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IURIS DICTIO
>•031V CA
CORTE SUPREMA
3872
BIBLIOTECA
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PROLOGO
A. EL CONTENIDO
B. LA MOTIVACION
Chile, 1992.
¡Vapuleada jurisdicción!
Más allá de los nefastos resultados, ¿conocen mucho los
críticos las verdaderas causas de la crisis?
Más allá de la estertórica defensa, ¿qué tanto saben los criti-
cados de su esencial y verdadero rol en estos tiempos?
Claridades y definiciones básicas se hacen indispensables e
impostergables.
Saber qué son, qué hacen y cómo lo hacen, parece ser tarea
urgente de los jueces.
PROLOGO g
1. El derecho chino. 1.1. Fuente de la obra de Tong. 1.2. Las sentencias del
Tch'ouen Ts'ieou kiue yu (o che). 1.3. Conclusión. 2. El derecho griego. 2.1. He-
rencia y ámbito cultural del jurista griego. 2.1.1. La literatura. 2.1.2. La filosofía.
2.1.3. La retórica. 2.2. Organos y función jurisdiccionales. 2.2.1. Epoca primiti-
va. 2.2.2. Epoca arcaica. 2.2.3. Epoca clásica. 2.3. Doble fase del proceso griego.
2.4. Rol del juicio en el proceso griego. 2.4.1. El magistrado ante una "graphe".
2.4.2. El "dikaste" ante una "dike". 2.4.3. El "dietete" ante una "dike". 2.5.
Conclusión. 3. El derecho romano. 3.1. Las legis actiones. 3.1.1. Causa de la
división del proceso romano en dos fases. 3.1.1.1. La "concertio manus". 3.1.1.2.
La "iudicis arbitrive postulatio". 3.1.1.3. El sacramentum. 3.1.1.4. Conclusión.
3.1.2. La tarea del juez. 3.1.3. Conclusión. 3.2. El proceso formulario. 3.2.1.
Breve evolución. 3.2.2. El pretor y su labor. 3. 2.2.1. Desarrollo de la etapa in
iure. 3.2.2.2. El derecho pretoriano. 3.2.2.2.1. La jurisdicción formularia. 3.2.2.2.2.
La jurisdicción edictal. 3.2.2.3. Conclusión. 3.2.3. El iudex y su labor. 3.2.3.1.
Desarrollo de la etapa apud iudicium. 3.2.3.2. Autoridad del iudex. 3.2.3.2.1.
Elección del juez. 3.2.3.2.2. Calidades del juez. 3.2.3.2.3. Auctoritas del juez.
3.2.3.3. La sententia. 3.2.3.3.1. Iudicia stricta. 3.2.3.3.2. Iudicia bonae fidei.
3.2.3.3.3. Iudicia arbitraria. 3.2.3.4. Conclusión. 3.2.4. Conclusión. 3.3. La cog-
nitio extra ordinem. 3.4. Conclusión. 4. EpQogo.
1. EL DERECHO CHINO
1 Trabajo inédito que contiene los resultados de una investigación sobre los
chinois, Sirey, París, 1936; Woo. Kang, Les trois théories polítiques du Tch'ouen
ts'ieou. P.U.F.. París, 1932. Tesis de doctorado; Sun, Du role des décisions
d'interprétation comme source du droit chinois, Jouve. París, 1932, Tesis de doc-
torado.
2145 a. C.
4 2073 a. C.
5 1989 a. C.
6 1258 a. C.
7 Rededor del 1120 a. C.
IURIS DICTIO 13
8 Couvreur F. Les quatres livres, sin edición ni fecha, citado por Sun, op. cit.
pág. 72.
14 CARLOS CERDA FERNANDEZ
1.3. CONCLUSIÓN
El breve recorrido por estos tres casos tan notables nos permite
concluir con algunas brevísimas palabras sobre la contribución
que la historia del derecho chino ha hecho al conocimiento de lo
que ha sido la jurisdicción en sus orígenes.
En nuestro concepto una sola frase de Tong viene a explicar,
a la postre, todo el sistema del que él fue protagonista; ella
quedó expresada en el segundo de los casos examinados: "Todos
los que tienen una idea clara del juicio no la condenarían a pena
alguna". Pareciera que de la naturaleza de estos casos singulares,
considerada como un todo, emanara un sentido de solución que
no siempre fuese susceptible de expresarse en términos ciertos.
La decisión judicial de equidad no aparece tan lógicamente com-
prensible como convincentemente persuasiva. En la base de tal
IURIS DICTIO 21
2. EL DERECHO GRIEGO
2.1.1. La Literatura
2.1.2. Lafüosofia
« 478 a 323 a. C.
24 CARLOS CERDA FERNANDEZ
11 Política 295-296.
12 Esta despectiva visión obecede en gran medida al desencanto producido en
Platón por algunos excesos de los jueces de su época, como el de la condena de
su maestro Sócrates, vicios que atribuye en parte a las reformas democráticas
operadas por Dracón, Clístenes. principalmente Solón y Pendes.
13 Si bien se tienen antecedentes de algunos escritos de Aristóteles relativos
al derecho, que se encuentran desaparecidos, han subsistido otros que son por
sí solos bastante contundentes, entre los que cabe citar las Ericas-especialmente
la Etica a Nicómaco- la Política y la Retórica.
26 CARLOS CERDA FERNANDEZ
2.1.3. La retórica
2 . 2 . O R G A N O S Y FUNCIÓN JURISDICCIONALES
10 Principalmente I, 9 y ss.
20 Hasta el siglo VIII a. C.
21 La solidartté de la famille dans le droit criminel en Gréce, Fontemoing, París,
1904.
IURIS DICTIO 29
22 640 a 558 a. C.
23 600 a 527 a. C.
30 CARLOS CERDA FERNANDEZ
tipo religioso; les era difícil aceptar que los modos arcaicos de
prueba fueran reemplazados por una justicia impersonal a la
siga de los criterios demasiado generales de la legislación. El
dieteta surge como una alternativa, pues apoya su decisión en
un juramento solemne. El arbitraje público obligatorio es una
etapa importante en la evolución política y judicial de Atenas,
toda vez que contribuirá decididamente a la abolición de la lucha
privada en las contiendas entre particulares.
El proceso ante el dieteta conoció dos grandes etapas: la
instrucción y la decisión. En la primera se procuraba verificar el
caso concreto y se intentaba una conciliación. Si ésta no prospe-
raba, el dieteta prestaba juramento y decidía la cuestión. Si las
partes aceptaban lo resuelto, el caso quedaba concluido. En
cambio, si alguna o ambas partes rechazaba lo decidido, lo hacía
o hacían apelando al tribunal de los héliastes.
La Heliée fue el tribunal más grande de la época clásica. La
integraban seis mil jueces o dicastes, elegidos por sorteo entre
aquellos ciudadanos que, teniendo más de treinta años, gozaban
de buena reputación y exhibían en el tesoro o hacienda pública
una situación tributaria intachable. Cada tribu aportaba seis-
cientos. Juraban anualmente.
