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TOMÁS DE AQUINO
1. Problemática propia de este tema ..................................................................................................... 72
2. Las grandes etapas históricas. Delimitación histórica .................................................................... 72
2. 1. El Imperio Romano ........................................................................................................................ 73
2.2. El Renacimiento carolingio.............................................................................................................. 73
2.3. El Imperio Bizantino ........................................................................................................................ 73
2.4. El Sacro Imperio Romano Germánico............................................................................................. 73
3. La Filosofía en la Edad Media ............................................................................................................ 74
3.1. La Filosofía patrística...................................................................................................................... 74
3.2. La Filosofía escolástica................................................................................................................... 74
3.3. Los grandes temas de la Filosofía medieval. Corrientes filosóficas................................................. 75
3.3.1. Agustinismo filosófico ............................................................................................................... 75
3.3.2. Aristotelismo averroísta ............................................................................................................ 76
3.3.3. Aristotelismo tomista................................................................................................................. 77
4. La Filosofía de Santo Tomás de Aquino ........................................................................................... 79
4.1. Situación histórica........................................................................................................................... 79
4.2. Trayectoria personal de Tomás de Aquino: Vida y obras (1225-1274) ............................................ 79
4.2.1. Datos biográficos...................................................................................................................... 80
4.2.2. Obras más importantes............................................................................................................. 80
4.2.3. Valores personales ................................................................................................................... 80
4.3. El problema de Dios........................................................................................................................ 81
4.3.1. Fe y razón ................................................................................................................................ 81
4.3.2. Análisis del Ser y de los Seres.................................................................................................. 82
4.3.3. La existencia de Dios................................................................................................................ 83
4.3.4. La demostración por las cinco vías........................................................................................... 84
4.3.5. Crítica a la argumentación tomista............................................................................................ 87
4.4. La antropología tomista .................................................................................................................. 88
4.4.2. La inmortalidad ......................................................................................................................... 89
4.4.3. El conocimiento del Hombre ..................................................................................................... 89
4.4.4. El principio de individuación...................................................................................................... 91
4.5. La Ética........................................................................................................................................... 92
4.5.1. Ética eudamonista y teleológica................................................................................................ 92
4.5.2. Ética basada en la ley natural ................................................................................................... 93
4.5.3. Una ética propia de todo ser humano ....................................................................................... 93
4.5.4. Una ética orientada por la ley positiva ...................................................................................... 93
4.5.5. Una ética trascendente ............................................................................................................. 94
4.6. La política ....................................................................................................................................... 94
4.6.1. Estado ...................................................................................................................................... 94
4.6.2. Gobierno y sociedad................................................................................................................. 94
4.6.3. Formas de gobierno.................................................................................................................. 96
5. Influencias recibidas y repercusión de la doctrina de Tomás de Aquino ....................................... 96
5.1 Influencias recibidas ........................................................................................................................ 96
5.2 Repercusión de la doctrina de Tomás de Aquino............................................................................. 97
Apuntes para uso privado de los alumnos de Sta. Mª de los Apóstoles, basados en la obra Cuadernos de COU y
Selectividad Historia de la Filosofía de los autores J.M. GARCÍA-MAURIÑO y J.A. FERNÁNDEZ REVUELTA de la
Editorial Alambra Longman, así como en Historia de la Filosofía de J. SEGOVIA, J. ARROYO, F. NAVARRO, de la
editorial Anaya.
Se trata de un período histórico muy complejo. Las relaciones entre Fe y Razón hace difícil la tarea
del puro pensar filosófico; son relaciones muy problemáticas, más aún, conflictivas. La Filosofía medieval
pertenece a una época histórica en la que no estaban definidos los límites entre Religión y Política; el
Trono y el Altar se encontraban indisolublemente unidos. No hay delimitación entre problemas de ámbito
político, por un lado, y las doctrinas y autoridad religiosa, por otro; no se sabe dónde termina lo político, y
dónde empieza lo religioso. Prevalece un platonismo cristiano, una subordinación de casi todo a la
Teología, y una auténtica sumisión de las Ciencias a toda clase de autoridad. Destacan grandes filósofos,
casi todos ellos clérigos, que pretenden entender y justificar racionalmente las creencias de su Fe; la
Filosofía es esclava de la Teología. Se fundan Escuelas y Universidades, y existe un enorme florecimiento
intelectual.
De todos modos, no existen acontecimientos destacados que sirvan de referencia obligatoria para
marcar el inicio y el fin. Se suelen poner varios. El inicio:
Haciendo un breve resumen de las grandes etapas históricas, las podríamos sintetizar del modo
siguiente.
2. 1. El Imperio Romano
Siglo I: Octavio Augusto (27 a. de C.), sobrenombre de Augusto, rango de emperador. Desde él
los Augustos son adorados como dioses.
Siglo II: Sucesivamente el Imperio está gobernado por los Claudios (Tiberio, Calígula, Claudio,
Nerón), que miran como enemigos a los que no los adoran; los Flavios (Vespasiano, Tito, Domiciano ),
que se tienen que enfrentar a las revueltas que vienen de los judíos hasta que Tito arrasa el Templo de
Jerusalén; los Antoninos (Trajano, Adriano, Marco Aurelio).
Siglo III: Ocupa este siglo la dinastía de los Severos (Septimio Severo fue su fundador); las
constantes escisiones hacen que se vaya desmoronando el Imperio; las causas son políticas, sociales,
económicas, morales y religiosas. La corrupción ocupa todas las ciudades del Imperio. Hay una auténtica
paralización de la cultura.
Siglo IV: Constantino firma el Edicto de Milán el año 313, con el que se logra una paz para la
Iglesia. El emperador es el protector de la Iglesia. El Estado toma como religión oficial el Catolicismo. Es
la época de la filosofía patrística con San Agustín (354-430) como principal representante.
Con él vuelve la idea de un imperio único; el aglutinante será la religión cristiana. Por eso
consigue que el 24 de diciembre del año 800 en la Misa de Navidad le corone emperador el Papa
León III. Así queda constituido el Sacro Romano Imperio. Se unen los dos poderes (espiritual y
temporal) -el Emperador y el Papa-, y el Emperador se hace protector de la Iglesia. De esa manera, se
consolida la fe del Estado, se favorece la creación de nuevos monasterios y se difunde la cultura:
Carlomagno llama al monje Alcuino para fomentar la cultura creando bibliotecas, etcétera.
Al morir Teodosio (394) reparte el Imperio entre sus hijos Arcadio y Honorio, con la formación de
dos imperios: Oriente y Occidente. La parte oriental se llamó Imperio Bizantino; su capital, Constantinopla.
El emperador es un monarca absoluto y su autoridad se extiende incluso a la Iglesia. Sucede la misma
unión entre el trono y el altar que en Occidente: un Estado, una ley, una Iglesia; así gobernaba Justiniano,
el constructor de la basílica de Santa. Sofía.
Podemos decir que los cuatro primeros siglos de Cristianismo constituyen un período preparatorio
para la Filosofía medieval. De ahí que la Filosofía medieval suela dividirse en dos grandes etapas.
Es el pensamiento de los filósofos cristianos desde el siglo I al V. Se llama patrística por constituir
un pensamiento propio de los Padres de la Iglesia Católica. No es propiamente una filosofía elaborada y
sistemática.
