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La Violencia es un período histórico de Colombia, comprendido entre 1948 y 1960.

Se caracterizó por el
enfrentamiento entre los partidos Liberal y Conservador, incluyendo asesinatos, agresiones, persecuciones,
destrucción de la propiedad privada y terrorismo por el alineamiento político. El detonador del
enfrentamiento fue el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, candidato presidencial de los liberales, el 9 de abril de
1948; en respuesta a ese hecho ocurrió una serie de protestas y actos violentos a los que se conoce como
Bogotazo.

Algunos factores que contribuyeron a la prolongación de La Violencia fueron los temores anticomunistas de la
clase dirigente, la privación económica de los sectores populares y un rígido sistema de partidos que solo
permitía la participación de dos partidos políticos. En el año 1957, el Partido Liberal y el Partido Conservador
formaron una coalición llamada el Frente Nacional para poner fin a la violencia. Mediante este acuerdo los dos
partidos acordaban apoyar a un único candidato presidencial y se dividían todos los cargos oficiales por igual.
De esta manera se logró estabilidad política por 16 años. Una oposición no esperada se llevó a cabo por
aquellos partidos que no habían sido
involucrados en el acuerdo, como la ANAPO o Alianza Nacional Popular organizado por el depuesto general
Gustavo Rojas Pinilla.

En la mañana del 9 de abril de 1948, Gaitán salió de su casa para la Oficina, cerca de la Av. Jiménez, trabajó, y
cuando salió a almorzar, un hombre se le acercó, sacó un arma y le disparó. La conmoción general se
transformó en una turba, que mutiló y paseó por las calles el cuerpo del magnicida, Juan Roa Sierra. Condenó
el imperialismo, el elitismo y arrasó con todo lo que vieron a su paso. Años de esas rabias reprimidas desde las
Guerras Civiles del S. XIX salieron a la luz: hijos contra padres, hermanos contra hermanos, ni las más
duraderas amistades resistieron la efervescencia y calor de esos momentos: ya no eran ideologías ni partidos,
ahora, era el fanatismo.
Colombia se desangró en una noche. Una serie de revueltas y saqueos en la capital Bogotá que termina a los
pocos días tras un baño de sangre.
Los liberales vencidos se retiran al campo y organizan la resistencia con el apoyo del Partido Comunista. Los
propietarios por su parte organizan partidas armadas para luchar contra los liberales, que degeneran
rápidamente en grupos de bandidos.

Este periodo es conocido como "La Violencia" y varios personajes de ambos bandos enfrentados se harán
famosos por sus acciones atroces. Más de doscientos mil muertos es el saldo de este periodo. En 1953 el
General Gustavo Rojas Pinilla toma el poder y ofrece el final de la guerra. Por medio de las amnistías, cinco mil
guerrilleros liberales dejan las armas.

EL MOVIMIENTO PARAMILITAR
El movimiento paramilitar, entendido como un movimiento de ultraderecha, se formó y consolidó para
defender los intereses particulares de sectores del agro con poder económico y político. De este modo el
accionar de los Grupos paramilitares se ha enfocado en luchar en contra de grupos de izquierda, entendidos
como movimientos sindicalistas, campesinos o guerrilleros, que buscan, entre otras cosas, transformar las
maquinarias tradicionales del poder y de la economía en un país, ya sea por medio de la manifestación y la
protesta social, como los sindicatos y movimientos campesinos, o por medio de la lucha armada, como las
guerrillas. En la actualidad existen dos modalidades de paramilitarismo:

· Organizaciones de vigilancia. Estos grupos están al servicio de terratenientes particulares y brindan seguridad
en haciendas y regiones determinadas.

· Organizaciones armadas. Son ejércitos que tienen cobertura regional o nacional y cuentan con un mando
central que traza directrices políticas y militares.

Con el transcurso del tiempo, el paramilitarismo, igual que la guerrilla, se alió con grupos de narcotraficantes
para prestarles servicios de seguridad y control de zonas de cultivos ilícitos.

Origen del paramilitarismo

El origen del paramilitarismo se remonta a los años 1960, período durante el cual el mundo se encontraba en
la Guerra Fría, es decir, la rivalidad entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética por el control de
determinadas regiones consideradas estratégicas. Las dos superpotencias fomentaron guerras de baja
intensidad, las cuales enfrentaban a guerrillas comunistas y movimientos insurgentes contra gobiernos o
dictaduras patrocinados por los Estados Unidos.