La Heliée distribuía su competencia en diversos tribunales o
dicasterios cuya composición y finalidad se aleja de nuestro ac-
tual empeño. Baste señalar la "Heliée" propiamente tal (presidida
por un thesmothéte), el "Trigonium" (presidido por un arcoonte),
y los dos "Parabystes", que sesionaban en un lugar oscuro, pre-
sididos por los "once". Cada uno de estos dicasterios contaba
con más de quinientos dicastes.
Cuando el interés suscitado por una disputa trascendía la
esfera privada, era resuelta por dicasterios reunidos, llegando
hasta dos mil dicastes. Excepcionalmente pudieron reunirse to-
dos los dicasterios, es decir, los seis mil dicastes; Andocido24
cuenta de un caso.
Según las leyes de Gortina (1,11.18-23. siglos VII y VI a. C.) el juez tenía la
doble lunción "dikasein" - n o definida, pero que podría traducirse como la suje-
ción a un precedente- y "kpinein" -cuando juraba para resolver en conciencia.
Sautel: Les prcuues dans te droit grec archaiqüe, Bruselas, 1965. págs. 155 y
ss.; Paoli: L'antico diritto de Gortina. en Atíri studi di diritto greco e romano. Milán,
Instituto Editorial Cisalpino, 1976, págs. 481 y ss.
¿ü Lemosse, Cognitio. París, Lesot, 1944, págs. 29 y ss.
27 A juzgar por la comedia de Aristófanes Las avispas, representada en Atenas
el año 422 a. C,, y de la escena del Escudo de Ackila -Homero, La Riada. XVIII.
498/509- la audiencia ha debido semejarse bastante a cualquiera de las que
actualmente se celebran en nuestros tribunales, sólo que realizada en sitios al
aire libre.
1UR1S DiCTlO 33
París. 1891-1904.
;J!1
4 0 Op.cit.. I. 159.
41 Op. cit., I. 169.
42 Gernet, Sur la notion duJugement en droit grec, París, Sirev 1964 oáfis
80-81. ' F * '
Aristóteles, Etica a Nicómaco, op. cit., V, 4. 8.
43
2.5. CONCLUSIÓN
3. EL DERECHO ROMANO
esta vez por las múltiples discusiones que dividen a los romanis-
tas en tomo a algunos puntos específicos.
Mientras la relativa postergación en que los historiadores
han dejado al proceso jurisdiccional griego, nos exigía dar a su
respecto una visión de conjunto, la abundante literatura dedica-
da al proceso romano nos exonera de esa responsabilidad.
Siendo así, estamos en situación de dedicamos directamente
a nuestra tarea, que no es otra que la búsqueda de la nota
diferencial en el desarrollo histórico de este proceso.
Para lograr tal objetivo hemos creído conveniente distinguir
tres etapas, más o menos coincidentes con otras tantas épocas
importantes de la vida institucional romana: las legis actiones de
la República,46 el proceso formulario del periodo clásico,47 y la
cognitio extra ordinem del Bajo Imperio.48
Nuestras explicaciones recaerán en un proceso jurisdiccional
ya casi totalmente depurado de factores religiosos e irracionales
y con un buen grado de especificidad jurídica.
Las dos primeras etapas tienen de común su carácter privado
y voluntario, antagónico a la concepción de un poder público; la
colaboración de las partes y de los juristas (magistrados, jueces
y prudentes) juega un papel fundamental. Estas etapas son co-
nocidas con el nombre de "ordo iudiciorum privatorum".
La tercera, que aparece en la época del Imperio y que reem-
plazó al ordo privatorum, fue extraordinaria, esto es "extra ordi-
nem"; allí surge el poder central. Las dos primeras conocen una
doble fase: "in jure" y "apud iudicem"; la última, una sola.
Para nuestro propósito aquéllas revisten mayor atracción que
ésta, por lo que la atención que les prestemos será proporcional
a este interés.
46 509-27 a.C.
47 Siglo II a. C. - 284 d. C.
4íf Desde 284 d. C.
IURIS DICTIO 41
49 45Q a. c.
s» Pro Mur. XI, 25-26; XIV. 30.
51 Noches áticas. 20. 10. 1, Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-
Ainérica.
42 CARLOS CERDA FERNANDEZ
3.1.1.3. El sacramentum
3.1.1.4. Conclusión
3.1.3. Conclusión
66 Betti, La creazione del diritto nella "iurísdictio" del pretore romano, en Studi di
3.2.2.3. Conclusión
6w Gaio, Inst.. op. cit., IV. 15; Thomas, Yan, op. cit.. pág. 272.
tw Digesto 22. 3; 22, 4; 22, 5.
7 0 Gerhard, Walter: Libre apreciación de la prueba, traducción del original ale-
mán Sreie Bewersweirdegung. por Bauzhas, Toinás, Bogotá, Temis. 1985, págs.
9 y ss.
IURIS DICTIO 57
71 Pugliese. Jl processo civile romano. Milán, Giuflré. 1963, vol. 2, tomo I, págs.
3.2.3.3. La sententia
3.2.3.4. Conclusión
3.2.4. Conclusión
Burdeos, 1975.
94 Ziletti, Studi sul processo civile giustiniano. Milán, Giuffré. 1965. pág. 84.
95 7. 62. 6. 1.
wDig., op. cit., 12, 3, 5; Ricobono, La cognitio extra ordinem e ¡1 suo influsso
sul ius civile, en "Mélanges Cornil", 1926, vol. II, pág. 374.
99 R diritto romano cristiano, Milán, Giuffré. 1952, vol, II, pág. 38.
68 CARLOS CERDA FERNANDEZ
100 Ricobono, Cognitio extra ordinem. Nozione e carateri del 'ius novum", en
. . . , 1 9 Q LI II 1QQK
a) presencia de una controversia jurídica,
b) existencia de un dilema planteado al magistrado: hacer ,
lugar a la pretensión o denegarla, í
c) decisión en equidad basada en un juicio de valor extraído !
de aquello que el juez considera ha sido la realidad de lo ocurri-
do, después de un conocimiento libre en el que dispone de la
iniciativa, y
d) autoridad de la decisión, que arranca de la condición fun-
cionaría del juez.
3.4. CONCLUSIÓN
4. EPILOGO
VOCACION JUDICIAL1
INTRODUCCION
PRIMERA REFLEXIÓN
SEGUNDA REFLEXIÓN
TERCERA REFLEXIÓN
CUARTA REFLEXIÓN
QUINTA REFLEXIÓN
SEXTA REFLEXIÓN
SÉPTIMA REFLEXIÓN
REFLEXIÓN FINAL
1. INTRODUCCION
La contienda C
Según la norma N
Tiene la consecuencia jurídica CJ
2. ELEMENTO FACTICO
2 . 1 . E L JUEZ CONOCEDOR
2 Frank, Jeroine, Law and thc modern mind. Nueva York, Tudor. 1936, 4'* edi-
3 Gorphe. Francois, Les décttions deJustice, París, Sirey. 1958, págs. 63 y ss.
4 Wróblewski. Jerzy. Motivation de la décition judiciaire, en La motivation des
décítíons de Justice. Bruselas. Bruylant, 1978. pág. 117.
5 Jaaskinen. Nilo, External Justiflcatíon ofProposttions in Legal Science, en Afen,
Law and Modern Forms ofLtfe, Reidel. Dordrecht. Boston. Lancaster, 1985, págs.
221 a 229.
