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Este texto planteará la problemática de Rusia y China en relación al capitalismo mundial.

Cómo
su apertura económica conllevó que estos países fueran arrastrados a las crisis del sistema, en
vez de “salvar al capitalismo.” Se abordará desde una perspectiva marxista tomando como eje la
tendencia decreciente a la tasa de ganancia. A su vez se planteará la necesidad del socialismo
como modo de producción para eliminar la desigualdad y la crisis social y económica que
genera el sistema actual. Se abordará el problema del capital financiero como intrínseco al
sistema en oposición a la teoría del “capitalismo bueno”. En este sentido, también se tomará en
cuenta la problemática del capitalismo en la ecología y en el surgimiento de burocracias
estatales y de gobiernos reaccionarios.

El capitalismo a lo largo de la historia ha sufrido numerosas crisis. Tanto en 1873, 1929 el


capitalismo logró resurgir gracias a las guerras mundiales de su respectivo período. Sin
embargo, tras la “recomposición” no se logra volver al estadio previo sino a mejorar la
condición en relación a la crisis. Siendo la crisis actual de un carácter distinto a las previas.

Los planteos sobre las crisis son diversos. Me interesa destacar aquí la tesis derivada del planteo
marxista sobre la ley de la caída tendencial de la tasa de ganancia. En donde el aumento de la
productividad de la mano del progreso tecnológico disminuye la posibilidad de extraer plusvalor
de la mano de obra asalariada. “No hay que apelar a ninguna fuerza o circunstancia exterior: el
límite del capital es el capital mismo” ( De esta manera, el propio desarrollo del capitalismo
ataca sus propios cimientos al resquebrajar su búsqueda de crear más valor. En este sentido lo
que explica la crisis es: “(…) el bloqueo en la creación de más valor y por consiguiente del
plusvalor, originado en el paso cada vez más gravitante del trabajo muerto (…) del capital que
no produce plusvalía sobre el trabajo vivo que sí la produce, con la consiguiente caída de la tasa
de ganancia.”

Al mismo tiempo que ocurre esta contradicción capitalista, ocurre que hay una tendencia al
monopolio propia de lo que Lenin describió como parte del “imperialismo: fase superior del
capitalismo”. Esta tendencia ha creado corporaciones que son “demasiado grandes para
quebrar”, cuyo rescate vino de la mano, en el caso de Estados Unidos en el 2008, por parte del
Estado. En este sentido, los Estados se vuelven parte fundamental del sistema que van a tratar
de salvar una situación crítica del capitalismo. Sin embargo, su intento por salvarlos, si bien
hará que la crisis sea menos profunda, la prolonga. La intervención estatal no permite que haya
una efectiva regeneración al reestablecer las leyes propias del capitalismo. Por ende, el
capitalismo arrastra a los Estados a la crisis. Durante esta fase, caracterizada por la caída de la
rentabilidad, las empresas contrajeron deudas, así como también los particulares e incluso el
Estado. Esto promovió el crecimiento desproporcionado del capital financiero. Y, en oposición
al planteo del “capitalismo bueno” que produce y el “capitalismo malo” que especula, tomo la
postura de Pablo Heller quien asegura: “Quienes tratan de oponer la economía de producción a
la de la especulación parecen ignorar que una y otra son hermanas siamesas, términos
inseparables, dos caras de un mismo proceso fundado en la declinación de la tasa de beneficio.”

Estamos ante una situación en donde la sobreproducción es tal que hay autos sin ser consumidos
al mismo tiempo que la desigualdad se profundiza. Es necesario destacar el problema que
implica a nivel humano. Por un lado, la contaminación y la catástrofe ecológica que implica
producir a niveles tan elevados. Y por otro, la condición de vida de gran parte de la humanidad
que no puede acceder al agua, a la salud ni al alimento.