En este contexto, la lucha contrainsurgente adoptó diferentes estrategias, producto de la experiencia de


Francia en su guerra contra los insurgentes de Indochina y del Norte de África; así como de Inglaterra contra
los movimientos de independencia en Malasia, a la cual se sumaron las guerras que impulsó Estados Unidos
contra los insurgentes de Filipinas, Corea e Indochina. Estas experiencias mostraron que era productivo para la
lucha contrainsurgente organizar fuerzas auxiliares locales, las cuales entrenaban para que cumplieran
diferentes funciones, entre otras, el asesinato selectivo de líderes populares que apoyaban a las guerrillas.

En el caso colombiano, algunos historiadores consideran como paramilitares a los grupos conservadores
chulavitas del norte de Boyacá y a los pájaros del Valle de los años cincuenta, quienes eran grupos armados
auspiciados por el gobierno que cumplían funciones militares sin estar circunscritos a las fuerzas militares del
Estado.

Podemos resumir la formación y consolidación del paramilitarismo en Colombia en las siguientes fases:

Formación. Durante la década de 1970 y en el contexto de las guerras de baja intensidad, grupos de
hacendados, terratenientes, pequeños industriales, políticos y militares decidieron organizar, financiar e
impulsar grupos armados para enfrentar a las guerrillas comunistas. Como consecuencia, surgieron grupos
armados alternos a la fuerza pública en diferentes regiones del país.

Unión. En abril de 1997, dada la proliferación de tropas de autodefensa en el país, así como de grupos de
seguridad privada llamados "Convivir", los diferentes grupos de paramilitares decidieron conformar una sola
organización armada, contrainsurgente y de extrema derecha, que fue denominada Autodefensas Unidas de
Colombia, AUC.

Expansión de las AUC. Entre 1997 y 2006, las AUC sembraron el terror en muchas regiones del país donde "con
lista en mano”: ajusticiaban a cualquier persona sospechosa de apoyar a la guerrilla. Perpetraron más de 3.500
masacres, forzaron a comunidades campesinas a salir de sus tierras y se apropiaron, por medios coercitivos,
de más de seis millones de hectáreas de tierra, sin mencionar las desapariciones forzadas y secuestros.

Desmovilización de las AUC. En el año 2003 las AUC iniciaron un proceso de paz con el gobierno nacional, que
permitió que más de 30 mil hombres entregaran sus armas y se reinsertaran a la sociedad. Más adelante, el
Congreso colombiano aprobó la Ley de Justicia y Paz, Ley 975 de 2005, que sirvió como marco jurídico para el
proceso de paz y desmovilización de estos grupos.

Sin embargo, investigaciones de organismos del Estado y de los medios de comunicación denunciaron que los
paramilitares seguían delinquiendo desde la cárcel, razón por la cual sus principales líderes fueron
extraditados a Estados Unidos en mayo de 2008.

La estrategia paramilitar

Los paramilitares, en su accionar bélico, han utilizado tres modelos de acción:

Intimidación de la población. Por medio de amenazas, asesinatos y masacres, aterrorizaron a diferentes


poblaciones y pusieron a sus habitantes en la disyuntiva de integrarse a las AUC, irse de la región o morir.
Conformación de una estructura permanente. Para conformar estructuras estables, establecieron redes con
narcotraficantes, esmeralderos, terratenientes, ganaderos y multinacionales con el fin de adquirir armamento,
entrenamiento, así como la financiación de sus acciones militares.

Contratación de mercenarios. Con el propósito de encubrir sus acciones y dificultar las investigaciones en su
contra, contrataron asesinos entrenados para que realizaran ejecuciones extrajudiciales, torturas y
desapariciones.