86 CARLOS CERDA FERNANDEZ
6 Hintikka, Jaako. Legal Reasoning and Legal Systems, en Men, Law and Mo-
chives de Philosophie du Droit. op. cit., tomo XX. 1975, págs. 388 a 393; Ost,
Fran^ois, La légitimité dans le discours juridique: cohérence, performance, consen-
sus ou dissensus, en A.R.S.P, Leinhept, NE 25. Conditions ofValidity and Cogni-
tion on Modern Legal Thought, Franz Steiner Verlag. Wiesbaden G.M.B.H. Stutt-
gart, 1985, págs. 203, 204.
IUR1S DICTIO lü89
Del juez lógico digamos, por ahora, que al seguir ciertas directivas
de prueba, se está ateniendo a aquellas condiciones que el senti-
do común impone en todo conocimiento práctico, condiciones
que las más de las veces han sido incorporadas por el legislador
al reglar la apreciación de la prueba. Se vienen aquí a la mente
principios como el de no contradicción, el de tercero excluido, el
de mayor a menor, el de menor a mayor, el ad absurdum, el ad
similitudo, etc. En esta perspectiva, el juez lógico se emparenta
más bien con la lógica formal.
c
(i y t (Pi...P„) (DPj...DP„) (VP,...VP B )
Juez social
El. fáctico — >la contienda C = Juez cono- Juez sistemático
cedor Juez lógico
Juez axiológico
3. ELEMENTO NORMATIVO-SISTEMATICO
chisc lie Zeitschrit't l"ür Otíentliches Recht. NB 25. 1974, pág. 48.
IUR1S DICTIO
lü91
12 Frank. Jerome. Law and..., op. cit.. págs. 100 y ss.; Pound. Roscoe. The
Theorie of judicial decition, en Harvard Law Review, XXXVI. 1922/3, pág. 951.
13 Aarnio. On Legal..., op. cit., págs. 145 y ss.
14 Klanii. Hannu Tapani, Legal Heuristics: a TheoreticaL Skeleton. en Oikeustie-
pág. 117.
16 Aarnio. Aulis, The Rational as Reasonable. A Treatise on Legal Justification.
S (DI,... DI n ) (vii...vi n )
Juez lógico.
t>, ,. „ . . .. Juez normativo
El. normativo - > Según l a norma N = sistemático
Juez axiológico.
4. ELEMENTO JUDICATIVO
4 . 1 . EL J U E Z CONSCIENTE O ETICO
24 Esser, Joseph, Precomprensione..., op. cit., págs. 257 y ss.; Zaccaria, Giu-
seppe, Ermeneutica..., op. cit.. pág. 193; Aarnio, Aulis. On LegaL... op. cit., pág.
101.
25 Aarnio. Aulis. On LegaL... op. cit., págs. 150 a 154.
26 Ost, Francois, La légitimité..., op. cit., pág. 203.
CJ
4 . 4 . EL JUEZ LÓGICO
3(1 K1 ai ni. Haiinu Tapani, Legal Heuristics.... op. cit., pág. 21.
1URJS D1CTIO
101
5. FORMULA DE LA DECISION
1. Breve evolución histórica: 1.1. Orígenes. 1.2. Los griegos. 1.3. Los romanos.
1.4. El cristianismo y la escolástica. 1.5. El individualismo. 1.6. El idealismo.
1.7. La escuela histórica. 1.8. El positivismo. 1.9. Francois Gény. 1.10. El "hecho
normativo" de Georges Gurvitch. 1.11. La naturaleza de las cosas como estructu-
ra y orden inmanente a los conceptos jurídicos. 1.12. La naturaleza de las cosas
como estructura y orden inmanente a las situaciones jurídicas. 1.13. Norberto
Bobbio. 1.14. Luis Recasens Siches. 2. Nuestra posición.
prudencia. vol. LXXI, 1974. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, págs. 35 a 59.
2 Por una parte hemos descartado las tendencias causalistas que restringen
la naturaleza de la cosa a un mero efecto limitativo de la libertad del legislador:
Brecht. Amold, Political Theory, 1960; Garzón Valdés, Ernesto. El problema de ta
naturaleza de la cosa en el pensamiento contemporáneo, 1963, y Derecho y natu-
raleza de las cosas. 1970.
Por otra, hemos prescindido de las corrientes que la ubican dentro del marco
referencial del derecho, ya sea como un mero dato, entre otros que determinan
su vigencia, ya sea como un requisito conceptual de su existencia predetermina-
da: Von Ihering. Rudolf. Esprit du droit romain, traducción de Meulenaere, 1877;
110 CARLOS CERDA FERNANDEZ
1. B R E V E EVOLUCION HISTORICA
L.L. ORÍGENES
Escuela del Derecho Libre de Kantorowicz. La lucha por la ciencia del Derecho.
Buenos Aires, Losada, 1949; Jurisprudencia sociológica: Pound, Roscoe, The
theorie ojjudicial decisión, en Harvard Law Review, tomo XXXVI. 1922, Fifty years
ofjurísprudence, en Harvard Law Review. Tomo LI. 1937, y Sociologie du droit en
La Sociologie au XXe. siécle, tomo I, París, 1947 - Cardozo, Benjamín. II giudice e
ildirítto, traducción de Vincenzo Gueli, Florencia, 1961 - Stone, Julius, Human Law
and Human Justice, California, 1964; Realismo Jurídico Norteamericano: Llewe-
Uyn, Karl. Jurisprudence: Realism in Theory and Practice, 1962 - Frank. Jerome,
Law and the Modern Mind, 6a edición, 1949; Teoría de la Institución: Hauriou,
Maurice, La théorie de Vinstitution et de lafondation, en Cahiers de la nouveüejo-
urnée, 1925 - Renard, Georges, La théorie de l'institution, 1930; Duguit. Léon.
Traité de Droit constitutionnel, 3a edición, París, 1927; DelVecchio, Giorgio. Lezioni
di Filosofía del Dirítío, 1 Ia edición, 1962; Reale, Miguel. Filosofía do Direito, Sao
Paulo. 1953, y La crisis del normativismo jurídico y la exigencia de una normativi-
dad concreta, Santiago de Compostela. Estudios Jurídico-Sociales. 1960; Bruner.
Emil, La justicia, doctrina de las leyes fundamentales del orden social, traducción
de Luis Recasens Siches. 1961: Vlachos, Georges, Nouvelk'S recherches sur la
philosophie des valeurs du droit, en Archives de Philosophie du Droit. tomo X,
1955; Dabin, Jean, La technique de l'élaboration du droit positif Bruselas- París,
Bruylant- Sirey. 1935, y Théorie générale du droit, 2a edición. Bruselas. 1953.
ILJRIS DICTIO 111
1.2. L o s GRIEGOS
3 "Pues todas las leyes humanas se nutren por una. la cual es divina, ya que
ella gobierna o rige tan lejos como quiere, y es suficiente para todo, y más que
suficiente", citado por Recasens Siches, Luis. Experiencia jurídica, naturaleza de
la cosa y Lógica razonable, México, 1971. Fondo de Cultura Económica. 1971.
pág. 195.