El caso de los ex-estados obreros (China y ex URSS) merece ser estudiado a través de sus
particularidades.
En el caso de China fue un país cuyo crecimiento a costa de la explotación de mano de obra en
condiciones mucho más precarias (menores salarios, menos derechos laborales): “La apertura
decretó la obsolescencia de decenas de miles de empresas estatales que han ido a la quiebra, han
suspendido sus actividades o se mantienen funcionando con subsidios estatales. El retroceso de
las estatales implicó la desaparición o el severo recorte de los servicios sociales salud,
educación vivienda, esparcimiento, jubilaciones que éstas brindaban. La masa de desocupados
creada por el retroceso de la industria estatal a los que hay que agregarle los que llegan del
campo y la pérdida de importantes conquistas sociales obreras han convertido a las ciudades en
auténticos polvorines sociales”. Los problemas mencionados forman parte de la crisis capitalista
a la que se vieron arrastrados. Lo cual se vio claramente acompañado de la pérdida del control
estatal de la economía, cediendo a negocios imperialistas que negocian con el capital financiero:

“El déficit fiscal y la pérdida del control macroeconómico por parte del gobierno traducen la
pérdida de autoridad del centro sobre la periferia. Los caudillos de las provincias y de las
principales ciudades han entrado en relaciones privilegiadas con los grandes capitalistas
externos y los grupos de interés radicados en ellas que prevalecen sobre la autoridad
gubernamental.”

Lo que se vio como la emergencia de una nueva potencia mundial dentro de los países “en vías
de desarrollo” BRICS, acabó siendo arrastrado por las mismas contradicciones del capitalismo
como sistema siendo sometido al capital financiero: “Con la compra masiva de Bonos del
Tesoro y la financiación de su deuda estratosférica, China ha precipitado en estos años los
desequilibrios del capitalismo norteamericano.” China, de esta manera, no constituye una
recuperación del sistema capitalista sino un salvavidas temporal que acaba hundiéndose ante un
mar capitalista. De esta manera, en 2008 con un aumento del 8% del PBI, sigue teniendo
problemas estructurales como el desempleo masivo. Por otra parte, al ser dependiente de las
exportaciones, en un contexto de crisis, la recesión está a la vuelta de la esquina ya que la
economía de los países a los que les vende debería ser próspera para lograr comercializar a su
favor.

El problema del desempleo es funcional al capitalismo ya que aumenta el capital constante


(maquinaria) lo que permite aumentar la productividad en detrimento del capital variable: “la
superpoblación obrera, que pasa a ser crónica con la creación de un ejército industrial de
reserva, tiene su causa en la propia mecánica de la explotación capitalista”. (cap zombi hellar
83).

China presenta los problemas propios del capitalismo: crisis por sobre producción de capitales y
mercancías que no se comercian. En un período donde el capitalismo ha ingresado en los ex
estados obreros con la incorporación de China, ex URSS y con la caída del muro de Berlín en
1989, donde se suponía que se abriría la economía en favor del progreso económico, vemos un
fracaso cruento. Es así como la burguesía sostiene un sistema cuya ideología del Progreso
carece de base empírica en tanto lleva a someter al 99% de la población en un sistema que se
destruye y que incluso lleva a la quiebra de Bancos, al default de países, al deterioro en la
calidad de vida. El capitalismo tuvo su fase progresiva en relación al feudalismo, sin embargo,
hoy es momento de analizar que sus contradicciones son insostenibles: “La crisis de nuestra
época debe ser considerada en este contexto concreto: derrumba lo que pretendía ser la fortaleza
inexpugnable del capital en su conquista ‘global’ creciente” ( Rieznik sobre el carácter
historicco)
Es fundamental reiterar que el capitalismo se sostiene sí o sí con capital financiero: la industria
y la especulación se encuentran interrelacionadas y no puede existir una sin la otra. De esta
manera: “la debacle solo fue contenida merced a una burbuja especulativa de características
difíciles de adjetivar por su volumen sin antecedentes (…) La explosión de esta burbuja nos
llevó a la situación que es ahora nuestro presente.” (Rixnik s ch crisis)

Teniendo en cuenta que la base del capitalismo fue apoyado por la ideología burguesa
fundamentada en el Progreso, vemos como comienza a presentar un carácter regresivo,
destructivo. Marx logró establecer que el capital contenía en su misma naturaleza, su
destrucción, lo pensó estableciendo la ley del decrecimiento tendencial de la tasa de ganancia. Y
este análisis fue clave para contraponerse a la idea de un capitalismo eterno, ahistórico. A través
de la lectura del texto de Lafargue (el método histórico) vemos cómo cada clase dominante crea
su ideología y en el momento que se mantiene en el poder la presenta como única y ahistórica.
De esta manera, la burguesía no permite establecer una salida al capitalismo y lo reproduce. Sin
embargo, lo reproduce con sus contradicciones, generando una crisis sistemática, prolongada y
arrastrando Estados y países hacia una debacle inexorable. En este sentido el problema
ecológico continúa sin resolverse pese a la posibilidad de reducir notablemente el desequilibrio
si, por ejemplo, no se produjeran cantidades excesivas de productos que no se comercializarán.