Consecuencias actuales del paramilitarismo

La influencia de las AUC en la política. Durante el año 2006, los medios de comunicación dieron a conocer
diferentes documentos que involucraban a políticos con las autodefensas. Según estos documentos, varios
políticos y funcionarios públicos se unieron al paramilitarismo con el fin de elegir senadores, alcaldes y
gobernadores que favorecieran a este movimiento. Estos funcionarios y políticos trasladaron grandes
cantidades de recursos públicos a las arcas de estas fuerzas irregulares, apoyaron masacres y desplazamientos
forzados, entre otras acciones. A finales de 2006, se descubrió un documento, conocido como "el Pacto de
Ralíto”, en el cual se establecía un acuerdo entre políticos (congresistas, gobernadores, alcaldes) y
comandantes de las AUC, comprometiéndose a "re fundar la patria': Todos estos hechos recibieron el nombre
de parapolítica.

Grupos emergentes. Algunos desmovilizados de las AUC organizaron grupos financiados por el narcotráfico y
son responsables, actualmente, de delitos como el tráfico de drogas, extorsión, robo, secuestro y masacres.

El narcotráfico es una industria ilegal mundial que consiste en el cultivo, manufactura, distribución y venta de
drogas alucinógenas. La influencia del narcotráfico en la situación de violencia en Colombia es innegable.
Desde su nacimiento, hacia 1960, con los diferentes carteles del narcotráfico (cartel de Medellín, cartel de Cali,
cartel del norte del Valle y el cartel de la Costa) el tráfico de estupefacientes ha invadido todos los ambientes
de la sociedad colombiana. El narcotráfico incidió en la distribución de la propiedad rural, en los rumbos y
profundización de la violencia, en la transformación de valores tradicionales, en la conformación de élites
regionales, en la integración de las clases sociales, en diferentes actividades económicas. También, permeó
instituciones del Estado y jugó un papel determinante en la expansión y en las acciones de las guerrillas y los
grupos paramilitares.

Así mismo el fenómeno del narcotráfico impulsó un factor que genera diferentes tipos de violencia en el país:
la corrupción, que es una práctica habitual de los políticos y que consiste en el mal uso público
(gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente secreta y privada. Además, el
narcotráfico pone a Colombia en los planes de Estados Unidos, que aporta recursos para combatido. Con ello,
a los conflictos nacionales se suma uno internacional: la intervención de un país extranjero en los problemas
internos de otra nación. Algunos científicos sociales consideran que el narcotráfico afectó tanto la vida
institucional del país, que cuestionó la existencia de Colombia como democracia. Por esta razón durante
algunos años, los gobiernos invirtieron grandes recursos para recuperar la imagen del país en el exterior.

El conflicto de los cultivos ilícitos

Durante la década de los noventa, Colombia presenció un incremento notable de los cultivos ilícitos, asociado
al auge del consumo, a las dinámicas propias del conflicto armado ya la disminución de la producción de estos
cultivos en países como Bolivia y Perú, involucrados también en la lucha contra el narcotráfico. La expansión
de cultivos en nuestro país ha afectado enormemente la cobertura vegetal de los bosques, la producción de
alimentos en las zonas afectadas y ha propiciado problemas económicos y sociales a los sectores campesinos
que se dedican a esta actividad.

La siembra de cultivos ilícitos es uno de los puntos de conflicto entre sectores campesinos y el Estado. El
conflicto radica en que el Estado busca la erradicación de estos cultivos de diferentes maneras. Una de ellas es
la penalización de esta actividad, contra la cual los campesinos han organizado movilizaciones y marchas. Otra
manera es el ofrecimiento de sustitución de cultivos mediante políticas que incluyen: la titulación de tierras,
financiación de la producción y comercialización de los nuevos productos, así como garantías de mejorar o
construir vías de comunicación.

Dentro de los múltiples factores que impulsan a los grupos campesinos a cultivar drogas ilegales tenemos: la
expropiación de tierras impulsada por terratenientes y narcotraficantes apoyados por grupos de paramilitares
o guerrilleros, la falta de acceso a los recursos productivos y la falta de participación del sector campesino en
la economía nacional.

Algunos ejemplos de la problemática social que han generado los cultivos ilícitos en nuestro país se
presenciaron en 1996 con las marchas cocaleras en los departamentos de Caquetá y Putumayo. Durante el
año 2006, también se presentaron marchas de campesinos cocaleros quienes se manifestaban en contra de la
política de fumigaciones liderada por el gobierno colombiano en colaboración con el de Estados Unidos. Sin
embargo, muchos analistas consideran que mientras persistan los problemas sociales ligados al campo, y la
incesante demanda de narcóticos en los países desarrollados, el problema de los cultivos ilícito s seguirá
latente.