4 Trasímaco y Calicles identificaron la ley natural con el derecho de la clase
8 "Lo equitativo y lo justo son una misma cosa; y siendo buenos ambos, la
única diferencia que hay entre ellos es que lo equitativo es mejor aún. La
dificultad está en que lo equitativo, siendo justo, no es lo justo legal, sino que es
una dichosa rectificación de la justicia rigurosamente legal." "Por consiguiente,
cuando la ley dispone de una manera general, y en los casos particulares hay
algo excepcional, entonces, viendo que el legislador calla o que se ha engañado
por haber hablado en términos generales, es imprescindible corregirle y suplir su
silencio, y hablar en su lugar, como él mismo lo haría si estuviese presente; es
decir, haciendo la ley como él la habría hecho, si hubiera podido conocer los
casos particulares de que se trata". Etica a Nicómaco, Libro V. Capítulo X. Tra-
ducción de Mariano de Azcárate.
Sobre Aristóteles también puede consultarse: Broekker. Aristóteles. 1935;
Philippe, Initiation á la philosophie d'Aristote. 1956; Vüley. Michel. Legons d'histoire
de la philosophie du droit, París, Dalloz, 1957; Rommen. Henri, Le droit naturel.
Histoire. Doctrine, Egloff. 1945.
9 El artículo l ü del Código Civil Suizo dispone: "La ley rige todas las materias
1 . 5 . E L INDIVIDUALISMO
Breviarios. 1954; Corts Grau. José, Historia de la Filosofía del Derecho, tomo I.
Madrid, Editora Nacional. 2a- edición, 1968.
IUR1S DICTIO
lü119
1.6. EL IDEALISMO
derecho natural en dos artículos: Droit et Nature des Chases dans la Philosophie
aüemande du Droit, en Annales de la Faculté de Droit de Toulouse. t. XII. 1964,
págs. 103 a 136, y Droit Naturel et Nature des Chases, en Archiv für Rechtsund
Sozialphilosophie, 1965, págs. 233 y siguientes. Véase también Jasinowski, op.
cit., pág. 71 y ss., sobre todo en cuanto a la renovación que Kant y Fichte
motivaron en la doctrina del derecho natural.
En nuestros días, el jurista italiano Del Vecchio, Giorgio ha elaborado una
concepción jusnaturalista partiendo de una metafísica idealista de inspiración
kantiana y fichteana, la que por no repercutir en la noción de la naturaleza de la
cosa no será abordada en esta oportunidad. Al efecto pueden consultarse: "U
concetto della natura e il principio del diritto". 1922; Le probléme des sources du
droit positif, en Annuaire de l'Institut International de Philosophie du Droit et de
Sociologie Juridique, Sirey, 1934: Lezioni di Filosofía del Diritto, 1962.
IUR1S DICTIO
lü121
Positivo, traducción de Jardón, Alberto y Baija. César. 7a- edición. Reus, 1958. pág.
135. Sobre la Escuela Histórica, además de Cathrein (págs. 129 y ss. y 244 y
ss.), puede verse Goldschmidt, Werner, Introducción al Derecho. 3U edición, De-
palma, 1967, págs. 197 y ss.
122 CARLOS CERDA FERNANDEZ
1 . 8 . E L POSITIVISMO
1.9. FRANCOIS G É N Y
definitiva y válidamente la norina que debe ser ligada a un concepto. Droit et Na-
ture..., op. cit.. pág. 115.
IURIS DICTIO
125
edición, 1959.
34 En el mismo sentido véase a Husson, Aproches et Aspects divers de la Na-
ture des Choses. Annales de la Faculté de Droit de Toulouse, t. XII. 1964. págs.
37 a 65.
35 Fundamentos de FÜosofia del Derecho. Ariel, Barcelona, 1961. pág. 134.
IUR1S DICTIO 127
36 El mismo Coing cita a Dernburg, que en Pandekten, I. 3;1 edición, pág. 87,
expresa en estos términos una idea semejante: "Las realidades vitales llevan en
sí, más o menos desarrollados, su orden y su medida". Por su pai te, Lask, Emil
habla del "valor y fin" que tienen todos los objetos captables por el derecho,
debiendo el jurista ordenarlos según ese valor y fin, Filosofía Jurídica. Buenos Ai-
res. 1946, pág. 71.
37 Stone, Julius considerará fracasado este intento de Maihofer, porque 'The
una naturaleza esencialmente pura, no son buenos ni malos; mas. las teorías
que los interpretan son buenas o malas en la medida en que. previa comproba-
ción empírica, sean verdaderas o falsas en relación a esos hechos. La toma de
conciencia de esa verdad a nivel individual, el "hacer suya" esa teoría, constituye
el deber ser, The Complexity of Legal and Ethical Experience: Studies in the Me-
thod of Normative Subjects, 1959. Puede consultarse a Recasens. Experiencia.... op.
cit., págs. 98. 279 y ss.
128 CARLOS CERDA FERNANDEZ
Sartre, Jean Paul, para el cual existen dos niveles de existencia, el principal de
los cuales es el del grupo, cuya culminación es el grupo institucionalizado por-
que permite la realización del individuo a través de la función económico-social.
Véase El Ser y la Nada, 1950 (Sartre). Sobre Heidegger, Lettre sur l'Humanisme,
traducción de Munier, Montaigne, 1957. También. Sartre et le Droit. Archives de
Philosophie du Droit, t. X, 1965.
130 CARLOS CERDA FERNANDEZ
2. NUESTRA POSICION
t.XI, 1953.
46 En otra ocasión ine he referido a la naturaleza de la contienda como
sinónimo de "esa cosa llamada contienda", El juez y los valores jurídicos. Tesis de
doctorado. Bélgica, Lovaina, 1970, págs. 207 y ss.
47 Engisch, Karl acepta la legitimidad de la exigencia de concreción en el
Alfred, "Filosofía de los valores". Buenos Aires, 1960, traducción de Pinera Llera,
2a edición; Frondizi, Risieri ¿Qué son los valores?. Fondo de Cultura Económica,
México, 1958.
tables. Para el positivismo se reducen a los hechos. Nosotros creemos que si bien
son trascendentes, se insertan en los hechos, participando en la evolución histó-
rica de éstos.
En el mismo sentido puede consultarse a Lumia, Giuseppe La giustizia como
valore, Rivista Internazionale de Filosofía del Diritto. t. XXXIX. 1962; Vlachos,
Georges, Nouvelles recherches sur la philosophie des valeurs du droit. Archives de
Philosophie du Droit, t. X. 1955.
138 CARLOS CERDA FERNANDEZ
1. INTRODUCCION
1.1. MOTIVACIÓN
1.4.2. El respeto del griego por la ley -reflejo del orden natural-
es indiscutible. Pero su influencia en la práctica judicial no
podía ser sino relativa en la gran mayoría de los casos.
Ello se explica porque la ley era excesivamente puntual, dic-
tada para situaciones particulares generalmente de tipo penal.
Cuando la acción judicial se fundaba en texto de ley tomaba
el nombre de "graphé". En tal caso los jueces quedaban sujetos
a la ley.
Pero la excepcionalidad de la regla hizo que la mayoría de las
acciones no se fundara en texto expreso, llamándose entonces
"diké", o motivadas en exigencias de justicia.