Al aparecer la religión cristiana (que no es una filosofía, sino una religión, es decir, un
planteamiento de vida, una manera de ser) se ve en la necesidad de compaginar sus enseñanzas con el
pensamiento culto dominante en Occidente (la filosofía griega). Surge así una confrontación entre la
corriente griega y el pensamiento relacionados con el mensaje cristiano.
Razón y fe. Las dos están en íntima relación, puesto que Dios es la única verdad:
- la razón presupone la fe: la razón por sí sola no basta para alcanzar la verdad
porque es limitada e imperfecta, necesita de la fe;
Recibe el influjo de Platón, sobre todo, a través de El Fedón y El Timeo y desde algunas obras de
Plotino. El platonismo agustiniano será la corriente filosófica que dominará durante toda la Edad Media.
Es el segundo gran período de la Filosofía medieval. Su nombre indica que era la filosofía que se
enseñaba en las escuelas.
Siglos VI-VII: Es la preparación de la Filosofía escolástica. Destacan Boecio (siglo VI), como
intermediario entre la filosofía antigua y el mundo latino. San Isidoro de Sevilla (siglo VII) que escribe las
Etimologias (= la esencia de las cosas se conoce por la etimología) y el monje Alcuino (siglo VIII), a quien
eligió Carlomagno como impulsor de la cultura.
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 74
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
Siglos IX-XII: Es el período de formación. Destacan Juan Escoto Eriúgena, neoplatónico; San
Anselmo, agustiniano y platónico; Pedro Lombardo, maestro de las Sentencias, cuyo Libro de las
sentencias sirvió de texto en muchas escuelas.
En los siglos XI-X II destacaron los árabes Avicenna y Averroes, y el judío Maimónides.
También destacan en este mismo siglo los franciscanos seguidores de San Agustín, Alejandro de
Halés, San Buenaventura y Raimundo Lulio, español; Duns Scoto, escocés, también franciscano, llamado
el Doctor Sutil.
La orientación platónica que había asumido San Agustín domina ampliamente el panorama
intelectual de Occidente hasta el siglo XIII; es como el sello cultural de esa época. Las características de
este movimiento son:
• Fe-razón: Para el agustinismo no hay separación entre Filosofía y Teología, entre fe y razón,
ambas colaboran solidariamente en el esclarecimiento de la verdad: la razón sirve a la fe y la fe
ilumina a la razón. La razón sola, sin la fe, no puede alcanzar la verdad (que es Dios). Su máxima
expresión es credo ut intelligam.
• Antropología: Dualismo platónico mantenido por San Agustín, alma y cuerpo son dos sustancias
distintas. El hombre es «un alma inmortal que se sirve de un cuerpo mortal». De ahí que el
conocimiento consiste en la interiorización; en el interior del alma está la verdad y de ahí hay que
partir para el conocimiento de la realidad sensible. Dios ilumina la mente humana para que ésta
pueda conocer la verdad.
• Ética: Predominio de la voluntad sobre el entendimiento, del bien sobre la verdad, del amor sobre
el conocimiento, de la intuición sobre el método racional. Es algo que influirá en gran manera
sobre el protestantismo.
• Ontología: Hilemorfismo aplicado a todas las sustancias (incluso las espirituales, como los
ángeles). Es una razón más teológica que filosófica, se quiere poner de manifiesto la diferencia
entre Dios y las criaturas: Dios es el ser simplicisimo, mientras que los demás seres son de alguna
manera compuestos.
• Dios: Desconfianza de las pruebas físicas de la existencia de Dios, y preferencia por el argumento
ontológico de San Anselmo.
• Fe-razón: Coge el principio agustiniano Credo ut intelligam y lo lleva hasta el final; no se trata de
entender para poder creer (es decir, la necesidad de la razón), sino de la necesidad de la fe para
poder conocer la verdad. Sin fe no se puede alcanzar la verdad.
«Todos los hombres, incluso el que no cree, tiene una idea, una definición de Dios: un ser tal que
es imposible pensar otro mayor que él:»
En esta definición está incluida la existencia, de lo contrario, se podría pensar en otro ser, igual
que el anterior pero que existiese (que tuviera incluida la existencia en la definición), y entonces sería
mayor que el anterior (es más estar en la mente y en la realidad que en la mente), y, por tanto, habría
una contradicción en la definición = «imposible pensar otro mayor que é1». Luego, la definición incluye la
existencia.
Ha sido negado por Santo Tomás: hay un salto ilegítimo del orden 1ógico al orden real; si partimos
de la definición de Dios solamente podemos llegar a la existencia pensada de Dios, pero no a su
existencia real.
Hasta el siglo XIII, el predominio absoluto de la filosofía es de corte platónico, sobre todo por la
influencia de San Agustín y del Pseudo Dionisio (se le creyó discípulo de San Pablo, y, sin embargo, se
descubrió que era un filósofo cristiano-platónico del siglo IV).
La Filosofía aristotélica era ignorada; solamente se conocía algo de su Lógica gracias a las
traducciones de Boecio (siglo VI), pero no se conocía ni la Física ni la Metafísica.
A la caída del Imperio Romano, Occidente pierde todo contacto con la mayoría de las obras de la
filosofía griega. solamente se conoce a Platón a través de San Agustín, y esta filosofía marca la línea
histórica de ocho siglos.
Pero sobrevino la conquista árabe impulsada por el predominio de Mahoma y la guerra santa.
Conquistan Siria y, a través de Siria, entran en contacto con el mundo griego. Un grupo de cristianos
había traducido al siriaco algunas obras de Aristóteles, y del siriaco se traducen al árabe y se comentan
por autores que estaban influidos por ideas platónicas.
Se conoce así un aristotelismo en árabe platonizado. Los árabes estudian a Aristóteles a través de
comentaristas neoplatónicos, ya que este ambiente había invadido todo. El principal representante de este
aristotelismo árabe platonizado fue Avicenna (siglo x).
Más tarde, Averroes (siglo XII) escribe comentarios a las obras de Aristóteles, eliminando todas las
adherencias neoplatónicas y difundiendo por primera vez el aristotelismo puro.
Gracias a Averroes se conoce a Aristóteles, y los árabes lo difunden por Occidente. El centro más
floreciente del pensamiento árabe de Occidente es Córdoba (donde había nacido Averroes en 1126). Será
el más importante de los filósofos árabes: médico, matemático, teólogo y filósofo. Se le llegó a llamar el
Comentador por los comentarios de Aristóteles. Su influencia en Occidente fue decisiva.
Pero como había que traducir del árabe al latín las obras más importantes, surgen una serie de
Escuelas de traductores a lo largo del siglo XII; la más importante de todas ellas es Toledo. Las versiones
árabes de Aristóteles se traducen al latín y se difunden por Occidente.
• Mundo: Según Aristóteles, Dios es el Motor Inmóvil que mueve un mundo eterno en constante
movimiento, un mundo que ha existido siempre y que Dios ni siquiera conoce (Dios se conoce a sí
mismo).
• Alma: El alma de cada hombre es mortal, perecedera y corruptible. El entendimiento (es una
interpretación de Averroes) es el mismo para todos los hombres, y está en cada uno, es inmortal,
pero no es Dios, ni el alma humana [...].
