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El enamoramiento como tal es sólo la infancia del amor y tiene que crecer hasta desaparecer
para dar paso a la elección libre y al compromiso duradero. Por ello quiero compartir en esta
reflexión las cuatro dimensiones del amor humano:
Algunas personas han intentado definir el amor limitándolo a un sentimiento, muchas veces
vago e indeterminado, relacionado con el afecto y productor de una serie de emociones,
experiencias y actitudes.
Puesto que el amor es el motivo más principal para la existencia del ser humano vale hablar
mucho de este tema, aunque si hay varios tipos de amor el más principal es el amor divino, del
cual hablaremos en la presente monografía, que proviene directamente de Dios y lo mejor que
nos ofrece es completa felicidad y tranquilidad de hecho si concebimos este amor divino
podremos amar de verdad y con facilidad a nuestra pareja y prójimo.
¿Que se dice de un DIOS enamorado de su pueblo?
Hace tiempo, reflexionando en el antiguo testamento; he podido ver cómo Dios es un Dios
enamorado, romántico y caballero, entre otras cosas; descubro que en cada letra y coma de la
Palabra se encierra un torrente de Amor de Dios por sus hijos.
La Carta a los Efesios, mediante la comparación de la relación entre Cristo y la Iglesia con la
relación nupcial de los esposos hace referencia a la tradición de los Profetas del Antiguo
Testamento. Para ilustrarlo, citamos el siguiente texto de Isaías: «Nada temas, que no serás
confundida no te avergüences, que no serás afrentada. Te olvidarás de la vergüenza de la
juventud y perderás el recuerdo del oprobio de tu viudez. Porque tu marido es tu Hacedor, que
se llama Yahvé Sebaot, y tu Redentor es el Santo de Israel, que es el Dios del mundo todo. Si,
Yahvé te llamó como a mujer abandonada y desolada. La esposa de la juventud, ¿podrá ser
repudiada?, dice tú Dios. Por una hora, por un momento te abandoné, pero en mi gran amor
vuelvo a llamarte. Desencadenando mi ira, oculté de ti mi rostro; un momento me alejé de ti;
pero en mi eterna misericordia me apiadé de ti, dice Yahvé, tu redentor. Será como al tiempo
de Noé, en que juré que nunca más el diluvio se echaría sobre la tierra. Así juro yo ahora no
volver a enojarme contra ti, no volver a reñirte. Que se muevan los montes, que tiemblen los
collados, no se apartará más de ti mi misericordia, y mi alianza de paz será inquebrantable,
dice Yahvé, que te ama» (Is 54, 4-10).
Confrontando el texto de Isaías con la Carta a los Efesios y constatando la continuidad respecto
a la analogía del amor nupcial y del matrimonio, debemos poner de relieve, al mismo tiempo,
cierta diversidad de óptica teológica. El autor de la Carta ya en el primer capítulo habla del
misterio del amor y de la elección con que «Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo» abraza a
los hombres en su Hijo, sobre todo como de un misterio «escondido en la mente de Dios».
Este es el misterio del amor paterno, misterio de la elección a la santidad («para que fuésemos
santos e inmaculados ante El»: Ef. 1, 4) y de la adopción de hijos en Cristo («y nos predestinó a
la adopción de hijos suyos por Jesucristo»: 1, 5). En este contexto, la deducción de la analogía
sobre el matrimonio, que hemos encontrado en Isaías («tu esposo es tu Creador, que se llama
Yahvé Sebaot»: Is 54, 5), parece ser un detalle que forma parte de la perspectiva teológica. La
primera dimensión del amor y de la elección, como misterio escondido desde los siglos en Dios,
es una dimensión paterna y no «conyugal». Según la Carta a los Efesios, la primera nota
característica de ese misterio está unida con la paternidad misma de Dios, puesta
especialmente de relieve por los Profetas (cf. Os 11, 1-4; Is 63, 8-9; 64, 7; Mal 1, 6).
¿Por qué Dios escoge un pueblo para crear una
historia de salvación?
Las Escrituras son muy claras al mostrar que entre todas las naciones, Dios escogió a Israel
como la nación con la cual Él trabajaría. Ésta fue la nación que Dios libertó de la esclavitud en
Egipto, la nación a la cual Dios le dio la tierra de Canaán, la nación a través de la cual vendría
Jesús, el Mesías. ¿Hubo algo especial en estas personas que los diferenciaba de otros?
Dios mismo contestó esta pregunta. Al dirigirse a los antiguos israelitas, Él les dijo: “Porque tú
eres pueblo santo para el Eterno tu Dios; el Eterno tu Dios te ha escogido para serle un pueblo
especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que
todos los pueblos os ha querido el Eterno y os ha escogido, pues vosotros erais el más
insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto el Eterno os amó, y quiso guardar el
juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado el Eterno con mano poderosa, y os ha
rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto” (Deuteronomio 7:6-8, énfasis
agregado).
