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Educación y Desarrollo, entre Promesas y Olvidos

“la educación ayuda a la persona


a aprender a ser lo que es capaz de ser”
Hesíodo
La educación es uno de las prioridades políticas que más se nombran, a las que se les da su
<<merecida>> importancia dentro de los planes de desarrollo, promesas de campaña política,
presupuesto y demás, pero paradójicamente a la que menos se le invierte o se focaliza en ella.
Las estadísticas nacionales de 2010 a 2015, nos muestran que la deserción universitaria estuvo
entre los valores extremos de 49,62% y 53,55% (Men, 2016 Pág. 302). Si bien estas cifras son
más que preocupantes a nivel general, si nos enfocamos en los estratos bajos ya son alarmantes.
Siendo presidente de Colombia, destinaría los recursos al sector educación, ya que se ha
demostrado que la educación tiene externalidades positivas dentro de la economía y
especialmente ayuda al desarrollo económico de la misma.

Desde que nació la economía como una ciencia se ha tratado de estudiar qué da el valor a las
mercancías, por esta razón a lo largo de la historia económica muchos economistas como Adam
Smith, David Ricardo o Karl Marx y posteriormente los economistas neoclásicos, desarrollaron
distintas teorías del valor que trataban de explicar los distintos fenómenos de las interacciones
económicas. Tocando el tema de la educación, es fundamental resaltar la teoría del valor de
Adam Smith, que se centró principalmente en que el generador de valor era el trabajo y una
mayor especialización de la mano de obra era importante para que los países se desarrollaran,
encadenando esto con nuestro tema principal, podemos asegurar que la educación, especialmente
la educación superior, es fuente de desarrollos científicos y tecnológicos, lo cual es de gran
importancia para la especialización y creación de valor de las mercancías; entre más
especializada sea la mano de obra de un país, este podrá desarrollar ventajas productivas y
tecnológicas respecto a los otros y estas a su vez generan externalidades positivas, ya que una
mayor especialización a partir de la educación, principalmente conduce a una reducción de los
precios de las mercancías y también a desarrollar nuevos avances en la ciencia que ayudan a
mejorar la calidad de vida de toda la sociedad. Sin embargo, existen ciertas limitantes que hacen
que el tema de la inversión en educación sea tan controversial dentro de la sociedad y es que en
Colombia muchas veces no existen incentivos para estudiar, especialmente para los estratos más
bajos.
Si bien, la educación es un factor clave para el desarrollo económico de un país, hay estudios que
demuestran que la experiencia laboral en Colombia es más importante en términos de retornos
económicos que la educación, lo que dificulta sin duda alguna la inserción laboral y los
incentivos que se necesitan para que las personas de menos recursos inviertan su tiempo y dinero
en educación. Los resultados del estudio de Castillo se basaron en el modelo de Mincer, este
modelo trata de explicar los retornos de la educación, cabe aclarar que es de corte neoclásico y
que incluye al capital humano dentro de la función de producción tradicional, y la acumulación
de conocimiento que tiene éste, así pues los resultados en Colombia fueron los siguientes:
La educación muestra rendimientos más altos que la experiencia
tanto para jóvenes como para adultos en todos los cuantiles, es
decir, tener un año más de educación hace que aumente más el
salario que tener un año más de experiencia. Sin embargo, para
los jóvenes, al no haber significación estadística, sino solo en el
primer cuartil, la experiencia toma la relevancia central en
explicar los retornos salariales. (Castillo. Et.al. 2017, pp. 21)

Por esta razón, siendo presidente de Colombia, trataría de cambiar el esquema educativo,
haciéndolo más llamativo para empresas extranjeras, por ejemplo, incentivando procesos de
innovación, de esta forma solucionaría el problema de los retornos. Además, trataría de convertir
a la educación en un sistema conjunto entre empresarios y estudiantes logrando que a largo plazo
ésta fuera económicamente sostenible y que generara diversas externalidades positivas a la
sociedad. Esta estrategia la han utilizado diversos países subdesarrollados en el resto del mundo,
un ejemplo muy peculiar es el caso de India, hace unos años el gobierno decidió no sólo invertir
más en educación, sino también ser llamativos para las grandes empresas extranjeras de alta
tecnología como Apple, IBM, de esta forma este país es hoy en día uno de las grandes potencias
de desarrollo tecnológico e industrial.

REFERENCIAS:
Henriquez H. & Martínez, E. (2019) Acceso a la Educación Superior en Colombia. Artículo en
Proceso.
MEN (2016) Estadístico de la Educación Superior Colombiana. Bogotá D.C., Colombia:
Imprenta Nacional.
Naranjo, M. V. (2012). Teoría constitucional e Instituciones Políticas. Bogotá D.C. Colombia:
Ed. Temis.
OCDE & Banco Mundial. (2012). Evaluaciones de Políticas Nacionales de Educación: la
Educación Superior en Colombia. París, Francia: Ed. OCDE.
Sanguino Cuéllar, Kenny D.; Torrado Verjel, Yefri Y. (2017) las Recomendaciones de la OCDE
y las Políticas Públicas de Educación Superior en Colombia. Revista Espacios, Vol. 38 No. 45.
Núñez, Clara Eugenia (1999) Educación y Desarrollo Económico. En Revista de Educación,
núm. 318 pp. 9-33
Castillo Robayo, Cristian Darío Da Silva Bichara, Julimar Pérez-Trujillo, Manuel (2017)
Retornos Salariales para Colombia: un Análisis Cuantílico. Volumen 36 No. 63 Enero-Junio.
Págs. 211-246

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