• Verdad: Averroes afirma la doble verdad: hay dos verdades, teológica y filosófica, es decir, de fe y
de razón. Una afirmación puede ser verdad teológica (el alma inmortal) y su contraria puede ser
una verdad filosófica (alma mortal).
Esto era un intento de defender la autonomía de la razón frente a la fe. Su máximo representante -
Siger de Brabante- fue condenado y expulsado de la Universidad de París.
Al difundirse esta nueva forma de pensar, y sobre todo estas tres afirmaciones, la Iglesia asumió una
actitud hostil frente a estas nuevas teorías: no se podía admitir la eternidad del mundo, que parecía estar
en contradicción con la creación; tampoco se podía admitir la negación de la inmortalidad del alma, que
pugnaba con las verdades de la Iglesia; ni era posible admitir la teoría de la doble verdad, que llevaba al
escepticismo y al relativismo.
Por este aristotelismo averroísta vinieron las primeras prohibiciones de la Iglesia. A pesar de todo,
más tarde cambiaría de postura y sería la gran defensora de la nueva filosofía. La Iglesia difundió la
Filosofía aristotélica a partir de entonces.
La primera prohibición de la Iglesia tuvo lugar en 1210 en un Sínodo de París. Más tarde, Gregorio
IX lo vuelve a prohibir en 1231, aunque unos días después manda revisar todos los libros de Aristóteles.
San Alberto Magno ya había avanzado bastante la utilización de la Filosofía aristotélica, pero va a
ser Santo Tomás el que dé el gran paso.
Santo Tomás ve pronto que los principios aristotélicos son verdaderos y que, por tanto, pueden ser
utilizados como válidos para una síntesis filosófica. Gran parte de la filosofía de Santo Tomás es doctrina
de Aristóteles, pero repensada por una mente poderosa y no servil a Aristóteles. No adoptó simplemente
un sistema, sino que se sirvió de ese sistema para conseguir una de las mayores síntesis filosóficas de
toda la historia, que va a influir poderosamente en los siglos posteriores.
Si hasta ahora había sido el Agustinismo el que había prevalecido, desde ahora será el
Aristotelismo interpretado por Santo Tomás, el Tomismo, el que prevalece con estas características:
Podemos decir, en cierto sentido, que Santo Tomás es ecléctico; recoge los materiales que le
sirven (de Aristóteles, de San Agustín, etc.), pero sin sujetarse a nadie, e infundiendo en todos ellos su
profunda personalidad. Es así como lleva a cabo una de las más profundas revoluciones culturales de la
historia. Asume la Filosofía aristotélica pero infunde en ella el sello de su originalidad, y con un riguroso
espíritu científico, con libertad, sin servilismos. No se puede admitir la imagen de Santo Tomás como un
seguidor servil de Aristóteles, sino que, asumiendo los grandes principios de la filosofía aristotélica, los
reelabora y hace una síntesis original.
Así, pues, no hay que admitir necesariamente la tesis averroísta y esta tesis no es necesariamente
rechazable por la Iglesia.
• Alma: Corrige a Aristóteles afirmando la inmortalidad del alma. Lo afirma del alma, no de un
entendimiento común a todos los hombres, sino del alma, la forma del cuerpo, que es inmortal.
• Verdad: Es inadmisible la doble verdad. Contradice a toda 1ógica humana que una cosa puede ser
al mismo tiempo verdad y mentira. No se puede admitir la tesis averroísta.
Se separa, por tanto, de los filósofos averroístas. Sin embargo, acepta el sistema aristotélico porque
ofrece una interpretación valiosa de la realidad y es totalmente compatible con las verdades de la fe
cristiana.
• El Papado: de las luchas constantes entre el Imperio y el Papa, gana éste. Así, acumula poder no
espiritual sino material; es el mayor poder de Occidente.
• Las herejías: no se toleran; se las castiga con penas civiles, e incluso con la muerte.
• Existen las clases sociales que son «queridas por Dios», Él es el que ha hecho a unos príncipes, a
otros obispos, y a otros, vasallos. Es su voluntad.
• También el poder procede de Dios y se lo ha dado a unos para que lo ejerzan. Rebelarse contra
éstos es rebelarse contra el mismo Dios.
Conflictos familiares
Desde niño cuenta con la oposición familiar a que estudie, porque sus padres sueñan con hacerle
Abad del Monasterio de Montecasino (uno de los bastiones de la nobleza de entonces).
Conflictos universitarios
Los universitarios acudían en masa a escucharle y esto provocaba los celos de otros profesores.
Había, además, en París continuos choques entre profesores y estudiantes, policía, huelgas, presiones,
intrigas, etc. Fueron años turbulentos.
Conflictos doctrinales
Había un rechazo de sus doctrinas por sospechosas de herejía al seguir a Aristóteles (si hubiera
sido platónico, no le hubiera pasado nada). Los adversarios más fuertes eran los franciscanos, que
seguían la corriente agustiniana. Por otro lado, las autoridades eclesiásticas prohibían los libros de
Aristóteles y sus enseñanzas.
Sin embargo, a partir del siglo XV el libro de texto en todas las Universidades Católicas de
Occidente fue la Suma Teológica de Santo Tomás.
Nace en 1225, en el Castillo de Rocaseca, cerca de Nápoles, hijo del Conde de Aquino, el más
pequeño de los varones entre doce hermanos.
Sus primeros estudios los hace en la Abadía de Montecasino (con la intención familiar de que
llegara a ser abad del monasterio benedictino) hasta que el Emperador expulsa de allí a los monjes. Va a
estudiar a Nápoles e ingresa a los veinte años en la Orden de Predicadores, a pesar de la oposición de
sus padres que le secuestran y le retienen en Rocaseca; pero él se descuelga por una ventana.
Va a estudiar a París (donde estudian los grandes filósofos de la época) en 1245 y luego a
Colonia, en 1248, donde tiene por maestro a San Alberto Magno, que le va induciendo hacia el
aristotelismo. Vuelve a París a sacar la licencia. Rechaza el ofrecimiento del Papa para ser abad de
Montecasino.
En 1256 es profesor en París, le hacen Maestro de Teología a pesar de tener treinta y un años
(exigían 35) por el peso de su autoridad doctrinal. En 1259 va a enseñar a la corte pontificia. Vuelve de
nuevo a París (caso único de un profesor que fuese llamado dos veces a la misma Universidad) para
hacer frente a los enfrentamientos y controversias que había.
En 1274 vuelve a Nápoles, acaba la Suma Teológica y es convocado para asistir al Concilio de
Lyon; en el camino entre Nápoles y Roma, en el Monasterio cisterciense de Fosanova, muere a los
cuarenta y nueve años de edad.
En este corto espacio de tiempo hace una de las mayores síntesis filosófico-teológicas de la
historia. Una vida entregada a la búsqueda de la verdad y a la unión mística con Dios.
Comentarios
- A Aristóteles.
Las Sumas
En estas dos obras se contiene principalmente todo su pensamiento filosófico y teológico. Han sido
libros de texto durante muchos años.
• No presupone nada, ni una noción o concepto. Parte de la realidad existente y desde ella
reflexiona hasta el final, probando cada paso.
