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La moneda extranjera es aquella que se utiliza generalmente como medio de pago en operaciones

internacionales, tanto de comercio como de inversión.

La moneda extranjera, o mejor conocida como divisa, se refiere a la moneda de los países
extranjeros, sea cual sea su denominación. Será cualquier letra de cambio, cheque, carta de
crédito, orden de pago, pagare o giro, así como cualquier otro documento en el cual conste la
obligación del pago en una moneda extranjera o una moneda no nacional.

Según el Plan General de Contabilidad de 2007, se considera “moneda extranjera” a aquella que es
diferente a la moneda funcional a la correspondiente al entorno principal en el que opera una
empresa.

El registro de las transacciones en moneda extranjera requiere la selección del método y el tipo de
cambio a ser utilizado.

La NIF B-15 se emite con la intención de converger con las Normas Internacionales de Información
Financiera (NIIF) vigentes, e incorporar los conceptos básicos establecidos por la serie NIF A,
Marco conceptual. Por lo tanto, adecua y actualiza lo establecido por el anterior Boletín B-15.

La NIF B-15 Provee normas para el reconocimiento de las transacciones en moneda extranjera y la
conversión de los estados financieros de una operación extranjera a la moneda de informe,
incluyendo la conversión de la información financiera de cualquier entidad cuya moneda de
informe es distinta a su moneda funcional.

Entre las transacciones en monera extranjera se incluyen aquellas en que la entidad:

a) Compra o venda bienes o servicios cuyo precio se denomina en una moneda extranjera;
b) Presta o toma prestado fondos, si los importes coorresp0pndientes se establecen a cobrar
o pagar en una moneda extranjera; o
c) Adquiere o dispone de activos, o bien, incurre, transfiere o liquida pasivos siempre que
estas transacciones se hayan denominado en moneda extranjera.

En el entorno económico de cada entidad, existen diversos factores que afectan su operación, los
cuales deben evaluarse atendiendo a las características propias de cada entidad y ponderarse para
identificar su moneda funcional.

Para identificar su moneda funcional, una entidad debe considerar, principalmente, los siguientes
factores:

a) El entorno económico primario en el que opera;


b) La moneda que influye fundamentalmente en la determinación de los precios de la venta
de sus bienes y servicios;
c) La influencia que una moneda tiene en la determinación, denominación y realización de
sus costos y gastos, tales como, los costos de la mano de obra, de los materiales y de otros
costos de producción de bienes y servicios;
d) La moneda en la cual se generan y aplica los flujos de efectivo de las distintas unidades
generadoras de efectivo de la entidad;
e) La moneda en la cual se generan los flujos de efectivo con motivo de actividades de
financiamiento;
f) La moneda en la cual recibe y conserva los flujos de efectivo que derivan de sus
actividades de operación.

La moneda funcional refleja las operaciones y sus condiciones subyacentes, que son relevantes
para la entidad y cambia cuando se producen modificaciones en tales condiciones.

La entidad puede llegar a tener una moneda de registro y una moneda de informe diferentes a la
moneda funcional.

La utilización de una determinada moneda de registro normalmente atiende a requerimientos de


índole legar del país en el que se ubica la entidad, motivo por el cual, no siempre puede cambiarse
a discreción de la entidad y puede no ser la misma que la moneda funcional. Aunque por las
características de la moneda funcional es común que está sea también la moneda de informe, en
algunos casos no es así, debido a que la entidad define esta última con base en los requerimientos
de los usuarios de su información financiera para lograr que esta sea de utilidad.

La NIF B-15 permite a la entidad a hacer la presentación de sus estados financieros en una moneda
de informe diferente ya sea la moneda de registro, a la funciona o a ambas; incluso permite que la
entidad haga varias presentaciones de sus estados financieros en monedas diferentes, siempre
que se atienda al proceso de conversión establecido en la NIF.

Existen varios procedimientos para registrar las operaciones efectuadas en mercados extranjeros,
y estos son los principales:

 Tipo de cambio
 Tipo variable
 Tipo fijo
 Tipo de remesas previa de fondos
 Tipo de compra

Tipo de cambio

Si para el proceso de conversión están disponibles varios de tipos de cambio, debe utilizarse aquel
con el que los flujos futuros de efectivo presentados por la transacción, el saldo en moneda
extranjera, o la operación extranjera, pudieron haber sido realizados a la fecha de conversión.

Si derivado de un control de cambios, existen temporalmente restricciones o ausencias de


intercambios de divisas, el tipo de cambio a utilizar debe ser el que pueda proporcionar algún
mercado de divisas reconocido.

Tipo variable

Este procedimiento consiste en registrar las operaciones en moneda extranjera al tipo de cambio
del día en que se hayan efectuado dichas operaciones.

Este procedimiento de tipo variable es conveniente inmilitarlo cuando el tipo de cambio de la


moneda con la que se opera sufre frecuentes variaciones o fluctuaciones, es decir, cuando la
moneda extranjera no guarda, en relación con la moneda nacional, cierta estabilidad.

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