2.1. PROCEDIMENTALISMO
2 . 2 . ESTATISMO
2.4.1. "Relaciónjurídica"
2.4.2. "Situaciónjurídica"
2.4.3. Carnelutti
3. C R I T I C A A D I C H A S T E O R I A S
Ella nos dice que el proceso es tal porque hay una ley que da
validez al vínculo que se produce entre dos o más justiciables y
un juez que actúa como órgano del Estado. El reconocimiento
legal a esa estructura es la naturaleza del proceso.
Como todas, creemos que esta teoría poco o nada explica
sobre el proceso y no pasa de ser un intento de definición de su
forma en un momento histórico determinado.
El estatismo y su consecuente positivismo afloran nítidamente
en estas palabras de Calamandrei, tomadas casi al azar de entre
muchas que ilustran su posición sobre el particular: "... el Estado
moderno ha establecido, desde que al juez se le ha reservado el
oficio de aplicar a casos concretos normas jurídicas generales
anteriormente formuladas en abstracto por el legislador, un pro-
pósito más alto, que es el de garantizar y controlar a posteriori
en los casos concretos la observancia de la voluntad del Estado,
ya manifestada a priorí en la ley". "Hoy el Estado quiere que la
composición del conflicto se obtenga a través de la aplicación de
la ley. Por esto se ha dicho autorizadamente que en el Estado
moderno la función jurisdiccional es una integración y una pro-
secución de la función legislativa; porque el Estado, después de
haber manifestado en la ley su voluntad en forma general y
abstracta, reafirma a través de los jueces esta voluntad en los
casos concretos".8
Es de esta concepción degenerante de la jurisdicción que
emana el error en la consideración de la naturaleza del proceso.
Como veremos, el proceso no requiere del recurso a la ley
para explicarse. Su génesis así lo señala.
3.4. CONCLUSIÓN
165 y ss.. y "Nuove riilessioni sul giudizio giuridico". idem.. 1965. págs. 81 y ss.
Calamandrei: 'Processo e giustizia", en Rivista di dirítto processuale civüe, 1950.
págs. 273 y ss.
IUR1S DICTIO
155
4. EL PROCESO EN SI
a) La "aprehensiónjudicativa"
b) La "convicción razonable"
4.4.1.2. La apreciación
EL JUICIO JURISDICCIONAL1
2 Caso propuesto por Diez Picazo, Luis: Experiencias Jurídicas y Teoría del
and of the constitutional Courts in Germany", en Natural Law Fonwi 1959, volu-
men 4, págs. 10-11.
IUR1S DICTIO lü173
14 Ibid.
considerando 22a.
1513 de agosto de 1981. Rol 15.085 de la Corte Suprema. Ministros señores
Maldonado, Rivas y Erbetta y abogados integrantes señores Cousiño (prevención)
y Munita.
176 CARLOS CERDA FERNANDEZ
MOTIVACIONES Y ACTITUDES
DEL INVESTIGADOR PENAL1
1. PRECISIONES PREVIAS
2.2. Ejemplifiquemos
Primer caso: El parte policial expresa que en la Posta Central
de la Asistencia Pública falleció María, al quedarse en un parto
de creatura muerta. Se agrega que había ingresado al estableci-
miento asistencial más de 48 horas antes, con fractura en un
fémur, al ser atropellada por Juan, quien a las 9 horas de ese
día conducía un auto por la calle Lautaro e intempestivamente
ocupó la acera, transitando un trecho sobre ella y atrepellando a
la peatona que portaba embarazo terminal.
El hechor abandonó el lugar del accidente, al que regresó al
cabo de una hora, con un hijo menor de edad que lucía un brazo
recién vendado.
¿Cómo reaccionan nuestros jueces?
182 CARLOS CERDA FERNANDEZ
2.6. En efecto.
El caso primero deriva en la siguiente apreciación: "la manera
de conducir de Juan es ilógica y absurda, por cuanto lo hace por
la acera en lugar de la calzada. Y además, abandona el lugar".
El caso segundo desemboca en esta otra: "el acceso sexual
de Tristán a Isolda es abominable e indignante porque forzando
naturales normas de convivencia entre la mujer y el hombre,
produjo daño físico y psicológico en una menor adulta".
¿A qué apreciaciones conduce el caso tercero?
A esas que usted está guardando...
4.3. OPORTUNIDAD
4 . 5 . AUTORIDAD
Conduce el sumario.
Es el jefe, el que manda, el que tiene la última palabra.
Dirige a la policía, sea civil, sea uniformada. Y jamás debe
aceptar lo contrario.
IUR1S DICTIO lü3
4 . 6 . SENTIDO DE REALIDAD
4.7. CIRCUNSPECCIÓN
4.8. ECUANIMIDAD
4.9. PACIENCIA
Darle tiempo al tiempo. Que éste nunca falte para releer los
antecedentes.
Detenerse a pensar la información reunida. Es allí donde
brotan las ideas conductoras.
Serenidad.
194 CARLOS CERDA FERNANDEZ
4 . 1 0 . HUMANIDAD
1. INTRODUCCION
3. AMBITO DE LA VERDAD
4. TIPO DE VERDAD
5. AMBITO DE LA JUSTICIA
Juana no mató en los términos del Código Penal, toda vez que
no quiso atentar directamente contra los bienes jurídicos prote-
gidos: la vida humana y el vínculo de sangre.
De esa forma, la justicia se ha hecho verdad.
Como puede apreciarse, verdad y justicia se condicionan en
una heterodeterminación que se agota recién en la decisión ter-
minal.
El juicio jurisdiccional se construye sobre esa hermandad.
6. LA LEGITIMIDAD DE LA DECISION
1. EL I M P A S S E
2. ENTIMEMOLOGIA
Como muy bien nos decían los demás expositores, ese estado
de cosas no pasó de ser una doctrina, porque la realidad de la
jurisdicción ha superado por mucho y desde siempre esos es-
quemas a que ha pretendido reducírsela.
Otra cosa es la teoría.
La jurisdicción se mueve en una gnoseología de corte enti-
memológico pues opera con una premisa mayor que no es una
regla de derecho necesariamente formalizada, y con una menor
que es fruto de una apreciación en el orden de lo fáctico.
Veamos la diferencia, con algunos ejemplos:
a) El inciso l9 del Art. 198 del Código Civil prescribe: "Muerto
el marido, la mujer que se creyere embarazada podrá denunciar-
lo a los que. no existiendo el postumo, serían llamados a suceder
al difunto".
El precepto es gramaticalmente claro.
Empero esa claridad se esfuma cuando intentamos definir si
contempla la situación de la mujer que concibe mediante la
inoculación de espermios hivernados, de su marido ya fallecido.
b) El artículo 85 del Código Penal estatuye que:
"No se ejecutará la pena de muerte en la mujer que se halla
encinta, ni se le notificará la sentencia en que se le imponga, hasta
que hayan pasado cuarenta días después del alumbramiento".
Gramaticalmente, ¡más claro que el agua!
Pero, ¿favorecerá a la mujer condenada a muerte, que al mo-
mento de tener que notificársele la sentencia respectiva espera la
inoculación inminente de un embrión suyo ya fecundado in vitro?
c) El artículo 11 del Código Penal atenúa la penalidad:
"Si la conducta anterior del delincuente ha sido irreprochable"
(N9 6), o "Si ha procurado con celo reparar el mal causado o
impedir sus ulteriores perniciosas consecuencias" (N9 7).