• Su filosofía puede desvincularse de la espiritualidad cristiana, cosa que no sucedía con San
Anselmo o San Buenaventura, y puede entrar en diálogo con los sistemas filosóficos más
recientes.
4.3.1. Fe y razón
Distinción
Hay distinción clara, formal y explícita entre la verdad teológica y la filosófica. Cada una tiene su
propio campo de acción. A la Filosofía le corresponde el campo de la verdad natural; a la Teología, el
campo de la verdad sobrenatural.
El filósofo utiliza la razón y saca conclusiones que son fruto del razonamiento humano; el teólogo
utiliza la verdad revelada y desde ella, con la razón y apoyado en la autoridad divina, saca las
conclusiones que pertenecen al ámbito de la fe.
Conflicto
Pero no puede haber conflicto entre ambas porque las dos proceden de Dios. Son distintas pero
no contradictorias. No puede haber, por tanto, una doble verdad (= Averroes: lo que es filosóficamente
verdadero puede ser teológicamente falso) porque sería llevar la contradicción al mismo Dios de quien
procede la verdad teológica y filosófica.
Por tanto, cuando una proposición filosófica se halla en contradicción con la verdad revelada,
significa que hay un error no en la filosofía, sino en el filósofo.
Independiente
La razón es de por sí suficiente para alcanzar la verdad. A diferencia de San Agustín, no afirma
que al conocimiento racional le sea necesaria la fe. Esta suficiencia de la razón será una de las
características más acusadas del humanismo renacentista. Santo Tomás afirma el valor de la persona
humana en su plena integridad natural.
Colaboración
La razón ayuda a la fe para construir la Teología como una ciencia (con rigor científico), utilizando
la dialéctica para los que niegan las proposiciones de fe y aportando cuantos datos colaboren al
esclarecimiento de la verdad revelada.
La fe ayuda a la razón como criterio extrínseco, si se llega a conclusiones contradictorias con la fe,
hay que revisar los razonamientos. La razón no llega a algunas verdades, pero las ve como no
contradictorias.
Verdades
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 81
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
Hay verdades comunes que son al mismo tiempo verdades de fe y verdades de razón, como la
existencia de Dios. Las dos se complementan. Aparece entonces no la no contradicción, sino la
conveniencia de dichas verdades.
Suprarracionalidad
El que una verdad sea suprarracional no quiere decir que sea irracional. Las verdades de fe no
contradicen la razón. La razón las contempla en otro plano que supera lo racional. No se opone, sino que
se coloca en otro plano por encima de la razón.
DIOS
VERDAD
Creer Entendimiento
Autoridad Razonamiento
Externa FE RAZÓN
Interno
Aceptación Evidencia
TEOLOGÍA FILOSOFÍA
Mutua colaboración
Autonomía e independencia
Santo Tomás parte de la creación. Dios ha creado el mundo, y, por tanto, todo lo que existe es
fruto de la creación divina:
Por tanto, Dios es el Ser por antonomasia, causa de los seres; los demás Seres existen en razón
del Ser.
Consecuencia
• Seres: los seres creados existen por otro; no necesariamente existen, podrían no existir; su
esencia no es existir, pueden dejar de existir. Esencia # Existencia. Son seres contingentes.
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 82
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
- Existencia: aquello por lo cual una cosa existe (De ente et essentia, V, 3-4).
De ahí la radical diferencia entre Dios y las criaturas. Para los Neoplatónicos Dios es simple; las
criaturas están compuestas de materia y forma. Para Santo Tomás Dios es simple; las criaturas están
compuestas de esencia y existencia.
Todos los seres son, pero no son de la misma manera; no es el mismo el ser de la piedra que el
ser del hombre; no es lo mismo el ser de Dios que el del hombre: «aquello mismo por lo que coinciden
(ser) es lo mismo que les diferencia (ser de distinta manera)». Por eso toda analogía implica una
semejanza y una diferencia, coinciden en parte, y en parte se diferencian.
Dios es, pero es de distinta manera que el hombre (que también es): Dios es el ser necesario, no
puede dejar de existir; existe por, sí mismo.
Las criaturas son, pero no necesariamente; son seres contingentes, su esencia no es la existencia.
Acto y potencia
La esencia es pura potencialidad; puede llegar a existir, está en potencia para existir. Es capaz de
recibir la existencia.
La existencia es acto, actualiza la potencialidad del ser; hace que la esencia (potencia) llegue de
hecho (acto) a existir.
Todos los seres son en potencia, pero no todos existen de hecho. Dios es Acto puro, en él no hay
potencialidad:
• Toda existencia que sea distinta de la esencia tiene la misma relación que el acto con la potencia.
• No es posible que una misma cosa esté a la vez en acto y potencia respecto a la misma realidad.
Prueba a priori
La evidencia puede ser en sí y con respecto a nosotros. Ejemplo: “lo incorpóreo no ocupa lugar” es
evidente en sí, pero no para todos nosotros, sino solamente para los iniciados. De la misma manera, la
existencia de Dios es evidente en sí (la esencia = a la existencia), pero no para nosotros.
Por otra parte, el argumento ontológico supone un salto del orden ideal al orden real. Habría que
probar que entre lo real hay algo superior a lo que se puede pensar.
No se puede demostrar a priori, el argumento ontológico no vale. Una cosa es que exista la idea
de Dios y otra cosa es que exista en la realidad, fuera de la mente.
Hay que probarlo a posteriori, mediante la observación de los objetos sensibles, estudiando los
efectos debemos llegar a la causa.
- Principio metafísico.
- Conclusión
- Seres contingentes (que no necesariamente existen). -Seres con diverso grado de perfección.
- Todo ser que se mueve es movido por otro, e implica un ser inmóvil.
- Todo ser causado implica una causa incausada. -Todo ser contingente exige un ser necesario.
Luego existe un motor inmóvil, una causa incausada, un ser necesario, perfecto, ordenador
supremo.
Como a este Ser, con estas características, le llamamos Dios, Dios existe.
Primera vía:
Segunda vía:
«La segunda vía se basa en la causalidad eficiente. Hallamos que en este mundo de lo sensible
hay un orden determinado entre las causas eficientes; pero no hallamos que cosa alguna sea su
propia causa, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible. Ahora bien,
tampoco se puede prolongar indefinidamente la serie de las causas eficientes, porque siempre que
hay causas eficientes subordinadas, la primera es causa de la intermedia, sea una o muchas, y
ésta causa de la última; y pues que, suprimida una causa, se suprime su efecto, si no existiese
una que sea la primera, tampoco existiría la intermedia ni la última. Si, pues, se prolongase
indefinidamente la serie de las causas eficientes, no habría causa eficiente primera, y, por tanto, ni
efecto último ni causa eficiente intermedia, cosa falsa a todas luces. Por consiguiente, es
necesario que exista una causa eficiente primera, a la que todos llaman Dios.»
Tercera vía:
«La tercera vía considera el ser posible o contingente y el necesario, y puede formularse así.
