de la nueva evangelización..." (nº 97) 153.
153
Los obispos tienen claro que "la mayor parte de los bautizados no han tomado aún conciencia plena de su
pertenencia a la Iglesia. Se sienten católicos, pero no Iglesia. Pocos asumen los valores cristianos como un
elemento de su identidad cultural y por lo tanto no sienten necesidad de un compromiso eclesial y
evangelizador. Como consecuencia, el mundo del trabajo, de la política, de la economía, de la ciencia, del arte,
de la literatura y de los medios de comunicación social no son guiados por criterios evangélicos. Así se explica
la incoherencia que se da entre la fe que dicen profesar y el compromiso real en la vida". Cfr. Santo Domingo, nº
96.
- "acentuar una catequesis kerigmática y misionera" (nº 49) 154. Esta
catequesis, -afirman los obispos- "ha de tener un itinerario continuado
que abarque desde la infancia hasta la edad adulta, utilizando los
medios más adecuados para cada edad y situación".
Síntesis teológico-pastoral
155
Esta misma visión pastoral se pedirá para combatir el desafío de las sectas, "que la Iglesia sea cada vez
más comunitaria y participativa y con comunidades eclesiales, grupos de familias y círculos bíblicos,
movimientos y asociaciones eclesiales, haciendo de la parroquia una comunidad de comunidades" (nº 142); y,
para responder al "desafío de la masificación de las grandes ciudades", dicen los obispos latinoamericanos que
hay que "multiplicar las pequeñas comunidades, los grupos y movimientos eclesiales, y las comunidades
eclesiales de base..." (nº 259). La valoración en conjunto que se hace en el documento acerca de la realidad de
las pequeñas comunidades es altamente positiva: "La práctica de pequeñas comunidades pastoralmente bien
asistidas constituye un buen medio para aprender a vivir la fe en estrecha comunión con la vida y con
proyección misionera" (nº 48).
labor de evangelización debemos volver a inspirarnos en el primerísimo modelo
apostólico.
5ª) Sin embargo, esta apuesta decidida por alentar y potenciar los
movimientos eclesiales va a producir un cierto desplazamiento de la línea
pastoral hasta ahora seguida. Por un lado, la preocupación por encontrar los
criterios de discernimiento eclesial de dichos movimientos va a ocupar mucho
tiempo en la reflexión pastoral de este decenio. Y, por otra parte, se va a dejar
de insistir en la importancia del catecumenado y de las pequeñas comunidades,
de tal forma que el punto de mira dejará de estar centrado en la parroquia, para
empezar a estar centrado en los movimientos eclesiales. Durante este decenio,
pues, vamos a asistir a un desplazamiento a la hora de valorar las realidades
catecumenales. Se va a poner el acento más en los nuevos movimientos, que sí
están respondiendo con verdaderos procesos de inspiración catecumenal en sus
itinerarios de formación. Pero no se avanza en la voluntad pastoral de concretar
el estatuto de identidad del catecumenado. Aunque se reconoce que la mayor
parte de los catequizandos no tienen fe o en muy pequeña medida (Cardenal
Danneels), que grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la fe
o incluso no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, que para la
formación de los fieles cristianos puede servir de ayuda una catequesis
postbautismal a modo de catecumenado que vuelva a proponer algunos de los
elementos del Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos, destinados a hacer
captar y vivir las inmensas riquezas del bautismo recibido, que los bautizados
no evangelizados sean los primeros destinatarios de la nueva evangelización.
6ª) El aprecio y respaldo pastoral a las pequeñas comunidades cristianas
va a ser reiteradamente puesto de manifiesto. Para el Cardenal J. Ratzinger la
alegría de la fe que manifiestan es algo contagioso y resulta un genuino y
espontáneo vivero de vocaciones para el sacerdocio y la vida religiosa. Según el
Cardenal Danneels en estas comunidades eclesiales se está realizando un trabajo
verdaderamente misionero, kerygmático, de anuncio directo, explícito. En el
Sínodo sobre los laicos se hace una valoración positiva de las pequeñas
comunidades eclesiales. Son una ayuda notable en la formación de los
cristianos, pudiendo hacer más capilar e incisiva la conciencia y la experiencia
de la comunión y de la misión eclesial. También el Papa en Redemptor missio
señala el papel protagonista que las pequeñas comunidades están llamadas a
desempeñar en la Nueva Evangelización, desarrollan el primer anuncio y son
fuente de nuevos ministerios. Y en la Asamblea de Santo Domingo se pedirá
que las parroquias se renueven a partir de estructuras que permitan sectorializar
la pastoral mediante pequeñas comunidades eclesiales en las que aparezca la
responsabilidad de los fieles laicos.
156
Cfr. Dentro de la pedagogía de la comunión, nuestros obispos ya habían pedido que “hace falta un mayor
conocimiento mutuo y apertura de todos y se debe evitar la contraposición entre Parroquia y movimientos o de
movimientos entre sí, ya que todos expresan la riqueza del Espíritu y entre todos hacen posible una Iglesia con
más vitalidad”. Cfr. Una Iglesia esperanzada, nº 50. Para una comprensión teológico-pastoral de la relación
“Parroquia-Movimiento” , ver estos excelentes trabajos: Cardenal J. RATZINGER, “Los movimientos eclesiales
y su lugar teológico”, en Convocados en el camino de la fe (Madrid 2004), pp. 181-208; ARTURO
CATTANEO, I movimenti ecclesiali: aspetti ecclesioloci: Annales theologici 11 (1997), pp. 401-427; de este
mismo autor, su ponencia: La relación entre Parroquia y los movimientos eclesiales en la XXI Asamblea
Plenaria (24-28 noviembre 2004) organizada por el Consejo Pontificio para los laicos: Zenit (22 diciembre
2004).
para encontrar el modo de insertar armónicamente en la comunión157 la inmensa
riqueza que aportan los nuevos movimientos y las nuevas realidades a la vida de
la Iglesia.
a) Juan Pablo II, Vigilia de Pentecostés (1996)
En el marco de las celebraciones del Gran Jubileo, sobre todo las del año
1998, dedicado de forma particular al Espíritu Santo y a su presencia
santificadora dentro de la comunidad de los discípulos (cf. Tertio millennio
adveniente 44), cuento con el testimonio y con la colaboración de los
movimientos. Confío en que ellos, en comunión con los pastores y en unión con
las iniciativas diocesanas, querrán llevar al corazón de la Iglesia su riqueza
espiritual, educativa, misionera, como preciosa experiencia y propuesta de vida
cristiana@.
157
Cfr. Cardenal J. RATZINGER, “Presentación de la Carta Communionis notio”, en AA. VV., El
misterio de la Iglesia y la Iglesia como comunión (Madrid 1994), pp. 101-103.
158
El Papa abrió la gran misión urbana de Roma con la vigilia de Pentecostés en la Plaza de San Padreo (25 de
mayo de 1996) en preparación al Gran Jubileo. Cfr. L´Osservatore romano 6 (27/28 mayo 1996).
159
Para J. LOSADA Aeste distanciamiento del Pueblo y la desconfianza respecto de los movimientoses
uno de los mayores problemas pastorales que tienen planteado los obispos@. en Los AMovimientos@ dentro de
la Iglesia: Sal Terrae 1989, n1 79, p. 44; Cfr. P.J. CORDES, Los nuevos grupos eclesiales. Indicaciones para la
García Andrade- se escuchan voces críticas, acusaciones, descalificaciones... En
el caso de los movimientos, las críticas suelen recaer en algunos rasgos que
juzgados quizá de manera superficial, dan pie a una asimilación con un
fenómeno muy problemático, también actual, como son las sectas@160. Algunos
autores llegaron a calificar a los mismos movimientos en dos tendencias
radicales161, en una se situarían los neomísticos162 y en otra los neomilitantes, los
primeros serían los preferidos de la jerarquía. Otros, en cambio, piden que se
les apoye sin reservas y se les acoja con confianza 163.
En todo caso, cuando aquí hablamos de movimientos eclesiales164, nos
referimos a formas agregativas de participación en la vida y la misión de la
Iglesia, que se denominan movimientos, grupos, comunidades, asociaciones...
Hay que respetar la forma como cada realidad se designa a sí misma. La
calificación nuevos indica una connotación cronológica -han surgido en los
últimos decenios- y sobre todo unas características que los diferencian de los
movimientos de Acción Católica, de las agrupaciones nacidas en el ámbito de
las familias religiosas, de los institutos seculares, de las cofradías, etc. Nada
pastoral ordinaria, en Communio 17 (1995), pp. 570-584. La revista Sal Terrae dedicó el número
correspondiente al mes de abril de 1996 a los nuevos movimientos eclesiales. Para la comprensión de los
movimientos eclesiales dentro de las diócesis, ver R. BLÁZQUEZ, “La Iglesia Particular y los nuevos
movimientos”, en Catecumenado en la Iglesia, pp. 53-78. Y, para los aspectos canónicos que reclama su
inserción, ver M. PIÑERO CARRIÓN, El fenómeno asociativo actual en la Iglesia: movimientos eclesiales
atípicos o canónicamente no sistematizados: Salmanticensis 1987, y L. MARTÍNEZ SISTACH, “Los
movimientos y asociaciones de fieles y la Iglesia Particular” en: XXI Semana Española de Derecho Canónico.
El laicado en la Iglesia (Salamanca 1989), pp. 123-142.
160
Ibid., p. 130. En este artículo, muy ponderado, al final se dirá que Arespecto de su vinculación con el
fenómeno de las sectas, me parece un juicio injusto@ (ib., p. 140). Ver del SECRETARIADO PARA LA
UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, Sectas o nuevos movimientos religiosos. Desafíos pastorales (Madrid
1986). Para un acercamiento al fenómeno histórico del surgimiento de los movimientos, ver FIDEL
GONZÁLEZ, Los movimientos en la historia de la Iglesia. Y, para un conocimiento de los grandes
movimientos eclesiales actuales: P. J. CORDES, Signos de esperanza (Madrid 1998).
161
Cfr. AUGUSTO GUERRA, Movimientos en la Iglesia de hoy, en Revista de Espiritualidad, t. 52
(1993), pp. 257-283.
162
Los movimientos neomísticos son los preferidos por la Jerarquía, entre estos están: Opus Dei,
Comunión y Liberación, Focolarini, Comunidades Neocatecumenales (Ibid., p. 269). Y cita como comprobación
de esta preferencia los libros de J. RATZINGER, Informe sobre la fe. (Madrid 1986), p. 50; y J.P. CORDES,
Los nuevos movimientos eclesiales, en Pastoral Misionera, n1 164 (1989), pp. 57-58.
163
AAunque para algunos ´entendidos` resulte anacrónico, es necesario seguir apoyando aquellos
movimientos cristianos que anuncian con humildad y convicción el ´kerigma`y que, luego, incorporando al
´catecúmeno` a la comunidad, le siguen iniciando en los misterios de Cristo@. Cfr. Mons. RAMÓN
BUXARRAIS, El fracaso de la Pastoral de maquillaje, en Vida Nueva (3 de agosto de 1996), p. 33.
164
ALa expresión ´Movimientos Eclesiales`es hoy la más usada y de carácter más general; que da cabida,
de hecho, en el lenguaje común actual, a todos los tipos de organizaciones eclesiales. En este sentido, no está
fuera de lugar referirnos a los Movimientos Eclesiales en una forma amplia, capaz de significar diversas y muy
complejas realidades@. Cfr. M. PIÑERO CARRIÓN, art. cit., pp. 45-46.
tienen que ver, por tanto, con los llamados nuevos movimientos religiosos de
carácter sectario, ecléptico y en ocasiones pseudo-religiosos165.
165
Consulta de Amsterdam sobre Nuevos Movimientos Religiosos y las Iglesias, III, 2, documento de la
Federación Luterana Mundial y Consejo Ecuménico de las Iglesias, Amsterdam. Septiembre 1986. Texto
publicado en español por J. BOSH, Para conocer las sectas (Estella 1993), pp. 266-271. Para un estudio en
profundidad, ver MANUEL GUERRA GÓMEZ, Los nuevos movimientos religiosos (las Sectas) (Pamplona
1993).
166
Cfr. “El Directorio General para la Catequesis: motivos y criterios de la revisión”, en o. cit., p. 46.
167
Cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis.(Madrid 1997)
[citaremos este documento con las siglas DGC (1997)].
misión evangelizadora de la Iglesia en un Congreso catequístico internacional
celebrado en Roma los días 14 al 17 de Octubre 168.
168
Cfr. COMUNICADO DEL CONGRESO CATEQUÍSTICO INTERNACIONAL (Vaticano 14-17 de
octubre 1997): La fe de la Iglesia y su misión evangelizadora: L´Osservatore romano (ed. en español), 7 de
noviembre de 1997, pp. 8 y 10. Ver ANTONIO CAÑIZARES/MANUEL CAMPO (eds), Evangelizacion,
catequesis, catequistas. Una nueva etapa para la Iglesia del Tercer Milenio (Madrid 1999).
169
"Evidentemente, la nueva redacción del Directorio General para la Catequesis, ha debido conjugar dos
exigencias principales: - por una parte, el encuadramiento de la catequesis en la evangelización, postulado en
particular por las Exhortaciones Evangelii Nuntiandi y Catechesi Tradendae; - por otra parte, la asunción de
los contenidos de la fe propuestos por el Catecismo de la Iglesia Católica" (nº 7).
170
Para una síntesis de la estructura, finalidad, destinatarios y contenido del Directorio ver las páginas 17-21.
171
Ibid., p. 25.
Más adelante, el Directorio, siguiendo los análisis de GS, EN y CT -entre
otros- constata que entre los cristianos hay un "gran número de personas que
recibieron el bautismo pero viven al margen de toda vida cristiana. Se trata, en
efecto, de una gran muchedumbre de cristianos no practicantes, aunque en el
fondo del corazón de muchos el sentimiento religioso no haya desaparecido del
todo" (nº 25).
Despertarles a la fe es uno de los retos más serios que tiene planteada hoy
la pastoral de la Iglesia, de ahí que encontremos postulada en el Directorio la
necesidad impulsar la nueva evangelización: "Estas situaciones de la fe de los
cristianos reclaman con urgencia del sembrador el desarrollo de una nueva
evangelización, sobre todo en aquellas Iglesias de tradición cristiana donde el
secularismo ha hecho más mella. En esta nueva situación, necesitada de
evangelización, el anuncio misionero y la catequesis sobre todo de jóvenes y
adultos, constituyen una clara prioridad" (nº 26).
172
En el DGC se utilizan, como distintas, las expresiones catecúmenos y catequizandos: "entre los
catequizandos y los catecúmenos, y entre la catequesis posbautismal y la catequesis prebautismal,
respectivamente, hay una diferencia fundamental. Esta diferencia proviene de los sacramentos de iniciación
recibidos por los primeros, los cuales han sido ya introducidos en la Iglesia y hechos hijos de Dios por el
Bautismo. Por tanto su conversión se funda en el Bautismo recibido, cuya virtud deben desarrollar después" (n.º
90).
fundante. Para favorecer tal proceso, se necesita una comunidad cristiana que
acoja a los iniciados para sostenerlos y formarlos en la fe" (nº 69), y se tiene
muy presente que "la vida cristiana en comunidad no se improvisa y hay que
educarla con cuidado" (nº 86).
174
En el Estatuto del CN encontramos 38 citas explícitas de este documento, referidas a 50 números del
mismo. He aquí los nn1 por orden de citación :59 (dos veces), 91 (dos veces), 51, 69, 223, 172, 257, 64, 225,
258, 80, 156, 230-232, 62, 102, 53-55, 94, 127, 128, 96, 59, 85, 226-227, 255, 86(cuatro veces), 268, 86, 85, 70,
56, 69-72, 222-223, 246, 247, 235-236.
retomando las palabras pronunciadas por él mismo doce años antes: AUno de
los dones del Espíritu a nuestro tiempo es ciertamente el florecimiento de los
Movimientos eclesiales, que desde el inicio de mi Pontificado he señalado y
sigo señalando como motivo de esperanza para la Iglesia y para los hombres:
son signo de la libertad de formas en que se realiza la única Iglesia, y
representan una segura novedad, que todavía ha de ser adecuadamente
comprendida en toda su positiva eficacia para el Reino de Dios en orden a su
actuación en el hoy de la historia@175.
La oportunidad de este encuentro venía dada por ser 1998 el año dedicado
al Espíritu Santo en el camino hacia el gran Jubileo del 2000, y el Papa había
pedía a los Movimientos eclesiales que ofrecieran un testimonio común y que,
en comunión con los pastores y en unión con las iniciativas diocesanas llevasen
Aal corazón de la Iglesia su riqueza espiritual, educativa y misionera, como
preciosa experiencia y propuesta de vida cristiana@176.
El encargado de convocar y alentar este encuentro internacional de
Movimientos eclesiales fue el Pontifico Consejo para los Laicos. Para ello
organizó un Congreso mundial, bajo el lema: Los Movimientos eclesiales:
comunión y misión en los umbrales del tercer milenio.
175
Cfr. Insegnamenti, VII/2 (1984), p. 696. También en Ecclesia, núm. 2.793 (1996/I), p. 901.
176
Cfr. Homilía en la Vigilia de Pentecostés (25-5-96), en Ecclesia, núm. 2.793 (1996/I), p. 901. Esta
misma invitación la haría el Papa a los iniciadores del CN el 24 de enero de 1997: APor este motivo, para el año
1998, que en el marco de la preparación del Gran Jubileo está dedicado al Espíritu Santo, he deseado un común
testimonio de todos los movimientos eclesiales, bajo la guía del Pontificio Consejo para los Laicos. Será un
momento de comunión y de renovado empeño en el servicio de la misión de la Iglesia. Estoy seguro de que no
faltaréis a esta cita tan significativa@. Cfr. JUAN PABLO II, A treinta años del nacimiento del Camino
Neocatecumenal en las barracas de Madrid: L´Osservatore romano, 25 de enero de 1997, p. 4.
177
Cfr. JUAN PABLO II, Mensaje a los participantes en el Congreso mundial promovido por el
Pontificio Consejo para los laicos: Un himno a la unidad en la pluralidad de las formas, en L´osservatore
romano, ed. lengua española, 5-6-1998, pp. 324-326; también en Ecclesia, núm 2.898 (20 de junio de 1998), p.
931.
pues juntas, contribuyen a hacer presente el misterio de Cristo y su obra
salvífica en el mundo@178.
El día 30 de Mayo tuvo lugar un Encuentro del Papa Juan Pablo II -en la
Plaza de San Pedro- con representantes de los Movimientos eclesiales y las
nuevas Comunidades. En él intervinieron con sus testimonios, Chiara Lubich
(fundadora del Movimiento de los Focolares), Kiko Argüello (Iniciador del
Camino Neocatecumenal)179, Luigi Giussani (Fundador de Comunión y
Liberación) y Jean Vanier (Fundador de las Comunidades terapéuticas del Arca
y de Fe y Luz180. El mismo Papa definió este encuentro como Aun
acontecimiento verdaderamente insólito: por vez primera los movimientos y las
nuevas comunidades eclesiales se encuentran, todos juntos, con el Papa. Se trata
del gran ´testimonio común` que deseé para el año que, en el camino de la
Iglesia hacia el gran Jubileo, está dedicado al Espíritu Santo@181.
178
Ibid, p. 932. La tesis, hasta entonces discutida entre los canonistas, había sido formulada por Eugenio
Corecco, que hablaba de un polo institucional y un polo carismático en la constitución de la Iglesia. Cfr. “Profili
istituzionali dei Movimenti nella Chiesa”, en AA. VV., I Movimienti nella Chiesa negli anni ´80. Atti dle 11
Convegno Internazionale. Roma 23-27 Settembre 1981, (Milano 1981), pp. 216-221. Ver también LIBERO
GEROSA, “Carismas y formas de aggregationes fidelium”, en El Derecho en la Iglesia (Valencia 1998), pp.
285-305.
179
En su intervención Kiko Argüello volvió a precisar que AEl Camino Neocatecumenal no es un
movimiento o una asociación, sino un instrumento de las parroquias al servicio de los Obispos para llevar a la fe
a mucha gente que la ha abandonado@. Y daba estadísticas del CN en este momento: AEn estos años el Camino
se ha extendido en 850 diócesis de 105 países, con 15.000 comunidades en 4.4500 parroquias@. Cfr. P.J.
CORDES, Signos de Esperanza, p. 207.
180
Para un conocimiento de estos Movimientos, ver “Entrevistas a los Fundadores y Líderes de los
Movimientos”, en P.J. CORDES, o. cit., pp. 13-123.
181
Cfr. JUAN PABLO II, Discurso con ocasión del encuentro en la Plaza de San Pedro con los
Movimientos eclesiales y la nuevas Comunidades: Una nueva etapa de madurez eclesial para los movimientos,
en L´Osservatore romano, ed. española, 5-6-1998, pp. 324-326; también Ecclesia, núm. 2.898 (20 de junio), p.
933.
182
Cfr. Una nueva etapa..., p.934.
Más adelante, señalará los conflictos y tensiones que no pocas veces han
provocado: ASu nacimiento y difusión ha aportado a la vida de la Iglesia una
novedad inesperada, a veces incluso arrolladora. Ello no ha dejado de suscitar
interrogantes, malestar y tensiones@. Y, señalaba las causas: Aa veces ha
acarreado presunciones e intemperancia por un lado y no pocos prejuicios y
reservas por el otro. Ha sido un período de prueba de su fidelidad, una ocasión
importante para comprobar la legitimidad de sus respectivos carismas”184.
183
Ibidem.
184
Ibidem.
185
Ibidem.
186
Cfr. JUAN PABLO II, Vivir la espera perenne del Espíritu, en Ecclesia, núm. 2.898 (20 de junio de
1998), p. 936.
dialogar en un Seminario que tenía como tema: Movimientos eclesiales y nuevas
Comunidades en la solicitud pastoral de los obispos 187.
187
Cfr. JUAN PABLO II, Es preciso hacer fructificar los dones del Espíritu al servicio de todo el pueblo
de Dios. Mensaje a los participantes en un seminario sobre los movimientos eclesiales en la solicitud pastoral de
los obispos: L´Osservatore romano, 2-VII-1999, p. 23 (en la edición española). La revista Vida Nueva publicó
un amplio reportaje sobre este evento eclesial en su n1 2.193 del 10 de julio de 1999, pp. 24-29.
188
Para un acceso a las Comunicaciones que en el Seminario se escucharon, ver el Pliego de Vida Nueva.
Continúa señalando que “los movimientos y las nuevas comunidades,
como toda obra humana que, aún realizándose por moción divina, se desarrolla
dentro de la historia humana, no han suscitado durante estos años únicamente
consideraciones positivas@, como ya afirmara el 30 de Mayo de 1998. Sin
embargo, se atreve a profetizar que Aveía y veo la llegada de una ´etapa nueva:
la de su madurez eclesial`@189.
En palabras de Juan Pablo II, uno de los frutos más importantes que han
producido los movimientos Aes precisamente el haber sabido estimular en
muchos fieles laicos, hombres y mujeres, adultos y jóvenes, un intenso impulso
misionero, indispensable para la Iglesia que se prepara a cruzar el umbral del
tercer milenio@. Pero afirmará, con toda rotundidad, que Aeste objetivo se
alcanza sólo cuando se integran con humildad en la vida de las Iglesias locales y
son acogidos cordialmente por obispos y sacerdotes en las estructuras
diocesanas y parroquiales@.
Tras la celebración del Gran Jubileo del 2000, el Papa ha querido ofrecer
a toda la Iglesia una Carta Apostólica en la que resuena con confianza y
esperanza la invitación a remar mar adentro para pescar: Duc in altum (Lc 5,4).
En ella hace un recorrido por los grandes eventos celebrados durante el Año
Jubilar e invita -de nuevo- a poner la mirada Amás que nunca fija en el rostro
del Señor@ (n1. 16), para desde Él fijar algunas prioridades pastorales, la
primera de todas será la de tender a la santidad: ANo dudo en decir que la
perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es el de la santidad@ (n1
30).
189
El Cardenal J. Ratzinger en su intervención, abordó los aspectos institucional y carismático del
ejercicio del ministerio episcopal, y al final apostillaba: AEl 30 de Mayo pasado acabó la primera fase de la
historia de los movimientos. Aquella en la que se trataba de hacerles espacio por parte de la realidad
institucional de la Iglesia. Ahora estamos en la segunda fase, la del reconocimiento de la unidad substancial de
las realidades carismáticas y de la institución@. Cfr. Vida Nueva (1999), p. 28.
En realidad, poner la programación pastoral bajo el signo de la santidad
es una opción llena de consecuencias: Asignifica expresar la convicción de que,
si el Bautismo es una verdadera entrada en la santidad de Dios por medio de la
inserción en Cristo y la inhabitación de su Espíritu, sería un contrasentido
contentarse con una vida mediocre, vivida según una ética minimalista y una
religiosidad superficial. Preguntar a un catecúmeno, )quieres recibir el
Bautismo?, significa al mismo tiempo preguntarle: )quieres ser santo?. Significa
ponerle en el camino del Sermón de la Montaña: ´Sed perfectos como es
perfecto vuestro Padre celestial` (Mt 5,48) [n1 31].
Con fecha del 29 de Junio del 2002 aparece aprobado el Estatuto del
Camino Neocatecumenal190 “después de un atento examen del texto de los
Estatutos, fruto de un laborioso proceso de colaboración entre los iniciadores
del Camino Neocatecumenal y el Pontificio Consejo para los Laicos, que se ha
190
El texto íntegro del Estatuto -en varias lenguas- ha sido divulgado a través de internet en una página web
reconocida como oficial por el equipo responsable internacional (www.camminoneocatecumenale.it). El
decreto de aprobación está en italiano (así se publicó en los sitios oficiales en la red tanto del Camino como de
la Santa Sede. Para un acceso a la traducción española puede leerse en Ecclesia nº 3109 (13-7-2002), 1063-
1064, y en L´Osservatore romano, ed. lengua española, 12-7-2002, 353. Para cada lengua se ha hecho una
edición típica con el nombre común para todas ellas en latín:. Neocatechumenale iter Statuta (Bilbao 2002). Es
la edición típica del Estatuto del CN y en ella encontramos en una PRIMERA PARTE el Decreto de Aprobación
del Pontificio Consejo para los Laicos y el Estatuto del Camino Neocatecumenal; en una SEGUNDA PARTE
tenemos acceso a las intervenciones de Kiko Argüello, Carmen Hernández, el P.Mario Pezzi (el día de la
entrega del Estatuto) y la del Cardenal J.F. Stafford, así como el discurso del Presidente del Consejo Pontificio
para los Laicos, Cardenal J.F. Stafford, a los catequistas itinerantes reunidos en una convivencia internacional el
día 30 de Junio; en una TERCERA PARTE se incorporan algunos comentarios jurídicos y eclesiales al Estatuto.
valido de la contribución aportada en el ámbito de sus propias competencias por
diversos Dicasterios de la Curia romana”191 y después de cinco años de “un
diálogo intenso, a veces incluso difícil, pero siempre guiado por un elevado
sentido de responsabilidad y caridad eclesial... Este largo proceso de
elaboración y examen de los Estatutos ha sido, al mismo tiempo, ocasión
providencial y tiempo fuerte de discernimiento de la propuesta y de la
experiencia del Camino Neocatecumenal por parte de la Santa Sede. Y se
concluye con una “garantía ulterior de la autenticidad de vuestro carisma” (Cfr.
Juan Pablo II, Discurso del 24 de enero de 1997,n. 4; carta autógrafa citada, n.
2), como es la aprobación de los Estatutos”192.
192
Cfr. “Discurso del Cardenal J.F. STAFFORD a los itinerantes del camino neocatecumenal (Porto S. Giorgo,
30 de junio de 2002)”, en Statuta, p. 82.
193
Ibid., p. 18.
194
Intervención de KIKO ARGÜELLO en el día de la aprobación del Estatuto: Statuta, p. 64. Viene a coincidir
esta aprobación del Estatuto del CN en este momento cuando “casi todas las Conferencias Episcopales están
hablando de la necesidad de una iniciación cristiana postbautismal, encuentran muchas dificultades para
realizarla” (Kiko Argüello, ib., 64). Para el canonista Dr. Adelchi Chinaglia “con esta aprobación formal el
Santo Padre (a través del Prefecto del Pontificio Consejo para los Laicos, a quien ha dado expreso y específico
mandato con la carta del 5.04.2001), en la línea de su decreto de 1990, ofrece a toda la Iglesia este nuevo
instrumento, con abundante experiencia y frutos, que nace en las barracas de Madrid a través de Kiko Argüello
y Carmen Hernández, enraizado en el Concilio Vaticano II: un itinerario postbautismal de naturaleza
catecumenal, método válido para llevar a la madurez de la fe a cualquier bautizado o no bautizado que
´manifieste su decisión de abrazar la fe en Cristo` (can. 788) o de ´hacerse cristiano` (Statuta, p. 108).
cuidado pastoral y, en particular, la iniciación cristiana de las personas en las
diócesis”195.
195
Cfr. Discurso del Papa JUAN PABLO II a los Iniciadores del Camino Neocatecumenal, a los catequistas
itinerantes y a los presbíteros (Castel Gandolfo, 21 de septiembre de 2002): Statuta, separata, p. 4. Para un
acceso a las indicaciones normativas que el Camino Neocatecumenal ha recibido desde la Santa Sede en
relación con las modalidades litúrgicas de la celebración de la Eucaristía, ver: CONGREGACIÓN PARA EL
CULTO DIVINO, Carta al Camino Neocatecumenal (1 diciembre de 2005); Discurso del Santo Padre
BENEDICTO XVI a un grupo numeroso de miembros del Camino Neocatecumenal (jueves 12 de enero de
2006), en la pág. WEB del Vaticano; El Cardenal Arinze explica las normas litúrgicas emitidas para el Camino
Neocatecumenal (jueves 16 de febrero 2006) en ZENIT; El Camino Neocatecumenal acoge con entusiasmo las
indicaciones de la Santa Sede, en www.caminayven.com.
196
Cfr. O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Cristianismo, Iglesia y Sociedad en España, 1950-2000 (Madrid
1999), pp. 400 y 406.
197
Cfr. Ecclesia in Europa (Madrid 2003).
Roma en octubre del 2001 198. El tema se sitúa en clara continuidad con el
Sínodo del ´99 y es la última reflexión doctrinal que el Papa hace en relación
con las diversas vocaciones suscitadas por el Espíritu en el Pueblo de Dios (ya
había reflexionado sobre los fieles laicos y la vida religiosa, ahora lo hace sobre
el ministerio episcopal)199.
Tras la caída del muro de Berlín, frente al nuevo horizonte de una Europa
inmersa en un contexto de confusión y desesperanza, el Papa y los obispos
europeos han querido “proclamar –con este documento- una exhortación a la
esperanza a una Europa que parecía haberla perdido” (nº 2). Juan Pablo II
desentraña la riqueza de las aportaciones de los obispos tomando como punto de
partida el libro del Apocalipsis “revelación profética que desvela a la
comunidad creyente el sentido escondido y profundo de los acontecimientos”
(nº 5).
Más aún, los obispos europeos afirman con claridad que “es necesario un
nuevo anuncio incluso a los bautizados porque muchos bautizados no saben qué
es el cristianismo, viven como si Cristo no existiera, se han dejado contagiar por
el espíritu de un humanismo inmanentista, etc, y, por ello, la tarea por hacer no
será tanto bautizar a los nuevos convertidos, cuanto guiar a los bautizados a
convertirse a Cristo y a su Evangelio” (nº 47).
Los padres sinodales afirman con rotundidad que “la actual situación
cultural y religiosa de Europa exige la presencia de católicos adultos en la fe y
198
Cfr. Pastores gregis (Madrid 2003).
199
El título de la convocatoria sinodal reza así: El Obispo, servidor del Evangelio de Jesucristo para la
esperanza del mundo
de comunidades cristianas misioneras que testimonien la caridad de Dios a
todos los hombres. El anuncio del Evangelio de la esperanza comporta, por
tanto, que se promueva el paso de una fe sustentada por costumbres sociales,
aunque siempre apreciables, a una fe más personal y madura, iluminada y
convertida” (nº 50). Para ello será necesario “que las comunidades cristianas se
movilicen para proponer una catequesis apropiada a los diversos itinerarios
espirituales de los fieles en las diversas edades y condiciones de vida, previendo
también formas adecuadas de acompañamiento espiritual y de redescubrimiento
del propio bautismo” (nº 51).
Síntesis teológico-pastoral
4ª) Será el Papa Juan Pablo II quien definirá desde un punto de vista
teológico y pastoral el alcance de la llamada espiritualidad de la comunión,
invitando a toda la Iglesia a ser casa y hogar de comunión entre todos sus
miembros, entre todas sus realidades. Los obispos están llamados a ser los
garantes de la unidad y de la comunión, de este modo viviendo como hombres
de esperanza y reflejando en el propio ministerio la eclesiología de comunión y
misión serán verdaderamente motivo de esperanza para su grey.
6ª) Junto a la relevancia que en estos años van a tener los Movimientos
eclesiales y las nuevas Comunidades, un documento que va ayudar a toda la
Iglesia a seguir avanzando por el camino de la evangelización y de la
catequesis, será la promulgación del Directorio General para la Catequesis del
año ´97. No sólo ha sido y es un inestimable servicio al ministerio catequético
de la Iglesia, sino que como hemos visto, también ha ayudado a orientar la
identidad eclesial de no pocas de las nuevas realidades comunitarias que por
estos años estaban intentando perfilar su estatuto de identidad eclesial. En el
Directorio se afirmará que para favorecer un proceso permanente de conversión,
se necesita una comunidad de base o fundante. Para favorecer tal proceso, se
necesita una comunidad cristiana que acoja a los iniciados para sostenerlos y
formarlos en la fe. Y se tiene muy presente que la vida cristiana en comunidad
no se improvisa y hay que educarla con cuidado.
7ª) La aprobación del Estatuto del Camino Neocatecumenal es un acto
jurídico con profundo significado eclesial. Tal Estatuto contiene una novedad
desde el punto de vista jurídico: es la primera vez en la historia de la Iglesia que
la Santa Sede reconoce oficialmente un catecumenado postbautismal. Y esto
acontece en un momento en el que casi todas las Conferencias Episcopales están
hablando de la necesidad de una iniciación cristiana postbautismal y encuentran
no pocas dificultades para realizarla.
1. Razones de un redescubrimiento
Esta introducción se hace mediante etapas significadas por los ritos del
Catecumenado que vienen desarrollados en el Ritual. Un camino que comienza
con el Rito de Entrada en el Catecumenado y culmina con la recepción de los
sacramentos. Sin embargo, el Ritual no se reduce a ser un momento ritual-
celebrativo, en él se hallan las claves que deben llenar de contenido la
catequesis, los ritos que han de ir jalonando el proceso y la vida evangélica que
ha de ir expresando el cambio de vida, todo ello formando parte de un dinámico
itinerario catecumenal.
Tratamos de ofrecer una breve síntesis selectiva, que nos sirva como
elemento de comparación con lo que sucede en España. Por ello nos fijamos en
algunos países más significativos de Europa200.
200
Se comprende que esta referencia es reducida, conscientes de que existen otros muchos ejemplos de
recepción que merecerían la pena reseñar. Para un ensachamiento de esta perspectiva, ver D. BOROBIO,
Catecumenado para la evangelización, o. c., pp. 75 ss.
201
Una bibliografía al respecto:CNPL. Service National du catéchuménat. “Guide pastoral du Rituel de
l’initiation chrétienne: Guide Célébrer 8 (2000); M.L. Condal, Initiation chrétienne. Bapteme,
confirmation,eucharistie, Centurion, París 1989 (existe traducción española); Id., Entrer dans la foi
aujourd’hui: commencer et recommencer: Lumen Vitae 46 (1991) 71-84; H. Bourgeois, Théologie
catéchuménale. A propos de la “nouvelle” evangelisation, Cerf, París 1991; Id., Redécubrir la foi. Les
recomencants, Desclée de Brouwer, París 1993; A. Fayol-Fricout- A. Pasquier-O. Sarda, L’initiation chétienne,
démarche catéchumenale, Desclée de Brouwer, parís 1991 Groupe Thomas-Pascal, Catéchese
catéchuménale.Parcours pour adultes et jeunes, Lyon 1992; Id., Pour une memoire catéchuménale. Petite
histoire du catéchuménat francais 1950-1992, París 1992; AA.VV., Photografie du catéchuménat en France
1993-1994. Enquête sociologique, Bayard Presse, Janvier 1994; AA.VV., Le baptême: Catéchèse: 2 (1997); C.
Floristán, Para comprender el catecumenado, Estella 1989, pp. 86-93: “Renovación del catecumenado en
Francia”.
a toda Francia en los años 1960, creándose ya en 1964 el “Centro Nacional del
Catecumenado”. La recepción del Catecumenado tal como lo propone el mismo
Vaticano II y el RICA no sólo ha sido extensa y positiva, sino que ha supuesto
para la pastoral de iniciación en Francia una confirmación y una continuidad, no
obstante algunas crisis vividas202. La Iglesia oficial francesa en sus diversos
documentos relativos a la iniciación, da especial preferencia al
Catecumenado203. Francia es sin duda el país europeo donde el Catecumenado
prebautismal tiene más extensión y vigencia (hay unos 11.000 catecúmenos en
la actualidad), siendo un referente para el resto de los países europeos.
202
A. Fayol-Fricout- A. Pasquier-O. Sarda, L’initiation chétienne, o.c.
203
Por ejemplo: Commision épiscopale de Liturgie. Pastorale sacramentelle, I. Les sacrements de l’initiation
chrétienne et le mariage, París 1996.
204
Véase el estudio de las diversas publicaciones con sus diversas tendencias , por ejemplo, en P. Caspani,
“Iniziazione cristiana” e “catecumenato”: semplicemente sinonimi?: Scuola Cattolica 127 (1999) 261-312.
Cf. También anteriormente: S. Lanza, Il catecumenato in Italia. Prospettive di rinovamento pastorale, RCI
(Rivista del Clero Italiano) 76 (1995) 485-503; AA. VV., Catecumenato e iniziazione cristiana: Rivista di
Pastorale Liturgica 196 (1996) 3-53.
205
CEI, Consiglio Episcopale Permanente, Il catecumenato oggi in Italia: adulti verso il battesimo. Strumento
di lavoro per un servicio al catecumenato, Roma 1994. Pero más importante es el documento de la CEI,
L’iniziazione cristiana. 1. Orientamenti per il catecumenato degli adulti (30 de marzo de 1997), Roma 1997;
206
Puede verse, por ejemplo, en CEI, Evangelizazione e testimonianza della caritá. Orientamenti pastorali del
Episcopato Italiano per gli anni ’90, Roma 1990; Id., Direttorio di pastorale familiare per la Chiesa in Italia,
Roma 1993.
207
Una cronología sobre la evolución del catecumenado en Alemania puede verse en A. Waibel-F.P. Tebartz
van Elst, “Feier der Eingliederung in die Kirche”, en B. Kranemann – E. Nagel – E. Nübold, Heute Gott
feiern, Freiburg 1999, 182-186. También en el informe del actual Director del Instituto Alemán de Liturgia
Eberhard Amon, Panorama der christlichen Initiation: gestern und heute, Fatima 2001 (Ad usum privatum).
aparecido diversos estudios sobre el Catecumenado, sobre todo por parte de la
Delegación Central de Pastoral y del Secretariado de Liturgia para el habla
alemana. A partir de 1992 la Delegación Central de Pastoral promovió un grupo
de trabajo sobre el “Catecumenado”, donde han tenido gran influencia las
investigaciones de F.P. Tebartz van Elst sobre el Catecumenado en Norte
América y sus aplicaciones al área alemana 208. En 1997 la Conferencia
Episcopal Alemana, a través de las mismas instituciones de Pastoral y Liturgia
publicó “Adultos en el camino hacia el bautismo, de. M. Ball, München 1997. Y
una propuesta posterior más concreta se publica el año 2000 “Adultos preguntan
por el bautismo. Un material catequético litúrgico para la realización del
catecumenado”209. Esta preocupación y recepción teórica tardía, no va
acompañada, sin embargo, hasta el momento, de una recepción práctica
correspondiente.
208
Su tesis doctoral sobre Der Erwachsenenkatechumenat in den Vereinigten Staaten von Amerika. Eine
Anregung für die Sakramentenpastoral in Deutschland (Múnsteraner Theologische Abhandlungen 28),
Altenberge 1993. Posteriormente el autor ha publicado diversos trabajos al respeto, por ejemplo: “Die
Wiederbelebung des Erwachsenenkatechumenats: Konzepte, Erfahrungen, Perspektiven”, en P.M. Zulehner –
H. Auf der Maur – J.Weismayer, Zeichen des Lebens. Sakramente im Leben der Kirchen – Rituale im Leben der
Menschen, Ostfildern 2000, 262-290.
209
De. Ernst Werner, DKV, München 2000.
210
Una bibliografía al respecto: A. Tatiana Sanon-R. Luneau, Enraizar el evangelio. Iniciaciones africanas
ypedagogía de la fe, Madrid 1994; B. Muzungu, Le dieu de nos Pères, t. I,II,III, Les Presses Lavigerie,
Bujumbura 1974-1975; D. Nothomb, Un humanisme africain. Valeurs et pièrres d’attente, Ed. Lumen Vitae,
Bruselas 1965; M. Combarros Miguelez, Dios en Africa. Valores de la tradición Bantú, Madrid 1993; J. Van der
Meersch, Vers un catéchuménat rénove selon le Concile, Ed. del Centro Internacional de Pastoral y Catequesis,
Butare 1968-1971; AA.VV., L’Eglise du Rwanda vingt ans après le Concile Vatican II, Ed. Pallotti-Presse,
Kigali 1987; AA.VV., Une expérience africaine d’inculturation. Théologie-Anthropologie, Ed. N.D. Cotonou,
París 1992.
211
Una bibliografía al respecto: B. Fischer, Das Amerikanische Beispiel. Die Rezeption des Ritus
derEewachsenen-Initiation von 1972 in den Vereinigten Staaten: Liturgisches Jahrbuch 37 (1987) 66-74; F. P.
Tebartz van Elst, Der Erwachsenen-Katechumenat in den Vereinigten Staaten von Amerika. Eine Anregung für
die Sakramentenpastoral in Deutschland, Altenberge 1993; Id., Die Wiederbelebung des
la tesis doctoral de citado F.P. Tebartz van Elst 212. En este país, de 252 millones
de habitantes, de los que 60 millones son católicos, distribuidos en 188 diócesis.
puede decirse que al menos dos tercios de las parroquias han vivido
experiencias catecumenales. La publicación del RICA y su traducción al inglés
en 1974, encontró en los Estados Unidos un clima social especial: el llamado
“Catholic moment in American Culture” (momento católico en la cultura
americana). Este clima, unido a un número alto y constante de conversos y
solicitantes del bautismo, y a un aprecio a las comunidades católicas como
lugares de referencia, llevó a prestar una especial atención a la pastoral de
iniciación y al mismo catecumenado propuesto por el RICA. El intercambio de
experiencias a nivel interdiocesano condujo a definir mejor los fines y los
medios de la iniciación. En 1981 tiene lugar una Conferencia en Estes Park
(Colorado) en la que se crea el "North American Forum on the Catechumenate"
(Foro para la coordinación del desarrollo del OICA en las parroquias de Estados
Unidos). De este Foro nacerá una adaptación más precisa y coordinada del
RICA, que tendrá en cuenta no sólo los no bautizados, sino también los
conversos válidamente bautizados. Finalmente, en 1986 la Conferencia
Episcopal aprobó el RICA para los Estados Unidos, con el título: "Rite of
Christian Initiation of Adults", lo que fue confirmado por Roma el 1 de
septiembre de 1988. En adelante, esta será la única y obligatoria forma de
iniciación de adultos en las parroquias estadounidenses. En este ritual: Se
considera el caso de los bautizados que vienen de otras confesiones; se
promueve no sólo la formación de Catequistas y animadores, sino también su
experiencia catecumenal, siguiendo las fases diversas. Esto hace que descubran
la identidad de su fe, y se capaciten para conducir el proceso, para considerarse
"Iglesia en proceso".
En lo que se refiere a Latinoamérica, la recepción del Catecumenado
propuesto por la reforma del Vaticano II y el RICA puede decirse que ha sido
reducida y lenta (a excepción de la implantación y fecundidad del Camino
Neocatecumenal en la mayor parte de las diócesis de América Latina), con
características peculiares dada la situación cultural y religiosa de los diversos
países. De hecho, llama la atención que en los grandes documentos del
Erwachsenenkatechumenates in den USA und seine pastoralliturgischen Anregungen für die Kirche in
Deutschland: Liturgisches Jahrbuch 44 Jahr (1994) 67-78; Id., Erwachseneninitiation in den USA: Diakonia 24
(1993) 279 ss.; W. A. Anderson, Journeying throuth the RICA, Dubuqye, Iowa 1984; K.A. Boyack, A Parish
Guide of Adult Initiation, Nueva York 1979; Murphy Center for Liturgical Research, Made, not born.New
Perspectives on christian Initiation and the Catechumenate, Notre Dame-Londres 1980; W.J. Reedy, Becoming
a Catholic Christian. A Symposium on Christian Initiation, Nueva York-Chicago-Los Angeles 1979; Id.,
Christian Initiation Resources Readers, Nueva York 1984.
212
Nota anterior 55: Der Erwachsenenkatechumenat in den Vereinigten Staaten von Amerika, Altenberge
1993. Un resumen de la misma en la revista Liturgisches Jahrbuch 44 Jahr (1994) 67-88. Un resumen de la
estructura y peculiaridades del catecumenado en EE. UU., en D. BOROBIO, Catecumenado para la
evangelización, o. c., 96-113.
Episcopado latinoamericano ocupe un lugar destacado el tema de la
evangelización o nueva evangelización, pero que a ello no se una de forma
explícita y amplia el tema del Catecumenado 213. Cierto que se habla de
catequesis permanente, o de “itinerario continuado” 214, pero no se piensa
directamente en el Catecumenado 215. Sin embargo, los procesos en “pequeñas
comunidades” o en “comunidades eclesiales de base” han cumplido de hecho
las funciones de un verdadero Catecumenado. Algunas conferencias
Episcopales, como la brasileña, se plantearon ya desde los años ’70 la cuestión
de la iniciación cristiana, y por tanto también en alguna medida la del
catecumenado216. Algún movimiento, como el SINE o “Sistema de
evangelización integral”, promovido por el A. Navarro en México en todo
Latinoamérica, tiene una verdadera estructura y dinámica catecumenal, desde
una insistencia en la evangelización (o precatecumenado), en la participación de
la parroquia o comunidad en el proceso evangelizador, en la necesidad de
promover los ministerios laicales, realizar todas las dimensiones de la misión
equilibradamente, y sectorizar el terreno para una evangelización concreta y
eficaz217.
213
ll Nos referimos a las Conferencias de Medellín, Puebla, Santo Domingo sobre todo.
214
En el documento de Santo Domingo, Nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana, PPC,
Madrid1993, n. 49 se dice: “La nueva evangelización debe acentuar una catequesis kerigmática y
misionera…Nuestra catequesis ha de tener un itinerario continuado que abarque desde la infancia hasta la edad
adulta, utilizando los medios más adecuados para cada edad y situación”.
215
Teólogos pastoralístas y Catequistas itinerantes de las Comunidades Neocatecumenales han constatado en
diversos encuentros con párrocos y catequistas de Latinoamérica que muchos sacerdotes todavía no conocen el
Ritual de la iniciación cristiana de adultos, en parte debido a que ha sido traducido muy tardiamente.
216
Episcopado Brasileño, Pastoral dos sacramentos da inicicao Cristá, Sao Paulo 1974; J. Lachnitt, Desafíos
para a iniciacao cristá a partir da iniciacao War’a: Revista de Liturgia 3 (1990) 93-96; A.F. Lelo, La
inculturaciòn en Brasil del Ritual de iniciación cristiana de adultos, Universidad Pontificia. Faculktad de
Teología, Salamanca 1994.
217
A. Navarro, Parroquia evangelizadora. Sistema integral de la nueva evangelización, México 1994; Id.,
Evangelización. Kerigma, México 1974; Id., El anuncio kerigmático. Por si mismo, sólo y todo, México 1994.
cristiano que en nuestros tiempos se espera. Se entiende por "Catecumenado"
(de "katejein" = instruir de palabra), en su sentido más clásico, la instrucción
iniciática de carácter catequético-litúrgico-moral, creada por la Iglesia de los
primeros siglos, con el fín de preparar y conducir a los convertidos adultos, a
través de un proceso espaciado y dividido por etapas, al encuentro pleno con el
misterio de Cristo y con la vida de la comunidad eclesial, expresado en su
momento culminante por los ritos bautismales de iniciación: bautismo, ritos
postbautismales, eucaristía que, normalmente presididos por el obispo, se
celebran en la vigilia pascual.
En principio, los objetivos del Catecumenado no pueden ser otros que los
de la iniciación cristiana global, que recordamos brevemente:
Pues bien, eso mismo debe ser el Catecumenado hoy: un proceso que
compromete la vida, que lleva a revisar las actitudes y actos en un esfuerzo de
transformación según el evangelio y sus exigencias rectamente interpretadas por
la Iglesia. No se trata de una insistencia en normas morales, desde una visión
más bien rigidista de la Iglesia y negativa del ser cristiano. Se trata más bien de
una insistencia en el ideal evangélico, sin olvidar sus exigencias en la vida
personal, social, económica, política.
La Parroquia
Los padrinos
Los catequistas
Los sacerdotes
El obispo
Aún reconociendo las notables diferencias que existen entre los diversos
"modelos catecumenales" que se proponen ("comunidades neocatecumenales",
catecumenados de adultos...), cabe resaltar algunos elementos comunes
diferenciantes del Catecumenado "estricto" y "propio". Aquí se trata de un
Catecumenado para la re-iniciación, pero fuera del tiempo iniciático que marca
la celebración de los sacramentos. Es un Catecumenado que tiende a "reparar"
aquello que en otro momento debió haberse hecho, y no se hizo. Este
Catecumenado está sí referido a los sacramentos de iniciación, pero no culmina
en la celebración sacramental irrepetible de ninguno de ellos, sino sólo con su
renovación. Los objetivos son idénticos a los que persigue el Catecumenado,
pero la realización, los medios y el ritmo, el contenido y la duración... son
diversos. Se trata, pues, de un "Catecumenado" en sentido análogo y amplio. No
obstante, los neocatecumenados o catecumenados de adultos siempre serán
necesarios para autentificar la iniciación sacramental, y para renovar la fe
personal y la comunidad cristiana.
4. Procesos catecumenales: El adjetivo "catecumenal" ha venido a ser en los
últimos tiempos un símbolo de búsqueda por la renovación y la autenticidad
cristiana. Quizás por ello se habla, en diversas ocasiones y refiriéndose a
distintas realidades, de "proceso", “itinerario”, "acción", "tarea", "preparación"
catecumenal. Las mismas comunidades o grupos reciben con frecuencia el
calificativo de "catecumenales". Sin detenernos a valorar el uso o abuso del
término en cada caso, sí cabe señalar algunas razones e intenciones que motivan
su empleo, como son: la evangelización de muchos bautizados, pero todavía no
convertidos; la superación de una determinada religiosidad popular, para venir a
ser vivida en su autenticidad y verdad evangélicas; la respuesta a un déficit de
catequesis y educación de la fe; la preparación más seria a los sacramentos, que
salvaguarde su verdad; el intensificar los lazos grupales y comunitarios, a través
de la reunión y la acogida, el diálogo...;la creación de un tiempo y espacio
prolongado de formación, que conduzca a una vida cristiana más auténtica y
testimonial en la Iglesia y en el mundo.
h) Canto a la esperanza
No obstante estas dificultades, hay que decir que los esfuerzos y frutos
del Catecumenado en la Iglesia Universal, con sus variantes, han sido y siguen
siendo muy importantes. Creemos que es una verdadera bendición de Dios el
redescubrimiento del Catecumenado, como institución más originaria y
adecuada para la evangelización y la iniciación cristiana. Estamos convencidos
de que la restauración del Catecumenado, como uno de los elementos esenciales
de y para la iniciación o para la plenificación iniciatoria, es uno de las mejores
aportaciones del Vaticano II, y de la Iglesia, en orden a la autentificación de su
vida y a la renovación de la comunidad cristiana. Cuando miles de jóvenes y
adultos intentan seguir un proceso catecumenal; cuando miles de miembros de
las comunidades dedican sus mejores esfuerzos a la renovación de la fe de estos
jóvenes y adultos, sea en una u otra situación; cuando se descubre que realmente
el anuncio de la Buena Nueva sigue teniendo su fuerza y que el Espíritu actúa...,
no hay motivo para la desesperanza, aunque el ideal siempre esté por conseguir.
Al contrario, es una ocasión para la esperanza, porque algo nuevo está naciendo.
219
Ib., p. 5.
220
Cfr. Catecumenado en la Iglesia (Valencia 1998), p. 17.
catequético propio de la iniciación y su reducción en algunos casos a meras
catequesis sacramentales, contribuyen a su desarticulación y empobrecimiento.
Las connotaciones sociales que rodean la celebración de estos sacramentos
desvirtúan con frecuencia su más profundo significado. El resultado es que
muchos bautizados crecen sin alcanzar una mínima madurez personal de su fe,
no llegan a adquirir siquiera la condición de verdaderos iniciados en la vida
cristiana. Por otra parte, la existencia de procesos de reiniciación son un
síntoma elocuente de la crisis de la pastoral tradicional, que está reclamando
con urgencia una revisión profunda del proceso de iniciación cristiana, de la
vitalidad de las comunidades, del modo concreto de vivir la relación Iglesia-
mundo y fe-cultura221.
221
"Los procesos de reiniciación son hoy una necesidad y deben ser apoyados con entusiasmo y creatividad,
sabiendo que inciden sobre todo en el ámbito de la pastoral y que son un test elocuente de la capacidad de la
Iglesia de hoy de lanzar iniciativas de CA en clave de maduración. Los catecúmenos y los reiniciados son un
don y una chance para la Iglesia, que se enriquece así con su experiencia y con su nuevo modo de vivir la fe. Es
importante, por lo tanto, no entender estos procesos en clave de conservación o restauración". Cfr. E.
ALBERICH/A. BINZ, Formas y modelos de catequesis de adultos, p. 54.
222
“En nuestras Iglesias necesitamos nuevamente descubrir los cimientos del cristianismo, y de aquí partirá el
servicio que deseamos ofrecer con renovada confianza a la humanidad del tercer milenio. Iniciación cristiana,
catecumenado, catequesis misionera, actuación apostólica con inspiración catecumenal... parecen ser los
´métodos`básicos para llevar a cabo la misión pendiente”. Cf. Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, Iniciación
cristiana y nueva evangelización (Bilbao 1992), p. 17.
223
Cfr. Teoría de los principios teológicos (Barcelona 1985), p. 28.
* Motivaciones de orden socio-cultural en referencia sobre todo a
algunos fenómenos típicos de nuestra época: el progresivo proceso de
descristianización, con la difusión de la indiferencia religiosa y del fenómeno
de la increencia224; la secularización, que empaña la dimensión religiosa y
obliga a una profundización y personalización de la opción de fe; la difusión de
nuevas expresiones religiosas, a veces muy ambiguas, que conllevan un
replanteamiento radical de las propias opciones de vida; la complejidad y el
pluralismo de nuestra sociedad, que coloca la visión cristiana de la vida en
régimen de competencia, en medio de muchas opciones posibles.
224
Cfr. CARTA PASTORAL DE LOS OBISPOS DE PAMPLONA Y TUDELA, BILBAO, SAN
SEBASTIÁN Y VITORIA, Creer en tiempos de increencia (1988); Evangelizar en tiempos de increencia
(1994); C. FLORISTÁN, Para comprender la evangelización; CEE, Una Iglesia esperanzada. Plan Pastoral
2002-200, nnº 4-11.
225
Para los obispos vascos "la iniciación a la fe es el gran reto para muchas parroquias... el futuro de nuestras
Iglesias se juega, en buena parte, en esta iniciación a la fe... Nuestras Iglesias diocesanas se han de plantear ya el
estudio y desarrollo de una pastoral catecumenal orientada directamente a ofrecer una respuesta adecuada a
personas no bautizadas o totalmente alejadas que, sin embargo, en estos momentos preguntan por Dios. Cfr.
CARTA PASTORAL DE LA CUARESMA - PASCUA DE RESURRECCIÓN, 1997: Al servicio de una fe más
viva, nº 90. Y, más recientemente acaban de afirmar que “Necesitamos un proceso de iniciación... No se puede
iniciar en masa. Este delicado proceso está reclamando una atención individual y personalizada”. Cfr. CARTA
PASTORAL DE CUARESMA-PASCUA, 2003: Vivir la experiencia de la fe, p. 26.
226
Nuestros obispos han afirmado que consideran “que la restauración del catecumenado en nuestras iglesias
es una oportunidad que Dios nos concede para la renovación de la vida de la Iglesia y una ocasión para mostrar
a todos la fe que ella ha recibido (cf. LG 1; IC 3). A su vez, la Iglesia se ve renovada y enriquecida por los
nuevos creyentes que son siempre un signo de vitalidad del Evangelio”. Cfr. OPC, nº 5.
2ª) Es importante que las comunidades eclesiales no vean la puesta en
marcha del dispositivo catecumenal como algo marginal que no les afecta, sino
que lo reconozcan plenamente y se reconozcan en su práctica como un
momento esencial de su propia actividad.
227
Para un experto como H. BOURGEOIS el espacio catecumenal se convierte en un verdadero lugar
teológico, un lugar de reformulación de la fe y de elaboración teológica. Ver en este sentido la fundamentación
de este planteamiento en Théologie catéchuménale (Paris 1991).
228
"La actividad catequística de nuestro tiempo debe subrayar el carácter y la inspiración catecumenal propios
de la catequesis. Si la missio ad gentes es paradigma de toda la actividad evangelizadora en cada uno de sus
diversos momentos, el catecumenado bautismal es modelo e inspiración de la actividad catequizadora
particularmente con referencia a la catequesis de iniciación". Cfr. Comunicado del Congreso catequístico
internacional-1997, p. 8.
tiempo rico en orientaciones y promoción de la catequesis. Ha sido un tiempo
que, de algún modo, ha vuelto a hacer presente la vitalidad evangelizadora de la
Iglesia de los orígenes y a impulsar oportunamente las enseñanzas de los
229
Padres, favoreciendo el retorno actualizado al catecumenado antiguo" .
230
de los signos de Dios , se han dado cita la percepción del principio local
229
Cfr. DCG (1997), p. 13.
230
El fenómeno de las pequeñas comunidades, o comunidades de base es un fenómeno típico de la Iglesia
postconciliar que surgió un poco por todas parte” como reconocía Pablo VI en EN, nº 58.
de la Iglesia, el acento de la eclesialidad vivida con mayor concreción y
densidad, la urgencia de alcanzar una experiencia más intensa de las realidades
objetivas cristianas, la cercanía frente al anonimato y despersonalización
231
padecidas por el hombre actual .
232
de comunidades y de movimientos” .
231
Los obispos latinoamericanos han señalado que si la parroquia se renueva desde el principio comunitario
podrá formar a la gente en comunidades, ofrecer auxilio a la vida de familia, superar el estado de anonimato,
acoger y ayudar a que las personas se inserten en la vida de sus vecinos y en la sociedad”. Cfr. Ecclesia in
America (Madrid 1999), nº 41b.
232
Ibidem.
233
la naturaleza misma de la parroquia” . Algunos años más tarde,
234
fe radicalmente vivida” .
233
Cfr. En la Parroquia de Santa María Goretti, 31 de Enero de 1988: L´Osservatore romano (1-2 Febrero 1988).
234
Cfr. Mensaje a los Obispos de Europa reunidos en Viena (12 de Abril de 1993).
235
Cfr. Llamados a la vida, (Barcelona 1988), pp. 146-147.
personas, especialmente para los jóvenes, la ciudad se convierte en una
experiencia de desarraigo, anonimato e injusticia, con la consiguiente pérdida de
identidad y del sentido de la dignidad humana (...) Hace falta una experiencia
nueva y más profunda de la comunidad en Cristo, que es la única respuesta
eficaz y duradera a una cultura marcada por el desarraigo y el anonimato” 236.
236
Cfr. El desarrollo de las grandes ciudades plantea graves problemas pastorales a la Iglesia: L´Osservatore romano (14
de mayo de 1999), p. 2. A la problemática pastoral de cómo evangelizar la cultura urbana ha querido responder el último
Sínodo de Obispos de América que han llegado a afirmar que no hay que dejar que el anonimato de las ciudades invada
nuestras comunidades eucarísticas. Hace falta encontrar nuevos métodos y nuevas estructuras para construir puentes entre las
personas, de modo que se realice realmente la experiencia de acogida mutua y de cercanía que la fraternidad cristiana
requiere. Podría ser que esta experiencia, y la catequesis que debe acompañarla, se realice mejor en comunidades más
pequeñas, como se aprecia en la Exhortación postsinodal: “Una clave de renovación parroquial, especialmente urgente en las
parroquias de las grandes ciudades, puede encontrarse quizá considerando la parroquia como comunidad de comunidades...
Ellas son el marco más fácil para escuchar la palabra de Dios, para reflexionar a su luz sobre los diversos problemas
humanos y madurar opciones responsables inspiradas en el amor universal de Cristo”. Cfr. Ecclesia in América, nº 41. El
Papa Juan Pablo II ha desarrollado esta misma perspectiva en dos alocuciones en relación con la CNC: “El Camino
Neocatecumenal, en el que maduran los itinerantes y las familias misioneras, puede responder a los desafíos del secularísmo,
de la difusión de las sectas y de la escasez de vocaciones. La reflexión sobre la palabra de Dios y la participación en la
Eucaristía hacen posible la vitalidad de la parroquia mediante cristianos maduros capaces de dar testimonio de la verdad con
una fe radicalmente vivida”. Cfr. Mensaje a los miembros del CN: El Camino Neocatecumenal puede responder a los
desafíos del secularísmo, las sectas y la escasez de vocaciones: Ecclesia, nº 2.632 (15 de mayo de 1993), p. 31; y un año más
tarde volvía a afirmar: “Estas comunidades ayudan a experimentar la Iglesia como cuerpo de Cristo, en el que, mediante los
signos sacramentales, Dios extiende su acción salvífica a los hombres de toda generación, sobre todo a las familias”. Cfr. Un
ejemplo de nueva evangelización: L´Osservatore romano (21 de enero de 1994), p. 20.
237
Cfr. P.A. LIEGE, o. cit., p. 9. En esta perspectiva ver G. LOHFINK, La Iglesia que Jesús quería. Dimensiones
comunitarias de la fe cristiana (Bilbao 1998).
especial y un atractivo particular, si es que no la juzgan puro esnobismo” 238. En
este sentido la praxis del Neocatecumenado, al ser vivido en pequeñas
comunidades, ayuda enormemente a vivir la comunitariedad de la fe como un
don: “La educación a la vida comunitaria es una de las tareas fundamentales de
la iniciación cristiana. El Neocatecumenado educa a ella de modo gradual y
constante mediante la inserción en una pequeña comunidad, cual cuerpo de
Cristo resucitado, abierta a la vida de la comunidad parroquial y de toda la
Iglesia” (SCN, art. 15&1).
Sin embargo, hay que reconocer que en esta dimensión nos encontramos
todavía ante una transición en gran medida pendiente: pasar de una forma de
Iglesia como organización de servicios religiosos (por ello pudo ser identificada
la Iglesia con el Papa, los Obispos, los sacerdotes, los frailes y las monjas) a
otra forma de Iglesia como comunidad, donde todos seamos miembros activos,
conscientes de la dignidad cristiana, dispuestos a dar personalmente razón de la
esperanza, responsables en los trabajos del Evangelio. La acentuación de la
comunitariedad, que reclama como necesario correlato la acentuación de la
personalidad de cada uno, es de esta manera condición para la nueva
evangelización. La comunidad no es refugio de intimidados, sino hogar de
adultos. Para que la vida cristiana sea vivida verdaderamente en cristiano, ha de
ser vivida en comunidad 239.
238
Ibid., p. 104.
239
Mons. RICARDO BLÁZQUEZ afirma con rotundidad que “necesitamos recuperar la verdad de la Iglesia como
congregación, como comunidad (...) Sin comunitariedad la Iglesia pierde su misma identidad; se difuminan sus contornos, se
generaliza su concreción, se dilapida su fuerza, se afloja su densidad”. Cfr. “Dimensión eclesial de la identidad cristiana”, en
Jesús si, la Iglesia también, p. 311.
significa que entre todos los coetus fidelium, que el obispo debe poder erigir
para presidir eficazmente la propia populi Dei portio, la parroquia es el
paradigma de agregación eclesial que nace de la celebración eucarística
dominical”240. La asamblea eucarística es la fuente propia de la comunidad
parroquial. Más aún, en la visión que el Concilio tiene de la Eucaristía se
afirmará, además, que “no se construye ninguna comunidad cristiana si ésta no
tiene su raíz y centro en la celebración de la sagrada Eucaristía. En ella, por
tanto, ha de empezar toda la formación en el espíritu de comunidad”(PO, nº 6).
242
Cfr. Congreso Parroquia Evangelizadora, (Madrid 1988). En la 1ª Ponencia del Congreso nos encontramos con una
lectura pastoral de los datos del análisis sociológico que se había hecho a partir de la encuesta preparatoria. Es muy
significativo reseñar la complementariedad que se ha ido produciendo en las parroquias de las diócesis españolas entre
parroquia - pequeñas comunidades y los movimientos apostólicos: “El sentido comunitario de la parroquia va en aumento:
un 53% afirman que la estructura general de la parroquia es comunitaria” (...) También crece el número de parroquias
concebidas como una comunión de pequeñas comunidades diversas o que de hecho albergan en su seno algún tipo de
comunidades: populares (un 4,2%), neocatecumenales (un 10%), y otras pequeñas comunidades (un 27%)”. Cfr. Congreso,
p. 65. De cara a renovar nuestras parroquias, se afirma que éstas “no pueden ponerse al servicio de la evangelización, si no
van transformándose de centros de servicios religiosos en comunidades vivas de creyentes, es decir, en ámbitos donde los
cristianos puedan vivir realmente la experiencia de la fraternidad cristiana” (Ibid, p. 147). Ver J. HIGUERAS, Hacia la
parroquia del Tercer Milenio (Madrid 2000).
responsabilidades pastorales; b) las pequeñas comunidades eclesiales de base,
también llamadas comunidades vivas, donde los fieles pueden comunicarse
mutuamente la palabra de Dios y manifestarse en el recíproco servicio y en el
amor; estas comunidades son verdaderas expresiones de la comunión eclesial y
centros de evangelización, en comunión con sus pastores”243.
Ahora bien, este nuevo modelo de Iglesia, que puede ser definido como
comunidad de comunidades, tiene sus riesgos y comporta interiormente sus
limitaciones244. De aquí la importancia de la Parroquia como lugar de comunión.
La Parroquia concebida como comunidad de comunidades se situaría en la línea
del ministerio de la unidad y de la comunión, siendo ella misma garantía de la
intercomunión entre diversas comunidades eclesiales. Puesta a su servicio, está
llamada a ofrecerles, además del lugar de culto, locales adecuados para sus
reuniones y una estructura básica capaz de coordinar iniciativas y hacer efectivo
un trabajo común. La Parroquia así concebida será la encargada de evitar la
disgregación de los grupos, pero sin imponerles una disciplina monovalente.
243
Cfr. Christifideles laici, nº 26. Algunos años más tarde, en 1991, Juan Pablo II sostendrá que “estas comunidades
descentralizan y articulan la comunidad parroquial a la que permanecen siempre unidas, se enraízan en ambientes populares
y rurales, convirtiéndose en fermentos de vida cristiana, de atención a los últimos, de compromiso en pos de la
transformación de la sociedad. En ellas cada cristiano hace una experiencia comunitaria, gracias a la cual también él se siente
elemento activo, estimulado a ofrecer su colaboración en las tareas de todos. De este modo, las mimas comunidades son
instrumento de evangelización y de primer anuncio, así como fuente de nuevos ministerios”. Cfr. Redemptoris missio, nº 51.
244
Mons. RICARDO BLÁZQUEZ las ha señalado: “1ª) Cada comunidad no puede estar desconectada de otras
comunidades ni de la Iglesia universal; 2ª) La vida eclesial en comunidad pequeña no puede llevar consigo una
automarginación de la vida pública; 3ª) Puede existir el peligro de que la intensidad de la vida comunitaria asfixie a la
persona”. Cfr. Jesús sí, la Iglesia también, pp. 312-313. En esta perspectiva ver la profunda reflexión de I. ZIZIOULAS, El
ser eclesial. Persona, comunión, Iglesia ( Salamanca 2003).
capilar e incisiva la conciencia y la experiencia de la comunión y de la misión
eclesial”245.
245
Cfr. JUAN PABLO II, Christifideles laici. Los fieles cristianos, nº 61. En el Mensaje final el Sínodo había recogido la
definición de nueva parroquia como comunidad de comunidades. Cfr. Mensaje de los padres sinodales al Pueblo de Dios, nº
10: Vida Nueva, nº 1606/7 (7/14 noviembre de 1987), p. 69.
246
Cfr. Servicio pastoral a las pequeñas comunidades cristianas, nº 46. Ver también La catequesis de la Comunidad, nº
280.
247
Cfr. J. BESTARD, art. cit., p. 664.
248
Cfr. Cambio estructural de la Iglesia (Madrid 1974), p. 140. Ya por aquellos años el teólogo alemán hacía este tipo de
afirmaciones: “La Iglesia del futuro deberá construirse y crecer desde su base natural comunitaria. ´Iglesia desde la base`,
fundamentada en auténticas ´comunidades de base`, de libre iniciativa y asociación, unidas en comunión con el Obispo y con
la Iglesia particular diocesana” (pp. 140-145).
Comunidades Neocatecumenales. Hay parroquias que cuentan con más de 30,
28, 20, 18, y 15 comunidades. La armónica coexistencia entre vida parroquial y
desarrollo del itinerario neocatecumenal ha hecho comprender que cuando no se
plantean los conflictos en términos disyuntivos, la Parroquia ofrece al
Neocatecumenado el ámbito natural para que desde él se “eduque a la vida
comunitaria de modo gradual y consciente mediante la inserción en una
pequeña comunidad abierta a la vida de la comunidad parroquial y de toda la
Iglesia” (SCN, art. 15&1).
249
no es tanto hacer “programas nuevos” , cuanto vivir la novedad
250
decisiva” . Para este encuentro se necesita la mediación de la
249
Cfr. JUAN PABLO II, Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte (6-1-2001), nº 29.
250
Cfr. Carta Encíclica Deus caritas est (25-12-2005), nº 1
Desde el Vaticano II, hemos visto a lo largo de este curso, se está
imponiendo en la Iglesia, por la fuerza de la situación socioeclesial y también,
como un nuevo signo de los tiempos, un talante evangelizador, catecumenal y
comunitario. Se es cada vez más consciente de que la nueva evangelización sólo
puede llevarse a cabo con la recuperación del catecumenado y la dinámica
catecumenal, como el medio más apto y probado para la iniciación y
reiniciación cristiana y para la renovación en autenticidad de la comunidad
cristiana.
251
los ritos litúrgicos de las etapas catecumenales” .
252
"Los praenotanda representan un reflexión particularmente amplia y son indispensables para la comprensión del Rito;
constituyen una especie de tratado teológico-litúrgico sobre la misión iniciadora de la Iglesia y sobre los fundamentos de la
iniciación cristiana y catequético-pastoral para valorar debidamente el Rito de la iniciación cristiana de adultos y su condición de
modelo". Cfr. C. ROCCHETTA, o. cit., p. 51.
que deben celebrarse en tiempos sucesivos, e introducirlos en la vida de la fe, la
liturgia y la caridad del Pueblo de Dios".
253
Cfr. Iniciación cristiana de adultos, p. 21. Para una mayor profundización sobre diversos aspectos del RICA ver los
siguientes artículos en el nº 88 de Ephemerides Liturgicae de 1974: A. NOCENT, L´Ordo initiationis christianorum: lignes
theologico-liturgiques du Catéchumenat, pp. 163-173; B. CARDINALI, Linee catechetico-liturgiche del rito dell´iniziazione
cristiana degli dulti per una valorizzazione critica della sua indole pastorale, pp. 192-209; JESÚS LÓPEZ GAY, Liturgia y misión,
pp. 221-231; ver también en el nº 69 de la Rivista Liturgica del año 1979, los artículos de: A.M. TRIACCA, Struttura e linee-forza:
dal l´analisi alla sintesi, pp. 425-436; F. BROVELLI, Per introdurre alla Chiesa oggi. Problematica ecclesiologica del "Rito
dell´Iniziazione cristiana degli adulti", pp. 437-455; L. DELLA TORRE - D. SARTORE, Considerazioni pastorali sui capitoli IV e
V del "rito dell´Iniziazione cristiana degli adulti", pp. 471-493.
La estructura de iniciación que resulta de esta graduación progresiva es
presentada sumariamente en los prenotandos del Ritual, para luego recibir su
tratamiento litúrgico en el capítulo Iº.
254
Para esta comprensión de la estructura de iniciación ofrecida por el RICA, tengo en cuenta, con cierta libertad, la
descripción hecha por M. Dujarier. El utiliza la terminología "período" y "etapa", nosotros utilizaremos la empleada en la ed ición en
castellano del Ritual: "tiempo" y "grado". Cfr. M. DUJARIER, o. cit., pp. 22-27.
Eucaristía. Y habría un cuarto nivel ulterior, al finalizar el tiempo de la
Mystagogia, que sería el de la TESTIFICACIÓN DE LA FE cuyo tiempo
englobaría toda la existencia cristiana y la graduación en la maduración
permanente de la fe vendría jalonada por la vivencia de los sacramentos de la
Iglesia255 y los tiempos del Año litúrgico.
255
Este último nivel es añadido por mí. Para B. CARDINALI, "las cuatro etapas de esta pedagogía progresiva se califican
como anuncio (= evangelización: precatecumenado), formación (= catecumenado), renovación (= purificación -iluminación),
profundización (= mistagogia)”, en art. cit., p. 196.
Con la entrada en el Catecumenado, el candidato ya es cristiano, aunque
todavía sea catecúmeno; tiene derecho a participar en la Liturgia de la Palabra,
en los sacramentales, en el matrimonio y en los funerales de la Iglesia (nº 18).
El Catecumenado, en su preparación remota, puede durar varios años (nº 7).
256
Lleva por título Reiniciación cristiana, respuesta a un bautismo "sociológico". Contribución a un estudio de la Estructura
Pastoral de la Reiniciación, a partir del Capítulo IV del OICA.
257
Ibid., p. 32.
258
Ibid., pp. 75-103. Esta "tesis" la desarrolla también C. ROCCHETTA, para quien "las posibilidades de utilización del RICA
en el mencionado sentido son múltiples y diversas. Se puede pensar, por ejemplo, extendiendo eventualmente sus aplicaciones, en el
itinerario propuesto en el capítulo IV del Rito para adultos, en la perspectiva de una pedagogía de recuperación y fundamenta ción de
la vida cristiana destinada a los adultos ya bautizados, pero indiferentes o inmaduros para asumir su fe". Cfr. Cómo evangelizar hoy
a los cristianos, p. 111. Ver también: L. DELLA TORRE - D. SARTORE, Considerazioni pastorali sui capitoli IV e V del Rito
dell´iniziazione cristiana degli adulti, pp. 471-493.
259
Cfr. “Pastoral catecumenal y conciencia bautismal en Europa”, en CONFERENCIA EUROPEA DE CATECUMENADO,
Los comienzos de la fe. Pastoral Catecumenal en Europa Hoy, p. 37.
260
Cfr. SÍNODO 1985, Relación final, II,B,a,2. Ed, B.A.C., Madrid 1985, pp. 12-13; ver Medellín VIII, nnº 3,7,9 y 17; DCG ,
nº19; EN, nnº 44 y 52; CT, nº 44; Puebla, nnº 461, 1007 y 1008.
los Padres sinodales, una catequesis posbautismal a modo de Catecumenado,
que vuelva a proponer algunos elementos del Ritual de la Iniciación Cristiana
de Adultos, destinado a hacer captar las inmensas riquezas del Bautismo ya
recibido"261.
261
Cfr. Exhortación Apostólica de JUAN PABLO II, Christifideles laici. Los fieles laicos, nº 61.
262
Cfr. Comunicado del Congreso catequístico internacional sobre "La fe de la Iglesia y su misión evangelizadora":
L´Osservatore romano (7 de noviembre de 1997) [ed. en español], p. 8.
263
Cfr. Balance de las aplicaciones del OICA, p. 229. L. DELLA TORRE constata el hecho de que "muchos sacerdotes no
conocen siquiera su existencia o no lo han tenido jamás entre sus manos. Tal es el juicio recogido entre algunos catequistas
itinerantes de las comunidades neocatecumenales, cuyos viajes cubren toda Europa, casi toda América y gran parte de Asia. A fin
de legitimar y exponer su propuesta de un itinerario de fe progresivo para los adultos bautizados, ellos se refieren al ORDO, con lo
cual han tenido ocasión de hablar sobre el tema con obispos y párrocos. Incluso donde está vigente la institución catecumenal , el
problema parece afectar únicamente a los sacerdotes y catequistass que se dedican a ella; los demás agentes pastorales no se sienten
interesados" (p. 228). Para una mayor ampliación, ver: A. GIULIANI, Il catecumenato: volto nuovo della Chiesa: Via, Verità e Vita
130 (1990), pp. 45-46, y R. LAURITA, Il catecumenato in Europa e nel mondo, ibíd., pp. 65-72, ofrecen una breve reseña de las
actuales utilizaciones del RICA en la Iglesia.
264
Para una profundización en este aspecto, ver el Capítulo sexto del libro citado ya de C. ROCCHETTA: El RICA "forma
tipo" de "itinerarios catecumenales", pp. 97-112. El teólogo italiano sostiene que "a pesar de que ya han pasado más de veinte años
desde su promulgación, no se puede decir que esta dimensión del RICA haya sido realmente estudiada y valorada ni en el aspect o de
la reflexión y profundización teológico ni en el de la praxis y la vida de las comunidades locales" (p. 98).
acontecimientos más importantes en el orden pastoral y ritual del post-Concilio,
una de las expresiones más singulares del camino de la comunidad cristiana a la
luz del actual contexto eclesial. Para J.A. VELA la razón es simple: "Se
convierte en el instrumento concreto para poder realizar de hecho el camino
catecumenal en nuestros tiempos, haciendo unas síntesis entre las instituciones
del Catecumenado antiguo y los grandes principios cristológicos y eclesiales del
Vaticano II, uniendo el elemento ritual con el camino de iniciación en un tiempo
sucesivo, conforme a las indicaciones de SC 64" 266.
265
Para D. BOROBIO, "el Ritual de la iniciación cristiana de adultos se convierte en paradigma de iniciación, es decir, en
modelo y ejemplar de la meta, los dispositivos y el proceso que, de u otra forma, antes o después, necesita cumplir toda iniciación
cristiana", aunque más adelante este autor manifiesta su perplejidad al confesar que "no deja de ser, por otro lado, una cont radicción
el que precisamente este Ritual esté, hoy por hoy, condenado a ser un Ritual desconocido; un Ritual que, en el mejor de los casos
prestará un servicio a las comunidades neocatecumenales y de vez en cuando se aplicará en los casos de los adultos convertido s", en
Proyecto de Iniciación cristiana, pp. 120 y 126.
266
Cfr. Reiniciación cristiana..., pp. 86-87.
- a los niños bautizados, con ocasión de la catequesis de admisión a los
sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía;
- a los que, aun habiendo recibido los sacramentos de la Confirmación y
de la Eucaristía, han abandonado después la práctica religiosa y desean
retornar a ella;
- a los que, en la práctica de la vida cristiana, desean profundizar en su fe.
267
"A la experiencia catecumenal acude una gran variedad de personas en situación de búsqueda con diversidad de
necesidades y experiencias. Los hay que, nacidos en el campo, han sido educados con poco o ningún contacto con la religión o con
la Iglesia. Otros han sido hechos cristianos de niños; quizá recibieron alguna instrucción en su niñez, pero llegaron a adult os con un
sustrato virtualmente no cristiano a comenzar un camino de fe. Hay otros cuyo camino es un nuevo comienzo después de haber
permanecido años lejos del cristianismo porque en la adolescencia abandonaron su religión infantil". Cfr. PETER BALL, “La
conversión en las iglesias de Europa”, en CONFERENCIA EUROPEA DE CATECUMENADO, Los comienzos de la fe. Pastoral
Catecumenal en Europa Hoy, p.17.Para conocer el "estado espiritual" de los que llaman a la Iglesia para iniciar un camino de fe,
ver: HENRI BOURGEOIS, Los que vuelven a la fe, Ed, Mensajero, Bilbao 1995.
268
Nota introductoria del RICA en la edición italiana: "Como es verdad que este libro más que un rito contiene un complejo
de reflexiones teológicas, de indicaciones pastorales y acciones litúrgicas que pueden ser de gran estímulo para la renovación
pastoral en acto en nuestras Iglesias". "Pretende precisamente hacer emerger la exigencia de una acción pastoral que conduzc a al
descubrimiento y a la conciencia progresiva y personal de la propia fe, mediante una catequesis permanente o itinerario de tipo
catecumenal". "Tenemos a disposición un ORDO con valor de forma típica para la formación cristiana". Cfr. Rito dell´iniciazione
Cristiana degli adulti, CEI (Roma, 1978), nnº 1-399 (comprende la Introducción a la iniciación cristiana de adultos, nnº 1-67, el
Rito completo de la iniciación, nn. 68-239, las fórmulas rituales alternativas, nnº 240-269 y los Textos a elegir para la celebración
de la iniciación cristiana de adultos, nnº 370-399). Cfr. el artículo de D. MOSSO, Il Rica nella Chiesa italiana: RL 66 (1979), pp.