Estrategias contra el narcotráfico

Frente al problema del narcotráfico, el gobierno colombiano ha reclamado la participación de todos los países
implicados: de los países productores y de los países consumidores. Por tal razón, desde los años noventa,
distintos gobiernos han aplicado estrategias para contrarrestar el problema del narcotráfico, estrategias que
involucran a otros gobiernos, principalmente al del país con las mayores tasas de consumo de drogas en el
mundo: los Estados Unidos.

Avances en la solución del conflicto


A pesar de que la intensidad del conflicto interno, en la actualidad, los colombianos podemos participar en su
solución. En efecto, tenemos a la mano herramientas que nos permiten hacerlo. Una de ellas es conocer y
saber sobre dicho conflicto; otra, discutir las soluciones que se han intentado y planteado en torno a él.
Veamos.
Movimientos políticos alternativos

Durante las últimas dos décadas las negociaciones del gobierno nacional con los grupos guerrilleros han
mostrado algunos logros. Por ejemplo, las negociaciones con el M-19, con Ejército de Liberación Popular, Epl,
y con la corriente de Renovación Socialista del Eln, permitieron que muchos de los combatientes de estos
grupos se reinsertarán en la sociedad, en varios casos con aportes significativos de algunos de ellos. Tal
sucedió con la Alianza Democrática M-19 algunos de cuyos miembros fueron elegidos para la Asamblea
Nacional Constituyente, escenario en el que aportaron en la redacción de la Constitución Política de 1991.
En época más reciente, el Polo Democrático Alternativo, en el cual participan muchos miembros del antiguo M
-19, han logrado conquistar alcaldías y gobernaciones, así como elegir una buena cuota de representantes a la
Cámara y senadores. Todo ello hecho en el marco de la democracia.

Los procesos de paz

Las negociaciones que el gobierno ha adelantado con las guerrillas de las Farc y del Eln han debido pasar por
una gran cantidad de dificultades, pero un aspecto que se debe destacar es que la sociedad civil se   ha
preocupado y también se ha involucrado para que el Estado y los movimientos guerrilleros lleguen a acuerdos
de paz, que los cumplan y aporten así al bien común. Sin embargo, hay que destacar que existe también una
parte de la sociedad colombiana que ve en la solución militar al conflicto la única salida viable.
Las negociaciones con los grupos paramilitares han tenido puntos a favor y en contra. Aunque se logró su
desmovilización, esta no se tradujo en compromisos efectivos por parte de los líderes y combatientes de estas
organizaciones. Razón que impulsó la extradición de los principales líderes. Por otra parte, la reparación
económica y moral de las víctimas no ha dado los frutos esperados, herramientas como la Ley de justicia y paz
aún tienen que ser más depuradas.
Las soluciones que han planteado los diferentes gobiernos han pasado de las excesivas concesiones, como por
ejemplo facilitación del diálogo, zona de despeje, etc., a la intensificación de la actividad militar. En los últimos
tiempos, los golpes militares propinados a la guerrilla han limitado su accionar bélico y al parecer se ha
reducido su capacidad de acción. A pesar de esto los analistas ven aún distante el fin del conflicto.

Mejoramiento del entorno social

Este es el factor más importante a la hora de afrontar soluciones al conflicto interno de nuestro país. Año tras
año, se presentan cifras que denotan un mejoramiento en algunos indicadores económicos y sociales. Sin
embargo, más del cincuenta por ciento de la población colombiana sigue padeciendo de pobreza, el
desempleo supera el l l % Y los índices de desigualdad se incrementan cada día. A esto se suma el alto nivel de
corrupción en las entidades administrativas del Estado y diversos problemas políticos que no permiten generar
soluciones eficaces a los problemas sociales. Algunos de los problemas que más aquejan a los colombianos y
que deben ser atendidos con urgencia son:

Vivienda. El Estado deberá ofrecer soluciones de vivienda para la población necesitada. Para ello, deberá
reducir los precios y garantizar que las constructoras entreguen planeaciones óptimas y con buenos diseños,
para que los colombianos puedan acceder a una vivienda digna. Con ello, además de satisfacer las necesidades
básicas de vivienda se pone fin a posibles fraudes y polémicas que se presentan en el sector de la
construcción. Un ejemplo de esto se presenta en la capital del país, pues según cifras de la Alcaldía Mayor de
Bogotá, entre los años 2008 y 2009 se construyeron 25.000 soluciones de vivienda, cifra que fue controvertida
por algunos concejales quienes argumentaron que este dato no era correcto. Adicional a ello, reportaron
casos de estafa y fraude por parte de algunas constructoras, las cuales además de engañar a varios
interesados en comprar vivienda, entregaron construcciones en condiciones deplorables. De otra parte, es
preciso tener en cuenta que la construcción de viviendas también se rige por los ciclos económicos de manera
que en épocas de recesión, la construcción de viviendas baja, mientras que en épocas de auge económico se
incrementa.

Educación. Durante los últimos años, el país ha presenciado serios problemas con respecto a la educación
pública. Aunque los índices de cobertura se han incrementado y los colegios públicos se han dotado de
instalaciones modernas, lamentablemente las tasas de deserción escolar se han elevado. Desde luego que
dicha deserción escolar está ligada a dos aspectos: a los problemas económicos que afectan a la familia, y a la
pérdida de interés por parte de los estudiantes. e otra parte, la crisis financiera de las universidades públicas
toca fondo y no se prevén soluciones prontas para tal situación, y aunque el Estado ha dispuesto sumas de
dinero para las universidades públicas' el monto no ha alcanzado para satisfacer las necesidades. Es preciso
tener en cuenta que con el cierre de las universidades públicas se verían afectados más de 750.000
estudiantes, que representan casi el 54% del total de estudiantes matriculados durante el año 2008.

Los procesos de paz. Tras el fracaso de las zonas de despeje, se han buscado alternativas para generar
espacios de conversación entre el gobierno y los grupos al margen de la ley. Para tal fin, ha sido de vital
importancia la intervención de la comunidad internacional, como veedurías de las Naciones Unidas u otras
organizaciones. Procesos como acuerdos humanitarios, cese de hostilidades y negociaciones deben plantearse
entre los bandos enfrentados como alternativas para solucionar esta problemática que afecta a los
colombianos.

Derechos Humanos y conflicto interno

El tema de los derechos humanos en Colombia está relacionado con los diferentes conflictos que afligen al
país, pero especialmente con el que involucra la confrontación bélica entre guerrillas, paramilitares y fuerzas
armadas. La gravedad de la violación constante a los derechos humanos y del Protocolo II de Ginebra, que se
construyó para proteger a la población civil y para limitar el uso de la fuerza en los conflictos internos, es signo
de la degradación del conflicto interno colombiano. Esta situación es tan preocupante que organismos
internacionales como la ONU, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, etc. han
llamado la atención a los diferentes actores en conflicto para que respeten los derechos humanos. El no
respeto a los derechos humanos puede desembocar en otros conflictos como los conflictos étnicos, que
responden a un ambiente de irrespeto al derecho de la diversidad.

Los conflictos étnicos

El movimiento indígena. Los indígenas tienen una larga trayectoria en sus luchas por recuperar y fortalecer la
identidad, así como por conservar sus tierras y los recursos que garanticen su subsistencia. Las luchas
indígenas difieren según la región y el grupo indígena involucrado. Por ejemplo, los indígenas del Cauca han
recurrido a la recuperación de tierras mediante la invasión de territorios y a la organización guerrillera. Los
pueblos del norte del país (arhuacos, koguis y arsarios) defienden su identidad y tierras a través de
movilizaciones sociales y culturales que buscan rescatar su identidad.

En casi todas regiones donde hay presencia de comunidades indígenas, estas se ven involucradas en el
conflicto entre fuerzas armadas, guerrillas y paramilitares; ya que son víctimas constantes del desplazamiento
forzado, el reclutamiento forzoso y la desprotección del Estado. Un ejemplo de ellos son los zenúes de
Córdoba, quienes padecen constantes abusos por parte de los actores del conflicto armado.

Por su parte los pueblos de la Amazonia y la Orinoquia se enfrentan a los procesos de expansión de la frontera
agrícola, que incluye siembra de cultivos ilícitos, con lo cual se ven involucrados en procesos de
modernización, como el uso del dinero, que afectan sus patrones de organización social. El movimiento
afrocolombiano. Los afrocolombianos enfrentan, diferentes conflictos, que los afecta directamente como un
grupo étnico colombiano. Veamos.