Hallamos en la naturaleza cosas que pueden existir o no existir, pues vemos seres que se
producen y seres que se destruyen, y, por tanto, hay posibilidad de que existan y de que no
existan. Ahora bien, es imposible que los seres de tal condición hayan existido siempre, ya que lo
que tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo en que no fue. Si, pues, todas las cosas tienen la
posibilidad de no ser, hubo un tiempo en que ninguna existía. Pero, si esto es verdad, tampoco
debiera existir ahora cosa alguna, porque lo que no existe no empieza a existir más que en virtud
de lo que ya existe, y, por tanto, si nada existía, fue imposible que empezase a existir cosa alguna,
y, en consecuencia, ahora no habría nada, cosa evidentemente falsa. Por consiguiente, no todos
los seres son posibles o contingentes, sino que, entre ellos, forzosamente ha de haber alguno que
sea necesario. Pero el ser necesario o tiene la razón de su necesidad en sí mismo o no la tiene. Si
su necesidad depende de otro, como no es posible, según hemos visto al tratar de las causas
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 85
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
eficientes, aceptar una serie indefinida de cosas contingentes, es forzoso que exista algo que sea
necesario por sí mismo y que no tenga fuera de sí la causa de su necesidad, sino que sea causa
de la necesidad de los demás, a lo cual todos llaman Dios.»
Cuarta vía:
«La cuarta vía considera los grados de perfección que hay en los seres. Vemos en los seres que
unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles de otros, y lo mismo sucede con las diversas
cualidades. Pero el más y el menos se atribuye a las cosas según su diversa proximidad a lo
máximo, y por esto se dice lo más caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto,
ha de existir algo que sea caliente de lo que más se aproxima al máximo calor. Por tanto, ha de
existir algo que sea verísimo, nobilísimo y óptimo, y por ello, ente o ser supremo; pues, como dice
el Filósofo, lo que es verdad máxima es máxima entidad. Ahora bien, lo máximo en cualquier
género es causa de todo lo que en aquel género existe, y así el fuego, que tiene el máximo calor,
es causa del calor de todo lo caliente, según dice Aristóteles. Existe, por consiguiente, algo que es
para todas las cosas causa de su ser, de su bondad y de todas sus perfecciones, y a esto
llamamos Dios.»
Quinta vía:
«La quinta vía se toma del gobierno del mundo. Vemos, en efecto, que cosas que carecen de
conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que
siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene; por
donde se comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente. Ahora bien, lo
que carece de conocimiento no entiende aun fin si no lo dirige alguien que entienda y conozca, a la
manera como el arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas
naturales a su fin, y a éste llamamos Dios.» (Suma Teol., I-II, q.2, artículos 1-3).
Primera vía:
El motor, para poder mover algo, tiene que estar en acto; si es pura potencia, no puede hacer
nada. Por ejemplo, la pura potencia de calor no calienta; el hecho de tener un leño que «potencialmente»
da calor, no calienta.
El móvil, para poder ser movido, tiene que estar en potencia; si ya está en acto, ya se ha movido,
ya no puede moverse.
Por ejemplo, el leño puede moverse hacia el calor si aún no se le ha encendido; una vez
encendido no está en potencia, porque ya esta en acto.
Pero no se puede estar al mismo tiempo en potencia y en acto respecto a lo mismo; o está en
potencia o está en acto.
Segunda vía:
Una cosa no puede ser causa de sí misma. Si alguna cosa fuera causa de sí misma, quiere decir
que se daría el ser o el obrar a sí misma:
- si se diera el ser, entonces existiría antes de existir, porque para darse el ser tendría que ser;
- si se diera el obrar, tendría que obrar antes de ser, antes de poder obrar.
Tercera vía:
Lo que tiene posibilidad de no ser hubo un tiempo en que no fue, no existió; porque si hubiera
existido siempre, nunca hubiera tenido posibilidad de no ser, es decir, nunca hubiera estado en potencia
de ser.
Por lo tanto, si en algún momento ha tenido potencia para no ser, quiere decir que ha habido algún
momento en que no ha sido.
Hay que reconocer que, aunque las pruebas de la existencia de Dios han perdido poder de
persuasión, no han perdido poder de fascinación. Hoy se sigue preguntando mucha gente si es posible
demostrar a Dios: estas pruebas siguen infundiendo respeto.
Al intento de demostrar racionalmente la existencia de Dios, han dedicado sus mejores esfuerzos
los mayores genios de la humanidad: Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, etc. En la Edad Moderna,
Descartes. Leibniz, Wolf, sustituidas después en Kant por un «postulado moral», reinterpretadas luego por
Fichte y Hegel y de nuevo restauradas por el tomismo.
• Si los argumentos son lógicamente convincentes, ¿por qué ninguno de ellos es universalmente
aceptado? Si fueran concluyentes, podríamos decir que toda persona con capacidad de pensar
debería admitir a Dios; o lo que es lo mismo, habría que descalificar a los ateos en cuanto a su
inteligencia. ¿Será, por tanto, que su valor probatorio es bastante relativo?
• ¿Se puede probar a Dios? ¿Se puede demostrar por medio de un silogismo la existencia de Dios
como absolutamente cierta?, ¿con qué derecho se excluye el proceso al infinito? ¿O el recurso al
azar? Da la impresión que se presupone aquello que se quiere demostrar y de lo que se trata es
de querer justificar lo que se afirma por la fe.
• ¿No se convierte a Dios en un objeto? Parece que se trata a Dios como a una estrella lejana que
se la calcula sin haberla visto. El resultado de un silogismo es el objeto puesto frente al sujeto: ¿no
tratamos a Dios como un objeto cualquiera?
• La razón humana es limitada: ¿puede pasar del mundo de los fenómenos, de la simple apariencia,
para llegar al ser en sí? ¿No será una arrogancia de la mente humana?
• Probado Dios ¿hay lugar para la fe? Si se pretende una prueba lógica, ¿no se intentará una
verdad necesaria -como el Teorema de Pitágoras- sin dejar lugar para creer en libertad? ¿Es
posible la fe después de todo eso? El Concilio Vaticano I dice que a Dios se le puede conocer a
través de las criaturas; pero no afirma que sea demostrable. Si se demuestra su existencia,
¿queda lugar para la fe?
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 87
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
4.4.1. Hilemorfismo
Forma
La única forma sustancial es el alma racional que informa directamente a la materia prima, de ahí
que resulte una unidad; si tuviera otras formas sustanciales (vegetativa, sensitiva), no se salvaría la
«unidad» hombre. El término «hombre» no se aplica ni al alma sola ni al cuerpo solo, sino al alma y al
cuerpo juntos, a la sustancia compuesta.
Única
El alma única del hombre confiere a éste todas las determinaciones del hombre: su corporeidad
(porque el alma informa a la materia prima) y sus operaciones vegetativas, sensitivas e intelectivas.
• En el animal: sólo está presente el alma sensitiva (principio de vida vegetativa y sensitiva).
• En el hombre: sólo está presente el alma racional (principio de vida vegetativa, sensitiva y
racional).
Al morir el cuerpo, deja de estar informado por el alma y se corrompe. Dejan de actuar las
operaciones racionales, sensitivas y vegetativas. En lugar de sustancia humana tenemos multiplicidad de
sustancias materiales.