A su vez, en la Argentina, hay fumigaciones con glifosato para producir soja y venderla a
China. La producción de soja monopolizada por compañías multinacionales crean productos
sumamente rentables que, sin embargo, destrozan vidas humanas y destruyen suelos nativos. De
esta manera, la colonización capitalista se lleva también los recursos naturales del país. Así
como también es un ejemplo la minería a cielo abierto, que constituye la necesidad del
capitalismo de obtener energía y productos que den rédito a un sistema que se lleva puesto vidas
y al planeta mismo.

Mismo en China hay constante problemas con el smog ya que las fábricas han generado una
alta contaminación en búsqueda de producir bajo condiciones precarias tanto para sus
trabajadores como para los habitantes del país.

El caso de la restauración capitalista en la Unión soviética fue trágica. En un sistema donde la


acumulación se basa en una acumulación de medios de producción como valores de uso y no en
la capitalización de la plusvalía, la incorporación repentina de la ley del valor provocó
consecuencias gravísimas. Mandel describía a la URSS de la siguiente manera: “la economía
soviética se caracteriza por la combinación contradictoria de un modo de produccion no
capitalista y de un modo de reparto todavía fundamentalmente burgués.” De esta manera, el
sistema habiendo superado el capitalismo y encontrándose en un período de transición hacia el
socialismo en un estado que se iba a burocratizar cada vez más. Así la economía soviética
“combina esas contradicciones fundamentales con las que se desprenden de manera más
particular del dominio burocrático sobre el Estado y la economía.” (Mandel) En este sentido hay
una crecimiento desproporcionado de la industria pesada y del sector agrícola e industrial que
produce bienes de consumo, así como también existe un empleo de estímulos materiales para
que los burócratas cumplan el plan. Tal como asegura Mandel “todas estas contradicciones se
combinan con la coexistencia antagónica del plan y el mercado” A lo largo del desarrollo del
estado soviético estas contradicciones se desarrollan al punto que los mismos burócratas
presentan falsos informes para conciliar exigencias de la planificación económica de sus propios
intereses. De esta manera a través del desarrollo de las fuerzas productivas con mayor
especialización técnica y cultural. En este sentido, comenzaron a rebelarse contra la presión
burocrática. “Un nuevo salto delante de la economía planificada exige más libertad, más
iniciativa, menos control desde arriba, más actividad espontanea de la masa de los productores.”
Estos reclamos fueron denegados por el stalinismo lo cual propiciaría, a partir de 1950,
reclamos por un régimen más democrático.

A fines de los 90, Mijaíl Gorbachov, implementando la perestroika (acompañada del glásnot,
política de apertura política) liberalizó parcialmente las empresas soviéticas dejándolas bajo las
burocracias gerenciales y estatales. De esta manera bajo Boris Yeltsin (presidente durante 1991-
1999) crearon una elite al vender mercancías locales baratas a los precios más elevados del
mercado mundial.

Luego “la contrarrevolución capitalista comenzó oficialmente con ‘la terapia de shock’
impuesta por el Fondo monetario internacional (…)” al imponer la liberalización de precios
antes controlados por el Estado, se produjo una hiperinflación debido a la restauración de la ley
del valor en la economía. De esta manera, se generó una crisis que llevó a la miseria social
gobernada por una burocracia estatal. Y como cualquier país que se inserta en un sistema
capitalista, además del aumento de privatizaciones, se acumuló riqueza gracias a la
especulación. Además esta burocracia compró productos a precios fijados por el Estado y los
vendió con precios del mercado mundial.

