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Justificaciones de una reforma rural

Una reforma tiene diferentes tipos de justificaciones las cuales se muestran en las
siguientes facetas: económicas sociales, lo político e institucional.
Se dice que la pequeña propiedad es más eficiente siempre y cuando esta tengas
acceso a los activos y factores de producción y tengan igualdad de condiciones,
más sin embargo es eficiente también si tiene accesos a conocimiento tecnología
información, medios físicos al mercado y demás. Todo esto no quiere decir que la
mediana y grande propiedad no sea eficiente, pero lo que diferencia a la pequeña
propiedad es que requiere de unos mínimos que no pueden ser la producción
familiar de subsistencia.
Una reforma es una posesión de activos y cambio en los poseedores aumenta la
eficiencia y la productividad ya que se traspasan activos a personas que los sepan
utilizar de mejor manera y gracias a eso aumenta el empleo etc. Pero solo esto
pasa cuando las tierras están mal utilizadas, pero de lo contrario una tierra que
este bien utilizada, cuando se utilizan mal tiende a disminuir la riqueza.
Desde el lado social las justificaciones van más por la parte de la equidad y la
justicia social, la pobreza, el aumento de empleo. En lo político un modelo real de
democracia basada en la equidad y fortalecimiento del estado, estos dos
argumentos políticos son uno de los más importantes en una reforma rural como
estrategia nacional, pero se debe tener en cuenta lo económico.
Y aunque la agricultura no muestre las mejores cifras y que el empleo en sea
menos dinámico en el sector, las bases políticas y sociales se deben mantener
siempre para que un modelo pueda funcionar, porque en este hay igualdad, etc.
La reforma rural, una reforma institucional de tercera generación
las reformas pueden ser llamadas de primera, segunda y tercera generación y
Colombia se caracteriza por no aplicar las dos primeras y la ultima de manera
incompleta ya sean de primera o segunda generación.
Se debe mirar cómo se recupera el tiempo perdido creando una reforma que
abarque las tres reformas juntas, las de primera que restituyen el papel de los
mercados y las de segunda que atienden a los marcos institucionales necesarios
para que los mercados respondan a los atributos de competencia y calidad; y una
tercera que se está sugiriendo –una visión más madura sobre la reforma
institucional.
Se debe buscar una manera de resolver tal dilema, porque tal consecuencia que
podría surgir al hacerla mal serian grandes, ya que estas afectan poderes,
actitudes y valores; que afectan a los grupos rentísticos de la sociedad
auspiciados por los gobiernos y el Ejecutivo.
Ello sugiere que una reforma rural hoy tiene que ser parte de un proceso de
cambio y transformación más profunda de la sociedad y de sus instituciones, no
puede quedarse en los alambrados de la ruralidad.
Se deduce de lo anterior que la única manera de caminarle a una reforma de ese
tipo es partiendo de la recuperación de lo público; del interés colectivo frente al
individual.
Propuesta redistributiva rural de nueva generación
Lo primero que se debe hacer es cambiarle el nombre a reforma rural, pues se
trata precisamente de adecuar la realidad rural a las necesidades del desarrollo, y
éste a las necesidades de lo rural.
Tal propuesta debe partir de unos principios, a saber:
 Crear condiciones para generar más riqueza en lugar de generar pobreza
como resultado del proceso.
 Focalizar las reformas.
 Buscar la eficiencia social y económica de trato no discriminatorio.
Una reforma rural que involucra la redistribución de activos puede
configurarse con los siguientes elementos y procesos:
 Quebrar la razón rentística de posesión de la tierra vía tributación sobre la
propiedad, es decir, a través de un impuesto predial adecuado. Hay
suficientes argumentos para mostrar que un impuesto a la tierra disminuye
los retornos futuros porque incrementa el costo de tenencia y, por lo tanto,
el precio del activo; aumenta los incentivos para explotar las propiedades
de manera adecuada; disminuye la demanda especulativa por la tierra;
desplaza inversión hacia el mercado de capitales u otros activos
productivos; fortalece fiscos municipios, aminora la presión por
transferencias; fuerza un mejor uso de los recaudos hacia la reinversión en
beneficio de las zonas que tributan o del sector rural en general .
 Redistribuir oportunidades y crear opciones para el uso de tierras ociosas y
mal utilizadas donde hay conflictos evidentes en el uso del suelo, excesiva
concentración, conflictos sociales y violencia permanentes; situación donde
es necesaria la intervención directa del Estado.
 Que el propietario la ofrezca en arriendo a empresarios capitalistas
dispuestos a invertir
 La reforma rural debe conducir a configurar áreas geográficas de reforma,
para evitar la dispersión en la prestación de servicios y facilitar la
conformación de economías de escala de todo tipo, así como la
conformación de organizaciones y de capital social.
 Usar sin contemplaciones la extinción de dominio a las tierras adquiridas
con capitales ilícitos o métodos violentos, y usarlas de acuerdo con las
modalidades anteriores, pasándolas de propiedad pública a privada.
Toda reforma rural necesita un catalizador, no es una persona si no
procesos, la búsqueda de la paz y la convivencia entre los colombianos,
al mismo tiempo que se desarrolla tanto la democracia como la
sostenibilidad
social y política del sistema.
La sola redistribución de activos físicos ya no es condición necesaria para
alcanzar el bienestar y el mejoramiento en el nivel de vida de las familias.
Para ello hoy se requieren activos físicos y financieros, conocimiento,
educación, información, redes sociales, confianza y acceso a mercados

La solución del problema rural requieres de estrategias múltiples, de una


discusión sobre el tipo de estructura agraria deseable y posible. En las
reformas tradicionales nunca se tuvo en cuenta el desarrollo del
capital social e institucional como lo entienden Putnam, Coleman, Fukuyana
y North4. Es una de las razones por las cuales ha fracasado la reforma
agraria: centrarse más en la tierra y lo productivo, descuidando la
interacción social entre los agentes, las reglas de juego, los valores, la
confianza, la reciprocidad, cuando ello es lo único que permite la
sostenibilidad de un proceso de construcción que se inicia con la entrega de
la tierra.

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