417-424.
269
Cfr. COMISIÓN EPISCOPAL ESPAÑOLA DE LITURGIA: Ritual de la Iniciación Cristiana de adultos, Madrid 1976.Ver
también P- LLABRÉS, Celebración del neocatecumenado a partir del RICA: Phase 20 (1980), p. 296
Los Praenotanda del RICA, junto con el Cap. Iº, representan el camino
de iniciación de los adultos al Bautismo. El Cap. IVº es un camino concreto de
iniciación a la Confirmación y Eucaristía de los adultos que, bautizados en la
infancia, no recibieron ninguna catequesis. Pero también se puede aplicar a
casos semejantes (nº 295): aquí tendrían cabida los diversos casos enunciados
por EN y CT de cristianos alejados, no practicantes, indiferentes.... La variedad
de situaciones entre los adultos bautizados -afirma D. Borobio- es muy grande,
y pueden distinguirse las siguientes:
"- Unos sólo recibieron el Bautismo, pero no la Confirmación ni la
primera Eucaristía.
- Otros recibieron el Bautismo y la Confirmación, o el Bautismo y la
primera Eucaristía.
- Otros recibieron los tres sacramentos de iniciación, pero ninguna
formación catequética.
- Otros recibieron una cierta catequesis en al escuela o parroquia pero
luego han venido a perder la fe, a caer en la indiferencia...
- La mayoría de estos bautizados han vivido como alejados, indiferentes o
increyentes"270.
Para ellos, lo mismo que para los catecúmenos, el Cap. IVº prevé una
preparación en el tiempo y una institución pastoral con una oportuna disciplina
(nº 296). Este Capítulo IVº, a diferencia de los otros, no es un Ritual, pues no
hace sino presentar una serie de orientaciones pastorales y litúrgicas, en
continua referencia implícita o explícita al Cap. Iº271.
272
Cfr. Mons. BUGNINI, La Riforma Liturgica, p. 579, Nota 26. El mismo Bugnini presenta la historia de estas "riflessioni".
Esta misma opinión la expresan L. DE LA TORRE y SARTORE, "También, el documento de la Sgda. Congregación para el Culto
Divino, arriba citado, había salido a la luz para responder a las preocupaciones que en algunos pastores de almas había suscitado la
metodología pastoral de estas Comunidades Neocatecumenales”, en Considerazioni pastorali sui capitoli IV..., p. 481.
273
Cfr. Considerazioni pastorali sui cap. IV..., p. 475.
con la comunidad de los fieles y la participación en algunos ritos litúrgicos"
(RICA, nº 296).
274
En las Riflessioni, se señalan los siguientes ritos: "1. Rito de la aceptación de la comunidad; 2. Liturgia de la palabra; 3.
Las entregas (traditio Symboli, Orationis dominicae et Evangeliorum) ; 4. Celebración penitencial (oraciones especiales,
bendiciones con imposición de las manos; 5. Sacramento del la Penitencia; 6. Eucaristia" (pp. 275 -278).
275
Se señalan lo siguientes: "a) El rito del effetha; b) La unción; c) La vestidura blanca" (pp. 275-276). Tanto en las Riflessioni
como en el comentario de G. PASQUALETTI se pone de manifiesto que el Bautismo es irrepetible: "Ante todo debe estar siempre
claro que un bautizado, aunque negligente en la vida cristiana y en la fe, no puede ser considerado al mismo nivel que un
bautizado...". Cfr. Commento, p. 279.
la comunidad, como las que están destinadas de modo especial a los
catecúmenos". Aparte de ello se pueden utilizar los "ritos propios del
Catecumenado que correspondan a las condiciones y a la utilidad espiritual de
estos adultos, como las entregas del Símbolo, de la Oración del Señor e incluso
de los Evangelios" (nº 302).
276
En las "Riflessini", la Sgda. Congregación para el Culto Divino invita a contemplar el Sacramento de la Penitencia desde su
fundamento bautismal: "La Iglesia antigua con San Agustín ha concebido el Sacramento de la Penitencia como un segundo
Bautismo. Por lo cual, una vez cumplido el recorrido catequético sobre la base del camino catecumenal, el Sacramento de la
Penitencia puede tener el puesto del Bautismo” (p. 277). G. PASQUALETTI considera "muy oportuna la indicación de la
Congregación para el Culto Divino de presentar el Sacramento de la Reconciliación como un segundo Bautismo”". Ibid., p. 282.
277
"El Bautismo no se repite, pero se renueva continuamente con la profesión de la fe, con la pa rticipación en los sacramentos
y con una vida santa". Ibid., p. 282.
bautismales: el tiempo de preparación se debe santificar con acciones litúrgicas
(nº 300), deben tener lugar celebraciones de la Palabra (nº 301) y usarse algunos
ritos propios del Catecumenado, que respondan a su condición y situación
específica (nº 302).Al tratarse de bautizados, evidentemente los ritos y acciones
litúrgicas no pueden tener el sentido estrictamente catecumenal de preparación
al Bautismo. Son más bien una explicitación a fin de contribuir a una mayor
consciencia y desarrollo de sus riquezas espirituales 278.
278
En el estudio que se hizo en el Secretariado Diocesano de Catequesis de Madrid se afirma que "muchos millones de
hombres que hoy se llaman cristianos fueron bautizados al poco de nacer, pero nunca llegaron a tomar conciencia de los
compromisos que comporta su fe... Esto hace que en el llamado mundo cristiano, y más en concreto en España, sean mayoría los
bautizados que tienen un fe sociológica, una fe difícil de definir, pero que ciertamente es muy distinta de la fe evangélica. Para estos
hombres y mujeres el Bautismo no pasó de ser un rito exterior vacío de significado. La fe bautismal recibida en el sacramento quedó
sin desarrollarse. Y es preciso desarrollarla. ¿Cómo?. Nosotros pensamos que por medio del Catecumenado. Un Catecumenado que
conduciría al hombre no a una reiteración del Bautismo, sino a una aceptación personal y consciente de su ser cristiano". Cfr . De la
cristiandad a la comunidad, Ed, Paulinas, Madrid 1978, pp. 22-23.
279
Cfr. Para comprender el Catecumenado, p. 30. Para verificar las dificultades concretas que en el campo de la
pastoral se encuentran, ver J. GALIANA, El neocatecumenado parroquial, Instituto Diocesano de Pastoral, Alicante
1978.
280
Cfr. Cómo evangelizar hoy a los cristianos, p. 118. Para este teólogo "el capítulo IV del RICA se presenta como una
propuesta básica de notable importancia para volver a cimentar la existencia cristiana de los bautizados, para la recuperació n de los
alejados y la renovación de nuestras comunidades con la perspectiva de una nueva evangelización, en los umbrales del tercer
milenio" (ib.,).
del mundo, que atraiga a los cristianos lejanos, los acoja y los acompañe en su
camino de reencuentro con la Iglesia y con su ser cristiano, discierna su
comportamiento y los ayude en su decisión definitiva por Cristo y la Iglesia,
celebre con ellos este acontecimiento, y sea el lugar donde ellos puedan ejercitar
sus ministerios y carismas. Sin este lugar catecumenal concreto, local y vivo,
no habría reiniciación"281.En realidad serán estos tipos de comunidades las que
devolverán a la Iglesia su imagen iniciática desde el principio de la iniciación y
no sólo en las fase finales de la recepción de los sacramentos282.
Los Tiempos y los Grados son los elementos que conforman pues la
estructura del modelo de iniciación del RICA. Son los diversos pasos que el
iniciado tiene que dar para atravesar las diversas puertas o subir los escalones de
este camino, que llamamos iniciación 286. Cada grado conduce a un tiempo, más
o menos prolongado de discernimiento y madurez, que prepara el grado
siguiente287. Los Tiempos podrían ser definidos como un espacio pastoral más o
menos largo en el cual los candidatos buscan los caminos de la fe y crecen en
ella correspondiendo a algunas iniciativas pastorales. Los tiempos son llamados
también Etapas porque son espacios de tiempo entre unos objetivos y otros del
camino de la fe y los sacramentos.
285
Para él, estos elementos, que forman como una reja metodológica, se integran en una especie de "tejido eclesial". Un
"unicum" en el que confluyen las nuevas experiencias comunitarias dirigidas a vivificar la realidad de los Sacramentos de la
iniciación cristiana en sus tres "momenti-vita": el antes, el durante y el después celebrativo. Cfr. Struttura e Linee-Forza dall´analisi
alla sintesi..., p. 434.
286
"...mediante los cuales el catecúmeno ha de avanzar, atravesando puertas, por así decirlo, o subiendo escalones". Cfr.
RICA, nº 6.
287
"Los grados, por tanto, introducen a las etapas de instrucción y maduración, o por ellas son prepar ados". Cfr. RICA, nº 7.
288
Cfr. SC, nº 64. La gradualidad de la formación catecumenal, recordada por el Concilio, ha sido establecida claramente por
la Iglesia en el RICA:
"Restáurese el Catecumenado de adultos, distribuido en varias etapas (pluribus gradibus)" SC, nº 64.
"Los catecúmenos y neófitos han de ser gradualmente (graditim) educados para que conozcan y vivan la vida
cristiana" (PO, nº 6).
289
En rigor los grados, de carácter celebrativo y puntual, son los "pasos" o "puertas" que dan acceso a las diversas etapas. En
el Catecumenado oficial de la Iglesia hay cuatro etapas y, entre ellas, tres grados. Cfr. RICA, nnº 6 y 7. Para BERAUDY en los
"umbrales" o grados se articula toda la estructura del RICA. En los tres "umbrales" se cierra el ciclo de no cristiano a cristiano, en
Le nouveau Rituel du Baptême des Adultes, p. 130.
momentos condensados de la iniciación (nº 6). Son la condensación de todo el
tiempo, que pasó, con celebraciones especiales, que le dan una densidad de
vivencia. Es un implícito reconocimiento de que en ciertos momentos es
necesario cristalizar la experiencia de la conversión y celebrarla con expresiones
rituales. Son ciertos períodos de cambio más cualitativo, que requieren apoyo de
la Iglesia y una mayor actividad ritual. Se pueden denominar también a los
Grados pasajes señalados por celebraciones -al pasar de un tiempo al otro- de
manera que se manifieste más claramente el camino que va recorriendo el
candidato, que entra más decidida y proféticamente en la Iglesia.
El paso de los siete grados del Ordo "Per Gradus" del ´62 al concepto de
tiempos y grados del RICA pasó por una serie de vicisitudes. Al principio se
abandonó el concepto de Grado y se pasó al de Stationes293 reduciendo los siete
grados a cuatro "stationes" y añadiendo las catequesis mistagógicas. Después, se
volvió al concepto de "Grados", pero complementándolo con el de "Tiempos".
He aquí como relata J.A. Vela este interesante "iter":
290
El Ordo per Gradus fue publicado en AAS 54 (1962), pp. 315-338. El pasar del "uno tractu" del Ritual Romano, vigente
hasta ese año, fue mérito del "Ordo per Gradus", aunque sin dar el paso todavía de las etapas sucesivas en el tiempo. Los sie te
grados se basan en el "Ordo Romanus XI". Cfr. C. FLORISTÁN, El Ritual de la iniciación cristiana de adultos: Phase 16 (1976), p.
290.
291
Este segundo grado concentra las tres series de exorcismos mayores que se conservan "substancialmente, pero se acortan y
se injertan de nuevo". Con todo, los exorcismos pierden su forma "imprecativa" y se convierten en "deprecativos". Se les añaden las
entregas del Símbolo de la fe y del Padre Nuestro. Pero, antes de la elección y después del grado "ad catechumenos faciendos" , se
añaden los exorcismos "menores": "Pero entre estos dos grados se injerta uno intermedio, que consiste en los ritos que acompañan la
catequesis, a saber los exorcismos menores y bendiciones". Cfr. B. FISCHER, De initiatione Christiana Adultorum: Notitiae 3
(1967), p. 56.
292
"Tres, pues, son los grados, pasos o puertas, que han de marcar los momentos culminantes o nucleares de la iniciación.
Estos tres grados se marcan o sellan con tres ritos litúrgicos: el primero, por el rito de Entrada en el catecumenado: el seg undo, por
la Elección y el tercero, por la celebración de los Sacramentos". Cfr. RICA, nº 6.
293
En una de las Relaciones preparatorias al RICA se les llama también "stationes" para conformarse más a la imagen de
camino. Así lo piensa L. DELLA TORRE, Significato teologico-pastorale dell´OICA: RPL n. 5 (1973), p. 14. Cfr. "Relatio A 65",
5.
1o. (mente general) y 2o. (restauración del rito) en su secuencia de
ritos corresponderá al itinerario espiritual de los candidatos, como
fue pedido por el Concilio en el artículo 64 de la Constitución
sobre la restauración del Catecumenado (ib., 5-6).
La Relación distingue cinco estaciones:
* El Rito para hacer el catecúmeno.
* Celebraciones de la Palabra de Dios con exorcismos menores y
bendiciones.
* La Elección o inscripción del nombre y los escrutinios.
* Los Ritos inmediatamente preparatorios, los tres sacramentos de
la iniciación y los ritos inmediatamente posteriores.
* Las catequesis mistagógicas.
En la Relatio 0 65 (Schemata 112/ De Rituali, 2), el término
se desdobla en dos: gradus y tempora. Se expresa así la
razón de ese cambio: Habiendo atacado algunos de vosotros la
Terminología, que hablaba de diversas ´estaciones`, la hemos
mudado, de manera que de ahora en adelante distingamos entre
´grados`y ´tiempos`. Bajo el nombre de grados se entienden: el Rito
para hacer el catecúmeno, la elección, los escrutinios y las
tradiciones, los inmediatamente preparatorios. Bajo el nombre de
tiempos el del catecumenado y la mistagogia" (ib., 4)
Cfr. lo que sobre esta Relatio escribe B. Fischer en De
iniatione...58-59.
Es este segundo trabajo -la Relatio 0 65- ligeramente mejorado,
después de la Reunión con el Consilium, el que se envía para ser
experimentado por los diversos centros catecumenales del mundo.
Pero existe una novedad importante: se reconoce por primera vez el
tempus evangelizationis antes del grado ad catechumenum
faciendum. Son dos momenta principaliora en el spirituale iter del
catecúmeno: Primeramente cuando el que quiere ser cristiano pasa
por su movimiento de conversión, con una fe inicial en Cristo,
entonces es propiamente cuando se hace y es llamado catecúmeno.
En segundo lugar, cuando con una fe avanzada y madura, acaba su
largo y extendido camino de conversión, entonces es cuando
propiamente se hace y es llamado fiel.
Tenemos, así, el tiempo de la Evangelización que acaba con el
grado para hacer el catecúmeno: Primero,lo que antecede a la
entrada del Catecumenado y se llama ´evangelización` (De Sacra
Liturgia, art. 9; Dec. Ad Gentes, 13). Lo segundo, el tiempo que
pasa entre su entrada y la recepción de los sacramentos y es el
´Catecumenado` (De Sacra Liturgia, art. 64; Dec. Ad Gentes, 14).
Este es el tiempo ´para hacer el fiel`. Se termina con el tiempo de la
Mistagogia: lo tercero es lo que sigue a los sacramentos y se llama
Mistagogia (Dec. Ad. Gentes, 14).
Cfr. Esquema 344/ De Rituali, 35, del 21 Junio 1969, viene después
de los años de experimentación:
* El grado tercero de Scrutinia et Traditiones se separa de la
Elección, para formar un tiempo aparte: el de Purificationis et
Illuminationis. La razón es que los Scrutinia et Traditiones no es un
momento concentrado -lo que sería esencial para formar un grado -
sino que abarca toda la cuaresma.
* Desaparece la palabra Evangelización y se sustituye por
Precatecumenado. En los nn. 5-7 se habla de la actividad de
Evangelización, propia de este tiempo.
Por primera vez aparecen los Praenotanda del OICA. En el
Esquema 352/De Rituali, 36, del 29 Septiembre 1969, se explica
que ya en las reuniones de Tréveris (1964) y de Colonia (1965) se
había iniciado la redacción de los Praenotanda, pero que se quería
esperar a la realización de los experimentos y a que saliesen los
Praenotanda Generalia del Rito de Bautismo de niños. (Cfr. ib., 1).
Todavía hubo tres reuniones en el verano de ese mismo año.
Por fin se adaptan a los Praenotandos del Rito de Bautismo de
niños y especialmente al texto del Rito de adultos corregido por
nuestro Grupo después de los experimentos (ib., 2).
El nuevo boceto, que formará ya definitivamente la estructura del
OICA, recupera el tiempo del Precatecumenado, antes del grado ad
catechumenum faciendum. Queda, así, la estructura compuesta por
cuatro tiempos y tres grados. Schemata 352/De Rituali, 36.
Este Esquema se llevó a la reunión XII del Consilium, para la
aprobación definitiva. Diez días después, la votación fue
ampliamente positiva.
Cfr. A. BUGNINI, La Riforma Litúrgica...574.
Los Documentos, citados por mí en esta nota, pertenecen al archivo
personal del P. Ligier, Secretario del Coetus 22"294.
El acceso, a través de esta larga nota del trabajo de J.A. Vela, a la historia
de la génesis de la estructura final de la Iniciación Cristiana de adultos en sus
cuatro tiempos y tres grados tal y como aparecen en el RICA, nos pone delante
la complejidad y las sucesivas maduraciones que el texto del Ritual fue
adoptando en un continuo y permanente diálogo con lo que las experiencias en
los centros catecumenales iban aportando. Este hecho me parece importante
destacarlo, porque cuando nos adentremos ahora a descifrar el alcance y el
contenido de cada una de los tiempos y de los grados del camino catecumenal
294
Cfr. o. cit., p. 127 (Nota 121).
del RICA nos vamos a encontrar con que en él tenemos los ritos de la Iniciación
Cristiana de Adultos pero faltan las catequesis que ayudan a preparar esos ritos,
no las encontramos en el Ritual, de ahí la importancia de los praenotanda, que
en expresión de C. Rocchetta295 pueden ser calificados de verdadero "documento
de teología litúrgica".
A) TIEMPOS
295
"Su importancia es igual, si no mayor, a la del mismo Ritual, ya que es lo que explica y determina el significado del propio
catecumenado y de cada uno de sus ritos...el conjunto de los praenotanda puede calificarse como un documento de teología
litúrgica dentro de un libro litúrgico cuyo conocimiento es indispensable para poder valorar y utilizar adecuadamente el prop io rito y
las potencialidades sobrentendidas en él". Cfr. o. cit., p. 51.
296
Cfr. Entre otras señalo las siguientes: M. DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 35-199; J.A VELA, Reiniciación
Cristiana..., pp. 132-149; C. ROCHETTA, Cómo evangelizar hoy a los cristianos, pp. 61-75; C. FLORISTÁN, Para comprender el
Catecumenado, pp. 126-159; DIONISIO BOROBIO, Iniciación cristiana, pp. 213-235 y Catecumenado para la evangelización, pp.
9-29; CARMELO GÓMEZ, La propuesta catecumenal en el RICA, pp. 28-152.
esbozando una cierta forma de realización y de organización 297, que llega a
adquirir rango oficial como tiempo integrante de la Iniciación Cristiana298.
Aunque es un hecho claro ya desde la Iglesia de los primeros siglos 299, es una
novedad del RICA el que se haya dado rango de tiempo oficial y el que se haya
resaltado su importancia. Es más, se puede afirmar que en el RICA se configura
algún tipo de itinerario para el Precatecumenado300.
297
Cfr. RICA, Observaciones previas, nnº 9-13. Hablan los prenotandos de una ceremonia de acceso, de una explanación de
los evangelios a cargo de catequistas, diáconos, sacerdotes y seglares y de la posibilidad de encuentros de los simpatizantes con las
familias y grupos cristianos. Cfr. P.A. LIÉGE, “Critères pour l´admission au catéchuménat”, en F. COUDREAU (ed.) Problèmes de
catéchuménat (Paris) pp. 221-228.
298
"Aunque la evangelización ha sido una constante en la Iglesia, sólo en el RICA alcanza este grado de tiempo oficial de la
iniciación". Cfr. J.A. VELA, o. cit., p. 183.
299
M. DUJARIER hace un estudio de este primer estadio precatecumenal en la Iglesia de los siglos II y III en Le Parrainage
des Adultes..., pp. 181-188; 263-267; 313-317. A esta acción precatecumenal se refiere AG 11: "Es necesario que la Iglesia esté
presente en estos grupos humanos por medio de sus hijos, que viven entre ellos o a ellos son enviados. Porque todos los crist ianos,
dondequiera que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de su vida y el testimonio de su palabra el hombre nu evo del
que se revistieron por el bautismo, y la virtud del Espíritu Santo, por quien han sido fortalecidos en la Confirmación, de ta l forma
que todos los demás, al contemplar sus buenas obras, glorifiquen al Padre y perciban con mayor plenitud el sentido genuino de la
vida humana y el vínculo d la unión de los hombres".
300
B. FISHER piensa que es una de las novedades del RICA el que señale para los "simpatizantes" el camino específico del
PRECATECUMENADO. Se recomienda algún acto externo para la entrada, acompañado de la oración, y al final puede venir algún
rito auxiliar como el de imponer el crucifijo. Para G.M MEDICA en el RICA "existe pues la posibilidad de admitir a un cierto
itinerario de precatecumenado también de los simples simpatizantes, que muestran propensión por la fe cristiana, aún sin creer
plenamente", en Catechesi permanente a itinerario catecumenale: Catechesi n. 7 (1974) p. 56. Para una ampliación de esta
etapa, ver: A.M. NEBREDA, Le precatéchuménat et le catéchuménat. Le manuel du catéchisme pour les catéchumènes: Lumen
Vitae 17 (1962), pp. 765-767; R. ZAGNOLI, Evangelizzazione e sacramenti: il problema del precatecumenato: Vía Verità e Vita
22 (1973) n. 41, pp. 31-39.
301
Cfr. RICA, Observaciones previas, nº 50,1. Antes de dar el paso para entrar en el Catecumenado se pide el tiempo oportuno
para concebir la fe y conversión inicial. Para A. AUBRY "esta fe es definida como una fe inicial (nnº 10 y 68), es la fe de los
´rudes`de San Agustín (cf. de catechizandis rudibus) fruto de la primera evangelización (el Kerigma de los exégetas), que conduce
a cambiar de vida, y se traduce a la vez por rupturas (por ejemplo, con el pecado, poco a poco identificado) y por la atracci ón hacia
el Evangelio (nº 10). Antes que madure y que se concluya esta primera etapa por la Entrada en el Catecumenado ("ritus ad
catechumenum faciendum”), mucha paciencia será necesaria, será preciso saber esperar (nº 69) y si la prudencia invita a no
proceder al rito no se desanima pero se aprovechará el intervalo para purificar el proceso (Ibid, nº 16). Uno de los signos que
permite pasar más allá es la aparición de un cierto sentido de la Iglesia (nnº 68 y 15)". Cfr. Le projet pastoral du rituel de l´initiation
des adultes, p. 181.
302
Cfr. Iniciación Cristiana de Adultos, p. 30.
303
El modo de hacerlo queda a la iniciativa de las Conferencias Episcopales, tanto en lo concerniente a la evangelización como
en la realización de la recepción de los simpatizantes. La importancia que tiene ese acto de acogida por p arte de la comunidad, no
deja lugar a dudas, por el hecho, de que los prenotandos del Ritual ofrecen pautas para hacer un cierto ceremonial de acogida que
exprese a los nuevos simpatizantes que de alguna manera ya han empezado el camino hacia la unión en l a fe con Jesucristo,
arropados por una comunidad de cristianos que quiere abrazarlos en su seno. Cfr. RICA, nº 12.
Tiempo de primer anuncio, "para que los no cristianos, dejando que el
Espíritu Santo abra su corazón, crean libremente y se conviertan al Señor y se
adhieran sinceramente a él" (nº 9) 304. Del anuncio debe surgir la primera
adhesión de fe y el primer movimiento de conversión del corazón, de la mente y
de la vida, de modo que "cada uno se sienta llamado a abandonar el pecado y a
introducirse en el misterio del amor de Dios y madure la seria voluntad de
seguir a Cristo y pedir el Bautismo" (nº 10).
304
J.A. VELA sostiene que en el RICA se pueden distinguir dos momentos de la Evangelización: una primera Evangelización
más Global en la que prima el testimonio directo de los cristianos sin que por ello tenga que haber proclamación explícita de la
palabra evangélica, y una Evangelización más específica o Pre-catecumenado para que se llegue a ser "simpatizante" y se esté
dispuesto a recibir la "primera Evangelización" y reflexionar sobre ella. Cfr. o. cit., p. 133.
305
El RICA ofrece una posibilidad ritual para este tiempo, que consiste en la celebración de los de los exorcismos menores y
de las bendiciones para el bien espiritual de los simpatizantes.
Si ahora echamos una mirada retrospectiva306a los primeros siglos de la
Iglesia encontramos algunos testimonios que permiten hablar y perfilar lo que
en el RICA se denomina como Precatecumenado, entendido como la primera
evangelización previa y distinta de la instrucción catequética. Tanto en el RICA
como en estos testimonios de la primitiva Iglesia es nítida la importancia de la
evangelización para asegurar la autenticidad del camino de la conversión. Era
un momento imprescindible para recorrer el itinerario de la fe hacia el baño
bautismal307.
310
Cfr. o. cit., p. 36. Para una profundización de la dimensión "misionera" que aporta el Catecumenado, ver: P.A. LIÉGÉ,
Antes del Catecumenado, la misión, en Evangelización y catequesis, Madrid 1968, pp. 103-110; F. COUDREAU, Le catéchuménat
dans une perspective missionnaiere: Parole et Mission n. 10 (1960) pp. 357-387.
311
Cfr. Para comprender el Catecumenado, p. 126. "La pastoral catecumenal sólo adquiere contornos definidos en las
opciones pastorales que privilegian la evangelización. Por ello, no acaba de encontrar su sitio allí donde la Iglesia mantiene con
fuerza una pastoral de cristiandad". Cfr. J.PIERRE DE MEULDER, El catecumenado, un hecho europeo, en CONFERENCIA
EUROPEA DE CATECUMENADO, Los comienzos de la fe. Pastoral Catecumenal en Europa Hoy, p. 76.
312
Cfr. Catecumenado para la evangelización, p. 5.
313
Cfr. AG, nº 14. RICA, Observaciones previas, nº 19. En el Catecumenado antiguo este tiempo era de dos o tres años
también en Oriente como en Occidente. El RICA considera que depende de la gracia de Dios o de varias circunstancias como son la
respuesta libre del mismo catecúmeno, la misma instrucción catecumenal, la ayuda de la comunidad local..."Nada se puede defin ir a
priori". Es un hecho de discernimiento local que depende especialmente del Obispo. Ibíd., nº 20. "Es evidente que la iniciación
cristiana de un adulto requiere tiempo...La pedagogía recomendada por la Iglesia al catecumenado se vacía de todo su valor si no se
respeta el tiempo indispensable en cada etapa". Cfr. JEAN-BERNARD DOUSSE, “La iniciación cristiana catecumenal”, en Los
comienzos de la fe. Pastoral catecumenal en Europa hoy, pp. 90-91.
disposiciones manifestadas en el grado previo. Es un proceso esencial para la
madurez y el crecimiento de toda la Iglesia: la Iglesia tiene que ser
"catecúmena" -afirma J.A. Vela314- antes que ser "bautizada" o "eucarística". Es
el punto central de un proceso de conversión y preparación para el Bautismo.
Sin la estructura catecumenal la Iglesia se arriesga a perder el sentido
misionero.
314
Cfr. o. cit., p. 137.
315
La descripción más completa del Catecumenado se encuentra en RICA, nº 19, que refleja lo apuntado en AG, nº 14.
316
Para C. FLORISTÁN el Catecumenado no es una escuela "sino lugar de iniciación en el que se descubre ya que la fe es
fundamentalmente experiencia. La iniciación es un proceso en el seno de una comunidad", en El Ritual de la iniciación cristiana de
adultos, p. 260. Otro experto en pastoral catecumenal como THOMAS P. EVORY sostiene que el Catecumenado es un proceso que
promueve la renovación de la comunidad cristiana local: es allí donde se da el lugar de las experiencias personales cristiana s. Este
es un punto básico. Pero hay que conceder que la mayor parte de las comunidades locales en la Iglesia universal son más un
impedimento que una ayuda. El Catecumenado puede ayudar a que la parroquia sea esta comunidad. Por otro lado debe ser toda la
comunidad parroquial la que ore por los catecúmenos, planifique la acción y forme catequistas y padrinos. Es importante que est a
comunidad forme sus propios ministerios en orden al Catecumenado: laicos, religiosos, sacerdotes, obispo -todos tienen sus roles
distintos, pero complementarios-. Según él, “el Catecumenado debe ser concebido dentro de una Planificación Pastoral más amplia:
Planificación que parte de una opción por una comunidad pobre o en situación de diáspora y se propone edificarla hasta la mad urez.
Los objetivos intermedios serían el de unificar a la gente interesada en un espíritu de diálogo y anunciarles la palabra de D ios a
través de una efectiva Catequesis. El catecumenado sería como el espacio y el tiempo para el florecimiento de una nueva I glesia”.
Es más, sostendrá más adelante que “el paradigma ofrecido por el OICA debe ser entendido en el conjunto de la renovación de l a
comunidad parroquial. Esto supone que el OICA también podrá ser aplicado al mismo tiempo a los no creyentes
y a los catecúmenos ya iniciados por el Bautismo... Ivory cree que podemos hacer del OICA uno de los mayores
intentos para la renovación de las comunidades parroquiales, que emergen del Vaticano II...", ver “The Stages of
iniciation: Il Catechumenate”, en Becoming a Catholic Christian (Sodlier-New Yor, 1981) pp. 199-217.
La actividad esencial de este tiempo del Catecumenado es la catequesis 317.
Una catequesis dirigida por los presbíteros, los diáconos y los catequistas,
"dispuesta por etapas y presentada integralmente, adaptada al año litúrgico y
basada en las celebraciones de la palabra", que sea capaz de conducir a los
catecúmenos "no sólo a un conocimiento conveniente de los dogmas y los
preceptos, sino también al íntimo conocimiento del misterio de la salvación,
cuya aplicación a sí mismos deben considerar" (nº 19, 1) 318. En el RICA, la
catequesis va a tener una estructura eminentemente catecumenal en una doble
vertiente: dogmática y moral319. De ahí, que autores como A. Triacca consideren
el RICA como un documento catequético-litúrgico de primer orden320.
317
Así lo piensa A. AUBRY: "La actividad esencial de este tiempo privilegiado es la catequesis. Todavía es preciso
comprenderlo correctamente. Esta actividad no es una enseñanza, ni una información doctrinal, moral y sacramental, es una
experiencia. Según una expresión frecuentemente repetida en los Praenotanda: experientia societatis et spiritus christianorum . A lo
largo de la cual, el convertido es iniciado a la vida social y cultural de una comunidad eclesial local” Cfr. Le projet pastoral du
Rituel de l´initiation des adultes, p. 182. Ver también, A. NOCENT, L´"Ordo initiationis christianae adultorum": lignes théologico-
liturgiques du catéchuménat, pp. 163-173.
318
Cfr. C. PALIARD, La catechesi nel catecumenato: Concilium 3 (1967), n. 2, pp. 61-66; J.M. TOTOSAUS, El contenido de
la catequesis catecumenal: Phase 11 (1971), pp. 335-347.
319
No sólo en cuanto está dividida en etapas sucesivas -Catecumenado, Iluminación, Mistagogia- sino porque cada etapa tiene
una Catequesis propia: la Catequesis en el Catecumenado es más dogmática -contenido de la fe en la historia de de la Salvación- y
moral -aplicación a la vida-; en la Etapa pre-bautismal de la Iluminación predomina la Catequesis que ayuda al discernimiento y a la
opción definitiva de fe; en la Mistagogia, la Catequesis es sacramentaria. Por fin la Catequesis en el RICA tiene otra caract erística:
la ritual. La Catequesis está entremezclada con los otros elementos de la liturgia y es celebrad a en la liturgia. En ella "la Iglesia pone
todos sus recursos de oración y de acción al servicio de quien ha de entrar en combate entre Cristo y Satanás". J. DANIELOU,
entiende por Catequesis dogmática "simplemente la transmisión del contenido esencial de la fe cristiana, con su raíz concreta en la
revelación evangélica, lo cual está muy lejos del carácter abstracto del lenguaje especulativo" (p. 63). En relación con la C atequesis
moral afirma que es la más antigua: "Muchas veces incluso la Catequesis preparatoria al Bautismo se reduce en los primeros
tiempos a la Catequesis moral". Pero, ¿cuál es su sentido?: "En un sentido muy amplio y fundamental es la que tiende a poner la
vida concreta de un hombre de acuerdo con la fe a que se adhiere. Profesar la fe d e Jesucristo quiere decir cambiar de vida. Es la
conversión. En este sentido, el aspecto moral, -es decir vital- de la Catequesis es siempre un elemento esencial" (p. 115). Para una
mayor profundización, ver J. DANIELOU/R. du CHARLAT, La catequesis en los primeros siglos, pp. 30-32.63.115.159.
320
"El RICA es también un documento catequético y litúrgico de primer orden... Una catequesis global es la que aparece
contemplada en el en el RICA que está al servicio de ayudar en el crecimiento de una persona lidad cristiana, en la que no exista
fractura o divorcio entre la vida cotidiana y la que comunmente es llamada vida de fe...” en: Structure e Linee - Forza..., p. 436.
Ver Liturgia y catequesis: Rivista Liturgica n.5, 60 (1973), pp. 591-673. También el libro de RAMÓN
DOMÍNGUEZ BALAGUER, Catequesis y liturgia en los Padres. Interpelación a la catequesis de nuestros
días, Ed, Sígueme, Salamanca 1988
321
"Esta tensión cristocéntrica de la maduración cristiana se realiza y se manifiesta plenamente en el Mi sterio Pascual (cf.
Rom 1, 4; Ef, 1, 18-21; Jn 12, 32): en la muerte y resurrección ce Cristo que en la cristificación de los catecúmenos alcanza su
culminación (cf. OICA/p, 32; I, 177, 210, 215), puesto que, comunicando el Misterio de la muerte y resurrec ción, pasando del
hombre viejo al hombre nuevo en Cristo encuentra su perfección (cf. OICA/P, 19: Ad Gentes, 13; Col 3, 5 -10; Ef 4, 20-24); Así
La maduración en la fe a lo largo de este tiempo se irá celebrando y
sellando con ritos litúrgicos especiales: El camino de catequesis y conversión
va acompañado y subrayado por ritos litúrgicos especiales previstos para este
período. "En su itinerario, los catecúmenos son ayudados, de hecho, por la
Madre Iglesia mediante ritos litúrgicos expresos, por medio de los cuales van
purificándose progresivamente y son sostenidos por la bendición divina. Para su
utilidad están dispuestas las oportunas celebraciones de la palabra de Dios" (n.
19, 3).
pues, se puede justamente decir que conformidad a Cristo se traduce en la práctica en la conformidad a su muerte y resurrección)
(cf. OICA/I, 177)". Cfr. BRUNO CARDINALI, Linee catechetico-liturgiche del Rito dell´Iniziazione cristiana degli adulti per una
valorizzazione critica della sua indole pastorale, p. 202.
322
B. FISCHER afirma, al hablar de este tiempo, que "pertenece a la catequesis que los "oyentes" se formen por medio de
instrucciones y celebraciones de la palabra, intercalados algunos ritos, a saber exorcismos menores y bendiciones", en De initiatione
christiana..., p. 64.
323
Para este autor "en lo que se refiere a las ceremonias propiamente catecumenales, el ritual abre un vasto campo de creación
litúrgica...", en Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 83-94.
especialmente tomando parte activa en las celebraciones previstas para este
período. El RICA precisa la naturaleza y contenidos de las celebraciones
rituales que deben hacerse durante el tiempo del Catecumenado. Son éstas:
324
"Lo mejor es proponer de parte de Dios a aquellos que lo buscan, la proclamación de su Palabra. Escuchándola, el
catecúmeno entra en las verdaderas perspectivas de la vida cristiana: caridad, perdón de las ofensas, sentido del pecado y de la
penitencia, práctica y gusto de la oración, significación del año litúrgico, tales son los elemen tos que la celebración de la Palabra
debe proponerle". Cfr. A. NOCENT, L´"Ordo initiationis christianae adultorum"..., p. 166. Para el profesor A. TRIACCA una de
las principales linee-forza del RICA es justamente la relevancia que adquiere la PALABRA DE DIOS: "La Palabra de Dios es el
primer componente para vivificar la preparación y el estilo celebrativo de los sacramentos de la Iniciación Cristiana...", en Struttura
e linee-forza..., p. 429.
325
"Son una creación del nuevo Ordo. Los formularios propuestos contienen una gran riqueza catequética y están redactados
en forma deprecativa y positiva". Cfr. J.A. VELA, o. cit., p. 140.
para que encuentren los padrinos que les presenten a la Iglesia el día de la
elección (nnº 104 y 43), mientras que se les recomienda a todos que participen
en las celebraciones del Catecumenado y en los ritos organizados en los
momentos fuertes del año litúrgico (nº 105).
Mirando al pasado, hay que decir, respecto del tiempo del Catecumenado,
con palabras de S. Felici que "nada de lo que propone el RICA para este tiempo
es nuevo en la tradición de la Iglesia. Tanto el espíritu que debe animar el
Catecumenado, como los elementos, acciones y ritos allí propuestos presentan
características atávicas que hunden sus raíces en la época patrística. Esta no es
sólo el recordatorio de una práctica eclesial, sino que es una privilegiada
experiencia que se ha convertido para nosotros en memoria interpelante y se
torna a su vez en profecía de una Iglesia más auténtica a través de la praxis
cristiana recuperada y adaptada, gracias al esfuerzo conciliar" 326.
326
Cfr. “Le linee fondamentali dell´itinerario cristiano”, en AA. VV., Catechesi Battesmale e Riconciliazione nei Padre del IV
secolo, Roma 1984, p. 13.
327
Cfr. Bautismo de niños y Confirmación: Problemas teológico pastorales, Madrid 1987, pp. 43-44.
328
Cfr. M. DUJARIER, Breve historia del catecumenado, p. 72.
3. Tiempo de Purificación e Iluminación
"El tercer tiempo, bastante breve, que, por norma, coincide con la
preparación cuaresmal a las solemnidades pascuales y a los
sacramentos, está dedicado a la Purificación y a la Iluminación
interior" (n.º7c).
exorcismos (cf. OICA/I, 154-157, 162-164, 169, 171, 176, 178; VI, 378s., 383, 387)". Cfr. B. CARDINALI, Linee catechetico-
liturgiche dell´O.I.C.A..., p. 197.
332
Lo esencial de este tiempo de purificación son los Escrutinios que intentan "purificar las almas y los corazones, proteger
contra las tentaciones, rectificar las intenciones y mover la voluntad, para que los catecúmenos se unan más estrechamente a Cristo
y prosigan con mayor decisión en su esfuerzo por amar a Dios" (RICA, 154). No son sino la manifestación de la acción de Dios para
que el catecúmeno entre en la dinámica de la vida en Cristo. Cfr. R. BERAUDY, Los escrutinios y los exorcismos: Concilium 22
(1967) pp. 242-244.
333
Cfr. C. FLORISTÁN, “La etapa cuaresmal”, en Para comprender el Catecumenado (con abundante bibliografía a pie de
página), pp. 141-149. También, M. DUJARIER, Breve historia del catecumenado, pp. 104-111.
334
Cfr. Breve historia del catecumenado, p. 104.
actuales de la Iglesia335, para favorecer su actualización en la vida de los
catecúmenos. Hacia el final de la Cuaresma comenzaba la catequesis dogmática,
constituida por la explicación de los artículos del Símbolo 336.
335
Las catequesis se hallan contenidas en la exposición de la historia de la salvación. Cfr. J DANIELOU-R. du CHARLAT, o.
cit., pp 236-249.
336
Cfr. AGUSTÍN, Sermón, 216, 1, en OBRAS COMPLETAS, XXIV, 186 (B.A.C., 447); CIRILO DE JERUSALEN,
Protocatequesis, 4, en A. ORTEGA Ed., PPC, Madrid 1985; CARLOS ELORRIAGA, San Cirilo de Jerusalé, Ed, DDB, Bilbao
1991.
337
Ver el libro de ANNE FIELD, De las Tinieblas a la Luz. Lo que significaba llegar a ser cristiano en la Iglesia primitiva,
Ed, DDB, Bilbao 1988. La autora intenta reconstruir las enseñanzas catequéticas de los siglos IV y V, presentando un ciclo
completo de instrucción -al modo de las antiguas catequesis- sirviéndose de las grandes catequesis cuaresmales y bautismales de la
edad patrística.
338
Veáse las diversas familias litúrgicas de administración del Bautismo y, especialmente, el problema de las uniones en las
diversas iglesias en G. KRETSCHMAR, Nouvelles recherches sur l´initiation chrétienne: LMD 132 (1977), pp. 7-32.
hallamos testimonios hasta el siglo XI en la liturgia romana, aunque desde sus
orígenes el Bautismo es llamado iluminación, por eso debió ser acompañado
espontáneamente con signos de la luz. Por fin, la celebración de la Eucaristía
que es la cumbre de la iniciación. A su salida del baptisterio son conducidos
solemnemente al lugar de la asamblea eucarística. Después de la comunión
beben una mezcla de leche y miel que significa la nueva tierra prometida, el
nuevo nacimiento y la dulzura de Cristo 339.
4. El tiempo de la mystagogia
339
Cfr. M. DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 156-164. Ver los dos artículos de J. DANIELOU: La preparación
al bautismo y El Rito bautismal publicados en el nº 72 de Phase.
Dios y la comunicación de su Espíritu: gustaron cuán suave es el Señor 340. Es de
esta experiencia, palpada en la misma vida, de donde los neófitos adquieren un
nuevo sentido de fe, de Iglesia y del mundo. La experiencia vivida desencadena
todo el tiempo de la Mystagogia.
El momento ritual más expresivo de este período está constituido por las
Misas para los neófitos o Misa de los domingos de Pascua durante las cuales
los neófitos ocupan un lugar especial entre los fieles, y las lecturas, sobre todo
en el año "A", están adaptadas a ellos de modo especial (nº 237). El RICA desea
que, en el aniversario de su Bautismo, los neófitos se vuelvan a encontrar todos
juntos (nº 238) y puedan eventualmente encontrarse también con el Obispo que
presidió su iniciación en la fe y en el misterio de la Iglesia (nº 239). El tiempo
inaugurado con los ritos sacramentales de iniciación y continuado con la
Mystagogia es el tiempo de caminar "en una vida nueva" y en el amor de Dios,
difundido con abundancia en el corazón de los nuevos bautizados, que les ha
sido dado por el Espíritu Santo (cf. Rom 5,5).
340
Los neófitos ya están iniciados a la vida sacramental, interiormente renovados por el Bautismo, confirmados por el Espíritu
y han participado ya a la Eucaristía (Cfr. RICA, nº 38). Los tres sacramentos los han puesto en relación directa con el Miste rio de la
Pascua y los han injertado plenamente en la Comunidad cristiana. Les queda el vivir y gustar plenamente esta nueva situación, que
tiene su fuente y su concentración en la celebración eucarística. De ahí que las Misas de los neófitos -junto con la comunidad- son
de gran importancia (Cfr. RICA, nº 40). Las misas por los neófitos son llamadas "lugar principal de la Mystagogia". En estas misas
"se reservan sitios especiales para los neófitos entre los fieles" (RICA, nº 236). Para una ampliación, ver, C. FLORISTÁN, El
Ritual de la iniciación..., p. 263; y A. AUBRY, Le projet pastorale..., p. 184.
pascual y se termina con una celebración especial el domingo de Pentecostés (nº
237).
341
Cfr. M. DUJARIER, “El Neofitado en los orígenes de la Iglesia”, en Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 189-199.
342
Todo el Artículo del Decreto AG es una descripción de esta culminación magnifica del camino de educación de la fe,
descritos en los Artículos I y II.
B) GRADOS
"Tres, pues, son los grados, pasos o puertas, que han de marcar los
momentos culminantes o nucleares de la iniciación. Estos tres
grados se marcan o sellan con tres ritos litúrgicos: el primero por el
rito de Entrada en el Catecumenado; el segundo, por la Elección y
el tercero, por la celebración de los Sacramentos" (nº 6).
El RICA nos dice que éste es el primer encuentro oficial entre la Iglesia y
el convertido (nº 14). El candidato manifiesta su deseo de seguir a Cristo.
Manifiesta que quiere no solamente proseguir su descubrimiento de Jesús, sino
también conformar su vida al Evangelio y por tanto cesar en las prácticas
paganas. En cuanto la Iglesia, en su misión apostólica, acoge litúrgicamente al
nuevo convertido. Lo hace entrar en el Pueblo de Dios y, por ello mismo, pone
en marcha su santificación.
343
"Su fe inicial versará sobre el núcleo de la doctrina cristiana, es decir, esencialmente: ¿crees en el Dios único, vivo y
verdadero?, ¿en Cristo Salvador, enviado por el Padre? y ¿en la Iglesia como lugar de nuestro encuentro con Cristo?". Cfr.
Iniciación cristiana de Adultos, p. 45.
344
Los autores llaman la atención a menudo acerca de la importancia de este momento: “Para la Iglesia es esencial el acoger
las nuevas o viejas culturas y las mentalidades secularizadas y preñadas de increencia del hombre de nuestros días. Este tipo
de acogida es una misión original de nuestra Iglesia. El crear espacios de acogida es tan importante como evangelizar”. Cfr.
J. A. VELA, Reiniciación cristiana..., p. 136; “La acogida es decisiva. A veces, del primer contacto que el eventual
catecúmeno tiene con un miembro de la comunidad depende el rumbo de vida cristiana”. Cfr. C. FLORISTÁN, Para
comprender el catecumenado, p. 130. Ver más detenidamente: M. DUJARIER, “La estructura de la entrada en el
catecumenado”, en La Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 46-66.
- la celebración de la palabra de Dios que concluye generalmente con la
entrega del Evangelio, la oración por los catecúmenos y su despedida (nnº 91-
96); a ésta puede seguir la celebración de la Eucaristía para los fieles, después
de que los catecúmenos se hayan ido (nnº 72 y 97).
2. El Rito de la Elección
345
Sobre todo con ORÍGENES, Contra Celso, III,51 (SCr, 136, pp. 121-123) e HIPÓLITO, La Tradición apostólica, 15 y 16
(SCr, 11 bis, pp. 69-74).
346
Cfr. o. cit., p. 47.
347
Hipólito de Roma (s. III) en su "Tradición Apostólica" distingue dos momentos en el cuadro catecumenal: la entrada en el
Catecumenado y la admisión al Bautismo. Por esta admisión los catecúmenos son "elegidos" para oír el Evangelio y prepararse p ara
llegar hasta la liturgia bautismal. ¿Han vivido honestamente? ¿Han honrado las viudas? ¿Han visitado los enfermos? ¿Han hecho
buenas obras? En este caso entenderán el Evangelio. Para un acercamiento a otros Padres, ver M. DUJARIER, Le
Parrainage..., pp. 190-193; 203; 279; 230-235; 321-322.
momento de el llamamiento decisivo 348 y para que se celebre con verdad
presupone que la Iglesia haya discernido a aquellos catecúmenos que, por sus
buenas disposiciones, son juzgados capaces de participar en la iniciación
sacramental (nº 22).
348
"Esta etapa del llamamiento decisivo es la que, hasta el presente, ha sido la menos trabajada" (p. 113); "Tal y como lo
propone el ritual, el llamamiento decisivo no nos parece estar suficientemente puesto de relieve como llamada gratuita de Dio s" (p.
112). Cfr. La Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 95-114.
liturgia de la palabra y la homilía del celebrante (nnº 142-143) e implica cinco
momentos esenciales:
Así quedaría gráficamente expresado este segundo grado (ver tabla 9ª).
Celebración del Bautismo. El rito bautismal está preparado, junto con las
letanías de los santos, la bendición del agua y la profesión de fe y tiene su
momento culminante en el rito de la ablución, unido a la invocación de la
Trinidad (nº 28). Con la bendición del agua se recuerda la continuación de las
"Maravillas de la salvación", que tienen su pleno cumplimiento en el misterio
pascual, que se despliega en el candidato, mediante el poder del Espíritu
operante en el Bautismo (nnº 29 y 210). Con los ritos de la renuncia y de la
profesión de fe "los bautizandos expresan con fe consciente el mismo misterio
pascual, que ha sido vuelto a evocar en la bendición del agua y que después será
brevemente proclamado por el celebrante con las palabras del Bautismo. Los
adultos, de hecho, no se salvan si no quieren acoger el don de Dios con fe,
acercándose espontáneamente a éste. La fe, de la que reciben el sacramento, no
es sólo de la Iglesia sino también suya personal y ellos están destinados a
hacerla rica en frutos" (nnº 30 y 211). El rito del Bautismo, tanto si es por
inmersión como por infusión, expresa realizándola la participación en el
misterio pascual de Cristo, el nuevo nacimiento y la incorporación del candidato
al pueblo de Dios (nnº 31-32). Los ritos postbautismales significan la nueva
condición de los bautizados y su vocación a caminar como hijos de la luz (nº 33;
nnº 213-226 para cada una de las partes del rito bautismal).
Celebración de la Confirmación. La celebración de la Confirmación está
estrechamente ligada a la celebración del Bautismo; "este lazo significa la
unidad del misterio pascual, la estrecha relación entre la misión del Hijo y la
efusión del Espíritu Santo y la unidad de los sacramentos con que el Hijo y el
Espíritu vienen junto con el Padre a habitar en los bautizados" (n. 34). Por ello,
inmediatamente después de los ritos complementarios del Bautismo, eliminando
la unción postbautismal, se confiere la Confirmación (nnº 35 y 227-231).
Si echamos una mirada a la historia descubrimos que para los Padres "el
momento donde se pasa del estado de no iniciado al de iniciado se encuentra en
la celebración -de ordinario, la Vigilia Pascual- donde se recibe el Bautismo, el
don del Espíritu, y donde se accede por primera vez a la mesa del Señor"352. Los
sacramentos son, pues, el momento decisivo por el que los catecúmenos son
iniciados a la vida cristiana. Bien es verdad que se daba gran importancia a la
institución catecumenal, pues no todos podían ser admitidos al Bautismo al
requerir éste de la fe y de la conversión verdaderas y verificadas. "Todo
esfuerzo realizado anteriormente a través de las instrucciones, escrutinios y
demás requisitos era considerado justamente como una preparación para el
instante supremo del Bautismo"353.
Cabe notar que hay una gran similitud con nuestro actual rito de los
sacramentos desarrollado en la triada sacramental, como también hay gran
parecido con el rito del Bautismo, que es el que presenta mayor complejidad
ritual354. Todos estos ritos, en la antigüedad patrística formaban una única
352
Cfr. P.M.GY, La notion chrétienne d´initiatión: en LMD 132 (1977), p. 53. En este trabajo, el autor hace un estudio acerca
de la noción cristiana de iniciación en los Padres, y llega a la conclusión, de que el Catecumenado se entendía como tiempo de
preparación para la iniciación por los sacramentos y los ritos anejos.
353
Cfr. S. MOVILLA, Del catecumenado a la comunidad, p. 30.
354
Cfr. HIPÓLITO, La Tradición apostólica, 21 (SCr, 11 bis, pp. 81-95). Hipólito ofrece una descripción detallada de todo el
desarrollo ritual. Con algunas variedades, se asimila mucho a nuestro ritual. Para una mayor profundización en un estudio
"comparado" entre el RICA y la praxis patrística, ver, M. DUJARIER, La Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 153-183; y
CARMELO GÓMEZ, La propuesta catecumenal en el RICA, pp. 143-151.
acción ritual llamada Bautismo, que contaba con el don del Espíritu y abría la
puerta al banquete eucarístico. En nuestro Ritual, claramente, se articula la
acción litúrgica en los tres sacramentos bien distinguidos -aunque
complementarios-, pero juntos forman una unidad mayor, el gran sacramento de
la Iniciación Cristiana o, lo que es lo mismo, el único Bautismo en Cristo que se
desarrolla en el agua, en el Espíritu y en la mesa de comunión.
355
La Iniciación Cristiana es considerada como un sacramento "en tres etapas sacramentales" -sostiene A. NOCENT-: "Se
comprenderá también que se debe desear, en el futuro, la edición de un libro único que tenga por título La iniciación cristiana. En él
estarían reunidos el ritual de la iniciación de los adultos, su preparación y sus tres sacramentos; es decir, el ritual del c atecumenado,
el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la mistagogia.. Aquí no se trata solamente de un problema de edición, de una
racionalización tipográfica y ceremonial. Sin duda, sólo el ritual para los adultos merece el título Iniciación cristiana, puesto que,
hoy en día, en la liturgia latina, los niños no reciben los tres sacramentos de la iniciación uno a continuación del otro. Si n embargo,
el libro se presentaría como un ideal, realizado solamente para los adultos", en La reforma litúrgica. Una relectura, Ed, EGA,
Bilbao 1993, p. 58.
356
Cfr. D. BOROBIO, Proyecto de Iniciación Cristiana, p. 119.
357
Cfr. A. NOCENT, Lignes théologico-liturgiques du catéchumenat, p. 173.
instrucción y de maduración, hay grados o etapas, mediante los cuales han de
avanzar, atravesando puertas, por así decirlo, o subiendo escalones" (nnº 4-7).
Son precisamente estos Tiempos y Grados los que constituyen la estructura del
Modelo de iniciación del RICA. Cada grado conduce a un tiempo, más o menos
prolongado de discernimiento y madurez, que prepara el grado siguiente. Esto
es lo que hemos venido analizando hasta el momento.
celebración de este sacramento, ésta se ha convertido en un acto único que integra de manera muy abreviada las etapas previas a la
iniciación cristiana. Por su naturaleza misma, el Bautismo de niños exige un catecumenado postbautismal. No se trata sólo de la
necesidad de una instrucción posterior al Bautismo, sino del desarrollo necesario de la gracia bautismal en el crecimiento de la
persona...".
361
Cfr. Breve comentario para la sala de prensa vaticana a la carta del Santo Padre sobre el Camino neocatecumenal, en E.
PASOTTI (ed.), El Camino Neocatecumenal según Pablo VI y Juan Pablo II, pp. 21-23. Con motivo de la "Carta de
Reconomiento del Camino Neocatecumenal" del Papa JUAN PABLO II (30 de Agosto de 1990), KIKO ARGÜELLO mantendrá
que "la gran novedad de esta Carta del santo padre es que reconoce en el neocatecumenado una iniciación cristiana para adulto s de
tipo catecumenal y ofrece, de este modo, a la diócesis un instrumento concreto de evangelización sin transformarlo en una orden
religiosa, en una asociación particular o un movimiento" (Ib., p. 22). Esta Carta apareció publicada en Ecclesia Núm. 2.508 ( 29 de
diciembre 1990) acompañada de un estudio de Mons. RICARDO BLÁZQUEZ: "La Carta del Papa sobre las Comunidades
Neocatecumenales", pp. 34-38 .
362
Cfr. Comunidades neocatecumenales. Un camino de iniciación cristiana (1984), pp. 603-641. Cuatro años más tarde este
mismo artículo fue editado en forma de libro: Las comunidades neocatecumenales, (1988). Del mismo autor: “Un camino de
iniciación cristiana”, en Iniciación Cristiana y nueva evangelización, pp. 338-402; también Catecumenado en la Iglesia (1998).
363
Cfr. Iniciación Cristiana y nueva evangelización, p. 377.
364
La naturaleza y la realización del Camino Neocatecumenal viene así definida en el Estatuto como un “itinerario de
formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos de hoy” (SCN, art 1&1), y como “una modalidad de
realización diocesana de la iniciación cristiana y de la educación permanente de la fe, según las indicaciones del Concilio
Vaticano II y del Magisterio de la Iglesia” (SCN, art. 1&2). El Neocatecumenado es uno de los ´bienes espirituales` del CN
(SCN, art. 1&3) que se ofrece a los obispos como “un instrumento para el redescubrimiento de la iniciación cristiana de los
adultos bautizados” (SCN, art. 5&1).
365
Tras haber vivido y recorrido el itinerario neocatecumenal, el párroco salmantino ANDRÉS FUENTES, hace una detallada
explicación del mismo: El Neocatecumenado: Un camino de iniciación cristiana, Ed, DDB, Bilbao 1996.
a la historia de la Iglesia, a la praxis catecumenal de los primeros siglos; c) una
percepción que detecto en la sensibilidad eclesial de estas tres últimas décadas
(1964-2004) que viene acentuando la necesidad de que los mismos cristianos
sean evangelizados; d) con la relectura que nuestros Obispos hacen del RICA en
los documentos de naturaleza catequética anteriormente señalados; y e) una
verificación en la redacción estatutaria del Camino Neocatecumenal.
A) ETAPAS
Ya hemos visto que en el RICA los tiempos pueden ser llamados también
etapas porque son espacios de tiempo entre unos objetivos y otros del camino
de la fe y los sacramentos366, y los grados pueden ser denominados pasos367,
porque introducen a los tiempos de instrucción y maduración, o por ellos son
preparados. Por otra parte ya he puesto de manifiesto que la configuración
estructural de un itinerario catecumenal para adultos bautizados es
pastoralmente viable a la luz de las reflexiones hechas por G. Pasqualetti donde
se fundamenta que las celebraciones del itinerario catecumenal completo, con
sus cuatro tiempos y los tres ritos de paso, pueden perfectamente hacerse con
los adultos bautizados "igual que para los catecúmenos, la preparación de estos
adultos exige tiempo prolongado", de modo que la fe que recibieron en el
Bautismo crezca hasta la madurez cristiana y se enraíce profundamente, "su
vida cristiana debe reforzarse con una preparación oportuna, una catequesis
adaptada, las relaciones con la comunidad de los fieles y la participación en
algunos ritos litúrgicos" (nº 296).
366
Al estudiar la estructura del camino catecumenal del RICA he optado por la terminología que preferentemente emplea el
Ritual, Tiempos y Grados. En el Neocatecumenado, se emplea de modo más usual los términos de Etapas y Pasos que son
equivalentes a los del RICA: Tiempos = Etapas; Grados = Pasos.
367
"Tres, pues, son los grados, pasos o puertas, que han de marcar los momentos culminantes o nucleares de l a iniciación...".
Cfr. RICA, Observaciones previas, nº 6c.
368
"No se trata de que la catequesis con bautizados reproduzca, miméticamente, el proceso catecumenal del no bautizado, ya
que su condición difiere de la condición de los catecúmenos (RICA, nº 295). La inspiración de fondo y el carácter gradual de su
formación deben sin embargo, mantenerse". Cfr. COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS, Catequesis de
adultos, nº 199.
experiencias recogidas en las comunidades pioneras" 369, también del intento
creativo de adaptación del RICA en las distintas etapas y pasos del
Neocatecumenado370.
369
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 61. En el Estatuto del CN, los ´elementos fundamentales del
Neocatecumenado`vienen desarrollados en los arts. 19-21.
370
Según Mons. RICARDO BLÁZQUEZ: "El camino está jalonado de etapas, de escrutinios, de pasos, de exorcismos, de
ritos...que no son un montaje artificial" ( Ibid., p. 66).
371
"Este camino postbautismal es semejante a aquel que en la Iglesia primitiva precedía al bautismo, pero adaptado a su
situación de bautizados. Aunque las Comunidades Neocatecumenales no señalan cuál es el modelo catecumenal concreto -de entre
los existentes en la Iglesia antigua- al que quieren asemejar su Neocatecumenado, algunos historiadores de la catequesis estiman que
su modelo es el de Hipólito de Roma (comienzos del siglo III), si bien es cierto que éste sólo duraba tres años". Cfr.
SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS DE MADRID, Comunidades plurales en la Iglesia, Ed, Paulinas, Madrid
1981, p. 55. La configuración definitiva del Neocatecumenado ha recibido la influencia de otros modelos catequéticos de la
primitiva Iglesia que a lo largo de los siguientes apartados iré mencionando .
372
"Este camino es un Catecumenado. Podéis hacer este gráfico del catecumenado. El Bautismo se representa por un
descendimiento de siete peldaños que descienden a una piscina. En el bautismo el cadáver del hombre viejo queda sepultado dentro
del agua, que significa la muerte. De la misma forma que Jesús ha entrado en la muerte y ha sido sacado de ella por Dios como
hombre nuevo resucitado, tú entrando y saliendo del agua mueres y resucitas, realizándose en tí la Muerte y Resurrección de
Jesucristo resucitado, el hombre que ha nacido del Espíritu Santo. El Catecumenado es este descendimiento hasta las aguas del
Bautismo. Es un camino de conversión. Cfr. KIKO ARGÜELLO, Orientaciones a los Equipos de catequistas para la Fase de
conversión (Catequesis dadas a los equipos de catequistas de Madrid en los Dominicos del Rosario de la calle Conde de Peñalver
40, durante los meses de febrero, marzo y abril de 1972) (Por manuscrito), p. 8. [Citaremos este documento a partir de este
momento así: Orientaciones...,].
373
"Bajar los peldaños de la fuente bautismal (recuérdese cómo eran los baptisterios primitivos) es el símbolo de una
conversión, de una Kénosis, de un descenso a la auténtica realidad del hombre. Bajando encuentra el hombre su verdad". Cfr. Las
Comunidades Neocatecumenales, p. 30.
baptisterios374 tenían peldaños de bajada hasta la piscina bautismal. El
catecúmeno bajando estos peldaños expresaba su renuncia al hombre viejo,
muriendo a todos los pecados, se despojaba de la vestidura vieja, era bautizado,
sepultado en la muerte de Cristo y renacía a una vida nueva 375.
1. Etapa kerigmática
Los Obispos por tanto, son los que abren el Neocatecumenado en las
respectivas diócesis (SCN, art. 26) 377, contando siempre con el hecho de que
374
El baptisterio de la Iglesia de San José en Nazaret tiene 7 peldaños. También el de la Iglesia de Éfeso.
375
Esta comprensión bautismal está íntimamente ligada a la naturaleza del Catecumenado en su ´entrañamiento parroquial`,
y así aparece reflejado en SCN, art. 6&1: “El Neocatecumenado, en cuanto itinerario de redescubrimiento de la iniciación
cristiana, se realiza normalmente en la parroquia, ´ámbito ordinario donde se nace y se crece en la fe`, lugar privilegiado
donde la Iglesia, madre y maestra, engendra en la fuente bautismal a los hijos de Dios y les ´gesta` a la vida nueva”.
376
Para G. ZEVINI “el Neocatecumeando consta de las catequesis iniciales y del itinerario neocatecumenal, articulado según
las tres fases de la iniciación cristiana: precatecumenado, catecumenado y elección, divididas en etapas, jalonadas por pasos
marcados por algunas celebraciones”. Para el desarrollo del Neocatecumenado ver: “Etapas del Neocatecumenado”, en La
iniciación cristiana de adultos en las Comunidades Neocatecumenales: CONCILIUM nº 142 (febrero 1979) pp. 240-248. Del
mismo autor, aunque sólo se encuentra en la versión original italiana, ´Neocatecumenato`, en Nuovo Dizionario de Spiritualità (ed.
St de FIORES-T. GOFFI), Roma, 1979 (2ª Ed.), pp. 1056-1073 (con bibliografía italiana muy completa) (Artículo éste injustificada
e incomprensiblemente suprimido en la traducción española). Ver también Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, Las Comunidades
Neocatecumenales, pp. 59-86; y A. FUENTES, El Neocatecumenado. Un camino de iniciación cristiana, pp. 57-120.
377
Esta vinculación del Neocatecumenado con el ministerio episcopal es inequívoca. Al interior de las CNC se tiene muy
claro que "el Obispo, en calidad de maestro de la fe (cf. CT, nº 63), es el primer catequista de los adultos. Está llamado a ejercer
dicha tarea con la peculiar incidencia de su carisma y testimonio. Se interesará, por tanto, en primera persona, del plan dio cesano de
la catequesis de adultos, se informará de su desarrollo mediante encuentros con los responsables y con los mismos catequistas a los
que considerará entre sus principales colaboradores, seguirá con atención premurosa y cordial la formación de los catequistas de
adultos. Por la responsabilidad que le corresponde, el Obispo atenderá con fraterna caridad a las diversas formas de catequesis de
adultos de origen no diocesano". Cfr. COINCAT, La catequesis de adultos en la comunidad cristiana. Algunas líneas y
algunos de sus párrocos estén dispuestos a iniciar esta experiencia (SCN, arts.
9&1 y 27). Ellos son los que dan el consentimiento y la aprobación al equipo de
catequistas que ponen en marcha el Neocatecumenado en las parroquias de sus
diócesis en un servicio de comunión que estará siempre bajo la observancia y
tutela episcopal (SCN, arts. 8&4 y 27-28)378. Ellos son los legítimos y por tanto
verdaderos responsables del Catecumenado en sus diócesis379, y también del
Neocatecumenado. Es por otra parte un hecho contrastado que en el
Neocatecumenado, los Obispos son invitados y están presentes en todos los
pasos que jalonan este largo itinerario neocatecumenal, desde el mismo instante
en el que se inicia, es decir, en la celebración en que el Obispo hace entrega
autorizadamente de la Escritura a las personas que están dispuestas a recorrer
este proceso neocatecumenal.
Cuando un Párroco, por tanto, desea iniciar este camino toma contacto
con las parroquias en las cuales existen Comunidades Neocatecumenales, si el
Neocatecumenado ya está establecido en su Diócesis. De lo contrario, es el
Obispo el que solicita y pide que un equipo de catequistas itinerante inicie el
Neocatecumenado en su Iglesia Particular 380. Una vez puestos en contacto el
equipo de catequistas con el Párroco que desea abrir el Neocatecumenado, éstos
le informan en qué consiste este proceso con sus etapas y pasos y muestran la
importancia del ministerio pastoral del Párroco que está llamado a ser el
responsable y estar al centro del mismo. Una vez que se clarifica el horizonte
pastoral al que apunta este itinerario neocatecumenal, si el Párroco se decide a
iniciar el Neocatecumenado pide que le sean enviados catequistas, los cuales se
comprometen a iniciarlo y a guiarlo en comunión con el Párroco 381. Los
orientaciones, Ed, Edicep, Valencia 1990, nº 82. El Neocatecumenado en cuanto itinerario catequético que se desarrolla con
adultos, se ha ido extendiendo para responder a la demanda de los Obispos: "Muchos equipos de catequistas itinerantes, despué s de
una experiencia de evangelización en la propia nación, han sido llamados por el Señor para abrir el Camino en otros países de donde
nos habían llegado numerosas peticiones de los Obispos y párrocos, sobre todo a partir de 1972". Cfr. KIKO
ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, “El Camino Neocatecumenal: breve síntesis”, en E. PASOTTI, o. cit., pp. 126-127.
378
Para Mons. RICARDO BLÁZQUEZ "tanto la terquedad del carismático como la estrechez del ministro pueden
obstaculizar la relación, llamada a ser fecunda, entre la originalidad del carisma y la comunión de la Diócesis en torno al Obispo. El
Camino Neocatecumenal tiene muy claro que si el Obispo no quiere ni se abre el catecumenado en las parroquias de su Diócesis ni
una vez abierto se despliega en su itinerario (y lo mismo se diga en relación con el Párroco)". Cfr, Iniciación cristiana y nueva
Evangelización, p. 356.
379
Las atribuciones que el RICA asigna a los Obispos recoge el espíritu conciliar. No podemos olvidar que la restauración del
Catecumenado ha sido una petición expresamente solicitada por la Asamblea Conciliar: "Restáurese el Catecumenado de adultos,
dividido en distintas etapas, cuya práctica dependerá del juicio del Ordinario del lugar" (SC, nº 64); "Tienen que esforzarse también
en restablecer el Catecumenado de adultos o en hacer una adaptación más adecuada" (CD, nº 14). En concreto, se dice que "es
propio del Obispo, por sí, o por su delegado organizar, orientar y fomentar la educación pastoral de los catecúmenos y admiti r a los
candidatos a la elección y a los sacramentos..." (RICA, nº 44); y se le apuntan sus responsabilidades:"1) Establecer la institución del
Catecumenado y decidir las normas oportunas para cada necesidad; 2) Determinar, según las circunstancias, si se puede celebra r, y
cuándo, el rito de la iniciación fuera de los tiempos propios (Cfr. nº 58); 3) Dispensar por impedimentos graves de un escrutinio y,
en circunstancias extraordinarias, también de dos (Cfr. nº 240); 4) Permitir que parcial o totalmente se use el Ritual abrevi ado (Cfr
nº 240); 5) Confiar a los catequistas, que sean verdaderamente dignos y estén bien preparados, la misión de realizar los exorcismos
y las bendiciones (Cfr. nnº 44 y 47); 6) Presidir el rito de la elección y dar por válida la admisión de los elegidos o por medio de un
delegado (Cfr. nº 44)" (RICA nº 66).
380
“Al Obispo diocesano, cual responsable de la iniciación, de la formación y de la vida cristiana en la Iglesia particular,
compete autorizar la realización del Camino Neocatecumenal en la diócesis”. Cfr. SCN, art. 26,1º.
381
“El Neocatecumenado es guiado, en comunión con el Párroco y bajo su responsabilidad pastoral, por un equipo de
catequistas...”. Cfr. SCN, art. 8&4.
catequistas hablan también con todo el consejo parroquial, presentando la
necesidad de inaugurar una pastoral de evangelización a través de un
Catecumenado post-bautismal; sucesivamente tienen un encuentro con los
movimientos de la parroquia, y por último, hacen una invitación a todos los
fieles de la parroquia durante las misas del domingo y les invitan a participar en
unas catequesis que tendrán lugar dos veces a la semana, durante dos meses. El
equipo de catequistas está formado por un sacerdote, garante de la ortodoxia y
de la eclesialidad del anuncio, de un matrimonio y de un joven, constituyendo
una pequeña comunidad de evangelización 382.
382
“Dicho equipo, con las catequesis iniciales, pone en marcha un proceso de gestación en la fe en que se forman las
comunidades y vuelve periódicamente, normalmente una vez al año, para conducir los diversos pasos del itinerario
neocatecumenal y dar las indicaciones necesarias para el desarrollo de las diversas fases y etapas”. Cfr. SCN, art. 8&5.
383
Cfr. KIKO ARGÜELLO, art. cit., p. 198. En una artículo publicado en 1977, el mismo Kiko Argüello describe
sumarialmente el contenido de las catequesis de esta etapa Kerigmática: Il Neocatecumenato. Un´esperienza di evangelizzazione in
atto. Sintesi delle sue linee di fondo: Rivista di Vita Spirituale 1 (1977), pp. 85-102. Otros estudios aparecieron este mismo año: L.
DELLA TORRE, Il Neocatecumenato: Communio 32 (1977), pp. 58-68; Esperienze di catechesi neocatecumenali: SPAS 31 (1977)
pp. 37-45; Vi presentiamo il movimento neocatecumenale (Intervista a cura del C.M.D.F) en Stt. del Clero 44 y 45 (1977); G.
ZEVINI, Le comunità neocatecumenale. Una pastorale di evangelizzazione permanente, Roma 1977.
384
En las "Observaciones previas" del RICA se señala claramente el alcance que está llamado a tener el Ritual en esta fase:
"Está destinado a los adultos, que al oír el anuncio del misterio de Cristo, y bajo la acción del Espíritu Santo en sus coraz ones,
consciente y libremente buscan al Dios vivo y emprenden el camino de la fe y de la conversión. Por medio de este Ritual se les
provee de la ayuda necesaria para su preparación..." (nº 1). En el Neocatecumenado, vamos a ir viendo que la referencia al RI CA
será una constante ya desde la primera fase de su nacimiento en una Parroquia, y este recurso está legítimamente fundamentado en
el mismo Ritual: "Para significar la acción de Dios en esta obra de preparación, sería muy oportuno emplear algunos de los ri tos
propios del catecumenado, que respondan a la condición especial de estos adultos bautizados y a su provecho espiritual, como son
las entregas del Símbolo, de la Oración dominical y también de los Evangelios" (nº 302).
385
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Le comunità neocatecumenali, p. 198. "A propósito del trípode (palabra, liturgia y comunión)
recordemos cómo el Concilio Vaticano II ha seguido de forma sistematizadora estas tres dimensiones... Esta trilogía indica la s
acciones básicas a través de las cuales la Iglesia vive, se edifica y cumple su misión; y se apoya en la concepción de los Padres de la
Iglesia, según la cual Jesús es el Mesías, el Ungido, como Sacerdote, como Profeta y como Rey. La Iglesia vive de la Palabra de
Dios y de la celebración de los Sacramentos; y su forma de existencia es la comunión". Cfr. Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, Las
Comunidades Neocatecumenales, p. 64.
se afirma que “en el centro de todo el recorrido neocatecumenal hay una síntesis
de predicación kerigmática, cambio de vida moral y liturgia” (SCN, art 8&3).
386
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 93. En el RICA se dice que "en este período se hace la evangelización, o
sea se anuncia abiertamente y con decisión al Dios vivo y a Jesucristo, enviado por él a salvar a todos los hombres" (nº 9).
387
Para conocer el contenido de las catequesis iniciales que se imparten durante dos meses en la parroquia, ver SCN, arts. 9
y 10.
388
Cfr. “Breve relación sobre el Camino Neocatecumenal en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre Penitencia y
Reconciliación”, en El Camino Neocatecumenal en los discursos de Pablo VI y Juan Pablo II, Centro Neocatecumenal de Madrid
1992 (2ª Ed.), pp. 228-232. A. FUENTES desarrolla ampliamente el contenido de estas catequesis, ver: El Neocatecumenado..., pp.
60-70.
menos el de su muerte. En Cristo muerto y resucitado se nos desvela todo el
sentido y la meta de nuestra existencia. Cristo asume nuestra muerte y la
transforma en vida. La conversión es creerse esta palabra que nos pone en
camino de la obediencia a Dios"389.
389
Cfr. La espiritualidad del Camino Neocatecumenal: Vida sobrenatural (Enero-Febrero 1995), p. 85. Ver también, C.
ELORRIAGA, Bautismo y espiritualidad neocatecumenal: Revista de Espiritualidad nº 184-185 (1987) pp. 369-388.
390
Cfr. Exhortación Apostólica post-sinodal de JUAN PABLO II, La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia
hoy, Ed, B.A.C., Madrid 1984. Y la reflexión ulterior de nuestros obispos: Instrucción pastoral sobre el Sacramento de la
Penitencia, Dejaos reconciliar con Dios, Ed, Edice, Madrid. 1989. "Es un hecho acreditado en las Comunidades Neocatecumenales
que en el interior del proceso de fe y de conversión hacia el Bautismo se recupera con vigor el sacramento de la conversión, de la
penitencia. Según el testimonio de los presbíteros, la comunidades han fortalecido decisivamente la celebración del sacrament o en
sus parroquias, e incluso a veces la han rescatado del olvido...". Cfr. Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, Las Comunidades
Neocatecumenales, pp. 38-39.
391
“A este punto de la catequesis, comenzamos a ver ya los primeros milagros de la predicación: gente alejada del
sacramento de la Penitencia durante años, vuelven a confesarse con alegría, recuperan una paz que hacía muchos años que
no conocían, y sobre todo, se comienza a recuperar en algunos países el sacramento de la Reconciliación que había casi
desaparecido”. Cfr. “Breve relación sobre el Camino Neocatecumenal en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre
Penitencia y Reconciliación”, en El Camino Neocatecumenal..., p. 230. Ver también SCN, art 9,1ª.
392
"Abraham, paradigma de la fe, Palabra que llama a cada uno de nosotros a un camino: Abraham er es tú; el Éxodo,
paradigma de la liberación de la esclavitud del pecado y del camino de un pueblo en el desierto hasta el Reino de Dios: Jesús el
verdadero Israel que nos lleva al Padre". Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, pp. 93-94. La catequesis del Éxodo ha
recibido una clara influencia de ORÍGENES para quien las etapas del Catecumenado las veía perfectamente "profetizadas" en el
que en el Neocatecumenado se hace: La entrega de la Biblia en el marco de una
Celebración de la Palabra, celebración a la que se invita al Obispo o un
delegado suyo393. Esta iniciación a la Escritura, se dice en el Estatuto, “es
sellada en una celebración de la Palabra, en que los participantes reciben la
Biblia de manos del Obispo, garante de su auténtica interpretación, como signo
de que la madre Iglesia de ahora en adelante a lo largo del camino les nutrirá
semanalmente en esta mesa, fuente viva de la catequesis”(art. 9, 2ª).
Éxodo hebreo:"Y no pienses que aquellas azañas son meros hechos pasados y que nada tienen que ver contigo, que los escuchas
ahora: en ti se realiza su místico significado. En efecto, tú, que acabas de abandonar las tinieblas de la idolatría y deseas ser
instruido en la ley divina, eres como si acabaras de salir de la esclavitud de Egipto...". Cfr. Homilía 4,1: PG 12, pp. 842 -843. Ver
también: Homilías sobre el libro de los Números, 26,4 (SCr, 29, p. 501). Para una mayor ampliación y profundizar en el lugar que
ocupó la "tipología del Éxodo" en la iniciación cristiana de la Iglesia primitiva: JEAN DANIELOU, Tipología bíblica. Sus orígenes,
Ed, Paulinas, Buenos Aires 1966, pp. 201-284.
393
"Mostrando con este rito que la Escritura no se puede separar de la Iglesia". Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato,
p. 94. La presentación, la lectura y la interpretación de la Escritura en el Neocatecumenado está desde el mismo momento que se
inicia el itinerario neocatecumenal católicamente bien presentada en continuidad con la doctrina conciliar que encontramos en Dei
Verbum, nnº 7-12. Para conocer el alcance y la importancia que la Palabra de Dios tiene en el Neocatecumenado, ver, F.
VOLTAGGIO, “La Parola di Dio nelle comunità neocatecumenali”, en G. ZEVINI, “Incontro con la Bibbia. Leggere, pregare,
annunziare”, Roma 1978, pp. 187-191; P. SORCI, Hermenéutica della Parola nel Cammino Neocatecumenale: Rivista Liturgica 84
(1997), pp. 867-880.
394
Cfr. RICA, nº 18: "Los catecúmenos son alimentados por la Iglesia con la palabra de Dios y favorecidos por las ayudas
litúrgicas". Hace unos pocos años el Papa Juan Pablo II les decía a los Obispos italianos: "A pesar del gran impulso que el C oncilio
Vaticano II ha dado a los estudios bíblicos y a la pastoral bíblica en las comunidades cristianas, todavía son demasiados los fiel es
que siguen privados de un encuentro vital con las Sagradas Escrituras y no alimentan adecuadamente su fe con la riqueza de la
palabra de Dios que se halla en los textos revelados". Cfr. Discurso a la Conferencia Episcopal Italiana (22 -5-97), A Jesucristo por
la Biblia: L´Osservatore romano, 30-5-97 (en español).
Buena Noticia, porque la criatura nacerá y crecerá no como fruto de nuestros
esfuerzos, sino como obra del Espíritu Santo: la Virgen de Nazaret, imagen de
la Iglesia y del Neocatecumenado ("¿Cómo es posible?" "El Espíritu Santo
descenderá sobre ti y te cubrirá con su sombra..." "Hágase en mí según tu
palabra")395. En el Estatuto, se remarca que “el último día de la convivencia se
proclama el Sermón de la Montaña, diseño del hombre nuevo, y se presenta el
itinerario neocatecumenal como un camino de gestación, a imagen de la Santa
Virgen María” (art. 10&1).
395
"Hemos visto cómo el cristiano tiene en María la propia imagen: ella ha acogido el anuncio, ha llevado en su seno a Jesús,
lo ha dado a luz en medio de la pobreza y el rechazo. Siendo la madre de Jesús, tiene un amor maternal, lleno de ternura hac ia el
Hijo de Dios. Ese amor, esta nueva maternidad celeste y virginal, es dada en participación al cristiano, por obra del Espíritu Santo".
Cfr. KIKO ARGÜELLO, “La Virgen María y el Camino Neocatecumenal”, en CARLOS GARCÍA ANDRADE, Presencia de
María en los movimientos eclesiales contemporáneos: Ephemerides Mariologicae 36 (1986), p. 306.
396
“ Al final de la convivencia, con los que acogen la llamada a recorrer tal Catecumenado postbautismal se forma la
comunidad neocatecumenal”. Cfr. SCN, art. 10&2. Según afirma Mons. RICARDO BLÁZQUEZ "en esta convivencia se presenta
el camino neocatecumenal para que todos sepan de qué se trata, y se expone la misión de la Iglesia que es la misión del Siervo d e
Dios. El sermón del monte será para el cristiano el espejo del hombre nuevo. Con los disponibles a caminar se constituye la
comunidad, eligiéndose el responsable y corresponsables. El párroco es el presbítero de la primera comunidad de su parroquia", Las
Comunidades Neocatecumenales, p. 70. En esta misma dirección : "Un Catecumenado no se pone en marcha por decreto, como
tampoco se puede hacer que un árbol crezca a base de órdenes. El Catecumenado, como el árbol, para dar fruto requiere una tierra
debidamente preparada. Y esta tierra no es otra que la comunidad cristiana. Sin una comunidad que lo respalde, el Catecumenado
tiene pocas posibilidades de sobrevivir...". Cfr. De la cristiandad a la comunidad, p. 35; y "por comunidad cristiana entendemos la
comunidad eclesial inmediata donde el creyente nace y se educa en la fe (CC, nº 255). Es importante recordar que toda comunidad
cristiana es la realización concreta del don de la comunión que el Espíritu concede a los cristianos" (CA, nº 125). Para una
explicación más detallada de los diferentes ámbitos comunitarios en que se puede realizar la catequesis de ad ultos ver el
apartado: "La catequesis se realiza a través de diversos ámbitos comunitarios" (CC, nnº 267-282).