Literalmente clarísimos.
Mas, ¿es irreprochable la conducta anterior de un hombre de
19 años, por el mero hecho de no haber sido condenado con
anterioridad?
O. ¿ha reparado con celo el mal causado el autor de un
homicidio que. preso e indigente, consigna $ 2.000 en favor de la
viuda de la víctima? ¿Y si deposita $ 5.000? ¿Y si $ 20.000?
d) El conocido inciso final del artículo 24 transitorio de la
Constitución de 1980 rezaba así:
"Las medidas que se adopten en virtud de esta disposición
no serán susceptibles de recurso alguno".2 Y esa disposición fa-
4. SINTESIS
padrón bajo cuya guía o luz pueda concluirse que de tal hecho,
tal norma es el deber ser.
Entonces el análisis del tema de la interpretación queda su-
peditado -para poder ser esencialmente encarado- al estudio de
aquel otro elemento o institución que, haciendo de punto de
referencia, permita sostener la claridad u obscuridad de un pre-
cepto legal.
Probablemente en razón de la influyente herencia cultural
que nos invade, por un lado voluntarista-positivista y por otro
exegético-cientista, tales estudios han sido de muy difícil despegue
entre nosotros.
En virtud de semejante cultura se produjeron en nuestro
medio dos fenómenos que aquí interesa destacar:
a) El tema de la interpretación quedó circunscrito, en las
diversas disciplinas jurídicas, al estudio del significado de las
reglas que sobre interpretación de la ley contiene el Código Civil,
y
b) Entendido el proceso como el mecanismo establecido por
la ley para su propia actuación, la jurisdicción quedó en la
doctrina eclipsada por la legislación y poca influencia parece
haber tenido en el ámbito de la interpretación legal encarada a
partir de la propia ley, salvo ciertas excepciones.
Las reacciones que en el extranjero se producen contra la
exégesis a partir del siglo pasado, creo que han constituido un
movimiento de raigambre sea filosófica, sea sociológica, dirigido
particularmente contra aquel voluntarismo-positivista. Piénsese,
por nombrar algunos, en Gény, Savigny, Kantorowicz, Heck,
Pound, Cardozo. y otros.
Pero en los últimos 30 a 35 años, otro tipo de reacción que
concibo como de raigambre metodológico-gnoseológica ha venido
a revolucionar verdaderamente estos estudios.
Su escudo de batalla reside en el siguiente discurso:
El Derecho no es la norma positiva, sino lo justo de un caso
singular.
El enunciado no es revolucionario.
Los griegos buscaban la "diké"; los romanos el "ius". Una y
otro, significaban la justicia del caso concreto.
A partir de esa premisa. Theodor Viehweg lanza en 1952 su
Topic und Jurisprudenz3 que impulsará a los jusfilósofos a una
intensa carrera para sustraer los estudios del derecho de la
crisis metodológica en que se encontraban.
1. I N T R O D U C C I O N
5. LA MERA INSTRUCCION
6. LA VERDADERA FORMACION
7. C O N F L U E N C I A DE P E R S O N A Y S I S T E M A
9. E P I L O G O
El discurso es el siguiente:
"Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe
fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Correspon-
derá al legislador establecer siempre las garantías de un racional
y justo procedimiento."
El texto comprende dos oraciones.
1 Comentario al trabajo del profesor Díaz Uribe. Claudio sobre "Recepción de los
derechos del hombre en la legislación interna de Chile en relación a las garantías
del debido proceso", leído el lu de diciembre de 1988 en el Seminario sobre
Recepción de los Derechos del Hombre en la Legislación Interna de Chile, auspi-
ciado por el Instituto de Estudios Judiciales, la Universidad Diego Portales y el
Colegio de Abogados A.G.
Publicado en Cuadernos de Análisis Jurídico Ne 10. Escuela de Derecho de la
Universidad Diego Portales, agosto de 1989. Santiago de Chile, págs. 107 a 112.
228 CARLOS CERDA FERNANDEZ
3. PROCESO PREVIO
4. LEGALMENTE TRAMITADO
5. CONSUBSTANCIALIDAD DE LA JURISDICCION
Y EL P R O C E S O
6. PROCEDIMIENTO RACIONAL
7. PROCEDIMIENTO JUSTO
9. UN EJEMPLO
10. EPILOGO
1. PRIMERA CLASE
1.1. INTRODUCCIÓN
1 Adaptación de las clases 3a y 5a- dictadas en el Taller que con jueces civiles
Art. 1.709 inciso 1B: Deberán constar por escrito los actos o
contratos que contienen la entrega o promesa de una cosa que
valga más de dos unidades tributarias.
Art 1.710 inciso J-; Al que demanda una cosa de más de dos
unidades tributarias de valor no se le admitirá la prueba de
testigos, aunque limite a ese valor la demanda.
Art. 1.711 inciso 3B: Exceptúanse de lo dispuesto en los tres
artículos precedentes los casos en que haya sido imposible obte-
ner una prueba escrita.
Ustedes conocen estos preceptos, pero no está demás repa-
sarlos porque suelen olvidársenos, sobre todo aquel del inciso 39
del artículo 1.711, que está un poco "escondido": procede la
prueba testimonial si ha sido imposible obtener una escrita.
Excepción ésta que se suma a la de la existencia de un principio
de prueba por escrito a que se refiere el inciso l9 del mismo
artículo 1.711, que define tal principio como el acto escrito del
demandado que haga verosímil el hecho litigioso.
Pasemos a los casos.
1.3.1. Formulación
1.3.2. Análisis
1.4.1. Formulación
1.4.2. Análisis
1.6. SÍNTESIS
2. SEGUNDA CLASE
2.3.1. El caso
En 1970 se casaron.
Dos hijas tuvieron.
En 1975 se separaron.
El, Pedro, se pasea deleitándose por el bosque de las féminas
y, de cuando en cuando, va talando alguna preciosa especie.
Ella, Juana, ha formado un nuevo hogar con René, desde
1984.
Detenta la tuición de las dos niñas.
En 1985 las hijas tienen 11 y 13 años.
A estas alturas Pedro está más solo. Se cansó de talar...
¿Mi mujer viviendo con otro?... ¿Adulterando...?
La demanda de Pedro no se hace esperar, y se resume así:
- El artículo 223 del Código Civil prescribe que no se confia-
rá el cuidado de los hijos a la madre divorciada, "cuando por su
depravación sea de temer que se perviertan".
- Juana es depravada porque comete adulterio con René.
Esa sola circunstancia hace temer la perversión de las hijas.
Razona así:
- Es inmoral que la mujer casada viva con quien no es su
marido. Es más, constituye un delito. Es un evidente mal ejem-
plo. Es una depravación.
- Las hijas podrían en el futuro asumir el comportamiento de
su madre como normal. Y eso importaría que se hubieran per-
vertido.
- La única manera de evitarlo es privando a la adúltera
madre de la tuición de las hijas.
Volvamos al Juez A.
Hay copiosa prueba, rendida por ambas partes.
Por el momento, hay para él una sola cosa clara:
Las hijas no deben seguir con Juana.
