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Introducción

Es muy preocupante el desempeño de los alumnos en los centros


educativos puesto que en la actualidad y con relación a los resultados de las
evaluaciones internacionales de medición de conocimientos; lo que lleva a los
gestores de la educación a cuestionarse sobre las acciones o bien los planes de
organización educativa, si estas están rindiendo frutos o son el motivo de los
alarmantes resultados de los estudiantes.

Este texto describe en sus apartados, cuatro categorías de innovación


centrada en los procesos que desde la gestión educativa se vienen impulsando,
en instituciones de educación latinoamericanas y gracias a estas directrices,
veremos en un futuro próximo, el afianzamiento de la autonomía escolar, la
expansión de la democracia en la educación, el mejoramiento de la calidad en
educación, el resurgimiento de la formación integral y la consolidación de la
educación de calidad.

Como punto de partida es importante enunciar el concepto de gestión


educativa y establecer algunas diferencias que suelen hacerse entre gestión y
administración. Aunque para la teoría de la administración, desde la década de los
años sesenta, el concepto de gestión ha estado asociado con el término de
gerencia y en especial, sobre el cómo gerenciar organizaciones, empresas
productivas y de servicios, no ha sido así, para las instituciones del sector
educativo.

Los centros escolares son organizaciones socialmente instituidas para


desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje. La razón básica y esencial por la
cual existen estos centros en nuestra sociedad es la de ofrecer a los alumnos una
continuidad de experiencias educativas, de hábitos, de experiencias de
aprendizaje. Contribuyen a la educación de los niños ofreciéndole aprendizajes
prolongados y secuenciados. También transmiten modelos de vida, valores desde
un punto de vista sociológico. Las escuelas transmiten ideas de continuidad social.
Sirven para desarrollar procesos de enseñanza – aprendizaje.
II. REFORMA INNOVACIÓN Y CAMBIO
La conexión entre las reformas estructurales y la introducción de las
innovaciones en las escuelas y en las aulas es de crucial importancia. Según
Warwick (1992) (citado por McGinn, 1993), la “oportunidad de implementar una
innovación aumenta cuando las políticas nacionales, regionales o locales apoyan
el cambio que ésta trae consigo”.

En la primera categoría —la de la comunidad discursiva del aprendizaje—


se pueden ubicar diversos movimientos (Creemers, 1998; Scheerens, 1999), entre
ellos, el movimiento de escuelas eficaces, el de mejora escolar y recientemente la
fusión de ambos: mejora de la eficacia escolar.

En el discurso de la reestructuración se encuentra la gestión basada en la


escuela, y en el de las prácticas culturales, modelos basados en una interpretación
crítico-hermenéutica como lo es la investigación acción.

A. MOVIMIENTO DE LAS ESCUELAS EFICACES


Bolívar (2002) define una escuela eficaz como aquella “donde los alumnos y
alumnas progresan más allá de lo que cabría esperar o podría predecirse desde
sus condiciones de partida”. Por otra parte, Muñoz Repiso (2001) considera que
un centro es eficaz cuando “promueve el progreso de todos sus alumnos más allá
de lo que sería esperable considerando su rendimiento inicial y su historial”,
además, que cada uno de ellos alcance el mayor nivel posible en todos los
aspectos de su rendimiento y desarrollo, y se sostiene así a lo largo del tiempo.

Stoll y Fink (1999) argumentan que una escuela eficaz es aquella que:

• Promueve el progreso para todos los alumnos más allá de lo que cabría esperar
de los conocimientos que poseen y los factores ambientales.

• Garantiza que cada estudiante alcance el máximo nivel posible.

• Aumenta todos los aspectos relativos a conocimiento y desarrollo del alumno.

• Sigue mejorando año con año.


Características de las escuelas efectivas:

• Un fuerte liderazgo instructivo.

• Posición académica y altas expectativas sobre el rendimiento de los alumnos.

• Implicación y colaboración de los padres.

• Control organizativo de los alumnos.

• Coherencia y articulación curricular e instructiva.

• Control sistemático del progreso y logros de los alumnos.