Entonces, ¿por qué escogió Dios a Israel? Dios escogió a los antiguos israelitas porque Él le
había prometido a Abraham que sus descendientes llegarían a ser una gran nación y ocuparían
la tierra de Canaán (Génesis 12:3, 7; 17:4, 7-8; 22:17). Dios bendijo a Abraham y a sus
descendientes debido a la fe de Abraham, una fe viviente por la cual Abraham obedeció
diligentemente las instrucciones y la ley de Dios (Génesis 26:3-5). Esta promesa fue repetida al
hijo de Abraham, Isaac, y al nieto de Abraham, Jacob (Génesis 17:21; 26:24; 28:1-4, 13).
El propósito de Dios al escoger a Israel era que ellos fueran una nación modelo a las otras
naciones y que a través de ellos “todas las familias de la tierra” serían bendecidas (Génesis
12:3). Él quiso que Israel fuera “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:6). Otras
naciones verían que cuando los israelitas obedecían a Dios, eran bendecidos (v. 5), y cuando
desobedecían a Dios, eran castigados (Deuteronomio 28).
¿Por qué Dios es padre y madre?
La Biblia, cuando habla de Dios no utiliza solamente el lenguaje masculino. Lo compara a una
madre que consuela a sus hijos: “como uno a quien su madre consuela, así yo los consolare”
(Isaías 66,13). Al igual que una madre no puede olvidarse del hijo de sus entrañas, Dios no se
olvida de nosotros: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de
sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido” (Isaías 49,15). El modo de
actuar de Dios con su pueblo se describe también con rasgos maternales: Dios lo enseña a
caminar lo lleva en brazos, “era para ellos como quien alza a un niño contara su mejilla, me
inclinaba hacia él para darle de comer” (Oseas 11,4) “en efecto, se han conmovido mis
entrañas por él su pueblo; Ternura hacia él no ha de faltarme” (Jeremías 31,20). En el
evangelio, Jesús también se compara con una madre que protege a sus hijos: “cuántas veces
he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo sus alas” (Lucas 13,34).
De Dios puede decirse que es Él y Ella, y también que no es ninguno de los dos. Estamos
condicionados en nuestra sociedad por estereotipos masculinos y femeninos tradicionales y
eso dificulta el cambio de mentalidad.
La celebración del Día de las Madres es una ocasión para redescubrir este rostro paterno
materno de Dios, que es el que nos reveló Jesucristo. Y, al dirigirnos, no podemos quedarnos
con la idea parcial de un Dios masculino. El no hizo a su imagen y semejanza y creó al varón y a
la mujer. En ambos juntos, está la imagen de Él, Padre-Madre.
¿Cuáles son las 5 religiones más importantes del
mundo?
1. Judaísmo.
Sentido
Llevar una vida tolerante con todos los demás. Esta agradecido siempre con Dios. Aquí
nos muestra una sumisión a Dios, el único Dios, el agradecimiento se puede mostrar por medio
de sacrificios. Seguir las leyes que Yahvé le dio a Moisés en el Monte Sinaí, son los Diez
Mandamientos. Que a los 13 años, un judío niño ya debe cumplir, ya que es un "judío total".
2. Islamismo.
Sentido
Paz, igualdad, tolerancia y comprensión entre los seguidores del Islam. Llevar una forma de
vida como lo dice el Corán, el libro sagrado de los musulmanes. Los musulmanes llevan una
vida de sumisión ante Alá. Estar en paz con las otras religiones. Los musulmanes tienen una
gran herencia judía, Mahoma tomo varios aspectos del judaísmo para los musulmanes. Regirse
por los 5 pilares.
3. Cristianismo.
Sentido
Seguir las enseñanzas de Dios y los Diez mandamientos del antiguo testamento. Amar al
prójimo y a Dios. Seguir la enseñanzas de Jesucristo.
Vivir en paz con todos, y llevar el mensaje de Dios a todos los lados del mundo.
4. Hinduismo.
Sentido
El Hinduismo es mas una forma de vida, busca que la gente ponga mas atención a la riqueza
espiritual y no a la material. Ya que deben estar "a paz y salvo" para entrar correctamente a
lugares santos como el Nirvana. Puesto que todos debemos vivir una y otra vez.
Busca que se proteja la vida animal, ya que aseguran que todas las vidas son sagradas.
5. Budismo.
Sentido
El sentido de los budistas es pasar por El Camino de las Ocho Etapas, cuando el ser finalmente
madura y se convierte en alguien que comprende todo muy bien y obra bien sin la necesidad
de las cosas materiales. El budismo busca que la gente tenga moral, sabiduría y comprensión.
Es una forma de vida.
Conclusión.
Existen muchos elementos específicos para iniciar, mantener y finalizar relaciones que no se
han mencionado en este libro, pero tienen que ver con lo que se ha presentado aquí. El
Conocimiento es tu guía. La fantasía te socavará. La honestidad proveerá seguridad. La
deshonestidad creará una amenaza. Estas cosas son fundamentales, independientemente de
lo que esté ocurriendo e independientemente de cualquier asunto específico que enfrentes en
este momento. El Conocimiento sabe cómo enfrentar todos estos problemas.
Trabajo de:
Religión.
Estudiante:
Edward Samith Ramírez Liñán.
Profesor:
Dairo Caro.
Colegio:
I.E. Ricardo González.
Grado:
7-01.
Año:
2019.