“La acumulación de dinero (no capital) condujo a la emergencia de un poderoso sector


financiero de especuladores, así como una fuga permanente de capital (…) rusia la trans al cap
en crisis. De esta manera, se agudizaron las contradicciones sociales bajo la nueva creación de
nuevos ricos rusos y el empobrecimiento de las masas. El mismo FMI tuvo declarar que su
política fue un fracaso. Esta situación llevó a una crisis política con represión y con la respectiva
renuncia de Gaidar.

Durante 1993-1998 hubo una ola de privatizaciones bajo la tutela del vice primer ministro del
período: Anatoli Chubais. Esta política hizo crecer al sector financiero y a la burbuja de la bolsa
rusa ya que no poseía un respaldo productivo. Esta situación terminó en un crac financiero en
agosto de 1998.

Cabe destacar que este contexto reforzó la burocracia estatal caracterizada por la corrupción.
Incluso tras la caída del stalinismo en 1994, el proceso continuó y se profundizó.

De todas formas, hubo un giro por parte de la burocracia que desplazó a Yeltsin por Vladimir
Putin. Este último entró con conflicto con un sector de la oligarquía e intensificó las tendencias
de centralización para estabilizar la situación económica. Su relativa mejoría económica se
debió al ingreso por el petróleo, que, sin embargo no logró mantener una tasa de crecimiento
sino que comenzó a declinar. Y por supuesto, enfrentó el problema de la fuga de capitales.

De esta forma, Rusia hoy sufre las crisis financieras propias del sistema al cual pertenece hoy en
día.

Es necesario abordar la problemática del capitalismo como un régimen degenerado. Con crisis
crónicas, masas de desempleados, y falta de perspectivas para la juventud.

Ante un sistema de este orden pueden darse diversas salidas, de avance o retroceso. La
experiencia de retroceder puede parecer extraña existiendo la perspectiva histórica hacia el
Progreso propia de la burguesía. Sin embargo, en Argentina durante el 2001 se reestableció una
forma económica extremadamente primitiva como lo es el trueque. En contraposición, existe la
perspectiva socialista que implicaría un progreso a nivel humano. Que el sistema económico
deje de estar regido por la especulación financiera se logrará eliminando el problema de raíz: el
capitalismo. Cuando las contradicciones son muy fuertes se avanza o se retrocede: el avance
hacia una sociedad sin clases es a mi entender fundamental. El sistema actual es insostenible a
nivel humano y ambiental (aunque están interrelacionados). Hoy en día hay una tendencia a la
polarización en donde la derecha toma discursos conservadores y representa el atraso tratando
de salvar un sistema que ya no sirve. De esta manera surgen políticos como Trump orientado
hacia un proteccionismo y apoyado en base a un fuerte nacionalismo. Este tipo de ideologías
generan oposiciones dentro de la misma clase y de los mismos oprimidos. Dividen a los
trabajadores por su nacionalidad haciéndoles creer que la culpa la tiene el “otro” en vez del
empresario que los explota. Así como también oponen al movimiento de mujeres a la lucha por
la emancipación obrera y le inculpan preocuparse por ello en vez de por los salarios. Comienzan
a generarse enemigos internos dentro de la misma clase social.

A su vez, este resurgimiento de la derecha conservadora que critica a la democracia e incluso


exalta personajes dictatoriales (como Bolsonaro). Viene como respuesta a una oposición al
movimiento de mujeres y de trabajadores. Mismo en Argentina, el FMI quiere imponer la
reforma laboral, tratando de empeorar cada vez más la situación de la clase obrera en el país.

Mismo en China: “Los trabajadores inmigrantes de las fábricas están quizás a la vanguardia de
este movimiento, pero el activismo gremial se está ampliando lentamente entre una clase obrera
que, dicho sea de paso, abarca a más de la mitad de los 1400 millones de chinos” ( LA
NACION) Se ve aquí un surgimiento de un movimiento obrero producto de haber tenido
contacto con el conocimiento de los derechos laborales de otros países. El potencial
revolucionario de la ideología burguesa es que es evidente la contradicción entre su enunciación
de igualdad y lo que se vive como realidad. Es así como las ideas de igualdad, progreso y
justicia deben ser tomadas por la clase obrera para establecer un nuevo sistema que permita que
se efectivice una verdadera igualdad, y para ello es necesaria una sociedad sin clases.