397
Los SS. Padres asimilan, frecuentemente, la formación catecumenal a una gestación de la Iglesia, que da a luz a sus hijos en
la pila bautismal. Por ejemplo, S. GREGORIO GRANDE dice: "Después de haber sido fecundada, concibiendo a sus hijos por el
ministerio de la predicación, la Iglesia les hace crecer en su seno con sus enseñanzas" (ML 76, p. 108). SAN AGUSTÍN, por su
parte, afirma dirigiéndose a los catecúmenos:"Aunque todavía no hayáis nacido, habéis sido ya concebidos y vais a ser alumbrados
en la fuente bautismal como en el seno de la Iglesia" (Sermones ad competentes, 56,IV,5). Para profundizar en la "catequesis de
adultos, transmisión maternal de la fe de la Iglesia", ver Catequesis de Adultos, nº 110.
398
Los arts. 7;13 y 15,1&1 del Estatuto desentrañan la realización del Neocatecumenado en pequeña comunidad. A
Mons. Iniesta "le parece legítimo suponer que no solamente la Iglesia es una comunidad, sino que en su interior debe estar
normalmente organizada como comunidad de pequeñas comunidades, donde el cristiano individual puede encontrar una expresión
concreta, cercana, cálida y adaptada a su tamaño de la gran Iglesia, y, de ese modo, no sentirse en ella c omo una masa anónima sino
como una familia de hermanos". Ver la excelente "ponencia" que pronunció en el III Encuentro Catecumenal Diocesano celebrado
en Madrid en 1979, que lleva por título: "La pequeña comunidad, hoy, como ámbito para la experiencia de fe", recopilada junto a
otros artículos en su libro Teopraxis: 2. Comunidades. Tareas urgentes. Ensayos de Teología Pastoral, Ed, Sal Terrae, Santander
1981, pp. 9 y 11.
El Neocatecumenado es presentado como un periodo de gestación en el
seno de la Iglesia: Nicodemo pregunta a Jesús: ¿Cómo puede nacer un hombre
siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar en el seno de su madre otra vez y nacer?
(Jn. 3,4). Esta frase ilustra -afirma Kiko Argüello- el espíritu de las
Comunidades Neocatecumenales: volver al seno de la Iglesia, volver a nuestra
Madre, a la Virgen, para que ésta engendre y haga crecer en nosotros la semilla
del Bautismo que llevamos dentro. Este tiempo de gestación y de crecimiento lo
llamamos Neocatecumenado"399Las dos engendran virginalmente al mismo
Cristo: María llevó en su seno a la Vida y la engendró física y virginalmente,
mientras que la Iglesia la crea en las aguas bautismales y en el anuncio de la fe
y la engendra misteriosamente por obra del Espíritu Santo".. Los Obispos
españoles con otras palabras, insisten en esta misma idea al afirmar que "en todo
proceso catequizador de un adulto se desarrolla esta acción maternal de la
Iglesia, que alimenta con su propia fe a sus hijos nacidos por el Bautismo. Es
inherente, en consecuencia, que la vinculación cordial del cristiano con la madre
Iglesia quede bien consolidada. La salud espiritual del adulto depende de ese
vinculo" (CA, nº 110)400"La Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto
maternal con el que es necesario estén animados todos los que, en la misión
apostólica de la Iglesia, cooperan a regenerar a los hombres" (LG, nº 65).. De
ahí que la Comunidad Neocatecumenal inmediata, en cuyo ámbito se va a
realizar todo la iniciación cristiana, así como los catequistas concretos que la
van a guiar a lo largo de todo el itinerario neocatecumenal, participan de manera
eminente de esa maternidad de la Iglesia401.
399
Cfr. Le Comunita´Neocatecumenali, p. 200. Según KIKO ARGÜELLO: "El cristiano es gestado por la Iglesia en un útero
celeste, en un seno divino, el Bautismo. Entendiendo por el Bautismo aquí la globalidad de la gestación cristiana: anuncio -
precatecumenado-catecumenado- elección y neofitado... fiel, cristiano". Cfr. “La Virgen María y el Camino Neocatecumenal”, en
art. cit., p. 302. "María es la figura (prototipo) de la Iglesia, ya que Cristo nace de ella, por obra del Espíritu Santo, pa ra poder seguir
naciendo y creciendo en la Iglesia. Las dos son templos vivos, sagrarios e instrumentos de manifestación del Espíritu Santo. Cfr.
NUEVO DICCIONARIO MARIOLOGÍA, Ed, Paulinas, Madrid, 1988, p. 457.Ver también estos dos estudios:
K. DELAHAYE, "Ecclesia Mater" chez les Pères de l´Eglise, Cerf, París, 1964; y M. DUJARIER, Le
catéchuménat et la maternité de l´Eglise: LMD 71 (1978), pp. 78-93.
400
METODIO DE OLIMPIA, por ejemplo, apunta a esta acción maternal de los catequistas, cuando educan en la fe a los
cristianos inmaduros:"Respecto a los que son todavía imperfectos (en la vida cristiana) , son los más maduros los que les forman y
les dan a luz en una acción maternal" (Symposium,III,8).
401
En este sentido es inherente a la misma pedagogía neocatecumenal la obediencia de los neocatecúmenos a los catequistas.
Ya hemos visto cómo en los Hechos de los Apóstoles los que acogían el Kerygma se ponían en obediencia: ¿Qué hemos de hacer
hermanos? (Hch 2,37). En el Catecumenado primitivo sucedía lo mismo. El catequista, como delegado del Obispo, daba una serie
de instrucciones a los catecúmenos. Durante un tiempo debían escuchar asiduamente la palabra de Dios, orar, ayunar, cambiar
costumbres... Pasado un tiempo, antes de recibir el Bautismo, el Obispo tenía que ver si los candidatos eran dignos. Y les
preguntaba al padrino sobre su idoneidad. Es como si le dijera: ¿Han obedecido a aquello que les mandamos?. El espíritu de
obediencia que los neocatecúmenos tienen con sus catequistas es uno de los "signos" más llamativos del Neocatecumenado. La
obediencia es un elemento fundamental del proceso bautismal y de toda la vida cristiana que en el Neocatecumenado se descubre y
se vive con radicalidad. Ver las hermosas páginas de HENRI DE LUBAC acerca de la obediencia: "El hombre de Iglesia no es sólo
obediente, sino que ama la obediencia...Ella somete nuestros pensamientos y deseos, no a los caprichos de los hombres, sino a la
obediencia de Cristo... Nunca se traiciona a ninguna causa, nunca se es infiel a otro, a sí mismo, o a Dios, cuando se obedece con
sencillez". Cfr. Meditación sobre la Iglesia, Ed, Encuentro, Madrid 1984, pp. 204-209. WALTER KASPER muestra como la
"Kenosis", la obediencia de Jesús y del cristiano es una prueba de la libertad interior, en in Fede e Storia, Brescia, 1985, p. 187.
El Neocatecumenado se va a vivir en comunidad y esta primera etapa
tiende a su constitución. Evidentemente, en estos primeros comienzos, la
comunidad tiene más rasgos de grupo neocatecumenal402 que de comunidad
cristiana ya constituida. Poco a poco a lo largo del itinerario neocatecumenal la
comunidad cristiana irá apareciendo como un don más que como una conquista
humana, la comunidad cristiana será el origen y la meta del
Neocatecumenado403. Empalma este objetivo con el señalado por nuestros
Obispos, para quienes "la finalidad de la catequesis es la educación de la fe del
creyente con vistas a iniciarle en la comunidad cristiana que construye el Reino
de Dios en el mundo. Por ello, junto a la profesión de fe, a la celebración de los
misterios y a la vivencia de los valores evangélicos, la comunidad es meta de la
catequesis y en ella desemboca. Toda la catequesis es para la comunidad y ha
de estar al servicio de su construcción" (CC, nº 287).
En los iniciadores del CN hay una conciencia muy viva, por lo que se
refiere a esta primera fase que se denomina kerigmática, de estar actualizando
en el hoy de nuestra Iglesia el modelo pastoral de la Iglesia primitiva, de las
primeras comunidades cristianas, tal y como aparece -sobre todo- en los Hechos
de los Apóstoles408: "Los primeros apóstoles, en pequeños equipos de
evangelización, -sostiene Kiko Argüello- recorrían las sinagogas anunciando la
Buena Noticia: Dios ha resucitado a su siervo Jesús, aquél del cual nosotros
hemos renegado, pidiendo gracia de un asesino; aquél que murió sin oponer
resistencia, sin resistirse al mal, amando a sus enemigos, excusándoles
(perdónales porque no saben lo que hacen); aquél que ofreció al mal que le
afligían -la tortura y la cruz- como prueba de que su amor era más grande que la
muerte y que no cesaba de amarles, aunque le quitasen la vida: Dios lo ha
resucitado de la muerte y hoy El está vivo, para perdonar éste y cualquier otro
delito"409. El anuncio del acontecimiento de Jesucristo es en las primeras
comunidades cristianas el anuncio de la salvación y el perdón de los pecados en
su resurrección tras el paso por la muerte. El anuncio de la resurrección de
Cristo como victoria sobre la muerte implica que el pecado del hombre ha sido
destruido y por la obra del Espíritu Santo ha aparecido una posibilidad de vida
nueva (el hombre nuevo: cf. toda la espiritualidad bautismal que refleja Rom
6,3-11). Esta es palabra que ha de anunciarla Iglesia: “En el Kerygma, que, con
406
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 90. Para Mons. RICARDO BLÁZQUEZ "la Comunidad Neocatecumenal
es una realización local de la iglesia infra e intraparroquial. La eclesialidad constitutiva de la condición cristiana pasa por la
comunidad, que crece en el ámbito parroquial que está a su vez en comunión con el obispo de la diócesis. En este punto es
claramente perceptible la perspectiva conciliar. Sin el Vaticano II no habría sido pensable el Camino Neocatecumenal como
comunidad de comunidades". Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 43.
407
Cfr. El Neocatecumenado, pp. 50-51. En el Estatuto se subraya con claridad la ´parroquialidad` del Neocatecumenado, ver
arts. 6; 8&4;9&1; 10&3; 16&2. Ver, JESÚS HIGUERAS, La Parroquia y el Camino Neocatecumenal. Una experiencia, Ed,
Edibesa, Madrid 1992. De mismo autor, Hacia la parroquia del Tercer Milenio, Ed, Edibesa, Madrid 2000.
408
Cfr. RAMÓN TREVIJANO, Orígenes del Cristianismo. El trasfondo judío del cristianismo primitivo. Publicaciones
Universidad Pontificia de Salamanca 1995; RAYMOND E.BROWN, Las Iglesias que los apóstoles nos dejaron, Ed, DDB, Bilbao
1986. Ver el excelente trabajo de G. LOHFINK, La Iglesia que Jesús quería. Dimensión comunitaria de la fe cristiana, Ed, DDB,
Bilbao 1998 (3ª edición).
409
Cfr. Il Neocatecumenato, pp. 84-85. En 1983, cuando Kiko Argüello se dirige a los Obispos en la Asamblea Sinodal sobre
la Penitencia y Reconciliación, vuelve a fundamentar la praxis del CN en el modelo pastoral de las primeras comunidades cristianas
tal y como aparece en los Hechos de los Apóstoles: "Esta predicación hecha con fuerza ponía al que escuchaba frente a un
acontecimiento: Jesús es el Señor, sólo en El tenemos salvación, El ha sido resucitado de la muerte, ha vencido la muerte, para que
podamos tener acceso a una vida nueva, a la Vida eterna. Los que sentían tocado el corazón por la acción del Espíritu Santo q ue
acompañaba a los apóstoles en su misión, y preguntaban: ¿Qué tenemos que hacer? San Pedro respondía Convertíos y que cada uno
de vosotros se haga bautizar en el Nombre de Jesús para el perdón de todos sus pecados, y recibiréis el don del Espíritu Sant o
prometido (Act. 2, 38)". Cfr. “Breve relación sobre el Camino Neocatecumenal en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre
Penitencia y Reconciliación", en El Camino Neocatecumenal en los discursos de Pablo VI y Juan Pablo II, p. 228.
este u otro término, predicó la Iglesia desde su comienzo -en la práctica,
Kerygma significa tanto el hecho del anuncio, sentido primario de la expresión
como su contenido-, reside la fuerza y el sentido de la misión de la Iglesia.
Cuando las Comunidades Neocatecumenales señalan la importancia del Id por
todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación (cf. Mc 16,15),
tienen conciencia de estar realizando, de acuerdo con el mandato de Jesús, lo
que siempre fue razón de ser de la Iglesia)"410.
413
Cfr. Il Neocatecumenato, pp. 87-88.
414
El trabajo que venían desarrollando las CNC va a encontrar su confirmación y respaldo en unas palabras pronunciadas por
el Papa Pablo VI en la Audiencia General del 7 de julio de 1976: "Todo el trabajo realizado en los siglos que nos precedieron , no
nos exime de la colaboración con el divino constructor, por el contrario nos llama, no sólo a u fiel cometido de conservación, y no
de pasivo tradicionalismo, ni de rechazo hostil de la perenne renovación de la vida humana; sino que nos llama a comenzar de
nuevo, recordando, sí, siendo custodios celosos de lo que la historia auténtica de la Iglesia ha acumulado para ésta y para futuras
generaciones, pero conscientes de que el edificio, hasta el último día del tiempo, reclama trabajo nuevo, reclama construcció n
fatigosa, fresca, genial, como si la Iglesia, el divino edificio, tuviera hoy que comenzar su aventuroso desafío a las alturas d el cielo".
Cfr. PABLO VI, La fede è la base per costruire la Chiesa: L´Osservatore romano (15-7-1976). Para el Párroco JESÚS HIGUERAS
FERNÁNDEZ "las Comunidades Neocatecumenales arrancan de la base de que, si en los primeros tiempos el Catecumenado tenía
como misión hacer la Iglesia, hoy tiene como misión reconstruir la Iglesia y, para ello, hay que comenzar por redescubrir, renovar y
revitalizar el Bautismo". Cfr. La Parroquia y el Camino Neocatecumenal, p. 54.
415
Cfr. “Breve relación sobre el CN en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre Penitencia y Reconciliación", p. 230.
416
En la praxis iniciatoria del Neocatecumneado por lo que se refiere a esta etapa hay una clara sintonía con el espíritu del
Ritual: "El primer tiempo, o etapa, por parte del candidato exige investigación, y por parte de la Iglesia se dedica a la eva ngelización
reclamar la decisiva y determinante relación entre Kerygma y Catecumenado,
para él "esta relación es uno de los aspectos centrales para comprender el
Catecumenado"417. Tras analizar la situación social y eclesial del momento
actual considera necesaria y urgente una "evangelización kerigmática" 418 que
tenga como objetivos prioritarios la conversión primera y la fe.
Posiblemente nos encontramos aquí con una de las garantías más sólidas
del CN. Los catequistas que abren el Neocatecumenado en una parroquia, son
testigos de lo que anuncian, porque lo han experimentado y lo están viviendo en
su historia y en sus comunidades; y al mismo tiempo, se convierten en testigos
referenciales421 para los que inician el itinerario neocatecumenal (SCN, arts.
8&5; 28,3ª). El hecho de que el itinerario explicitador del Neocatecumenado ya
esté experimentado y vivido en todas sus etapas es una garantía de que el
y Precatecumenado y acaba con el ingreso en el grado de los catecúmenos" (nº 7). Pero previo a este ingreso en el Catecumenado,
en el RICA se acentúa el carácter evangelizador del tiempo precedente al que denomina Precatecumenado: "De la evangelización,
llevada a cabo con el auxilio de Dios, brotan la fe y la conversión inicial, con las que cada uno se siente arrancar del pecado e
inclinado al misterio del amor divino. A esta evangelización se dedica íntegramente el tiempo del Precatecumenado, para que
madure la verdadera voluntad de seguir a Cristo y de pedir el Bautismo" (nº 10).
417
Cfr. Catecumenado para la evangelización, p. 46.
418
Ver las páginas 49-57 dedicadas a fundamentar la "Necesaria evangelización kerigmática" y las pp. 57-65 en las que
analiza "La evangelización kerigmática exigencia del Catecumenado". Para un acceso a lo que significa la evangelización y la
catequesis kerigmática que tuvo su punto culminante en el periodo 1950-1970, ver el estudio de E. ALBERICH, art.´ Precatequesis`,
en Diccionario de catequética, Madrid, Ed, CCS, 1987. Para conocer como se plantea hoy esta etapa fundamental dentro de la
misión evangelizadora de la Iglesia, ver J. GEVAERT, El fatigoso descubrimiento del problema de la primera evangelización, en
Primera evangelización, Ed, CCS, Madrid 1992, pp. 20-68.
419
Cfr. Iniciación Cristiana de Adultos, p. 30. "La entrada en el Catecumenado no se hace en el acto. Es necesario ante todo un
cierto tiempo de formación y de prueba, podríamos decir de postulantado. El postulante no será agregado al número de los
catecúmenos sino después de haber acogido el kerigma". IDEM., Breve historia del catecumenado, pp. 67-68.
420
Cfr. C. FLORISTÁN, Para comprender el Catecumenado, pp. 164-165. El Neocatecumenado abierto en una parroquia que
se vive en régimen de pequeñas comunidades es "la parroquia misma en proceso de conversión, de revitalización. La parroquia que
se renueva por sí misma y siendo ella misma, sin etiquetas. Las CNC no son una asociación piadosa, un movimiento apostólico, una
élite de espiritualidad o una iglesia paralela de la parroquia. Se trata de grupos de personas que quieren vivir plenamente los frutos
del Bautismo y del cristianismo, a través de un catecumenado dividido en varias etapas e integrado plenamente en la parroquia ".
Cfr. JESÚS HIGUERAS, o. cit., p. 71.
421
"El padrinazgo no sólo es tarea personal, sino función comunitaria cristiana con una gran preocupación apadrinante. A la
comunidad cristiana corresponde la educación de los catecúmenos a través del ejercicio de su maternidad espiritual en su triple
función de despertar, acoger y sostener la fe de los candidatos". Cfr. C. FLORISTÁN, o. cit., p. 171.
camino iniciado irá conduciendo lentamente a los neocatecúmenos a la madurez
de la fe. "Durante este tiempo catequético -dice Kiko Argüello- recorremos las
diferentes etapas de nuestro Bautismo, poniendo delante de nosotros las
realidades que tenemos ya dentro, para que, mediante la adhesión libre a la
gracia del Bautismo, ésta pueda crecer y desarrollarse" 422.
422
Cfr. “Breve relación sobre el Camino Neocatecumenal en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre Penitencia y
Reconciliación", p. 231.
423
Cfr. L´Ordo initiationis christianae adultorum: lignes teologico-liturgiques du catéchuménat, pp. 165-166.
424
Cfr. Proyecto de iniciación cristiana, p. 261.
425
Aunque en el nº 302 del RICA, hablando de la pedagogía catecumenal con adultos bautizados se dice "Para significar la
acción de Dios en esta obra de preparación sería muy oportuno emplear algunos de los ritos propios del catecumenado, que
respondan a la condición especial de estos adultos y a su provecho espiritual", y se señala en concreto la entrega de los Evangelios.
convertido"426. El descubrimiento de la celebración de la Palabra de Dios es uno
de los tesoros de la Iglesia que el Neocatecumenado ha recuperado con
creatividad, y ya desde el mismo comienzo del itinerario neocatecumenal (SCN,
art. 11)427.
426
Cfr. Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 65-66.
427
En estos términos expresaban los hermanos de la primera Comunidad Neocatecumenal nacida en la Parroquia de San Felipe
Neri en Munich (Alemania) al término de esta etapa kerigmática: "Ahora escuchamos la Palabra de Dios, juntamente con el
presbítero, en la parroquia, en una liturgia de la Palabra el martes por la tarde... Con este camino ha empezado para nosotro s un
verdadero Catecumenado, una escucha y respuesta de la Palabra de Dios, en contacto con la vida...Nuestra relación con la Iglesia se
ha empezado a transformar de la siguiente manera: se ha disminuido el afán de eficacia de la Iglesia constitucional; hay más
hermanos prontos a asumir tareas en la parroquia, como servicio a la Iglesia; estamos contentos y agradecidos de haber encontrado
un camino en el seno de la Iglesia local (la parroquia) y finalmente por haber recibido la esperada y deseada formación inten siva en
la fe". Cfr. KIKO ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, Convivencia de los párrocos de las Comunidades Neocatecumenales
con vistas al Sínodo sobre "La Catequesis en nuestro tiempo", Roma, 10-13 enero 1977 (por manuscrito): "Algunas experiencias
tipo por cada fase del Camino (pp. 27-63). Citaremos en adelante este documento así: Convivencia de párrocos.
428
Cfr. La celebración, lugar de la educación de la fe: Phase 118 (1980) p. 273. La presentación que Mons. Coffy hace en este
artículo acerca de la liturgia cristiana como el lugar en el que el libro se convierte en palabra y donde la celebración se transforma en
el mejor ámbito para la educación de la fe expresa de modo admirable el "espíritu" y la "atmósfera" celebrativa que las litur gias de
la Palabra tienen en el Neocatecumenado, y que encuentra en la Constitución Sacrosanctum Concilium su fundamentación doctrinal:
1. La constitución conciliar sobre liturgia habla expresamente, en el capítulo sobre la Eucaristía, de "la liturgia de la pal abra" y
subraya que ésta constituye con la liturgia eucarística un "solo acto de culto" (nº 56); 2. "Él (Cristo) está presente en la palabra,
pues es él quien habla cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras" (nº. 7); 3. "En la liturgia, Dios habla a su pue blo; Cristo
anuncia el Evangelio" (nº 33). Para el Concilio, la Escrituras son otro "Sagrario de Cristo": "La Iglesia siempre ha venerado la
Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo" (DV, nº 21). Sobre los distintos accesos hermenéuticos a la Escri tura:
literal, alegórico, analógico y moral, véase: H. DE LUBAC, Esegesi medievale, Scritura ed Eucaristia (volumen 18), Opera Omnia.
Milano, 1988, pp. 301-315. Y ver también las consideraciones que hace C.H. DODD a una lectura puramente literal de la Escritura,
sin tomar en cuenta el sentido simbólico, en La Biblia y el hombre de hoy, Madrid. 1973, pp. 31-32.
429
En los nnº 18, 19, 37... del RICA, se habla de la importancia de la Palabra de Dios, para guiar a los catecúmenos hacia la
comprensión y vivencia de los misterios cristianos. Cfr. PEDRO FERNÁNDEZ, La liturgia de la palabra de Dios: Teología y
Articulando todo el itinerario sobre este pilar nuclear de la Celebración de
la Palabra conecta así el Neocatecumenado con la praxis catecumenal de los
primeros siglos en los que la liturgia de la Palabra en el seno de la comunidad
cristiana era el núcleo esencial 430. No sólo era celebración litúrgica, además
servía de auténtica catequesis y de oración acompañada de ritos anejos de
imposición de manos para que el catecúmeno recibiera la ayuda de Dios en su
empeño de llevar una vida digna de Cristo. Hipólito habla con claridad de lo
que constituía la estructura fundamental del Catecumenado: "Cuando el doctor
concluye la catequesis, los catecúmenos rezarán por separado de los fieles
laicos. Las mujeres lo harán en otro lugar de la Iglesia, ya se trate de fieles o
catecúmenos. Cuando hayan terminado de orar, no se darán, sin embargo el
beso de la paz, puesto que su beso no es santo aún"431, más adelante añade:
"Cuando el doctor, después de la plegaria, imponga las manos sobre los
catecúmenos, orará y los aceptará. Aquel que enseña ya sea clérigo o laico siga
siempre esta norma"432. De este testimonio se deduce:
* Que se incluía una imposición de manos sobre ellos, que, sin duda se
trataba de un gesto de exorcismo, gestos salvíficos que acompañaban todo el
itinerario catecumenal, aunque no eran tan solemnes como el exorcismo que se
hacía justo antes de recibir el Bautismo435.
Catequesis, Núms. 37-38 (Enero-Junio 1991), pp. 72-92; JESÚS LÓPEZ, Escuchar la Palabra, objetivo catecumenal: Teología y
Catequesis 3 (1983), pp. 399-432.
430
Según DIONISIO BOROBIO, "las CNC parten de una teología Kerigmática o de hª de la salvación, que proclaman,
meditan, dialogan... a partir de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene en el CN un puesto central por los siguientes d atos: las
reuniones de la comunidad tanto para la reflexión y diálogo, cuanto para la celebración, tiene por centro la Palabra". Cfr. “La
recepción del Concilio por las Comunidades Neocatecumenales”, en o. cit.,p. 49.
431
Cfr. La Tradición apostólica, 18, (SCr,11 bis, p. 77). Aunque no se dice explícitamente que se trata de una liturgia de la
Palabra, todo parece indicar que se trataba de una auténtica celebración de la Palabra, por cuanto hay elementos propios como la
oración y el beso de la paz, y porque existía una estrecha relación entre catequesis y celebración litúrgica. A menudo la celebración
era el lugar de la educación en la fe. Ver estos estudios: R. DOMINGUEZ, Catequesis litúrgica en los padres, pp. 123-126; I.
OÑATIBIA, La catequesis litúrgica de los Padres: Phase 118 (1980), pp. 281-294; A.M. TRIACCA, Liturgia y Padres de la
Iglesia: Cuadernos Phase 48 (1993), pp. 59-77.
432
Cfr. HIPÓLITO, o. cit., 19, (SCr, 11bis, p. 77).
433
La instrucción que reciben los catecúmenos es la misma que se da a los fieles, pues era práctica co mún que los fieles se
reunieran en la Iglesia todos los días antes de ir al trabajo para escuchar la instrucción y orar en comunidad. Cfr. HIPÓLITO , La
Tradición apostólica, 30 y 41, (SCr, 11 bis, pp. 123 y 125).
434
Esta práctica también es recomendada en el RICA, ya que en el Rito de Entrada en el Catecumenado, los catecúmenos son
invitados a la mesa de la Palabra junto con la asamblea comunitaria (nº 90).
435
Veáse HIPÓLITO, La Tradición apostólica, 20, (SCr, 11 bis, pp. 79 y 81).
Claramente se percibe que todos los elementos se organizaban en torno a
la Palabra de Dios. Esta intuición patrística es retomada por el RICA, que
otorga a la celebración de la Palabra un puesto relevante y recomienda que se
organicen en torno a la liturgia de la Palabra436, tanto la catequesis como los
ritos propuestos. Esta intuición patrística la encontraremos a lo largo de todo el
itinerario neocatecumenal437, que ha conseguido hacer una síntesis muy viva
entre Palabra-Liturgia y Moral.
436
Cfr. RICA, nnº 108.110.119.128. Ver los siguientes artículos: FERNANDO IBAÑEZ, La Sagrada Escritura, fuente de la
Catequesis, pp. 282-296; y ALFONSO DE LA FUENTE, La interpretación de la Sagrada Escritura en la Catequesis: Teología y
Catequesis 3 (1983), pp. 297-308.
437
En el estudio comparativo al que somete CARMELO GÓMEZ GÁLVEZ el Neocatecumenado llega a la siguiente
conclusión: "Las Comunidades Neocatecumenales desarrollan todo su camino desde la Palabra de Dios, por eso, las celebraciones
constantes de la Palabra son más importantes que la instrucción. Antes que reflexionar sobre el mensaje, se deja que éste vaya
calando en el corazón del catecúmeno. Es fiel al primitivo Catecumenado y, la liturgia con su variedad ritual es uno de los p ilares
fundamentales, lo cual es de elogiar. La celebración de la Palabra como en S. Hipólito, es para ellos el alimento necesario en el
camino". Cfr. La propuesta catecumenal en el RICA, p. 190.
una pedagogía claramente catecumenal a los bautizados que psicológicamente
pueden ser considerados como "cuasi-catecúmenos" a las distintas etapas del
Bautismo para adherirse a la gracia recibida de una forma personal, consciente y
vital438.
Pero veamos ahora cómo es vivida y desarrollada esta segunda etapa (que
viene a durar unos dos años) en el Neocatecumenado, teniendo siempre presente
que los destinatarios en este caso son personas bautizadas pero que no han
asumido conscientemente toda la virtualidad de la gracia bautismal (SCN, art.
5&1)442. Lo hago de una forma un tanto descriptiva, pero en todo caso, intentaré
señalar las concreciones creativas, que en la praxis neocatecumenal se viven en
fidelidad con el espíritu del RICA o como expresión de la creatividad propia de
la genialidad del carisma que los iniciadores han sabido plasmar en continuidad
con la praxis catecumenal de los primeros siglos, y a la luz también de lo que
han ido experimentando y viviendo las primeras comunidades con las que se ha
ido realizando el Neocatecumenado en todas sus etapas.
442
B. FISCHER hablará de "recuperación de los alejados" que, en virtud de su Bautismo, son "nominalmente" cristianos, pero
que quieren en realidad vivir su cristianismo. Estos siguen un camino "análogo" al de los bautizados. Cfr. “Die Struktur des OICA
von 72 Wiederentdcktes und Neueingeführtes”, pp. 382-383.
443
Para una mayor profundización respecto de esta etapa ver: KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, pp. 94-96; G.
ZEVINI, Neocatecumenato, pp. 1062-1064; Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, Las comunidades neocatecumenales, pp. 70-72; C.
ELORRIAGA, Bautismo y espiritualidad neocatecumenal, pp. 378-379; A. FUENTES, El Neocatecumenado, pp. 70-77.
RICA las etapas que se señalan son de naturaleza puramente catecumenal, en el
caso del Neocatecumenado hay que entenderlas más bien como etapas de
búsqueda y de maduración "para que la fe infundida en el Bautismo pueda
crecer, llegar a la madurez y ser grabada plenamente por medio de la formación
pastoral que se les proporciona" (nº 296). De hecho lo que el Neocatecumenado
va a hacer en las celebraciones que sellan la maduración de estas etapas, será
poner delante de los precatecúmenos los primeros ritos bautismales que
recibieron siendo niños 444, para que ahora de una manera consciente y personal
puedan adherirse a la gracia bautismal ya recibida pero no plenamente
desarrollada445.
444
El Neocatecumenado, por lo que respecta al rito de Entrada al Catecumenado lo que ha hecho ha sido "jalonar" la
celebración de este rito único tal y como el RICA lo presenta, en tres celebraciones o pasos que tienen por objetivo la misma
finalidad, preparar espiritualmente al adulto bautizado a revivir los momentos pre-catecumenales del Bautismo recibido. En este
sentido, la configuración estructural del itinerario neocatecumenal es fiel al "iter ritual" de la liturgia catecumenal prevista en el
ritual del Bautismo tal y como aparecía en los rituales anteriores a la promulgación y entrada en vigor del actual (cf. COMIS IÓN
EPISCOPAL ESPAÑOLA DE LITURGIA, Ritual del Bautismo de niños, Madrid 1970). Para este análisis comparativo tengo
presente el Ritual oficial de experimentación que editaron conjuntamente la Comisión Mixta (CELAM-ESPAÑA) al finalizar el
Concilio: Ritual de los Sacramentos: Bautismo-Confirmación-Eucaristía, Ed, Litúrgica Española, Barcelona, 1966. En este Ritual,
para el Bautismo de un párvulo se señalan, dentro de la Liturgia catecumenal los siguientes pasos: A. RITOS INTRODUCTORIOS:
1º) Diálogo y catequesis. 2º) Soplo. 3º) Signación. 4º) Imposición de la mano. 5º) La sal. Y, dentro del Rito del Bautismo de adultos
por etapas se señalan las siguientes: 1ª) Entrada en el Catecumenado. 2ª) El Rito de la Sal. 3ª) Primer escrutinio. 4ª) Segundo
escrutinio. 5ª) Tercer escrutinio. 6ª) Preparaci ón inmediata. 7ª) Liturgia bautismal.
445
"Aunque el don del Bautismo es pleno por parte de Dios, sin embargo, por parte del hombre requiere respuesta y
conversión; esto es: fe personal, cuando el hombre sea capaz de ello. Lo que en los adultos es requisito previo al Bautismo, en los
niños es exigencia posterior, de tal manera que si esta exigencia no se cumple, el Bautismo queda, de alguna manera, infructu oso.
Lo que al niño le salvó en promesa no será suficiente de adulto si no se cumple esa promesa viviendo la fe de la Igles ia, en la que ha
sido bautizado. Porque quienes fueron incorporados a la Iglesia por el Bautismo recibido en la infancia están llamados a desa rrollar
la fe que se les infundió, de modo que lleguen a ser conscientes de lo que significa haber sido elegidos p ara asociarse a Cristo por el
sacramento del agua y del Espíritu". Cfr. COMISIÓN EPISCOPAL ESPAÑOLA DE LITURGIA, Ritual del Bautismo de niños,
Madrid 1970: "Notas pastorales", nnº 87-88.
446
Para un buen conocedor de la pastoral catecumenal como JEAN-BERNARD DOUSSE esta etapa del Precatecumenado
"merece una atención especial...Entre el primer descubrimiento o primera llamada interior y la opción de un proceso puede pasar un
tiempo muy largo, incluso varios años. Tiempo empleado de diversas formas, bien en una búsqueda personal a través de lecturas,
bien en contactos e intercambios con cristianos o bien en simple espera de un momento favorable". Cfr. “La iniciación cristia na
catecumenal”, en CONFERENCIA EUROPEA DE CATECUMENADO, Los comienzos de la fe. Pastoral Catecumenal en Europa
Hoy, p. 90. La praxis precatecumenal en tantos grupos parroquiales ha hecho percibir en el Neocatecumenado con bastante realismo
pastoral y catecumenal que evidentemente la iniciación cristiana de un adulto requiere tiempo. La pedagogía recomendada por la
Iglesia al Catecumenado se vacía de todo su valor si no se respeta el tiempo indispensable en cada etapa.
447
La experiencia de haber asistido al nacimiento de una comunidad como fruto de la predicación del Kerygma es tan
impactante que los miembros de las CNC comienzan a pronunciar palabras como "comunidad" y "hermanos" con un sentido
profundamente renovado: la comunidad comienza a tener rostro humano, la fraternidad será el resultado de la comunitariedad re cién
estrenada.
preparadas en grupos rotatorios por cinco o seis personas que leen la Escritura a
la luz del Espíritu tal y como se pide en Dei Verbum, nº 12: "La Escritura se ha
de leer e interpretar como el mismo Espíritu con que fue escrita: por tanto, para
descubrir el verdadero sentido del texto sagrado hay que tener muy en cuenta el
contenido y la unidad de toda la Escritura, la Tradición viva de toda la Iglesia,
la analogía de la fe..."448.
Una vez al mes, toda la comunidad vive una jornada de retiro espiritual o
"convivencia" en la cual tiene lugar una iniciación muy incipiente a la oración
de alabanza de la Iglesia a través de la Liturgia de las Horas (en este caso los
Laudes por la mañana). Al mismo tiempo esta jornada de convivencia fraternal
hace posible que la comunión entre los hermanos vaya naciendo, creciendo y
madurando al poner en común sus experiencias a la luz de la Palabra de Dios,
de la historia personal de cada uno y de los acontecimientos existenciales que
están viviendo (SCN, art. 15&2)449. Todos los hermanos se comunican lo que
Dios ha obrado en sus vidas a lo largo del mes transcurrido y confrontan el
lenguaje de la fe cristiana con la propia realidad del trabajo, la familia, la
sociedad... En este punto de la experiencia se constata que "el camino nos
enseña a descender hasta tocar la Roca, hasta conocer lo que hay en lo profundo
de nuestro corazón (cf. Dt. 8,2), enseñándonos a sumergirnos en la Cruz de
Cristo. Todo el camino será superar etapas, descender los escalones hasta llegar
a tocar el fondo de nuestro bautismo, para dejar el cadáver de nuestro hombre
viejo y poder resucitar con Cristo" 450.
448
En el Estatuto se dice que “para profundizar la Escritura ´con la inteligencia y el corazón d e la Iglesia`, los
neocatecúmenos se ayudan sobre todo de la lectura de los escritos de los Padres, de los documentos del Magisterio, en especia l del
Catecismo de la Iglesia Católica, y de obras de autores espirituales”. Cfr. SCN, art. 11&4. Las celebraciones de la Palabra son
preparadas siguiendo los temas del Vocabulario de Teología Bíblica de X. LEÓN-DUFOUR (Ed, Herder, Barcelona 1965). La
relevancia de la Palabra en todas las etapas del Neocatecumenado y en todas las catequesis de los sucesivos pasos que se recorren en
este itinerario de iniciación cristiana, la interpretación "cristocéntrica" de la Escritura (cf. DV, nnº 17,18), la insistente pre sentación
del ambiente cultural judío (DV.12) de los textos principales que introducen a las distintas etapas del Neocatecumenado, la
importancia que se concede al Antiguo Testamento y a la unidad de ambos Testamentos (DV, nnº15 -16), la constancia en apoyar las
interpretaciones de la Escritura en textos de los Santos Padres, de la Tradición y del Magisterio (DV, nº 10), la instrucción q ue
reciben los precatecúmenos y los neocatecúmenos a lo largo de todo el itinerario neocatecumenal para aprender a escrutar
personalmente toda la Escritura, el presupuesto hermeneútico que subyace a todas las celebraciones de que a través de la
proclamación de la Palabra en un contexto orante se establece un diálogo entre Dios y el hombre (DV, nº 25), y por último, la
interpretación autorizada del Magisterio representada en la figura del presbítero que preside alejan estas celebraciones de cualquier
sospecha de "fundamenta lismo"
con el que a veces se tilda a estas comunidades. El "espíritu" y la
"atmósfera litúrgica" con que se viven las celebraciones de la Palabra en el Neocatecumenado
está perfectamente sintetizado en el esclarecedor y penetrante artículo de ROBERT COFFY,
La celebración, lugar de la educación de la fe, citado anteriormente.
449
La afirmación del profesor CASIANO FLORISTÁN de que "en estas comunidades se vislumbra un cierto
antirracionalismo religioso a causa del dualismo razón-sentimiento. Parece como si la reflexión fuese un ídolo. En la comunidad no
hay discusión ni crítica de ningún tipo, ya sea de dentro o de fuera. Sólo el eco de la palabra. Al faltar el sentido crítico, se cae en el
conformismo estructural" (Cfr. Para comprender el Catecumenado, p. 103), evidentemente, solo se sostiene desde un conocimiento
distante y desde una actitud recelosa con respecto al CN. Quien ha vivido y vive la experiencia neocatecumenal sabe del realismo de
estas "convivencias", de los conflictos y tensiones que en ellas se desatan, de las alegrías y esperanzas que en ellas se com parten, del
discernimiento fraternal hecho con "franqueza" y de la iluminación de la historia personal de cada hermano a la luz de la fe.
450
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 96.
Para realizar o, mejor, facilitar la conversión, sostiene Kiko Argüello, la
comunidad se convierte en el lugar idóneo para desmantelar todas las falsas
proyecciones en las que el hombre tantas veces ha construido su vida: "La
comunidad nos ayuda, haciendo de espejo en el que se reflejan nuestra
infidelidades, nuestras impotencias para amar al hermano cuando es diferente de
nosotros, cuando se convierte en el otro, cuando el otro se hace pesado, hostil,
enemigo, cuando el otro nos destruye. Si ser cristiano significa amar "como Yo
os he amado" (es decir, hasta la muerte, sin resistirse al mal de nuestros
pecados...), al caminar durante un largo período junto a hermanos concretos
llenos de defectos, nos lleva a un repensar constante de nuestro ser cristianos, a
la conciencia de nuestra incapacidad de amar al enemigo y de la total
imposibilidad de darnos a nosotros mismos la fe..."451.
451
Cfr. Ibid., p. 95. "La vida cristiana en comunidad no se improvisa. Hay que educarla con cuidado. Como dice e l Concilio,
hay que cultivar debidamente el espíritu de comunidad (PO, nº 6). Para conseguir la vivencia comunitaria la dinámica grupal es
muy importante para la catequesis. Los adultos van descubriendo en el grupo lo que es vivir en comunidad" (CA, nº 132 ). Ver “La
catequesis de adultos, una acción realizada en la comunidad cristiana” (CA, nnº 125-132).
452
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 71. D BONHOEFFER explica la diferencia entre la comunidad ideal y la
comunidad real. Aquélla es un sueño y debe ser destruido. Esta, la comunidad real, es la verdadera, con su pecado, con sus límites,
donde Dios actúa. Véase: Vida en Comunidad, Ed, Sígueme (2ª Edición), Salamanca 1983, pp. 16-18.
Bautismo"453. De ahí, pasados unos dos años, los precatecúmenos tienen un
Primer Escrutinio de paso al Neocatecumenado en el que se reflexiona sobre las
exigencias del "dejar todo por el reino" y "llevar la cruz" para seguir a Cristo
con más radicalidad (cf. Mc 8,34). Cuando analice los Pasos en el
Neocatecumenado, me detendré en esclarecer en qué consiste y cómo se
desarrolla esta celebración de Entrada en el Neocatecumenado que recibe el
nombre de Primer Escrutinio.
Después del primer escrutinio, hay un período de otros dos años que se
llama paso al Neocatecumenado (SCN, art. 19,2ª). La comunidad sigue
viviendo el camino de conversión apoyada en el trípode Palabra-Liturgia-
Comunidad, profundizando a la vez en las diversas etapas de la historia de la
salvación: Abrahán, éxodo, desierto, alianza, tierra prometida, reino, exilio,
profetas, creación, mesías, resurrección, Iglesia, parusía... (cuatro semanas por
tema)454. Las catequesis son preparadas por pequeños grupos de la comunidad.
A través de los trabajos en grupo, las reuniones, las revisiones a la luz de la
Palabra y las celebraciones, se actualiza la acción de Dios, que se manifestó en
aquella fase de la Historia de la Salvación y que a partir de este momento
alcanza a la comunidad que se dispone a vivirla hoy. "La lectura de la Palabra es
-afirma Mons. Ricardo Blázquez- profundamente personal y eclesial, y, por el
ministerio de la Iglesia, también autorizada; la homilía del presbítero, la
predicación del Obispo y los documentos del Magisterio pastoral expresan para
la comunidad ese carácter autorizado"455.
453
Ibid., p. 96. "Cuando el hombre ha hecho la kénosis en su interior y ha visto iluminada su actitud ante la fe, normalmente
descubre que no tiene fe, que la fe, heredada no le ha servido para la búsqueda de Dios, que vive más de los criterios del mu ndo y de
la carne que de la fidelidad a la voluntad de Dios. Necesita pedir la fe. ¿Dónde encontrarla? Y se le garantiza que la fe la da la
Iglesia y a la Iglesia debe pedírsela". Cfr. ANDRÉS FUENTES, La espiritualidad del Camino Neocatecumenal, p. 88.
454
"Se comienza a estudiar la historia de la salvación, dividida en etapas (esto se hace a través de celebraciones de la Palabra y
catequesis preparadas por los mismos hermanos de la comunidad divididos en pequeños grupos que trabajan unos tres meses sobre
cada tema)”. Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato..., p. 96.
455
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, pp. 75-76. Esta es la experiencia de una Comunidad Neocatecumenal de la
Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia de Lisboa que estaba en esta etapa: "Después del Precatecumenado y después del
primer escrutinio, fue muy importante para nosotros la llamada a conversión y a descubrir el amor de Dios, que elige siempre a los
más débiles; en la historia de la salvación que hemos celebrado por etapas, hemos podido ver nuestra propia historia". Cfr. K IKO
ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, Convivencia de párrocos, p. 36.
456
Este es el primer mandamiento de la vida. El precatecúmeno está experimentando de una manera existencial que
verdaderamente la vida le viene de "escuchar" la Palabra, ha comenzado a descubrir que en "la liturgia de la Palabra no leemos un
texto, escuchamos a alguien que nos habla. No atendemos a la lectura pública de un texto venerable por su antigüedad, escucha mos
a Dios que nos habla". Cfr. Mons. ROBERT COFFY, art. cit., p. 273.Al mismo tiempo, el precatecúmeno es más consciente de que
"escuchar" no es fácil, son necesarias unas actitudes previas: la humildad, el silencio, la fe... Véase: H. URS VON BALTHASA R,
decir, el reconocimiento vital de la unicidad de Dios, es el mensurador de la
conversión efectiva 457. Al candidato al Neocatecumenado contestó el Obispo en
la celebración del Primer Escrutinio: "Si quieres alcanzar la Vida Eterna,
amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus
fuerzas y al prójimo como a ti mismo" (cf. Lc 10,27).
Pues bien, el candidato deberá probar que sólo Dios es el Señor de su vida
renunciando significativamente al dinero, puesto que el dinero es el primer
competidor de Dios en la existencia del hombre (cf. Mt 6,24)458. En el Estatuto
se dice que a los neocatecúmenos “les es dado un tiempo para que se prueben a
sí mismos en la sinceridad de su intención de seguir a Jesucristo, a la luz de su
Palabra: ´No podéis servir a Dios y al Dinero`” (SCN, art. 19,2ª).
Puntos centrales de la fe, Ed, BAC., Madrid 1985, p. 312. Es importante subrayar que al final del Catecumenado, antes del
Bautismo, el Obispo pregunta a los padrinos: "¿Han escuchado fielmente la palabra de Dios anunciada por la Iglesia?" (RICA, n º
144).
457
"La ley fundamental del cristianismo es escuchar. En la medida en que el hombre escucha, en la medida en que acoge, esta
Palabra actuará...Escucha Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno. En estas palabras está toda la vida religiosa". Cfr.
DIVO BARSOTTI, El Señor es Uno, Ed, DDB, Bilbao 1988, p. 45.
458
"Hay aquí un realismo en el Neocatecumenado que contrasta con todas las acusaciones fáciles de angelismo...Si en el
proceso del hacerse un cristiano queda intocada la relación con el dinero, es necesario reconocer que ese camino es superficial y en
el fondo irreal. A este centro se refiere el paso al catecumenado, que se recuerda en un alto en el camino llamado convivencia del
shemá". Cfr. Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, o. cit., p. 74. Este aspecto también lo subraya con bastante claridad ANDRÉS
FUENTES: "Hay que situar al catecúmeno frente al dinero como el ídolo más esclavizante que destruye el corazón del hombre. El
dinero es causa y origen de todas las perturbaciones del espíritu y hay que saber situarse ante él con el mismo espíritu de Jesucristo.
Son radicalmente incompatibles la fe en Dios y la fe en las riquezas". Cfr. La espiritualidad del Camino Neocatecumenal, p. 89.
459
En el RICA se afirma que "este tránsito (conversión) que lleva consigo un cambio progresivo de sentimientos y costumbres,
debe manifestarse con sus consecuencias sociales y desarrollarse paulatinamente durante el catecumenado" (nº 9). En esta etapa del
Neocatecumenado lo que se acentúa es la convicción de que el amor a Dios por encima de todos los ídolos debe ser concreto. En la
Iglesia primitiva, el cristianismo revolucionaba la vida familiar, profesional y social. La conversión comportaba un cambio de vida
y de religión que provocaba una ruptura con la ciudad, con el propio ambiente, con la propia familia que continuaba pagana. L a
recepción del Bautismo incidía en la vida familiar, profesional, social. "Confesarse cristiano era colocarse al margen de la buena
sociedad y en conflicto con el entorno". Cfr. A.G. HAMMAN, La vida cotidiana de los primeros cristianos, p. 218.
estos tres elementos, porque cada uno de nosotros los convierte en ídolos; ídolos
que nos esclavizan y entenebrecen nuestro espíritu, encerrándonos en
moralismos exasperantes y exigiendo formas de vida que nos oprimen y nos
llenan de sufrimientos. Descubrir y constatar, frente a estas esclavitudes, nuestra
impotencia para librarnos de nosotros mismos, así como nuestra dependencia de
los poderes y de los ídolos que tiranizan al mundo, será el cometido de esta
etapa. Jesús de Nazaret, que ha resucitado y vive hoy en su Iglesia, ha vencido
todos los demonios y quitado el poder a todos los ídolos del mundo con su
resurrección. El nos libra y nos exorciza con la fuerza de su Palabra que se hace
eficaz en su Iglesia: El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser
discípulo mío"460.
460
Cfr. Il Neocatecumenato, p. 97.
461
Así lo ponían de manifiesto los precatecúmenos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia de Lisboa en 1976
cuando estaban viviendo esta etapa del Neocatecumenado:"La maravilla que podemos testimoniar es que, pasado algún tiemp o, las
barreras que nos separaban, las diferencias de edad, mentalidad y categorías sociales, empezaban a desaparecer, y nacía entre
nosotros la koinonia". Cfr. Convivencia de párrocos, p. 36.
462
"En el segundo escrutinio se recogen cantidades sorprendentes, entregadas de forma absolutamente libre, que se destinan en
gran parte a los pobres de la parroquia. La verdad de esta renuncia, el impulso apostólico, el gozo en la precariedad que se fía de
Dios... son signos llamativos del camino neocatecumenal". Cfr. Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, o. cit., p. 76. La experiencia
profundamente liberadora en el cumplimiento de esta palabra por parte de los precatecúmenos contrasta, a veces, con la actitu d
"acomodaticia" con la que a veces se interpreta la Escritura. D. BONHOFFER comenta la poca credibilidad, entre los cristianos, a la
Palabra de Dios. Lo de "Vended los bienes", "Poned la otra mejilla", el "Mirad las aves del cielo", ect... se tiende siempre a
"interpretarlo" a nuestro modo: "Siempre encontramos lo mismo: la supresión consciente de la obediencia sencilla, de la obediencia
literal (a la Palabra)". Cfr. El precio de la gracia, Ed, Sígueme, Salamanca, 1986 (3ª Edición), pp. 45-46.
"suficientemente prolongado", desarrollado a través de una institución pastoral
definida como "formación y noviciado" (nº 19), "que se alargará cuanto sea
necesario para que madure su conversión y su fe, y, si fuere necesario, por
varios años" (nº 98). De hecho, se dice que "la prolongación del período de
Catecumenado depende de la gracia de Dios y de varias circunstancias, a saber:
de la organización de todo el Catecumenado, del número de catequistas,
diáconos y sacerdotes, de la cooperación de cada catecúmeno, de los medios
necesarios para acudir a la clase del Catecumenado y permanecer en él, y
finalmente, de la ayuda de la comunidad local. Por tanto, nada se puede definir
a priori" (nº 20).
463
Las etapas del Catecumenado bautismal son calificadas por el RICA como etapas de "búsqueda y maduración" (RICA,nnº
6 y 7). Siendo el Precatecumenado el tiempo de búsqueda, las tres etapas catecumenales restantes son etapas de maduración en la fe.
Nuestros Obispos afirman que "en nuestro contexto pastoral, en efecto, nos encontramos hoy en día con muchos adultos necesitados
de una fundamentación básica de la fe" (CC, nº 98), para estos "el catecumenado bautismal trata de fundamentar la fe..." (CC, nº
97), la necesidad de una vigorosa organización catequética de adultos entre nosotros "se justifica por la necesidad de suplir las
insuficiencias o deficiencias de la catequesis (anterior), o de completar adecuadamente, a un nivel más elevado, la que recib ieron en
la infancia, o -incluso- de enriquecerse en este campo hasta el punto de poder ayudar más seriamente a los demás. (CT, nº 45). En
otras palabras, la catequesis de adultos, tratará de fundamentar la fe cristiana, ya sea porque -en rigor- falte esa fundamentación, o
porque sea inadecuada para la edad adulta, o porque sea necesario reactualizarla" (CC, nº 100).
464
Hablando de estas tareas, el RICA muestra cómo la Iglesia desea que, durante el Catecumenado, los adultos "sean
iluminados por la fe, dirijan su corazón a Dios y se promueva su participación en el misterio litúrgico , se impulse su actividad
apostólica, y toda su vida se nutra según el espíritu de Cristo" (nº 99). Con esta palabras, el RICA vuelve, así, a recordar los "cuatro
caminos" de la formación catecumenal (nº 19). El Código de Derecho Canónico, sintetizando las dimensiones de la formación
catecumenal que el Concilio define en AG,14 indica también que la iniciación en el misterio de la salvación -finalidad de dicha
formación- se obtiene a través de cuatro tareas: "Por la enseñanza y el aprendizaje de la vida cristiana, los catecúmenos han de ser
convenientemente iniciados en el misterio de la salvación, e introducidos a la vida de la fe, de la liturgia y de la caridad del pueblo
de Dios, y del apostolado" (CIC, c. 788,2). Los Obispos españoles afirman que "una catequesis inspirada en el modelo catecumenal
es una iniciación en la realidad desbordante del misterio de Cristo, iniciación que implica una gran riqueza de dimensiones" (CC, nº
84): 1ª) Iniciación al conocimiento del misterio de Cristo (dimensión noética) (CC, nnº 85-86); 2ª) Iniciación en la vida evangélica
(dimensión axiológica) (CC, nnº 87-88); 3ª) Iniciación en la oración y en la vida litúrgica (dimensión práxica) (CC,nnº 88-89); 4ª)
Iniciación en el compromiso apostólico y misionero (CC, nnº 91-92).
deja un amplio margen de libertad a la hora de utilizar el Ritual, y en este
sentido no encorseta la institución catecumenal465, ni por lo que se refiere al
tiempo (nnº 20, 98 y 280), ni por lo que atañe a la fijación de los ritos
específicamente catecumenales (nnº 274-276); de hecho, las entregas que en el
Ritual forman parte del tiempo de Purificación e Iluminación (nº 25) y por tanto
se tendrían que hacer durante la Cuaresma (nnº 153 y 181); el RICA no impide
que se puedan anticipar (nº 65,6) "ya para diversificar el período del
Catecumenado, ya por razón de la brevedad del período de Purificación e
Iluminación" (nº 125)466.
465
"Los ministros que empleen este Ritual, usen con libertad y sensatez de las facultades y atribuciones que se les conceden..."
(nº 313). Ver las "acomodaciones que puede hacer el ministro" en el nº 67. Para M. DUJARIER, "en lo que se refiere a las
ceremonias propiamente catecumenales, el ritual abre un vasto campo de creación litúrgica". Cfr. Iniciación cristiana de Adultos, p.
88.
466
Cfr. RICA, nº 103: "Según lo aconsejan las circunstancias, se pueden adelantar la traditio o entrega del Símbolo, y también
de la oración dominical, y el rito Epheetha, para los cuales, tal vez, falte tiempo si se deja todo para la última etapa (nn. 125-126)".
En el Neocatecumenado las entregas de la Liturgia de las Horas, del Símbolo y de la oración dominical se han estructurado de una
formal "original" que no se ciñe exactamente al modelo que el RICA propone.
467
Cfr. Catequesis de adultos, nº 203. Con respecto al ritmo de cada catecúmeno, sostienen los Obispos que la "pedagogía
catequética es respetuosa con el personal proceso de fe de cada catecúmeno, con su ritmo propio, con su particular itinerario. Ya el
hecho de concebir la fe en términos de proceso es muy importante, pues subraya el hecho de que la adhesión del catecúmeno a
Cristo tiene lugar en forma progresiva. A partir de una conversión inicial, se van convirtiendo los diversos estratos de la
personalidad del creyente -las diferentes zonas de su ser- a través de un proceso de conversión permanente. Ese caminar de la fe
tiene sus momentos de resistencia -personales de cada uno- que el catequista ha de saber respetar con tacto y comprensión” (CC, nº
214).
1º) Una catequesis apropiada que conduzca al conocimiento
sapiencial del misterio de la salvación.
468
Cfr. Il Neocatecumenato, pp. 97-98. En el Estatuto se define el Catecumenado postbautismal como “un tiempo de combate
espiritual para adquirir la simplicidad interior del hombre nuevo que ama a Dios como único Señor, con todo el corazón, con toda la
mente, con todas las fuerzas y al prójimo como a sí mismo”. Cfr. SCN, art. 20.
469
Existen algunos estudios que han explorado la "experiencia catecumenal" en San Juan de Avila, e intentan
mostrar los "puntos de contacto" con el Neocatecumenado. Por ejemplo: JULIAN BALLESTA ILLAN, La
iniciación cristiana en los escritos de San Juan de Avila (Según el Ordo de la Iniciación Cristiana de Adultos -
OICA- (Dissertario ad Doctoratum), Roma 1982; ALBERTO GARCÍA TORRES, San Juan de Avila y el
Camino Neocatecumenal. Puntos de contacto, Ed, EGA, Bilbao 1994. "El Camino Neocatecumenal tiene sus pasos
y etapas que culminan en momentos celebrativos. San Juan de la Cruz distinguía las tres vías: purgativa, iluminativa y unitiva. El
Camino va discurriendo a través de tres etapas que conducen a lo mismo: humildad, simplicidad y alabanza" Cfr. ANDRÉS
FUENTES, La espiritualidad del Camino Neocatecumenal I, p. 86.
470
"Esta fase dura alrededor de tres años, con tres etapas fundamentales. En cada una de ellas la Iglesia nos ayuda con
exorcismos”. Cfr. KIKO ARGÜELLO, art. cit., p. 98. En la práctica y como muy bien señala el nº 20 del RICA, las "diversas
circunstancias", hacen que esta etapa sea más larga. El Neocatecumenado, evidentemente no puede durar un tiempo indefinido, el
carácter temporal del Catecumenado bautismal es inherente al mismo proceso de iniciación, de ahí que este proceso tenga un
Durante este tiempo prolongado las catequesis que reciben los
neocatecúmenos van a ir completando y desarrollando las entregas que la
Iglesia les va a ir haciendo en cada momento. Las celebraciones de la Palabra
serán la fuente y posibilidad de que la instrucción que se les da sea acogida
desde la fe, puesto que la instrucción no puede alimentar la fe si no está Dios
detrás alentando y dinamizándola. Está, por tanto, en íntima unión con la
instrucción catequética, por eso el Ritual ofrece la posibilidad de hacer la
celebración litúrgica de la Palabra, después de la catequesis (nº 108), para
significar que se trata de una misma realidad: la Palabra de Dios que se celebra,
escucha y recibe de diversas formas. Palabra que acompañará al neocatecúmeno
desde el principio al fin. Por tanto, las catequesis se distinguirán por dos notas
fundamentalmente, que también vienen señaladas en el RICA, la gradualidad
(nnº 4, 6-7; también en CA, nnº 198-222) y la integridad. El Ritual dice que a
través de esta catequesis "dispuesta por grados, pero presentada íntegramente,
acomodada al año litúrgico y basada en las celebraciones de la palabra, se va
conduciendo a los catecúmenos no sólo al conveniente conocimiento de los
dogmas y de los preceptos, sino también al íntimo conocimiento del misterio de
la salvación, cuya aplicación desean" (nº 19.1).
comienzo y un final, en el Neocatecumenado también es así y el hecho de que en un gran número de parroquias ya se haya
finalizado el Neocatecumenado en todas sus etapas, va a propiciar la "agilización" en la pedagogía neocatecumenal. A este res pecto
es interesante resaltar que ya los Obispos españoles habían llamado la atención sobre este punto del carácter temporal de todo
proceso catequético, "creemos importante insistir en este punto porque observamos una cierta tendencia a hacer de los grupos
cristianos en los que se realiza la catequesis, grupos catecumenales de duración indefinida. Nos parece muy importante el distinguir
bien el grupo catequético (o catecumenal) de la comunidad cristiana estable" (CC, nº 101). Ahora bien, ¿Cuánto tiempo debe du rar
la formación catequética del adulto? se preguntan los Obispos españoles, "tratándose de adultos bautizados, la formación
catequética debe ser -en principio- similar a la de un catecúmeno (RICA, nº 296). Entre nosotros, cuando se trata de verdaderas
catequesis orgánicas con adultos, la duración media podría situarse entre los dos a cinco años" (CA,n º 95).
471
“La Iglesia realiza una primera iniciación de los neocatecúmenos a la oración litúrgica y personal, incluso nocturna, que
culmina con las catequesis de los Evangelios sobre la oración y con la celebración de la entrega del libro de la Liturgia de las
Horas”. Cfr. SCN, art. 20,1ª. El RICA pide que se "enseñe (a los catecúmenos) los diversos métodos y aspectos de la oración" (nº
106,b). En el Neocatecumenado, ya en esta etapa se familiariza a los neocatecúmenos con la "Oración de Jesús" tan profundamente
venerada en la espiritualidad oriental. Cfr. E. BEHR SIGEL/GUIGON II, La Iglesia reza, Ed, DDB, Bilbao 1987, pp. 5-47.
Nuestros Obispos reconocen y alaban todos los avances que en esta dimensión de la catequesis se están dando en los procesos de
iniciación: "No podemos menos de alabar los esfuerzos realizados entre nosotros para tratar de conseguir que un proceso
catequético se convierta en verdadera escuela de oración... Iniciar al catecúmeno en la plegaria de los salmos, desarrollar en él la
dimensión contemplativa..., es imprescindible para la catequesis". Cfr. Catequesis de la Comunidad, nº 90.
credo. Cada uno deberá responder si cree en esa proposición de la fe y por qué
cree472.
3º) Y, por último, en la segunda iniciación a la oración (entrega del
Padrenuestro) se ahondará en las siete peticiones de la oración del Señor y
profundizará en el alcance de la filiación divina 473.
el salmo 22, o por lo menos el salmo 116, más fácil de memorizar porque es más corto. Tal vez también el salmo 41". Cfr.
Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 141-142. También encontramos atestiguada esta práctica en las catequesis de Nicetas
recientemente editadas, ver NICETAS DE REMESIANA, Catecumenado de adultos, Ed, Ciudad Nueva, Madrid 1992
(especialmente, el capítulo dedicado "Sobre el canto cristiano", pp. 114-127). Para una mayor profundización: A. ROSE, Les
Psaumes de l´iniciation chrétienne: Questions Liturgiques er Paroissiales 47 (1966) pp. 279-292 y 48 (1967) pp. 111-120.
479
Siguiendo el mandato de Jesús que nos invita a "escrutad las Escrituras, ya que pensáis que en ellas hay vida eterna. Ellas
dan testimonio de mí" (cf. Jn. 5, 39-40). El Estatuto describe así esta praxis neocatecumenal: “Los neocatecúmenos, escrutando los
salmos en pequeños grupos, son iniciados a la práctica de la ´lectio divina` o ´scrutatio scripturae`, ´en la que la Palabra de D ios es
leída y meditada para transformarse en oración`”. Cfr. SCN, art. 20,1ª.
480
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 78.
481
"Con la entrega del Oficio de las Horas, durante la iniciación a la Oración, algunas familias de la primera comunidad se han
convertido en Iglesias domésticas, desde las que se eleva a Dios, dador de todo bien, la alabanza cotidiana. Es la oración del pueblo
de Dios". Cfr. Convivencia de párrocos, p. 53.
482
Cfr. Liturgia de las Horas, p. 1171.
483
"Para iluminar la propia historia de salvación que Dios quiere hacer con cada uno de nosotros, tenemos todos los personajes
que desfilan por la historia de la salvación. Todos los personajes de la historia de la salvación nos enseñan a entrar en la voluntad de
Dios... El conocimiento de estos personajes, el verse reflejado en ellos a través de la figura de Jesús al que anuncian, pote ncia el
espíritu de oración y de confianza plena en la voluntad de Dios". Cfr. ANDRÉS FUENTES, art. cit., p. 171.
a realizarse también en la ayuda a los hermanos necesitados). Además, a partir
de la entrega de los salmos empiezan los neocatecúmenos todos los días a rezar
Laudes antes de comenzar la jornada y por la tarde vísperas y hacen una oración
del corazón, silenciosa, de encuentro profundo con Dios. Los esposos
comienzan a rezar juntos484, y los domingos y días de fiesta los padres rezan con
los hijos en una verdadera celebración doméstica, celebración que se convierte
en ocasión propicia para ir transmitiendo la fe a los hijos 485. Esta celebración
doméstica tiene una trascendencia enorme para los niños. En el Estatuto se
afirma que “los padres son instruidos a transmitir la fe a los hijos en una
celebración doméstica, hecha durante los Laudes del Domingo” (SCN, art.
14&2)486.
484
La misma "Institutio generalis de la Liturgia horarum" dice que "conviene que la familia, que es como un santuario
doméstico dentro de la Iglesia, no sólo ore en común, sino que además lo haga recitando algunas partes de la Liturgia de las Horas,
cuando resulte oportuno, con lo que se sentirá más insertada en la Iglesia" (nº 27b.)
485
"También el Sínodo, siguiendo y desarrollando la línea conciliar ha presentado la misión educativa de la familia cristiana
como un verdadero ministerio, por medio del cual se transmite e irradia el Evangelio, hasta el punto que la misma vida de fam ilia se
hace itinerario de fe y, en cierto modo, iniciación cristiana y escuela de los seguidores de Cristo...En virtud del ministerio de la
educación los padres, mediante el testimonio de su vida, son los primeros mensajeros del Evangelio ante los hijos. Es más, re zando
con los hijos, dedicándose con ellos a la lectura de la Palabra de Dios e introduciéndolos en la intimidad del Cuerpo -eucaristíco y
eclesial- de Cristo mediante la iniciación cristiana, llegan a ser plenamente padres". Cfr. JUAN PABLO II, Familiaris consortio, nº
39. Ver la profunda y penetrante reflexión que los Obispos vascos dedican a la "familia cristiana, una comunidad que ora". Cfr.
Carta pastoral de los Obispos vascos, Redescubrir la familia (Pascua de Resurrección, 1995), nnº 91-98.
486
"Los padres que caminan en la fe de la Iglesia pasan a los hijos la experiencia que ellos tienen del Dios viviente y del Señor
resucitado", afirma MICHI COSTA, presbítero , por un tiempo, del Equipo Itinerante del CN en Sudáfrica junto a un matrimonio
con tres hijos. Fruto de la experiencia y de estas celebraciones domésticas han nacido estos libros: Cuando tu hijo te pregunte;
Hazme oir tu voz; Quiero ir a Jerusalén, los tres editados por DDB, Bilbao, 1991. Ver también las indicaciones que hace CARLOS
ELORRIAGA, "Los niños y las Comunidades Neocatecumenales", en Bautismo y espiritualidad neocatecumenal, pp. 385-386. Y,
la descripción de "una experiencia de Laudes en familia", en Convivencia de párrocos, pp. 62-63.
487
"El sexto domingo de cuaresma comenzaba en Oriente la catequesis dogmática, esencialmente constituida por la
explicación de los artículos del Símbolo. Y así comenzaba con la importante ceremonia de la traditio Symboli... La entrega del
Símbolo es un acto fundamental que contiene todo el significado de la catequesis. Al entregar el Símbolo, la Iglesia trans mite a los
nuevos cristianos la fe; por eso lo convierte en un acto litúrgico... La misión del Símbolo es expresar resumidamente el cont enido de
la tradición; su origen es esencialmente catequético". Cfr. JEAN DANIELOU/R. du CHARLAT, o. cit., pp. 52-53.
488
"En la gran tradición eclesial, la confesión de fe más estrictamente vinculada al proceso de la iniciación cristiana es la
Profesión de fe apostólica. El llamado Credo o Símbolo de los apóstoles, en efecto, es una fórmula que la Iglesia ha utilizado, desde
muy antiguo, para profesar su fe bautismal y para iniciar en esa fe a los catecúmenos" (CA, nº 137). Y, más adelante se dice, "la
clave para estructurar esta doble dimensión -bíblica y doctrinal- de la enseñanza de la fe, tal como atestigua la práctica secular de la
comunidad cristiana, está en la entrega del símbolo (RICA, nº 183), que la Iglesia, en el momento oportuno, lleva a cabo con los
catecúmenos y, en nuestro caso, con los adultos que se catequizan" (CA, nº 179). "La catequesis, para educar a l catecúmeno en el
sentido de la nueva existencia recibida en el Bautismo, lo inicia en la profesión de la fe cristiana, en la que se expresa la razón de su
esperanza y la raíz de su existir" (CC, nº 164).
. Los neocatecúmenos, durante este tiempo, profundizarán en cada uno de los
artículos del Credo489, meditándolos, preparándolos y celebrándolos en las
liturgias de la Palabra490, se conecta así con la tradición más puramente
catecumenal, que ha reservado a la explicación del Símbolo algunas de sus
mejores tratados teológicos 491.
Una vez terminado este tiempo de evangelización por las casas, los
catequistas vuelven para la Redditio del Credo: durante la Cuaresma, en la
parroquia y en la liturgia de las Vísperas, cada neocatecúmeno confesará
públicamente la fe de la Iglesia a la luz de su experiencia personal494, en
489
Cfr. SANTOS SABUGAL, Credo. La fe de la Iglesia. El Símbolo de la fe: historia e interpretación, Ed, Montecasino.
Zamora 1986. Estudios de este tipo, serán continuamente material de referencia en esta etapa del Neocatecumenado. Entre las
principales catequesis sobre el Credo fácilmente accesibles en nuestra lengua citamos: SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Cat. 4-18
(P.P.C., Madrid 1984). TEODORO DE M., Hom. Ct. 1-10 (ST 145, pp. 4-281); SAN AGUSTÍN, Serm. 212 (B.A.C. 447, Madrid
1983) y Serm. 213 (B.AC. 447, idem); SAN AMBROSIO, Exp. Symb. (SC 25 bis, pp. 46-59). SAN LEÓN MAGNO, Serm. 98 (SC
200, pp. 295-301); CESAREO, Serm. 9 (SC 175, pp. 362-375).
490
Para los Obispos españoles, "La entrega del Símbolo que, acompañada de un breve comentario del mismo, puede
interiorizarse en unos pocos encuentros. Juan Pablo II sugiere una utilización más concretamente adaptada (CT, 28) de esta entrega
del Símbolo, en la que los adultos puedan encontrar, a modo de síntesis final, todo lo que a lo largo de la catequesis han de scubierto
y vivido" (CA, nº 219).
491
"Nosotros encerramos en estos pocos versículos toda la enseñanza de la fe" (S. CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis,
5,12). "Se les explica frase por frase la doctrina encerrada en el Símbolo y en las Escrituras, primero literalmente, y luego su
sentido espiritual" (EGERIA, Itinerario, 46). "Este es el Símbolo cuyo contenido ha sido enseñado con las Escrituras cuando erais
catecúmenos, pero que bajo esta fórmula resumida os servirá, una vez fieles, para testimoniar vuestra fe y para progresar en ella" (S.
AGUSTÍN, Sermones, 212,2).
492
"La ceremonia de la entrega del Credo está atestiguada tanto en Oriente como en Occidente desde el siglo IV". Cfr. M.
DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, p. 135. Para una información particular acerca de la etapa de "entrega" y "devolución"
(Traditio-Reditio Symboli) del Credo como se realiza en estas CNC, ver: S. SABUGAL: El "Símbolo de la Fe" ayer y hoy: Estudios
agustinianos (Septiembre-Diciembre), pp 413-473. Para este experto de la patrística, "una concreta y eficaz adaptación de la antigua
entrega del Símbolo es ciertamente el respectivo rito del Camino neocatecumenal" (p. 452).
493
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales..., p. 80. "Durante siglos, un elemento importante de la catequesis era
precisamente la traditio Symboli (o transmisión del compendio de la fe), seguida de la oración dominical. ¿No habría que encontrar
una utilización más concretamente adaptada (en la catequesis) para enseñar esta etapa?" (CT, nº 28). Para FRANCO
SOTTOCORNOLA “el Catecumenado constituye con la evangelización el ámbito principal de la pastoral de una Iglesia en estado
de misión”. Ver las sugerentes perspectivas que apunta en su articulo: L´iniziazione cristiana degli adulti nella vita della Chiesa in
stato di missione: Rivista di Pastorale Liturgica 5 (1973) pp. 26-32.
494
"Una vez explicado el Símbolo durante cuarenta días, deberá ser repetido por el catecúmeno a quien se le entregó: es la
redittio symboli. Este rito tiene lugar el Domingo de Ramos, antes de que comience la semana mayor. Ese día el catecúmeno,
siempre acompañado de su padrino o madrina, recita solemnemente ante el obispo el Símbolo que debe ya conocer de memoria".
Cfr. JEAN DANIELOU/r. du CHARLAT, o. cit., pp. 53-54. Según nuestros Obispos: "Cada nuevo bautizado recita en singular el
Credo durante toda su vida, incluso en la asamblea litúrgica, pues ninguna acción es tan personal como ésta. Pero lo recita s iempre
en la iglesia y a través de ella, puesto que lo hace como miembro suyo. La fe cristiana no es sino partici pación de la fe de la Iglesia"
(CA, nº 138). A propósito de la "redditio symboli" del filósofo Marius Victorinus, que San Agustín narra en su libro las
presencia de los presbíteros, de todas las comunidades y de toda la gente de la
parroquia que desea asistir. Esta confesión de fe se hace desde el presbiterio,
proclamando en voz alta el Credo y añadiendo por qué y en base a qué
experiencias personales se cree495"Al cabo de cinco semanas de instrucción
(sobre las Escrituras), los que van a acceder al bautismo reciben el Símbolo...
Cuando no queda más que una semana antes de Pascua, se coloca una sede para
el obispo al fondo del ábside, detrás del altar, y allí uno por uno, los hombres
con su padrino, las mujeres con su madrina, y recitan el Símbolo al obispo".
Cfr. Itin. de la V. Eg. 46.. Es éste -sostiene S. Sabugal- "un momento
culminante del Camino Neocatecumenal, en el que la bienal experiencia
personal y anuncio del Símbolo se concentran en un insólitamente fuerte
testimonio de fe cristiana, que sella en lo profundo la vida del confesor y
conmovedoramente sobrecoge a sus oyentes, aquél y éstos absolutamente
convencidos de una cosa: ¡vale la pena ser cristiano! Este efecto produce en
todos la solemne confesión del neocatecúmeno" 496. El Domingo de Ramos los
neocatecúmenos hacen una solemne procesión recibiendo de manos del Obispo
la palma como símbolo del testimonio de Cristo que llega hasta el martirio497.
Confesiones, ver: S. POQUE, Au sujet d´une singularité romaine de la "redditio symboli" (Confessions 8, 2, 5): Augustinianum 25
(Agosto) 1985, pp. 133-143.
495
A finales del siglo IV, EGERIA describe así el uso cristiano de la traditio-redditio tal como se desarrollaba en Jerusalén:
496
Cfr. El "Símbolo de la Fe" ayer y hoy, p. 455.
497
"La confesión de fe está, en la misión, vinculada a la persecución: No temáis a los que matan al cuerpo, que el alma no
pueden matarla... A todo el que me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre. TERTULIANO ,
por ejemplo, se expresa de esta forma: Quien haya sido interrogado en la tierra y haya confesado se llevará con él las llaves del
cielo... La persecución es el elemento indispensable de toda confesión... La persecución se consuma en la confesión ( Scorpiace, c.
10)" (CA, nº 138).
498
En esta celebraciones descubren los neocatecúmenos cómo "en el Símbolo de la fe se contiene el misterio de Dios y los
hechos salvíficos esenciales. Al introducir al catecúmeno en las diferentes perícopas del Antiguo y Nuevo Testamento, el Símb olo
le ayuda a situar esas perícopas en referencia al misterio de Cristo, a hacer una lectura bíblica en torno a la salvación de Dios en
Cristo" (CC, nº 231a).
499
"Mucho antes de instituir la ceremonia de la entrega del Pater, la Iglesia transmitió siempre con cuidado a los catecúmenos
la novedad de la oración cristiana. Y así poseemos tres obras de la primera mitad del siglo III que son iniciaciones a la ora ción a
partir del Padre Nuestro. Es curioso constatar que las tres son obras de autores africanos : Tertuliano, Orígenes y Cipriano". Cfr. M.
DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 137-140. "La entrega del Pater se hace generalmente al principio de la Semana
Santa. Pero en algunas Iglesias se traslada a después del bautismo, porque se considera que el Pater es la oración específica de los
cristianos y no pueden decirla más que los hijos". Cfr. JEAN DANIELOU/R. du CHARLAT, o. cit., p. 54. Para nuestros Obispos
"El Padre nuestro es el modelo de toda oración cristiana. Es la oración que Jesús enseñó a sus discípulos. En él está condensado lo
mejor de los salmos y lo nuclear de la oración y de la predicación de Jesús. Su espíritu, eminentemente escatológico, ha de
impregnar toda nuestra oración. Con él intensificamos el espíritu filial que el bautismo depositó germinalmente en nosotros" (CA, nº
181).
Rosario500. En el Neocatecumenado la figura de la Virgen María ha estado
presente desde las catequesis iniciales (SCN, art. 10&1) 501, pero se espera hasta
este momento, en el que la estatura de la fe en el neocatecúmeno ya ha crecido,
para hacer una peregrinación a Roma, donde ante la tumba de los santos
apóstoles San Pablo y San Pedro se profesa la fe. Junto a este gesto de
comunión con la cátedra del sucesor de Pedro, se hace un viaje también al
Santuario de la Encarnación, a Loreto, donde se conserva la Casa de Nazaret.
Aquí, en el Santuario de Loreto502, se les entrega a los neocatecúmenos en una
sencilla y emocionante liturgia, la Virgen María como Madre 503simbolizado en
la entrega del Rosario, que a partir de este momento lo comenzarán a rezar con
asiduidad504. Antes de recibir el neocatecúmeno el Padre Nuestro, es preciso que
experimente que "no puede tener a Dios por Padre, quien no tiene a la Iglesia (a
la Virgen María), por Madre" (San Cipriano). La experiencia de esta
peregrinación marca definitivamente a los neocatecúmenos y los prepara ya
para vivir con actitud filial la entrega definitiva del Padre Nuestro 505.
500
"El Rosario, como ejercicio de devoción cristiana, sigue en importancia a la Santa Misa y al Breviario; y sigue para los
laicos a la participación en los sacramentos [...]. Plegaria pública y universal frente a las necesidades ordinarias y extraordinarias de
la Iglesia santa, de las naciones y del mundo entero". Cfr. JUAN XIII, Carta Apost. Sobre el Rosario, (29-IX-1961). Recientemente,
el Papa JUAN PABLO II, ha subrayado que “el rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación
cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente meditativa y se corresponde de algún modo con la ´oración del co razón`
u ´oración de Jesús`, surgida sobre el humus del Oriente cristiano”. Cfr. Rosarium Virginis Mariae, Ed, San Pablo, Madrid 2002, nº
5.
501
En la Convivencia final que cierra la fase kerygmática, la Virgen es presentada como modelo del Neocatecumenado.
"Nicodemo pregunta a Jesús ¿cómo puedo nacer un hombre siendo viejo? ¿Puede acaso entrar en el seno de su madre otra vez y
nacer? (Jn 3,4). Esta frase ilumina el espíritu de las Comunidades Neocatecumenales: volver al seno de la Iglesia, volver a n uestra
madre, a la Virgen, para que esta reengendre y haga crecer en nosotros la semilla del bautismo que llevamos dentro". Cfr. KIKO
ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, “El camino neocatecumenal: breve síntesis”, en o. cit., p. 132. Ver el artículo de KIKO
ARGÜELLO, “La Virgen María y el Camino Neocatecumenal”, en o. cit., pp. 302-309. Ver también: MARIO PEZZI, “Maria nel
cammino della comunità neocatecumenale”, en AA. VV., Maria nella comunità ecclesiale [Atti della XVII Settimana mariana
nazionale (Brescia 26/30-6-1978)]: Mad 26 (1978) 3-4, pp. 119-123; 156-155.
502
Cfr. G. SANTARELLI, “Il santuario della Santa Casa di Loreto. Note di storia e di arte”, en Maria nel Misterio del Verbo
Incarnato. Congreso Internazionale Mariologico (Loreto 22-25 marzo 1995): Theotokos. Roma 1995/2, pp. 641-654.
503
"Durante el recorrido de la iniciación cristiana, como es el Neocatecumenado, y después de algunos años de haber hecho la
experiencia de la Iglesia como Madre que te ayuda, que cuida de ti, te da leche, te enseña a hablar, a caminar, te muestra qu ien es tu
padre, etc..., al neocatecúmeno se le presenta a María, la madre de Jesús, como madre suya, que Cristo le ha entregado en la Cruz, y
desde aquel día la acoge en su casa (en su espíritu) como San Juan, como su madre, y establece con ella una verdadera relació n de
hijo (...) El amor a la Madre de Jesús nace en la Iglesia a causa de la gestación que se realiza en el hacerse cristiano y no tiene su
origen en la necesidad psicológica de todo hombre hacia su madre. Allí donde se anuncia verdaderamente a Jesús, se da siempre -
por obra del Espíritu Santo- el descubrimiento maravilloso y gozoso de María como Madre de Jesús y como Madre nuestra". Cfr.
KIKO ARGÜELLO, “La Virgen María y el Camino Neocatecumenal”, en art. cit., p. 308. Ver también RICARDO BLÁZQUEZ, “
María en el Camino Neocatecumenal”, en Transmitir el Evangelio de la verdad, Ed, Edicep, Valencia 1997, pp. 245-260.
504
Para muchos, es la primera iniciación a esta oración fundamental de la piedad mariana, para otros en cambio, es una
confirmación de este modelo de oración en el que fueron iniciados ya desde la infancia en el seno familiar. El rezo del rosario, que
hasta hace bien poco, constituía una de las oraciones que más profundamente estaba arraigada en las familias cristianas, ha s ido
radicalmente "eclipsado" por las nuevas corrientes secularizadoras que se han introducido en los hogares y por los nuevos hábitos
que han desintegrado el tejido familiar (fundamentalmente la televisión). La pedagogía catequética no ha acertado aún a situa r la
"entrega del rosario" de una forma sencilla y vinculante que ayude al cristiano a incorporar entre sus oraciones ésta oración
cristológica y mariana. De aquí, la "genialidad" en el modo, la forma y el momento que en Neocatecumenado se ha encontrado pa ra
hacer esta "entrega" de una manera tan sencilla y al mismo tiempo tan catecumenal. Ver E.D. STAID, ´Rosario`, en NUEVO
DICCIONARIO DE MARIOLOGÍA, Ed, Paulinas, Madrid 1988, pp. 1731-1741.
505
"Para esta entrega se acostumbraba a proclamar el texto evangélico de Mt 6,7-15, y comentarlo después para los elegidos".