Ese es el efecto jurídico que quiere se siga de su decisión.
Para ello, tendrá por comprobado el hecho de la depravación
de la madre.
¿Cómo lo hará?
Valiéndose de todas aquellas reglas sobre valoración de la
prueba que le sirvan para dar por sentada esa depravación.
Así por ejemplo, utilizará el artículo 383 inciso l9 del Código
de Procedimiento Civil para dar valor probatorio al dicho de una
vecina en orden a que "oyó decir" -testigo de oídas- que "habían
visto" salir en las noches a la Juana con distintos amigos, regre-
sando de madrugada, mientras las niñitas quedaban solas.
250 CARLOS CERDA FERNANDEZ
¿Y el juez B?
También tiene una claridad, revisadas que han sido todas
las probanzas: las niñitas están mejor con la mamá' no hay méri-
to para privarlas de esa tuición.
Es ese el efecto jurídico que de su decisión quiere se derive.
Para ello no tendrá por probadas ni la depravación ni la
posible perversión.
Entonces acudirá al artículo 384 N9 2 para descartar la testi-
fical del actor. Y al 384 N9 3 para preferir a los testigos de ella
que, aunque en menor número, le parece que dicen la verdad -al
menos, admitamos, la verdad como él la entiende en la situación
enjuiciada-. Y descartará la supuesta "confesión" en rebeldía,
porque se valdrá del artículo 428 para hacer prevalecer sobre
ella la referida prueba de testigos.
2.5. EPÍLOGO
1. FORMULACION DE UN CASO
2. LA NORMA
3. EL HECHO
Y por la otra:
¿Qué hecho se tendrá por establecido?
¿El de haberse puesto esa cantidad mayor o menor de tra-
pos?
Es la fijación del elemento fáctico-sociológico.
4. LA CONSECUENCIA
5. ESQUEMA DE LA DECISION
7. LA CONVICCION
8. FUENTES DE LA DECISION
9. FORMULA DE LA DECISION
INFORMATICA Y JURISDICCION1
Informática y Derecho.
260 CARLOS CERDA FERNANDEZ
1.1. RACIONALIDAD
1.2. LEGALIDAD
2 . 4 . ELECCIÓN DE CONSECUENCIAS
2.5. CONCLUSIÓN
4. EPILOGO
1. P R E S E N T A C I O N
Suele decirse prudente del juez dócil, de aquel que nada cuestio-
na, del cauto, del eterno conformista, del carente de autocrítica.
Es la perspectiva, por ejemplo, del que considera irrespetuoso
decidir de manera innovadora, porque cree que más allá de la
ley no hay sino lo que sus máximos superiores pretéritamente
de ella han predicado.
270 CARLOS CERDA FERNANDEZ
3.1. ABIERTO
3.3. CREATIVO
3.4. AUDAZ
3.5. AUTÉNTICO
3.6. HUMANO
Es él.
El Poder Judicial se hace de y con jueces. Es lo que sus
hombres.
5.3. DEMOCRATIZACIÓN
5.4. MÍSTICA
7 . 1 . ESTRUCTURACIÓN
7.1.1. Extraorganicidad
7.1.2. Intraorganicidad
7.2. FUNCIONALIDAD
Ya está dicho que el juez debe estar cerca, junto a las partes, a
fin de descubrir lo más profundo de sus anhelos, pretensiones e
intereses.
Ello no sólo en lo penal, sino en todas las demás competen-
cias.
Creemos que la pluralidad de jueces en primera instancia
posibilitaría la práctica de procedimientos inmediatos y orales.
A la vez exterminaría el poder actuarial en el procedimiento
penal.
Democracia", que tuvo lugar en Lima. Perú, bajo los auspicios de la Comisión
Andina de Juristas y la Comisión Internacional de Juristas. Publicada en Poder
Judicial y Democracia, Lima. Perú, 1991, págs. 181 a 211.
288 CARLOS CERDA FERNANDEZ
"Art. 13. Nadie puede ser detenido sino por orden de funcio-
nario público expresamente facultado por la ley y después de
que dicha orden le sea intimada en forma legal, a menos de ser
sorprendido en delito flagrante y. en este caso, para el único
objeto de ser conducido ante juez competente."
"Art. 14. Nadie puede ser detenido, sujeto a presión preventi-
va o preso sino en su casa o en lugares públicos destinados a
este objeto.
Los encargados de las prisiones no pueden recibir en ellas a
nadie en calidad de detenido, procesado o preso, sin copiar en
su registro la orden correspondiente, emanada de autoridad que
tenga facultad legal. Pueden, sin embargo, recibir en el recinto
de la prisión, en clase de detenidos, a los que fueren conducidos
con el objeto de ser presentados al juez competente; pero con la
obligación de dar cuenta a éste dentro de las veinticuatro horas."
"Art. 15. Si la autoridad hiciere detener a alguna persona,
deberá, dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, dar
aviso al juez competente, poniendo a su disposición al detenido."
"Art. 16. Todo individuo que se hallare detenido, procesado o
preso, con infracción de lo dispuesto en los artículos anteriores,
podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre, a la magistra-
tura que señale la ley, en demanda de que se guarden las forma-
lidades legales. Esta magistratura podrá decretar que el individuo
sea traído a su presencia y su decreto será precisamente obede-
cido por todos los encargados de las cárceles o lugares de deten-
ción. Instruida de los antecedentes, decretará su libertad inme-
diata o hará que se reparen los defectos legales o pondrá al
individuo a disposición del juez competente, procediendo en todo
breve y sumariamente, corrigiendo por sí esos defectos o dando
cuenta a quien corresponda para que los corrija."
"Art. 17. Ninguna incomunicación puede impedir que el fun-
cionario encargado de la casa de detención visite al detenido,
procesado o preso que se encuentre en ella.
Este funcionario está obligado, siempre que el detenido le
requiera, a transmitir al juez competente la copia del decreto de
detención; o a reclamar para que se le dé dicha copia, o a dar él
mismo un certificado de hallarse detenido aquel individuo, si al
tiempo de su detención se hubiere omitido este requisito."
14 de febrero de 1991.
298 CARLOS CERDA FERNANDEZ
Tal vez el punto de mayor interés en esta charla sea para uste-
des el de conocer el grado de eficacia con que la jurisdicción
chilena ha aplicado la normativa tan sucintamente expuesta en
los dos capítulos anteriores.
Intento a continuación efectuar un diagnóstico de lajudica-
tura chilena durante estos últimos dieciséis años, procurando
criticar, constructivamente, las actuaciones que no me hayan
parecido conformes a los imperativos inherentes a la función
judicial, en lo tocante a la libertad individual.
Para abordar un examen de este tipo, comienzo efectuando
una suerte de esquema de todas aquellas exigencias que derivan
de la preceptiva extema e interna que ha quedado expuesta.
El principio fundamental es el de la prohibición de la deten-
ción, prisión, destierro u otra forma arbitraria de privación de la
libertad.
Por arbitrarias habríamos de entender -siempre a la luz de
esa legislación- tanto aquellas conductas que no están contem-
pladas como causales de privación en normas preestablecidas,
cuanto aquellas que, si bien responden a tales causales, no se
sujetan a las formas en que, también según leyes preestableci-
das, han de llevarse a cabo.