• Colaboración y relaciones de colegialidad entre el profesorado.

• Desarrollo continuo del personal docente.

• Autonomía y gestión local.

El foco en la escuela eficaz es el progreso permanente de los alumnos,


independientemente de sus condiciones socioeconómicas. A este respecto, ya se
han realizado estudios donde se observa que algunas escuelas, a pesar de
localizarse en situaciones desfavorables, pueden lograr condiciones mejores para
los alumnos.
Conclusiones

En suma, uno de los constructos que más revuelo ha causado en el ámbito


de la educación es la gestión escolar y aunque no exista una definición exacta, en
el texto anterior el autor distingue primeramente la gestión como el conjunto de
acciones orientadas hacia el logro de ciertos objetivos que se desarrollan en las
diversas áreas de actividad de la organización y en cuyo diseño y evaluación
participan las personas encargadas de llevarlas a cabo.

Alcanzar la calidad educativa en las instituciones escolares de cualquier


nivel requiere, más que de una buena energía, de la gestión educativa con la
calidad de los procesos de enseñanza, la relación con las teorías pedagógicas y
del desarrollo humano, la vinculación la relación académica con una comunidad
dispuesta transformar la sociedad y el logro de recursos tecnológicos y financieros
que mejoren cada uno de los procesos. Donde los dirigentes tienen una tarea
relevante por realizar, para lo cual deben prepararse como tales, pues son los
gestores de una educación de calidad.

El logro de aprendizajes de calidad es uno de los variados retos a los que


se enfrentan las instituciones educativas actualmente, lo cual exige hacer énfasis
en la formación de los niños, adolescentes, jóvenes y adultos que aspiran a una
vida mejor. La educación con calidad busca formar ciudadanos capaces de
comprender las complejas interrelaciones existentes entre ciencia, tecnología y los
ámbitos social, económico, político y cultural, con el fin de que, en el futuro,
independientemente de su esfera de actividad, cuenten con herramientas
imprescindibles para participar en la toma de decisiones que contribuya a construir
una sociedad más justa, más sana y más humana.

Conjuntar calidad educativa y procesos de gestión, que contribuyan al


mejoramiento del ser humano y de la sociedad, requiere atar fuertemente los
pilares de la educación a la vida de los administradores, docentes, padres de
familia y los respectivos estudiantes. Este autor asegura que la escuela debe ser
capaz de ofrecer, según su demanda real y potencial, aprendizajes relevantes
para la vida actual y futura de los usuarios y para las necesidades de la sociedad

Judith Steffany Tuz Puc


en la que se desenvuelven, lo que asegure cobertura y permanencia de los
alumnos en la institución.

Administrar una escuela y generar procesos competentes en la comunidad


educativa -directores, docentes, padres de familia, alumnos, servicios generales y
sociedad-, requiere competencias más especializadas en los sujetos que dirigen
estas instituciones.

Dichas demandas implican experiencias de procesos cognitivos de mayor


dificultad, a partir de la consideración de aspectos como las interrelaciones, el
liderazgo, los conocimientos, los procedimientos pedagógicos, el manejo de
aspectos legales, económicos, tecnológicos, entre otros, que modelan la situación
humana en las relaciones de estas instituciones. La complejidad de este "deber
hacer" se traduce en el concepto gestión escolar que, para muchos especialistas,
constituye un concepto de significación variada y no bien definida.

Sin embargo, a través del tiempo y de los hallazgos realizados por los
estudiosos de la administración escolar, se pudiera encontrar una explicación
congruente con tal término. La gestión es el todo, ya que articula procesos teóricos
y prácticos para favorecer el mejoramiento continuo de la calidad, equidad y
oportunidad de la educación, mientras que la administración es una parte del todo,
que tiene que ver con el manejo y uso de los recursos. Por lo que se infiere que
para una buena gestión es necesario tener un buen esquema administrativo, es
decir, la buena administración es eje fundamental para la buena gestión. La
administración se convierte en un soporte de apoyo constante que responde a las
necesidades de la gestión educativa.

Judith Steffany Tuz Puc

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