Cfr. M. DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, p. 138. Para un acceso a los "Sermones" de los Santos Padres, ver A.
HAMMAN, Le Pater expliqué par les Pères, París 1962. "la entrega del Padre nuestro, condensa la iniciación a la oración realizada
a lo largo del proceso catequéti Según nuestros Obispos co, ayuda a los adultos a interiorizar las actitudes básicas de la re lación con
Dios, que brotan del don de la filiación divina que el Bautismo otorga" (CA, nº 219). Ya en Catequesis de la Comunidad, habían
afirmado los Obispos españoles que "desde las actitudes básicas que lo configuran (al Padre nuestro), la autenticidad de la i niciación
catecumenal en la oración y celebración queda asegurada" (nº 231).
Durante esta iniciación a la entrega del Padrenuestro, los
neocatecúmenos se reúnen como comunidad parroquial en el templo, todas las
mañanas antes del trabajo, para cantar los Laudes, escuchar el Evangelio y hacer
media hora de oración silenciosa (SCN, art 20,3ª) 506. Por la tarde se reúnen de
nuevo para las Vísperas y para escuchar las catequesis sobre el Padre Nuestro 507.
"Para adentrarse en este misterio y convertirlo en fuente de vida -afirma Andrés
Fuentes- la comunidad por grupos, estudia todas y cada una de las peticiones,
todas y cada una de las palabras del Padre Nuestro a la luz de la Escritura y de
los Padres. Y junto al estudio, la celebración gozosa de las peticiones y de las
palabras, convertidas en oración y en motivo de agradecimiento a la
Trinidad"508.
506
La praxis de iniciación a la oración en el Neocatecumenado está contribuyendo a formar dentro de las parroquias
verdaderos espacios litúrgicos para la oración. En este sentido empalma con una preocupación que el Papa JUAN PABLO II
expresaba en NMI dónde pide que “nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser auténticas escuelas de oración”
(nº 33), y más adelante afirma: “está quizás más cercano de lo que ordinariamente se cree el día en que en la comunidad
cristiana se conjuguen los múltiples compromisos pastorales y de testimonio en el mundo con la celebración eucarística, y
quizás con el rezo de Laúdes y Vísperas. Lo demuestra la experiencia de tantos grupos comprometidos cristianamente,
incluso con una buena representación de seglares” (nº 34).
507
SANTOS SABUGAL publicó un libro precisamente "destinado a los catecúmenos y neocatecúmenos, que se preparan a ser
iniciados en los secretos y práctica de la oración". Cfr. El padrenuestro en la interpretación catequética antigua y moderna, Ed,
Sígueme, Salamanca 1982, p. 11. "En la catequesis de adultos descubren la riqueza de orar juntos, del compartir la fe tanto con
palabras que surgen del fondo de uno mismo como con el silencio contemplativo. La oración en común es una constante en la vid a
de un grupo catequético. Algunos grupos llegan, incluso, a establecer periódicamente encuentros dedicados únicamente a la oración.
Este aprendizaje cala tan profundamente en los catequizandos que, una vez finalizada la catequesis, muchos buscan organizar e n sus
comunidades parroquiales momentos especiales de oración compartida" (CA, nº 182). En las parroquias donde se lleva adelante una
iniciación cristiana con adultos bautizados a través del Neocatecumenado, a partir del momento en que se recibe el Padre Nues tro,
los neocatecúmenos y los fieles cristianos que han finalizado ya el itinerario neocatecumenal, se reúnen por las mañanas, antes de ir
al trabajo, durante los tiempos litúrgicos de Adviento y Cuaresma para la oración de Laudes.
508
Cfr. Espiritualidad del Camino Neocatecumenal II, pp. 174-175. En el Estatuto se afirma que “en esta etapa los
neocatecúmenos estudian sistemáticamente cada una de las peticiones del ´Padrenuestro` y temas sobre la Virgen María:
Madre de la Iglesia, Nueva Eva, Arca de la Alianza, Imagen del cristiano, etc.”. Cfr. SCN, art 20,3ª.
Por otra parte, durante este tiempo del Padre Nuestro dos cosas ayudan a
la comunidad y a los neocatecúmenos a entrar en la verdad de la vida cristiana.
La comunidad será siempre soporte y garantía que evite desviaciones y ayuda a
vivir en la verdad. Los lazos de comunión a estas alturas de camino ya se han
entrelazado entre los neocatecúmenos y la realidad de la comunidad cristiana va
apareciendo con asombro ante sus ojos, con sus rasgos específicos tal y como la
describen nuestros Obispos: comunidad cristocéntrica (CC, nº 258), congregada
por la Palabra de Dios (nº 259), orante centrada en la Eucaristía (nº 260),
suscitadora de la comunión eclesial (nº 216), misionera (nº 262), de
corresponsabilidad y ministerial (nº 263), consciente de sus límites y de la
necesidad de complementariedad (nº 264), de talla humana (nº 265).
509
Cfr. Espiritualidad del Camino Neocatecumenal II, p. 176. En un tercer artículo publicado por este mismo autor afirma:
"Este discernimiento lo va haciendo la misma comunidad. Ella es la garante de la respuesta del neoc atecúmeno. La comunidad tiene
un enorme poder de discernimiento porque la misma comunidad vive de la palabra y de la acción del Espíritu. Los catequistas que
van llevando paso a paso la comunidad son los garantes de este discernimiento. No hay duda de que el carisma del catequista actúa
de una forma clarividente para discernir qué es lo que viene de Dios y qué es lo que viene del hombre; hasta qué punto el
neocatecúmeno está aprendiendo a vivir según la voluntad de Dios o conforme a sus propios criterios; cómo se dan en el
catecúmeno las obras del Espíritu o las obras de la carne. Es importante descubrir y deshacer todas las mentiras que puedan
obstaculizar la obra de Dios y poner al neocatecúmeno en la verdad de cara a Dios". Cfr. Espiritualidad del Camino
Neocatecumenal III, p. 257.
510
"Es aquí donde la dimensión comunitaria del catecumenado muestra su importancia. En torno a los candidatos habrá un
número de personas que se han convertido en sus amigos cristianos. En el amor de esta pequeña comunidad se da una experiencia
de lo que significa ser Iglesia. Mediante este servicio de amor y del testimonio se puede discernir e impulsar la conversión" . Cfr.
PETER BALL, “La conversión en las Iglesias de Europa”, en CONFERENCIA EUROPEA DE CATECUMENADO: Los
comienzos de la fe. Pastoral Catecumenal en Europa Hoy, p. 31.
ser discípulo suyo a un cambio profundo de actitudes: "Cualquiera de vosotros
que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío" (cf. Lc 14,33).
El joven rico, por ejemplo, no cumplía una de las condiciones para poder
participar en un seguimiento fiel del Señor y renunció al seguimiento (cf. Lc
18,22-24)511.
511
Para M. DUJARIER este pasaje del joven rico de Lucas "es un vestigio de la disciplina que presidía la entrada en las
primeras comunidades palestinenses. La exigencia es doble: a) La seriedad de la vida religiosa judía (Cf. Mt 12,34); b) Dar un paso
adelante y abandonarlo todo, sobrepasando la ley, por seguir a Jesús". Cfr. Le Parrainage des Adultes, pp. 153-164.
512
"Si alguno no se ha corregido de sus malas costumbres y no se ha ejercitado en la virtud hasta hacérsele fácil, que no se
haga bautizar" (S. Juan Crisóstomo, Il Cat baut, PG, 49, p. 234).
513
Cfr. Catequesis de adultos, nº 185. Para el Papa JUAN PABLO II "es importante revelar sin rodeos las exigencias, hechas
de renuncia pero también de gozo, de lo que el apóstol Pablo gustaba llamar vida nueva". Deduce el Papa la relevancia de la
formación moral en la catequesis, "de ahí la importancia que tienen en la catequesis las exigencias morales personales
correspondientes al Evangelio y las actitudes cristianas ante la vida y ante el mundo. Nosotros las llamamos virtudes cristianas o
evangélicas" (CT, nº 29).
514
Cfr. Las comunidades neocatecumenales, p. 91. Antes de que se celebre la elección, se discernirá si en los neocatecúmenos
"la conversión de la mente y de las costumbres" (RICA, nº 23) es real. En el Neocatecumenado se descubre que la misma existen cia
Este cambio progresivo de mentalidad y de costumbres con sus
inevitables consecuencias de orden personal, familiar y social conlleva
necesariamente tantas veces, en el neocatecúmeno, sufrimientos y tensiones
familiares, y no puede ser de otro modo porque "siendo el Señor, al que confían,
blanco de contradicción, los que se convierten experimentan con frecuencia
rupturas y separaciones, pero también gozos que Dios concede sin medida"
(RICA, nº 19.2)515. Que los neocatecúmenos a lo largo del camino de
maduración, experimentan progresivamente un cambio moral es un hecho
contrastado. El acceso a los testimonios de estos neocatecúmenos no deja lugar
a dudas (SCN, art. 16,3)516El testimonio dado por los neocatecúmenos en
Ruanda pone de manifiesto la radical experiencia de la fe a la que el CN
conduce: Mártires de la Iglesia en Ruanda. Testimonio de hermanos del
Camino Neocatecumenal: Communio (Septiembre-Octubre 95), pp. 477-488..
En la Convivencia de párrocos de las Comunidades Neocatecumenales
celebrada en 1977, encontramos el testimonio de distintas comunidades de
y permanencia de la comunidad es en sí un "fruto" con hondas consecuencias sociales. Así describe JESÚS HIGUERAS cómo las
personas alejadas de la Iglesia y los marginados son reinsertados en la sociedad a través de la Iglesia, teniendo como mediaci ón una
comunidad concreta: "Personas destruidas por el alcohol, la droga, la prostitución o la homosexualidad, o matrimonios deshec hos,
que se han encontrado con Jesús y El los ha liberado de sus esclavitudes físicas o espirituales con la fuerza del Espíritu y la Palabra
de Dios. En las asambleas, que celebran para recibir la Eucaristía y la Palabra de Dios, se va dando el amor frater no, se conocen y se
vencen los problemas de los hombres de nuestro tiempo; en esas asambleas conviven los jóvenes con los adultos y los ancianos, los
pobres con los ricos, los analfabetos con los profesores de universidad y los intelectuales, los alcohólic os, los drogadicos, los que no
encuentran sentido a su vida, con los católicos practicantes", o. cit., pp. 68-69. Una de las acusaciones que con más frecuencia se
vierte contra el CN es que no inicia suficientemente en la dimensión social que es constitut iva de la fe, es decir que los
neocatecúmenos se inhiben en las tareas sociales y se desentienden de los aspectos colectivos de la fe. Los Obispos españoles , por
otra parte, denuncian esta laguna "la formación moral que se imparte en los grupos de catequesis de adultos queda en un nivel
individual, sin abrirs e
suficientemente a las exigencias de la moral social. La enseñanza social de la
Iglesia es, con frecuencia, ignorada" (CA, nº 189). En todo caso, si esta "acusación" se
verificara como cierta, cosa que todavía no ha ocurrido, atentaría contra la misma identidad
del Neocatecumenado, que por naturaleza está obligado a entregar al neocatecúmeno la
"integridad"·del depósito de la fe, dentro del cual "el rico patrimonio de la enseñanza social
de la Iglesia ha de encontrar su puesto, bajo formas apropiadas, en la formación catequética
común de los fieles" (CT, nº 29). Por otra parte, los responsables últimos de toda la iniciación
cristiana son el Obispo, los párrocos y presbíteros y los catequistas, si ellos detectan este
"déficit" son los primeros que están obligados a corregir las posibles deficiencias en el
proceso de transmisión de contenidos.
515
El neocatecúmeno a estas alturas de su itinerario de maduración de fe ha podido experimentar suficientemente aquellas
palabras del apóstol Pablo a su discípulo: "Todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones" (cf.
2ªTim. 3,12). La persecución forma parte de la "identidad cristiana" (cf. Mt. 5,11-12; St. 1,2; 1ª Pe. 4,13-14). ¡Cuántas rupturas y
persecuciones familiares se han dado a lo largo de la historia!. Recordemos a Santa Perpetua (catecúmena), leemos en las Acta s de
los Mártires la obcecación de su padre para convencerla de que renegase de Cristo: "Entonces mi padre, irr itado por esta palabra
(soy cristiana) se abalanzó sobre mí con ademán de arrancarme los ojos; pero se contentó con maltratarme. Y se marchó vencido él
y los argumentos del diablo". Cfr. Actas de los Mártires, Ed, BAC, Madrid 1987, p. 421.
516
CARMELO DI GIOVANNI, religioso de los Padres Pallottini y presbítero de una Comunidad Neocatecumenal, que
desarrolla su actividad pastoral en la parroquia italiana de Londres (St. Peter en Clerkenwell), ocupándose sobre todo de la
asistencia a los italianos detenidos en cárceles británicas, ha escrito un impresionante libro que recoge la correspondencia con
diversos presos, conocidos ex-terroristas "políticos", algunos de los cuales han experimentado un cambio radical en sus vidas a
través de la experiencia de encuentro con Jesucristo por medio de las catequesis del CN. Cfr. Eramos terroristas, Ed, DDB, Bilbao
1993. Ver "La experiencia de Paolo Bianchi y su encuentro con el Camino Neocatecumenal" (pp. 217 -223), y "Otros terroristas en
las Comunidades Neocatecumenales" (pp. 223-226). Recientemente acaba de publicarse un nuevo libro que recoge las experiencias
de conversión de presos en las cárceles italianas donde se han dado las catequesis neocatecumenales: AA. VV., In carcere ma
liberi!, Ed, Grafite, Napoli 1996. Editado también en español: ¡En la cárcel, pero libres!, Ed, EGA, Bilbao 1996.
diversa nacionalidad donde aparece afirmada con claridad esta dimensión, he
aquí algunas de estas experiencias:
517
Cfr. “ Experiencia de la Parroquia de San Sebastián (Madrid)”, en Convivencia de párrocos-1977, pp. 44-48.
para una comunidad tan reducida y es un signo evidente de lo que
he dicho antes"518.
518
Cfr. “Experiencia de la Comunidad Neocatecumenal existente en la Parroquia obrera de "San Bartolo in Tutto", zona de
Scandicci, de administración y ambiente comunista, a las afueras de Florencia (más de siete años de camino)”, Ibid., pp. 49-55.
519
Cfr. “Experiencia de la comunidad existente en la Parroquia de Mártires Canadienses de Roma: clase media; llevada por
religiosos sacramentinos; 10 comunidades: primera comunidad catequizada en Italia y la que va más adelante en el Camino (más de
ocho años)”, Ibid., pp. 56-63.
520
Así lo vemos confirmado en CLEMENTE ALEJANDRINO: "Y a buen seguro no se miden los actos solamente después de
su ejecución, sino que se les juzga también según las intenciones deliberadoras de cada uno: ¿se hizo la elección a la ligera ?, ¿se han
arrepentido de sus faltas? ¿se ha tomado conciencia de sus caídas y las han reconocido?". Cfr. El Stromata II,26,5, (SCr,38, p.54).
521
Por eso, se examinaba la conducta del candidato (cf. HIPÓLITO, Trad. apost., 20) e incluso el obispo podía pedir a algunos
catecúmenos que cambiaran de trabajo u oficio, cuando su antiguo género de vida le parecía incompatible o difícilmente conciliable
con la nueva fe y los compromisos que iban a contraer ante toda la comunidad. En el Neocatecumenado hay experiencias en este
sentido y algunos neocatecúmenos han cambiado de trabajos y han regularizado situaciones incompatibles con la moral cristiana.
16;50.1;69) y la praxis del Neocatecumenado parece confirmar la fecundidad
que conlleva verificar la conversión moral como garantía de identidad
cristiana522.
522
El Papa JUAN PABLO II afirma que "la evangelización -y por tanto la nueva evangelización- comporta también el anuncio
de la propuesta moral". Cfr. Carta encíclica "Veritatis splendor", Ed, B.A.C., Madrid 1993, nnº 106-108. Y los Obispos españoles
en un penetrante discernimiento sobre la situación moral de la sociedad española que lleva por título "La verdad os hará libres"
afirman: "No hay humanidad nueva, si no hay hombres nuevos con la novedad del Bautismo y de la vida según el Evangelio (EN, n.
18). Por eso la conversión ha de estar en el primer plano de las preocupaciones y atenciones de la comunidad eclesial. La
conversión personal sigue siendo piedra angular para el cristiano y para la comunidad eclesial...". Y más adelante afirmarán que "el
tema de la moral ha de ocupar un puesto imprescindible en la catequesis, la predicación, la enseñanza teológica... Necesitamo s una
formación sistemática -a través de la catequesis, de la enseñanza religiosa, de la predicación o de otros medios- sobre los aspectos
fundamentales e insoslayables de la moral cristiana... Los adultos, especialmente en las actuales circunstancias y ante las n uevas
situaciones y nuevos problemas que se les plantean en la vida personal, familiar, social y económica, están necesitados de una
enseñanza que les proporcione criterios morales de acuerdo con la Tradición de la Iglesia, que ilumine y oriente la conducta humana
en el mundo de hoy con suficiente claridad, objetividad y vigor para que puedan actuar en conformidad con las exigencias eclesiales
del seguimiento de Jesucristo" (nº 53). Cfr. AA. VV., Para ser libres nos libertó Cristo. Comentarios y texto del documen to de
los obispos "La verdad os hará libres", Ed, Edicep (2ª edición). Valencia 1991. Si tenemos en cuenta que la
catequesis moral estuvo ligada siempre en la Iglesia primitiva al tiempo catecumenal, tendremos que afirmar que cualquier itinerario
catecumenal o neocatecumenal es el espacio eclesial idóneo para la formación moral de los cristianos, que nuestros Obispos
consideran "gravemente insuficiente". Cfr. JEAN DANIELOU/RÉGINE DU CHARLAT, “La catequesis moral antigua”, en La
catequesis en los primeros siglos, pp. 115-160.
523
"Os entregamos la oración del Padre nuestro para que sepáis a quien estáis orando y qué tenéis que pedir" (S. Agustín,
Sermones, 56). "Esta oración os anima no solamente a aprender a pedir a vuestro Padre que está en los cielos lo que vosotros
deseáis, sino a aprender también lo que vosotros debéis desear" (S. Agustín, Sermones, 59).
Neocatecumenal. Los fines que de hecho asumen son los mismos que asigna la
Iglesia para la formación de los catecúmenos:"Para la utilidad de los
catecúmenos prepárense peculiares celebraciones de la palabra de Dios,
procurando en primer lugar los fines siguientes: a. Que la doctrina recibida
penetre en las almas; b. Que enseñen a saborear los diversos métodos y aspectos
de la oración; c. Que expliquen a los catecúmenos los símbolos, gestos y
tiempos del misterio litúrgico; d. Que les vayan introduciendo gradualmente en
los actos de culto de la comunidad total" (RICA, nº 10).
524
Cfr. Neocatecumenato, p. 1068. Para una mayor ampliación: IDEM, “Attualizzazione della parola di Dio nelle comunità e
nei gruppi ecclesiali”, en Attualizzazione della parola di Dio nelle nostre comunità, pp. 205-232, esp. 217-223; F. VOLTAGGIO,
“La Parola di Dio nelle comunità neocatecumenali”, en Incontro con la Bibbia. Leggere, pregare, annunziare, pp. 187-191.
525
"La Eucaristía, que en el Catecumenado sólo es posible celebrarla en el tiempo final de la mystagogia (Cf. RICA, nº 40), en
la catequesis de adultos es posible realizarla desde el principio, y en muchos casos constituye un componente preeminente del
proceso catequizador" (CA, nº 183). En el Estatuto se afirma que “la Eucaristía es esencial al Neocatecumenado, en cuanto
catecumenado postbautismal, vivido en pequeña comunidad. La Eucaristía, en efecto, completa la iniciación cristiana”. Cfr. SCN,
art 13&1.
526
Cfr. Neocatecumenato, p. 1069. Los neocatecúmenos celebran la Eucaristía “en la pequeña comunidad para ser iniciados
gradualmente a la plena, consciente y activa participación en los divinos misterios [...] Esta costumbre, consolidada en la p raxis de
más de treinta años del Camino, es fecunda en frutos”. Cfr. SCN, art. 13&2.
A esta altura del Neocatecumenado, los neocatecúmenos ya tienen clara
la centralidad de la Vigilia Pascual como centro del que dimana toda la fuerza
litúrgica del año527. En el Estatuto se afirma que el triduo pascual “constituye el
axis del Neocatecumenado, en cuanto redescubrimiento de la iniciación
cristiana” (SCN,art. 12&1), también se afirma que los neocatecúmenos son
“iniciados gradualmente a una más perfecta participación en la Vigilia Pascual”
(art 12&2), y que el Neocatecumenado “contribuye a formar poco a poco una
asamblea parroquial que prepara y celebra la Vigilia Pascual en la noche santa,
con toda la riqueza de los elementos y signos litúrgicos y sacramentales
queridos por la Iglesia” (art. 12&3).
527
"Estas comunidades han descubierto el gozo más profundo y el centro de su vida en la celebración de la gran Vigilia
Pascual (cf Ex 12,42), que dura hasta la aparición del lucero matutino (cf. 2 Pe 1,19). En la espera de es ta noche, los
neocatecúmenos descubren que Dios pasa por Jesús, sumerge en la cruz el cuerpo de pecado, destruye el poder de la muerte y sa lva
sus vidas por la resurrección de Cristo". Cfr. G. ZEVINI, Neocatecumenato, p. 1069.
528
"Es importante, finalmente, ayudar a los adultos a vivir el año litúrgico, sobre todo cuando se trata de creyentes
habitualmente practicantes, ya que nada -ordinariamente- vincula tanto a Cristo como la celebración litúrgica de sus misterios a lo
largo del ciclo anual. En el círculo del año (la Iglesia) desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la Navidad hasta
la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor (SC, 102)" (CA, n º90).
529
En el Estatuto se afirma que “los neocatecúmenos colaboran activamente en la evangelización y en la edificación de la
Iglesia, ante todo siendo lo que son: su propósito de vivir de modo auténtico la vocación cristiana se traduce en un testimon io eficaz
para los demás, en un estímulo al redescubrimiento de valores cristianos que podrían de otro modo quedar casi ocultos” (art. 17&2).
El profesor DIONISIO BOROBIO sostiene que "en la Iglesia del post-Vaticano se ha impuesto un cierto talante o estilo
catecumenal, debido a la constatación de la existencia de grandes masas por evangelizar, a la memoria y recuperación del
catecumenado histórico para la iniciación cristiana de adultos, y a los ejemplos catecumenales existentes en diversos lugares . Siendo
Comunidad Neocatecumenal cuando al ser elegidos catequistas colaboran
directamente con el Párroco en la evangelización de los adultos, a esta tarea
dedicarán su tiempo y energías durante algunos meses del año, tanto dentro de
la parroquia como en otras parroquias (SCN, art. 17,3). Y lo hacen todos los
neocatecúmenos una vez que la Iglesia les ha entregado el Credo y los envía de
dos en dos a anunciar el Evangelio a todas las casas y a todos los ambientes que
circundan la parroquia, "de esta forma, aunque en pequeña escala, se participa -
afirma Mons. Ricardo Blázquez- en la proclamación pública del evangelio,
rompiendo toda reclusión en el santuario de la conciencia o en el ámbito de la
comunidad. Y de esta forma se van asimilando las actitudes apostólicas, en las
cuales también deben ser entrenados los catecúmenos" 530.
el catecumenado aquel espacio y tiempo ordenados, del que siempre dispuso la Iglesia para posibilitar la evangelización integral...".
Los Laicos y la Evangelización, Ed, DDB, Bilbao 1987, pp. 171-172.
530
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 80. "Esta experiencia los somete a un contraste interior: en muchos hogares
no quieren escuchar la Buena Noticia, aun entre aquellos que oficialmente se llaman creyentes. En otros hogares reciben el an uncio
con alegría y admiración. Así experimentan en ellos mismos que la fe es una gracia y que tiene poder para transformar al hombre. Y
siempre deja en el neocatecúmeno la alegría de poder anunciar a Jesucristo". Cfr. ANDRÉS FUENTES, Espiritualidad del Camino
Neocatecumenal II, p. 173.
531
Este aprendizaje debe capacitar al adulto tanto para desarrollar una presencia cristiana en la sociedad (vecinal, laboral,
sindical, cultural, política...), como para cooperar en tareas intereclesiales (catequista, animador litúrgico, acogida, obra s
asistenciales...). Ambas dimensiones, dicen nuestros obispos, deben ser cuidadas en esta tarea. Ver "algunas orientaciones sobre esta
tarea" (nnº 192-195).
fe. Toda persona necesita expresar sus vivencias y experiencias más hondas. La
luz transformadora de la Palabra de Dios suscita la experiencia del encuentro
con Cristo, y es natural querer expresarla mediante la profesión de fe, la
celebración y el compromiso cristiano" (CA, nº 192c). El Papa Juan Pablo II
insiste en este sentido al decir que "la catequesis está abierta, igualmente al
dinamismo misionero. Si se hace bien, los cristianos tendrán interés en dar
testimonio de su fe, de transmitirla a sus hijos, de hacerla conocer a otros, de
servir de todos los modos a la comunidad humana" (CT, nº 24). Ya he apuntado
anteriormente cómo los neocatecúmenos a partir de la entrega del Salterio
empiezan a rezar Laudes todos los días antes de comenzar la jornada. Los
domingos participan los hijos en esta oración; y en catequesis sencillas van
transmitiendo los padres la fe a los niños. Durante el tiempo de la Traditio
Symboli todos anuncian públicamente el Kerygma por las casas y también se
incorporan a la pastoral de mediación que se lleva adelante en la parroquia, es
decir, la mayoría de los neocatecúmenos son incorporados a los diversos grupos
parroquiales encargados de los diferentes servicios pastorales: catequesis de
primera comunión, Confirmación, Bautismo, Matrimonio, equipos de liturgia,
cáritas parroquial, consejos de pastoral y economía, etc.
532
Cfr. “Parroquia y Camino Neocatecumenal como aparecen en una investigación estadística de la CEE”, en E. PASOTTI, El
Camino Neocatecumenal según Pablo VI y Juan Pablo II, pp. 158-174.
533
Ibid., p. 174.
Asimismo, el descubrimiento gozoso del Bautismo recibido y
adultamente asumido a través del itinerario neocatecumenal, va haciendo
percibir en el neocatecúmeno la grandeza de la vocación cristiana (SCN, art.
17&1)534 y también de la misión que el Señor le confía por medio de la Iglesia
de cara al mundo, desde su condición secular propia tal y como el Concilio
Vaticano II la ha iluminado:
Este carácter secular propio de los cristianos laicos, afirma Juan Pablo II,
"debe ser entendido a la luz del acto creador y redentor de Dios, que ha confiado
el mundo a los hombres y mujeres, para que participen en la obra de la creación,
la liberen del influjo del pecado y se santifiquen en el matrimonio o en el
celibato, en la familia, en la profesión y en las diversas actividades sociales"
(Ch.F, nº15). En este sentido, se puede decir que en el Neocatecumenado en la
medida en que se asume plenamente y conscientemente la identidad cristiana
contenida en el Bautismo, en esta misma medida se descubren, ahondan y
empiezan a vivirse cristianamente todas las realidades personales, familiares,
sociales y culturales en las que vive y se mueve el neocatecúmeno. Asimismo,
en esta recuperación vigorosa de la identidad bautismal hay que situar el
fecundo descubrimiento de las distintas vocaciones específicas al servicio de la
misión eclesial: al matrimonio "en el Señor", al ministerio eclesial, a la vida
religiosa, a la misión apostólica...
534
"El bautismo nos regenera a la vida de los hijos de Dios; nos une a Jesucristo y a su cuerpo, que es la Iglesia; nos unge con
el Espíritu Santo, constituyéndonos en templos espirituales" (Ch.F, nº 10). Mons. Antonio Cañizares sostiene que "recobrar el
sentido del bautismo es tarea ineludible para la presencia en el mundo de una Iglesia con identidad. No hay identidad cristia na sin
Bautismo... Es tarea urgente de la Iglesia fortalecer la identidad bautismal del cristiano". Cfr. La Catequesis en el proceso de
iniciación cristiana, p. 564.
535
Para el Papa JUAN PABLO II "la condición eclesial de los fieles laicos se encuentra radicalmente definida por la novedad
cristiana y caracterizada por su índole secular" (Ch.F., nº 15). "Sólo dentro de la Iglesia como misterio de comunión se revela la
identidad de los fieles laicos, su original dignidad. Y sólo dentro de esta dignidad se pueden definir su vocación y misión e n la
Iglesia y en el mundo" (Ch.F., nº 8). El Papa sostiene que "sólo captando la misteriosa riqueza que Dios dona al cristiano en el santo
bautismo es posible delinear la figura del fiel laico" (Ibid, nº 9).
Veamos por último dos nuevos gráficos. En el primero describo el
Neocatecumenado tal y como es vivido al interior de las CNC, en el segundo
muestro un gráfico comparativo en el que se puede contemplar las fuentes en
que se inspira (Iglesia primitiva y RICA) y los documentos eclesiales de
naturaleza catecumenal en los que encuentra confirmación y fundamento
(Catequesis de la Comunidad, Catequesis de Adultos y La Iniciación Cristiana)
[ver tablas 14ª y 15ª).
5. Etapa de la Elección
536
Cfr. Iniciación Cristiana de Adultos, p. 98. El autor desarrolla históricamente la configuración de "La Cuaresma: un
catecumenado de recuperación", en Breve Historia del Catecumenado, pp. 104-115. En esta perspectiva,ver La cuaresma.
Dimensiones pastorales del itinerario cuaresmal: Phase n. 260 (marzo-abril 2004).
En el CN hemos visto cómo la estructuración del tiempo del
Neocatecumenado se va jalonando en base a la anticipación de las entregas que
en el Ritual se fijan para este tiempo "desde la antigüedad las entregas, se tienen
después de los escrutinios y pertenecen al mismo Tiempo de Purificación e
Iluminación" (nº 53). Veamos ahora cómo aparece estructurada esta etapa en el
Neocatecumenado en la que tiene lugar la Elección de los candidatos para hacer
la renovación de las promesas bautismales.
537
Cfr. Il Neocatecumenato, p. 100. En el Estatuto se dice que “la tercera fase del Neocatecumenado es el redescubrimiento de
la elección, ´eje de todo el catecumenado`” . Cfr. SCN, art. 21&1.
538
El Ritual prevee varias palabras para designar a los catecúmenos que Dios ha elegido. "A partir de la fecha del día de su
elección y admisión, se llama a los catecúmenos elegidos (electi, elegidos). Se les llama también competentes (aquellos que tienden
juntos hacia), porque se dirigen en grupo hacia los sacramentos de Cristo y al don del Espíritu. Se les llama también iluminados
(illuminandi, los que están en el tiempo de iluminación), porque su bautismo se designa también como iluminación, por el hech o de
que los nuevos bautizados reciben la luz de la fe. En nuestros días está permitido usar otros términos que, según la diversidad de
países y culturas, convengan más para ser comprendidos por todos y respondan al genio de las lenguas" (nº 24).
539
"Las Bienaventuranzas y todo el contenido del Sermón de la Montaña nos ofrecen de modo admirable la doctrina moral de
Cristo. Las encontramos muy fielmente en nuestros textos primitivos y en los Padres apostólicos en general, íntimamente unida s a
otros elementos de catequesis moral". Cfr. J. DANIELOU/R. du CHARLAT, o, cit., pp. 124-125. "Comentando el Sermón del
monte, Agustín hace una feliz comparación entre las peticiones del Pater, las bienaventuranzas e incluso los dones del Espíri tu
Santo: - Santificado sea tu nombre: bienaventuranza de los pobres, temor de Dios; - Venga tu reino: bienaventuranza de los mansos,
piedad; - Hágase tu voluntad: bienaventuranza de los victoriosos en su lucha contra la carne, don de ciencia; - Danos hoy nuestro
pan: bienaventuranza de los que tienen hambre y sed, fortaleza; - Como nosotros perdonamos: bienaventuranza de los
misericordiosos, consejo; - No nos dejes caer: bienaventuranza de los puros, inteligencia; - Más líbranos: bienaventuranza de los
pacíficos, sabiduría”. Cfr. SAN AGUSTÍN, De Serm. Dom. in monte, I, 4,11 y II, 11,38. Se puede leer la traducción en A.G.
HAMMAN, Saint Augustin explique le Sermon sur la montagne: Les Pères dans la foi, I, 6, pp. 30-32 y 114-116.
540
Para nuestros Obispos "el sermón del Monte es referencia obligada en la tarea catequética de iniciar en la vida evangélica.
Representa la enseñanza moral más importante de Jesús, con la que -como nuevo Moisés- da al Decálogo de la Alianza su sentido
pleno y definitivo... He aquí algunos de los rasgos más sobresalientes que definen la vida cristiana, tal como Jesús los prop uso en
dicho sermón: * Los valores de las bienaventuranzas, que constituyen todo un programa de vida (Mt 5,3-10); * La necesidad de que
la vida cristiana suponga una justicia más honda que una moral legalista (Mt 5,20); * El carácter misionero de la vida eva ngélica,
como "luz y sal de este mundo" (Mt 5,16); * El carácter teónomo de la conducta cristiana, como motivación última, ya que "el Padre
que ve en lo secreto te recompensará" (Mt 6,4); * La libertad que da la pobreza evangélica para poder responder sin trabas a Dios
(Mt 6,25); * El amor al prójimo como compendio de toda la Ley (Mt 7,12)" (CA, nº 188).
En las celebraciones de la Palabra durante este tiempo el candidato a la
Elección descubre que tiene que romper con todas las alianzas que tiene en el
mundo, con todos los ídolos que le impiden tener al Señor como el único, con
todos los apegos que le impiden amar a Dios, con todo el egoísmo que le impide
amar al hermano. Y, al mismo tiempo son invitados a hacer una alianza con
Jesucristo para "vivir un sacerdocio con un culto espiritual en un templo no
construido por manos humanas; a vivir una espiritualidad de acción de gracias,
de constante Eucaristía, como Reyes, como Profetas de la historia, que viven en
medio de las naciones su misión de ser el pueblo de Dios, sacramento para el
mundo del amor que Dios tiene por los hombres y, sobre todo, por los malvados
y pecadores. Porque Dios, el Dios de Jesucristo, es el único que ama a sus
enemigos, que caminó llevando consigo a Judas, que no se resiste al mal.
Aquellos que reciben su Espíritu aman como Él, perdonan como Él, no se
resisten ante el malvado, como Él; son corderos llevados al matadero todos los
días, ofreciendo la vida por el mundo en un culto espiritual y racional, que nos
es pedido, sobre el altar de la historia. De modo que cuando en nosotros obra la
muerte, en esta generación obra la vida"541. Partiendo de las Bienaventuranzas,
preparadas, leídas y celebradas en comunidad, situándose en Dios como Padre y
en el amor a los otros, cada hermano contesta ante los demás a esta pregunta:
"Dios quiere hacer una alianza contigo, ¿estás dispuesto?". Y en medio de la
Asamblea cada uno responde sinceramente.
Una vez que los candidatos han podido celebrar y vivir en profundidad
todas las catequesis relacionadas con el Sermón de la Montaña, tiene lugar el
tiempo de la Elección próxima que va a estar dedicado a una mayor purificación
y que coincidirá siempre con la Cuaresma, tal y como sugiere el RICA para los
541
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 100.
542
Cfr. Espiritualidad del Camino Neocatecumenal III, p.177. "El tiempo del catecumenado postbautismal tiende a llevar a los
neocatecúmenos a la simplicidad, a hacerse pequeños, a abandonarse a la voluntad del Padre. Esto permitirá -siempre guiados por
los catequistas en comunión con el párroco- pasar, a través del abandono, a una espiritualidad de alabanza y agradecimiento. De esta
forma son preparados para entrar en la última etapa del camino: la elección y la renovación de las promesas bautismales". Cfr .
KIKO ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, “El Camino neocatecumenal: breve síntesis”, en o. cit., pp. 1 31-132.
catecúmenos: "El tiempo de Purificación e Iluminación de los catecúmenos de
ordinario coincidirá con la Cuaresma" (nº 21).
543
"El rito de la elección o de la inscripción del nombre se celebrará, ordinariamente, el primer domingo de Cuaresma.
Oportunamente puede anticiparse unos días antes o celebrarlo dentro de la semana" (RICA, nº 51). En el Neocatecumenado tendrá
lugar una vez finalizado el Tercer Escrutinio.
544
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 100. Para descubrir el alcance de la propuesta cristiana hoy, ver J.
RATIZINGER, Ser cristiano en la era neopagana, Ed, Encuentro, Madrid, 1995.
545
Hay que hacer notar que el Ritual ofrece la posibilidad de hacer participar en este discernimiento, si fuere preciso, al grupo
de catecúmenos, lo cual habla por sí mismo del tono conciliador y pedagógico del RICA, que si bien pide seriedad, tampoco se
adultos bautizados: "El vértice de toda la formación será generalmente la Vigilia
pascual, en la cual los adultos profesarán su fe bautismal..." (nº 304).
551
Para M. DUJARIER esta etapa que él llama del llamamiento decisivo es "la que, hasta el presente, ha sido menos trabajada.
A muchos les parece un poco abstracta, por lo menos tal como viene propuesta por el ritual. Pero nosotros pensamos que puede y
debe tener un gran valor pastoral si se llega a expresar bien su sentido y a hacerla vivir de manera suficiente mente concreta", en
Iniciación Cristiana de Adultos, p. 113. La praxis que en el itinerario neocatecumenal se desarrolla respecto de esta etapa, permite
afirmar que se convierte "en el eje de todo el neocatecumenado" (cf. RICA, nº 23). Solamente tomando ab solutamente en serio esta
etapa de la Elección adquiere el tiempo precedente su sentido, y viceversa, solo tiene sentido vivir una experiencia neocatec umenal
si esta en verdad conduce y culmina en la maduración y por tanto verificación de la confesión de l a fe: "A través de la confesión
bautismal, precisamente, todo el catecumenado desemboca en el bautismo...En consecuencia, tanto el catecumenado, que prepara
esa confesión, como -en nuestro caso- la catequesis de adultos que la personaliza, son una exigencia del mismo bautismo. La
catequesis queda, así, penetrada por su dimensión bautismal. Su meta no es otra que la confesión adulta de una fe depositada
germinalmente en el bautismo. No se persigue, por tanto, otra cosa que ayudarnos a asumir personalmente nuestra condición de
bautizados" (CA, nº 136). Recordemos, una vez más, que el Catecumenado bautismal es el modelo en el que la catequesis de adul tos
debe inspirarse: "El modelo de toda catequesis es el catecumenado bautismal, formación específica que conduc e al adulto
convertido a la profesión de su fe bautismal en la noche pascual" (MPD, nº 8).
552
La comunidad neocatecumenal finaliza el Neocatecumenado e inicia la vida cristiana adulta en la educación permanente
de la fe: “La comunidad neocatecumenal, después de haber finalizado el itinerario de redescubrimiento de la iniciación
cristiana, entra en el proceso de educación permanente de la fe...”. Cfr. SCN, art. 22&1.
553
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 60. "El Catecumenado constituye un verdadero aprendizaje. Por eso la Iglesia
necesita un tiempo bastante largo, tanto para revelar al catecúmeno todo lo que debe ilustrar el lento camino de su conversió n,
cuanto para permitirle asimilar en su espíritu y realizar en toda su vida su fe naciente. Un Catecumenado demasiado corto y
precipitado conduciría al fracaso o a dificultades insuperables posteriormente" (Ibidem).
La duración del Neocatecumenado hasta ahora es evidente que ha
precisado de un tiempo prolongado, algunos lo califican de exageradamente
dilatado. Pero también, no es menos cierto que la adulteración de nuestra vida
cristiana es tan considerable, que purificarla de todas las adherencias que la han
secularizado en gran medida requiere de paciencia y de un tiempo suficiente que
jalonado por etapas y pasos permita a las personas llegar a la fe adulta.
554
"En griego, el myste, es el iniciado. El mistagogo es el sacerdote encargado de la iniciación, literalmente: el que conduce a l
myste. De ahí viene la palabra Mystagogia. Este vocabulario, empleado ante todo por las religiones de la antigüedad, fue adoptado
por los cristianos para expresar las realidades sacramentales y especialmente las de la preparación al bautismo. La catequesi s se
llama mistagógicas en cuanto que ayuda a los nuevos bautizados, llamados neófitos, es decir nuevas naturalezas, para comprend er
mejor la vida divina que reciben participando en los misterios que son los sacramentos. Por extensión, la Iglesia habla de
Mystagogia o de neofitado para designar el período durante el cual se desarrolla esta catequesis postbautismal...". Cfr. M.
DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, p. 186. Más adelante, el autor se pregunta si realmente existió un Neofitado, y ésta es
la conclusión a la que llega: "Si la palabra designa una institución estructurada, se puede decir que jamás existió neofitado. Pero la
Iglesia siempre tuvo cuidado de sus nuevos miembros. Históricamente se distinguen dos épocas. Durante los tres primeros si glos,
cuando la comunidad participaba activamente en la formación de los convertidos, no sintió la necesidad de organizar nada espe cial
para los neófitos. Simplemente continuó sosteniéndolos fraternalmente después de su bautismo como antes. A partir del si glo
cuarto, por el contrario, dándose el hecho de que la formación catecumenal había sido reducida prácticamente al tiempo de
poco más la formación de los convertidos más allá de la fiesta de
Cuaresma, la Iglesia quiso proseguir un
Pascua, durante una semana por lo menos, que se llamó semana in albis, es decir, semana de
las vestiduras blancas". (Ibid., p. 189)". Para un acceso a una experiencia pastoral con neófitos, ver D.B.
GUILLARD, Notas pastorales: La Iglesia acoge a los neófitos: Asambleas del Señor 43 (1963), pp. 111-123.
Vemos por tanto que el tiempo de la Mystagogia tiende a que los nuevos
bautizados adquirieran una experiencia más consciente y verdadera de lo que es
la vida cristiana. Para alcanzar este fin, se utilizan tres medios privilegiados:
555
De la Iglesia primitiva tenemos buen conocimiento de estas catequesis mistagógicas: "Después del bautismo, les toca
todavía a los neófitos vivir una última etapa de la catequesis de tipo enteramente nuevo para ellos, ya que hasta ahora nunca se había
tratado sobre la catequesis sacramentaria. Se consideraba que era necesario haber recibido el bautismo antes de entrar en el misterio
de los sacramentos cristianos. Esto sucedía, ante todo, por respeto a la ley del arcano, que prohibía comunicar este misterio a los
paganos, incluso a los que aún no se hallaban plenamente integrados a la Iglesia. Pero, sobre todo, la costumbre de no dar la catequesis de
sacramentos hasta después del bautismo y la eucaristía nacía de la convicción de que los sacramentos son acontecimientos y no
nociones. Valía más la pena vivirlos antes, y que luego se diera su significado". Cfr. J. DANIELOU/R. du CHARLAT, o. cit., pp.
57-59. Para una mayor comprensión, ver "La catequesis mistagógica", en M. DUJARIER, o. cit., pp. 196-199.
556
Para un acceso a las principales catequesis mistagógicas, ver: CIRILO DE JERUSALÉN, Catecheses baptismales 5,12:
PF,91-92; trad. C. ELORRIAGA, San Cirilo de Jerusalén, Ed, DDB, Bilbao 1991; JUAN CRISÓSTOMO, Las catequesis
bautismales, Ed, Ciudad Nueva, Madrid 1988; S. AMBROSIO, Sobre los sacramentos. Sobre los misterios. Explicación del
Símbolo, Col. NEBLI-rojo n. 45, Madrid 1977; TEODORO DE MOPSUESTIA, Homiliae catechetica: ed. R. TONNEAU, Citè du
Vatican 1949; EGERIA, Peregrinatio: SC 296, 1982; Ed, Sígueme, Salamanca 1994; AGUSTÍN, De catechizandis rudibus: ed. J.
COMBÈS, BA 11, 1949; “Máximo el Confesor, Mystagogie”, en HAMMAN, L´initiation chrétienne, pp. 251-291.
557
Ibid., p. 196. Para J. DANIELOU/R. du CHARLAT, "las catequesis mistagógicas que conocemos presentan tres tipos de
explicaciones de los sacramentos. En primer lugar, un comentario de los ritos últimamente vivido por los neófitos, cuya memor ia así
se estimula: Recuerda lo que se te preguntó; acuérdate de tus respuestas. Viene en seguida una teología bíblica de los sacramentos
presentados como continuación de las grandes obras de Dios en el Antiguo Testamento: liberación de Egipto y bautismo; maná y
eucaristía. Y finalmente, la catequesis mistagógica procura responder a dificultades teológicas, como por ejemplo, saber si la Virgen
fue bautizada, si hay que reiterar el bautismo para un excomulgado, etc. Se advierte, sin embargo, que la enseñanza que se da
durante la semana de Pascua a los nuevos bautizados no es siempre un comentario a los sacramentos. En las homilías de San Juan
Crisóstomo se trata de un resumen de vida cristiana según San Pablo; en las de Asterio el Sofista, de un comentario de los sa lmos",
en o. cit., pp. 58-59.
Estas catequesis se impartían durante la Semana in albis558; cada día de la
semana, los neófitos y sus padrinos se reencontraban para una celebración
eucarística que, en las grandes ciudades, tenía lugar en una iglesia diferente
cada vez. Hacían también una procesión solemne hacia otro lugar, después de la
misa, o después del oficio de la tarde. Durante estos encuentros se hacían las
catequesis mistagógicas559. Al final de la semana, los nuevos bautizados
guardaban sus vestidos blancos con los que habían sido revestidos en la noche
pascual. Su iniciación cristiana había terminado. En adelante alimentarían su fe
en el seno de la comunidad cristiana y en la vida litúrgica.
b) La participación en la Eucaristía
558
Para C. FLORISTÁN, "cuando el significado primitivo de la cincuentena pascual comenzó a decaer, se empezó a celebrar
la octava pascual, tanto en oriente como en occidente. Esto ocurrió, a finales del siglo IV. El ciclo antiguo de las siete se manas se
desdobló en otro nuevo de ocho días, con un carácter eminentemente bautismal. La octava permitía a los neófitos gustar las delicias
de su bautismo, prolongando una semana el día que hizo el Señor (Sal 117,24). Al principio fueron siete los días bautismales. El
sábado era el tiempo en que los neófitos se desprendían de los vestidos blancos recibidos en el bautismo. Más tarde se trasladó este
rito al domingo, llamado por esta razón in albis. La octava se llamaba alba o blanca", en Para comprender el catecumenado, p. 158.
Según M. DUJARIER, "la imposición de una vestidura blanca no está claramente atestiguada más que a partir del siglo IV...El
nuevo bautizado se reviste de una especie de alba que conservará durante siete u ocho días, tanto en casa como en la Iglesia. .. La
deposición de las albas se hace habitualmente en el oficio de vísperas del sábado. Más tarde, algunas Iglesias la harán el domingo.
En una época más reciente, se bendice en este momento el agua que debe servir para lavar las albas", en Iniciación Cristiana de
Adultos, pp. 194-195. Para un estudio histórico, ver. A.J. WEGMAN, La historia de la octava de Pascua: Asambleas del
Señor 43 (1964), pp. 9-19.
559
He aquí cómo EGERIA nos describe lo que se hacía en Jerusalén en el siglo IV:"Cuando llegan los días de Pascua, durante
estos ocho días, es decir, desde Pascua hasta la octava, cuando ha tenido lugar la despedida de la Iglesia, se marcha, cantan do
himnos, a la basílica de la Anástasis, después se hace una primera oración, se bendice a los fieles. El obispo, de pie... exp lica todo lo
que se hace en el bautismo. En aquella hora, ningún catecúmeno penetra en la Anástasis: sólo los neófitos y los fieles que qu ieren
escuchar hablar de los misterios entran allí. Se cierran las puertas para que ningún catecúmeno se acerque. Mien tras el obispo trata
de todas estas cuestiones y las expone, se acentúa con tales clamores de aprobación que, aún fuera de la Iglesia, se oye clam ar a la
gente. Porque desvela tan bien todos los misterios que nadie puede quedarse insensible a lo que oye ex plicar allí". Cfr. Itin. de la
Virg. Eg., p. 47.
de la Mystagogia corresponde normalmente a los cincuenta días del tiempo
pascual y se termina con una celebración especial el domingo de Pentecostés (nº
237). La gran fiesta de la Pascua se prolonga por espacio de cincuenta días. Es
una octava de domingos y una semana de semanas. Este período, denominado
tiempo pascual o cincuentena pascual, conmemora a Cristo resucitado, presente
en la Iglesia, y al Espíritu Santo, donación del Padre.
Por tanto, si la finalidad de esta etapa es que los neófitos progresen "en la
percepción más profunda del misterio pascual" (RICA, nº 37) el camino que se
les propone es el de "experimentar de una forma personal y nueva los
sacramentos y la comunidad" (nº 7), de ahí, que "el principal lugar de la
Mystagogia lo constituyan las llamadas Misas para neófitos, o sea, las Misas de
los Domingos del tiempo pascual" (nº 40). Estas misas de Pascua están
pensadas para que se viva y celebre con profundidad este tiempo de la
Mystagogia, por eso sus oraciones reflejan con fidelidad el espíritu de este
tiempo. Lo fundamental es comprender mejor la inestimable riqueza que se ha
recibido. Se trata del don del Espíritu que mediante el agua del Bautismo y la
sangre del memorial ha hecho renacer al neófito y lo ha introducido en la vida
de la comunidad redimida por la sangre de Cristo561. Se trata pues, de que los
neófitos saboreen el espíritu de los sacramentos de la iniciación cristiana y
capten su intrínseca unidad, derivada del misterio pascual:
560
Para C. FLORISTÁN tanto los catecúmenos en sentido estricto como los neocatecúmenos "necesitan un cierto tiempo para
saborear el significado de los símbolos recién experimentados y penetrar en la realidad misteriosa de la nueva vida aceptada. Este es
el sentido de la catequesis mistagógica: participar plenamente en la comunidad cristiana, cuya fuente y cima es la celebració n
eucarística". Cfr. Para comprender el Catecumenado, p. 159.
561
Así lo expresa la oración colecta del IIº Domingo de Pascua: "Dios de misericordia infinita, que reanimas la fe de tu pueblo,
con el retorno anual de las fiestas pascuales, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la
inestimable riqueza del Bautismo que nos ha purificado, del espíritu que nos ha hecho renacer, y de la sangre que nos ha redimido"
(Misal Romano, p. 311).
"Los fieles, incorporados a la Iglesia por el Bautismo,
quedan destinados por el carácter al culto de la religión
cristiana y, regenerados como hijos de Dios, tienen el
deber de confesar delante de los hombres la fe que
recibieron de Dios por medio de la Iglesia.
También para los adultos ya bautizados que han renovado las promesas
bautismales en la Vigilia Pascual este tiempo tiene la misma intensidad que para
los catecúmenos, así lo expresa el RICA: "Finalmente los adultos completarán
562
Haremos bien en asumir, entre nosotros, aplicándolo a la situación de unos adultos ya bautizados, el espíritu con el que los
SS. Padres deseaban que se viviera esta etapa: "Ha llegado el momento de hablaros de los misterios y de haceros conocer todo lo
relativo a los sacramentos (S. AMBROSIO, De mysteriis, 1). También S. CIRILO DE JERUSALÉN: "Ya hacía tiempo que
deseaba, hermanos queridísimos e hijos de la Iglesia, tratar con vosotros de estos espirituales y celestiales misterios" ( Catequesis,
19,1).
su formación cristiana, y perfeccionarán su inserción en la comunidad, viviendo
en unión de los neófitos el tiempo de la Mystagogia" (nº 305)563.
Más aún, el Ritual requiere que sea toda la comunidad la que se renueve
espiritualmente durante este tiempo juntamente con los neófitos: "Para que los
primeros pasos de los neófitos sean seguros, es de desear que en todas estas
circunstancias sean ayudados con interés y amistad por la comunidad de fieles,
por sus padrinos y pastores. Póngase todo el empeño en conseguir su plena y
gustosa integración en la comunidad" (nº 235) 564. Va a ser por tanto este carácter
sacramental del que está impregnado todo este tiempo, el que da a esta última
etapa su especificidad propia, dotada de un clima altamente espiritual, de ahí
que el RICA afirme que "este período se ordena más bien a la formación
espiritual que a la instrucción doctrinal" (nº 25)565Y también se afirma que "la
índole y la fuerza propia de esta etapa procede de la experiencia personal y
nueva de los sacramentos y de la comunidad" (nº 40)..
Para los neófitos que han vivido todo el proceso neocatecumenal y que
han renovado solemnemente las promesas bautismales en la noche de la Vigilia
Pascual vestidos con las túnicas blancas, la cincuenta pascual va a ser vivida,
563
"El RICA, nº 41 enumera con detalle las diversas tareas que, a lo largo de la formación debe realizar la comu nidad con los
catecúmenos. La catequesis de adultos con bautizados tiene derecho a esperar de la comunidad cristiana donde se realiza un ap oyo
análogo" Cfr. CA, nº 127 [nota 50]. Para los obispos españoles, "se trata de un tiempo más breve, en el que los a dultos, ya
catequizados propiamente en la segunda etapa, recapitulan y gustan lo vivido en ella y asumen públicamente los compromisos de
los sacramentos de la iniciación cristiana, que ellos ya recibieron" (CA, nº 217).
564
Evidentemente el Ritual parte de un presupuesto pastoral que en la mayoría de los casos no se da: en nuestras parroquias no
existe un verdadero tejido comunitario y hay una muy escasa conciencia catecumenal, faltan comunidades cristianas iniciadoras .
Cfr. XV ENCUENTRO DE ARCIPRESTES DE LA IGLESIA EN CASTILLA, La iniciación cristiana hoy y aquí. Villagarcía de
Campos (Valladolid) [6-9 de marzo de 1995], pp. 60-64. El Ritual pide que "el Pueblo de Dios siempre debe entender y mostrar
que la iniciación de los adultos es cosa suya y asunto que atañe a todos los bautizados" (nº 14). Ya el Concilio había recordado esta
responsabilidad común de la comunidad cristiana en transmisión de la fe: "Esta iniciación cristiana durante el catecumenado n o
deben procurarla solamente los catequistas y sacerdotes, sino toda la comunidad de los fieles" (AG, nº 14). Es más, el RICA
sostiene que esta presencia activa de toda la comunidad cristiana respecto a los catecúmenos es igualmente necesaria cuando s e trata
de la catequesis de adultos con bautizados (nº 298). Los Obispos españoles señalan la necesidad de comunidades eclesiales de
referencia: "Habrá de contar, también con un núcleo comunitario referencial, compuesto por los cristianos más comprometidos c on
su fe... Esta plataforma comunitaria va a ser punto de referencia fundamental para la catequesis de adultos y órgano de
acompañamiento de la misma" (CA, nº 130) y ámbitos eclesiales de acogida: "Comunidad que acoge a los adultos catequizados al
término de la catequesis en un ambiente donde puedan vivir, con la mayor plenitud posible, lo que han empezado a experimentar.
La catequesis corre el riesgo de esterilizarse si una comunidad de fe y vida cristiana no acoge al catecúmeno en cierta fase de su
catequesis" (CA, nº 128).
565
El tiempo de la Mystagogia está "señalado por la nueva experiencia de los sacramentos y de la comunidad" (RICA, nº 7).
por primera vez, en una atmósfera espiritual de talante esponsalicio566. En esta
etapa final, la comunidad entera hace una peregrinación a Tierra Santa 567, los
neófitos viven esta peregrinación como un verdadero "viaje de bodas"(SCN, art.
21&3). La estancia en la geografía de la Encarnación, las celebraciones en los
Santos Lugares (Belén, Nazaret, Getsemaní, Cenáculo, Santo Sepulcro...) y la
experiencia gozosa de la comunión fraternal dejarán en el corazón de los
neófitos un recuerdo imborrable que se hará presente en cada una de las
eucaristías pascuales que celebrarán en comunidad a lo largo de toda la
cincuentena pascual.
a la vida de la gracia. Con la nueva vestidura blanca ya puede entrar en el banquete eucarístico. Es como gustar ya los fruto s -leche
y miel- (Dt 11,10b.), de la Tierra Prometida. "¿A cuánto se remonta la costumbre de dar leche y miel al bautizado durante la
celebración eucarística?. Es difícil precisarlo. Su simbolismo es claro: el bautismo hace entrar al neófito en la Tierra Prom etida. La
iniciación bautismal se acaba en y por la eucaristía". Cfr. A.G. HAMMAN, o. cit., p. 222. Para una mayor profundización en el
significado de este "rito": M. RIGHETTI, La bevanda di latte e miele: Storia Liturgica, 4, pp. 125-126.
571
El Concilio cita aquí un texto de la Didascalia II, 59,I-3: "En tu enseñanza, invita y exhorta al pueblo a venir a la asamblea,
a no abandonarla, sino a reunirse siempre en ella; abstenerse es disminuirla... Sois miembros de Cristo, no os disperséis, pu es, lejos
de la Iglesia, negándoos a reuniros; Cristo es vuestra cabeza, según su promesa, siempre presente, que os reúne; no os descuidéis, ni
hagáis al Salvador extraño a sus propios miembros, ni dividáis su cuerpo, ni lo disperséis..." (Ed, F.X. Funk, I, p. 170).
572
En el Congreso Eucarístico de Sevilla se subrayó esta "dimensión evangelizadora" de la liturgia, así aparece recogida en el
texto-base: "Para los que participan sinceramente en la eucaristía, ésta contiene, por su estructura y dinámica, por su sentido y
contenido, por su fuerza transformadora y su vida, un auténtico capital evangelizador, en el que confluyen y del que dependen todas
las acciones evangelizadoras extraeucarísticas" (nº 14). Cfr. Documento "Christus, lumen gentium". Cristo, luz de los pueblos.
Eucaristía y evangelización. Texto-base del Congreso Eucarístico Internacional de Sevilla 1992, Ed, Paulinas, Madrid 1992, p. 129.
Para D.B. GUILLARD "el neófito ha sido conducido al umbral de una vida nueva. La catequesis ha iluminado, paso a paso, su largo
camino desde la primera conversión hasta el bautismo (en nuestro caso a la renovación de las promesas bautismales). Una vez
abierta esta puerta sacramental, la Eucaristía se convierte en adelante en el centro de su vida cristiana. Su conversión, nun ca
acabada, reclamará, además, encuentros regulares con el Señor en el sacramento de la penitencia", en art. cit., pp. 118-119.
573
En estas celebraciones, los neófitos reciben fuerza, consuelo y fortaleza, sostén y vida nueva de tal forma que como los
mártires de Bitinia descubren con el paso del tiempo que "sin Eucaristía no se puede vivir". Sin poder celebrar la Eucaristía en
pequeña comunidad, ésta pierde su identidad. La liturgia al venir de nuevo masificada bloquea la renovación litúrgica. Tanto s
alejados obligados a retornar a la Misa parroquial donde se encuentran de nuevo en una relación individualista y despersonalizada
entran en crisis y terminan dejando la Iglesia. Este es un dato contrastado experiencialmente en tantas parroquias donde se e stá
llevando adelante esta iniciación cristiana para adultos a través del Neocatecumenado. Ver la fundamentación bíblica, histórica,
teológica, sociologíca, psicológica y pastoral que hace Mons. PAUL JOSEF CORDES de la legitimidad y necesidad de la
celebración de la Eucaristía en pequeñas comunidades: Participación attiva all´Eucaristia. La "actuosa participatio" nelle piccole
comunità, Ed, San Paolo, Milano 1996. En castellano lleva por título: Una participación activa. Aproximación pastoral a la
celebración de la Eucaristía en pequeñas comunidades, Ed, EG, Bilbao 1998.
experiencia, propia del cristiano y aumentada en el transcurso de la vida, beben
un nuevo sentido de la fe, de la Iglesia y del mundo" (nº 38). Para el Papa Juan
Pablo II es precisamente "la reflexión de la palabra de Dios y la participación en
la Eucaristía las que hacen posible una gradual iniciación en los santos
misterios, forman células vivas de la Iglesia, renuevan la vitalidad de la
parroquia mediante cristianos maduros capaces de dar testimonio de la verdad
con un fe radicalmente vivida" 574.
574
Cfr. El Camino Neocatecumenal puede responder a los desafíos del secularismo, las sectas y la escasez de vocaciones :
Ecclesia Núm. 2.632 (15 de Mayo de 1993), p. 31. Ver la reciente Carta Encíclica de JUAN PABLO II, Ecclesia de Eucharistia, Ed,
San Pablo, Madrid 2003.
575
LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL muestra, partiendo del testimonio de los Santos Padres, la relación íntima entre
Eucaristía-Fraternidad-Justicia, ver: La causa de los pobres, causa de la Iglesia, Ed, SAL TERRAE. Santander 1982, pp. 134-139.
576
"No es difícil comprobar los frutos del Camino Neocatecumenal: las familias reconciliadas, abiertas a la vida y agradecidas
con respecto a la Iglesia, se ofrecen a llevar el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierras... De estas familias están
surgiendo ahora muchísimas vocaciones... Un gran fruto de este Camino es sobre todo, el impulso misionero...". Cfr. JUAN PABLO
II, Un ejemplo de nueva evangelización: L´Osservatore romano (21 de enero de 1994), p. 20.
577
JESÚS LÓPEZ sostiene que "tanto la pastoral catecumenal como las pastorales análogas valoran la importancia del hecho
comunitario para vivir la fe. Todas ellas tienen una inspiración comunitaria que encuentra en el modelo de las primeras
comunidades cristianas. Además conocen las dificultades de los catecúmenos para integrarse allí donde no esté reconstruido (o no se
esté reconstruyendo) el tejido comunitario de la Iglesia. Ciertamente, el Concilio crea la atmósfera que hace posible la apar ición,
desarrollo y reconocimiento de las pequeñas comunidades". Cfr. “Pastoral catecumenal y pastorales análogas”, en CONFERENCIA
EUROPEA DE CATECUMENADO, Los comienzos de la fe. Pastoral Catecumenal en Europa Hoy, p. 163.
la comunidad en la Iglesia, aprobó casi unánimemente esta proposición: "De
hecho, no pocas parroquias, por diversas razones, están lejos de constituir una
verdadera comunidad cristiana. Sin embargo, la vía "ideal" para renovar esta
dimensión comunitaria de la parroquia podría ser convertirla en comunidad de
comunidades" (Proposición 27). El Papa JUAN PABLO II pedirá que para la
que las parroquias sean verdaderas comunidades cristianas, las autoridades
locales favorezcan "las pequeñas comunidades eclesiales de base, también
llamadas comunidades vivas, donde los fieles pueden comunicarse mutuamente
la palabra de Dios y manifestarse en el recíproco servicio y en el amor; esta
comunidades son verdaderas expresiones de la comunión eclesial y centros de
evangelización, en comunión con sus pastores" (Proposición 11). Cfr.
Cristifideles laici, nº 27c. Para J. LOSADA, "la aparición de las pequeñas
comunidades es la manifestación más importante de la recepción y realización
del Concilio en la Iglesia". Cfr. Eclesiología de las pequeñas comunidades: tres
momentos de la radicación del carisma: Sal Terrae 12 (1982), p. 879..
feligreses están casi ausentes las relaciones interpersonales (sobre todo en la urbe) y porque
no se da en ella suficientemente lo que los hechos de los Apóstoles llaman koinonia... Sin
embargo, el futuro y porvenir de la Iglesia -afirma un documento del Consejo Presbiteral de
Madrid- está condicionado por la calidad de su vida comunitaria. La Iglesia será, en gran
parte, lo que sean las comunidades cristianas (parroquias, comunidades intraparroquiales y
extraparroquiales) en las que se construye el pueblo de Dios". Cfr. Para comprender la Parroquia, Ed,
Verbo Divino, Estella (Navarra) 1994, p. 62.
580
"¿A dónde van a parar estas comunidades en la parroquia? Pues muy sencillo, a ser parroquia evangelizada y
evangelizadora acogiendo en su seno a los conversos. Alguna comunidad ha terminado ya la etapa catecumenal con la renovación
solemne y especial del Bautismo y de las promesas que en él hicimos. Ahora se encuentran a disposición de la Iglesia -del obispo de
la diócesis y del párroco de la parroquia- procurando ser más eficientemente levadura dentro de la masa de los fieles". Cfr. JESÚS
HIGUERAS, o cit., p. 108.
581
Cfr. “El Camino neocatecumenal: breve síntesis”, en o. cit., p. 129. Para los iniciadores del CN el modelo de toda
comunidad cristiana ha de ser la Sagrada Familia de Nazaret, ella ha sido el "lugar teológico" donde el Hijo de Dios, ha naci do, se
ha desarrollado, ha crecido, se ha hecho adulto, durante treinta años. Las comunidades cristianas parroquiales son, por tanto, el
espacio donde se da tiempo a que la fe se haga adulta (ver SCN, art. 7&2 y 23&1). Para G. Zevini, "el nacimiento del
neocatecumenado ha hecho entrever una nueva estructura de Iglesia local formada por pequeñas comunidades donde, en la medida
en que crece la fe maduran de la experiencia nuevos carismas y ministerios". Cfr. Experiencias de iniciación cristiana de adultos en
las Comunidades Neocatecumenales, p. 245.
582
Cfr. Del catecumenado a la comunidad: Misión Abierta (3/1979, Junio), p. 108. Esta visión la expresó también el Cardenal
SUQUIA en su visita a los fieles de la Paloma en la inauguración del centro parroquial "Virgen de la Paloma " el día 4 de mayo de
1991. El Cardenal Arzobispo de Madrid propuso que, para contrarrestar la acción de las sectas, "es urgente la participación v ital en
pequeñas comunidades" y señaló el peligro de "una iglesia masificada". "El futuro está en que la Parr oquia se convierta en una
Comunidad de Comunidades, donde las personas se sientan acogidas, puedan vivir la fraternidad y reflexionar comunitariamente
sobre la Palabra de Dios". Cfr. JESÚS HIGUERAS, o. cit., pp. 38-39. Ya hemos señalado anteriormente que para THOMAS P.
IVORY el Catecumenado es un proceso que promueve la renovación de la comunidad cristiana local. Según él, el catecumenado
puede ayudar a que las parroquias sean esta comunidad, de tal forma que habría que concebir el catecumenado como el "esp acio y el
tiempo" para el florecimiento de una nueva Iglesia. Para IVORY el RICA ofrece uno de los mayores intentos para la renovación de
las parroquias, que emergen del Vaticano II... Ver su interesante estudio: "The Stages of iniciation: Il Catechumenate ”, en o. cit., pp.
199-217. Para el SECRETARIADO DIOCESANO DE CATEQUESIS de Madrid "en nuestra Iglesia de hoy, formada en gran parte
por masas de gente sacramentalizada y poco evangelizada, el Catecumenado para adultos bautizados es uno de los medios más
Esta etapa del Neofitado concluye con la celebración solemne de la
Vigilia de Pentecostés. El RICA propone para finalizar esta etapa tres
sugerencias pastorales "para clausurar el tiempo de la Mystagogia, al final del
tiempo pascual, en la proximidad del domingo de Pentecostés, téngase alguna
celebración litúrgica, festejando la fecha también con algún acto social de
carácter civil según las costumbres de la región" (nº 237). Las comunidades
cristianas parroquiales tras haber vivido y celebrado con gozo pascual todas las
Misas para los neófitos, participan ahora junto al resto de comunidades, grupos
y fieles de la Parroquia en la solemne Vigilia de Pentecostés en la espera del
Espíritu Santo a quien ya han experimentado los neófitos como el corazón y el
alma de la Iglesia583 que ha nacido dentro de ellos, que ha hecho posible el
milagro del nacimiento y consolidación de la comunidad, y que hace posible la
comunión en la diversidad dentro del espacio parroquial.
eficaces que poseemos. Y necesariamente habremos de usarlo para dar el paso de una Iglesia de Cristiandad a otra más viva y
evangélica, que sea comunidad de comunidades". Cfr. De la cristiandad a la comunidad, p. 38.
583
En este texto de LG,4 encontramos magníficamente sistematizada las "notas" de actuación del Espíritu tanto en el cristiano
como en la Iglesia: "El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Cor 3,16; 6,19), y en ellos
ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Gál 4,6; Rom 8,15-16.26). Guía a la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16,13), la
unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus f rutos
(cf. Ef. 4,11-12; 1 Cor. 12,4; Gál 5,22) con la fuerza del evangelio rejuvenece a la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a
la unión consumada con su Esposo".
584
También en los ritos de la "inscripción del Nombre", de la "renuncia a Satanás" y de la "imposición de la túnica blanca",
siempre que pueden suelen estar presentes los Obispos, de ahí que el conocimiento y el trato con los neófitos sea muy cercano y
familiar.
esta última etapa, el Obispo puede anticiparlo siempre que asuma el papel
fundamental que el RICA le confiere "organizar, orientar y fomentar la
educación pastoral de los catecúmenos y admitir a los candidatos a la Elección y
a los sacramentos" (nº 44).
Veamos gráficamente cómo queda configurada esta etapa (ver tabla 18ª y
19ª).
B) PASOS
Al analizar anteriormente los grados del RICA, hemos visto que éstos son
tres (nº 6) y que además también pueden ser denominados pasos porque
marcan y sellan con ritos litúrgicos los momentos nucleares de la iniciación.
Cada uno de los tres pasos conducen a un tiempo, más o menos prolongado de
discernimiento y madurez, que prepara el grado siguiente. Los grados son pasos
de un tiempo a otro. Son, por lo tanto, umbrales que se atraviesan de una puerta,
o escalones de una escalera por la que se sube o -en la presentación del
Neocatecumenado- se desciende. En rigor, los grados, de carácter celebrativo y
puntual, son los pasos o puertas que dan acceso a las diversas etapas. Hasta
ahora me he detenido en ver cómo aparecen estructuradas las cuatro etapas que
contempla el RICA y las seis que jalonan el itinerario neocatecumenal, vamos a
intentar mostrar a partir de este momento los pasos a través de los cuales
avanzan descendiendo todos aquellos que están viviendo el Neocatecumenado.
586
El primer "proceso" al que fueron sometidos los iniciadores del CN tenía como trasfondo averiguar la fundamentación de la
praxis litúrgico-pastoral que estaban llevando adelante con los precatecúmenos, así narra KIKO ARGÜELLO estos momentos de
incertidumbre: "Cuando fuimos convocados por la Congregación del Culto Divino y de los Sacramentos por la perplejidad de un
obispo auxiliar de Roma con motivo de los exorcismos que hacíamos en el primer escrutinio, nos encontramos frente a una
comisión de los expertos que habían trabajado en el Ordo Initiationis Christianae Adultorum (OICA). Cada uno de ellos tenía
delante el Ordo, ya impreso, pero que no se encontraba aún en las librerías. Nos presentamos ll enos de miedo, después de haber
rezado mucho a la Virgen y al Señor para que estuvieran a nuestro lado. Mientras nosotros explicábamos que no hacíamos otra cosa
sino poner a las personas frente a la primera parte del bautismo que ya habían recibido y del que los exorcismos constituían una
parte importante, y tras haberles explicado cómo había nacido el Camino, en qué consistía, etc., ellos se quedaron estupefact os,
mirándose unos a otros: era la realización práctica en las parroquias de lo que ellos habían elaborado a lo largo de los años en el
Ordo de iniciación de los adultos...". Cfr. KIKO ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, “Introducción” en E. PASOTTI, o. cit.,
p. 12.
587
Mons. RICARDO BLÁZQUEZ ha señalado certeramente: "La Iglesia se va renovando actualmente no sólo de forma
deductiva, por la aplicación de los documentos conciliares; hay además otro camino: el de la síntesis creadora entre las gran des
orientaciones del Vaticano II y el movimiento hondo de nuestra cultura. El Neocatecumenado actúa por este s egundo camino. Dios
envía a cada generación y a cada etapa de la Iglesia los maestros, los reformadores y los iniciadores que necesita; suscita p or su
Espíritu los carismas requeridos para su renovación fiel y elocuente... La renovación litúrgica, bíblica, eclesiológica... asumidas y
propugnadas por el Camino Neocatecumenal están en la base. Pero su novedad consiste en el genio que las ha integrado vitalmen te
y ha creado con ellas un conjunto dinámico. Porque no basta poseer teóricamente todos los elementos , no es suficiente decir cómo
debe ser; con unos rituales renovados, con un rico conocimiento bíblico, con la mejor teoría catequética, con una adecuada
comprensión de la Iglesia, puede darse escasamente la vida. El genio creador es el que ofrece la clave para, de una forma singular,
aunar todos los elementos construyendo una andadura viva y fecunda. Así se entiende que haya iniciativas más programadas que
reales, más teóricas que eficaces". Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, pp. 11-17.
588
Así se lo manifestaba KIKO ARGÜELLO a los cerca de 180 Obispos latinoamericanos: "Poco a poco lo íbamos
descubriendo. Poco a poco, al ir a las parroquias, Dios ha ido iluminando. Hasta hace muy pocos años no sabíamos cómo iba a s er el
final del Camino; hemos confiado en el Señor -cuando lleguemos a esa etapa final-, el Señor nos lo dirá. Efectivamente, ya se ha
acabado el Camino, ya hay muchas parroquias que no las llevamos nosotros. Porque el Camino Neocatecumenal no es un
Movimiento en el sentido de que los Focolarinos toda la vida son Focolarinos... El Camino Neocatecumenal es un tiempo de
formación. Un tiempo que es largo" Cfr. Santo Domingo-1992, p. 25.
589
Esta inspiración de la pedagogía catequética en la pedagogía divina la han desarrollado con cierto det alle nuestros obispos
en Catequesis de la Comunidad, nnº 206-220, y han vuelto a profundizar en ella en Catequesis de adultos, nnº 254-282.La
utilización de esta pedagogía divina como muy bien han señalado nuestros obispos, ha obligado a los catequistas in iciadores del CN
a estar muy cerca de la vida concreta de los catequizandos. He aquí las "actitudes" que se piden a los catequistas:"* Respeta r el
ritmo personal de los adultos, estando atento a los momentos de gracia de cada uno así como a los posibles bl oqueos y resistencias
(cf. CC, nº 214); * Referir constantemente la Palabra de Dios a las experiencias humanas más importantes, de las que particip an los
catequizandos. Esta referencia a la experiencia concreta es vital para la catequesis (cf. CC, nº 222); * Fomentar la creatividad en los
catequizandos, confiando en las posibilidades de éstos para asumir el proceso de maduración en la fe; * Buscar un lenguaje
adaptado, que resulte significativo para los adultos y de esta forma facilitarles el acceso al mens aje cristiano"(CA, nº 259).
va a ir entregando al neocatecúmeno 590en cada etapa, entendida ésta como
hemos visto, es decir, como un espacio de tiempo para que la adhesión del
neocatecúmeno a Jesucristo se vaya haciendo de una forma progresiva 591, y los
pasos que van a ir marcando los momentos nucleares del crecimiento y
maduración de la fe592.
590
"La Palabra de Dios ilumina todo el acto catequético y es el elemento que da conexión a todos los demás... La catequesis es
enseñar a leer la Escritura con el corazón de la Iglesia" (CC, n º 228), también en CA, nº 226.
591
Según los Obispos españoles "a partir de una conversión inicial, se van convirtiendo los diversos estratos de la personalidad
creyente -las diferentes zonas de su ser- a través de un proceso de conversión permanente. Ese caminar de la fe tiene sus momentos
de resistencia -personales en cada uno- que el catequista ha de saber respetar con tacto y comprensión...Este mismo sentido de
proceso concierne al grupo catecumenal como tal, al que hay que concebir como una comunidad in fieri más que como ya
totalmente consumada. Aquí también debemos respetar los ritmos de crecimiento y, en consecuencia, saber graduar determinadas
exigencias comunitarias del Evangelio (como puede ser la comunicación cristiana de bienes) dentro de unas etapas de crecimien to"
(CC, nº 214). Para posibilitar el desarrollo gradual de la conversión es por lo que en el Neocatecumenado las etapas tienen un
determinado tiempo de duración. Se necesita tiempo para ser cristiano y es muy importante tener muy presente que la "pedagog ía
catequética debe ser respetuosa con el personal proceso de fe de cada catecúmeno, con su ritmo, con su particular itinerario" (Idem).
592
Son la condensación de todo el tiempo que pasó. Es un implícito reconocimiento de que en ciertos momentos es necesario
cristalizar la experiencia de la conversión y celebrarla con expresiones rituales. Son ciertos períodos de cambio cualitativo, qu e
requieren apoyo de la Iglesia y una mayor actividad ritual.
593
Por lo que respecta a los "ritos de Entrada en el Neocatecumenado" nos vamos a encontrar con una gran riqueza de
"oraciones originales" de la liturgia neocatecumenal. El haber celebrado estos ritos antes incluso de que saliera publicado e l RICA
propició esta creatividad litúrgica.
594
El Ritual dice que para dar este "paso" en los candidatos se requiere: "Una vida espiritual inicial y los conocimientos
fundamentales de la doctrina cristiana..." (nnº 15, 50 y 68).Y, un discernimiento de la Iglesia en el que se "investigarán lo s motivos
de la conversión" (nnº 69, 16 y 50). La praxis litúrgica del Neocatecumenado por lo que se refiere a este primer grado del RICA, va
a ser más fiel al "Iter" de la liturgia catecumenal tal y como aparecía en los rituales inmediatamente posconciliares, en los que el
"orden ritual" era el siguiente dentro de los "ritos" especificamente prebautismales o también denominados "Ritos de introducción":
1º Diálogo y Catequesis; 2º El soplo; 3º La signación; 4º Imposición de la mano; 5º La sal. Cfr. Ritual de los Sacramentos:
Bautismo-Confirmación-Eucaristía, Ed, Litúrgica Española, Barcelona 1966, pp. 28-31.
catecumenal prevista en el ritual del Bautismo tal y como aparecía en los
rituales anteriores a la promulgación y entrada en vigor del actual. De ahí que
los ritos precatecumenales que van a permitir revivir esta primera parte del
Bautismo siguen el orden litúrgico-ritual que aparecía en los rituales
inmediatamente posconciliares:
595
En el Ritual los "Escrutinios" son tres y están reservados para la etapa de la "purificación e iluminación", se celebran
durante los tres primeros domingos de la Cuaresma (nº 25b y 52). La finalidad de los mismos es "hacer aparecer en el corazón de los
elegidos todo lo que hay de débil, de enfermo y de maligno y curarlo, y todo lo que hay de bueno, válido y santo para afirmar lo. En
efecto, los escrutinios liberan del pecado y del diablo, y dan la fuerza de Cristo, que es para los elegidos el Camino, la Verdad y la
Vida" (nº 25,1). Así pues su finalidad es "principalmente espiritual, y se completa con ayuda de los exorcismos. Pues los esc rutinios
están hechos para purificar los espíritus y los corazones, fortalecerlos contra las tentaciones, convertir las intenciones, excitar las
voluntades, a fin de que los catecúmenos se unan más profundamente a Cristo y prosigan sus esfuerzos" (nº 154). En la praxis del
Neocatecumenado, veremos que se da una fidelidad en la intencionalidad con que se practican los Escrutinios respecto del RICA,
pero también hay una adaptación en el modo de ordenarlos dentro del itinerario neocatecumenal. En el Estatuto, se dice que “l os
escrutinios ayudan a los neocatecúmenos en su camino de conversión, respetando la conciencia y el fuero interno, según la
normativa canónica, el OICA y el Directorio catequético del Camino Neocatecumenal”. Cfr. SCN, art. 19&2 y 28&4.
han sido elegidos, de los que han dado pruebas de conversión. No son ritos de
paso con revisión de vida, sino ritos que van introduciendo en el Misterio de
Dios, propios del tiempo de la Iluminación". Cfr. La propuesta catecumenal en
el RICA, p. 190. Para una profundización acerca de los escrutinios, ver: M.
DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, pp. 115-126; R. BÉRAUDY, Los
escrutinios y los exorcismos: Concilium 22 (1967/8). van a tener;
- la "entrega del Shemá";
- la recuperación del rito de la sal.
596
El período del Precatecumenado es un período de kénosis, afirma KIKO ARGUELLO: "En este tiempo las personas
verifican su fe caminando junto a otras personas imperfectas y pecadoras, en la novedad de una comunidad concreta que hace de
espejo y que llama a cada uno a conversión al ver claramente su realidad". Cfr. El Camino neocatecumenal: breve síntesis, en o. cit.,
p. 130.
597
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 96.
598
Así presentaba KIKO ARGÜELLO a los Obispos de Latinoamérica la celebración del Primer Escrutinio: "Después de que
este hombre en la comunidad se ha dado cuenta de que no tiene fe, o que tiene poca fe, entonces le ponemos frente a su Bautismo.
Nos pregunta: ¿cómo tengo que hacer para tener fe? Pedirla a la Iglesia. Hacemos el Primer Escrutinio donde se renueva la pri mera
parte del Bautismo. Viene el Obispo. La primera cosa que hemos descubierto es que no puede darse en el hombre la conversión si
no tiene iluminadas las injusticias de su historia, la cruz de su historia. Le comenzamos a hablar de la cruz y le preguntamo s: ¿tú
estás dispuesto a que te ayudemos a iluminarte tu cruz? o estás escandalizado con la monstruosidad de tu historia, con lo que te ha
pasado en tu vida. ¿Cuál es tu cruz? pregunta el Obispo. Y él dice: mi mujer, por ejemplo; lo dice públicamente, en la litur gia.
Porque el Obispo pregunta: Y ¿qué sentido tiene para ti? ¿Está iluminada por la cruz de Cristo? Y lo dice allí. O sea ya no e stán
rebelados contra la cruz, ni contra Dios, ni contra la historia. Ya se puede comenzar en ellos un proceso de profundizaci ón de la fe".
Cfr. “Exposición del CN”, en Convivencia-1992, pp. 22-23.