Entre esas formalidades, cabe subrayar las siguientes:
a) Que al momento de la privación de libertad exista una
orden emanada de autoridad competente que así la disponga;
b) Que dicha orden sea dada a conocer a la persona afectada
-intimación- conjuntamente con las razones o cargos en que se
la apoya;
c) Que la persona sea puesta, prontamente, a disposición de
autoridad judicial;
d) Que la víctima disponga de un recurso ágil ante un tribunal
para que revise la legalidad del arresto, con plenas atribuciones;
e) Que tratándose de un arresto, éste tenga lugar en la casa
del detenido o en un lugar público destinado al efecto;
f) Que en caso de ingreso a un lugar de reclusión, se haga
constar la identidad, los motivos y el día y hora del ingreso, en
un registro público;
g) Que el trato sea humanitario, excluyéndose la tortura y
los tratos crueles y degradantes;
h) Que la incomunicación sea restringida, tanto en su dura-
ción como en sus modalidades;
IUR1S DICTIO lü299
4.2.1. Oportunidad
emitía en ese tipo de casos, para declarar la admisibilidad procesal del Habeas
Corpus: anexo A. págs. 317 a 331.
306 CARLOS CERDA FERNANDEZ
5.1. EL CONCEPTO
Sostengo que para que ello sea posible -no sólo en Chile sino en
cualquiera de nuestros países- urgente resulta un cambio en el
rol esencial de la jurisdicción y del proceso, consistente en que
los jueces adquieran conciencia que más que servir a la ley posi-
tiva, deben servir al estado de derecho.
308 CARLOS CERDA FERNANDEZ
Esto debe ser así por muchas y variadas razones, entre las
que me limito a señalar dos:
a) El concepto moderno de estado de derecho adquiere senti-
do a partir de una noción humanística básica, conforme a la
cual es la persona humana -y tan sólo la persona humana- la
razón de ser del derecho,
b) No hay ámbito del quehacer público que encuentre su
legitimidad substancial fuera del parámetro humanístico, lo que
quiere decir que tanto la legislación, como la administración y la
jurisdicción, han de ser enjuiciadas en cuanto tales, a la luz del
referido padrón de referencia.
En el estado de derecho de una democracia, corresponde a
los jueces evaluar el grado de conformidad de la ley positiva con
los atributos de la persona y los derechos esenciales que la
comunidad de los hombres le ha venido comúnmente recono-
ciendo.
Sin jueces que hayan "internalizado" el valor humanista, im-
posible resulta concebir un Poder Judicial rejuvenecido.
Tercer Juzgado del Crimen de Santiago, en el Anexo B de esta obra. págs. 333 a
339
En el mismo sentido. Revista de los jueces. Año XX N'-' 10. Primer Semestre
1990. Santiago. Chile. Ediar-Conosur Ltda.. págs. 20 a 24.
310 CARLOS CERDA FERNANDEZ
que hoy por hoy se alza como padrón último de legitimidad del
discurso jurisdiccional.
Ese es el concepto.
Vamos al otro punto de vista, que he denominado de la
conversión.
5 . 2 . L A CONVERSIÓN ( A M O D O D E MENSAJE)
El alzamiento lo es:
* en contra del poder, entendido como la formal explicitación
del orden del desorden,
* en contra del derecho, mirado como la legitimación de privi-
legios y de flagrantes desigualdades, y
* en contra del Poder Judicial identificado con uno y otro.
¡Gimiente nación!
¿Quién nos da la luz?
Estáis ansiosos. Sois entonces, un pueblo culto, a condición
que la búsqueda se haga con, por, entre y para todos, sin distin-
ciones.
Archívese.
NE 2 - 7 7 .
PROLOGO 7
CAPITULO I
4. Epílogo 69
342 INDICE
CAPITULO II
VOCACION JUDICIAL 71
CAPITULO III J
1. Introducción 81
2. Elemento fáctico 84
2.1. El juez conocedor 84
2.2. El juez social 87
2.3. El juez lógico 89
2.4. El juez axiológico 89
3. Elemento normativo-sistemático 90
4. Elemento judicativo 94
4.1. El juez consciente o ético 94
4.2. El juez consensual 94
4.3. El juez axiológico 96
4.4. El juez lógico 99
5. Fórmula de la decisión 101
6. Negaciones de cada rasgo 103
7. Los méritos de cada rasgo 105
CAPITULO IV
LA NATURALEZA DE LA COSA
COMO FUENTE DEL DERECHO 109
CAPITULO V
CAPITULO VI
EL J U I C I O J U R I S D I C C I O N A L 163
CAPITULO VII
MOTIVACIONES Y ACTITUDES
DEL INVESTIGADOR PENAL 179
CAPITULO VIII
RAZONAMIENTO JUDICIAL.
V E R D A D Y JUSTICIA 195
1. Introducción
2. El caso de Antonia Millalef 196
3. Ambito de la verdad l
4. Tipo de verdad
200
5. Ambito de la justicia
6. La legitimidad de la decisión ^
7. Fuentes de la decisión verdadera y justa 206
344 INDICE
CAPITULO IX
1. El impasse 209
2. Entimemología 212
3. Discernimiento de la regla justa 214
4. Síntesis 216
CAPITULO X
P E R S O N A Y S I S T E M A EN LA F O R M A C I O N /
DE LOS J U E C E S 221
1. Introducción 221
2. ¿Qué significa formar? 221
3. La personalidad en el juicio jurisdiccional 222
4. La sistematicidad en el juicio jurisdiccional 223
5. La mera instrucción 223
6. La verdadera formación 224
7. Confluencia de persona y sistema 225
8. Contenidos de la formación judicial 225
9. Epílogo 225
CAPITULO XI
CAPITULO XII
APRECIACION DE LA PRUEBA
Y JUICIO JURISDICCIONAL 235
CAPITULO XIII
E L A B O R A C I O N DE LA D E C I S I O N J U D I C I A L 253
CAPITULO XIV
4. Epílogo ZWJ
/
CAPITULO XV j
1. Presentación 267
2. Apariencia del juez de nuestros días 269
2.1. Aislamiento, ahistoricidad 269
2.2. Irresponsabilidad política - 269
2.3. Rutina, receptividad, apagamiento 269
2.4. Temor, impotencia 270
2.5. Ficción, ocultamiento . . ." 270
2.6. Distancia, omnipotencia 270
3. Contrapartida de esas características 270
3.1. Abierto 271
3.2. Políticamente responsable 271
3.3. Creativo ; 271
3.4. Audaz . . . . . . 271
3.5. Auténtico . . . . ' . 272
3.6. Humano 272
4. Rasgos esenciales de la jurisdicción 272
5. Areas fundamentales para posibilitar el cambio 275
5.1. Independencia ética 275
5.2. Reubicación de la legalidad 276
5.3. Democratización 276
5.4. Mística 276
6. Necesidad de crear conciencia sobre lo primordial 277
7. Adecuaciones estructurales y funcionales 278
7.1. Estructuración 278
7.1.1. Extraorganicidad 279
7.1.2. ¡ntraorganicidad 281
7.2. Funcionalidad 283
CAPITULO XVI
ANEXO A 317
ANEXO B 333
BIBLIO