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La naturaleza es una perfecta armonía, todas las cosas subsisten en base a leyes
físicas y biológicas las cuales sostienen el mundo material. La salud física depende del
equilibrio biológico de las diferentes sustancias que nutren y soportan la vida. El mundo
en que habitamos, con fauna y recursos naturales, depende de un ecosistema
maravilloso que sí se rompiese produciría serias catástrofes y amenazas para todos los
seres vivientes. El ser humano, como un ente espiritual y físico, depende para su salud
mental del equilibrio psicológico que haya en su entorno, a través de las enseñanzas y
reglas trazadas por la educación y la formación familiar y social. Si analizásemos
detenidamente lo que ocurriría si este equilibrio se rompiese, veríamos aparecer en el
cuerpo humano enfermedades físicas, y en la mente las enfermedades emocionales, que
llevan al desequilibrio mental; y en la naturaleza la destrucción de especies, la
desertización, etc.
Si los desequilibrios físicos y biológicos conducen al caos, ¿No regirán las
mismas leyes en la vida espiritual y moral de los seres humanos?. Todo está en una
balanza; depende del equilibrio establecido por Dios para el bien común, y debemos
aceptarlo como un principio básico, y obtener una vida victoriosa y feliz en todos los
aspectos. La violación de las leyes divinas desencadena conflictos naturales, porque
todo está debidamente establecido por el Ser Supremo, para que como un reloj, funcione
de acuerdo a un plan organizado. Nuestra meta, como cristianos, es buscar en todas las
áreas de nuestra existencia la VOLUNTAD DE DIOS, para poder vivir de acuerdo a sus
leyes, las cuales garantizan y preservan a la creación para su objetivo final, que es la
felicidad y eternidad del hombre.
Nuestra meta para ser felices, y vivir de acuerdo al deseo de Dios, es entender el
fin supremo de éste en todas las áreas de nuestra existencia y someternos a sus leyes
divinas.
Si analizamos la Palabra, descubrimos que “Las cosas invisibles de Dios se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las
cosas hechas.” (Romanos. 1:20) La búsqueda de un equilibrio espiritual es la búsqueda
de la voluntad de Dios para no caer en actitudes espiritualistas, fanáticas o extremistas,
que nos lleven a romper la relación materia-espíritu dentro de este mundo, dañado por el
pecado, el cual impide poder vivir rectamente, porque tendemos a romper las reglas
establecidas por Dios en todos los aspectos.
LEYES BIOLÓGICAS:
Regulan el reloj de la vida física. A través de ellas se producen una serie de
funciones químicas y biológicas, para dar lugar a la existencia de millones de formas de
vidas, desde la figura de un virus hasta las maravillosa existencia del ser humano y su
inexplicable mecanismo cerebral. Se rigen por leyes imperativas, la violación de éstas
acarrean enfermedad, daños genéticos, mutaciones y en muchos casos la muerte.
LEYES MORALES:
También se pueden definir como LEYES ESPIRITUALES. Regulan y rigen la
conducta del ser humano dentro de su entorno social. Sólo son violadas por aquellos que
teniendo inteligencia, quebrantan arbitrariamente las leyes naturales, (que son las dos
anteriores) más el orden social, ético o moral de Dios , dado en sus mandamientos y
estatutos.
Veamos ahora las leyes morales más detenidamente según la Palabra de Dios. El
Antiguo Testamento, las divide en:
¿COMO IR A LA PALABRA?
Cuando vayamos a la palabra, en busca de respuestas a nuestras necesidades,
debemos ir con una mente abierta, para que al recibir la luz sobre un tema específico, no
nos encasillemos dentro de un todo, como que tenemos un descubrimiento novedoso.
No existen verdades absolutas , pues se complementan unas a otras; así que para poder
establecer un equilibrio correcto en la enseñanza bíblica, debemos entender “todo el
consejo de Dios”, y éste no puede encerrar en un énfasis que yo haya descubierto, sino
que a ese consejo de Dios, tenemos que añadir toda la luz doctrinal, cultural e histórica
que hayamos recibido, y no permitir que la verdad de hoy menoscabe la de ayer, pues
no existe una parte como un todo en la revelación, ni nadie es poseedor absoluto de una
verdad suprema. El mayor problema del mundo actual está en el
“SENSACIONALISMO”, el tratar de convertirnos en descubridores de lo que ya está
descubierto. El espíritu mercantilista y publicitario del mundo se ha introducido dentro
de la iglesia. Ciertos periódicos y revistas, para venderse más, especulan y manipulan
las noticias, dándole un matiz de sensacionalismo, a fin de captar la atención del
consumidor, dispuesto, por su naturaleza morbosa, a buscar todo lo que suene a “boom”
publicitario, a esto también se le llama “prensa amarillista”.
La exageración, distorsión y manipulación de la información son los problemas
mayores en la comunicación; este espíritu se ha introducido dentro de muchos
predicadores, que impregnados con los métodos humanos en el arte de la comunicación,
hacen de ciertas verdades parciales, “fenó-menos teológicos” en las vidas de muchas
iglesias que son conducidas a falsos avivamientos, que a la larga, sumergen a miles de
sinceros cristianos en frustraciones y depresiones.
CONCEPTO
Muchas veces una palabra puede tener más contenido que todo el texto. Así que la
doctrina y los énfasis deben ceñirse a un parámetro hermenéutico y exegético
previamente establecido. Cuando no hay un criterio analítico correcto y sacamos los
textos del contexto, podemos fabricar errores interpretativos.
Muchos énfasis modernos están cayendo en el fanatismo del judaísmo, ya que de
costumbres, hacemos leyes; y sin un apoyo bíblico sólido extendemos esas verdades
(parciales) como distintivo de nuestro grupo, creándose iglesias identificadas por
estereotipos radicales. Pudiera poner muchos ejemplos, pero corro el peligro de
situarme, para algunos, en una posición contra tal o cual mover del Espíritu Santo, sin
embargo, debo de hacerlo para dejar clara la idea que deseo expresar, y no ser mal
interpretado. Partiré de algunas experiencias recibidas dentro de mi ministerio, pero
omitiremos referencias personales o denominacionales salvo aquellas que me
involucren a mí.
Hemos visto en España, (pese a lo difícil del entorno) hechos maravillosos,
frutos del mover de Dios, tales como caídas, borracheras espirituales, revelaciones a
través de sueños, liberaciones etc. Todo ello ha sido el producto de un mover del
Espíritu, y nadie estaba preparado para tales cosas, ni teníamos a una persona que
ministrara especialmente estos hechos, aunque ocurrió de forma espontánea. Estos
eventos son una visitación de Dios mediante la cual imparte aquello que él considera
necesario para la edificación de su pueblo. debemos de estar siempre expectantes de
algo nuevo, pero a la vez preparados para recibirlo y probarlo dentro de un correcto
contexto bíblico e histórico, NO ESPERANDO QUE TODOS REPITAN NUESTRA
MISMA EXPERIENCIAS, COMO ALGO DETERMINANTE, PARA QUE HAYA
UN AVIVAMIENTO.