La celebración del Primer Escrutinio tiene lugar dentro del marco
celebrativo de la Eucaristía599, y por tanto tiene lugar dentro de la Liturgia de la
Palabra que va iluminando cada una de las cuatro partes en las que está
estructurado el Rito:
.
*La "Inscripción del nombre en el Libro de la Vida"*
599
También el Ritual contempla la Eucaristía como marco celebrativo, aunque evidentemente en ella no participarían los
catecúmenos: "A este Rito, que consta de la admisión de los candidatos, de la liturgia de la palabra y de la despedida de aquéllos,
puede seguir la Eucaristía" (nº 72).
600
"El rito repite los hechos primordiales de la vida del creyente, vuelve a lo que son sus arquetipos dinámicos, retorna a sus
orígenes, los actualiza, los hace presentes. La representación ritual tiene pues el doble sentido de imitar y a la vez presentizar,
presencializar". Cfr. L. MALDONADO/PEDRO FERNÁNDEZ, “La celebración litúrgica: Fenomenología y Teología de la
celebración”, en DIONISIO BOROBIO (dir.), La celebración en la Iglesia I, Ed, Sígueme, Salamanca 1985, p. 281. Para una mayor
profundización sobre el alcance "mimético", "representativo" y "actualizador" que los ritos tienen, ver: “Liturgia, corporeid ad,
ritualidad”, en Celebrar para vivir. Liturgia y Sacramentos de la Iglesia, Ed, Sígueme, Salamanca 2003, pp. 26-36. Por lo que
respecta a los "ritos" que tenían lugar dentro de la celebración de la Entrada en el catecumenado, "los documentos antiguos señalan
cuatro: 1) la signación o señal de la cruz en la frente del candidato, para significar que el convertido pertenece a Cristo y que ya es
catecúmeno o primer grado de su ser cristiano (será fiel con el bautismo); después se extendió la signación a la boca y el pe cho,
cuya actualización es el signarse y el santiguarse. 2) La imposición de manos, que se vinculaba a veces a la signación; expresa
protección de Dios y acogida por parte de la Iglesia. 3) El ofrecimiento de la sal, que equivale a hospitalidad y acogida. 4) El soplo,
rito más tardío a modo de exorcismo, expresa la entrada del Espíritu de Dios (es viento y aliento), junto al rechazo de todo lo
diabólico". Cfr. C. FLORISTÁN, lain Para comprender el Catecumenado, pp. 137-138.
601
En el RICA la celebración del segundo grado se denomina Rito de la Elección o inscripción del nombre, con este rito los
catecúmenos que han sido elegidos son "inscritos" para ser purificados e iluminados durante el tiempo cuaresmal en orden a la
recepción de los sacramentos de la Iniciación Cristiana. En el CN al final del Neocatecumenado también se vivirá este "Rito de la
inscripción del nombre en el Libro de la Vida" dentro de los ritos preparatorios a la renovación de las Promesas bautismales.
La inscripción del nombre en el Libro de la Vida es por tanto un rito
neocatecumenal con una doble significación: por una parte representa la
"llamada" de Dios, que siempre es personal y "nominal"(cf. Jn. 10,3), y por otra,
al ser inscrito con su nombre sobre la Biblia le hará presente al precatecúmeno
que la Historia de la Salvación Dios la ha hecho con personas concretas a las
que llamó y bendijo, y la sigue haciendo con ellos, a los que ha llamado y a los
que sigue bendiciendo (cf. Rom 8,29-30). También tendrá esta inscripción un
significado que expresará la comunión fraternal porque a partir de este
momento cada vez que celebren la Eucaristía se pedirá personalmente por los
hermanos ausentes inscritos en la Biblia602.
602
Normalmente se compra para este Rito la edición grande de la Biblia de Jerusalén, que será la que utilizarán los
precatecúmenos y los neocatecúmenos en las celebraciones.
603
Esta oración es de origen "neocatecumenal", no se encuentra en el Ritual. Veremos en los sucesivos ritos, como la liturgia
neocatecumenal ha creado también su propia "eucología" respondiendo a las nuevas situaciones de estos adultos bautizados.
El modo de vivir este rito en el Neocatecumenado sigue el esquema del
Ritual, aunque es más fiel al modo como aparecía este rito presentado en los
rituales inmediatamente postconciliares604 Celebrante: Si quieres poseer la
vida eterna, cumplid los mandamientos: Amad al Señor vuestro Dios con todo
vuestro corazón, con toda vuestra alma, con todo vuestro ser, y a vuestro
prójimo como a vosotros mismos. Estos dos mandamientos sostienen la ley
entera y los profetas...". Cfr. Ritual de los Sacramentos, pp. 46-47. Hay que
significar que tanto en el Ritual del Bautismo de niños (nº 110) actualmente en
vigor y que fue publicado en 1970 como en el RICA (nº 75), la invitación del
celebrante a poner el "Shema" en el centro de la existencia cristiana ha
desaparecido. De ahí que la praxis neocatecumenal se remita a los rituales
anteriores.. Durante la Convivencia que prepara este Primer Escrutinio de paso
al Neocatecumenado, los catequistas presentan con una serie de catequesis la
teología del Bautismo605y esto facilita que los precatecúmenos que ya han
descubierto a lo largo de dos años la debilidad de la fe heredada o la poca fe que
tenían, se la pidan a la Iglesia, que es la depositaria de la fe 606. Después de
proclamar el texto de Mc 12,28-34607en el que Jesús muestra cuál es el camino
de la Vida, se acercan los precatecúmenos al Obispo y tiene lugar el diálogo
interrogativo que encontramos en el Ritual (nº 75) pero con el "añadido" del
texto del Shemá608. La oración conclusiva con la que termina este rito también
es original de la liturgia neocatecumenal 609 (ver tabla 21ª).
604
"DIÁLOGO Y CATEQUESIS
605
Cfr. ANDRÉS MANRIQUE Teología bíblica , del Bautismo. Formulación de la Iglesia Primitiva, Ed, "Biblia y Fe",
Madrid 1977.
606
La fe afirma el Cardenal JOSEPH RATZINGER "surge de la Iglesia y lleva a la Iglesia. El don de Dios que es la fe incluye
tanto el requerimiento a la voluntad del hombre como la acción y el ser de la Iglesia. Nadie puede establecer por sí mismo qu e es
creyente. La fe es un proceso de muerte y nacimiento, un pasivo activo y un activo pasivo, que necesita a los otros: que necesita el
culto de la Iglesia, en el que se celebra la liturgia de la cruz y resurrección de Jesucristo. El Bautismo es sacramento de l a fe y
también la Iglesia es sacramento de fe. Por consiguiente, sólo entiende la pertenencia a la Iglesia aquel que comprende el bautismo y
sólo comprende el bautismo el que dirige su mirada a la fe que, a su vez, remite al culto de la familia de Jesucristo". Cfr. Teoría de
los principios teológicos, p. 46.
607
En este texto según la Nota de la Biblia de Jerusalén se pone de manifiesto que "el monoteísmo es tan intransigente en el
N.T. como en el Judaísmo. Aquí se apoya, en labios de Jesús, en el Sema (Dt 6,4-5)".
608
M. DUJARIER comentando este momento del "diálogo" sostiene que sería mejor "orientar el diálogo en función de las
palabras dichas por Jesús en Juan 14, 6, y que el Concilio justamente ha presentado como el resumen de la fe inicial de los
convertidos (AG,13). En efecto, expresan el descubrimiento esencial que ellos han hecho durante su precate cumenado: Jesús es el
camino que nos conduce al Padre. Venimos a buscarlo en su Iglesia para que en ella nos comunique su verdad y su vida. Más aún ,
para que él mismo se comunique a nosotros, él que es verdad y vida". Cfr. Iniciación Cristiana de Adultos, p. 58.
609
"Padre Santo, da a estos hermanos la fe, manténlos siempre caminantes para que su fe
vaya creciendo en profundidad, para que sean luz hasta que te veamos todos sin velos,
cara a cara, en la visión del amor eterno. Por Jesucristo nuestro Señor".
En la Iglesia primitiva, los exorcismos tenían un puesto relevante en el
Catecumenado. "Existe aquí (en Jerusalén), dice Egeria, la costumbre de que
quienes han de ser bautizados acudan todos los días durante la Cuaresma a que
los clérigos pronuncien sobre ellos el exorcismo" 610. En efecto, esta misma
práctica la encontramos en la Tradición Apostólica de Hipólito donde los
exorcismos son practicados diariamente611. Las fórmulas presentan los
exorcismos como intervenciones de Dios para preparar a los catecúmenos al
sacramento de la regeneración. Los exorcismos que se practicaban con
normalidad y naturalidad son -según D. Borobio- "expresión de una teología del
mal, del pecado original que tiene el alma cautiva y del misterio de la
Redención. Con ello se pretende arrancar al catecúmeno de las fuerzas del mal y
unirlo a Cristo; liberarlo del pecado y llenarlo de la vida nueva"612.
610
Cfr. Peregrinatio Egerie, 46: CSEL 39, p. 97.
611
Cfr. "A partir del día que son elegidos, que se les impongan cada día las manos exorcizándolos" Cfr. Trad. Apost., 20;"El
exorcismo, dice S. CIRILO, pone de manifiesto el conflicto interior que se libra en el alma del catecúmeno entre Cristo y Satanás".
Cfr. Protocatequesis, XVI: PG 33, p. 361. Para una mayor ampliación, ver B. BERAUDY, Los escrutinios y los exorcismos:
Concilium 22 (1967) pp. 239-244. Del mismo autor, Los exorcismos prebautismales: Asambleas del Señor, 30 (1964), pp. 9-19.
612
Cfr. Proyecto de iniciación cristiana, p. 262. La significación que los exorcismos tenían -afirma ANDRÉS MANRIQUE-
era "arrancar progresivamente al catecúmeno de las fuerzas del mal para unirle cada vez más a Cristo, conjurar a Satanás para que
no sirva de obstáculo en su marcha hacia el bautismo". Cfr. Teología bíblica del bautismo, p. 212.
613
"Cada escrutinio comporta un exorcismo solemne. Cuando el ritual estaba aún ad experimentum, a este exorc ismo se le
calificaba de mayor, porque estaba construido de forma imprecativa, es decir, se dirigía a Satán mismo ordenándole salir. Pe ro la
edición definitiva de 1972 utiliza la forma simple deprecativa que es una oración al Padre y a Cristo". Cfr. M. DU JARIER, o. cit.,
pp. 124-125. Ver también B. FISCHER, Batismal Exorcism in the Catholic Baptismal Rites after Vatican II: Stud. Lit. 10 (1974),
pp. 48-55 y RAMIRO GONZÁLEZ, La victoria de Jesucristo sobre el “Príncipe del mal”. Introducción al tema de la d emonología
y al “Ritual de Exorcismos”: Phase nº 246 (noviembre-diciembre 2001), pp. 493-505.
614
"La renuncia a los cultos paganos se presenta como facultativa: no habrá que hacerla más que allí donde existen tales cultos
(nº 78). Nos parece curioso que no se la considere como necesaria, pues, en toda civilización, existen creencias y prácticas
contrarias al Evangelio. En la tradición de la Iglesia, toda adhesión a Cristo implica el abandono de ciertos comportamientos ". Cfr.
M. DUJARIER, Iniciación Cristiana de Adultos, p. 61.
hace que la Palabra proclamada llene de expresividad y contenido al mismo rito
que a continuación se realiza siguiendo este orden:
OBISPO: Vosotros que tantas veces habéis contristado al Espíritu de Dios, ¿Queréis
ser templos vivos del Espíritu Santo?
PRECAT: Si, quiero
"!Oh Padre¡ tu que en la muerte y resurrección de tu Hijo has quitado todo poder al
demonio, te suplicamos por estos hijos tuyos que hoy reviven el Bautismo: aparta de ellos
el espíritu del Mal para que pueda dejar el sitio al Espíritu Santo Paráclito. Por Jesucristo
nuestro Señor". (Liturgia neocatecumenal).
617
Cfr. "Padre, derrama sobre estos hermanos el espíritu de adopción; que estén en continuo
diálogo contigo para crearlos en el amor, para darles luz interior, luz en el camino que les
dé sabor para suavizar las durezas de la lucha; fuerzas para enfrentarse a los enemigos del
reino. Que les dé amor fraterno para que saboreen las primicias de la vida eterna, para que
todos juntos marchemos hacia tu morada. Por Jesucristo Nuestro Señor".
618
La teología paulina sobre la Cruz resuena con fuerza en estas catequesis (cf. 1 Cor. 1,17 -30; 4,9-13). "Para el catecúmeno,
anunciar hoy la salvación es anunciar la cruz gloriosa de Cristo, ayudar a los hombres a tomar conciencia de su propia realidad
existencial de límite, alienación, infelicidad, incapacidad para dar por sí solos un sentido a sus vidas, y anunciar, a parti r de esta
Jesucristo se ha transformado en gloriosa para el discípulo que le sigue (cf.Mt.
11,29-30). Se trata -dice Andrés Fuentes- de "situar al catecúmeno ante la cruz,
ante la reconciliación con su propia historia como expresión de la voluntad de
Dios. Iluminar la cruz como expresión de la voluntad de Dios que nos lleva a no
renegar de Dios sino acogerla como expresión de su amor entrañable y
salvífico"619. Es "un descubrimiento de primer orden -afirma Mons. Ricardo
Blázquez- comprender que la cruz es signo del amor de Dios y no expresión de
su indiferencia o de su animosidad"620. Esta catequesis staurológica encontrará
su expresión ritual en la signación con la cruz.
realidad, la victoria que sólo Cristo ha conseguido con su cruz. El egoísmo es la causa de toda infelicidad humana. Anunciar la
salvación en "Cristo crucificado" (1 Cor 1,23) quiere decir proclamar la posibilidad de una vida nueva y distinta y que la gl oria de
Dios se manifiesta en el Siervo doliente de Yahvé, el cual no resiste al malvado y ama al enemigo (cf. Is 42,1 -7; 49,1-6; 50,4-9;
52,13-53,12). La cruz de Cristo revela a todo hombre muerto por una vida de egoísmo que está matando también a los demás.
Aceptar la cruz es aceptar esa actitud de Jesús Siervo como la única verdad, porque no hay filosofía, ni política, ni ciencia en que
pueda salvarse la humanidad. Viviendo esta actitud de Cristo, la comunidad se convierte para el mundo en signo de amor a Dios y
proclama que al amor está siempre marcado por la cruz y que sólo en la cruz de Cristo se ama auténticamente y es posible entrar en
la historia". Cfr. "La cruz gloriosa en el CN", en Comunidades plurales en la Iglesia, pp. 68-69.
619
Cfr. Espiritualidad del Camino Neocatecumenal I, p. 89.
620
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 33.
621
La imposición de la cruz en la frente del candidato es, según SAN BASILIO, de origen apostólico. Cfr. Tratado del
Espíritu Santo, XXVII, 66: PG 32, p. 188. Ver también , C. VOGEL, La signation dans l´Eglise des primiers siècles: La Maison
Dieu 75 (1963, 4), pp. 37-51. Para M. DUJARIER "este rito expresa que el convertido pertenece desde ahora a Cristo, cuyo signo
recibe y cuyo nombre también lleva: cristiano. Al hacer este gesto, se reza para que el catecúmeno guarde este signo, no solamente
de un modo exterior, sobre su frente, sino también interiormente, en su corazón, es decir, en toda su vida". Cfr. Iniciación Cristiana
de Adultos, pp. 40-41.
622
Cfr. De Catechizandis rudibus, XXVI, 50.
PREC.: Responde libremente, con brevedad623.
Por último, se culmina esta acción litúrgica con la acogida por parte de la
Iglesia representada por el Obispo, los presbíteros y los catequistas, de los
precatecúmenos. Delante del Presidente se ponen de rodillas el responsable de
la comunidad (si hay más comunidades haciendo el Rito, cada responsable), y
ante ellos pronuncia estas palabras:
623
Cada uno de los precatecúmenos se acerca al Obispo y al ser interrogado responde brevemente y con sinceridad cuál es la
cruz de su vida en ese momento y el sentido que tiene para él.
624
Este rito, propio de la liturgia catecumenal, que responde a la primera unción conservada en el Ritual del Bautismo de
Niños, se propone también como optativo en el RICA, como signo que expresa la protección de Dios y el paso de un grado a otro
(nnº 103 y 127-132). D. BOROBIO sostiene que "la recepción de este gesto en aquellos que ya fueron bautizados de niños, y por lo
tanto ungidos, no se opone al carácter e irreiterabilidad del Bautismo, ya que no se trata de repetir el rito del agua; ni cr eemos que
ofrezca dificultad alguna, puesto que la misma historia ofrece ejemplos de repetición de la unción (Tradición Apostólica, Concilio
de Arange), y por otra parte, si se puede suprimir, ¿por qué no se puede repetir?". Cfr. Proyecto de Iniciación Cristiana, p. 266 [nota
62].
625
Tiene cierta similitud con la propuesta en el Ritual:
N., recibe la cruz en la frente:
Cristo mismo te fortalece con la señal de su caridad (o bien: de su
victoria). Aprende ahora a conocerle y a seguirle (nº 83).
626
Cfr. "Señor Jesús: Tú que sabes que en el misterio de tu muerte está
nuestra vida; que en el misterio de tu resurrección está nuestra
fuerza. Enséñanos también a nosotros el misterio de la cruz, porque
ya que con nuestra sabiduría no hemos cometido más que
imprudencias, pecados, tonterías, estupideces y locuras, con tu
locura aprendamos la sabiduría, la vida de verdad. Te lo pedimos a
Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén".
627
Para el caso de los adultos bautizados se afirma que "el tiempo de la preparación sebe ser santificado con celebraciones
litúrgicas, de las cuales la primera es el rito con el que los adultos son recibidos en la comunidad, y con el que ellos, como ya
sellados con el Bautismo, reconocen que tienen parte en ella" (RICA, n º 300).
Esta acción litúrgica concluye con el abrazo de la Paz y con la
celebración de la Eucaristía 628, aunque también puede ser celebrado en el marco
de una celebración de la Palabra (ver tabla 23ª).
628
En el RICA, un vez celebrados estos ritos introductorios, los catecúmenos son "introducidos en el templo" (nº 90) e
invitados a participar en la Celebración de la Liturgia de la Palabra (nnº 91-92), dentro de la cual tendrá lugar -de modo optativo- la
"Entrega de los Evangelios" (nº 93) que en el Neocatecumenado hemos visto que se anticipa a la etapa kerigmática. Después de la
oración de los fieles, son despedidos con una nueva oración.
629
Aunque explícitamente en el Estatuto no se habla de esta ´Convivencia`, sin embargo, implícitamente se está haciendo
referencia a este tiempo cuando se dice que a los neocatecúmenos “les es dado un tiempo para que se prueben a sí mismos en la
sinceridad de su intención de seguir a Jesucristo, a la luz de la Palabra: ´No podéis servir a Dios y al dinero` (Mt 6,24 )”. Cfr. SCN,
art. 19, 2ª.
630
En el RICA ha desaparecido esta "catequesis bautismal" que figuraba dentro de la "estructura" del "Diálogo" en los rituales
anteriores. Cfr. Ritual de los Sacramentos, pp. 46-47.
631
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. El amor nos sana. La charitas que ordena al hombre a Dios resana ante todo
al hombre impidiendo que las potencias dispersen su actividad en la multiplicidad de los objetos, dividan al hombre. Un hombr e
dividido nunca es un hombre que ama a Dios". Cfr. DIVO BARSOTTI, El Señor es Uno, p. 78. En las catequesis que ha recibido el
precatecúmeno sobre las riquezas, ha escuchado decir con fuerza: "No podéis servir a Dios y al Dinero" (Lc 16,13). Para un
acercamiento a las catequesis de los Padres de la Iglesia en relación con el dinero y las riquezas, ver: El buen uso del dinero, Ed,
DDB, Bilbao 1995.
632
Esta "renuncia" sí viene contemplada en el Ritual (nnº 78-82). Antes de pasar al Catecumenado deben -los catecúmenos-
renunciar a los ídolos. Para J.A. VELA, "en nuestra cultura consumista y secularista, éstos serán el dios dinero, sexo, poder,
confianza en las ideologías...". Cfr. Reiniciación cristiana..., p. 137. Los precatecúmenos tendrán que confrontar su vida con las
tentaciones que padeció Jesús. "El Tentador instiga al hombre para que se asegure en el dinero, rechace la historia y se postre ante
los ídolos. Esta tentaciones, que seguramente acompañaron a Jesús en su actividad pública y que fueron redaccionalmente
adelantadas por los evangelistas al comienzo de su predicación, no son tentaciones distantes del hombre actual. Ahondando en su
sentido, nos descubrimos también acechados por ellas. Todas atentan contra el puesto único debido sólo a Dios". Cfr. Mons.
RICARDO BLÁZQUEZ, Las Comunidades Neocatecumenales, p. 31.
Después de haber tenido un tiempo para probar la verdadera intención y
rectitud de corazón del precatecúmeno respecto a la Palabra que recibió en el
Primer Escrutinio (cf. Lc 14,28-33 y 18,18-23), son de nuevo convocados a una
Convivencia de un fin de semana en la que, dentro de en un marco catequético y
celebrativo, se le hace entrega del Shemá, es decir se proclama y se entrega
solemnemente a cada precatecúmeno el credo de Israel: "Escucha Israel, el
Señor es nuestro Dios, el Señor es uno" (cf. Dt 6,4).
La Iglesia continúa este combate del Maestro. Conoce también las raíces
satánicas del mal y del pecado. Sabe que no es posible la adhesión a Cristo sin
liberarse del espíritu del mal. De ahí, que los precatecúmenos sean ayudados
para hacer la renuncia al demonio en el rito definitivo de Entrada en el
Neocatecumenado.
635
Cfr. Il Neocatecumenato, p. 97. Ver SCN, art. 19,2ª.
636
Cfr. J. DUPONT, El Evangelio (Mt 4, 1-11): Las tentaciones de Jesús en el desierto: Asambleas del Señor 26 (1963), pp.
38-54.
637
Para esta catequesis se tiene muy en cuenta el estudio de OSCAR CULLMANN, Que signifie le sel dans la parabole de
Jésus?: Revue D´histoire et de Philosophie Religieuses 4 (1957), pp. 3-43.
638
"Israel cayó en las tentaciones; pero Jesús fue totalmente fiel, y abrió el camino de la fidelidad. A la luz de la psicología y
de la sociología puede entenderse qué profundas son las raíces que aprisionan al hombre en el tener, en el poder, en el saber , en la
afectividad, en la propia imagen proyectada... Por ello, aclarar vitalmente este fondo es libe rar al hombre". Cfr. Mons. RICARDO
BLÁZQUEZ, Las Comunidades Neocatecumenales, p. 32. Ver también , J. FRISQUE, La tentación de Cristo, de la Iglesia y del
cristiano: Asambleas del Señor 26 (1963), pp. 92-103.
Esta Convivencia abre un tiempo no muy largo (puede durar un mes), en
el que la vida del precatecúmeno va a ser confrontada con las tentaciones del
dinero, de la historia y de los ídolos. El tiempo del Segundo escrutinio, afirma
Andrés Fuentes, "es una prueba de fuego en orden a la purificación de la fe. Es
un discernimiento profundo guiado por los catequistas, para clarificar la rectitud
de intención, el conocimiento de la propia realidad interior, el descubrimiento
existencial de los ídolos dominantes, la clarificación de las seguridades en las
que se apoya la vida de cada catecúmeno" 639. Y, como guía para esta
introspección interior de sí mismo se utiliza el relato de las tentaciones de Jesús.
639
Cfr. La espiritualidad del Camino Neocatecumenal I, p. 91.
640
En el itinerario catecumenal del RICA los "escrutinios" -ya hemos apuntado en reiteradas ocasiones- tienen lugar en el
tiempo de la "Purificación e Iluminación", dentro del tiempo cuaresmal. La praxis neocatecumenal ha mostrado la importancia de
emplear el espíritu de los escrutinios que "se ordenan a la liberación del pecado y del diablo, y al fortalecimiento en Crist o" (nº 25,1)
justamente en el momento en el que el Ritual pide que "se investigue los motivos de la conversión pa ra purificarlos si fuera
necesario" (nº 69), es decir, antes de la Entrada en el Neocatecumenado.
641
"Sólo el que ha dado pruebas de que ha superado estas tentaciones y quiere, de verdad, seguir el espíritu de Jesucristo podrá
pasar adelante. De lo contrario, habrá de esperar a tener pruebas fehacientes, a los ojos de los catequistas y de la comunidad". Cfr.
ANDRÉS FUENTES, o. cit., p. 93. La seriedad en el discernimiento y el realismo pastoral con que se vive este "tiempo" contra dice
profundamente la "acusación" con la que a veces se tacha a los miembros de esta comunidades de "angelistas". "La libertad ante el
dinero deberá acreditarse muy realistamente, porque los autoengaños son particularmente sinuosos y las recaídas son en este p unto
tercamente insistentes. La renuncia al dinero desencadena la fidelidad en el Dios que provee, es lugar hermenéutico para
comprender el cristianismo", afirma Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, o. cit., p. 34.
642
"Serán interrogados acerca de las razones que los condujeron a la fe y quienes los trajeron
darán testimonio respecto a la capacidad para escuchar la Palabra. Se les pregunta sobre
su estado de vida".
Cfr. HIPÓLITO, La tradición apostólica, 15 (SCr, 11 bis, p. 69.).
* Diálogo sobre las intenciones, motivaciones y seriedad de la opción.
* Se les recordaba las exigencias fundamentales de la vida cristiana.
* Se les instaba a abandonar los oficios manifiestamente contrarios
a las costumbres evangélicas643.
Una vez que todos los precatecúmenos han sido escrutados y han sido
considerados idóneos (nnº 16.50.69) para pasar al Neocatecumenado , tiene
lugar la celebración de los ritos que faltan dentro de este primer grado del
itinerario neocatecumenal que es la Entrada en el Neocatecumenado . Como
vengo resaltando, este primer grado del itinerario en el Neocatecumenado lo
encontramos dividido fundamentalmente en dos grandes ritos, el del Primer
Escrutinio y este que ahora estamos analizando.
643
Ibid., 16 (SCr, 11 bis, pp. 71-75.). Hipólito ofrece un elenco de estos oficios que eran reprobados y que debían ser
abandonados al entrar en el orden catecumenal. Los oficios que, según HIPÓLITO, impiden entrar en el Catecumenado son los que
están vinculados a las tres acciones eminentemente anti-cristianas: la idolatría, el homicidio y la impureza.
* Anáfora de la sal
* Distribución y degustación de la sal
Otros, por el contrario, creen que dicho rito no nació en el ambiente judío,
sino en el cristianismo helénico, relacionándose con la adjuración de la
idolatría645. La tesis viene apoyada por el hecho de que, al renunciar a Satanás
solían los catecúmenos volverse hacia el Occidente, simbolismo utilizado por
los antiguos griegos para indicar, en la puesta del sol, las puertas del Hades646.
Por otra parte, la renuncia a "las pompas y obras de Satanás", parece significar
también diversas manifestaciones del culto pagano, v. gr.: idolatría,
superstición, espectáculos647.
644
Cfr. "Je renonce á Satan, à ses pompes et à ses oeuvres": Lumiere et Vie 25 (1956), pp. 105-110. Véase también el artículo
de G. FABRIANO, que defiende la posibilidad de que la fórmula se derive si no en los términos, al menos en sustancia, de la
Escritura: Riflessi biblici della formula battesimale "Abrenuntio Satanae et pompis et operibus": Ephemerides Liturgicae 72 (1958),
pp. 218-220.
645
Hay que tener muy presente que "en la mente patrística, espectáculo público e idolatría aparecen unidos". Cfr. VICENTE
HERNÁNDEZ GARCÍA, Asistencia a los espectáculos en la doctrina patrística, Universidad Pontificia de Salamanca, 1994, p. 58.
646
Cfr. J, DANIELOU, La symbolique des rites baptismaux: Dieu Vivant 1 (1945), pp. 24-28.
647
"Para San Cirilo de Jerusalén pompas del diablo son el teatro, el circo, las carreras de caballos, etc ( De Spectac. c. 4; ML 4,
815)". Cfr. VICENTE HERNÁNDEZ GARCÍA, o. cit., p. 84.
Para los Santos Padres del s. III al V, la renuncia al demonio y la
profesión de fe constituían un pacto de alianza con Dios648. Sin embargo, las
expresiones litúrgicas podían variar. En Oriente, la fórmula era como la antítesis
formal de la ruptura con el diablo. Así, en Antioquía y en Jerusalén, puesto en
pie el catecúmeno, con la mirada hacia Occidente, declaraba "Yo renuncio a ti,
Satanás, a tus pompas, a tu culto y a tus ángeles" y añadía: "Y me uno Ti,
Cristo"649.
*Celebración de la Palabra*
648
Cfr. ORÍGENES, In Num. hom. XII, 4: PG 12, p. 665.; TERTULIANO, De pudicitia, IX: PL 2, p. 1050; GREGORIO
NACIANZENO, Orat., XL, 8: PG 36, p. 368; AGUSTÍN, Serm. CCXXVI, 2, 2: PL 38, p. 1077.
649
Cfr. S. JUAN CRISÓSTOMO, Ad Colossenses VI: PG 62, p. 342. "Antes, aunque hubieseis querido, no habríais podido;
pero, ya que, gracias a los exorcismos, la sentencia divina os ha prometido la liberación, podéis decir: Renuncio a Satanás,
indicando a la vez vuestra anterior unión con él y vuestra ruptura actual. El gesto de extender la mano (Cirilo) o las manos
(Teodoro) subraya el carácter de renuncia. Era el gesto que acompañaba en la antigüedad a un compromiso solemne contraído con
juramento o bien a su denuncia". Cfr. J. DANIELOU, La preparación al bautismo, p. 14: Phase 72 (Abril 1996), pp. 5-23 (La
preparación al bautismo y El rito bautismal, corresponden a los dos primeros capítulos de la obra Sacramento y culto según los
santos Padres, Ed, Guadarrama, Madrid 1962. Ambos reeditados en este nº de "Phase".
650
Cfr. SAN AGUSTÍN, Serm. CCXXVI, 2, 2: PL 38, p. 1077. Véase L. LIGIER, Le sumbolisme biblique du baptême selon
les Pères et la liturgie: Concilium 22 (1967), pp. 21-32.
(Abraham, Jacob y Josué) que tienen en común haber sido objeto de la elección
de Dios y son testigos privilegiados de la Alianza divina.
La lectura de la Alianza de Siquém (cf. Jos. 24, 1-28) que Dios realizó
con su pueblo Israel, teniendo como intermediario a Josué, actualizará y
presencializará en el Rito esta misma gesta histórico-salvífica (ver tabla 26ª).
*Diálogo*
Presidente:
Todos:
Pr.:
Vosotros sois testigos contra
vosotros mismos de que habéis
elegido a Dios para servirle655.
653
El Ritual da libertad para que la propia Conferencia Episcopal pueda elaborar otras "fórmulas del interrogatorio y de la
renuncia" (nº 80). He aquí como comienzan las dos que ofrece:
"Queridos candidatos, puesto que llamados y ayudados por Dios, habéis decidido venerarle y adorarle a él sólo
y a Cristo, y ya que queréis desde ahora mismo servir al único Dios y a Cristo, ha llegado el momento solemne
de que renunciéis públicamente a esas potestades que no son Dios, y a esos cultos con los que no se manifiesta
la veneración a Dios. ¡Lejos de vosotros esté el que abandonéis a Dios y a su Cristo y sirváis a potestades
ajenas!" (nº 80).
"Queridos candidatos, habéis decidido dar culto al Dios verdadero, que os ha llamado y os ha traído hasta aquí,
y queréis servirle a él solo y a su Hijo Jesucristo. Ahora, pues, en presencia de toda la asamblea, renunciad a
los ritos y cultos con los que no se da culto al Dios verdadero. No lo abandonéis a él ni a su Hijo Jesucristo,
para servir de nuevo a otros dioses" (nº 371).
La formulación de la liturgia neocatecumenal toma como base la misma
pregunta que formula Josué: "Elegid hoy a quién habéis de servir..." (cf. Jos.
24 15). .
654
"¡Lejos de nosotros el servir a otros señores fuera del Dios verdadero!" (nº 317).
"Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido a Yahvéh para
servirle".
En el Ritual la "responsabilidad" en la veracidad del testimonio recae sobre los padrinos y la comunidad presente:
T.:
Somos testigos.
Pr.:
Volved entonces vuestro corazón al Señor vuestro Dios656.
T.:
A el sólo serviremos y escucharemos su voz657.
Pr.:
Apartad de en medio de vosotros los ídolos del mundo y
renunciad a ellos ante la Iglesia658.
T.:
Amén.
"Vosotros, padrinos, que nos presentáis a estos candidatos, y, vosotros, hermanos todos,
aquí presentes, que les habéis oído renunciar a esos cultos, ¿sois testigos de que estos
candidatos han elegido a Cristo, el Señor, y quieren servirle a él solo?" (nº 81).
656
La dependencia de Jos. 24,23 es evidente:
La oración conclusiva de esta celebración está tomada del Ritual (nº 115),
aunque se introduce una pequeña modificación atendiendo a su condición de
bautizados (Ver tabla 27ª.):
"Mira a estos hijos tuyos, que has llamado a este camino, para
revivir en ellos los tesoros de la gracia bautismal".
661
La fórmula es idéntica a la empleada en tiempos de S. JUAN CRISÓSTOMO, Ad Colossenses VI: PG 62, p. 342. Para un
seguimiento detallado de este rito y de su significación, ver: ANNE FIELD, ´La renuncia a Satanás`, en De las Tinieblas a la Luz,
pp. 134-139. En el Ritual no encontramos una "formula" de este estilo, en clave personal y existencial. La renuncia prebau tismal
presenta tres modos de hacerla en clave "interrogativa" (nº 217).
662
"A la abjuración de Satanás y de sus pompas sigue en seguida la adhesión a Cristo. Esta vez el catecúmeno se vuelve hacia
el Oriente de donde viene la luz de Cristo, hacia ese Oriente que es también el camino del Paraíso y hace profesión solemne de fe en
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo". Cfr. DANIELOU/R. du CHARLAT, o. cit., p. 57. En la liturgia neocatecumenal, una vez hecha
la renuncia y manifestado la adhesión a Jesucristo, el precatecúmeno pide entrar en el Neocatecumenado.
663
Ambas oraciones son propias de la liturgia neocatecumenal. Ya hemos apuntado en algún momento, que respecto a los
"exorcismos menores", el Ritual deja un amplio margen a la creatividad, "nada impide que las fórmulas asignadas para los
exorcismos menores, puedan repetirse en diversas circunstancias" (nº 112).
Segunda parte de la Celebración: Entrega de la Sal
664
Cfr. X. LEÓN-DUFOUR, ´Sal`, en Vocabulario de Teología Bíblica, Ed, Herder, Barcelona 1990, pp. 824-825; también
ver, MANFRED LURKER, ´Sal`, en Diccionario de imágenes y símbolos de la Biblia, Ed, "El Almendro", Córdoba 1994, pp. 201-
202; O. CULLMANN, Que signifie le sel dans la parabole de Jésus?, pp. 3-43; para la significación de la sal en el Catecumenado,
ver A. STENZEL, Die Taufe, Innsbruck 1958, pp. 171-175.
665
Cfr. S. AGUSTÍN, De cat. Rud. XXVI, 50, p. 137.
666
"El rito tradicional de la imposición de la sal es a la vez un signo de hospitalidad y un signo de alianza". Cfr. M.
DUJARIER, Inciación Cristiana de Adultos, p. 59.
667
Ibid., pp. 41-42.
668
"La sal ha sido entendida como signo de la sabiduría y la palabra sabiduría (sapientia) ha sido relacionada con sapere, de
donde se deriva sabor: descubrir el sabor de la verdad, recibir y gustar este sabor, ésta era la tarea, de acuerdo con la sentencia de
Tomás de Aquino: sapiens (sabio) es aquel a quien las cosas le saben (sapiunt) tal como son, el que gusta su auténtico sabor. Por
otra parte, merece la pena recordar que ya en el Antiguo Testamento se considera a la sal co mo un atributo de las ofrendas: sólo
gracias a la sal adquieren las cosas sabor agradable a Dios. No obstante, este simbolismo de las ofrendas requiere una
reinterpretación desde Cristo: el hombre debe ser aderezado con la sal para ser agradable a la divin idad y para que él mismo
encuentre sabor en Dios. Necesita la sal de la pasión para emprender el camino de la verdad. La hospitalidad cristiana introd uce en
la comunión de la cruz y así precisamente se convierte en sabor de la verdad". Cfr. Cardenal JOSEPH RATZINGER, Teoría de los
principios teológicos, pp. 40-41.
669
En el Ritual de los Sacramentos al que venimos haciendo referencia en nuestro estudio comparativo, este "rito de la sal"
tenía lugar (en el bautismo de los niños) después de la "signación", y dentro del "bautismo de adultos por etapas" era considerado
como la "segunda etapa". El esquema de este rito era el que sigue: el Celebrante bendecía la sal con una oración, a continuac ión
entregaba al catecúmeno la sal con estas palabras:
N., recibe la sal de la sabiduría.
Que te sirva para la vida eterna
Catecúmeno: Amén
que el precatecúmeno va haciendo al revivir los ritos de Entrada al
Neocatecumenado. Veamos cuál es su estructura y cómo se realiza en concreto:
*Celebración de la Palabra*
*Anáfora de la Sal*
En los rituales en los que aún se conservaba este rito de la sal, éste tenía
lugar después de la signación y de la imposición de manos. Se iniciaba con la
bendición de la sal673... Una vez bendecida el Celebrante pronunciaba una
670
"La piedrecita blanca (color de victoria y alegría) es la señal de la admisión en este Reino; el nombre nuevo, la renovación
interior que nos hace dignos del Reino". Cfr. Biblia de Jerusalén, nota de Ap. 2,17.
671
"Según un primer sentido posible, en relación con la sal de la alianza, esto significa que si se rompe la alianza con el Señor,
no es posible reanudarla. Según la interpretación de Mateo, el creyente debe ser la sal de la tierra, o sea que debe conservar y hacer
sabroso el mundo de los hombres en su alianza con Dios. De lo contrario, no sirven para nada, y los discípulos merecen ser
arrojados fuera (Lc 14,35)". Cfr. X. LEON-DUFOUR, o. cit., pp. 824-825. Para la interpretación exegética de este versículo, véase:
P. BONNARD, El Evangelio según San Mateo, Ed, Cristiandad, Madrid 1976, pp. 94-96. Ver también, F. FERNÁNDEZ, La sal
de la tierra: Studium Legionense 31 (1990) 63-85.
672
Cfr. El Neocatecumenado, p. 85.
673
Cfr. "Te conjuro, sal, en el nombre de Dios Padre todopoderoso, en el amor de nuestro Señor
Jesucristo, y por la fuerza del Espíritu Santo. Te conjuro por el Dios vivo, por el Dios
verdadero, por el Dios santo, por el Dios que te creó para protección del hombre, y mandó
que fueras consagrada por sus siervos para uso del pueblo que llega a la fe, a fin de que,
en el nombre de la Trinidad santa, te conviertas en signo de salvación para ahuyentar al
enemigo. Por eso te rogamos, Señor, Dios nuestro, que santifiques y bendigas
oración en la que aparecía este rito en relación con el Bautismo 674, e
inmediatamente después el Celebrante ponía un poco de sal en la boca del
catecúmeno, diciendo estas palabras:
"Haz que esta sal reciba la gracia del Espíritu para que cuantos
la van a gustar, purificados por el fuego, lleven en sus cuerpos
el morir de Jesús para que la resurrección de tu Hijo se
manifieste en sus vidas" (cf. 2ªRr 2,19-22; 2ª Cor 4,10; Mc
9,49).
Su significación histórico-salvífica:
copiosamente esta sal para que sirva de remedio eficaz a cuantos la reciban y permanezca
en sus entrañas. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que ha de venir
a juzgar a los vivos y a los muertos, y al mundo por el fuego". Cfr. Ritual de los
Sacramentos, p. 21 y 53.
Se detecta en esta oración la influencia que ha recibido de las antiguas costumbres romanas: "En Roma existía la
costumbre de poner un poco de sal en los labios del recién nacido para proteger su vida de los peligros que la
amenazaban. Según una creencia popular muy extendida, la sal repugna a los demonios". Cfr. MANFRED
LURKER, o. cit., p. 201.
674
"Dígnate escuchar a quien en tu honor inclina su cabeza hacia la fuente bautismal, para que renacid o del agua y del Espíritu
Santo, y despojado del hombre viejo, se revista del hombre nuevo, creado a tu imagen, reciba la vestidura blanca e inmaculada , y
merezca servirte a ti, Dios nuestro. Por Cristo nuestro Señor". Cfr. Ritual de los Sacramentos, p. 54.
675
Cfr. Ritual de los Sacramentos, pp. 54-55. Para el Cardenal J. RATZINGER este rito tenía una significación "cuasi-
eucarística": "la inauguración en la entrega de la sal (la sal es signo de hospitalidad y, por tanto, una ´especie de preeuca ristía`) en
cuanto admisión en la hospitalidad de los cristianos". Cfr. Teoría de los principios cristianos, p. 39.
Y, su significación purificadora:
"Oh Dios, has dispuesto que tus elegidos fuesen salados por
medio del fuego. Para que, habitando en ellos tu mismo amor,
fueran transformados en la sal de la tierra" (cf. Lv 21,6.8.17.22;
Mt 5,13).
"Haz que esta sal reciba la gracia del Espíritu para que cuantos
la van a gustar, purificados por el fuego...".
2. Celebraciones en el Neocatecumenado
676
"El realismo de este momento es francamente impresionante, la actitud de conversión es fuerte. Nada sitúa al hombre ante
Dios, ante sí mismo y ante el mundo como este paso que ilumina y fortalece el camino de la vida. El camino de conversión no
termina nunca, pero aquí se ha dado un paso decisivo. Se ha entrado en la humildad, en la kénosis, en el vaciamiento interior , en la
experiencia de que solo Dios basta para dar paso a una etapa de sencillez, de infancia espiritual y caminar en la docilidad a la
voluntad de Dios". Cfr. A. FUENTES, El Neocatecumenado, pp. 85-86.
677
"En el segundo escrutinio se recogen cantidades sorprendentes de dinero, entregadas de forma absolutamente libre, que se
destinan en gran parte a los pobres de la parroquia. La verdad de esta renuncia, el impulso apostólico, el gozo en la precari edad que
se fía de Dios... son signos llamativos del Camino Neocatecumenal... Apoyado en la experiencia de las comunidades de un lugar y
otro, se puede afirmar que la superación del segundo escrutinio marca profundamente a los hermanos; la vida en el futuro será muy
distinta". Cfr. Mons. RICARDO BLÁZQUEZ, o. cit., pp. 76-77.
el RICA propone, no por ello deja de ser fiel al espíritu del mismo Ritual
teniendo presente que éste en lo que se refiere a las ceremonias propiamente
catecumenales, abre un vasto campo de creación litúrgica 678.
Veamos ahora, pues, cómo están estructurados todas las celebraciones del
Neocatecumenado, la influencia que reciben de la praxis catecumenal antigua y
las diferencias o coincidencias con el RICA.
678
Cfr. RICA, nnº 20, 65,6. 98, 103, 125-126, 274-276, 280, 313.
a) Celebración de la Entrega de la Liturgia de las Horas
*Liturgia de la Palabra *
679
En esta Convivencia las "catequesis" giran en torno al Evangelio de "La Samaritana" (cf. Jn 4,1-39). En él descubren los
neocatecúmenos todo un tratado acerca de la oración. También ellos son invitados a partir de ahora a convertirse en "adoradores
verdaderos que adoren al Padre en espíritu y verdad" (v. 23). Veremos cómo las "entregas" en el Neocatecumenado vienen
contextuadas catequéticamente con las tres grandes catequesis bautismales de la Iglesia primitiva que encontramos en el Evangelio
de San Juan (la Samaritana, el ciego de nacimiento, y la resurrección de Lázaro) y que la Iglesia proclama durante la Cuaresm a.
Para un estudio de "génesis-estructural" de este tiempo, ver: THIERRY MAERTENS, “La liturgia de Cuaresma
es actual?”, en La Cuaresma catecumenado de nuestro tiempo, Ed, Marova, Madrid 1964, pp. 11-45. Y, para la
interpretación que los Santos Padres ha hecho de este evangelio de la Samaritana, ver: ADRIEN NOCENT,
Celebrar a Jesucristo (III. Cuaresma), Ed, Sal Terrae, Santander 1980, pp. 96-104. En el RICA coincide la
proclamación de este evangelio con el tercer Domingo de Cuaresma, en el que la "tradición catecumenal" ha
situado el Primer Escrutinio. Efectivamente "el camino cuaresmal hacia la Pascua del ciclo dominical A nos trae
el mensaje luminoso de esos tres encuentros con Cristo, o mejor, de Cristo con los hombres, que caracteriza el
itinerario bautismal de todo creyente. En los Evangelios tercero, cuarto y quinto de Cuaresma, la Iglesia lee el
Evangelio de Juan seleccionando cuidadosamente esas tres perícopas que suponen una catequesis progresiva
sobre el misterio de la salvación que se va a consumar en las aguas bautismales de la vigilia pascual. Como
camino catecumenal que se realiza en el tiempo de Cuaresma, "tiempo de la iluminación y de la purificación",
estos encuentros purifican e iluminan en contacto vivo con la persona de Cristo. Por eso los tres Evangelios
están insertados con mucho tino en los tres progresivos escrutinios que supone el Ritual de la Iniciación
Cristiana de Adultos...". Cfr. J. CASTELLANO, “Tres encuentros con Cristo en el camino hacia la Pascua”, en
Camino cuaresmal hacia la Pascua, Ed, CPL n. 45, Barcelona 1991, pp. 24-31.
+ La lectura de Gn 32,4-33 donde aparece Jacob en lucha con Dios es
para los Santos Padres la imagen del combate espiritual y de la eficacia de la
oración perseverante 680.
680
Cfr. ORÍGENES, Tratado sobre la oración, Ed, Nebli, Madrid 1994.
681
"La oración del Señor, en la redacción lucana, está dirigida, por tanto, a quienes no saben aún orar cristianamente y deben
aprenderlo...rezando el padrenuestro. Este forma, pues, parte de una catequesis catecumenal, siendo como el introductorio y
principal capítulo de esa catequesis oracional (Lc 11,1-13), redactada por Lucas para iniciar en los secretos de la oración cristiana -
su esencia- (Lc 11,2-4) y modalidad (Lc 11,5-13)-, a los catecúmenos venidos principalmente del paganismo a su comunidad,
consolidando a la vez la catequesis prebautismal recibida por los suyos ya fieles (cf. Lc 11,2 -4)". Cfr. SANTOS SABUGAL, El
padrenuestro en la interpretación catequética antigua y moderna, p. 30.
682
A los neocatecúmenos se les enseña a orar con la "Oración a Jesús" tal y como la describe El Peregrino Ruso: "La continua
oración interior a Jesús es una llamada continua e ininterrumpida a su nombre divino, con los labios, en el espíritu y en el corazón;
consiste en representarlo siempre presente en nosotros e implorar su gracia en todas las ocasiones, en todo tiempo y lugar, hasta
durante el sueño. Esta llamada se compone de las siguientes palabras: Jesús mío, ten misericordia de mí" (p. 155). El Peregri no,
deseoso de encontrar el método a que hace referencia, continúa buscando hasta topar con estas palabras de san Simeón, el Nuevo
Teólogo: "Siéntate solo y en silencio. Inclina la cabeza, cierra los ojos, respira dulcemente e imagínate que estás mirando a tu
corazón. Dirige al corazón todos los pensamientos de tu alma. Dilo moviendo dulcemente los labios y dilo en el fondo de tu alma.
Procura alejar todo otro pensamiento. Permanece tranquilo, ten paciencia y repítelo con la mayor frecuencia que te sea posible" (p.
53). Cfr. El Peregrino Ruso, Ed, de Espiritualidad. Madrid 1984. La oración supone un "ejercicio", y los neocatecúmenos son
gradualmente iniciados a esta "lucha" diaria.
683
"La iniciación cristiana es una iniciación en la oración, en el diálogo personal con Dios para caminar en su presencia. Esta
iluminación es teórica y práctica. Por una parte, ha de descubrir el secreto y las condiciones de la oración tal como Jesús n os enseña
en el evangelio. Por otra el catecúmeno ha de ejercitarse todos los días en la oración". Cfr. ANDRÉS FUENTES, Espiritualidad del
Camino Neocatecumenal II, p. 169.
de la contemplación del amor de Dios y le impide hacer tu
voluntad. Y, deja el sitio al Espíritu Santo Paráclito"684.
Pr.: "Ven Espíritu Santo, desciende sobre N..., (aquí impone las
manos sobre la cabeza del neocatecúmeno), para que lleno del
gozo de tu amor, exulte de alegría y pueda alabar y bendecir a
Dios en medio de esta generación"685.
Neocat.: Amén.
Pr.: "N... Que el Señor abra tu corazón y tus labios para que
puedas proclamar en esta generación sus alabanzas"686.
684
Esta oración de exorcismo es original del Neocatecumenado.
685
Responde esta oración a las que en el RICA reciben el nombre de "bendiciones de los catecúmenos" y siguen su misma
ordenación litúrgica: "Las bendiciones indicadas en el nº 102 pueden ser dadas por un sacerdote o por un diácono, o también p or un
catequista (cfr. nº 48), los cuales, extendiendo las manos sobre los catecúmenos, pronuncian algunas de las oraciones siguientes (nnº
121-124). Acabada la oración, los catecúmenos, si cómodamente puede hacerse, se acercan al celebrante, que impone la mano a
cada uno. Después se retiran..." (nº 119).
686
Es este un rito original con el que el CN enriquece esta etapa del Neocatecumenado que tiene como uno de sus principales
objetivos iniciar a los neocatecúmenos en la oración (RICA, nº 19.2). Para iniciar y significar este paso, afirma ANDRÉS
FUENTES, "se hace entrega solemne, en una celebración litúrgica, de la Liturgia de las Horas, a todos y cada uno de los
neocatecúmenos. Con ello, además, se les exhorta al compromiso de la oración diaria y a familiarizarse con la oración de la Iglesia".
Cfr. Espiritualidad del Camino Neocatecumenal II, p. 170.
En el marco de una Convivencia 687 se inicia este tiempo de preparación al
rito de la entrega del Símbolo que tiene lugar dentro de una liturgia solemne y
sugestiva presidida por el Obispo. El rito es ciertamente original de la liturgia
neocatecumenal por la síntesis que ha hecho entre la praxis de la liturgia
catecumenal688 primitiva, la influencia que recibe del Ritual y las adaptaciones
propias del Neocatecumenado que inserta en este momento una de las
finalidades que el RICA propone para el tiempo del Catecumenado, como es
incorporar a los catecúmenos en la misión evangelizadora de la Iglesia: "Como
la vida de la Iglesia es apostólica, los catecúmenos deben aprender también a
cooperar activamente a la evangelización y a la edificación de la Iglesia con el
testimonio de su vida y con la profesión de su fe" (nº 19,4). Pero veamos cómo
aparece estructurada esta celebración:
*Liturgia de la Palabra*
Después del saludo inicial por parte del presidente y de una breve
monición ambiental para explicar el significado de la celebración, un canto
apropiado, la proclamación de dos lecturas bíblicas 689 sobre la misión (cf. Ex
3,1-14; 4, 1-17) y sobre el Kerygma post-pascual de los primeros enviados (cf.
1ª Cor 15,1-8) iluminan y actualizan la finalidad del rito. Tras esta doble
proclamación de la Palabra, precedida y acompañada de respectivas moniciones
y cantos, tiene lugar el Rito de entrega del Símbolo Apóstólico.
688
En la Iglesia primitiva a los catecúmenos se les explicaba el Credo Apostólico de forma sistemática y ellos debían
aprenderlo de memoria para recitarlo ante el obispo antes de su bautismo. San CIRILO nos dice que "al fi nal de las cinco semanas
de instrucción, entonces reciben (los catecúmenos) el Símbolo”. Cfr. Procatequesis, 5, 12. Al finalizar esta catequesis afirma
CARLOS ELORRIAGA, “parece entregar Cirilo el Símbolo, pero se transcribe al terminar la catequesis aparte. El Símbolo
jerosolimitano no se encuentra directamente en el texto de las catequesis". Cfr. San Cirilo de Jerusalén, Ed, DDB, Bilbao 1991, p.
137. Para una exposición sistemática con la recopilación de las catequesis de algunos Santos Padres, ver: ANNE FIELD, “El Credo,
resumen de la fe cristiana”, en o. cit., pp. 63-89.
689
En el Ritual se proponen estas seis: Dt 6,1-7; Rom 10,8-13; 1ªCor, 1-8a; Jn 3,16; Mt 16,13-18; Jn 12,44-50 (nº 185).
690
Cfr. CARLOS ELORRIAGA, San Cirilo de Jerusalén, pp. 135-137.
- Acérquense los elegidos (en este caso los neocatecúmenos),
para recibir de la Iglesia el Símbolo de la fe.
- Creo en Dios,
691
CARMELO GÓMEZ mantiene que esta fórmula del Ritual ha recibido su influencia de S. AGUSTÍN, "El RICA exhorta a
acogerse al Credo y a guardarlo, Agustín va más lejos, y expresa la función que tiene el Símbolo de ser rector de vida, al de cir, que
en él han de progresar los catecúmenos. Así lo expresa el Santo de Hipona:´He aquí el Símbolo que ya se os ha ido descubriend o
por medio de las Escrituras y de los sermones de la Iglesia, a cuya breve fórmula, sin embargo, los fieles han de aferrarse y en ella
han de progresar`(cf. Sermón 212,2)". Cfr. La propuesta catecumenal en el RICA, p. 118.
692
"Cuando la comunidad designa catequistas, doctores audientium, evangelizadores itinerantes, o cuando los mismos fieles
con su ejemplo y sus palabras comunican la buena noticia, actúan como testigos y portavoces de lo que la comunidad vive, se
remiten a ella y de ella reciben valor sus palabras, en cuanto que lo que se dice se halla cumplido en la comunidad; los que van a ser
iluminados se miran en el espejo de los que han sido iluminados, quienes anuncian el amor, manifiestan la actitud de los que se
aman. De tal modo la comunidad es origen de la catequesis, que sin ella no sería posible, pues de nada sirve un testimonio si n
testigos, ni una buena noticia que no llegue a verse realizada". Cfr. RAMÓN DOMÍNGUEZ BALAGUER, Catequesis y liturgia en
los Padres. Interpelación a la catequesis de nuestros días, p. 127.
Viene precedido este rito del envío, por la proclamación de una tercera
lectura bíblica de San Pablo (cf. Rom 10,8-17) en la que el apóstol habla sobre
la necesidad de confesar "con la boca" la Palabra creída en el corazón, para
pasar después a un diálogo en el que el Celebrante dice a los neocatecúmenos:
693
En todas las "entregas" del Neocatecumenado, se realiza un exorcismo, es decir una oración e n la que se implora al Señor
que aparte al Maligno de los neocatecúmeno (en este momento se pide que aleje de éstos todo espíritu de error, de mal que les
impida realmente proclamar el Evangelio). Y después se invoca sobre ellos el Espíritu Santo para que los ayude y los fortalezca en
esta misión de confesar la Fe.
694
"En explícita referencia al rito de la Entrega del Símbolo, hoy re-introducido en la iniciación de los catecúmenos, se
interroga Juan Pablo II si ´no habría que encontrar una utilización más concretamente adaptada, para señalar esa etapa -la más
importante de todas- en la que un nuevo discípulo de Jesucristo acepta con plena lucidez y valentía el contenido de lo que más
adelante va a profundizar con seriedad` (CT,28): Una concreta y eficaz adaptación de la antigua "entrega del Símbolo" es
ciertamente el respectivo rito del Camino neocatecumenal". Cfr. SANTOS SABUGAL, art. cit., p. 452.
695
De este "rito" nos han llegado muchos testimonios del Catecumenado primitivo. El desarrollo del mismo lo describe así
ANNE FIELD: "A continuación los candidatos son llamados individualmente para que se adelanten y reciten el Credo. Cuando cada
uno es requerido por el diácono, es acompañado por su padrino que permanece cerca de él, luego sube a una tarima , y de forma que
toda la congregación le oiga, pronuncia el texto del Credo palabra por palabra. Esta es la solemne devolución del Credo y pro fesión
de fe, que él repetirá en forma abreviada cuando esté en la pila bautismal". Cfr. De las Tinieblas a la Luz, p. 166. Incluso S.
AGUSTÍN nos ha dejado constancia de la redditio symboli del famoso y conocido retórico de Roma Marius Victorinus, ver:
SUZANNE POQUE, Au sujet d´une singularité romaine de la "redditio symboli": Augustinianum 25 (Agosto) 1985, pp. 133-143.
696
En el Ritual el "rito de la recitación del Símbolo" forma parte de los ritos para la preparación inmediata (nnº 193 -199).
alternan con catequesis sobre los signos obrados por Jesús con paralíticos (cf. Jn
5,1-18) y ciegos (cf. Jn 9,1-41), hambrientos (cf. Mc 6,30-44par; 8,1-10par) y
muertos (cf. Jn 11,1-45), seguidamente concretizadas en un cuestionario, al que
cada uno debe responder. Así se preparan de inmediato a confesar públicamente
los signos obrados por el Señor en ellos: A dar testimonio de su Credo vivido.
Esto lo hacen -tras sostener cada neocatecúmeno un detenido discernimiento
con sus catequistas- en un rito solemne y público, del todo sugestivo697,
presidido por el Párroco, los presbíteros y cuando es posible, por el Obispo. La
profesión de Fe de los neocatecúmenos tiene lugar en el marco celebrativo de
las Vísperas de los días de la Cuaresma.
2ª) ¿Ha asistido a la instrucción de los apóstoles? esto es, ¿conoce toda la instrucción
cristiana?. Sí ha hecho el Camino.
703
Cfr. Il Neocatecumenato, p. 100. Ver JOACHIM JEREMÍAS, ABBA. El mensaje central del Nuevo Testamento, Ed,
Sígueme, Salamanca 1983.
704
En el Ritual "la entrega de la Oración dominical se hace durante la semana que sigue al tercer escrutinio", pero también se
puede celebrar "si se juzga conveniente, durante el tiempo del catecumenado (Cfr. nn 125-126)", incluso se da la posibilidad de que
"surgiendo alguna necesidad, se retrase para celebrarla juntamente con los ritos de preparación inmediata (Cfr. nn. 193 ss)" (nº 189).
705
En la Iglesia primitiva los usos por lo que respecta a esta entrega del Padre Nuestro varían mucho según las Iglesias "la
entrega del Pater se hace generalmente al principio de la Semana Santa. Pero en algunas Iglesias se traslada a después del bautismo,
porque se considera que el Pater es la oración específica de los cristianos y no puede decirla más que los hijos". Cfr. J.
DANIELOU/R. du CHARLAT, o. cit., p. 54.
706
"Al catecúmeno se le adentra e introduce en otros de los misterios más profundos: descubrir, meditar y saborear la filiación
divina. Es un nuevo momento de la iluminación interior para vivir el misterio del Dios revelado en Jesucristo, que nos ha lla mado a
ser sus hijos de adopción por el nuevo Espíritu que se nos ha dado... Mediante una serie de catequesis se ilumina, a la luz de la
Palabra, la llamada a ser hijos, a gloriarse en el Padre, que nos llama en el Hijo, que nos incorpora a sí en el Espíritu que habita en
nosotros...". Cfr. ANDRÉS FUENTES, Espiritualidad del Camino Neocatecumenal II, p. 174.
707
En el RICA vienen así formulado este cuestionario que forma parte del Rito de la Elección o inscripción del nombre" (nº
144):
Padrinos:
- Sí, la han escuchado.
Celebrante:
- Han comenzado a caminar ante Dios, guardando la palabra recibida?.
Padrinos:
- Sí, han comenzado.
Celebrante:
- ¿Estáis unidos fraternalmente a la comunidad, y han tomado parte en sus oraciones?
Padrinos:
- Sí están unidos".
708
Adaptada a su situación de bautizados de éstos (la del Ritual la encontramos en el nº 192).
709
Durante el tiempo pascual será considerado como "neófito", ver "La Etapa del Neofitado".
710
"No basta la experiencia vivida: el Catecúmeno debe hacer un discernimiento -sólo y con la comunidad Catecumenal- tanto
de su fe iluminada, como de su voluntad deliberada... Está llegando el momento de hacer una opción fundamental para toda su vida.
La Iglesia acompaña este discernimiento a través de los Escrutinios. Cfr. J. A. VELA, Reiniciación cristiana, p. 143.
presbíteros, de los garantes y de la misma comunidad 711. Una vez admitidos los
elegidos éstos se disponen a renovar solemnemente las Promesas Bautismales
en la Vigilia Pascual, pero antes han de celebrar los tres últimos ritos del
Neocatecumenado: La inscripción en el Libro de la Vida, la Renuncia a Satanás
y la imposición de la túnica blanca. Veamos cómo se desarrollan.
711
El RICA afirma que "en lo que toca a la Iglesia, la elección es como el centro de la atenta solicitud hacia los catecúmenos.
El Obispo, los presbíteros, diáconos, catequistas, padrinos y toda la comunidad local, cada uno en su orden y a su modo, desp ués de
diligente reflexión, dé su parecer acerca de la instrucción y aprovechamiento de los catecúmenos" (nº 135). Además es "oficio del
Celebrante, es decir del Obispo o del que haga sus veces...quien debe exponer ante los presentes la decisión de la Iglesia y del
mismo modo oír, según lo pidan las circunstancias, la opinión de los presentes, averiguar la voluntad personal de los catecúmenos, y
efectuar, por último, en nombre de Cristo y de la Iglesia, la admisión de los elegidos" (nº 138).
712
Cfr. J. DANIELOU/R. du CHARLAT, o. cit., p. 45.
713
Cfr. GREGORIO DE NISA, Adversus procrastinantes, PG,46, p. 417 B; y TEODORO DE MOPSUESTIA afirma: "Desde
ahora ya estáis inscritos en el cielo". Cfr. Homilías Catequéticas, 12, 18. A partir del siglo IV, y dada entonces la costumbre,
recriminada por la Iglesia, de diferir considerablemente el bautismo, todos lo años, en epifanía, el obispo hacía un llamamien to
solemne a los catecúmenos para que dieran su nombre a la catequesis de preparación, al comienzo de la cuaresma. EGERIA nos lo
describe así en su Itinerario: "El que da su nombre, lo hace en la víspera de la cuaresma, y un sacerdote anota sus nombres... Al día
siguiente, comienzo de la cuaresma, se le coloca al obispo la sede en medio de la iglesia mayor..., después se van acercando uno a
uno los candidatos. Si son hombres, vienen con sus padrinos; si son mujeres, con sus madrinas. Entonces, por cada uno, el obi spo
pregunta a los vecinos de aquel que ha entrado, diciendo: ¿Lleva una vida honesta? ¿Respeta a sus padres? ¿No es dado a la bebida
o a la mentira?... Los que son de fuera, a no ser que tengan testigos que les conozcan, logran llegar con menos facilidad al
bautismo". Cfr. EGERIA, Itinerario 45, SC 21, pp. 255-256.
Al celebrar el Primer Escrutinio ya vimos que se iniciaba con el gesto de
la Inscripción del nombre en el Libro de la Vida, ahora al finalizar el itinerario
neocatecumenal se vuelve a repetir de nuevo una segunda inscripción y se hace
en el contexto de una Liturgia de la Palabra presidida por el Obispo, los
catequistas presentan a los elegidos y le hacen al Celebrante una breve
presentación del itinerario espiritual recorrido a lo largo de tantos años por
éstos, en quienes se ha cumplido la Palabra evangélica "muchos son los
llamados y pocos los elegidos" (cf. Mt 22,14). En esta celebración se vuelven a
proclamar las Lecturas en las que aparece cómo Dios mismo es quien escribe en
el Libro de la Vida, "...no borraré su nombre del libro de la vida" (cf. Ap. 3,5;
21, 1-27), y cómo Jesús invita a alegrarse a sus discípulos no tanto por los
signos que puedan realizar sino "porque vuestros nombres estén escritos en los
cielos" (cf. Lc 10,17-24). Tras la proclamación de la Palabra de Dios, tiene
lugar un diálogo entre el Presidente y los catequistas para conocer la idoneidad
de los elegidos, siguiendo el formulario de preguntas que aparece en el Ritual nº
144, y, una vez concluido, los elegidos se van acercando y cada uno escribe su
nombre en la Biblia de la Comunidad 714. Una vez terminada la inscripción de los
nombres sobre la Biblia, el Celebrante dice una oración en la que presenta a
Dios todos y cada uno de los elegidos y pide para que se mantengan fieles a la
elección divina. Con esta oración se concluye este sencillo pero penetrante rito
(ver tabla 33ª).
714
De nuevo, para este momento se compra una Biblia de Jerusalén grande y dignamente adornada que será la Biblia que usará
la comunidad cristiana constituida a partir de la Renovación de las promesas bautismales.
Este rito postbautismal, aunque no parece existir en Hipólito de Roma, sin
embargo, sí lo encontramos generalizado en el siglo IV, en Jerusalén, en Milán,
en Verona, en Antioquia y en Hipona. San Cirilo lo menciona, sin describir el
desenvolvimiento litúrgico del mismo:
El Ritual subraya que son los padrinos o madrinas quienes imponen a los
neófitos la vestidura blanca.
vestem candidam. Origine, evoluzione e sviluppo del rito: Riv. Lit. (42), pp. 26-45; V. PAVAN, La veste bianca battesimales,
indicium escatologico nella Chiesa dei primi secoli: Augustinianum 1978,1, pp. 257-271.
La Asamblea, poco a poco, se va trasformando, se pasa de una Asamblea
multicolor a una Asamblea "blanca como la nieve" (cf. Sal. 68,15). Revestidos
con estas túnicas, los elegidos participarán en la Solemne Vigilia Pascual 721,
hasta ahora prácticamente se ha venido celebrando, allí donde se ha finalizado
el Neocatecumenado, con el Obispo respectivo en la Solemne Vigilia celebrada
en la Catedral, como Iglesia madre de toda la Diócesis (SCN, art 21&2). Y
revestidos de blancas túnicas celebrarán todas las eucaristías durante la
cincuentena pascual, en la etapa que el Ritual denomina de la Mystagogia (nnº
235-239) y que en el Neocatecumenado se llama Etapa de Neofitado722. Este
modo de celebrar, con las túnicas blancas, se repetirá cada año, al revivir los
cristianos el tiempo pascual como tiempo de gozo transfigurado por la
Resurrección con la que el Señor reviste a su Iglesia. Al finalizar el tiempo de
Pascua los cristianos guardan cuidadosamente la túnica blanca que al año
siguiente volverán a vestir en las eucaristías pascuales723. El Ritual no hace
ninguna alusión al modo de celebrar aunque sí insiste en la importancia de las
eucaristías pascuales. Para M. Dujarier "el símbolo de la vestidura tiene también
un gran valor, pero desgraciadamente no está suficientemente puesto de
relieve"724. En cambio, en el Neocatecumenado se ha hecho una verdadera
inculturación de este rito, adaptándolo a la mentalidad actual y haciéndolo
expresivo, funcional y definitivamente litúrgico. Sólo quien ha asistido a alguna
Eucaristía pascual con estas comunidades cristianas parroquiales puede
ponderar la dignidad de la Asamblea, la solemnidad con que se celebra, y la
fuerza que adquieren todos los signos (ver tabla 35ª).
721
"El vértice de toda la formación será generalmente la Vigilia Pascual, en la que los adultos profesarán su fe bautismal..."
(RICA, nº 304). "La renovación de las promesas del Bautismo realizada, a ser posible, en la Vigilia pascual con toda la comunidad
cristiana, y en la que, junto a la renuncia al hombre viejo, los adultos realizan la confesión pública de la fe, meta final d e la
catequesis adultos" (CA, nº 119).
722
Estas eucaristías -ya hicimos referencia a ellas- se viven en "atmósfera espiritual esponsal" que encuentra su
fundamentación en las fuentes neotestamentarias. El desposorio de Cristo y la Iglesia viene representado en un banquete (cf. Mt
22,1-14; Lc 14,16-24). Para entrar en este banquete se necesita el traje de boda. Uno que no lo llevaba, el rey, airado, lo echó fuera
(cf. Mt 22,13). En la iniciación cristiana el traje de boda es la vestidura blanca. El tiempo de la Mystagogia en el que l os neófitos
adquieren una "inteligencia más plena y fructuosa de los misterios se adquiere con la renovación de las explicaciones y sobre todo
con la recepción continuada de los sacramentos" (nº 38), especialmente de la Eucaristía que los neófitos que han renovado las
promesas bautismales celebran con el "traje de boda" que es "de lino deslumbrante de blancura -el lino son las buenas obras de los
santos-" (cf. Ap 19,8). Por eso en este tiempo, el Ritual invita al "ejercicio de la caridad" (nº 37).
723
Ya vimos cuando analicé el tiempo de la Mystagogia, que en el Catecumenado clásico, los neófitos permanecían con las
vestiduras blancas durante siete u ocho días tanto en casa como en la Iglesia, pero aunque el resto del tiempo ya celebraban sin las
túnicas, he aquí como alienta SAN AMBROSIO a sus cristianos tomando ocasión de este rito: "Durante la semana pasada vuestras
hermosas vestimentas blancas han atraído la atención de todos. Aún cuando ya no vais a usarlas más, todavía podéis incitar a todos
los que os vean a glorificar a Dios y a seguir vuestro ejemplo, conservando la túnica real de vuestra inocencia en toda su belleza,
caminando en el Espíritu y sirviendo al Señor con todas vuestras fuerzas. Brille así vuestra luz delante de los hombres, dice nuestro
Señor en el evangelio para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mt 5,16). No es por
usar una vestimenta distintiva, sino por su modo de vida, como los Cristianos atraen a los no creyentes al Señor..." Cfr. ANNE
FIELD, o. cit., p. 235.
724
Cfr. Iniciación Cristiana de Adultos, p. 176.
IV. CONTENIDOS DEL NEOCATECUMENADO: ANÁLISIS Y
VALORACIÓN
725
Cfr. “Carácter central de la Palabra de Dios”, en G. ALBERIGO-J.P. JOSSUA, Recepción del Vaticano II, Ed,
Cristiandad, Madrid, 1987, pp. 150-174. Para este teólogo “fue muy importante la decisión tomada pocos días después de la
apertura del Concilio de entronizar al comienzo de cada sesión, como se había hecho en el concilio de Éfeso, en el de la
unión de Ferrara-Florencia y en el Vaticano I; porque este gesto significaba poner a la asamblea bajo el primado y la
soberanía de la palabra” (pp. 152-153).
Efectivamente, el Concilio Vaticano II quiso restablecer “una lectura de
la Sagrada Escritura más abundante, más variada y más apropiada” (SC, nº 35),
y “fomentar aquel amor suave y vivo hacia la Sagrada Escritura que atestigua la
venerable tradición de los ritos tanto orientales como occidentales” (SC, nº 24).
Para ello, dispuso que se abrieran con mayor amplitud “los tesoros bíblicos de la
Iglesia” en la “mesa de la Palabra de Dios” (SC, nº 51; DV, nº 21; PO, nº 18)726.
Esta apertura conciliar ha producido -en palabras de Mons. Julián López- “uno
de los mayores frutos del Concilio Vaticano II al haber posibilitado el
conocimiento y la estima del pueblo cristiano hacia la Palabra de Dios. El uso
de las lenguas modernas en la liturgia, la abundancia de versiones y ediciones
de la Biblia, el esfuerzo realizado en la catequesis, en la predicación, en la
teología y en la espiritualidad, para fundamentarlo todo en la Palabra de Dios,
han contribuido a un contacto cada vez más frecuente e intenso de todos los
fieles con la Sagrada Escritura” 727.
726
Cfr. S. LYONNET, “La elaboración de los capítulos IV y VI de la ´Dei Verbum`”, en R. LATOURELLE (ed.), Vaticano
II. Balance y perspectivas, Ed, Sígueme, Salamanca 1989, pp. 117-149.
727
Cfr. Exhortación pastoral, La Palabra de Dios en la iniciación cristiana y en la vida de la comunidad parroquial,
Ciudad Rodrigo 1995, p. 2. Parte de esta exhortación fue publicada bajo el título de “Revalorizar la Palabra de Dios”, en
Celebrar la Liturgia de la Palabra, CPL. 70, Barcelona 1996, pp. 9-28.
caridad a todos los hombres, destinatarios de esta Palabra, y reunirlos en el
corazón de Dios, de donde había brotado”728.
731
Cfr. E. BIANCHI, o. cit., p. 159. Según D. BOROBIO, “después del Vaticano II, es cierto que se ha dado un verdadero
progreso en la participación de los laicos en todos los servicios a la Palabra: desde la evangelización y catequesis a la
enseñanza y la reflexión teológica, desde la predicación a la colaboración en Sínodos y Concilios... Pero no podemos
desconocer que persisten todavía no pocos prejuicios y suspicacias en algunos obispos y sacerdotes respecto a la capacidad y
hasta conveniencia de que los laicos participen en esta tarea: así sucede en la predicación, en la enseñanza sobre todo en
Facultades de Teología, en su intervención para determinar planes de pastoral en relación con la Palabra...”. Cfr. Misión y
ministerios laicales, p. 28.
732
Cfr. D. BOROBIO, “La recepción del Concilio por movimientos cristianos postconciliares en España”, en o. cit., pp. 37-
69.
733
Cfr. Relación final II, B) 1, en o. cit., p. 12.
lo que hablaba. Me di cuenta que esto era el amor que Dios tenía a esa gente;
era impresionante. Ha habido gente atea que ha llegado a las barracas y viendo
aquello se ha convertido a Jesucristo”734.
734
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Convivencia de Santo Domingo-1992, (por manuscrito), p. 10. Esta experiencia la interpreta el
iniciador del CN de la siguiente forma.: “Dios ha hecho que en las barracas apareciera una síntesis teológico-catequética que
tiene como centro el Kerigma. Esto es, la resurrección de Jesucristo, la victoria de Cristo sobre la muerte”. Cfr. Id., Anuncio
de Cuaresma-1989, (por manuscrito), p. 4. Esta síntesis es también reconocida en el Decreto de Aprobación del Estatuto del
CN: “ Con el paso del tiempo, este kerigma se concretizó en una síntesis catequética basada en el ´trípode ´Palabra de Dios-
Liturgia-Comunidad` que trata de conducir a las personas a una comunión fraterna y a una fe madura”. Cfr. Statuta, p. 17.
735
Para C. FLORISTÁN el Catecumenado no es una escuela "sino lugar de iniciación en el que se descubre ya que la fe es
fundamentalmente experiencia. La iniciación es un proceso en el seno de una comunidad", en El Ritual de la iniciación cristiana de
adultos, p. 260.
presbíteros, los diáconos y catequistas y que tendrán como objetivo conducir a
los catecúmenos “no sólo a un conocimiento conveniente de los dogmas y los
preceptos, sino también al íntimo conocimiento del misterio de la salvación,
cuya aplicación a sí mismos deben considerar” (nº 19,1). Estas celebraciones, se
dirá más adelante, deben ser concebidas como una escuela de oración y de
asimilación afectiva de los contenidos de la revelación: una experiencia vivida
de estos contenidos y una forma de iniciación al culto de la comunidad (nnº
106-108)736.
736
En los nnº 18,19, 37, 108, 110, 119, 128... del RICA, se habla de la importancia de la Palabra de Dios, para guiar a los
catecúmenos hacia la comprensión y vivencia de los misterios cristianos. Para una mayor profundización en este punto, ver:
PEDRO FERNÁNDEZ, La liturgia de la Palabra de Dios, pp. 72-92; JESÚS LÓPEZ, Escuchar la Palabra, objetivo
catecumenal, pp. 399-432; FERNANDO IBÁÑEZ, La Sagrada Escritura, fuente de la Catequesis, pp. 282-296; ALFONSO
DE LA FUENTE, La interpretación de la Sagrada Escritura en la Catequesis, pp. 297-308.
predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y
regir con la Sagrada Escritura”.
Por tanto, la fuente viva de la Palabra de Dios y las fuentes que de ella
derivan y en las que ella se expresa, proporcionan a la catequesis los criterios
para transmitir su mensaje a todos aquellos que han tomado la decisión de
seguir a Jesucristo. Tradición, Escritura y Magisterio, íntimamente comunicados
y vinculados, son ´cada uno a su manera` las fuentes principales de la
catequesis738.
737
En la formulación de este número, se deja ver la decisiva ´influencia`del cardenal J. RATZINGER, a partir de la lección
que pronunció en París y Lyon en 1983, que ha supuesto un verdadero ´jalón` y giro a la vez en todo el movimiento
catequético, ver, Transmisión de la fe y fuentes de la fe: Scripta Theologica 15 (1983/1), pp. 9-29.
738
Para el Cardenal CASTRILLÓN “Las ´fuentes` de la catequesis tienen cada una de ellas su lenguaje, que recibe forma a
través de una rica variedad de ´documentos de la fe`. La catequesis es tradición viva de tales documentos. Hoy no se puede
prescindir de la aportación del Catecismo de la Iglesia Católica como síntesis orgánica de la fe a nivel universal”. Cfr. “El
Directorio General para la Catequesis: motivos y criterios de la revisión”, en A. CAÑIZARES - MANUEL DEL CAMPO
(Eds), o. cit., p. 47. ANTONIO CAÑIZARES sostiene también que “la catequesis se ha beneficiado ampliamente de la
presencia de las Escrituras como fuente primera y principal de sus enseñanzas. A través de la catequesis se ha producido una
mayor difusión y utilización de la Palabra de Dios en la conciencia general de los fieles. Ella, en efecto, junto con la
Liturgia, ha vehiculado bastante bien la renovación bíblica y la devolución de la Biblia al pueblo cristiano, como quiso el
Vaticano II”. Cfr. “Veinte años de catequesis después del Concilio en España”, en ADOLFO GONZÁLEZ (Ed.), o. cit., p.
156.
Las fuentes de la catequesis tienen cada una su propio lenguaje, que
queda plasmado en una rica variedad de documentos de la fe (CC, nº 144). La
catequesis es tradición viva de esos documentos: perícopas bíblicas, textos
litúrgicos, escritos de los Padres de la Iglesia, formulaciones del Magisterio,
símbolos de la fe, testimonio de los santos, reflexiones teológicas.
c) Contenidos fundamentales de la fe
742
“La intención profunda del Catecismo de la Iglesia Católica, al final del segundo milenio y a principios del tercero es
ofrecer una exposición global, unitaria y orgánica de la fe; anunciar al hombre la buena nueva, capaz de reinterpretar la vida
y la historia en el diálogo con Dios que se revela y se da en nuestro Señor Jesús, Cristo y Salvador”. Cfr. L.
CHIARINELLI, “El Catecismo de la Iglesia Católica punto de referencia para los catecismos nacionales”, en A.
CAÑIZARES - MANUEL DEL CAMPO, o. cit., p. 346. Para un acercamiento a los ´contenidos` del Catecismo, ver la
Segunda parte del libro editado por OLEGARIO G. DE CARDEDAL - JUAN A. MARTÍNEZ, El Catecismo posconciliar.
Contexto y contenido, pp. 111-217.
743
Para el cardenal J. RATZINGER “estas cuatro clásicas ´piezas maestras` de la catequesis han servido durante siglos
como elementos estructurantes y como lugares de concentración de la enseñanza catequética, y han abierto también el acceso
tanto a la Biblia como a la vida de la Iglesia. Ya hemos dicho que corresponden a las dimensiones de la existencia cristiana.
Es lo que afirma el Catecismo Romano al decir que allí se encuentra lo que el cristiano debe creer (el símbolo), lo que debe
esperar (el Padrenuestro), lo que debe hacer (el decálogo como explicitación de los modos de amar), y se nos describe el
espacio vital en que todo esto hunde sus raíces (sacramentos e Iglesia). Cfr. Transmisión de la fe y fuentes de la fe, p. 24.
744
“Transmisión de la fe e iniciación cristiana se reclaman mutuamente y mutuamente se perfeccionan. Por eso, cuando
percibimos que una determinada comunidad eclesial no acierta a iniciar en la fe a nuevos creyentes, o, como se acostumbra a
cristiana tiende a que el hombre se encuentre con Jesucristo, que es al mismo
tiempo Revelador de Dios y del hombre, en el interior de la Iglesia. Aspira a
introducir en el seguimiento de Jesús, a formar a Jesucristo en el catecúmeno, a
regenerar la comunidad cristiana en su vida interna y en su dinamismo
evangelizador”. De aquí, que según este teólogo, “cuatro son las realidades
fundamentales que constituyen el contenido de la iniciación, de la transmisión
de la Iglesia a los catecúmenos: La fe, la celebración cristiana, una vida moral
según el Evangelio y el testimonio de Jesucristo con obras y palabras” 745.
decir coloquialmente, no sabe cómo ´hacer` nuevos cristianos, estamos constatando, en el fondo, la incapacidad de esa
comunidad para transmitir la fe, para vincular a nuevos creyentes al curso vivo de la Tradición de la Iglesia”. Cfr. M. DEL
CAMPO, “Iniciación cristiana y catequesis”, en A. CAÑIZARES - MANUEL DEL CAMPO, o. cit., p. 182. Para un acceso
a las reales dificultades en la transmisión de la fe, hoy en la Iglesia de España, ver INSTITUTO SUPERIOR DE
PASTORAL, La transmisión de la fe en la sociedad actual, Ed, Verbo Divino, Estella (Navarra) 1991.
745
Cfr. “Dimensiones y elementos básicos del catecumenado de la Iglesia”, en Transmitir el Evangelio de la verdad, p. 79.