Unión
Santo Tomás, por tanto, está muy lejos de la teoría platónica. No el alma, sino también el cuerpo
pertenece a la esencia del hombre. El mismo ser que razona es el que siente, el que crece. La unión del
alma y cuerpo es natural (hay que hablar más propiamente de alma-materia prima):
- El alma humana puede ejercer la sensación, pero para eso necesita el cuerpo.
- Tiene la facultad de la intelección, pero no posee ideas innatas y tiene que formar sus ideas a
partir de la experiencia sensible, para lo cual necesita el cuerpo.
- La unión no es para un castigo del alma, sino para su provecho. El cuerpo existe para la forma,
no contra la forma.
4.4.2. La inmortalidad
Según Aristóteles, la unión entre cuerpo y alma es tan fuerte que forman un compositum, un
sujeto. La misión de la forma (el alma) es informar al cuerpo. Una vez que el alma no informa al cuerpo,
no tiene sentido su existencia. ¿Es posible, desde esta teoría, afirmar la inmortalidad?
A pesar de la unidad, Santo Tomás afirma que el alma es incorruptible y, por tanto, a pesar de
corromperse el cuerpo, el alma es inmortal. La razón es que el alma es una forma subsistente.
¿Qué significa “forma subsistente”?: Que puede existir sin necesidad del cuerpo.
Animales
En los animales el alma depende del cuerpo para todas sus operaciones y por tanto se corrompe
cuando se corrompe el cuerpo. Así pues, el alma en los animales NO es una forma subsistente.
Hombre
El alma no depende del cuerpo, es una forma subsistente (es espiritual, existe por sí misma sin
necesidad del cuerpo); esto por dos razones:
• Es capaz de conocer las naturalezas de todos los cuerpos; si fuera material estaría determinada a
un objeto específico; así, por ejemplo, el ojo puede ver los colores; el oído puede oír los sonidos,
etc. Sin embargo, el alma puede conocer todas las realidades:
El problema que se plantea Santo Tomás acerca del conocimiento es éste: ¿Sobre qué trata
nuestro conocimiento?, ¿sobre lo sensible o sobre lo espiritual? ¿Cómo llegamos al conocimiento
abstracto, universal?, ¿cómo pasamos del conocimiento de lo concreto y particular-sensible propio de los
sentidos, al conocimiento universal propio del entendimiento?
Conocimiento sensible
El modo de conocer depende del modo de ser; como el hombre está constituido por cuerpo y
alma, quiere decir que está dotado de unos órganos de conocimiento que son los sentidos, pero como se
trata de una unión sustancial de cuerpo y alma, el conocimiento que se tiene es un conocimiento humano.
Éste se obtiene a partir de los sentidos: Nada hay en el entendimiento que antes no haya estado en los
sentidos. Sigue a Aristóteles: se empieza a conocer desde lo sensible, desde lo concreto y particular.
Conocimiento abstracto
El entendimiento elabora los conceptos a partir de los datos suministrados por los sentidos,
abstrae de esos datos lo esencial de cada objeto (porque el objeto del entendimiento es el ser, la esencia
de las cosas). El entendimiento tiene una doble actividad: por un lado es capaz de abstraer, de sacar lo
esencial de cada objeto percibido por los sentidos; por otro lado, es capaz de formular un concepto
abstracto, universal. Es decir, es capaz de hacer ciencia (sin conceptos universales no es posible la
ciencia).
Santo Tomás hace un análisis muy fino de cómo llega el entendimiento a formular los conceptos
universales a partir del conocimiento sensible. Vamos a ver este proceso en los siguientes pasos:
INDIVIDUACIÓN
• Los sentidos captan el objeto sensible, concreto. Es el punto de partida: un hombre concreto, un
árbol, una casa, etcétera. A esto lo llama Santo Tomás especie sensible impresa.
• En la imaginación se graba la imagen propia de ese objeto. A esta imagen la llama Santo Tomás
fantasma (del griego «faino» = aparecer). Los fantasmas son las imágenes de los objetos de
nuestros sentidos que se graban en nuestra imaginación (= fantasía), y que Santo Tomás
denomina especie sensible expresa.
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 90
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
• El entendimiento agente (o activo) abstrae, despoja, desnuda al objeto concreto de todo aquello
que le impide ser inteligible, quitándole todo aquello que tiene de particular, de concreto, le deja
desnudo de todo lo individual, dejando lo esencial y haciendo posible una representación
inmaterial. El resultado es la especie inteligible impresa.
• El entendimiento posible (o pasivo) elabora, con los datos que le proporciona el entendimiento
agente, el concepto universal. Es el que tiene propiamente la capacidad abstractiva, cognoscitiva,
el que representa mentalmente el objeto percibido por los sentidos (se llama pasivo porque está en
potencia en el orden cognoscitivo hasta que recibe la especie impresa del entendimiento agente).
Los conceptos son siempre universales, abstractos. Es lo que Santo Tomás llama especie
inteligible expresa.
Este entendimiento es el que combina los objetos, los relaciona, los juzga, los niega, los
afirma, los compara, forma los juicios universales que son los que hacen posible la ciencia.
Hemos visto cómo el entendimiento agente despoja al objeto de lo particular y se queda con la
esencia universal; esta especie inteligible impresa es común a todos los individuos de la misma especie.
¿Qué es lo que hace que cada objeto sea algo concreto individual?: la materia, que es distinta en cada
uno.
Resumen
• El entendimiento vuelve la mirada ala imagen y reconoce en ella al individuo al que puede aplicar
el concepto universal.
Conclusiones
2. ¿Cómo podemos conocer a Dios si no tenemos fantasma o imagen de él? Santo Tomás responde
que esto es posible porque:
• El objeto del entendimiento es lo metafísico, es decir, lo que está más allá de lo sensible, la
esencia, el “ser”, como tal.
• A través de las cosas contingentes no puede conocer directamente a Dios, pero sí de un modo
indirecto; los objetos finitos y contingentes revelan su relación a Dios y, por tanto, pueden
conocer que Dios existe.
4.5. La Ética
• Concepción mecanicista: qué es lo que mueve a los hombres a obrar de determinada manera. Así,
reflexionan los sofistas, los epicúreos, etc. La consecuencia es una ética de móviles que pretende
descubrir los impulsos que de hecho determinan la conducta humana.
• Concepción finalista: cuál es el fin al que está orientado el ser humano. Esta es la línea que
comenzó Platón y perfeccionó Aristóteles. Esto da lugar a una ética de fines que pretende
descubrir cuál es la perfección humana.
Santo Tomás opta por este segundo camino. Su ética tiene las siguientes características:
Según Aristóteles, el hombre actúa por un fin, por un bien; el bien supremo es la felicidad; y ésta
consiste en el ejercicio de la virtud perfecta, es decir, en la contemplación del Motor Inmóvil (el objeto más
elevado del entendimiento); se trata, por tanto, de la contemplación racional, filosófica, no religiosa. El
hombre feliz es el filósofo, no el santo.
Según Tomás, los actos del hombre son actos libres y proceden de la voluntad, y el objeto de la
voluntad es el bien. ¿Cuál? No las riquezas, ni el placer, ni el poder, ni la ciencia, sino el Bien supremo, el
bien universal; no es algo que esté fuera, ni dentro del hombre, sino en algo que esté por encima, que sea
trascendente; es decir, en Dios.