Es así como este movimiento obrero conlleva una represión por parte de quienes pretenden
sostener este sistema al observar que el gobierno chino quiere instalar un régimen crítico a la
democracia (por derecha), que no permite resolver la crisis del sistema: “La transición al
capitalismo en China ingresa en un período más violento: esta tentativa bonapartista deberá
probar si es capaz de reunir los recursos económicos y políticos para pilotear una crisis de
dimensiones históricas.” (pren obr)

Este fenómeno se da a nivel mundial y se condensa en esta idea: “Esta dialéctica entre el giro a
la derecha y el bipolo a la izquierda, entre las tendencias reaccionarias y las contratendencias de
resistencia por abajo, deja en claro que en la situación mundial no hay un fenómeno
cristalizado, sino que está en pleno desarrollo y su desenlace depende del curso de la lucha de
clases.”

De esta manera estamos frente a un recomienzo histórico, en donde la política nos atraviesa
cada vez más y vemos las fallas del reformismo que no permite llevar a cabo las conquistas
sociales hasta el final. Esto se debe a que se encuentra inmerso en un sistema capitalista
burgués, por lo que intentar lograr reformas dentro del aparato estatal conlleva a su propia
destrucción. Es lo que ocurrió con la “troika” en Grecia, lo que ocurrió en Brasil con Lula como
preso político. Lo que no avanzó como conquista social a fondo, como lo podría haber hecho un
levantamiento de la clase obrera contra el capitalismo, acabó en una tendencia global hacia la
derecha.
Desde mi perspectiva, será necesario hacer confluir movimientos con perspectiva revolucionaria
que incluyan a la juventud, las mujeres y por supuesto a la clase obrera. Cada vez surgen más
movimientos ecologistas que ven en el capitalismo un problema central y que abordan la
problemática desde un punto de vista acertado ya que observan la hipocresía de leyes que
“lavan” la imagen de ciertas empresas ocultando una realidad sumamente cruel que conlleva la
destrucción a nivel planetario. Así como también, las mujeres cada vez más se oponen a los
gobiernos reaccionarios y confluyen entendiendo que el poder político es, al menos, poco
creíble. Lo cual fue sumamente sentido durante la votación del Senado en contra del aborto en
Argentina. Así como también, gran parte del movimiento reconoce la falsedad con la que los
organismos imperialistas se proclaman por los derechos de la mujer mientras son cómplices de
guerras en donde se ejerce violencia inhumana hacia ellas mediante la intervención imperialista
(por ejemplo de la ONU).

“Tan solo en Haití, nueve adolescentes de ambos sexos fueron explotados sexualmente de


manera sistemática por al menos 134 cascos azules entre 2004 y 2007.”

Es una contradicción confiar los derechos humanos en organismos imperialistas y eso se vive
cada vez más con la experiencia, en especial en países del tercer mundo.

A su vez, en Estados Unidos, hay constantes ataques hacia los negros. La policía comete
crímenes contra las personas en un abuso de autoridad permanente: “Un total de 987 personas
murieron el año pasado en Estados Unidos por disparos de la Policía, un 24 por ciento más
que en 2016, según un informe elaborado por el diario The Washington Post.” Clarin

Actualmente, estamos ante una crisis mundial en donde las personas deben migrar y con la
globalización se ven problemas similares en EE UU y en Europa ya que se niegan a recibir a
personas que huyen de países en situaciones extremadamente violentas. Situaciones generadas
por el mismo imperialismo que se niega a recibirlos.

“Padre e hija se ahogaron el domingo cuando trataban de cruzar de México a Texas a través del
río Grande, informó La Jornada.

Para muchos, la instantánea recuerda una foto tomada en 2015 en la que aparecía el cadáver de
un niño en una playa Turquía. La criatura se ahogó en el mar Mediterráneo en su intento por
llegar a Grecia.”

Aquí vemos que el sistema debe cambiar por un sistema progresivo donde el socialismo
internacional logre derrotar el capitalismo. La unión de obreros, mujeres y de la juventud es
clave para desarrollar un movimiento trotskista internacional que se oponga y denuncie las
atrocidades del capitalismo, un sistema agotado que lleva a la destrucción social y ecológica.

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