Para el cardenal J. RATZINGER, “El catecumenado de la Iglesia primitiva ha recogido los elementos fundamentales a partir
de la Escritura: son la fe, los sacramentos, los mandamientos y el padrenuestro [...] Para ser cristianos, se debe creer, se debe
aprender el modo de vivir cristiano, por así decir, el estilo de vida cristiano, se debe ser capaz de rezar como cristianos y se
debe en fin acceder los misterios y a la liturgia de la Iglesia”. Cfr. “Introducción al nuevo ´Catecismo de la Iglesia
Católica`”, en OLEGARIO G. DE CARDEDAL - JUAN A. MARTÍNEZ, o. cit., p. 59.
746
En el documento se desarrolla el alcance de una confesión de fe adulta, como meta de la catequesis, se examina cómo
esa confesión de fe es un proceso vinculante, que nos une en primer lugar a Jesucristo y, a partir de él, a Dios trino, a la
Iglesia y al mundo; y finalmente, se describen los rasgos del cristiano adulto que nace de la catequesis y hacia el que todo el
proceso catequizador apunta continuamente. A desarrollar estos aspectos, está dedicada la segunda parte del documento que
lleva por título, “La naturaleza interna de la catequesis de adultos” . Cfr CA, pp. 101-203.
747
Para el Cardenal J. RATZINGER “si la confesión es esencial para el bautismo, entonces el catecumenado es una parte
constitutiva del bautismo mismo”. Cfr. Teoría de los principios teológicos, p. 39.
La catequesis ha de ser -en expresión de los Obispos- “esencialmente un
acto de la tradición viva de la Iglesia que, por medio de la iniciación en su
´doctrina, vida y culto`(DV, nº 8), transmite al catecúmeno todo lo que ella cree,
todo lo que es. La traditio Evangelii in symbolo (tradición del Evangelio en el
símbolo) y la traditio orationis dominicae(tradición del Padre Nuestro) son - en
el Catecumenado bautismal y en nuestra catequesis- la expresión de lo que es,
en esencia, un proceso catecumenal: la transmisión de la fe eclesial. Es
importante que, entre nosotros, la acción catequética se vea fecundada por la
concepción conciliar de la tradición. El catecúmeno, por medio de la catequesis,
ha de ser iniciado para que se incorpore vitalmente en la Tradición de la Iglesia.
No se trata de que adquiera solamente un conocimiento de las expresiones
históricas objetivas de esa Tradición (pensamiento de los Santos Padres,
testimonios de los Santos, manifestaciones de arte cristiano y otras expresiones
culturales de la vida de la Iglesia), sino de que se introduzca y participe en la
corriente de vida de la existencia cristiana que, desde la época apostólica hasta
nuestros días, ha profundizado, cada vez más, el Evangelio de Jesús” (CC, nº
135)748.
749
“El Precatecumenado, caracterizado porque en él tiene lugar la primera evangelización en orden a la conversión y se
explicita el kerigma del primer anuncio; el catecumenado, propiamente dicho, destinado a la catequesis integral y en cuyo
comienzo se realiza la ´entrega de los evangelios`; el tiempo de purificación e iluminación, que proporciona una preparación
más intensa a los sacramentos de la iniciación, y en el que tiene lugar la ´entrega del Símbolo`y la ´entrega de la Oración del
Señor`; y el tiempo de la mystagogia, caracterizado por la experiencia de los sacramentos y la entrada en la comunidad”. Cfr.
DGC, nº 88. Más adelante se dirá que “la concepción del catecumenado bautismal como proceso formativo y verdadera
escuela de fe, proporciona a la catequesis postbautismal una dinámica y unas características configuradoras: la intensidad e
integridad de la formación; su carácter gradual, con etapas definidas; su vinculación a ritos, símbolos y signos,
especialmente bíblicos y litúrgicos; su constante referencia a la comunidad cristiana... La catequesis postbautismal, sin tener
que reproducir miméticamente la configuración del catecumenado bautismal, y reconociendo su carácter de bautizados que
tienen los catequizandos, hará bien en inspirarse en esta ´escuela preparatoria de la vida cristiana`, dejándose fecundar por
sus principales elementos configuradores” (nº 91).
750
Esta gradualidad aparece también en los nombres que la Iglesia utiliza para designar a los que se encuentran en las
diferentes etapas del Catecumenado bautismal: ´simpatizante` (RICA, nº 12), que, aunque todavía no crea plenamente, está
ya inclinado a la fe; ´catecúmeno` (RICA, nnº 17-18), firmemente decidido a seguir a Jesús; ´elegido` o ´competente` (RICA,
nº 24), llamado para recibir el Bautismo; ´neófito` (RICA, nnº 33-36), recién nacido a la luz del Bautismo; y ´fiel cristiano`
(RICA, nº 39), maduro en la fe y miembro activo de la comunidad cristiana.
751
Para un desarrollo en profundidad de la “Estructura gradual de la catequesis de adultos”, ver la síntesis realizada por
nuestros Obispos en CA, nnº 198-203, donde sostienen -sin ninguna ambigüedad- que “la catequesis de adultos con
cristianos bautizados, inspirada en el modelo catecumenal, ha de ser una formación gradual” (nº 199), y que esta
“gradualidad, tanto de la formación catecumenal como de la catequesis de adultos con bautizados, muestra el gran respeto
de la Iglesia hacia la persona del adulto y a su libertad en el acto de la fe” (nº 202); y no soslayan las ´dificultades`que se
puedan presentar (nº 203).
del Símbolo y del Padre nuestro han de hacerse ´solamente cuando parezcan
maduros los catecúmenos`” 752.
Si nos preguntamos ahora cuáles son las fuentes en las que se nutren los
neocatecúmenos a lo largo de todo el itinerario neocatecumenal, hemos de decir
que a la luz de la praxis litúrgico-catequética del mismo Neocatecumenado, no
752
Cfr. “El concepto de itinerario en la catequesis”, en A. CAÑIZARES-M. DEL CAMPO, o. cit., p. 486.
753
Para una mayor profundización de estos aspectos, ver, Cardenal D. CASTRILLÓN, “El Directorio General para la
Catequesis: Motivos y criterios de la revisión”, en A. CAÑIZARES-M. DEL CAMPO, o. cit., p. 54.
son otras más que aquellas de las que se nutre la misma Iglesia, es decir la
Palabra de Dios contenida en la Sagrada Escritura y en la Sagrada Tradición.
Así aparece fundamentado este punto relativo a la fuente y las fuentes del
mensaje de la catequesis en el Directorio General para la Catequesis de 1997
(nº 96)754.
754
El Directorio del ´71 describe así las ´fuentes`de la catequesis: “El contenido de la catequesis se encuentra en la palabra
de Dios, escrita o transmitida por tradición; es comprendido más profundamente y desarrollado por el pueblo creyente, bajo
la guía del Magisterio; se celebra en la liturgia; resplandece en la vida de la Iglesia, sobre todo en los justos y santos; y
aparece también de algún modo en los genuinos valores morales que, por providencia de Dios, existen en la sociedad
humana. Todas éstas son las ´fuentes`,principales y subsidiarias, de la catequesis”. Cfr. DCG, nº 45.
755
Este artículo remite a los nnº 127-128 del DGC, en este último se afirma que “La Sagrada Escritura y el Catecismo de la
Iglesia Católica se presentan como dos puntos de referencia para inspirar toda la acción catequizadora de la Iglesia en
nuestro tiempo”. Para una mayor profundización, ver J. SARAIVA, “El Catecismo de la Iglesia Católica y la inculturación
de la fe”, en A. CAÑIZARES - MANUEL DEL CAMPO, ,en o cit., pp. 321-333.
756
Según D. BOROBIO, “La Palabra tiene en el CN un puesto central por los siguientes datos: las reuniones de la
comunidad, tanto para la reflexión y diálogo, cuanto para la celebración, tienen por centro la Palabra; el material básico de
estudio y reflexión durante la fase kerigmática y el precatecumenado es el ´Vocabulario de Teología Bíblica`de León-
Dufour...”. Cfr. “La recepción del Concilio por diversos movimientos cristianos postconciliares en España”, en o. cit., p. 49.
instante: la Escritura es entregada por el Obispo a cada uno de los
neocatecúmenos para que sea el alimento diario en el camino de la fe y de la
conversión, y mostrando con este signo concreto que “el oficio de interpretar
auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido confiado únicamente al
Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo” (DV, nº
10). En el Estatuto se dirá que “esta iniciación a la Escritura es sellada en una
celebración de la Palabra, en que los participantes reciben la Biblia de manos
del Obispo, garante de su auténtica interpretación, como signo de que la madre
Iglesia de ahora en adelante a lo largo del Camino les nutrirá semanalmente en
esta mesa, fuente viva de la catequesis” (art. 9,2ª).
757
Sin este lenguaje, esencialmente bíblico y litúrgico, trabajado por los Santos Padres y continuado en el magisterio de la
Iglesia, no se puede entender el cristianismo. Una muestra de esa mentalidad-lenguaje se encuentra en el Catecismo de la
Iglesia Católica.
758
“Todas las semanas hay en las comunidades una Celebración de la Palabra, preparada por un grupo de hermanos que
proclama textos del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Se escucha con suma atención, se medita, y ante ella se
responde personalmente. Siendo siempre Jesucristo el centro de la Palabra. Según la fase del camino en que se encuentre
cada comunidad se entra en la Escritura desde aspectos distintos (conceptos, personajes, temas, etapas, libros...). A la luz de
la Palabra se va modelando la fe y la moral de los que la escuchan”. Cfr. ENRIQUE BONETE, Reflexiones sobre la relación
entre el ´Camino Neocatecumenal` y el concilio Vaticano II: Communio (noviembre-diciembre 1996), p. 549. Este artículo,
La Palabra es abordada de manera no intelectual, sino sapiencial; no
especulativa, sino orante. Para E. Bianchi, en el Neocatecumenado, “la palabra
de Dios se percibe como mensaje de un viviente que interpela en forma directa
la vida personal y la del grupo, y la Biblia es el libro que es preciso escuchar y
del que hay que alimentarse en las dificultades del camino. Hay que reconocer,
sobre todo, a los neocatecumenales un gran esfuerzo para dar la primacía a la
palabra y una gran fidelidad en el contacto directo con la Escritura, que no sólo
es escuchada y rezada, sino también anunciada” 759. Un experto en las nuevas
realidades eclesiales como Jesús Castellano al describir el lugar que ocupa la
Palabra de Dios en las Comunidades Neocatecumenales trae a colación la aguda
observación hecha por Kiko Argüello a un estudiante del Bíblico que empezaba
su experiencia de catequesis neocatecumenal: “Él creía conocer la Bíblia y le
hizo entrar en crisis esta frase: ´Tú has pasado por la Biblia, pero la Biblia no ha
pasado por ti`. Se puede conocer la Biblia, pero se puede permanecer fuera de la
experiencia de la Palabra”760.
quiso ser en su momento, una respuesta ´ponderada`a algunas de las afirmaciones un tanto ´sesgadas`y peyorativas del
periodista EZEQUIEL COLLADO en su artículo, El ´Camino Neocatecumenal`(los ´kikos`). ¿Qué antropología? ¿Qué
teología? ¿Qué moral?: Sal Terrae (abril 1996). Este autor hace -en general- una interpretación positiva de la acogida de la
Palabra de Dios en las Comunidades Neocatecumenales, y acusa a los neocatecúmenos de hacer una interpretación
´alegorizante y fundamentalista` de la Escritura (p. 304). Para el profesor E. BONETE, “afirmar como hace E. COLLADO,
que las alegorías con las que Kiko interpreta la Escritura son favorecedoras de su propia trayectoria religiosa y determinan
todas las posibles interpretaciones en el Camino, es olvidar que en miles de comunidades repartidas por el mundo se
proclaman todas las semanas centenares de textos distintos, y miles de catequistas y presbíteros predican desde su propia
experiencia de fe y conocimiento de la Escritura, apoyándose en textos bíblicos del momento litúrgico.
Evidentemente, no todos los hermanos de las comunidades, entre los que hay de muy distinto
nivel cultural y social, ni todos los catequistas, poseen conocimientos rigurosos de los
métodos histórico-críticos de interpretación de la Escritura. Pero este acceso no agota toda la
riqueza espiritual y vital de los textos bíblicos. Hay otros niveles de lectura (la hermenéutica
alegórica, literaria, existencial, mística, modélica, moral,...), que sin negar las aportaciones
´científicas` de la exégesis contemporánea, acercan de una manera más penetrante y viva la
Escritura a los problemas humanos en los que están inmersos quienes se sitúan ante la
Palabra” (pp. 549-550). Esta misma posición la mantiene la PONTIFICIA COMISIÓN
BÍBLICA al afirmar que “hay que alegrarse de ver que gente humilde y pobre, toma la Biblia
en sus manos y puede aportar a su interpretación y actualización una luz más penetrante,
desde el punto de vista espiritual y existencial, que la que viene de una ciencia segura de sí
misma (cf. Mt 11,25)”. Cfr. La interpretación de la Biblia en la Iglesia, Ed, (7ª ) PPC, Madrid 2001, p. 123.
759
Cfr. “Carácter central de la Palabra de Dios”, en G. ALBERGIO-J.P. JOSSUA, La recepción del Vaticano II, p. 169. Sin
embargo, C. FLORISTÁN hace un juicio valorativo más critico: “La Palabra de Dios es absolutizada al modo barthiano.
Además, Dios habla casi sólo por la Biblia, no por lo signos de los tiempos ni por los acontecimientos, que apenas tienen
relieve”. Cfr. Para comprender el catecumenado, p. 103.
760
Cfr. Carismas para un “tercer milenio”, p. 180.
761
El texto que contiene la ´concreción cristológica` más densa en esta constitución, lo encontramos en DV, nº 4. Aunque
D. BOROBIO afirma que “respecto a la clave ´hermeneútica` desde la que se lee e interpreta la Palabra, es sobre todo la
indica una realidad, una fuerza que crea y promueve la historia: es, a la vez,
acontecimiento y acción (DV, nº 2). Lo que se busca es la palabra de vida, su
realización concreta, el compromiso entre nosotros y Dios, y no una ideología,
un aumento de conocimientos762. La Palabra no es algo, sino Alguien, una
Persona que habla e ilumina la existencia. De aquí la importancia de la homilía
dentro de la Celebración de la Palabra, “que tiene un lugar privilegiado, en la
instrucción del Neocatecumenado”, porque a través de ella “el presbítero
prolonga la proclamación de la Palabra, interpretándola según el Magisterio y
actualizándola en el hoy del camino de fe de los neocatecúmenos”( SCN, art.
11&2) 763.
´espiritual`”. (Cf. La recepción del concilio..., p. 49), hay que añadir que la ´clave hermeneútica` es más bien ´cristológica,
eclesial y existencial`.
762
Ya hemos hecho alusión antes a como la misma Pontificia Comisión Bíblica en el documento sobre La interpretación de
la Biblia en la Iglesia , sostiene que “hay que alegrarse de ver que gente humilde y pobre, toma la Biblia en sus manos y
puede aportar a su interpretación y actualización una luz más penetrante, desde el punto de vista espiritual y existencial, que
la que viene de una ciencia segura de sí misma (cf. Mt 11, 25)” [p. 123]; y esto se afirma al hablar de la contribución de las
asociaciones y movimientos eclesiales que ponen en primer plano la lectura de la Biblia en una perspectiva de fe y
compromiso cristiano, y de las ´numerosas comunidades de base` que centran sobre la Biblia sus reuniones y se proponen un
triple objetivo: conocer la Biblia, construir la comunidad y servir al pueblo.
763
Ver F. VOLTAGGIO, “La parola di Dio nelle comunità neocatecumenali”, en: G. ZEVINI (Ed.) Incontro con la Biblia.
Leggere, pregare, anunziare, pp. 187-191.
764
Para una comprensión del alcance de estas expresiones conciliares, ver, M. A. MOLINA PALMA, La interpretación de
la Escritura en el Espíritu Santo. Estudio histórico-teológico de un principio hermenéutico de la Constitución ´Dei Verbum`:
Burgense 27 (1986), pp. 345-570; I. DE LA POTTERI, La lettura della Sacra Scrittura ´nello Spiritu`: il modo patristico di
leggere la Bibbia è possibile oggi?: La Civiltà Cattolica 137/III (1986), pp. 209-223.
auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado
únicamente al Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de
Jesucristo” (DV, nº 10). Los neocatecúmenos profundizan en la Escritura con
´la inteligencia y el corazón de la Iglesia` (SCN, art. 11&4) y lo hacen en
comunión y obediencia al Magisterio, para que así “se realice una maravillosa
concordia de Pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida”
(DV, nº 10).
765
“Nos referimos a las celebraciones sagradas de la palabra de Dios, en cuanto acto celebrativo autónomo... Cuando nos
adentramos en el estudio teológico y pastoral de las celebraciones de la palabra intentamos reflexionar, principalmente, no
sobre la liturgia de la palabra, sino sobre la palabra en la liturgia. En nuestro estudio vamos a presentar tres aspectos, que
son: su valor litúrgico, su dinámica celebrativa, y sus formas concretas de las celebraciones de la palabra de Dios, teniendo
en cuenta que se trata de una acción litúrgica específica, cuyo futuro en pastoral de la Iglesia, en orden a favorecer
especialmente la evangelización y el crecimiento de la fe y de la oración en las comunidades cristianas, presenta una riqueza
todavía no utilizada”. Cfr. PEDRO FERNÁNDEZ, La liturgia de la palabra de Dios, pp. 82-83. Del mismo autor,
´Celebraciones de la Palabra`, en Nuevo Diccionario de Liturgia (Madrid 1987), pp. 353-373.
766
En la Convivencia celebrada en Nueva York (Abril-1997) con 253 Obispos de las Américas sobre el tema,
´Evangelización y Camino Neocatecumenal`, el planteamiento de fondo que apareció con fuerza es que ´sólo una nueva
estética salvará a la Iglesia`. Cfr . Nueva Evangelización en las Américas y Camino Neocatecumenal, New York (1-5 de
Abril de 1997), [por manuscrito], Ed, Centro Neocatecumenal de Roma 1997. Con motivo del Sínodo de Europa -celebrado
en 1999- Kiko Argüello tuvo una intervención en el Aula Sinodal, y en su alocución hizo referencia a la ´nueva estética` del
CN: “Nosotros hemos visto -durante treinta años de experiencia y en más de cien naciones- la urgencia de que las estructuras
de la Iglesia se renueven; como la parroquia, que, ante la ´aldea global` de McLuhan, pueda transformarse en una ´aldea
celeste`, con una nueva estética: un catecumenium, con espacios modernos para el culto y para la vida de las pequeñas
comunidades, un modelo social más humano, capaz de abrir espacios a la nueva cultura”. El texto íntegro de su intervención
apareció publicado en LA RAZÓN (jueves, 7-X-1999), bajo el título: Kiko Argüello pide una renovación para que las
parroquias sea ´aldeas celestes’. Acerca de la ´búsqueda`de una nueva arquitectura que responda a la nueva estética del
hombre de hoy, ver, J.L. DEL PALACIO, Arquitectura, Liturgia y Nueva Estética en el Tercer Milenio para la Nueva
Evangelización. Lección inaugural del Curso académico 2001 en el Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater y
Juan Pablo II (afiliado a la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma) [separata]. En esta misma
perspectiva, ver M. A GRIPPA, El edificio de culto como signo visible del misterio eclesial, ayer y hoy:
Communio (mayo-junio 1993), pp. 260-267; y L. BOUYER - J. L. DEL PALACIO, Arquitectura y Liturgia, Ed, Ega, Bilbao
2000, pp. 11-21; M. BERGAMO - M. DEL PRETE, Espacios celebrativos. Estudio para una arquitectura de las iglesias a
la Palabra, la dignidad del local y la belleza de la sala, han de estar ordenados
de tal forma que propicien y faciliten a la asamblea una celebración de
encuentro verdaderamente epifánico: “En los Libros sagrados, el Padre, que está
en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con
ellos” (DV, nº 21). Estos espacios celebrativos reciben el nombre de
catecumenium y ya son una realidad en no pocas parroquias esparcidas por todo
el mundo767.
partir del concilio Vaticano II, Ed, Ega, Bilbao 1998; LUIS MALDONADO, Liturgia, arte, belleza, Ed, San Pablo, Madrid,
2002.
767
Recientemente el periódico LA RAZÓN se hacía eco de la conclusión de las pinturas que Kiko Argüello ha estado
haciendo en la parroquia Santa Catalina Labouré en Madrid, dentro de un proyecto integral que comprende también la
construcción, junto con la Iglesia, de nuevos espacios arquitectónicos con una finalidad catequética y celebrativa, que se
denominan catecumenium. Cfr. Argüello crea una nueva estética para la parroquia: LA RAZÓN (miércoles 26-III-2003),
pp. 36-37 . Ver Una parrochia per el Terzo Millennio. San Bartolomeo in Tuto, Firenze 1999.
768
La ´modalidad hermeneútica`de acceso a la Escritura en los Seminarios, en su ´forma litúrgica` se asemeja a la ´ lectio
divina`tal y como viene descrita en el documento de la Pontificia Comisión Bíblica: “Es una lectura, individual o
comunitaria, de un pasaje más o menos largo de la Escritura, acogida como Palabra de Dios, y que se desarrolla bajo la
moción del Espíritu en meditación, oración y contemplación” ; en cuanto al ´método de actualización` sigue también aquel
que viene señalado en dicho documento: “La interpretación de la Escritura por la Escritura es el método más seguro y
fecundo, especialmente en el caso de textos del Antiguo Testamento que son releídos en el Antiguo Testamento (p. ej., el
maná de Ex 16 en Sb 16,20-29) y/o en el Nuevo Testamento (Jn 6). La actualización de un texto bíblico en la existencia
cristiana no puede hacerse correctamente sin establecer una relación con el misterio de Cristo y la Iglesia”. Cfr. La
interpretación de la Bíblia en la Iglesia, pp. 113 y 119. Ver GARCÍA M. COLOMBÁS, La lectura de Dios. Aproximación
a la lectio divina, Ed, Monte Casino, Zamora 1999, y MARIO MASINI, La lectio divina, Ed, B.A.C., Madrid 2001. El Papa
Juan Pablo II, ha tenido la oportunidad de bendecir el Santuario de la Palabra del Seminario Diocesano Redemptoris Mater
de Santo Domingo en 1992, y también el de la Casa ´Domus Galileae` en Tierra Santa el año 2000.
realmente Palabra de Dios` [...] El conocimiento amoroso y la familiaridad
orante con la Palabra de Dios revisten un significado específico en el ministerio
profético del sacerdote, para cuyo cumplimiento adecuado son una condición
imprescindible, principalmente en el contexto de la ´nueva evangelización`, a la
que hoy la Iglesia está llamada” (PDV, nº 47) 769.
769
Cfr. AA. VV., Os daré pastores según mi corazón. Comentario y texto de la Exhortación Apostólica ´Pastores dabo
vobis` de JUAN PABLO II, Ed, Edicep, Valencia 1992. El documento de la Pontificia Comisión Bíblica vuelve a insistir en
este punto: “Es, pues, deseable que la formación de los futuros presidentes de asambleas y de aquellos que los acompañan,
tenga en cuenta las exigencias de una Liturgia de la Palabra de Dios fuertemente renovada. Así, gracias a los esfuerzos de
todos, la Iglesia continuará la misión que le ha sido confiada, ´de tomar el pan de vida de la mesa de la Palabra de Dios,
como de la del Cuerpo de Cristo, para ofrecerlo a los fieles`(Dei Verbum, 21). Cfr. La interpretación de la Biblia en la
Iglesia, p. 119.
770
Para el profesor ENRIQUE BONETE “ésta es una de las aportaciones más llamativas del Camino Neocatecumenal: la
capacidad de acercar, de manera profunda y sencilla a la vez, el acontecimiento salvífico de Cristo a través de un lenguaje
directo y liberador. Lo que para tantos católicos no era más que un voluminoso libro de adorno en sus casas, que no sabían
comprender ni relacionar con sus vidas, tras el paso por esta iniciación cristiana se convierte en un libro vivo e iluminador de
sus diversas situaciones históricas; siendo así posible, como dice el Concilio, que ´llene más y más los corazones de los
hombres`(DV 26)”. Cfr. Reflexiones sobre la relación entre el ´Camino Neocatecumenal` y el Concilio Vaticano II, p. 550.
771
Así introduce KIKO ARGÜELLO el ´libro de cantos`del CN: “En el camino Neocatecumenal, vemos aparecer hoy un
servicio humilde y esencial cual es el del ´Cantor`. El, en este itinerario de educación de la fe, tiene la misión de ayudar a
crear la comunidad litúrgica o, mejor, de recrearla; de convertir tantas veces una pluralidad en una unidad de culto: ´A una
sola voz, con un sólo corazón y con una sola alma”. Cfr. Resucitó. Cantos del Camino Neocatecumenal, Centro
Neocatecumenal Diocesano de Madrid, 1972.
neocatecumenal, por influencia de estos cantos y textos neotestamentarios, será
más bíblica que académica, más existencial que racional. El aprendizaje de los
salmos a través del canto se convierte así en uno de los elementos pedagógicos
más significativos e importantes de la dinámica neocatecumenal en orden a la
recepción, asimilación y concreción de la Palabra de Dios en la propia vida: no
en vano, los salmos son los que aportan la “luz” (cf. Sal 119,105) en las horas
de cada jornada772.
772
“ La Iglesia primitiva oró con los salmos y los cantó como himnos de Cristo. Cristo mismo se convierte así en director de
coro que nos enseña el canto nuevo, que da a la Iglesia el tono y le enseña el modo de alabar a Dios correctamente y de
unirse a la liturgia celestial”. Cfr. J.RATZINGER, Un canto nuevo para el Señor, Ed, Sígueme, Salamanca 1999, p. 116.
Sitúa de un modo muy clarificador el ´lugar teológico`que ha de ocupar la música y el canto en la vida litúrgica y teológica
de la Iglesia: “Muy pronto, la Iglesia prohibió rigurosamente la innovación poética y musical, y redujo la música sagrada al
salterio; y esto, en un doble significado: primero, la teología del salterio bastaba y constituía el criterio para el contenido de
la fe eclesial; segundo, el estilo musical propio del salterio pasó a ser la norma eclesial para el futuro” ( p. 124). En esta
perspectiva, tenemos que tener muy en cuenta la ´praxis orante` de Jesús, “desde sus comienzos y siguiendo el ejemplo de
Jesús, que oraba con los salmos, la Iglesia tuvo acceso al uso de los salmos en la plegaria común. La utilización del Salterio
en la liturgia cristiana primitiva fue una consecuencia de la recepción en la Iglesia de las Sagradas Escrituras del Antiguo
Testamento: la Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos, cuyo cumplimiento en Cristo y sentido último reveló el Señor a sus
discípulos”. Cfr. SECRETARIADO NACIONAL DE LITURGIA, Directorio litúrgico-pastoral: El Salmo responsorial y el
ministerio del Salmista, Ed, PPC, Madrid 1986, p. 11.
773
Cfr. Sínodo 1985, II, B).4. La elaboración del ´Catecismo de la Iglesia Católica`será el fruto de una amplísima
colaboración que conducirá -después de seis años de intenso trabajo- al final de su redacción, y tras una amplia consulta a
todos los obispos católicos, a sus Conferencias episcopales o Sínodos, a institutos de teología y catequesis, el Papa Juan
Pablo II lo aprobaba el 25 de Junio de 1992 y salía a la luz con el título de ´Catecismo de la Iglesia Católica`el 11 de octubre
de 1992 con la Constitución Apostólica ´Fidei Depositum` para la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica escrito en
orden a la publicación del Concilio Ecuménico Vaticano II. Cfr. ASOCIACIÓN DE EDITORES DEL CATECISMO,
Catecismo de la Iglesia Católica. Madrid 1992, (citaremos este documento con las siglas CCE). Para una aproximación en
profundidad al ´contexto y contenidos` del Catecismo, ver OLEGARIO GONZÁLEZ DE CARDEDAL-JUAN ANTONIO
MARTÍNEZ CAMINO, o. cit.; J. RATZINGER, “¿Por qué un Catecismo de la Iglesia Católica?”, en Evangelio, catequesis,
catecismo, Ed, Edicep, Valencia 1996, pp. 7-17. Ver también, estas tres ´Ponencias`: Cardenal CHRISTOPH
SCHÖNBORN, “El Catecismo de la Iglesia Católica”; P. BENOIT, “La fe transmitida, celebrada, vivida y orada en el
Catecismo de la Iglesia Católica”; Mons. JOSÉ SARAIVA, “El Catecismo de la Iglesia Católica y la inculturación de la fe”;
Mons. LORENZO CHIARINELLI, “El Catecismo de la Iglesia Católica punto de referencia para los catecismos
nacionales”; y Mons. ANTONIO CAÑIZARES, “El Catecismo de la Iglesia Católica clave de
interpretación del Directorio General para la Catequesis”, en ANTONIO CAÑIZARES-
MANUEL DEL CAMPO, o. cit, pp. 281-356. Sin embargo, la mejor presentación que se ha
hecho del Catecismo de la Iglesia Católica la encontramos en el mismo Directorio General para la Catequesis, nnº 120-
130.
A partir de la fecha de su aprobación definitiva (el 25 de junio de 1992),
el Santo Padre aprueba el texto en redacción definitiva bajo el título de
Catecismo de la Iglesia Católica ( = CCE). Se ha convertido necesariamente
desde entonces en un punto de referencia a tres niveles: para la catequesis, para
la transmisión de la fe, y para los catecismos” 774.
774
Desarrolla estas dimensiones con amplitud, Mons. LORENZO CHIARINELLI, art. cit, pp. 349-356. La propia
Constitución apostólica Fidei Depositum define este Catecismo como “texto de referencia para una catequesis renovada en
las fuentes vivas de la fe” (nº 1).
775
Para el Cardenal J. RATZINGER, “el Catecismo está subordinado al concepto de catequesis que encontramos en
Catechesu Tradendae, nnº 5-6. No quiere otra cosa que ser voz de Cristo y acompañamiento en el camino catecumenal, en el
proceso de incorporación -tanto vital como intelectual- a la comunidad de discípulos de Jesucristo, discípulos que han
llegado a ser su propia familia al estar unidos en la voluntad de Dios [...] De toda la tradición catecumenal de la Iglesia se
desprende claramente que el Catecismo como libro es sólo un elemento de un gran conjunto. Por una parte apela, para hablar
en lenguaje de san Agustín al maestro interior existente en cada uno de nosotros, de modo que en el encuentro con el
mensaje de Jesús cualquiera pueda percibir: ´Sí, es esto; esto es aquello que siempre estoy buscando`. Por otra parte, el
Catecismo necesita un maestro exterior, el catequista, y la comunidad de discípulos que caminan juntos. Sin la palabra viva
del catequista, el cual -como Apolo- ´ha sido catequizado él mismo en el camino del Señor` (Hch 18,25), el libro permanece
mudo”. Cfr. Evangelio, catequesis, catecismo, pp. 46-47.
776
Ibid. El contenido del nuevo Catecismo de la Iglesia Católica se articula en cuatro partes: la profesión de la fe bautismal
(el Símbolo), los Sacramentos de la fe, la vida de la fe (los mandamientos), la oración del creyente (el Padre nuestro). El
propio texto indica que esta distribución “se inspira en la gran tradición de los catecismos, los cuales articulan la catequesis
en torno a cuatro pilares” (nº 13).
777
Cfr. DGC, nº 122. Ver la ´ponencia`del P. BENOIT, “La fe transmitida, celebrada, vivida y orada en el Catecismo de la
Iglesia Católica”, pp. 301-319. Para el P. BENOIT el Catecismo constituye un “instrumento de la educación y de la
instrucción de la fe”. Ibid., p. 306.
nuestro), - se afirma en el Directorio General para la Catequesis-,“el
Catecismo de la Iglesia Católica se ofrece como referente doctrinal en la
educación de las cuatro tareas básicas de la catequesis” (nº 122).
778
Cfr. “El Catecismo de la Iglesia Católica, clave de interpretación del Directorio General de Catequesis”, pp. 359-399. La
tesis que defiende y fundamenta ´magistralmente` -Mons. CAÑIZARES- parte de la siguiente convicción del autor: “Se
puede afirmar con toda claridad y sencillez que el Directorio explicita y desarrolla como orientación o directriz pastoral para
toda la Iglesia la catequesis que reclama el Catecismo. Es más, estimo que el Catecismo es clave de lectura del Directorio”
(p. 360).
779
Ibid., pp. 359-360. “El Catecismo ofrece -según Mons. CAÑIZARES-, los elementos fundamentales para que, por la
catequesis, el cristiano sea educado en la fe y en la comunión de la Iglesia, sin rupturas, sin criticismos, sin incertidumbres,
con afecto y confianza en la Madre Iglesia, apoyándose en fundamentos sólidos y claros, compartidos eclesialmente,
vigorosos y sencillos” (Ib., pp. 361-362).
780
Ibid., p. 381. Para CH. SCHONBORN, “Se trata de la síntesis de aquello que hay que confiar a la memoria,
indispensable a la fe, y que, al mismo tiempo refleja los elementos indispensables de la Iglesia, esto es: el Símbolo de los
Apóstoles, los Sacramentos, el Decálogo y la Oración del Padre nuestro. Estos son los elementos que entran en el proceso de
la iniciación y de la maduración en la fe, a cuyo servicio está la catequesis que tiene un proceso dialogal, el que corresponde
al catecumenado: Dios y su obra, que tiene la iniciativa y la primacía, y lo que el hombre hace, que siempre será respuesta a
la obra de Dios”, en Algunas observaciones sobre los criterios de redacción del Catecismo: L´Osservatore Romano (ed.
castellana) -22 de enero de 1993, p. 10.
CCE encuentra “su puesto en la etapa catecumenal o, dada nuestra práctica
actual pastoral, en las acciones de la Iglesia que tengan identidad o
características catecumenales. Sin embargo, el Catecismo no ocupa la totalidad
de esa acción catecumenal y, por ello, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Que el Catecismo siempre es un medio para la acción catecumenal y no
lo agota. Un catecismo es válido, útil y necesario para los procesos
catecumenales, pero no constituye por sí mismo esos procesos. Sustituir
procesos catecumenales por el aprendizaje del catecismo supondría ir en contra
del mismo catecismo.
- Que el Catecismo tiene como finalidad la transmisión de los contenidos
de la fe de la Iglesia, tanto en sus aspectos teóricos como prácticos. Con ello,
quien realiza un proceso catecumenal llega al conocimiento de la fe de la Iglesia
en su universalidad y en su globalidad.
- Que este Catecismo no tiene como destinatario directo al Pueblo de Dios,
ni a quienes realizan un proceso de tipo catecumenal sino principalmente a los
responsables de la catequesis: en primer lugar a los obispos, en cuanto doctores
de la fe y pastores de la Iglesia. Les es ofrecido como instrumento en la
realización de su tarea de enseñar al Pueblo de Dios. A través de los obispos, se
dirige a los redactores de catecismos, a los sacerdotes y a los catequistas. Será
también de útil lectura para todos los demás fieles cristianos (cf. CCE, nº
12)”781.
781
Cfr. Teología Pastoral, Ed, B.A.C., Madrid 1995, pp. 275-276.
782
Para JESÚS BOGARÍN “al haber conseguido el reconocimiento del Neocatecumenado como verdadero catecumenado
postbautismal [...], no puede enseñar más que lo básico y común a todo cristiano, a saber, los contenidos del Catecismo de la
Iglesia Católica en sus cuatro partes de qué creer (fe), celebrar (liturgia), hacer (moral) y rezar (oración). Cfr. La
institucionalización del camino neocatecumenal. Comentario a sus estatutos, p. 757.
enriqueciendo los contenidos catequéticos en cada una de las etapas del
itinerario neocatecumenal 783.
783
Cfr. DGC, nº 128. A la luz de la exposición sistemática, integral y unificadora del Catecismo, es muy ´aguda` la
afirmación de Mons. LORENZO CHIARINELLI: “El proceso catequético en un proceso vital: tanto en el plano de la
propuesta como en el de la respuesta (traditio-redditio), requiere anuncio y doctrina, celebración y sacramentos, práctica
cristiana y testimonio: la fidelidad a la Revelación divina, la dimensión litúrgico-sacramental, la no separación entre cultura
y vida, identifican constantemente la renovación de la catequesis y el Catecismo de la Iglesia Católica. Catequesis reductiva s
o inadecuadas en la presentación de los contenidos, en la identidad del creyente, en la forma de situarse de la comunidad
eclesial, han de compararse con el texto que nos ofrece hoy la Iglesia. Cfr. “El Catecismo de la Iglesia Católica punto de
referencia para los catecismos nacionales”, en A. CAÑIZARES - M. DEL CAMPO, o. cit., p. 351.
784
Expresamente, este artículo, remite a los números 96 y 128 del DGC.
785
Cfr. Iniciación Cristiana y nueva Evangelización, pp. 347-348.
además de esta nota de catolicidad, hay que añadir también la de ser un
instrumento al servicio del diálogo ecuménico786.
786
En 1996 tuvo lugar una Convivencia Internacional de los iniciadores del CN con representantes de las Iglesias del
Oriente Próximo. Estuvieron presentes un patriarca, treinta y seis obispos y numerosos presbíteros en representación de once
naciones; entre ellos estaban presentes coptos, maronitas, armenios, griegos y sirios. Entre otros, es significativo, el
testimonio del Patriarca Copto de Alejandría STEFANOS II: “Al principio pensábamos que abrir esta pastoral catecumenal
para llevar de nuevo a Cristo a los indiferentes y alejados estaba bien para la Europa secularizada, pero no nos parecía
apropiada para el Oriente Cristiano, que tanto ha sufrido a lo largo de los siglos por defender la fe. Hoy, tras los 18 años que
llevan nuestras Iglesias abiertas a esta experiencia, podemos constatar, por el contrario, que estas catequesis sistemáticas y
permanentes forman pequeñas comunidades que encarnan una palabra profética y preciosa también para nuestros cristianos,
que con frecuencia van a la Iglesia con una piedad ritual separada de su vida práctica”. Cfr. Diario Avvenire (20 de Abril de
1996). Y, más reciente aún, nos encontramos con el testimonio que aportaba el P. BERTOGLI -fraile capuchino- que preside
una Comunidad Neocatecumenal en Antioquía (Turquía): “Hemos empezado a trabajar con jóvenes, tratando de hacerles
conscientes del profundo sentido del Bautismo que han recibido. Por esto hemos acogido las catequesis propuestas por el
Camino Neocatecumenal, comenzando a rezar con la Palabra de Dios y a celebrar la Eucaristía. Hoy tenemos dos
comunidades con 120 personas en total. Esto demuestra el redescubrimiento de la fe por parte de los jóvenes. Forman parte
de las comunidades también fieles ortodoxos. Al comienzo algunos Obispos ortodoxos no vieron con buenos ojos esta
pertenencia, pensando quela nuestra fuese una tarea de proselitismo. Pero luego, los jóvenes han
enseñado y testimoniado ellos mismos a sus Obispos un modo nuevo de vivir la fe. ¡ Y hoy
algunos de ellos se han convertido en catequistas!”. Cfr. Ser católicos en Turquía: la experiencia de la
comunidad cristiana en Antioquia. Agencia Fides (jueves 14-Enero-2003).
787
En un encuentro que mantuvieron los iniciadores del CN - KIKO ARGÜELLO y CARMEN HERNÁNDEZ- en Roma
con los miembros de las CNC para preparar la celebración de ´acción de gracias` por la aprobación del Estatuto del CN,
Kiko Argüello daba a conocer los siguientes datos: “Todavía debe ser aprobado el Directorio Catequético del Camino
Neocatecumenal, y ya sabéis que está compuesto de 13 volúmenes que contienen todas las catequesis. Están ya aprobados 11
[...] , 3100 páginas que han estudiado 5 teólogos distintos, que han dado una valoración, estudiando punto por punto. Ha sido
necesario insertar las referencias del Catecismo de la Iglesia Católica, de los 2.800 números que tiene el Catecismo, nosotros
hemos insertado 2.500 notas. Es decir, son 2.500 puntos en las catequesis que están fundamentados en el Catecismo de la
Iglesia Católica”. Cfr. Incontro con i parroci de Roma (30-XI-2003) [policopiado].
788
Cfr. JUAN PABLO II, A treinta años del Camino Neocatecumenal en las barracas de Madrid. Discurso leído el 24 de
Enero de 1999 a los iniciadores del Camino Neocatecumenal y a los catequistas de todo el mundo, al regreso de la
Convivencia del Sinaí. Fue publicado en L´Osservatore romano, 25 de enero de 1999, p. 4.
La apuesta decidida que el Directorio va a hacer del Catecumenado como
institución pastoral y eclesial (nnº 88-91) y la continuidad que pastoralmente
abre a todos aquellos que han vivido un proceso catecumenal, contemplando la
catequesis como un servicio a la educación permanente de la fe en la comunidad
cristiana (nnº 69-70), venían a cimentar y fundamentar la misma praxis
neocatecumenal.
789
En el Estatuto del CN encontramos 38 citas explícitas de este documento, referidas a 50 números del mismo. He aquí los
nnº por orden de citación: 59 (dos veces),91 (dos veces) 51, 69,23,172,257,64,225,258,80,156,230-232,62,102,53-
55.94,127,128,96,59,85,226-227,255,86 (cuatro veces),268,86,85,70,56,69-72,222-223,246,247,235-236.
3. Contenidos bíblicos y catequéticos centrales en el Neocatecumenado a través
de sus etapas
795
“El convencimiento -acrecentado con los años- de que el Camino Neocatecumenal concreta y potencia aspectos
fundamentale del concilio Vaticano II, me ha impulsado a escribir estas páginas para mostrar en qué medida el Trípode
(Palabra-Liturgia-Comunidad) en que se apoya la pastoral de esta iniciación cristiana de adultos no podría concebirse, ni
llevarse a la práctica parroquial, sin el respaldo que los documentos conciliares expresamente le concede. Cfr. ENRIQUE
BONETE, art. cit., p. 484.
796
Para R. BLÁZQUEZ “esta trilogía indica las acciones básicas a través de las cuales la Iglesia vive, se edifica y cumple
su misión; y se apoya en la concepción de los Padres de la Iglesia, según la cual Jesús es el Mesías, el Ungido, como
Sacerdote, como Profeta y como Rey. La Iglesia vive de la Palabra de Dios y de la celebración de los Sacramentos; y su
forma de existencia es la comunión”. Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 24.
797
L.M CHAUVET afirma que “las Escrituras nunca manifiestan tan bien su esencia como en la asamblea celebrante, allí
donde levantadas de su ´muerte` por la voz viva del lector que las proclama como mensaje vivo para hoy, los antiguos textos
alcanzan su objetivo de Palabra de Dios para el hoy de cada generación. Es en la ecclesia litúrgica donde la Biblia llega a su
verdad. Para decirlo de otro modo, la asamblea litúrgica da verdaderamente ´lugar`a las Escrituras como ´Palabra de Dios`.
Cfr. “Biblia y Liturgia”, en Celebrar la Liturgia de la Palabra, p. 34.A la luz de esta reflexión, la praxis celebrativa del
Neocatecumenado permite descubrir cómo la pequeña comunidad se transforma en un ´laboratorio litúrgico` de verificación
real del poder transformante y transformador de la Palabra de Dios.
fundamentales del Neocatecumenado etapa por etapa; 2º) articulando estos
contenidos catequéticos a la luz de las siguientes dimensiones de comprensión
teológicas: a) dimensión histórico-salvífica; b) dimensión cristológica; c)
dimensión trinitaria; d) dimensión pneumatológica; e) dimensión eclesiológica;
f) dimensión mariológica; g) dimensión litúrgico-sacramental; h) dimensión
moral; i) dimensión antropológica; j) dimensión social, y k) dimensión
escatológica.
Para iniciar este recorrido, lo haré etapa por etapa, puesto que “el
Neocatecumenado consta de las catequesis iniciales y del itinerario
neocatecumenal, articulado según las tres fases de la iniciación cristiana:
precatecumenado, catecumenado y elección, divididas en etapas, jalonadas por
pasos marcados por algunas celebraciones”(SCN, art. 8,&1) 798. Esto me
permitirá descubrir en qué medida el Neocatecumenado es fiel a una de las
tareas fundamentales de la catequesis799: propiciar el conocimiento de la fe800, ya
que “el fin de la catequesis es conducir a una fe madura a cada fiel y también a
las comunidades”(DCG-1971, nº 38)801.
798
En la nota 17 que acompaña a este artículo se dice que “la finalidad definitiva del Neocatecumenado es poner a las
personas, de etapa en etapa, paso a paso, ´no sólo en contacto, sino en comunión, en intimidad con Jesucristo`(DGC, nº 80;
cfr OICA, 6), ´autor y perfeccionador de la fe`” (cf. Hb 12,2).
799
“Las tareas de la catequesis corresponden a la educación de las diferentes dimensiones de la fe, ya que la catequesis es
una formación cristiana integral, ´abierta a todas las esferas d la vida cristiana`. En virtud de su misma dinámica interna, la fe
pide ser conocida, celebrada, vivida y hecha oración. La catequesis debe cultivar cada una de estas dimensiones. Pero la fe se
vive en la comunidad cristiana y se anuncia en la misión: es una fe compartida y anunciada. Y estas dimensiones deben ser,
también cultivadas por la catequesis”. Cfr. DGC, nº 84. Ver también “las tareas de la catequesis de adultos” en CA, nnº 172-
190.
800
Según el Directorio “la catequesis debe conducir, a ´la comprensión paulatina de toda la verdad del designio divino`,
introduciendo a los discípulos de Jesucristo en el conocimiento de la Tradición y de la Escritura, que es la ´ciencia eminente
de Cristo` (Flp 3,8). Este profundizar en el conocimiento de la fe ilumina cristianamente la existencia humana, alimenta la
vida de la fe y capacita también para dar razón de ella en el mundo. La ´entrega del Símbolo`, compendio de la Escritura y
de la fe de la Iglesia, expresa la realización de esta tarea”. Cfr. Ibid., nº 85. Para el profesor A. AMATO, “la adhesión a
Jesucristo da origen a un proceso de conversión permanente que dura toda la vida y que lleva al bautizado a la madurez de la
plenitud de Cristo. Se trata de un itinerario que comporta diversas etapas: el interés por el Evangelio, la conversión a Jesús,
la profesión de fe en Él, el camino hacia la perfección. El momento de la catequesis es el que corresponde al período en que
se estructura la conversión a Jesucristo, dando una fundamentación a esa primera adhesión”. Cfr. “Jesucristo, plenitud de la
Revelación”, en A. CAÑIZARES-M. DEL CAMPO, o. cit., p. 131.
801
Nuestros Obispos ya en el Documento La Catequesis de la Comunidad afirmaban que “en muchos cristianos adultos se
da, hoy en día, la demanda de un proceso de fundamentación de la fe” , y , por tanto “la Iglesia debe ofrecerles la posibilidad
de una catequesis orgánica, con vistas a la consolidación de su fe” (nº 99). Años más tarde afirmarán que “la finalidad de la
catequesis es la confesión de la fe, esto es, la entrega del hombre a Dios, realizada en la Iglesia, para el servicio del mundo”.
Cfr. CA, nº 134.
corazón de la Iglesia”802 , es decir, a la luz de la Sagrada Tradición y del
ministerio del Magisterio. El acceso a la Escritura y la secuencia de las formas
de catequesis que en cada tiempo del Neocatecumenado se irán impartiendo
adoptarán de forma gradual las siguientes características: kerigmática, bíblica,
doctrinal y mistagógica. Vamos a verlo en cada una de las etapas por las que el
neocatecúmeno avanza progresivamente en la maduración de la fe.
802
Cfr. CT, nº 27; DGC, nº 127. Citados ambos en la nota 39 del SCN art 11& 4: “ Para profundizar la Escritura ´con la
inteligencia y el corazón de la Iglesia` los neocatecúmenos se ayudan sobre todo de la lectura de los escritos de los Padres,
de los documentos del Magisterio, en especial del Catecismo de la Iglesia Católica, y de obras de autores espirituales”. Para
un acceso a la clave de comprensión de la Escritura en la patrística, ver A.G. HAMMAN, Leer la Biblia en la escuela de los
Padres, Ed, DDB, Bilbao 1999.
803
En el contenido de los anuncios para iniciar las catequesis, se proclama con firmeza y valentía lo que tan bellamente ha
expresado el Papa Juan Pablo II en Christifideles laici, nº 34: “¡El hombre es amado por Dios! Éste es el simplicísimo y
sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y
deben hacer resonar este anuncio: ¡Dios te ama, Cristo ha venido por ti; para ti Cristo es ´el camino, la verdad y la vida`(Jn
14,6).Esta nueva evangelización -dirigida no sólo a cada una de las personas, sino también a enteros grupos de poblaciones
en sus más variadas situaciones, ambientes y culturas- está destinada a la formación de comunidades eclesiales maduras, en
las cuales la fe consiga liberar y realizar todo su originario significado de adhesión a la persona de Cristo y a su evangelio,
de encuentro y de comunión sacramental con él, de existencia vivida en la caridad y en el servicio”.
804
“El Neocatecumenado empieza en la parroquia, a petición del Párroco, con las catequesis kerigmáticas, llamadas
catequesis iniciales, contenidas en el Directorio”. Cfr. SCN, art. 9.
805
“Las dos catequesis siguientes se hacen en diálogo con las personas, sobre dos temas: ¿Quién es Dios para ti? ¿Por qué
crees en Dios? (Invitando a que expliquen cómo han llegado a la fe aquellos que dicen tenerla, o por qué no creen los que
dicen no tenerla; este diálogo ayuda a hacer caer las falsas imágenes, presentando al Dios que interviene en la historia), y la
Catequesis 6ª ¿Por qué vives? ¿Para qué vives? (este diálogo prepara a las personas para escuchar el Kerigma, haciéndoles
reflexionar sobre el sentido del hombre: como el ´ser para la muerte`, al que es necesario dar una respuesta”. Cfr. KIKO
ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 92.
respuesta de Dios Padre a los interrogantes más profundos del hombre 806KIKO
ARGÜELLO explica que en la 7ª Catequesis, se trata de anunciar “el kerigma,
el Siervo de Yavé que, resucitado por Dios, hoy se presenta vivo ante ellos,
llamándoles a conversión, a cambiar de vida, puesto que Dios ha resucitado a
este pobre que no se resiste al mal de nuestros pecados, como la única verdad,
como la vida eterna a la que tenemos acceso gratuitamente si reconocemos que
no amamos así y si creemos que esta forma de amor es verdad (y no los ídolos
del mundo sobre los que basamos nuestra existencia: el éxito humano -Jesús
murió fracasado por amor nuestro-, el dinero, los afectos, la sexualidad, etc)”.
Cfr. Il Neocatecumenato, p. 93., teniendo como fundamento las Escrituras807.
En un tercer momento se anuncia el Kerygma a partir de las Escrituras: cómo se
ha realizado y actualizado en la Historia de la Salvación 808 . Todo ello prepara a
los oyentes de las catequesis a la primera entrega que tiene lugar en el
Neocatecumenado: La Entrega de la Biblia en el marco de una Celebración de
la Palabra, celebración a la que normalmente siempre se invita al Obispo o un
delegado suyo.
807
El anuncio explícito del Kerigma por parte del evangelizador o catequista, necesariamente necesita apoyarse en las
Escrituras, esta es la experiencia de San Pablo 1ª Cor 15, 1-15, y a este núcleo de textos a los que hace alusión el Catecismo
de la Iglesia Católica, se remiten los catequistas del CN: “Este designio divino de salvación a través de la muerte del
´Siervo, el Justo` (Is 53,11; Hch 3,14) había sido anunciado antes en la Escritura como un misterio de redención universal, es
decir, de rescate que libera a los hombres de la esclavitud del pecado (cf. Is 53, 11-12; Jn 8, 34-36). S. Pablo profesa en una
confesión de fe que dice haber ´recibido` (1 Cor 15,3) que ´Cristo ha muerto por nuestros pecados según las Escrituras
(ibid.; también Hech 3, 18; 7, 52; 13, 29; 26, 22-23). La muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del
Siervo doliente (cf. Is 53, 7-8 y Hch 8, 32-35). Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo
doliente (cf. Mt 20,28). Después de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf.
Lc 24, 25-27), luego a los propios discípulos (cf. 24, 44-45). [nº 601].
808
“Las cinco catequesis siguientes tratan de presentar este Kerigma preparado por Dios a través de la Historia de la
Salvación; tratan de presentar la Palabra viva y operante hoy, porque ella es Jesucristo mismo. Se presenta Abraham
(Catequesis 10ª), paradigma de la fe, Palabra que llama a cada uno de nosotros a un camino: Abraham eres tú; y el Éxodo,
paradigma de la liberación de la esclavitud del pecado y del camino de un pueblo en el desierto hasta el Reino de Dios: Jesús
el verdadero Israel que nos lleva al Padre”. Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 94.
garante de su auténtica interpretación, como signo de que la madre Iglesia, de
ahora en adelante, a lo largo del Camino les nutrirá semanalmente en esta mesa,
fuente viva de la catequesis” (art. 9, 3ª)809.
809
Posiblemente todavía no se ha ponderado lo suficiente la gran aportación que ha hecho y está haciendo el
Neocatecumenado al acercar las Sagradas Escrituras al Pueblo de Dios; así como la transcendental importancia que va a
tener para la vida la Iglesia la instauración -una vez a la semana- de la Celebración de la Palabra. Con la Celebración de la
Palabra -una vez a la semana- al interior de las parroquias, el Neocatecumenado está contribuyendo, de manera
pastoralmente significativa, a la comprensión y vivencia de la ´centralidad de la Palabra de Dios`para la vida de la Iglesia. El
DGC afirma que “el estudio y profundización de la Sagrada Escritura leída no solo en la Iglesia, sino con la Iglesia y su fe
siempre viva. Esto ayuda a descubrir la verdad divina, de forma que suscite una respuesta de fe. La denominada ´lectio
divina` es la forma eminente de estudio vital de las Escrituras” (nº 71).
810
“Esta iniciación a la Escritura es sellada en una celebración de la Palabra, en que los participantes reciben la Biblia de
manos del Obispo, garante de la auténtica interpretación, como signo de que la madre Iglesia de ahora en adelante a lo largo
del Camino les nutrirá semanalmente en esta mesa, fuente viva de la catequesis”. Cfr. SCN, art. 9, 2ª. Remite en la nota a los
nnº 53-55 del DGC.
811
En el documento de la Pontificia Comisión Bíblica se valora esta praxis de iniciación a la lectura de la Biblia por parte
de los fieles laicos: “Hay que alegrarse de ver que gente humilde y pobre, toma la Biblia en sus manos y puede aportar a su
interpretación y actualización una luz más penetrante, desde el punto de vista espiritual y existencial, que la que viene de una
ciencia segura de sí misma (cf. Mt 11,25)”. Cfr. La interpretación de la Biblia en la Iglesia, p. 123.
fuente de vida. Es la Palabra acontecimiento. ´Hoy se cumple esto que acabáis
de escuchar`”812.
La Palabra de Dios es mucho más que las Escrituras. Por eso éstas nunca
se pueden separar del cuerpo que les da vida. Este cuerpo es la Iglesia, el Pueblo
de Dios que ha vivido las Escrituras, las ha escrito y las sigue transmitiendo e
interpretando. En este sentido podemos decir que el libro no es lo importante y
por ello la Iglesia frente a las posiciones de la dogmática protestante, siempre ha
defendido la explicitación y canalización de la Palabra a través de la Tradición
viva de la Iglesia, tal y como se afirma en DV, nº 10 : “La Tradición y la
Escritura constituyen el depósito sagrado de la Palabra de Dios, confiado a la
Iglesia”. Pero la legítima, fiel y autentica interpretación de la Palabra de Dios le
compete al Magisterio como un servicio eclesial: “El oficio de interpretar
auténticamente la Palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al
Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejerce en nombre de Jesucristo. Pero el
Magisterio no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio, para
enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino, y con la asistencia
del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica
fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como
revelado por Dios para ser creído”.
812
Cfr. La liturgia de la Palabra de Dios, p. 72. Este teólogo liturgista ha dedicado algunos estudios a analizar la naturaleza
litúrgica y teológica de la Celebración de la Palabra, también del Neocatecumenado: Teología litúrgica de la Palabra de
Dios: Ciencia Tomista 121 (1994), pp. 549-603; La Palabra de Dios en la Celebración litúrgica: Pastoral Litúrgica 229-230
(1996), pp. 3-171; Cuestiones teológico-pastorales sobre la iniciación cristiana: Ciencia Tomista 407 (1998), pp. 529-566.
813
“La estructura fundamental de la celebración de la palabra de Dios la ha heredado la Iglesia del culto sinagogal [...] esta
estructura pasa al Nuevo Testamento a través del ministerio de Jesús, asistente asiduo al culto de las sinagogas [...] En el fondo, esta
estructura celebrativa ´reproduce en la liturgia la estructura misma de la revelación. Mediante la proclamación de la Palabra que la
contiene, ella llega a la comunidad para pedirle una respuesta de fe, manifestando también cómo la unidad y el progreso de la
historia salvadora del Antiguo Testamento llega al Nuevo, pasando a través de la Pascua de Cristo que es el cen tro y el vértice de
ambos Testamentos”. Cfr. PEDRO FERNÁNDEZ, La liturgia de la Palabra de Dios, pp. 82-83. Ver también, P. SORCI, Senso
teologico e pastorale della liturgia della Parola: Rivista Pastorale Liturgica 118 (1983).
814
Según D. BOROBIO, "las CNC parten de una teología Kerigmática o de hª de la salvación, que proclaman, meditan, dialogan...
a partir de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios tiene en el CN un puesto central por los siguientes datos: las reuniones d e la
comunidad tanto para la reflexión y diálogo, cuanto para la celebración tiene por centro la Palabra". Cfr. La recepción del Concilio
por las Comunidades Neocatecumenales, p. 49.
convivencia con la celebración de la Eucaristía. Dicha celebración, preparada
por oportunas catequesis, ayuda a redescubrir el esplendor pascual resaltado por
el Concilio Vaticano II y a experimentar la comunión entre los hermanos”(
SCN, art. 9, 3ª)815. El último día de la convivencia se descubre, con aquellos que
aceptan iniciar el Neocatecumenado, cómo “a través de la predicación y de las
celebraciones realizadas en las catequesis iniciales, el Espíritu Santo invita a
hombres y mujeres de diversa edad, mentalidad, cultura y condición social a
emprender juntos un itinerario de conversión, fundado en el redescubrimiento
progresivo de las ´inmensas y extraordinarias riquezas y responsabilidades del
Bautismo recibido`, para realizar en ellos el gradual crecimiento y maduración
de la fe y de vida cristiana. Al final de la convivencia con los que acogen la
llamada a recorrer tal Catecumenado postbautismal se forma la Comunidad
Neocatecumenal” (SCN, art. 10&3).
Durante esta etapa (unos dos años), los miembros de las CNC se reúnen
dos veces por semana para la celebración de la Palabra de Dios, en la que los
precatecúmenos aprenden el lenguaje bíblico, “con temas simples que recorren
toda la Escritura, como agua, roca, cordero, etc” (SCN, art 19,1ª). La
preparación en pequeños grupos y la celebración de estas palabras en asamblea
litúrgica ayudarán progresivamente a conocer el lenguaje de la Escritura y,
sobre todo, iluminarán constantemente la vida de los hermanos 816. Estas
celebraciones son preparadas en grupos rotatorios por cinco o seis personas que
leen la Escritura a la luz del Espíritu tal y como se pide en Dei verbum, nº 12.
Para G. Zevini “la iniciación a la palabra es algo extraordinario: se lee
gradualmente, se medita con fe y luego se vive con fruto por parte de la
comunidad. La palabra es abordada de manera no intelectual, sino sapiencial; no
especulativa, sino orante. Para el neocatecúmeno, la palabra de Dios indica una
815
Para las catequesis que se imparte en esta Convivencia, acerca de la Eucaristía y del Siervo de Yahvé, se tienen muy
presentes aquellos autores que han abordado el entroncamiento de la Eucaristía con la historia y la teología de la fiesta
pascual, y han ayudado a la comprensión de la Eucaristía como Pascua del Señor entre otros: Th. BARROSE, La Pascua y la
Comida Pascual: Concilium, nº 40 (diciembre 1968); L. BOUYER, Eucaristía, Ed, Herder, Barcelona 1969; H. HAAG, De
la antigua a la nueva Pascua, Ed, Sígueme, Salamanca 1980; J. JEREMÍAS, La ultima Cena: Palabras de Jesús, Ed,
Cristiandad, Madrid 1980; F. X. DURRWELL, La eucaristía, sacramento pascual. Ed, Sígueme, Salamanca 1982;
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PROFESORES DE LITURGIA, El Misterio Pascual en la Liturgia, Ed, Grafite, Bilbao
2002. Para un acceso “integral” y sistemático a la teología de la Eucaristía: M. GESTEIRA, La Eucaristía. Misterio de
comunión, Ed, Sígueme, Salamanca 1999; y D. BOROBIO, Eucaristía, Ed, B.A.C., Madrid 2000.
816
Los Obispos españoles afirman que la “necesidad de que la catequesis introduzca al creyente en lenguaje propio de la fe
que está admirablemente expresada en esta reflexión del Mensaje del Sínodos: ´El primer lenguaje de la catequesis es la
Escritura y el Símbolo... Las Escrituras permiten a los cristianos hablar un lenguaje común. Es normal que, a lo largo de la
formación, se aprendan ciertas sentencias bíblicas, en especial del Nuevo Testamento, o determinadas fórmulas litúrgicas,
que son expresión privilegiada del sentido de dichas sentencias bíblicas, así como también otras plegarias comunes. El
creyente asimila también aquellas expresiones de fe acuñadas por la reflexión viva de los cristianos durante siglos y que son
recogidas en los Símbolos y en los principales documentos de la Iglesia... La catequesis es así ´transmisión de los
documentos de la fe`” (MPD, 9)”. Cfr. CC, nº 141.
realidad, una fuerza que crea y promueve la historia: es, a la vez,
acontecimiento y acción (cf. Dei verbum 2)”817.
817
Cfr. La iniciación cristiana de adultos en las comunidades neocatecumenales, en Concilium nº 142 (febrero
1979), p. 242. La afirmación del profesor CASIANO FLORISTÁN de que "al enfatizar tanto el don de la fe y la actitud de la
escucha, el creyente y convertido puede acentuar la pasividad, con todas las secuelas de subjetivismo e intimismo. La
palabra de Dios es absolutizada al modo barthiano. Además, Dios habla casi sólo por la Biblia, no por los signos de los
tiempos ni por los acontecimientos, que apenas tienen relieve" (Cfr. Para comprender el Catecumenado, p. 103),
evidentemente, solo se sostiene desde un conocimiento distante y desde una interpretación sesgada y no ajustada a la
realidad de los hechos y de los frutos que la escucha, aceptación y la puesta en práctica de la Palabra de Dios ha producido y
sigue produciendo en el interior de las CNC de todo el mundo.
818
Según nuestros Obispos “la Palabra de Dios ilumina todo el acto catequético y es el elemento que da conexión a todos
los demás. La catequesis, en efecto, es ese proceso en el que el grupo catecumenal entra en contacto con el Evangelio que la
Iglesia le entrega, para dejarse interpelar por él, para conocerlo en profundidad y para vivirlo orientando desde él la
existencia. De ahí que sea esencial para la catequesis el abrir, ante el corazón del catecúmeno, la Sagrada Escritura y
enseñarle a interpretar su mensaje”. Cfr. CC, nº 228.
819
Mons. R. BLÁZQUEZ afirma que “poco a poco van cayendo las máscaras detrás de las cuales se esconde y defiende el
hombre. Estas máscaras, por otra parte, al ser imágenes sociales, les imponen una manera inauténtica de vivir y de actuar. Al
principio nadie se siente concretamente pecador, nadie tiene enemigos; todos tienen mucha fe, todos aman mucho. Con el
espejo de la comunidad cada uno irá descubriendo que necesita pedir la fe a la Iglesia, que es justamente lo que tendrá lugar
en el escrutinio primero. Antes de comenzar a construir es necesario desmontar”. Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales,
pp. 30-31. Para una profundización en este tiemp o del Neocatecumenado desde la clave de la espiritualidad, ver, A.
FUENTES, El Neocatecumenado, pp. 70-77; del mismo autor, La espiritualidad del Camino Neocatecumenal: Vida
Sobrenatural, nº 577 (enero-febrero 1995), pp. 82-94.
precatecúmenos poco a poco van entrando en el gusto y entendimiento de la
Escritura y desentrañando el secreto de la Historia de la Salvación. Porque por
un camino u otro, sin violentar la Palabra, siempre se hace presente a Jesucristo
como Buena Noticia.
820
“La precatequesis es un ´tiempo de búsqueda` (RICA, nº 6) en el que el adulto, interesado por el Evangelio, busca al
Señor. Este carácter de búsqueda, con vistas a una firme opción de fe, es lo que define a esta etapa, condicionando su
específica metodología”. Cfr. CA, nº 204. Ver también IC, nº 119. En el Directorio general para la Catequesis se levanta
´acta`de la situación eclesial del momento al afirmar que “frecuentemente las personas que acceden a la catequesis necesitan,
de hecho, una verdadera conversión. Por eso, la Iglesia desea que, ordinariamente, una primera etapa del proceso
catequizador esté dedicada a asegurar la conversión. En la ´misión ad gentes`, esta tarea se realiza en el ´Precatecumenado`.
En la situación que requiere la ´nueva evangelización` se realiza por medio de la catequesis kerigmática, que algunos llaman
´precatequesis´, porque, inspirada en el Precatecumenado, es una propuesta de la Buena Nueva en orden a una opción sólida
de fe” (nº 62).
821
Cfr. Para comprender el catecumenado, p. 132. Para una ampliación, E. ALBERICH, ´Precatequesis`, en Diccionario de
Catequética, Ed, CCS, Madrid 1977.
822
Cfr. CA, nº 215. Un intento de acercamiento a esta etapa y de respuesta a los interrogantes que plantea, H.
BOURGEOIS, Los que vuelven a la fe. En esta misma honda de preocupaciones, ver CONFERENCIA EUROPEA DE
CATECUMENADO, Los comienzos de la fe. Pastoral Catecumenal en Europa Hoy.
ayuda, cuando es posible, del presbítero. El grupo escoge las lecturas y los
cantos, prepara las moniciones y dispone la sala y los signos litúrgicos para la
celebración, cuidado con celo la dignidad y la belleza de los mismos” (SCN, art.
11&3)823.
Esta petición a la Iglesia por parte de los precatecúmenos para que les
ayude a madurar en la fe, tiene lugar en la celebración conclusiva del Primer
823
En las preparaciones de esta celebración, los precatecúmenos se ayudan de algunos instrumentos, por ejemplo el
Vocabulario de Teología Bíblica de X. LEÓN-DUFOUR, los textos paralelos y las notas de la Biblia de Jerusalén. En este
sentido el ´método` hermenéutico utilizado para acceder a la comprensión de la Escritura sigue las indicaciones de la
Pontificia Comisión Bíblica, que sostiene que “para llevar a cabo adecuadamente la actualización de la Biblia, la
interpretación de la Escritura por la Escritura es el método más seguro y más fecundo, especialmente en el caso de los textos
del Antiguo Testamento que son releídos en el Antiguo Testamento mismo (p. ej., el maná de Ex 16 en Sb 16, 20-29) y/o en
el Nuevo Testamento (Jn 6). La actualización de un texto bíblico en la existencia cristiana no puede hacerse correctamente
sin establecer una relación con el misterio de Cristo y la Iglesia”. Cfr. La interpretación de la Biblia en la Iglesia, p. 113.
824
Para Mons. JULIÁN LÓPEZ “todavía queda mucho por hacer en este campo. A la abundancia de medios y al progresivo
perfeccionamiento de los instrumentos de acceso a la Sagrada Escritura que poseemos hoy, no se corresponde aún una
suficiente familiaridad con la Palabra de Dios, de manera que ésta informe efectivamente los pensamientos, los proyectos de
vida y la conducta de los cristianos”. Cfr. “Revalorizar la Palabra de Dios”, en Celebrar la Liturgia de la Palabra, p. 11.
825
“La auténtica catequesis es siempre una iniciación ordenada y sistemática a la revelación que Dios mismo ha hecho al
hombre, en Jesucristo, revelación conservada en la memoria profunda de la Iglesia y en las Sagradas Escrituras y
comunicada constantemente, mediante una ´traditio` viva y activa, de generación en generación. Pero esta revelación no está
aislada de la vida ni yuxtapuesta artificialmente a ella. Se refiere al sentido último de la existencia y la ilumina, ya para
inspirarla, ya para juzgarla, a la luz del Evangelio”. Cfr. CT, nº 22. G. VOGELEISEN habla de la catequesis como
´articulación de la fe`, lugar y momento en que las experiencias humanas son interpretadas a la luz de la fe, ver Articuler la
foi: Catéchèse 21 (1981), p. 35. Para una ulterior profundización, E. ALBERICH, La catequesis en la Iglesia, Ed, CCS,
Madrid 1991, pp. 57-90.
826
El período del Precatecumenado es un período de kénosis, afirma KIKO ARGUELLO: "En este tiempo las
personas verifican su fe caminando junto a otras personas imperfectas y pecadoras, en la novedad de una comunidad
concreta que hace de espejo y que llama a cada uno a conversión al ver claramente su realidad". Cfr. El Camino
neocatecumenal: breve síntesis, en o. cit., p. 130. Ver cuanto dijimos acerca de El tiempo del Precatecumenado, y también
SCN, art. 19.
827
Cfr. KIKO ARGÜELLO, Il Neocatecumenato, p. 96.
Escrutinio. Como ya analicé en su momento la estructura y el contenido de
dicho rito, ahora simplemente resalto la importancia de la Escritura y de las
catequesis que acompañan a dicho rito.
Una vez celebrado el Primer Escrutinio, hay un período de otros dos años
que se llama paso al Neocatecumenado. En el Estatuto se dice que en esta etapa,
“los neocatecúmenos celebran las grandes etapas de la historia de la salvación:
Abrahám, Éxodo, Desierto, Tierra prometida, etc., y les es dado un tiempo para
que se prueben a sí mismos en la sinceridad de su intención de seguir a
Jesucristo, a la luz de la palabra: ´No podéis servir a Dios y al dinero` (cf. Mt
6,24)” [art. 19, 2ª].
828
En el DGC-97 se pide que se “Presente la historia de la salvación por medio de una catequesis bíblica que dé a conocer
las ´obras y palabras`con las que Dios se ha revelado a la humanidad: las grandes etapas del Antiguo Testamento, con las
que se preparó el camino del Evangelio...” (nº 108). Según CESARE BISSOLI, “existe un acontecimiento-institución que es
el que mejor traduce la catequesis como historia salvífica: se trata del catecumenado. En éste, según la concepción de los
Santos Padres que se ha recogido en el Ritual de la iniciación cristiana de adultos (RICA), la narración de la historia de la
salvación puede extenderse y serenamente. Por ello, el Directorio reconoce que ´el catecumenado bautismal` es ´inspirador
de la catequesis en la Iglesia` porque bien podemos afirmar que es el lugar en el que alcanza mayormente su plenitud de
sentido y eficacia de vida la narración de las grandes maravillas de Dios”. Cfr. La acción de Dios en la Historia: Los hechos
más destacados, la narración de la historia de la salvación y la catequesis, en A. CAÑIZARES- MANUEL DEL CAMPO, o.
cit., p. 439.
autorizada; la homilía del presbítero, la predicación del obispo y los documentos
del Magisterio pastoral expresan para la comunidad ese carácter autorizado"829.
Este aspecto que subraya la garantía ortodoxa y católica en la interpretación de
la Escritura, se fundamenta en Dei Verbum, nº 10: “El oficio de interpretar
auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado
únicamente al Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de
Jesucristo”. Esta perspectiva encuentra en la praxis neocatecumenal una
concreción bien articulada dentro de la misma celebración: “En la homilía, que
tiene un lugar privilegiado en la instrucción del Neocatecumenado, el presbítero
prolonga la proclamación de la Palabra, interpretándola según el Magisterio y
actualizándola en el hoy del camino de fe de los neocatecúmenos” (SCN, art.
12,2)830.
829
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, pp. 75-76. Esta es la experiencia de una Comunidad Neocatecumenal de la
Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia en Lisboa que estaba viviendo esta etapa: “Después del precatecumenado
y después del primer escrutinio, fue muy importante para nosotros la llamada a la conversión y descubrir el amor de Dios,
que elige siempre a los más débiles; en la historia de la salvación que hemos celebrado por etapas, hemos podido ver nuestra
historia”. Cfr. KIKO ARGÜELLO/CARMEN HERNÁNDEZ, Convivencia-1977, p. 36.
830
Se cita expresamente en las notas al margen de este artículo, el documento de la PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA,
La interpretación de la Biblia en la Iglesia, III, B, 3: “En cuanto colaboradores de los Obispos, los sacerdotes tienen como
primer deber la proclamación de la Palabra (cf. PO, 4). Están dotados de un carisma especial para la interpretación de la
Escritura cuando, transmitiendo, no sus ideas personales, sino la palabra de Dios, aplican la verdad eterna del evangelio a las
circunstancias concretas de la vida (ibid)”.
verificación de las reales intenciones del corazón en la puesta en práctica de la
palabra recibida en el Primer Escrutinio: “Ve, vende lo que tienes y dáselo a los
pobres y después, ven y sígueme” (cf. Mt 19,21).
834
“La Iglesia realiza una segunda iniciación de los neocatecúmenos a la oración litúrgica y contemplativa, que culmina con
las catequesis sobre la oración del Señor y con la celebración de la entrega del ´Padrenuestro`, ´síntesis de todo el
Evangelio`. Desde entonces, en las ferias de Adviento y Cuaresma, empiezan a celebrar comunitariamente en la parroquia,
antes de ir al trabajo, los Laudes y el Oficio de Lecturas, con un tiempo de oración contemplativa” (cf. SCN, art. 20, 3ª).
real-servicial, con la entrega del Padrenuestro y la segunda iniciación a la
oración dominical y a la forma cristiana de vivir los hijos de Dios.
835
Las etapas del Catecumenado bautismal son calificadas por el RICA como etapas de ´búsqueda y maduración` (nnº 6 y
7). Siendo el Precatecumenado el tiempo de búsqueda, las tres etapas catecumenales restantes son etapas de maduración en
la fe. Ver CA, nnº 214-216.
836
Para nuestros Obispos “lo propio de la catequesis es esa iniciación global y sistemática en las diversas expresiones de la
fe de la Iglesia. Es ese servicio a la unidad de la confesión de la fe. Es ese período intensivo y suficientemente prolongado de
formación cristiana integral y fundamental”. Cfr. CA, nº 61. La catequesis de iniciación tiene unas ´características`propias
que el Directorio General para la Catequesis indica en el nº 67 y concreta en el nº 68: “En síntesis, la catequesis de
iniciación, por ser orgánica y sistemática, no se reduce a lo meramente circunstancial u ocasional; por ser formación para la
vida cristiana, desborda -incluyéndola- a la mera enseñanza; por ser esencial, se centra en lo ´común`para el cristiano, sin
entrar en cuestiones disputadas ni convertirse en investigación teológica. En fin, por ser iniciación, incorpora a la comunidad
que vive, celebra y testimonia la fe. Ejerce, por tanto, al mismo tiempo, tareas de iniciación, de educación y de instrucción.
Esta riqueza, inherente al catecumenado de adultos no bautizados, ha de inspirar a la demás formas de catequesis”.
837
“La segunda fase del Neocatecumenado es el Catecumenado postbautismal, que es un tiempo de combate espiritual para
adquirir la simplicidad interior del hombre nuevo que ama a Dios como único Señor, con todo el corazón, con toda la mente,
con todas la fuerzas y al prójimo como a sí mismo. Sostenidos por la Palabra de Dios, por la Eucaristía y por la comunidad,
los neocatecúmenos se adiestran en la lucha contra las tentaciones del demonio: la búsqueda de seguridades, el escándalo de
la cruz y la seducción de los ídolos del mundo. La Iglesia viene en ayuda de los neocatecúmenos entregándoles las armas
necesarias, en tres etapas”. Ver. A. FUENTES, La espiritualidad del Camino Neocatecumenal, pp. 82-94.
838
Esta misma percepción valorativa la expresa D. BOROBIO al afirmar que “en cuanto a los contenidos de las mismas
catequesis que se emplean, son eminentemente bíblicos, y recogen los núcleos centrales del mensaje: kerigma, fe y
conversión, misterio pascual (el Siervo y el Kyrios), la Iglesia y comunidad, sacramentos y oración, símbolo y
mandamientos, apostolado y ministerios. El estricto desarrollo de la dinámica y etapas catecumenales es el espacio exigitivo
de unos contenidos que siempre pertenecieron a la esencia y objetivos del catecumenado”. Cfr. “La recepción del Concilio
por movimientos cristianos postconciliares”, en o. cit., p. 49.
839
Cfr. KIKO ARGÜELLO, art. cit, p. 98. En el Catecismo de la Iglesia Católica encontramos desarrollado esta
dimensión del ´combate de la oración´: “Los grandes orantes de la Antigua Alianza antes de Cristo, así como la Madre de Dios
y los santos con El nos enseñan que la oración es un combate. ¿Contra quién? Contra nosotros mismos y contra las astucias
del Tentador que hace todo lo posible por separar al hombre de la oración, de la unión con su Dios. Se ora como se vive,
porque se vive como se ora. El que no quiere actuar habitualmente según el Espíritu de Cristo, tampoco podrá orar
habitualmente en su Nombre. El ´combate espiritual` de la vida nueva del cristiano es inseparable del combate de la oración”
(nº 2725, ver los nnº 2726-2733).
Tiene lugar esta entrega normalmente en la liturgia de las Vísperas de la
tarde y después de una catequesis sobre la oración en la que ésta es presentada
como arma para el combate espiritual partiendo de la misma Escritura:
La Biblia tiene el libro más completo, más profundo y más potente para
llevar al hombre a la oración: el libro de los salmos. En ellos se ora a Dios con
palabras de Dios. Fue el libro de oración para Jesús como lo era diariamente
para el pueblo de Israel: es el libro de oración para el nuevo Israel, la Iglesia.
Orar con los salmos es orar con el mismo espíritu de Jesucristo reflejado en
todos ellos. En esta etapa, en el proceso celebrativo del Neocatecumenado, se
estrenará una forma celebrativa nueva: la celebración doméstica en la que “los
neocatecúmenos, escrutando los salmos en pequeños grupos, son iniciados a la
práctica asidua de la ´lectio divina` o ´scrutatio scripturae`, en la que la Palabra
de Dios es leída y meditada para transformarse en oración” (SCN, art. 20,1ª).
Los salmos van siendo escrutados cada quince días según el orden de la Biblia
en actitud de oración. Se hace una lectura en clave cristológica y existencial.
Leído el salmo, se confronta con las notas y paralelos que lo acompañan. Y en
actitud de oración, a la luz del espíritu, el neocatecúmeno ha de discernir cómo
se ha cumplido el salmo en Jesucristo y cómo se está cumpliendo en sí mismo.
840
“El combate espiritual de la vida del cristiano es inseparable del combate de la oración que lleva a la intimidad con
Dios”. Cfr. SCN, art. 20,1ª (cita al Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2725).
841
Cfr. D. LIFSCHITZ, La tradición hebrea y cristiana comenta los Salmos, Ed, DDB, Bilbao 1992. Ver también , R.
ARON, Así rezaba Jesús de niño, Ed, DDB, Bilbao 1988.
842
El Papa Juan Pablo II ha insistido mucho en la ´centralidad de la oración`para la vida del cristiano: “Se equivoca quien
piense que el común de los cristianos se puede conformar con una oración superficial, incapaz de llenar la vida.
Especialmente ante tantos modos en que el mundo de hoy pone a prueba la fe, no sólo serían cristianos mediocres, sino
´cristianos con riesgo` [...] Hace falta que la educación en la oración se convierta de alguna manera en un punto determinante
de toda la programación pastoral”. Cfr. Carta apostólica, Novo millennio ineunte, nº 33.
Además de estas liturgias domésticas, la comunidad sigue alimentándose
de la Palabra, de la Eucaristía y de la Comunión expresada ahora de un modo
más profundo al incorporarse los neocatecúmenos a la misión de intercesión de
toda la Iglesia a través de la oración diaria con la Liturgia de las Horas.
843
Cfr. El “Símbolo de la Fe” ayer y hoy, pp. 413-473.
844
En el Ritual se proponen estas seis: Dt 6,1-7; Rom 10,8-13; 1ªCor, 1-8a; Jn 3,16; Mt 16,13-18; Jn 12,44-50 (nº 185).
se ha indicado es la misma Iglesia la que envía a predicar el Símbolo. Esta es
una de las tareas de la catequesis, inspirada en el modo como Jesús enseñaba y
preparaba a sus discípulos, “les enseñó a evangelizar. ´Les envió de dos en dos`
(cf. Lc 10,1), y les fue preparando para que asumieran, tras su muerte, la gran
tarea misionera de la Iglesia: ´Id y anunciad el Evangelio a toda criatura`(cf. Mc
16,16)”845.