Entonces, todos los bienes, todos los fines, están subordinados a algo supremo, trascendente, que
es Dios. Dios es el bien del que dependen todas las cosas; todas las cosas y todos los bienes están
ordenados a Dios, como bien supremo que no puede estar en ninguno de los bienes externos al alma o al
cuerpo.
La felicidad propuesta por Aristóteles es imperfecta, puesto que es la que puede alcanzarse en
esta vida.
La felicidad que propone Tomás es perfecta, porque incluye la visión beatifica de Dios,
completamente extraña a la felicidad aristotélica. La felicidad perfecta consiste en un acto del
entendimiento, no en un conocimiento natural de Dios, sino en un ver a Dios y conocerle como Él es, por
un don del mismo Dios.
Todo ser natural posee unas tendencias que se derivan de su naturaleza; el hombre, también;
pero, además, las puede conocer por ser racional y de su conocimiento deriva ciertas normas de conducta
que se fundan en su misma naturaleza. De ahí, que podemos decir que la Ley natural está basada en las
tendencias de la naturaleza:
Para que una ley sea natural, como participación de la ley divina, tiene que tener estas
características:
- Universal: La naturaleza humana es común para todos los hombres, a pesar de las
diferencias culturales.
- Evidente: Los preceptos de la ley natural han de ser conocidos fácilmente por todos los
hombres.
Los sofistas habían afirmado el carácter convencional de las normas morales con la distinción
entre fisis y nomos, la razón era la falta de unanimidad entre los diversos pueblos.
Exigencia
Es una exigencia de la ley natural. La ley natural impone la vida en sociedad, y ésta es posible
poniendo unas normas legales que regulen la convivencia humana (S. 7:, I-II, q. 93, a. 3).
La ley positiva no proviene del capricho de los gobernantes, sino que es algo exigido por la misma
naturaleza. Entre las dos no puede haber contraposición, sino aclaración de la ley natural. La ley positiva
es una concreción de la ley natural y no puede ir en contra de ella, sino que debe especificar lo que
pertenece por ley natural.
Prolongación
La ley positiva es una prolongación de la ley natural; ha de concretar las normas morales
naturales, puesto que son tan «generales» que es menester concretarlas.
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 93
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
Respeto
La ley positiva tiene que respetar la ley natural. Está la norma que señala los límites sobre los que
se construye la ley positiva.
La ética es trascendente porque parte de Dios (la ley natural la ha infundido Él en la naturaleza y
en la conciencia de los hombres) y se orienta hacia Dios (el fin del hombre es gozar de Dios).
La felicidad del hombre no se acaba aquí: su último fin es el conocimiento beatífico de Dios. (S. 7:,
II, q. 3, a. 4). Dios es el gran ordenador del Universo, él ha sido el que ha infundido una Ley en cada ser:
su Ley Natural. Así, Dios gobierna el mundo mediante la Ley Eterna que se encuentra enraizada en la
naturaleza de todos los seres, de todo lo creado.
Los seres no inteligentes son regidos por las leyes físicas. Los seres inteligentes, por medio de la
ley moral (aquella parte de la ley eterna que se refiere a la conducta humana).
Esta conducta humana está regida por la conciencia (el acto humano por el cual aplicamos estos
principios a lo que hacemos) y también por la virtud (que es esa disposición estable para hacer el bien: la
naturaleza de la virtud no es una manera de ser, sino una manera de obrar (S. T., I-II, q. 72, a. 40).
4.6. La política
Tanto la ética como la política están basadas filosóficamente en Aristóteles, pero con un
complemento teológico. Para Santo Tomás el hombre tiene un fin sobrenatural, el cual no puede
satisfacer el Estado. De ahí que se plantee también las relaciones Iglesia- Estado.
4.6.1. Estado
El Estado, como para Aristóteles, es una institución natural, fundamentada en la naturaleza del
hombre. El hombre no es individuo aislado, sino que es un ser social, nacido para vivir en común con
otros hombres. Necesita de la sociedad:
- a los animales la naturaleza les ha proporcionado vestido, alimento, etc.: el hombre se los
proporciona la sociedad mediante la cooperación con otros hombres;
Si la sociedad es natural, también el gobierno. Lo mismo que el cuerpo se desintegra cuando falta
el alma, también sucede lo mismo si falta un principio que unifique (gobierno) y dirija las actividades de los
ciudadanos para el bien común. La cabeza rige el cuerpo; el gobierno, el Estado.
Tanto el gobierno como el Estado son queridos por Dios. Dios es el que gobierna el mundo
mediante su Ley Eterna, la razón divina. Las cosas están gobernadas por la razón divina, es decir, llevan
dentro una razón de ser, una forma de actuar, conforme a la ley eterna; es la inclinación de la naturaleza,
las leyes naturales. Las personas racionales participan activamente de la ley eterna, de la razón divina. En
la naturaleza humana existen unas leyes morales (haz el bien y evita el mal) que es la participación del
Apuntes para uso privado de Historia de la Filosofía 94
Víctor M. Gallardo Relloso
Sta. María de los Apóstoles Tomás de Aquino: Hombre y Dios
hombre en la ley divina. La ley humana positiva es una concreción de esa ley natural. El Estado no es
consecuencia del pecado original (San Agustín) ni una creación del egoísmo humano.
Sociedad perfecta
El Estado es una sociedad perfecta, tiene todos los medios materiales necesarios para conseguir
su propio fin (el bien común de los ciudadanos). Para ello es necesaria la paz, la economía, la defensa,
los tribunales de justicia, etc., y el gobierno que asegure esas cosas.
El fin de la Iglesia es sobrenatural, más elevado que el del Estado. La Iglesia es una sociedad
superior al Estado. De algún modo, aquél debe supeditarse a ésta, en cuanto que no impida lograr su fin.
El gobierno del Estado debe facilitar al hombre la posibilidad de conseguir su fin sobrenatural.
Es algo parecido al tema fe-razón. La razón posee su propio campo, pero debe estar supeditada a
la fe. El Estado tiene su propia esfera, pero de algún modo debe estar supeditado a la Iglesia.
Individuo
En las relaciones entre el individuo y el Estado, Santo Tomás mantiene que la parte se ordena al
todo, y, puesto que el individuo es parte, las leyes del Estado deben ordenarse al todo, al bien común. De
alguna manera, el hombre, la parte, está subordinada al todo, estado.
Así, arguye que es justo que la autoridad pública condene a muerte a un ciudadano por crímenes
graves, porque el ciudadano se ordena a la comunidad. Santo Tomás se manifiesta, pues, partidario de la
pena de muerte. Llega a decir que «si algún hombre es peligroso para la comunidad o corruptor de la
misma, puede ser matado laudatoria y saludablemente para conservar el bien común». (Summa
Theologica, 11-11, q. 64, a. 2).
Pero no puede interpretarse como un totalitarismo llevando ese principio hasta las últimas
consecuencias y haciendo que el individuo exista para el bien común. El hombre no es simplemente un
miembro del Estado, sino un ser humano, una persona que debe tender hacia el fin sobrenatural.