- Los conflictos cotidianos. La discriminación y exclusión racial a los que los someten ciertos sectores sociales.

- La pobreza. La mayoría de los afrocolombianos se ubican en el rango de población pobre, lo cual implica
mayor discriminación y exclusión social. Éstas se pueden observar en los cinturones de miseria en ciudades
como Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Medellín y Cali.

- Corrupción y clientelismo. Muchos de los líderes políticos afrocolombianos han seguido los patrones
tradicionales de hacer política, en los que la corrupción y el clientelismo marcan la pauta de los gobiernos
locales. Por tal razón, departamentos como el Chocó, se cuentan entre los más pobres y corruptos del país.

- Pérdida de tierras. Las comunidades afrocolombianas pierden sus tierras por la acción de paramilitares,
guerrilleros, terratenientes y compañías que explotan en sus regiones recursos naturales (metales preciosos y
madera).

La mujer y el conflicto

La lucha de las mujeres por hallar cada día mayor reconocimiento en los diversos aspectos de lo social ha
pasado por múltiples etapas, en las cuales han tenido que afrontar el rechazo de sectores tradicionalistas y
machistas de la sociedad. Durante la década de los cuarenta, las mujeres lucharon por sus derechos políticos,
especialmente el derecho al voto. Más adelante, entre 1970 y 1980, se centraron en demandar la igualdad de
ingresos y oportunidades laborales.
El desarrollo económico del país les permitió a las mujeres mejorar su nivel educativo y entrar al mercado
laboral en diferentes sectores. Pero estos cambios también aumentaron la brecha cultural y socio económica
con las mujeres de los sectores bajos, quienes siguieron siendo discriminadas y excluidas en lo social y en lo
cultural.

De otra parte, durante la última década del siglo XX, las mujeres impulsaron reivindicaciones de corte cultural,
por ejemplo, el derecho a la sexualidad, al manejo libre y autónomo del cuerpo manifestado en la decisión de
abortar o no abortar su embarazo en casos especiales, etc. Estos derechos chocan con visiones culturales
patriarcales, machistas y religiosas que descalifican a las mujeres, tachándolas con adjetivos moralistas.

Un frente en el cual la mujer se ha destacado es la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la
violencia. Son innumerables los casos de esposas, hijas, hermanas y madres que han sufrido la desaparición, el
asesinato, el secuestro, la violación de un ser querido. Por tal razón, han ido surgiendo en el país
organizaciones de mujeres que defienden los derechos humanos, y que, en repetidas ocasiones, se han
enfrentado a los grupos armados y al Estado utilizando medios pacíficos, tales como las marchas
multitudinarias.

Por último, el conflicto también toca los hogares de las mujeres. Allí son objeto de homicidios, abandonos,
maltrato físico y verbal que se suman a la violencia social. Las mujeres han afrontado este conflicto
construyendo una conciencia social con la cual intentan frenar la violencia intrafamiliar.

Jóvenes, conflicto e identidad

Las generaciones de la segunda mitad del siglo XX vivieron su juventud cuando surgieron los movimientos
guerrilleros, los cuales despertaron simpatías entre varios grupos de jóvenes por los objetivos de su lucha.
A diferencia de aquella generación, las generaciones del siglo XXI buscan su identidad por diferentes medios.
Los más sobresalientes son la apropiación de ritmos alternativos (funk, rap, ska, reggae, etc.) o estilos de vida
asociados con las denominadas culturas urbanas (punk, Emo, góticos, etc.) que utilizan para expresar sus
inquietudes sociales, políticas, culturales y religiosas. Desafortunadamente los jóvenes pertenecientes a estas
tribus urbanas son juzgados y asociados erróneamente con grupos delincuenciales.

A pesar de ello, los jóvenes no son ajenos al conflicto del país. Entre ellos está el mayor número de víctimas de
la violencia que vive Colombia, y algunos de ellos, hacen parte de las Fuerzas Armadas. Otros, por el contrario,
ingresan por presión a las filas de la guerrilla o los paramilitares. Esta situación se da allí donde la sociedad
colombiana no posee oportunidades laborales y educativas óptimas para el desarrollo y bienestar de los
jóvenes.

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