Una vez que los neocatecúmenos han celebrado íntegramente cada uno
de los artículos del Credo, los catequistas visitan la comunidad y ayudan a éstos
para vivir el tiempo de la Redditio Symboli que tendrá lugar delante de la
asamblea parroquial, durante la Cuaresma. El transfondo catequético de este
tiempo viene iluminado por la parábola de los talentos (cf. Mt 25,14-30). En la
Traditio, especialmente, al neocatecúmeno se le dieron unos talentos y se les
invitó a que los negociasen, que los hicieran fructificar. A lo largo del
Neocatecumenado, se les ha ido entregando el talento de la fe en Cristo el
Señor, que es el mismo Jesucristo. Se les ha entregado la Iglesia que es la que
posee las riquezas de la fe y se les ha enviado durante un tiempo para que
pongan en juego dichos talentos. Ahora, en la Redditio el neocatecúmeno ha de
dar razón de su preocupación por multiplicar los talentos. Y para ello, se les dio
la gracia del Espíritu. A cada uno se le dio según su capacidad. No se le pedirá
más que de lo que pueda exigírsele: al que recibió cinco, cinco; al que recibió
dos, dos. Sólo éstos podrán entrar en el banquete por su fidelidad, no así los que
por miedo no se atrevieron a negociar. Éstos no estaban convencidos de la
misión a la que fueron enviados, les faltaba madurar, no han confiado en la
845
Cfr. CA, nº 173. También en DGC, nº 85 se afirma que una de las tareas de la catequesis consiste en ´iniciar a la misión`:
“Se trata de capacitar a los discípulos de Jesucristo para estar presentes, en cuanto cristianos, en la sociedad, en la vida
profesional, cultural y social. Este compromiso evangelizador brota, para los fieles laicos, de los sacramentos de la iniciación
cristiana y del carácter secular de su vocación”.
fuerza del poder de Dios, no han conocido verdaderamente a Dios. Confesar la
fe supone energía interior, voluntad firme, confianza en el que envía. Porque la
fe no se proclama a título personal, como un acto propio de hombría, sino en
nombre de la Iglesia y con la garantía del Espíritu. Si uno ha de arrostrar
dificultades, desprecios, desplantes, tergiversaciones por el Evangelio no lo
puede hacer apoyado en sí mismo. Nadie puede ir al martirio porque sí, sino por
la obediencia de la fe.
celebración gozosa de las peticiones y las palabras, convertidas en oración y motivo de agradecimiento a la Trinidad". Cfr.
ANDRÉS FUENTES, Espiritualidad del Camino Neocatecumenal II, pp. 175-176. Para los Obispos españoles "la traditio orationis
dominicae (entrega del Padre nuestro) es una dimensión de la catequesis que ha de estar permanentemente presente a lo largo d e
todo el proceso" (CC, nº 90).
847
“Desde entonces, en las ferias de Adviento y Cuaresma, empiezan a celebrar comunitariamente en la parroquia, antes
de ir al trabajo, los Laudes y el oficio de Lecturas, con un tiempo de oración contemplativa” (Cf. SCN, art. 20, 3ª).
848
Cfr. Espiritualidad del Camino Neocatecumenal II, pp. 174-175. “En esta etapa los neocatecúmenos estudian
sistemáticamente cada una de las peticiones del ´Padrenuestro` y temas sobre la Virgen María: Madre de la Iglesia, Nueva
Eva, Arca de la Alianza, Imagen del cristiano, etc”. Cfr. SCN, art. 20,3ª.
849
Remite en la nota a DGC, nº 85 y CCE, nº 2761.
nueva condición de hijos que tienen los cristianos por el don del Bautismo
recibido (cf. Gál 4,1-11; Rom 8,-39; Mt 6,5-15), el Celebrante tiene un diálogo
con los Catequistas y garantes de los neocatecúmenos siguiendo el
interrogatorio propuesto en el RICA, nº 144. Una vez finalizado, la Iglesia
adulta, representada por el Obispo, los presbíteros, catequistas y ´comunidad
madrina` cantan el Padre Nuestro y los neocatecúmenos lo escuchan y reciben.
En la liturgia neocatecumenal de este rito nos vamos a encontrar con una clara
influencia de la praxis catecumenal antigua que el Ritual también ha recuperado
(nnº 143-151).
850
De nuevo, para este momento se compra una Biblia de Jerusalén grande y dignamente adornada que será la Biblia que
usará la comunidad cristiana constituida a partir de la Renovación de las promesas bautismales.
La teología kerigmática que ha vertebrado todo el itinerario
neocatecumenal conduce de una manera coherente a sellar el proceso en la gran
Vigilia Pascual. Este misterio pascual nos sitúa, en su sentido teológico, en el
origen del nuevo pueblo de Dios, del culto y de la nueva alianza. Así los
neófitos participan del sacerdocio real de Cristo, ofreciendo y participando en el
sacrificio de Jesús y pueden gustar qué suave es el Señor que los alimenta con
un manjar mejor que la “leche y la miel”.
a) Dimensión histórico-salvífica
852
Nuestros Obispos han hecho la fundamentación del carácter propio de la catequesis a partir de la Constitución ´Dei
Verbum`, señalando los siguientes ´rasgos`: a) la Revelación como acción gratuita de Dios; b) El carácter histórico de la
Revelación; c) Jesucristo, plenitud de la Revelación; d) La fe es la acogida del hombre a la Revelación; e) La Tradición
como transmisión de la Revelación. Cfr. CC, nnº 106-139.
853
La Revelación de Dios a los hombres se ha realizado a través de hechos y palabras (DV, nº 2). Ver R. FISICHELLA,
“La Revelación y su transmisión: fundamento y fuente de la catequesis”, en A. CAÑIZARES-M. DEL CAMPO, o. cit., pp.
108-142.
eterna, que alumbra a todo hombre, para que habitara entre los hombres y les
contara la intimidad de Dios (cf. Jn 1,1-18). Jesucristo, Palabra hecha carne,
´hombre enviado a los hombres`, habla palabras de Dios (cf. Jn 3,34) y realiza
la obra de la salvación que el Padre le encargó (cf. Jn 5,36; 17,4). Por eso, quien
ve a Jesucristo, ve al Padre (cf. Jn 14,9); Él, con su presencia y manifestación,
con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa
resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la
revelación y la confirma con testimonio divino; a saber, que Dios está con
nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y la muerte y para hacernos
resucitar a una vida eterna” (DV, nº 4)854.
854
Cfr. CC, nnº 123-127 y DGC, nº 40. Ambos documentos desarrollan con amplitud el ´cristocentrismo`de la catequesis.
855
“La catequesis es ministerio (servicio) de esa Palabra, actualización de esta Revelación, es decir, cauce a través del cual
Dios mismo actúa en el corazón del catecúmeno, como llamada, promesa, perdón, corrección, sentido de la existencia,
apoyo, presencia, justificación, donación... ´La catequesis desempeña la función de disponer a los hombres a acoger la
acción del Espíritu Santo` (DCG, nº 22)”. Cfr. CC, nº 108.
856
“Es imprescindible que el catecúmeno descubra el ´carácter gratuito de la Palabra de Dios y de la fe, para que las reciba
como don. ´La catequesis debe tomar como punto de partida el don del amor divino en nosotros”. Cfr. CC, nº 110.
857
“Este carácter histórico de la Revelación proporciona a la pedagogía catequética otra de sus características peculiares,
convirtiéndola en una pedagogía que impele a leer los acontecimientos y la experiencia humana a la luz de la fe y de la
historia de la salvación”. Cfr. CC, nº 113.
858
Para ver el alcance de esta dimensión, ver, C. BISSOLI, “La acción de Dios en la historia: los hechos más destacados, la
narración de la Historia de la Salvación y la catequesis”, en A. CAÑIZARES - M. DEL CAMPO, o. cit., pp. 430-447.
859
Según C. BISSOLI, de la ´clave histórico-salvífica`aplicada a la catequesis se derivan “los componentes de una
comunicación de la fe que tiene tres características concretas: se produce en clave histórica, a través de un relato y con un
En el Neocatecumenado, ya en la fase kerigmática, hemos visto que se
dan dos catequesis (la décima y la undécima), en las que se presenta “el
Kerygma preparado por Dios a través de la historia de la salvación (Abrahám,
Éxodo, etc.), y se dan las claves hermenéuticas necesarias para la escucha y la
comprensión de la Sagrada Escritura: ver en Jesucristo el cumplimiento de las
Escrituras y poner los hechos de la propia historia bajo la luz de la Palabra”
(SCN, art. 9,2ª).
marcadísimo sentimiento de actualidad, es decir, se trata de una experiencia de ayer que nos afecta hoy `”, y afirma, que se
deducen algunas observaciones operativas: 1ª) La historia de la salvación se ha de presentar ´por medio de una catequesis
bíblica que dé a conocer las ´obras y palabras` con las que Dios se ha revelado a la humanidad`. Esto es lo que se hacía, de
hecho, en la época de los Padres; 2ª) La historia de la salvación se organiza en torno a Jesús, ´centro de la historia de la
salvación`; 3ª) El estudio y la profundización de la Sagrada Escritura leída en la Iglesia figura en primer lugar entre las
formas de educación o catequesis permanente de la fe”. Cfr. Ibid., pp. 434-435. Para un acceso a la “Catequesis de la
historia de la Salvación” en la Iglesia primitiva, ver J. DANIELOU - R. DU CHARLAT, o, cit., pp. 236-248.
860
Según el Directorio, el carácter histórico del mensaje cristiano obliga a la catequesis a cuidar estos aspectos: 1º)
Presentar la historia de la salvación por medio de una catequesis bíblica que dé a conocer las grandes etapas del A.T, con las
que preparó el camino al Evangelio; 2ª) Al explicar el Símbolo de la fe y el contenido de la moral cristiana por medio de una
catequesis doctrinal, el mensaje evangélico ha de iluminar el ´hoy` de la hª de la salvación; 3ª) Situar los sacramentos dentro
de la hªde la salvación por medio de una catequesis mistagógica, que ´relee y revive los acontecimientos de la historia de la
salvación en el ´hoy` del la liturgia; 4ª) Las ´obras y palabras` de la Revelación remiten al ´misterio contenido en ellas`. La
catequesis ayudará a hacer el paso del signo al misterio (cf. Ibid., nº 108).
861
“La catequesis doctrinal (que incluye a su vez la catequesis mistagógica), cuyo origen radica igualmente en la Biblia ( en
la que no todo es narración) se apoya en la Tradición mediante cuatro pilares: el Símbolo, los Mandamientos (la moral), los
en torno a las entregas que en cada momento irán recibiendo los
neocatecúmenos (primera iniciación a la oración con la entrega del Salterio;
entrega del Símbolo; entrega del Rosario; entrega del Padre Nuestro),
adquiriendo un relevancia especial el tiempo de la Traditio Symboli-Redditio
Symboli, en el que los neocatecúmenos “estudian y celebran artículo por artículo
el Símbolo apostólico”, y en este contexto celebrativo se imparten las
´catequesis sistemáticas` del Credo apostólico “compendio de la Escritura y de
la fe” (DGC, nº 85)862.
b) Dimensión cristológica
sacramentos y la oración. Expresa la historia de la salvación en la medida en que sus contenidos (Símbolo, Sacramentos,
Mandamientos, Oración) se entienden como historia de la salvación que Dios hace hoy”. Cfr. C. BISSOLI, o cit., p. 442.
862
Más adelante se afirma que “en la explicitación del Símbolo, la catequesis mostrará cómo los grandes temas de la fe
(creación, pecado original, Encarnación, Pascua, Pentecostés, escatología...), son siempre fuente de vida y de luz para el ser
humano. Ibid, nº 117.
863
Cfr. La recepción del Concilio por movimientos cristianos postconciliares en España, p. 47.
864
Para D. BOROBIO, “la relación kerigma-Catecumenado es uno de los aspectos centrales para comprender el mismo
Catecumenado”. Cfr. “Kerigma y Catecumenado”, en Catecumenado para la Evangelización, p. 46.
865
Este número aparece citado en la nota 17 del SCN.
salvíficamente. La predicación kerigmática ofrece gratuitamente evangelio, es
decir esperanza de parte de Dios para el hombre pecador. En este punto, la
teología de Pablo es para los neocatecúmenos clave de lectura; a partir de textos
como Heb 2,14-18, Rom 7 y 8, Gn 3, 1Cor 15,54-57 se presenta la “situación
del hombre, esclavizado por el temor a la muerte, y en esta situación, resuena el
Kerygma de la resurrección de Jesús como una buena noticia, como una alegre
noticia: ¡Es posible la vida! ¡Aquí y ahora se te ofrece gratuitamente la vida!. El
cristianismo básicamente es anuncio. La predicación de Jesús es Buena Noticia
(cf. Mc 1,14), y lo mismo la predicación apostólica (cf. Act 5,42)” 866.
866
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 24. Para R. Blázquez “el anuncio de la resurrección abre el camino
neocatecumenal. Por él se inicia la formación de la comunidad y la reconstrucción de la Iglesia [...] El kerigma de Jesucristo,
vencedor de la muerte, es, además del inicio de la comunidad, fundamento permanente de la misma” (Ib., p. 28).
867
Ver las consecuencias para la catequesis desde la perspectiva del ´cristocentrismo trinitario`del mensaje evangélico (nº
100).
868
Para nuestros Obispos “el hecho de que Jesucristo sea la plenitud de la Revelación confiere a la catequesis su carácter
eminentemente ´cristocéntrico`. Creemos que éste es uno de los mayores logros de la catequesis en estos últimos años”. Cfr.
CC, nº 123.
Esta dimensión kerigmática está presente a lo largo de todo el itinerario
neocatecumenal.
869
En este sentido, lo que caracteriza el mensaje que transmite la catequesis es, ante todo, el ´cristocentrismo`, que debe
entenderse en varios sentidos: que la tarea fundamental de la catequesis es mostrar a Cristo; que El es el centro de la historia
de la salvación; que el mensaje evangélico no proviene del hombre sino que es Palabra de Dios. Para un ensanchamiento de
esta dimensión, ver: CCE, nnº 426-429; CT, nnº 5-6; DGC (1971), nº 40.
+ Jesús nos da el Espíritu Santo para que participemos de su misma
filiación y misión (cf. Jn 20,21; Jn 16,13-15) [renovación de las
promesas bautismales]870.
870
En Catequesis de la Comunidad, nuestros Obispos han sintetizado las diferentes dimensiones de la vinculación a Cristo
con estas palabras: “Esta iniciación en el seguimiento de Cristo implica adherirse a su persona, descubrir en profundidad su
mensaje, adoptar su estilo de vida, celebrar su presencia en los sacramentos, reunirse -en su nombre- en una comunidad de
discípulos, prepararse para participar en su envío misionero y esperar su venida gloriosa” (nº 124). El Catecismo de la Iglesia
Católica sostiene que “en la catequesis es importante destacar con toda claridad el gozo y las exigencias del camino de Cristo
(cf. CT 29)” (nº 1697), y señala ocho características identificadoras.
871
“El Camino echa mano del texto de Pablo a los Filipenses (2,1-11). Este himno paulino o prepaulino que es como una
radiografía del espíritu de Jesús, es también una imagen que el catecúmeno debe reproducir en sí mismo. Es la ´kenosis`del
Hijo de Dios hecho hombre: desde las alturas de la divinidad desciende a través de la Encarnación a la condición del hombre,
de allí a la condición de Siervo, colma su condición de siervo con el suplicio de los esclavos, la Cruz, para recibir del Padre la
resurrección, la exaltación y el señorío”. Cfr. A. FUENTES, El Neocatecumenado, pp. 129-130. En el Catecismo de la Iglesia
Católica se afirma que “la muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente (cf. Is 53, 7-8 y
Hch 8, 32-35). Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente (cf. Mt 20, 28). Después
de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 25-27), luego a los propios
apóstoles (cf. Lc 24, 44-45)” [nº 601]. Para GERHARD L. MÜLLER, “la síntesis cristológica originaria, a pesar de la
diversidad de sus formulaciones, puede reducirse a un único contenido básico: el Jesús crucificado es el Señor resucitado por
Dios a la vida eterna, el mediador escatológico, confirmado, de la salvación, el Mesías-Cristo”. Cfr. “Jesucristo. El Señor
crucificado y resucitado”, en OLEGARIO G. DE CARDEDAL - JUAN A. MARTÍNEZ, o. cit., p. 119. Desde esta
comprensión ´cristológica`, también se puede proponer una eclesiología ´diaconal`, ver S. SABUGAL, La Iglesia, sierva de
Dios. Hacia una eclesiología servicial, Ed, Monte Casino, Zamora 1987.
872
En la ´Relación final` del Sínodo extraordinario de 1985, los padres sinodales llamaron la atención sobre la ´centralidad
de la teología de la cruz`: “Nos parece que en las dificultades actuales Dios quiere enseñarnos, de manera más profunda, el
valor, la importancia y la centralidad de la cruz de Jesucristo. Por ello hay que explicar a la luz del misterio pascual la relación
entre historia humana y la historia de la salvación...”. Cfr. Sínodo 1985, II, D) 2. y, al final, en las ´sugerencias` se dice que
“en este contexto examínese de nuevo qué es y cómo ha de llevarse a la práctica, -entre otras-: la teología de la cruz y el
misterio pascual en la predicación, en los sacramentos y en la vida de la Iglesia de nuestro tiempo” (II, D) 7). En este punto, la
síntesis teológico-catequética del Neocatecumenado respecto a la centralidad de la cruz en la vida del cristiano, aporta no
poca luz para una comprensión existencial de esta verdad ´troncal` que vertebra la identidad del cristianismo; ver F.
RODRÍGUEZ, La cruz de Jesús y el ser de Dios, Universidad Pontificia de Salamanca 1992.
873
Para A. FUENTES “esta figura del Siervo se agiganta en la conciencia de los neocatecúmenos a lo largo de todas las
etapas del camino [...]. Cuando el camino termine y el neocatecúmeno haya sellado su fe en la renovación de las promesas
que pueda salvarse la humanidad. Viviendo esta actitud de Cristo, la comunidad
se convierte para el mundo en signo del amor de Dios y proclama que tal amor
está siempre marcado por la cruz y que sólo en la cruz de Cristo se ama
auténticamente y es posible entrar en la historia 874.
c) Dimensión trinitaria
bautismales, el Siervo de Yahvé será el espejo en el que deba mirarse: amar al enemigo, no devolver mal por mal, no
condenar, ser el último; en una palabra, cumplir el Sermón de la Montaña”. Cfr. El Neocatecumenado, pp. 128-129. Es
importante, subrayar en este punto, cómo nuestros Obispos han llamado la atención porque “la catequesis no destaca
suficientemente el camino concreto a través del cual Jesús fue obediente a su Padre, y que no es otro que el camino del
Siervo. Hay que hacer descubrir al adulto este camino, basado en la pobreza, la obediencia, el servicio, la entrega. En este
sentido, la auténtica vinculación a Jesucristo debe llevar a asumir el estilo de vida del propio Jesús. ´El discípulo no puede ser
mayor que el maestro` (cf. Lc 6,40)”. Cfr. CA, nº 143.
874
Con unas ´categorías nuevas` - en expresión de O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL-, “la muerte en cruz del Hijo
manifiesta a Dios invirtiendo las categoría de honor, dignidad, valor y poder, para mostrar a la luz de la Cruz de Cristo que
vale quien sirve, es quien crea, ama quien se solidariza y se solidariza quien va hasta el extremo en el que el prójimo se
encuentra. El himno de Flp 2, 6-11 contiene la formulación que, a partir de la resurrección, se hace del destino de Cristo y que
él había formulado como proposición general para todos: el primero es el que sirve, el que tiene más capacidad tiene más
responsabilidad, y el que tiene más vida en sí más debe darla a los otros”. Cfr. La entraña del cristianismo, Ed, Secretariado
Trinitario, Salamanca 1997, p. 594.
875
Nuestros Obispos desarrollarán esta ´dimensión teologal de la catequesis`en CA, nnº 146-150. Y el nuevo Directorio
General para la Catequesis, hablará del ´cristocentrísmo trinitario`del mensaje cristiano.
876
Para el profesor A. AMATO “el cristocentrimo trinitario implica algunas consecuencias catequéticas innovadoras: - la
catequesis tendrá una estructura cristocéntrica-trinitaria: por Cristo al Padre en el Espíritu; - siguiendo la pedagogía de Jesús,
la catequesis mostrará la vida íntima de Dios a partir de sus obras salvíficas en favor de la humanidad, puesto que las obras de
Dios revelan el misterio de su Ser trinitario; - la confesión de Dios Trinidad significa que el hombre no debe someter su
libertad a ningún poder terrenal absoluto”. Cfr. “Jesucristo, plenitud de la Revelación”, en A. CAÑIZARES - MANUEL DEL
CAMPO, o.cit., pp. 138-139.
Santo. Por eso su fe es radicalmente trinitaria. El misterio de la Santísima
Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana 877.
d) Dimensión pneumatológica
877
En el Directorio de 1971se afirma que “el misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida
cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todo los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina.
Es la enseñanza más fundamental y esencial en la ´jerarquía de las verdades de la fe`” (nº 47).
878
Cfr. CC, nº 96; ver también los nnº 164-201, en los que se desarrolla el alcance de la ´confesión de fe, expresión de la
identidad cristiana”.
879
“En la gran tradición eclesial, la confesión de fe más estrictamente vinculada al proceso de la iniciación cristiana es la
Profesión de fe apostólica. El llamado Credo o Símbolo de los apóstoles, en efecto, es una fórmula que la Iglesia ha utilizado,
desde muy antiguo, para profesar la fe bautismal y para iniciar en esa fe a los catecúmenos”. Cfr. CA, nº 137; CC, nnº 164-
169.
La toma de conciencia, por parte de los neocatecúmenos, de estar viviendo
hoy en la Iglesia una experiencia que es un don del Espíritu-880, un carisma
suscitado por Dios para ayudar a la Iglesia a llevar adelante la Nueva
Evangelización es muy viva. La experiencia agradecida de ver cómo el Espíritu
Santo crea y recrea permanentemente la comunidad, haciendo posible y visible
la koinonía-comunión entre personas diferentes, por edad, situación social y
cultural a lo largo de los años, remite constantemente a Aquél “que habita en la
Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Cor 3,16; 6,19), y
en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Gál 4,6; Rom 8,15-
16.26). Guía a la Iglesia a toda la verdad (cf. Jn 16,13), la unifica en comunión y
ministerios, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y
la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1ª Cor 12, 4; Gál 5,22), con la fuerza
del evangelio rejuvenece a la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a
la unión consumada con su Esposo”(LG, nº 4)881.
880
El Papa Juan Pablo en reiteradas ocasiones ha resaltado, en sus intervenciones, el origen ´carismático`del CN; así l o hizo
en 1993: “No se puede negar, que el Espíritu Santo, mediante el Concilio Vaticano II, ha suscitado instrumentos válidos - y
entre éstos también el Camino Neocatecumenal- para responder a los interrogantes del hombre contemporáneo”. Cfr. Mensaje
de JUAN PABLO II a los miembros del Camino Neocatecumenal: El Camino Neocatecumenal puede responder a los
desafíos del secularismo, las sectas y la escasez de vocaciones, en Ecclesia, Núm. 2632 (15 de Mayo de 1993), p. 31.
881
Existe toda una tradición patrística y teológica sobre la unión íntima entre el Espíritu Santo y la Iglesia, unión presentada
a veces de modo análogo a la relación entre alma y cuerpo en el hombre, ver nota 96 de quinta Carta Encíclica del Papa
JUAN PABLO II, Dominum et vivificantem, Ed, Paulinas 1986, nnº 25 y 26.
882
El primer ´canto- invocación` que se aprende en el CN es la invocación al Espíritu Santo: “Oh, Señor, envía tu Espíritu
que renueve la faz de la tierra”. Esta invocación cantada abrirá todas las celebraciones, encuentros y convivencias que a lo
largo del itinerario neocatecumenal se tienen.
883
El mismo nacimiento del ´carisma-servicio de catequista` es vivido al interior de la comunidad como un don del Espíritu
Santo en orden a la evangelización (cf. Hch 13, 1-3). En el Estatuto del CN se dice que “después de cierto tiempo de Camino
(normalmente después del segundo escrutinio de paso al catecumenado postbautismal), cada comunidad neocatecumenal
indica mediante votación algunos hermanos para que desempeñen la misión de catequistas”. Cfr. SCN, art.17&3, y en el art.
29 se indica que “para que los catequistas adquieran - como lo requiere el Directorio general para la Catequesis- ´las actitudes
evangélicas que Jesús sugirió a sus discípulos, cuando les inició en la misión...: buscar la oveja perdida; anunciar y sanar al
mismo tiempo; presentarse pobres, sin oro ni alforjas; saber asumir el rechazo y la persecución; poner la confianza en el Padre
y en el apoyo del Espíritu Santo; no esperar otro premio que la dicha de trabajar por el Reino, son adecuadamente
preparados”.
cada uno a anunciar el Evangelio y quien en lo hondo de las conciencias hace
aceptar y comprender la Palabra de Salvación” 884.
884
Cfr. Exhortación Apostólica de PABLO VI, Evangelii nuntiandi, nº 75. El capítulo VII aborda ´El espíritu de la
evangelización`y, en este nº 75, se vierten afirmaciones de una clara ´primacía pneumatológica` de permanente actualidad:
“No habrá nunca evangelización posible sin la acción del Espíritu Santo...”; “Gracias al apoyo del Espíritu Santo, la Iglesia
crece. El es el alma de esta Iglesia. El es quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su
misterio...”, “las técnicas de evangelización son buenas, pero ni las más perfeccionadas podrán reemplazar la acción discreta
del Espíritu...”.
885
“A Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre lo encontramos, por el Espíritu Santo, en la Iglesia. Es el Espíritu Santo, en
efecto, el maestro interior y artífice de toda acción catequética. El es, en efecto, el principio inspirador de cada obra
catequética y de los que la realizan; El es el que transforma a los discípulos en testigos de Cristo y anima en ellos la vida
nueva de los hijos de Dios. Invocar al Espíritu, dejarse conducir por El, volver constantemente a lo que El nos pide y que nos
da a conocer es enteramente necesario para una renovación auténtica de nuestra catequesis que se presentará así con una
verdadera fecundidad en la Iglesia”. Cfr. Mons. ANTONIO CAÑIZARES, “La catequesis en la misión evangelizadora de la
Iglesia”, en A. CAÑIZARES- M. DEL CAMPO, o. cit., pp. 96-97.
886
Cfr. LG, nº 4. “De este modo, el concilio Vaticano II habla del nacimiento de la Iglesia el día de pentecostés. Tal
acontecimiento constituye la manifestación definitiva de lo que había realizado en el mismo cenáculo el domingo de pascua”.
Cfr. JUAN PABLO II, Dominum et vivificantem, nº 25.
es capaz de mantener en la unidad y en la fidelidad, durante todo el itinerario
neocatecumenal, a personas, entre sí, desconocidas y distintas, por razones de
sexo, edad, condición social y cultural. “En la vida en comunidad, además, de
hacerse tangible de algún modo que la comunión fraterna, antes de ser
instrumento para una determinada misión, es espacio teologal en el que se puede
experimentar la presencia mística del Señor resucitado (cf. Mt 18, 20). Esto
sucede merced al amor recíproco de cuantos forman la comunidad, un amor
alimentado por la Palabra y la eucaristía, purificado en el Sacramento de la
Reconciliación, sostenido por la súplica de la unidad, don especial del Espíritu
para aquellos que se ponen a la escucha obediente del evangelio” 887.
887
Cfr. Exhortación apostólica de JUAN PABLO II, Vita consecrata, Ed (4ª), San Pablo, Madrid 1996, nº 43.
888
Según nuestros Obispos, “dentro del resurgir esperanzador de lo comunitario en nuestra Iglesia hoy, la floración de
comunidades eclesiales inmediatas resulta un instrumento adecuado de formación y penetración capilar del Evangelio en la
sociedad. Estas comunidades serán, normalmente, el sustrato más apto para que en el mundo actual pueda desarrollarse con
todo vigor la acción catequética”. Cfr. CC, nº 257. En la Iglesia y, más precisamente en las distintas comunidades en las que
se concreta, encuentra la catequesis su origen, su lugar propio y su meta, para nuestros Obispos “al final de un proceso
catequético los cristianos han de desembocar ordinariamente en una comunidad cristiana inmediata e integrarse plenamente
en ella [...] El papel de la catequesis, en este sentido, será iniciar en lo comunitario, encaminar hacia la comunidad e insertar
en ellas a quienes pasan por un proceso. Por ello, para que la catequesis preste totalmente su propio servicio a la Iglesia, es
necesario la existencia en las diócesis de verdaderas comunidades cristianas, positivamente eclesiales, compuestas por
hombres y mujeres que creen y confiesan sinceramente a Jesús. Sólo así la labor catequética podrá ejercerse adecuadamente”
(nº 288).
889
RICARDO BLÁZQUEZ siguiendo las conclusiones del estudio del P. NAUTIN, Je crois à l´Esprit Saint dans la Sainte
Église pour la Résurrection de la chair, Paris 1947, afirma que “la segunda vez que aparece la Iglesia en el credo es como
término de la confesión: ´Creemos en el Espíritu santo, en la santa Iglesia`. Según el estudio de Nautin, ya citado arriba, sobre
el credo de la Tradición apostólica de Hipólito, precioso antecedente del símbolo apostólico, podemos concluir lo siguiente:
no son términos connumerables el Espíritu santo y la Iglesia; podríamos traducir, más bien, ´creemos al Espíritu santo en la
santa Iglesia`. Esto es, la Iglesia es el lugar de la presencia y de la actuación del Espíritu santo. Lo confesado en este artículo
es sorprendente y enorme: el Espíritu de Dios habita y acciona sacramentalmente a la Iglesia, que somos nosotros. En ella y a
través de ella perdona los pecados, hace brotar la vida eterna, otorga la garantía de la resurrección gloriosa, ´da esfuerzo` a los
desfallecidos, vence la división por el amor”. Cfr. La Iglesia del Concilio Vaticano II, Ed, Sígueme, Salamanca 1988, p. 49.
890
El profesor D. BOROBIO desarrolla ampliamente la “pluralidad de aspectos en la historización del Espíritu en la Iglesi a.
El Espíritu es el que hace posible en la Iglesia la Palabra, el ministerio, el sacramento, y el testimonio. Y, al mismo tiempo, es
esta pluralidad de medios la que manifiesta de un modo más cercano y concreto la presencia histórica del Espíritu en la
Iglesia”. Cfr. La Iniciación Cristiana, p. 411.
“una pneumatología, ante todo experimental porque el neocatecúmeno la va
descubriendo, digiriendo y concienciándola a lo largo de todas las celebraciones.
Todas ellas empiezan con una invocación solemne al Espíritu de cuya presencia
y acción se espera la fecundidad de la celebración. Sin la acción del Espíritu, el
neocatecúmeno aprende que la palabra que se proclama está muerta, inoperante.
Y, a la vez, percibe que, cuando el Espíritu actúa, todo se esclarece y
embellece”891.
891
Cfr. El Neocatecumenado, p. 134.
892
Según A. FUENTES, “al Espíritu se le conoce actuando y así el catecúmeno descubre este Espíritu como Don de Dios a
la Iglesia, como Maestro de la verdad, como abogado frente al demonio, como consolador misericordioso, como fuerza de
Dios. En la Vigilia de Pentecostés como culminación de la Pascua, el Espíritu es celebrado como la gran epifanía del Amor y
la acción de Dios que conduce la comunidad”. Cfr. Ibid, pp. 134-135.
893
Se pide que se hagan después de los ´escrutinios`, el Símbolo se entrega en la semana que sigue al primer escrutinio, es
decir, dentro de la 3ª semana de la Cuaresma; y el Padre Nuestro, después del tercer escrutinio, en el quinto domingo de
Cuaresma. Efectivamente, en el camino cuaresmal hacia la Pascua del ciclo dominical A nos trae el mensaje luminoso de esos
tres encuentros con Cristo, o mejor, de Cristo con los hombres (la samaritana, el ciego de nacimiento, la resurrección de
Lázaro), que caracteriza el itinerario bautismal de todo creyente. En los Evangelios de los domingos tercero, cuarto y quinto
de Cuaresma, la Iglesia lee el Evangelio de Juan seleccionando cuidadosamente esas tres perícopas que suponen una
catequesis progresiva sobre el misterio de la salvación que se va a consumar en las aguas bautismales de la vigilia. Como
camino catecumenal que se realiza en la Cuaresma, “tiempo de la iluminación y de la purificación”, esos encuentros purifican
e iluminan en contacto vivo con la persona de Cristo. Por eso los tres Evangelios están insertados con mucho tino en los tres
progresivos escrutinios que supone el RICA. Para una presentación catequética de estos textos, ver, J. CASTELLANO, Tres
encuentros con Cristo en el camino hacia la Pascua, pp. 24-31.
maduración, asimilación y recepción de estos tesoros que la Iglesia pone en las
manos y el corazón de los neocatecúmenos.
e) Dimensión eclesiológica
898
“El día de Pentecostés (al término de las siete semanas pascuales), la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del
Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina: desde su plenitud, Cristo, el Señor (cf Hech 2, 36),
derrama profusamente el Espíritu”. Cfr. CCE, nº 731; “El día de Pentecostés descendió sobre los discípulos para permanecer
con ellos para siempre; la Iglesia se manifestó públicamente ante la multitud; comenzó la difusión del evangelio por la
predicación entre los paganos” (AG, nº 4).
899
Cfr. Dominum et vivicantem, nº 66. Para una mayor profundización en la ´pneumatología del Neocatecumenado`,
tendríamos que acercarnos a los ´himnos y cantos` al Espíritu Santo; ellos contienen y expresan una teología muy madura y
desarrollada.
900
“En este capítulo se aborda la catequesis de adultos en cuanto acción de la Iglesia. Como toda acción evangelizadora, la
catequesis de adultos es de naturaleza eclesial”. Cfr. CA, nº 106. Esta dimensión ya había sido abordada, también, en La
Catequesis de la Comunidad en el ´83, y allí se señalaba ya ´la comunidad cristiana, como punto de partida y clima en el que
el creyente se inicia y madura en la fe`(nº 266); y, en el último documento dedicado a La iniciación cristiana del ´99, se
vuelve a resaltar la ´mediación maternal de la Iglesia`: “La Iniciación cristiana es la expresión más significativa de la misión
de la Iglesia y constituye la realización de su función maternal, al engendrar a la vida a los hijos de Dios” (nº 13).
901
Según nuestros Obispos, “en todo proceso catequizador de un adulto se desarrolla esta acción maternal de la Iglesia, que
alimenta con su propia fe a sus hijos nacidos por el Bautismo. Es inherente a la catequesis, en consecuencia, que la
vinculación cordial del cristiano con la madre Iglesia quede bien consolidada. La salud espiritual del adulto depende de ese
vínculo”. Cfr. CA, nº 110.
902
San Pablo tenía plena conciencia de que al transmitir el Evangelio ejercía la función maternal: “He sido yo quien, por el
Evangelio, os engendré en Cristo Jesús” (cf. 1ª Cor 4,15); “Te ruego en favor de mi hijo, Onésimo, a quien engendré entre
cadenas” (Filemón, v. 10); ver también Gál 4,19; 1 Tes 2,11). También los Santos Padres asimilan, frecuentemente, la
formación catecumenal a una gestación de la Iglesia, que da a luz a sus hijos en la pila bautismal.
La catequesis es una acción esencialmente eclesial (DGC, nº 78) 903. El
verdadero sujeto de la catequesis es la Iglesia que, como continuadora de la
misión de Jesucristo Maestro y animada por el Espíritu, ha sido enviada para ser
maestra de la fe. Por ello, la Iglesia, imitando a la Madre del Señor, conserva
fielmente el Evangelio en su corazón, lo anuncia, lo celebra, lo vive y lo
transmite en la catequesis a todos aquellos que han decidido seguir a Jesucristo.
Según el Directorio, “la Iglesia transmite la fe de forma activa, la siembra en el
corazón de los catecúmenos y catequizandos para que fecunde sus experiencias
más hondas”904.
903
El Directorio General para la Catequesis desarrolla ampliamente esta dimensión en el capítulo primero de la Primera
Parte bajo el epígrafe: ´La transmisión de la Revelación por medio de la Iglesia, obra del Espíritu Santo`, nº 42; y en la
Segunda Parte, también en el capítulo primero: ´La eclesialidad del mensaje evangélico`, nº 105. El Papa Pablo VI hablaba de
la ´eclesialidad`de todo acto de evangelización en EN, nº 60.
904
Nuestros Obispos, mostraban en 1983 su preocupación sobre este cometido esencial a la catequesis, como es
fundamentar el ´sentido eclesial`de la fe del catecúmeno (CC, nº 137), y afirmaban lo siguiente: “Creemos que éste es un
punto clave para la verdadera renovación de la catequesis. No se nos oculta que es un punto problemático, ´particularmente
importante en nuestros días`(EN, 61). Todos hemos de reconocer sinceramente que el sentido eclesial aparece - con
frecuencia- deteriorado entre nosotros, en situación enferma. Y es imposible una verdadera renovación de la catequesis sin un
sentido eclesial sano, como es muy difícil recuperar el auténtico sentido de la Iglesia sin la catequesis” (CC, nº 138). Años
más tarde, esta problemática, seguía siendo una preocupación: “La experiencia catequética con adultos muestra la dificultad
de vivenciar, por parte de los catequizandos, el sentido de pertenencia eclesial [...] Los adultos que frecuentan los grupos de
catequesis se muestran, sin duda, agradecidos a los desvelos del catequista, pero les cuesta descubrir toda esa dimensión
materna de una Iglesia que les está alimentando con lo mejor de sí misma” (CA, nº 111); y más adelante: “De estos como de
otros factores no citados viene a resultar una acción catequética que no educa el sentido de la adhesión filial a la Iglesia, la
cual no ha sido mostrada como madre. Este es uno de los problemas más serios que, entre nosotros, tiene planteada la
catequesis de adultos” (nº 112).
905
En la intervención de KIKO ARGÜELLO en la Asamblea Plenaria de la Sagrada Congregación para la Evangelización de
los pueblos del ´83, así presentaba él la identidad ´maternal`del Neocatecumenado: “El Neocatecumenado se presenta como
un tiempo de gestación en el seno de la Iglesia. En aquellos hombres y mujeres que como María dicen Amén al anuncio del
Salvador, la Palabra comienza a engendrar una nueva vida, obra del Espíritu Santo. La Iglesia se presenta como una Madre
que engendra, que nutre, que da a luz, que cuida hasta la estatura del hombre nuevo del que dice San Pablo: ´No soy yo quien
vive, sino que es Cristo quien viven en mi` (cf. Gál 2,20)”.
906
La realización del proceso catecumenal en pequeña comunidad o grupo catequético es una de las característica de la
misma catequesis, como muy bien resaltan nuestros Obispos: “El grupo catequético y la catequesis en grupo, como expresión
e iniciación en la comunidad, es una exigencia de la catequesis”. Cfr. CC, nº 283, ver también ´La catequesis de adultos, una
acción realizada en la comunidad cristiana` (CA, nnº 125-132).
La dimensión maternal de la Iglesia 907, la comienza a percibir el
neocatecúmeno desde la etapa de las catequesis iniciales que culminan con el
nacimiento de la Comunidad Neocatecumenal (SCN, art. 10&2) 908. A partir de
este momento, la constitución de la Comunidad Neocatecumenal, los
precatecúmenos son conscientes de haber iniciado una experiencia eclesial
nueva, que tiene unos rasgos significativos: caminan juntos hombres y mujeres
de diversa edad, mentalidad, cultura y condición social en pequeña comunidad,
en la que progresiva y gradualmente van a ir haciendo la experiencia de ver
cómo la Iglesia va naciendo en sus almas 909, concretada por una parte en los
catequistas, que como garantes y guías en el camino les van a ir transmitiendo
íntegro el depósito de la fe (cf. 1 Tim 6,20)910, no a título personal o en su
nombre, sino enviados por la Iglesia y como testigos de lo que ellos mismos
viven en comunidad911; y por otra parte, en la misma Comunidad
Neocatecumenal en la que -en comunión con otros hermanos- vivirá todo el
itinerario de iniciación y maduración de la fe y donde descubrirá que la
comunitariedad es parte constitutiva de la identidad cristiana misma 912.
907
“Otro aspecto teológico que ahora encuentra su pleno desarrollo es el de la eclesiología bautismal, especialmente a partir
de la imagen de la ´Ecclesia mater`. Cfr. D. BOROBIO, La iniciación cristiana, p. 106, y pp. 283-289. Para un desarrollo de
esta perspectiva, ver H. DELAHAYE, Ekklesia Mater chez les Pères des trois premiers siècles, Paris 1964, especialmente pp.
131-250.
908
El aspecto maternal de la comunidad cristiana ha sido muy bien recogido por el Concilio: “La comunidad eclesial ejerce...
una verdadera maternidad para conducir las almas a Cristo”. Cfr. PO, nº 6.
909
Ya en 1922 R. GUARDINI abría su obra El sentido de la Iglesia, con estas palabras: “Un acontecimiento religioso de
alcance transcendental ha hecho su aparición: La Iglesia nace en las almas”. Este es también uno de los descubrimientos más
sorprendentes que el neocatecúmeno experimenta en el Neocatecumenado, “pasado algún tiempo -afirma R. BLÁZQUEZ- el
neocatecúmeno comienza a comprenderse como ´parte de un todo`, como miembro de una comunidad. Con vigor
experimentará que no hay posibilidad de ser cristiano sin la Iglesia, que él encuentra concretamente en la comunidad.
Comienza a tomar como tarea propia la comunidad. La Iglesia va naciendo poco a poco en su alma, y así rompe su
individualismo religioso [...] La Iglesia, en la comunidad, comienza a ser comprendida como una madre que gesta en la fe [...]
Este descubrimiento de la Iglesia, que fue un contenido fundamental del catecumenado primitivo, es un hallazgo fecundo”.
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, pp. 44-45.
910
La misión del catequista, según nuestros Obispos, consiste en “una labor paciente, silenciosa, humilde... como la de todo
el que enseña a dar los primeros pasos. No pretende deslumbrar a los adultos con las últimas adquisiciones de la ciencia
bíblica o teológica. Se centra en la transmisión de las certezas sólidas e inconmovibles de la fe y en la educación de los
valores evangélicos más fundamentales”. Cfr. CA, nº 226. En el documento dedicado a El catequista y su formación, E,
Edice, Madrid 1985, tratan de aclarar, con cierto detalle, esta tarea propia del catequista. El Directorio dedica el capítulo
segundo de la Quinta Parte a ´la formación para el servicio de la catequesis`, nnº 233-251. Ver también del Secretariado
Diocesano de Catequesis de Madrid, Manual para el catequista de adultos, Ed, Paulinas, Madrid 1983.
911
El Directorio señala la importancia de la propia comunidad como ámbito formativo de los catequistas: “Entre los cauces
de formación de los catequistas destaca, ante todo, la propia comunidad cristiana. Es en ella donde el catequista experimenta
su vocación y donde alimenta constantemente su sentido apostólico” (nº 246). Los neocatecúmenos, a lo largo de todo el
itinerario neocatecumenal, tendrán tres encuentros con la ´comunidad-madre`de sus catequistas, en tres liturgias
fundamentales de la iniciación cristiana donde se ´visibiliza` la gestación de la Iglesia como Madre: durante la entrega del
Símbolo, en la entrega del Padrenuestro, y como ´comunidad-madrina`en la renovación de las promesas bautismales, al final
del Camino.
912
Cfr. G. LOHFINK, La Iglesia que Jesús quería. Dimensión comunitaria de la fe cristiana, Ed, DDB, Bilbao 1986. Para
una mayor profundización sobre la importancia que tiene para la catequesis su dimensión eclesial y comunitaria, ver CC, nnº
253-288; E. ALBERICH, “Catequesis, comunión y comunidad”, en Catequesis y praxis eclesial, Ed, CCS, Madrid 1983, pp.
182-203.
Las catequesis que se impartirán a lo largo de todo el itinerario
neocatecumenal serán presentadas esencialmente como un acto de tradición 913.
Los neocatecúmenos, por medio de catequesis, escrutinios, pasos, convivencias,
van a ir siendo iniciados para que se incorporen vitalmente en la Tradición de la
Iglesia. No se trata de que adquieran solamente un conocimiento de las
expresiones históricas objetivas de esa Tradición (pensamiento de los Santos
Padres, testimonios de los Santos, manifestaciones de arte cristiano y otras
expresiones culturales de la vida de la Iglesia), sino de que sean introducidos y
participen en la corriente viva de la existencia cristiana que, desde la época
apostólica hasta nuestros días, ha profundizado y actualizado, cada vez más, el
Evangelio de Jesús.
916
Cfr. CC, nº 137. El Directorio reclama que “es importante que la catequesis sepa vincular bien la confesión de fe
cristológica, ´Jesús es Señor`, con la confesión trinitaria, ´Creo en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, ya que no son
más que dos modalidades de expresar la misma fe cristiana”. Cfr. DGC, nº 82.
917
Cfr. CA, nº 138. Nuestros Obispos señalan que “esta es la meta de la catequesis: propiciar la confesión de la fe en Dios,
desde el seno de una Iglesia que, presente en el mundo, le da lo mejor de sí misma a pesar del rechazo y la incomprensión”
(ib.,).
918
“La finalidad de la catequesis es la educación de la fe del creyente con vistas a iniciarle en la comunidad cristiana que
construye el Reino de Dios en el mundo. Por ello, junto a la profesión de fe, a la celebración de los misterios y a la vivencia
de los valores evangélicos, la comunidad es meta de la catequesis y en ella desemboca”. Cfr. CC, nº 287. Para una ampliación
de esta perspectiva, ver FRANCISCO FERRER, “La Iglesia, fuente, lugar y meta de la catequesis”, en A. CAÑIZARES - M.
DEL CAMPO, o. cit., pp. 209-234.
919
“Solamente las comunidades cristianas, desde su propia vida, serán capaces de que la acción catequética ponga en marcha
un dinamismo comunitario que eduque en el sentido eclesial propio de la vida cristiana”. Cfr. CC, nº 265. En el Directorio se
afirma que “la pedagogía catequética es eficaz en la medida en que la comunidad cristiana se convierte en referencia concreta
y ejemplar para el itinerario de fe de cada uno. Esto sucede si la comunidad se concibe como fuente, lugar y meta de la
catequesis. En concreto, la comunidad viene a ser lugar visible del testimonio de la fe, cuida de sus miembros, les acoge como
familia de Dios, constituyéndose en ambiente vital y permanente del crecimiento de la fe”. Cfr. DGC, nº 158.
Iglesia” (SCN, art. 15&1)920. Dentro de la parroquia, el Neocatecumenado es
vivido en pequeña comunidad, dado que la forma completa o común de la
iniciación cristiana de los adultos es la comunitaria, y se mantiene como
comunidad cristiana adulta, “después de haber finalizado el itinerario de
redescubrimiento de la iniciación cristiana, entrando en el proceso de educación
permanente de la fe, perseverando en la celebración semanal de la Palabra y de
la Eucaristía dominical y en la comunión fraterna, activamente insertados en la
pastoral de la comunidad parroquial, para dar los signos del amor y de la unidad,
que llaman al hombre contemporáneo a la fe” (SCN, art 22&1) 921. En el
horizonte, y a la luz de la presencia y praxis del Neocatecumenado en miles de
parroquias esparcidas por todo el mundo, se vislumbra un nuevo tipo de
parroquia que puede ser definida como comunión de comunidades. De este
modo el Camino Neocatecumenal - se afirma en el Estatuto- contribuye a la
renovación parroquial deseada por el Magisterio de la Iglesia: promover nuevos
métodos y nuevas estructuras, que eviten el anonimato y la masificación, y de
considerar la parroquia como comunidad de comunidades, que “descentralizan y
articulan la comunidad parroquial” (SCN, art. 23&1) 922.
920
El Directorio afirma que “la catequesis capacita al cristiano para vivir en comunidad y para participar activamente en la
vida y misión de la Iglesia”, y levanta acta de las dificultades que en este punto, nos podemos encontrar: “La vida cristiana en
comunidad no se improvisa y hay que educarla con cuidado”. Cfr DGC, nº 86. Ver en esta dirección, D. BONHOEEFFER,
Vida en comunidad, Ed, Sígueme, Salamanca 1983. Es importante constatar cómo Juan Pablo II, en Christifideles laici, nº 61,
resalta la conveniencia de las pequeñas comunidades eclesiales en el marco de las parroquias, y no como un movimiento
paralelo que absorba sus mejores miembros: “Dentro de las parroquias... las pequeñas comunidades eclesiales presentes
pueden ser una ayuda notable en la formación de los cristianos, pudiendo hacer más capilar e incisiva la conciencia y la
experiencia de la comunión y de la misión eclesial”.
921
Según el Estatuto, “el Camino Neocatecumenal es así un instrumento al servicio de los Obispos para realizar el proceso de
educación permanente de la fe requerido por la Iglesia: la iniciación cristiana, como reafirma el Directorio general para la
Catequesis, ´no es el punto final en el proceso permanente de conversión. La profesión de fe bautismal se sitúa en los
cimientos de un edificio espiritual destinado a crecer`; ´la adhesión a Jesucristo, en efecto, da origen a un proceso de
conversión permanente que dura toda la vida”. Cfr. SCN, art, 22&2.
922
Esta comprensión nueva de parroquia ya ha sido asumida por los Obispos de América: “Una vía de renovación parroquial,
especialmente urgente en las parroquias de las grandes ciudades, se puede encontrar considerando la parroquia como
comunidad de comunidades”. Cfr. Exhortación apostólica de JUAN PABLO II, Ecclesia in America, Ed, B.A.C., Madrid
1999, nº 41.El mismo Papa, dirigiéndose a los Obispos de Europa, les decía, en relación con las comunidades
neocatecumenales: “Dichas comunidades, forman células vivas de la Iglesia, renuevan la vitalidad de la parroquia mediante
cristianos maduros capaces de testimoniar la verdad con una fe radicalmente vivida”. Cfr. Mensaje a los Obispos de Europa
reunidos en Viena el 12 de Abril de 1993, El Camino Neocatecumenal puede responder a los desafíos del secularismo, las
sectas y la escasez de vocaciones: Ecclesia, Núm. 2632 (15 de Mayo de 1993), p. 31. La eclesiología del CN se entiende a la
luz de la eclesiología de comunión fecundada y propiciada por el Concilio Vaticano II, refrendada y confirmada en el Sínodo
extraordinario del ´85 y alentada y propuesta -de nuevo- por el Papa Juan Pablo II en su Carta apostólica Novo millennio
ineunte: “Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el
milenio que comienza” (nº 43).
encuentra la catequesis su origen, su lugar propio y su meta” (CC, nº 253). Esta
es la experiencia, también de las mismas Comunidades Neocatecumenales.
f) Dimensión mariológica
923
“Tenemos que aprender de nuevo a ver a la Iglesia en María y a María en la Iglesia. Porque ambos misterios de nuestra fe
están estrechamente vinculados y sólo si nos sumergimos en las profundidades de estos misterios verdaderamente cristianos,
podemos con alegría conocer lo que es nuestra propia santificación, nuestra vida espiritual... El grande amor capaz de
transformar al mundo, que la primitiva cristiandad profesaba hacia el misterio de la Iglesia-Madre, sólo se puede entender
partiendo del grande amor a la Madre terrena del Señor; y esto se debía a que en la primitiva Iglesia se conocía aún con mayor
claridad y entusiasmo este misterio bíblico, a saber, que la Palabra de Dios había dibujado la figura de María Virgen-Madre
como modelo y compendio de la Iglesia-Madre. Así se ve toda la vida de la Madre de Dios, desde el momento de su
Concepción Inmaculada hasta su bienaventurada Asunción, como modelo único del ser y del destino de la Iglesia y de nuestra
propia vida espiritual”. Cfr. K. RAHNER, María y la Iglesia, Ed, Mensajero, Bilbao 1957, pp. 6-7.
924
Cfr. R. BLÁZQUEZ, “María en el Camino Neocatecumenal”, en Transmitir el Evangelio de la verdad, p. 249.
925
En cinco momentos aparece, según el Camino Neocatecumenal, el paralelismo entre María y el cristiano- Iglesia:
Anunciación, gestación, nacimiento, familia de Nazaret y misión del Siervo de Yahvé. Para RICARDO BLÁZQUEZ la
´mariología` del Camino Neocatecumenal se puede resumir en “dos perspectivas: El paralelismo entre María y la Iglesia
comunidad y del arranque del itinerario neocatecumenal. En este instante,
aparece María en el horizonte que se abre delante de cada persona y de la
comunidad entera. El alcance apenas es comprendido entonces 926, sin embargo,
“después de unos años, afirma Kiko Argüello, de haber hecho la experiencia de
la Iglesia como Madre que te ayuda, que cuida de ti, te da la leche, te enseña a
hablar, a caminar, te muestra quién es tu padre, etc, al neocatecúmeno se le
presenta a María, la madre de Jesús, como madre suya, que Cristo le ha
entregado en la Cruz [...]. El amor a la Madre de Jesús nace en la Iglesia a causa
de la gestación que se realiza en el hacerse cristiano y no tiene su origen en la
necesidad psicológica de todo hombre hacia su madre. Allí donde se anuncia
verdaderamente a Jesús, se da siempre -por obra del Espíritu Santo- el
descubrimiento maravilloso y gozoso de María como Madre de Jesús y como
Madre nuestra” 927. También G. Zevini presenta este paralelismo de la armónica
simetría entre la experiencia de la Virgen de Nazaret y el Camino
Neocatecumenal: “María es el modelo de esta espiritualidad y de este renacer.
Igual que María cree en Dios sin comprenderlo todo, y a Él se abandona
totalmente, así todo creyente debe entregarse confiadamente a Dios en la fe.
Como a María se le hace el anuncio gozoso de que el Mesías nacerá en Ella y
ella contesta prontamente ´fiat`, y permite que el Espíritu la cubra con su sombra
y concibe al Hijo Jesús para después donárselo al mundo, así para todo
catecúmeno y para toda la Iglesia se vuelve a proponer el mismo itinerario de
vida. El Neocatecumenado es un tiempo en el que el Espíritu gesta en cada uno a
Jesús: con el anuncio del Salvador y con la relativa acogida del hombre, empieza
a generarse la semilla de la vida nueva y del bautismo, una ´nueva creatura`,
obra del Espíritu Santo... El anuncio hecho a María y al catecúmeno es el
kerigma: quien lo acoge queda fecundado por el Espíritu. El nacimiento de Jesús
en María y la ´vida nueva` en el catecúmeno son los frutos de esta acción del
Espíritu. Por esto María es la imagen ejemplar del catecúmeno. En Ella, se
prefigura la humanidad entera en su incesante itinerario hacia el Señor, hasta la
plenitud del último día; como Mará ´toda alma que cree, concibe y genera al
Verbo de Dios (San Ambrosio). El Neocatecumenado se presenta entonces como
un período de gestación en el seno de la Madre-Iglesia, que genera al hombre en
el bautismo, lo alimenta y lo educa hasta alcanzar la estatura del hombre nuevo,
nacido del Espíritu”928.
divisado desde el principio y constantemente recordado, y la acogida de María como Madre en el contexto de la etapa del
´Padre Nuestro` y en torno a una peregrinación al santuario de Loreto”. Cfr. Ibid., p. 272.
926
A lo largo del itinerario neocatecumenal, “en varios momentos del recorrido catecumenal transmite el catequista a los
catecúmenos el sentido de la persona y de la misión de María. A través de catequesis, celebraciones, ´escrutinios` de la
Escritura, cantos, oraciones, representaciones de la Virgen (por ejemplo, se ha difundido mucho el icono de la Virgen con el
Niño pintado por Kiko Argüello)... se recibe a María como Madre de Jesús y Madre nuestra”. Cfr. RICARDO BLÁZQUEZ,
Ibid., p. 246.
927
Cfr. “La Virgen María y el Camino Neocatecumenal”, en CARLOS GARCÍA ANDRADE, Presencia de María en los
movimientos eclesiales contemporáneos: Ephemerides Mariologicae (1986), Fasc. III-IV, vo. 36 p. 308; ver también, MARIO
PEZZI, “María nel cammino dellà comunità neocatecumenale”, en o. cit., pp. 119-123.
928
Cfr. “Il cammino neocatecumenale. Itinerario di madurazione nella fede”, en A. FAVALE, o. cit., p. 269.
El segundo momento, tiene que ver con una de las novedades y
aportaciones más creativas que el Neocatecumenado hace a la pedagogía y
dinámica catecumenal en cuanto tal929, nos referimos a la acogida de la Virgen
María como madre930, en el entre tiempo que va desde la entrega del Credo y la
segunda iniciación a la oración que tiene lugar con la entrega del Padre Nuestro.
En el Estatuto se dice que “en esta etapa los neocatecúmenos estudian
sistemáticamente cada una de las peticiones del Padrenuestro y temas sobre la
Virgen María: Madre de la Iglesia, Nueva Eva, Arca de la Alianza, Imagen del
Cristiano, etc” (SCN, art. 20, 3ª) 931, y, que “hacen una peregrinación a un
santuario mariano para acoger a la Virgen María como madre” 932. En la casa de
la Virgen de Nazaret, los neocatecúmenos serán iniciados a la oración mariana
por excelencia, recibiendo el Santo Rosario, “síntesis de todo el Evangelio”
(CCE, nº 971)933, que a partir de este momento, se rezará con asiduidad por parte
929
Aunque es una ´novedad`en la praxis catecumenal, no lo ha sido, a lo largo de la historia- en la ´piedad popular`; así lo
reconoce el Directorio sobre la piedad popular: “A lo largo de la historia de la piedad aparecen diversas experiencias,
personales y colectivas, de ´consagración-entrega-dedicación a la Virgen [...] Un conocido maestro de espiritualidad que
presenta dicha práctica es San Luis María Grignion de Montfort, ´el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por
manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo`. A la luz del testamento de Cristo (cf.
Jn 19,25-27), el acto de ´consagración` es el reconocimiento consciente del puesto singular que ocupa María de Nazaret en el
Misterio de Cristo y de la Iglesia, del valor ejemplar y universal de su testimonio evangélico, de la confianza en su intercesión
y la eficacia de su patrocinio, de la multiforme función materna que desempeña, como verdadera madre en el orden de la
gracia, a favor de todos y cada uno de sus hijos”. Cfr. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, Ed. B.A.C., Madrid 2002, nº 204. En el mismo documento, se sugiere
emplear, mejor, el término ´entrega` ´donación` que el de ´consagración`, por la comprensión equívoca de este último; en el
CN se habla de ´acogida`.
930
“Los neocatecúmenos son iniciados a hacerse pequeños y a vivir abandonados filialmente a la paternidad de Dios,
protegidos por la maternidad de María y de la Iglesia, y en la fidelidad al Sucesor de Pedro y al Obispo. A tal fin, antes de la
entrega del ´Padrenuestro`, los neocatecúmenos hacen una peregrinación a un santuario mariano para acoger a la Virgen
María como madre, profesan la fe en la tumba de S. Pedro y hacen un acto de adhesión al Santo Padre”. Cfr. SCN, art. 20, 3ª.
No es difícil constatar el ´deficit mariológico` en los documentos de pastoral catequética, no así en el Catecismo de la Iglesia
Católica que contiene una buena síntesis de mariología ( ver los nnº 484-507; 721-726; 963-972; 2673-2679), y donde se
afirma que “la piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano. La Santísima
Virgen ´es honrada con razón por la Iglesia con un culto especial. Y, en efecto, desde los tiempos antiguos, se venera a la
Santísima Virgen con el título de ´Madre de Dios`”(nº 971).
931
A. FUENTES sostiene que “el estudio, la celebración y la contemplación de la paternidad de Dios llevan la catecúmeno al
conocimiento de otro misterio: la Maternidad de María. ´Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a María por Madre`.
El itinerario de fe que ha de recorrer el catecúmeno tiene su correlato en el itinerario de fe que hubo de recorrer María [...]. La
fidelidad a la escucha de la palabra y al seguimiento de la Palabra de Dios, la gestación del hombre nuevo, la santificación de
su propia historia, la experiencia de la cruz, la docilidad a la voluntad del Padre; todo esto que María vivió en su andadura
mortal de forma tan sublime, es lo mismo que debe vivir el catecúmeno hasta conformarse con Cristo y engendrar en él un
hombre nuevo, Jesucristo mismo. María nos descubre a Cristo al que hemos de conformarnos de la manera más perfecta en
este camino de fe”. Cfr. El Neocatecumenado, pp. 109-110.
932
Cfr. G. SANTARELLI, “ Il santuario della Casa di Loreto. Note di storia e di arte”, en Maria nel Misterio del Verbo
Incarnato. Congreso Internazionale Mariologico (Loreto 22-25 marzo 1995): Theotokos. Roma 1995/2, pp. 641-645. En este
santuario de la Virgen, situado a orillas del Adriático se conserva la casita de Nazaret donde María recibió el anuncio del
ángel, traída según la tradición por los cruzados medievales. Loreto, cuyo VII centenario se celebró del 1994 al 1995, ha sido
y es uno de los grandes lugares de peregrinación de la Iglesia. Para un alcance de la presentación ´mariológica`que el CN hace
en esta etapa, ver R. BLÁZQUEZ, María en el Camino Neocatecumenal, en o. cit., pp. 245-260: “Con las siguientes palabras
anunció Kiko a una comunidad la vertiente mariana del tiempo del Padre Nuestro: ´En este tiempo del Padre Nuestro también
recibiréis un regalo maravilloso; no solamente ser hijos de Dios y tener al Padre de Jesucristo como nuestro Padre, sino
también a la Madre de Jesús como nuestra Madre. Haremos una peregrinación a Loreto donde está la pequeña casa de
Nazaret, y allí recibiréis del Obispo, en un rito bellísimo, a la Madre de Jesús como vuestra Madre. Os dirá: ´He ahí a tu
Madre, como dice en la cruz Jesús` (p. 261).
933
Ya he hecho -anteriormente- alusión a la importancia que esta ´entrega`tiene dentro del Neocatecumenado, y la aportación
que el CN hace a la pedagogía catequética para acertar a presentar e iniciar a los catecúmenos y neocatecúmenos en la oración
mariana que más profundamente a conformado el alma de los cristianos a lo largo de los siglos: “El rosario forma parte de la
mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente meditativa
de los neocatecúmenos, y tendrán a María como “la orante perfecta, figura de la
Iglesia. Cuando le rezamos, nos adherimos con ella al designio del Padre, que
envía a su Hijo para salvar a todos los hombres. Como el discípulo amado,
acogemos (cf. Jn 19, 27) a la Madre de Jesús, hecha madre de todos los
vivientes. Podemos orar con ella y a ella. La oración de la Iglesia está sostenida
por la oración de María” (CCE, nº 2679) 934.
y se corresponde de algún modo con la ´oración del corazón`, u ´oración de Jesús`, surgida sobre el humus del Oriente
cristiano”. Cfr. JUAN PABLO II, Rosarium Virginis Mariae, nº 5. El Papa, vuelve a proponer el rezo del rosario en familia:
“La familia que reza unida el rosario reproduce un poco el clima de la casa de Nazaret: Jesús está en el centro, se comparten
con él las alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza
para el camino” (nº 41). También en el nuevo Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, se resalta la ´singularidad`de
esta oración: “El Rosario o Salterio de la Virgen es una de las oraciones más excelsas a la Madre del Señor. Por es o, los
´Sumos Pontífices ha exhortado repetidamente a los fieles a la recitación frecuente del santo Rosario, oración de impronta
bíblica, centrada en la contemplación de los acontecimientos salvíficos de la vida de Cristo, a quien estuvo asociada
estrechamente la Virgen Madre. Son numerosos los testimonios de los Pastores y de hombres de vida santa sobre el valor y
eficacia de esta oración” (nº 197).
934
Para una comprensión completa de la ´mariología del Neocatecumenado` hay que acercarse a las letras de los
´cantos`dedicados a la Virgen, ellos contienen una verdadera fundamentación bíblica y dogmática de la figura de María.
g) Dimensión sacramental
938
Y el RICA pide que “toda la iniciación debe manifestar con claridad su carácter pascual” (nº 8). Ver para una mayor
ampliación, Cardenal SCHÖNBORN, “La catequesis y los sacramentos de la Iglesia”, en A. CAÑIZARES - M. DEL
CAMPO, o. cit., pp. 187-207. Para el Cardenal “sólo el Misterio Pascual da origen al ´orden sacramental de salvación` (p.
196). Ver en esta perspectiva, Asociación Española de Profesores de Liturgia, El Misterio Pascual en la Liturgia, Ed, Ega,
Bilbao 2002.
939
Durante las catequesis iniciales, después del anuncio del Kerigma, tiene lugar la primera celebración sacramental del
Neocatecumenado, “la conversión es sellada por la celebración de la Penitencia, según el rito de la reconciliación de varios
penitentes, con confesión y absolución individual. Este sacramento, celebrado periódicamente, sostendrá el camino de
conversión de las personas y de la comunidad”. Cfr, SCN, art 9,1ª. KIKO ARGÜELLO en la intervención que tuvo durante la
Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Penitencia y la reconciliación, presentaba así la praxis de este Sacramento en el
Neocatecumenado: “En el camino de conversión, el Sacramento de la Penitencia viene a sellar las etapas del crecimiento de la
vida espiritual, vivimos en continua conversión y la confesión nos ayuda en el crecimiento de esa vida divina, esa vida eterna,
dentro de nosotros”. Cfr. El camino neocatecumenal en los discursos de Pablo VI y Juan Pablo II, Centro Neocatecumenal de
Madrid, 1995 pp. 230-231. Para R. BLÁZQUEZ “es un hecho acreditado en las comunidades neocatecumenales que en el
interior del proceso de fe y de conversión hacia el bautismo se recupera con vigor el sacramento de la conversión, de la
penitencia. Según el testimonio de los presbíteros, las comunidades han fortalecido decisivamente la celebración del
sacramento en sus parroquias, e incluso a veces la han rescatado del olvido”. Cfr. Comunidades neocatecumenales, pp. 37-38.
940
Cfr. H. SCHÜRMANN, ¿Cómo entendió y vivió Jesús su muerte?, Ed, Sígueme, Salamanca 1982; del mismo autor,
Palabras y acciones de Jesús en la última cena: Concilium 40 (1968), pp. 629-640. Para mayor profundización, ver D.
BOROBIO, Eucaristía, Ed, B.A.C., Madrid 2000.
941
“Dicha celebración, preparada por oportunas catequesis, ayuda a redescubrir el esplendor pascual resaltado por el Concilio
Vaticano II y a experimentar la comunión entre los hermanos. En efecto, ´no es posible que se forme una comunidad cristiana
admiración en esta convivencia por la forma celebrativa recién estrenada y por la
participación plena y activa experimentada. La celebración de la Eucaristía será
uno de los pilares en los que se sustentará todo el recorrido neocatecumenal, “la
Eucaristía es esencial al Neocatecumenado, en cuanto Catecumenado
postbautismal, vivido en pequeña comunidad. La Eucaristía, en efecto, completa
la iniciación cristiana (SCN, art. 13&1)”.
h) Dimensión moral
si no tiene como raíz y como centro la celebración de la sagrada Eucaristía, por la que debe, consiguientemente, comenzarse
toda la educación que tiende a formar el espíritu de comunidad`. La celebración de la Eucaristía acompañará a la comunidad
durante todo el itinerario”. Cfr. SCN, art. 9, 3ª. Ver. P. FARNÉS, La celebración eucarística en pequeños grupos, pp. 281-
295.
imprescindible la ejercitación en las actitudes evangélicas 942, o dicho con otras
palabras, descubrir a los catecúmenos cómo se vive la vida nueva en Cristo 943. La
catequesis, que busca vincular a los catequizandos con Cristo, debe entrenarlos
en aquellas actitudes más propias del Maestro. De este modo, el adulto
“emprende un camino espiritual por el que, participando ya por la fe del misterio
de la muerte y de la resurrección, pasa del hombre viejo al hombre nuevo
perfecto en Cristo” (AG, nº 13).
En las orientaciones que nos ofrecen los documentos de pastoral catequética para
enfocar esta tarea de la catequesis, se afirma con claridad que la vida de los
catequizandos ha de ser confrontada con las Bienaventuranzas y el Decálogo: “El
Sermón del Monte es referencia obligada en la tarea catequética de iniciar en la
vida evangélica. Representa la enseñanza moral más importante de Jesús, con la
que -como nuevo Moisés- da al Decálogo de la Alianza su sentido pleno y
definitivo”945, se pide que se saquen las consecuencias necesarias para la vida
942
Los Obispos hacen una clara y comprensible fundamentación de esta tarea en CA, nnº 185-190. “El seguimiento de Jesús
es ante todo, dejarse cautivar por Alguien que está vivo y como fruto de esa vinculación personal, trata de actualizar en nuestra
vida los valores y actitudes que El vivió. Es, en otras palabras, la introducción progresiva en la misma experiencia de San
Pablo: ´ya no vivo yo: es Cristo quien vive en mi`”. Cfr. CA, nº 124. Para el Directorio, “la evangelización, ´que comporta el
anuncio y la propuesta moral`difunde toda su fuerza interpeladora cuando, junto a la palabra anunciada, sabe ofrecer también
la palabra vivida. Este testimonio moral, al que prepara la catequesis, ha de saber mostrar las consecuencias sociales de las
exigencias evangélicas”. Cfr. DGC, nº 85c.
943
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, los cristianos “incorporados a Cristo por el bautismo (cf Rom 6,5) , están
´muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús` (cf Rom 6,11), participando así en la vida del Resucitado (cf. Col 2,12).
Siguiendo a Cristo y en unión con él (cf Jn 15,5), los cristianos pueden ´ser imitadores de Dios, como hijos queridos y vivir en
el amor` (cf Ef 5,1), conformando sus pensamientos, sus palabras y sus acciones con los ´sentimientos que tuvo Cristo` (cf Flp
2, 5) y siguiendo sus ejemplos (cf Jn 13, 12-16)” [nº 1694]. La Tercera parte del Catecismo desarrolla ´la vida de la fe`:
“presenta el fin último del hombre, creado a imagen de Dios: la bienaventuranza, y los caminos para llegar a ella: mediante un
obrar recto y libre, con la ayuda de la ley y de la gracia de Dios (Primera sección); mediante un obrar que realiza el doble
mandamiento de la caridad, desarrollado en los diez Mandamientos de Dios (Segunda sección)” [nº 16]. Ver P. BENOIT, “La
fe transmitida, celebrada, vivida y orada en el Catecismo de la Iglesia Católica”, A. CAÑIZARES - MANUEL DEL CAMPO,
o. cit., pp. 301-319. Ver también, J. ROMÁN FLECHA, “La teología moral en el nuevo Catecismo”, en OLEGARIO G. DE
CARDEDAL - JUAN A. MARTÍNEZ, o. cit., pp. 152-179, y Teología Moral de la Persona, Ed, B.A.C., Madrid 2002.
944
En palabras de nuestros Obispos, “no es suficiente presentar a los adultos unas actitudes evangélicas aisladas. Es preciso
ofrecerles un marco referencial moral, desde donde poder juzgar cristianamente la propia vida, los acontecimientos y las
situaciones. Este marco incluye una moral fundamental y la oferta de un estilo coherente de vida cristiana, con las
implicaciones sociales que ésta lleva”. Cfr. CA, nº 186. En la Instrucción pastoral de la CEE, La verdad os hará libres, Ed,
Edice, Madrid 1990, el episcopado español recoge los aspectos más importantes que debe asumir esta iniciación a la moral
fundamenta (nnº 36-51). Ver E. JIMÉNEZ, Moral Eclesial, Ed, DDB, Bilbao 1989; L. MELINA, El actuar moral del hombre,
Ed, Edicep, Valencia 2001.
945
Cfr. CA, nº 188. Ya en 1983, nuestros Obispos afirmaban que “una iniciación en la vida evangélica, en este estilo de vida
nuevo, ´que no es más que la vida en el mundo, pero una vida según las bienaventuranzas`(CT, 29). Esta educación en las
actitudes específicamente cristianas deberá mostrar ´las consecuencias específicas de las exigencias evangélicas`(CT, 29), y
señalaban las ´lagunas`que en esta tarea catequética se estaban dando: “La educación de la dimensión axiológica de la fe, por
social, las actitudes evangélicas del creyente “deben manifestarse con sus
consecuencias sociales” (AG, nº 13)946. Efectivamente, a la luz de estas
orientaciones, se percibe con mayor claridad cómo la institución del
Catecumenado se convierte hoy en un espacio verdaderamente imprescindible
para la formación moral de los creyentes 947, porque nos podemos preguntar:
¿Dónde se forma hoy la conciencia moral de los cristianos? ¿Qué instituciones
ayudan a personalizar los contenidos objetivos de la moral cristiana de un modo
integral y gradual? ¿Son suficientes las actuales mediaciones (familia, escuela,
parroquia), y los contenidos que se dan en el marco de transmisión catequética
que la Iglesia ofrece hoy, fundamentalmente a los niños, y ya con escasa
influencia entre los jóvenes?
Teniendo presente en el horizonte estos interrogantes, una vez que hemos visto
cómo ha de ser planteada y transmitida esta tarea constitutiva de la catequesis,
nos queremos preguntar: ¿Cómo es presentada esta dimensión en el
Neocatecumenado? ¿ De qué forma son iniciados los neocatecúmenos en la
dimensión moral esencial de la catequesis? ¿Cuál es el contenido de las
catequesis morales que se imparten en el itinerario neocatecumenal y en qué
tiempos y momentos se transmiten?
948
La conversión, el cambio moral, la transformación mental, cordial y social en el hombre no se realiza de hoy para mañana,
se necesita, tiempo, paciencia y gracia. Nuestros Obispos afirman que “ese cambio progresivo de sentimientos y costumbres
(AG, 13), esa iniciación en el ejercicio de las costumbres evangélicas (AG, 13) implica una lenta transformación de las
actitudes y valores del catecúmeno. Esta es seguramente la principal razón de que todo el proceso catequético haya de ser un
periodo ´suficientemente prolongado` de formación y noviciado de la vida cristiana”. Cfr. CC, nº 88b.
949
El Papa Juan Pablo II en 1994 reconocía la síntesis lograda entre Kerygma-Moral-Liturgia que el CN había hecho: “Tenéis
el mérito de haber redescubierto una predicación kerigmática, que invita a la fe también a los alejados [...] En el centro de ese
recorrido de fe se encuentra una fecunda síntesis entre predicación, cambio de vida moral y liturgia”. Cfr. Un ejemplo de nueva
evangelización: L´Osservatore Romano (21 de enero de 1994), p. 20. En el Estatuto, el CN viene reconocido como “un
itinerario de formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos de hoy”. Cfr. SCN, art. 1&1.
950
Para un acceso al contenido moral de las catequesis en los cuatro primeros siglos, ver , JEAN DANIELOU - R. DU
CHARLAT, “La catequesis moral antigua”, en o. cit., pp. 115-158. Cuando estos autores, se preguntan “¿En qué consistía esta
catequesis moral?, afirman, que, en un sentido muy amplio y fundamental es la que tiende a poner la vida concreta de un
hombre de acuerdo con la fe a la que se adhiere. Profesar a Jesucristo quiere decir cambiar de vida. Es la conversión. En este
sentido, el aspecto moral - es decir, vital- de la catequesis es siempre un elemento esencial” (p. 115).
951
R. BLÁZQUEZ sostiene que la “respuesta de la fe es inseparable de la conversión; es decir, reconocer a Dios como tal
significa que su voluntad presida las actitudes, el comportamiento y los criterios de orientación moral. ´Convertíos y creed en
anuncio del Kerygma pone siempre al hombre ante la decisión de cambiar de
vida. Cuando la conversión se da en el corazón del que escucha, la liturgia y los
sacramentos sellan la conversión iniciada por el Espíritu. Este esquema atraviesa
todo el Neocatecumenado que tiene como finalidad conducir al neocatecúmeno a
la madurez de la fe, que consiste en el “despojamiento del hombre viejo con sus
obras, y en el revestimiento del hombre nuevo, que se va renovando hasta
alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador” (cf. Col.
3,4)952.
Pero, ¿cuáles son los aspectos que más se resaltan en las catequesis de contenido
moral que se presentan a los neocatecúmenos a lo largo del Neocatecumenado?
De un modo esquemático voy a resaltar los siguientes:
el Evangelio`es la invitación íntegra y consecuente con el anuncio de la Buena Noticia (cf. Mc 1,14-15; Hch 2,37s.). Cfr.
Catecumenado en la Iglesia, p. 25.
952
El autor de la Carta a los Colosenses, en el capítulo tercero, describe de modo admirable, en qué consiste la ´conversión
moral` en la vida del cristiano; esta comienza en el Bautismo, que ´injerta`al cristiano en el Misterio Pascual de Cristo y le
hace partícipe ya de su misma Vida glorificada. Las ´notas` de la Biblia de Jerusalén, contienen un verdadero compendio de
teología moral: “El cristiano, unido a Cristo por el bautismo, 2,12, participa ya realmente de su vida celestial, pero esta vida es
espiritual y oculta, y no llegará a ser manifiesta y gloriosa sino en la Parusía” (cf. Nota de Col 3,4); “La muerte y resurrección,
realizadas por el bautismo de manera instantánea y absoluta en el plano místico de la unión con Cristo celeste, deben realizarse
de forma lenta y progresiva en el plano terrestre del viejo mundo en el que sigue sumergido el cristiano. Muerto ya en
principio, debe morir de hecho, ´dando muerte` día a día ´al hombre viejo` pecador que vive en él” (cf. Nota de Col 3,5); “El
hombre creado ´a imagen de Dios`, se perdió buscando el conocimiento del bien y del mal fuera de la voluntad divina. Desde
entonces, convertido en esclavo del pecado y de sus apetencias, se convirtió en el ´hombre viejo` condenado a morir. el
´hombre nuevo`, re-creado en Cristo, que es imagen de Dios, vuelve a encontrar la rectitud anterior y el verdadero
conocimiento moral” (cf. Nota Col 3,10).
953
Así comprende san Pablo la existencia cristiana: el hacer previo de Dios (´habéis sido santificados, liberados, amados`:
indicativo divino), al que sigue el hacer correspondiente al hombre (´sed santos, sed libres, amad como habéis sido amados`:
imperativo cristiano). Cfr. R. SCHACKENBURG, El mensaje moral del Nuevo Testamento II, Ed, Mensajero, Barcelona
1991.
954
Cfr. Las Comunidades Neocatecumenales, p. 46. Ya el Papa Pablo VI, ante las acusaciones que llegaban a la Curia romana
en el sentido de que en las Comunidades Neocatecumenales había una ausencia de implicaciones sociales, les decía: “Vosotros
hacéis apostolado sólo siendo lo que sois”. Cfr. Audiencia, 8 mayo 1974, en Notititae, 95-96 (1974), p. 230. Es decir, la
comunidad cristiana, por el simple hecho de su existencia, ya es fermento de humanidad nueva y signo-sacramento de
salvación para el entorno social en el que vive inmersa.
c) El Neocatecumenado es un tiempo necesario para gestar en la fe y en la
conversión. Los neocatecúmenos emprenden un camino espiritual en el que
participan ya - por la fe- del misterio de la muerte y resurrección, y pasan de la
vieja condición humana a la nueva del hombre perfecto en Cristo. Este tránsito,
que lleva consigo un cambio progresivo de sentimientos y costumbres, tiene sus
consecuencias y concreciones en la vida personal, familiar, laboral y social de los
neocatecúmenos. Pero siendo el mismo Señor en quien han confiado, blanco de
contradicción, ellos mismos experimentan con frecuencia rupturas y
separaciones, pero también gozos que Dios concede sin medida (cf. RICA, nº
19).
956
En el Decreto conciliar Apostolicam actuositatem ya se afirma que “la vocación cristiana es, por su misma naturaleza,
vocación también al apostolado”, y que “como lo propio del estado seglar es vivir en medio del mundo y de los negocios
temporales, Dios llama a los seglares a que, con el fervor del espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera de
fermento” (nº 2). En este Decreto se ponen los ´fundamentos del apostolado seglar` (nº 3), de ´la espiritualidad seglar en
orden al apostolado` (nº4), y los ´fines que hay que lograr` (nnº 5-8). A la luz de los principios y orientaciones que en este
Decreto nos encontramos; a la luz, también de la renovada comprensión de la ´dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-
misterio`, tal y como aparecen en Christifideles laici, nnº 8-17; y de la fundamentación para ´la participación de los fieles
laicos en la vida de la Iglesia-comunión` (nnº 18-31), es como hay que plantear la ´identidad y la presencia y relevancia`social
de las Comunidades Neocatecumenales. El Camino Neocatecumenal es una modalidad de iniciación cristiana, no es un
movimiento apostólico; sin embargo en la medida en que es un itinerario de formación, a lo largo del Neocatecumenado se
inicia y ´forma` a los neocatecúmenos para vivir una espiritualidad encarnada y unificada en Cristo, en la Iglesia y en el
mundo, que supere el ´divorcio existencial`en el que viven no pocos bautizados y que el Papa Pablo VI definió como el
´drama de nuestro tiempo`, es decir “la ruptura entre Evangelio y cultura” (EN, nº 20), la
ruptura entre fe y vida, entre liturgia y existencia. Transcurrido un tiempo en el
Neocatecumenado, los neocatecúmenos adquieren una conciencia clara de que “el campo
propio de su acción evangelizadora es el mundo vasto y complejo de la política, de lo social,
de la economía y también de la cultura, de las ciencias y de las artes, etc”, y en esos ambientes
intentan vivir como cristianos laicos, ser Iglesia en el mundo. Cfr. CEE, Los cristianos laicos. Iglesia
en el mundo, Ed, Paulinas, Madrid 1992, nº 27.
957
El Papa Juan Pablo II sostiene que “no es exagerado decir que toda la existencia del fiel laico tiene como objetivo el
llevarlo a conocer la radical novedad cristiana que deriva del bautismo, sacramento de la fe, con el fin de que pueda vivir sus
compromisos bautismales según la vocación que ha recibido de Dios”. Cfr. Christifideles laici, nº 10.
958
Según nuestros Obispos, “la comunidad eclesial es, en sí misma, un hecho público. La vida de la comunidad eclesial, en
todas sus manifestaciones, es ya un hecho público. Y la acción pública de la comunidad eclesial es responsabilidad de todos
sus miembros: supone y exige comunión, diálogo, discernimiento comunitario. Pues sólo la comunidad que escucha la palabra
puede anunciarla; sólo una comunidad que se renueva en sus miembros, y en sí misma, puede renovar la humanidad; sólo una
comunidad unida puede convocar a la unidad a la gran familia humana”. Cfr. CEE, Los cristianos laicos. Iglesia en el mundo,
nº 56. Ver la distinción entre ´presencia de los laicos, presencia pública de los laicos y presencia pública de la Iglesia`, nº 46.
como parte integrante de la iniciación cristiana, los neocatecúmenos participan en
los diferentes servicios eclesiales, según la vocación de cada uno” (SCN, art.