Soberanía
• Por ley natural: el legislador y soberano tiene que aplicar y concretar la ley natural, porque los
preceptos naturales son muy generales. Pero nunca puede ir en contra de una ley natural, porque
la autoridad proviene de Dios y Dios es el autor de la ley natural.
• Por el bien común: una ley puede ser injusta si va contra el bien común (por fines egoístas del
legislador). Entonces los súbditos no tienen obligación de cumplirla; es más, es lícito
desobedecerles porque hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
• La autoridad viene dada por Dios al pueblo, y éste es el que la delega en el gobernante (esta
postura no está clara en Santo Tomás; hay textos que parecen indicar otra posición). Sin embargo,
siempre habla como representante del pueblo y tiene facultad en cuanto representa al pueblo y
siempre para el bien del pueblo. Por eso es lícita la rebelión contra el tirano que no cumple,
aunque Santo Tomás no defiende la rebelión contra el tirano, porque si fracasa, produce males
mayores. Lo que hay que hacer es evitar que el monarca se convierta en tirano.
La tiranía es la peor; la monarquía es la mejor, proporciona más unidad, es más «natural», pues
rige al pueblo como la cabeza al cuerpo: las abejas tienen reina, y Dios reina.
Pero no es fácil conseguir que la mejor persona sea el monarca, y, por tanto, lo mejor es una
forma mixta, en la que el poder del monarca sea moderado por los magistrados elegidos por el pueblo.
Es parte integrante de su filosofía: Dios es el supremo Señor y gobernante del Universo, causa
primera y causa final, pero no la única causa. Las criaturas racionales deben gobernarse conforme a la
razón.
El problema era hasta dónde aceptar las teorías aristotélicas sin contradecir la fe cristiana. A
Tomás le estaba reservado intentar la reconciliación del sistema de Aristóteles con la teología
cristiana. De esta forma, el cristianismo conectó con el pasado cultural griego. También incorporó alguna
tesis de Platón (por ejemplo, la cuarta vía) y del estoicismo (por ejemplo, el gobierno del universo por la
razón).
Aquino plantea las pruebas de la existencia de Dios desde la visión del mundo griego (platónica-
aristotélica) vigente en su tiempo. Cuando la interpretación griega del mundo fue sustituida por otra visión,
la renacentista, y desapareció la ingenuidad acerca del conocimiento que aportan los sentidos, las
pruebas tomistas fueron perdiendo vigencia y convicción teórica. Las obras de Copérnico, Descartes,
Galileo y Newton ofrecen un nuevo modelo de universo que exige una profunda revisión de la doctrina
tomista.
Además de las influencias mencionadas, Aquino incluyó en su doctrina algunos aspectos de los
pensadores musulmanes que habían traducido a Aristóteles y del filósofo judío Maimónides.
Por lo que respecta a los autores cristianos, en Aquino influyó, además de Agustín de Hipona,
principalmente, Anselmo de Canterbury.
Uno de los presupuestos fundamentales del cristianismo fue el concepto de «creación, y con él, las
concepciones de la vida, de la muerte y de la historia, que no son ni circulares ni cíclicas, como lo habían
sido en Grecia. También son cristianos los temas de la libertad, del mal como pecado, de la felicidad
como bienaventuranza y la subordinación del Estado a la comunidad de los creyentes. Basándose en
estos presupuestos, Tomás de Aquino dio un enfoque cristiano a los problemas griegos.
Innovación y polémica
La introducción por parte de Aquino de la tradición aristotélica contó con la oposición de las
universidades y de los frailes franciscanos.
En el primer tercio del siglo XIV fue aceptado el tomismo, y desde 1879, con la encíclica Aeterni
Patris, de León XIII, su doctrina fue propuesta como la oficial de la Iglesia. En 1914, se promulgaron los
principales puntos de su filosofía en forma de veinticuatro tesis, y en 1931, la Iglesia estableció para sus
centros de enseñanza superior los principios de la doctrina de Aquino.
Desde mediados del siglo XIX, en la Universidad de Lovaina (Bélgica) se viene renovando el
tomismo (con la denominación de neotomismo); también se difunde la doctrina del «Divus Thomas» en el
Instituto Católico de París, en la Universidad Católica de Milán, en la Universidad de Friburgo y en el
Colegio Angelicum (Roma), entre otras instituciones.
Actualmente, la Iglesia católica le tiene como maestro general (Doctor communis). En el Concilio
Vaticano II (1962-1965) se habló poco de él. Pero en el Código de Derecho Canónico (1983) se le
recomienda, y es uno de los autores más citados en el Catecismo universal romano (1993).
La aceptación de Aquino es paralela al rechazo por la Iglesia del modernismo, una corriente de
pensamiento procedente de la Ilustración, que rompe con la imagen bíblica y medieval del mundo,
afirmando la autonomía de la razón, de la ciencia, de la historia, de la democracia moderna, etc.,
estableciendo un nuevo paradigma y rompiendo con el pasado. La Iglesia, en el Syllabus (1864), de Pío
IX, condenó una serie de doctrinas modernas consideradas errores, como la libertad (de conciencia, de
religión y de prensa), el matrimonio civil, el racionalismo, el socialismo, el liberalismo, etc. En la
actualidad, el neotomismo trabaja por incorporar las conclusiones de la filosofía y de la ciencia a la
imagen tomista del mundo.
El rechazo del realismo de Aquino tuvo su expresión más crítica dentro de la filosofía inglesa, en el
empirismo del siglo XVII, culminando las teorías de Ockham, y en el método cartesiano de la duda.
Puesta la duda en la base del sistema aristotélico-tomista (los sentidos son fuente cierta de conocimiento),
todo el sistema caerá por tierra, en virtud, incluso, de un principio aceptado por el propio Tomás un error
leve en el punto de partida es un gran error en el punto de llegada.
Moral católica
Por otra parte, la concepción tomista de la naturaleza humana, con su propuesta de la ley natural,
es la base de la moral católica, aunque se formule hoy de modos diferentes; por ejemplo, como condición
humana, para evitar la sensación de rigidez e inmovilidad. Algunos ven en la ley natural un remoto y
primer referente de los derechos humanos, en cuanto que son inherentes por naturaleza a toda la especie
humana.
La Iglesia aprovecha la propuesta tomista de las relaciones entre fe y razón para explicar conflictos
relacionados con algunas teorías científicas, que establecen otras visiones del universo, como el
heliocentrismo y el evolucionismo, que han exigido importantes ajustes en la interpretación tradicional
para que no se produjeran contradicciones, porque la lectura e interpretación literal de la Biblia implica el
fijismo y el geocentrismo. Este conflicto fue la base de las actuaciones más oscuras de la Inquisición
católica y protestante (condena de Galileo, ejecuciones de Giordano Bruno y de Miguel Servet, etc.).
Autonomía filosófica
Esto ocurre hoy también con la filosofía de la religión, que rompe los contenidos dogmáticos y
confesionales sin temer el análisis de temas tan variados como la justificación de la creencia cristiana; el
significado de Dios; Dios y el tiempo; el tratamiento de la religión desde la fenomenología; el hecho
religioso; la dificultad del cristianismo; la crítica a la religión como liberación humana; la fe filosófica; la
religión atea; religión y magia; secularización; lo sagrado como violencia; etc. La filosofía sigue su camino
propio.