17&4)959.
i) Dimensión antropológica
959
En esta iniciación a la misión “los neocatecúmenos colaboran activamente en la evangelización y en la edificación de la
Iglesia ante todo siendo lo que son: su propósito de vivir de modo auténtico la vocación cristiana se traduce en un testimonio
eficaz para los demás, en un estímulo al redescubrimiento de valores cristianos que podrían de otro modo quedar ocultos” (art.
17&2); también en el art. 20, 2ª: “La Iglesia entrega a los neocatecúmenos el Credo (´Traditio Symboli`) y les envía a
predicarlo, de dos en dos, por las casas de la parroquia... y lo restituyen a la Iglesia (´Redditio Symboli`), confesando se fu y
proclamando el Credo solemnemente ante los fieles, durante la Cuaresma”.
Se ha tildado, en alguna ocasión, de “pesimista” la concepción antropológica que
se tiene en el Camino Neocatecumenal960, y de que la visión del hombre que se
imparte en las catequesis se aleja de la antropología bíblica y conciliar. ¿Es esto
así? ¿En qué comprensión antropológica se educa en el Neocatecumenado?
¿Dónde se fundamenta? ¿Qué contenidos se transmiten? En responder a estos
interrogantes me detengo ahora, para señalar los núcleos de teología
antropológica más sobresalientes en este itinerario de iniciación cristiana.
960
Así la define E. COLLADO cuando afirma que “Kiko concibe al hombre como caído, siempre rebosante de
pecaminosidad, decidido a fabricarse su historia lejos de Dios, sumergido en una desobediencia radical y orgullosa, cargado de
juicios contra el otro, enemigo de su hermano, sexualmente pervertido [...] Se trata de una antropología bastante alejada de la
propugnada por el Vaticano II, donde se presenta al hombre sumergido también en la victoria del Resucitado. Es una
antropología divergente de la presentada concretamente por la Constitución Gaudium et Spes. Distante también de la
antropología bíblica, cuando a ella se aplican los principios de la Constitución Dei Verbum”. Cfr. El “Camino
Neocatecumenal” (los “kikos”). ¿Qué antropología? ¿Qué teología? ¿Qué moral?, p. 309. De esta misma comprensión
crítica respecta al Camino Neocatecumenal, participa también JUAN JOSÉ TAMAYO, quien en su última publicación afirma
que “el movimiento neocatecumenal suele pasar por la historia como por las brasas, sin apenas tocarla. Posee una concepción
pesimista del ser humano y tiene una visión negativa del mundo”, en Adiós a la cristiandad. La Iglesia Católica española en
la democracia, Ediciones B, Barcelona 2003, p. 148.
961
En un intento de desarrollar sistemáticamente la teología antropológica contenida en las catequesis 6ª y 7ª de la ´fase
kerigmática`, EMILIANO JIMÉNEZ publicó dos libros: ¿Quién soy yo?, Ed, DDB, Bilbao 1990, y ¡¿Dios?! !¿Para que?¡,
Ed, DDB, Bilbao 1991.
962
La antropología teológica encuentra su último y primer fundamentado en la comprensión cristológica, “de hecho, como es
sabido, las primeras tomas de postura de la fe de la Iglesia sobre la condición humana, se hacen no en un contexto
antropológico, sino cristológico [...] La categoría bíblica imagen de Dios, al menos si se la contempla complexivamente -no
sólo en su versión veterotestamentaria, sino también desde la lectura que Pablo hace de ella, formula esta respectividad
recíproca Dios-hombre, hombre-Dios. Ambos se encuentran frente a frente, se tratan de tú a tú y se vinculan finalmente en
Jesús el Cristo. O lo que es equivalente: la antropología cristiana ha de nutrirse de la ´sospechosa` cristología; la cristología ha
de alumbrar el horizonte de comprensión del discurso antropológico”. Cfr. J.L. RUÍZ DE LA PEÑA, “Jesucristo y la
comprensión del hombre”, en AA. VV., Salvador del mundo, Ed, Secretariado Trinitario, Salamanca 1997, pp. 135-136.
amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la
sublimidad de su vocación [...] Cordero inocente, con la entrega libérrima de su
sangre nos mereció la vida. En Él Dios nos reconcilió del diablo y del pecado,
por lo que cualquiera de nosotros puede decir con el apóstol: El Hijo de Dios me
amó y se entregó a sí mismo por mi (cf. Gál 2,20). Padeciendo por nosotros, nos
dio ejemplo para seguir sus pasos y, además, abrió el camino, con cuyo
seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido” (GS, nº
22)963. A la luz de este texto, descubrimos que “Jesús, el Hombre Nuevo, nos
revela en sí mismo, lo que es el hombre” (CC, nº 180a).
963
Para el profesor E.BONETE, “los parágrafos del 10 al 18 de Gaudium et spes exponen sin duda la base antropológica que
subraya la predicación del Kerigma en el Camino Neocatecumenal, ya desde las primeras catequesis de los años sesenta.
Aquellos textos conciliares ilustran magistralmente cuál es la situación existencial de todo hombre. Y por otro lado, el n. 22
nos expresa el ´hombre nuevo`, los frutos liberadores de la resurrección de Cristo”. Cfr. Reflexiones sobre la relación entre el
“Camino Neocatecumenal” y el concilio Vaticano II, p. 550.
964
El teólogo OLEGARIO G. DE CARDEDAL sostiene que en relación con el anuncio del kerygma “nos encontramos con
uno de los hechos más originales de la experiencia cristiana, frente a la normal experiencia humana. Lo primero no es el
descubrimiento del pecado, luego el otorgamiento del perdón y finalmente la experiencia del amor de Dios. El camino es
exactamente el contrario. El pecado sólo es directamente recognoscible y real desde la experiencia de Dios, y sólo desde el
encuentro y relación, amor y adhesión a él, aparece el pecado como una relación rota y un amor traicionado, una lealtad
olvidada y una alianza fallida. En la cruz de Cristo éste se entrega desvalido, perdonando a quienes lo ofenden y otorgando la
vida - el cielo - a quienes le infligen la muerte”. Cfr. La entraña del cristianismo, p. 595.
965
Según nuestros Obispos “el hombre, al que Jesús se acerca es el hombre centrado y encerrado en sí mismo, incapaz de
justificar su origen, su existencia y su destino a partir de sus propias fuerzas. Es el hombre herido en su integridad desde sus
orígenes que yace a la orilla del camino (ver la parábola del Buen Samaritano: Lc 10,29-37), la oveja errante sin pastor (ver,
Mc 6,34), el ciego que mendiga al borde del itinerario de Jesús (ver curación de Bartimeo: Mc 10,46-52). Jesús ofrece a este
hombre la misericordia y el perdón del Padre, lo ´erige`, lo alza sobre sus pies, lo introduce en el ritmo de su propio caminar,
lo reintegra, lo ´re- crea`en su integridad perdida (ver GS, 13.22)”. Cfr. CC, nº 180b.
966
Para una presentación ´sistemática`de las consecuencias del pecado en cuanto separación de Dios, raíz de las alienaciones,
de la idolatría y el desorden, ver JUAN PABLO II, Libertad cristiana y liberación, Ed, Paulinas, Madrid 1986, nnº 37-42.
967
Cuando se le pregunta a KIKO ARGÜELLO ¿qué visión del hombre entraña su misión?, este responde del siguiente
modo: “San Pablo dice que Dios ha querido que la salvación del mundo se realizase por medio de la necedad de la predicación.
como se entiende, explica y desarrolla la dimensión antropológica en las
catequesis que se imparten a lo largo del itinerario neocatecumenal.
El evangelio es fundamentalmente una noticia ante la cual no podemos quedar indiferentes, hay que hacer una opción. La
Carta a los Hebreos afirma que “de la misma manera que los hijos participan de la misma carne y sangre, también participó Él
de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir al Diablo, y libertar a cuantos, por el temor a la
muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud” (Hb, 2,14-15). Aquí hay una antropología bíblica impresionante, que es el
contenido de aquello que nosotros predicamos”. Cfr. “Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal”, en PAUL
JOSEF CORDES, Signos de esperanza, Ed, San Pablo, Madrid 1998, p. 28. La síntesis teológica de la comprensión
antropológica de Kiko Argüello, se fundamenta en Gn 2-3: el hombre ha sido creado por Dios a su imagen y semejanza y ha
sido llamado a la libertad y al amor en la comunión con Dios; el Demonio “tomando ocasión por medio del precepto” (cf. Rom
7,11;), ha seducido al hombre, y este ha experimentado -en la desobediencia-, el pecado y la muerte (cf. Sb 2,23-24), “porque
el salario del pecado es la muerte” (cf. Rom 6,23), ha experimentado la ´muerte óntica`, la muerte del ser; y a partir de ese
momento, el hombre en el cual habita el pecado, está condenado a vivir para sí mismo (cf. Rom 7,14-24). La gran novedad del
cristianismo, - afirma Kiko- es que anuncia como Buena Noticia la victoria de Cristo sobre la muerte. “Jesucristo ha destrui do
el pecado en la carne muriendo por nosotros, y ofrece al hombre, en su resurrección y
ascensión al cielo para interceder por nosotros, la posibilidad, mediante el anuncio de esta
noticia, de tener una vida nueva en el Espíritu Santo que Él nos envía desde el cielo [...] Morir
con Cristo, hacer morir sacramentalmente al yo cosmológico para resurgir con Cristo a vida
nueva. ´Cristo ha muerto por todos, para que quienes viven ya no vivan para sí mismos`, dice
san Pablo. Esta es la antropología bíblica” (ibid., pp. 30-31). Para una profundización en la
comprensión de la antropología bíblica, ver HANS WALTER WOLFF, Antropología del Antiguo
Testamento, Ed, Sígueme 1975; JUAN L. RUÍZ DE LA PEÑA, Imagen de Dios. Antropología teológica fundamental, Ed, Sal
Terrae, Santander 1988.
968
Así lo proclama, en un tono catequético, el Papa Juan Pablo II: “¡El hombre es amado por Dios! Éste es el simplicísimo y
sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben
hacer resonar este anuncio: ¡Dios te ama, Cristo ha venido por ti; para ti Cristo es ´el camino, la verdad y la vida`!”. Cfr.
Christifideles laici, nº 34. Ver, J. RATZINGER, “Jesucristo, hoy”, en AA. VV., Salvador del mundo, pp. 305-325.
969
Para nuestros Obispos “toda presentación y comprensión de la fe cristiana, que no tenga en cuenta el estado del hombre
caído y lo irremediable de este estado sin la intervención gratuita y amorosa de Dios, falsea la auténtica doctrina de fe acerca
del hombre, y por tanto, contribuye a erosionar la identidad de nuestros cristianos”. Cfr. CC, nº 181. Para una profundización,
ver en el CCE, nnº 385-420.
convicción y la experiencia de que la persona cuando acoge la Buena Noticia
comienza a gestar dentro de sí una “vida nueva” 970, que necesitará un tiempo de
embarazo -como es el Neocatecumenado- para llegar a alumbrar el hombre
nuevo “creado según Dios” (cf. Ef 4,24)971. En el Estatuto se dice que “el último
día de la convivencia se proclama el Sermón de la Montaña, diseño del hombre
nuevo, y se presenta el itinerario neocatecumenal como un camino de
gestación”972, a imagen de la Santa Virgen María. En este sentido, aparece bien
presentada esta dimensión, tal y como lo sugieren los Obispos: “Puede decirse
que, a través de la catequesis de la Iglesia, el Espíritu Santo, ´Señor y dador de
vida`, está desarrollando en los adultos bautizados la vida nueva de los hijos de
Dios, hasta hacerla adulta. La Iglesia, fecundada por el Espíritu, se realiza como
Iglesia igual que una madre: concibiendo, gestando, alumbrando nuevos hijos de
Dios. Y, como una madre, aspira a que la vida que transmite alcance en sus hijos
una madurez que, configurados cada vez más a Jesucristo, lleguen a ser testigos
fieles del Evangelio en medio del mundo” (CA, nº 110).
El Espíritu Santo, como don de Cristo a sus discípulos, hace del cristiano
una criatura nueva. Por ello, la novedad cristiana es, ante todo, una vida nueva; es
el desarrollo dinámico -catecumenal- del nuevo ser dado al hombre por Cristo
mediante el Espíritu973. El cristiano es el nuevo ser “renacido del agua y del
Espíritu” (cf. Jn 3,5). Renovar el bautismo y participar del Espíritu Santo en la
vida de la comunidad es conocer esta nueva vida. Pues el Espíritu, con la nueva
vida, da al cristiano una mentalidad nueva (cf. Rom 8,9-17; Ef. 4,23-24)974.
970
La teología antropológica del IVº Evangelio acentúa esta perspectiva: “Pero todos los que la recibieron les dio poder de
hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (cf. Jn 1,12); “El que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el
Reino de Dios. Lo nacido de la carne es carne, lo nacido del Espíritu, es espíritu” (cf. Jn 3,5-6).
971
En la nota de la Biblia de Jerusalén a este versículo se dice que “todos los hombres deben revestirse del ´Hombre Nuevo`,
Ef, 2,15, para ser en él re-creados (cf. Gal 3, 27; Rom 13,14). En otros lugares Pablo habla en este sentido de ´nueva creación`,
2 Cor 5,17".
972
Esta ´gestación` se vivirá en el seno de la pequeña comunidad neocatecumenal que tiene como modelo a la Sagrada
Familia de Nazaret, “lugar histórico donde el Verbo de Dios, hecho Hombre, se hace adulto creciendo en ´sabiduría, edad y
gracia` (cf. Lc 2,52)”. Cfr. SCN, art 7&2. Los SS. Padres asimilan, frecuentemente, la formación catecumenal a una gestación
de la Iglesia, que da a luz a sus hijos en la pila bautismal , perspectiva que también ha hecho suya el Concilio en LG, nº 64:
“La Iglesia se hace Madre por la palabra de Dios, fielmente recibida. En efecto, por la predicación y el bautismo engendra para
la vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios”.
973
“El Resucitado envía ese Espíritu de Dios para transformar a sus discípulos en hombres nuevos y capacitarlos para vivir
como hermanos en la comunidad de la Iglesia”. Cfr. CC, nº 182.
974
La experiencia de transformación pneumatológica, es la que posible que la moral sea enseñada teniendo en cuenta “que las
posibilidades concretas del hombre son las del hombre liberado por Cristo; la moral cristiana, por tanto, ha de hablar de la
situación de pecado original y de la regeneración bautismal que la supera y posibilita la vida moral”. Cfr. Nota sobre la
enseñanza de la Moral, nº 12.
975
Para JUAN PABLO II, “el pecado del hombre, es decir su ruptura con Dios, es la causa radical de las tragedias que marcan
la historia de la libertad [...] Esta es la naturaleza profunda del pecado: el hombre se desgaja de la verdad poniendo su voluntad
experiencia de la muerte; ha gustado existencialmente a qué conduce el pecado
(cf. Sant 1,15). El pecado destruye al hombre por dentro. Esta situación del
hombre pecador es presentada en las catequesis neocatecumenales con todo su
realismo existencial, con una clara influencia de la teología paulina; pero este
realismo paulino con que se presenta en las catequesis neocatecumenales la
realidad del pecado, no lleva al pesimismo protestante, sino a la efusión exultante
de la acción de gracias a Jesucristo, que nos ha liberado de la muerte y del
pecado (cf. Rom 7,25). La actitud de amor y la gratitud a Dios son
proporcionales a la conciencia del perdón gratuito otorgado.
por encima de ésta. Queriéndose liberar de Dios y ser él mismo un dios, se extravía y se destruye. Se autoaliena” Cfr. Libertad
cristiana y liberación, nº 37.
976
“La libertad traída por Cristo en el Espíritu Santo, nos ha restituido la capacidad -de la que nos había privado el pecado- de
amar a Dios por encima de todo y permanecer en comunión con El. Somos liberados del amor desordenado hacia nosotros
mismos, que es la causa del desprecio al prójimo y de las relaciones de dominio entre los hombres”. Ibid, nº 53.
977
Según nuestros Obispos, “al revelarnos lo que es el hombre, Jesús nos ha mostrado también el camino que hay que
recorrer para alcanzar la plena realización humana. El cristiano lo acepta cuando confiesa su fe: ´Jesús nos dio su
mandamiento nuevo de que nos amáramos los unos a los otros como El nos amó. Nos enseñó el camino de las
bienaventuranzas evangélicas [...] Este fundamento de la moral evangélica, fruto del don del Espíritu, supone una sabiduría
nueva”. Cfr. CC, nº 180d.
978
En la Nota de la Biblia de Jerusalén de los versículos 5 y 11 se explicita el alcance de este ´despojamiento y
revestimiento`: “La muerte y resurrección, realizadas por el bautismo de manera instantánea y absoluta en el plano místico de
la unión con Cristo celeste (Cf. Col 2,12; 3,1-4; Rom 6,4), debe realizarse de forma lenta y progresiva en el plano terrestre del
viejo mundo en el que sigue sumergido el cristiano: Muerto ya en principio, debe morir de hecho, ´dando muerte` día a día ´al
hombre viejo` pecador que vive en él. En el orden nuevo desaparecen las distinciones de raza, religión, cultura y clase social,
que dividían al género humano desde la caída. La unidad se rehace ´en Cristo`”. Esta es la experiencia a la que ha de conduci r
el Catecumenado: “Los neoconversos emprenden un camino espiritual, en el cual participan ya por la fe del misterio de la
muerte y resurrección, y pasan de la vieja condición humana a la nueva del hombre perfecto en Cristo” (RICA, nº 19,2), y
también la realidad que se vive al interior del Camino Neocatecumenal: “El Espíritu Santo invita a hombres y mujeres de
diversa edad, mentalidad, cultura y condición social a emprender juntos un itinerario de conversión...” (SCN, art 10&2), y a
medida que los neocatecúmenos crecen en la fe, “empiezan a manifestarse los signos de la koinonia: el no juzgar, la no
resistencia al mal, el perdón y el amor al enemigo” (SCN, art 16&1).
nuestros Obispos: “Una catequesis sistemática con adultos, que desarrolla la
virtualidad de un Bautismo recibido en la infancia, ha de producir también esa
novedad de vida que pide el apóstol” (CA, nº 165).
j) Dimensión social
La vida teologal del cristiano -afirman nuestros Obispos- “tiene una dimensión
social y aún política que nace de la fe en el Dios verdadero, creador y salvador
del hombre y de la creación entera. Esta dimensión afecta al ejercicio de las
virtudes cristianas o, lo que es lo mismo, al dinamismo entero de la vida
cristiana”979. Efectivamente, la dimensión social de la fe forma parte -también-
979
Cfr. CEE, Los católicos en la vida pública, Ed, Edice, Madrid 1985. Ver el contenido del XIIIº Encuentro de Arciprestes
de la Iglesia en Castilla, La dimensión social de la fe en la catequesis, Villagarcía de Campos (Valladolid), 1-4 de Marzo de
1993.
del contenido de la iniciación en la vida evangélica de los catecúmenos, y por
ello debe mostrar “las consecuencias sociales de las exigencias evangélicas” (CT,
nº 29)980. La catequesis de adultos, en esta dimensión, “ha de avanzar
decididamente en la promoción de un laicado que se haga presente en el mundo a
partir de su fe. Sin esta audacia misionera, los seglares no pueden vivir lo que
hoy la Iglesia espera de ellos”981, afirman nuestros Obispos.
980
En este punto, los Obispos piden ´cautela y paciencia`, y “advierten que no pocas veces inducimos prematuramente a los
catecúmenos a un compromiso en la sociedad que no brota de unas actitudes hondamente arraigadas”. Cfr CC, nº 88, o que “a
veces los compromisos que se asumen son sólo de carácter asistencial -siempre necesarios- o de carácter intraeclesial, pero se
da una resistencia a una mayor presencia católica en la vida pública”. Cfr. CA, nº 163.
981
El Documento Los cristianos laicos. Iglesia en el mundo tiene como ´objetivo fundamental`proponer líneas de acción para
promover la corresponsabilidad y participación de los laicos en la vida de la Iglesia y en la sociedad civil, los Obispos piden
´fomentar la formación de la dimensión sociopolítica de la fe en el marco de la formación integral`(nº 80).
982
Para R. BLÁZQUEZ, “la fe, en la medida en que va tomando asiento en la persona, impacta todos los ámbitos de la vida;
por tanto, sería infidelidad retener el dinamismo de la fe en la pura interioridad del corazón o del grupo. Por eso, la vida
conyugal y familiar, la relación con el dinero y la profesión, la manera de estar y vivir en la sociedad... van cambiando a lo
largo del camino recorrido por los catecúmenos en sus comunidades; estos aspectos son transparentes”. Cfr. Las Comunidades
neocatecumenales, p. 91.
983
Esta ´percepción` de la comunidad cristiana como primer espacio de ´transformación social`, ha sido ampliamente descrito
por nuestros Obispos: “La transformación del mundo se inicia ya en el cristiano convertido que rehace sus actitudes profundas
y sus relaciones con las demás personas [...] La comunidad cristiana es de manera más amplia y visible una porción de la
humanidad transformada por la fuerza del Espíritu” . Cfr. CEE, Testigos del Dios vivo, Ed, Edice, Madrid, 1985, nº 57a. En los
nnº 61-65 describen cómo los cristianos estamos llamados a ser ´testigos de otro mundo y fermento transformador de las
estructuras sociales`.
Ya he apuntado anteriormente que la comprensión eclesiológica del
Neocatecumenado, en la que se resalta la identidad de la comunidad cristiana
como Cuerpo visible de Jesucristo Resucitado en medio de la historia, determina
también la comprensión de su misión y presencia en medio del mundo, y por
tanto, la identidad de la misión de cada uno de sus miembros, en continuidad
con la fundamentación que encontramos en Lumen Gentium, nº 31: “El
apostolado de los laicos es participación en la misma misión salvífica de la
Iglesia, apostolado al que todos están destinados por el Señor mismo en virtud
del Bautismo y de la Confirmación [...] Todo laico, en virtud de los dones que le
han sido otorgados, se convierte en testigo y simultáneamente en vivo
instrumento de la misión de la misma Iglesia en la medida del don de Cristo”. Es
decir, no se contempla en el Neocatecumenado la misión del cristiano en el
mundo, desde su participación en las formas de vida asociada que existen en la
Iglesia (Acción Católica, movimientos, asociaciones...), sino que, por tratarse de
una iniciación cristiana, el itinerario formativo del Neocatecumenado tiende a la
recuperación del Bautismo, que está en la base de la fraternidad cristiana; y en la
medida que va siendo iniciado el neocatecúmeno, irá descubriendo su propia
vocación: al matrimonio en el Señor, al ministerio eclesial, a la vida religiosa, a
la militancia apostólica, a la militancia política.
984
En el art. 17&1, se dirá que “los neocatecúmenos colaboran activamente en la evangelización y en la edificación de la
Iglesia ante todo siendo lo que son”.
¿Cuáles son los rasgos más significativos y relevantes de la iniciación en
la dimensión social de la fe en el Neocatecumenado? De modo esquemático,
señalo los siguientes:
a) La verificación de la conversión personal del neocatecúmeno en su vida
personal, laboral y social. A lo largo del Neocatecumenado, todas las
dimensiones de la vida serán examinadas y juzgadas a la luz de la fe,
fundamentalmente con ocasión de los escrutinios. En este sentido, la formación
neocatecumenal contribuye a la unificación en la persona de las dimensiones
integradoras de su existencia: conversión-transformación, fe-vida, familia-
comunidad, conducta moral-vida laboral. Es en el contexto de discernimiento
moral que se propicia con ocasión de los escrutinios, donde los principios
básicos de la Doctrina Social de la Iglesia se presentan como criterios
iluminadores del ser y actuar como cristianos 985.
k) Dimensión escatológica
986
“Se observa una importante laguna en lo que se refiere a las cuestiones escatológicas: muerte, juicio, infierno y gloria.
Prácticamente ausentes en la mayoría de los instrumentos catequéticos; cuando se tratan, o bien se presentan sin la necesaria
actualización teológica o bien se proponen de una manera desvaída o imprecisa”. Ibid. p. 216. Este ´déficit escatológico`en la
conciencia de nuestros católicos, provocó la publicación de unas ´orientaciones`por parte de la COMISIÓN EPISCOPAL
PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Esperamos la resurrección y la vida eterna, Ed, Edice, Madrid 1995. Nuestros Obispos
levantan ´acta`de cómo “no pocos de los que se declaran católicos, al tiempo que confiesan creer en Dios, afirman que no
esperan que la vida tenga continuidad alguna más allá de la muerte” (nº 2); de ahí que sostengan que “la predicación, la
catequesis y la enseñanza de la religión católica, si quiere ser alimento sano de una fe íntegra y viva, han de proponer con
toda su riqueza la esperanza cristiana en la vida eterna [...] Si no se habla de ella, o si se habla de un modo inapropiado, el
corazón mismo de la fe en Jesucristo resultará negativamente afectado” (nº 3).
3,7)987. Efectivamente, para S. Pablo el cristiano, unido a Cristo por el Bautismo,
participa ya realmente de su vida celestial (cf. Ef. 2,6), pero esta vida es
espiritual y oculta, y no llegará a ser manifiesta y gloriosa sino en la Parusía (cf.
Col 3, 1-4). Más aún, el Apóstol saca las consecuencias para la vida moral de la
acción de la gracia vivida ya en el plano sacramental, y contempla la vida del
bautizado como un irse “despojando del hombre viejo con sus obras, para
revestirse del hombre nuevo” (cf. Col 3,10). Para S. Pablo, la muerte y la
resurrección, realizadas por el Bautismo de manera instantánea y absoluta en el
plano místico de la unión con Cristo celeste (cf. Rom 6,4), deben realizarse de
forma lenta y progresiva en el plano terrestre del viejo mundo en el que sigue
sumergido el cristiano. Muerto ya en principio, debe morir de hecho dando
muerte día a día al hombre viejo pecador que vive aún en él (cf. Rom 6,1-11).
987
JUAN L. RUÍZ DE LA PEÑA al analizar la versión paulina del ´ya pero todavía no`, sostiene que “la aseveración
simultánea del presente y el futuro de la salvación no debe ser entendida como mera yuxtaposición de ambos momentos. Los
bienes salvíficos se poseen en la dialéctica del ya y el todavía no; el cristiano no camina ´según la carne`, aunque viva aún
´en la carne` (2 Cor 10,3; Gál 2,20; Flp 1,22); posee el Espíritu, mas como arrabón (arras: 2 Cor 1,22; 5,5) o aparché
(primicias: Rom 8,23) de la existencia espiritual propia del éschaton [...] A la vista de estos datos, parece lícito concluir que,
al igual que en los sinópticos, se da en Pablo la típica fusión de elementos presentistas y futuristas, articulados -importa
mucho destacarlo- en torno a la persona de Cristo”. Cfr. La pascua de la creación. Escatología, Ed, B.A.C., Madrid 1996, p.
105.
988
Para A. FUENTES, “toda la escatología: muerte, juicio, infierno y gloria. Son realidades que emergen con fuerza de la
teología del ´kerygma`y de la Cruz”. El Neocatecumenado, p. 133.
989
Para S. Pablo “la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo” (cf. Rom 10,17). En íntima
conexión con esta comprensión paulina, se sitúa la praxis iniciática del Neocatecumenado (ver SCN, art 9, 1ª).
Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! (ya) [...] Queridos, ahora
somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos (todavía no).
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos
tal cual es (todavía más) [cf. 1ª Jn 3,1-2; 1ª Cor 13,12).
990
“La experiencia nos va diciendo cómo las comunidades encuentran en la Pascua el sentido a todo el año litúrgico. No se
concibe siquiera cómo puede vivirse la vida cristiana sin vivir la Vigilia Pascual, sin integrarse en el Misterio Pascual, sin
hacer la experiencia pascual como Pueblo de Dios. Ello explica y vigoriza la celebración de la Palabra de Dios cada semana y
la Eucaristía abriendo el Día del Señor, la convivencia de cada mes y cada ´paso`del ´camino`: de la Pascua venimos, a la
Pascua vamos y de Pascua en Pascua caminamos hacia el ´paso-pascua`definitivo y pleno a la Casa del Padre”. Cfr. JESÚS
HIGUERAS, La Parroquia y el Camino Neocatecumenal, p. 105.
991
Esta es la ´espiritualidad` que se proponía a los recién bautizados en la primitiva Iglesia, tal y como aparece en la Primera
Carta de San Pedro: “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que viven como extranjeros en la dispersión” (cf. 1,1). En la Nota de
la Biblia de Jerusalén se ilustra así la categoría ´extranjero`: La tierra es de Dios (Sal 24,1); el hombre vive en ella como
forastero (Lv 25,23), ´de paso`, puesto que ha de abandonarla al morir (Sal 39, 13s; 119, 19). Revelada ya la resurrección de
los muertos (2 M 7,9+), se completa el tema: la verdadera patria del hombre (Flp 3, 20; Col 3,1-4; Hb 11, 8-16; 13,14) es el
cielo; en la tierra vive ´en destierro` (paroikia, de donde procede ´parroquia`, 1 Pe 1,17; 2Cor 5, 1-8), en medio de un mundo
gentil, cuyos vicios deben evitarse (1 P 2,11; 4,2-4), como vivían los judíos de la Dispersión.
992
“La eucaristía es el lugar donde la Iglesia profesa y alimenta su esperanza escatológica, pidiendo al Padre que las
promesas del Reino se lleven eficazmente a su cumplimiento”. Cfr. D. BOROBIO, La Eucaristía, p, 377. Para un
acercamiento a la perspectiva escatológica de la Eucaristía en el Concilio y documentos posteriores, ver las pp. 380-383.
alegría, descanso y solidaridad”993, también como “día de la esperanza”(DD, nº
38).
993
Cfr. JUAN PABLO II, Dies Domini. El día del Señor, nnº 55-73.
994
El Concilio puso de manifiesto que “la más excelente manera de unirnos a la Iglesia celeste tiene lugar cuando -
especialmente en la sagrada liturgia, en la cual la virtud del Espíritu Santo actúa sobre nosotros por medio de los signos
sacramentales- celebramos juntos con gozo común las alabanzas de la Divina Majestad [...] Así, pues, al celebrar el sacrificio
eucarístico es cuando mejor nos unimos al culto de la Iglesia celestial”. Cfr. LG, nº 50. Ver todo el capítulo VII, dedicado a la
´Indole escatológica de la Iglesia peregrinante y su unión con la Iglesia celestial`(nnº 48-51). En SC, nº 8 se afirma que “en
la liturgia terrena pregustamos y tomamos parte en aquella liturgia celestial que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén,
hacia la cual nos dirigimos como peregrinos y donde Cristo está sentado a la diestra de Dios como ministro del santuario y
del tabernáculo verdadero...”.
995
“El catequista itinerante queda unido a su parroquia y comunidad, a la que vuelve regularmente para participar en el
Camino de la misma. Además, el catequista itinerante acepta vivir su misión en precariedad -según la praxis de más de treinta
años del Camino Neocatecumenal-”. Cfr. SCN, art. 31&4.
996
Para el Papa JUAN PABLO II, “la banalización de la sexualidad es uno de los factores principales que están en la raíz del
desprecio por la vida naciente: sólo un amor verdadero sabe custodiar la vida. Por tanto, no se nos puede eximir de ofrecer
sobre todo a los adolescentes y a los jóvenes la auténtica educación de la sexualidad y del amor, una educación que implica la
formación de la castidad, como virtud que favorece la madurez de la persona y la capacita para respetar el significado
´esponsal`del cuerpo. La labor de educación para la vida requiere la formación de los esposos para la procreación
responsable”. Cfr. Carta Encíclica, Evangelium vitae, Ed, PPC, Madrid 1995, nº 97. La praxis neocatecumenal está
mostrando cómo el Neocatecumenado es un ámbito privilegiado para la educación en el valor de la vida en su integridad:
disponibilidad de familias numerosas para ir a cualquier parte del mundo a
evangelizar, dejando trabajo, seguridades y comodidades 997; número estimable
de vocaciones para la vida contemplativa; desprendimiento y comunicación de
bienes entre los hermanos... son signos elocuentes de la radicalidad de una fe
que gusta aquí ya, anticipadamente, las delicias del Reino y que empieza a
vislumbrar el “ya pero todavía más”del Cielo.
i) Por último, hay que resaltar que el Neocatecumenado no sólo enseña e inicia
a vivir como cristianos, sino que también enseña e inicia a saber morir como
cristianos999. No deja de ser una ayuda para la recuperación pascual de la liturgia
de la exequias, contemplar el modo y el espíritu con que normalmente los
neocatecúmenos celebran la muerte de los hermanos de la comunidad y
parientes de sus familias. Cuando se asiste a un funeral de algún miembro de las
Comunidades Neocatecumenales se tiene - en no pocas ocasiones- la experiencia
de verificar cómo la fe en Jesucristo y la esperanza en la Resurrección iluminan
de tal forma esta situación-límite de dolor y de muerte, que aparece
transformada y vivenciada como una verdadera situación de paso, y de pascua:
“No queremos que estéis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no
sexualidad, amor y castidad. La formación y educación sexual que los jóvenes neocatecúmenos reciben es inequívocamente
católica, y hoy por hoy, existencialmente ´martirial` porque les hace ir ´contracorriente`en la ´cultura de la muerte` con la que
tienen que confrontarse cada día. Ver, en esta perspectiva: CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA, Para una pastoral
de la cultura, Ed, Edice, Madrid 1999, nº 8; RAÚL BERZOSA, Evangelizar en una nueva cultura. Respuestas a los retos de
hoy, Ed, San Pablo, Madrid 1998.
997
“La familia en misión queda unida a su parroquia y comunidad, a la que retorna periódicamente para participar en el
Camino de la misma. Además acepta vivir en la precariedad su misión -ayudada eventualmente por la comunidad de origen-,
quedando libre de interrumpirla en cualquier momento”. Cfr. SCN, art. 33&3.
998
Misal Romano, Embolismo después del Padre Nuestro.
999
El profesor titular de Filosofía de la Moral de la Universidad de Salamanca, ENRIQUE BONETE sostiene -desde una
investigación de las implicaciones éticas de la muerte- que “es necesario en las familias, vivir los últimos momentos como
privilegiados para tomar en peso la propia existencia y alcanzar tal grado de comunicación con los enfermos graves que les
libere de cualquier pánico o tabú que impidan la aceptación madura y digna de la ´muerte propia`. De lo contrario se fomenta
indirectamente la violación de ciertos derechos a los enfermos terminales: ´Tengo derecho a que se responda honestamente a
mis preguntas` y ´Tengo derecho a no ser engañado`”. Cfr. “Ética de la muerte” y “Ética del Morir”, en Éticas en esbozo, Ed,
DDB, Bilbao 2003, pp. 165-220; del mismo autor, La faz oculta de la modernidad, Ed, Tecnos, Madrid, 1995, cap. I: “La
sociedad moderna ante la muerte”. Desde una perspectiva cristiana son de sumo interés obras de reflexión en torno al ´más
allá`de la muerte y sus repercusiones en la forma de acercarse al final - y al ´sentido`- de la vida: OLEGARIO G. DE
CARDEDAL, Madre y muerte, Ed, Sígueme, Salamanca, 1993; J.A. VALLEJO-NÁGERA y J.L. OLAIZOLA, La puerta de
la esperanza, Ed, Rialp, Madrid, 1997; V. MESSORI, Apostar por la muerte. La propuesta cristiana, ¿ilusión o esperanza?,
Ed, B.A.C., Madrid, 1995; J. L. RUÍZ DE LA PEÑA, La Pascua de la creación. Escatología, Ed, B.A.C., Madrid, 1996.
os entristezcáis como los demás, que no tienen esperanza. Porque si creemos que
Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes
murieron en Jesús” (cf. 1 Tes 4,13-14). Esta es la fe que consuela, esta es la
esperanza que no defrauda.
1003
Cfr. R. BLÁZQUEZ, “Eclesiología de comunión”, en La Iglesia del Concilio Vaticano II, pp. 55-76.
1004
Cfr. “L´Ecclesiologia del Vaticano II”, en La Chiesa del Concilio, Milano, 1979, p.13
1005
Cfr. Sínodo Extraordinario de 1985: RF, II, C, 1.
1006
Cfr. Primado y colegialidad, Ed, B.A.C, Madrid 1970; p. 34.
a partir de la fe común, haciéndose responsables de la vida y de la misión de la
Iglesia1007.
1007
Existe abundante bibliografía sobre las pequeñas comunidades. Puede verse, por ejemplo en C. FLORISTÁN,
Bibliografía sobre comunidades de base: Actualidad Catequética 67 (1974), pp. 167-184. Para una comprensión de las CNC
sigue siendo válido el libro de R. BLÁZQUEZ, Las comunidades neocatecumenales.
1008
Cfr. JUAN JOSÉ CALLES, Lumen gentium, nº 26: Génesis, historia y teología, Licenciatura de Teología Dogmática,
Salamanca 1988.
1009
Ibid, p. 87. En su intervención conciliar Mons. E. SCHICK llegó a afirmar que “la parroquia, en su sentido teológico, o
sea, la comunidad de cristianos de un lugar, que suele reunirse para celebrar la Eucaristía, es según el Nuevo Testamento
Iglesia. No es tanto una ´sección`administrativa de la Iglesia, sino una representación verdadera y manifiesta de la Iglesia
universal”. Cfr. Ac. Syn. II/II, pp. 397-398.
1010
Cfr. Comunidad y comunidades en la Iglesia, Ed, Narcea, Madrid, 1978, p. 38. Sigue teniendo vigencia el estudio de la
COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL, Servicio pastoral a las pequeñas comunidades cristianas, Ed, Edice, Madrid
1982. En este documento se apuntaba ya la nueva concepción de parroquia: “La concepción de parroquia como comunidad
de comunidades nos parece a la vez perfectamente viable, sumamente adecuada a los condicionamientos del hombre y la
sociedad de hoy, y extraordinariamente beneficiosa para el crecimiento profundo y verdadero de la Iglesia. Decimos esto,
teniendo presente los resultados de las numerosas experiencias constatadas, así como las excepcionales condiciones que las
Pequeñas Comunidades están demostrando para estimular la autenticidad y la comunión eclesial” (p. 34).
a) 2) Raíces del moderno concepto de comunidad
1011
Cfr. Teoría de los principios teológicos, pp. 348-357.
autoconservación del grupo que para su inserción en la amplia dimensión de la
gran comunidad de todos los creyentes 1012.
1015
Cfr. Llamados a la vida, Ed, Herder, Barcelona 1988, pp. 146-147.
1016
Cfr. El desarrollo de las grandes ciudades plantea graves problemas pastorales a la Iglesia: L´Osservatore romano (14
de mayo de 1999), p. 2. A la problemática pastoral de cómo evangelizar la cultura urbana ha querido responder el último
Sínodo de Obispos de América que han llegado a afirmar que no hay que dejar que el anonimato de las ciudades invada
nuestras comunidades eucarísticas. Hace falta encontrar nuevos métodos y nuevas estructuras para construir puentes entre las
personas, de modo que se realice realmente la experiencia de acogida mutua y de cercanía que la fraternidad cristiana
requiere. Podría ser que esta experiencia, y la catequesis que debe acompañarla, se realice mejor en comunidades más
pequeñas, como se aprecia en la Exhortación postsinodal: “Una clave de renovación parroquial, especialmente urgente en las
parroquias de las grandes ciudades, puede encontrarse quizá considerando la parroquia como comunidad de comunidades...
Ellas son el marco más fácil para escuchar la palabra de Dios, para reflexionar a su luz sobre los diversos problemas humanos
y madurar opciones responsables inspiradas en el amor universal de Cristo”. Cfr. Ecclesia in América, nº 41. El Papa Juan
Pablo II ha desarrollado esta misma perspectiva en dos alocuciones en relación con la CNC: “El Camino Neocatecumenal, en
el que maduran los itinerantes y las familias misioneras, puede responder a los desafíos del secularísmo, de la difusión de las
sectas y de la escasez de vocaciones. La reflexión sobre la palabra de Dios y la participación en la Eucaristía hacen posible la
vitalidad de la parroquia mediante cristianos maduros capaces de dar testimonio de la verdad con una fe radicalmente
vivida”. Cfr. Mensaje a los miembros del CN lain El Camino Neocatecumenal puede responder a los desafíos del
secularísmo, las sectas y la escasez de vocaciones: Ecclesia, n. 2.632 (15 de mayo de 1993), p. 31; y un año más tarde volvía
a afirmar: “Estas comunidades ayudan a experimentar la Iglesia como cuerpo de Cristo, en el que, mediante los signos
sacramentales, Dios extiende su acción salvífica a los hombres de toda generación, sobre todo a las familias”. Cfr. Un
ejemplo de nueva evangelización: L´Osservatore romano (21 de enero de 1994), p. 20.
1017
Cfr. P.A. LIEGE, o. cit., p. 9. En esta perspectiva ver G. LOHFINK, La Iglesia que Jesús quería. Dimensiones
comunitarias de la fe cristiana.
de interpelación para todos los hombres. Es necesario para ello, como afirma el
P. Liege que “todo bautizado se oriente hacia las experiencias comunitarias y
comprenda que es facultativa la vida comunitaria a causa del Evangelio. Son aún
demasiados los bautizados que vegetan en la Iglesia, sin integrarse activamente
en ella, por pensar que la vida comunitaria exige una vocación especial y un
atractivo particular, si es que no la juzgan puro esnobismo”1018. En este sentido la
praxis del Neocatecumenado al ser vivido en pequeñas comunidades ayuda
enormemente a vivir la comunitariedad de la fe como un don: “La educación a la
vida comunitaria es una de las tareas fundamentales de la iniciación cristiana. El
Neocatecumenado educa a ella de modo gradual y constante mediante la
inserción en una pequeña comunidad, cual cuerpo de Cristo resucitado, abierta a
la vida de la comunidad parroquial y de toda la Iglesia” (SCN, art. 15&1).
Sin embargo hay que reconocer que en esta dimensión nos encontramos
todavía ante una transición en gran medida todavía pendiente: pasar de una
forma de Iglesia como organización de servicios religiosos (por ello pudo ser
identificada la Iglesia con el Papa, los Obispos, los sacerdotes, los frailes y las
monjas) a otra forma de Iglesia como comunidad, donde todos seamos
miembros activos, conscientes de la dignidad cristiana, dispuestos a dar
personalmente razón de la esperanza, responsables en los trabajos del Evangelio.
La acentuación de la comunitariedad, que reclama como necesario correlato la
acentuación de la personalidad de cada uno, es de esta manera condición para la
nueva evangelización. La comunidad no es refugio de intimidados, sino hogar
de adultos. Para que la vida cristiana sea vivida verdaderamente en cristiano, ha
de ser vivida en comunidad1019.
1018
Ibid., p. 104.
1019
Mons. RICARDO BLÁZQUEZ afirma con rotundidad que “necesitamos recuperar la verdad de la Iglesia como
congregación, como comunidad (...) Sin comunitariedad la Iglesia pierde su misma identidad; se difuminan sus contornos, se
generaliza su concreción, se dilapida su fuerza, se afloja su densidad”. Cfr. “Dimensión eclesial de la identidad cristiana”, en
Jesús si, la Iglesia también, p. 311.
espectadores, subyace el modelo de Iglesia denominada ´societaria`, es decir,
´sociedad perfecta`dominada y absorbida por la jerarquía (...) No es que se deba
contraponer sociedad jerárquica y comunidad-comunión, pero sí deben
articularse. Y, en todo caso, hay que dar la primacía a lo que el Vaticano II se la
concede. Precisamente el Vaticano II logra la convergencia y coherencia
notables entre sus dos Constituciones, la litúrgica y la eclesiológica, la
Sacrosanctum Concilium y la Lumen Gentium. Al tema dominante de la
primera, la participación de toda la asamblea en la celebración, corresponde el
tema dominante de la segunda, a saber: la idea de pueblo de Dios, una Iglesia
centrada no en el vértice sino en la base”1020.
b) 1) La Parroquia totalizante
1021
Cfr. Una participación activa, p. 100.
1022
Cfr. La celebración eucarística en pequeños grupos, p. 287.
1023
PJ. CORDES da los siguientes datos: “en Roma, la parroquia de San Juan Bosco tiene 65.000 habitantes y la de María
de la Esperanza 50.000; en Milán, la de Santos Nabor y Felix, 24.300 habitantes y la de los Santos Nereo y Aquiles, 21.300
habitantes; en París, la de S. Pedro de Mont Rouge, 51.200 habitantes y la de S. Lambert de Vaugirard, 51.700 habitantes; en
Madrid, de Pueblo de Colmenar Viejo, 32.000 habitantes, y la de San Vicente Ferrer, 19.000 habitantes. Estas cifras
representan, ciertamente unos datos extremos. Pero las parroquias en las que el domingo sea suficiente una única celebración
de la Eucaristía son también excepcional, muy poco frecuente”. Cfr. o. cit., pp. 101-102.
tres normas determinantes: en primer lugar, el decreto del Concilio de Trento,
según el cual cada diócesis debía ser dividida necesariamente en jurisdicciones
parroquiales; en segundo lugar, el deber impuesto al párroco de hacerse
responsable de todos los que pertenecían a su parroquia ; en tercer lugar, la
subordinación de cada cristiano al párroco de su lugar de vivienda o de
residencia. En esta visión prevalecía lo jurídico sobre lo teológico.
1024
Según PJ. CORDES “el auténtico ser de la verdadera Iglesia (SC, nº 2: Genuinam vere Ecclesiae naturam) lo expresa
cada comunidad que celebra la Eucaristía y está presidida por el presbítero. Según esto, la parroquia no es más que una
posible forma jurídica de las diversas comunidades eucarísticas de una Iglesia local: ´considerada constitucionalmente, se
encuentra al mismo nivel que las otras formas jurídicas de comunidades eucarísticas que han surgido como congregatio
Christifidelium gracias al carisma originario dado a un fundador o fundadora de movimientos o asociaciones eclesiales, o de
otras formas asociativas en el ámbito de la Iglesia`”. Cfr. o. cit., p. 106. Ya por los años ´80, Mons. INIESTA reclamaba que
se debía “reconocer eclesialmente la situación de las pequeñas comunidades cristianas, tan pertenecientes a la vida diocesana
como las parroquias territoriales, con tal de que tengan un cierto contacto con el obispo, incluso a través de los laicos, aunque
muy frecuentemente será por medio de un presbítero que atiende a la comunidad”. Cfr. Teopraxis: 2. Comunidades. Tareas
urgentes. Ensayos de Teología pastoral, p. 23.
En la visión totalizante de parroquia y de acción pastoral que se
fundamenta en la sola celebración dominical, la multiplicación de celebraciones
es contemplada como un atentado a la presunta unidad parroquial y
evidentemente no encaja bien la praxis eucarística propia del Neocatecumenado
donde la Eucaristía es esencial en cuanto completa la iniciación cristiana y es
vivida en pequeña comunidad para que los neocatecúmenos “sean iniciados
gradualmente a la plena, consciente y activa participación en los divinos
misterios” (SCN, art. 13&2). Sin embargo, como muy bien ha fundamentado
Mons. Cordes, “parroquia y Eucaristía en pequeñas comunidades tienen un
mismo e idéntico objetivo. No han de ser consideradas como alternativas o
contradictorias, sino como necesariamente relacionadas y asociadas una con
otra. Sacrificar, en aras de una más profunda unidad de la vida parroquial, la
celebración de las eucaristías de estas comunidades, carece de lógica en una
perspectiva teológica. Prohibirlas atenta contra el mismo principio de
legitimidad de la parroquia”.1025
1025
Cfr. Una participación activa, pp. 106-107.
dominical”1026. La asamblea eucarística es la fuente propia de la comunidad
parroquial. Más aún, en la visión que el Concilio tiene de la Eucaristía se
afirmará, además, que “no se construye ninguna comunidad cristiana si ésta no
tiene su raíz y centro en la celebración de la sagrada Eucaristía. En ella, por
tanto, ha de empezar toda la formación en el espíritu de comunidad”(PO, nº 6).
1026
Cfr. L. GEROSA, Carisma e diritto nella Chiesa, Ed, Jaca Book, Milano, 1989, p. 229.
La necesidad de que las estructuras de la Iglesia se renueven para
responder a los desafíos de una cultura urbana afecta primordialmente a la
Parroquia, de ella afirma Joan Bestard que “no puede ignorar la existencia de
estos grupos o comunidades de base, intermedios entre el individuo y ella
misma. Tales grupos o comunidades podrán ser un elemento revitalizador de la
vida parroquial, ya que en las parroquias urbanas es muy difícil que madure una
verdadera conciencia comunitaria si no es a nivel de estos grupos de talla
humana. Las pequeñas comunidades pueden dinamizar la vida parroquial y, a la
vez, la parroquia puede coordinar y relacionar a estas comunidades entre sí, para
que no se queden encerradas en horizontes demasiado estrechos o narcisistas. En
estas pequeñas comunidades, el hombre urbano encuentra una manera eficaz de
profundizar su experiencia cristiana, que es esencialmente personal y, al mismo
tiempo, esencialmente comunitaria”1027.
1027
Cfr. J. BESTARD, Desafíos de la realidad urbana a la parroquia: Sal Terrae (septiembre 1984), pp. 671-672.
1028
Cfr. Congreso Parroquia Evangelizadora, Ed, Edice, Madrid 1988. En la 1ª Ponencia del Congreso nos encontramos
con una lectura pastoral de los datos del análisis sociológico que se había hecho a partir de la encuesta preparatoria. Es muy
significativo reseñar la complementariedad que se ha ido produciendo en las parroquias de las diócesis españolas entre
parroquia - pequeñas comunidades y los movimientos apostólicos: “El sentido comunitario de la parroquia va en aumento: un
53% afirman que la estructura general de la parroquia es comunitaria” (...) También crece el número de parroquias
concebidas como una comunión de pequeñas comunidades diversas o que de hecho albergan en su seno algún tipo de
comunidades: populares (un 4,2%), neocatecumenales (un 10%), y otras pequeñas comunidades (un 27%)”. Cfr. Congreso, p.
65. De cara a renovar nuestras parroquias, se afirma que éstas “no pueden ponerse al servicio de la evangelización, si no van
transformándose de centros de servicios religiosos en comunidades vivas de creyentes, es decir, en ámbitos donde los
cristianos puedan vivir realmente la experiencia de la fraternidad cristiana” (Ibid, p. 147).
amor; estas comunidades son verdaderas expresiones de la comunión eclesial y
centros de evangelización, en comunión con sus pastores”1029.
Ahora bien, este nuevo modelo de Iglesia, que puede ser definido como
comunidad de comunidades, tiene sus riesgos y comporta interiormente sus
limitaciones1030. De aquí la importancia de la Parroquia como lugar de
comunión. La Parroquia concebida como comunidad de comunidades se situaría
en la línea del ministerio de la unidad y de la comunión, siendo ella misma
garantía de la intercomunión entre diversas comunidades eclesiales. Puesta a su
servicio, está llamada a ofrecerles, además del lugar de culto, locales adecuados
para sus reuniones y una estructura básica capaz de coordinar iniciativas y hacer
efectivo un trabajo común. La Parroquia así concebida será la encargada de
evitar la disgregación de los grupos, pero sin imponerles una disciplina
monovalente. Esta perspectiva de comunión, como muy bien ha señalado el
Papa Juan Pablo II “está estrechamente unida a la capacidad de la comunidad
cristiana para acoger los dones del Espíritu. La unidad de la Iglesia no es
uniformidad, sino integración de las legítimas diversidades” (NMI, nº 46). La
existencia de las comunidades dentro de la Parroquia en forma de pequeñas
iglesias locales facilitará la fermentación cristiana de los miembros por la
evangelización más honda, y tendrá más consistencia la participación de los
fieles. El Sínodo que reflexionó sobre la vocación y misión de los fieles laicos
en la Iglesia y el mundo, y que lo hizo a la luz de la eclesiología de comunión
afirma de las pequeñas comunidades que “dentro de algunas parroquias, sobre
todo si son extensas y dispersas, las pequeñas comunidades eclesiales pueden ser
una ayuda notable en la formación de los cristianos, pudiendo hacer más capilar
e incisiva la conciencia y la experiencia de la comunión y de la misión
eclesial”1031.
1029
Cfr. Christifideles laici, nº 26. Algunos años más tarde, en 1991, Juan Pablo II sostendrá que “estas comunidades
descentralizan y articulan la comunidad parroquial a la que permanecen siempre unidas, se enraízan en ambientes populares y
rurales, convirtiéndose en fermentos de vida cristiana, de atención a los últimos, de compromiso en pos de la transformación
de la sociedad. En ellas cada cristiano hace una experiencia comunitaria, gracias a la cual también él se siente elemento
activo, estimulado a ofrecer su colaboración en las tareas de todos. De este modo, las mimas comunidades son instrumento de
evangelización y de primer anuncio, así como fuente de nuevos ministerios”. Cfr. Redemptoris missio, nº 51.
1030
Mons. RICARDO BLÁZQUEZ las ha señalado: “1ª) Cada comunidad no puede estar desconectada de otras
comunidades ni de la Iglesia univeral; 2ª) La vida eclesial en comunidad pequeña no puede llevar consigo una
automarginación de la vida pública; 3ª) Puede existir el peligro de que la intensidad de la vida comunitaria asfixie a la
persona”. Cfr. Jesús sí, la Iglesia también, pp. 312-313. En esta perspectiva ver la profunda reflexión de I. ZIZIOULAS, El
ser eclesial. Persona, comunión, Iglesia, Ed, Sígueme, Salamanca 2003.
1031
Cfr. JUAN PABLO II, Christifideles laici. Los fieles cristianos, nº 61. En el Mensaje final el Sínodo había recogido la
definición de nueva parroquia como comunidad de comunidades. Cfr. Mensaje de los padres sinodales al Pueblo de Dios, nº
10: Vida Nueva, n. 1606/7 (7/14 noviembre de 1987), p. 69.
parroquia como comunidad de comunidades nos parece, a la vez perfectamente
viable, sumamente adecuada a los condicionamientos del hombre y de la
sociedad de hoy, y extraordinariamente beneficiosa para el crecimiento profundo
y verdadero de la Iglesia. Decimos esto teniendo presentes los resultados de las
ya numerosas experiencias constatadas así como las excepcionales condiciones
que las pequeñas comunidades están mostrando para estimular la autenticidad y
la comunión eclesial”1032.
1032
Cfr. Servicio pastoral a las pequeñas comunidades cristianas, nº 46. Ver también La catequesis de la Comunidad, nº
280.
1033
Cfr. J. BESTARD, art. cit., p. 664.
1034
Cfr. Cambio estructural de la Iglesia, Ed, Cristiandad, Madrid 1974, p. 140. Ya por aquellos años el teólogo alemán
hacía este tipo de afirmaciones: “La Iglesia del futuro deberá construirse y crecer desde su base natural comunitaria. ´Iglesia
desde la base`, fundamentada en auténticas ´comunidades de base`, de libre iniciativa y asociación, unidas en comunión con
el Obispo y ocn la Iglesia particular diocesana” (pp. 140-145).
No hay una eclesiología de comunión si previamente no se ha cultivado
una espiritualidad de la comunión. Este es uno de los desafíos de Iglesia para el
tercer milenio y el Papa Juan Pablo II ha querido desarrollar esta nueva
perspectiva a la que nos abre la communio: “Hacer de la Iglesia la casa y la
escuela de la comunión” (NMI, nº 43). El Papa quier que esta espiritualidad sea
el “principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el
cristiano” (nº 44) por tanto también del Neocatecumenado que tiene como
misión “poner a las personas, de etapa en etapa, paso a paso, no sólo en
contacto, sino en comunión, en intimidad con Jesucristo” (nota 17 de los SCN) y
de la Parroquia, que como hemos presentado anteriormente, está llamada a ser
ámbito, casa de la comunión. Para nuestros Obispos “ella constituye el
entramado básico de la vida de cada Iglesia, donde los fieles pueden encontrar
cauces naturales de participación eclesial. Esta institución, nacida en los
primeros tiempos de la Iglesia, está llamada a continuar ejerciendo su influjo
benéfico en este nuevo siglo, como comunidad de comunidades y casa abierta
para todos inserta ´junto a las casas`de los vecinos y con espíritu misionero” 1035.
Esta apertura de la Parroquia para acoger los dones del Espíritu es valorada por
Juan Pablo II al afirmar que “tiene gran importancia para la comunión el deber
de promover las diversas realidades de asociación, que tanto en sus modalidades
más tradicionales como en las nuevas de los movimientos eclesiales, siguen
dando a la Iglesia una viveza que es don de Dios constituyendo una auténtica
primavera del Espíritu” (NMI, nº 46) 1036.
1035
Cfr. CEE, Una Iglesia esperanzada, nº 48.
1036
Ya en Redemptoris missio había hecho el Papa una decidida defensa de los movimientos eclesiales: “Cuando se integran
con humildad en la vida de las iglesias locales y son acogidos cordialmente por obispos y sacerdotes en las estructuras
diocesanas y parroquiales, los movimientos representan un verdadero don de Dios para la nueva evangelización y para la
actividad misionera propiamente dicha. Por tanto, recomiendo difundirlos y valerse de ellos para dar nuevo vigor, sobre todo
entre los jóvenes, a la vida cristiana y a la evangelización, con una visión pluralista de los modos de asociarse y de
expresarse” (nº 72).
mayor conocimiento mutuo y apertura por parte de todos y se debe evitar la
contraposición entre Parroquia y movimientos o de movimientos entre sí, ya que
todos expresan la riqueza del Espíritu y entre todos hacen posible una Iglesia
con más vitalidad”1037.
1038
Cfr. R. BLÁZQUEZ, Comunidades neocatecumenales, p. 617.
episcopado: “Seguid los métodos, indicaciones, itinerarios y textos ofrecidos por
los Episcopados e igualmente ejerced el ministerio de la catequesis dentro de la
comunión y disciplina eclesial” 1039; b) sobre la necesidad de formación de los
catequistas; c) sobre los peligros de abandono de los deberes de la vida laical y
de aislamiento de la comunidad y d) sobre la debida fidelidad a las normas
jurídicas y litúrgicas.
1039
Cfr. JUAN PABLO II, Alocución a los neocatecumenales: L´Osservatore romano (11 de febrero de 1983), p. 6.
1040
En este sentido hay que valorar la Instrucción pastoral de Mons. RAFAEL GONZÁLEZ MORALEJO, Sobre las
Comunidades Neocatecumenales en las parroquias de la Diócesis de Huelva de 1993: Boletín oficial de la Diócesis de
Huelva (abril 1993), pp. 1-12. Esta Instrucción estaba motivada por el deseo del Obispo en orden a acrecentar la comunión
para una mejor orientación de la fecunda tarea evangelizadora que las CNC estaban llevando al interior de la Diócesis:
“Añadiré algunas normas y consejos prácticos que miran al conjunto de la Diócesis, con la esperanza de que todos podamos
contribuir a incrementar la comunión fraterna mientras tratamos de conseguir, desde distintas actitudes y experiencias, el
mayor fruto de la loable labor que realizan cuantos intervienen en el Camino Neocatecumenal” (p. 4).
1041
Cfr. D. BOROBIO, “La recepción del Concilio por movimientos cristianos postconciliares en España”, en A.
GONZÁLEZ MONTES (ed.), o. cit., p. 54.
1042
Cfr. Discurso del Papa JUAN PABLO II: “A los iniciadores del Camino Neocatecumenal, a los catequistas itinerantes y
a los presbíteros”, en Statuta, p. 140.
En conclusión, las Comunidades Neocatecumenales que están viviendo el
itinerario neocatecumenal, y las que ya lo han finalizado y viven como
comunidades cristianas en el interior de las parroquias, lejos de significar un
peligro para la Iglesia-institución, quieren ser, y lo están siendo de hecho en
muchos aspectos, un espacio de renovación: “De este modo el Camino
Neocatecumenal contribuye a la renovación parroquial deseada por el
Magisterio de la Iglesia de promover ´nuevos métodos y nuevas estructuras` (...)
y de considerar ´la parroquia como comunidad de comunidades`(SCN, art.
23&1). Entiéndase lo de espacio en el sentido de ámbito institucional en el que
se está alumbrando una nueva imagen de Iglesia, gracias a la ayuda del Espíritu
y gracias también al empeño creativo con que hoy día se intenta vivir, en
comunidad, dimensiones esenciales de la fe cristiana. “En este sentido -afirma S.
Movilla- y desde esta convicción es desde donde puede afirmarse, con realismo
y esperanza a un mismo tiempo, que las comunidades son el futuro de la Iglesia,
porque eso fue lo primero - y quiere seguir siéndolo hoy- la Iglesia de Cristo:
una ´comunión de comunidades`” 1043.
1043
Cfr. S. MOVILLA, Del catecumenado a la comunidad, p. 222.
CONCLUSIONES FINALES
1044
Así definen nuestros Obispos los perfiles del cristiano adulto: “La lectura y meditación de la Sagrada Escritura,
especialmente de los Evangelios y de los escritos de los Apóstoles, el conocimiento de la tradición y de las enseñanzas de la
Iglesia, la oración asidua, personal y familiar, la participación frecuente en las celebraciones litúrgicas, la penitencia personal
y sacramental, el compromiso personal en la vida de la propia comunidad y en al amor, y el servicio eclesial a los pobres
tienen que ser los perfiles reales y concretos de la vida personal de cada cristiano consciente y adulto”. Cfr. CEE, Testigos del
Dios vivo, nº 30.
1.1. Aportaciones más relevantes
4ª) En cuanto a los contenidos de las mismas catequesis hay que reiterar
que son eminentemente bíblicos, y recogen los núcleos centrales del mensaje:
Kerygma, fe y conversión, misterio pascual (el Siervo y el Kyrios), la Iglesia y
la comunidad, sacramentos y oración, símbolo y mandamientos, apostolado y
ministerio. El estricto desarrollo de la dinámica y etapas catecumenales es el
espacio de unos contenidos que siempre pertenecieron a la esencia y objetivos
del Catecumenado.
En este sentido, los responsables del CN en cada una de las diócesis deben
hacer un ejercicio de corresponsabilidad y de comunión para, en diálogo con los
responsables de las Delegaciones de Catequesis en las respectivas diócesis (CA,
nº 120), ver cómo articular una serie de encuentros a fin de ayudar a la
coordinación de las tareas y servicios catequéticos que mutuamente se puedan
ofrecer, así como la posibilidad de facilitar algunos tiempos y espacios para la
formación de aquellas dimensiones que en el campo de la catequesis se vea que
es necesario potenciar. Para esta tarea, la apertura de los llamados Centros
neocatecumenales diocesanos (SCN, art. 30) serán de gran ayuda, si consiguen
la finalidad que se proponen: “Contribuir a la formación de los catequistas,
asignar las nuevas catequesis, coordinar los diversos pasos, ayudar a los equipos
de catequistas en las diversas dificultades de la evangelización y presentar al
Obispo, o a un delegado suyo, los responsables de las nuevas comunidades”.
También, respecto a la formación de los catequistas, el Papa había llamado la
atención sobre la necesidad que los catequistas tienen de recibir una buena
formación a través de “un trabajo constante y serio de profundización personal y
comunitaria de la Palabra de Dios y de las enseñanzas del Magisterio de la
Iglesia, incluso asistiendo a cursos teológicos y bíblicos serios. Esta tarea de
estudio y reflexión resulta aún más urgente para quien tiene el deber de
alimentar a sus hermanos con alimento espiritual sólido por estar desplegando
función de catequista”.
Tanto el nº 223 del Directorio como el art. 26 del Estatuto del CN, ofrecen
y presentan las orientaciones necesarias con las que poder abordar, en un
espíritu de comunión, todas las dificultades y problemas que en la vida eclesial y
pastoral se puedan presentar. De la decidida y diligente apuesta de los Obispos
por alentar la pastoral catecumenal y neocatecumenal en sus diócesis y, de la
incondicional disponibilidad y espíritu de colaboración de los neocatecúmenos
para con sus legítimos Pastores, dependerá en gran medida que la fecundidad del
Neocatecumenado en las parroquias siga creciendo y dando frutos de vida
cristiana.
1046
Efectivamente esto es así, y las ´observaciones` que hacían nuestros Obispos en 1990 en CA, nº 94 en el sentido de fijar
la ´duración definitiva`de la catequesis, y la necesidad que el adulto tiene de alimentar permanentemente su fe, han sido
ampliamente recogidas en el Directorio del ´97 que hablará de la ´educación permanente de la fe en la comunidad cristiana`
y de las ´formas múltiples de catequesis permanente`(nnº 69-72). El Estatuto del CN, encuentra en estos números la
´inspiración`para la fundamentación de la ´educación permanente en la pequeña comunidad`: “La comunidad
neocatecumenal, después de haber finalizado el itinerario de redescubrimiento de la iniciación cristiana, entra en el proceso
de educación permanente de la fe, perseverando en la celebración semanal de la Palabra y de la Eucaristía dominical y en la
comunión fraterna, activamente insertados en la pastoral de la comunidad parroquial, para dar los signos del amor y de la
unidad, que llaman al hombre contemporáneo a la fe”. Cfr. SCN, art. 22&1).
de realización diocesana de la iniciación cristiana y de la educación permanente
de la fe.
Quiere esto decir que, para conocer la praxis litúrgico-celebrativa hoy, tal
y como se vive al interior de las comunidades neocatecumenales, el texto de
referencia básico y fundamental, en la espera de la aprobación próxima del
Directorio Catequístico del Camino Neocatecumenal, es el Estatuto. En él
encontramos la ´esencial configuración eclesial`del Neocatecumenado y la
regulación - hasta hoy última- de la praxis litúrgico-sacramental de las CNC.
Habrá que tener en cuenta todavía que, en estos cinco años ad experimentum,
“concierne a los Dicasterios competentes de la Santa Sede examinar el
Directorio catequético y toda la praxis catequética además de litúrgica del
propio Camino” (Statuta, p. 139).
2º) Es una liturgia pascual que actualiza a través del signo de la noche el
Misterio de Pascua haciendo vivir cada domingo como la pascua semanal
anticipada (DD, nº 19). La teología litúrgica con la que es presentada la
catequesis sobre la Eucaristía contiene de modo integral todas las dimensiones
de la teología eucarística: memorial de la Pascua, banquete fraterno, sacramento
del sacrificio, presencia transformante, fuente y culmen de la evangelización,
participación activa.
4º) Es una liturgia festiva, porque se utilizan con profusión los elementos
de gozo y fiesta: flores, adornos, cantos, música y danza.
5º) Es una liturgia distendida, porque todo se realiza con pausa y sosiego,
y al mismo tiempo concentrada, porque se destaca la armónica de todo en su
momento culminante.
4º) Para que la función servicial y ministerial de todos los que intervienen
en la celebración eucarística (acólitos y ministros extraordinarios de la
comunión) responda a la dignidad del misterio celebrado y del servicio
encomendado, es necesario que este ministerio y servicio se hagan conforme a
las orientaciones del OGMR, n º 298: “El alba ceñida con el cíngulo es la
vestidura común de todos los ministerios litúrgicos”. Por tanto el acólito
instituido debe usarla siempre que ejerce su ministerio.
Es cierto que cada generación histórica necesita una palabra sobre Dios y
ésta no puede nacer en cualquier lugar, ni ser expresada con cualquier mediación
conceptual o institucional. Por eso, a lo largo de la historia han existido
múltiples lugares desde los que se ha vivido, pensado y escrito teología. El
profesor Olegario González de Cardedal, en su discurso de ingreso en la Real
Academia de Ciencias Morales y Políticas 1047, los ha señalado con sincera
fidelidad histórica.
1047
El teólogo abulense distingue entre ´lugares externos`y ´lugares internos`. Lugar externo es el lugar físico, social, lugar
interno el que establece los puntos de partida y de llegada y funciona como criterio para elegir unos caminos y excluir otros.
Cfr. El lugar de la teología, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Madrid 1986, pp. 32-36. Para un comentario a
este ´discurso`, ver RAÚL BERZOSA MARTÍNEZ, Lugar teológico y signo de los tiempos: Lumen 5 (septiembre-octubre-
1992), pp. 367-382.
1048
`Cfr. MELCHOR CANO, Opera, t. I Matriti, 1770 (la primera edición es de 1563). Para un estudio en profundidad de la
obra del dominico, ver J. TAPIA, Iglesia y teología en Melchor Cano, Iglesia Nacional Española, Roma 1989.
1049
Hoy ya, desde el horizonte de la teología europea actual podemos empezar a hablar de una ´Teología catecumenal`.
Buen exponente de esta línea es la obra de HENRI BOURGEOIS, Theologíe catéchuménale. En el primer Capítulo del libro
el autor trata de fundamentar cómo el Catecumenado puede ser un ´lugar eclesial`desde el que hacer teología: “position
chatéchuménale de la théologie chrétienne” (pp. 13-58). Este mismo planteamiento lo defiende H. Bourgeois al afirmar que
“los catecumenados están bien situados para contribuir práctica y teológicamente a lo que llamamos aquí o allá la segunda
evangelización de Europa”, en Los Comienzos de la fe, Pastoral Catecumenal en Europa hoy, p. 62.
inequívocamente catecumenales1050, también está configurándose como un
“espacio-lugar eclesial” desde el que pensar, reflexionar y hacer teología 1051.
Evidentemente, en este trabajo no he hecho más que apuntar los distintos
filones teológicos que por su misma naturaleza reclaman un ulterior desarrollo y
profundización. En el Neocatecumenado se da una iniciación y exploración
catequética en todas las dimensiones del Misterio cristiano; la dinámica interna
del itinerario neocatecumenal empuja y emplaza al catequista y al teólogo a una
más profunda penetración en la “ anchura y la longitud, la altura y la
profundidad” (cf. Ef. 3,18) del misterio de Dios a través de la reflexión
teológica1052.
1050
Así se expresaba - a finales de los años ´70-, uno de los expertos ´consultores`de la Sagrada Congregación del Clero,
tras haber estudiado detenidamente los contenidos catequéticos del Camino Neocatecumenal: “Pretendo ahora subrayar otro
aspecto de estas catequesis, o mejor de este Camino Neocatecumenal. Como estudioso de la Historia de la catequesis antigua
he de decir que el intento de Kiko y Carmen de actualizar el catecumenado es un intento logrado. La experiencia personal les
ha llevado a intuir lo que de profundamente válido contenía esta institución de la Iglesia de los tres primeros siglos, y les ha
permitido traducirla en una estructura. Estructura que, aunque no calca la antigua, asume sus elementos más importantes y los
inserta en un contexto nuevo: el de la conversión de bautizados que, a pesar de serlo, no han hecho jamás una opción personal
de fe. En este proceso, que requiere su tiempo, a estos bautizados de las comunidades neocatecumenales se les ayuda a hacer
su opción global de fe en un clima de comunidad. Se les ayuda a hacerse disponibles a la acción del Espíritu Santo que les
introduce en la comprensión y aceptación del radicalismo evangélico, iniciándoles gradualmente y de forma experimental,
bien sea en la palabra de Dios, bien en los sacramentos de la conversión cristiana -penitencia- o en la eucaristía. Yo encuentro
muy positivo todo esto. Por ello concluyo este mi juicio invitando a los responsables de la Sagrada Congregación del Clero a
que den ánimos a este movimiento, ayudándolo con comprensión y con paterna indulgencia a que permanezca siempre en la
línea ya emprendida de servicio a las comunidades parroquiales para su auténtica renovación”. Cfr. El Camino
Neocatecumenal según Pablo VI y Juan Pablo II, p. 14.
1051
Ya hace algunos años, el actual Arzobispo de Pamplona, Mons. FERNANDO SEBASTIÁN denunciaba la “carencia de
una Teología nacida de la Iglesia española”. Según él, son muy pocos los teólogos que “clarifiquen, enfoquen y estimulen
religiosa y apostólicamente la conciencia de nuestras iglesias”. En una situación de “increencia progresiva, que hace crecer
las huellas de un neopaganismo en la conducta de la gente”, reivindicaba Mons. Fernando Sebastián el surgimiento de una
“buena y renovada teología fundamental, directa, persuasiva, centrada en los grandes términos de la fe cristiana, pero que
parta de la experiencia de la Iglesia. Tendrá que ser también una teología rigurosa, profesional, al mismo tiempo que
humilde, que llegue a todo el hombre y devuelva la confianza y la alegría a la gente de la Iglesia”. Cfr. Lección Inaugural del
Curso en el Instituto de Teología Espiritual de Barcelona: Vida Nueva (21-XI-1991), p. 10.
1052
Teniendo presente lo que señala HENRI BOURGEOIS, “Esta audacia, es la experiencia a la cual se refiere, y a partir de
la cual se quiere reflexionar en un lugar privilegiado, puede ser incluso equivalente, para comprender aspectos del misteri o
cristiano, de la realidad eclesial y finalmente de la realidad del mundo” . Cfr. o. cit., p. 28. Considero que es viable, posible y
conveniente hoy en la Iglesia en España de un ´quehacer teológico`desde la experiencia catecumenal vivida ya en nuestro
país.
1053
Cfr. Teoría de los principios cristianos, p. 28.
La fecunda y rica experiencia de iniciación cristiana con adultos
bautizados en el Neocatecumenado, ha conducido a una síntesis teológica
original basada en el contacto permanente con la Escritura, en una novedosa y
creativa inculturación de todos los elementos de la pedagogía catecumenal
tradicional, actualizados en una Liturgia viva y participada, y en el
redescubrimiento de la Iglesia como Comunión, que nos introduce en la
intimidad de la Comunión del Dios-Trinidad a través de la puerta del
Bautismo1054. De ahí que la profesión de fe, interior al Bautismo, sea
eminentemente trinitaria. “La Iglesia bautiza ´en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo`(cf. Mt 28,19), Dios uno y trino, a quien el cristiano confía su
vida. La catequesis de iniciación prepara -antes o después de recibir el
Bautismo- para esta decisiva entrega” (DGC. Nº 82). El Neocatecumenado es
así “un instrumento al servicio de los Obispos para realizar el proceso de
educación permanente de la fe requerido por la Iglesia: la iniciación cristiana,
como reafirma el DGC, nº 56: ´no es el punto final en el proceso permanente de
conversión. La profesión de fe bautismal se sitúa en los cimientos de un edificio
espiritual destinado a crecer`” (SCN, art. 22&2).
1054
El que fuera párroco salmantino, ANDRÉS FUENTES, al hablar de la Teología del Neocatecumenado, sostiene que es
una “teología ´en camino`. Va nutriendo la vida del neocatecúmeno a medida que avanza y se hace claridad interior a lo largo
de todo el proceso y de toda la experiencia neocatecumenal. Podría semejarse a la misma experiencia de San Pablo: desde su
caída en el camino de Damasco y de su encuentro con el Resucitado ve iluminar la nueva concepción de Dios, de la
salvación, de la palabra de Dios, de la donación de Dios, del encuentro del hombre con Dios, la raíz del pecado y la fuerza de
la gracia”. Cfr. El Neocatecumenado, p. 123.
1055
Hay que tener muy presente que la gran producción teológica de los Padres de la Iglesia: Cirilo de Jerusalén, Gregorio
Naziancieno, Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona, -entre otros-, fue ´gestada` en contexto catecumenal y para el servicio
eclesial y pastoral de los catecumenados que ellos directamente dirigían.
, se puede afirmar que el Neocatecumenado es hoy , también para la Iglesia, un
verdadero lugar teológico desde el que presentar la Verdad de Cristo que hace
libres a los hombres de nuestro tiempo, y a esta tarea está invitada la Iglesia entera:
“En efecto, la Iglesia entera, como ´sal de la tierra`y ´luz del mundo`(cf. Mt 5,13),
debe dar testimonio de la verdad de Cristo que hace libres [...] Para ejercer su
función profética en el mundo, el Pueblo de Dios debe constantemente despertar o
´reavivar`su vida de fe (cf. Tim 1,6), en especial por medio de una reflexión cada
vez más profunda, guiada por el Espíritu Santo, sobre el contenido de la fe misma
y a través de un empeño en demostrar la racionalidad a aquellos que le piden
cuenta de ella (cf. 1 Pe 3,15). Para esta misión el Espíritu de la verdad concede, a
fieles de todos los órdenes, gracias especiales otorgadas ´para común utilidad` (1
Cor 12,7-11)”1056.
Entre estas gracias que el Espíritu Santo suscita al interior del Pueblo de
Dios se encuentra la vocación eclesial del teólogo. En estos últimos años, no pocos
neocatecúmenos, hombres y mujeres, casados y célibes, están sintiendo esta
llamada a una formación teológica como un servicio y una contribución a la misma
evangelización: “El Señor ha enviado a los apóstoles para que conviertan en
discípulos a todos los pueblos y les prediquen (cf. Mt. 28,19). La Teología, que
indaga la razón de la fe y la ofrece como respuesta a quienes la buscan, constituye
parte integral de la obediencia a este mandato, porque los hombres no pueden
llegar a ser discípulos si no se les presenta la verdad contenida en la palabra de la
fe (cf. Rom 10, 14)”1057. Esta presencia, cada vez más notoria, de neocatecúmenos
en las aulas de las Facultades e Institutos de Teología, conecta con uno de los
deseos expresados por nuestros Obispos: “La enseñanza de la Teología a los laicos
(no sólo a los sacerdotes y religiosos/as) es de la máxima importancia en una
Iglesia particular. Aunque no puede pedirse a todos, conviene que la diócesis, en
los planes de formación del laicado, organice una oferta de formación teológica
seria y realista, a través de cauces ágiles que faciliten el acceso a dicha formación”
(CA, nº 102).
Sin embargo, aún con ser importante la formación teológica de los fieles
laicos en las facultades de Teología, a la luz de la praxis del Neocatecumenado,
como “itinerario de formación católica, válida para la sociedad y para los tiempos
de hoy”, descubrimos un nuevo lugar nutricio del logos cristiano, un laboratorio
1056
Cfr. Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, La vocación eclesial del teólogo, Ed, PPC, Madrid, 1990, nnº
3-5.
1057
Ibid, nº 7. “Mientras la catequesis, a través de la iniciación, enseñanza y educación en los fundamentos de la fe, tiene por
objetivo la adhesión madura a la persona de Cristo (´obsequium fidei`), lo que pretende la teología es hacer crecer en la
inteligencia, como tal, de la fe (´intellectus fidei`). Cfr. CC, nº 73.
325
teológico desde el que saborear, gustar, cantar y contar, reflexionar y sistematizar
nuestro discurso sobre la acción de Dios en nuestra existencia, y de nuestra
existencia redimida en Cristo y re-dimensionada en el Espíritu para narrar las
maravillas del Señor a nuestra generación. Este nuevo lugar de creación de
pensamiento teológico es la pequeña comunidad cristiana, en cuanto lugar histórico
donde la fe se recibe como un regalo, se descubre como un don; en cuyo seno se
comparte con otros hermanos, se celebra, se madura y acrisola, se transmite a los
cercanos y a los lejanos, y se confiesa en el corazón de la sociedad con obras y
palabras, siendo conscientes de estar tomando parte en una misión confiada y en
una tarea que nos urge a dar razón de nuestra esperanza.
1058
“Mi amor está crucificado y no queda ya en mí fuego que busque alimentarse de materia; sí, en cambio, un agua viva que
murmura dentro de mí y desde lo íntimo me está diciendo: ´Ven al Padre`”. Cfr. DANIEL RUÍZ BUENO, Padres Apostólicos,
Ed, B.A.C., Madrid 1974, p. 479.
326
Quiero terminar esta Disertación sobre el Neocatecumenado afirmando
que estoy firmemente persuadido de la gran riqueza y fecundidad teológica que la
praxis neocatecumenal está llamada a aportar, ya está aportando, y va a seguir
aportando a la vida de la Iglesia en los próximos decenios 1059. Desde una
experiencia eclesial vivida en profundidad, radicada en una conciencia bautismal
redescubierta y agradecida1060, brota la necesidad de cantar, decir y exponer que
hay “un solo Señor, una sola Fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre de todos,
que está sobre todos, por todos y en todos” (cf. Ef. 4,5).
1059
En este sentido, comparto en los mismos términos la posición de H. BOURGEOIS, cuando afirma que “la teología
catecumenal me parece que va a ofrecer una aportación original al trabajo teológico que actualmente se realiza en Occidente””.
Cfr. o. cit., p. 239.
1060
En continuidad con la explicación que da el cardenal J. RATZINGER cuando se pregunta ´¿qué es la fe?`: “vuestra fe
bautismal, el conocimiento que os ha sido transmitido por la unción (sacramento), son un contacto con la realidad misma, y, p or
tanto, desde ese momento, tienen precedencia sobre la teoría. No es la fe bautismal la que debe justificarse ante la teoría, sino que
es la teoría la que debe justificarse ante la realidad, ante la ´ciencia`de la verdad concedida en la confesión bautismal”. C fr.
Transmisión de la fe y fuentes de la fe, p. 17.
327
4ª Este itinerario se vive y realiza en pequeñas comunidades, en las que la
reflexión de la Palabra de Dios, la participación en la Eucaristía y la vivencia
fraterna de la comunión, ayudan a formar células vivas de la Iglesia, renovando la
vitalidad de la parroquia mediante cristianos maduros, capaces de dar testimonio
de verdad con una fe vivida de forma radical.
328
SIGLAS
329
CIC Codex Iuris Canonici (1983)
CN Camino Neocatecumenal
330
MPD Mensaje al Pueblo de Dios. Documento final del Sínodo de 1977
sobre la catequesis en nuestro tiempo
331
TMA JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Tertio Millennio Adveniente
(1994)
332